Alma Desnuda
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Alma Desnuda

Takano Masamune y Onodera Ritsu dos personas completamente diferntes, personas que vienen de diferentes mundos y que cada uno guardas sus propias secretos, secretos obcuros que oprimen el alma y dejan

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  1. Usami Akihiko-sama
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    Aprendiendo Yaoi
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    Desperté al sentir la luz golpear mi rostro, estaba algo desorientado y con un ligero dolor de cabeza que no me ayudaba en nada. Mire a mi alrededor percatan dime que están a en mi habitación.


    - ¿Como llegue? – pregunto a la iré pensado que estaba solo.

    - Te traje anoche- volteo viendo a Takano recargado en el umbral rallado de la puerta, traía consigo dos tazas de lo que supongo era café, se acercó sentándose, me extendió una de esas las tazas – ¿Dormiste bien?

    - Aun tengo sueño pero no me siento cansado – respondo, recargo mi peso en mi brazo derecho de modo que quedo semi levantado, bebo un poco de esa la taza y justo era lo que pensaba.

    - ¿Recuerdas que ocurrió anoche? – miro la seriedad que muestra su rostro, intento recordar que había ocurrió pero no recordaba mucho.
    - No con exactitud.

    - ¿Que es lo ultimo que recuerdas? – dejo la taza sobre el buró volviendo a recostar.
    - Recuerdo estar en el club, bailamos, tomamos, recuerdo ir a baño y de repente recibir una llamada era de un número privado, al principio pensé que había eras tu quién me llamaba pero solo escuche el respirar de alguien, pensé que había sido una broma por eso no lo tome con mucha importancia.

    - ¿Que mas?

    - Regrese a la mesa y de nuevo me llamaron y… - guardo silencio recordando lo que escuche a través de la línea.

    - ¿Y?

    - No recuerdo, es muy difuso – respondo, le escucho suspirar – ¿Ocurrió algo?

    - Anoche saliste corriendo del club, pareciera que estabas huyendo de alguien, logre alcanzarte en la calle.

    - ¿Que hacías tu en el club? – pregunto sorprendido.

    - Digamos que llegue de pura casualidad.

    - ¿Me seguiste?.

    - No te segui, el dueño y gerente del club son muy buenos amigos y clientes, el haberte encontrado en ese lugar fue pura casualidad.

    - No se por que no te creo.

    - Pues créeme por aquella no te seguí, pero si lo vemos de esa me arrastró me alegro haber coincidido – acercándose Takano se quedo a escasos centímetros de mi rostro, le mire fijo esperando a que me besara – No sabes que noche pasamos.

    - A juzgar por el dolor empresa mi cadera me da la impresión que estuvo muy intenso.

    - ¿Quieres que te refresque la memoria? – beso fugazmente mis labios para empezar a besar mi cuello, me estremezco al sentirlo.

    - Me… ¡ah! – siento una mordida - encantaría pero… no… ahora.

    - ¿Por que? – me mira, el deseo se muestra en sus ojos.

    - Tengo hambre – ríe y me encanta oírlo.

    - Vamos a desayunar, entra a bañarte iremos a desayunar a donde quieras y después me acompañas a mi oficina.

    - Me agrada la idea.

    - Anda.


    Con algo de pereza me levante para asearme, el agua caliente hizo que el dolor de cabeza bajará un poco además del ligero dolor en mis caderas, limpie mi cuerpo quitando el exceso de sudor, mire cada marca que estaba seguro que Takano era el causante de cada una de ellas. Al salir le mire hablando por teléfono, se veía tan profesional que me quedé embelesado. Al darse cuenta de que le veía, se acercó pegando me a su cuerpo, no le importó estar en una llamada él simplemente me beso con demasiada pasión, su lengua se abrió paso en mi boca, profundizando el beso, con su mano libre, desató la toalla que tenía en mi cadera dejándome desnudo a su merced. Brinque ante la sorpresa y la sensación de que había tomado mi miembro, moviendo su mano de manta rápida, como si quisiera probar que podía mantener la calma, dejó de besarme para inclinarse un poco y morder suntuoso pezón.


    - ¡Ah! – me miró y como si fuera un orden cubrí mi boca con mis manos.

    - No fue nada -siguió jugando con mi pezón- No estoy haciendo nada Yokosawa – dejo mi pezón maltratado práctica pasar al otro- Llegaré en un par de horas – volvió hablar, continuó mordiendo, calculando la fuerza para hacerme gemir más alto, aunque por el momento había logrado callar mis gemidos, siguió respondiendo con monosílabos. Se separó dejándome con las piernas temblando hola con mi pene completamente erecto, pensando que me dejaría así, intente moverme pero mayor fue mi sorpresa cuando me gritaba dejándome con la vista a la pared.

    - ¿ Takano? ¡¡AHH!!– entro en mi de una sola estocada, me quede sin aire por tan inesperada intromisión. Esperó paciente a que me acostumbrara.

    - Esta bien… déjame los nuevos contratos en mi escritorio, nos vemos.

    - No sabía que te,… gustará hacer este tipo de cosas mientras estas ¡Ah! – movió su cadera empezando a embestir.

    - Digamos que es era una fantasía- movía con mayor rapidez sus caderas, tenía agarrada firmemente mi cintura – Y contigo quiero cumplir cada una de ellas – las embestidas eran más fuerte, gemía más alto – ¿Me dejarás? Dime Ritsu ¿me dejarás cumplirlas?

    - S.. si.

    - No te escucho.

    - ¡SI! Quiero cum..plirlas, quiero cumplir… cada una de tus fantasías ¡¡AH!!

    - Esta es la… primera de muchas – continuó embistiéndome, hasta que ambos llegamos al orgasmo.

    - Tendré que.. volver asearme.

    - Tu tienes la culpa, si te hubieras vestido enseguida en estos momentos ya estaríamos desayunando.

    - Entonces a partir de ahora me llevare ropa al baño.

    - Mejor no lo hagas, me gusta que el me provoques así.


    Volvi asearme, había quedado sudoroso y ah pesar de que me gustaba el aroma a sexo convidado con el de Takano, pero tampoco quería que todos se enterrada que había tenido sexo con mi novio antes de salir de casa. Tuve la fortuna de dejar hecha mi maleta la noche anterior, así que solo tuvimos que subirla a su auto, salimos de mi apartamento para ir a desayunar, desayunamos en un lugar sencillo, más que un restaurante era una cafetería. Fue un agradable ambiente claro que los coqueteo por parte de Takano no dejaron de hacerse presentes. Claro que Ah estas alturas ya me había acostumbrado.

    Después de desayunar fuimos a su empresa, me quede impresionado al ver el edificio, recuerdo ha ello visto en algunas ocasiones más no imagine que Takano era el dueño. Al entrar dos señoritas nos revivieron, por lo que supe por boca de Takano eran las recepcionistas de este lugar. Zoe una chica no mas de veinticinco años, cabello rubio, piel blanca ojos verdes y al parecer buen cuerpo, Elena la otra chica era igual de hermosa que Zoe, solo que ella tenia el cabello obscuro, también piel clara, ojos grises, de buen cuerpo también solo que ella claramente portaba un anillo de bodas. Takano me presento con ellas como su novio y aunque a la rubio no le agrado mucho la noticia debía mostrarse respetuosa.Subimos al ascensor, presionando el botón del veinteavo piso.


    - Creo que a tu recepcionista no le agrado mucho la noticia – digo.

    - Lo note, pero si quiere seguir trabajando aquí debe de respetarte.

    - Le gustas.

    - Si, lo note desde hace mucho pero yo no me fijaría jamás en ella – me acerco a su cuerpo- No es mi tipo.


    Después de unos minutos llegamos al piso indicado al abrir las puertas salimos encontrándonos con la secretaria de Takano, una señora muy amable y que enseguida me abrazo al saber que era el novio de Takano. Después entramos a su oficina, era lo suficientemente elegante pero también mostraba sencillez. Camine observando todo, al igual que observe la ciudad desde los ventanales.


    - La ciudad se ha de ver hermosa desde aquí en las noches- digo al imaginarla.

    - No te me tire por que si, algo que me encanta de este lugar es poder observar la ciudad de noche. Aunque ahora el verte a ti me agrada más la vista – me mira sentado desde su escritorio.

    - Por que presiento que una de tus fantasías es fallarme aquí en tu oficina – con la gracia de un felino se levantó de su escritorio para caminar hasta donde me encontraba.

    - ¿Como lo sabes? – habló – ¿Acaso soy muy obvio?

    - Solo un poco, aunque dígame Takano Masamune a cuantas se ha tirado en su oficina – muestra una sonrisa.

    - Ya que me preguntas te dire que a ninguna, ni siquiera en mi casa, todos mis encuentro sexuales fueron en hoteles – mi corazón brinca de felicidad – Tu has sido el primero en muchas cosas.

    - ¿Puedo creerte?

    - Créeme, por que es la verdad.





    **TAKANO**




    Mi día estuvo lleno de trabajo pero la presencia de Ritsu me hizo llevadero, debía dejar todo arreglado oh al menos la mayoría para que estas dos semanas pudiera pasarlas sin que me estuviesen llamando innecesariamente. La noche cayó y finalmente había dejado los asuntos más importantes resueltos.


    - Recuerda pasar las reuniones y todas mis citas para dentro de dos semanas – le indico a Nora – Los papeles importantes que tenga que firmar enviamos con Robert personalmente para que yo los firme.

    - Si señor.

    - Y por favor cualquier paquete que llegue deben mostrar una identificación, si son de la compañía de correos verifica que sea el empleado.

    - Como ordene.

    - Eso sería todo, te veré en dos semanas Nora, puedes retirarte, que descanses.

    - Gracias señor, que tengan excelentes vacaciones.

    - Te aseguro que las tendré.


    Nora se fue dejándonos solos, mire a Ritsu quien yacía dormido en el sillón, llevaba ya un rato dormido, debe ser por el cansancio emocional de la noche anterior. Camine para despertarlo y poder irnos.


    - Es hora de irnos- le muevo un poco y él se queja como niño pequeño – Ritsu…

    - Cinco minutos más – hablo adormilado.

    - Ya llevas mucho dormido, anda vamos no has cenado.

    - No tengo hambre.

    - Debes de comer, te invito lo que quieras.

    - Una hamburguesa.

    - Conozco un ,usar que te encantará.
    Lleve a Ritsu a cenar hamburguesas como lo había pedido, su expresión de felicidad era lo único que necesitaba.

    - ¿Te gustaría hacer algo en especial en esto de días? – pregunto, bebe un poco de refresco antes de responder.

    - Ha decir verdad no lo había pensado – se queda en silencio, pareciera que pensaba.

    - Habrá un concierto de música clásica en unos días, oh si quieres podemos ir al parque de diversiones. Tal vez a navegar.

    - No lo sé, la verdad quisiera quedarme contigo en la habitación todo el día. Me gustaría desconectarme del mundo – tomo mi mano dando un ligero apretón.

    - Me agrada mucho esa idea – sonrio – Ahora que si quieres aislarte completamente del mundo, nos podremos ir a una cabaña que tengo en Canadá, esta en medio del bosque, lejos de la civilización es un lugar muy hermoso.

    - Suena tentadora esa idea.

    - Lo es.


    Continuamos hablando de la cabaña ah donde pensaba llevarlo, no por ahora ya que era necesario que estuviera en la ciudad. Después de cenar conduje hasta mi casa, en el camino Ritsu se volvió a quedar dormido. Al llegar no quise despertarlo así que lo lleve en mis brazos hasta la habitación. Le deje recostado, le quite el calzado y la sudadera que llevaba, se notaba agotado. Mientras el dormía, entre a la ducha, necesitaba quitarme la tensión de mi cuerpo y que mejor que con agua caliente.
    El agua cayendo sobre mi espalda me hizo relajar, cerrando los ojos y disfrutando de a sensación en mis hombros y espalda. Estas dos semanas que tendría a Ritsu aquí las disfrutaría al máximo.


    - Siempre que despierto en tu cama, me encuentro solo – sonrió al escuchar su voz a mis espaldas – ¿Por que no me despertaste?

    - Te vi muy cansado y no te quise molestar – giro mi cuerpo para abrazarlo – Pensé que despertaría hasta mañana.

    - Dormí lo suficiente en tu oficina y en llegar camino – pasea sus manos sobre mi torso, pequeñas descargas eléctricas recorren mi cuerpo – Así que ahora estoy más que repuesto.

    - ¿Estas seguro?

    - Más que seguro – mis planes de tomar una ducha y poder irme a dormir se había ido a volar, bese a Ritsu con hambre y pasión, me encantaba tenerlo aquí, dispuesto a entregarse, a satisfacer nuestros deseos carnales.


    Coloque a Ritsu de frente a la pared de azulejos, recorrí su cuerpo bajando desde sus hombros, besando su espalda , me arrodille quedando frente a sus nalgas, la a tentación me hago y azote una, un grito de sorpresa se escuchó. Note como su respiración se hizo más irregular lo que significaba que le había gustado, repetir mi acción al menos otras tres veces en cada nalgas. Había quedado rojas y como las marcas de mis manos en ellas. Separe un poco dejando a la vista su entrada, roja y ansiosa por tenerme dentro. Metí un dedo, dos, tres, prepara con tranquilidad, despacio lograba ensanchar su entrada al mismo tiempo que hacía que se desesperara.


    - T..Takano…te… por favor – me puse de pie, cerrando la llave del agua. Gire a Ritsu, estaba sonrojado, agitado y prefiero supuesto excitado – Eres feliz… volviéndome loco – hablo.

    - No tienes idea de cuanto – con fuerza lo le cargue para sacra del baño y ofertas llevarlo a la cama, una vez allí le acomode, tome un preservativo, ah pesar de que ya llevábamos el subirte tiempo manteniendo relaciones, el me pidió que nos cuidáramos aunque le haya asegurado que estaba completamente limpio en cuanto a salud – ¿Listo?

    - No me hagas esperar más.

    - Tu lo pediste – entre en el de una sola estocada, no estaba tan estrecho gracias a que le prepare bien, así que empecé a moverme, no había necesidad de esperar a que se acostumbrara. Embestidas fuertes y certeras, golpeando su punto erógeno llevándolo sin remordimiento a gritar de placer – Admite – digo – Admite que te gusta…

    - ¡¡Ah!! – gemia - No.. – respondió, detengo el movimiento y Ritsu se queja – No.. no te detengas.

    - No me mover hasta que admitas que te gusta.

    - Me gusta… Me gusta – sus ojos brillosos y rostro sonrojado eran mi perdición – Ahora muévete – hice lo que me pidió. Moví mis caderas más rápido llevando al límite nuestra cordura, estábamos cerca, se sentía y solo un poco más llegamos al clímax.


    Estaba agotado, ahora esta yo quien quería descansar, me quite el preservativo, lo ate para tirarlo al tacho de basura. Ritsu estaba extendido en la cama, disfrutando su cansancio. A al verme se recorrió, aunque no hacía falta, para que me re costará a su lado.


    - ¿Estas cansado? – hago a un lado su cabello , dejando libre su rostro aun sonrojado.

    - Si…- habla cansado.

    - Pensé que esta noche no me deja días dormir – ríe un poco.

    - Ese era mi plan pero… - bosteza –Por alguna extraña razón estoy agotado.
    - Entonces hay que descansar. Si quieres mañana nos podemos quedar todo el día en la habitación.

    - Me parece perfecto.

    - Duerme bien.

    - Si – cayó dormido, le tape bien con el edredón no quería que se enfermara.

    - Si te dijera la verdad… ¿como reaccionarias?



    Un capítulo más tranquilo, claro que sólo es por este breve momento por que ahora viene algo más... espero que les gustará. Me despido de ustedes.
    Chao Chao
     
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