La práctica…¿hace al seme? /Capítulo 7: Primera derrota / 10-04-2016

Misaki y Ritsu deciden que deben de desempeñar el papel de seme aunque sea una vez. Para esto, seguirán algunos consejos ¿Qué serán capaces de hacer? ¿Lo lograrán? /Advertencia: Lemon

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  1. Aulu
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    "Me tienes en tus manos y me lees lo mismo que un libro. Sabes lo que yo ignoro y me dices las cosas que no me digo." (J.S)
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    Capítulo 6

    El inicio de una larga noche



    La puerta se abrió.

    Ritsu, sin mirar al azabache, se movió hacia un lado mientras Takano cerraba la puerta.

    Así que ahora organizas fiestas…–empezó a reprochar Takano a Ritsu pero no pudo continuar.

    Ritsu se paró sobre las puntas de sus pies para poder arrebatarle un beso. Este fue corto pero lleno de deseo. El azabache sintió el sabor a vino. Ritsu había estado tomando, pero en aquel momento eso era lo de menos.

    Ritsu…–susurró Takano quien no salía de su asombro.

    Saga-sempai…–

    Ritsu tomó la mano de Takano y lo condujo hacia su habitación.

    Pero justo antes de llegar Ritsu soltó la mano de Takano y se dirigió hacia la sala para sentarse en el suelo y tomar entre sus manos una botella de vino que acababa de abrir.

    ¿De verdad creíste que te llevaría a mi cuarto? –dijo Ritsu y empezó a reírse.

    A Takano no le hizo ninguna gracia la broma de su pelicafé, se acercó hacia él y le quitó la botella. Bebió un trago sin decir palabra.

    Takano, mentalmente, intentaba descifrar la situación. Si bien Ritsu estaba ebrio sabía que aun así sus acciones seguían algún tipo de dirección.

    Me encontré con Kisa y Misaki a la salida. –comentó el azabache.

    ¿Y? –respondió de malagana Ritsu.

    ¿Por qué los trajiste a tu departamento? –preguntó Takano insistiendo con el tema. Era inevitable que se sintiera celoso aunque no lo demostrara tan abiertamente en ese momento.

    Porque es mío y puedo hacer lo que quiera –de repente Ritsu tuvo muchas ganas de molestar a Takano– Además, nos divertimos mucho hoy…

    El pelicafé enfatizó esto último de una manera sugestiva.

    Eso es evidente. –dijo Takano mirando la botella vacía de vino que yacía en el suelo tratando de pasar por alto aquella última línea.

    No solo tomamos…también jugamos un poco…–comentó Ritsu deliberadamente mirando de manera atenta las reacciones del mayor.

    El azabache, molesto, arqueó una ceja, Ritsu se estaba metiendo en un juego muy peligroso.

    Enséñame aquel juego. –ordenó Takano.

    Ritsu no había esperado aquello pero, como se sentía feliz por haber logrado molestar a Takano, no dudó en tomar como pudo la botella vacía y ponerla en el suelo. La hizo girar quedando la punta apuntando hacia el azabache. El menor rió.

    Estas en mis manos, ahora te haré una pregunta. –dijo de manera triunfal pero el azabache lanzó una gran carcajada.

    ¿De qué te ríes? –preguntó molesto Ritsu.

    ¿Lo que tuvieron fue una celebración de trabajo o una piyamada infantil? Realmente me sorprenden. –explicó el azabache aún riendo.

    Ritsu se avergonzó un poco, no se había dado cuenta de lo infantil que había sido aquel juego hasta ese momento.

    Puedo enseñarte un juego realmente divertido. –dijo Takano devorando con la mirada al pelicafé.

    ¿Eh? –

    Con la condición de que lo juegues solo conmigo. –

    No, gracias. –dijo Ritsu y le quitó la botella de la mano para beber un poco más.

    Bueno, si no quieres ni saber de qué se trata…–comentó el azabache haciéndose el interesante. Sabía que un ebrio curioso era presa fácil.

    Dime de que se trata. –dijo Ritsu luego de un momento.

    El azabache sonrió para sus adentros. Ritsu pagaría con creces la broma que le había hecho al llegar.

    Hacemos la misma mecánica del juego –explicó Takano haciendo girar la botella vacía– pero a quien le toque el pico de la botella obedecerá las órdenes del otro por esta noche.

    Con sus dedos había hecho detener la botella haciendo que esta apuntara hacia el pelicafé. La mirada del azabache se mantuvo fija en los ojos de Ritsu.

    El menor no sabía que contestar. Su mente estaba nublada pero algo de lucidez llegó con aquellas palabras del azabache.

    Si gano Takano tendrá que hacer lo que yo quiera… yo podría… “¿estar al mando?”…–por suerte para Ritsu sus mejillas al ya estar coloradas por el alcohol no reflejaron la vergüenza que sintió por los pensamientos que tenía– Pero si pierdo…no puede hacerme nada nuevo…no tengo nada que perder…creo…

    Acepto. –dijo Ritsu tratando de mostrarse confiado.

    Takano puso la botella en el suelo y la hizo girar.

    Espera. –dijo Ritsu deteniendo la botella– Yo seré quien la haga girar.

    Si logras hacerlo, está bien. –dijo burlonamente Takano.

    El azabache observó los torpes movimientos de Ritsu. La botella empezó a girar y fue deteniéndose lentamente.




    A unas manzanas de ahí, Kisa acompañaba a Misaki a subir al departamento del escritor.

    El pelinegro se mostraba curioso respecto al edificio donde se encontraba, pocas veces había estado en un lugar tan lujoso.

    Cuando abrió la puerta del departamento se asombró aún más.

    Misaki, este departamento es enorme. –exclamó.

    Sí, siempre hay mucho por limpiar y ordenar. –dijo Misaki mientras llegaba tambaleándose al sofá. Su experimento con la cerveza no había ido muy bien aunque se sentía feliz de haber descubierto una bebida con la cual no se quedaba dormido.

    ¿Estás bien? –preguntó Kisa– Si gustas puedo hacerte un poco de café.

    ¿Quedaron latas de cerveza? –

    Sí. –

    Quiero una lata más, solo para probar…–

    ¿Planeas hacer algo especial hoy? –

    Yo…creo que sí…–respondió Misaki pensando en Akihiko.

    En ese caso te conviene estar consciente, de lo contrario no recordarás nada de lo que pudieras hacer hoy…–dijo Kisa guiñándole un ojo.

    Pero…yo necesito…–murmuró el castaño.

    Necesitas mayor confianza en ti, aquello de la confianza que se siente producto de beber alcohol es solo una excusa para hacer algunas veces lo que no nos atrevemos. –el pelinegro se asombró de sí mismo al hablar con tanta madurez, lamentablemente en el estado en que se encontraba Misaki era poco probable que siguiera su consejo o que al día siguiente fuera a recordar algo.

    Kisa recordó el estado de Ritsu, se había olvidado de darle aquel consejo. Rió para sus adentros mientras pensaba mentalmente “tendré que decirles esto en otra ocasión, cuando puedan hacerme caso…”.

    Y estoy seguro que aquella persona quisiera beber contigo. –continuó hablando Kisa a quien se le iluminaron los ojos de un momento a otro.

    ¿Aquí tienen más bebidas? Puedo preparar un par de copas de algo especial… –dijo emocionado el mayor.

    En las gavetas de la cocina. –

    Kisa merodeó por la cocina hasta que encontró lo que necesitaba para su tarea. Una vez estuvo todo listo decidió que ya era hora de partir.

    Misaki, ya me tengo que ir ¿estarás bien? –

    Sí, solo quiero cambiarme de ropa. –respondió el castaño levantándose y caminando hacia las escaleras.

    A Kisa no le agradó la idea de dejar solo a Misaki subiendo las escaleras así que lo ayudó a subir y a encaminarlo hacia su habitación. Una vez se despidió de Misaki cerró la puerta de la habitación y se encaminó hacia la salida.

    El pelinegro bajaba las escaleras cuando escucho un ruido proveniente del otro lado de la puerta. Era el sonido de unas llaves. Sabía que su presencia podría poner a Misaki en problemas. Con lo poco que había observado no le había quedado duda que el escritor era muy celoso.

    La puerta del departamento se abrió.

    Kisa había logrado ocultarse a tiempo en la cocina, se asomó al cabo de un momento y logró ver al escritor. Akihiko llamó su atención, en verdad era muy apuesto pero ahora él no tenía ojos para otra persona que no fuera Yukina.

    Misaki, ya llegué. –anunció Akihiko.

    El escritor recorrió con la mirada el departamento buscando a su castaño y se topó con un par de copas que había dejado Kisa en la mesa de centro de la sala. Cada copa había sido puesta sobre una nota que llevaba el nombre de “Misaki” y “Akihiko”.

    Usagi-san, estoy en el cuarto. –gritó Misaki desde el segundo piso.

    La mente de Akihiko pensó rápido e interpretó las cosas a su manera. Dos copas servidas en la mesa más Misaki gritando que estaba en el cuarto era igual a un acto de provocación. Después de un día lleno de reuniones aquello era lo que necesitaba…

    Akihiko tomó las copas y subió al cuarto.

    Una vez que el escritor se perdió de vista Kisa salió de su escondite. Vio las notas en la mesa de la sala, la copa que era para Akihiko, la cual contenía mucho más alcohol, sin duda sería confundida con la que era para Misaki.

    “Después de esta noche creo que Misaki y Ritsu deberán intentar otro plan” –pensó Kisa mientras salía del departamento.



    Nota de la autora

    Agradezco mucho los comentarios de:

    4 EVER Yaoi, Himeko -san, Anne onodera takano, Suzuki Hoods, Priscila Kagura Curio!, Fujoshi-chan o Ana-chan, ~Mabe-chan~ y Meliza Malagon

    Y lamentooo no haber escrito el lemon aún. Este capítulo se me fue en escribir el contexto pero creo que así quedará mejor. A cambio, por incumplir con el lemon, el siguiente capítulo no tardará como este (y habrá lemon por partida doble…). Ahora vienen días libres así que me concentraré en esta historia a la que le debo más actualizaciones.

    Nos vemos en el siguiente capítulo.
    Aulu.
     
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49 replies since 15/7/2015, 17:45   1899 views
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