Boda Griega (James Potter x Severus Snape) terminada

Adaptación, Omegaverse, contenido maduro

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    gracias 🙂 me alegro mucho de que te guste la historia 🙂🙂

     
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    Yaoizando
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    capítulo 9

    Despues de un momento de duda, James se quitó la chaqueta y se la echó al hombro.

    —¿Dónde está todo el mundo?

    Severus respiró profundamente antes de responder.

    —Les he dado la tarde libre.

    —Espero que sepas cocinar. Tengo hambre.

    Severus agarró con fuerza el sobre con las fotos.

    —James...

    —¿Por qué no haces algo de cenar? Mientras tanto a mí me vendría bien una ducha.

    Estaba claro que James no había entrado nunca en una cocina y pretendía seguir sin hacerlo.

    Como si, por fin, se diera cuenta de que allí pasaba algo, James lo miró.

    —¿Severus?

    —No es necesario que subas. He hecho que envíen toda tu ropa al yate.

    —¿Te has vuelto loco ?

    —No. Es que esta mañana me he encontrado esto —dijo él mostrándole el sobre con las fotos—. Y si crees que mi comportamiento reservado con tus amigos ha sido suficiente como
    para avergonzarte delante de ellos, ahora te darás cuenta de que has tenido mucha suerte.

    James no hizo nada por tomar el sobre.

    —Pero me parece que no voy a ser tan afortunado ahora. También me parece que no has sido sincero antes, cuando te negaste a admitir que te pasaba algo. Pero aun así pretendo darme una ducha, Severus.

    —¿Una ducha?

    —Y con eso tendrás un cuarto de hora para hacer que traigan mi ropa, porque me quiero cambiar. O vamos a tener una buena pelea.

    Incrédulo, él vio cómo James empezaba a subir las escaleras. Entonces, la frustración lo hizo entrar en acción y lo adelantó, llegando antes que James al descansillo.

    —Estoy seguro de que hay una buena razón para que estés actuando como un niño...

    —¡Toma! —Lo interrumpió él tirando las fotos al suelo—. ¡Aquí estáis tu amante y tú! ¿Ves ahora de lo que se trata?

    —¿Amante? —preguntó James mirando las fotos en el suelo, donde solo había caído una de frente—. ¿De qué me estás hablando?

    Severus lo golpeó entonces. No había pensado hacerlo. Apretó los puños y lo atacó vigorosamente, dándole en el hombro y el pecho. James estaba tan poco prevenido, que casi perdió el equilibrio y se tuvo que agarrar frenéticamente a la barandilla. Luego subió al descansillo y lo agarró por las muñecas, airado.

    —¡Dios mío! ¿Estás loco? ¿Qué tiene que ver contigo con quién me haya acostado antes de casamos?

    Sin esperar respuesta, James lo soltó y recogió del suelo las fotos y el recorte de prensa.

    —¿De dónde has sacado estas fotos? —le preguntó pasmado.

    —De tu amante.

    —No creo. Ahora respira profundamente y dime cómo han llegado hasta ti.

    —No vas a conseguir librarte de esta, James.

    Luego él le contó lo de la revista y el mensaje escrito en el espejo que se encontró en el camarote del barco.

    —¿Y las fotos?

    —Las dejaron en mi bolso.

    James las arrugó y las tiró de nuevo al suelo. Luego empezó a subir de nuevo las escaleras, decididamente.

    Agarrado a la barandilla, Severus lo vio tomar su teléfono móvil y ponerse luego a hablar en griego por él.

    —¿Qué haces con el teléfono?

    —Damianos se ocupará de esto e identificará al culpable —dijo James con el ceño fruncido—. Deberías habérmelo contado inmediatamente. El que un empleado mío haya tenido la
    insolencia de tomar parte en algo como esto, me molesta enormemente No me sorprende que te hayas enfadado tanto.

    —No estoy enfadado, James, estoy tan furioso que...

    —Que no puedes golpear bien. He recibido el mensaje. Cuando te enfadas eres muy griego, Severus. Y como puedo entender lo que esta desagradable campaña ha estado haciendo con tu mente, puedo disculpar tu falta de control y maravillarme de tu habilidad
    para permanecer hoy incluso educado conmigo.

    —¿Crees que con dar esos rodeos vas a conseguir calmarme? ¿Crees que soy estúpido?

    —Esas fotos fueron tomadas hace un año. Desafortunadamente, la primera vez que supe de su existencia, fue cuando la revista decidió publicar una de ellas. Esa semana yo no estuve
    con nadie. Y la revista ya publicó en su momento una disculpa. Si yo preferí poner el asunto en manos de mis abogados, fue en consideración por tus sentimientos

    —¿Mis sentimientos?

    —No quería que pensaras que habías sido humillado por esa revista, Y te diré algo más. No creo que Lily sea la instigadora de todo eso.

    —Por supuesto que no...

    —No es su estilo. Lily no es rencorosa y nos separamos en términos cordiales. ¿Quién más puede tener razones para hacer esto?

    —Molly ... —le sugirió él.

    —¡No seas ridículo!

    El silencio cayó entre ellos.

    —Sí, tú crees que yo soy estúpido, ¿no?

    James frunció el ceño de nuevo.

    —Ya tengo bastante, Severus. Naturalmente, pude conseguir que la revista se disculpara, porque yo no estuve con Lily esa semana después de nuestra boda.

    —Porque tú lo dices. Pero bien pudiste hacer que el fotógrafo mintiera sobre cuándo hizo las fotos. Puedes haber intimidado al editor de la revista. Tal vez la foto que publicaron era la única prueba que ellos tenían, ¡y en las fotos no sale la fecha! Sin más pruebas de que tú estuvieras con Lily, ¿qué podía hacer la revista salvo rendirse a tus amenazas?

    —Me estás acusando de mentir...

    —Ya me advertiste de que podrías hacer cualquier cosa que quisieras cuando te casaras conmigo.

    —¡Si estuviera haciendo lo que quisiera ahora mismo, tú estarás a mis pies suplicándome perdón! ¿Cómo te atreves a dudar de mi palabra?

    —Porque ya van dos veces que te pillo en una mentira y, para mí, eres un casanova. ¡Y yo no tengo la menor intención de vivir con un donjuán!

    —¿Dos veces? ¿De dónde te has sacado eso?

    —Yo fui lo suficientemente tonto como para tragarme tu cuento acerca de que alguien te había drogado la bebida hace diez años en ese club. Pero no me pidas que me trague otra tontería como esa.

    —¿Estás uniendo lo de ahora con...?

    —¿Por qué te muestras tan incrédulo, James? Tú no me pudiste creer una vez y te creíste lo que dijo todo el mundo, menos yo. Si se me volviera a acusar de lo mismo, volvería a ser igual.

    —Ya estás volviendo de nuevo a lo que sucedió o no en ese aparcamiento. ¡No me lo puedo creer! —dijo James pasándose una mano por la cabeza.

    —Yo no confío en ti porque tú no confías en mí. Y porque no tenemos un matrimonio, sino un acuerdo comercial.

    —Calla y escúchame.

    Severus agitó la cabeza.

    —Yo ya he cumplido mi parte del trato.

    —Si usas esa palabra una vez más...

    —Estoy embarazado y ahora quiero que te vayas de esta casa y me dejes en paz.

    James se quedó helado.

    —¿Estás embarazado ? ¿Ya?

    —Bueno, tú te has esforzado mucho para que sea así, ¿no?

    —Estás tan alterado que no sabes lo que dices. Dios mío... estás embarazado. ¡Podías haberte hecho daño al golpearme!

    Entonces lo tomó en brazos y lo llevó al dormitorio.

    Severus parpadeó incrédulo.

    —No deberías estar montando escenas como esta. Tienes que tumbarte y estar tranquilo, piensa en el niño...

    —James, acabo de pedirte que te vayas de esta casa y que me dejes en paz.

    —No lo has dicho en serio.

    James suspiró pesadamente y lo dejó a los pies de la cama.

    —Estás histérico.

    —¡No lo estoy!

    —No voy a discutir contigo sobre esto. Naturalmente, estás molesto. Tienes razones para sospechar y yo te disculpo.

    —¡Crees que me tienes donde quieres porque estoy embarazado! ¡Pues no es así! ¡Mi abuelo cuidará de mi madre, así que no me puedes hacer daño con eso y, si no te vas tú de esta casa, seré yo él que me vaya al yate.

    —La tripulación está de vacaciones, así que sería difícil que alguien se fuera en él en estos momentos. Solo está disponible el helicóptero.

    —No tienes derecho a hacerme más de lo que ya me hayas hecho.

    —Odio bajar a este nivel, pero si crees eso, ¿por qué me permitiste hacer el amor contigo esta tarde? —le preguntó James.

    Él se ruborizó

    —Eso fue sexo. ¡Yo te utilicé porque me apetecía! Crees que esto es divertido, ¿verdad? Seguro que piensas que estoy loco por ti y que esto es solo una pelea más y mis amenazas son vanas. Pues no es así. ¿De verdad te crees que yo soy tan tonto como para que me importe un tipo que se ha casado conmigo solo por hacerse con el dinero de mi abuelo?

    James levantó la cabeza y lo miró fijamente.

    —Eres digno de lástima —continuó él —. Tan superior en todo, ¡y aun así accedes a casarte con un Omega del que piensas lo peor solo para conseguir el imperio Prince!

    James se quedó inmóvil por un momento. Luego se puso pálido. Sin decir una palabra más, Salió de la habitación -

    —¡Y no vuelvas! —le gritó él.

    Cinco días más tarde llegó a la Isla el hermano pequeño de James, Jake.

    —No tienes buen aspecto —le dijo a Severus después de saludarse— Parece como si no hubieras parado de llorar. James no llora, pero está de un humor de perros y, todo aquel que puede, se mantiene apartado de él.

    —¿Dónde está?

    —En Atenas, trabajando. A mi madre se le ocurrió decir que vuestro matrimonio fue un error y James le gritó por primera vez en su vida. Mi padre trató de defenderla y James estuvo a punto de pegarle. Así que, si tú no eres feliz, Severus, trata de recordar que no eres el único. ¡Normalmente no tenemos combates de boxeo durante la cena!

    —No es mi culpa que esto no haya funcionado.

    —¿Puedo sentarme o ahora soy del enemigo?

    Severus se ruborizó.

    —Por supuesto que te puedes sentar. ¿Quieres tomar algo?

    —No, gracias. Solo dame cinco minutos de tu tiempo. James no sabe que estoy aquí y, si lo supiera, me arrancaría la cabeza.

    —No quiero hablar de James contigo. No me parecería bien.

    —Pero puedes escucharme, ¿verdad? ¿Lo que ha causado todos los problemas entre mi hermano y tú fue lo que salió en la prensa amarilla? Si quieres, tú limítate a asentir o negar
    con la cabeza. Esto no es hablar de James.

    Severus asintió y negó con la cabeza.

    —¿Y eso qué significa?

    Él se encogió de hombros.

    —Muy bien, James se pasó los primeros cinco días de esa semana que se separó de ti, emborrachándose con ganas en Suiza. Yo lo descubrí accidentalmente, cosa que a él no le gustó nada.

    —¿Se emborrachó solo?

    —No, Damianos estaba cuidándolo.

    —¿Por qué lo hizo?

    —Por lo que me dijo, tenía cosas que solucionar.

    —A mí me dijo lo mismo. ¿Por qué lo hizo precisamente en Suiza?

    —Porque era un buen sitio para esconderse de la prensa. Cuando yo le hablé de ese tema artículo de la revista, se puso sobrio inmediatamente, al tiempo que se enfadaba mucho. Se
    pasó el último día de su ausencia hablando con sus abogados. Así que no tuvo oportunidad de estar en ninguna piscina con Lily. De hecho, dudo mucho que vuelva a disfrutar con ninguna chica en el exterior de una casa ahora que han aparecido esas famosas fotos. Eso haría que yo me lo pensara dos veces.

    Severus se ruborizó.

    —No tienes que mentir por James...

    —Si él hubiera estado con Lily, yo te diría que no es asunto mío.

    —James es un donjuán.

    —Bueno, lo fue antes de que aparecieras tú hace diez años. Y después de que rompierais. Pero nunca cuando tú estuviste con él. ¡Ni ahora!

    A él se le escaparon las lágrimas.

    —No es que no aprecie lo que estás tratando de hacer, Jake. Lo aprecio, pero ya es demasiado tarde para James y para mí. Algo horrible pasó hace diez años, siempre está presente entre nosotros y no se puede arreglar. James se ha ido, lo he echado yo diciéndole
    deliberadamente lo que sabía que lo haría marcharse. No te voy a decir más, ya he hablado demasiado. ¿Te quedarás a cenar? —le preguntó él porque se sentía solo.

    —Lo siento. Si no quiero que James se entere de que he estado aquí, tengo que volver -dijo Jake al tiempo que se levantaba.

    Severus hizo lo mismo y le dio un beso en la mejilla.

    —Tú eres muy distinto de James.

    —Yo fui un hijo inesperado. ¡Y mis padres me mimaron demasiado!

    —¿Y no a James?

    —No. A James lo obligaron a actuar como un hombre desde niño. Yo me vi con las puertas abiertas. A él lo mandaron a un colegio militar para que hicieran un hombre de él a base de
    duchas frías y cursos en los que se simulaban asaltos y demás para acrecentar en él su instinto de competición, aunque dudo mucho que él lo necesitara. Sin embargo, yo fui a un colegio cercano a mi casa y me puse a llorar cuando hablaron de enviarme a la misma academia, así que no lo hicieron.

    Jake dejó a Severus con muchas cosas en las que pensar. Incluso el Omega más suspicaz tendría sus dudas bajo esas revelaciones. Y Severus ya las tenía antes de la llegada de Jake.

    El teléfono sonó esa tarde. Esperándose que fuera su madre, Severus respondió
    alegremente:

    —¿Mamá?

    —Soy James.

    No parecía él. Su voz no tenía ninguna expresión.

    —¿Estás bien? —le preguntó él.

    James no dijo nada.

    —Tal vez creas que, teniendo en cuenta lo que te dije, esa es una pregunta curiosa — añadió él.

    —No estoy muy bien. Mira, el helicóptero llegará a las ocho para traerte a Atenas. Te veré entonces.

    —¿James?

    —¿Qué?

    —Me siento fatal.

    —Tienes lo que has querido. Mi casa favorita, mi hijo... Pero no a mí.

    —¡Pero yo te quiero a ti! —gimió él.

    Se produjo un largo silencio. Luego, oyó a James aclararse la garganta, pero no dijo nada.

    —Es que no sé qué decir -dijo James por fin.

    —Bueno, no te preocupes. ¡Sé que yo no me voy a preocupar!

    Cuando él colgó, lo hizo llorando.

    Metió el teléfono entre las almohadas y lo oyó sonar una y otra vez.

    Poco después, el ama de llaves llamó a la puerta y apareció con otro teléfono. Severus lo aceptó de mala gana.

    —¿Severus? -dijo la voz de James de nuevo.

    —Te veré a las ocho. ¡Solo dije que te quería por el niño!

    Pensó que iban a hablar del divorcio. No, de la parte técnica se ocuparían los abogados. ¿Por qué le habría mentido con eso de que lo quería por el niño? James no se lo había merecido.

    Cuando llegó a Atenas, lo estaba esperando una limusina que lo condujo a la mansión de los Potter.

    Un mayordomo lo condujo a un salón tan elegante y fríamente decorado como el resto de la casa.

    —Severus...

    Él se volvió y vio que James estaba en la puerta, observándolo. El corazón se le acelero.

    —Solo tengo que decirte unas cuantas cosas—añadió James.

    —Entonces es mejor que me espere la limusina..

    James lo condujo entonces a una habitación llena de libros.

    —Primero, he cambiado todas las copias de ese ofensivo contrato prematrimonial que te hice firmar.

    A Severus no lo animó mucho eso. Pensó que él se estaba sintiendo culpable y que ahora iba a hacer de él un rico ex esposo.

    James le tomó la mano.

    —Tú me acusaste de casarme contigo por lo que podía ganar con ello. Y yo me lo gané por no contarte la verdad acerca del trato que hice con tu abuelo. Puede que yo controle su imperio, pero él sigue siendo el dueño y aún puede disponer de él, si quiere.

    Severus se quedó pasmado.

    —Pero...

    —Elián no lo quería así, pero yo insistí. En ese momento, yo pensaba que nuestro matrimonio podía terminar en un divorcio.

    Para Severus, aquello tenía mucho sentido. James había querido más la venganza que los beneficios. También había querido hacerlo ver que él era totalmente dependiente de James. Y lo
    que era más, cuando su matrimonio se rompiera, su abuelo no podría sentirse engañado, ya que no habría perdido nada.

    Severus estaba muy pálido.

    —Una cosa más, sin duda la más importante.- dijo James - he tardado mucho en aprender lo que debería haber sido una lección muy sencilla. ¿Peter? Eso no fue nada en comparación con cosas mucho más importantes. Una completa trivialidad.

    —¿Y eso?

    —Tú me viste en brazos de una ex novia… y contraatacaste. Eso fue lo que pensé entonces. Yo te tenía en un pedestal y, cuando me pareció que tú te bajaste de él, me decepcionaste. Llevé encima ese sentimiento durante diez años, odiándote irracionalmente.

    —Lo entiendo. Yo sentía lo mismo por ti.

    —Y, cuando lo recordaba en el presente, seguía afectándome tanto como entonces. Así que reaccioné como un niño, no como un hombre. Necesito que comprendas eso.

    A Severus le daba vueltas la cabeza. James estaba siendo muy sincero.

    Parecía estar tratando de demostrarle que, finalmente, lo perdonaba por lo que él no había hecho en realidad.
    Incluso parecía estar tratando de culparse a sí mismo por todo aquello.

    Le estaba ofreciendo una aceptación incondicional de él y el pasado que Severus nunca se había esperado recibir.

    —Tú dijiste antes que me querías...¿Qué querías que volviera? —añadió James.

    —Sí.

    James soltó la respiración que había estado conteniendo y lo rodeó con los brazos. Luego, levantó lentamente la cabeza y lo miró.

    —Molly está aquí -dijo.

    —¿Molly?

    —Y Elián.

    —¿Mi abuelo? —preguntó él sorprendido.

    —Con la evidente excepción de Peter, he hecho que vengan todos los que tuvieron algo que ver con nuestra ruptura de hace diez años -dijo James mientras se dirigían a uno de los
    salones—Creen que están invitados a cenar y tu llegada será inesperada. Así es como lo he planeado.

     
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    Estoy bien obsesionada con esta historia ahora; espero que la próxima actualización no tarde en llegar 😖🤞🏽
     
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    Capítulo 10

    Cinco cabezas se volvieron y, con solo dos excepciones, todos los rostros mostraron su descontento al ver a Severus.

    Elián pareció sorprendido y feliz. Jake, el hermano de James, sonrió abiertamente. Fleamont, el padre de James, se tensó. La madre de James, Euphemia, se quedó helada. ¿Y Molly? Se quedó mirándolo y luego sonrió brillantemente.

    Estaba claro que no tenía miedo de que sus mentiras salieran a la luz. Severus recibió encantado el gran abrazo de su abuelo y, después de ser saludado más friamente por los demás, tomó asiento a la mesa. ¿Cómo se iba a poder enfrentar a Molly sin ninguna
    prueba de que hubiera mentido? ¿Por qué iba ella a confesar cuando tenía tanto que perder?

    Mientras pensaba eso, James empezó a hablar.

    —Tengo algo que contaros a todos —dijo.

    Entonces James les habló de los mensajes, revistas y fotos que había estado recibiendo él.

    Fleamont afirmó entonces:

    —Algo muy desagradable.

    Euphemia, que se había puesto pálida al mencionarse el nombre de Lily, dijo sin dudar:

    —Ese es el comportamiento de una mujer muy maliciosa.

    —¡Es vergonzoso! —exclamó Elián.

    —Ahora sé por qué nunca pude soportarla—intervino euphemia.

    —¡Qué desagradable para ti! —le dijo Molly a Severus.

    —¿Quién creéis que está detrás de toda esta campaña contra mi Omega? —preguntó James.

    Todo el mundo se quedó pensativo.

    —No fue Lily—añadió James poco después, sacándose un documento del bolsillo interior de la chaqueta—. Ha sido un miembro de esta familia. Alguien que viene a esta casa desde
    que yo era niño. Alguien en quien confiamos y que nos importa.

    Entonces, Severus lo entendió todo, miró a Molly y vio que se había puesto pálida como una sábana.

    —No deberías haber sido tan descuidada, Molly. Damianos es un investigador muy bueno —dijo James.

    Toda la sala pareció entrar entonces en erupción cuando los presentes se pusieron a hablar en griego agitadamente y a la vez. Al parecer, la familia se puso a defender a Molly, que había empezado a llorar.

    —¡En inglés! —ordenó James —. El griego de Severus está mejorando, pero estáis hablando demasiado rápidamente para él y es él que tiene más derecho a entender todo lo que se diga aquí. Y antes de que nadie se deje llevar por la necesidad de consolar a mi prima, dejad que os cuente cómo lo ha organizado todo.

    Por lo que dijo, Molly había estado a bordo del yate con los padres de James justo antes de la boda. Le había pagado a la doncella de Severus para que siguiera sus instrucciones.

    Entonces, James le dio a su padre el documento que tenía en la mano.

    —La doncella estuvo en contacto con Molly durante toda nuestra luna de miel. Molly voló a España para reunirse con ella y darle las fotos. Eso fue visto por otro miembro de la tripulación. El fotógrafo que le vendió las fotos a Molly ha querido identificarla. Las pruebas contra mi prima son incuestionables.

    —¿,Cómo has podido imaginar que yo sea capaz de hacer esas cosas tan horribles? — gimió Molly.

    —Porque no ha sido la primera vez, ¿verdad?—intervino entonces Severus y se puso en pie lentamente.

    —¿,Qué significa eso? —preguntó Molly.

    —Cuando James y yo nos comprometimos hace diez años, tú decidiste hacer lo que fuera para que rompiéramos.

    —No tengo ni idea de lo que estás hablando.

    —iDe eso nada! —gritó James —. ¡Hace diez años, tú juraste ante testigos que habías pillado a Peter y Severus divirtiéndose en mi coche!

    La madre de James puso cara de reprobación.

    —Lamento que tengas que oír esto —dijo Severus —. Pero sucede que hay que aclarar las cosas. Yo fui injustamente acusado entonces y quiero que ahora se sepa la verdad.

    —¡Molly ! —gritó James.

    —¡Muy bien! —respondió su prima—. Yo hablé con Peter y lo organizamos todo. No pasó nada entre Severus y él. ¡Yo me lo inventé todo! ¿Estáis satisfechos ahora?

    El silencio cayó entre todos.

    —¿Por qué? —preguntó James poco después—. ¿Por qué dijiste esas cosas de mi novio? Tú eres mi prima y Peter era mi amigo.

    Molly giró la cabeza como no queriendo responder.

    En silencio, Elián hizo que Severus se volviera a sentar y permaneció a su lado.

    —Ella estaba enamorada de ti, James —dijo Severus —. Cuando aparecí yo, me vio como una amenaza y me ha odiado por ello desde entonces.

    —Estoy anonadado por todo esto —dijo Fleamont—. Nosotros aceptamos sin dudar todo lo que dijo Molly.

    —Yo también estoy muy disgustada, Molly —dijo Euphemia—. Tú le has hecho daño a mi hijo y destruiste la buena reputación de Severus. Y recuerdo muy bien lo calurosamente que él aceptó tu oferta de amistad. Ni él ni James te hicieron ningún daño. Pero lo que más me aturde es tu falta de vergüenza.

    —¿Cuál fue la parte de Peter en todo esto?—preguntó James.

    —Peter se tuvo que emborrachar bastante para hacer lo que hizo esa noche, James —le informó Severus —. Estaba seguro de que la unión de nuestras dos familias sería la ruina
    para la suya.

    James lo miró y comprendió.

    —Sí, ahora que lo pienso, eso era posible. ¿Por qué no se me ocurrió entonces? ¿Dónde tenía yo entonces el cerebro?

    —Ya podemos agradecer que, al menos, los padres de Peter no tengan que vivir con el conocimiento de que su difunto hijo tomó parte en este asunto sórdido -dijo Fleamont y luego se dirigió a Molly —. Haré que te venga a recoger un taxi. ¡No volverás a ser bienvenida nunca en esta casa!

    —¡Y continuaste diciendo mentiras sobre Severus en nuestra boda! - exclamó James muy enfadado.

    Molly respondió mientras se dirigía a la puerta con el rostro rojo de una furia.

    —¡Cuándo me podías elegir a mí, tuviste que quedarte con un bastardo sacado de los barrios bajos de Londres! ¡Y tú tuviste lo que te merecías!

    Los padres de James pusieron una cara de espanto casi cómica. Estaba muy claro que ninguno había visto ese lado del carácter de la joven.

    —No, Severus tuvo lo que merecía, yo—afirmó James.

    Molly salió dando un portazo.

    —¡Tienes una familia muy animada, Fleamont! -dijo Elián al padre de James —. Pero esa que acaba de salir es una arpía. No me gustaría ver que Molly esté de nuevo en posición de hacerle daño a Severus.

    —¡Ha actuado como una loca! —dijo Euphemia —. ¿Quién hubiera pensado que fuera así?

    —Podéis estar seguros de que esa joven no va a poder causar más problemas —afirmó Fleamont —. Pero creo que todos hemos tenido ya demasiado por una noche.

    James estaba junto a la ventana, en silencio, quieto y sin mirar a nadie.

    —Es cierto -dijo Elián dándole la mano a Severus, que se levantó—. De paso, me llevo a mi nieto a casa conmigo.

    James pareció salir entonces de su abstracción.

    —¿Qué dices, Elián?

    —Que me lo llevo a mi casa. No te lo mereces. En mi casa, él será protegido y valorado adecuadamente.

    —Elián ... James está tan afectado como todos—intervino Fleamont —. Todos somos conscientes de lo mucho que debemos disculparnos con Severus por la forma en que lo hemos tratado antes y ahora. Somos conscientes de nuestros errores y prejuicios...

    —Vamos, Severus —dijo su abuelo tirando de su mano—. Has perdido a un buen Omega, James Potter.

    Cuando salieron de la casa, Elián se rio.

    —¡Esto le dará algo que pensar a mi yerno! ¿Viste que caras pusieron? ¡Todos esos gemidos y lloros! ¡Los Prince somos gente de acción!

    —Pero yo no quiero dejar a James...

    —Yo sé lo que hago. Esto es temporal. Ahora que estás casado, James es bienvenido a pasar la noche en mi casa. ¿Cómo lo va a poder hacer si no está con nosotros? Severus, esta noche él se sentía tan culpable y amargado como estupefacto, y siento lástima por él. Cuando vio a su esposo marcharse, pasó del estupor al pánico... ¡Algo mucho más saludable! ¡No tengo la menor duda de que estará llamando a nuestra puerta antes de medianoche! Por otra parte, yo me equivoqué cruelmente contigo y también tengo cosas que remediar.

    Cuando llegaron a la villa de Elián, les dio la bienvenida su madre, que tenía un magnífico aspecto.

    —¿No tiene buena cara? -dijo Elián orgullosanente—. El buen aire de Grecia ha hecho el milagro.

    Ni Elián ni Severus quisieron preocupar a Eileen contándole lo que había sucedido, sin embargo Severus les habló de su embarazo. Elián se quedó pasmado y descorchó una
    botella de champán. Su madre preguntó entonces dónde estaba James.

    —Lo verás en el desayuno -dijo Elián sin hacer caso de la forma en que lo miró Severus.

    Su madre lo condujo a una espaciosa habitación de invitados y ambos se sentaron en un sofá para charlar.

    Al cabo de un rato, Eileen se fue a dormir y, poco después, llamaron a la puerta y entró su abuelo muy serio. No dijo nada, se limitó a apartarse y, entonces, James apareció a la vista.
    Iba despeinado, sin corbata y con la ropa arrugada.

    El corazón se le aceleré como siempre a Severus.

    Entonces, Elián le dio una palmada en la espalda.

    —¡Ni yo esperaba tener un nieto tan pronto!

    Luego salió de la habitación y cerró la puerta.

    James miró tristemente a Severus y dijo:

    —No te di muchas opciones, ¿verdad?

    —Yo estoy realmente encantado con el niño... ¿Por qué has tardado tanto en venir?

    —La limusina se estropeó y he tenido que venir en taxi, con el tráfico que hay. Por fin tuve que terminar el trayecto a pie con Damianos jadeando detrás.

    Severus rio nerviosamente.

    —¿Sabes? Te amo tanto que me duele...

    Él se levantó y corrió a echarse en sus brazos. James lo apretó tanto que casi no pudo respirar.

    —Pensaba decirte muchas otras cosas, pero cuando he llegado aquí, lo único que se me ha ocurrido en mi favor es que te amo. Hace diez años, creía saber mucho y no sabía nada. ¡Debía haberme dado cuenta de que estaban mintiendo! No me puedo perdonar a mí mismo por haber sido tan estúpido. ¿Cómo podrás tú? Yo lo estropeé todo.

    —Eramos muy jóvenes y los dos estábamos desesperados por salvar la cara, tanto como para no ser sinceros el uno con el otro. No quiero mirar atrás más, James. Molly fue muy lista
    y convincente. Yo realmente confié en ella como amiga y me quedé horrorizado por la forma en que me traicioné esa noche.

    -Cuando Damianos descubrió que la pista de la foto llevaba hasta ella, yo me quedé devastado y supe inmediatamente que todo lo que tú habías tratado de decirme sobre ella tenía que ser verdad.

    —¿Cuándo lo averiguaste?

    —Anoche. Mi primer impulso fue volar directamente a la isla, pero decidí que seria mejor enfrentarme a Molly y que tú también estuvieras presente. No quise decírtelo de antemano por si se te ocurría hacer algo que la pusiera en guardia. Sabía que no teníamos ninguna prueba de lo que hizo hace diez años, pero estaba decidido a sacarle la verdad. Nos ha causado mucho daño, pero nunca ha habido nadie más que tú en mi corazón.

    A Severus se le saltaron las lágrimas.

    —Yo realmente me pasé con... —añadió James.

    —Con tus irracionales pensamientos acerca de lo que creíste que yo había hecho con Peter? Ya lo sé. Lo dejaste muy claro...

    —El día que me echaste de casa...

    —Entonces, esas fotos me hicieron desconfiar de ti.

    —Molly de nuevo...

    —¿Sabes que me dijo que nuestro matrimonio fue organizado antes incluso de que nos conociéramos?

    —¿Qué tontería es esa?

    —Ya sé que lo es. ¿Cómo podría haberme creído semejante cosa?

    —No fue un matrimonio organizado —dijo James mirándolo a los ojos—. Pero yo vi una foto tuya en el despacho de Elián el año antes de que nos conociéramos. Estabas sentado con un gato blanco en las rodillas. Tenías una sonrisa tan gloriosa, que le tuve que preguntar a tu abuelo quién eras.

    Severus lo miró sorprendido.

    —Tu abuelo se dio cuenta de que me habías impresionado y fue por eso por lo que me invité a conocerte tan pronto como llegaras a Grecia.

    —¿Estaban mejor tus padres ahora?

    —Estaban preocupados y molestos por la forma en que te habían tratado. Y por que hubieran podido animar inconscientemente a Molly. Posiblemente hubo un tiempo en que
    mi madre pensara que no le importaría sí me hubiera casado con ella. De cualquier manera, yo nunca tuve el menor interés por ella de esa manera.

    —Pero ella no parece siquiera haber afrontado eso, lo que es muy raro —dijo Severus frunciendo el ceño y sintiendo lástima por la joven.

    —Porque está obsesionada. Mi padre hablará con su familia y les va a sugerir que reciba ayuda profesional. No es un problema que pueda ser ignorado. Sospecho que el sentimiento de culpa por la muerte de Peter la afectó más fuertemente de lo que podríamos haber sospechado. Él estaba enamorado de ella. ¿Cómo debió sentirse Molly cuando él se estrelló con su coche?

    Severus se estremeció y decidió que era mejor cambiar de conversación.

    —Dime, ¿de verdad que me habrías arrojado a los pies de mi abuelo delante de los invitados a la boda?

    James se ruborizó.

    —Quería que creyeras que lo podía hacer. Dios mío... en el mismo momento en que irrumpiste en mi despacho, todo empezó de nuevo para mí. Pero esa vez tenía que ser bajo mis condiciones, para sentirme yo con el control de la situación. Entonces, cuando hicimos el amor en nuestra noche de bodas, todo se fue al traste para mí.

    —¿Cómo?

    —Tú te mareaste y lo único que yo quise hacer fue cuidar de ti. Y entonces estuvimos charlando en la cama y me sentí muy bien. La verdad es que me sentí como si no nos hubiéramos separado nunca.

    —¿De verdad? —le preguntó él, encantado.

    —Y, de repente, ya no me pude seguir diciendo que era yo quien tenía el control. Por eso me marché al día siguiente. Me fui a Suiza a sentirme fatal y me dediqué a beber para olvidar mis penas.

    —Me alegro de que te sintieras fatal, porque a mí me pasó lo mismo. Te amo, James Potter.

    James lo miró fijamente a los ojos.

    —¿Locamente y para siempre?

    —Sí, ¿por qué?

    —Porque es así como te amo yo a ti —le confesó James antes de besarlo apasionadamente.







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    Capítulo 11 Epílogo

    Severus dejó en la cuna a su hijo.

    Harry tenía el cabello negro y los ojos color jade de su Abuela. Y, desde el mismo momento de su nacimiento, había unido más aún a las familias de James y Severus.

    Elián era un visitante habitual. Él, que tan poco se había ocupado de sus propios hijos porque había estado demasiado ocupado construyendo su imperio mientras crecían, había sucumbido a una especie de adoración por su bisnieto.

    La salud de la madre de Severus había
    mejorado enormemente y se portaba con el niño como la mejor de las abuelas, pero en esos momentos, tenía otro interés en su vida. Severus sonrió cuando recordó la cara que había puesto su abuelo el invierno anterior,
    cuando su hija se fue a cenar con un viudo jubilado que había conocido por unos amigos.

    Eileen se iba a casar con Soritis al cabo de pocas semanas y Severus estaba ansioso por ir de boda.

    Fleamont y Euphemia se esforzaron por todos los medios a su alcance para tener una buena relación con su yerno. El irreverente sentido del humor de Jake había hecho mucho por suavizar el daño que había dejado tras sí Molly.

    Y Harry, a quien todos ellos adoraban, había sido toda una bendición.

    Unos seis meses después de la noche en que quedaron al descubierto las mentiras de Molly, ella había escrito a James y Severus ofreciéndoles la seguridad de que nunca más se
    volvería a meter en sus vidas y que se arrepentía profundamente de todo el daño que había causado.

    Se había ido a vivir a Londres con su hermana mayor y su familia y, al
    parecer, había empezado una nueva vida.

    No había ni una sola nube en el mundo de Severus. Hacía un año que se había casado con James no esperando nada de ese matrimonio, salvo dolor y resentimientos y, desde entonces, se
    había ganado el apoyo de dos familias, un hijo precioso y un marido que lo amaba más cada día que pasaba.

    Ese día era su aniversario de boda, pero se iban a quedar en casa en Kritos porque era donde más les apetecía celebrarlo.

    Cuando se reunió con James para cenar en la terraza, se maravillé de nuevo con la vista extraordinaria que lo había cautivado desde el mismo momento en que llegó a la isla. Y luego miró a James, tan encantado como siempre.

    Él era el amor de su vida.

    Casi no pudieron esperar a terminar de cenar para desaparecer de nuevo en el interior de la casa y de su dormitorio, cosa que no sorprendió nada al personal de servicio.

    Los habían visto hacerlo muchas veces antes.

    Su vida era buena, y dentro de algunos años sabrían de que casta sería su bebé.

     
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    Buena adaptación, felicidades☺️
     
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