Animal Spirit ~ Original ~

Owel llega a la Tierra con la ilusión de encontrar una chica de pecho grande pero sus ilusiones se ven frustradas al encontrar a un chico común para ser el portador de su poder.

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  1. Shana A.
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    Flojera abandona este cuerpo trabajador...mejor no
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    Hola hola!! Resumiendo mi desaparicion, mi laptop murio y el usb donde tenia los archivos actualizados desaparicio (maldicion!!) me rendi durante muuuuucho tiempo, pero mi mami encontro mi usb (yay) y fue como: gracias mama!!; pero claro ella solo me regaño por ser desordenada. Intentare no serlo!! (no mucho).

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    Capítulo 12: Amigos

    Sonó el tintineo de la campanilla de la tienda. Dos jóvenes salieron de aquella tienda ubicada en el mercadito local, dicha tienda vendía artículos para niñas, desde muñecas hasta joyas de fantasía.

    – Tampoco hemos tenido suerte hoy – hablaba con pesadez Max. Lucas y él habían recorrido las tiendas en busca del objeto mágico más poderoso, Las Jewel Pride, sin embargo no habían tenido éxito en su búsqueda. Habían ido desde tiendas caras en la parte burgués de la ciudad hasta la más recóndita tienda de antigüedades – Creo que ya recorrimos todas las tiendas relacionadas a joyas de la ciudad, hay que aceptar que no hay nada aquí – se dio por vencido.

    – Quizás no haya nada para nosotros – respondió Lucas perspicaz – Recuerda que solo podemos reaccionar a aquellas de nuestro elemento.

    – Eso no me hace sentir mejor – admitió con cierta incomodidad. Ambos caminaban por la calle, al final de esta se encontraba un local de comida rápida.

    Max devoro su hamburguesa a tal punto de no recordar si pidió de pollo o carne. Habían estado dando vueltas desde la mañana, pero se le había olvidado desayunar antes de salir a su encuentro.

    – Estuvo delicioso – tomo un sorbo largo de su soda. Por una vez su guardián se abstuvo de sus comentarios críticos hacia su portador.

    – No suelo comer esto seguido, pero debo admitir que está bien vez en cuando – sonrió un poco, mas era notorio que su mente divagaba en otro asunto. Max aun no tenía la suficiente confianza para pedirle que se abriera, si lo pensaba bien no conocía mucho sobre Lucas, solo que era un guardián como él, que iban al mismo colegio, que estaban en el mismo año pero en diferentes salones, ya que Lucas llevaba un promedio alto.

    – ¿Sucede algo malo?– pregunto Max por fin.

    Lucas negó con la cabeza pero aun parecía distraído – Solo pensaba... Los exámenes se acercan... – Max se mostró confundido pues aún faltaban un par de meses. Lucas al darse cuenta prosiguió – Me refiero a los exámenes de la academia a la que asisto, aunque he tenido que dejarlo de lado un poco, voy en el horario nocturno.

    – Pero aun no estamos en último año – se sorprendió Max.

    – Lo sé, pero quiero ser médico, así que decidí prepararme para el examen desde ahora, necesito un puntaje perfecto – explico cuál era su plan para el futuro. Lo dicho hizo pensar a Max en muchas cosas, primero que Lucas era un chico maduro y responsable, que lo admiraba por tener una meta clara, pero al mismo tiempo se sentía inseguro, él no había pensado aun en su futuro, ni en lo que quería estudiar.

    “Deja de pensar tonterías, todos maduran de diferentes maneras”



    Owel le sorprendió al comunicarse telepáticamente desde el tótem de madera.

    Max se extrañó de la actitud condescendiente de su compañero, esperaba que saliera con algún comentario crítico o cruel. Espero, pero dicho comentario no llego.

    – No sabía que querías ser médico – no supo que más decir Max – Eso me parece genial – prosiguió.

    – Supongo que podemos conocernos mejor, es decir, hasta ahora solo hemos salido por otros motivos – le dedico una sonrisa sincera – Así que… Soy Lucas, mi sueño es convertirme en doctor, voy a la academia en horario nocturno y odio la mantequilla de maní.

    – ¡Pero si es deliciosa! – se quejó Max como si fuera el mayor sacrilegio lo que había escuchado.

    – Simplemente no la paso, aunque me gusta la nutella… Sí, sí sé que son diferentes – rio un poco al ver la expresión de Max. Lucas lo miro como esperando a que haga lo mismo, Max se dio cuenta de que era su turno de hablar.

    Carraspeo un poco la garganta algo nervioso, no sabía que decir así que solo dijo lo primero que se le vino a la mente – Mi nombres Maximiliano, sí, mis padres me odian por ponerme un nombre tan largo, a mí sí me gusta la mantequilla de maní, no soy bueno en la escuela pero me gusta el básquet, y me encanta el helado frito – sonreía de manera algo nerviosa.

    – ¿Helado frito? – pareció algo interesado Lucas – Que sepa el helado es… helado, valga la redundancia – rio un poco.

    – Sí, pero este es especial, vamos a comer ahora, hay un lugar estupendo cerca al parque – le ánimo. Lucas se sentía lleno por la hamburguesa, pero pensó que era una buena oportunidad para conocerlo mejor, así que acepto.

    Durante el camino al parque ambos conversaron cómodamente, una barrera entre ellos parecía haberse disipado, haciéndolos más cercanos. Lucas aprendió que Max no era idiota, como lo llama Owel por estar en el salón F, solo que tenía otro tipo de inteligencia, descubrió que sus habilidades iban más hacia el aspecto espacial, capaz de tener diferentes perspectivas y usar su imaginación para idear una solución, aunque tuvo sus sospechas durante el enfrentamiento con Bel. Max por el contrario solo afirmo lo que ya sabía de Lucas, que era un chico centrado y maduro, hijo único de padres divorciados, pero se daba cuenta de ciertos aspectos infantiles como el hecho de no comer nada que lleve mantequilla de maní, no por ser alérgico si no por no gustarle.

    La amena conversación llego a su fin cuando al pasar cerca al parque se escucharon unos gritos de terror y auxilio, supieron que pasaba sin que sus guardines lo dijeran, ya estaban acostumbrados a este tipo de situaciones por lo que se les facilito diferenciarlas de los actos criminales comunes y de desastres ocasionado por el descuido humano, como incendios en plazas sobrecargadas de material inflamable, por ser solo uno de los tantos que se podrían mencionar.

    Ambos buscaron algún callejón o similar donde pudieran ocultarse, dentro del parque se encontraba una caseta de seguridad abandonada, aprovecharon el pánico para entrar allí, la gente no recordaría a dos adolescentes entrando a esconderse en medio de un ataque, eran recuerdos fugaces de personas que no conocían. Dentro ambos cambiaron, fundiendo su espíritu y su cuerpo con aquel con quien hicieron un pacto, convirtiéndose en la mezcla de un ser diferente, un ser único, capaz de defender a los inocentes de la amenaza.

    Avanzaron entre la multitud confundida, algunos los reconocieron pero no pararon para hablar, solo se detuvieron un segundo para cerciorarse de no estar alucinando, otros ni siquiera pararon, querían salvarse y enterarse del final en las noticias de la noche.

    Un enorme can de pelaje negruzco destruía el parque con cada rugido que daba, el sonido era ensordecedor, sin embargo de sus tres cabezas solo emitía aquel martirio la del medio, la cabeza con expresión furiosa, la de la derecha feliz se mantenía inmóvil, tiesa como si estuviera a punto de caer, la de la izquierda triste, parecía a punto de llorar pero las lágrimas no bajan.

    – Debemos detenerlo antes de que cause más desastres – tenso su flecha.

    “Dime algo que no sepa, genio”



    Owel se burló de su portador pese a lo precaria de la situación.

    Las flechas salieron disparas en diferentes direcciones, Max esquivaba los intentos del animal por golpearlo con sus patas, lastimosamente Lucas no tuvo tanta suerte y fue golpeado por la cola cuando intento acercarse por sorpresa. Lucas fue arrojado con la fuerza el golpe, para su suerte no fue hacia la zona de juegos metálicos, se levantó de prisa, fue doloroso pero era soportable, su habilidad le daba la ventaja de poder continuar.

    Max se encontraba intrigado, solo la cabeza del medio atacaba, sabía que estaba controlado por un sentimiento maligno, no dudo que Bell estuviera cerca, sin embargo no entendía la función las otras dos cabezas, la feliz parecía tensa como si fuerza a quebrarse, la triste era más evidente, su sentimiento se sentía tan palpable como su furia.

    – Un detonante – pensó en voz alta.

    “¿Qué tratas de decir? Esto es un combate, es un criatura que fue absorbida por sus sentimientos oscuros, concéntrate en destruirla”


    Owel trataba de que se concentrara, sabía que si su portador sufría un golpe parecido al del otro guardián no podría recuperarse tan fácilmente.

    Max paseaba su vista, intentando encontrar algo o alguien, notaba que el can destruía todo con su fuerte rugido, pero eran cosas materiales, no apuntaba directamente hacia las personas. Sabía que algo provoco el aumento de emociones oscuras, recordando lo que paso en el museo, su primer encuentro con Bell, cuando las luces se apagaron aumentaron los sentimientos de desconfianza, de temor, y ese mismo día apareció una criatura corrupta, pero era un insecto, hasta ahora todos habían sido pequeños animales como insectos, e incluso una rata, ahora era diferente.

    El can se acercó a Max, se puso frente a él, gruñendo, mostrando sus afilados colmillos, intentando atemorizarlo, pero no ataco.

    “Es tu oportunidad”



    Owel intentaba hacer que se moviera pero era inútil, Max se quedó allí observando fijamente a la criatura, levanto su mano, escucho gruñir al can pero no lo mordió, acerco su mano despacio para no asustarlo. Justo cuando iba a tocarlo, la criatura se fragmento, estallando en un polvillo brillante. Lucas había aprovechado la distracción para terminar usando su espada.

    – ¿Estas bien? – se acercó preocupado.

    Max solo pudo asentir con la cabeza en señal de afirmación, el cuerpo de ambos absorbió el polvillo mágico, sintió la energía recorrer su cuerpo, la sensación era como una corriente ligera de energía que lo despertaba, no era la primera vez que sentía esa sensación pero esta vez pensaba que algo faltaba, que algo no cuadraba, un leve pensamiento curso su mente pero no se atrevió a preguntarlo en voz alta.

    “¿Dónde está el perro?”



    – Vámonos de aquí – tomo su mano para que corriera lejos, dirigiéndose hacia el interior del parque, cerca de uno de los escombros metálicos deformados que una vez fueron los juegos infantiles. Verificando que no hubiera alguien cercano tomaron sus formas humanas – ¿Te encuentras bien? ¿No te mordió? – se mostró preocupado.

    Solo pudo negar con la cabeza, aquel pensamiento aún seguía flotando en su mente, nunca antes se lo habían planteado, ¿Qué ocurre con las criaturas corrompidas?, la pregunta floto en su mente antes de desaparecer con un estallido de burbuja.

    El ruido de las sirenas de bomberos y la ambulancia hizo a ambos darse cuenta de la situación, acercándose como si fueran parte de las víctimas, los revisaron antes de enviarlos a sus hogares.


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    Nos leemos!!
     
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