[Avatartale] Hand With Hand Forever (+16) [Finalizado]

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    ¡Muy buenas pajaritos y pajaritas! ¡Ya vengo con la octava parte! Espero que os guste mucho y no os defraude :)

    Kaiku-Kun: Principalment gràcies pel review i secundàriament té de donar la raó amb qüestió a lo que va passar amb en Zuko i tota la cosa. No havia pensat en aquest detallet, així que ha sigut fallo meu especialment perquè no m'havia parat a recordar que fàcilment el grup podia haver preguntat a la Toph tal i com has dit tu. Perdó per aquest error. Tot i així, també se m'ha passat per alt lo de la Ty Lee i els altres que no es preocupen per les altres noies, bueno es pot suposar que altres guardies del palau les ajudaràn (?????), la prioritat és anar a buscar a Frisk :V. I merci, les coses de les emocions se'm dona bastant bé però vull que la descripció els paissatges també, així que n'estic aprenent de tu mica en mica. Espero que aquesta part t'agradi i gràcies, un cop més, pel review i especialment per seguir el fanfic :), sense tu no seria possible.


    SPOILER (click to view)
    He aquí la música usada para la 8ª parte. No es obligatorio escucharla ni mucho menos, es sólo por si os apetece echarle un vistazo a ver qué os parece :V

    1. Digital Daggers - Nothing's Broken
    2. Jen Titus - Oh Death


    Capítulo 8



    Había llegado la noche y con ella, la bajada de las temperaturas. El viento soplaba con suavidad, casi con miedo a ser escuchado con cada brisa. La silenciosa atmósfera respetaba el descanso de los pájaros refugiados en sus nidos, mientras otras aves nocturnas se hacían las dueñas de ese oscuro y tenebroso firmamento, hoy cubierto de nubes negras, casi como si éstas estuvieran amenazando de una próxima tormenta.

    El Team Avatar había encontrado un pequeño lago, así que decidieron escoger ese lugar para permanecer en los tres días que estarían, para poder salvar a Frisk de las manos de Azula. Al menos Sokka y Katara lo decidieron así y los demás lo aceptaron porque no le vieron problema alguno. La parte positiva es que tenían agua dulce cerca y Sokka se alegraba, porque ya no tendría que dar viajecitos cargado de garrafas.

    Zuko se encargó de encender la fogata después de haber buscado leña con Sokka. Katara atendió la herida de Chara, quien ahora mismo estaba tumbado en el saco de dormir de Frisk, que era el único libre que les quedaba. Su pecho desnudo yacía cubierto por vendajes, ligeramente manchados por su propia sangre a causa de que el rayo que causó la muerte instantánea de Ryutaro, también le alcanzó a él por el costado izquierdo, donde la maestra del agua efectivamente apreció una importante cicatriz, aunque de hecho… El cuerpo de Chara se encontraba cubierto de cicatrices, curiosamente.

    Cenaron sin hablar mucho entre ellos. El ambiente entre los chicos era un poco incómodo y algo tenso, después de que vieran la suerte que había sufrido el dragón y la depresión que parecía haber pillado Chara, aunque éste llevaba rato descansando lo cual a Katara le parecía bien porque era lo que el maestro del fuego necesitaba. Se pasó demasiadas horas sin querer abandonar el inerte cuerpo de Ryutaro que ni siquiera reparó en que su cuerpo se debilitó por la pérdida de la sangre. Al menos pudo estabilizarlo y curarle.

    Pasaron un par de horas y la fogata continuó encendida. Algunos del grupo ya habían pasado a dormir pero Aang era el único que todavía permanecía despierto. Antes lo estuvo Zuko para hacerle compañía pero hasta él cedió al sueño. El Avatar observaba el fuego y los movimientos que hacía por el viento pero, sus azulados ojos se movieron a unos escarlata que vio ligeramente abiertos.

    - ¿Qué tal te encuentras? – Preguntó en voz baja y en un tono calmado. Observó que el chico movió lentamente su cabeza para girarla y mirarle. La expresión en ese rostro era muy vacía, casi inexpresiva. Ni siquiera le respondió. – Katara trató tu herida. Te pasaste demasiado rato con… Tu dragón. – Tragó saliva, inseguro de sacar el tema. - ¿No crees que ha sido imprudente de tu parte? La herida se te podría haber infectado o…
    - Deja de preocuparte por mí. Lo último que necesito es tu compasión. – Habló tajantemente.
    - ¿Seguro que… No quieres hablar de ello? – Ofreció Aang. – No es adecuado guardarse las cosas para uno mismo cuando el sufrimiento es tan grande. – Pero como ya era de esperar, Chara no le respondió. – Ryutaro era… Importante para ti, ¿No es así?
    - Lo conocí cuando era niño. Una noche fui a ver a los dragones leopardo y él reaccionó ante mí. Fue el único que no se alteró por mi presencia y se quedó a mi lado. Fue el único del Valle Perdido en no tenerme miedo.
    - ¿Eh? ¿Acaso tu gente te temía?
    - Mi abuelo solía repetirme a menudo de mi gran potencial con mis dominios, supongo que eso simbolizaba una amenaza para el liderazgo de mi padre incluso cuando yo era tan pequeño. Los demás creían que era demasiado fuerte y simplemente me dieron de lado. Estuve solo todo el tiempo. Nadie me enseñó nada. Todo lo aprendí por mis propios medios.
    - Creí que alguien de tu familia habría sido tu maestro… Tal vez tu padre.
    - Jeh… Más quisiera. Él no me permitía entrenar, por eso nunca me enseñó. Ese hombre sólo se ocupaba de mantenerme controlado y nada más.

    Era justo como Aang imaginaba y tal y como Frisk le contó hace tiempo. El padre de ambos hermanos fue un hombre estricto pero… Jamás pensó que hubiera llegado a tal extremo. Sin embargo, el hecho de que Chara aprendiese por su cuenta era una prueba innegable de su talento. No sólo era un maestro del fuego poderoso, también un maestro autodidacta. Es como si las diferencias entre Frisk y él no fueran a terminarse.

    Este destino no había podido hacerlos más distintos, y a la vez tan iguales.

    - Entonces… ¿Aprendiste Fuego Control por ti mismo o Ryutaro ayudó?
    - Ryutaro fue mi maestro. Como Frisk te habrá contado, los dragones leopardo como él fueron los maestros del fuego originales del valle. Fui el único después de seis generaciones en ser aceptado por uno.

    Volvieron a quedarse en silencio. Chara cerró los ojos y suspiró. Aang permaneció algo pensativo. El panorama familiar del maestro del fuego parecía ser peor de lo que habría tan siquiera imaginado. Fue entonces que se le vino a la mente lo que Frisk le contó, acerca de la marca que Chara tenía impuesta en su frente. Sabía que era un tema absolutamente tabú para Chara, lo más probable es que él reaccionara agresivamente en cuanto quisiera hablar de ello. Necesitaba ganarse su confianza pero… Desafortunadamente, eso era lo más complicado.

    Chara siempre había demostrado una gran desconfianza hacia todos y todo, también de su entorno. Eso se traducía por su comportamiento, y su mínimo apego por el mundo, como si con ello quisiera mostrar que no era o que no se sentía parte de él. Tal parecía que lo que había sufrido a causa de su familia y su situación en el valle, era la principal causa que le había llevado o acercado a lo que él se había convertido pero… Aang percibía casi por mera corazonada que… Había un por qué mucho más profundo e importante. Y tal vez ése fuera el que respondiera a todo lo que Chara era actualmente.

    - Avatar… - Lo llamó de repente el maestro del fuego que con esfuerzo se reincorporó para quedar sentado. Llevó su mano derecha al costado izquierdo de su tórax por el dolor que sintió a causa de la herida protegida por los vendajes. – Ya que tú eres el puente entre este mundo y el de los espíritus… Dime una cosa. – Le miró. - ¿Qué sentido tiene estar vivo?

    Aquella pregunta pilló desprevenido al maestro del aire, que alzó sorprendido sus cejas. No entendía demasiado bien a qué venía eso, y tampoco es que supiera la respuesta indicada para ello. Chara permanecía observándole fijamente. Casi se podía decir que esos ojos escarlata tan concentrados en su propio pigmento le intimidaban hasta cierto punto. Era la primera persona que veía con un color así en la mirada.

    - No sé qué contestarte a ello, Chara pero… De lo único que estoy seguro es que vivimos para tener la oportunidad de hacer un mundo mejor y más pacífico, de que la raza humana pueda entenderse, y que entre nosotros mismos nos veamos como seres de igual condición. Estar vivo, significa poder evolucionar tu espíritu, supongo. Volverte mejor persona con tu mejor esfuerzo aunque sea en pequeñas acciones. – Explicaba. – Dime una cosa Chara. – Pidió. - ¿Tan poco te importa la vida en sí? ¿Qué te ha llevado a sentirte así y pensar de esa manera?
    - No estamos hablando de mí, Avatar. Recuerda que estoy aquí para ayudar a mi hermano a salir del peligro, no para que te dediques a hurgar en mi vida y menos en mi pasado. No eres quién para hacerlo.
    - Sólo intento entenderte.
    - No quiero que me entiendas. Sólo quiero que te mueras.
    - ¿Y por qué? – Preguntó, sorprendiéndole a él esta vez. – Sé que me odias a mí por ser el Avatar, y que odias especialmente a Kuruk, una de mis vidas pasadas pero… Nunca has dicho el motivo que crea ese oscuro sentimiento en tu alma.
    - No tengo por qué darte ninguna explicación. Si tan poderoso eres, si tanto puedes hacer como “Avatar” – usó sus dedos a modo de comillas. - ¿Qué tal si te enteras por ti mismo? Aprende a buscar la información con tus propios medios, sin acudir a alguien.
    - ¿Es por miedo? – Soltó de repente, haciendo que Chara abriera sus ojos de par en par. - ¿O es por impotencia?
    - Avatar Aang… Estás colmándome la paciencia. Agradecería que cerraras la boca.
    - Quiero ayudarte, eso es todo.

    Suficiente. Chara fue incapaz de seguir oyéndole. Sorprendió al maestro del aire cuando se levantó cuando ni siquiera debería por su herida. Chara se alejó, saliendo del rango de visión de Aang que simplemente suspiró. Por qué no se extrañaba de una reacción así… Quizá porque hasta el propio Frisk había reaccionado de manera similar. Decidió no ir tras el maestro del fuego, no deseaba enfurecerlo tan tempranamente y menos ahora que era de noche y que el resto dormía.

    Permaneció un rato sentado frente a la fogata, intentando esperar a Chara pero éste no regresó. Seguramente no se habría ido muy lejos, pero… No debía de fiarse mucho de esa mera especulación. Si bien, Chara no era como Frisk. Chara era siempre capaz de hacer cualquier cosa que se le metiera entre ceja y ceja, importándole una mierda lo demás. Hasta donde había visto de su persona, esa faceta la demostró muy constantemente.

    ¿Cómo este par de gemelos, eran tan opuestos incluyendo su doble genética? Cada uno tenía dos elementos totalmente contrarios al del otro. Esa casualidad sorprendía enormemente a Aang porque mientras que Frisk era un maestro experimentado del agua con la capacidad de usar la tierra, Chara controlaba el fuego y uno azul además, y manipular con cierto nivel el aire. ¿Acaso podían ser más diferentes? Algo que le decía que efectivamente lo podrían ser pero que sin embargo… Chara aún tenía sus cosas buenas que demostrar.

    El Avatar aún no se olvidaba de lo mucho que le había chocado ver a Chara en aquél estado de ansiedad por la muerte de su dragón pero especialmente por lo que dijo acerca de que sólo tenía a Frisk y al propio dragón. Quizá aquello contaba como una prueba que indicaba que el maestro del fuego no era intrínsecamente malvado. Todos los asesinatos que cometió de manera reciente, el sufrimiento causado a cientos de personas, batallas de un lugar a otro… Todas esas desgracias, esos conflictos… Toda esa creación de “cadenas de odio”, era solamente por el por qué absoluto que le movía a hacer todo eso.

    Era imposible después de todo que, como ser humano, Chara estuviera vacío por dentro. ¿Qué era una posibilidad? Eso por supuesto pero era una muy, muy remota.

    A la mañana siguiente, un olor despertó a la mayoría del Team Avatar. El primero fue sin duda Sokka, que reconoció al instante la esencia de la carne asada. Su nariz se movió, como si intentara imitar a un perro ante su comida favorita. Katara llevó la mano a su cara mientras el resto se acercaban, sorprendidos al ver que Chara era quien se había encargado de hacer “un desayuno”.

    - ¿Qué estás cocinando, Chara? - Aang no parecía fiarse demasiado de lo que el maestro del fuego estuviera haciendo.
    - ¡Uff! ¡¡Eso huele demasiado bien!! – Dijo Sokka visiblemente feliz.
    - Toma, ya está en su punto. – Chara ignoró previamente al Avatar, extendiéndole lo que parecía ser un muslito de pollo bastante grande al moreno. - ¿Quieres tú también, Avatar? – Preguntó.
    - No, soy vegetariano.
    - Meh, tú te lo pierdes.

    Aún así, ese “pollo” sin cabeza le resultaba sospechoso a Aang. Sokka preferiblemente zampaba la carne con hambre. Zuko y Katara se miraron y el chico se encogió de hombros y decidió seguir los pasos de Sokka para tener algo en el estómago, así que Katara hizo lo mismo. El grupo se sentó. La verdad, estaban algo sorprendidos por la abundancia de la comida que Chara parecía haberse encargado de obtener.

    Aunque aquí el que más disfrutaba era Sokka.

    - ¡Oh tío, Chara! ¡Esto está buenísimo! – Dijo el muchacho. - ¿Qué es?
    - Buitres asados.

    Automáticamente Sokka escupió así como el resto que estaban también comiendo lo mismo que él. A Katara casi le daba por vomitar mientras Zuko y Ty Lee se quedaban con cara de asco. Toph seguía durmiendo, así que como Aang, había tenido suerte. Sokka pasó violentamente el dorso de su mano por la boca, intentando escupir.

    - ¡¿Buitres asados?! ¡¿Es una broma?!
    - En lo absoluto. Si quieres una prueba que lo demuestre… - Como si no fuera lo suficientemente tétrico, Chara alzó en mano las cuatro cabezas de efectivamente: cuatro buitres.
    - Uh… Qué asco… - Katara se tapó la boca.
    - Me quiero morir… - Comentó Ty Lee.
    - ¿Cómo los has… Cazado? – Preguntó Zuko con las cejas arqueadas.
    - Quise darle un digno entierro a Ryutaro y esos pajarracos se encontraban convirtiéndole en su banquete. Por supuesto, les quemé las alas y las patas lenta y dolorosamente para luego cortarles la cabeza. – Contó de manera impasible. – Fue muy aburrido…
    - ¡¿Torturas a unas pobres aves y te parece aburrido?! – Ahora mismo Sokka alucinaba. – Definitivamente este mundo va a ir muy bien contigo en él.
    - Con razón… Tienes las manos manchadas de sangre. – Dijo Zuko.
    - Ah esto… - Chara se las miró. – Es de Ryutaro. Le arranqué un colmillo y dos garras para tener parte de él conmigo.

    Todos se quedaron en silencio. Aang estaba realmente disgustado y casi no se podía creer lo sangriento que era el maestro del fuego, que hablaba como si nada. Es cierto que el dragón ya estaba muerto pero aún así… No dejaba de ser impactante. Menos mal que no se fio cuando lo vio asando unos “pollos” extrañamente grandes. En parte era divertido ver a Sokka haciendo el payaso pero esta vez era con un buen motivo. No debía de ser cómodo pensar que estabas comiendo pollo y que de repente te dijeran que era un buitre…

    Nada más imaginarlo, a Aang le resultaba simplemente asqueroso. Parecía que Chara tenía un sentido del humor… Enfermizo. Bueno, eso no era nada nuevo tampoco.

    - Sé dónde está Frisk. – Soltó de repente el maestro del fuego, captando la atención completa del grupo que automáticamente le miró.
    - ¿Qué? ¿Enserio? – Aang fue el primero en reaccionar.
    - ¿No es una mentira? – Siguió Sokka. - ¡Porque entonces le diré a Momo que te muerda el trasero! – El lémur reaccionó al oír su nombre.
    - Está a varios kilómetros de aquí. Puedo sentirle. – Llevó su mano derecha al pecho que estaba tapado por su jersey verde con esa línea amarilla en su centro. Había ignorado olímpicamente a Sokka.
    - Deberíamos ponernos en marcha entonces. – Comentó Zuko. – Cuanto más tiempo le demos a Azula, peor será. Frisk podría sufrir mucho por su culpa.
    - No te preocupes, Señor del Fuego. La arpía de tu hermana aún no le ha hecho nada a mi hermano. – Dijo Chara. – Y pobre de ella que se atreva. Aunque de todos modos la mataré.
    - Matarla no es una solución, Chara. – Quiso persuadirle Aang.
    - Avatar, cuando pida tu opinión te lo haré saber.

    El maestro del aire simplemente suspiró. Entonces, Ty Lee sacó el asunto de la herida reciente de Chara y aunque éste quiso reprochar, Katara le interrumpió comentando que ciertamente su lesión podría abrirse de nuevo de hacer un esfuerzo importante. Viendo el panorama, a Sokka se le ocurrió intentar explorar el terreno usando el arte de Tierra Control de Toph para ello, con lo cual Zuko estuvo de acuerdo recordándole al grupo que de volar, Appa sufriría el mismo destino de Ryutaro. Automáticamente eso deprimió por completo al propio Chara, haciendo que Aang llevara la mano a la cara. Él era torpe pero parecía no ser el único.

    Chara decidió alejarse del equipo, e irse a un árbol, próximo a la orilla del lago, en el cual se apoyó, quejándose por el dolor de la herida, maldiciendo su propia debilidad. Definitivamente no se veía capaz de aguantar a esos payasos, él estaba hecho de otra pasta. Esos pacifistas ayudando a la gente ajena de manera desinteresada, sólo porque en parte, hacerlo era el “deber” del Avatar. Nada más pensar en eso ponía de muy mal humor al maestro del fuego que recordó su pasado ampliamente con una expresión de furia en sus ojos, ahora penetrantes y totalmente hostiles.

    Dejó pasar el rato en el cual pudo tranquilizarse. Del bolsillo de su negro pantalón, sacó el colmillo y las garras que arrancó del difunto Ryutaro, y se quedó mirando las piezas en sí del dragón. Acabó por darse cuenta que ni siquiera para comer algo se molestó en limpiarse y quitarse la sangre de encima. Ahora mismo, verla le incomodaba ampliamente. Le ponía tenso así que en unos segundos se acercó al agua para hundir en ella sus manos. Observó claramente la sangre diluirse en ese transparente líquido de la vida también presente en su cuerpo.

    No obstante, Chara permaneció observando su propio reflejo de la misma manera impasible y fría que con la que miraba a los demás. Luego, dirigió su vista hacia su colgante, acordándose inmediatamente de su gemelo.

    - ¿Chara? – Una inconfundible voz le llamó, y él la reconoció. No se inmutó y continuó tal cual. – Esto… Lamento el comentario de Zuko. A veces no piensa lo que dice. – Se disculpó Aang observando a su interlocutor que todavía no le dirigió la palabra. – Yo… Puedo imaginarme lo importante que era Ryutaro para ti. – Se acercó poco a poco pero se detuvo en seco cuando, al Chara mirarle, notando en sus ojos una desconfianza y una hostilidad inmediatas.

    Ahora mismo, es como si Chara se sintiera amenazado con su sola presencia. Aang se inquietó un poco, tragando saliva casi de manera instintiva. Aún le costaba saber cómo tratar al chico si todo el tiempo se percibía un aura de peligro a su alrededor pero… Irónicamente, también se sentía un aura de profunda tristeza en él como si realmente estuviera ocultando algo serio.

    - No necesito tu compasión ni tu pena. Lárgate de aquí.
    - Me gustaría estar contigo, un rato al menos.
    - Ni muerto. ¿Qué te hace pensar que quiero tu asquerosa compañía? ¿Me has visto con cara de Frisk o algo? – A pesar de estar molesto, Aang no evitó soltar una risilla. - ¿Qué? ¿Qué te parece tan gracioso?
    - Vaya… Siempre aparentas ser alguien sin emociones pero veo que realmente piensas mucho en tu hermano. – Al oír eso, la expresión de Chara cambió automáticamente. – Es evidente que a tu manera lo quieres. – Se adelantó antes de que el otro pudiera decir nada.
    - Cht… - Hizo un ruidito con la boca.

    Aang se acercó un poco más y se sentó a su lado pero a cierta distancia. Notaba a través de Chara que éste sólo deseaba que se fuera para dejarlo solo, y saber que no lo haría aumentaba el malestar del maestro de fuego. El silencio entre los dos era tenso y poco agradable. Para empezar, ni siquiera los pequeños pajarillos se atrevían a volar por encima de ellos. La energía que Chara desprendía era suficiente para espantar a cualquiera.

    - Sigo pensando que debes tener una razón importante para querer ayudarnos a encontrar a Frisk.
    - Ahí vamos de nuevo… Qué pesado eres.
    - Compréndelo, Chara. Después de lo mal que lo hemos pasado por tu culpa, se hace muy extraño que de repente cambies de opinión. Además, lo que dijiste ayer…
    - No sé de qué me estás hablando, pero vete y déjame tranquilo.
    - Ya te lo he dicho antes: no me voy a ir.
    - Pues bien, me voy yo. – Se puso de pie pero justo en ese momento, Aang le detuvo al cogerle de la muñeca.
    - Espera. – Pidió. – ¿De qué estás huyendo exactamente? – pero no hubo respuesta… - Te empeñas en negarlo casi constantemente pero siempre te preocupas por Frisk, ¿No es así?
    - ¿Qué te hace pensar eso? – Chara permaneció de espaldas a él así que Aang se levantó también para mirarle mejor.
    - El colgante que llevas. Frisk también tiene uno igual, y sé lo que representa entre vosotros. Si tanto dijeras odiarlo, si realmente sintieras semejante odio… Estoy convencido de que te lo habrías quitado sin vacilar demasiado.

    Y, sin embargo… no hubo respuesta. El silencio de Chara era totalmente diferente al de Frisk, o al menos eso percibía el Avatar. Era difícil, muy difícil intentar saber qué era lo que pasaba por la mente de Chara, dado lo impredecible que era éste. Su aparente calmada actitud siempre podía cambiar dramáticamente. En cierto modo… Era bastante inestable y quizá, ahora con la pérdida de Ryutaro, seguramente lo sería aún más.

    - ¿Por qué siempre estás molestándome? ¿Acaso no puedes dejarme en paz o qué? – Se giró para verle de frente. – Yo que soy tu enemigo, no tendría ninguna piedad en cuanto decidiera sí o sí acabar con tu vida. Sabiendo eso de antemano, ¿Por qué insistes tanto conmigo?
    - Porque no eres una mala persona.


    * * *



    Hasta aquí llega la octava parte, espero que os haya gustado, seguramente la novena parte, o sea la siguiente, os parecerá interesante porque el pasado de Chara poco a poco empezará a ser revelado así que un poco de paciencia :)


    Edited by Sly D. Cooper - 9/4/2017, 01:17
     
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    Booneees, tercera sorpresa del dia, pel que sembla :V

    M'agrada com comença el capítol, comences a agafarli el rollo a les descripcions jeje i també m'agrada molt la primera escena entre Frisk i Chara. Després d'haverme llegit el rol de zero altre cop, sembla com si estiguessim dins el rol XD Frisk no era tan directe ni agressiu, però Aang sí que es comporta més o menys igual. Se m'ha fet tendre una conversa així. A més, en l'estat en el que està Chara, em resulta útil, i a l'Aang també. Com a mínim li pot anar treient coses, aviam si millora la confiança :)

    Momento beta-reader: Al final del 11è paràgraf (inclòs diàlegs i frases sueltes) hi ha això:
    QUOTE
    "Había un por qué mucho más profundo e importante. Y tal vez ése es el que respondiera a todo lo que Chara era actualmente."

    He posat en negreta el despiste. Es que no diria ni que sigui "fallo", simplement que escribies en plan ràpid per no oblidar res i se t'ha passat. enlloc de "es", hauria de ser "fuera", perquè el verb de just després ("respondiera") també estarà en el mateix temps passat. Bé, aquest verb i la resta de la narració XD
    ///
    En el paràgraf que Chara fot el camp: "y menos ahora que era de noche y que el resto dormían." dormía, en singular. Encara que "resto" faci referència a més d'una persona, la mateixa paraula "resto" està escrita en singular, així que el verb també. Només en casos molt específics, i sota condicions de frases compostes una mica complexes es podria posar el verb en plural.

    Ja que estem en aquest paràgraf, vull comentar que Aang ha estirat una mica massa de la corda. Molt típic d'ell, realment jaja sempre vol saber una mica més, i clar, Chara ha dit que tres pepinos i ha fotut el camp XDD no em resulta estrany, tenint en compte que em sol passar a mí també (sent Aang com sent Chara, els dos casos) XD

    Els buitres JAJAJAJAJAJA la veritat és que no és tan violent com pensava, no sé, tampoc és tan dolent (?). A més, com a venjança no està malament XD sí que es passa una mica ensenyant els caps i torturant-los, però això ja és típic de Chara, ell mateix ja diu que ha estat avorrit... XD perdona si sono insensible, es que criarme veient com el meu avi (pare del meu pare) degollava conills de la seva pròpia granja per despres posar-los a taula (és un procés més llarg, clar)... bé, m'ha acostumat una mica a algunes coses XD

    Sokka plase!! Dient-li que farà que en Momo li mossegui el cul a Chara jajajaj massa bo! T'encanta complir la norma de 5 de cada 7 chistes d'ell van amb en Momo XD al final seràn 7 de 7 :VV

    Momento beta-reader 2: 6 paràgrafs (inclòs diàlegs) començant per sota: "Ahora mismo, es como si Chara se sintiera amenazado con su sola presencia." Tens costum de ficar la paraula "ahora", que indica present, en lloc de "en ese momento" que és passat i quadra amb la narració, que també es narra en passat. Crees distorsió temporal XD a més, en aquesta frase apareix un "es", que hauria de ser "era". Com a mínim has estat coherent a la hora de construir la frase, ja que a vegades apareix un "ahora", solitari i desfasat, com a inici de frase XD

    Jo em pensava que Chara no tindria cap mena de problema amb la sang. Vull dir, sent tan bèstia i tal... home, sí que potser per estar brut i tal, pro no m'esperava aquesta incomoditat. Ha tardat en arribar, però hi és XD Ho trobo bé, no em malinterpretis, li treu una mica el costat humà (?)
    I que mono després!! Quan Aang s'adona que ell pensa tot el rato en el seu germà!! Oh dios, com me l'he estimat en aquell moment!! Si Chara sap ser adorable, quan vol *-* I bueno, ja sabem que l'Aang és un crack a la hora de tocar la fibra sensible des de més, sempre és aixi de maco :)

    Bueno, crec que fins aquí avui jeje mañana más, pero no mejor, porque eso es imposible! :V Ens veiem després :)
     
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    ¡Muy buenas pajaritos y pajaritas! ¡Ya he vuelto con la novena parte! ¡Que la disfrutéis!

    Kaiku-Kun: Merci pel review, Pardalet :), la veritat es que tinc certes complicacions amb les formes temporals, d'aquí els errors i els altres, és perquè el Word que usualment m'ho corregeix, no ho fa i llavors no m'entero. M'alegro que t'hagi agradat tant i certament, l'Aang havia de veure que en el fons, en Chara es preocupa pel seu germà, volia que li toqués una fibra sensible perquè en Chara en té varies :V. Espero que t'agradi aquesta novena part :)


    SPOILER (click to view)
    ¡Que no falte la música!

    1. Digital Daggers - The Devil Within


    Capítulo 9



    Solamente tenía ocho años aquél día. Estaba acostumbrado a la soledad a la que me habían forzado sentir. Nadie aceptaba mi compañía, y eventualmente fui yo el que no quiso la de los demás. Mi situación familiar era patética. Tenía un padre que me odiaba a más no poder por alguna razón que no entendía y que ni siquiera sabía. Mi abuelo materno intentó hacerme comprender algunas cosas, pero jamás me nació la intención de escucharle. Ni siquiera sentí nada cuando se puso muy enfermo una temporada.

    No era capaz de sentir nada hacia esta familia, a excepción de mi madre y Frisk. Me había distanciado mucho de mi hermano gemelo, y en cierto modo eso era lo que más me disgustaba. En mi pecho había esa espina que permanecía clavada dolorosamente en mi corazón por no poder disfrutar de cosas tan triviales como el amor, o el afecto fraternal, la calidez de una amistad… Nunca tuve amigos, más allá de mi hermano. Ése era el único vínculo que yo conocía. Ése y el de mi madre. No había nada más para mí que esos dos lazos pero…

    Pero una parte de mí sentía insatisfacción. No era suficiente. En lo absoluto.

    Entonces ocurrió. Unos forasteros llegaron hasta nuestras tierras, pasaron a través del Valle Perdido por la fuerza. Fui uno de los primeros en percatarme de ello, gracias al gran sentido de Ryutaro, que enseguida reaccionó ante la amenaza. Pájaros y otras criaturas terrestres y marinas que hasta ahora se adaptaron vivir por los distintos ríos del valle… Lo abandonaron para salvar sus vidas. ¿Les sirvió? A la mayoría no. El fuego se abrió paso hasta nuestro pueblo y no sé cómo pero… Cuando quise volver a mi aldea, todo lo que aprecié era algo así como una guerra.

    Esos extraños viajeros nos atacaban sin piedad. Pude oír que se hacían llamar la Nación del Fuego. No tenía ni idea de qué era eso, ni qué significaba. Sólo supe que debía de hacer algo. Lo único que pensé fue en mi madre y en mi hermano, pero no los encontré por ninguna parte. Me obligué a mí mismo a enfrentarme a muchos de esos maestros del fuego. Eran muy fuertes… Quizá mucho más que yo. Aunque no todos dominaban el elemento en sí, se las apañaban perfectamente para usar armas afiladas, e igual de peligrosas. No me importó lo maltrecho que quedara mi cuerpo, no me interesaba saber incluso si esa gente sería capaz de reducirme a carne trinchada. Realmente nada me interesaba, más allá que mi madre y mi hermano.

    Vi a un fortachón delante de mí. Por sus ropas, deduje que era alguien importante. Quizá… Algún general. Los venerables ancianos llegaron a contarme cosas sobre los ejércitos y muchas historias ficticias de enfrentamientos bélicos que en realidad nunca tuvieron lugar. Me enfrenté a ese hombre, pero estaba claro que me superaba en fuerza. Mis llamas azules no eran lo suficientemente poderosas contra él. Aún así… Dentro de mí algo me impulsaba a seguir adelante. Una fuerza extraña, un poder…

    Un instinto poderoso en mi interior, que no me hacía ni me permitía retroceder.

    Burlé a ese general y decidí no entretenerme con él para matar a otros tipos. Pero mi estrategia al final acabó fallándome. Ese hombre, nuevamente, me detuvo el paso y me rodeó con otros compañeros suyos. Estaba en una desventaja numérica importante. Afortunadamente mi abuelo materno y mi abuela paterna aparecieron y me ofrecieron su apoyo. Entre ellos dos se encargaron del grupo y me dejaron vía libre. Mis heridas no me frenaban, y nunca lo harían.

    - ¡¡MADRE!! ¡FRISK! – Gritaba corriendo, llamándolos desesperadamente mientras lo único que mis ojos me mostraban era la muerte de mi gente… Un maestro tras otro, incluidas las mujeres, y los niños más inocentes. Esto sólo me estaba asustando cada vez más. Ni siquiera sabía cómo era capaz de mantenerme de pie frente a este panorama cada vez más desolador.

    Vi a mi madre a distancia, enfrentándose a tres maestros del fuego, uno de ellos era otra mujer. Mi madre estaba herida, sus ropajes azules yacían manchados de su sangre casi de manera abundante. Creo que la habían herido de manera importante.

    - ¡¡Madre!! – La llamé y ella me miró.
    - ¡Chara aléjate de aquí! ¡Busca a tu hermano y huid!
    - ¡No! ¡No pienso dejarte aquí! ¡Voy… Voy a ayudarte a combatir a esta gente! – Quise avanzar hacia ella pero mi madre me bloqueó las piernas tras rodeármelas con agua y congelarla. - ¡¿Pero qué haces?!
    - ¡No puedo permitir que corras el mismo destino que muchos de los nuestros! – Me dijo mientras yo fui capaz de derretir el hielo. - ¡Chara! ¡Busca a tu hermano! ¡Encuéntralo!
    - ¡Ya lo he intentado pero no hay rastro de él! ¡Ayúdame a encontrarle!
    - ¡Sólo puedo retener a estos intrusos un tiempo! ¡Es la única cosa que puedo hacer ahora mismo! ¡Date prisa y huye con tu hermano en cuanto lo encuentres!

    Un maestro del fuego vino a atacarme a mí y me vi en problemas. Al principio luché contra él, sin darme cuenta que la batalla que llevaba mi madre comenzaba a ponerse mucho peor y que estaba en serio peligro. Sentía mi sangre arder, recorrer mi cuerpo tan velozmente que incluso era capaz de notar el fuerte pálpito de mi corazón en mi cuello, por las venas. Había algo dentro de mí que me presionaba con fuerza. No sabía lo que era pero definitivamente… De ahí sacaba yo la determinación de no rendirme.

    Era una sensación familiar, no obstante. Sentía que la conocía subconscientemente.

    No iba a dejar a estos forasteros hacer lo que les viniera en gana. Fue entonces que una de mis ráfagas ígneas salió más potente de lo normal y reventé por dentro a mi enemigo cuando mi fuego lo atravesó. Lo vi caer al suelo y respiraba agitado. No sentía gran cosa por ese sujeto. Entonces, me dio por mirar hacia donde en teoría debería estar mi madre. Ella se había alejado mucho de mí y al verla tirada en el suelo sólo me causó un enorme terror y una gran desesperación.

    Corrí todo lo rápido que pude hacia ella, con la mano extendida como si con ello fuera capaz de alcanzarla. Pero era inútil, no llegaría a tiempo aunque me negaba a aceptarlo.

    - ¡Madre, no! ¡Espera, ya voy! ¡Resiste un poco!
    - Chara… - Me llamó con su débil voz. Mi buen oído pudo escucharla. La vi intentando llegar hasta mí con su mano. – Lo lamento tanto…
    - ¡Madre no te rindas! ¡Tú…! ¡Tú eres fuerte, levántate y mata a esos desgraciados!
    - Chara, mi vida… Prométeme una sola cosa… - La vi sonreír muy tristemente, casi como si se estuviera despidiendo de mí. – Prométeme que… Cuidarás y velarás por tu hermano. Prométeme que siempre le vas a querer.
    - ¡Yo te lo prometo todo pero levántate!

    Vi que de sus ojos escarlata salían lágrimas, aún con esa sonrisa. Fue lo último que vi de ella antes de que fuera alcanzada por una gran llamarada de esos tres maestros del fuego que la redujeron a cenizas en cuestión de milésimas de segundo. Dejé de correr, impactado por esa visión. Mi madre ni siquiera tuvo tiempo a gritar por ser quemada viva. Sólo sé que mi cuerpo se quedó paralizado, no estoy seguro si del miedo o porque no era capaz de asimilar esto.

    Mi mente se quedó en blanco, viendo esas cenizas desintegrarse por el violento viento que seguramente estaría haciendo mi abuelo materno, mandando a la quinta leche a montones de esos forasteros. Entonces, sólo surgió en mi interior un único pensamiento impulsado por el nacimiento de un fuerte odio hacia estos enemigos…

    “Mátalos a todos”.



    Eso fue lo único que se cruzó por mi cabeza, por algo en mi interior que me resultaba familiar, como si no fuera la primera vez que lo oía, o que lo sentía. Empecé a respirar profundamente, notando el fuego en mi interior avivarse con cada acción de mis pulmones en lo que los asesinos de mi madre me rodeaban. Incluso se me había olvidado aquél general que antes me plantó cara.

    De mi boca dejé salir un tremendo lanzallamas que alcanzó a uno de mis enemigos que no tuvo tiempo a reaccionar. Empecé una severa lucha contra los otros dos y aunque al principio iba bien, lentamente fui notando que el número de contrincantes se me iba acumulando. De dos contra mí, empezaron a ser cuatro… Seis… Y siguió aumentando. Lo sabía… Sabía que todo estaba perdido para mí. No era tan poderoso para vencer a tantas personas juntas, quienes con un solo gesto de las manos de cada una de ellas, podrían crear tal cantidad de fuego que moriría al instante.

    Sin embargo, mi determinación me impedía retroceder. Mi pensamiento de matarlos a todos permaneció intacto, y sólo podía pensar en ello. Y eso reforzó mi Fuego Control. Acabé con la vida de unos cuantos a un alto precio, ya que yo también fui herido seriamente. Muchas heridas, cada una más seria que la anterior, se iban acumulando en mi cuerpo, cubriendo mi piel de sangre, manchando mi ropa. Pero… No sé cómo, era capaz de ignorar el dolor como si realmente éste no existiera.

    Ahora mismo no era capaz de razonar adecuadamente, me había obsesionado con matarlos a todos, a ellos. En estos instantes no me importaba nada más que asesinarlos. Es como si fuera un instinto primario que simplemente me hacía actuar. Me volví insensible frente a los ataques que recibía casi de manera intencionada con tal de alcanzar mi objetivo, dejando de lado mi propia seguridad.

    Ardía en deseos de aniquilarlos y no podía detenerme. Daba mucha libertad actuar así… Hacer lo que me viniese en gana de la manera que fuera, sin pensar nada más que en mi propio placer y en mi propia diversión por cada vida que eliminaba. ¿Por qué se me hacía tan divertido? No podía dejar de sonreír tétricamente, quizá porque… No era la primera vez que mataba. Algo en mí me decía que yo tenía el gran potencial de erradicar la vida en sí. Algo en mí me decía que yo… Estaba a un nivel completamente diferente del de los demás. Al del cualquier ser humano.

    Mi determinación era mi motor. Era lo único que me empujaba a seguir adelante sin tener en cuenta nada más que lograr mi objetivo. El resto pasaba a segundo plano.

    - Quién demonios es ese niño… - Oí decirle a uno. - ¡Por más daño que le hagamos se sigue levantando!
    - ¡Da igual! ¡Acabad con él! ¡Es sólo uno! ¡¿Acaso le tenéis miedo?!
    - ¡Seis de los nuestros han caído! ¡¿Te parece a ti que sea débil?!
    - ¡Podemos con él! ¡No es invencible! ¡Es sólo un mocoso!

    Era absurda la discusión que empezaron a tener. Corrí hacia ellos pero entre los unos y los otros… Fueron hiriéndome seriamente, ya fuera usando fuego o meras armas. Mi cuerpo era poco a poco cubierto de más y más heridas. Finalmente recibí una profunda en el pecho, causada por una espada que uno de esos tipos usaba. Caí bocabajo al suelo inconsciente, sin saber qué sería de los demás, de mi familia, del valle, de Frisk… Y de mí.

    Desperté, quizá al día siguiente. Era por la tarde seguramente, aunque estaba lloviendo. Abrí los ojos como pude, sintiendo parte de mi rostro impregnado de sangre. Alcé mi cabeza, sintiendo el inmenso dolor de mi cuerpo. Tenía frío. Vi mi sangre diluirse en el agua que inundaba prácticamente todo el suelo. Sentía que apenas podía moverme. No tenía energías.

    - Que… Que alguien me ayude… - Susurré apenas, de manera dolorosa. Vi una mano cerca de mí y la acerqué. – Ayuda, por favor… - Pedí pero lo que vi fue todavía más horrible.

    La persona que se encontraba tirada en un charco de sangre justo como yo, era mi abuelo materno que a diferencia de mí, estaba muerto. Toqué su mano, que se sentía helada. Se me encogió el corazón casi como si alguien lo apretara en un puño para luego liberarlo y apuñalarlo con un cuchillo.

    - Ayuda… Por favor… Socorro… - Supliqué y supliqué. Casi por inercia me obligué a mí mismo a levantarme y con un gran esfuerzo lo conseguí. Mis piernas me temblaban, pero pronto lo hizo mi cuerpo entero cuando vi el terreno cubierto de cadáveres sin vida entre los cuales distinguí a mi abuela paterna. Ni siquiera su Tierra Control tan alucinante le sirvió contra los que se hicieron llamar la Nación del Fuego.

    Mis ojos quedaron ocultos por mi mojado flequillo. Estaba empapado hasta decir basta y además, la sangre continuaba fluyendo libremente por mis heridas. El dolor había amenguado un poco a causa del shock que esto me había causado. Permanecí quieto, observando el desolador panorama. Era la primera vez que veía un escenario de muerte y silencio sepulcral como este. El valle estaba calcinado, prácticamente era seguro que no quedara rastro de vida alguno. Volví a pedir por ayuda incluso de pie pero…

    Pero nadie vino.

    Permanecí estático allí y me di cuenta entonces, tras media hora de pura observación que todo esto ya estaba perdido. No tenía sentido que me quedara. Aquí… Ya no había nada para mí. Esa gente, la llamada Nación del Fuego… Había erradicado mi hogar, y mi gente. Ni siquiera tenía la seguridad de que Frisk estuviera vivo, rezaba con que sí, pero no pude encontrarle mientras lo busqué antes cuando luchaba. ¿Tan fácil era eliminar la vida ajena? ¿Realmente…? ¿Por qué… Por qué esa gente lo había hecho?

    Claro… Por el Avatar. Esos forasteros estuvieron buscando al Avatar y creyeron que a lo mejor estaría aquí oculto pero… Yo nunca había conocido al Avatar y sabía que nunca había estado aquí después de Kuruk. Al menos los venerables ancianos confirmaron ese detalle. El Avatar no regresó al valle. Quizá la Nación del Fuego solamente quiso asegurarse de tener otro lugar descartado.

    Poco a poco empecé a caminar. Dar cada paso era doloroso y muy difícil. Mi cuerpo estaba hecho un completo desastre y no había ningún médico disponible para que me atendiera. Lo más probable es que estuviera a punto de morir, era la sensación que tenía ahora mismo… Aunque también se me hacía familiar. No sé, todo para mí era extraño. No sabía qué me depararía el destino pero… La sola idea de morir tampoco era tan mala. Sabía que mi vida no valía nada ahora mismo. Era solamente… Un maestro del fuego desconocido para el mundo. Tal vez si hubiera sido más fuerte, nada de esto habría pasado.

    Pero fueron demasiados incluso para mí…

    Vagué por el calcinado valle durante un buen rato, no sé cuánto tiempo, no era capaz de calcularlo. Me costaba pensar a causa de mi estado físico, y del shock que me había llevado al ver semejante panorama… Nunca olvidaría, seguramente, todo el suelo cubierto de los cuerpos sin vida de mi gente. Irónicamente una parte de mí se alegraba. Viéndole el lado positivo a esto… Ahora ya era libre. Mi familia muerta, los demás asesinados sin piedad. Ya no existía nadie capaz de hacer Energía Control para activar la marca de mi frente para torturarme o matarme.

    Gracias a ese pequeño motivo, a esa libertad que había ganado… Fue entonces que me empeñé en no rendirme. No podía morir ahora que no había nadie capaz de matarme de esa manera tan sencilla. Aunque… Me dolía profundamente que nadie viniera a socorrerme. Que nadie en la distancia y en este mundo pudiera sentir lo que había pasado aquí, o acercarse por ver el incendio que había sufrido el valle. No obstante, entendí algo a través de esto. En este universo no se podía pedir ayuda… Porque aunque la pidieras…

    Nadie vendría.

    Mi cuerpo llegó a su límite y caí bruscamente al suelo. No pude hacer nada para evitarlo. Solamente cerré los ojos, y esperé a la muerte venir a por mí, si quería. No me daba miedo perder la vida. Aunque estuviera determinado a no darme por vencido, si mi vida desaparecía ahora tampoco haría un drama por ello. Total… Nadie se acordaría de mí. Dejé que mi cuerpo crease nuevamente un charco de sangre, antes de que mi mente desconectara por completo de la realidad.

    Quedé inconsciente. A merced del destino. A merced de la muerte.

    No sé cómo pero todavía estaba vivo. Lo confirmé cuando abrí los ojos y me encontré en un sitio totalmente desconocido, pero permanecía en el mundo terrenal. Moví mis ojos de un lado a otro, todo lo que pude. Las paredes eran de hielo, el suelo también… Yo parecía tumbado en una cama cubierto de pieles. No sentí miedo alguno. Si era sólo una ilusión de mi mente, entonces no me importaba.

    De hecho… Ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaba aquí, y tampoco era capaz de confirmar si era o no una mera ilusión.

    - ¡Oh! ¡Te has despertado! – Una voz rompió mi silencio y la calma del ambiente. Moví mi cabeza, viendo a un muchacho albino con un curioso cabello blanco y corto pero con algunos mechones largos. - ¡Qué bien! – Se acercó entonces y pude apreciar sus ojos verdes. - ¿Cómo te encuentras?

    No respondí pero el chico se me hacía extraño. Vestía casi de manera parecida a mi madre. ¿Acaso era un maestro del agua? Él me habló de algunas cosas, sobre su vida, a las cuales no presté atención. Cerré los ojos y suspiré, esperando únicamente a que cerrase el pico. Parecía una cacatúa que no se callaba. Era irritante. Seguramente, si no estuviera tan débil, sería capaz de matarle.

    - Asriel, no deberías agobiarle. – Una voz femenina llegó hasta mis oídos. Abrí de nuevo la mirada y vi a una mujer similar al chico. Tal vez su madre. – Vaya, es un milagro que te hayas despertado por fin. – Me dijo a mí, acercándose y acariciándome la cabeza. – Espero que mi niño no te haya causado muchas molestias.
    - ¡No le he causado molestias mamá! ¡Sólo…! ¡Quiero ser su amigo!
    - Eso me parece bien pero Asriel no debes estresarle mucho. Acaba de volver con nosotros.
    - ¿Vol… ver? – repetí desconcertado. ¿De dónde había “vuelto” exactamente?
    - Un dragón te trajo hasta aquí en sus brazos y automáticamente supimos que necesitabas ayuda inmediata. Tus heridas se habían infectado, estabas muy débil y cubierto de sangre. Estabas en un estado lamentable y de hecho… Estuviste a punto de morir en varias ocasiones. – Me explicó pero cada vez entendía menos la situación. – Tuvimos que usar el agua del estanque y parece ser que con el tiempo funcionó.
    - ¡Es un agua milagrosa! ¡Gracias a ella estás vivo! – Me dijo el chaval.

    Yo volví a permanecer en silencio. No obstante, me percaté de un detalle… ¿Un dragón?

    - ¿Habéis dicho… Un dragón? – Pregunté, ellos asintieron y me miraron de manera interrogante. - ¿Azul? – Volví a obtener la misma respuesta. – Ah… Ryutaro.
    - ¿Ryu… Ryutaro? – Repitió el tal Asriel. - ¿Es que eres amigo de ese dragón?
    - Soy su propietario. Pero sí… Es mi mejor amigo.
    - ¡Vaya! ¡Es alucinante! ¡Cuando le vi llegar aquí me asusté! ¡Es realmente enorme! ¡Y escupe fuego por la boca!

    Escuché la risa de la madre y su consejo de que me dejara descansar. Pensé automáticamente que es lo que estaba deseando que hicieran estos dos. Quería estar solo. No entendía absolutamente nada de lo que había pasado, ni dónde me encontraba, simplemente quería recuperarme. Ya tendría tiempo de comprender lo que ocurría. Aunque este sitio era simplemente de lo más extraño… Me pregunto qué clase de gente vive aquí.


    * * *



    Hasta aquí la novena parte, nos veremos pronto en la décima :D, ¡Hasta luego!


    Edited by Sly D. Cooper - 9/4/2017, 01:23
     
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    Boneees :) Pardalet apareix després de fer un treball estúpid jujuju

    Bueno, he de reconèixer que tenia ganes i no tenia ganes d'aquest capítol XD feia molt de temps que m'anaves dient "no, és que casi la palma, i li passa tal, cual..." i en la meva ment pensava: va, algun dia arribarà en el que farà el capítol on ho explica jajajaj i sí que ha tardat. Pero me l'has fotut igual que un capítol de relleno de Naruto, just quan estava interessat en saber coses sobre Aang i Chara, i sobre com assaltarien la fortalesa de l'Azula i tal... pro també he de dir que no trobava millor lloc per posar aquest capítol, així que se acepta :V

    No et mentiré, no sé ben bé què comentar d'aquest capítol. Era el que esperava i a la vegada estic sorprès, i les dues coses deixen una mica sense paraules XD sí que he notat algunes referències evidents al joc :V no et podies resistir jaja tu mai et resisteixes amb aquestes coses jaja

    Sí que m'ha encantat el final jeje m'ha agradat veure aparèixer a la Toriel i a l'Asriel... pero joder, com parla el nano, no calla, si sembla jo quan m'entusiasmo amb l'arqueologia jajajaja també se m'ha fet supermaco que Ryutaro l'hagi portat fins el pol nord, encara que m'ha crispat els nervis quan Chara ha dit que era "de la seva propietat"... aix, Chara, mira que ets maco quan vols, pro la cagues tant... XD no m'agrada gens de parlar de propietats (soy comunista en secreto (?))

    També m'estava aguantant cruelment el riure quan Chara ha despertat i sha trobat al seu avi allà al seu costat, perquè pensava "i ara només serà una ma tallada" :VV com a Mars Attacks jajaja ha estat molt cruel, ho sento XD

    Pro posant-nos serios, m'ha molat que et deixessis de floritures i diguessis "es que el tipo rebentó por dentro" (com en Krilin el primer cop que mor (???)), una de les "pegues" que té la sèrie és que és visualment per nens... raó per la qual apareix poquissima violència directa. Encara gràcies que tenim "los hermanos de cicatriz" (l'azula cagant llamps pels dits sobre en Zuko i l'Aang XD) i que se'ns mostra... En fi, està bé això.

    Hi ha una coseta, ja per acabar... si Chara es desperta i veu al seu avi mort, no dius "está prácticamente muerto", perquè "pràcticament" significa que està a punt de morir, però encara respira. En general vol dir "gairebé"... ho sols posar molt d'aquesta manera. Not recommendable.

    Bueno, fins aquí avui, que encara he d'enviar el treball a la profe (estava esperant a que un company se'l mirés, pro ha passat de nosaltres XD). Mañana más pero no mejor, porque eso es imposible :)
     
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    JELOOOOOOOOOU! ¡Ya vengo con la décima parte! ¡Lamento si os he hecho esperar mucho!

    Kaiku-Kun: M'alegro que el capítol t'hagi agradat. Tal i com et vaig dir, estava impacient pel teu review només per saber què en pensaves. A més, em semblava el moment ideal de tallar-ho aquí per posar el passat de Chara com a "Flash Back" sense necessitat de complicar-me gaire la vida :V. Només espero que el fanfic et continui agradant com fins ara :). Moltes gràcies per seguir-lo i comentar-lo, crec que sense tu no seria possible. Merci!!


    SPOILER (click to view)
    He aquí la música usada en este capítulo:

    1. Digital Daggers - Come Crashing


    Capítulo 10



    Aquella respuesta por parte del Avatar lo había silenciado durante unos largos minutos en los que el maestro del aire permaneció callado, observándole casi como si no quisiera apartar su vista de esos ojos escarlata, como si este color en la mirada de una persona fuera el primero que había visto en su vida, lo cual era cuestionable. Al principio, Chara se quedó sorprendido pero, sus abiertos párpados fueron cerrándose poco a poco y mostrando así una expresión más serena.

    El viento que sopló meció ese cabello castaño, casi como queriendo jugar con él. Entonces, lentamente, muy lentamente Chara extendió su mano izquierda y acercándola al rostro de Aang, rozando su mejilla con las yemas de sus dedos hasta hacer un completo contacto con la palma. Para el muchacho esa acción era sumamente extraña pero… más aún esa sonrisa tan impregnada de tristeza.

    - Aún es demasiado pronto para que confirmes tal cosa, Avatar Aang. – Habló el maestro del fuego. – Es una pena… si mi destino no me hubiera convertido en esta “cosa” que soy ahora… - Cerró sus ojos momentáneamente con un suspiro lleno de pesar. – Tal vez sería capaz de amarte, en vez de odiarte.

    Semejantes palabras dejaron chocado al propio Aang, quien casi de manera instintiva pudo sentir la sinceridad de Chara y la soledad de éste a través de él. Hasta ahora, nunca había visto a este chico comportarse de esta manera, y aunque le desconcertaba, no evitaba sentir compasión por él.

    Quizá Frisk había acertado al decir que su gemelo no era malvado, e incluso Zuko. A lo mejor lo que Chara realmente necesitaba era eso… un poco de comprensión, y un gran cariño pero por alguna razón se negaba a aceptar ambas cosas. Es como si fuera incapaz de…

    - Lamentablemente este destino ha decidido que sea tu enemigo de manera permanente. – Chara apartó su mano. – Sólo estaré aquí ayudándoos temporalmente hasta que Frisk esté a salvo. Una vez haya cumplido eso, me marcharé.
    - Chara… ¿Por qué tú…? – Quiso preguntar Aang que no se atrevió a terminar su frase. – Nosotros siempre podemos ayudarte. Es cierto que has hecho cosas malas pero… Aún puedes redimirte, aún tienes a tu alcance el perdón.
    - No estoy arrepentido de lo que he hecho, así que no hay razón para buscar un perdón que no quiero. No necesito la ayuda de nadie, Avatar. Me basto yo solo para todo.
    - Eso no es así. Estás equivocado. Pedir ayuda no es tan malo, no te hace débil, no te hace inferior.
    - No se trata de eso.
    - ¿Entonces?
    - Hace tiempo…

    Chara alzó su vista hacia el cielo, que mostraba unas hermosas nubes casi de apariencia esponjosa que daban incluso ganas de comérselas y comprobar su sabor. El sol, iluminando la superficie terrestre, hacía un juego de luces y sombras peculiar pero no por ello menos precioso.

    – Yo pedí por ayuda… Estaba al borde de la muerte tras haberlo perdido todo. No me quedaba nada, más allá de Ryutaro, de Frisk y mi vida. Pero Frisk estaba desaparecido, y no encontré a Ryutaro así que me encontraba completamente solo en un mar de cuerpos sin vida, en una tierra impregnada de sangre y destrucción ocupada por el agua torrencial de la lluvia. Pedí por ayuda en aquellos momentos pero… - Miró de nuevo al Avatar. – Pero nadie vino.
    - ¿Nadie… vino? – Repitió casi por inercia, tragando saliva. El relato de Chara, lo que había vivido… Era algo cruel provocado por la Nación del Fuego, de eso estaba convencido. – Pero…
    - Frisk y yo fuimos los únicos que con seguridad sobrevivimos. Pero el destino nos separó sólo para que nos encontráramos de nuevo. Lo que no esperé es que fuera a estar de tu lado. Supongo que… Lo convenciste, de alguna manera.
    - No. Yo no hice nada. Ni mis amigos tampoco. – Contestó seriamente Aang. – Cuando conocí a Frisk, él estaba muy mal. Físicamente tenía una severa desnutrición, pero el daño psicológico y emocional era todavía mayor. Estaba asustado incluso de Zuko y le odiaba, porque era un maestro del fuego. Tenía también un importante complejo con la quemadura de su espalda. Nosotros sólo le ayudamos de la mejor manera que encontramos y fue él mismo que decidió ser parte de nuestras vidas y nosotros de la suya. ¿Por qué tú no puedes hacer lo mismo?
    - Porque yo no soy como él, así de sencillo. – Chara se puso de perfil. – Frisk siempre ha tenido un espíritu empático, pero… A la mínima que le des un motivo importante, le harás despertar lo que verdaderamente es.
    - ¿Lo que verdaderamente es? – Repitió confundido. - ¿A qué te refieres?
    - Dime, Avatar Aang. – Sonrió. - ¿Alguna vez has visto a mi hermano enfurecido? Enfurecido a tal grado que destroza todo su alrededor sin importar las vidas que se encuentren presentes.
    - Sólo… sólo una vez. Fue algo desagradable, francamente. Pero… ¿A dónde pretendes llegar con esto?
    - Solamente voy a darte una información muy útil. Seguro no la olvidarás. Frisk y yo somos dos partes de un todo. Lo mismo que yo soy una parte de él, él es una parte de mí. Compartimos mucho más de lo que cualquiera pueda imaginarse. Es cierto que mi hermanito es una buena persona pero… - Cerró sus ojos. – Nadie nunca querrá conocer la bestia sangrienta que se encuentra en su interior.
    - Frisk sería incapaz de…
    - Créeme, es muy capaz. – Se adelantó. – De todos sus defectos, ése es el más oscuro.
    - Y tú… ¿Cómo sabes eso? ¿Acaso lo has visto suceder?
    - No. Yo nunca le vi en tal estado pero no necesito verlo como para saber que es así. Vosotros: tus amigos y tú, incluso el Señor del Fuego, os pensáis que conocéis a Frisk en su totalidad pero… ni siquiera tenéis una idea de quién es él realmente. Lo mismo que yo me dedico a matar a la gente, él también lleva esa intención dentro.
    - Estás mintiendo. Frisk no es esa clase de persona. Crees conocerlo pero pienso que realmente no sabes mucho sobre él.
    - Jeh, bueno… Cuando ocurra, luego no digas que no te lo advertí. – Chara le dio la espalda. – Sin embargo en algo tienes razón, Avatar Aang. Frisk es la clase de persona a la que todo el mundo querría tener en su vida porque tiene mucho amor para los demás. Eso es lo primero que nos diferencia.
    - No es que os diferencie, tú pareces haberte cerrado en banda ante el mundo y eso sólo te hace sufrir. Si tal sólo le dieras una oportunidad…
    - Yo ya di una oportunidad a este mundo, y lo único que me pasó es ser sentenciado a la soledad, y al desprecio irracional. Cada vez que lloraba, cada vez que me hacía daño, cada vez que me derrumbaba por no aguantar mi situación… siempre llamé a alguien, a quien fuera que pudiera oírme. Pero nadie vino. Mi familia nunca me apoyaba. Amé a mi madre, eso es lo único que admito pero me la arrebataron por la fuerza. Mi vida se redujo a nada.
    - Entonces déjame ayudarte. Aún tienes a Frisk, él jamás te dará de lado. Estoy seguro que si te quedas con nosotros podrás descubrir la realidad de este mundo que pareces evitar a toda costa. No necesitas huir más ni del mundo ni de ti mismo Chara. Podemos ayudarte a superar todo aquello que no has podido por tu propia voluntad. Olvídate de que “nadie vino”. Esta vez estamos nosotros aquí contigo aunque no te lo parezca. Aún puedes ser una buena persona si tan sólo lo intentas. ¿Acaso no quieres a alguien a quien proteger?
    - No puedo hacerlo, Avatar. Créeme, es imposible. Este es mi destino, no tengo el poder para cambiar lo que es irremediable. Soy lo que soy y eso jamás dejará de ser así. Nací con este destino y moriré cumpliéndolo aunque no me guste.
    - Eso no es cierto.
    - No me importa lo que pienses.
    - Quizá, pero no me voy a rendir contigo. – Aang se acercó y cogió al chico por el brazo. – Eres una buena persona. - Vio que Chara le miró de reojo. – Estoy seguro que alguien como tú también tiene mucho amor que dar, sólo necesitas la manera adecuada para crear una vía y dejarlo fluir.
    - … - Chara permaneció mirándole de reojo y suspiró. – Haz lo que quieras.

    Se apartó para empezar a alejarse. Aang no le obligó a permanecer cerca aunque fuera de espaldas. Ahora parecía que se le había abierto aún más la posibilidad de llegar hasta el corazón herméticamente cerrado de ese maestro del fuego, que por alguna razón… le había contado todo esto.

    - Chara. – Lo llamó de repente. El chico se detuvo y le miró. – Gracias por querer ayudarnos a rescatar a Frisk.

    Chara suspiró y terminó de irse sin responderle. Eso no le extrañó al Avatar. Al menos había podido hablar con él aunque muchas cosas se habían quedado sin resolver e incluso ahora, le habían surgido muchas dudas a Aang. Realmente le inquietó que Chara sacara el tema de un lado oscuro que Frisk tenía y que ellos no conocían del todo y que, si no interpretó mal al maestro del fuego, no era algo que debieran de vivir. Aunque el Avatar intuía que las palabras de Chara tenían un significado más allá del evidente.

    Dejó salir un suspiro y decidió relajarse meditando un poco aprovechando que se había quedado solo. De ese modo quizá podría despejar un poco más su mente y no tener que hacerse preguntas sobre Frisk casi de manera inconsciente. No era agradable pensar que alguien tan cercano a ti, podría en realidad ser una mala persona. Frisk… no demostró serlo, incluso en momentos críticos, ni siquiera frente a su hermano en una pelea. Sino… ¿Por qué llegar tan lejos, sacrificando tu propia vista para enfrentar a alguien poderoso? Fue entonces que dos palabras cruzaron por su cabeza…

    Ambición y poder.

    ¿Tal vez Frisk realmente estaba ocultando sus verdaderas intenciones? No. Era imposible. Eso no encajaba con alguien como él que adoraba a los animales, que solía ser hospitalario y amable con la gente, incluso parecía tener buena mano con los niños, algo que sin duda llamó la atención de Aang en aquellos momentos. Frisk era demasiado empático, y bondadoso con los demás como para pensar sólo en sí mismo. Entonces… ¿Por qué Chara le dijo todo eso? ¿Sólo para plantarle la semilla de la duda?

    De mientras, Chara caminaba tranquilamente hacia el resto del Team Avatar. El grupo parecía estar hablando de algo, unos sentados con los otros cerca de Appa a excepción de Toph que estaba tumbada un poco más lejos. Al ver al animal, Chara se acordó de las conversaciones que tenía con Frisk en el pasado, y de los diferentes puntos de vista que tuvieron y que seguramente, actualmente, persistían sin cambios ajenos. Entrecerró la mirada, casi de manera impasible pero la amargura resaltaba en su expresión.

    Zuko pareció darse cuenta de su presencia y le llamó para que se acercara aunque Katara automáticamente demostró su completa desconfianza. Sokka lucía más tranquilo y al ver la “no reacción” del maestro del fuego, fue que decidió insistirle a éste para que se aproximara. Pero Chara no lo hizo. En su lugar, volvió a alejarse. Toph despotricó y casi a lo bruto comentó que pasaran de él con lo cual Katara estuvo de acuerdo pero Sokka esta vez, decidió ceder.

    Al hablar con sus amigos acerca de cómo llegar hasta Frisk, el plan de Sokka tenía como clave a Chara y necesitaba su ayuda. Si él no cooperaba, se las verían negras porque, aunque tenían a Toph, francamente y tal y como había dicho Zuko se ahorrarían un gran tiempo para buscar al maestro del agua. Y para su localización, el hermano era indiscutiblemente una opción imprescindible. Sí o sí, requerían de la participación de Chara y Sokka no estaba dispuesto a dejar que ese chaval les jodiera la vida como ya había hecho en ocasiones anteriores.

    - Chara, espera. Quiero hablar contigo. – Habló el moreno, viendo la espalda del chico a quien escuchó suspirar, una vez pudo alcanzarlo.
    - Ah… ¿Por qué el universo parece estar hoy en mi contra? Qué duro es esto de tener acosadores…
    - Lamento ser tan afortunado pero quiero hablar contigo.
    - ¿Qué demonios quieres? – Preguntó, mirándole de reojo.
    - Estábamos hablando sobre qué hacer para llegar hasta Frisk y… Lo único que sé es que te necesitamos a ti. ¿Puedes localizarle, no?
    - … - pero no hubo respuesta.
    - Intentaba decirle a los chicos acerca de cuándo comenzar, no sabemos por dónde queda la base de Azula y no podemos permitirnos el lujo de perder mucho el tiempo. Pensé en decírtelo pero es que no me has dado tiempo. Por cierto… ¿Cómo va tu herida? ¿Se ha curado?
    - Frisk sigue inconsciente. No puedo saber a ciencia cierta por dónde está, necesito un poco de concentración y ahora carezco de la tranquilidad para hacerlo.
    - ¿Eh? – Sokka alzó las cejas. - ¿Es que ocurre algo? ¿No te sientes bien?
    - No, bueno… - Bajó la mirada. - … … - Permaneció en silencio unos instantes. – Cosas mías.
    - ¿Seguro? Siempre… puedo intentar escucharte. Mira, quizá no nos conocemos de mucho y no confiemos el uno en el otro pero te necesitamos para encontrar a Frisk y ponerlo a salvo, es por él que te has unido a nosotros, ¿No?
    - Principalmente. Mi objetivo es Azula, también.
    - Supongo que… por lo de ese dichoso dra… - Iba a decir pero vio la tremenda hostilidad en los ojos penetrantes de Chara y automáticamente rectificó. - ¡Por lo de tu dragón! ¡Es normal que estés resentido!
    - Resentido es poco. Alguien como tú jamás entendería algo así.
    - ¡Eh! ¡No eres el único que ha pasado por cosas malas, míster-chulo-piscinas!
    - Te llamabas… ¿Sokka?
    - Qué milagro, tú acordándote de mi nombre. ¿Estás enfermo?
    - ¿Te quieres ir a la mierda? – Chara empezaba a perder la paciencia.
    - Contigo no, gracias.
    - “¿Desde cuándo yo…?” – Pensó desconcertado hasta suspirar. – Sokka. – Lo llamó. – Sólo necesito un poco de tiempo. Cuando Frisk despierte, podré sentirle mejor y entonces podremos ir a buscarle.
    - ¿Afecta en ese sexto sentido vuestro, que uno de vosotros esté inconsciente?
    - Sí. En mi caso, al ser su gemelo… no recibo tan eficazmente las reacciones que él tenga porque su mente no está activa del modo en el que es necesario. Sólo puedo sentir las mínimas reacciones físicas que tenga pero no suelen ser suficientes.
    - Entiendo. No es que esperar sea la mejor opción pero… ¿Es la única que tienes, ahora mismo?
    - Podemos arriesgarnos a perder el tiempo buscando a esa arpía, pero no quiero recurrir a eso. Si nos ven, ella misma o cualquiera que esté de su lado… podría hacerle daño a mi hermano y su vida peligraría. No deseo que ocurra eso.
    - … … - Sokka extrañamente permaneció callado. – Qué raro tú siendo tan protector con Frisk. – Chara le miró de reojo y entrecerró un poco la mirada. - ¿Estás intentando jodernos de nuevo, verdad?
    - Bien. Si sólo has venido a juzgarme ya puedo irme entonces. – Empezó a alejarse con cada paso.
    - ¡Hey! ¡Espera, espera! ¡No te lo tomes tan a la tremenda! – El moreno se acercó a él, cogiéndole de la muñeca para pararle. - ¡Sólo estaba tomándote el pelo!
    - Pues te aconsejo no hacerlo conmigo con este tema.
    - ¡Caray! ¡No se te puede gastar ni una broma!
    - No me gustan las bromas, Sokka de la Tribu del Agua del Sur.
    - Y a mí no me gusta tu actitud Chara de la Tribu del Valle Perdido. – Se encaró a él.
    - ¿Ah sí? Mira cuánto me importa.
    - Lo mismo te digo.
    - Entonces no hay nada que hablar con un payaso como tú.
    - Tú eres el payaso haciendo un drama. Oye no pagues con nosotros si tu vida es un…

    Sokka fue silenciado automáticamente con una tremenda bofetada. Fue algo tan inesperado que el muchacho se quedó perplejo. Tardó incluso unos instantes en reaccionar y llevar su mano a la mejilla roja a causa del golpe que había sido con la mano abierta y zurda de Chara. Pero, al observar con sus ojos azules los escarlata del maestro del fuego, vio en esa mirada un dolor oculto en su expresión impasible. Efectivamente… Chara ocultaba o intentaba ocultar sus emociones.

    - Tú no sabes nada de mí, así que cierra la boca o te la cerraré yo para siempre.


    * * *



    Hasta aquí la 10ª parte, espero que os haya gustado mucho y nos veremos pronto en la próxima actualización.

    See'ya!


    Edited by Sly D. Cooper - 9/4/2017, 01:24
     
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  6. Talahu Zahar
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    ya casi me olvidaba de pasarme por este fic también, tengo una memoria de pez, lo sé. Las cosas se me pasan a mejor vida en tres segundos, ¿qué te parece? alucinante, ¿verdad? lo sé, es genial (?)

    me parece interesante la relación de Chara con el grupito, parece que entre unos y otros poco a poco le van tocando el kokoro :V, a ver si ese pendejo huevón deja de meterse en problemas y se ocupa más en ser un niño bueno eso es imposible, todos acá lo sabemos hahaha aunque Chara se me hace muy uke liante con cuchillo en mano adorable en según qué ocasiones. A ver cómo termina la cosa o qué pedo, qué habrás pensado para continuar el fic.

    oye una preguntilla, ¿por cuánto más lo vas a alargar? O_O
     
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    Holaaa, quant de temps :V ja estic aquí, per fi jeje (ui mira, la pasma!! :V faltes tu per dir-ho jaja)

    Primer de tot, m'ha resultat sorprenent el moment de confiança que ha tingut Chara amb l'Aang, no per explicar tot el queha explicat, que vale,és un pasote de confiança, sino per atrevirse a posar contacte físic amb ell... realment no ho esperava, haestat tendre i emotiu perquè realment es veia que Chara estava fet caldo. La cosa és que com sempre, aquest moment no dura gaire i poc a poc torna a aparèixer el Chara de sempre... i ja no em sorprèn que negui tot el que diu l'Aang. És com jo quan escolto els crits dels nanos de 2n d'ESO, la simfonia matinal de sempre :V està bé que l'Aang tingui paciència... és algo que Chara necessitarà molt.

    D'altra banda, joder, Sokka, ni veient a Chara tan fotut ets incapaç de fer-lo enfadar? XD jo veig en Sokka bastant més curós quan hi ha problemes així amb algun amic/conegut, pro bueno, tampoc em desagrada aquesta versió :) pro bueno, també té el seu bon moment demanant ajuda i intentant preocuparse una mica per Chara... aix! pon un sokka en tu vida! jaja

    En fi, en aquest capítol no hi ha tant a comentar, així que venga, venga, a por el siguiente :V espero poder fer més coses ara que estic a Tona i internet torna a anar com el puto cul XDD

    Espero que estigueu les dues bé, fins una altra! :)
     
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    ¡Muy buenas, pajaritos y pajaritas! Lamento la tardanza, digamos que el vicio con otras cosas me ha cundido el tiempo :V, ¡Pero ya estoy aquí! Espero no volver a tardarme tanto...

    Kaiku-Kun: heya!! Merci pel teu review i perdona que trigués. Sí, ja sabia jo que les accions de Chara amb l'Aang t'impresionarien al menys una mica, espero que aquesta part també t'agradi :), i una vegada més... gràcies per comentar-me el fic, sense tu no el podria seguir continuant!!


    SPOILER (click to view)
    ¡He aquí la música! ¡Que nunca debe faltar!

    1. Shaman King - Tomo No Tasuke OST
    2. Undertale - Memory OST


    Capítulo 11



    - ¿Chara?

    Me di la vuelta cuando escuché mi nombre. Vi tras de mí a aquél maestro del agua que apenas llevaba cuatro días contados conociéndole. A él y al resto de la tribu de este lugar. Un lugar llamado el Polo Norte.

    - ¿Asriel?

    Él se me acercó con una amable sonrisa mientras yo me mantuve algo impasible. Su cabello albino y su nívea piel parecían brillar a la luz de la luna y era algo sorprendente. Nunca había visto algo así. En el Valle Perdido nadie tuvo esos rasgos a excepción de aquellos viejos aburridos.

    - Pensé que estabas descansando. – Me dijo con calma. – Sabes que mamá te tiene dicho que no estás del todo recuperado y que no deberías hacer esfuerzos innecesarios.
    - Toriel se preocupa demasiado. No hay necesidad de eso. Estoy bien.
    - ¿De verdad? – Asriel no pareció convencerse demasiado pero… me daba igual.

    Nos quedamos en silencio. Sabía que Asriel tenía mucho que decirme pero al parecer se encontraba incómodo para atreverse a soltar palabra de lo que en verdad deseaba decirme. Aunque… creo que no era necesario. Sabía que había estado inconsciente por mucho tiempo.

    - Chara. – Me llamó entonces. – Tienes que saber algo. – Hizo una pausa intencionada para ver si contestaba pero no lo hice. Me mantuve callado. – Mamá no ha querido decirte nada, y tampoco el maestro Pakku.
    - No creo que Pakku tuviera la obligación de mantenerse pendiente de mí.
    - Sí, ya lo sé pero… - Le oí suspirar. – Cuando llegaste aquí, siendo traído por tu dragón… mamá y Yagoda decidieron llevarte al estanque de la ciudad porque tu vida corría peligro. Ellas intentaron curarte pero parecía que todo lo que trataban de hacer era inútil. Es como si… una parte de ti se hubiera rendido y decidiera morir que preferir seguir viviendo. – Me contaba. – Cuando te llevaron al estanque, el agua milagrosa te curó pero… seguiste sin reaccionar. Mamá me contó que era porque tu alma no encontraba un descanso o la paz necesaria para regresar con nosotros. Ella dijo que estuviste en el Mundo de los Espíritus. ¿Es eso cierto?
    - Quién sabe. – Cerré los ojos.
    - ¿No lo recuerdas? – Me volvió a preguntar, insistiéndome. Asriel tenía curiosidad sobre ese lugar, tan lejano y tan distante… tan inalcanzable por la mano humana. Sólo disponible para el Avatar y unos pocos privilegiados que eran capaces de llegar hasta allí.

    Decidí no responderle y supe que eso le causó más impaciencia, y más dudas. Pero supongo que podía acostumbrarme a personas de su tipo. Asriel… era inocente, quizá mucho más que mi propio hermano. A saber qué había sido de Frisk. Aún seguía preocupado por su paradero.

    - Oye Chara. – Escuché. – No sé si lo sepas o te lo hayan dicho pero… Estuviste un año y medio sin despertar después de ser curado. ¿Cómo te sientes?
    - Supongo que… … Igual que tú, imagino.
    - ¿Eh? ¿A qué te refieres?

    Ahora mismo estaba confundido. No sabía exactamente cuáles eran mis emociones, había una gran mezcla de ellas en mi interior en estos momentos. Albergaba tristeza, mucha soledad pero también… calma, una serena paz y… un gran vacío.

    - ¿Eres un maestro del agua, Asriel? – Decidí preguntarle. Él se sorprendió. No necesité mirarle para confirmarlo.
    - Bueno… Aún soy un aprendiz. – Se avergonzó. – Papá me enseña las bases cuando puede. Él suele estar ocupado. Así que el maestro Pakku es el que se encarga de mí. Es muy estricto.
    - Así que… Pakku.
    - ¿Tú… Qué clase de maestro eres?
    - ¿Realmente quieres saberlo? – Pregunté. – No creo que te guste mi respuesta.
    - ¿Por qué?

    Hasta ahora no había demostrado mi dominio con el fuego, o el pequeño que tenía con el aire. Estaba seguro que para esta gente, el fuego no era algo agradable. Tal vez si le mostraba a Asriel mi arte de control… Los demás me echarían de aquí en cuanto tuvieran la oportunidad. No era demasiado seguro tener a un maestro del fuego como yo aquí. Aunque… Ryutaro era un dragón que escupía lanzallamas por la boca y no han hecho nada contra él así que…

    - Asriel. – le llamé de repente. – Dime una cosa… ¿Tú sabes qué significa lo llamado la Nación del Fuego? – En cuanto pregunté eso, sentí el miedo de Asriel, su inseguridad.
    - La Nación del Fuego es un país que queda lejano del nuestro. La gente de allí es mala, lleva mucho tiempo detrás del Avatar y creemos que está muerto pero yo tengo esperanza de que no es así, a pesar de que desapareció hace cien años. La Nación del Fuego es la que empezó una larga e interminable guerra. Causó destrucción allá a donde fue. ¿Por qué la pregunta?
    - Entonces… ¿El Avatar está vivo?
    - Sí, eso dicen. Bueno… ¡Yo no sé quién o cómo es! ¡Pero hay muchos rumores que dicen que sigue vivo! Algunos maestros de nuestra tribu que han salido de viaje, han vuelto oyendo esas cosas de las que habla la gente sobre el Avatar. ¿No crees que ser alguien tan importante es muy guay? Si él está vivo aún puede derrotar a la Nación del Fuego y quitarnos este miedo a todos. ¡Jo, Chara! ¡Estoy emocionado con tan sólo imaginarlo!
    - … … - Me mantuve en silencio. – No, para nada. El Avatar sigue siendo una persona a fin de cuentas, no es muy diferente. Es otra desgracia como muchas otras.
    - … … ¿Chara? ¿Por qué dices eso? El Avatar… Es genial.
    - No, no lo es Asriel.
    - Pero…
    - Buenas noches.

    Me di la vuelta y empecé a irme. Sentí su desilusión y el sentimiento que producía el hecho de no entender algo o a alguien. A mí, en este caso. Desde que desperté aquí en el Polo Norte y conocí a esta gente… Asriel y yo nos convertimos en buenos amigos pero nunca hasta ahora he permitido que supiera ciertas cosas de mí más allá de las evidentes. Asriel… Era una buena persona, a diferencia de mí tenía un buen corazón y también a gente que le amaba, a su familia.

    Yo, sin embargo… sólo tenía a Ryutaro, y esperaba también tener a Frisk allá donde él estuviera, eso si es que estaba. Apenas tenía algo con lo que mantenerme atado a este mundo. La vida en sí… No era gran cosa. Era… Era ese “algo” capaz de ser eliminado con una bárbara facilidad. La vida podía erradicarse tan fácil como lo era el crearla.

    - Chara, espera. – Asriel me detuvo al cogerme de la muñeca. – Yo… No comprendo por qué pareces odiar al Avatar. Él… Es una gran persona.
    - Tú y yo pensamos cosas diferentes de esa entidad. Tú le aprecias, le respetas e incluso le has cogido un afecto que no debería existir, pues ni lo conoces. A mí el Avatar no me ha dado nada, solamente su sola existencia me lo ha quitado todo. No tengo un motivo por el que venerarlo ni amarlo y mucho menos respetarlo. Siempre ha sido un problema en mi vida. Eso jamás cambiará. Este es mi destino.
    - Pero eso… No es justo Chara. El Avatar tampoco te conoce a ti, no creo que te haya hecho nada.
    - El Avatar no necesita conocer a alguien para hacer daño. Ni siquiera me apetece saber quién es ahora mismo. – Le miré al girarme. – Estaría mejor como debería: muerto.

    Con eso me solté y terminé de marcharme, dejando allí plantado al pobre Asriel con un sentimiento de pura tristeza y desconcierto por no comprender mi odio hacia el Avatar pero… el que no entendía nada aquí era yo. Estaba en un mundo completamente desconocido para mí, del que no sabía nada, y sentía que no encajaba. Además… Mucha gente no conocía a ese personaje, a esa entidad. Allá a donde había ido, seguro habría causado problemas. ¿Por qué entonces la gente lo amaba incluso sin conocerlo? Puede que la Nación del Fuego me lo hubiera quitado todo por su causa, pero… a lo mejor esa gente era más lista y habían llegado a comprender que el Avatar no merecía tales sentimientos.

    Aunque la Nación del Fuego también debía de desaparecer. Y desaparecería. Yo mismo me encargaría de vengarme de ellos, eso es un hecho. Aunque… Ahora que sólo tenía a Ryutaro, y que los dos seguíamos vivos… ¿Qué podía hacer?

    ¿Qué camino debía tomar?

    Le di vueltas y vueltas a esa pregunta durante toda la noche. No dormí. Desde que desperté en el Polo Norte y empecé a familiarizarme con Asriel y el resto… me había mantenido todo el tiempo despierto que era capaz. Pero nunca dormía solo. Siempre con Ryutaro. Sólo podía dormir a su lado, porque sólo confiaba en él. De esa manera… alejaba las pesadillas y descansaba bien. Ryutaro siempre permanecía calmado, sus emociones siempre tranquilizaban las mías y sus pensamientos calmaban mi mente.

    Cuando amaneció, yo estaba sentado con Ryutaro viendo el sol salir por el horizonte. Esos rayos de oro dieron el inicio del nuevo día y volvieron a calentar la superficie terrestre, y hacer también más fuerte mi dominio con su sola presencia. Volví a ponerme la capucha del abrigo que me dieron, para cubrir mi mirada. Tanto hielo y un paisaje casi blanco… Hacía que, a la luz reflejarse, me dolieran los ojos.

    - ¿Otra vez haciendo el vago? – Una voz masculina me sacó de mis pensamientos. – Veo que no haces más que estar aquí con tu dragón sin dar palo al agua, pequeño maestro del fuego.
    - Ahá… Así que usted sabía que yo soy un maestro del fuego desde el inicio.
    - Nadie viene aquí con un dragón todos los días. ¿No crees que sea algo evidente?

    Me quedé mirando a ese vejestorio decrépito no de manera amigable precisamente. Él lució impasible. Estaba sereno, no me tenía miedo. Sabía perfectamente que era más fuerte que yo, y que no tendría muchas oportunidades contra su persona, porque no estaba en mi terreno. Yacía rodeado de agua y hielo, lo ideal para todo un maestro experimentado con el agua como ese hombre. Suspiré y acomodé mejor la capucha.

    - ¿Qué quieres de mí?
    - Aunque no eres un maestro del agua, quiero que estés presente en mis clases. – Sí, sus motivos iban más allá. Quería estar pendiente de mí. Al menos por esta vez. Sin embargo… Él guardaba una segunda intención, no sé cuál y eso sólo despertaba mi curiosidad pero también mi desconfianza.

    Como se notaba que tener a un maestro del fuego por aquí causaba una gran inquietud. Jeh… pero qué asco de gente. Pero… mirándolo desde otro punto de vista, de ese modo podría ver el nivel de Asriel. Él decía ser un simple aprendiz pero no confiaba en sus palabras. Mentir era fácil y desgraciadamente el ser humano era muy mentiroso. Y yo era como el que más.

    - No tiene mucho sentido estar presente si no tengo dominio de Agua Control.
    - Aún así siempre puedes participar aunque sea un simple combate cuerpo a cuerpo.
    - Ah, pero Pakku eso es un gran fastidio. – Reproché, llevando hacia atrás mis manos. – Eso es muy aburrido.
    - Mmm… ¿Qué? ¿Me estás diciendo que prefieres entrenarte un poco conmigo? – Cuando dijo eso no evité abrir los ojos y mirarle. Una parte de mí se emocionó y se impacientó. – Ya veo… Así que es eso. Bueno, podré hacerlo posible si pones de tu parte.
    - Hehe… qué chantajista eres, Pakku.
    - No seas tan insolente, muchacho. Para ti soy maestro Pakku aunque no tengas Agua Control.
    - Jeh, como diga… Maaaestro Pakku. – Dije con total burla.

    * * *



    - Hey, por fin de vuelta. ¿Qué tal tu paseo por las musarañas? – Sokka se había dado cuenta de la ausencia de Chara.
    Todos estaban sentados alrededor de la fogata, mientras cenaban. Aang y Sokka estaban sentados juntos, justo delante de Chara quien era acompañado por Toph, y a la derecha de ésta, Zuko y Katara, para en la izquierda acabar con Ty Lee… y Momo.
    - No estaba en las musarañas. – Respondió Chara con calma.
    - ¿Quizá recordando algo? – Se atrevió a cuestionar Toph. Chara le miró, y ella sonrió. - ¿Qué? Tus reacciones físicas eran muy nostálgicas.
    - Yo no… - Casi intentó negarlo pero terminó suspirando, viendo que no le iba a servir de nada. – Sí, bueno… lo que sea.
    - ¿Podemos saber… qué pensabas exactamente? – Habló Katara con prudencia.
    - En jodernos la vida, eso seguro. Se le da tan mal que por eso lo hace constantemente.
    - Cállate Sokka.

    Chara estuvo observando el fuego aunque, sus escarlatas e intimidantes ojos pasaron a estar sobre el Avatar, quien no se le pasó por alto eso. Los dos estuvieron observándose mutuamente en completo silencio y Toph notó una creciente tensión entre ellos. Zuko y Katara cruzaron la mirada el uno en el otro y ella se encogió de hombros.

    Justo en ese momento, el Avatar abrió sorprendido sus párpados cuando vio los ojos de Chara iluminarse del mismo modo en que le ocurrió a Frisk tiempo atrás cuando quiso llevarlos a ellos hacia el Valle Perdido, guiándoles por el mismo. Puede que no fuera la primera vez que veía eso pero, de todos modos… se le seguía haciéndole algo muy curioso de ver.

    - Frisk se ha despertado. – Habló Chara que había ignorado de pleno la pregunta que Katara le hizo minutos antes.
    - ¿Eh? ¿Y cómo sabes tú eso? – Ty Lee era la más curiosa del grupo ahora mismo.
    - Es una larga historia que no te incumbe. – Por supuesto, el maestro del fuego fue frío y tajante con ella.
    - Lo que quiere decir Chara es que…
    - Sokka, no. – Se le adelantó Katara.
    - ¿Qué? Si no iba a decir nada malo.

    Zuko se rio por eso así como Aang. Por supuesto, parecía que Katara prefería tener el ambiente tranquilo y eso añadía el hecho de evitar que Sokka soltara alguna de las suyas y que Chara reaccionase mal. Suficiente esfuerzo hacía ella soportándole. Seguía sin confiar en el muchacho, ya que era a causa de él que Frisk había sufrido tanto. Un sufrimiento que sencillamente le podría haber evitado. Para Katara, Chara no era el ejemplo adecuado de tener un hermano.

    Sokka bufó.

    - Frisk y Chara tienen un… Una especie de instinto que los mantiene conectados a los dos. – Aang quiso hacer su intento por darle una explicación a Ty Lee. – Es por eso que…
    - Ah… - Suspiró Chara sonoramente. – Es un sexto sentido con el que nacemos. Nos permite localizar nuestro lugar de origen en cualquier momento según lo deseemos y dependiendo también del grado de desarrollo que tenga esta habilidad. Frisk no lo controla conscientemente porque todavía no lo ha aprendido, así que él localiza nuestro hogar involuntariamente así como es capaz de sentir cualquier cosa que me ocurra a mí. – Terminó por contarlo casi sin ganas.
    - ¿Entonces es también a la inversa?
    - Sí, por supuesto. – Chara alzó su mirada, observando el cielo nocturno. – Es algo mutuo. Frisk y yo somos hermanos gemelos, estamos estrechamente vinculados el uno con el otro. Y sin necesidad de este sexto sentido, nos podemos sentir mutuamente, tanto física como emocionalmente.
    - Pero hay algo que no entiendo. – Dijo Sokka. – Hasta ahora, tú has sido el único que nos ha encontrado a nosotros a raíz de tener a Frisk a nuestro lado, pero Frisk nunca ha podido hacer lo mismo.
    - Ps, es algo lógico si tienes en cuenta que una habilidad se debe de desarrollar antes de poder usarla correctamente. Por más que la poseas, si no la fortaleces, si no la haces evolucionar, si no avanzas con ella… Te será inútil. Eso es lo que le ocurre a Frisk. Él no sabe cómo desarrollar esa capacidad.
    - ¿Y por qué no se lo enseñas?
    - Porque no me conviene hacerlo. No quiero que me estorbéis cada dos por tres.
    - Gracias, nosotros también te queremos mucho – Sokka terminó con su sarcasmo de siempre.
    - De todos modos, si estás aquí es porque realmente le quieres. – Habló Toph. – En cuanto Ty Lee llegó y nos dijo lo ocurrido, una parte de ti se negó a dejar atrás a tu hermano y sentiste la necesidad de ayudarlo. Y no lo niegues, no te va a servir de nada mientras esté presente. – Como no, le refrescó la memoria con su habilidad de detectar las mentiras y las verdades.
    - ¿Y qué si es así? Como ya dije, eventualmente le mataré. A él y también al Avatar. – Dicho eso, Chara se levantó y se marchó, alejándose nuevamente.

    Aang suspiró. Otra vez el maestro del fuego se encerraba en sí mismo aunque, Toph empezó a reírse ligeramente y eso le llamó la atención.

    - Está mintiendo. – Dijo la maestra de la tierra. – Intenta hacerse el duro, pero realmente se encuentra muy preocupado por Frisk y se enfada porque no puede porque su herida es un impedimento importante.
    - Debería revisársela… - Katara acarició su brazo. – Tal vez… Chara no sea tan malo después de todo, ¿No?
    - Tú cambiando de opinión… ¿No estarás enferma? – Habló Sokka. – O… ¿Puede que sea porque Zuko está aquí?
    - ¡¡Cállate Sokka!!

    Ellos volvieron a troncharse de risa y gracias a eso, el ambiente se relajó lo suficiente para que ellos pudieran tranquilizarse. Toph movió hacia atrás su rostro, por la dirección en la que se fue Chara. No estaba muy lejos, por lo cual aún era capaz de sentir los pálpitos de su corazón incluso a esa distancia. Se mantuvo donde estaba sentada. Poco a poco, Toph empezaba a darse cuenta de que si Frisk era un mar de emociones, entonces, Chara era toda una tormenta. Irónicamente, ambos gemelos hacían lo mismo: reprimirse.

    El rato fue pasando y cada uno, rindiéndose al sueño. Durante el tiempo que estuvieron despiertos, especialmente Sokka, Zuko y Aang, decidieron intentar hacer planes para rescatar a Frisk sabiendo ya de antemano que la ayuda de Chara jugaba un papel clave. En eso ellos estuvieron de acuerdo.

    - Sólo espero que no se le crucen los cables y le dé por darnos una sorpresa. – Dijo Sokka en voz baja para no despertar a las chicas.
    - ¿Acaso no te lo prometió? – Aang miró al moreno. – No veo a Chara rompiendo su palabra.
    - Sí, yo también estoy igual. – Habló Zuko. – Si hubiera tenido intenciones o si las tuviera… yo creo que ya habría hecho algo, incluso aprovechando que descansamos y bajamos la guardia.
    - No porque Toph reaccionaría antes.
    - Créeme Sokka, Chara no nos va a traicionar. – Sonrió Aang. – Confío en él.
    - De todos modos… - Suspiró Zuko. – Me sorprende un poco que Frisk tuviera un hermano gemelo. ¿Cómo es que no lo dijo desde el principio? Eso nos habría ahorrado algunos problemas.
    - Por aquél entonces Frisk estaba muy mal y además, no tenía seguro que su hermano siguiera vivo. Él mismo creía que había muerto junto a su gente.
    - Seh, fue el propio Chara que se nos presentó así por las buenas. Fue mucho peor que tú, Zuko. – Le señaló Sokka. – Ese tío está mal de lo suyo.
    - No. – Zuko miró por la dirección en la que se había marchado hacía ya rato el maestro del fuego. – Iré a hablar con él.
    - ¡¿Qué?! ¡Ah! ¡Otro con un juicio sano! ¡Este mundo va cada vez mejor!
    - Yo creo que a lo mejor puede ser positivo. – Opinó Aang viendo a Zuko irse. – Zuko y Chara son bastante… parecidos.
    - ¿En qué? ¿En el blanco de los ojos?

    Aang suspiró y llevó su mano a cara mientras negaba con la cabeza. Sokka resopló y volvió a meditar sobre ideas para rescatar a Frisk. Con una Azula oculta y una pandilla de secuaces bajo sus órdenes… Cualquier cosa podría pasar. Al menos, intentaría asegurarse de no convertirse en humano frito o a la parrilla. Seguro la carne humana no estaba buena. Un momento, ¿Y por qué pensaba en eso ahora? ¡Él no era un caníbal!

    Al final, Sokka y Aang decidieron echarse un rato. De todos modos, tenían por seguro que Chara seguiría despierto porque era tan tozudo que se empeñaba en no descansar. Era un hábito preocupante, ya que incluso el propio Frisk lo había hecho en algunas ocasiones y de tanto en tanto, seguía haciéndolo aunque con menos frecuencia.

    - Hola, Chara. Esto… ¿Te importa si me quedo aquí? – Zuko se había acercado al chico que no le contestó. Zuko entonces decidió actuar libremente y se sentó. Espero unos minutos, en los que de vez en cuando miraba al otro. – Dime una cosa. – Pidió, rompiendo el silencio. - ¿Por qué decidiste ayudar a Aang y a los demás?
    - Ya eres el tercero que me lo pregunta. Parece que os gusta que os repita las cosas.
    - Bueno… tiene su lógica, ¿No crees? Tú eres el primero que hace que el resto haga lo mismo contigo.
    - Ah… - Suspiró. - Te convendría saber que no llevo bien que me comparen con los demás.
    - No estaba haciéndolo.
    - Lo que sea. Lárgate. Mañana será otro día y necesitareis energía.
    - ¿Y tú?
    - Buah, yo no tengo sueño.
    - ¿Seguro? Ayer tampoco dormiste.
    - No es tu problema.
    - Chara. – Lo llamó. – Todas esas cicatrices mal cerradas que tienes por casi todo el cuerpo…
    - Vete a dormir. – Quiso interrumpirle.
    - ¿A qué se deben?

    Chara resopló y en pocos instantes creó un cuchillo de fuego, clavándolo a un lado del árbol, a centímetros de la cabeza de Zuko que se quedó casi mudo. Afortunadamente Chara lo sacó antes de que el tronco ardiese. Sin embargo, esa acción había sido muy hostil. Su posición estaba muy clara.

    - De todos modos… - Zuko volvió a hablar. – Yo confío en ti. – Dijo pero entonces, Chara se le tiró encima, apretándole el cuello con sus manos, estrangulándole, aunque cada vez ejercía menos fuerza. - ¡Eh…! ¡¿A qué viene es…?!
    - ¡¿Qué confías en mí?! ¡¿Quieres morir o qué?! ¡¿Qué es eso de que confías en mí?! ¡Yo he intentado matarte en más de una ocasión! ¡¿Crees que decir eso, cambiará algo?!
    - No busco que cambie nada. Quise ser honesto. Sé que, independientemente de lo que haces… y de lo que hiciste, llevas un por qué dentro. Tú también actúas con motivos. – Zuko pudo apreciar que Chara parecía cambiar ligeramente la expresión de su rostro.

    De esos ojos escarlatas tan enfurecidos, algo en él reaccionaba. Zuko supo verlo. Una coraza que protegía ese corazón herméticamente cerrado… que simplemente comenzaba a agrietarse. Su odio empezaba a resquebrajarse lentamente. Chara se apartó de él, de malas maneras.

    - ¡¿Déjalo, vale?! ¡Tú…! ¡Tú no entiendes nada!
    - ¿Y qué es lo que no entiendo, según tú? – Zuko se puso de pie, viendo al castaño de espaldas a él. – Créeme que podría comprenderte muy bien si tan sólo decidieras dar un paso hacia adelante, en lugar de encerrarte de la forma en la que lo estás haciendo.
    - Cállate. Muchos os empeñáis en llevar la razón como si realmente supierais algo sobre mí pero… ¡No sabéis nada! ¡Sois sólo un montón de…!
    - ¿Escoria barata sin significado? Sí, eso ya lo hemos oído de ti. Pero… Es cierto que nosotros apenas empezamos a conocerte. Eso lo reconozco, aunque – cerró sus ojos – Chara, de todos nosotros, hay alguien que te conoce mejor que cualquiera, ¿No es así?

    Al decir eso, Chara alzó su rostro y poco a poco, fue girando la cabeza para observarle de reojo. Zuko lucía tranquilo porque sabía que… Bueno, más que saber era una sensación que albergaba. Sentía que… estaba alcanzando a la persona que justamente, se hallaba delante de él. Y con ese sentimiento, Zuko no retrocedería. Si podía hacer algo para que Chara detuviera o cediera de una vez y abandonase el sendero por el que había estado hasta ahora…

    Entonces, no retrocedería ahora ni después… ni nunca.

    - Aún tienes a Frisk. – Habló el mayor. – Él sigue vivo, te sigue queriendo. De hecho… Chara. – Se acercó a él y pudo tocar sus hombros con sus manos. – Todos, en nuestra mayor o menor medida te tenemos nuestro aprecio.
    - … - No dijo nada. - … … - Pero bajó las cejas mientras su rostro expresaba tristeza. – ¿Por qué? – preguntó en voz baja. – ¿Por qué os esforzáis tanto? Incluso tú… A quien yo he intentado matar repetidas veces, por odio y venganza. No deberías tan siquiera acercárteme.
    - Al principio estaba confuso acerca de ti y sobre ti. No te conocía. No sabía nada en lo referente a ti. Eras un misterio. ¿Recuerdas nuestra batalla con Azula? Días después, Aang y los chicos aparecieron y vinieron a verme. Frisk tuvo una premonición sobre nuestro enfrentamiento y quiso acudir para asegurarse que estaba bien. Ellos también vinieron porque querían verte. Al menos, estoy seguro que Frisk deseaba hacerlo. ¿Sabes lo que significa eso, Chara?

    Zuko guardó silencio, esperando una respuesta… que nunca vino. Chara no dijo nada. Él era incapaz ahora mismo de soltar una palabra pues un nudo en su garganta se lo impedía. Se forzaba a sí mismo, de no liberar las emociones que le atacaban desde dentro. Zuko suspiró y giró a su interlocutor, de quien no pudo ver la mirada porque tenía la cabeza bajada y su flequillo la ocultaba.

    - Significa que… no estás solo. Nos tienes a tu lado, incluso si no lo crees así. Sabemos que no eres una mala persona y que lo que haces tiene una razón que lo justifica. Es cierto que debes pedir perdón por el daño que has causado, pero encontrarás tu manera de redimirte. Estoy seguro. Yo hace un tiempo, era parecido a ti, ¿Sabes? – Le explicaba. – Estaba obsesionado con encontrar al Avatar y entregarlo a mi padre, entregarlo a una muerte casi segura. Trataba mal a la gente, incluido a mi tío Iroh a quien llegué a decepcionar muchas veces. Metí en problemas a mucha gente, me confundía constantemente a la hora de hacer las cosas, y tomaba malas decisiones. Me equivocaba, y me frustraba. Pero aprendí a no pagarlo con la gente, y aprendí de mis errores. Sé que tú… eres…
    - Soy peor que tú, no me importa oírlo. – Habló Chara. – Desde siempre me lo han dicho… nunca he sido nada para nadie más allá que un demonio. Solamente hago esto porque… porque debo de hacerlo. Hace tiempo hice una promesa a quizá, una de las únicas personas que realmente vio algo bueno en mí y que quiso darme una oportunidad. Por ella… he hecho todo esto hasta este momento.
    - Quizá… ¿No crees que puedas encontrar una forma alternativa de llevar a cabo tus objetivos? No sé, en lugar de derramar la sangre, en lugar de quererlo eliminar todo… ¿No te parece que esa persona que tanto te quiso, se disgustaría mucho viéndote así? Si te dio una oportunidad a lo mejor fue porque buscaba que tú se la pudieras dar al mundo. Puede que quisiera mostrarte eso para que aprendieras su ejemplo.
    - ¿Tú crees?
    - Lo creo. Ahora estás… hundido en la oscuridad, quizá no por voluntad pero hay quienes quieren sacarte de ella pero… ¿Por qué no te has dejado?
    - … … - Guardó silencio pero suspiró. – Es el único modo que conozco. Destruir todo mi alrededor, alejar a todo el mundo tal y como hicieron conmigo. Yo antes necesité algo que no quisieron darme… y ahora no necesito absolutamente nada, y a nadie. Me basto yo solo.
    - Hm – Zuko sonrió y puso su mano sobre la cabeza del chico. - ¿Sabes? Yo pensé de esa manera durante mucho, mucho tiempo. Sé cómo te sientes, en cierta manera. Te sientes herido, acorralado. Estás asustado, ¿No es así? Pero para eso hay una solución.
    - ¿Qué? – Por fin, Chara le miró. Aunque Zuko no evitó asustarse un poco, por lo tétricos que lucían esos ojos a pesar de todo. Sin embargo… si lo pensaba mejor, es como si ahora estuviera ante un niño indefenso que simplemente lo había perdido todo y que la desesperación le movía a hacer cosas malas.
    - Hasta ahora te has mantenido firme en todo lo que has hecho, ¿No es así? Tú, con tu ilimitada determinación has hecho cosas que otros no podrían. Pero eso también ha acabado por pasarte factura. Eliminar vidas ajenas, matar a gente que no lo merece… sólo ha hecho que te llenes de odio, ¿Verdad? Si quieres solucionar tus problemas, puedes hacerlo sin necesidad de llegar a esos extremos, Chara. – Decía. – Aún existe algo tuyo. Aún existe… un ser querido. Dime, ¿No es ése Frisk?

    Justo en ese momento, Chara abrió de par en par sus ojos, atento a los de color ámbar de Zuko. Parecía que sus palabras empezaban a hacer un efecto cada vez mayor. La hostilidad de Chara prácticamente había desaparecido. Ahora desprendía un aura llena de soledad, de sufrimiento reprimido durante tantísimo tiempo, de la necesidad de llamar por ayuda y que alguien… acudiese. Que simplemente llegase alguien para darle y ofrecerle apoyo, para demostrarle que no estaba solo, buscando a una persona que sencillamente le tendiese la mano con buena fe.

    Definitivamente, Zuko ahora mismo, estaba descubriendo cosas importantes de este peligroso maestro del fuego. Descubriendo su lado más vulnerable, más frágil. No parecía ser tan fuerte de espíritu como siempre intentó hacerlo ver. A lo mejor… es que nunca lo fue. Simplemente se forzó a sí mismo para pretender ser fuerte y como resultado, únicamente se rompía por dentro. Y todo esto… ¿Con qué motivo?

    - ¿No quieres proteger a Frisk de una mejor manera? Puedes hacerlo sin que le suponga un sufrimiento. Puedes encontrar la forma de velar por él y que os haga felices a los dos por igual.
    - Todavía no lo entiendes… nadie es capaz de hacerlo. – Dijo de repente Chara, desviando la mirada. – Todo lo que hice fue para protegerle. Quizá mi manera fue la peor de las maneras pero eso nunca me ha importado demasiado. Quise hacerle más fuerte, quise que aprendiera a hacerse mejor superando su propio dolor emocional, que dejara su egoísmo, y aprendiera, sobretodo, a no retroceder frente a una adversidad. Frisk logró perder el miedo ante el mundo, dejó de lado su cobardía, y tomó al toro por los cuernos. Enfrentó a sus enemigos con decisión y valor. Sí… - Sonrió con melancolía, cogiendo su colgante de oro en forma de corazón con la mano zurda. – Sólo quise enseñarle su verdadero yo. Su determinación. De esa manera… él se haría poderoso, y un gran maestro de Agua Control y yo… habría cumplido mi promesa. La promesa que le hice a mi madre antes de verla morir.

    Zuko se quedó mudo. No se esperó esta reacción, y menos… un motivo así, de semejante magnitud. Parecía que Chara se… ¿Se había abierto? Hubo un silencio importante entre ellos pero el mayor no dejó de observar al menor. Casi intentó abrazarle, de no ser porque Chara retrocedió antes de que pudiera hacerlo.

    - No puedo aceptar lo que dices, Señor del Fuego. No soy la clase de persona que… que se deja influenciar por los demás. Esto no significa nada. Olvida toda esta conversación, pues no cambiaré nunca de parecer. – Una vez más, volvía a dar marcha atrás. Volvía a intentar encerrarse.
    - Pero… yo…
    - Tu gente eliminó a la mía, a causa del Avatar. Sigo odiando la Nación del Fuego, y también al propio Avatar. El mundo siempre ha estado en mi contra desde que nací, ¿Por qué tengo que cambiar yo cuando nadie más lo va a intentar? Esto… - Se señaló a sí mismo. – Esto es lo que soy. Soy Chara, alguien que simplemente va a eliminar el mundo tal y como se conoce. Esto es todo lo que soy.
    - Chara, ¿Por qué te niegas a escucharme? Tú… no tienes por qué seguir con esa carga. Ya has hecho mucho, has… has cumplido de sobras tu promesa. No tienes por qué hacer eso. Aún… hay esperanza para ti.
    - No. Para mí ya no hay nada. Si me quitas mi sendero, mis objetivos, mi determinación… Desapareceré.
    - ¿Desaparecer? Espera, no te precipites. Aún tienes a Frisk. Quizá lo niegues ahora y puede que más adelante pero… Yo sé lo importante es él para ti.
    - Frisk se ha alejado de mí, lo alejaron de mí desde que éramos niños. He tenido que saber protegerle a mi manera, desde las sombras. Pero… me temo que nosotros no podemos estar juntos.
    - ¿Por qué motivo? ¿Acaso no sois hermanos? Sois libres de…
    - Yo odio al Avatar. Es imposible para mí permanecer con Frisk mientras él siga con esa molesta entidad. Ya he comprobado que intentar separarle de su lado es inútil. Frisk… ha encontrado un lugar al que pertenecer. Eso es suficiente para mí.
    - Tú también puedes hacer lo mismo.
    - No, Señor del Fuego. Yo no tengo esa habilidad. – Chara continuaba sonriendo. – Yo simplemente nací con el único propósito de cumplir con mi objetivo para eventualmente desaparecer. Ese fue siempre mi destino. Yo simplemente he abierto las puertas que Frisk necesitaba para hallarse a sí mismo, y saber avanzar. Aunque él no lo sepa, yo siempre he estado ahí justo como ahora. Pero cuando Frisk deje de necesitarme… todo habrá terminado para mí.


    * * *



    Hasta aquí la décima primera parte :D, gracias por leer y/o comentar, ya nos seguiremos viendo.

    see'ya!


    Edited by Sly D. Cooper - 9/4/2017, 01:25
     
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    Pardalet empezando una racha de comentarios jajajaja 1r Review!! No em puc creure que hagi tardat UN PUTO MES a respondre els capítols, és putament patètic... i a més em sap malament, perquè anava fent i fent i deixant i deixant. Si havia començat a llegir aquest capítol durant setmana santa, i mira quin dia som...

    suposo que és aquí on per primer cop en Chara demostra el seu odi cap a l'Avatar. En teoria ja el sentia abans, oi? Només que ara, després d'haver perdut casa seva i la seva familia és més patent. El pobre Asriel no té una sola bona ocasió de defensar al pobre Avatar jaja a més, com Chara sembla tan perdut, ara a veure qui te ous de fer-li respondre algo amb sinceritat XD

    M'ha recordat a tu i en Cuqui quan Chara diu que només dorm amb Ryutaro jeje i també a Frisk, que és més fan de l'Appa que no del seu "novio" jajaja i no sé perquè però m'esperava exactament això d'en Pakku i en Chara. Una conversa així és el pa de cada dia d'aquest parell :VV

    Ei, lo de Chara i la seva localització entrenada és algo que no esperava. Vull dir, mira que era evident, però no m'havia adonat que Frisk simplement la fa servir quan ho necessita i prou. Frisk, necessites entrenament!! XD

    Fica dos mestres del foc del tipus "I'm never happy" (citant a Zuko :V) i tindràs baralla assegurada XD m'he hagut de rellegir un parell de cops l'escena perquè no m'esperava un atac així d'en Chara XD la conversa que tenen quan ja s'han acabat de barallar em recorda bastant a mi quan em poso excessivament diplomàtic i dic coses que a lo millor no sento per fer entendre a qui sigui que el que fa no està bé. No tinc clar que tots els del grup de l'Avatar estiguin tan entregats a Chara en aquell moment XD (evidentment, més tard si).

    Ostia, ara que has nombrat a l'Iroh... ¡¡cap dels dos hem pensat de fotre'l per enlloc!! I en aquest moment en Zuko ja és senyor del foc i l'Iroh... bueno clar, deu estar a Ba Sing Se amb la seva teteria. Un dia l'hem de fer sortir :V

    M'ha agradat que fos en Zuko el que li digués tot això i s'acostés a ell. En la part emocional, tenen passats tan semblants que no se m'acudeix millor persona, a part de l'Aang, clar, per a què parli amb ell. Diguem que Chara porta la part de l'aang que ha vist la mort, i d'en Zuko porta el conflicte intern. Pero sento com que l'aang no seria capaç de tenir els nassos d'en Zuko de resistir. En l'aspecte emocional, en Zuko i en Chara funcionen molt bé junts, en aquest cas. I no esperava menys de Chara al final. És obvi que d'una conversa per l'altra no es poden canviar les coses, però mira, un gran pas hem fet :)

    Quants capítols de drama :VV quant arriba l'acció?? *se friega las manos con energía, a ver si de casualidad saca fuego :V*

    Fins el següent review :)
     
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    ¡Muy buenas pajaritos y pajaritas! Lamento la tardanza, pero aquí estoy :), espero que el capítulo os guste.

    Kaiku-Kun: M'alegro que t'hagi agradat el capítol, a més tens raó. En Zuko i en Chara son una bona combinació i son molt semblants, per això he fet un aproximament entre aquest parell perquè en Zuko és qui més pot entendre millor a Chara. No et preocupis si trigues molt a deixar el review, ets una persona ocupada així que és normal, no passa res :). Que gaudeixis del capítol!


    SPOILER (click to view)
    ¡Que no falte la música!

    1. Shaman King - Ryuuro (Yoh's version)
    2. Undertale – Song That Might Play When You Fight Sans OST
    3. Lucario and the Mystery of Mew – Go! To The Three Of Word’s Origin!
    4. Lucario and The Mystery of Mew – Life Sacrifice
    5. Fall Out Boy – Light Em Up


    Capítulo 12



    Cuando se despertó, sólo se encontró en un sitio oscuro, apenas iluminado por unas pocas y pequeñas antorchas. Parecía una especie de búnker bajo tierra. Todo su alrededor estaba más seco que un desierto, por decirlo de alguna manera. Atado de un extremo a otro, por cadenas, que le impedían ser libre o escaparse. El hierro estaba tensado de modo que no tuviera mucho espacio de movimiento. Aún así… eso no pareció preocuparle. No sabía ni la hora que era, ni si era de día o de noche. Lo único que había notado fue algo evidente…

    Se encontraba solo, separado de sus amigos. De Aang, de las guerreras de Kyoshi. No recordaba nada de lo que había pasado, aparte de la pelea que tuvo en el palacio del Señor del Fuego. Aquellos sujetos extraños y… una mujer, un poco mayor que él. Parecían habérselo llevado por alguna razón que desconocía. Ahora, no importaba a dónde mirase. La amplia sala, hecha a través de tierra con algunos pilares para sostener el techo y cargar con el peso del mismo, carecía de agua. No había agua por ninguna parte. Yacía totalmente anulado, desprotegido en cierto modo. Sólo podría valerse de sus pobres habilidades físicas, aunque estaba demasiado convencido de que eso no le serviría de mucho.

    No obstante… esta situación, al parecer seria para él, no le alteraba en ningún sentido. Era lo más irónico de todo. Se sentía relajado, quizá un poco atemorizado pero más le valía reconocerlo abiertamente que no tratando de luchar en contra de lo que era real.

    - Ah, la princesita ha despertado. – Escuchó de repente una voz femenina. Su dueña acababa de hacer acto de presencia. Los rasgos físicos que poseía, le recordaron mucho a Zuko. - ¿O… debería decir princeso?
    - No sé quién eres pero… ¿Qué tal si me sueltas? – Sonrió como un auténtico estúpido.
    - Hm… qué raro. – Ella se acercó. - ¿Cómo es que no estás soltando veneno por la boca? Con lo bien que se te da hacerlo.
    - ¿Eh? – Su interlocutor se mostró desconcertado. – Creo que me estás confundiendo con otra persona.
    - ¿De verdad? Yo pienso que no. – Se plantó delante y el otro casi podía pensar que la mujer lucía intimidante. – No necesitas fingir que no me conoces, está claro que sabes perfectamente quién soy.
    - Lo dudo mucho. No te he visto antes. Si fuera así lo habría hecho e incluso sabría tu nombre pero realmente eso me importa más bien poco.

    Entonces, su interlocutora acabó por desconcertarse así que se agachó para coger a su prisionero por el mentón, usando otra de sus manos para encender un pequeño fuego azul para tener luz, a causa de que toda la sala se encontraba pobremente iluminada. Sus aliados no eran muy cuidadosos con este último detalle.

    - Espera, tú no eres ese maldito arrogante al que me enfrenté días atrás.
    - Es lo que estaba tratando de decirte todo este rato, ¿Sabes?
    - ¿Quién eres exactamente?
    - Soy Frisk, y me has confundido con Chara, mi hermano gemelo.
    - Mmm… así que ese bastardo tiene un gemelo. Y ése eres tú. – Se puso de pie, sonriendo. – Qué interesante. Parece que he pescado una buena presa. Ya se me hacía raro a mí que hubieras caído tan rápido.
    - Bueno… es verdad. Soy muy débil. – No le importó admitir eso, ya que era así como lo sentía. – Pero tú también debes de serlo mucho para haberme raptado y traído hasta aquí, ¿No es así? Bueno, ya me lo esperaba de alguien tan horrible y marginada como tú.
    - Cht… - Eso pareció molestar mucho a Azula. – Aún siendo el hermano gemelo de ese mal nacido, tú eres incluso más desconsiderado que él.
    - Veo que mi hermano Chara te ha causado muchos problemas. – Dijo Frisk. – Bueno, no me sorprende. Es un especialista en eso, supongo que tú también vas tras el Avatar.
    - ¿Tras el Avatar? ¡JAJAJA! Por favor… A mí el Avatar me trae sin cuidado. Yo soy la única persona que debe de ser la Señora del Fuego y voy a reclamar lo que es mío.
    - Espera, ¿Eres familia de Zuko?
    - ¿Y aún lo preguntas? Vamos, mírame bien.
    - No, si eso ya lo he hecho.

    Azula se lo quedó mirando. Frisk era un chaval de lo más extraño. Actuaba como si nada, no parecía asustado ni mucho menos tenso. Lo percibía relajado, incluso no dudaba en soltar lo que pensaba, se lo decía tal cual, tan rápido como se le pasaba por la cabeza. No terminaba de comprenderlo pero tampoco se iba a molestar demasiado en hacerlo. Al contrario, eso a lo mejor supondría una diversión mayor.

    Aunque es cierto que había confundido al muchacho con Chara, la verdad, es que le venía de perlas el haberse equivocado. Sabía que, si Frisk estuvo en el palacio real, significaba que era un amigo más o menos importante para Zuko, y un miembro del Team Avatar, por lo cual, eso sólo significaba que atraería a esa pandilla de estúpidos y además… probablemente también al propio Chara, de quien ella quería vengarse.

    - ¿No tienes miedo?
    - ¿De qué o de quién?
    - De mí, por supuesto. Puedo matarte si bien me place.
    - Ah… bueno, es verdad. Me puedes matar, ¿Y qué con eso?
    - “Este idiota…” – pensaba Azula sin acabar de entender a Frisk.
    - Me han amenazado tantas veces y de distintas formas de matarme que básicamente ya no tengo miedo a algo tan absurdo así que… ¿Qué tal si dejas de ser tan arrogante y me sueltas? Quizá podamos ser amigos. – Sonrió de nuevo, quedándose tan ancho. Azula se lo quedó mirando y se llevó la mano a la cara.
    - Eres… ¡Eres raro!
    - Sí eso también me lo han dicho mucho. ¿Vas a decirme algo que no sepa? Oye y a todo esto… ¿Por qué me has traído aquí? Nosotros… no somos enemigos, ¿No es así?
    - Si te suelto vas a escaparte y echarías a perder mis planes. Siempre puedo reducirte a cenizas cuando me aburra de esperar.
    - Ah, entonces soy un cebo… jo… odio ser el cebo – Frisk se deprimió, confundiendo todavía más a Azula. – De todos modos, no te aconsejo que me retengas aquí para atraer a los demás. Estás en desventaja numérica frente a ellos.
    - ¿Y quién te ha dicho a ti que yo estoy sola? ¿Realmente crees que habría hecho este sitio yo misma? – Alzó sus manos para hacer referencia al lugar. Aún con esas, Frisk siguió luciendo tranquilo. – Tú eres el cebo y ellos la presa. En un espacio cerrado difícilmente pueden derrotarme tan a la ligera. De hecho, ni siquiera pueden en espacios abiertos. Son todos unos debiluchos, especialmente ese chico del boomerang y la payasa de ese ridículo vestido verde. – Frisk entonces se puso serio cuando captó las referencias. – Alguien que no domina un elemento, rodeado de maestros, supone una carga, igual que la estúpida esa.
    - Suki y Sokka no son ninguna carga. Ellos son nuestros amigos, y son igual de buenos. Retráctate de tus palabras.
    - Mmm – Azula sonrió complacida al ver el cambio de actitud de Frisk. - ¿Y si no lo hago? Vamos, sabes tan bien como yo que esos dos son unos inútiles. Es como tener a dos peones inservibles que solamente servirían para una mera distracción… Usar las herramientas es una tarea muy sencilla.
    - Te he dicho que Sokka y Suki son amigos míos, no son herramientas, son seres humanos con sentimientos. No te permitiré que hables así de ellos.
    - ¿Qué no me lo permitirás? Y… ¿Qué puedes hacer tú? De hecho, ya estoy hablando sobre esos inútiles y no veo que me lo estés impidiendo.

    Frisk entonces se movió, intentando levantarse para ir hacia la chica, pero fue en vano. Las cadenas anularon sus movimientos en cuanto quiso acercarse. Su rostro enfadado fue algo que la chica apreció con gozo. Azula empezó a reírse, al ver que su pequeña estrategia de alterar la calma del muchacho servía. Encontrar las debilidades de cada uno no le costaba demasiado, especialmente las emocionales. Frisk parecía ser la clase de persona que se aferraba a sus vínculos y los protegía como nadie incluso verbalmente. Provocarlo era pan comido.

    - ¿Sabes qué? A pesar de lo rarito que eres, es divertido enfadarte.
    - … - No dijo nada pero suspiró. – Con razón estás sola. – Soltó de repente. - En realidad insultas a Sokka y a Suki porque les tienes envidia. Ellos tienen a personas que los quieren y los valoran, que los protegen y les cuidan. Ellos pueden presumir de tener a quienes realmente los aman, cosa que tú… por el contrario… es algo de lo que careces. No tienes amigos, no tienes a nadie, solamente das pena.

    Justo en ese momento, Azula velozmente le disparó un rayo de la nada. Por puro reflejo, Frisk supo reaccionar y lo esquivó de milagro. Se quedó perplejo, y mudo también. Ahora mismo, Azula lucía enfurecida. A pesar de eso, Frisk pronto mostró serenidad y no parecía arrepentido de haber cabreado a la muchacha. Ella tenía un carácter incluso peor que el de su hermano. Al menos con Chara se podía hablar con un poco más de decencia. Él siempre era capaz de al menos intentar comprender o eso creía Frisk.

    Con Azula… todo pintaba ser diferente.

    - “Eso ha sido peligroso…” – pensó, aliviado de haber sido capaz de evadir ese ataque. Usualmente tenía la costumbre de no molestarse en esquivarlos pero casos extremos como este, era en los cuales lo hacía. Veía esa mirada ámbar llena de rabia y de hostilidad.

    Le recordaron mucho a los de Chara pero… los de su hermano le parecían más bonitos a pesar de todo. Era la única persona hasta el momento que vio con un color de ojos así en el mundo. Y seguro que sus amigos creían lo mismo que él.

    - Para ser una pequeña rata tienes buenos reflejos. – Dijo Azula. – Pero estás tentando demasiado a tu suerte, pues siempre se me puede pasar por la cabeza matarte.
    - Qué débil. – Susurró, haciendo que la maestra del fuego arquease las cejas confundida.
    - ¿Qué dices?
    - Que digo que qué débil eres… Me he enfrentado a cosas peores que a esto. Tú… - Frisk tenía la vista fija en la de Azula. – No eres rival para mí.

    Entonces en la sala se escuchó el eco de un sonoro golpe. Frisk había recibido todo un puñetazo en la cara, él simplemente escupió un poco de sangre a un lado. Azula no se había reprimido en esa acción pero al pequeño maestro del agua no pareció importarle mucho. Siguió tan tranquilo, como si no fuera a cuidar su poca consideración con ella.

    - Realmente estás buscando morir, no todos los que me han provocado de la misma forma han salido impunes.
    - ¿Intentas atacarme con tus amenazas? Porque la verdad me estás matando.

    Azula no supo cómo interpretar eso más allá de una burla así que intentó hacerle daño de nuevo con una ráfaga de su fuego azul. Esta vez Frisk abrió los ojos al darse cuenta que no podría evitarlo así que los cerró, esperando algo que nunca vino. Cuando miró hacia adelante, se encontró con que había alguien justo enfrente de él y… no parecía ser humano. Eso le desconcertó pero por una extraña razón le era familiar.

    Azula se quedó quieta, intentando entender quién era el invitado inesperado. Movió sus pies hacia la derecha poco a poco, manteniéndose en guardia. Había un incómodo silencio por parte de los tres.

    - ¿Quién eres tú? – Preguntó la maestra del fuego por fin. - ¿Cómo has llegado?
    - aunque lo explicara… no lo entenderías. – Respondió con calma, encogiéndose de hombros con las manos ligeramente alzadas.
    - ¡Espera! – Habló Frisk. - ¡Yo te conozco! – Dijo. - ¡Tú eres aquél que estaba cuidándome cuando me quedé ciego!
    - huh… - Le miró de reojo pero de forma amistosa. – ¡hola! vaya… tienes buena memoria… auditiva, ¿eh?
    - ¡Yo nunca olvido una voz! Pero… ¿Cómo es que estás aquí?
    - bueno… - Suspiró. – digamos que alguien todavía se preocupa por tu bienestar. – Eso desconcertó a Frisk, pero también a Azula.
    - Ninguno de los dos va a salir vivo de aquí. – Dijo ella.

    Azula corrió hasta ellos pero fue en vano. En cuanto empezó a acercarse, el que recién acababa de aparecer, hizo uso de su habilidad para controlar la gravedad y enviar a la chica todavía más lejos. Pero Azula no se rindió. Lo intentó varias veces pero sólo ganó que fuera enviada de vuelta contra la pared de roca. Así que, de ese modo, ella soltó ráfagas continuadas de fuego pero sus ataques no funcionaron.

    Aquél sujeto se las apañó para hacer aparecer un hueso y girarlo con sus manos, de modo que anulaba las ofensivas que le eran enviadas. Frisk aún estaba boquiabierto. Es como si Azula fuera incapaz de hacerle frente al que en teoría parecía protegerle, a pesar de no saber la razón.

    - ¿Cómo te llamas exactamente? – Preguntó Frisk mientras el contrario continuaba pendiente de la maestra del fuego. – Nunca… me has dicho tu nombre.
    - soy Sans. Sans el esqueleto. – Sonrió de manera divertida. Frisk se quedó en silencio durante unos instantes, antes de echar una pequeña risilla. – heh, oye tú. – Llamó a Azula. – deberías parar de hacer esto, no te sirve de nada, ¿sabes? es demasiado cansado pelearse con alguien, mis huesos ya no están para estos trotes. – Se encogió de hombros nuevamente.
    - ¿Seguro? – Sonrió ella con cierta maldad.
    - Sans… - Susurró Frisk un tanto inquieto.
    - heh… no te preocupes chaval. – Le dijo el aludido, mirándole. – yo te cubro la columna vertebral – le guiñó el ojo derecho.

    * * *



    El Team Avatar se había puesto en marcha en un abrir y cerrar de ojos. Ellos vieron a Chara salir corriendo después de gritar el nombre de su hermano, y por ello no dudaron en seguirle. Ahora mismo, yacían con él, dejando que el maestro del fuego tomase la delantera del grupo para guiarles hacia la desconocida guarida de Azula y la pandilla de ésta. Eran conscientes que debían de andarse con ojo, porque siempre podían ser atacados de manera repentina como le pasó a Chara cuando volaba a lomos de su dragón, pocos días atrás.

    - ¡¿Seguro que es por aquí?! – Preguntó Sokka. - ¡Como nos perdamos va a ser culpa tuya, Chara!
    - ¡Tranquilo! ¡Te llevaré al fin del mundo para que te mueras!
    - ¡Qué gracioso!
    - ¿Por qué no dejáis las bromas para otro momento? – Habló Katara.

    Aang y Zuko, así como Toph y Ty Lee se mantuvieron callados. Para Ty Lee esto era nuevo, y muy divertido. Ella seguía sin entender cómo funcionaba el sexto sentido del que Chara le habló y que le permitía localizar a su hermano. Era la primera vez que oía algo así. A Zuko todavía se le seguía haciendo algo extraño, pero para Aang era ya más normal, después de todo, Frisk ya mostró su habilidad de localización cuando fueron al Valle Perdido, donde precisamente conocieron a Chara por primera vez.

    Bajo el punto de vista del Avatar, Chara parecía haber cambiado poco a poco en algunos aspectos. Ya no era tan cruel y despiadado como antes, además, también se podía hablar con él de vez en cuando. Se había vuelto más… accesible como persona. Quizá es que la compañía de todos ellos y el hecho de que mostrasen un cierto grado de comprensión, hizo mella en ese corazón herméticamente cerrado que seguramente había empezado a abrirse.

    Zuko era el que sin duda se había acercado más a Chara.

    - El camino se divide en dos más adelante. – Avisó Toph con su infalible sistema sísmico.
    - ¿Y no sabes cuál es el que debemos tomar? – Preguntó Sokka.
    - Me temo que está demasiado lejos como para que pueda saberlo. – Contestó la maestra de la tierra.
    - Genial, todo va sobre ruedas – el moreno sacó su sarcasmo a flote.
    - ¡Sokka cállate ya! – Le recriminó Katara.

    El chico sopló mientras Zuko y Aang cruzaban miradas. Los dos parecían un tanto tranquilos. Zuko era consciente que Chara no era tan mala persona y que los guiaría hacia Frisk. Aang por su lado sabía mejor que nadie que el maestro del fuego no los traicionaría. Chara no lucía ser alguien que rompiera sus promesas tan a la ligera. En cierto modo, ellos dos confiaban en el chaval.

    Continuaron corriendo, casi sin parar. Bueno, de algo les tuvo que servir todas y cada una de las batallas que habían aguantado hasta este momento. Tal y como Toph avisó anteriormente, delante de ellos se veía que el camino se dividía en dos.

    - ¡Por aquí! – Chara tomó el de la izquierda.

    Sin preguntas y sin quejas, el grupo le siguió. Sokka en parte respiró aliviado. A él le hubiera costado un poco decidirse y haberlo hablado entre los demás. Miró a Toph y su tranquilo aunque concentrado semblante no le indicaba que Chara hubiera tomado la ruta errónea. Al parecer, su habilidad para la localización era muy aguda, más que la de Frisk.

    - Noto la construcción de un edificio subterráneo más allá de la colina. – Habló Toph. – Probablemente allí se encuentre Azula.
    - Por supuesto. – Dijo Chara.
    - ¿Creéis apropiado que nos acerquemos? – Preguntó entonces Sokka, que parecía optar por la prudencia.

    Entonces, Chara se detuvo y con él, los demás. El dueño de esos ojos escarlata se mantuvo de espaldas unos breves instantes hasta girarse y ver a Sokka, que tragó saliva, inquietándose sobre sus pies.

    - Tienes razón. No podemos ir así, es demasiado predecible. Somos un blanco fácil.
    - O- oh… ¿En serio? Em… quiero decir… ¡Por supuesto que tengo razón! ¡Soy un genio de la estrategia después de todo!
    - Yo no estaría tan segura, Sokka. – Le recriminó Katara mirándole. – Bien, entonces… ¿Qué hacemos?
    - Si hay un edificio bajo tierra, eso significa que puede haber una salida y una entrada, ambas ocultas. O tal vez sólo una de ellas. – Chara llevó su mano derecha a la cadera, y se puso de perfil para ver la colina que quedaba bastante lejos. – Seguramente, deben estar esperando a que lleguemos directamente, de manera que ellos puedan vernos y atacarnos. Opto por buscar una ruta alternativa sin ser vistos.
    - Un plan sigiloso… yo también estoy de acuerdo. – Dijo Sokka.
    - Sí, a mí me parece una buena opción. – Zuko también dio su visto bueno. – Quizá de esa manera podamos sorprender a Azula aunque sea unos instantes.
    - No se trata de sorprender a tu hermana, Señor del Fuego. – Habló Chara. – Si no de no exponer a mi hermano más de lo necesario frente al peligro.
    - Con lo desconsiderado que es a veces, no me extrañaría mucho que fuera capaz de cabrear a esa loca. – Opinó Sokka casi aguantándose la risa.
    - Cierto. Quizá ya lo haya hecho. – Suspiró el dueño de los ojos escarlata, casi con resignación al ver tan altas probabilidades de que eso ya hubiera sucedido, si no, no se explicaba por qué había sentido tales reacciones procedentes de su estrecho vínculo con su gemelo. – “Ese idiota siempre sacando a la gente de sus casillas, ¡Parece un puto masoquista!” – Pensó molesto.
    - ¿Entonces qué hacemos? – Habló Ty Lee. - ¿Avanzamos? ¿Nos quedamos? ¿Perdemos el tiempo…?
    - Toph, ¿Te apetecería tomar la delantera del grupo? – Ofreció Chara.
    - Mmm, es una propuesta interesante. ¿En qué estás pensando? – Ella se acercó al chico al saber de su posición.
    - Dado que eres la mejor maestra de Tierra Control que conozco, puedes usar tu sentido sísmico para llevarnos hasta la colina y hacernos una ruta a través de la misma, pasando por el interior de ésta. De esa manera no podrán detectarnos tan fácilmente a no ser que uno de los aliados de esa maldita bastarda tenga la misma fuerza que tú en cuestión en habilidades.
    - ¡Nadie me supera en nivel! ¡Sean quienes sean, les voy a dar pero bien!
    - Estupendo, me gusta esa actitud. – Sonrió Chara. – Por mí, puedes darles todas las patadas en el culo tanto como te plazca.
    - ¡¡Oh!! ¡Esto va a ser divertidísimo! – Se animó Toph. - ¡¡Por fin alguien que no me quita mis ganas de acción!!

    Aang echó una pequeña risilla. Algo en él le decía que estos dos podrían tener una gran facilidad para llevarse bien entre ellos. Sokka miraba al chico, por su inteligente idea. Al parecer, ya no era el único que se las apañaba para pensar en alguna estrategia o modos de acceder hacia el villano en cuestión. En este caso… villana con problemas mentales.

    Así pues, pudieron continuar avanzando, con la diferencia de que Chara y Toph eran los que estaban a la cabeza del grupo. En cuestión de diez minutos llegaron a la colina, donde la maestra de la tierra se abrió paso a través de la misma, dejando vía libre a sus amigos para entrar en ella. Cuanto más se acercaban, más capaz era Toph de sentir gracias a su sentido sísmico, la presencia de una especie de búnker subterráneo, parecido al anterior que visitaron durante la invasión a la Nación del Fuego durante el eclipse.

    Debido a la oscuridad que los rodeaba por estar caminando en el interior de la tierra, entre Chara y Zuko, quienes usaron su Fuego Control, se bastaron para tener un poco de luz entre ellos. Ambos maestros del fuego intercambiaron miradas. Fue un momento bastante peculiar entre los dos. Zuko acabó por sonreírle amablemente, en un pequeño intento por ser amigable. Más lo único que ganó fue que Chara desviase la vista a otra parte resoplando en el proceso, aunque eso hizo reír ligeramente al mayor.

    - Me parece que pronto vamos a tener compañía. – Toph esbozó una gran sonrisa, cuando había abierto otro camino moviendo la tierra. - ¡Hemos llegado! ¡Primer pasillo!
    - Ya era hora, me estaba preguntando cuándo llegaríamos. – Dijo Sokka.

    Chara abrió sus ojos cuando sintió un fuerte pálpito, que le hizo mirar por una dirección en concreto. Su reacción no pasó desapercibida por Toph, aunque sí por los demás. Al menos ahora, tenían un poco más de luz, con las pequeñas antorchas puestas por toda la guarida, que se extendía a lo largo y ancho de un conjunto de túneles, puertas y cámaras.

    - ¿Qué haremos ahora? – Preguntó Katara. – Parece que este sitio es enorme.
    - Se extiende por varios kilómetros en el subsuelo. Es muy grande. – Contó Toph tan tranquila. – No siento a Frisk por aquí, debe de estar…
    - Vosotros ocupaos de despejar la zona. – Habló Chara entonces, dándoles la espalda a todos. – Si queremos rescatar a mi hermano, necesitaremos no tener enemigos por delante que nos compliquen la vida. Yo iré a su encuentro y regresaré con él hasta encontrarme con vosotros.
    - Espera, no vas a poder tú solo. – Se adelantó Katara antes de que nadie pudiera decir nada. – No estás del todo recuperado, la herida que Azula te hizo cuando disparó su rayo, todavía no la tienes curada. No estás en buenas condiciones. En tu estado no vas a soportar semejante enfrentamiento.
    - No me importa en lo más mínimo. Voy a derrotarla cueste lo que me cueste. Una herida como esta no me lo va a impedir. Si tengo que destrozar mi cuerpo, entonces lo haré. El costo es irrelevante.
    - Un momento, eso es ser muy egoísta. – Sokka detuvo a Chara cogiéndole del brazo antes de que el chico se fuera. – Se supone que haríamos esto todos juntos, ¿No es así?
    - Nunca he dicho eso. Aunque… hay una razón especial por la cual debo ir yo. No podemos ir todos a salvar a Frisk, ¿Tú sabes el caos que sería eso? Más que enfrentarnos a Azula y tener ventaja, mi hermano estaría en riesgo de ser alcanzado por uno de nuestros ataques. Alguien de nosotros tendría entonces que protegerle hasta podérnoslo llevar y esa persona sería un blanco fácil porque ni siquiera sabemos si Azula está o no acompañada. – Explicó Chara.
    - Opino que tiene razón. No podemos ir todos. – Habló Zuko.
    - Vale, entonces iremos nosotros cinco. – Sonrió Toph.
    - ¡Eh! ¡¿Qué hay de mí?! – Reprochó Sokka.
    - Oh, lo olvidaba – rio la maestra de la tierra -. Iremos nosotros cinco, Ty Lee y Sokka.
    - ¡¡OYEE!!
    - No iremos nosotros siete, Toph. Iré yo. – Dijo Chara.
    - No, yo te acompañaré. – Zuko sonó decidido.
    - Y yo también. – Aang se añadió.

    Chara resopló y llevó tres de sus dedos de la mano zurda al puente de su nariz, con los ojos cerrados. Casi parecía serle una idea poco agradable. Cuando bajó la mano, los volvió a mirar pero luego posó su vista sobre Sokka.

    - Sokka. – Lo llamó entonces. – Katara, Toph, Ty Lee y tú iréis por separado para despejar la guarida tanto como podáis. Aang, Zuko y yo iremos al encuentro de mi hermano y le salvaremos. Volveremos a reunirnos fuera.
    - ¡Pero espera! ¡Yo quiero ir con…! – El moreno intentó insistir.
    - Es mejor que vayas con ellas. Harás un trabajo mucho más importante que si vienes con nosotros y te pones en peligro innecesariamente.
    - Cht… - Miró a otra parte, obviamente en total desacuerdo. - ¡Maldita sea! ¡Parece que todos me tomáis a la ligera sólo porque no hago las mismas cosas que vosotros con… vuestros elementos! ¡Ya sé que no soy tan guay sólo porque no soy un maestro pero…!
    - ¿Quién dijo que no eras un maestro? – Chara arqueó una de sus cejas. Alzó sus manos, posándolas sobre los hombros de su interlocutor. – Escúchame atentamente, porque no te lo voy a repetir. Sokka, tú sí eres un maestro. Quizá no controles un elemento pero no necesitas tener uno para serlo. Manejas las artes físicas, y además el arte de la espada. Eso ya te convierte en un maestro. Solamente digo que es mejor que estés con las chicas porque ellas seguramente podrán necesitarte en algún momento. Déjame el resto a mí, ¿De acuerdo?

    Todos o casi todos se quedaron perplejos cuando oyeron semejantes palabras. Sokka era el más sorprendido del grupo. Casi parecía que le costaba creérselo, y lo peor –quizá lo “peor”-, es que Chara le miraba fijamente.

    - Vamos, contéstale. Te está siendo sincero por tercera vez en tu vida. – Toph rompió el silencio con una divertida sonrisa.
    - Bueno, no necesito que diga na… - Iba a decir Chara, que había cerrado los ojos en vano para volverlos a abrir cuando Sokka le abrazó. Fue tan inesperado y tan chocante que el chico se quedó inmóvil.

    Aang y Zuko también se miraron entre ellos. Nadie se había esperado tal reacción, y Chara parecía incapaz de reaccionar o hacer algo. Toph se puso a reír mientras Ty Lee sonreía.

    - Gracias, Chara. – Dijo Sokka mientras el aludido le oía perfectamente, observándole de reojo. – Sólo… ¿Puedo pedirte algo? – Pidió, estrechándolo contra su cuerpo. – Regresa con nosotros, ¿Vale?

    El moreno se separó de él, para verle de frente. Chara lucía serio, muy serio, hasta que bajó un poco su cabeza provocando que su flequillo ocultara sus ojos.

    - De acuerdo. – Susurró.

    Casi sin darle tiempo a nadie, Chara se fue a toda prisa. Aang miró a Sokka y los dos se encogieron de hombros mientras Zuko se iba para no dejar solo al otro. Así pues, terminaron separando el grupo en dos, siguiendo así el plan de Chara. Toph no dejó de gastarle bromillas a Sokka con respecto a lo del muchachito, haciendo que Ty Lee y Katara se rieran algunas veces.

    Por otra parte, Aang había alcanzado a Zuko que ya estaba con el chico. La combinación de estos tres en cierto modo resultaba algo peligroso teniendo en cuenta, de antemano, el odio que seguía presente en el más bajito. Por lo menos, tenían la garantía de que él no se volvería en contra de ellos. A ver qué pasaba, una vez rescataran a Frisk. Aang ya estaba más que inquieto por el maestro del agua.

    - ¿Por qué habéis decidido venir conmigo? No soy vuestro amigo. – Chara rompió el silencio.
    - No has demostrado ser lo contrario. Pudiste habernos traicionado, y más hasta este punto pero no lo has hecho. – Le contestó Aang de manera amistosa. – Incluso te has preocupado de la comida, em… en cierto modo. – Le vino el desagradable recuerdo de esos pobres buitres.
    - No era conveniente para mí ponerme en vuestra contra.
    - ¿Seguro? – Zuko no se creyó esas palabras. - ¿No será que realmente te preocupas por tu hermano? ¿A lo mejor también eres incapaz de romper promesas ajenas? – Al preguntar eso último, Chara recordó la entrega de su palabra a Sokka cuando quiso unirse a ellos. - ¿O quizá… es que no querías sentirte solo? ¿Bus…?
    - ¡Mejor cállate! ¡Puedo calcinaros a los dos en un abrir y cerrar de ojos! – Reprochó, mirándoles y amenazándoles con el puño de la mano zurda. Aang y Zuko se lo quedaron mirando, y esbozaron una sonrisilla como aguantando la risa… hasta no poderlo hacer y empezaron a reírse de verdad. - ¡¿Q- qué?! ¡Eh! ¡E- estoy hablando en serio!
    - Chara, de verdad… ¿No te cansas de hacer el tonto? – Dijo Zuko. – Vamos… nosotros dos sabemos bien tus razones.
    - Estoy de acuerdo con Zuko. No eres intrínsecamente malvado, sólo… te has desviado de tu verdadero camino, pero creo que estás volviendo a él, ¿No es así?

    Chara iba a volver a reprochar pero acabó por quejarse, haciendo un ruidito con la boca y mirar a otra parte, muy enfurruñado. Eso les hizo gracia a sus dos compañeros. Cuando quería, ese maestro del fuego podía ser realmente entrañable.

    Siguieron avanzando por los pasillos, guiados como no por el propio Chara. No tenían “visitas” inesperadas, y cuando las tenían, no tardaban demasiado en quitárselas de encima. Eran un equipo de tres y al parecer, actuar entre ellos no se les daba del todo mal. Chara se detuvo finalmente, extrañando a los otros dos. El muchacho tocó la pared rocosa, mencionando que Frisk estaba por esa dirección.

    Zuko miró a Aang, casi de manera insistente. El Avatar captó enseguida su mensaje sin necesidad de usar la palabra. Su manejo con Tierra Control había mejorado, y no dudó en usarlo de nuevo para tirar abajo ese muro, aunque desafortunadamente Chara quedó enterrado a medias entre los escombros, cosa que hizo reír a Zuko mientras Aang se disculpaba para luego ser zarandeado por el dueño de esos ojos escarlata que lo amenazaba estúpidamente con acribillarlo a base de ráfagas ígneas.

    Después de esas tonterías, ante ellos se abrió paso una sala bastante amplia, sin embargo, vieron señales de violencia a lo largo y ancho de la misma. Aang y Zuko vieron extrañados la cantidad de huesos por todos lados, algunos rotos y la mayoría clavados incluso en los rincones más inhóspitos de la cámara.

    - ¡¡AANG!! – Una voz conocida los llamó casi a pleno pulmón. Los chicos alzaron sus rostros, viendo que colgando en el vacío pero atado a un par de cadenas por ambas manos, se encontraba Frisk.
    - ¡FRISK! – Gritaron el Avatar y el hermano gemelo al unísono.
    - ¡Espera ya voy!
    - ¡Chara…!

    Aang quiso detenerlo pero no tuvo tiempo. El maestro del fuego ya había salido corriendo en un intento por alcanzar a su semejante. No obstante, Chara salió volando por los aires cuando la tierra se movió violentamente bajo sus pies, haciéndole retroceder, rodando por el suelo. Zuko le alcanzó a tiempo antes de que el chico fuera estampado contra la pared.

    Frente a ellos aparecieron dos maestros tierra, que al parecer habían estado vigilando al anulado maestro del agua. Poco después, Azula se presentó, dando palmadas, aplaudiendo lentamente. Zuko se puso muy serio al verla. Aunque no obstante, Aang y él se sorprendieron. Azula también mostraba signos de haber sido herida por alguien. Ninguno de los dos entendía nada.

    - Vaya, vaya… hasta que al fin llegáis. – Habló la muchacha, poniéndose frente a ellos con una torcida sonrisa mientras sus dos compañeros, aquellos maestros tierra, se ponían a su lado. – Empezaba a pensar que no vendríais nunca.
    - Quítame las manos de encima. – Reprochó Chara, apartando a Zuko. Los dos se pusieron de pie y el más bajo caminó hacia adelante. - ¡Claro que íbamos a venir! Digamos que… nos estábamos tomando nuestro tiempo. – Sonrió, alzando ligeramente las manos tras encogerse de hombros. Aang le miró desconcertado.
    - Mmm… qué curioso. – Dijo Azula al fijarse. – Sois muy, muy parecidos eh. Confundí a esa princesita contigo.
    - Esa pequeña princesita pronto va a venir con nosotros, así que más te vale soltarlo o…
    - ¿O qué? ¿Vas a matarme? – Se adelantó Azula. – Bueno… ya maté a ese dragón así que dudo mucho que tú seas mucho más difícil.
    - ¡¿Qué?! ¡Serás…!
    - Chara, no caigas en su juego. – Aang le detuvo en seco, antes de que el chico pudiera hacer otra de sus imprudencias. – Sólo intenta provocarte. Ignórala.
    - Lo primordial es rescatar a Frisk. – Dijo Zuko. – Pero Azula, estás en desventaja. Esos dos maestros tierra no te van a servir de mucho.
    - ¿Seguro? Bueno, con vosotros tres me basto yo sola. – Contestó tan tranquila. – Además… dudo mucho que él se haya recuperado del rayo que le lancé, tengo por seguro que le alcancé de lleno. – Señaló a Chara.
    - Tú nunca vas a poder matarme y lo sabes. Por más relámpagos que utilices contra mí.
    - Jajaja, ¡Eso me gustaría verlo! ¡A lo mejor terminas como el patético de tu dragón!
    - ¡Mejor cállate! ¡No eres digna de hablar de Ryutaro!
    - ¡Chara…!

    Tarde. El maestro del fuego se lanzó contra Azula, que supo evadirle perfectamente, respondiendo con una ráfaga ígnea en consecuencia de la que Chara supo protegerse a tiempo, pero sin embargo, los otros dos maestros tierra se pusieron en acción rápidamente, atacando al más bajito que se tragó una buena ofensiva que lo estampó contra la pared. Frisk lo llamó preocupado, desde arriba y aún sujeto por las cadenas que lo mantenían colgando.

    Aang y Zuko tampoco esperaron demasiado en actuar. Su primer objetivo era derrotar a los maestros tierra, para que no estuvieran molestando. Azula ya era de por sí una enemiga formidable y muy peligrosa además. Un maestro tierra atacó al Avatar, pero este supo evadirlo con una facilidad asombrosa gracias a su gran manejo con Aire Control. Zuko sorprendió al otro, atacándolo desde atrás pero éste rodó por el suelo como si fuera una rueda haciendo uso de su dominio.

    Azula continuó castigando a Chara sin descanso, obligando a éste a mantenerse a la defensiva, aunque no se molestaba en recibir directamente los ataques si no en esquivarlos para ahorrarse el hecho de tener que hacerles frente. Esos movimientos circulares, eran fácilmente reconocibles a los ojos de Aang. Chara estaba pensando y actuando como un maestro del aire. Inevitablemente sintió cierta ilusión.

    Zuko saltó para esquivar la ofensiva del maestro tierra, pero aunque trató de usar una ráfaga ígnea ante otro ataque, no fue suficiente y fue alcanzado de todos modos, cayendo al suelo sin remedio y a punto de serlo de nuevo, de no ser porque un desconocido apareció de la nada. No era humano, a juzgar por su apariencia… esquelética.

    - ¿Pero qué…? ¿Quién eres tú?
    - yo me ocuparé de los maestros tierra, tú ayuda a tus compañeros.
    - ¡¡Así que has vuelto!! – Dijo Azula al darse cuenta de la presencia del esqueleto. - ¡Pensé que habías huido como un perro!
    - sí, lástima que… no tenga rabo. en más de un sentido. – Sonrió juguetonamente.

    Chara se mantuvo sereno, a juzgar por su cara, parecía que conocía bien al recién llegado. Frisk sonrió aliviado pero para Aang y Zuko era toda una sorpresa pero una fuerza aliada que parecía estar de su parte, dado que no tardó en hacerse cargo de los maestros tierra, jugando con ellos como meras marionetas. Aang creyó que eso era Sangre Control pero, no tenía pinta de ser así.

    Como Avatar, podía sentir que ese ser, era un espíritu. No tenía un aura humana, aunque probablemente hubiera sido una persona en una vida pasada. ¿Quién era en realidad este esqueleto?


    * * *



    Hasta aquí llega el capítulo, espero que os haya gustado :), nos veremos en la próxima actualización.
     
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    Buah, fotia la pera que tenia pendent això XD ho he estat llegint al tren i he hagut d'esperar a arribar a casa per contestar, però bueh, aquí estic.

    El primer que m'ha molat ha estat la provocació constant de Frisk a l'Azula XD em recorda curiosament a la de Aang contra en Zhao, el primer cop que es troben, quan el pobre almirall es carrega els seus propis barcos :V el seu puntillo juguetón, mig infantil, les provocacions... es que son molt similars XD en fi, ha estat graciós. Era evident que l'Azula jugaria els seus truquets, tard o d'hora, però ha estat bé mentre ha durat jaja

    I saps? ja no recordava que ficaries a Sans en el fic jajajajaja de cop veig que no hi ha una puta majúscula i que no reconeixia gaire el personatge perquè no sabia què pintava i fins que no ha dit Frisk lo de la ceguera no hi he caigut jajaja no esperava menys de Sans, ha estat formidable i divertit jeje

    La resta del capítol ha girat entorn la tropa, i, bueno, hi ha poca cosa a dir realment, però hi ha dos punts que no puc esquivar. Bueno va, tres XD Primer poso l'últim de tots, el que els moviments de Chara li han recordat a Aang al domini de l'aire i s'emociona jeje segur que ho farà servir més endavant per convèncer-lo de que avanci en aquell tipus de domini jeje

    El segon és la batalla verbal entre la Toph, en Chara i en Sokka, crec que era XD ara se m'ha anat el sant al cel XD bueno, lo que volia a dir es que m'ha fet gràcia veure un "revival" del capítol de la persecució quan la Toph menysté a en Sokka per no dominar res jeje aquí encadeno una mica amb l'últim punt, que era bàsicament els inesperats ànims que li dona Chara jaja han estat molt monos. De tota manera jo crec que ja va perdre la por a partir del paper que té Sokka durant tot el final de la tercera temporada. En aquell capítol on aprèn tot lo de l'espasa els fans sempre es queixen que en Sokka mai havia estat "deprimit" en termes de desigualtat de força. Sí, bé, quan coneix a la Suki ho va patir, pro perquè la Suki lluitava cos a cos millor que ell, no perquè dominés un element. El que els fans volen dir és que Sokka mai es va voler comparar amb gent amb elements i el capítol amb el Piandao queda molt OoC per ser ell, i crec que ensopegar un segon cop amb la mateixa pedra d'algo que no és propi d'en Sokka, no sé, potser aquí estirem una mica massa el fil, ja. Això sí, la part de la Toph enfotent-se d'ell sí que ho veig viable, ho tinc al cap cada dos per tres a la vida del pobre Sokka, l'ésser més trolejat ded tota la tropa jajajaja

    Bé, per acabar vull dir que a Chara ja se li ha vist el plumero al final, i que menos mal que estan en un lloc perillós, perquè caram, posar-se a discutir amistosament enmig del túnel per si es preocupa o no pel seu germà és tan poc creíble com enormement natural en aquest grup jajajaja team avatar trencant amb lo creíble, com sempre jajaja

    En fi, fins aquí avui :) que porto una migranya de ca l'ample, però no volia retrassar més temps el review jaja arrivederci! :)
     
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    ¡Muy buenas pajaritos y pajaritas! ¡Ya vengo con la décima tercera parte del fanfic!

    Kaiku-Kun: Bones Pardaleta :D, m'alegro que hagis comentat el fic, m'ha fet feliç veure el teu review, gràcies per seguir el fanfic. I mira, ja que ho dius... sí que en Frisk s'assembla molt a l'Aang quan aquest cabrejava a l'Almirall Zhao. I també estic d'acord amb tu sobre que l'Aang se n'aprofitarà de com fa en Chara el domini de l'aire. Sobre en Sokka i la Toph només volia tenir una escena així al fanfic, res més :V, a més que així me n'aprofito per aproximar a Chara amb en Sokka. Gràcies pel review i espero que aquest capítol t'agradi.

    PD: Os dejo esta imagen que viene como anillo al dedo en este capítulo.


    SPOILER (click to view)
    Que no falte la música :V

    1. Fall Out Boy - My Songs Know What You Did In The Dark (Light Em Up)
    2. Naruto - Predicament OST
    3. Veridia - We Are The Brave


    Chara_empty_creepy_eyes



    Capítulo 13



    - ¡¡Deberías vigilar tu espalda!! – Chara apareció por la retaguardia de Azula pero ésta supo reaccionar a tiempo, cogiéndole de la muñeca para dar varias vueltas sobre sí misma y lanzarlo a otra parte.

    Sin embargo no le sirvió de mucho la jugada. Chara rebotó en la pared, y regresó hacia Azula, alcanzándola con un puñetazo que la hizo caer pocos metros al suelo. Aang corrió, todo lo veloz que podía para saltar e intentar alcanzar las cadenas que mantenían sujeto a Frisk. Sin embargo, un maestro tierra lo devolvió al suelo en picado, aunque éste también recibió por parte del esqueleto.

    Azula se levantó, atacando a Chara que todavía se encontraba en el suelo. Zuko fue rápido y rodando por el suelo con el más bajito fue que pudo protegerlo de esa ofensiva, para ponerse en pie y devolver otra en consecuencia. Como no, Azula supo contraatacar, haciendo colisionar ambas ráfagas de fuego, que se repitieron por parte de su hermano y ella. Entonces, Chara comenzó a correr por la sala de un lado a otro, confundiendo a parte de los presentes.

    Los maestros tierra intentaban detenerlo pero teniendo al esqueleto de enemigo, no era una tarea fácil. Era inútil lo mucho que trataran de alcanzarle, ese espíritu evadía las ofensivas con una sencillez increíble. Chara, al haber estado corriendo, empezó a rebotar de una pared a otra, intentando tomar altura. Lo hacía lo suficientemente rápido, excepto cuando comenzó a aumentar la distancia entre los muros rocosos de la cámara. Trató de alcanzar las cadenas, y estuvo a punto de rozar una de ellas con las yemas de sus dedos de no ser porque Azula, aprovechando que había distraído a su hermano y hacerlo caer estrepitosamente al suelo, lanzó uno de sus rayos en dirección al otro maestro del fuego.

    - ¡¡Chara, cuidado!! – Le avisó Aang, quien intentó proteger al aludido pero no hubo tiempo. El relámpago fue mucho más veloz y alcanzó al otro maestro del fuego, de quien cuya caída fue parada gracias a Sans que lo cogió al teletransportarse en el momento justo.

    Azula esbozó una torcida sonrisa, mientras Zuko volvía a atacarla al ver lo que ella había hecho. Aang corrió hacia Sans, quien observaba preocupado e inquieto al chico que parecía haber perdido el conocimiento por la ofensiva recibida. Le revisó haciendo uso de su energía, y no puso buena cara. Eso sólo logró preocupar todavía más a Aang, pero también a Frisk que intentaba ver qué tal estaba su hermano, desde donde él se encontraba, a pesar de la repentina pérdida de energías que lo debilitó de manera importante.

    Los hermanos continuaron enfrentándose mutuamente, y viendo que los maestros tierra disponían a atacarles, Sans decidió dejar a Chara en manos de Aang para ocuparse de los otros dos.

    La cámara en la que se encontraban cada vez tenía peor aspecto. Aún así, la luz en la misma se mantenía gracias a las antorchas en peligro de ser destruidas y a las ráfagas ígneas de Azula y Zuko. Los maestros tierra se vieron obligados a ocuparse del esqueleto aunque de vez en cuando intentaban atacar al Avatar quien trataba de hacer reaccionar a Chara de alguna manera. Pero pasó algo inaudito.

    Un ser oscuro y tétrico apareció de la nada y se acercó a Aang, observándole fijamente aunque luego pasó su vista hacia Chara. El Avatar pudo sentir que era un espíritu y no uno bueno precisamente. No sabía qué o quién era pero no pudo evitar que se introdujese en el interior del maestro del fuego.

    - ¡Avatar, aléjate de él! – Le gritó Sans desde la distancia, alarmando al maestro del aire, quien automáticamente notó un viento caliente a su alrededor que parecía provenir de Chara.

    Los ojos del maestro del fuego se abrieron pero no eran los suyos. Eran totalmente negros y vacíos. Eso asustó a Aang, que fue empujado por una violenta ráfaga de aire ardiente. Zuko por poco se distraía y recibía un ataque de Azula aunque los dos y los maestros tierra se detuvieron para entender qué estaba pasando.

    - Es imposible… - Susurró Azula al ver que Chara se ponía de pie mientras el aire soplaba por toda la sala, avivando las llamas de las antorchas. – No puede ser… yo le di. Le alcancé con ese rayo. ¿Qué demonios…? ¡¿Qué demonios es ese desgraciado?!

    Azula no se lo pensó dos veces para dirigirse hacia Chara con toda la intención de atacarle. Zuko fue detrás de ella en un intento por detenerla pero los dos fueron alcanzados por las llamas azules y brillantes de Chara que no tuvo la más mínima piedad de ellos, como si no pudiera reconocerles. Saltó, girando sobre su cuerpo y creando una especie de remolino de fuego, partiendo una de las cadenas que mantenían prisionero a Frisk.

    - ¡AAAH! – Gritó el maestro del agua viendo que se acercaba a una peligrosa velocidad hacia el muro rocoso de la derecha.
    - ¡Frisk! – Aang corrió velozmente usando su dominio sobre el aire. Alcanzó al castaño, adhiriéndose al muro de tierra con el uso de Tierra Control. – Tranquilo, estás a salvo.
    - Aang… Aang no me siento bien… - Le dijo, alarmando al Avatar. – Algo… algo va mal con Chara…
    - Un espíritu apareció y pareció meterse dentro de él.
    - Tienes que liberarle de esa entidad, por favor. – Pareció suplicarle. – Esa entidad es… - tragó saliva, asustado. – es peligrosa, muy peligrosa…
    - ¡¡Aang cuidado!!

    Sin avisar, el Avatar vio que Chara le atacaba con una potente ráfaga. Aang supo protegerse con Tierra Control aunque buscaba maneras de partir la cadena. Era de metal y además tampoco había agua disponible para romperla, y con el aire o el fuego tardaría. Pero al mirar al frente, pronto se dio cuenta, mientras veía que Azula arremetía contra Chara, que las cosas con éste último se habían salido de control. No parecía dar signos de que los reconociera, además, esos ojos negros tan vacíos… no eran los suyos.

    Era evidente que Frisk tenía razón. Ese espíritu oscuro y tétrico le estaba manipulando, lo cual sólo significaba que había dominado la voluntad de Chara, doblegándola. O al menos… eso pensó. Justo cuando el maestro del fuego se disponía a soltar otro ataque, se detuvo a sí mismo, casi como si estuviera forzando a su propio cuerpo a no moverse para no hacer esa acción. No le costó nada a Aang entender que Chara estaba ejerciendo presión desde el interior, luchando contra ese espíritu para sacarlo. Es como si… estuviera en discordia contra sí mismo.

    Lo que más le sorprendía al Avatar… es que el cuerpo de Chara no sufría ningún cambio. Eso lo desconcertaba todavía más, aparte de ese manejo con el aire.

    - listo. – Aang regresó a la realidad cuando notó un pequeño ruido. Vio a Sans frente a él, y al parecer había logrado romper la cadena que mantenía sujeto a Frisk.
    - Gracias esto… ¿Amigo huesudo? – Preguntó el maestro del aire, que ladeó la cabeza. – Por alguna razón te me haces familiar.
    - qué curioso… ya eres la segunda persona que me lo dice. en fin, debes ayudarme con Chara. – Se giró para ver al aludido. – estamos en auténticos problemas.
    - ¿Qué es lo que ha pasado?
    - ese espíritu que has visto aparecer y meterse en el interior del chaval se llama Gaster. la historia acerca de su existencia es demasiado larga como para contarla, nuestra prioridad es expulsarlo fuera del chico. – Dijo. – Chara aún está consciente desde dentro, el rayo de esa chica le puso en peligro y eso hizo a Gaster reaccionar. Por supuesto… también ha debilitado a Frisk.
    - Espera, ¿Qué relación tiene Frisk en todo esto?
    - como te dije es una larga historia. lo primero es lo primero. si no sacamos a Gaster del interior de Chara… él seguirá descontrolado. – Sans miró a Aang. – ése no es el Chara que vosotros conocéis. es el Chara de hace siglos atrás.

    Aang no entendió demasiado las cosas, pero no dudó en aceptar a la petición del esqueleto para ponerse en acción. Sans le dio las instrucciones necesarias para llevar a cabo la extracción el espíritu, con el uso de Energía Control. Curiosamente, la marca de la frente de Chara estaba brillando con intensidad, Sans le explicó que ésa le ayudaría en su tarea. Aang dejó a Frisk bajo el cuidado de Sans.

    Los maestros tierra salieron despavoridos por ser constantemente atacados por el descontrolado maestro del fuego. Azula y Zuko también se veían en la obligación de protegerse, casi sin espacio para enfrentarse entre ellos a pesar de que Azula aprovechaba hasta los más breves instantes para hacerlo. Eso era suficiente para romper la defensa de Zuko y que éste fuera alcanzado. Aang se puso delante de Chara, captando su atención y viéndole sonreír tétricamente.

    Hubo un enfrentamiento entre los dos aunque Aang era capaz de protegerse adecuadamente, desviando o neutralizando los ataques de Chara, pero el Avatar era violentamente alejado con ráfagas de aire y le dio por pensar que esa capacidad de usar su segundo dominio era cosa del espíritu que podría estar dándole una fuerza que no era la suya y que en circunstancias normales, sería incapaz de hacer.

    Azula intentó atacar a Aang pero Sans lo evitó desde la distancia, alejando a la maestra del fuego como un títere y estampándola contra el suelo, donde Zuko trató de mantenerla inmovilizada durante los instantes necesarios, gracias también a la ayuda de Sans. Eso le dio maniobra de sobras a Aang para poder actuar. Acercarse a Chara era el primer paso y el más difícil tal vez.

    Hacerlo por las buenas era imposible. El chico estaba descontrolado pero era evidente que tenía una lucha interna contra el espíritu. Aang mejor que nadie entendía que cuando en un cuerpo habitaban dos almas, el control era complejo, porque ambas partes debían de estar de acuerdo, si no… no habría buenos resultados. Al final, Aang se las apañó con Tierra Control para inmovilizar a Chara de manos y piernas. Aunque de todos modos aún tenía la boca para disparar lanzallamas.

    Aang logró acercarse y ver efectivamente que la Marca Maldita de Chara brillaba en la frente de éste. Una parte de él le hizo pensar en Kuruk automáticamente y sin venir a cuento. Casi por instinto, y con un poco de concentración, entró voluntariamente en el Estado Avatar para tener acceso al uso de Energía Control. Gracias a eso, pudo sentir con facilidad la presencia y la voluntad de Gaster, el espíritu invasor en el cuerpo de Chara, y a éste, luchando ferozmente desde dentro.

    Puso sus manos en la frente del muchacho, y pasó a extraer al espíritu. Su voluntad era fuerte, pero había algo más… desde algún lado del interior, Chara le estaba ayudando por su cuenta. Eso le bastó para entender que el joven no era una persona ordinaria. Necesitaba una explicación y Sans parecía tener la respuesta a todo. Con mucho esfuerzo, Aang logró separar al espíritu y automáticamente éste salió del cuerpo de Chara, a quien el Avatar tumbó en el suelo antes de que se desplomase.

    - Vas a volver al lugar del que has venido. – Dijo el Avatar con total firmeza.

    Gaster trató de atacar pero no fue tan rápido como el propio Avatar, que velozmente lo atrapó en una esfera de aire para acercarse y con Energía Control, abrir un pequeño portal al Mundo de los Espíritus, para enviarlo de vuelta.

    Aang entonces abandonó el Estado Avatar y respiró para descansar unos instantes. Se giró, y vio que Chara ya estaba de pie para sorpresa de todos. Lo peor vino después, que aunque Azula estaba inmovilizada se las apañó para rodearse de fuego y alejar a Zuko. Obligó a Sans a dejar de mantenerla en el suelo con el uso de la gravedad cuando le lanzó un lanzallamas por la boca, forzando al esqueleto a proteger a Frisk.

    Gracias a eso, Azula quedó libre y alcanzó a Chara, quien rodó violentamente en el suelo. Sentía su cuerpo agotado, y con pocas energías. Aún así él… se levantó. Aang intentó acercarse pero Chara lo frenó cuando puso la mano en su dirección como señal de que se mantuviese en su posición. El Avatar al analizar la mirada del chaval, vio en esos ojos escarlata una gran determinación.

    Chara corrió hacia Azula, desconcertándola. Aún así, Azula alcanzó a Chara con una ráfaga de fuego, haciéndolo rodar por el suelo bruscamente pero a pesar de eso, el chico volvió a ponerse en pie. Azula intentó volver a repetir la acción pero Zuko y Aang la atacaron al unísono y la obligaron a retroceder. Sirvieron como distracción para Chara, quien había desaparecido de su posición.

    Azula trató de hacer otra ofensiva contra su hermano y el Avatar pero vio de refilón al otro maestro del fuego, y no tuvo tiempo a reacción. Chara le atacó con la palma abierta, impactándola de lleno y de manera repetitiva por el tórax. Azula había sido sentenciada. Sin embargo, Chara dejó un hueco abierto en su posición corporal que le sirvió a Azula, quien todavía permanecía de pie, a pegarle una tremenda patada en la cadera.

    Chara se resintió ante ese ataque mientras vio a la chica salir corriendo.

    - Maldita bastarda… - Susurró quitándose el jersey verde, para no seguir manchándolo con su sangre al su herida haberse abierto, y tirarlo al suelo. Todas las cicatrices de su cuerpo quedaron a la vista. - ¡¡TE VAS A ENTERAR!! – Gritó, poniéndose de pie para salir tras Azula, forzándose a sí mismo a ir tras ella.
    - ¡¡CHARA!! ¡NO! – Gritó Aang. - ¡Maldición!

    Aang intentó ir tras el maestro del fuego, pero Zuko y él se detuvieron en seco cuando del techo cayeron fragmentos de tierra. Fue muy mala señal. Sans optó por ser prudente y salir de aquí, más aún cuando los muros se agrietaron severamente. Zuko opinó que probablemente eran aquellos y otros maestros tierra que intentaban destruir el búnker subterráneo aprovechando que ellos estarían dentro.

    Zuko cogió el jersey de Chara mientras el Avatar y él se acercaron a Sans. Aang miró a Frisk, quien tenía una mejor cara. Gracias a los poderes de teletransportación de Sans, fue que pudieron encontrarse con Toph y los demás que habían salido. La maestra de la tierra parecía feliz por haber podido entretenerse con darles para el pelo a sus enemigos aunque Katara, en contraparte, se preocupó de ver la pálida cara de Frisk. Omitiendo los detalles, Sokka notó la ausencia de Chara y sin avisar, salió corriendo en su búsqueda, como no, Katara momentos después le siguió.


    * * *



    Gracias por seguir el fanfic y espero que os haya gustado :), nos veremos en la próxima actualización.
     
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    Holaaa :) ja em feia sentir malament veure tants comentaris teus i aquest fic aquí sense rebre amorsh :V així que Pardalet vé a deixar-ne una mica jeje

    Buah, acostumat a veure un Sans vago ja no recordava lo ràpid i letal que podia ser jaja els Dai Li ho tenen pelut amb ell a prop XD i a més Chara por ahí confundiendo al personal i atabalant a l'Azula, que deu ni do XD llàstima que l'Azula i el seu etern somriure creepy de qui ha guanyat una batalla el deixa fora de combat XD

    Ugh, l'esperit obscur aquest, això sí és creepy. l'Azula té molt que aprendre d'ell XD aquest era Gaster no? Buah, pro que rata, ha aprofitat que estava indefens per manipular-lo... Que sino el pavo no ho aconsegueix ni somiant jajaja :VV i ja així li està costant, al pobre desgraciat :VV kuuuuuuuuuukukuku!!

    Segueixo no processant ràpidament que qui parla es Sans quan falten totes les majúscules jajaja encara penso "ups, se ha dejado algo... ¡ah no!" XD lo de "amigo huesudo" també em mola jajaja ¡he acertado, era Gaster! Ja suposava que afectaria a Frisk també. No sé com, però bueno, sent bessons i tenint el contacte que tenen, casi a l'estil dels esperits... És com quan l'Aang i la Yue se sentien marejats quan la lluna s'ofegava entre les mans del Zhao.
    QUOTE
    Aang mejor que nadie entendía que cuando en un cuerpo habitaban dos almas

    Ah sí? No és el mateix que tenir les vides passades dins eh? XD que elles no molesten!
    QUOTE
    Gaster trató de atacar pero no fue tan rápido como el propio Avatar, que velozmente lo atrapó en una esfera de aire para acercarse y con Energía Control, abrir un pequeño portal al Mundo de los Espíritus, para enviarlo de vuelta.

    Portal aquí, portal allá... te lo has sacado de la manga, el avatar no puede crear portales directos. Almenys l'Aang no en sabia. Ja li va costar prou entrar ell mateix al món dels esperits XD

    Final de l'episodi: Chara buscant més brega. ¿Ves mi cara de sorprendido? ¿A que no? No existe :V aquest nano és molt previsible per algunes coses XDD

    En fi, ja anava sent hora que comentés i fins una altra :)
     
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    ¡Hola! ¡Muy buenas a todos, pajaritos y pajaritas! Lamento el retraso pero es que hace ya como un mes que comencé a trabajar y no he tenido tiempo de casi nada básicamente.

    Kaiku-Kun: No et preocupis si trigues gaire a deixar-me un review, ja ho farás quan vulguis home, no pateixis. Tot i així, gràcies per comentar-me el fic, sense tu no el podria anar publicant :V. I sí, lo de l'Aang obrint portals m'ho he tret de la màniga, diguem que en Kuruk en sabia fer i li ha ajudat (?), així encaixa jajajajaja. En fi, espero que t'agradi aquest capítol :)


    SPOILER (click to view)
    Que no falte la música :D

    1. Sia ft. The Eeeknd & Diplo - Elastic Heart
    2. Digital Daggers – Nothing’s Broken
    3. Enya – Echoes In Rain


    Capítulo 14



    - ¡¡ESPERA!! ¡No huyas! ¡Cobarde!

    Chara había salido corriendo tras Azula, aprovechando la ausencia de su pandilla. Sin embargo, el dolor de su cuerpo le impedía correr más rápido y forzarlo no servía de mucho. Definitivamente maldecía el momento en el cual, esa mujer encontró su punto más vulnerable que era la cadera. No obstante, percatarse de ello tampoco era tan complicado. Bastaba con observarle, para que uno se diera cuenta que toda la fuerza que usaba en sus movimientos y la energía de éstos derivaba de su pelvis.

    Tropezó estrepitosamente, cayendo al suelo pero volvió a levantarse. Vio una salida, por la cual Azula llegó al exterior y Chara no dudó en seguirla. Fue un error fatal. Un maestro tierra estaba presente y éste, no vaciló en hacerle volar literalmente por los aires en un par o tres de movimientos que le bastaron para levantar la tierra, moviéndola tan bruta y violentamente que Chara no tuvo tiempo de reaccionar. La caída que sufrió partió algunas de sus costillas, mientras el chico rodaba por el suelo, quedando bocabajo.

    Su intento por alcanzar a Azula falló de pleno. Ella logró escaparse.

    Chara trató de levantarse, pero fue inútil. Su herida del costado izquierdo continuaba abierta, y sangrando. Notaba la debilidad en su cuerpo por la pérdida de la sangre y la energía que debió usar para detener forzadamente a Gaster desde su interior y ayudar a Aang para sacarlo de su cuerpo, además de que el dolor en su cadera era punzante, y sumándole el de sus costillas bastaba para mantenerlo paralizado mientras se iba manchando de ese líquido escarlata que salía de su interior. Qué curioso… esto le recordó exactamente a cuando estuvo en el Valle Perdido tras haber sobrevivido, quizá, por pura suerte.

    Cerró uno de sus ojos, apretando la mandíbula y negándose a rendirse, pero los recuerdos del pasado atormentaban ahora su mente, atacando también su corazón. Tocó con su frente, el frío suelo. No podía levantarse, y odiaba estar bocabajo porque sentía que aquél panorama podría volver a existir, a suceder… Una parte de él suplicaba por ayuda, pedía porque alguien viniera y se lamentaba todavía más al pensar que eso no sucedería.

    Nadie vendría. O, al menos… eso pensó.

    - ¡¡Chara!! – Escuchó una voz que conocía bastante bien. Alzó su cabeza, hacia adelante, moviendo sus ojos y con éstos vio a Sokka, quien en cuanto le vio echó a correr en su dirección mientras el maestro del fuego extendía hacia él su mano, en un inconsciente gesto desesperado de alcanzar al otro. - ¡¿Estás bien?! ¡¿Qué te ha pasado?! – El moreno llegó hasta su persona, girándolo para tomarlo entre sus brazos y viendo su deplorable estado.
    - … - El muchacho se lo quedó mirando. – Has… venido… - Logró decir.
    - Por supuesto que he venido, ¿Piensas acaso que te iba a dejar aquí? Noté tu ausencia y salí a buscarte. Menos mal que he logrado encontrarte. – Dijo.
    - Has venido… ¿Por mí?
    - Me habías prometido que no nos traicionarías, y lo has cumplido. Me habías prometido que regresarías con nosotros, y puedo decir que… también lo has cumplido. – Sonrió Sokka. - ¿Eh? ¿Qué… qué pasa? – Se desconcertó por completo cuando sorprendentemente, Chara se puso a llorar. – Eh, Cha… - Iba a decir pero el otro le abrazó con el brazo derecho.
    - Gracias… gracias, de verdad… gracias.
    - Eh vamos, tranquilo. – Acarició su espalda. – Tampoco hace falta que llores, no pasa nada, ¿De acuerdo? Estoy aquí.
    - Gracias por venir...

    Sokka suspiró, mientras dejaba que el otro se calmase, aunque le preocupasen sus heridas. Afortunadamente, vio a su hermana acudir y llegar corriendo hacia ellos. Cuando Chara se separó de Sokka, Katara revisó al maestro del fuego cuando éste fue tumbado al suelo. La maestra del agua no puso muy buena cara y eso preocupó a su hermano. No obstante, Katara se las apañó para estabilizar la herida abierta de Chara, y amenguar el dolor del chico, de ese modo, éste pudo ponerse en pie con la ayuda de Sokka.

    Los tres regresaron con los demás. Aang se alegró de ver de vuelta a Chara, y Zuko respiró más aliviado. Frisk era el que más angustiado estuvo por su hermano cuando sintió esa intensa pero desagradable sensación dentro de sí mismo que le había indicado que le ocurrió algo malo a su gemelo, a quien sonrió brevemente mientras Chara se soltaba de Sokka.

    Frisk corrió hacia su hermano, sorprendiéndole con un abrazo. Chara le observó, mientras Frisk se aferraba a él.

    - Me tenías muy preocupado… - Dijo Frisk. – Sentí que te pasó algo malo y… y…
    - Vale… tranquilo. – Se adelantó Chara, acogiéndole entre sus brazos, y poniendo su mano derecha sobre la cabeza del otro. – Todavía sigo con vida, ¿No? Eso es lo que importa.
    - No vuelvas a hacer locuras como esas, por favor. Eres mi única familia, y no quiero perderte. – Enterró su rostro en el pecho del hermano. – No quiero perderte… - repitió en voz baja mientras su espalda temblaba en una clara señal de estar llorando.
    - Está bien, seré más cuidadoso pero cálmate, ¿De acuerdo? – él acariciaba su espalda, mirándole sorprendentemente con cariño. – Todo va a estar bien.

    Frisk permaneció aferrado a su hermano, mientras éste le consolaba. A los chicos, les sorprendía y mucho ver a Chara de ese modo, cuando nunca se había mostrado así. Para Katara era una clara muestra que el maestro del fuego, definitivamente, no era intrínsecamente malvado. Y Toph sentía sinceridad en las acciones de ambos gemelos.

    Tras un ratillo, Frisk finalmente se separó de su hermano. En ese momento Zuko aprovechó para acercarse y extenderle el jersey verde al otro, que lo miró.

    - Te lo dejaste en aquél búnker. – Dijo el mayor. – Como siempre te lo he visto puesto, supuse que le tendrías mucho aprecio. – Chara cogió su jersey aunque ponérselo fue toda una faena.
    - Será mejor que os marchéis ya. – Comentó entonces el contrario. – Frisk ya está libre, ya no tenéis nada que hacer aquí.
    - ¿Qué? ¿De qué estás hablando? – Preguntó entonces el maestro del agua. – Bueno, eso es cierto pero…
    - ¿Por qué no vienes con nosotros, Chara? – Ofreció entonces Aang, pillando por sorpresa a ambos gemelos. El maestro del fuego lució sorprendido, y el del agua ilusionado. – Sé que tal vez suene estúpido pero realmente quiero que nos acompañes en nuestros viajes.
    - Yo también quiero que venga, honestamente. – Apoyó Sokka.
    - ¡Y yo también! ¡No me ha quitado la diversión! – Exclamó Toph. - ¡Así que quiero que venga! ¡Será divertido tenerlo en el grupito!
    - ¿Tú qué opinas, Katara?
    - Bueno… mientras se porte bien…
    - ¡Ja, ja, ja, ja, ja! ¡Ahí lo tienes! ¡Mamá Katara también está de acuerdo! – Exclamaba Sokka.
    - ¡No soy mamá Katara, Sokka! – Le reprochó.

    Ambos hermanos comenzaron una absurda pero divertida disputa que hacía reír a los chicos. Chara los observaba en silencio, hasta bajar la cabeza. Suspiró, para girarse y darles la espalda, algo que sin duda llamó la atención de Aang, de Frisk y de Zuko. Frisk se temió lo peor… siempre que veía que Chara se ponía de espaldas, significaba claramente que se alejaría. Y francamente… no deseaba eso. Le hacía ilusión que su hermano realmente les acompañara, y formara parte del grupo.

    - Yo ya lo dije una vez. – Habló. – Solamente me uní a vosotros para rescatar a mi hermano, y una vez cumplido eso, me marcharía. No tengo más motivos para estar con vosotros. No soy vuestro amigo.
    - Pero Chara, ¿Qué estás diciendo? – Contestó Aang, que avanzó un par de pasos. – Tienes que cuidar a tu hermano, ¿Acaso no es esa razón suficiente?
    - No, no lo es. Tengo mi manera de hacer las cosas.
    - ¡¡No seas orgulloso, Chara!! – Dijo Sokka. - ¡¡Definitivamente tienes que venir con nosotros!!

    Zuko se acercó al maestro del fuego con cierta prudencia. Lentamente puso su mano sobre el hombro del chico, haciendo que éste le mirase de reojo, observando la afable sonrisa del mayor. Eso sólo hizo que él bajara la cabeza.

    - ¿Recuerdas lo que te dije? – Preguntó. – Siempre pueden haber maneras distintas de cumplir nuestras promesas, sin necesidad de hacer daño a nadie, o ir por malos caminos. Se te ha presentado una oportunidad, no la desperdicies. – Sugirió.
    - De entre todos los que están aquí, tú eres el que menos debería animarme a nada.
    - No te guardo rencor por tus intentos de asesinarme, después de todo y aunque tuviste ocasiones de matarme… no lo hiciste y sé que en el fondo no querías hacerlo.
    - Tonterías. Si quiero matar a alguien lo hago, sin vacilar.
    - ¿En serio? Lo siento pero no me lo creo. – Dijo.
    - ¡Eres un…! - Chara se giró bruscamente intentando darle un golpe pero se detuvo él mismo. Algo en su interior, le frenó en seco.
    - ¿Lo ves? No eres tan malo como creías, eh.

    Chara resopló y entonces, miró al Avatar. Él parecía estar ahí, esperando por algo. Indeciso, Chara se acercó al nómada del aire, y éste extendió su mano que Chara observó, tomándose su tiempo. Dirigió sus ojos hacia Frisk, viéndole asentir, regresándolos entonces a Aang y estrechándosela. El maestro del aire esbozó una sonrisa. Sin embargo, Chara los sorprendió a todos cuando perdió súbitamente el conocimiento, que Aang tuvo que cogerle a tiempo, antes de que el chico cayera al suelo.

    Katara mencionó que tal vez era por el cansancio, las heridas o quizá… porque no habría dormido lo suficiente, dado que los días anteriores no le vieron descansar. Entre ellos debatieron qué hacer y tomaron la decisión de volver a Isla Ember, para relajarse durante unos pocos días. Zuko prometió ir a verles, ya que deseaba ir a ver qué tal estaban las cosas por su ciudad.

    Así pues, Aang llamó a Appa con ese extraño silbato y el bisonte acudió rápidamente, acompañado como no de Momo. El maestro del aire los recibió como siempre, con un gran cariño y Frisk también lo hizo, comentando lo mucho que los había añorado. Subieron en el animal y antes de ir rumbo a Isla Ember, fueron al campamento para recogerlo todo, después, empezaron el viaje. Durante el trayecto, Katara revisaba que Chara estuviera bien.

    Llegaron a Isla Ember y allí Frisk se despidió de Zuko a pesar de que fue evidente que al maestro del agua las despedidas no le gustaban demasiado. Katara y Sokka dijeron que irían con Zuko, la muchacha para acompañarle y su hermano para asegurarse que Suki estaría bien, además, con el trayecto, Ty Lee podría volver con las que pasaron a ser sus amigas, ya que ella también formaba parte de las guerreras de Kyoshi.

    Toph fue la única que se negó a seguir volando a lomos de Appa y decidió irse para echarse una siesta y que Aang y Frisk, los únicos que aparte de Chara se quedaban, no la esperasen hasta la hora de cenar por lo menos.

    Appa se alejó volando con los demás, y Momo también se quedó a hacerles compañía al Avatar y los dos gemelos del Valle Perdido, más una maestra de la tierra que se había dado a la fuga para dormir un rato. Aang cargó con Chara y junto a Frisk, quien tenía a Momo encima de la cabeza, empezaron a buscar una habitación libre para el maestro del fuego.

    - ¿Te importa si me quedo contigo mientras atiendes a tu hermano, Frisk? – Preguntó Aang, observando a su compañero. – Toph se ha pirado a echar la mona, y sé que Momo querrá descansar también. No quiero estar solo.
    - Tranquilo, puedes hacerme toda la compañía que quieras. – El más bajito esbozó una amable y tierna sonrisa. – Nunca me molestas en lo absoluto.

    Aang no evitó esbozar otra sonrisa en agradecimiento. Cuando llegaron a un cuarto, el Avatar tumbó con cuidado a Chara. Frisk le subió el jersey para que la ropa no le molestase al momento de atenderle para curarle. Aang observó cómo su compañero se ponía serio por la concentración. Frisk no siempre había usado su Agua Control para ejercer su gran habilidad para la curación. Katara y él eran los mejores maestros con esas buenas capacidades, aunque Frisk negase siempre de su talento como tal.

    Aang guardó silencio, por respeto aunque se mantuvo sentado a un rincón de la orilla de la cama para molestar lo menos posible. Curiosamente, Momo continuaba en la cabeza del maestro del agua y a Aang le daba gracia. El lémur últimamente había encontrado el nuevo vicio de jugar con el pelo de Frisk. Appa y él eran tan amistosos que por eso se habían vuelto tan cercanos con el propio Frisk, si éste mostraba siempre su gran amor hacia los animales.

    - Se va a poner bien. – Frisk habló cuando terminó su tarea. – Afortunadamente ninguna de sus costillas hizo un daño más severo y sus pulmones están bien. Tardará un poco en recuperarse pero lo importante es que lo hará. – Dijo, mirando a Aang. – Hablando de recuperación… la cicatriz que tienes en la espalda… ¿Te duele mucho?
    - No demasiado, estoy bien no te preocupes. Antes de conocernos, Katara ya se encargaba de mantenerse pendiente. – Contestó Aang. – Aún es por la tarde. – Cambió de tema, al mirar por la ventana. - ¿Quieres que hagamos algo?
    - ¿Tumbarnos en algún lado para descansar aunque sea un poquito? – Guiñó un ojo y sacó un poco la lengua. Aang se rio.
    - Hacer el vago es lo mío, deberías probarlo más a menudo.
    - No que entonces mamá Katara me regañará.
    - Con que ayudes un poquito ella se conforma, aunque la verdad nos ayudas en todo lo que puedes eeh.
    - Me gusta ser útil. – Bajó la cabeza con una pequeña sonrisa. – Antes no podía hacerlo por diversas razones y me sentía… impotente. Es por eso que trato de hacer todo lo que puedo.
    - Es normal. – Aang se acercó a él. - ¿Nos vamos? Creo que deberíamos dejar que Chara descanse.

    Frisk asintió y bajó un poco la persiana de la ventana para que la luz no molestara a su hermano. Acto seguido, salió del cuarto con el Avatar y Momo, aún presente en su cabeza.

    Caminaron por los pasillos, sin decir nada incluso cuando bajaron juntos las escaleras. De vez en cuando, Aang miraba al muchacho. La casa estaba en un completo silencio, y se notaba especialmente la ausencia de Appa o al menos eso comentó Frisk. A Aang le cayó en gracia. Ambos se sentaron en el pasillo de madera, apoyados en el muro de la pared teniendo enfrente el patio y la piscina que tiempo atrás, Aang hizo con la ayuda de Katara para cuando Frisk llegó a las vidas de cada uno de ellos y formó parte del grupo.

    El sosiego continuó entre ellos dos, pero la atmósfera era sumamente tranquila y agradable. Se escuchaba el piar de los pájaros y la suave brisa del viento que jugaba con las hojas de los árboles más cercanos, haciendo un relajante sonido que trajo consigo un ligero aroma floral, ya que algún que otro pétalo blanco volaba gracias al aire.

    Frisk se movió y se tumbó en el regazo del Avatar, tomándole por sorpresa.

    - ¿Te molesta si me pongo así? – Preguntó el maestro del agua, como pidiendo permiso mientras miraba a su interlocutor.
    - Qué va, hazlo cuanto quieras. – Contestó Aang, con una tímida sonrisa de oreja a oreja, sintiendo vergüenza y felicidad al mismo tiempo, más aún cuando al acariciar el cabello del otro, notó su aceptación y posterior y mayor relajación.
    - Es curioso… - Dijo Frisk haciendo una breve pausa, llamando así la atención del maestro del aire. – Ese esqueleto no ha vuelto a aparecer después de sacarnos de allí.
    - ¡Oh! ¡Es verdad! ¿Dónde se habrá metido?
    - Ni idea. Pero él se enfrentó a Azula mientras vosotros llegabais.
    - ¿En serio? – Vio asentir al contrario. – Pero… ¿Quién es él, exactamente?
    - Se llama Sans y parece que siempre ha estado cuidando de mí. ¿Recuerdas cuando me quedé ciego?
    - Como olvidar aquella temporada. – Aang desvió la mirada.
    - Él, Sans, estuvo vigilándome cuando me quedaba solo por breve que fuera el momento. En realidad nunca estuve solo.
    - Es increíble, ¿No crees? Es un espíritu y parece que te tiene muy en cuenta. Eso me recuerda a lo que dijo allí en el búnker. Parecía conocer al espíritu que poseyó a tu hermano. – Al decir eso, Aang notó una reacción en Frisk, al sentir cómo éste apretaba el agarre con su mano. - ¿Tú… sabes algo sobre eso, Frisk?
    - Lo que sé es que ese espíritu es… aterrador. – Se reincorporó para mirar al chico. – Ése espíritu lleva acosándonos a mi hermano y a mí desde que éramos niños, siguiéndonos a todas partes como sabiendo dónde encontrarnos en todo momento. Era… una especie de obsesión. – Bajó la cabeza. – De hecho ha seguido así hasta hoy.
    - ¿Por qué no me has dicho nada? Creí haberte dejado claro que nos tenías a nosotros para apoyarte, Frisk.
    - No es eso, Aang. De verdad. – Cerró los ojos tras negar con la cabeza. – Es que… le tengo pánico a ese espíritu, no sabes las cosas tan horribles que ha llegado a contarme, o las amenazas… buscando siempre la forma de hacerme sentir mal. – Suspiró. – Lo siento mucho.
    - Está bien. No pasa nada, es normal. – Aang acercó sus manos para alzar el rostro del maestro del agua, al conocer de su mal hábito de bajarla o por timidez, por inseguridad o bien… porque aún continuaba con ese complejo de inferioridad. – Yo me haré cargo de ese espíritu, te lo prometo.

    Frisk esbozó una sonrisa llena de alivio, correspondida por otra segura del Avatar que lo abrazó. En ese preciso instante, el castaño se pudo relajar. Solía sentirse protegido entre los brazos del nómada del aire, porque le gustaba estar a su lado, cerca de su persona por lo agradable que era con su manera de ser tan despreocupada y divertida, como una hoja siendo llevada sin muchos problemas por el viento. Es por esa razón que cerró los ojos, poniendo sus pequeñas manos en la espalda del muchacho y acurrucándose mejor.

    A Aang esa reacción le hizo sentir ternura. Cuando quería, Frisk podía ser muy adorable, más aún con su pequeña estatura que lo hacía más mono. Ahora mismo, Aang se sentía feliz. Ya no debía de preocuparse por el bienestar del maestro del agua ahora que él se encontraba a su lado, a salvo de las garras de Azula y su pandilla. En parte también había sido gracias a Chara, que no les traicionó en ningún momento, tal y como se lo prometió a Sokka.

    La relación entre Sokka y Chara pintaba ser de lo más singular. Por lo menos, ahora todos ellos habían descubierto, por fin, que ese maestro del fuego no era tan mala persona como llegaron a creer. Y toda esa esperanza la mantuvieron gracias a la perseverancia y la innegable determinación que Frisk poseyó, aunque algunas veces él mismo se derrumbase.

    - Oye Frisk. – Habló Aang, rompiendo el silencio. – Tú… ¿Sabes cocinar?
    - Algo sé, ¿Por qué?
    - Porque pronto se hará de noche y tendremos que hacer algo de comer.
    - Es verdad. Por suerte antes de que partieran, Katara y los demás dejaron las cosas aquí para aligerar la carga de Appa. – Dijo, y se separó. - ¿Quieres probar a ayudarme con la cena? – Preguntó con una gran sonrisa.
    - Claro, será divertido aprender de ti.
    - No digas eso, harás que me entre la vergüenza. – Miró a otra parte, con un ligero sonrojo en las mejillas.
    - ¿Y eso es malo? – Aang intentó asomarse para verle. – Si te ves adorable.
    - ¡¡No es verdad!! ¡Me veo…! Frágil. – Murmuró.

    Aang se echó a reír sonoramente y sin aguantarse. Frisk le miró, todavía más avergonzado que antes. El Avatar comentó que eso no era cierto, y que simplemente se veía muy mono. El maestro del agua acabó por desviar la mirada, aunque no por mucho tiempo cuando sintió que Aang besaba su mejilla. Se quedó sorprendido y con los ojos bien abiertos pero acabó riéndose también.

    Fue evidente que Frisk lució muy feliz con esa pequeña y cariñosa acción.


    * * *



    Bueno, hasta aquí el capítulo 14, espero que os haya gustado. Cuando pueda subiré el próximo. ¡Nos vemos!
     
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    Prrrrp!!
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    Holi, ¿Qué tal? Me aburría por el foro y mira, terminé aquí :).

    Me gusta mucho cómo escribes (y anda que la cantidad de fanfics que tiene es poca woot_jump ), de verdad ha sido muy entretenido y los personajes son geniales cheezy ). Nunca me había encontrado con la mezcla de Avatar y Undertale pero es genial, me encanta.

    Espero que actualices pronto el fic lol3
     
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35 replies since 29/1/2017, 17:09   573 views
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