Las cosas que no vemos. (SasuNaru) One-shot.

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    Un reto de Ale (Cyanide Pill) y dedicado a ella <3

    Nombre: Las cosas que no vemos.
    Serie: Naruto.
    Pareja: Sasuke x Naruto
    Género: Angustia, Drama, AU

    Sipnosis: Las cosas que no vemos siempre están ahí esperando a ser observadas, buscando que te des cuenta de ellas por muy escondidas que estén.
    ¿Qué sucede cuando tardas tanto en ser consciente de estas?
    ¿Qué sucede cuando es demasiado tarde para cambiarlas?
    Cuando los sentimientos nublan tu mente y a Naruto se le hace cada vez más difícil saber que está bien y que está mal, el retorno se hace imposible.

    Notas Nada más una pequeña advertencia, contiene temas sensibles que no a todos les gusta leer, así que precaución antes de hacerlo c: si en algún momento te llega a desagradar, por favor cierra el tema y continua con otra historia. <3
    Esta historia también la he publicado en wattpad bajo el nick de Miraicle.



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    Las cosas que no vemos.

    Cuando su jefe le había llamado hacía una hora a su despacho se había esperado dos cosas, la primera, un regaño por haber llegado tarde esa mañana, como casi siempre no había sido su culpa e Ichiraku lo sabía, pero eso no significaba que el hombre no se cansara, la segunda y que últimamente se daba con más frecuencia, se trataba de una conversación, una que siempre trataba de evitar por todos los medios y que parecía haberse hecho la favorita para su jefe.

    Pero lo último que esperaba nada más entrar era ver a esas dos personas acompañándole. Las reconocía, los había atendido hacía tan solo diez minutos, antes de que se tomara su descanso de media mañana.

    Desde hace dos años que Naruto trabajaba como camarero en el Ichiraku's Café, un establecimiento que se dedicaba a desayunos y meriendas y a donde las empresas cercanas solían ir con regularidad para tomarse un respiro en sus descansos. Aunque no ganaba mucho, pues era un negocio familiar, le gustaba bastante el sitio y no le importaba que Sasuke solo lo considerara un trabajucho de mierda sin ningún tipo de salida, al menos y al contrario que el Uchiha, el intentaba ganarse la vida y pagaba las facturas de ambos.

    —¿Qué... sucede? —preguntó sin entender a que venía todo esto. Esas dos personas lo miraban de forma fija, pero ninguno de los dos abrió la boca. Solo su jefe extendió su mano ofreciéndole el asiento —¿Estoy despedido? —preguntó.

    —No Naruto, solo queremos hablar contigo, por favor siéntate —el hombre lo miraba con tristeza, no entendía los motivos.

    —Estos son los inspectores Kotetsu Hagane e Izumo Kamizuki, de un cuerpo especial de la policía —le explicó el hombre presentándoles. ¿La policía? No entendía que tenía que ver con él. No había hecho nada que fuera considerado delito.

    —¡Yo no he hecho nada! —dijo mientras tomaba asiento. Ichiraku tenía que saberlo, el hombre había sido amigo de su padre en el pasado, no podía estar desconfiando de él. ¿O quizás alguno de sus compañeros había robado y quería que lo descubriera? Si era el caso, tampoco sabía nada de nada.

    —No Naruto, tranquilo, no te he hecho venir por eso —un alivio se instauró pronto en su pecho —Pero... creo que al menos debes sospechar el por qué te he hecho venir, ¿verdad? —la confusión sustituyó al alivio y todo pronto se convirtió en miedo. Comenzaba a notar por donde iban los tiros —Los golpes... no son tan fáciles de esconder como tú crees y son más evidentes de lo que parecen.

    Chasqueando la lengua se incorporó rápidamente mirándole molesto. Ese era el segundo tema que sospechaba por el que había sido llamado, pero no se esperaba que hubiera llamado a la policía, Ichiraku, todos, siempre se preocupaban más de la cuenta por algo que él no veía de mayor importancia.

    —¡No es lo que piensas! —casi gritó mientras colocaba sus manos en la mesa.

    —¡Naruto trato de ayudarte! —dijo el hombre casi desesperado.

    —Tengo trabajo que hacer... —el rubio se dio la vuelta queriendo salir hasta que notó como lo agarraban del brazo. Al que habían presentado como Kotetsu Hagane habló.

    —No vamos a obligarte a nada, estamos aquí para ayudarte. No te vamos a quitar tampoco mucho tiempo, solo escúchanos —le pidió con un leve toque de tristeza muy parecido al de Ichiraku en sus ojos —Si al terminar crees que no necesitas nuestra ayuda te dejaremos ir.

    Miró hacia el anciano con un leve conflicto en sus ojos. Sabía que su relación con el Uchiha no era como las que los otros tenían, pero él no era como esas mujeres maltratadas que simplemente callaban. Era un hombre, uno que tenía absoluto control sobre todo y un par de malditos golpes o discusiones no significaban nada de nada. Pero los ojos, aquella lástima en ellos, ¿por qué no podía ignorarla? Suspirando un poco, resignándose asintió.

    —Solo hasta que acabe mi descanso —volvió lentamente a la silla y tomó asiento en esta nuevamente.

    No sabía muy bien por qué estaba accediendo a todo esto, pero quizás si les convencía también de que no era para tanto, Ichiraku le dejaría en paz.

    —Vamos a empezar con unas pequeñas preguntas, si hay alguna que te incomoda, por favor dínoslo —habló nuevamente Kotetsu. Volvió a asentir sin mirarlo a los ojos, quería que todo se acabara cuanto antes.

    —¿Cuántos años llevas saliendo con él?

    Naruto había conocido a Sasuke en el instituto, pero su relación no había comenzado hasta después de la universidad.

    —Tres años más o menos. Pero lo conozco de toda la vida —levantó la cabeza un poco observándole.

    —Bien. ¿Cómo era vuestra vida en pareja al comienzo?

    Se quedó pensativo durante unos segundos, el inicio le parecía una verdadera eternidad.

    —Bueno, ya vivíamos juntos para entonces y éramos los mejores amigos, así que no hubo mucho cambio de la transición de amigos a pareja. Pero... —mordió un poco su lengua pasando una de sus manos por su cabello aplastándolo — ...éramos felices —si esa era la mejor forma de definir esa etapa. Felicidad. Es más casi podía asegurar que fue la mejor época de su vida. Aún recordaba aquellos fines de semana en los que no salían de la cama para nada, o esa vez en la que Sasuke le había sorprendido con una hermosa, pero nauseabunda cena en el techo de su edificio. El Uchiha no era precisamente bueno para la cocina, pero se había esforzado y ambos a pesar del dolor de tripa que sufrieron al día siguiente, habían disfrutado como nunca.

    —¿Y... cuándo comenzó a golpearte? —aquella pregunta le sacó de su mundo de recuerdos felices y hermosos momentos. Pensativo solo se encogió de hombros, sabía cuándo había comenzado, pero si lo decía estaría admitiendo que era como esas mujeres y para nada era cierto.

    —¿No lo sabes? —preguntó el tipo insistiendo en la pregunta y buscando sus ojos. Ladeando la cabeza evitando el contacto visual negó con la cabeza mintiendo. Lo recordaba perfectamente, había llegado a casa y se había encontrado a Sasuke en ella, no sería raro, si no fuera porque en esos momentos el moreno se suponía que tenía que estar en el trabajo. Cuando le fue a preguntar el motivo, Sasuke solo le gritó que le habían despedido, alguien le había dicho a su jefe que estaba saliendo con un hombre y poniendo eso de antemano que lo brillante que el Uchiha era, había decidido deshacerse de él. No se había demorado en intentar animarle, diciéndole que ya conseguiría otra cosa y tratando de hacerle sentir bien. Fue entonces cuando toda la ira que el moreno estaba sintiendo en esos momentos se dirigió hacia él. Le gritó diciéndole que todo era su maldita culpa, que si hubiera sido más cuidadoso nadie se habría enterado y antes de darse cuenta los puños de Sasuke impactaron contra su cara, sin detenerse, duros y certeros. Había estado tan sorprendido que ni siquiera se había podido defender, y cuando quiso volver a la realidad de lo que había sucedido Sasuke le estaba pidiendo perdón y él por supuesto le había perdonado.

    —¿Naruto? —escuchar su nombre le hizo volver a la realidad y alzó su cabeza sintiendo como sus ojos aguaban por lo que pestañeo con fuerza para evitar que nada saliera.

    —¿Hemos acabado? —preguntó viendo como el policía negaba.

    —Aguanta un poco más por favor —le dijo este con una sonrisa por lo que suspirando fingiendo impaciencia asintió.

    —¿Cuándo fue la última vez que te golpeó? —la pregunta llegó como si un jarrón de agua fría le hubiera sido tirado. Cogió aire por la nariz mirando a cada lado y se sintió nervioso mientras apretaba los puños.

    —Mire, no quiero seguir con esto... —dijo incorporándose de golpe. Los recuerdos de todo comenzaban a apuñalarle y esas simples preguntas eran inaguantables.

    —Por favor Naruto... —le pidió Ichiraku tratando de hacerle entrar en razón.

    —No, ¿de acuerdo? NO. Sasuke, puede no ser la persona más maravillosa del planeta, pero solo está pasando una mala racha. Él me quiere y, siempre se ha disculpado por todo, no va a volver a suceder.

    —¿Pero siempre vuelve a suceder verdad? —esta pregunta la hizo el otro inspector dando un paso hacia delante —Por mucho que creas que esto se va a detener, no es así Naruto, nunca lo va a dejar de hacer. Así que responde a la pregunta, ¿cuándo fue la última vez que Sasuke Uchiha te agredió?

    Aquellas palabras le molestaron demasiado, se negaba completamente a creerlas, porque no podía ser cierto. Conocía a Sasuke mejor que a él mismo, y sabía que se detendría, y cuando lo hiciera le restregaría a Ichiraku y a todos los que le miraban con lástima que él tenía razón. Es más, comenzaría a darles una lección ahora mismo. Esbozando una pequeña sonrisa se puso derecho.

    —Ya hace casi dos meses que no lo hace. ¿Ven? Un maldito maltratador, que es como piensan ustedes de mi novio, no podría estar tanto tiempo sin golpear a nadie. Él va a cambiar, ¡así que deja de atosigarme o me buscaré otro trabajo si esto es un problema! —al contrario de lo que esperaba, las facciones de los tres tipos solo se tensaron.

    —Naruto... sabes que no es cierto que hace dos meses que no te golpea —lo miró con sorpresa por aquella reacción.

    —Yo mejor que nadie sabré lo que es cierto o no... —se defendió sintiendo como su voz se quebraba un poco al final, pero logró recomponerse —Sasuke ya no me pega, y aclaro que unos pocos golpes NO significan nada.

    No entendía porque sus palabras no causaban el efecto que deseaba y las miradas de lástima que nuevamente estaba recibiendo le hicieron sentirse como una maldita mierda.

    —¿Desde hace cuánto que no te miras en un espejo? —una nueva pregunta de Izumo que no se esperaba y que hizo que su corazón diera un vuelco.

    —¿Q-qué tiene que ver eso con esto? Os he dicho que...

    —Nos has dicho una mentira... —su respiración se agitó y volvió a mirar hacia otro lado.

    —¡He dicho la verdad! —se puso rápidamente a la defensiva. Era cierto que era una mentira, ¿pero por qué no simplemente le creían y le dejaban en paz? ¿Por qué insistían tanto en meterse en su vida? Él sabía cómo debía llevarla, no tenían ningún derecho, nadie tenía derecho... —No voy a estar hablando con vosotros si ni siquiera creéis en lo que estoy diciendo —dijo dándose la vuelta para dirigirse a la puerta cuando una voz le detuvo.

    —¡Está bien! Si es así, ven y mírate al espejo —Izumo buscó entre sus bolsillos y sacó un pequeño espejo de mano mostrándoselo.

    Dio un pequeño paso hacia atrás.

    —¿Para qué? ¿Qué probará que haga eso? —le preguntó dirigiendo sus ojos por primera vez a la cara de uno de los tipos.

    —Míralo y lo sabrás —animó Ichiraku. Chasqueando levemente la lengua dio un paso hacia delante.

    ¿Hacía cuanto tiempo que no se miraba en un espejo? Ya no lo recordaba, quizás desde la cuarta vez que Sasuke se descargó en él. Lo que había visto le había desgarrado tanto aquella vez, que se había pasado varias horas llorando hasta que Sasuke había vuelto pidiéndole perdón nuevamente. Frotando y curando sus heridas le había prometido que jamás volvería a marcarle el rostro de esa manera. Y él le había creído. Se había aferrado tanto a ello que cuando las palizas comenzaron nuevamente había evitado mirarse en un espejo. Hacerlo y ver marcas solo significaría que no podría continuar confiando en él y que nada cambiaría, y él necesitaba demasiado recuperar nuevamente a su Sasuke.

    Agarrando el pequeño espejo con manos temblorosas lo fue levantando poco a poco hasta que su rostro, o lo que parecía serlo se asomó. Sintió como la bilis subía por su garganta y soltando el objeto llevó sus manos a su boca antes de correr a una papelera donde no pudo evitar echar el contenido de su estómago. No reconoció a la persona que lo había mirado en su reflejo. Ni siquiera entendía como había caminado por la ciudad con la cara de esa manera. Su ojo estaba completamente amoratado, sus labios rotos y varias heridas en sus mejillas. ¿Por qué? ¿Por qué si se lo había prometido? ¿Cómo había sido capaz de hacerle eso?

    Sabía que el dolor que sentía podía haberle dado muchas pistas, pero se había aferrado tanto a esa promesa. Casi podía sentir como si su mundo se derrumbara.

    Una mano en su hombro le hizo sobrecogerse un poco.

    —Naruto... ¿ahora lo entiendes? Por favor... deja que te ayudemos... —le pidió Ichiraku mientras le pasaba un pañuelo con la otra mano —No solo a ti, también a Sasuke... el también necesita ayuda...

    Negó con la cabeza mientras cerraba sus ojos aguantando las arcadas y tratando de no pensar en su imagen en el espejo.

    —¿Cuándo fue la última vez que te golpeó, Naruto? —nuevamente la pregunta y una segunda mano en su hombro que le hizo soltar un sollozo sintiendo que se derrumbaba.

    —Es-esta... mañana... —dijo hipando sin levantarse del cubo, mirando su desastre en el interior.

    —¿Qué lo provocó? —abrió mucho los ojos ante aquello, pero no se retiró. Ahora que había descubierto el estado de su cara no se sentía cómodo con que le miraran, aunque más que incómodo, avergonzado, tendría que haberse mirado hace mucho tiempo, y la duda de si su cuerpo estaría en el mismo estado le hizo llevar una de sus manos a su camiseta ignorando la pregunta. El dolor le acompañaba todos los días, pero nunca se había preocupado por él, Sasuke nunca le dejaba heridas, solo golpes, ¿su cuerpo se vería igual que su rostro? Tragó saliva mientras su respiración se agitaba y apretó su ropa con algo de fuerza.

    —¿Naruto? Tranquilo... —dijo Ichiraku frotando un poco sus brazos. Aquella sensación le hizo sobrecogerse un poco y se apartó incorporándose, aún sin mirarlos.

    —Tengo que irme a casa... —anunció dirigiéndose nuevamente hacia la puerta siendo como ya esperaba, detenido con una nueva mano en su hombro —¡DEJENME EN PAZ! —gritó girándose y haciendo que el policía le soltara —Estáis equivocados, puede, puede que se le haya ido la mano, pero Sasuke me sigue queriendo, ninguno de los dos necesita ayuda y cuando encuentre trabajo volveremos a ser igual de felices que antes —declaró abriendo la puerta —Así que hasta aquí hemos llegado.

    —¡Espera! Solo una última cosa —Kotetsu habló y se dio la vuelta mirándole molesto viendo como sacaba un pequeño objeto de su bolsillo y se lo entregaba —No puedo evitar que te vayas, pero me gustaría que nos dejaras ayudarte al menos con esto. Es un dispositivo localizador. Sabremos siempre donde estás mientras lo lleves encima, y si pulsas este botón —uno rojo que destacaba bastante en el centro —Mandará una señal a mi móvil y podremos ayudarte si estás en peligro —el hombre estiró su brazo, su expresión esperanzada en que lo agarrara.

    —Están exagerando...

    —Por favor Naruto, llévatelo, si tan seguro te crees que estás, no lo necesitarás —Ichiraku dijo con un tono triste. Aquellas expresiones de lástima comenzaban a cansarle, pero chasqueando la lengua solo agarró el aparato y salió por la puerta.

    Yendo hacia su taquilla agarró su bolso y salió sin cambiarse y con la cabeza puesta en el suelo. Ahora tenían mucho sentido todas las miradas que había estado recibiendo en los últimos meses y no podía evitar sentirse tan avergonzado por ello, y al mismo tiempo molesto porque Sasuke rompiera su promesa, eso era lo que más le dolía, no su cuerpo, no su orgullo, y aunque aún amaba al moreno con locura, la sensación de inseguridad y el miedo que comenzaba a formarse dentro de él estaba superando sus sentimientos, y lo peor es que a pesar de todo continuaba esperando ese cambio. Sasuke era su vida entera, no podía imaginarse una sin el hombre y ahora no sabía en qué pensar.

    Llegó a la velocidad de la luz a su casa. Sacando sus llaves abrió la puerta con cuidado. El Uchiha seguramente estaba durmiendo a estas horas, y prefería que no le escuchara llegar de momento. Entrando en el departamento cerró la puerta y caminó al salón. Los restos del desastre de esa mañana, ni siquiera sabía que había sucedido o en que se había equivocado, estaba tomando el primer café de la mañana, apoyado en la encimera de la cocina. Tenía sueño, no había pasado muy buena noche y saber que tenía turno de seis horas no le despejaba en absoluto. Cuando quiso darse cuenta una mano le había empujado contra la superficie de la cocina. Un jadeo por la sorpresa y un mal movimiento de su mano hizo que derramara el café encima suyo, pero eso no fue lo que le alertó, si no el tirón de sus pantalones hacia abajo. Sabía lo que Sasuke quería, pero él no estaba tan dispuesto a entregarse tan a la ligera o al menos no en esos momentos. Al notar como la ropa interior iba a seguir la misma suerte que su pantalón se había girado, exigiendo al moreno que se detuviera, no supo muy bien que sucedió, pero su mano se impactó contra la cara de Sasuke, y aprovechó para alejarse un poco subiendo su pantalón sin dejar de mirarlo. No había querido darle, se había puesto nervioso, cada vez le era más difícil tener intimidad con el otro por lo rudo que el Uchiha había comenzado a ser, pero en ningún momento quiso herirlo, había abierto su boca para disculparse, cuando el moreno agarrando la taza que antes estaba en la mano de Naruto se la lanzó. La había esquivado por poco, y al ver como se precipitaba hacia él había corrido hacia el salón donde la puerta de salida de la casa se encontraba, para su desgracia sus piernas le habían fallado y en cuestión de segundos Sasuke se encontraba encima de él. Le había gritado perdón cuando el primer golpe había sacudido su rostro, pero no le había detenido para los siguientes que vinieron. Mientras le golpeaba el moreno le había dicho tantas cosas, la primera era que alguien tan inútil como él debería al menos servirle como satisfacción, que tenía suerte de tenerle y que debería aprender a abrir las piernas cuando debería. Las palabras siempre dolían más que las palizas y en cada una siempre pensaba que no las decía del todo en serio, ignoraba el odio con el que le eran dichas, pero esta mañana se lo había merecido, quizás si simplemente se hubiera dejado y no lo hubiera golpeado todo se habría podido evitar. Sus ojos aguaron de repente y se agachó para recoger la lámpara que yacía tirada en el suelo. Cuando Sasuke se había cansado de golpearle se había apartado y la había tirado al suelo, volcando seguidamente la mesa, como si su rabia todavía no se hubiera detenido, y las palabras que le siguieron le robaron más el aliento que todas las patadas en su estómago. ''Espero que para la próxima vez estés más dispuesto o te mataré...'' No supo por qué aquella amenaza, su cerebro la borró tan rápidamente y ahora de la conversación con esos policías le daba la importancia que tenía. Su forma de pensar no había cambiado o al menos no del todo, seguía queriendo estar con Sasuke, amaba al hombre, lo necesitaba... ¿entonces por qué tenía tantas ganas de huir? De pulsar el botón y salir corriendo. Dejando la mampara de la lámpara encima del sillón fue hacia su bolso y lo abrió sacando el aparato que el policía le había dado. Sabía lo que significaba pulsar el botón, una vez que lo hiciera no habría vuelta atrás y no estaba preparado para ello, necesitaba que Sasuke volviera a ser como antes y eso no podría lograrlo si se alejaba, quería que su moreno regresara, que la felicidad a los ojos del Uchiha fuera como la de hacía unos meses atrás. Él era el único que podía ayudarle.

    Cerrando sus ojos apretó el aparato contra él, cuando unas manos rodearon su cintura haciéndole quedar sin aire durante unos segundos.

    —Has llegado pronto —guardando el aparato en uno de sus bolsillos acarició con sus manos temblorosas las del moreno. Esto casi siempre sucedía después de una pelea, una serena calma, como si nada hubiera pasado, mentiría si dijera que no amaba estos momentos.

    —Ichiraku me dejó salir antes... —no se giró, y tampoco se movió. El nerviosismo a pesar de la situación tan tranquila era algo que también le acompañaba siempre —Te prepararé algo de comer, y luego recogeré todo —se alejó del hombre siendo soltado por este dando un par de pasos hacia delante.

    Llegando a la cocina vio como el café continuaba tirado por toda la encimera y cogió aire intentando no pensar en lo ocurrido esa mañana, pero los recuerdos de lo que podría haber ocurrido le torturaban un poco. Ni siquiera sabía muy bien como había tenido la fuerza para levantarse y marcharse a trabajar como si nada hubiera sucedido.

    —¿Qué te has guardado en el bolsillo? —se quedó congelado durante unos segundos, pero no dejó de recoger el café para poder cocinar de mejor forma.

    —¿Qué? —preguntó haciéndose el tonto.

    —He visto que te has guardado algo Naruto —la forma en la que dijo su nombre al final le hizo apartar la mirada de lo que hacía y giró su cabeza hacia este observándole con una sonrisa.

    —No es nada... lo encontré en las escaleras, hablaré con los vecinos para ver si es de alguien —volvió a mirar hacia la encimera y antes de que pudiera reaccionar la mano del moreno estaba en su cabeza y empujó esta hacia delante golpeándose en la frente con los armarios que quedaban encima.

    Un pequeño alarido se escapó de sus labios al sentir el golpe y cerró con fuerza sus ojos mientras su camiseta se manchaba con el líquido que no había logrado quitar del todo.

    —¿Te crees que soy idiota?

    —¡Te digo la verdad! —llevó su mano hacia su bolsillo desesperado y sacó el botón —Seguro que es el botón que abre algún garaje —esperó que lo creyera mientras se lo arrebataba de la mano.

    Se quedó tenso durante varios segundos sintiendo como sus ojos se aguaban y un par de minutos después vio por el rabillo del ojo como lo tiraba encima de la encimera y el agarre se aflojaba.

    —Lo siento Naruto... no me gusta que me mientan... —dijo el moreno volviendo a pasar sus brazos por sus caderas, abrazándole con fuerza como antes había hecho.

    Se quedó callado ante aquello mientras llevaba una de sus manos a su frente y se la frotaba. Mordió su labio inferior con fuerza mientras trataba que las lágrimas no salieran. Quizás sí que se merecía ese trato por mentirle, pero no era capaz de decirle la verdad, eso le daba más miedo que todas las palizas que el hombre pudiera darle. Por qué perder a Sasuke no estaba entre sus planes, podía dolerle mucho lo que le hiciera, pero si el moreno se iba de su vida, empezar de cero se le haría imposible, así que merecía la pena, lo merecía, lo merecía... ¿de verdad lo hacía? Aquella pregunta le atravesó causando que nuevamente el miedo se expandiera. ¿Qué pasaría si Sasuke se pasaba en alguno de los golpes? Y si le dejaba impedido o peor, ¿y si acababa matándole como había amenazado? Tragó saliva mientras los brazos se retiraban.

    —¿Estás bien? —preguntó el moreno llevando una mano a su mejilla y frotando uno de los golpes que se había visto anteriormente en el espejo justo encima de esas tres marcas de nacimiento que cada una de sus mejillas ocupaba y tan características.

    Girándose hacia él lo observó. Aquel rostro del que se había enamorado hacia tantos años ahora era tan diferente a pesar de que no había cambiado nada. Verlo ya no provocaba en él ese hormigueo tan característico en su estómago, tampoco felicidad, lo único que sentía era miedo, miedo y decepción por todo lo ocurrido. No dudaba de que seguía amándolo, pero el amor ya no era tan fuerte como antes. Seguía queriendo ayudarle, pero no podía seguir soportando todo aquello.

    Las lágrimas cedieron de sus ojos y llevó una mano a su boca aguantando los sollozos mientras bajaba la cabeza.

    —Tenemos que hablar... —dijo tratando de recomponerse, necesitaba ser sincero con Sasuke, ambos necesitaban ayuda, seguramente más el moreno que él, y tenía que estar recompuesto para decirle —Sabes que necesitas ayuda... no puedes... no podemos seguir así Sasuke... —no era capaz de mirarlo a los ojos por lo que avanzando hacia este, agarró su camiseta apretándola entre sus dedos —Cada día... estás más amargado y eres más infeliz... —le dolía decir eso, porque no sabía completamente los motivos del moreno para su comportamiento de esos últimos meses. ¿Tanto le había afectado la pérdida del trabajo? Por qué si había algo más, él no conocía esa parte, y ya no estaba seguro de conocerle tan bien como para afirmar que Sasuke no se desmoronaría por ello —Y quiero que seas feliz, quiero que seamos felices nuevamente como antes —levantó una de sus manos y agarró la mejilla ajena levantando igualmente su vista hasta que sus ojos estuvieron en sus labios. Si lo miraba a los ojos se derrumbaría con más facilidad —He hablado con Ichiraku —notó como el cuerpo ajeno se tensaba —Él está dispuesto a ayudarnos... a ambos... podremos volver a como éramos antes... así que por favor... te lo suplico... —sorbió por la nariz —Deja que te ayude... —se acercó al otro queriendo refugiarse entre sus brazos, y que sus palabras le hubieran calado lo suficiente. Pronto notó como las manos del moreno se movían hacia sus hombros y su corazón latió con fuerza. ¿Sasuke lo abrazaría? Hacía tanto tiempo que no lo hacía, deseaba sentir el amor que el otro antes con tanta insistencia le había profesado, sentir sus caricias... el pasado que ambos tenían, lo deseaba de vuelta.

    Entonces, un fuerte empujón que no se esperaba lo lanzó contra el suelo y seguidamente una pierna en su pecho le quitó todo el aire haciéndole toser.

    —Sas-

    —Cállate —la voz del moreno sonaba tan peligrosa, ya no pertenecía a la persona de la que se había enamorado hacia tanto tiempo —¿Qué le has estado contando a ese maldito viejo de nosotros? —retiró el pie unos momentos para luego volver a pisarlo con más fuerza que antes.

    —¡Sasuke! —gritó llevando sus manos a la pierna para tratar de quitarla y casi pudo ver como a cámara lenta y por tercera vez, el moreno levantaba su pierna y le golpeaba con la planta de su pie desnudo en su rostro. Su cabeza cayó hacia atrás golpeándose contra el suelo y casi viendo como toda la cocina giraba.

    —¿Ayuda? No me hagas reír. El motivo por el que estoy así es por ti Naruto. Perdí mi maldito trabajo por ti, mis padres no me hablan por ti... hasta mi maldito hermano me amenazó por estar con un jodido hombre... ¡Toda mi jodida vida se fue a la mierda por tu culpa! ¿Y tú hablas de ayuda? Te mereces cada maldito golpe... cada jodido insulto... —Soltó un fuerte sollozo ante sus palabras sintiendo como su corazón poco a poco se iba marchitando. No podía estar escuchando esto, pero sin embargo lo estaba haciendo, y dolía, dolía más que todo golpe que pudiera darle, casi se habría conformado con una nueva paliza que con todo lo que tuvo que oír.

    De pronto vio como lentamente se colocaba encima de él, sentándose en su abdomen. Las lágrimas inundaban su rostro y sus ojos se encontraban borrosos por estas, pero vio como sus manos se dirigían a su cuello y la sensación de asfixia no tardó en llegar.

    —¿De qué has hablado con ese viejo? ¿Planeas dejarme? Por encima de mi cadáver, ¿ME ESCUCHAS? —los ojos de Sasuke eran los de un demente, fríos y locos, pero lo más característico, era el odio con el que le miraba.

    Agitó sus piernas cuando la falta de aire se profundizó más y movió su cuerpo tratando de soltarse de su agarre. Si él era el mal que había arruinado la vida de Sasuke, simplemente tendría que dejarse matar, morir por la persona a la que amaba era casi poético, pero no quería hacerlo de esa forma.

    Levantó una de sus manos y empujó la cara de Sasuke lo suficiente para que su cuerpo se retirara de sus caderas, logrando levantar una de sus piernas y golpearle estratégicamente para apartarle. Tosió con fuerza tratando de agarrar todo el aire que podía, pero no podía permanecer mucho tiempo ahí, por lo que incorporándose fue directamente hacia el pequeño botón y comenzó a pulsarlo repetida y desesperadamente mientras salía de la cocina. Dado lo que había intentado Sasuke, podía esperarse lo peor de él, y necesitaba hacer espacio entre ambos.

    Intentó saltar el sofá para llegar cuanto antes a la puerta cuando un fuerte y agudo dolor le atravesó el hombro haciéndole caer hacia delante, golpeándose con la mesa aún volcada antes de aterrizar. Mirando hacia su hombro vio como la sangre empapaba su brazo y alzando la vista vio a Sasuke con un cuchillo de cocina en sus manos.

    —¿Tratas de abandonarme Naruto? ¿A mí? He sido la única persona que te ha querido... ¿y tú tratas de abandonarme? —vio como levantaba su mano con el cuchillo aún en ella.

    —No... Sasuke... —negó con la cabeza mientras se echaba hacia atrás —Por favor... —le pidió.

    —¿Crees que vas a engañarme? —el cuchillo volvió a bajar y penetró uno de sus costados haciéndole chillar de una forma muy poco varonil y que menos pudo importarle en estos momentos —¡No voy a dejar que me dejes! —agarró su hombro herido haciéndole gritar mientras sacaba el cuchillo por segunda vez de su cuerpo y lo hizo girarse quedando bocarriba —Te prefiero muerto que en cualquier otro lugar —y por tercera vez el cuchillo volvió a clavarse esta vez en su estómago. La sangre fluyó por su boca y sus ojos se volvieron vidriosos, sin fuerzas para detenerle mientras una y otra vez, la hoja afilada se hundía en su cuerpo.

    Quizás si hubiera hecho caso a los policías antes, esto nunca hubiera pasado, pero ya era demasiado tarde, y a todo esto, ¿qué estaban haciendo ahí?

    De un momento a otro las cuchilladas se habían detenido y el que recordaba como Izumo ponía contra el suelo a Sasuke, mientras Kotetsu lo sujetaba. Vio como movía sus labios, pero no llegaba a escuchar lo que decía. Las lágrimas nuevamente cayeron de sus ojos mientras sorbía por la nariz o eso pensaba que hacía porque el aire ya no entraba por sus pulmones.

    Observando a Sasuke de reojo vio como tenía la misma mirada de locura, mientras era sometido, continuaba en su rostro, daría todo lo que pudiera para que el hombre volviera a esbozarle la sonrisa que le había hecho enamorarse de él hacía tantos años.

    Sin saber de dónde sacó sus fuerzas llevó sus manos a las solapas del abrigo de Kotetsu y tiró de él hasta que sus labios estuvieron en su oreja.

    —Ayuda... Sasuke... —le pidió y mordió su labio inferior soltando su agarre al perder las fuerzas.

    Antes de que sus ojos se nublaran al caer hacia abajo vio como el policía le hablaba de nuevo, mirándole de forma desesperada, le hubiera gustado escucharle, pero al menos dejaba su último deseo, un deseo que quizás Sasuke no se merecía, pero, uno de los dos al menos tenía que continuar.

    FIN
    ---

    Muchas gracias a Ale por ayudarme con la corrección uwu y lamento mucho si algún error se me escapó.
    Dentro de la temática, espero que les haya gustado ;-; <3

    Edited by Taem - 11/8/2017, 18:33
     
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  2. Pilika
        +1   -1
     
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    Muy 😭😍😭😍😭😍😭
     
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  3. Tama-Sensei
        +1   -1
     
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    Un final que deseo más...😂😂😂
     
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  4. Odat
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