Sexualmente Frustrado

Y cuando Fudo dijo -Quítate la ropa. – Kido corroboró que esto era una muy, muy, muy mala idea y él debía planear como dejar K.O. a Fudo y escapar como si no hubiese un mañana…

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    PROLOGO



    Cuando Kido escuchó la puerta cerrarse a sus espaldas, pensó que esto tal vez era mala idea. Cuando Fudo se volteó y centró su mirada en él, se dio cuenta de que esto es una mala idea. Y cuando Fudo dijo:

    -Quítate la ropa. – Kido corroboró que esto era una muy, muy, muy mala idea y él debía planear como dejar K.O. a Fudo y escapar como si no hubiese un mañana…

    - No tengo todo el día… - dijo Fudo con cara de frustración.

    - Dejemos esto yo… yo no puedo… esto es – Kido era un mar de nervios y en medio de su tormenta interna no lograba terminar de expresar una sola idea. – Debería irme… yo no… - estaba temblando, las piernas en cualquier momento le fallarían, sentía los hombros tensos y como le comenzaban a sudar las manos, dio pasos inseguros hasta la puerta con la firme idea de salir de ahí, pero se vio detenido por Fudo que sin hacer mucha presión tomaba su brazo para pararlo.

    - Kido… - centró su mirada completamente en el otro, sentía que podía ahogarse en la mirada verdosa del rebelde – respira – no era una orden, ni sugerencia; parecía más un consejo y eso hizo. Inhaló todo el aire que pudo y lentamente lo fue soltando. Bueno, al menos dejó de temblar.
    - Se que tú quieres… sé que ustedes quieren ayudarme… - por tercera vez Kido trató de expresar un pensamiento coherente – pero yo no soy así. Yo no voy a… tener relaciones con cualquiera de buenas a primeras… yo no… no me criaron así… se supone que estas cosas se hacen luego del matrimonio y yo… Kami-sama ni siquiera estoy seguro de haber sentido interés por una mujer alguna vez y ahora estás tú aquí frente a mi quien sabe por cuales delirios de Sakuma y Genda… yo no puedo obligarte a… – para este punto, Kido estaba seguro de varias cosas, la primera: parecía idiota hablando sin filtro sobre sus dudas respecto a su sexualidad… la segunda: estaba hablando estúpidamente sin filtro sobre su sexualidad con Fudo Akio y la tercera: estaba hablando estúpidamente sin filtro y sobre su sexualidad con Fudo Akio que solo lo ponía más nervioso viéndolo tan profundamente y aun sosteniéndolo del brazo… por favor, que alguien acabe con su sufrimiento…

    - Kido… respira – por segunda vez en el día Fudo le recomendó respirar, y eso hizo. Volvió a tomar una gran bocanada de oxígeno. Por lo menos eso detuvo la verborrea de incoherencias que salían de su boca. – primero que todo, no vamos “tener relaciones de buenas a primeras”, como te dije hay muchas maneras de lidiar con “tu problema” no todo es coito. – dijo haciendo comillas en el aire, porque parecía que si se utilizaba el termino, sexualmente frustrado, Kido dejaba de ser un ser coherente y pensante. – Segundo yo no soy un cualquiera, soy el gran Fudo Akio y deberías sentirte honrado que este dispuesto a ayudarte – y ahí estaba el inflado ego del mohicano, ya se había demorado un poco en aparecer – Sobre lo del matrimonio, pues solo te diré que eso dependerá de ti, no debería ser una idea que se te imponga llegar virgen al matrimonio, eso es decisión tuya, es tu cuerpo. Y perder la virginidad no lo decide ni tu padre, ni tu pareja, esa decisión será tuya. Aparte como ya te dije, no estás aquí para que yo te obligue a tener sexo… por favor no tiembles cada vez que diga sexo – o si, esa palabra parecía un tabu para Kido, se estremecía y abochornaba de solo escucharla – Si no te ha gustado una mujer, pensaré que te han llamado la atención los hombres… ¡No me mires así! Lo normal hubiera sido que te negaras a esto porque soy hombre, pero dijiste que no has sentido atracción por mujeres, estamos en el siglo XXI, no te apedrearán en la calle porque te guste un hombre. Y por último, tu no me estás obligando a nada, al igual que tu pude haber dicho que no, pero heme aquí. Si te hace sentir mejor puedes imaginar a otra persona. Pero vamos a resolver esto, porque nadie piensa aguantarte tus hormonales cambios de humor. Es tu decisión Kido, empezar con esto o detenerlo aquí y ahora. No te niegues a intentar por miedo, no eres un cobarde, si no quieres hacer esto solo sal por la puerta cuando te suelte y haremos como si nunca pasó…

    Hubiera querido refutar, de verdad que tenía la necesidad de contradecirlo en algún punto. Pero Fudo, le estaba desechando todas sus dudas o quejas… él podía simplemente decirle que no se sentía cómodo con esto e irse tranquilo y campante por la puerta.

    -Pero, si decides quedarte no permitiré que te retractes. Caminarás al centro de la habitación y te quitarás prenda por prenda. Cuando termines abrirás el segundo cajón de la mesa de noche derecha y sacarás el antifaz y vendrás hasta donde mí, esa será tu última oportunidad de arrepentirte de esto. Una vez me des el antifaz no pienso escucharte ninguna queja. No prometo que todo lo que te haga llegue a gustarte. Por lo que conversamos ya vi que no has experimentado nada. Pero, te prometo darte tanto placer- lentamente se acercó a susurrarle al oído, erizándole los vellos del cuello – pero tanto placer, que tu mente se olvide de todo a tu alrededor, te daré placer al punto de que no recuerdes tu apellido, aún menos podrás pronunciar tu nombre y lo único que tu cuerpo será capaz de recordar en el momento que tu brillante cabeza deje de funcionar, serán todas y cada una de las sensaciones que te haga experimentar… Que dices Yuuto. ¿Deseas un placer infinito? Nada de lo que pase durante esas dos horas saldrá a la luz. Tienes mi palabra, nadie sabrá absolutamente nada de lo que pase durante nuestras dos horas juntos.

    - … ¿Nadie? – Kido se sentía hipnotizado… o idiotizado, la ronca y susurrante voz de Fudo en su oído, su olor, inundaba todos sus sentidos… Él no era idiota, sabía que Fudo había logrado captar tu atención desde hace mucho, lo que lo llevó a un debate moral con él mismo sobre el matrimonio y la felicidad, pero no se ilusionó con un posible romance, eran como el agua y el aceite. Pero ahí estaba, sentía que el diablo lo tentaba y Kami-sama sabía que se moría por decir que sí. Pero aún permanecía en su cabeza esa vocecita que a veces ignoramos llamada conciencia. Que le decía que eso estaba mal, que su padre se decepcionaría, que era inmoral y una larga lista de etc.

    - Correcto. Quiero que te relajes, desinhíbete un poco, cuando estés conmigo, puedes gemir, gritar, maldecir, pedir por más ¿Has tenido fantasías? Lo que tu quieras Kido, te llevaré a las estrellas con orgasmos y te hundiré en el océano de los placeres sexuales. Así es que preguntaré una única vez. ¿Qué harás Yuuto Kido?

    Tragando saliva, había tomado una decisión.

    Lentamente Fudo lo soltó y lo vio caminar hacia la puerta. Y cuando estaba por suspirar pensando en que el estratega terminó acobardándose, lo escuchó poner el seguro. Alzo la mirada incrédula, para ver al chico de rastas sonrojado comenzando a desabotonarse los primeros botones de la camisa mientras caminaba al centro de la habitación…
     
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    Yaoizando

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    OMG!! No puedes dejar la historia en ese punto!! No es justo...
    Buah, pero debo decirte que lo que llevas escrito me ha encantado, y me has dejado con ganas de mas. Ya quiero ver a Kido desinhibido y a Fudo cumpliendo con lo prometido!
    Esperare la continuacion con muchas ganas!
    Bye
     
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    Los personajes de Inazuma Eleven NO me pertenecen. Son propiedad de Level-5.

    La historia es creación mía, no se permiten COPIAS o ADAPTACIONES.
    NO RESUBIR, a otras plataformas.

    Sin más que decir, disfruten el capítulo.


    REGLAS




    Habían pasado algunos años desde que Inazuma Japón se coronó como ganador del FFI. Con el paso del tiempo se les otorgó el título de leyendas, aunque ellos mismos lo veían como una exageración.

    Por más que las distancia los separaba seguían en contacto, videollamadas, mensajes de texto, redes sociales incluso cada cierto tiempo, lograban organizar viajes para verse, por ejemplo: Tsunami una vez los invitó a una competencia de surf por caridad, querían reunir fondos para ayudar islas que fueron azotadas por una tormenta tropical, el evento fue un total éxito, más aún cuando se realizó un juego entre los locales y los chicos del Inazuma. O cada navidad que Fubuki viajaba desde Hokkaido y se hospedaba con alguno de los muchachos para no pasar solo las fiestas y el único año que no pudo viajar por una torcedura de tobillo, se llevó la sorpresa de su vida cuando abrió la puerta y se encontró a todo el equipo afuera de su casa. Kogure era visitado cada cierto tiempo por Haruna y uno que otro de los chicos que se le unía, generalmente Kido, ella le había tomado cariño al pequeño y se preocupaba por sus travesuras, aunque hay que admitir que maduraba de a poco con el paso del tiempo. Incluso una vez hubo rumores de que Tobitaka había sido amenazado por una pandilla nueva en la ciudad y que Fudo fue en su ayuda, aunque nadie nunca lo corroboró, pues los presentes de ese día suelen evitar el tema si se les pregunta.

    Eran amigos, el futbol los unió y ese lazo fue creciendo poco a poco. Ahora con 17 años, los muchachos solo fortalecieron su amistad. Faltaban pocos años para que la mayoría ingresara a la universidad y estaban seguros que tomarían caminos muy diferentes, pues varios dejarían el futbol luego de la preparatoria.

    Pero ese triste pensamiento no les impedía crear la mayor cantidad de memorias posibles. Desde que se creó un centro deportivo con diversas especialidades, era muy común ver a las Leyendas encontrándose cuando tenían tiempo libre.
    Sin embargo, para este último tiempo, todos estaban seguros de una cosa: “Algo le ocurría a Kido”. Y nadie lo ponía en duda. Llevaba semanas en un constante mal humor y casi cualquier cosa podía alterarlo.

    Sakuma preocupado por su amigo en más de una ocasión le preguntó si tenía algún problema. Pero la respuesta de Kido, fue todo lo contrario a lo que esperaba.

    -No, estoy perfectamente. – lo dijo tan sinceramente que no puso en duda sus palabras.

    Pero el problema persistía. Endo y Goenji también trataron de averiguar que le ocurría al estratega y mejor amigo de ambos, pensando que su padre estaba obligándolo a dejar el futbol y no quería decirles nada, como fue el caso de Goenji hace varios años, pero el resultado fue el mismo.

    - Padre me ha dejado escoger la Universidad a la que quiera asistir e incluso me ha dicho que, si deseo continuar con el futbol profesionalmente, que tendré todo su apoyo.

    ¿Qué le ocurría a Yuuto Kido? Esa era la pregunta del millón.

    Parecía dispuesto a gruñirle a cualquiera, pensaron que era fatiga, pero no. Nunca se le había visto tan activo. Un día festivo fueron desde temprano a entrenar, acabaron a las 10 de la noche y Kido aún tenía energía. Se preocuparon más cuando Kazemaru les dijo que se encontraron en la mañana y habían corrido los 5 kilómetros diarios que hacía el velocista para que al despedirse Kido le avisara que correría un rato más. Lo que llevó a que Fudo le preguntara al estratega número #1.

    -¿Te estás drogando?

    Decir que nunca escucharon gritar y maldecir tanto a Kido fue poco, entre Sakuma, Kazemaru, Hiroto, Endo y Goenji, evitaron que Kido le lanzara un pingüino emperador #1, mientras el valiente Fudo Akio, se escondía tras Haruna, que igualmente trataba de calmar a su hermano.
    Luego de ese día, todos llegaron a la conclusión de que había que darle su espacio a Kido, hasta que estuviera bien. Pero el tiempo pasaba y parecía que todo solo empeoraba.

    °-°-°-°-°



    -Te lo juro Genda, Kido iba a demandar al dueño de la heladería porque el muchacho que estaba en la caja registradora le dijo a Haruna que tuviera un lindo día – Se quejaba Sakuma, recordando la salida que habían tenido hace poco pues Tsunami y Tachimukai vinieron de visita a la ciudad – Se puso como histérico a gritarle que él no tenía que decirle que hacer a su hermana y se metiera en sus propios asuntos.

    - No pudo ser tan malo – decía Genda, palmeando la espalda de su pareja. Llevaba media hora escuchándolo quejarse del chico de la capa – de seguro estará estresado por algo.

    - Para nada – le refutó Tsunami que venía caminando con ellos – nos tocó arrastrarlo fuera de la heladería, mientras Haruna se disculpaba. El muy enojón me mordió incluso. – Se quejó el surfista mostrándole el antebrazo, donde se apreciaba perfectamente la dentadura del estratega.

    - No tiene problemas, económicamente está bien, tiene notas perfectas, Haruna no tiene novio, jugará futbol profesional o hará lo que quiera. ¡No hay motivo por el que deba estar así! – volvió a quejarse el chico del parche.

    - ¿Quizás quiera una novia? – sugirió Tachimukai, que recién se unía a la conversación

    - ¿Kido es hetero? – preguntó Genda, esperando la respuesta de Sakuma, que era el mejor amigo del chico con complejo de super héroe.

    - Pues, nunca hemos hablado del tema… - respondió el muchacho – Aunque nunca ha tenido problemas escuchando cosas sobre nosotros – dijo sonrojándose, recordando todo lo que le contaba a su mejor amigo y que este nunca lo miró con asco.

    - ¡ESO ES! – gritó Tsunami alterando a los tres oyentes- Kido está…


    °-°-°-°-°



    -… ¿Sexualmente frustrado? – la cara de Fudo, era un poema. Veía a Genda y Sakuma como si les hubiera crecido otra cabeza.

    - Si, no es tan descabellado como suena – decía Sakuma – por favor Fudo, hasta tiene sentido. Su mal humor, todo le molesta, el excesivo ejercicio… Todo encaja.

    - Eso lo entiendo, lo que no llego a entender es ¿qué pinto yo en la vida sexual del perfecto Yuuto Kido?

    - Fácil, creemos que le gustas a Kido – dijo el león seguro de sus palabras y con un pulgar en alto.

    - Están dementes – dijo dándose la vuelta, dispuesto a irse del lugar.

    - No espera – lo detuvo Sakuma tomándolo del brazo. – Fudo piénsalo un poco. Kido te ha permitido muchas cosas que a otros no les permitiría siquiera pensarlo. Incluso se que hay cosas que son importantes para él, que ha llegado a contarte y yo debo rogarle solo para que considere decírmelo.

    - Por favor Fudo, sabemos que Kido no te es indiferente – apoyaba el portero – disimulas muy bien, pero he notado como a veces te le quedas mirando. Kido igual.

    Fudo permaneció en silencio, analizando todo lo dicho por la pareja frente a él, que luego de mucho tiempo, aceptó que eran sus amigos. Sakuma viendo que estaba siendo más difícil de lo esperado convencer a Fudo, agregó

    -Bueno, está bien si no quieres hacerlo. Supongo que ya encontraremos a alguien más que esté dispuesto a ayudar a Kido con su problema y… - el instinto de supervivencia que todos llevamos dentro, hizo que Sakuma se callara, la cara de Fudo decía mucho. Eran amigos, pero estaba seguro de que sería asesinado si continuaba su oración.

    - Dile a ese pingüino con capa, que lo esperaré mañana en la torre de metal y que más le vale seguir todas mis reglas. – dijo para marcharse.

    -Eso no salió tan mal – dijo Genda viendo como Fudo se marchaba.

    - Yo sentí que iba a morir…

    - Ahora solo debemos decirle a Kido de nuestro plan… y avisarle que está frustrado sexualmente.

    -Vamos a morir – concluyó Sakuma palmeándose la frente con una gotita cayendo de su cabeza, imaginando el futuro.

    °-°-°-°-°



    -¡¿QUÉ HICIERON QUÉ?! – Haruna estaba segura de que el grito de su hermano se escuchó en todo el barrio.

    - Calma Kido, déjanos explicarte – decía Sakuma asomando su cabeza tras Haruna, correcto, el lugar más seguro del mundo para decir cosas a Kido que él no desea escuchar, es bajo la protección de su pequeña hermana.

    - Mas les vale tener una muy buena explicación – decía Kido cabreado con dos de sus mejores amigos. Mientras se sentaba y les pedía a todos los dioses que conocía le dieran paciencia infinita. Genda tomó la palabra, de manera que Kido no se ensañara solo con su novio.

    - Veras luego de meditar mucho y ver que estás amargado sin motivo o preocupación alguna. Nos hemos dado cuenta de que te tiene que ocurrir algo y tu no eres consciente de ese algo.

    - Y en medio de sus delirios de detective, llegaron a la conclusión de que estoy frustrado…

    - Sexualmente frustrado – lo corrigió Genda

    - ¡No sean ridículos!

    - No es ridículo, Kido: ¿cuándo fue la última vez que te atendiste a ti mismo? – pregunto Sakuma.

    - Con permiso, yo me retiro – Haruna vio ese momento como su escape. Podría amar mucho a su hermano, pero ella no necesitaba saber de la vida sexual de su hermano mayor, no señor, ella no necesitaba imágenes mentales de su hermano bajo ninguna de esas situaciones. Salió de la sala donde se encontraban y cerró la puerta, de paso pidiéndole a uno de los mayordomos que pasaba en ese momento que nadie interrumpiera en esa habitación hasta que terminaran de hablar.

    - … - luego de la interrogante de Sakuma, reinó el silencio en aquella habitación. Kido estaba de todos los colores preguntándose ¿cuál es la manera más dolorosa de cometer un doble homicidio y no dejar rastro alguno? Y cuando casi tenía la respuesta a su interrogante. Genda lo sacó de sus delirios.

    - Piénsalo Kido, al final todos necesitamos desahogarnos en algún momento. Ya sea con pareja o solos. Es sano para el cuerpo y bueno para la mente.

    - ¿Dónde quedó la vergüenza? – era la pregunta que rondaba por la mente de Kido, él se negaba a emitir una sola palabra sobre el tema.

    - Cierto, cierto. Mira que nosotros tratamos como mínimo dos veces a la semana tener sex… – pero Sakuma se vio abruptamente interrumpido

    - ¡Ya entendí! – Kido, se había levantado del sofá completamente rojo y tapándose los oídos – si voy a la dichosa cita con Fudo, ¿Dejarán de hablar del tema?

    - Sip – dijeron a la vez unos muy felices Genda y Sakuma. Claro, lograron su objetivo y vivieron para contarlo, sin Haruna de por medio.

    °-°-°-°-°



    Fudo estaba recostado tranquilamente al tronco de un árbol, en el parque de la torre de metal, esperando que el frustrado Kido Yuuto se dignara a honrarlo con su presencia. Aunque después de 15 min esperándolo, luego de la hora acordada empezaba a preguntarse si vendría.

    Cuando estaba por marcharse del lugar, el estratega hizo acto de presencia, causando que Fudo retuviera la carcajada que deseaba salir de sus labios. Kido parecía un robot por su forma de caminar, un robot con mal funcionamiento hay que decir, pues el pobre no dejaba de temblar y estaba más rojo que una señal de tráfico.

    -¿Estabas por marcharte? – la pregunta de Kido, sonó entre aliviada y ofendida.

    - Bueno el señorito puntualidad, decidió no ser tan puntual.

    - ¿Crees que es fácil estar parado frente a ti para resolver este “problema”?

    - ¿Problema? Así como como le dices a la falta de sex…

    - NO LO DIGAS

    - Prefieres que diga que estas frustrado sexual… Kido, cubrirte las orejas no hará que “el problema” desaparezca – al ver que Kido seguía con el infantil comportamiento cubriendo sus oídos y mirando sus muy interesantes y caros zapatos, Fudo tomó una gran bocanada de aire, para calmarse antes de perder la paciencia. – Necesito que me escuches, si quieres que te ayude – lentamente Kido bajó los brazos y alzó la mirada. – Pongamos unas reglas.

    - ¿Reglas?

    - Si, reglas. Tanto para tu comodidad como para mi salud mental. Primero que todo – dijo Fudo enumerando con los dedos y evitando que Kido reclamara - Trabajaremos en esto por 7 días, durante dos horas. No hay horario fijo, te enviaré un mensaje para indicarte el momento en que iniciarán las dos horas. Y no acepto réplicas a eso – agregó al ver que venía un reclamo – Segundo, tienes prohibido contarle a Sakuma lo que hagamos.

    - ¿Por qué crees que le contaría a Sakuma lo que sea que me hagas?

    - Porque es un metiche. Mira que logró convencerte de que te ayude con la falta de sex…

    - QUE NO LO DIGAS

    - Kami-sama ¿por qué pones pruebas tan difíciles en mi camino?

    - Es un problema ¿ok? Llámalo por su nombre. No es falta de ssss…

    - El nombre de tu problema es frustración sexual, lo que se resume en falta de sexo.

    - ¿Quieres dejar de burlarte de mí? No soy idiota, yo lo entiendo ¿sí?... pero, no puedo, yo resuelvo problemas… No los genero. – Por un momento Kido juró que Fudo ablandó sus gestos. – y tener sss… “eso” es un problema que estoy creando…

    - Kido, no estás “generando” un problema. No fue como si pensaras: “Hey, quiero joder a mis amigos, me frustraré sexualmente para fastidiarlos un rato”. ¿quieres culpar a alguien? Culpa a las hormonas. No eres el primero que le pasa y créeme que no serás el último. Solo que a diferencia de los demás, tu no te atiendes y por eso tus lindos amiguitos pidieron mi ayuda.

    - Mataré a Sakuma y Genda por esto… Termina de decirme las reglas.

    - Tercero, no puedes tocarte antes ni después de las dos horas, quedarás restringido de ese placer mientras dure esta semana. – y antes de que un Kido rojo como tomate quisiera volver a reclamar continuó hablando - Última regla, en el momento que inicien las dos horas, me debes completa obediencia, seguirás todas mis instrucciones al pie de la letra, pero si te atreves a desobedecer alguna, serás castigado. – la cara de Fudo al final de la oración, no auguraba nada bueno. Kido hizo una nota mental de hacerle caso. – ¿Preguntas?

    - ¿Qué haremos?

    - Muchas cosas

    - ¿Tendremos sssx…. sex… “eso”?

    - No Kido, no tendremos sexo – Fudo estaba descubriendo el placer de decir sexo, solo por ver las expresiones de Kido – bueno, no al menos que tú me lo pidas.

    - ¡Como si yo fuera a pedirte eso!

    - Nunca digas nunca. – dijo con cara de superioridad - Te aseguro que, para el final de la semana, de rodillas me pedirás que tengamos sexo.
    Era un reto, Fudo estaba retándolo a sobrevivir diario dos horas con él, mientras profanaba su cuerpo se maneras que solo Kami-sama y la autora sabrían.

    -Ya que todo está aclarado, andando. – Dijo Fudo mientras se daba la vuelta y comenzaba a caminar.

    - ¿A dónde vamos? – preguntó Kido siguiéndole el paso. Viendo como Fudo le dirigía una mirada de costado mientras le sonreía como solo él sabía hacerlo

    - A mi casa, tus dos horas acaban de comenzar.

    Continuará...
     
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  4. Helado:3
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    User deleted


    Y la continuación??? :,(
    On tá mi lemon... Por favor continua, hace años no había visto una historia tan bien hecha de estos dos, realmente es impresionante.
    Por favor, estaré esperando con ansias la continuación >3<
     
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    ACTUALIZACIÓN...

    uff disculpen la demora, no miento cuando digo que la universidad me absorve completamente. El miercoles creí que sería capaz de actualizar y terminé acostandome a las 2:30 am por un trabajo...

    Pero bueno, no los retraso para que puedan leer.

    Los personajes de Inazuma Eleven NO me pertenecen. Son propiedad de Level-5.

    La historia es creación mía, no se permiten COPIAS o ADAPTACIONES.
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    ACLARACIÓN: el capítulo estaba siendo más largo de lo que esperaba, por lo que lo haré en dos partes.

    ~*~*~*~*~*~*~




    INVESTIANDO 1/2





    Llegamos a mi casa y el mundialmente reconocido como estratega #1 de Inazuma Japón parecía una gelatina. Lo tomé de la mano, para asegurarme de que no escapara, mientras lo guiaba a mi recámara, estaba seguro que si no lo hacía, se daría la vuelta para salir corriendo y posiblemente fuera a asesinar a Sakuma… pensándolo bien, puede que sea buena idea dejarlo escapar podría llegar a presenciar el crimen perfecto y… no, no me salí del tema, matar gente es malo Akio, recuerda que se supone que eres buena persona. Diablos esto de tener amigos, no siempre es tan divertido…

    Mientras deliraba, terminamos de subir las escaleras a mi habitación, lo hice pasar primero y entré tras él cerrando la puerta. Escaneo a mi acompañante y solo puedo llegar a compararlo con un conejo, a punto de ser devorado… hasta cierto punto ese pensamiento no está tan lejos de la realidad.

    -Quítate la ropa – le ordeno antes de que mis pensamientos me hagan apiadarme de Yuuto y lo deje correr libre. – No tengo todo el día – reclamo al ver que no tiene intenciones de moverse, lo que sería una falta a la regla de “me debes completa obediencia”, pero sería muy ingenuo de mi parte creer que Kido llegaría a mi casa feliz y campante, se quitaría la ropa y me gritaría “¡hazme lo que quieras!”. Así es que me armo de la paciencia que solo le tengo a él y espero su siguiente movimiento…

    - Dejemos esto yo… yo no puedo… esto es – lo veo mover sus temblorosas manos, mientras intenta explicarme alguna de las incoherencias que pasan por su muy sensual cabeza – Debería irme… yo no… - y aquí es donde lo detengo, al ver que intenta salir del cuarto, ya hemos llegado muy lejos como para dejarlo escapar. Lo tomo del brazo solo para paralo sin ejercer mucha presión, puede creer que quiero forzarlo a algo y tampoco es la idea. No soy un violador…

    - Kido – primero lo primero, hacerlo reaccionar – respira – le digo al ver como posa su mirada oculta por sus googles en mí.

    Veo como poco a poco, retoma algo de control en su cuerpo con una gran bocanada de aire y se relaja un poco al solarlo.

    - Se que tú quieres… sé que ustedes quieren ayudarme… pero yo no soy así. Yo no voy a… tener relaciones con cualquiera de buenas a primeras… yo no… no me criaron así… se supone que estas cosas se hacen luego del matrimonio y yo… Kami-sama ni siquiera estoy seguro de haber sentido interés por una mujer alguna vez y ahora estás tú aquí frente a mi quien sabe por cuales delirios de Sakuma y Genda… yo no puedo obligarte a…- sabía que se estaba quemando la cabeza con ridículas ideas en el camino, pero como siempre Kido logra superar las expectativas… Sin embargo, yo no me quedo atrás.

    - Kido… respira – se me va a hacer costumbre, recordarle que su cuerpo necesita que él cumpla una función básica que consiste en llenar sus pulmones de oxígeno… es tan lindo cuando es medio estúpido…

    Por lo menos logré que dejara de hablar incoherencias – primero que todo, no vamos a “tener relaciones de buenas a primeras”, como te dije hay muchas maneras de lidiar con “tu problema” no todo es coito. Segundo, yo no soy un cualquiera, soy el gran Fudo Akio y deberías sentirte honrado que esté dispuesto a ayudarte. Sobre lo del matrimonio, pues solo te diré que eso dependerá de ti, no debería ser una idea que se te imponga llegar virgen al matrimonio, eso es decisión tuya, es tu cuerpo. Y perder la virginidad no lo decide ni tu padre, ni tu pareja, esa decisión será tuya. Aparte como ya te dije, no estás aquí para que yo te obligue a tener sexo… - Ok, si el sigue temblando me terminará creando un fetiche por la palabra sexo - por favor no tiembles cada vez que diga sexo – lo hago por tu bien Kido, evítate ser atacado por mi - Si no te ha gustado una mujer, pensaré que te han llamado la atención los hombres… - este acaba de mirarme como si hubiera ofendido a Haruna - ¡No me mires así! Lo normal hubiera sido que te negaras a esto porque soy hombre, pero dijiste que no has sentido atracción por mujeres, estamos en el siglo XXI, no te apedrearán en la calle porque te guste un hombre. Y por último, tu no me estás obligando a nada, al igual que tu pude haber dicho que no, pero heme aquí. Si te hace sentir mejor puedes imaginar a otra persona. Pero vamos a resolver esto, porque nadie piensa aguantarte tus hormonales cambios de humor. Es tu decisión Kido, empezar con esto o detenerlo aquí y ahora. No te niegues a intentar por miedo, no eres un cobarde, si no quieres hacer esto solo sal por la puerta cuando te suelte y haremos como si nunca pasó…- sigue dudando, no veo sus ojos, pero es fácil leer sus expresiones faciales.

    Tiene miedo

    No lo culpo, básicamente me convertiré en su amigo sexual y estará bajo mi cuidado. Si no confía en mí, esto no funcionará. Estoy dispuesto a jugarme todas las cartas… déjame ser el primero Kido, el primero en tu vida…

    -Pero, si decides quedarte no permitiré que te retractes. Caminarás al centro de la habitación y te quitarás prenda por prenda. Cuando termines abrirás el segundo cajón de la mesa de noche derecha y sacarás el antifaz y vendrás hasta donde mí, esa será tu última oportunidad de arrepentirte de esto. Una vez me des el antifaz no pienso escucharte ninguna queja. No prometo que todo lo que te haga llegue a gustarte. Por lo que conversamos ya vi que no has experimentado nada. Pero, te prometo darte tanto placer – me acerco a él como un felino a su presa, lentamente deslizo mi nariz a su cuello embriagándome de su aroma y sintiendo como se eriza la piel de la zona – pero tanto placer – le susurro con mi voz ronca por mi propia ansia de lo que podría llegar a ocurrir - que tu mente se olvide de todo a tu alrededor, te daré placer al punto de que no recuerdes tu apellido, aún menos podrás pronunciar tu nombre – siento como mis palabras van teniendo efecto en él, acompaño mi siguiente frase, deslizando las yemas de mis dedos por su brazo, solo lo tiento, una suave caricia que promete mucho más - y lo único que tu cuerpo será capaz de recordar en el momento que tu brillante cabeza deje de funcionar, serán todas y cada una de las sensaciones que te haga experimentar… Que dices Yuuto. ¿Deseas un placer infinito? – acepta, acéptame… no dejes que nadie más te toque, déjame guiarte a un nuevo mundo - Nada de lo que pase durante esas dos horas saldrá a la luz. Tienes mi palabra, nadie sabrá absolutamente nada de lo que pase durante nuestras dos horas juntos. – confía en mí, entiende lo que digo entre líneas. Yo no le ofrecería esto a cualquiera… pero tú, no eres cualquiera.

    - … ¿Nadie? – está relajado, casi que ido. Parece que no te soy del todo indiferente…

    - Correcto. Quiero que te relajes, desinhíbete un poco, cuando estés conmigo, puedes gemir, gritar, maldecir, pedir por más ¿Has tenido fantasías? – quiero todo de ti, dame todo aquello que te niegas mostrarle al mundo, déjame custodiar todas aquellas facetas que no pueden ser vistas en el perfecto Yuuto Kido - Lo que tú quieras Kido, te llevaré a las estrellas con orgasmos y te hundiré en el océano de los placeres sexuales. Así es que preguntaré una única vez. ¿Qué harás Yuuto Kido? – entrégamelo todo…

    Y después del discurso motivacional más largo que he dado en mi joven vida, solo me queda esperar la decisión del chico de capa que pone mi mundo de cabeza. Parece tener un debate interno con él mismo, solo espero que prefiera quedarse. Sería un golpe directo al orgullo y aunque odie admitirlo al corazón… si se va ¿es como un rechazo? ¿verdad?... no estoy listo para que me rompan el corazón sin haberlo siquiera intentado… aún menos si esto es por planes raros de Sakuma y Genda…

    Oh, parece que tomó una decisión, su semblante se ve determinado. Lo veo pasar a mi costado y caminar a la puerta… debo admitirlo sentí una pequeña opresión en el pecho.

    Me rechazó

    Maldito Kido y su tendencia de ser mis primeros todos. Primer enemigo, primer rival, el primero en entender mi manera de pensar y jugar…el primero en recibir uno de mis pases cuando nadie confiaba en mi… el primero en confiar en mi… mi primer amigo…

    Primer amor

    Mi primer corazón roto…

    *click*

    Y ese sonido bastó, para detener toda línea de pensamiento que surcara mi cabeza, alzo la vista impresionado solo para verlo desabotonar su camisa y dirigirse al centro de la habitación, no puedo detener la sonrisa que se forma en mi rostro al ver la primera prenda caer al suelo. Nunca pierdas esa costumbre de dejarme sin palabras…

    Es un deleite visual y auditivo, ver tus prendas de vestir ir desapareciendo una a una. Debo admitir que estoy sorprendido, pensé que te vería temblando y que me tocaría ir en tu rescate y terminar desnudándote, pero estás cooperando.

    Uno creería que después de tanto tiempo cambiándonos juntos para los partidos o los entrenamientos, ya conoceríamos el cuerpo del otro. Pero, esto que estamos haciendo está por tener una connotación completamente diferente a lo normal. Por lo que me tomo el privilegio escanear tu ser. Desde tus rastas cuidadosamente amarradas a tu coleta, que caen poco más debajo de tu cuello, a simple vista no lo parece, pero tanto tiempo al sol por los entrenamientos pasa factura, noto el ligero degradado de tono que posee tu cuello siendo más oscuro que el de tus hombros, donde el color es más tenue. Me centro en tu espalda, deleitándome con el ligero movimiento que ocurre en los omoplatos por el vaivén de tus brazos. Es curioso como tienes levemente marcada la columna, desde aquí podría contar cada una de tus vertebras, el fugaz pensamiento de tomarme el tiempo de posar mis labios en tu cuello para dar inicio a un camino de besos que descienda y goce todas y cada una de las pequeñas salientes de tu columna, para llegar a tus firmes glúteos que estrujaría hasta dejar mi palma marcada en cada uno, morder esa carne suena tentador, pero el pequeño secreto oculto entre esos cachetes es lo que más anhelo encontrar. Mapear tu espalda para encontrar ese pequeño y virgen tesoro…

    Mierda...

    Debo pensar en otra cosa, trago la saliva que se ha acumulado en mi boca. Y doy una profunda bocanada, un poco más sereno y centrado, veo como retornas a mí con el antifaz en la mano. Parece que la seguridad que habías ganado era simple fachada. Extiendo mi mano, esperando tu decisión final, cumpliré mi palabra. – Es tu última oportunidad – te recuerdo – si no deseas hacer esto – pero no me dejaste terminar. Maldigo y amo tu manía de tener la última palabra.

    -Quiero hacerlo

    - Entonces dame el antifaz – lentamente depositas el suave objeto de seda en mi mano.

    Oficialmente, eres mío por dos horas.

    Dirijo mi mano dominante a tu mejilla y realizo una suave caricia hasta llegar a la parte posterior de tu cabeza, donde siento tu cuello ponerse la piel de gallina por mi toque, enredo mis dedos entre tus rastas y suavemente retiro tu coleta. Por último, te miro directamente a los ojos mientras me deshago de tus googles. Ahora que te he despojado de cualquier cosa que te recuerde al correcto Kido, puedo trabajar con Yuto.

    La mirada que me diriges, no logro interpretarla. Pareces ansioso y expectante por lo que pasará y al mismo tiempo veo ese ligero temor y arrepentimiento, porque sabes que “harás algo malo”.

    ¿Tienes miedo?

    Yo también… quiero cumplir con aquellas expectativas que no se si tienes. Realmente no sé qué expresión tendré en este momento, pero sea cual fuera, me dedicaste una pequeña sonrisa y cerraste los ojos.

    Lentamente cubro tus párpados con el antifaz negro. Escucho tu respiración pausada, pareces relajado, pero sé que no lo estás. Tus hombros se encuentran tensos, no te culpo, no puedes verme, no sabes cuándo puedo atacarte.

    Me coloco a tu costado y veo como sigues mi movimiento girando hacia el sonido de mis pisadas, terminas lanzando una exclamación de sorpresa cuando te tomo en brazos y te aferras a mi ropa con ambas manos, no te dejaré caer, tampoco me arriesgaría a hacerte caminar si no puedes ver el camino.

    Te deposito en la cama suavemente – recuéstate – ordeno, admito que me gusta la faceta del Kido obediente a mis órdenes, pero lo que siempre me atrajo de ti, fue tu carácter indomable.

    Rebusco debajo de la cama, una caja que posee muchas cosas de utilidad, especialmente comprado para utilizar con el estratega #1.


    ~*~*~*~*~*~*~*~*~




    Cuando se te despoja de un sentido, los demás suelen agudizarse. Para mi caso, solo hay oscuridad visualmente. Con mis sentidos más atentos a mi alrededor, disfruto el momento de tranquilidad gozando de la suavidad de las sábanas de Fudo, al mismo tiempo que mi olfato se llena de su fragancia, no huelo perfume o colonia, es el olor natural ese que lleva cada persona, aquel que termina siendo una mescla de nuestro jabón diario, sudor, detergente de ropa y nuestro olor natural. Juntando todo eso, terminamos creando nuestra propia esencia y en este momento me encuentro en uno de los lugares más íntimos para cualquier persona, la cama. Su cama. La cama de Fudo Akio.

    Pensando en él, lo siguiente que capto es el sonido que hace, parece buscar algo. Mentiría si digo que no estoy asustado, tengo esa sensación de vértigo que todos hemos pasado cuando somos pequeños y nos aseguramos de que nuestros dos pies estén ocultos bajo la sábana porque el monstruo bajo la cama puede venir y devorarnos en cualquier momento si agarra tu pie. El problema, es que yo no poseo la seguridad de la super sábana protectora y le he dado permiso al “monstruo bajo la cama” de que me devore.

    Siento como el colchón de hunde a mi costado derecho, Fudo está en la cama. Doy un pequeño espasmo cuando siento algo suave deslizarse por mi cuello.

    -Pero ¿Qué? – exclamo tratando de tomar lo que sea que esté pasando por mi cuello.

    Hace cosquillas.

    -Quieto – su orden llega firme y autoritaria. “Me debes completa obediencia”. Mi subconsciente se toma el tiempo de recordarme las reglas impuestas. Vuelvo a relajar mi cuerpo y dejo que siga con lo que sea que quiera hacer.

    Vuelvo a sentir la suavidad de lo que sea que tenga Fudo en mi cuello, es pequeño. Lo desliza suavemente hacia arriba y hacia abajo, de izquierda a derecha, pasa por mi clavícula y a su paso deja una agradable sensación por el recorrido que hace. Se toma toda la paciencia del mundo para recorrer ambos huesos de las clavículas, es agradable y muy relajante. Respiro pausadamente dejándome hacer, lo que él desee.

    -¿Sabes qué estamos haciendo? – me saca de mi letargo para cuestionarme. Niego levemente, esperando su respuesta. – Investigamos. – es extraño escuchar su voz y saber que, aunque mi vista se dirige a esa dirección, no logro verlo. Llego a comprender que me negó la visión, porque quiere que disfrute las caricias. Pero el término “investigando”, no tiene cabida para mí en este momento. – Cuando nos piden realizar un proyecto, a veces tenemos un concepto básico del tema, pero cuando quieres profundizar, debes realizar una investigación. Dime Kido, sabes ¿cuáles son las zonas erógenas de tu cuerpo? – aunque me parece es bastante obvio, el tono que emplea me hace creer que la respuesta es más profunda de lo que espero.

    - Las zonas íntimas son zonas erógenas – algo vaga la respuesta, lo sé. Pero él aún está pasando ese suave objeto por mi clavícula derecha y yo solo quiero que deje de hablar para seguir disfrutando de la sensación.

    - Si, las zonas íntimas. Por ejemplo, nuestro pecho – el objeto suave que estoy considerando es un pincel, abandona mi clavícula izquierda para deslizarse por mi pectoral izquierdo y luego al derecho, lo pasa en los perímetros de cada lado, lo que logra provocarme un leve cosquilleo, causa que comience a sacudirme un poco para controlar la sensación. Termino mordiendo mi labio inferior para no dejar escapar ninguna risa. – y por supuesto que los pezones, muy sensibles a los cambios ambientales. Están llenos de vasos sanguíneos por lo que se llega a sentir bien con el estímulo correcto. – ok, ya no son cosquillas. Se siente raro… siento las hebras del pincel o lo que sea que tenga trazar el círculo de la aureola de mis pezones. Tres, cuatro, cinco vueltas. Tengo el pezón izquierdo erguido, lo siento, siento como hace que el pincel gire sobre su propio eje en él. Quiero pararlo, se siente raro… cuando parece estar satisfecho y creo tener un respiro, ataca el otro lado. Esta vez en lugar de trazar un círculo, parece trazar el signo del infinito, la sensación rara, va en aumento, mi pezón se ha parado mucho más rápido y sufre el suave golpe del pincel cada de Fudo hace el trazo. Sostengo las sábanas para no mover mis manos. Mi respiración es pesada, trato de mantener la calma inhalando y exhalando. Siento mi cara arder. Fudo vuelve a torturar mi pezón izquierdo, ahora sin patrón, solo hace un zigzag por el área. He apretado las piernas, las flexioné ligeramente cuando la sensación comenzó a ser rara. Y ahora hasta los dedos de los pies los presiono ligeramente con la cama. – otra de las zonas erógenas del hombre, la más obvia. Ese majestuoso trozo de carne que nos guinda entre las piernas. El pene y claro que no podemos olvidarnos de los testículos. Pero ¿sabes? – mientras continúa con su explicación, ha vuelto al pezón derecho ahora golpeándolo con el pincelito, lo suficiente para sacudirlo un poco. – pero muchos no saben de zonas erógenas no tan obvias, por ejemplo, el ombligo – mientras continúa su explicación el pincel traza su camino desde mi pecho hasta mi ombligo, Fudo juega con el alrededor de la pequeña hendidura antes de introducir las hebras y girar el pincel sobre su eje. La extraña sensación que recorre mi cuerpo va en aumento, no logro quedarme quieto, comienzo a jalar las sábanas lo que sea con tal de apaciguar la sensación. Lo peor en no saber la expresión que tiene mi acompañante, muchos menos saber el espectáculo que debo de estarle brindando.

    - otra zona que con la estimulación correcta se vuelve sensible al tacto, es la pelvis – esto ya parece una jodida clase de biología y yo soy el esqueleto que el profesor usa para enseñarle a los alumnos - ~aah - ¡¿De dónde salió eso?! El muy maldito comenzó a frotar con más insistencia el lado derecho de mi pelvis. Mierda, soy delgado, el ejercicio diario me permite ganar masa muscular, pero mi contextura siempre ha sido delgada y sé que los huesos de mi pelvis suelen estar ligeramente marcados y el muy desgraciado lo está aprovechando. Sigue frotando y yo me sigo retorciendo, me empujo un poco con los pies, tratando de alejar la sensación, pero él solo lo vuelve más insistente. Muerdo con más fuerza mi labio, no pienso darle el gusto de escuchar algo innecesario.

    Y de repente, todo se detiene, hasta lo siento alejarse un poco de mí. – Date la vuelta – ordena y yo aún en mi caos interior trato de obedecerle, la sensación rara del inicio no se ha apartado de mí, siento mi cuerpo calentarse y mis venas bombear con fuerza. Mientras me giro, siento como mis manos tiemblan y a duras penas logran sostenerme en el movimiento. – levanta la cadera – mis piernas se encuentran en el mismo estado y agradezco no tener que pararme pronto. Con la vergüenza de lo que implica semejante acto, cumplo su mandato y lo siento colocar algo bajo de mí. Una almohada, relajo mi cuerpo, por lo que solo queda levemente alzado por las almohadas bajo mi pelvis. Vuelvo a sentir el dichoso pincel en mi cuello. Y vuelvo a erizarme bajo el tacto suave de las hebras pasar una y otra vez por la zona. Siento el pincel mapear mi columna, dando un pequeño giro en cada una de mis vertebras, cuanto más se acerca a la cadera, más siento un cosquilleo en la zona derecha de mi espalda baja. Me aferro a las sábanas con fuerza y no siendo consiente de mí mismo, he lazado más mi cadera. Trato de respirar normalmente, pero inhalar y exhalar se vuelve más difícil, desde que comenzó ese cosquilleo. Agradezco que Fudo no pase el pincel por el área, no sé qué haría si llega a tocarme ahí… ahora que lo pienso, desde que me depositó en la cama no me ha tocada, todo ha sido con el maldito pincel, que sigue descendiendo. En mi pecho se instala una extraña ansiedad… no sé qué quiero de Fudo.

    -Separa las piernas – ahogo mi exclamación de sorpresa… no quiero…

    - Kido, no lo repetiré. Separa las piernas – el tono de advertencia en su voz, activa una pequeña alarma en mi cabeza y levemente separo mis rodillas para cumplirle su capricho. – Buen chico. – noto el movimiento en la cama, se ha acercado a mi retaguardia. Mi corazón golpea fuerte contra mi pecho esperando su siguiente movimiento. – Sabes Kido, el hueso de coxis es uno de los huesos inútiles del cuerpo. Se supone que antes teníamos cola y que por la evolución esta desapareció, solo dejando el coxis como prueba de su existencia. – siento el pincel pasar levemente por donde se supone se encuentra mi coxis y descender – pero realmente el coxis no es lo que nos interesa. Sino este pequeño arito de carne, es curioso que el punto G del hombre, se encuentre en semejante lugar - ¿qué piensa hacer? Siento el pincel hacer círculos en esa zona. ¿va a meterlo? – pero hoy no vamos a descubrir cómo se siente que masajeen tu próstata. - ¡¿MASAJEAR MI QUÉ?!

    - agh ~ cubrí mi boca evitando soltar algún otro jadeo.

    - Uno creería que solo el pene o los testículos son sensibles al tacto, pero justo debajo de los testículos antes de llegar al ano. Hay una pequeña zona muy sensible. – Y el muy hijo de su madre está frotando la zona.

    - mgh – por más que quiero evitar cualquier ruido vergonzoso, no logro detener los sonidos. Mi respiración agitada no ayuda en nada a mi precaria situación. Con una mano estrujo las sábanas… no es suficiente, alejo mi mano de mi rostro y comienzo a arañar las sábanas ahora con ambas manos, mientras muerdo la tela que tengo al alcance de mi boca. Mi respiración es pesada y no dejo de temblar. Siento algo en mi parte baja, algo que hasta el momento había decidido ignorar, está húmedo. Quiero que se detenga y al mismo tiempo quiero que frote más duro. Flexiono la pierna izquierda como si quisiera alejarme de él, mientras la derecha se mantiene estirada, retraigo y suelto los dedos de los pies.

    Desconozco mi cuerpo en este momento…

    -Me alegra que lo disfrutes. Mira que abrirme tu solo más las piernas, fue una agradable sorpresa. – caigo en cuenta de la posición que adopté cuando moví la pierna izquierda… mierda.

    - Mgh ~ mmmm ~ jummmmmm – cada vez es menos lo que logro acallarme, aprieto tan fuerte los dientes que temo rasgar las sabanas de Fudo.

    Al diablo le compraré otras…

    -Eh~espeh~rah – Digo entre jadeos cuando suelto las sábanas – yo ~ nooo – vuelvo a apretar los dientes tomando aire para seguir hablando, debo pararlo o no se lo que pueda pasar – Fu~dooh – logro llamarlo, pero… no esperé su siguiente acción.

    - ¡AAAHH!


    ~*~*~*~*~*~*~*~*~




    Mierda, no logré controlarme. El ruido de mi mano arremetiendo contra el glúteo derecho de Kido, solo logró excitarme más. - ¡Quieto! – le ordeno cuando noto que tiene intenciones de voltear. Me alejo rápidamente de la cama y me dirijo al pequeño baño de mi recámara, me remojo la cara y me reprocho con la mirada en el espejo.

    -Perdiste el control, céntrate. – me recrimino mentalmente. Tomo todo el aire que puedo y lo suelto por la boca. Observo el reloj. Apenas han pasado 32 minutos desde que comenzamos. Me dirijo una última mirada y camino hacia la ducha-bañera. Pongo el tapón y abro el grifo.

    Regreso sobre mis pasos y me dirijo a la cama, donde un muy obediente y más calmado chico de rastas me espera. Me siento a su lado y lo tomo del brazo guiándolo al borde donde se sienta y espera mis próximas palabras.

    Retiro lentamente el antifaz y lo veo parpadear para adaptarse a la luz que se cuela por la ventana del lugar. Prefiero ignorar lo que sea que quieran transmitirme sus ojos.

    Me alejo un paso de él y le regalo una sonrisa traviesa – Disfruta el espectáculo – le digo mientras comienzo a quitarme la ropa. Lo veo sonrojarse hasta las orejas y abrir los ojos de la impresión, cuando me desprendo de mi camiseta. Me concentro en desabrochar el pantalón para evitar reírme de su expresión, no creo que nadie halla tenido el privilegio de ver a Kido con la boca abierta y sin palabras. Deslizo hacia abajo el pantalón moviendo levemente las caderas insinuando la excitación que poseo entre las piernas. No me quito la ropa interior. Apenas es el primer día, dejemos las sorpresas para más adelante.

    Ahora que estoy casi completamente desnudo, me acerco al aún impactado estratega y le ofrezco mi mano. La toma con duda y me dedica una mirada curiosa, está evitando ver mi entrepierna y pectorales. Pero noto la leve pelea que realiza con él mismo, tratando de no desviar la mirada de mis ojos.

    -Vamos – le digo, cuando toma mi mano.

    - ¿A dónde? – tiene una pequeña expresión de pánico. Muy adorable…

    - Al baño, es hora de una ducha…

    Continuará…

    No pensé que este capítulo saldría tan largo. Por lo que terminaré de hacerlo en dos partes. Prometí que actualizaría y se me ha complicado la semana, pero aquí estoy cumpliendo.

    Muchas gracias a los que han comenzado a seguir esta humilde historia y han tomado su tiempo para comentarla.

    Especialmente a Dabielle Kidou y a Helado:3 por tomarse el tiempo de conentar y animarme a continuar con la historia. Mil gracias por sus lindos comentarios.

    Edited by kaoru16 - 23/6/2019, 06:44
     
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    por favor continualo o dale un final esta muy buena la historia como para dejarla así.
     
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    Estoy aprendiendo a conocerme. Ya toque fondo y solo me queda subir.
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    en mi cama con mi pingüino de peluche llamado Kido *-*

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    Arwen PS, aquí la continuación, me alegro que te gustara lo suficiente la historia como para dejar un comentario :D


    Investigando 2/2




    Kido caminaba diligente tras de mí, si alguien algún día me hubiera dicho que terminaría guiando a Yuuto Kido hacia una sana sexualidad, lo más probable es que primero me riera en su cara y luego lo golpeara.

    Pero como la vida y la autora, son caprichosas por igual aquí estoy. Siento un leve temblor gracias al agarre de nuestras manos, llámenme loco, pero sigo creyendo que si lo suelto este conejo escapará del depredador hasta ahora bien portado. Porque nadie en su miserable vida tiene derecho a poner en duda mi autocontrol, luego de tener a Kido desnudo en mi casa completamente solo y no haberle puesto un solo dedo encima.

    Llegamos al baño y un escalofrío pasa por el cuerpo del estratega de ojos escarlata. Supongo que lo ha golpeado el cambio de temperatura, la habitación estaba más templada, el baño está frío y él descalzo.

    Lo suelto cuando estamos frente a la puerta corrediza de la regadera-tina. Apago el agua del grifo de la tina y abro la regadera.

    -Entra. – le ordeno. Disfruto verlo tragar y acatar mi orden. Levanta una pierna para entrar a la tina y me deleito con la curvatura expuesta de su redonda nalga...

    - ¡Está fría! – se queja estando dentro. Claro que iba a estar fría, esa fue la pluma que abrí.

    -Acércate a la regadera, el agua estará caliente. – le digo entrando tras de él y cerrando la puerta de vidrio.

    ¿Les digo algo que amo de mi baño? La puerta corrediza de la tina-regadera, es de vidrio traslúcido y frente a este, está el lavamanos con un gran espejo.

    - ¿No vas a quitarte eso? – bajo el agua de la regadera, me señala con la mirada la única prenda que traigo puesta.

    - No comas ansias, que tenemos una larga semana por delante. Y el postre no se come antes del plato fuerte. – veo su cara tomar el mismo color de sus ojos, mientras me mata con la mirada.

    - No me gustan los postres... - ¿Te atreves a desafiarme?

    - Cuando pruebes este, te aseguro que volverás por más. – no sé si quiere saltarme encima para besarme o matarme, pero si es él, ninguna de las opciones me molesta.

    Disfruto ver a Yuuto sin palabras, pero ahora mismo no sé si es por vergüenza o porque planea en silencio la manera más eficiente para deshacerse de mi cadáver... me arriesgaré a ignorar la última opción y rebuscar entre mis cosas lo que necesito.

    Al fin tengo todo en mano, el agua de la tina va por la mitad de mi pantorrilla y ya va entibiando gracias al agua caliente que cae de la regadera.

    Le paso una barra de jabón al estratega bajo el chorro de agua y dicto la siguiente orden – Enjabónate.

    Lo veo dudar al inicio, pero sigue el mandato sin queja alguna. Yo hago lo mismo y en completo silencio estamos uno frente al otro "bañándonos".

    La cara de Kido grita que no entiende nada de lo que estamos haciendo desde que entramos al baño, pero necesito tiempo para que la tina se llene y también quiero que baje la guardia ante mi presencia.

    Estamos los dos solos en un pequeño espacio, con el relajante sonido del agua caer, el aroma de los jabones con avena y miel llenando nuestro olfato, el calor comenzando a hacerse presente en forma de vapor y la agradable vista de ambos cuerpos desnudos... bueno, yo aún en ropa interior pero la idea es lo que cuenta.

    Quiero que entre en confianza conmigo, ahora. No quiero que se altere cada vez que comiencen las dos horas. Esta también es la razón por la que me he dejado la ropa interior. Creo que, si me presento el primer día completamente desnudo ante él, estará alerta a todos mis movimientos, en lugar de disfrutando del momento.

    Siento que estoy aplicando uno de esos manuales de: ¿Cómo lidiar con un animal salvaje y no asustarlo al primer intento?

    Paso 1. No hacer movimientos bruscos cerca de él... cosa que ya fallé porque le metí una nalgada. Pero que tampoco soy perfecto... así es que mostrarle otro órgano reproductor masculino, creo que podría causarlo un corto circuito a sus ya bastantes fundidos nervios.

    -Alto – le aviso cuando veo que pretende regresar bajo el chorro de agua.

    - Ya terminé de enjabonarme.

    - Lo sé, solo espera. – suelto la barra que tengo a mano y tomo dos guantes de baño que compré... digamos que me puse creativo y fui de compras cuando Sakuma me "reclutó" para esta misión – Date la vuelta.

    ~*~*~*~*~*~*~*~*~

    Hago lo que me pide y me dedico a ver el agua caer. El frío inicial poco a poco abandona mi cuerpo, entre el vapor y el agua entibiándose en mis pies, se siente mucho más agradable esto. No sé qué pretenda ahora Fudo, solo puedo esperar a su siguiente movimiento y tratar de no golpearlo en el proceso.

    Escucho el agua moverse y pierdo el aliento cuando siento el pecho de Akio contra mi espalda.

    -Calma – me ha susurrado aquello al oído, evitando que escape de aquel contacto.

    Algo suave cae sobre mis hombros y una mirada me basta para ver las manos de Fudo cubiertas por unos guantes de baño color blancos. Comienza a masajear mis hombros y no puedo más que suspirar por la agradable sensación.

    - ¿Recuerdas qué estábamos haciendo en el cuarto? – me dice manteniendo un tono de voz bajo, casi como si quisiera mantener un secreto solo entre nosotros.

    -Investigando. – repetí aquella palabra empleada por él, para darle inicio a toda esta locura.

    - Correcto, seguimos investigando. – el movimiento circular de sus pulgares contra mis hombros me está relajando más de lo que podía creer y ahora entiendo por qué no dejó que me quitara el jabón – Muchas veces el toque correcto en los lugares correctos puede encender a una persona. Vulgarmente llamado "juego previo", prepara al terreno para la acción que viene luego. Muchos tienen la idea de cualquier persona solo con ver un pene o una vagina, dependiendo del caso, bastaría para llevarle la excitación del cuerpo a mil y cogerse así a la persona-

    - ¿Podrías usar un término menos vulgar? – le reprocho por la manera de hablar, aunque mi voz sale más ida que presente... sí lo admito, estoy siendo débil al masaje, que ahora mismo está contorneando mi columna vertebral.

    - ... y tener coito mágicamente con la otra persona. Si aún hay idiotas que creen que el coito es un vulgar mete-saca, juro que deberían revocarles el derecho a procrear. - ¿Es normal que me parezca tan verídica la explicación de Fudo sobre la reproducción humana? O quizás, solo estoy atontado por las manos en mi espalda – El coito, ya que no me dejas decir sexo – maldita palabra que me produce un escalofrío – es un ritual que permite a dos o más personas disfrutar de los placeres sexuales ocultos en nuestros cuerpos. Pero como normalmente nadie está listo para tener sexo con solo un parpadeo, el organismo requiere de un ritual.

    - ¿Ritual? – creo que voy a quedarme dormido estando de pie...

    - Sí, un ritual. Algo parecido a encender un auto, sino colocas la llave primero, la giras, quitas el freno y aprietas el acelerador, el carro no irá a ninguna parte. Igual es el cuerpo humano, si no se relaja y excita antes de la penetración, una o ambas partes pueden pasarlo mal.

    Solo Fudo Akio, podía comprar el coito con un auto y hacer que sonara coherente.

    -Tienes extrañas metáforas... - le comenté en medio de un pensamiento lúcido.

    - Soy más de enseñar con práctica que con palabras. – las manos por fin abandonaron mi espalda y ahora se paseaban por mis brazos, subiendo y bajando, llegaban hasta la muñeca y volvía a subir hasta los hombros. Gracias a los guantes de baño, comienza a generarse espuma – ¿Alguna vez te han contado lo sensibles que son las manos? Poseen muchas terminaciones nerviosas. Una persona podría llegar a excitarse solo con sus manos.

    - Eso es extraño... no creo que nadie pueda sentirse bien solo por sus manos.

    Por alguna razón la sonrisa que sentí crecer en la cara del ojiverde me dio un mal augurio.

    -Bueno, si te parecen raras las manos, serán más extraños los pies. Es el mismo principio, las terminaciones nerviosas en la planta de los pies son muchas... adivina el resto con la estimulación correcta. – ahora mismo siendo más consciente de mí, me doy cuenta de que estoy siendo abrazado por Fudo... sus manos aún pasean por mis brazos, relajándolos ante el suave toque de los guantes. Pero aparte de su pecho, hay otra parte de su anatomía que al principio no rozaba contra mí...

    - Fudo... - lo llamo con miedo de aquello.

    - No pasa nada, tranquilo. – las manos cubiertas que antes viajaban por mis brazos se posaron sobre mis manos. Fudo comienza a trazar círculos en mis palmas y lo que al inicio comienza siendo una inocente caricia, despiertas las extrañas sensaciones que sentí en la recámara.

    Un cosquilleo extraño comienza y un calor nuevo va creciendo en mi vientre. Esto es malo, a cada momento soy más cociente de aquello que golpea contra mis glúteos, quiero alejarme de Fudo, pero no puedo hacerlo, lo peor es que a cada movimiento que hago solo rozo más con él. No sé en que momento me han comenzado a temblar las rodillas y entre el miedo de caerme, a Fudo y las sensaciones de mi mano, estoy perdiendo la cabeza.

    Sostengo las manos que son las causantes de mis actuales problemas y me aferro a ellas, porque aún después de haber detenido a Fudo, no consigo estabilidad.

    ~*~*~*~*~*~*~*~*~

    Pensaba retar a Yuuto por haberme detenido, pero al sostenerlo entendí sus motivos. Deshago el agarre y lo guío hacia abajo. Lo jalo para que se recueste contra mi pecho y vuelvo a mi tarea de masajear sus manos.

    El agua nos llega a las costillas y está agradablemente caliente. El vidrio de la puerta ahora completamente empañado brinda algo más de intimidad, hay una leve capa con espuma flotando en el agua y lo único que daña este perfecto ambiente es que alguien está tenso otra vez.

    Tomando en consideración que Kido parece relajarse más cuando le estoy hablando y explicando las cosas, me deshago de los guantes de baño y me preparo para seguir compartiendo mi conocimiento.

    Suelto al tembloroso estratega que se encuentra entre mis piernas y me estiro levemente hasta alcanzar el champú. Por suerte Kido se había metido bajo el chorro de agua al inicio y sus rastas seguían húmedas.

    -Sabes Kido – lo llamo mientras aplico champú entre sus rastas – otra buena manera de relajar el cuerpo antes de algún acto sexual es masajear el cuero cabelludo o el cabello directamente.

    Con mis pulgares comienzo a presionar cerca de su cuello y juego con los pequeños cabellos sueltos de la zona. Continuo los movimientos circulares en todo su cráneo y poco a poco Kido destensa el cuerpo, incluso escucho leves suspiros que suelta cuando acaricio alguna zona que le gusta, por supuesto que le doy el gusto y permanezco más tiempo masajeando el lugar.

    Algunas rastas están enredadas entre ellas y me tomo todo el tiempo y la delicadeza que poseo para separarlas, es una forma de jugar con su cabello lo que al final pone en práctica lo que le dije.

    -Incluso después del orgasmo es buena idea en masaje en la zona. Porque el cuerpo se encuentra relajado. – sigo con mi tarea hasta que me veo detenido por el mismo Kido, que ha terminado utilizando mi hombro como almohada - ¿Te siente bien? ¿Te hago sentir bien?

    Un casi imperceptible asentimiento es todo lo que necesito. Enjuago mis manos y vuelvo a agarrar los guantes de baño, veremos que tanto puede aguantar Kido.

    Agarro las manos de Kido y coloco la derecha contra la puerta de vidrio y la izquierda contra las baldosas de la pared.

    -Mantenlas ahí, no las bajes. – le ordeno y aguardo un momento a que capte la orden, demora un momento, pero al final hace presión y mantiene sus manos donde le he indicado – Buen niño.

    Ahora con vía libre paseo mis manos cubiertas por los guantes de baño por sus caderas, como dije antes es bastante delgado, pero está marcado por todo el ejercicio que hacemos. Disfruto un rato deslizarme entra la leve curva que se forma en su cadera y finalmente me dirijo hacia mi objetivo. Atrapo los erectos pezones de mi estratega y comienzo a jugar con ellos.

    Presiono, tuerzo y giro a mi antojo. Veo a Kido batallar para mantener las manos donde las he colocado anteriormente y disfruto el pequeño instante en el que sus uñas terminan arañando el vidrio y las baldosas.

    - ¿Te gusta esto? – le pregunta sabiendo la respuesta, tengo la vista hacia una parte de su anatomía que me dice más verdades de las que Kido quisiera admitir.

    -Noooh...

    - Si me das una negativa, en medio de un jadeo, no voy a creerte. – aprieto con un poco más de fuerza de la necesaria y la reacción no se hace esperar.

    -Aah...

    - Tu cuerpo me dice lo contrario. – atrapo las pequeñas salientes y las giro en ambas direcciones, controlando la presión que aplico en ellas - ¿Te gusta esto? – repito la pregunta.

    - Basta. – trata de ser firme, pero le falla la voz al final.

    - Esa no es una respuesta aceptable. – le recuerdo mientras continúo mi tarea.

    - ¡Para! – termino mordiendo mi labio para controlarme, Kido jadea que me detenga. Pero su cuerpo me grita por más. Su espalda curvándose y la manera en que sutilmente acerca su pecho a mis manos me incita a perder el control y marcar aquel cuerpo, pero no puedo... no aún.

    - ¿Por qué? – lo cuestiono, mientras estiro sus pezones y los suelto.

    - Se sien... teeh – jadea con más fuerza y yo vuelvo a retorcer sus pezones – raro...

    No es la respuesta que busco, pero por ahora me conformaré. El cuerpo de Kido comienza a temblar más que antes y sé lo que se avecina. Mi estratega me desobedece y retira su mano izquierda de la pared, pensaba que iba a detenerme, pero termina llevándose la mano a la boca para morderla.

    - ¿Me estás retando? – le pregunto al ver que muerde sus dedos para retener lo más que pueda sus jadeos.

    - Yoo... no – Kido está dejando de razonas y ver sus dedos mojados por la saliva que se le acumula en la boca, hace crecer mis ansias por él.

    Suelto uno de sus pezones y con una sola mano comienzo a presionarlos, mi mano libre sujeta la de Kido y la atrae hacia mi boca.

    - ¿Recuerdas lo que te dije sobre las manos? – realmente no sé si Kido me está entendiendo, pero no opone resistencia – Pongamos en práctica la teoría.

    Lamo toda la extensión de su palma y Kido jadea aún más fuerte. Continúo repartiendo pequeños lengüetazos entre sus dedos y lo escucho suspirar a la par de mis movimientos.

    Hago círculos como mis dedos en su pezón derecho y con mi lengua en su mano izquierda. A cada momento Kido sube el volumen de sus exclamaciones que resuenan contra las paredes del baño, música para mis oídos.

    El cuerpo de Kido está caliente y dudo que sea por el agua.

    Vuelvo a verlo arañar el vidrio y admito que el sonido me molesta un poco, pero es cubierto por los jadeos que suelta Yuuto al poco tiempo.

    Mordisqueo sus falanges y las chupo al ritmo en que estimulo su pezón.

    Una fuerte sacudida junto a un último jadeo son la señal de que cumplí mi objetivo del día, presiono mis dientes contra su dedo corazón hasta que siento su cuerpo destensarse.

    Yuuto Kido ha tenido su primer orgasmo.

    Sigue temblando, producto de la nueva sensación recién experimentada, lo escucho jadeando, tratando de recuperar el aire y me quedo quieto esperando su siguiente acción.

    Cuando recupera algo de movilidad, se gira hacia mí y termina abrazándome por el cuello. Lo dejo acurrucarse contra mí y le devuelvo el abrazo.

    No le digo nada, porque no hace falta. No somos una pareja, no estamos haciendo esto como un acto de amor, no pienso confesarme en este momento. Solo le brindo la seguridad que él pida, en su post-orgasmo.

    Mantengo una mano alrededor de él y con la otra, agarro una vasija que mantengo en el baño y comienzo a enjuagar sus rastas.

    Cuando termino con mi tarea, escucho la pausada respiración de Kido contra mi hombro y una sola mirada me confirma mi sospecha.

    Kido se durmió.

    Continuará.... Esperemos que la actualización no demore...

    No tengo mucho que decir, solo gracias a todos aquellos que han esperado pacientemente una actualización de esta historia y por todos los que comentaron pidiendo una continuación.
     
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  8. CherryBlossom
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    HEYYY,, ANDO DE HYPEADA DE QUE ESTO CONTINÚA, ME ENCANTA LPM 8)-
    Me hice una cuenta de esto solo para responderte bb, muak, amo esto <3
     
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  9.     +1   -1
     
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    Estoy aprendiendo a conocerme. Ya toque fondo y solo me queda subir.
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    en mi cama con mi pingüino de peluche llamado Kido *-*

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    QUOTE (CherryBlossom @ 10/2/2020, 12:10) 
    HEYYY,, ANDO DE HYPEADA DE QUE ESTO CONTINÚA, ME ENCANTA LPM 8)-
    Me hice una cuenta de esto solo para responderte bb, muak, amo esto <3

    Hola linda, nuchas gracias <3 por comentar : ) me alegro que te guste la historia al punto que te has creado una cuenta para comentar. Trataré de mantener un poco más seguidas las actualizaciones, porque actualmente mi proyecto más fuerte es Nuestra Realidad. ^\\\\^ pero estoy tan emocionada por tu comentario que te prometo estar más al pendiente de actualizar esta historia
     
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  10. CherryBlossom
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    Graciass,, te amo tanto <33 -
    Mencanta como esta página sigue viva y con weas que me gustan <3 -
    Te esperare con ansias beibi
     
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  11. Minnie Shirou
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    Joder, nunca había querido algo con tantas ganas, necesito actualización xdd
     
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  12. CherryBlossom
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    Ctm,, pensé que habian actualizado, la notificación me mintió 8(-
     
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  13. FluffynMuffin
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    OMG nunca habia leido un fanfic tan bueno 7u7<3 ayer andaba con insomnio y encontre esta maravilla jajsjdj me quede hasta las 5 am y valio completamente la pena, espero puedas actualizar pronto🖤
     
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    hola por favor actualiza que esta muy buena la historia
     
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    Can I get a little bit of Hope?

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    Acabo de encontrar esto y debo de decir que está excelentemente escrito y que me tiene realmente metida en toda la trama!¡ Osea, es que, no puedo encontrar las palabras para decir lo bueno que es esto. Madre mía. Esperaré con ansias la próxima actualización
     
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19 replies since 27/2/2019, 21:23   2032 views
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