777 (ItaSasu) (Naruto)

Lo tenía todo, estaba a semanas de graduarse y estrenaba nuevo departamento de soltero… Precisamente eso lo enfurecía… Ser un amargado soltero. ItaSasu. Mpreg

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  1. litzy Mei
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    Hola !!!
    Me encanta tu idea de la historia, buena redacción...
    Ah !!! Me gusto cuando Itachi dijo que habia embarazado a otra (la imaginación de Sasuke) jajajaj :v
    Espero con ansias el siguiente capítulo, cada vez se pone mejor c:
    Pd: Me gusta ver a Sasuke sufrir jejjejej :v
     
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  3. Norma Bmp
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    Por favor no nos dejes así!
    XDDDDDDDD

    Me encanta este Sasuke, suena todo hermoso.
    Ya me estaba creyendo todo el dramamon y pensando que haría Sasuke, compartiendo al padre de su hijo lol y que risa con las reacciones de Fugaku y Mikoto.
    Aunque en el anterior capítulo casi lloro cuando la otra chica que iba a abortar.

    Continúa rápido, por favor.
     
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    Lo que se pierde ...jamas regresara...- Bocchan (Kuroshitsuji)

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  6. Azusa Kinose
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    Derecho de Autor:

    Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto.

    SINOPSIS:

    Sasuke ha decidido recibir a la cigüeña, ahora tendrá que ocultar nueve meses el embarazo o… correr el riesgo de ser asesinado por su padre.

    ADVERTENCIA:
    Universo alterno. Uchihacest. Mpreg (hombre embarazado). Embarazo adolescente.

    La breve Ingenuidad de Sasuke




    Había desayunado tres muffins de limón y le había puesto chocolate a la taza de leche, ni había tocado el durazno trozado y el cereal que su madre le alcanzó. Ella tenía pegada en la heladera la dieta de su hijo menor, el menú a base de verduras y legumbres, cero azúcares agregados y nada de harina era respetado por Sasuke de lunes a viernes. Los fines de semana, él se permitía un gustito con un sándwich o hamburguesa. Y nunca pero nunca, metía chocolate a la leche. Jamás. Sasuke odiaba el chocolate o cualquier otra cosa dulce. Es más utilizaba edulcorantes en la leche o té, en el último año había abandonado su dependencia al endulzante artificial y bebía sin aditivos.

    ―Cariño…

    Ella comenzó y no sabía cómo seguir. ¿Estás bien? Una pregunta que quería hacerle. Era raro ver a su adorable príncipe comiendo sin culpa alguna un alimento altamente calórico. Cuando Itachi saboreaba un muffin a primera hora de la mañana, Sasuke siempre hacía una mueca de asco. A decir verdad… Esos muffins estaban en la mesa porque Itachi estaba en casa, sino hace tiempo que hubieran dejado de estar entre los platillos del primer alimento del día.

    Sin embargo, viéndolo bien…

    ―Mamá… ―musitó, Sasuke todavía masticando el tercer muffin con delicadeza.

    El menor se veía realmente hermoso. Mucho más lindo que en otras mañanas, Mikoto apoyó su rostro en su palma derecha. No era que Itachi fuera feo… Pero sinceramente Sasuke era extremadamente precioso. El mayor tenía un aire como de dominante y caliente, idéntico al padre un macho alfa. En cambio, el príncipe de mamá trataba de actuar como los otros dos, infundir temor a quien se le acercara. No, lo conseguía su pulcro rostro… Era demasiado tentador para que cualquiera se aventurara echar una lujuriosa vista. “Se parece tanto a mí” fue lo que pensó Mikoto. Ella actuó a la defensiva, cuando fue asediada por Fugaku… Escondía su belleza, con un carácter difícil para espantar a su pretendiente. “Y no lo conseguí…” se confesó interiormente.

    Sasuke mostraba sus espinas, pero estaba sin ellas comiendo. Sería cierto aquello de que un dulce te azucara la vida, su hijo tenía un aire distinto y era realmente lindo.

    ―No, nada. Perdona tuve un pensamiento tonto, te ves tan radiante, cariño ―expresó feliz.

    ―Qué bien ―contestó él, más concentrado en el exquisito sabor de la masita que en la duda de ella.

    Siguió desayunando a gusto, no sabía Sasuke que una de las desgracias del embarazo es la devolución repentina de comidas disfrutadas. Durante la clase de inglés, se sentía mareado. El testarudo Uchiha, no le hizo caso a su malestar y continuó en clase. Faltando diez minutos para el cambio de horario, Sasuke entregó su trabajo del día y pidió salir a tomar agua. La profesora, una señora regordeta y consentidora de los alumnos ejemplares –bendita bendición de los “chicos aplicados”-, le permitió retirarse, sin prestar atención a la queja de Naruto, el payaso del curso –según la mayoría del cuerpo docente. Y no se asombre nadie, que los profesores catalogan a los alumnos por su disciplina-.

    El primero de la clase, con impecable legajo y miembro del consejo estudiantil, corría por el pasillo del segundo piso. Su misión era encontrar con prontitud el baño, una acidez corría por su boca… y temía a que se deberían esos síntomas. Sasuke, sin mirar el cartel del baño, ingresó rápido y se reclinó sobre el inodoro, unos segundos después abrió grande la boca y su cuerpo evacuó todo. Una pasta blanca con manchas marrones y trocitos como de pan, de lo poco que se podía distinguir, fue expulsado de su estomago.

    Era oficial, Sasuke Uchiha había vomitado el delicioso desayuno de la mañana. Tras escupir los restos que quedaron en su boca, él se limpió lo boca con la palma y presionó el botón de descarga del inodoro. En seguida buscó el grifo para enjuagarse, la acidez todavía estaba en su garganta. Libre de ese dolor estomacal, reparó en el aspecto del sanitario. Era distinto a otros, los azulejos eran color beige y no celeste como era el baño de hombres del segundo piso. Rápidamente, se dio el buche y salió del baño.

    ―Sí… Tienes pinta de nena, Uchiha ―observó alguien, con un seriedad capaz de poner la piel de gallina a cualquier ser vivo.

    ―Sí… Tienes pinta de pelirroja puta, Sabaku No ―deslizó el dedo índice por sus pestañas, simulando un delineado femenino como el que tenía Gaara.

    No le temía Sasuke al rebelde pelirrojo, a quien se le formó una arruga en el ojo izquierdo. Ambos bosquejaron una risa sobradora.

    ―Me equivoqué ―reveló Uchiha, pasó a mirar su corbata desaliñada.

    El chico perfecto entrando a un sanitario de niñas, y reconocía haberse equivocado. El pelirrojo dobló un poco la cabeza.

    ―Pienso que no te equivocaste ―hablaba con ironía, más no abandonaba su voz seria. Sasuke volvió su atención a él―: ¿Qué tuvo que pasar para que el chico perfecto bajara la guardia?

    ―Me cayó mal el desayuno, me sabotearon la comida ―explicó el peliazul.

    Gaara hizo un gesto incrédulo con los ojos. El profesor de historia había llegado y moriría de la angustia, si su alumno favorito, Sasuke Uchiha, no estaba en la clase. El pelirrojo se había ofrecido en buscarlo, en reemplazo de Neji, que a los pocos minutos de clase era el único despierto en el aula, el resto ya había caído en el hechizo del sueño gracias al profesor. Si bien a Gaara tampoco le agradaba escuchar a un viejo parlotear sobre la depresión económica del siglo xx, no conseguía dormirse con facilidad. Así que en cuanto el educador notó la ausencia de Uchiha, solicitó un voluntario para ir a buscarlo. Sabaku No aprovechó para salir y estirar las piernas, se le estaban acalambrando de tanto estar sentado.

    Ellos regresaron al aula, ante la alegría del docente. Al menos alguien más lo escucharía, Neji anotaba en su cuaderno y Gaara retomó su lugar detrás de él. Sasuke se inclinó levemente por su demora e inmediatamente el profesor extendió la mano hacia el lugar de él.

    Nada cambió. Neji Hyuuga era el único que seguía con la clase con una admirable concentración, Gaara miraba el cabello larguísimo de su compañero y Sasuke se encerró con sus propios problemas. Lamentablemente el mareo había regresado y con más fuerza que antes.

    +++777+++



    Entre la desesperación y la resignación, Sasuke elevó una mano para tapar los destellantes rayos que se colaban por la copa del árbol. Estaba acostado en una plaza, luego de saltarse el entrenamiento de arquería. La práctica no era pesada, era más bien relajante y Sasuke esperó hasta el último minuto para declinar su asistencia. No se había sentido del todo bien en el resto de la jornada, el mareo era persistente y no quiso correr el riesgo de colapsar entre los miembros del Club. Que ese dicho de que las mujeres eran amantes del parloteo, era una mentira universal. Los compañeros de arquería eran tan discretos como lo era Ino Yamakana, haciéndole caritas de boba en plena clase de inglés.

    El estudiante remarcó su expresión amarga, la sensación de nauseas de la mañana regresó e inmediatamente se cubrió la boca. Fue a la plaza para olvidar por si quiera diez minutos su miserable situación y con cinco minutos de descanso, el mareo que lo estuvo torturando en toda la clase, regresaba. ¡Desalmada suerte la suya, tan joven y tan bello, atravesando dolorosamente su primer embarazo!

    Llevó los dedos a la boca, no iba a vomitar. No había vuelto a probar bocado. Se tocó la boca, eran tan suave que merecía ser besado. Y pensar que todo inició por un puto beso. Había guardado en su memoria, ni sabía por qué… La sensación del primer beso que recibió.
    ¿Por qué? El Uchiha menor de dio aire con ambas palmas y exhaló con la boca abierta en una “o”.

    El primer beso es un acontecimiento que, según los habitantes de cuentos de princesas y castillos, se recuerda… irremediablemente. Por largos años, para toda la vida mejor dicho. Emerge el evento, no tanto por la identidad del besante sino por el “Hecho” de suma transcendencia emocional: “el primer beso”. Se rememora por ser el primero… Sea con gracia, ira o cariño es un detalle que no es relevante a esta reflexión. Si el inicial roce labial es rememorado con inocencia por quien empieza a sentir pálpitos… Lo es aún más, la pérdida de la inocencia.

    A sus jóvenes quince años, con tan solo dos de pubertad… Sasuke entendió el significado de compartir una cama con otra persona. La nueva experiencia fue abordada con toda la timidez de un niño sin práctica en el arte de dar placer. Por lo que el primer paso fue el logro de Itachi, así como los subsiguientes pasos que condujeron a la inexperiencia hacia la cama. Un desnudar lento y cada acción retardada… casi pausada, amansaron al más pequeño. Fue un plan perfecto, el manejar todo con pesadez… Para no asustar a Sasuke. Así fue como Itachi pudo consumar su más pecaminoso plan degenerado…

    Es que convencer a Sasuke a intimar con él, no fue un plan de un día… No, los planes pecaminosos requieren de tiempo. Y por algo, Itachi estuvo revoloteando sobre la cabeza de Sasuke, como un cuervo.
    Revoloteando en círculos, había un pájaro aleteando cerca. Notando al animal, Sasuke se dio una fuerte palma en el rostro. ¿Cómo no lo había notado?

    Y Sasuke podía pasar toda la vida maldiciendo al hermano que le tocó. Sin embargo el acto… que al inicio le hizo temblar, debió gustarle… porque las marcas –arañazos en la espalda-que Itachi se llevó de recuerdo, no fueron de una derribada defensa corporal. Los rasguños descontrolados de Sasuke en la perfecta espalda de su hermano mayor, eran una respuesta al desenfreno de Itachi… Que con toda la codicia humana, arrebató la breve ingenuidad de su hermano meno

    Y la parte divertida de ser adultos (mantener relaciones sexuales), desconcertó profundamente a Sasuke… que al despertar en la siguiente mañana, lloró por lo que jamás le sería reintegrado. Ya no era puro… Lloró sin preocuparse de ser visto por Itachi.

    Desgraciadamente lo recordaba con tal perfección que podría escribir un guión para un cortometraje para las mentes depravadas de los enfermos televidentes. Lo sentía como si hubiera pasado la noche anterior. Lo sentía… y en ese instante quería borrarlo. Todo.
    Una parte… Un pedacito de ese recuerdo, se refrescó en él. Lo fue el primer día de ser “no inocente”.

    “Amaneció. Era más que obvio que había comenzado un nuevo día. La habitación tenía luminosidad. Se escuchaban los murmullos de la mañana, canto de pájaros y un lejano ruido de motor. En la cama, uno de los durmientes se iba despertando. Sasuke perezosamente entreabrió sus ojos. En un comienzo tan solo sintió la irritación matutina, que era normal. El feo picor del sol, que produjo su despertar, le obligó a restregarse el rostro casi moribundo. Los segundos se agruparon con el minuto, esa fatiga dejó de ser normal. Era sentida y no lo abandonaba el pensamiento de continuar durmiendo.

    Durmiendo. En completa libertad. No apresado en un ridículo pijama. Para nada… Era como estar sin una prenda encima.
    Los ojos fueron abiertos. Ese techo blanco no era de su habitación, cortinas gris oscuro… no eran de su ventana, paredes sangre y gris. No su cama no tenía almohadones como en el que descansaba su cabeza. Un aire corrió sobre su cabello, sobresaltando al extrañado Sasuke…

    No había notado, que no estaba solo. Había alguien que dormía junto a él y por dios… ¡Qué esa habitación la conocía! ¡Qué todos los recuerdos regresaban, cayendo uno sobre el otro! Estaba apoyado contra el desnudo cuerpo de alguien conocido, sus pieles se rozaban ahora y un fuerte brazo se posó en su hombro para que se arrimara a su compañero sexual.

    Entonces se miraron. Uno con satisfacción, el otro incrédulo. Sasuke se tapó la boca. A pocos centímetros de su rostro, esa boca… esa nariz y la cara más serena que hubiera visto en toda su vida.

    Su hermano mayor, aquel con quien había compartido juegos, descansaba del otro lado de la cama. Y éste con la normalidad de una pareja, le tocó la mejilla. Mordiéndose la boca, el menor retiró la mano.

    ―Me excedí un poco ―Itachi consideró que a esa se debía el rechazo.

    ― ¡Idiota! ¡Eres un idiota! ―exclamó quien ya no era ingenuo y se levantó su torso del lecho.

    ― ¿Te lastimé mucho? ―No contestó el insulto, estaba preocupado.

    Itachi seguía acostado, veía bastante bien las fieras marcas en la cadera descubierta. ¿Lastimar? ¿A quién engañaba? No lo lamentaba, serían un hermoso tatuaje en el futuro.

    ¿Lastimar? ¡Encima lo preguntaba! Una enorme polla había atravesado su menudo cuerpo. Sasuke se puso rojo de la vergüenza, ese idiota… Su primera vez, se suponía que era un genio. Con la rabia y la vergüenza, Sasuke trató de levantarse. Le había dolido durante todo el tiempo que Itachi lo follaba, pero el menor consideró que el dolor fue superado.

    ―Te dolerá más… ―Itachi notó el malestar en él, no se movía bien―. Quédate en la cama.

    ¿Doler más? Sasuke había superado el aversión contra sí mismo, un odio creció en su corazón. ¡Advertía, Itachi estaba reconociendo en su propia cara saber más que él! No lo enviaba, ahora detestaba que supiera más que él. ¿Por qué carajo presumía saber tanto?

    ―Tú sabes tanto… ―el menor enfatizó la tercera palabra y con un gemido horrible agregó―: del tema.

    No iba a obedecer al engreído de Itachi. El dolor era pasajero, fue violado hace horas. “Estoy recuperado” se dijo Sasuke. Rápidamente deslizó sus piernas hasta tocar el piso y se paró, dispuesto a salir de la habitación de su hermano. Pero al instante sintió un fuerte tirón en la espalda, que descendió hasta su trasero. Casi sin fuerzas, Sasuke calló sobre sus piernas.

    Itachi se restregó la sien al oírle, tenía ganas de levantarse y hacer pis, esa noche increíble había drenado toda su fuerza y le dolía la cabeza el solo pelear por una tontería con Sasuke. Pero al ver cómo se levantaba y posteriormente precipitarse, no esperó ni un minuto en levantarse. Se acercó preocupado por su frágil otouto.

    ― ¿Alguna vez me harás caso, tonto hermano menor? ―con una pierna se apoyó en la alfombra y dobló la otra.

    Totalmente humillado, el peliazul no quiso mirarlo a los ojos. No buscó los ojos de él, en esa claridad pudo ver pecho de su hermano y bajó más la vista para ver su virilidad, perfectamente visible puesto que Itachi separó sus musculosas piernas con descaro. Exhibía su gruesa polla, que ahora estaba quieta… Mansa y silenciosa, pensar que ayer… Lo había visto crecer monstruosamente.

    ―Si tan tonto soy, ¿por qué un genio como tú… me… me…me… haría cosas de adultos? ―hizo la pregunta que la impresionó a él mismo, a tientas agarró el borde de la sabana y tiró de ella, para tratar de cubrir su maltratado –bien tratado- cuerpo.

    Lo estaba observando, luego desviaba el rostro. Itachi entornó sus ojos frente a esa actitud.

    ―Sasuke, lo de “tonto hermano menor” no iba en serio ―No era una disculpa, no era una queja. Hasta parecía enojado por lo dicho.

    Porque después de comprobar lo bueno que era en la cama, nada la convencía. Itachi no era ningún inexperto, de eso se dio cuenta el estudiante. Tocaba bien, tenía las palabras justas y supo cómo hacer para que él accediera a tener sexo. No fue el primero en la lista de Itachi, Sasuke ni lo sospechaba, tenía la certeza de que alguien más había probado a su caliente hermano mayor.

    ― ¿Cuántas personas… estuvieron antes de…? ―La consulta no pudo continuar y no por desistimiento de Sasuke.

    Apresuradamente, el mayor colocó dos dedos sobre la boca que había degustado durante toda la noche… Esa boca de caramelo. La pregunta pudo ser muda, con el cuerpo, todavía temblando, el peliazul expresaba todo lo que sentía… Porque estaba arrullándose sin detener su pulso descontrolado.

    ―Antes… Eso sí que es realmente tonto. ¿Si fueron dos, si fueron cien? ¿Qué tiene? ―abrió preguntas que no eran para contestar, Itachi descartaba sus aventuras pasadas con una voz indiferente ―. Tú… eres distinto. Tú… Me enciendes… Tú… me descontrolas… Tú… haces que odie ser tu hermano mayor.

    Se acercó hasta besar los cabellos azulados. Bajó despacio y mordió el labio superior de su hermano. Piel tan tentadora, Itachi tomó la cabeza del pequeño y con brusquedad le comió la boca, hasta que Sasuke le dio golpecitos para que lo dejara.

    ―Yo… Te lo haría de nuevo, otouto ―confesó, relamiéndose la boca ―. Mi polla arde por enterrarse en tu precioso culo. Así que… deja de provocarme, al menos por tu salud.

    Tan solo se encogió, él estaba abochornado por la sucia amenaza.”


    ¡Qué horribles son los recueros que ingratos se refugian en alguna zona del cerebro!

    Y su joven vida se fue al caño… Directo a la mierda por un lamentable acontecimiento… O más bien, siete tremendos errores.

    Y hubiera sido tan sencillo expresar: soy un niño… no puedo, no debo y no quiero tener relaciones sexuales.

    Y hubiera sido un acierto… el tomar las condenadas pastillas preventivas (del día después).

    Y hubiera sido tan fácil decir: Itachi usa un maldito (bendito) preservativo.

    ―No te odio… Pero… ―murmuró apagado y se le secó la garganta. No podía seguir hablando.

    Él y su maldita ingenuidad.

    Se sentía tan estúpido… que quería llorar.

    Llorar de amargura… Y no comió esa noche, el estúpido padre de su hijo… estaba desaparecido hace dos días. Esa ausencia, le daba añoranza de algo. Estuvo cerca de tres horas con el celular en mano, pensando en llamar a Itachi e insultarlo por no tener la decencia de cuál era su puto paradero. No lo hizo.

    +++777+++


    Un grupo de chicos estaba sentado en la azotea. Naruto había llevado un termo con agua caliente y volcó esta sobre dos vasos de ramen instantáneo. Había juntado sus palmas y las mantenía unidas en pose de rezo, uno de los acompañantes giró en círculos un dedo sobre su oreja. Al igual que él, la mayoría había aceptado que el rubio era un tanto… “peculiar”, con sus payasadas y momentos religiosos (¿?).

    ―Me tienen castigado ―informó el que se burló de Uzumaki.

    Kiba, un compañero de clases de Sasuke, cabellos castaños y con colmillos era quien había lanzado la queja durante el receso. Sus padres se fueron de viaje y él había organizado un juego de naipes en su casa a través de una red social. La invitación era abierta, fueron tantos adultos como adolescentes. En total más de cien personas que hicieron desmanes, vaciaron la heladera y se robaron pertenencias del hogar. Cuando Kiba quiso poner orden, ya todo se le había ido de las manos y pidió socorro a los bomberos, policía y hospital. Los vecino alertados por todo el descontrol, salieron con celular en mano a sacar algún recuerdo del tumulto. En un minuto, los dueños de casa se habían enterado y regresaron a las pocas horas. Anoticiados de todo, creyendo que algo le había pasado a su pobre hijo, los padres se llevaron una decepción y castigaron con crudeza al descarriado hijo. Sin celular por tres meses, sin internet por seis meses y lavar los platos por cuatro meses, ese fue el costo de la travesura.

    ―Te detesto, Neji ―bufó Kiba.

    El mencionado llevó con tranquilidad la comida a su paladar, tragó sin perder el perfecto equilibrio que despedía. Con cuidado retiró los palillos de su boca y abrió los ojos. Aquella declaración era fuerte, Naruto murmuró por lo bajo que también todos en la mesa en algún momento odiaron a mencionado. Shino, un chico que fácilmente se aislaba del lugar, concentrándose en cualquier insecto, miraba con fascinación a una mariquita sobre la cabeza de Rock Lee. Éste tenía el puño en alto, indignado por la sinceridad del otro castaño.

    ― ¿Me envidias? ―fue una pregunta irónica, Neji casi parecía decir que él no se salvaba.

    Kiba soltó una risilla. Era más que claro que no desestabilizaría al severo Hyuuga, que esperó un minuto antes de volver a levantar su mano hacia los palillos. El descontento del rebelde chico quedaría ahí, más alguien calculadoramente se prendió a la conversación:

    ―Tíos que te cuidan desde los cuatro años, es algo a tener en cuenta.

    ¿Quién dijo eso? Con la mano suspendida, el castaño giró la vista hacia al círculo de amigos y observó sorprendido al pelirrojo. Estaba asombrado por la memoria de su compañero, casi no hablaba y sin embargo, había recordado algo que Neji solo comentó una vez entre ellos. ¿Lo había dicho?... Tenía que ser de ese modo, Neji debió contar que desde los cuatro años vivía con sus tíos.

    ―Así es… ―confirmó el castaño, aún sorprendido.

    ―La relación debe ser similar a la tradicional ―insistió el pelirrojo.
    Gaara no dejó de mirar a Neji, quien no era tonto como para percibir que ese similar no tenía ni una gota de aspereza. Lo que por supuesto, lo dejó más impresionado.

    ―Sé que no son mis padres biológicos, son mis tutores. Sin embargo, es como ser adoptado. No es mucha la…

    Tutores.

    Adoptado.

    Y esas dos palabras despertaron a un chico que no había hablado ni reído, prácticamente estaba desconectado del grupo.

    ― ¿Un qué…? ―Le cortó Sasuke.

    ―Un adoptado ―acotó el castaño y al notar que el asombro continuaba en su amigo, levantó las cejas―. Un chico que es recibido por una familia. Te escucho y pienso que estoy dialogando con un chico de tres años.

    Sasuke no respondió y discretamente se llevó una mano a su plano vientre. Desde ayer que estaba así… Vomitó. Toda la tarde pensó en eso. Por mucho que odiara todo lo que estaba viviendo, Sasuke no quería tomar el camino más fácil. No iba a exterminar al ser que se gestaba en sus entrañas. El haber escuchado la espeluznante historia de la chica en el hospital, le había llegado al alma… y no quería “matar” lo que fuera que lo había unido a Itachi.

    “Matar” Sasuke apretó un puño, observó asqueado un trozo de carne en su bento sin probar. En su bandeja, Mikoto había matado a un animal para servírselo de almuerzo… ¡Qué monstruoso!

    ¡Inhumano! Con asco Sasuke colocó la tapa a la comida, para no seguir viendo esa carnicería.

    Los chicos habían iniciado una nueva conversación. Neji siguió comiendo y sin tomar en cuenta a sus compañeros, observó de costado a su amigo y rival en el ranking de promedios. No era el único interesado en los asuntos personales de Sasuke, Gaara no participaba de las conversaciones triviales y sosas de sus compañeros/enemigos –como les llamaba al grupillo de idiotas-, el pelirrojo prestaba atención al foco de interés de Neji Hyuuga.

    El peliazul había notado que era observado por Hyuuga, levantó su vianda y se alejó de la banda de amigos sin decir una palabra. Naruto, al recibir un codazo del serio castaño, notó que su mejor amigo se iba y gritó que quedaban quince minutos de receso. A Sasuke estaba tan lejos de interesarle aquello…

    A causa de que quería irse. Alejarse del festín de carne. Había sentido el olor a carne muerta, tendida en los bentos de sus compañeros. No es que fuera vegetariano, ni que hubiera surgido un instinto de piedad contra la crueldad humana. Crear animales, para posteriormente comerlos… Hacer nacer, para hacer morir.

    Es que todo lo conducía al mismo pensamiento. Inevitable y desagradable, de algún modo estúpido tenía la horrible sensación de que Itachi no estaría de acuerdo en borrar SU esencia sembrada en el cuerpo de su pequeño hermano. Itachi no lo perdonaría… que extirpara SU espermatozoide.

    Y Buda… Mentiría si afirmara que no le importara recibir el odio de Itachi Uchiha.

    Y no entendía cómo no pensó en aquello… antes de pagar para abortar.

    Y no comprendía porque… en un instante pensaba cómo se sentiría no estar viviendo todo lo que estaba viviendo, el combo de inseguridad y vómitos.

    En un momento del día… El si hubiera abortado regresaba a él. Imaginaba una vida sin estar embarazado…

    Sin embargo, no pasaba de ser una nefasta fantasía. No exterminaría esa diminuta existencia. Fue lo que decidió en el hospital, pero le aterrorizaba imaginarse a sí mismo arrastrando un carrito con un pequeño a bordo, ir a la plaza y ser visto por las amigas de su madre. Aquellas viejas metidas, que se acercarían a hacerle arrumacos al bebé cuando por dentro solo pensaran que “la mamá” era un chico deshonesto y sucio, amante de cualquier verga.

    Y no se equivocarían las señoras criticonas, o sí… Era verdad que él tempranamente probó de la manzana y ese roce de pieles no se redujo a una vez. Fueron varias, que disfrutó y amó… Ser deseado y ser tomado por un semental. Más no era un amante de cualquier verga. A Sasuke solamente le interesaba una polla, aunque él todavía… ¿No lo sabía? ¡No! No quería aceptarlo.

    No, no tenía el coraje para cargarse al mundo entero. Solo era un adolescente que cursaba su último año en la secundaria. Tenía, en la mano, la alternativa para evadir la escalofriante crianza.

    Y era una de las posibles alternativas. Concretamente era la primera que barajaba, la segunda era ser madre soltera.
    Pero aunque estaba decidido a tomar esa decisión una pregunta lo perturbaba:

    ¿Dar en adopción al bebé de Itachi?



    Porque… Sasuke había olvidado recordarse que “ese” era su cuerpo y él era quién tenía el poder de la elección. Acarició su estomago con cierto malestar. “Eso” de ser un feto, pasó a ser un bebé… y ahora era el descendiente del genio Itachi Uchiha. Era el mejor indicio de que el tiempo de hermanos… Tuvo un mejor uso que ir de paseo, fue un ir de compras.

    ―Yo… no sé qué mierda hacer con mi puta suerte ―clamó Sasuke con la cabeza inclinada y observando su aún derechito y sin curvas vientre―. Y…

    No habló. Algo dentro de su interior surgió, como un deseo no sentido… Que se le hacía ya sentido, pese a que no lo creyera sentido. Es que no estaba acostumbrado a aquello, Sasuke abrió su boca atontado y olvidó su triste historia.

    ― ¡Quiero comer papas fritas! ―exclamó de la nada y tan fuera de su reciente lamento.

    Desencajado y sin entender el apetito reciente, quedó sorprendido el embarazado. No asociaba, aún, que no era solo su cuerpo… Ese cuerpo era compartido y el pequeño ser no tenía reparo alguno en hacerlo engordar con cualquier alimento altamente calórico y transgénico.

    Una persona se había acercado al peliazul. Los ruidos pasos hubieran sido escuchados, pero el trastorno que le dejó el test, redujo al mínimo la infalible percepción de Sasuke. Chouji, que era el encargado de ir a buscar a Sasuke por el toque de campana, retorció una bolsa con ambas manos. Sasuke levantó sus ojos para ver a su robusto compañero. Éste a modo defensivo presionó el paquete, el olor de papas fritas fue detectado por el peliazul, quien ya soñaba con saborear la combinación de aceite con sal. Con recelo miró Chouji al popular y lindo chico, que bien podría tener un aura que te obligaba a complacerlo… Al menos así lo sentía Chouji, que sabía que Sasuke tenía una especie de don o toque persuasivo que te forzaba a hacer o entregar lo que él quería. Ese asombroso poder, había funcionado con sujetos del calibre de Kiba, que entregó una elegante caja de bombones Leonidas con la sola mención de que aquello “tenía un aroma delicado”. El manipulador Uchiha tomó un chocolate de la caja, que todos sabían Kiba había comprado para la profesora Kurenai. La mujer estaba que reventaba debido a su embarazo y Kiba, antes de que ella se tomara una licencia, quiso agraciarla con el chocolate belga, que era su favorito. Chouji todavía no creía la historia contada por Naruto, que el propio Sasuke Uchiha había robado el mangar de cacao.

    Estrangulando la bolsa de papas fritas, Chouji gruñó. Él reconocía que ese chico tenía un “no sé qué…” que te incitaba a cumplir sus mandamientos y deseos. Lo había sufrido el propio Chouji. Pero cuando se trataba de comida …

    ―Yo… No comparto, Sasuke ―gruñó el estudiante del apetito generoso.

    Como un zarandeó, fue la impresión que dio al más pequeño. En lugar de sonreír con arrogancia, Sasuke fulminó con la vista al otro.

    ―Tsk… Tienes agallas, gordo.

    Sasuke caminó hacia el aula y tanteó con disimuló en su bolsillo. Algo de plata debía quedarle para una bolsa de papas fritas. Y a la mierda, que luego lamentaría haberse tragado una bolsa de frituras no era una probabilidad, era un hecho seguro.

    +++777+++



    El receso del mediodía había finalizado. Los alumnos de mala gana regresaban a las “celdas”. Naruto, que había pedido a Chouji que buscara a Sasuke, avanzaba feliz entre los estudiantes, y no era por nada. La siguiente hora pertenecía al sumiso profesor de sociología. El joven Iruka era como una maestra de jardín, no regañaba a nadie, permitía que le llamen por su nombre, que los alumnos hablen en clase… y ¡Naruto husmeaba en el celular del profesor Iruka sin que éste se queje! No es de sorprender que ni le hubiera tomado el punto a la insólita impuntualidad de Sasuke, el chico modelo del curso y del colegio.

    La directora Tsunade, una mujer de cincuenta y tantos, una rubia con cara de solterona amargada y revocada más que maquillada, interrumpió la clase. Junto a ella, estaba el profesor Hatake Kakashi, un hombre de cabellos grises y ojos despreocupados como libidinosos. Éste tenía el rostro casi cubierto, decía ser tuareg y por ello jamás se quitaba el turbante. Lo extraño era que el tagelmust no cubría sus cabellos grises, Neji había preguntado por la sintonía del atuendo, obteniendo por repuesta del profesor que “llevaba adelante un nuevo rito de la moda”.

    La rubia se aclaró la garganta, el Uzumaki se acomodó bien en su pupitre. Iruka le hizo una seña con la vista a su alumno, éste no le prestaba atención por lo que Kiba que se sentaba delante de él, le aplastó el pie. Naruto se mordió la boca para no gritar, al tiempo que reparaba en el gesto del profesor. El celular de Iruka estaba en la banca del revoltoso alumno. Tratando de guardar discreción el rubio regresó el artefacto al dueño, ante la matadora mirada de Kakashi.

    ―Como directora del colegio, considero que esta institución debe brindar conocimientos académicos. Cuestiones que exceden el ámbito estudiantil, son dejadas de lado por una justa razón, que es dar primacía al desarrollo intelectual… Más cuando el desconocimiento ocasiona un perjuicio en nuestra principal meta, creo que con cerrar los ojos, el problema no desaparece. Sé que en este colegio hay chicos que están en pareja, para ellos y para los incautos, el profesor de Educación física Hatake Kakashi dará un curso sobre protección sexual ―Tsunade extendió la mano hacia el mencionado.

    Basto que se dijera Protección sexual, para que Kakashi reuniera todo el interés de los curiosos niños y niñas. Ese día Hatake Kakashi se transformaría en el superhéroe de esos bolas tristes que tenía por alumnos, porque el profesor conocía de ese defecto juvenil. Chicas urgidas y chicos necesitados… Kakashi aspiró con lentitud todo aquel olor, mezclado con un perfume y el sudor… Se fusionaba un tercer aroma, y qué bien lo conocía el profesor. Sí, había un rico ambiente.

    Mientras Kakashi reía dentro, hubo un alboroto hormonal en el aula. Naruto, sobrepuesto al incidente de los dedos que Kakashi insertó en su culo en la clase de física, dio un chiflido y dio varios golpeas a la mesa. Hinata juntó sus dedos y enrojeció al máximo con el silbido. Ino detuvo a Sakura antes de que se abalance contra el rubio. Contrario a ese grupo de alborotadores, Neji simplemente cerró los ojos para evitar ver aquel circo. Gaara, que no cerraba sus ojos por nada del mundo –el pobre debió ser ciego en la otra vida, según Naruto-, fulminó al escandaloso amigo. Intuía que solo tres personas querían ignorar las payadas de Uzumaki. Igual que cualquier día Shikamaru sostenía su nuca con sus manos, Sasuke lucía extrañamente… distante y no indiferente, un ligero cambio en la reacción normal del peliazul que le resultó curioso, el pelirrojo entornó los ojos y fue por la última reacción. Neji Hyuuga, presidente del Consejo Estudiantil y estudiante modelo igual que Sasuke Uchiha, con los ojos cerrados y su pequeña nariz respingada. Algo bueno ocasionaba Naruto, hacer enfadar al señorito Hyuuga. Gaara sonrió con picardía.

    ―Preste atención, joven Uzumaki, a menos que desee morir virgen ―La directora tronó sus dedos para terminar con el revuelo.

    El rubio se puso rojo del coraje. ¿Era adivina la directora, que con tan solo con una mirada se enteró que Naruto no fue tocado por nadie?
    Un par de chicas se taparon la boca para no reír, la directora sonrió de lado y dejó al grupo de estudiantes con el profesor.

    Solo con los púberes vírgenes urgidos del conocimiento del libro de la vida, Kakashi tenía la noble tarea de compartir su “acotado estudio sobre la materia”. Se acercó al escritorio del profesor Iruka y le ordenó que se sentara entre el público.

    ― ¿Presentaciones? Ya me conocen, chicos. Todos recuerdan como hice gritar a Naruto con mi técnica “mil años de dolor” ―Esa fue la manera en que se vengó del rubio, por husmear en el celular de Iruka―. Levanten la mano quienes estén de novio o de novia.

    Konoha no era una secundaria diferente al resto. El efecto primavera se olfateaba entre perfumes mezclados, chicas con olor a colonia y labios friccionados. Por eso todavía con las risas en la boca, un par de palmas se alzaron con seguridad y felicidad en el rostro. Eran los chicos orgullosos de tener pareja y las chicas alocadas por presumir la noticia.

    Sasuke miró al profesor y su mano tembló. No sabía si levantarla… Si desistir de aquel llamado. Porque realmente no tenía del todo claro qué clase de relación mantenía con su hermano.

    Había un lazo fraterno, y bastante complejo que llevaban hace unos meses ¿Con qué palabra se definía el tipo de relación que mantenían? ¿Eran amigos con privilegio a roce? Eran “como” amigos, pero… mucho más que solo amigos. ¿Eran novios? Novios… Sasuke consideraba que para afirmar la existencia de aquel lazo, no solo debe existir ese “trato cariñoso” –del que por cierto Itachi hacía uso y abuso-. La Idea debía existir en ambos, allí estaba el gran dilema que aquejaba a Sasuke.

    Ellos se besaron, se tocaron… y rápidamente pasaron la relación al siguiente nivel. Precoz, estúpidamente precoz. Ni siquiera existió una cita entre ellos.

    Y el bebé en camino, era el resultado de su corta ingenuidad. Ultrajado durante su minoridad por un adulto en plena temporada de apareamiento. La cuenta era simple: “inmadurez” de Sasuke más (+) las manos depravadas y corruptas de Itachi multiplicado (x) por siete sin protección igual (=) terrible accidente (bebé).

    ―Veo muchas manos alzadas, ¿usted, señor Uzumaki tiene alguna relación para compartir con este virgen profesor? ―inquirió a modo de burla el adulto. Varios chicos rieron, era sabido que Kakashi no tenía ni los pies de virgen―. ¿Los demás? Solos y solas.

    La mano de Sasuke dejó de levitar y se asentó definitivamente en la mesa. Su boca estaba entreabierta, todavía pensante… No sabía el embarazado que su vacilación fue apreciada por una mirada que no era azul. Naruto estaba concentrado en sus asuntos como para detectar las preocupaciones ajenas. Sin embargo, aquellos ojos analíticos tenían interés en el aire perdido de Sasuke.

    ¿FINAL…?


    Nuevo capítulo centrado en Sasuke. No sé cuál será la opinión de mis lectoras/es… Pero esta autora quedó impactada con los pensamientos de Gaara mientras miraba combatir a Neji en los exámenes chunnin. Para mí (Gaara y Neji), serían una bonita pareja después del SasoDei… Me fui de tema con los personajes secundarios. Retomemos ¿Quién habrá notado la “duda” de Sasuke? Kukukuku… ¿Quién será? Kukuku… Itachi sigue sin saber de la existencia de su descendiente. ¿Lo sabrá algún día?

    ¡Arigato, por sus reviews! Me alegra saber que hay muchas/os lectoras/res ItaSasu, más me contentaría que fuéramos miles de autoras. Anímense a escribir!!!! :=PENSDF:

    ItaSasu es sinónimo de Amor Verdadero

    Oyasumi, matta ashita

     
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    Soy un ángel negro porque la gente me ha teñido las alas con el dolor, el sufrimiento y el daño que me han hecho.
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    En un mundo fuera de la realidad

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    yee al fin conty, me gusto mucho el capitulo y esperare con ansias el siguiente. :=WIJIS:

    sigo con lo mismo quiero que ita se entere. Quiero ver su reacción la duda me mata. :=@.@:
     
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  8. Norma Bmp
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    Me encanta hahaha

    Sasuke ya comiendo dulces7golosinas y apenas va empezando el embarazo, igualmente pobre ya empezó con los vómitos XD

    Gaara y Neji suena interesante.
     
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    Los niños tienen pene. Las niñas tienen vagina. Los niños traían mechero. Las niñas traían gasolina.
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    Bailando entre los que sobran.

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    Loco, el Itasasu es amor... es vida... sksjsjsjs ahhhh, extrañaba leer un fanfic donde Sasuke esté embarazado de Itachi (Sin que aborte o alguno de los dos muera) tu fanfic como que me llena el alma ddjsjsnsn


    Me recordaste qie hoy tengo que actualizar, shit!


    Se despide: El Cuervo Podrido.
     
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    Uchihacest
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    He regresado por tu fic y sin dudas no me haz decepcionado . Lo ame pero y que paso de itachi. Hay muy pocos encuentros aun de ellos me dejas toda ansiosa deseosa por leer la reacción de itachi se que el amara a su hijo digo es fruto del amor que le tiene a su hermano. Más aún ya recreé mil veces en mi cabeza la siguiente escena de tu fic . Pero sé que será mil veces mejor de lo.que imagino. Nunca me haz decepcionado . Besostes gracias por tan maravilloso fanfic :=WORKIN: :=amors:
     
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  11. Incubo-sempai
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    quiero conty por favor esta muy bueno muchoooooooooooo

     
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    Uchihacest
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    Mujer cuando vas autualizar 💔💔😭
     
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    Uchihacest
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    Ya casi serán medio año y sigues sin aparecer
     
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  14. Azusa Kinose
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    Hello:

    En primera, no me imaginaba que tuviera tantos reviews :D

    Os digo que estoy enredada con el final de holograma, no tengo ni la más pálida idea de cómo resolver la relación de Sasuke con Kimimaro. Así que borro, reescribo y reescribo. Le estoy dando, a este fanfic, un tinte espiritual, citando al hinduismo y... tatatan... Lo sabrán después. El punto es que estoy estancada con esa redacción.

    Princesa martina me halaga saber que alguien cuenta mis días de desaparición.

    Saso: *alcanzando una ficha de SE BUSCA, típico de las películas western, la oferta es 10 cupcakes de lemon pie, a quién la encuentra*

    Dakedo... Princesa martina, tú nos debes varias contis, así que estamos iguales!!!!!!

    Saso: Se está lavando las manos *susurra por lo bajo*

    Hasta que no termine con holograma, no creo que actualice 777. Así denme ánimos e ideas por allí n.n

    Nos leemos!!!!

    ItaSasu es sinónimo de Amor Verdadero

    Oyasumi, Matta Ashita

     
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  15. Azusa Kinose
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    Derecho de Autor:
    Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto.

    SINOPSIS:
    Sasuke ha decidido recibir a la cigüeña, ahora tendrá que ocultar nueve meses el embarazo o… correr el riesgo de ser asesinado por su padre.

    ADVERTENCIA:
    Universo alterno. Uchihacest. Mpreg (hombre embarazado). Embarazo adolescente.

    Ex no novio

    Sin nada definido… con todo por aclarar.
    Acabaron lo informal.

    ItaSasu



    Cólera. Estaba infectado de ira. Condenaba miserablemente a una vida de infinitud de desgracias al hijo de puta. ¡Oh, maldecía con el peor de los destinos la osadía de aquel insensato manipulador y perverso infame! ¡Justicieramente difamaba aquel nombre! ¡Ardería, en las rojas brasas del infierno, el impío que planeaba arrebatarle a su dulce e inmaculado otouto!

    ¡¿Cómo si quiera osaba… tantear en propiedad privada?! Él presionó sus dientes, ante la formación de la mortal pregunta.
    Impropios conocidos y desconocidos, nuevos se forman en su mente, sin detenerse. Esa, inmunda e innombrable persona, moría y renacía para nuevamente morir en la inocente mente de Itachi. Carbonizado, electrocutado, apuñalado… ¡Qué deleite de imagen!

    ¿Qué era tan grave para alterar la armonía –quietud- de Itachi? Durante el desayuno, Sasuke había comunicado que no pasaría la noche en casa, alojándose en las fauces del demonio Belcebú. ¡Se ausentaría! Su adictivo otouto…
    ¡Se iba con Neji Hyuuga!

    Con aquel infame de horripilantes ojos blanquecinos, aberrantes pupilas y de un florecido cabello castaño, tan dañado que urgente requería de un shock de keratina. ¡Se iba con esa horrenda cosa, adefesio que provoca ganas de vomitar!

    "Sasuke irá a un concierto de ópera…"

    — ¿Te hago otro café, hijo? —inquirió ella. Había notado que Itachi ni había dado un sorbo a la taza.

    Debía estar tibio el mar negro, que a esa altura Itachi no ingeriría. Porque en su mente, de a pedacitos se formaba la respuesta de Mikoto por la ausencia de Sasuke, Sasuke, Sasuke… Su bello e ingenuo Sasuke.

    "....Con un compañero"

    ¡Cómo era posible que aceptara aquella infame invitación! Itachi no había soltado la cuchara con la que serviría el azúcar.

    — ¿Cariño? —no estaba insistiendo, no lo haría. Mikoto estaba preocupaba Itachi tenía una aterradora mirada.

    "Y se quedará en la casa de él".

    No lo podía entender. Itachi enfurecido presionó la cuchara de té, pobre utensilio fue víctima de la ira incontrolada. Itachi había quebrado un pieza de plata, la que Mikoto heredó de su aristocrática suegra. Ella ni pudo lamentarse, porque enseguida Itachi se levantó. El joven pasó una servilleta por su limpia boca, de un manotazo la volvió a dejar sobre la mesa, frente a una más atónita Mikoto. Claro, pobre mujer, no comprendía la brusquedad de su hijo mayor.

    "En serio, vamos a ver quién juega más sucio, otouto" juró por dentro Itachi. Odiaba sentirse así… Como inseguro sobre el poderío que mantenía sobre el pequeño y travieso estudiante. No le agradaba no estar convencido de que Sasuke fuera suyo, a pesar de haberlo marcado SOLO siete veces.

    Él se levantó y un rato después, se escuchó un fuerte portazo, que sacudió los retratos de la casa. Unos segundos después, el rugido sonoro del auto de Itachi. Había aplastado el acelerador, que era increíble que no se oyera un ruido de un choque. Cuando dejaron de oírse la fricción de las ruedas, Mikoto se llevó una mano al pecho.

    —Tiene razón, el café le podría sentar mal—expresó Mikoto, reincorporándose y respirando todo lo que no pudo por el temperamento inestable de su hijo mayor.

    +++777+++


    ¡Y lo que faltaba! ¡El anciano decrepito autorizó la salida de su Sasuke! Acción que descontentó mucho más al único miembro de la familia que no aprobaba al educado Neji Hyuuga.

    No es de sorprender el siguiente comportamiento lamentable, Itachi decidió ignorar a Sasuke por el resto de la semana. No pensaba rogar para que NO saliera con el enfermo psicópata sexual de Neji Hyuuga, no claro que no. Fugaku Uchiha ni estaba al tanto de la reputación sucia que presidía al mencionado compañero de Sasuke. De haberlo sabido, ni habría permitido el ingreso de aquel joven, en oportunidades anteriores. Eso meditaba para sí, cegado por la ira el primogénito de la familia Uchiha.

    Seria cierto aquello, de los chicos peligrosos son los reservados, cultos y serios. La primera persona de la que Itachi desconfió, era Naruto Uzumaki, el proclamado mejor amigo de Sasuke. Este chico no provocaba nada en su otouto, quién más de una vez fue asaltado por Itachi para que confesara qué tipo de relación mantenían.

    Era de noche, Itachi había ingresado a la habitación de Sasuke, tras volver de un boliche temprano. ¿Qué hora exactamente? 1:23 AM. Muy temprano, teniendo en cuenta que la hora de regreso de Itachi, en su salida de viernes por la noche, era sábado 6:00 AM.
    Había un ligero olor a alcohol, que dio bastante para pensar a Sasuke. ¿Estaría ebrio su hermano? ¿Por qué le hacía ese tipo de preguntas a mitad de un sueño? Es que el niño, estaba tranquilamente durmiendo, abrazando su suave cobertor y de repente… Escucha un portazo, una luz aturdiendo sus párpados y soñoliento se acomodó precipitadamente para recibir a su visita nocturna.

    Itachi estaba allí, casi pegado a la puerta y vestido con su elegante camisa negra de coctel. Entonces, antes de que el menor pudiera hablar, Itachi se desliza hasta el escritorio y toma una lapicera. El "crack", sonido de un quiebre agudo, resuena en la mente del pequeño, que estruja las sábanas. Lo siguiente es aún más desconcertante, Itachi asalta al indefenso durmiente con una pregunta sobre el rubio. "Tú me vas a dar una explicación, ahora ¿Qué tipo de relación llevas con el imbécil de Naruto Uzumaki?" Estremecido por la dureza de las palabras y la violencia desplegaba, el niño no protestó ni le insultó, bastante asustado estaba por la infernal ira de él.

    — ¿Qué clase de relación tengo con Naruto Uzumaki? De amigos, ¿cuál más podría tener, niisan? — Fue la respuesta dada por un atemorizado e inocente hermano menor.

    Y había tanta verdad en aquellos ojos, todavía… puros, en esa pequeña boquita de algodón… Virginal, sus labios que no probaron ningún fluido ajeno. Itachi no lo olfateaba, en ese mismo cuarto que desprendía un adicto olor infantil, aunque hace unos meses hubiera cumplido los dulces quince años.

    —No lo sé… ¿Del tipo de amigo sexual al que le permites que te toque tu apretado culo? —así había seguido con el tema central Itachi, sin guardarse ninguna palabra malintencionada. Porque buscaba que Sasuke pensara a la misma velocidad que él, y que inmediatamente terminara cualquier tipo de relación que tuviera con el rubio.

    Silencio, no hubo una acelerada respuesta. El mayor redujo sus ojos para analizar al pequeño. Solo en un parpadeo encontraría la llave de su mente. ¿Por qué se demoraba en argumentar algo? Itachi conocía el olor a sexo, y definitivamente Sasuke nunca tuvo rastros de haberse revolcado con algún amigo.

    Mientras Itachi meditaba, Sasuke se agitó. Tembloroso, y a la vez firme, se levantó de la cama. Estaba acercándose despacio a su perverso invitado y cuando Itachi pudo reaccionar, ya sentía un intenso ardor en la mejilla izquierda. Sasuke lo había cacheteado.

    —La única persona enferma, la tengo frente a mis ojos —acusó Sasuke, rojo de la vergüenza—. Vete de mi habitación.

    Acariciándose el rostro, él dirigió la vista a su primera obsesión… Su hermoso capricho. Respiró tan fuerte, para sentirlo en sus pulmones y de forma violenta tomó la fina muñeca de su hermano menor. Éste empezó a gritar descontrolado para que lo soltara, Itachi no lo hizo. Apretó más la frágil muñeca, ocasionando que Sasuke aullara de dolor. Entonces el pedido de desalojo, cambio a un nervioso "aléjate de mí".

    No tardaron en oírse pasos en las escaleras, los padres dormían en la planta baja y en dos segundos los tendrían frente a ellos. Itachi, que sí había bebido tragos de muchos colores y ciertamente sentía que no podía controlar correctamente sus acciones, sintió el peligro cercano y eligió liberar a su hermanito.


    Itachi recordó el mal trago del recuerdo, esa maldita madrugada tuvo que salir apresurado del cuarto. Mikoto había corrido veloz para encontrar a Sasuke, su hijo favorito-ella no se molestaba en no ser evidente en cuanto a sus favoritismos-.
    Sasuke lo había golpeado. Se rió, su sangre hervía rememorando la carita inocente de su hermano menor. Ese día había comprobado que su Sasuke seguía siendo virgen…

    Limpio para que pudiera ensuciarlo. Ya no lo era.
    Un poco anestesiado por el dulce flash, Itachi se preparó para ir a desayunar. Los padres estaban a mitad del aperitivo, cuando Itachi saludó cortésmente, Mikoto devolvió el gesto, pero Fugaku omitió tal formalidad. Dentro, el cabeza de familia, contaba los días, semanas y hasta meses que vivían así.

    La madre siempre preocupada, mencionó que Sasuke había salido temprano. Fugaku asintió orgulloso de que Sasuke afianzara amistades que tendrían un buen futuro social –compartir eventos con el Clan Hyuuga-. La leve irritación del pelilargo retornó, de un tragó hizo pasar por su garganta el jugo de naranja. Fugaku centró la vista en él, una vez más el tema de conversación se direccionó a la estadía de Itachi en la casa.

    —El plomero dice que demorará un par de semanas más —informó el universitario, dio un corto sorbo al té. No diría nada más del tema a menos que ellos lo interrogaran.

    —Es una maravillosa noticia, hijo —Mikoto ensanchó su sonrisa casi al punto de parecer falsa.

    No del todo satisfecho, el padre presionó la punta de su zapato con el piso. Tenía veintena de años, pronto sería un graduado y seguía comiendo en la mesa familiar. Lo que fuera un dicha en un familia amorosa, era un vergüenza para el padre. La noticia pudo contentar a la madre… Pero seguía sin estar a la expectativa del cabeza de familia:

    —No subestimes una rotura de cañería, querida —comentó, filoso Fugaku. Siempre tenía algo para agregar.

    — ¿Quieres decirme algo, Fugaku Uchiha? —arremetió el mayor, ante la despectiva acotación.
    Mikoto se atragantó un poco con su té, ninguno de los hombres le prestó atención. Ella podría sufrir un ataque al corazón, y ninguno llamaría a la ambulancia.

    —En tu lugar, yo hubiera vendido el HP en el segundo mes —dictaminó, dio una fiera mordida a la tostada, casi parecía que quisiera transmitir esa mordida a Itachi —. Y nos hubiéramos ahorrado tantos viajes, los ciento cuatro kilómetros de cada día para cursar en la facultad.

    El hombre se paró, dio un duro golpe contra la mesa. Conocía el tema a fondo, el departamento de Itachi estaba en reparación desde hace siete meses. Se había roto un caño en la cocina una tarde en que el pelinegro se encontraba en la universidad. Esa misma noche cayó, con una maleta repleta de libros en la casa. Fue recibido amablemente por todos, incluido por el padre. No era para menos, Itachi informó que el departamento se inundó, mojando todas sus pertenencias, lo que único que pudo salvar fueron sus libros de estudio. El primer mes fue pura comprensión, el segundo de acostumbramiento, volvieron a ser cuatro en casa, el tercer mes… Faltaba poco que regresara a su vida de universitario soltero… Y así llegamos al séptimo mes, y nada Itachi seguía diciendo las mismas palabras alentadores de su segundo mes. Mikoto estaba fascinada con tener a Itachi en casa, y no entendía el enojo de su marido con su hijo favorito. La razón de la rabia era que para Fugaku, Itachi se había convertido en un adulto y como tal debería vivir solo. Así lo hizo el empresario a la edad de veinte años, e Itachi tenía veintidós. Habiéndose mudado hace nueve meses, el universitario regresó dos meses después alegando la reparación cañerías en su nueva casa.

    Nada se le escapaba a Itachi, sabía perfectamente cada estúpido pensamiento de su retrograda padre. Claro que su plan no era quedarse en el hogar de Fugaku, distinto era el motivo que lo empujaba a estar ahí, con su frígido prejuicioso padre y la clasista Mikoto. Porque desde un principio, Itachi Uchiha, pudo haber alquilado una pieza en otro edificio. Un solitario departamento que no incluía… A la tentación andante, que habitaba en el hogar de la familia Uchiha y del que Itachi fue discretamente excluido.

    —Se aprecia tu opinión, quise aprovechar este semestre para verificar la evolución de mi familia —el joven adulto rodeó la taza y la subió despacio a sus labios.

    Enfurecido por no haber obtenido ninguna reacción violenta, el hombre se inclinó sobre la mesa para tratar de intimidarlo:

    —Sasuke no necesita ayuda…
    El primer arranque verbal, sin duda vendría de Fugaku. Los ojos de Itachi, ahora sí, se posaron en su padre.

    —Tú, sí —depositó la taza en la mesa.

    Ante el fulgor de su progenitor, el joven cogió su bolso y el celular que cargaba la batería en una mesita esquinera. "55% de energía" leyó en la pantalla, no volvería a sentarse en la mesa con su "suegro", más tarde se desquitaría en la empresa. Itachi emitió una sutil risa triunfal.

    +++777+++


    Usualmente cada sábado por la tarde, Akatsuki se reunía en un bar de Tokyo. La banda que había nacido en una competencia intercolegial, estaba integrada por hombres y una sola chica. Aunque eran de diferentes edades, Pein, quien fuera la imagen de la agrupación, se encargó de asociarlos. La mayoría provenían de diferentes instituciones y se conocieron durante un evento de interdisciplinario, intercambiaron correos electrónicos y chateaban entre ellos… Hasta que con la llegaba de Line (servicio de mensajería instantánea), para no quedarse atrás, pasaron a comunicarse por celular. La gran mayoría de los integrantes de Akatsuki, se inscribieron a la misma universidad.

    Cuando Itachi ingresó en el local que escogieron sus amigos, notó que Kisame y Kakuzu estaban allí. El segundo revisaba unos documentos, facturas de servicios seguramente, mientras bebía un whisky. Se le notaba más viejo que lo usual, los excesivos gastos del mes habrían hecho estragos en él, un empleado bancario de tosco carácter. Hoshigaki Kisame, un hombre que tenía cerca de treinta años, piel y cabellos azules, entrenaba tiburones en un acuario, estaba sentado en una mesa solo. Itachi les echó una mirada cordial y se acercó a la barra para pedir un trago.

    —Veo veo… ¿Qué veo? Un tiburón que… hace tanto pero tanto tiempo —coreó travieso el joven de cabellos grises, apareció minutos después que Uchiha—…que no desenfunda el arma.

    Ignorando olímpicamente a Kakuzu, el recién llegado fue directo a molestar a una de sus víctimas favoritas. Era cierto que pronto cumpliría veinticinco años, pero esto no le hacía madurar rápido como a Itachi.

    Kisame esperaba a los demás chicos, cuando el grupo estuviera completo iniciarían un competencia de pool o de carreras de autos. Encendió un cigarrillo, no se sobresaltó por la osadía de quien fuera su menor, sorbiendo aburrido el humillo antes de que se dispersara en el ambiente. Ni le afectaba ser el nuevo blanco de la puñetera boca del "sectario", apodo aprobado por Deidara para Hidan. Para Kisame se cumplían cinco meses sin sexo, ni un "rapidin" ni una mamada. En las últimas semanas, intentó ligar con alguna mina, fracasando vergonzosamente frente al propio Deidara. Éste sin la moderación metida en su personalidad, comentó a cuanta persona se le presentara, con detalles gráficos, el potencial seductor de Kisame. No le sorprendía, al protagonista de esta historia, que llegara a oídos de Hidan su desventura.

    —Yo estoy seguro de algo, quiero una noche que valga la pena. El problema es que últimamente las mujeres están en días de menstruación —reconoció Hoshigaki, apoyó su rostro en una mano y dio un ronco gruñido.

    Escuchar problemas amorosos, o más bien frustraciones sexuales era el aperitivo de cada día de Hidan. Estaba al corriente de cada deprimente pormenor en la vida del tiburón en continencia. Rió ampliamente por la grotesca queja de su amigo.

    —Con o sin menstruación, las perras te abren las piernas. Es cosa de táctica, lo que por cierto, te falta y mucho —se burló Hidan.

    —La táctica, según tú… ¿Cuál sería? —inquirió interesado Kisame.

    —Para que una persona caiga a tus pies… Solo debes ser desagradable, te adoraran en solo una noche. El ejemplo más claro, lo vemos por allá —señaló hacia Itachi—. Falta de tacto, ligue al 100%. Es infalible el método de ese maldito sex simbol.

    "Ligues fáciles" resonó en la mente del mencionado, oyó el cotorreó de los dos "Eh…" gimió internamente. No iba soltar la amargura que lo estaba carcomiendo desde hace una semana. Fugaku aprobó el encuentro de Sasuke con el bastardo infeliz de Neji Hyuuga. ¿Quién sabe qué carajo estarían haciendo mientras él se ahogaba en un Negroni?

    Ladeó la cabeza, una mujer estaba sentada en la barra. El ajustado y corto vestido remarcaba su figura, ella había escogido una pose coqueta, estaba sentada recargada en la mesa. Piernas largas, bronceada y con una sonrisa perversa, hacía una propuesta indecente a Itachi, al levantar un Martini en su dirección y beber a lengüetazos de la copa.

    "Mierda" jadeó Hidan por la osadía de aquella mujer, quien fuera la nueva conquista de Itachi y sin mover un puto pelo el desgraciado. Kisame también aplaudió silenciosamente a Itachi, no por nada era el más caliente de Akatsuki.

    La mujer podría vestir un sexy baby doll y no obtendría otra cosa que la cara de abstinencia de Uchiha Itachi. "Rapidita" era el pensamiento que formuló para el sinfín de mujeres más pechonas que Samui, la empleada de la cafetería lindante a la empresa constructora Sharingan, que se le ofrecían sin vergüenza ajena. Dando una erótica danza árabe, no provocarían sino una mueca de fastidio de parte del pelinegro.
    Antes de Sasuke, sus ligues habían sido fáciles. En extremo cacerías de papel, no palpables por la abrumadora oferta sexual que le era ofrecida. Itachi recapacitó este pensamiento, cerró sus ojos y negó para sus adentros. No había cacería, si las presas acudían a él. No hubo necesidad de desplegar tácticas brillantes, por el contrario hubo veces que ni habló, solo dio un vistazo escueto y ya tenía a alguien barriendo el piso para él. Otras veces ni una mirada daba, Itachi se desenvolvía de forma tan elegante que no mirarlo se convertía en la tentación cometida. Por lo que, Itachi había tenido encuentros con infinidad de mujeres y algunos hombres, sin siquiera tener que despeinarse.
    Pero… con Sasuke, ese era un punto aparte e Itachi lo entendió desde un comienzo, cuando el lindo bebé pasó a ser… ilógicamente una condenada tentación. Una que estaba fuera de su comercio sexual… Una que había metamorfoseado en la manzana del edén, orquídea escondida entre la vegetación de un jardín, la carne mejor cotizada en el mundo… manjar que humedecía sus labios y que le hacía tragar su propio aliento, tentando al pecado se deslizaba sutilmente. La belleza se había prendido a su cuerpo, y la inocencia se negaba a abandonarlo…

    ¡Romper las reglas, era lo incitaba aquel menudo cuerpo!

    Aquel hermoso cuerpo que adornó de chupetones.

    Un cuerpo que, en ese instante, estaba lejos de él…

    ¿Sasuke estaría en la habitación del depravado Hyuuga, abriendo sus blancas piernas para permitir el acceso de la diminuta polla de Neji? ¿Su Sasuke estaría perdiendo su octava vez…? "Su octava vez debe ser mía…" sus ojos se agitaron y presionó fuerte el vaso.

    Sasori, un pelirrojo de la misma edad de Itachi, oyó el sonido de vidrio roto.

    —Mierda, déjame ver —solicitó el preocupado estudiante de farmacia—. Estás sangrando.

    Una ojeada de odio regaló el pelinegro, no iba a quedarse más tiempo cuando sentía sus nervios a punto de explotar. Kisame, preocupado al igual que Sasori, lo secundaron en la salida. También Hidan se unió al dueto de angustiados amigos, quería presenciar un poco del malhumor del serio Itachi, quizás hasta vería un pelea de puños y él filmaría todo para su diversión propia.

    Ya fuera, Itachi encendió el vehículo, por detrás Kisame y Sasori a coro le pedían que esperara.

    —Hola, chico malo —una mujer se acercó a la ventanilla del auto, sorprendiendo al conductor, ¿de dónde había salido la mujer que intentó seducirlo minutos antes?—. Te he estado mirando todo este tiempo en el bar y debo decirte… que quiero probar tu caliente polla.

    Otra vez, no sintió nada frente a la descarada oferta sexual. Sin embargo, su mente ya estaba construyendo una "nueva aventura" para el jodido sábado que le tocó vivir. "Yo también juego sucio" expresó internamente Uchiha. Sin decir ni una palabra, él abrió la puerta del acompañante. Itachi y la misteriosa mujer se habían ido, ante la vista azorada de Kisame. Teléfono móvil en mano, Hidan capturó el instante en que la mujer ingresaba en el vehículo, el número de patente era la mejor prueba de qué remisero le daría un "aventón" a la amazona en apuros.

    +++777+++



    Como Mikoto y Fugaku hicieron un viaje de negocios por una semana, dejaron el control de la casa en manos de Itachi, el preciado hijo menor de Mikoto también quedó a cargo del joven adulto. Siendo Fugaku el presidente de la empresa constructora Sharingan, le otorgó esos días de licencia a Itachi. Sabía el padre, que la semana de exámenes finales se iba acercando a su predilecto, el descontento que tuvo hace unos días, se evaporó y entendía que necesitaba a Itachi en casa para cuidar de Sasuke, el chico solo tenía dieciséis años.

    En la residencia Uchiha se respiraba armonía, la preocupación de Itachi porque Sasuke estuviera jugando sucio, desapareció. A través de una llamada Mikoto, se enteró todo sobre la cancelación de la salida de Sasuke y que no había comido en la cena. El niño había regresado temprano el "sábado negro", e Itachi no perdió tiempo en desplegar sus atenciones cariñosas, diciendo que llegaría temprano y que se encargaría personalmente de Sasuke. Así sucedió, Itachi compró un wok de pollo para su precioso hermano, como agradecimiento él mismo le robó un corto beso. Dulce manjar, recordaba el delicioso sabor de su pequeña boquita de caramelo.

    Presentación de trabajos de la universidad, hicieron alejar a Itachi de las hermosas piernas de Sasuke. Es que si no fuera por la pila tareas extracurriculares, al menos podría haber besado los suaves cabellos de su única persona especial. ¡Lo compensaría! Sasuke tuvo varios días de castidad, era hora de romper el cinturón y poseer su delicado cuerpo. Tan noble tarea solo le correspondía Itachi Uchiha, el primer y último hombre de Sasuke.

    Akatsuki, con Pein a la cabeza, apareció en la casa Uchiha a las cinco de la tarde. Itachi había avisado que no saldría porque estaba cansado, obviamente no diría que pensaba follar a Sasuke durante toda la noche. Siendo que el grupo no estaría completo sin el Uchiha, todos decidieron invadir la casa. Allí los tenía Itachi, uno mirando la colección de monedas de Fugaku –desde luego Kakuzu-, otro saltando en el sillón –Tobi siempre infantil-, alguno requisando el stand de revistas y descartándolas de inmediato –Kisame en busca de material gráfico XXX, necesita sexo urgente-, y el resto parloteando sobre el buen vivir ajeno (chismeando).

    —No fastidies, suficiente tengo con el complejo pre celo de mi querido primito —se quejó Akasuna No, cruzándose de brazos.
    Hidan, que además de tener una afición al chisme fresco, se la pasaba molestando a cualquiera, había tratado un y un veces de sacarle alguna expresión al "impaciente" del grupo. Caminó a la cocina por alguna bebida.

    —OH, no me digas que Gaarita, anda enamorado —se emocionó Deidara, haciendo ojitos para que Sasori diera más detalles de tal culebrón. Debía aprovechar para joder al psicótico chico de ojos delineados.

    —No lo reconoce —agregó Sasori, no negaba el divertido desliz del rubio—. Le enfureció que Neji Hyuuga se saltara una clase y Sasuke fuera tras él.

    El Pein, líder de la pandilla, un pelirrojo con miles de piercing en el rostro, estaba en tratamiento cariñoso con la única mujer del grupo, una joven de cabellera azul. Rápidamente prestó oídos a la conversación. ¡Oh, era interesante el triángulo amoroso de Gaara, si incluía al hermano menor de Itachi!

    —Mi hermano menor hizo qué—interrumpió Itachi, estaba sentado en un sillón individual atento a cada acción de la irritante visita.

    ¡Oh, aleluya, Itachi habló! Alabó Kisame, levantando exageradamente las manos al techo. Itachi deslizó una mortal mirada de costado a Kisame, sin quitar su atención a Sasori. Atacar dos frentes no representaba problema para él. Hoshigaki tosió un poco, lo mejor era no acrecentar la irritación del Uchiha, ésta iría a quebrarse en cualquier momento.

    —Lo que oíste —testificó Akasuna No, se preguntó si tendría que haberlo comentado antes, la noticia involucraba al preciado hermano de Itachi —. El curso de Gaara tuvo una clase especial sobre prevención sexual y Neji se ausentó de la clase, Sasuke lo siguió por detrás. Es lo que dice Gaara.

    —No me dices todo, Sasori —acusó Itachi, usaba una voz intimidante.

    Una nota faltaba agregar, no era menos trascendental. Era, en realidad, una acotación de un furioso adolescente, Sasori no confía del todo en el juicio de Gaara, quien aseguraba haber visto una muestra real de afecto.
    Itachi presionó fuerte sus dientes, el pelirrojo exhaló hondo, no saldría fácilmente de la complicada situación.

    —Gaara, también se saltó la clase… —miró fijamente a su compañero, dudaba si agregar el último dato, estaba consciente de la fiereza en el mirar de Itachi—. Y los vio abrazados.

    ¡Golpe directo! A Itachi le aparecieron varias líneas en la frente, borrando la impasibilidad plasmada eternamente en su rostro. ¡Oh, lo intuyó bien!
    La puerta de entrada se abrió, ante el mutismo general. "Llegué" se escuchó la voz de terciopelo de Sasuke. Dio un genérico saludo y avisó que se cambiaría de ropa. Solamente Deidara y Kisame le dieron una ojeada entretenida. Un abrazo no era la gran cosa, pero el "gatito", como apodaban al pequeño Uchiha, no abrazaba públicamente a otra persona que no fuera su hermano mayor. Ellos tuvieron que disfrazar la burla, al sentir la intensa mirada de Itachi."Sobreprotector" pensaron en sintonía Kisame y Deidara, si hasta ellos notaron que al pelinegro le amargo el sábado oír de boca de Sasori un hecho que él ignoraba.

    —Yo quiero escuchar música —expresó Konan para distender el ánimo general.

    El sonido de música de los ochenta, esparció la comodidad que se había escapado ante la revelación de Sasori. Poco a poco, Akatsuki fue reactivando la pérdida comunicación. Kakuzu comentaba sobre el valor de cambio de las divisas, Sasori inspeccionaba los piercings de Pein, en los noticieros estaba de moda informar sobre infecciones en las perforaciones y Pein pidió por una revisión al futuro farmacéutico.
    "Me juegas sucio" Se crispó por dentro Itachi, retomando su lugar en un alejado sillón, sentía que se reventaba por dentro. Estaba bien, Sasuke abrazó a Hyuuga… O quizás Hyuuga rodeó a Sasuke, cogiéndolo desprevenido razón por la cual fue atrapado en el involuntario "arrumaco". Él se forzó en creer en la segunda hipótesis. Apretó sus uñas contra la tela del sillón, rasgó el tapiz, era el único método que tenía para liberar la ira infernal que lo asolaba.

    Un sonriente peliazul bajó de las escaleras, vistiendo una blusa holgada color natural y un pantalón de lino verde, lucía bonito como cualquier noche. Consciente del encanto natural de Sasuke, Deidara no perdió tiempo en darle un cálido abrazo retrasado.

    —Qué cosita tan bonita —el rubio estrujaba contra su pecho a su "modelo" favorito—… Uh… —liberó a Sasuke —… Dime por qué… Pero… mmmm… Es como si te vieras más lindo.

    —Idiota —insultó Sasuke, por fin libre del cargoso ojiazul.

    Entonces, con iguales o peores intensiones, un peligris venía de la cocina con un vaso en mano. Sasuke suspiró agotado, se acercaba el segundo pesado del grupo de amigos de Itachi. El nuevo atacante pasó un brazo por el cuello de Sasuke, y se arrimó descaradamente.
    Bien conocido era por Akatsuki el estrecho vínculo de los hermanos, incluso el poco intelectual de Hidan percibió la estrecha relación. ¡Puag! La sobreprotección de Itachi con Sasuke incluso le había hecho vomitar. En plan de atizar un poco la relación más estable de su "queridísimo, simpatiquísimo y buenísimo" amigo comadreja, Hidan pensó en compartir un chisme:

    —Adivina, adivinador… ¿Qué integrante de Akatsuki, metió en el auto a la tetona turca Mahidevran? —deslizó Hidan en el oído de Sasuke.
    Esto sí que descolocó al menor, levantó una ceja, confuso por la adivinanza. ¿Era una adivinanza o solo eran las típicas intrigas que usaba para divertirse?

    — ¡Oh, no lo sabes! —dijo, en un lamento exagerado el religioso.

    Hidan quitó el brazo del cuello del peliazul, cogió su siempre presente celular y con este en mano volvió a enroscar su brazo. En la pantalla del artefacto se veía a una mujer en pequeños trapos apoyada a un auto… Un auto, cuya patente era de Itachi.

    Itachi observaba interesado el intercambio entre Hidan y Sasuke. ¿Qué le estaría contando a Sasuke? ¿O estaría preguntándole por el famoso abrazo con Hyuuga? Atendiendo a la imaginación, Sasuke venía a él. El bonito rostro, estaba desencajado.

    —Levantaste a una prostituta de la calle —confrontó el estudiante, todo el descontrol, emergió en un dura expresión.

    Itachi dio un bajo resoplido risueño y se levantó del sillón para ganarle en altura, y también en argumentación. "Solo debes ser desagradable, te adoraran en solo una noche" recordando las palabras de Hidan, tuvo la osadía de afrontar el reclamo celoso:

    —Vamos, Sasuke, no es que tenga el deber de darte una explicación —Lo había dicho Itachi, sin detenerse a pensar que Sasuke era tan distinto a las vulgares mujeres con las que él solía revolcarse.

    Las piernas del pequeño flaquearon, dio un leve retroceso. Esto era precisamente lo que no tenía el valor de afrontar. Si ni tuvieron una cita, si toda esa especie de trato afectuoso se reducía a que Itachi reclamara por besos nocturnos, piquitos suaves que tomaban el color de querer algo mucho más obsceno. Se había dejado mancillar en vano, habían jugado vilmente con su ingenuidad. Había caído tontamente, ante el primero que le cantó la más hermosa poesía… El canto de las sirenas, hace encallar una embarcación. Sasuke tontamente, cayó con el primer verso.
    Estaban presentes las ganas de permitir que todo fluyera, hasta sus brazos colgaban de sus hombres frente a la tranquilidad de aquel desgraciado.

    —Tienes toda la razón —asintió Sasuke, debía darse todo el crédito por inventarse lo que nunca había sido.

    Itachi asintió por lo dicho. Ya vendría lo mejor del día, donde Sasuke daría todas las explicaciones que él pidiera. Prometería no volver a abrazar al horrendo Hyuuga, e Itachi se comprometería a hacerle el amor. Itachi se sentía bien al tener el control de la situación, después de todo hacia era visto por el grupo de amigos, que con el pico cerrado presenciaban una conversación que tiene el condimento de"aparentar" ser una discusión de novios.

    —Tú… Ni mereces saberlo… —continuó en un pesado gemido el peliazul, para rozar su plano vientre ante la incomprensión de Itachi por el voluntario gesto.

    Aquel asentimiento de Itachi, terminó por despejar las dudas acerca de lo que eran. O de lo que habían sido. ¿Reír, gritar o llorar? Reír, disfrazando el disgusto o llorar como una quinceañera que se ha quedado sin Romeo, lo segundo ni era opción. Sasuke estaba lejos de tirarse a los pies de Itachi y lloriquear por un poco de atención… Ni pensarlo, montar el numerito de "¿por qué no me quieres?". Aquel gimoteo que condenada arduamente en el colegio y que era, según él, lo más bajo a lo que una niña podía llegar. El deseo se inclinaba por el afónico desahogo…
    Pero uno a su estilo:

    —Es increíble. Terminamos sin tener nada por terminar —reveló Sasuke, trataba que la emoción agonizante se viera simulada, para no verse patético.

    Un grito bajado de volumen, que es suave tonada, es el modo en que el embarazado decide contrarrestar la indirecta de que nunca fueran nada.
    Itachi alzó una ceja, el rumbo de la conversación, estaba tomando un resultado inesperado. "Terminamos…" La simple palabra impalpable, circulaba cerca y aún previendo que no le gustaría lo que vendría, el universitario no cambió la expresión frívola.

    Para Sasuke el no obtener una reacción o gesto demostrativo de algún interés por esa extraña relación, con sexo de por medio, lo incitó a actuar rápido. Tomó del cuello a Itachi y lo estiró para que estuviera a su altura, una cosa diría, casi besando la oreja del universitario, tenía un mensaje para trasmitir, uno que solo iba para Itachi y no pensaba compartir con el resto de los metidos espectadores:

    —Vete buscando un remplazo que te sacie. Yo no pienso chupar tu recontra usada polla sucia. Tú… Borra de tu perversa memoria el sabor de mi inocencia, no tendrás conmigo una octava vez… Olvídate de lo que sea que hayamos tenido… Estúpido y desgraciado ex no novio —expresó el menor, no malgastó la rabia, ausente en la fonética, presente en las palabras. La furia terminaría por hacer visible, lo que intentaba esconder.

    Reuniendo la dignidad que no abandonaría, ni dio un resquicio de lamento, el muchacho no derramó sentimiento lastimero alguno. A pasos lentos, se alejó. No correría, no lo haría. No estaba dispuesto a armar una escena para que Itachi viera cuánto le había afectado bastaban las palabras que repasadas bien… Tenían su toque del despacho, aunque carente del timbre de la traición. Sin embargo, la fuerza que halló, lentamente se iba desgajando, en verdad todo lo había afectado. El que su querido hermano se haya atrevido a subir a una puta en el asiento del acompañante, ese espacio reservado que Itachi permitió que ocupara solamente Sasuke, relegando al resto de sus amigos al asiento trasero. Antes de quebrarse completamente, y soltar cada lágrima amarga, para que todos los amigos de Itachi supieran el pecaminoso y doloroso secreto, Sasuke realzó sus hombros y tiró su nuca para atrás, le dio la espalda a su primer amor y nuevamente deslizó una mano al centro de su estómago.
    Akatsuki no sabía si dar algún comentario, el diálogo para ellos había sido extraño. Esperaban que Itachi diera las explicaciones necesarias, cosa que remotamente sucedería.

    La puerta principal chirrió, alguien no había perdido tiempo en salir. La cabeza le zumbaba al "adulto responsable de la casa Uchiha", le advertía que el escaso tacto produjo el efecto contrario al "exitoso método de la indiferencia". El corazón estremecido, se ahorcó con la vena. En medio de sus piernas, su polla palpitó dolorosamente. Así como la vez que rasgó la delicada muñeca de Sasuke, la había cagado. Oficialmente, Itachi arruinó la primera relación de "no novios" que se tomaba en serio.

    CONTINUARÁ…


    Dije que publicaría antes... Pero ya ven, culpo a mi rabia por encontrar tantos fanfics sobre parejas que no son de mi agrado y casi ABSOLUTAMENTE nada de ItaSasu... Mpreg de otras parejas (no necesariamente en este foro) hay y cantidad!!!!!!!!! Me revienta, así que please no pidan que incluya cierta pareja de un rubio y un peliazul, porque no lo haré ¬¬ Bahh qué me quejo si aquí me siento comprendida :D

    PD: Leeré tu fanfic siempre que ItaSasu sea una pareja exclusiva y definitiva de tu historia.

    "ItaSasu es sinónimo de Amor Verdadero
    Oyasumi, matta ashita"

     
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