El Hombre que Sonrìe (Clario x Endo y otras parejas)

Culpar a otros por lo que pierdes es una conducta normal, es más fácil no asumir la culpa de tus propias conductas… No, no es normal , simplemente es lo estándar de la conducta de una persona derrotada por lo abrumador que es ser señalado.

Es muy fácil romper una burbuja perfecta, sin embargo, es muy difícil convencer a una persona de que esa burbuja ya no existe, pero, en su caso en particular a nadie le importaba, así que nadie le iba a decir que todo se había desmoronado, él lo sabía y eso estaba bien, seguía repitiendo que mientras fuera él, todo estaría bien. ¿Es eso amor? Porque si lo era, iba a gritarle al mundo que lo amaba, porque en tiempo pasado jamás habría dejado que alguien le gritara tan alto. Permitió que otros le dijeran zorra por lo que había ocasionado, no había mentiras en sus palabras después de todo, pero cuando él en específico empezó a gritarle, se defendió, una vez, dos veces, tres veces, cuatro, cinco, seis y en esa séptima fue que lo golpeó por primera vez. No sabes lo que es hasta que te pasa a ti ¿no?

No supo reaccionar, no lo esperaba para nada. Tal vez no pasaría de nuevo, así que no dijo nada, lo dejó pasar, por un tiempo no pasó. Dejó de decirle cosas lindas, dejó de abrazarlo, dejó de escuchar cuando hablaba, y casi todos los días le gritaba, trataba de responder, siempre, siendo él como solía ser todos deberían esperar que respondiera, pero ¿alguien esperaba algo de él ahora? No, la respuesta era no, así que él mismo dejó de esperar de su persona, y se detuvo. Dejó que le gritara y bajó la cabeza, a cambio seguiría durmiendo en su cama, con esa nueva conducta su pareja volvió a abrazarlo, volvió a besarlo, sin dejar de recordarle que por su culpa, había perdido lo mejor de su vida. Lo mejor de su vida no era él, pero para Akio, lo mejor de su vida ahora era Kazemaru, porque no había nada más.

Hasta que te sucede, no sabes lo que se siente, pero ahora él lo estaba sintiendo y no lo sabía, porque seguía jugando con Kazemaru, seguía riendo, seguía existiendo para él, abrazando su tristeza y sosteniendo su rostro cuando recordaba a Endo. Estaba mal, pero pensaba, una y otra vez que pronto lo iba a superar ¿lo superaría cierto? Permitió en más de una ocasión que el de cabellos azules se metiera entre sus piernas mientras decía el nombre de alguien más, dejo de importarle, mientras fuera a él. Aveces le abrazaba diciendo el nombre del capitan de japón, pero no podía importarle menos, porque pensaba en otro, pero quien estaba ahí era él. Akio no lloraba. Todo era perfecto, porque eran ellos dos. No se molesto en dar explicaciones cuando salió del soccer, pronto terminaría sus estudios, trabajaría en lo que fuera, todo estaba bien. Era suficientemente inteligente para dedicarse a otras cosas o a su profesión, mientras tuviera su trofeo en casa, todo estaba bien.

Ichirouta llegaba, todo estaba bien, comían juntos, veían alguna película, charlaban un poco sobre el día del de cabellos azules, todo iba bien, por eso no se dio cuenta en qué momento todo cambio, en qué momento la taza de café cayó al suelo, no pudo advertirse en qué momento la conversación cambió, y volvieron a ese lugar al que no le gustaba llegar, ese en el que Kazemaru comenzaba a gritar, después fue él quien gritó ¿Que había pasado? ¿Porque no encontraba el lugar de error? ahora era quien gritaba, pero no entendía porque ¿donde? ¿qué dijo? Akio gritaba una y otra vez “detente” le decía feo, poca cosa, débil, inutil, le exige que se disculpara, cuando tuvo un segundo huyó de él, pero Kazemaru era más rápido, de la cocina a la sala, donde en el suelo volvió a golpearlo, y terminar con el más alto sobre de él quitándole el aire con sus manos sobre su cuello, diciéndole que merecía morir por el mal que le hizo a su relación, porque ahora el amor de su vida salía con un europeo alto y bien parecido, que era su culpa, mientras él estaba atrapado junto a una zorra que no sabía hacer nada bien. No contó cuántas veces le había golpeado en ese momento, Akio dejó de luchar, y fue ahí donde Kazemaru se detuvo, tomó aire.

-Todo lo que debo hacer para que me enseñes tus lagrimas- se burló quien hasta hace un momento era violento, se levantó del suelo y volvió a la cocina, dejando al otro en el suelo, con lagrimas en los ojos pero ningun “snif”- Tiraste café- volvió con una cerveza en la mano, la abrió y dió un tragó. - Tomaré un baño.- Fudo se sentó en el suelo, limpiando sus lagrimas, sin ver venir, de nuevo, que Ichirouta haría algo, y ese algo fue vertir el contenido de la lata sobre la cabeza del que antes tenía un mohicano, llenando su castaño cabello de cerveza. - Limpias…-

-Si…- Fue todo lo que pudo contestar mientras bajaba la cabeza

Estaba bien, porque era a él, y no Endo. Limpió primero el suelo que a su persona, dolía, dolía su cuello, dolían sus costillas, dolía su estomago, su cara, pero quiza Kazemaru estaba mas herido, por eso lo lastimaba, porque quería expresar su dolor. Patrañas, pero ¿quien iba a ayudarle? ¿necesitaba ayuda? No realmente, él tenía algo de Endo, y eso estaba bien, era suyo y él lo amaba ¿no?

Cuando fue al baño, Ichirouta seguía bañandosé, entró con él, dejando al de largos cabellso observar el resultado de sus acciones, y tras un beso susurro contra sus labios “lo siento” él volvería a perdonarlo, más cuando beso su piel herida, mientras se disculpó en cada beso ¿Endo había escuchado un lo siento? No, Endo recibió un mensaje, él lo estaba eschando.

Permitió que le tocará de nuevo, que lo hiciera suyo de nuevo, y esta vez, dijo su nombre, así que lo valía ¿No? Pasarón del baño a la recamara, de la recamara a la sala, de la sala a la cocina, y terminaron en el comedor, con Ichirouta sentado en una silla, y Akio sobre de él, moviendose de arriba abajo sobre el miembro del dominante. Ichirouta no podía dejar de ver su rostro lleno de golpes, debían poner hielo al terminar, y así fue, tirados en el sofá, desnudos cobijados con un cobertor que siempre tenían ahí, el castaño con una bolsa de hielo sobre la herida que más se había inflamado.

-Perdón por arruinar tu lindo rostro.-

-Oh, crees que mi rostro es bonito.-

-Era.-

-Era… correcto -

-Perdón.-

-Esta bien, tendre mi venganza.-

-¿Venganza? ¿si entiendes que tu provocaste esto? -

-si… lo siento.-

-Bien.-

No mal entiendan a Akio, sabía que todo eso era basura, que debía huir, pero ¿a donde iría? amaba a Kazemaru, y eso era mejor que admitir que se había equivocado, así que simplemente se iba a engañar diciendo que todo estaba bien, porque para él, lo valía. Akio lo había provocado, burlandose al inicio del dolor del otro, era normal para él que el otro reaccionara, así que lo iba a permitir más tiempo, Kaze lo iba a superar, lo haría, y si no lo hacía, bueno, probablemente al final lo mataría. Pero iba a ser suyo.

-Puedes golpearme, pero si me engañas....-

-No voy a engañarte.-

-El que engaña una vez lo hará de nuevo. Si lo haces mataré a esa persona.-

-¿No a mi?-

-No, eres mio, no rompo mis cosas.-

-Oh, soy tuyo?-

-Si, esto es una face.-

-Ojala tengas razón.-

-Suelo tenerla, si no, la creó.-

El día 14 de febrero es el día rojo, se entregan chocolates a la persona que te gusta, generalmente funciona con la mujer entregando chocolates a su pareja o crush esperando ser respondidas el día blanco, 14 de marzo, Endo le explicaba a Clario el comportamiento de esa fecha, pues el español apareció en su habitación por la mañana regalando bombones y flores diciendo “Feliz San Valentín” . La explicación de Endo hizo a Clario hacer algunas muecas y decir rápidamente “¿Entonces según tu cultura lo que hice me convierte en una mujer?”

Una diferencia cultural se proceso en ese momento, en el que Endo le decía que no era de esa forma, pero que así era en Japón, después Clario le expresó su opinión al respecto:


No es de mi incumbencia, porque es tu cultura, sin embargo, creo que es algo rudo que sean las mujeres las que regalan algo, independientemente de que sean respondidas un mes después, me refiero ¿porque la mujer debe empezar? no es el pinaculo de la caballerosidad heterosexual el hecho de que el Hombre corteja a una mujer. Incluso en el reino animal es de esa forma.
En todo caso ¿como quedamos nosotros que somos dos hombres? ¿El pasivo debe ser quien regale el chocolate? ¿No es esa una forma de dirigir roles demasiado específicos? Solo porque sea yo quien la meta y tu quien reciba no te convierte en “la mujer” de la relación, o porque yo sea más alto y fuerte, al final ambos somos hombres, entonces esa tradición nos excluye de alguna forma u otra.


Mamoru se acercó a besarlo, callando al más alto, porque pese a que había cierta razón en sus palabras, a él no le interesaba en lo más mínimo pelear por eso, esa era su cultura y no porque la opinión varguandista del “deber ser” dijera que estaba mal él iba a criticar una costumbre, que por algo era costumbre, por lo tanto, fue más fácil besar a Clario y decirle “Feliz San Valentín” tirando al más alto a la cama e iniciar el día mejor con el recuerdo de hacer el amor que con Orven insultando a su cultura “Misógina”. Ahora tenía que deshacerse de los chocolates que hizo para Clario, tendría que hacer el enorme sacrificio de comerlos él, que pena, pensaba con sarcasmo en su cabeza, porque él amaba el chocolate.








La lógica de los colores fue lo que organizó a Kido y Goenji en el día rojo, pues el de rubios cabellos por varios años recibió muchos chocolates ese día, chocolates que no se comía y terminaban en el estómago de Yukka Goenji (Su hermana menor), por otra parte, para muchos parecía que a Kido no podría importarle menos el día rojo, pues en su apretada agenda seguro no había espacio para celebrar, el de rastas si fue invadido por chocolates alguna vez, pero no tanto, no era la persona más agradable del mundo. Todo tuvo un calce para ellos desde los colores: Goenji sería rojo y Kido blanco, porque tenía sentido para ellos que Goenji hiciera chocolate, era el que sabía cocinar.


Es Domingo, así que Kido no iba a despertar temprano ni aunque el edificio estuviera en llamas, así que el rubio tuvo tiempo de sobra para preparar el chocolate, un almuerzo delicioso, entre otros detalles. Hizo chocolates del tipo “leche” en forma de corazones, también consiguió hacer trufas, algunos chocolates blancos en forma de cubos, cerezas cubiertas. Compro tabaco con sabor a chocolate , limpio la Shisha de Kido para fumar juntos por la tarde, encendió una fuente de chocolate y dejó algunas cosas listas para ser cubiertas; Fresas, bombones, banana y uvas. El almuerzo fue de Tamagoyaki (Rollos de huevo) , gohan (Arroz blanco) además claro del eterno café para Kido y té para él. Goenji tenía planeado todo el día, tanto fue así que le pidió a su ex, que es la hermana menor de su pareja actual, que le ayudara con el atuendo del día, había dejado en la cama para Kido una bata de satín rojo con detalles rojos para que la usara con una nota que ponía “Si no usas esto olvidate de tus regalos” mientras él usaba un traje tipo maid del tipoco fondo negro y mandil blanco con moño en la espalda, de los que iban de pecho a falda, era corto, pero no demasiado, solo lo suficiente para dejar ver bien sus piernas que se contornearon con medias negras tipo ligero, tenía pensado usar unos zapatos con un pequeño tacon, pero fue imposible, amaba a Kido, pero amaba más a sus pies como para torturarlos por darle una fantasía al otro, así que el de rastas tendría que vivir con ello y no quejarse de que estuviera descalzo, tampoco uso la tipica diadema maid, le molestaba la cabeza ¿Como hacía Endo para soportar su banda todo el día? él no duró ni 10 minutos con esa cosa antes de tirarla a la basura. Se sentó a esperar a Yuuto sentado en la sala mientras comía algunas fresas.

Kido hizo caso a la nota en la bata roja, y la usó, salió descalzo a la sala, donde vio a Shuuya comer una fresa, el otro no lo había notado , tuvo el tiempo de tomarle algunas fotos, sentía que su nariz iba a sangrar si seguía viéndolo tanto sin tocar, carraspeo su garganta, fue cuando el juego de rol empezó. La mañana de Kido fue muy entretenida, aunque su parte favorita fue cuando Goenji se sentó en sus piernas para alimentarlo en la boca, sin dejarlo comer por su cuenta en ningún momento, seguro cualquiera pensaría que en ese juego el rubio iba a ser una maid complaciente y sumisa, pero eso no iba con Goenji Shuuya, ni en un juego de rol iba a entregar todo el poder. Jugaron todo el día, en efecto tuvieron sexo, pero los demás detalles fueron la parte favorita, sobretodo cada vez que le llamó “amo” y habló en 3era persona diciendo “Shuuya quiere… “ o “Shuuya lo hará por usted” que le hablará de Usted le erizaba la piel. Goenji hizo casi todo por él, y le siguió casi todo el tiempo del día. limpio su piel cuando tomó un baño, se sentó en sus piernas o a sus pies cuando descansaron.


Iba a tener que ponerse creativo en marzo para compensar todo ese numerito, él no iba a perder, tenía el poder adquisitivo de su lado.




Fudo y Kazemaru pasaban su primero día rojo juntos, fue extraño para los dos, ambos le llevaron chocolates al otro, hecho que los hizo reir por un buen rato, no tuvieron sexo ese día, salieron a comer a SU restaurante, al volver a casa escucharon una y otra vez “Please Don´t Leave me” y la declararon su canción. Su conversación se limitó mucho, gran parte del tiempo pasaron en la sala, mirándose el uno al otro diciendo “Quiero amarte” “te necesito” “quédate conmigo” “no me dejes” “perdoname” y despues silencios donde el café se clavaba en el verde deteniendo el tiempo por largos minutos.

-Eres hermoso-

-Eres perfecto-

-Feliz día rojo Akio-

-Feliz día rojo Ichirouta-

Clario debía volver a España en los siguientes días, por ello fue que Mamoru le acompañó a comprar su boleto, sin tantas vueltas, no quería decirle al español que se quedara, ni quería pegarse a él ¿y si huía? Era muy pronto para mostrarle la parte mala de salir con él, probablemente la razón por la que Kazemaru le había engañado. Saliendo del aeropuerto el Español le preguntó si podían verse hasta la comida, quería comprar souvenirs, tardó unos segundos para decir que sí, porque quería decir que no.

Aprovecho para ir a comprar algunas cosas que faltaban en casa, como si de un drama se tratara se encontró a una de esas personas que no quería ver de nuevo nunca jamás. Fudo Akio estaba frente a él leyendo el contenido de una caja en el supermercado, se tomó unos momentos para reconocerlo, porque se veía muy diferente de como lo recordaba, busco el motivo por segundos, después tuvo que salir de ese pasillo, se acomodó tras el pasillo, tapo su boca al notar cuál era el problema, las marcas, en su rostro y cuello ¿Quería preguntarle? ¿Le importaba? ¿Debería decir algo? Ante la duda preguntarle a Kido y Goenji, eso haría, pero primero, terminaría sus compras, no iba a huir de Fudo, definitivamente no.

En serio, como si fuera un drama, paralelamente Clario se topó con Kazemaru en una librería, el de cabellos azules había estado teniendo problemas para alcanzar un libro, así con el cinismo que representaba al español le ayudó a alcanzarlo, haciendo a Ichirouta tener que agradecerle, luchando con sus ganas de no lanzar el libro por la cabeza.


-Fuiste muy tonto al perder así a Endo- le dijo Clario, Kazemaru arqueo una ceja- Para su buena suerte ahora me tiene a mi-


-¿Él te tiene a ti?- Clario asintió, Kazemaru no pudo evitar sonreír y luchar contra una risa


-¿Que es gracioso?-


-Estás en la primer cita apenas-


-Ya hemos tenido varias-


-No me refiero a eso, estas en esa parte en la que sigue siendo adorable, donde el sexo es solo ese que te muestran en las peliculas que es “hacer el amor” - incluso hizo comillas con sus dedos- donde todos rien, si le pides tu espacio te lo dará, estas ahí, y tienes la buena suerte de vivir en otro pais, puedes solo poner en vibrador tu telefono- Kazemaru le quitó el libro de las manos a Clario - Mamoru es adictivo, vale la pena soportar un rato lo posesivo que se puede volver, avisame si puedes contra su necesidad de saber que haces todo el tiempo en una relación Japo-española, terminaras mas loco que yo- El de cabellos largos tenía ese aire divertido, Clario estaba muy confundido - oh perdón, ¿tu pensaste que me pondría celoso de tu relación con Endo? ¿Si supiste quien terminó a quien? Mamoru me suplico me quedara, y me fui, no volvería con Endo ni aunque me pagaran por hacerlo- Se dio la vuelta para ir a pagar su libro- Mucha suerte señor!- se despidió con ese aire divertido, aunque por dentro Kazemaru en serio quería lanzarle el libro por la cabeza.


Obviamente Kazemaru quería a Endo de vuelta a veces, cuando recordaba su linda sonrisa, su comida y esos detalles tan Mamoru, pero algunas veces recordaba lo cansado que era darle explicaciones o tenerlo cerca todo el tiempo que prefería lidiar con Akio.



Endo había tratado de evitar a Fudo todo el tiempo, pero al final fue imposible porque coincidieron en el pasillo de licores.


-Oh, ¿Endo-kun toma?- pregunto Akio como un saludo, el capitan tuvo que girar a verle, no era agradable - o tal vez solo lo hace su nuevo novio. - Endo pensó en si debía contestarle o no- ja ja, nos vemos capitan - Akio siguió de largo, estaba tan acostumbrado ya a que nadie le hablara que hablar solo no era tan complicado ahora.


-Tomo desde los 19.- Akio se detuvo, Mamoru le había respondido de forma casual, no pudo evitar el rostro, como buscando dijera algo más. -¿tu?-


-Lo hago - Akio puso un par de cajas de cerveza en su carro de mandado, además de mirar entre las botellas- Ya no juego, así que puedo hacerlo sin problema ¿no?- Fudo alargó una sonrisa, pero sin mirar al otro.


-Supongo que no - Endo solo puso una caja, mientras miraba al otro decidir entre un ron y un vodka, al final puso ambas botellas- ¿No es dema…-fue interrumpido



-Alguna vez él… ¿te lastimó? digo, además de lo que hizo al final, ¿él te lastimó alguna vez?- Endo trago grueso, indirectamente Fudo le acababa de decir que esas heridas las había hecho Kazemaru - Si tienes razón, no debí preguntar eso- Akio se volvió con nervios a sus cosas- Lo siento- Ahora quien huyó fue Fudo, para Endo eso era más normal, que el amante se sintiera avergonzado, no él. Definitivamente necesitaba hablar con Goenji y Kido, porque algo en él quería ayudar al otro.


Volvió a casa tras sus compras, tiempo despues Clario entró.


-No vas a creer a quien me encontre en la libreria- Endo le miro unos segundos esperando- a Kazemaru Ichirouta-


-Curioso, yo me encontré a Fudo en el mercado. -


-Oh vaya, si que es curioso. ¿Sabes que otra cosa fue curiosa?-


-¿Que?-


-Kazemaru me dijo que eres un controlador y posesivo- Endo tardó unos segundos en empezar a reír- Lo sé, sonó como el típico ex que busca estropear tu nueva relación - Endo siguió guardando las cosas mientras pensaba que quería matar a Kazemaru.


-Cosas que pasan…¿Qué quieres comer? - Clario se calmó un poco.



-No lo eres ¿verdad?-


-Claro que no, si lo hubiera sido él no hubiera podido engañarme ¿no crees?- Tenía un punto según Clario. - ¿Que quieres comer?-


-Okonomiyakis…-

Hola, muchas gracias, que bueno que te guste. Tengo varios fics de esta shipp, x si te interesa.

No, Kaze no le pegaba a Endo, imagina na más el putazo que le regresarían de ser así jaja

No, no van a volver.

Endo encontró un momento para charlar con Goenji y Kido la noche de despedida de Clario, donde le contó a los 3 sobre lo que había visto en Fudo Akio días pasados. Apenas al terminar se hizo un silencio algo largo para ser ellos, Goenji giro a ver a Kido, esperando dijera algo, los otros 2 castaños siguieron el gesto, porque si alguien podía tener una respuesta, ese debía ser Yuuto Kido.


-Lo principal es saber ¿Quieres hacer algo?-


-No lo sé, por eso estamos hablando de ellos, independientemente de mi molestia con él, nadie debería vivir algo así-


-Hablamos de Fudo, ¿Que nos asegura que no es un juego sexual muy subido de tono?- agregó Goenji


-Si lo fuera, no le habría preguntado eso a Endo. De hecho me sorprende que le hayas contestado el saludo, nadie habla con él.-


-¿Porque culpar más al sucio amante que a la persona que decidió engañar?- comentó Clario- En lo personal creó que deberías seguir con tu vida alejado de ellos Mamoru, no le debes nada a Fudo Akio, menos a Kazemaru Ichirouta.-


-Lo sé, pero esto no es cualquier cosa, si Kazemaru está dañando a Akio ¿No deberíamos hacer algo al respecto?-


-No serviría de nada si Akio no quiere hacer algo- concluyó Kido, soltando un suspiro- Con el tiempo sabremos que hacer, no te angusties por eso, mejor hazlo porque Clario se irá. -


-¿Cuánto tiempo dejarán de verse?- Cuestiono Shuuya, dando un trago a su cerveza.


-Entre uno a dos meses- respondió Clario, acompañando al rubio- Debo hacer algunas cosas en casa, podré visitarlo entonces. -


-Me encantan las relaciones a distancia- Agregó Kido, haciendo a Goenji volver a mirarle con una ceja alzada- Son adorables, me refiero, estás lejos y aún así buscas una forma de hacerte presente, así es como sobreviven esas relaciones.-


-¿Debería irme a Alemania?- cuestiono Goenji, a lo que Kido simplemente hizo silencio- Eso pensé. - se volvió a Clario - Creo que Endo debería ir a España ahora, después de esos dos meses, tu ya estuviste acá, es su turno de conocer tu hogar, tus amigos, esas cosas, y así, despues tu vienes, despues el va, me parece lo justo.-


-Me gusta Japón-


-No tengo problema en que él venga, me ahorro un vuelo y a él le gusta venir-


-Bien- dijeron la pareja estable a la vez. Goenji se puso de pie para ver si la comida estaba lista, mientras siguieron hablando.


La cena fue deliciosa, Shuuya preparó varios platillos típicos para que Clario se despidiera de ellos un rato, acompañaron con algo de Sake, debido al ultimó se quedaron en el departamento de Kido, en la habitación de invitados, ya era un riesgo calculado, por lo que las maletas estaban también ahí. Por la mañana, cerca de las 7 am, el único no castaño se puso de pie, preparando desayuno para todos, al terminar fue a despertarlos pues el vuelo de Clario salía cerca de las 11 así que debían hacer tiempo para un baño, desayunar, despedirse.


Clario dejó el sabor de un último beso en los labios de Endo antes de partir y el más bajo un primer “te amo” que el español respondió solo con una sonrisa. Endo no esperaba que correspondiera, así que no fue un problema para él, le pidió que le notificara cuando estuviera en casa. Esperaron a ver partir el avión antes de volver a sus respectivas casas.


-¿Estas bien?- pregunto Kido, Endo le miró extrañado por su pregunta- No me engañas, tu no quieres una relación a distancia, vas a tener que luchar contra tus impulsos de preguntarle cada hora que está haciendo.-


-Kido.- Intervino Goenji


-¿Qué? es verdad, ser sus amigos no nos hace ciegos.-


-Trabajaré en ello, así como lo desarrolle, se puede ir. Aunque le pusiera un localizador gps, podría engañarme, Kazemaru lo hizo, así que, simplemente trataré de estar bien, e ir con un psicologo.- Goenji fue de Kido a Endo entre asombrado y extrañado, pero no dijo nada, solo hizo lo que mejor sabía hacer: permanecer callado ante la voz de ellos.




Por otra parte, Fudo estaba limpiando su departamento, de nuevo, no tenía nada mejor que hacer últimamente, y su trabajo era de 8 horas, le quedaba suficiente energía, la comida estaba en el horno, al ver una mancha en el suelo simplemente tuvo algo que hacer; trapear. La puerta se abrió mientras terminaba, dejó las cosas en su lugar y fue a recibir a Kazemaru, quien llegó cansado del entrenamiento, se sentó en la entrada a quitar sus zapatos, entonces sintió algo frío contra su mejilla, era una botella de agua, de la cual bebió sin decir nada, al terminar levantó la mirada y sonrió al ver los ojos verdes observar con atención. Eso le gustaba de Akio, la forma en la que miraba, o al menos como lo miraba a él, esa manera que en principio le pareció perturbadora, o de miedo, poco a poco la fue descifrando más cada día, Akio le observaba, quizá nunca alguien le había observado así, con ese interés, con esa búsqueda, a veces parecía que el mundo se le desaparecía a Fudo por verlo a él. Le gustaba. Sin embargo, tuvo que poner su mano sobre aquellos lindos ojos, porque escuchó el timbre de la cocina, seguro estaba cocinando algo con tiempo.


-El horno te llama- le informo, a lo que el ex centrocampista se retiró de ahí, sin decir una palabra, pero para Ichirouta estaba bien que lo mirara así al llegar. Terminó su botella de agua y después fue por un baño. Al salir fue a la cocina, donde la comida ya estaba servida, se acercó al castaño y le abrazó por la cintura desde atrás, el pequeño salto que dio Akio no le sorprendió, cada vez que lo tocaba sin que el otro lo notará el de ojos verdes reaccionaba de esa forma, con un salto, temblando o alejándose un poco, no podía decirle algo, tenía sentido que reaccionara así.- Se ve delicioso- le susurro al oído.


-Espero que te guste…- Tomaron la comida sin problema mientras Kazemaru hablaba de cómo había ido el entrenamiento.


A través de las palabras de Ichirouta, Akio podía ver el campo, por eso siempre era Kazemaru quien hablaba, porque era aburrido contar su día, era un trabajo de oficina que simplemente pagaba bien, le gustaba escuchar sobre el deporte, porque podía imaginar lo que era seguir ahí, o darle ideas a Ichirouta para jugadas en solitario. Al terminar la comida se mudaron a la sala a ver una película. A veces Akio se aburría de su vida, pero, cada que giraba a la derecha a ver su trofeo, una sonrisa volvía a su rostro, en opinión de Kazemaru no era más linda que la Endo Mamoru, pero era suficiente para que Ichirouta se quedará cerca.

Fudo iba a soportar todos los golpes que Ichirouta tuviera que dar, mientras fueran para él, siempre y cuando le gritara a él, lo tocará a él, todo estaría bien, se lo repetía todos los días, haría eso funcionar como diera lugar, porque todo lo demás que significo algo para su vida se derrumbó, por lo tanto, no iba a permitir que Ichirouta se fuera, aunque en algún momento tuviera que regresar los golpes y encerrarlo en una caja por siempre.