Un marido infiel (Harco)

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    Capítulo 16

    Eran las dos en punto de la tarde de un miércoles. Harry estaba en su despacho, recogiendo los documentos en los que había estado trabajando para preparar su próxima reunión cuando sonó el teléfono.

    ㅡUn señor le llama por teléfono, dice que es el señor Draco.

    A Harry le dieron escalofríos. Draco nunca lo llamaba al despacho. ¿Habría ocurrido algún accidente?, se preguntó con alarma. ¿Le habría ocurrido algo a sus hijos?

    ㅡPásemelo ㅡle pidió a su secretaria.

    Cuando recibió la llamada, había considerado tantas posibilidades que se desconcertó cuando no oyó la voz de Draco sino la de su madre.

    Sacudió la cabeza y dijo:

    ㅡEmpieza otra vez, mamá. Me temo que no he entendido una sola palabra.

    Al cabo de unos minutos, estaba en su coche, pisando el acelerador en dirección a su casa. Su madre le abrió la puerta.

    ㅡEstá ahí dentro. ㅡle dijo Lily con gesto de preocupación y con signos de haber llorado ㅡEstá muy enfadado, Harry ㅡañadió susurrando.

    Harry hizo un gesto de dolor al abrir la puerta del salón y ver a Draco sentado en una esquina del sofá. Tenía el rostro enterrado en un cojín y no paraba de sollozar. Se acercó a él con cuidado. Se quitó la corbata antes de intentar tocarlo, le temblaron las manos.

    ㅡ Draco ㅡsusurró agachándose y apoyando la mano en su hombro.

    ㅡVete ㅡdijo el menor sin dejar de sollozar.

    Harry frunció el ceño, desconcertado y temeroso.

    Nunca lo había visto así, tan destrozado que ni siquiera podía decirle lo que le ocurría. Permaneció allí, acariciándole los hombros con ternura mientras se preguntaba qué podía haberlo llevado a aquel estado. Pensó en Cedrig Diggory y se le hizo un nudo en el estómago. Si aquel canalla le había hecho daño a Draco cuando se estaba recuperando del daño que él mismo le había ocasionado...

    ㅡ Draco... ㅡdijo aproximándose y acariciándole el pelo. Se sorprendió al comprobar que estaba húmedo. ¿Cuánto tiempo llevaba así? ㅡPor Dios Santo. Háblame, dime qué ocurre.

    Draco sacudió la cabeza. Harry tragó saliva sin saber qué hacer. Luego, con resolución, se levantó para estrecharlo entre sus brazos y volvió a sentarse con el menor hecho un ovillo sobre su regazo, con cojín y todo.

    Al menos, no trataba de separarse de él, observo Harry que permanecía impotente escuchando los sollozos de Draco.

    ㅡTú tienes la culpa ㅡdijo el Omega por fin.

    Harry suspiró, recordando los últimos días, tratando de averiguar si había hecho algo que pudiera causarle a Draco tanto dolor. En realidad, había sido muy cuidadoso. Ni siquiera había dicho una palabra sobre su maldita clase de dibujo. Tampoco habían hecho el amor.

    ㅡSe suponía que eras tú el que iba a tener cuidado ㅡañadió Draco con aquella voz rota que le partía el corazón.

    Acarició su pelo con la mejilla. ㅡ¿Tener cuidado de qué? ㅡle preguntó.

    Draco sollozó todavía más, amenazando con ahogarse si no se calmaba. Harry lo agarró por los hombros y lo sentó tirando el cojín lejos de allí.

    ㅡCálmate ㅡle dijo con firmeza, muy preocupado por su estado.

    Pero, gracias a aquella firmeza, Draco trató de tranquilizarse y quiso contener las lágrimas. Harry tomó un pañuelo de su bolsillo y apartó las manos de Draco de su rostro y le secó las mejillas. Estaba tan caliente que le quitó el jersey de lana que llevaba. Draco se estremeció al quedarse sólo con la camisa y sentir algo de frío.

    ㅡAhora, ㅡdijo Harry ㅡcuéntame qué ocurre. Has dicho que era algo que yo he hecho.

    Draco lo miró. Tenía los ojos bañados en lágrimas e hizo un puchero con la boca. A Harry casi le dieron ganas de sonreír, porque Draco era la viva imagen de su pequeña Lily. Pero era Draco, no su pequeña hija y Draco era fuerte, a pesar del aire de fragilidad que lo rodeaba.

    ㅡNo llores ㅡmurmuró, al ver que Draco volvía a llorar ㅡ Draco, por el amor de Dios tienes que decirme qué te pasa para que pueda ayudarte.

    ㅡ¡No puedes ayudarme! ¡Nadie puede ayudarme! ¡Estoy embarazado, Harry! ¡Embarazado! ㅡdijo Draco sin dejar de sollozar y luego tragó saliva ㅡ¡Dijiste que ibas a tener cuidado!

    Fue el mayor el que debió tener cuidado cuando quedó embarazado de los mellizos, a partir de ese momento fue el Omega quien se ocupó de todo. Hasta que la píldora le produjo una reacción, así que Harry volvió a ocuparse de todo y entonces, nació Albus.

    ㅡ¡Eres un inútil! ¡Puede que sepas dirigir un millón de empresas, pero en todo lo demás eres un inútil! ¡Sólo tengo veinticuatro años, por el amor de Dios! ㅡdijo balbuceando ㅡA este paso me vas a enterrar antes de llegar a los treinta.

    Harry no pudo evitar una sonrisa, pero apretó la cabeza de Draco contra su pecho para que no pudiera verlo.

    ㅡShhh... ㅡdijo ㅡTodavía estoy intentando asumirlo. ㅡpero Draco estaba enfadado y se irguió, para decirle todo lo que llevaba atormentándolo durante tanto tiempo.

    ㅡ¡Me he convertido en una fábrica de niños! ㅡgruño ㅡAhora me explico por qué me tienes aquí encerrado. Tus amigos, esos grandes hombres, se quedarían boquiabiertos cuando descubrieran que también has montado una fábrica en casa. Apuesto a que... si consultamos a un sindicato, te denunciaría por abuso de contrato.

    ㅡ¡Cállate, Draco! ㅡdijo Harry, que ya no pudo contener la risa por más tiempo ㅡNo puedo pensar si me lanzas todas esas acusaciones!

    ㅡ¡Piensa sólo en que estoy embarazado y no quiero estarlo!

    "¡Piensa en eso todo lo que quieras!", se dijo Draco con amargura.

    ㅡ¿De cuánto? ㅡle preguntó Harry, después de una larga pausa. Tenía un nudo en la garganta y estaba pálido.

    ㅡDe tres meses ㅡle respondió él, sintiéndose estúpido.

    ㅡTres meses ㅡrepitió Harry, relajándose ㅡ¡Dios Santo! ㅡexclamó tan sorprendido como Draco aquella mañana cuando había visto al médico ㅡEso significa...

    ㅡSí.

    Significaba que debió ser la primera vez que dejó que se acercara al Omega, después de enterarse de lo de Ginebra.

    ㅡDios mió, ahora me acuerdo de que no se me ocurrió pensar en... ㅡse hizo el silencio, mientras los dos reflexionaban.

    Draco seguía sentado sobre las rodillas de Harry que le acariciaba el pelo distraídamente. De repente, se acordó de aquella vez en que él le acarició el pelo de aquella manera, mientras trataba, también de asumir una noticia semejante.

    No estaba furioso en aquella ocasión y no lo estaba ahora.

    ㅡBueno, pues que así sea. ㅡdijo Harry por fin y le dio a Draco un beso en la boca ㅡAhora sí que tendremos que comprar una casa más grande.

    Con su primer embarazo había ocurrido lo mismo. Harry había hecho un comentario semejante para aceptar la situación... "Tendremos que casarnos", había dicho.

    Draco no volvió a sus clases de dibujo. Fue una decisión enteramente suya. Había recuperado el amor por el dibujo, pero el sentido común le decía que no debía volver a las clases si Cedrig estaba allí. Pero no dejó de dibujar, y sus caricaturas de los niños se podían encontrar por toda la casa.

    Sin que mediara ningún acuerdo entre ellos, Harry empezó a invitarlo a salir todos los miércoles, como si quisiera compensarlo por todo lo que había perdido...

    También salían a buscar casa. Les llevó mucho tiempo encontrar una que les convenciera a todos.

    ㅡ¡Así nunca vamos a encontrar casa! ㅡle dijo secamente Harry después de pasar un fin de semana examinando todas las propiedades en venta de los alrededores y comprobar que nunca coincidían en la elección.

    ㅡ¿Para qué quieres una casa tan grande? ㅡse quejó una vez después de ver una mansión demasiado grande como para que se pudiera vivir cómodamente en ella ㅡPuede que necesitemos una casa más grande que ésta, pero no tanto. No será para que tengamos habitaciones libres para tus amigos, ¿no?

    ㅡLa verdad es que aquí no podemos invitar a nadie. ㅡreplicó Harry, desafiante ㅡY creo, Draco, que, después de todo lo que he trabajado para que podamos comprar casi lo que queramos, deberías darme el placer de comprar algo especial.

    Al cabo de algún tiempo, encontraron algo que les gustaba a los dos. Una vieja casa solariega de ladrillo rojo con grandes ventanales y techos altos. Estaba en una pequeña finca delimitada por un alto muro de ladrillo y árboles, para resguardar la intimidad del lugar. El lugar tenía el prestigio que Harry buscaba y era lo bastante acogedor para convertirse en el hogar que quería construir Draco. A los mellizos les gustaba porque tenía piscina cubierta y establos. Además, tenía una pequeña casa para huéspedes ideal para la madre de Harry, que se enamoró del lugar en cuanto lo vio.

    En las habitaciones del piso de abajo, vivía una pareja mayor que llevaba cuidando de la propiedad más de diez años y que estaban muy preocupados por su futuro después de que la casa se vendiera. El buen corazón de Draco le impidió despedirlos, y Harry se alegró porque así tendrían una ayudante permanente, que liberaría a Draco de muchos trabajos y un jardinero y chofer para llevar y traer a los niños de la escuela.

    Draco se sumergió en la deliciosa tarea de redecorar su nuevo hogar y descubrió, para su sorpresa, que tenía un gran gusto para hacerlo.

    Llevaba el embarazo mejor que el de Albus con apenas cuatro meses, mientras el invierno dejaba paso a la primavera, la casa empezaba a estar lo bastante bien acondicionada como para que consideraran la idea de mudarse.

    Harry estaba metido hasta el cuello en otro negocio, la compra de una pequeña empresa de construcción de Brighton que había trabajado para él en el pasado y que atravesaba dificultades financieras, así que pasaba más tiempo en el sur del país que en Londres, mientras Draco trataba de concluir los preparativos de la mudanza antes de que su embarazo se lo impidiera.

    Ginebra se había disuelto de sus pensamientos a medida que habían ido pasando los meses y no había vuelto a atormentarlo mientras hacían el amor, aunque Draco seguía necesitando hacer el amor a oscuras. Pero, al menos, había logrado superar una infidelidad que había estado a punto de echar a perder su matrimonio.

    La crisis de los siete años, se decía íntimamente. Si no ocurría nada semejante sino al cabo de otros siete años, podría soportarlo. Porque se había dado cuenta de que nunca dejaría a Harry. Sus vidas estaban demasiado unidas por el amor que sentían por los hijos que ya tenían y por el que nacería. ¿Lo amaría a él?, se preguntó. Desechó aquella idea como un sueño que pertenecía a los sueños del niño que había sido. Pero se había convertido en un Omega maduro, que había aprendido a dominar sus emociones para salvaguardar su matrimonio.

    Una tarde que estaba en su dormitorio, Harry llegó inesperadamente desde Florida. Draco estaba sentado en el suelo separando ropa que quería conservar de otra de la que quería tirar.

    Harry tenía aspecto de estar muy cansado. Por su mirada, Draco se dio cuenta de que le molestaba que estuviera haciendo aquello.

    ㅡ¿Por qué no contratas a una sirvienta? ㅡdijo Harry con impaciencia, quitándose la chaqueta y la corbata y dirigiéndose al baño con cuidado de no pisar la ropa.

    ㅡ¡No quiero que ninguna extraña husmee en nuestros objetos personales! ㅡexclamó Draco ㅡY además, ¿cómo iban a saber qué tenían que tirar y qué no? ¡Tengo que hacerlo yo!

    Harry no se molestó en contestar, pero dio un portazo al cerrar la puerta del baño. Al cabo de un instante, Draco se levantó y tomó su Block de dibujo. Cuando Harry salió del baño, recién duchado y con una toalla alrededor de la cintura, estaba echado en la cama y dibujando afanosamente.

    ㅡ¿Qué haces? ㅡdijo Harry, acostandose a su lado.

    ㅡ¡Serás tonto! ㅡexclamó al ver el dibujo y soltó una carcajada.

    Se reconoció a sí mismo como el diablo con cuernos y una horca que estaba tomando una ducha. Pero, en lugar de agua, de la ducha caían llamas.

    ㅡ¡Pequeño tonto! ㅡdijo quitándole el Block.

    Draco fue a agarrarlo, pero Harry se tumbó de espaldas y lo agarró por su hinchado vientre mientras con la otra mano echaba un vistazo a las demás páginas del Block.

    Draco se quedó muy quieto. Le palpitaba el corazón mientras observaba la reacción de Harry al ver sus dibujos. Aquel no era el bloc donde tenía las caricaturas, la que le acababa de hacer era la única de todo el cuaderno. No, aquel era su trabajo más serio, y nadie lo había visto hasta aquel momento.

    Había un retrato de James, con el ceño fruncido y una mirada solemne. Era igual que Harry, tanto, que a Draco le dio un vuelco el corazón al comparar el retrato con él.

    Otro dibujo era de Lily que parecía satisfecha de sí misma. Su pelo Rojo oscuro era como un halo alrededor de su cara. Tenía una mirada traviesa la misma con que había recibido la noticia de que su padre iba a comprarle un pony y sus rasgos expresaban que era independiente y extrovertida. Se parecía a Draco, pero no era Draco. En aquel aspecto, se parecía más a su padre.

    Había más retratos de Albus, porque Draco pasaba más tiempo con él. En uno estaba durmiendo, boca abajo, con el trasero alzado y abrazado a su osito. Había otro dibujo en el que estaba riendo, y sus pequeños dientes asomaban en un rostro lleno de luz. En otro estaba muy serio, concentrado en dar sus primeros pasos.

    ㅡSon buenos ㅡdijo Harry. Draco suspiró.

    ㅡGracias. ㅡdijo e hizo ademán de tomar el Block antes de que Harry volviera la hoja ㅡDisfruto al hacerlos.

    Harry no le devolvió el Block. Al volver la siguiente página, se quedó muy quieto.

    Esperaba ver algún dibujo de él mismo, pensó Draco más tarde. Era la conclusión lógica después de ver dibujos de todos los miembros de la familia. Pero no había ningún retrato suyo.

    Era un autorretrato. El retrato de un chico joven, con el pelo corto y el rostro terso. Un chico que había cambiado poco a lo largo de los años. Su boca era pequeña y suave y tenía la nariz delicadamente recta. Pero sus ojos, los miraban con una tristeza que conmovía el alma. Para el Omega, fue como mirar a un extraño. Había odiado aquel retrato nada más terminarlo. Por eso lo había tachado con dos rayas de esquina a esquina de la página.

    ㅡ¿Por qué lo has tachado? ㅡpreguntó Harry con seriedad, siguiendo una de las rayas con un dedo y deteniéndose en la boca.

    Draco se aparto un poco de él.

    ㅡNo soy yo, no me gusta.

    Harry no hizo ningún comentario, pero se quedó mirando el dibujo durante largo tiempo. Draco se levantó de la cama y trató de concentrarse en la ropa que tenía extendida sobre el suelo de la habitación.

    ㅡDe mi no has hecho ningún dibujo ㅡdijo Harry, cuando acabó de examinar el cuaderno. Draco le dirigió una sonrisa forzada.

    ㅡ¿Cómo que no? ㅡdijo ㅡ¿Y ese diablo? Así es como yo te veo.

    No podía explicar por qué no había intentado dibujarlo. Sabía las razones, pero no habría sabido decirlas con palabras. Harry era distinto. Era y no era de la familia. Los demás rostros del Block eran parte de él. Harry lo había sido, su parte más importante, pero ya no lo era. Se había alejado, se había convertido en una imagen borrosa.

    No lo quería tanto como a sus hijos. Él era el eslabón roto de la cadena.

    Se estiró para agarrar el cuaderno. Harry se lo dio, observando en silencio cómo lo guardaba en el último cajón del armario y cerrando la puerta antes de mirarlo a él de nuevo.

    Él seguía tumbado en la cama, cubierto sólo por la toalla.

    ㅡ¿Dónde está Albus? ㅡpreguntó suavemente.

    ㅡEn casa de tu madre.

    Cruzaron una mirada y el tiempo se detuvo. La mirada de Harry no dejaba lugar a dudas, lo deseaba. El Omega estaba a un metro de él, nervioso, inseguro. Se sonrojó sintiendo que el deseo también se apoderaba de él.

    La pálida luz del sol entraba por la ventana, y se dio cuenta, con un pequeño sobresalto, que hacía muchos meses que no miraba a Harry tan abiertamente. La necesidad de hacer el amor a oscuras le había privado de aquel placer. Y también del placer el ver arder el deseo en los ojos de Harry.

    Harry estiró el brazo, invitándolo a acostarse a su lado. Draco le dio la mano en silencio, llevado por una fuerza contra la que era imposible luchar. Harry entrelazó los dedos con el Omega, con cuidado de no romper el hipnótico contacto de sus miradas. Se sentó muy despacio y separó las piernas para que Draco se deslizara entre ellas. Draco sólo llevaba un camisón muy ancho. Harry lo agarró por la cintura y le acarició la cadera y las piernas hasta alcanzar el borde del camisón.

    Draco contuvo la respiración y dio un respingo.

    Harry se detuvo y lo miró para comprobar el significado de aquel gesto. Draco dejó escapar el aire de sus pulmones lentamente y cerró los párpados inclinándose para besar a Harry en la boca.

    Draco se echó hacia atrás y el Omega se echó con él.

    Sin dejar de besarlo, Harry le quitó el camisón. Al instante, se perdieron el uno en el otro, hambrientos, ansiosos, llenos de deseo, sumergiéndose en una cascada de sensualidad y de caricias, sin dejar nunca de besarse.

    Draco estaba preparado para recibirlo y sus sentidos se ahogaron en un dulce pozo de deseo. Harry se colocó encima de él y Draco lo agarró por la cadera para que lo penetrara.

    Entonces, ocurrió. Amándolo con cada poro de su piel, con cada uno de sus sentidos, abrió los ojos muy despacio y miró el hermoso rostro de Harry, su pelo alborotado, bañado por la tenue luz del sol y vio la ferocidad de su pasión en el brillo fulminante de sus ojos. Entonces, el fantasma de su infierno volvió para atemorizarlo y cerró los ojos, gimoteando con frustración y poniéndose completamente rígido.

    ㅡ¡No! ㅡexclamó Harry con violencia, porque se daba cuenta de lo que le estaba ocurriendo a Draco ㅡ¡No, maldita sea, Draco, no!

    Draco luchó con todas sus fuerzas, apretándose a él, sin dejar de jadear.

    ㅡ¡Mírame! ㅡle exigió Harry ㅡ¡Por lo que más quieras, mírame!

    Draco abrió los ojos. Harry tenía los parpados entrecerrados y con una evidente expresión de deseo. Tal vez Harry no lo amara pero lo deseaba apasionadamente a pesar de que llevaban siete años casados, a pesar de que su embarazo era evidente, a pesar de todo lo que había ocurrido entre ellos los últimos meses. Harry todavía lo deseaba con una gran intensidad y tal vez eso era suficiente.

    ㅡ¡No, esta vez no me puedes dejar así, Draco !

    Tomó el rostro de Draco entre sus manos y le apretó el rostro hasta conseguir que abriera los ojos.

    ㅡMe deseas, ㅡdijo con violencia ㅡpero no me tendrás a no ser que abras los ojos y aceptes a quien deseas. ¡A mí! ㅡexclamó ㅡ¡A mí, Draco! ¡A mí, el hombre que yo era antes de hacerte daño y el hombre que soy ahora!

    ㅡ¿Y si no puedo? ㅡsusurró Draco, desconsoladamente ㅡ¿Y si no puedo superar lo que nos hiciste?

    ㅡEntonces, nunca me tendrás otra vez. ㅡrespondió Harry con pesar ㅡPorque sé que no puedo seguir haciendo el amor con un Omega que tiene que cerrar los ojos para hacer el amor conmigo.

    Lo apartó de su lado, mientras Draco trataba de asumir sus palabras. Harry le había dado un ultimátum, se dijo mientras le observaba dirigirse al baño. Le había dicho que ya había pagado su infidelidad. Le había dicho, en definitiva, que tenía que volver a confiar en él o tendría que olvidarse de sus relaciones sexuales.

    No podía creerlo, no podía creer cómo se las había arreglado Harry para darle la vuelta a las cosas. Parecía ser el Omega quien tenía que hacer concesiones si quería que tuvieran una relación normal en el futuro.

    El resentimiento se apoderó del Omega, aunque se preguntó si Harry no tenía razón y el Omega tendría que aceptarlo tal como era, con sus culpas, si quería salvar su matrimonio. Pero aquello sólo añadió confusión a sus pensamientos.

    Seguía buscando una respuesta cuando sucedió algo que hizo que olvidara todos sus problemas.

    Los mellizos habían desaparecido.

     
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    capítulo 17

    Draco se dijo a sí mismo en el momento en que se dio cuenta de que se habían ido. La semana había pasado con una tensión insoportable. Harry se comportó de un modo frío y distante, sin preocupación de ocultar su enfado con Draco, así que todos suspiraron aliviados cuando se marchó a Italia por un par de días.

    Pero no se trataba sólo de eso. Era Semana Santa y los niños estaban de vacaciones, así que pasaban todo el día en casa. Su emoción ante el inminente cambio de casa no ayudó a que Draco estuviera tranquilo. Muchas veces se entrometían en su trabajo y el Omega no tenía la paciencia suficiente. Acabó por darles algunas reprimendas que no merecían.

    Estaba cansado de guardar cosas en cajas cuando oyó el teléfono. Lanzó un juramento y se dirigió a contestarlo, pero dejó de sonar.

    Volvió a su tarea sin dejar de maldecir.

    Todavía estaba jurando entre dientes cuando los mellizos entraron en la habitación.

    ㅡEra papá ㅡ dijo James con el semblante muy serio.

    No había olvidado la bronca que le echó Draco por tirar su zumo de naranja sobre el suelo de la cocina. Para James había sido una injusticia, porque lo había tirado cuando lo tomó para Albus, de modo que su intención había sido ayudar a su papi pero Draco vio el pequeño accidente y perdió los nervios.

    ㅡHa dicho que te diga que está volviendo de Italia ㅡ dijo el pequeño con frialdad ㅡY que primero irá a la oficina así que llegará tarde.

    "Al cuerno con él" pensó Draco. Que se quedará en su oficina mientras él se encargaba de la mudanza. "¿Haciendo el papel de mártir, Draco?", oyó que le decía la voz de Harry en el interior de su cabeza.

    ㅡLe dije que viniera a jugar con nosotros ㅡ intervino Lily.

    ㅡY supongo que él colgó inmediatamente muerto de miedo ㅡ dijo Draco con sarcasmo.

    Los mellizos no fueron ajenos a la crudeza de aquella expresión. Lily se puso roja de ira.

    ㅡ¡No, no dijo eso! ㅡ exclamó ㅡ¡Dijo que prefería jugar con nosotros a trabajar! ¡Y tú no eres un buen papá!

    Draco vio que a Lily se le llenaban los ojos de lágrimas antes de salir corriendo de la habitación y bajar las escaleras como un rayo seguida por James.

    Suspirando, apoyó una mano sobre su pequeño vientre hinchado y la otra en la frente. Reconociendo que, probablemente, merecía las palabras de Lily, se dirigió al piso de abajo. Los mellizos lo ignoraron, fingiendo estar concentrados en la televisión.

    Levantó a Albus del suelo, donde había estado jugando alegremente con su juego de construcción y miró a James y a Lily, con la esperanza de que le devolvieran la mirada para poder decirles que lo sentía. Pero pensó que, tal vez, aquello aumentaría su irritación y salió del salón con el pequeño.

    Una hora más tarde estaba a punto de volverse loco.

    Los buscó por todas partes, pero los mellizos habían desaparecido de la faz de la Tierra. Fue en coche hasta el parque, pensando que podrian estar en los columpios. Fue a la casa de la madre de Harry, sabiendo que Lily estaba fuera visitando a unos amigos, pero pensando que los mellizos no lo sabrían y que habrían podido acercarse allí. Inspeccionó la casa de arriba abajo dos veces, buscó en el jardín, y llegó a llamar a la nueva casa pensando que podría haber ido hasta allí de alguna manera. Pero no había sido así. Se disponía a llamar a la policía cuando sonó el teléfono.

    Contestó al instante. Estaba temblando de tal manera que le costaba apoyar el auricular en la oreja.

    ㅡ¿Señor Potter?

    ㅡSí ㅡ respondió con un susurro.

    ㅡSeñor Potter, soy la secretaria de su marido...

    Le dio un vuelco el corazón ㅡ¿Está Harry ahí? ㅡ preguntó.

    ㅡNo, todavía no ha llegado. ㅡ respondió a la mujer ㅡ Pero sus hijos acaban de aparecer preguntando por él y he pensado que...

    ㅡ¿Están ahí?

    ㅡ Sí. ㅡ dijo la secretaria amablemente, dándose cuenta de la preocupación de Draco ㅡSí, están aquí.

    ㅡ¡Ay, Dios mío! ㅡ exclamó Draco, tapándose la boca con la mano, conteniendo un torrente de lágrimas ㅡ ¿Están bien?

    ㅡSí, están bien.

    Draco se sentó en la escalera, invadido por una sensación de alivio. Pero se puso en pie casi al instante. ㅡ¿Puedes decirles que se queden ahí, por favor? ㅡ dijo casi en un susurro ㅡ Voy enseguida, voy enseguida...

    Colgó el teléfono, dio una pequeña risa nerviosa y se apresuró a preparar a Albus también.

    Draco llegó al edificio de Potter Industries justo cuando finalizaba la hora de descanso para comer. El moderno vestíbulo estaba repleto de gente que volvía a sus respectivas oficinas.

    Tenía las mejillas sonrosadas por el sofoco de la prisa y en su expresión, se vio que había sufrido un gran disgusto. Iba vestido con un pantalón blanco entubado que se ajustaba a su pequeño vientre hinchado, a juego con una playera blanca y una camisa manga larga de cuadros rojos que usaba Jackson en casa. Se detuvo en la entrada y miró con asombro a su alrededor.

    No podía ver a los niños. Sintió una punzada en el corazón y avanzó hacia el mostrador de recepción que había al otro lado del amplio vestíbulo, donde una chica coqueteaba con un joven que estaba apoyado en su mesa.

    ㅡDisculpe ㅡ dijo Draco sin aliento ㅡSoy Draco Potter. Mis hijos. Yo...

    ㅡ¡Señor Potter ! ㅡ exclamó la chica, poniéndose en pie y observando a Draco como si no pudiera creer lo que veía. Draco no la culpaba, sabía que su aspecto era horrible. Pero no le importaba, lo único que quería era ver a James y a Lily, necesitaba verlos.

    ㅡMis hijos. ㅡ repitió ㅡ ¿Dónde están? ㅡ preguntó sin darse cuenta de que la exclamación de la recepcionista se había oído en todo el vestíbulo y todo el mundo lo estaba mirando.

    ㅡOh, el señor Potter ha llegado hace diez minutos. ㅡ le dijo la chica ㅡLos ha llevado a su despacho y ha dicho que usted...

    ㅡLo acompañaré a su despacho, si quiere ㅡ dijo el Joven. Draco lo miró distraído y asintió.

    ㅡGracias ㅡ susurró y lo siguió a los ascensores, demasiado preocupado para darse cuenta de las miradas curiosas.

    El ascensor llevó muchos pisos más arriba y los dejó en una planta cuyo suelo estaba cubierto por una gruesa alfombra gris que amortiguó el sonido de sus pasos. Se acercaron a un par de puertas de color gris mate. Draco aminoró el paso, sintiéndose extraño, débil. El joven golpeó la puerta con los nudillos, esperó unos instantes y abrió. Luego se apartó para dejar pasar a Draco.

    Draco se detuvo en el umbral y miró a Harry con cautela. Estaba apoyado en una gran mesa de despacho, con los brazos cruzados. Los niños estaban sentados, muy juntos, en un gran sofá de cuero. Se le llenaron los ojos de lágrimas.

    Harry se levantó y se dirigió apresuradamente a Draco, quien comenzó a marearse con Albus en brazos. Harry tomo al bebé y sostuvo a Draco antes de que colapsara.

    ㅡ¡Ay, James, Lily ! ㅡ y se desmayó al instante.

    Cuando volvió en sí, estaba recostado en el sofá y tenía algo frío y húmedo sobre la frente. Cuatro rostros con reconocible parecido entre ellos lo miraban con preocupación. Sonrió débilmente y recibió cuatro sonrisas en respuesta.

    Harry estaba de rodillas a su lado cargando a Albus. Con una mano, agarraba la de Stiles. James y Lily estaban a su lado, cada uno apoyado en uno de los hombros de su padre. Era una imagen muy dulce y deseó tener papel y lápiz para poder inmortalizarla.

    ㅡ¿Cómo estás? ㅡ le preguntó Harry.

    ㅡMareado. ㅡ dijo Draco, luego miró a sus hijos mayores ㅡ Lo siento ㅡ dijo con un susurro y recibió dos sollozos como respuesta.

    Aquel sollozo expresó su arrepentimiento, sus disculpas, su amor y su miedo al verlo desmayarse. Luego, le contaron su aventura atropelladamente: habían llamado a un taxi, reuniendo sus ahorros para pagarlo y habían llegado a la oficina de su padre antes de que él llegara, llamando la atención y preocupación de todos los empleados.

    ㅡ Y metiendo el miedo en el cuerpo de su papi ㅡ dijo Draco , y se quedaron callados.

    Dirigió una seria mirada a Draco, que agachó los ojos.

    ㅡLo planearon todo muy concienzudamente. ㅡ agregó ㅡLlamaron a la compañía de taxis a la que tú llamas cuando yo estoy de viaje. Dijeron que estabas enfermo y que querias que los llevaran a mi oficina. Incluso le entregaron al taxista una de mis tarjetas de visita para que todo fuera más creíble.

    ㅡHmmm, Lily ㅡ dijo Draco, recordando lo importante que se sintió la niña cuando le encargó que llamara a un taxi para llevarlos al colegio cuando Harry no estaba.

    La pobre niña agachó la cabeza.

    ㅡYo pensé en usar la tarjeta de papá ㅡ intervino James, compartiendo valientemente las culpas con su hermana.

    Aunque todos sabían que el cerebro de aquella operación había sido la revoltosa de Lily.

    ㅡLo siento ㅡ susurró la pequeña y Draco vio con una punzada en el corazón cómo se limpiaba las lágrimas con su pequeña manita.

    El hecho de que no se acercara a él para buscar su reconfortante abrazo, le decía a Draco que, antes de su llegada, Harry los había reprendido severamente por su aventura.

    Draco observo a Harry. Estaba pálido y tenía los labios fruncidos, signo de una rabia contenida. Sostenía a Albus, abrazándolo como si necesitara el calor de su cuerpecito para consolarse de lo que realmente deseaba... abrazar a los mellizos.

    Se dio cuenta de que Draco lo estaba observando y frunció el ceño.

    ㅡMi secretaria está haciendo café. ㅡ dijo ㅡEn cuanto venga, le diré que baje con los niños a la cafetería para que coman algo. Tenemos que hablar.

    Aquello sonaba como una amenaza. Draco agachó la vista y se incorporó. En ese momento, llegó una joven de rostro muy agradable con una bandeja llena.

    Sin dejar a Albus, Harry se levantó y se acercó a ella. Mientras dejaba la bandeja en la mesa, le dijo algo en voz baja y llamó a los mellizos. Los niños le obedecieron sin ninguna queja lo que causó que se vieran confirmadas las sospechas de Draco de que el mayor les había estado regañando.

    Un momento después, Albus reposaba confiadamente en los brazos de la joven, que salió de la habitación dejando paso a los mellizos. Harry atribuye el café.

    No dijo nada hasta que le ofreció una taza a Draco, sentándose a su lado para comprobar que lo tomó hasta el último sorbo.

    ㅡBueno, ¿qué ha pasado? ㅡ le pregunté entonces. Draco reconoció sus culpas.

    ㅡHe estado muy impaciente con ellos. ㅡ admitió ㅡ Más de lo normal. Supongo que se han ofendido, así que se han ido a buscar consuelo a otra parte. ㅡ dijo y dejo la taza en el suelo. Estaba a punto de llorar otra vez ㅡPensé que habían ido a casa de tu madre... los he buscado por todas partes... Pero no se me ocurrió que pudieran venir aquí.

    ㅡEstá bien. ㅡ dijo Harry, agarrándole las manos ㅡ No te atormentes más. Están bien, ya los has visto.

    Draco asintió, tratando de tranquilizarse. ㅡLo siento ㅡ dijo al cabo de un rato.

    ㅡ¿Por qué?

    ㅡPor no ser un buen padre para tus hijos. ㅡ dijo ㅡ Por... venir aquí.

    ㅡAlgunas veces Draco, ㅡ dijo Jackson, perdiendo la paciencia ㅡme pregunto qué pasa por esa cabeza tuya.

    ㅡ¿Les has pegado? ㅡ Harry frunció el ceño.

    ㅡNo, claro que no. ㅡ dijo secamente ㅡ¡Pero los he regañado muy seriamente! Lo que han hecho ha sido estúpido y peligroso, y además, no había razón para hacerlo. ㅡ dijo sacudiendo la cabeza ㅡ James lo ha tomado bien, pero Lily estaba consternada. Creo que nunca le había gritado así.

    ㅡTe perdonará ㅡ le asegurará Draco. Lily adoraba a su padre.

    ㅡNo, si es como su otro padre, no lo hará ㅡ dijo Harry, y Draco agachó la mirada.

    ㅡNo se trata de... perdonar. ㅡ murmuró ㅡ Lo que me pasa es que no puedo olvidar. Has ensombrecido mi mundo, Harry.

    ㅡLo sé. ㅡ dijo Harry, observando con tristeza sus manos entrelazadas ㅡ Y el mío también. No es que importe, pero yo me lo merezco, tú no.

    ㅡ Entonces, ¿por qué lo hiciste?

    Harry suspiró profundamente y soltó la mano de Draco para pasarla por la cabeza.

    ㅡPorque él estaba allí ㅡ respondió de manera brutal, y frunció el ceño al ver que Draco se sobresaltaba.

    ㅡDebes haberle hecho mucho daño.

    ㅡ¿Sí? ㅡ Dijo Jackson ㅡ No es como tú, Draco. Las personas como Ginebra tienen la piel curtida, no se les hace daño tan fácilmente.

    ㅡY con eso te justifica, ¿no?

    ㅡ No. ㅡ Dijo Harry y apoyó los codos en las rodillas y se quedó mirando al suelo sobriamente ㅡ Pero no puedo sentirme culpable por sus sentimientos cuando no ha tenido en cuenta los míos.

    Draco frunció el ceño, sin entender a qué se refería. Harry lo vio y suspiró.

    ㅡSi trato de explicártelo todo, ¿me escucharás? ㅡ dijo. "¿Lo escucharía? ¿Quería saberlo todo? ¿Podría aceptar la verdad?" Apartó los ojos de él. Le temblaban los labios y estaba lleno de incertidumbre.

    Harry le agarró la mano y la estrechó.

    ㅡ Por favor. ㅡ le pidió de nuevo ㅡEres y sigues siendo el único al que he amado, Draco. Si no puedes oír nada más, por favor, oye eso, porque es la verdad.

    ㅡEntonces, ¿por qué te acostaste con Ginebra?

    Harry se irguió y frunció los labios. Retiró la mano y la dejó caer entre sus rodillas.

    ㅡPorque, por un corto periodo de tiempo, perdí el control. No sólo con lo que estaba ocurriendo entre tú y yo, sino también aquí, en este despacho. Ginebra fue una válvula de escape. Así de sencillo. ㅡ dijo mirando a Draco con pesadumbre ㅡEstaba bajo mucha presión y sinceramente, la utilicé para librarme de una parte de esa presión.

    "¿Y eso qué significaba para él?", se preguntaba Draco, sintiendo que la ira se agitaba en su interior.

    ㅡY ahora, yo tengo que perdonar y olvidar. ㅡ dijo ㅡY sentarme a esperar la próxima vez que estés bajo presión y sientas la necesidad de encontrar otra válvula de escape.

    ㅡNo, ㅡ dijo Harry con tranquilidad ㅡporque no volverá a ocurrir. ㅡ Draco lo miró con escepticismo ㅡ No volverá a ocurrir, ㅡ repitió Harry ㅡporque la primera vez no funcionó.

    Observó el rostro de Draco para ver si entendió lo que quería decir. Sonrió al comprobar que no era así.

    ㅡTú y tu eterna inocenciaㅡ murmuró secamente.

    ㅡDejé de ser inocente, Harry, a los diecisiete años. ¡Tú me quitaste la inocencia!

    ㅡTú me la diste, Draco. Me la diste libremente ㅡ Draco se sonrojó. Harry tenía razón. No solamente se la había dado, sino que se la había entregado alegremente.

    ㅡY lo creas o no, ㅡ continuó Harry ㅡla acepté cuando no tenía intención de hacerlo. No... no pienses mal. Te deseaba. ¡Dios mío, siempre te he deseado! Tenía veinticuatro años y cierta experiencia. Sabía que debía apartarme de ti y marcharme antes de que las cosas llegaran a ser demasiado serias. Pero no pude, así que decidí que lleváramos una relación inocente, pero tampoco pude conseguirlo. ㅡ dijo apretando la mandíbula ㅡ Al final, estaba tan obsesionado contigo que mi trabajo se resintió. Y el tuyo también. Tenías sobresaliente en todo hasta que aparecí yo. Pero, en lugar de sumergirte en los estudios, que era lo que debías hacer, empezaste a salir conmigo. Y tus padres hablaron conmigo...

    Draco se quedó muy sorprendido ante aquella noticia. Siempre había pensado que sus padres se habían limitado a saludar a Harry con una sonrisa cuando iba a recogerlo a casa.

    ㅡNo querrían que saliéramos. Y tienen razón, yo ponía en peligro tus estudios. Y por ti yo pospuse los grandes planes que tenía para mi futuro.

    ㅡ¿Esto? ㅡ preguntó Draco, refiriéndose al despacho en el que estaban.

    ㅡAlgo como esto ㅡ asintió Harry.

    ㅡAsí que al final alcanzaste tu sueño, a pesar de mí ㅡ dijo Draco amargamente.

    ㅡPero a expensas del tuyo ㅡ dijo Harry.

    ㅡ¿Los míos? ¿Cómo sabías que eran mis sueños si nunca te molestaste en preguntar?

    ㅡEstudiar Arte primero y luego ganarte la vida como artista. En publicidad, tal vez, o en diseño. No pensabas en otra cosa.

    ㅡ¿Ah no? ㅡ dijo Draco, burlándose de la excesiva confianza de Harry ㅡ Eso demuestra lo poco que me conoces.

    Un brillo cruzó la mirada de Harry.

    ㅡEntonces, ¿qué querías? ㅡ preguntó Harry con cierta incomodidad, como si no quisiera escuchar la respuesta.

    Draco le dirigió una mirada desafiante. "A ti", quería decir, "todo lo que he querido en la vida eres tú".

    ㅡDigamos que he obtenido lo que merecía ㅡdijo, y se dio cuenta de que a Harry le dolieron esas palabras.

    ㅡEstuve a punto de desaparecer de tu vida hace siete años, cuando me dijiste que estabas embarazado. ㅡ dijo Harry, y Draco cerró los ojos aceptando que le correspondía a él hacerle daño ㅡPasé aquella noche aquí, en Londres, pero lo que no sabes es que tuve varias entrevistas en las que me ofrecieron irme a trabajar al extranjero.

    Draco lo había sospechado. Desde que supo su aventura con Ginebra, sospechó que Harry se había visto atrapado por su embarazo. Harry no se habría casado con él, pero no tuvo elección.

    ㅡNo... ㅡ dijo Harry agarrándole las manos otra vez ㅡ estás confundiendo mis razones. ¡No quería dejarte! Pero estaba preparado para salir de tu vida por tu propio bien. Eras demasiado joven como para decidir tu vida tan pronto. Aquellas ofertas de trabajo eran una encrucijada. Acepté una de ellas, porque creía que era lo mejor para los dos. Pero no era una decisión fácil y me sentí muy mal, ensayando un montón de adioses. ㅡ se detuvo, grabando ㅡ y allí estabas tú, ㅡ murmuró ㅡ de pie delante de mí, mirándome con esa... con esa. ㅡ dijo, cubriendo con una mano los ojos de Stiles por un instante ㅡ Y allí estaba yo, muriéndome por dentro porque tenía que abandonarte. Y lo que siguió a continuación... ㅡdijo tragando saliva ㅡ fue que hicimos el amor cuando no debimos hacerlo, porque, ¿cómo le dices a la persona que amas que vas a dejarla? ㅡ dijo, tan perdido en sus propios recuerdos que no se dio cuenta de que Draco estaba pálido y quieto ㅡ Entonces, cuando trataba de decirte que me iba, apoyaste la cabeza en mis rodillas y dijiste: "Estoy embarazado, Harry, ¿qué vamos ¿hacer?".

    Rió ligeramente, sacudiendo la cabeza.

    ㅡFue como la anulación de una condena a muerte cuando el verdugo está a punto de ponerte la soga al cuello. Me sentí libre, vivo. Tan vivo que lo único que pude hacer fue quedarme allí sentado y dejarme invadir por la alegría. No tenía que dejarte marchar porque me necesitabas. ¡Me necesitáis! Podia dejar de pensar en tus estudios, en lo joven que eras. Y podía hacer lo que más deseaba, que era casarme contigo y cuidarte y guardarte, para que nadie supiera el maravilloso tesoro que tenía.

    Respiró profundamente y luego dejó escapar el aire muy despacio.

    ㅡ Entonces, nos casamos. ㅡ continuó con menos emoción ㅡ Y nos vinimos a vivir en aquel piso tan pequeño de Lambeth. No teníamos dinero ni propiedades, pero creo que no he sido más feliz en mi vida. Entonces, llegaron los mellizos y empezaron a hacer algo que siempre había pensado, empezaron a jugar en la bolsa. Compré acciones, y un día, un paquete me dio un gran resultado. Podía hacer dos cosas: comprar una casa para ti o reinvertirlo todo. Lo invertí todo, ㅡ confesó ㅡ y me sentí como si hubiera cometido un pecado mortal.

    A Draco le hubiera gustado que, al menos, consultara con él lo que debería hacer. Pero, pensó, tal vez, Harry no habría llegado a ser el que era si hubiera tenido que consultar a otros cada vez que tomaba una decisión arriesgada.

    ㅡPasé un año sintiéndome culpable cuando se hizo tan difícil vivir en aquel piso con los dos niños. Pero entonces, las acciones empezaron a dar dividendos y alcanzaron un precio tan alto que las vendí para invertir otra vez. Y después de aquello, nunca tuve que mirar atrás. Compramos la casa y fundé mi propia empresa, que ha crecido hasta llegar a convertirse en lo que es hoy. Aunque todo eso, con sacrificios. Cuanto más crece la empresa, más tiempo tengo que pasar trabajando. Y la naturaleza de mi negocio supone que tengo que moverme por ciertos círculos sociales para enterarme de lo que pasa en el mundo de los negocios. Pero, cuanto más conozco ese mundo, más decidido ninguno estoy a que no te toque de sus bajezas. Tú has sido el jardín de rosas en medio de la jungla urbana en la que me desenvuelvo. Tú has sido el único constante de mi vida.

    De nuevo, respira profundamente. Miró a Draco con algo de timidez, porque le estaba revelando demasiado del hombre que normalmente guardaba escondido en su interior, el hombre que Draco siempre había querido conocer, pero que nunca parecía estar lo bastante cerca del Omega.

    ㅡCreo que allí arriba, alguien debió pensar que era demasiado feliz, porque tuviste un embarazo y un parto muy difícil con Liam, y uno de mis últimos negocios se vio metido en un escándalo de fraude, que llevó meses resolver. Pasé más tiempo fuera que en casa, que era donde debía estar, ayudándote. Porque muchas veces eres demasiado terco, Draco. Teníamos más dinero del que podíamos gastar y te negaste a contratar una sirvienta ㅡ Draco se irguió.

    ㅡPuede que tú no puedas dirigirte a este lugar tú sólo, pero yo sí puedo ocuparme de una casa y tres niños.

    Harry suspiró.

    ㅡPero todos tenemos un límite de resistencia. ㅡ dijo ㅡTú casi alcanzaste el tuyo cuando nació Albus y nos dio cuatro meses de tormento.

    ㅡ Y me enteré de tu aventura con Ginebra ㅡ agregó Draco con frialdad. Pero Harry negó con la cabeza.

    ㅡ No. Ése fue el resultado de superar mi límite de resistencia, Draco. Casi lo pierdo todo en la compra mas dificil en la que he estado metido. Harvey's, un grupo de empresas más grande que el mío, pensó que quería quitarme de la circulación y me atacó con todas sus armas. Incluye una acusación de fraude.

     
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    capítulo 18 (final)

    ㅡ¿La compra de Harvey's? ㅡ Draco siempre había pensado que había sido Harry el que proponía comprar aquella empresa y no al revés.

    Harry asintió, sin saber que Draco estaba asombrado con la nueva visión de los hechos.

    ㅡFue amarga y muy dura. ㅡdijo ㅡY tuve que asumir riesgos que me hacen temblar cuando pienso en ellos, ahora que terminó todo hace tiempo. En otros periodos difíciles, siempre te tuve a ti para encontrar alivio, pero esta vez estabas ocupado con Albus y con el sarampión de los mellizos. Sé que suena muy egoísta, pero los envidiaba porque ellos obtenían tus cuidados y yo no. ¡Te necesitaba, Draco, pero no podías ayudarme! Y que Dios me perdone, Ginebra sí podía. ㅡ dijo y suspiró con angustia ㅡ Con la brillante ayuda de Ginebra, gané la batalla de Harvey's. Pero sabe Dios por qué razón, me sentí tan aliviado que perdí el control y caí en sus brazos.

    ㅡ¿Cuánto tiempo? ㅡ Draco lo miró con asombro.

    ㅡ¿Cuánto tiempo qué?

    ㅡ¿Cuánto tiempo fueron amantes?

    Harry sacudió la cabeza con una extraña expresión.

    ㅡNunca lo fue, al menos, no en el sentido en que tú lo dices. He intentado decírtelo varias veces, pero te negabas a escucharme... Dios sabe que no te culpo. Al fin y al cabo, te he sido infiel en todo menos en hacer el amor. Salía con Ginebra en lugar de volver a casa. Lo invitaba a cenar, a bailar...

    ㅡ Cho me dijo que te había visto saliendo de su apartamento ㅡdijo Draco con voz grave.

    Harry asintió.

    ㅡDespués de la batalla con Harvey's me volví un poco loco. ㅡdijo sin poder ocultar cierto desprecio por sí mismo ㅡMe quedé sentado aquí bebiendo hasta que no pude volver a casa conduciendo. Ginebra me recogió y me llevó a su apartamento hasta que estuve sobrio. Oh!, ㅡañadió con una sonrisa cínica ㅡno me entiendas mal. Ella sabía lo que estaba haciendo y yo sabía lo que se proponía, pero... no pude. No eras tú y borracho o no la idea de acariciarla me ponía enfermo. Debió darse cuenta, porque salió de la habitación. Yo me quedé dormido y no me desperté hasta la mañana siguiente. No tengo ni idea de dónde durmió ella aquella noche, pero entró en la habitación mientras yo trataba de recordar lo que había ocurrido, horrorizado por mi comportamiento incluso antes de que me dijera que no me había portado mal por haber bebido tanto.

    Se detuvo para tragar saliva y Draco se puso muy pálido.

    ㅡDejó que me atormentara durante meses antes de decirme la verdad. Fue su forma de vengarse de mí por quitarle la representación de mi empresa y dársela a uno de sus socios. La noche que habló contigo no fue más que un intento de vengarse de mí. Cuando la llamé, le dije que iba a retirar mis negocios de su esfera. Estoy hablando de mucho dinero, Draco de una cuenta muy lucrativa. Que la firma perdiera la representación de mis negocios completamente no iba a sentar muy bien a sus socios. Los insultos que cruzamos son tan viles que no quiero repetirlos, pero me dijo que no la había tocado nunca, lo que me hizo sentirme mucho mejor. Me dijo las peores cosas que se le pueden decir a un Alfa, pero a mí me sonaron a música celestial, porque me di cuenta de que estaba diciendo la verdad cuando decía que no la había tocado...y esa es la verdad desnuda... ㅡdijo mirando a Draco a los ojos ㅡEspero que la creas, pero no te culparé si no quieres hacerlo. Puedes quedarte con todo mi dinero y todo mi poder, ㅡdijo Harry con voz grave ㅡa cambio de tu perdón.

    Draco agachó la cabeza, mirándose las manos que tenía apoyadas sobre el regazo. Quería creerle, necesitaba creerle, pero...

    ㅡYa tienes mi perdón ㅡle dijo Draco con irritación, pero las dudas no lo abandonaban.

    ㅡEntonces ¿qué más quieres que diga? ㅡdijo Harry con frustración ㅡ ¡No puedo obligarte a que lo olvides! ¡Sólo tú puedes hacerlo!

    Draco perdió la paciencia y se levantó. Le ponía furioso que Harry descargara en él los problemas de su matrimonio. Había revelado mucho de sí mismo pero aquel hecho no lo ayudaba.

    Tal vez aquel fuera su problema. Él, como Harry, siempre había ocultado una parte de sí mismo. Sus sueños tal como él los había llamado. Pero, ¿cómo iba él a saber que su sueño era ser su esposo y el padre de sus hijos, si él no se lo había dicho nunca?

    ¿Podría decírselo en aquellos momentos? Con toda la tristeza y el dolor que había llevado a sus espaldas en los últimos meses, ¿podría ser tan sincero con él como Harry lo había sido con el Omega? ¿Podría serlo con el fin de salvar su matrimonio?

    El silencio era espeso. Entonces, al levantar la mirada hacia Harry observo colgados sobre la pared detrás de él los dibujos que había hecho de James, Lily, Albus y de él mismo. Sus propios dibujos enmarcados y colgados.

    ㅡLos robé. ㅡdijo poniéndose de pie mientras Draco se acercaba a ellos ㅡQuería verlos cada vez que lo necesitara... ¿Te molesta?

    Draco se sorprendió de no haberlos echado de menos. Entonces, recordó el desorden que reinaba en su casa con los preparativos de la mudanza y sonrió.

    ㅡHas quitado las rayas. ㅡdijo observando su retrato y sintiéndose un poco expuesto por lo mucho que revelaba de sí mismo ㅡYo no soy así ㅡdijo a pesar de lo que sus ojos le decían.

    ㅡSí lo eres ㅡdijo Harry con un orgullo que no le pasó desapercibido a Draco.

    ㅡEs una galería familiar.

    ㅡPero faltas tú.

    ㅡSí. ㅡdijo Harry, y la sonrisa desapareció de su semblante ㅡ¿Por qué Draco? ¿Por qué no había un retrato mío en ninguno de tus cuadernos?

    ¿Los había hojeado todos? Vaciló un momento y luego, le dijo la verdad, era la hora de la verdad.

    ㅡTodos me quieren. ㅡ le dijo mirando los retratos de sus tres hijos ㅡ Yo creía que tú ya no me querías. Traté de dibujarte, ㅡ añadió ㅡ pero no lograba recordar tus rasgos así que lo dejé.

    ㅡ¿Los ha visto Diggory?

    ㅡ¿Quien? ㅡ la hosquedad de su voz le sorprendió y tuvo que pensar por un momento antes de recordar quién era Diggory ... Cedrig ㅡ Oh!, no. Nadie los había visto.

    ㅡ¿Fue muy serio lo que ocurrió entre ustedes?

    ㅡEn absoluto.

    ㅡLo besaste. Los vi.

    ㅡ ¿Un beso apresurado en un coche? ㅡ dijo Draco burlándose de los celos de Harry ㅡ No fue nada, nada en absoluto.

    Pero Harry no se convenció y lo agarró por los hombros. Draco suspiró. Harry lo había hecho de nuevo había descargado las culpas sobre el Omega de modo que tenía que defenderse de algo que ni siquiera había hecho. Sonrió al pensar en lo absurdo que era todo.

    ㅡVuelves a parecerte a ese diablo. ㅡdijo ㅡYa sabes, el que se ducha con fuego.

    ㅡVoy a besarte ㅡgruñó Harry.

    ㅡ¿Qué? ¿Aquí en tu despacho? Te equivocas de escenario cariño, yo pertenezco a tu otro mundo, ¿recuerdas?

    A Harry no le importó y lo besó apasionadamente, hasta que Draco se rindió entre sus brazos. Lo besó hasta que él le echó los brazos al cuello y le acarició la nuca, hasta que sus lenguas se entrelazaron. Los pezones de Draco se erizaron, al tiempo que sentía la urgencia del deseo de Harry contra el pequeño vientre hinchado.

    ㅡTe quiero, Draco ㅡ susurró Harry.

    ㅡLo sé. ㅡ dijo Draco besándole suavemente en el cuello ㅡ Creo que puedo creerte otra vez.

    Harry suspiró con alivió y volvió a besarlo, esta vez dulcemente.

    Uno de los teléfonos empezó a sonar. Harry lo miró con un brillo de ira en la mirada. Luego agarró a Draco y lo llevó hasta su mesa.

    ㅡNo te muevas ㅡdijo separándose un poco del Omega para alcanzar el teléfono.

    Fue increíble cómo pasó de ser un amante apasionado a ser un frío hombre de negocios, pensó Draco mientras miraba a Harry aunque sin oír nada de lo que decía. Parecía más delgado, con los rasgos más duros, como si se hubieran alterado para adecuarse al hombre que era en aquellos momentos. Su mirada era fría, a pesar de que no dejaba de mirarlo y tenía los labios apretados, perdiendo toda la sensualidad que tenían al besarlo.

    Draco sonrió y Harry frunció el ceño al verlo, sin distraer la atención de la conversación que estaba manteniendo. Un diablillo en el interior de Draco hizo que le dieran ganas de hacer cosquillas sobre la armadura de aquel magnate de las finanzas y le acarició un muslo.

    Harry casi se atragantó. Agarró la mano de Draco para detenerlo, un brillo cruzó por sus ojos y le tembló la voz. Draco se rió.

    ㅡTe llamaré más tarde. ㅡgruñó Harry y colgó ㅡ¡Era un cliente muy importante! ¡Lo has hecho a propósito! ㅡlo acusó atrayéndolo hacia sí.

    ㅡTe quiero, Harry ㅡle dijo suavemente. Harry se puso pálido y tragó saliva.

    ㅡDilo otra vez ㅡ Draco lo besó en la boca con ternura.

    ㅡTe quiero ㅡrepitió, dándose cuenta de lo fácil que le resultaba decirlo después de haberlo dicho una vez.

    Harry respiró profundamente, casi como si estuviera oliendo el aroma de aquellas palabras.

    ㅡEchaba de menos que me lo dijeras. ㅡdijo y volvió a respirar profundamente ㅡHe echado de menos la luz de tu cara cuando me lo decías ㅡdijo acariciándole la mejilla.

    ㅡTe quise cuando era un niño de diecisiete años. ㅡle dijo Draco con dulzura ㅡY desde entonces, nunca he dejado de amarte. Sólo que a veces, se me olvidaba.

    ㅡY ocultaste tus sentimientos, convirtiendo las noches en un infierno. ㅡdijo Harry con un profundo suspiro ㅡTodas esas noches silenciosas y oscuras. Eran como un castigo.

    ㅡVámonos a casa ㅡmurmuró Draco que deseaba abrazarlo desnudo en la luz de su dormitorio ㅡ¿No nos podemos ir?

    ㅡ¡Claro que podemos! ㅡdijo Harry levantándose de la mesa ㅡ Soy el jefe, esto es mío.

    ㅡHmmm, ya me había olvidado de que eres multimillonario. ㅡdijo Draco, mirándolo reflexivamente ㅡEso significa que, si nos divorciamos, la mitad de tus propiedades son mías. Me pregunto si merecerá la pena...

    Harry lo agarró por los hombros y lo condujo hacia la puerta.

    ㅡVámonos a casa. A la nueva. Le dejaremos los niños al ama de llaves e inauguraremos una de las habitaciones, así podré enseñarte la más valiosa de mis propiedades.

    ㅡParece interesante ㅡmusitó Draco.

    ㅡSerá algo más que eso.

    ㅡEstoy en una condición muy delicada ya lo sabes.

    ㅡLo que no ha supuesto ningún problema hasta ahora. De hecho, te recuerdo que sueles ser más sensible cuando estás así.

    En aquel momento, se abrió la puerta del despacho y los niños entraron corriendo.

    Harry agarró a Albus, que estaba muerto de sueño. El niño apoyó la cabeza en el hombro de su padre, y Draco no pudo evitar una sonrisa al ver la escena. Bajaron en el ascensor y se dirigieron al aparcamiento.

    Harry llevaba a Albus en un brazo y con el otro rodeaba los hombros de Draco. James se había convertido en un piloto de caza que amenazaba con atacarlos según como avanzaban y Lily iba agarrada con fuerza de la mano de su papi.

    ㅡNunca volveré a hacerlo de nuevo, papi ㅡle había dicho hacía unos instantes. Y Draco sabía que cumpliría su promesa. Le dio una caricia a su suave cabello.

    Era un día soleado y la mitad de los empleados de Potter industries estaban asomados a las ventanas para ver a la familia del dueño de la empresa.

    ㅡNo puedo creerlo. ㅡdijo un hombre ㅡSabía que estaba casado ¡pero cuatro hijos!

    ㅡLlevo años trabajando para él. ㅡpuntualizó otro ㅡY no sabía que estaba casado. Siempre ha sido demasiado duro, no sé cómo una criatura como ésa puede haberse casado con un hombre así.

    ㅡAhora no parece tan duro. ㅡseñaló el primero ㅡAl revés, tiene un aspecto muy amable. Puede que en su casa sea diferente.

    ㅡPuede que el Omega no sea tan dulce como parece. ㅡdijo el segundo ㅡDespués de todo, si tienen cuatro hijos, significa que...

    Los empleados siguieron hablando y observando.

    ㅡ¿Y mi coche? ㅡpreguntó Draco.

    ㅡHaré que lo lleven esta tarde.

    ㅡNo mientras tenga las llaves aquí conmigo ㅡdijo Draco sonriendo presumidamente.

    Harry murmuró algo entre dientes, cambió al pequeño Albus por las llaves del coche de Draco, y después de abrir la puerta del Porsche les dijo a los mellizos que se metieran en el asiento. Abrió la puerta del acompañante y ayudó a Draco a entrar.

    Los empleados que miraban desde las ventanas, lo vieron volver al edificio y aparecer al cabo de unos segundos con Lee, del departamento de ventas, el joven que había acompañado a Draco hasta su despacho.

    Harry se acercó al Porsche y un momento después, abrió la puerta de atrás. Los niños salieron a toda velocidad y él fue a abrir la puerta del acompañante. Recogió a Albus y todos juntos se dirigieron hacia el Jeep de Draco. Harry cruzó unas palabras con Lee y se intercambiaron las llaves. La razón del cambio de coche quedó clara cuando sentaron a Albus en su sillita. Lee se dirigió al Porsche para ir detrás de ellos.

    ㅡSanto Dios ㅡdijo alguien ㅡ¡Lo tienen en la mano! Me pregunto cómo lo hacen. Saberlo puede valer una fortuna.

    ㅡOjos como plata liquida, pelo rubio platino y un cuerpo delicioso, aunque esté embarazado ésa es la fórmula secreta.

    ㅡYo creía que tenía una aventura con Ginebra Wesley ㅡmurmuró otro.

    ㅡ¿Ginebra Wesley?

    ㅡPerdón, es una idea muy tonta si ya tiene una familia.

    ㅡQué niños tan guapos ㅡdijo alguien.

    ㅡQué chico tan guapo ㅡdijo otro.

    ㅡQué coche tan bonito ㅡdijo riendo el siguiente.

    ㅡ¿Su casa es bonita?

    ㅡSu negocio es bonito ㅡdijo algún bromista.

    ㅡBonito panorama. Venga, todos a trabajar ㅡgritó un jefe.

    ( . . . )

    ㅡRecuérdame que compre una sillita para mi coche ㅡdijo Harry.

    ㅡ¿Qué? ¿Y echar a perder tu imagen de despiadado hombre de negocios?

    ㅡ¿Qué imagen de despiadado hombre de negocios? ¿Te has molestado en mirar a las ventanas del edificio?

    ㅡNo, ¿por qué? ㅡdijo Draco, volteándose a mirar en aquellos instantes y observando a los curiosos ㅡ¿Te van a hacer bromas sobre nosotros?

    ㅡEn mi cara, no si tienen un mínimo instinto de supervivencia. Aunque sabe Dios lo que dirán a mis espaldas.

    ㅡNo importa. ㅡdijo Draco, apoyando una mano sobre la pierna de Harry ㅡDespiadado o no, todos te queremos.

    ㅡDeja la mano donde está y dirán que soy un maníaco sexual.

    ㅡ¿Qué es un maníaco sexual? ㅡpreguntó James.

    ㅡSi ¿qué es eso papá? ㅡmencionó Lily.

    A Draco se le escapo una risita y apartó la mano. Harry miró al cielo y suspiro.

    ㅡCuando sean mayores, hijos. ㅡdijo ㅡSe los explicaré cuando sean mayores.

    ㅡ¿Me lo vas a explicar a mi también cuando sea mayor? ㅡdijo Draco. Harry le dirigió una ardiente mirada.

    ㅡHaré algo mejor que eso. Te haré una demostración en cuanto estemos a solas.

    ㅡCon la luz encendida, para que pueda...

    ㅡ¡Draco! ㅡexclamó Harry, cerrando los ojos ㅡNo sabes cuánto deseo hacerlo.

    ㅡSí que lo sé ㅡle dijo Draco y su mirada le dijo por qué. La mirada de Harry se ensombreció.

    ㅡSigue pensando lo que estás pensando ㅡdijo y aceleró.



    gracias a los que leyeron y comentaron les agradezco mucho.

    P. D: no se si hacer un epílogo o si lo dejo así como termina el libro original, también si quieren que haga alguna adaptación de un libro que les guste y sobre una pareja en específico ya sea de la saga de Harry Potter o otra película, serie o anime no duden en decirme. 😍😍😘

     
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    Oix, que bonito final, pero siento que necesito un epílogo ♥️ me apena incluso que se acabe jeje pero me alegro que al final no se haya acostado con Ginebra 😊

    Aquí por aportar ideas, si hicieras otro fanfic sobre James Potter y Severus Snape en su juventud a mi me tendrías loco de contento ♥️
     
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