El diario de Tenma |Original ✓| KyoTen | ┘Finalizado┌

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    aveces me sorprende que no tenga a donde caer muerta solo por que cuesta mas enterrar a una persona que mantenerla con vida

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    porfa conti
     
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    El serafín del pecado es mi joya
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    porfa conty me facino y mas porque me guata la pelicula y me encanta y mas con kyoten espero la conty siiiii...... :=WIJIS:
     
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  3. Delly Sasaki
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    Me encanto!!! amo tu nove escribes muy bien!!! ESPERO LA CONTI CON ANSIAS!!! :3 :=KITTIYN:
     
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  4. »Seiryu
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    ¡Hola! Disculpen la demora, pero el tiempo simplemente no se acómoda conmigo (?) Yay, me alegra que les esté gustando la historia ^^ en lo personal los capitulos no me están quedando como me lo imaginaba pero ñeh, que más da~ en fin, aquí la conti~

    -------------
    Capítulo 11


    Tenma estaba sentado en el sillón, esperando el regaño que el rey le daría, que fue retenido gracias a una llamada inesperada, al menos regresaría algo calmado. Después de la fiesta, lo único que quería era ducharse para no resfriarse y dormir, para olvidar todo, y pensó que iba a cumplir ese anhelo desde que salió de la fuente, nadie lo había buscado desde entonces, e incluso creyó que su primo había dejado pasar ese incidente, pero al ver a Furetsu entrar por la puerta con una cara no muy amigable, y agregando un “Su majestad quiere verte en el salón principal” sabía que se aproximaba otro regaño, y por lo visto su asesor se había ganado uno por apartar la vista del príncipe.
    El sonido de la puerta abriéndose sobresaltó a Tenma, dejando ver al rey, que se despidió de su asesor y se acercó frente al príncipe con una seria expresión y los brazos cruzados. Tenma trago saliva y se aclaró un poco la garganta.

    - Eh…, Endou… Verás, yo…

    - ¡”Verás yo” nada! –Interrumpió alzando la voz, y Tenma se encogió por ello. Eso realmente iba en serio- Te he tolerado muchas cosas, Tenma. He soportado todos los comentarios de Kidou sobre que todo lo que haces está mal. He soportado todos los rumores y chismes de los sirvientes del palacio; que si se te vio haciendo esto, que hiciste aquello, que te metiste allá con Lord Tsurugi. He tolerado los malos comentarios de los nobles sobre todos tus escándalos con Tsurugi.

    - ¡Pero es que yo no…!

    - ¡Aún no termino! –Volvió a interrumpir Endou, y Tenma resoplo frustrado- Y de paso, me la paso defendiéndote, pero, ¿cómo defiendo lo indefendible, eh? Respóndeme eso.

    - ¡Pues yo no tengo la culpa, él es quien me merodea! –Se defendió Tenma, entre encarando e intimidado, la expresión seria y molesta del rey no lo ayudaba mucho para sacar su valor.

    - Ah, claro, échale la culpa.

    - ¡Es cierto, es más, que Furetsu te…!

    - ¡No metas a terceras personas en esto! Si dices que es el, ¿qué hacías con él a solas en el laberinto del jardín? Dentro de una fuente, con alguien que no es tu prometido –Recalco algunas palabras, y guardo algo de silencio para ver la respuesta de su primo príncipe.

    - Yo… ¡Él me dijo algo que me ofendió! ¡Yo solo quería defender a mi persona! ¡Siempre se la pasa molestándome!

    - ¿¡Esa es tu excusa!? ¡Por Dios, Tenma! Simplemente puedes ignorarlo, ¿tan difícil es eso? ¿O por qué le das tanta importancia? Respóndeme –El mencionado puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos sin contestar el cuestionario del rey, y esa acción lo molesto más- ¿Hasta cuándo, Tenma? –Esa pregunta, y por el tono en que lo dijo, llamó la atención del príncipe- ¿Hasta cuándo vas a comportarte como alguien responsable, como un príncipe responsable, eh?

    - ¿¡Sabes!? ¡A veces solo “pasan” las cosas! ¿Crees que yo planee eso? ¿Crees que yo quería estar a solas con él? ¿Crees que yo me quería meter en esa fuente con él? ¡Pues te equivocas! Yo no sé cuál es tu problema, ni que tu hubieras tenido un historial tan limpio en el pasado, además, ni que yo quisiera estar en esta maldita situación…

    Se hizo un silencio. La expresión del rey paso de molesta a una neutral, y Tenma volvió a tragar saliva. Se había pasado un poco, aunque no es como si el rey le hubiera dicho cosas muy buenas, pero estaba en lo correcto, había cometido errores pero le costaba admitirlos, y una de las muchas preguntas se le vino a la mente “¿O por qué le das tanta importancia?” –Porque desgraciadamente me enamoré de él…– se respondió mentalmente, y volvió a la realidad.

    - Endou, yo no quería decir…

    - ¿Sabes? Todo hubiera sido más fácil si hubieras dicho eso desde un principio. No tienes ni idea de todo lo que he estado haciendo por tu compromiso, porque quedes como un buen candidato a la gubernatura de Inazuma. Y no eres ninguna víctima, no hay ninguna de hecho. Nadie te obligó a hacer nada.

    - Endou, lo siento, es que yo estoy…

    - Ya, basta. Tenma. Ya después terminamos de hablar sobre esto, buenas noches –

    Tenma suspiró con frustración y salió de la sala dando pisotones. Al llegar a su habitación, se tiro en la cama volviendo a suspirar nuevamente, mirando al techo y se quedó pensando. Estaba seguro que esa noche no podría dormir.

    Por otro lado, hace unas horas antes; los hermanos Tsurugi se encontraban en la habitación del menor de estos. Después del incidente en la fuente, habían visto a Tenma entrar por la puerta trasera igual de empapado que Kyousuke, era más que obvio que por ahí no podía entrar al palacio para secarse, y sumando que el rey se encontraba ahí, sería una mala idea, así que con ayuda de Furetsu entraron por una ventana que conducía directo a las escaleras y pasaran desapercibidos.

    - Uff. Que día, ¿no crées? –Dijo el peliazul menor después de salir del baño. Yuuichi lo miro con el ceño fruncido y los brazos cruzados- Vamos Yuuichi, ¿sigues molesto? Ya te dije que fue un accidente. No era parte de mi plan caer en la fuente, y fue culpa de Tenma por hacerse el difícil. Digo, después de que me correspondió al beso ya era mejor que me correspondiera al otro, ¿no? –Se rió por su propio comentario, pero lo único que logró fue que su hermano negara aún su misma posición- La edad te está amargando., eh.

    - ¿Hasta cuándo vas a seguir con esto? –Cuestiono Yuuichi en un tono serio, captando mejor la atención de su hermano menor.

    - Ya te dije; hasta que este palacio sea nuestro y yo sea rey.

    Yuuichi suspiró y dejo su semblante serio, tampoco quería ser tan duro con su hermano aunque lo mereciera.

    - Kyousuke. Deja esto ya, por favor. Yo ya te lo dije también; Tenma va a casarse, ya no hay oportunidad alguna, desiste de eso…

    - No –Respondió Kyousuke secamente casi atropellando las palabras de Yuuichi- Estoy a punto de lograrlo, además… No es como si Tenma quisiera casarse… -Dijo lo último entre vacilando y susurrando, creyendo que Yuuichi no lo había escuchado, pero no fue así.

    - ¿Cómo estas tan seguro? Aunque puedo entenderlo, a cualquiera se le quitarían las ganas de casarse cuando están arruinando la oportunidad –Kyousuke puso los ojos en blanco.

    - No va a casarse porque no lo ama.

    - ¿Cómo lo sabes? ¿Te lo dijo el mismo?

    - Algo así. No exactamente un no. Pero yo lo sé.

    - Kyousuke, lo ame o no, Tenma no lo hará. Solo por el simple hecho de que tú no te quedes con el trono de Inazuma.

    - Que no lo hará.

    Kyousuke comenzaba a irritarse. Que su hermano le recordara que Tenma iba a casarse lo irritaba, pero no sabía si era por la razón que iba a perder el trono, o al príncipe.

    - Kyousuke… Entiéndelo por favor. Estas haciendo un mal para los dos –Dijo mientras seguía al mencionado que se fue del otro lado del cuarto para evadir la conversación.

    - No es un mal para los dos. Al contrario; yo salgo ganando y él no se casa.

    - Bueno, tienes razón. Sales ganando, y el príncipe tendrá una oportunidad para rehacer su vida con el conde Shindou o con alguien más, ¿no es así tu plan?

    Kyousuke abrió los ojos sorprendido ante esa idea. No lo había pensado en esa idea, y por la punzada que sintió en el pecho de imaginarse a Tenma a lado de alguien más no le gustaba. Guardo silencio un momento y se quedó mirando hacia la ventana.

    -… No lo sé

    - Te lo dije una vez ya, Kyousuke.

    - ¿Qué cosa, Yuuichi? –Dijo mientras se sobaba las sienes.

    - Que tu mismo caerías en tu juego, y terminarías enamorado de Tenma. Eso.

    De nuevo las palabras de Yuuichi lo tomaron por sorpresa. Su mente y su hermano, y agregando que la imagen del príncipe en su mente no le ayudaba mucho. Se sentía entre nervioso y frustrado, pero debía seguir con su semblante “tranquilo”.

    - Ja. Ya te lo había respondido antes Yuuichi: yo no me enamoro. Esto lo hago por… por eso, por lo del trono. Ya te dije que Tenma no me interesa ni me importa para nada.

    - Entonces, ¿por qué no dejas que se case y ya? Dices que no te importa, ¿no? Además, la boda es un hecho ya, es en una semana.

    - ¿Tú como lo sabes? –Kyousuke e giró hacia Yuuichi y lo miro con un aire aún más sorprendido, si es que se podía, al escuchar lo último.

    - Porque ya me llegó una invitación.

    - ¡Pero se supone que sería en dentro de tres semanas más…!

    - Pues ya vez, entre más pronto mejor, según el rey.

    Ahora sentía pánico. No sabía qué hacer en esos momentos, controlo un fuerte impulso que sentía de ir a la habitación Tenma y reclamarle por qué no le había dicho que su boda estaba casi a la vuelta de la esquina, y también, decirle que por qué se seguía engañando con ese compromiso sabiendo los dos que no sentía nada por el conde de Raimon pero, ¿quién era él para decirle todo eso? Se sentía muy confundido. La cabeza le daba vueltas y que su hermano lo siguiera atormentando con eso, no ayudaba para nada.

    - Yuuichi, estoy muy cansado, ¿por qué no mejor me continúas regañando mañana…? –Dijo mientras se sobaba las sienes.

    - ¿Y por qué no mejor no admites que te enamoraste de Tenma? Tal vez puedas dormir mejor si lo haces.

    Se quedó sorprendido de nuevo por eso, no era eso, estaba seguro pero, una parte le decía que si fuera cierto, sería malo. Suspiró y dejo la toalla que tenía sobre los hombros en una silla.

    - Por favor, Yuuichi. Mañana seguimos hablando, me va a explotar la cabeza.

    - ¿Por qué siempre haces esto? No siempre vas a poder huir de todo.

    - ¿Recuerdas el nombre de las pastillas que toma el tío Daigo para el dolor de cabeza? Tal vez aquí las tengan.

    - No voy a salir del tema hasta que lo admitas.

    - ¿También había un té, no? Le preguntaré a una sirvienta.

    - Deja de ser tan orgulloso y de evadir el tema, y respóndeme.

    - Ah, creo que si mejor apago las luces y comienzo a dormir se me quite más rápido. Aunque probablemente lo resienta en la mañana….

    - ¡¡Kyousuke!!

    - ¡¡Ya basta, Yuuichi!! –Gritó el menor de los Tsurugi totalmente sacado de quicio mientras soltaba un golpe al closet- ¿¡Quieres qué lo diga, eh!? ¡Pues escucha bien porque no te lo pienso repetir!; ¡Si Yuuichi, me enamoré! ¡Me enamoré de Tenma! ¡Me enamoré estúpidamente sabiendo que ya estaba comprometido y que sería imposible estar con él todo por el estúpido trono del reino que me dejo de importar una mierda desde que comencé a conocer a ese principie caprichoso!

    Termino de decir y se dejó caer en una silla mientras intentaba tranquilizar su respiración. Se sentía sorprendido sí mismo, y más porque todo lo había dicho en un arrebato y sin pensar, había sido sincero inconscientemente. Sintió un peso menos de encima, pero también se sentía mal. Se cubrió el rostro con las manos y las subió hasta enredarlas en su cabello azul, dejando caer un poco su peso sobre estas, y se quedó pensando.

    Por otra parte, Yuuichi estaba igual o más sorprendido que su hermano. No esperaba que le fuese a ser sincero, esperaba que probablemente lo echara y le gritara muchas cosas como el impulsivo que era, pero no que le contestara eso. Se sentía feliz porque Kyousuke por primera vez en su vida se centrara en algo y lo tomara en serio, pero esa felicidad no duraría mucho. Suspiro y se acercó a su hermano menor, palpando su hombro con suavidad.

    - Kyousuke… Me alegra que por fin quieras algo en serio, pero…

    - Ya lo sé –No le dejo terminar, y miro a su hermano a los ojos por fin- Yo mismo te lo acabo de decir, ¿no? Nada va a cambiar, el compromiso de Tenma seguirá adelante, y mientras él no lo sepa mejor. Lo mejor es que me regrese a la mansión…

    - Aún no, Kyousuke. El tío Daigo se enterará de ese escándalo de una forma u otra y te llenara de preguntas que me imagino no quieres oír por ahora. Mejor, quédate unos días más, y así piensas para decirle que ya no quieres seguir con esto, o que al menos desista de la idea de que gobernaras el reino… -Kyousuke suspiró y asintió- Y… ¿Qué piensas hacer?

    - Por ahora, dormiré y… a partir de mañana comenzare a alejarme de él, esperaré a que pasen unos días y regresaré a la mansión, como si nada hubiese pasado.

    - Permiso –Una voz en la puerta llamó la atención de los peliazules- Buenas noches. Lord Yuuichi, el auto que viene por usted lo espera en la entrada.

    - Gracias por avisar, enseguida bajo –El sirviente asintió y se fue dejando solos nuevamente a los hermanos- ¿Sigue en pie lo de seguir hablando mañana? –Los dos se rieron y Kyousuke asintió.

    - Si.

    - Bien, entonces después del desfile que habrá en la ciudad. Bien, debo irme Kyousuke, que descanses.

    - Te acompaño.

    Los dos salieron de la habitación y partieron a la salida. Iban hablando y bromeando, intentando olvidar lo de hace un momento, pero pararon al escuchar a unas voces y sus respectivos dueños caminar contrariamente a ellos.

    - ¡Yuuichi! ¿Y-ya te vas? Justo iba ir a buscare –Dijo Furetsu quién iba tomado del brazo de Tenma, quién iba con cara de pocos amigos y esa empeoró al ver a uno de los peli azules.

    - Si, igual yo te busqué pero no te encontré, ¿qué suerte, eh? –Respondió el mencionado, riendo algo nervioso al ver como se creaba una tensión entre el príncipe y el vizconde menor.

    - Ya me iré a dormir –Dijo Tenma soltándose del agarre del peli naranjo- Buenas noches Furetsu, Lord Yuuichi –E ignorando a Kyousuke, y empujándolo, salió corriendo hacia su habitación, librándose de una plática y regaños de Furetsu.

    - Creo… que me lo gane, ¿no? –Dijo Kyousuke con una vaga sonrisa.

    - Kyousuke… -Dijo Yuuichi con preocupación.

    - Eh… Tsurugi, ¿por qué no te vas a dormir? Te vez fatal, no vayas a asustar a alguien –Dijo Furetsu en broma.

    Había notado como miraba a Tenma hace un momento; había melancolía en su expresión. No sabía a quién darle la razón, lo único que sabía era que los dos estaban sufriendo –Y que son unos tontos…– pensó.

    - Vete tranquilo, yo me encargaré de despedir a tu hermano, es mi deber como sirviente del palacio.

    - Aja, “deber como sirviente” –Los tres rieron y asintió- De acuerdo… Nos vemos mañana, hermano. Buenas noches…

    - Descansa, Kyousuke –Y después de ello se fue, desapareciendo por los pasillos. Suspiro y miro con una sonrisa al peli naranjo que lo abrazaba y miraba con una sonrisa reconfortadora.

    - ¿Paso algo, Yuuichi?

    - Sólo… Nada. ¿Me haría el favor de acompañarme, joven Furetsu? –El peli-azul le tendió su brazo y el peli naranjo lo tomo gustoso.

    - Sería un placer, Lord Yuuichi. Por cierto, ¿vendrás al desfile de mañana?

    - Por supuesto. Estos eventos reales nunca dejan de sorprenderte –Y los dos se fueron entre risas a la entrada del palacio.

    A la mañana siguiente, medio pueblo estaba despierto a temprana hora del día para comenzar a arreglar la ciudad para el desfile; la ciudad estaba tapizada de diversos listones que dividirían las calles por donde pasarían los miembros de la realeza, diversos tipos de flores y ciudadanos con pequeñas banderas de mano de su país.

    El desfile dio inicio y primero se dejó ver al primer ministro del rey, Lord Furetsu acompañado de su hijo por petición de éste, seguido por la escolta real y en medio de estos, los reyes acompañados de sus respectivos asesores y el príncipe, quien saludaba a todos con una gran sonrisa.

    En primera fila se encontraban los nobles, y entre ellos no podría faltar Daigo Senguuji junto a sus sobrinos, esperando cualquier mínimo error del príncipe. Tsurugi miraba atento al príncipe.; se había quedado pensando toda la noche, y luchó contra sus impulsos para que no se levantara y se metiera al cuarto de Tenma a hablar con él. Si tuviera que dejar el puesto a ser candidato al trono para que le permitieran estar junto al príncipe lo haría, incluso dejaría su título de la nobleza aunque por ello su tío le dejara de hablar el resto de sus días, dejaría todo por él.

    - Bah, usar a los huérfanos. Que repugnante, vulgar y barato truco para ganarse a los ministros –Exclamo con desprecio el pelirosa.

    - Por favor, tío. Yo creo que es un gesto muy generoso –Le respondió Yuuichi mirando con admiración al príncipe.

    - Ja, si eso es justo lo que quiere que piensen. Pero a mí no me quitarán la idea de que será un muy mal rey.

    Tsurugi ignoró los comentarios de sus parientes y solo se centraba en el príncipe; Tenma había parado todo el desfile al llamarle la atención unos niños pertenecientes del albergue de Inazuma, quienes dos de ellos molestaban a una niña, supuso que eso le molestó un poco al castaño, pero en lugar de regañarlos se los trajo consigo para que caminaran junto a él en el desfile, y así redundaron este. Para Tsurugi, Tenma podría ser muy caprichoso, enojón y berrinchudo, pero admitía que tenía un gran corazón, preocupándose por los demás, que incluso, no le importaría parar un desfile importante con tal de ver felices a alguien más, como lo había hecho con él una vez, donde le mostro aquella hermosa vista que tenía nombrado como “su lugar secreto”.

    - ¿Qué demonios haré para que me aleje de ti…? –Pensó en voz alta, olvidando que su tío y hermano estaban a su lado.

    - ¿Has dicho algo, Kyousuke? –Cuestiono Daigo.

    - No…

    Yuuichi soltó una sutil risa al escuchar vagamente lo que dijo su hermano, sumando su embobada sonrisa, le terminaba de comprobar que su hermano estaba más que enamorado, pero le entristecía que la felicidad de su hermano duraría muy poco.

    - Ah… Es una lástima… -Pensó en voz alta también, extrañando al peli rosa.

    - ¿Quieren dejar de hablar solos y entre dientes? Van a pensar que tengo unos sobrinos locos, que vergüenza.

    - A mí no me importa.

    - ¿De qué estaban hablando? –El peli rosa suspiro por el comportamiento de sus sobrinos, y decidió ignorarlos como lo estaban haciendo con él.

    Ese sería otro largo día.




    ---------------------------
    Es corto, lo sé, pero decidí que ahora era turno de mi niño peli azul se expresara y no piensen que no tiene corazón(?)~ Espero les guste, y espero hacer la conti lo más pronto posible, nos vemos~ ^^
     
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  5. TsunaEndoTenma321
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    uy genial esta hermosa la historia espero que tsurugi quede con tenma y que sean príncipes seria hermoso espero la conty por favor
     
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    aveces me sorprende que no tenga a donde caer muerta solo por que cuesta mas enterrar a una persona que mantenerla con vida

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    wiiii conty me gusto me gusto continua
     
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    Me encanto conty conty porfa me facina la historia tengo muchas ansias de leer la conty :=DFSDFSD:
     
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  8. kyosukextenma
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    Siii por fin tsurugi lo acepta!!! Osea se tuvo que mover los cielos y las nubes! Para poder aceptarlo ... peri por fin... aunque eso no cambio las cosas... buena conty espero la proxima con ansia
    bye by
     
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    Awwwwww te juro que no he parado de leer el capitulo!!! Es hermoso!!! Me encanta!!!!! Es que no supero la parte de Kyosuke gritando que se habia enamorado de tenma! Es un amorsh!!
    Lo amo, el fanfic, el kyouten, como escribes, amo todo!!!!
    Espero ansiosa la conti!!!

    Linx fuera!
     
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  10. Mangle-chan
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    OMG estuvo hermoso Tsurugi admitió a gritos que se enamoro de Tenma que leeeendo voy a shorar y shoraar :=SHOROO: tienes que seguir escribiendo te apoyo con todo :=hurrahrr:
     
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  11. Delly
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    Ohh genial!!! conty conty!!!!...esta muy interesante al final admitió su amor por tenma
     
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  12. Tenma_x_Tsurugi
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    Sube la conty pliss
     
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  13. Yunisu Motakano
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    Waw waw está de lo mejor tu fic sinceramente de verdad espero que lo continúes porque es una joya de escrito sobre todo porque es KyouTen xD espero la conti!
     
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  14. Gorgona Matsuoka
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    Magnificoooooo necesito maaaaas por favor
     
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  15. »Seiryu
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    ¡Holaa! Yo como siempre lamentándome; ¡Siento mucho la ausencia! De verdad que se me ha complicado escribir el capítulo, en fin, espero les guste~


    -------------
    Capítulo 12

    Tenma soltó un largo suspiro al salir de la sala de juntas del palacio y chocó su mano contra la de Furetsu en manera de celebración. Después de lo del desfile, se había quedado conmovido al saber que en el albergue no había suficiente espacio para los niños que tenían la desdicha de vivir en las calles, y al no poder dormir por algunos pensamientos que rodeaban su mente, decidió distraer está creando una propuesta suficientemente convincente para los parlamentarios, donde decía que convertiría el antiguo palacio de invierno en las montañas, que tenía muchos años sin habitar ni utilizar, en un orfanato para todos esos niños, mientras se reunían fondos para construir uno en la ciudad, y tras una larga hora y media, logró convencerlos con ayuda de Furetsu.

    - De verdad, pensé que no lo lograría –Dijo Tenma caminando con Furetsu hacia el salón.

    - Si, yo pensé Lord Nagumo explotaría por esa colosal discusión con Lord Kiyama, si no fuera porque Ryuuji-san y porque Sir Suzuno también estaban ahí juraría que a los dos les haría erupción la cabeza –Se rieron por eso, al recordar como los dos pelirrojos discutían casi a muerte al estar uno de acuerdo en el proyecto y otro en desacuerdo- Eso te dará más preferencia al trono… ¿Sabes? No puedo creer que estés a punto de casarte.

    Tenma encogió su sonrisa ante ello y asintió algo melancólico, soltando un suspiro por lo mismo.

    - Lo… sé. Que rápido ha pasado el tiempo, ¿no…? –Tenma volvió a suspirar ahora acompañado de Furetsu, quien lo miraba algo enternecido.

    - En serio, no puedo creer que estés a punto de casarte. Engañaras a cualquiera Matsukaze, pero a mí no. Yo se claramente que no quieres casarte –Tenma se hizo el sorprendido, aunque sabía que eso no funcionaría- No te hagas el tonto, ¿por qué no desistes de ese estúpido compromiso y tratas de ser feliz? Yo te ayudaré a convencer al parlamento de que se olviden de esa tonta ley, hablaré con mi padre para ver qué podemos hacer… Porque tú y yo sabemos bien que tú en realidad quieres a…

    - ¡Ya habíamos hablado de esto! –Alzo la voz interrumpiéndolo, y después se calmó un poco antes de irritarse al recordar que había sirvientes a su alrededor ir de aquí para allá- Eso es imposible, Furetsu. Si Endou que es el rey no pudo convencer a Lord Goenji menos nosotros… Además, necesito darle una oportunidad a Shindou…

    - Pero Tenma, ¿por qué te sigues engañando? No hay imposibles, tal vez si hablamos con Shirou-san podrimos…

    - ¡Que no! –Gritó ahora importándole poco quien lo escuchara, sorprendiendo al peli naranjo- ¡Entiéndelo, que yo me siga aferrando a algo imposible, que ya no podrá pasar me daña! ¡¿No te das cuenta?! ¡Yo no puedo estar con Tsurugi por más que yo quiera!

    Apretó con fuerza su diario que estaba entre sus manos junto con otros papeles y planos intentando contener el enojo que crecía. Después de lo que sucedió con Tsurugi se había quedado pensando: no le molestó el hecho de que se metió en la fuente con él, ni que lo besara, hasta admitía que había correspondido porque quiso, no por dejarse llevar por el momento, pero lo que le molestaba era el hecho de que ahora el vizconde sabía que se estaba casando como la palabra lo decía; “por compromiso”, y se sentía un tonto al ser él mismo quien se lo confesó. Lo que era aún peor, es que lo estaba intentando enamorar, cosa que estaba logrando con éxito, pero ahora no sabía si era bueno o malo. Maldecía que con una sola sonrisa lo tenía en sus manos, y que su dignidad se moría al hacerse falsas promesas y juramentos de que cuando lo tuviese en frente lo ignoraría y haría como si fuera cualquier persona, pero ya no más.

    Debía empezar a desengañarse según él, esos días que habían transcurrido desde la última vez que lo vio le hicieron reflexionar. Suponía; que sería muy fácil renunciar al trono, a todo, darle el lujo de seguir su juego y confesarle sus sentimientos, todo aquello que quería decirle desde el corazón pero, ¿Que le garantizaba que le correspondería a ellos? ¿Cómo estaba tan seguro de que el vizconde sintiera lo mismo? ¿Quién le afirmaba que después de que el vizconde fuera coronado lo aceptaría aun así? preguntas así lo habían estado atormentando y robándole el sueño, pero sentía que por respuesta solo recibiría burla de su parte y le oiría decir “¿De verdad creías que yo sentía algo por ti?” , de solo imaginarlo sentía como si un nudo se le formara en la garganta y le entraban ganas de llorar, pero la poca confianza y esperanza que tenía hacia Tsurugi le decía que no lo creía tan capaz de algo así, de romper su corazón de esa horrible manera.

    Miro a Furetsu quien aún lo miraba confundido, suavizo su expresión y suspiro, regalándole una pequeña sonrisa.

    - Yo… Lo siento… Yo no quería…

    - No te preocupes, esta vez fue mi culpa, pero en verdad yo…

    - Lo sé –Le interrumpió, paso las cosas que tenía en las manos a un solo brazo y con el otro libre lo abrazo- Sé que te preocupas por mí y lo agradezco, pero ya no podemos hacer nada, yo… voy a seguir con esto, con el tiempo me olvidaré de él… y seré un rey que cumpla con las expectativas de su pueblo…

    Furetsu volvió a sorprenderse por tercera vez, admiraba que su amigo dijera las cosas con tanta calma y realidad, pero sabía que por dentro era todo lo contrario. Ya no quería molestar más a Tenma con eso, suspiro y se resignó, sonriendo también.

    - Vale… Solo espero que siga en pie eso del día del postre, eh –Bromeó haciendo reír a los dos, intentando despejar ese tenso ambiente.

    - Claro, tú lo inauguraras. Es más, te daré el privilegio de que seas quien corte el listón rojo.

    - Eso me gusta, lo anotaré en tus recordatorios para que no se nos olvide

    Volvieron a reírse con un poco más de ánimo mientras volvían a seguir su curso.

    - Furetsu…

    - ¿Uh? Dime.

    - Gracias por preocuparte por mí… -El peli naranjo sonrío y dio un suave golpecito al brazo del castaño con el codo.

    - ¡Oh! No te pongas sentimental que no tengo ganas de llorar… No es nada. Eres mi amigo, es normal que quiera molestarte hasta verte bien de nuevo, además, tu harías lo mismo por mí, ¿no?

    - Y el sentimental era yo, eh.

    - ¡Ah, después no te quejes que porque soy muy no sé qué contigo!

    Y entre risas desaparecieron por los pasillos hasta llegar a la habitación del castaño. La tarde había transcurrido normal y tranquila, a pesar de que había pasado dos horas eligiendo que tipo de flores colocarían para la ceremonia en la iglesia y cuales irían como arreglo de mesa en la fiesta, el estilo de los manteles y demás detalles pequeños para la boda. Shindou volvió a salir de viaje a tierras británicas, por lo que le daba tiempo para seguir practicando el tiro con arco con Hikaru, y tener un poco de tiempo a solas para pensar en otras cosas.

    Al día siguiente, en la mañana, se encontraba descansando un poco en el gran roble de cerezos, disfrutando de la tranquilidad que se respiraba del lugar y del tapiz de flores que cubrían alrededor de éste donde su fiel compañero canino se encontraba recostado, una bella mañana sin duda. Sonrió nostálgico al recordar la bella imagen que se le vino a la mente; la de Tsurugi riendo con él mientras jugaban y platicaban cosas que probablemente nadie más aparte de ellos sabían, pero su subconsciente lo abofeteo mentalmente y le recordó que ya no debía pensar más en el vizconde. Resoplo y abrió el diario.

    “Ya falta poco para la boda, al parecer casi una semana, o tal vez menos, sinceramente no lo sé, cosa que es irónica porque yo soy uno de los novios, es tan tonto. Me he prometido que por todos los medios me voy a olvidar de Tsurugi, y que me voy a dar una oportunidad con Shindou, ¿qué me hizo pensar en esto? La sola idea de pensar que me rechace y quedar humillado. Había tenido una loca idea; iba a dejarlo todo, iba a deshacer el compromiso con Shindou y le iba a pedir disculpas, iba a renunciar también al trono de Inazuma y le iba a confesar todo lo que siento, pero su respuesta me aterra.

    Sé que lo que hace es plan con maña, quiere enredarme para que yo haga eso exactamente, y yo lo haría si todo lo que me dice y sus acciones fueran sinceras, o al menos verdaderas pero, lo haría aunque me prometiera que aunque tuviera la corona me aceptaría pero, ¿Quién me dice que lo haría? Si así fuera con tener la corona en la cabeza estoy seguro que me desecharía como basura al ya no servirle pero, ¿de verdad sería tan cruel? No lo sé, y no me gustaría comprobarlo.

    Pero también me pregunto, ¿cómo le hare para olvidarme y alejarme de él? Sé que eso no lo lograré de la noche a la mañana, pero siento que será verdaderamente difícil. ¿Cómo demonios le hare? Si con solo tenerlo de frente me paralizo y estoy a su merced, odio ese control que tiene sobre mí. Y que Shindou sea tan correcto no ayuda en nada. Creí que al menos teniendo un anillo en el dedo cambiaría, pero sigue igual o quizás peor; yo juro que si lo he intentado, he intentado ser cariñoso con él, pero cuando piensa que me “encimo” mucho, ¡me aparta! Como si tuviera alguna enfermedad o algo, ¿cómo puede ser posible que Tsurugi me ha besado más veces que mi prometido? Ah, doy vergüenza…”

    Se tocó los labios y sonrío, sintiendo sus mejillas arder un poco. Suspiro melancólico y negó, recordando las palabras de Furetsu; “¿Por qué te sigues engañando?”.

    “No estoy engañándome ni poniéndome alguna venga en los ojos o algo parecido, acepto mis sentimientos hacía ese vizconde, engreído pero ya lo había escrito aquí anteriormente; no importa cuanto lo quiera, no podré estar con él. No importa si mi subconsciente y los demás me intentan poner en su contra, siempre habrá una pequeña parte de mí que quiere defenderlo, quiere creer aun en él. Solo una vez lo he visto tan sincero incluso llegó a creer que era su verdadero yo… Una vez que estuvimos una mañana como ésta, en éste roble de cerezos, estoy seguro que hay una parte de ese “él” sigue ahí, dentro de esa fachada de ególatra… Ah, mi cabeza es un caos. Cuando me case con Shindou, le diré que vayamos a una cabaña en las montañas, no creo que suceda gran cosa en nuestra “luna de miel”, que terrible sonó eso….”

    Suspiró de nuevo, y se levantó; estirándose un poco para después frotar su hambriento estómago con su mano, sólo había salido sin desayunar.

    - Vamos, Sasuke. Estoy seguro que tú también tienes hambre, siento mucho despertarte temprano muchacho –Le decía mientras le acariciaba la cabeza, a lo que el canino le respondió con un ladrido al momento que se levantaba, haciendo reír a su dueño- Vamos entonces.

    Salió con cautela de los cerezos y rápidamente llegó a la puerta trasera que conectaba con la cocina, que extrañamente estaba vacía. Le extrañaba porque la cocinera siempre despertaba a primera hora del día, y pensó que quizás quiso darse unas horas más de descanso. Sin más, tomó la bolsa de comida para Sasuke y coloco cierta porción en su plato, y después preparo un cereal para él. El palacio, o al menos en la cocina, estaba muy en silencio. Entendía que era de mañana, pero al menos debía haber gente ya a las diez de la mañana, el palacio no era un lugar donde reinara la flojera o vagancia aunque, le alegraba que hubiera un poco de paz, lo necesitaba y mucho.

    - ¡Tenma! ¡Tenma! ¿¡Dónde estás!?

    O al menos eso pensaba antes. Suspiro por enésima, o quizás más, vez en lo que comenzaba del día. Y casi como ráfaga, un peli naranjo entró a la cocina, respirando algo agitado.

    - ¿Qué te pasa?

    - ¡La… Tienes que ir al salón principal, en el recibidor! –Furetsu, casi como entro, tomo al castaño del brazo y lo llevo corriendo a donde dijo.

    ¿Qué pasaba? Se le hacía que estaba armando mucho escándalo por nada o quizás él no tenía humor más que para estar recostado en su cama. Tal vez y Furetsu solo estaba exagerando como siempre, se había vuelto algo neurótico desde que se volvió su asesor.

    - ¿Pero qué…?

    O eso había pensado antes.

    Al llegar al recibidor principal, se encontró con sirvientas y mozos de aquí para allá, con múltiples arreglos y mesas, con una mesa de calidad con diferentes postres, donde estaba el consorte del rey junto a su asesor. El lugar estaba empezando a ser decorado con lazos azules y flores, incluso había una pila de colchones y sabanas finas de distintos colores y modelos. Anonadado y observando todo el lugar, se acercó hasta el peilazul.

    - I… Ichi-san, ¿qué es todo esto?

    El peliazul se volteo con un trozo de brownie al igual que el peli verde que lo acompañaba, tomándolos por sorpresa.

    - Mmgh… ¡Midorikawa! ¡Te dije que vigilaras que no viniera Tenma!

    - ¡Perdón su majestad! Pero si hacia eso usted iba devorar todo a su paso. No se haga que ya se comió todos los brownies.

    - Tú te has comido todo el helado de la calidad.

    - ¿Qué me dice de los chocolates?

    - ¡Oigan! Después discuten eso. ¿Qué es todo esto? ¿Endou hará otra fiesta acaso? –Preguntó el príncipe con ansia, los mayores negaron.

    - Bueno, si será una fiesta –Respondió Midorikawa.

    - Si, tuya. Tu despedida de soltero.

    Tenma y Furetsu pestañearon unas cuantas veces. Tardaron en procesar un poco los hechos: había mucho alboroto en el recibidor principal, cientos de postres en una mesa de degustación, sabanas y colchones, invitaciones coloridas pero finas y arreglos, globos, casi todo como...

    - Una pijamada –Hablo primero Furetsu- Todo esto parece más bien una pijamada.

    - En efecto, lo es –Lo afirmo la reina- Lo pensé bien; una fiesta con bailarines privados no es para nada bien visto para el próximo rey de nuestro reino, y una fiesta privada en la tarde ya es muy visto para nosotros, además de que haría un terrible calor. Y como conclusión dije, “¿por qué no una pijamada?” Desde la noche, con un agradable clima, música a su gusto y que no moleste a nadie acompañado de bocadillos y platica entre amigos, y mejor aún, Mamoru y yo saldremos de viaje todo el fin de semana por lo que tendrán el palacio para ustedes solos, claro con supervisión de la guardia real. Es algo sencillo, como seguramente habrías querido Tenma, y también creo que es una idea original, solo falta saber si el anfitrión está de acuerdo.

    Volvieron a pestañear de nuevo, pero después dieron un gran salto acompañado de un chillido de emoción que resonó por toda la sala, dejando a uno que otro solo, y comenzaron a asentir múltiples veces con la cabeza. Tenma, al escuchar la sola palabra de “despedida” se negó rotundamente en su interior, según antes no se sentía con ánimos para una boda, mucho menos para una despedida sabiendo que es una farsa, pero en cuanto escucho esa idea que ni a él ni a Furetsu juntos peleando por media hora se les hubiese ocurrido. Además, serbia que vería viejos amigos que extrañaba y deseaba platicar para ponerse al día, no lo tomaría como despedida sino como una reunión para olvidarse de sus problemas por un momento o noche, estaba totalmente de acuerdo.

    - ¡Claro estoy de acuerdo, Ichi-san! –Dicho esto, se le abalanzó y lo atrapo en un abrazo- Es una estupenda idea, ni a mi se me hubiera ocurrido. Eres genial.

    - No es nada –Respondió el peliazul mientras acariciaba los castaños cabellos del príncipe, para después soltarle y dar unas palmaditas en sus hombros- Bien, bien. Ahora ve a buscar la mejor pijama que tengas en tu armario, o mejor aún, sal con Futres a comprar una nueva, también compras una tú, naranjo –Dijo con cariño, los menores asintieron.

    - Bueno, dejo todo en tus manos.

    Y sin más, salieron corriendo de ahí como si fueran unos niños, gritando y haciendo alboroto.
    Ya casi anochecía, y entraron por la puerta de atrás con muchas bolsas en los brazos, dirigiéndose a la habitación del futuro heredero al trono, lo curioso es que en las bolsas solo habían como dos pijamas de cada uno, y lo demás eran zapatos y ropa deportiva que según los dos les hacía falta, cuando era lo que más les sobrara.

    - ¿Estaría mal si voy con el nuevo chándal deportivo y pantuflas? –Bromeo Furetsu mientras caminaban por los pasillos.

    - Yo quisiera ir con el nuevo uniforme de soccer, las calcetas están muy cómodas, ni se diga el— Lo siento, no vi por donde…

    Y se quedó pasmado. Con quien había chocado, y culpable de que casi tirara sus bolsas e hiciera una rabieta, era nadie más, ni nadie menos que el Vizconde. Se quedaron mirando fijamente por unos segundos y desviaron sus miradas al mismo tiempo que vacilaban. Furetsu notó que se estaba tornando un tanto incómodo el ambiente, así que llamó a un mozo que iba caminando por casualidad y le dijo que le ayudara al príncipe con sus bolsas, y se fue con el dejando al príncipe solo. Quizás esa fulminante expresión le decía un “Gracias” con sarcasmo, pero sus azules ojos le decían todo lo contrario, y no dijo más, solo se fue.

    Se quedaron en silencio unos minutos, sabiendo no muy bien que hacer. Es decir, su último encuentro no fue muy bueno que digamos, y desde el incidente en el día que paso revista se habían distanciado, incluso aumentó desde el día del desfile en la ciudad, incluso llegó a pensar que estaba molesto. Pero por el otro lado, Tsurugi con la mano en el corazón juraba que si por él fuera, estaría siempre junto de él como aquel, inolvidable ahora, día en el que estaban solos por el roble, pero sabía que esos pensamientos solo le hacían mal y no ayudaban mucho en su, hasta ahora fallido, plan de olvidarse del joven príncipe., todo lo que debía hacer con el dolor de su corazón, era comportarse como aquel vizconde patán que llegó al palacio, “—Así es mejor—" Tenma, por más que prometía lo mismo, de no verle ni dirigirle la palabra, era imposible. A diario se preguntaba, ¿cómo olvidaría a una persona que se metió en su corazón y mente sin previo aviso? Era una tortura.

    - He… me parece que siempre me terminas pisando –Tsurugi fue el primero en hablar, soltando una sutil risa, que se le contagió a Tenma.

    - Creo que eso debería proclamarlo ley –Bromeo su alteza, creando una pequeña cálida atmósfera entre los dos. Furetsu lo notó enseguida, a lo que decidió escabullirse con sigilo y observar de lejos, no quería arruinarles el momento.

    - Je… ¿Cómo… cómo has estado? –Preguntó el peliazul, como no queriendo.

    - Bien, supongo. ¿Y tú?

    - También, gracias por preguntar…

    Y volvió el silencio. ¿En qué momento todo se volvió tan difícil? Pensaron al mismo tiempo. Los dos querían seguir conversando, pero las palabras no salían. Tsurugi sentía ese impulso de siempre; abrazarle y plantarle un beso, decirle que no se casara con el conde de Raimon, que no le importaría lo que su tío pensara, pero eso solo era un acto suicida según su subconsciente.

    - Eh…

    - ¿Harás una fiesta? –Interrumpió el peliazul, a lo que Tenma suspiró, para sonreír suavemente.

    - Si, mi… despedida para ser exactos –Respondió sin mucho ánimo- ¿Te quedas? Habrá… muchos bocadillos, dulces, música, será algo tranquilo…

    - Me encantaría, su alteza, pero no puedo. Tengo… cosas por hacer…

    - Oh, ya entiendo… Descuida, la próxima será.

    Obviamente había mentido, pero no podía quedarse. En el palacio ya tenían un concepto de “el Vizconde que se metió en el armario con su alteza”, si se quedaba y pasaba todo el rato a su lado por no tener más conocidos sería mal visto o lo malinterpretarían, todo un dilema.

    - Tenma, yo…

    - ¡Alteza, alteza! –Llegó una mucama corriendo a cómo podía- Sus invitados están llegando –Anunció al tiempo que se reverenciaba.

    - Gracias por avisar, recíbanlos por favor.

    - Como ordene, su alteza –La mucama se reverenció y se fue.

    Furetsu a lo lejos se mordió el labio conmovido. Sentía pena por ellos dos, no quería arruinarles el intento de contacto que estaban teniendo después de un largo tiempo, pero tenían que ir a alistarse, y por ende, matar el momento. Se acercó como no queriendo y carraspeo para captar la atención de su amigo.

    - Ehem… Tenma, tenemos que…

    - Lo sé –El mencionado suspiro y miro a Tsurugi con una pequeña sonrisa- Nos… vemos luego.

    - Si… Que te diviertas en tu… despedida. Nos vemos, Furetsu.

    - Eh… Si, que le vaya bien –Respondió el pelinaranjo.

    A pesar de que se habían despedido ninguno se movía de su lugar, que incomodidad sentía Furetsu en ese momento. Pero se le ocurrió una idea; se giró dándoles la espalda haciéndose el que no veía. Fue ahí donde Tsurugi también había captado la idea, sonrió agradecido y se acercó al príncipe con sigilo y besó su mejilla rápidamente acompañado de un “—Buenas noches, Tenma…—“, para después irse por los pasillos del palacio, dejando al castaño con una mano sobre la mejilla mientras sus ojos veían como se perdía a cada paso que daba.

    - Buenas noches Tsurugi… —Susurró mientras se perdía en su mundo, que fue poco ya que había sido arrastrado por su amigo pelinaranjo para llevarlo a arreglarse, esa sería una larga noche.







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    Sé que es corto, pero digamos que es como un... relleno (?), lo fuerte se viene el otro capítulo, si es que no se me ha ido la idea, rezemos porque no~ Bueno, nos vemos~
     
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