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Shiraiwa Saiko+1
.-El secreto-
Capítulo 1.
Esmeralda.
Se podía decir que mañana en la editorial Murakawa comenzaba como cualquier otro día para los demás, con el típico ambiente pesado y abrumante. Pero no para Onodera Ritsu, el cual desde hace unas cuantas semanas había experimentado náuseas y mareos, él no había mostrado preocupación alguna por estos sintomas, pues siempre al haber tenido mucho estrés en su campo laboral le provocaba estos, pero ahora, parecían aumentar drásticamente.
Kisa le proveía de cuidados e incluso convenció a Takano de dejar que Ritsu se retirara temprano, ofreciéndose él para terminar su trabajo. El azabache aceptó a regañadientes, pues a pesar de que se sentía preocupado por Ritsu, era el final del ciclo y se necesitaba de todos para terminar el trabajo acumulado.
-Gracias por su trabajo… -Dijo Ritsu antes de abandonar la oficina del trabajo.
-Gracias por tu trabajo. -Respondieron pesadamente los demás al unísono.
Cuando este se había ido del lugar, Takano pudo percatarse de que una pequeña luz parpadeaba incansablemente entre los papeles que había en el escritorio de Ritsu, en poco tiempo pudo notar que este era el celular del anteriormente nombrado.
Takano se quedó observándolo por unos segundos y comenzó a pensar “no tendría nada de malo revisarlo, aunque sea un poco, ¿no?”. Entonces inspecciono rápidamente los mensajes de Ritsu y lo vio, quedando aturdido.“Hola, ha pasado mucho tiempo desde que no hablamos, ¿eh?, como sea, tengo
planeado visitarte mañana. Sólo dime la dirección de tu nuevo departamento
y llegare mañana a las 8 de la mañana, ¿de acuerdo?
Adiós.
-Sora.
Entonces un sentimiento de celos empezó a brotar desde el interior del estómago de Takano. Comenzó a formularse toda clase de preguntas, “¿desde hace cuánto tiempo se conocían?, ¿por qué se hablaban?, ¿tenían algún tipo de relación más allá de la amistad?”. Todo el día esa clase de cuestiones atormentaron su cabeza, pero cuando el momento de ir a su casa llego, decidió tomar el celular de Ritsu y responder en su lugar, dando así las indicaciones de su departamento, para poder conocer de esa manera a el tal… “Sora”
A la mañana siguiente de alguna manera, antes de las 8, consiguió conducir a Ritsu hacia su departamento con la excusa de que ahí le entregaría su celular.
- ¡Por el amor de Dios Takano!, déjate de bromas y devuélveme mi celular -Dijo Ritsu totalmente irritado.
- Te lo daré, si primero respondes esto.
Ritsu suspiro profundamente - ¿Qué? – Dijo cortante.
- ¿Quién diablos es Sora?
La habitación se llenó súbitamente de un silencio que duro unos segundos, pero se sintió como una eternidad para aquellos dos hasta que Ritsu decidió acabar con este.
- ¡¿Quién te ha dado el derecho de revisar mi celular?! -Dijo, estallando en un grito.
- ¡Eres mío a fin de cuentas!, puedo hacer lo que quiera. -Respondió Takano.
Ritsu comenzaba a cansarse de la actitud posesiva que había incrementado en Takano desde que comenzaron a salir “oficialmente”. Pero entonces, el timbre de la entrada comenzó a sonar. Ritsu intentó acercarse a está, pero el mayor se interpuso en su camino, abriendo él la puerta.
Entonces la vio.
Frente a su puerta se encontraba una niña pequeña, de larga cabellera negra y ojos verde esmeralda que sostenía una maleta en la mano y un peluche en la otra. Takano quedó boquiabierto. Sora era tan sólo una niña. Se sintió arrepentido por haber desconfiado tan rápido de Ritsu, volteo hacia este para ofrecerle una disculpa, pero entonces…
- ¿Sora? -Dijo Ritsu intentando mirar por detrás de Takano.
- Oh, hey papá. -Dijo Sora, ignorando por completo a Takano y entrando al apartamento junto con su pesada maleta.
- ¡¿Papá?! -Gritó Takano, lleno de confusión y cólera.
- ¡N-no, Takano-san! -Ritsu intentó de ir detrás de él, pero este salió rápidamente del departamento, azotando la puerta. Sora y él se quedaron solos y perplejos.
- Vaya, no sabía que vivías con un loco. -Dijo Sora burlonamente.
- No es ningún loco. -Ritsu suspiro. - Tampoco vivo con él…
- ¿No me diste tú esta dirección anoche? - Dijo Sora acomodándose en el sofá.
Al oír eso, la sangre de Ritsu hirvió más. No tan sólo Takano había revisado sus mensajes, sino también había contestado estos por él. Se contuvo, y conto hasta diez.
- Tengo que arreglar esto.
- Vaya, ¿ni siquiera un hola a tu pobre hija que abandonaste hace un año?
Ritsu soltó una pequeña risilla que hizo que la tensión en el desapareciera en él y en la cara de Sora se formara una sonrisa.
- Hola. -Dijo para posteriormente abandonar el departamento.
Mientras caminaba por los pasillos buscando a Takano intentaba controlar su respiración. Estaba sumamente nervioso. Su corazón latía dolorosamente y sentía que sus pasos pesaban cada vez más, ralentizando su caminar. Finalmente, cuando doblo una esquina, pudo ver a Takano, fumando en medio del pasillo.
- ¿Qué quieres? -Dijo Takano con un tono severo.
- Puedo expli… -Ritsu fue interrumpido por el grito de Takano.
- ¿Explicar qué cosa?, ¿qué tuviste una hija con una persona cualquiera?, ¿qué me estuviste mintiendo y ocultando cosas?
Las quejas de Takano no parecían acabar y el estómago y corazón de Ritsu comenzaban a doler como siempre. No podía soportarlo, sentía que se sofocaba, sus piernas temblaban y su cabeza se inundaba de gritos hirientes. Tomó una gran bocanada de aire y grito: “¡Sora es tu hija!”.
Los gritos y reproches de Takano pararon inmediatamente y sus cansados ojos cafés se abrieron como dos grandes platos. El aliento se le fue por un segundo.
- ¿Q-qué clase de locura estas diciendo?
- Yo… -Ritsu tampoco parecía creer lo que había dicho.
- ¿Cómo es eso siquiera posible? -La voz de Takano comenzaba a recuperar su firmeza.
- Es… ¡Es totalmente posible!
Ritsu no mentía, era cierto que un hombre también podía concebir hijos debido a una alteración genética. Aunque era poco probable, pues sólo 1 de cada 100, 000 hombres podían, sólo 400 de 1000 eran capaces de llevar el embarazo hasta los nueve meses, únicamente la mitad de ellos sobrevivían al parto y tan sólo 20 de esos 400 bebés lograban nacer vivos y sin malformaciones.
Takano se recargo en la pared y suspiro.
- ¿Cuántos años tiene la niña? -Preguntó.
- ¡11 años! -Ritsu le respondió rápidamente.
Takano hizo cuentas. Sí, efectivamente la última vez que tuvieron relaciones antes de que Ritsu huyera a Inglaterra fue hace 11 años, pero, una noticia como esa, era algo que no se podía digerir fácilmente.
- ¿Y ella lo sabe?
- No, para nada.
La cabeza de Takano comenzaba a doler intensamente, pero una dulce voz hizo que volviera en si. Era Sora, que al parecer había salido del departamento.
- ¿Qué pasa aquí?, ¿por qué tardas tanto, papá? – Sora agarro el brazo de Ritsu y volteo rápidamente a mirar el rostro de Takano.
Y entonces en ese mismo momento cuando las miradas de ambos se encontraron, el corazón de Takano se derritió. Se reflejo en aquellos ojos esmeraldas que Sora poseía y en ellos pudo ver a aquel Ritsu de 15 años que tanto amo alguna vez, vio esa juventud y dulzura que tanto anhelo tener en sus brazos en sus momentos más oscuros y no pudo evitar que sus mejillas se sonrojaran ligeramente.
Sí, tal vez podía ser su hija.
Continuara.
Hace 3 años escribí la primera versión de este fanfic e igualmente lo publique en este foro con el nombre de "Un dulce secreto". No me siento nada orgullosa actualmente de ese escrito (contenía faltas ortográficas garrafales y la trama era muy apresurada xD)así que decidí volver a escribirlo para ver cuanto he "mejorado" en mi escritura en ese tiempo (que vaya, no creo que sea mucho pero por lo menos es algo), además de cambiar un poco la trama. Eso, espero les guste.
Edited by Shiraiwa Saiko - 4/10/2017, 11:25
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El secreto.Ritsu y Takano han empezado a formalizar una especie de relación romántica, sin embargo, cuando un secreto que Ritsu mantuvo por 11 años llega a sus vidas, estas cambian inoportunamente. |
