El pecado que nos unió / Usagi x Misaki x Ijuuin/ Capítulo 8 / Actualizado 22-04-2020

Misaki descubre que el inicio de su relación con Akihiko no fue producto de la casualidad. En medio del dolor, Ijuuin se convertirá en su apoyo./ Advertencia: Lemon

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  1. Aulu
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    "Me tienes en tus manos y me lees lo mismo que un libro. Sabes lo que yo ignoro y me dices las cosas que no me digo." (J.S)
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    Capítulo 6



    Akihiko movió su cabeza tratando de despejar su mente de aquellos recuerdos.

    Se levantó del sofá y se dirigió escaleras arriba, entró a la habitación que había pertenecido a Misaki. Aquella que a veces permanecía vacía debido a que el escritor llevaba al castaño a su propia habitación.

    El aroma de la persona ahora ausente aún se podía percibir.

    El peliplata se sentó en la cama y lloró a solas, ya no estaba el único al que le hubiera permitido verlo en aquel estado.

    El desahogarse un poco le hizo bien, había necesitado aquello para recobrar fuerzas y volver a pensar claramente.

    Sabía que tendría que luchar para volver a reconquistar a su castaño.

    Para Akihiko no existía otra opción más que volver con Misaki, que todo volviera a ser como antes. Su mente bloqueaba la posibilidad de haberlo perdido para siempre o de lo contrario se derrumbaría.

    Antes de retirarse de la habitación la observó detenidamente.

    El volverá. –pensó.

    La puerta se cerró y la habitación quedó envuelta en penumbras.




    La cena está servida. –anunció de pronto Ijuuin del otro lado de la puerta.

    El castaño se sobresaltó.

    S-si, en seguida salgo. –respondió Misaki tratando de modular su voz para que esta no delatara su tristeza.

    Pero fue en vano.

    Ijuuin notó al instante que no se encontraba bien.

    El mangaka abrió la puerta y entró. Vio al castaño tapándose los ojos con las manos. Tomó suavemente sus muñecas y las apartó, un par de ojos color esmeralda llenos de lágrimas aparecieron.

    Las miradas de Ijuuin y Misaki se encontraron. El menor sintió que había vivido una escena similar anteriormente.

    Recordó su primer beso con Akihiko. Aquel día tampoco podía dejar de llorar y la solución de Akihiko fue darle un beso.

    Se odió por recordar aquello.

    No trates de ocultar tu tristeza. No tienes por qué hacerlo. –dijo Ijuuin mientras liberaba gentilmente las muñecas de Misaki. Ya que no quería hacer sentir presionado a Misaki para que contara aquello que lo había afectado de esa manera, decidió actuar como si no lo hubiera encontrado en aquel estado – La cena está lista, pero antes sería buena idea que te des un baño. El agua caliente ayudará a que te relajes. Iré a preparar la ducha.

    El castaño observó cómo Ijuuin salía de la habitación.

    El mangaka se encontraba ya en el umbral de la puerta cuando unas manos se aferraron a su espalda impidiéndole continuar.

    Muchas gracias. –susurró el menor mientras apoyaba su cabeza en la espalda de Ijuuin.

    Se quedaron en silencio un momento. Luego, Misaki se apartó y empezó a buscar su ropa.

    Me bañaré rápido para no retrasar la cena. –dijo el castaño evitando mirar al mayor y actuando como si de verdad se encontrara concentrado en aquella actividad.

    No te preocupes. –respondió Ijuuin y salió finalmente de la habitación.


    El corazón del mangaka nunca había experimentado hasta ese día tantos sentimientos encontrados. La felicidad de encontrarse al lado de la persona amada, la tristeza que le transmitía ver a Misaki en aquel estado, la impotencia de no poder ir a darle su merecido a Akkihiko por lo que sea que le hubiera hecho a Misaki, todo eso al mismo tiempo.

    Pero se prometió así mismo una cosa: el castaño volvería a ser el de antes, haría todo lo posible…y lo imposible también.


    Luego de la cena, Ijuuin y Misaki se sentaron frente al televisor. El mangaka lo había animado a ver alguna película antes de dormir, quería distraerlo y evitar que pensara demasiado en lo que sea que lo estaba torturando.

    Vieron una de esas películas que se ven por hacer tiempo y cuando esta terminó el castaño se encontraba completamente dormido en el sofá.

    Misaki…debes de ir a tu habitación…–dijo el mangaka lo suficientemente alto como para que este pudiera escucharlo, pero sin despertarlo bruscamente.

    No obtuvo respuesta.

    Con suavidad lo cargó y lo llevó a su habitación. Una vez ahí lo depositó en la cama.

    Ijuuin intuyó que el castaño no había dormido nada desde el día anterior o de lo contrario se hubiera despertado ya producto del movimiento.

    Cuando terminaba de arroparlo, Misaki empezó a moverse un poco.

    Usagi-san…no…no soy mi hermano…–murmuró el menor en sueños. Su rostro estaba tenso.

    El mangaka trató de interpretar aquellas palabras. ¿El hermano de Misaki se encontraba involucrado? ¿Qué era lo que había pasado?

    Yo, Ijuuin, te prometo que todo estará bien. –le susurró mientras apartaba los mechones de cabello del rostro del menor.

    El rostro de Misaki se relajó, como si lo hubiera escuchado.

    El mangaka se quedó un par de horas vigilando el sueño del castaño hasta que fue a su propia habitación.



    La mañana siguiente, Ijuuin despertó temprano. Tenía que ir a la editorial, pero antes quería preparar el desayuno para Misaki. Sin embargo, cuando se dirigía a la cocina, se encontró con una sorpresa.

    El castaño había colocado ya en el comedor el desayuno que acababa de preparar.

    Ijuuin, espero que le guste. –dijo Misaki esbozando una sonrisa.

    Sonrisa que el mangaka sabía estaba forzando.

    Muchas gracias, Misaki. No debiste molestarte. –

    No es molestia. Además, así me mantengo ocupado…–

    El castaño se arrepintió de haber mencionado aquello último.

    …para no pensar en Usa….Akihiko…–completó la frase mentalmente.

    Desayunemos, todo se ve delicioso. –lo animó Ijuuin.



    Después de comer, el mangaka siguió a Misaki a la cocina.

    Yo puedo lavar y secar. –dijo el menor un poco asombrado. Estaba acostumbrado a realizar aquellas tareas solo.

    Es más fácil si se hace de a dos. –respondió Ijuuin. Él siempre se había ocupado del departamento, no le parecía correcto delegarle aquella responsabilidad a Misaki.

    Para Misaki fue un poco extraño el lavar y secar acompañado de Ijuuin. Trataba de no recordar, de no comparar, pero le era inevitable. En el departamento de Akihiko él era quien se encargaba de totas aquellas tareas sin ayuda. Estaba muy acostumbrado a ello. Le gustaba engreír a Akihiko de esa manera. Y, aunque siempre se negara, le gustaba cuando Akihiko interrumpía esas labores para besarlo o iniciar algo más...

    Una vez acabaron de dejar todo limpio, Ijuuin le comentó al castaño que saldría a la editorial. Misaki se sobresaltó un poco por ello.



    Sólo asistiré a una reunión así que espero estar de vuelta temprano. El fin de semana podemos pasear. –comentó el mangaka quien ya se encontraba listo para salir.

    Misaki lo miró fijamente, quería decirle algo, pero no sabía cómo.

    ¿Sucede algo? –preguntó Ijuuin.

    Yo…quiero pedirle un favor…–

    Claro, sólo dime cómo puedo ayudarte. –

    Si…si ve a Akihiko…por favor, no le diga que estoy aquí…él piensa que estoy en casa de mi hermano…–

    No te preocupes, actuaré como si no te hubiera visto. Estate tranquilo respecto a esto, ¿está bien? –

    Misaki asintió, se sentía avergonzado por lo que acababa de pedir.

    ¿Irás a clase hoy? –preguntó el mangaka.

    No. Volveré a ir a partir del lunes…–

    Bien. No debes de descuidar tus estudios. Por ahora intenta estudiar un poco, si no entiendes algo puedes preguntarme cuando esté de vuelta. –

    Está bien, muchas gracias. –

    Ah, antes de irme. Ven un momento. –pidió Ijuuin.

    El castaño lo miró con curiosidad antes de seguirlo.

    El mangaka lo guió hasta su cuarto de trabajo. Al entrar Misaki se encontró con un cuarto lleno de bosquejos, afiches, figuras y todo lo que pudiera existir del manga creado por Ijuuin.

    Aquí es donde se crea “The Kan”. ¿Qué te parece? –

    ¡Es genial Ijuuin-sensei! –dijo un emocionado castaño. Estar ahí era en verdad un sueño hecho realidad para cualquier fan.

    Misaki recorrió la habitación de un lado a otro, admirándose cada vez más de las cosas que encontraba.

    ¡Ijuuin-sensei, este es el primer volumen que salió a la venta! ¡Y aquella es la edición especial de aniversario! –eran el tipo de frases que exclamó el menor durante varios minutos.

    Cuando nuevamente se encontró cerca de Ijuuin se percató que este sonreía de una manera especial.

    ¿Pasa algo? –preguntó un poco confuso el castaño.

    Hacía tiempo que no me llamabas así, Ijuuin-sensei…–



    Misaki, una vez Ijuuin se fue, regresó a su habitación. Estaba por abrir uno de sus libros cuando la luz de su celular se encendió.

    El corazón del castaño se aceleró. Trató de convencerse inútilmente que podía tirar el celular a la basura y así no tendría que enterarse de alguna notificación de mensajes o llamadas. No quería ver aquel nombre…

    Finalmente, cuando abrió la tapa del celular, encontró que tenía un mensaje nuevo.

    “Misaki, debo hablar contigo. Estoy en camino”






    Nota de la autora:

    Gracias Tsumki-chan, panda-Perv-chan, Anne onodera takano, Angellitha, Suzuki Hoods, Kari~san :3, kasane teto 567 :'D, Dan Angel, Janet., Aobwaa, lobo oscuro por sus comentarios.

    Nunca pensé que podría llegar a tardar tanto en actualizar, pero como he mencionado alguna vez nunca dejaría algo incompleto.
     
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77 replies since 25/1/2016, 02:04   4125 views
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