Azótame, por favor, azótame. YA DISPONIBLE EN WATTPAD -TERMINADA-

El destino es caprichoso. Un accidente marcara el inicio de una historia llena de amor, pasión y sobretodo, sexo. ¿Te atreves?

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  1. ELYAOIGENIAL
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    PORQUE LO DEJAS ASIIIIIIIIII

    No ves que eran felises y vienes y les pones un auto enfrente y cual es la ultima prueba






    Por cierto me he cambiado el nombre jijijiji y aparte me siento ritsu


    ¿porque?

    muy simple no se si esto es amor o esto no es amor






     
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  2. Fujoshi-chan o Ana-chan
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    Claro que puedes usar la idea del chocolate querida ;) y NOOO!!!! Ya ERAN FELICES JUNTOS Y AHORA VIENE UN CARRO ;_;!!!!!!! ESPERO QUE PUEDAN SUPERA SU PRUEBA!!!!!!!! :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: :=SHOROO: Bueno besos espero actualizacion :=yeahyie: :=yeahyie: :=dgdgdf: :=dgdgdf: :=dgdgdf:
     
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    A secret makes a woman woman

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    Capítulo 9:




    El aroma dulce me invade. Me remuevo y abro los ojos. ¡Dios, que dolor de cabeza! Intento mover los brazos, pero... No los siento. ¿Qué? Intento mover las piernas y tampoco. No, no puede ser... Escucho a alguien fuera de mi blanca habitación. ¿Es que estás habitaciones son todas iguales?
    -Si, señora Usami, su hijo ha despertado. ¿Qué? No, él todavía no. Si, descuide haremos las pruebas necesarias. Nos aseguraremos de que Akihiko este bien.
    No escucho nada más. Ni siquiera puedo girar la cabeza. Duele y a la vez no sé dónde. Cierro los ojos y lloro de la rabia. Supongo que Akihiko esta vivo, pero a cambio he dado parte de mi vida. Al menos tú estás bien, Usagi. Aunque quedarme paralitico no sea la mejor manera. Así solo te daré más problemas, porque yo sé que tu querrás hacerte cargo de mí a pesar de todo. Solo seré una carga. En ese momento la puerta se abre. Es Olivia quien entra. ¿Ella era quien estaba contestando la llamada?
    -Buenas tardes, Misaki. ¿Sabes qué? Akihiko ha despertado aunque no ha dicho nada. Pero ya está consciente. Eso es lo mejor.
    Giro la cabeza y la miro. Esta jugando con un bolígrafo mientras me observa de pie. Ella se sorprende. Sus ojos azules se abren de la sopesa
    -¿Misaki?
    Se me acerca. Toca mi cara y se queda estática por un momento. Al acto, reacciona gritando:
    -¡Una enfermera, rápido!
    En seguida empieza a trastear con los aparatos. Sigo sin sentir nada.
    -Olivia...
    Ella me acaricia el pelo y sonríe.
    -Tranquilo, todo esta bien.
    Niego.
    -No siento nada.
    Miro mi cuerpo. Olivia se queda blanca. Toca mis brazos y mis piernas. Pero nada... Como si estuviera mi cuerpo dormido. Lloro. Esto es frustran te.
    -Tranquilo. ¿¡Enfermera!?
    Grita de nuevo. Me acaricia el pelo y me pide que me calme. Sus ojos están al borde de las lágrimas. Cierro los ojos y dejo de llorar. Piensa que todo es por Akihiko. En ese momento aparece la enfermera rubia de la primera vez. Trae una silla de ruedas. Entran dos enfermeros y me sientan en la silla de ruedas. No me entero de lo que ocurre a mi alrededor pero cuando me quiero dar cuenta estoy otra vez en esa habitación. En donde esta el tubo traga-humanos. Qué suerte. Los enfermeros me suben el camilla y regresan a la habitación de al lado. El tubo me traga y las luces se mueven a mi alrededor mientras escucho un ruido un poco molesto y nada tranquilizador. Cuando termina, los enfermeros regresan y me sientan de nuevo en la silla. Estoy muy mareado. Me duele la cabeza y la mejilla me arde. La enfermera rubia y Olivia están mirando una radiografía. Ambas parecen muy agotadas. Los chicos me llevan de vuelta a mi habitación. Una vez allí me tumban en la cama. Los chicos apuntan cosas en una carpeta y me cambian las bolsas de insulina. ¿Qué hago? No siento nada. ¿Por qué yo? Y además, este mal presentimiento con respecto a Akihiko. No quiero ni pensarlo, pero creo que él...
    -Misaki.
    Giro mi cabeza como puedo y veo a Olivia entrar con una sonrisa.
    -Tranquilo, todo esta bien. Solo es por el shock del accidente. Pronto se te pasara. Solo relájate. ¿Quieres hablar con nuestro psicólogo?
    Olivia está lanzada. Pero, las noticias son buenas. No estoy paralitico. ¡Bien!
    -No, Olivia. Dime, ¿cómo está Akihiko?
    Olivia se acerca a mí. Pide a los chicos que se marchen. Ahora es cuando me fijo que esos chicos llevan un uniforme azul. Uno de ellos es rubio con los ojos grises y el otro es pelirrojo con bastantes pecas. Muy altos y algo delgados. ¿Cómo han podido conmigo? Olivia se acerca una silla de pino con el cojín gris, como esa silla que ocupaba Akihiko mientras estuve internado en el hospital la primera vez.
    -Él está bien. Se ha despertado y está consciente pero no ha dicho nada. También se debe al accidente.
    ¿El accidente?
    -Olivia, yo he tenido ya dos accidente, tres con este y es la primera vez que no siento las piernas. ¿Debido al shock? Creo que ya no puedo asombrarme.
    Ella toma mi mano.
    -Tal vez paso algo que te traumatizo. Algo que os desestabilizo a los dos. Ahora tal vez no recuerdes pero tu subconsciente si. Es por eso que estás tan confuso.
    Frunzo el ceño.
    -Akihiko no está bien. Él...
    Susurro. Pero la enfermera irrumpe con un acara de sorpresa.
    -Doctora, el señor Usami se ha despertado.
    Olivia me mira. Le animo a ir con la mirada. Olivia se levanta y ambas, ella y la enfermera, se marchan. A su paso, cierra la puerta de mi habitación. Cierro los ojos e intento tranquilizarme. Vamos, piernas funcionad. Respiro varias veces pero las piernas siguen sin responderme. Este sentimiento es horrible. Sé que Akihiko está mal y no puedo estar a su lado. Cada vez te siento más y más lejos. Akihiko... Oh, no. Los sedantes me empiezan a hacer efecto. Tengo mucho... Mucho sueño. Poco a poco voy cerrando los parpados. Hasta que... silencio.

    Abro los ojos lentamente. Froto mis ojos. ¿Cuánto he dormido? ¿Eh? ¡Puedo mover las manos! Me siento en la cama. ¡Y las piernas! ¡Milagro! Miro hacia fuera y veo a Olivia con la señora Usami y otra chica que no logro identificar. Olivia y la señora Usami están de lado pero esa chica esta de frente a mí. Esta mirando al suelo. Que mirada tan melancólica... Levanta la vista del suelo y me encuentro de lleno con unos grandes ojos verdes. Esa chica es... ¡Es idéntica a mí! Levanta el dedo y dice algo que no alcanzo a escuchar pero por la reacción de Olivia y Kumiko imagino que ha dicho algo como: ''Se ha despertado''. Olivia y Kumiko me miran. Cuando Olivia entra, veo que lleva otra ropa. ¿Se ha cambiado? Trae unos vaqueros normales y un jersey rojo acompañado de unas botas de taco marrones.
    -Misaki, ¿cómo te encuentras? Veo que ya puedes moverte. Me alegro. ¿Sabes has estado durmiendo por dos días? Nos has dado un buen susto.
    Mientras dice esto, fuerza una sonrisa y mira mi ficha. Apunta varias cosas pero lo noto. Escondo mi mirada.
    -Akihiko ha perdido la memoria, ¿verdad?
    Olivia deja caer los papeles. Veo por el rabillo del ojo que Kumiko desvía la mirada mientras esa chica solo atina a hacer una cara de verdadero dolor.
    -¿Cómo...? ¿Cómo lo has sabido?
    Levanto la vista. Mis lágrimas tiene vida propia.
    -Un presentimiento. ¿Entonces es cierto? Lo sabía. Él... Quiero verle, por favor. Olivia, ¡necesito verle!
    Salto de la cama, pero Olivia me agarra por los hombros. Kumiko se adelanta y me mira. Me siento en la cama mientras veo a esa mujer.
    -Takahashi, mi hijo ha perdido la memoria y por ordenes del psicólogo es mejor no darle grandes sustos por ahora. Y tu eres el causante de todo esto. Si no hubiera sido por ti, Akihiko no habría ido a ese lugar y no habría tenido el accidente.
    No... Yo sé que fue mi culpa, pero por favor no me lo recuerdes. Sé que eso fue mi culpa, pero...
    -Ahora te pido, como su madre, que te mantengas alejado de él. Ahora está más frágil que nunca. Sera un gran shock para él descubrir que estaba enamorado de un chico. Si de verdad lo amas, te alejarás de él. A cambio estoy dispuesta ha darte todo el dinero que necesites. Puedo entender que la vida que mi hijo te ha dado hasta ahora...
    -No hace falta. Lo comprendo.
    Todo es mi culpa.
    -No me acercaré a él. Tampoco necesito su dinero. Puedo entender que es por su bien. No me acercare a él.
    Olivia da un paso adelante pero yo le sujeto la mano. Va a decir algo, pero se lo impido. Levanto la vista y ahora soy yo quien fuerza una sonrisa. Niego. NO luches, Olivia. Ya he tomado la decisión. Miro a la señora Kumiko, la cual parece sorprendida. Se da la vuelta y sale de la habitación. La chic que se parece a mí hace una reverencia y se marcha. Hasta su cabello tiene la misma tonalidad que él mío. Piel blanca, alta y con una hermosa figura. Una vez la sala se queda desierta, Olivia me mira.
    -Misaki, tú...
    Suelto su brazo y me vuelvo a tumbar en la cama.
    -¡Eres idiota! ¿Cómo haces esto? Después de todo lo que habéis pasado, ¡de lo que él ha pasado!, planeas dejarlo así, ¿sin más? ¿Sabes qué? La señora Usami tiene razón, no mereces su amor.
    Y con esas palabras abandona la sala. ¿No me merezco su amor? ¿Es cierto? ¡Mierda! Esa mujer, eme engatuso. Pero cómo supo que esa es mi debilidad. Maldita sea. Yo y mi maldita forma de ser. No, no es tiempo de eso. Hago ademan de levantarme, pero Olivia entra. Sigue con el ceño fruncido y se niega a mirarme.
    -El señor Usami ha venido a verte.
    Se hace un lado y detrás de la bata blanca de Olivia veo a Fuyuhiko. Me asombro. Olivia sale y cierra la puerta tras de si. Fuyuhiko avanza y me mira. Agacho la cabeza. Lo siento. Dije que iba a cuidarlo. Prometí protegerle y él... Lo siento.
    -Takahashi, no te culpes. Las palabras de esa mujer te envenenan, pero tu eres mucho más fuerte que eso. Yo lo sé. Así que por el bien de mi hijo te pido que luches contra esas palabras. Hazlo, por ti. Hazlo por él.
    Levanto la vista. Fuyuhiko tiene una mirada paternal. Sonrío. No sé muy bien que decir pero hay una cosa en la que tiene razón: esa mujer solo intenta envenenarme. Pero ya he dado mi palabra y no pienso romper esa promesa. Tengo mucho en lo que pensar. Por ahora, me mantendré fuera. Supongo que ha nadie le gustaría saber que esta saliendo, no, prometido con un chico y encima diez años más joven que uno. Es lo mismo para mí. Akihiko al principio intento mantenerme lejos la idea de que yo era su pareja. Las emociones fuertes pueden ser mortales.
    -Gracias. Por todo.
    Susurro. Fuyuhiko deja su gabardina en la cama y se sienta a mi lado.
    -De cualquier manera, ella no te permitirá estar con mi hijo. Tiene contactos y es muy peligrosa. Cualquier movimiento que vayas a hacer, consúltamelo. Cuando mi hijo recupere la memoria, no quiero que se lleven un disgusto.
    Asiento. Fuyuhiko me da las gracias y se marcha. Pero antes me da un abrazo.
    -Por favor, no dejes a mi hijo.
    -Nunca.
    Nos separamos. Fuyuhiko sale de la habitación. Si. Aunque le hubiera dicho que no a esa mujer, hubiera recurrido al plan B: amenazarme. Me tumbo en la cama. Escucho ruido fuera de mi habitación pero lo dejo pasar. Los pacientes deben estar muy inquietos. Miro por la ventana. Todo parece tan tranquilo. Miro hacia mis manos, entrelazadas sobre mi regazo. Ahí. Sobre mis blancos dedos esta mi anillo de compromiso. Lo llevo a mis labios y lo beso. Entonces escucho mucho ruido y giro mi cabeza. Veo que unos enfermeros luchan con otro paciente. No veo la cara de ese paciente, pero esta justo frente a mi habitación. Vaya. ¿Qué le pasara a ese?

    Los días han pasado. En todo este tiempo no he podido ver a Akihiko. Con todo lo que ha pasado, no me dado cuenta de que ya es Diciembre. Ya no queda nada para Navidad. Y con esta escusa, mi hermano me pide que me vaya a vivir con él, por lo menos hasta que se me pase el trauma del accidente. Aunque con la racha de buena suerte que tengo, ya estoy curado de espanto. Mi familia y compañeros de trabajo, incluidos Isaka y Aikawa, saben que no deben decirle a Akihiko que somos pareja. También saben que la señora Usami me intento sobornar para que me mantuviera lejos de Akihiko. En la editorial todos los trabajadores tienen la misión de no decir nada sobre Akihiko y yo. Isaka se ha encargado de eso. No porque yo se lo pidiese, sino porque ella se lo pidió. La señora Usami. Kumiko Usami. Además, hay algo más que nadie me quiere contar que es. Todos parecen muy nervioso. Hoy nos dan, tanto a Akihiko como yo, el alta. En cuanto a Olivia, he hablado con ella y ya le he asegurado que haré todo cuanto este mi mano para que Akihiko recuerde. Pero dentro de mis limitaciones, claro.
    Ya estoy vestido. Camiseta de lana blanca con mangas largas, chaqueta negra y pantalón gris, con botas marrones.
    -Espero que no tengamos que volver aquí. Nunca más.
    Susurra mi hermano ayudándome a salir. Aún me duele la pierna. Llevo muletas porque el dolor a veces me impide caminar. Solo es una inflamación en el musculo pero duele como si me hubieran disparado. Conmigo esta mi hermano y su familia. Mis compañeros de trabajo están ocupados en el trabajo y el resto está con Akihiko. Al salir veo que también sale Akihiko, seguido de esa mujer que tanto se parece a mí. Akihiko lleva un jersey blanco, un pantalón negro y la gabardina negra. Se me cae la baba. Tan guapo y yo sin poder tocarlo. Pero me alegra ver que esta bien. Sin un rasguño. Camina bien y tiene buena cara. Eso es buena señal. Por otro lado, la chica que le acompaña lleva una falda roja, una camisa blanca y una chaqueta roja El pelo recogido en un moño perfecto. Su maquillaje es leve y muy natural. Entonces veo que Akihiko la toma de la mano y le da un beso en la mejilla. ¿Qué? La familia Usami sale y, a excepción de Kumiko, todos retiran la mirada. Kumiko me mira fijamente y con gran altanería. ¿Esto era lo que tan nervioso ponía a mi hermano? ¿Qué ha hecho esa mujer? Contengo las ganas de ir y gritarle cuatro cosas. Mi hermano me ayuda a llegar a recepción antes que Akihiko y rellenamos los papeles del alta. Esto ya nos lo conocemos así que lo rellenamos rápido pero no lo suficiente. Akihiko y compañía llegan a recepción. Les escucho hablar.
    -Nunca hubiera imagino que me casaría con una mujer como tu, Misa.
    Es la voz de Akihiko. ¿Misa? ¿Qué esta pasando?
    -Ya lo ves, hijo. Has hecho una de las mejores elecciones del mundo. Ella es una mujer...
    Hace especial hincapié en lo de ''mujer''. Será... Y la recepcionista que no sé da prisa en darme el volante para salir de aquí cuanto antes.
    -... Dulce, buena y muy elegante. Además, se nota que te quiere.
    Ella se ríe. Puag! Esa risa de barbie no sé la cree ni ella.
    -Estoy muy contenta de que nada malo te haya pasado, Akihiko.
    Justo ahí, cuando la tal Misa habla, la recepcionista me da el volante. ¡Aleluya! Me doy la vuelta y veo que ella le esta dando un beso en la mejilla. Kumiko y yo nos miramos. Ella sonríe. No te saldrás con la tuya. Tarde o temprano, Akihiko recuperara la memoria y tu no podrás hacer nada. Sonrío.
    -Vamos, Misaki.
    Susurra Manami mientras me ayuda con el volante. Por instinto, miro a Akihiko y me encuentro de lleno con su mirada. Sonrío. Me devuelve la sonrisa, aunque algo confundido. No me ha olvido. Su cuerpo no me ha olvidado. Por supuesto, porque el cuerpo no olvida. Sonrío para mí mismo. No me ganarás. Aunque deba pasar por encimad e ti, maldita mujer, yo ganaré. Al salir, mi hermano llama a un taxi mientras me apoyo en Manami.
    -Disculpa, ¿podemos hablar?
    Escuchamos la voz de Kumiko. Me giro para poder verla. Manami me da un leve pellizco pero le pido que se vaya. Quiero hablar con ella, a solas. Quiero saber quien esa mujer que tanto se parece a mí y se llama como yo. Demasiada coincidencia.
    -Veo que ya estas mejor. Me alegro.
    No puede ocultar esa sonrisa.
    -Si, ya estoy mejor. Gracias. Puedo preguntar quién esa mujer con la que esta MI prometido.
    Ella hace una mueca. Cruza los brazos sobre su vestido a rayas gris y negras, el cual complementa con una chaqueta negra muy elegante. Y esos tacones negros solo termina de complementar.
    -Ella es su novia y prometida. ¿No lo sabías? Ella es Misaki Toe. Una modelo y actriz. Una mujer que si entra en los parámetros de la vida de Akihiko.
    Bufo.
    -¿Y qué dirá cuando un día se levante y se de cuenta de que ha estado viviendo una mentira? Entonces volverá conmigo. El final sera siempre el mismo. No importa cuanto lo atrase.
    Kumiko se me acerca. Noto que Akihiko y Misa salen cogidos del brazo. Siento una punzada.
    -Akihiko es un buen hombre, ¿no? ¿Qué pasará si un día se despierta y se da cuenta de que esta felizmente casado con una mujer a la que ha aprendido a amar? Él no dejaría que una pobre mujer sufriera el bochorno del divorcio y menos una modelo y actriz. Akihiko es un buen hombre, ¿no crees?
    Akihiko me mira y me sonríe. ¿Boda? Entonces lo que planea es casarle en contra de su voluntad. Desvió la mirada. Si, Usagi es un buen hombre. Si se casa, probablemente – y aunque no le guste – se lo callara y aceptará a pesar de todo el amor que me tenga.
    -Manami, ayúdame, por favor.
    Manami acude corriendo. Me toma del brazo.
    -Señora Usami, que tenga un buen día.
    Me giro. Esta bien. Ahora mismo no sé como, pero solucionaré esto. Camino hasta donde esta mi hermano. En ese momento llega el taxi y entramos en él. Antes de cerra la puerta veo a la señora Kumiko con el ceño fruncido y mirándome. Akihiko se le acerca y le dice algo. Ella sonríe de una forma muy maternal. ¿Ella también puede hacer ese tipo de expresiones?
    El resto del camino se desarrolla en silencio. No sé como solucionar esto pero debo hacerlo. Suspiro varias veces. Mi hermano y mi hermana me abrazan. Sé que lo hacen con su mejor intención, pero, ¡me asfixian! Al llegar a mi casa, mi hermano sigue empeñando en que me vaya con él, pero mi hermana consigue convencerlo. Me ayudan a subir las escaleras y acomodarme en casa. Mi hermano me dice que por lo menos quiere ir a comprar las medicinas así que le doy la receta. Entre tanto, mi hermana prepara la comida. Ya que están, les ofrezco quedarse a comer conmigo. Así no me siento tan solo. Mientras Manami termina de cocinar, mi hermano llega. Lo que me ha comprado son unos analgésicos y una crema para el hinchazón. Al echarme la crema, el dolor se disipa. Así que mi hermano y yo ponemos la mesa. Comemos y reímos. Manami y yo limpiamos mientras mi hermano llama a casa para saber como esta Mahiro. Lo han dejado con una vecina. Al terminar, ya casi son las seis de la tarde. Ellos se van y me dejan solo. Aprovecho para revisar mis correos. La bandeja de entrada llena. Respondo algunos. Al llegar a las siete, decido tomarme los analgésicos y en media hora más, me entra el sueño. Me levanto y me pongo mi pantalón de cuadros blanco y azules y una camiseta de lana azul. Me meto en la cama y antes de caer rendido, miro mi anillo. Buenas noches, mi amor. Descansa.

    Al llegar el día, me siento muy cansado a pesar de todo. La pierna me duele de nuevo. Me quejo y encima de todo, me he dejado la muleta en el salón. Me levanto y me apoyo en las paredes, hasta llegar al salón y sentarme. Me pongo la crema pero no hace efecto inmediato. Tomo la muleta, camino hasta la cocina y me sirvo café. No tengo mucha hambre así que solo como unas tostadas. Me pongo un pantalón verde, una camisa azul y un jersey beis con detalles en verde, rojo y gris. Me pongo una chaqueta grande y muy calentita. Los zapatos más cómodos que encuentro y salgo de casa. Mi vecina, al verme, me ayuda a bajar las escaleras. Nunca nos hemos dirigido la palabra pero aún así se lo agradezco. Es una mujer adulta de unos treinta años con el cabello y los ojos marrones. Muy bella. Cuando estoy abajo, la pierna me deja de doler. Perfecto. Bueno, aún así me llevo la muleta. Tengo que ir a la editorial a presentar mi baja. Esta vez si que si. Necesito descansar. Solo unos días. Tres como máximo. Isaka me insistió en que me tomara una semana, pero me niego. El paseo me sienta bien y el viento fresco me ayuda. AL llegar a la editorial, veo que las recepcionistas están algo alarmadas. Al verme, me hacen señas para que vaya hacia ellas. Me acerco, apoyándome levemente en la muleta.
    -¿Ocurre algo?
    Ellas asienten. La mas joven habla.
    -Es el señor Usami. Ha venido aquí con una mujer que se parece a usted. Se ha presentado como su prometida. ¿Usted sabe algo?
    Me quedo un momento pensado.
    -Es alfo complicado. Por ahora simplemente seguirle el juego.
    Ellas asiente. Así que Akihiko esta aquí. Me divido en dos: quiero verle y no quiero verle. Tomo aire y voy al ascensor. Subo hasta el piso donde tengo que presentar mi baja. Una vez la he presentado, voy a ver a los chicos. Esta vez evitamos los abrazos. Hablamos un rato y les doy unas cuantas instrucciones. No me doy cuenta y ya han pasado veinte minutos. Me despido de ellos y me voy al ascensor. Espero ahí por un rato y cuando las puertas se abren, dentro veo a Akihiko y Misa. Trago saliva. Ya, Misaki. Relaja. Entro.
    -¿Bajan?
    Ellos asienten. Qué empalagosos, dios. Ella esta colgada de su brazo. Pulso el botón de la planta cero. Akihiko, deja de mirarme. Estoy de espaldas, pero siento su inquisitiva mirada en mí. Suspiro. Relájate. Las puertas se abren y dejan que salga primero. Normal. Parezco un desvalido. Cuando paso por la delante de la recepción, las chicas me mira.
    -Misaki.
    Grita una de las mujeres.
    -¿Si?
    Respondemos al unisono la ''novia'' y yo. Nos miramos. Ella se ríe. Akihiko sonríe. Oh, que hermosa sonrisa. Sonrío.
    -¿A quién llaman, señoritas?
    Ellas se sonrojan. Me señalan. Asiento y camino hasta ellas.
    -¿Qué ocurre?
    Susurro.
    -La señorita Aikawa dejo esto para usted.
    Me entregan un sobre marrón. Lo abro y veo que dentro hay los papeles sobre el marketing del nuevo libro. Son las correcciones y aceptaciones de Aikawa. Sin poder evitarlo, lo reviso un poco por encima.
    -Muchas gracias.
    Ellas asienten. Me doy la vuelta y la pierna empieza a molestarme. Hago una mueca, dejo el sobre en la mesa y me acomodo las muletas. Tomo de nuevo de el sobro y por inercia miro hacia donde estaba Usagi. Aún esta ahí. ¡Y me está mirando! Desvío la mirada. ¿Por qué? Y empiezo a caminar hacia fuera. Cuando salgo, miro las escaleras. Subirlas fue fácil, pero ahora... Para mi suerte, o no, Ijunni aparece. Lleva unos pantalones marrones y un jersey gris con el cuello en ''v''. Al verme, se me acerca.
    -Misaki, ¿qué te ha pasado?
    Sonrío para que no se preocupe más. Esa mirada no puede ser grande.
    -Un ''pequeño'' accidente. Algo ya normal en mí.
    Él se ríe. Me sujeta la mano y me quita una de las muletas. Se la pone en la otra mano y me ayuda a bajar. Al llegar al suelo, me devuelve la muleta.
    -¿No prefieres que llame a un taxi? Así como estás no llegaras muy lejos. ¿Cómo has llegado?
    Levanto la mirada.
    -Caminando. No me hecho ningún esguince, solo es una inflamación. Al principio no me dolía, pero ahora...
    -Entiendo. Voy a llamar a un taxi. Y no vas a impedírmelo.
    No digo nada. Meneo la cabeza en señal de 'no aprobarlo'. Pero en realidad me hace gracia. Al girar mi cara, veo a Akihiko bajando. Me esta mirando con esos ojos inquisitivos. Misa va detrás de él, intentando detenerle.
    -¿Misaki?
    La voz de Ijunni me llama. Al girarme me mira con tristeza.
    -Así que es verdad. ¿Lo ha olvidado todo?
    Asiento. Ijunni se me acerca y hace ademan de abrazarme, pero se detiene.
    -¿Puedo?
    Levanto la vista. Asiento. Lo necesito. Me abraza fuerte mientras me da un beso en la frente. Se separa y sonríe.
    -¿Mejor?
    Lanzo una media sonrisa.
    -Si, gracias.
    Acto seguido, llama a un taxi e incluso me lo paga.
    -Ijunni no sé como agradecértelo
    Digo mientras me siento en el taxi. Él se inclina un poco y se acerca a mí.
    -Si cocinaras para mí sería genial. Esa seria una buena forma de agradecérmelo, ¿no?
    Oh, bueno. Por lo menos no me ha dicho que vayamos a cenar. Asiento.
    -Bien. Mañana en mi casa, ¿a las seis?
    Ijunni se hace el duro y se lo piensa mientras frunce el ceño.
    -No lo sé. Tal vez pueda o tal vez pueda.
    No lo evito y me río. Se inclina un poco más y me susurra:
    -Si, podré.
    Esos ojos brillan de una manera muy juguetona. Siento un escalofrió que me estremece. Me meto más en el taxi. Ijunni nota que estoy incomodo así que se pone recto y sonríe.
    -Hasta mañana.
    Cierra la puerta. Respiro. Tranquilo. Los recuerdos de lo que ocurrió aquella vez me abrazan, sintiendo sus brazos, su boca y el asqueroso sabor de ellos. Yo sé que Ijunni no es malo, que aquella vez venció el pecado sobre la lógica, pero no se lo puedo perdonar. Seré bueno con él, sera amigable, pero nunca jamás volveré a caer en sus tontos juegos. Tal vez invitarle a mi casa y estar solos no es la mejor idea pero quiero demostrarme a mi mismo que puedo confiar en él. Que lo de esa noche fue solo eso, de una noche y nunca más. En el fondo quiero volver a confiar en él. Después de todo, es la persona que mas admiro. No lo puedo evitar. Soy idiota, lo sé, pero lo necesito. Cuando me quiero dar cuenta ya hemos llegado a casa. Me bajo del taxi y toma mis muletas. Cuando el coche se va, noto la presencia de otro. Un coche negro aparcado justo frente a mi piso. Frunzo el ceño. ¿Coincidencia? Tal vez esta esperando a alguien. Me encojo de hombros y subo las escaleras con cuidado. Esto cuesta. Voy a sacar musculo de tanto hacer fuerza con la pierna y los brazos. Al llegar a mi casa, se me caen las llaves. Oh, genial. Y ahora cómo me agacho. En ese momento llega un hombre con el pelo marrón. Lleva un traje negro y una camisa blanca impoluta con unas particulares gafas negras. ¿Un guardaespaldas? ¿Un espía? ¿Un ladrón? Recoge mis llaves y me las entrega.
    -Aquí tiene.
    Las tomo.
    -Gracias, em... ¿Quién es?
    Él se quita las gafas y veo unos preciosos ojos azules. Me quedo estático.
    -Me llamo Ryosuke, y soy la persona que le protegerá a partir de ahora. Me ha contratado el señor Fuyuhiko. Soy su guardaespaldas.
    Asiento. Espera, ¿qué?
    -¿Cómo? No, no, no. Tiene que haber un error. Yo no necesito ningún guardaespaldas.
    Él se limita a encogerse de hombros.
    -Solo sigo ordenes, señor. Si tiene alguna queja, el señor Fuyuhiko me dijo que le llamara. Aquí tiene su número.
    Mete la mano en el bolsillo interno de su chaqueta y saca una tarjeta en blanco con un número en él. La tomo y miro el número. Y tanto que le voy a llamar. ¡Esto es excesivo! Abro al puerta e intento entrar. El chico, Ryosuke, me da la mano y me ayuda a entrar. Avanzamos hasta el salón y me sienta en el sofá. Ryosuke me sonríe.
    -Si necesita cualquiera cosa, estoy en el coche de ahí abajo. Mi compañero me releva a las siete de la tarde.
    Asiento. Veo que no me voy a librar.
    -Bueno, si me disculpa.
    Se marcha. Escucho al puerta cerrase. Tomo mi teléfono y llamo al número en la tarjeta. Tras dos tonos, alguien contesta.
    -¿Si?
    -Buenas tardes, ¿señor Fuyuhiko?
    -Oh, Misaki. SI me llamas supongo que es porque ya has conocido a tu guardaespaldas.
    -Si, así es. ¡Y creo que es demasiado!
    -Misaki, esa mujer es capaz de todo. Hasta de mandar a matarte. Esto es poco, en realidad. No molestaran y serán cuidadosos. Mientras tengas problemas con la pierna, ellos te ayudarán. Simplemente, quiero que cuando Akihiko recupere la memoria pueda volver contigo. Solo quiero asegurarme de que este bien.
    Frunzo el ceño.
    -Yo... Gracias. Creo que entiendo sus sentimientos. Esta bien, lo dejaré pasar pero si me molestan una sola vez, se irán, ¿de acuerdo?
    -Gracias, Misaki. Y te aseguro que algo así no pasará. Bueno, una vez este asunto esta arreglado te dejo. Mi hijo esta aquí y parece interesado en algo relacionado contigo.
    -¿Haruhiko?
    -No, Akihiko.
    Me cuelga. ¿Qué? No pueda ser. ¿Akihiko estaba escuchando nuestra conversación? Oh, dios. Esto no ha hecho más que empezar, ¿verdad?


    ¡Muchas gracias por todas las visitas! Son increíbles, mis amores. Espero que el capítulo de hoy les guste. Dentro de unas horas responderé a los comentarios. De antemano, ¡gracias por los comentarios! Además también les daré un anuncio especial. ¿Conocen la serie Miraculous Ladybug? (; Nos vemos, mis amores. ¡Les amo!
     
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  4. ELYAOIGENIAL
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    kdjrbfytjfurkufjfffjfjrbfhskdbfkxbfjendh


    porquueeeee no pueden ser felises todo tu culpa sensei malebola
     
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  5. ~×Lizzy-san×~
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    Dio' mío.....
    ..............
    ...................
    Estoy feliz de que haya más historia por adelanta, o no (?)
    Siquiera es de esas donde la historia no es mala. -uu-

    Ay :C
    Amo demasiado a Akihiko, el que perdiera la memoria fue un shock para me. </3
    Estúpida madre, estúpida chica que se hace pasar por su novia. Que lindo de Usagi-chichi apoyara su relación ◡̈*♡

    Usagi!!!! Espero y luchen por su amorsh \(´°v°)/んぴッ


    PD: Buen capítulo, le faltó lemon pero bueno.
    Me hizo llorar >:v9

    Adfydsyudstuhstkhaybsgb Usagi!!! Asfywb ◡̈*♡
     
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  6. Fujoshi-chan o Ana-chan
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    MISAKI TIENE RAZON LA MENTE PUEDE OLVIDAR PERO NO EL CUERPO -w-
     
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    Me ha encantado el capítulo.
    NOOOOO a esa desgraciada que se hace llamar madre necesita una buena lección para que aprenda a no meterse entre su hijo y Misaki.
    Menos mal que Misaki cuenta con la ayuda de Fuyihiko.
    Esperare con ansias la conti.
     
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  8. xXNatsukiXx
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    Oh por dios despues de no haber checado la pagina en mucho tiempo y veo que hay actualizacion, no soy nueva ya lo venia leyendo desde que una conocida me lo recomendo, pero sinceramente me daba algo de flojerita crearme la cuenta, pero ya no mas! Es que en serio me encanta tu fic, es GENIAL! >w< me muero de emocion, ternura y tristesa en cada cap.
    Espero ansiosa la actualizacion sensei <3
    Por cierto... Me pregunto si Usagui-san ira a encontrar sus videos viejos de el cuarto blanco...? O su nuevo y mas reciente video TwT
    Seria genial y hermoso y estaria bien :)
    Sigue con el gran trabajo sensei.
    <3 <3 :=WIJIS: :=KITTIYN:
     
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    Yaoizando
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    Ya lo presentía 😭😭😭
    Dios!!! Akihiko no lo puedes olvidarte del amor de tu vida, de tu razón de ser, de tu misaki.
    Llore Un montón 😭. Cuando al fin todo iba bien y se reconciliaron tenía que pasar esto claro que sí.
    Contyyyyyy
    Que recupere la memoria y le den su merecido a kumiko!!!!😑
     
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    Respuestas capítulos 8 y 9:

    ·Anne onodera takano: ¡Hola, mi amor! Gracias por el capítulo y por siempre estar leyendo mis locuras. La verdad es que yo estoy muy emocionada por la perdida de memoria de Akihiko (seh, así de mala soy). ¿Qué pasará?
    ¿Todos coinciden es que e mala? Bueno, no es mala. Solo es un poco dura. Todo se descubrirá dentro de unos cuantos capítulos.

    ·Priscilia Kaguro Curio!: Me temo que quedan muchas tragedias. Lo siento, mi amor. Pero en cualquier caso espero que te quedes. Muchas gracias por el comentarios. Siempre me ayuda.

    ·~×Lizzy-san×~: Emmm... Si me das a elegir, prefiero el amor (? ámame!) Es que hay un mal acechando la vida de esta pareja y sabes cómo se llama?: £Akemi£. Espera Soy yo! No, ya enserio todo tiene un fin, así que está tragedia no durara mucho. Gracias por tu comentario y por recomendarlo. Soy tan feliz. Sé que me queda mucho para compararme a los mejores pero soy feliz cuando alguien me felicita. Aunque sé solo u poco. Gracias. Es que yo llamo así a todos y todas. Son mis lindos amores ~<3.
    No pos. Yo creo que ya la hice demasiado larga. Además solo va a durar unos cuantos capítulos más.No será tan larga como la anterior. Queda poco. Así que disfruten. ¡Bye!

    ·KEVEDD KEVEDD: ¿Nueva lectora? .... (Duda existencial. -media hora más tarde me enteró de que cambiaste el nombre porque yo tardo tres mil años en procesar la información-) ¡Hola, mi amor! Tranquila, todas/todos nos sentimos Ritsu en algún momento. Pero esto sin ninguna duda, ¡(no) es amor!
    Ya dije, soy mala. Nunca dije que fuera buena. Soy mala por naturaleza. Aquí vana a llorar mis amores. (risa malvada-9 No, ya. Solo tengo que decir una cosa: ¡esto (no) es amor!

    ·Fujoshi-chan o Ana-chan
    : La idea del chocolate es una gran idea (valga la redundancia). Malditos carros, malditos teléfonos y malditos chinos! (por qué? Por chinos! -?-) Gracias por el comentario.
    El cuerpo nunca olvida. ¡Jamás!

    ·xXNatsukiXx: Bien mi amor, como comprobaréis en este capítulo he tomado en consideración lo del capítulo y por su puesto también los demás vídeos y como no, la habitación blanca. Todo eso Akihiko lo descubrirá, tarde o temprano lo hará. ¿Cómo reaccionará? Ya lo veremos. Otra cosa, no sé quien te lo recomendado, pero dale las gracias de mi parte. Siempre es bueno eso y gracias a ti por tomarte el tiempo de crearte la cuenta. Eso es algo tedioso a decir verdad. ¡Nos vemos mi amor!

    ·Yukina-s: ¡Hola, mi amor! Supongo que no era algo que impactará. Si, esto es así. Me encanta el drama (-me cubro la cabeza con una bandeja de metal-) ¡Pero no me maten! Solo quieranme. Yo les quiero. Pronto tendrán su final feliz... ¿O no? Ay, pobre Kumiko. Más mala y no nace. ¡Les amo, nos vemos!



    Capítulo 10:




    El aroma dulce me invade. Me remuevo y abro los ojos. ¡Dios, que dolor de cabeza! Intento mover los brazos, pero... No los siento. ¿Qué? Intento mover las piernas y tampoco. No, no puede ser... Escucho a alguien fuera de mi blanca habitación. ¿Es que estás habitaciones son todas iguales?
    -Si, señora Usami, su hijo ha despertado. ¿Qué? No, él todavía no. Si, descuide haremos las pruebas necesarias. Nos aseguraremos de que Akihiko este bien.
    No escucho nada más. Ni siquiera puedo girar la cabeza. Duele y a la vez no sé dónde. Cierro los ojos y lloro de la rabia. Supongo que Akihiko esta vivo, pero a cambio he dado parte de mi vida. Al menos tú estás bien, Usagi. Aunque quedarme paralitico no sea la mejor manera. Así solo te daré más problemas, porque yo sé que tu querrás hacerte cargo de mí a pesar de todo. Solo seré una carga. En ese momento la puerta se abre. Es Olivia quien entra. ¿Ella era quien estaba contestando la llamada?
    -Buenas tardes, Misaki. ¿Sabes qué? Akihiko ha despertado aunque no ha dicho nada. Pero ya está consciente. Eso es lo mejor.
    Giro la cabeza y la miro. Esta jugando con un bolígrafo mientras me observa de pie. Ella se sorprende. Sus ojos azules se abren de la sopesa
    -¿Misaki?
    Se me acerca. Toca mi cara y se queda estática por un momento. Al acto, reacciona gritando:
    -¡Una enfermera, rápido!
    En seguida empieza a trastear con los aparatos. Sigo sin sentir nada.
    -Olivia...
    Ella me acaricia el pelo y sonríe.
    -Tranquilo, todo esta bien.
    Niego.
    -No siento nada.
    Miro mi cuerpo. Olivia se queda blanca. Toca mis brazos y mis piernas. Pero nada... Como si estuviera mi cuerpo dormido. Lloro. Esto es frustran te.
    -Tranquilo. ¿¡Enfermera!?
    Grita de nuevo. Me acaricia el pelo y me pide que me calme. Sus ojos están al borde de las lágrimas. Cierro los ojos y dejo de llorar. Piensa que todo es por Akihiko. En ese momento aparece la enfermera rubia de la primera vez. Trae una silla de ruedas. Entran dos enfermeros y me sientan en la silla de ruedas. No me entero de lo que ocurre a mi alrededor pero cuando me quiero dar cuenta estoy otra vez en esa habitación. En donde esta el tubo traga-humanos. Qué suerte. Los enfermeros me suben el camilla y regresan a la habitación de al lado. El tubo me traga y las luces se mueven a mi alrededor mientras escucho un ruido un poco molesto y nada tranquilizador. Cuando termina, los enfermeros regresan y me sientan de nuevo en la silla. Estoy muy mareado. Me duele la cabeza y la mejilla me arde. La enfermera rubia y Olivia están mirando una radiografía. Ambas parecen muy agotadas. Los chicos me llevan de vuelta a mi habitación. Una vez allí me tumban en la cama. Los chicos apuntan cosas en una carpeta y me cambian las bolsas de insulina. ¿Qué hago? No siento nada. ¿Por qué yo? Y además, este mal presentimiento con respecto a Akihiko. No quiero ni pensarlo, pero creo que él...
    -Misaki.
    Giro mi cabeza como puedo y veo a Olivia entrar con una sonrisa.
    -Tranquilo, todo esta bien. Solo es por el shock del accidente. Pronto se te pasara. Solo relájate. ¿Quieres hablar con nuestro psicólogo?
    Olivia está lanzada. Pero, las noticias son buenas. No estoy paralitico. ¡Bien!
    -No, Olivia. Dime, ¿cómo está Akihiko?
    Olivia se acerca a mí. Pide a los chicos que se marchen. Ahora es cuando me fijo que esos chicos llevan un uniforme azul. Uno de ellos es rubio con los ojos grises y el otro es pelirrojo con bastantes pecas. Muy altos y algo delgados. ¿Cómo han podido conmigo? Olivia se acerca una silla de pino con el cojín gris, como esa silla que ocupaba Akihiko mientras estuve internado en el hospital la primera vez.
    -Él está bien. Se ha despertado y está consciente pero no ha dicho nada. También se debe al accidente.
    ¿El accidente?
    -Olivia, yo he tenido ya dos accidente, tres con este y es la primera vez que no siento las piernas. ¿Debido al shock? Creo que ya no puedo asombrarme.
    Ella toma mi mano.
    -Tal vez paso algo que te traumatizo. Algo que os desestabilizo a los dos. Ahora tal vez no recuerdes pero tu subconsciente si. Es por eso que estás tan confuso.
    Frunzo el ceño.
    -Akihiko no está bien. Él...
    Susurro. Pero la enfermera irrumpe con un acara de sorpresa.
    -Doctora, el señor Usami se ha despertado.
    Olivia me mira. Le animo a ir con la mirada. Olivia se levanta y ambas, ella y la enfermera, se marchan. A su paso, cierra la puerta de mi habitación. Cierro los ojos e intento tranquilizarme. Vamos, piernas funcionad. Respiro varias veces pero las piernas siguen sin responderme. Este sentimiento es horrible. Sé que Akihiko está mal y no puedo estar a su lado. Cada vez te siento más y más lejos. Akihiko... Oh, no. Los sedantes me empiezan a hacer efecto. Tengo mucho... Mucho sueño. Poco a poco voy cerrando los parpados. Hasta que... silencio.

    Abro los ojos lentamente. Froto mis ojos. ¿Cuánto he dormido? ¿Eh? ¡Puedo mover las manos! Me siento en la cama. ¡Y las piernas! ¡Milagro! Miro hacia fuera y veo a Olivia con la señora Usami y otra chica que no logro identificar. Olivia y la señora Usami están de lado pero esa chica esta de frente a mí. Esta mirando al suelo. Que mirada tan melancólica... Levanta la vista del suelo y me encuentro de lleno con unos grandes ojos verdes. Esa chica es... ¡Es idéntica a mí! Levanta el dedo y dice algo que no alcanzo a escuchar pero por la reacción de Olivia y Kumiko imagino que ha dicho algo como: ''Se ha despertado''. Olivia y Kumiko me miran. Cuando Olivia entra, veo que lleva otra ropa. ¿Se ha cambiado? Trae unos vaqueros normales y un jersey rojo acompañado de unas botas de taco marrones.
    -Misaki, ¿cómo te encuentras? Veo que ya puedes moverte. Me alegro. ¿Sabes has estado durmiendo por dos días? Nos has dado un buen susto.
    Mientras dice esto, fuerza una sonrisa y mira mi ficha. Apunta varias cosas pero lo noto. Escondo mi mirada.
    -Akihiko ha perdido la memoria, ¿verdad?
    Olivia deja caer los papeles. Veo por el rabillo del ojo que Kumiko desvía la mirada mientras esa chica solo atina a hacer una cara de verdadero dolor.
    -¿Cómo...? ¿Cómo lo has sabido?
    Levanto la vista. Mis lágrimas tiene vida propia.
    -Un presentimiento. ¿Entonces es cierto? Lo sabía. Él... Quiero verle, por favor. Olivia, ¡necesito verle!
    Salto de la cama, pero Olivia me agarra por los hombros. Kumiko se adelanta y me mira. Me siento en la cama mientras veo a esa mujer.
    -Takahashi, mi hijo ha perdido la memoria y por ordenes del psicólogo es mejor no darle grandes sustos por ahora. Y tu eres el causante de todo esto. Si no hubiera sido por ti, Akihiko no habría ido a ese lugar y no habría tenido el accidente.
    No... Yo sé que fue mi culpa, pero por favor no me lo recuerdes. Sé que eso fue mi culpa, pero...
    -Ahora te pido, como su madre, que te mantengas alejado de él. Ahora está más frágil que nunca. Sera un gran shock para él descubrir que estaba enamorado de un chico. Si de verdad lo amas, te alejarás de él. A cambio estoy dispuesta ha darte todo el dinero que necesites. Puedo entender que la vida que mi hijo te ha dado hasta ahora...
    -No hace falta. Lo comprendo.
    Todo es mi culpa.
    -No me acercaré a él. Tampoco necesito su dinero. Puedo entender que es por su bien. No me acercare a él.
    Olivia da un paso adelante pero yo le sujeto la mano. Va a decir algo, pero se lo impido. Levanto la vista y ahora soy yo quien fuerza una sonrisa. Niego. NO luches, Olivia. Ya he tomado la decisión. Miro a la señora Kumiko, la cual parece sorprendida. Se da la vuelta y sale de la habitación. La chic que se parece a mí hace una reverencia y se marcha. Hasta su cabello tiene la misma tonalidad que él mío. Piel blanca, alta y con una hermosa figura. Una vez la sala se queda desierta, Olivia me mira.
    -Misaki, tú...
    Suelto su brazo y me vuelvo a tumbar en la cama.
    -¡Eres idiota! ¿Cómo haces esto? Después de todo lo que habéis pasado, ¡de lo que él ha pasado!, planeas dejarlo así, ¿sin más? ¿Sabes qué? La señora Usami tiene razón, no mereces su amor.
    Y con esas palabras abandona la sala. ¿No me merezco su amor? ¿Es cierto? ¡Mierda! Esa mujer, eme engatuso. Pero cómo supo que esa es mi debilidad. Maldita sea. Yo y mi maldita forma de ser. No, no es tiempo de eso. Hago ademan de levantarme, pero Olivia entra. Sigue con el ceño fruncido y se niega a mirarme.
    -El señor Usami ha venido a verte.
    Se hace un lado y detrás de la bata blanca de Olivia veo a Fuyuhiko. Me asombro. Olivia sale y cierra la puerta tras de si. Fuyuhiko avanza y me mira. Agacho la cabeza. Lo siento. Dije que iba a cuidarlo. Prometí protegerle y él... Lo siento.
    -Takahashi, no te culpes. Las palabras de esa mujer te envenenan, pero tu eres mucho más fuerte que eso. Yo lo sé. Así que por el bien de mi hijo te pido que luches contra esas palabras. Hazlo, por ti. Hazlo por él.
    Levanto la vista. Fuyuhiko tiene una mirada paternal. Sonrío. No sé muy bien que decir pero hay una cosa en la que tiene razón: esa mujer solo intenta envenenarme. Pero ya he dado mi palabra y no pienso romper esa promesa. Tengo mucho en lo que pensar. Por ahora, me mantendré fuera. Supongo que ha nadie le gustaría saber que esta saliendo, no, prometido con un chico y encima diez años más joven que uno. Es lo mismo para mí. Akihiko al principio intento mantenerme lejos la idea de que yo era su pareja. Las emociones fuertes pueden ser mortales.
    -Gracias. Por todo.
    Susurro. Fuyuhiko deja su gabardina en la cama y se sienta a mi lado.
    -De cualquier manera, ella no te permitirá estar con mi hijo. Tiene contactos y es muy peligrosa. Cualquier movimiento que vayas a hacer, consúltamelo. Cuando mi hijo recupere la memoria, no quiero que se lleven un disgusto.
    Asiento. Fuyuhiko me da las gracias y se marcha. Pero antes me da un abrazo.
    -Por favor, no dejes a mi hijo.
    -Nunca.
    Nos separamos. Fuyuhiko sale de la habitación. Si. Aunque le hubiera dicho que no a esa mujer, hubiera recurrido al plan B: amenazarme. Me tumbo en la cama. Escucho ruido fuera de mi habitación pero lo dejo pasar. Los pacientes deben estar muy inquietos. Miro por la ventana. Todo parece tan tranquilo. Miro hacia mis manos, entrelazadas sobre mi regazo. Ahí. Sobre mis blancos dedos esta mi anillo de compromiso. Lo llevo a mis labios y lo beso. Entonces escucho mucho ruido y giro mi cabeza. Veo que unos enfermeros luchan con otro paciente. No veo la cara de ese paciente, pero esta justo frente a mi habitación. Vaya. ¿Qué le pasara a ese?

    Los días han pasado. En todo este tiempo no he podido ver a Akihiko. Con todo lo que ha pasado, no me dado cuenta de que ya es Diciembre. Ya no queda nada para Navidad. Y con esta escusa, mi hermano me pide que me vaya a vivir con él, por lo menos hasta que se me pase el trauma del accidente. Aunque con la racha de buena suerte que tengo, ya estoy curado de espanto. Mi familia y compañeros de trabajo, incluidos Isaka y Aikawa, saben que no deben decirle a Akihiko que somos pareja. También saben que la señora Usami me intento sobornar para que me mantuviera lejos de Akihiko. En la editorial todos los trabajadores tienen la misión de no decir nada sobre Akihiko y yo. Isaka se ha encargado de eso. No porque yo se lo pidiese, sino porque ella se lo pidió. La señora Usami. Kumiko Usami. Además, hay algo más que nadie me quiere contar que es. Todos parecen muy nervioso. Hoy nos dan, tanto a Akihiko como yo, el alta. En cuanto a Olivia, he hablado con ella y ya le he asegurado que haré todo cuanto este mi mano para que Akihiko recuerde. Pero dentro de mis limitaciones, claro.
    Ya estoy vestido. Camiseta de lana blanca con mangas largas, chaqueta negra y pantalón gris, con botas marrones.
    -Espero que no tengamos que volver aquí. Nunca más.
    Susurra mi hermano ayudándome a salir. Aún me duele la pierna. Llevo muletas porque el dolor a veces me impide caminar. Solo es una inflamación en el musculo pero duele como si me hubieran disparado. Conmigo esta mi hermano y su familia. Mis compañeros de trabajo están ocupados en el trabajo y el resto está con Akihiko. Al salir veo que también sale Akihiko, seguido de esa mujer que tanto se parece a mí. Akihiko lleva un jersey blanco, un pantalón negro y la gabardina negra. Se me cae la baba. Tan guapo y yo sin poder tocarlo. Pero me alegra ver que esta bien. Sin un rasguño. Camina bien y tiene buena cara. Eso es buena señal. Por otro lado, la chica que le acompaña lleva una falda roja, una camisa blanca y una chaqueta roja El pelo recogido en un moño perfecto. Su maquillaje es leve y muy natural. Entonces veo que Akihiko la toma de la mano y le da un beso en la mejilla. ¿Qué? La familia Usami sale y, a excepción de Kumiko, todos retiran la mirada. Kumiko me mira fijamente y con gran altanería. ¿Esto era lo que tan nervioso ponía a mi hermano? ¿Qué ha hecho esa mujer? Contengo las ganas de ir y gritarle cuatro cosas. Mi hermano me ayuda a llegar a recepción antes que Akihiko y rellenamos los papeles del alta. Esto ya nos lo conocemos así que lo rellenamos rápido pero no lo suficiente. Akihiko y compañía llegan a recepción. Les escucho hablar.
    -Nunca hubiera imagino que me casaría con una mujer como tu, Misa.
    Es la voz de Akihiko. ¿Misa? ¿Qué esta pasando?
    -Ya lo ves, hijo. Has hecho una de las mejores elecciones del mundo. Ella es una mujer...
    Hace especial hincapié en lo de ''mujer''. Será... Y la recepcionista que no sé da prisa en darme el volante para salir de aquí cuanto antes.
    -... Dulce, buena y muy elegante. Además, se nota que te quiere.
    Ella se ríe. Puag! Esa risa de barbie no sé la cree ni ella.
    -Estoy muy contenta de que nada malo te haya pasado, Akihiko.
    Justo ahí, cuando la tal Misa habla, la recepcionista me da el volante. ¡Aleluya! Me doy la vuelta y veo que ella le esta dando un beso en la mejilla. Kumiko y yo nos miramos. Ella sonríe. No te saldrás con la tuya. Tarde o temprano, Akihiko recuperara la memoria y tu no podrás hacer nada. Sonrío.
    -Vamos, Misaki.
    Susurra Manami mientras me ayuda con el volante. Por instinto, miro a Akihiko y me encuentro de lleno con su mirada. Sonrío. Me devuelve la sonrisa, aunque algo confundido. No me ha olvido. Su cuerpo no me ha olvidado. Por supuesto, porque el cuerpo no olvida. Sonrío para mí mismo. No me ganarás. Aunque deba pasar por encimad e ti, maldita mujer, yo ganaré. Al salir, mi hermano llama a un taxi mientras me apoyo en Manami.
    -Disculpa, ¿podemos hablar?
    Escuchamos la voz de Kumiko. Me giro para poder verla. Manami me da un leve pellizco pero le pido que se vaya. Quiero hablar con ella, a solas. Quiero saber quien esa mujer que tanto se parece a mí y se llama como yo. Demasiada coincidencia.
    -Veo que ya estas mejor. Me alegro.
    No puede ocultar esa sonrisa.
    -Si, ya estoy mejor. Gracias. Puedo preguntar quién esa mujer con la que esta MI prometido.
    Ella hace una mueca. Cruza los brazos sobre su vestido a rayas gris y negras, el cual complementa con una chaqueta negra muy elegante. Y esos tacones negros solo termina de complementar.
    -Ella es su novia y prometida. ¿No lo sabías? Ella es Misaki Toe. Una modelo y actriz. Una mujer que si entra en los parámetros de la vida de Akihiko.
    Bufo.
    -¿Y qué dirá cuando un día se levante y se de cuenta de que ha estado viviendo una mentira? Entonces volverá conmigo. El final sera siempre el mismo. No importa cuanto lo atrase.
    Kumiko se me acerca. Noto que Akihiko y Misa salen cogidos del brazo. Siento una punzada.
    -Akihiko es un buen hombre, ¿no? ¿Qué pasará si un día se despierta y se da cuenta de que esta felizmente casado con una mujer a la que ha aprendido a amar? Él no dejaría que una pobre mujer sufriera el bochorno del divorcio y menos una modelo y actriz. Akihiko es un buen hombre, ¿no crees?
    Akihiko me mira y me sonríe. ¿Boda? Entonces lo que planea es casarle en contra de su voluntad. Desvió la mirada. Si, Usagi es un buen hombre. Si se casa, probablemente – y aunque no le guste – se lo callara y aceptará a pesar de todo el amor que me tenga.
    -Manami, ayúdame, por favor.
    Manami acude corriendo. Me toma del brazo.
    -Señora Usami, que tenga un buen día.
    Me giro. Esta bien. Ahora mismo no sé como, pero solucionaré esto. Camino hasta donde esta mi hermano. En ese momento llega el taxi y entramos en él. Antes de cerra la puerta veo a la señora Kumiko con el ceño fruncido y mirándome. Akihiko se le acerca y le dice algo. Ella sonríe de una forma muy maternal. ¿Ella también puede hacer ese tipo de expresiones?
    El resto del camino se desarrolla en silencio. No sé como solucionar esto pero debo hacerlo. Suspiro varias veces. Mi hermano y mi hermana me abrazan. Sé que lo hacen con su mejor intención, pero, ¡me asfixian! Al llegar a mi casa, mi hermano sigue empeñando en que me vaya con él, pero mi hermana consigue convencerlo. Me ayudan a subir las escaleras y acomodarme en casa. Mi hermano me dice que por lo menos quiere ir a comprar las medicinas así que le doy la receta. Entre tanto, mi hermana prepara la comida. Ya que están, les ofrezco quedarse a comer conmigo. Así no me siento tan solo. Mientras Manami termina de cocinar, mi hermano llega. Lo que me ha comprado son unos analgésicos y una crema para el hinchazón. Al echarme la crema, el dolor se disipa. Así que mi hermano y yo ponemos la mesa. Comemos y reímos. Manami y yo limpiamos mientras mi hermano llama a casa para saber como esta Mahiro. Lo han dejado con una vecina. Al terminar, ya casi son las seis de la tarde. Ellos se van y me dejan solo. Aprovecho para revisar mis correos. La bandeja de entrada llena. Respondo algunos. Al llegar a las siete, decido tomarme los analgésicos y en media hora más, me entra el sueño. Me levanto y me pongo mi pantalón de cuadros blanco y azules y una camiseta de lana azul. Me meto en la cama y antes de caer rendido, miro mi anillo. Buenas noches, mi amor. Descansa.

    Al llegar el día, me siento muy cansado a pesar de todo. La pierna me duele de nuevo. Me quejo y encima de todo, me he dejado la muleta en el salón. Me levanto y me apoyo en las paredes, hasta llegar al salón y sentarme. Me pongo la crema pero no hace efecto inmediato. Tomo la muleta, camino hasta la cocina y me sirvo café. No tengo mucha hambre así que solo como unas tostadas. Me pongo un pantalón verde, una camisa azul y un jersey beis con detalles en verde, rojo y gris. Me pongo una chaqueta grande y muy calentita. Los zapatos más cómodos que encuentro y salgo de casa. Mi vecina, al verme, me ayuda a bajar las escaleras. Nunca nos hemos dirigido la palabra pero aún así se lo agradezco. Es una mujer adulta de unos treinta años con el cabello y los ojos marrones. Muy bella. Cuando estoy abajo, la pierna me deja de doler. Perfecto. Bueno, aún así me llevo la muleta. Tengo que ir a la editorial a presentar mi baja. Esta vez si que si. Necesito descansar. Solo unos días. Tres como máximo. Isaka me insistió en que me tomara una semana, pero me niego. El paseo me sienta bien y el viento fresco me ayuda. AL llegar a la editorial, veo que las recepcionistas están algo alarmadas. Al verme, me hacen señas para que vaya hacia ellas. Me acerco, apoyándome levemente en la muleta.
    -¿Ocurre algo?
    Ellas asienten. La mas joven habla.
    -Es el señor Usami. Ha venido aquí con una mujer que se parece a usted. Se ha presentado como su prometida. ¿Usted sabe algo?
    Me quedo un momento pensado.
    -Es alfo complicado. Por ahora simplemente seguirle el juego.
    Ellas asiente. Así que Akihiko esta aquí. Me divido en dos: quiero verle y no quiero verle. Tomo aire y voy al ascensor. Subo hasta el piso donde tengo que presentar mi baja. Una vez la he presentado, voy a ver a los chicos. Esta vez evitamos los abrazos. Hablamos un rato y les doy unas cuantas instrucciones. No me doy cuenta y ya han pasado veinte minutos. Me despido de ellos y me voy al ascensor. Espero ahí por un rato y cuando las puertas se abren, dentro veo a Akihiko y Misa. Trago saliva. Ya, Misaki. Relaja. Entro.
    -¿Bajan?
    Ellos asienten. Qué empalagosos, dios. Ella esta colgada de su brazo. Pulso el botón de la planta cero. Akihiko, deja de mirarme. Estoy de espaldas, pero siento su inquisitiva mirada en mí. Suspiro. Relájate. Las puertas se abren y dejan que salga primero. Normal. Parezco un desvalido. Cuando paso por la delante de la recepción, las chicas me mira.
    -Misaki.
    Grita una de las mujeres.
    -¿Si?
    Respondemos al unisono la ''novia'' y yo. Nos miramos. Ella se ríe. Akihiko sonríe. Oh, que hermosa sonrisa. Sonrío.
    -¿A quién llaman, señoritas?
    Ellas se sonrojan. Me señalan. Asiento y camino hasta ellas.
    -¿Qué ocurre?
    Susurro.
    -La señorita Aikawa dejo esto para usted.
    Me entregan un sobre marrón. Lo abro y veo que dentro hay los papeles sobre el marketing del nuevo libro. Son las correcciones y aceptaciones de Aikawa. Sin poder evitarlo, lo reviso un poco por encima.
    -Muchas gracias.
    Ellas asienten. Me doy la vuelta y la pierna empieza a molestarme. Hago una mueca, dejo el sobre en la mesa y me acomodo las muletas. Tomo de nuevo de el sobro y por inercia miro hacia donde estaba Usagi. Aún esta ahí. ¡Y me está mirando! Desvío la mirada. ¿Por qué? Y empiezo a caminar hacia fuera. Cuando salgo, miro las escaleras. Subirlas fue fácil, pero ahora... Para mi suerte, o no, Ijunni aparece. Lleva unos pantalones marrones y un jersey gris con el cuello en ''v''. Al verme, se me acerca.
    -Misaki, ¿qué te ha pasado?
    Sonrío para que no se preocupe más. Esa mirada no puede ser grande.
    -Un ''pequeño'' accidente. Algo ya normal en mí.
    Él se ríe. Me sujeta la mano y me quita una de las muletas. Se la pone en la otra mano y me ayuda a bajar. Al llegar al suelo, me devuelve la muleta.
    -¿No prefieres que llame a un taxi? Así como estás no llegaras muy lejos. ¿Cómo has llegado?
    Levanto la mirada.
    -Caminando. No me hecho ningún esguince, solo es una inflamación. Al principio no me dolía, pero ahora...
    -Entiendo. Voy a llamar a un taxi. Y no vas a impedírmelo.
    No digo nada. Meneo la cabeza en señal de 'no aprobarlo'. Pero en realidad me hace gracia. Al girar mi cara, veo a Akihiko bajando. Me esta mirando con esos ojos inquisitivos. Misa va detrás de él, intentando detenerle.
    -¿Misaki?
    La voz de Ijunni me llama. Al girarme me mira con tristeza.
    -Así que es verdad. ¿Lo ha olvidado todo?
    Asiento. Ijunni se me acerca y hace ademan de abrazarme, pero se detiene.
    -¿Puedo?
    Levanto la vista. Asiento. Lo necesito. Me abraza fuerte mientras me da un beso en la frente. Se separa y sonríe.
    -¿Mejor?
    Lanzo una media sonrisa.
    -Si, gracias.
    Acto seguido, llama a un taxi e incluso me lo paga.
    -Ijunni no sé como agradecértelo
    Digo mientras me siento en el taxi. Él se inclina un poco y se acerca a mí.
    -Si cocinaras para mí sería genial. Esa seria una buena forma de agradecérmelo, ¿no?
    Oh, bueno. Por lo menos no me ha dicho que vayamos a cenar. Asiento.
    -Bien. Mañana en mi casa, ¿a las seis?
    Ijunni se hace el duro y se lo piensa mientras frunce el ceño.
    -No lo sé. Tal vez pueda o tal vez pueda.
    No lo evito y me río. Se inclina un poco más y me susurra:
    -Si, podré.
    Esos ojos brillan de una manera muy juguetona. Siento un escalofrió que me estremece. Me meto más en el taxi. Ijunni nota que estoy incomodo así que se pone recto y sonríe.
    -Hasta mañana.
    Cierra la puerta. Respiro. Tranquilo. Los recuerdos de lo que ocurrió aquella vez me abrazan, sintiendo sus brazos, su boca y el asqueroso sabor de ellos. Yo sé que Ijunni no es malo, que aquella vez venció el pecado sobre la lógica, pero no se lo puedo perdonar. Seré bueno con él, sera amigable, pero nunca jamás volveré a caer en sus tontos juegos. Tal vez invitarle a mi casa y estar solos no es la mejor idea pero quiero demostrarme a mi mismo que puedo confiar en él. Que lo de esa noche fue solo eso, de una noche y nunca más. En el fondo quiero volver a confiar en él. Después de todo, es la persona que mas admiro. No lo puedo evitar. Soy idiota, lo sé, pero lo necesito. Cuando me quiero dar cuenta ya hemos llegado a casa. Me bajo del taxi y toma mis muletas. Cuando el coche se va, noto la presencia de otro. Un coche negro aparcado justo frente a mi piso. Frunzo el ceño. ¿Coincidencia? Tal vez esta esperando a alguien. Me encojo de hombros y subo las escaleras con cuidado. Esto cuesta. Voy a sacar musculo de tanto hacer fuerza con la pierna y los brazos. Al llegar a mi casa, se me caen las llaves. Oh, genial. Y ahora cómo me agacho. En ese momento llega un hombre con el pelo marrón. Lleva un traje negro y una camisa blanca impoluta con unas particulares gafas negras. ¿Un guardaespaldas? ¿Un espía? ¿Un ladrón? Recoge mis llaves y me las entrega.
    -Aquí tiene.
    Las tomo.
    -Gracias, em... ¿Quién es?
    Él se quita las gafas y veo unos preciosos ojos azules. Me quedo estático.
    -Me llamo Ryosuke, y soy la persona que le protegerá a partir de ahora. Me ha contratado el señor Fuyuhiko. Soy su guardaespaldas.
    Asiento. Espera, ¿qué?
    -¿Cómo? No, no, no. Tiene que haber un error. Yo no necesito ningún guardaespaldas.
    Él se limita a encogerse de hombros.
    -Solo sigo ordenes, señor. Si tiene alguna queja, el señor Fuyuhiko me dijo que le llamara. Aquí tiene su número.
    Mete la mano en el bolsillo interno de su chaqueta y saca una tarjeta en blanco con un número en él. La tomo y miro el número. Y tanto que le voy a llamar. ¡Esto es excesivo! Abro al puerta e intento entrar. El chico, Ryosuke, me da la mano y me ayuda a entrar. Avanzamos hasta el salón y me sienta en el sofá. Ryosuke me sonríe.
    -Si necesita cualquiera cosa, estoy en el coche de ahí abajo. Mi compañero me releva a las siete de la tarde.
    Asiento. Veo que no me voy a librar.
    -Bueno, si me disculpa.
    Se marcha. Escucho al puerta cerrase. Tomo mi teléfono y llamo al número en la tarjeta. Tras dos tonos, alguien contesta.
    -¿Si?
    -Buenas tardes, ¿señor Fuyuhiko?
    -Oh, Misaki. SI me llamas supongo que es porque ya has conocido a tu guardaespaldas.
    -Si, así es. ¡Y creo que es demasiado!
    -Misaki, esa mujer es capaz de todo. Hasta de mandar a matarte. Esto es poco, en realidad. No molestaran y serán cuidadosos. Mientras tengas problemas con la pierna, ellos te ayudarán. Simplemente, quiero que cuando Akihiko recupere la memoria pueda volver contigo. Solo quiero asegurarme de que este bien.
    Frunzo el ceño.
    -Yo... Gracias. Creo que entiendo sus sentimientos. Esta bien, lo dejaré pasar pero si me molestan una sola vez, se irán, ¿de acuerdo?
    -Gracias, Misaki. Y te aseguro que algo así no pasará. Bueno, una vez este asunto esta arreglado te dejo. Mi hijo esta aquí y parece interesado en algo relacionado contigo.
    -¿Haruhiko?
    -No, Akihiko.
    Me cuelga. ¿Qué? No pueda ser. ¿Akihiko estaba escuchando nuestra conversación? Oh, dios. Esto no ha hecho más que empezar, ¿verdad?
    [Hasta aquí]
    Dejo el plato blanco sobre la mesa. Todo perfecto. Es más, ¡una mesa perfecta para dos! Miro hacia la derecha, hacia la cocina, y allí veo el jarrón con las flores marchitadas que me dio Usagi en su momento. Por un momento me veo tentando a tirarlas pero decido no hacerlo. Aunque él no lo recuerde aún debo mantener mi promesa. Respiro. Desde la llamada a Fuyuhiko no he podido dormir. ¿Akihiko me conoce? ¿Me recuerda? Supongo que sabe quien soy. A lo mejor me recuerda de la editorial, después de todo no paraba de mirarme allí. No. Me empiezo a deprimir. Vamos, Misaki. Miro el reloj de pared y decido empezar a prepararme. Solo tengo media hora, solo media hora. Me meto en la cocina para revisar la comida. Dado que es invierno me he decido por un menú caliente. Sopa de miso de primero y pescado rebozado con arroz y salsa de guisantes. Reviso la sopa y el arroz. El pescado voy a prepararlo cuando salga de la ducha y la salsa ya está lista. Solo estoy dejando que repose.
    Bien, me meto en el baño y me doy una ducha rápida. Al terminar, la pierna me molesta. Me siento en la cama y me coloco la crema, rezando para que me haga efecto de inmediato. Me levanto y escojo un pantalón marrón, una camiseta blanca con círculos rojos y una chaqueta blanca. Bien, ahora el pelo. Me meto de nuevo en el baño y me peino. O por lo menos lo intento. Hoy mi cabello está rebelde. No hay manera. Bueno, se va a quedar así. Salgo y me meto en la cocina. Apago las hornillas y enciendo otra para preparar los pescados. Tomo el pescado con cuidado y lo pongo en el aceite caliente. Al instante oigo el timbre. ¿Ya? Pero si faltan diez minutos. Bueno, habrá llegado antes por si acaso. Me muevo hasta la puerta. Y noto que la pierna ya no me duele. Mejor. Abro la puerta.
    -Has llegado muy temprano. No te esperaba....
    Al levantar la vista veo a otra persona. ¿Qué hace él aquí? Me quedo mudo. Misaki, respira.
    -Buenas noches. Siento molestar. ¿Estás ocupado?
    Niego. ¿Qué hago? Trago saliva. ¿Qué hace mi dios griego aquí? ¿Qué hace Akihiko Usami aquí? Y con la gabardina negra. Me muerdo el labio. Tiene el pelo revuelto por el viento. La falta de atención durante este tiempo se rebela en mí.
    -No... Bueno, sí. Em... Adelante.
    Me hecho a un lado y dejo que pase. Entra y camina hasta el salón. Mucha perdida no tiene. Al llegar, me doy cuenta de que debo darle la vuelta al pescado. Me disculpo y entro en la cocina. Pero por el rabillo del ojo veo que se sienta y se acomoda. Tranquilo. Piensa. ¿Por qué está aquí? Por supuesto, por la llamada. Seguramente se preguntará quién era la persona con la que su padre hablaba. Supongo que tendré que mentir, ¿no? Salgo de la cocina.
    -Bueno, ¿quiere tomar algo?
    Niega. Se levanta y me mira. No se quita la gabardina. Mira la mesa y señala.
    -¿Tiene vista?
    Uy, qué raro. Me trata de usted.
    -No. Es decir, sí. Pero nada importante.
    Sonrío y esconde tras mi sonrisa el miedo que tengo a que me descubra. ¿Por qué miedo? No lo sé. Si descubriera ahora mismo que soy su amante me alegraría la noche.
    -Iré directo al grano. ¿Quién eres?
    Desvío la mirada. ¿Qué digo?
    -...Nadie.
    Se me acerca y toma mi barbilla obligándome a mirarle. No... No me toques.
    -Mientes.
    Mierda. ¿Por qué no olvidaste como ver a través de mí?
    -Yo... Yo solo soy un compañero de trabajo. Solo eso. Nada más.
    Frunce el ceño. Y por un momento me da la impresión de que me va a besar. No, Misaki. Me separo. Por ahora no. Debo esperar.
    -¿Compañero de trabajo? ¿Por eso tienes el número de mi padre? ¿Por eso te ha puesto un guardaespaldas?
    Me doy la vuelta. Misaki, piensa. ¿Qué digo? ¿Qué hago? Me enfrento de nuevo a su mirada.
    -Es porque soy un buen amigo de... tuyo.
    Oprimo mis ganas de decir ''familia''. Eso implicaría llevarme bien con esa mujer odiosa. Eso jamás. Pero en cuanto digo eso, él se cruza de brazos y frunce el ceño. Está sopesando las posibilidades. Parece que no termina de creérselo. Yo, de la impaciencia, empiezo a cambiar el peso de una pierna a otra.
    -... Es muy posible. ¿Y tú pierna? ¿También tuviste un accidente?
    Mi dios griego aparte de guapo es listo.
    -Algo así.
    Miro la mesa y luego a él.
    -Yo...
    Entiende el mensaje.
    -Oh, sí. Disculpa. No quería molestarte.
    Niego. Verte ha sido lo mejor que me ha ocurrido en estos últimos días. Akihiko camina hasta la puerta y yo le sigo. Abro la puerta y sale. ¡Qué frío! Me pregunto cómo estará el guardaespaldas. Miro hacia abajo y no solo veo el coche del guardaespaldas, sino también el coche de Akihiko.
    -Tengo que irme. Mi pareja me estará esperando preocupada.
    Le miro. Si, tu pareja. Que ganas de decirle que yo soy su novio. De besarle. De abrazarle. De... Misaki, para. Estos pensamientos impuros no te llevaran a ningún lado. Akihiko me mira y se acerca a mí. Se agacha y me acaricia la mejilla. Cierro los ojos, y disfruto de ese tacto frío. Abro los ojos, jadeando.
    -No me creo que solo seas mi amigo, pero por esta noche lo dejaré pasar... Misaki.
    Trago saliva. La forma en la que ha pronunciado mi nombre me hace caer de lleno en los deseos impuros. Tomo mi muñeca con la mano contraria y me clavo las uñas. Misaki, pies en la tierra. Akihiko se separa y me mira con esa superioridad tan característica.
    -Buenas noches y disfruta de tu cena.
    Asiento sin poder decir nada. Se da la vuelta y camina hasta su coche. Miro como baja y me quedo embobado. Antes de subir al coche, se da la vuelta y me mira. Sonríe y no puedo evitar sonrojarme. Bajo la mirada. ¿Qué me estás haciendo, Akihiko Usami? Ahora mismo quiero llorar. Hace un segundo estaba en el mismo cielo, feliz. Ahora quiero morir. Deseo que el frío de esta noche me meza y dormir abrazo al asfalto. Sin ganas de cenar con nadie, entro. ¡El pescado! Corro hasta la cocina y allí veo que el pescado está a punto de quemarse. Aparto la sartén y saco corriendo el pescado. Uff... No se ha quemado mucho. Con la salsa casi ni se notará. Escucho el timbre. Ese sí que debe ser Ijunni. Salgo a recibirle. Lleva unos pantalones oscuros, una camiseta negra y una chaqueta gris. En las manos, una botella de vino. Woo. Mi cena no está a la altura del vino. Qué vergüenza.
    -Buenas noches.
    Le sonrío. Hace un ademan de abrazarme, pero lo rechazo discretamente. Él lo comprende. Se aparta y le invito a entrar. Una vez dentro tomo su chaqueta y lo guardo en el armario de la entrada que ni yo sabía que estaba ahí. Lo descubrí ayer, dando vueltas para conciliar el sueño. Al entrar caminamos hasta el salón mientras le pregunto por su día.
    -Ha sido algo difícil, pero nada que no pueda manejar. ¿Y tú?
    Uf, si yo te contará.
    -Normal. Nada interesante.
    -¿En serio? ¿Y la visita de Akihiko?
    Me giro.
    -¿Le has visto?
    Asiente. No sé qué decir. Me quedo mudo. Si estaba aquí y ahora ya no. Se ha ido con... ella. Con esa mujer. Ella le recibirá con los brazos abiertos y yo solo podré llorar. Ijunni se acerca a mí.
    -¿Estas bien?
    Niego. Nos abrazamos y lloro en su pecho.
    -¿Por qué...? Él y yo estábamos juntos...
    Lloro un poco más hasta que ya no puedo. Nos separamos y me sonríe.
    -Vamos. Tranquilo. Todo saldrá bien. Prefieres que lo dejemos para otro día.
    Niego. Acabemos con esto de una vez.
    -Vamos, siéntate. Todo esta listo.
    Lo hace. Toma asiento y le sirvo la sopa. La come y me felicita. Hablamos sobre trabajo, sobre su editor y que está sintiendo cosas por él; del pasado, del ahora y de Akihiko. Sobre todo, de Akihiko. Cunando acabos con la comida, nos sentamos en el sofá y empezamos a beber el vino. Al acabar la botella, estamos algo contentos por el alcohol, pero no borrachos.
    -Uf, creo que hemos bebido un poco de más.
    Afirmo.
    -Si, tienes razón.
    Se levanta mientras lanza una risa. Me levanto y nos abrazamos. Se lo permito solo porque estoy bebido.
    -Tengo que irme.
    Asiento. Le acompaño hasta la salida y allí nos despedimos. La verdad es que me ha gustado esta cena. Me he desahogado. Feliz a ratos, me tumbo en la cama con la misma ropa y caigo dormido enseguida.

    La noche ha caído. Mañana empiezo a trabajar. Mi pierna ya no duele. El día de hoy me he encargado de limpiar mi casa y de ordenar todos los platos de la cena de la noche anterior. Estoy algo cansado. He decido quedarme con el pantalón negro de chándal y el jersey blanco de ''The hell''. Estoy en el sofá con una taza de té mientras veo un programa de cocina. La verdad es que estoy algo preocupado de volver a trabajar. Si me encuentro con Akihiko, ¿qué haré? La última noche me dejo claro que no sé creía que yo era ''solo'' un amigo. Mientras pienso esto, el timbre suena. Que pereza. Me levanto y voy hasta la puerta. Al abrirla, veo que es Akihiko, con un traje negro y su gabardina. ¿Lo hace porque sabe que para mí es irresistible?
    -Buenas noches.
    Sonrío. Él también sonríe. ¿Por qué parece que es la primera vez que sonríe en todo el día?
    -¿Ocurre algo?
    Tiene la mirada perdida. Algo debe pasar le.
    -... ¿Cómo lo haces?
    Me encojo de hombros. Me hago aun lado y dejo que pasé. Ahora yo soy el que ve a través de ti.
    -Gracias.
    Entra y me mira. Sonrío. Le pido su gabardina. Me la da y al abrir el armario veo la chaqueta de Ijunni. Se la ha dejado. Normal. Estábamos mareados. Akihiko ve la chaqueta.
    -¿Es de la persona que vino a cenar contigo?
    Asiento. Cierro el armario y al darme la vuelta me doy cuenta de que está un poco molesto. Qué lindo; esta celoso. Sonrío.
    -Adelante.
    Al entrar en el sofá, miro la hora. Son las ocho de la noche. ¿Qué hace aquí a estas horas?
    -¿Y bien? ¿Por qué tienes esa cara?
    Se sienta y mira el programa de cocina. Tomo asiento a su lado.
    -Porque tuve que ir a un entierro. Mi abuela por parte de madre, ha muerto.
    Vaya.
    -Lo siento.
    Él asiente. Levanta la vista y me mira.
    -Me vas a decir que somos realmente.
    Respiro.
    -¿Qué has recordado?
    Se acomoda.
    -Cosas raras. Tú en mi casa. En mi cocina. En mi cama...
    Eso último no lo dice muy seguro.
    -Bueno, eso no es raro. Una vez me emborrache y me dejaste dormir en tu cama. Solo eso.
    Y no es ninguna mentira. Dormí en tu cama, aunque a la noche siguiente tuve que devolverte el favor.
    -... Hay algo más. No sé cómo tomármelo.
    Frunzo el ceño. Akihiko mete la mano en su pantalón y saca su teléfono. Lo desbloquea y me lo da. Hay un vídeo preparado. Pincho en él y reconozco la imagen. Es la habitación del hotel al que me llevo antes de su accidente. Me quedo mudo. ¿Lo ha visto entero? Presto atención y veo que estamos haciendo cosas que no son aptas para mayores de 18. Detengo el vídeo y me hundo en mi sofá.
    -...
    Me mira esperando alguna respuesta. Toma el teléfono.
    -Cuando salí de aquí anoche, fui a mi casa y al llegar recordé, por alguna razón, el código de mi teléfono. Y al mirar los últimos movimientos me encontré esto. Ahora, vas a seguir negándome que somos algo más que amigos.
    Me revuelvo. Me levanto y él también lo hace. ¿Qué hago? ¿Qué hago? Camino de un lado a otro. Bien, vamos a racionar. Si esta aquí es porque no se asusta, sino porque quiere saber más. Supongo que como a mí en su momento, la curiosidad le puede. Y si juego mis cartas con cuidado, podré ayudarle a recordar. Me planto frente a él y trago saliva.
    -Bueno, ¿qué crees que somos?
    Y yo aquí con estas pintas de vagabundo.
    -Creo que eres alguien especial para mí y que...
    Se me acerca con cada palabra. Roza con sus yemas mi mejilla. Se me acerca con miedo a mis labios. Levanto los brazos y le rodeo el cuello, besando le. Un beso suave, solo con nuestros labios. Al separarme esta en shock. Le suelto, doy un paso atrás y me meto en la cocina.
    -¿Quieres un té? Fuera hace frío así que tienes que estar helado.
    Veo que se sienta así que sonrío. Hacía mucho que no sentía sus labios. Pero la duda me asalta. ¿Se abra besado con ella? ¿Se abran... acostado? Aprieto el mantel. No, por dios, no. Salgo de la cocina impulsado por los celos.
    -Hay algo que quiero saber...
    Me callo. Me mira.
    -¿Qué?
    No sé cómo formular la pregunta sin parecer un loco. Oh, por dios. Somos adultos, ¡hazlo! Me grita mi voz interna.
    -Tu... ¿Has besado a tu... pareja?
    Se me atraganta esa palabra. Yo SOY su pareja.
    -Si...
    Oh, dios. Me tapo la cara con el mantel para evitar gritar y llorar. Vamos, animo. Aún queda algo más.
    -¿Y te has acostado con ella?
    Le miro furioso. Él se alarma con la pregunta. Parece algo culpable. No me digas que... Me llevo las manos a la cara. No, no, no... Se levanta y me descubre la cara.
    -No, no me he acostado con ella. Y tampoco la he besado en los labios. Solo me ha dado besos en la mejilla.
    Levanto la vista esperanzado.
    -¿En serio?
    Asiente. Sonrío. Uf, que alivio. Sonríe y me besa. Otro beso dulce y solo con los labios. Al separarnos, escucho la tetera. Me disculpo y entro en la cocina. Termino de servir el té y algunas galletas. Nos sentamos en el sofá y empezamos a hablar.
    -¿Y el vídeo? Por la fecha, veo que es del día de mi accidente.
    Suspiro. Hora de sacar al mentiroso que llevo dentro.
    -Somos amantes. Aquella semana, tu novia estaba de viaje y aprovechamos para ir a un hotel discreto. Pasamos todo el fin de semana allí. Fue al regreso cuando tuvimos el accidente. Por eso me duele la pierna. Tu novia no sabía que éramos amantes, mucho menos tu familia. Por eso no dije nada, ni fui a verte. Lo siento. Además, la doctora me dijo que tenías amnesia...
    Lo suelto todo. De cierta manera, no es mentira. Akihiko asiente. Lo entiende.
    -¿Y la maleta? He buscado por mi casa, y allí no hay nada.
    Ah, es verdad. Dado que la maleta era una prueba de que Akihiko estuvo en el hotel conmigo, me lo lleve yo. Aún la tengo guardada en mi armario. Me levanto y voy por ella. Los juguetes que usamos aquel día los guarde en mi maleta para mayor seguridad. Se la doy. Abre la maleta y lo mira. Levanta la vista y frunce el ceño.
    -¿Ocurre algo?
    -No, nada.
    Deja la maleta en el suelo.
    -Has lavado la ropa.
    Lo ha notado.
    -Si, disculpa. Creí que sería lo mejor.
    -Gracias.
    Suspiro. Oh, vamos, Misaki. Si Akihiko está aquí no es para tomar té simplemente.
    -¿Y ella?
    Le pregunto.
    -¿Mi prometida?
    Uf, que mal me suena eso. Me pone los pelos de punta.
    -Si, ella.
    Escucho su risa.
    -No te gusta.
    Niego. Tomo un sorbo de mi té.
    -No es eso. En realidad, no la conozco así que no puedo opinar. ¿Cómo es?
    -Buena. Es amable, pero... Para mí es como una extraña. No siento nada cuando estoy con ella... Todo lo contrario que cuando estoy contigo.
    Eso me tienta a hacerle cosas. No me tientes, Usagi. No lo hagas.
    -Es natural. No la recuerdas.
    -Y a ti tampoco y, sin embargo, desde el momento en que ti vi supe que eras algo más que un extraño en la habitación de un hospital.
    Levanto la cabeza. ¿Habitación? ¿Me vio cuando estaba en la habitación del hospital? Y si...
    -¿Tú eras el paciente que estaba causado tantos problemas?
    Lo recuerdo. Hacían mucho ruido.
    -Si... Estaba confundido.
    Me río. Nos miramos. Desvío la mirada. Me levanto y voy a la cocina a por un vaso de agua fría. Necesito agua fría. Muy fría. Escucho pasos y al girarme veo que es Akihiko que me ha seguido.
    -Sabes, creo que ya había estado aquí antes.
    Me apoyo en el fregadero mientras Akihiko se apoya en la mesa, mirándome. Siempre mirándome.
    -Eso es porque ya has estado aquí. Un par de veces.
    Mira a su alrededor, percatándose de las flores.
    -¿Por qué no las tiras?
    Me giro y veo mis flores. Me acerco a ellas.
    -Porque no puedo. Se lo prometí a alguien. No las tiraré hasta que me regale otras.
    -Tiene que ser alguien muy importante para mantener esa clase de promesas.
    Le miro.
    -No tienes ni idea.
    Me mira. Si, esa persona eres tú. Desvía la mirada. Se gira y camina hasta el sofá. Toma sus cosas, se gira mientras la televisión hace ruido. Ahora se escucha de fondo la canción de Stromae ‘’Papaoutai?’’. ¿Promocionan canciones a estas horas? Me acerco a él, estoy muy cerca. Sus ojos no se despegan de mí.
    -¿Te marchas?
    Mira mis labios mientras pronuncio la pregunta. Él solo atina a sentir. Oh, ¿me deseas? ¿Confundido? Sí, es normal. Me convierto en el malo y le miro directamente a los ojos. Siento como miles de ideas vuelvan por su cabeza, pero se contiene. Continuo con el papel del malo, y me pongo de puntillas dándole un beso en los labios. Al volver a la posición inicial, por un momento, veo al Akihiko que yo conozco. Me envuelve la cara en sus manos y me empuja contra la pared. Nos besamos, nos abrazamos… Nos amamos. Se separa, mientras respiramos.
    -Creo…
    Carraspea.
    -Creo que debería irme.
    Susurra mientras se arregla la ropa. Yo me sujeto a la pared. Qué beso. Había olvidado el dulce tacto de sus labios y los míos. Asiento. Nos miramos y acto seguido reímos. Akihiko toma la bolsa y avanzamos hasta la puerta. Allí, le entrego su chaqueta. Abro la puerta y sale. El frio me golpe la cara. Me abrazo a mismo haciendo una nota mental: Mañana llevar ropa de abrigo.
    -Ha sido una noche… Interesante.
    Río.
    -Sí, lo ha sido.
    Me acerco a él y le coloco la corbata recta.
    -Será mejor que vuelvas a casa.
    Me mira. Me retira un mechón de la cara, colocándome detrás de la oreja.
    -Gracias.
    Intento susurrar. Aunque mi voz se corta. Ya no tengo frío.
    -Buenas noches.
    -Buenas noches.
    Me acerco y le doy un beso en la mejilla. Y como un acto reflejo, le abrazo. Un abrazo rápido. Me separo.
    -Lo siento.
    Me sonrojo. Él sonríe. Se da la vuelta y camina hasta las escaleras. Veo como se marcha hasta su coche. Una vez el coche se ha ido, entro en casa. Me apoyo en la puerta y me deslizo hasta el suelo con las lágrimas al punto de ebullición. Su aroma me acompaña. Su dulce boca y su maravillosa voz. Me duele el cuerpo, la cabeza y lo oídos me pintan. Me abrazo a mí mismo intentado no gritar por el dolor. La pierna me empieza doler, pero ese dolor para mí es un placer en comparación al resto de mi cuerpo. Siento cada parte de mi ser siendo quemada y de nuevo pisada. Escupida y de nuevo, quemada. Un círculo vicioso que se llevaba a cabo hasta la madrugada. Me levanto del suelo algo mareado y voy hasta mi cuarto. Me tumbo en la cama sabiendo que me voy a dormir con la misma ropa. Cierro los ojos. Matadme.

    A la mañana siguiente, despierto con un dolor inmenso. He dormido en una mala posición. Me desvisto, me ducho y me pongo algo muy normal. Pantalones blancos, camiseta verde pistacho y un jersey negro. Y como no, unas zapatillas negras. Al salir me pongo la chaqueta marrón. Estoy algo adormilado, pero caminar bajo el frío de las siete de la mañana me sienta bien. Frío… ¡La chueta de Ijunni! ¡Mierda! Me doy media vuelta y vuelvo a casa. Tomo la chaqueta y la meto en una bolsa de papel marrón. Otra vez a hacer el camino. Uff, esta vez necesito algo más. Al salir paso por una cafetería y pido un café para llevar. Me lo tomo de camino a la editorial. Ai está en la entra, vestida de negro, como siempre. Mira su reloj de vez en vez. Me acerco a ella por la espalda con la firme intención de darle un buen susto. Tomo sus hombros y susurro en su oído: ¡Bum!
    -¡Ah!
    Se gira y enfada me da un golpe en el pecho.
    -¡Tonto!
    Me río. Me abraza y yo correspondo. Supongo que estaba preocupada. Me siento feliz de tener amigos como ella.
    -Ya, todo estará bien. Vamos, no me convencerás con esas lágrimas de cocodrilo; tienes que trabajar.
    Se ríe. Nos separamos y reímos como niños. Ai me toma del brazo y juntos subimos las escaleras. Maldito frío, solo hace empeorar el dolor de mi pierna, pero he decido aguantar hasta la hora de la comida sin la crema. Al llegar a mi despacho, Ai se pone sería y empieza a hablarme del trabajo. Tenemos tanto que hacer por culpa de las navidades. Decido que lo mejor es organizar una reunión antes de que nos reunamos con los jefes. Después de todas las reuniones, llega la hora de la comida. Aprovecho para tomarme un analgésico y para buscar a Ijunni. Tomo el ascensor y paro en la última planta. La gente va y viene con las mismas prisas de siempre. Pero entre la multitud veo a Ijunni con su editor. Me acerco a ellos, con algo de vergüenza. No quiero molestar, pero necesito devolver esto.
    -Buenas tardes, sensei.
    Saludo mientras su editor pone esa cara de vinagre que siempre trae. Ya sé que te caigo mal, pero por lo menos disimula, ¿no?
    -Misaki, ¿qué ocurre?
    -Solo quería darle esto. Se lo dejo en mi casa anoche.
    Su editor me mira.
    -¿Estuviste anoche juntos?
    Asiento a la pregunta del editor. Ijunni me mira algo nervioso. ¿Me perdí algo?
    -Ya. Si me disculpan. Dejaré que se emborrachen juntos.
    Me quedo en blanco. ¿Qué? Ijunni me pide disculpas a la par que toma la bolsa. Acto seguido persigue al editor por el pasillo. ¿Cómo se llama? Tantos años y no lo recuerdo. Me giro y miro por la puerta de cristal que da afuera. Me acerco, pero veo que allí hay alguien. Es Akihiko y parece que está hablando con alguien. Camino hacia mi derecha para poder ver quién es. Y veo quien es.
    -Sempai…
    ¿Qué hace él aquí? No he vuelto a saber nada de él desde que entre en Marikawa y me ascendieron. ¿Qué hace aquí? ¿Se enteró del accidente? ¿Qué ocurre? Sempai se percata de mi presencia y me mira. Sonríe mientras susurra algo. Al principio no lo entiendo, pero finalmente lo sé:
    -Yo gano.
     
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    Maestr@ en Yaoi
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    Me ha encantado el capítulo.
    Qué bien que Akihiko vio el vídeo con Misaki, así sabe que Misaki es algo más que un compañero de trabajo.
    Como que apareció Keiichi hablando tan normal con Akihiko y le dice yo gano a Misaki, que estará tramando esto no tiene muy buena pinta tiene pinta de más drama y más sufrimiento para Misaki.
    Esperare con ansias la conti.
     
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  12. ~×Lizzy-san×~
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    Ñam ñam~
    Yo sabía que el poder del amor haría de las suyas cuando se miraran. O quizá del deseo sexual que tienen estos lujuriosos (?)

    Wah, ya veo el rumbo de la historia xc
    En sí, ya tiene tiempo y comprendo que solo esté a finales ;-;
    Ahh pero a como actualisas no me preocupo de que acabe tan pronto. ( ͡° ͜ʖ ͡°) xD

    Yomi yomi.
    Usagi, yo sé que te querías devorar al Misaki en esos momentos. ;n;

    Fuyihiko te loveo -0-
    Sumi-sama también te loveo por hacer tu gran aparición y no es sarcasmo, así como pusiste a Misaki a reclamar al Usagi yo sé que harás buen trabajo acá. <3
    Misakitu haz crecido bastante acá. Ay, que nostalgia. ;-;◡̈*♡
    Usagi dhagagakagakav (se me descompuso el teclado de la emoción) gsgagaban Usagi mas te vale recodar todo. e.e

    Akemi e.e ¿Dónde está el lemon? >:C Yaya pues xD
    Juju! En fin, me encantó cómo fue que controlaste de cierta forma la amnesia :3

    ◡̈*♡
     
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    Yaoizando
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    Nooooo. 😱
    Misaki porque le dijiste que eras su amante. Le hubieras dicho: Yo soy tu pareja no la z***a esa.
    Ya quiero ver la reacción de usagi cuando vea el cuarto y las cintas VHS 😱😱😂😂😂. A ver si se da cuenta de que significa misaki para él.
    Me encanta cómo escribes 😍😍.
    Una de las mejores historias 💘.
     
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  14. Priscila Kagura Curio!
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    Cuando empece a leer las primeras partes del capitulo donde estàn en el hospital, no deje de pensar en el sufrimiento que se le venia a Misaki, maldita Kumiko de verdad la odio, conseguir una actriz que se parece a Misaki porque según es mujer y esta a la altura de Akihiko, por favoor aun asì Akihiko por lo que veo se està dando cuenta de quien es a la persona a la que quiere, es obvio que no quiere a esa, el cuerpo recuerda... Se està poniendo muy bueno todo, pero pobre Misaki resiste se fuerte...
    Lo bueno es que su suegris queridis le puso un guardaespaldas jejejeje
    Que onda con la apariciòn de Sumi senpai no me la creo, que le estarà diciendo, me muero por saber....
    Ojalà Akihiko logre recordar todo y mande muy pero muy a la chin....da a su madre

    Se està poniendo muy buena la historia la verdad es que con cada capitulo me dejas sorprendida, como que hay muchos accidentes xD (ya son clientes del hospital, un descuentito no... ok no)
     
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  15. Lucy CM
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    Oohhh shit estoy que no aguanto la emocion ya no tardes mas plisss no aguanto mis emociones :=DANCING:
     
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320 replies since 21/3/2015, 18:04   32759 views
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