Sexualmente Frustrado

Y cuando Fudo dijo -Quítate la ropa. – Kido corroboró que esto era una muy, muy, muy mala idea y él debía planear como dejar K.O. a Fudo y escapar como si no hubiese un mañana…

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  1. kaoru16
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    Estoy aprendiendo a conocerme. Ya toque fondo y solo me queda subir.
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    en mi cama con mi pingüino de peluche llamado Kido *-*

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    Arwen PS, aquí la continuación, me alegro que te gustara lo suficiente la historia como para dejar un comentario :D


    Investigando 2/2




    Kido caminaba diligente tras de mí, si alguien algún día me hubiera dicho que terminaría guiando a Yuuto Kido hacia una sana sexualidad, lo más probable es que primero me riera en su cara y luego lo golpeara.

    Pero como la vida y la autora, son caprichosas por igual aquí estoy. Siento un leve temblor gracias al agarre de nuestras manos, llámenme loco, pero sigo creyendo que si lo suelto este conejo escapará del depredador hasta ahora bien portado. Porque nadie en su miserable vida tiene derecho a poner en duda mi autocontrol, luego de tener a Kido desnudo en mi casa completamente solo y no haberle puesto un solo dedo encima.

    Llegamos al baño y un escalofrío pasa por el cuerpo del estratega de ojos escarlata. Supongo que lo ha golpeado el cambio de temperatura, la habitación estaba más templada, el baño está frío y él descalzo.

    Lo suelto cuando estamos frente a la puerta corrediza de la regadera-tina. Apago el agua del grifo de la tina y abro la regadera.

    -Entra. – le ordeno. Disfruto verlo tragar y acatar mi orden. Levanta una pierna para entrar a la tina y me deleito con la curvatura expuesta de su redonda nalga...

    - ¡Está fría! – se queja estando dentro. Claro que iba a estar fría, esa fue la pluma que abrí.

    -Acércate a la regadera, el agua estará caliente. – le digo entrando tras de él y cerrando la puerta de vidrio.

    ¿Les digo algo que amo de mi baño? La puerta corrediza de la tina-regadera, es de vidrio traslúcido y frente a este, está el lavamanos con un gran espejo.

    - ¿No vas a quitarte eso? – bajo el agua de la regadera, me señala con la mirada la única prenda que traigo puesta.

    - No comas ansias, que tenemos una larga semana por delante. Y el postre no se come antes del plato fuerte. – veo su cara tomar el mismo color de sus ojos, mientras me mata con la mirada.

    - No me gustan los postres... - ¿Te atreves a desafiarme?

    - Cuando pruebes este, te aseguro que volverás por más. – no sé si quiere saltarme encima para besarme o matarme, pero si es él, ninguna de las opciones me molesta.

    Disfruto ver a Yuuto sin palabras, pero ahora mismo no sé si es por vergüenza o porque planea en silencio la manera más eficiente para deshacerse de mi cadáver... me arriesgaré a ignorar la última opción y rebuscar entre mis cosas lo que necesito.

    Al fin tengo todo en mano, el agua de la tina va por la mitad de mi pantorrilla y ya va entibiando gracias al agua caliente que cae de la regadera.

    Le paso una barra de jabón al estratega bajo el chorro de agua y dicto la siguiente orden – Enjabónate.

    Lo veo dudar al inicio, pero sigue el mandato sin queja alguna. Yo hago lo mismo y en completo silencio estamos uno frente al otro "bañándonos".

    La cara de Kido grita que no entiende nada de lo que estamos haciendo desde que entramos al baño, pero necesito tiempo para que la tina se llene y también quiero que baje la guardia ante mi presencia.

    Estamos los dos solos en un pequeño espacio, con el relajante sonido del agua caer, el aroma de los jabones con avena y miel llenando nuestro olfato, el calor comenzando a hacerse presente en forma de vapor y la agradable vista de ambos cuerpos desnudos... bueno, yo aún en ropa interior pero la idea es lo que cuenta.

    Quiero que entre en confianza conmigo, ahora. No quiero que se altere cada vez que comiencen las dos horas. Esta también es la razón por la que me he dejado la ropa interior. Creo que, si me presento el primer día completamente desnudo ante él, estará alerta a todos mis movimientos, en lugar de disfrutando del momento.

    Siento que estoy aplicando uno de esos manuales de: ¿Cómo lidiar con un animal salvaje y no asustarlo al primer intento?

    Paso 1. No hacer movimientos bruscos cerca de él... cosa que ya fallé porque le metí una nalgada. Pero que tampoco soy perfecto... así es que mostrarle otro órgano reproductor masculino, creo que podría causarlo un corto circuito a sus ya bastantes fundidos nervios.

    -Alto – le aviso cuando veo que pretende regresar bajo el chorro de agua.

    - Ya terminé de enjabonarme.

    - Lo sé, solo espera. – suelto la barra que tengo a mano y tomo dos guantes de baño que compré... digamos que me puse creativo y fui de compras cuando Sakuma me "reclutó" para esta misión – Date la vuelta.

    ~*~*~*~*~*~*~*~*~

    Hago lo que me pide y me dedico a ver el agua caer. El frío inicial poco a poco abandona mi cuerpo, entre el vapor y el agua entibiándose en mis pies, se siente mucho más agradable esto. No sé qué pretenda ahora Fudo, solo puedo esperar a su siguiente movimiento y tratar de no golpearlo en el proceso.

    Escucho el agua moverse y pierdo el aliento cuando siento el pecho de Akio contra mi espalda.

    -Calma – me ha susurrado aquello al oído, evitando que escape de aquel contacto.

    Algo suave cae sobre mis hombros y una mirada me basta para ver las manos de Fudo cubiertas por unos guantes de baño color blancos. Comienza a masajear mis hombros y no puedo más que suspirar por la agradable sensación.

    - ¿Recuerdas qué estábamos haciendo en el cuarto? – me dice manteniendo un tono de voz bajo, casi como si quisiera mantener un secreto solo entre nosotros.

    -Investigando. – repetí aquella palabra empleada por él, para darle inicio a toda esta locura.

    - Correcto, seguimos investigando. – el movimiento circular de sus pulgares contra mis hombros me está relajando más de lo que podía creer y ahora entiendo por qué no dejó que me quitara el jabón – Muchas veces el toque correcto en los lugares correctos puede encender a una persona. Vulgarmente llamado "juego previo", prepara al terreno para la acción que viene luego. Muchos tienen la idea de cualquier persona solo con ver un pene o una vagina, dependiendo del caso, bastaría para llevarle la excitación del cuerpo a mil y cogerse así a la persona-

    - ¿Podrías usar un término menos vulgar? – le reprocho por la manera de hablar, aunque mi voz sale más ida que presente... sí lo admito, estoy siendo débil al masaje, que ahora mismo está contorneando mi columna vertebral.

    - ... y tener coito mágicamente con la otra persona. Si aún hay idiotas que creen que el coito es un vulgar mete-saca, juro que deberían revocarles el derecho a procrear. - ¿Es normal que me parezca tan verídica la explicación de Fudo sobre la reproducción humana? O quizás, solo estoy atontado por las manos en mi espalda – El coito, ya que no me dejas decir sexo – maldita palabra que me produce un escalofrío – es un ritual que permite a dos o más personas disfrutar de los placeres sexuales ocultos en nuestros cuerpos. Pero como normalmente nadie está listo para tener sexo con solo un parpadeo, el organismo requiere de un ritual.

    - ¿Ritual? – creo que voy a quedarme dormido estando de pie...

    - Sí, un ritual. Algo parecido a encender un auto, sino colocas la llave primero, la giras, quitas el freno y aprietas el acelerador, el carro no irá a ninguna parte. Igual es el cuerpo humano, si no se relaja y excita antes de la penetración, una o ambas partes pueden pasarlo mal.

    Solo Fudo Akio, podía comprar el coito con un auto y hacer que sonara coherente.

    -Tienes extrañas metáforas... - le comenté en medio de un pensamiento lúcido.

    - Soy más de enseñar con práctica que con palabras. – las manos por fin abandonaron mi espalda y ahora se paseaban por mis brazos, subiendo y bajando, llegaban hasta la muñeca y volvía a subir hasta los hombros. Gracias a los guantes de baño, comienza a generarse espuma – ¿Alguna vez te han contado lo sensibles que son las manos? Poseen muchas terminaciones nerviosas. Una persona podría llegar a excitarse solo con sus manos.

    - Eso es extraño... no creo que nadie pueda sentirse bien solo por sus manos.

    Por alguna razón la sonrisa que sentí crecer en la cara del ojiverde me dio un mal augurio.

    -Bueno, si te parecen raras las manos, serán más extraños los pies. Es el mismo principio, las terminaciones nerviosas en la planta de los pies son muchas... adivina el resto con la estimulación correcta. – ahora mismo siendo más consciente de mí, me doy cuenta de que estoy siendo abrazado por Fudo... sus manos aún pasean por mis brazos, relajándolos ante el suave toque de los guantes. Pero aparte de su pecho, hay otra parte de su anatomía que al principio no rozaba contra mí...

    - Fudo... - lo llamo con miedo de aquello.

    - No pasa nada, tranquilo. – las manos cubiertas que antes viajaban por mis brazos se posaron sobre mis manos. Fudo comienza a trazar círculos en mis palmas y lo que al inicio comienza siendo una inocente caricia, despiertas las extrañas sensaciones que sentí en la recámara.

    Un cosquilleo extraño comienza y un calor nuevo va creciendo en mi vientre. Esto es malo, a cada momento soy más cociente de aquello que golpea contra mis glúteos, quiero alejarme de Fudo, pero no puedo hacerlo, lo peor es que a cada movimiento que hago solo rozo más con él. No sé en que momento me han comenzado a temblar las rodillas y entre el miedo de caerme, a Fudo y las sensaciones de mi mano, estoy perdiendo la cabeza.

    Sostengo las manos que son las causantes de mis actuales problemas y me aferro a ellas, porque aún después de haber detenido a Fudo, no consigo estabilidad.

    ~*~*~*~*~*~*~*~*~

    Pensaba retar a Yuuto por haberme detenido, pero al sostenerlo entendí sus motivos. Deshago el agarre y lo guío hacia abajo. Lo jalo para que se recueste contra mi pecho y vuelvo a mi tarea de masajear sus manos.

    El agua nos llega a las costillas y está agradablemente caliente. El vidrio de la puerta ahora completamente empañado brinda algo más de intimidad, hay una leve capa con espuma flotando en el agua y lo único que daña este perfecto ambiente es que alguien está tenso otra vez.

    Tomando en consideración que Kido parece relajarse más cuando le estoy hablando y explicando las cosas, me deshago de los guantes de baño y me preparo para seguir compartiendo mi conocimiento.

    Suelto al tembloroso estratega que se encuentra entre mis piernas y me estiro levemente hasta alcanzar el champú. Por suerte Kido se había metido bajo el chorro de agua al inicio y sus rastas seguían húmedas.

    -Sabes Kido – lo llamo mientras aplico champú entre sus rastas – otra buena manera de relajar el cuerpo antes de algún acto sexual es masajear el cuero cabelludo o el cabello directamente.

    Con mis pulgares comienzo a presionar cerca de su cuello y juego con los pequeños cabellos sueltos de la zona. Continuo los movimientos circulares en todo su cráneo y poco a poco Kido destensa el cuerpo, incluso escucho leves suspiros que suelta cuando acaricio alguna zona que le gusta, por supuesto que le doy el gusto y permanezco más tiempo masajeando el lugar.

    Algunas rastas están enredadas entre ellas y me tomo todo el tiempo y la delicadeza que poseo para separarlas, es una forma de jugar con su cabello lo que al final pone en práctica lo que le dije.

    -Incluso después del orgasmo es buena idea en masaje en la zona. Porque el cuerpo se encuentra relajado. – sigo con mi tarea hasta que me veo detenido por el mismo Kido, que ha terminado utilizando mi hombro como almohada - ¿Te siente bien? ¿Te hago sentir bien?

    Un casi imperceptible asentimiento es todo lo que necesito. Enjuago mis manos y vuelvo a agarrar los guantes de baño, veremos que tanto puede aguantar Kido.

    Agarro las manos de Kido y coloco la derecha contra la puerta de vidrio y la izquierda contra las baldosas de la pared.

    -Mantenlas ahí, no las bajes. – le ordeno y aguardo un momento a que capte la orden, demora un momento, pero al final hace presión y mantiene sus manos donde le he indicado – Buen niño.

    Ahora con vía libre paseo mis manos cubiertas por los guantes de baño por sus caderas, como dije antes es bastante delgado, pero está marcado por todo el ejercicio que hacemos. Disfruto un rato deslizarme entra la leve curva que se forma en su cadera y finalmente me dirijo hacia mi objetivo. Atrapo los erectos pezones de mi estratega y comienzo a jugar con ellos.

    Presiono, tuerzo y giro a mi antojo. Veo a Kido batallar para mantener las manos donde las he colocado anteriormente y disfruto el pequeño instante en el que sus uñas terminan arañando el vidrio y las baldosas.

    - ¿Te gusta esto? – le pregunta sabiendo la respuesta, tengo la vista hacia una parte de su anatomía que me dice más verdades de las que Kido quisiera admitir.

    -Noooh...

    - Si me das una negativa, en medio de un jadeo, no voy a creerte. – aprieto con un poco más de fuerza de la necesaria y la reacción no se hace esperar.

    -Aah...

    - Tu cuerpo me dice lo contrario. – atrapo las pequeñas salientes y las giro en ambas direcciones, controlando la presión que aplico en ellas - ¿Te gusta esto? – repito la pregunta.

    - Basta. – trata de ser firme, pero le falla la voz al final.

    - Esa no es una respuesta aceptable. – le recuerdo mientras continúo mi tarea.

    - ¡Para! – termino mordiendo mi labio para controlarme, Kido jadea que me detenga. Pero su cuerpo me grita por más. Su espalda curvándose y la manera en que sutilmente acerca su pecho a mis manos me incita a perder el control y marcar aquel cuerpo, pero no puedo... no aún.

    - ¿Por qué? – lo cuestiono, mientras estiro sus pezones y los suelto.

    - Se sien... teeh – jadea con más fuerza y yo vuelvo a retorcer sus pezones – raro...

    No es la respuesta que busco, pero por ahora me conformaré. El cuerpo de Kido comienza a temblar más que antes y sé lo que se avecina. Mi estratega me desobedece y retira su mano izquierda de la pared, pensaba que iba a detenerme, pero termina llevándose la mano a la boca para morderla.

    - ¿Me estás retando? – le pregunto al ver que muerde sus dedos para retener lo más que pueda sus jadeos.

    - Yoo... no – Kido está dejando de razonas y ver sus dedos mojados por la saliva que se le acumula en la boca, hace crecer mis ansias por él.

    Suelto uno de sus pezones y con una sola mano comienzo a presionarlos, mi mano libre sujeta la de Kido y la atrae hacia mi boca.

    - ¿Recuerdas lo que te dije sobre las manos? – realmente no sé si Kido me está entendiendo, pero no opone resistencia – Pongamos en práctica la teoría.

    Lamo toda la extensión de su palma y Kido jadea aún más fuerte. Continúo repartiendo pequeños lengüetazos entre sus dedos y lo escucho suspirar a la par de mis movimientos.

    Hago círculos como mis dedos en su pezón derecho y con mi lengua en su mano izquierda. A cada momento Kido sube el volumen de sus exclamaciones que resuenan contra las paredes del baño, música para mis oídos.

    El cuerpo de Kido está caliente y dudo que sea por el agua.

    Vuelvo a verlo arañar el vidrio y admito que el sonido me molesta un poco, pero es cubierto por los jadeos que suelta Yuuto al poco tiempo.

    Mordisqueo sus falanges y las chupo al ritmo en que estimulo su pezón.

    Una fuerte sacudida junto a un último jadeo son la señal de que cumplí mi objetivo del día, presiono mis dientes contra su dedo corazón hasta que siento su cuerpo destensarse.

    Yuuto Kido ha tenido su primer orgasmo.

    Sigue temblando, producto de la nueva sensación recién experimentada, lo escucho jadeando, tratando de recuperar el aire y me quedo quieto esperando su siguiente acción.

    Cuando recupera algo de movilidad, se gira hacia mí y termina abrazándome por el cuello. Lo dejo acurrucarse contra mí y le devuelvo el abrazo.

    No le digo nada, porque no hace falta. No somos una pareja, no estamos haciendo esto como un acto de amor, no pienso confesarme en este momento. Solo le brindo la seguridad que él pida, en su post-orgasmo.

    Mantengo una mano alrededor de él y con la otra, agarro una vasija que mantengo en el baño y comienzo a enjuagar sus rastas.

    Cuando termino con mi tarea, escucho la pausada respiración de Kido contra mi hombro y una sola mirada me confirma mi sospecha.

    Kido se durmió.

    Continuará.... Esperemos que la actualización no demore...

    No tengo mucho que decir, solo gracias a todos aquellos que han esperado pacientemente una actualización de esta historia y por todos los que comentaron pidiendo una continuación.
     
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