Alma Desnuda
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Alma Desnuda

Takano Masamune y Onodera Ritsu dos personas completamente diferntes, personas que vienen de diferentes mundos y que cada uno guardas sus propias secretos, secretos obcuros que oprimen el alma y dejan

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  1. Usami Akihiko-sama
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    Aprendiendo Yaoi
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    ¿Le amas?











    ** RITSU **



    El vuelo había sido muy tedioso, estaba agotado y fastidiado, pero afortunadamente ya había aterrizado al fin, después de trece horas y media de vuelo, finalmente habíamos descendido del avión, estábamos esperando nuestro equipaje en la banda transportadora.


    - Estoy agotada- hablo Sara, ambos tomamos nuestras respectivas maletas – Creo que cuando lleguemos lo primero que haré será dormir, muero de sueño.

    - Es natural, no estas acostumbrada al cambio de horario – continuamos caminando, llegamos a la aduana para que revisarán nuestros documentos y pudiésemos entrar al país. Después de cuarenta minutos ambos salimos – Es lo único que no me gusta de cuando viajo.

    - No te puedo decir lo mismo, ¿tu padre iba a venir por nosotros?

    - Si, dijo que vendría – reviso mi teléfono y tengo una notificación de mi padre – Parece que mi padre no podrá venir y envío al chofer.

    - ¿Estará bien?

    - De seguro tuvo mucho trabajo y no pudo dejarlo – miro al frente, no quisiera chocar con alguien y hacer el ridículo, mientras caminábamos buscaba al chofer y a los pocos minutos logre verlo. Se acercó a nosotros.

    - Onodera -sama bienvenido – hizo una reverencia – Me el gro de volver a verle.

    - Hiro- san es un placer verlo – digo saludo – Deje le presento, ella es Sara Warren Smith es una amiga muy especial, Sara Kamijou Hiroki.

    - Mucho gusto Smith -sama

    - Oh igualmente – respondió mi amiga- Pero dígame Sara no me diga.

    - Me disculpo pero no es correcto – miro la incomodidad de se Hiro-san así que intervengo.

    - Aquí en Japón es de mala educación que te llamen por tu nombre.

    - Pero…

    - Sara por favor- con algo de duda termina por aceptar – Deberíamos de irnos, Hiro-san y ¿mi padre?

    - Esta en la editorial, tuvo una reunión de ultimo momento y me pidió que viniese por ustedes – salimos al estacionamiento y esta el auto negro esperándonos, Hiro-san abrió la cajuela subiendo nuestro equipaje, después abrió las puestas del auto para que ambos subiéramos.

    - Hiro-san vamos a casa.

    - Como ordene Onodera-sama.



    El auto avanzó, metiéndose entre el tráfico de la ciudad, miraba mi teléfono mientras Hiro-san manejaba, Sara a los pocos minutos de comenzar el camino a casa se había quedado dormida. Aprovechando que aquí no tenía recepción por ser de otro país comencé a revisar el chat de Takano, las palabras que me escribió durante los días anteriores y que yo no quise ver, sus disculpas, sus te amo, sus te extraño, sus palabras de arrepentimiento. No sabía que hacer, extrañaba estrategia ente sus brazos, sus besos, sus caricias, dios tanto que extrañaba de él. Quince mirar más pero ya no pude, cerré el chat apagando el teléfono. Mire por la ventana viendo pasar los edificios y la gente en la acera. Finalmente llegamos a la zona residencial. El suyo se detuvo frente a la reja esperando a que la terminara de abrirse, al ingresar varios recuerdos vienen a mi mente, los días de mi niñez, las veces que jugué junto a Kisa en este mismo jardín, las veces que ugue con mi padre y las pocas que mi madre fue parte de ella. El auto se detuvo frente a la entrada, moví a mi amiga para que despertara.



    - Sara hemos llegado.

    - Quiero seguir durmiendo- hablo ella.

    - Podrás seguir durmiendo en una habitación.

    - Ahs… - a bajamos del auto, entramos a casa, fuimos recibidos por el ama de llaves, y mi nana.

    - Ritsu, mi niño cuanto has crecido.

    - Yukime- me abrazo amorosamente, correspondí el abrazo ya que ella era alguien importante para mi, además de que estuvo a mi lado cuando más lo necesite.

    - ¿Como estas? Por que te has olvidado de esta pobre anciana.

    - Lo siento mucho nana – digo avergonzado- Jamás eh dejado de pensar en ti nana – mi nana seguía abrazándome, me sentía tan reconfortado.

    - Supongo que han de estar cansados – dijo mirando también a Sara quien se había mantenido en silencio en todo momento – Los llevare a sus habitaciones, la tuya sigue igual a como la dejaste. Pueden descansar y después bajar a la hora de la comida oh si gustan de la cena.

    - Gracias nana.

    - Gracias señora.

    - Soy Yukime es un gusto.

    - Sara, es un placer.



    Nos llevaron a nuestras habitaciones, Sara se quedaría aun a tres habitaciones dobles la mía, la casa de mi padre era grande, tenía ocho habitaciones, siendo sincero era un mansión, claro no como la de muchos otros del mismo rubro tenían. Como a había dicho Yukime mi habitación seguía igual. Los retratos, los libros de música que descansan sobre el librero, el baúl frente a mi cama, tenía ganas de ver lo que había guardado en aquel baúl ya que yo era el unción que tenía la llave para abrirlo, pero estaba agotado y muerto de sueño y por ahora prefería dormir un poco antes de ver a mi padre.


    Desperté y el sol estaba terminando de esconderse, no me había percatado de cuanto había dormido, y no lo hubiera hecho si ni fura por que mi estomago me exigía algo de comer, aun tenia sueño pero también hambre. Entre a todos ar una ducha antes de bajar al comedor, al juzgar por la hora no falta mucho para que Yukime suba a buscarme para la cena. Mi padre debía de haber llegado ya.
    Después de salir del baño a los pocos minutos tocaron mi puerta Yukime entro como lo había predicho, me dijo que mi padre había llegado y que está aburriendo en el comedor esperando junto a Sara. Salí junto con ella para ir. Al bajar las escaleras y entrar hay estaba mi padre sentando platicando a gusto con mi amiga.



    - Debo admitir que es más interesante en persona que por video llamada.

    - Te lo agradezco Sara, claro debo decir lo mismo de ti – alago mi padre – la primera vez que re vi pensé que aún eras una niña.

    - Que garante pero debo decir que se equivoca, estoy por cumplir los veintisiete.

    - No lo aparentas.

    - Usted tampoco aparenta la edad.

    - Tranquila Sara mi padre es intocable- digo al entrar, Sara coqueteaba sin darse cuenta, aunque mi padre jamás la vería de salir manera, él seguía enamorado de mi madre por desgracia – Le diré a Ethan que estas coqueteando con mi padre.

    - Yo no estoy coqueteando.

    - Como digas – me acerco a mi padre quien al igual que mi nana me recibe entre sus brazos – Hola papá.

    - Hijo, te extrañé mucho.

    - Yo también papá – lo abrace o más que pude – Debemos hablar – digo en un susurro.

    - Lo haremos, solo que después de cenar.

    - Si.


    Cenamos, entre pláticas y risas, mi padre me preguntaba como me había ido en la universidad, le platicaba cada detalle del como era mi rutina, los ensayos que a diario teníamos, de las propuestas que llegaban cada cierto tiempo a los alumnos más destacados, incluyéndome, para formar parte de la orquesta sinfónica oh de hacer la maestría, oh incluso de grabar algún disco.


    - Ritsu no ha querido aceptar inguinal de esas ofertas- hablo Sara.

    - Estudio música por que me gusta no por fama oh algo por el estilo Sara, ya te lo había dicho.

    - Ritsu no tiene necesidad de ejercer su profesión, es el heredero de la editorial además de una fortuna que ha pasado por la familia por generaciones.

    - Papa, jamás podré tomar control de la editorial, no estudie nada ue tenga que ver con la editorial.

    - Lo sé hijo, pero eso no significa que no la vayas a heredar.

    - Creo que me estas empezando a gustar Ritsu – mi padre comenzó a reír.

    - Lastima que no me gusten las mujeres.

    - Es una verdadera lastima.


    La a cena termino, Sara aun seguía y se retiró, soporte quedamos mi padre y yo en el comedor, era el momento de hablar y sabía que esta platica no sería nada fácil. Mi nana nos llevó café. Después se retiró.


    - ¿Por que no me dijiste lo de Masamune?- digo.

    - Por que sabía que rechazarías la idea.

    - Aunque la rechazara me hubieses dicho, llevo casi seis años viviendo en New York y no habías contratado a alguien para cuidarme, ¿Qué está ocurriendo?

    - Ritsu...

    - Papa tengo derecho a saberlo- le miro, si él era alguien difícil de persuadir yo lo era igual, debía saber la razón del por qué mi paadre llego a la decisión de contratar a Masamune - ¿Qué está ocurriendo? – miro a mi padre soltar el aire que mantenía atrapado en sus pulmones.

    - Un mes antes de decidir, me llego un sobre con algunas fotografía tuyas junto a una nota. Las fotografías eran recientes, tu yendo a la universidad, entrando a tu casa, yendo al trabajo. Cada fotografía mostraba tú día a día. No hubiera entrado en pánico a no ser por la nota, “Tan hermoso como lo recuerdo” decía la nota.

    - Alguien…

    - Te habían estado vigilando, temí por tu vida, el miedo de aquella ocasión volvió a mi, y temí que alguien quisiera hacerte daño. Pensé mucho en ir por ti y traerte de vuelta, pero hacerlo era que sospecharas que algo andaba mal, sería volver a traerte aquel recuerdo del infierno que viviste, hacerte recordar y volver a sufrir.

    - Pero papá yo..

    - No Ritsu entiéndeme, casi te pierdo, casi mueres y yo no podía permitir que volvieras a pasar y querer hacerlo de nuevo. Eres mi hijo, mi único hijo y eres lo que más amo en el mundo.

    - Papa…

    - Por eso busque a Masamune, le pedí que te cuidará, que le pagaría lo que el me pidiera – mi padre derramaba lágrimas- Al principio se negó hacerlo, dijo que el no quería ser el niñero de un niño busca problemas, incluso me recomendó a oros colegas suyos. Así que por última opción le mande un fotografía tuya y un ligero reporte del porque lo necesitaba a él.

    - ¿Él lo sabes todo?

    - Solo una parte de la historia, no quise entrar en detalles por que se que sería invadir tu intimidad. Vino a Japón un día antes de la exposición de arte y fotografía en la que harías la presentación. Aceptó el trabajo y solo así pude respirar.

    - Sabe lo del….

    - No soy yo quien debe decírselo – entendía la preocupación de mi padre, me levanto de mi lugar abrazándole, el también, bien lo hace y permanecemos así unos minutos.

    - Discúlpame papá – digo.

    - Yo no tengo nada que perdonarte.

    - Claro que si, tu has llevado esta carga solo, mientras yo solo pude encerrarme en mi mente, sin siquiera darme cuenta del dolor que les causaba a ustedes y sobre todo a ti. Todo este tiempo tu solo has buscado la manera de protegerme y sin siquiera darme cuenta. Te juro padre que yo no pensaba iniciar algo con Masamune, solo se dio.

    - ¿Lo amas?

    - Si papá, lo amo, lo amo demasiado y me duele no tenerlo cerca, pero el me mintió, no me dijo lo que estaba ocurriendo.

    - Yo le pedí que no te dijera nada.

    - Pero pudo haberme dicho cuando empezamos la relación.

    - Tal vez i tentó hacerlo.

    - No papá, no lo intento. Nunca tuvo la intención de hacerlo.

    - ¿Y si tuvo miedo?

    - ¿Miedo?

    - Si, tal vez, tuvo miedo a perderte, a que tu lo rechazaras y pensarías que sólo jugó contigo.

    - Aun así debió..

    - Si, debió pero no lo hizo, hijo si tu lo amas deberías hablar con él. Recuerdo que cuando hablabas de él, tus ojos brillaban y mostrabas una sonrisa que hace mucho no veía en ti – sonríe acariciando mi mejilla – Eras tan feliz cuando estabas a su lado, mostraban vida a su lado y ahora te vez con una mirada apagada, sin vida y no quiero verte así, ya no hijo. Masamune cometió un error pero estoy seguro que también te ama.

    - ¿Haz hablado con él?

    - Después de esa noche Masamune habló conmigo, me explico que había ocurrido y como es que se enamoró de ti. No supe si creerle, ese día no pude trabajar por tener en mi mente lo que me había dicho Masamune y recordé como habías tenido un cambio radical, un cambio para bien, habías vuelto a sonreír, a creer en el amor – y era cierto todo lo que dice a mi padre.

    - Crees que aún él..

    - Si no te amara no estaría aquí en Japón - mi corazón late con mayor fuerza, estaba aquí, Masamune estaba aquí en Japón, busco algo en la mirada de mi padre que me diga que fuera una broma pero no encontré nada.

    - ¿Donde? – digo esperando que mi voz no sonara muy emocionada.

    - En el hotel Teito.

    - ¿Lo viste?

    - Si – responde- Vino ah decirme que te ama, deberías ir, estoy seguro que es lo que deseas.


    Solo pude encerrarme abrazar a mi padre, subí a mi habitación tomando la sudadera con la que había viajado y salí de la casa, Hiro-san ya a me estaba esperando en el auto para llevarme, agradecí una vez que había subido y comenzó el camino a hotel, miraba por la venta, reconociendo que cada vez estábamos más cerca de llegar. Mi corazón latía muy ruidosamente, incluso podría asegurar que Hiro-san los escuchaba. Después de varios minutos el auto se detuvo frente al hotel, estaba nervioso, quería verlo, necesitaba verlo, la puerta del lado donde yo iba fue abierta.


    - Ritsu-sama es hora – hablo Hiro-san, baje de auto caminando unos cuantos pasos.
    - Regresa a casa Hiro-san, me quedaré esta noche aquí.

    - Como ordene- respondió, antes de girarse me dedico o una sonrisa paternal, mire el auto alejarse y decidido entrar. Camine hasta la recepción preguntando por él.
    - La habitación de Takano Masamune.

    - Se encuentra en la suite 12006 ¿lo está esperando oh quiere que lo anuncie?

    - Me esta esperando – respondí.

    - Muy bien, puede subir por el elevador de la izquierda en el piso dieciséis.

    - Gracias.



    Anduve hasta el elevador en el que me había indicado, subí al ascensor presionando el numero de piso, iba completamente vacío ah pesar de que no era muy noche, cada piso que pasaba mis nervios aumentaban, mariposas revoloteaban en mi estomago a tal punto de querer vomitar. El ascensor se detuvo finalmente el piso dieciséis, las puertas se abrieron, camine buscando el numero de la habitación hasta que lo encontré. Me detuve frente a la puerta, mis manos había comenzado a sudar y los nervios aumentaban. Decido di tres golpes en la puerta, miraba al piso mientras esperaba a que abriese. El tiempo que espere a que abrirá se me hizo eterno. ¿querrá verme? ¿Se habrá arrepentido? ¿Me aceptará una vez que le cuesta te toda la verdad? ¿Me rechazará?. Finalmente el sonido de la puerta abriéndose hizo que levantará la mirada. Volví a verle.






    Actualización!!! Disculpen la tardanza pero al fin..... es corto lo sé pero este capítulo es exclusivamente de Ritsu, esta platica era necesaria entre padre eh hijo. Y bueno ta,bi3m ya fue a ver a Takano y obvio que habrá reconciliación y también el pasado de Ritsu, creo que ya dije demasiado. Bueno espero que les gustara el capitulo, una disculpa si es corto pero eh de admitir que me gustó como quedo.
    Mil gracias por sus votos y comentarios, nos leemos en el siguiente capítulo.
    Chao Chao


    ¿Le amas?











    ** RITSU **


    El vuelo había sido muy tedioso, estaba agotado y fastidiado, pero afortunadamente ya había aterrizado al fin, después de trece horas y media de vuelo, finalmente habíamos descendido del avión, estábamos esperando nuestro equipaje en la banda transportadora.

    - Estoy agotada- hablo Sara, ambos tomamos nuestras respectivas maletas – Creo que cuando lleguemos lo primero que haré será dormir, muero de sueño.

    - Es natural, no estas acostumbrada al cambio de horario – continuamos caminando, llegamos a la aduana para que revisarán nuestros documentos y pudiésemos entrar al país. Después de cuarenta minutos ambos salimos – Es lo único que no me gusta de cuando viajo.

    - No te puedo decir lo mismo, ¿tu padre iba a venir por nosotros?

    - Si, dijo que vendría – reviso mi teléfono y tengo una notificación de mi padre – Parece que mi padre no podrá venir y envío al chofer.

    - ¿Estará bien?

    - De seguro tuvo mucho trabajo y no pudo dejarlo – miro al frente, no quisiera chocar con alguien y hacer el ridículo, mientras caminábamos buscaba al chofer y a los pocos minutos logre verlo. Se acercó a nosotros.

    - Onodera -sama bienvenido – hizo una reverencia – Me el gro de volver a verle.

    - Hiro- san es un placer verlo – digo saludo – Deje le presento, ella es Sara Warren Smith es una amiga muy especial, Sara Kamijou Hiroki.

    - Mucho gusto Smith -sama

    - Oh igualmente – respondió mi amiga- Pero dígame Sara no me diga.

    - Me disculpo pero no es correcto – miro la incomodidad de se Hiro-san así que intervengo.

    - Aquí en Japón es de mala educación que te llamen por tu nombre.

    - Pero…

    - Sara por favor- con algo de duda termina por aceptar – Deberíamos de irnos, Hiro-san y ¿mi padre?

    - Esta en la editorial, tuvo una reunión de ultimo momento y me pidió que viniese por ustedes – salimos al estacionamiento y esta el auto negro esperándonos, Hiro-san abrió la cajuela subiendo nuestro equipaje, después abrió las puestas del auto para que ambos subiéramos.

    - Hiro-san vamos a casa.

    - Como ordene Onodera-sama.


    El auto avanzó, metiéndose entre el tráfico de la ciudad, miraba mi teléfono mientras Hiro-san manejaba, Sara a los pocos minutos de comenzar el camino a casa se había quedado dormida. Aprovechando que aquí no tenía recepción por ser de otro país comencé a revisar el chat de Takano, las palabras que me escribió durante los días anteriores y que yo no quise ver, sus disculpas, sus te amo, sus te extraño, sus palabras de arrepentimiento. No sabía que hacer, extrañaba estrategia ente sus brazos, sus besos, sus caricias, dios tanto que extrañaba de él. Quince mirar más pero ya no pude, cerré el chat apagando el teléfono. Mire por la ventana viendo pasar los edificios y la gente en la acera. Finalmente llegamos a la zona residencial. El suyo se detuvo frente a la reja esperando a que la terminara de abrirse, al ingresar varios recuerdos vienen a mi mente, los días de mi niñez, las veces que jugué junto a Kisa en este mismo jardín, las veces que ugue con mi padre y las pocas que mi madre fue parte de ella. El auto se detuvo frente a la entrada, moví a mi amiga para que despertara.


    - Sara hemos llegado.

    - Quiero seguir durmiendo- hablo ella.

    - Podrás seguir durmiendo en una habitación.

    - Ahs… - a bajamos del auto, entramos a casa, fuimos recibidos por el ama de llaves, y mi nana.

    - Ritsu, mi niño cuanto has crecido.

    - Yukime- me abrazo amorosamente, correspondí el abrazo ya que ella era alguien importante para mi, además de que estuvo a mi lado cuando más lo necesite.

    - ¿Como estas? Por que te has olvidado de esta pobre anciana.

    - Lo siento mucho nana – digo avergonzado- Jamás eh dejado de pensar en ti nana – mi nana seguía abrazándome, me sentía tan reconfortado.

    - Supongo que han de estar cansados – dijo mirando también a Sara quien se había mantenido en silencio en todo momento – Los llevare a sus habitaciones, la tuya sigue igual a como la dejaste. Pueden descansar y después bajar a la hora de la comida oh si gustan de la cena.

    - Gracias nana.

    - Gracias señora.

    - Soy Yukime es un gusto.

    - Sara, es un placer.


    Nos llevaron a nuestras habitaciones, Sara se quedaría aun a tres habitaciones dobles la mía, la casa de mi padre era grande, tenía ocho habitaciones, siendo sincero era un mansión, claro no como la de muchos otros del mismo rubro tenían. Como a había dicho Yukime mi habitación seguía igual. Los retratos, los libros de música que descansan sobre el librero, el baúl frente a mi cama, tenía ganas de ver lo que había guardado en aquel baúl ya que yo era el unción que tenía la llave para abrirlo, pero estaba agotado y muerto de sueño y por ahora prefería dormir un poco antes de ver a mi padre.

    Desperté y el sol estaba terminando de esconderse, no me había percatado de cuanto había dormido, y no lo hubiera hecho si ni fura por que mi estomago me exigía algo de comer, aun tenia sueño pero también hambre. Entre a todos ar una ducha antes de bajar al comedor, al juzgar por la hora no falta mucho para que Yukime suba a buscarme para la cena. Mi padre debía de haber llegado ya.
    Después de salir del baño a los pocos minutos tocaron mi puerta Yukime entro como lo había predicho, me dijo que mi padre había llegado y que está aburriendo en el comedor esperando junto a Sara. Salí junto con ella para ir. Al bajar las escaleras y entrar hay estaba mi padre sentando platicando a gusto con mi amiga.


    - Debo admitir que es más interesante en persona que por video llamada.

    - Te lo agradezco Sara, claro debo decir lo mismo de ti – alago mi padre – la primera vez que re vi pensé que aún eras una niña.

    - Que garante pero debo decir que se equivoca, estoy por cumplir los veintisiete.

    - No lo aparentas.

    - Usted tampoco aparenta la edad.

    - Tranquila Sara mi padre es intocable- digo al entrar, Sara coqueteaba sin darse cuenta, aunque mi padre jamás la vería de salir manera, él seguía enamorado de mi madre por desgracia – Le diré a Ethan que estas coqueteando con mi padre.

    - Yo no estoy coqueteando.

    - Como digas – me acerco a mi padre quien al igual que mi nana me recibe entre sus brazos – Hola papá.

    - Hijo, te extrañé mucho.

    - Yo también papá – lo abrace o más que pude – Debemos hablar – digo en un susurro.

    - Lo haremos, solo que después de cenar.

    - Si.

    Cenamos, entre pláticas y risas, mi padre me preguntaba como me había ido en la universidad, le platicaba cada detalle del como era mi rutina, los ensayos que a diario teníamos, de las propuestas que llegaban cada cierto tiempo a los alumnos más destacados, incluyéndome, para formar parte de la orquesta sinfónica oh de hacer la maestría, oh incluso de grabar algún disco.

    - Ritsu no ha querido aceptar inguinal de esas ofertas- hablo Sara.

    - Estudio música por que me gusta no por fama oh algo por el estilo Sara, ya te lo había dicho.

    - Ritsu no tiene necesidad de ejercer su profesión, es el heredero de la editorial además de una fortuna que ha pasado por la familia por generaciones.

    - Papa, jamás podré tomar control de la editorial, no estudie nada ue tenga que ver con la editorial.

    - Lo sé hijo, pero eso no significa que no la vayas a heredar.

    - Creo que me estas empezando a gustar Ritsu – mi padre comenzó a reír.

    - Lastima que no me gusten las mujeres.

    - Es una verdadera lastima.

    La a cena termino, Sara aun seguía y se retiró, soporte quedamos mi padre y yo en el comedor, era el momento de hablar y sabía que esta platica no sería nada fácil. Mi nana nos llevó café. Después se retiró.

    - ¿Por que no me dijiste lo de Masamune?- digo.

    - Por que sabía que rechazarías la idea.

    - Aunque la rechazara me hubieses dicho, llevo casi seis años viviendo en New York y no habías contratado a alguien para cuidarme, ¿Qué está ocurriendo?

    - Ritsu...

    - Papa tengo derecho a saberlo- le miro, si él era alguien difícil de persuadir yo lo era igual, debía saber la razón del por qué mi paadre llego a la decisión de contratar a Masamune - ¿Qué está ocurriendo? – miro a mi padre soltar el aire que mantenía atrapado en sus pulmones.

    - Un mes antes de decidir, me llego un sobre con algunas fotografía tuyas junto a una nota. Las fotografías eran recientes, tu yendo a la universidad, entrando a tu casa, yendo al trabajo. Cada fotografía mostraba tú día a día. No hubiera entrado en pánico a no ser por la nota, “Tan hermoso como lo recuerdo” decía la nota.

    - Alguien…

    - Te habían estado vigilando, temí por tu vida, el miedo de aquella ocasión volvió a mi, y temí que alguien quisiera hacerte daño. Pensé mucho en ir por ti y traerte de vuelta, pero hacerlo era que sospecharas que algo andaba mal, sería volver a traerte aquel recuerdo del infierno que viviste, hacerte recordar y volver a sufrir.

    - Pero papá yo..

    - No Ritsu entiéndeme, casi te pierdo, casi mueres y yo no podía permitir que volvieras a pasar y querer hacerlo de nuevo. Eres mi hijo, mi único hijo y eres lo que más amo en el mundo.

    - Papa…

    - Por eso busque a Masamune, le pedí que te cuidará, que le pagaría lo que el me pidiera – mi padre derramaba lágrimas- Al principio se negó hacerlo, dijo que el no quería ser el niñero de un niño busca problemas, incluso me recomendó a oros colegas suyos. Así que por última opción le mande un fotografía tuya y un ligero reporte del porque lo necesitaba a él.

    - ¿Él lo sabes todo?

    - Solo una parte de la historia, no quise entrar en detalles por que se que sería invadir tu intimidad. Vino a Japón un día antes de la exposición de arte y fotografía en la que harías la presentación. Aceptó el trabajo y solo así pude respirar.

    - Sabe lo del….

    - No soy yo quien debe decírselo – entendía la preocupación de mi padre, me levanto de mi lugar abrazándole, el también, bien lo hace y permanecemos así unos minutos.

    - Discúlpame papá – digo.

    - Yo no tengo nada que perdonarte.

    - Claro que si, tu has llevado esta carga solo, mientras yo solo pude encerrarme en mi mente, sin siquiera darme cuenta del dolor que les causaba a ustedes y sobre todo a ti. Todo este tiempo tu solo has buscado la manera de protegerme y sin siquiera darme cuenta. Te juro padre que yo no pensaba iniciar algo con Masamune, solo se dio.

    - ¿Lo amas?

    - Si papá, lo amo, lo amo demasiado y me duele no tenerlo cerca, pero el me mintió, no me dijo lo que estaba ocurriendo.

    - Yo le pedí que no te dijera nada.

    - Pero pudo haberme dicho cuando empezamos la relación.

    - Tal vez i tentó hacerlo.

    - No papá, no lo intento. Nunca tuvo la intención de hacerlo.

    - ¿Y si tuvo miedo?

    - ¿Miedo?

    - Si, tal vez, tuvo miedo a perderte, a que tu lo rechazaras y pensarías que sólo jugó contigo.

    - Aun así debió..

    - Si, debió pero no lo hizo, hijo si tu lo amas deberías hablar con él. Recuerdo que cuando hablabas de él, tus ojos brillaban y mostrabas una sonrisa que hace mucho no veía en ti – sonríe acariciando mi mejilla – Eras tan feliz cuando estabas a su lado, mostraban vida a su lado y ahora te vez con una mirada apagada, sin vida y no quiero verte así, ya no hijo. Masamune cometió un error pero estoy seguro que también te ama.

    - ¿Haz hablado con él?

    - Después de esa noche Masamune habló conmigo, me explico que había ocurrido y como es que se enamoró de ti. No supe si creerle, ese día no pude trabajar por tener en mi mente lo que me había dicho Masamune y recordé como habías tenido un cambio radical, un cambio para bien, habías vuelto a sonreír, a creer en el amor – y era cierto todo lo que dice a mi padre.

    - Crees que aún él..

    - Si no te amara no estaría aquí en Japón - mi corazón late con mayor fuerza, estaba aquí, Masamune estaba aquí en Japón, busco algo en la mirada de mi padre que me diga que fuera una broma pero no encontré nada.

    - ¿Donde? – digo esperando que mi voz no sonara muy emocionada.

    - En el hotel Teito.

    - ¿Lo viste?

    - Si – responde- Vino ah decirme que te ama, deberías ir, estoy seguro que es lo que deseas.

    Solo pude encerrarme abrazar a mi padre, subí a mi habitación tomando la sudadera con la que había viajado y salí de la casa, Hiro-san ya a me estaba esperando en el auto para llevarme, agradecí una vez que había subido y comenzó el camino a hotel, miraba por la venta, reconociendo que cada vez estábamos más cerca de llegar. Mi corazón latía muy ruidosamente, incluso podría asegurar que Hiro-san los escuchaba. Después de varios minutos el auto se detuvo frente al hotel, estaba nervioso, quería verlo, necesitaba verlo, la puerta del lado donde yo iba fue abierta.

    - Ritsu-sama es hora – hablo Hiro-san, baje de auto caminando unos cuantos pasos.
    - Regresa a casa Hiro-san, me quedaré esta noche aquí.

    - Como ordene- respondió, antes de girarse me dedico o una sonrisa paternal, mire el auto alejarse y decidido entrar. Camine hasta la recepción preguntando por él.
    - La habitación de Takano Masamune.

    - Se encuentra en la suite 12006 ¿lo está esperando oh quiere que lo anuncie?

    - Me esta esperando – respondí.

    - Muy bien, puede subir por el elevador de la izquierda en el piso dieciséis.

    - Gracias.


    Anduve hasta el elevador en el que me había indicado, subí al ascensor presionando el numero de piso, iba completamente vacío ah pesar de que no era muy noche, cada piso que pasaba mis nervios aumentaban, mariposas revoloteaban en mi estomago a tal punto de querer vomitar. El ascensor se detuvo finalmente el piso dieciséis, las puertas se abrieron, camine buscando el numero de la habitación hasta que lo encontré. Me detuve frente a la puerta, mis manos había comenzado a sudar y los nervios aumentaban. Decido di tres golpes en la puerta, miraba al piso mientras esperaba a que abriese. El tiempo que espere a que abrirá se me hizo eterno. ¿querrá verme? ¿Se habrá arrepentido? ¿Me aceptará una vez que le cuesta te toda la verdad? ¿Me rechazará?. Finalmente el sonido de la puerta abriéndose hizo que levantará la mirada. Volví a verle.





    Actualización!!! Disculpen la tardanza pero al fin..... es corto lo sé pero este capítulo es exclusivamente de Ritsu, esta platica era necesaria entre padre eh hijo. Y bueno ta,bi3m ya fue a ver a Takano y obvio que habrá reconciliación y también el pasado de Ritsu, creo que ya dije demasiado. Bueno espero que les gustara el capitulo, una disculpa si es corto pero eh de admitir que me gustó como quedo.
    Mil gracias por sus votos y comentarios, nos leemos en el siguiente capítulo.
    Chao Chao

     
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36 replies since 19/6/2020, 01:11   687 views
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