Posts written by Alan Wilder B.

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    Una vida nueva.


    Capitulo 9: Cambios.





    Apenas podía dejar de pensar en él, fue lo primero que vino a mi cabeza, sus ojos. Erick tenía unos ojos insolentes, bravíos, e inquietos, tener la oportunidad de encontrarlo mirándome fijamente era como un evento planetario poco usual, porque a menudo estaba tan distraído en esto y aquello que costaba trabajo admirarlos, pero fue lo primero que vino a mí, sus ojos.

    Nos encontrábamos terriblemente abochornados por el calor vespertino y decidimos viajar dos horas, allá donde la naturaleza reinaba, exactamente hacia una presa que habíamos descubierto años atrás donde a papá le encantaba organizar parrilladas.

    Erick fue inmediatamente hacia las rocas blancas que se alzaban por la parte inaccesible de la presa, la distancia hacia el agua era de veinte metros al menos, pero el relieve se configuraba de forma que cuidadosamente podías deslizarte por las rocas hacia abajo, y con suficiente pericia podías alcanzar el límite del agua. Cuando llegamos al borde se quitó los zapatos y sumergió los pies en el agua, yo me senté junto a él, con las rodillas pegadas al pecho, no había nadie alrededor, solo podía escucharse el sonido mecedor de la débil corriente en el agua, las hojas de los árboles agitándose con el viento, las aves cantando y nuestras respiraciones. Detrás de nosotros y en la proximidad solo había rocas, por delante la gran masa de agua se extendía hasta el otro borde donde era rodeada por cientos de pinos, en la espesura de ese bosque había centros recreativos, pero en ese momento parecíamos estar solo él y yo.

    Habían pasado dos días desde la noche de mi cumpleaños, cuando habíamos sobrepasado los límites de nuestra amistad. No habíamos tocado el tema. Prácticamente, a la mañana siguiente todo se desarrolló como si nada.

    Erick se recargó en mi costado y su cabeza descansó sobre mi hombro, no nos habíamos tocado desde aquello y había pensado fugazmente que sería incomodo, pero no hubo nada similar, el peso de su cuerpo contra el mío se sentía natural, como cuando descansas los brazos sobre tus rodillas. Pasamos así un largo tiempo, el aire se hizo más frío, y la luz empezó a menguar sobre nosotros, la tarde se estaba esfumando. Creí que podríamos pasar así el resto de la noche.

    Se removió sobre mi hombro y oculto su rostro contra mi pecho, estaba inesperadamente cerca, respirando contra mí.

    —¿Te gusto? —Preguntó con voz tenue.

    Le acaricié la cabeza formando surcos en su cabello negro, tuve la intención de tirar de él y estampar mi boca en la suya.

    —¿Qué?

    —No seas tonto, sabes de lo que estoy hablando.

    —No. No, no lo recuerdo.

    —Está bien —se alejó de mí sin mirarme, estaba avergonzado—, olvídalo.

    Acerqué mis labios a su cuello y suspiré sobre su piel fría.



    ***



    —Tendremos que mudarnos en dos días a la capital, y a partir de la siguiente semana asistirás a Vinci en Green. —Las palabras de mi padre me devolvieron al presente con toda su turbulencia.

    —¿Vinci? ¿El internado?

    —Es el mejor colegio del imperio —intervino mi abuela.

    —Ya estudio en una de las mejores escuelas de Tandem. Pero ese no es el punto, si nos mudamos a la capital, ¿por qué tengo que ir a Green? ¿Por qué no estudio en Börk? Aquí también hay residencia para estudiantes.

    Los ojos de mi padre me miraron con lastima, como si mis preguntas fueran las de un moribundo.

    —Es tu deber… —Empezó a decir la abuela.

    —Es una cuestión legal. —Interrumpió mi padre—. Y de seguridad. Al convertirme en el representante de la casa Hopher y, al convertirme en Ministro de Educación, la línea de sucesión ha cambiado, y eso te ha afecta —se detuvo como si hubiese preferido no empezar a hablar en primer lugar, miró a mi madre, ella entendió el mensaje y terminó por él—: Tú te has convertido a partir de ahora en el heredero de la casa Hopher, el siguiente para servir a la corona una vez que tu padre haya dejado su título, por lo tanto debes acatar las responsabilidades implicadas, la ley de sucesión establece que el siguiente en la línea debe ser preparado para su cargo en Vinci, tu padre y sus hermanos asistieron ahí durante sus primeros años de formación, al igual que tu prima Rebeca, todos por ser los posibles herederos al cargo. Recibieron educación especial y formación militar, la seguridad esta a cargo de la guardia roja, especializada en la protección de los herederos del consejo de familias fundadoras y del príncipe.

    —Además —añadió la abuela—, Vinci es el colegio por excelencia de la monarquía y la nobleza. Heredaras el liderazgo de una de las familias más poderosas de este imperio, así que desde ahora solo puedes estar cerca de la elite.

    —Ricardo —comenzó mi padre.

    «—Erick —pensé en él.»

    —Jamás esperé que tú tuvieses que lidiar con esto, es una responsabilidad inmensa, a partir de ahora no eres un súbdito más, tienes un deber esencial, una obligación para con el imperio, no podemos negarnos. Debemos aceptar el cambio, al menos por ahora.

    —Pero yo no quiero hacerlo.

    —¿Pero de qué estás hablando? —Mi abuela reaccionó—. Esto es un honor, ser el líder de nuestra familia, estar al servicio de su majestad, estar en la corte, en el consejo de familias, la responsabilidad que recae en ti es un obsequio, nadie se ha negado nunca, y mi nieto no será…

    —¡Basta! Estás fuera de lugar. Tú ya lidiaste con el fracaso de tu hijo, pero de mi hijo me encargaré yo —gritó mi padre colérico—. Creo que deberías irte ahora madre.

    Nunca terminamos de cenar esa noche. La abuela se fue rápido, sin despedirse, lo último que escuché fue el golpe de la puerta. Después de eso mis padres hablaron a solas durante unas horas. Permanecí en la sala con la luz apagada, pensando en él. Le di muchas vueltas en mi cabeza a todo, pero principalmente sobre lo que le diría.

    Finalmente, mi madre se acercó y sentó junto a mí.

    —¿Es una locura verdad?

    —Parece ser un castigo.

    —Lo sé. Nadie esperaba esto.

    —Se que no es lo que quieres —entró mi padre. Lo miré directamente y noté inmediatamente que no era el único desubicado.

    —Creo que nadie lo quiso así —terminó mamá con tristeza.

    «—Erick.»


    Continuará...




    Lamento mucho la tardanza, de verdad.
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    Una vida nueva.



    Capítulo 8. Condena.





    —Leonard Hopher, su majestad. —Anunció el guardia a la entrada del despacho.

    —Vuestra majestad. —Saludó Leonard al entrar al despacho bordeado por la biblioteca del castillo, iluminado por el sol vespertino.

    —Lord Hopher —El nombre le sabía amargo—. Bienvenido a la capital. Hace años que no visitaba el castillo, espero que disfrute su breve estancia.

    —Lo intentaré —respondió cortante.

    —Veo que está más callado que de costumbre.

    —Temo majestad, que de hablar de más pueda llevarme directamente a la guillotina —respondió burlón.

    —Quedarse callado ahora podría tener las mismas repercusiones. —Contestó—. Durante la última reunión de los líderes de las familias fundadoras se le informó al consejo sobre su decisión de renunciar a su título. Lady Hopher en persona se presentó para excusarlo por su ausencia, pero como entenderá perfectamente, en un asunto tan delicado como este, es necesario escucharlo de usted en persona.

    Ambos estaban de pie, Hopher a un metro de la puerta y Bold recargado en el marco de una ventana en el fono de la habitación con los brazos cruzados. De jóvenes su relación no había sido diferente, Leonard siempre guardó resentimiento por Alfonso, aún más que por los Bold y las enseñanzas de su padre y su familia, le pareció siempre un hombre débil, poco ambicioso, sin ningún ápice de grandeza. Sin demasiado esfuerzo lo superó en todo lo que se propuso, física e intelectualmente, pero eso no cambio nada, el seguía siendo un Bold y el heredero al trono, su destino era gobernar aún si eso significaba tener a un emperador mediocre. Alfonso nunca percibió la ambición de Leonard como una amenaza, le parecía algo propio de su naturaleza beligerante y su sed de grandeza. No supo sus intenciones hasta que ambos ascendieron al poder.

    —Es cierto —esperaba que sus palabras demostrarán algún sentimiento, pero no hubo nada de eso—. Abdicaré en favor de mi hermano menor.

    —¿Por qué ahora?

    —¿Y por qué no? Las relaciones entre el imperio y Tandem están al borde de una intervención militar, usted y yo no coincidimos en temperamento ni convicción alguna, mi ambición ha desatado incertidumbre en su gobierno porque el futuro que vislumbramos para este imperio es completamente distinto. ¿Qué mejor momento?

    Ese era el Leonard que conoció.

    —¿Lo hace por voluntad propia?

    —¿Importa? No cambia nada.

    —Leonard. Si has sido forzado a dejar tu título, existe la posibilidad de que desees recuperarlo. No serías el primer Hopher que conspira para destronar al líder de su casa.

    —Si lo que quiere saber es si voy a enfrentar a mi hermano para recuperar el poder, puedes confiar en que eso no va a pasar. —Su voz se volvió áspera y pesada. Era la voz de un hombre furioso, la voz de un lobo que está a punto de lanzar una feroz mordida, pero también era la de una bestia tras barrotes de grueso acero—. Yo, y mi familia no tenemos la misma historia de traición con la que la tuya carga. No hay niños asesinados o secuestrados, no ha habido parricidio, ni incesto, y ni uno de los nuestros se ha hecho cabeza de la familia por la fuerza como ustedes los Bold.

    Alfonso y la familia entera sabía que a lo largo de la historia del imperio los Bold habían acarreado con todo su poder una incontable cantidad de tragedias, la sangre de la familia había recorrido largos caminos de piedra y tierra, en el afán de poder y gloria.

    —Siempre hay una primera vez Leonard. Tú mismo te has convertido en el primer líder de la casa Hopher que abdica. Y fue precisamente el día en que se iba a dictar una sentencia en tu contra. Si tú madre no te hubiera obligado a dejar tu título, hoy estarías muerto, y todos en el imperio lo aprobarían —hizo un ademán con la mano señalando todo lo que los rodeaba mientras caminaba hacia él—, el mundo sabría que me hubiese desecho de un traidor. Habrías muerto sin honor. Y luego Tandem habría sido dividida para pasar a formar parte de sus estados vecinos. Los Hopher lo habrían perdido todo, y la Unión habría perdido a una de las familias fundadoras. Y eso aún puede pasar —amenazó con seriedad—. Atrévete a desafiarme una vez más y no dudaré ni un momento en matarte y destruir a tu casa —Detuvo sus pasos suficientemente cerca de Leonard como para que sintiera la vibración de sus palabras.

    Leonard le sostuvo todo el tiempo la mirada, no se descompuso, sabía en el fondo que esas eran las amenazas de un hombre débil. Alfonso podía sentir su confianza, su desdén por la autoridad que él representaba, pero, aunque deseaba sentir rabia por todo eso, en realidad no sentía nada más que incomodidad, había liderado al imperio con ligereza, sin conflictos, sin guerras, mantenía la paz, y se sentía tranquilo con ello, no iba a sacrificar eso por Leonard Hopher.

    —Verás Leonard —se giró para volver a su escritorio—, yo sé que es lo que crees, eres un separatista tal como lo fue tu padre y su padre antes de él. Tu familia está llena de rencor porque nunca han comprendido el verdadero significado de la Unión. Y el resto de las familias se ha hartado de todo eso. Si bien, ustedes han aportado mucho, los demás hemos hecho lo mismo en consecuencia.

    —La mayoría de ellos necesitan a la Unión, Tándem es un estado autosuficiente. —Escuchaba el discurso de su padre en sus palabras, las mismas ideas sin objetividad.

    —Tal vez eso es lo que parece, pero si Tándem se independizara, estaría rodeado en cada frontera por un enemigo único, sus rutas comerciales colapsarían sin la exportación terrestre y aérea. Su gran empresa armamentista, la industria minera, sus grandes desarrollos comerciales, todo eso se desmoronaría. Tándem no es nada sin la Unión. Estamos todos juntos por una razón, destinados a cumplir una función para mantener a este imperio glorioso, si alguien se desvía todos pierden. Si no entiendes eso, te mereces esto y más. Perdiste tu título, tu casa, tu posición y tu poder. Aún no has perdido tu libertad porque respeto mucho a tu madre, pero eso no significa que será tan fácil. Desde ahora y por diez años permanecerás en tu residencia en Ohm, bajo la custodia de la policía militar. —Se sentó y reclinó su cuerpo recargándose sobre la madera, frente a él estaba una carpeta que contenía la sentencia de Leonard—. Tu arresto domiciliario empezará de inmediato. Espero que este tiempo te sirva para meditar. Bien ¬—tomo su bolígrafo y tomó los documentos para leer—: Lord Hopher, acepto su abdicación, lo destituyo de sus títulos nobiliarios, le prohíbo regresar a la corte, le prohíbo realizar actividades militares públicas o privadas dentro del territorio del imperio. Lo condeno por conspiración para cometer traición y sedición, a un arresto domiciliario por un periodo de diez años. Tendrá la posibilidad de tener visitas supervisadas, previamente aprobadas por un grupo especial de la Guardia Negra, y por supuesto queda estrictamente prohibido que se reúna con sus coconspiradores. De no acatar estás instrucciones pagará con su vida. ¿Lo entiende?

    Leonard asintió.

    —Ya puedes irte Leonard.

    Se giró con el mismo rostro con el que había entrado, se dirigió a la puerta y desapareció tras de ella en un parpadeo. Alfonso se preguntó en ese momento si dejarlo ir había sido la decisión correcta.


    ***


    —¿Crees que todo haya terminado? —Le pregunté a mi padre. Estaba sentado sobre el sofá vestido con el pijama, mientras fumaba y tomaba café.

    —Eso espero. —La duda en sus palabras me fue ajena a él¬—. Lo mantendremos vigilado, y sus colaboradores están siendo retirados de sus cargos, arrestados o vigilados. Nos encargaremos de hacerle muy difícil hacer cualquier cosa. Supongo que algunos confían en que su hermano sea de una línea similar de pensamiento. Pero eso no lo sabremos hasta que lo conozcamos.

    —¿No lo conoces?
    ¬
    —Estuvimos en el mismo colegio hace muchos años, pero es cinco años más joven. Se llama Timothée, todos lo llamaban Tim. Estudió medicina, no fuimos cercanos. Lo que sí sé es que rechazó ser Rector de Vinci.
    ¬
    —¿Qué? —Mi padre asintió—. ¿Por qué?

    —No lo sé, se dedicó de lleno a la medicina y a su familia. Pero sí que fue un escándalo, es un título que normalmente se queda entre la línea de sucesión de la casa Hopher. El actual rector es uno de sus tíos. Me han informado que no es cercano a su familia, vive en un suburbio a las afueras de Tandem, con su esposa y un hijo, tiene un consultorio, y su esposa pertenece a la policía Militar. No hay mucha información, pero la Guardia Negra ya está preparando un perfil completo de él. Lo conoceremos en una semana en la ceremonia de nombramiento, después habrá una fiesta en el palacio. No quiero que llegues tarde. Y por favor —se aseguró de que lo viera directamente a los ojos— ven sin compañía.


    ***


    Uriel estaba sobre una baca con las piernas entrecruzadas mientras bebía café y fumaba.

    —¿Qué crees que pasará con Rebeca? ¿Crees que se irá? —No había pensado en ella en todo este tiempo.

    Rebeca Hopher era como yo, la heredera de su casa, la hija de Leonard Hopher, y por consecuente una de las victimas de esta situación política tan compleja, ella y yo nunca fuimos cercanos, pero su situación me causaba mucha pena, no parecía ser una mala persona.

    —Ella no tiene la culpa de lo que hizo su padre.

    ¬ —Ahora ya no es la heredera de la casa Hopher.

    —No todos los que estamos en Vinci somos herederos de alguna casa, tú mismo estás aquí porque eres un genio ¿no? Y ella es la mejor de nuestra clase

    —Supongo que tienes razón. Pero creo que la estará pasando mal.

    —Estoy de acuerdo.

    —¿Y ya conociste al nuevo Lord Hopher?

    —El sábado siguiente se presentarán formalmente ante la corte. —La pregunta logró incomodarme, y Uriel lo notó de inmediato.

    —Supongo que habrá una gran gala por ello.

    —Sí.

    —Y creo que no estoy invitado ¿verdad?

    —Lo lamento, sabes que yo…

    —No importa —me interrumpió moviendo las manos—. Odio las fiestas de la corte, así que no necesitas disculparte.

    Él amaba las fiestas de la corte, por supuesto que lo hacía.



    Continuará…



    Lamento muchísimo la tardanza, de verdad, una gran disculpa, gracias por leer, espero que les guste.
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    Una vida nueva.



    Capítulo 7. Noticias.





    —Madre —dijo con sobrada sorpresa—, pero que gusto verte —le beso la mejilla—. Adelántate, adelante, siéntate —señaló el diván de su oficina mientras él se sentaba frente a ella—. ¿A qué debo tu visita?

    —¿Sabes sobre los problemas que hay con la corona? —Se reclinó hacia el frente mirando con atención a su hijo.

    —Algo he visto en las noticias últimamente, parece que Leonard no tiene encantado al imperio.

    —Es más grave de lo que parece.

    —¿Él está en problemas?

    —Todos —enfatizó levantándose— estamos en problemas. Leonard nos ha llevado a la peor crisis de la historia de esta familia. —Caminó hacia la ventana—. Con el anuncio del aumento de presupuesto al proyecto armamentista ha desquiciado al imperio, el Rey no tendrá otra opción.

    —¿Un enfrentamiento militar?

    Se giró para mirar a su hijo.

    —Es todavía peor que eso. Estamos a punto de perderlo todo, y no lo podemos permitir.

    —¿Entonces hablaras con él? —preguntó con sarcasmo—. El jamás entrará en razón, es como papá.

    —No necesita hacerlo. —Sentenció.

    ***



    —Tu madre es genial. —Dijo con sobrada sorpresa.

    —No vives con ella.

    Esa tarde nos sentamos frente al colegio, en una banca de metal verde sobre un camellón arbolado, el día había transcurrido con lentitud, y estaba cansado, pero tenerlo cerca me reconfortaba el alma.

    —No puedes ser tan malo, si siempre parece ser tan genial y amable.

    —Es una militar condecorada, yo no conozco los fines de semana donde puedes levantarte al medio día, o la comida casera, y no se le da bien acariciar, es más del tipo que te golpea el brazo demasiado fuerte para ser casual.

    —Eso es genial. —Estoy seguro que él no podría soportarlo—. Una madre poco convencional.

    Le di un codazo en las costillas.

    —Bueno, no genial para ti. Pero, significa que yo disfrutaré de las vides del amor de tu madre, mientras tú recibes la disciplina y esas cosas. Ella —enfatizó—: me ama.

    Eso me hizo reír, desde que tengo memoria mamá y Erick se han llevado bien, yo siempre he sido mucho más serio, nunca me gustaron los deportes, y bueno, pasar tiempo en el despacho de papá leyendo era mucho más interesante que salir de campamento con mamá para llenarme de lodo y sufrir de frío en la noche; no es como si no pudiera disfrutar de la naturaleza y las actividades al aire libre, pero no es lo mío, pero él, no tiene autocontrol. Erick siempre sabía encontrar las frases adecuadas para hacerme reír, y sacare de lo rutinario, solo era cuestión de seguir escuchándolo por un rato y cualquiera caería en su juego. No podía pasar quieto mucho tiempo, y para él sentarse a mi lado a leer era un suplicio, apenas unos minutos y ya tenía su pie en mi cara, o empezaba a leer en voz alta, o contaba historias alternativas llenas de lascivos y divertido comentarios con tal de que yo apartara la vista de las letras para verlo.

    Erick es una de esas personas que son como un sol, necesitan saber que las personas saben que están ahí, y comprenden que su presencia es una extraña sustancia vivificante.

    —Cuando vivamos juntos te dejaré dormir tanto como quieras.

    Levanté la mirada hacia él, y me evitó visiblemente. Lo avergonzaba ser cursi, pero era bueno en ello.

    —Creo que antes de pensar en eso —deslicé mis brazos a su alrededor para acercarlo a mí, su espalda quedó sobre mi pecho, él acomodó sus piernas sobre la banca y su cuello quedo a plena disposición de mis labios—, primero debemos decirle a tus padres.

    Vi cómo se tensaban los músculos de su cuello bajo la curvatura de su playera bicolor, y presentí que deseaba alejarse de mí.

    —No tengas miedo —lo sujeté con fuerza.

    —No es eso.

    —Entonces qué.

    Tardó en responder.

    —Ellos ya lo saben —se giró para mirarme, su semblante era serio.

    «¿Qué? —Pensé.»

    —No es que yo haya hecho méritos porque se enteraran. —Agregó de inmediato, supongo yo que mi cara le habrá dado alguna pista de lo que pensaba—. En realidad tú… se los dijiste.

    —¿Qué?

    —¿Recuerdas esa ocasión que regresamos a mi casa de ver aquella película de bailarinas horrible? —Asentí—, entonces recuerdas que ese día tú y yo, en el baño, bueno, llegamos bastante lejos.

    —Sí, lo recuerdo.

    —Por la noche, mucho después de que te fueras entré a ducharme, dejé el teléfono en el lavabo del baño, y llamaste, no imaginé que dirías aquello así que conteste en alta voz, recuerdo que fue algo como «Oye, ¿ya te dejaron de temblar las piernas? Si hubiera sabido que te volvías más extrovertido mientras te manoseo en un baño, hace un siglo que te habría…», corrí a silenciarlo antes de que alguien escuchara pero ya era demasiado tarde.

    »Al salir del baño encontré a mi madre sentada sobre mi cama, con un semblante serio. No tuve que preguntar, ella lo sabía, había escuchado suficiente como para llenar todos los espacios vacíos. Le pedí que me diera tiempo para hablar con papá cuando estuviera listo, pero ella nunca le ha ocultado nada. A la mañana siguiente sabía todo. Hubo una discusión muy grande, motivo por el cual hace un mes que no vas a mi casa. Pero confío en que se resolverá con el tiempo, papá es un cabeza dura a veces, pero no es un mal tipo.

    —¿Por qué no me lo dijiste antes?

    —Sabía que al decirte eso, podría presionarte a contarle a tus padres, y yo no quería causarte un conflicto, yo entendía que temías la respuesta que tus padres pudieran tener por lo que pasó con tu tía Laura.

    —Aun así debiste decírmelo.

    —Tal vez.

    —Pude haberte ayudado.

    —Lo sé.

    —Todavía puedo ayudarte.

    —No.

    —¿Por qué?

    —Esto es algo que yo tengo que solucionar, y no quiero que mis padres vayan a insultarte de alguna manera. Así que no.

    —Erick.

    —No insistas.

    Estaba serio, pocas eran las veces que Erick era serio y seco, normalmente era muy risueño y encantador, no paraba de sonreír burlonamente, pero cuando lo hacía, cuando perdía esa chispa, hacía que me sintiera inseguro, como si el suelo debajo de mis pies fuera a desquebrajarse o como si se avecinara un incidente terrible.


    Hace tres meses...


    Salí del baño con mis bóxer y una playera larga y delgada, la humedad de mi piel hacia que la tela se pegara a mi figura en una transparencia erótica. Erick estaba sentado sobre un sofá al lado de su cama, dormido. Sequé con avidez mi pelo y caminé hacia él, su figura delgada se escurría como si acariciara la suave tela del reclinable. Los dedos de sus pies descalzos y de sus manos sobresalían en un rubor rosado intenso. Sus labios pálidos entreabiertos generaban un silbido suave y reconfortante que me mecía. El calor del alcohol, o de la toalla que reposaba sobre mi cuello, o del deseo que me había obligado a contener por tanto tiempo venció mis rodillas y caí al suelo frente a él con un estruendo que lo sacó de su tranquilidad para llevar sus ojos a los míos. Supo entonces que yo lo deseaba porque yo quería que lo supiera y no mitigue las flamas que me quemaban por verlo así, con prendas ligeras y piel tibia recién lavada, aromatizado y rubicundo.

    Lo deseé en mis manos y no me detuve para tenerlo, y él tampoco quiso que me detuviese. Lo sujete sobre las rodillas y deslice mis manos sobre sus muslos, debajo de la apertura inferior de sus pantalones cortos, acercándome a su entrepierna. Apenas estuve suficientemente cerca de su lívido el me tomo de las muñecas, como si tuviera intensiones de detenerme, pero sin la fuerza suficiente, exhalaba audiblemente, me miraba fijamente, y aunque sus manos me sostenían, yo sabía que no me estaba deteniendo.

    Mi excitación y la suya se obviaron por encima de las telas que nos cubrían. Desde hace mucho tiempo atrás reprimí mi curiosidad por su cuerpo, había visto algunas cosas, notado siluetas, disfrutado de fugaces ausencias de pudor donde descubrí su figura desnuda, pero siempre intentaba mantener los ojos apartados, me obligué a ser prudente, conteniéndome. Pero ahora, con esa débil sujeción, con esa respiración, con el rosado de sus muslos, no pude, no quise, y no me detuve. Le arranqué la bermuda y expuse su intimidad erecta y avergonzada a mí, y le deseé como nunca antes, sentí un vacío en la boca del estómago, los labios me cosquilleaban, apenas era yo mismo.

    Lo metí dentro de mi boca tan rápido como me fue posible, cuando lo pienso mejor solo puedo recordar el hambre que sentía, hambre de él, de su cuerpo, de su calor, estaba frenético, lo devoré, y al hacerlo lo escuché por primera vez gemir para mí. Fue grandioso, un sonido sublime que me había sabido delicioso. Estaba desesperado por más pero, cuando mis labios tocaron la base de su pelvis, cuando la extensión de su virilidad me inundaba, cuando por apenas un instante estaba saciado de placer por su carne en mi garganta, entonces sentí la exhalación fría de la consciencia en mi nuca, era mío por primera vez, y tal vez jamás volvería a hacerlo, pero una chispa de culpa se encendió en la laguna obscura que era mi cabeza en ese momento. Pensé que él estaba demasiado ebrio como para detenerme, y yo me estaba aprovechando. Me moví intentando alejarme de él sin embargo, sentí como sus dedos se enredaban en mi cabello empujándome hacia sí mismo logrando atragantarme en el proceso.

    Luego me levantó el rostro jalándome fuertemente del cabello, obligándome a dejarlo ir mientras me quejaba por el dolor. Me miró a media luz, y no pude descifrarlo, no comprendí si estaba excitado, molesto, aturdido, borracho o completamente perdido, no me enteré de nada al verlo así; tan solo de pronto su lengua estaba dentro de mi boca, y el dulce néctar de sus mucosas me escurría por las mejillas. Me tumbó sobre el piso, y sus manos se hicieron de mí como si estuvieran modelando barro. De pronto estuve sin ropa debajo de él sin oportunidad, no me dejaba respirar, intentaba llevarle el ritmo pero cuando yo me movía él ya me estaba haciendo algo nuevo. Su mano llevó a la mía directamente a su erección, comencé a masturbarlo con delicadeza, tratando de experimentar al máximo de la suavidad de esa piel que permanecía tan lejos de mí la mayor parte del tiempo, entonces me gimió en la boca, y por apenas un instante se distrajo lo suficiente para que yo pudiera retomar las riendas.

    Me giré sobre él, le arrebaté la playera de tal manera que le desgarré el cuello, quise admirarlo, detenerme a contemplar su belleza, pero por un impulso muy profundo que no venía de mi razón lo único hice fue morderle el cuello mientras empujaba mi pelvis contra la suya, rozando nuestros miembros. Fue tan exquisito, tan estimulante, el uno contra el otro, sintiendo claramente su piel caliente contra la mía, su excitación retorciéndose debajo de mi. El gemía dulcemente cerca de mi oído tratando de alcanzarme con sus labios, pero yo tenía encajada la mandíbula en su cuello, tenía ganas de descargarle la carne viva, de dar un trago de él, de tenerle dentro.

    Extendió su mano entre la mescla pegajosa de nuestros cuerpos, alcanzando en su agarre ambos miembros, sujetándolos con firmeza empezando un vaivén frenético. Yo no pude sino alejar mis dientes de su cuello para acercarme a su oído, quería decirle que fuera cuidadoso, que dolía, pero se sentía maravilloso, exquisito, psicotrópico, lo único que hice fue jadear.

    A mi mente llegó entonces una idea grandiosa, estaba ahí, la delicada silueta del helix coronando su pabellón auricular en un carmín intenso, lo recorrí con la lengua, asegurándome de dejarlo completamente empapado, mordí su lóbulo hasta hacerlo palidecer, provocando que lanzara su hombro contra mí, tratando de alejarme sin éxito. Lleve la punta de mi lengua por el trago hacia el conducto auditivo, penetrándolo sin mesura, se revolvió debajo de mi, hasta lo escuché quejándose, pero yo no me detuve. Era mío, todo, sus más profundos y oscuros rincones eran míos y planeaba recorrerlos. Profanaría su cuerpo con el mío.

    Erick comenzó a subir el volumen, esa fue la segunda ocasión que tuve un despertar de la consciencia, seguíamos estando en su casa, y sus padres se encontraban a solo dos habitaciones de nosotros, si no éramos silenciosos nos escucharían y…

    «No te distraigas —pensé mientras Erick me serpenteaba el paladar con su lengua prodigiosa.»

    Si es posible, besarnos ánimo más a Erick, quien nos masturbaba con descarada frecuencia, sentía el palpitar de nuestros pechos difuminarse por el contacto, sin identificar cuál era cuál, desbocados. Finalmente eyaculé entre nosotros, tuve que callarme con sus labios, empujando mis quijadas contra las suyas hasta que dolió, recargando todo mi cuerpo contra el suyo en una última estocada llena de lujuria y placer.

    Él respiraba agitado, sentía claramente como mi semen se esparcía entre nuestros cuerpos, diluyéndose con nuestro sudor, y escurriéndose. Aún percibía su pene erecto contra mí abdomen, él no había terminado aún, eso lastimó un poco mi orgullo, pero me di cuenta de la oportunidad.

    Deslicé mi humanidad sobre la suya, profiriendo en mi recorrido tantas caricias como pude. Mi lengua delineó el camino entre su cuello y mi objetivo, deleitándose del manjar salado y dulce de sus fluidos, de los míos, y de los nuestros. Mi cara, mi cabello y todo mi cuerpo estaba cubierto de nuestra esencia. Al final del camino me encontré entre sus muslos, escuchaba la turbulencia del aire entrando con dificultad por entre sus labios, agitado me esperaba, y no lo hice esperar. La felación se desarrolló de forma tan espontánea, como si ya lo hubiese hecho, como si reconociera la posición, las precauciones, el camino hacia su orgasmo, y fue tan fácil deglutir, succionar y lamer. Subiendo y bajando por la extensión ardiente de su miembro caliente.

    Sus manos se aferraron a mi cabellera con ahínco. Él marcó el ritmo de su propia satisfacción, y yo gentilmente me deje tomar como el instrumento de su placer. Llenaba sin consideración mi boca y mi garganta en estocadas violentas que se precipitaban una tras otra con más fuerza, con más profundidad, acompañadas de esos gemidos que me quitaban la cordura. Ya cerca de su clímax me envolvió el cuello entre sus piernas, dejando mi cabeza completamente impactada contra su pelvis, dejando que su falo me llegará hasta las fauces, liberando su semen tibio a chorros contra la pared posterior de mi garganta, llenándome la boca, incluso llegando has la parte posterior de mi cavidad nasal, mientras gemía sonoramente. Lancé mi brazo directamente hasta su boca y le metí los dedos en un intento por sofocarlo, él los succionó y yo me lo tragué, al menos a una parte de él.


    Ahora...


    Pasamos horas así, él recostado sobre mi pecho, disfrutando de la suave brisa en nuestras caras y el sol colado por entre las tablas del tejado sobre nosotros. La calma que precede al caos es deliciosa.

    —Ya debo irme.

    —¿Tan pronto?

    —Mi papá me pidió que llegara temprano hoy. ¿Quieres venir a cenar?

    —Creo que no tentaré mi suerte e iré a casa temprano también. A mi madre no le da gusto cuando llegó por la noche y le digo que estuve contigo, a solas, dándole duro.

    Me reí, aunque pronto me pareció una broma de un humor obscuro.

    —Vale. Trata de no compartir tanto sobre nuestra intimidad con ella, por ahora.

    —Es que lo que hacemos es como para escribir una novela homoerótica, ¿no lo crees?

    —Eres un idiota.

    —Pero —acercó su rostro al mío—, soy el idiota que te pone como un semental —me besó descaradamente, y claro que me puse duro, pero es que si supieran lo que hace esa lengua suya.


    ***




    Apenas pase el umbral escuché la música que venia de la sala, la casa olía a comida casera, seguramente mi madre había ido con Doña Eusebia, una mujer que cocinaba delicioso. Me dejé llevar por el aroma hasta llegar a la cocina.

    —¿Abuela?

    —¡Ah! —Estaba vestida con el mandil que mi padre usaba en ocasiones para hacer panqueques, se giró emocionada—. ¡Ricardo! Qué bueno verte, ven a saludar a tu abuela.

    Me acerqué para abrazarla, ella empezó a besarme las mejillas.

    —Ya eres todo un hombre caray. Te pareces a tu abuelo, pero esas mejillas regordetas son de tu padre. —Su mirada estaba llena de dulzura—. Anda, ve a sentarte —agitó la mano con dirección hacia el comedor—, tus padres están esperándote. La cena está lista. Anda, ve, ve.

    Al llegar al comedor me encontré a mi padre con un brazo sobre la mesa tallando sus ojos. Mi madre le sobaba el brazo cariñosamente.

    —Hola —saludé dudando si era prudente interrumpir.

    —Ricardo —los ojos de mi padre saltaron para verme con sorpresa—. Llegaste.

    —Erick tenía cosas que hacer hoy, y pensé que tú querías que llegara antes.

    —Que bueno que llegaste hijo —saludó mi madre

    —¿Cómo te fue?

    —Bien, fue un día tranquilo.

    —Que alegría.

    —¿Qué hace aquí la Abuela? —pregunté al aire, pero mirando a mi padre, quien era el más extraño.

    —Pues, ella…

    —Ella ha venido a darnos noticias muy importantes Ricardo. —Intervino mi madre—. Hay algo que debemos decirte. Es algo que nos afecta a todos.

    Tomó el brazo de mi padre, para apoyarle. Él se colocó sus gafas y reclinó su cuerpo, recargándose sobre sus codos.

    —Ella vino para que habláramos sobre la nueva dirección que tomará esta familia a partir de ahora hijo. Tu tío Leonard, ha decidido dimitir a su título como Lord Hopher del imperio, en mi favor. Por lo que desde ahora, seré el líder de la familia, del ministerio de Educación, y de Tandem.

    «¿Qué?»



    Continuará…



    Onodera, Space Doggy, gracias por sus comentarios, y por su apoyo, espero que disfruten del nuevo capítulo. Nota importante, es la primera vez que en todo lo que he escrito mis personajes llegan tan lejos, y no han llegado precisamente a la conclusión, pero hice mi mejor esfuerzo, mi primer Lemon, espero no ser muy decepcionante con ello.
    Lamento la tardanza, he regresado a mis actividades en el hospital y me ha quitado bastante tiempo, pero ya estoy trabajando en la continuación para subirla en breve.
  4. .

    Una vida nueva.



    Capítulo 6. Cecil Hopher.





    Cuando las familias fundadoras crearon el imperio se tomaron decisiones difíciles, cada una debería de tomar un papel en la organización, y controlaría una región, todos bajo el mandato de un rey, encargado de mantener la paz. Durante generaciones, el poder de las familias se heredó entre los primogénitos, y cada uno de ellos era educado para poder cumplir su función. Tandem era una de las regiones más grandes, con un capital natural insospechado, los Hopher se hicieron cargo de ella y su magnífica administración los convirtió en el estado más rico, completamente autosuficientes, con grandes centros industriales, y un desarrollo tecnológico envidiable. El resto de las regiones tenían sus propios méritos, pero nadie se desarrolló de la misma manera. Los Hopher se encargaron de la sabiduría, controlaban la educación del imperio, construyeron los colegios y las universidades, tenían a su cargo el acervo imperial, las bibliotecas, los registros históricos, y con el tiempo el líder de esa familia se convertiría en el ministro de educación del imperio moderno, y sus responsabilidades eran para con el imperio más que para con su estado.

    Las cabezas de cada familia tenían amplia experiencia en sus actividades, eran los mejores, pero para los Hopher el poder era tanto más importante que servir al imperio, y con el tiempo se desarrolló un sentimiento de menosprecio e indignación. Cuando otros estados caían en desgracia por una pobre administración o por cuestiones bélicas Tandem respondía con rescates económicos formidables a bien de la unión. Los Bold, la familia imperial, disponía de sus recursos sin chistar, y no había recompensas ni compensaciones, lo cual provocó recelo. La situación empeoró cuando algunos emperadores emprendieron costosas invasiones para expandir el imperio, sin otra justificación que la soberbia.

    Christian Hopher fue el primero en hacer una campaña de oposición pública contra los objetivos militares del emperador de la época. Y fue ejecutado por traición. Su hija, una mujer astuta, solucionó las asperezas y recuperó el equilibrio político, pero no olvidó nunca que los Bold y el resto de las familias fundadoras habían matado a su padre. En secreto emprendió una afrenta contra la familia imperial filtrando secretos militares que llevaron al imperio a desistir de sus ideas de expansión. Fue descubierta cuando ya era una anciana, y fue ejecutada por su traición.

    Los que le siguieron como líderes de su casa crecieron llenos de resentimiento. Con el tiempo destinaron más recursos a la ampliación de su ramo militar, invirtieron en tecnologías de armamento avanzado, se prepararon para dar un golpe definitivo en contra de la casa Bold, y aunque hubo quienes querían paz, otros no podían pensar en algo más que en la venganza.

    —¡Esto se acaba ya! Reuniré a las familias fundadoras esta tarde. Voy a conminar a Hopher a detener todo su proyecto armamentista de inmediato o me encargaré de una vez por todas de acabar con esta estúpida rencilla.

    —Señor, sobre la otra propuesta.

    —Ya no es tiempo de ser diplomáticos, un matrimonio no va a solucionar esto, debemos ser fuertes, Tandem y los Hopher entenderán que el poder del imperio lo tengo yo —golpeó la mesa con desmesurada fuerza—. White, has los preparativos, empieza a mover a las tropas al oeste de Green, ¿cuál es el estimado en pérdidas?

    —Invadir Tandem es posible pero, las muertes estimadas se acercan a un 20%, utilizaremos los recursos de la policía militar y la guardia negra como apoyo, tenemos cincuenta mil activos en la capital, que serán transportados a la ciudad de Prik, justo en la frontera con Tandem. Por mar, el general John tiene doscientos cruceros. En el aire Lord Tudor está listo con quince naves guía y trescientos cincuenta bombarderos. Aun así, las perdidas seguirán siendo considerables. Las guardias se apartaran de Tandem, y los miembros leales al imperio serán evacuados. Debemos atacar a Lord Hirtz primero, es el brazo militar de los Hopher, y es completamente leal a ellos, una vez neutralizado no tendrán coordinación, son aproximadamente 10,000 activos en Tandem y según inteligencia hay un aproximado de 15,000 unidades de un ejército privado, están bien armados, debemos recordar que tienen androides de batalla, y cruceros equipados con cañones penetradores, será una batalla cruenta aunque los superemos en número —dejo todo el material escrito que llevaba sobre la mesa y suspiro—. Sin embargo, todo esto depende en gran parte de que, en la reunión de hoy Lord Hopher sea arrestado por traición. Eso le quitará fuerza, y algunos de sus seguidores desistirán, solo tendremos que capturar a los más cercanos.

    —No tenemos otra opción.

    —¿Y lo ejecutará señor? —Preguntó el concejero principal de mi padre, Lord Ruisert.

    —Es el precio que deben pagar los traidores.

    —Entonces solo perpetuara el mismo círculo de vicio que se ha mantenido desde que el rey Francisco Bold ejecutó a Christian Hopher. Y tarde o temprano otro Hopher vendrá a cobrar venganza.

    —La ley es clara, la traición significa muerte, y no haré una excepción con Leonard —el actual Lord Hopher del imperio—, si después de haber crecido juntos ha decidido darme la espalda, yo no le otorgaré clemencia.

    Terminada la reunión mi padre fue hacia su despacho privado, a pesar de que la tradición dictaba que utilizara la misma sala que los anteriores emperadores, la cual se encontraba al frente de la biblioteca en la torre norte del castillo, él siempre prefirió utilizar un pequeño cuarto en el tercer piso, con una ventana amplia, y apenas espacio para un escritorio con dos sillas y un gran librero, muy sobrio y tranquilo, como mi padre. Lo seguí hasta ahí.

    —¿Estas bien?

    —Es una situación difícil.

    —¿Lord Hopher y tú crecieron juntos?

    —Nuestras madres eran muy unidas, y por supuesto, cuando estuvimos juntos en el colegio con el resto de los herederos de las familias nos hicimos cercanos —se llevó las manos a la boca y se recargó sobre el escritorio—, no sé exactamente cuando dejó de ser el Leonard que conocí.

    —¿Y aún con todo eso ordenaras su ejecución?

    —Con el tiempo entenderás que debes tomar decisiones difíciles pero necesarias —me miró fijamente—. Por ahora podrás continuar con él, el matrimonio ya no es una opción viable

    —¿Qué?

    —Ulises.

    —¿Quién te lo dijo?

    —Eso no es relevante.

    —Fue Isabel ¿cierto?

    —¿Tu hermana lo conoce? —Se recargó en su silla—. Ella no me dijo nada.

    «¿Entonces quién?»

    —No olvides que los hombres de la guardia imperial que se encargan de cuidarte trabajan para mí.

    Nunca debí llevar a Ulises a mi habitación.

    —Parece un buen chico, y es un Valderian, un banquero. Creo que podría funcionar bien.

    —¿Lo apruebas?

    No respondió de inmediato. Pude observar en sus ojos como una idea destellaba desde adentro, como suplicando ser escuchada.

    —Cuando tu madre murió entendí muchas cosas, una de ellas es que le arrebaté la felicidad que pudo haber tenido, solo por el capricho de nuestros padres, y porque nunca permití que viviera su vida con la libertad que merecía. —Siempre tenía esa mirada cuando hablaba de ella, Isabel y yo creemos que a pesar de todo la amaba, a su manera. Nunca fueron muy cercanos, nunca hubo demostraciones de afecto, ni una sola gota de romanticismo, su relación era la de unos compañeros de trabajo, sabían lo que debían hacer, lo que debían decir y hasta donde llegaban sus responsabilidades para con el otro. No dormían juntos, y la mayor parte del tiempo cada uno cumplía con sus actividades de forma independiente—. Ya llegará tu tiempo de hacer sacrificios, y de tomar decisiones difíciles, por ahora disfrútalo. No lo apruebo en su totalidad, no me adapto a esta moderna forma de ver las relaciones, pero confío en ti.

    Jamás habíamos hablado por tanto tiempo, nunca me había tomado la libertad de hablar con él sin que él me requiriera primero en su despacho. Jamás me había dado la impresión de que le importase, y ahora le descubría siendo más simple que nunca, alejado de la figura de poder e imperialismo que siempre conocí, por un momento sentí que me dirigía a mi padre.

    —Gracias… padre.


    ***


    Esa tarde viajamos al antiguo castillo de Green, una autentica fortaleza de antaño que se mantenía imponente con sus gigantescos muros de piedra, erigidos en la densidad del bosque en las faldas de la montaña. En su época se había rodeado de catapultas y cañones, y ahora se habían remplazado con lanzamisiles, morteros, y artillería pesada, conservaba su característico estilo medieval, sin perder su utilidad. Se utilizaba como campo de entrenamiento para la guardia verde del imperio, un grupo de hombres especializados en artillería y armamento de larga distancia, este lugar estaba lleno de leyendas sobre los grandiosos arqueros y francotiradores que aquí se forjaban.

    El edificio principal constaba de una sola torre circular de doce pisos, ventanas pequeñas y muros de granito gruesos. Ahí dentro, el gran Aaron Bold reunió a las familias más poderosas del continente y fundó la organización que terminaría convirtiéndose en el gran imperio de la C.O.M. Con solo atravesar el arco de piedra que enmarcaba la entrada podías sentir toda la historia, el poder, la creación de la cual había sido testigo ese castillo.

    Era la primera vez que estaba ahí, la primera vez que conocía el lugar donde un día yo mismo entraría siendo el rey del imperio, el lugar donde tendría que demostrar mis respetos a los reyes de antaño, y también el lugar donde tarde o temprano decidiría el destino del mundo.

    Mi padre se reuniría con el concejo de las familias fundadoras, me llevaron al segundo piso desde donde presencié la reunión, cada uno de los representantes de las casas se hizo presente: Lady Valderian, Lord White, Lord Ruisert, Lady Aragón, Lord Cooper, Lord Talbot, Lord Wilder, Lady Green, Lady Blackwood, y mi padre, Lord Bold. Excepto por Leonard Hopher

    —Esto es un insulto —dijo Elena Green—. Como se atreve a deshonrar a este consejo ausentándose de un llamado de la unión. Nunca tuvo modales.

    —Nada más que esperar de un Hopher.

    —Su actitud solo demuestra su lejanía para con el imperio.

    —Todos estamos plenamente conscientes de las recientes actividades de Lord Hopher, con su última determinación sobre un aumento al presupuesto de su proyecto armamentista terminó por corroborar que se está preparando para un levantamiento civil en contra del imperio, la pregunta que debemos hacernos ahora es ¿Qué haremos con él y sus seguidores? Y ¬—Lord Talbot se giró para mirar directamente a mi padre— debemos hacernos una cuestión aún más seria, dada la historia de conflicto por parte de los líderes de la casa Hopher, ¿no deberíamos plantearnos la posibilidad de apartarlos del consejo de familias fundadoras y de la unión?

    Su propuesta logró remover a todos en sus asientos, y se generó una gran discusión que no logré entender, finalmente mi padre pidió la palabra:

    —Todos lo sabemos bien, la unión debe mantenerse a toda costa. Queramos o no, los Hopher pertenecen a las familias fundadoras, son parte de este consejo, y una parte esencial del imperio, desde el principio y hasta el final somos doce, así como hubo doce la noche que todo empezó en esta misma habitación el día que el imperio llegue a su fin aquí estaremos todos —nadie le cuestionó, ni una sola mirada al suelo, ni siquiera una mueca de disgusto, todos estaban atentos, sin chistar, y tuve el presentimiento de que no era porque mi padre fuera una persona convincente, se trataba de algo más, de algo profundo, algo que no podía entender aún pero que estaba frente a mí, «La Unión»—. Para que este imperio se mantenga, debemos continuar siendo doce en esta mesa. Además, si cada vez que el líder de una familia traiciona al imperio las familias fueran excomulgadas, muchos de nosotros no estaríamos aquí sentados, todos hemos tenido ambición en nuestras casas. —Hubo risas—. El equilibrio de poder se perdería, estaríamos débiles, expuestos, sin la unión no hay fuerza. —Se detuvo un momento para meditar—. Los Hopher deben pagar su traición, estoy de acuerdo con ello, y debe ser ejemplar —se escuchó una respuesta afirmativa en general¬—, en esta ocasión perderán más que la vida, perderán su orgullo. Habrán de perder Tandem.

    Hubo muchas reacciones de sorpresa, incluso yo no esperaba eso, arrebatarle a una familia el estado que controla, jamás se había hecho. Y supongo que mi padre fue el primero en proponerlo.

    —Su majestad —interrumpió un soldado—, se encuentra con nosotros Lady Hopher.

    Una mujer anciana, de pelo largo y blanco entró haciendo eco en cada paso, bien vestida, con una expresión seria. Mi padre fue el primero en levantarse, le siguieron el resto de los presentes.

    —Lady Hopher, ¿qué está haciendo aquí? —Preguntó mi padre.

    —He venido en representación de la casa Hopher —su voz era aguda y fría, llena de carácter.

    —Pero que falta de respeto —espetó Lady Valderian—. El cobarde de su hijo no tuvo el valor de enfrentarnos y decidió enviar a su madre.

    —El habría querido estar aquí, sin embargo, ya no le corresponde.

    —Lo he llamado yo. Y se atreve a decir que no le corresponde, ¿no es el deber de un Lord obedecer a su Rey?

    —Lo es, Alfonso.

    —¡Pero que insolente! ¿Cómo se atreve a dirigirse a él con esa ligereza? Debe dirigirse a él como «su majestad» o «su señoría», está hablando con su Emperador —gritó Lord Ruisert—. ¡Jamás había escuchado semejante falta de respeto! Me sorprende que una mujer de su categoría no pueda comportarse apropiadamente.

    —Tranquilo Lord Ruisert, conozco a Lady Hopher desde que era un niño, tiene permiso de tomarse algunas libertades. —Invitó a todos a sentarse—. Por favor Lady Hopher, acompáñenos. ¿A qué debemos su visita?

    —Vengo en representación de la casa Hopher esta noche porque mi hijo, Leonard Hopher ha dimitido.

    —¿Dimitir? —No solo Lady Green había reaccionado con sorpresa, todos murmuraban al respecto.

    —Ya no continuará al frente de nuestra casa, por motivos personales. Espero puedan entenderlo.
    ¬
    —Entiendo. ¿Dónde está Leonard ahora Cecil? —preguntó mi padre.

    —En su casa de retiro, en la provincia de Ohm.

    —Entenderás que deberé hablar con él personalmente.

    —Yo sé que esto no es para nada ortodoxo. Pero le aseguro que me encargaré de hacer las disposiciones necesarias para que tengamos una adecuada transición hacia un nuevo gobierno en Tandem.

    —¿Y cree que vamos a confiar en usted? Su familia solo ha causado problemas.

    —Lord Valderian tiene razón, no estamos aquí reunidos para hablar de los méritos de su familia.

    —Mi hijo no ha hecho nada ilegal.

    —Dejando de lado que parecía estar construyendo un ejército. El Lord Hopher de la C.O.M. se resistió a cumplir sus deberes como ministro de educación, dedicando toda su energía a la construcción de un estado al borde de la sublevación. Sus acciones no son las de un hombre leal a su imperio, desde cualquier ángulo. —Señaló Lord White—. ¿Cómo espera qué interpretemos todo eso señora?

    —No dije que fuera un santo, pero no ha cometido ningún crimen contra la corona.

    —Ninguno de nosotros se atrevería a desafiar al imperio nunca. Y su hijo, en cada oportunidad ha demostrado su distanciamiento de la unión. Tal vez no sea un traidor ahora, pero no trate de justificarlo. De continuar en su puesto habría tenido un único desenlace, un golpe de estado.

    Ella bajó la mirada, era la primera vez que lo hacía, fue apenas un instante, pero lo hizo.

    —Cecil, te daré dos días para nombrar a un sucesor para tu hijo, vendrán a palacio y yo lo nombraré oficialmente Lord Hopher del imperio de la C.O.M. Y como todos lo hicimos deberá jurar lealtad a la unión —ordenó mi padre—. Dile a Leonard que lo espero mañana en mi despacho.

    —¿Qué me garantiza que estará a salvo?

    —Nada. Pero si el no viene a mí yo enviaré a buscarlo. Tienes dos días Cecil, es todo.

    Continuara...



    Onodera, gracias por continuar leyendo, y por ser tan amable de comentar cada capítulo. Space Doggy, bienvenida, espero que te guste el nuevo capitulo.
  5. .

    Una vida nueva.



    Capítulo 5. Familia.





    Había pasado una hora desde que habíamos hablado con mi padre, fuera de un pequeño regaño, y que me dijo a solas al oído: «estoy seguro que no es la primera vez que esto pasa, pero ni se les ocurra volver a dejar la puerta sin seguro, si tu mama los hubiera descubierto, no importa lo mucho que ella te quiera Ricardo, serías hombre muerto», nos dejó volver a la habitación con la advertencia de que prefería que tuviéramos la puerta abierta.

    —Creo que todo salió bien ¿no?

    Erick cabeceó dudoso.

    —Creo que a partir de ahora todo será más fácil —extendí mi mano para alcanzar la suya, acaricié el dorso de sus dedos, el me miró, no pude descifrar su rostro, apenas tranquilo, ligeramente inquieto, de facciones livianas, y parpados pesados, los labios inmóviles, y las mejillas inquietas— ¿no lo crees?

    Se acercó lo suficiente a mi cara para que pudiera sentir el calor emanando de su cuerpo, junte nuestras frentes y lo rodeé con mis brazos.

    Hace tres meses…

    —Gracias.

    —¡Te dije que lo lograría! —se rio y me golpeó un brazo, estábamos dentro de una habitación de madera natural y concreto, puerta de cristal, una mesa al centro rodeada de sillas, y al fondo una gran pantalla¬— Tu madre no se puede resistir a mí.

    Nuestros amigos se habían ido, ya era bastante tarde, pero Erick no estaba satisfecho aún, seguía bebiendo, y mientras más ebrio se ponía más se reía de todo, apenas había cantado una sola pista, en cambio me obligó a cantar ocho veces, tres de ellas su canción favorita. La verdad es que todo fue fantástico, Elena vomitó un par de veces pero no dejo de divertirse y cuando se fue parecía estar sobria, Francisco y Ana no habían durado mucho, estaban en la etapa en que preferían estar solos, el resto se había ido suficientemente tarde, pero al final solo estábamos nosotros dos.

    —¿Qué vas a cantar ahora?

    —Nada, creo que ya debemos irnos.

    —¡Qué! ¡Pero apenas son las once!

    —Aquí están a punto de cerrar.

    —¡Eres un aguafiestas! Lo que pasa es que no has bebido suficiente. —Eso era verdad, logré esquivarlo toda la tarde, de haber bebido lo mismo que él ninguno de los dos habría estado en condiciones de regresar a casa¬—. Ten, bebe esta última, hasta el fondo ¬—lo miré fijamente.

    —Vale, pero después nos vamos.

    —Sí, sí, sí, después de este último trago nos vamos.

    Suspiré y bebí todo de un trago, estaba dulce y ardiente, pude notar como el alcohol envolvía mi boca como una niebla, las orejas se calentaban, y mi cabeza se hizo ligera.

    —¡Yeah! Ja, ja, ja, ja, ja. ¡Ese es el espíritu! Vamos a pedir otra —hizo el ademan de levantarse de la mesa y lo detuve en seco.

    —Esa es la última.

    —Pero…

    Enfilé la mirada.

    —Está bien —susurró en un puchero.

    Tomamos nuestras cosas y salimos al estacionamiento, me sorprendía increíblemente su tolerancia al alcohol, no trastabillaba al caminar. Solo lo delataba el inmenso foco rojo que le encendía el centro de la cara, una gran mota de sangre caliente al centro de su palidez. Ambos subimos al auto sin dificultades y aunque él había tomado el triple que yo, por un momento pensé que sería mejor dejarlo conducir, esa última copa casi me había derribado. Recapacité a tiempo; darle el volante era darle el poder para hacer más locuras, y seguramente con mi juicio disminuido podríamos terminar en algún bar de mala muerte, así que me abroché bien el cinturón y maneje lentamente con la brisa fría entrando por la ventana, aún había vialidades congestionadas, era ciertamente temprano para terminar una fiesta, pero era miércoles.

    Llegamos a la casa de Erick sin ningún problema, el bajo primero del auto para abrir el garaje y dejar que estacionara mi auto. Al llegar a su habitación nos encontramos con unos vasos de leche y algunas galletas sobre la mesa de noche, y la habitación estaba preparada para nosotros. La madre de Erick dejó de montar una cama extra hace muchos años, cuando éramos más pequeños jugábamos sobre su cama hasta desfallecer sobre ella, así que cada mañana su madre nos encontraba durmiendo juntos y la cama extra completamente hecha, así que dejó de prepararla, sin embargo, si dejaba dos juegos de sabanas pues Erick tenía la mala costumbre de desarroparme a media noche.

    Sacó dos pijamas de su cajonera, guardaba un poco de mi ropa en su casa. Entró al baño y escuché claramente lo que hacía, como habría la llave y dejaba que el agua se templara, el roce de sus ropas al deshacerse de ellas, el sonido húmedo de sus plantas desnudas en contacto con la duela fría, y luego el impacto de las gotas contra ese cuerpo delgado, cerré con fuerza mis ojos, y traté de despejar mis pensamientos de él, de su piel, de sus labios, de su cabello húmedo, del sonido de la espuma recorriéndolo, del vapor que transpiraba, de su…

    —¡Ey! ¡Dúchate antes de dormir! —Me gritó mientras me lanzaba una toalla, y lo agradecí, porque algo había despertado en mí, y estaba empujando con insistencia mis pantalones. Corrí hacia el baño y me metí dentro de la ducha con el agua más fría que pude soportar, no era la primera vez que me pasaba, desde hace algunos años, siempre que dormíamos juntos tenía este tipo de problemas.

    Ahora…

    Mi madre llegó temprano. Había comprado pollo frito, y se alegró de vernos.

    —Erick, que bueno que estas aquí, he comprado mucha comida hoy, y no creo que podamos con ella sin tu ayuda.

    Cuando estábamos todos a la mesa el silencio se hizo presente.

    —Pero que os pasa hoy chicos, ¿están siendo serios por algo en especial? —Era muy hermosa, y su mirada perspicaz podía dominar a cualquier hombre, así que todos la evitamos, algo que solo pudo meternos en más problemas—. ¡Ah! Con que me ocultan algo eh. ¿Qué está pasando Tim?

    Mi padre le sostuvo la mirada y arqueo las cejas tratando de mantenerse integro, pero eso era imposible, así que terminó guiando los ojos directo hacía mí. Y ella giró la luz de sus faroles directamente hacia mí, casi derramo la sopa.

    —Ricardo y yo somos novios.

    —Ah. —Creí que solo había sido yo, pero al parecer todos los Hopher reaccionamos igual en ese momento.

    Erick me miró evitando a mi madre.

    —¿Pues tenía que saberlo o no? —Le temblaba la voz.

    Se escuchó un gran suspiro de mi madre, seguido de una risa mal controlada por parte de mi padre.

    —¡Pues ya era hora no lo creen!

    Abrí los ojos como platos, Erick emitió un sonido muy extraño, y mi papa volvió a reírse.

    —Llevo semanas tratando de ignorar las risitas ahogadas cuando se besuquean en su habitación mientras fingen estudiar.

    —¡Mamá!

    —¿Pero con quién creen que están hablando? Yo soy la puta ama.

    Erick soltó una carcajada, tal vez demasiado estridente, y cuando se dio cuenta de ello, se calló de inmediato. Al ver su cara avergonzada yo también me reí, y mi padre ya no pudo controlarse.

    —Los únicos que creían que era un secreto eran ustedes. Pero, ya hablando en serio —se estiró sobre la mesa para alcanzar nuestras manos y nos sostuvo con fuerza—, me alegra mucho que hayan decidido compartirlo con nosotros, me habría encantado que no tuviésemos que haberlos descubierto a punto de tener sexo para que nos lo dijeran —se me detuvo un momento el corazón—, pero me alegro, ya podemos ser honestos entre todos. Ahora —su agarre se volvió muy doloroso, Erick se quejó—, ambos son mis hijos, y no lo dudes Erick, te amo como a mi hijo y estoy muy feliz de que al fin se haya decidido a aceptar lo que siempre sintió por ti, y que le hayas correspondido, pero esta es una casa respetable, y si me vuelvo a enterar que la usan de hotel los voy a colgar de los testículos en el abeto del jardín. ¿Entendido?

    Ambos aceptamos los términos, y después de eso la cena se desarrolló con facilidad, mi madre hizo muchas preguntas incomodas que —y no entiendo por qu鬗 Erick respondía como si le hubieran dado suero de la verdad. Los dotes de detective de mi madre eran increíbles, no por nada trabajaba para la policía militar del imperio. Su mirada podía sacarle toda la información a Erick, pobre de él, de haber crecido con ella seguramente se habría hecho más resistente. Apenas hubo terminado su plato lo alejé de ella, había muchas cosas que no estaba preparado aún para explicar, y mi madre parecía ya saber demasiado. Cuando subíamos las escaleras alcancé a escucharla:

    —Nuestro bebé ha crecido, nos ha presentado a su primer novio.

    —Lo sé. Parece como si hace tan solo unos días me pedía que lo levantara para poder alcanzar el lavabo, y ahora se escapa de su clase de guitarra para tener un tiempo a solas con su novio.

    —Bueno, tu caminabas por una marquesina de cinco centímetros todas las noches para llegar a mi habitación. Es entendible.

    —Tuve que vencer mi miedo a las alturas por ti. Y lo volvería a hacer.

    —Estoy orgullosa de él.

    —Yo también. No deberías ser tan ruda con ellos, solo quieren disfrutar la vida.

    —¿Crees que me harán caso? Si él heredo tus manos inquietas, no pasaran ni tres minutos con la ropa puesta esta noche.

    No pude más con eso y corrí para encerrarnos en mi habitación, con seguro.

    Continuara...



    Onodera, muchas gracias por tu apoyo, de verdad lo agradezco mucho, seguiré actualizando cuando pueda para terminar esta historia, aún falta mucho… Mucho, jajaja, seguimos en la introducción, pero espero que te guste todo lo que continuara. Aprecio mucho, de verdad mucho, tu apoyo.

    Decidí cambiar el rango de edad, voy a escribir un poco de lemon pronto porque me parece que la historia lo amerita, espero que les guste, y me disculpo si introduzco de forma muy forzada el mundo donde ellos viven, en realidad mis historias se desarrollan en una realidad donde existe un imperio que lo controla todo, pero nunca había sido tan explícito al respecto, sin embargo para esta historia voy a tocar muchos temas, que sirvan de introducción para las siguientes historias, y para que vayan familiarizándose con la C. O. M. Es el mundo que he creado y que les quiero compartir, nos leemos pronto. Por cierto, me percaté que cometí el grandisimo error al escribir los nombres invertidos en los anteriores capítulos, ya los puse correctamente, pero quiero que quede claro Erick es un Ruisert y Ricardo un Hopher, es mas un recordatorio para mi, pero de verdad me disculpo por haberlos confundido.
  6. .

    Una vida nueva.



    Capítulo 4. Adios.





    —¿Y no dijiste nada?

    —¿Qué pretendías que le dijera?

    —Que aún con todo eso no iba a obligarte a hacerlo.

    Me reí por lo bajo.

    —No entiendes Ulises.

    —¡Claro que no lo entiendo! —Se había mantenido sereno desde el principio, pero claro, tenía que llegar este punto, y yo lo esperaba porque, de lo contrario, si él no empezaba la discusión, si no era el que comenzaba a gritar yo no me hubiese atrevido a hacerlo—. ¡No entiendo por qué demonios no intentaste siquiera hacer algo! ¡Por nosotros! ¡Carajo, pensé que esto te importaba! ¡Llevamos cuatro años juntos! —se sentó en la cama de la habitación¬—. ¡Cuatro malditos años y ni siquiera pudiste oponer más resistencia!

    Tenía los dedos de las manos firmemente sujetos de las sabanas.
    ¬
    —Tal vez tengas razón —me mordí la parte interna de la mejilla— y esto en realidad no tiene ninguna importancia.

    —¡Hijo de puta! ¿Cómo te atreves? —Se levantó apresuradamente y se fue contra mi lleno de cólera, de un solo movimiento logró lanzarme al piso e inmediatamente después aplastó su puño contra mi nariz, aunque violento todo se desarrolló en un silencio casi sepulcral apenas interrumpido por el crujir de huesos nasales y metacarpos, y lo agradecí, de lo contrario los guardias que estaban en la habitación de alado podrían entrar y Ulises terminaría mal.

    El sabor del hierro llenó mi boca, mi cerebro aún no alcanzaba a sentir el dolor que después me mantendría semanas incomodo, pude ver el cuerpo de Ulises montarse sobre mi abdomen, con la cara roja y prácticamente desfigurada por el coraje, con el brazo derecho levantado sobre mi en animo de volver a golpearme, con los nudillos pelados y sangrantes, sus ojos, de un magnifico verde grisáceo resplandecían cristalinos mientras escurrían en lágrimas. Lo esperé con dignidad, el segundo impacto, pero no llegó, mi camisa se retorció entre sus puños mientras rompía en llanto insultándome por lo bajo.

    —Cobarde. Eres un puto cobarde, crees que soy tan estúpido como para no darme cuenta de que quieres que yo termine haciendo el trabajo sucio por ti —apenas sentí la tibieza de sus lágrimas que humedecían mi camisa en el abdomen, corrió un chispazo de dolor por todo el rostro, dejándome repentinamente ciego en un tono carmín brillante, el cráneo punzante y la consciencia algo perdida, lo seguía escuchando, pero no lo comprendía, estaba haciéndose cada vez más difícil mantenerme.

    Finalmente deje de enterarme de nada.

    Más tarde, cuando desperté, me encontraba sobre el sofá al centro de la habitación, tenía la narina izquierda llena de algodón, y lograba percibir el olor de la manzanilla. Sus dedos me acariciaron el pelo, y apareció frente a mí inclinándose, con los ojos rojos y una mirada culpable.
    ¬
    —¿Te sientes bien?

    Asentí.

    —Yo lo siento, no imaginé nunca que podía causarte tanto daño. Estaba muy preocupado.

    Acerque mi mano y acaricié su mejilla.

    —Eres muy benevolente con él, después de lo que te hizo.

    Un frío de muerte me recorrió el raquis al escucharla. Y Ulises lo notó.

    —No sabía qué hacer cuando te desmayaste así que fui a buscarla.

    Me incorporé. Tenía un escozor terrible en el interior de la nariz, mis ojos aún lagrimeaban por la irritación que había causado la sangre. No pude girar para verla, pero ella se apareció frente a mí. Nadie sabía nada de mi relación con Ulises, pero ella era muy astuta, y no sabía exactamente que le había dicho Ulises, tenía que ser muy cuidadoso, mi hermana era extraña, nunca fuimos muy cercanos, y la confianza era pobre.

    —Debes aprender a mantener tus asuntos de amantes a raya Enrique, o papá podría enterarse.

    Miré a Ulises.

    —No, no, no, él no dio nada, pero eres bastante obvio hermanito. —Torció sus labios mientas levantaba una ceja—. Nunca fuiste muy guapo, y ahora él —le apuntó con el pulgar—ha arruinado todas tus posibilidades, así que cuídalo, no seas idiota.

    Me hizo sonreír, y dolió.

    —Bueno chicos, deje té en la barra, y creo que deben arreglar sus cosas por su cuenta. Si necesitas algo llámame, y deja de ignorarme en los pasillos ¿si? —Se acercó y beso mi mejilla, sentí el labial mientras se quedaba marcado en mi piel—. Tenemos que hablar de algo tan pronto como sea posible, háblame —me susurró al oído—. Y tú, idiota —señaló a Ulises— vuelve a golpear a mi hermano y te castraré.

    Salió rápido, y apenas se hubo cerrado la puerta tras de si Ulises se acercó con una toalla caliente para limpiar una pequeña línea de sangre que escurría hacía mis labios.

    —Ella me da miedo.

    —Debería, es peligrosa.

    —Tu familia está llena de gente loca.

    —Y la tuya de golpeadores compulsivos.

    Se rio, era muy lindo cuando se reía, la parte por debajo de los ojos se arrugaba increíblemente, se veía como si le hubiesen agregado unos treinta años, sus ojos se hacían pequeños. Pequeños y lindos ojos cafés, brillando a media luz. Aún llevaba puesta la camisa del uniforme, sin la corbata, el cuello estaba abierto y dejaba expuesta las clavículas que se superponía en la piel en un tono ligeramente rosado.

    —Si no fueras tan débil te seguiría golpeando sabes.

    Se arrodilló frente a mí.

    —No quiero terminar contigo Enrique, por favor no me…

    Lo besé, y mientras lo hacía me volví a lastimar la nariz, pero no me importó, lo necesitaba, lo quería, y lo iba a hacer mío. No sabía que pasaría al día siguiente, solo sabía que tal vez fuera la última vez que lo tenía.

    Continuara...



    Un nuevo capítulo, espero les guste, pensé en hacerlo más hard, pero recordé que la historia es +13, tal vez me venga mejor subirle un poco el rango de edad.

    Edited by Alexander Bold - 7/5/2020, 21:03
  7. .

    Una vida nueva.



    Capítulo 3. Confesión.





    Estábamos ahí, frente a la puerta, su mano sudaba junto a la mía, y ambos estábamos tan nerviosos que no podíamos dejar de remover nuestros dedos entrelazados. Dentro de ese despacho estaba el padre de Ricardo, el mismo hombre que me curo la rodilla cuando en una muy estúpida idea, nosotros decidimos lanzarnos por una colina montados sobre una tapa de plástico, que se atoró con una roca enviándonos directo contra el tronco de un árbol, yo me raspé la rodilla y un codo, y él se rompió el cubito porque le caí encima.

    Obviamente estaba muerto de vergüenza con todo el mundo, le había roto el brazo, pero el señor Hopher no me culpó, simplemente se preocupó por mí tanto como por su propio hijo, ayudó mucho que sea un médico. Mientras tanto nuestras madres armaron un lío gigantesco sobre quién era más responsable que el otro, pero llegada la noche, mientras cenábamos y bebían, yo ayudaba a comer a Ricardo, y toda esta historia se convirtió en una anécdota divertida.

    Yo aún tengo la cicatriz en la rodilla, el guardó sobre una de sus repisas la parte del yeso que yo firmé. Siempre he creído que fueron instantes muy precisos los que me llevaron a enamorarme de él, y ver ese recordatorio en yeso de lo profunda que es nuestra amistad cada vez que entraba en su habitación me llenaba de miedo, un terrible miedo de perderlo si tomaba la iniciativa, tardé años en tenerlo, y ahora no lo iba a dejar ir, por fin es mío, después de todo lo que pasó.

    Hace tres meses…

    —¡Estoy harto de todo esto! No soporto historia, es demasiado aburrido.

    —No está mal.

    —¡Eso solo lo dices porque todo lo que lees lo puedes recordar, es la maldición de los Hopher, no pueden olvidar nada y por eso viven en el pasado eternamente!

    Eso me molestó mucho así que lo golpeé con fuerza en un brazo.

    —¡WOA! ¡Maldita sea Ricardo, eso dolió!

    —No hables mal de mi familia.

    —¡Jodete! Me has roto el brazo.

    —No exageres.

    Chilló de dolor nuevamente y me preocupé un poco, pero él es exagerado por naturaleza, y le gusta armar dramas, se sobaba el brazo y hacia muecas mientras se retorcía sobre la butaca, así que lo ignoré, apenas notó que no le prestaba suficiente atención comenzó a molestarme, me encanta verlo entretenerse, sonriendo todo el tiempo por tonterías, se forman dos surcos de piel entre sus labios y la nariz cuando se carcajea que siempre quise besar.

    Sería difícil hablar del momento preciso en que descubrí que sentía por él más que solo la fraternidad de una amistad, pero este tipo de instantes fueron clave. Él, picándome las costillas para que le ponga más atención, o tirándose al piso mientras se carcajea, o cuando mete las etiquetas de mis playeras dentro del cuello, cada acción, pequeña e insignificante me volvía loco.

    —Ricardo, ¿qué vamos a hacer mañana?

    —Venir a la escuela.

    —No seas idiota que bien sabes de lo que estoy hablando. Tu cumpleaños, ¿qué haremos por tu cumpleaños?

    —Es miércoles, supongo que mi mamá prepara un pastel, pero nada especial.

    —Eso no suena nada bien. Será la única vez que cumplas veinte, así que debemos hacer algo especial —se lleva el pulgar a la boca y comienza a mordisquearse la cutícula—. Podemos preparar algo con los chicos por la tarde, en ese Bar del que hablamos la última vez, el que tiene Karaoke.

    «Interesante.»

    —Sé que te gusta esa idea. Lo sé.

    —Aunque me guste la idea, jamás me dejarán salir a la mitad de la semana.

    —Yo me encargaré de eso. Déjamelo a mí, ya verás que sí.

    Ahora…

    Ricardo estiró la mano libre y empujo la puerta delante nuestro para entrar en el estudio se su padre, sus primeros pasos estaban llenos de fuerza, pero a penas el señor Hopher volteó con el semblante serio, noté de inmediato como el peso de su cuerpo se dejaba caer sobre el agarre de nuestras manos. Yo lo sujeté firmemente, tratando de demostrarle que no estaba solo.

    —Erick, espera fuera por favor, quiero hablar solo con Erick por ahora.

    —No papá. Él se va aquedar aquí.

    El señor Hopher me miro fugazmente y luego se reclinó sobre el escritorio frente a él. Su estudio, que a menudo también funcionaba como consultorio provisional, era hermoso estaba abarrotado de libros, esquemas y modelos, había un par de sillones, una mesa de exploración, y junto a la ventana su escritorio, de madera, antiguo, robusto y bien cuidado, a pesar de todo el contenido de esa habitación, no lucia ostentosa, solo era sorprendente, un producto de la vida académica y profesional del hombre que ahora esperaba que dijéramos algo.

    —Yo… —Soltó Ricardo en un tono muy alto, que moderó con un carraspeo—. Más bien —se giró hacia mí— nosotros, queremos decirte algo papá. Desde hace ya algún tiempo Erick y yo hemos estado saliendo. Yo no, no había dicho nada hasta ahora porque pensé que… Bueno no sé exactamente por qué no dije nada hasta ahora, tal vez fue por miedo a lo que podrían pensar, o tal vez fue porque quería que fuera una cosa solo mía.

    No había dejado de mirarme, y yo le sostuve la mirada, estaba brillando. Y muy en el fondo sentía que la pesadez que mantenía en el nudo de manos y dedos de nuestro agarre se volvía gas, y lo estaba haciendo flotar.

    —También no dije nada, porque no sabía algo, no sabía si esto era una cosa, de esas que pasan y que de pronto dejan de pasar porque uno se aburre. Pero no. No es algo así. Erick —cerró los ojos— es la persona a la que quiero, y tal vez más que eso. No espero que lo entiendas pero sí que lo aceptes, porque no importa lo que digas yo estoy decidido a seguir con él Y sé que el está conmigo. Estamos juntos. Y ni tú ni nadie va a cambiar eso.

    Ambos miramos a su padre. Tenía los ojos abiertos y la mirada taciturna.

    —Ricardo, soy tu padre, y yo jamás me opondré a que seas feliz. Me lastima un poco que no hayas tenido la confianza para decirnos a tu madre y a mí sobre esto antes, y no me parece nada respetuoso que lo haya tenido que descubrir de esta manera en particular pero, no quiero nunca que pienses que no te querré por quien tú eres, porque eres mi hijo, y te amo —sus ojos me enfocaron—, y claro que estoy de acuerdo en que Erick sea mi yerno, si es casi como mi hijo. —Sus ojos se cristalizaron, y en su rostro se formó una sonrisa, se levantó y acercó a nosotros para abrazarnos, me tomo por la cabeza y a acercó a su pecho, Ricardo seguía sin soltarme, y aunque no podía verlo, podía sentirlo, sentía que estaba llorando.


    Continuara...



    Un nuevo capítulo, espero les guste, la historia intermedia continuará también.

    Edited by Alexander Bold - 7/5/2020, 21:02
  8. .

    Una vida nueva.



    Capitulo 2: Lo que se debe hacer.





    —Más allá de las terribles consecuencias de invadir Tandem, creo que la diplomacia podría darnos más beneficios.

    —¿De qué estas hablando?

    —Luis Enrique señor. Sigue siendo soltero, y la hija de Lord Tandem es de la misma edad, y no es poco agraciada.

    Escuché aquella conversación. El consejero de mi padre lo dijo abiertamente y sin mesura enfrente mío y del resto del gobierno, todos se mantenían serios ante tal propuesta, como si fuera algo que van haciendo por ahí con toda la normalidad del mundo. Me quedé callado a la espera de la respuesta de mi padre, lo miré fijamente y sin embargo el no volteó para verme a mi antes de decir:

    —Quiero un resumen detallado de la estrategia militar para una invasión interna, detallen exactamente cuantas bajas tendríamos, quiero que me digan con la mayor precisión posible cuales serían los riesgos, políticos, económicos y militares. Encárguese de eso general White, tiene una hora.

    —Si señor.

    —Eso es todo por ahora, nos veremos mañana por la mañana —todos comenzaron a levantarse y despedirse de mi padre, cuando yo hice lo mismo me habló para que me sentase junto a él— ¿Has escuchado atentamente?

    —Sí. Y no estoy de acuerdo en ser un recurso de negociación política.

    —Te pregunté si escuchaste atentamente Luis.

    —Lo hice.

    —No, no lo hiciste, porque de haberlo hecho entenderías lo que es verdaderamente importante. ¡Ahí afuera hay un estado sublevándose! ¡Tratando de dar un golpe militar para derrocar a la corona! —Gritó mientras golpeaba la gran mesa de madera frente a nosotros—. ¡La misma corona que tu heredarás un día! ¡Y lo único que te interesa es si tu matrimonio será utilizado o no como una moneda de cambio político, pues ve dándote cuenta de que muchas de las cosas que harás cuando estés en mi lugar te sabrán peor que el excremento, pero te las tendrás que tragar, porque será tu deber! ¡Entiéndelo ya carajo! Si vamos a la guerra con ellos se perderán vidas, muchas, y si eso puede evitarse lo haremos, no importa si estás o no de acuerdo. ¿Entendiste?

    Asentí, y al hacerlo su semblante cambió, supongo que mi cara en aquel momento tuvo algo que ver con eso.

    —Ya sé que esto es una mierda, si que lo sé hijo. Todos hemos tenido que hacer sacrificios. Tu madre, yo, tus abuelos, toda nuestra familia tiene cantidad de historias sobre lo que han sacrificado en favor de este imperio. Y el pueblo se lo merece Luis, porque ellos son lo que importa, todo —se giró hacia la ventada de su derecha—. Puedes irte ahora. Medítalo con calma Luis, hablaremos mañana.

    Me levanté de la silla con lentitud, y apenas hube caminado suficiente para escapar de la vista de cualquiera me derrumbé contra un muro para «meditar».

    Cuando nací, mi vida ya estaba definida por la línea de sucesión, mi padre seguiría al suyo, como este lo hizo con su padre para convertirse en el rey del imperio, para dirigir al pueblo, para convertirse en la figura más importante del poder. Y ahora yo, aquí, dentro de una de las torres del gigantesco castillo en el que había vivido mi familiar por generaciones, estaba siendo preparado para soportar la carga. Fui educado para dirigir, para controlar al gobierno, se cuantos consejeros tengo, en cuantos niveles se divide jerárquicamente el gobierno, y cada una de sus partes, los nombres de los duques, condes, príncipes, herederos y herederas de cada una de las casas fundadoras, los nombres de los generales, y desde pequeño me obligaron a aprender sobre leyes, mandatos, estrategia militar, educación, cultura general y tradiciones, arte, salud, ciencia, política, literatura, pero no de la misma forma que al resto, siempre enfocado. Algún día me sentaría en el trono, al centro del imperio y tendré que hacer lo que debo. Y eso significa que debo resignarme a perderlo.

    Continuará...



    Hace años que no escribo, y se que no es gran cosa, pero quisiera terminar esta historia algún día, así que espero que les guste.

    Edited by Alexander Bold - 7/5/2020, 21:03
  9. .

    Una vida nueva.



    Capitulo 1: Juntos.




    —No cierres los ojos.

    —Perdón —se rio—, no puedo evitarlo… cuando haces eso.

    —Quítate la playera —le pidió con deseo, y él obedeció rápidamente.

    En menos de un segundo lanzó su playera a un rincón alejado de la cama para continuar besándolo. Las caricias eran torpes y ruidosas. La casa estaba vacía y lo único que se escuchaba más allá de las puertas del cuarto eran las estrepitas risas de vergüenza, que retumbaban de vez en cuando por las habitaciones desoladas.

    —Había esperado esto mucho tiempo.

    —Yo también —respondió jadeando y se lanzó contra ese torso desnudo para disfrutar de la tersura de esa piel rubicunda.

    —Es milagroso que estemos solos… ¡Ah, deja eso en paz! —se quejó cuando sintió los dientes jalando con insistencia sus tetillas.

    —No —sentenció con rudeza e insistió en mordisquearle.

    —¡Erick! —gimió.

    —¿Ves? Si te gusta… —se rio.

    —¡Cállate!

    —¡Ricardo! ¿por qué no me… —Abrió la puerta y levantó el rostro para buscar dentro del cuarto a su hijo—… contestas? —Abrió los ojos impactado por la imagen y el aire lo abandonó con rapidez, pero no tardó mucho en recobrar la razón—. Ricardo —desvió la mirada a una lámpara junto a la puerta con un gesto de marcada molestia; su voz era seria, tal vez las palabras más frías que le había dirigido nunca a su hijo—, ven al estudio de inmediato.

    Abrió la puerta de par en par y se esfumó por el pasillo.

    —¡Mierda! —Ricardo empujó a Erik y corrió en busca de su playera, sentía que su pecho estaba siendo comprimido con el yunque más pesado del mundo. No supo bien ni cómo, ni cuándo, pero estaba vestido y con las manos frías y el aire pesado inflando sus pulmones en medio de la sala, frente al estudio de su padre.

    Erik bajó tan rápido como pudo, tratando inútilmente de alcanzar a Ricardo, casi tropieza a la mitad de las escaleras mientras intentaba acomodarse la playera. Al entrar en la sala, vio una figura sombría, la sombra delgaducha del muchacho con el que se besaba, pero no parecía ser del todo él, en ese lugar, frente a esas puertas de gruesa madera, solo parecía un fantasma perdido. Sintió mucho miedo de todo eso, el suficiente para que sus pies retrocedieran inconscientemente, pero se contuvo, y el valor se enervo dentro de él para dar esos pasos, los suficientes para alcanzar la mano terriblemente blanca de ese espectro del que estaba profundamente enamorado y decir:

    —No tienes que hacerlo solo.

    Ricardo lo miró, al principio no parecía entenderlo, sus ojos enfocaban más allá de Erik, atravesándolo, pero pronto, en esos irises café, creció un sentimiento de amor profundo y de temor. Temor por todo aquello que tenía enfrente y que podía perder.

    —No tengas miedo, todo estará bien. Lo haremos juntos —presionó su mano.

    Ricardo inspiró profundamente, cerró los ojos y caminó decidido hacia el despacho de su padre con el brazo extendido para empujar la madera fría. Sosteniendo con fidelidad la mano de Erik, porque sin ese contacto no podría enfrentar lo que fuese a encontrarse al atravesar el umbral de aquellas puertas.


    Continuará...



    Espero que les haya gustado. No les puedo prometer actualizaciones programadas ni prontas, pero avanzaremos, de a poco, hasta acabar esta historia. Todas las opiniones son bien recibidas, gracias por leer.

    Edited by Alan Wilder B. - 12/5/2020, 19:23
  10. .
    Dropstriangle

    Pequeña pero peligrosa.

    Me ha gustado mucho tu escrito. Has ganado a un fan. Me gustaría decir más pero el tiempo apremia. Espero leer más de ti pronto.

    Good luck!
  11. .

    Ojou_Sama


    Lamento mucho la tardanza, de verdad, perdóname. Pero creo que aún no acepto que haya terminado.


    SPOILER (click to view)
    ¿Cómo se mide el valor de una gran obra, no importando si es retórica o pragmática? Fue la pregunta de un joven estudiante a su maestra… Ella lo miró sorprendida ante aquel cuestionamiento. Un compañero presente se bufó de él, le dijo: «¡Es una pregunta de ignorantes!». La maestra inconforme lo reprendió ante su comentario y afirmó: «No, para nada. De hecho es una pregunta muy importante, muy buena, ¿ustedes qué creen?». Los estudiantes se quedaron un momento en silencio, y después las ideas se hicieron presentes:

    —Tal vez es la calidad del lenguaje.

    —Posiblemente una obra recibe su valor del alcancé que puede tener, de los lectores, de que tan popular se vuelva —idea con la que muchos concordaron.

    —La obra recibe su valor dada la reputación del escritor.

    —¡Cuantas ventas tenga!

    La maestra continuando escuchando atenta, algunas veces asentía mirando al piso y en otras tan solo soltaba una sutil risa. Al final se giró, ya habiendo escuchado al foro, se dirigió a aquel que había hecho la pregunta en un principio y cuestionó: «¿Tú que dices?»

    —Bueno… No lo sé. No estoy seguro.

    —¿De que no estás seguro?

    —De estar bien.

    Ella soltó una risa liviana.

    —¿Cómo podrías estar mal? Para algo es que estas aquí, ¿cuál es tu opinión? «¿Cómo se mide el valor de una gran obra, no importando si es retórica o pragmática?»

    El muchacho estaba nervioso, pero decidido. Y respondí:

    —Yo creo que, independientemente de que tan popular sea la obra o que reputación tenga el escritor, una obra recibe su valor en la medida en la que el texto pueda causar algo en el lector. Quiero decir, un texto, puede estar bien escrito, puede tener elementos retóricos contundentes y ser la obra de un reconocido escritor, pero no causar nada en un lector. Ya lo hemos visto, llegamos a la conclusión de que escribimos como un medio para salir, o escapar, de la realidad que nos envuelve, ¿de qué serviría un montón de letras, sin magia, sin sentimientos, si nada que te haga volar, viajar al mundo de la ficción contenida en esas páginas?

    Sus compañeras a manera de burla lo ovacionaron, y la maestra explicó que era un gran argumento, una forma muy efectiva de lograr otorgar un valor a una obra, aunque, claramente, la regla no podía generalizarse ya que cada individuó es distinto en la apreciación de las cosas. Depende de su conocimiento de mundo, de su contexto, dijo. Es sin embargo algo personal.

    Sigo con esa Tesis, de hecho he elaborado algunos ensayos del tema, nada grandiosos, pero siempre he defendido ese punto de vista.

    Y tu obra para mí vale mucho.

    Eres una escritora digna de grandes reconocimientos, tal vez sí, ya lo había dicho, aun joven en este campo pero he leído tus tres historias, ahora cuatro según veo… Y cada una a su manera me ha demostrado que tienes una maestría excepcional en la creación de personalidades, más aparte una imaginación verdaderamente envidiable.

    Y las pruebas están aquí. En tus letras. En el alcance de las mismas.

    ¡Pero qué final! Excepcional, maravilloso. Admito que cuando llamó a Erick en el aeropuerto fue muy sencillo adivinar lo que vendría, lo que se avecinaba… Pero lo hiciste excelente. Mis palpitaciones sufrieron mientras leía las líneas del viaje al aeropuerto. Me entusiasme demasiado, mamá me chitó como unas tres veces, en mis alaridos.

    Y luego como lo terminaste fue fantástico… Lo adoré, eclosionas las sensaciones en un punto, y dejas volar la imaginación del enunciatario. Molto bello, bello! Y aún con todo esto no quieres que te alabe.

    No quiero decir que el extra no fuera bueno, no para nada, fue exquisito, de verdad el final también me encantó, fue muy agradable y sorprendente, debo admitirlo. ¿Miguel y Maricela? Eso no me lo esperaba, ya estoy verdaderamente atemorizado.

    Ah sí. ¿Preguntabas por qué me muero del miedo? Pues es muy simple, ya lo he dicho antes ciertamente. Es para mí un placer, o más que un placer un rito, el analizar los textos que leo, y hasta cierto punto me es muy sencillo el encontrar pistas, ligeros detalles que me dejan ver el futuro. Nosotros los escritores estamos ansiosos de que todos descubran lo que viene, inconscientemente dejamos pistas (de las que me aprovecho para saber lo que viene, es divertido), pero tú, tú lograste que yo viviera la incertidumbre del ¿qué pasará? No pude de forma alguna adivinar cosas muy importantes, algunas otras sí, pero me dejaste impresionado más de una vez, fue impactante. Estudio Lectura y Análisis de Textos Literarios, y no pude con el tuyo…, eso es lo que me atemoriza, creo que o tú eres muy buena, o yo estoy perdiendo el toque, o un poco de ambos. Adoró la doble interpretación de la O. Pero sin dudarlo eres muy buena.

    Tus letras son…, están… Es increíble, mucho. Haces al lector traspasar la ligera línea que separa nuestro mundo, al menos lo que creemos que es la realidad, para trastocar uno nuevo, nacido de tu imaginación. Llegas al punto de convertir a través de la lectura, como lector, a ese mundo en algo real, creer en la realidad que ante ti se describe, y lo imaginas muy claramente, es algo…, es una sensación muy bella. Y ese es el poder de las letras, las bien escritas. No cualquiera lo logra, no cualquiera abastece un texto tan bien como para llevar a su lector a otros mundos… Otras realidades.

    ¿Por qué? Bueno, parece ser que eso depende de cada persona. Pero no te parece que la vida es una insatisfacción… No me malentiendas, a diferencia de lo que algunas de mis historias pudiesen demostrar, no soy un fatalista. Sin embargo vivo con la firme convicción de que la vida es una insatisfacción. Por más que buscamos, la vida que poseemos no nos llena por completo, siempre estamos sumergidos en la búsqueda de algo más, mucho más, anhelamos. Sí, buscamos el lograr lo que es imposible porque lo posible es aburrido.

    Y por eso creamos formas de lograrlo, no ya hemos volado y tocado las nubes, no hemos ya llegado a la luna, y casi alcanzar las estrellas, no ya nos hemos sumergido y descubierto algunas de las maravillas del universo marino. O acaso no hemos viajado al infierno, o conocido la mente de un asesino cuya conciencia lo auto-incrimina al escuchar a aquel corazón delator, o no hemos vencido a criaturas innombrables, visto pegasos, y montado dragones. Buscado a nuestro padre un tal Pedro… Escuchado el canto de las sirenas. Visto a titanes y gigantes, participado en las más épicas batallas. Sufrido las más horribles penurias, y los más grandes amores. Y todo, todo a través de la imaginación humana.

    Escribimos para llenar ese vacío que no nos abandona, y tal vez si tuviéramos todo lo que buscamos no dejaríamos de hacerlo, buscar. Porque lo que tenemos siempre nos parece poco.

    Y tú has sabido, muy realmente, llevarnos a disfrutar, nuevamente, de un nuevo mundo, de una realidad distinta. Has satisfecho por un instante la vida de este lector que busca… Tienes un gran talento para crear mundos..., no lo olvides, nuca.

    Muchas gracias por compartir con nosotros las maravillas que radican en tu imaginación, es un gusto y un placer leerte. Haber leído tu obra ha sido un placer y una tragedia, no sabes lo que me hiciste sufrir, me ha encantado poder conocer a Alejandro y a Erick… ¡Gracias!

    Que exquisitas letras. Creo que ya me excedí. Pero de verdad me has cautivado, he quedado encantado.

    Creo que lo dejaré así… Ya sabes cuánto me ha gustado todo esto. De verdad ame Destino, y siempre vivirá en mi memoria, en un lugar especial.


    Espero que mi comentario no te decepcione.

    Nos leemos pronto. Gracias por tus palabras, me siento muy alagado, mucho. De verdad gracias por ese agradecimiento.

    Suerte… Ya iré a leerte y a continuar siguiendo tu obra. Sé que harás cosas maravillosas. Lo sé bien.

  12. .

    Ojou_Sama


    ¿Decepcionarme? Por favor no digas eso. Es un verdadero placer el poder leer comentarios como los tuyos. Y de verdad me has sorprendido, es un comentario enorme, muy… ¡Wow! Gracias. Y ya se lo dije, no se preocupe, suficiente ya hace con leer mis escritos.

    SPOILER (click to view)
    Estoy un poco enojado, casi molesto por lo que leí. ¡No debe atreverse a decir tales cosas! Usted es un escritora impresionante, de las mejores que he leído yo en este foro. Y créeme, he leído narraciones exquisitas, dotadas de un lenguaje muy bien empleado, que poseen una redacción fluida, y que se nota tienen gran conocimiento, pero que no transmiten nada, son bacías, rebuscadas, con lenguajes que sobresaltan pero simplemente bacías. Y tú no tienes eso, tus letras si están llenas de algo, no sé cómo llamarlo, tal vez inventio, como lo canonizó Ciceron. Pero llenas.

    Eres buena. Una escritora excepcional, amateur, sí, lo somos, por qué no. Lo decía Richard Bach: “Un escritor profesional es un amateur que no se rinde”. Yo no me he rendido, tú tampoco. Richard North Patterson decía: “La escritura no es producto de la magia, sino de la perseverancia.”

    No me mal entiendas, me siento tremendamente alagado, de verdad, tus palabras me producen gran jubilo, es algo muy grato el poder leer todo eso, y te lo agradezco infinitamente. Tus palabras me dan fuerza para no rendirme. Pero te admiro, mucho, tienes grandes dotes en esto. No exageré, solo dije lo que pienso, lo que vi, lo que leí.

    Me encanta eso de la empatía, cuando un texto produce aquella sensación es algo magnifico, no creo que los míos tengan aquella capacidad sublime, pero tú me estás haciendo creer que es posible. Tienes talentos obscuros… Pero es un gran logro que puedas conmemorar la experiencia de la vida a través de estas letras.

    Amor, ¿amor? Que raro es eso… No sé si he podido expresarlo en realidad. Pero he invertido tiempo e imaginación, además de una cantidad de sensaciones y experiencias propias como nunca antes para poder lograr crear una simple y apenas perceptible, fugaz y etérea emoción. Me alaga que digas todo eso, el esfuerzo ha valido la pena si tú lo has sentido.

    Sobre el erotismo que tú impregnas en tus historias, bueno es una historia peculiar conmigo… Yo llegué a este foro muy ingenuo, muy puritano, yo era un niño de 15 años que no conocía todo eso que leí. Admito que fue difícil de procesar en un tiempo, relativamente corto, pero después lo entendí, después desenmarañe ciertas cosas, investigué, aprendí. Y después; después, me aterré, sí, lo hice.

    Aún no me siento capaz de hacer todo lo que muchas y algunos de ustedes se atreven a escribir, no por vergüenza, ¡imagínate! Quiero ser médico y me apena el sexo, imposible. Pero no, para nada. El problema radica en que no creo poder hacerlo, no soy bueno con el erotismo, tal vez por eso convierto esas escenas en algo más cósmico, mágico, espiritual. Me encanta este concepto de la fundición de los cuerpos a un nivel inexplicable y trato de escribirlo. Sí he intentado escribir algo más “crudo” como tú lo llamas, pero lo tengo reservado, aún no me encanta.

    Esto me mato: “Tú haces que mi imaginación vuele de una forma inexplicable”. Me fui de espaldas en la silla al leerlo, y doy gracias a que el seguro estaba puesto, que si no me he dado tremendo golpe, que no lo hubiera contado. Gracias, de verdad, gracias.


    SPOILER (click to view)
    Fueron… Que bueno que te guste, es como un buen amigo mío dice: «Los primeros siempre son a los que más quieres». Y yo tengo algo muy íntimo con esa historia. Lamento que te haya hecho llorar, o sentir todo aquello, pero en ocasiones es mejor hacerlo, liberarse de todo eso, ¿cómo? Teniéndolo presente, aceptándolo, que pasó, pero que pasó y no pasa. Fue, tal vez especial, lirico, bello, triste, trágico, pero fue, eso es todo.

    Y eso es Fueron.

    Sobre Esquizofrenia, muchos me lo han dicho, tal vez debería hacerles caso. Pero el problema radica en que no quiero, no quiero escribir más. Yo tengo un trabajo, ustedes lectores, nosotros más bien, tenemos otro, son complementarios, inherentes. Los lectores le dan vida al texto, lo traen a la realidad, y lo que yo busco en esto es que ustedes destruyan lo que yo he creado y lo acomoden de nuevo pieza, por pieza, y así descubran lo que es.

    Quiero que cada persona tenga su propia interpretación de lo que ahí pasó… De lo que puede pasar. Eso es su trabajo, y a mí me encanta saber todo lo que ustedes descubren, lo que imaginan, porque me deja ver que yo no tengo la última palabra. Yo puedo decirte claramente que todo eso fue el simple, no sé… Que toda la historia fue una película que veía una niña, y que al final fue interrumpida para ir a comer, y hubiera ahí determinado un final, un cierre, pero es que no solo existe uno, hay miles de posibilidades, cada mente es capaz de crear nuevos finales, nuevas explicaciones.

    Ese es mi propósito con Esquizofrenia, retar a mi lector a ir más allá de una simple lectura. No eres compulsiva, lo sé, lo he leído, uno puede saber cosas por los escritos de otras personas. Pero tu lector interior está insatisfecho, y es flojo, porque quiere que yo le dé una respuesta, pero este escritor no quiere dársela. Lo siento, pero no puedo. Más bien no quiero. Si soy caprichoso, y mucho.

    Ella es mi mejor… Eso ya lo sabes. No es mi título, es de una amiga, y las historias son; no son nada parecidas. Me alagas mucho.

    Caray, como explicarlo, digamos que en aquel momento yo estaba dolido; sí, dolido, furioso. Y en mi rabia escribí, escribí para lastimarla, porque eso quería, que le doliera… Que le cayera un yunque… Pero no funcionó muy bien que digamos. No tengo remedió.

    Toda esa pasión salió de esa furia. Me enojaré más seguido para poder hacerte algunas escenas de esas, solo para ti. Espero no ser muy atrevido, lo siento, me exalto con relativa facilidad. Soy verdaderamente implosivo y escribir es tranquilizador. Ahora: ¡No te metas con Andrew! No es cierto, verdaderamente es un… No es alguien muy bueno.

    Me descubriste, en Andrew enfoqué a un perverso yo, ese mismo que descubrí al calmarme; el que había pensado todas esas cosas. Lo llené de un miedo profundo, de no poder tener lo que quería, lo que anhelaba, de no ser amado, de estar solo. De todo eso que me lleno de miedo al saber que fui yo mismo el que lo pensó.

    Pero lo aprecio mucho, a todos ciertamente, pero él me causa, no sé…, me fascina. Sabes algo, yo pienso que sí, el no merece ni a Julieth, mi amada, ni a Peter, mi amigo, pero Andrew es para ellos algo muy importante… Es alguien muy vital. Y vaya que lo necesité para ver mejor las cosas en este mundo impío.

    —No dijiste nada sobre Placer, acaso ¿no lo viste, o así esta de feo…? —espetó entristecido.

    Relato de una… Nació en la escena final, siempre pensé matar a Michael, siempre. Aunque sí dude, porque lo quise mucho; un día lo leí y casi no me atrevo a hacerlo, a escribir las palabras que lo llevarían a su muerte, y créeme dolió como no te imaginas, pero debía hacerlo. Dicen que no es el qué sino el cómo, y espero haber acertado.

    No pudo haber sido distinto, porque te lo imaginas, que todo hubiera salido color de rosa, hubiera sido un sacrilegio. Pero si lo pensé. Sobre todo cuando regresa de hacerse comandante en la Guardia Blanca, fue cuando dije, no puedo, pero debo… Y lo maté y viviré siempre con eso en mi conciencia. Que tristeza, soy un asesino retorico.


    SPOILER (click to view)
    Tú no te preocupes, yo también a veces digo: ¡No, no, no, yo no quería ser tan literal! Sucede, yo sé que cada quien tiene derecho a pensar lo que quiere, y también te pido que no tomes literal mucho de lo que hay aquí… Recuerda que soy un demente. Y romántico aparte de todo. Gracias.

    Bueno, no soy un literato, ni aspiro a serlo, pero siempre me ha fascinado la escritura, nacida del amor que le tengo a mi lengua. Estoy enamorado del español. Es tan mágico para expresarse… Es bellísimo, como no escribir en él, con él, para ser más exactos. Y es por eso que he aprendido tanto personalmente como en mis clase de Taller de Lectura, Redacción e Investigación Documental I; II; III y IV, Lectura y Análisis de Textos Literarios, etc. He leído de Retorica, Gramática, Semántica, etc. Pero yo odio aprender Ortografía, y me disculpo, pero es aburridísimo. Y sé que es importante. Pero he descubierto que esto de escribir no se puede lograr nacido del aprendizaje y la dedicación, es algo con lo que naces, como tú…

    Deja de escribir cosas como esta: “Muchísimas gracias por compartir tu escritura, pues es muy satisfactoria, al menos para mí. Muchísimas gracias”. Moriré de tantos halagos, lo juro, un día veras las noticias: «Joven mexicano murió de una sobredosis de halagos, se busca a la propietaria de la cuenta Ojou_Sama bajo sospecha de homicidio involuntario.»

    ¡Gracias por todo! Eres muy considerada conmigo, no me lo merezco. Esto es demasiado… Aún no lo proceso. Gracias.

    Y como no felicitarte en tu cumpleaños, era imperativo, aunque admito que me metí en problemas, pero valió la pena.

    También un abrazo.


    Nos leemos pronto, más de lo que imaginas.

    Suerte…


  13. .

    Ojou_Sama


    ¡Que lindo! De verdad es un muy buen detalle, me ha encantado. Cuando sucedió, allá en Destino, lo que suceder tuvo, cuando nuestro querido Agustín me partió el corazón al creerlo yo muerto, supe entonces que él se merecía algo mejor. Y al final sobrevivió y el corazón mío volvió a sentir alivio.

    Es un amor extraño, en realidad nunca pensé que ellos acabarían juntos, no lo vi, y eso es algo que ya me está asustando. Pero en realidad se lee tan dulce, tan apasionado.

    Sabes ya que me encanta como escribes, pero yo te lo repito con insistencia: ¡Me fascina! Eres talentosa y muy maravillosamente buena escribiendo. De verdad que yo te admiro y mucho.

    Agustín es tan enternecedor, por favor era virgen, un inexperimentado «niño», a la merced de los deseos carnales de un hombre experimentado. Esto me sonó a cliché, y yo los amo. De verdad que te quedo sublime.

    Me encanta como creas una historia, como desenvuelves al personaje, lo haces más… No me llagan palabras. Tal vez verosímil, es que sin duda lo vuelves más real, pero es otra cosa. No lo sé. Lo pensaré. Pero haces algo increíble, me sorprendes mucho y me encantaría saber cómo creas a un personaje, me inunda la duda, pero entenderé si no me lo dices.

    Gracias por tomarte la molestia de hacer este ¿Spin off? Sí. Yo soy un neófito de este asunto, y cuando lo comentaste me surgió la duda de que era, y mi madre me dijo que era un término comercial para determinar la creación de una nueva empresa a partir de otra mediante separación de una… ¿división? Subsidiaria. Pero investigué bien, y ahora sé que es, y debo decirlo, lo hiciste bien, qué digo bien, lo hiciste genial. Digno de ti.

    Bueno es todo lo que quiero decir. Esperaré ansioso, tal vez demasiado, tu próximo proyecto, ¿una precuela? Si no mal estoy, que interesante. Y sí, ya sabemos, o eso es lo malo de las precuelas, a qué punto vamos a llegar, pero no es el qué sino el cómo, y tú eres buena en eso del cómo.

    Nos leemos pronto… Cuídate. Suerte.
  14. .

    Lamento mi ausencia, de verdad quería poder responderles antes, lo ansiaba, pero tuve complicaciones, y solo hasta ahora pude dejar a esos malditos burócratas, ellos si pueden cometer errores, pero uno tiene el más mínimo desliz y lo crucifican.

    Lo lamento, estoy exaltado. Quiero pedirles disculpas.

    Al igual me encantaría desearles felices fiestas. ¡Feliz Navidad! Atrasado pero aquí. Deseo de todo corazón que disfruten de estos días con sus seres queridos. ¡Prospero año nuevo! Éxito y mucha suerte… Y si no creen en ella, espero que se esfuercen al máximo por lograr sus cometidos.

    Los aprecio.



    "Coloqué las respuestas en spoiler para economizar espacio. Espero que no haya inconvenientes."


    Fubumicky-chan


    SPOILER (click to view)
    Adoro atender a mis primeros lectores. Es un placer leer comentarios, sobre todo tan rápidos, apenas 3 minutos habían pasado cuando me informaron que tenía un nuevo correo, estaba realmente sorprendido porque no creí que fuera en este Fic.

    Te lo agradezco mucho, dos cosas: haber leído, y haber comentado, no sabes cuan feliz me hace leer las impresiones de mis lectores, y por supuesto la tuya.

    Diré que en el principio, cuando comencé a escribir esta historia me imagine ese final, no con esa esencia, pero sin duda era una frase que iría incluida. Llegó a mí de una manera verdaderamente irónica. Ya que estaba dotada de una fuerza peculiar decidí darle un papel esencial, no solo como un eje central, sino como el gran final.

    Sobre leerme, he publicado otras historias en este foro, te extiendo una invitación cordial para que los leas, los enlaces están en mi firma. Pero has llegado en un momento de incertidumbre, tengo un proyecto algo avanzado, pero me siento inseguro. Espero que mi miedo se esfume pronto y pueda obsequiarte otra historia, para que la disfrutes.

    Reitero mis agradecimientos. Suerte… Nos leemos pronto. ¡Espero!





    Ojou_Sama


    SPOILER (click to view)
    Cuando en mi correo advertí la notificación de un nuevo comentario en este tema, al abrirlo creí haber cometido un error pues vi tu nombre de usuario al principio del mensaje, así que volví a revisar, y cuando me di cuenta estuve a punto de colapsar. ¡Lo juro! Mis…, bueno, tengo testigos.

    Y es que quien podría imaginar que una de sus escritoras favoritas lo leería. Es algo poco común e increíble. Estoy muy embelesado. Sigo realmente sorprendido.

    Gracias por leer, me hace inmensamente feliz, de sobremanera. Y quiero que sepas que no debes apurarte de forma alguna, ni preocuparte, lee a tu ritmo, y como siempre lo digo: «¡Disfrútalo!»

    Suficiente tengo con saber que me estás leyendo. Yo mismo sé que “Cuatro cuentos y una tragedia” pueden llegar a ser un poco abrumador, en cuanto a extensión hablamos; pero no debes apurarte tan solo lee y descubre, yo esperaré paciente. Se bien, por propia experiencia que publicar, escribir, leer y comentar, al mismo tiempo, es un verdadero martirio. Además me odiaría a mí mismo si yo fuera el causante de retrasar tu trabajo, mismo que yo ansió leer.

    Me encanta que te sientas identificada para con el contenido de este pequeño escrito… Es para mí muy importante el lograr eso, aunque debo decir que esto lo entenderás mejor en un tiempo, solo espera. Pero me agrada, y me entristece de cierta forma el que lo hayas superado, es una situación verdaderamente divertida.

    Gracias por tus palabras, me son realmente reconfortantes. Sobre todo en estos momentos, en los que estoy tomando algunas decisiones sobre proyectos futuros.

    Creo muy a mi manera de ver las cosas que aún tengo muchos problemas, demasiados, en cuanto a escribir se refiere. No le digas a nadie pero soy muy distraído y al escribir cometo un sinfín de errores ortográficos, y sobre todo tengo complicaciones en el momento de diseñar y escribir a un personaje, sobre todo por la personalidad, soy malo. Pero agradezco tus comentarios.

    Y no te preocupes por leer a la brevedad, mi paciencia es grande, pero jamás te obligaría de forma alguna a hacerlo, ya eres muy esplendida al leerme.

    Te deseo lo mejor… Por cierto, reitero mis felicitaciones por tu aniversario. ¡Feliz Cumpleaños! Espero que hayas tenido un día maravilloso.

    Cuídate… Suerte. Nos leemos pronto.





    pato359


    SPOILER (click to view)
    Si continuas con esta clase de mensajes no tendré más opciones que creer en ti. Creo que empezaré a pensar en un obsequio por tan lindas y esplendidas palabras… ¿Tal vez…? Lo sabaras a la brevedad.

    Te lo agradezco mucho, has sido una lectora fascinante, siempre aquí, siempre comentando, siempre siendo tan activa. Sin duda te he llegado a apreciar. ¡Muchas gracias!

    En realidad este es un texto en el que invertí una experiencia abrumadora. Experiencia que no he superado, pero que la he escrito para poder digerirla, aunque eso es sumamente personal. Me sorprende mucho el hecho de que esto realmente llega a pasar, es incómodo, por suerte yo estoy resuelto a no caer víctima de… Me estoy exaltando, pasemos a otra cosa.

    Sobre tu proyecto, estoy sumamente interesado, se de buena fuente que eres una escritora con méritos, o por lo menos a la visión de este humilde lector eres bastante buena. Snit y Tae respaldan mi opinión. Esperaré el leerte muy pronto.

    Te vuelvo a agradecer, pero es que ya no sé cómo decirlo, te he dado las gracias tantas veces. Pero aunque se me acaben los sinónimos, quiero que sepas que de verdad me inundas de gratitud al leerme, disfrutar de los escritos de este parlanchín y amateur, y por comentar.

    Sobre las historias, creo que tienes razón, yo las amo así como están. Se quedarán así… Es lo mejor, es la única opción.

    Sobre mi otro proyecto, pues… Estoy algo inseguro, me inunda el miedo de continuarlo… Pero lo estoy pensando muy seriamente, me estoy preparando, discuto conmigo mismo sobre si hacerlo o no. Ya te habrás dado cuenta que soy un poco dramático, pero no quisiera darles u ofrecerles algo que no posea los elementos que mis lectores merecen. Estoy pensando.

    Sobre mis horrores ortográficos, te lo agradezco, soy bastante distraído, voy a creer ciego con s, como si fuese a cortar algo, que ridículos comete uno. Y sobre la e, eh y he, bueno, releí y no encontré la falla, si fueras tan amable ¿podrías decirme en dónde está? Lo siento, a veces se me van…

    También te deseo felices fiestas. Que te la pases muy bien con tus seres queridos. Cuídate.

    Suerte… Nos leemos pronto.





    Anayentzin


    SPOILER (click to view)
    ¿Qué te puedo decir? Ya sabes que me encuentro muy agradecido por tus palabras. Admito que me sorprendí al ver que comentaste tan rápido, pero lo agradezco.

    Admito que fue un poco complicado, pero dadas algunas situaciones y experiencias fue un poco más sencillo. Solo me liberé.

    ¡Si era una compensación necesaria! Son las compensaciones necesarias, pues de que otra forma podría compensar mis faltas, sé que no las cubres, que no las desaparece, pero no sé qué más hacer. No puedo darles, por lo menos no a todos, chocolates.

    Tú sabes cuales son las complicaciones que me afligen y aun así lo consideré necesario.

    Sobre el nuevo proyecto, pues… Ya sabes, los achaques de siempre.

    Espero leerte pronto. Y leer algo tuyo, una historia.

    Suerte…





    widget


    SPOILER (click to view)
    ¿De verdad? Estoy sorprendido, mucho. De verdad. ¡Y por cierto! Agradezco el gesto de haber comentado. ¡Gracias!

    Tu comentario ha sido para mí y para el Sr. Leroy todo un placer, y sobre todo una sorpresa. Creo muy en el fondo que es increíble, en toda la expresión de la palabra, que estas situaciones se den en la vida real, aunque si son parecidas a algunas experiencias que he tenido.

    Después de una discusión con Leroy, que resulta ser yo mismo, hemos decidido obsequiarle las letras y palabras de ¡Te odio! Cópielas a un documento, o transcríbalas y obséquieselas a ese alguien, si es que es posible.

    De una u otra forma cuando un escritor publica su obra está ya no le pertenece, ahora es del demonio público como lo escribió Efraín Huerta. Yo más bien creo que son de los lectores, aquellos que tienen que cumplir con su deber, el de darle vida al texto. Y creo que tú lo has hecho al saber que estas letras serían las perfectas para “[…] expresarle a cierta persona. […]”. Así que están aquí para ti, disfrútalas.

    De verdad muchas gracias por todo. Espero que te encuentres bien. Mis mejores deseos.

    Suerte… Nos leemos pronto.

  15. .
    Ojou_Sama

    Disculpa lo heterodoxo de este mensaje, y el que no haya comentado, pero estoy atendiendo algunos asuntos urgentes, estoy desde el teléfono enviando esto. Espero que no me descubran. Pero era necesario. Después te haré llegar mi comentario sobre el resto, por ahora quisiera atender el asunto que me hizo regresar a los viejos hábitos.

    Qiero desearte un ¡Feliz Cumpleaños! Mis mejores deseos, disfruta tu día. Espero que te la pases genial.

    Me tengo que ir, cuídate. Disfruta tu cumpleaños. Nos vemos pronto, lo juro.
104 replies since 12/8/2013
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