Bajo los Tacones de ARIANE Kirishima Yokozawa Mundo Alterno
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Bajo los Tacones de ARIANE Kirishima Yokozawa Mundo Alterno

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  1. btalkrajo
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    Y ahora intenta decir que me amas sin miedo a que parezca mentira otra vez ... https://web.facebook.com/Btalkrajo

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    Bajo los tacones de Ariane


    Yokozawa

    No creo casi que esto sea real, es más como un sueño en cámara lenta, como algo imposible, tal vez la fantasía suprema. Nadie puede tener todo lo que quiere y sin embargo, creo, no, en realidad estoy seguro. Aceleradamente convencido de que lo tengo todo, todo lo que he soñado alguna vez y mientras sus dientes muerden mi labio obligándome a gemir estoy más convencido, mientras mis manos pasean por el castaña claro de su cabello rebelde estoy más convencido. Casi puedo oír las mil alertas que me dicen que no pase por esa puerta, pero sé que no son mis amigas, sé que evitar enamorarme de Kirishima sería lo mismo que obligarme a vivir en este mundo sin música.

    — Preferiría morir – digo desde adentro, donde nadie escucha o más bien escuchan todos ellos, todos los miedos que me han comido por años, diciendo cada día que no lo lograría, cada día que este día no llegaría – No tengo miedo

    Veo los ojos de mil miradas sobre mí, las veces en que desee ser aceptado, encajar, ser igual a todos los que me veían con miedo o con asco... ¿Qué camino hubiera seguido? Tal vez un ejecutivo o un profesor o el camino siniestro de ser quien no soy.

    Mi cadera se mueve pegándose a la suya, sé que deberíamos estar vistiéndonos pero es imposible pedirle que detenga su ataque, quiero que gane ¡Véncelos a todos! ¡Borra todos los recuerdos!

    Cada beso, cada beso de Kirishima se siente como algo nuevo, no creo jamás haber sentido que era consumido como el papel en fuego, como azúcar en agua hirviendo.

    — Tengo que bañarme – dice rosando suavemente su nariz en mi mejilla — ¿iras conmigo verdad? – el suave sonido de su voz aplasta todas las negativas, le digo que sí y me sonríe, su sonrisa es más bonita a un de cerca, mientras alcanza a su mirada

    Mi mano cae cuando él se separa por completo y se va a la ducha, se detiene un momento para sonreírme una vez más. Mirándome como si me deseara, como si me disfrutara... Kirishima me ruboriza, me hace sentir más inocente, más valioso, más fuerte.

    Ann

    Me quedo quieta sujetando la manija de la puerta. No es la primera vez que me mareo, no es la primera vez que pierdo el suelo, pero él me atrapa y sus manos y mis manos se encuentran, algo está mal... pero no es el momento, debo detenerlo, como él siempre me detiene, como siempre me ha rescatado de todo lo malo que pueda venir, mi misión es estar a su lado para que no escuche las voces que lo acusan, merece ser feliz, merece ser amado, merece un hogar...

    — Que dices – no he escuchado la vos de Masamune y sus ojos marrones oscuros me miran asustados

    — Dije ¿Qué ha pasado?

    — Nada, creo que me maree de tanta rabia – casi es verdad, casi soy sincera, pero no es la primera vez que sucede algo como esto conmigo – tengo que ir a verlo

    — Ann, tal vez no sea como piensas... podrías darle una oportunidad, Kirishima, mi jefe es confiable, y en verdad quisiera que ellos pudieran arreglar solos sus diferencia

    — Masamune tu sabes...

    — La semana pasada Takafumi juro que no quería volver a verlo, esto está empezando para los dos y yo no quiero ser parte de los que perjudican su relación. Tampoco quiero que tú lo seas... por favor, si Yokozawa te necesita te llamara, lo sabes.

    Me ha convencido, yo misma vi que Kirishima decidía luchar por eso que nacía entre ellos, pero aun así no quiero, me asusta que alguien pueda herirlo, herirlo de verdad, dejarlo en ese estado... en ese estado que tanto teme, Yokozawa no quiere terminar como su padre y su padre tampoco hubiera querido que sucediera, mi sangre hierve, si la encontrara, si la viera, si pudiera decirle dos cosas la 'primera seria que no merece ser recordada como una madre y la segunda es que Yokozawa tiene más instinto de madre del que ella tuvo cuando decidió abandonarlo. Quisiera decírselo, decirle que ella es mala y que por ella él tiene una grieta, pero más que eso quisiera decirle que la grieta esta sellada, decirle que ahora es feliz con la familia que ella le negó.

    — Te prometo – dice Masamune con un beso – que si lo arruina de nuevo no lo ayudare...

    — Está bien, pero si Yokozawa me llama...

    — Iremos a verlo, pero estará bien

    — No puedo creer que te agrade tanto, ninguno de sus novios te ha agradado y ahora siempre dices cosas buenas de Kirishima... ¿Por qué?

    — Por como lo mira, ninguno antes lo miraba de ese modo

    Es verdad, también lo he notado, pero no me gusta, Kirishima me recuerda a un perro de pelea, siempre parece listo a morder. Incluso anoche cuando regreso y miro a Iokawa... incluso antes cuando veía a Onodera.

    ****************:::::::::::::::::::::::::*********************

    Unas cuantas nubes aparecieron sobre la ciudad, no parecía que fuera a llover ese día, Kirishima Zen caminaba hombro a hombro de Yokozawa Takafumi, ambos vestían ropa deportiva y zapatillas, ambos median sobre el metro ochenta y tenían los hombros anchos, Yokozawa era incluso un poco más fornido pero su gracilidad al caminar podía aturdir a un extraño, nunca golpeaba a nadie al pasar y aunque su camiseta tenía el logo "Swett Honey" en letras rojas no parecía delatar nada. Ninguno de ellos era lo que se conocía como "pluma" así que nadie se giraba a verlos mientras caminaban riendo, hablando sobre absurdos y comida, restaurantes de la ciudad. En el tren prefirieron quedarse parados mirándose que sentarse separados, algunas mujeres les regalaban miradas seductoras, alguna audaz les susurraba algo al pasar y ellos seguían de largo sin voltear. Kirishima Zen estaba algo intimidado por todo esto que significaba Yokozawa, había imaginado que no podría tener un momento como este, había considerado limitarse a ser su amigo y a masturbarse sin delatar el deseo, en principio porque le parecía extraño que terminara pensando en Yokozawa cuando se hacía una paja. Luego, porque el sujeto era honesto y lo había tratado siempre sin segundas intenciones.

    — Bien... hemos llegado

    — Esperare en la tienda – aviso Yokozawa casi temblando, la casa era imponente, se veía en la madera de la puerta con garaje propio que era de gente adinerada, los espacios eran pequeños para todos, salvo para la elite y gente rica que podía pagarse espacios más amplios y jardines con árboles – llámame

    — Lo prometiste... ¿sabes que es este lugar?

    — La casa de tu ex

    — No, es el lugar donde tienen a mi hija como rehén, es un sitio hostil y me da miedo entrar solo

    Kirishima lo decía con seriedad, pero más con egoísmo, temía que si la veía a solas olvidara todo y estaría suplicándole que volviera con él, toco el timbre y espero mientras la puerta sonaba avisando que estaba abierta. Bajo la puerta de la casa habían dos personas, una de ellas era pequeña y con un vestido rojo que sujetaba un cartera de color marfil de Hello Kitty y un blase blanco en la mano, la otra, sin duda era mucho más aterradora que la niña de ojos marrones y cabellera castaña, Yokozawa se paralizo solo al verla, ella le regalo una sonrisa. Hermosa, esa era la palabra y pocas cosas eran hermosas para Yokozawa. Ann seguro la odiaría solo con verla, Shizuoka la admiraría y el resto de las estudiantes se debatirían entre el odio y la admiración.

    — Sakura Kirishima... Bienvenidos

    "Kirishima" Yokozawa escucho las palabras, no le gustaron nada, ella ya no lo era, ahora ese apellido no le correspondía. Volvió a verla, era rubia, con la melena larga hasta la cintura, su cabellera brillaba y tenía un suave olor a frutas, sus ojos eran verdes claros y sus pestañas largas parecían querer volar, su boca parecía rosa natural, no parecía que llevara maquillaje realmente tenia los rasgos finos, sus manos eran blancas y los aretes pequeños la hacían más elegante, era esbelta pero no flaca, tenía las curvas bien marcadas, cualquier hombre perdería la cabeza por una mujer como esa y su vos, su voz parecía la de un ave

    — Hola – Yokozawa se giró a la niña

    — Hola – la voz era de Kirishima,

    Ni la niña ni su padre parecían prestar atención a Yokozawa o a Sakura, se miraban el uno al otro sin atrever a moverse, ambos quietos, ellos dos eran idénticos, incluso en el todo de su cabello la niña era Kirishima

    — Ha pasado tiempo – la niña se veía serena

    — Mucho – Kirishima parecía tenso

    — Nunca viniste a verme – la acusación fría pareció atravesar a Yokozawa, le dolía verlos a ambos, ambos sufrían, la mirada de Kirishima paso de la niña a Sakura y esta retrocedió instintivamente asustada, Yokozawa podía ver el miedo en ella ¿Por qué le tenía miedo a Kirishima?

    — Perdóname Hiyori, pero no podía venir

    — Ahora puedes... venir a verme – Hiyori parecía dudosa al hablar con su padre — ¿también puedes llevarme a casa?

    — No Hiyori... ya no tengo una casa a donde llevarte...

    — ¿Qué? – la vos es de la mujer – Zen... nosotras...

    — Conseguiré otra casa – Kirishima alza la voz escondiendo su deseo de llorar, Yokozawa lo siente, en la forma en que sus ojos miran arriba para no lagrimear – ahora no puedo llevarte, pero... tal vez...

    — ¡Podemos salir! – la niña alza la voz – mamá dijo que iríamos a pasear

    — También a comer helado – dice Yokozawa y la niña por primera vez repara en su presencia, lo mira con miedo y guarda silencio – Lo siento... soy Yokozawa Takafumi y he venido con tu padre

    — Hum

    — Yokozawa, Hiyori – Kirishima los presenta – él es mi amigo y me ha cuidado mucho estos meses y ella es mi hija, el amor de mi vida

    — Zen... ¿vamos?

    — Dijiste que podía llevarla – la voz de Kirishima se hace seca, Yokozawa y la niña miran la escena – la traeré a las ocho

    — Creí que... – ella sonríe hermosamente, y se lleva un mechón de pelo rubio detrás de la oreja... – hum... puedes pasar el fin de semana con Hiyori, sé que tus padres la echan de menos, pensaba en saludarlos pero tal vez por ahora no sea buena idea

    — Dame la mochila de su ropa – Zen la mira y Yokozawa que atiende el momento lamenta no poder hacerlo mejor

    — Ven, te la daré

    — Esperaremos aquí

    Yokozawa no comprendía nada, tampoco podía preguntar para saber lo que sucedía realmente entre ellos, Zen y su esposa parecían una pareja de revista, los dos se veían perfectos uno al lado del otro. En cambio él... sintió que se convertía poco a poco en el mal trozo de la habitación, la pieza que no encajaba, sintió unos dedos, los dedos pequeños de una niña de siete, tal vez ocho, pero no nueve.

    — Gracias – Hiyori miraba desde sus redondos ojos a Yokozawa

    — ¿Por qué me agradeces?

    — Por cuidarlo - luego ella hincho las mejillas emocionada - ¡¿verdad que mi padre es el más hermoso hombre en el mundo?!

    Negarlo no tenía sentido cuando él pensaba lo mismo. Kirishima recogió a la niña en sus brazo y los tres salieron de aquel jardin de cesped perfecto, Yokozawa esperaba sentirse a salvo fuera de esa casa y de la mirada verde de esa mujer, en cambio sintió más miedo, miedo por el silencio que Kirishima guardaba, por la manera en que había volteado a ver la puerta, tal vez con la esperanza de verla a ella.



    Bajo los tacones de Ariane



    - Podrías detenerte - Yukina Kou estaba soltando fuertes y calientes bocanadas de aire mientras Yokozawa sonreía – aún tengo alcohol en el cuerpo, no puedo correr a tu ritmo

    - Es tu castigo – Yokozawa froto los guantes dando saltos cortos en su sitio mirando a su compañero y amigo, pronto serían las cinco de la madrugada y ellos no habían completado su circuito - ¡Vamos!

    - No... caminemos, mi cuerpo no quiere correr

    - ¿Bebiste tanto?

    - Algo peor...

    - ¿sexo?

    - Con Kisa – Yukina se cubrió con ambas manos la cara, casi podía ver la sonrisa en Yokozawa – Pero... tener sexo no significa que hayamos regresado ¿vale? Fue solo casual, hacia frio, estábamos solos... ¡Esas cosas no pueden evitarse!

    - Claro... como si tu quisieras evitarlo – Yokozawa apoyo la mano en el hombro de Yukina – Inténtalo otra vez, y otra vez después de esa

    - Yo lo intento... me refiero... ni siquiera sé porque rompió conmigo, es como que la duda me corroe, no lo entiendo, estaba bien... digo no soy perfecto, solo hermoso, encantador, divertido y se cocinar, además le fui fiel los seis meses ¿Por qué me dejo?

    - No lo sé, recuerda que hice esa pregunta por dos semanas sin conseguir respuesta

    - Masamune dice que fue cosa de Ritsu... pero Ritsu es mi amigo así que no creo que hubiera ido a inventar algo

    - Para Masamune - dijo con pena Yokozawa – todo lo malo es cosa de Ritsu, a veces me pregunto desde cuando es así

    - No lo sé, antes se llevaban muy bien... Volviendo al tema... ¿Qué paso después de que huyeron el viernes?

    - ¡No sé de qué hablas!

    Yokozawa retomo el camino y comenzó a correr, Yukina protesto pero no pudo menos que seguirlo, el cielo comenzaba a aclararse y ellos dos tenían un montón de cosas por hacer. Yukina estaba contento de ver esa expresión infantil en Yokozawa, parecía que el sujeto hacia algo bien, el problema era que Yukina ya había visto eso antes, no le gustaba admitirlo porque quería a Yokozawa y sin embargo... A Yokozawa siempre le iba mal en el amor.

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    Yokozawa Takafumi estaba de pie con las llaves de Ariane en las manos cuando Ritsu llego, tenía una bolsa con pan recién comprado y una caja de pastelería, los dos se miraron, Kisa apareció por detrás sosteniendo dos bolsas con botellas de jugo, los tres se quedaron por un momento mirándose, hasta que Ritsu comenzó a reírse mirando a Yokozawa

    - Gane – dijo girándose a Kisa – te dije que tendrían sexo

    - No lo sabes – respondio Kisa sonriendo

    - Claro que lo sé, Yokozawa... - el aludido sintió que se sonrojaba – por favor dime... dime...

    - No voy a hablar de eso

    - ¿Qué? ¡Cuéntanos! – Ritsu salto para mirarlo más de cerca – te ves contento...

    - Sobre eso...

    - SIP... lo siento por haber sido un fastidio, - Ritsu le sonreía amable y cálido, como su amigo – creo que no me di cuenta, no quise comportarme de ese modo, pero en mi defensas tu debiste decirme, o sea, ¿Por qué no me dijiste que él te gustaba?

    - No pensé que sucedería – dijo honesto – no creía que él se fijaría en mi... Ritsu en verdad

    - Debiste preguntar, siempre que dabas clases se quedaba mirándote las nalgas – Ritsu subió por delante de ellos – entonces... ¿es oficial?

    - Es... bueno... no hemos sido muy específicos, el me beso y bueno

    - Bueno – Ritsu le paso la caja color crema a Yokozawa mientras abría el despacho pequeño que tenían – creo que debes ser más específico en esto, no va a suceder lo de Yasuda y sobre eso... mil disculpas, es que yo pensé que debías darle una oportunidad, digo... ¡Yokozawa! – Ritsu lo sacudió - ¡Que idiota eres!

    - ¿Por qué me dices idiota?

    - Porque – Ritsu saco unos vasos de su gaveta mientras Kisa abría la botella de jugo – por callarte, por no creer más en ti mismo, por no notar como te veía, la verdad es que siempre hablaba de ti, bueno, de ti y de su ex esposa... supongo que ahora solo serás tú de lo que hable, eso es bueno, más bien que decidió olvidarla porque en serio, parecía completamente enamorado de ella, como si ella fuera el sol para él, en serio a veces pensaba que Kirishima era súper hetero, hablaba de ella como si hablara de la criatura más maravillosa, pero bueno, ahora estas tu a su lado. Me alegro mucho. – Ritsu abrió la caja de y los colores del chocolate y la crema se notaron, el aroma de los pastelillos lleno el espacio, su desayuno de reconciliación

    - ¿No esperaremos a Ann? – Kisa sirvió el tercer vaso

    - Le dijimos a las nueve, debió venir temprano – Ritsu coloco las servilletas y miro a Yokozawa – al menos ahora me queda claro que has elegido bien, Kirishima es mucho mejor que Yasuda

    - Todavía prefiero a Iokawa – aviso Kisa – es un poco celoso pero respiraba de amor por ti

    - ¿quieres saber quién respiro sobre Kisa? – Ritsu lanzo una mirada sugerente, pero Yokozawa ya lo sabía, Kisa en cambio apenas movió la mano desechando la plática y la puerta se abrió justo cuando Ann y Seiya entraban

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    Misaki

    Otro día... no es la gran cosa, las clases, luego las de inglés, después Ariane y la danza y después al despacho de mi hermano y Usami, otro lunes más, otra semana en que debo plantearme el futuro de una manera más clara, en el espejo soy solo una mocosa flaca, Akihiko Usami me lo recuerda siempre que me ve, lo que es irremediablemente todos los días, porque todos los días está en la puerta para llevarme a clases. Me giro las pestañas y me coloco labial para que lo note, no sé si lo nota, no sé si alguna vez nota uno solo de los cambios que hay... el único que es malo realmente es que me he enamorado de él, desesperadamente enamorada de él.

    Me pregunto cómo será, cuando él se case, cuando me rechace, cuando me abandone... será como con mi hermano, como lo que ella hizo de él, Sakura..., una vez mi hermano me dijo que la razón por la que evitaba verme a los ojos era porque son verdes, como los de ella, hasta eso perdió mi hermano, la fuerza para mirarme.

    Cuando Usagi se separe definitivamente de mi... será igual...

    ¿Me dejara en pedazos?

    - Llegaremos tarde si sigues mirándote al espejo – su vos llega y la sangre bombea con fuerza por todo mi cuerpo

    - Nunca llegamos tarde

    - ¿Por qué vas tan arreglada?

    - Tengo novio – no es verdad, pero él sonríe sereno, yo me volvería loca si el me presentara una novia

    - No seas ridícula, alguien con tus notas no puede perder el tiempo con chicos

    - Le gusto a los chicos – no recojo mi bolso, Usagi lo hace, siempre lo hace, en realidad en la escuela creen que es mi novio... en realidad, yo mentí diciendo que lo era – ¿te comiste todo?

    - Me dio tiempo a lavar los platos, como tardas tanto en vestirte, usas uniforme Misaki, no puede ser complicado recoger la misma falda, las mismas medias, la misma....

    - ¿Qué pasa?

    - Lo del novio - Usagi me sujeta el brazo - ¿es una mentira?

    - Si

    Quisiera decirle que tengo novio, decirle que me gusta alguien, decirle que otra persona vendrá a buscarme para llevarme a la escuela, pero no puedo, no podría hacer eso, nosotros no sabemos hacerlo, por eso mi hermano no quiere que me enamore, no quiere que alguien me hiera como lo hirieron a él, el problema es que estoy enamorada, devotamente enamorada.

    Y este amor comienza a doler...

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    Las luces de la casa brillaban alumbrando todo, los dejaron a solas para que pudieran hablar un poco, ya sin las demandas ellos podrían solucionar todo dialogando, Sakura le había pedido que viniera a hablar con ella, al comienzo Zen no quería, pero ahí estaba, mirando con curiosidad el escote de la camisa clara que ella tenía puesta, su rubio cabello brillaba sedoso y el aroma a durazno de su perfume entraba suave a sus pulmones.

    Ella le sirvió el café y dejo sobre la mesa unas galletas, Zen supo que eran de arándanos, ella las hacía de arándanos y a él le encantaban.

    - Hiyori lo paso de maravilla – Sakura sonreía sosteniendo su taza de café con leche – no podíamos hacer que dejara de hablar, hace mucho que no hablaba tanto y... bueno, creo que podemos acercarnos poco a poco hasta que ella se acostumbre, ahora esta susceptible, digo... ella pensó que solo te vería una vez más en la vida, le dije que puede verte cuando quiera, las puertas están abiertas y si quieres llevarla puedes hacerlo, creo que podríamos acomodarnos para ir al cine y al parque... ¿Qué dices?

    - Mis padres no lo saben... – fue lo que dijo bebiendo de un solo trago su café, Sakura sabía que a él no le gustaba muy caliente, ella sabía todo de él y eso lo hacía sentir vulnerable, de todas formas quería decirle algunas cosas que tal vez desconociera - saben que te fuiste, creen que fue en marzo, no les dije que fue en octubre, tampoco les dije el motivo...

    - ¿Lo demás?

    - ¿Qué más? – Kirishima acaricio la mano de Sakura sobre la mesa – no hay nada más Sakura, nadie tiene que saberlo si no quieres o podemos decir que lo de ustedes comenzó después... sé que te falle, no eras feliz a mi lado, Sakura...

    - Mi abogado... él dijo que podías llevártela... que si querías podrías quitármela, sé que me lo hubiera merecido, pero no podía imaginar que me alejaras de ella no sabía que hacer o decir y lo hice mal... ¡No me odies! – Zen sintió las lágrimas de Sakura en sus manos, nunca la había visto llorar, ella lloraba en el baño, lloraba sola, jamás en sus brazos, ¿era así? ¿dolía de ese modo? Que ella sufriera comenzó a dolerle en el cuerpo, era ella y él aun la quería, aun deseaba verla sonreír y besarla, deseaba besarla y contenerla, jurarle que todo se arreglaría entre ellos, pero ya no eran ellos, ahora solo eran los padres de Hiyo y deberían arreglarlo por ella y ser amigos – lo siento... no es excusa, no sirve de nada... pero te equivocas, yo no sabía ser feliz y eso es culpa mía, no sabía lo que era sufrir, siempre te tuve y después... ahora...

    - ¿Por qué no me lo dijiste?

    - No podía... no podía sentarme y decirte que quería a mi novio de regreso, que mi esposo me ignoraba... no podía decirte... no podía ni pedirte perdón después de que... que yo... cuando... – entre gimoteos sus palabras se consumieron, Sakura se veía frágil, trémula, y Kirishima quería cuidarla. – no podia...

    - ¡Podías! – Zen golpeo la mesa con su mano haciendo brincar el café de Sakura que se derramo, pero no le importo, ni eso ni los ojos verdes que lo miraban atemorizados - Podías haberme dejado, podías sentarte y decirme lo que fuera... lo que fuera yo te hubiera comprendido, mi amor, mi amor no debiste hacerme eso, no había nada para mí cuando te fuiste, yo... – Zen se dejó caer en su silla, si gritaba Hiyori los escucharía y no quería agobiar más a su hija, la pequeña no entendía nada de todo esto, no podía – es mejor que me marche...

    - ¿me odias? – Sakura lo miro desde sus lágrimas, con los ojos verdes brillando, era hermosa, más hermosa que ninguna, Yokozawa jamás seria la mitad de perfecto que ella

    - Preguntas eso como si lo creyeras posible... ¿odiarte?

    - Se acabó – ella se puso de pie – lo termine por completo, fui estúpida e inmadura y...

    Zen se quedó petrificado, ella lo conocía mejor que nadie, siempre sabía lo que él pensaba o sentía, siempre decía lo correcto para consolarlo, para hacerlo hacer lo que ella deseara... no importaba. Podría ser mejor persona, trabajar menos, salir a bailar con ella, llevarla al cine, amarla, podía amarla... podría...

    Podría olvidar a Yokozawa

    Acaricio el cabello de Sakura, su amada y hermosa Sakura sintiendo que los dedos se le acalambraban, cada latido en su corazón, le decía que debía hacerlo, volver a su hogar...

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    tell me you believe in love - it's not an illusion - i've been thinking about the night - and the dangerous tricks people play on the eyes of the innocent - i could turn a lot of hearts into bricks with smoke and mirrors disappearing right in front of me -but believe me, i'm not trying to deceive ya -i promise falling for me won't be a mistake -no baby this is not an illusion - i really got my heart out on my sleeve - oh baby this is not an illusion -there's magic between you and me -no baby this is not an illusion -you really got me lifted off my feet -so tell me you believe in love - cause it's not an illusion to me


    Yokozawa salió a la calle mirando con alguna emoción contenida a la espera de verlo, Kirishima no iba los lunes pero podría ser que ahora lo hiciera, miro su móvil pero la señal estaba perfecta, escucho los pasos de los estudiante, sus risas y su emoción, Ariane ofrecía eso, no era un centro realmente estricto, se trataba de relajarse, de reírse, de bailar, de que sin importar lo malo del día siempre se puede volver a empezar.

    - Gran trabajo hoy – las chicas y chicos comenzaron a salir, ya era de noche y Yokozawa miraba su móvil, no quería enfadarse ya que Kirishima al fin estaba con su hija, seguro habrían pasado todo el domingo juntos, tal vez ahora hubiera ido a verla ya que no estaba ahí. Se sintió tentado a llamarlo, pero no pudo hacerlo, no quería agobiarlo.

    - ¿vamos a comer? - la voz lo arranco de sus pensamiento

    - Ritsu - Yokozawa se sobresaltó al descubrir a sus colegas detrás y las luces apagadas, Ann estaba cansada, había pasado todo el día en Ariane, aunque habían hablado poco en realidad parecía que Yokozawa y Ritsu volvían a ser amigos, tal vez todo había sido un error y Ritsu no había planeado lo de Yasuda, Ann y Yokozawa como siempre hacían, decidieron confiar en Ritchan. - ¿Qué hora es?

    - Las nueve... ¿Kirishima vendrá? – la sonrisa era franca, Ritsu le había dicho que lo apoyaba, se había disculpado por haber sido inmaduro con eso y haber huido, pero ahora que ya quedaba claro les daba su apoyo y esperaba que fueran felices, esas habían sido sus palabras "Todo lo que quiero es que seas feliz Oniichan"

    - Creo que no, de igual manera me iré a casa - Yokozawa y Ann se alejaron de los otros dos, Ann tomo el brazo de su amigo contenta, le gustaba que todos ellos volvieran a reírse, a llevarse bien

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    Bajando por el metro Kisa abrazo con cariño a Ritsu, la gente subía y bajaba, para regresar a casa, Yokozawa que vivía cerca de Ariane no tenía ese problema, pero ellos debían ir siempre en el metro, Kisa estaba contento, no quería admitir porque, o por quien, tampoco era un secreto, tenía motivos para haber dejado a Yukina pero no eran tan fuertes como los deseos de esta con él, el deseo de besarlo y sentir sus manos, de ver sus ojos claros y sus dientes marfiles, Kisa estaba tan contento que sin más abrazo y beso en la mejilla a Ritsu que se alejó.

    - ¿Qué pasa?

    - Estoy feliz de que dejaras de tener esos pensamientos amargos – Kisa, no lo decía en voz alta, pero estaba más que feliz por eso, sus pasos iban al metro donde tal vez, si tenía suerte vería a Yukina, conocía su rutina pero no quería que pareciera que se apuraba en llegar, no quería que Yukina supiera lo mucho que quería verlo

    - ¿pensamientos amargos? – Ritsu le sonrió

    - Si... eso de fastidiar a Yokozawa con...

    - No – Ritsu le sonrió – no tendría sentido fastidiarlo ahora, ¿tres lagrimas? ¿una semana de llantos? Luego no importaría, la idea es fastidiar a Yokozawa cuando no lo espere. – Kisa se quedó en silencio mirándolo – por ahora como si no importara... primero Ann, después Yokozawa.




    Yoo Joo me alegra mucho que disfrutaras hasta ahora y espero que continues conmigo en esta aventura. muchas gracias por leer.

     
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