18avo. Reto literario ❝Feliz Crack-Valentín❞ ||Junjou Romantica|| Segunda Oportunidad ||

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1995

Posted on 1/3/2017, 02:17

“Te mereces todo lo bueno que te esta pasando”

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Location: °° Tranquil@, todo va a pasar ♥♥♥°°

Status: Anonymous

Disclaimer : Los personajes del Manga/Anime, no me pertenecen solo a Shungiku Nakamura.

|| Pov Autora ||

¿De que color es el amor?

Quizás muchos responderían que es un cálido rosa pero muchos otros dirían que es de un rojo intenso, un rojo que provoca un mar de pasiones, pero para mi, el amor es verde, Verde Esmeralda.

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|| Pov Takano Masamune ||

Y nuevamente ahí estaba yo, en la sección doncella, gritando a mis subordinados para que estos terminaran lo que tenían pendiente y es que la fecha limite de nuestra entrega de mangas, sería ayer pero como obtuvimos un plazo de 24hrs y como los de la imprenta no los concedieron, era justo hoy, cuando lo teníamos que entregar, si o si.

Pese a que estaba estresado por los autores restantes, no dejé de ver a Onodera, ese chico de una u otra forma me terminaba de tranquilizar.

—Onodera— le llamé inconsciente a lo que los demás me voltearon a ver extrañados —¡Apresúrate!— terminé por gritar para intentar disimular mi error.

Todos estuvimos de aquí y allá, corriendo, gritando y apoyándonos.

Todo era demasiado tenso, estaba a punto de corregir a ultimo momento un manga de Yoshino-sensei y es que había repetido la escena dos veces, probablemente estaba inconsciente al dibujarlo.

Caminé hasta Hatori quién le mostré el error y este me siguió, le pedí apoyo a Onodera pero este me rechazó, diciendo que debía de corregir un error de su autora, me quedé estático por unos segundos y es que sabía de sobra que aquel manga se hallaba bien escrito como dibujado. Caminé molesto con Hatori hacia el elevador, mientras seguía pensando el porque Onodera era de esa forma, ¿Tanto le molestaba que los demás se llegaran a enterar de lo nuestro?

Me empezaba a cansar de esto, lo peor de todo era que ni siquiera se le podía considerar una relación, ¿Como terminar con algo que ni siquiera sabía que existía?

Gracias a que estaba distraído, casi perdemos el elevador, caminamos rápido y logramos entrar.

—Lo siento, un poco más y no entraban.

No estaba de humor, por lo que ni siquiera miré, al perteneciente de aquella voz.

Llegamos hasta el piso que deseábamos llegar y bajé sin decir nada.

—Buena tarde.

Escuché decir a Hatori lo que provocó que volteara hacia el elevador justo cuando este estaba a punto de cerrarse, para solo observar un mechón de pelo, de un tono chocolate. Sentí curiosidad, y es que Hatori, no solía saludar a muchos.

Al llegar con Yoshino-sensei, me percaté que se hallaba dibujando, quizás se había dado cuenta de su error, nos acercamos para ayudarle en todo lo que necesitara.

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—¡Por fin!.

La voz de Yoshino-sensei, anunciaba que nuestro trabajo había terminado, tras revisar por cuarta vez, me retiré para entregar el ultimo trabajo bien hecho de la noche. Tras entregar el manga, regresé a aquella habitación para felicitar a Yoshino-sensei (Y es que no lo había hecho) pero antes de que pudiera abrir por completo la puerta, pude ver a Hatori, besando a su mangaka, lo cual me sorprendió.

Yoshino-sensei le correspondió por lo que parece, es un amor unilateral.

Parecían amarse por lo que decidí retirarme silenciosamente, esos dos, realmente hacen una buena pareja. Tras caminar hasta el elevador y esperar unos minutos, por fin el elevador abrió sus puertas e ingresé dentro.

La cabina estaba vacía, ningún ruido, solo yo. Esperé pacientemente, para llegar hacia mi destino hasta que un Ojo-Olivo, apareció con kisa.

—Buenas noches Takano-san.

—Buenas noches Kisa.

—Es tarde, nos retiramos.

La seriedad de Onodera, era molesta, a pesar de eso le detuve para hablar con el sobre nosotros. Onodera solo le pidió a Kisa que le esperara, que en un momento iría.

—¿Que pasa Takano-san?.

—Es justo lo que quiero saber, ¿Que pasa con nosotros?.

—¿Con nosotros?.

—Acaso solo soy yo quién piensa que hay un nosotros.

El se quedó callado, parecía querer decirme algo pero al final solo bajó su rostro.

—Te he esperado por los últimos dos años pero al parecer, aun no decides.

—Solo necesito más tiempo.

—Te daría todo el tiempo necesario si tan solo lo dijeras, vamos, dilo.

—Por favor, no hagas esto, yo aun no estoy listo.

Tras terminar de decir aquello, una parte de mi explotó asi como mi paciencia.

—¡¿Y cuando diablos será el momento?! ¡Estoy harto de esto! Porque mierda, no solo dices que no me quieres, porqué sigues dándome falsas esperanzas como si tuviera una oportunidad, sabes, ya no puedo mas, esto se acabó.

Me alejé de el, sin voltear atrás, sin querer escuchar mas tristes excusas, sin más miramientos ni remordimientos. No era enojo, irá, molestia, era decepción.

—¿Conque más tiempo?.

Solo puedo sonreír con amargura. Llegué hasta el estacionamiento y golpeé la llanta de mi automóvil, realmente soy un completo imbécil, mira que aferrarme al pasado, a ese tímido chico, quién jamás volverá.

Debí suponerlo pero yo... creí, creí que él podría ser nuevamente Oda. Mi querido Oda.

Me quedé mirando la nada por unos instantes, no puedo dejar que esto me vuelva a deprimir. Subí a mi automóvil y conduje hasta un bar. Bajé y puse la mejor sonrisa falsa, hoy no pienso regresar solo a mi departamento.

Coquetee con muchas personas en el bar, sin importar el genero pero ninguno me llamaba la atención, hasta que lo vi.

Un pelinegro con cuerpo pequeño, tras mirarlo me di cuenta de que parecía un tanto tímido. Me acerqué y este se sonrojó al verme.

Conversamos un poco, era un tanto difícil el chico, justo cuando le propuse ir a una habitación para ❝Hablar mas en privado❞ a lo que este lo dudó. Tras comprarle varios tragos, este aceptó rápidamente, se encontraba muy ebrio y es que apenas se podía poner de pie.

Llegamos a un motel, cerca del bar, demasiado conveniente debía admitir.

Apenas y abrí la puerta, el pelinegro corrió hacia el baño y comenzó a vomitar. Genial, ahora debía de limpiarlo antes de tener sexo.

Estaba a punto de adentrarme a la habitación cuando de pronto, mi vista se posó en un castaño, ojos verdes, cabello chocolate.

Le miré sorprendido por la similitud entre el y Onodera. El castaño me miró para luego sonreír y caminar lentamente hacia otra habitación.

Sin pensarlo dos veces, cerré la puerta en la que estaba el pelinegro y me fui tras el castaño.

Estaba a punto de tocar, más sin embargo la puerta se hallaba semi abierta.

Pasé dentro para encontrarme a un castaño quién se acercó a mi con lentitud. Parecía esconder algo, tras quedar a menos de un metro, el castaño me extendió una caja de galletas... ¿Con formas sugestivas?

—Feliz San Valentín, Takano-san.

Me pareció extraño el obsequio y es que faltaba dos semanas para aquella festividad, pero al ver como el castaño se comenzaba a desnudar, comprendí la indirecta, demasiado directa.

Me quité la playera y estaba a punto de repetir la acción con mis pantalones hasta que vi que no había cerrado la puerta, de un solo empujón y sin ninguna delicadeza la cerré.

Volteé hacia el castaño de tono chocolate, este se hallaba completamente desnudo y con las piernas abiertas, mi líbido aumentó cuando el antes mencionado se comenzó a masturbar pero no solo acariciando su pene sino que también metiendo un dedo, en su rosada entrada.

Me deshice de todas mis prendas y me posicione encima del castaño. Quité el dedo de su entrada para asi restregar mi pene en contra de su pequeña entrada. Al sentir que su ano, se hallaba húmedo, empecé a entrar en el, lentamente. Me acerqué a su rostro, estaba completamente sonrojado pero también pude percibir el olor a cerveza, quizás había tomado algunos tragos para darse valor, sonreí para comenzar a besarlo.

Sus labios eran suaves asi como también tenía un dulce sabor, no era comparable con un dulce, era mas bien... un dulce sentimiento. El olor a cerveza era lo suficiente débil para ser detectado pero su saliva lo delataba. Sus labios eran adictivos que apenas podía separarme de el. Lo comencé a penetrar, cada estocada era mas rápida y profunda, el chico no era virgen. Como fuese el caso, no me importó lo único que deseo es llegar a lo más profundo. Lo penetre cada vez más rápido y preciso. Y tras terminar dentro del más bajo y el en mi abdomen, salí del chico lo más delicadamente, me recosté a su lado y por un largo tiempo, nos quedamos en completo silencio.

No sabía que decir o hacer y es que a pesar de que el chico no era virgen, me sentía responsable. Además de que me había parecido genial, una ronda más ¿Le parecería demasiado?

—Eso, estuvo increíble.

Volteé a mirarlo, sus largas pestañas que parecían postizas, le hacían ver angelical sin olvidar lo más importante, sus hermosas esmeraldas que tenía por ojos.

—Puedo preguntar algo.

—Ya lo estás haciendo.

Le vi sonreír ligeramente, viéndolo de cerca, realmente era muy lindo (Para ser un chico)

—¿Nos conocemos?.

—No, no nos conocemos pero te he observado últimamente.

—¿Me espías?.

—Jajajaja.

Comenzó a reír al punto de quedarse rojo, su risa era un poco escandalosa pero no molesta, una extraña combinación.

—Trabajamos para la misma editorial pero tu eres de la sección ❝Doncella❞ y yo, de la sección ❝Perla Negra❞.

—¿Eres del genero Gore?.

—Quién lo creería, ¿No es cierto?.

—Dijiste que últimamente me has visto ¿Porque?.

—Es que eres tan apuesto.

—Entonces... solo es algo superficial.

—Estoy bromeando.

—Y la verdad es... que.

—Desde el momento en el que te vi, no pude evitar sentir algo por ti.

—Y que es ese algo.

—Al principio creí que solo era atracción pero luego no pude dejar de pensar en ti y por ende, terminé con mi pareja.

—¿Tenias pareja?.

—Tenía... pero ahora ya no.

—Es algo extraño el hecho de que termines con tu pareja, por un desconocido.

—Losé, la verdad es que yo no soy el tipo de chicos que se quedan a lado de una persona solo por cariño, o es amor o no es nada.

—Si en este instante me levantara y me fuera ¿Que harías?.

—Compraría un muñeco vudú y le pondría tu apellido, lo estaría pinchando hasta que el dolor se fuera.

—Ya veo...

—Jajaja, estoy jugando, sabía que esto podría ocurrir por lo que me preparé, asi que no importa.

—Solo dejarías que me fuera y ya. No deberías enamorarme o algo parecido.

—Sé que tienes a alguien especial, sabía que solo sería una noche.

Eso si me había tomado por sorpresa, el sabía lo de Onodera y a pesar de ello, continúo.

—Entonces, ¿Esto solo quedará como un recuerdo?.

—Asi es, asi que no te preocupes por cosas extrañas, solo piensa que fue algo de una noche y nada más.

No supe que decir o hacer, yo amaba a Onodera pero este chico era diferente a Ritsu, quizás por ello, me atrae.

El silencio inundó la habitación, el silencio no era nada cómodo, de un momento a otro, el chico se comenzó a vestir.

Le observé desde la cama (Aun recostado), su silueta delgada se empezó a cubrir de sus propias prendas, su largo pelo que llegaban por encima de sus hombros, se amarró las agujetas de su tenis y salió sin voltear atrás.

Me quedé completamente solo. Mirando por un momento aquella puerta, en donde aquel, se había ido.

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Pasaron los días, como ya habíamos entregado todo hace una semana, el ambiente en Doncella, era tranquilo. Pero en mi mente, solo una persona iba y venía. Después de que el Ojo-esmeralda se fuera de la habitación de aquel hotel, me quedé con un amargo sabor de boca, por lo menos le hubiera preguntado su nombre, me reproche mentalmente.

—Takano-san, ¿Te encuentras bien?.

Miré a Onodera, olvidé por completo que le estaba ayudando. Después de haber tenido, relaciones sexuales con el Ojo-esmeralda, la decepción por Onodera, desapareció.

Le ayudaba con un storyboard, la sensación que Onodera me causaba, comenzaba a desaparecer.

Después de ayudarlo, Onodera me invitó a comer, acepté porque tenia hambre. Una vez que llegamos, Onodera me jaló a una mesa, me soltó rápidamente cuando el mesero llegó. Ordenamos la recomendación del restaurante.

—Hay algo que quiero decirte.

Onodera parecía intranquilo, incluso podía decir que nervioso.

—Entonces.. dilo.

—Takano-san, yo... te.. amo.

Miré a Onodera por un largo tiempo, era extraño.

—No dirás nada.

No sabía que decir, me sentía extraño.

—Es extraño.

—A que te refieres.

—He esperado por un largo tiempo esta confesión pero ahora, la siento vacía.

Onodera se quedó callado, el mesero llegó, dejando nuestra orden en la mesa y nos deseó buen provecho, ninguno de los dos dijo absolutamente nada.

El silencio era sepulcral, Onodera volteó su mirada y se limpió algunas lágrimas que no quiso que viera.

—¿Hay alguien más?.

—No losé, yo también quisiera saber que ocurre.

—Intentemos de nuevo, quizás esta vez.

—El problema no es intentarlo de nuevo, el problema es que ya no hay amor.

La cara de Onodera era de shock, ni siquiera yo pensé en lo que dije.

—Días atrás, tú me dijiste que me amabas. ¿Que fue lo que pasó?.

—Sucesos inesperados... conocí a otro chico.

—¿Como es?.

—Castaño, ojos verdes, de figura pequeña.

—Es solo un reemplazo.

—No es así, pese a que son un poco similares, el es muy diferente.

—¿En serio?.

El tono que Onodera había utilizado, me molestó.

—Es alegre, dulce, amable, tiene una hermosa risa y piensa en todos, antes que el.

Antes de escuchar a Onodera, decir algo malo del Ojo-esmeralda, me retiré dejándolo con la palabra en la boca.

Creo que me había enamorado del castaño chocolate, sabía como eliminar mis dudas y era bueno que el chico, me hubiera dicho en donde trabajaba.

Antes de llegar a la editorial, me detuve a comprar un ramo de flores de múltiples colores, llegué a la editorial y ahora solo debía de ir aquella sección y ver aquel chico. Me golpeé mentalmente al tener el ramo entre manos. No eramos novios ni amantes o siquiera amigos. Quizás, mi verdadero miedo era ser rechazado, pero al igual que el, debía arriesgarme.

Tomé aire y avancé sin detenerme. Tras entrar a la sección, busqué con la mirada al castaño de ojos esmeralda. No sé si eran los nervios pero por un instante, sentí que todos los editores de Gore, me miraban. Mi respiración se tranquilizó al ver aquella cabellera.

—Feliz casi San Valentín.

El extender las flores me había parecido un poco cursi pero ya lo había hecho. El se hallaba mirando las flores pero luego volteó hacia mi. Me miró incrédulo, quizás debió pensar que debía ser su imaginación.

—Me gustas. ¿Te gustaría ser mi novio?.

Sus ojos se abrieron y asi como sus labios. No dijo nada por un largo momento.

—Eso es un no.

El cerró sus labios, me sentí estúpido por lo que me volteé para retirarme, quizás solo era yo quién se había enamorado. De pronto sentí un jalón en mi camisa, volteé y era el.

—Si, la respuesta es si.

Apenas iba a decirle algo cuando de pronto el chico me besó de sorpresa. Tras terminar el beso, escuché los chiflidos de los editores, el Ojo-esmeralda se sonrojó. Ahora que lo pienso, debo de preguntar por su nombre.

—Querido novio, ¿Como te llamas?.

—Jajaja, querido y muy amado novio, mi nombre es Misaki.

—Misaki... ese nombre, te queda perfecto.

Invité a comer a mi Misaki para conocernos mejor. Quizás mi propuesta había sido apresurado pero presentía que no había sido un error.

Un nuevo inicio se me presentaba y no pensaba desperdiciarla.

QUOTE

F. I. N.

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