Bajo los Tacones de ARIANE Kirishima Yokozawa Mundo Alterno
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Bajo los Tacones de ARIANE Kirishima Yokozawa Mundo Alterno

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    Y ahora intenta decir que me amas sin miedo a que parezca mentira otra vez ... https://web.facebook.com/Btalkrajo

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    Bajo los tacones de Ariane

    Cuando Kirishima Zen estaba por bajar las escaleras del piso de Yokozawa advirtió que el gato obeso estaba siguiéndolo, tocar la puerta y devolverle al gato era sin lugar a dudas la mejor manera de terminar las cosas con Yokozawa.

    Zen recogió al gato y este no hizo seña alguna de querer escapar.

    - Bueno – dijo mirando los ojos del felino – supongo que te agrado

    *******xxxxxxxxxx*******

    Yukina Kou estaba esperando en la entrada del metro con su camisa a cuadros y los jeans rotos, usaba botas militares y pese a que ninguna de sus prendas era nueva, seguía pareciendo el recorte de una revista. Shouta camino despacio, no podía evitar que su pulso se disparase al verle, no tenía sentido, tenía 28 años y no podía hacer nada contra un chico de 23, Yukina seguía leyendo "Moriré besando a Simón Snow" Kisa Shouta sintió que ellos dos deberían solucionar esto, huir el uno del otro tan lejos que no salieran heridos... ya estaban heridos, se habían hecho daño, Yukina no veía como importante aquello, pero a Kisa le había dolido, lo suficiente como para romper lo de ellos. Pero si lo decía, si decía que lo sabía en vos alta... la herida solo se haría más agria.

    - Hola – dijo colocándose a su lado, la mano derecha de Yukina le rodeo con el brazo mientras la izquierda sostenía el libro, el chico seguía leyendo.

    - Sabes – dijo en tono agradable – creo que lo mejor de Marimo era que me dejaban leer cualquier libro mientras no había clientes... lástima que no pagaran mejor, me hubiera gustado seguir con ellos

    - Sabes que no leo mucho

    - Yo puedo leer para ti... ¿Ritsu no vino?

    - No lo harías... nunca lo hiciste...

    - Yo leía para ti, pero tu música no te dejaba escucharme... - mientras Shouta negaba Yukina guardo sus lentes en el bolsillo de su chaqueta, un bolsillo grande y también contenía su teléfono y su billetera - por favor Shouta...

    Los ojos dulces que lo miraban con cariño parecían atraparlo, Yukina le robaba el aliento, no solo porque era guapo o alto o fuerte... porque leía y reía, porque no dependía de nadie, porque luchaba por sus sueños... porque no había tratado de acostarse con él hasta después de pedirle que salieran, porque en la cama siempre era cariñoso... porque lo hacía sentir especial.

    - No lo sé – honestamente no lo sabía - ¿era eso... que no te escuchaba?

    - No... cariño... no... fui yo, lo sé pero no lo arruinare de nuevo... lo prometo – Yukina le veía como si en verdad quisiera componer lo de ellos.

    - No puedes decir eso... no sabes cómo saldrán las cosas...

    - ¡No! En serio... se acabó... lo juro... no más horarios nocturnos, no más chicas a mi alrededor... lo que haya sido... se acabó – Yukina metió el libro en su mochila - ¿quieres comer algo?

    - Preferiría caminar

    - Entonces caminemos... Shouta – Yukina se acercó – puedo esperar un poco a que te aclares... pero tengo que saber ¿quieres que volvamos?

    - No lo sé...

    No lo sabía, no podría saberlo, quería estar con él pero estar con Yukina significaba un potencial riesgo de salir herido. Aunque de hecho... no estar con Yukina también suponía un dolor que pese al tiempo no disminuía. Shouta comenzó a caminar, intentarlo un poco era suficiente, perder intentando era mejor que perder estando quieto.

    Besarlo era mejor que no besarlo y aun si no ganaba era mejor una cicatriz que le atravesara el pecho completo a un hueco que le dejara fría el alma, estaba enamorado de él, llevaba enamorado de él un año entero o mas no lo sabía, se había enamorado el mismo día en que lo vio, la noche en que Yokozawa lo trajo para mostrarle Ariane, ese era Yukina, su amigo de los libros, un chico que parecía de revista pero que irradiaba amabilidad, pese a ser un sueño no era mal educado o egocéntrico, Yukina era único...

    Shouta saco su móvil, miraba la canción de Shakira y le parecía buena para una rutina con coreografía, le gustaba como la colombiana pronunciaba su estribillo "Nunca creí que fuera así, como te fijarías en mi... toda la noche lo pensé... este es pa'mi o pa'mas nadie.... " Me enamore era sin duda la canción más cursi que había oído en los últimos tres años pero no le pareció más propicia. El chico a su lado le sonreía mientras caminaban a la zona de comercio, cenarían ahí, les gustaba cenar y pedir patatas fritas. ¿Por qué renunciar a eso? Solo había sido un error, un accidente que sucedió cuando el alcohol se hizo más fuerte y escondió sus pensamientos, cuando el alcohol los confundió y... si sabía que ninguno había querido lastimarlo... ¿Qué sentido tenia lastimarse solo?

    - Vale – dijo girando sobre sus talones – pero antes debes prometerme que no volverás a hablar con él, bajo ningún concepto, ni hablarle ni verlo ni nunca quedarte a solas con él

    Nunca, ni un solo saludo, los quería lo suficiente para perdonarlos pero no para soportar que se acercaran otra vez

    - ¿Qué?

    - Rompí contigo porque sé que te acostaste con Ritsu, sé que los dos estaban ebrios... pero si solo le hablas se habrá terminado definitivamente.

    Yukina se congelo, parecía más pálido que un cadáver mientras trataba de balbucear algo, no tenía nada para decir entonces Shouta apretó los puños, decirlo le dolía agriamente, había visto a Ritsu desmayarse con el alcohol y estaba convencido de que en su sano juicio Ritsu jamás se interpondría entre él y Yukina, quería confiar en que todo había sido por excederse en la bebida, pero eso era todo. Ahí terminaba y no había nada más.

    - Ni una sola palabra – acepto Yukina y que lo aceptara por alguna razón, dolió más...

    Shouta se mordió el labio interno para no llorar, le dolía que lo reconociera aún más de lo que le había dolido que Ritsu se lo contara... no importaba, los conocía a ambos y ninguno de ellos trataría de hacerle daño a sabiendas, eso no había sido más que un trance de borrachos. Se lo venía diciendo hace tiempo y aun así... dolía.

    *******xxxxxxxxxx*******

    La empleada estaba encantada mientras Kirishima le preguntaba sobre la arena y el mejor alimento, era un gato grande y gordo el que sostenía. La encargada acaricio al gato, era manso completamente y tenía un collar azul donde saltaba su nombre SORATA en letras mayúsculas y un teléfono que seguramente sería el de su dueño, los ojos del felino parecían tan serenos que ella se sorprendió. Los gatos por lo general no eran tan dóciles sino hasta pasado algún periodo de tiempo, este parecía completamente sereno mientras batía su cola en el mesón y ella comenzaba a marcar lo que habían comprado. El dueño del gato era bastante atractivo. Volvió a revisar las notas y escucho serena como el atendía su llamada.

    - Estoy comprando implementos para gato.... Bueno... no exactamente no es mío.... Recuerdas que te dije que estaba evitándome.... Bueno hoy que nos vimos rompió conmigo... si... si... rompió conmigo... le robe el gato

    La encargada abrió los ojos asombrada de la naturalidad de esas palabras, el gato en su mesón había sido secuestrado. Ella casi no podía creer lo que oía, ¿podría ser un chiste?

    - Seguro pondrá carteles y esas cosas... no, en realidad es un gran plan – un silencio largo siguió y el perdió la sonrisa – le llevare el gato el lunes... Bueno, si yo fuera una mala persona podría haber dejado a Sora en la punta de la ciudad abandonado ¿Cómo lo encontrarían?, simplemente... ¡Sé que es estúpido! ¿Qué se supone que haga? .... No voy a hacer eso... Cuidare bien del gato, solo son dos días... bueno... está bien, le avisare que yo tengo el gato, le llamare y le diré que el gato me siguió y me lo traje conmigo.... No, eso sí es verdad, Sora me siguió, el decidió venir conmigo... Bueno, hablamos después tengo que pagar e irme a casa.

    El volvió a sonreírle.

    Ella no le sonreía más.

    - Debería devolverle a su gato, tal vez usted no lo sepa pero las personas formamos lazos, si no sabe dónde está su gato seguramente ella se preocupara

    - Le avisare que tengo a su gato – luego Kirishima sonrió – y... no es "Ella" es un Chico... ¿Por qué asumiste que era una mujer?

    - No... es... da igual – dijo ella manteniendo lo mejor que podía la compostura – usted debe devolverle a su gato... es cruel hacerle creer que su compañero se perdió.

    Zen reparo en que ella había dicho "Compañero" y no mascota, con lo que seguramente también tendría un animal muy querido con ella.

    No quería lastimar a Yokozawa, todavía no tenía un verdadero plan de acción con respecto al gato, iba a devolverlo...

    Zen pago y miro al felino, lo devolvería, definitivamente. Pero no esa noche.

    Tomo al gato y este se dejó cargar sin problemas. ¿le estaba ayudando? ¿los gatos hacían eso? No podría saberlo nunca, pero de seguro pasada la noche Sora también echaría de menos a Yokozawa. Los dos estarían tristes y él podría evitarlo... aun así, apago su teléfono y condujo a casa.

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    Cuando cruzo la puerta de su casa, pudo escuchar el barullo de sus padres charlando, su madre había regresado, no lo sorprendió realmente, ella esperaba que él trajese a Hiyori, sus padres llevaban el mismo tiempo que él sin poder compartir con la pequeña, pero ninguno de ellos sabia porque se habían separado, había cosas que Zen trataba de esconder desesperadamente, en especial... Que ella le fue infiel.

    Aquello le pesaba, ¿Qué tan mal esposo pudo ser como para que ella lo traicionara?

    - Que es todo eso – su madre se puso de pie mientras el hacia malabares para entrar en la estancia

    - Es el gato de un amigo, voy a cuidarlo el fin de semana

    - Ah – la mujer pareció decepcionarse – yo había pensado...

    Ella bajo la mirada, como si sus esperanzas cayeran y Zen no podía hacerle eso a ella, ella lo había acogido y le había consolado en silencio...

    - Si, a Hiyo le gustan los gatitos, quería que viera a Sora que es un gato muy genial

    La ilusión se encendió en ella, sonrió con ganas y tomo al gato, Sora no era un gato agresivo para nada y se dejó acariciar, aunque parecía más atento ahora que antes en el coche, su cola se movía mas mientras la madre de Zen lo colocaba en su regazo.

    - Entonces... ¿vendrá?

    - Si, Sakura me dijo que podía ir por ella... iré mañana para que almorcemos todos juntos

    Mientras la ilusión se rendía de ella y su padre sonreía desde el sillón, Kirishima Zen sintió la culpa. Si él hubiese sido un mejor esposo, sus padres no sufrirían la ausencia de la nieta.

    Saco el móvil de su bolsillo y decidió encenderlo. No tenía idea de cómo afrontaría con Yokozawa él haber secuestrado a su gato, tal vez Ijuuin tenía razón y eso más que ayudar lo perjudicaría. Pero... ¿Qué más podía hacer? Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, Yokozawa no podía dejarlo sin más y si ahora no hacía algo para llamar su atención este dejaría de pensar en él y lo de ellos acabaría por ser solo un borrón al margen de las palabras.

    :

    :

    Apenas encendió el móvil le comenzaron a llegar los mensajes, eran de Ann y de Yokozawa, abrió el de Ann para leerlo, al comienzo le deseaba suerte, le pedía que comprendiera a Yokozawa que esto era nuevo y después escribía para preguntarle si al irse había visto a Sora, Yokozawa estaba buscándolo.

    Luego su teléfono comenzó a sonar.

    - Hola

    - Buenas noches.... soy yo.... soy Yokozawa

    - Pensaba que no querías estar conmigo

    - No llamo por eso... – Zen sintió una punzada al oírlo, no solo por la determinación también por el tono -... lo siento pero quería preguntarte si no viste a Sora salir, a veces se sale de casa, nunca se aleja pero ahora no lo encuentro...

    - ¿Me llamas por tu gato?

    - Zen... no seas malo, ¿lo viste?

    Zen deseo ser un poco más vil, aunque en definitiva era vil haberse llevado al gato de Yokozawa sin avisarle.

    - Tu gato está bien, me siguió a las escaleras y lo traje conmigo

    - ....

    - Yokozawa.... ¿me oyes?

    - ....

    - Hola... ¿me oyes?

    - ¡QUIEN MIERDA TE CREES PARA LLEVARTE A MI GATO MALDITO BASTARDO!

    Kirishima Zen aparto el aparato de su oreja mientras el otro maldecía a voz en grito lleno de ira. Definitivamente Yokozawa gritaba a gruñidos cuando se enfadaba pero aun eso le parecía "Lindo", espero y luego encendió la alta voz con la esperanza de que no volviera a gritarle, pero la seguridad de que no le reventaría los tímpanos.

    - ¡Voy a llamar a la policía, que te quede claro!

    - ¿Por haberlo traído a mí casa?

    - Eso es secuestro, es una amenaza a mi persona, es extorción, voy a llamar ahora a una amiga mía que es Abogada, te vas a joder ¡Bastardo! ¡TRAE A SORA A CASA!

    - ¿Por qué? Encontré un gato en las escaleras de un edificio, este no tenía collar y yo pensé en cuidarlo mientras subía su foto buscando a su dueño, - Kirishima le había volteado la historia a Yokozawa en un tris tras – tu eres el negligente, tu gato no tiene collar, no vigilas que haya salido de casa y después cuando te digo que yo lo encontré en vez de agradecerme me prometes llamar a la policía... ¡Se abra visto!

    - Desgraciado

    - Yokozawa escucha... ven a almorzar mañana a mi casa... deja que Sora pase la noche aquí y mañana lo llevas, solo ven a comer

    - ¡¿Por qué demonios no entiendes?! ¡No quiero verte, ahora menos que nunca!

    - Creo que debes pensar en el trauma que significaría para Sora desprenderse de mí, creo que debes pensar en él antes de decidirte a terminar lo nuestro...

    - No puedo creer lo que dices, te fuiste sin más de mi casa

    - Tú me dijiste que me fuera

    - Pues debiste quedarte, debiste esforzarte y no solo robar a mi gato... ¿él está bien, verdad?

    - Sip, pase por insumos antes de traerlo... en serio - Kirishima se sentó en su cama – ven a comer mañana y te devolveré sano y salvo a tu gato

    - Zen...

    - Que pasa...

    - Gracias...

    - ¿Qué?

    - Estoy enojado, - Yokozawa se oía más relajado – pero si hubieras ignorado a Sora... no sé si lo hubiera encontrado, él no es un gato callejero, no ha salido nunca solo de casa, lo intenta pero nunca ha cruzado el pasillo, si se asustara y se alejara... no sé si sabría regresar... peor aun si perdio su collar

    - Jamás ignoraría a tu gato, no lo robe, en verdad me di cuentas cuando llegue a las escaleras de que me seguía y no perdio el collar... lo lleva colocado

    - Iré mañana... - aviso Yokozawa con fastidio - pero no sé qué tan buena idea sea... solo quiero a mi gato de regreso por favor

    - Porque no dejas de pensar en todas esas tonterías

    - ¿Qué tonterías?

    - Las que sea que pienses, no es real, está en tu imaginación, yo estoy en casa de mis padres, mi madre me calienta la cena ahora y mi padre mira la tv, yo estoy acomodando esto para que tu gato pueda dormir cómodo, Yokozawa... en serio... está en tu imaginación....

    - Te llamare mañana

    Yokozawa le colgó después de decir eso...

    No podría decir si eso era bueno o malo, solo era agotador...

    *******xxxxxxxxxx*******

    Para Yokozawa Takafumi, en definitiva, Kirishima Zen era malo para su salud, no era el mismo desde que se habían conocido, desde que sus ojos se encontraron y se fueron acercando. Kirishima Zen era como saltar al vacío y el deseaba saltar, quería dejarse caer y que dios lo vea, que fuera lo que sea...

    De verdad quería

    Pero el miedo le comía las ganas... tal vez Kirishima no estaba roto, pero él si se rompería, lo sentía... cada día y a cada minuto sentía de lo que Zen significaba lo absorbía, no solo los pensamientos sino también la energía, estaba cansado de amarlo, porque amarlo era demasiado intenso, aun podía, debería hacerlo y alejarse antes de que todo esto se salida de control por completo, antes de que no pudiera concebir la idea de que ellos dos se alejaran, la idea de perderlo, la idea sola de saber que "Todo está en tu imaginación" las palabras de Zen lo derribaban, se estaba ocupando tanto de no salir herido, que estaba lastimándose el mismo con pensamientos absurdos.

    Lo sabía

    Se dejó caer en su cama, saber que el mismo se comía el corazón no servía de nada, los Chicos como Kirishima no se quedan con los chicos como Yokozawa.

    Pero si lo pensaba una vez más... tal vez Kirishima era exactamente el chico que iría detrás de él. Le había robado a su gato... Si Zen hubiera llegado cargando a Sora diciendo que Ann le dijo que lo buscara y no se detuvo hasta encontrarlo de seguro seria su héroe, si hubiera dejado a sora abandonado en un parque, nunca lo hubieran descubierto... pero lo había llevado a su casa, y a Yokozawa por extraño que fuera le gustaba esa idea, la idea de su familia pequeña, los dos y el gato... y mientras el sueño lo vencía, olvido que Zen ya tenía una familia, con una esposa y una hija.

    *******xxxxxxxxxx*******

    Yokozawa Takafumi se despertó a las cinco para salir a correr, su rutina no cambiaba porque ahora Kirishima Zen hubiera decidido (en caso de que todo fuera planeado) convertir su vida en un parque de emociones (no era divertido). Desayuno cereales integrales con yogur desnatado y uvas secas, no eran más de las siete y Kirishima le había invitado a almorzar... sin embargo no le había indicado a qué hora almorzaban en su casa.

    Metió la ropa para que lavase, los espacios de su casa eran bastante compactos pero cómodos, la casa de Sakura en cambio, Yokozawa apenas había llegado al jardín pero eso ya era bastante ¡Ella tenía jardín! No era la gran cosa, en su casa de la costa su padre tenía un huerto de tomates, bueno ahora nunca podría volver ahí, aunque la casa había sido vendida a un pariente que siempre lo invitaba a visitarlo, su padre había muerto ahí, no en la casa pero si en el pueblo.

    A las once comenzó a mirar su ropa, no quería ir con nada deportivo, pero lo otro eran dos trajes que usaba para las bodas o encuentros con sus ex compañeros de universidad, era ropa que lo avejentaba y que evitaba la mirada de todos, Ritsu solía decirle que en traje el imponía demasiado. Le hubiera gustado decir que eso no era así, pero con su talla lo más seguro era que sí, la gente podía mirar en el a un matón.

    Tomo los converse, un jean azul y una camiseta rota, era lo menos deportivo que tenía sin caer en lo formal. Ahora todos sus amigos comenzaban en trabajos serios, tres de ellos se habían casado este mismo año y otros se había marchado del país. Parecía que desde que se graduaron todo había cambiado, incluso él, había abandonado su trabajo en Marimo pese a que le ofrecieron un cargo mejor, Supervisor de Agencia, sonaba bien. Pero quería bailar, un poco, usar sus estudios para administrar su negocio, ahora prácticamente lo hacían, pero aun parecía tan poco si lo pensaba, no había podido comprarse ni un maldito televisor.

    Se quitó la camiseta roja y se colocó una azul.

    *****xxxxx*****

    Cualquiera que la viera quedaría prendado de ella, era sin duda hermosa, tenía los ojos verdes de un brillante verde esmeralda, y su cabello caía en suaves cascadas rubias hasta su cadera. Físicamente, alta, esbelta y torneada. Kirishima Zen se había enamorado de ella cuando esas curvas eran un sueño y ella solo era una chiquilla flaca de dieciséis años.

    — Hiyo recién se metió a la ducha, se pasó demasiado tiempo escogiendo ropa – una sonrisa encantadora le brillaba en los labios — ¿quiere algo de beber?

    — Tienes té negro

    — Si... con limón... y hielo – ella volvía a sonreírle

    — ¿puede quedarse a dormir en mi casa otra vez? – Zen recibió el vaso tocando sin intención los dedos de ella, eran suaves, el sabia lo suaves que eran

    — Desde luego, ya quedamos en eso

    — Me alegra...

    — Tu madres...

    — Llego recién, estaba triste porque no pudo ver a Hiyo la semana pasada

    — ¿Tú hermana?

    — Perfectamente, su hijo nació con tres kilos, está sano aunque no tengo fotos de él, iré a visitarlos en octubre

    — Me gustaría verla, siempre me lleve bien con ella...

    — Si... seguías hablándole cuando yo tenía la orden de restricción

    Ella lo miro entre incrédula e irritada, Zen no quería pasarse la vida recriminándole que lo hubiera herido, pero de hecho si, quería decirle algunas cosas, ahora que la veía tan bonita y sonriente realmente tenía ganas de borrarle la sonrisa de la cara, de que ella llorara... de que sintiera un pedazo que lo que él había sentido por un año completo, de lunes a lunes sin días festivos. "Te lloraba hasta quedarme dormido" ¿Qué importaba ahora? Ahora no importaba nada... ya las heridas estaban abiertas, ya la sal había sido derramada.

    — No quiero hablar de eso

    — Está bien – Zen bebió su te – quedémonos en silencio

    — ¿silencio? Cariño tenemos que resolver lo nuestro

    — Ya está resuelto.

    — No lo creo... quedaste en llamarme y no lo hiciste

    — Trabajo

    — Y hoy ¿estoy invitada al almuerzo?

    — Salgo con alguien

    Zen sintió que de pronto le faltaba el oxígeno, lo había dicho para herirla pero también porque es verdad.

    También porque no quería mentirle

    También porque aun sentía por ella más que rencor y amistad

    También porque si no se lo decía... ella insistiría en hacerlo dudar

    También porque era verdad

    — Claro – dijo ella sonriente – supongo que me costara asimilarlo... digo... te amo, sé que te amo y si estás bien y Hiyo está bien, ustedes son todo lo que me importa, entonces me alegra mucho que alguien te haga feliz...

    Le temblaron los labios, palideció en las últimas palabras y salió de la habitación sin decir nada más.

    Kirishima Zen, antes hubiera corrido tras ella suplicando que lo mirara, que le dijera que hizo mal, pidiéndole perdón. Antes tenía la esperanza de que la encontraría en casa al regresar, antes se creía esas palabras, "Si amas a alguien no le haces daño, no le dejas una nota en la mesa y cena fría en la nevera, no le niegas la verdad... no te marchas en silencio dejando solo un hueco"

    *****xxxxx*****

    — Buenos días – Ritsu vio a Yukina pero este paso como si no le hubiera oído, la tienda de deportes estaba casi vacía, así que estaba convencido de que lo había escuchado, se quedó de pie mientras el otro salía sin decir media palabra.

    Ritsu miro un poco y después salió molesto. No entendía aquella actitud en Yukina, ellos eran amigos y que ahora pasara de él le parecía ofensivo.

    El clima estaba medio cálido pero no del todo, estaba con un camiseta verde de manga larga y mirando de un lado a otro. No encontró a Yukina por los alrededores y entro en la librería, leer era de las pocas cosas que le hacían feliz, llego al sector de novedades y encontró la versión aniversario de Crepúsculo, pensó en que, pese a lo que Yokozawa dijera sobre esa saga a él le había gustado bastante, lo suficiente como para comprarse el especial.

    Camino a las cajas sin prestar más atención a como había sido ignorado por Yukina, no debería importarle, en todo caso solo se trataba del ex novio de Shouta y Shouta tenía una lista larga de ex novios.

    La lista que era corta en Shouta era la de amigos y él la encabezaba, por eso se lo había contado, no todo, no completo, pero le había dicho lo que tenía que saber, lo suficiente como para que Shouta tomara una decisión y la había tomado. Ritsu era más importante que Yukina. Ritsu chasqueo la lengua en ese momento, hasta recién, Yukina vivía preguntando si alguien sabia o entendía los motivos de Shouta para romper con él, ahora en cambio debía saberlo, tal vez incluso Kisa se lo hubiese dicho, Yukina y Kisa habían tenido un desliz saliendo del cumpleaños de una amiga, entonces Yukina había comenzado a llamarlo, por lo que si ahora hablaban era posible que Kisa le dijese el motivo. Pago el libro sabiendo que ahora debía tachar a Yukina de su lista de amigos, su pequeña lista se veía aún más reducida.

    La encargada le regalo una mirada sonriente, de esas que sabes te están juzgando, tal vez pensara que él era un idiota por comprar ese libro, tal vez pensara que era un imbécil por acostarse con su amigo, tal vez... tal vez simplemente se reía del logo de su camiseta. De hecho no le importo, solo tomo su bolsa y salió de camino a casa de Kisa, comerían juntos, hacían eso, ellos eran familia. La lista de su familia se había caído a pedazos cuando sus padres supieron que era gay, le pusieron un piso, le abrieron una cuenta para depositarle dinero y no volvieron a invitarlo ni a cenas de cumpleaños ni a cenas de navidad, la navidad la pasaban entre los cuatro... ahora de seguro no sería así, las cosas con Ann habían empeorado y Masamune apenas lo soportaba más de diez minutos.

    Masamune...

    Todos los sentimientos más detestables y bajos que pudiera tener habían venido con él, no debería ser así, de hecho muchas veces Onodera Ritsu lamentaba horriblemente haberse enamorado de Masamune, amarlo constituía uno de los dolores más agrios imaginados y una las peores escenas en su vida, no podía evitar odiar a Ann solo porque él la había elegido... ella lo sabía, llegados al caso, todos lo sabían, todos incluido él, Ritsu lo adoraba, lo amaba con locura, se esforzaba en clase para poder tener tiempo de charlar con él, había leído cada libro que Masamune le recomendó, solían ir a beber café y cuando hacia frio, cuando hacia frio era lo mejor, cuando hacia frio Masamune se quitaba la bufanda y se la daba, cuando hacia frio lo abrazaba por los hombros, cuando hacia frio iban a beber chocolate a Meru, cuando hacia frio Masamune le pedía que se quedara a dormir...

    — ¡¿Qué demonios te pasa?!

    — Eh...

    Los ojos de Kisa lo miraban dilatados, se tocó la mejilla descubriendo sus lágrimas.

    Toda esa amabilidad

    Todo ese calor

    Ni una pisca de amor.

    — Lo siento... Kisa sé que lo digo siempre, pero es que... me duele

    — Masamune

    La voz de Kisa fue un susurro, su mano una caricia suave, Kisa era su hogar y su familia. Ritsu se abrazó a él, los dos se metieron al departamento.

    No era Masamune, era él.

    Masamune era así con todo, a Yokozawa solía tomarle la mano para cruzar la calle, a Yokozawa lo besaba en las mejillas cuando este conseguía apartarle algún libro especial, a Yokozawa le preparaba compota de arroz cuando se enfermaba, Yokozawa también se había enamorado, no de la misma manera, no con la misma intensidad. Él en cambio no apagaba ese amor, y mientras más amaba a Masamune mas odiaba a todos los demás, hombres y mujeres y a Ann, sobre todo odiaba a Ann. La odiaba porque ella tenía todo lo que él deseaba y no lo merecía, la odiaba porque ella jamás recordaba cosas importantes sobre Masamune, la odiaba porque ella jamás leía mas que revistas, porque nunca cocinaba, porque siempre dejaba a Masamune para irse con Yokozawa, la odiaba porque ella no moría de amor cuando veía a Masamune, no como él, no con la misma intensidad.

    — Ok, — Kisa le tendió la caja de pañuelos desechables que tenían, era metálica y la rellenaban de vez en cuando – pensé que estabas dejando de pensar en él...

    — No pienso... si pensara en Masamune me volvería loco, no podría respirar y mi corazón sufriría un paro... no pienso en él y aun así termino sintiéndome de este modo, como si mi corazón no estuviera conmigo y en su sitio hubiera algo pudriéndose... algo rompiéndome

    — No sé qué decirte – Kisa se puso de pie — siempre supiste que no tenías oportunidades, sabes que no existen ahí, él no, Takano no te ve de ese modo, nunca lo ha hecho y aun si Ann desapareciera mañana no tendrías oportunidad con él... él no es para ti

    Tomo sus manos con cariño, tratando de que esas palabras entrasen y se hicieran fijas en su mente, Ritsu en cambio miraba al suelo y con desgano pregunto.

    — ¿Quién si es?

    — No lo sé – no lo sabía, le gustaría decir un nombre pero no se le venía ninguno a la cabeza – todos tenemos nuestro momento Ritsu, quiero creer que el tuyo aún no ha llegado, me niego a pensar que lo perdiste por amar a la persona equivocada, tal vez si salieras más, si buscamos una de esas aplicaciones para conocer gente... no lo sé, quiero pensar que... que tú también vas a ser feliz.

    — ¿también?

    — Si... – Kisa ya no lo veía, miraba al suelo concentrado en la línea marrón oscuro del suelo – hable con Yukina anoche...

    — Me preguntaba donde habías dormido

    — Le prohibí hablar contigo

    Y entonces dolió, oírlo dolía, porque eso significaba que en lista de Kisa ya no estaba en primer lugar.

    — No entiendo eso... yo te dije que...

    — Se lo que me dijiste, se pasaron de tragos, terminaron... – no podía decirlo – el caso es que Yukina acepto y voy a intentarlo...

    — Me parece bien – a Ritsu le parcia bien realmente – pero... porque no puede hablar conmigo

    — Porque no quiero que vuelva a pasar, porque no quiero odiarlos, porque no quiero tener que hacerte daño – Kisa le acaricio la mejilla, pero no había cariño en esa caricia – si sabes que esto es diferente porque eres tú y yo te amo, si fuera otra persona...

    — Lo se Shouta, por eso te lo conté, porque no quiero que pienses que yo me pondría en tu camino, no en el tuyo...

    — Y por eso no volverás a hablarle, ni a mirarlo ni a quedar con él... ¿bien?

    — Bien

    No, no estaba bien, y Ritsu quería gritar, pero no podía hacerlo, no podía perderlo a él... abrazo a Kisa con cariño, y se fueron a comer, como hacían los sábados a menos de que surgiera algo.

    ¿Qué sería lo peor que Kisa Shouta podría hacerle? Lo sabía, estaba seguro... Se iría... lo abandonaría.

    *****xxxxx*****

    Ya era medio día cuando Kirishima llego al edificio de Yokozawa, le envió un texto para que bajara, sentía el deseo de verlo con más intensidad que la noche pasada, con Yokozawa era así. Sentía y no pensaba, no había un después entre ellos, todo lo que tenían era el ahora, y ahora mismo Kirishima quería verlo. Hiyo estaba sentada atrás en su coche con una cartera al lado y su mochila para pasar la noche en la cajuela

    — Esta no es la casa de los abuelos – Hiyo miraba el edificio — ¿Dónde estamos?

    — Vamos a recoger a alguien, luego iremos todos juntos a comer con los abuelos

    — Ah, pero que no se coma mi postre

    — Desde luego que no — sonrió Zen — se comerá el mío

    — Pero... tu postre siempre era para mí... ¿Por qué se lo das?

    Había un reproche completo en esa pequeña pregunta.

    — Te acuerdas de eso – Zen miro a la niña con cautela desde el retrovisor, llevaba jeans lavados y una camiseta los caballeros del zodiaco con Aries delante y el cabello suelto sobre sus hombros, era una mujer pequeñita mirándolo

    — Me acuerdo de muchas cosas... – aviso ella con orgullo y comenzó a enumerarlas — el café sin azúcar, él te con limón, tu cuchillo de carne es el rojo y comes pizza con aceitunas verdes pero no con las negras, tu shampoo es para risos y te gusta leer un libro los viernes, pero no los jueves porque...

    — Hay que madrugar... – ella le sonría con el cinturón atrapándola – te daré mi postre Hiyo

    — Genial... Hiyo uno la novia de papá cero

    — ¿Qué novia? — Zen miro a la niña con la duda cruzándole la frente

    — Mama lo dijo, que debía decirle todo sobre tu novia, tengo mi libreta para anotar todo, ella quiere saber quién es.

    La puerta se abrió y Yokozawa miro asombrado a la niña, no esperaba tener que verla ahí, esperaba encontrarla en la casa de Zen pero ahí estaba, más parecida a su padre que a su madre, tenía los rizos castaños y las pestañas largas bajo una mirada café clara, sin duda sería una mujer hermosa en el futuro, incluso su cuello avisaba que sería delgada, sus manos eran finas, Yokozawa siempre odio sus manos, eran grandes y gruesas, las de Hiyo parecían de porcelana.

    — Ah... tu amigo... entonces ¿anoto algo?

    — No anotes nada Hiyo

    — Está bien – Yokozawa se abrocho el cinturón de seguridad, miro a la niña que guardaba su libreta en un cartera rosa – mi mamá dijo que anotara cosas sobre la novia de papá...

    — Ah... — fue todo lo que Yokozawa dijo, miro a Kirishima pero este sonreía con malicia mientras se encaminaba por la avenida.


    *****xxxxx*****

    Hiyori

    Es muy grande... incluso más grande que papá, además parece estar enojado... no dice nada...

    No mira a papá cuando él le toca la oreja... bueno, tampoco dijo mucho la otra vez que comimos juntos... ¿en serio estuvo cuidando a mi papá?

    ¿Por qué mi papá tiene un amigo tan extraño?

    Oh... no... ¿Qué está haciendo?

    ¡No puede ser!

    Casi no me creo que lo hiciera... tiene gomas dulces, pero no nos ha ofrecido... ¡nosotros amamos las gomas!

    ¿su cabello es azul?... hum... si... y sus manos, son grandes... si le pido que me levante con una mano seguro que puede, hum... le quedan muchas gomas.... ¿le digo que me convide?

    Y si la abuela hizo pastel... entonces lo mejor sería no comer nada... claro porque quiero pastel... pero... tal vez no hay pastel, si pregunto seguro me dices que es "Cómeme callado" siempre dicen que es eso cuando pregunto por la comida... él tiene muchas gomas... quiero gomas...

    Papá metió la mano en las gomas... seguro él me da... no, se las comió... ¿de qué hablan?

    — ¿Se durmió contigo en la misma cama? — el grandote parece sorprendido... espera... ¿Quién durmió con papa? ¿su nueva novia?

    — Si, toda la noche a mi ladito – papá se ve feliz — estuve acariciándole la barriga – oh... papá toco la barriga de esa mujer... no quiero... no quiero que case con ella y tenga más hijos...

    — Y comió

    — Le di el desayuno muy temprano

    ¡Hizo el desayuno!

    Papá no sabe pelar manzanas... o bueno... no sabía pelarlas antes, cuando vivía con nosotras, antes de que nos dejará... Mamá se pondrá muy triste, a ella le gustaba pelarle las manzanas a mi papá.

    Mamá quiere que le diga todo de esa mujer... ¿también esto? Como le digo que papa duerme con ella y le hace el desayuno... ¡¿Y si quiere que durmamos los tres juntos?! ¡No quiero dormir con ella!

    Voy a dormir con la abuela

    ¿mi abuela aun me querrá? ¿se acordará de mí? El abuelo se alegró mucho de verme

    Papá está contento, vaya que tiene la boca grande ¿Por qué se está riendo? No entiendo de que hablan...

    — No crees que es genial Hiyo – papá me habla, pero no sé de qué me habla

    — Eh... — ¿Qué dijo el grandote?

    — Podemos ir al centro después de comer, ¿quieres comprar algo?

    — ¿Podemos comprar gomas? – él me mira... sus ojos son negros, pero parecen azules o son azules, pero parecen negros... parece molesto, papá solo sonríe.

    — ¿te gustan las gomas dulces? — ¿Cómo me pregunta eso?

    — Claro me gustan... les gustan a todos los niños del mundo

    — No – me mira cerrando los ojos – solo a los geniales

    ¿Qué dice? No entiendo, oh... genial

    — ¡Gracias!

    Tengo una bolsa para mi sola... ¿Qué más tiene en el bolsillo?

    — Bien vamos a casa

    Es la casa de los abuelos... mi casa está más abajo... mamá dijo que papá tiro nuestras cosas a la basura... eso no puede ser verdad.

    — Podemos ir a ver la casa, quiero ver mis juguetes

    — Eh... ha... Hiyo... hum – papá no me mira – después de comer decidiremos que hacer ¿está bien?

    — Si

    Si... le diré a mama que todas nuestras cosas están en casa, le diré a papá que regrese con nosotras... somos su familia, mamá dice que el debería volver con nosotras porque somos su familia...

    Le pediré a esa mujer que deje a papá regresar con nosotras a casa.

    *****xxxxxxxxxxx*****

    Yokozawa bajo del coche y miro a la pequeña, era una niña delgadita y de mirada triste, parecía a punto de echarse a llorar y él no sabía cómo ser con ella, ella no era una niña cualquiera... Hiyori es hija de Kirishima... ¿Por qué esta aquí de todos modos? Solo porque el hombre lo invito a comer... porque secuestro a su gato, porque parece tan seguro y autosuficiente que lo hace sentir mejor, menos preocupado de que terminen sangrando... cuando las cosas se derrumben... cuando uno de los dos termine a pedazos...

    — Vamos a esperar – avisa Kirishima sentándose en una de las escaleras sin subir

    — ¿Qué esperamos? – Yokozawa lo mira curioso

    — Esperamos a que Hiyori esté lista... — sus ojos se encuentran con los ojos de la niña, demasiado iguales como para imaginarlos separados, Yokozawa sabe que debió ser horrible para ambos no poder verse, es mutuo – no hay prisa Hiyo... yo me quedare contigo hasta que quieras subir

    No hace falta más para que la niña se eche a llorar en sus brazos, él la sostiene con serenidad, como si las lágrimas de ella fueran algo precioso, algo especial... debe serlo, debe ser algo bueno que ella llore y le balbucee que lo extraña... pero Yokozawa no puede evitar sentirse fuera de escena... esa es la imagen de Kirishima Zen y su hija... su sitio no pertenece a la foto ¿Qué diría ella de ellos?

    ¿Por qué hacerla sentir de ese modo?

    ¿Por qué hacérselo a él?

    Si Yokozawa se marchaba y los dejaba ser felices... eso sería... "Imposible" Yokozawa miraba la escena y aunque quería huir de ella y de eso y de todo el dolor que podría significarle más adelante... también quería sufrir, sufrir hasta la medula... sufrir en medida de lo feliz que podría llegar a ser entre los brazos de Zen... el tiempo que durase... al final estaban destinados al fracaso, podía irse ahora o después, le dolería de todos modos pero si se quedaba... ¿le quemarían los recuerdos o le ayudarían a caminar?

    "No está roto" pensó mientras el hombre limpiaba el rostro lloros de la niña "No quiero que se rompa jamás..."

    — ¿Qué hacen ahí?

    El rugido era del padre de Kirishima, un hombre demasiado rudo de vos y de gestos en contraste a su amabilidad, un hombre que imponía solo con una mirada, Yokozawa trago la saliva de su boca y se puso firme sin que le dijera nada mas

    — Estoy de camino a la tienda por helado, no hagan el tonto y suban de una vez... ¿Por qué lloras Hiyo?

    — La abuela – dice ella mirando al hombre

    — ¿La abuela? ¡Qué tontería! – mira con media sonrisa a la niña – no llores por lo que la abuela digas hasta que ella lo haya dicho, no tiene sentido sufrir por lo que no ha pasado, estas desperdiciando tu tiempo en lágrimas niña, no pienses que ella no te recibirá, no pienses que no te dará besos... sube y mírala a la cara... ¿Qué vas a hacer si te quedas llorando aquí y ella no está cuando subas?

    — Papá...

    — Silencio... — el hombre calla a Zen – no construimos castillos en el aire, ¿Lo sabes? Cruzamos los puentes cuando llegamos a ellos... — luego miro a la niña de nuevo – la semana pasada estabas loca por ver a la abuela y ahora no quieres subir

    — ¡Si quiero!

    — Entonces sube... ella está ahí... y está esperando por ti

    Ella no dice nada, pero comienza a subir los escalones con la rapidez que sus piernas y la energía de su edad le permiten.

    — Oe Chico – dice a Yokozawa — ¿tienes edad para beber?

    — Eh. ho.... Si...

    — Bien, comprare cervezas, hace buen clima

    Yokozawa por un momento se siente dentro de escena, como si esto fuera justo lo que desea, lo que estaba esperando, lo que debía encontrar...

    — Oye... me veré así cuando sea más viejo — Zen le sonríe suavemente, con una sonrisa que de pronto parece un beso, con una sonrisa que lo sonroja y lo aturde, de pronto es aún más hermoso de lo que era antes (si es que eso es posible) su corazón late, le golpea el pecho y caminar es simple... caminaría sin cansancio... lleva caminando años en busca de esto...

    — Estoy enamorado de ti – dice

    Los ojos de Zen lo miran con un hilo de asombro mientras la voz de la niña llama a ambos, Yokozawa cruza dejándolo quieto, huyendo de Zen... pero no lo suficiente, aun si corriera... no podría huir.

    — Pues eres correspondido

    El susurro llega a su oreja, íntimo y cálido.

    Un beso suave, solo el toque de sus labios... y subieron las ultimas gradas en silencio. Una mujer menuda de cabello castaño oscuro esperaba con la pequeña tomada de sus manos.

    — ¿Es él?

    — Si... es él

    — Pues bienvenido... He querido conocerte desde hace semanas... — las manos de la mujer lo atrapan, un abrazo, un beso en la mejilla – gracias por no dejar que se rompiera... Takafumi...


    *
    *
    *
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    *

    Ritchad *** hola, bueno para ver a Ijuin aun nos falta un poco pero de hecho si, lo vas a ver merodeando. y bueno Zen hace las cosas lo mejor que puede con las pocas situaciones a su favor asi que porfa no le pierdas la fe

    Aome_samael**** Gracias por tu hermoso comentario, tal vez si da ganas de jalarles las orejas a todos y que reaccionen solo que... creo que estas tomando partido por Yoko, no es como que Kirishima lo haga mal, lo hace lo mejor que puede, de ahi a las inseguridades del otro pues Kirishima no puede hacerlo, por mi parte creo que es Yokozawa quien debe demostrar y demostrarse a si mismo que merece a Kirishima. aunque aun no sabemos como seguirán si sabemos que Ritsu y Sakura son un peligro para esta pareja... bueno un peligro nocivo, Ijuiin es un peligro sexy

    Yoo Joo *** Adoro leerte... si, Yokozawa esta afectado por su padre y el recuerdo de este pero Kirishima no tiene la culpa de eso ni de los miedos y aunque Yokozawa no lo culpa... LE TIENE MIEDO, sip creo que Yokozawa le tiene mucho miedo a enamorarse y por eso mismo termina sintiéndose fuera de escena con Kirishima... ahora tiene que darse cuenta de que el hombre merece su amor y sus cuidados, espero que Yokozawa no lastime a Kirishima...

    Abelard Ballesteros **** Hola... que gusto leer un primer comentario tuyo, no te preocupes esta va para largo y actualemtne me he enfocado mucho asi que no, no la dejaría... trato de tener los avances listos según vayn fluyendo... muchas gracias por tu compañía y espero nos sigamos leyendo


    Bueno sin mas a los demás lectores silenciosos, gracias por tomarse un momento para leerme.

    BTALKRAJO
     
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    Oh seeeeeee!!!
    Punto para Yoko!!!!!
    Esto se esta poniendo demasiado rosa pastel...
    Btalkrajo sensei que tramas????
    Ritsu y Kisa me dan náuseas, que amistad mas inverosímil. Pero bueno es a lo más que aspiran la clase gente como ellos.
    Será que aquí mamita suegra y papito suegro aceptan la relación de Yoko y Kiri???
    Solo puedo esperar, verdad???
    Sakurita víbora maldita retuercete!!!!!
    No eres el maldito ombligo del mundo!!!!
    Btalkrajo sensei, me alegra mucho que disfrutes mis comentarios. Aunque la mayoría sean solo balbuceos y frases poco entendibles 😁😁😁
    Pero sabes que eres my idol y siempre que publiques aquí estare para disfrutar tus historias.
    Aunque ahora con lo del terremoto que hubo en mi ciudad si me desconecte un rato, eres igual de México??
    Si es sí, estas bien.
    Te deseo lo mejor.
    Fighting!!!
     
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  3. Abelard Ballesteros
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    Esto me gusta. Me encanta tu historia. Sin duda seguire todas tus escritos..siempre te dejare mi comentario.

    La verdad, creo... creo que te amo. Ok no pero en verdad, es bueno y da esperanzas ver que hay personas que si usan la imaginacion a la hora de crear un fic, ya que la mayoria, paresen ser solo, lectura de lemo con una historia, (no voy a mentir tonta y sin sentido alguno).

    Lo mamon, es que precisamente esas son las historias que tiene muchas vistas. Y comentarios.

    Por lo menos yo creo que ahi sebe la realmente que rayos es lo que la gente busca, simpresa, y no me lo nieguen la morbosidad.

    Es triste por que hay muy buens historias, pero que si no tiene lemon, la mandar al diabro.
     
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    Yaoizando
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    Y la conty??
    😔😔😔😔
     
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    Y ahora intenta decir que me amas sin miedo a que parezca mentira otra vez ... https://web.facebook.com/Btalkrajo

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    Bajo los tacones de Ariane



    Ella miro hacia el joven de cabello oscuro, sabia su nombre, llevaba sabiéndolo más o menos casi dos meses, desde que atrapo a Zen cuando este regresaba del cine, eso le había dicho...

    Por un tiempo atrapar a su hijo fue como una jugada de escondite, no veía a Zen ni lo encontraba nunca en su casa.

    ¿Qué sabia ella?

    Apenas tres hojas de ese libro, en algún momento Sakura se marchó de casa, por algún tiempo Zen pensó que podrían arreglarlo, en algún momento Zen dejo de creer eso y algún tiempo después Yokozawa apareció. ¿Cómo se habían conocido? No lo sabía, ¿Por qué Zen bailaba en un centro dos veces por semana? No lo sabía ¿Cuándo su hijo vacío su casa? No lo sabía... no lo sabía porque llevaba mucho tiempo sin saber de él, veían a Hiyori muy pocas veces y aunque vivan relativamente cerca siempre habían tratado de no involucrarse en la vida familiar de su hijo.

    Sabia ahora, que eso había sido un error.

    Su hijo se veía bien, guapo, siempre había sido guapo, pero hace cuatro meses... hace cuatro meses ese no era su hijo, no se parecía en nada al precioso niño que llevo en brazos, al adorable jovencito que jugaba baloncesto ni al muchacho que se casó enamorado... no era su hijo, tal vez era un pedazo, un trozo, una sombra, una imitación... pero no su muchacho. Alguien... ella. Si, ella lo había roto y peor que eso se había llevado el torso, se llevó a su hija y tal vez sería difícil que cualquiera en el mundo comprendiera el dolor que supuso para ella descubrir que habían abandonado a su cachorro. La mano de Dios evito que atrapara a Sakura pero no lo evitaría siempre y en algún momento le pediría cuentas por ello.

    — Déjalo cariño – dijo mirando a la niña – tenemos postre así que mejor no te llenes...

    Hiyori le sonreía, Hijo era más Zen de lo que jamás seria Sakura.

    Takafumi comía despacio, la enternecía, le recordaba a su propio esposo. Un muro, una roca firme donde sujetarse y ahí, había un problema, a las personas no les gustan los muros, las rocas, los fuertes porque intimidan, pero en tempestad, si estas con ellos van a protegerte. Alguien diría, que las piedras aplastan y los muros se derrumban, pero ella no lo creía, su esposo le había demostrado por años lo suave que es el cobijo de un muro. Y al ver a Zen sonriendo lo sabía, sabía que Takafumi era el muro que detuvo la tempestad antes de que se llevara a su hijo.

    — ¿Me puedo quedar? – Esa pregunta no la olvidaba, Zen estaba en la puerta con una mochila esperando por ella

    — ¿Por qué me lo preguntas? mientras yo viva y esta sea mi casa tu eres bienvenido y no tienes que preguntar

    Esa noche escucho más... escucho como Zen ya había decidido firmar el divorcio, escucho que se había terminado, que si la amaba ya entendía que no debían estar juntos, que Yokozawa se había marchado molesto de su casa...

    — Me dijo que no volviera a buscarlo nunca, que estoy enfermo, que me he vuelto loco.... Me ha dicho que no puede ayudarme, que ayudarme lo fundiría y que lo olvide...

    Al día siguiente ella fue a la casa... eso no era una casa, ni mucho menos un hogar, eran los restos de cenizas de un huracán, maldijo mil veces el horror visto ahí. Antes no había estado ahí, no desde que encontró a su hijo tirando la basura, mucha basura. Pero después... apenas había polvo, ni muebles, ni vasos, ni fotos... ¿eso quedaba de su hijo? Un vacío que ella no sabía ni imaginaba como llenar... sí. Eso quedaba.

    Su esposo la levanto del suelo cuando ella lloraba sobre esos miserables restos que una mujer dejo. Así que ahora, tenía un lazo solido con Yokozawa Takafumi, ahí sentado comiendo en su mesa con una mueca de sonrisa, un lazo completo porque saco a su hijo del hueco, porque le obligo a moverse y reaccionar y porque ahí estaba Hiyori. Podrían decirle lo que quisieran, pero ella sabía sin duda alguna que, si la niña estaba ahí sentada, se lo debían a Yokozawa.

    **************xxxxxxxxxx****************

    Yokozawa Takafumi sintió una incomodidad que rayaba en lo absurdo, el solo abrazo de la madre de Zen parecía evocarle odios internos que comenzaban a crecer, envidias absurdas que no tenían sentido. ¿Qué importaba si Zen tenía una madre cuando la suya lo abandono sin pensárselo? No importaba en realidad, pero de pronto la mesa de Zen no era como las mesas en las que solía comer, había dos ahí. Zen tenia ambos padres, su madre hacia postres su padre ponía la mesa, su madre instaba a comer más, su padre contaba anécdotas, no era como otras mesas.

    Cuando Ann tenía 20 se revelo al matrimonio que sus padres habían concertado para ella, se revelo definitivamente y su padre al hecho de casa. La abuela de Ann en cambio le dejo una herencia, no era mucho, pero eso había ayudado a Ann por cuatro años a sostenerse, al comienzo le fue muy fácil pero después comprendió que el dinero no regresa una vez se ha gastado. Pero la mesa de Ann estaba vacía.

    Ritsu recibía dinero mensualmente, su padre le había pagado los estudios y si le pedía más dinero se lo depositaba, a cambio, Ritsu no debía volver a su casa ni ver nunca a su hermano, tampoco le importaba tanto, su hermano y él jamás habían sido cercanos. Lo sacaron de casa porque era gay pero no dejaron de cuidarle, solo se avergonzaban de él.

    Shouta no tenía una mesa. Simplemente le echaron de casa, solo le dejaron fuera y de ellos no hablaba, si preguntabas se enojaba y en su enojo escondía su tristeza.

    Masamune, él tenía varias mesas a medias, la de su madre, la de su padre y la del hombre que creyó su padre por años, ninguna mesa era cálida y ninguna tenia postre, no podía comer en ellas ni en fiestas ni en navidades, pero iba de todos modos de vez en cuando a visitarles.

    La suya tenía un gato, (era el único con una mascota) pero hasta ahí llegaba su suerte.

    — Gracias — dijo mientras ella con una enorme sonrisa le servía una rebanada de pastel – es muy gentil señora

    — Nos encanta hacer postres – ella siempre hablaba en plural – puedes venir cuando gustes, nos encantara recibirte... también trae a sora cuando gustes...

    Sora parecía realmente cómodo ahí, la niña se había sorprendido de lo grande que era y constantemente lo acariciaba, Yokozawa considero por un momento enfadarse por semejante traición, pero después desecho esa idea, a los gatos les gustan los niños. Además, no podía enfadarse porque hubiera más personas que su gato aceptara, aunque nunca había sido huraño realmente lo sorprendía lo dócil que se comportaba en ese momento.

    Sus ojos encontraron los de Zen, amarlo dolía... perderlo lo mataría.

    **************xxxxxxxxxx****************

    — Papa tiene novia – dijo una voz suave — él duerme ahora con ella

    — ¡¿Qué?! – la madre de Zen parecía sorprendidísima ante las declaraciones de su nieta — ¿Hiyori de donde sacas eso?

    — Él lo dijo, que durmió toda la noche tocándole la barriga y que le hizo el desayuno en la mañana

    Yokozawa fulmino con la mirada a Kirishima mientras este tosía atracado de risa.

    ¿Qué de esa risa?

    Kirishima Zen tenía una mano sujetando su estómago mientras reía, Yokozawa jamás lo había visto reírse de ese modo, no parecía el mismo. Luego miro a la niña como si ella fuera ella un pequeño payaso.

    — Pero Hiyo... de donde sacas eso, estuve toda la noche con Sorata – mirando al gato que dormía en el sillón estirado sobre su espalda, resultaba fácil imaginar que Zen se la hubiera pasado acariciándole la barriga – aunque es verdad que le hice el desayuno, puse la medida justa de comida en su plato.

    Yokozawa miro hacia los objetos y en realidad parecían nuevos.

    — Oye... — dijo sin evitar sonar rudo — ¿pensabas quedarte con mi gato?

    — Oh... bueno.... Es una posibilidad – Kirishima movió los hombros como si eso fuera algo completamente lógico y normal. Yokozawa deseo ahorcarlo

    — ¡Eres el peor!

    — En realidad, soy el indicado

    Yokozawa se quedó en silencio. Había una confianza plena en la voz de Kirishima, esa parte de Zen lo aplastaba, la seguridad y la confianza. Levantar una ceja o poner una fresa en su boca observándote sabiendo que lo adoras, que lo deseas y en la misma mirada diciéndote que deberías agradecerle por estar ahí ante tus ojos. Una parte de Yokozawa estaba sumamente agradecida de poder verlo.

    De hecho, en ese momento no tenía miedo alguno.

    ¿Qué era lo que antes había deseado? Oh, sí, solo poder tenerlo cerca, sentirse sereno siendo su amigo y con el tiempo dejar de sentir aquel enamoramiento... ¿Cómo había terminado? (aunque este definitivamente no era el final) Indiscutiblemente enamorado. Y peor que eso, confesamente enamorado, Zen parecía cómodo con su presencia en su casa, cómodo con el sonido su voz, cómodo con Sora.

    — Por cierto, encontré tu recetario anoche

    — ¿mi rece...? ¡mi recetario! – había olvidado por completo aquel recetario concentrado en besar a Kirishima aquella noche, concentrado en acariciarle la espalda, concentrado en disfrutar con cada célula en su cuerpo de ese beso... pero ahí estaba el recetario.

    — Si, ven – le sonrió – está en mi habitación... — miro a los otros presentes con cariño — ustedes pongan la película nosotros venimos en un momento...

    Su madre aviso que escogerían una con Hiyori y su padre que haría palomitas de maíz mientras ellos entraban a la pequeña habitación, un espacio donde Yokozawa no había vuelto a estar. Zen cerró la puerta con cuidado de que no sonara el pestillo y se cruzó de brazos mirándole fijamente, Yokozawa se chocó con el armario mirándole a sabiendas de que Zen parecía enfadado.

    — Entonces – comenzó – si estás enamorado de mi puedes explicarme porque intentas alejarte de mí, digo, lo lógico sería que quisieras estar conmigo y no evitándome con falsos ensayos

    — No lo entiendes

    — ¿Cómo podría? – Zen jugueteaba con una tarjeta entre sus dedos – no puedo entender cuando no me dices las cosas, no sé cómo hacer las cosas bien contigo y mientras más me esfuerzo parece que más te irritas

    — No es así

    — ¿entonces? - comenzó - Yokozawa se perfectamente que tu vida no gira en torno a mí, la mía no gira en torno a ti, pero se supone que hay momentos para nosotros, para que estemos juntos, no puedo despertar con la duda sobre cómo vas a comportarte ese día. El sábado todo está bien, el lunes no quieres ni verme

    — No es así... no me llamaste ni me dijiste nada y no sabía cómo sentirme, tu esposa y tu hija son tu vida, tu vida real... tu hija... — Yokozawa lo dijo sin pensar, pero desde el fondo de su ser – tu hija merece un hogar... por ella deberías pensar en intentarlo con tu ex...

    — Es gracioso.... Porque no sabes lo que paso, seguro lo imaginas, pero no me has preguntado ni una vez... — Zen dejo la tarjeta en la mesa — yo no hice nada, no merecía lo que ella me hizo y no merezco volver a estar en esa vida donde alguien más pasa sobre mis sentimientos y si, hablo con despecho y si, la odio. Ella me abandono... yo no rompí mi hogar Yokozawa y no puedo reacomodar las piezas de esa casa de muñecas, intenté y no lo conseguí ni una sola vez... te dije que quiero intentarlo entre nosotros, que quiero estar contigo... ¿quieres estar tu conmigo? Si no estás seguro, ni no quieres o si nos apresuramos con esto podemos hablarlo, podemos pensarlo y si quieres detenernos.... ¿es lo que quieres?

    — No se trata de eso

    — Tu ya sabes lo que yo quiero – rebatió Zen acercándose y cortando el espacio ente ambos – todo lo que quiero – Yokozawa abrió los ojos al sentir la mano de Zen en el bordillo de sus pantalones – aun eso sigue pendiente entre nosotros ¿no?

    — Tus padres....

    El sonido de su propia vos murió bajo la boca de zen el beso apretaba sus cuerpos, las manos de Zen lo atrapaban... no... no era Zen, eran sus manos las que apresaban al otro, Yokozawa se pegaba tanto como podía a Kirishima, este era el momento de saltar, de hacerse pedazos, de confiar en que Zen no dejaría que se rompiera, que si se rompía Ann encontraría todas las piezas y lo ayudaría a sanar, de saber que dolería, dolor como el que jamás había conocido.

    Cuando se separaron la boca de Zen bajaba por su barbilla y su cuello y él caía sobre la cama, estaba semi consiente de las personas al otro lado de la puerta, estaba semi consiente de que no deberían hacer nada de eso en esa habitación y de pronto estaba plenamente consciente de las manos de Kirishima por su espalda, de su muslo chocando suavemente con su entrepierna, de su boca incrustando su lengua y su sabor en ella un sabor delicioso y adictivo, mientras el olor de su colonia y su cuerpo comenzaba a llenarle los pulmones, sus propias manos acariciaban el cuerpo de Zen, parecía tan delgado que sorprendía lo fibroso de su cuerpo, lo marcado que estaba y su suavidad.

    — Oigan la....

    Ambos se desprendieron cuando la voz hablo, no alcanzaron a verlo porque la puerta se cerró de inmediato. Yokozawa sintió como su corazón y su estómago caían al suelo, Zen se puso de pie acomodándose la camisa, ambos se pusieron de pie y se acomodaron la ropa. La puerta volvió a abrirse y unos ojos penetrantes atraparon a Yokozawa. Quiso esconderse, pero el reducido espacio de la habitación no se lo permitía.

    — La película va a comenzar – dijo mirando a Yokozawa como si deseara sacarlo a golpes de su casa – vayan... los dos – recalco – a sentarse con los demás... voy a salir ahora, así que tú y yo – miro a Zen – hablaremos cuando regrese.

    Yokozawa escucho como el hombre decía que tenía algo urgente y salía sin más, volvería luego y hablaría con Zen de esto, de lo visto, Yokozawa se dejó caer en la cama.

    Realmente no era justo con nadie.

    — Lo siento mucho – dijo Zen – estaba seguro de que eche el pestillo... espero que mi padre no piense que eres un ligero, le diré que yo te acose

    — ¿esto es un chiste para ti?

    — Es mi padre Yokozawa... si dice que hablara conmigo es que hablaremos, si quisiera pelear o gritarme o echarte lo hubiese hecho, ¿lo escuchaste? Hay una película esperándonos

    — Es mejor que me marche – Yokozawa se puso de pie nervioso – me quedare cinco minutos para disimular y me iré...

    — Oye – Zen volvía a parecer molesto — ¿quieres esto o no?

    — ¡Tu padre acaba de vernos! – aunque susurraba a gritos, Yokozawa quería ser claro en el hecho de que esto era complicado y difícil, no imaginaba como podría terminar de otra manera

    — Hum... ¿se supone que tú crees que mis padres no saben sobre ti?

    — Les dijiste que te gusta un hombre – Yokozawa lo veía furioso, Zen no había hablado con sus padres en esos términos, les había dicho que Yokozawa lo ayudaba, que lo había motivado a firmar el divorcio, incluso había insistido en lo sexy que se veía bailando en tacones y había mostrado a su madre el video del concurso. Ella realmente se había sorprendido al ver como usaban tacones altos y legins tan ajustados, pero no, no les había mencionado que Yokozawa le atraía

    — No... pensaba decir algo como ¿les agrada? Ellos dirían si y yo diría, pues voy a pedirle que seamos pareja... ya sabes para hacerlos sentir incluidos

    — Eres estúpido, crees que tu padre siquiera querrá volver a verme en su casa después de esto, no tienes idea. No sabes lo que significa para él esto, para tu madre o para tu hija... ¿es en serio? ¿no has pensado en nadie?

    Kirishima Zen sujeto el recetario en las manos, miro a Yokozawa que tenía razón, había miles de posibilidades malas, hirientes y dolorosas, pero...

    — Me preocupare de lo que mi padre diga, cuando lo haya dicho, nosotros no construimos castillos en el aire Yokozawa... supongo que hay personas para las que esto es diferente, en realidad ni siquiera sé si será fácil para mí pero...amo a mi familia y me han demostrado que debí buscar ayuda en ellos antes, no voy a volver a esconderme de ellos porque la verdad si me lastimas yo seguramente no podre golpearte pero mi padre te romperá una pierna... piénsalo cuando quieras hacerme daño – la sonrisa en sus labios, la confianza en su mirada. ¿Ese era Zen enamorado? Podía la misma persona haber cambiado tanto... Yokozawa sabía que al comienzo era más denso, que no sonreía, que parecía enojado y esa barba descuidada y las ojeras... tal vez así era a cierta edad, a un momento de tu vida, la familia de Yokozawa no sabía que era gay, hablaba poco con ellos pero no lo sabían, su padre si, por eso le pago las clases de baile, por eso le pagaba las de pintura, por eso le hablaba de cuidarse y de que los hombres podrían lastimarlo... "nunca te metas con un hombre casado Numfy, mereces uno que se quiera casar contigo" "no podría casarme en Japón papá" "qué bueno que el mundo es grande..." y le sonreía, aunque si padre nunca miraba a los ojos de nadie. Su padre lo amaba...su padre aprobaría a Zen.

    — Pues no soy ningún ligero – dijo – también soy bueno en la cocina y las manualidades, me gusta la música variada y puedo ayudar a pintar una casa... — Yokozawa sonreía – y dile que si te lastimo puede romperme la pierna

    Beso los labios de Zen, cuando salieron los reyes de Arendele llevaban a Anna para que los trolls la curasen, se habían perdido el inicio de Frozen, aun así, se sentaron mientras Hiyo sostenía a Sora en medio de ella y su abuela, el gato parecía maravillado con esa casa. Yokozawa también lo estaba. Esta era una casa de verdad.

    Yokozawa miro a la niña y a su padre, se parecían físicamente mucho, estaba sintiendo felicidad plena solo con verlos juntos... y el miedo ataco. ¿Qué haría la madre de la niña si lo descubría? ¿dejaría a la niña y a Yokozawa en la misma mesa? ¿volvería a separar a Hiyo de su padre? Y la pregunta que más quería responder, la que le comía el corazón todas las veces que lo pensaba. Si Zen era realmente maravilloso ¿Por qué es que ella se fue?



    **************xxxxxxxxxx****************

    ***(Ed Sheeran) El club no es el mejor sitio para encontrar una amante, — así que es al bar a donde voy. — Mis amigos y yo, en la mesa tomando chupitos, — bebiendo rápido y luego hablando despacio. — Tú te acercas — y comienzas una conversación solo conmigo; — y créeme, te daré una oportunidad. — Ahora, me agarras de la mano, alto, — pones a Van (Morrison) en la máquina de discos — y entonces empezamos a bailar; — y ahora yo estoy cantando así... —... — Chica, sabes que quiero tu amor, — tu amor fue hecho a mano para alguien como yo. — Vamos, ahora, haz lo que yo digo. — puede que esté loco, no me hagas caso. — Tú dices, chico, no hablemos demasiado; — agárrame de la cintura y pon ese cuerpo sobre el mío. — Vamos, haz lo que yo digo, — vamos, vamos ahora, haz lo que yo digo...

    — ¡Basta ya!

    Seiya perdió la paciencia en el estribillo, estaba cansado de que sus estudiantes mirasen distraídas al guapo joven que leía afuera, Yukina Kou era demasiado hermoso para las calles comunes llenas de adolecentes jóvenes soñando con príncipes azules. Seiya no le odiaba por es (en realidad le apreciaba mucho) le odiaba por ser el guapo más tonto de los tontos, Yukina actuaba como si no se diera cuenta de cómo reaccionaban todos a él.

    — Puedes irle a hacer publicidad a Casandra Claire en otro lado por favor — Seiya miraba molesto a Kou, molesto más aun por haber ayudado en su publicidad

    — Perdona... es que este libro es muy bueno, te encantaría

    — Seguro. Me pasare por MarimoBook para comprarlo... — las chicas tomaron nota de la librería, se les podía ver en la mirada – Ahora vete a hacer tu publicidad a otro lado, aquí bailamos, no leemos

    — La lectura es la danza del alma, estaré en el café Meru, sus pastelillos son delicioso

    — Yukina. Basta de tu maldita publicidad

    Seiya se giró y miro a las chicas que admiraban embelesadas como el otro guardaba sus cosas, Seiya no se había pasado media hora limpiando los cristales para eso, no para que ellas se quedaran mirando embobadas a Yukina. ¡Es gay, no tenéis oportunidad panda de brutas! Pensar así era de envidioso, pero ellas estaban ignorando lo que él amaba. Bailar. Bailar sin duda era lo que Seiya mas disfrutaba y ver como sus estudiantes no prestaban la atención requerida lo molestaba, y ahí seguía Yukina como si meter un libro en la mochila y salir tuviera que ser un acto tan protocolizado.

    — Haber señoritas – dijo, aunque tres de ellas eran casadas — ¿Por qué me tratan así? ¿Ya no me quieren? – su fingida pena surtió efecto y ellas olvidaron al desconocido que antes leía

    — Te preferimos definitivamente – dijo una

    — Seiya perdónanos... vamos a ponerle ganas – aviso otra

    El espejo mostraba los movimientos del grupo, Yukina ya no estaba fuera para distraerlas y comenzaron a bailar otra vez.

    *****xxxxx*****

    Misaki caminaba de ida a sus clases, estaba en el grupo de Yokozawa y aunque al comienzo le había dado algo de miedo, ahora mismo estaba muy cómoda con las clases, la gente pasaba a su lado, ella a veces deseaba ser más guapa, detener alguna mirada pero eso no le sucedía, Kaede al contrario odiaba que la mirasen, tenía el cabello rojo como su hermana Aikawa y los senos más grandes que Misaki, los hombres siempre la miraban de más... Misaki en eso era casi invisible, caminaba con una nube de malestar sobre la cabeza.

    Yokozawa iba llegando a Ariane cuando vio a Misaki llegando, la joven era bastante guapa y alegre aunque en ella había un vacío tan triste que en alguna ocasión Yokozawa había estado tentado a preguntarle. No se atrevía. Lo poco que sabía era lo que todos sabían, su hermano y ella eran huérfanos acogidos por la familia Usami (Una familia que tenía un Bufete de Abogados internacional y una Constructora que se encargaba del mantenimiento de carreteras) la matrícula de Misaki se había pagado para seis meses, con transferencia y un bono para que la ayudaran... la matrícula de Misaki había pagado los espejos del estudio, luego vino Kaede, cinco meses al contado, la de ella había supuesto el arreglo de los camerinos. Las dos eran las únicas chicas acaudaladas del Ariane. Misaki era bastante tranquila en su trato con las personas, podría pasar por alguien promedio, pero no. Su ropa, sus accesorios, su piel, sus dientes y sus ojos delataban que estaba lejos de pertenecer al conjunto normal y común de personas en el mundo. Incluso cuando comía tenía una delicadeza especial. Sin contar los coches que a veces pasaban a buscarla o traerla, ahora venía caminando.

    — ¿Por qué estás sola? – Yokozawa le regalo una sonrisa y el rostro de la joven se ilumino, sus ojos verdes brillaron y por un momento Yokozawa reconoció en ella un gesto de Kirishima

    — ¡Vine en metro! – Aviso con orgullo — ¡Yo sola sin chofer!

    Esto sonaría de lo más normal en cualquier chica de diecisiete años, pero era Misaki

    — ¡¿Te has vuelto loca?! – Yokozawa palideció y luego se puso rojo de enojo – Misaki, no puedes ir sola en metro, tú no sabes andar sola en metro, podrías haberte perdido, te podrían haber robado y sabes que ha habido casos de acoso en el metro, Imari nos los conto el otro día... no deberías haber venido sola

    Ella parecía avergonzada ahora de su anterior orgullo.

    Se le olvidaba que todos sabían que era no más que una muñeca de porcelana. Su hermano decidía todo sobre ella, incluso la ropa que usaba, en realidad la ropa si era muy bonita pero no poder escoger ni tus calcetines la estaba volviendo loca. Antes se sentía emocionada cada vez que le traían algo para su armario, ahora comenzaba a desesperarse de no poder comprar ni una sola camiseta ella sola. Yokozawa le toco la barbilla con cuidado.

    — Me alegra que lo hicieras porque puedes hacerlo, pero no lo hagas de noche... prométemelo Misaki

    — Crees que no puedo, como todos piensas que soy una inútil

    — No – Yokozawa se mostró serio – creo que eres capaz de muchas cosas Misaki, pero todas las cosas van por pasos, es valiente salir a la ciudad, cuando yo llegue a Tokio me perdí muchas veces, me confundí de calles y también perdí la mochila por dormirme en el metro, ahora no me pierdo y seguro después tu no lo harás, pero tienes que entender que eres una chica y no importa lo valiente que seas y lo mucho que yo odie esto pero... corres peligro estando sola.

    Misaki lo sabía, escuchaba en las noticias sobre acosos en el metro o incluso violación, a veces sonaban en las noticias, Takahiro le decía que en otros lugares del mundo eso ya era noticia todos los días, ella pensaba que nada malo le sucedería, pero ahora, mirando a Yokozawa estuvo segura de que todas las chicas a las que les paso... creyeron estar a salvo.

    — No viajare de noche, lo prometo.

    — Muy bien... y ahora ¿Qué tal tu primer viaje en metro?

    — Fue muy... — estuvo tentada a mentir — ¡Fue muy complicado! No sabía que cada vagón tenía un precio diferente, tampoco que tarjeta debe pasarse solo una vez, y nadie me ayudaba, todos estaban apurados y me empujaban, pensé que a esta hora no estaría tan lleno pero estaba... oh... perdona, es mi hermano... ¿Qué le digo?

    Yokozawa debió de imaginarlo, pero esto le confirmaba lo sabido, su hermano no la mandaría sola a clases, Kaede decía que no la dejaban ni ir a la escuela sola. "Un día se quedó en mi casa y al siguiente ahí estaba Takahiro para llevarnos al colegio" Misaki respondió y mintió. Dijo que había tomado un taxi.

    — Si le digo la verdad se enfadara

    — ¿Qué verdad?

    Yokozawa descubrió a Usami saliendo de Ariane en ese justo momento. El rostro de la chica paso de crema a blanco papel mientras observaba al sujeto que le dedico a Yokozawa una mirada severa.

    — ¿Qué haces con ella fuera de clases?

    Los ojos violetas de Usami parecían cuchillas.

    — Va a ser que también contigo debo dejar las cosas en claro

    "También contigo" Yokozawa miro al edificio, en la ventana estaban 4 personas arremolinadas mirando. Volvió a mirar al Abogado, tenía la ropa impecable, su cabello ordenado pero sin duda, esa imagen pulcra tenía un fallo.

    "No lo sé, voy a invitarla a salir, ya sabes lo que dicen que conseguirlas jóvenes"

    — Seiya... — Yokozawa balbuceo el nombre anticipando lo sucedido — ¡Seiya!

    — ¡Oye no creas que te iras de rositas! – Seiya tenía la cara golpeada, mientras que un hilillo de sangre le manchaba la camiseta, nada grave pero ahí estaban ahora, en la calle como

    Yokozawa apenas podía creerlo, Seiya quería pelear, ¡Pelear! Si lo hacia la gente de la zona no vería mas a su centro como un lugar grato, la imagen y la confianza era todo lo que tenían y Seiya quería tirarlo a la basura cediendo a un impulso por culpa de alguien tan desagradable como Akihiko Usami, desagradable por completo pero aun así su principal patrocinador.

    — Detente ahora – dijo en tono firme – no es la manera de tratar al Sr Usami, respeta a Misaki y las estudiantes

    — ¡No sabes nada Yokozawa!

    — Sé que no es la manera ni el lugar, creo que olvidas que aquí trabajas, te pido que me respetes a mí y a tus demás colegas

    Seiya contuvo una maldición. Era verdad, no podía pelearse frente a las estudiantes y menos cuando era consciente de que había alimentado el fuego de Usami, no esperaba que el remilgado abogado le pagase un puñetazo pero había sucedió y ahora parecía completamente dispuesto a continuar con la pelea.

    Misaki apenas creía lo que veía y oía mientras Usami miro a Yokozawa.

    — Misaki es menor de edad – dijo en tono severo — ¿entiendes que es un delito acosar a una menor de edad?

    Había un aplomo duro en sus palabras.

    — No es acoso – se defendió Seiya – lo que es acoso es que le robes el teléfono a tu hermana para espiar sobre lo que hace

    — No es mi hermana y no la espió, la cuido – volcó su mirada llena de ira en Seiya – olvídate de cualquier asquerosa idea que hayas tenido, nunca dejaríamos que alguien de tu clase se acercase a ella. – Volteo la mirada a Yokozawa – teníamos un trato, es una pena que no lo cumplieras...

    — Pero...

    — Escribiré a Onodera para decirle que su familia no solventara más el estudio

    Yokozawa tembló, de ira y miedo, si cerraban Ariane ¿Dónde irían? A ninguna parte y lo sabía, ese sueño apenas estaba construyéndose y ahora debían renunciar. Buscarían trabajos reales, donde los sueños no tuvieran cabida.

    — Vas a desalojarnos – Yokozawa lo dijo y Seiya y Misaki perdieron todo el color de sus rostros – tal vez... no lo sé... ¿podríamos hablarlo?

    — Claro, has una cita para que atienda su solicitud

    Había una sonrisa vil en la boca del abogado, la sonrisa cruel de quien te tiene en sus manos y aprieta para lastimarte pero dejándote respirar. Yokozawa iría a hablarle, tendría que disculparse por cualquier situación y escuchar las condiciones, en el trato solo habían participado él y Ritsu.

    — Como siempre eres desagradable, no te cansas de ser un aboganster – Ijuuin Kyo estaba con una gafas negras y su camiseta de DG era color crema, marcaba su físico, estaba mirando al abogado y este chirrió los dientes al verlo – no solo acosas a dibujantes, también estas fastidiando coreógrafos, tengo una duda ¿tus clientes te pagan por ser una mierda de persona? Digo, tal vez es algo completamente tuyo eso de no tener sentimientos

    — Como siempre hablando sobre lo que no sabes, Ijuuin... – volteo los ojos a Yokozawa – te aconsejo que pidas la cita pronto. – Luego miro a la chica – vamos

    — Tengo clase de baile – dijo Misaki con una vos suplicante

    — No me enfades mas Misaki, no vas a volver aquí... no vas a volver a verlo

    Yokozawa apenas pudo detenerse un segundo y abrazo a Misaki, la chica ya estaba llorando. No había nada, Seiya no había ido nunca en serio con ella y ella no lo miraba más que de pasada, lo que fuera que el abogado pensara no era cierto, ella y Seiya no tenían ningún tipo de cercanía o relación romántica.

    Pero Ijuuin Kyo no conocía a ninguna de las partes y parecía tener cierto deseo de molestar al abogado así que en vez de ayudar a serenar las cosas decidió hacerlas arder.

    — ¡Esto no me lo creo! – Casi grito en tono jocoso — ¡CELOS! Vienes a fastidias solo por celos... oye es un crimen mirar a adolecente, creo que deberé hablar con su hermano el segundo aboganster, aunque tal vez la venda a buen precio, a Takahiro solo le importa el dinero, igual que tu

    — ¡No hables de mi hermano! – Misaki clavo su mirada verde en Ijuuin, unos ojos verdes preciosos en un rostro suave de porcelana, los ojos azul cobalto de Yokozawa también lo miraban furiosos

    — Pues hablo de lo que sé — miro a Yokozawa y le juño un ojo – además ni siquiera es guapa, no entiendo porque tanto lio, es normal que los coreógrafos liguen con las estudiantes, no es real solo sirve como publicidad, ¿en serio crees Usami que alguien la tomaría en serio?

    Aquello fue la gota.

    Misaki grito pero ya era tarde el abogado había atinado un puñetazo que hubiera dado en la cara de Ijuuin si este no interponía su mano.

    — Porque no te controlas, — dijo tropezando y ampliando el espacio entre ellos — ¿Qué dirán de tu bufete si peleas en las calles?

    — Crees que eso me importa mucho – Usami estaba lívido de ira – no te metas en lo que no te importa

    — Me interesa, desde luego, creo que tu motivación es algo reprochable pero ¿Qué se puede esperar de los de tu especie?

    Aquello retrocedió a Usami, su mandíbula perecía más dura aun, Yokozawa estaba convencido de que esto acababa de sepultar cualquier mínima oportunidad por salvar Ariane, ahora en definitiva Usami los haría desalojar.

    — ¿Su especie? – Misaki ya no tenía lágrimas en el rostro y se colocó delante del abogado como protegiéndolo – Tienes razón, no se puede esperar nada de nuestra especie, pero sabemos exactamente que esperar de la tuya... basura

    Yokozawa vio como la chica echaba a andar tirando de la mano del abogado, se había incluido a sí misma en cualquiera que fuera la categoría humana donde entrase Usami y aunque parecía dolerle, porque ella era de corazón gentil había llamado basura a Ijuuin.

    Yokozawa se quedó de pie mientras desaparecían en la esquina rumbo al estacionamiento donde el abogado solía guardar su coche.

    — No te preocupes – aviso Ijuuin – seguro que ella hablara con él, la niña maneja con el meñique a ese idiota

    — ¿Qué dices?

    — Misaki Takahashi, él está enamorado de ella, desde luego la chica no lo sabe pero si hubieras visto a Akihiko en la cena de navidad lo sabrías, parecía un perro detrás de su amo.

    — ¿crees que eso me sirve de algo? — ella se había marchado – perdí a mi estudiante y lo más seguro es que pierda a todas sus amigas por esto, aun si no nos desalojaran que lo dudo he perdido a almenos 5 chicas en un minuto – miro a Seiya que aun pálido estaba quieto — ¿Qué demonios hiciste para enfadarlo?

    — Le pedí permiso para salir con Misaki – Seiya estaba sonrojado – pensé que debía hacerlo... no imagine que él también la quisiera

    "El también" Yokozawa miro el rostro compungido de Seiya, luego el de Ijuuin, lamento realmente que el hombre hubiera dicho aquello, Seiya parecía haber visto una realidad cruel, una realidad en la que nunca podría tener a Misaki.

    Aunque... porque no, que Usami amara o no a Misaki no significaba que la chica sintiera algo, tal vez ella no sintiera nada por él, tal vez por eso estaba furioso porque sabía que Seiya podría tener mejor oportunidad, aun si no tenía su dinero o su aspecto o su coche, Seiya siempre hacia reír a Misaki cuando estaban juntos y Yokozawa jamás la había visto sonreír junto a Usami.

    *****xxxxx*****

    — Entonces ella te gusta – dijo Ijuuin ya en la oficina mientras Yokozawa esperaba para su hora de clases para comenzar, no le quedaba mucho y aun así estaba dispuesto a escuchar a Seiya – creo que es loable que le pidieras permiso pero deberías hablarlo con ella primero, digo, ella debería corresponderte antes de que hables con ellos

    — La invite al cine – dijo sereno —. Me dijo que no le darían permiso así que esperaba que él entendiera... pero no lo hizo, me humillo

    — Usami no es mal tipo realmente – asevero Ijuuin – es de un carácter muy complicado pero no es malo

    — Lo llamaste aboganster

    — Bueno... ellos le ganaron la demanda a un amigo mío, le quitaron todos los derechos sobre su obra, todo porque él estaba pensando dejar Marukawa y bueno, son un bufete grande así que he ido tropezando con ellos, no me agrada como sujeto y solo quería molestarlo pero en realidad si lo respeto

    — ¿Por qué? — Yokozawa dejo su silencio – nos echara y no le importa, no le interesa ni los estudiantes ni nuestra inversión, en eso tienes razón a él y a Takahiro solo les interesa el dinero, Takahiro revisa las cuentas, el trato dice que si tenemos perdida por dos meses seguidos nos echan, si hacemos algún tipo de alboroto nos echan, si no mantenemos una media de estudiantes nos echan, tal vez podríamos alquilar un sitio pero apenas tenemos estudiantes y a ese sujeto no le va a importar nada sacarnos

    — Deja que ella le hable... créeme, si esa chica se lo pide no pasara nada

    — Y debo quedarme tranquilo porque tú dices eso, no debiste involucrarte – solo entonces Yokozawa reacciono realmente a su presencia, ¿Qué hacía ahí? — ¿Qué haces aquí?

    *****xxxxx*****

    Kirishima Zen vio al abogado que caminaba con una joven, Misaki de Ariane, una de las alumnas de Yokozawa, pero ella lloraba sujetando un pañuelo en la mano mientras el abogado iba en silencio.

    Zen compro una soda de dieta y se la llevo a la joven que estaba sentada en una pequeña sala de espera, no vio al abogado en la sala al llegar, ella estaba sola.

    — Toma, necesitas azúcar

    — Oh... hola... – ella le sonrió y sus ojos hinchados le dieron un aspecto más tierno, su nariz estaba roja y sus ojos verdes brillaban

    — ¿te puedo ayudar?

    — No... bueno... ¿te gusta bailar en Ariane?

    — Sí, me gusta mucho

    — A mí también... – ella parecía desolada – me gusta que siempre te animan a seguir intentando, que Kisa tiene caramelos para todos y que Yokozawa baila sobre los tacones... me gusta estar ahí porque es como ser libre...

    — ¿quieres ser libre? – Zen la miraba preocupado

    — No... no me gustaría poder hacer lo que quisiera porque sentiría que no le importo a nadie, solo quisiera que comprendieran que a veces quiero hacer algunas cosas y que me apoyaran, pero ahora ya no puedo decirles esto

    — Bueno, aun puedes decirles esto, tu familia comprenderá si eres clara al hablar, además Misaki, me han dicho que te quieren mucho y si eso es verdad y yo creo que es verdad, solo tienes que hablarles

    Kirishima sonrió y el abogado aparecía cargando una carpeta. Tenía el rostro diferente, más suave, más joven, no tenía la fría mirada que solía mostrar, parecía preocupado y miraba a la chica.

    — Buenas tardes Kirishima

    — Usami, bueno Misaki, te veo el viernes en el ensayo

    Ella agacho la cara dejando que su pelo escondiera su rostro. Misaki sabía que no volvería a bailar, también sabía que Ariane dejaría de existir.

    Kirishima salió y ellos dos se quedaron solos.

    — No sabía que lo conocías

    — ¿Cómo podrías? – Misaki apretó la lata – nunca me hablas y no puedes saber nada de mi porque tampoco me dejas hablar contigo

    — Tu y yo hablamos siempre

    — ¡No hablamos nunca! — ella miro a Akihiko con tristeza más que con enojo – por favor... dime que no lo harás

    — ¿hacer qué?

    — Cerrar Ariane, sé que el padre de Ritsu es el dueño pero no entiendo porque depende de ti que funcione o no, no entiendo porque dijo que robaste mi teléfono, tampoco entiendo porque peleaste

    — ¿Por qué me defendiste Misaki?

    Ella enmudeció, tenía un motivo, sabía que saltaría al fuego por él, sin importar el día ella lo protegería, estaba con él, aun si Akihiko jamás veía en ella más de una niña, ella estaba enamorada y no creía que nunca pudiera dejar de quererlo.

    — Porque somos lo mismo... – dijo Misaki seriamente – la misma especie

    — La misma especie – Akihiko repitió serenamente – no lo somos Misaki, tu eres mejor, por eso te cuidamos, porque eres valiosa para nosotros y creo que yo no tenía derecho a decidir por ti, sigo pensando que ese chico... ¿Misaki tú quieres a Seiya?

    — No

    No lo pensó y tampoco tenía que hacerlo.

    — Me invito a salir y le dije que no – ella estaba calmada – lo que quiero es bailar, no ballet, no en una academia de renombre, solo quiero divertirme bailando, cuando me veas en el grupal lo entenderás...

    — No puedo...

    — Puedes, si tú quieres puedes dejar que yo baile, por favor.

    — ¿quieres ir al cine? – Akihiko no la miraba, tenía los ojos en la soda, en sus manos – me refiero los dos, tu y yo

    — Sí, pero no me has respondido

    — Déjame pensarlo – Akihiko la miro – hablare con tu hermano, luego te diré que haremos

    Misaki se quedó quieta mientras el pulgar de Akihiko la rosaba, pensó que él la besaría pero no lo hizo. Se puso de pie y le sonrió. Al ver la sonrisa Misaki entendió algo que no había entendido antes, él ya no le sonreía, ya no la miraba, no como antes, no como cuando corrían por los jardines de la casa Usami o salían por helado con Takahiro, había una brecha entre ellos, y se sintió desdichada. La amabilidad era peor que el amor no correspondido.

    *****xxxxx*****

    Era ella, no había duda de que era Misaki Takahashi, Sakura se detuvo en cuanto reconoció al abogado y a la joven, su relación con Usami nunca se había recuperado, no volverían a ser amigos nunca pero la niña, ahora era una joven hermosa, hermosa como una muñeca de porcelana, "no ha cambiado" pensó Sakura recordando a una niña llorosa. Misaki ahora no era una niña, verla tan crecida le recordó su propia edad, no era vieja realmente pero desde luego, no volvería a ser una adolecente, ahora tenía una hija, un esposo y la responsabilidad de recuperar su hogar. Misaki pasó sin prestarle atención hablando de algo sobre comprar sodas y caramelo, el abogado casi sonreía.

    Cuando eran jóvenes, cuando cursaban el colegio juntos y Akihiko les tiraba papeles cada vez que los atrapaba besándose, cuando el menor de los Usami era su amigo y la dejaba jugar con la play station, cuando comían helado los tres, cuando Akihiko era incapaz de mantener un noviazgo más de un mes porque algo siempre le faltaba, "sus ojos no son completamente café – decía – su cabello no es completamente negro. Sus dedos no son tan largos..." Sakura no entendía a Akihiko, buscaba una chica de medidas y rasgos exactos y esa chica no existía. El amor a medida no era real. Ella había amado a Takahiro, en cambio lo dejo, no podía con el peso que suponía estar con él cuando él decidió que se encargaría de la crianza de su hermana, si él hubiera renunciado a Misaki, ellos hubieran sido felices... tal vez.

    Sakura entro en Marukawa, Zen no renunciaría a Hiyori y con eso como una certeza supo que podría recuperar la vida que había dejado. Volteo hacia la puerta, no veía a la chica, pero ahora Misaki era una adulta, Takahiro un abogado de éxito y lo más extraño, aun la amaba, eso había dicho, que aun la amaba y que Hiyo debió ser su hija, que aún podrían tener hijos, se quedó mirando la puerta sin saber que tan extraño resultaba ahora todo.

    ∞∞xxx∞∞

    — No, Yokozawa por favor mantenga la calma – Takahiro Takahashi estaba sereno – voy a explicar esto a mi colega, no es un tema crucial, de hecho lamento mucho el incidente, mi hermana me había comentado sobre la invitación al cine, la verdad es que Akihiko Usami no tiene jurisdicción sobre Misaki, le pido paciencia, yo aclarare esto

    Takahiro colgó sintiendo el fuego en la sangre. ¿Quién se creía Akihiko para amenazar en su nombre? Miro en su escritorio, había una foto de Misaki, una niña para él, no podía por más que intentara hacerle comprender a Akihiko que ella había crecido, no podía por más que intentara hacerle entender que Misaki no era suya... suya... Takahiro volvió a mirar la fotografía, sacudió la idea, eso era impensable, Akihiko conocía a Misaki desde que esta tenía tres años, no cabía la posibilidad de que la viera de otro modo pero, tampoco era comprensible su sobreprotección. Takahiro tenía apenas un año más cuando tuvo que hacerse cargo de ella, no podía entregarla, no podía dejarla sola con los familiares de su madre, no podía solo dejar que se la llevaran... "¿Qué esperabas, que yo criara a tu hermana?" cerro los ojos ante el recuerdo, sabía que había sido eso, pero no lo entendía, no entendía porque tuvo que perder a Sakura para poder tener a Misaki, si volviera atrás... si pudiera volver atrás... volvería a perderla, no podía renunciar a Misaki, ella era lo único que quedaba de sus padres, ella era lo único que lo había salvado cuando Sakura lo abandono y si la pequeña no hubiera estado ahí... ¿Dónde estaría él si aún amaba a Sakura?

    — No puedo creer que le dijeras eso – apunto la chica que venía llegando – eres un grosero

    — Es tu chofer, se supone que debe llevarte y traerte

    — Pero yo salí sola, no puedes encerrarme

    — ¿Por qué estas enojada ahora?

    — ¡Porque es injusto! — Misaki gritaba — ¡Si fuera un hombre me dejarías en paz!

    — ¿Qué pasa ahora? — Takahiro salió de su despacho encontrando a los dos, pero ella tenía un oso de felpa en las manos — ¿Dónde estabas, teníamos una reunión? – esto lo dijo mirando al abogado

    — Fuimos al cine – dijo ella molesta – todo iba bien hasta que el reto sin motivo a Yamada, él no tenía la culpa de que yo saliera, hermano explícale... si no conozco la ciudad es mucho más peligroso que si tomo un taxi

    — Yamada puede ir contigo en el taxi, puede llevarte incluso en metro y enseñarte, no tienes que hacerlo sola – Akihiko la miraba molesto, como si ella tuviera siempre que decirle que hacía y que no, Takahiro conocía a los Usami, todos ellos trataban de controlar, no soltaban fácil la correa pero su hermana no era parte de ningún convenía, Takahiro esperaba enviar a Misaki al extranjero para que estudiara.

    — Déjala en paz Usagi –dijo limpiando sus lentes – Misaki es mayor, además creo que es un despilfarro que le pagues un chofer que casi no usa, tu y yo siempre terminamos llevándola y trayendo, sus horarios coinciden con los nuestros.

    — Yamada debió avisarme que ella se fue sola a las clases de baile

    — Me aviso a mi – Takahiro miro molesto a su amigo – es a mí a quien deben llamar porque ella es mi hermana, soy yo quien se encarga de ella y ella me debe pedir permiso a mi... por cierto ¿Quién dice que puedes llevarla al cine? — su mirada estaba fija en el plateado – ella tenía clase de baile en Ariane, pague la matrícula para eso, no para que vaya al cine contigo, además no me avisaste, ninguno lo hizo ¿han olvidado quién es quién? Ella es mi hermana, no la tuya, soy yo el que habla con sus pretendientes, no tú, soy yo quien decide si baila o no y hablando de eso... Yo soy el abogado de Onodera, no tú. ¿Por qué amenazaste a Yokozawa?

    — Ese cretino de Seiya – Akihiko se llevó las manos a la cabeza – después Ijuuin, me sacaron de mis casillas

    — Bien, ya le dije que no haremos nada, que es un incidente aislado, te pido que no te acerques a ese edificio. Supongo que ahora te iras

    — Trajimos cena – Akihiko miro la bolsa con comida que apenas habían dejado en la mesa y Takahiro sonrió, ellos eran una familia, Misaki y Akihiko siempre habían formado parte de su mundo — también postre de vainilla para ti

    — Eres un idiota Akihiko, no me importa los dos están castigados, tú vas a recuperar esta clase y tú vas a ordenar tu portafolio, ustedes no pueden actuar como niños, no puedes salir sin decirme a dónde vas y tú no puedes pelear en la calle – miraba a ambos a intervalos – lávense las manos.

    Misaki asintió y salió rumbo al lavado, Akihiko la seguía pero Takahiro atrapo si brazo

    — Es una niña – dijo – y es mi hermana...

    — ¿Por qué me lo dices?

    — Porque a veces parece que lo olvidas, ella es mía, no tuya.

    Takahiro sintió que la sangre se le congelaba, los ojos de Akihiko decían lo contrario, lo gritaban.

    — Qué tontería – dijo Usagi soltándose, eso dijo pero sus ojos decían otra cosa, algo que Takahiro no había visto o no había querido ver, sus ojos decían "Por ahora" lo vio ir a la cocina para lavarse las manos y por primera vez no le gusto tenerlo cerca, no de ella. No de esa manera.

    ∞∞xxx∞∞

    Kirishima Zen miro hacia la figura que caminaba en su búsqueda, tenía la camiseta azul claro y le quedaba en talle perfecto, las chicas sonreían cuando Yokozawa pasaba, era hermoso, hermoso en su masculinidad. Todo en Yokozawa la resaltaba, su mandíbula dura, sus cejas pobladas, su espalda recta y amplía sus manos grandes sus pisadas seguras. Pero Yokozawa no veía eso, o más bien lo veía pero no le gustaba, no le gustaba que midieran lo mismo ni le gustaba que se lo recordaran y era gracioso porque esa masculinidad era lo que Kirishima disfrutaba, le gustaba amar a su igual, le gustaba saber que los dos eran fuertes que podían compartir cualquier actividad, le gustaba la boca de Yokozawa, le gustaba su forma. Se llevó el pulgar para limpiar la comisura de su boca, le sucedía que con Yokozawa. Salivaba.

    — Lamento llegar tarde

    — Solo unos minutos

    — He tenido un día de locos... no me creerías... – bacilo pero sonrió – no me creerías... Zen

    Su nombre en su boca sonaba diferente, no era igual, parecía una caricia.

    — Me lo contaras de camino, vamos

    — Pensé que tomaríamos algo

    — Ya sabes que no insistiré, pero preferiría que estuviéramos solos

    Salieron a la noche cálida, Yokozawa y Kirishima comenzaron la ruta a la casa más cercana – la de Yokozawa – hablaron del trabajo de Zen, Yokozawa escuchaba atento porque la voz de Kirishima le gustaba, le gustaría tenerla grabada y escucharla cuando se sintiera triste o solo, pero pedirle una grabación parecía más ridículo que necesario.

    — Prometiste que traerías a Sora hoy – dijo Yokozawa cuando entraron en su departamento

    — Es una estrategia – las manos de Zen lo apresaron y sintió sus labios en su nuca – un momento solo para nosotros dos.

    — ¿quieres?

    — ¿Querer? – Kirishima apretó su abrazo — te refieres al deseo insano que profeso por tu cuerpo o al hecho de que traje condones y lubricantes en el remoto caso de que...

    — No hables tan a la ligera

    — Yokozawa... – intento besarlo pero Yokozawa interpuso sus manos, no sabía cómo decirle que sí y saltar al abismo ahora mismo, aunque Takahiro Takahashi le hubiera prometido que no pasaría nada, aun así se sentía incomodo

    — ¿Hablaste con tu padre? – Kirishima no había mencionado de eso cuando hablaron por teléfono a medio día, antes de todo el problema con Usami, pero Yokozawa quería saberlo.

    — No, recién lleve a Hiyo hoy por la mañana directo a su escuela así que no pude hablar con mi padre, Yokozawa no puedes ponerte así, en todo caso, el del problema soy yo, se enfadara porque estaba acosándote en mi habitación pero no es tan serio — sus ojos brillaban, Yokozawa sabía que era presa y no tenía donde huir, si no se atrevía a saltar al vacío, al menos podía dejar que Kirishima lo arrastrase hasta el fondo, sin regreso posible.

    — Tengo una pregunta... ¿hace cuánto planeabas acostarte conmigo?

    — Desde que te vi con Ann en el restaurante de comida familiar

    La respuesta directa. Los ojos brillando y Yokozawa no pude evitar una carcajada.

    Había algo que había hecho antes pero que ahora deseaba hacer sin más, sin explicaciones y sin replicas.

    Kirishima Zen dejo que pasara, que las manos de Yokozawa soltaran su cinturón, que bajaran sus pantalones y ropa interior, dejo que se acuclillara y sintió la cálida humedad de su boca. La hábil succión y el rose de su lengua, la suavidad de sus dedos en sus testículos, Zen cerro los ojos por un segundo, sentía que su mente ya no estaba completamente cierta, la boca de Yokozawa lo convertía en presa, su lengua se convertía en carnada y lo demás... no importaba.

    ∞∞xxx∞∞

    Mientras cenaban y ella sonreía contenta porque aunque lo prometiera todos los días, al final del día le sonreía, al final del día volvía a ser cariñosa y a mirarlo con esos ojos verdes... "podrías comprarme lentillas" la vos de Misaki siempre era nítida en su cabeza, las cosas que ella decía y las que decía cuando sufría.

    — Es en serio — decía Takahiro sonriente — es preocupante que hasta ahora no consigas novia

    — Tal vez eres gay — apuntó Misaki

    — Puede que lo sea — sonreía Akihiko

    *Y ojalá lo fuera* pensó mientras la miraba, porque de ser gay no pensaría en ella del modo en que pensaba ni fantasearía con la idea de llevarla lejos y vivir a su lado, entre sus dedos suaves. Akihiko Usami se llevó un bocado mientras pensaba que, de ser él gay, Misaki sería hombre. No pudo evitar reírse de la ironía de que cuando pensaba en la remota posibilidad de no amarla, la amaba.

    — No me importaría saber que eres gay — dijo su amigo— no quiero verte solo, si sigues así tendrás un corazón seco como higo y no servirá

    — Por ahora estoy bien

    — Tal vez si consigues novia dejarás que Misaki tenga novio — Takahiro lo observan buscando alguna reacción pero Usagi que ya lo adivinaba mantuvo la cara serena — ¿Que dices de eso?

    — Ella puede tener novio — dijo sin mirar a la joven— siempre que sea de su clase

    — ¿Clase? — Takahiro abrió los ojos asustado de esas palabras — no puedes hablar enseria, nosotros no somos cretinos elitistas de mierda, se supone que somos mejor que eso. Clases, estatus, raza... son basura

    — Entonces especie — dijo Misaki mirando a su hermano — alguien como yo...

    — Misaki, eso no existe. Todos somos personas hoy tengo dinero mañana podría no tenerlo

    — No hablamos de dinero — ella miró a su hermano — ese tipo... ese sujeto nos insultó diciendo que éramos de una especie despreciable y Seiya no dijo nada, Oniichan le pidió que se callara pero Seiya no dijo nada... ¿cómo podemos ser de la misma especie si él dice quererme y no me defiende?

    — Ese tipo es un imbécil, Ijuuin nunca debió tratarte a ti de ese modo, — Takahiro odiaba que aquel dibujante hubiera agredido a su hermana — eres una niña y el un adulto

    — No me importa — Misaki cogió su vaso de té — no es de mi especie.

    Lo de especies lo decía con orgullo, como si haber sido segregada le gustara. Y Akihiko sonreía, porque también le gustaba que ella fuera de su especie, que ella lo hubiera protegido, saber que ella lo veía como igual. También dolía, porque no lo veía como pareja sino como familia y eso era maravilloso pero no suficiente.

    — Tú también eres de nuestra especie — apuntó con el palillo a su hermano — debemos asegurarnos de que Manami también lo sea

    — Me gusta que seamos de la misma especie, de la misma familia — sus ojos volvían a Akihiko y esta vez el abogado respondió a la mirada — ¿no? Somos familia ¿verdad?

    — Lo somos — Akihiko Usami sostuvo la mirada de Takahiro mientras la joven ajena a eso miraba la televisión – sabes que puedes hablar conmigo de cualquier cosa que te esté agobiando.

    — Lo se

    Misaki estuvo a poco de delatar a su hermano, de decirle a Usagi que Takahiro estaba llamando a esa mujer, la que no mencionaban y a la que Misaki esperaba no volver a ver nunca, recordaba a Sakura como la persona que sepulto a su hermano, su hermano ignoro su mirada y se giró para ver la televisión.

    ∞∞xxx∞∞

    Yokozawa Takafumi abrió los ojos, en la cama alguien dormía con él, por un rato se quedó pensando en quien era la persona, sabia su nombre... ¿Qué más debía saber? Se quedó mirado a Zen que dormía ajeno a su mirada, no quería despertarlo porque no quería se marchase, lo quería para él, de ser posible no compartirlo con nadie.

    ¿Quién era?

    ¿Cuál era su historia?

    ¿Por qué si era perfecto lo habían dejado?

    ¿Por qué no la maldecía y aun la amaba?

    Y la pregunta que le dolía...

    ¿Mejor ella que él?

    Se movió pero no mucho, su respiración seguía serena, estaba dormido y si Yokozawa se quedaba callado dormiría con él toda la noche, Yokozawa seguía mirándolo. Demasiada historia la que cargaba Kirishima, demasiados secretos que no mencionaba nunca.... Yokozawa le acaricio la barbilla, no pudo evitarlo, era un simple humano y lo deseo, deseo que Sakura y Hiyori desaparecieran otra vez de la vida de Zen. Era un egoísta y quería a ese hombre solo para él.

    Se odio por ese sentimiento pero no se arrepentía de él.


    Hola y muchas gracias por sus lecturas lamento el retraso en la actu. espero compensarlo con el largo del cap... gracias y nos leemos luego.
     
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    Yaoizando
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    Pense que había comentado este capítulo desde que lo leí ¿?
    No importa, lo he leído de nuevo. 😊😊😊😊
    Quiero un poco más de Akihiko y Misaki. No se si ya lo había mencionado pero es increíble que hayas hecho a Misaki chika 👯 ¡interesante!
    A seguir esperando conty!
    😁 😁 😁
     
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    Y ahora intenta decir que me amas sin miedo a que parezca mentira otra vez ... https://web.facebook.com/Btalkrajo

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    32 Tacones de mujer



    ***(Ed Sheeran) El club no es el mejor sitio para encontrar una amante, — así que es al bar a donde voy. — Mis amigos y yo, en la mesa tomando chupitos, — bebiendo rápido y luego hablando despacio. — Tú te acercas — y comienzas una conversación solo conmigo; — y créeme, te daré una oportunidad. — Ahora, me agarras de la mano, alto, — pones a Van (Morrison) en la máquina de discos — y entonces empezamos a bailar; — y ahora yo estoy cantando así... —... — Chica, sabes que quiero tu amor, — tu amor fue hecho a mano para alguien como yo. — Vamos, ahora, haz lo que yo digo. — puede que esté loco, no me hagas caso. — Tú dices, chico, no hablemos demasiado; — agárrame de la cintura y pon ese cuerpo sobre el mío. — Vamos, haz lo que yo digo, — vamos, vamos ahora, haz lo que yo digo...

    — ¡Basta ya!

    Seiya perdió la paciencia en el estribillo, estaba cansado de que sus estudiantes mirasen distraídas al guapo joven que leía afuera, Yukina Kou era demasiado hermoso para las calles comunes llenas de adolecentes jóvenes soñando con príncipes azules. Seiya no le odiaba por es (en realidad le apreciaba mucho) le odiaba por ser el guapo más tonto de los tontos, Yukina actuaba como si no se diera cuenta de cómo reaccionaban todos a él.

    — Puedes irle a hacer publicidad a Casandra Claire en otro lado por favor — Seiya miraba molesto a Kou, molesto más aun por haber ayudado en su publicidad

    — Perdona... es que este libro es muy bueno, te encantaría

    — Seguro. Me pasare por MarimoBook para comprarlo... — las chicas tomaron nota de la librería, se les podía ver en la mirada – Ahora vete a hacer tu publicidad a otro lado, aquí bailamos, no leemos

    — La lectura es la danza del alma, estaré en el café Meru, sus pastelillos son delicioso

    — Yukina. Basta de tu maldita publicidad

    Seiya se giró y miro a las chicas que admiraban embelesadas como el otro guardaba sus cosas, Seiya no se había pasado media hora limpiando los cristales para eso, no para que ellas se quedaran mirando embobadas a Yukina. ¡Es gay, no tenéis oportunidad panda de brutas! Pensar así era de envidioso, pero ellas estaban ignorando lo que él amaba. Bailar. Bailar sin duda era lo que Seiya mas disfrutaba y ver como sus estudiantes no prestaban la atención requerida lo molestaba, y ahí seguía Yukina como si meter un libro en la mochila y salir tuviera que ser un acto tan protocolizado.

    — Haber señoritas – dijo, aunque tres de ellas eran casadas — ¿Por qué me tratan así? ¿Ya no me quieren? – su fingida pena surtió efecto y ellas olvidaron al desconocido que antes leía

    — Te preferimos definitivamente – dijo una

    — Seiya perdónanos... vamos a ponerle ganas – aviso otra

    El espejo mostraba los movimientos del grupo, Yukina ya no estaba fuera para distraerlas y comenzaron a bailar otra vez.

    *****xxxxx*****

    Misaki caminaba de ida a sus clases, estaba en el grupo de Yokozawa y aunque al comienzo le había dado algo de miedo, ahora mismo estaba muy cómoda con las clases, la gente pasaba a su lado, ella a veces deseaba ser más guapa, detener alguna mirada pero eso no le sucedía, Kaede al contrario odiaba que la mirasen, tenía el cabello rojo como su hermana Aikawa y los senos más grandes que Misaki, los hombres siempre la miraban de más... Misaki en eso era casi invisible, caminaba con una nube de malestar sobre la cabeza.

    Yokozawa iba llegando a Ariane cuando vio a Misaki llegando, la joven era bastante guapa y alegre aunque en ella había un vacío tan triste que en alguna ocasión Yokozawa había estado tentado a preguntarle. No se atrevía. Lo poco que sabía era lo que todos sabían, su hermano y ella eran huérfanos acogidos por la familia Usami (Una familia que tenía un Bufete de Abogados internacional y una Constructora que se encargaba del mantenimiento de carreteras) la matrícula de Misaki se había pagado para seis meses, con transferencia y un bono para que la ayudaran... la matrícula de Misaki había pagado los espejos del estudio, luego vino Kaede, cinco meses al contado, la de ella había supuesto el arreglo de los camerinos. Las dos eran las únicas chicas acaudaladas del Ariane. Misaki era bastante tranquila en su trato con las personas, podría pasar por alguien promedio, pero no. Su ropa, sus accesorios, su piel, sus dientes y sus ojos delataban que estaba lejos de pertenecer al conjunto normal y común de personas en el mundo. Incluso cuando comía tenía una delicadeza especial. Sin contar los coches que a veces pasaban a buscarla o traerla, ahora venía caminando.

    — ¿Por qué estás sola? – Yokozawa le regalo una sonrisa y el rostro de la joven se ilumino, sus ojos verdes brillaron y por un momento Yokozawa reconoció en ella un gesto de Kirishima

    — ¡Vine en metro! – Aviso con orgullo — ¡Yo sola sin chofer!

    Esto sonaría de lo más normal en cualquier chica de diecisiete años, pero era Misaki

    — ¡¿Te has vuelto loca?! – Yokozawa palideció y luego se puso rojo de enojo – Misaki, no puedes ir sola en metro, tú no sabes andar sola en metro, podrías haberte perdido, te podrían haber robado y sabes que ha habido casos de acoso en el metro, Imari nos los conto el otro día... no deberías haber venido sola

    Ella parecía avergonzada ahora de su anterior orgullo.

    Se le olvidaba que todos sabían que era no más que una muñeca de porcelana. Su hermano decidía todo sobre ella, incluso la ropa que usaba, en realidad la ropa si era muy bonita pero no poder escoger ni tus calcetines la estaba volviendo loca. Antes se sentía emocionada cada vez que le traían algo para su armario, ahora comenzaba a desesperarse de no poder comprar ni una sola camiseta ella sola. Yokozawa le toco la barbilla con cuidado.

    — Me alegra que lo hicieras porque puedes hacerlo, pero no lo hagas de noche... prométemelo Misaki

    — Crees que no puedo, como todos piensas que soy una inútil

    — No – Yokozawa se mostró serio – creo que eres capaz de muchas cosas Misaki, pero todas las cosas van por pasos, es valiente salir a la ciudad, cuando yo llegue a Tokio me perdí muchas veces, me confundí de calles y también perdí la mochila por dormirme en el metro, ahora no me pierdo y seguro después tu no lo harás, pero tienes que entender que eres una chica y no importa lo valiente que seas y lo mucho que yo odie esto pero... corres peligro estando sola.

    Misaki lo sabía, escuchaba en las noticias sobre acosos en el metro o incluso violación, a veces sonaban en las noticias, Takahiro le decía que en otros lugares del mundo eso ya era noticia todos los días, ella pensaba que nada malo le sucedería, pero ahora, mirando a Yokozawa estuvo segura de que todas las chicas a las que les paso... creyeron estar a salvo.

    — No viajare de noche, lo prometo.

    — Muy bien... y ahora ¿Qué tal tu primer viaje en metro?

    — Fue muy... — estuvo tentada a mentir — ¡Fue muy complicado! No sabía que cada vagón tenía un precio diferente, tampoco que tarjeta debe pasarse solo una vez, y nadie me ayudaba, todos estaban apurados y me empujaban, pensé que a esta hora no estaría tan lleno pero estaba... oh... perdona, es mi hermano... ¿Qué le digo?

    Yokozawa debió de imaginarlo, pero esto le confirmaba lo sabido, su hermano no la mandaría sola a clases, Kaede decía que no la dejaban ni ir a la escuela sola. "Un día se quedó en mi casa y al siguiente ahí estaba Takahiro para llevarnos al colegio" Misaki respondió y mintió. Dijo que había tomado un taxi.

    — Si le digo la verdad se enfadara

    — ¿Qué verdad?

    Yokozawa descubrió a Usami saliendo de Ariane en ese justo momento. El rostro de la chica paso de crema a blanco papel mientras observaba al sujeto que le dedico a Yokozawa una mirada severa.

    — ¿Qué haces con ella fuera de clases?

    Los ojos violetas de Usami parecían cuchillas.

    — Va a ser que también contigo debo dejar las cosas en claro

    "También contigo" Yokozawa miro al edificio, en la ventana estaban 4 personas arremolinadas mirando. Volvió a mirar al Abogado, tenía la ropa impecable, su cabello ordenado pero sin duda, esa imagen pulcra tenía un fallo.

    "No lo sé, voy a invitarla a salir, ya sabes lo que dicen que conseguirlas jóvenes"

    — Seiya... — Yokozawa balbuceo el nombre anticipando lo sucedido — ¡Seiya!

    — ¡Oye no creas que te iras de rositas! – Seiya tenía la cara golpeada, mientras que un hilillo de sangre le manchaba la camiseta, nada grave pero ahí estaban ahora, en la calle como

    Yokozawa apenas podía creerlo, Seiya quería pelear, ¡Pelear! Si lo hacia la gente de la zona no vería mas a su centro como un lugar grato, la imagen y la confianza era todo lo que tenían y Seiya quería tirarlo a la basura cediendo a un impulso por culpa de alguien tan desagradable como Akihiko Usami, desagradable por completo pero aun así su principal patrocinador.

    — Detente ahora – dijo en tono firme – no es la manera de tratar al Sr Usami, respeta a Misaki y las estudiantes

    — ¡No sabes nada Yokozawa!

    — Sé que no es la manera ni el lugar, creo que olvidas que aquí trabajas, te pido que me respetes a mí y a tus demás colegas

    Seiya contuvo una maldición. Era verdad, no podía pelearse frente a las estudiantes y menos cuando era consciente de que había alimentado el fuego de Usami, no esperaba que el remilgado abogado le pagase un puñetazo pero había sucedió y ahora parecía completamente dispuesto a continuar con la pelea.

    Misaki apenas creía lo que veía y oía mientras Usami miro a Yokozawa.

    — Misaki es menor de edad – dijo en tono severo — ¿entiendes que es un delito acosar a una menor de edad?

    Había un aplomo duro en sus palabras.

    — No es acoso – se defendió Seiya – lo que es acoso es que le robes el teléfono a tu hermana para espiar sobre lo que hace

    — No es mi hermana y no la espió, la cuido – volcó su mirada llena de ira en Seiya – olvídate de cualquier asquerosa idea que hayas tenido, nunca dejaríamos que alguien de tu clase se acercase a ella. – Volteo la mirada a Yokozawa – teníamos un trato, es una pena que no lo cumplieras...

    — Pero...

    — Escribiré a Onodera para decirle que su familia no solventara más el estudio

    Yokozawa tembló, de ira y miedo, si cerraban Ariane ¿Dónde irían? A ninguna parte y lo sabía, ese sueño apenas estaba construyéndose y ahora debían renunciar. Buscarían trabajos reales, donde los sueños no tuvieran cabida.

    — Vas a desalojarnos – Yokozawa lo dijo y Seiya y Misaki perdieron todo el color de sus rostros – tal vez... no lo sé... ¿podríamos hablarlo?

    — Claro, has una cita para que atienda su solicitud

    Había una sonrisa vil en la boca del abogado, la sonrisa cruel de quien te tiene en sus manos y aprieta para lastimarte pero dejándote respirar. Yokozawa iría a hablarle, tendría que disculparse por cualquier situación y escuchar las condiciones, en el trato solo habían participado él y Ritsu.

    — Como siempre eres desagradable, no te cansas de ser un aboganster – Ijuuin Kyo estaba con una gafas negras y su camiseta de DG era color crema, marcaba su físico, estaba mirando al abogado y este chirrió los dientes al verlo – no solo acosas a dibujantes, también estas fastidiando coreógrafos, tengo una duda ¿tus clientes te pagan por ser una mierda de persona? Digo, tal vez es algo completamente tuyo eso de no tener sentimientos

    — Como siempre hablando sobre lo que no sabes, Ijuuin... – volteo los ojos a Yokozawa – te aconsejo que pidas la cita pronto. – Luego miro a la chica – vamos

    — Tengo clase de baile – dijo Misaki con una vos suplicante

    — No me enfades mas Misaki, no vas a volver aquí... no vas a volver a verlo

    Yokozawa apenas pudo detenerse un segundo y abrazo a Misaki, la chica ya estaba llorando. No había nada, Seiya no había ido nunca en serio con ella y ella no lo miraba más que de pasada, lo que fuera que el abogado pensara no era cierto, ella y Seiya no tenían ningún tipo de cercanía o relación romántica.

    Pero Ijuuin Kyo no conocía a ninguna de las partes y parecía tener cierto deseo de molestar al abogado así que en vez de ayudar a serenar las cosas decidió hacerlas arder.

    — ¡Esto no me lo creo! – Casi grito en tono jocoso — ¡CELOS! Vienes a fastidias solo por celos... oye es un crimen mirar a adolecente, creo que deberé hablar con su hermano el segundo aboganster, aunque tal vez la venda a buen precio, a Takahiro solo le importa el dinero, igual que tu

    — ¡No hables de mi hermano! – Misaki clavo su mirada verde en Ijuuin, unos ojos verdes preciosos en un rostro suave de porcelana, los ojos azul cobalto de Yokozawa también lo miraban furiosos

    — Pues hablo de lo que sé — miro a Yokozawa y le juño un ojo – además ni siquiera es guapa, no entiendo porque tanto lio, es normal que los coreógrafos liguen con las estudiantes, no es real solo sirve como publicidad, ¿en serio crees Usami que alguien la tomaría en serio?

    Aquello fue la gota.

    Misaki grito pero ya era tarde el abogado había atinado un puñetazo que hubiera dado en la cara de Ijuuin si este no interponía su mano.

    — Porque no te controlas, — dijo tropezando y ampliando el espacio entre ellos — ¿Qué dirán de tu bufete si peleas en las calles?

    — Crees que eso me importa mucho – Usami estaba lívido de ira – no te metas en lo que no te importa

    — Me interesa, desde luego, creo que tu motivación es algo reprochable pero ¿Qué se puede esperar de los de tu especie?

    Aquello retrocedió a Usami, su mandíbula perecía más dura aun, Yokozawa estaba convencido de que esto acababa de sepultar cualquier mínima oportunidad por salvar Ariane, ahora en definitiva Usami los haría desalojar.

    — ¿Su especie? – Misaki ya no tenía lágrimas en el rostro y se colocó delante del abogado como protegiéndolo – Tienes razón, no se puede esperar nada de nuestra especie, pero sabemos exactamente que esperar de la tuya... basura

    Yokozawa vio como la chica echaba a andar tirando de la mano del abogado, se había incluido a sí misma en cualquiera que fuera la categoría humana donde entrase Usami y aunque parecía dolerle, porque ella era de corazón gentil había llamado basura a Ijuuin.

    Yokozawa se quedó de pie mientras desaparecían en la esquina rumbo al estacionamiento donde el abogado solía guardar su coche.

    — No te preocupes – aviso Ijuuin – seguro que ella hablara con él, la niña maneja con el meñique a ese idiota

    — ¿Qué dices?

    — Misaki Takahashi, él está enamorado de ella, desde luego la chica no lo sabe pero si hubieras visto a Akihiko en la cena de navidad lo sabrías, parecía un perro detrás de su amo.

    — ¿crees que eso me sirve de algo? — ella se había marchado – perdí a mi estudiante y lo más seguro es que pierda a todas sus amigas por esto, aun si no nos desalojaran que lo dudo he perdido a almenos 5 chicas en un minuto – miro a Seiya que aun pálido estaba quieto — ¿Qué demonios hiciste para enfadarlo?

    — Le pedí permiso para salir con Misaki – Seiya estaba sonrojado – pensé que debía hacerlo... no imagine que él también la quisiera

    "El también" Yokozawa miro el rostro compungido de Seiya, luego el de Ijuuin, lamento realmente que el hombre hubiera dicho aquello, Seiya parecía haber visto una realidad cruel, una realidad en la que nunca podría tener a Misaki.

    Aunque... porque no, que Usami amara o no a Misaki no significaba que la chica sintiera algo, tal vez ella no sintiera nada por él, tal vez por eso estaba furioso porque sabía que Seiya podría tener mejor oportunidad, aun si no tenía su dinero o su aspecto o su coche, Seiya siempre hacia reír a Misaki cuando estaban juntos y Yokozawa jamás la había visto sonreír junto a Usami.

    *****xxxxx*****

    — Entonces ella te gusta – dijo Ijuuin ya en la oficina mientras Yokozawa esperaba para su hora de clases para comenzar, no le quedaba mucho y aun así estaba dispuesto a escuchar a Seiya – creo que es loable que le pidieras permiso pero deberías hablarlo con ella primero, digo, ella debería corresponderte antes de que hables con ellos

    — La invite al cine – dijo sereno —. Me dijo que no le darían permiso así que esperaba que él entendiera... pero no lo hizo, me humillo

    — Usami no es mal tipo realmente – asevero Ijuuin – es de un carácter muy complicado pero no es malo

    — Lo llamaste aboganster

    — Bueno... ellos le ganaron la demanda a un amigo mío, le quitaron todos los derechos sobre su obra, todo porque él estaba pensando dejar Marukawa y bueno, son un bufete grande así que he ido tropezando con ellos, no me agrada como sujeto y solo quería molestarlo pero en realidad si lo respeto

    — ¿Por qué? — Yokozawa dejo su silencio – nos echara y no le importa, no le interesa ni los estudiantes ni nuestra inversión, en eso tienes razón a él y a Takahiro solo les interesa el dinero, Takahiro revisa las cuentas, el trato dice que si tenemos perdida por dos meses seguidos nos echan, si hacemos algún tipo de alboroto nos echan, si no mantenemos una media de estudiantes nos echan, tal vez podríamos alquilar un sitio pero apenas tenemos estudiantes y a ese sujeto no le va a importar nada sacarnos

    — Deja que ella le hable... créeme, si esa chica se lo pide no pasara nada

    — Y debo quedarme tranquilo porque tú dices eso, no debiste involucrarte – solo entonces Yokozawa reacciono realmente a su presencia, ¿Qué hacía ahí? — ¿Qué haces aquí?

    *****xxxxx*****

    Kirishima Zen vio al abogado que caminaba con una joven, Misaki de Ariane, una de las alumnas de Yokozawa, pero ella lloraba sujetando un pañuelo en la mano mientras el abogado iba en silencio.

    Zen compro una soda de dieta y se la llevo a la joven que estaba sentada en una pequeña sala de espera, no vio al abogado en la sala al llegar, ella estaba sola.

    — Toma, necesitas azúcar

    — Oh... hola... – ella le sonrió y sus ojos hinchados le dieron un aspecto más tierno, su nariz estaba roja y sus ojos verdes brillaban

    — ¿te puedo ayudar?

    — No... bueno... ¿te gusta bailar en Ariane?

    — Sí, me gusta mucho

    — A mí también... – ella parecía desolada – me gusta que siempre te animan a seguir intentando, que Kisa tiene caramelos para todos y que Yokozawa baila sobre los tacones... me gusta estar ahí porque es como ser libre...

    — ¿quieres ser libre? – Zen la miraba preocupado

    — No... no me gustaría poder hacer lo que quisiera porque sentiría que no le importo a nadie, solo quisiera que comprendieran que a veces quiero hacer algunas cosas y que me apoyaran, pero ahora ya no puedo decirles esto

    — Bueno, aun puedes decirles esto, tu familia comprenderá si eres clara al hablar, además Misaki, me han dicho que te quieren mucho y si eso es verdad y yo creo que es verdad, solo tienes que hablarles

    Kirishima sonrió y el abogado aparecía cargando una carpeta. Tenía el rostro diferente, más suave, más joven, no tenía la fría mirada que solía mostrar, parecía preocupado y miraba a la chica.

    — Buenas tardes Kirishima

    — Usami, bueno Misaki, te veo el viernes en el ensayo

    Ella agacho la cara dejando que su pelo escondiera su rostro. Misaki sabía que no volvería a bailar, también sabía que Ariane dejaría de existir.

    Kirishima salió y ellos dos se quedaron solos.

    — No sabía que lo conocías

    — ¿Cómo podrías? – Misaki apretó la lata – nunca me hablas y no puedes saber nada de mi porque tampoco me dejas hablar contigo

    — Tu y yo hablamos siempre

    — ¡No hablamos nunca! — ella miro a Akihiko con tristeza más que con enojo – por favor... dime que no lo harás

    — ¿hacer qué?

    — Cerrar Ariane, sé que el padre de Ritsu es el dueño pero no entiendo porque depende de ti que funcione o no, no entiendo porque dijo que robaste mi teléfono, tampoco entiendo porque peleaste

    — ¿Por qué me defendiste Misaki?

    Ella enmudeció, tenía un motivo, sabía que saltaría al fuego por él, sin importar el día ella lo protegería, estaba con él, aun si Akihiko jamás veía en ella más de una niña, ella estaba enamorada y no creía que nunca pudiera dejar de quererlo.

    — Porque somos lo mismo... – dijo Misaki seriamente – la misma especie

    — La misma especie – Akihiko repitió serenamente – no lo somos Misaki, tu eres mejor, por eso te cuidamos, porque eres valiosa para nosotros y creo que yo no tenía derecho a decidir por ti, sigo pensando que ese chico... ¿Misaki tú quieres a Seiya?

    — No

    No lo pensó y tampoco tenía que hacerlo.

    — Me invito a salir y le dije que no – ella estaba calmada – lo que quiero es bailar, no ballet, no en una academia de renombre, solo quiero divertirme bailando, cuando me veas en el grupal lo entenderás...

    — No puedo...

    — Puedes, si tú quieres puedes dejar que yo baile, por favor.

    — ¿quieres ir al cine? – Akihiko no la miraba, tenía los ojos en la soda, en sus manos – me refiero los dos, tu y yo

    — Sí, pero no me has respondido

    — Déjame pensarlo – Akihiko la miro – hablare con tu hermano, luego te diré que haremos

    Misaki se quedó quieta mientras el pulgar de Akihiko la rosaba, pensó que él la besaría pero no lo hizo. Se puso de pie y le sonrió. Al ver la sonrisa Misaki entendió algo que no había entendido antes, él ya no le sonreía, ya no la miraba, no como antes, no como cuando corrían por los jardines de la casa Usami o salían por helado con Takahiro, había una brecha entre ellos, y se sintió desdichada. La amabilidad era peor que el amor no correspondido.


    QUOTE (Yoo Joo @ 1/2/2018, 15:48) 
    Pense que había comentado este capítulo desde que lo leí ¿?
    No importa, lo he leído de nuevo. 😊😊😊😊
    Quiero un poco más de Akihiko y Misaki. No se si ya lo había mencionado pero es increíble que hayas hecho a Misaki chika 👯 ¡interesante!
    A seguir esperando conty!
    😁 😁 😁

    Gracias por leerlo!!
     
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    Btalkrjo sensei... Porque?!...
    Porque nos has abandonado eh?
    Que te hemos hecho?
    Ja ja
    Ya enserio necesito mi dosis de yaoibtalkjernse o moriré, eres la razón de que siga entrando a esta página. Porfa!
    Actualiza!
    Si?????
     
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    Y ahora intenta decir que me amas sin miedo a que parezca mentira otra vez ... https://web.facebook.com/Btalkrajo

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    QUOTE (Yoo Joo @ 21/6/2018, 20:02) 
    Btalkrjo sensei... Porque?!...
    Porque nos has abandonado eh?
    Que te hemos hecho?
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    Mil gracias por el apoyo y tienes razon, gracias por el animo, debo acabar el fic en Mundo Yaoi.


    QUOTE
    Bajo los tacones de Ariane

    Era ella, no había duda de que era Misaki Takahashi, Sakura se detuvo en cuanto reconoció al abogado y a la joven, su relación con Usami nunca se había recuperado, no volverían a ser amigos nunca pero la niña, ahora era una joven hermosa, hermosa como una muñeca de porcelana, "no ha cambiado" pensó Sakura recordando a una niña llorosa. Misaki ahora no era una niña, verla tan crecida le recordó su propia edad, no era vieja realmente pero desde luego, no volvería a ser una adolecente, ahora tenía una hija, un esposo y la responsabilidad de recuperar su hogar. Misaki pasó sin prestarle atención hablando de algo sobre comprar sodas y caramelo, el abogado casi sonreía.

    Cuando eran jóvenes, cuando cursaban el colegio juntos y Akihiko les tiraba papeles cada vez que los atrapaba besándose, cuando el menor de los Usami era su amigo y la dejaba jugar con la play station, cuando comían helado los tres, cuando Akihiko era incapaz de mantener un noviazgo más de un mes porque algo siempre le faltaba, "sus ojos no son completamente café – decía – su cabello no es completamente negro. Sus dedos no son tan largos..." Sakura no entendía a Akihiko, buscaba una chica de medidas y rasgos exactos y esa chica no existía. El amor a medida no era real. Ella había amado a Takahiro, en cambio lo dejo, no podía con el peso que suponía estar con él cuando él decidió que se encargaría de la crianza de su hermana, si él hubiera renunciado a Misaki, ellos hubieran sido felices... tal vez.

    Sakura entro en Marukawa, Zen no renunciaría a Hiyori y con eso como una certeza supo que podría recuperar la vida que había dejado. Volteo hacia la puerta, no veía a la chica, pero ahora Misaki era una adulta, Takahiro un abogado de éxito y lo más extraño, aun la amaba, eso había dicho, que aun la amaba y que Hiyo debió ser su hija, que aún podrían tener hijos, se quedó mirando la puerta sin saber que tan extraño resultaba ahora todo.

    ∞∞xxx∞∞

    — No, Yokozawa por favor mantenga la calma – Takahiro Takahashi estaba sereno – voy a explicar esto a mi colega, no es un tema crucial, de hecho lamento mucho el incidente, mi hermana me había comentado sobre la invitación al cine, la verdad es que Akihiko Usami no tiene jurisdicción sobre Misaki, le pido paciencia, yo aclarare esto

    Takahiro colgó sintiendo el fuego en la sangre. ¿Quién se creía Akihiko para amenazar en su nombre? Miro en su escritorio, había una foto de Misaki, una niña para él, no podía por más que intentara hacerle comprender a Akihiko que ella había crecido, no podía por más que intentara hacerle entender que Misaki no era suya... suya... Takahiro volvió a mirar la fotografía, sacudió la idea, eso era impensable, Akihiko conocía a Misaki desde que esta tenía tres años, no cabía la posibilidad de que la viera de otro modo pero, tampoco era comprensible su sobreprotección. Takahiro tenía apenas un año más cuando tuvo que hacerse cargo de ella, no podía entregarla, no podía dejarla sola con los familiares de su madre, no podía solo dejar que se la llevaran... "¿Qué esperabas, que yo criara a tu hermana?" cerro los ojos ante el recuerdo, sabía que había sido eso, pero no lo entendía, no entendía porque tuvo que perder a Sakura para poder tener a Misaki, si volviera atrás... si pudiera volver atrás... volvería a perderla, no podía renunciar a Misaki, ella era lo único que quedaba de sus padres, ella era lo único que lo había salvado cuando Sakura lo abandono y si la pequeña no hubiera estado ahí... ¿Dónde estaría él si aún amaba a Sakura?

    — No puedo creer que le dijeras eso – apunto la chica que venía llegando – eres un grosero

    — Es tu chofer, se supone que debe llevarte y traerte

    — Pero yo salí sola, no puedes encerrarme

    — ¿Por qué estas enojada ahora?

    — ¡Porque es injusto! — Misaki gritaba — ¡Si fuera un hombre me dejarías en paz!

    — ¿Qué pasa ahora? — Takahiro salió de su despacho encontrando a los dos, pero ella tenía un oso de felpa en las manos — ¿Dónde estabas, teníamos una reunión? – esto lo dijo mirando al abogado

    — Fuimos al cine – dijo ella molesta – todo iba bien hasta que el reto sin motivo a Yamada, él no tenía la culpa de que yo saliera, hermano explícale... si no conozco la ciudad es mucho más peligroso que si tomo un taxi

    — Yamada puede ir contigo en el taxi, puede llevarte incluso en metro y enseñarte, no tienes que hacerlo sola – Akihiko la miraba molesto, como si ella tuviera siempre que decirle que hacía y que no, Takahiro conocía a los Usami, todos ellos trataban de controlar, no soltaban fácil la correa pero su hermana no era parte de ningún convenía, Takahiro esperaba enviar a Misaki al extranjero para que estudiara.

    — Déjala en paz Usagi –dijo limpiando sus lentes – Misaki es mayor, además creo que es un despilfarro que le pagues un chofer que casi no usa, tu y yo siempre terminamos llevándola y trayendo, sus horarios coinciden con los nuestros.

    — Yamada debió avisarme que ella se fue sola a las clases de baile

    — Me aviso a mi – Takahiro miro molesto a su amigo – es a mí a quien deben llamar porque ella es mi hermana, soy yo quien se encarga de ella y ella me debe pedir permiso a mi... por cierto ¿Quién dice que puedes llevarla al cine? — su mirada estaba fija en el plateado – ella tenía clase de baile en Ariane, pague la matrícula para eso, no para que vaya al cine contigo, además no me avisaste, ninguno lo hizo ¿han olvidado quién es quién? Ella es mi hermana, no la tuya, soy yo el que habla con sus pretendientes, no tú, soy yo quien decide si baila o no y hablando de eso... Yo soy el abogado de Onodera, no tú. ¿Por qué amenazaste a Yokozawa?

    — Ese cretino de Seiya – Akihiko se llevó las manos a la cabeza – después Ijuuin, me sacaron de mis casillas

    — Bien, ya le dije que no haremos nada, que es un incidente aislado, te pido que no te acerques a ese edificio. Supongo que ahora te iras

    — Trajimos cena – Akihiko miro la bolsa con comida que apenas habían dejado en la mesa y Takahiro sonrió, ellos eran una familia, Misaki y Akihiko siempre habían formado parte de su mundo — también postre de vainilla para ti

    — Eres un idiota Akihiko, no me importa los dos están castigados, tú vas a recuperar esta clase y tú vas a ordenar tu portafolio, ustedes no pueden actuar como niños, no puedes salir sin decirme a dónde vas y tú no puedes pelear en la calle – miraba a ambos a intervalos – lávense las manos.

    Misaki asintió y salió rumbo al lavado, Akihiko la seguía pero Takahiro atrapo si brazo

    — Es una niña – dijo – y es mi hermana...

    — ¿Por qué me lo dices?

    — Porque a veces parece que lo olvidas, ella es mía, no tuya.

    Takahiro sintió que la sangre se le congelaba, los ojos de Akihiko decían lo contrario, lo gritaban.

    — Qué tontería – dijo Usagi soltándose, eso dijo pero sus ojos decían otra cosa, algo que Takahiro no había visto o no había querido ver, sus ojos decían "Por ahora" lo vio ir a la cocina para lavarse las manos y por primera vez no le gusto tenerlo cerca, no de ella. No de esa manera.

    ∞∞xxx∞∞

    Kirishima Zen miro hacia la figura que caminaba en su búsqueda, tenía la camiseta azul claro y le quedaba en talle perfecto, las chicas sonreían cuando Yokozawa pasaba, era hermoso, hermoso en su masculinidad. Todo en Yokozawa la resaltaba, su mandíbula dura, sus cejas pobladas, su espalda recta y amplía sus manos grandes sus pisadas seguras. Pero Yokozawa no veía eso, o más bien lo veía pero no le gustaba, no le gustaba que midieran lo mismo ni le gustaba que se lo recordaran y era gracioso porque esa masculinidad era lo que Kirishima disfrutaba, le gustaba amar a su igual, le gustaba saber que los dos eran fuertes que podían compartir cualquier actividad, le gustaba la boca de Yokozawa, le gustaba su forma. Se llevó el pulgar para limpiar la comisura de su boca, le sucedía que con Yokozawa. Salivaba.

    — Lamento llegar tarde

    — Solo unos minutos

    — He tenido un día de locos... no me creerías... – bacilo pero sonrió – no me creerías... Zen

    Su nombre en su boca sonaba diferente, no era igual, parecía una caricia.

    — Me lo contaras de camino, vamos

    — Pensé que tomaríamos algo

    — Ya sabes que no insistiré, pero preferiría que estuviéramos solos

    Salieron a la noche cálida, Yokozawa y Kirishima comenzaron la ruta a la casa más cercana – la de Yokozawa – hablaron del trabajo de Zen, Yokozawa escuchaba atento porque la voz de Kirishima le gustaba, le gustaría tenerla grabada y escucharla cuando se sintiera triste o solo, pero pedirle una grabación parecía más ridículo que necesario.

    — Prometiste que traerías a Sora hoy – dijo Yokozawa cuando entraron en su departamento

    — Es una estrategia – las manos de Zen lo apresaron y sintió sus labios en su nuca – un momento solo para nosotros dos.

    — ¿quieres?

    — ¿Querer? – Kirishima apretó su abrazo — te refieres al deseo insano que profeso por tu cuerpo o al hecho de que traje condones y lubricantes en el remoto caso de que...

    — No hables tan a la ligera

    — Yokozawa... – intento besarlo pero Yokozawa interpuso sus manos, no sabía cómo decirle que sí y saltar al abismo ahora mismo, aunque Takahiro Takahashi le hubiera prometido que no pasaría nada, aun así se sentía incomodo

    — ¿Hablaste con tu padre? – Kirishima no había mencionado de eso cuando hablaron por teléfono a medio día, antes de todo el problema con Usami, pero Yokozawa quería saberlo.

    — No, recién lleve a Hiyo hoy por la mañana directo a su escuela así que no pude hablar con mi padre, Yokozawa no puedes ponerte así, en todo caso, el del problema soy yo, se enfadara porque estaba acosándote en mi habitación pero no es tan serio — sus ojos brillaban, Yokozawa sabía que era presa y no tenía donde huir, si no se atrevía a saltar al vacío, al menos podía dejar que Kirishima lo arrastrase hasta el fondo, sin regreso posible.

    — Tengo una pregunta... ¿hace cuánto planeabas acostarte conmigo?

    — Desde que te vi con Ann en el restaurante de comida familiar

    La respuesta directa. Los ojos brillando y Yokozawa no pude evitar una carcajada.

    Había algo que había hecho antes pero que ahora deseaba hacer sin más, sin explicaciones y sin replicas.

    Kirishima Zen dejo que pasara, que las manos de Yokozawa soltaran su cinturón, que bajaran sus pantalones y ropa interior, dejo que se acuclillara y sintió la cálida humedad de su boca. La hábil succión y el rose de su lengua, la suavidad de sus dedos en sus testículos, Zen cerro los ojos por un segundo, sentía que su mente ya no estaba completamente cierta, la boca de Yokozawa lo convertía en presa, su lengua se convertía en carnada y lo demás... no importaba.

    ∞∞xxx∞∞

    Mientras cenaban y ella sonreía contenta porque aunque lo prometiera todos los días, al final del día le sonreía, al final del día volvía a ser cariñosa y a mirarlo con esos ojos verdes... "podrías comprarme lentillas" la vos de Misaki siempre era nítida en su cabeza, las cosas que ella decía y las que decía cuando sufría.

    — Es en serio — decía Takahiro sonriente — es preocupante que hasta ahora no consigas novia

    — Tal vez eres gay — apuntó Misaki

    — Puede que lo sea — sonreía Akihiko

    *Y ojalá lo fuera* pensó mientras la miraba, porque de ser gay no pensaría en ella del modo en que pensaba ni fantasearía con la idea de llevarla lejos y vivir a su lado, entre sus dedos suaves. Akihiko Usami se llevó un bocado mientras pensaba que, de ser él gay, Misaki sería hombre. No pudo evitar reírse de la ironía de que cuando pensaba en la remota posibilidad de no amarla, la amaba.

    — No me importaría saber que eres gay — dijo su amigo— no quiero verte solo, si sigues así tendrás un corazón seco como higo y no servirá

    — Por ahora estoy bien

    — Tal vez si consigues novia dejarás que Misaki tenga novio — Takahiro lo observan buscando alguna reacción pero Usagi que ya lo adivinaba mantuvo la cara serena — ¿Que dices de eso?

    — Ella puede tener novio — dijo sin mirar a la joven— siempre que sea de su clase

    — ¿Clase? — Takahiro abrió los ojos asustado de esas palabras — no puedes hablar enseria, nosotros no somos cretinos elitistas de mierda, se supone que somos mejor que eso. Clases, estatus, raza... son basura

    — Entonces especie — dijo Misaki mirando a su hermano — alguien como yo...

    — Misaki, eso no existe. Todos somos personas hoy tengo dinero mañana podría no tenerlo

    — No hablamos de dinero — ella miró a su hermano — ese tipo... ese sujeto nos insultó diciendo que éramos de una especie despreciable y Seiya no dijo nada, Oniichan le pidió que se callara pero Seiya no dijo nada... ¿cómo podemos ser de la misma especie si él dice quererme y no me defiende?

    — Ese tipo es un imbécil, Ijuuin nunca debió tratarte a ti de ese modo, — Takahiro odiaba que aquel dibujante hubiera agredido a su hermana — eres una niña y el un adulto

    — No me importa — Misaki cogió su vaso de té — no es de mi especie.

    Lo de especies lo decía con orgullo, como si haber sido segregada le gustara. Y Akihiko sonreía, porque también le gustaba que ella fuera de su especie, que ella lo hubiera protegido, saber que ella lo veía como igual. También dolía, porque no lo veía como pareja sino como familia y eso era maravilloso pero no suficiente.

    — Tú también eres de nuestra especie — apuntó con el palillo a su hermano — debemos asegurarnos de que Manami también lo sea

    — Me gusta que seamos de la misma especie, de la misma familia — sus ojos volvían a Akihiko y esta vez el abogado respondió a la mirada — ¿no? Somos familia ¿verdad?

    — Lo somos — Akihiko Usami sostuvo la mirada de Takahiro mientras la joven ajena a eso miraba la televisión – sabes que puedes hablar conmigo de cualquier cosa que te esté agobiando.

    — Lo se

    Misaki estuvo a poco de delatar a su hermano, de decirle a Usagi que Takahiro estaba llamando a esa mujer, la que no mencionaban y a la que Misaki esperaba no volver a ver nunca, recordaba a Sakura como la persona que sepulto a su hermano, su hermano ignoro su mirada y se giró para ver la televisión.

    ∞∞xxx∞∞

    Yokozawa Takafumi abrió los ojos, en la cama alguien dormía con él, por un rato se quedó pensando en quien era la persona, sabia su nombre... ¿Qué más debía saber? Se quedó mirado a Zen que dormía ajeno a su mirada, no quería despertarlo porque no quería se marchase, lo quería para él, de ser posible no compartirlo con nadie.

    ¿Quién era?

    ¿Cuál era su historia?

    ¿Por qué si era perfecto lo habían dejado?

    ¿Por qué no la maldecía y aun la amaba?

    Y la pregunta que le dolía...

    ¿Mejor ella que él?

    Se movió pero no mucho, su respiración seguía serena, estaba dormido y si Yokozawa se quedaba callado dormiría con él toda la noche, Yokozawa seguía mirándolo. Demasiada historia la que cargaba Kirishima, demasiados secretos que no mencionaba nunca.... Yokozawa le acaricio la barbilla, no pudo evitarlo, era un simple humano y lo deseo, deseo que Sakura y Hiyori desaparecieran otra vez de la vida de Zen. Era un egoísta y quería a ese hombre solo para él.

    Se odio por ese sentimiento pero no se arrepentía de él.

    ∞∞xxx∞∞

    Hola y gracias por la comprensión, me he tardado por asuntos del trabajo, y la U pero mantendremos un mínimo de dos actos por semana. De hecho ya vimos a Ijuuin y veremos algo más... en especial ahora que Yukina y Yokozawa se hagan cargo de la firma de autógrafos en Marimobook.

    Espero que todo esté bien y bonito... nos leemos luego.

    Btalkrajo
     
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    🤤🤤🤤🤤🤤
    Oh sí!!!!!!
    Son de la misma especie 😁😁😁😁😁😁

    Sakurita víbora maldita alejate de Zen el es de Yoko!

    Wow no puedo creer que actualizaste!

    Akihiko ama a Misaki 😘😋😘😋
    Ahora podré descansar !
    Mi espíritu yaoi ha Sido saciado por el momento pero volveré! Jeje
    Figthing!
     
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    Actualiza por favor!!!
    Btalkrajo sensei
    No me hagas esto!!
    Tú no!!
    Di que habrá actualización!!
    😬😬
    Demasiado drama, lo sé.
    😬😬😬
    Solo por favor no abandones este fic, please!
     
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    Bajo los tacones de Ariane

    Yokozawa abrió los ojos porque de pronto no podía respirar, se sacudió un poco pero el peso sobre su cuerpo lo aplastaba la noche estaba cerrada y Zen estaba encima. Traía puesto la ropa lo que avisaba que se iría y lo había besado como despedida... la ferocidad de sus ojos en la oscuridad decía algo diferente.

    — Debería irme a casa — dijo mientras lo miraba, Yokozawa estaba desnudó y esta vez no era una sensación, ni sus bóxer estaban donde debían estar, no recordaba habérselos quitado pero tampoco pregunto — mañana es día de trabajo

    — Lo sé — atinó Yokozawa mientras dejaba de los ojos oscuros se pasearán por si cuerpo

    — Debería irme a casa

    Yokozawa ahogo un gemido cuando la mano de en empujó entre sus piernas, lo tenía atrapado y aturdido en medio de la noche. Gimió sonoramente mientras las caricias de Zen se extendían y sus dedos se profundizaban. Así era, así se sentía comenzar a tenerlo dentro primero un dedo después dos, su humedad delataba su deseo el deseo de todo su cuerpo y sus manos no lucharon nunca y en algún momento ya estaban tocando también, por primera vez Yokozawa tenía miedo

    Boca abajo sintió como los dedos salían, algo diferente, deliciosamente diferente comenzaba a presionar, el sexo que pudo haber tenido antes perdió importancia por completo. Se mordió el labio mientras Kirishima hundía sus uñas en su cadera y en dolor raspante se incrustó sacudiendo su vientre.

    "no soy una chica... ten más cuidado" pero las palabras no nacían y un gemido doloroso fue todo, el dolor se amplifico y mientras Yokozawa trataba de relajarse y suavemente Kirishima continuaba la faena el dolor comenzó a ser agradable, comenzó a jadear mientras el sonido de sus cuerpos húmedos chocaba llenando la habitación, ese era el sonido de sus cuerpos teniendo sexo.

    Zen no tuvo cuidado, no fue suave, no trato de contenerse como el hacía, no era igual que como él lo hacía, Zen se guiaba por su deseo, Zen no le pedía permiso y solo hacía lo que quería sus manos nalgueaban fuertes, apretaban su vientre... Yokozawa de pronto se sentía feliz de ser tocado de ese modo, manoseado por cada rincón, saboreado sin previas ni palabras y de hecho aunque el gemía pidiéndole que no parara, jadeaba entre estocadas y mordía sus labio intentando mitigar su placer Kirishima permanecía en silencio.

    El dolor placentero le cubría el abdomen sentía que se rompería si seguía haciéndolo y quería romperse, ya el sonido de la cama no importaba ni si los oía. Uno y dos... uno y dos... Yokozawa fluyó sobre la sabana y sus piernas se estremecieron, estaba agotado u Zen golpeó más fuerte, más profundo, más duro, sin avisos ni cuidados Yokozawa lo sintió caer sobre su espalda se sentía ligero mientras la boca de Zen clavaba los dientes en si hombro.

    — ¿Eres mío?

    La pregunta parecía más cargada de ira que de deseo. Yokozawa sintió su corazón golpear si pecho, eso era lo que había soñado, ser amado.

    — Responde... ¿eres mío?

    — Soy tuyo... solo tuyo

    — Mío... eres...

    Yokozawa apenas pudo atrapar el cabello húmedo de Zen, sentía como su propio semen derramado en la cama le ensuciaba la piel pero no importó porque Kirishima seguía ahí, en su cama se dejó absorber por esa felicidad ya sin ropa ya sin miedos y sabiendo que Kirishima se corrió dentro.



    >>>>>>oooo<<<<<<<<





    Takahiro Takahashi salió del despacho en medio de la noche y los vio juntos recostados en el sillón de su sala la televisión seguía prendida y ahora daban la repetición de una telenovela Misaki estaba recargada en Akihiko y este tenía el brazo entorno a ella. Los dos se habían quedado dormidos en algún momento.

    El reloj de la pared marcaba las tres y cuarenta y dos de la madrugada. Se quedó mirándolos y parecían inofensivos, inocentes y tiernos. Eran una granada por estallar.

    — No ella Usagi — dijo en vos baja — no ella, ella merece algo mejor alguien que la ame en verdad... sabemos que no puedes darle lo que merece así que por favor... no ella

    Takahiro conocía a su amigo, amoríos de una sola noche, romances de menos de un mes y Misaki... Misaki no podía ser una más.

    Los despertó con cuidado, antes hubiera podido cargar a Misaki y llevarla en brazos a la cama pero ahora ya no.

    — Espera — Usagi estaba aún adormilado — yo la llevo... espera...

    Takahiro vio como Akihiko la recogía en brazos como si ella estuviese hecha a su medida.

    — Tenemos que hablar mañana — dijo Takahiro con cariño — por favor reserva la tarde para reunirte con migo

    — Bien. Tengo que ver algo de Isaka pero lo tendré listo por la mañana, abre la puerta... es increíble que pese tanto siendo tan flaca

    — Está dormida, el peso en reposo es más difícil de cargar

    Luego de sacarle las zapatillas y dejarla en la cama ambos se fueron al cuarto de Takahiro, llevaban años durmiendo juntos. Y eso era... cuando sus padres murieron y se decidió a cuidar a Misaki, él se había unido a la tarea, le agradecía todo y por eso mismo tenía que marcar la línea y dejar en claro que Misaki no era para él.



    >>>>>>xxxxxxx<<<<<<<<<





    El dolor parecía algo agradable mientras las manos de Zen le rodeaban la cintura. Hacer el amor con alguien a quien amas es sin duda ¡Magia! Había Magia en todo lo que Zen significaba no podía tratar de negarse a sí mismo una verdad tan absoluta.

    — Que te tiene tan nervioso, deberías estar más relajado

    — Lo hicimos — Yokozawa estaba aturdido por los acontecimientos recientes. Estaba desnudo, tan desnudo como debe uno estar en la cama y a su lado Zen.

    Kirishima Zen. Lo había lastimado sin duda, no podía evitar que doliera, lo había tocado sin duda, el cuerpo aún le ardía mientras pensaba en la manera en que había sido manoseado, la mirada oscura la boca suave y hasta los dientes

    — Me mordiste — tocó su hombro y podía palpar los dientes de Zen, no era grave y no pasaría de un chupetón normal pero sin duda nunca antes lo habían mordido. Kirishima se reía relajado en la cama. — tu... estás loco

    — Te deseo no se puede evitar

    — Te dije que parases

    — ¿Estás seguro? Si por "Que rico" te referías a detente me disculpo, — Yokozawa hundió la cara en la almohada porque era cierto, había dicho cosas que lo avergonzaban le había pedido más, le había tocado también — tus piernas.... ¿Tiemblan?

    — No — Zen lo miro con un recelo nuevo — no puedo ni moverlas para saber que tiemblan. Me duele.

    Y cuando los dientes de Zen brillaron en la oscuridad Yokozawa pudo casi leer el orgullo en esa sonrisa, no estaba seguro de que enorgullecía pero no lo menciono mientras se dejaba caer su cara sobre la almohada. Zen no se movió, no se iría esa noche.

    — Esta es la mejor manera de pasar de lunes a martes...

    Kirishima no respondió, solo le acaricio el cabello mientras cerraba los ojos. Yokozawa sabía que los otros fingían dormir pero no importaba, pronto se dormiría realmente y mientras él podía admirarle en la penumbra por fin una pregunta que había sido respondida al fin, así se sentía, de ese modo era estar abajo. Lo quería y no tenía dudas de eso.

    — Soy tuyo — Yokozawa entrelazo sus dedos a los de Kirishima — Y tú eres mío...



    >>>>>>xxxxxxx<<<<<<<<<





    Hiyori Kirishima estaba lista para ir a la escuela mientras su abuela le ataba el cabello en una cola de caballo ajustada. Los martes tenía inglés y se alegraba de haber hecho la tarea con su padre. Se había pasado la cena completa hablando de ellos. Yokozawa era parte de la familia Kirishima.

    — Hiyo – su abuela le acomodaba la cinta con cariño — ¿Por qué le dijiste eso a tu mama?

    — ¿Qué cosa? ¿Qué dije?

    — Que ella no es Kirishima

    — Lo dijo mi abuela, no tú, mi otra abuela, dijo que los Kirishima somos gente decente pero que mama no es Kirishima. Ella y papa se separaron así que no es más una Kirishima, yo sí porque soy su hija, es mi apellido

    — Tu papa... el... ¿realmente sale con otra persona? ¿tiene una novia?

    — Hum déjame pensar... hum... no... no porque cenamos con Yokozawa

    — Es su amigo ¿no?, el que vino la primera vez.

    — Si... papá lo besa, estaban besándose en el cuarto de papá cuando fui verlos... ¡el timbre! Adiós abuela, te veré después

    La mujer miro como la niña salía corriendo, tal vez Hiyo había visto mal, tal vez había entendido mal... se quedó quieta sin saber cómo coordinar ni sus manos... ¿era eso? ¿Por eso Sakura lo había dejado? Se dejó caer en la silla más cercana y por primera vez que Sakura lo hubiera abandonado cobro sentido.



    >>>>>>xxxxxxx<<<<<<<<<





    — No llego a dormir – decía el hombre saliendo de la habitación de Zen

    — No, — su esposa le sirvió un café — ya sabes que cuando se llena de trabajo duerme ahí, además paso todo el fin de semana con Hiyori, debió estar lleno de energía

    — Si... también con el chico ese

    — Takafumi

    — Si. Ese.

    — ¿Qué pasa? ¿no te agrada?

    Y el silencio se coló entre ellos, como padre sabía que debía apoyar y proteger a su hijo... Protegerlo de Yokozawa, de la persona que había causado tantos problemas y sin necesidad de explicaciones le quedo claro que si Sakura se había marchado, tenía derecho de hacerlo.


    >>>>>***<<<<<

    Misaki despertó, los ojos que la veían eran castaños oscuro, bajo unas gafas claras y una mirada serena de cariño. Takahiro, su más grande amor. Siempre que despertaba y lo veía se relajaba, todo estaba y estaría bien mientras ellos siguieran juntos, como familia.

    - Buenos días.

    - Hola pequeña - le sonrió - es temprano pero no he podido dormir... no quise despertarte

    - Son - miro el reloj de su mesa de noche - apenas son las seis... haré el desayuno

    - No. Alístate iremos a desayunar a DangoNe

    - ¡De verdad! ¡En serio!

    - Si, vamos a mimarte... por lo que pasó ayer

    - ¡Yes!! Oh no, no puedo, debo ir al colegio y no nos dará tiempo

    - Ya aprobaste las materias... iremos luego a Marukawa y podrás coger algunos mangas... - su sonrisa suave la hizo sonreír - Despertare a Usagi para que vaya con nosotros

    - Tal vez es gay y está enamorado de ti

    Ella soltó una risa amena matutina

    - Si me ama nos casaremos en París - los dos rieron

    Hasta eso sería mejor pero no, en veinte años de conocerlo Usagi jamás se había enamorado de nadie. Su visión de una mujer era un sueño idealizado.

    Cuando regreso Akihiko aún dormía, tenía el rostro sereno y cálido.

    "Yo te amo - dijo hace diez años - eres mi hermano, no voy a soltarte ni a renunciar a ti así que por favor come"

    Te amo. El amor es magia. El amor de Usagi y Misaki lo había salvado, el amor de la familia Usami era el responsable de su actualidad, pero si Akihiko la lastimaba... que podría quedar entre ellos si se atrevía a hacerle a su niña lo que en su tiempo Sakura le hizo a él. Sin duda Misaki podría enamorarse de él, sin duda ella podría romantizar todo, ella lo admiraba al límite de idolatrarlo, lo veía en sus ojos, pero si el daba pie a que ella creyera que un amor podría surgir... si la lastimaba... Takahiro siempre la escogería a ella. Ningún precio podría pagar que ella sufriera...

    - No dormiste - la vos a medio ronquido sorprendió a Takahiro - te va a pesar en unos años el no dormir

    - Vamos a desayunar fuera... he pensado en hablar con Misaki acerca de la universidad

    - La M es una gran opción, - Akihiko se estiro en su sitio - me gusta que postule ahí

    - He pensado que no - Takahiro sentía dolor físico a la idea de no verla por tanto tiempo pero quería más para ella - he pensado que puede ir a Londres y estudiar ahí, Kauroko y ella son como hermanas

    - ¡Es tu gran solución, tú te casas y ella es exiliada!

    Takahiro se giró y encontró de frente ya de pie a Akihiko mirándolo molesto y respirando agitado.

    - No voy a casarme... he terminado con manami

    Los ojos de Akihiko eran como páginas perfectas a leer y la decepción pintaba en ellos junto con la pena.


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    Yokozawa despertó por el cosquilleo de los besos que se colaban en su piel. Primero vio su cabello y después la línea marfil de la piel desnuda de su hombro, luego los ojos, una mirada que sonreía en el amanecer, Kirishima estaba contento, sus ojos marrones brillaban y los destellos en sus pestañas parecían nuevos, todo entre ellos ahora era diferente, se habían tocado, se habían amado y ahora mirándose en la cama se sonreían.

    - ¿Quieres salir a desayunar? - Zen volvió a besarle mientras preguntaba - es un lugar cerca de la oficina de Marukawa

    - No quiero causar problemas, tal vez deberíamos ser más cuidadosos

    - Tienes razón, desayunar se considera un crimen - la sonrisa mostraba sus dientes marfiles - ya hemos comido y cenando juntos... desayuna conmigo por favor...

    - Los cafés cerca de Marukawa son muy costosos, te haré un desayuno mejor aquí - Yokozawa le pasó los dedos por el rostro con ternura pero Zen negó suavemente

    - Vístete Yokozawa, Dango Ne tiene unos desayunos maravillosos y quiero compartir uno contigo... yo me encargo del desayuno y tú puedes escoger la cena que quieras

    - ¿Cenarás aquí?

    - ¿Porque te sorprende? – la sonrisa en su boca lo hacía más joven, ms hermoso y mas honesto

    - Porque... no lo sé, son tantas cosas en mi cabeza que me confunden, es solo que no sé hasta dónde llegaremos, y quiero más, desde que me besaste voy queriendo más y me da miedo... me da miedo asfixiarte y aburrirte o arruinarlo.... Podrías dejar de tocarme mientras hablo, mis nalgas van a seguir ahí

    - Te escucho pero no me culpes, tú estás tendido desnudo en la cama seduciéndome... yo no soy de piedra

    - Tú también...

    Yokozawa se quedó a media palabra, Zen estaba desnudo, su pelo despeinado y su barba raspaba ligeramente...

    - ... estás seduciéndome

    Se besaron en la cama mientras sus manos se entrelazaban, Yokozawa de sintió completo, después de años enteros sintiéndose roto, se sentía completo y feliz mientras Zen lo besaba.



    >>>>>***<<<<<





    Dango Ne

    Eso decía el letrero en color cielo con letras doradas, Yokozawa solía mirarlo e incluso Ann y el habían comprado unos xxxxxxx ahí, costaron el triple que unos normales y eran más pequeños pero el sabor había sido increíblemente superior. Kirishima le abrió la puerta para que pasara, Yokozawa y el tenían la misma talla así que se había puesto su ropa, no era completamente formal pero si más recatada que el usual chandal de deportes. Apenas tomaron asiento vio a tres personas entrar y aunque dos de ellas le agradaban mucho la tercera era una patada a su hígado. Usami Akihiko vestía de traje oscuro, eran abogados pero parecían mafiosos, la única era Misaki que tenía la mirada dulce, aunque había demostrado sin temor a dudas de que lado estaba.

    - Usami que gusto verlo - ante la sorpresa de Yokozawa Kirishima sonreía al ser más desagradable que él hubiera conocido, el abogado Usami.

    - Kirishima. - respondió el abogado - precisamente iremos a la reunión de accionistas en un rato, espero que contemos con su presencia

    - Desde luego, desayuno y marcho a la oficina, que linda estás Misaki él debe ser tu hermano

    - Si - dijo Takahiro clavando una mirada filosa en Kirishima - sé que no me recuerda pero nos conocimos una vez

    - ¿En serio?, que bueno Misaki es una chica encantadora y Usami ha sido de gran ayuda para mí así me alegro mucho de este encuentro

    - Soy Takahiro Takahashi, - el rostro de Zen perdió la sonrisa - ¿ya me recuerda?

    - No es el lugar - comentó Akihiko mirando a Yokozawa que estaba en silencio y luego a Misaki - vinimos a desayunar vamos – empujo a su amigo pero este miraba a Kirishima

    - ¿Me recuerda? - volvió a preguntar

    - Si. Fuiste su novio, lo sé, tú y yo peleamos

    - Y me rompiste la nariz y un diente

    - Fue hace años, los dos eran más jóvenes y la pelea empezó mal

    - Supongo... pero para ti no importa más, a mí en cambio...

    - ¡¿Qué quieres?! - Kirishima perdió la calma - Vas a reclamarme que ella te dejará, no fue culpa mía, no se lo pedí y no lo supe hasta después que lo nuestro surgió y yo me enamore y seguro tú también la amaste ¿Quién no la amaría? Pero pasó, ¿vale? Si lo pasaste mal yo lo pasé peor y no voy a buscar pelea con el tipo que se la llevó. Ya está, perdí.

    - Yo no renunciaría - Takahiro lo miró a los ojos mientras Misaki le tomaba la mano - no puedes renunciar si la amas

    - Por eso renunció - Kirishima sonrió y Misaki se estremeció con la sonrisa cínica - no la amo, era una bonita decoración pero ya no sirve... si quieres ve tras ella tienes mi venía

    Akihiko sujeto el brazo de Takahiro, hace meses Akihiko había visto a un hombre destrozado por el abandono de esa mujer, un hombre suplicante que le pedía solo una segunda oportunidad y que no quería firmar el divorcio y afirmaba amarla con devoción absoluta. De hecho, hace unos meses Kirishima la amaba, algo había cambiado por completo, algo o alguien había hecho que el hombre viera la clase de persona que Sakura era, Akihiko no lo decía por Takahiro aunque sabía que su amigo había sufrido horrores al perderla, los noviazgos de juventud terminan. Akihiko lo decía por La Niña, la hija de Kirishima estaba obligada a no poder ver a su padre, alejada de su casa, sufriendo por su padre y Kirishima... abandonado sin explicaciones sin contacto con su hija. Ninguna niña debería añorar a su familia, Misaki había perdido a sus padres a causa de un maldito accidente, la niña Kirishima los perdía a causa de la estupidez de su madre.

    Hace mucho que Akihiko no sentía ninguna empatía por ese amor enfermizo de Takahiro por Sakura, en especial por Manami.... Su amigo había terminado su relación con una mujer maravillosa.

    - Vinimos a desayunar - dijo Usami en modo templado - Kirishima es amigo mío y de Misaki, por favor compórtate como el adulto que eres y vamos a sentarnos - Takahiro se sacudió y encaminó a una mesa al fondo mientras Usami se disculpaba sereno y apoyaba la mano en Misaki que miraba entre asustada y sorprendida.

    Se alejaron, con una seña de disculpa y en silencio



    >>>>>***<<<<<<<





    Yokozawa se quedó mirando el menú mientras Kirishima jugueteaba con la servilleta.

    - Buenos días... van a ordenar

    - Si - Zen sonreía - 2 desayunos americanos con huevos revueltos y tocino, café con leche y ensalada de frutas las tostadas normales con mantequilla y mermelada para untar... gracias

    El mesero se alejó mientras Yokozawa dejaba su menú en la mesa.

    - Ni siquiera me preguntaste que quería desayunar yo - acusó

    - Dijiste que nunca habías desayunado aquí, es mi obligación pedir la primera vez para que disfrutes el desayuno

    - ¿Es en serio? ¿Vas a actuar como si nada hubiera sucedido?

    - Vinimos a desayunar, - la sonrisa era forzada - ese idiota no dejó ni hablar a Misaki cuando te saludo

    - El idiota que va a echarnos de Ariane

    - Si, el abogado de Onodera

    - Es Usami, tu abogado

    - ¿Usami? Hum vale hablaré con él, aunque creo que Misaki también lo haría, ella es su hermana pequeña ¿sabes?

    - Sabías que tu abogado era el tutor de Misaki

    - Si. También sabia quién era su hermano... no quise mencionar algo incómodo

    - Ella le hizo daño, - Yokozawa sintió la bilis en su boca solo de pensar en eso, personas que destrozaban a otros sin contemplación - tu esposa destrozo a su hermano

    Kirishima dejo la servilleta e hizo frente a la mirada molesta y azul de su acompañante

    - Sus padres murieron, - dijo molesto - el seguro no pago porque su padre había bebido esa noche, se vio solo con su hermana de 7 años y sin dinero. No te atrevas a culparla, decir que ella tiene la culpa y no toda la mierda que sucedió es injusto. Ella no lo amaba, no era justo quedarse con él por pena bien, Sakura siguió su camino y si él se quedó atascado años pensando en ella es porque no quiso pensar en lo demás, en que su padre estaba ebrio cuando se accidentaron, ¿sabes cómo lo entiendo yo?... su padre mato a su madre y dejo a sus hijos en la miseria, es más fácil pensar en que una chica te abandono y llorar por eso que por lo otro

    Yokozawa perdió la voz. ¿Quién era este hombre y como podía decir algo tan cruel? La pregunta no tenía respuesta ya que Kirishima estaba de lado de ella, la amaba y eso dolió más de lo que Yokozawa había supuesto que dolería. Sabía que la amaba, lo había sabido solo ayer... era ridículo esperar que por haber hecho el... no, se corrigió herido, por haber tenido sexo sus sentimientos cambiaran.

    - ¿Y tú? ...La amabas hace un mes y ahora...

    - No hagas esto Yokozawa, por favor

    - ¿La amas?

    - Yokozawa... en serio... tenemos que desayunar y dejar esto de lado no es importante que lo hablemos ahora

    - Aún la amas... lo sé, lo veo y...

    - Si quieres arruinarlo, arruínalo, si quieres dejarme, hazlo, Yokozawa he sido muy claro en esto, yo no te amo, te quiero mucho sufriré si me dejas y seguramente sufrirás también pero eres libre de irte porque no puedo obligarte ni a amarme ni a estar a mi lado... zanja el tema porque Sakura es la madre de mi hija y yo tengo mis problemas con ella y estos no incluyen a nadie y nadie tiene nada que decir de ella.

    - Yo si te amo...

    Kirishima se quedó en silencio con el pecho latiendo dolorosamente en ese momento, los ojos tristes de Yokozawa se veían heridos y traicionados, no como los ojos brillosos que despertaron a besarlo con cariño. Era suyo, y Kirishima quería decirle "también soy tuyo" pero todavía no era libre de ella y sería vil hacer promesas en la noche que no podría cumplir por la mañana.

    - Entonces desayunemos, hablaré con Usami en caso de que sea necesario pero también tienes que hablar con Seiya

    - ¿Porque?

    - Misaki es menor de edad, tiene dos abogados muy capaces, lo mejor sería que entendiera que ...

    - Se lo dije...

    - Te quiero mucho, - Kirishima miro a Yokozawa tratando de que viera la verdad de sus palabras - por eso estoy aquí, por ti, por lo nuestro así que deja de lado lo de ella no es algo que deba preocuparte.

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    Sakura llego a la universidad y encontró a su jefe fumando como siempre hacía en la mañana en vez de desayunar. Miyagi nunca la miraba y tal vez por eso le agradaba tanto, él tenía una visión del mundo diferente, amaba sus libros y sus clases, dictando Literatura y fumando.

    - Ya es tan tarde - el profesor la miro curioso

    - Apenas las ocho - respondió dejando su bolso en su mesa

    - Tengo clases a las nueve...

    - Durmió de nuevo en la oficina, eso es malo para su salud

    - Bueno, sería un problema llevarme los libros a casa, llegaría tarde a mis clases

    Miyagi le sonrió una sonrisa cálida, de esas que los buenos profesores tienen en la cara serena.

    - He pensado en lo que hablamos antes... - dijo animada con la sonrisa del profesor, Miyagi ya no la miraba, estaba buscando sus utensilios de limpieza personal – me refiero... sobre mi matrimonio

    - Ah - los ojos negros del hombre se clavaron en su rostro - Volverás con tu marido

    - Si

    - Mala idea, a diferencia de las mujeres los hombres tenemos un alma vengativa y orgullosa

    - Las mujeres también podemos vengarnos

    - Claro - Miyagi tomó su bolsa de aseo mientras apagaba su cigarrillo - las mujeres son temibles pero... ¿de que ibas a vengarte tú? – le guiño un ojo en complicidad y ella se sintió insultada - Sakura te lo dije entonces y te lo digo ahora, huye de ese hombre... sabemos que Kirishima no es una blanca paloma, parece bueno y dócil pero tú sabes que no es así, nadie es tan malo como creemos ni tan bueno como parece

    - Es difícil de explicar...

    - Dinero y seguridad, no tienes ni uno ni lo otro, rompió el convenio prenupcial ante ti pero nunca lo hizo legal, ninguno de los bienes está a tu nombre... volver con él no ayudaría en nada.

    - También por mi hija

    - Oh si, tu hija, de hecho es más suya ¿no? Se parecen mucho. Ahora ten esto en claro, para Zen eres propiedad, las propiedades se aman mientras nos satisfacen y se desechan cuando no. Un hombre que te celaba de esa manera violenta y se quedó de brazos cruzados sobre tu infidelidad - Miyagi le sonrió con ironía - porque hace un mes recibías flores cada jueves y de pronto termino de enviarlas y firmó...

    - No lo sé... él dice qué hay alguien más

    - Otra propiedad - sujeto la mano de la mujer por la muñeca acercándose a ella con suavidad - una novedad...

    Sakura empujo inútilmente mientras Miyagi le atrapaba la boca, ella sacudió las piernas tratando de patearlo pero entonces la soltó sonriendo.

    - ¡¿Qué le pasa?!

    Asustada ella salto a un costado golpeando su cadera contra la esquina de su escritorio.

    - ¿Te das cuenta siquiera de lo hermosa que eres?

    - ¡No tenía derecho! ¡Esto es acoso!

    - Si, - sonrió - lo sé. Pero eres jodidamente hermosa y joven, te embarazaste pronto y tú cuerpo mantiene sus curvas, tus ojos tu pelo... No va a quererte de regreso, porque todo esto - la señaló completa - era suyo, ya lo tuvo y si regresas con el... ¿vas a ser feliz? No vas a ser feliz con ninguno de esos idiotas que te pretenden porque no son de tu especie, esos cretinos nunca leen, el mismo libro por tres meses no es nada y odiabas su rutina, su poca fantasía, su ansia de control y ahora te da miedo ser tú misma y enfrentar el hecho claro de que tienes una hija y que nadie quiere ese peso.

    - No iba a dejarla...

    - ¡Entonces dilo! Porque hay orgullo en que rechazaras casarte bajo la condición de dejar a tu hija, Touya jamás debió pedirte eso... y lo siento mucho si tú te enamoraste. Te bese porque un beso no es una promesa, ni una confesión de amor... un beso no vale nada

    Sakura se quedó de pie. Maldito Miyagi que siempre sabía más de lo que debía saber.

    Lo de Miyagi había sido breve, brevísimo y sin mucho sentido el amorío de una estudiante con su profesor, entonces él la había cautivado por completo se pensó en dejar a Zen entonces pero no lo hizo, le daba miedo, no sabía que Miyagi pasaría de Asistente a docente con firma, no sabía que Zen podría hacerla infeliz. Y ahí quedó y ahí murió y desde entonces jamás la había besado. Sakura se tocó los labios, si era hermosa y se lo decían entonces... ¿Por qué Zen no la besaba? ¿Por qué no la tocaba? Porque la asfixiaba con preguntas y celos y reclamos pero siempre le alejaba las manos, la quería en casa, la quería controlada pero nunca la quería en su cama. Sakura se estremeció ante eso, Touya la había acariciado y ella había pensado que esa pasión era amor y de pronto la miro a los ojos... "Si lo que quiere es La Niña, dásela" Sakura había terminado ahí la relación... Dinero, claro que le gustaba el dinero pero si eso fuera todo lo que la novia entonces hubiera dejado a Hiyori o buscaría otro hombre que se hiciera cargo de ella y sus gastos, siendo tan bella no era tan complicado. Pero ella quería que la amaran, la amaran completa, como mujer, como amiga, como madre...

    Si debían amarla solo de un modo, entonces que la amarán por Hiyori y el único que podía era Kirishima... Sakura se dejo caer en su silla mientras las lagrimas le caian por la barbilla, mientras pensaba en Kirishima

    Gracias por leer!!
    36**
     
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