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.Kanale quería mirarlo. Quizás esos anteriores y efímeros segundos no le fueron suficientes para apreciar su cuerpo. él realmente no comprendía su propia belleza. Con los labios entreabiertos, asintió para cederle el permiso de dejarse desnudar por completo por aquellas manos tan cálidas y generosas. Quitó lentamente las manos de su rostro para apreciar el cuerpo contrario; vería a Ayase desnudo, el tan solo pensarlo hacia que su corazón se agitara. Su cuerpo era hermoso y muy masculino, como se esperaría de un guerrero que ha tenido tanto fortalecimiento a lo largo de su vida. Su mano tembló ligeramente cuando fue agarrada por su guardián, ¿De verdad podría tocarlo? Lentamente estiró sus dedos y delineó con delicadeza el pecho del contrario. Seguidamente deslizó ambas manos hacia su espalda y correspondió el beso en tanto sus piernas se aferraban al cuerpo ajeno.
Quería más, más de sus besos, más de cada lamida y mordida que lo sumergían un éxtasis incontrolable. Su respiración agitada se hacía sonora cada vez que se separaban los labios de ambos para luego volver a besasarse. Soltó un muy suave gemido al sentir como mordía su cuello, la sensibilidad de es zona suya era alta; pero ese no fue nada más que el inicio, ya que Kanale llevó su mano hasta su miembro erecto. Sus mejillas se tornaron de un fuerte carmín con ese susurro y, al ser mordido, todo su cuerpo se estremeció por completo—Ka...Kanale—dijo con los labios temblorosos. No sabía que hacer con su cuerpo, sentía que en cualquier momento explotaría.
Su miembro comenzaba a humedecerse—Nghh, más... más rápido—quería que siguiese moviendo su mano en aquel sitio que le provocaba tanto placer. Retorció sus manos completamente perdido en la excitación que le provocaban sus caricias. Cada zona erógena de su cuerpo estaba siendo atendida por el guerrero, como si conociese su cuerpo a la perfección. Los suaves gimoteos comenzaron a hacerse mucho más fuertes, dejando escapar de esa forma todo lo que sentía en ese instante.
Cuando sus labios volvieron a encontrarse, Masao lamió los labios ajenos y los besó con con profundidad, haciendo que sus lenguas se encontrasen. Las caricias se volvieron leves arañazos, no podía pensar, simplemente se estaba dejando por el calor y la lujuria que ahora invadían su cuerpo. Una vez estuvo completamente desnudo, Sakurai se subió sobre el otro y dejó que sus miembros se rozaran. Los ojos celestes del heredero se encontraban empañados, rodeados de pequeñas lágrimas. Quería que Kanale lo abrazara y jamás lo dejara ir; deseaba permanecer de esa manera por el resto de su vida, a su lado, sintiendo el calor ajeno y como este le daba todo su amor de diferentes formas, no solo siendo un príncipe y su guardián. Llevó una mano hacia su rostro para acariciarlo y llenarlo de besos mientras dejaba que Ayase pudiera esculpir su cuerpo por completo con sus manos.
Lo que había esperado tanto tiempo, ahora ocurría, solo esperaba que no fuese un sueño.
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La vida esta alli entre oscura y brillante...me asusta y me seduce, deseo tocar el cielo, dejare de pensar y alcanzare las estrellas.
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SPOILER (click to view)hola, me inspire y aqui estoy,espero desees continuar nuestro bello rol ya las cosas estan mas tranquilas,asi que sere mucho mas contante,cuidate mucho amiguita,espero sigamos con este rolecito,cuidate
Los besos...las caricias todo parecía tan irreal, aun no podía creer del todo que su boca y sus manos estuviesen tocando un cuerpo tan perfecto, uno que era tan prohibido, sabia a la perfección que este amor prohibido traería problemas para ambos en el futuro, pero no se dice común mente “que la fruta prohibida siempre es la más dulce”, entonces ¿Por qué temer?
Noto que se subía sobre el jadeando por lo bajo al notar ese rose contra su miembro, Masao se veía tan hermoso como un inocente ángel caído del cielo, no se sentía merecedor de semejante privilegio pero aun así quería que aunque esto solo fuese una confusión de su señor que mañana se disipase como la fría brisa de invierno quería continuar con esto hasta el final. Creía conocer lo que su amado futuro emperador sentía así que continuaría con esto. Le sonrió de forma coqueta lamiendo el cuello ajeno con su desinhibida lengua para acercar su boca a la oreja contraria mordiéndola suave-ambos sabemos lo que deseamos...te hare mío...solo mío-susurro invirtiendo las posiciones nuevamente quedando sobre el mientras su boca recorría la contraria tan lleno de deseo, su mano bajo a ambas erecciones tomándolas entre ambas manos, masajeándolas juntas, sentir tan cercano a ese lindo joven, recorrer sus labios, que su lengua rosase la ajena perdía importancia, solo le movía el movimiento de sus manos en esa zona para ambos tan sensible y que se notaba sumamente caliente en constante frenesí ante el de su amor, realmente estaba enamorado para que negarlo más, se separó de esos labios rosando más fuerte ese lugar mientras jadeaba lleno de excitación en el cuello suave que era solo suyo-no puedo mas...me corro-susurro mientras lo hacía no sin antes morder ese hombro delicado dejando una fina marca lamiéndolo lentamente como si con eso pudiese borrar la marca de su deseo.
Se levantó un poco del cuerpo ajeno mirándole intensamente mientras sus dedos bajaban a la entrada del muchacho frente a sus ojos-deseo esto más que cualquier cosa...¿puedo?-susurro ante sus labios, solo esperaba una respuesta afirmativa para comenzar con esto que era como tener un rico festín frente a sus ojos, uno que quería devorar lentamente, aunque mañana solo pudiesen ambos recordar este momento con anhelo, el hoy era lo que importaba, roso la mejilla ajena con su otra mano mientras esperaba, lo más probable es que su señor estuviese tan nervioso y deseoso de consumar esto lo antes posible en esos ojos veía tanto, tanto que seguro que estuvo siempre allí pero en el pasado fue tan tonto para no notarlo, pero ¿no todos somos unos niños novatos ante el amor?.. -
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Al sentir como este lamía la extensión de su cuello y mordía su oreja, Masao no pudo contener un sonoro gemido. Sintió que su respiración se volvía vaporosa, estaba caliente, tanto su cuerpo como su mente se sentían de esa forma. Su espalda chocó contra el colchón al ser invertidas las posiciones. Atrapado bajo suyo se sentía como un pequeño roedor siendo cazado por su depredador; sin embargo, la mirada llena de deseo y aquel sentimiento cálido del contrario, hacía que su cuerpo se estremeciera.
Aferró sus manos al colchón para contener más de esos vergonzosos gemidos. Kanale lo estaba masturbando nuevamente, pero esta vez los miembros de ambos se frotaban en un vaivén. Sus lenguas seguían jugueteando eróticamente, le encantaba cuando la punta del contrario tocaba el cielo de su boca y luego se entrelazaban para continuar con el beso. Inconscientemente, Sakurai elevaba sus caderas para evitar que sus erecciones se separaran; necesitaba sentir aquello sólo un poco más. Tal y como el guerrero le había dicho, ambos lo deseaban. Abrió la boca y tomo una bocanada de aire al separarse sus labios. La intensidad con que sus miembros se frotaban había incrementado, no sabía cuánto más podría resistir—Yo... tamb...—antes siquiera de que pudiera terminar de decir algo, aquel líquido blanquecino salió de su interior, manchando levemente el vientre de ambos. Haberse corrido juntos se había sentido tan bien...
No sabía si sentirse sucio por poseer aquellos pensamientos tan impuros. En ese instante lo único que deseaba era que su guardián tomara su cuerpo y lo hiciera perder la razón hasta el amanecer. Ante la vergonzosa pregunta del otro, la única reacción que tuvo fue cubrirse el rostro con las manos. Otra vez este estaba mirándolo fijamente y también partes suyas que nunca pensó que otra persona vería desde tan cerca—N... no me mires así—le dijo completamente excitado. Con tan sólo escuchar su temblorosa voz, Ayase podía dilucidar que el príncipe ansiaba ser tomado por él.
El de cabellos celestes sentía tan cerca de su entrada los dedos del contrario, su cuerpo reaccionaba a ello. Durante esos instantes, sus pezones rosas se mantuvieron erectos al igual que su miembro pese a haberse corrido hace unos momentos. Quería que Kanale tocara todo su cuerpo y llegase hasta el final sin importar lo que pasara luego. Ahora no le importaba nada, únicamente pensaba en consumar aquel sentimiento con su amado, porque sí, aquello que por muchos años sintió y nunca pudo expresar era amor.—Kanale, hazme tuyo— susurró apenas audible.
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Sus manos continuaron explorando su cuerpo, aquellas partes que nadie más que él había tocado, nadie más que él lo tocaría de ahora en adelante, lentamente se volvía tan posesivo solo pensar que alguien pudiese tocar ese delicado cuerpo era tan molesto, entendía que en teoría eso pasaría pero quería aferrarse a la idea que por este instante era solo suyo. Desde siempre, desde ahora. Su cuerpo reaccionaba, podía notarlo claramente en el calor que generaba sus caricias. Sí, en ese momento, él había perdido completamente la cordura, por lo que ya no importaba que sucediera en este instante.
Solo quería marcar a Masao como suyo. Poseerlo.
Su dedo se aventuró hasta llegar a aquel pequeño sitio y lo acarició sin pudor alguno, lentamente, contorneando aquella sonrosada parte que estaba ardiendo, notando igualmente como poco a poco estaba siendo embadurnada con algo que no supo descifrar, simplemente que le permitió el introducir apenas si la primera falange en aquel orificio, sin apartar sus ojos del rostro ajeno, no quería perderse nada grabar todo esto en su memoria, se resistía a él pero a la vez, le recibía con cierto placer. No se detuvo, acerco su boca al cuello que tenia frente si dando delicados mordiscos y mientras mordía una vez más su clavícula, introducía su dedo completamente en él.
La ansiedad, la sensación, logró que jadeara suavemente. Ansioso de más, lamió la reciente mordida que había hecho y comenzó a sacar el dedo lentamente, notando como todo su cuerpo estaba temblando de placer por esa simple acción. No sabía que estaba haciendo, pero podía sentir que ese hermoso joven lo estaba disfrutando como él, y aun pese a todo, eso le hizo querer continuar. Giró su rostro para buscar los labios de su amante en ese momento, mordiéndolos, succionándolos con aquella pasión que se había despertado mientras continuaba repitiendo esa acción, una y otra vez con su dedo, notando claramente que su entrepierna, palpitaba con ansiedad.
Metió un segundo dedo, solamente con la vaga idea de que el otro pudiera sentir cierta costumbre a la invasión de su cuerpo antes de poder hacer lo que tanto deseaba.
-Te amo...soy tan feliz-susurro notando que ya estaba listo y lentamente saco los dedos introduciendo su pene en la entrada contraria jadeando fuerte ante los labios ajenos, no se movería aun quería disfrutar de esta sensación tan nueva para ambos, degustar a su modo de la delicia de estar dentro de ese joven que era una estrella tan lejana que al fin podía tocar, era mucho mas bueno de lo que pudiese imaginar, no quería que este instante acabase nunca.. -
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El éxtasis era cada vez mayor. Aquel dedo intruso palpaba su entrada de forma juguetona, lo cual provocaba que su entrada quisiera succionar el dedo contrario, estrecharlo y no dejarlo salir. La sensación era nueva para Masao, un poco extraña e incómoda en un inicio; sin embargo, la sensación de las caricias que poco a poco le daba su guardián en aquella zona, lo superaban. Alzó sus caderas y al sentir los labios húmedos de Kanale sobre su cuello, enrolló ambas piernas al rededor del cuerpo contrario. No fue hasta que el dedo estuvo completamente dentro suyo, tocando aquel punto dulce, que aferró sus manos a la espalda del otro, clavando de forma superficial sus uñas en la espalda del joven.
Su visión se encontraba nublada y en ese momento sólo quería encontrarse con los labios de Ayase. Comenzó a gimotear con mayor fuerza al ser relamida la mordida que antes le dio el guerrero. Su miembro se alzaba y sacudía erecto cada que este lo tocaba tan eróticamente. Estaba húmedo, sus mejillas no bajaban la tonalidad rojiza que contrastaba con su piel nívea. Abrió la boca para enlazar sus lenguas y atrapar la del otro, incluso en medio del acto sexual Sakurai parecía querer ser quien mandaba, aunque en este caso era evidente que estaba completamente acorralado por Kanale; su intento de dominarlo era tierno.
Estaba a punto de llegar a su límite. ¿Cuánto más tendría que aguantar? En cualquier momento llegaría al orgasmo sin siquiera ser penetrado. Soltó un sonoro suspiro al sentir como el segundo dedo se adentraba en él. Tan siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando Kanale le dijo que lo amaba. Su corazón se estremeció por completo. En ese instante lo sujetó del rostro y beso sus labios con intensidad, como si nunca más pudiera hacerlo— K- Kanale— susurró mientras los dedos abandonaban su entrada para ser reemplazados por el erecto pene de su amante.—¡Nnnngh, aaah!— se sujetó de los hombros del azabache en tanto su virilidad se adentraba entre aquella estrechez. Por momentos, apretaba sus glúteos para sentirlo más. No podía creerlo, realmente estaba haciendo el amor con su guardián.
Jamás había experimentado una sensación tan placentera, caería pronto en la locura. Si quiera había movido las caderas, pero creía que iba a explotar— No puedo... Kanale... Me voy a co...— gimió levemente, sintiendo como su entrada succionaba el miembro del otro— ¡Voy a correrme!— dijo entrecortado, expulsando el semen sobre el vientre del contrario. Su expresión orgásmica era sumamente deseable. Masao se dejó reposar unos segundos completamente sobre el colchón. Le daba vergüenza el hecho de no haber podido resistir para correrse juntos, no quería acabar lo que apenas habían empezado; mas no tenía de qué preocuparse, el simple hecho de estar siendo penetrado, de ser amado y observado con tanta pasión por Ayase lo excitaba, lo excitaba en demasía.
Edited by †NeKros† - 12/2/2018, 21:29. -
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"Tal vez esto sea un pecado que nos hara arder en el infierno, pero mientras pueda sostener tu mano todo al final valdra la pena amor mio".
No comprendía como alguien podría ser tan tierno y al mismo tiempo tan adorable. Cuando Masao se corrió acerco sus labios a este dándole un tierno y cálido beso, necesitaba mucho mas de este instante mágico que surgiese entre ambos, jamás creyó merecer ni tan siquiera una mirada suya, después de todo no eran iguales este amor recién descubierto era casi un pecado pero ¿no es acaso la manzana prohibida la más dulce? Su boca recorría la ajena en un beso tierno, se separó mirándole a los ojos lleno de emociones esas que un guerrero debía esconder pareciendo un ser sin emociones ni sentimientos.
Perdona pero necesito correrme...tu interior me insta a moverme aguanta un poco...-susurro para comenzar embestidas lentas al principio para darle chance de que se acostumbrase a su tamaño aumentando la intensidad conforme se sentía más dentro de su interior, jadeos y gruñidos de placer salían de su boca conforme sentía su miembro enchancharse como señal de que ya pronto se correría. Puso amas manos sobre las de Masao entrelazando sus dedos con los suyos convenciéndose que esto era real que no era un sueño loco que se borrara al llegar la mañana de un nuevo día.
Continuaba con aceleradas embestidas sintiendo que ya no le faltaba poco, su boca besaba cada parte de la anatomía del ser que por juegos del destino era dueño de su corazón-me vengo...-un ronco jadeo salió de su boca para luego morder suavemente su hombro en un acto intuitivo de tanto placer corriéndose con una amplia descarga de semen en el interior ajeno, su respiración entrecortada en los labios del joven para con cuidado salir de su interior haciendo que se acostasen ambos en la cama colocando su cara en su pecho cubriéndole luego con las mantas.
-Te amo Masao mi hermoso emperador...-sus dedos rosaban su cabello sabía que tenían que separarse ya que muy pronto vendrían a buscarles, habían pasado mucho tiempo ambos a solas lo más probable es que fuese sospecho pero al menos unos minutos tenían, deseaba que el tiempo se detuviese mientras se enfocaba en ese cálido rose con esos largos cabellos, se sentía tan feliz como en una burbuja en la cual nadie entraría solo ellos dos contra el mundo.
Edited by Saira - 30/12/2017, 11:42. -
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Sus mejillas ardían con intensidad. Le avergonzaba no haber resistido mucho más tiempo. No tenía experiencia sexual con nadie, era su primera y simplemente le hubiera gustado que fuese igual de placentero para ambos. Sus respiración estaba agitada aún, siquiera el suave y cálido beso contrario logró apabullar su excitación corporal; sin embargo, poco después se dio cuenta que no era el único, ¡y con mucha razón! El guerrero aún no había acabado.
Al escuchar sus tan vergonzosas palabras, no pudo hacer más que asentir y ocultarse en sus hombros. Si seguían de aquella forma, terminaría poniéndose duro nuevamente. Cada sonido emitido por el contrario lo volvía loco. Era tan sensual, varonil y erótico. Su interior comenzaba a acoplarse a la forma del miembro contrario con cada embestida. Aquello que en un inicio fue un tanto doloroso, ahora lo estaba llenando de extremo placer. Apretó fuerte el agarre de Kanale, sin dejar de mover sus caderas para llevar a su amante al límite.
Cada beso que dejaba marcado en su cuerpo, ardía con intensidad. Cuando este llenó su interior con su jugo, gimió con fuerza y varias lágrimas se escaparon de sus ojos debido a la fuerte sensación de éxtasis. Le faltaba el aire, nunca había sentido algo similar. Aquella esencia descendía de su entrada una vez que se separaron, volviendo pegajosa la sensación de sus piernas y trasero.
Kanale tuvo la amabilidad de colocar una sábana sobre él, mientras lo rodeaba amorosamente con sus brazos. Las palabras contrarias provocaron que el corazón de Masao se apretara. Ocultó su rostro en el pecho contrario y no pudo evitar comenzar a mojarlo con sus lágrimas. Era difícil decirlo, pero ya no le importaba. No tenía nada más que ocultar a su guardián luego de haberle entregado su cuerpo y alma— Yo también te amo, Kanale, te amo muchísimo, muchísimo. Más de lo que puedes imaginar— musitó tratando de que sus palabras no se ahogaran por su llanto, que era feliz y melancólico.
Él quería estar de esa forma por siempre con Kanale, pero seguramente tendría que casarse con la princesa de otro reino para mantener la paz entre todos. Por el momento, no quería pensar en eso— La señora Chiyo se molestará si encuentra este desastre. Ayúdame... ayúdame a limpiar mi cuerpo. Es... una... orden...— luego de tal suceso, ya no sabía como dirigirse a Ayase. Solo aquella pronunciar aquella petición le provocaba una gran vergüenza.
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"Un hermoso sueño, uno en el cual deseo pasar mis días...no temas si estamos juntos todo es posible".
Rosaba el cabello ajeno mientras sentía humedad ¿estaba llorando? Sonrió al escucharle sin dejar de arredrar sus dedos en esos albinos cabellos. Podría decirle tantas cosas en ese instante pero estaba tan lleno de emociones que decirle algo coherente le resultaba complicado, pero tan poco veía justo permanecer callado. Sus ojos se enfocaron en cada detalle de la habitación de su ahora amante, entendía todo esto, Masao era un futuro emperador debía casarse con una linda princesa, continuar con la línea de su familia, debía tener un matrimonio feliz...vivir de las apariencias; eso no era justo ¿Dónde quedaba el verdadero amor en todo esto?.
Suspiro pesadamente sintiendo el peso de este amor y el futuro turbulento que se mostraba ante ellos ¿miedo? No, preocupación por su amor, no deseaba que toda la luz que veía en él se desapareciese producto de tantas apariencias y responsabilidades.
Coloco sus manos en las mejillas ajenas haciendo que sus miradas en nueva cuenta se encontrasen- ¿Cómo puedes ser tan sensual?-pregunto mientras depositaba un nuevo y corto beso en los labios tan dulces que deseaba marcar como suyos ¿deseaba ser egoísta?.
Aunque fuese un sueño momentáneo lo quería y mucho. Jalo luego del beso su labio inferior en un gesto entre dulce y coqueto, este hermoso joven sacaba al exterior cosas de Kanale que ni el mismo conocía, posiblemente el soldado serio pecaba de romántico y de cuidadoso, su emperador se le hacía tan delicado que instintivamente deseaba cuidarle y verle sonreír.
- ¿Limpiarte? Pero si te ves tan hermoso...tan tentador joven amo...-susurro quemando con su cálido aliento esos deliciosos labios, debía salir de esta intensa ensoñación en la cual estaba perdido, “los sueños por muy hermosos que sean no son más que sueños ¿no es esto un sueño que nos hace flotar a ambos? Lo mejor es mantener los pies sobre la tierra” los ojos del guerrero mostraban tanta nostalgia y amor.
Con sus dedos delineo los labios ajenos sin dejar de verle a los ojos- ¿Y si tomamos un baño juntos? ¿Te gustaría? Debo dejar muy limpio a mi señor, no podemos permitir que alguien le vea así, tal hermoso...tan sexy...-susurro mientras acortaba la distancia entre los dos de nuevo mientras le daba un cálido y tierno beso, solo deseaba un poco más de esto, y luego regresar a la realidad ¿tan malo era eso?.
Edited by Saira - 10/3/2018, 19:02. -
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Al sentir los labios que se posaban sobre los propios, cerró de improvisto los ojos mientras sus mejillas se sonrojaban de nuevo. ¿Sensual? Nadie le había dicho tal cumplido antes, siquiera sabía, hasta hace poco, que poseía aunque fuera un pequeño lado erótico, uno muy deseoso de Kanale. Su labio inferior fue atraído por la suave mordida de Ayase. Masao sonrió ligeramente, sin perder el rubor de sus mejillas. Las lágrimas ya no estaban cayendo sobre sus mejillas y todo se debía a los amorosos besos de Kanale.
— Debes limpiarme— le contestó, una vez más, estando con sus rostros tan cerca— Estoy muy pegajoso... allí abajo— dijo entre tímido y pícaro, casi fue una invitación para que el mismo guerrero lo comprobara por su cuenta. El tacto de Kanale sobre sus labios hizo despertar sus sentidos. Al parecer, él estaba un paso delante de sus pensamientos. Bañarse juntos... Sólo la idea se le hacía excitante, pero a su vez muy vergonzosa. Jamás había entrado a unos baños junto a otra persona que no fuera la encargada de vestirlo, es decir, Chiyo, quien era casi su segunda madre.
Ningún otro miembro del palacio tenía derecho a bañarse junto al príncipe— Yo...— se dejó llevar por el beso de su guardián. Rodeó el cuello del contrario con sus delgados brazos y se prendió a los labios contrarios. Si seguía así, nuevamente perdería el control— Kanale es tan tierno y yo... Parece que sólo tengo pensamientos impuros— pensó sintiéndose avergonzado— Ya que tu causaste este... desastre... — dijo nervioso— Debes ser tu quien lo limpie. Es... la orden del príncipe— terminó de decir y se quedó mirándolo a los ojos, sin quitar sus brazos del cuello contrario— Por favor, cuida de mí, Kanale— no quería pedirles las cosas como un príncipe, quería pedírselas como Masao Sakurai, el joven que desde hacía mucho tiempo se había enamorado de su guardián.
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El joven no sabía con sinceridad lo tentador que era ¿o lo sabía y por esa razón actuaba de dichos modos? Sonrió pícaro mientras su mano bajo a la entrada de su amo rosando esta superficialmente sin dejar de observar cada reacción ante sus actos, delineo ese lugar humedecido aun por su semen sin dejar de sonreír-sí, estas todo mojado aquí-sus labios tan cerca de los ajenos mientras hablaba con su voz ronca-aunque te lave por días no podre arrancarme de ti dulce Masao-al igual que si ambos se alejasen este día o fuesen separados por las circunstancias este momento seria inolvidable, nada lograría borrar la dicha de semejante instante, estaba flotando en la ensoñación del que busca un hogar cálido y lo encuentra al fin.
Le dio un corto beso en los labios para sin titubeo alguno tomarle entre sus brazos cual princesa, su amo en comparación resultaba ligero, no era mayor problema para Kanale llevarle. Con lentitud le llevo en brazos al baño, al llegar allí les aguardaban unas posas frías y calientes similares a aguas termales, pero con más lujo que las normales-sabía que mi señor era un pervertido, pero selo por favor solo conmigo-le pidió depositándole con sumo cuidado dentro de aquellas aguas cálidas justo a sus pies entrando luego igualmente el en ellas tomando algo de jabón comenzando a pasarlo por la piel de pecho del joven, incluso parecía un acto completamente erótico por la lentitud en la que la hacía en lugar de un gesto de aseo.
Limpiare tu cuerpo con delicadeza y cuidare de ti, mientras estemos juntos nada malo te pasara amor mío-susurro convencido de eso, aunque debiese dar la vida por proteger la seguridad de Masao lo haría sin duda alguna, aunque incluso debiese privarse de su felicidad para mantenerle sano y salvo lo haría, después de todo bien cierto es “que el que se enamora primero pierde” y ahora que lo pensaba mientras continuaba pasando aquel jabón por ese exquisito cuerpo se daba cuenta que este amor era incluso infinito, tal vez incluso sería un amor eterno por muy idealizado que sonase aquello, su mano bajo a la entrada ajena debajo del agua-sí que estas sucio aquí, pero mas alla que lavarte deseo continuar ensuciando esta parte-susurro mientras su otra mano continuaba el aseo de su parte superior..
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