Work song- (Akihiko x Hiroki)

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. ~Akemi~
        +2   +1   -1
     
    .
    Avatar

    be kind
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    3,083

    Status
    Anonymous
    :=NEWWWA:
    Feliz Día de San Valentín.

    Vengo a dejarles este fic, espero que les guste mucho. Aunque tengo que decirles que esta historia no es 100% mía, sino que la idea original es de Himiko-chan Hirisashi, una escritora que personalmente me encanta. Su especialidad es el hirohiko(? (Aunque también escribe otras parejas).

    Ella me ayudo dándome permiso de hacer la adaptación de su fic "Chocolate blanco y recuerdos para San Valentín" que se los dejo aquí (www.fanfiction.net/s/10110959/1/Ch...n-Valent%C3%ADn) Tienen que leerlo para que le entiendan mejor a este fic.

    La canción que utilice para la Historia fue "Work Song" de Hozier, que es uno de mis cantantes favoritos

    En fin, espero que les guste está historia, también que se la pasen bonito. No sé si en otros países ya sea 15 pero aquí, en México apenas es 14.
    Bye bye. :=amors:



    Work song – (Akihiko x Hiroki)


    large



    Chicos, trabajando sin ganas,
    ¿Es esa la forma
    De enfrentarse al ardiente calor?
    Yo solo pienso en mi nena,
    Estoy tan lleno de amor que apenas puedo comer.


    Akihiko suspiraba por décima vez.

    Isaka lo había sacado de su casa a las siete de la mañana y lo obligó a ir a la editorial para perder el tiempo.

    Él podría estar al lado de su hermoso esposo embarazado, pero no, estaba ahí, en la editorial, mientras Isaka le decía quién sabe cuántas estupideces.

    Se recargó en el respaldo de su silla y echó la cabeza hacia atrás.

    Ese día era San Valentín, y toda la editorial estaba ambientada para la celebración. Corazones rosas y rojos estaban por todas partes y el lugar olía a chocolate. Él no era un fanático de aquel dulce, pero tampoco le desagradaba, de hecho le gustaba el chocolate blanco, pero en general aquel sabor no era para él.

    Vio a varias editoras regalar chocolates Todos sabían que estaba casado, pero aun así hubo un par de los tradicionales dulces para él.

    No hay nada más dulce que mi chica
    Nunca quise a esas de los cerezos
    Porque mi nena es lo más dulce que puede haber,
    Me produce dolor de dientes con solo besarla.


    - ¿Me estas escuchando Akihiko?
    -Sí, te estoy escuchando desde hace más de tres horas.
    -No tuve la culpa de que se cancelara la promoción de tu libro- Akihiko no le creyó.
    -Sí, claro.
    -No sé cómo el pobre de Hiroki te ama tanto.
    -Y yo no sé cómo el pobre de Asahina te aguanta.-Isaka se alejó molesto.

    Akihiko respiro de nuevo el aire que le rodeaba y un dulce recuerdo llego a su memoria.


    Ese día era 14 de febrero, llevaba un año viviendo en Japón y aun le parecía raro que fueran las mujeres quienes daban regalos, sobre todo chocolates.

    Las últimas semanas todas las tiendas se habían vestido de rosa y mostraban en sus aparadores los más finos y deliciosos dulces y ni siquiera él se pudo resistir a comprar una caja.

    Se sonrojó al ver lo que tenía en las manos, una caja roja, bastante linda y llena de chocolates amargos, que eran los favoritos de Hiroki. En su escuela habían hecho una actividad para regalar chocolates con una nota y en calidad de anónimo y el no perdería la oportunidad de regalarle algo a su amigo.

    Suspiró emocionado y guardo la caja en su mochila, se había propuesto llegar más temprano a la escuela para que nadie viera que regalaría unos chocolates, aunque eso significara viajar en el mismo auto que su hermano.

    -Akihiko-sama, lo estamos esperando.
    -Ya voy Tanaka.
    -¿Puedo preguntar por qué quiere llegar más temprano el día de hoy?- Akihiko sonrió y bajó la mirada.
    -Es una sorpresa.


    Miraba por la venta sentado a un lado de su hermano. Tendría que tomar otro camino pues pasarían primero a la escuela de Haruhiko ya que tenía su clase de piano.

    Pasaron frente a una tienda de chocolates y por un segundo Akihiko lo vio.
    Ahí estaba Hiroki, entrando a la tienda mientras se ponía el gorro de su caperuza totalmente negra.

    -¿Ese no es tu amigo Hiroki?- Le habló su hermano.
    -Creo que sí.
    -¿Y que hace en una tienda de chocolates? ¿Sabes si alguien le gusta?-Akihiko negó y una sonrisa apareció en el rostro del mayor.
    -Tal vez yo le regale algo el Día Blanco.- Akihiko sintió como le hervía la cara del enojo, pero se obligó a disimular, su hermano siempre buscaba la manera de hacerlo enojar.


    ¿Qué hacia Hiroki en una tienda de chocolates? ¿Tenía pensado regalar alguno?

    Bajó la mirada tristemente al imaginarse a Hiroki regalándole chocolate a alguien que no fuera él, pero ¿por qué se sentiría triste? Después de todo solo eran amigos.

    Cuando llegó la escuela miro por última vez la caja de chocolates en sus manos. Sonrió tristemente. San Valentín no se trataba de quien recibía más regalos, sino de dar regalos con el corazón, y vaya que Hiroki ocupaba un lugar importante en el suyo. Así que mientras él le diera algo a Hiroki, no debería importarle si el castaño le daba chocolates a otra persona.

    Sonrió y entrego los chocolates al encargado de repartirlos con una nota anónima.


    No era que le gustara, pero sabía que algo así iba a pasar, había recibido muchos chocolates ese día, y cuando decía muchos era de verdad bastante. Algunos eran demasiado dulces o tenían nueces y él era alérgico a ellas; a excepción de una caja. Eran unos chocolates bastante caros, chocolate blanco con nuez Macadamia marca Valrhona, solo los había visto en Inglaterra y costaban alrededor de cincuenta dólares.

    Solo una persona sabía a qué nuez no era alérgico; Hiroki.

    Volteo en dirección a su banca y ahí lo vio, estaba sonrojado mientras contemplaba una solitaria caja roja en su pupitre, sin embargo Akihiko pudo notar que estaba sonrojado por el calor que se acumuló en las mejillas, y nada lo hizo más feliz.


    -Me voy Isaka.
    -Aún no hemos terminado de revisar tu manuscrito.- le dijo, tratando de detenerlo
    -Ya lo revisamos cuatro veces.
    -Pues sigue estando mal.
    -Tu solo quieres tenerme aquí, yo necesito estar con Hiroki.
    -Él está bien sin tu presencia.
    -Claro que no.

    Y así es como se había formado una pelea en medio del pasillo hacia el ascensor.

    -Si te quedas te daré una semana de vacaciones.
    -No lo creo.
    -Un mes.
    -Ni por un año me quedaría un minuto más aquí.- le dijo el escritor esquivándolo y entrando al ascensor.
    Isaka tuvo que resignarse y ver como el escritor salía de la editorial.

    -Trate de detenerlo lo más que pude Hiroki- se dijo a si mismo.-Pero te casaste con alguien bastante terco.

    Chicos, cuando mi chica me encontró,
    Yo llevaba tres días borracho de pecado.
    Desperté con sus paredes rodeándome,
    Sin nada en su habitación, salvo una cuna vacía.


    El día se había nublado un poco, pero aun así el clima era agradable. Entró a su deportivo y mientras conducía pudo recordar cómo se había enamorado de Hiroki; era un recuerdo agridulce.


    Sucedió en un Día Blanco. Él aún creía estar enamorado de Takahiro y ese día planeaba darle chocolates. ¿Por qué no?
    Incluso le había pedido su consejo a Hiroki y ahora que lo pensaba había sido demasiado torpe y egoísta de su parte.

    Cuando Takahiro le dijo que le gustaba alguien más y que tenía pensado darle chocolates Akihiko se sintió la persona más idiota del planeta. Le deseó suerte con una sonrisa falsa en el rostro y fue al bar más cercano, pero ni siquiera tuvo el valor de emborracharse.

    -Akihiko- Oyó aquella voz suave y al alzar la vista se encontró con su amigo.
    -Sácame de aquí.- No supo siquiera como es que habían llegado a su departamento o como había terminado haciendo el amor con él.

    A la mañana siguiente aún tenía la sensación de su piel en las manos
    Aún podía oír sus gemidos y sollozos.
    Aún podía sentir su corazón ardiendo.
    Aún podía ver aquella mirada cristalina.

    Y supo que no había vuelta atrás.
    Que lo amaba.

    Y yo ardía con fiebre,
    No me importaba mucho cuánto tiempo había vivido,
    Pero juro que creí ella era un sueño
    Ella ni una sola vez me preguntó sobre el mal que había hecho.


    Era increíble que ahora estuviera ahí, frente a la mansión en la que vivía con Hiroki, quien era su esposo y tenía ya siete meses de embarazo. Entró a su hogar y se encontró con una agitada sirvienta.

    -¿Dónde está Hiroki?-Le preguntó.
    -En su habitación Usami-sama.
    -Ya volví.- anunció mientras rápidamente subió las escaleras.

    Al entrar se encontró a Tanaka quien tenía el aspecto de haber corrido un maratón. Aun así lo saludo tan formal como siempre.
    -Si me permite voy por un vaso de agua.- Le dijo el agitado mayordomo.
    -De acuerdo. Hola a los dos.- en cuanto Tanaka salió de la habitación saludó a su esposo embarazado, que reposaba en la cama, justo donde lo había dejado en la mañana.
    -Hola ¿Cómo te fue?
    -Ni me lo preguntes- Bufó mientras se recostaba a su lado, lo besaba gentilmente y le contaba lo mal que había estado su día.
    -Por lo menos ya estás aquí.- le animó y Akihiko le regaló una sonrisa.
    -¿El bebé me extrañó?
    -¿Y por qué no me pregustas si yo te extrañe?
    -Porque eso es obvio.- Le contesto con simpleza aunque Hiroki se mostró molesto.
    -Muy gracioso Bakahiko, pero sí, él también te extrañó si lo querías saber.- le dijo con un sonrojo en el rostro. Y ahí, entre todas las almohadas estaba recostado el amor de su vida, más tierno que nunca con su abultado vientre.

    -Sé que te incomoda, pero ¿Puedo?- le pregunto tímidamente posando sus manos sobre su vientre, Hiroki asintió y él comenzó a acariciar suavemente la piel sensible, pudo sentir los movimientos de su bebé y la respiración suave de su esposo. Se preguntó si podía estar más feliz.

    Cuando llegue mi hora,
    Colócame cuidadosamente en la fría y oscura tierra,
    No hay tumba que pueda retener mi cuerpo,
    Me arrastraré a casa hasta ella.


    -Se está moviendo, Hiroki.-Le dijo emocionado. Alzó la mirada, pero el castaño parecía estar perdido en sus pensamientos y Akihiko solo conocía una manera para traerlo de vuelta. Alzó la suave camisa de dormir y comenzó a hacerle cosquillas. Hiroki reacciono y se llevó las manos a la boca intentando inútilmente ocultar su risa.

    -Basta… por…por favor- le decía entre risas mientras se encogía e intentaba inútilmente alejar a Akihiko quien finalmente cedió a sus suplicas y dejó besos más largos en su vientre, para luego subir lentamente a su pecho, su cuello, su mentón y finalmente sus labios.

    Había esperado todo el día por eso. Había deseado estar con Hiroki y hacerlo suyo, por lo que profundizo el beso haciéndolo un tanto salvaje, sin embargo Hiroki coloco delicadamente su mano sobre el pecho de Akihiko y lo alejó.

    -¿Sabes qué día es hoy?
    -Si no mal recuerdo el día doscientos veintiocho de tu embarazo.
    -Aparte de eso idiota.- Hiroki volteo y de atrás de las almohadas sacó una caja brillante y blanca que él recordaba bastante bien.- Feliz San Valentín, amor.

    Mi chica nunca se preocupó
    Sobre lo que mis manos y mi cuerpo han hecho


    Akihiko vio la sonrisa de Hiroki haciéndose más grande y sus ojos brillando como los de un niño pequeño que acababa de cometer una travesura. Él le sonrió coqueto.

    -Entonces, ahora que me los das directamente ¿Me dejaras agradecerte por los dos?
    -¡¿Qué?! ¿Lo sabias?- Akihiko casi rió ante su rostro consternado.
    -La verdad desde que recibí aquella caja lo sabía, pero me pareció raro que lo pusieras como anónimo.- Le dijo, por la pura satisfacción de verlo alterado.
    -¿Qué…? ¿Cómo…?- Balbuceo y Akihiko jamás sintió tantas ganas de besar esas sonrojadas mejillas como ahora.
    -Fácil, hasta la fecha tú eres el único que sabe que el único dulce que me gusta es el chocolate blanco y que solo puedo comer nuez de Macadamia- Vio el rostro de Hiroki descomponerse por la decepción, tal vez debió haber sido más gentil y actuar sorprendido.

    Si el Señor no me perdona,
    Todavía tendré a mi chica.
    Y mi chica me tendrá a mí.


    -Como antes y ahora es el regalo perfecto- Le dijo tiernamente tomando sus manos y envolviendo uno de los chocolates en forma de corazón con ellas.- Gracias.

    Volvió a besarle, esta vez con calma y acariciando gentilmente su cuerpo. Se separaron cuando Hiroki lanzo un gemido de dolor y Akihiko se alejó preocupado.
    -No fue tu culpa.- le tranquilizó- El bebé se emociona cuando estas cerca y se mueve un tanto violento.
    -Entonces ¿Qué te parece si lo calmamos?- Le sonrió pícaramente pues su bebé siempre se quedaba dormido cuando le hacia el amor a Hiroki, quien al instante se sonrojó y estuvo a punto de golpear a Akihiko, hasta que este lo besó de nuevo haciéndolo olvidar su enojo y su vergüenza.

    Cuando besaba a mi nena,
    Y ella sacrificaba su amor, suave y dulce,
    Bajo la luz baja de la lámpara yo era libre,
    Cielo e infierno eran solo palabras para mí.


    Horas después cuando ambos descansaban saciados y adormilados en la cama Akihiko besó la frente del castaño mientras este luchaba por mantenerse despierto, aunque los suaves mimos de su esposo no lo estaban ayudando mucho.

    -Te amo.
    -Yo también te amo… Akihiko.

    Fin♡


    Edited by ~Akemi~ - 4/3/2016, 20:51
     
    Top
    .
8 replies since 14/2/2016, 19:23   273 views
  Share  
.