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MaruChan.
.Oh, deberíais ver la cara que se me ha quedado al releer el segundo capítulo en la anterior versión. "¿Cómo diantres voy a lograr hacer el mismo número de capítulos, reescribiendo el fic al pie de la letra, y que quede la historia coherente?", algo así me pregunté en seguida. Y he llegado a la conclusión de que eso es imposible. En el otro fic las cosas sucedían rapidísimo, y para hacerlo bien, aquí no será así. Esto significa que tendréis escenas inéditas entre capítulo y capítulo que en el fic anterior no aparecían (?) Que se me van a ir ocurriendo por medio, vamos. Así que espero que disfrutéis este capítulo.
Alejandra_1539, me alegro de que te gustara el primer capítulo c: Y, ¡por supuesto! Seamos amigas, eso me encantaría~
HieloyFuego30, gracias xD trataré de no dejar abandonada la reedición del fic.
~Neko-Andrea~, en serio te lo digo, me halagas xD Me alegro mucho de que opines eso del fic, e igualmente, espero que te siga gustando conforme vayan avanzando los capítulos.
Ranmaru-Gini, exactamente, esto es una reedición
Que me exijan la continuación no es algo con lo que me tope muy a menudo (?) Así que, eh... sólo diré que trataré de traer el resto lo más pronto posible. Pero me alegro de que te gustara el principio del nuevo fic.
----------------------------[Capítulo 2]
Un largo suspiro fue lo que soltó Kirino al ver, una vez en casa, toda la ropa desperdigada por encima de su cama y los demás muebles. ¿En qué momento se había vuelto todo tan desordenado? Él no recordaba ser tan descuidado con sus cosas... la mayoría de veces.
—Ma... Mamá, ¿es esto obra tuya? —Preguntó en voz alta para que la mujer pudiera escucharle bien desde el piso inferior, dado que la habitación del pelirrosa se encontraba en una segunda planta.
—¿Qué dices, cariño?... —Pero la mujer apenas había entendido lo que le dijo el niño. Subiendo por las escaleras, se tomó su tiempo para llegar hasta donde estaba su hijo.
Al abrir la puerta, al fin se dejó ver la madre, quien portaba un delantal, dado que había estado cocinando hasta ese momento. Era la viva imagen de su hijo, aunque con unos toques más de maquillaje.
—¡Es todo esto, mamá! ¿Por qué has desordenado todo? ¿Cómo hago la maleta yo ahora?
—Ay... mi niño. Lo siento mucho, pero hace un rato a tu padre se le perdieron los billetes del avión, y nos pusimos a buscarlos por toda la casa. —Literalmente, toda la casa, visto lo que habían hecho con la habitación del pobre Ranmaru. —Pero no te preocupes, ¿está bien? —Al decir esto, acarició la cabeza de su hijo, despeinándole un poco también. Se agachó para quedar a su altura, y le miró a los ojos. —Yo recogeré esto y te ayudaré a hacer la maleta. Así no deberías tener ningún problema.
—¡Está bien! —Y el chico, ilusionado de nuevo, volvió a tener esa bella sonrisa inocente en sus labios. Le gustó la solución que su madre propuso, de modo que accedió a hacer la maleta con ella.
Y al día siguiente, todos en la familia estaban listos para partir al lugar donde tendrían sus vacaciones, Hawái. Se despertaron temprano para ir al aeropuerto, teniendo que aguantar los padres las réplicas de Ranmaru, quien no hacía más que quejarse medio dormido. Aquello no había sido previsto en sus planes, y cuando llegó, el madrugón no le sentó nada bien.
—¡Quiero dormiiiiiir!
—¡Ya podrás dormir en el avión, Ranmaru! ¡Deja de ser tan caprichoso! —Y el padre, quien tenía menos paciencia que su esposa, fue el primero en exaltarse por culpa del pequeño. En ese momento, justamente estaban esperando a subir al avión. Estaban a las puertas de estar tranquilos de nuevo, en cuanto el niño pudiera dormirse.
...Y vaya si lo hizo. En cuanto sus posaderas dieron con el asiento correcto, no hubo quien despegara del lugar al chico de rosados cabellos hasta que se despertó por sí mismo, casi llegando a Hawái.
—Ma... —Balbuceó por lo bajo, frotándose los ojos mientras se desperezaba lentamente. Al principio se encontró un poco perdido en aquel sitio, hasta que recordó que estaba dentro de un avión.
Y, de hecho, lo primero que hizo tras comer un poco, fue mirar por la ventana. Al ver tantas nubes se emocionó un poco, y sintió cierto cosquilleo en la tripa al pensar que jamás había subido a un lugar tan alto. Se sintió especial por ver el cielo desde allí, y que ni siquiera se pudiera ver la tierra de lo lejos que estaban en el avión (el niño no contaba con que probablemente estuvieran atravesando un océano en ese momento).
Se divirtió tanto que, de hecho, al llegar la hora de bajar del avión, para el niño casi había sido el viaje como cinco minutos. Pero sin duda, esta vez no se quejó, ya que se sintió todavía más privilegiado de poder poner un pie en tierra extranjera. Se comenzó a formular una infinidad de preguntas, a cada cual, más curiosa, acerca del lugar. Y para el momento en el que salieron del aeropuerto en Hawái, el chico estaba dando botes incontrolablemente por todos los lugares.
—¡Mamá, mamá, quiero ver todo lo que hay aquí! —Decía comenzando a investigar todo.
La mujer, al ver la emoción de su hijo, soltó una pequeña carcajada.
—Claro que lo verás todo, Ranmaru, pero a su debido momento. Ahora debemos ir a registrarnos al hotel, así que por la tarde ya podrás salir a jugar y a hacer amigos. ¿Te parece bien la idea?
—¡Sí! —Y con un enérgico asentimiento con la cabeza, mostró su conformidad con los planes que le proponía la mujer.
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◼[Reencuentros]◼ [¡Capítulo 5! - 16/07/2017] [Kirino x Kariya] |
