ENTRE EL CIELO Y EL SUELO

Dos personas completamente diferentes se han encontrado, Misaki Takahashi y Akihiko Usami, tiene un largo camino que rrecorrer

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. btalkrajo
        +2   +1   -1
     
    .
    Avatar

    Y ahora intenta decir que me amas sin miedo a que parezca mentira otra vez ... https://web.facebook.com/Btalkrajo

    Group
    Escritor experto
    Posts
    2,233
    Location
    Perdido

    Status
    Offline
    QUOTE
    Hola y muchisimas gracias por estar aqui. Espero que sigan conmigo en esta nueva aventura. muchas gracias por su animo y espero que disfruten este cap.





    MISAKI





    El viento alzaba las hojas del suelo y con ellas el polvo, era un día casi cálido pese al frio y al sentimiento extraño de confusión, la ira, la sonrisa y entre medio de todo las ganas de mas, mas molestias, mas sonrisas más respuestas claras que parecían mentira… ¿Por qué se sentía de esa manera al pensar en él? Hubiera querido saberlo. Como hubiera querido conocer todas las respuestas del examen que había presentado aquella mañana, era duro estar bajo la tutela de Usami Akihiko, aunque el sujeto era algo como un niño y un vago de taberna que duerme en un sofá y desayuna un cigarrillo a la hora del almuerzo, en cuanto al estudio era bastante serio. <<si te atreves a desperdiciar mi tiempo lo lamentaras>> aquella aura oscura que lo rodeaba al ponerse serio le enchinaba la piel y causaba un innecesario terror a fallar. Ya tenía sus miedos y sus nervios y si encima debía cargar con el miedo de recibir un cocacho o un zape en la frente al fallar o peor aún ese extraño cosquilleo que provenía de los dedos del novelista al revolverle el cabello si hacia algo bien. O ese frio cuando no había ninguna reacción.


    Trataba de no pensar en lo sucedido al primer encuentro, cuando casi no se conocían, cuando los dedos del escritor provocaron una oleada innecesaria de calor, miedo y deseo. Por suerte desde entonces no habían tenido ningún tipo de encuentro del tipo sexual, aunque ese había sido fruto de la venganza del escritor sobre una serie de estupideces que Misaki había dicho. Entonces ¿Por qué pensaba en eso cada vez que el silencio se llenaba en la habitación y ninguno de los dos tenía nada que decir? Arrastro sus piernas rumbo al departamento en el centro donde vivía el novelista, era un sujeto alto de cabellera gris y ojos violáceos, su cuerpo no era completamente musculoso pero su altura estaba bien proporcionada al ancho de sus hombros o a los fuerte de sus brazos, Misaki sonreía complacido pues era notoria la subida de peso del escritor, cuando se conocieron era mucho más delgado, seguro por la falta alimentación en la que se desenvolvía <<generalmente solo tomo un café y si tengo hambre me hago un sándwich>> cuando le dijo aquello Misaki lo arrastro rumbo al supermercado para hacer la compra, el refrigerador estaba lleno de bebidas y la despensa vacía de alimentos


    - Puedes caminar o tengo que arrastrarte – era la novena u onceaba vez que el escritor se detenía a mirar entre los estantes del supermercado, por capricho del novelista habían ido a uno de los más grandes de la zona, lo cual no era tan malo, pues no solo hacía falta alimento si no también los utensilios – no es necesario que compres todo


    - Esto es lindo – dijo alzando un oso de cerámica, en realidad era un salero y Misaki se lo explico mostrándole cómo funcionaba – Genial, entonces este también


    - No necesitas tantas cosas, cuando terminemos las clases ya no iré a prepararte la comida y todo esto quedara en desuso


    - Puede que entonces decida conseguirme una linda novia que venga a casa y me prepare los alimentos, estará contenta de ver que tengo todo lo necesario – clavo sus ojos con una mirada picara pero luego siguió su camino – Oh y estas servilletas también son lindas


    Misaki coloco el salero de regreso en la mesa, en verdad no le interesaba si el hombre conseguía una novia, sería bueno para él, <<tal vez así deje de amar a mi hermano Takahiro>> Misaki chasqueo la lengua, muchas dudas se arremolinaban en su cabeza cuando pensaba en el escritor, había algo de admiración y afecto y mucho de molestia y cansancio. Dejo la bolsa con sus libros sobre una de las mesas del salón y subió para ver si el escritor aún dormía, eran cerca a las once de la mañana y en completa oscuridad rodeado de un desorden infantil dormía boca abajo sujeto al oso de felpa que le hacía compañía, Misaki había sentido extraño que un hombre de la edad de Akihiko durmiera con un oso hasta que lo conoció un poco más, Takahiro, el hermano mayor de Misaki ayudo con eso una tarde mientras cenaban.


    - Lo entenderás Misaki, un día cuando sientas ganas de estar con alguien y abrazarlo con fuerza sin tener la menor posibilidad de hacerlo buscaras un remplazo, muchas noches dormía aferrado a mi almohada recordando a mamá porque sabía que nunca más podría abrazarla, un oso o una almohada, incluso una chaqueta Misaki, cualquier objeto puede ocupar el lugar que está vacío y así… así te sientes menos solo.


    - Usami-san… ¿tú sabes porque se siente solo? – Misaki acarició la fantasía de que su hermano descubriera los sentimientos de su amigo, sonrió ante la idea de que se enamoraran y fueran felices y sintió un extraño retortijón de compasión por el escritor, Takahiro amaba a otra persona - ¿lo sabes hermano?


    - Su madre murió cuando era niño, y no tiene buena relación con el resto de su familia. Es bastante claro que a Usagi le hace falta alguien, ya le he dicho que se consiga una novia


    - Pero uno no puede conseguirlas, no puedes comprar una novia como compras galletas no puedes buscarla como buscas ropa, ¿Cómo encuentras a alguien para ti si no sabes dónde buscar?


    - Tampoco la encontrara si sigue jugando al escritor solitario,


    - Él no juega <Él es solitario> - no se atrevió a decirlo y ceno con calma.


    Cubrió con la sabana la espalda del novelista y lo dejo dormido mientras preparaba la comida, luego de eso se dedicarían a estudiar, como lo hacían las tardes que Misaki iba a su casa.


    Misaki miro los utensilios con tristeza, sabía que pronto no volvería a esa casa, Usagi-san y el no eran tan buenos amigos como para visitarse y aún si lo hacía alguna vez no volvería a preparar sus alimentos ni a sentir el rose de sus dedos sobre su cabello, ni a enfurecer por las bromas pesadas que le cargaba. Seria rutinariamente aburrido separarse del escritor. Pero no era eso. Lo que afectaba a Misaki era dejarlo solo otra vez, dejarlo con cafés y sándwiches otra vez, dejarlo con platos vacíos y ceniceros llenos. Lo que Misaki no quería era dejarlo solo…


    Tras la ventana una espesa lluvia cubría la ciudad y marcaba el fin del otoño y el principio del invierno, volver a casa sería complicado al final de la tarde. Pero no poder volver a la casa donde estaba en ese momento seria doloroso al final de las clases. Por eso Misaki lo dejaba de lado, como muchas cosas que dejaba, Misaki es un persona sencilla y comprensiva, nada exigente y menos egoísta… solo que a veces, como ese día de lluvia y viento hubiese querido abrazar a alguien, pese a saber que era imposible, se negaba a decir en vos alta sus deseos simples porque eran un secreto y una tontería, eran las cosas de las que uno no habla por la mañana y por la noche trata de olvidar, era querer más de lo que podía soñar.


    - En qué piensas - “En ti” una respuesta inapropiada y triste, Misaki se limitó a sonreír, quería hacer algo por el escritor pero no tenía idea de que hacer para que sonriera más a menudo, siempre parecía cansado y muchas veces molesto.


    - Rompiste la ensaladera – dijo alzando del cubo de basura un ovalado pedazo de porcelana - ¿Por qué?


    - Si te contara lo que sucedió aquí anoche no me lo creerías, así que no lo hare. Por cierto tu hermano me pidió que no fuera duro contigo – el aura oscura apareció - ¿Le has estado hablando mal a Takahiro de mí?


    - No puedo hacer algo como eso, mi hermano te conoce mucho mejor que yo y defiende todos los golpes que me has dado ¡Mira si hasta tengo un chichón! – apunto su cabeza donde había recibido el cocacho la última vez. – te demandare – una amenaza vaga y dócil sin intención alguna


    - Atrévete


    El novelista encendió el acostumbrado cigarrillo y comenzó a revisar el examen de Misaki, pronto vendrían los definitivos, los reales, esos que lo harían entrar a la universidad o esos mismos que lo echarían, aunque nunca lo decía se sentía orgulloso del chico, era un desastre pero se tomaba muy en serio las clases, y paso a paso estaba siendo capaz de comprender todo lo que él le explicaba.


    Ellos dos no hacían buenos amigos, muchos días discutían y otros días pasaban en silencio con la cara entre libros y cuadernos, pero al final ambos sentían triste el separarse, tan triste como te siente al saber que veras a esa persona al día siguiente, pronto no habría un mañana, Misaki seguiría su camino entre la universidad el trabajo y su casa, tal vez se verían por casualidad o tal vez se llamarían para tomar una copa, pero no volverían a sentarse con la cara entre cuadernos para enseñar y aprender algo nuevo. Misaki sirvió la comida y la llevo a la mesa, trataba de hacer las cosas lo mejor que podía para no molestar al novelista o defraudarlo, el hombre agradecía la forma de ser de Misaki aunque muchas veces se preguntaba porque quería hacerlo feliz si no era el culpable de su dolor.


    Misaki trataba a menudo de imitar los movimientos del escritor con los cubiertos, era igual de grácil con los palillos y muy delicado con los pastelillos, más de una vez había hecho el ridículo al imitarlo mientras comían. Misaki cocinaba bien, abundante pero no conocía ningún plato fino o extranjero siempre preparaba cosas simples y deliciosas, nada de tonterías y aun así cuando el escritor se sentaba a la mesa y tomaba los cubiertos Misaki se sentía fuera de lugar y avergonzado. Takahiro su hermano mayor había tratado de enseñarle etiqueta y modales antes, el chico vio eso como algo inútil “No imagine que terminaría comiendo con un hombre rico” recordó. Pero Takahiro era muy diferente de él, era muy listo y por es consiguió aquella beca para estudiar en una escuela privada, una de esas a las que Misaki no podía ambicionar, la misma donde el escritor estudio hace años, pero claro, Akihiko era un heredero y además con mucho dinero, nada de casas menores, un heredero de verdad. Cuando lo conoció – pese a que ya lo había visto antes – se preguntó si acaso Takahiro se avergonzaría de él, su hermano tenía modales diferentes, y aunque tuvo que dejar la universidad para mantenerse siempre había sido listó y agradable. Por eso Misaki no podía fracasar, se lo debía, estaba en números rojos con Takahiro y tenía que pagar, tenía que cumplir.


    - Voy a trabajar – anuncio Misaki animado, había meditado la idea desde que supo que no calificaba a una admisión, no le importó ser rechazado quería centrarse en un futuro más realista a sus posibilidades y se lo hizo saber, quería trabajar - así te ayudare con los gastos todo será más ligero entre los dos, además soy mal estudiante no tiene sentido esforzarme


    Los ojos de Takahiro se abrieron y un temblor espantoso le lleno los labios.


    - ¡Vas a estudiar! - golpeo la mesa con el puño – ¡Iras a la universidad y te graduaras, cuando me entregues el título habrás pagado tu deuda, deje la universidad para criarte, renuncie a mis sueños, cargue contigo y con el trabajo de un padre cuando ellos se fueron, no puedes echar mi esfuerzo a la basura!


    - Yo … - aquello llego de golpe y con fuerza, como un golpe seco con un palo al estómago, la culpa y la vergüenza por una idea estúpida, pero la rabia en los ojos de su hermano fueron lo que más lo afecto en aquel momento – no creo que lo consiga, la verdad es que mis calificaciones no alcanzan para ser admitido


    - Entonces postula al examen


    - Tendría que tomar un curso para eso, ya estamos escasos de dinero


    - Siempre hemos estado escasos – respondió severo – cuando apruebes podrás trabajar, medio tiempo y pagaras tus estudios pero antes de eso te lo prohíbo, ya me encargare de conseguir el curso que necesitas, no vas a desperdiciarlo y no me harás quedar mal, harás las cosas que hacen los niños, - señalo a Misaki poniéndose de pie – obedecerás y estudiaras y yo seguiré haciendo las cosas que hacen los adultos… trabajar y procurar que no desperdicies mis esfuerzos


    Una semana después lo envió a casa del novelista.


    Y ahora estaba a un paso de decirle adiós, si aprobaba el examen entraría a la universidad, si no lo lograba Usami-san le había dejado claro que no volvería a ayudarlo. “Quien quiere la ayuda de este abusivo” aun así seguía intentando copiar sus movimientos con los cubiertos.


    - Si apruebas te daré un curso de etiqueta – el silencio se rompió, el novelista tomo la copa de vino y bebió un trago largo – si repruebas te clavare un tenedor en la mano


    - Cuando tenga las notas serás el primero en saberlo, ya sea por mi o por una llamada desde la frontera, no correré el riesgo de morir siendo tan joven


    - Y tan feo – una línea que parecía una sonrisa se dibujó y borro de inmediato, las únicas veces que Akihiko Usami reía era cuando le gastaba alguna broma a Misaki


    - ¿Entonces ayer viste a mi hermano?


    - Si


    - ¿Por qué vas a buscarlo?


    - Ya te lo dije, es mi amigo, es el mayor beneficio de la amistad – tomo arroz y lo llevo a su boca – aún no te has enamorado Misaki, cuando lo hagas veras que es diferente, podrías enamorarte y ser correspondido o podrías amar sin tener el valor de confesarte o… o podrían rechazarte.


    - Deberías decírselo… al menos así conocerías su respuesta


    - Conozco su respuesta – Usagi sonrió ampliamente y bebió un poco mas – Misaki ¿Qué sucede?


    Pero no dijo nada, no eran amigos, solo alumno y profesor y su único lazo era Takahiro, un hombre amable que usaba gafas para trabajar, educado y guapo, le llevaba casi una cabeza de altura a Misaki y su forma de ser, su amabilidad… y aún ahí Misaki tenía miedo, <<si rechazara a Usagi-san, él ya no podrá refugiarse en la amistad>>


    - Deja de preocuparte por mis relaciones sentimentales chico, no cambiara sin importar cuanto lo pienses


    Pero al terminar la lección y caminar hacia la estación mientras aún la humedad y una lluvia fina le mojaban, Misaki siguió preguntándose cómo ayudar a Akihiko Usami. Preguntándose cómo darle un final a ese amor que no hiriera al novelista, no era de su incumbencia y no tenía por qué sentirse responsable, <<pero se merece algo mejor que un amor no correspondido>>


    Los días siguientes Misaki siguió pensado en eso, eso que no era de su incumbencia y por lo que no podía hacer nada, eso que le era ajeno y desconocido. Al llegar a casa y hallarla vacía supo que pronto sería igual para él, su hermano no conversaba sobre planes, pero cuando le hablaba de la universidad siempre ponía los tres, los tres seremos felices, los tres nos llevaremos bien, los tres…<< Pero sus tres no cuentan a Usagi>> ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que Takahiro la pidiera en matrimonio? Y entonces Misaki seguiría siendo incapaz de ayudar a su amigo, incapaz de consolar a Usagi-san incapaz de saber cómo se siente estar enamorado y ser rechazo.


    Las hojas comenzaron a caer en grupo, hojas secas regadas en el sueño y el viento alzándolas en un vuelo simple y cantado que nadie nota jamás. La escuela termino sin grandes historias, todos sus amigos seguirían caminos diferentes, diecisiete años tenía Misaki, pronto cumpliría dieciocho y el novelista tenía razón, nunca se había enamorado y aunque se sintió atraído por una u otra chica en realidad jamás busco su calor cuando hacia frio o sus caricias cuando se sentía solo, solo aceptaba lo que tenía sin darle más importancia de la usual. Pero tenía sueños, quería enamorarse y saber cómo era ser querido, sus amigos tenían novias pero él no se animaba, había besado a un par de chicas pero no eran más que juegos con cartas y botellas, no había nada real en los labios de ellas, no había nada real en sus labios. Encendió el televisor y una revista nocturna hablaba de las novedades sobre actrices y bandas de rock que preparaban una serie de conciertos, las películas a estrenar y restos de información vacía. Su hermano entro sonriente y animado como cada día que la veía, o cada noche que pasaba con ella.


    - Cenaste pollo frito – dijo mirando el plato intacto y frio de Misaki - ¿Qué paso, volvió a golpearte?


    - No me golpea, solo me corrige – cada distracción un cocacho, cada respuesta errada un zape – pero no se trata de él


    - ¡Qué bien, estaba cansado de oírte hablar de él!


    - Es tu amigo más que mío


    - Te dije que debías conocerlo – Takahiro esbozo su sonrisa tierna y sus ojos se achinaron con ella - te darás cuenta de que pese a su “carácter” es un buen amigo.


    - Es un niño mimado y delicado que no soporta que lo contradigan… - miro a sus hermano – pero es buen maestro y se lo agradezco


    - Me alegra que se lleven bien, me enseño muchas cosas incluso ahora, cuando tengo dudas lo llamo y siempre sabe, es casi increíble pero siempre sabe, una vez, Akihiko viajo a Francia ¿sabes? En ese viaje todo lo que pudo conseguir fue un libro de química que le presto la chica que viajaba con el… ¿Qué crees que hizo?


    - ¿Se puso a leer el libro? – Misaki dudaba de que eso fuera cierto


    - Si, una gran parte hasta que aterrizaron y luego fue a comprar el mismo libro para terminar de leerlo, me gustaría leer la mitad de rápido que él y poder retener la cuarta parte


    - Ya lo dije es un mimado – Misaki bebió de su te frio y cavilo sobre eso – yo… soy muy lento para leer ¿verdad?


    - Pienso que eres más vago que lento, no lo intentas así que no lo sabes ¿Cómo van las clases? – Takahiro sujeto el té de su hermano y lo bebió todo de un trago - ¿crees que apruebes?


    - Pienso que ha sido un gran trabajo y también pienso que podré hacerlo, dijo que me colgara de los pies desde su casa si repruebo, dijo que no podrás hacer nada


    - ¿eso te dijo?


    - Si – Misaki sonrió animado


    - Si no apruebas te rapare la cabeza y te azotare por toda la ciudad Misaki, después de eso puede colgarte si quiere, si desperdicias su tiempo estará furioso, pero si me haces quedar mal con él estaré furioso yo – el castaño palideció y miro a su hermano con miedo


    - ¿me raparas y… y piensas…?


    - Jajajaja – una risa estrepitosa lleno el ambiente y Takahiro siguió riendo cuando Misaki le dijo que no le parecía divertido. Para su hermano mayor era muy divertido. Solo eran amenazas, jamás le harían nada de eso, pero sería muy duro ver que no consiguió lo que buscaba.


    - Ya sabes a cual postularas


    - Si, lo tengo muy claro, también la carrera que busco


    - ¿Qué universidad será? – no había compartido sus planes con sus hermano para sorprenderlo, y el novelista estuvo de acuerdo en mantener el secreto hasta el día del examen, una y otra vez repasaban exámenes de años anteriores para comprender lo que vendría. Misaki solo sonrió y dijo que era un secreto. – tengo curiosidad pero está bien


    Al meterse en la cama la noche previa al examen Misaki daba vueltas y más vueltas sin poder dormir, el novelista le había deseado suerte al despedirse y aunque lo deseaba Misaki no mencionó que era la última clase y tal vez la última vez que se vieran, no se animó a hacerlo entonces y por la noche todas aquellas palabras de agradecimiento acudían a su cama cuando por la tarde brillaron en ausencia.


    De pronto estaban juntos una vez más en salón, Misaki no entendía como llego ahí pero estaba contento, el novelista lo jalo una y otra vez pero Misaki lo evadía, caminaba sin poder encontrar la puerta para marcharse, caminaba y tropezaba una y otra vez con el escritor que lo miraba con la sonrisa ladina en los labios, con el porte de autosuficiencia que menos le gustaba y volvía a jalarlo para sujetarlo. Misaki se deshizo del agarre muchas veces pero volvía a caer en las manos del escritor, al fin el novelista lo sujeto con fuerza, cara a cara en medio del salón, sentía que solo había estado girando en torno a la mesa. – Quédate quieto. El escritor lo sostenía con una mano y su otra mano toco el rostro y levantando la barbilla beso los labios de Misaki. Cerro lo ojos y al abrirlos podía verlos, Takahiro y Usagi-san besándose en el salón “Espera, estabas besándome a mi” grito molesto pero los otros no lo escucharon, una sensación extraña cubrió su cuerpo entre dolor y cosquilleo pero no podía moverse y separarlos - ¿Qué pasa Misaki? Decía su hermano y estaban en casa frente al televisor “Yo sería mejor para el que tu” la rabia crecía en su cuerpo. Abrió los ojos con el pitido del despertador.


    - Maldita sea, era un sueño - apenas las seis de la mañana, arrastro sus pies fuera de la cama para bañarse y estar listo a tiempo, el sueño se esfumo tan pronto como el agua llego a su cuerpo.


    Se vistió con calma, reviso sus cosas tres veces sin prisa y camino hacia la puerta de la universidad con la gente tranquila, aún si fracasaba lo haría bien, entro y tomo asiento en la novena fila tercera columna del salón. La gente a su alrededor movía las piernas y las cabezas mirando a un lado y otro, él tal como se lo había ordenado Usami-san se concentró en que su mesa fuera firme y que sus materiales estuviesen listos. Solo tenía tres horas para demostrar si era digno de entrar o no.


    Tras terminar fue a casa y se dejó caer sobre el sillón dormido, tendría que esperar una semana para conocer el resultado, cada día acaricio su teléfono con ganas de llamar a Usami Akihiko pero no se atrevió, cada día espero una llamada pero no llego. Cuando al fin tuvo las notas sentía deseos de ir a decírselo primero que a nadie, sentía ganas de verlo y preparar la cena para él y entonces…


    - Misaki


    - ¡ARGGG! – dio un salto aterrado al ver al novelista caminando por su barrio- ¿Q-qué, qué haces aquí?


    - Voy a tu casa, hoy es el cumpleaños de Takahiro – “Lleva un pastel para mi hermano” la caja cuadrada estaba en la mano derecha del novelista, sus dedos izquierdos revolvieron el cabello de Misaki cuando supo de sus notas – Bien hay dos motivos para celebrar


    - ¿crees que un día sea tan rico como tú?


    - Tal vez, en tu profesión siempre existe la posibilidad de lavar dinero o de estafar a alguien, ¿te han dicho que los economistas son todos unos delincuentes taimados?


    - Nunca escuche algo como eso – rieron y el camino los llevo hasta la puerta, tal vez ya eran amigos, podían reírse al estar juntos y hablar de otras cosas que no incluían a Takahiro, podían verse otra vez si Misaki se atrevía a llamarlo “Pero el seguirá enamorado de mi hermano”, entraron y esperaron a que Takahiro llegara, no vino solo. Takahiro traía a su novia, la misma a quien había pedido en matrimonio, una parte de Misaki sintió pena por el novelista, la otra sintió alegría de que al fin tuviera frente a él a su rival pero no lo esperaba.


    - Quería que fueras el primero en saberlo – Misaki ahogo un grito de rabia, sin ninguna anestesia su hermano soltaba sus intenciones de casarse, sin prestar atención a los sentimientos del novelista o los de Misaki ¿Cuáles eran los sentimientos de Misaki?, golpeo la pared y tan pronto como pudo saco al escritor de aquel infierno, no tenía por qué ver a su hermano y a su novia siendo melosos y hablando de sus planes de boda, la nieve caía, el principio del invierno, había oscurecido y la calle estaba vacía, Misaki lloraba, el novelista no lo hacía.


    Hacia frio, pero cuando Akihiko lo beso Misaki sintió un calor desconocido, cerró los ojos y se entregó al sabor de esa boca y a la fuerza de esos brazos, disfruto de estar ahí, en la calle bajo un farol cuidándolo, sintiéndolo, reclamándolo para sí. “Pero sigue enamorado de mi hermano” se dijo cuándo el beso termino. El silencio fue su conversación de regreso a casa.


    - El beso que te di – Usagi-san se detuvo frente a la puerta antes de entrar, dentro Takahiro y su prometida reían – olvídalo


    Una parte de Misaki quería luchar pero la otra sabía muy bien que era una guerra perdida, no había futuro en tratar de amarlo “Un día lo entenderás, cuando quieras abrazar a alguien y seas incapaz de hacerlo”, sintió las lágrimas, pero no pudo llorar, ahora lo entendía. “Aún no te has enamorado Misaki, cuando lo hagas veras que es diferente” lo era. Realmente diferente. Los ojos violáceos del escritor no lo miraron y la voz herida de Misaki no hablo, solo era un beso, no era nada más, solo el dolor de haber fracasado en el amor de estar solo, “Es el beneficio de la amistad” supo que no era verdad, no había beneficio en sufrir por ser amigo lo que no sufrirías de ser amante y lo que no sabrías de haber huido. Al final era bueno saber que no volverían a verse, Misaki comprendió que no sería capaz de soportar ser su amigo y no poder volver a besarlo. Usagi-san entro a su casa y él lo siguió, debía olvidarlo, fue un instante, entre el cielo y el suelo, un momento en el frio invierno en un atardecer, un beso, un beso no era una promesa. Entraron.


    Aquella noche Misaki no durmió, lloro hasta quedar rendido pero los sueños eran un beso y una negativa. “Olvídalo” deambulo por su casa hasta estar rendido, en cuatro meses seria alumno de la universidad, hasta entonces su mente debería buscar distraerse con cualquier cosa, y lo gracioso era que no pensaba en Usagi-san, ni en el beso, pensaba en la cena que haría y los ingrediente, pero la tristeza estaba ahí, justo en su piel y sus labios, en las manos que lo tocaron, en los ojos que…


    - Hola – su tono era cansado cuando abrió el teléfono para contestar, pero la voz al otro lado fue una sorpresa, cruel y acaramelada. Sonrió.

    ()()
    (*O*)
    C(“)(“)
     
    Top
    .
66 replies since 6/3/2015, 05:49   2910 views
  Share  
.