Posts written by XIVA

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    ¡Hola!... Si otra vez yo… Y si de nuevo tarde, muy tarde… Ya no tengo mas a que echarle la culpa a mi baja productividad mas que a mí misma, y a ser renuente a utilizar herramientas como la Inteligencia Artificial que esta tan en boga últimamente… Pero creo que los capítulos los he estado tejiendo de forma que se conecten como yo quiero que se conecten, igualmente estoy tratando de cumplir con esta entrega porque me lo debía y se lo debo a quienes siguen esta historia aunque el fandom no este tan activo (Incluso hubo pocas interacciones con una historia de Junjou Romántica que traduje hace un tiempito) a pesar que me costó mucho aunque no tanto como la anterior… Échenle la culpa a la depresión que sufrí postpandemia… Bueno en un apartado mas positivo, me he estado entusiasmado con plasmar muchas ideas que se me han ocurrido para la futura trama… Espero que ahora encuentren a este personaje mas decidido a ir por su camino… Y verán que, aunque la procesión va por dentro Shinobu ira apersonándose cada vez más… Sin más (Y evitando dar mas excusas que a nadie le interesa más) les dejo este episodio:





    Capitulo Trigésimo Cuarto: Aprendizaje después de la separación





    Shinobu se despierta en la madrugada, los tonos violetas se están filtrando detrás la cortina, últimamente no había podido dormir muy bien, y esa noche no había sido la excepción, pero personalmente, para él era mejor no dormir a terminar dormido y soñar reiteradamente con esos instantes en donde recordaba las duras y frías palabras que Miyagi Yoh le dijo antes de dejarlo a su suerte esa fatídica noche o como se portó con él esa tarde en ese hotel. Se sienta en su cama revisando la hora en su celular, y nota que la falta de sueño le va a afectar en el transcurso del día como estaba haciéndolo últimamente. Se dispone a prender la luz de la habitación y poner su laptop en el regazo para abrirlo… Aun está terminando un paper que planeaba publicar en el periódico de la universidad sobre la responsabilidad social de las empresas y su compromiso con el bienestar de los empleados, su profesor de ética le había dado el visto bueno a su documento y estaba por darle los últimos toques. Por las últimas 3 semanas después del fallido encuentro con Miyagi Yoh en ese hotel había decidido no (ahogar) avivar su frustración y tristeza pensando en él y “vegetando” en autocompasión, tenía que aprender a no pensar en su ahora exesposo, ya no podía darse el lujo de perder el tiempo, y dedujo que la mejor forma de sobrellevar esa depresión era mantenerse lo más que pudiera ocupado, y por eso se llenó de trabajo en donde estaba haciendo las pasantías, y participaba de encuentros académicos, le colaboraba a los profesores con tareas y supervisión de algunos grupos estudiantiles y se enfocó en su paper con ese tema que le gustaba: El cómo las empresas pueden involucrarse en el bienestar del empleado y comprometerse con construir una comunidad y un mundo mejor mediante la ética y la responsabilidad empresarial, logrando una mayor productividad y una mejor imagen corporativa. Estaba muy a la par con su idealismo, que, aunque la vida le había dado varios golpes de realidad, todavía estaba dispuesto a creer lo mejor de los demás. Lo cierto es que mientras estuviera con su mente enfocada no sentía la soledad que inevitablemente le invadiría cuando estuviera listo para dormir en la noche, y ese sentimiento de hacia cada vez más pesado, por más que su cuerpo estuviera literalmente exhausto de todo lo que había hecho en día, aun sin importar a que hora de la madrugada hubiese terminado su día.

    Sabía que se aproximaban muchas etapas decisivas en el corto plazo, no solo estaba a punto de graduarse de la Universidad, terminaría su pasantía y estaría por su cuenta definitivamente: Koizumi le había advertido que iba a entregar las llaves de su apartamento al conserje el día de su graduación, y se iría de una vez a su pueblo natal cuando su familia viniera para verlo graduarse y recogerlo para llevárselo, eso quería decir que para entonces él debía tener ya un lugar donde quedarse y ya tener sus pertenencias instaladas en el nuevo lugar… Shinobu se sintió presionado pero no resentido con Koizumi, porque él le había ayudado cuando más lo necesitaba, y hasta ahora había sido el amigo más cercano que había tenido hasta entonces… Pero haciendo recolección del dinero que aún tenía no le alcanzaba para alquilar un sitio por su cuenta en un barrio decente… Sobre todo si no podía conseguir un trabajo apenas terminara su pasantía, porque tal como le había informado su jefe, las directivas de la empresa decidieron no contratarlo, suponía que alguna presión externa influencio en esa decisión aunque el fuera el mejor candidato que podrían contratar (según le había dicho con tono conciliador su jefe), y no era para menos, el contratar al futuro exesposo del presidente de uno de los conglomerados más poderosos de Japón era como desairar a la familia Miyagi… Le costaría conseguir algún cargo que estuviera a su altura, y Shinobu maldijo de nuevo no haber tenido las agallas suficientes para haber recogido sus cosas y haber huido de Japón apenas supo que iba a ser vendido a esa familia… No estaría en esa situación y menos aun tratando de enmendar su corazón roto, habría truncado sus estudios, pero aun así habría podido encontrar trabajo en cualquier parte… No sería un paria solo por haberse casado con el hombre con los problemas personales más complejos que había sobre la faz de la Tierra, y ya ahora racionalizando su situación, si no se hubiese casado con ese hombre, ahora estaría terminando su carrera sin preocupaciones probablemente planeando un viaje al extranjero donde con seguridad hubiese decidido quedarse unos años, lejos de la toxicidad de su familia.

    Por otro lado, en un tema diferente, en las pasadas tres semanas, Miyagi Kyosuke le hacia una llamada a su celular y lo invitaba a almorzar varias veces por semana… Aunque el tratara de negarse el hombre no aceptaba una negativa y siempre lo llevaba al mismo restaurante estilo brasserie que había en el distrito de Chiyoda cerca de Ginza, quedaba en el Imperial Hotel, y aunque trataba de emular el estilo parisino, se sentía la fuerte presentación japonesa del lugar… Shinobu al principio se sentía muy incómodo, rechazando las invitaciones… Sin embargo, Kyosuke siempre le hacía ver que era en son de paz… El mismo reconocía que el joven tenía todo el derecho de tener reservas contra el especialmente, y más porque no se había portado bien con el joven recién se había convertido en su cuñado… Pero que ahora el veía en el joven a alguien con mucho coraje, aun ingenuo, pero con buen corazón, que se lo reconocía y con toda honestidad, esperaba que, a pesar de la ruptura con su hermano, ellos pudieran, aunque sea tener una amistad o al menos algún tipo de cercanía… Amistad o cercanía que el mayor ya daba por hecho como mutua aparentemente… Shinobu al principio lo rechazaba un poco hoscamente… Pero luego se sentía mal al ver que el hombre mostraba un tono apesadumbrado después de esos rechazos, y más que se dejaban ver a través de su coraza fría y voz inflexible… En cierta forma le daba algo de pena, notando que probablemente el hombre no tenía amigos cercanos y que irónicamente él era el que más se acercaba a ese título. Decidió darle una oportunidad, siempre y cuando no hablasen de ese “personaje innombrable”, Kyosuke gustoso lo prometió, de hecho, no estaba interesado en compartirle noticias sobre su hermano de todas maneras, y el chico lograba despejarse de sus penurias, aunque irónicamente fuera con el hermano del origen de su sufrimiento… Igualmente con el pasar de los encuentros, el chico, contra todo pronóstico, sentía que el hombre cada vez le caía mejor… Su subconsciente aún tenía reticencias contra él, pero el hombre parecía no tener ninguna intención mala, y las reuniones siempre terminaban por aligerar un poco el ánimo de Shinobu… Secretamente le complacía ver como el mayor con lo ocupado que estaba él (igualmente tenía muchas responsabilidades importantes dentro del conglomerado empresarial) siempre lograba obtener tiempo para almorzar con él, lo recogía cerca de donde el chico trabajaba, comían en ese restaurante donde el mayor siempre le contaba una que otra anécdota sobre algún viaje que él había hecho en el pasado: “Recuerdo que la última vez que fui a una autentica brasserie, comí un auténtico boeuf bourginon, estaba tan delicioso que cada vez que tengo oportunidad de encontrar un restaurante estilo francés trato de hallar uno similar… ¡No he tenido oportunidad! ¡Que mala suerte!” Shinobu a veces se sentía cómodo ver como el hombre había mejorado en su forma de comunicar detalles íntimos sobre él y su pasado, se veía que se había relajado de su generalmente rígida persona, incluso sonriendo con más frecuencia, aunque cuando era interrumpido por una llamada, lo veía molesto ante tales intermisiones, incluso en una ocasión respondió hoscamente diciéndole a su interlocutor que ahora no era momento para tratar eso, que lo haría cuando volviera a la oficina y colgaba, y luego retomaba su aire afable (bueno lo que le calaba de afable al hombre)… Tal vez con los días pasando, Shinobu reconocía que empezaba a tenerle algo de simpatía al sujeto, y el hecho de que no hubiese presencia de su ex esposo en dichas conversaciones, se le facilitaba disociarlo con los encuentros amistosos con su ex cuñado, aunque siempre permanecía vigilante ante cualquier intento de pregunta sobre la finalización de su matrimonio y sus planes futuros, todavía nadie tenía porque saber sobre lo que haría con su fatídico futuro.

    Hablando de eso, Shinobu recibió un correo de respuesta… ¿A esas horas? Ya el sol se había asomado por el horizonte, pero aún era muy temprano para que alguna oficina estuviera abierta, pero luego vio el remitente… Era su excuñado… Un escalofrío le subió por la espalda, porque precisamente había estado pensando en él y en una propuesta que le había hecho desde hacía varios días: Él le propuso pagarle el arriendo de un departamento en una zona cómoda de la ciudad por unos meses y que luego cuando el pudiera conseguir trabajo, lo pagaría por su cuenta… Sin ningún plan de retribución a corto plazo… Lo proponía como una forma de aliviar su culpa de como su familia lo había tratado, especialmente su hermano… Aparentemente sentía un deber moral de tratarlo como una amante hecha a un lado buscando que con ese gesto conciliar con el para que no hiciera un escándalo… Pero en el fondo sentía que Kyosuke-san no tenía esas intenciones… Aun así, no podía aceptarlo y dejar pasar por alto actitudes condescendientes que tuvieron con él por parte de esa familia y lo más importante aún, no dejaría de atender a su instinto (Que había resuelto no volvería a ignorar nunca más) no le permitía sentirse cómodo el dejar que el mayor le pagara por algo… No le gustaba deber favores, y hasta el momento la deuda más grande que Shinobu tenía y consideraba la más importante era al joven Ueda, y que planeaba pagarle por ese trágico suceso en algún momento cuando la oportunidad apareciera, pero para él era una promesa que no iba a dejar jamás.

    El correo (Que no sabía cómo lo había obtenido el mayor) le indicaba varias opciones de inmuebles en renta en Shoto, ubicado en Shibuya (Siquiera le enviaba información de un barrio que no fuera del perfil para un CEO o una celebridad) y el insignificante detalle consecuente de que eligiera el que más le gustara, que el pagaría cualquiera… No era solo la inevitable sensación de sentirse como una especie de “sugar baby” sin que hubiese accedido a eso, sino que era comprometerse consigo mismo… Le envió un correo, redactado de forma amable pero firme, que no tenía que preocuparse por él, que él estaba en sus capacidades de encontrar un lugar donde quedarse por su cuenta… Con un implícito mensaje de que no era su responsabilidad y que él era un adulto, sin mencionar el obvio “No me comprometo” Y sin esperar a una respuesta inmediata cerro su laptop.

    Ese día transcurrió sin eventualidades, aparte de ser rechazado de nuevo al solicitar un empleo en el área de recursos humanos de una empresa de seguros, que de nuevo parecía no pertenecer al conglomerado Miyagi, pero que también al parecer no querían meterse en problemas, y como no podía ser de otra forma su nombre todavía rondaba las páginas de chismes cuestionando por qué la familia Miyagi había desterrado a Shinobu de los eventos públicos u homenajes para Miyagi Yoh mientras la familia solo guardaba silencio, y eso acrecentaba el rumor de que el que encabezaba el todopoderoso grupo empresarial Miyagi se había o estaba en proceso de divorciarse de Shinobu… Ya no tardaría en acompañar a estas voces los programas matutinos de variedades… Ciertamente Yamada ya no tenia en sus prioridades desviar ese asunto, y ya no estaba en posición de exigirle nada, en lo que le concernía a él, ya estaba divorciado. Nakahara volvía a abordarlo, pero curiosamente ya no le hacía preguntas más personales, sino sobre su futuro laboral, el mismo le había dado el dato sobre el cargo que estaba disponible en la empresa de seguros, así que por pura necesidad se contuvo de no ser tan “grosero” con ese hombre que, a pesar de ser tan directo, no sabía que intenciones tenía para con él. Cuando le informo sobre el rechazo, Nakahara se veía visiblemente decepcionado y comento “Ahí está su compromiso integral como empresa” además de disculparse por hacerle pasar una hoja de vida a una empresa que él le había recomendado. Shinobu no se sintió ofendido, ya comprendía que su situación lo hacía un candidato no deseable, aun si tuviera los requerimientos de sobra, y aun así su compañero de trabajo le prometió que le buscaría una mejor opción… Ignorando que Shinobu ya no estaba tan entusiasmado. Agradecía que el otro no hiciera más preguntas sobre su vida, posiblemente porque con el rumor del divorcio rondando, suponía que algo de eso era cierto, y prefería no causar escozor con preguntas inapropiadas. Shinobu suspiro al ver que pronto su pasantía se acercaba al fin, y con su jefe también habiéndole informado que efectivamente sus contactos no daban frutos, cuando no querían desairar alguien tan poderoso como Miyagi Yoh, por ende, su situación no parecía mejorar ni en su búsqueda de trabajo ni en el de alojamiento.
    Ya en su habitación en la noche, después de haber cenado con su amigo Koizumi, este le había preguntado cómo iba su búsqueda de algún lugar donde mudarse, Shinobu no quiso preocuparlo así que le dijo, con detalles vagos, que tenía dos prospectos muy viables… El otro joven ni siquiera sabía que pronto Shinobu estaría sin empleo además de todo… Todo esto lo internalizaba el joven divorciado, que le impedía dormir bien en las noches, y ahora estaba seguro que esa noche estaría sumido en el insomnio… Hasta que recibió un mensaje de texto… De un numero de celular desconocido… Con algo de inquietud le recordó a esa época cuando recibía los mensajes de su hermana acosándolo… Pero este mensaje solo tenía un link a una página de alojamientos baratos… Una gran rabia se apodero de Shinobu, porque quien quiera que fuese la persona que le envió ese link se estaba burlando de su situación… Tanto que decidió eliminar el contacto que aun tenía con su vida anterior… Al día siguiente cambiaria de numero de celular.

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    El último mes en su trabajo como pasante, aunque dedicado, ya Shinobu no era tan proactivo, su jefe ya no simulaba estar buscándole nuevos prospectos laborales con sus contactos, comprendiendo que a esas alturas no le estaba ayudando… Igualmente Nakahara ya no le estaba mencionando sobre otras posibilidades…. Estaba claro que Shinobu tendría que buscar algo por debajo de su nivel… Y el chico estaba perdido, porque tenía tantas aspiraciones a hacer algo determinante… ¿Entonces estaría destinado a volverse un asalariado común? Tal vez tendría que empezar con eso y tener que escalar como cualquiera, así su educación le hubiese prometido anteriormente que tendría una ventaja a la hora de competir en el mercado laboral… Shinobu no descartaba que tendría que hablar a través de sus logros dentro de la empresa que osara a contratarlo, y competir con sus compañeros de trabajo… Igualmente nadie le había garantizado que su vida laboral transcurriría de forma apacible, tal vez el privilegio en el que había vivido la mayor parte de su vida lo había blindado de la realidad y ahora sin el apoyo efectivo de nadie, era notoria cuanta había sido su ceguera, el vivir en una burbuja que lo había aislado de la dureza de la vida de una persona común y corriente, además otra lección había sido aprender de mala manera el valor del dinero para aquellos que no vienen de familias empresariales, lo que le había enseñado a hacer presupuestos y controlar sus gastos al menor de los detalles, hasta el punto de considerar saltarse algunos desayunos o cenar con ramen instantáneo… Y aun así no le alcanzaría para alquilar un aparta-estudio. Kyosuke, quien para ese entonces había sido condecorado con el privilegio de tener el nuevo número de celular de Shinobu con la promesa de no divulgarla a nadie de su familia, ya no le siguió acosando más, intuyendo que, si pretendía permanecer siendo su amigo, no debía forzar sus decisiones, dándole la autonomía que tenía como adulto que era, pero de vez en cuando en medio de alguna broma le sugería que aceptara su oferta… Shinobu a sabiendas le respondía con un “¡Que buena broma, jajaja!” Dando por zanjado el tema. Y las noches de insomnio continuaron, manifestándose en unas oscuras ojeras que adornaban sus apagados grandes ojos. Y luego, como había vaticinado, un show de variedades en la mañana empezaron a comentar sobre los nuevos prospectos para la próxima relación del presidente a la cabeza del conglomerado Miyagi, a modo de primicia confirmaban que Miyagi Yoh era en verdad bisexual, por tanto empezaron a dar principalmente nombres de candidatas mujeres, hijas de grandes empresarios, algunas estrellas de cine y televisión, y algunos hijos o herederos de empresas, que ya habían salido del closet como gays o también bisexuales, incluyendo al siempre misterioso (aunque en menor medida) el famosísimo y muy excéntrico escritor Usami Akihiko, vástago del presidente actual del conglomerado Usami, del cual especulaban que estaba en una relación secreta pero que no se sabía a ciencia cierta de quien se trataba aunque se sospechaba que pudiera ser con un desconocido hombre joven, pero en caso de que si se diera a lugar una relación entre ellos serian la pareja más poderosa de todo Japón… Dejando en el olvido al pobre Shinobu que no tuvo más que apagar el televisor, respirar profundo y proseguir con los detalles finales del paper, que debía ser publicado antes de que se graduara.

    Por momentos, su templanza corría riesgo de desmoronarse, pero sabía que ese era el último bastión que le quedaba para mantener la cordura, simplemente acabar con todo… Desaparecer por completo… Pero luego su lado luchador le recriminaba el tener esos pensamientos: “¿Y darle gusto al hijo de puta? ¿Para que al carbón ya no le queden victimas para recordarle lo malparido que era?... ¡No!” y se recordaba que la mejor venganza era vivir la vida sin arrepentimientos y sin amarguras… Una vida sin él, y ese era su principal objetivo… No más ver como ya la especulación estaba llegando a los medios de comunicación indicaba que ya la situación no se podía ocultar más, y no era que la familia se esforzara en esconderlo tampoco, ya desde hacía un tiempo el hecho que la familia asistiera a eventos públicos era con la intención de hacer público el divorcio, y aunque no había recibido una notificación por parte del ministerio público, el proceso ya debía haberse adelantado y con un noventa por ciento de probabilidad de haberse hecho en efecto. Como fuera la situación no cambiaba sus circunstancias, por lo tanto, en esos momentos su prioridad era terminar ese paper.


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    Los días pasaron y se acercaba el final de su etapa como estudiante, estaba en cierta forma nostálgico por eso, porque después de eso estaría completamente a su suerte, pero por otro lado sentía ese impulso para demostrar a los demás que no pensaba renunciar, y aunque ya estaba en la semana final de su pasantía, sus compañeros ya casi lo integraban como si fuera un miembro permanente del equipo de trabajo, pero Shinobu nunca les informo correctamente de que serían los últimos días que estarían juntos, y aun así logro tanto terminar sus trabajos pendientes, conseguir que fueran aprobados por parte de la presidencia unos protocolos de responsabilidad social que comprometía a la empresa a mejorar sus procesos de selección de personal para que fueran más inclusivos, además de que se unieran a causas a favor del medio ambiente, y eso le complacía personalmente. Su jefe con frecuencia le mencionaba que iba a extrañar su motivación y su proactividad, ya que había sido unos de los miembros más valiosos del departamento… Por su parte Nakahara cuando se encontraban a almorzar juntos siempre que su horario se lo permitiera le reconocía que su duro trabajo estaba motivando a muchas personas alrededor, y que era una completa lástima que tuviera que irse… Shinobu prefirió no comentar al respecto, solo parecía disfrutar de esos últimos tranquilos días, porque así mismo también en la universidad entraba en su etapa final, sus trabajos habían sido publicados, y había sido llamado por el decano de su facultad, en la cual le habían invitado a que diera el discurso de despedida de su generación de graduados, lo hacían a pesar de toda la mala prensa que aún le rodeaba, y en cierta forma notaba que el hombre mayor lo hacía porque quería hacer justicia, porque Shinobu había sido el estudiante más destacado y que le confirmaba que se iba a graduar con honores. El muchacho se sintió al menos respaldado por el hombre, viendo como no le importaba la presión por parte de familias poderosas y que no temía a las malas consecuencias, intento declinar para evitarle problemas con las directivas de la Universidad, pero el decano le aseguro que esa decisión estaba respaldada por hechos, ya que sus calificaciones eran excelentes, de hecho eran las mejores y sin mencionar la carta de recomendación que escribió su jefe al describir su desempeño durante la pasantía… Shinobu ante la insistencia decidió aceptar hacer un discurso, aunque seguramente habría intentos de censurarlo por ser el esposo desechado de un importante heredero de una de las más poderosas familias del país. Shinobu con el corazón conmovido acepto, tal vez este espaldarazo le incitaban a continuar con su camino.

    La despedida de su trabajo también represento momentos emotivos para él, se realizó en un acogedor izakaya en Shinjuku organizado por las chicas del departamento de Recursos Humanos las cuales se entristecieron cuando supieron que Shinobu no continuaría con ellos, y algunos compañeros manifestaron su decepción, pero como es acostumbrado en esos ámbitos, ninguno se atrevió a contrariar vocalmente la decisión de la empresa de no contratar al joven Takatsuki, tal vez alguno solo le susurro a Shinobu que sería una decisión de la que ellos se arrepentirían en el futuro, Shinobu solo asintió pero no decía nada… Aunque en esos momentos podría quejarse sobre esa decisión, sentía que el quedaría mal, como un resentido, así que decidió aceptar con gracia esa disposición de la empresa, y la noche continuo hasta que su mismo jefe le sorprendió entregándole un reloj de pulsera, no era un Rolex era un [GRAND SEIKO] que le quedaba bien, con una correa de cuero negra y con un breve mensaje grabado en el respaldo, solo una palabra: “Resiliencia”, el hombre simplemente le sonrió, y Shinobu ahí supo que se había ganado el cariño de él, y sospechaba que el hombre había gastado de su salario para darle un regalo de despedida, que para el chico valía más que mil Rolex juntos; cuando todos se estaban despidiendo de él todos los que asistieron a su despedida le desearon la mejor de las suertes, y así fue hasta que solo quedo Nakahara el cual tenía el rostro desencajado, Shinobu tal vez por no hacerlo sentir peor, le dijo que no se sintiera mal por no haberle encontrado un trabajo, el mismo se encargaría de eso, y le conforto diciéndole que era un buen amigo, porque se daba cuenta de lo mucho que él se preocupaba por él aunque no haya sido el más amable con Nakahara adicionalmente pidiéndole perdón por haber sido tan hosco cuando empezaban a conocerse, pero que ahora sabia como era el como persona… Nakahara se sorprendía ante las palabras de Shinobu, de hecho en un silencio incomodo, él le dio una mirada muy extraña… Sus ojos parecían querer decirle algo “… Yo… Quiero… Decir algo…” Shinobu se sintió algo nervioso, si algo era permanente con Nakahara era esta tensión, era difícil de describir, pero algo hacía que no le permitía bajar su guardia, aunque el hombre se hubiera portado bien en esos últimos meses, tal vez aun resentía en la forma como su pronto excompañero de trabajo había hablado de forma despectiva de quien fuera en esos momentos su esposo, y por estar (aun) enamorado de ese hombre, la lealtad que le tenía le influenciaba a estar prevenido con el otro hombre, sin importar que al final lo que Nakahara le había dicho había sido cierto… Igualmente nunca pudo deshacerse de esa sensación, y hora mismo esa mirada tan directa le indicaba sus intenciones, aun sin ser vocalizadas, a lo que Shinobu tratando de romper con el silencio incomodo solo atino a estrechar su mano de forma afable:

    - De todas formas, te agradezco por la amistad que me has brindado… Tu apoyo me levanta el ánimo.

    Nakahara se quedó un tanto sin palabras, tal vez por la directa mención de la palabra “amistad”, y entendiendo, al menos en ese instante de que no podía insinuar algo más, o sugerir algo en la dirección que pretendía aparentemente, el hombre decidió estrechar de vuelta la mano correspondiendo a esa energía:

    - Si me necesitas, sabes que puedes contar conmigo. Aunque tengo tu nuevo número, esperare el momento en que me necesites.

    Shinobu por dentro se sintió aliviado al ver que el ambiente tenso se había disipado, y por lo menos la línea de amistad no había sido transgredida siquiera con palabras ambiguas o malinterpretaciones. Igualmente, esa noche cuando Shinobu estaba en su cama, recapitulando los eventos de esa noche, aun sentía que el tiempo se le estaba escapando y aun así la paradoja de sentirse estancado después del divorcio lo hacía sentirse desesperado… Ni siquiera había conseguido encontrar algún lugar donde quedarse mientras encontraba un lugar donde trabajar y empezar a forjar su vida… Sin embargo, su mente aún se sentiría indecisa cuando a la mañana siguiente en la Universidad escucharía de forma accidental como un estudiante de su misma facultad hablaba quejándose en voz alta de no haber sido el escogido para dar el discurso en la ceremonia de graduación de la última promoción de estudiantes, y que fuera precisamente una persona manchada de mala reputación la elegida… Los estudiantes que conformaban el corrillo empezaron a opinar de forma irresponsable, haciendo eco de lo que ellos percibían como una injusticia, tal vez uno que no estaba muy al tanto del tema no sabían a quien aludían sin mencionar (por que no lo mencionaban de nombre) a lo que el líder de ese grupo simplemente menciono que “no importaba si ese “fulano” se hubiese casado con un heredero, el solo estar en la lista negra de la familia Miyagi, te auguraba ostracismo por parte de las elites, hasta el punto de arruinarte la vida”, además complementando eso con que el tenía información confidencial surgida de su familia (aparentemente el personaje pertenecía a una familia de empresarios) que había un lineamiento interno de banear a Shinobu Takatsuki de conseguir cualquier trabajo a nivel gerencial. Incluso de rango medio, y que las empresas de su familia estaban informando a sus áreas de Recursos Humanos en caso que el joven fuera a parar allá a solicitar un empleo… Shinobu se sintió descorazonado, al ver el alcance de la mezquindad de su exesposo, llegar a ensañarse contra él, y para colmo el otro joven seguía regodeándose con su infortunio, burlándose de él, diciendo que a lo único que podría aspirar es a trabajar como cajero en un restaurante de cadena de comida rápida junto con estudiantes de preparatoria, y ante las risas indolentes Shinobu decidió dar la vuelta y salir de allí… No se sentía en condiciones para confrontarlos e iniciar una discusión, no serviría de nada porque sentía que era cierto, que estaba en la lista negra de la familia Miyagi, aunque hubiese sido parte de ellos temporalmente… Justo en ese momento recibía un mensaje de Kyosuke, invitándolo a almorzar esa tarde… Shinobu estaba tan molesto que no se dignó a contestarle. Solo opto por ir a la biblioteca y se quedó en el área de lectura, intentando calmar su alma leyendo una antología de historias cortas de Usami Akihiko, el único que parecía comprenderlo en esos momentos, y solo atendió la última clase de ese día… Cuando salió de la Universidad dispuesto a tomar el metro para ir a la casa, cuando fue interceptado por un llamativo Audi A8 negro, el cual cuando el vidrio del copiloto bajo sorpresivamente se vio la cara inexpresiva de Kyosuke, pero Shinobu podía detectar que el hombre estaba tenso… Aparte… ¿Qué hacia ese hombre allí? ¿Llamando la atención de los estudiantes que estaban saliendo de la Universidad en ese momento?, así que para disimular su vergüenza se inclinó para susurrarle entre dientes exasperado:

    - ¿Qué rayos haces aquí? ¿Dónde está Takuya-san, tu chofer?
    - Le di la tarde libre… Y se me ocurrió una idea genial... ¡Vamos a comer!
    - ¿Eh? ¿Queeé? ¿Ahora?
    - Seguro no has almorzado y supuse que como no me contestaste el mensaje y lo dejaste en visto… Significa que… ¿Quieres que hablemos?
    - ¿Qué? ¿De dónde saca eso? ¡No! ¿Por qué querría hablar contigo?
    - Te siento estresado… Se aproxima tu graduación… ¿Quieres desahogarte?
    - ¿Qué te hace pensar eso? ¿Crees que me conoces?
    - Solo sé que estas incomodo con mi presencia aquí, y si no quieres que prolongue más tu agonía te recomiendo que subas al auto y vayamos a comer…

    La mirada de soslayo del mayor le indicaba a Shinobu que tenían público no deseado, el chico miro de reojo y vio al grupito del estudiante que estaba hablando mal de el en la mañana, viendo como Shinobu era abordado por un auto de alta gama, seguro especularían que era su nueva conquista, Shinobu se puso rojo y le respondió mordaz a Kyosuke:

    - ¿Y qué pasa si me voy de aquí por mi cuenta?
    - Comenzare a tocar la bocina mientras te hago escolta hasta que llegues a la estación subterránea donde tomas el tren… Y si piensas acusarme de acoso, cualquier figura de autoridad que se acerque me reconocerá y no pasara nada… Así que tendrás que venir conmigo si no quieres que te avergüence más.

    Shinobu suspiro amargamente, siempre tenían las de ganar los miembros de esa familia, así que a regañadientes se subió al auto e inmediatamente Kyosuke procedió a alejarse del lugar. Shinobu se sentía frustrado, no quería encontrarse con nadie que le recordara a la familia Miyagi, y preciso estaba con el hermano mayor de quien provocara su suplicio:

    - No tenemos nada de qué hablar… Por favor déjame en la estación de tren más cercana.
    - Takatsuki… ¿Por qué estas enojado?
    - ¿Qué? ¿Ahora eres mi psicólogo?
    - No, pero puedo escuchar tus problemas.
    - Justo el día de hoy no quiero tener nada que ver con la familia Miyagi, así que por favor déjame tranquilo el resto del día de hoy.

    Kyosuke lo miro de reojo, viendo como el chico se alejaba mientras miraba al exterior a través de la ventana… Y el hecho de que nombrara a la familia Miyagi lo hacía más evidente… Y Shinobu se sentía acosado de tener que abrirse con alguien que inevitablemente le recordaba su situación desafortunada… Y el viaje se dio en silencio. Llegaron a un restaurante de aspecto occidental, de hecho, el que tuviera la palabra Bistró en el letrero indicaba que era de comida francesa, Shinobu volteo a mirarlo cuando se percató de eso a la entrada y Kyosuke solo pudo encoger los hombros:

    - Me entere que habían abierto en Ikebukuro un restaurante tipo bistró hace poco y las reseñas son buenas… Ya sabes que sigo en mi búsqueda por encontrar un excelente “boeuf bourguignon” aquí en Japón…

    Shinobu solo suspiro, ya que no había recordado que su excuñado seguía obsesionado con la comida francesa, pero por otro lado ese tipo de cocina no le disgustaba particularmente, de hecho, la disfrutaba cuando tenía la oportunidad, así que no le fue difícil dejarse llevar por el inusual entusiasmo del hombre mayor.

    Shinobu a pesar de lo apetitoso que percibía de los platos que servían en las mesas vecinas, el mismo no tenía mucho apetito así que se quedó con una guarnición, y le dejaba a Kyosuke la tarea de sumergirse en el menú, y al menos tratar de relajarse con un buen vino de la región de Burdeos, el cual junto con un estomago vacío pronto empezó a hacer estragos en el muchacho.

    - ¿No quieres probar algo más? La terrine de pato esta deliciosa. ¡Debes probarla!

    Shinobu lo observo, el hombre se ponía más afable cuando disfrutaba de su comida y su vino, lo había visto antes pero ese día estaba especialmente… Amigable… Tomo una tostada de pan y corto un trozo de la terrine compacta que ya estaba a la mitad y se la llevo a la boca, por lo menos así conciliaba un poco el efecto del alcohol al comer algo, igualmente su sabor era interesante. Kyosuke tomo la botella de vino y le sirvió al chico en su copa que ya estaba menguando del líquido, Shinobu trato de negarse, pero Kyosuke insistió:

    - La terrine sabe mucho mejor si lo acompañas con vino… ¡Vamos! ¡No te preocupes!
    - ¡Miyagi-san no debería beber tanto! ¡Usted está conduciendo!
    - No te preocupes por eso, ya lo tengo arreglado… Solo disfruta… Son escazas las oportunidades que tengo para disfrutar mi comida favorita con buena compañía

    Lo último le resonó a Shinobu… Él no estaba ofreciendo buena compañía… Ni siquiera como un interlocutor decente, pero el tono que despedía esas palabras… Se percibía cierta… ¿Dicha?... Entonces Kyosuke interrumpe ese tren de pensamientos:

    - La verdad he estado preocupado por tu situación… ¿Cómo ha ido la búsqueda de trabajo?

    Pronto el semblante de Shinobu empezó a reflejar lo sombrío que se sentía por dentro:

    - Tu deberías saberlo… La familia Miyagi ha estado bloqueando mis oportunidades por todas partes.
    - ¿Huh? ¿Por qué dices eso?
    - Supe de una fuente que representantes de la familia Miyagi han estado presionando a grandes empresas y empresarios para que pongan mi nombre en una lista negra… Por eso no he podido encontrar nada con el cual poderme sostener ya que tu querido hermano está empeñado en arruinarme por todos los medios.

    Efectivamente el alcohol lo había vuelto más boquisuelto, no quería hacerle saber nada de lo que sucedía al otro hombre, pero el hecho de que fuera parte de esa familia nefasta solo le hacía redirigir su irritación hacia ellos. El mayor apenas parpadeo, y luego tomando su celular simplemente murmuro:

    - Voy a salir de dudas en este momento, voy a mandar un mensaje al director de recursos humanos para confirmar eso que me dices…
    - Qué raro… ¿No se supone que eres de las directivas? Debes estar al tanto de esas decisiones ¿No?

    Kyosuke antes de enviar lo que había escrito levanto la mirada para ver a Shinobu a los ojos:

    - ¡Yo no he tenido que ver con esto!

    Shinobu se sintió un poco incomodo… El mayor de los Miyagi no acostumbraba a ver a los ojos de esa forma a sus acompañantes, esa mirada bien podría denotar completa honestidad… Pero tratándose de los Miyagi bien podría ser habilidoso a la hora de esconder lo que en verdad pensaban… Pero aun así con lo que había aprendido no sentía que Kyosuke mentía… Pronto se escuchó un zumbido que correspondía a mensajes que le llegaban al mayor a su teléfono celular… El hombre miraba con detenimiento la pantalla con el ceño fruncido:

    - ¡Maldita sea!

    Luego mando un mensaje tecleando enérgicamente en el teclado táctil de su celular, y ahora se veía muy molesto, Shinobu sintió que había abierto la caja de Pandora… De alguna forma se conmovió al ver a ese hombre tratando de ayudarle, aunque sintiera que no podría ayudarle mucho en ese aspecto. Luego Kyosuke dejo su celular boca abajo y trato de retomar la energía con la que estaba disfrutando su comida, pero no pudo hacerlo… Su tarde había sido arruinada:

    - Esos idiotas no se atrevieron a confirmarlo, solo me dicen que lo discuta con mi hermano, ya que fueron directrices que vinieron de presidencia… El que no me lo hubieren informado es lo que me molesta… Lo lamento Takatsuki… Yo tratare de enmendar eso…
    - La verdad ya me lo esperaba… Pero entonces… Tu hermano debe odiarme completamente ¿Cierto?

    Kyosuke solo pudo mantener un silencio pesado ante esa afirmación… Negar la acusación era absurdo, pero parecía que le avergonzaba más el hecho de no haber estado al tanto de eso… Como si no fuera lo suficientemente importante como para ser informado de esas decisiones… Y luego con otro pesado suspiro solo pudo mascullar:

    - Eres un desgraciado… Lograste ponerme de mal humor…

    Shinobu no estaba muy seguro de como sentirse, y si por alguna razón ese hombre estaba actuando, lo estaba haciendo muy bien porque no percibía ninguna emoción falsa… Así que para aligerar el ambiente simplemente dijo:

    - Por un lado, esto me da la oportunidad de conseguir mis opciones sin que el me ayude de alguna forma… Y así no le debería ni un misero yen… Y eso me reconforta… Usted no está obligado a ayudarme, al contrario, gracias por ayudarme a informarme sobre esto, ya que así tengo un panorama más claro.

    Kyosuke lo mira con algo de tristeza… Que de nuevo parecía genuina… Tal vez le sorprendía verlo a él tratando de ser conciliador con alguien con quien no tuvo en el pasado una buena relación… Sin embargo, permanecía tenso a pesar del tono un poco menos hosco que el que acostumbra a usar:

    - Me alegra que no lo tomes como una tragedia… Pero si considero que esto es muy injusto Takatsuki… Porque a él no debería importarle lo que tu hagas ya que prácticamente están divorciados, no debería intervenir en tu vida…

    Eso le dolió a Shinobu… El que le recalcara que el Miyagi menor estaba divorciándose de él… Siempre le dolía la idea… Pero el excuñado tenía razón… No debería intervenir… Y de esa forma tan pretendidamente disimuladamente hostil… Pero bueno era provechoso en cierta forma también tener idea de la forma como tus contendientes juegan contra ti, y ya intuía que su exesposo no jugaba amablemente… Igual no tenía intención de responderle porque realmente no tenía ni los recursos ni el empuje para hacerlo, su atención y energía quería dirigirlo a sobrevivir y tener una vida digna:

    - Igual sé que puedo encontrar un empleo sin que él pueda interferir… Tendré que adaptarme a cargos que no estén a mi nivel… Ya que tu querido hermano esta empecinado en hacerme daño, pero no dejare que me pisotee.
    - Créeme que estoy pensando en alguna forma de ayudarte a pesar de lo que mi hermano haya ordenado
    - Ya le dije que no es su responsabilidad… Igualmente gracias por su preocupación…
    - ¡No!... Digo… Yo al menos te ayudare a tener donde quedarte… Y no acepto un no por respuesta… Solo dime en que hotel quieres hospedarte y yo te lo pagare.

    Shinobu noto su persistencia… Pero el que se sintiera comprometido a que le pagara estadía, era una carga que no quería soportar:

    - ¡Absolutamente no! Ya le dije que lo que me pase no es su responsabilidad, y se cómo resolverlas así que no insista.
    - Te diré una cosa Takatsuki… Conociendo a mi hermano, se asegurará de que no consigas algo acorde a tus estudios, y aparte está muy al tanto de tu graduación y de tus logros, tengo entendido que las directivas de la universidad le informan de tu rendimiento… Y hasta a mis oídos ha llegado que darás el discurso de despedida… Lo que indica que eres el mejor de la generación… Y aun así quiere que no la tengas fácil para conseguir un trabajo a tu nivel… No sé si crea que por que quieras aprovecharte de que hasta recientemente hacías parte de la familia Miyagi… No se… Pero sé que se te va a hacer difícil encontrar un trabajo digno de ti, aparte los procesos de selección en las empresas últimamente han estado muy lentos y sé que con el tiempo que tienes para graduarte no alcanzaras a tener algún lugar donde pasar la noche para ese día… Así que quiero ayudarte… Y como no quieres decidirte, yo lo hare por ti… Tienes tres opciones: El hotel Mimaru Tokyo, el hotel Hisoka, y el Sakura Hotel todos en este distrito… Así que elige de una vez y yo te pago la estadía el tiempo que requieras para encontrar un trabajo y ahorres para conseguirte tu propio lugar… ¿Qué me dices?

    Shinobu se sintió acorralado, y eso le irritaba… ¿Por qué ese hombre era tan obstinado?

    - ¿Por qué insiste tanto en eso? Yo no le estoy pidiendo nada de eso, y me siento como recibiendo caridad y no me gusta….
    - ¿Te parece caridad? Déjame explicártelo claramente… Estoy tratando de resarcir de alguna forma el cómo mi familia, incluido yo, te hemos tratado cuando en realidad tu no tenías ni tienes la culpa de lo que sucedió con tu padre y de cómo él se comportó contra mi familia… Y penosamente reconozco que nos hemos dejado llevar por los caprichos de mi hermano siendo permisivos con la forma en la que él te hace a un lado de esa forma… Y puedes decir que no importa, pero me siento responsable y quiero ayudarte con eso y voy a seguir insistiendo… Así que dime en que hotel quieres estar…
    - ¿Por qué eligió esas opciones de aquí en Ikebukuro?
    - Siento que es central, tiene buen acceso a transporte público y te puedes desplazar fácilmente a donde quieras trabajar… Si no te agrada puedes elegir otro lugar.
    - No… Está bien… Pero… Quisiera que me dé un par de días para decidirme… ¿Estaría bien?

    Kyosuke al ver que el muchacho por fin estaba aceptando una propuesta de su parte, se vio más relajado… Para el chico el que vocalmente reconociera que quería compensarlo por lo que la familia Miyagi le hizo, le hacía sentir mejor de lo que había estado desde que estaba en la Universidad, así que decidió aceptar su proposición, así que no tuvo más remedio que aceptar su interés en ayudarlo. Después de eso el ambiente se relajó notoriamente, y Shinobu aprovecho para servirse una porción del gratinado de papas con queso azul, al parecer recuperando su apetito, todo bajo la mirada complacida de Miyagi Kyosuke.

    *****************

    El tiempo siguió su impasible recorrido, pues ya era el día de graduación, la ceremonia iba a ser en la tarde, toda la semana anterior Shinobu había ayudado a su amigo Koizumi a empacar su ropa, artículos personales, algunos electrodomésticos y ayudar a vender o regalar lo que no iba a necesitar en su pueblo natal, mandando todo debidamente embalado en una van de una empresa de acarreos que ofrecía ese servicio de forma económica. Shinobu solo tuvo que cerciorarse de tener la mayor parte de su ropa limpia justo para ese día. Ya Koizumi había hablado con el arrendatario el cual justo ese día había pasado para recoger las llaves y a ver el estado del inmueble el cual tuvo su visto bueno.

    Al final Shinobu eligió ir al Sakura Hotel, pues era el más económico de las tres opciones que le había presentado su excuñado… Este le había recomendado el Hisoca Hotel, pero Shinobu le aseguro que solo necesitaría un hotel que ofreciera lo básico y prácticamente planeaba solo dormir allí ya que tenía muchas rutas planeadas para buscar trabajo y le tomarían todo el día… Igualmente este hotel tenía una excelente ubicación ya que le quedaba muy cerca una estación de Ikebukuro y ese detalle le hizo decidirse (Estaba de más informarle que su decisión era tomada en base a que no quería deberle mucho al elegir la opción más económica, pero esa era la respuesta oficial aunque las otras opciones estaban igualmente ubicadas a minutos de la misma estación era algo que el oferente sabia, igual, la respuesta de Shinobu complació a Kyosuke) De todas formas agradecía en silencio que el mayor no lo hubiera avergonzado mostrándole opciones lujosas y costosas, haciéndole sentir como un sugar baby, al menos sentía que con esta ayuda se sentía más en capacidad de compensarle en un futuro. Igualmente, la amabilidad de Kyosuke no terminaba ahí, el hombre se comprometió a contratar un servicio para que le llevara las maletas al hotel e hizo las gestiones para que Shinobu solo tuviera que identificarse en el lobby y ya tuviera todo dispuesto… Shinobu al principio no quiso, pero acercándose el gran día, se dio cuenta que eso le sería de gran ayuda porque no iba a tener el tiempo suficiente para ir al hotel llevando sus maletas y devolverse de nuevo allí… Todavía le costaba mucho organizarse sin ayuda, pero sabía que lo lograría cuando ya pusiera en práctica lo que iba aprendiendo mientras estuviera solo por su cuenta.

    Esa mañana se dispuso a vestirse de traje, lastimosamente era un traje que había comprado mientras estuvo casado, pero no tenía algo más formal, sin embargo, agradecía que por lo menos no fuera como en la Universidad de Kioto que hasta Cosplay hubiera tenido de hacer ahí si ni siquiera hubiera pensado en asistir (muy extravagante para su gusto) … Al ponérselo noto que había bajado de peso, intuyo que ese problema del divorcio le había afectado a su cuerpo… El traje igual no le quedaba igual de bien pero ya era muy tarde para mandar a ajustarlo, así que lo uso de esa forma, se puso su reloj Grand Seiko, que era el artículo que en verdad llevaba con agrado y recogiendo su morral procedió a dejar el apartamento junto a su amigo para dirigirse a la Universidad.

    El lugar estaba abarrotado, mientras estudiantes y sus familias se reunían para celebrar los grados que acontecían ese día de diferentes facultades, y la de las ciencias económicas era una de las más concurridas, los hombres iban con sus mejores trajes formales y las mujeres con el ya tradicional kimono estilo hakama hablando entre ellos muy animadamente. Shinobu sentía que iba a extrañar ese lugar porque mientras duro su carrera, allí era donde se había sentido más acogido, mucho más que en su propio hogar, y al ser el lugar donde le enseñaron tanto, se prometió que algún día, cuando estuviera en su poder, haría una donación a la facultad… Sabía que pasaría muchos años para eso, pero al menos podría añadir un objetivo a largo plazo a sus planes. Koizumi le presento su familia a Shinobu, una familia que se notaba se había esforzado mucho para que su hijo estudiara en esa prestigiosa Universidad… En persona era una familia cálida, y se notaba que su amiga había sido criada con mucho amor, y era algo que entristecía a Shinobu, pues, aunque tenía claro que su familia no iba a aparecerse en su graduación, había esperado, aunque sea un mensaje de felicitaciones de parte ellos, o una respuesta, aunque fuera de su madre, a la cual le escribió unos días antes del evento para informarle que se iba a graduar… Nunca recibió respuesta… Y ese sentimiento se agravo cuando vio como sus compañeros eran felicitados por sus padres y familiares… Incluso uno de sus compañeros, cuyos padres habían muerto fue visitado por sus abuelos… Y el por su parte esta solo… Tampoco ayudaba que muchos de ellos murmuraban cosas a sus espaldas, porque la noticia (o rumor según los pasquines de chismes) del divorcio o “inminente divorcio” había cogido fuerza, y ya Shinobu no tenía ni la fuerza para preguntar a Yamada sobre las nulas acciones que estaba tomando el departamento de relaciones públicas de los Miyagi… Y no ayudaba a ese hecho el que no hubiera presencia de ningún representante de la familia Miyagi para mitigar la humillación… Ni siquiera podía esperar eso de ellos… Mientras se disponía a revisar su discurso alguien llamo su atención… Era Nagasaku, el compañero que estaba molesto de que Shinobu fuera el que diera el discurso ante la generación que se graduaba… Tenía una sonrisa falsa, eso Shinobu lo sabía, y no más su presencia le hizo sentir incomodo:

    - Takatsuki-san… Qué bueno que te encontré… Quería preguntarte algo… Tú vas a dar el discurso de despedida ¿Cierto?... ¿Por qué lo aceptaste? Sabes que no es justo para esta Universidad la mala publicidad con la que le estas involucrando ¿Cierto?

    Era la primera vez que a Shinobu lo confrontaban por ese asunto, solo se habían limitado a murmurar a sus espaldas, pero parecía que al fin alguien se había decidido a reclamarle por algo que era una cuestión privada, o tal vez para hacerle desistir de dar el discurso:

    - Ya el decano me dio la autorización… Y para su información soy el mejor estudiante de esta generación de graduados, mis calificaciones y rendimiento académico lo respaldan, puede hablar con él si lo desea. Además, debo recordarle que mi situación personal es un asunto privado que no le concierne a nadie, así haya rumores esparcidos en los medios de comunicación, no es bien visto que esparzan chismes sin fundamento, y menos usarlo como excusa para censurarme… ¿He respondido a sus preguntas Nagasaku-san?

    El otro fue tomado por sorpresa, tal vez porque pensaba que Shinobu no fuera a ser directo… Tal vez el hecho de que Takatsuki fuera alguien tan callado y de pocos amigos tuviera la fama de retraído, pero ahora se daba cuenta que era una persona directa y que no temía a la confrontación… Lo que aparentemente le molesto porque pensó que podía disuadirlo fácilmente, así que tomo una actitud menos tímida:

    - La verdad es que para muchos compañeros es incómodo compartir el salón contigo, porque los rumores sobre ti están por todas partes, y eso no lo puedes negar… Y no sé qué le has dicho a las directivas de la Universidad o si tu… ¿Esposo tiene que ver? Pero por decencia deberías no haberte presentado el día de hoy
    - Lo lamento, pero el cómo se sientan ustedes no me concierne, y las circunstancias que llevaron a esto es problema de ustedes y que yo sepa, nadie se ha quejado conmigo antes… El decano me solicito hacer el discurso y yo me comprometí… Si quiere hacer un escándalo al respecto y dañarles el día a los compañeros adelante… Haz el ridículo usted solo.

    Y con esas palabras Shinobu se levantó y dejo a Nagasaku con la palabra en la boca, además de darle la espalda… Shinobu estaba dispuesto a defenderse más agresivamente si el otro individuo estaba dispuesto a darle la vuelta para empezar una confrontación física, pero afortunadamente no lo hizo, y pareciera que ninguno de sus amigos, que estaban presenciando el intercambio a una distancia prudente decidieron no intervenir… Ojala los obstáculos de la vida pudieran sobrellevarse con una rápida confrontación, y esto pareciera una excepción a la regla… Porque Shinobu siempre parecía enfrentarse a obstáculos muy obstinados en hacerle caer… Ya se estaba cansando de eso.
    Trataba de no alterarse, porque el día no estaba saliendo tan bien como quisiera, pero sabía que tendría que relajarse por fuerza, igual este era su día, aunque algunos no estuvieran de acuerdo. Así que estuvo hablando con Koizumi y su familia, quienes se portaron muy bien con Shinobu, incluso la abuela de su amigo lo consintió diciéndole que era un jovencito muy guapo y que se parecía mucho a su esposo (quien ya había muerto) cuando tenía mi edad… Y luego el evento comenzó, con las palabras del decano alentando a los futuros profesionales a ser miembros productivos de la sociedad, para que siempre den lo mejor de sí mismos en sus trabajos y que esperaba que con sus palabras y el discurso final, todos empezaran esta nueva etapa con el corazón lleno de esperanzas para un futuro prometedor… Shinobu sintió las palabras dirigidas hacia el mismo, era el final de una etapa y sabía que no iba a ser fácil… Pero mientras más lo pensaba, más una energía positiva lo invadía… Si ahora su futuro estaba en sus manos, y tal vez tenía que terminar esta etapa para empezar a dirigir su vida como él quería… Era hora de subir a la tarima y leer su discurso.
    No podía no escuchar algunos murmullos que se percibían a medida que subía los escalones, pero solo se llenó de valentía y llegar al estrado para disponer la hoja con su discurso, aclarar su garganta, levantar la mirada y ver a todo ese público… A primer vistazo pensó que iba a tener un ataque de pánico, pero no… Simplemente dejo salir la primera parte del discurso como la sentía: Este discurso iba dirigido a los jóvenes que iniciarían una nueva etapa… Él se incluía definitivamente en ese grupo, reconociendo indirectamente su situación personal sin dar detalles, les reconoció que sentía miedo al terminar este momento de su vida, pero luego de haber inspeccionado dentro de él, había concluido que tenía que dar ese paso en dirección a su verdadero camino, sin que se lo eligiera su familia o algún vínculo personal, que sea una decisión enteramente personal, consciente de las propias capacidades y falencias. Los animo a en tal caso a recurrir a la ayuda de las personas con las que tienen confianza, pero que siempre tengan su propósito claro para su futuro. Luego aludió a que él no estaba allí por algún merito que no fuera por su propio esfuerzo demostrado en su productividad académica, entendía si algunas personas no estuvieran de acuerdo con que el estuviera hablando por toda una generación de estudiantes, hablándoles sobre ser independientes cuando él es famoso por sus vínculos tanto familiares como conyugales… En este tramo eligió ser honesto, aunque eso implicara destapar, aunque de forma velada, sobre su situación personal… Dio a entender que efectivamente estaba iniciando este camino solo, ya que el ya no tenía contacto con su familia, y se estaba distanciando de todo vinculo que había adquirido a través de los lazos conyugales que “estaban por extinguirse” y si se sinceraba de forma pública era para recalcar su intención de emprender su camino por su cuenta, no para explicarse ante los demás, y haciendo publico esa situación les haría entender que lo que decía era cierto, igualmente pronto seria corroborado por los canales oficiales de ambas familias…. Después lamento haber tomado el espacio de su discurso para referenciarse a sí mismo, solo para hacerles entender que estaba en sus manos (tal como se había dicho a si mismo) su porvenir, que tenían la mente y la resiliencia para avanzar hacia su futuro, y que no permitieran que ninguna persona, familiar, amigo o conocido, les trunque sus decisiones, que no se detengan ante nada, ni por matrimonio, o por una discusión familiar, ellos tienen las herramientas suficientes para lograr sus objetivos… Agradeció a la Universidad y al decano por permitirle ese espacio para ser un ejemplo de la imparcialidad, confirmando que si estaba ahí no había sido por interferencia de alguna relación de consanguinidad o por vinculación personal, y que cada persona tiene el derecho a ser lo que quiera ser. Tras ese discurso simplemente agradece a los presentes por toda la atención brindada y les desea un hermoso futuro… Se podría decir que hubo una reacción un tanto tímida por cuanto muchas personas estaban asimilando las palabras de Shinobu, el verle desnudándose figurativamente frente a ellos no era lo que estaban esperando, algunos aplaudieron con entusiasmo, porque se sintieron conmovidos, otros apenas lo hicieron disimulando su contrariedad, otros solo se quedaron en silencio, por cuanto habían sido privilegiados con sus conexiones y se negaban a despotricar de esa ventaja o que probablemente pensaran que lo que dijo Takatsuki era hipocresía porque la Universidad había tomado la decisión de dejarle dar el discurso precisamente por quien era su “aun” esposo y no tanto por él. Lo cierto es que al parecer el discurso no dejo indiferente a nadie y Shinobu se sintió satisfecho con eso, porque quería dejar ese intento de legado en sus compañeros, con los que nunca tuvo el lujo de convivir plenamente.

    Koizumi y su familia le aplaudieron cálidamente cuando Shinobu llego con ellos, incluso la mama le celebraba su valentía, el joven se sintió un poco avergonzado, pero después de un momento le agradeció por sus palabras. Entendió que ese momento solo podría haberlo disfrutado tal como estaba sucediendo en ese momento, porque nunca hubiera sido igual si por azares del destino su familia biológica estuviera allí celebrándole mediocremente por sus logros, sobre si su esposo estuviera allí es algo que no lo iba a cuestionar, la solitaria y apática presencia de Yamada acompañado de algún chofer no le atraía para nada y agradecía que eso no hubiera sucedido. Pronto la ceremonia terminaría con la foto en grupo de todos los graduados, con Shinobu en el centro y al frente posando junto a su placa como el estudiante más destacado (siendo esta tradición americana ejercida en la universidad relativamente hace poco) y luego diferentes fotos grupales y por supuesto fotos del cuadro de honor junto con el decano. Shinobu tuvo el honor de posar junto a su amigo Koizumi y su familia en las fotos de recuerdo, dejando muchos recuerdos y momentos enternecedores. Shinobu al notar que su amigo y su familia ya se retirarían pues tenían un viaje que emprender, en un gesto no convencional en su carácter, se acercó y abrazo con calidez a su amigo, el cual un poco aturdido por el gesto pronto le correspondió… Siempre había sido su amigo sin segundas intenciones y Shinobu nunca lo olvidaría. Se prometieron escribirse y posiblemente, si koizumi encontraba un trabajo interesante para el en su región le informaría al respecto, igualmente no al nivel que el otro joven decía “Takatsuki-kun merecía”, y Shinobu lo entendía, ya para esos momentos, el encontrar trabajo lejos de Tokio no sonaba mal, y con eso despidió a su amigo.

    Ya al verse solo, se encaminaba hacia la salida de la Universidad, reviso por primera vez en esa tarde su celular, el cual había ajustado en silencio, y sorpresivamente encontró dos notificaciones: uno era de un mensaje en line de su madre felicitándole por su graduación, escueto y sin ninguna particularidad ni trascendencia y otro de una llamada perdida de un numero desconocido de hacia media hora, Shinobu se preguntó si no sería un conductor que Kyosuke por casualidad había contratado para llevarlo al hotel, y cuando estuvo en la entrada de la institución educativa procedió a marcar de vuelta para escuchar un peculiar ringtone muy cerca, volteo por pura inercia y se encontró de frente con la sorpresiva presencia de Yamada, el cual había dejado que el teléfono sonara para hacer presente su presencia, Shinobu sin cambiar su gesto solo colgó y espero a que el otro hombre se aproximara a él. El otro hombre, con sus impecables modales le saludo con una venia:

    - Tanto tiempo sin verlo Takatsuki-san
    - Si… Tiempo sin verlo… ¿A qué se debe su presencia aquí? ¿Está buscando a alguien más?

    Shinobu no desperdicio tiempo en palabras vacías, fue al grano sin intenciones de alargar la conversación, pronto su alivio por no haberlo visto en ese día de estaba tornando en pesadumbre, el otro hombre parecía notar lo cortante con la que Shinobu lo estaba recibiendo, así que tras despejar su garganta procedió con un tono amable:

    - Vine en representación de la familia Miyagi para felicitarle por su graduación.
    - ¿Un poco tarde no cree? Igualmente era mi compromiso cuando acepté incorporarme a la familia Miyagi, finalmente ya cumplí con mi parte.

    Hubo un silencio incomodo, ya que efectivamente Shinobu se había comprometido a terminar sus estudios con el apoyo de la familia Miyagi, así que lo que exponía solo era un hecho. Aun así, Yamada parecía querer ignorar la apatía de Shinobu:

    - De eso la familia Miyagi ya se enteró, ellos estipularon que el día de hoy yo me presentara ante usted para felicitarlo en nombre de la familia.
    - Estoy agradecido.

    De nuevo la contestación corta y monótona de Shinobu no daba pie a prolongar la conversación, Yamada parecía que lo tenía previsto y pareció lanzar un anzuelo para ver si el chico lo mordía:

    - ¿Cómo ha estado de salud? ¿Ha estado comiendo bien? Noto que ha bajado un poco de peso… Trate de comunicarme con usted… Pero creo que cambio de número.
    - ¿Me está preguntando por su parte o por parte de la familia para la que trabaja?
    - Por supuesto de parte de la familia Miyagi
    - Entonces me temo que debo responder que no les concierne mi presente, incluyendo mi salud o mi situación financiera, ya el divorcio debe estar en trámite así que no hay necesidad de actualizar la información de quienes pertenecíamos en ese matrimonio, incluyendo el número de celular ya que no le va a hacer falta… De hecho, noto que hay poca comunicación con Miyagi Kyosuke-san porque he hablado con él en múltiples ocasiones, estoy seguro que ustedes están al tanto de eso ¿No?...
    - … Si sabemos que Miyagi-san ha tenido encuentros con usted… Pero el parece no informar nada respecto a usted.
    - En ese caso no tiene por qué seguir indagando sobre mi… Ya el compromiso que aun tenía pendiente con la familia Miyagi ha sido concluido, y por eso mándele mis más sinceros agradecimientos a la familia por permitirme la oportunidad de terminar mis estudios.

    Yamada se sintió un poco incomodo cuando Shinobu simplemente se inclina ante el vocalizando un “GRACIAS” como mensaje a la familia a la que brevemente perteneció. Luego con un gesto poco revelador le dijo:

    - También quisiera solicitarle, si cabe la posibilidad, de que les diga que no tienen necesidad de boicotear mi ingreso a la vida laboral, no tengo intención alguna de buscar trabajo en las empresas del conglomerado Miyagi si eso es lo que le molesta a su jefe, pero yo solo soy un adversario muy insignificante que incluso no tiene la influencia de la familia Takatsuki, no deberían poner tanta energía en dejarme desempleado o hacer imposible que consiga un trabajo donde pueda aplicar mis conocimientos adquiridos en la universidad que ellos pagaron… Solo dígale a su jefe que ya no me preste atención y que no me acose en mis intentos de salir adelante lejos de él.

    Yamada trato de disimular su confusión, parecía no estar al tanto de eso, pero bueno Yamada también había demostrado haber sido un buen disimulador, pero eso no quería decir que pretendía inquirir sobre la solicitud del joven:

    - Lo lamento Takatsuki-san… ¿Pero por qué hace esa acusación?
    - Pregúntele a Miyagi Kyosuke-san, el mismo hablo con la presidencia de Recursos Humanos quienes confirmaron que fueron directrices de la presidencia del conglomerado, de hecho, pasaron por encima de el para ejercer dichas directrices… Si no está enterado de eso, es porque no está al tanto de todas las dinámicas que propone su jefe… Igualmente puede decirle que si no quiere atender mi última solicitud, que no importa que igualmente yo me las arreglare… No le tengo miedo a los retos.

    Yamada pareció no querer prolongar ese tema de conversación, notando el ánimo caldeado de Shinobu y asintió como diciéndole que iba a transferir el mensaje a su exesposo, ante a lo cual Shinobu pareció calmarse o solo disimular los nervios porque sabía que provocar a Miyagi Yoh era un juego el cual no tenía ganas de jugar y más en sus circunstancias. Luego Yamada de pronto para aligerar el ambiente tenso procedió a sacar una caja envuelta en papel de regalo de su maletín, el cual cabía en su mano. Shinobu quedo ahora confundido ante eso, el cual fue presentado de una manera formal por el subalterno:

    - Me permito entregarle este regalo a usted. Es un obsequio que la familia Miyagi le entrega por haber concluido sus estudios como el estudiante más destacado de esta generación. Por favor acéptelo.

    Shinobu tomo la cajita y la despojo con cuidado del empaque de color oro descubriendo una caja solida de color verde esmeralda la cual abrió con mucho cuidado, aunque había intuido de que se trataba por el logo que había en la parte de encima, para descubrir su interior: en medio de un soporte forrado en color crema donde reposaba en toda su gloria un reloj Rolex Oyster Perpetual 124200 totalmente metálico con cristal de zafiro, venia con todos los documentos originales que vienen en el set: garantía, manual de instrucciones, etc.… Shinobu se lo quedo viendo con asombro… Era hermoso y con toda la clase que imponía una marca como esa, un reloj que denotaba una posición en la vida, tan tentador al alcance de su mano, siempre sería el recuerdo de ese día y de quien provenía... De repente cierra la caja de un golpe y le entrega sin titubear de vuelta la caja a Yamada:

    - El reloj está muy hermoso… Pero debo declinar el regalo.

    Yamada se quedó un poco estupefacto, porque parecía que sinceramente no esperaba eso de Shinobu, o al menos que no tuviera las agallas para hacerlo, como si todas sus “pataletas” solo fueran una máscara, o eso pensaba Shinobu… Sin embargo, Yamada al parecer recomponiéndose, solo niega recibir la caja:

    - No señor… Ese es su regalo… No es ningún error… Usted es acreedor de este-
    - Si, sé a qué se refiere… Me refiero a que no necesito que la familia Miyagi me de algún obsequio conmemoratorio a este evento… Ellos ya me brindaron su bondad al darme la oportunidad de terminar mis estudios, tal y como lo prometieron… Su bondad no debe ir más allá de eso, por eso debo rechazar este obsequio.
    - Pero… Señor… Miyagi-sama dio especifica orden de hacerle entrega de este reloj
    - Y lo agradezco… Pero es mejor que le informe a su jefe que no quise aceptarlo, y que puede disponer de él como más desee… De hecho, dígale que no está obligado a dar ese tipo de obsequios ya que no tenemos ningún vínculo vigente entre nosotros…

    Yamada parecía no querer reaccionar ante los intentos de Shinobu por entregarle la caja, de hecho Shinobu veía que el secretario no aceptaba de vuelta el obsequio Shinobu lo iba a regalar al primero que pasaba; después de un rato Yamada pareció aceptar con renuencia la caja entre sus manos sin saber que más hacer, el joven solo hizo un ademan de aceptación y procedió a recoger el bolso que había dejado en el suelo para recibir la caja y se dispuso a seguir su camino sin despedirse, hasta que detuvo sus pasos al escuchar a Yamada decirle en voz alta:

    - ¿Sabe señor? El orgullo no siempre es el mejor consejero… A veces le hará pasar momentos amargos que no siempre serán alivianados por una conciencia tranquila.

    Shinobu no se volteó, pareciendo sopesar el consejo no solicitado de la mano derecha de su ex esposo, para luego decir en voz alta:

    - Entonces hablare con mi conciencia esta noche porque creo que dormiré muy bien sabiendo que lo que hice es consecuente con lo que pienso.
    - Pero señor… En serio le aconsejo que la soberbia puede hacerle tomar malas decisiones en el futuro… Llegará un momento en que necesitará ayuda de los demás y si piensa que puede hacerlo todo solo… Se llevará una desilusión.
    - Tiene razón… Pero tenga por seguro usted y que también le diga a Miyagi-sama, que para apoyarme en alguien tiene que ser personas en las que tengo confianza… Y de paso si quiere una razón más concreta, no recibo el obsequio porque no lo necesito… Espero que esta sea nuestra última interacción. Que tenga una buena noche Yamada-san.
    - ¿Señor Takatsuki, usted se está quedando en algún lugar?

    Yamada parecía muy seguro al hacer la pregunta, seguramente si estuvo haciendo pesquisas sobre el chico ya debió haber sido informado de que no vivía más con su amigo de la universidad, y si aparte aún no había sido informado por Kyosuke Miyagi sobre su acuerdo, no sabía ciertamente en que hotel se estaría alojando por el momento, una información que prefería mantener sin revelar mientras tanto, así que sin titubear solo se limitó a responder escuetamente:

    - No se preocupe, ya lo tengo solucionado, de eso ya no tienen por qué molestarse. Buenas noches.

    Y sin dar paso a la prolongación de la conversación camino con paso más rápido despidiéndose con un ademan de la mano sin llegar a voltearse a verlo y se dirigió a una lejana esquina en donde, de la nada, volvió a sonar su celular, y el chico al contestar corroboro que era el transporte que lo llevaría a su hotel por lo que contesto mientras esperaba a ser abordado por el conductor.

    << Yamada lo vería alejarse aun teniendo entre sus manos la voluminosa caja, un poco contrariado con el resultado de esa reunión, y entendía hasta cierto punto la posición del muchachito… Sus pensamientos se interrumpieron cuando un sedán negro se detuvo frente a él, y un alto chofer salió del auto para recibir los que tenía Yamada entre sus manos y abrirle con algo de incomodidad la puerta trasera para que el joven hombre entrara y se sentara mientras el chofer procedía a poner la caja verde al lado del secretario y se ubicaba de nuevo en su puesto para empezar a conducir hacia su destino pasando por el lado del jovencito que parecía estar a punto de ser recogido por otro auto. Yamada después de un poco de silencio procede a activar un botón que estaba en un panel cerca de él haciendo que el vidrio de protección subiera con un suave zumbido hasta aislarlo totalmente de los asientos delanteros, por ende, en esa privacidad toma su teléfono celular y marca ese número… Después de dos timbrazos una voz profunda responde del otro lado de la línea:

    - Habla Yamada.
    - Miyagi-sama, ya la ceremonia finalizo… El joven Takatsuki tal como usted lo previo no quiso aceptar el reloj, dijo que ya había sido suficiente con su educación… Además, me enteré que el joven cambió de domicilio, lugar que obviamente no me iba a revelar… ¿Lo mando seguir, señor?
    - No… Por ahora no… ¿Cómo estaba él?
    - ¿El joven Takatsuki?... Ha bajado de peso notoriamente… De resto tiene el mismo talante orgulloso de siempre… Por otro lado, creo que está acostumbrándose a estar solo y ya está resignado con su situación... En su discurso prácticamente reconoció que estaba por su cuenta… Y, por otro lado, estaba particularmente molesto por que ha estado buscando trabajo y las empresas no han querido contratarlo… Perdón mi impertinencia… Pero… ¿Usted ha intervenido con eso señor? Aparentemente Recursos Humanos recibió esas órdenes.
    - Él está exagerando… Seguro seguirá intentando encontrar el cargo que tanto quiere y sentirse autosuficiente pero aún necesita un poco más humildad… Eso no le hará daño.
    - Bueno, el de todas formas me dijo que él se las arreglaría… El chico tiene voluntad… Señor con toda la buena intención le recomiendo que deje que el siga su camino a su manera.
    - Yamada… No dé su opinión si yo no la solicito… ¿Quedó claro?
    - … Lo siento señor… No volveré a opinar al respecto.
    - De todas formas, si necesito que me averigüe sobre donde está hospedándose y me lo haga saber. Por ahora no lo necesitare más. Mañana empezamos temprano.
    - Si señor lo llamaré a las 5 de la mañana. Que descanse.

    La pantalla del celular indicaba la finalización de la llamada, el joven hombre solo suspiro, porque sabía que, aunque no lo dijera, a su jefe aun le quedaba interés por aquel joven que fuera su esposo por poco tiempo… Pero no podía negar que este había tomado la resolución de cortar sus vínculos con ese joven de una forma tan determinada que aún se preguntaba en donde estaba el hombre que mientras vivía con ese muchachito, estaba tan pendiente de él, que le inquiría por el varias veces al día y su ánimo personal estaba en su mejor etapa…. No podía evitar recordar que desde que paso todo ese incidente, Miyagi-sama estaba muy cortante y mas estricto de lo normal… Incluso perdía los estribos más pronto cuando en otras circunstancias su calma y frialdad siempre prevalecían… Y no era muy aventurado suponer que estaba afectado por la separación, pero su tozudez de aparentar lo contrario superaba incluso el orgullo de Takatsuki-san… Solo podía augurar que su jefe no estaba feliz con su decisión, y no estaría de ahora en adelante mientras no reconozca que esa terquedad sería el origen de muchos infortunios para su jefe, especialmente con respecto a su vida personal.>







    Bueno se que no paso tantas cosas en este episodio… Bueno no tantas tan significativas a excepción de esos pequeños gestos… El rechazo del reloj que Miyagi le regala tiene un significado… Es el punto de inflexión que tanto he estado anunciando… Bueno es como una señal de inicio… Algunos diran que es orgullo… Pero no… Digamos que Shinobu esta aprendiendo a cambiar sus prioridades… Ahora buscara a personas con quien construir su red de apoyo… Y vemos que en esa red esta el hermano mayor de Miyagi… uhmmm… Ahora esta de “amiguis” con nuestro protagonista… ¿Sera confiable este señor?... Digamos que Shinobu al menos sabe que el hombre es honesto y puede confiar mas en el que en su exesposo… De igual forma tambien debo informar que si están notando que algunos apartes de la historia están encerrados en <…> es porque a apartir de este capitulo agregare puntos de vista omniscientes… ¿Por qué? Si se han dado cuenta que todo se manejaba desde la perspectiva de Shinobu, y como espectador solo sabemos lo que el sabe o descubre… Bueno por acción benefica para la trama voy a compartir un poco del “punto de vista omnisciente” y se filtraran pequeños detalles que escapan a la percepción de Shinobu para que pueda agilizar la historia… sobretodo se vislumbraran pequeños filamentos de lo que pasa con Miyagi porque con lo reclusivo que es ese man, es imposible que volvamos a saber de el a menos que el lo busque… Y sabemos que ese jodido hombre no se digna (aun) a buscar a quien cree es su mayor traidor… Haganme saber que quisieran saber mientras Shinobu se busca su vida a su manera, que es al final mi mayor objetivo con esta historia.

    Seccion de agradecimientos: Bueno en este largoooo intervalo obviamente no podía desaprovechar la oportunidad para agradecer a aquellos que siguen leyendo y comentando en mi historia y por eso abro con Rah Diaz (Ahora podras tener vistazos de lo que pasa con ese cruel hombre pero Shinobu siempre será mi enfoque), Laura Micaela Siapo Maldonado (Gracias por comentar y seguir esperando mi historia), Mascayeta (Muchas gracias por leerme, y esas palabras tan bonitas), Anne onodera takano (Siempre de mis mas leales comentaristas, espero volver a leer algun review del nuevo episodio… Y bueno veremos como la esta tomando sin nuestro protagonista, pero siempre nuestro objetivo es ver a Shinobu feliz), Daas3 (Me alegra que hayas comentado en el anterior episodio, espero leerte en este nuevo episodio y que te haya gustado), Hana Onodera (Gracias por esas lindas palabras espero te guste este episodio), yaoista20 (Espero que sigas esperándome… Si no no importa gracias por haber leído el anterior episodio), Yoo Joo (Ya te respondi en la otra plataforma pero bueno saludos por partida doble!!), Y a todos mis lectores fantasmas antiguos o nuevos espero que me sigan con este rumbo, haganme saber que quisieran saber mientras Shinobu se busca su vida a su manera, que es al final mi mayor objetivo con esta historia. Y bueno espero me tengan un poco de paciencia, porque ahora con otros puntos de vista esta historia va a tomar otro rumbo y espero les guste mucho. Gracias a todos.
  2. .
    Bueno chicos despues de mucho sufrimiento de parte mia y de Hiroki, por fin llegamos al ultimo episodio de esta historia.... Agradezco a todos por acompañar a este tragicomico personaje porque ya a sufrido demasiado... Y todos queremos que sea feliz y aunque la vida tenga una forma extraña de compensarle... o castigarle... tal vez esta sea una forma de hacer que el por fin suelte esa armadura que lo ha acompañado por tanto tiempo... Bueno aqui les dejo el final de este fanfic. Nos leemos al final con mas noticias futuras


    Capítulo 14




    Miyagi los ahuyento hacia la puerta con la promesa de que cubriría las clases de Hiroki y sus horas de oficina ese día ‘porque de todas formas le debía unas horas’.

    Hiroki paso por una suerte de entumecimiento provocado por el horror – porque Akihiko le había escuchado. Había escuchado cada palabra de ese patético, vergonzoso pronunciamiento. Su cerebro se había apagado, incapaz de ver más allá más que percatarse de que Akihiko lo sabía.

    El rugido en sus oídos era el sonido del último puente que se iba a quemar detrás de él.

    “¿Estas despierto, Hiroki?”

    Ellos estaban en el ostentoso automóvil de Akihiko, en el cual el en verdad no recordaba haber entrado, pero el escenario pasando rápidamente a través de la ventana le parecía sorpresivamente familiar. El auto retumbo en medio del tráfico, el ronroneo del motor elevándose y cayendo con cada semáforo de camino.

    “¿Hiroki?”

    “¿A dónde vamos?” logro decir, aunque el ya sabía la respuesta.

    “A mi casa.”

    Tenía cierto sentido. De cualquier forma, el necesitaba volver a donde Akihiko en algún momento. Todas sus cosas estaban todavía allí. Sus libros, sus calificaciones y su ropa.

    “¿A dónde fuiste anoche?”

    Hiroki se irrito. “Tal vez salí a tener un encuentro casual de una noche. Eso es lo que me sigues recomendando ¿Cierto?” El auto viró bruscamente, y Hiroki se aferró al tablero frontal. “¡Ten cuidado como estas conduciendo!”

    Akihiko le lanzo una furiosa mirada por el rabillo de sus ojos, y la oscuridad de esa mirada le hizo retroceder. Era una expresión venenosa que le había visto solo en raras ocasiones, e incluso entonces solo estaba reservada para alguien como Haruhiko, nunca para él.

    Solo duro cuestión de un momento, afortunadamente. “Estas mintiendo,” Akihiko concluyo, y retorno de vuelta a la vía.

    Hiroki espurreó. “Yo- Como sea, ¿cómo podrías saberlo?” declaro acaloradamente.

    “Porque si tu fueras el tipo de persona que en verdad hiciera eso, no estaríamos aquí en primer lugar.”

    No había respuesta que el pudiera articular ante eso, ninguna negación que no sonara hueca en sus oídos.

    Hiroki se dio vuelta para mirar a la Ventana en vez de contestar.

    Los nudillos de Akihiko estaban blancos sobre el volante, pero el autor no dijo otra palabra hasta que se estacionaron en el garaje del complejo de apartamentos, la luz demasiado brillante del sol de media mañana abruptamente se eclipso con sombras sucias y grises. El auto deportivo se detuvo. Con un giro de la llave, el motor decayó en silencio, un tic-tac fuerte aparece mientras se enfriaba, el eco se amortiguo a través de las puertas del auto.

    Ninguno se movió. “¿Porque no dijiste nada?”

    “Idiota,” Hiroki murmuro. “El que no te enteraras era la cuestión.” Se deshizo de su cinturón de seguridad. “No necesitas preocuparte sobre eso. Solo me desapareceré por un tiempo. Eso pasara al olvido.”

    Su mano apenas toco la puerta cuando de repente su asiento estaba cayendo. La espalda de Hiroki se estrelló hacia atrás con un grito ahogado en sorpresa, y entonces Akihiko estaba medio suspendido sobre él, con una mano sujetándolo hacia abajo, unos ojos azul-lavanda tan oscuros que eran casi violetas.

    “Creo,” el autor declaro con exagerado cuidado, “que ha habido algunos malentendidos.”

    “¿Que ha sido un malentendido?” ¿Akihiko no quería restregárselo en la cara cierto? Él no podría ser tan cruel – no de forma intencional.

    “Pareces creer que no tengo sentimientos por ti.”

    “Tu-” La palabra se atascó en su garganta, espeso y pesado de incredulidad.

    “Yo te amo.” Akihiko lo dijo de forma tan fácil, como si eso no derrumbara esa preciosa poca coherencia que le quedaba a Hiroki en su cerebro, como si eso no volcara todo su mundo y cada verdad dentro de él. El podría odiarlo, solo un poco, en ese momento, de cómo podía hacer eso sin ningún inconveniente.

    “Pero, Misaki-”

    “El rompió conmigo meses atrás. El no estuvo aquí para volver conmigo, Hiroki. Si te hubieras quedado en vez de sacar conclusiones, ya lo hubieras sabido ahora.”

    “Pero…” Hiroki lucho por encontrar las palabras que guardaba con recelo, palabras que cruelmente le habían abandonado. “Tú lo amas.”

    No había ningún dolor disimulado en los ojos de Akihiko. “…Si.”

    “Y es por eso que lo nuestro no funcionara nunca,” Hiroki le explico, con una diminuta, sonrisa amarga que el esperaba era una mejor mascara que la de su amigo. “Quítate, Bakahiko. No voy a tener esta conversación acostado sobre mi espalda dentro de tu auto.”

    La mano de Akihiko solo lo presiono hacia abajo más fuerte. Hiroki podría haberse liberado fácilmente, pero la intensidad de la expresión de su amigo lo aprisiono en su lugar. “No. tu solo huiras de nuevo. Y tú me estas malentendiendo deliberadamente. Yo ya te dije que no iba a volver con él.”

    Hiroki se enfureció. “Oh, entonces eso lo hace estar bien, ¿Cierto? Yo ya se lo dije a Nowaki anoche. No importa cómo me sienta, no voy a ser el novio de repuesto de nadie.”

    Un gruñido de frustración se construyó en la garganta de Akihiko. “Te estas haciendo el difícil. Sabes-” Se corto a sí mismo, presionando el puente de su nariz con su mano libre. “Amarlo no te hace alguien de reserva, Hiroki.” Le lanzo una mirada irritada. “Nunca es tan simple con los exes. Tú lo sabes. Tu aun no te has olvidado de él, después de todo. Ni siquiera después de tu amorío con el Profesor.”

    “Lo tuve.” Había logrado pasar casi un día sin pensar en Nowaki en algún momento, antes de que ese pequeño mocoso terrorista se hubiera aparecido y destruyera la preciosa estabilidad que había conseguido. “Solo me deje provocar de nuevo, es todo.” Forzó una risa, y se odiaba por como su voz temblaba. “Tal vez salir con alguien por despecho no funciona después de todo.”

    “A mí me ayudo a superar a Takahiro,” Akihiko le comento.

    La mirada de Hiroki se desvió, sus dedos se aferraron al asiento tapizado. Y Nowaki me ayudo a superarte. “Tú nunca en verdad saliste con Takahiro, idiota.” Era bajo, incluso para él, pero cualquier cosa que hiciera que Akihiko se alejara, que no viera, que no notara. Para preservar el ultimo frágil fragmento de orgullo que aún se aferraba al mástil de su ego.

    Sin embargo, él había subestimado que tan lejos exactamente había llegado su amigo. Akihiko simplemente se sacudió de las palabras venenosas y dijo, “Algunas veces, puede ser difícil seguir adelante cuando no tienes a donde ir.”

    Hiroki no pudo evitar las lágrimas salir de sus ojos ante eso. ¿Algo a dónde ir? ¿Porque no el, cuando había estado allí todo el tiempo? Le habría ahorrado haber desperdiciado siete años de su vida con el estúpido de Nowaki.

    “¿Hiroki?”

    “¡Ah!” Apuradamente, se secó los ojos y trato de levantarse. “Lo siento, Que estoy- mis ojos solo están cansados, no dormí bien-”

    “Hiroki.” Akihiko atrapo su mano. “¿Porque no me crees?”

    El jaló su mano bruscamente, acunándola defensivamente contra su pecho. “Porque tu amaste a Takahiro por años, idiota, incluso cuando él estaba dando saltos de gusto con su novia y comprometiéndose con ella. ¡Y lo último que quiero es perder ante otro Takahashi!”

    "¿Otro...?"

    Hiroki se congeló.

    Akihiko se inclinó hasta que sus narices casi se tocaran, su agarre de repente se apretó tanto que era doloroso. “Hiroki… ¿Exactamente hace cuanto te has sentido así?”

    Él estaba desconcertado. Demasiadas cosas ya habían sucedido. Ya nada tenía sentido. Ya no quedaba más que comprometerse completamente a esa pesadilla retorcida para que así pudiera finalmente acabar. “Desde siempre, idiota. Desde que tenía edad suficiente para saber lo que es el amor.”

    Ahí estaba. Lo dijo. Finalmente.

    Algo desdichado se deslizo a lo largo del rostro de Akihiko ante esas palabras. Una expresión que Hiroki nunca querría volver a ver. El respiro hondo preparándose para lo que se avecinaba, ya no le importaba. Sus últimas reservas emocionales se habían acabado. Su viejo amigo ya estaba enterado. Todo. La última pieza de su armadura se había retirado.

    “Esa noche cuando estábamos ebrios…” Akihiko comenzó a decir. “Oyéndote mencionar el nombre de otro hombre, en esa situación…” Su cabeza se desplomo contra el hombre de Hiroki, su voz amortiguada contra su camisa. “Ahí fue cuando lo supe. Me destrozó. Y ahora, me doy cuenta que te hice algo peor…”

    “I-idiota,” Hiroki tartamudeo. “Fue mi culpa, no tuya.” Esto no era parte de ese libreto anticipado.

    “Yo nos habría ahorrado a ambos muchos problemas si no hubiera sido tan ciego en ese entonces.” Se rio, y el sonido se estremeció contra su pecho. “Bueno. Eso explica muchas cosas.” Finalmente levanto su cabeza. “Pero ya no amo a Takahiro. No más que a un amigo. Eso lo sabes, ¿Cierto?”

    “¿Estás seguro?” Hiroki dijo ronco. “Si Takahiro se divorciara de su esposa y viniera a ti, ¿Le dirías que no? ¿Estás seguro de eso?”

    “Lo haría. Y yo aun amo a Misaki, pero le diría no a él también. Y con el tiempo ya no amare más a Misaki, tampoco. Y tú dejaras de amar a Nowaki, y seremos solo nosotros.”

    Eran unas dulces palabras. Todo lo que él siempre quiso. Pero… “Bien,” Hiroki murmuro. ‘Muy bien. Si estás seguro de eso.”

    Akihiko se alejó, considerando esa respuesta. “No me crees ¿Cierto? No crees que esto va a durar.”

    La risa le destrozo la garganta como cristal roto. “Nunca dura. Siempre es algún tipo experimentando con su sexualidad antes de establecerse con una esposa, o alguien que solo quiere sexo sin compromiso, o alguien esperando su momento hasta que encuentran a alguien más joven, más manejable a quien perseguir.” El desvió su rostro para evitar esos ojos inquisidores. “Tal vez no será Takahiro o Misaki, pero será alguien más eventualmente. Siempre es así.”

    El agarre de Akihiko se apretó de nuevo, y Hiroki dejo salir un siseo entre dientes, finalmente liberando su brazo. Akihiko lo dejo ser, su mirada se tornó distante. “Debería matarlos por lo que te hicieron. Incluso si eso nos unió.”

    “Ya basta de esos discursos melodramáticos. Si que eres un escritor,” Hiroki resoplo, aunque sus mejillas se colorearon al tiempo. El ajusto el asiento hacia arriba de nuevo. “En serio, quien habla de esa forma.”

    “Pensé que te gustaba como escribo.” La broma era casi distraída, hasta que el escritor volcó toda su atención a el de nuevo. “Te voy a probar que te equivocas, Hiroki. Incluso si me toma toda la vida.” El tomo su mano, y entrelazo sus dedos juntos. “Nos conocemos hace mucho tiempo. Tú sabes que nunca rompo mi palabra.”

    Él era un idiota. Un tonto que no sabía decir no, que se condenaría a sí mismo una vez y otra vez al mismo maldito destino. “Si, te conozco. Un verdadero romántico hasta el final. Ya te dije que sí, ¿Cierto?”

    Akihiko sonrió, una verdadera sonrisa genuina, para él, y se inclinó para robarle un beso. Duro demasiado y se transformó mas allá de lo casto con pasmosa velocidad.

    Cuando finalmente se separaron, Hiroki estaba presionado incómodamente contra la ventana del auto con la manija de la puerta presionándose contra su espalda. “Estamos muy viejos para hacer esto en el auto, Bakahiko.” Sus palabras salieron más agitadas de lo que él quisiera.

    “Al apartamento,” Akihiko coincidió inmediatamente. Estaban fuera del automóvil y ya en el elevador en tiempo récord.



    ………………….



    No fue sino hasta que alcanzaron el umbral del apartamento que Hiroki se dio cuenta de que algo aun andaba mal. Específicamente un par extra de tenis aparcados en la entrada.

    “¿Aun está aquí?”

    Akihiko se aferró su mano, como si temiera que está a punto de salir huyendo. “Yo te elegí. Lo que tuve con Misaki se acabó. No me voy a disculpar por eso. Pero no puedo sacarlo de aquí. Después de todo él es el hermano menor de un viejo y querido amigo.”

    Eso era… exasperantemente razonable. Pero Hiroki aún estaba desequilibrado como para sentirse “razonable”.

    “¿Usagi-san?” Su presencia había sido notada aparentemente mientras Misaki vacilantemente deambulaba en la planta baja. Parpadeo y se echó para atrás. “¡Ah, Kamijou-sensei! ¡Regresó!”

    “No esperaba que aun siguieras aquí,” Hiroki admitió con más acidez que el deseado. La mano de Akihiko se apretó, Aunque no estaba seguro si era por censura o por confortarlo. Sin embargo, el tenía una genuina curiosidad, así que lo intento en un tono más neutral, “¿No te has reconciliado con Nowaki aun?”

    “No he hablado con él,” Misaki admitió, su rostro enrojecido, sus puños cerrados, sus ojos fijos en el suelo.

    “¿Como? Estoy sorprendido que ese idiota no este tirando abajo la puerta a golpes.”

    Misaki se encogió. “Probablemente no sepa dónde estoy.”

    No se le había ocurrido a el que Nowaki podría no haberse dado cuenta que ‘Usagi-san’ era de hecho, Akihiko.

    Eso… en realidad ayudaba. Era absurdo, por supuesto, pero considerando que Hiroki no había encajado las piezas del rompecabezas hasta que se vio cara a cara con ellos, era más que posible que Nowaki aun permaneciera ajeno a eso. Muy probablemente, de hecho, si su confusión ante el aparente presagio de Hiroki fuera algo que terminara siendo ignorado. Pero el saber que su antiguo amante se había ido a vivir en pareja con el más reciente encaprichamiento de Akihiko sin saberlo hacia de todo este asunto algo más ridículamente trágico más que maliciosamente doloroso.

    El teléfono sonó, rompiendo con el incomodo silencio. “Ah, esa debe ser Aikawa-san,” Misaki dijo. “Ella vino más temprano, cuando estaban fuera.”

    Hiroki pudo sentir a Akihiko observándolo con el rabillo del ojo. “Puede esperar.”

    “Idiota, ve a contestar el maldito teléfono. No me voy a ir a ningún lado,” Hiroki resoplo, halando su mano libre y empujando al escritor hacia el teléfono. “O ella seguirá llamando, eso ya lo sabes.” ‘Y llegar en momentos muy inconvenientes’ se quedó sin decir en voz alta.

    La promesa de eso fue suficiente para enviar a Akihiko arrastrando sus pies hacia el teléfono y desaparecer con él en la cocina. Dejando a los dos solos parados en la sala.

    Misaki le lanzaba miradas furtivas, como un estudiante que se hubiera saltado unas clases y tuviera temor de preguntar de que se trataba la tarea. “Kamijou-sensei… ¿Cómo conoce a Nowaki?”

    “Pregúntale tú mismo.” En los pasados dos días había estado confrontado con demasiadas conversaciones francas para añadir una más a la lista. “Mocoso, sabes que no puedes esconderte aquí para siempre.”

    El muchacho se encogió – si empezaba a llorar, Hiroki lo iba a abandonar justo en ese momento, y mandaría al diablo la promesa hecha a Akihiko. “Lo sé," le susurro.

    Hiroki suspiro. “No me refiero a eso. Mira, por conocimiento sé que él está allí afuera buscándote exhaustivamente en las calles preocupándose como un estúpido. Ve. Llámalo, lo que sea. No dejes pasar más tiempo.” ‘Como lo haría yo’ dejo en el aire sin mencionar.

    Misaki se removió inquieto, agachando la cabeza. “Creo que tienes razón.” Sus mejillas se sonrojaron. “…¿El en verdad está buscándome?”

    Hiroki se mofó. “¿Tu piensas que él no lo haría?” Obviamente él estaba rodeado de idiotas.

    El, sin piedad aplasto la diminuta voz que sugería que no eran los únicos idiotas en la habitación.

    Esa misma luz había florecido en esos ojos verdes, eso – la misma luz que había visto en ese par familiar de ojos azules la noche anterior. Esperanza, determinación y obstinación.

    A pesar de todo ellos estarán bien.

    “¡Cierto! ¡Cierto! Um, creo que debo irme,” Misaki dijo, rebuscando torpemente para recoger el par de cosas que había traído consigo. “Gracias, Kamijou-sensei. Ah, lamento la molestia. Si pudiera decirle a Usagi-san por mi…”

    “Si, seguro, no hay problema,” Hiroki lo despidió con irritación. Exasperantemente, el niño le sonrió. Claramente estaba perdiendo su toque.

    El muchacho se puso los zapatos. “Te doy un consejo,” Hiroki añadió de repente. Misaki hizo una pausa, mirándolo de vuelta. “Aquellos del tipo medico no tienen mucho tiempo. Ellos trabajan horarios extraños, y algunos días ellos para nada llegan a casa. Cumpleaños, aniversarios, días festivos, no importa que planes hagas, hazte a la idea de pasarlos solo. Si no puedes manejar eso… No vale la pena. Ahórrate la agonía ahora y acaba con eso.”

    La cara del niño se ilumino con una expresión lo suficientemente determinada como para mover montañas. “¡No lo haré!”

    Luego se había ido, por fin, la puerta se cerró de golpe detrás de él. Con suerte de forma permanente.

    “Eso fue amable de tu parte,” Akihiko murmuro, unos brazos serpenteando alrededor de su cintura.

    Hiroki se paralizo por un momento – un reflejo que probablemente le tomaría un tiempo erradicar. “¿Lo escuchaste?” Luego, dijo con retraso, “Solo estaba velando por mis propios intereses, es todo.”

    Un resoplido de risa se estrelló contra su oído. “Ya me encargué de Aikawa. Ella no se aparecerá por aquí el resto del día.”

    Ese comentario estaba cargado de promesa. Y de nuevo, Hiroki no pudo evitar ponerse tenso contrariándolo.

    Akihiko debió haberlo sentido, pero no hizo ningún comentario, solo se quedó allí hasta que eventualmente Hiroki se relajó una vez más.

    Paciente. Brindando su apoyo. Y muy, muy comprensivo.

    Él había visto ese tipo de devoción antes. Pero ¿Tenerlo dirigido solo a él? “Te das cuenta que esto va a tomar un tiempo para adaptarme,” Hiroki murmuro.

    “Lo que sea que necesites.”

    Tal vez eso no funcionaria. Las probabilidades estaban en contra de él. Tal vez en esta ocasión, lo quebraría para siempre.

    Sin embargo, tal vez en esta ocasión…

    “Yo cumplo mis promesas, Hiroki,” Akihiko murmuro contra su cabello. “Hasta el día que ya no me quieras más a tu lado.”

    Y eso, más que cualquier otra cosa, fue lo que hizo que Hiroki quisiera creerle.

    “Idiota,” le musitó. “Una promesa como esa necesita de dos personas. No te pongas a hacerlas por tu cuenta.” El entrelazo los dedos de sus manos juntas y cerro sus ojos, y se dejó hundir en la esperanza. “Yo lo prometo también.”



    FIN





    Primero quisiera tomarme un minuto para soñar con el deseo de que esta alternativa pudiera desarrollarse mas, es decir… A nivel de escritura erotica esta pareja tiene mas sentido… Y ciertamente Hiroki seria una pareja sexual mucho mas activa y experimentada que Misaki… Pero entonces no seria Junjou Romantica, porque bueno ya hemos tenido casi 60 episodios donde nos quedan mas que claro que Usami y Misaki son una pareja que se ama hasta el infinito y esto solo es un fanfic…. Pero si debo decir que Misaki me ha salido a deber en su “performance” como amante… Pero bueno ama a Usagi-san y se esfuerza por ser cada vez mejor para estar a su nivel y eso es lo que importa.
    Por otro lado, ya hablando de esta historia, me alegra que porfin Hiroki se haya comunicado con Usami, que se haya confesado y este tratando de retirarse la armadura emocional que ya tiene como costumbre usar, aun tiene mucho camino, le esta costando confiar y debo decir que Usami tiene un desafio hacerle cambiar de opinión aun cuando por fin esta manifestando lo que siente y piensa, es que si soy sincera me parecio que se intereso en Hiroki de la nada, como despechado, y entiendo si Hiroki no quiere volver a ser un plato de segunda mesa, todo paso muy rápido, y a estas alturas Usami sabe que con su nueva pareja los hechos valen mas que mil palabras (Ser escritor no le ayuda mucho)… Por otro lado Hiroki lo siento todavía muy maltrecho con todo lo que paso, todavía esta reacio a entregarse por completo cuando le han lastimado su corazón tantas veces, y entiendo porque se ha sentido rechazado tantas veces por lo que se aferra a su orgullo, lo único que le queda. Y aun asi es lo suficientemente buena persona para dar consejos a esos que no lo merecen, es como en ingles el concepto “be the bigger person” y pues demostrando que es alguien mas maduro que Misaki y Nowaki, y pues debido a eso y su sufrimiento la autora de esta historia quiso recompensarle con estar “con su verdadero amor” y que por primera vez el sea a quien buscan y que hagan el esfuerzo para enamorarlo, porque al parecer Usami ahora si pondrá sus esfuerzos en conquistarlo y convencerle de que lo que siente es real y que no desaparecerá. Ya como apartado, en lo personal no dejaría que Hiroki le permita a Nowaki llamarlo “Hiro-san” porque ya perdió ese privilegio y ojala que no se los vuelva a encontrar en un futuro… Pero en fin al menos en este universo siento que esta pareja tiene mas cosas en común que con las canon, pero les deseo felicidad a ellos.

    Ahora ya finalizado este proyecto debo anunciar que ahora me puedo concentrar en mi otra ultralarga-casi-en-hiatus fanfic “Mientras no tengamos rostro” porque ahora ya me puedo dedicar a escribir… Pero debo ser sincera es mucho mas fácil traducir que escribir de la nada y reestructurar historias y darles continuidad ha sido un desafio para todos estos años, tanto que he contemplado cambiar el estilo de escritura para dar mas fluidez y concretar mas… Y tal vez me tome cierto tiempo, que no tengo porque como mencione antes ahora tengo mas responsabilidades personales y el tiempo se me agota terriblemente, pero estoy dando esperanzas porque de este modo podre continuar con la historia y con mucho esfuerzo lo terminare, me digo esto todo el tiempo. Asi que esperen al nuevo episodio… Por ahora es todo lo que puedo comentar.

    Seccion de Agradecimientos: Quiero agradecer a mis grandes compañeras Alicia Gonzalez (Si pobre pero ya ves que ahora a pesar de todo tuvo un final feliz??) y mi eterna comentadora Anne Onodera Takano (Si ese par de descarados a buscar refugio mientras fueron tan crueles con aquellos que le brindaron su amor… Yo tambien le hubiera mandado a comer de la que sabemos, pero Hiroki es mejor que eso y eso fue lo que quiso mostrar la autora. No te preocupes al parecer la pagina de Amor Yaoi ya me permitió actualizar pero como que hubo un gran problema con esa plataforma… espero que lo lleguen a solucionar) De resto chicos solo me queda agradecer su tiempo y que esperen porque “Mientras No Tengamos Rostro” va a volver… Me esta costando lo reconozco pero va a volver solo espero que los que me acompañaron en esa historia continúen conmigo… Sin mas gracias y nos volveremos a leer de nuevo… Bye!!!!
  3. .
    Hola de nuevo! Olviden el retraso como de costumbre! Si ahora tengo dos trabajos y me toca lidiar con los nuevos horarios… Pero aquí firmes con esta historia que pronto va a acabar… Así que en este capitulo habrá un carrusel de emociones, de los cuales en la nota final les comento sobre lo que senti en especial sobre unas escenas… Es decir… Primero deben leerlo para que me entiendan porque si… mejor que lo lean primero… Y luego quiero que me cuenten que les parecio este episodio… Y sin mas a leer!!





    Capítulo 13




    Hiroki lucho para retomar la compostura. “¿¡Qué rayos estás haciendo aquí?!” Por un horrible momento, él pensó que tal vez algo le había pasado a Nowaki. Un accidente, o una terrible enfermedad. ¿Qué otra posible razón podría tener este niño para buscarlo?

    El muchacho en cuestión se agito incontrolablemente. “¡Ah! Es el Dem- ¡Kamijou-sensei! ¿Que- que está haciendo- ¡Estoy aquí para ver a Usagi-san!”

    ¿…Usagi? Ese viejo, estúpido apodo que no había escuchado desde la secundaria, y solo de los labios del condenado de Takahiro.

    Takahashi.

    Misaki Takahashi.

    Hiroki se inclinó contra el marco de la puerta y empezó a reírse.

    “¿Esta es una broma, cierto?” se atraganto. “Alguna fuerza cósmica está haciendo de mi vida una tragicomedia.”

    “Ah… ¿Kamijou-sensei?” Misaki se aventuró nervioso.

    El apenas había notado el apellido cuando Nowaki se lo menciono. Es el tercer apellido más común en Japón, después de todo, justo después de Tanaka o Suzuki. ‘Misaki’ sobresalía más por ser más típicamente un nombre de chica, así que nunca había pensado de más sobre eso.

    El hermanito de Takahiro. Él había sido un tonto.

    El arrastro una mano sobre su rostro. “Y estas de vuelta para ver a Akihiko. ¿Las cosas no están funcionando con Nowaki?” Se lo merecen.

    “Nowa- ¿¡Como sabes sobre eso?!” Misaki tartamudeo.

    “¿Misaki?” Akihiko había bajado las escaleras ante la conmoción, con una toalla colgada en sus hombros, y ahora estaba estático y con los ojos bien abiertos en el vestíbulo.

    “¡Ah! Usagi-san…” Misaki lo paso de largo para entrar al pent-house. “¡L- Lo siento! No sabía a donde más ir…”

    “¿Estas herido? ¿Él te hizo algo? Lo matare.” Akihiko cambio de estar aturdido a prometer maldad inminente en un parpadeo.

    “¡No! No estoy- Lo siento. Nos… peleamos, y yo tenía que irme, y yo… ya se había hecho tarde, y yo necesitaba ir a algún lugar, y yo lo siento, no quiero ser una carga, pero-”

    “Shhhh, cálmate,” Akihiko lo consoló, atrapando el rostro de Misaki entre sus manos, sus pulgares acariciando sus mejillas. “Tú no eres una carga. Estoy feliz que estés aquí en vez de afuera en la calle tan tarde en la noche. Ven aquí, siéntate.”

    Hiroki los observo con ojos caídos. Vio la gentil atención de Akihiko, las caricias cuidadosas, y la aparente inclinación para pasar por alto las transgresiones de su antiguo compañero de casa. A pesar del hecho de que apenas unas semanas atrás Aikawa le había susurrado a Hiroki sobre el bloqueo de escritor y la tragedia silenciosa. A pesar de la memoria de su amigo apareciéndose en el sofá de su oficina, preguntándole como alguien podría desenamorarse.

    Esa clase de devoción sacrificada que solo había visto una vez antes. Él lo había visto en forma de años de silenciosa espera por un amor no correspondido. En como su mejor amigo preguntaba por el enamoramiento de Takahiro quien sería después su novia y luego su prometida, ofreciendo sus felicitaciones en cada hito de su relación incluso si eso le partía el corazón en dos.

    Hiroki silenciosamente se puso su chaqueta y salió por la puerta.

    El sonido gentil del cierre detrás de él amortiguo sus voces en un murmullo indescifrable. Hiroki se alejó, presionando el botón del elevador con una leve sonrisa que permanecía dolorosamente en sus labios.

    Eso, parecía ser, que era el fin de eso.


    ……………….



    Pareció que en un parpadeo Hiroki se encontraba en la universidad. Sus pies habían operado en automático, arrastrándolo a lo largo del camino familiar mientras su cerebro le daba vueltas una y otra vez al último sorpresivo giro en la tragicomedia de su vida amorosa. Grandes franjas del edificio se mantenían oscuras y silenciosas. Los laboratorios de computación y la biblioteca aun estarían abiertos, y la facultad de ciencias aun daba clases nocturnas hasta tarde, pero el ala artística de Mitsuhashi estaba casi completamente desierta. Sus pasos hacían eco en el pasillo solitario.

    El casi tempranamente se había dado vuelta frente a la puerta. Con seguridad venir a la oficina había sido una terrible idea. Este era su espacio compartido con Miyagi, lo cual no ayudaba mucho a su estado mental actual. Pero por ahora estaba vacía y silenciosa llena de libros, y el no podía pensar en un mejor lugar para ir. El obtendría las llaves de su nuevo apartamento en cuestión de días, y él podría quedarse en un hotel de negocio o algo así mientras tanto, pero solo por esta noche… el necesitaba ir a algún lugar privado y familiar. Y la oficina era el último lugar familiar que le quedaba.

    Se permitió entrar, su mano aferrándose al interruptor de luz. Encendió la cafetera y dejo que el silencioso burbujeo de el percolador humedeciera el silencio agobiante. Él se sentó en su silla y recostó su frente contra la lisa madera del escritorio.

    Desde el principio el sabía que este día llegaría. No había sido nada más que un sueño temporal, un deseo cumplido brevemente. Una trampa de su propia fabricación. Él se había preparado mentalmente para las consecuencias.

    ¿Pero había sido el hermanito de Takahiro? ¿Era el mismo mocoso por el que Nowaki le abandono?

    Era demasiado para soportarlo.

    El silencio se rompió con el sonido del ringtone de su celular. Hiroki no se movió hasta que se detuvo, luego suspiro y rebusco en su chaqueta para sacarlo. Tenía suerte de que incluso lo hubiera llevado con el – él había dejado el pent-house con nada más que lo que tenía a su alcance. Su billetera y su teléfono y poco más.

    Su ceño se frunció cuando registro en la pantalla. ¿Dieciséis llamadas perdidas? ¿Trece mensajes? ¿Qué tan distraído había estado caminando allí? Las calles no estaban tan ruidosas como para no haberlo escuchado.

    Antes de que pudiera hacer clic, una rápida serie de golpes resonaron contra la puerta.

    ¿Miyagi? Pero él se había ido antes que Hiroki ese día, hacia otra cita clandestina con su mocoso, y el simplemente habría entrado de cualquier forma. Era demasiado tarde para que cualquier estudiante estuviera allí, el horario de oficina había terminado hace tiempo. ¿Tal vez era el conserje?

    El reviso otra vez a su teléfono, asaltado por la inquietud.

    “¿…Hiro-san? ¿Estas allí?”

    Antes de que pudiera encontrar su voz – o que se hubiera decidido a contestar – la puerta se abrió y allí él estaba.

    Nowaki.

    Habían pasado alrededor de cuatro meses desde la última vez que lo vio. En alguna parte de su cabeza él se había vuelto transparente, irreal, como un espectro que solo acechaba sus recuerdos. El shock de verlo ahí en persona, viéndose igual que aquel día en que él le había entregado su llave… era como si estuviera soñando, y de repente se había despertado en una nítida, realidad hiper detallada.

    Él tuvo problemas para encontrar su voz. “…Tu… Que estas…”

    “Lo siento, Hiro-san,” Nowaki murmuro. “No – No sabía a donde más ir.”

    Que gracioso, el acababa de escuchar esas palabras en alguna parte. “¿Así que viniste aquí?”

    Nowaki se encogió de hombros y desvió la mirada. “Supongo que… Yo quería verte.” Se movió nerviosamente por un momento. “Ya no estabas en el viejo apartamento, y no estabas contestando tu teléfono, así que…”

    “Me mude,” Hiroki le respondió mordaz. “Y que mal por ti, porque yo no quiero verte.” El empezó a sacarlo a empujones. Que se fuera a algún lado, el no sabía, solo a alguna parte.

    “¡Espera, Hiro-san!” Nowaki le tomo del brazo, llevándolo de vuelta a la habitación.

    “¡Suéltame!” Hiroki se liberó fuertemente, tropezándose contra el sofá. “¿De cualquier forma, para que estas aquí? ¿Tuviste una pelea con tu precioso Misaki y pensaste que irías a ver a tu ex?”

    Nowaki abrió sus ojos. “¿Como sabes sobre eso?”

    Él no era tan patético como para soltarle todo a su ex novio sobre el asunto. Para admitir que él había sido en efecto abandonado dos veces – incluso si no hubiera sido nada más que un romance ocasional con Akihiko – porque había sido en ambas ocasiones el mismo maldito Takahashi el que diera el golpe que su orgullo no podía soportar. “Lo adivine,” le dijo con desdén.

    Se quedaron así por medio minuto, atrapados en un impasse incomodo – Nowaki bloqueando la puerta, y Hiroki sin querer acercársele.

    “¿…Estas bien, Hiro-san?” Nowaki eventualmente le pregunto. “No te ves bien.”

    Él se dio vuelta, haciendo un ademan para buscar algo en su escritorio, solo buscando algo más a que mirar. “He estado ocupado, es todo.”

    “¿A dónde te mudaste?”

    “¡No es tu asunto!”

    Sus oídos registraron el leve pitido de unos botones un momento después. “¿…Usami-san?”

    Se dio la vuelta, quitándole el teléfono del agarre de Nowaki. “¡Dame eso! ¿Qué eres, un loco acosador?” Estaba abierto en los mensajes – muchos eran del mismo Nowaki aparentemente, pero los que estaban arriba eran los de Akihiko, preguntándole a donde se había ido y cuando volvería a casa.

    Los ojos de Nowaki se oscurecieron. “¿Porque te estas quedando con el?”

    “¿Estas celoso?” Le pregunto incrédulamente. Nowaki le desvió la mirada, sin responder a la pregunta. “No tienes por qué ponerte celoso. Me abandonaste ¿Lo recuerdas?”

    “Yo solo… No me lo imagine, es todo. Que tu podrías… con él. No tan pronto, al menos.”

    “Que, ¿Estabas esperando que permaneciera solo por siempre?” Técnicamente él estaba soltero ahora, pero Nowaki no necesitaba saber eso. “¿Pensaste que tan solo podrías volver si las cosas no te funcionaran y con disculparte yo hubiera vuelto contigo?”

    Nowaki permaneció en silencio.

    Hiroki se congelo, viéndolo fijamente. “…Vas en serio.” Una risa burbujeo de su garganta con un sabor amargo. “Debe ser agradable, pensar que puedes volver cuando cometes un error. Cambiar tus sentimientos tan fácilmente.” Se cruzo de brazos. “Que conveniente.”

    “Tú nunca dejaste de importarme, Hiro-san,” Nowaki murmuro.

    “Pero él te importo más.” Era una lucha no echarle toda la culpa al mocoso de Takahashi. Hiroki siempre había resentido de esos exes que se encolerizaban contra el intruso en vez de guardar su ira para aquel que los había traicionado directamente. El ahora descubría que tan particularmente poderoso era ese impulso. El respiro hondo, y contuvo a la fuerza el temblor de rabia que subía por su espalda. “Todo lo que necesitaba era saber que yo era la persona que más te importaba.”

    “Hiro-san…”

    “No,” Hiroki le grito. “Dejemos una cosa en claro – No soy tu amante de repuesto. Te di una oportunidad tras otra – y tú me las tiraste de vuelta a mi cara. No importa cuánto te amaba, no soy tan estúpido de repetir ese error. Yo tengo mi orgullo.”

    Su orgullo era todo lo que le quedaba.

    Nowaki se vio afligido. “Hiro-san, eso no era lo que yo -”

    “Nadie tiene esa intención, idiota, pero a eso se reduce si tan solo tuvieras las agallas de admitirlo. ¿Por qué más estarías aquí?” El lanzo un suspiro, y deslizo una mano por su cabello. Él estaba cansado. El apenas tenía la energía suficiente para seguir enfadado. “Aunque no entiendo. ¿Qué causo problemas en el paraíso?”

    Mirando a sus pies, Nowaki confeso, “Es mi culpa, en verdad. Tsumori-senpai estaba tonteando, y ha habido muchas emergencias últimamente, y.…” Su voz sin esperanza se apagaba.

    Hiroki podía adivinar el resto. Salir con un médico residente… era duro. Las noches solitarias cuando Nowaki tenía que trabajar hasta tarde, se perdía los aniversarios y los cumpleaños, los días en ese tiempo cuando no se podían ver a menudo… el menor rastro de inseguridad lo podía volver insoportable. Incluso ahora, mirando atrás, el escasamente creía que había valido la pena.

    Y aun así… le irritaba eso. Una parte descortés de él quería jactarse con un ‘Te lo dije’, regodeándose en el conocimiento de que había sido tomado como algo seguro en vano, pero una parte mucho más grande de él estaba indignada de que los siete años que estuvieron juntos serian dejados de lado por algo que ni siquiera había durado 6 meses completos. “Idiota.” Le dio un golpe en la cabeza con un diario.

    Nowaki parpadeo con sorpresa. “¿Hiro-san…?”

    El hizo una mueca irritada, recogiendo su chaqueta y deslizando sus brazos dentro de las mangas. “Tú no eres de los que se rinde fácilmente.”

    Dentro del consiguiente silencio, él pudo casi escuchar los engranes moviéndose en la cabeza de Nowaki mientras procesaba eso. Sus ojos lentamente se aclararon, seguida de la más breve de las sonrisas en su rostro.

    “Gracias Hiro-san. Eres tan amable.”

    “Ya lárgate de aquí. Me voy,” Hiroki resoplo en respuesta.

    Nowaki se retiró lentamente dando una venia con su cabeza. Luego ya estaba corriendo a través del pasillo. Hiroki podía adivinar a donde se dirigía.

    Idiota.

    Hiroki cerro con llave la oficina detrás de él. Él había repensado pasar la noche allí – el encontraría un hotel de negocios para pasar la noche. Después de todo, si Nowaki pensó en buscarlo allí…

    El solo quería un lugar donde hacerse un ovillo a solas con una brazada de libros y lamerse las heridas en privado. ¿Era mucho pedir?



    …………………..


    Resulto que fue mucho a pedir.

    “Llegas tarde,” Miyagi lo saludo con una sonrisa tan pronto como Hiroki puso un pie en la oficina a la siguiente mañana.

    “Lo sé,” le gruño. “Lo siento. Inconvenientes con las líneas de tren.” Teniendo que detenerse en un almacén por departamentos para encontrar una camisa nueva tampoco había ayudado en nada.

    “Bueno, tu clase no empieza sino hasta dentro de una hora así que supongo que está bien,” Miyagi recalco, su tono de voz destilaba una antinatural alegría. “Aunque la cosa más extraña sucedió esta mañana, cuando llegue ya había alguien esperando por ti.”

    Hiroki se congelo.

    No pudo haber sido Nowaki otra vez, no después de lo de la noche pasada. Eso solo dejaba a…

    “¿Se llama Usami?” Miyagi continuo animadamente. “Quería saber en dónde estabas.”

    La mirada de Hiroki se clavó en la puerta. Sus manos se aferraron al espaldar de su silla, atrapado en el incomodo limbo entre quedarse a pelear o salir corriendo.

    Debió haberse notado, ya que Miyagi añadió, “No te preocupes, el ya no está afuera.”

    Hiroki parpadeo. “¿Lo ahuyentaste?”

    Miyagi apago su cigarrillo, despidiendo hilillos de humo enroscándose hacia el techo. “Considerando como tus amantes siguen apareciendo aquí cada vez que las cosas no salen bien, ¿Puedo preguntar que sucedió?”

    “Nosotros no-” Hiroki se cortó a mitad de camino. “No éramos eso.”

    No exactamente. Había sido algo casual, después de todo. ‘Amigos con Beneficios’.

    “¿En serio?” Miyagi puso un rostro pensativo, su mirada habitando distantemente en el sofá. “Eso es raro. Él se veía casi frenético.”

    ¿Akihiko? ¿Frenético? El Profesor como acostumbraba exageraba las cosas. “Él es solo un idiota. Yo le envié un mensaje donde le decía que no volvería en la noche.” La verdad es que, justo después había apagado el teléfono. Palmeo el dispositivo rectangular dentro de su bolsillo, pero no la saco de allí.

    Una mariposa moribunda de esperanza revoloteo débilmente en su estómago. El la aplasto contra el suelo, pulverizando sus finas alas.

    Él no podía dares el lujo de tener esperanza. Él no se atrevía. No después de ser decepcionado vez tras vez tras vez otra vez. No solo por Akihiko. Por todos.

    “Si tú lo dices. Solo fue la impresión que tengo de ti, es todo,” Miyagi recalco.

    “Nunca fue mutuo. No en la forma que importaba.” Hiroki no pudo detener la amargura escurrirse en su voz. “Y aparte ya no es asunto suyo, Profesor.”

    Pero sus palabras ya no tenían ese acostumbrado filo, y Miyagi debió haberlo notado porque en vez de retirarse el gentilmente presiono, “Tal vez no, pero un simpatizante oído ¿Podría ayudar? Mantener todo embotellado en el interior no es saludable.”

    “No es gran cosa,” el insistió. Ante la mirada de Miyagi, se enfureció, pero admitió con indiferencia forzada, “Si debes saberlo, me dejaron. Eso es todo.”

    “¿Otra vez?” Ante la mirada rabiosa de Hiroki, Miyagi se avergonzó. “Ah, cierto, eso fue insensible. ¿Pero no habías dicho que no estaban involucrados?”

    “Él no lo estaba. Yo, por otra parte, aparentemente no puedo evitarlo.” Hiroki se hundió en su silla y enterró su cabeza entre sus manos, deseando que el pudiera irse a algún lugar y embriagarse en vez de lidiar con el trabajo y Miyagi. Excepto que, con sus antecedentes, eso solo podía resultar en volver a casa con algún sórdido acosador y brindarle otro paquete de arrepentimientos.

    “Entonces ¿Exactamente qué fue lo que paso? ¿Se pelearon?” Miyagi le pregunto, poniendo frente a él una taza de humeante café. Hiroki lo miro con desconfianza, pero eventualmente lo acepto asintiendo brevemente agradeciéndole.

    “No. Nada de eso.”

    “Entonces?”

    “Aparentemente todos los hombres con los que me involucro tienen un tipo,” fue la irónica respuesta de Hiroki. “Y en el caso de Akihiko y Nowaki, ese tipo es muy específico.” Ante la inexpresividad de Miyagi, el añadió, “El ex de Akihiko vino anoche. Resulta que él y Nowaki tuvieron una pelea.”

    El ceño de Miyagi se frunció mientras procesaba eso, entonces su rostro se comprimió. “Era-”

    “Cierto.” No era la historia completa, pero era lo suficientemente malo sin necesidad de enlodar el nombre de Takahiro.

    “¿No lo sabias?”

    “Debería haberlo sabido.” Una cansada mano se froto contra su frente. “Soy un maldito tonto.”

    “Eso es…” Decía mucho cuando un profesor de literatura se quedaba falto de palabras. “…desafortunado.”

    “No sabes siquiera lo peor de todo eso,” Hiroki murmuro por lo bajo.

    “¿Entonces es eso? ¿Solo te estas rindiendo? ¿Ni siquiera le vas a contar a tu amigo como te sientes?”

    “No tiene caso Profesor.” Su mente recordó el rostro preocupado de Akihiko y su toque gentil, guiando a Misaki Takahashi a el sofá como si estuviera manejando una joya delicada. Incluso si Nowaki empezaba a comportarse como es debido y el y Misaki arreglaban las cosas, ahora que Hiroki había visto esa mirada… “No estoy tan desesperado ni soy tan dependiente que estaría dispuesto a ser la segunda opción de alguien.”

    “Tú no eres una segunda opción.”

    Por un largo momento Hiroki observo, intentando reconciliar esa voz con el rostro de Miyagi. Pero los labios de Miyagi no se habían movido, y su expresión había cambiado a una de culpa avergonzada, y Akihiko se levantaba de detrás del sofá como una forma de zombi de cabello blanco pesadillesco.

    Hiroki se devolvió hacia Miyagi, la propia imagen de una cobra a punto de escupir veneno. “Tú-”

    “En realidad, técnicamente no estaba entrometiéndome,” Miyagi protesto antes de que el pudiera dejar salir alguna palabra. “Solo sucedió en un afortunado momento oportuno. ¡Y yo no mentí! ¡Ni una sola vez!”

    “No es su culpa,” Akihiko dijo. “Estaba revisando los estantes y se me cayó un libro allí. Tu llegaste cuando estaba recogiéndolo y yo simplemente elegí quedarme ahí.”

    “Bueno, con interés de ser sincero, yo tal vez le señale que se quedara allí abajo,” admitió Miyagi. “Pero en mi defensa, ¿Quién podría desaprovechar una oportunidad como esa?” Frunció los labios. “… Está bien, tal vez estaba entrometiéndome después de todo.”

    “Hiroki,” Akihiko dijo, y de repente estaba justo allí, sujetando su muñeca, sus manos como el hielo y su aliento cálido contra su rostro y demasiado cerca. “Creo que debemos hablar.”




    Bueno esto continua pero hay cosas que quisiera descargar después de leer este capitulo:
    Pobre Hiroki, su autoestima debe estar por los suelos… Que todos lo dejen, y aparte dos de ellos por Misaki… Lo que lleva al siguiente punto:
    Que p*tas hace Misaki donde Akihiko???... Es decir no tenia otro lugar a donde ir despues que cobardemente huyo sin afrontar las consecuencias de sus actos… Pero… Uno podría decir que es un descarado pero revisando bien todo, efectivamente el no tiene mas a donde ir y pues le tocaba poner cara de perro… Aunque este no se esperaba al demonio Kamijou allí…. Y el pobre tuvo que ver como Usagi-san se desbarataba por Misaki…. Si un golpe a su autoestima, que no supo mas que huir tambien, de forma cobarde o solo para mantener el poco de cordura que le quedaba?? Que hombre tan desdichado
    Ahora la aparición del otro que provoco la discordia… Otro que supuestamente no tenia a ningun lugar a donde ir (Porque no fue a donde Tsumori??) Y tambien poniendo cara de perro… Este fue mas descarado, pensando que repitiendo la escena en la universidad le funcionaria…. Y créanme hasta ahora después de haber releído este episodio no me queda claro que quería lograr Nowaki con Hiroki… Es decir le dice una mentira (que quería verlo), luego decir que sentía preocupación por Hiroki (No se si para convencerlo de que estaba allí para verlo a el) luego celarlo (al enterarse que Hiroki vive con Usami)… Es decir WTF?? Me gusto que Hiroki le dejara en claro que el no era segunda mesa de nadie, y debio haberle reclamado mas cosas, siento que Hiroki se desquita mas con sus alumnos que con el hombre que lo traiciono… Y a parte va y le da consejos para levantarle el animo ¿En serio? Yo lo hubiera mandado a comer mierda, en serio!!... Pero supongo que la autora solo quería retratar a Hiroki como un hombre mas maduro por tanto sufrimiento que en este caso prefirió ser “the bigger person” es decir la persona menos mezquina, que no ganaba nada con hacerle daño a alguien a quien amo, a pesar de que este le pago mal y que aparte ni le dio una disculpa sincera, le saco el consejo gratis… Loable pero quise darle un palmazo en la cabeza a Hiroki por ser demasiado comprensivo, es mas hasta le revocaria a Nowaki el privilegio de llamarlo Hiro-san, porque ya no se lo merece… Darle una consecuencia permanente… No se que depare el futuro pero ayudándole solo da pie a que Nowaki en el próximo encuentro piense que las cosas están bien entre ellos y que ahora tienen una amistad… No se si Hiroki con el tiempo ahora lo vea como un amigo…. Yo igual no podría pero bueno asi lo quiso retratar la autora.
    Ah y esa ultima parte… Bueno Miyagi al parecer quiere cavar su propia tumba con sus ganas de compensar a Hiroki al entrometerse con el, pero en esta ocasión no le tengo tanta rabia, creo que Hiroki en el fondo solo lo aprecia, y no estaban destinados a ser pareja… Pero ahora ¿Qué querra Akihiko? Le dira algo bueno a Hiroki?... ¿Qué no es segunda opción? ¿Sera solo una reacción primaria al darse cuenta que Hiroki siente algo por el? ¿Entonces que pasa con Misaki? ¿Por qué buscaba a Hiroki? Sabemos que Akihiko es egoista y puede que se sintió importante al ver que misaki lo busca de nuevo… ¿Sentira algo por Hiroki que hasta ahora esta descubriendo? Tendremos que esperar a ver el siguiente capitulo.
    Seccion de agradecimientos: para Anne onodera takano y Alicia gonzalez gracias por comentar en esta historia, se que me demore bastante en esta ocasión, porque ahora me toca trabajar el doble (en el sentido literal) y ahora el tiempo se me hace el doble de escaso… Pero aquí estoy firme…. Espero sacar tiempo/fuerzas para vanzar en el siguiente episodio del otro fanfic que tambien esta sufriendo estos embates de la vida jaja (que tristeza ☹ pero a ellas y los que leen esta historia gracias por tomarse el tiempo.
    Otro anuncio parroquial: Resulta que tambien actualizaba esta historia en la pagina Amor-Yaoi con este mismo usuario (XIVA) pero empezando este año me encuentro con la desagradable noticia que hicieron algo con esa pagina y aunque puedo ingresar con mis credenciales, cuando quiero actualizar la historia me sale que no tengo autorización para hacer eso, en esa pagina la historia va en el capitulo 12 creo. Por eso quiero solicitar a cualquiera de las lectoras que lean ese anuncio aquí en Mundo Yaoi que tengan cuenta activa (y que puedan mandar mensajes y actualizar historias) en Amor Yaoi que le manden un mensaje al administrador de AMOR YAOI para que revise mi caso, me preocupa que cuando actualice “MIENTRAS NO TENGAMOS ROSTRO” Las lectoras que tengo en esa pagina no sepan de este problema y se queden sin saber porque no he actualizado la historia porque desde hace meses que tengo este problema… Solo es que le avisen que XIVA no puede actualizar sus historias y ya… Si pueden ayudarme les agradecería mucho <3. Listo chicos espero les haya gustado este episodio. Nos vemos en el siguiente!!! <3 <3 <3
  4. .
    Hola chi@s, vuelve con un nuevo episodio de esta historia. Debo reconocer que no sabia que esperar de lo que pasaría, siento que Hiroki aunque quiera permanecer persistente en alejarse de su mejor amigo, en el fondo esta disfrutando de su estadia (lo que queda) y disfruta de lo que para el habia sido una fantasia (Y sabemos que tan intenso puede ser Akihiko)… Aun tengo dudas si Akihiko lo este usando como desahogue o si en verdad se esta conectando a Hiroki de manera sexual… Bueno siento que Hiroki ha tenido mucha mas experiencia en la cama de lo que es Misaki que solo ha tenido a Akihiko (y en este universo a Nowaki pero aun no tenemos su punto de vista) y bueno… No se que pensar con lo que seguirá, espero sus comentarios al respecto. Nos leemos mas adelante.





    Capitulo 12




    “¿Y cuándo estaría disponible?” Hiroki acunó el teléfono entre su oído y su hombro, garabateando los detalles en una libreta. Hizo una pausa. “¿Tres semanas? No, lo lamento, es que esperaba que fuera más pronto-”

    “Tres semanas está bien,” Akihiko dijo por encima del hombro.

    Hiroki dio un salto, y el teléfono hizo ruido al caer al suelo. Maldiciendo, gateó para retomarlo, amenazando a Akihiko con el bolígrafo. El escritor solo ladeo su cabeza, y navego a su lado sin daño alguno. “Lo siento, si, eso…. okay, Le enviare los formularios mañana. Gracias.” El colgó dándole una mirada mortal a su viejo amigo. “¡Idiota! ¡Ahora pensarán que soy raro!”

    Akihiko se acomodó sobre los hombros de Hiroki, sus rostros rozándose mientras se inclinaba para inspeccionar los papeles esparcidos sobre la mesa de centro. “¿Tienes tanta prisa en irte?”

    “Estoy agradecido con tu hospitalidad, pero no puedo quedarme aquí para siempre.”

    “¿Porque no? Ya dije que podías hacerlo. Y tengo el espacio.”

    Hiroki no tenía un argumento contra eso. No podía explicarle lo que esto le estaba haciendo a él.

    “Aunque este bien, No me gusta vivir de la caridad de alguien más,” el murmuro después de un rato.

    Akihiko se encogió de hombros. “Si te molesta tanto, puedes pagar renta aquí. Lo que sea que ibas a pagar por ese lugar.”

    “Quiero vivir más cerca de la universidad. Y antes de que lo digas, no, no necesito que me lleves como chofer”

    El necesitaba irse. Akihiko pensaba que le estaba ayudando, pensó que este sexo casual, jugando a la casita, una escalación temporal de su amistad en un momento en el que ambos estaban despechados.

    Mas lo que había hecho, era cortar la última ruta de escape de Hiroki. Él se sintió acorralado. Claustrofóbico.

    No era que fuera desagradable. Al contrario, el sexo era fantástico. De hecho, alucinante, mejor que lo que sus fantasías adolescentes lo habían entretenido incluso en su forma más vívida. Mil veces mejor que su desacertado primer revolcón de una noche. En esta ocasión, esas tiernas palabras y caricias gentiles llevaban su nombre.

    Ese era el problema. Akihiko le había entregado cada deseo suyo en bandeja de plata siete años demasiado tarde, y después decirle que no le era permitido comer.

    Afortunadamente, su amigo lo dejaba pasar, al menos por ahora. Hiroki lo sabía mejor que esperar a que el asunto terminara completamente. “Si es tan importante para ti…” Los dedos de Akihiko se deslizaban por debajo del cuello de su camisa – fríos contra el calor de su pecho. “Deberíamos aprovechar lo que más podamos de estas tres semanas restantes.”

    Su respiración se obstaculizo, pero se la trago de nuevo. “Es la mitad de la tarde.”

    Las manos de Akihiko solo se deslizaron mas allá, y empezaron a deshacer del botón superior de su camisa. “¿Cuál es tu punto?”

    Hiroki atrapo su brazo. “¿No tienes pendiente un manuscrito que debas escri-?” Se detuvo ante el sonido de unas llaves en la puerta principal.

    Akihiko hizo una pausa, ladeando su cabeza a modo de contemplación. “Ah, esa debe ser mi editora.”

    Tan pronto como esas palabras salieron de su boca apareció una animada castaña que llevaba un labial rojo intenso y una entallada falda estilo pitillo navegando en la habitación. “¡Akihiko-Sensei! Tiene el- oh, ¡Hola!” Se detuvo, mirando y pestañeando con sorpresa confusa.

    A Hiroki, en brazos de Akihiko con los dos botones superiores de su camisa abiertos.

    Hiroki se separó rápidamente, apurándose en abotonarse la camisa de nuevo. “¡I-idiota! Si ya sabias que tu editora iba a venir tu…” Su voz se apagó, su rostro encendido. No había manera de terminar esa frase y a la vez retener cualquier negación.

    “Por Aikawa está bien,” Akihiko dijo desestimando la situación. “Aikawa, él es Hiroki. Hiroki, Aikawa.”

    “¿Tarado, que clase de presentación tan mediocre fue esa?” Se inclino hacia Aikawa. “Hiroki Kamijou. Un placer conocerla.”

    “¡Oh, cierto! ¡Eri Aikawa! ¡Encantada de conocerlo también!” Ella le ofreció su tarjeta de presentación. Hiroki la acepto murmurando una disculpa por no tener la suya a mano. Editorial Marukawa. Entonces se trataba de la faceta más frívola del trabajo de Akihiko, a menos que hubiese dejado completamente a la editorial Onodera. Ella llevaba una bolsa plástica. “Traje algunos pastelillos si quieres unirte a nosotros. Debe haber suficiente para los tres.”

    Ya que Akihiko no estaba siquiera intentando hacer algo, parecía que le tocaba a él jugar a ser el anfitrión. Sinceramente, para ser un hombre criado en la zona más exclusiva de la ciudad, su viejo amigo aun no tenía un entendimiento de incluso las más básicas normas de etiqueta. “Ah, gracias, hare algo de té.” Hiroki tomo esa oportunidad para escapar a la cocina.

    Ese idiota. Hiroki lo iba a matar. Hizo ruido en la cocina, solo recordándose que tenían un invitado le impedía a él tirar de golpe con fuerza las puertas de los gabinetes mientras buscaba las tazas y la tetera.

    Mientras recorría el camino de regreso a la sala, Aikawa presionaba a Akihiko. “Suficiente de eso. ¿Su manuscrito, sensei?”

    Akihiko suspiro, y de caer sus cigarrillos y encendedor en la mesa de centro. “Ya está escrito. La dejé imprimiendo, debería haber terminado ahora. Espérame aquí.”

    Dejando a Hiroki a solas con Aikawa.

    “Gracias, Kamijou. Oh no, déjame servirlo. No tienes que atenderme, ya que soy yo quien tiene que hacer esto.” Ella casi le arrebata de sus manos la tetera y empieza a servir. “Así que, ¿Como tú y Usami-sensei se conocieron?” Había un extraño destello estrellado en sus ojos.

    Hiroki incomodo cruzo sus brazos mientras sentaba en el sofá. Un sentido arraigado de decencia era lo que lo mantenía en su asiento – después de todo, ¿Desde cuándo el tenía que entretener a los invitados de Akihiko? “Fuimos vecinos, mientras crecimos.”

    Ella entrelazo sus manos, sus ojos prácticamente brillando ahora. “¿Amigos de la infancia?”

    “Nos conocimos desde que teníamos… diez, creo que sí.” Hiroki le dio un mordisco a uno de los pastelillos glaseados, solo para tener algo que hacer. Mas dulce que lo que normalmente prefería, pero era ligero y esponjoso y aun tibio. “Solo estoy aquí temporalmente. Yo… aún estoy buscando un apartamento.” Tan amable como ella parecía, el difícilmente iba a divulgar la patética tragedia de su vida personal a una extraña.

    Ella parecía decepcionada al escuchar eso, pero dijo, “Bueno, me alegra que estes aquí. Eso lo explica todo.”

    Hiroki pauso a mitad de dar un bocado. “¿Hah?”

    Aikawa levanto su taza de té, mirando el líquido con una expresión apesadumbrada. “Él ha estado comportándose difícil últimamente. Es decir, él nunca le ha dado atención a sus fechas de entrega, pero eso nunca había importado porque él es tan prolífico. Pero después… bueno, tu probablemente ya sabes. Su escritura se detuvo. Lo he visto de mal humor antes, pero esto fue…” Ella se estremeció.

    Hiroki frunció el ceño. El pareció recordar a Akihiko holgazaneando en su oficina quejándose de su bloqueo de escritor hacia un tiempo… ¿Había estado tan mal eso?

    Pero, después de un momento, Aikawa se espabilo. “Fue desafortunado, y no era que yo no entendiera – Yo tampoco me lo esperaba. Yo casi había dado por perdida esta fecha límite, pero al último momento…” Ella le desplego una sonrisa taimada. “Supongo que finalmente encontró a una nueva musa.”

    Le tomo un momento para registrar el significado de lo que decía Aikawa. Hiroki empezó a balbucear, “No lo soy, yo no podría-”

    “Hiroki siempre ha sido mi musa,” Akihiko dijo desde sus espaldas. El dio un respingo mientras el autor dejaba caer el pesado manuscrito en la mesa, Aikawa lanzando un chillido mientras se apuraba a evitar que las tazas de té se derramaran. “Él era la primera persona que leía mi trabajo”

    “Ahhh, ¿Es eso cierto sensei?” Aikawa irradiaba una poco natural cantidad de deleite ante esa exquisita noticia. “¡Eso es maravilloso!” Ella se inclina y se aferró a las manos de Hiroki, fijándolo con una intensa mirada. “Kamijou, lo pongo a él a tu cuidado. ¡No me decepciones!”

    “No es- estas equivocada- ¡Akihiko!” Hiroki ladro.

    El autor en cuestión solo se encogió de hombros mientras se sentaba y dejaba colgar un brazo alrededor de los hombros de Hiroki. “Pero es cierto.”

    “¿Y Takahiro?” Hiroki le señalo. “Ese fue todo tu primer libro publicado justo ahí.”

    “Un escritor puede tener más de una musa. Tu siempre me has dado muchas ideas.”

    Hiroki se cruzó de brazos resoplando. “No escuches a este idiota. Escribir es como respirar para él. A él no le da bloqueo de escritor, el solo sostiene la respiración hasta que ya no pueda más.”

    Sin embargo, en algún diminuto, olvidado rincón de su corazón, una minúscula rosa de calidez empezó a florecer.

    La sonrisa más desapercibida agracio los labios de Akihiko. “Él tiene razón, en cierta forma,” Akihiko le admitió a Aikawa. “Supongo que me conoce muy bien después de todos estos años.”

    Excepto cuando sus espinas destilaban veneno, y estaba enraizado tan profundamente en su orgullo que Hiroki no podía liberarse.

    “Ustedes son tan cercanos,” Aikawa los halago. “En verdad me dan envidia.”

    Esto lo iba a matar.

    “Los dejare para que terminen su trabajo en privado,” Hiroki dijo, levantándose y apurándose a alejar de la sala antes de que alguno de ellos pudiera protestar. El cerro la puerta en su habitación detrás de él, y recostó su espalda contra esta.

    Él estaba demasiado involucrado.

    “Tres semanas,” el murmuro. El solo necesitaba mantener la calma por tres semanas más.


    ………………..



    Tres semanas era una eternidad.

    Hiroki no podía decidir si temía el final o el que este no llegara más rápido.

    Su bolígrafo permanecía en reposo en la página, sus ojos desenfocados, las palabras borrosas. Cuatro días más hasta que su nuevo apartamento estuviera disponible.

    Que paso entonces, él no lo sabía. El dudaba que Akihiko simplemente cambiara el switch con respecto a su extraño asunto de amigos-con-beneficios que tenían ellos. Lo único que Hiroki sabia era que el desesperadamente necesitaba recuperar su aliento. El necesitaba espacio. Distancia, así podría endurecer su corazón de nuevo y recuperar la compostura que él no había tenido de necesidad de usar por siete años.

    Las puertas de la oficina se abrieron, que lo sacudieron de su ensimismamiento. “¿Kamijou? ¿Aun estas aquí? Creía que no tenías clases pendientes hoy.” Miyagi incline su cabeza, con el ceño fruncido contemplativo. “Y yo pensé que ya habías terminado tu investigación.”

    “Estoy adelantando las calificaciones,” le respondió monótonamente. “El fin del semestre esta acercándose. Y aun son horas de oficina, Profesor.”

    Miyagi reviso su reloj avergonzado. “Oh, cierto. Claro, por supuesto. Ah, sí me voy un poco más temprano, ¿Podrías…?”

    El Profesor había estado haciendo esto con cada vez más frecuencia recientemente, yéndose tan pronto como sus clases terminaban por el día. No está descuidando su trabajo, pero se lo llevaba a su hogar en vez de permanecer en la oficina hasta que cayera la noche como solía hacerlo. Tal vez era porque la atmosfera de incomodidad y la tensión en la oficina aun persistía, pero Hiroki sospechaba lo contrario. Después de todo, él había atrapado un destello de ese mocoso de cabello color arena más de una vez. “No puede esperar que lo cubra por siempre, Profesor.” Sin embargo, al ver la expresión alicaída de Miyagi, Hiroki suspiro. “…Esta bien, supongo. Solo es media hora.” Las probabilidades de que alguno de los estudiantes de tercer o cuarto año llegaran para hacer alguna consulta a esta hora del día eran escasas de cualquier manera.

    “Ahhh, Kamijou, ¡Eres el mejor~!” Miyagi canturreo. “¿Estás seguro que no tienes problema con eso? No quiero retenerte aquí si tienes que hacer algo por tu cuenta.”

    “No tengo problema,” le repitió.

    Miyagi se demoró un momento mientras recogía sus coas. “Has estado trabajando hasta tarde últimamente,” le comento casualmente. “Aun si no estas ocupado en ese momento. Deberías aprovecharte de eso, ya sabes. Periodos tranquilos como este no surgen con frecuencia.”

    Hiroki se tensó. “Pensé que le había dicho que no interfiriera, Profesor.”

    El levanto las manos a modo de defensa. “No estoy interfiriendo, no es eso… solo estoy preocupado. ¿Problemas con tu amigo?”

    Su colega era demasiado fisgón. “…seria más fácil si los hubiera,” murmuro por lo bajo.

    No tenía intención de que llegara a los oídos de Miyagi, pero el Profesor lo escucho de todas formas. El hizo una pausa mientras levantaba su maleta. “Sabes, Kamijou… solo porque yo no fui de fiar… ¿No habrás renunciado a todos los demás, cierto?”

    Hiroki cerró los ojos. “Que tenga una Buena noche, Profesor.”

    Miyagi dejo la oficina en silencio.

    Ningún estudiante vino – la calma entre resolver las asignaciones y sus fechas de entrega. El bolígrafo de Hiroki garabateaba sobre el papel en silencio, hasta que el sol poniente había coloreado la oficina de naranja. Entonces incluso cuando la luz se había desvanecido, y él había abandonado su calificar, y se quedara mirando hacia la ventana.

    Cuadro días.

    El recogió sus cosas. Colgó su moral sobre el hombro.

    Su teléfono sonó. El rebusco para encontrarlo. “¿Hola?”

    “Hiroki. ¿Ya terminaste?”

    Su corazón omitió un latido, y se maldijo por su debilidad. “Bakahiko, ¿Qué quieres?”

    “Estoy afuera.”

    “¿Tu qué?”

    “Has estado trabajando hasta tarde, así que vine a recogerte.”

    “Idiota, ¿Sin llamarme antes? ¿Qué pasaría si no hubiese terminado?”

    “Entonces esperaría en tu oficina. ¿Necesito buscar un espacio libre en el parqueadero o no?”

    Hiroki gruño. “No, de todas formas, ya me estaba yendo. Ya voy para allá.” Al menos el campus para esa hora ya estaba lo suficientemente vacío como para que el ostentoso auto de Akihiko llamara demasiado la atención. Podría apreciar el aventón, pero no tanto el espectáculo.

    El cerro bajo llave la oficina y se dirigió al parqueadero, donde con seguridad habría un distintivo auto deportivo rojo inmóvil en el bordillo de la acera. Hiroki se subió a bordo indignado. “Bakahiko, ¿Que pretendes?”

    “Quería verte,” fue la simple respuesta. Akihiko alargo la mano y la paso por el cabello de él, Hiroki instintivamente se tranquilizó ante la gentil caricia. “No has estado mucho en casa los últimos días.”

    “He estado ocupado, es todo,” le murmuro. Sus mejillas se sentían muy cálidas. “Ya vámonos.”

    Era Estúpido. Cada día se había Jurado a si mismo que él se apartaría, que él no se dejaría afectar, que en esta ocasión cuando Akihiko le preguntara el daría una excusa. Que él no se dejaría permitir sentir esa calidez floreciendo con cada palabra gentil, o ese fuego apasionado con cada caricia cargada de electricidad. Que él no se dejaría caer más profundo en sus viejos sentimientos.

    Cada día el fallaba. El minute en que poso sus ojos en su viejo amigo, o su voz barítona era atrapada por sus oídos, su determinación se derretía como un cubo de hielo lanzado a una forja de hierro.

    Él era un adicto, y Akihiko era su droga. Incluso si era una euforia falsa, incluso si el sabía que lo destruiría al final, el seguía volviendo por más. Era patético, en verdad. Siete años, y el seguía siendo un caso perdido como lo había sido cuando estaba en la Universidad.

    El camino de vuelta al apartamento transcurrió en un silencio confortable – ni él ni Akihiko eran habladores por naturaleza, y ellos se conocían el tiempo suficiente para no sentir la presión para hacer alguna conversación casual. Sin embargo, en el momento que entraron al pent-house, las manos de Akihiko ya estaban en sus caderas y su boca posándose en su garganta.

    “¡A-Akihiko!” Hiroki soltó un grito ahogado. Su moral se deslizo de sus dedos hacienda un ruido sordo al caer al suelo.

    “Te fuiste sin despertarme esta mañana,” el murmuro contra la curva de su cuello.

    “Porque no quería llegar tarde cuando decidiste que yo era tu oso de peluche personal,” Hiroki logro decir con dientes apretados, incluso mientras las manos de Akihiko siguieron deambulando. “Ya eres un adulto, tú puedes levantarte cuando tu- ¡Oye!” El atrapo los dedos del autor mientras comenzaban a trabajar en los botones de sus pantalones. “Me recogiste del trabajo solo porque estabas cachondo,” le acusó.

    “Esa no fue la única razón.” Se notaba la diversión en su voz.

    Hiroki cerró los ojos. “Después de la cena,” le dijo. “De otra forma terminaremos yéndonos a dormir sin comer de nuevo.” Y si Akihiko era como un oso normalmente, eso no se comparaba a esas mañanas cuando se levantaba hambriento.

    Sus manos se deslizaron hacia abajo, y luego se soltaron, y luego el autor se alejó. “Pediremos a domicilio. Sera más rápido.”

    A Hiroki le pareció bien. Después de todo, lo concerniente a la cocina le tocaba a el – algo diferente invitaba al desastre. Pero Akihiko ciertamente se pondría impaciente y envolvería con sus brazos los hombros y luego Hiroki se descarrilaría y ellos terminaban comiendo un “stir-fry” hecho carbón de cualquier manera. “Cualquier cosa menos pizza.”

    “¿Por quién me tomas?” Akihiko le agito su mano hacia él. “Voy a llamar, ve a tomar tu ducha.”

    Hiroki se retiró hacia el baño del segundo piso. Mientras se quitaba la ropa y estaba debajo del rocío de la ducha su piel sintió un cosquilleo ante la excitación de la anticipación, mientras su estómago se revolvía con una silenciosa ansiedad.

    Él era un adicto, lo sabía.

    Se quedo hasta que el vapor empaño el espejo y tenía el rostro sonrojado. Su mente estaba en blanco mientras se quitaba con la toalla y se envolvía en una camiseta y pantalones limpios. Tal vez sea un desperdicio – especialmente si van a terminar arrugados en el piso de la habitación en una hora.

    “El baño esta libre,” le llamo, antes de dirigirse escaleras abajo y seleccionando uno de sus libros de los estantes y acomodándose en el sofá.

    Él no había podido avanzar más allá de un capítulo antes de que se escuchara el timbre de la entrada. Era la comida a domicilio. “Eso fue rápido,” se murmuro, deslizando un marcalibros en donde se quedó. Presiono el botón para abrir la puerta del frente y fue en búsqueda de su billetera.

    Desde arriba el sonido de la ducha moría mientras Akihiko terminaba su baño. Un momento después sonó un inseguro golpe en la puerta. “¡Ya voy!” Hiroki exclamo, finalmente localizando la billetera Escondido en medio de los cojines del sofá.

    Excepto que cuando el abrió la puerta principal, para nada era el chico de las entregas. En su lugar, parado torpemente en la entrada estaba un muy-familiar-adolescente de cabello-castaño y de ojos-verdes, retorciendo el bajo de su camisa tan fuertemente que la tela se había empezado a estirar.

    “Tu-” Las palabras se murieron en la garganta de Hiroki.

    Misaki Takahashi.





    Hola de nuevo! Que podrá querer de nuevo este muchachito…. ¿No dizque habia elegido a Nowaki? ¿Qué pasa ahí? ¿Qué dira Hiroki? ¿Qué pasara con Akihiko? ¿Por qué aparece aquel que ayudo a crear este caos preciso en ese momento? ¿Hiroki tendrá que sufrir una vez mas?.... La verdad no sabia que pensar, por un momento pienso “Seguro la cosa con Nowaki no funciono, tanto el como el otro habían estado muy enamorados de sus parejas y se dieron cuenta que el “pasto no es mas verde mas allá de la barda” asi que viene en plan de que le perdone y que vuelvan… Y si eso es asi, Nowaki estará en la misma tonica y querra volver con aquel a quien abandono??... Y que pasara con Hiroki, el querra volver con ese o prefiere extender la fantasia… Y que pasa con Usagi-san, el me preocupa porque generalmente siempre es tan misterioso, no sabes muy bien que quiere, la única vez que ha sido claro ha sido que quería a Misaki y punto… Pero con Hiroki no se descifrarlo… ¿Quiere probar un amor diferente o preferirá retornar a ese amor que compartio con Takahashi? Después de todo la cosa con Hiroki lleva poco tiempo, y aun tiene el corazon vulnerable y de Hiroki ni hablemos, el apenas y se puede sostener en pie a pesar de su orgullo, no se que pasaría si le exponen a tomar una decisión o peor, que elijan por el y las circunstancias lo hundan aun mas en depresión, porque si considero que Hiroki tiene depresión… Esperemos ver que quiere este chico listo con ellos.

    Ahora quisiera seguir con la zona de agradecimientos: Yukikaze Abi (Me encantan las comentadoras nuevas, me encanta tambien compartir ideas y de pronto llegar al debate sano… Si creo que la adicion de Haruhiko es libertad literaria de la autora original, pero es plausible, ya que Hiroki no era precisamente “casto” pero si creo que de pronto en un arranque de despecho hubiera ido tras el…. Pero no, a veces el ver lo orgulloso que es me hace dudar que haya sucedido en el canon, aunque hay mil versiones en fanfic de sus posibles encuentros jaja. Sobre la relación de Nowaki y Misaki…. Es difícil, creo que aparte de empatia (ambos sin padres, con ciertas deficiencias emocionales, mas en el caso de Nowaki, y aun asi ambos resultaron ser buenas personas) tambien podría haber algo de compatibilidad, a Nowaki le costo mucho enamorar a Hiroki por su carácter y la relación de Akihiko y Misaki no empezó con el mejor pie, hubiera sido una relación muy tranquila, pero no es muy interesante a nivel de historias de manga que precisa del conflicto para desarrollar la historia, auqnue en este universo sucede en forma de traición, y si lo vemos bien incluso Nowaki fue mas fiel con Misaki, que Misaki a Nowaki porque aunque ya estaba en relación con el doctor, seguía indeciso con Akihiko, probablemente porque es el personaje mas joven y el mas inexperto. Ahora probablemente a nivel sexual me imagino que Nowaki no es tan exigente como si lo fue en un principio Akihiko con Misaki, y a pesar de ser el seme, de todas formas Hiroki es casi un “power bottom” lo cual aunque no sabemos el punto de vista de Akihiko, las sesiones sexuales entre ambos debieron haberse beneficiado en mas de una ocasión de la experiencia de Hiroki y la insaciabilidad de Akihiko, y ai ellos volvieran a sus respectivas parejas, esta situación podría añadir algo a sus relaciones, no si los refuerza o si la desconfianza terminaría mermando dicha relación y terminaran aunque siento que ahora que ya faltan pocos episodios no alcance a ese desarrollo. Ahora si entro en debate, porque Miyagi no es ningún muchachito, que le guste uno que ronda esa franja de edad es otra cosa, hay que revisar que a pesar de las buenas intenciones que pudo tener al principio no lo hace culpable, tal vez se le pedia ser mas maduro al respecto y lo hizo hasta cierta forma, no inicio nada físico hasta terminar la relación con Hiroki y aun esta probando como le va con alguien tan taaan joven… Pero creo que la razón por la que empezó a “forzarse” en la vida de Hiroki fue mas como un reto provocado por esa preocupación por alguien que pasa por una depresión, y seguramente pensó que inicar una relación (no se si eso llego a ser casual u oficial aunque Miyagi se mantuvo fiel al principio cuando Shinobu empezó a acosarlo) resolvería eso, ya empezando eso fue irresponsable, y luego darle la sensación de estabilidad a Hiroki y luego deshacer lo que el mismo busco y que ya no quiere es lo que le reprocho, y si leíste el ultimo capitulo el mismo lo reconoce, “no fue confiable” y eso debia entenderlo a su edad (es de los personajes mas mayores del universo Nakamura) y tal vez por eso da un poco de cringe que viera algo en un muchachito egoista y “terrorista” pero bueno siempre crei que esas actitudes infantiles que a veces tiene el profesor solo lo hacia para aligerar los ambientes donde el trabaja y es como para no ser sombrio solo por ser mayor… Y si vemos su insistencia en tratar de solucionarle a vida a Hiroki, me hace ver que el se siente culpable por algo que el tuvo que ver (no es el culpable único, por ahí anda Nowaki pero el cobarde no ha vuelto a aparecer, y el peor enemigo de Hiroki que es el mismo)… Shinobu ahora tiene un maestro de la vida, pero si vemos en el manga ahí es mucho mas maduro que esta versión pero me alegra que aunque sea haya reprendido por Miyagi para que aprenda a ser una mejor persona, cosa que no creo que al final entienda porque logro su objetivo siendo el mocoso que es jaja. Y hablando de Nowaki, un posible retorno de el y como lo pintas da para una historia interesante, pero quedan poquitos capítulos no alcanzaría a desarrollarse, pero algo va a pasar y si aparece Misaki, es apenas lógico que aparezca el otro para buscarlo, y seguro sabe cual es el primer lugar a donde iría Misaki si se llegan a pelear…. Pero si me gustaría que Akihiko se de cuenta de la situacion vulnerable en la que esta Hiroki, y que no repita lo que paso con Miyagi, ambos tuvieron buenas intenciones (creo que Akihiko tuvo una segunda desde el principio pero digamos que si) pero al no ser responsables con alguien que saben que tiene una vulnerabilidad emocional y que paso por una ruptura al menos no entrar con el en temas ni sexuales ni emocionales porque Hiroki no esta bien y hasta ahora esta teniendo un pequeño alivio pero por una situación no esperada…. Y en el ultimo párrafo que me enviaste tienes toda la razón, una persona que se equivoca de esa forma es una muestra de que no es una persona estable a nivel emocional por lo que siento que es muy dependiente de la estabilidad de alguna relación y si esta solo quiso ser temporal, ahonda en esa vulnerabilidad y si la relación con Akihiko resulta ser otro desastre, me temo que no se si el lo soporte… O tenga como alternativa comenzar algo nuevo lejos de todos ellos, pero no se, quiero apelar a la fuerza de carácter de Hiroki para comprender que tal vez deba estar solo para crecer personalmente…. No conozco Black Lotus, me picaste con el bicho de la curiosidad le estaré dando un vistazo, muchas gracias por las flores llamándome sensei, creo que estoy lejos de eso, pero me reconforta mensajes como ese, gracias por tu tiempo.) Anne onodera takano (Creo que esta yendo mas allá del sexo sin compromiso con alguien que le gusta retener a sus parejas, pero entiendo que sea complicado entender a Akihiko sobre que tan serio va con hiroki y peor ahora que Misaki vuelve… Yo tambien quiero que Hiroki sea feliz, pero primero el tiene un problema personal muy grande y es su depresión, ojala lo supere porque siento que siempre esta con miedo a que lo dejen y hace buscar vias de escape en caso de que las cosas no vayan bien, esperemos a ver que pasa en el siguiente capitulo. Gracias por comentar!!) Alicia gonzalez (Yo tambien no quiero que Hiroki nos sufra mucho, y espero que esta actualziacion te guste. Gracias por comentar). Y a mis lectoras fantasme espero que este episodio les haya interesado. Gracias por leer!! <3
  5. .
    ¡¡Hola de nuevo!! Perdón por la tardanza de meses. Hubo muchos cambios de planes, incluyendo el tener que iniciar un entrenamiento que me acaparaba tiempo en la semana, aparte de manejar un negocio y aparte cumplir con otras responsabilidades. Aparte (otro aparte) un mes de viaje que me atraso bastante en la entrega de este capítulo. Sin embargo, estoy feliz de por fin publicarlo y dejarlo para entretenimiento de las seguidoras de esta historia y estos personajes. Como anticipo, solo puedo decir que el rumbo de las cosas va de forma muy extraña, y sobre todo inesperadas… Una fantasía de vieja data se le cumplió a Hiroki y el no sabe como reaccionar a eso… No cuando ha vivido más cosas (y sufrido mucho más) siento que el pobre se va a volver loco con tantas cosas que le están pasando. Espero disfruten de este capítulo:


    Capítulo 11





    Tan pronto como Hiroki abrió los ojos la siguiente mañana con un pulsante dolor de cabeza y una boca que le sabia a espuma de relleno de sofá, él supo que había sido un error.

    Le había tomado un largo tiempo, unido a la obstinación de Nowaki, para que finalmente Hiroki pudiera dejar sus sentimientos unilaterales por Akihiko a un lado. Para superarlo y seguir adelante con alguien que algún día podría en verdad importarle algo sus sentimientos. Para alcanzar al punto donde el podía ver a su amigo y pensar en el cómo nada más que un amigo, donde el pudiera leer sus novelas sin entretenerse con desesperanzadas fantasías o ser constantemente recordado sobre su incomoda historia juntos.

    Y en un momento de embriagada debilidad, él había deshecho siete años de progreso.

    Reviso el reloj alarma con ojos nublosos. No era particularmente tarde aun, pero lo suficientemente tarde para volver a dormirse otra vez.

    Akihiko había colgado su brazo sobre su costado en algún momento. Hiroki logro deslizarse por debajo de este, cuando el brazo de repente se apretó alrededor de sus costillas, atrayéndolo de nuevo contra él. “Unnnnhhhh.”

    Maldición, él había olvidado que tan acaparador era Akihiko en las mañanas. “Déjame ir tu gran idiota, necesito ir al baño.”

    Akihiko solo le acaricio la nuca con su nariz. Hiroki se puso rígido, luego se apartó a la fuerza, cayendo torpemente fuera de la cama en una maraña de sábanas.

    Akihiko finalmente abrió sus ojos una brizna. “¿Hn? ¿Qué estás haciendo?” Su voz se arrastraba con confusión.

    “Al baño. Vuelve a dormir,” Hiroki le gruñó.

    “¿…Hiroki?”

    Cerró la puerta de la habitación de golpe detrás de él.

    Su respiración no se tranquilizaba. A tientas busco los grifos, abriendo la llave del agua fría al máximo. Se salpico la cara somo si con el choque de temperatura pudiera ahuyentar ese persistente sueño – pesadilla – y reestablecer la realidad una vez más.

    No lo hizo. Él estaba ahí parado frente al lavamanos del baño, mirándose al Espejo mientras el agua goteaba de su cabello.

    Siete años, y el recuerdo aun quemaba como aceite caliente. Él lo había enterrado, reemplazado manos heladas por unas cálidas, pero las cicatrices nunca habían sanado del todo. Y ahora había abierto las heridas de nuevo y les había frotado sal, además.

    La peor parte era que, él no sabía cuál par de manos le atormentaba más.


    ……………….


    Para cuando Akihiko finalmente se había desprendido de la cama, Hiroki había batallado para recuperar lo suficiente de su compostura para empezar a hacer el desayuno.

    El autor se desplomo en su silla, su rostro contraído en un sombrío gesto. Hiroki se dejó una taza de café frente a él, seguido por un plato.

    Como estaba, Akihiko ya iba cerca de la mitad de su taza antes de que su mirada de aclarara lo suficiente para registrar apropiadamente la comida que se presentaba ante él. “¿Tostada?”

    “Tengo resaca, no estoy con ganas de sea comer o hacer algo más elaborado que esto,” Hiroki le replico. “Si quieres algo más sofisticado, hazlo tú mismo.”

    Akihiko se quedó mirando la tostada, y siendo viejos amigos o no, Hiroki no pudo interpretar esa expresión facial. ¿Decepción? ¿Sorpresa? ¿O solo era su acostumbrada mirada mortal matutina?

    Sin embargo, al final, el la levanto y empezó a comerla sin ninguna queja. Hiroki se ocupó a si mismo con la limpieza. Normalmente no se hubiera molestado, pero… “Tu cocina esta asquerosa. ¿Cuándo fue la última vez que limpiaste este lugar?”

    “Hmmm… ¿Hace tres meses?”

    “Tre-” Hiroki se cortó a sí mismo. Él no podría estar sorprendido, en verdad. “Idiota. ¿Porque no has contratado a una ama de llaves?”

    La luz en los ojos de Akihiko esta vez era inequívocamente testaruda. “Eso no es ordinario.”

    “¿Aun sigues con esa idea de vivir el estilo de vida de un plebeyo?” El ojeo la esponja que tenía en su mano con disgusto. Su cabeza le dolía demasiado para lidiar con eso. “Tu vives de tu propio dinero, ¿No es eso suficiente?”

    El silencio taciturno le respondía que no lo era. Hiroki solo puso los ojos en blanco y lleno el lavaplatos con agua jabonosa. Ninguno de esos platos se podría limpiar sin estar en remojo completo. Su estómago se sacudió al ver el estado de algunos de ellos en el fondo. Pensándolo bien, tal vez debería dejar eso hasta que su resaca hubiese pasado un poco.

    “Hiroki, ¿Como te volviste bueno para esas cosas? Tu familia tiene dinero también.”

    Hiroki le dio un palmazo en la parte de atrás de la cabeza cuando pasaba junto a él hacia la caneca de la basura. “Ni siquiera estamos al mismo nivel, idiota. Pasaste tiempo allá lo suficiente como darte cuenta de eso.” Él no era como si fuera un amo de casa, no de la forma como Nowaki había sido – el inesperado pensamiento aun le hizo comprimir su pecho – pero no era como si fuera ingeniería aeroespacial.

    “Supongo.” Akihiko le dio un sorbo a su café, su rostro pensativo. “¿Que vas a hacer hoy? ¿Necesitas ir a la Universidad? Te puedo llevar.”

    “Es mi día libre. Necesito salir a buscar un nuevo apartamento.” Incluso si lo último que quería hacer en ese momento era salir. Empezó a rebuscar en las alacenas. “¿No tienes tabletas para el dolor de cabeza?”

    “En la alacena encima del lavaplatos,” Akihiko respondió. “Deberías quedarte. Extraño tener un compañero de piso.”

    “No voy a ser tu mucama particular.” Incluso si el autor necesitara desesperadamente una.

    “Tal vez contrate a alguien,” Akihiko medito. “Ya que esta también es mi oficina. Las oficinas también contratan servicios de limpieza.”

    “Lo que sea que te parezca,” él le gruño.

    Esto estaba bien. Esto era lo normal. Si Hiroki pudiera solo aferrarse a este chachareo familiar, el estaría bien.

    Por supuesto, Akihiko no le dejaría salirse con la suya.

    “Anoche. Dijiste que era un hombre cruel.”

    Hiroki se congelo. Varios segundos después demasiado tarde para ser natural, el logro tartamudear, “¿Q-que estas trayendo a colación tan de repente? Yo estaba ebrio. No puedes ir por ahí citando lo que yo haya dicho cuando estoy embriagado, tú lo sabes.”

    “Eres más sincero cuando estás ebrio. ¿Qué fue lo que te pareció cruel?”

    “Nada. Ni siquiera se de lo que estás hablando.”

    Akihiko Descanso su mentón sobre la palma de su mano. “Lo disfrutaste, ¿Cierto?”

    Su rostro comenzó a arder. “¡I-idiota! No digas cosas raras.”

    “¿Te ayudo?” Cuando Hiroki no respondió, atragantándose con sus palabras, Akihiko continuo, “No tenía expectativas, pero me ayudo. Tenías razón, es más fácil pensar con claridad cuando no estas sexualmente frustrado.” Le dio otro sorbo a su café. “Solo espero que fuera igual para ti.”

    Esto era una trampa de la autoría del propio Hiroki. Hace siete años, ese había en buena parte el discurso que había usado para convencer a Akihiko en permitirse esa engañosa fantasía de juego de roles. Y para admitir la verdad ahora, para confesar lo mal que eso lo había dejado, tendría que revelar esos años de afecto no correspondido. “…Si,” le mintió.

    “Deberíamos hacerlo de nuevo.”

    Hiroki balbuceo y se dio vuelta. “¿Que?! ¡No! ¡Eso fue cosa de una sola ocasión!”

    “¿Por qué tiene que ser así?” Akihiko pregunto.

    “¿Que paso con el verdadero romántico que no podía dormir con alguien a menos que esta persona le importara?” Hiroki le desafió.

    “Tú me importas,” fue la plana respuesta de Akihiko. “Y las cosas cambian, Hiroki. Tú lo sabes.” Él se levantó, camino hacia él, Hiroki retrocediendo hasta que el dio con el borde de la encimera. “Me sorprende que te alteres por eso.”

    “¡N-No lo estoy! Solo es… inesperado.”

    Hiroki nunca había sido idealista sobre las relaciones. Aunque el a duras penas era despreocupado con el sexo, él nunca había considerado el verdadero amor o algún compromiso como prerrequisito para algún encuentro. Él había tomado malas decisiones cuando se sentía solo, o cuando estaba excitado, o cuando estaba ebrio, pero en la fría y sobria luz del día, yacían acostones desacertados con Shinoda y Haruhiko que fueron interrumpidos tan rápido como había sido posible.

    Pero ya había puesto el precedente, ¿Cierto? De que él estaba bien con el sexo casual. Y cuando Akihiko le pregunto si le había ayudado, él había dicho sí.

    “Somos amigos,” Hiroki se estreso, un poco desesperadamente.

    “Amigos con beneficios,” Akihiko le murmuro, y lo envolvió con sus brazos. Hiroki apenas pudo contener el estremecimiento.

    Él estaba acorralado. Su cerebro había estado paralizado – las palabras no salían de su boca. Pero una parte de él registro que Akihiko era todo lo que le quedaba ahora. Todas las otras puertas se habían cerrado frente a el – y Hiroki se inmolaría a si mismo antes de cerrar esta última.

    “…Yo supongo que está bien, entonces,” le murmuro. “sí También te está ayudando.”

    Era solo sexo, se dijo a sí mismo, y no se creía una sola palabra.


    ……………….


    Miyagi envolvió sus manos alrededor de su tercera taza de café de la mañana, su boca se estiro en un silencioso bostezo. Ese condenado Shinobu… él no tenía idea que el niño funcionaba durmiendo tan poco. Probablemente tomaba una siesta en la tarde cuando el aún estaba trabajando.

    La puerta se abrió, dejando entrar una familiar nube tormentosa. “Buenos días Hiro-Kamijou~” Miyagi se corrigió a mitad del canturreo. El alegre saludo le sabia incomodo en su lengua, pero ya que su subordinado parecía estar determinado a retroceder el reloj, el solo podía actuar su parte. Con el tiempo lo que ahora es incómodo se volverá natural de nuevo.

    Kamijou ojeó la habitación sentenciosamente. “¿No está el mocoso hoy?”

    “Esta en el colegio.”

    El cómo respondió al levantar la ceja era más elocuente que un ensayo de mil palabras. Miyagi encogió sus hombros se enfocó dramáticamente en su café. “Si debes saber, estamos manteniendo las cosas platónicamente por ahora.” El chico podría tener una edad legal, pero era apenas eso. El aún tenía escrúpulos.

    “¿Sentarse en el regazo es lo que ahora los niños de colegio le llaman a tener algo platónico?”

    Miyagi deposito su café en la mesa. “¿Lo vamos a hacer ahora? ¿Finalmente lo vamos a tratar?” Él había esperado a que pasara lo inevitable, pero la armadura de Kamijou se había mantenido firme, y la amabilidad profesional fue estrictamente impuesta. Esta había sido la primera vez en semanas que la conversación se había aventurado tan cerca del esperado ataque.

    “Parece estar inusualmente ansioso por una pelea, Profesor,” Kamijou le respondió apaciblemente. “Solo estaba haciendo conversación.” Se sentó en su escritorio, sacando a la vista trabajos pendientes.

    “Supongo que ser pasivo-agresivo es mejor de que has estado haciendo antes,” el meditó. “Aunque honestamente esperaba que tu gritaras y me lanzaras cosas.”

    “Ha visto muchas telenovelas. Pero si le hace sentir mejor, yo podría ir de chismoso con el Decano.”

    Miyagi le agito las manos rindiéndose. “¡No! ¡Así está bien! Ahahaha…”

    Kamijou continuo diligenciando el formato, el sonido del bolígrafo contra el papel llenando los espacios vacíos entre las palabras. “En ese caso, podrías intentar ser más discreto si quieres mantener las cosas de bajo perfil.”

    El no pudo evitar encogerse ante eso. “Cierto, cierto. Yo, ah, lo tendré en cuenta. Gracias por no decir nada al respecto.” Había sido una gran preocupación. Él era de planta, el Decano no podía despedirlo, pero fácilmente podía llevarse a Shinobu lejos y hacerles la vida difícil a ambos. Un ex un poco más vengativo podía causar muchos problemas ahí con muy poco esfuerzo.

    “Ya no me concierne.” El tono de Kamijou era tan plano que podía presionar hojas secas. “Aunque a cambio, apreciaría si pudiera evitar involucrarse en mi vida en el futuro, Profesor.”

    Así que de eso se trataba. “Todo lo que hice fue mencionar que la situación había sido algo difícil para ti últimamente, ¡Te lo juro!” Aunque el hecho de que había sido traído a colación al menos significaba que sus instintos habían sido acertados y el amigo Kamijou había actuado. “¿Por qué de todas formas me están culpando de eso?”

    Como respuesta, Kamijou le deslizo sobre la mesa el formato que estaba completando. Miyagi la reviso y levanto una ceja. “¿Cambio de dirección de contacto?”

    Kamijou se enfocó de nuevo en su escritorio, reuniendo los materiales para sus clases del día. “Es solo temporalmente. Yo espero encontrar un nuevo lugar donde vivir, pero está tomando más tiempo del planeado.”

    “Aun así es mejor, ¿Cierto? Saliste de ese viejo lugar.” Ya no más ese apartamento oscuro lleno de espacios. “Para que son los amigos, apareciendo en los momentos difíciles.”

    “Ya he tenido mi cuota de personas ‘apareciendo’ en mis asuntos.”

    La amargura en su tono hizo que Miyagi pausara. Era mejor que la fría neutralidad de antes, pero no menos inquietante. Revisando a su compañero de trabajo con más detenimiento… El no parecía que hubiera mejorado mucho. El evidente manchón de maquillaje que permanecía bajo sus ojos, y el encorvamiento de sus hombros se veía casi turbador.

    “¿Sucedió algo?”

    “No pasa nada.” Una mentira, tan obvia como se veía.

    “Kamijou…”

    Su colega simplemente tomo las carpetas bajo el brazo. “Disculpe, Profesor, tengo clase.”




    Bueno… No se las cosas están muy raras, el pobre Hiroki no sabe bien cómo afrontar esta nueva situación, y me da tristeza que se aferre y se conforme como “amigo con beneficios” con tal de no perder al único que le queda a su lado, sabiendo que tomando esas decisiones lo harán sufrir en el futuro… Y si yo aun no confío en que Usagi-san lo haga sin segundas intenciones o sin cierto egoísmo… Pobre Hiroki la autora sí que se la ha dedicado a martirizarlo ¿No? Esperemos a ver que le sucederá en el futuro. Y de Miyagi sigo pensando que la saco demasiado barata, y no se merece el golpe en la muñeca por aprovecharse de la soledad de una persona con depresión para vaya a saber que intentaba lograr… Ah y hacer grooming con un menor… Que no se nos olvide, aunque ese niño se entregue a sí mismo en bandeja de plata… Tal vez por lo problemática que es la relación con los lectores actuales que esta historia no se ha actualizado en muchos años por Nakamura excepto por una pequeña aparición en algún Mix, es una lástima tener esta premisa para los seguidores de la pareja terrorista.

    Bueno y sigo con la acostumbrada sección de agradecimientos: Gracias a Anne onodera takano y alicia gonzalez, ambas preocupadas por el pobre Hiroki... y bueno nada mas que decir que yo todavia no confio en Akihiko, pareciera que esta haciendo esto de tener a Hiroki al lado solo como paño de lagrimas mientras esta pasando la tusa del abandono de Misaki (Y Hiroki tampoco es que haya olvidado a Nowaki y aparte doblemente cachon con las indiscreciones de Miyagi =_= ) solo espero que por fin encuentre al menos su equilibrio. Tambien agradezco a los lectores fantasma que difrutan de esta historia espero leerlos en algun futuro.
  6. .
    Hola a todos!! De nuevo tarde pero aun de vuelta!!, por lo menos tengo el compromiso de terminar esta historia!!! En este episodio hay un giro… Uno que cuando lo lei no espere que sucediera… ¿Sera bueno para nuestro martir Hiroki? ¿Por fin le sucederá algo bueno a nuestro sufrido protagonista?... Vamos a averiguarlo!!... Nos vemos en las notas finales:





    Capítulo 10




    “No olviden traer sus trabajos tienen hasta el final de la semana, no habrá prorrogas a menos que sea por hospitalización, ¿Entendido?” Hiroki rugió. El cuerpo colectivo de estudiantes asintió frenéticamente, luego él les hizo señas con la mano, irritado, mientras ellos se iban. Ellos se apresuraron a irse, un río humano desgarbado y descoordinado que no veía la hora de abandonar la aterradora montaña del auditorio.

    Hiroki fue a sentarse en su escritorio, organizando lentamente sus notas mientras las rezagadas salían. Un dolor de cabeza había estado formándose detrás de sus ojos, y el aire condicionado había estado fallando todo el día, dejando el auditorio caliente y mal ventilado después de cada clase.

    Fue de vuelta a la oficina, ignorando a los estudiantes que arrastraban sus pies del otro lado del pasillo cuando lo veían venir. Él se detuvo en el Puerta por un momento, preguntándose si el mocoso estaba allí con el Profesor de nuevo, antes de sacudir su cabeza. ¿Qué importaba si ellos están ahí? No le podía importar menos.

    Cuando entro, sin embargo, en cambio se encontró a un autor que se le hacía familiar holgazanear en el sofá. Algo un poco más bienvenido, aunque Hiroki no se sentía con muchas ganas de entretener a alguien en el momento. “Bakahiko, ¿Que estas haciendo aquí otra vez?”

    Su viejo amigo le saludo con la mano, ni siquiera levanto su mirada del libro que había robado de los estantes. “¿No puedo ponerme al día con mis amigos sin tener una segunda intención?”

    “Entonces estas evitando a tu editora,” Hiroki refunfuño, dejando de lado sus notas en el escritorio y sacando los trabajos del día anterior. El bien podría terminar de calificar todo si el autor estaba determinado a perder el tiempo.

    "En realidad, Takahiro está de vuelta en la ciudad," él le dijo, hojeando casualmente la siguiente página de su libro.

    El nombre ya no le enviaba esa punzada de resentimiento a su corazón como solía hacerlo – o si lo hizo, se perdió en medio del dolor entumecido que llevaba a todos lados ahora. Se dio cuenta tardíamente que había pasado mucho tiempo desde que él hubiese escuchado a Akihiko hablar sobre su amor no correspondido. Tampoco sus novelas BL de pacotilla no habían mostrado su nombre por un tiempo. ¿El matrimonio por fin le había forzado a que el siguiera adelante? ¿Cuándo fue la última vez que-?

    "Acaso no se había mudado a Osaka-" Calculó en retrospectiva. "-Hace solo 6 meses atrás? Apenas hace que un viaje de vuelta valga la pena"

    Akihiko se encogió de hombros. "El solo viene de visita. Quiere pasar más tiempo con su hermano."

    “¿Entonces porque estás aquí?” Hiroki resoplo.

    La expresión de su viejo amigo se volvió oscura y amarga. "Él no estaba particularmente complacido conmigo."

    "¿Por qué no?" Su mirada se desvió hacia el trabajo del siguiente alumno. Otro mocoso de primer año llenando su horario con créditos - Hiroki estaba tentado hacerle reprobar solo por principios.

    "Porque su precioso hermanito se había marchado para irse a vivir con un extraño novio nuevo que nunca había conocido antes, y que yo no hice nada para detenerlo."

    "Hnnn, ¿Eso pasó?" Hiroki murmuro distraído. El no sabía mucho sobre el chico, mas allá del hecho de que Akihiko se había encargado de su tutoría en algún momento de los últimos dos años. Él había recurrido a desconectarse de la mayoría de las cosas que se refirieran a Takahiro como acto de autopreservación en algún momento de su segundo año de Universidad. "¿Porque no lo hiciste?"

    "Creí que de todas las personas tu entenderías lo incomodo que sería vivir con tu expareja cuando estos estén saliendo con otro tipo."

    Hiroki se atoró.

    “¿Tu…?” Las preciosas palabras que había guardado celosamente lo habían abandonado completamente. “¿Tu… estabas saliendo con el hermanito menor de Takahiro?”

    “Obviamente, ya no,” Akihiko dijo sin emoción.

    Esta revelación de que por los últimos dos años su amigo de la infancia en realidad había seguido adelante le impactó como un golpe físico. “¿No pensabas contármelo?” fue la única respuesta que pudo articular.

    Akihiko se encogió de hombros. “Nunca preguntaste.”

    ¡Por supuesto que él no lo pregunto! Él había tenido años de discursos sobre las muchas virtudes sobre Takahiro que le habían impuesto sin preguntar – ¿Cuándo las reglas habían cambiado de repente?

    “Además,” Akihiko añadió, “Tu parecías estar pasando por tus propios problemas en ese momento.”

    …Cierto. Eso debió ser cuando Nowaki había desaparecido a América por un año sin mucho más que una llamada por teléfono. En retrospectiva, Hiroki había sido una pobre compañía, muy enfocado en su propia miseria e incertidumbre como para ponerle atención a las divagaciones de sofá de su viejo amigo.

    Aun así… ¿Este era el misterioso compañero de piso? Akihiko lo menciono ocasionalmente, y solo ahora Hiroki estaba notando la cuidadosa omisión de su nombre, pero normalmente los comentarios eran sobre estúpidas discusiones o cual nuevo manjar mundano había cocinado para la cena la noche anterior. Hiroki había estado contento por eso, que su amigo había encontrado alguien con quien vivir y que pudiera tolerar, pero ese fue el hermanito de Takahiro…

    Hiroki frunció su ceño, apurándose para encontrar un terreno más firme. “No me sorprende que hayas estado deprimido. Yo pensé que había sido un poco melodramático ponerte así solo porque tu compañero de piso se había mudado.”

    “Hnnn.” Akihiko le dio Vuelta a la página de su libro. “¿He estado deprimido?”

    “El cómo puedes escribir tan elocuentemente sobre la angustia del mal de amores mientras eres completamente incapaz de procesar el tuyo propio será la tesis de grado culminante de algún estudiante algún día.” Resoplando, el empezó a clasificar sus calificaciones en su escritorio, más que nada para darle a sus manos algo que hacer así se quedaría ahí parado como un pasmado bufón.

    “Tal vez tengas razón,” Akihiko musitó. “¿Que debo hacer entonces?”

    “Idiota. Te daría un consejo y tu terminaras ignorándola, como siempre.” Sin embargo, no había verdadera acidez detrás de sus palabras. Akihiko era Akihiko, el siembre había sido así tanto como Hiroki podía recordar.

    “Yo siempre escucho tus consejos.” La protesta era tan jocosa que sonó sarcástica.

    “Idiota,” Hiroki le repitió. “Ya no hay nada que hacer de cualquier forma. Solo tendrás que superarlo.”

    Esas eran las palabras que se repetía a si mismo sin cesar desde la última quincena. Algunas veces el incluso creía que eran verdad.

    “¿Superarlo, cierto?” Akihiko musitó, desviando su mirada del libro para observar el techo. “Tal vez yo necesito un compañero de piso.”

    “Tal vez,” Hiroki concordó, distraído con uno de los trabajos que parecía que podría tener de hecho algunas ideas interesantes en él. Lo arrastro al fondo de la pila, para dejarlo de ultimas.

    “¿Tu vives solo, cierto?”

    Los dedos de Hiroki se crisparon, y su clasificación perdió su ritmo. “…Por el momento, sí.” ¿Tenia que traerlo a colación?

    “Deberías mudarte entonces.”

    “Hm,” Hiroki murmuro. Luego, “Espera, ¿Qué?”


    ………………..


    "¡Ya tengo un apartamento!"

    Akihiko no le puso el mínimo de atención a sus protestas, dándole órdenes a los hombres de la mudanza con descuidada autoridad. "Hay más espacio aquí. Ya he mudado tu librería." El agito su mano vagamente hacia una de las paredes lejanas, ahora cubiertas de libros desde el suelo hasta el techo.

    Hiroki no tenía idea que esto había pasado. No habían pasado dos días después de este pronunciamiento, que Akihiko había aparecido en su puerta con una compañía de mudanzas detrás de él, y antes de que Hiroki pudiera dejar de balbucear el tiempo suficiente para armar un convincente argumento, todo su apartamento había sido eficientemente vaciado y transferido al pent-house del autor.

    “¡Ese no es el punto! ¡No me voy a mudar contigo!”

    Akihiko mostro un gesto dolido. “¿Tan horrible amigo soy?”

    “No me hagas ese teatro,” Hiroki le gruño. Esa expresión alicaída pudo funcionar hace ocho años atrás cuando estaba cocinándose lentamente en las profundidades de su afecto no correspondido, pero él había conocido a Akihiko desde que eran niños. Él no podía caer por ese tipo de manipulación emocional tan descarada. “No voy a caer en eso. De cualquier forma, seriamos terribles compañeros de piso. ¿No has escuchado que vivir con amigos los convierte en enemigos?”

    “Dudo que pase, pero no tienes en donde quedarte. Solo hasta cuando volvamos a ponernos de pie, ¿Hmm?”

    “Yo ya estaba en pie, muchas gracias,” Hiroki le replico molesto, pasando un ojo crítico a los estantes buscando algún título perdido o dañado. Los hombres de mudanza habían sido asombrosamente cuidadosos y eficientes – Akihiko botaba su dinero como si fuera confeti, después de todo, el solo contrataba lo mejor – Pero sus libros eran su posesión más valiosa.

    “Tu necesitabas salir de ese lugar.”

    “Yo pensé que todo esto era más sobre tu necesidad de encontrar un compañero de piso,” Hiroki le desafió. “Una del cual nunca accedí a participar, ¡Por cierto!”

    “Tu jefe me dijo que estaba preocupado por ti,” Akihiko le comentó, ignorando sus protestas somo si no fueran más molestas que una mosca. “Yo concuerdo con él. Se cómo eres. Tu solo te quedarías ahí y te deprimirías a ti mismo en vez de encontrar un nuevo apartamento.”

    Miyagi. Debería haber sabido que el Profesor había tenido que ver con esto. Aun entrometiéndose, aun si no tuviera derecho…

    Los hombros de Hiroki se desplomaron. Como sea. Él estaba harto.

    Él estaba cansado.

    “Bien,” el murmuró. “Supongo que no importa si es por un par de semanas.”

    Akihiko en cierta forma tenía razón. Quedarse en ese apartamento… no era bueno para él. Demasiados recuerdos. Y ya no necesitaba ese espacio tampoco. El bien podría usar esa oportunidad para terminar el contrato de arriendo e irse a otro lado.

    Se giró sobre sus talones. El necesitaba espacio. Silencio. “Estaré en la habitación de huéspedes”

    Él no se percató de la mirada pensativa de Akihiko siguiéndolo.


    …………………


    A pesar de las reservas iniciales, convertirse en el compañero temporal de piso de Akihiko no era completamente intolerable. Su viejo amigo vivía en un lujoso pent-house, y todas las cosas de Hiroki estaban allí, así que no era como si le faltara comodidad hogareña. Y el autor de hecho generalmente se ocupaba de sus propios asuntos, dándole el tiempo y espacio para buscar un nuevo lugar en paz.

    Por los primeros cinco días, al menos.

    Abruptamente y sin ninguna advertencia, la puerta de su habitación se abrió de golpe y Akihiko entro rápidamente como si fuera el dueño del lugar, aunque técnicamente lo era, pero Hiroki aun así le gritó, “¿¡No pudiste tocar antes?!”

    “Vamos a salir.”

    “¿Disculpa? Yo no voy a ningún lado,” Hiroki replico de mala manera. “Déjame por fuera de tus planes.”

    “Lástima que no tengas nada que decir al respecto.” Akihiko lo engancho del brazo y lo arrastro hasta ponerlo de pie. “Has estado aquí dentro abatido por demasiado tiempo, y estoy harto de la comida a domicilio.”

    Estaban a mitad de las escaleras antes de que Hiroki lograra encontrar su equilibrio y liberar su brazo de un jalón, lo cual casi hizo que se cayera por las escaleras si no fuera porque Akihiko lo había sostenido. “¡Bien! Ya vámonos,” le dijo entre dientes. “Pero no a algún lugar de etiqueta. No puedo costear tu paladar de cinco estrellas.”

    “Yo pagaré.”

    “No lo harás. No necesito tu caridad. Yo tengo un trabajo. Ya es malo viviendo aquí sin pagar renta.”

    Akihiko se encogió de hombros. “Bien, Podemos ir ese bar que te gusta. La comida allí es decente.” Se puso los zapatos en la puerta, y le alcanzo a Hiroki su chaqueta.

    El la tomo con un mohín. Salir a tomar era casi la última cosa que quería hacer, pero el autor tenía razón. Y ya había pasado mucho tiempo desde que alguno de los dos hubiese salido a cenar o a beber – Nunca había sido frecuente, no después de que Hiroki empezara a salir con Nowaki, pero había sido un mal amigo con Akihiko en general últimamente, y si era honesto, lo era aún más como invitado, atrincherado así en su habitación. Y él estaba harto de la comida para llevar.

    “Vamos a tomar el tren,” le dijo. “La última vez que fuimos allí te pusiste tan ebrio que tuve que arrebatarte las malditas llaves de la mano antes de que te mataras.”

    Akihiko lanzo las llaves del auto en el sofá. “¿Feliz?”

    “No te hagas el listo” Hiroki se quejó. “Vámonos.”


    ……………….



    No era si en verdad no tuviera la intención de embriagarse, aunque en alguna parte distante, nublada de su cerebro sospechaba que había sido parte del plan de Akihiko desde el principio. El alcohol nunca fue su método de enfrentamiento de elección, pero una vez que empezaba…

    Sus mejillas se sentían cálidas contra el punzante aire acondicionado de la cabina del tren. “Creo que he bebido demasiado.”

    “Hnnnn,” fue toda la respuesta que dio Akihiko.

    “Gracias a Dios no tengo que trabajar mañana,” gruño, inclinando su cabeza para mirar de nuevo hacia la ventana. El vidrio se sentía placenteramente fría contra su sien, y las luces afuera pasaban en un atractivo manchón. Algunas partes clínicas de él ya estaban temiendo a la resaca, pero el resto estaban, pero el resto estaba demasiado sosegado por el placentero y relajante zumbido de cinco o seis cervezas artesanales de más. “No todos nosotros podemos organizar nuestro propio horario, sabes.”

    Akihiko no comento al respecto tampoco. “Esta es nuestra parada.”

    Las luces se ralentizaron, el tren se detuvo, y luego él fue arrastrado hasta ponerse de pie. Hiroki se tropezó contra su amigo mientras el mundo gentilmente se balanceaba en torno a él. Akihiko solo lanzo un brazo alrededor de sus hombros, sólido y cálido a su costado mientras se tambaleaban a través de la multitud de personas que empezaba a dispersarse saliendo de la estación de tren.

    “Si este es el comienzo de mi trayectoria al alcoholismo, te hago responsable.”

    “No podrías volverte un alcohólico. Tu gusto en cerveza es muy costoso.”

    “Mira quien habla.” Se tropezó brevemente por una grieta en el pavimento, pero Akihiko lo sostuvo con facilidad. “Además, se supone que hagas eso cuando te abandonan, ¿Cierto? Se supone que te emborraches con amigos.”

    “Deberías encontrar a alguien,” Akihiko le dijo, la única señal de su propio estado de embriagamiento estaba en el ligero ronroneo de su voz y la rica nota de alcohol que se notaba de su aliento. Era algo molesto, él siempre había aguantado mejor el licor, aunque no cabía duda de que al menos él mismo estaba borracho. “Eso es mejor que embriagarse. Ve, ten sexo de una noche.”

    Shinoda era parte de esa historia que Hiroki no quería revisitar, ni siquiera con la placida distancia proveída por el alcohol que difuminaba la memoria. “¿Para qué me arrepienta de eso también? De ninguna manera. Termine con eso… Con todo eso,” terminó sin convicción. “Aprendí mi lección.”

    “Te estas poniendo sentimental.” Incluso embriagado, Akihiko soltaba palabras elegantes como para convidar. Eso era lo glorioso de convivir alrededor de genios literarios. Miyagi era igual.

    Pensar en el Profesor debería haber enviado una ola de enfado a través de él, pero Hiroki se sintió solo entumecido ante el recuerdo. Se alejo bamboleándose ligeramente. “Puedo caminar por mí mismo.”

    “Llamas a eso caminar,” Akihiko se rio. Definitivamente estaba ebrio. Akihiko nunca ríe. El apenas ha sonreído en su vida. “Como sea, ya llegamos.”

    Somnoliento, Hiroki se quedó viendo al enorme bloque de apartamentos. Huh. Pensó que la caminata desde la estación tomaba más tiempo. Su percepción del tiempo claramente estaba arruinada. Pero su amigo ya estaba adentrándose y llamando al ascensor, dejándolo luchar por alcanzarlo.

    Una vez adentro, se incline en la esquina y cerró los ojos mientras sentía el vacío cuando ascendía. “Urgh. Estoy muy viejo para esto. Voy a tener la peor de las resacas mañana.”

    “En verdad estas viejo. Solías soportar el doble de eso sin pestañear.”

    “Bakahiko,” Hiroki se deslizo mientras el elevador llego al pent-house.

    “Tch, que amargado. Necesitas acostarte con alguien.”

    “Sigues diciendo eso. Pues no voy a coger con algún extraño solo por un rollo de una noche. ¿Qué se supone que deba hacer? ¿Contratar a un escort? No gracias.” Hiroki se quitó los zapatos y estaba encogiendo sus hombros para quitarse la chaqueta.

    Unos pesados brazos lo envolvieron desde atrás, y un aliento caliente le acaricio la oreja, que llevaba el empalagoso recuerdo de las bebidas de esa noche. “Yo me ofrezco.”

    Hiroki se quedó quieto.

    Cuando finalmente encontró su voz, salió rasposa como una lija. “…No bromees con eso.”

    “No estoy bromeando.” Unos dedos fríos se deslizaron sobre su cuello, enredándose en su cabello. “Lo hiciste antes una vez por mí. Puedo devolverte el favor.”

    Había sido un contrato implícito entre ellos nunca en la vida volver hablar de esa noche. Había tomado meses recuperar su amistad. “Te arrepentiste.”

    “Las cosas han cambiado desde entonces,” Akihiko murmuro, y ahora unos labios estaban contra su garganta, no del todo besando, pero podía sentir como pronunciaba cada palabra. “Ninguno de los dos está esperando a alguien en esta ocasión. Solo necesitamos superar esto.”

    Era una estúpida idea. Absolutamente la peor. Incluso a través de la bruma del alcohol, una parte de él reconocía eso. Que esto no era por distracción o por confort. Que esto debía ser por castigo.

    Excepto esos fríos dedos contra sus demasiado calientes mejillas se sentían bien, y sin tener la intención, se vio a si mismo presionarse contra la firmeza de Akihiko con su espalda, y darse la vuelta para ver a esos tan familiares ojos de ese color casi-lavanda.

    Lo más astuto, lo más sano que habría sido seria liberarse, ir a su habitación, y cerrar la puerta hasta que ambos estuvieran sobrios.

    Hiroki no tenía un gran registro de tomar ese tipo de decisiones.

    “Lo estás pensando demasiado, viejo,” Akihiko murmuró. “No es gran cosa. Hemos hecho esto antes. Solo pretende que soy alguien más.”

    Hiroki desvió su rostro. “Eres un hombre cruel.”

    Pero cuando Akihiko entrelazo sus dedos juntos y lo guio hacia su habitación, él le siguió silenciosamente.

    Esta vez, no había ninguna venda, no eran unos adolescentes inexpertos que no sabían muy bien que tenían que hacer con sus manos. “Has perdido peso,” Akihiko comento, sus manos apoyándose en los huesos que sobresalían de las caderas de Hiroki. “Puedo ver tus costillas.”

    “Y tú has ganado peso, ya cállate,” Hiroki murmuro, agarrando su camisa y lanzándola sin cuidado a un lado. Ya había pasado siete años, después de todo – claro que habían cambiado.

    Akihiko solo soltó una risa, y después era como si los últimos siete años nunca hubiesen pasado – todo manos frías, respiraciones suaves, y pieles húmedas de sudor mientras ellos caían en la cama. Las sábanas se apiñaban y torcían debajo de sus desnudos hombros mientras Akihiko movía sus labios en su pecho, dedos siguiendo un delicado patrón sobre su estómago.

    Había pasado demasiado tiempo para ambos obviamente – en lo que no se sentía el tiempo para nada, ellos estaban listos, la prisa de la ardiente excitación atravesándolos. Hiroki apretó sus ojos, su cuerpo se estremeció cuando Akihiko se deslizo adentro. Sus dedos se enroscaron, enredándose en las sábanas, todo pensamiento coherente se perdió en las olas de placer. Esas extrañamente familiares manos aferrándose a su cintura, vagando hasta tomar tiernamente su rostro. Manos demasiado frías para la memoria.

    “-aki… Nowaki…”

    No fue nada más que un susurro sin aliento, pero Hiroki se congelo apenas la palabra abandono sus labios. Sus ojos se abrieron de golpe y atraparon, por solo un instante, una sombra pasando sobre el rostro de su amigo.

    Se había ido en un parpadeo, y alguna parte del centro de su lógica que apenas funcionaba se preguntó si había sido un efecto óptico por la falta de luz. Luego Akihiko se estaba moviendo de nuevo, más rápido en esta ocasión, y Hiroki lanzo su cabeza hacia atrás, su espalda arqueándose.

    Akihiko se inclina acercando sus pechos hasta que estuvieran alineados, un soplo de aliento calentando su oído. “Haré que te olvides de él.”

    Hiroki no tenía el aliento para responder. El solo cerro sus ojos, y dejo que sus pensamientos divagaran en un olvido sin sentido.







    No tengo idea como la historia tomo este giro… Es como una forma extraña de la vida de compensar a Hiroki?? O en realidad solo lo prepara para algo mas… Nunca en mil años Hiroki pensó que esta fantasia juvenil, ese amor no correspondido volvería a su vida y de esta forma… Pero no estoy segura, Akihiko solo ha sido expresivo con Misaki, es casi imposible saber si no esta usando a Hiroki como un escape a su libido… Aunque… Bueno solo digo que senti un fresquito cuando Hiroki le devolvió el hecho de llamar a otra persona mientras están teniendo sexo y que Akihiko sintiera lo que Hiroki sintió cuando paso en el pasado… Y no se, pero no le gusto… ¿Si fue solo impresión de Hiroki?? Aun asi Akihiko no se detuvo… ¿Significa que al fin Akihiko puede ver a Hiroki mas allá de solo un viejo amigo? ¿Se sentira atraído por el?... Fue como algo que el escritor estuvo planeando… ¿Pero con que intención?... Son muchas inquietudes y la verdad si esto lleva a mas dolor, Hiroki debería mas bien irse lejos de tanta gente que le hace daño (voluntaria o involuntariamente) esperemos a ver que pasara con nuestro protagonista, que a pesar de todo por lo menos encontró una forma para liberarse aunque sea sexualmente (No se si nuestro conejo será tan fogoso como cuando estaba con Misaki) pero creo que Hiroki no se quejara en ese aspecto 😉
    Ahora para la acostumbrada sección de agradecimientos debo hacerlo para anne onodera takano. Me alegra que sigas esta historia y sufras con nuestro protagonista la historia tiene su recompensa. Y gracias a todos los lectores de esta historia y espero poder conocerlos por escrito en el futuro. Gracias!
  7. .
    Ok volvi!! De nuevo con un nuevo episodio de esta triste historia… Parece que el destino quiere seguir poniendo a prueba a nuestro sufrido protagonista… ¿Qué creen que pasara? Miyagi parece que habia tomado una pésima decisión… ¿Quieren saber? Adelante!



    Capítulo 9




    Miyagi se inclinó profundamente. “Lo siento.”

    Hiroki no sabía qué hacer. No podía comprender del todo lo que estaba escuchando. “¡Yo pensé que se había devuelto a Australia!”

    “…Yo lo detuve en el aeropuerto.”

    Un enredijo de emociones lo atravesaron, y Hiroki no sabía cuál elegir. ¿Enojo? Pero a diferencia de Nowaki, Miyagi no había hecho algo malo aún – había sido completamente honesto y directo en el momento en que sus sentimientos cambiaron. ¿Incrédulo, a lo repentino que las cosas habían cambiado? ¿Traicionado? ¿Usado?

    “Tiene la mitad de tu edad,” Hiroki repitió aturdido.

    Miyagi se contrajo. “Lo siento,” se disculpó otra vez, pero no intento justificarlo.

    No debería haberle impactado tan profundamente. En verdad, el debió haber visto esto venir – tal vez no específicamente con el mocoso, pero el tenía sus reservas sobre todo este asunto para empezar, ¿Cierto? Él había estado seguro que no iba a durar, no con un hombre que tenía reticencia en admitir que era bisexual y que no había pasado siquiera un año con un matrimonio fracasado.

    Y, aun así, Miyagi había desgastado sus protestas con su jovialidad persistente, su respeto por el orgullo consumido de Hiroki, y la interminable lista de comodidades, tanto físicas como mentales, que el proveía.

    Su vista se puso borrosa, pero rápidamente parpadeo para aclararlo.

    Maldita sea. Se había encariñado.

    ¿Qué podía hacer? Él no era de los que le ruega a alguien para que se quede con él.

    "Ya veo. Iré por mis cosas," dijo monótonamente, y se apuró antes de que pudiera perder la compostura.

    "Hiroki-" Miyagi le siguió.

    "Olvídalo," le interrumpió. “No hay nada más que decir.” El encontró su talego en el closet y empezó a lanzar su ropa dentro de él. Él se abrió paso al baño donde agarro su cepillo de dientes y artículos de aseo. Luego los libros que había estado leyendo que reposaban en la mesa de noche, y el cargador de su teléfono.

    “Nunca fue mi intención de que todo se tornara de esta forma,” Miyagi dijo, aun siguiendo de cerca de forma incomoda a sus pasos.

    Hiroki no respondió.

    “¿No te vas a enojar? ¿Lanzarme algo? Me lo merezco, lo sabes. No es sano solo internalizar todo. Esto es mi culpa.”

    Hiroki se colgó el talego sobre su hombro. "Si hay algo que haya olvidado, solo llévalo a la oficina."

    "Hiroki," Miyagi intento de nuevo. "Si hay algo que pueda hacer..."

    Su compostura se quebró. "¿No has hecho suficiente?" le dijo entre dientes.

    Miyagi reculó.

    Hiroki se dirigió hacia el recibidor, y dejo caer las llaves de apartamento en la mesa. “Termine. Te vere en el trabajo.”

    “Hirok-”

    “Es Kamijou,” le corrigió fríamente, se puso los zapatos, y cerró la puerta principal detrás de él.

    Camino las primeras dos calles, antes de que desanimadamente parara un taxi – no le importaba que tan costoso era, él no estaba para dar una larga caminata de vuelta a su apartamento a esa hora de la noche, y había forma que el soportara la idea de tomar el tren en ese momento.

    Se quedo mirando taciturno la ventana ante el transitorio escenario, ignorando los iniciales intentos del conductor para hacer conversación, de vez en cuando parpadeando las lágrimas antes de que pudieran caer.

    No fue nada especial. Este tipo de situaciones suceden cada día. Algo que le ha pasado dos veces en un espacio de tiempo de meses... bueno, eso lo hace un tonto, ¿cierto? El seguía colándose por idiotas que perseguían a chicos más jóvenes a la primera oportunidad.

    Llego a su apartamento de nuevo. El edificio permanecía medio oscuro, solo algunas luces se asomaban debajo de las rendijas de las puertas y a través de las cortinas. Hiroki le dio algo de dinero al conductor, agarro su talego del asiento trasero, y a pisotones subió las escaleras hasta su piso.

    El apartamento estaba frio y oscuro y con olor a humedad – el solo se había detenido en ocasiones para revisar el correo o recoger algo que necesitara. No se molestó en encender la luz, solo dejo caer su bolso en el pasillo y se hundió en el suelo, su espalda contra una pila de libros.

    De nuevo aquí. De vuelta en ese lugar, rodeado de recuerdos de Nowaki.

    Su risa salió ahogada. El mocoso logro lo que él quiso al final. Él ni siquiera necesito destruir su carrera para hacerlo.

    Lo que sea. Ya no le importaba.

    Se termino para Hiroki. Estaba cansado de ser el segundo mejor para todo el mundo, de ser dejado de lado y ser olvidado en el momento en que alguien más llegaba.


    ………………………


    La mañana del lunes lo encontró trabajando temprano – no tenía interés de permanecer en su apartamento más tiempo del necesario, y no era que el pudiera dormir mucho en las noches de cualquier forma. La idea de tomar el desayuno le daba nauseas, así que mordisqueaba una barra de granola mientras acechaba los pasillos desiertos de la Universidad. Podría perfectamente estar hecha de aserrín por lo que probo.

    El usó el tiempo para organizar los planes de sus clases del día y termino de hacer algunas calificaciones. Ya que la clase no empezaba sino hasta más tarde, el continuo con la investigación para la próxima entrega de informes.

    Miyagi entro a la oficina veinte minutos tarde, sus pasos vacilantes y con ojeras tan profundas que rivalizaban a los de su colega. Se quedo en el marco de la puerta por un largo momento, solo mirando, antes de finalmente aventurarse a lo incierto, “Buenos días.”

    “Buenos días,” Hiroki replico neutralmente. “Llegas tarde. Tienes clase en diez minutos.”

    “Cierto.” Miyagi vio inusualmente nervioso, apurándose a llegar a su escritorio y buscar sus notas y poner una taza en la cafetera y estar muy cerca de derramarla. “Lo siento. Ahaha, ya sabes cómo es esto, lunes por la mañana…”

    Hiroki no comento nada – solo volvió a su trabajo.

    “Oye, Hiro-Kamijou,” Miyagi se corrigió, “Sobre todo lo que paso…”

    “No hay nada que discutir, Profesor,” Hiroki le cortó en el mismo tono de voz neutral. “Lo que haga con su vida personal ya no es mi problema. En lo que a mi concierne, nunca sucedió.”

    Miyagi bajo su mirada al suelo. “Tu armadura se volvió más fuerte.” Se rio, amargamente. “¿Yo hice eso?”

    Hiroki no le respondió.


    ………………


    Miyagi no lo volvió a traer a colación después de eso, pero parecía aliviado cuando Hiroki no hizo ninguna mención sobre su relación con Shinobu al decano, incluso si ellos lo merecieran. Al menos el Profesor ya no lo saludaba con abrazos y propuestas ostentosas.

    La atmosfera permanecía tensa en la oficina, pero no le molestaba. Cuando estaba ocupado trabajando, él podía bloquear todo, y pretender que nada había pasado y nada había cambiado.

    De esta forma, ese horrible lunes había terminado, y un igualmente terrible martes le siguió, y la vida avanza lentamente. Hiroki considero brevemente que sería mejor si intentaba cambiar de trabajo. Con una transferencia voluntaria, el rango de Profesor Asociado en Mitsuhashi podría obtenerle en el departamento de Literature de una docena de Universidades. Él tendría que volver a ganarse su permanencia otra vez, pero ¿Él quería quedarse en Mitsuhashi a largo plazo de esta forma?

    Pero eso no importaba. Tal vez Miyagi se sentía mal, pero a Hiroki no le podía importar menos como se sintiera. Ya tenía a su mocoso. Él podía lidiar con eso.

    Por supuesto, había muchas formas de tentativas de irrumpir en esa frágil paz. Akihiko deambulando por allí en sus usuales intentos de evitar a su editora. Sus estudiantes rebeldes como de costumbre. Su madre haciendo su llamada quincenal e inquiriéndole con sus típicas preguntas intrusivas en el peor momento posible.

    Y por supuesto, el mocoso que lo causo todo.

    “¡Ah, Kamijou!” Miyagi exclamo con sorpresa cuando el entro en la oficina. “No pensé que- um, esto no es lo que-”

    Era exactamente lo que parecía ser. Shinobu estaba sentado en el regazo de Miyagi – compartiendo un bento, aparentemente. El adolescente veía a Hiroki con sus parpados entrecerrados, con ojos satisfechos, y que más que nada le dijo que su posición no era ningún accidente.

    “Solo volví a recoger mis notas,” Hiroki dijo suavemente. “No se preocupen, no me voy a demorar.”

    El mocoso había venido a reafirmar su apropiación ¿Cierto? Como si no lo hubiera hecho completamente ya. ¿Qué más pensaba el pequeño terrorista que podía quitarle?

    El silenciosamente recogió sus notas, y los paso de largo a ambos sin darles una segunda mirada.

    "Kamijou-"

    "Disculpen. Tengo una clase que dar," le replico fríamente, y cerró la puerta detrás de él.

    No debió haber dolido. Sin embargo, Hiroki no sintió nada.


    ………………………



    La oficina estuvo dolorosamente silenciosa bajo el suave click de la puerta al cerrar.

    No podría haber sido más ruidosa si Kamijou la hubiera azotado.

    Shinobu se la quedo viendo, con una extraña mezcla de insatisfacción y perplejidad escrita en sus facciones. “Eso fue…”

    Miyagi no quería ni decirlo – no quería sobrecargar su frágil experimental relación con el peso de la recriminación, pero tenía que decirse. Él no podía ignorar completamente la diferencia de sus edades, y eso significaba que tenía cierta responsabilidad en la maduración de Shinobu.

    “Eso es el precio de esto.” El empujo al chico de su regazo para sentarlo al lado de él en el sofá de la oficina. “¿Ya ves ahora? Él no es un algún malvado tengu* que se desvanece solo porque te saliste con la tuya. Nuestras elecciones pueden herir a las personas también.”

    Shinobu frunció su ceño y volvió a su bento sin comentar nada. Sin embargo, se veía preocupado.

    Al menos eso significaba que Miyagi no estaría solo cargando su culpa. Se sentía verdaderamente horrible, viendo a su colega cerrarse completamente del mundo a su alrededor, verlo a él convertirse en un autómata solo moviéndose. El aún le lanzaba cosas a los estudiantes que no ponían atención, reprendía a idiotas, y hablaba apasionadamente sobre literatura… pero había allí un vacío en el ahora… un agotamiento que se veía muy arraigada, el tipo de cansancio que Miyagi normalmente veía en personas tres veces mayor a su edad.

    Lo desgarro, Miyagi había perdido su derecho a intervenir. Lo único que podía hacer era ver a su colega encerrarse en sí mismo, y esperar que alguien más pueda sacarlo de eso antes de que se hundiera demasiado.

    ¿Quién? él no sabía lamentablemente. Kamijou no era exactamente del tipo social. Él se llevaba con el resto de la facultad lo suficiente, pero durante su corto tiempo viviendo juntos el único contacto con el exterior que el recibió había sido una sola llamada de su madre. La única otra persona que parecía contar como un amigo era ese tipo que vino para pedir prestados libros y pasar el tiempo ocasionalmente en su oficina. ¿Cuál era su nombre? ¿Usami? Ellos habían sido presentados una vez, pero lo mucho que Miyagi tuvo que ver con el desde entonces ha sido un ocasional ofrecimiento de un cigarrillo.

    Aun así… A pesar de todas sus quejas, Kamijou le dejaba holgazanear en la oficina. Era inusual de su quisquilloso colega.

    Sus ojos se abrillantaron mientras consideraba eso.

    Tal vez había algo más que él aun podía hacer.







    Tengu: Criatura perteneciente al folclore japones, que es como una deidad asociada con los yokai (O criaturas sobrenaturales) y que son entre espíritus malvados a deidades protectoras. Se les reconoce por su muy alargada nariz… La autora decidio asociar a Hiroki con un tengu y no con un demonio… Aunque este por su ambigüedad, podría asociarse con esos.

    Bueno ¿Qué les parecio este capitulo? ¿Acaso sintieron como el corazón de Hiroki se volvía a romper… Es decir no como cuando se rompió por Nowaki, pero… Y me sigo preguntando… ¿Por qué carajos Miyagi tenia que cagarla asi?... Sobre la ultima parte creo que es solo un intento por alivianar su propia culpa, algo que cada vez que lo ve le hace sentir muy mal… Igual siento que Shinobu, por todo lo que hizo solo recibió una palmadita en las nalgas y ya… Igual yo apoyaría a Hiroki por que se buscara otro trabajo lejos de gente que es tan estúpida que hasta le hacen daño involuntariamente, pero el tiene sus razones (derivadas del orgullo) y la verdad yo hasta iría de chismoso con el decano y aguarles la fiesta, pero ese seria yo…. Veamos a ver como resultaría en ese experimento de traer a nuestro conejo favorito a esta trama…. ¿Sera una buena idea?? No se, igual siento que Usagi-san siempre ha sido del tipo egoista, y antes solo velaba por Misaki y por el… No se hasta que punto ha sido un amigo fiel de Hiroki, mas allá de que ha sido conveniente para el para alejarse de su editora… En fin veamos como se desarrolla esta historia.

    Como siempre quiero agradecer a Alicia gonzalez y a Anne onodera takano (Si, y salio con esto!! Uiiiigh que rabia y ese par todo campante... Bueno Menos mal Miyagi si se siente mal, pero me parece que la va a sacar barata... Esperemos a ver que pasa en el siguiente capitulo) por acompañarme en el ultimo capitulo… Seguro este episodio les hizo rebotar la bilis, pero bueno, Hiroki es muy fuerte… Me preocupa que llegue a perderse por tanto infortunio junto! Tambien gracias a quienes leen esta historia, ya nos acercamos a la parte final… No se lo pierdan!!!! Nos leemos en la próxima!! <3
  8. .
    Hola a todos!! Si esta vez me demore… Digamos que problemas surgidos y posibilidades de cambio en mi situación actual han detonado en que tuviera que posponer la publicación del siguiente capitulo. Espero les guste el episodio y nos leemos en las notas finales:


    Capítulo 8




    La noche inaugural con Shinobu en el apartamento se fue dedicado principalmente a un concurso de miradas intensas extremadamente tenso.

    “Así que, Hiroki, ¿Cómo estuvo tu día?” Miyagi trato de camelar una respuesta de su pareja, esforzándose en mantener la sonrisa bajo esa atmosfera opresiva.

    “Tu estuviste ahí, ya sabes cómo estuvo,” Hiroki murmuró, pero su mirada no se desvió del chico sentado frente a él en la mesa de la cocina. Shinobu, a su vez frunció el ceño al profesor asociado con todo su ser.

    Ellos retornaron a ese hirviente silencio. El chico había hecho su movida, irrumpiendo de esa forma. Hiroki no quería estar lidiando con esto, pero ya que tenía que hacerlo, no había manera de que se echara para atrás.

    ¿El niño quería jugar rudo? Había entrado en el fortín de Hiroki.

    “Ah, ¿Ya terminaste? Venga, lavare los platos.” Miyagi comenzó a recoger los platos de todos.

    Shinobu fue rápido en levantarse de su asiento. “¡Yo lo hare!” Le envió una mirada desafiante al que le cruzaba en la mesa.

    Hiroki solo se burló para sí mismo. Si el mocoso pensaba que iba a disputar con él las tareas domésticas para ganarse el afecto de Miyagi, el terminaría dolorosamente decepcionado. El niño probablemente se enamoró de la psicología inversa todo este tiempo.

    “Ah, en ese caso… Creo que iré a tomar una ducha,” Miyagi dijo. Le envió una mirada inquisitiva a su pareja, pero Hiroki no se movió de su silla. Con un encogimiento de hombros, el escapo de la cocineta y se dirigió al baño.

    Al minuto que Miyagi estuvo fuera del alcance auditivo, Shinobu finalmente habló.

    “Aun estas con él.”

    Hiroki se cruzó de brazos. “Así parece ¿Cierto?”

    “Supongo que no te importa tu carrera entonces. Lo hare. No creas que no lo haré.”

    “Estúpido mocoso.” La sonrisa de Hiroki que era como la de un tiburón, afilada y con todos los dientes. Él ahora estaba preparado para esto, no ser tomado por sorpresa como la última vez. “Tú sabes que, si quieres arrastrarme, te arrastro conmigo.”

    El niño se mofó. “Que podrías hacer?”

    “Míralo así: Bien. Logras que me despidan. Pero si haces eso, Me asegurare que absolutamente nunca obtengas lo que quieres.”

    El mocoso se quedó quieto. “… ¿Y cómo podrías hacer eso?” El aún no se oía convencido, aunque una nota de cautela se filtró a su voz.

    Chico estúpido. “Estas detrás de Miyagi, ¿Cierto? Todo lo que tengo que hacer es decirle al Decano todo al respecto.” Hiroki se inclinó, entrecerrando los ojos. Shinobu se mantuvo firme, pero se acomodaba incómodamente de un pie al otro. “¿Piensas que papito querido vería esa relación de una forma más amable que una ficticia conmigo? Ya es controversial que es con otro hombre – ningún padre quiere ver a su hijo salir con alguien el doble de su edad.”

    “Él no puede detenerlo,” Shinobu le respondió furiosamente.

    “¿En serio?” Hiroki bufo. “Incluso si fueras mayor de edad, el aún es tu padre. La forma como lo veo, él puede devolverte a Australia si así él lo quiere. Y no solo eso. Puede hacerle la vida difícil a Miyagi también. Seguro así lo vas a atraer.”

    Miyagi ya tenía antigüedad, así que no podía ser despedido tan fácilmente – A diferencia de Hiroki – pero estaba contando con que el chico no supiera eso.

    Tenía que darle al mocoso crédito – No se acobardaba fácil. El entrecerró sus ojos y respondió, “¿Y porque debería mi padre creer todo lo que digas, especialmente después de que yo hablé con él? Solo se verá como que estas tratando de sacar excusas. Y yo podría obtener una orden de alejamiento.”

    Hiroki iba a responderle mordazmente, cuando una tercera voz se entrometió en la conversación. “¡¿Qué rayos es esto?!”

    Shinobu se congeló. Miyagi parado, enmarcado en la puerta cerca de las luces de la cocina, viéndose de la forma más fría y furiosa que Hiroki le haya presenciado.

    “¿Q-Que? ¿No ibas a tomar una ducha?” el chico tartamudeo.

    “Volví para recoger algo, pero ese no es el punto. ¿Sonó eso como pensé que eso sonó?”

    “…C-cuanto escuchaste?” Shinobu pregunto. Se había puesto pálido.

    “Lo suficiente.” El miro a Hiroki. “Hiroki, ¿Esto es cierto? ¿Te ha estado amenazando?”

    Hiroki desvió la mirada y murmuro, “Lo tengo bajo control.”

    La expresión de Miyagi solo se volvió más oscura. Agarro a Shinobu por la muñeca y tiro de el para ponerlo de pie. “Vienes conmigo. Tenemos que hablar.”


    ………………………..


    Miyagi arrastro a Shinobu a su habitación. Era el último lugar en la que él quería tener esa conversación, pero estaban lo más lejos de la cocina y la más privada.

    “¡Suéltame! ¡Duele!” Se quejó Shinobu, tirando de su muñeca.

    Miyagi no respondió, solo medio arrastro, medio lanzo al chico en la oscura habitación. Él ni siquiera se molestó en encender la luz – Se filtraba la suficiente desde del marco de la puerta. “Esto tiene que parar.”

    “No tienes que ser tan rudo.” Shinobu frunció el ceño masajeándose la muñeca. Miyagi se sintió mal solo por ese instante – estaba muy molesto como para sentir lastima por el chico.

    “¿Qué es lo que tengo que hacer contigo? Te he hablado lo más claro posible. Te he dicho vez tras vez que tienes que rendirte. ¿Por qué no lo captas y nos dejas en paz?”

    “¡Por qué no me vas a tomar en serio!” el chico estallo. “¡Te digo que estoy enamorado de ti y solo me tratas como a un niño!”

    "Eres solo un niño,” Miyagi gruño. “Solo un mocoso inmaduro pensaría que está bien amenazar el trabajo y la reputación de alguien solo para obtener lo que quiere."

    El chico desvió la mirada, pero esa obstinación afincada en su barbilla aún estaba ahí. ¿Por qué siempre terminaba con problemas como esos? “Escucha. Eso no es solo para salirte con la tuya. Es quitarle la comida de la boca de alguien más, el techo sobre su cabeza y sus sueños lejos de su futuro. Si tu tuvieras una carrera por tu cuenta entenderías lo inmaduro y egoísta que es hacer eso.” Dejo salir con un pesado suspiro. “Por suerte, cometiste el error de darle a Hiroki tiempo para pensar sobre eso. Él no es tan fácilmente manipulable ¿Sabes?”

    “Hiroki esto, Hiroki lo otro,” Shinobu respondió molesto. “¡Estoy harto! ¡Pon tu atención en mí!”

    “¡Mocoso!” Miyagi le fulmino. “¡Estoy en una relación con el! ¿Eres estúpido o no puedes entenderlo?”

    “¡Estoy enamorado de ti! ¿¡Porque no lo entiendes?!” Shinobu le replico.

    Con eso fue. El chico nunca lo iba a entender.

    “Está bien. ¿Quieres que te tome en serio? Lo hare.” Agarro a Shinobu de los hombros y lo empujo encima de la cama. Los ojos del muchacho se abrieron con sorpresa mientras rebotaba sobre el colchón.

    “¡Que esta-”

    “Esto es lo que quieres ¿No?” le dijo enfadado, empujando su pierna entre sus rodillas, y forzadamente reclamando su boca en un beso violento.

    Shinobu se congeló bajo el, su boca inerte y su cuerpo rígido. Miyagi no se detuvo, Eso si – presionando su mano bajo la camisa de él, manoseando su pecho, los dedos bruscos, firmes e inflexibles, deslizándose hacia abajo para tirar de sus pantalones.

    El rompió con el beso y empezó a desabrochar la hebilla del cinturón. Shinobu solo se lo quedo mirando, con los ojos amplios y sus labios húmedos de saliva. “¿Cuál es el problema? Esto es lo que hacen los hombres. No puedes hablar tan libremente sobre el amor si estas tan asustado de esto.” Él se inclinó y le capturo la boca en otro profundo beso, y presiono sus ingles juntas. Shinobu salto como una cuerda punteada.

    No había nada suave, ni romántico, ni amable o gentil sobre esto. Era rudo, implacable, un contacto demandante – el nivel de intimidad indiferente e impersonal de una aventura de una noche o de un novio posesivo tratando de reivindicar su posición.

    Cuando el sintió que había dejado las cosas claras, Miyagi finalmente se retiró, dándole al chico espacio suficiente para escapar. Eso sería suficiente para darle un buen susto, para impactarle algo de sentido al mocoso. Ahora Shinobu podría llamarlo por muchos desagradables nombres, golpearlo tal vez, y finalmente salir de una buena vez de su vida. Esta era la forma más fácil.

    Entonces Miyagi lo miro – lo miro de verdad – al adolescente que tenía sujetado sobre su cama.

    Mierda. El chico en verdad iba en serio. Él estaba aterrado – el temblaba – pero aun pretendía seguir adelante con eso. Incluso con el lustre de lágrimas en sus ojos, él estaba tratando de llegar a Miyagi, tratando de convencerlo, a pesar de que era completamente obvio que estaba asustado y no tenía idea de lo que estaba haciendo.

    Su alma abandono el cuerpo. ¿Era el chico virgen?

    “Lárgate,” Miyagi dijo abruptamente, cansado de todo eso. “No quiero volver a verte.”

    “P-pero… Digo, Yo puedo…” el fanfarroneo.

    “¡Piérdete!” Miyagi le ladro.

    Intimidado, Shinobu salió en desbandada de la cama y se apresuró a salir de la habitación.


    ……………………..


    Había funcionado. Shinobu había vuelto a la casa de su padre esa noche y dejo de molestarlo. Miyagi no tenía idea de que le habría dicho a su padre, pero el Decano fue a su oficina después y pidió disculpas por las molestias.

    “Deberías haberme contado que estaba haciendo el en primer lugar,” Miyagi le dijo a Hiroki más tarde.

    El profesor asociado solo encorvo sus hombros y respondió, “No soy tan patético como para necesitar que me rescates de cualquier bobada.”

    Su orgullo aun encendido, obviamente. Miyagi podía lidiar con eso. Hiroki lo superaría pronto, y todo volvería a la rutina confortable a la que habían llegado antes. En la cual él podía entrar en su cocina a primera hora de la mañana y encontrarse con el pecho desnudo de Hiroki, y quedarse despierto hasta tarde hablando sobre literatura seguido generalmente de sexo extremadamente satisfactorio.

    Excepto que, por alguna razón, no funciono así. Ahora, cuando iba a la cafetería recordaba el terrible bento casero de Shinobu. Entrando en la cocina le recordaba esa incomoda noche con ese invitado. Besar a Hiroki hacia que su mente proyectara unas manos temblorosas y unos ojos gris oscuro llorosos. No tener esa cabeza con cabello color arena apareciéndose múltiples veces al día de forma inesperada se sentía extraño.

    Se sentía… solitario.

    Fue ahí cuando Miyagi se dio cuenta exactamente de lo que estaba pasando.

    Esto estaba mal.

    Esto estaba muy, muy mal.

    Miyagi no se había enlistado para nada de esto.

    Sus entrañas se revolvieron. Sus cigarrillos se volvieron insípidos.

    El tenía que romper con Hiroki. Ahora. El no debió haber comenzado nada con él en primer lugar.

    “En verdad no es justo,” murmuro, apagando la colilla en el cenicero. El humo lamiendo sus nudillos, delgados y pálidos trazos rizándose en el aire.

    Su colega no merecía esto. Pero el ya tenía un matrimonio fracasado. Miyagi sabia al final del precio que venía al intentar mantener una relación mientras albergaba sentimientos por alguien más.




    Bueno… El momento que temiamos esta llegando… La verdad me molesta… ¿Un hombre ya mayor como Miyagi tenia que empezar problemas porque no sabe tomar buenas decisiones??? Y de paso sabia que Hiroki no estaba en una buena situación, que habia pasado por un mal rompimiento… ¿Por qué tenia que arrastrarlo hacia algo que a la larga el no se iba a comprometer? Digamos que si logro que Hiroki saliera del agujero en que lo metio Nowaki…. Pero… Al menos hubiera sido consciente de que no tenían nada para empezar una relación… Incluso creo que Hiroki lo sabe en el fondo… No están enamorados uno del otro… Y meterse de forma romántica/sexual con compañeros/subalternos/jefes de trabajo no es una buena idea… De alguna forma siento que Miyagi si se llego a preocupar por Hiroki, pero esa preocupación se le fue de las manos… Y la soledad que el tenia tambien entro en juego… En fin era la receta para un desastre….
    Pobre Hiroki… ¿Por qué no lo deja en paz los infortunios? Pero algo sabemos… El no es de hacerse la victima, pero ¿Su orgullo le ayudara esta vez?? Veremos en el siguiente capitulo.
    Gracias a Anne Onodera Takano por tu comentario (Ya vemos que Miyagi como que no ha sabido manejar bien la situacion y ahora tiene que romper con Hiroki... Me enfada tan viejo y en esas? En fin) y Alicia Gonzalez (Gracias por tu comentario, ya sabemos para donde va eso ¿Cierto?) Y gracias a aquellos que leen esta historia, espero sigan leyendome en el siguiente capitulo. Nos leemos!!.
  9. .
    Hola, hola!!! De nuevo con el siguiente capitulo!!! Este mes ha sido muy tedioso para la labor literaria de escribir/traducir, no ha sido un buen momento… Sin embargo aquí estoy!! Y en este capitulo, Shinobu sigue de intenso, y terco, esta haciendole pasar malos momentos a Hiroki y a Miyagi… Al mayor lo vemos convencido de que nada puede pasar entre ellos… ¿Sera como en el canon? ¿No se rendirá ante la determinación de este terrorista??... Veremos como Hiroki lidia con este nuevo problema:


    Capítulo 7





    “¡My sweet honey!” Miyagi irrumpió en la oficina con la fuerza alegre de un amanecer violento. “Ahhh, por fin terminó. Café, café…” Se apresuró a la máquina, tarareando para sí mismo mientras se servía una taza. “¿Tienes que quedarte hoy? Pensé que podríamos salir. Hay un nuevo lugar que abrió ceca de casa. Bueno, en realidad no tenemos mucha opción porque se me olvidó completamente ir al supermercado y se nos acabó la comida, aunque supongo que si en verdad quieres podemos ir de compras ahora y cocinar algo…”

    Hiroki permaneció silencioso en su mesa. Miyagi hizo una pausa – normalmente para ese entonces su colega habría al menos respondido de alguna forma, así fuera para decirle que hiciera silencio.

    “¿Pasa algo?” le preguntó, halándose la corbata para aflojarla. Los hombros del profesor asociado se veían más rígidos que el concreto, y esa familiar expresión de aburrida neutralidad, ligeramente apretada con el ceño fruncido, eran evidentes en su rostro como unas cortinas negras. Él no lo había visto de nuevo en las recientes semanas, y su abrupto retorno le preocupaba.

    “No, nada,” Hiroki dijo. “La cena suena bien.”

    Lo cual era un síntoma tan preocupante como podría ser. Un Hiroki pasivo era un Hiroki distraído. Considerando que Miyagi se ufanaba de sí mismo como la distracción principal en la oficina, para él apenas retener la atención de su colega era alarmante.

    Él le dio una palmada en la espalda. “Anímate. Te sentirás mejor cuando tengas comida al frente.” Miyagi hizo una nota mental de ordenar algo de sake con su comida. No lograría mucho si lo acosaba por respuestas en ese momento, pero Hiroki era un ebrio hablador.

    Excepto que cuando el finalmente había arrastrado a Hiroki de la oficina al restaurante – uno de esos lugares pan-Europeos, con quince diferentes tipos de pasta y panes – su mirada permanecía retraída, y la conversación extrañamente distante. El picoteo su comida, y termino no gustándole el vino así que solo bebió una sola copa con toda la comida. Y luego, después de que retornaran a casa, el rechazo cada toque de Miyagi de una forma tan callada que Miyagi no se sintió como para presionar el asunto.

    Miyagi se enorgullecía en saber leer a su colega y descubrir que era lo que le molestaba. Pinchaba un poco, probaba otro poco, actuaba como si los asuntos serios no fueran un gran problema y los pequeños problemas fueran un gran problema, y normalmente podría sacarlo de su caparazón. Tuvo mucha practica con su profesora después de todo, aunque él no tenía ni la experiencia de vida ni la de manejo de personas entonces.

    Aun así, se acostaron uno al lado del otro en la cama por horas esa noche, ninguno de ellos pudiendo dormir. Miyagi dejo el tema, pero – algunas veces el humor de Hiroki era como el clima, y los resultados de un mal día podía afectarlos rápidamente. Para todo este drama, él era un tipo maduro, y era capaz de solucionar la mayoría de las cosas en poco tiempo.

    Además, el tenía sus propias razones para permanecer despierto. Shinobu todavía lo acosaba casi a diario, y el rápidamente se estaba aproximando al final de su paciencia. El mocoso era lo suficientemente agradable, pero se volvía agotador, estar constantemente derribando las esperanzas de alguien cuando este persiste en no captar la indirecta… ¡Incluso hablándolo de forma directa no ayudaba! Ese tipo de comportamiento le podría ayudar a obtener una orden de restricción cuando sea adulto.

    Esperaba que el chico se diera por vencido y volviera a Australia pronto, y él podría volver su atención de vuelta a Hiroki.



    …………………….



    Excepto que el mal humor de Hiroki no se aliviano – si algo, se había vuelto más introvertido. Miyagi no se preocupó mucho por eso aun, porque había ese fuego intenso en los ojos de su colega-ahora pareja, ese tipo de destello que aparecía cuando él está lidiando con un estudiante particularmente revoltoso.

    Mientras tanto…

    Miyagi suspiro, y pesco las llaves de su oficina. “¿Qué quieres?”

    “Te hice el almuerzo.” Shinobu le ofreció la caja bento con ambas manos, como si estuviera ofreciendo unas barras de oro en vez de solo comida.

    Miyagi no hizo ningún movimiento para tomarlo. “Yo no te pedí que hicieras eso.”

    “¿Ya comiste?”

    No lo había hecho, y había estado planeando en ir a la cafetería. Pero antes de que el pudiera salir con alguna excusa, su estómago gruño.

    “Tienes hambre. Tómalo.” Shinobu insistió, presionando el bento frente a él.

    El chico era persistente, le tenía que reconocer. Era demasiado obvio que tenía motivos ocultos, pero evitándolo solo parecía hacerlo más obstinado.

    Con un sufrido suspiro, Miyagi acepto el bento con una mano y abrió la oficina con la otra. Shinobu lo siguió adentro, luego sentado en el borde del sofá y mirándolo con ojos oscuros como los de un halcón mientras el quitaba la tapa.

    Este… no se veía para nada apetitoso.

    Tentativamente, el probo un bocado del curry, y palideció. El sabor era… raro. Como si hubiese sido preparado de forma equivocada, o diluido. Considerando lo pastoso que estaba, probablemente fue lo que pudo haber pasado.

    Su expresión lo delato, mientras Shinobu abruptamente se levantó y busco el bento. “Perdón. No es muy bueno. Lo haré mejor,” le dijo.

    Tan molesto como el mocoso era, Miyagi no era desalmado. El obviamente puso mucho esfuerzo en él, e incluso si la intención no fuera apreciada, solo tirarlo era un desperdicio.

    “No te preocupes. Se puede comer,” le dijo. “Lo comeré. Solo no te hagas ideas.” El tomo otro bocado, mastico, y tragó. Él había experimentado algunos desastres culinarios en sus días de soltero – Esto no era peor que aquellas cosas que había hecho entonces.

    Pero el inmediatamente se arrepintió, cuando vio el brillo en los ojos del chico.

    El comió tan rápido como pudo tolerarlo, lavando el sabor liberalmente con café.

    “Estaba pensando,” Shinobu dijo seriamente, “Que tal vez deberíamos pasar más tiempo juntos.”

    Miyagi suspiro. Él sabía que esto iba a suceder en el mismo momento en que el muchacho apareció en a su oficina con un bento casero en la mano – pero era mejor que ellos tuvieran esa conversación en la privacidad de su oficina que haberlo convertido en una pelea a gritos en el pasillo. “Ya te he dado mi respuesta. No va a cambiar, no importa cuantas veces lo pidas.”

    “Eso es porque no hemos tenido la oportunidad para conocernos apropiadamente,” Shinobu argumento. “Si solo me dieras la oportunidad, cambiarias de idea.”

    “Ya estoy en una relación,” Miyagi le señalo por la que será la milésima vez.

    “Esa es solo tu excusa.”

    Se había salvado de contestar gracias a una puerta abriéndose, y su propia pequeña nube de tormenta personal entro de repente. “¡Hiroki!” El dejo de lado el nombre cariñoso con Shinobu presente. Ese gato proverbial pudo bien haber salido del saco, pero el mantendría una negación plausible mientras podría.

    “Profesor,” le respondió, y luego frunció el ceño hacia Shinobu, quien a su vez se veía como si estuviera tratando de convertir sus ojos en láseres mortales. “¿Estoy interrumpiendo algo?”

    “No,” Miyagi se adelantó, incluso mientras Shinobu abría su boca para responder. Le devolvió la caja bento a él. “Gracias. Ahora tengo que volver a trabajar. ¿Y no tienes clases?”

    Aun con una mirada amenazadora hacia Hiroki, Shinobu acepto la caja de vuelta. “¿Al menos lo pensaras?” le pregunto.

    “Seguro,” Miyagi accedió, solo para sacarlo de la oficina. Una promesa vacía – él lo pensaría y aun sacar la misma conclusión, que era lo mismo que no pensar en eso para nada.

    Dándole a ambos una mirada suspicaz, el chico salió de la oficina. Tan pronto como la puerta se cerró detrás de él Miyagi se desplomo en su asiento. “Necesito un cigarrillo.” El rebuscándose por el paquete dentro de su bolsillo resulto estar vacío.

    Hiroki volteo los ojos, abrió un gabinete en la mesa al lado de él y le lanzo un paquete nuevo. “¡Ah, mi querido! ¡Tú eres todo lo que un hombre pudiera soñar!”

    “Eres un adicto,” Hiroki le señalo monótonamente, luego se dirigió a su propio escritorio. “¿De qué se trató eso? ¿Ahora es comer los almuerzos de una esposa amorosa?”

    “Oh.” Miyagi hizo una mueca, y se rio incómodamente. “¿Sabes de esas cosas, huh?”

    “Hn.” Hiroki no se oía muy impresionado.

    “Sabes que no estoy interesado, ¿Cierto?” Con Hiroki, no estaba de más aclarar el ambiente tanto como sea posible. Los malos entendidos con el podrían estar muy arraigados y complicarse rápidamente. Miyagi tenía la sospecha de que eso podría ser la fuente de su persistente animo actual.

    Hiroki frunció el ceño. “Claro que no. El mocoso tiene la mitad de tu edad.”

    Miyagi asintió, aliviado. Claro. Él no era un asalta cunas. Nadie cuerdo lo podría considerar.

    En lo que a él le concernía, ese era el fin del asunto.

    Shinobu, por supuesto, resulto ser más obstinado de lo que él había anticipado.



    ……………………..



    Hiroki fulminaba con su mirada al suelo.

    Miyagi se froto la nuca tímidamente. “En verdad lo siento. El decano…” Se encogió de hombros. “Ya sabes como es. Trate de evitarlo, pero…”

    “¿Ese… mocoso… se va a quedar aquí?”

    Él era una amenaza. Desde que ese delincuente apareció afuera de su oficina, él supo que traería problemas. Toda una vida de experiencia había adiestrado sus sentidos para este tipo de cosas.

    “¡Por dos semanas, eso es todo!”

    Hiroki suspiro, atravesó el vestíbulo. Abrió de un tirón el closet de linos, pesco su morral de viajes, y lo arrastro hacia la lavandería.

    “Hey, ¿Qué estás haciendo?”

    Hiroki se lo quedo mirando. El profesor tenía una lista de problemas de personalidad bien documentados, pero era la primera vez que cuestionaba su falta de cerebro. “Me voy de vuelta a mi apartamento, obviamente.”

    Miyagi tomo su brazo. “No seas así. El solo se va a quedar aquí. Él puede dormir en el sofá.” El vagamente le señalo al ladrillo en forma de L naranja que ocupaba la mitad de su sala. No era particularmente cómodo sentarse en él, mucho menos dormir en él. La compra de un matrimonio sin amor si es que llegaba a ver uno.

    Hiroki frunció el ceño y se soltó. “No me siento con muchas ganas de quedarme aquí viendo como un niño enfermo de amor se te adhiere como una lapa.”

    Inesperadamente, eso le hizo ganarse una amplia sonrisa. “Awww, ¡my sweet honey! ¿Estas celoso?”

    “¿Celoso? ¿¡De un mocoso adolescente?!” se enfadó.

    Tal vez celoso no era la palabra correcta. Tal vez estaba asustado. Él había empezado a sentirse cómodo, empezaba a sentirse como el otra vez, cuando el drama llego a invadir una vez más. El ya no estaba seriamente preocupado por las amenazas del mocoso – él se sentía seguro de que podría derrumbar el blufeo del chico –pero todo ese asunto le dejaba intranquilo.

    Miyagi se acercó y le golpeo con su dedo en la frente. Parpadeando el retrocedió.

    “Esas arrugas en el entrecejo,” le advirtió con una torcida sonrisa. “No quiero que arruines esa linda cara antes de que llegues a los treinta.”

    Hiroki solo frunció su ceño aún más.

    “Mira, ya he dado a conocer mi posición claramente a él. Si quedarse con nosotros por dos semanas es lo que necesita para aclarar su mente, al menos habremos terminado con ese asunto.”

    “Es molesto,” el murmuró, y sintió que la palabra no era lo suficientemente fuerte.

    “Lo se. Yo también estoy irritado. Pero estoy seguro que solo esta confundido.” Miyagi extendió las palmas de sus manos a modo defensivo. “Es solo un niño. Es obstinado, el alardea, pero está fuera de su liga. Cuando vea que yo no voy a cambiar de opinión, volverá corriendo a Australia, y todo se solucionara por sí solo.”

    Hiroki no estaba tan seguro.

    Después de todo hace siete años, el recordaba a otro persistente adolescente que no tomaba un no como respuesta.






    ¿Sera una buena idea??? Sera que Miyagi esta ablandándose con Shinobu, lo vemos muy seguro… Pero Hiroki ya sabe que pasa en estas instancias ¿Se repetirá de nuevo la historia??? Un Shinobu aparcado en la sala de un hombre mucho mayor que el que esta en una relación con su colega profesor… No lo se.. ¿Qué piensan ustedes? ¿Confian en Miyagi o Hiroki debe hacerle caso a su instinto??
    Para no perder la costumbre agradezco a Anne onodera takano por su comentario (Vamos a ver... ¿Que pasara ahora que vemos a un muy seguro Miyagi??? ¿Habra sido una pesima idea??? Lo veremos!!). Gracias a cualquier lector fantasma que se tropiece con esta historia, espero que estén disfrutando cada capitulo.
    Como siempre gracias por sus lecturas, en espera de que se animen a comentar en los próximos capítulos. Nos leemos en el siguiente!!! <3
  10. .
    (Nota del autor(a) Entra Shinobu. El es muy escurridizo para retratar, tuve que volver a ver muchos episodios del anime para intentar capturar a este personaje. Estuve algo sorprendide de como este personaje había cambiado a través del tiempo, el cual solo fue exacerbado por la interpretación del fandom sobre el. Se me hace parecido a Fuji del “Principe del Tenis” de esa forma.

    Hola!!! Lamento la demora, tuve algunos inconvenientes, algunos de salud que me impidieron teminar antes este capitulo. En las notas finales hay una aclaración sobre la traducción de un concepto. Como sea, me alegra subir un nuevo capitulo, esperemos que nos depara esta historia.



    Capítulo 6




    Toc, toc, toc.

    Inmerso en una investigación en su escritorio, Hiroki no escucho el golpeteo en su puerta hasta que su frecuencia e insistencia que se le asemejo a una estampida de elefantes. Rezongando, se alejó de su “referencia cruzada”, abrió la puerta y alegó, “¿Qué pasa?”

    Era un chico. Uno que se veía más joven que incluso sus estudiantes de primer año… Probablemente aún estaba en secundaria. Frunció su ceño. ¿Era jornada de puertas abiertas? Por supuesto era un poco pronto en lo que llevaba el año para eso…

    “Estoy buscando a Miyagi,” Dijo sin rodeos.

    Hiroki apenas contuvo su gruñido ante la ausencia de respeto al título – o de modales, para el caso – Pero a segunda vista había algo en las facciones del chico que se le hacia un poco familiar, así que a regañadientes lo dejo pasar. “Está dando clases ahora. ¿Eres un estudiante?” Él podría bien ser un chico prodigio, o tal vez solo verse más joven de lo que es.

    El negó con su cabeza, y no dio más detalles.

    Malditos niños…

    Como sea. Hiroki no se sentía con ganas de lidiar con eso, y quería volver a su investigación antes de que perdiera su lugar. Le dio un vistazo al reloj. “El debería volver en unos quince minutos, si vuelves para entonces.”

    El adolescente ingreso en la oficina. “Esperare aquí.”

    “No me refería-” Al demonio con eso. “¿Sabes qué? No me importa.” Hiroki estaba, por primera vez, de buen humor, incluso con la interrupción. El había dormido bien la noche anterior, estaba teniendo sexo regularmente, y había logrado un descubrimiento con su última investigación iniciando la semana. “Puedes leer cualquier libro en esos estantes a tu derecha, pero no toques ninguno de los pergaminos,” le advirtió, y se dirigió a su escritorio, farfullando en voz baja sobre cómo es de grosera la próxima generación.

    El chico se acomodó en el sofá, sentándose en una postura rígida y formal que contradecía totalmente su desfachatez. Estuvo silencioso por un minuto, Hiroki estaba apenas consciente de un par de oscuros ojos taladrándole en la parte de atrás de su cabeza.

    “¿Quién eres tú?” El chico preguntó.

    ¿Este mocoso no tenía modales? “Soy el Profesor Asociado de Literatura aquí.” No tenía ningún interés de compartir algo más que eso. “No me molestes, estoy trabajando.” Su buen ánimo estaba en serio peligro de desaparecer.

    Afortunadamente, el mocoso se mantuvo callado después de eso. Chico raro. Intenso. Pero Hiroki pronto fue capaz de voltear toda su atención de nuevo a su trabajo. Este proyecto estaba rápidamente tomando forma para enviarse para una publicación.

    Sin embargo, su paz no duro mucho. Quince minutos después en punto, Miyagi entro en la oficina con una sonrisa alegre. “My sweet honey, Vooolv- espera, ¿Shinobu?”

    Así que el conocía al chico al menos – tal vez era un familiar. Hiroki no había pensado en preguntar, y se sentía culpable sobre eso ahora.

    “¿Cómo estás?” Miyagi pegunto. “Pensé que estabas... Estudiando en el extranjero o algo así? ¿En un intercambio?”

    Shinobu fijo su mirada en el Profesor con una incómoda intensidad que le recordaba a Hiroki a un hombre hambriento llegando a una mesa de banquete. “Australia.”

    “Cierto, cierto.” Miyagi soltó su mochila en la mesa. “¿Entonces que te trae aquí?” Allí había un significado detrás de ese énfasis que Hiroki no pudo comprender bien. El más o menos se había rendido en tratar de concentrarse por el momento, aunque por cortesía simulo aun estar concentrado en su trabajo.

    “Necesito hablar contigo.”

    Viéndose perturbado hasta ese momento, Miyagi asintió. “Claro, claro ¿De algo en particular? Ponte cómodo. ¿Te puedo traer algo de agua, o un café?”

    Shinobu lanzo una mirada directa a Hiroki. “En privado.”

    Hiroki abandono toda pretensión de no estar poniendo atención y le devolvió la mirada frunciendo el ceño.

    Podría haberse tranquilizado si el mismo Miyagi no pareciera tan confundido. “…Okay. Podemos ir a uno de los cafés del campus supongo.” El lanzo una mirada a su colega y encogió los hombros. “¿Te vere después Hiroki?”

    El asintió. La mirada de Shinobu se intensificó. Luego Miyagi se dirigía a la puerta y el mocoso no pudo sostener más la mirada si quería alcanzarlo.

    La puerta se cerró, y la oficina cayo en un silencio misericordioso una vez más.

    Hiroki frunció el entrecejo, y retorno a su investigación. Por alguna razón, un horrible presentimiento se instaló en él.

    Lo peor de todo, su buen humor se había ido, y su concentración ahora se había roto por completo.



    ………………….



    Miyagi miró al estudiante de secundaria sentado frente a él sin dar crédito.

    “¿Sabes de lo que estás hablando? Tengo treinta y cinco años, sabes. Espera, ya entiendo. Esta es una broma.”

    “¿Tú crees que volaría desde Australia hasta aquí por una broma?

    …Eso era frustrantemente lógico. Y no hacía que la situación fuera un poco menos incómoda.

    “Mira, Estoy seguro que es muy estresante estar en otro país, que tiene comida que no te gusta, donde no hablas el mismo idioma. No estás pensando bien.”

    “Me he sentido así desde entonces.”

    Cierto. En ese momento ellos habían tenido una reunión familiar formal. Miyagi sinceramente había olvidado sobre eso hasta que Shinobu lo trajo a recordación.

    “Es el destino,” Shinobu dijo. El seguía mirando a la superficie de la mesa, rehusándose a levantar la mirada.

    Miyagi sintió que una enorme jaqueca iba a aparecer.

    “¿Qué quieres que haga sobre eso entonces?”

    Por fin, el levanto su cabeza y se encontró con sus ojos. “Tomar responsabilidad.”

    La jaqueca se hizo rápidamente más aguda.

    Miyagi suspiro, y apagó lo que sería su quinto cigarrillo en esa hora. El no pudo siquiera usar la excusa de no estar interesado en ese género – había caído a los pies de Hiroki con bastante facilidad. En realidad, eso era algo. "Mira, incluso si esto no fuera absolutamente ridículo, no puedo hacer eso. Estoy en una relación."

    Los ojos de Shinobu se agrandaron. “¿Tan rápido?”

    “Está empezando, y el divorcio termino hace unos meses,” Miyagi señaló. “Risako también se consiguió un nuevo novio.”

    Shinobu ni siquiera pareció registrar la mención de su hermana, estrechando su mirada con suspicacia. “¿Es él, cierto? Ese hombre en tu oficina.”

    El chico era perspicaz cuando le convenia. En este caso, tal vez era su culpa por repartir apodos cariñosos como dulces gratis. “No importa quién es. No es tu asunto.”

    "¿Qué no lo ves? La escuela acabo. Escuche que estabas divorciado. E incluso terminaste siendo... siendo..."

    El chico no podía siquiera decirlo. Él se saltó la palabra, con la cara enrojecida, y fijó a Miyagi con una mirada obstinada. "Son pruebas. Es el destino."

    Miyagi casi se hundió en su silla. “¿Eso es lo que llamas destino?” murmuró.

    Los jóvenes en estos días… El no tenía ni idea de lo que él estaba pensando.

    El agarre de Shinobu se apretó alrededor de su bebida hasta que sus nudillos se tornaron blancos. "No me voy a rendir."

    Miyagi sacudió su cabeza, y lanzo el dinero suficiente en la mesa para pagar por los dos. “Terminé aquí.”



    ……………………..



    Hiroki casi se había olvidado del mocoso que había invadido su oficina. Miyagi había retornado de su encuentro viéndose inusualmente agitado, pero después de escuchar que el chico era el hijo del decano, tuvo sentido para Hiroki quien no preguntó más. Sin duda, tenía que ver algo con Risako, y estando en la posición de ser el nuevo amante, tuvo cuidado de hilar fino en el asunto.

    Pero estaba completamente desprevenido cuando volvió de sus clases de la tarde tres días después al encontrarse al mocoso de cabellos color arena en su silla.

    Su primer impulso fue el de echar al pequeño sinvergüenza fuera de su oficina y darle una sólida regañina por si acaso. Pero el chico era el hijo del decano, y aun más importante, el excuñado de Miyagi, así que se contuvo. “¿Puedo ayudarte?”

    Si su tono fue un poco áspero, bueno no pudo evitarlo.

    El mocoso lo miro por un largo tiempo. Hiroki espero impacientemente, tamborileando su pie en el suelo. Tal vez el chico tenía dañado el cerebro. Incluso sus idiotas estudiantes de primer año lograban emitir algún tipo de respuesta cuando es solicitado. ¿Cuál era su nombre? ¿Shinobu?

    “…No puedes tenerlo.”

    Hiroki hizo una pausa. “¿Disculpa?”

    “Miyagi,” el chico repitió. “No puedes tenerlo.” El tono de su voz no daba pie a la duda sobre a que se estaba refiriendo.

    ¿Miyagi le había contado sobre su relación? ¿Era estúpido? Hiroki no estaba exactamente avergonzado sobre ser gay, pero él era discreto, ¡Y lo último que quería era que su vida personal se convirtiera en el tema favorito para el cuerpo estudiantil!

    “Mira, mocoso,” profirió, dejando caer su maletín en el sofá de la oficina y guardando con cuidado uno de los libros viejos de tapa dura que había traído para leer, “No creo que eso sea de tu incumbencia.”

    “Me concierne.” Shinobu entrecerró los ojos. “Mi padre es el Decano, ¿Sabes?”

    Allí había una capa de amenaza implícita que hizo que la sangre de Hiroki hirviera incluso si sus huesos se hubiesen convertido en hielo.

    “¿De cualquier forma, por qué te interesa tanto? El Profesor y tu hermana no van a volver a estar juntos, no importa cuánto le ruegues.”

    “¡Eso no es lo que quiero!” El chico exploto.

    La vehemencia en su respuesta hizo que Hiroki pausara. Y con eso, vino la revelación.

    “Estas bromeando,” le dijo sin emoción. “¿Tu y Miyagi?”

    Un débil tinte rojo floreció en las mejillas del chico, pero su mirada se mantuvo estable. “Es el destino.”

    “No me hagas reír. No existe tal cosa.” Los niños de estos días – ¿De dónde sacan esa mierda romántica? “¿No debería Miyagi poder opinar sobre esto?”

    “El accedería, si no fuera por ti.” El chico tuvo las agallas de sonar tan confiado sobre eso.

    “¿Siquiera eres mayor de edad?” Hiroki le señalo con ponzoña. “Ya ríndete mocoso. Escucha lo que te digo – Una diferencia en edades tan amplia nunca funcionara.”

    “La edad no importa si se trata de amor verdadero.”

    En verdad era uno de esos ingenuos románticos. Ciertamente no se veía de ese tipo.

    Hiroki sacudió su cabeza, y empezó a sacar los trabajos de ese día de su morral para calificarlos. “Tienes mucho que aprender, niño.” Luego se sentó en el sofá y comenzó a organizar los papeles frente a él.

    “¿Me estas ignorando?” Shinobu le reclamo.

    “¿Qué te parece? No tengo tiempo para complacer las ilusas fantasías de un niño de secundaria.”

    “¡Soy el hijo del Decano!”

    “No significa que puedas tener privilegios especiales conmigo.” Hiroki se puso sus anteojos para lectura y levanto la primera hoja de la pila, determinado a no darle ninguna atención al mocoso. Porque sinceramente, el chico estaba teniendo privilegios – alguien más seria víctima de que le lanzaran algún artículo de papelería hacia ellos para ese instante y una reprimenda que no olvidaría tan pronto.

    “Le diré sobre ti.”

    Hiroki hizo una pausa, la amenaza hecha recién volvía a su mente. Despacio, bajo el papel que tenía en sus manos y entrecerró su mirada. “¿Qué es exactamente lo que estas sugiriendo?”

    Shinobu cruzando sus brazos. “¿Qué es más importante para ti? ¿Miyagi, o tu carrera?”

    Este mocoso no estaba tratando en serio de chantajearlo ¿Cierto? “Intenta exponernos, ¿Sabes? Se vería peor en Miyagi que en mí,” Hiroki le señalo.

    Shinobu no sonrió o siquiera sonó presumido. “No tengo que hacerlo. Él no tiene que estar involucrado.”

    “Bien, de cualquier forma, buena suerte probando que soy gay, idiota,” Hiroki le atacó, los ensayos ahora habían quedado completamente olvidados en la mesa de centro. “Y de cualquier forma no voy a ser despedido por eso. Debes empezar a actualizarte.” El no conocía al Decano tan bien, pero Miyagi le había asegurado que cuando se dio cuenta que su colega era gay que los empleados de la Universidad no estaban molestos al respecto. Especialmente no así en los departamentos de ciencias sociales.

    “Todo lo que tengo que decir es que tengo información personal.” Sus ojos oscuros relucieron. “¿A quién le creerán? ¿A mí o a ti?”

    Hiroki se congelo ante la implicación.

    Él podría intentar negarlo hasta la muerte, y no importaría. Incluso si el mocoso no fuera hasta las últimas consecuencias, y después afirmara que era una especie de amor desventurado y totalmente consensual, La reputación de Hiroki seria mancillado. No importaba que tan progresivo pueda ser el Decano, el seria despedido de Mitsuhashi solo para alejarlo de su hijo. Él ni siquiera era de planta. Él tendría que empezar el proceso otra vez en otro lado, ¿Y las opciones de conseguir otro departamento cercanamente tan bueno después de haber sido desechado en otro lado? Casi nulas. El estaría condenado eternamente a enseñar literatura de secundaria de apoyo en un Instituto de formación comunitaria* apenas acreditada, sin ninguna esperanza que su listado de investigaciones pueda ver una publicación.

    “Por supuesto,” Shinobu dijo, “Si te rindes con Miyagi, No diré nada.”

    “El fraude y la difamación son ilegales ¿Sabes?” Hiroki le contesto, pero su voz se oía áspera, y débil, y la odiaba por traicionarlo. “Te meterás en muchos más problemas que yo.”

    “No me rendiré,” el chico dijo, y se levantó de su silla. “Tu determinación nunca se comparará con la mía.”






    Bueno…. Llego Shinobu el “mata repollos”, un chico que en primera instancia cae pesado y parece medio toxico con esas bajezas para sacar al Hiroki (Tal vez demuestra su inmadurez) y es tan diferente al Shinobu de mi Fanfic … (sigh… No me pregunten como voy con el siguiente capitulo de mi titánico Fanfic (llora)) pero como sea Hiroki trata de ser el mas compuesto… Pero… ¿Podra soportar ahora a un mocoso que amenaza con querer acabar con su recién re-obtenida tranquilidad? Esperemos a ver que pasa con Miyagi, parece muy decidido a no lidiar con un muchachito loco, pero tampoco veo a Shinobu querer detenerse??
    Adjunto un item como aclaratorio señalado en la traducción:
    * En ingles decía “community college” y buscando su traduccion hay hilos e hilos de disertación y debate sobre el termino exacto ya que es algo que se ve en Estados Unidos, mas no exactamente en Latinoamerica, se refiere a un instituto de formación superior, no exactamente una universidad, tampoco una academia, tampoco un colegio… Pero tambien pertenece al ramo de la educación superior pero no al nivel de una universidad, por eso no es tan costosa como esta.
    Finalmente agradezco a Anne onodera takano (el mal presentimiento no se esfuma con este episodio pero ciertamente el panorama se ve... Incierto??) y alicia gonzalez (gracias por tu paciencia, si tuve un par de inconvenientes pero aqui estoy!!) Me alegrara saber como recibes este capitulo. Tambien a mis lectoras fantasma, espero poder saber de ustedes si la historia les gusta o no, aun asi recibire cualquier comentario con cariño.
  11. .
    Hola a to@s!!! Vuelvo con otro episodio de “A(r)mour”, en la anterior entrega vimos que puede que haya un camino diferente para nuestro “demonio Kamijou”… Las cosas están yendo muy fluidamente… Tal vez demasiado bueno para ser verdad ¿No?... Veamos que nos depara los siguientes capítulos. Gracias por tomarse el tiempo de leer y espero les guste este episodio:


    Capítulo 5




    Por primera vez en muchas semanas, Hiroki no se despertó solo.

    Por un largo minuto su cerebro dormido estaba convencido que todo el mes pasado había sido un horrible sueño, y que era la calidez de Nowaki la que percibía en su espalda y que era el brazo de Nowaki el que estaba colgado sobre su costado.

    Excepto que los hombros de Nowaki no eran así de amplios, y que su brazo no era tan pesado, y que no traía ese ligero olor a cigarrillos.

    Ahí fue cuando la memoria sobre la noche previa se precipito de regreso con total claridad, y él se quejó.

    ¿En qué rayos había estado pensando? ¡Dios, ni siquiera habían estado bebiendo!

    El sonido pareció haber despertado a Miyagi, mientras el brazo alrededor de su cintura se apretó, y una cálida bocanada de aliento le hizo cosquillas en los pelos de la nuca. “¿…Kamijou?”

    El Profesor se oía casi confundido, pero no parecía inclinado a alejarse.

    “Eres un cretino,” él dijo, a pesar de que no había un real fuego en esas palabras. “¿Te aprovechaste de mi por mi despecho?”

    “Has estado deprimido durante semanas. Ya deberías haber superado la etapa de despecho.” La voz de Miyagi era ronca por el sueño y arrastrada por la pereza. “Además, lo disfrutaste, ¿Cierto?” Su sonrisilla era positivamente indolente.

    “Estas en el rango de aficionado. No voy a poder sentarme apropiadamente todo el día,” Hiroki refunfuñó. El adolecía de algo ferozmente. Y no era de poca misericordia el que no tuvieran que impartir clases ese día.

    El ceño de Miyagi se frunció. “Lo siento. No estaba pensando.” Ninguno de ellos lo hizo. “¿Esta así de mal?”

    “Viviré. Pero no pensé que pudieras ser gay," murmuro Hiroki, rodando sobre su espalda. Seguro, el profesor siempre estaba coqueteando con él y abrazándolo y haciéndole bromas lascivas, y estaba esa ocasión cuando el volvió de la lluvia, pero eso fue...

    Miyagi se encogió de hombros, y se arrastró a si mismo hasta sentarse, con las sábanas reuniéndose alrededor de sus desnudos muslos. "No lo soy."

    ...Ese era Miyagi en negación. El sujeto debe haber sido bisexual y estar completamente inconsciente de eso. Aun inconsciente de eso, aparentemente. "¿Entonces como explicas esto?" Hiroki le pregunto suspicazmente.

    Su sonrisa se tornó lasciva. “Yo podre estar poniéndome viejo, pero aún tengo una libido saludable ¿Sabes?”

    Treinta y cinco no es estar viejo. Especialmente no cuando el hombre en cuestión actuaba más juvenil que él la mayoría del tiempo.

    “Idiota. No soy un paseo gratis. Si estás tan mal, deberías haber contratado a una prostituta.”

    “Oi, Kamijou,” Miyagi protesto. Él se agacho, alborotando su cabello, para luego con cariño apartándolo de sus ojos. “¿Piensas tan poco de mí? Te hare saber que soy muy selectivo.” Sus dedos se detuvieron en su cabeza, aun enredados en sus cabellos, un peso terrible que tiraba de su alma como cadenas de hierro.

    “Deje de convertir todo en una broma, Profesor.” Le miro mal, apartándole la mano.

    Sin embargo, el Profesor no estaba llevando su usual sonrisilla de ojos brillantes. Su expresión se había tornado seria, endurecida… la clase de gesto que solo llevaba cuando se trataba de trabajo. Era el Miyagi que admiraba cuando había elegido inicialmente a Mitsuhashi para seguir con sus estudios. La silenciosa pasión en su mirada, su ingenio agudo, y su enfoque tipo láser, reservado enteramente para su campo de estudio. No había podido ver a este Miyagi con frecuencia, pero cuando lo hacía, le quitaba el aliento, y él se sentía de nuevo como un idiótico joven estudiante de primer año.

    “No estoy bromeando.” El saco un cigarrillo del bolsillo de su camisa – que estaba envuelta en la mesa de noche – y la encendió. Hiroki estaba muy hipnotizado por el cambio de postura para invocar cualquier amonestación. “Yo solo he tenido une que otre amante antes de mi matrimonio, ¿Sabes? El sexo casual no es lo mío. Y no cualquiera me gusta.” Sus dedos encontraron el camino de vuelta a su cabello, asentándose allí como si su cabeza fuera el reposamanos personal de Miyagi.

    Hiroki podía escuchar la historia en esas palabras, pero no pregunto.

    Él había tenido su propia historia, después de todo. La mayoría de ella mala. Akihiko, Shinoda, Haruhiko… Nowaki ahora, también. El no querría hablar de ella tampoco.

    “…No necesito tu lastima,” Hiroki eventualmente murmuro en el intenso silencio.

    Miyagi bostezo, y le alborotó el cabello una última vez. “No soñaría con tenerte lastima.” El retiro las cobijas de encima. “Pero tu necesitas desayunar.”


    .………………….


    Hiroki había estado seguro que iba ser cosa de una sola vez.

    Miyagi estaba disfrutando mucho desengañarlo de esa noción.

    “¿Estás aquí de nuevo?”

    Miyagi alegremente le empujo su acostumbrada ofrenda de comida para llevar en los brazos del hombre más joven. “Apenas te vi hoy en todo el día.”

    “¿Y cómo esto está relacionado?”

    Su superior le sonrió, se inclinó hacia él, y le dio un pico en los labios. Hiroki espurreó y se limpió la boca, e inconscientemente le dio a Miyagi la oportunidad de adentrarse y retirarse los zapatos antes de que cualquier seria protesta pudiera ser ejercida.

    “¡Eso fue totalmente inapropiado! ¡Sabes que trabajamos juntos!”

    “No estamos en el trabajo ahora,” Miyagi le indico alegremente, poniéndose cómodo en la sala. “Además, tomo mi trabajo muy en serio.”

    Hiroki apretó los dientes, pero no pudo recolectar un buen argumento en contra. El coqueteo típico de Miyagi podría haberse intensificado un poco, pero en el momento en que cualquiera de ellos tenía algún trabajo real que hacer, todo era como siempre. Por mucho que el Profesor tratara todo como una broma, era refrescante ser recordado de que él tomaba su trabajo seriamente.

    Claro que lo hacía. De otra forma él nunca se hubiera ganado el respeto de Hiroki a regañadientes.

    No significaba que no fuera una mala idea involucrarse con su superior. Era la peor. No tenía exactamente un gran historial con las relaciones, y empezar otra tan pronto parecía listo para el peligro. Que tenía la capacidad de afectarle la única parte de su vida que él consideraba sagrado, la única parte que lo mantenía cuerdo…

    Pero una vez que Miyagi tuvo la lengua dentro de su boca, se hizo muy, muy difícil recordar esas preocupaciones.

    Maldito sea ese hombre por besar tan talentosamente.

    “Siéntate,” Miyagi le ordeno. “Come.”

    De alguna forma petulante, el accedió – más que nada porque él había aprendido para entonces que Miyagi podía ser tanto infinitamente paciente como infinitamente molesto cuando se comprometía a entrometerse.

    “Nunca habría pensado que serias del tipo mama gallina,” le ironizó

    “No lo soy. No soporto a los niños,” fue la respuesta impertinente.

    Eso los hacia iguales.

    El atacó su comida con vigor, no tanto por interés en comer sino más que nada para terminarla lo más pronto posible. Era mejor que tener a Miyagi tratando de alimentarlo, o tratando de ponerlo en la cama… especialmente desde que había un aparte de el que empezaba a sospechar que el viejo estaba cansándolo deliberadamente cada noche.

    Miyagi trato de persuadirlo a conversar, como era normal, pero Hiroki no se sentía con ganas esa noche. Además, él estaba determinado a no dejar que eso se volviera más complicado de lo que ya era, y una vez que empezaban a hablar del trabajo el inevitablemente bajaba la guardia y entonces el profesor – Aun insistiendo que no era gay – empezaría a manosearlo y robarle besos y Hiroki se encontraría a si mismo dejándose llevar con eso. Porque por ese corto momento, él podía dejar de pensar y solo olvidar sobre Nowaki y su desastrosa vida. Ese tipo de confort físico podía ser adictivo.

    “Fuuaaa, estas tan hosco hoy.” Miyagi bostezó, dejando a un lado el ahora vacío recipiente de comida para llevar. “Vas a adquirir esas arrugas en el ceño si no te cuidas.”

    “Sabes, no tienes que estar aquí aguantando mi compañía,” Hiroki le gruñó. “Sigues viniendo hasta aquí, metiendo tu nariz en los asuntos de otras personas y durmiendo en sus casas y trayendo comida, y luego te quejas de eso. ¿No tienes un lugar propio donde quedarte?”

    “Tienes razón,” Miyagi concordó.

    Hiroki hizo una pausa. Concordar no había sido la respuesta esperada.

    “¡Seria mucho más simple si solo te vienes y te quedas conmigo!”

    “¿...Qué?”

    El profesor casi saltó sobre sus pies, con más entusiasmo juvenil del que cualquier académico de treinta y cinco años debería haber tenido. “¡Pero qué gran idea! ¡No sé por qué no lo había pensado antes!” Se dirigió al pasillo hacia la habitación. Hiroki se quedó luchando para levantarse de la mesa para seguirlo. Cuando lo pudo alcanzar, Miyagi estaba alegremente sacando una bolsa de lona de su armario y tirando ropa dentro.

    “¡Oye! ¡No le esculques las cosas a los demás! ¿Qué estás haciendo?”

    “¡Empacando, por supuesto!” El rebuscó en el armario. “Hmm, no, no necesitas esto, no necesitas esto… definitivamente necesitas esto…”

    “¡No accedí a nada de esto!” Irritado, le arrebato las prendas. “En serio ¡Y no solo tire las cosas por todas partes Profesor!” El empezó a doblar los pantalones y organizarlos apropiadamente, olvidando que se suponía que no debería estar siquiera empacando.

    “¿Por qué no? ¡Es una grandiosa idea! Tengo una cama más grande, un apartamento más amplio, y vivo más cerca de la universidad. Y obviamente no puedes arreglártelas por tu cuenta.” Le señalo la bolsa de basura que estaba en el pasillo. “Ni siquiera has estado sacando la basura.”

    “¡Es solo la de ayer!”

    Miyagi simplemente desapareció en el baño, y reapareció con sus brazos llenos de artículos de aseo que dejo caer en la colcha. “¿Sabes? Así es como se empieza. Olvidas la basura un día, luego se vuelve una semana, y después antes de que te des cuenta, te has convertido en un recluido.”

    “¡No me voy a convertir en un recluido!” Hiroki objetó. “¿Y qué estás haciendo? ¡Sacaste la mitad de lo que hay en el baño! ¡No necesito nada de esto!” El recogió su cepillo de dientes y su champú y los devolvió al gabinete de medicamentos.

    Así fue como Hiroki de repente se encontró a si mismo quedándose en el apartamento de Miyagi.


    …………………


    “¡My sweet honey!” Miyagi apenas abrió la puerta de la oficina le tacleo/placó. “Yo sé, yo sé, apenas puedes quitarme las manos de encima, ¡Pero no te emociones demasiado! Solo olvide mis notas para la próxima clase ¡Ah, allí están!” Con un brazo aun abrazado alrededor del profesor asociado, él se agacho y las arrebató de su mesa.

    “¡Profesor!” Hiroki le siseó.

    “¿Hm?” Miyagi solo hasta entonces pareció notar al invitado en la oficina, y rápidamente abandonó sus ostentosas insinuaciones. “¡Oh! Es tu amigo. No me pongan atención, ya estoy de salida.” El inclino la cabeza a Akihiko, luego le revolvió el cabello a Hiroki una vez más antes de salir de la oficina, rebuscándose un cigarrillo, sosteniendo sus papeles y tratando de abrir la puerta, todo al mismo tiempo. De alguna forma lo consiguió y la oficina se silenció una vez más.

    Akihiko frunció el ceño pensativamente a la espalda de Miyagi. El autor y el profesor ya se habían cruzado antes, después de todo – Akihiko entraba de rondón en su oficina con mucha frecuencia – pero nunca habían interactuado más allá de intercambiar nombres y ocasionalmente cigarrillos. “Es no es el mismo tipo con el que andabas.”

    “No,” Hiroki dijo. No había sentido en negar la naturaleza de su relación. Su amigo de la infancia era demasiado agudo cuando se trataba de alguien más que no sea el mismo.

    Akihiko le enarco una ceja de forma expectante.

    Hiroki suspiró, y volvió a esculcar los gabinetes, como había estado haciendo antes de haber sido dramáticamente interrumpido. “Si debes saberlo, rompimos.”

    “Con el que era ridículamente alto, ¿Cierto?”

    “¡Como si tu pudieras acusar a otros de ser ridículamente altos!” Hiroki no era exactamente bajo, pero ciertamente se sentía así ciertos días. ¿Cómo rayos fue que termino siendo rodeado de gigantes?

    Akihiko hizo un pequeño sonido de interés con su garganta. “¿Entonces que paso?”

    Y las personas lo acusaban de ser imprudente/grosero.

    Rígidamente, Hiroki le comentó, “Es difícil seguir viviendo con alguien que te engaña.”

    El esperaba alguna replica ingeniosa, tal vez alguna observación filosófica, y posiblemente algunas preguntas inquiriendo sobre su bienestar, pero por primera vez, Akihiko permaneció silencioso.

    Hiroki finalmente localizo el libro que había estado buscando, y se lo empujo al novelista. Akihiko lo tomo con cuidado, como si estuviera hecho de cristal en vez de papel, y lo sostuvo ante su mirada por un largo momento.

    Extrañamente, sus ojos estaban brillantes de comprensión y empatía.

    Hiroki volvió a su escritorio para revisar su planificador de clases. Akihiko se acomodó a sí mismo en el sofá.

    Ellos no hablaron por el resto de la tarde.


    …………………


    Miyagi se abotono su camisa mientras caminaba por el pasillo, fresco y espabilado por su ducha matutina.

    El pauso justo pasando la entrada de la cocina, disfrutando de la imagen que aún no perdía la novedad.

    Era esa clase de escena sobre la que los poetas escriben. Teniendo a Kamijou sentándose en la mesa de la cocina, disfrutando de una taza de humeante y fragante café, su cabello oscurecido por estar húmedo por la ducha que se había tomado y las gotas de agua resbalando por su cuello, solo para ser atrapados por la suave toalla de algodón que colgaba en sus desnudos hombros…

    Esto, Miyagi decidió, había sido una de sus mejores ideas.

    “¡My sweet honey! ¡Buenos días!” Él se internó en la cocina y se inclinó para atrapar a su colega en un abrazo.

    Allí estaba el parpado crispado. “Profesor…”

    “¿Que? ¿Sin beso mañanero?” Miyagi se burló, luego rápido como un relámpago, le robó uno de la esquina de su boca.

    Kamijou espurreó, pero sus mejillas estaban sonrosadas. Miyagi sonrió y batió una rauda retirada, antes de que las protestas del profesor asociado pasaran de avergonzadas, pero secretamente complacidas a absolutamente irritadas.

    Miyagi estaba aprendiendo rápidamente exactamente dónde estaba el límite y se deleitaba en burlarlo en cada oportunidad.

    “¡Y una jarra de café caliente ya esperando por mí!” declaró con exagerado deleite. “¡Esto debe ser verdadero amor!” Se ocupo a si mismo sirviéndose una taza, tarareando una alegre tonada en voz baja.

    Kamijou refunfuñó algo ininteligible, pero casi con seguridad insultante. Miyagi sonrió un poco más ampliamente. Su profesor asociado estaba comportándose más como él mismo cada día que pasaba. “¿Ya has comido, Kamijou?”

    “…No tenía hambre.” Había algo de petulante en su tono de voz.

    “El desayuno es la comida más importante del día ¿Sabes? Vamos, te hare algo.” La cocina se invadió de sonidos del traqueteo de platos y de puertas de puertas de alacenas siendo cerradas. En poco tiempo, dos platos preparados fueron introducidas en la mesa del comedor.

    “… ¿Tostadas?” Kamijou se veía incrédulo.

    “¡Oye! Soy un soltero. No hay verdadero sentido en aprender a cocinar algo más elaborado si no tienes a quien cocinarle.”

    Los ojos de Kamijou se detuvieron brevemente en la foto que se erguía encima del librero como para disputar contra ese argumento, pero no preguntó, en vez de eso se ocupó a si mismo con ponerle mantequilla en su tostada. “…Al menos no está quemada, supongo.”

    Miyagi apreció la discreción. Discutir sobre su antigua maestra era algo para lo cual aún no estaba preparado para hacer.

    Especialmente con Kamijou. Él era su maestra reencarnada – Su intenso amor por la literatura, su fiero temperamento, sus incomodas negaciones y su imperfecta armadura. La semejanza en sus manierismos era irreal algunas veces. Incluso ligeramente se parecían físicamente.

    Él simplemente veía como Kamijou era totalmente su tipo – a pesar del pequeño detalle de su género. Pero, su colega tan sensitivo como estaba en ese momento, probablemente solo lo vería como una sustitución.

    Miyagi se puso sombrío ante ese pensamiento, sorbiendo su café en un silencio pensativo. El aun encontraba a su subalterno llorando, algunas veces – lagrimas silentes en el baño o en la habitación, cuando este creía que estaba solo y nadie se daba cuenta.

    Pero tal como cuando Kamijou veía la foto en el librero, Miyagi sutilmente nunca decía nada al respecto. Ellos eran hombres adultos. Ellos tenían sus propios secretos, y su orgullo.

    “¿Qué hay de ti, Kamijou?” le preguntó, curioso. “¿Sabes cocinar?”

    El respondió con un gruñido, luego después de un momento añadía, “Soy suficientemente bueno, pero no tanto para presumir. Nowa-” Se corto a sí mismo, sus ojos se vidriaron al recordarlo.

    Miyagi tomo otro sorbo de su café – que ya se estaba volviendo tibio para entonces – y lo esperó.

    Pronto, Kamijou se sacudió y rápidamente cambio de tema. “Oye,” murmuró, sonrojándose ligeramente aun si tenía la vista fija en los restos de la tostada a medio comer. “Estaba pensando… Si vamos a estar… así… entonces…”

    “¿Entonces…?” Miyagi le daba pie.

    Las palabras se tropezaban ante el apuro, como si cuanto más rápido pasaran, más rápido podría dejarlos atrás. “…Entonces tú también podrías llamarme por mi nombre.”

    Miyagi sonrió. Todo está en las pequeñas victorias.


    …………………


    De alguna forma, se sentía como si se estuviera encarrilando de nuevo.

    Lo cual no parecía tener ningún sentido para Hiroki, ya que parecía estar atascado en algún limbo inmobiliario. Por los últimos dos meses él había estado más o menos viviendo en el apartamento de su superior. El aun pagaba todas las facturas por su cuenta, volvía ocasionalmente al suyo para recuperar algunos libros en particular, recoger el correo y llevarse algunas mudas más abrigadoras mientras el clima empezaba a cambiar, pero raramente dormía o comía allí. Se había convertido en una bodega de almacenamiento glorificado.

    “Deberías solo mudarte conmigo,” Miyagi le sugirió. “Estoy seguro que puedo encontrarle una habitación a todos tus libros aquí en alguna parte.”

    “¿Y que terminen oliendo a cigarrillos en una semana? No gracias,” Hiroki se burló.

    Habiendo dicho eso, era impráctico, teniendo todo otro apartamento que apenas usaba. Tal vez era paranoia, o algún valor sentimental persistente. Como cuando el mantuvo su apartamento previo por todo un año, por si de casualidad Nowaki podría volver y necesitara encontrarlo.

    Lo cual no tenía mucho sentido en esta situación. Si tenía que ser lógico al respecto, deshacerse del lugar o al menos mudarse a uno más pequeño, sería la reacción apropiada. Despojarse de los recuerdos y cortar esa vía de contacto con su ex pareja. Y aparte ahorrar algo de dinero.

    Miyagi se encogió de hombros y dejo el tema, dirigiendo su atención de vuelta a su libro. Ellos estaban sentados en el horriblemente incomodo sofá en forma de L, Hiroki con sus anteojos para leer posados sobre el puente de su nariz mientras examinaba cuidadosamente la pila de entregas para calificar que había traído consigo. Miyagi se había tumbado a su lado con una novela, gradualmente migrando hasta que termino con su cabeza encima del muslo de Hiroki. “Eres demasiado flaco,” le comentó, removiéndose en su lugar. “Estas en los puros huesos.”

    “Disculpa por ser tan incomodo,” Hiroki se quejó. “¿Sabes? Tú tienes otras dos sillas y el resto del sofá para sentarte.”

    “Aun así eres más cómodo. Ah, No sé porque accedí a comprarlo sin haberlo probado antes.”

    Hiroki puso sus ojos en blanco, y volvió a revisar sus registros con las calificaciones marcadas. Esta es la primera clase de estudiantes de tercer año de la tomaba cargo – habiendo sido manejados exclusivamente por Miyagi en el pasado – y estaba poniendo el doble de esfuerzo para asegurarse de ser minucioso con sus observaciones.

    Ahora él ya podía incluso pasar todo el día sin pensar en Nowaki. Con la seguridad del tiempo y la distancia, él podía ver que era para mejor. Siempre había sentido esa tensión en su relación – un profesor asociado y un estudiante donde ambos estaban en muy diferentes etapas de sus vidas. Nowaki había sido impaciente para alcanzarlo, y de ninguna manera Hiroki lo habría dejado alcanzarlo. A Nowaki en verdad le agradaban los niños, quería una familia, y Hiroki no podía sopórtalos. Nowaki era pura fisicalidad, abiertamente afectivo, y le gustaba salir al parque, e ir a caminar, o practicar deportes, mientras Hiroki estaría feliz con solo estar encerrado en una biblioteca con una pila de libros todo un fin de semana y vacilaba incluso de tomarle la mano en público.

    Su relación habría muerto eventualmente debido a esos miles de pequeños cortes incluso si Nowaki no hubiese encontrado alguien más. De alguna forma, esto podría haber sido una misericordia.

    Aun así, hubiese deseado que su ex pareja le hubiese dejado romper en sus términos. Entonces cuando él hubiera querido, y tomo la decisión de dejarlo ir. Pero él no quería ser ese tipo de hombre que constantemente miraba al pasado con esos “hubieras” y “tales veces”. Esto era la realidad. Él no podía ponerse melancólico y desanimado y consumirse como un cachorro abandonado enfermo de amor en un trágico cuento infantil. Él estaba listo para seguir adelante y aceptar el presente y poner todo ese sórdido asunto y todas sus malas decisiones en el fondo de su mente.

    El dio una mirada al profesor usando sus piernas como una almohada con el rabillo del ojo.

    Si él estaba siendo honesto, era solo gracias a Miyagi de que él había llegado a este punto tan pronto. Su gratitud era profunda, y Hiroki tenía que admitir que ya no era solo era confort y lujuria y respeto por la grandeza académica lo que lo retenía allí. En algún lugar en la mitad de ese complejo embrollo de emociones, había nacido un afecto genuino, cuando él estaba seguro que ya no era capaz de sentirlo.

    Así que, por supuesto justo cuando el empezaba a recuperar algo de confianza, justo cuando el empezaba a sentirse cómodo, un escuálido mocoso con cabello color arena apareció en su oficina para estropearlo todo.




    Bien… ese ultimo pedazo… Tengo nervios… No tengo un buen presentimiento…. ¿Ustedes que creen? Me alegra que Kamijou este avanzando y este poniendo de su parte por adaptarse a algo que le aleje de la depresión, aunque fuera prácticamente forzado por Miyagi… Pero aun creo que todo paso demasiado rápido, tanto que creo que Hiroki no ha pasado todo el duelo apropiadamente para saltar a otra relación… Esperemos a ver que pasa con Miyagi porque siento que no es del todo claro el porque el busco eso con Hiroki, y esperemos que no sea por simple soledad…

    Sobre “Mientras no tengamos rostro” solo puedo comentar que ha habido avances pero ya saben quiero que se encajen en la historia de forma fluida porque aunque no lo he decidido, quiero incorporar breves capsulas del punto de vista de otros personajes en cada capitulo a partir del próximo, tendrán que averiguar de quien se trata porque será en primera persona, pero el punto de vista principal siempre será el de Shinobu. Lo hare porque tengo pensado asi agilizar la dinámica de la historia, porque pienso hacerla mas corta o si no estaré de anciana terminando esta novela jeje. Asi que suplico paciencia por el siguiente capitulo. Es mas fácil traducir que continuar una historia propia asi sea con personajes prestados -_-

    Agradezco a Anne onodera takano por tu review (Sobre las cartas, creo que fue una catarsis, ya no servian para nada, Akihiko se siente solo aunque aun tenga a su mejor amigo, no se abre con el... Y sobre Miyagi... Uhm... Bueno aun no me queda claro el porque elige a Hiroki para empezar algo con el y lo fuerza... Solo espero que no sea por soledad nada mas... Y esa ultimita parte... Tengo un mal presentimiento! Gracias por comentar!<3) Y espero que a las lector@s les guste esta historia y como va desarrollandose. Nos leemos pronto!!
  12. .
    Hola a tod@s!! Vengo con un nuevo episodio traducido de esta historia!! Ahora veremos como prosigue su vida nuestro profesor demonio favorito… Pero no lo esta tomando tan bien, y es que estar acostumbrado a la presencia de alguien por tantos años y luego verte solo… Es duro… Esperemos a ver que nos depara este capitulo. Ahora si, disfruten de este episodio



    Capítulo 4



    El fin de semana nunca había aparentado alargarse tanto antes.

    Con disgusto, Hiroki arrojo su libro al suelo, sin siquiera molestarse en ponerle un marcador. Nada de eso había calado de todos modos.

    Había terminado de calificar. Su ultimo articulo había sido anotado y corregido y reservado para que Miyagi lo revisara antes de ser entregado. Su horario de clases estaba actualizado. Incluso él había salido a la tienda para comprar comida que no tenía ánimos de comer. Y su única garantía de hacerle sentir mejor, a prueba de fallos – la lectura – parecía no funcionar.

    El cambio a la TV, atravesando a través de los canales con irritación. ¿Con Que rayos se había acostumbrado a hacer con su tiempo? No era como si Nowaki hubiese estado presente tan frecuentemente de cualquier manera y – incluso, se había ido por todo un año una vez. Le concedía que había estado trabajando para conseguir llegar a ser profesor adjunto y no tenía el mismo horario de clases intensa que ahora ¡Pero esto era ridículo!

    Inquieto, apago la TV y empezó a limpiar su apartamento – No que hubiese mucho que limpiar. Había revisado a través de algunos libros y se encontró con una caja de viejas revistas literarias, que había tomado de un estante y empezó a liberar el espacio.

    Hasta que su mano se tropezó con una caja familiar llena de cartas, y las revistas rápidamente fueron olvidadas.

    Nowaki no se las había llevado.

    El quito bruscamente sus dedos como si la caja tuviera dientes y la fulmino con la mirada, deseando que esta desapareciera. Había tenido la temeridad de permanecer quieto y silencioso y muy presente en el interior de su estante.

    Después de una prolongada batalla de voluntades, Hiroki la saco y empezó a rebuscar en ella.

    Cartas. Debía haber como cincuenta de ellas. Había leído muchas de ellas cuando las había descubierto por primera vez, pero Nowaki inevitablemente lo distraería y habría hecho un escándalo antes de que pudiera terminar con ellas.

    Todas esas malditas cartas que el nunca envió. ¡No lo podía creer de Nowaki! Incluso una de ellas pudo haber hecho ese año miserable más tolerable. No habría tomado mucho para calmar sus dudas. Se habría aferrado al resto más insignificante como un marinero a punto de naufragar.

    Automáticamente, el abrió un sobre y empezó a retirar el papel doblado de él.

    “¿…Que rayos estoy haciendo?” pregunto a la nada.

    Esto era solo torturarse a el mismo.

    Su puño se apretó, y la carta se estropeo en su agarre. Con un gruñido, la tiro lejos.

    El ya no era la persona más importante en la vida de Nowaki. Eso fue todo lo que habría necesitado para que estuviera satisfecho, pero ni siquiera podía tener eso.

    En un arranque, el recogió la caja y la carta arrugada, y la llevo afuera. Las tiro en el recinto de quema de basuras, viendo como los sobres se esparcían y se mezclaban con los filtros de café usados, los pañuelos desechables y los volantes de publicidad.

    Su brazo se contrajo contra la urgencia de ir a recogerlos. Él ni siquiera había podido leerlos todos, y dejar algo sin leer para él era…

    Con un suspiro rabioso, cerro con fuerza la tapa, luego, por si acaso, fue a buscar la basura de su apartamento y la tiró encima, hundiendo las cartas debajo de viejos periódicos y empaques vacíos.

    Con pisotones volvió a su apartamento y cerro fuertemente la puerta – al diablo con los vecinos de cualquier manera, ellos podían pensar lo que quieran.

    Se sentía engañado, aun así.

    ………………………

    “Ne, Hiroki, ¿Cómo las personas se desenamoran?”

    El plástico del bolígrafo de Hiroki crujió peligrosamente en su agarre. Había pasado mucho tiempo desde que había sido sometido a una de las espirales poéticas de autocompasión de su amigo de la infancia. “¿Que? ¿Qué trae esto a colación de repente?”

    “Estoy deprimido,” Akihiko recalco, desde donde se había tumbado todo estirado en el sofá de la oficina como un paciente psiquiátrico. O más bien como un gato extremadamente grande. Hiroki ni se volteo a revisar.

    "Lo siento, pero tengo mis propios problemas con los que debo lidiar ahora," se quejó. “Ya es lo suficientemente malo que me trates como tu librero personal, definitivamente no soy tu psicólogo. Sabes, estoy trabajando.” Él no estaba de humor para escuchar las enamoradas divagaciones del mayor fan de Takahiro en el mundo.

    No es que la presencia de Akihiko fuera mal acogida enteramente. Hiroki tenía muchos conocidos con los que ir a tomar algo si quisiera, pero la lista de amigos cercanos era corta. A través de su niñez solo había sido Akihiko. En su adultez, ese número fallo en expandirse. No es que hubiera sido impopular, aun más que las personas nunca tuvieron el chance de acercarse. Cuando era niño, un interminable corriente de actividades curriculares se devoro el tiempo en el que otros niños jugaban juntos y creaban vínculos. Como adulto había crecido practicando la soledad, prefiriendo la compañía de los libros y concentrándose con entusiasmo en sus estudios y carrera. Miyagi contaba, tal vez, gradualmente abriéndose camino de superior a colega a amigo a través de una familiaridad persistente. La única excepción había sido Nowaki.

    El aún estaba adaptándose. Eso había sido todo. No es que fuera solitario – ¡Él se las había arreglado muy bien en el pasado!

    “Que frio eres, Hiroki.”

    “Tch.” El volvió su atención de vuelta a calificar. "¿No deberías estar trabajando? No he visto un libro nuevo desde hace un tiempo."

    "Tengo bloqueo de escritor," Akihiko le explico.

    Hiroki se burló. "¿Tu? ¿Bloqueo de escritor? Tu no has soltado un maldito bolígrafo desde que tienes diez." Cuando la esperada risa contenida no apareció tras esa frase, el volteo su atención a su amigo apropiadamente. "¿Hablas en serio?"

    Akihiko nunca sufría de bloqueo de escritor. Si no estaba trabajando en una de sus novelas literarias, el escribía florida basura BL. Ni siquiera su duradero amor imposible por Takahiro había desalentado su apetito por eso – si algo, Hiroki sospechaba que eso lo alimentaba.

    “Hn.”

    Hablaba en serio. “¿Qué paso?”

    “Oh, ¿Ahora te importa?” vino la graciosa respuesta.

    Hiroki le lanzo su bolígrafo al autor, quien lo atrapo con sus engañosamente rápidos reflejos.

    “Si una persona rompe con otra, ellos deberían luchar por tenerlos de vuelta, ¿No debería ser así? ¿Es tan malo eso?” Akihiko continúo diciendo monótonamente.

    El tema le pareció un poco demasiado familiar. La herida, incluso ya después de un mes, le dolía terrible. Hiroki frunció su ceño, y busco otro bolígrafo. “Si estas atascado con el argumento de uno de tus romances, ¿Por qué no lo dijiste?”

    “Hnnn.”

    Las conversaciones con Akihiko podrían ser ejercicios de frustración incluso cuando Hiroki no se sentía como vidrio roto. “Si fue un malentendido o aun si fuera una verdadera equivocación, ellos deberían luchar,” el recito, quitándose los anteojos de lectura para masajear sus ojos. Él se sentía cansado. Él siempre se sentía cansado últimamente. “Pero si ellos se sintiesen genuinamente infelices, ¿Simplemente el luchar por ellos me haría el villano? No tiene sentido intentar forzar algo que no funciona.”

    Lo que logro fue engendrar resentimiento. Aferrarse a una relación que ya estaba fallando era ilógico y patético, y te hacia ver como un perdedor. Eso era expresamente la clase de hombre que Hiroki nunca quiso ser.

    “…Tal vez tengas razón.” El escucho el chasquido de un encendedor, y un momento después el aroma ahumado se rizaba hacia él. El ceño de Hiroki se profundizo. Ya era suficientemente malo que Miyagi siempre estaba apestando la oficina. Ese era por qué él mantenía la mitad de sus libros en su casa.

    Akihiko no hablo por un rato – simplemente hojeando un libro con una mano y fumando con la otra. Escondiéndose de su editor, probablemente, si lo que dijo de su bloqueo de escritor era cierto.

    “Tuve una pelea con mi compañero de cuarto. Él se mudó,” Akihiko admitió inesperadamente.

    Hiroki hizo una pausa. “¿En verdad?”

    “Hn.” Él se oía deprimido al respecto.

    Francamente, Hiroki no estaba sorprendido. Había sido un shock escuchar que Akihiko estaba viviendo con alguien más en primer lugar. Su amigo había sido reticente en compartir detalles, pero cualquier atisbo que le había brindado pintaron una muy ... Extraña ... Imagen de la vida doméstica en su casa. Es que Akihiko podía ser una verdadera pesadilla en las mañanas. Y era irremediable en lo que a quehaceres domésticos se trataba. Y no tenía concepto de espacio personal. Y no le gustaba las personas como regla general.

    Era sorprendente que haya durado tanto como duro, en verdad.

    Aun así, ya que él era el amigo de Akihiko, todo lo que dijo fue, “Él es un idiota. Tu vives en un maldito pent-house. Si él pudo soportarte todo este tiempo, el regresara arrastrándose eventualmente. Disfruta de la tranquilidad mientras la tengas y empieza a trabajar en tu siguiente libro.”

    Cuando echo otra mirada por encima del hombro, Akihiko no se veía convencido, pero aun así le ofreció una pequeña sonrisa.

    “Eres un buen amigo, Hiroki.”

    “Mentiroso,” le gruño, y se volteo para seguir calificando.



    ……………………



    Era tarde el viernes. Las nubes que se habían acumulado durante todo el día, finalmente cumplieron su amenaza de cargarse. Miyagi se apuró en los últimos escalones mientras la suave llovizna se convertía en lluvia.

    Lidiando con la carga que llevaba en sus brazos, el saco una hoja de papel de su bolsillo, revisando la dirección, después con confianza golpeo en la puerta del apartamento. Algunos golpeteos se escucharon de adentro, antes del suave sonido de pisadas, después la puerta se abría a una familia, aunque alborotada, cara.

    Hiroki Kamijou se asomó en la noche. "Profesor. ¿Qué está haciendo aquí?"

    El otro sostuvo su premio con una sonrisa alegre. "Olvidaste tu teléfono. Estaba en el área, así que pensé en regresártelo."

    Era un completa excusa, por supuesto. Normalmente, Miyagi pudo haber simplemente dejado el teléfono allí – si Kamijou realmente lo necesitaba el habría vuelto para recogerlo. Y Miyagi estaba en el área solo con el propósito de pasar por un momento. Era cuestión de semántica. Un profesor de literatura clásica podía tocarla como si fuera un piano.

    Kamijou lo miro con sospecha, y alargo la mano expectante. "Gracias, pero en verdad no debió haberse molestado." El enfatizo sus palabras solo un poco más de lo estrictamente necesario.

    Miyagi aparto el teléfono fuera de su alcance. "Ah, que frio eres. ¿Ni siquiera me vas a invitar a pasar adentro con este terrible clima?" El alzo entonces su otro premio – dos cajas de comida para llevar aun humeante. "¡Incluso te traje comida! ¿No vas a hacer que un anciano coma solo, cierto?"

    Ese pretexto era un poco evidente. Por su expresión Kamijou lo supo, pero acepto con un sufrido suspiro y abrió más la puerta. "Está bien, entra."

    Éxito. Él era tan listo. La puerta se cerró tras él, silenciando el caer de la lluvia en un ambiente de fondo sordo.

    El tarareo para sí mismo mientras se deshacía de sus zapatos en la entrada y luego entrecerró sus ojos. “Ah, esta algo oscuro…”

    Frunciendo el ceño, Kamijou golpeo un interruptor, contrayéndose ante el brillo repentino. El noticiario de la noche apenas audible en la TV murmurando en el fondo.

    “Entonces solo me permito entrar…” Miyagi felizmente camino atravesando la sala, deteniéndose cerca de la mesa y sentándose para disfrutar de la comida mientras observaba el apartamento en busca de pistas.

    Estaba cansado de quedarse al margen. Ya cerca de un mes había estado observando como su colega se cubría las ojeras con maquillaje, se saltaba las comidas, y bebía tanto café de lo que incluso Miyagi consideraba saludable. El evadía cualquier inquietud sobre su estado y seguía con sus asuntos como si todo siguiera normal.

    Miyagi ya no podía contenerse más. Necesitaba intervenir.

    “Profesor-”

    “Maaa, maaa, No estamos en el trabajo Kamijou, solo Miyagi está bien,” él le interrumpió con una sonrisa. Dudaba que pudiera funcionar, pero valía la pena ¿No?

    Kamijou frunció el entrecejo mirando al recipiente de fideos que había sido empujado frente a él, y no reconoció la corrección. “Gracias por tomarse la molestia, pero en verdad no tengo tanta hambre.”

    “¡Tonterías, come, come!” El abrió la caja y le introdujo un par de palillos en las manos del más joven. “Y no trates de decirme que ya comiste antes.”

    Kamijou le dio una mirada plana. “Está siendo entrometido, profesor.”

    Se rio, algo nervioso, pero afortunadamente su colega comenzó a comer de forma mecánica. Miyagi vio con una silenciosa aprobación, incluso si la evidente falta de interés en su comida mostraba una escena depresiva. Saboreo la suya de forma experimentalmente. Estaba muy bueno, incluso – un poco picante, y el repollo, el huevo y el pollo mezclado en el la daba algo de variedad.

    Para distraer el silencio en el que estaban mientras comían, Miyagi parloteó sobre el tema más seguro que había entre ellos – la literatura. Kamijou no respondía al principio, pero no tomo mucho tiempo para que empezara a discutir los puntos finos del análisis para una de las asignaciones de trabajo del curso de segundo año y los estudiantes idiotas que obviamente no habían leído un libro en sus vidas.

    “El subtexto era prácticamente un supertexto, ¡Y aun no lo entendían! ¿¡Siquiera ellos saben leer kanji?! Sin el doble sentido, ¡La mitad de la historia está perdida!”

    “Los estándares han decaído bastante en los últimos años,” Miyagi coincidió. “Mi tasa de reprobación casi se duplicó desde que comencé a enseñar.” Le sonrió levemente. “Claro, es mucho mejor ahora que no tengo que enseñarles a los estudiantes de primer año.”

    Kamijou puso sus ojos en blanco, murmurando un juramento en voz baja. “Que afortunado. ¿Cómo pueden siquiera entrar en Mitsuhashi sin saber cómo escribir apropiadamente una frase? Yo pensaba que la universidad tenía supuestamente unos estándares.”

    Miyagi se encogió de hombros. “Algunas de las carreras de ingeniería tienen mucha demanda, y muchos de los cursos requieren al menos un par de unidades para cubrir el componente de comunicación.”

    “¿Esa no es excusa! ¡Si vas a estudiar literatura, deberías tomarla en serio! ¡Pueden tomar algún idioma extranjero si están tan desesperados por créditos!”

    Miyagi asintió, y deseo ociosamente haber pensado en traer algo de cerveza o sake con él. A pesar de compartir una oficina, ellos sorprendentemente habían tenido solo un par de oportunidades de discutir la literatura así de profundamente. Siempre había trabajo demandando por ser terminado, o interrupciones de estudiantes, o ese molesto sentido de la responsabilidad de que estaban trabajando y que deberían distraerse al tener esparcimiento, incluso si esa diversión fuera enteramente relevante.

    “Todos eligen a Murakami para sus informes literarios,” Kamijou continúo quejándose. “¡En verdad! Concedo que el hombre tiene talento, pero le falta ambición y profundidad comparado con los autores de temprana postguerra. El verdadero trabajo literario está siendo realizadas por personas como Tadawa Yoko y Levy Hideo.”

    “Bueno, estamos viendo el cambio en el enfoque del tema en cuestión de la ideología y filosofía a argumentos puramente impulsados por los personajes en los autores contemporáneos.” Miyagi hizo una pausa para masticar algunos fideos. Trago y continuo, “Y no olvidemos que los contextos modernos cambian la interpretación de la literatura clásica.”

    Kamijou desecho la noción con un gesto frívolo de su mano. “Tonterías. Los verdaderos autores son atemporales. Tu ya sabias del incremento de la popularidad de la poesía de Matsuo Basho cerca de dos siglos después de su muerte.”

    El no tuvo más opción que asentir concordantemente a eso. Él se vio cautivado por la forma que el rostro de su colega se animaba mientras hablaba, sus ojos brillantes y su expresión cambiando constantemente mientras hablaba sobre su tema favorito. Era un gran cambio de la usual neutralidad cansada que se había apoderado de él las últimas semanas. Le dio un sentido de hiperrealidad.

    “Ellos no pueden siquiera apreciar el lirismo de Mishima.” Kamijou frunció el ceño. “El próximo semestre lo juro, voy a asignar todos los malditos textos.”

    Miyagi canturreo para sí mismo con una sonrisa cariñosa. “Amo tu actitud hacia la literatura.”

    Kamijou se enrojeció, y corto su diatriba. “Supongo que debería ofrecerle algo de té.” Se levanto y se apuró a la cocina sin esperar respuesta, y la sonrisa de Miyagi se amplió. El profesor adjunto podía ser lindo cuando se ponía nervioso.

    Él le siguió, tomando la oportunidad de ojear el apartamento con un poco más detenimiento mientras su anfitrión revoloteaba en su cocina buscando tazas y la tetera. Él no había olvidado la razón por la que había ido allí, tan entretenido como una discusión sobre literatura podía ser. Había torres de libros por todas partes, las cuales él había aprobado minuciosamente, pero aparte de eso, sentía que había… brechas. Partes vacías que se veían fuera de lugar.

    “…Oye, ¿No tenías un compañero de cuarto?” pregunto.

    Los hombros de Kamijou se tensaron. Por un momento, el esperaba la usual grosera desestimación, pero la comida y la charla literaria había aparentemente hecho su trabajo en calmar al profesor adjunto, ya que eventualmente respondió, “Él se mudó.”

    Así que llegaron al meollo del asunto. El fuego había huido de los ojos de su colega, su rostro se configuro cuidadosamente de nuevo en una máscara.

    “¿Tú le terminaste?” Solo era cuestión de tiempo para que Kamijou descubriera sobre el engaño – asumiendo, claro, que eso fue lo que sucedió. Miyagi estaba muy seguro de eso.

    La tetera traqueteo fuertemente contra la encimera cuando el castaño la bajo de un golpe. “Yo no…” el siseo entre dientes, luego tomo un respiro profundo, y continuo en un tono más controlado, “Nosotros terminamos. El encontró a alguien más, si tanto quiere saber. Deje de tomar todo como una broma, profesor.”

    Miyagi se contrajo. Era peor de lo que él esperaba.

    El agito su mano descuidadamente. “Perdón, perdón.” Luego rebusco en sus bolsillos por un cigarrillo, a medio camino de encenderlo antes de registrar la mirada fija que su anfitrión le estaba dando para precipitadamente guardarlo otra vez. Cierto, es la casa de alguien más. "¿Cuánto tiempo llevaban juntos?" Si Kamijou estaba respondiendo sus preguntas, pensó que también podría interrogarlo por todos los detalles que pudiera obtener antes de que se cerrara de nuevo. La buena voluntad que había generado antes se estaba evaporando rápido. Ese extraño hechizo no duraría.

    Kamijou mantuvo sus ojos firmemente hacia el frente mientras llenaba la tetera y la encendía. "…Siete años."

    Miyagi aspiro un respiro.

    Siete años.

    Su matrimonio no había durado ni la mitad de eso.

    Con razón su colega estaba en ese estado.

    El silencio en la cocina se tornó opresivo, el sonido del burbujeo dentro de la tetera se estaba volviendo imposiblemente alto a causa de la tensión. Los hombros de Kamijou estaban tensos, como arcos esperando a ser disparados. Se estaba preparando a sí mismo.

    No era que su apartamento estuviera lleno de vacíos.

    Fue un impulso. Kamijou se veía tan solo en esa cocina, tan pequeño y vulnerable y triste. Miyagi no lo puso soportar más. Él quería deshacerse de esa mirada, y no ver de nuevo como espantaba esa fiera pasión que el hombre había demostrado apenas minutos atrás.

    Miyagi ya no creía en el amor. Esa parte de él murió con su maestra.

    Eso no impidió que se casara.

    Ni tampoco le impidió envolver con sus brazos al profesor adjunto en ese momento.

    Kamijou se puso aún más rígido con ese abrazo. “¿Profesor…?”

    El inclino su cabeza para murmurarle al oído, “Sabes, no tienes que poner una cara tan fuerte.”

    “Que esta-”

    Antes de que pudiera completar su negación, Miyagi lo volteo, presionándolo contra las puertas de la alacena. “Esa armadura perfecta tuya no está sosteniéndose muy bien.”

    Entonces, antes de que Kamijou tuviera la oportunidad de reaccionar o protestar, presiono sus labios juntos.

    Él no estaba seguro de que esperar. Había pasado tiempo desde que había besado a Risako por última vez, y en los últimos meses de su matrimonio esos besos se habían vuelto terriblemente castos.

    Pero, no era ni siquiera eso. El esperaba que besar a un hombre – especialmente uno de piel tan suave como Kamijou – fuera más o menos igual que besar a una mujer. Una boca es como cualquier otra ¿Cierto? Pero era completamente diferente. Poco flexible. La curva de su quijada era más áspera. Los labios aun eran suaves, pero carecían del recubrimiento ceroso y resbaladizo del labial que Miyagi había llegado a dar por sentado.

    La tetera sonó en el fondo. Kamijou empezó a inclinarse hacia atrás y separarse, pero Miyagi solo se inclinó hacia adelante, profundizando el beso. El demando más. Lucho por eso.

    Y lentamente, su colega respondió.

    Para el momento que Miyagi finalmente dejo que el profesor asociado se alejara, ambos estaban ruborizados. Los dedos de Kamijou estaban retorcidos en su camisa y una incipiente erección se presionaba contra su muslo.

    Miyagi se enorgullecía de sí mismo de ser un excelente besador.

    “Profesor… Usted…” Kamijou no parecía decidirse si quería llorar, saltarle encima, o lanzarle un libro a la cabeza.

    Miyagi lo envolvió con otro abrazo – En parte por el bien de su dignidad, pero más que nada para que su colega no pudiera alcanzar la munición más cercana. El acerco la cabeza del otro hombre, deslizando sus dedos entre el cabello castaño despeinado. “Déjame cuidar de ti, Kamijou.”

    Su colega se había vuelto inquietantemente inmóvil bajo su agarre. Miyagi no dejo que le molestara – Solo lo sostuvo silenciosamente, tanto como quisiera. Para la persona correcta, él podía ser paciente. Él había tenido una paciencia infinita para ella.

    Lentamente, sus hombros se relajaron, y las manos de Kamijou llegaron hasta la parte de atrás de su camisa.

    El no tuvo necesidad de decir nada más.





    Bueno… Esto tomo un giro sorpresivo ¿No? Miyagi esta interesado en Hiroki… ¿Pero por que? Siempre ha sido un misterio en el fandom de Junjou el porque de la escena donde Miyagi quiso besar a Hiroki y fue interrumpida por un muy celoso Nowaki, hay teorías de tramas inconclusas o reestructuración de ellas, cambios de idea de Nakamura… Tal vez sea una de las pocas formas de ver un “What if”… Pero ¿No es muy pronto para eso? ¿Hiroki esta listo para saltar a otra relación sea lo casual que pueda ser? Como sea, Miyagi parece preocupado, tal vez sea solo la soledad hablando…
    Y por otro lado Usagi-san esta cerrándose… No se si sea sano, ni siquiera confía en su mejor amigo, pero bueno Hiroki tampoco lo hace… ¿Qué pasaría si se enteraran que sus respectivas parejas los dejaron para estar ellos juntos?, esperemos que esto los una mas como los verdaderos amigos que han sido.
    Ahora quiero agradecer a Anne onodera takano por comentar en el capitulo anterior, creeme, viene mas drama XD... Gracias tambien a los lectores fantasmas y espero se animen a dejarme aunque sea un tomatazo por elegir una historia donde Hiroki sufra tanto... pero creanme esta historia es muy linda.
  13. .
    Hola a todos!! Volvi con otro episodio de esta historia. Aqui veremos como comienza esta nueva etapa de la vida de nuestro demonio favorito, pero no lo esta tomando muy bien, porque todo fue muy repentino. Sin mas demora aqui esta este episodio.




    Capítulo 3





    Siete años.

    Era mucho tiempo para cualquier relación – siete años normalmente significaba que era para siempre. Hiroki no era así de idealista, pero sinceramente, se había empezado a sentir confortable.

    Habían tenido sus problemas, pero después de que vivieran juntos las cosas se arreglaron. No habían podido verse tanto como querían, pero habían hecho un verdadero esfuerzo para ser más consciente de su pareja. El trato de escuchar más. Ser más afectivo o flexible. Nowaki dio lo mejor de él también, llamándole con frecuencia cuando tenía que irse por más de un par de días y recordando de dejar notas cuando tenía que salir, en vez de asumir que Hiroki mágicamente supiera todo.

    El nunca imagino que Nowaki elegiría a algún mocoso que a él.

    ¿¡Como sea, que era lo que tenía este Misaki de grandioso?! ¡No era nada especial con su apariencia- bajo, algo tímido, completamente ordinario en cualquier forma! Y claro, ambos son huérfanos, y él es más joven, pero...

    Hiroki se desplomó contra la pared, sus dedos se curvaron en puños.

    Se sintió humillado. Miserable. Patético.

    El nunca debió haber seguido ese mapa. Viviendo en la ignorancia, sin importar que confuso y doloroso, era mucho mejor que esto.

    “Tal vez me estaba engañando,” el murmuro en la vacía habitación. “Éramos una mala pareja desde el principio.” Nowaki era tan directo, y tan romántico - Hiroki podría muy bien ser completamente lo opuesto.

    Y aun así... el aun lo amaba.

    Las lágrimas brotaron de mis ojos, pero el parpadeo furiosamente. En verdad el corazón era un órgano cruel. ¿Por qué no le permitía dejarlo ir pacíficamente y seguir adelante? ¿Por qué la lógica tan clara en su cabeza no podía reconciliarse con sus emociones? El debería estar enfadado. Su pareja le había estado engañando ¡Y para agravar el insulto lo deja por el otro tipo! ¡La reacción correcta sería maldecirlo, tirar cosas y hablar mal de él con cualquiera que quisiera escucharlo- no estar sentado en su apartamento y llorar toda la noche con su corazón roto!

    Llevo sus rodillas a su pecho, se sentó allí en la oscuridad.

    Era tarde. El debería comer, pero la mayor parte de él no podía entender la idea de preparar algo, o incluso levantar el teléfono para ordenar algo. Igual él no tenía ganas de comer.

    El debería dormir – Ya había pasado su hora habitual y tenía que estar en la Universidad a las ocho de la mañana al día siguiente. ¿Pero cómo se supone que debería ir a dormir en esa cama ahora, sabiendo que Nowaki se había ido para siempre? ¿Sabiendo que ni una nota estaría allí para recibirlo?

    Era estúpido. Él lo había hecho esto antes. Por todo un año, de hecho. Él lo podría hacer otra vez.

    Y él lo haría otra vez. Se ajustaría.

    Solo que no ahora.


    …………………..



    Misaki se sentía seguro que, si sus ojos se abrían más, podrían salir de las cuencas de sus ojos.

    “¿Rompiste con él?”

    Misaki se sintió algo mal por eso. El nunca intento hacer romper a una pareja. Él no se había dado cuenta de que Nowaki había estado engañando a su pareja. Pero al final, él no podía negar el pozo de calidez que se formó en su pecho cuando escucho que Nowaki lo había escogido. Y como él, bueno, ellos tenían su relación no podría haber ido tan bien de todos modos, ¿o sí?

    “Si… Me mudé y todo,” Nowaki admitió con una sonrisa dolida. “Lamento no habértelo dicho antes.”

    “Bueno, terminaste con él, así que supongo que ya no importa.” Tal vez debería estar más molesto, pero era algo abstracto para él, en verdad. Sorbio otra ración de fideos, antes de que un pensamiento se le ocurriera. "¿Dónde vivirás?"

    "…Yo de hecho tengo una casa. Yo solo puse el depósito inicial recientemente, así que aún no está listo, pero ya que está más cerca del hospital he estado durmiendo allí.” El hizo una pausa, como si quisiera decir algo más, pero al final solo sonrió. “No es nada especial, en verdad. No tiene mucho patio y es muy pequeño, pero quería tratar de vivir en una casa apropiada.”

    ¡Una casa! ¡Una casa real! Él sabía que los médicos eran acomodados, ¿Pero incluso los internistas?

    “¡Eso es muy impresionante!” El entusiasmo se derramo en un revoltijo de palabras. “¡Una casa! ¡A tu edad, con tus esfuerzos! Quiero decir, Usagi-san-” Se cortó a si mismo ahí, apuñalado por la culpa.

    Hubo una mirada confundida en el rostro de su amigo ante ese nombre. Reticentemente, Misaki continuó, “Ah. Bueno, ya sabes, ya que has sido honesto, yo debería serlo también. He sido algo…” ¿Como había explicado su relación con, en verdad? Ellos dormían juntos semi-regularmente, pero en realidad era más bien Akihiko acosándolo la mitad del tiempo. Y ellos no habían hecho la ruta de cortejo tradicional, o la habían discutido apropiadamente, y él nunca podía estar seguro cuando Akihiko hablaba en serio o solamente amenazando…

    Sin embargo, parecía que no necesitaba explicarlo. “Oh.” Nowaki tenía una genuinamente decaída expresión de angustia. “No me había dado cuenta…”

    Él en pánico – porque no podía soportar ser responsable de ese gesto – Misaki dijo, “Pero, um, ¡No te preocupes por eso! Lo resolveré, lo prometo. Yo solo… he tratado de reunir el coraje…”

    No era enteramente la verdad. El de alguna forma se había dejado arrastrar por todo. Nowaki era tan directo – como Akihiko en muchas formas – Le era difícil resistirse cuando estaban juntos. Él siempre se sentía culpable al respecto después, pero Nowaki solo… tiraba de él. Y Misaki, bueno, él nunca había sido muy bueno para ser asertivo. No cuando importaba.

    Misaki no tenía mucha experiencia en relaciones. Akihiko había sido el primero, y cuando definitivamente se preocupaba por el hombre, aun sentía dificultas para entender sus propios sentimientos. El en verdad no sabía que estaba haciendo algunas veces.

    Todo el tiempo, en realidad.

    Pero… el sí sabía que le gustaba Nowaki. Y que no podía decidirse a rendirse y entregarlo. Nowaki… Sentía como que Nowaki en realidad lo necesitaba. Y él era listo, pero no era como algún genio raro como Akihiko. Misaki nunca se sintió como una carga, o preocupado porque se estuviera imponiendo. Era solo… divertido.

    Así se sentía salir con alguien que era cercano a su propia edad.

    Se asintió a si mismo con determinación.

    Era hora de hacer lo correcto – para hacer lo que debió haber hecho, cuando sus reuniones con Nowaki empezaron a tornarse intimas. Akihiko se enfadaría, y Misaki se sentía suficientemente culpable para sentirse mal, pero…

    Si Nowaki pudo hacerlo, él podría también. Era lo correcto.


    ………………….




    Miyagi se silbaba a sí mismo, asintiendo con una amigable sonrisa a algunos estudiantes mientras iba de camino a su oficina. Aún era temprano, pero los exámenes se avecinaban, por lo tanto, el campus era un enjambre de actividad.

    La puerta de la oficina estaba parcialmente entreabierta. Kamijou le había ganado en llegar, como era usual. Sonriente, el Profesor asió la manija de la puerta y la abrió completamente de forma dramática.

    “¡Oh, my sweet honey-Whoa!”

    Kamijou estaba allí, cierto. Pero… “Te ves como un muerto,” Miyagi declaro sin rodeos.

    Eso le hizo ganar una mirada deslumbrante de ojos rojos. “Muchas gracias por su opinión, Profesor,” fue la ácida respuesta. Miyagi se contrajo ante el sonido – ¿Era él, o su voz se oía un poco ronca, también? Su ropa estaba arrugada y llevaba unos círculos oscuros bajos sus ojos, que compensaban los ojos inyectados de sangre muy bien – si quería parecerse a un espectro maldito.

    “¿En serio, pudiste dormir algo anoche? Parece que pasas por una gran resaca. Estoy un poco celoso, en verdad. ¡Ah!, ser joven otra vez”

    “No estuve bebiendo.” La respuesta era corta, ninguna información adicional fue ofrecida. Miyagi observo a su asistente con el rabillo del ojo, con preocupación creciente.

    “Tal vez debería darte el día libre,” le dijo. Esos chicos que pensaron que estaban lidiando con un demonio antes de darse cuenta que apenas habían traspasado el primer círculo del infierno. “Si te sientes mal, solo será peor si te presionas a ti mismo.”

    “Estoy bien.” Esta vez su voz era fría y tranquila. Que mal. Cerro la carpeta que había estado examinando con un chasquido audible.

    “¿Qué paso?” Miyagi pregunto, atenuando su propia conducta para coincidirla con el estado de ánimo.

    “Nada.”

    “Si esto es na-”

    “Nada que le concierna,” Kamijou corrigió. Busco dentro de su maletín por un minuto, y pesco de él un estuche de polvos compactos. ¿Maquillaje? La broma le hormigueo la punta de la lengua de Miyagi, pero con dos rápidas pasadas de su pulgar y las sombras debajo de los ojos del profesor asociado desaparecieron. Si no mirabas más de cerca, no lo notarias – menos aun cuando Kamijou colocaba sus anteojos de lectura sobre su nariz momentos después.

    Cuando Kamijou lo vio observándolo, arqueo una ceja. “¿Tiene algún problema?”

    Tomado fuera de base, Miyagi lucho para responder. “Sabes, mirar el papel en realidad no te hace bien.”

    Aun, mientras observaba, él podía ver esa armadura familiar armándose en su lugar, como contraventanas cerrándose para recibir una tormenta. Incluso con todos las grietas y defectos, era inquietante como siempre observarlo. Tal vez porque podía ver a través de él, y los atisbos que podía ver a través de las roturas eran descorazonadoras.

    “No sé de qué está hablando. Y como dije, no es de su incumbencia, Profesor.” Con ese helado despido, Kamijou se desplazó arrasando la habitación, menos como un demonio fiero y más como una tormenta de nieve.

    Miyagi frunció su ceño.

    Esto era serio.


    ………………….




    “¿Quién es el?” Justo ahí, la oscuridad que rodeaba a Akihiko pondría en vergüenza al mismo demonio Kamijou. “Lo matare.”

    Por un minuto, Misaki genuinamente se aterró de lo que Akihiko pudiera hacer – medio esperando que él se procurara tanto un cuchillo y a Nowaki de la nada y terminara el asunto en ese momento. “¡No – no puedes!” El estallo. “¡No te lo diré! ¡Si vas a ser así, me esconderé de ti, y no me verás nunca más!”

    La amenaza era aparentemente lo suficientemente alarmante para refrenar a Akihiko, aunque Misaki no pudo evitar ver como apretaba y aflojaba sus puños repetidamente, sus ojos vidriosos como si estuvieran imaginándose aferrar sus manos alrededor del cuello de Nowaki.

    No, definitivamente no podía decirle quien era. Dependía de él proteger a Nowaki. Él había tomado la decisión cuando se había dejado llevar en primer lugar. ¡Nowaki no podía salir herido porque Misaki no había pensado bien las cosas!

    Akihiko lo estudio, calculando. “¿Qué dirá tu hermano?”

    Misaki se estremeció. Él había guardado suficientes secretos de su hermano hasta ahora. ¿Qué decepcionado estaría si Misaki iba y se fuera a vivir con un extraño?

    “Si, bueno… Si le cuentas a él, le contare sobre ti.” Las palabras salieron, e instantáneamente, el deseo que pudiera retractarse.

    Fue bajo. Misaki sintió que se patearía a si mismo por usar esa táctica, incluso si Akihiko juraba que ya había superado a Takahiro.

    Akihiko dejo escapar un gruñido, y lo agarro de los hombros. Misaki jadeo mientras era empujado contra la pared, y sus labios fueron reclamados a la fuerza. “¡Mmmfph!”

    Dientes rasgaron su labio inferior, una lengua caliente saqueo su boca, y unos dedos se hundieron dolorosamente en sus brazos. “No voy a dejar que nadie más te tenga,” Akihiko exhalo, su voz de barítono reverberando contra él, sus cuerpos tan cerca que podía percibir el temblor de cada silaba. Misaki trato de alejarlo, pero el novelista inmovilizo su muñeca con facilidad, su otra mano deslizándose por su costado, apretándose para estrujar su cadera, mientras se sumergía en otro beso.

    Misaki cerro sus ojos apretándolos, sintiendo como su cuerpo se tornaba cálido, relajándose a las familiares atenciones, los roces firmes de esas exploradoras manos y lengua y…

    Nowaki.

    “¡No puedo!” Misaki se apartó, tambaleándose mientras se desenredaba de las piernas de Akihiko, y salió corriendo hacia la puerta. Se colgó su bolso – que ya había empacado – en una mano, y le lanzo sus llaves a un shockeado Akihiko con la otra. “No soy otro de tus osos de peluche. ¡Yo no te pertenezco! ¡Ya tomé mi decisión!”

    Y antes de que Akihiko pudiera protestar, o que el pudiera perder el coraje, Misaki salió corriendo.

    Por una vez en su vida, había elegido de forma egoísta.

    Él no estaba seguro si su corazón estaba trepidando de emoción, o temor.


    …………………..




    El golpeteo incesante en la puerta coincidía con el dolor de cabeza palpitante de Hiroki. “Ya voy,” Gruño, doblando del periódico y dándose paso a través de las pilas de libros que había estado clasificando. ¿El casero? No, ya le había pagado el alquiler. Probablemente era un vendedor de suscripciones a un diario o algún magazine.

    En vez de eso, era un familiar internista medico con cabello negro y ojos azules.

    “¿Qué quieres?” Hiroki ni siquiera intento restar la amargura de su voz. El solo había tenido la poca fortuna de cruzarse con su exnovio una vez desde que habían terminado, cuando él estaba en casa al mismo tiempo que Nowaki estaba acarreando algunas cajas fuera. La mayor parte del tiempo, los indicios de la presencia de Nowaki se había estado filtrando por las últimas dos semanas, día a día, mientras prendas de vestir y artículos de aseo y otras pertenencias personales desaparecían gradualmente.

    Nowaki le sostuvo un juego de llaves. “Tus llaves. Ya solucioné lo del alquiler con el casero.” El vaciló. “¿Puedes arreglártelas con la renta por tu cuenta?”

    “Los doctores podrán ser ricos, pero un profesor adjunto en Mitsuhashi gana más que un internista médico, idiota. Yo ya estaba alquilando este lugar por mi cuenta antes de que te mudaras aquí.”

    Nowaki solo le dio un pequeño encogimiento de hombros y una aún más pequeña sonrisa, y dejo caer las llaves en la mano extendida de él. Se sintieron pesadas y frías y dentadas contra su piel hiper sensible.

    “Pudiste solo haberlas dejado en el buzón,” Hiroki rezongó. Hubiera sido mejor, de hecho, así no hubiera tenido que luchar por esconder el dolor de la finalidad, el corte de ese último hilo conector.

    “Me quería cerciorar que los obtuvieras,” fue la simple respuesta.

    “Claro.” Luego, porque la civilidad era la mejor armadura que él podía emplear, murmuro, “Gracias.” Cualquier cosa que pudiera apurar a una más rápida conclusión. “Si eso es todo…”

    Nowaki vaciló. “No te ves bien,” él dijo, una mano cerniéndose casi por reflejo. “¿Has estado comiendo y durmiendo apropiadamente?”

    Hiroki tiro para atrás. Su tacto se sintió como si le quemara, capa sobre capa de recuerdos difuminándose juntos para crear un dolor casi físico. “Estoy bien,” el replicó. “Y de cualquier forma no es de tu incumbencia.”

    “…Eso no es justo, Hiro-san. Solo estaba preocupado.”

    "Ese ya no es tu trabajo,” le dijo fríamente. “Y como decía, si eso es todo…”

    Nowaki agacho la cabeza. “…Eso es todo, Hiro-san. Lo siento… por todo.”

    No estas perdonado.

    Hiroki no le dijo eso. El solo cerró la puerta, antes de que su corazón pudiera sacar lo mejor de él.

    Rogar y llorar parecía indecoroso, e infructuoso, y estúpido. No importaba cuanto quisiera hacerlo.






    Bien, pobre Hiroki, no la esta pasando nada bien, y Usagi-san? Como hara para sobrevivir sin su Misaki? y ese par.... Sabemos que ellos no son asi, pero imaginandolos siendo asi... No se, yo no podria ni siquiera volverles a dirigir la palabra... El doctor es como medio hipocrita darselas de preocupado por alguien a quien le rompio el corazon, yo lo mandaria a comer mier... coles, XD.

    En fin, espero que les guste esta historia, si quieren comentar algo, mandarme recomendaciones, sugerencias y demas, estoy feliz de leerlas. Gracias a todos por su atencion, y nos leeremos pronto.

    Agradecimientos a Anne onodera takano por comentar en esta historia. Espero te haya gustado este episodio.
  14. .
    Hola de nuevo! Estoy de vuelta para actualizar esta historia. Ciertamente es mucho mas fácil traducir que crear tus historias propias, pero digamos que uso esto para despejar mi mente de “la otra historia” sin salirme del Universo Junkoi XD. Este capitulo es para seguir retratando a un cada vez mas depresivo Hiroki, no entiende que esta pasando… Y es cuando el gato se sale del saco… No les digo mas, espero sigan esta historia, puede que se vea sombrío el panorama pero, para que alguien crezca a veces tiene que pasar por malas situaciones:




    Capítulo 2








    El forro plástico que protegía el teléfono celular se había resquebrajado bajo el fuerte agarre.

    Se supone que era el día libre de Nowaki.

    'Perdón. No llegaré en casa hoy. No me esperes.’

    Los caracteres brillaban desde la pantalla, quemándose en el posterior de sus ojos.

    Había cambiado de idea sobre confrontar a su pareja. El planeaba sentarse con él, explicar todo lo que le estaba molestando, trabajar en eso juntos, luego él lo superaría y no se traería a colación de nuevo. Nowaki era generalmente así de bueno – si no le decías directamente lo que necesitabas, el respondía. El verdadero problema era el tragarse su orgullo lo suficiente para que las palabras salieran.

    Pero la nota en el refrigerador era la misma que había estado ahí hace tres días. Las llamadas a su teléfono no eran contestadas. Todo lo que recibía eran mensajes de texto que le llegaban cuando estaba en clase y permanecían ocultas hasta el final del día.

    Con el ceño fruncido, cerro su teléfono con más fuerza de la necesaria. El sabía que había emergencias y que la vida de las personas no estaba para nada al mismo nivel de sus inseguridades. Era un hecho aceptado de su relación que los días que no se veían superaban a los días que sí. ¿Pero cómo diablos se supone que ellos podrían hablar y solucionarlo si él nunca llegaba a casa?

    El lanzo sus cosas a su bolsa, sin importarle si las esquinas se arrugaran, y cerro la cremallera con fuerza. Marchándose de la oficina, Hiroki apenas noto los chillidos de estudiantes asustados al ver al ‘El Demonio Kamijou’ dando zancadas por el pasillo con una misión.

    “Si el idiota no va a venir a casa, entonces iré hacia él,” musito. Menos de cinco minutos después, se sentaba en un taxi que apestaba a cenicero, dirigiéndose al hospital de su novio. ¡A ver si se quedaba en casa esperándolo como la esposa enamorada de un granjero!

    En el segundo que el carro se detuvo, lanzo un manojo de yenes a la mano del conductor y se apresuró a entrar sin molestarse por recibir su cambio. “No es que este interfiriendo con su trabajo,” se murmuraba a si mismo mientras escaneaba el grafico de las plantas del edificio buscando el departamento pediátrico. “Solo tomara un minuto.” Ellos podrían tener su tête-à-tête después – Solo quería verlo, hacerle saber que necesitaban hablar. Reservar una cita, si era necesario.

    El elevador podría tomar mucho tiempo – Se fue directo por las escaleras. El hospital, aunque ajetreado, estaba inquietantemente silencioso – ni visitantes ni pacientes levantaban sus voces más allá de un murmullo, y los internistas y enfermeras apresurándose con sus rondas parecían tener sus pies forrados con fieltro. Hiroki se encontró a si mismo suavizando sus pasos duros en respuesta, su fiero enojo desalentado por la atmosfera reverente y los pasillos en blanco puro.

    Esto le permitió aproximarse a estación de las enfermeras con calma, y preguntarles con firmeza, “¿Esta Nowaki Kusama disponible, por favor?”

    “¿Kusama?” Paso su dedo regordete por el registro de pacientes. “Lo siento, necesitare un momento para revisar. ¿Está seguro que esta en este piso?”

    “En realidad, él es uno de los internistas.”

    “¿Kusama?” Uno de los doctores que pasaba por la estación de enfermeras se devolvió – un rubio de su edad, con ojos afilados y una sonrisa como de serpiente. “¿Quién eres?”

    Hiroki se lo quedo viendo, desafiándolo a que le dijera que se fuera. “Soy su compañero de cuarto.”

    Su sonrisa se amplió. “¿En serio? Perdón, por la forma que él hablaba esperaba que fuera una chica. Ah, pero supongo que ese tipo de relaciones existen… No te preocupes por eso, para mí, nunca ha sido de importancia.”

    Hiroki lo miro. “…Claro. ¿Y tú eres…?”

    “Soy Tsumori.” Espero un momento – presumiblemente por alguna señal de haber sido reconocido, y pareció desilusionado cuando no lo fue. “Si estas buscando a Nowaki, él no está aquí. Él tuvo el turno de la mañana – el salió hace unas, oh, dos o tres horas.”

    No podía ser cierto. Por el registro de la hora, eso significaba que su pareja había enviado el mensaje justo antes de dejar el hospital. Si había tenido toda la tarde libre, ¿Por qué no estaba en casa?! “Y-Ya veo,” Hiroki tartamudeo, luchando por mantener la compostura. “Debió haber sido un error. Disculpen me.”

    “Espera.” Tsumori arranco una tira de papel de su cuaderno y dibujo rápidamente un mapa. “Ya que parece una urgencia, ten. El menciono algo sobre ir a este restaurante justo más allá del hospital – él va allá algunas veces en su tiempo entre los turnos. Puede que lo encuentres allá.”

    Hiroki acepto el mapa garabateado murmurando un gracias y una mirada suspicaz. El no confiaba en la sonrisa taimada del doctor – él había visto a demasiados estudiantes que disfrutaban hacer bromas crueles.

    El deambulo fuera del hospital. El sol de la media mañana parecía pálida y sosa.

    La indecisión lo desgarro, pero al final, su curiosidad e inseguridad le ganaron a su instintivo desagrado por el doctor. Con un gorro encima de su cabello y sus anteojos para leer sobre su nariz – porque sus ojos estaban cansados, se insistió a sí mismo, no porque estuviera espiando – siguió el rudimentario mapa, sin certeza de lo que iba a encontrar, con el miedo cuajándose en su estómago al mismo tiempo.

    Lo llevo a una cafetería – una no muy diferente del lugar que él y Nowaki frecuentaban normalmente, con amplios ventanales un letrero pintado a mano y con cabinas privadas con mesas de madera.

    Hiroki no vio nada de eso. Todo lo que vio fue a su novio sentándose al lado de la ventana, sonriéndole a algún risueño estudiante de ojos verdes.

    El miedo se deslizó por su garganta como una helada que lo invadía.

    Cuando se levantaron al tiempo y entrelazaron los dedos de sus manos juntas, esparció su agarre helado a su corazón.

    Y entonces en una esquina aislada cerca de la caja, Nowaki rozo fugazmente sus labios contra el sonrojado rostro del chico...

    Hiroki se volteo, bajo su gorro aún más, y silenciosamente se alejó de allí.


    ………………..



    El sol aun reinaba alto en el cielo, pero con las persianas cerradas, el apartamento estaba oscuro y sombría como una caverna. El sonido de una llave insertándose en la cerradura rompió el silencio, y por un breve momento la cegadora luz se filtró a través de la puerta abierta.

    “¿Quién es él?”

    Nowaki se sacudió por la voz. “¿Hiro-san? Pensé que estarías trabajando hoy.” A tientas el busco el interruptor de luz mientras la puerta se cerraba detrás de él.

    Le irrito los ojos. Sea intencional o no, descubrir que Nowaki solo volvía al apartamento cuando él no estaba dolía. “Me tome la tarde libre. ¿Quién es el?”

    Nowaki apartó la mirada, su atención se desvió en sacarse los zapatos, como si requiriera toda su concentración. “¿De quién estás hablando, Hiro-san?”

    “Tú sabes de quien estoy hablando. Te ví.” Cuando aún no recibía una respuesta directa, añadió, “En ese restaurante cerca al hospital.”

    La tensión, justo ahora. Los zapatos fueron puestos con cuidado al costado. “¿…Como lo-?”

    “Eso no es importante. ¿Quién es el?”

    Nowaki aun no levantaba su mirada del suelo –como un perro que sabía que había hecho algo malo y estaba a punto de ser castigado, pero no quería afrontarlo. “…Misaki Takahashi.”

    “Claro.” Misaki. Él tenía un nombre, ahora. “¿Dormiste con él?”

    El silencio que prosiguió fue revelador. Nowaki nunca mentía. El simplemente omitía información.

    Hiroki era ajeno a los celos. Él había pasado años suspirando por Akihiko, resintiendo de Takahiro esa ciega ignorancia de todo lo que Hiroki desesperadamente ansiaba. Y aun así el pico de dolor y de posesividad atravesándolo casi le robo el aliento.

    Mantén la compostura. Puedes superar esto. “Necesitamos hablar.”

    “Tienes razón.” Nowaki por fin se adentró apropiadamente en el apartamento, pero aun así no tomo asiento – tal vez queriendo la extra protección que su estatura le daba. El hizo contacto visual por primera vez, y Hiroki estaba satisfecho de al menos ver culpabilidad allí. El empezó a preguntarse si su idiota novio siquiera sabía que lo que hacía estaba mal.

    El silencio se estiro, ninguno de los dos queriendo decir la primera palabra. Como la parte ofendida, Hiroki se sentía seguro que él no debería ir primero, pero cuando se hizo evidente que Nowaki lo esperaría hasta la tumba, se cruzó de brazos y pregunto, “¿Cómo sucedió?”

    "No estaba pensando," Nowaki confeso, removiéndose incómodamente en su sitio. “No conocimos por casualidad, y empezamos a hablar, y luego…” Se encogió de hombros impotente. “Una cosa llevo a la otra. Como cuando-" Se detuvo.

    Las palabras sin mencionar permanecieron en el aire. Como cuando te conocí.

    Oh, él podía imaginárselo. El conocía a su pareja después de siete años. Se había tropezado con el chico de alguna forma, sido asediado por el impulso, y luego lo persiguió sin pensar ni una vez en las consecuencias.

    Nowaki era perpetuamente amable, indulgente y generoso. Pero Hiroki sabia mejor que nadie que cuando se trataba de sus sentimientos su pareja podía ser intencionalmente egoísta. El soltaría lo que quisiera sin importarle los sentimientos frágiles o el tiempo o el lugar o el decoro. Él estaba tan preocupado por estudiar y convertirse en alguien 'digno' de el que por un año entero nunca lo llamo o incluso le envió una carta, sin considerar alguna vez lo que la completa falta de contacto podría hacerle a su pareja a largo plazo. Y él era impulsivo a tan ridículo grado – como más podría explicar sobre alguien que de repente empacaba sus cosas y se iba a estudiar al extranjero después de una sola conversación, o alguien que roba las llaves de las cerraduras de otras personas, o arrastrara a extraños a un picnic después de un encuentro casual.

    Si, él podía imaginarlo muy claramente.

    “Esto es tan hipócrita de ti. Me plantaste en la lluvia, y luego casi golpeas al profesor Miyagi cuando trato de besarme después. ¿Qué hice yo para merecer esto?” ¿Su voz estaba temblando? Apretó sus puños aún más, esperando mantenerse calmo.

    “Nada,” Nowaki dijo. “Esto no es culpa de Hiro-san.”

    “¡Claro que no es mi culpa!” Sin embargo, no se sentía así. Por dentro, se preguntaba. ¿El ya no era suficiente? ¿Estaba insatisfecho en la cama? ¿Demasiado viejo y poco atractivo? ¿Había sido negligente con él? Cada inseguridad que había albergado sobre su relación regreso precipitadamente diez veces más.

    “Lo siento.”

    Hiroki apretó los dientes. “¿Por qué?” Se atraganto con la palabra – él no quería preguntar, pero tenía que saber.

    Nowaki volteo su mirada al suelo, sosteniendo su brazo como siempre hacia cuando se sentía vulnerable o avergonzado. “Misaki-kun, él… Él es un huérfano, como yo. Tiene un hermano, pero… Tenemos mucho en común. Él trabaja tan duro para no ser una carga para nadie… Y yo quiero aliviar su carga, de la forma que yo pueda.”

    El mantuvo a sus dedos, esperando lanzar algo para ventilar su creciente frustración. “¿Y creíste que lo mejor que podías hacer es salir con él? ¿¡Cuándo estás involucrado con otro hombre?!”

    "No es justo con Hiro-san," Nowaki admitió suavemente.

    "¡Claro que no es justo!"

    "...Por eso es que me voy."

    Hiroki se congeló.

    Así no debió haber sucedido. Se suponía que Nowaki debía disculparse, romper con el otro tipo, luego Hiroki se quejaría y reticentemente lo perdonaría y las cosas volverían a ser como antes, tal vez con algo de buen sexo de reconciliación. Así había funcionado, cada vez que ellos habían tropezado.

    “Yo no quiero hacerte daño. Pero tampoco puedo renunciar a Misaki-kun.” Su rostro se contrajo, así como si las mismas palabras le causaran dolor. "…Lo siento."

    Él está blufeando.

    Se volteo y se dirigió a la puerta, recogiendo su habitual bolsa de viaje nocturna en el camino. "Volveré después por el resto de mis cosas."

    Él va en serio.

    El orgullo enraizó sus pies en el suelo. La negación ensancho a su lengua dentro de la boca.

    Hiroki no se movió mientras la puerta se cerraba suavemente detrás de él.

    En verdad se acabó.






    NOTAS FINALES: ¿Alguien mas quiso matar a ese par??? Bueno, eso pasa en la vida real cuando el que engaña realmente no da el primer paso para terminar la relación con la que ya no se siente feliz antes de caer en la tentación y el hecho de ser descubierto es más bien casi como un favor… En ese estado donde vive lo mejor de dos mundos: La emoción de estar con una persona nueva y el mantener la estabilidad de su antigua relación es algo que muchas personas hacen y luego no quieren sufrir las consecuencias. Hay que aclarar, esto se hace desde la perspectiva de Hiroki, así que no sabremos mucho del mindset de los otros personajes, tal vez breves referencias… Agradezco que esto es un fanfic, menos mal el verdadero Nowaki no haría esto… Pero algo que me gustó de esta historia es que los personajes suenan creíbles al ser situados en esta hipotética circunstancia… En fin se aproxima un momento duro para nuestro protagonista.

    Ya se, preguntaran cuando saldrá el otro capitulo de “Mientras no tengamos Rostro” esta en proceso, ya que llego a un punto climático, ahora vienen muchos cambios y estoy desarrollando bien todo para que los próximos capítulos fluyan. Sigo en pie con la historia!!! (fin del inserto publicitario)

    Gracias especiales a mis comentadoras Yukikase Abi (No soy tremenda!!! (o mejor dicho si lo soy jeje) pero mientras esperan por un capitulo nuevo de mi mega-proyecto, que mejor que ir leyendo otra historia que a mi me pareció muy emocional y quería compartirla, no tiene la extensión de mi obra personal pero por ahora es una forma de distraer la espera) y Anne onodera takano (Gracias por tus palabras, espero disfrutes esta historia mientras salga el otro capitulo <3).

    Ya para finalizar, agradezco a todos los lectores que siguen esta traducción, cualquier inquietud, comentario o critica son bien recibidos. Gracias también a los lectores fantasma por su apoyo a esta historia, espero sigan cada capítulo y lo disfruten como yo traduciéndolo. Sin más hasta la próxima.
  15. .
    A(R)MOUR: Juego de palabras que se refiere a las palabras Amour (Amor en francés) y Armour (Armadura en inglés) haciendo alusión a la armadura emocional que pone Hiroki para sobrellevar sus fracasos amorosos.

    Recibí el aval de la autora Sinnatious de AO3 para la traduccion de su fanfic de Junjou Romantica y darlo a conocer a las hispanohablantes ya que la obra esta originalmente en Inglés. Como verán esta obra me gusto principalmente por como retrata a Hiroki Kamijou, y como lo aproxima a como se comportaría si los eventos que se muestran en esta historia de desarrollaran, por lo que debemos considerar esta obra como un AU (Alternate Universe), con representaciones muy certeras sobre los personajes.

    Debo advertir adicionalmente que esta obra habla de una infidelidad que involucra a Misaki y Nowaki así que si son sensibles a esa representación, no lean esta obra/traducción.

    ***********************

    Voy a poner la reseña que puso la misma autora sobre la autora:

    Resumen: A Hiroki le siguen rompiendo el corazón, una vez, otra vez y otra vez, como un tonto que no sabe hasta donde detenerse.

    Se centra principalmente desde el punto de vista de Hiroki, y probablemente todos comprenden los contras de la aproximación de la caracterización de un personaje (sus debilidades incluidas).

    En este fic, usa los “san” y “sensei” donde eran apropiados (ya que sensei ha pasado mas o menos al lenguaje vernacular común (se refiere al ingles que es el idioma original de la historia) y no me puedo alejar de la imagen de Nowaki diciendo algo diferente a ‘Hiro-san’), para lo demás trato de usar los equivalentes o los dejo asi.




    Capítulo 1





    Los frenos del tren resonaron. Misaki Takahashi, estudiante de la Universidad de Mitsuhashi, de la carrera de economía, cabello castaño, ojos verdes y a primera vista un chico ordinario, se tropezó con la puerta. El tren osciló de nuevo cuando se detuvo con una sacudida, enviándolo tambaleándose hacia el otro lado. Sus bolsas de compra se cayeron al suelo y su hombro se estrelló contra algo cálido.

    “¿Estas bien?” Un extraño lo había sostenido antes de que se fuera de cabeza contra el pasillo. El rostro de Misaki se encendió de vergüenza.

    “¡Estoy bien! ¡Lo siento! Es lo que me pasa por andar en las nubes.” El soltó una risa nerviosa, y se inclinó para recoger sus compras desperdigadas en el suelo, maldiciendo en voz baja.

    “No hay problema.” El hombre se agacho con él, alcanzando una lata de crema de maíz que se había alejado rodando y metiéndolo de nuevo en una de las bolsas. “Déjame ayudar.”

    “¡Gracias!” Misaki dijo, todo menos emocionado. ¡En verdad quedan personas genuinamente agradables en este mundo!

    El tipo era enorme – más alto incluso que Akihiko – pero tenía unos amables ojos azules y una sonrisa gentil. Sus manos se tocaron mientras él le ofreció las bolsas, y sus miradas se conectaron. Misaki sintió un tipo peculiar de excitación nerviosa que lo recorría, como la primera brisa cálida de la primavera.

    “Soy Nowaki Kusama,” el hombre soltó de repente. “Gusto en conocerte.”

    Ahí fue cuando los infortunios de Hiroki comenzaron.



    ………………………



    Hiroki Kamijou, Profesor Asociado de Literatura de la Universidad Mitsuhashi, estaba frunciendo su ceño. Esto no era algo inusual, pero la oscura nubosidad de enojo y depresión que se estaba formando sobre la cabeza del castaño ya estaba tan densa que pequeñas tormentas se habrían condensado en un tifón en miniatura, capaz de destrozar todo a su paso.

    “¡Oh! ¡My sweet honey! ¿Has estado solo?” El profesor Yoh Miyagi, por otro lado, era la misma imagen de la felicidad y jovialidad mientras arrastraba a la habitación con los brazos cargados de rollos de papel amarillentos y tomos avejentados. El no espero a recibir una respuesta – dejando caer todo el lote en la ya desordenada mesa de centro con un golpe pesado. “¡Esto te animara! ¡Encontré un botín de primera categoría en una librería de segunda mano!”

    “Hn.” Hiroki apenas lo escucho, mirando intensamente a la hoja de criterios en la que el había estado trabajando en la última hora, como si este fuera personalmente responsable por cada agravio que había en su vida en ese momento.

    Sus intentos para prenderle fuego a ese pedazo de papel a través de solo el poder de su mirada fueron bruscamente interrumpidos por un brazo que forzosamente enganchándose bajo su codo y transportándolo fuera de su asiento. “¡Kamijou!” Las palabras trinaron en un sonsonete gutural. “¡Ven a ayudar a un viejo a organizar todos estos libros en los estantes!”

    “¡Tienes treinta y cinco años, no estas viejo!” el refunfuño, más por reflejo que por nada. Sin embargo, el desorden en la mesa lo presionaron a moverse. “¡Profesor! No solo deje tiradas estas cosas por todos lados – ¡Había acabado de organizar este desorden! En serio…” Continuo murmurando a si mismo mientras revisaba las últimas adquisiciones, catalogándolas por autor y género.

    Miyagi solo tarareo una alegre tonada mientras desplegaba y examinaba los rollos. “Estas inusualmente malhumorado hoy. ¿Algo te molesta?”

    Hiroki se tensó. “Nada.” El mantuvo su atención en la tapa dura que tenía en sus manos, encontrándoles destino en el estante de la preguerra.

    El profesor, claro, nunca tomaba la indirecta de dejar un tema en paz. “Problemas en el paraíso entonces.” El asintió sabiamente, como si estuviera impresionado con su propia sabiduría.

    “¡No es así!” Hiroki espetó, y luego se refreno visiblemente, para respirar profunda y calmadamente. No funciono.

    “Claro, claro.” El profesor en cuestión ni siquiera levanto la mirada de su trabajo. “Tu solo estas frunciendo el ceño todo el tiempo y quedarte viendo a los espacios vacíos y aterrorizando más de lo acostumbrado a los estudiantes porque todo está bien.”

    “Eso es inusualmente sarcástico, incluso para usted, Profesor.”

    Miyagi solo le ofreció una cursi sonrisa.

    Hiroki normalmente no hablaba de sus problemas con las personas. El apenas hablaba a Nowaki sobre sus problemas, así que si su problema era Nowaki…

    "En verdad no es nada," él dijo. "El solo no ha estado mucho en casa."

    Miyagi volteo a mirarlo ante eso, con un cigarrillo colgando de sus labios. Él ni siquiera tenía que preguntar quién era ‘el’. "Bueno, es un interno, ¿Cierto? De los del tipo médico-"

    "¡Lo se!" Hiroki interrumpió con irritación. "Es solo que es menos de lo usual. No es gran cosa." Su voz vacilo en lo último. Menos de lo usual quiere decir que él no lo había visto en una semana, y cuando lo había visto Nowaki actuó extrañamente distante. Incluso en las usuales notas y en las llamadas telefónicas que acompañaban dichas ausencias habían disminuido. Le trajo de vuelta malos recuerdos de esa época cuando cualquier vaga nota se encontraba con un pavor deprimente, preguntándose cuanto tiempo en esta ocasión seria abandonado en ese limbo.

    Miyagi se veía pensativo. Hiroki espero por el acostumbrado comentario jocoso, pero ninguna llego. "¿…En serio?" El volteo de nuevo su atención a sus rollos.

    Un largo silencio se estiro entre ellos, salpicado solo por el revuelo de los papeles y el golpe de las tapas duras en las estanterías. La habitación se volvió naranja con la puesta del sol – La constante charla enmudecida del otro lado de la puerta se disminuía en un reverente silencio mientras los pasillos se desocupaban con el fin de las clases de la tarde.

    No duro mucho, por supuesto. “Ya sabes lo que dicen,” Miyagi eventualmente comento. “Las relaciones en donde realmente no se hablan mutuamente no tienden a durar.”

    No era la primera que el profesor escupía sobre ese tema – aunque en esta ocasión, él no se estaba refiriendo a su fallido matrimonio.

    Hiroki silenciosamente seguía guardando los libros, y no distinguió el comentario.

    Cuando el último de los libros del día había sido catalogado y guardado en la estantería, el profesor lo ahuyento hacia la puerta. “Es tarde. ¡Ya ve a casa! ¡Prácticamente vives aquí en ocasiones!”

    Ignorando la pura hipocresía que había en ese comentario, Hiroki recogió sus cosas y se fue. El solía quedarse hasta así de tarde últimamente – ya no había razón para llegar a tiempo a casa.

    El retorno a casa hizo poco para mejorar su panorama. Las nubes se acumulaban sobre el para equiparar a su ánimo, y para cuando el llego a su edificio, gruesas gotas de lluvia empezaban a puntear el pavimento.

    La puerta estaba cerrada – el apartamento estaba oscuro y vacío. El encendió la luz, y fue hasta la cocina. Adherido en el refrigerador había, como siempre, una nota, los caracteres habían sido garabateados familiarmente.

    ‘No llegare a casa esta noche. –Nowaki’

    Su frente golpeo contra la fría puerta del refrigerador. “¿Cuándo vendrás a casa?”


    ………………..


    Miyagi se preguntó si el debería decir algo.

    Las señales estaban allí. Él las había vivido. El sabia como se veían.

    La diferencia era, que él no estaba realmente tan comprometido con la relación. Su esposa había sido tolerable, una buena amiga, y él había estado allí con una libido saludable, y en la edad en que las personas esperaban que sentara cabeza. Pero no había un sentimiento genuino allí, y en algunas ocasiones, simular podía ser agotador. Cuando empezó a sospechar, apenas a dos años de matrimonio, casi sintió alivio. Lo libero de responsabilidades, por así decirlo.

    Kamijou, por otro lado…

    Bueno, habían estado teniendo problemas antes de esto. Por al menos un año, su profesor adjunto había sido una tormenta constante de miseria. Luego estaba ese incidente afuera de la oficina, y esa noche él había venido deambulando por la lluvia, llorando…

    Se necesita demasiado para hacer llorar al ‘Demonio Kamijou’.

    Lo que lo traía de vuelta a ese dilema.

    ¿Era Kamijou más feliz sin saberlo?

    El picaporte de la puerta se volteo, y el malhumorado castaño en cuestión entro a pisotones.

    “¡Oh, my sweet honey!” Miyagi saludo con su acostumbrada sonrisa y abrazo. “¡He esperado por tu rayo de sol especial toda la mañana!”

    Sus hombros estaban rígidos, y parecieron decaerse por un breve momento antes de que, predeciblemente, los brazos se levantaran y alejaran de un empujón a Miyagi. “Profesor…”

    Cierto. Los niveles de advertencia eran inusualmente críticos. “Ah, cuanto trabajo, cuanto trabajo,” el alegremente retorno a su mesa y abrió el periódico.

    En realidad, no era de su incumbencia. Pero le tenía un cariño genuino a su profesor adjunto. Tanto como… bueno, ese era un pensamiento muy peligroso. Pero le molestaba, solo un poco, en pensar lo mal que lo habían tratado. El nunca logro sonsacar la historia completa de su hermético colega, pero de lo poco que había logrado reconstruir…

    ¿Quién desaparecía por un año sin hacer una solo llamada a su amante? Eso tiene que ser una exageración, ¿Cierto? ¿O uno de esos ‘accidentes-en-la-oficina-postal’?

    Al demonio con eso. “Sabes, Kamijou…”

    “¿Que?” el espeto, rápido como una serpiente atrapando un ratón.

    Su coraje vacilo. Él podía ver de dónde venía el apodo de ‘Demonio’ en algunas ocasiones.

    “¿Cómo ha estado todo en casa? Estas inusualmente malhumorado hoy. Ahhh, esta arruinando mi café,” se lamentó amigablemente. Tal vez irse por la tangente era una mejor ruta.

    Solo el silencio respondió a esa pregunta. Cuando él pudo dar un vistazo, Kamijou estaba inmóvil mirando a la nada. “Hey, ¿Kamijou?”

    En un rápido movimiento, recogió sus papeles y las metió en su maletín, e hizo camino hacia la puerta. “Van bien,” dijo escuetamente. “No es que sea de su incumbencia. Ahora si me disculpa, tengo que dar una clase.”

    Miyagi se encogió de hombros ante la descortés evasión y encendió otro cigarrillo.

    Clases, después de todo, no comenzarían hasta dentro una hora más.

    Oh bien… el esperaba plantar esas semillas de duda. Un poco de preaviso le dará una decepción más gentil.

    No podía hacer más, aunque… Como Kamijou dijo, no era de su incumbencia.






    Listo esta historia espero atraiga la atencion del fandom, que veo que esta un poco lento. Ojala y nuevas lectoras les encuentre cariño y aunque pueda tener un tema polemico por alli, espero que se dejen llevar por esta caracterizacion de nuestro Demonio Kamijou. Gracias por su atencion, estare pendiente de cualquier comentario, critica o sugerencia que tengan.
138 replies since 4/8/2013
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