Bajo los Tacones de ARIANE Kirishima Yokozawa Mundo Alterno
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Bajo los Tacones de ARIANE Kirishima Yokozawa Mundo Alterno

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  1. btalkrajo
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    Y ahora intenta decir que me amas sin miedo a que parezca mentira otra vez ... https://web.facebook.com/Btalkrajo

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    Bajo los tacones de Ariane

    Cuando Kirishima Zen estaba por bajar las escaleras del piso de Yokozawa advirtió que el gato obeso estaba siguiéndolo, tocar la puerta y devolverle al gato era sin lugar a dudas la mejor manera de terminar las cosas con Yokozawa.

    Zen recogió al gato y este no hizo seña alguna de querer escapar.

    - Bueno – dijo mirando los ojos del felino – supongo que te agrado

    *******xxxxxxxxxx*******

    Yukina Kou estaba esperando en la entrada del metro con su camisa a cuadros y los jeans rotos, usaba botas militares y pese a que ninguna de sus prendas era nueva, seguía pareciendo el recorte de una revista. Shouta camino despacio, no podía evitar que su pulso se disparase al verle, no tenía sentido, tenía 28 años y no podía hacer nada contra un chico de 23, Yukina seguía leyendo "Moriré besando a Simón Snow" Kisa Shouta sintió que ellos dos deberían solucionar esto, huir el uno del otro tan lejos que no salieran heridos... ya estaban heridos, se habían hecho daño, Yukina no veía como importante aquello, pero a Kisa le había dolido, lo suficiente como para romper lo de ellos. Pero si lo decía, si decía que lo sabía en vos alta... la herida solo se haría más agria.

    - Hola – dijo colocándose a su lado, la mano derecha de Yukina le rodeo con el brazo mientras la izquierda sostenía el libro, el chico seguía leyendo.

    - Sabes – dijo en tono agradable – creo que lo mejor de Marimo era que me dejaban leer cualquier libro mientras no había clientes... lástima que no pagaran mejor, me hubiera gustado seguir con ellos

    - Sabes que no leo mucho

    - Yo puedo leer para ti... ¿Ritsu no vino?

    - No lo harías... nunca lo hiciste...

    - Yo leía para ti, pero tu música no te dejaba escucharme... - mientras Shouta negaba Yukina guardo sus lentes en el bolsillo de su chaqueta, un bolsillo grande y también contenía su teléfono y su billetera - por favor Shouta...

    Los ojos dulces que lo miraban con cariño parecían atraparlo, Yukina le robaba el aliento, no solo porque era guapo o alto o fuerte... porque leía y reía, porque no dependía de nadie, porque luchaba por sus sueños... porque no había tratado de acostarse con él hasta después de pedirle que salieran, porque en la cama siempre era cariñoso... porque lo hacía sentir especial.

    - No lo sé – honestamente no lo sabía - ¿era eso... que no te escuchaba?

    - No... cariño... no... fui yo, lo sé pero no lo arruinare de nuevo... lo prometo – Yukina le veía como si en verdad quisiera componer lo de ellos.

    - No puedes decir eso... no sabes cómo saldrán las cosas...

    - ¡No! En serio... se acabó... lo juro... no más horarios nocturnos, no más chicas a mi alrededor... lo que haya sido... se acabó – Yukina metió el libro en su mochila - ¿quieres comer algo?

    - Preferiría caminar

    - Entonces caminemos... Shouta – Yukina se acercó – puedo esperar un poco a que te aclares... pero tengo que saber ¿quieres que volvamos?

    - No lo sé...

    No lo sabía, no podría saberlo, quería estar con él pero estar con Yukina significaba un potencial riesgo de salir herido. Aunque de hecho... no estar con Yukina también suponía un dolor que pese al tiempo no disminuía. Shouta comenzó a caminar, intentarlo un poco era suficiente, perder intentando era mejor que perder estando quieto.

    Besarlo era mejor que no besarlo y aun si no ganaba era mejor una cicatriz que le atravesara el pecho completo a un hueco que le dejara fría el alma, estaba enamorado de él, llevaba enamorado de él un año entero o mas no lo sabía, se había enamorado el mismo día en que lo vio, la noche en que Yokozawa lo trajo para mostrarle Ariane, ese era Yukina, su amigo de los libros, un chico que parecía de revista pero que irradiaba amabilidad, pese a ser un sueño no era mal educado o egocéntrico, Yukina era único...

    Shouta saco su móvil, miraba la canción de Shakira y le parecía buena para una rutina con coreografía, le gustaba como la colombiana pronunciaba su estribillo "Nunca creí que fuera así, como te fijarías en mi... toda la noche lo pensé... este es pa'mi o pa'mas nadie.... " Me enamore era sin duda la canción más cursi que había oído en los últimos tres años pero no le pareció más propicia. El chico a su lado le sonreía mientras caminaban a la zona de comercio, cenarían ahí, les gustaba cenar y pedir patatas fritas. ¿Por qué renunciar a eso? Solo había sido un error, un accidente que sucedió cuando el alcohol se hizo más fuerte y escondió sus pensamientos, cuando el alcohol los confundió y... si sabía que ninguno había querido lastimarlo... ¿Qué sentido tenia lastimarse solo?

    - Vale – dijo girando sobre sus talones – pero antes debes prometerme que no volverás a hablar con él, bajo ningún concepto, ni hablarle ni verlo ni nunca quedarte a solas con él

    Nunca, ni un solo saludo, los quería lo suficiente para perdonarlos pero no para soportar que se acercaran otra vez

    - ¿Qué?

    - Rompí contigo porque sé que te acostaste con Ritsu, sé que los dos estaban ebrios... pero si solo le hablas se habrá terminado definitivamente.

    Yukina se congelo, parecía más pálido que un cadáver mientras trataba de balbucear algo, no tenía nada para decir entonces Shouta apretó los puños, decirlo le dolía agriamente, había visto a Ritsu desmayarse con el alcohol y estaba convencido de que en su sano juicio Ritsu jamás se interpondría entre él y Yukina, quería confiar en que todo había sido por excederse en la bebida, pero eso era todo. Ahí terminaba y no había nada más.

    - Ni una sola palabra – acepto Yukina y que lo aceptara por alguna razón, dolió más...

    Shouta se mordió el labio interno para no llorar, le dolía que lo reconociera aún más de lo que le había dolido que Ritsu se lo contara... no importaba, los conocía a ambos y ninguno de ellos trataría de hacerle daño a sabiendas, eso no había sido más que un trance de borrachos. Se lo venía diciendo hace tiempo y aun así... dolía.

    *******xxxxxxxxxx*******

    La empleada estaba encantada mientras Kirishima le preguntaba sobre la arena y el mejor alimento, era un gato grande y gordo el que sostenía. La encargada acaricio al gato, era manso completamente y tenía un collar azul donde saltaba su nombre SORATA en letras mayúsculas y un teléfono que seguramente sería el de su dueño, los ojos del felino parecían tan serenos que ella se sorprendió. Los gatos por lo general no eran tan dóciles sino hasta pasado algún periodo de tiempo, este parecía completamente sereno mientras batía su cola en el mesón y ella comenzaba a marcar lo que habían comprado. El dueño del gato era bastante atractivo. Volvió a revisar las notas y escucho serena como el atendía su llamada.

    - Estoy comprando implementos para gato.... Bueno... no exactamente no es mío.... Recuerdas que te dije que estaba evitándome.... Bueno hoy que nos vimos rompió conmigo... si... si... rompió conmigo... le robe el gato

    La encargada abrió los ojos asombrada de la naturalidad de esas palabras, el gato en su mesón había sido secuestrado. Ella casi no podía creer lo que oía, ¿podría ser un chiste?

    - Seguro pondrá carteles y esas cosas... no, en realidad es un gran plan – un silencio largo siguió y el perdió la sonrisa – le llevare el gato el lunes... Bueno, si yo fuera una mala persona podría haber dejado a Sora en la punta de la ciudad abandonado ¿Cómo lo encontrarían?, simplemente... ¡Sé que es estúpido! ¿Qué se supone que haga? .... No voy a hacer eso... Cuidare bien del gato, solo son dos días... bueno... está bien, le avisare que yo tengo el gato, le llamare y le diré que el gato me siguió y me lo traje conmigo.... No, eso sí es verdad, Sora me siguió, el decidió venir conmigo... Bueno, hablamos después tengo que pagar e irme a casa.

    El volvió a sonreírle.

    Ella no le sonreía más.

    - Debería devolverle a su gato, tal vez usted no lo sepa pero las personas formamos lazos, si no sabe dónde está su gato seguramente ella se preocupara

    - Le avisare que tengo a su gato – luego Kirishima sonrió – y... no es "Ella" es un Chico... ¿Por qué asumiste que era una mujer?

    - No... es... da igual – dijo ella manteniendo lo mejor que podía la compostura – usted debe devolverle a su gato... es cruel hacerle creer que su compañero se perdió.

    Zen reparo en que ella había dicho "Compañero" y no mascota, con lo que seguramente también tendría un animal muy querido con ella.

    No quería lastimar a Yokozawa, todavía no tenía un verdadero plan de acción con respecto al gato, iba a devolverlo...

    Zen pago y miro al felino, lo devolvería, definitivamente. Pero no esa noche.

    Tomo al gato y este se dejó cargar sin problemas. ¿le estaba ayudando? ¿los gatos hacían eso? No podría saberlo nunca, pero de seguro pasada la noche Sora también echaría de menos a Yokozawa. Los dos estarían tristes y él podría evitarlo... aun así, apago su teléfono y condujo a casa.

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    Cuando cruzo la puerta de su casa, pudo escuchar el barullo de sus padres charlando, su madre había regresado, no lo sorprendió realmente, ella esperaba que él trajese a Hiyori, sus padres llevaban el mismo tiempo que él sin poder compartir con la pequeña, pero ninguno de ellos sabia porque se habían separado, había cosas que Zen trataba de esconder desesperadamente, en especial... Que ella le fue infiel.

    Aquello le pesaba, ¿Qué tan mal esposo pudo ser como para que ella lo traicionara?

    - Que es todo eso – su madre se puso de pie mientras el hacia malabares para entrar en la estancia

    - Es el gato de un amigo, voy a cuidarlo el fin de semana

    - Ah – la mujer pareció decepcionarse – yo había pensado...

    Ella bajo la mirada, como si sus esperanzas cayeran y Zen no podía hacerle eso a ella, ella lo había acogido y le había consolado en silencio...

    - Si, a Hiyo le gustan los gatitos, quería que viera a Sora que es un gato muy genial

    La ilusión se encendió en ella, sonrió con ganas y tomo al gato, Sora no era un gato agresivo para nada y se dejó acariciar, aunque parecía más atento ahora que antes en el coche, su cola se movía mas mientras la madre de Zen lo colocaba en su regazo.

    - Entonces... ¿vendrá?

    - Si, Sakura me dijo que podía ir por ella... iré mañana para que almorcemos todos juntos

    Mientras la ilusión se rendía de ella y su padre sonreía desde el sillón, Kirishima Zen sintió la culpa. Si él hubiese sido un mejor esposo, sus padres no sufrirían la ausencia de la nieta.

    Saco el móvil de su bolsillo y decidió encenderlo. No tenía idea de cómo afrontaría con Yokozawa él haber secuestrado a su gato, tal vez Ijuuin tenía razón y eso más que ayudar lo perjudicaría. Pero... ¿Qué más podía hacer? Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, Yokozawa no podía dejarlo sin más y si ahora no hacía algo para llamar su atención este dejaría de pensar en él y lo de ellos acabaría por ser solo un borrón al margen de las palabras.

    :

    :

    Apenas encendió el móvil le comenzaron a llegar los mensajes, eran de Ann y de Yokozawa, abrió el de Ann para leerlo, al comienzo le deseaba suerte, le pedía que comprendiera a Yokozawa que esto era nuevo y después escribía para preguntarle si al irse había visto a Sora, Yokozawa estaba buscándolo.

    Luego su teléfono comenzó a sonar.

    - Hola

    - Buenas noches.... soy yo.... soy Yokozawa

    - Pensaba que no querías estar conmigo

    - No llamo por eso... – Zen sintió una punzada al oírlo, no solo por la determinación también por el tono -... lo siento pero quería preguntarte si no viste a Sora salir, a veces se sale de casa, nunca se aleja pero ahora no lo encuentro...

    - ¿Me llamas por tu gato?

    - Zen... no seas malo, ¿lo viste?

    Zen deseo ser un poco más vil, aunque en definitiva era vil haberse llevado al gato de Yokozawa sin avisarle.

    - Tu gato está bien, me siguió a las escaleras y lo traje conmigo

    - ....

    - Yokozawa.... ¿me oyes?

    - ....

    - Hola... ¿me oyes?

    - ¡QUIEN MIERDA TE CREES PARA LLEVARTE A MI GATO MALDITO BASTARDO!

    Kirishima Zen aparto el aparato de su oreja mientras el otro maldecía a voz en grito lleno de ira. Definitivamente Yokozawa gritaba a gruñidos cuando se enfadaba pero aun eso le parecía "Lindo", espero y luego encendió la alta voz con la esperanza de que no volviera a gritarle, pero la seguridad de que no le reventaría los tímpanos.

    - ¡Voy a llamar a la policía, que te quede claro!

    - ¿Por haberlo traído a mí casa?

    - Eso es secuestro, es una amenaza a mi persona, es extorción, voy a llamar ahora a una amiga mía que es Abogada, te vas a joder ¡Bastardo! ¡TRAE A SORA A CASA!

    - ¿Por qué? Encontré un gato en las escaleras de un edificio, este no tenía collar y yo pensé en cuidarlo mientras subía su foto buscando a su dueño, - Kirishima le había volteado la historia a Yokozawa en un tris tras – tu eres el negligente, tu gato no tiene collar, no vigilas que haya salido de casa y después cuando te digo que yo lo encontré en vez de agradecerme me prometes llamar a la policía... ¡Se abra visto!

    - Desgraciado

    - Yokozawa escucha... ven a almorzar mañana a mi casa... deja que Sora pase la noche aquí y mañana lo llevas, solo ven a comer

    - ¡¿Por qué demonios no entiendes?! ¡No quiero verte, ahora menos que nunca!

    - Creo que debes pensar en el trauma que significaría para Sora desprenderse de mí, creo que debes pensar en él antes de decidirte a terminar lo nuestro...

    - No puedo creer lo que dices, te fuiste sin más de mi casa

    - Tú me dijiste que me fuera

    - Pues debiste quedarte, debiste esforzarte y no solo robar a mi gato... ¿él está bien, verdad?

    - Sip, pase por insumos antes de traerlo... en serio - Kirishima se sentó en su cama – ven a comer mañana y te devolveré sano y salvo a tu gato

    - Zen...

    - Que pasa...

    - Gracias...

    - ¿Qué?

    - Estoy enojado, - Yokozawa se oía más relajado – pero si hubieras ignorado a Sora... no sé si lo hubiera encontrado, él no es un gato callejero, no ha salido nunca solo de casa, lo intenta pero nunca ha cruzado el pasillo, si se asustara y se alejara... no sé si sabría regresar... peor aun si perdio su collar

    - Jamás ignoraría a tu gato, no lo robe, en verdad me di cuentas cuando llegue a las escaleras de que me seguía y no perdio el collar... lo lleva colocado

    - Iré mañana... - aviso Yokozawa con fastidio - pero no sé qué tan buena idea sea... solo quiero a mi gato de regreso por favor

    - Porque no dejas de pensar en todas esas tonterías

    - ¿Qué tonterías?

    - Las que sea que pienses, no es real, está en tu imaginación, yo estoy en casa de mis padres, mi madre me calienta la cena ahora y mi padre mira la tv, yo estoy acomodando esto para que tu gato pueda dormir cómodo, Yokozawa... en serio... está en tu imaginación....

    - Te llamare mañana

    Yokozawa le colgó después de decir eso...

    No podría decir si eso era bueno o malo, solo era agotador...

    *******xxxxxxxxxx*******

    Para Yokozawa Takafumi, en definitiva, Kirishima Zen era malo para su salud, no era el mismo desde que se habían conocido, desde que sus ojos se encontraron y se fueron acercando. Kirishima Zen era como saltar al vacío y el deseaba saltar, quería dejarse caer y que dios lo vea, que fuera lo que sea...

    De verdad quería

    Pero el miedo le comía las ganas... tal vez Kirishima no estaba roto, pero él si se rompería, lo sentía... cada día y a cada minuto sentía de lo que Zen significaba lo absorbía, no solo los pensamientos sino también la energía, estaba cansado de amarlo, porque amarlo era demasiado intenso, aun podía, debería hacerlo y alejarse antes de que todo esto se salida de control por completo, antes de que no pudiera concebir la idea de que ellos dos se alejaran, la idea de perderlo, la idea sola de saber que "Todo está en tu imaginación" las palabras de Zen lo derribaban, se estaba ocupando tanto de no salir herido, que estaba lastimándose el mismo con pensamientos absurdos.

    Lo sabía

    Se dejó caer en su cama, saber que el mismo se comía el corazón no servía de nada, los Chicos como Kirishima no se quedan con los chicos como Yokozawa.

    Pero si lo pensaba una vez más... tal vez Kirishima era exactamente el chico que iría detrás de él. Le había robado a su gato... Si Zen hubiera llegado cargando a Sora diciendo que Ann le dijo que lo buscara y no se detuvo hasta encontrarlo de seguro seria su héroe, si hubiera dejado a sora abandonado en un parque, nunca lo hubieran descubierto... pero lo había llevado a su casa, y a Yokozawa por extraño que fuera le gustaba esa idea, la idea de su familia pequeña, los dos y el gato... y mientras el sueño lo vencía, olvido que Zen ya tenía una familia, con una esposa y una hija.

    *******xxxxxxxxxx*******

    Yokozawa Takafumi se despertó a las cinco para salir a correr, su rutina no cambiaba porque ahora Kirishima Zen hubiera decidido (en caso de que todo fuera planeado) convertir su vida en un parque de emociones (no era divertido). Desayuno cereales integrales con yogur desnatado y uvas secas, no eran más de las siete y Kirishima le había invitado a almorzar... sin embargo no le había indicado a qué hora almorzaban en su casa.

    Metió la ropa para que lavase, los espacios de su casa eran bastante compactos pero cómodos, la casa de Sakura en cambio, Yokozawa apenas había llegado al jardín pero eso ya era bastante ¡Ella tenía jardín! No era la gran cosa, en su casa de la costa su padre tenía un huerto de tomates, bueno ahora nunca podría volver ahí, aunque la casa había sido vendida a un pariente que siempre lo invitaba a visitarlo, su padre había muerto ahí, no en la casa pero si en el pueblo.

    A las once comenzó a mirar su ropa, no quería ir con nada deportivo, pero lo otro eran dos trajes que usaba para las bodas o encuentros con sus ex compañeros de universidad, era ropa que lo avejentaba y que evitaba la mirada de todos, Ritsu solía decirle que en traje el imponía demasiado. Le hubiera gustado decir que eso no era así, pero con su talla lo más seguro era que sí, la gente podía mirar en el a un matón.

    Tomo los converse, un jean azul y una camiseta rota, era lo menos deportivo que tenía sin caer en lo formal. Ahora todos sus amigos comenzaban en trabajos serios, tres de ellos se habían casado este mismo año y otros se había marchado del país. Parecía que desde que se graduaron todo había cambiado, incluso él, había abandonado su trabajo en Marimo pese a que le ofrecieron un cargo mejor, Supervisor de Agencia, sonaba bien. Pero quería bailar, un poco, usar sus estudios para administrar su negocio, ahora prácticamente lo hacían, pero aun parecía tan poco si lo pensaba, no había podido comprarse ni un maldito televisor.

    Se quitó la camiseta roja y se colocó una azul.

    *****xxxxx*****

    Cualquiera que la viera quedaría prendado de ella, era sin duda hermosa, tenía los ojos verdes de un brillante verde esmeralda, y su cabello caía en suaves cascadas rubias hasta su cadera. Físicamente, alta, esbelta y torneada. Kirishima Zen se había enamorado de ella cuando esas curvas eran un sueño y ella solo era una chiquilla flaca de dieciséis años.

    — Hiyo recién se metió a la ducha, se pasó demasiado tiempo escogiendo ropa – una sonrisa encantadora le brillaba en los labios — ¿quiere algo de beber?

    — Tienes té negro

    — Si... con limón... y hielo – ella volvía a sonreírle

    — ¿puede quedarse a dormir en mi casa otra vez? – Zen recibió el vaso tocando sin intención los dedos de ella, eran suaves, el sabia lo suaves que eran

    — Desde luego, ya quedamos en eso

    — Me alegra...

    — Tu madres...

    — Llego recién, estaba triste porque no pudo ver a Hiyo la semana pasada

    — ¿Tú hermana?

    — Perfectamente, su hijo nació con tres kilos, está sano aunque no tengo fotos de él, iré a visitarlos en octubre

    — Me gustaría verla, siempre me lleve bien con ella...

    — Si... seguías hablándole cuando yo tenía la orden de restricción

    Ella lo miro entre incrédula e irritada, Zen no quería pasarse la vida recriminándole que lo hubiera herido, pero de hecho si, quería decirle algunas cosas, ahora que la veía tan bonita y sonriente realmente tenía ganas de borrarle la sonrisa de la cara, de que ella llorara... de que sintiera un pedazo que lo que él había sentido por un año completo, de lunes a lunes sin días festivos. "Te lloraba hasta quedarme dormido" ¿Qué importaba ahora? Ahora no importaba nada... ya las heridas estaban abiertas, ya la sal había sido derramada.

    — No quiero hablar de eso

    — Está bien – Zen bebió su te – quedémonos en silencio

    — ¿silencio? Cariño tenemos que resolver lo nuestro

    — Ya está resuelto.

    — No lo creo... quedaste en llamarme y no lo hiciste

    — Trabajo

    — Y hoy ¿estoy invitada al almuerzo?

    — Salgo con alguien

    Zen sintió que de pronto le faltaba el oxígeno, lo había dicho para herirla pero también porque es verdad.

    También porque no quería mentirle

    También porque aun sentía por ella más que rencor y amistad

    También porque si no se lo decía... ella insistiría en hacerlo dudar

    También porque era verdad

    — Claro – dijo ella sonriente – supongo que me costara asimilarlo... digo... te amo, sé que te amo y si estás bien y Hiyo está bien, ustedes son todo lo que me importa, entonces me alegra mucho que alguien te haga feliz...

    Le temblaron los labios, palideció en las últimas palabras y salió de la habitación sin decir nada más.

    Kirishima Zen, antes hubiera corrido tras ella suplicando que lo mirara, que le dijera que hizo mal, pidiéndole perdón. Antes tenía la esperanza de que la encontraría en casa al regresar, antes se creía esas palabras, "Si amas a alguien no le haces daño, no le dejas una nota en la mesa y cena fría en la nevera, no le niegas la verdad... no te marchas en silencio dejando solo un hueco"

    *****xxxxx*****

    — Buenos días – Ritsu vio a Yukina pero este paso como si no le hubiera oído, la tienda de deportes estaba casi vacía, así que estaba convencido de que lo había escuchado, se quedó de pie mientras el otro salía sin decir media palabra.

    Ritsu miro un poco y después salió molesto. No entendía aquella actitud en Yukina, ellos eran amigos y que ahora pasara de él le parecía ofensivo.

    El clima estaba medio cálido pero no del todo, estaba con un camiseta verde de manga larga y mirando de un lado a otro. No encontró a Yukina por los alrededores y entro en la librería, leer era de las pocas cosas que le hacían feliz, llego al sector de novedades y encontró la versión aniversario de Crepúsculo, pensó en que, pese a lo que Yokozawa dijera sobre esa saga a él le había gustado bastante, lo suficiente como para comprarse el especial.

    Camino a las cajas sin prestar más atención a como había sido ignorado por Yukina, no debería importarle, en todo caso solo se trataba del ex novio de Shouta y Shouta tenía una lista larga de ex novios.

    La lista que era corta en Shouta era la de amigos y él la encabezaba, por eso se lo había contado, no todo, no completo, pero le había dicho lo que tenía que saber, lo suficiente como para que Shouta tomara una decisión y la había tomado. Ritsu era más importante que Yukina. Ritsu chasqueo la lengua en ese momento, hasta recién, Yukina vivía preguntando si alguien sabia o entendía los motivos de Shouta para romper con él, ahora en cambio debía saberlo, tal vez incluso Kisa se lo hubiese dicho, Yukina y Kisa habían tenido un desliz saliendo del cumpleaños de una amiga, entonces Yukina había comenzado a llamarlo, por lo que si ahora hablaban era posible que Kisa le dijese el motivo. Pago el libro sabiendo que ahora debía tachar a Yukina de su lista de amigos, su pequeña lista se veía aún más reducida.

    La encargada le regalo una mirada sonriente, de esas que sabes te están juzgando, tal vez pensara que él era un idiota por comprar ese libro, tal vez pensara que era un imbécil por acostarse con su amigo, tal vez... tal vez simplemente se reía del logo de su camiseta. De hecho no le importo, solo tomo su bolsa y salió de camino a casa de Kisa, comerían juntos, hacían eso, ellos eran familia. La lista de su familia se había caído a pedazos cuando sus padres supieron que era gay, le pusieron un piso, le abrieron una cuenta para depositarle dinero y no volvieron a invitarlo ni a cenas de cumpleaños ni a cenas de navidad, la navidad la pasaban entre los cuatro... ahora de seguro no sería así, las cosas con Ann habían empeorado y Masamune apenas lo soportaba más de diez minutos.

    Masamune...

    Todos los sentimientos más detestables y bajos que pudiera tener habían venido con él, no debería ser así, de hecho muchas veces Onodera Ritsu lamentaba horriblemente haberse enamorado de Masamune, amarlo constituía uno de los dolores más agrios imaginados y una las peores escenas en su vida, no podía evitar odiar a Ann solo porque él la había elegido... ella lo sabía, llegados al caso, todos lo sabían, todos incluido él, Ritsu lo adoraba, lo amaba con locura, se esforzaba en clase para poder tener tiempo de charlar con él, había leído cada libro que Masamune le recomendó, solían ir a beber café y cuando hacia frio, cuando hacia frio era lo mejor, cuando hacia frio Masamune se quitaba la bufanda y se la daba, cuando hacia frio lo abrazaba por los hombros, cuando hacia frio iban a beber chocolate a Meru, cuando hacia frio Masamune le pedía que se quedara a dormir...

    — ¡¿Qué demonios te pasa?!

    — Eh...

    Los ojos de Kisa lo miraban dilatados, se tocó la mejilla descubriendo sus lágrimas.

    Toda esa amabilidad

    Todo ese calor

    Ni una pisca de amor.

    — Lo siento... Kisa sé que lo digo siempre, pero es que... me duele

    — Masamune

    La voz de Kisa fue un susurro, su mano una caricia suave, Kisa era su hogar y su familia. Ritsu se abrazó a él, los dos se metieron al departamento.

    No era Masamune, era él.

    Masamune era así con todo, a Yokozawa solía tomarle la mano para cruzar la calle, a Yokozawa lo besaba en las mejillas cuando este conseguía apartarle algún libro especial, a Yokozawa le preparaba compota de arroz cuando se enfermaba, Yokozawa también se había enamorado, no de la misma manera, no con la misma intensidad. Él en cambio no apagaba ese amor, y mientras más amaba a Masamune mas odiaba a todos los demás, hombres y mujeres y a Ann, sobre todo odiaba a Ann. La odiaba porque ella tenía todo lo que él deseaba y no lo merecía, la odiaba porque ella jamás recordaba cosas importantes sobre Masamune, la odiaba porque ella jamás leía mas que revistas, porque nunca cocinaba, porque siempre dejaba a Masamune para irse con Yokozawa, la odiaba porque ella no moría de amor cuando veía a Masamune, no como él, no con la misma intensidad.

    — Ok, — Kisa le tendió la caja de pañuelos desechables que tenían, era metálica y la rellenaban de vez en cuando – pensé que estabas dejando de pensar en él...

    — No pienso... si pensara en Masamune me volvería loco, no podría respirar y mi corazón sufriría un paro... no pienso en él y aun así termino sintiéndome de este modo, como si mi corazón no estuviera conmigo y en su sitio hubiera algo pudriéndose... algo rompiéndome

    — No sé qué decirte – Kisa se puso de pie — siempre supiste que no tenías oportunidades, sabes que no existen ahí, él no, Takano no te ve de ese modo, nunca lo ha hecho y aun si Ann desapareciera mañana no tendrías oportunidad con él... él no es para ti

    Tomo sus manos con cariño, tratando de que esas palabras entrasen y se hicieran fijas en su mente, Ritsu en cambio miraba al suelo y con desgano pregunto.

    — ¿Quién si es?

    — No lo sé – no lo sabía, le gustaría decir un nombre pero no se le venía ninguno a la cabeza – todos tenemos nuestro momento Ritsu, quiero creer que el tuyo aún no ha llegado, me niego a pensar que lo perdiste por amar a la persona equivocada, tal vez si salieras más, si buscamos una de esas aplicaciones para conocer gente... no lo sé, quiero pensar que... que tú también vas a ser feliz.

    — ¿también?

    — Si... – Kisa ya no lo veía, miraba al suelo concentrado en la línea marrón oscuro del suelo – hable con Yukina anoche...

    — Me preguntaba donde habías dormido

    — Le prohibí hablar contigo

    Y entonces dolió, oírlo dolía, porque eso significaba que en lista de Kisa ya no estaba en primer lugar.

    — No entiendo eso... yo te dije que...

    — Se lo que me dijiste, se pasaron de tragos, terminaron... – no podía decirlo – el caso es que Yukina acepto y voy a intentarlo...

    — Me parece bien – a Ritsu le parcia bien realmente – pero... porque no puede hablar conmigo

    — Porque no quiero que vuelva a pasar, porque no quiero odiarlos, porque no quiero tener que hacerte daño – Kisa le acaricio la mejilla, pero no había cariño en esa caricia – si sabes que esto es diferente porque eres tú y yo te amo, si fuera otra persona...

    — Lo se Shouta, por eso te lo conté, porque no quiero que pienses que yo me pondría en tu camino, no en el tuyo...

    — Y por eso no volverás a hablarle, ni a mirarlo ni a quedar con él... ¿bien?

    — Bien

    No, no estaba bien, y Ritsu quería gritar, pero no podía hacerlo, no podía perderlo a él... abrazo a Kisa con cariño, y se fueron a comer, como hacían los sábados a menos de que surgiera algo.

    ¿Qué sería lo peor que Kisa Shouta podría hacerle? Lo sabía, estaba seguro... Se iría... lo abandonaría.

    *****xxxxx*****

    Ya era medio día cuando Kirishima llego al edificio de Yokozawa, le envió un texto para que bajara, sentía el deseo de verlo con más intensidad que la noche pasada, con Yokozawa era así. Sentía y no pensaba, no había un después entre ellos, todo lo que tenían era el ahora, y ahora mismo Kirishima quería verlo. Hiyo estaba sentada atrás en su coche con una cartera al lado y su mochila para pasar la noche en la cajuela

    — Esta no es la casa de los abuelos – Hiyo miraba el edificio — ¿Dónde estamos?

    — Vamos a recoger a alguien, luego iremos todos juntos a comer con los abuelos

    — Ah, pero que no se coma mi postre

    — Desde luego que no — sonrió Zen — se comerá el mío

    — Pero... tu postre siempre era para mí... ¿Por qué se lo das?

    Había un reproche completo en esa pequeña pregunta.

    — Te acuerdas de eso – Zen miro a la niña con cautela desde el retrovisor, llevaba jeans lavados y una camiseta los caballeros del zodiaco con Aries delante y el cabello suelto sobre sus hombros, era una mujer pequeñita mirándolo

    — Me acuerdo de muchas cosas... – aviso ella con orgullo y comenzó a enumerarlas — el café sin azúcar, él te con limón, tu cuchillo de carne es el rojo y comes pizza con aceitunas verdes pero no con las negras, tu shampoo es para risos y te gusta leer un libro los viernes, pero no los jueves porque...

    — Hay que madrugar... – ella le sonría con el cinturón atrapándola – te daré mi postre Hiyo

    — Genial... Hiyo uno la novia de papá cero

    — ¿Qué novia? — Zen miro a la niña con la duda cruzándole la frente

    — Mama lo dijo, que debía decirle todo sobre tu novia, tengo mi libreta para anotar todo, ella quiere saber quién es.

    La puerta se abrió y Yokozawa miro asombrado a la niña, no esperaba tener que verla ahí, esperaba encontrarla en la casa de Zen pero ahí estaba, más parecida a su padre que a su madre, tenía los rizos castaños y las pestañas largas bajo una mirada café clara, sin duda sería una mujer hermosa en el futuro, incluso su cuello avisaba que sería delgada, sus manos eran finas, Yokozawa siempre odio sus manos, eran grandes y gruesas, las de Hiyo parecían de porcelana.

    — Ah... tu amigo... entonces ¿anoto algo?

    — No anotes nada Hiyo

    — Está bien – Yokozawa se abrocho el cinturón de seguridad, miro a la niña que guardaba su libreta en un cartera rosa – mi mamá dijo que anotara cosas sobre la novia de papá...

    — Ah... — fue todo lo que Yokozawa dijo, miro a Kirishima pero este sonreía con malicia mientras se encaminaba por la avenida.


    *****xxxxx*****

    Hiyori

    Es muy grande... incluso más grande que papá, además parece estar enojado... no dice nada...

    No mira a papá cuando él le toca la oreja... bueno, tampoco dijo mucho la otra vez que comimos juntos... ¿en serio estuvo cuidando a mi papá?

    ¿Por qué mi papá tiene un amigo tan extraño?

    Oh... no... ¿Qué está haciendo?

    ¡No puede ser!

    Casi no me creo que lo hiciera... tiene gomas dulces, pero no nos ha ofrecido... ¡nosotros amamos las gomas!

    ¿su cabello es azul?... hum... si... y sus manos, son grandes... si le pido que me levante con una mano seguro que puede, hum... le quedan muchas gomas.... ¿le digo que me convide?

    Y si la abuela hizo pastel... entonces lo mejor sería no comer nada... claro porque quiero pastel... pero... tal vez no hay pastel, si pregunto seguro me dices que es "Cómeme callado" siempre dicen que es eso cuando pregunto por la comida... él tiene muchas gomas... quiero gomas...

    Papá metió la mano en las gomas... seguro él me da... no, se las comió... ¿de qué hablan?

    — ¿Se durmió contigo en la misma cama? — el grandote parece sorprendido... espera... ¿Quién durmió con papa? ¿su nueva novia?

    — Si, toda la noche a mi ladito – papá se ve feliz — estuve acariciándole la barriga – oh... papá toco la barriga de esa mujer... no quiero... no quiero que case con ella y tenga más hijos...

    — Y comió

    — Le di el desayuno muy temprano

    ¡Hizo el desayuno!

    Papá no sabe pelar manzanas... o bueno... no sabía pelarlas antes, cuando vivía con nosotras, antes de que nos dejará... Mamá se pondrá muy triste, a ella le gustaba pelarle las manzanas a mi papá.

    Mamá quiere que le diga todo de esa mujer... ¿también esto? Como le digo que papa duerme con ella y le hace el desayuno... ¡¿Y si quiere que durmamos los tres juntos?! ¡No quiero dormir con ella!

    Voy a dormir con la abuela

    ¿mi abuela aun me querrá? ¿se acordará de mí? El abuelo se alegró mucho de verme

    Papá está contento, vaya que tiene la boca grande ¿Por qué se está riendo? No entiendo de que hablan...

    — No crees que es genial Hiyo – papá me habla, pero no sé de qué me habla

    — Eh... — ¿Qué dijo el grandote?

    — Podemos ir al centro después de comer, ¿quieres comprar algo?

    — ¿Podemos comprar gomas? – él me mira... sus ojos son negros, pero parecen azules o son azules, pero parecen negros... parece molesto, papá solo sonríe.

    — ¿te gustan las gomas dulces? — ¿Cómo me pregunta eso?

    — Claro me gustan... les gustan a todos los niños del mundo

    — No – me mira cerrando los ojos – solo a los geniales

    ¿Qué dice? No entiendo, oh... genial

    — ¡Gracias!

    Tengo una bolsa para mi sola... ¿Qué más tiene en el bolsillo?

    — Bien vamos a casa

    Es la casa de los abuelos... mi casa está más abajo... mamá dijo que papá tiro nuestras cosas a la basura... eso no puede ser verdad.

    — Podemos ir a ver la casa, quiero ver mis juguetes

    — Eh... ha... Hiyo... hum – papá no me mira – después de comer decidiremos que hacer ¿está bien?

    — Si

    Si... le diré a mama que todas nuestras cosas están en casa, le diré a papá que regrese con nosotras... somos su familia, mamá dice que el debería volver con nosotras porque somos su familia...

    Le pediré a esa mujer que deje a papá regresar con nosotras a casa.

    *****xxxxxxxxxxx*****

    Yokozawa bajo del coche y miro a la pequeña, era una niña delgadita y de mirada triste, parecía a punto de echarse a llorar y él no sabía cómo ser con ella, ella no era una niña cualquiera... Hiyori es hija de Kirishima... ¿Por qué esta aquí de todos modos? Solo porque el hombre lo invito a comer... porque secuestro a su gato, porque parece tan seguro y autosuficiente que lo hace sentir mejor, menos preocupado de que terminen sangrando... cuando las cosas se derrumben... cuando uno de los dos termine a pedazos...

    — Vamos a esperar – avisa Kirishima sentándose en una de las escaleras sin subir

    — ¿Qué esperamos? – Yokozawa lo mira curioso

    — Esperamos a que Hiyori esté lista... — sus ojos se encuentran con los ojos de la niña, demasiado iguales como para imaginarlos separados, Yokozawa sabe que debió ser horrible para ambos no poder verse, es mutuo – no hay prisa Hiyo... yo me quedare contigo hasta que quieras subir

    No hace falta más para que la niña se eche a llorar en sus brazos, él la sostiene con serenidad, como si las lágrimas de ella fueran algo precioso, algo especial... debe serlo, debe ser algo bueno que ella llore y le balbucee que lo extraña... pero Yokozawa no puede evitar sentirse fuera de escena... esa es la imagen de Kirishima Zen y su hija... su sitio no pertenece a la foto ¿Qué diría ella de ellos?

    ¿Por qué hacerla sentir de ese modo?

    ¿Por qué hacérselo a él?

    Si Yokozawa se marchaba y los dejaba ser felices... eso sería... "Imposible" Yokozawa miraba la escena y aunque quería huir de ella y de eso y de todo el dolor que podría significarle más adelante... también quería sufrir, sufrir hasta la medula... sufrir en medida de lo feliz que podría llegar a ser entre los brazos de Zen... el tiempo que durase... al final estaban destinados al fracaso, podía irse ahora o después, le dolería de todos modos pero si se quedaba... ¿le quemarían los recuerdos o le ayudarían a caminar?

    "No está roto" pensó mientras el hombre limpiaba el rostro lloros de la niña "No quiero que se rompa jamás..."

    — ¿Qué hacen ahí?

    El rugido era del padre de Kirishima, un hombre demasiado rudo de vos y de gestos en contraste a su amabilidad, un hombre que imponía solo con una mirada, Yokozawa trago la saliva de su boca y se puso firme sin que le dijera nada mas

    — Estoy de camino a la tienda por helado, no hagan el tonto y suban de una vez... ¿Por qué lloras Hiyo?

    — La abuela – dice ella mirando al hombre

    — ¿La abuela? ¡Qué tontería! – mira con media sonrisa a la niña – no llores por lo que la abuela digas hasta que ella lo haya dicho, no tiene sentido sufrir por lo que no ha pasado, estas desperdiciando tu tiempo en lágrimas niña, no pienses que ella no te recibirá, no pienses que no te dará besos... sube y mírala a la cara... ¿Qué vas a hacer si te quedas llorando aquí y ella no está cuando subas?

    — Papá...

    — Silencio... — el hombre calla a Zen – no construimos castillos en el aire, ¿Lo sabes? Cruzamos los puentes cuando llegamos a ellos... — luego miro a la niña de nuevo – la semana pasada estabas loca por ver a la abuela y ahora no quieres subir

    — ¡Si quiero!

    — Entonces sube... ella está ahí... y está esperando por ti

    Ella no dice nada, pero comienza a subir los escalones con la rapidez que sus piernas y la energía de su edad le permiten.

    — Oe Chico – dice a Yokozawa — ¿tienes edad para beber?

    — Eh. ho.... Si...

    — Bien, comprare cervezas, hace buen clima

    Yokozawa por un momento se siente dentro de escena, como si esto fuera justo lo que desea, lo que estaba esperando, lo que debía encontrar...

    — Oye... me veré así cuando sea más viejo — Zen le sonríe suavemente, con una sonrisa que de pronto parece un beso, con una sonrisa que lo sonroja y lo aturde, de pronto es aún más hermoso de lo que era antes (si es que eso es posible) su corazón late, le golpea el pecho y caminar es simple... caminaría sin cansancio... lleva caminando años en busca de esto...

    — Estoy enamorado de ti – dice

    Los ojos de Zen lo miran con un hilo de asombro mientras la voz de la niña llama a ambos, Yokozawa cruza dejándolo quieto, huyendo de Zen... pero no lo suficiente, aun si corriera... no podría huir.

    — Pues eres correspondido

    El susurro llega a su oreja, íntimo y cálido.

    Un beso suave, solo el toque de sus labios... y subieron las ultimas gradas en silencio. Una mujer menuda de cabello castaño oscuro esperaba con la pequeña tomada de sus manos.

    — ¿Es él?

    — Si... es él

    — Pues bienvenido... He querido conocerte desde hace semanas... — las manos de la mujer lo atrapan, un abrazo, un beso en la mejilla – gracias por no dejar que se rompiera... Takafumi...


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    Ritchad *** hola, bueno para ver a Ijuin aun nos falta un poco pero de hecho si, lo vas a ver merodeando. y bueno Zen hace las cosas lo mejor que puede con las pocas situaciones a su favor asi que porfa no le pierdas la fe

    Aome_samael**** Gracias por tu hermoso comentario, tal vez si da ganas de jalarles las orejas a todos y que reaccionen solo que... creo que estas tomando partido por Yoko, no es como que Kirishima lo haga mal, lo hace lo mejor que puede, de ahi a las inseguridades del otro pues Kirishima no puede hacerlo, por mi parte creo que es Yokozawa quien debe demostrar y demostrarse a si mismo que merece a Kirishima. aunque aun no sabemos como seguirán si sabemos que Ritsu y Sakura son un peligro para esta pareja... bueno un peligro nocivo, Ijuiin es un peligro sexy

    Yoo Joo *** Adoro leerte... si, Yokozawa esta afectado por su padre y el recuerdo de este pero Kirishima no tiene la culpa de eso ni de los miedos y aunque Yokozawa no lo culpa... LE TIENE MIEDO, sip creo que Yokozawa le tiene mucho miedo a enamorarse y por eso mismo termina sintiéndose fuera de escena con Kirishima... ahora tiene que darse cuenta de que el hombre merece su amor y sus cuidados, espero que Yokozawa no lastime a Kirishima...

    Abelard Ballesteros **** Hola... que gusto leer un primer comentario tuyo, no te preocupes esta va para largo y actualemtne me he enfocado mucho asi que no, no la dejaría... trato de tener los avances listos según vayn fluyendo... muchas gracias por tu compañía y espero nos sigamos leyendo


    Bueno sin mas a los demás lectores silenciosos, gracias por tomarse un momento para leerme.

    BTALKRAJO
     
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101 replies since 10/11/2016, 03:08   5434 views
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