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.Disclaimer: Los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto
Advertencia: LemonCapitulo único
La luna comenzando a brillar auguraba una noche iluminada, el viento con ligeros toques helados anunciaba la llegada del otoño. La ciudad debería estar preparándose para dormir y descansar, pero las calles se encontraban repletas y coloridas. No era para menos siendo la noche de Halloween.
Siendo algo más tarde para que los niños estuvieran rondando por las calles de la ciudad, los que eran mayores se preparaban para continuar con sus celebraciones. Una local en medio de la ciudad, música estridente escuchándose hasta a una cuadra de distancia, luces chillantes y demasiado alcohol, eran las características de aquella fiesta en particular, obviamente sin olvidar al tumulto de personas bailando, bebiendo y divirtiéndose que portaban disfraces para la ocasión.
Parecía a todas señas la noche perfecta para disfrutar.
Entre demonios, brujas y entidades fantasmales. Un cuerpo se mecía al compás de la estridente música, su cuerpo rozando y siendo rozado sin descaro, tocando y dejándose mientras avanzaba encaminado a conseguir más bebida.
Una mano posándose firme en sus caderas justo antes de sentir la pelvis de alguien en su trasero, le causó un estremecimiento de pies a cabeza. Otra mano posicionándose lentamente en su pecho antes de sentir una leve mordida en su cuello; el pinchazo de los prominentes colmillos yendo a parar directo a su entrepierna. El ahora aún extraño se molió descaradamente contra su culo al ritmo de la música al mismo tiempo que chupaba su cuello. ¡Mierda! Que le dejaría una jodida marca.
—Con que un hombre lobo, ¿eh? —siseó en su oído el extraño con una voy que le hizo estremecer aún más de ser eso posible.
Se observó a sí mismo un momento, su torso desnudo brillaba por el sudor con las tenues luces. Portaba una camisa rasgada, unos guantes con garras, además de orejas sobre su cabeza, y claro no había que olvidar la cola que colgaba del cinturón de su pantalón, todo eso acentuado por algo de maquillaje en su rostro. El disfraz era sencillo, pero cumplía su cometido.
Se volteó lentamente apoyando los brazos en sobre el desconocido, quien al parecer era unos cuantos centímetros más alto que él, nada significativo, se podría decir que tenían la misma altura.
Se relamió los labios y lo observo tratando de distinguir entre la pobre luz del lugar.
Su rostro pálido y lo que parecían ser ojos de un color rojo fue lo que pudo distinguir, claro sin olvidar los colmillos que se asomaban en la sonrisa ladeada el sujeto.
Un jodido vampiro. Tan cliché.
—Con que un vampiro, ¿eh? —Imitó mientras se pegaba al torso de aquel chico, chocando sus entrepiernas que comenzaban a crecer entre ellos —¿No había un disfraz más original?
—Qué curioso, estaba por preguntarte lo mismo —Le sonrió suficiente.
Engreído descarado, pensó.
Se mecieron juntos en medio de la música apenas unos pocos minutos, tocándose y probando el terreno. Cuando la canción terminó ellos sin pensarlo otro segundo estrellaron sus bocas en un beso apresurado, probándose y augurando algo más para esa noche.
Una mano que fue a parar directo en su trasero causó que se separara apenas unas cuantas pulgadas.
—¿Ansioso?
—Mucho, ¿Acaso ves cómo vas vestido? —Puso una mano sobre su desnudo pecho, como para probar lo que decía. —Estás malditamente rogando por una follada.
Sonrió al momento de tomar las caderas del otro, guiado un poco ahora por el primitivo instinto que le provocaba aquel sujeto, y restregó con fuerza sus entrepiernas. El bajo gemido de su compañero no pasó desapercibido.
—Al parecer también estás rogando por una.
Se vieron directo a los ojos, lujuria flotando a su alrededor. En un acuerdo silencioso se dirigieron a la salida de aquel lugar, pasando en medio del mar de personas, con solo una idea en la cabeza.
Apenas salieron la temperatura baja golpeó en sus cuerpos.
Habían acordado ir al departamento del vampiro. No tuvo idea del trayecto que se consumió entre besos necesitados en la parte posterior de un taxi, ya que los dos por lo visto planeaban tomar demasiado esa noche y se habían abstenido de conducir.
Se detuvieron en un enorme edificio. Separándose apenas para poderle pagar al taxista. Entraron apresurados, llamando al ascensor y apenas estuvieron dentro de él volviendo a la tarea de explorar sus bocas.
Ni siquiera le prestó atención al piso en el que se detuvieron antes de salir, su acompañante lo tomó de la muñeca y lo dirigió hasta una puerta que apresuradamente abrió.
Entraron y la puerta fue pateada para ser cerrada. Las manos más inquietas y ocupadas tratando de despojar al contrario de su ropa.
—¿Sabes que es gracioso de esto? —preguntó de repente el de disfraz de hombre lobo. —Ni siquiera sé tu maldito nombre.
—¿Acaso importa justo ahora? —Mientras mordía de nuevo el cuello del otro. —Soy Sasuke, ¿Cuál es el tuyo, hombre lobo?
—¡Joder! —Podía sentir al pelinegro duro contra su muslo, restregándose. —Naruto.
Había algo, ese chico tenía algo que le hacía muy difícil controlarse, a él y al instinto más primitivo y salvaje en su interior. Tenía que mantener la calma o terminaría haciendo una estupidez.
Se guiaron torpemente al dormitorio mientras continuaban con el asunto de desvestirse y besarse a la vez.
Apenas sintió el colchón tocar la parte posterior de sus rodillas fue arrojado con algo de fuerza sobre la cama. Sasuke con el torso desnudo brillando a causa del sudor y la luz exterior entrando por los ventanales. Definitiva y jodidamente caliente. Pudo sentir la sacudida en su pene, sus vellos erizarse y sus colmillos luchando por crecer. En definitiva, esto podría terminar mal.
Pudo verlo por escasos minutos, los ojos del pelinegro cambiando por unos minutos aun color ámbar. Quizá ya estaba malditamente delirando.
El pelinegro acabó posicionándose encima suyo, piel caliente haciendo contacto con la suya. Cerró los ojos con fuerza, sabiendo que no podría controlar que inevitablemente cambiaran de su color actual. Sasuke restregó sus miembros de una forma que le hizo ahogar un gemido.
¡Jodida mierda! Que de seguro estaba perdiendo el poco control que le quedaba. Sus colmillos habían salido casi por completo.
—Entonces si eres un vampiro. —susurró Sasuke antes de darle una húmeda lamida a su cuello.
Un poco aturdido por la excitación, pudo reaccionar a las palabras que el pelinegro había dicho.
Tomándolo de la nuca para poderlo ver mejor, se encontró con lo que eran en definitiva unos ojos brillantes y dorados. ¡Claramente un jodido lobo! Se estaba liando con uno y apenas lo había notado por estar pensando con la polla al dejarse guiar por un caliente chico.
—Y tú claramente no eres un simple humano.
Estaba seguro que sus ojos se verían definitivamente rojos en medio de la oscuridad. Podía distinguir todo con claridad. Además de que sus sentidos se habían intensificado, a sus fosas nasales llegaba un delicado y delicioso gusto a sangre. No había pasado tanto tiempo de que se había alimentado, pero ese olor le despertaba además de que estaría encantado en clavar sus colmillos en ese pálido cuello.
Tomó a Sasuke de la cintura invirtiendo los papeles, ahora él estaba sobre el pelinegro. Le dio un rápido y húmedo beso antes de pasar a su cuello y darle una tentativa lamida al cuello, raspando un poco sus colmillos con la tierna piel, pudo sentir la yugular del otro latir. ¡Tan malditamente caliente!
Se apoyó en una de sus manos y la otra viajó directo a posarse sobre la clara erección del pelinegro aun cubierta por ropa. En medio de movimientos desesperados se dedicó a desnudar a Sasuke, tirando de sus pantalones junto con la ropa interior, para darle un apretón al pene de éste apenas lo descubrió. Pudo ver los dorados y brillantes ojos apuntando en su dirección, lujuria grabada con descaro en el rostro del lobo. Expectante. Y Naruto sin más le dedicó una sonrisa suficiente antes de bajar el rostro a la altura del erecto miembro del pelinegro, una aperlada gota asomándose y coronando la punta, lo tomó en sus manos y sin dudar tanto le dio una tentativa lamida, el gusto ligeramente salado extendiéndose en su boca al mismo tiempo que escuchaba un gemido ahogado. Movió su mano de arriba a abajo por la longitud antes de succionar la cabeza, otro gemido reprimido un poco más alto llegó a sus oídos apenas lo hizo y fue recompensado con un audible jadeo cuando metió adentró por completo el pene del lobo a su boca, el sabor haciéndose más intenso dentro de su boca.
Sintió una mano en su cabello, tirando con algo de fuerza para apartarlo de su tarea. Elevó su rostro antes para poder ver a su compañero, saliva en su barbilla mientras las esquinas de su boca se elevaban y deja al descubierto sus colmillos extendidos en todo su esplendor.
—Entonces es cierto que un vampiro puede dar las mejores mamadas. —La voz del pelinegro sonando grave y algo distorsionada en algo parecido a un gruñido.
—No es todo lo que un vampiro puede hacer mejor. —Se separó un poco para deshacerse de los restos de ropa que aún tenía puestos. —Pero se supone que te mate, no que folle contigo. —Agregó el rubio vampiro para después posarse sobre el cuerpo desnudo del lobo, jadeó al tacto de la piel caliente contra la suya.
—Dime que no eres uno de esos idiotas que se creen que los lobos y vampiros de verdad están en guerra. —Deslizó sus manos por la desnuda espalda del rubio mientras empujaba su pelvis un poco hacia arriba para frotar sus descubiertas pollas. —Esas son estupideces de humanos. —Finalizó y puso ambas manos sobre el trasero del otro.
—¡Ha! Claro que no. —Comenzó a succionar el cuello de su compañero, ansioso.
Y era verdad, no podía creer como es que los humanos pensaban que vampiros y hombres lobos pudieran estar en guerra, por favor, eran criaturas poderosas, pero no por eso desatarían peleas innecesarias, no vivían en la jodida edad media y así como los humanos eran “civilizados” también lo eran ellos. Además de entenderse bien entre sí al estar en una posición similar al estar encubiertos casi siempre, pasando desapercibidos por los humanos comunes que tenían un montón de creencias y tabúes contra ellos. Justo como esa película en la que la jodida chica no hacía nada además de joder con el tipo de vampiro estereotipado que tanto molestaba a Naruto, joder que él no putas brillaba bajo el sol, ¿De dónde carajos habían sacado esa idea siquiera?
Volviendo un poco al asunto entre sus manos, literalmente, había tomado su polla junto con la de Sasuke, que se retorcía entre las sabanas, la humedad fugándose de ambos falos haciendo más fácil y placentero el deslizamiento entre ellos.
Sin perder más tiempo tomó algo del pre-semen de ambos entre sus dedos, llevándolo a su boca y lubricándolos con saliva, bajó su mano en dirección a la entrada del lobo y percibió como jadeo cuando bordeo con sus dedos húmedos, los dientes de Sasuke volviéndose afilados de repente, sus ojos en vivo color ámbar y la mirada que le dedicó hizo que su pene se estremeciera.
Besó de nuevo al lobo, mientras introducía despacio uno de sus dedos, el calor rodeando su falange y la húmeda lengua de Sasuke explorando su boca sin descaro. Quería enterrarse cuanto antes en el sexy pelinegro que tenía debajo.
No tardó demasiado, Sasuke aceptaba y se extendía para él. Con tres dedos en su interior y una polla goteando sin cesar sobre su plano y marcado abdomen, Naruto supo que estaba listo para recibirlo. Tomó su erección dirigiéndola entre las piernas del pelinegro, quien se extendió un poco más mientras el rubio se posicionaba más cerca, lujuria nublando sus sentidos al momento que la punta de su polla tocó la suave piel. Se introdujo lentamente, cada centímetro abrazado por la calidez del interior de su compañero. Jadeó sorprendido cuando el lobo abrazó sus caderas con las piernas, justo como pinzas y lo atrajo haciendo que se enterrara por completo hasta la empuñadura.
—Idiota, ni que me fuera a romper. —Las ahora garras del lobo arañando su espalda. —Se supone que me estas jodiendo. —Y movió sus caderas haciendo que la poca cordura del vampiro abandonara su cuerpo.
Siglos de instinto primitivo estallando, se deslizó fuera del licántropo para volverse a enterrar con fuerza, comenzando a joder en serio al pelinegro. Arremetió contra el cuerpo debajo suyo una y otra vez, presenciando el rostro de Sasuke se contraía en una mueca placentera y sus afilados dientes mordían su labio inferior buscando acallar los gemidos que ansiaban escapar de su boca.
Lo vio tan atentamente, como la gota de sangre brotaba de su labio lacerado, el olor pronto lo inundó, y embistió con más fuerza justo antes de dirigirse a saborear la boca del pelinegro. El sabor explotando en su boca, se dedicó a chupar la boca del lobo mientras lo seguía jodiéndolo, su polla palpitando en el interior de este mientras descubría un nuevo sabor favorito. Necesitaba más.
No lo pensó, no podría de cualquier modo en el estado en el que estaba. Sus colmillos se extendieron al máximo antes de clavarse en el cuello del pelinegro, quien jadeó sorprendido y enterró las garras en la espalda del rubio. Y entonces los dos habían llegado. Naruto aun bebiendo del cuello de Sasuke, mientras se mecía cada vez más lento en el interior ahora húmedo del licántropo, esparciendo la corrida de este en ambos torsos.
Se quedaron un tiempo sobre la cama quietos por completo, disfrutando de los últimos espasmos y próximo estupor de su orgasmo. Naruto se retiró del cuello del pelinegro para de inmediato besar suavemente sus labios con algo de pereza.
Se retiró para descasar su cabeza aún lado de la de su compañero que lo estrechó y le hizo soltar un suspiro.
—Casi doscientos malditos años y tu sangre sigue siendo mi favorita. —comentó con pereza el rubio para después besar con amor a Sasuke, su amado Sasuke.
—Idiota vampiro cursi. —Le acarició la cabeza suavemente. —Y tu actuación como siempre es pésima.
—Cállate. Aun así, amas follar de esta manera todos los años.
Se podría decir que era su tradición de aniversario, celebrar la noche en la que se conocieron hace un par de siglos. Festejar que habían encontrado a sus respectivas almas gemelas en una noche justo como esa.
Edited by Friday. - 31/10/2017, 07:13
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Hermoso! ❤ . -
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NightOne-Shot | 18+ |
