Posts written by kaoru16

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    UN PRÍNCIPE PARA GOENJI




    Yuuka Goenji, es una niña dulce y alegre, la pequeña consentida de la casa, la luz en los ojos de su nana, la pequeña bebe de su papá y la princesa de su hermano mayor. La más pequeña de los Goenji era la personificación del alma deslumbrante y amoroso de su madre, pero en versión pequeñita.

    Donde estuviera la de ojos negros y trenzas, había felicidad. Y todo aquel que tuviera la suerte de conocerla, podía dar fe de eso.

    Yuuka era consiente de que al ser la bebe de la casa, su hermano siempre la trataría como su pequeña princesa y ella era feliz por eso. Se sentía una princesa como las de sus películas favoritas, lo que la llevó en más de una ocasión a preguntarse: ¿quién será su príncipe azul?

    Pregunta que luego tuvo una clara respuesta. Su hermano mayor.

    Amaba a su hermano, porque si ella era una princesa, obviamente su hermano también era un príncipe, su príncipe azul.

    Shuuya Goenji era un chico apuesto, amable, muy dulce, buen estudiante, serio y misterioso, con aquella aura que te producía seguridad, porte elegante, siempre iría a tu rescate, leal, buen amigo, deportista y estrella del equipo. El único defecto, era su puntualidad, tenía la tendencia de hacerse desear llegando siempre tarde. Pero eso podía ser ignorado fácilmente.

    Pero si, para Yuuka, su hermano mayor sería el príncipe azul perfecto, todas las amigas que habían conocido a su hermano, terminaban enamoradas de él...

    Eso no le gustaba.

    Desde hace un tiempo, había una idea que no abandonaba la cabeza de la más joven de los Goenjis, si su hermano era el príncipe azul perfecto, él debía tener a una princesa perfecta a su lado. Y eso era un gran problema, porque ella ya era la princesa de su hermano. Cualquiera otra chica que deseara ocupar ese puesto era una intrusa, que venía a quitarle su lugar por derecho.

    Ella no iba a permitir eso. Se iba a asegurar de que su hermano permaneciera soltero. Sabía que no podía revelarle ese secreto a nadie, por lo que se encargó de crear varios planes para realizar la operación: "Espantar a Posibles Usurpadoras de Puestos de Hermanas Menores", el último cajón de su mesa de noche, estaba lleno de dibujos con las ideas a desarrollar. Nadie nunca encontraría sus planes malvados.

    El tiempo pasaba y Yuuka idealizó una variable que no había contado anteriormente. Su hermano no invitaba chicas a la casa... de hecho no invitaba a nadie a la casa. lo que significaba que Yuuka no tenía la necesidad de poner en práctica ninguno de sus planes, pero con suerte, también significaba que no había ninguna posible nueva princesa.

    -*-*-*-*-*-*-

    Era noche de hermanos en la casa de la familia Goenji, eso significaba que su nana se iba a un restaurante junto con otras amas de casa vecinas y disfrutaban de una noche sin responsabilidades a la semana, su padre tenía turno en el hospital y no llegaría hasta mañana, por lo que Shuuya era el encargado de cuidarla.

    Ese era su preciado tiempo con su hermano y siempre lo pasaban bien. Jugaban algún juego de mesa en el que ella siempre terminaba ganadora. Cenaban algo ligero preparado por su hermano, generalmente emparedados de queso con jamón, para luego comer algunas golosinas, su hermano le contaba sobre sus entrenamientos, partidos y amigos, Yuuka siempre trataba de averiguar si le gustaba alguna chica, pero su hermano solo mencionaba a las managers del equipo muy de vez en cuando. Para cerrar la noche, llenaban la sala de sábanas y almohadas, creando un fuerte para dormir y se desvelaban viendo películas de alguna de sus princesas favoritas, hasta caer dormidos.

    Le encantaba la historia de la sirenita, esa era su princesa favorita. Otras princesas que le gustaban mucho eran La Cenicienta y Blanca Nieves. Podía ver muchísimas veces esas películas, pero parece que su hermano estaba algo cansado de las mismas. Por lo que esa noche, le sugirió ver algo diferente.

    -¿Qué te parece si hoy vemos Mulán? - no es que Goenji fuera particularmente fanático de las historias de princesas, pero si tenía que ver La Sirenita una vez más, se volvería loco. Aparte de eso, hace un tiempo comenzó a cuestionarse el mensaje que dejaban esas películas.

    Todas eran lo mismo, la chica linda maltratada por la malvada envidiosa, que era salvada de su miseria o pesar, por un príncipe encantador que no la conocía.

    ¡Era un pésimo mensaje!

    Básicamente les enseñabas a las niñas que mientras seas hermosa, cualquiera se fijará en ti, sin conocerte. Eso no significa que el primero que se te acerque sea un caballero, al contrario, podía ser un patán que terminaría con un balonazo de fuego en la cara y otras partes.

    Si era sincero, prefería que su hermana se encariñara con alguna de las princesas más modernas, Elsa, Mérida, La Princesa y el Sapo o Mohana.

    Su favorita era Elsa, irónico siendo él un goleador de fuego, su favoritismo era a la princesa de hielo, pero Elsa daba un mensaje que él quería que su hermana aprendiera, "No puedes casarte con alguien que acabas de conocer" ... o tu hermano terminará enterrando un cadáver en el patio.

    El problema, recaía en que su hermana parecía más fanática de las princesas antiguas, pero aún había una posible esperanza a ese problema. Mulán era una princesa relativamente antigua, pero con un mensaje diferente a todas las demás. Ella no necesita que la salven y en caso de que eso sea así, su hermano siempre estará para ella. Goenji, deseaba que su hermana crezca como una mujer fuerte y segura, que jamás dependiera de la opinión de ningún hombre para ser feliz. Pero por sus gustos en películas, estaba seriamente preocupado.

    -Mmmmmm - Yuuka pareció pensarlo un poco, su hermano nunca le pedía una película para ver, no quería decirle que no, la primera vez que sugería una. - Esa princesa es rara. Ella no tiene un cuento bonito y el general no es un príncipe.

    - A mi me parece una princesa muy interesante, ella no quiere esperar a que un príncipe venga a salvarla, por el contrario, ella quiere salvar a quienes más quiere, Mulán es una princesa guerrera. Y por eso el general comienza a gustar de ella.

    - Pero si es muy lindo que un príncipe venga a salvarte - decía Yuuka emocionada - Esa es la más grande prueba de amor verdadero.

    - Veamos la película ¿sí? - Goenji sabía que si se lo pedía ella aceptaría al final - Verás que va a gustarte mucho.

    Al final Yuuka aceptó ver Mulán, se acomodaron y Shuuya le dio play.

    La menor no podía quejarse, antes no había prestado mucha atención a la película, pero la estaba disfrutando, las canciones y los personajes eran muy graciosos.

    Sobre todo, le gustaba el grillito, parecía mucho más sensato que el dragón. Su hermano parecía feliz y ella también lo estaba. Le gustó la idea de que Mulán fuera respetada y se hiciera fuerte. También le dio risa ver cómo el general Chang se ponía nervioso al hablar con ella...

    Y entonces lo idealizó. Mulán era mujer, pero fingía ser hombre...

    Chang comenzó a gustar de ella cuando fingía ser hombre...

    Su nana, una vez le había contado que hay diferentes tipos de amor y a veces dos chicos o dos chicas, podían quererse mucho...

    ¡Eureka!

    Ya tenía una solución a su problema, ella podía ser siempre la princesa en la vida de su hermano, si él encontraba a su propio príncipe.

    No había lugar para otra princesa en esta familia, pero sí para otro príncipe azul.

    Ahora solo debía encontrar uno.

    -*-*-*-*-*-*-

    Bonito pero guapo, con una voz encantadora y mirada soñadora, inteligente para que a papá le agradara, encantador y radiante, con buenos modales para que nana lo quisiera también, fiel y leal para que no engañara a su hermano, delicado pero valiente, dulce y amable pero con carácter para lidiar con su hermano, risueño y alegre para que jugara con ella, humilde para que no fuera engreído, porque el príncipe azul de su hermano debía ser perfecto... y también debía tener un buen sentido de puntualidad, debía de compensar ese pequeño defecto de su hermano.

    Yuuka había comenzado a pensar si alguno de los compañeros del club de futbol de su hermano, podía ocupar ese lugar. Hizo un listado, pero ninguno la terminaba de convencer.

    -Endo Mamoru, cumplía con varias de las características, pero fue descartado porque no era muy bonito ni delicado.

    -Heigoro Kabeyama... descartado inmediatamente.

    -Teppei Kurimatsu, su voz era muy aguda y no era muy agraciado.

    -Ayumu Shorinji, aún más pequeño que el anterior... con extraños ojos y poco cabello.

    -Shinichi Handa, él no estaba mal, pero era demasiado normal. No sobresalía particularmente en nada, tampoco era malo. Solo era una persona común y su hermano merecía algo más sobresaliente.

    -Sakichi Shishido, no... simplemente NO.

    -Kuusuke "Max" Matsuno, era lindo, tierno incluso. Pero era demasiado revoltoso para su hermano.

    -Ryugo Someoka, él parecía el villano de la película, más que algún príncipe.

    -Kakeru Megane, demasiado engreido.

    -Asuka Domon, muy alto... vive muy lejos también.

    -Yuuto Kido, era raro con esos lentes extraños y la capa, sentido de la moda completamente nulo y también le parecía demasiado serio.

    -Kazuya Ichinose, era casi perfecto, con la excepción de que vivía al otro lado del mundo...

    -Kazemaru Ichirouta, era casi perfecto para el papel también... el único defecto, era que, por la boca de su propio hermano, se enteró que este gustaba del capitán y aparentemente era mutuo el sentimiento. Lo único que la consolaba, era que gracias a esta última información descubrió que su hermano no tenía problemas por dos chicos juntos en una relación.

    Genial, simplemente genial. Se había quedado sin opciones. Definitivo... su hermano moriría solo.

    Ya daba por perdida la búsqueda del príncipe perfecto para su hermano, hasta que lo vio. Su propio hermano le había ahorrado la búsqueda...

    -*-*-*-*-*-*-

    Fubuki Shiro, estaba de visita en el Raimon. El Instituto Alpino se encontraba temporalmente cerrado, la zona estaba siendo azotada por una fuerte tormenta de nieve y por seguridad de los habitantes, habían cancelado escuelas, universidades, trabajos. Hasta el punto de sugerir que evacuaran algunas zonas propensas a avalanchas.

    Fubuki les había comentado a sus ex compañeros de equipo y estos ni cortos ni perezosos, le extendieron varias invitaciones al albino.

    Dos días después Fubuki ya se encontraba en la ciudad y junto a Goenji, se dirigían a casa de este para instalarse.

    -Ya llegamos - anunció Goenji.

    -Con permiso - dijo Fubuki, mientras se retiraban los zapatos.

    - Hermano llegas... te - Yuuka estaba muda. Su hermano había regresado a casa, con un príncipe. Porque ese chico definitivamente era un príncipe.

    - Yuuka ¿Recuerdas a Fubuki? - le preguntó su hermano, al ver a la menor fascinada con el níveo - Se quedará un tiempo con nosotros.

    - Mucho gusto Yuuka, estoy feliz de por fin conocerte en persona. - Fubuki le regaló una sonrisa mientras la saludaba.

    Piel blanca como la nieve, ojos claros y compasivos, hermoso cabello, sonrisa amable, estatura perfecta para su hermano, voz melodiosa, bonito, con buenos modales, deportista sobresaliente... aún había puntos por comprobar, pero ella ya lo había decidido él tenía que ser el príncipe de su hermano.

    -¿Eres un príncipe? - tan ensimismada estaba, que no cayó en cuenta de la pregunta que hizo hasta que vio al chico sonrojarse y a Goenji sonreír.

    - Si, es el príncipe de las nieves - contestó su hermano, para vergüenza del chico.

    Ya lo tenía, era él, tenía que ser él. Su hermano le confirmó que era un príncipe y su hermano nunca mentía. Ahora solo debía juntar a su hermano con Fubuki y tendría su puesto de princesa eternamente asegurado.

    Fubuki se instaló en la habitación de huéspedes, para luego acercarse a almorzar junto a los hermanos y la nana.

    Sus modales en la mesa eran impecables, la conversación era fluida y entretenida, fue amable con ella y respondió todas sus preguntas. Ese chico parecía caído del cielo, no solo era jugador de futbol, también sobresalía en muchísimos otros deportes de invierno, alumno ejemplar, muy puntual, buen amigo, inteligente... perfecto.

    Fubuki Shiro era perfecto y lo mejor de todo, su hermano se comportaba con él, casi como se comportaba con ella.

    Atento al chico, detallista, siempre pendiente de todo lo que pudiera necesitar. Shuuya era serio y poco expresivo con la mayoría de las personas ajenas a su familia, así es que verlo deshacerse en sonrisas; podían ser pequeñas, pero eran sonrisas; con ese chico era una muy buena señal.

    La tarde fue muy entretenido, ahora con una nueva persona en la casa, las risas no faltaban. Y todo fue felicidad, hasta que su padre entró por esa puerta.

    Esa era la prueba de fuego, nana era feliz con Fubuki, ella también. Pero su serio padre podía ser otra historia...

    Yuuka no iba a permitir que su padre arruinara sus planes, le costó muchísimo encontrar a ese príncipe perfecto y no lo iba a perder.

    -Buenas noches. - saludó el hombre pasando su mirada por todos los presentes, su hermano se acercó a su padre y vio a Fubuki tensarse a su lado. - Por lo que veo, tenemos visitas.

    - Padre, recuerde que le comenté sobre mi compañero del FFI. Usted aceptó que se quedara con nosotros hasta que pase la tormenta en Hokkaido.

    - Lo recuerdo. - la cabeza de la familia Goenji, se despojó de su saco y el maletín, siendo tomados por la nana que los acomodó en sus sitios. - ¿Fubuki Shiro, verdad?

    - Si señor, mucho gusto. Gracias por recibirme en su hogar. - Fubuki realizó una pequeña reverencia, agradeciendo su hospitalidad.

    - Espero que mis hijos le muestren la hospitalidad y buenas maneras que se les ha inculcado. Goenji, me ha comentado la particular situación de su familia, espero que se sienta a gusto con nosotros.

    - Han sido muy amables desde que llegué, no debe preocuparse por nada. Se nota todo el amor y buenos valores en los que han sido criados. - Fubuki, pareció relajarse un poco en tan honesta respuesta. - Es agradable, sentir el calor de una familia.

    - Me alegro escuchar eso. Me retiro a mi recámara, ya he cenado y el turno ha sido pesado. Buenas noches.

    Yuuka estaba feliz, sabía que Fubuki le había caído bien su padre, solo porque este se acercó a conversar con él y se fue con el semblante serio y no con el ceño fruncido.

    Parece que Fubuki, hasta tenía esa magia que rodeaba a los príncipes de las películas, que los volvía capaces de sobrevivir a todo.

    -*-*-*-*-*-*-

    Pasó una semana, una maravillosa semana junto a Fubuki Shiro. El chico era único, alegre, dulce... ya no sabía qué cumplido aplicar en él.

    Una de las noches él había hecho la cena para agradecerles la hospitalidad, todos repitieron plato, incluso su padre pidió una pequeña ración extra. Esa noche, su padre habló de lo muy buen joven que era Fubuki. Ahí Yuuka se enteró de que el joven era huérfano, fue ese el motivo por el que su padre esta tan encantado. Sin padres, ese jovencito era responsable, cuidadoso, bondadoso. Tenía buenas notas, sobresaliente en deportes, buenos modales y ahora cocinero... Ambos hermanos estaban impresionados, de como el ojiverde se había ganado a la cabeza de la familia Goenji en menos de una semana. Hasta llegó a mencionar que en el hospital, varios de sus colegas estaban deseosos de presentarle sus hijas al joven visitante, pero él se negaba rotundamente, a entregar a su nuevo "hijo". Parece que el señor quería presumirle al mundo, ese maravilloso joven que hospedaba en su hogar, pero no permitiría que se alejara de ellos.

    Nana lo amaba, el cuarto de huéspedes se mantuvo impecable toda la semana, Fubuki siempre se aseguró de limpiar todo lo que ensuciara, los platos de su comida, la ropa, casi parecía que no usaba la cama, de lo bien tendida que se encontraba esta. Aparte de que siempre se ofrecía a ayudarla con la limpieza, hasta compartieron tips para quitar manchas de grasa en ropa. Nana estaba a nada de adoptar a Fubuki como su hijo.

    Compartía tiempo con ella, jugaba con ella, aceptó ver todas las películas de princesa que ella quiso, incluso le puso Mulán con tal de mandarle una indirecta.

    La había peinado incluso el día que su cabello estaba más rebelde, ese día se tomó mil fotos, se las mostró a sus amigas que estaban encantadas con su nueva trenza.

    La acompañó a comer dulces a escondidas de su hermano para que no la regañara.

    Incluso evitó que la regañaran pues se culpó en lugar de ella. Un vaso se le había regalado a Yuuka y termino en miles de pedazos en el piso, sabía que la castigarían porque ella solo debía usar vasos de plástico, no de vidrio. Fubuki la salvó diciendo que se le resbaló de las manos a él.

    Y el problema de toda esa maravillosa semana, era que Goenji solo parecía un amigo con Fubuki, amigos y nada más.

    Por más que trató de juntarlos y enviarles indirectas, no consiguió nada. Nada de nada.

    Ella quería ese príncipe como su cuñado, pero su hermano no estaba cooperando en la causa...

    Esa noche fue a su cama algo decepcionada, Fubuki se iba al día siguiente, saldría de su hogar con el mismo título con el que entró, amigo... no príncipe.

    No podía dormir y su insomnio terminó volviéndose determinación para confrontar a su hermano, iría ahora mismo a su habitación, le reclamaría por ser tan ciego y luego lo arrastraría hasta la habitación de Fubuki para que se le declarara y vivieran un amor eterno. Sí, eso haría.

    Se puso sus pantuflas favoritas de unicornio, regalo de su hermano, y muy segura salió rumbo a la recámara de Shuuya. Y planeaba despertar a su hermano con un susto, porque no se merecía un bonito despertar. Ella iba a regañarlo.

    Abrió la puerta con toda su determinación y se llevó la sorpresa más grande de su corta vida. Su hermano estaba abrazando a Fubuki y Yuuka estaba segura de lo que vio cuando entró antes de asustarlos, su hermano estaba besando a Fubuki.

    Ella iba a gritar, de la emoción iba a gritar, era real. ¡Ambos príncipes estaban juntos! Pero su hermano aterrado corrió a ella, deteniendo su grito de emoción.

    -No grites por favor - rogó su hermano preocupado.

    Goenji creía que Yuuka se había espantado por verlo junto a otro chico, nada más lejos de la realidad. Pero lo único en lo que pensaba el goleador de fuego, era en que había traumatizado a su hermana. Y por Dios, agradecía que llegara cuando apenas comenzaron a besarse.

    Por su parte Fubuki estaba rojo y en completo shock, no era posible que los atraparan justo la última noche de su estadía. Y por la menor... si Yuuka no quería volver a verlo cerca de su hermano, él sabía que debería mantener la distancia, Goenji adoraba demasiado a su hermana como para herirla de alguna manera. Y Fubuki jamás haría que Goenji eligiera entre su familia y él... jamás dejaría que su hermana menor se alejara por su culpa.

    Shiro tenía la cabeza hecha un caos total, pensando en todo y en nada al mismo tiempo.

    Goenji no estaba mejor, preguntándose cómo explicarle esto de la mejor manera a su hermanita.

    Por último, Yuuka solo quería ir a celebrar este glorioso amor. Pobre de las fanáticas de su hermano, pero él ya tenía un príncipe a su lado, Fubuki. Y también la tenía a ella como princesa, no necesitaba nada más.

    Cuando estuvo seguro de que la menor no iba a gritar, Goenji retiró su mano dispuesto a calmar las aguas.

    -Yukka, pequeña... déjame explicarte - Goenji comenzó a hablar y delirar sobre por qué estaba Fubuki en ese cuarto... realmente no lo estaba escuchando. Su hermano le estaba mintiendo y ella lo sabía, Goenji siempre iba con la verdad, pero solo porque era malísimo para mentir y justo en ese momento hacía una galante presentación de la falta de talento para ocultar la verdad. Ella no necesitaba ver esa triste faceta de su hermano, más interesante era ver a Fubuki nervioso.

    -Todo está bien - cortó los balbuceos de su hermano - Yo entiendo y me alegro mucho.

    - ¿Qué? - preguntaron ambos jóvenes.

    - Ya que todo está más que perfecto, iré a dormir, buenas noches mis príncipes. No se queden dándose besitos hasta muy tarde.

    Y con eso, la pequeña de la casa se regresó a su habitación...

    -¿Tu hermana nos dio su bendición?

    - Papá va a matarme...

    No hace falta decir que luego de eso se cortó la inspiración de la noche, habían gozado toda la semana, durante el día eran dos ejemplos de caballeros perfectos, mejores amigos, compañeros de equipos, cuidaban de Yuuka, ayudaban a nana, desplegaban modales frente al doctor, una fachada perfecta... pero en la noche, al asegurarse que todos dormían, Fubuki se colaba a la recámara de Goenji y la pasaban de las mil maravillas.

    Su relación era a distancia, por eso esa semana fue una oportunidad que no iban a desaprovechar. Su amor surgió en el FFI y contra todo pronóstico, la distancia terminó fortaleciendo su relación.

    Goenji es muy popular, perseguido por innumerables mujeres y hombres, pero tenía ojos única y exclusivamente para Fubuki. Esa belleza andrógina lo volvía loco, piel de porcelana, marcada bajo su toque, el sonrojo que cubría su rostro con un acercamiento osado de su parte, flexibilidad única para complacerlo a él y solo a él. Fubuki era conocido como el príncipe de las nieves, pero de frío no tenía nada, bastaba un beso para derretirlo y un toque para enloquecerlo, nadie más había tenía el privilegio de conocer esa faceta descontrolada del chico, su espalda daba fe de eso, prueba fidedigna de todo lo que disfrutaba Fubuki estando con él, dejando en su morena tez marcas a su manera, desde los omoplatos hasta casi el final de su columna, líneas rectas o en cruz, las uñas habían marcado su espalda y se sentía orgulloso de ellas. Eran la mejor muestra de todo lo que le hacía sentir a su príncipe de las nieves y este en medio del éxtasis, no podía hacer nada más que aferrarse a él.

    Shiro también era popular entre montones de chicas, pero lastimosamente para ellas, él prefería morder la almohada y si cierto chico de piel morena era el que lo empotraba contra la cama, pues muchísimo mejor. Su cuello no tenía ninguna marca Goenji jamás lo expondría ante las malas lenguas, pero su espalda, muslos, pecho, estaban mapeados por los labios del goleador de fuego, nadie tenía que saber sobre la intimidad de ellos, su relación era de dos y únicamente de dos, ellos no tenían necesidad de presumirle nada a nadie, muchos menos de demostrarle nada a los demás. Solo ellos podían ver esas marcas, solos ellos tenían el derecho de procalamar la piel del otro como su propiedad. Ser poseído y entregarse a los gloriosos labios del as del equipo era un privilegio que no pensaba sederle a nadie más, ni por asomo permitiría que alguien imaginara lo pasionado que era Goenji en la cama, si verlo en el campo era abrazador, ser penetrado era tu perdición. El chico hacía honor a su título de goleador de fuego, a veces le hubiera gustado ser portero, así sería el único que recibiera los goles de Goenji. Pero no importaba, esos eran detalles que en la cancha podían obviarse, siempre que en la cama de Shuuya, él fuera el único digno de recibir goles. Podrían creer que la distancia enfriaría la relación, pero Goenji siempre se aseguró de no hacerle sentir la soledad, ni la lejanía. Lo atiborraba de mensajes, las videollamadas eran eternas, cuando menos se lo esperaba por correo llegaba alguna carta, un regalo, un detalle. Goenji era maravilloso. Y apasionado, habían descubierto juntos los placeres del sexo telefónico y ni explicarles lo que se siente ver en la pantalla de tu computadora al mismísimo Goenji Shuuya masturbándose solo para ti.

    Ambos eran apasionados e insaciables, vivían con hambre bien disimulada el uno por el otro...

    Y ahora estaban los dos solos, sentados uno junto al otro, en la cama de Goenji procesando las palabras de la más pequeña de la casa. Sin ganas de hacer nada más... Hasta el sueño les había espantado.

    Pero al final Goenji convenció a Fubuki de ir a descansar, él hablaría mañana con la pequeña. Ahora el ojiverde debía dormir, pues era un largo viaje el que tendría en la mañana.

    -*-*-*-*-*-*-

    -Muchas gracias por todo, tenía años sin sentirme en un hogar. La he pasado de maravilla. - Fubuki se despedía de la familia, en la puerta del hogar. Goenji lo acompañaría a al colegio, donde se despediría del equipo y luego irían a la estación de trenes. - Gracias por acogerme.

    - Fue un placer corazón, no podríamos tener mejor invitado - respondió la señora con un pañuelo de limpiándose las lágrimas, ese joven era un amor.

    - Jovencito, si algún día necesitas algo, no dudes en contactarnos - el siempre serio y puntual doctor Goenji, estaba retrasando su partida al hospital, con tal de despedirse del peliplata y asegurarse que todo estuviera en orden.

    - Muchas gracias, de verdad. - Fubuki estaba disimulando la ansiedad en su interior, era todo sonrisas con el padre y la nana, pero no se atrevía a enfrentarse a Yuuka que lo veía con una gran sonrisa.

    -Bueno, ya debemos irnos. Los chicos nos están esperando - anunció Goenji al sentir el onceavo mensaje de Endo llegar.

    Un apretón de manos al doctor, un abrazo a la nana y justo cuando planeaba despedirse de Yuuka, la pequeña se le lanzó al cuello abrazandolo y ante el shock de los presentes, la menor susurró una frase que sonrojó a Fubuki, pero pintó una sonrisa en su rostro.

    Asintiendo, ante el pedido. Se despidió por última vez antes de abandonar su hogar temporal.

    Ya estaba en paz, todo estaba en orden.

    -*-*-*-*-*-*-

    Goenji trató de averiguar el motivo de su felicidad todo el camino, pero Fubuki no dejaba de repetirle que eso era un secreto entre la Yuuka y él.

    Por fin solo en el tren de camino a Hokkaido, Fubuki solo podía recordar la petición de Yuuka. Y lo feliz que era al recibir esa confianza.

    -Por favor, cuida siempre a nuestro príncipe de fuego.

    Fin...


    Espero que disfrutaran este One Shot. Estaba hablando con unas amigas sobre Mulán y ha surgido de alguna manera rara esto. Adoro a Yuuka y por eso es la que más protagonismo ha tenido.

    Si les ha gustado recuerden dejarme una estrellita y sus comentarios.

    Nos leemos...
  2. .

    LLEGARON LOS REFUERZOS



    Canon corría emocionado entre los jardines del colegio, por fin estaban aquí, las personas que tanto había esperado. No quería admitirlo, pero le producía cierto vértigo saber que era el único contacto que tenían con el futuro y ahora con el profesor Killard sin dar señales de vida, la ansiedad había estado creciendo dentro de él. Pero eso ya no importaba, porque ellos estaban aquí... específicamente él estaba aquí, su mejor amigo, su mayor aliado y su actual pilar en esta lucha.

    Los divisó a la distancia, uno de los chicos estaba en el suelo tratando de no vomitar, no siempre pasaba, pero a veces las personas se mareaban viajando entre las líneas de tiempo.

    - ¡Por aquí! – llamó para que voltearan a verlo - ¡Chicos que bueno que llegaron!

    Tras Canon, venían corriendo todos los miembros de ambos equipos del Inazuma Japón, algunos no tenían ni la menor idea de quienes eran los recién llegados, otros reconocieron varios rostros.

    -Nosaka, Nishikage – llamó impresionado Asuto de ver al portero tratando de no regresar su estómago y Nosaka dándole palmaditas en la espalda.

    - Que bueno que estén todos bien – mencionó el emperador, paseando su mirada por todos los presentes. Era un alivio ver que todo este tiempo estuvieron a salvo.

    - Aphrodi – llamó "Endo" - ¿Tú también viniste?

    - Fui de los pocos que fueron reclutados para venir a ayudarlos, no podía negarme. – explicó el de cabellera dorada –Además, la desaparición de ustedes causó una gran conmoción.

    - ¿Desaparición? – cuestionó "Midorikawa".

    - Deberían ver todo lo que han hecho las empresas Kira y Kido, con tal de encontrarlos chicos – comentó divertido Nosaka. Causando que "Hiroto", Tatsuya y "Kido", palidecieran de solo imaginar a todas las personas y servicios de seguridad que debieron ser capaces de movilizar sus padres con tal de tener una pista sobre su paradero.

    - ¿Japón sigue en pie? – se atrevió a preguntar "Kido", ganándose una pequeña risa nasal de Nosaka.

    Por otro lado, estaba Canon de lo más feliz conversando con la persona que más deseaba ver.

    - ¿Cómo estuvo el viaje? – cuestionó el de banda rojiza.

    - Tranquilo, no encontramos ningún enemigo. No se si eso es bueno o malo, considerando que ustedes si fueron interceptados.

    - ¿Tuviste algún problema para convencerlos de venir?

    - Nosaka desconfió en un inicio, hasta que le di pruebas sobre el viaje interdimensional. Luego él reclutó a los otros dos.

    - ¿Sabes algo del profesor Killard? – preguntó Canon, para terminar de bajar su ansiedad.

    - ...

    - Baddap, no te quedes callado – dijo extrañado el peliverde, hasta que lo peor pasó por su cabeza - ¿Lo capturaron?

    - No lo sé... - dijo entre un suspiro el peligris – dejó un mensaje para nosotros, después de eso no ha vuelto a comunicarse. Tampoco he intentado localizarlo, si las cosas están tan mal como parecen, podrían estar interfiriendo nuestros canales de comunicación.

    - Es decir, que, si damos con el paradero del profesor, les estaríamos regalando en bandeja de plata su ubicación – dijo Canon preocupado.

    - Afirmativo.

    - Esto es malo... muy malo. – Canon lanzó una mirada a los demás chicos, que estaban presentando a los recién llegados e introduciendo a los originales de esta línea de tiempo. – Debemos protegerlos Baddap... hay mucho en juego.

    Los angustiosos pensamientos del bisnieto de Endo fueron interrumpidos por una mano sobre su cabeza dándole una leve caricia.

    -Esteramos bien.

    Baddap no era de muchas palabras, por su crianza era una persona bastante seria y poco sentimental, pero siempre lograba subirle el ánimo con sus cortas frases y sus leves muestras de afecto.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Ya con todos resguardados dentro de las instalaciones, era momento de dejar algunos puntos en claro. Pero primero lo primero, había que presentar a la única persona que se había mantenido al margen de las introducciones. Con todos reunidos en la sala, Canon tomó la palabra.

    -Entrenador Kudo, chicas, Inazuma Japón en general y bisabuelos; tengo el gusto de presentarles a Baddap Sleed. Es uno de los aliados más fuertes que posee la revolución del futuro en contra de nuestro gobierno. También es uno de los miembros más valiosos, nos brindó información muy precisa sobre bases de datos, laboratorios fantasmas, personas desaparecidas e incluso interferencias en las líneas de tiempo.

    - Sorprendente – comentó Endo – debes ser un gran espía. – el comentario era sin malicia y aunque al peligris no pareció afectarle, Canon si se puso nervioso. Por otro lado, Nosaka solo veía con ojo crítico.

    - Pues... verán... – comenzó a decir entre balbuceos Canon.

    - Yo les explico – tomó la palabra Baddap, sabiendo que el peliverde no quería hacerlo sentir mal – toda la información que he brindado a esta revolución no fue robada. Yo ya tenía conocimiento sobre ella. Antes de pertenecer oficialmente a la rebelión, fui soldado élite de las fuerzas militares del gobierno... - hubo una pequeña exclamación entre la sorpresa y la desconfianza, varios afilaron su mirada contra el peligris y otros cuantos lo miraban con temor – mi misión fue interferir la línea de tiempo, asegurándome de que Endo Mamoru no volviera a jugar futbol. Como capitán del escuadrón, nos enfrentamos a ustedes bajo el nombre de Equipo Ogre. No me enorgullece nuestro comportamiento en ese partido, para nosotros era una guerra, para ustedes eran creencias en un futbol honesto, aquel en el que ambos equipos entregan todo en la cancha para evitar arrepentimientos. Endo, abriste mis ojos y los de mi equipo hacia el verdadero futbol. Para redimir mis pecados, traicioné a mi gobierno y me uní a la rebelión. Actualmente trabajamos en conjunto al profesor Killard para restaurar la paz.

    Había un pequeño silencio incómodo en la sala, la mayoría se estaba debatiendo si se podía confiar en el recién llegado del futuro. Una cosa era Canon, linaje directo de su capitán, pero no esperaban tener un traidor entre los aliados. Sin embargo, la tensión del momento fue cortada por Endo, que se acercó a Baddap colocándole la mano sana en el hombro con gesto amistoso.

    -Me alegra contar contigo como aliado Baddap – y con una de sus radiantes sonrisas, Endo fue capaz de desaparecer toda la tensión de la sala. Más aún cuando su igual se unió también, posando su mano en el hombro libre del peligris.

    - Espero que un día podamos jugar un partido contra tu equipo – dijo "Endo" emocionado por jugar contra los chicos del futuro. Aunque no lo demostrara, Baddap se relajó bastante luego de esos comentarios.

    Canon estaba feliz por ver el intercambio y más aún, porque sus bisabuelos no mostraran ningún resentimiento hacia el ex capitán del equipo Ogre. Por su parte, el ex soldado aprovechó la cercanía de ambos capitanes para hacer algo que nadie se esperó, retrocedió un paso lejos de ambos, y haciendo una reverencia de 90 grados hizo su petición.

    -Bisabuelos de Canon Endo, quiero su consentimiento para salir formalmente con su bisnieto, quien es mi actual pareja.

    - ... ¿eh? – cuestionaron los capitanes, ante la palidez de su bisnieto que se había quedado mudo.

    - ¡¿EEEEEHHHHHHHHH?! – gritó el resto del equipo por la impresión. Kudo solo se palmeó levemente la frente... no era momento para esto. Estos jóvenes y sus hormonas...

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Después de una larga explicación sobre un noviazgo y asegurarse de tener el consentimiento de ambos bisabuelos. Todos fueron al comedor a cenar, necesitaban un momento para procesar la información, además de que Canon parecía haber dejado de funcionar, el pobre chico estaba sentado en una esquina completamente rojo. Por más que Asuto trató de sonsacarle algunas palabras, no conseguía que reaccionara.

    -¿Canon te encuentras bien?

    - ...

    - Canoooooon – volvió a intentar el pelinegro.

    - ... - pero seguí sin una respuesta.

    - Anímate, ambos capitanes dieron su bendición a tu relación con Baddap.

    - ... - nada.

    - ¿Te vas a comer ese pollo? – Haizaki que compartía mesa con ellos, tomó el silencio del peliverde como afirmativo y se robó la presa del plato ajeno.

    - Haizaki, eso no es correcto – se quejó Austo.

    - No puede hablar, menos va a comer – se defendió el peligris – no hay que desperdiciar la comida.

    - Yo me pido las papas – "Hiroto" tampoco ayudaba a las buenas acciones.

    - ... - aún nada.

    Por otro lado, Baddap estaba con Kudo compartiendo la información que Canon no tenía sobre el encapuchado misterioso. Después del desastre anterior, el entrenador prefería que le explicaran por separado las cosas y ya luego se las podían informar al equipo. Aparte, de que Baddap estaba inspeccionando el equipo para generar el campo de fuerza.

    -Entonces capitán – llamó Kogure a Endo - ¿Qué se siente saber que su bisnieto tiene un bisnovio?

    - Esa pregunta ni siquiera tiene sentido – opinó Kido.

    - Creo que, en este momento, ya nada llega a sorprenderme – se quejó Endo con la frente pegada a la mesa - ¿Por qué ninguno de ustedes tiene bisnieto? – reclamaba a sus compañeros de mesa.

    - Porque no tenemos tres posibles parejas – defendió Kido, recordando lo que les comentó Canon sobre las bisabuelas, información que aún permanecía en secreto.

    - Yo creo tener una teoría – comentó Goenji, que últimamente había estado pensando en varias situaciones que incluso había llegado a comentar con su igual - ... pero por ahora lo guardaré para mí – Endo, Kido, Kogure, Midorikawa y Hiroto que en ese momento lo acompañaban en la misma mesa solo miraron curiosos al goleador.

    En otra mesa con los Kazemarus, los Midorikawas, Tatsuya y Hiroto. Había un ambiente extraño, Tatsuya estaba a nada de darse un golpe contra la mesa para quedar inconsciente... sentía que sufriría menos si cumplía su objetivo. Por otro lado, ambos Kazemarus tenían caras de incertidumbre total, ninguno de los dos terminaba de comprender qué estaba pasando. Hiroto estaba a nada de saltarle a la yugular al primero que se le cruzara enfrente. Y, por último, ambos Midorikawas parecían ignorar todas las miradas y simplemente seguían su conversación.

    -Es tan atractivo – le decía entre suspiros Midorikawa a "Midorikawa".

    - Tiene una pinta de chico malo, pero al conocerlo te das cuenta de que es buena persona – le respondía el otro peliverde – un excelente cuñado.

    - Oh mira – exclamó emocionado Midorikawa – acaba de robarle comida a Canon.

    - Es tan rebelde – suspiró igual de emocionado "Midorikawa".

    - Y tiene unas piernas – continuaba Midorikawa. Ambos peliverdes le estaban tirando flores a "Hiroto". Por supuesto que el peligris ni por enterado que era el centro de una conversación. A todo esto, estaba Hiroto con una cuchara doblada en su mano por la fuerza que le estaba ejerciendo al cubierto, tenía una mirada matadora hacia la mesa en la que estaba "Hiroto". El pobre peligris sintió un aura amenazante y disimuladamente volteó a ver, Hiroto afiló aún más su mirada, provocando que al chico del rayo le recorriera un escalofrío en la columna.

    - ¿Qué está pasando? – le susurró "Kazemaru" a Kazemaru.

    - Ni idea – le respondió el otro velocista, observando como Hiroto mataba con la mirada a "Hiroto" – pero tengo miedo de preguntar.

    - Yo también... - ambos velocistas iban a ignorar todo y seguir con su cena, pero no contaron con la astucia de los peliverdes para involucrar a gente inocente en su plan de celos.

    - Kazemaru – llamó Midorikawa a su amigo - ¿No crees que "Hiroto" es el más apuesto de todos los de la otra línea de tiempo?

    - Eeeeeehhh – el velocista no sabía qué responder – ¿supongo que no es feo? – ni siquiera estaba seguro de qué responder... ¿era su imaginación o Hiroto acaba de gruñir?

    - No seas modesto – comentó ahora "Midorikawa" – estamos en confianza.

    - Mira esos ojos y esa sonrisa – volvió a la carga Midorikawa. Kazemaru ahora estaba seguro de que Hiroto gruñó - ¿Y tú qué opinas "Kazemaru"?

    - Para gustos los colores – se desentendió rápidamente, algo raro se estaba cocinando en la cabeza de esos dos y él no planeaba formar parte.

    Hiroto volvió a gruñir y Tatsuya lo único que pudo decir fue – Piedad, por favor...

    Por otro lado, estaba Tobitaka poniendo a Fudo al día. Con mucha reticencia habían aceptado contarle a "Kido" lo que lograron averiguar. No lo hicieron con gusto, pero el chico de las rastas los amenazó con contarle lo que vio a su otro yo. Y eso sería un dolor de cabeza más grande.

    -Por ahora manténganse alerta, si ustedes son el objetivo no es buena idea que se aíslen del grupo – "Kido" estaba tratando de convencerlos de no mantenerse solos. Ambos habían planeado salir casual un día para tratar de confrontar al chico de la máscara roja, pero con el encapuchado deambulando y con las aún desconocidas intenciones de este sujeto enmascarado, ese plan era una terrible idea.

    - Entre los dos podemos someterlo – se quejó Fudo.

    - Claro – respondió sarcástico "Kido" – porque eso les funcionó muy bien la última vez.

    - Nos tomó desprevenido – Fudo se estaba molestando – no volverá a pasar.

    - Hay que pensar las cosas con calma.

    - ¡Hay que partirle el culo! – y de la nada, el intercambio de ideas comenzó a subir de tono.

    - ¡Estás siendo irracional! – defendió el de rastas.

    - ¡Estás siendo un cobarde! – gruño el semi rapado.

    - ¡No puedes ir por la vida con el pensamiento de: "A lo bruto si funciona"!

    - ¡A lo bruto siempre funciona!

    - ¿Puedo opinar? – trató Tobitaka de apaciguar las cosas, comenzaban a tener sobre ellos las miradas de algunos en el comedor.

    - ¡TU NO TE METAS! – gritaron ambos estrategas, llamando por supuesto la atención de todo el comedor ahora sí. El pelimorado estaba lamentando que el entrenador saliera hace un momento con Baddap por el dichoso aparato de protección.

    - ¡Tu no tienes nada que ver aquí! – Fudo ignoró olímpicamente a todos y volvió a arremeter contra "Kido".

    - ¡¿Sabes todo lo que les pudo pasar si yo no llegaba?!

    - ¡Cómo si nos hiciera falta tu fuerza!

    - ¡Estaban a nada de salir lastimados!

    - ¡Un niño mimado como tú, no sabe cómo se mueven los barrios! – Fudo se puso de pie golpeando la mesa.

    - ¡Fui huérfano! – "Kido" estaba bastante mosqueado y Tobitaka no sabía si alejarse de la mesa y dejarlos matarse o tratar de calmarlos - ¡¿Crees que no se sobrevivir en las calles?! – ahora "Kido" también estaba de pie.

    - ¡Escúchame bien pedazo de-! – Fudo había jalado a "Kido" de la camisa acercándolo de manera brusca a él, ambos aún con la mesa de por medio. Pero la amenaza se interrumpió por Haizaki, que había volado de un extremo del comedor al otro, separando a "Kido" de Fudo y colocándolo tras él.

    - ¡No lo toques! – gruñó Haizaki.

    - Perfecto – pensó Tobitaka con sarcasmo – lo que necesitaban en ese momento era a un demonio enojado.

    - ¡El niño necesita guardaespaldas! – se burló Fudo. Y cuando Haizaki iba a responderle, una persona se paró tras Fudo dándole unos leves toquecitos en el hombro. El ojiverde volteó, solo para que su mejilla fuera impactada por el puño de "Fudo".

    Tal fue el golpe, que Fudo cayó al piso tumbando la silla en el proceso, sonaron algunas exclamaciones de sorpresa y antes de que cualquiera dijera algo más. "Fudo" tomó a Fudo por el cuello de la camiseta y se lo llevó arrastrando mientras el agredido lo iba maldiciendo. Cerrando con un portazo la puerta del comedor, se formó un silencio total.

    Tobitaka solo suspiró, un Fudo era complicado... él no planeaba meterse en la discusión de dos Fudos. Y parece que el pensamiento fue generalizado.

    En medio del silencio, se escuchó un carraspeo de Nosaka, llamando la atención de todos.

    -No quisiera matar el ambiente – el emperador hasta parecía divertido por todo - pero quisiera saber: ¿Dónde dormiremos?

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Se volvió a armar el "campamento para dormir" en la sala, no había sufrientes camas y parecía injusto que los recién llegados durmieran en el sofá. Ya con ambos equipos acomodados, Baddap les mostraba el mensaje en video dejado por el profesor Killard.

    Reproducendo...

    -Canon, Baddap, lamento no poder ayudarlos hasta nuevo aviso. Han encontrado nuestra base – el holograma del profesor les hablaba alterado, había una luz roja que prendía y apagaba indicando que debía evacuar inmediatamente, estaban bajo ataque – nos movilizaremos a alguno de nuestros cuarteles alternativos, pero no es seguro que les diga mi nueva localización. He borrado todos los registros y datos que teníamos almacenados en nuestra central. Solo vamos a utilizar las copias que tengamos a disposición. No confíen en nadie más que en ustedes mismos y en aquellos que nos han brindado un gran futuro. – se escuchó un fuerte estruendo y una voz robótica avisando que los escudos habían caído – Canon, he enviado con Baddap todo lo que necesitas para mantener seguros a los chicos del pasado, también tiene información sobre el encapuchado. Baddap te dirá todo lo que necesitas saber... No me busquen – dijo serio el nervioso hombre – hasta que yo no los contacte, no me busquen. Manténganse a salvo, el gobierno los estará cazando y si los perdemos a ustedes, perderemos a dos de nuestros mejores agentes. El conejo está investigando la localización de los secuestrados, cuando tenga la ubicación él los buscará a ustedes, hasta entonces no procedan con ninguna operación de rescate. Repito, esperen al conejo. – otro estruendo fuerte sonó, se le acaba el tiempo – Y Canon, tu corazonada es correcta, los objetivos principales, son las parejas de Endo. Quieren eliminar los pilares emocionales de ambos capitanes desde temprano. Ya tienen a uno, protege a los objetivos que aún están a salvo. Hijos míos, los tienen señalados como criminales de captura y extracción por alterar el orden público, hay una orden de arresto inmediata hacia ustedes – dijo el hombre con el corazón en la garganta, esos muchachos eran su única familia – manténganse a salvo, por lo que más quieran. Cambio y fuera...

    Luego solo hubo estática.

    Canon estaba incrédulo. El profesor estaba en peligro... No había manera de confirmar el estado del profesor, podía ser impulsivo y realizar un viaje al futuro, pero eso solo acarrearía más problemas debía ser paciente. Tenían que ser más listos que los del gobierno.

    -Baddap – llamó Canon mareado aún por toda la información que debía procesar, lo peor, el peligris aún tenía muchas cosas que explicar - ¿Qué averiguaste del encapuchado?

    - ... - se tomó un momento para responder, ante las significativas miradas de todos los integrantes de los equipos – Es mi hermano menor.

    Continuará...



    Holaaaaaaaa. Llegué tarde a mi casa, por eso se me ha pasado un poco la hora. Pero como siempre aquí el capítulo, uff Baddap tiene tanto que explicarnos, lo iba a poner todo en este capítulo, pero como hay una historia tras el hermano, creo que mejor lo voy explicando poco a poco en el próximo capítulo.

    Por cierto, el título de la próxima semana: Yuka

    Tendremos una interesante visita, también veremos a "Hiroto" y Haizaki trabajando juntos.


    ¿Les gustó el capítulo? Siento que cuando tengo que hacer muchas explicaciones los capítulos suelen ser algo aburridos.

    Cuéntame tu parte favorita.

    Adivinen mi parte favorita XD ay Fudo... ¿Qué haré contigo?

    Por ahora Nosaka, Nishikage y Aphrodi, no tuvieron mucha interacción, pero si lo pensamos bien, realmente no tiene mucha confianza con la mayoría. Así es que mientras van congeniando, así mismo irán ganando protagonismo.

    Por último, les recuerdo dejar su comentario.

    Nos leemos, hasta la próxima...
  3. .
    Una mini serie creada gracias a conversaciones con una de mis autoras favoritas. Dedicado a uno de mis personajes favoritos de Inazuma.

    La mini Serie se denomina Kazemaru en Teitoku, son 4 one shots.
    Casi todos pueden leerse sin necesidad de leer los demás.

    Primera Parte...... Su Sonrisa
    Segunda Parte..... Su Cabello
    Tercera Parte....... Su Piel
    Cuarta Parte........ Su Carácter

    NOTA: Se recomienda leer Su Piel, para comprender el inicio.

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    Su Carácter


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    Kazemaru estaba preguntándose: ¿Qué diablos estaba pasando?

    Una semana, llevaba una maldita semana, tratando de entender a tres de los titulares del equipo y su extraño comportamiento, pero enterarse de la verdad solo había logrado sacar su instinto protector.

    Todo había comenzado el sábado en el entrenamiento matutino del club, desde que llegó estuvo ansioso esperando por Genda.

    Había quedado muy preocupado desde que Fudo básicamente lo corrió de los vestidores, había llamado a Genda apenas llegó a su casa, pero nada. Le llenó el buzón de mensajes y nada, nunca hubo respuesta.

    Pero él no pensaba rendirse. Llamó a Fudo y Sakuma, esperando obtener respuestas de alguno de los dos... mismo resultado nada.

    Esa noche casi no durmió preocupado por esos tres. Tenía el leve presentimiento de que algo malo había pasado y él no estaba enterado. Así es que el sábado se despertó aún más temprano y se encaminó al club luego de verificar que ninguno de los tres había respondido a sus mensajes o devuelto alguna de las llamadas.

    Estaba verificando el equipo que sería utilizado en la práctica cuando los primeros miembros del equipo llegaron.

    -Buenos días Kazemaru

    - Buenos días, vayan a cambiarse y estiren los músculos.

    Ok, ninguno de los llegados eran sus tres preocupaciones, seguiría esperando. Pero pasaba el tiempo, faltaban cinco minutos para que iniciara la práctica cuando Kageyama hizo presencia en el campo.

    -Ocho en punto, comencemos con 30 vueltas al campo - avisó el comandante, para preocupación de Kazemaru. El resto del equipo se miró las caras preocupados, el capitán no estaba presente, tampoco el portero titular del equipo.

    - Disculpe comandante - se acercó Kazemaru, al ser el único capaz de dirigirse al temible hombre - Faltan algunos integrantes del equipo y no he recibido ninguna justificación de su ausencia y yo... - no quería que el hombre notara su preocupación, pero tampoco quería meterlos en problemas.

    - No los esperes, el capitán junto a los jóvenes Genda y Fudo, están en un entrenamiento especial. Hoy no se unirán a nosotros. - Hubo una pequeña pausa, donde dejó claro que no daría más explicaciones - Comiencen a correr.

    Así transcurrió el entrenamiento, con un ambiente cargado de pesimismo y preocupación, faltaba el capitán, faltaba su guía y pilar. Tampoco estaba Genda, el apoyo emocional y segundo soporte del equipo. Extrañamente también extrañaban a Fudo, si es cierto que lo que mejor hacía era pelear con Sakuma, pero eso en cierta forma era parte de su rutina ya. Ahora todo lo que había era calma... una nada agradable calma.

    Todos estaban exhaustos luego del entrenamiento, como siempre Kazemaru y el comandante verificaban la información del desempeño de cada miembro del equipo, mientras estos se duchaban.

    Así terminó el día, sin rastro de Genda, Fudo o Sakuma. No hace falta decir que su preocupación solo aumentó.

    El domingo era día de descanso, volvió a llamar a sus amigos con el mismo resultado del día anterior... nada.

    Lunes, por fin. No había manera de no interactuar con ellos ese día, los vería en clase y a la hora del almuerzo. Sería fácil conseguir respuestas... estaba muy equivocado.

    Kazemaru llegó temprano esperando como siempre encontrar a Genda sentado en su pupitre y a Sakuma junto a él hablando de cualquier tema, más al rato llegaría Fudo y comenzaría a molestarlos. Esa era la rutina diaria. Pero los tres puestos estaban vacíos.

    Pasaban los minutos y ninguno de los tres llegaba. No fue hasta que el profesor de la primera hora de clase ingresó por la puerta, que dos cabelleras marrones y una platinada entraron corriendo al salón. Agitados por la carrera que seguro habían pegado para llegar a tiempo.

    A Kazemaru se le fue el alma a los pies, Genda tenía las manos vendadas y varios morados en la mejilla. Sakuma tenía parches en el rostro en la mejilla. Por último, Fudo tenía un vendaje en la cabeza. Los tres se veían agotados, aparte de heridos.

    ¿Cuántas heridas está cubriendo el uniforme?

    Se cuestionó alarmado el de ojos almendra. Peor aún, pensó que el profesor reñiría a los tres por llegar tarde.

    -Lamentamos la demora - habló Sakuma por los tres. Kazemaru solo se preocupó más, Sakuma habló entrecortado, estaba agitado sí, pero el capitán también estaba ronco. ¿Qué está pasando?

    - Se me notificó sobre su particular situación, entren no quiero problemas. - el viejo profesor parecía fastidiado por ser tan permisivo. Pero igual los dejó pasar.

    Entraron tomado asiento y para desgracia de Kazemaru, parece que los tres evitaron hacer contacto visual con él.

    Llegó la hora de almuerzo y no tuvo tiempo ni de ponerse de pie, cuando Genda, Fudo y Sakuma salieron corriendo fuera del aula. Se asomó por el pasillo, pero habían desaparecido.

    Eso era extraño...

    El resto del día no fue muy diferente a la mañana, sus amigos entraron al salón corriendo casi con el profesor. Agitados, sudados y despeinados. Los dejaron pasar, ninguno volteó a verlo. Terminaron las clases y al igual que la hora de almuerzo, tomaron sus cosas y corriendo fuera del salón, se perdieron en medio de los interminables pasillos.

    El entrenamiento fue igual al sábado. Ninguno de los tres hizo acto de presencia y Kageyama los escusó hablando de un entrenamiento especial. Se fue decepcionado y sumamente preocupado a su casa. Ahí había gato encerrado...

    El resto de la semana no fue mejor, por más que trató de encontrar un momento para conversar con alguno de los tres era imposible. Se sentía ignorado, varias veces logró perseguirlos por los pasillos, pero por más que gritó llamándoles nunca voltearon. En clase llegaban justo a la hora de iniciar, no tenía tiempo de abordar a ninguno. Siempre llegaban juntos y se iban juntos, siempre con prisa, siempre corriendo.

    El miércoles notó que Fudo pasó toda la clase sosteniéndose la frente, parece que tenía dolor de cabeza y estaba tratando de pasarlo por alto. Más de un profesor le preguntó en varias ocasiones si necesitaba ir a la enfermería, pero él lo rechazaba. Ese día notó que para salir de clases Genda y Sakuma básicamente lo arrastraron para apurar el paso...

    El jueves, había examen, fue solo un momento que levantó la mirada para pensar en una de las respuestas capciosas que hacen los profesores, pero lo notó. A Genda le costaba escribir... su examen pasó a segundo plano, para dedicarse a observar al portero, Genda escribía un poco y luego debía soltar el lápiz y sobarse la mano, como tratando de apaciguar el dolor. Frunció el ceño. Ayer Fudo, hoy Genda...

    Igual que el día anterior, apenas terminaron las clases esos tres se levantaron a prisa para salir, pero logró notar que antes de salir por la puerta, Sakuma le cuestionaba sobre su mano... los siguió igual que los días anteriores, tal vez fue suerte, pero logró darles alcance y sostener a Sakuma de un brazo, deteniendo la carrera de los otros dos.

    -Sakuma ¿Qué está pasando? Explícame eso del entrenamiento especial

    Al capitán se le habían bajado los colores, pero ni tiempo le dio de seguir cuestionando. Un movimiento brusco por parte de Fudo y ya no vio nada, sintió un tirón de Sakuma al soltarse. Cuando alejó el objeto que había caído en su cabeza, resultó ser la chaqueta del equipo, Fudo se la había tirado y Genda había jalado a Sakuma. Ahora los veía a los tres correr lejos de él...

    Llegó el viernes, ahora el afectado era Sakuma, llegó al salón de clases siendo sostenido por Genda, mientras Fudo cargaba su mochila. El mal presentimiento que cargaba desde el fin de semana se había convertido poco a poco en enojo. Ya no tenía dudas, algo malo estaba pasando y la situación se les estaba saliendo de las manos.

    Esperó pacientemente. Hoy tenía una oportunidad única. Serían más lentos por Sakuma, pero no pensaba detenerlos, ayer eso había fallado. Fudo era listo y podría distraerlo rápidamente para hacerlos escapar. Hoy solo los seguiría, a una distancia prudente y se aseguraría de averiguar qué estaba pasando.

    Sonó la última campana indicando el final de clases, como suponía Genda y Fudo se acercaron a Sakuma para ayudarlo a levantarse. Bien era hora del plan.

    Salió a prisa del salón, antes de que ellos siquiera terminaran de recoger sus cosas. Corrió por los mismos pasillos que sus amigos recorrieron durante toda la semana.

    Hasta llegar al mismo lugar donde siempre los perdía, se ocultó tras unos casilleros y esperó. No pasó mucho tiempo antes de escuchar los pasos apurados de Genda y Fudo.

    El portero había tenido que cargar al capitán, pues al correr a la hora de almuerzo Sakuma solo había empeorado la lesión.

    Espero en silencio hasta que vio como se acercaban a una puerta, tocaron antes de entrar y como Kazemaru esperaba, los recibió el comandante.

    -Han demorado 13 segundos

    - Es mi culpa - habló alterado el capitán, aún en la espalda del portero - han tenido que cargarme, comandante ya no puedo correr.

    - ¿Y así te haces llamar capitán? No eres nada, más que una escoria.

    - Ayer se lesionó y aún así ha corrido y cumplido con tu maldito "entrenamiento especial". - para sorpresa de Kazemaru, Fudo estaba defendiendo a Sakuma - La única escoria que veo eres tú, mal parido intento de entrenador.

    - Fudo calma, no pasa nada. - trató Sakuma de tranquilizarlo.

    - Kageyama, esto es una locura. Si alguno de nosotros decide reportarte por abuso de poder, volverás a prisión. - gruñó Genda.

    - Ustedes son los que aceptaron esto, incluso cuando les avisé las consecuencias de sus actos.

    - Tu nos obligaste, no hables como si tu amenaza fuera una nimiedad - Fudo estaba apretando los puños, para contener el enojo.

    - Kazemaru es nuestro amigo, no vas a alejarlo de nosotros. - defendió Sakuma.

    - Ni vamos a permitir que arruines su futuro en el futbol - gruñó Genda.

    - Si tan decididos están a protegerlo, ya saben lo que deben hacer. - Kageyama se alejó de la puerta permitiéndoles el paso.

    Aún con el enojo palpable, los tres titulares ingresaron a la sala, siendo seguidos por Kageyama.

    Por su parte la mente de Kazemaru era un caos...

    ¿Qué estaba pasando?

    ¿Kageyama quería alejarlo de sus amigos?

    ¿Cómo era eso de arruinar su futuro en el futbol?

    ¿Qué había tras esa puerta?

    ¿Por qué ninguno de los chicos les dijo nada?

    ¿No lo consideraban su amigo acaso?

    ...

    Eso último no importaba, aún si para ellos él no era su amigo, ellos si eran importantes para él. Y aún si no querían su ayuda, él planeaba sacarlos de ese problema con Kageyama.

    Sacándolo de sus pensamientos, escuchó la puerta abrirse. Kageyama salió del lugar y se encaminó hacia el club. Esperó hasta perderlo de vista y sigilosamente ingresó al lugar donde el comandante salió anteriormente.

    Encontró un largo pasillo con una cantidad de puertas innumerables... colegio de ricos, mira que tener dinero para tales instalaciones...

    -Estás divagando Kazemaru... - se dijo a él mismo. Eso no era importante.

    Caminó hasta que escuchó ruidos tras una de las puertas, por suerte había un cristal junto a la misma que permitía ver el interior. No podía creerlo...

    -------------



    Sakuma estaba de nuevo en esa maldita habitación del demonio. Después de entrar, debía esperar a ser escaneado por las máquinas en el techo. Un minuto después se proyectaba un holograma de una cancha de futbol, contra algún equipo rival.

    Su tarea no era nada simple, debía realizar un tiro a puerta superando a la defensa del equipo. El problema, era la violencia con la que estos atacaban, siempre había alguna barrida que lo mandaba al piso, un choque de hombros que lo lanzaba a un costado hasta caer, alguna patada para robarle el balón que terminaba impactando su pantorrilla.

    Las pocas veces que lograba burlarlos a todos y llegar a portería, ya no tenía fuerzas para realizar algún tiro, por lo que este iba débil y era fácilmente detenido.

    Intentó una y otra vez, con peores resultados que los días anteriores. Ayer mientras trataba de burlar a la defensa, uno de ellos había chocado contra él, cayó al piso sobre su pie derecho en mala posición.

    No fue fractura por suerte, pero Kageyama había sido claro, hasta que no lograran cumplir con la tarea impuesta, no daría su brazo a torcer.

    Debía ser fuerte, por Kazemaru lo sería.

    -¡Otra vez!

    -------------



    Kazemaru guardó su teléfono, después de aquel momento de shock que había sufrido, casi se precipito a la habitación al ver a Sakuma caer, era de locos una lesión con aquel entrenamiento.

    Pero no lo hizo, usó todo su autocontrol para contenerse y lo logró. Sacó su teléfono y filmó a Sakuma, asegurándose de que se notara la lesión en el cojear de su amigo y la crueldad del entrenamiento.

    Tenía al capitán, le faltaban dos más por encontrar.

    Siguió caminando hasta que volvió a escuchar estruendo. Corrió hacia la puerta, ahora encontrando a Genda... era igual de horrible que la situación con Sakuma.

    -------------



    Genda trataba de recobrar el aire en sus pulmones, ese tiro le había quitado por completo el aliento. Sus manos quemaban de la potencia del tiro. Estaba recostado en la red luego de ser arrojado a esta por un tiro del holograma.

    Ni siquiera reconocía al jugador, pero era brutal su fuerza. Tenía toda la semana tratando de detener un tiro, solo UN tiro de aquella máquina y siempre era el mismo resultado, la fuerza, la potencia, el giro, todo.

    Siempre terminaba estampado contra la portería, sus manos habían llegado al punto de lastimarse la piel por el roce contra los guantes y el tiro. Pero no planeaba rendirse, como pudo volvió a ponerse en pie y desde su garganta le rugió al goleador.

    - ¡¿Es todo lo que tienes?!

    -------------



    Al igual que con Sakuma, filmó aquel salvaje entrenamiento, se aseguró de realizarle zoom a las manos de Genda y que se notara el desgaste de los guantes junto al temblor de manos. Quería correr a buscarle un botiquín, pero aún debía encontrar a Fudo.

    Siguió caminando, hasta que llegó a la última puerta que buscaba. El solitario rebelde estaba en el piso tratando de ponerse en pie, mientras balones volaban de todas direcciones...

    -------------



    Fudo estaba en el piso tratando de orientarse, veía borroso y si levantaba la vista el cuarto le daba vueltas, a diferencia de los otros dos, su cuarto no proyectaba un holograma, pero de las paredes volaban en todas direcciones balones de futbol.

    Su tarea consistía en evitar ser tocado por algún balón, pero mientras más esquivaba más había, más veloces, de más direcciones.

    Por más que trataba, siempre terminaba golpeado. Joder que ya no aguantaba la cabeza.

    Trató de ponerse en pie para reiniciar, pero antes de siquiera alzar la vista, volvió a ser lastimado.

    -¡JODER! - gruñó aún estando en el piso - ¡No voy a rendirme maldito!

    Y no iba a hacerlo, aquello era por Kazemaru, no pensaba dejarse vencer, no sin dar pelea.

    -------------



    Volvió a guardar el teléfono, apretando los puños de impotencia. Ya tenía la información.

    Kageyama se lo iba a pagar muy caro...

    Corrió fuera del pasillo hasta el club de futbol, buscó al comandante, pero no lo encontró.

    - ¿Pero qué?... - se preguntó molesto. - ¿Dónde se metió?

    - Kazemaru - llamó Banjo - El comandante dijo que te espera en su despacho.

    - Gracias - no se detuvo a pensar mucho en ese llamado. Simplemente corrió hacia la oficina de Kageyama, mientras tecleaba algunas cosas en su teléfono.

    Cuando estaba a punto de llegar a la tan temida oficina, frenó su paso y antes de entrar, tomó una gran bocanada de aire, necesitaba serenar su agitado corazón. Estaba a punto de encarar a el más temido hombre que conocía y no podía dejar que notara su propio miedo.

    -Kageyama - llamó entrando con el ceño fruncido, quería que ese hombre notara que estaba molesto y no era un juego.

    - Kazemaru ¿Ya no soy comandante? No sabía que le faltaras el respeto a los entrenadores.

    - Yo respeto a los entrenadores. Pero lo que usted está haciendo no es un entrenamiento especial, es TORTURA. - remarcó la palabra - Ellos están lastimados y si siguen de esa manera solo terminarán lesionándose más.

    - No deberías meter las narices donde nadie te ha llamado - el hombre afiló su mirada tras los oscuros anteojos.

    - Si me incumbe, usted los amenazó utilizándome a mí. No pienso permitir que les hagas más daño. ¡DÉJALOS EN PAZ!

    - ¿Y si no lo hago? - Kageyama sonrió burlón - ¿Qué piensas hacer? ¿Acusarme?

    - Así es. Tengo en video cada uno de los entrenamientos que está realizando, eso es cruel y ninguna asociación estará de acuerdo con esos entrenamientos.

    - Te recuerdo que personalmente fui llamado, aún estando en prisión para ser entrenador.

    - Y yo le recuerdo que es la corporación Kido la que tiene el verdadero poder sobre este equipo. Así su hijo no esté en el equipo. ¿De verdad cree que Kido no hará nada si le envío los videos que tengo?

    - ¿Me estás amenazando, Kazemaru? Podría deshacerme de ti ahora y nadie sabría.

    - Es verdad... Yo no puedo contra usted... Pero - dijo decidido mientras alzaba el teléfono - Estoy a un botón de enviarle los videos a Kido, no importa lo que me haga, no podrá evitar eso. Estará acabado...

    - Me sorprende... ¿Hasta qué punto estás dispuesto a llegar solo por ellos?

    - Haré lo que sea con tal de mantenerlos a salvo - Kazemaru en ningún momento perdió su postura. No retrocedería, no ante Kageyama, no cuando sus amigos lo necesitaban...

    - Bien, en ese caso no me queda más opción. - Kageyama se puso en pie caminando hacia el de cabellera celeste. Metió la mano la mano en su chaqueta como buscando algo. Kazemaru acercó el teléfono a él mismo, preocupado por lo que pensara hacer. Su mano tembló, más su determinación aumentó.

    Él no importaba, salvaría a sus amigos.

    Cuando estuvo frente a él, Kageyama sacó su mano de la chaqueta y por instinto Kazemaru cerró los ojos...

    .

    .

    .

    .

    .

    7,8,9,10 segundos... aún no pasaba nada. Abrió los ojos, aún temeroso y se encontró tres tarjetas extendidas frente a él.

    Miró a Kageyama extrañado.

    -Estas son las llaves de acceso para las habitaciones. Sácalos y cúra sus heridas. Solo por hoy accederé a que falten a la práctica.

    .

    .

    .

    .

    -¿Qué?...

    Kazemaru no se creía lo que había escuchado... quizás cuando cerró los ojos, Kageyama lo dejó inconsciente. Y ahora soñaba eso.

    Kageyama suspiró al ver la impresión del ojialmendra. Tomó la mano izquierda, la que no tenía el teléfono fuertemente agarrado contra el pecho del defensa y le colocó las tarjetas de acceso.

    -Ya veo que sí puedes defenderte. Me quedaré tranquilo, porque llegué a pensar que estabas a merced de esos tres. Pero creo que pondrás en su lugar a cualquiera que se pase de listo... Además, esos tres demostraron lo mucho que les importas, cualquiera es buen partido. - Kageyama desordenó levemente sus cabellos antes de marcharse de regreso al club.

    ¿Qué acaba de pasar?

    ¿A qué se refería Kageyama con que esos tres eran un buen partido?... no se refería a...

    Un intenso color rojo adornó su rostro. Bien que era distraído pero eso sí lo entendió... ¿Kageyama le dio su bendición para salir con Genda, Fudo o Sakuma?

    Parecía un muy mal chiste... pero parece que fue así.... Podía seguir ahí tratando de entender lo que pasaba por la mente del comandante. Pero era más importante la salud de sus amigos.

    Corrió de regreso al pasillo para liberarlos.

    -------------



    Kageyama caminaba hacia la cancha del club de futbol del Instituto Imperial, desde que notó el comportamiento de los miembros del equipo, se había preocupado por su nueva mano derecha. Era un chico muy responsable y decidido. Pero parecía bloquear todo bajo una mirada seria y ojos fríos, como si prefiriera mantener alejado a las personas, pero Kageyama vio a través de esa fachada.

    Era un joven preocupado y dulce, que se sentía inferior. Pero esa determinación de no dejarse vencer fue lo que terminó agradándole al comandante. Kido era un genio, líder por naturaleza, una persona que casi a la primera lograría lo que se proponía. Kazemaru, por el contrario, era un joven común, que debía esforzarse diariamente para mantener el nivel.

    Sus dos pupilos, habían ganado espacio en su casi inexistente corazón. Por eso, ver a los titulares del equipo con las hormonas revolucionadas por el despistado joven, prendió las alertas en su cabeza.

    Creyó que con su presencia en los entrenamientos todo volvería a la normalidad, pero con el incidente en los vestidores...

    Digamos que el instinto paternal que creía no poseer salió a flote. Puso a prueba a esos tres bajo amenazas falsas, creyendo que renunciarían luego de unos días.

    Pero la determinación de ninguno de ellos cayó, por más lastimados que estaban, siguieron cumpliendo con los brutales entrenamientos. El único reclamo que recibía era al inicio cuando le exigían que dejara a Kazemaru fuera del problema.

    Debía decir que su plan lo había sorprendido a él mismo. Había creído que a Kazemaru le faltaba carácter para defenderse de los buitres, pero el joven le demostró que podía ser un león con tal de defender a aquellos que quería.

    Aparte de que los tres titulares, le demostraron que harían lo que sea con tal de protegerlo.

    Con eso estaba bien, escogiera a quién escogiera Kazemaru, sabía que estaba en buenas manos.

    Observó la tablet que cargaba con él, donde las cámaras de video mostraban a Kazemaru ayudando a Fudo a caminar, mientras que Genda llevaba en su espalda a Sakuma.

    Más le valía a esos tres cuidar a su pequeño protegido o él se aseguraría de volver sus vidas un infierno.

    -------------



    Kazemaru estaba feliz de ver los ánimos de esos tres. Genda trataba de detener la riña entre Fudo y Sakuma, mientras él buscaba algunas vendas y desinfectante.

    Aún no logra creer que cayeron en otro de los planes locos de Kageyama, pero guardaría ese secreto, solo porque no quería crear un problema ahora que todo volvió a la normalidad.

    -¿Kazemaru, cómo conseguiste las llaves? - le preguntó Genda, luego de dejar a Fudo y Sakuma con un chichón en la frente.

    - Tuve que hablar con el comandante, sobre la ineficiencia de los entrenamientos sin el equipo completo. Puede ser perjudicial para el desempeño del equipo en los partidos... además estaba preocupado por ustedes. Parecían estar sufriendo... Sé que no soy su amigo, pero no podía quedarme sin hacer nada.

    -¿Cómo que no eres nuestro amigo? - Sakuma parecía seriamente ofendido.

    - Kazemaru, eres muy importante para nosotros - aseguró Genda.

    - Tanto que, si logramos esconderte del resto del mundo, nos ahorrarías muchos dolores de cabeza. - remato Fudo.

    Kazemaru sonrió feliz, ignorando el último comentario y su posible significado. Aquella cálida sonrisa, terminó sonrojando a los tres titulares. Ese defensa iba a matarlos, definitivamente.

    Kazemaru dejó pasar los sonrojos y procedió a curarlos. No importaba lo que pensara Kageyama, simplemente no dejaría que se volviera a meter con sus amigos. Después de todo...

    Tendría que lidiar con su carácter, si se atrevía a intentar algo así de nuevo.

    FIN.



    Llegamos al final de esta mini serie de One Shots, gracias a todos los que han seguido las historias. Espero que disfrutaran cada capítulo. Yo me he reido bastante con esto y me ha encantado el resultado.

    Este es el final, lo sé. Es abierto, pueden elegir con quién quedará Kazemaru. Sinceramente pensaba tirarme el FudoKaze al final (Ya saben, la OTP). Pero me dije que no, Fudo, Sakuma y Genda, cada uno tuvo un capítulo para demostrarle a Kazemaru su preocupación. Así es que no seré yo la que elija por él.

    Nos leemos en otra historia, hasta la próxima...
  4. .
    Una mini serie creada gracias a conversaciones con una de mis autoras favoritas. Dedicado a uno de mis personajes favoritos de Inazuma.

    La mini Serie se denomina Kazemaru en Teitoku, son 4 one shots.
    Casi todos pueden leerse sin necesidad de leer los demás.

    Primera Parte...... Su Sonrisa
    Segunda Parte..... Su Cabello
    Tercera Parte....... Su Piel
    Cuarta Parte........ Su Carácter

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    Su Piel


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    En el Instituto Imperial predominaba un calmado ambiente desde hace ya un tiempo. Pero créanme, esa calma no es la típica de paz y felicidad. No, para nada. La calma a la que nos referimos es aquella fría y peligrosa, esa en la evitas realizar movimientos bruscos por miedo de llamar la atención del monstruo que se oculta entre la niebla... o para el caso actual, mantener un perfil bajo para no llamar la atención del comandante.

    Hace ya un tiempo que Kageyama Reiji vigilaba personalmente los entrenamientos. Situación que, por supuesto había afectado mucho en el comportamiento del equipo, anteriormente solo debían lidiar con la presencia de Kageyama en reuniones o durante los partidos.

    Pero ahora debían ver diario al comandante, Sakuma estaba a nada de sufrir un ataque de nervios o hasta de ansiedad, ruidos muy fuertes lo alteraban, llegarle por la espalda estaba prohibido, no podías realizar movimientos bruscos sorpresivos cerca de él. Sakuma era susceptible a cualquier cosa o persona. Podías compararlo con un fósforo, el mínimo roce producía una flama, o en términos sencillos: haz algo estúpido y serás el encargado de lidiar con la frustración de Sakuma.

    Por su parte Genda vivía tenso y hace un tiempo que dejó de medir su fuerza, en más de una ocasión balones de futbol que eran detenidos por el de melena café podían terminar aplastados en medio de las super técnicas. Genda era una persona que se dirigía mucho por su instinto, pero actualmente todo su ser se mantenía en un constante estado de alerta, lo que lo mantenía agotado, aparte de que el portero era uno de los principales receptores de la furia de Sakuma, generalmente Genda intervenía para evitar que el capitán terminara de desmoralizar con palabras a alguno de los otros miembros y terminaba recibiendo él la reprimenda que no le correspondía, pero callado lo aguantaba, Genda era consciente del disgusto general por Kageyama, pero sabía que a Sakuma lo alteraba mucho más que a cualquier otro. Él aún podía ser paciente por los dos y mantener pensamientos en frío mientras su amigo lo necesitara.

    Fudo era un caso aparte, el solitario rebelde volvió a su aislamiento, convivía lo justo y necesario con cada miembro del equipo y luego solo eran miradas matadoras lo que podías recibir de él. Bueno, había una particular excepción... o no, no era Kazemaru. Me refiero a Sakuma, si te tomabas el tiempo de medir la cantidad de palabras que salían de la boca de Fudo hacia las personas, Sakuma tenía el puesto número 1, pero no porque actuaran como grandes amigos y camaradas. Todo lo contrario, Fudo era el segundo receptor de la ira del capitán. El ojiverde no escatimaba para buscar situaciones que le recordaran a Sakuma su "deficiente" desempeño como capitán y con el peliplateado actualmente susceptible a cualquier estímulo, las discusiones terminaban mal... muy mal. En más de una ocasión tocó separarlos antes de que terminaran de llegar a los golpes. Y claro, estos espectáculos tenían sus consecuencias, ahora con Kageyama en los entrenamientos, una pelea terminaba en castigo. El comandante podía ser muy creativo cuando se lo proponía. Lo que nos lleva al puesto número 2 de personas que más palabras reciben de Fudo, o si, Kageyama tenían el segundo lugar del ranking. Si anteriormente Fudo criticaba su manera de hacer las cosas ahora llegaba hasta a insultarlo por su manera de caminar. Si fuera posible, hace mucho Akio Fudo le hubiera saltado a la yugular al entrenador. Pero siempre hubo alguien que evitaba que eso llegara a más.

    Les hablo de Kazemaru, miembro del comité de reforzamiento, posiblemente el mayor causante de la situación actual e ignorante total de ello. Kazemaru había sufrido un gran retroceso, si bien es cierto desde que estaba bajo las órdenes de Kageyama, el peliceleste mostró una actitud completamente profesional, en la que realizaba todos los planes que se le dictaban con una precisión y frialdad que enorgullecían al comandante. Con el tiempo se suavizó un poco, Kazemaru ya no se sentía como el perro guardián de Kageyama, ya era un miembro más del equipo. Pero ahora volvimos al principio, con Kageyama en los entrenamientos, parece que Kazemaru volvió a su frío y estoico ser. Con la gran diferencia de que ya nadie podía hablar con él.

    Como el muy amado entrenador se dignaba a estar presente en los entrenamientos, el puesto de vocero ya no era necesario, por lo que el ex-atleta solo debía recopilar la información que pedía Kageyama sin interactuar con nadie. Lo otro que volvía inaccesible a Kazemaru, era que no se alejaba del entrenador. Kazemaru siempre estaba a un costado de este, listo para acatar sus órdenes o responder sus preguntas. Nadie en el equipo tenía el valor de acercarse al ex jugador del Raimon, bastaba con un movimiento de cabeza del comandante para alejar a cualquiera... bueno cualquiera menos Fudo y Sakuma, que a cada intento de contradecir a Kageyama terminaban calmándose al recibir una mirada de Kazemaru, bajo aquel inexpresivo rostro había a la vista un ojo color almendra que transmitían una gran calma... de alguna manera, evitaba que los entrenamientos terminaran en caos.

    Y claro, al finalizar el entrenamiento, los agotados miembros del equipo se retiraban a las duchas con prisa. Sabiendo que era la oportunidad para salir de la mira del comandante y con la certeza de que, al salir, Kageyama ya se habría retirado del campo y solo estaría Kazemaru terminando de arreglar todo. Pero a esas alturas, ya nadie tenía energía para acercarse al de coleta.

    Este era el pan de cada día en el Instituto Imperial. Los titulares cada día estaban más cansados de la situación y no me refiero al físico, es decir desde antes, Kageyama los obligaba a cumplir extenuantes rutinas de entrenamiento, ellos podían sobrevivir a los infiernos que eran las prácticas. El problema era el agotamiento mental, tener que pensar los movimientos que harías si deseabas acercarte al capitán, tener que soportar los gritos del mismo porque al final Sakuma encontraba la manera de gritar, ser salvado por Genda, para luego sentirte miserable por escuchar los gritos que se aguantaba callado el portero por ti y luego cuando tratabas de volver a entrenar normalmente no había manera de esquivar la mirada esmeralda que te congelaba apenas se posaba en tu miserable persona. Rematando tu pésimo día de entrenamiento, Fudo y Sakuma chocaban en algún momento y claro antes Kazemaru bastaba y sobraba para detener la riña, pero como el de coletas no se alejaba de Kageyama y este último no intervenía si no veía sangre... pues todo se volvía una mierda, la disciplina implantada por ese hombre podía llegar a enorgullecer a dictadores históricos.

    Por eso al sonar el silbato indicando el final del entrenamiento, podías apreciar la carrera hacia las duchas con tal de escapar del campo.

    Y justo nos encontramos aquí, en los vestidores. Las baldosas del piso ligeramente húmedas por aquellos te terminaban su baño, el ruido de las regaderas en uso sonando de fondo, el leve vapor en el ambiente por aquellos que abusaban del agua caliente, algunas toallas ya sin dueño abandonadas en las bancas, sin mencionar claro a los miembros del equipo, por ejemplo, Sakuma y Fudo siendo separados por Genda ante la preocupada mirada de algunos titulares. Fudo con una mano tenía al capitán agarrado por el cuello de su camiseta, mientras Sakuma sostenía con ambas manos la camiseta del rebelde por los hombros.

    - ¡Ten los huevos en alguna ocasión para poner orden, oh señor capitán del equipo!

    - ¡Claro! ¡Como a ti te basta con hacer un berrinche para sentirte importante!

    - ¡Sakuma, Fudo! ¡Sepárense! – Genda siendo el más alto de los tres, no lograba alejarlos, por más que trató de interponerse.

    - ¡A diferencia de ti, no soy un cobarde! ¡Tengo las pelotas de decirla a Kageyama en su cara que me vale mierda su actitud!

    - ¡Basta! - el portero quería golpearlos a ambos.

    - ¡Y gritando has logrado mucho! – sarcasmo puro, profirió el capitán.

    - ¡Me lo dice el capitán que le grita a todo el equipo porque se le acercan por la espalda!

    - ¡Calma por favor! – Fudo y Sakuma habían desarrollado la habilidad de ignorar al portero en medio de sus peleas.

    - ¡No me vengas con esas mierdas! – Sakuma a cada momento se enojaba más. - ¡Te la pasas intimidando a todos con la mirada, creyéndote la gran cosa con tu actitud barata de chico malo!

    - ¡Kazemaru tiene más pantalones que tú!

    - ¡No metas a Kazemaru en esto!

    -¡SUFICIENTE! – rugió el portero. Habían colmado su paciencia. Tomó las manos de ambos y de un jalón ya los había separado, Fudo terminó estrellado contra los casilleros y Sakuma tropezó hasta caer al piso - ¡Me tienen harto! ¡HARTO! ¡Ustedes no son los únicos que la están pasando mal! ¡Miren a su alrededor! – Genda señaló a los miembros del equipo que veían la pelea con cierto temor – ¡Somos un equipo y nos estamos cayendo a pedazos! ¡Nadie está feliz con Kageyama! ¡Pero ustedes dos son el colmo! ¡En lugar de unirse contra él, se quieren sacar los ojos entre ustedes!

    - Genda / Yo no – ambos acusados trataron de defenderse, pero el de melena café no dio lugar a réplicas.

    - ¡SILENCIO! – de verdad que habían agotado su paciencia - ¡No quiero escuchar nada de ninguno de los dos! ¡Por mí mátense si quieren! ¡Pero NO arrastren al equipo con ustedes!

    Y con eso Genda tomó sus cosas y salió de los vestuarios propinando un portazo que resonó por el eco del lugar. Fudo bufó luego de ser regañado, Sakuma se apresuró a ponerse de pie y tomar sus cosas para correr tras su amigo. Tal vez se había pasado un poco...

    - ¡Genda espera! – Sakuma por fin le dio alcance al portero.

    - Ahora no Sakuma – habló el de melena café. Es cierto que ya no pensaba gritarle, pero seguía molesto y no quería decir algo de lo que luego se arrepentiría. Necesitaba alejarse un momento para pensar.

    - No Genda, lo siento. – y eso bastó para detener el caminar del portero – De verdad lo siento, tienes toda la razón. Deberíamos estar todos unidos en contra de Kageyama, pero hemos hecho todo lo contrario... sin darnos cuenta le hemos facilitado el trabajo, un equipo separado es débil. Y Fudo y yo no hemos hecho mejor la situación.

    - Eres el capitán Sakuma – le recordó – si nos marcas la dirección nosotros te seguiremos y te apoyaremos incondicionalmente, pero no puedes cargar con todo y arrastrarnos al fango si sientes que la situación te supera... No estás solo, somos 11 en el equipo. Y si ninguno de ellos está para ayudar, siempre me tendrás para cuidarte la espalda.

    Ahora Sakuma se sentía mal, Genda fue el mejor amigo de todos, dejó que descargara su frustración con él y nunca le reclamó. Era un pésimo amigo y un peor capitán.

    -De verdad lo siento, he sido una persona horrible – Sakuma miró al piso deprimido y Genda posó su mano en el hombro derecho del pelo plateado, estaba muy feliz por ver a su amigo reflexionar sobre sus actos. Pero alguien le ganó las palabras.

    - Tienes razón, eres horrible – llegó Fudo a romper la armonía. Genda quería estrellar la palma de su mano contra su frente y Sakuma ya se había vuelto a enojar – pero supongo que, si Kageyama nos molesta a los dos, podemos aplicar la del enemigo de mi enemigo es mi amigo... o algo así.

    Fudo miró a un costado avergonzado y tanto el capitán como el portero, vieron sorprendidos al solitario rebelde... ¿Eso era un intento de disculpa?

    -Pero no quita que sea divertido fastidiarte capitán – volvimos al Fudo petulante... bueno, eso era mejor que nada. – Por cierto, Genda. Dejaste tus guantes olvidados en los vestidores.

    - ¿Y no podías traerlos? – se quejó Sakuma por Genda.

    - Ya bastante hice con venir a avisar. – Fudo siempre sería Fudo.

    Genda resignado avisó que lo esperaran que iría por ellos.

    -Te esperamos – dijo Sakuma.

    - Si demoras mucho, nos vamos sin ti – avisó Fudo.

    Genda no puedo hacer más que reír al escuchar a esos dos volver a discutir. Su relación era así, vivían peleando.

    Llegó a los vestidos llevándose la sorpresa de encontrarlos vacíos, o casi. La mayoría de los titulares ya habían terminado de ducharse y abandonado las instalaciones. Encontró sus guantes sobre una de las bancas que tenían los vestuarios y se relajó soltando un suspiro, a veces era común que se hicieran bromas en el equipo, si alguien olvidaba algo, lo escondían y luego tocaba poner patas arriba el lugar hasta encontrarlo.

    Tomó sus guantes y los guardó en su mochila dispuesto a salir corriendo para alcanzar a Fudo y Sakuma, pero unos pasos llamaron su atención. Parece que alguien acaba de salir de la regadera.

    ¿Quién había demorado tanto?

    - ¿Genda? – llamó Kazemaru sorprendido. Era la primera vez que se encontraba a alguien al salir de las duchas. Cuando él terminaba el equipo entero ya estaba rumbo a sus casas. – ¿Aún estás aquí?

    -... - por su parte a Genda se le había secado la garganta... él no esperaba esa vista. Oh Dios, que no la esperaba. La mochila se deslizó por sus hombros hasta caer al suelo y poco le faltó a él mismo para terminar igual.

    Kazemaru se había asomado por el pasillo, completamente mojado, se notaba que estaba en proceso de secarse; el cabello suelto y húmedo caía grácilmente por sus hombros dejando escurrir algunas gotas de agua que ya no podía cargar, ambos ojos almendras estaban a la vista del portero por tener el cabello mojado los mechones celestes se pegaban entre ellos revelando aquella siempre oculta pupila. Adornando su rostro resaltaba un sonrojo gracias al agua caliente y su piel... era mucha piel expuesta, en algunas zonas levemente rosada producto del contacto con el agua y el jabón. Por más que el cuerpo de Kazemaru estuviera marcado por el ejercicio, se notaba suave al tacto y tentadora a la vista... ¿Eso era un lunar? Si, sí lo era, Kazemaru tenía un pequeño lunar rojo en la clavícula derecha... Si lo mordía ¿Qué haría Kazemaru?

    Tragó toda la saliva que se había acumulado en su boca sin darse cuenta, Kazemaru iba a matarlo con esa mirada inocente que le dirigía. Tenía una vista de infarto, y posiblemente Genda estaba a nada de sufrir uno.

    - ¿Ocurre algo? – Kazemaru se acercó preocupado al ver que Genda solo se le quedó viendo sin responder - ¿Está todo bien? ¿Olvidaste alguna cosa?

    -Guantes – su cerebro no le dio para más, fue lo primero que pudo procesar y responder.

    - ¿Olvidaste tus guantes? – Genda no pudo más que asentir, tenía la garganta cerrada - ¿Te ayudo a buscarlos? – rápidamente negó. Kazemaru solo lo miraba extrañado por su actuar, inclinando la cabeza tratando de entender el silencio de su compañero.

    La mente de Genda era un desastre, los demás lo matarían si llegaban a enterarse del privilegio con el que había sido bendecido.

    - ¿Seguro que no quieres ayuda? – volvió a cuestionar Kazemaru, sinceramente estaba preocupado por Genda, su lenguaje corporal indicaba que el portero estaba nervioso. Pero no terminaba de entender el motivo de dicho nerviosismo.

    Con una negativa aún mas fuerte que la anterior, Genda sacudió su cabeza moviendo su melena de un lado a otro. Kazemaru tenía que ponerse ropa y tenía que ponérsela AHORA.

    Kazemaru aún con nada de ropa en su ser y solo cubierto por la toalla, se acercó al portero realmente preocupado – Genda ¿Seguro que está todo bien? Si tienes algún problema puedes contarme.

    Esto no estaba pasando, esto NO le estaba pasando a él. Kazemaru lo más seguro era que había querido transmitirle confianza para que le contara si tenía algún problema. Pero el mismo Kazemaru era el que estaba ocasionando estragos en su persona.

    Estaba caminando hacia él, con nada de ropa solo cubierto por una toalla, con las gotas de agua corriendo por esa piel que eran la tentación personificada, con su encantador cabello celeste suelto y moviéndose al compás de su cuerpo, casi parecían flotar con el aire y en su rostro su sonrisa amigable y preocupada coronada con un sonrojo en las mejillas...

    ¡Eso no se le hace a un hombre!

    En cámara lenta lo vio acercarse, juraba que un aura dorada cubría a ese majestuoso ser y así como sentía eterno su acercamiento y agradecía por esta ofrenda del cielo, captó el momento exacto en el que Kazemaru tropezó, culpa de las baldosas y la humedad en el cuerpo del peliceleste.

    Kazemaru se fue hacia atrás y Genda tiró un paso al frente atrapándolo del brazo y atrayéndolo hacia él. Y así quedaron, abrazados en medio de los vestidores, completamente solos y con uno de ellos sin nada en su cuerpo. Parece que la toalla salió volando por la salvada del portero y ahora Kazemaru presentaba un potente sonrojo producto de la vergüenza.

    El cerebro de Genda había dejado de funcionar, en el instante que el de ojos almendra chocó contra su pecho y observó la toalla terminar de caer al piso, su mente quedó en blanco. De lo único que era consciente era de sus brazos rodeando la espalda de Kazemaru... su piel era aún más suave de lo que había imaginado. Los corazones golpeaban fuertes contra sus pechos, uno por vergüenza, el otro por algo más.

    Ahora ambos estaban en silencio, analizando cuál debía ser el siguiente movimiento de cada uno. Kazemaru comenzó a temblar, tal vez por frío, tal vez por otra cosa, más que nada por la salud mental de Genda.

    Pero no dio tiempo de pedirle al portero si podía cerrar los ojos y voltearse, tampoco dio tiempo de ofrecer una disculpa por la osadía de abrazarlo.

    La puerta de los vestidores fue abierta con un estrepitoso golpe.

    -No puedo creer que aún no encuentres los -

    -Genda, estabas demorando mucho y Fudo –

    Ninguno de los dos logró terminar su reclamo. Fudo y Sakuma, quedaron en blanco ante la imagen que tenía frente a ellos. Si prestabas atención, podías ver el momento en el que la cordura de ambos se volvía pedazos.

    - ¿Qué están haciendo? – la pregunta les salió perfectamente sincronizada en un tono de voz frío y peligrosamente bajo. Iba a correr sangre.

    - ¡No esperen no es lo que parece! – Genda colocó tras su espalda a un avergonzado Kazemaru.

    Mientras Fudo cerraba la puerta de los vestidores y Sakuma se acercaba a la toalla tirada en el piso. En completo silencio, el capitán extendió el objeto hacia el peliceleste, que aún oculto tras el gran cuerpo del portero se cubrió rápidamente.

    -Kazemaru – llamó Fudo, al asegurarse que Kazemaru fue a su taquilla por ropa – ponte ropa y vete...

    Iban a matarlo, el portero del Instituto Imperial estaba seguro de que esos serían sus últimos momentos de vida, sus horas estaban contadas. No había dejado testamento, solo esperaba que sus padres no olvidaran alimentar a su hámster.

    -Chicos – llamó Kazemaru por el extraño ambiente que comenzaba a formarse, ya tenía el pantalón puesto y la franela a medio poner, nunca se había vestido tan rápido – no es lo que piensan. Solo quería ayudarlo con su problema y bueno, hemos terminado así.

    ¡Ese era el peor momento que se podía elegir para ser tan ambiguo!

    Bueno... era su fin.

    Sakuma colocó una mano sobre el hombro de Genda asustándolo en el proceso – Debemos hablar.

    Fudo tomó la mochila de Kazemaru y medio en contra de su voluntad lo encaminó a la puerta y se aseguró de dejarlo afuera de los vestidores.

    -Ve a casa – fue lo último que ordenó, antes de darse la vuelta con planes de regresar junto al capitán.

    -Fudo espera – lo detuvo Kazemaru - ¿Por qué están actuando así? No es la gran cosa, fue un accidente.

    - ¿Cómo que no es la gran cosa? Te prohíbo que te quedes solo con algún miembro del equipo en los vestidores. No vas a mostrarle tu piel y mucho menos tu cuerpo a nadie... y amárrate la cola, no te vallas a casa con el cabello suelto

    - Fudo, somos deportistas. Se supone que nos cambiamos a diario juntos. No entiendo el problema tan grande que ven solo porque "estoy mostrando piel". Y tengo el cabello mojado, si me amarro el cabello ahora será un problema cuando lo suelte.

    Fudo solo pudo suspirar. Kazemaru no lo iba a entender... y él no se lo iba a explicar – Kazemaru... no puedes ir mostrando tanta piel a las personas y esperar que no ocurra un accidente. – aclaró Fudo – Sobre todo no a porteros con segundas intenciones. – recalcó al pensar en otro portero muy amigo del peliceleste.

    -¿Cómo que accidente?

    - No lo vas a entender. Ve a casa – volvió a recalcar – Y amárrate el cabello.

    Fudo no lo dejó decir nada más, inmediatamente entró a los vestidores y Kazemaru escuchó el pestillo puesto.

    Genial, tendría que esperar hasta mañana para aclarar sus dudas y preguntarle a Genda si estaba bien...

    Durante el camino a casa, no pudo hacer otra cosa más que pensar:

    ¿Qué accidente podía causar mostrar un poco de su piel?

    Fin...
  5. .
    Una mini serie creada gracias a conversaciones con una de mis autoras favoritas. Dedicado a uno de mis personajes favoritos de Inazuma.

    La mini Serie se denomina Kazemaru en Teitoku, son 4 one shots.
    Casi todos pueden leerse sin necesidad de leer los demás.

    Primera Parte...... Su Sonrisa
    Segunda Parte..... Su Cabello
    Tercera Parte....... Su Piel
    Cuarta Parte........ Su Carácter

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    Su Cabello


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    Las cosas habían estado extrañas últimamente. Ninguno de los jugadores del equipo sabía decir con exactitud cómo comenzó, tampoco nadie estaba muy seguro del cómo iba a terminar...

    No es que pasara algo relativamente malo, pero tampoco se podía considerar como algo 100% bueno. Es decir, a cualquier persona le gusta recibir un poquito de atención, un pequeño gesto amable, la cercanía de amigos que te conocen. Y siendo sinceros así fue al inicio, Genda y Sakuma, habían tratado desde hace un tiempo indefinido de acercarse a Kazemaru. Trataban de pasar más tiempo con él ya sea en las horas libres o acompañándolo a recoger todo luego de las prácticas.

    Nada raro y todo bien.

    A la situación anterior, se le había sumado Fudo también, para extrañeza de los demás. El "solitario rebelde", ya no parecía tan solitario. El 90% de las veces que Genda y Sakuma estaban con Kazemaru, era seguro apostar que Fudo también estaría. La diferencia, recaía en que, si el capitán o portero demostraban una amabilidad levemente excesiva con el peliceleste, Fudo se veía más a la defensiva. No es que hubiera dicho algo desagradable, omitiendo sus peleas con Sakuma en medio de los entrenamientos que eran el pan de cada día en Teitoku, muy por el contrario, se le veía mucho más callado y atento a su entorno, casi parecía que vigilara algo o alguien.

    ¿Qué vigilaba? Nadie lo sabía con certeza...

    Bueno, quizás uno de los involucrados sí sabía, después de todo debía evitar que alguien fuera colgado de alguno de los picos más altos del colegio. Pero eso nadie lo sabía aparte de los dos involucrados.

    Lo otro extraño con Fudo, era que incluso no estando Genda y Sakuma presentes, el ojiverde no se despegaba del peliceleste. En un total y completo silencio la mayoría del tiempo, convivían. No hablaban mucho, fuera de los entrenamientos o alguna duda sobre las clases, no tenían temas de conversación de adolescentes normales. Pero parecían disfrutar la mutua compañía.

    Ahora volvemos a la duda inicial, se supone que había un aire de extrañeza en el Teitoku, cuyo inicio no tenía explicación y nos preocupaba el desenlace. Aunque nadie me crea, el inicio de este raro ambiente no fue causado por los acercamientos de Genda, Fudo o Sakuma al peliceleste. Para nada, Kazemaru podía estar tranquilo con ellos a su alrededor, así es que, si el centro de las atenciones no estaba preocupado o fastidiado, nadie debía de preocuparse.

    El problema, era que actualmente no solo eran tres las personas que parecían buscar la atención de Kazemaru. El equipo completo de los titulares del prestigioso Teitoku Gakuen vivían en una riña diaria con tal de tener la atención del chico. Kazemaru estaba comenzando a cansarse de ser el centro de atención... No esperen, estoy mintiendo, Kazemaru estaba hastiado de ser el centro de atención.

    Y no era el único, Sakuma, Genda y Fudo también estaban molestos por cómo se había tornado la competencia. Una cosa era competir "amistosamente" entre ellos para conseguir las sonrisas y atenciones de cierto peliceleste. Pero con un equipo entero pendiente de Kazemaru todo el maldito día en el colegio la historia era terrorífica. Solo debías descuidare un segundo, solo UNO y ya Kazemaru estaba rodeado.

    Fudo en cierto punto se había tornado más violento a la hora de entrenar y si muy casualmente habías estado molestando a Kazemaru antes de comenzar las prácticas, podías quizás y solo quizás salir lastimado por un tiro que se desviaba... Cosa que pasaba muy seguido. Y Kazemaru no se quejaba la verdad, esas sutiles amenazas mudas del solitario rebelde, habían logrado que le dieran un poco de espacio, si Fudo estaba con él nadie más se le acercaba.

    Genda también había tratado a su manera de conseguirle momentos de tranquilidad al velocista. Generalmente secuestraba a Kazemaru si lo encontraba solo pidiéndole alguna ayuda con las materias, lo que terminaba con ambos ocultos en la biblioteca y lejos de todos los buitres. Misteriosamente Sakuma lograba encontrarlos siempre y se unía a las sesiones de estudio.

    Sakuma por su parte mantenía a todos alejados durante los entrenamientos, tener el título de capitán le permitía mandar a realizar algunos ejercicios que creyera necesarios para mejorar el desempeño de los jugadores. Y si eso significaba mandar a correr 50 vueltas a todo el equipo, mientras Kazemaru casualmente se libraba de la corrida, pues así sería. Claro que Sakuma aprovechaba ese momento para sentarse con Kazemaru y planificar el régimen de entrenamiento para cada miembro, así como anotar sus mejoras. El chico del parche trataba por todos los medios de mantener a Kazemaru lo más lejos posible de todos los miembros del equipo, porque a diferencia de los demás, él si era consciente del inicio del acoso.

    Oh si, Sakuma sabía muy bien cómo comenzó todo. Y sinceramente... todo era culpa de Kazemaru y él mismo.

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    La jornada escolar de ese día ya había concluido, por lo que nos enfocamos en las prácticas de futbol. Kazemaru había llegado ese día con una tabla de ejercicios que debían cumplir, aparentemente luego de la derrota contra el Raimon, Kageyama había creído necesario mejorar las técnicas de acoplamiento de los jugadores a diversas situaciones.

    Toda esa bonita palabrería se resumía en entrenamientos infernales de resistencia y fortalecimiento. Kazemaru había ingresado con un pantalón buso azul, una camiseta blanca y un silbato guindando en su cuello, soplando el pequeño objeto metálico dio por iniciada la tortura...

    Cuatro horas después estaban todos los miembros del equipo esparcidos por la cancha tratando de recuperar el aire.

    Kazemaru también estaba bastante sudado y con la coleta semi deshecha, no crean que solo llegó a dar órdenes, el pobre había cumplido con todos y cada uno de los ejercicios exigidos.

    -Hemos terminado - comentó Kazemaru, siendo el único jugador en pie. Las piernas le temblaban, pero debía mantenerse firme ante el equipo. Se escucharon varias exclamaciones de júbilo, y poco a poco algunos miembros comenzaron a levantarse para buscar agua.

    - ¿Te quedarás un rato más a entrenar? - le había preguntado Sakuma, desde la visita de los miembros del Raimon, había surgido una pequeña costumbre. Luego de los entrenamientos, Genda, Fudo y Sakuma se quedaban practicando un rato más, siempre y cuando Kazemaru los acompañara. Pero hoy luego de sobrevivir al entrenamiento especial, Kazemaru debería estar loco si planeaba quedarse.

    - No, creo que hoy no - respondió el chico de la coleta.

    - Me alegro, demasiado ejercicio tampoco es bueno - comentó Genda que se había acercado para comprobar que Sakuma no fuera a hacer una locura e irse a entrenar si Kazemaru lo hacía.

    - Creo que por hoy todos queremos un buen baño y morir en nuestras camas - se unió Fudo a la conversación - Kazemaru, te acompaño a casa - no era pregunta, era una afirmación del solitario rebelde.

    - Nosotros también - se precipitó Sakuma a unirse, no planeaba dejar a Fudo solo con Kazemaru. Pero si solo iba él, luego comenzaría a discutir con el ojiverde y Kazemaru era muy capaz de ignorarlos e irse por su cuenta, así es que Genda debía ir también.

    - De acuerdo - se resignó a aceptar. Él no los había obligado, allá ellos si querían ir hasta su casa y luego hacer la caminata de regreso a sus hogares. Los cuatro comenzaron a caminar hacia las gradas para tomar agua y refrescarse un poco antes de ir a las duchas. Kazemaru se iba a quitar el silbato, estando sudado le producía incomodidad sentir el roce de la cuerda en su cuello desnudo, pero como tenía el cabello enmarañado luego del exhaustivo entrenamiento, este terminó enredándose con la cola caída. Kazemaru peleó un poco tratando de soltarlo, para diversión del equipo.

    Es que el siempre serio chico, mano derecha de Kageyama, estaba siendo un poco torpe en ese momento. Situación que no volvería a repetirse. Por eso Sakuma se apiadó del ojialmendra, después de todo, él también tenía el cabello largo y sabía las peleas que esta causaba cuando se enredaba con algo.

    -Déjame ayudarte - le avisó suavemente mientras se colocaba tras él, Kazemaru resignado por no poder solo y siendo consciente de la pequeña vergüenza que estaba pasando frente a todo el equipo, bajó los brazos dejando que Sakuma soltara el nudo que estaba seguro debía de tener.

    - Muchas gracias - dijo por adelantado, mientras sentía las manos del capitán de piel morena pasearse por su cabello, también sentía sus mechones moverse levemente, se sorprendió de no sentir ningún jalón, Sakuma estaba tratando de ser suave y no lastimarlo.

    - Se te ha enredado la cuerda del silbato con la misma liga, voy a quitarla - le anunció el chico del parche.

    - Si no queda de otra, adelante - accedió Kazemaru.

    El capitán recogió la mayor cantidad de cabello que pudo cerca del cráneo de Kazemaru y cerró su mano para sostener y jalar la liga con la mano que tenía libre, así evitaría hacerle daño, pero la cabellera estaba lo suficiente enredada como para que algunos nudos molestaran a Kazemaru igual.

    -Y listo - anunció Sakuma al terminar de liberar los mechones. No lo parecía, pero el capitán estaba ligeramente en una nube de felicidad, había tocado el cabello de Kazemaru con total libertad y permiso, este era bastante suave y agradable al tacto, estaba un poco grasoso, pero luego de la monumental sudada que habían sufrido, no era nada raro. Sakuma tenía el ángulo perfecto para apreciar la cabellera de Kazemaru en todo su esplendor, por lo que, embobado, el capitán demoró en notar las miradas del resto del equipo sobre Kazemaru.

    Genda y Fudo tenían un leve sonrojo en las mejillas, pero no eran los únicos que habían quedado sin palabras, todos los demás jugadores habían detenido cualquier actividad que estuvieran haciendo. Desde beber agua, hasta secarse el sudor o comentar la tarea de mañana, todos sin falta tenían los ojos puestos sobre Kazemaru y su actualmente suelto cabello.

    Y ese fue el inicio de los problemas, Sakuma estaba muy seguro...

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    Al día siguiente habían comenzado las raras situaciones, Kazemaru había llegado al colegio y Kazumichi Banjo se le había acercado a preguntarle si había descansado bien el día anterior.

    No lo vio como nada raro, amablemente le respondió al pelimarrón y al minuto siguiente ya estaba con Genda y con Sakuma comentando sobre un parcial que tendrían a la primera hora.

    En el receso, el delantero Daiki Jimon se acercó a entregarle un pan de melón alegando que lo había comprado para él como agradecimiento por todo el trabajo que hacía hacia el equipo. Kazemaru lo aceptó solo porque se había molestado en ir hasta su salón a entregárselo, pero le aclaró que no debía regalarle nada, que él había aceptado el trabajo en el comité de reforzamiento con mucho orgullo.

    Casi finalizando la hora de almuerzo Shuichiro Domen, lo abordó preguntándole sobre el entrenamiento que realizarían el día de hoy, alegando que se sentía listo para cumplir con las exigencias de Kageyama. Kazemaru miró a su pequeño compañero con algo de extrañeza, luego de la tortura del día anterior hasta creía que debería a rogarle a todos para que entrenaran.

    En los vestidores antes de comenzar los entrenamientos Densuke Ono, le preguntó seriamente preocupado si Kageyama no le exigía demasiado. Kazemaru tranquilamente le comentó que no y el chico insistió en que si tenia algún problema podía contar con él. Al final se vio alejado cuando Fudo tiró un sutil comentario sobre lo incómodo que debía sentirse querer cambiarse de ropa y que te estén lloviendo preguntas.

    Obviamente para este momento, Genda, Sakuma y Fudo notaron que algo raro estaba pasando. Y el instinto no les fallaba. El entrenamiento fue un completo desastre, todos querían entrenar junto a Kazemaru, darle pases a Kazemaru, hablar con Kazemaru, pedirle consejos, lo que fuera, pero TODOS buscaron una escusa con tal de acercarse. Sakuma tuvo que tomar el control del entrenamiento y mandar al equipo a dispersarce y practicar individualmente. Ese día fue un mal presagio de todo lo que vendría a continuación, apenas era la punta del iceberg. Diariamente era una competencia por tener 5 minutos la completa atención del chico de coleta.

    Todo el maldito equipo se volvió un chicle.

    Y por eso Fudo, Genda y Sakuma buscaron maneras de mantener a los buitres alejados. Había una temporal tregua muda entre ellos, primero se desharían de los demás y ya luego verían quién ganaba los cuidados de Kazemaru. Ese era el plan...

    Sin embargo, en medio de las silenciosas peleas que se vivían constantemente, ninguno siquiera llegó a sospechar que Kageyama había notado las actitudes que habían tomado todos con su mano derecha...

    Y él planeaba tomar cartas en el asunto.

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    Kazemaru por su parte no comprendía del todo cómo había terminado así, encerrado en uno de los cubículos del baño. Sentado sobre la tapa del retrete y con sus pies recogidos contra su cuerpo. No quería que nadie lo encontrara, necesitaba unos minutos de completa paz o juraba que se iba a volver loco.

    Solo hoy le habían querido entregar 5 bentos, todo porque a él se le quedó el almuerzo. Pero tenía dinero, tranquilamente podía ir a comprar algo y cuando lo mencionó fue peor. Ahora todos se habían ofrecido a comprarle lo que deseara, muy amablemente rechazó todas las invitaciones y mientras trataba de encontrar una ruta de escape, habían llegado Genda, Fudo y Sakuma. Desconocía completamente la razón, pero habían comenzado a pelear los 10 miembros del equipo, POR SU ALMUERZO.

    Y mientras ellos estaban distraídos discutiendo, él aprovechó y se escabulló. Tarde se dieron cuenta de su escape. Lo que nos lleva al ahora. Encerrado en el baño...

    Preguntando si estaba pagando algún castigo divino.

    Suspiró y dejó su cabeza caer sobre sus rodillas, estaba cansado, quería que todo volviera a ser como antes.

    Escuchó a alguien ingresar al baño, por alguna razón contuvo la respiración, tenía miedo de ser descubierto solo por inhalar o exhalar. El intruso caminó hasta situarse frente a la puerta de su cubículo y maldijo al dueño de los zapatos que se asomaban bajo la apertura de la puerta.

    -Kazemaru, sé que estás aquí - llamó Sakuma.

    - ¿Cómo me descubrió? - se cuestionó mentalmente, preguntando si debía fingir demencia e ignorarlo o responderle y pedirle que lo dejara solo.

    - Tranquilo, no le diré a nadie - aclaró Sakuma - tampoco vengo a pedirte que salgas, creo que te hemos hostigado mucho y entiendo que necesitas algo de tiempo a solas. Pero no puedes quedarte sin comer cuando hay entrenamiento.

    Sakuma se agachó y sin asomarse para no incomodar más al chico, le mostró su propio bento.

    -Por favor tómalo, no quisiera ponerlo en el piso, después de todo esto es un baño - Kazemaru aún inseguro, tomó la caja que le ofrecían y sonrió al ver el pañuelo con diseños de pingüinos que cubría el empaque.

    - Gracias - dijo enternecido por el gesto del capitán.

    - No agradezcas - vio como Sakuma volvía a estar de pie - alejaré a los chicos de aquí, supongo que te veré en clase.

    - Sakuma - llamó antes de que se alejara - no entiendo nada de lo que está pasando...

    Escuchó al de piel morena suspirar y mientras organizaba sus ideas para responder, su silencio lograba poner ansioso a Kazemaru.

    -Tu cabello le lanzó un hechizo al equipo - por fin respondió - pero no te preocupes, tienes tres caballeros de brillante armadura y lanzadores de pingüinos que piensan arreglar las cosas. Solo danos un poco de tiempo.

    - ¿Qué? - Kazemaru no entendió nada.

    - Tu come tranquilo, nosotros nos encargaremos.

    Sakuma, Genda y Fudo justo antes de pelearse con el resto del equipo, habían estado conversando. Kazemaru estaba incómodo y a los tres les preocupaba que el chico quisiera irse del colegio. Así es que planeaban dejarles algunas cosas claras a los demás miembros, pero no esperaron encontrarlos rodeando al peliceleste solo por su almuerzo.

    Lo que derivó en una pelea y posterior mente una carrera por encontrar a Kazemaru, fue Sakuma el que sin querer lo vio escabullirse en uno de los baños, disimuló hasta asegurarse de que nadie lo veía y regresó al salón buscando su almuerzo solo para alimentar al de coleta.

    Con la misión cumplida, ahora solo debía vigilar que nadie del equipo quisiera usar el baño o le diera por buscar a Kazemaru ahí, así es que el capitán salió finalmente para montar guardia. Dejando a Kazemaru con más dudas que respuestas.

    ¿Qué tenía de mágico su cabello como para causar esto?

    Fin...
  6. .
    Una mini serie creada gracias a conversaciones con una de mis autoras favoritas. Dedicado a uno de mis personajes favoritos de Inazuma.

    La mini Serie se denomina Kazemaru en Teitoku, son 4 one shots.
    Casi todos pueden leerse sin necesidad de leer los demás.

    Primera Parte...... Su Sonrisa
    Segunda Parte..... Su Cabello
    Tercera Parte....... Su Piel
    Cuarta Parte........ Su Carácter

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    Su Sonrisa


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    Con 40 años de historia y reconocimiento el equipo de futbol del Instituto Imperial estaba conformado por una gran cantidad de miembros, de los cuales solo unos pocos elegidos lograban formar parte del equipo titular. Para muchos aquello era un honor, hasta podía considerarse una gran meta a cumplir, era la realización personal como miembros de un honrable colegio.

    Pero para los actuales miembros titulares, tener su posición y mantenerla solo significaba una cosa... Entrenamientos.

    Unos muy demandantes entrenamientos, no solo eran las condiciones físicas las que debían mantenerse perfectamente pulidas. El estado mental de cada jugador era fundamental para sobrevivir cada día luego del horario escolar a las prácticas de club.

    Es que teniendo a Kageyama Reiji como "comandante" o entrenador, no era para menos. Sakuma creyó fervientemente que habían logrado librarse de él cuando lo encarcelaron. Pero no... ese hombre debía tener algún trato con el diablo, mira que volver legalmente a ser entrenador. Y peor aún, volvió y logró tener a Kazemaru como su fiel mano derecha.

    - ¡Diez flexiones más! – demandó el peliceleste, sacando al capitán de sus pensamientos. Estaban completando una serie de 200 flexiones, últimas ordenes dejadas por el comandante antes de finalizar el entrenamiento. Luego de eso, era opcional retirarse o practicar libremente un rato más.

    - Y terminamos... - jadeó Genda acostándose en el piso para recuperar el aliento. Sakuma solo cayó sentado junto a él tratando de regularizar su respiración. – Desde que nos anunciaron el juego contra el Raimon, los entrenamientos han sido brutales – se quejó el portero.

    - Es porque Kageyama no quiere volver a perder –se quejó Fudo que había escuchado la conversación. No era ningún secreto la historia de Kageyama contra el Raimon, tampoco lo era el agua de los dioses del Instituto Zeus. Fudo estaba muy bien informado de todo lo que había hecho el "comandante", antes de su reintegración al Instituto Imperial.

    - Si bueno, no creo que sea el único que no quiere perder – dijo Sakuma lanzando una leve mirada a Kazemaru, el cuál se encontraba por las bancas entregando algunas botellas de agua. – Kazemaru ha estado mucho más serio también.

    - No es como que nos muestre otra cara, siempre está serio – se quejó Fudo, sinceramente el ojiverde había llegado a considerar que el peliceleste vivía estreñido o amargado con la vida.

    - Cuando estaba con el Raimon no era así – comentó Genda, rememorando al peliceleste antes de unirse al Instituto Imperial – parecía mucho más relajado y feliz. Aparte de que siempre tenía una sonrisa para todos.

    - Ahora que lo dices – continuó Sakuma – Kazemaru era el que más se preocupaba por los miembros del equipo, siempre cuidaba de todos como si fuera una mamá. Hasta lo recuerdo saltando a la portería para salvar a Endo – eso llamó la atención de Fudo, si bien es cierto Kazemaru cuidaba a todos en el equipo, los cuidados se mantenían en un profesionalismo total. Nunca le vio un gesto dulce o una sonrisa, tampoco hacía nada impulsivo, cada acción parecía fríamente pensada. Le costaba imaginarse un Kazemaru diferente a el que él conocía.

    Con ese comentario los tres chicos voltearon a ver al peliceleste que con su serena actitud, despedía a los que planeaban retirarse a las duchas y les recordaba que mañana el entrenamiento sería a las seis de la mañana, una hora antes de la usual, pues estaban en un régimen especial hasta que se enfrentaran con el Raimon.

    Genda, Sakuma y Fudo suspiraron, los infernales entrenamientos se sentirían menos agotadores si alguien los recibiera con una sonrisa.

    - ¿Piensan quedarse más tiempo? – hablando del diablo, Kazemaru se acercó a ellos al ver que ninguno de los tres había ido a buscar agua o tenía intenciones de moverse.

    - Yo sí – respondió Genda – quiero practicar parar tiros desde diversos ángulos, con el Raimon nunca se sabe.

    - Te ayudo – se unió Fudo – me sirve para mejorar mis tiros.

    - Creo que yo también me quedaré – se animó Sakuma, después de todo era el capitán y debía dar el ejemplo.

    - Hidrátense antes de seguir practicando – Kazemaru les pasó a cada uno una botella de agua y una toalla, y ahí estaban los cuidados carentes de afecto – me quedaré también, no estaría mal practicar algunos paces y debo guardar todo al terminar.

    Se tomaron unos minutos para refrescarse, en el que se despidieron del resto de los miembros del equipo que ya habían terminado en la ducha. Por fin con la cancha para ellos cuatro, Genda se colocó en la portería, la dinámica era simple desde el lado contrario de la cancha Sakuma, Kazemaru y Fudo debían ir realizando pases y al llegar cerca de la portería de Genda el que tuviera el balón debía chutar, sin técnicas especiales.

    Así lo hicieron, continuaron entrenando buen rato hasta que Fudo calculó mal el tiro y terminó golpeando uno de los postes de la portería. Causando que el balón saliera disparado fuera de la cancha y rodara hacia una de las salidas.

    -Ve a buscarlo Fudo, Kazemaru no se hará responsable por un balón perdido – regañó Sakuma. De mala gana Fudo dio la vuelta dispuesto a buscar el balón, aunque eso no evitó que se quejara.

    - Porque estamos tan escasos de balones, que el comandante notará la ausencia de ese balón en específico... - iba refunfuñando en medio del sarcasmo, aunque no alcanzó a alejarse más de unos pocos metros, cuando sintió el aire cortarse a su lado.

    El balón que había salido del campo fue regresado de un chute, Genda a duras penas logró pararlo, la fuerza del tiro lo tomó desprevenido. Aun con el balón entre sus brazos, no lograba detener del todo la fuerza... terminó retrocediendo, si hubiera sido un partido real eso hubiera contado como gol.

    - ¿Pero qué...? – volteó rápidamente Sakuma, buscando quién se atrevía a entrar sin permiso a las canchas y más aún fuera de horario de práctica. Pero poco o nada le duraron los reclamos, no podía creer quienes venían caminando hacia ellos.

    - Kido – exclamó Genda impresionado. Y no venía solo el estratega.

    - Endo, Goenji – dijo Kazemaru, también estaba sorprendo no se esperaba esa visita.

    - Perdonen que los hemos interrumpido, pero veníamos a desearles suerte para el partido contra Raimon – comenzó a explicar Kido el motivo de su visita.

    - Los estábamos esperando afuera, pero salieron todos los jugadores menos ustedes. – comentó Endo feliz de volver a ver al velocista.

    - Hay rumores de que tienes una dictadura impuesta Kazemaru, no pensé que fuera verdad. – comentó Goenji con cierta gracia acercándose al mencionado y desordenándole levemente el cabello, causando una tierna expresión en el chico de coletas, que se sonrojó por la muestra de afecto. Sonrojo que causó una leve incomodidad en los tres miembros del Instituto Imperial.

    - Han mejorado mucho – comentó Kido, llamando la atención de todos los presentes.

    - Desde que te fuiste hemos entrenado sin descanso – dijo Sakuma orgulloso – vamos a demostrarte que contigo o sin ti, el Instituto Imperial siempre estará en la cima.

    - Y yo no puedo estar más orgulloso por eso – dijo el de rastas, regalándole una sonrisa a sus amigos.

    Por otro lado, Fudo veía los intercambios que tenían los ex – miembros del Raimon con su equipo. Tenía al famoso Kido Yuuto a unos metros de él, había escuchado las mil historias fantásticas sobre el estratega y él estaba ansioso por conocerlo y medir fuerzas. Por otro lado tenía a dos leyendas del futbol juvenil, Endo Mamoru el mejor portero del Futbol Frontier y Goenji Shuuja el goleador estrella, el sueño de cualquier equipo. Y con esas tres estrellas frente a su persona, teniendo la posibilidad de hablarles, lo único que tenía su atención era cierto chico de cabello celeste, que se notaba muchísimo más relajado que hace unos instantes con ellos.

    Ni siquiera le estaba prestando atención a las conversaciones que se estaban desarrollando, lo único que sabía era que algo lo tenía incómodo. Pero aún no entendía el qué... o los quienes.

    Tomando un pequeño descanso de la práctica extra, fueron a las gradas a sentarse para conversar un poco, y aprovecharon para introducir a Fudo a los presentes.

    -Si, si mucho gusto – en otro momento el ojiverde hubiera sido más cortes y hasta hubiera aprovechado para meterse un poco con el chico de las rastas, se veía como todo un estirado. Pero en este momento, estaba mosqueado y ser sociable no se encontraba precisamente dentro de sus buenas acciones.

    - Fudo no seas grosero – reprendió Kazemaru, ganándose un bufido por parte del nombrado.

    - Tranquilo Kazemaru – calmó Endo – hemos venido a interrumpir su práctica, no lo culpes por no querernos aquí.

    - Igual Fudo es un maleducado, no lo tomen personal – picó Sakuma, lo que terminó causando una discusión entre el ojiverde y el del parche. Genda trató de separarlos, pero no lograba mucho. Kazemaru simplemente suspiró y planeaba ignorarlos.

    - Se nota que te has acostumbrado a estar con ellos – comentó a lo bajo Goenji.

    - mmm... ¿A qué te refieres? – cuestionó el velocista.

    - Que parece que los ignoras, pero realmente estás al pendiente para que no se vallan a lastimar.

    - Ah... - Kazemaru no supo que decir, solo se sonrojó un poco, no pensaba que fuera tan obvio – no les vallas a decir. – pidió en un susurro.

    - Tu secreto está a salvo conmigo – respondió de la misma manera.

    - ¿Qué se están susurrando? – se quejó Endo – Yo también quiero saber – Se lanzó a abrazar a Kazemaru para seguir reclamando – No es justo Kazemaru, no puedes tener solo secretos con Goenji.

    - Endo no seas metiche – comenzó a reclamar el goleador.

    - No soy metiche, solo que si Kazemaru tiene un secreto yo también lo debo saber.

    - No es cierto, Kazemaru y yo somos amigos. Podemos tener secretos entre nosotros.

    - Kazemaru fue mi amigo primero y ahora me lo quieres robar – defendió el capitán.

    - Que sea tu amigo primero, no significa que no pueda tener secretos conmigo – contraatacó Goenji.

    - Kazemaru no puedes serle infiel a nuestra amistad, solo por Goenji – Endo había comenzado a torcer la verdadera discusión. Y Goenji solo para molestar a Endo, siguió con el ridículo argumento que el de la banda naranja había comenzado.

    - Claro que puede serle infiel a su amistad. Tu ya tienes a Kido, yo me puedo quedar con Kazemaru.

    - A mi no me metan en sus problemas – se lavó las manos el estratega.

    - Kazemaru es mío – Endo rodeó los hombros del velocista, acercándolo a su persona y alejándolo de Goenji.

    - No veo tu nombre en él – arremetió Goenji, jalando de la cintura al chico de la coleta.

    - Van a lastimar a Kazemaru – comentó Kido, viendo como el pobre peliceleste parecía pelota de ping pong. Goenji se notaba a leguas que solo estaba jugando, pero Endo parecía tomarse muy enserio esta "infidelidad". Kazemaru solo parecía resignado.

    La discusión fue cortada cuando tres siluetas, que habían dejado de discutir apenas comenzaron a jalar de un lado al otro a Kazemaru. Se acercaron al dúo alejando de sus "garras" al peliceleste y dejándolo a salvo tras ellos.

    Y por un momento todo se volvió miradas amenazantes, un grupo conformado por Genda, Sakuma y Fudo, mientras el otro equipo solo eran Endo y Goenji. Kido estaba en el medio de ambos bandos, pensando que esta visita a cada momento se volvía más interesante.

    Aunque todos los pensamientos homicidas hacia cualquier persona se cortaron ante la melodiosa risa de cierto chico. Kazemaru estaba riendo como hace mucho no lo hacía.

    -Definitivamente – comentó en medio de carcajadas – ustedes no han cambiado en nada. – culminó feliz y tratando de respirar sin ahogarse por su propia risa. Les regaló una sonrisa tan radiante, que todos sintieron su corazón entibiarse ante tanta belleza. Los ex miembros del Raimon tenían meses sin ver la sonrisa de su amigo, los miembros del Instituto Imperial nunca habían tenido la dicha de recibir esa sonrisa. Este era un momento único y no debía ser desperdiciado.

    Había un pensamiento general surcando la mente de todos:

    "Es tan lindo"

    Kido, sabiendo que era el único que no estaba congelado viendo embobado la sonrisa, se acercó a Kazemaru – Tu tampoco has cambiado, vinimos porque escuchamos que no parecías tu y nos preocupamos de que Kageyama hubiera influido mal en ti – se sinceró el estratega – Pero viéndote ahora, me quedo más tranquilo.

    -Gracias por preocuparse, pero estoy bien. En serio – agregó al ver las caras de duda de Endo y Goenji – Solo pensé que sería mejor actuar más profesional, después de todo vengo como parte del comité de reforzamiento.

    - Podrías sonreír más...

    - ¿Qué? – cuestionó Kazemaru, a Genda que fue el que se atrevió a hablar.

    - Que... sabemos que vienes a ayudarnos a mejorar nuestro futbol, pero... - sin saber cómo continuar Sakuma decidió ayudarlo.

    - También nos gustaría que te relajaras con nosotros. Ya sabes, una sonrisa de vez en cuando no está mal... - Sakuma lo pensó un poco y al final agregó - Ni siquiera tienes que sonreirle a todo el equipo, si es solo con nosotros está bien. - Genda asintió ante lo dicho por Sakuma, la sonrisa de Kazemaru no era algo que cualquiera fuera digno de ver.

    - mmmm – Kazemaru pareció pensarlo por un momento – Supongo, que puedo tratar de ser más amigable y menos estricto...

    Al final de la tarde, ninguno de los cuatro miembros del Instituto Imperial volvió a practicar. Simplemente siguieron conversando con las visitas, hasta que alguno cayó en cuenta de la hora y decidieron ayudar a Kazemaru a guardar todo antes de retirarse.

    Fudo y Kazemaru caminaban por uno de los pasillos que daba hacia una pequeña lavandería que tenía el club. Cargaban las toallas que habían utilizado al final, los otros estaban guardando los balones que habían quedados esparcidos por el campo.

    -Kazemaru – llamó Fudo luego de un largo silencio.

    - Dime.

    - No sonrias

    - ... ¿Qué?

    - No le sonrías al resto del equipo – dijo firme el ojiverde, afilando su mirada.

    - No puedes pedirme que...

    - Si les sonríes te juro que volveré imposibles los entrenamientos, no dejaré de meterme con Sakuma y guindaré al hijo del empresario de las empresas Kido que nos tiene a todos con las pelotas reventadas en el pico más alto que tenga este colegio. Quedas advertido. – terminó Fudo, para acelerar el paso hacia la lavandería, dejando a un extrañado Kazemaru en medio del pasillo.

    Kazemaru solo suspiró... Fudo era imposible...

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    Puntuales a las 5:40 am llegaron los miembros titulares del equipo de futbol al Instituto Imperial, listos para la práctica matutina. A diferencia del resto del equipo, Genda y Sakuma llegaron expectantes de ver a un sonriente peliceleste, pero grande fue su decepción al encontrar el siempre estoico rostro de Kazemaru, deseándoles los buenos días y avisándoles el régimen de entrenamiento del día.

    El capitán y el portero no tuvieron más opción que resignarse a su suerte e invocar a todos los dioses para que Kazemaru se apiadara de sus almas y les regalara otra de sus sonrisas tan escasas.

    Por otro lado, el que estaba de lo más feliz, era Fudo. Vigilando que todo permaneciera tal y como él había demandado. Admitía que le infló el ego ver a Kazemaru hacerle caso. Pero lo más importante, debía asegurarse de monopolizar las sonrisas de cierto velocista, ya luego vería la manera de robarle a los del Raimon todas las sonrisas de Kazemaru, pero requería más tiempo para eso...

    Por último, estaba el peliceleste, no es que fuera feliz cumpliendo las órdenes de Fudo. Pero Kazemaru lo creía muy capaz de cumplir con todo lo que le prometió y sinceramente no quería escuchar los berrinches de Shimerigawa Kageru si Fudo llegaba a colgarlo de lagún lado... aparte de que era mejor mantener a Fudo Akio tranquilo, considerando que el entrenador acaba de avisarle sobre los tacos especiales que utilizarían durante el partido contra el Raimon.

    Si, era mejor mantener a Fudo feliz. Y si para ello debía no sonreir, pues así lo haría, después de todo:

    ¿Qué tanto podía valer su sonrisa?

    Fin...
  7. .
    Holaaaa, aquí con la continuación, gracias a akino chan, por siempre comentar :3

    Me desaparecí un tiempo, por cosas de la universidad, pero aquí vengo con el próximo capítulo.

    DECISIONES




    Luego de toda la charla que les dio el entrenador sobre el encapuchado misterioso, Fudo estaba pensando en hablar con Tobitaka sobre la reunión que tendría con el tal Karasu. Hacemos la aclaración que Fudo no estaba preocupado, pero si a Tobitaka le pasaba algo podría perderse de valiosa información, así es que planea avisarle que lo mantendría monitoreado, en caso de que necesitara ayuda. Pero de nuevo, él no estaba preocupado.

    Sin embargo, sus planes de hablar con el pelimorado sufrieron un pequeño cambio al ver a "Fudo", irse tras los Kazemarus. Luego de todo lo que pasó ayer, se había planteado algo, algo que normalmente no haría... algo que podría indicar que se estaba ablandando su frío y duro corazón. Realmente no quería hacerlo, pero antes de terminar de discutir con él mismo, sus piernas ya habían tomado una decisión persiguiendo a su igual, de manera muy sutil.

    Ya luego hablaría con Tobitaka.

    Siguiendo por el pasillo, caminó suavemente hasta su copia. Notó como los Kazemarus salían con botellas de agua listos para comenzar su rutina, si no se equivocaba "Fudo" esperaría aproximadamente siete minutos, eso le daría tiempo suficiente a los dos velocistas de acomodar las botellas de agua y sus respectivas toallas en algún lugar con sombra y realizar algunos estiramientos antes de comenzar un suave trote para paulatinamente aumentar la velocidad. En siete minutos y ya con los pelicelestes a cierta distancia "Fudo" caminaría hasta encontrar uno de los laterales del camino con sombra, lo suficiente oculto como para no ser notado, pero con la suficiente visibilidad como para vigilar a los chicos.

    Y aquí es donde el mismo Fudo se pregunta ¿Cómo sé todo eso?

    Fácil, a diferencia del resto de sus compañeros que van por la vida sin fijarse en los detalles hasta que son golpeados a la cara por un balón de futbol. Él siempre está pendiente de su entorno, que finja no hacerlo es otra historia.

    Pero Fudo está claro que el conocimiento es poder, conoce a tus aliados y aún más a tus enemigos, saber sus mañas, gustos, disgustos, costumbres y preferencias, te permite estar un paso por delante ante cualquier problema.

    Aprovechando esos siete minutos que tenía, se acercó a su igual, el cuál al sentirlo caminar volteó en su dirección.

    - ¿Qué quieres ahora? – a diferencia del resto del equipo que comenzaban a desarrollar cordiales lazos de amistad con sus otros yo de la otra dimensión, línea de tiempo o lo que fuera, los Fudos particularmente no se llevaban bien. Irónico...

    - Vengo en paz. Estoy dispuesto a ofrecerte mi ayuda – eso pareció llamar lo suficiente la atención de "Fudo", que lo miró alzando una ceja. ¿Debía ofenderse por desconfiar de él mismo?

    - ¿Te fumaste algo?

    -... - Si prestabas atención podías escuchar algo quebrarse, eso que sonó roto era la poca paciencia que Fudo tenía con el mundo. ¡Estaba seriamente ofendido! Aunque nadie lo crea él jamás ha fumado o utilizado drogas, la piedra del meteorito no cuenta. Fumar daña los pulmones, no necesitas dos dedos de frente para saber eso. – Esto me gano por querer ser buena persona. – masculló entre dientes.

    - No tengo tiempo para esto – "Fudo" se dio la vuelta dispuesto a ignorarlo y esperar en otro lugar, pero se vio jalado por el cuello de su camiseta y terminó estrellado contra la pared con su igual bloqueándole el paso.

    -Escucha que no pienso repetir esto – Fudo se acercó al rostro de su igual manteniendo un tono peligrosamente bajo – ya que estás tan interesado en un insignificante ser de cabello celeste, que es inútil porque no puede salir solo de un congelador. – en este momento "Fudo" afiló también su mirada, no le gustaba el rumbo de la conversación - Me veo en la penosa situación de ayudarte a vigilarlo, así es que agradece que esté dispuesto a dedicar parte de mi tiempo en cuidar a tan poca cosa.

    Y bufando Fudo lo libero, dejándolo solo en el pasillo mientras salía para esperar a Tobitaka. Dejando a "Fudo" con un lío en la cabeza.

    ¿Entendió bien?... como él mostró interés ¿Fudo planeaba ayudarlo a cuidar de "Kazemaru" también?

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Tatsuya junto a Hiroto y ambos Midorikawas, observaban a "Hiroto" chutar contra la portería, ellos cuatro se estaban tomando un pequeño respiro. El sol estaba pegando fuerte y los había deshidratado bastante rápido. El único que quiso seguir sin descanso fue el peligris.

    -Tiene que estar loco para seguir entrenando con semejante calor – comentó Midorikawa, observando al chico del rayo.

    - Solo está liberando su frustración – respondió Tatsuya, ganándose una mirada curiosa de los otros tres – ayer vieron al encapuchado y no lo atraparon, se está desquitando con el balón.

    - Oh... eso tiene sentido – dijo "Midorikawa" viendo el balón entrar a la portería, era verdad. Si te fijabas el peligris pateaba con todo lo que tenía como si la portería fuera el objeto de su enojo – creo que sentiré lástima por el encapuchado si llega a caer en manos de "Hiroto".

    - Yo también – concordó Midorikawa al ver como el chico volvía a dirigirse a la portería a recoger el balón.

    - Hablando del encapuchado – comenzó Hiroto - ¿Cómo fue el ataque que sufrieron? Creo que nadie ha hablado sobre eso.

    - Aterrador/Mortal – respondieron respectivamente "Midorikawa" y Tatsuya.

    - Eso no suena nada bien – se quejó Midorikawa tirándose al pasto.

    - Estábamos en la ceremonia de selección para los que formaríamos el equipo de Inazuma Japón, nuestro atacante estaba en una de las vigas del techo. Solo nos amenazó y lanzó su ataque hacia nosotros... - les contó Tatsuya - Nunca vi una técnica tan poderosa.

    - Dijo que el futbol destruyó todo lo que él amaba y por eso él los destruiría. – añadió al relato el peliverde. -

    En ese momento la conversación se interrumpió por los gritos de "Hiroto" golpeando el balón en el aire. The Explosion fue ejecutado con tanto poder que la portería se corrió unos metros al chocar el balón contra la malla.

    Se escuchó un silbido de Midorikawa lo que llamó la atención de Hiroto. – Wow, gran técnica, es de las más poderosas que he visto – el peliverde veía con gran admiración a "Hiroto", que ni por enterado de la conversación.

    - "Hiroto" es un gran jugador, tiene algo de mala actitud, pero no puedes despegar los ojos de él cuando entra en la cancha – animó "Midorikawa" al entusiasmo de su igual. Causando que Tatsuya volteara a verlo extrañado.

    - No me extraña que no dejen de verlo, con esa apariencia de chico malo – continuó con tono soñador Midorikawa – Mira esas piernas, se nota lo trabajas que están desde aquí...

    En ese momento Hiroto se paró bruscamente y caminó hacia la cancha, ante la divertida mirada de los peliverdes y la incertidumbre de Tatsuya.

    Hiroto le robó el balón a "Hiroto" que extrañado lo dejó ser y se dedicó a mirar curioso lo que planeaba hacer el pelirrojo, parado frente a la portería chutó su técnica más fuerte. La Caída Celestial golpeó contra la portería volcándola por el impacto. Hiroto volteó seriamente hacia "Hiroto" que había quedado asombrado por el tiro. Pero no entendía a por qué lo miraba con mala cara. No recordaba haberle hecho nada...

    Bajo la sombra ambos peliverdes se aguantaban la risa, con un pelirrojo tratando de entender el chiste.

    - ¿De qué me perdí? – dijo al ver como "Hiroto" volteó a verlo también pidiendo explicaciones.

    - Es que le comenté a mi yo de esta dimensión, lo celoso que eras antes de que comenzáramos a salir – comenzó a explicar "Midorikawa" – y se nos ocurrió que, si eso te ayudó a aceptar tus sentimientos por mí, podría funcionar en esta dimensión también.

    - Acabas de ver nuestro primer intento de poner celoso a Hiroto – continuó Midorikawa, feliz porque habían tenido éxito.

    - ... no debo dejarlos solos – se lamentó Tatsuya.

    - No digas eso – dijo "Midorikawa" regalándole un beso en la mejilla, mientras Midorikawa los veía de manera soñadora - ¿Acaso no quieres que seamos felices juntos en esta línea de tiempo? - lamentándose por todo lo que le harían pasar a su igual... también se lamentó por "Hiroto" que sin saber estaría involucrado en el enredo, Tatsuya solo pudo decir...

    - Solo no se pasen, no tengo ganas de que mi yo de aquí termine golpeando a alguien... - lo admitía, pelearse con Haruya no fue su mejor momento.

    Volvieron a entrenar todos un rato más, antes de entrar y encender el televisor para ver la entrevista en el parque de diversiones.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Colgando de los carritos, el Break Trío trataba de que su capitán no hiciera algo estúpido, estaban gritando para escucharse por sobre los gritos de miedo de la reportera.

    - ¡Goenji! – llamó decidido – déjame caer.

    - ¡¿Te has vuelto loco?! – gritó Kido alterado.

    - ¡No hagas ninguna locura! – reclamó Goenji afianzando el agarre.

    - ¡Confíen en mí! – dijo seguro el capitán, no culpaba a sus amigos por dudar a esa petición, después de todo, si la situación fuera al revés él tampoco soltaría a ninguno de sus dos amigos.

    - ¡Endo aún puedo sostenerte! – Goenji trataba de llamar a la razón de su amigo - ¡¿Ok?! ¡No voy a soltarte!

    - ¡Tengo un plan! – trató Endo de razonar con ellos - ¡Estaré bien, solo déjame caer!

    - ¡Endo no! – Kido estiraba su mano tratando en vano de agarrar a Endo y evitar que Goenji cargara con todo el peso - ¡Volveremos a intentar subirte y luego veremos cómo bajar de aquí! ¡Los tres junto, como siempre ha sido!

    - ¡Chicos! – Endo estaba dispuesto a convencerlos de que esto era lo mejor - ¡Son los mejores amigos que cualquiera en el mundo podría tener! ¡Hemos estado en las buenas y en las malas! ¡Nos hemos enfrentado a muchas batallas y salido victoriosos! – el estratega y el goleador estrella veían aterrados su capitán y eso sonaba a una despedida - ¡He confiado ciegamente en ustedes para marcar goles en los partidos y resolver los problemas dentro de la cancha con estrategias! ¡Y ustedes me han confiado la portería para defenderla! ¡Goenji, Kido, necesito que esa misma confianza que me tienen en la cancha, la usen aquí, solo déjenme caer!

    - ¡Por Dios Endo! – Kido estaba a nada de un ataque de nervios por no llegar hasta su capitán. Goenji no estaba mejor, literalmente la decisión de seguirlo sosteniendo o hacerle caso y dejar caer estaba en sus manos... bueno, su mano.

    - Goenji – llamó Endo tranquilamente – solo suéltame.

    - ¡Goenji no lo escuches! – comenzó Kido a gritarle al goleador - ¡Son los nervios los que están hablando! ¡No vayas a soltarlo!

    - ¡Goenji, estaré bien!

    - ¡No lo escuches!

    El goleador de fuego, solo podía pasar su mirada del uno al otro. Kido solía ser la voz de la razón y Endo se solía guiar por su instinto... y aparentemente ahora debía elegir entre la lógica y una corazonada. Ambos eran sus mejores amigos y si alguna vez le tocaba decidir entre a cuál de los dos escucharía primero, sinceramente esperaba que no fuera bajo un peligro inminente de muerte. Debía elegir algo y debía hacerlo rápido, por más fuerza que ejercía, sentía a Endo deslizarse lentamente, por un momento maldijo el guante, pero no tenía tiempo para eso. Ignorando completamente los gritos de sus dos compañeros, miró la caía de treinta metros a la que Endo planeaba que él lo soltara.

    Exhaló un fuerte suspiro llamando la atención de sus amigos y provocando un momentáneo silencio.

    -Kido – llamó el goleador – confió en Endo.

    Y en ese momento le dirigió una significativa mirada a su capitán y al este asentir, Goenji cumplió con su petición.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Entrando al parque de diversiones todo el equipo del Inazuma Japón de esta dimensión junto al entrenador Kudo, ingresaban al parque corriendo. A penas los reconocieron los dejaron pasar y a punta de gritos exigieron saber la localización de la montaña rusa en la que estaban sus amigos.

    Pero quedaron horrorizados al acercarse y ver como Endo caía al vacío, todo se vio en cámara lenta. Mientras Kido gritaba un desgarrador

    -NOOOOOOOOO

    Kazemaru cayó incapaz de mantenerse firme ante la vista. Junto a las exclamaciones angustiadas del resto del equipo.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Endo sentía el viento golpear contra sus mejillas, por un momento juró ver al equipo corriendo hacia la montaña, pero no creyó que fuera verdad, tal vez solo era su mente jugándole una mala pasada ante su posible muerte, escuchó el grito desgarrador que soltó Kido y agradeció la fe ciega de Goenji.

    Se acercaba cada vez más al suelo, tenía que concentrarse, solo tenía una oportunidad, no podía fallar.

    A pocos metros del suelo utilizó la técnica que sería su salvación. La Mano Ultradimensional, formó el campo protector que Endo necesitaba amortiguando el golpe, solo que por la velocidad que llevaba su cuerpo al caer, la técnica estrelló contra la superficie resquebrajando el campo. Cayendo de costado y golpeando su brazo, soltó un quejido de dolor, abrió los ojos que aparentemente cerró mientras realizaba su técnica y lo primero que divisó fue al personal del juego acercarse a él rápidamente junto con paramédicos. Comenzaron a preguntarle como se encontraba, pero él mismo no creía que hubiera funcionado.

    Miró hacia arriba con una sonrisa y el puño en alto, observando a sus amigos que aliviados le gritaron cosas inentendibles para la distancia. Planeaba gritarles algunas palabras de ánimo, pero se vio cortado por un fuerte empujón que lo volvió a tirar, pensaba quejarse del dolor pues parece que su codo se había lastimado, pero se cortó cuando sintió algo mojado en su cuello.

    Sobre él Kazemaru Ichirouta lloraba agradeciendo que siguiera vivo. El capitán miró sorprendido al peliceleste que no tenía planes de soltarlo pronto, frente a él se acercó corriendo el resto del equipo, con caras de alivio total al ver que se encontraba bien.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Rescatar a los cuatro que aún seguían atrapados arriba fue peligroso, pero relativamente fácil. Resultó que el señor Raimon había estado siguiendo en vivo el programa, apenas fue consciente del peligro mandó un helicóptero a bajar a sus jugadores, a los minutos de tener a Endo en el suelo sano y salvo, el helicóptero ingresó al parque, sobrevolando la montaña rusa y dos rescatistas amarrados a líneas de vida bajaron hasta posarse en los rieles del juego poniendo a salvo a Kido y Goenji. Faltaban el equipo de televisión que por estar con los seguros del juego sería más difícil, pero justo al momento en que los rescatistas dejaban a los dos chicos en la seguridad del helicóptero y planeaban volver a bajar misteriosamente la montaña rusa volvió a funcionar, permitiendo que los dos pasajeros que aún estaban en el juego llegaran sanos y salvos abajo.

    La prensa estaba por doquier, querían la exclusiva, pero Kudo no permitió que ninguno de esos buitres se acercara al equipo, con la excusa de que debían reposar y ser revisados por un médico responsable, sacó a todos del parque y regresaron a la concentración, el camino fue en completo silencio, cada uno con sus propios pensamientos, pero había tres hechos a resaltar.

    Primero, Kazemaru no se había separado de Endo, el peliceleste no había dejado de llorar y ahora dormía recostado al hombro del capitán, mientras sostenía una de las mangas de su uniforme.

    Segundo, cuando subieron al vehículo, Fudo se sentó junto a Kido. No dijo nada, no hizo nada. Ni siquiera le dirigió una mirada, pero no le permitió al chico de rastas cambiarse de asiento.

    Tercero, Goenji se había ido a sentar con Fubuki y le había pedido permiso para recostarse y descansar. El albino por supuesto no le puso problema, solo que no esperaba que el goleador de fuego se acostara en sus piernas y se quedara dormido... o fingía dormir.

    Llegando al colegio, lo recibió otra horda de reporteros. Ingresaron con la caravana relámpago, las rejas fueron inmediatamente cerradas, no se le dio paso a nadie.

    Kudo estaba molesto por lo reporteros y entrando por fin a las instalaciones, Canon tenía una cara total de angustia. Ambos pensaban lo mismo, reporteros más gente de otra dimensión con la misma cara de los miembros del equipo, era un problema.

    Por otro lado, el equipo de Inazuma Japón de la otra dimensión se precipitó sobre los tres chicos que habían sufrido el altercado asegurándose de que todo estaba bien.

    Por un momento todos respiraron en paz...

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Por fin anocheció, la concentración se mantenía en completa calma. Tuvieron que llamar a la policía para que despejara a todos los reporteros que seguían fuera del colegio, para por fin tener un poco de paz.

    En general, los tres afectados estaban bien, ninguno había sufrido daño permanente. Lo más grave era Endo y su codo lastimado, pero eso podía sanar.

    Estaban todos los chicos en la sala, había un silencio solo roto por el televisor. El mismo canal de televisión hacía un reporte del accidente vivido desde el punto de vista de Fuyumi y el camarógrafo.

    Canon al contrario del resto que estaban pendientes de todo lo que decían, estaba tocando el brazalete que tenía. Estaba preocupado, había llamado al profesor Killard apenas ocurrió lo de la montaña rusa, pero este no le respondió. Intentó varias veces más, pero siempre con el mismo resultado.

    Nunca le había pasado, el profesor siempre estaba al pendiente de lo que acontecía. Trataba de mantenerse sereno, no quería alarmar a nadie luego del susto que pasaron. Su tarde había sido tranquila, había dado unos toques al aparato que debía producir el campo de fuerza que les serviría de protección, pero cuando lo comenzaron a probar, este dio error y el campo de fuerza que producía, era visible y no duraba más de un minuto. Iban por el octavo intento y de paso estaban en el patio, esperando por la llegada de los refuerzos. En ese momento Midorikawa se acercó a ellos corriendo avisándoles que irían al parque de diversiones porque los chicos estaban a punto de morir en la montaña rusa...

    No hace falta decir que, con eso, Midorikawa creó el pánico.

    Canon suspiró rememorando el terror que se plantó en el rostro de todos.

    - ¿Está todo en orden Canon? – Asuto que se encontraba sentado junto a él, lo cuestionó preocupado. Era la quinta vez que el peliverde suspiraba y parecía no ser consciente de ello.

    - Ah... - exclamó Canon al ser sorprendido por la pregunta – si, si, estoy perfectamente. Solo estoy pensando que se han demorado un poco en venir – dijo tratando de no mentir, al final sí se habían demorado sus aliados y eso también lo tenía inquieto.

    - No te preocupes – Fubuki se unió a la conversación – de seguro que no demoran en aparecer.

    Y como si hubieran invocado algo, una fuerte luz celeste iluminó desde fuera. Canon inmediatamente se puso de pie gritando.

    - ¡LLEGARON! – mientras corría a recibirlos. Y con ese grito todos los demás fueron tras Canon.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Espacio en el Tiempo: Clasificado.

    Ubicación: Clasificado.

    Operación: J.A.R.E.T.

    Nivel de Seguridad: Máximo.

    Director: Clasificado.

    Sujeto de Experimento: Mansaku Yuuichirou.

    Información del sujeto: No relevante...

    Tecleando para actualizar la información de los cautivos, un científico de edad avanzada ignoraba completamente los gritos de dolor que emitía el jovencito tras el cristal.

    El joven pelicrema era el mayor entre sus tres rehenes. Desde que llegaron había defendido al pequeño peliceleste, que habían encerrado junto a él en la misma celda. Aparentemente eran amigos de infancia y el mayor no iba a permitir que tocaran un solo cabello del sujeto conocido como Kirina Hiura. El chico de la gorra había aceptado todos y cada uno de los experimentos que hicieran, no peleaba, no trataba de escapar, no oponía resistencia, pero si gritaba de dolor. La única condición, era no tocar al peliceleste... muy noble admitía.

    En otro caso, simplemente hubieran utilizado la fuerza bruta y hasta torturarían al más joven frente al mayor. Pero el general que dirigía las pruebas tuvo otros planes, esperarían hasta que Hiura les rogara para que experimentaran con él. La tortura del peliceleste sería ver como su compañero se deterioraba con tal de protegerlo, cada vez que iban a la celda a sacarlo los guardias tenían ordenes expresas de ignorar al menor.

    Por más que este los llamara retándolos a llevarlo a él, simplemente le pasaban de largo como si no existiera.

    No le habían tocado ni un solo cabello. Sin embargo, Mansaku estaba malherido por protegerlo.

    Muy al contrario de Ichihoshi, el niño estaba a nada de perder la razón. Tras la última sesión de torturas, ya sea por miedo o por una pisca de razón, aceptó que era Ichihoshi Hikaru... ganándose un castigo igualmente a demandas del coronel.

    El peliazul, desde que llegó fue recluido a una pequeña celda apartada de los otros dos. Se supone que eso era con fines de tortura psicológica para doblegarlo más fácil. Pero un científico veterano como él, sabía que el general solo quería tener solitario a su actual objeto de deseo, pues sería más fácil llegar a él...

    Podía tener años sirviéndole al gobierno, pero tampoco era una persona deshumanizada. Le comenzó a mostrar piedad al pequeño peliazul experimentando con él en la noche, así el general no lo tocaría y en el día con la guardia más activa lo regresaba a su celda, por breves periodos de tiempo.

    Deberían darle un premio por sus buenas acciones.

    Continuará...


    No se imaginan lo estresante de tratar de mostrar todos los puntos de vista que hay que destacar en un solo día, teniendo tantos personajes... de verdad que no se lo imaginan XD

    En fin, ya se saben las preguntas. Pueden contarme sin que yo las escriba.

    Mi parte favorita creo que fue el inicio, Fudo ayudando a "Fudo"... más bien ofreciendo su ayuda a su manera.

    El título de la próxima semana: Llegaron los Refuerzos.

    Les dejo un pequeño reto: ¿Quiénes son los aliados que han llegado?

    Quiero saber sus teorías sobre los que vienen. Aunque Xiao Bai, debe de saber el nombre de uno, por ser la ganadora de mi reto.


    Recuerden dejar sus votos y comentarios, sobre cualquier locura del capítulo.

    Sin más que decir, hasta la próxima, nos leemos.
  8. .
    Antes que nada un agradecimiento para Akino chan, que siempre se toma el tiempo de comentar los capítulos. Gracias por estar pendiente de las actualizaciones.

    Ahora si, sin más el capítulo:


    UN SUSTO DE MUERTE - PARTE 2



    Goenji despertó con un leve movimiento de cabeza, algo le había hecho cosquillas en la nariz interrumpiendo su sueño. Con pesadez abre los ojos encontrando a los culpables, el cabello plateado de Fubuki lo había despertado.

    Ahora que lo pensaba, no recordaba haberse dormido ayer, pero viendo como estaba sosteniendo a Fubuki, se hace una idea de que ambos se durmieron luego de abrazarse.

    Se toma un momento para admirar a su compañero de equipo, hasta que otras dos personas captan su atención. Al otro lado de las camas, Atsuya y "Shiro", los observan de maneras muy particulares. El mayor parece dedicarle una leve sonrisa pícara pasándola desde su igual, hasta él mismo. Pero Atsuya parece de lo más divertido tratando de aguantarse la risa para no despertar al Fubuki durmiente, pero se le escapan algunas risitas y el hermano mayor se ve en la necesidad de hacer

    -shhhhhhhh – para mantenerlo callado.

    Por la vergüenza de ser descubiertos en la mañana, abrazando posesivamente a su compañero, el goleador de fuego no puede evitar el leve rojo que pinta sus mejillas... sabrá alguna deidad que estarán pensando esos dos de él ahora mismo.

    Manteniendo un tono de voz bajo, para no despertar a Fubuki, Atsuya se atrevió a molestar al peli crema – Sabes antes de meterte en la cama de mi hermano mayor, con nosotros dos al otro lado, deberías de invitarlo a salir primero.

    Ahora el que se quería reír era "Shiro", que llevó la mano a si boca evitando soltar alguna carcajada, de paso le metió un pequeño sape a Atsuya. Goenji no tuvo tiempo de defenderse o decir algo a su favor, cuando escucharon el grito de algún Kido.

    - ¡¿Cómo entraste aquí?!

    Y claro, eso sí terminó de despertar al Fubuki durmiente, el peliplata quedó sentado en la cama por la impresión, sin embargo, ya había pasado el momento de molestar a los dos chicos que durmieron abrazados, Goenji ya se había parado de la cama y se encaminó rápidamente a la puerta seguido por "Shiro", los dos restantes demoraron un poco más en reaccionar.

    Ya en el pasillo con varios miembros en otras habitaciones asomados y una Haruna, escucharon el segundo grito.

    - ¡Sal de mí cama!

    Vieron a Haizaki seguido de "Hiroto" precipitarse a la habitación frente a ellos, todos se les acercaron preocupados, pero luego de encontrar a Fudo de lo más tranquilo, un "Kido" fingiendo demencia y otro Kido de la más avergonzado, todos pudieron volver a respirar en paz.

    Bueno, por lo menos los gritos de Kido salvaron a Goenji de una incómoda conversación con los dos gemelos de otra línea de tiempo que lo pillaron en la mañana, con Fubuki.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Yuuto Kido, hizo todo lo humanamente posible para mantener una distancia prudente de Fudo, toda la mañana. Actualmente tenía una contradicción con él mismo entre querer saber los motivos que lo llevaron a meterse en su cama o ignorar todo y hacer como si nada pasó.

    Parte de su curiosidad quería una respuesta de semejante atrevimiento... la otra solo le decía que eso era un terreno minado y peligroso, una cosa era entender a Fudo Akio como jugador, pero entender como llevaba sus relaciones interpersonales era una historia completamente diferente. De alguna manera bastante extraña, habían logrado llevarse bien, ignorando las veces que Fudo lo molestaba... pero si lo de anoche fue una broma, no era graciosa, los amigos no se meten en la cama de otros secretamente.

    -Jahh – un suspiro más, ya había perdido la cuenta. Considerando la cantidad de problemas que tenían actualmente, era irónico que lo que lo mantuviera estresado esa mañana, fuera precisamente tratar de imaginarse lo que pasaba en la cabeza del estratega de fríos ojos verdes. Ahora que se acordaba, mientras se montaban a la camioneta del canal de televisión, logró ver a Tobitaka hablando con Fudo a la lejanía, el peli morado había salido de las instalaciones... posiblemente hubiera seguido con su línea de pensamiento, pero Endo había posado una mano sobre su hombro derecho, sacándolo de sus cavilaciones.

    - ¿Te encuentras bien Kido? – preguntó su capitán preocupado, al lado derecho de Endo, Goenji también lo miraba. No los culpaba, llevaba todo el camino metido en sus pensamientos, mientras sus dos amigos estaban conversando con el equipo de la filmación.

    - ¿Te has mareado? ¿Quieres un poco de agua? – la reportera llamada Fuyumi Hirano, lo miraba preocupada también – A algunas personas les incomoda viajar en camionetas como esta, porque no tiene ventanas y les da un poco de claustrofobia, si prefiere viajar adelante o necesitas agua, solo pídelo por favor. – la mujer era muy amable, desde que se presentó con ellos había tratado de explicarles todo lo que harían, cómo debían mirar o no a la cámara para algunas tomas, que había que ser lo más natural posible por lo que en algunos momentos debían fingir que las cámaras no existían, les explicó algunas preguntas que les harían a la hora del almuerzo, así podrían pensar algunas respuestas con antelación, también conocieron al compañero de la joven, se llama Toomura Kaishi. Básicamente ellos estarían realizando tomas y ángulos cercanos junto a Fuyumi, mientras que Toomura los filmaba desde lejos. Ambos fueron muy amables con ellos tres, incluso los camarógrafos eran simpáticos, se notaba que ese equipo de trabajo amaba su profesión.

    - Perdonen por preocuparlos – dijo Kido rápidamente – me encuentro bien y no tengo ningún problema con los espacios cerrados. Solo estaba pensando en algunas cosas, les aseguro que estaré enfocado cuando comiencen a grabar.

    - Gracias por el entusiasmo – dijo Fuyumi radiante y feliz – y no estés nervioso todo saldrá bien.

    - Igual si cualquiera se siente mal o algo, hablen con cualquiera de nosotros – se unió Toomura a la conversación, era mucho más serio que la chica, pero era bastante amable – recuerden que somos responsables por ustedes, no queremos que nada malo les ocurra.

    - Cuente con ello – dijo Endo – vigilaré que estos dos no se guarden sus problemas.

    Nadie como su capitán para recordarles que todas las veces que alguien trataba de resolver sus problemas solo, lo único que conseguía era crear un lío más grande.

    Sin embargo, el resto del camino fue más ameno, Kido comenzó a prestar atención a las indicaciones, sintiendo corto el resto del camino hacia el parque.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    En la cancha, estaban los tres Fubukis entrenando. Antes de que los gemelos de otra línea de tiempo cayeran dormidos, habían estado de acuerdo en que debían volverse más fuertes si querían enfrentar al encapuchado que los perseguía.

    Hasta el momento solo habían estado realizando tiros normales, era impresionante lo parecido y diferente que era el juego entre los dos Shiros. Básicamente era muy similar, pero las diferencias las notabas sen la sincronización que tenía "Shiro" con Atsuya. Mientras el juego de Shiro, era más solitario en sí mismo.

    Fue bastante intenso practicar los pases y los dribbleos, después de todo, Shiro y "Shiro", eran grandes defensas, competir contra ti mismo es bastante difícil. Y luego estaba Atsuya y su arrebatadora personalidad, tratando de pasar a los que consideraba sus dos hermanos mayores.

    Terminando de practicar lo básico, comenzaron las técnicas especiales. Ambos gemelos estaban impresionados por la fuerza de Fubuki y claro este estaba maravillado de la técnica combinada de los hermanos. Se llegó a sentir nostálgico mientras conversaban y eso lo notaron los otros dos.

    -¿Estás bien? – preguntó "Shiro".

    - Te ves pálido – continuó Atsuya, los tres eran bastante blancos, pero el peliplata su había perdido algo de color – si te encuentras mal, podemos terminar el entrenamiento.

    - No, no, no se preocupen – dijo tranquilo Fubuki, volviendo a sonreírles – solo pensaba cómo sería alguna jugada creada entre Atsuya y yo juntos. Estoy impresionado con su Lanza Nórdica, me pregunto si hubiéramos logrado alguna técnica tan buena como esa.

    - Podemos intentarlo – dijo Atsuya.

    - ¿eh? – cuestionaron ambos peliplateados.

    - Creemos una técnica combinada – la sonrisa traviesa que Atsuya tenía, dejaba claro que planeaba cumplir su meta – después de todo el Lobo Legendario y la Lanza Nórdica tienen ciertos puntos parecidos, podríamos lograr algo interesante los tres juntos.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Endo estaba emocionado, ir al parque de diversiones con dos de sus mejores amigos, era algo que no había hecho nunca. Vinieron por la entrevista si, pero eso no quitaba que podían disfrutar de las atracciones, necesitaban relajarse un momento, luego del susto con Toramaru y "Kazemaru", sentía que no habían tenido un momento de paz mental. Era emocionante tener a otras versiones de ellos, saber que existían diferentes líneas de tiempo, convivir y comparar habilidades, tenía un bisnieto... todo hubiera sido emocionante y feliz, si no fuera por un loco del futuro que quería destruirlos. Endo había visto a Kido tenso en los últimos días y desde lo de "Kazemaru" su amigo estaba peor, Goenji no estaba mejor, no habían tenido tiempo para hablar, pero estaba seguro de que el goleador estrella se culpaba por lo que le pasó al velocista. Esta salida al parque de diversiones, esperaba que fuera un bálsamo para sus amigos y con suerte, ayudarlos a enfocarse otra vez.

    Sintió a Kido acomodarle su banda naranja, sacándolo de sus pensamientos volteó hacia el estratega y lo interrogó con la mirada.

    -Se movió la banda y se veían las vendas – respondió a lo bajo el chico de rastas – no sería bueno que televisión nacional, se ponga a indagar por el golpe.

    -Cierto, gracias – es verdad, se le había olvidado el golpe que se dio contra la puerta del congelador cuando estaban tratando de sacar a "Kazemaru", por suerte la banda ocultaba todo el vendaje y Aki se había tomado el tiempo de usar agua oxigenada para quitar toda la sangre de la pequeña prenda.

    Inazuma Japón debía fingir que todo estaba bien.

    El Break Trio, caminaba junto a los camarógrafos y reporteros, habían hecho algunas tomas entrando al parque y hablaron de las expectativas que tenían del día.

    Ahora solo estaban caminando buscando alguna atracción, lo más cercano hasta el momento fueron las tazas giratorias y se enfilaron junto a Fuyumi dispuestos a subir, mientras Toomura buscaba un buen ángulo en el que filmar cuando subieran a la atracción.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Tobitaka había llegado al punto de encuentro con Karasu, aún no divisaba al chico de cabello rosa, pero se mantenía alerta. No estaba muy lejos del colegio, pero entre el encapuchado y el chico de la máscara roja, era mejor no bajar la guardia. Su teléfono se mantenía encendido y con la ubicación en tiempo real siendo monitoreada por Fudo en todo momento desde la concentración.

    Sintió una presencia tras él y antes de siquiera pensarlo, su cuerpo ya se había movido solo lanzando una patada hacia la persona. Por suerte en medio del giro, logró detenerse a centímetros del rostro de Karasu.

    -Lo siento – se disculpó por casi golpearlo – me tomaste desprevenido.

    - Tranquilo, debí avisarte. Buenos reflejos, por cierto. – el pelirosa no se veía muy afectado por lo que casi ocurre. Sin embargo, era Tobitaka el que observaba con angustia al recién llegado.

    La última vez que se vieron la recordaba claramente, justo antes del partido contra los Leones del Desierto, el chico llegó con su motocicleta bloqueando el camino del autobús que utilizaban, quería pelear con Tobitaka, pelea que significaba su expulsión del equipo de Inazuma Japón. Por suerte todo salió bien y desde ese momento no supo más de Karasu, hasta hace unos días.

    Ahora estaba sorprendido, los largos mechones rosas eran desiguales, se notaba que aún tenía un ojo inflamado y varias partes de su rostro estaban en tonalidades amarillas, verdes y moradas. El chico venía con un brazo enyesado y una muleta, tenía la pierna derecha enyesada también.

    -Por tu cara, asumo que debo verme patético – dijo el Karasu con una sonrisa resignada.

    - No, yo no... - Tobitaka no sabía que decir, se veía bastante mal.

    - Ahórratelo, soy consciente de mí mismo – lo cortó el peli rosa – Vamos, necesito sentarme y te contaré lo que sé.

    Tomaron asiento en la primera banca que encontraron y Karasu pareció sinceramente aliviado por no tener que permanecer en pie. Sin saber cómo comenzar a abordar el tema, Tobitaka preguntó lo primero que se le ocurrió.

    - ¿Qué te pasó?

    - Fui deshonrado – dijo el chico con cierto rencor en su voz – Tobitaka, tu sabes cómo se mueven los barrios bajos. Cada quien tiene su territorio, mientras no te metas en la zona de otra pandilla no suelen haber problemas. Desde que te alejaste de este mundo, toda tu área se vio en conflicto, todos querían extender sus dominios. Yo fui el primero en intentarlo – dijo con cierto toque de gracia en su voz – y fui vencido por todo tu escuadrón, me vi humillado por ti. Si no podía contra tu séquito, no era digno de enfrentarme a ti. Ya sabes, orgullo de barrio. Al final esa pelea se volvió famosa y entre los líderes de los diferentes sectores declaramos todo tu territorio, como tierra de nadie, sería zona neutral por si en algún momento decidías retornar. Aparte de eso, Fudo Akio estaba en Inazuma Japón, nadie quería buscar una pelea contra ese demonio, era una sentencia de muerte segura.

    -Espera, espera... - lo paró Tobikata - ¿Qué tiene que ver Fudo y todo eso, con que estés lastimado?

    - No seas impaciente y déjame terminar... - el chico suspiró por la impaciencia, pero al final continuó con su relato – ¿En dónde iba?... a ya recuerdo, tu territorio era tierra de nadie y todas las cabezas de pandilla respetamos ese acuerdo, seguimos peleando entre nosotros para tratar de expandirnos, sin tocar ninguna de tus áreas. Hace aproximadamente un mes, nos llegó la noticia de que todas las pandillas en la parte sur de la ciudad se habían desintegrado, los líderes estaban gravemente heridos y había uno en el hospital. – Tobitaka lo veía incrédulo, el área sur era controlado por tres grupos muy fuertes, en su momento él mismo se había enfrentado a ellos por defender "sus tierras" - Luego atacaron el este, todo el grupo de Hatori desapareció, quedábamos dos grupos, en el oeste los grupos de Akihito y Asagina, aparte de toda mi gente en el norte de la ciudad. Terminamos haciendo una tregua temporal, era mejor deshacernos primero de ese tipo y luego recuperar los territorios, pero en el norte no tuvimos suerte. Llegó como la muerte misma, silencioso y sin esperarlo. Mis mejores hombres cayeron, los más nuevos habían escapado yo le di pelea hasta el final y bueno, ya ves el resultado. No logro recordar mucho de cómo terminó, sé que perdí el conocimiento y desperté en el hospital. Cuando regresé al lugar de la pelea, lo único que encontré fue esto. – de su bolsillo sacó la fotografía de un periódico, era la misma foto que les habían tomado a todo el equipo de Inazuma Japón con el trofeo de la final, todos los miembros salían con la cara tachada con una X, menos Tobitaka y Fudo, que estaban en circulados.

    El defensa veía la fotografía tratando de imaginar lo que pensaba el enmascarado, pero solo se le ocurría que Fudo y él, eran objetivos... ¿por qué? Aún no lo sabía...

    -¿Saben algo del enmascarado? – preguntó Tobitaka – Nombre, procedencia... lo que sea que sirva como pista.

    - Se hace llamar Shinigami, le dijo su nombre a Hatori. – dijo con pesar Karasu – nadie ha logrado ver su rostro, se rumora que el líder del sur que quedó en el hospital logró verlo sin la máscara, pero aún no despierta del coma en el que lo indujeron. Parece que no se contuvo con él y le tiene una afición a los cuchillos, me sorprende que no matara a nadie hasta el momento. Mira...

    El pelirosa se levantó la camiseta que llevaba, tenía todo el torso con heridas de cuchillo sanando, lagunas largas, otras cortas... estaban por todas partes.

    -No hace falta decir que me destrozó la ropa ese día – aunque fue un intento de broma, no daba risa. Tobitaka analizaba sorprendido la cantidad de cortes que tenía.

    - Aún tengo una duda... - fuera del estupor logró preguntar - ¿Por qué a las pandillas que ha atacado se han desintegrado?

    - Por miedo... - la mirada de Karasu perdió el brillo, mientras respondía sin ánimos – es un sádico total, rompe y corta todo a su paso. Y esa máscara se convierte en una pesadilla recurrente... el nombre shinigami realmente le hace honor a sus actos.

    Conversaron un rato más, tratando de pensar los motivos que tendría el "dios de la muerte", para crear semejante problema, pero no se les ocurrió nada particularmente. Terminaron despidiéndose mientras cada uno emprendía rumbo a sus respectivos destinos, sin embargo, habían intercambiado números, anteriormente eso sería imposible de concebir siquiera, pero considerando la situación, era mejor mantener el contacto.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Volviendo al parque de diversiones, los chicos lo habían estado pasando de maravilla, habían comido y opinado sobre los mejores platillos ofrecidos en el parque, las tazas giratorias había dejado a Endo mareado, fueron a la casa de los espejos y así un sinfín de atracciones, las personas se las habían acercado incluso a pedirles autógrafos al reconocerlos y algunos más afortunados los saludaron comentando que ellos habían ido el día anterior a la actividad de comida en el colegio y lo habían disfrutado... los últimos comentarios dejaban una leve sensación amarga, pero había que disimular.

    Actualmente se estaban en la fila de la montaña rusa, Endo hablaba emocionado a la cámara sobre las expectativas en el juego, Goenji conversaba con una pequeña niña que iba por delante de ellos en la fila y Kido... Kido estaba serio observando los alrededores. Desde hace dos juegos sentía que alguien los observaba, al principio trató de calmarse recordando que al ser ellos y tener cámaras siguiéndolos llamarían la atención de las personas. Pero en la casa de los espejos, donde los dejaron entrar únicamente a ellos y al grupo de filmación, la sensación no se le había quitado.

    -Goenji – lo llamó suavemente para no alertar a nadie – creo que el encapuchado está aquí.

    -Tu también lo notaste – al contrario de Kido, Goenji se mantuvo alerta desde el momento en que fueron a comer, alguien había tropezado con él y cuando volteó vio a una persona con capucha alejarse rápidamente.

    - ¿Endo lo sabe?

    - No creo, pero no he podido decirle. La cámara lo sigue más a él que a alguno de nosotros.

    - Mantengámonos alerta, esto no me gusta. Parece que si está dispuesto a atacar con una multitud viendo...

    Ambos continuaron fingiendo que todo estaba bien y a cada momento se acercaban más a la atracción, estaban a una ronda más de personas para subir. Cuando a Goenji se le fue el aire.

    -Kido – lo llamó a lo bajo mientras señalaba a su derecha con un leve movimiento de cabeza.

    El estratega siguió la dirección señalada y lo vio. Una persona con capucha, parado sobre la asta de una bandera del parque. Estaba quieto con la vista fija en ellos, por la altura, no llamaba la atención de nadie, pero ahora Kido y Goenji estaban en aprietos. Ambos tenían razón, los habían seguido todo el día.

    -Somos los siguientes – comentó Endo con emoción hablándole a la cámara y siendo completamente ajeno a la expresión de sus compañeros.

    Subieron a la atracción, causando una momentánea distracción, pues ni Kido ni Goenji habían apartado la vista del sujeto. Pero al subir a los vagones perdieron de vista a la amenaza...

    -Debemos bajarnos – dijo Kido preocupado, comenzó a teclear en su teléfono tratando de avisarle al entrenador.

    - No debemos llamar la atención – replicó Goenji.

    - ¿Qué les ocurre? – preguntó Endo, que sí había notado el estado de animo de sus amigos, pero no quiso preguntar frente a la cámara tan directamente.

    Aunque ninguno tuvo tiempo para responder, la montaña rusa se puso en movimiento, la primera vuelta que dio por toda la ruta estuvo bien. Endo iba disfrutando del paseo, Kido y Goenji trataban de encontrar al encapuchado sin marearse en el recorrido, tras ellos Fuyumi gritaba emocionada.

    La segunda vuelta comenzó y fue cuando comenzaron los problemas, el juego comenzó a perder velocidad, terminó deteniéndose justo en uno de los giros que hacía el juego, dejándolos atrapados de cabeza.

    En ese momento comenzó la preocupación, Kido buscaba con más desesperación al que creía culpable de esto, Goenji se sostuvo de los anclajes del seguro sintiendo como la sangre se le iba a la cabeza, no le daba buena espina esa "falla mecánica", como la estaba llamando Fuyumi tras ellos. Por último, Endo viendo la cara de sus amigos comenzó a decirles que no se preocuparan, que en un momento todo se arreglaría.

    Y fue justo ese momento en que Goenji sintió los seguros aflojar.

    -¡Cuidado! – trató de advertir, pero no hubo tiempo para reaccionar. En un instante se habían abierto los seguros, Goenji logró sujetarse, Kido también y ambos habían logrado sujetar una de las manos de Endo impidiendo su caída.

    Fuyumi comenzó a gritar histérica, de la impresión el camarógrafo que los acompañaba soltó la cámara, escucharon el equipo golpear contra alguno de los tubos de la montaña rompiéndose en pedazos.

    -Chicos – dijo Endo aliviado, viendo a sus dos mejores amigos sostenerlo. El vacío bajo sus pies le daba vértigo en ese momento.

    - Resiste Endo – dijo Kido, con su brazo anclado al seguro suelto, trataba de apretar la muñeca de su capitán.

    - Podemos tratar de subirte – dijo Goenji, pero a diferencia de Kido, él abarraba la barra con su mano. Pensaba que, con algo de fuerza, alzarían lo suficiente a Endo para que tomara una de las barras de seguridad.

    - Podemos intentar eso – concordó Kido, si Endo se sostenía por él mismo, sería lo mejor para los tres – A la una... dos... ¡tres!

    El goleador estrella y el estratega, hicieron fuerza, acercaron bastante a Endo lo más que pudieron al carrito, pero al Kido tratar de soltarlo para que Endo se sujetara, algo salió mal.

    Nuestro portero no logró agarrar la barra y su peso terminó tirando de Goenji, casi logrando que su mano soltara el seguro. Los tres soltaron exclamaciones de terror, pero por suerte nadie cayó.

    -¡Endo dame la mano! – dijo Kido alterado, Goenji no podría con el peso de ambos.

    El portero estiró su mano derecha tratando de alcanzar al estratega, pero a diferencia de antes donde estaba colgando en el centro de ambos chicos, ahora no lograba llegar hacia la mano de Kido.

    -No alcanzo – Kido también había tratado de estirarse lo más que podía, pero ni siquiera lograba rozar sus dedos.

    - Endo – llamó Goenji – voy a mecerte, trata de alcanzar a Kido.

    Y eso hicieron, el goleador estrella lo meció lo más que pudo, para que tomara impulso, pero por inercia uno comienza a mover los pies tratando de llegar a nuestro objetivo. Sin querer había golpeado a Goenji, el chico casi se suelta por el dolor.

    -¡Agh! – la exclamación detuvo los intentos inmediatamente y no solo eso, la presión en ambos brazos por no dejar caer a su amigo, ni a él mismo no ayudaban.

    - ¡¿Goenji te encuentras bien?! – preguntó Endo alterado.

    - Si, si... estoy bien. Pero es mala idea tanto movimiento. – no solo ellos, el mismo vagón en el que antes viajan, había comenzado a moverse, eso no era buena señal.

    Estaban jodidos y se puso peor cuando Goenji notó algo... Endo tenía los guantes de portero, porque les pidieron que vistieran su uniforme... El guante se había abierto y su capitán se estaba deslizando.

    Los dos chicos se miraron preocupados, Goenji afianzó la fuerza de su agarre no pensaba dejar caer a su amigo. Sin lograr llegar a Kido, lo único que se le ocurrió fue sujetar con la mano libre el mismo brazo con el que Goenji lo sostenía.

    -¡Endo sujétate de mis piernas! – clamó alterado el goleador estrella.

    - ¡Endo dame la mano! – reaccionó Kido alterado, al notar lo que pasaba.

    Sin embargo, Endo comenzó a ver el vacío de la caía... no estaba seguro de que funcionaría, pero al menos les daría un mejor agarre a sus amigos sin tener que cargar su peso. Aunque tratando de pensar en las posibilidades, estaba ignorando los gritos alterados de sus compañeros.

    - ¡Goenji! – llamó decidido – déjame caer.

    Continuará...


    Ay Endo... ¿Qué será de ti?

    Título para la Próxima Semana: Decisiones.

    PREGUNTAS

    ¿Tu parte Favorita?
    Yo estoy aquí emocionada por lo que puede salir de los tres Fubukis, también la locura que hará Endo en el próximo capítulo.

    ¿Qué crees que tiene pensado Endo?

    ¿Saldrán ilesos el Break Trio?


    Y bueno, creo que ya no tengo nada más que decir, no olviden dejar su voto y comentar cualquier locura que quieran de la historia.

    Si tienen alguna duda siempre pueden consultarla conmigo.

    Hasta la próxima, nos leemos.
  9. .

    DESAPARECIDOS



    ACLARACIÓN: este capítulo se desarrollará en la línea de tiempo que fue atacada por nuestro encapuchado misterioso, como NO hay gente repetida, no se escribirá entre comillas ninguno de los nombres. Esto solo será en este episodio.


    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Nosaka y Nishikage observaban el televisor, incrédulos por lo que acababan de presenciar, la ceremonia de selección para los miembros de Inazuma Japón había sido atacada, por un total desconocido. Nadie estaba muy seguro de lo que realmente pasó, la transmisión de repente había comenzado a desenfocarse, la reportera gritaba de fondo asustada, que estaba ocurriendo un temblor, pero nada lograba verse. Las personas gritaban y la cámara no dejaba de sacudirse, ambos chicos observaban preocupados, pensando que un día tan alegre podría volverse una completa tragedia.

    Con el corazón en la boca y sin poder hacer nada más, solo observaron la pantalla hasta que las sacudidas en la transmisión se detuvieron, parece que el camarógrafo había caído al piso en algún momento y luego comenzaba a levantarse, tanto Nosaka como Nishikage esperaban impacientes que la cámara enfocara el estadio para asegurarse que no hubo daños. Por suerte, así fue, el estadio aún se sostenía en pie y parece que no había heridos de gravedad. Y esa momentánea paz duro nada más que 3 segundos, se escuchó una voz que resoba fuerte y clara, en ese momento la cámara estaba grabando el techo del estadio, en una de las vigas estaba parado con un balón de futbol el aparente causante de todo.

    Ni tiempo les dio de procesar su amenaza, lo siguiente volvieron a ser gritos de pánico. El pequeño televisor reproducía en vivo el ataque que fue chutado hacia la tarima en la que estaban los miembros del recién formado Inazuma Japón y luego...

    Luego todo fue blanco.

    - ¿Qué está pasando? – preguntó el portero preocupado. Sin obtener respuesta, Nosaka solo veía en silencio la pantalla con el ceño fruncido.

    Lo peor vino después, la pantalla mostró las típicas rayas de colores, señal de que la transmisión fue cortada, para luego enseñar el estudio de noticias que estaba cubriendo en vivo el acto. Sobre un escritorio con el logo del canal de televisión, un señor con un abundante bigote comenzó a narrar preocupado sobre la comunicación cortada desde el estadio y el intento de la televisora por de recuperar la señal... ya eso no les interesaba. Nosaka no se quedó a ver nada más, rápidamente salió de la habitación siendo seguido por Nishikage.

    -Nosaka, la maleta... - trató el pelicrema de recordarle, pues el ojigris había dejado completamente abandonado su equipaje.

    - No lo necesito – respondió manteniendo firme su paso.

    - Pero su vuelo... - volvió a insistir Nishikage.

    - Olvida el avión, vamos al estadio.

    Por un pequeño instante el portero se detuvo sorprendido de la decisión, pero no le duró mucho la sorpresa, Nosaka ya había llegado a la puerta del hospital y había llamado un taxi pidiendo que fuera al estadio, Nishikage a penas tuvo tiempo de subir en la parte trasera y cerrar la puerta, cuando el conductor arrancó el vehículo y aceleró rumbo a su destino.


    El estadio se encontraba rodeado de vehículos oficiales del Estado, entidades de salud, camionetas de diversas cadenas televisivas, grupos de voluntarios de la ciudad preparados para catástrofes... si te acercabas podías ver las luces rojas y azules tan características de las patrullas policiales, el lugar estaba acordonado, la policía estaba dirigiendo a las personas fuera del estadio, debían mantener el orden y agruparse hasta ser revisados por algún paramédico. Había ambulancias revisando a todo el que se hubiera golpeado en medio de la sacudida que sufrió el estadio, desde los más graves hasta heridas más leves, también había algunos camiones de bomberos, había personas con chalecos anaranjados y cascos blancos con planos en las manos, parece que estaban revisando las posibles repercusiones que tuvieron los sucesos ocurridos en la estructura. Había que determinar si el lugar era seguro o debían alejar a las personas rápidamente. Esto último a causa de que se había prohibido la retirada de cualquier espectador.

    Debían descartar el hecho de que el encapuchado no se hubiera camuflado entre las personas, que luego del ataque habían querido salir despavoridas de los palcos.

    Chou Kinun veía innecesaria tanta rebusca, si el niño ese había tenido el suficiente poder para lanzar semejante y aterrador tiro, era muy probable que tuviera una manera segura de escapar rápidamente del estadio.

    El entrador reía mientras lanzaba a diestra y siniestra sus malos chistes, respondiendo a el interrogatorio de la policía. Él había sido la única persona que estuvo cerca del ataque y junto a los actualmente desaparecidos miembros de Inazuma Japón. Por más que todo parecía un mal chiste y los investigadores se veían exasperados por la falta de seriedad del entrenador, la información proporcionada era válida.

    Chou Kinun estaba seguro que ninguno de sus muchachos se había movido de la plataforma, todos se habían quedado paralizados viendo el tiro venir. Bueno, todos menos el capitán y portero, Endo Mamoru. El chico aún sabiendo que tenía las de perder se había puesto en frente de todos sus compañeros sacando a sus demonios en un intento desesperado por aminorar la potencia del tiro y minimizar los daños.

    Pero algo había pasado... y el entrenador no sabía que era. El planeaba utilizar la plataforma que tenía el pequeño escenario, solo era cuestión de apretar un botón y esta bajaría, el equipo estaría a salvo bajo tierra, llegarían a las instalaciones de servicio que tenía el estadio y solo tendrían que sacarlos por algún lugar seguro.

    Pero no... su plan no pudo ser. El entrenador logró captar un pequeño aro de luz que interceptó el tiro y justo en el momento en que chocaron, todo fue blanco. Cuando logró abrir los ojos, se encontraba en una de las filas de los palcos completamente a salvo, pero el equipo había desaparecido. Y ahí cundió el pánico en los espectadores.

    Comenzó a llamar a todos los encargados que tuvieran participación en la organización del evento, movilizó a todos los que no estuvieran gritando histéricos.

    Misión: Encontrar a los miembros perdidos de Inazuma Japón.

    Volviendo al interrogatorio, el detective que tomaba nota de sus declaraciones parecía no creerle su "mágica" teletransportación del medio del campo hasta las graderías. Pero él no mentía, eso fue lo que pasó... el detective quería seguir argumentando, pero algo más interesante captó la atención de Chou Kinun.

    Nosaka Yuuma y Nishikage Seiya, bajaron de un taxi, tratando de acercarse rápidamente a donde él se encontraba, pero fueron detenidos por un oficial que vigilaba a todos los transeúntes curiosos que querían pasar el cordón policial.

    -Déjelos pasar – dijo llamando la atención del oficial – están preocupados por sus compañeros de equipo.

    - Quedan bajo su responsabilidad, asegúrese de que no interfieran con ninguno de los procedimientos. – remarcó el policía, se notaba que no le gustaba la idea de permitirle el acceso a los jóvenes.

    - Entrenador – llamó Nosaka - ¿Es verdad que han desaparecido Asuto y los demás jugadores?

    - Escuchamos por la radio que cuando la luz blanca dejó de iluminar, ya no estaba ninguno de los jugadores. – aportó Nishikage. Los dos junto al chofer del taxi, habían pasado todo el camino escuchando las entrevistas de las personas que estaban en el estadio. Ninguno de los testimonios coincidía mucho sobre la luz brillante, en medio del pánico la gente juraba ver mil cosas, cada una más rara que la anterior. Alguien dijo que vio un ángel bajar del cielo, otro dijo que fue un OVNI, una señora aseguraba que fue la primera señal del apocalipsis, un joven creía firmemente que misteriosamente se abrió un agujero de gusano y los chicos fueron transportados a otra línea de tiempo y el mejor de todos los cuentos: los jugadores fueron "los niños elegidos" para ir al digimundo... ese último comentario fue de un niño de 6 años. Y por más fantasiosas que fueron todas y cada una de las historias, todas coincidían en lo mismo, cuando la todo volvió a la normalidad, habían desaparecido los miembros de Inazuma Japón.

    - Es correcto – les confirmó el entrenador – no hemos dado con el paradero de ninguno de los jugadores. Tampoco hemos podido encontrar al causante del ataque. Todas las cámaras y aparatos electrónicos, se dañaron cuando no podíamos ver.

    - Por eso se cortó la transmisión – razonó Nosaka.

    - Afirmativo. Estamos tratando de... - unos gritos interrumpieron a Chou Kinun, a unos metros de ellos, una chica de pelo azul parecía quererle saltar a la yugular al mismo detective que momentos antes estaba interrogando al entrenador.

    Reina Yagami, precisamente no era conocida por ser una persona razonable cuando estaba enojada. Con la cabeza fría, la chica era bastante centrada, pero luego de lo que pasó realmente nadie la podía culpar por haber perdido los nervios...

    - ¡Le estoy diciendo que hay otro desaparecido! – gritaba la chica, siendo sostenida por Haruya - ¡¿Qué tan incompetente se debe ser para no entender eso?!

    - Cálmate Yagami – pedía Suzuno, interponiéndose entre la peli azul y el detective. Sí, él también estaba molesto por la incompetencia del sujeto, pero necesitaba que les creyeran y así no lo iban a conseguir.

    - Señorita, ya le dije que su amigo debe estar en alguno de los grupos evacuados o siendo atendido en alguna de las estaciones médicas provisionales. Espere un momento y él volverá.

    - ¡Usted no entiende joder! – ahora reclama Haruya, aún sosteniendo a su amiga - ¡Midorikawa estaba con nosotros sentado!

    Suzuno tampoco era el más paciente del grupo, pero si él perdía la cabeza, no habría quién calmara a esos dos. Con Yagami histérica y Haruya a un paso de írsele encima al oficial, debía lograr que les creyeran.

    -Escúchenos por favor, mis amigos tienen razón. Nuestro amigo se llama Midorikawa Ruiji, estuvo sentado con nosotros, hasta que el sujeto ese apareció, creemos que saltó al campo de futbol. No fue evacuado, desapareció junto a los otros.

    - Jóvenes, están interfiriendo con nuestro trabajo, solo vallan a buscarlo. Estará en algún lado.

    - ¡¿Cree que no reconoceríamos a la distancia a nuestro amigo?! – volvió Nagumo a la carga - ¡Tiene el puto pelo verde, se ve a la distancia! ¡¿Cómo mierda no vamos a verlo?!

    Ok, eso era mala señal. Haruya Nagumo comenzó a decir palabras altisonantes, eso significaba que estaba cerca de esa línea donde pierde la razón y se va a los golpes...

    -Mira niño. Me bajas el todo y respetas a las autoridades o te saco de aquí a ti y a tu grupito.

    - ¡¿Nos va a sacar y no piensa buscar a nuestro amigo?! – y Yagami volvía a gritar. Nagumo se veía molesto, Suzuno estaba muy seguro de que poco le faltaba para soltar a la chica y comenzar a amenazar al oficial.

    - Por favor – volvió a tratar Suzuno – el novio de nuestro amigo estaba entre los seleccionados, debió saltar al campo al comenzar el ataque. Cuando la luz desapareció ya no estaba junto a nosotros. No se iba a mover si no podía ver. Por favor, nosotros nos fijamos antes de venir a hablar con usted, él no está aquí.

    - ¿Novio? – dijo incrédulo uno de los oficiales que estaba cerca del detective - ¿De verdad esperan que me crea que un jugador de futbol puede ser gay? No nos hagan perder el tiempo. De seguro se inventaron esta ridiculez solo para salir en las noticias o algo.

    Parece que el detective iba a volver a tomar la palabra, pero antes de poder decir algo, cualquier cosa. El oficial fue tacleado por un furioso peli rojo, Suzuno y Yagami se sorprendieron un instante, antes de ir a tratar de calmar a Nagumo.

    - ¡Repite esa mierda en mi cara! – Nagumo estaba rojo de ira - ¡Un hijo de puta como tu puede ser policía, pero uno de los mejores futbolistas de este país no puede ser gay!

    - ¡Haruya cálmate! – gritó Yagami tratando de hacer que soltara al oficial.

    - ¡Nagumo, suéltalo! – intentaba Suzuno de hacerlo reaccionar.

    - ¡Saquen a estos chiquillos de aquí! – comenzó a demandar el detective, el pelirrojo terminó sometido contra el piso, mientras que Suzuno y Yagami eran inmovilizados para no ayudarlo. Los oficiales comenzaron a forcejear con ellos, que se negaban a irse sin que su amigo fuera reportado como desaparecido también.

    - Esperen por favor – sonriente y campante se les acercó Chou Kinun, siendo seguido por Nosaka y Nishikage – estos chicos están reportando otro jugador desaparecido, no podemos ignorar eso.

    - Son simples inventos de niños malcriados – se quejó el oficial que fue amedrentado por el pelirrojo, mientras se limpiaba el uniforme.

    - Bueno, que yo recuerde. Estuve en el campo, junto al equipo sobre el escenario y al instante siguiente, estaba sentado en una de las gradas. No veo descabellada la idea sobre la desaparición de otro chico.

    - ¿Usted nos cree? – preguntó esperanzada Yagami.

    - Claro que sí. No se miente con algo tan importante. – el entrenador dirigió su mirada al detective – por favor suelte a estos muchachos. No creo que quiera meterse en problemas, por mal tratar a los protegidos de las empresas Kira y tampoco creo que sea bueno para su carrera que estos tomen acciones legales al enterarse que fueron ignorados los avisos de la desaparición de uno de los pobres huérfanos que son cuidados personalmente por la hija del presidente, la señorita Hitomiko Kira suele ser una mamá oso, si se meten con sus crías.

    Chou Kinun, estaba muy consiente de quiénes eran esos jóvenes, después de todo, él había investigado sobre cada uno de los jugadores contra los que se había enfrentado el equipo del Raimon.

    Y por un pequeño momento, se formó un incómodo silencio entre los oficiales y el detective. Nadie quería tener en su contra a ninguno de los miembros de la familia Kira, mucho menos al saber que eran uno de los benefactores principales de la policía japonesa. Tratando de ayudar a la causa, Nosaka decidió realizar una pequeña intervención en la conversación. Después de todo, el entrenador del Raimon no era el único que tenía amplios conocimientos sobre los jugadores de otros equipos.

    -Imagínese la reacción del Sr. Kira cuando vea que no solo su heredero de sangre, Hiroto Kira, ha desaparecido. Sino que también está perdido Tatsuya Kiyama, un joven que es muy estimado por la familia, casi un hijo más y de paso, la pareja de este último, Midorikawa Ruiji. ¿Se imagina el escándalo? Policía japonesa antepone los prejuicios y decide negar la desaparición de un joven huérfano gay, protegido de la familia Kira.

    - No tienen pruebas de que está desaparecido, no queremos formar un escándalo de esto. – dijo el detective, preocupado al saber la procedencia de los jóvenes – Miren, hasta donde nosotros sabemos, no hay evidencia de más desaparecidos. No podemos simplemente decir que se perdió otro niño e infundir más caos.

    - Hay otro desaparecido – una dulce y angustiada voz se escuchó detrás de los agentes de la ley. Someoka Ryuugo y Nae Shiratoya habían buscado hasta el cansancio al gemelo menor, pero no estaba por ninguna parte.

    Cuando empezaron a considerar hablar con alguno de los miembros de la policía, vieron el intercambio de los chicos del Eisei Gakuen, junto al entrenador del Raimon con las autoridades.

    - ¿Cómo que hay otro desaparecido? – dijo exasperado el oficial, que había sido tacleado.

    - Atsuya Fubuki – respondió Someoka – saltó al campo, apenas el encapuchado comenzó a amenazar al equipo, traté de detenerlo... pero luego todo quedó blanco y lo perdí.

    - Es verdad – dijo preocupada, la chica pelirosa – Atsuya fue por su hermano, ambos desaparecieron en medio del campo. Tienen que creernos.

    - Bueno, con otro caso de un jugador que entró al campo y está perdido. Creo que debe ser suficiente prueba de que hay dos jóvenes más que añadir a la lista de búsqueda ¿Verdad? – soltando su típica risa, Chou Kinun dio por finalizado cualquier argumento, en el que dieran como mentirosos a los jóvenes.

    -Agreguen a Atsuya Fubuki y a Midorikawa Ruiji a la lista de desaparecidos – ordenó el detective, se notaba que no estaba contento por el desarrollo de los hechos.

    - Pero señor – trató de protestar alguno de los oficiales.

    -Es una orden. No tenemos tiempo que perder, quiero todas las grabaciones que se hicieron en el momento del ataque. Cadenas de televisión, drones, cámaras de seguridad. ¡Todo!

    - ¡Si señor! – respondieron a coro todos los oficiales, antes de retirarse.

    - Estaremos en contactos – concluyó el detective para retirarse.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Habían pasado varias semanas desde el ataque terrorista en el estadio. El mundo del deporte, se había solidarizado con la situación de Japón, pero la verdad era que temían por sus propios jugadores. Se había cancelado temporalmente el FFI, los directivos estaban preocupados que más ataques como el que sufrió Japón ocurrieran en otros países.

    Por esos motivos, hasta que no fuera solucionada la desaparición de los miembros del equipo japonés, no se celebraría el torneo.

    El mundo estaba conmocionado, la noticia se había viralizado en menos de una hora. Surgieron miles de teorías conspiracionales. Desde el fin del mundo, hasta una invasión alienígena inminente. Para sorpresa de Chou Kinun, algunos miembros de los equipos de Estados Unidos y España, habían tomado el primer vuelo que encontraron y habían viajado a Japón. Estaban preocupados por sus conocidos y habían venido a prestar apoyo moral y ofrecer su ayuda en cualquier cosa que necesitaran. Cuando se estuvo discutiendo el futuro del FFI, ambos equipos, junto al de Rusia, habían sido los primeros en oponerse a participar, guardarían respeto por los oponentes japoneses que aún no habían sido encontrados.

    Japón políticamente era un caos, dos de las grandes empresas que sostenían la economía del país, estaban volcando todos sus recursos y movilizando a todos sus contactos, con tal de encontrar a sus herederos o pistas de los muchachos desaparecidos. Las empresas Kido y Kira, habían formado una poderosa alianza, unidos en la búsqueda de los niños.

    El colegio Raimon se tomó el tiempo de contratar un terapeuta, temiendo por los miembros del equipo que estaban a salvo. Los chicos estaban inestables emocionalmente, Norika no había dejado de llorar, el capitán no dejaba de culparse por no cuidar a los más jóvenes, Kozoumaru no podía controlar su ira... así sucesivamente con todos los jóvenes, cada uno peor que el otro. Y ni hablar de otros conocidos de los muchachos, Natsumi y Aki estaban destrozadas, Haruna estaba inconsolable por la desaparición de su hermano, Teitoku entera estaba de luto básicamente, la desaparición de Kido, Kazemaru y Fudo, los había golpeado fuertemente, hasta Kageyama parecía afectado, había disminuido la intensidad de sus entrenamientos...

    Todo estaba mal, muy mal. El gobierno no sabía qué más hacer... nadie sabía que hacer.

    Nishikage, estaba camino al Raimon. Habían reunido a todos los conocidos cercanos de los desaparecidos, para una terapia grupal o algo así. Fue bastante vaga la explicación, pero Nosaka lo había persuadido de que fuera por ambos, ya que él no podría asistir. Al día siguiente del ataque, Nosaka tuvo que ser convencido por el entrenador Chou Kinun y Nishikage de abordar un avión e irse a operar. Por más grave que fuera la situación de los miembros desaparecidos, no se podía seguir posponiendo, tardaron en convencerle, pero al final el oji gris accedió.

    Por ese mismo motivo, Nishikage se encontraba en camino al Raimon, escribiéndose con Nosaka ayer por correo, lo convenció de ir a lo que sea que planeara el Raimon, ya que se tomaron el tiempo de invitarlo. Y claro, si Nosaka pide, Nishikage cumple.

    Fue guiado por una amable joven, hasta lo que parecía una sala de juntas, se sorprendió de ver la variedad de personas, estaban todos los miembros del equipo del Raimon, tanto el original como los muchachos de las islas y las managers que acompañaban a cada equipo respectivamente... ahora que se fijaba, faltaba el goleador gordito. Genda Koujiro y Sakuma Jirou de Teitoku. Nae Shiratoya de la secundaria Hakuren. También estaban Yagami Reina, Suzuno Fusuke y Haruya Nagumo del Eisei Gakuen.

    El ambiente era bastante pesado en el lugar... Nishikage se sentía incómodo entre todos esos jugadores, después de todo él no había sufrido ninguna pérdida.

    ¿Se sentía mal por los desaparecidos? Claro que sí. Pero si era sincero, más le afectaba la distancia con Nosaka...

    Tratando de no parecer un insensibilizado, tomó asiento y esperó a que comenzara... lo que sea que fueran a hacer.

    Cinco minutos después, Chou Kinun hizo su triunfal aparición.

    -Parece que ya estamos todos – comenzó el entrenador, paseando su vista por la sala – ante todo buenas tardes, me alegro de que aceptaran la invitación. Les aseguro que no se arrepentirán de haber venido. Kobun, ya sabes que hacer.

    En ese momento, el chico con el atuendo chino presionó un botón y la sala de conferencias fue sellada con puertas de acero. Todos los jugadores se alarmaron, pero antes de comenzar un problema, el entrenador volvió a tomar la palabra calmando a todos.

    -Lamento los inconvenientes, pero lo que voy a mostrarles debe permanecer en completo secreto. Los hemos reunido por ser las personas más cercanas a todos los desaparecidos de Inazuma Japón... lo que estoy por revelarles no puede salir de estas cuatro paredes. - Muy al contrario de sus presentaciones ante el mundo, Chou Kinun permanecía bastante calmado, no soltó ninguna de sus risas o chistes raros. Estaba parado con los brazos tras su espalda, completamente quieto en medio del escenario. – Espero contar con su completa discreción.

    - Ya díganos de qué se trata todo esto – habló Someoka, medio crispado de nervios por tanto secretismo del hombre. Nae a su lado solo rio por la impaciencia.

    - Ojojojojojojo – ahí estaba, la típica risa. La seriedad no podía durar mucho – ya que tanto desean saber, le diré que todos ustedes han sido llamados porque hemos conseguido una valiosa pista sobre el paradero de los chicos.

    En ese momento se perdió el silencio del lugar, todos hablaban al mismo tiempo exigiendo explicaciones o reclamando que en las noticias no se había dicho nada sobre eso. El único que estaba tranquilo era Nishikage, que igualmente se había sorprendido por el anuncio.

    -Calma, calma – pidió el entrenador – tomen asiento y todas sus dudas serán resueltas.

    - Entrenador, no nos haga esperar, díganos por favor ¿Qué ha pasado con nuestros amigos? – pidió Yagami.

    - No tengo la menor idea – en ese momento, todos los presentes cayeron de sus asientos, frustrados por la respuesta del hombre – pero estoy seguro de que ellos pueden respondernos. Pasen por favor...

    En ese momento, por la puerta al costado del escenario, entraron tres jóvenes, dejando a todos los presentes asombrados.

    Iwato Takashi, Saginuma Osamu y Goujin Tetsunosuke subieron al escenario ante la incredulidad de todos.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Nosaka Yuuma, caminaba por los jardines del centro de rehabilitación para deportistas en el que se encontraba, estaba a un día de ser dado de alta. Las ansias por regresar a su tierra natal carcomían su interior. Anoche había estado hablando con Nishikage, lo había convencido de ir a la reunión que se daría en el Raimon, luego le preguntaría sobre la reunión y también le diría que probó un coctel de frutas.

    Se encaminó a su habitación, después de haber jugado con un pequeño peli naranja con el que se había encariñado, el niño llenaba sus días de alegría. Con calma iba por los pasillos, saludando a las enfermeras o doctores que conocía, no estaba cansado, pero ya comenzaba a atardecer y no le apetecía tomar el frio de la noche.

    Entró a su recámara y se puso alerta... había alguien en su habitación. Desconfiado cerró la puerta, pero no se movió de su sitio. Parado en medio de la habitación, un muchacho contemporáneo con él, le dirigía una fría mirada.

    -Nosaka Yuuma – dijo el joven.

    - El mismo – respondió sereno el ojigris - ¿Con quién tengo el gusto?

    - Baddap Sleed...

    Continuará...

    Yo sé, yo sé, el capítulo anterior fue Un susto de Muerte parte 1, se supone que la autora debía escribir la parte 2. Pero como yo soy yo, los haré sufrir un ratito, esperemos que Goenji y Kido sigan aguantando el peso de Endo.

    No tengo mucho que decir, estaba preocupada por este capítulo, creí que quedaría corto y de la nada, había 13 páginas escritas.

    Como siempre pregunto:

    ¿Les gustó el capítulo?

    Cuéntame tu parte favorita.

    La mía es la última escena, la aparición de Baddap en la historia. Uff hace rato que lo estoy esperando.

    No olviden dejar su voto y un comentario, me río de las locuras que me dicen.

    Próximo capítulo: Un Susto de Muerte parte 2

    Hasta la próxima, nos leemos...
  10. .

    Un Susto de Muerte - Parte 1



    Kudo estaba estresado, muy estresado. Tenía en su escritorio fotografías de los dos ataques que habían sufrido, ambas con la misma frase desalentadora: "Los Observo".

    Esperaba impaciente el día en que el Sr. Raimon le confirmara que las instalaciones para trasladar a los chicos estuvieran listas, porque no estaba seguro de cuanto más podrían seguir en el colegio sin sufrir una perdida mayor.

    Lo material perdido en el restaurante de la familia Utsunomiya podía ser reemplazado, pero lo que le ocurrió hoy a "Kazemaru" ... agradecía que Tsunami y el capitán hubieran reaccionado a tiempo. Cuando los chicos estuvieron en sus camas, se reunió con Canon y "Endo", tomarían las medidas de seguridad necesarias hasta que pudieran defenderse.

    Necesitaba una aspirina, su cabeza estaba punzando por el estrés... ¿Cuándo se involucraron en una guerra con el gobierno del futuro?

    Peor fue saber que su hija, también fue victima de los ataques que sufrieron los chicos. Con tal de alejarla de Endo y desmotivarlo, hicieron que una pequeña niña perdiera a sus padres y su memoria. El golpe que Kudo propinó al escritorio resonó en el pequeño cuarto, trató de calmarse al sentir como Fuyupe se removía en la cama.

    Canon le había revelado esa verdad hace unos pocos minutos. Unos chicos tan buenos no deberían de estar lidiando con este problema, ninguno de ellos. Pero ahí estaban. Adaptándose a la situación. Sobreviviendo...

    Volvió a dirigir una mirada a la peli violeta, que había vuelto a caer profundamente dormida, Fuyupe era la única chica que estaba en la concentración. Kudo se había encargado de que tuviera su propia habitación lejos de tanta testosterona, pero luego del ataque de hoy, era mejor que nadie permaneciera solo. Movió la cama de Fuyupe a su propia recámara y le acomodó un espacio.

    Suspiró antes de apagar la luz del escritorio y dirigirse a su cama, necesitaba unas horas de sueño, antes de hablar con los chicos.

    El entrenador se metió bajo las sábanas siendo acompañado por la luz de los relámpagos y el sonido de la lluvia golpeando fuerte en la ventana.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Kazemaru ya de vuelta en su habitación y luego de despedir a "Goenji" y agradecerle por quedarse con su igual, se había sentado en su cama meditando lo que acaba de pasar. Estaba rojo hasta las orejas y una boba sonrisa de felicidad surcaba su rostro. No pasó nada realmente, solo habló con su capitán, pero no podía dejar de sentir el fuerte palpitar de su corazón golpear contra su pecho. Estaba tan feliz que sentía que podría correr 10 vueltas a todo el colegio.

    Tratando de mantenerse sereno acercó la mano que tomó el capitán a su pecho, aún estaba tibia... cayó de espaldas y se puso una almohada en la cara evitando gritar. Su boca no emitió ningún ruido, pero sus piernas no tenían tanto control, comenzó a patalear de felicidad.

    -Parece que algo bueno ocurrió – tranquila, serena y débil, así fue la voz de "Kazemaru". Deteniendo inmediatamente su arrebato de emoción, Kazemaru quedó sentado en su cama viendo a su igual, completamente apenado por la situación en la que fue visto. – jajajaja, que no te de pena.

    La pequeña mofa no ayudó con la vergüenza, después de todo parecía quinceañera enamorada...

    - ¿Cómo te sientes? – hizo a un lado su arrebato de felicidad, recordando la situación que pasó su igual. Kazemaru se sentó en la cama del contrario revisando el termómetro – 33° te está subiendo la temperatura. Deberías estar mejor en la mañana.

    - No me cambies el tema. Sé que Endo vino y te fuiste con él. Por cierto, "Goenji" podrá ser un gran goleador, pero de enfermero se muere de hambre...

    - Lo siento, no sabía lo de "Goenji" ... - Kazemaru, evitó mirar a su igual cuando respondió – Endo y yo solo hablamos, no pasó nada particularmente. – prefería evitar entrar a detalles, no quería decirle que su capitán en cierta manera agradecía que eso le pasara a su igual en lugar de a él - Pero si llegó a decirme que no quiere perderme de nuevo, mientras me abrazaba.

    - ¿De nuevo? – cuestionó "Kazemaru", feliz por escuchar sobre la pequeña cercanía.

    - Recuerdas que me contaste que te uniste a Kageyama, porque no eras lo suficientemente fuerte... Yo no me alié con Kageyama... yo traicioné a los chicos.

    - No entiendo. ¿Cómo que los traicionaste?

    - Canon habló sobre un meteorito, que al final era una droga del futuro. Lo llamamos la piedra Alius, fue un momento extraño en el que nos hicieron creer que la tierra estaba siendo atacada por extraterrestres que jugaban futbol. Algo completamente normal y lógico. – sarcasmo puro era lo que sonaba en la última frase – Comenzamos a viajar por todo el país, buscando a los jugadores más fuertes para detenerlos y salvar la tierra. Conocimos a Fubuki, Kogure, Tachimukai... en general, a varios miembros actuales del equipo y algunas personas más durante nuestro viaje. Pero entre más personas se unían al equipo, más fácil era ver la brecha de poder entre nosotros. Yo no fui lo suficientemente fuerte, vi compañeros caer en el campo. ¿Y yo?... yo caí por mis propios pensamientos. Abandoné el equipo...

    - Abandonar el equipo no es una traición... - trató de razonar "Kazemaru", tomando las manos de su igual para darle ánimos. A diferencia de las de Endo, las manos de "Kazemaru" se sentían algo frías, le devolvió el agarre apretándolas un poco, tratando de calentarlas, de seguro que no se sentía bien aún y ahí estaba dándole ánimos.

    - No... pero aceptar el meteorito para volverme más fuerte si lo es. Aceptar que un extraño me ofrezca más poder solo porque me sentía débil, si lo es. Formar un equipo y volverme capitán de todos los miembros que fueron heridos, los "dejados atrás", en lugar de buscar ayuda o razonar con ellos, si lo es... Aceptar jugar un partido contra Endo, usando la piedra, llamarlo débil... menospreciar al equipo... tirar a la basura todos los logros que hicimos juntos... pisotear nuestra amistad... eso es traición... los traicionamos... yo los traicioné. Y Endo nos salvó, aún si no lo merecíamos. Nos perdonó, todos lo hicieron.

    - Eres muy fuerte Kazemaru.

    - No lo soy, ¿no escuchaste lo que te acabo de decir?

    - Si, lo escuché perfectamente. Tuviste el valor de darle la cara al equipo, a tus amigos, cuando abriste los ojos. Pediste perdón, por los errores cometidos. Y aquí estás con todos ellos. Se necesita valor para reconocer los errores y aún más para pedir perdón por ellos. Pudiste escusarte diciendo que estabas bajo el poder del meteorito, pero no lo hiciste. Ellos te perdonaron, ahora solo falta que te perdones tu mismo.

    Dulcemente le acarició la cabellera al chico, que solo se dejó mimar por su igual. Se suponía que él debería estarlo cuidando, pero de alguna manera sentía a su versión de otra dimensión mucho más maduro que él mismo.

    -Moveré mi cama – anunció Kazemaru

    Y eso hizo, jaló su cama hasta pegarla a la de su igual, luego fue a apagar la luz y se metió bajo las sábanas.

    -Así podré estar cerca si necesitas algo – le avisó.

    - Creo que lo único que quiero, es saber que pasa por esa cabeza tuya. – quería seguir con el tema de Endo, más unos golpes en la puerta cortaron la conversación. Alertando a los dos chicos, no podían culparlos luego del susto que vivieron hoy. Se supone que ya todos se habían ido a dormir.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Tsunami se encontraba en su cama viendo al techo, con los brazos cruzados tras su cabeza. El chico no dejaba de darle vueltas al día que tuvo. Estaba seguro que alguna diosa de la fortuna se apiadó de ellos.

    Chistó con enojo, dudaba que pudiera dormir bien esa noche, casi pierden a "Kazemaru". Él estaba muy consiente que el chico que casi se ahoga no era su compañero de equipo. Pero pudo serlo, pudo haber sido cualquiera de ellos. Cualquiera pudo ir a buscar hielo o cualquier tontería a la cocina, un descuido... eso fue todo lo que necesitó ese bastardo. Un pequeño descuido.

    Incluso pudo ocurrirle a alguna de las managers o peor y si a ese loco le daba por encerrar a las cuatro chicas en el congelador... ¿Quién las hubiera rescatado? Nadie se hubiera podido ir a pedir ayuda, ellas no hubieran podido contra él...

    Se sentía frustrado, ese encapuchado era como un tiburón blanco camuflado entre las olas y ellos apenas unos surfistas novatos que no habían caído en cuenta del peligro.

    - ¿Tsunami? - Salió de sus amargos pensamientos por la suave voz que lo llamaba preocupado - ¿Se encuentra bien?

    - Solo estoy algo frustrado...

    - No debería sentirse así, usted fue uno de los héroes hoy.

    - Tuve la vida de uno de mis compañeros en mis manos... ¿Y si no lograba sacarlo del congelador? ¿Qué pasa si Endo no hubiera llegado? ¿Y si yo no lograba reanimarlo?... La gente puede morir en el RCP si el que lo hace se equivoca, puedes terminar pasándole CO2 en lugar de oxígeno o si no abres bien las vías respiratorias, terminarás ahogándolo... – el surfista suspiró, se sentía derrotado - gracias por el cumplido, pero no me siento como un héroe.

    - No creo que debería de pensar así. "Kazemaru" se encuentra bien gracias a usted. Si ahora mismo se encuentra durmiendo a unas cuantas habitaciones nuestras, no dude que es por todo lo que hizo hoy.

    - Si yo hubiera sido más rápido, él no hubiera tragado agua... no le hubiera dado un principio de hipotermia.

    - Tsunami... deje de culparse – le pequeño caminó firme y se plantó frente a la cama del moreno – usted no encerró a "Kazemaru" en el congelador, usted no puso esferas que tiran agua para ahogar personas, usted no planeó lastimar a ninguno de sus compañeros. No tome la culpa por algo que no le corresponde. ¿Qué cree que hubiera pasado si en lugar de usted hubiera sido yo el que iba a la cocina?

    - Hubieras ayudado – dijo seguro el pelirosa.

    - Hubiera entrado en pánico, lo más probable es que me hubiera congelado sin saber que hacer... Lo hizo bien, usted y el capitán lo hicieron muy bien, salvaron a "Kazemaru". Se que la situación es amarga, pero celebre la pequeña victoria, seguimos todos juntos.

    Tsunami suspiro y parándose de la cama, comenzó a desordenar los cabellos del menor – Eres un gran amigo Tachimukai.

    -Suélteme... Me está haciendo daño – se quejó el pequeño castaño, tratando de huir del surfista, pero este lo abrazó del cuello y siguió despeinándolo.

    La tormenta golpeaba fuerte la ventana. Tsunami no tenía problema con la lluvia, pero cierto pequeño le tenía algo de miedo a los truenos, situación que estaba tratando de ignorar para animar a su superior.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    "Shiro" y Atsuya, se encontraban dormidos junto al único de los Fubuki que no lograba conciliar el sueño. Estuvieron conversando antes de dormir, los tres estuvieron de acuerdo en que debían estar alertas, con el enemigo tan cerca debían volverse más fuertes. Luego siguieron tocando temas más triviales, Fubuki trató de mantener viva la conversación, pero "Shiro" estaba cansado. Parece que cuando Haruna llegó a avisarles al grupo sobre la situación de "Kazemaru", algunos debieron quedarse a movilizar con calma el dispositivo, el problema era que estaban tratando de buscarle un lugar adecuado, que resultó ser sobre una viga en la pequeña caseta vieja del club. En palabras resumidas, los gemelos se quedaron haciendo maromas para bajar el aparato sin dañarlo y luego ingresar a las instalaciones sin ser vistos por las personas que abandonaban el colegio.

    Shiro Fubuki se repetía a sí mismo, que debía mantener la calma, solo era una tormenta. No había avalanchas. Nadie iba a morir...

    Miró a Atsuya que dormía con un pie sobre "Shiro", nada malo iba a pasar. No lo iban a alejar de su lado... no aún. Sabía que era temporal, que ese sueño que estaba viviendo en el que podía compartir las comidas con su hermano menor, sentarse a conversar con él antes de dormir o tener el privilegio de ver alguna de las travesuras de Atsuya era un regalo de la vida. Una oportunidad entre billones, que se le otorgó. Por tiempo indefinido, él podría fingir que eran una familia, ya no tanto gemelos, más bien parecían trillizos, pero eso era lo de menos. Él planeaba disfrutar cada segundo que tuviera junto a sus hermanos...

    Otro trueno resonó fuera de la ventana y Fubuki tembló como gelatina. Trató de calmar su agitado corazón, evitando removerse se hizo bolita bajo la sábana.

    -Solo es lluvia, ya pasará. Solo es lluvia, ya pasará. Solo es lluvia, ya pasará.

    Se repetía como mantra dentro de su cabeza, buscando calmarse. Logró serenarse un poco, y justo cuando estaba por asomarse fuera de la sábana, cayó otro relámpago. Luz iluminando la estancia, el ruido ensordecedor golpeó sus tímpanos. Rápidamente cubrió sus oídos y cerró los ojos. Deseando que terminara pronto la lluvia o por lo menos que dejara de tronar.

    Un sonido resaltó entre el típico repiquetear de las gotas contra el vidrio. Alguien llamaba a la puerta, aún temblando se cubrió con la sábana y se encaminó a la puerta. Para su sorpresa al abrir se encontró con Goenji en pijama y unos audífonos con un mp4 en la mano.

    -¿Te desperté? – cuestionó, tratando de no reírse del peligris, daba risa cubierto con la sábana como si fuera una capa.

    - No, no podía dormir. – admitió con algo de vergüenza el chico. Goenji lo había ayudado en el pasado con su fobia a los ruidos fuertes. Ya no se congelaba y comenzaba a gritar, pero eso no significaba que el trauma estuviera 100% superado.

    - Eso imaginé, toma. – le extendió el reproductor junto a los audífonos – No te preocupes por la batería, está cargado. Debería durar lo suficiente hasta que logres conciliar el sueño.

    - Gracias, no tenías que molest... - en ese momento resonó otro trueno, Fubuki se congeló un pequeño instante, pero respiró profundo antes de continuar – no tenías que molestarte. Estaré bien.

    - Igual quédatelos. Los necesitas más que yo. Buenas noches. – el goleador de fuego estaba por retirarse cuando otro estruendo volvió a llenar el ambiente, seguido por luz. Ese había caído bastante cerca.

    Fubuki sin pensarlo ya había tomado la camisa del moreno que estaba por retirarse a su habitación.

    -¿Po-podrías... quedarte a... conversar un-un rato con-conmigo? – Fubuki estaba temblando, odiaba esos pequeños momentos de debilidad que aún sufría. Una parte de su mente lo tenía claro, nada malo va a pasar. Pero también estaba esa voz interna, que nos acecha en nuestros momentos más oscuros, esa voz que no siempre logramos acallar. La ansiedad, la fobia, el miedo, cuando atacan en el escenario perfecto, la mente se bloquea y solo nos dejamos consumir por nuestros propios pensamientos.

    - Si tienen espacio para uno más, yo no tengo problema en quedarme.

    Mientras Fubuki le agradecía y le abría el paso para que ingresara a recámara, ninguno de los dos notó que los dos cuerpos sobre las camas, escuchaban toda la conversación con un ojo abierto cada uno, se habían despertado cuando Fubuki abrió la puerta. Claro que se volvieron a hacer los dormidos cuando los chicos se acercaron.

    Por suerte haber pegado tres camas, los dejaba con suficiente espacio como para cuatro personas. Fubuki y Goenji trataron de mantener la distancia con los gemelos dormidos, para no perturbar su sueño.

    La charla fue simple, Goenji le contó sobre los dos peliazules que conoció en el día, Fubuki le habló sobre una señora mayor que había conocido en el día, ella también era de Hokkaido, pero estaba de visita en la ciudad por la boda de su hijo, toda la familia era fanática del Raimon. Aunque a veces Fubuki guardaba silencio al resonar un trueno o relámpago, todo estuvo bien por un rato, pero sin saber el cómo, terminaron tocando el tema sensible del día.

    -Y Hijikata le pidió a "Kazemaru" ir por hielo... debí haber ido yo, pero llegó Yuka y dejé de prestar atención...

    - Goenji, está bien. Tu no sabías que eso iba a pasar. Hijikata o cualquiera pudo pedirle a "Kazemaru" ir por hielo, incluso pudo ir cualquier otro miembro, Kido, Hiroto, Midorikawa, Tachimukai, Kogure, yo incluso... cualquiera pudo ser.

    - Yo estuve detrás de "Kazemaru", cuestionándolo por el cambio de lugares... solo pude pensar que nuestro Kazemaru, pudo haber sido el que quedara atrapado... tal vez si yo hubiera ido, las cosas hubieran sido diferentes o si lo acompañaba, nada malo hubiera pasado...

    - Goenji – el peligris, posó una de sus manos sobre la rodilla del goleador de fuego – no te martirices pensando en todo lo que no hiciste o hubieras podido hacer. "Kazemaru" está bien. Tal vez si no iba ninguno de ustedes, incluso pudo ser alguna de las chicas o pudiste haber quedado atrapado tu...

    - No he dejado de preguntarme ¿Quién será el siguiente? Primero Toramaru, ahora "Kazemaru" ... ¿Quién sigue? – Goenji estaba frustrado con la situación – podría ser cualquiera, en cualquier momento. Tenemos que volvernos más fuertes o sino

    El goleador de fuego cortó sus palabras al ser abrazado sorpresivamente por el albino.

    -Vamos a estar bien – dijo seguro Fubuki, presionó el agarre al escuchar otro relámpago resonar en la estancia, pero eso no lo detendría – Mientras estemos juntos, mientras nos cuidemos y nos apoyemos como siempre hemos hecho. Vamos a estar muy bien.

    Al final Goenji correspondió el abrazo del más bajo. Solo se quedaron así un rato, Fubuki arrodillado abrazando por el cuello al moreno y Goenji con las piernas cruzadas abrazándolo de la cintura. Tan metidos estaban en buscar confort en el otro, que volvieron a pasar por alto, los curiosos ojitos de un par de gemelos que los espiaban fingiendo dormir.

    Atsuya se quería reír, no era burla hacia Shiro en sí, más bien quería burlarse de su verdadero hermano mayor al imaginarlo en esa situación con alguna persona. Pero como "Shiro" no ha pasado en vano una vida entera cuidando del revoltoso menor, lentamente movió su mano derecha hasta sus labios y levantando el dedo índice, lo mandó a no hacer ruido. No quería interrumpir la pequeña atmósfera al otro lado de la cama.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Kazemaru estaba sorprendido, luego de que llamaran a la puerta, él se acercó a abrir... de todas las personas que pudieron haber tocado, precisamente no se esperaba a "Fudo", en ropa de dormir.

    Tampoco es que le dio tiempo de decir algo, el chico entró como dueño del cuarto, se acercó a su copia y le revisó la temperatura. Luego masculló algo como – Si no sabes velar por ti mismo, me veré obligado a cuidarte... - y el chico se metió en la misma cama que "Kazemaru".

    Decir que el Kazemaru que abrió la puerta seguía en shock es poco... él sabía por boca de su igual, que no necesariamente este "Fudo" tendría la misma personalidad que el Fudo de este tiempo... pero se había dado cuenta de algo.

    No importa en qué línea de tiempo estemos, jamás entenderé la manera de pensar de ningún Fudo...

    Así es que lo dejó ser, resignado cerró la puerta y se dirigió a su propia cama luego de apagar la luz. Estaba cansado y "Kazemaru" no puso mucha resistencia a la forma de actuar de "Fudo", si el involucrado no se quejaba ¿Por qué debía hacerlo él?

    Se acomodó para tratar de conciliar el sueño, ignorando el hecho de que tenían las camas pegadas y aparte de su igual y él, había un "Fudo" en el cuarto. Otro relámpago cayó, iluminando por unos segundos el lugar, había caído bastante cerca por lo fuerte que sonó, nunca le molestaron los truenos realmente. El ruido de las gotas golpear contra la ventana lo atontaban, estaba por quedarse dormido, cuando la puerta volvió a sonar.

    Los tres cuerpos que se encontraban en la recámara, levantaron las cabezas y se vieron entre ellos, como eligiendo el sacrificio que saldría de la tibieza de las sábanas y caminaría por el piso frio para abrir la puerta.

    Cuando Kazemaru estaba reuniendo energía parar pararse, "Fudo" ya le había ganado el mandado. El ojiverde ya se encontraba frente a la puerta, abriéndola de golpe para encarar al nuevo intruso.

    Que resultó ser nada más y nada menos que Tachimukai.

    -Eh... ¿me equivoqué de habitación? – cuestionó el menor.

    - ¿Qué ocurre Tachimukai? – Kazemaru al final se levantó también de la cama, no sabía que podría decirle ese "Fudo" al menor.

    - Yo quería saber si... - el chico se encontraba apenado, por lo que iba a preguntar - ¿Podría dormir con ustedes? No me gustan las tormentas y generalmente Tsunami me ayuda hablando conmigo hasta que me de sueño, pero estaba tan estresado que cuando por fin se durmió, no quise molestarlo y yo...

    - Calma, vas a ahogarte de lo rápido que estás hablando – lo tranquilizó Kazemaru – creo que tenemos espacio para uno más, entra.

    "Fudo" ya había vuelto a su espacio en la cama de "Kazemaru" y ambos chicos trataron de dejar libre la cama de Kazemaru, para que se acomodaran los otros dos. Kazemaru le indicó a Tachimukai que se pusiera en el centro de la cama, él ocuparía la otra esquina.

    Ya con las cuatro personas acomodadas dentro de la cama, "Fudo" le quitó a "Kazemaru" dos de las tres sábanas que le habían puesto para mantenerlo abrigado y caliente.

    -Tienes 3 fuentes de calor en la cama, no necesitas tantas sábanas – dijo el chico, cuando lo interrogaron con la mirada.

    Tratando de ignorar la bizarra situación, los chicos comenzaron a conciliar el sueño, pero volvieron a tocar la puerta.

    "Fudo" gruñó, ya no planeaba abrir la puerta, resignado Kazemaru se volvió a parar. Esta vez el intruso era Toramaru con una almohada, el chico estaba apenado, pero su mirada cambió a una de extrañeza al ver las tres personas en las dos camas pegadas.

    -Yo... creo que mejor me voy – dijo con pesar el niño.

    - No espera – lo detuvo el velocista - ¿Qué ocurre?

    - Fudo vino a buscar a Tobitaka, porque el otro "Fudo" se había ido... bueno ya vi dónde se fue... quiero decir – rectificó el niño – me dejó solo en el cuarto y ya pasó bastante tiempo y los truenos no me dejan dormir y yo... - mediante iba hablando su tono de voz iba disminuyendo, por lo que fue imposible entender lo último que dijo

    - ¿y tu? – cuestionó Kazemaru al no entender

    - ¿Me podría quedar con ustedes hasta que regrese Tobitaka?... – el menor repitió lo que no se le habpia entendido para luego explicar sus motivos - Mi casa es pequeña, así es que mi madre y yo siempre hemos compartido el cuarto y no me siento solo cuando llueve... así es que fui dónde Goenji pero me dijo el otro "Goenji" que nuestro Goenji había salido y no sabía dónde estaba, luego fui donde el capitán, pero nadie me abrió la puerta.

    - Pasa, estaremos algo apretados, pero creo que entramos.

    Cinco personas en dos camas, "Fudo" tuvo que hacerse más cerca de la pared y se abrazó a "Kazemaru" pegándole a él, era ganar, ganar. Se hacía más espacio en la cama y le compartía calor corporal. "Kazemaru" no se quejó, solo se sonrojó un poco, Tachimukai ya más dormido que despierto se había acurrucado en el pecho de "Kazemaru", el castaño estaba siendo abrazado por Toramaru que con tal de dejarle campo en la cama a Kazemaru, no encontró mejor solución. Por último, Kazemaru resignado se metió en la esquina que le correspondía de su propia cama, esperaba no caerse en la noche, "Fudo" por lo menos estaba dándole la espalda a la pared, al contrario de él que sí podía caer al piso.

    Al final terminó abrazando a Toramaru también, le serviría como ancla para no caerse de la cama.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    De regreso al cuarto de los Fudos, estaba Tobitaka conversando con el ojiverde. Tal como había dicho Toramaru, Fudo aprovechó el abandono de su compañero para hablar con el pelimorado, sin ninguno de los dos Kidos merodeando. No estaba seguro cuál de los dos estrategas lo ponía más de los nervios, el que sabía el secreto o el que trataba de averiguarlo.

    Otro punto más a su dolor de cabeza. Pero bueno, mejor aprovechar el tiempo.

    - ¿Qué averiguaste? – directo y simple, exigía respuesta.

    - Suzume escuchó rumores, pero nadie quiere decir nada concreto. Dicen que el sujeto usa una máscara y que su objetivo es hacerse con los barrios bajos. Parece que va a los diferentes territorios de las bandas, reta al líder junto a todos sus subordinados. Dice Suzume, que él solo ya ha acabado con 5 pandillas, incluyendo la de Karasu. Lo peor, es que todas las pandillas a las que ha atacado, terminan deshaciéndose. Pero nadie ha querido decir el por qué.

    Tobitaka estaba fastidiado, el idiota de Karasu había tenido las pelotas de irlo a buscar, cuando estaban por enfrentarse a los Leones del Desierto. Luego de ese incidente, había investigado un poco sobre él. Era fuerte, arrogante y le gustaban las motocicletas... en un inicio estaba solo y luego consiguió seguidores, aunque fue vencido por Suzume y el resto de su pandilla, el tipo se volvió famoso por buscarle pelea a los chicos del Raimon.

    -Eso está raro... las pandillas siempre están peleando, a veces se gana, a veces se pierde. No me trago esa de que, por un tipo nuevo, se deshagan tan fácilmente.

    - Yo tampoco lo encuentro lógico. Pero sea lo que sea que esté haciendo ese sujeto, debemos movernos con cuidado. Suzume, me informó que Karasu quiere reunirse conmigo mañana, parece que quiere advertirme de algo.

    - Que fastidio – Fudo se quejó – como si ya no fuera suficiente con un encapuchado tras nuestras cabezas. Ahora hay un tipo tocando las pelotas en los barrios.

    Fudo y Tobitaka terminaron rememorando el día del castigo del entrenador. Todo era normal, estaban entregando las órdenes. Eso era mentira, la realidad era que fingían entregar órdenes tranquilamente, ambos chicos estaban alerta. Los habían estado siguiendo desde hace rato. No sabían de quién era la presencia de la persona que los perseguía, pero no creían que tuviera buenas intenciones. Tratando de emboscar a su espía, ambos se dirigieron a una zona relativamente apartada, Fudo fue por un lado y Tobitaka por el otro, el objetivo era interceptar a su perseguidor en medio de un callejón.

    El plan les resultó, pero en lugar de un rostro al que reconocer, el individuo portaba una máscara roja.

    El enmascarado estaba quieto en medio del callejón, ni siquiera estaba en guardia, solo estaba parado ahí, hasta parecía que se burlaba de ellos.

    Por más que Fudo le cuestionó sobre sus intenciones, el sujeto no respondió. Ya cansado de no conseguir nada y viendo que era inofensivo, Tobitaka le dijo a Fudo que mejor se fueran, no tenían tiempo para perder.

    No contaron con el siguiente movimiento del enmascarado, de una patada ya estaba Tobitaka en el piso sujeto por una llave y con un cuchillo amenazando o cerca del cuello. Fudo le lanzó un puñetazo para apartarlo del cuello de su compañero, pero fácilmente el tipo lo sujetó y lo lanzó contra una pared. Aprovechando que veía a Fudo, Tobitaka pateó hacia su estómago, el chico de la máscara dio unas piruetas hacia atrás alejándose del golpe, quedando al otro lado del callejón completamente ileso.

    En ese momento resonaron los pasos de una cuarta persona ingresando al estrecho y oscuro lugar. "Kido" había visto el extraño caminar de los chicos y llamado por su instinto los había seguido. Tuvo un pequeño lapso de shock al ver a Tobitaka en el piso con un cuchillo cerca de su cuello, cuando Fudo fue arrojado a la pared fue que pudo reaccionar y rápidamente se acercó. Aunque no había terminado de llegar junto a los otros dos cuando una fuerte ráfaga de viento corrió en el lugar, al instante siguiente el chico de la máscara roja había desaparecido...

    Los tres estuvieron de acuerdo en no involucrar a nadie más, bastantes problemas ya tenían con un chico misterioso, como para ahora añadir otro a la lista. Fudo y Tobitaka le dijeron a "Kido" que no se metiera, ellos se encargarían ya que el sujeto presentó un interés particular en ellos y se fue con la llegada del estratega.

    Cuando regresaron a la concentración, Tobitaka se puso en contacto con Suzume para que averiguara lo que pudiera.

    El susto lo pasaron esa madrugada con lo que le ocurrió al restaurante de la familia Utsunomiya, ambos rebeldes habían creído que fue obra del chico de la máscara... por eso Tobitaka había insistido en acompañar a Goenji y al entrenador cuando fueron a buscar a la pequeña familia. Mientras un paramédico los atendía, Tobitaka recorrió la zona, pero no encontró nada.

    Un fuerte relámpago resonó, sacando a ambos de su ensimismamiento. Tobitaka dio las buenas noches y finalmente se regresó a su habitación.

    Fudo se acomodó en su cama... meditó un momento si debía quedarse esperando la llegada de su compañero de habitación, pero inmediatamente lo descartó. Su igual podía cuidarse solito. Se envolvió entre las sabanas y esperaba a Morfeo, pero tenía un problema.

    Hacía frio... Fudo odiaba el frío...

    Y en ese momento tuvo una idea, se levantó de su cama, tomó su almohada y se encaminó a una recámara diagonal a la suya.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    A la mañana siguiente por fin había cesado la lluvia, el amanecer llegaba y el sol calentaba todos los lugares que tocaban sus rayos. Uno de esos rayos se filtró por una de las ventanas cayendo justo sobre los ojos de Tsunami Jousuke, el surfista comenzó a fruncir el ceño hasta que fue imposible ignorar el resplandor y terminó abriendo los ojos.

    Como todas las mañanas se desperezó y estiró aún con las sábanas sobre él.

    -Buenos días Tachimukai – saludó como siempre hacía, desde que compartía habitación con el pequeño castaño. Solo que, a diferencia de otros días, no recibió un saludo de vuelta.

    Extrañado, ya que el portero siempre despertaba antes que él y le devolvía el saludo, dirigió su vista hacia la cama del contrario encontrándola vacía.

    Toda la flojera que tenía su cuerpo recién levantado se fue en un instante. Juró que su corazón se detuvo, para luego golpear fuerte y rápido, se paró asustado y comenzó a llamar a Tachimukai, quitó las sábanas y buscó bajo la cama, pensando que le quería jugar una broma.

    No estaba...

    ¿Y si algo le pasó?

    ¿Y si mientras él dormía el sujeto que atacó a "Kazemaru", le había hecho algo a su pequeño compañero?

    Asustado salió de su cuarto casi tirando la puerta en el proceso y cuando iba a empezar a gritar para alertar a todos, de frente se encontró a Haruna la chica le pidió que hiciera silencio y cuando le iba a decir sobre el desaparecido, resonó la puerta de otro cuarto, por el pasillo vio como salía Tobitaka igual de asustado que él.

    Ambos fueron calmados por Haruna, que se encontraba con la puerta abierta en el cuarto de los Kazemarus. La chica les pidió que hicieran silencio y se acercaran...

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Haruna estaba segura de lo que pasaba por la cabeza de esos dos. Aunque luego de lo que le pasó a "Kazemaru", no los culpaba, lo más probable es que todos estarían ariscos por un tiempo.

    Ya con los dos mayores viendo lo que ella veía, los escuchó suspirar y relajarse. Sinceramente, Haruna había subido a petición del entrenador, le pidió que fuera a revisar el estado de "Kazemaru", pero si aún estaba dormido era mejor dejarlo descansar un poco más, había tocado la puerta esperando que los chicos ya estuvieran despiertos, pero al no recibir respuesta terminó abriendo y llevándose una sorpresa.

    Los cinco chicos que descansaban dentro de la habitación se encontraban abrazados, posiblemente buscando calor por la fría noche. Haruna aprovechó e hizo una foto. Fue en ese momento que los mayores habían salido de sus habitaciones con cara de espanto. De seguro se asustaron al no encontrar a sus compañeros de cuarto, por eso los invitó a acercarse.

    Pensaba cerrar la puerta y dejarlos dormir un poco más, pero en ese momento se escuchó el grito asustado de su hermano. Claro que ese grito terminó despertando a los cinco chicos durmientes y al resto de los durmientes miembros del equipo. Todos salieron apurados a ver qué ocurría.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    En el cuarto de los Kidos, todo estaba en completa calma, solo se escuchaba la tranquila respiración de los que descansaban en las camas.

    Kido sintiendo los rayos del sol entrar por la ventana, trató de girarse para evitarlos. Pero un peso extra detuvo su intento... ¿Qué?

    Abriendo los ojos extrañado, encontró un brazo sobre su estómago... ok, eso no era suyo.

    Volteó hacia la derecha encontrándose con un mechón de cabello chocolate con mechas blancas... Fudo estaba en su cama... Fudo estaba durmiendo en su cama... ¡¿Cómo se metió Fudo a su cama?!

    El muy razonable Kido Yuuto, conocido por sus estrategias, por mantener la cabeza fría y planificar cada uno de sus movimientos... no pensó que era de mañana y que la gente dormía, cuando desde el fondo de su garganta gritó despertando a los de la habitación.

    - ¡¿Cómo entraste aquí?!

    "Kido" quedo en su cama sentado por el susto, volteó hacia la cama de su igual preocupado por él. Pero cuando vio a Fudo, solo suspiró y se palmeó la frente.

    Por su parte, Fudo también despertó por el grito, pero al contrario del otro estratega, solo abrió los ojos y dirigiéndole una mirada cansada a Kido, respondió – Por la puerta ¿Cómo más voy a entrar?

    - ¡Sal de mí cama!

    En ese momento la puerta fue abierta por un preocupado Haizaki, con el resto de los equipos tras él igual de preocupados.

    Se formó un incómodo silencio, mientras se veían las caras los unos a los otros. "Kido" seguía con la palma sobre su frente, Fudo no tenía intenciones de moverse, Kido estaba rojo por la vergüenza y todos los que estaban en la puerta no sabían que pensar.

    -Ya que todos están despiertos, pónganse ropa y bajen a la sala de juntas. Tenemos que hablar. – Y como siempre llegó Kudo, poniendo orden. Realmente el entrenador escuchó el grito y subió a ver, pero cuando cayó en cuenta de que no era nada grave, volvió a su faceta estoica de siempre.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Ya con todo el mundo aseado y desayunado en la sala de juntas. Los equipos esperaban que Haruna terminara de conectar la computadora al proyector, mientras Kudo pasaba los archivos que necesitaba de su memoria portátil.

    Al final se formó un silencio en la sala, cuando el proyector por fin conectó y lo primero que se mostró en pantalla fueron imágenes de los dos atentados que habían sufrido. Específicamente la puerta del restaurante de la familia Utsunomiya y la puerta del congelador tirada, ambos con la frase "Los Observo".

    -Como saben actualmente estamos bajo una situación que se sale completamente de nuestras manos, no tenemos información sobre nuestro enemigo. Desconocemos su actual ubicación, no tenemos datos sobre sus habilidades, no conocemos sus recursos. Contrario a él, que sabe que nos encontramos en el colegio y debe tener suficiente información sobre ambas líneas de tiempo. El Sr. Raimon está al tanto de lo que ha ocurrido ayer – dijo dirigiendo su mirada a "Kazemaru" que se encontraba sentado en la primera fila – desde que nuestros invitados llegaron, se mandaron a construir unas instalaciones aisladas de la ciudad, cuya localización permanecerá en completo secreto hasta que sea el momento de trasladarnos. Actualmente tenemos la leve protección de estar bajo el ojo público, eso evita un ataque grande según a considerado Canon, parece que el gobierno del futuro no puede permitir que se sepa de sus intervenciones en el tiempo... también se habló sobre los avances en el dispositivo de protección, necesito saber si podremos contar pronto con este.

    - Así es entrenador – dijo Canon subiendo al pequeño podio – luego de lo que ocurrió ayer, he pedido que, a más tardar hoy, vengan con el APX. Incluso si no traen todos los equipamientos extras o información que pensaban enviarme. Si ustedes están aquí hoy, es por mi causa – refiriéndose a los chicos de la otra línea de tiempo – lo que pasó ayer, fue imperdonable. Yo debería velar por la seguridad de ustedes. Y eso haré.

    - Bueno, otro tema a tocar hoy, es informarles que, para seguridad de sus padres, todos serán sacados del país. El director ha logrado que los acojan en un hotel en el extranjero y serán fuertemente resguardados por una agencia de seguridad. El director, tiene la preocupación que al igual que con la Sra. Utsunomiya, cualquier otro familiar de ustedes pueda ser objetivo de nuestro perseguidor, con tal de causar daño. Sabemos que el principal objetivo son todos ustedes, por eso creemos que al alejar a sus padres, podremos tener un terreno más pequeño, constantemente controlado, siempre que sepamos la ubicación de todos. Esperaremos a más tardar hoy, por los refuerzos de Canon. Si no conseguimos esa ayuda, el colegio será cerrado y custodiado por agentes de seguridad. Por último, se me ha informado de que se tenía planificada una entrevista en un parque de diversiones. Una cadena de televisión local ha solicitado que Endo, Kido y Goenji, sean los invitados. Debemos fingir normalidad, porque no queremos llamar la atención, por eso hemos aceptado la entrevista. Al ser fuera del colegio, no afectará ninguno de los planes internos que tengamos. ¿Alguna pregunta?

    - ¿Esa entrevista no será una trampa del encapuchado del futuro? – razonó Kido, preocupado de que fueran a meterse a la boca del lobo.

    - También lo pensamos, pero hemos descartado la idea. Luego de que retornaran al país de la isla, el director fue contactado por el dueño de la cadena de televisión, parece que fueron amigos de la preparatoria. Asumiendo el tiempo en que fue atacada la otra línea de tiempo, creemos que un hecho no se relaciona con otro.

    - Parece que está bien Kido – dijo Endo, tratando de apaciguar el ambiente que estaba algo tenso.

    - Lo único que debemos hacer es permanecer alerta, estaremos los tres juntos – dijo Goenji – deberá tener mucho valor para atacarnos de frente y con una cadena de televisión filmando.

    - Es verdad – dijo Canon – no creo que se valla a exponer, debe permanecer en secreto los movimientos del futuro, porque podría ser detectado y el gobierno estaría en problemas.

    Luego de eso, el ambiente fue más relajado. Los chicos estaban conversando sobre la entrevista y molestando a los tres involucrados. Algunos se retiraron a sus propias actividades, como Tobitaka que le había informado al entrenador que tendría una pequeña reunión más tarde, pero no sería lejos del colegio y prometió permanecer alerta. El trio de Fubukis también se retiró, parece que irían al campo a entrenar. Dos velocistas también tomaron rumbo, iban a correr sus vueltas diarias, los dos pelicelestes eran seguidos por "Fudo". Luego estaba Fudo, que salió parece que siguiendo a "Fudo". Kido que hablaba con Goenji, no pudo evitar seguirlos con la mirada, pensando en si seguirlos o no, pero fue Aki quién aclaró que no podía irse. Había llegado la camioneta de la cadena de televisión, solo estaban esperando al Break Trio, para ir al parque.

    -Casi lo olvido – informó Kudo – han solicitado que utilicen los uniformes de la selección japonesa, Fuyupe ya debió dejarlos en sus habitaciones, vallan a cambiarse.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Eran las once de la mañana y cada quién estaba en su propio mundo, Hiroto y Midorikawa, habían estado entrenando junto a sus otros yo, había sido interesante comparar técnicas y lidiar contra sus fortalezas, aprovecharse de sus propias debilidades. Ahora los cuatro chicos, estaban en la sala hidratándose y descansando un poco de los rayos ultravioletas, luego de la tormenta de ayer, el sol brillaba con todo lo que tenía reafirmando su posición como astro rey.

    Los dos peliverdes aburridos de no hacer nada, pero cansados luego de entrenar, se les ocurrió buscar el canal de la entrevista del trio más famoso del Raimon, después de todo la entrevista sería transmitida en vivo.

    Cuando por fin encontraron el canal, entraron el trio de Fubukis, Fudo, Asuto, Haizaki y "Hiroto", también. Todos ellos habían estado entrenando, pero el sol comenzaba a pegar fuerte y era hora de un pequeño descanso. Curiosos por ver la entrevista, también se acercaron, después de todo no había nada mejor que hacer. Canon estaba afuera con los Kazemarus, "Fudo", Someoka, Tsunami y Tachimukai, esperando por la llegada de los refuerzos... o lo que sea que esperara Canon. Hijikata estaba atendiendo una llamada de sus hermanos, Kogure de seguro estaba planeando su próxima travesura, Tobitaka aún no regresaba, nadie sabía dónde estaba "Kido", tampoco sabían dónde estaría "Goenji" y "Endo" era el único que seguía bajo el sol abrazador, haciendo su clásico entrenamiento de parar llantas.

    En la tele se transmitían comerciales, todos esperaban pacientes que retomaran la programación, había una señora hablando sobre un nuevo osito que prendía luz si tocabas su pancita esponjosa. Haizaki estaba concentrado viendo el oso, mientras "Hiroto" que captó su interés se aguantaba la risa, luego se burlaría de él. Y justo cuando iban a mencionar el precio del oso, el comercial fue cortado apareciendo un reportero de la cadena televisiva.

    -Para los que acaban de sintonizarnos, les habla Toomura Kaishi. Estamos en vivo desde el parque de diversiones Magic Land, donde hace unos instantes la montaña rusa en la que se subieron nuestros compañeros de la cadena, junto a tres de los miembros de Inazuma Japón, ha sufrido problemas técnicos. Como pueden ver detrás de mí, los vagones se han quedado parados de cabeza en una de los giros que realiza la ruta, estamos aquí junto al dueño del parque. ¿Qué nos puede decir sobre esta penosa situación y cuándo arreglarán la montaña rusa?

    -No deben preocuparse – comentó un regordete hombre mayor, el señor tenía una mirada amigable y arrugada por el paso de los años, pero se notaba que amaba su trabajo – el sistema de seguridad es anti fallos, apenas solucionen los problemas podrán bajar, sin ninguna preocu – pero el señor se cortó al escuchar los gritos de pánico que soltó la gente que veía hacia la montaña, mientras algunos señalaban gritando.

    El carrito en el que estaba la reportera y su camarógrafo, estaba bien. Pero el carro donde viajaba el Break Trio, era otra historia.

    Los seguros se habían abierto de un momento a otro, Kido se sostenía con su brazo anclado a la barra de seguridad, mientras Goenji había logrado agarrarla apenas. El verdadero terror era Endo, que era sostenido en cada brazo por sus amigos.

    Correcto, ni Kido, ni Goenji, podían sujetarse con dos brazos al anclaje, debían aguantar solo con uno, ya que ambos tenían sujeto a Endo, que no había logrado sostenerse ni de las barras de seguridad ni de nada, casi cayendo al vació, de no ser por el rápido actuar de sus amigos.

    La reportera gritaba asustada, al camarógrafo se le había caído la cámara del miedo.

    En tierra Toomura comenzó rápidamente a narrar lo que pasaba, la gente gritaba horrorizada, el dueño del parque había corrido a dirigir a los equipos de seguridad del parque, algunas personas menos sensibilizadas gravaban con sus teléfonos lo que pasaba.

    Y la sala... la sala había pasado de exclamaciones de espanto a completo silencio, solo se escuchaba gritar al reportero, todos estaban pasmados por lo que vieron en apenas unos minutos. El primero en reaccionar fue Fudo, que salió corriendo fuera de la sala...

    Continuará...

    23 páginas... 7322 palabras, nuevo record. Este capítulo no dejaba de extenderse, sentía que no llegaba al final... de hecho no lo terminé, por eso este capítulo es parte 1.

    ¿Les gustó?

    Como siempre, cuéntenme su parte favorita.

    Mi parte favorita, pues mi bello "Fudo", cuidando a "Kaze". A su manera claro está.

    Bueno, creo que no tengo nada más que decir.

    Si les gustó no olviden dejar sus votos y comentarios.

    Nos leemos, hasta la próxima...
  11. .

    DEBILIDAD



    Espacio en el Tiempo: Clasificado.

    Ubicación: Clasificado.

    Operación: J.A.R.E.T.

    Nivel de Seguridad: Máximo.

    Director: Clasificado.

    Sujeto de Experimento: Ichihoshi Hikaru.

    Información del sujeto: Trastorno de personalidad múltiple...

    .

    .

    .

    Esta y más era la información reflejada en la pantalla del ordenador que tenían a disposición un grupo de cinco científicos. Algunos con tabletas en mano, otros con papeles analizando resultados. Todos los presentes en la sala discutían la siguiente acción a tomar, ignorando los gritos de dolor que profería un peliazul atado a una mesa clínica localizado tras una pared de cristal en una sala sellada.

    -Tres días dedicados exclusivamente a él y aún no logramos controlarlo. – se quejaba uno de los científicos, era el más joven en la sala.

    - Ten paciencia, ya lo lograremos – le respondió uno de los superiores, el sujeto era calvo, pero con prominentes cejas chocolates – cuando pierda completamente la cordura, será una hoja en blanco a nuestra completa merced.

    - Hay que admitirlo. Los renacuajos han dado pelea. – respondió otro de los científicos jóvenes presente. El chico tenia el cabello violeta oscuro. Tenía una marca morada en la mejilla, se notaba que el golpe aún estaba sanando.

    - Sigue repitiéndote eso hasta que te sientas mejor – le respondió, el científico joven del inicio. – El chiquillo te dejó inconsciente de un solo golpe.

    - Ya basta ustedes dos. – respondió el más viejo del lugar. – Tienen mucho que aprender. Se metieron en una de las celdas, no neutralizaron a ninguno de los niños, desobedecieron las indicaciones directas que les dimos sobre ganarse su confianza. Lo que hicieron no tiene perdón. El único motivo por el que no los han sacado del proyecto, es por el reducido personal que tenemos y...

    El regaño del anciano hacia sus pupilos se vio interrumpido por la llegada de un general. Con ceño fruncido y fuerte pisar entró firme a la pequeña habitación e imponiendo su autoridad, demandó detener la corriente y los líquidos que ingresaban al cuerpo del menor tras el cristal.

    Rápidamente el grupo de cinco vestidos con impecables batas blancas, presionaron botones y teclearon códigos. El menor dejó de gritar al detenerse todo, solo se escuchaba ahora su fuerte sollozar. El general se acercó a la pared de cristal dedicándose un momento a escanear al pequeño cuerpo que lloraba pidiendo piedad, las muñecas y los tobillos lastimados luego de pelear y retorcerse contra las cuerdas a cada corriente eléctrica emitida al ser carente de libertad. En los brazos había agujas que introducían líquidos, uno rojizo que evitaba que perdiera el conocimiento, otro azul que hacía su cuero mucho más sensible al dolor, otro verde que era curativo... este último permitía subir el voltaje sin sufrir ningún daño en sus órganos internos.

    Ichihoshi estaba demasiado cansado como para notar la mirada que el general le dirigía a su casi desnudo y magullada persona, apenas era cubierto por un pequeño pantalón de tela negro, él solo quería ir a casa.

    -Dame el micrófono – solicito el general, rápidamente el chico de pelo morado le acercó el pequeño aparato electrónico y presionando el botón el general se dirigió al niño, igual que el día anterior – Ichihoshi ¿Quién eres?

    - Nnn-no... no, no por favor no... - comenzó a suplicar el niño, esa voz se había aparecido varias veces en el tiempo que tenía ahí amarrado y siempre con la misma pregunta. Siempre con el mismo resultado.

    - Ichihoshi, responde ¿Quién eres? – volvió a preguntar la voz, pero mucho más firme que al inicio. El peliazul temblando por lo que sabía que iba a suceder, respondió entrecortado.

    - N-no lo... no lo sé – rápidamente cerró los ojos e inhaló fuerte, preparándose para lo que venía. – Mit-mitsuru... soy Ichihoshi... Mitsuru...

    - Respuesta equivocada – el general apagó el micrófono – comiencen el castigo.

    La demanda fue inmediatamente acatada. El científico de mayor edad en el cuarto levantó una pequeña taba de cristal, que resguardaba un botón negro. Tomó un segundo antes de presionarlo apiadándose del chico. Pero sin importar cuanto pesar pudiera causarle la situación, los años de experiencia le enseñaron a obedecer las órdenes, desobedecer significaba que su familia pagaría los platos rotos.

    El botón fue presionado, al instante de la pared salieron disparadas dos agujas conectadas a pequeñas mangueras, se clavaron en la pantorrilla del menor de edad que nada pudo hacer para evitarlo, más que quejarse por el dolor. Pero la queja fue nada en comparación a los gritos de agonía que vinieron después. Una sustancia negra se introducía en le pequeño cuerpo, esta contenía nano tecnología que calentaban y dilataban la sangre del niño. En palabras simples, Ichihoshi sentía lava correr por todo su cuerpo.

    Todos en el cuarto se hicieron de la vista gorda, ante la mirada de satisfacción del general observando al pequeño retorcerse...

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Tsunami estaba desesperado, en menos de una hora había terminado realizando una reanimación cardiopulmonar a uno de sus compañeros. Hijikata solo le pidió que fuera a buscar hielo porque "Kazemaru" se estaba demorando, inocentemente creyó que solo estaba conversando con las managers y se le fue el tiempo. No esperaba que estuvieran en problemas.

    Pero en su mente le dio las gracias en algún momento a Hijikata por mandarlo, no estaba seguro de que muchos de sus compañeros supieran los pasos del RCP, puede que Goenji si por su padre. Siendo sincero él aprendió a la fuerza, su madre lo obligó a tomar un curso sobre guarda vidas en la playa, por si algún día alguien necesitaba ayuda...

    Nunca creyó aplicar los conocimientos tan lejos del mar, menos con un compañero de equipo de otra dimensión que había quedado atrapado en un congelador que se estaba llenando de agua.

    Apenas lo sacaron de la cocina, lo subieron a la mesa para mayor comodidad. Dentro del congelador habían unas esferas extrañas que aún no dejaban de tirar agua, la cocina estaba completamente encharcada y poco le faltaba al comedor para estar igual.

    23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30 compresiones en el pecho, Tsunami levantó la barbilla de "Kazemaru" y acercó su mejilla a su boca...

    Nada, seguí sin respirar. Con sus dedos tapó la nariz del peliceleste, tomó aire y cubriendo totalmente la boca del atleta le dio dos respiraciones.

    Aún nada, volvió a las compresiones.

    Mientras repetía el proceso, escuchó el estruendo en la entrada del comedor. Lo ignoró, el no tenía tiempo para ver que pasaba en su entorno. Escuchó el chapoteo de pasos acercándose y sin levantar la vista, volvió a pasarle aire a "Kazemaru".

    Seguía sin conseguir resultados.

    -Vamos "Kazemaru", logramos sacarte. No te rindas aquí. – pensaba Tsunami, treinta compresiones más fueron hechas. Volvió a cubrir los labios del chico y al segundo intento de pasarle aire, sintió como este se devolvía con fuerza. Rápidamente se alejó del velocista que comenzó a toser sacando el agua.

    -¡ "Kazemaru"! – se escuchó el grito de todos los aliviados, acercándose aún más al nombrado. Mientras Tsunami lo ayudaba a incorporarse para que respirara con calma.

    - ¿Qué... - otra tos fuerte – pasó?

    - Perdona, demoramos en sacarte. – se disculpó Tsunami.

    - ¿Cómo te sientes? – preguntó Endo preocupado.

    - Tengo... frio – "Kazemaru" tenía la vista cansada, la respiración era lenta y pesada. Antes de que alguno saliera corriendo a buscarle algo. Una capa roja fue extendida sobre el chico que aún estaba en los brazos de Tsunami, "Kido" ya estaba junto a su amigo revisándolo y tomándole la temperatura.

    "Kazemaru" estaba helado. Los demás no estaban muy claros de como proceder ante la situación que tenían entre manos.

    -Necesitamos un botiquín, hay que tomarle la temperatura y luego monitorearla. – "Kido" tomando el control de la situación empezó a dar órdenes.

    -Yo lo busco – dijo Haruna para salir corriendo rumbo a la enfermería que tenían.

    - Alguien avísele al entrenador Kudo sobre esto – dijo "Kido" envolviendo mejor al velocista con su capa.

    - Fuyupe fue a buscarlo, pero aún no regresa – le respondió Natsumi.

    - En ese caso, esperemos por ella. – continuó el estratega – lleven a Endo a la enfermería, hay que revisar ese golpe.

    Endo resignado, fue llevado por Aki. Mientras salía su mirada se conectó con su compañero de equipo, Kazemaru tenía una mirada de angustia, Endo le sonrió para tranquilizarlo y terminó de salir del lugar.

    - Alguien trate de detener el agua... y hay que secar este lugar. – continuó el chico de rastas. – puede causar un accidente si alguien se resbala.

    - Hay unas cosas raras. Eso es lo que está tirando agua y no han parado – se quejó Tsunami.

    - Iré a revisar – dijo Canon, encaminándose a la cocina.

    - Voy con él – dijo Asuto – no creo que sea buena que nadie se quede solo.

    - Iremos por trapeadores – dijo "Midorikawa", jalando a Tatsuya con él.

    - Ahora vengo – dijo "Hiroto".

    - ¿Piensas escaparte de limpiar? – lo cuestionó Haizaki. Si a él lo iban a obligar a secar el piso, más le valía a ese intento de dios ayudar también.

    - Voy a revisar el lugar. Nadie más aquí tiene mi cara, el tipo que nos atacó debe estar detrás de esto y si ese encapuchado se encuentra aún en el colegio – dijo el chico con una mirada siniestra – pienso aplastar mi pie contra su cara.

    - Necesitarás ayuda – con eso ambos rebeldes se retiraron del comedor. Ellos tenían la facilidad de no tener copias, podían mezclarse entre la gente y nadie lo notaría. Luego de eso "Kido" continuó mandando a los pocos presentes que quedaban.

    - Debemos calentarlo, hay que llevarlo a la habitación. – "Kido" se alejó de la mesa, esperando a que alguien levantara a "Kazemaru", tras él había tres personas muy ansiosas. Pero al final fue Tsunami, el que cargó al chico, que se apenó por ser llevado de princesa. Con la piel pálida a causa del frio, el sonrojo le resaltó mucho más.

    "Goenji", "Endo" y "Fudo", retrocedieron ante Tsunami que pasaba junto a ellos cargando a "Kazemaru" envuelto en la capa de "Kido". Aunque sonó un gruñido de frustración y dos suspiros.

    -Busquen mantas extra, también necesita un cambio de ropa. – los tres chicos subieron corriendo las escaleras a buscar mantas extra. Kazemaru subió junto a Tsunami cargando al herido y "Kido". El velocista que seguía en pie, les abrió la puerta y se dirigió a los cajones a buscar algo de ropa. "Kido" y Tsunami salieron y cerraron la puerta esperando fuera de la recámara, aguardando que el chico se cambiara, mientras su igual lo ayudaba.

    Los dos guardias en la puerta, detuvieron a "Endo" y "Fudo" que les querían pasar por encima con tal de ver al peliceleste. "Goenji" era el único que se estaba tomando la espera con calma.

    Escucharon pasos por las escaleras, venían apurados. Por ella se asomó el entrenador Kudo, junto a él venía Fuyupe agitada luego de buscar a su padre por todas partes y tras ellos venía Haruna con el botiquín en mano.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    En la cocina, Canon había logrado desactivar las "esferas del mal", como las había nombrado Asuto. Ambos chicos ahora estaban mojados también, pero por lo menos ya estaba regresando la calma. "Midorikawa" y Tatsuya habían llegado hace un momento y se habían puesto a trapear el piso. Iban a demorar un buen rato en deshacerse de toda el agua.

    Canon dejó las esferas en una de las mesas del comedor y se acercó a inspeccionar la puerta. El lado izquierdo era el que les permitió a los chicos sacar a "Kazemaru" del congelador, este estaba torcido hacia el interior, las bisagras estaban rotas. El centro de la puerta estaba bastante deformado, se notaba que fue el punto de impacto principal de los balonazos, o eso asumió Canon al ver un balón de futbol desinflado flotando cerca de la puerta.

    Lo que más llamaba la atención, era el hecho de que el lado derecho de la puerta estaba casi entero. No tenía sentido, la manigueta de la puerta estaba tirada a unos cuantos metros, él sabía que algunos congeladores llegaban a tener candados, pero ese no lo tenía.

    Canon comenzó a teclear en el pequeño aparato que tenía en su muñeca, mientras Asuto lo observaba realizar el mismo proceso que hizo para hacer que las esferas dejaran de tirar agua. Solo que, a diferencia de la vez anterior, en el que Canon terminó apuntando un pequeño laser que salió de la pulsera. Ahora había salido varias luces verdes. El bisnieto de Endo estaba escaneando la puerta.

    Asuto se acercó a él al finalizar el proceso, estaba curioso de los resultados arrojados.

    - ¿Qué encontraste? – cuestionó el peli negro.

    - La puerta en si es normal, pero parece que fue reforzada.

    - ¿Reforzada? Eso tomaría mucho tiempo... - Asuto se estaba imaginando de manera cómica a un encapuchado con cuernitos soldando la puerta, para darle resistencia.

    - Si, reforzada. Nosotros en el futuro, tenemos un endurecedor líquido. Creo que se lo aplicaron a la puerta, si estaba en spray no necesitaría más que unos pocos minutos para cubrir toda la superficie.

    - Ustedes están muy avanzados. – dijo Asuto asombrado. Canon se encaminó al comedor saliendo de la cocina y peli negro lo siguió de cerca, esperando que él continuara con la explicación.

    - Si, pero el endurecedor, no explica que la puerta aún esté en su sitio. Debieron haberla podido tirar, pero sigue sujeta al marco – Canon seguía tecleando en la pulsera. Curiosos por lo que contaba el de banda rojiza. Un pelirrojo y un peliverde se acercaron también para escuchar sobre la puerta.

    - Aquí está – dijo Canon asombrado de lo que encontró. Los chicos curiosos, observaron como se formó un pequeño holograma que salía de la pulsera. – Esto que ven aquí son unos imanes. Muy potentes debo decir, lo que se une con ellos es casi imposible de separar. – el holograma mostraba un pequeño objeto, casi que tenía el tamaño de una moneda.

    - Y pusieron los imanes en el marco y en la puerta – dijo Tatsuya entendiendo.

    - Pero eso no tiene sentido – dijo "Midorikawa" – si puso los imanes desde el inicio ¿cómo pudo "Kazemaru" abrir la puerta para entrar al congelador?

    - Porque no son imanes cualquiera. Son imanes electromagnéticos. – Canon tocó algunos botones y el holograma comenzó a cambiar mostrando las ondas cambiantes. – Están mejorados por científicos de nuestro tiempo, si quisiéramos hacer eso mismo aquí, necesitaríamos utilizar cables y una fuente que produzca corriente eléctrica. Pero estos que colocaron, funcionan perfectamente mediante corrientes emitidas por ondas. Para que "Kazemaru" abrirá la puerta no abría ningún problema en colocarlos, mientras no se les activara con corriente solo son imanes con la fuerza de los que colocas en la nevera. Pero cuando la cerró debió activar la corriente y...

    - Y ¿Qué? – cuestión "Midorikawa", al ver que la expresión alegre que Canon tenía mientras les explicaba, desaparecía para volverse una de espanto.

    - Y debió quedarse cerca para emitir las ondas y que estos permanecieran pegados...

    Los chicos no tuvieron tiempo de decir nada más. En ese instante se escuchó el estruendo de la puerta caer. Corrieron a la cocina encontrando la puerta tirada, con un mensaje escrito con marcador.

    "Los observo"

    No había nadie, abrieron los cajones, las alacenas. No encontraron nada.

    Tatsuya salió corriendo fuera de la cocina, iba a buscar a "Hiroto" y Haizaki para avisarles que sus sospechas eran ciertas, el encapuchado seguía en las instalaciones.

    Por el pasillo se comenzó a escuchar el alboroto de los chicos de esta línea de tiempo. Cada vez se acercaban más los pasos, cuando por fin los chicos se asomaron en la cocina, casi se chocaron con Tatsuya que iba de salida y viendo el desastre que había, no dudaron en preguntar.

    -¿Qué ocurrió?

    Los presentes solo se miraron entre ellos, al final Tatsuya fue el valiente que comenzó a contarles lo que ellos lograron ver y lo que les contó Haruna.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Estaba atardeciendo, pero en lugar de una bella puesta de sol había nubes que cubrían el cielo, hace un momento se habían comenzado a escuchar truenos y a la lejanía se veían relámpagos.

    La actividad que realizaron los chicos en la tarde no fue terminada por la falta de hielo, ya que al final nadie lo llevó. Sino que había caído una pequeña llovizna y aunque esta terminó el cielo amenazaba con un torrente de lluvia. Las personas se despidieron de los chicos y rápidamente regresaron a sus casas.

    Los miembros del equipo de esta línea de tiempo, agradecieron el clima. No podían creer lo que les había contado Tatsuya.

    Terminaron subiendo para ver el estado de "Kazemaru", pero el chico se encontraba descansando. A todos les tocó conformarse con verlo desde el marco de la puerta.

    Los únicos que permanecieron en la planta baja fueron Tatsuya, "Midorikawa" y "Kido". Este último, al igual que los demás fue avisado del descubrimiento de Canon. Por lo que bajó a esperar que regresaran Haizaki y "Hiroto", junto a sus otros dos compañeros. El único que había salido, era Canon que decidió unirse a la búsqueda del encapuchado.

    Los tres presentes en la sala se encontraban ansiosos, ese chico misterioso había estado demasiado cerca. "Kido" ya sin poder permanecer quieto, se acercó a la entrada y mantuvo la puerta abierta, pronto llovería y esperaba que los dos peligrises y Canon, regresaran antes de que comenzara el diluvio.

    La salida del estratega les permitió un momento de intimidad de Tatsuya y "Midorikawa", hace rato el peliverde estaba decaído, lo que mantenía a Tatsuya preocupado.

    -¿Te encuentras bien? – cuestionó el pelirrojo.

    - Creo que no...

    - ¿Quieres contarme? – siguió insistiendo, al ver que el peliverde no tenía muchos animos de hablar.

    - Sé que no somos muy cercanos a "Kazemaru", pero lo que le pasó fue horrible – el peliverde se cubrió el rosto angustiado – lo peor, fue saber que el tipo ese estuvo cerca todo el tiempo y no nos dimos cuenta. Pudo habernos hecho algo con su tecnología del futuro y nosotros ni nos enterábamos hasta que fuera tarde.

    - Calma amor. – Tatsuya le habló con la dulzura que siempre lo caracterizaba, aún más cuando estaba solo con su chico favorito – Él atacó a "Kazemaru" porque estaba solo, en grupo tenemos ventaja.

    - Tatsuya, tu viste el tiro en el estadio. Ninguno de nosotros puede contra eso.

    - Y tienes toda la razón. Ninguno de nosotros podría estando solo. Pero nosotros somos dos equipos casi completos y él está solo. Además – dijo al ver que su novio quería seguir hablando – yo no planeo dejar que nada malo te pase. Mientras yo esté cerca, más le vale mantenerse alejado.

    - Creo que se te está pegando un poquito la arrogancia de "Hiroto" – ya más tranquilo, "Midorikawa" comenzó a molestar al pelirrojo. – pero tienes razón. Mientras tu estés cerca, yo me siento seguro.

    Terminó recostándose en el hombro de Tatsuya, mientras este le acariciaba el cabello. Ellos siempre estaban juntos y aunque no solían ponerse melosos en público, a veces les hacía falta ser mimados el uno por el otro.

    La tierna atmósfera que se formó, le dio valor a Tatsuya para levantar la barbilla de su acompañante y plantarle un beso, un beso lento, muy lento de esos que las lenguas de los involucrados danzan dentro de las cavidades, aquellos besos que terminan haciéndote temblar las rodillas, por suerte los dos estaban sentados. Se separaron con "Midorikawa" sonrojado y Tatsuya feliz. Le dio un último beso en la frente pues "Kido" desde la puerta les avisó que venían los chicos.

    Los enamorados se pusieron de pie, tomando unas toallas que Natsumi les había dejado, por si los chicos llegaban mojados. Y menos mal, porque cuando los enamorados comenzaron su beso, empezó la lluvia y ellos ni por enterados.

    Canon, Haizaki y "Hiroto", llegaron empapados. La lluvia rápidamente se tornó fuerte, obligándolos a regresar corriendo. Haizaki y "Hiroto", estaban enlodados y con hojas en el cabello. Canon estaba mucho más entero que los peligrises.

    Les ofrecieron las toallas y mientras se quitaron los zapatos, les informaron sobre el estado de "Kazemaru".

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Kazemaru, se encontraba sentado en la cama de su igual. Constantemente le revisaba el termómetro, su temperatura aún estaba bastante baja, pero estaba mucho mejor que al inicio.

    Cubierto por cuatro mantas y paños calientes, "Kazemaru" dormía profundamente. Ni cuenta se dio de la tormenta que comenzó. Kazemaru, estaba bastante decaído por lo que había pasado. La puerta fue tocada, sacándolo de sus pensamientos.

    Afuera se encontraba Endo, en lugar de su típica banda naranja era ocupada por vendas blancas, que detenían el sangrado de su herida.

    - ¿Podemos hablar? – le preguntó. Kazemaru, volteó hacia donde descansaba su igual. No quería dejarlo solo... Endo pareció entender su pesar, por lo que aprovechando que "Goenji" había salido de su recámara lo llamó – ¿podrías quedarte un momento con "Kazemaru"?

    - Claro no hay problema – el goleador de fuego, inmediatamente entró y se posicionó junto a su amigo, de paso chequeando el termómetro.

    Más tranquilo, Kazemaru salió cerrando la puerta y caminando con Endo hasta la recámara de este. Todo en el ambiente era distinto, a diferencia de los días anteriores, en los que había conversaciones o pelas, todo estaba en relativa calma. La tormenta golpeaba fuerte y se escuchaban los truenos resonar.

    La recámara estaba vacía, "Endo" de nuevo había salido a hablar con Canon. Ambos chicos se sentaron sobre la cama de Endo, uno junto al otro. Kazemaru miraba al piso aún decaído y Endo lo miraba a él preocupado.

    -¿Puedo hacer algo por ti? – cuestionó Endo.

    - ¿Qué?

    - ¿Puedo hacer algo por ti? – repitió el capitán – Estás decaído, sé que estás preocupado. Todos lo estamos, pero creo que te pasa algo más y si necesitas alguien para hablar, aquí estoy.

    Se formó un largo silencio, Endo esperaba paciente una respuesta.

    - Pude ser yo... - respondió al fin Kazemaru. Endo solo lo miró preocupado – pude haber sido yo el que estuviera dentro de ese congelador, pude haber sido yo el que casi se ahoga... él estaba ahí por mí.

    Kazemaru se abrazó a él mismo comenzando a llorar y se reclinó un poco, como protegiéndose de los pesares que lo abruman.

    -No Kazemaru, no es tu culpa – trató de consolar el capitán.

    - Si, si lo es. Yo le pedí cambiar de lugares, porque necesitaba pensar unas cosas. Me dijo que no huyera, que todo estaría bien. – seguí llorando mientras relataba – Pero le seguí insistiendo hasta que lo convencí, si le hubiera hecho caso, él estaría bien.

    - Pero hubieras podido quedar atrapado tu – trató de razonar Endo con él.

    - No importa yo no -

    - ¡Si importa! – Endo lo interrumpió alzando la voz y asustando al velocista, lo que detuvo sus sollozos. – pudiste ser tu Kazemaru. Y por más que me pese decirlo... me alegro que fuera él y no tu.

    - E-Endo que estás

    - Me alegra que por el motivo que fuera, cambiaran de lugares. – el capitán lo veía serio – No se que hubiera hecho si te hubiera pasado algo. – dijo el capitán dejando caer su cabeza en el hombro derecho del peliceleste.

    - Endo... - Kazemaru no sabía que decir.

    - Ya te perdí una vez... no fui lo suficientemente fuerte... - Ambos rememoran aquella conversación en la noche, en la que Kazemaru perdía las esperanzas en su lucha contra los aliens y Endo no pudo darse cuenta de la carga emocional que llevaba encima – pero esta vez no pienso fallar. No volveré a dejar que nada te pase, la ultima vez terminaste con un meteorito en el cuello. Esta vez no se que pueda pasarte, pero no pienso dejar que ocurra.

    Endo tomó la mano de Kazemaru, se sentía más pequeña y suave que la propia. Claro, él entrenaba parando llantas, aparte de los constantes balonazos que detenía en los partidos, sus manos estaban llenas de marcas por todas las historias y aventuras que atravesó Endo Mamoru.

    Kazemaru sorprendió a Endo recostando su cabeza sobre la de él.

    -Seré fuerte. – dijo el chico decidido – No puedo dejarte toda la carga a ti. La historia no va a repetirse.

    Tal vez había más que decir, muchas cosas que contar. Pero ambos decidieron guardar lo que pensaban y solo disfrutar en silencio la compañía del otro... Endo se negó a soltar la mano de Kazemaru hasta que regresó el otro dueño de la recámara. Y esa fue la señal para retirarse.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    En la recámara de los Fudos, uno de ellos parecía león enjaulado. Se acostaba en la cama, se paraba, le daba una vuelta al cuarto y repetía el proceso.

    "Fudo" tenía a Fudo de los nervios ya, la tormenta sonando afuera no lo ayudaba a relajarse, tener en mente lo que les contó Canon lo tenía estresado, mañana también debían madrugar, pues el entrenador Kudo le dijo que debían conversar sobre varios temas, el único motivo por el que los dejó irse a dormir fue porque todos estaba decaídos por su compañero de equipo, y para rematarla, parece que Haizaki y "Hiroto" habían logrado dar con el encapuchado, pero el tipo se les perdió entre los árboles...

    El único motivo por el que no le había dicho nada... era porque él estaría de la misma manera, si lo que le ocurrió al velocista, le hubiera ocurrido a cierto chico que hace un tiempo había llamado su atención.

    La mayoría de los cuartos ya habían apagado las luces, señal de que era hora de dormir, irónicamente esa noche no hubo la típica pelea por laluz en el cuarto de alado y cuando Fudo estaba a punto de mandar al diablo el sueño de los demás y reclamarle a su igual que se quedara quieto. Este salió del cuarto dejándolo con la palabra en la boca.

    Continuará...

    Bueno, como vimos "Kaze" ya está a salvo. Pero el chico malo de la historia está cada vez más cerca, el campo de fuerza aún no está terminado. Esperemos que pronto puedan solucionar ese problema.

    ¿Les gustó el capítulo? Cuéntenme su parte favorita.

    La mía fue Endo y Kazemaru hablando, rememorar el capítulo de Kazemaru abandonando el equipo y el capítulo en el que se reencuentran todos y están con el meteorito y son malvados. Kazemaru estaba sensual, esa cintura hace a cualquiera perder la cordura... Ejem, me salí del tema.

    PD. Por si alguno lo pregunta actualizaré con muchísima más calma, en amor yaoi y mundo yaoi, como tiene menos lecturas y comentarios, dejaré por mucho más tiempo cada capítulo antes de actualizarlos ahí.

    Bueno, creo que es todo por hoy, no olviden votar y comentar.

    Hasta la próxima, nos leemos...
  12. .

    DESESPERACIÓN




    Todo estaba saliendo bien esa tarde, un grupo de chicos estaban ayudando a servir las mesas llevando la comida o bebida, conversando con las personas que habían venido, era una variedad extraordinaria de tipología de personas que aparecieron en el acto, desde niños pequeños hasta adultos mayores en silla de ruedas. Todos y cada uno de ellos con la misma meta, felicitar a los miembros de Inazuma Japón.

    -Kyousuke, mira – señaló emocionado un pequeño peliazul de 8 años.

    - ¡Waaaaaa! –exclamó el pequeño a la dirección que le señalaba su hermano mayor – ¡es Goenji! – dijo con ilusión el pequeño de ojos dorados con solo 3 años, sujetando la mano de su hermano mayor.

    - Venga, vamos a saludar.

    Con algo de pena, pero a paso firme los dos pequeños se acercaron al goleador de fuego, que platicaba alegre con su hermana. La pequeña Yuka no dejaba de repetirle que él era el mejor y Goenji solo le dedicaba su completa atención ignorando por un momento el servicio hacia las mesas. El resto de los miembros decidieron no decir nada y regalarle al chico un rato con su hermana sin interrumpirlo.

    Tan centrado estaba Goenji en escuchar el partido del Inazuma contra el Congo, la versión narrada por Yuka claro está, que no notó a los dos niños acercándose a él, viéndolo con gran admiración. Mas los dos niños si captaron la atención de la pequeña de trenzas que sonriente le dijo a su hermano.

    -Tienes muchos admiradores hermanito – la niña les regaló una sonrisa a ambos invitándolos a terminar de acercarse. Los dos niños con las mejillas sonrojadas por ser descubiertos, solo miraban con gran ilusión a su ídolo.

    - Hola – saludó nuestro goleador de fuego- ¿Cuáles son sus nombres? ¿Cómo lo están pasando? – les preguntó el Goenji, esperando que con eso los pequeños se animaran a hablar y solo dejaran de verlo con los ojos grandes y brillantes.

    - Mucho gusto, mi nombre es Tsurugi Yuichi – se presentó el mayor, para luego introducir al pequeño – y este es mi hermano pequeño, Tsurugi Kyousuke.

    - Mucho gusto – dijo con las mejillas sonrojadas. Kyousuke apretaba sus pequeños puños conteniendo su emoción, para no saltarle encima a su héroe. Goenji no podía estar más encantado con los dos pequeños fans que habían aparecido.

    - ¿Hay algo que quieran preguntarme? – les dijo el goleador, internamente Goenji solo podía reír, se notaba que los dos niños querían decirle muchas cosas.

    - ¡Eres genial! – se animó a hablar el más pequeño de la conversación - ¡Cuando sea grande, seré como tú! ¡Seré el tercer mejor delantero que tenga el Raimon!

    - ¿El tercer mejor delantero? – preguntó extrañado Goenji. Yuichi también veía extrañado a su hermano pequeño.

    - Sí, el tercero – dijo seguro el Tsurugi menor – el primero eres tú Goenji, el segundo mejor será mi hermano mayor y yo seré el tercero.

    El niño habló con tanta determinación en sus palabras que había sorprendido y enternecido a su hermano y a su ídolo. Yuka los veía feliz también, su hermano siempre sería el mejor.

    -Estoy seguro de que ambos serán grandes delanteros – dijo Goenji, el chico se tomó la libertad de acariciarles las cabezas a los dos peliazules – los dos llegarán muy lejos mientras sigan sus sueños, me alegro de que el Raimon en el futuro cuente con ustedes dos.

    Los niños están sonrojados y extasiados, su héroe los había alagado.

    -¿Que les parece si nos sentamos todos y yo busco unas bebidas? – con el asentimiento y emoción de los pequeños, Goenji ayudó a Kyousuke a sentarse en una de las sillas, mientras Yuichi se acomodaba por su propia cuenta. Dejó a los niños conversando, por suerte Yuka era muy fluida para hablar y ya estaba atacando a los niños con preguntas sobre él mismo.

    Se encaminó a donde se encontraba Kido terminando de servir unos jugos y entregándoselos a Tachimukai para que los llevara a las mesas.

    - Kido, dame 3 jugos de naranja por favor – pidió el peli crema al chico de rastas.

    - En seguida – entregándole la orden Kido cuestionó - ¿" Kazemaru" aún no regresa?

    - ¿" Kazemaru" se fue? – respondió a la interrogante con otra.

    - Yo le pedí que fuera por mas hielo, se nos está terminando. Pero ya lleva un rato que no vuelve – se metió Hijikata a la conversación. – Ya mandé a alguien para que lo ayudara, de seguro que las chicas se lo llevaron a descargar comida y no ha podido volver.

    - Cierto – dijo Kido fijándose en la hora – no encargamos a nadie para esa tarea, supongo que no hay problema en que demoren un poco. Aún queda algo de hielo y refresco.

    - Vale, me avisan cuando regrese – dijo Goenji – le diré que se tome un descanso y yo tomaré el puesto. Me he zafado ya mucho rato de ayudarlos.

    - No te preocupes – lo calmó el chico de barba – todos entendemos lo importante de la familia, quédate un rato con tu hermana, nosotros nos encargamos.

    - No hay problema Goenji. Estoy seguro de que extrañas a tu hermana, conversa con ella un rato más. - agregó Kido.

    - Gracias chicos, son los mejores. – Goenji regresó a la mesa con los niños donde había un debate muy serio para elegir el mejor partido en el que participó Goenji.

    - ¿No le están dando muchas libertades al niño estrella? – Fudo se acercó a cuestionar.

    - Que tu seas un amargado, no significa que los demás no queramos ver a nuestras familias. – le recriminó Hijikata, él moría por regresar a la isla a abrazar a todos sus pequeños hermanos.

    - Cállate que tu no sabes nada – afilando los ojos, Fudo respondió como animal enjaulado que muestra los dientes antes de atacar, pero no era el lugar ni el momento para pelear – Jummm. Todos son unos sentimentales. – dijo para retirarse luego de servir un jugo de melón.

    - ¿Y a este que mosca le ha picado? – interrogó el moreno.

    - Déjalo – calmó Kido – no todos estamos en la misma situación respecto a nuestras familias.


    Por otro lado, con Canon y compañía, los chicos estaban en círculo viendo planos del colegio y el aparato que les brindaría protección. Era una media esfera, con una tapa que se encontraba abierta en el momento y una zona pequeña que era una pantalla táctil.

    -Con un poco de APX sería suficiente para cubrir todo el radio del colegio. Pero no tengo ese mineral, no será descubierto hasta dentro de 20 años. – se quejaba Canon. El uso del dispositivo no era complicado. El enredo era construirlo, pero Canon llevaba el 85% del trabajo hecho, sin embargo, ahora se veía parado por el famoso mineral faltante.

    - ¿No hay nada en este tiempo parecido al APX? – cuestionó Kazemaru, que había intercambiado lugares con su igual y le tocaba ayudar con el aparato.

    - El uranio se parece mucho – le respondió Canon – pero el APX no emite radiación. Es muy seguro y puede proporcionarle energía limpia a una ciudad por 50 años.

    - Estamos jodidos entonces – dijo "Hiroto".

    - No hay nada parecido a eso aquí – dijo Asuto, con palabras más lindas.

    - El profesor Killard – comenzó a explicarles Canon – es mi enlace con el futuro, él dijo que esta preparando todo lo que necesitemos, para realizar un solo viaje y poder entregarme todo. Como están las cosas ahora, no es seguro que realicemos muchos movimientos a través del tiempo, podríamos alterar mucho más las líneas temporales.

    - Está bien Canon, tranquilo – dijo "Kido" – sobreviviremos hasta que las cosas lleguen.

    - Mientras estemos todos juntos, todo estará bien – animó "Endo".

    - Y si ese tipo se aparece en mi presencia – dijo "Hiroto" con una mirada de temer – más le vale cuidarse la espalda.

    Tatsuya y "Midorikawa" solo miraban a "Hiroto" con una mescla de preocupación con temor, pero no temían por el chico del rayo. Para nada, más bien les preocupaba que el chico pusiera sus manos sobre el cuello del encapuchado que los atacó.

    -Les parece que continuemos luego esta conversación – dijo "Goenji" – creo que encontré el lugar que necesitamos para ubicar el dispositivo.

    - ¿Dónde? – inmediatamente todos centraron la mirada al punto que les señalaba "Goenji", céntrico y accesible, protegido de los ojos curiosos pero que les brindara a ellos fácil acceso sin ser sospechoso.

    - Perfecto. – exclamó Canon alegre.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    En la cocina las managers cada vez se encontraban más desesperadas, el lugar tenía un gran charco de agua, pero la filtración era mínima comparada con los chorros de agua que se producían dentro del congelador.

    Kazemaru como podía trataba de empujar la puerta desde dentro, mientras las chicas alaban desde fuera. Pero la puerta ni ápice de querer ceder mostraba. El agua ya le llegaba al chico de la coleta hasta la cintura, en esta flotaban algunas carnes o cajas pequeñas, todo lo que estuviera en un estante bajo ya no permanecía en su lugar.

    "Kazemaru" había intentado estrellar las esferas contra la pared o apretar los botones, pero nada perecía funcionar con ellas. Incluso con el correr de los minutos parecía que las esferas a cada momento arrojaban más agua. No le quedó de otra más que seguir empujando y golpeando la puerta. No quería exteriorizarlo, pero estaba aterrado, la ropa empapada y el frío no ayudaban a calmar sus nervios.

    -Saquen me de aquí – rogo a lo bajo pegando su frente contra la puerta. Solo pensaba en sus amigos, su capitán, Goenji, Kido, los chicos que no estaban en esta locura con ellos, Max, Handa, Kurimatsu, el equipo...

    Su nuevo equipo Genda y Sakuma, como crecieron juntos. Tanto Sakuma como él cargaban el mismo pesar, estaban en dos grandes equipos con historia y reconocimiento. Ambos protegidos bajo el manto de dos grandes capitanes. Ninguno de los dos se sentía suficiente para guiar o mejorar el nivel de los equipos... no sin "Kido" para el caso de "Sakuma", no sin "Endo" en su caso.

    Pero lo habían hecho, sin importar la cantidad de caídas, golpes, entrenamientos exhaustivos. No importaba lo que Kageyama les mandara, ellos lo superaron y se hicieron más fuerte.

    Recordó a Miyasaka, su revoltoso amigo rubio. Su cabeza le jugó una mala pasada, imaginando al ojiverde reclamarle que quedar atrapado en un congelador a punto de morir ahogado le pasaba por irse del Raimon... el frío le estaba afectando la cabeza.

    Por último, pensó en unos ojos verdes diferentes a los de su amigo velocista. Unos ojos mucho más filosos y salvajes... abrazadores diría él. Esos mismos ojos verdes que lo seguían por la habitación cuando él ingresaba. Los mismos ojos verdes que a veces cuando salía a correr, se ubicaban casualmente en algún lugar de su ruta para que el dueño fingiera no hacer nada mientras el seguía su rutina de ejercicios. Los mismos ojos verdes que ahora mismo deseaba vinieran a tirar abajo esa puerta y lo sacara de este congelador... tal vez debería decir de este infierno, pero realmente hacía demasiado frío como para compararlo con el infierno si se supone que este es caliente... si el frío lo estaba afectando de verdad como para ponerse a desvariar así.

    -¡Busquen ayuda por favor! – gritó "Kazemaru" desesperado, ellas no tendrían la fuerza para abrir esa puerta y él ya estaba acalambrado, tenía el agua en el estómago y no era nada agradable la sensación de frío.

    Al otro lado de la puerta, las chicas escucharon el pedido desesperado les velocista.

    -Iré por ayuda – dijo Haruna para salir corriendo.

    - ¡Haruna! – le gritó Natsumi - ¡Busca a Canon! ¡Si llegamos gritando a la actividad se formará un caos!

    - ¡Iré por mi padre! – dijo Fuyupe para salir corriendo en busca del adulto responsable.

    - ¡" Kazemaru", vamos a sacarte! ¡Aguanta un poco más! – le gritaba Aki, lo último que quería era que el chico se sintiera abandonado.

    Natsumi junto con Aki siguieron intentando abrir el congelador, no podían quedarse con los brazos cruzados sin hacer nada.

    - ¡"Kazemaru" ya viene la ayuda! – le gritó Natsumi.

    - ¿Qué están haciendo? – una tercera voz se asomó en la cocina, haciendo a las chicas voltear - ¿Qué está pasando? El piso tiene agua.

    - ¡TSUNAMI! – gritaron las chicas con alivio cuando reaccionaron.

    - Ese soy yo – dijo el chico extrañado por el grito. Las chicas rápidamente lo tomaron de los brazos acercándolo a la puerta del congelador.

    - "Kazemaru" quedó atrapado

    - No podemos abrir la puerta

    - Se está llenado de agua

    - Se va a ahogar

    - El congelador aún funciona

    - El agua está fría

    - ¡Hay que sacarlo!

    Las chicas bombardearon de información al surfista, no logró captar quién dijo qué. Pero el mensaje estaba claro, había que salvar a "Kazemaru".

    Tsunami se dirigió a la puerta del congelador, salpicando algo de agua a su paso. El chico se remangó la camisa que les obligaron a usar para servir en la actividad y se aflojó un poco la corbata sin llegar a deshacer completamente el nudo. Tomó la manija de la puerta y apoyando un pie contra la pared.

    Se tomó un momento para respirar y decidió llamar al chico atrapado.

    -¡"Kazemaru" soy Tsunami! – le gritó sin esperar respuesta - ¡Resiste que ya está aquí la caballería!

    - ¡Gracias! – Tsunami guardó ese agradecimiento en lo más profundo de su ser, porque nunca nadie le había agradecido tan desesperadamente algo que aún no había hecho. Iba a sacarlo de ahí a como dé lugar.

    - ¡Trata de empujar desde dentro! – le dijo al chico esperando que aún tuviera fuerza.

    - ¡Tengo el agua hasta el cuello! ¡Pero creo que aún puedo empujar!

    Tsunami dio una última inhalación profunda antes de comenzar a jalar. Las chicas solo podían escuchar los leves gruñidos que soltaba el alegre chico, que ahora estaba completamente serio.

    - ¡Tú puedes Tsunami! – comenzó a animarlo Aki.

    - ¡Vamos no te rindas! – la secundó Natsumi.

    Y por un pequeño momento parecía que algo bueno pasaría, pero en los momentos más desesperados la vista no siempre capta bien lo que ocurre en nuestro entorno.

    No fue la puerta lo que comenzó a ceder, fue la manija.

    Tsunami cayó al piso salpicando agua por el golpe, la dichosa pieza de acero inoxidable voló y cayó a unos metros del surfista. Las chicas miraban asustadas la situación.

    - ¡¿Tsunami estás bien?! – se acercaron ambas preocupadas al chico.

    - Estoy bien – se quejó incorporándose.

    - ¡¿Ocurrió algo?! – les gritó "Kazemaru" desde el interior - ¡Escuché un golpe!

    Pero nada, la jodida puerta del demonio ni medio milímetro de movió. Esto no estaba funcionando. Tsunami se alejó un poco para pensar, con la respiración agitada miraba la puerta como si pudiera tirarla con la mirada, las manos las tenía marcadas por la manigueta, tiró una ligera mirada de costado hacia las managers, en la piel blanca de las manos en ambas chicas se notaba marcas rojas.

    Ellas hicieron lo que pudieron y él iba a tirar esa puerta abajo como que se llamaba Tsunami Jousuke.

    -Necesito un balón de futbol – dijo serio. Si jalando no abría, a pelotazos la tiraba.

    - Voy por uno – dijo Natsumi para salir corriendo en busca de la pelota.

    - ¡" Kazemaru" aguanta un poco! – le habló Aki al chico. Dentro del congelador "Kazemaru" volvió a cuestionar.

    - ¡¿Qué está pasando?! – nadie la había respondido al peli azul su anterior pregunta. Era frustrante no poder saber qué están haciendo. Y no quería hacer peor la situación, pero actualmente estaba parado en la punta de los pies. El agua subía rápido y pronto no tendría más opción que mantenerse a flote.

    Pidiendo ayuda divina miró hacia arriba... el techo... si no lo sacaban antes de que el agua llegara al techo... quedaría sumergido... sin salida... sin aire...

    Todos reaccionamos diferente al pánico, hay personas que se paralizan, otras se desmayan, hay algunos que reaccionan completamente bien la adrenalina del momento los ayuda a salir de situaciones extremas y hay casos donde las personas se ríen...

    Y eso comenzó a hacer "Kazemaru", se comenzó a reír ante la posibilidad de morir ahogado, dentro de un congelador en una línea de tiempo que ni siquiera era la suya... entre más lo pensaba más reía.

    Afuera Tsunami y Aki, comenzaron a preocuparse. Le habían respondido que se había roto la manija, pero que tenían pensado tirar la puerta con alguna de las técnicas de Tsunami. Pero el chico de coleta se había quedado mudo por un momento y luego comenzó a reír.

    Eso solo logró preocupar más a los chicos.

    -¡¿"Kazemaru" te encuentras bien?! – comenzó a llamar Aki mientras golpeaba la puerta. Tsunami solo veía desesperado hacia la puerta de la cocina esperando la llegada de Natsumi.

    Entrecortado por la risa, "Kazemaru" logró responderles.

    -Es que ya no puedo tocar el piso y – volvió a salir una carcajada fuerte – cuando el agua llegue al techo me voy a ahogar.

    Aki cubrió su boca espantada y Tsunami solo frunció el ceño acercándose a la puerta.

    - ¡"Kazemaru" mantén la calma! ¡Vamos a sacarte de ahí! – le gritó el chico de cabello rosa.

    - No quiero morir – eso no fue un grito, pero teniendo la cocina en silencio logró escucharse – Tengo frio... No quiero morir aquí.

    El velocista ya no reía, ahora estaba llorando. Lloraba desesperado rogando que lo sacaran, porque él no quería morir ahí.

    A la única chica presente comenzaron a escapársele las lágrimas sufriendo por el chico atrapado y Tsunami estaba a nada de salir corriendo a buscar el primer objeto esférico que encontrara. Pero para suerte de los presentes en ese momento llegó Natsumi agitada con un balón en las manos.

    -Lo-lo traje – dijo con la respiración agitada. La chica tubo que correr hasta donde se estaba realizando la actividad con la comida, parece que habían acercado los balones a la zona para que los niños y jóvenes en el evento pudieran jugar futbol con algunos de los chicos. La hija del director cogió el primer balón que tubo cerca y regresó corriendo. No dio explicaciones, no miró a nadie, ella solo corrió.

    - ¡"Kazemaru"! ¡Aléjate de la puerta! – le gritó el surfista. Tsunami agarró la pelota y se colocó en el extremo contrario de la cocina. – ustedes también apártense.

    Les dijo a las dos chicas presentes. La cocina no es un campo de futbol, no tenía tanto espacio para moverse, no hay mucha altura para ganar impulso, no puedes correr... estaba complicada la situación, pero él no tenía tiempo para quejarse.

    -¡Ahí voy! – Gritó preparando el tiro - ¡Tsunami Boost!

    Las chicas sintieron la fuerza y presión del tiro al pasar la pelota frente a ellas, se notaba que Tsunami lo mandó con todo.

    Pero solo logró abollar la puerta en el centro... seguía sellado.

    -Mierda – se quejó el chico a lo bajo, sus tiros más fuertes necesitaban mucha más altura de la que conseguiría aquí. Tubo que conformarse con usar ese, le metió tanta fuerza como pudo, pero la puerta ni para temblar.

    - ¿Qué está pasando? – una cuarta voz se asomó en la cocina.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Haruna quería pegar el grito al cielo ¿Dónde se habían metido Canon y compañía?

    Los chicos no estaban por ninguna parte del complejo, los buscó arriba y abajo, se asomó al patio. No estaban en la actividad, no estaban en los alrededores.

    Estuvo a punto de ir a pedirle ayuda a los chicos de esta línea de tiempo, pero no quería que cundiera el pánico. Aunque ya no tenía más ideas de a donde buscarlos. Estaba por ir a buscar a su hermano y pedirle ayuda lo más sutil que pudiera. Cuando los divisó, estaban en la caseta original del club. No pudieron encontrar lugar más alejado de la cocina, pero ya los tenía.

    Corrió hacia el lugar con energías renovadas.

    -¡Chicos! – llamó desesperada.

    Los que estaban más cerca de la puerta se acercaron a ver que ocurría, Haruna se veía muy angustiada.

    "Kido" se acercó a ella, para verificar que no le pasara nada, pero antes de siquiera preguntar Haruna estaba entera mirándolos a todos.

    -¡"Kazemaru" está...

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Volviendo a la cocina, la presencia inesperada, pero alivianante fue la de Endo Mamoru. El capitán luego de ver a Natsumi llevarse un balón de futbol sin explicación alguna, decidió seguirla.

    Rápidamente le explicaron la situación. El capitán con una seriedad impropia de él hablaba con Tsunami sobre lo que iban a hacer, combinarían las técnicas. Esa puerta iba a caer.

    Las chicas estaban aliviadas, ahora con el capitán presente, pero la alegría poco les duró.

    -¡Chicos ya estoy en el techo!

    El terror volvió al rostro de todos en la cocina.

    "Kazemaru" más calmado luego de su momento de pánico, trató de mantenerse sereno. Cuando escuchó al capitán en la cocina, sintió una bocanada de aire fresco. No estaba seguro de si era el Endo de este tiempo o era el "Endo" de su línea temporal, tampoco le importó mucho en ese momento. Pero la situación para él realmente no estaba bien, estaba acalambrado, tenía frío, sus manos las veía pálidas y no había dejado de temblar desde que el agua le llegó al cuello... Pero aún más grave que el estado de su propio cuerpo, era el hecho de que su cabeza ya hace rato había tocado el techo, sus manos estaban apoyadas en la losa, evitando golpearse, pero era poco lo que ya le quedaba para tener que sumergirse.

    Escuchó un nuevo golpe contra la puerta, pero fue lo último que pudo hacer antes de tomar una gran bocanada de aire, cerrar los ojos y sumergirse en el agua helada.

    -Confío en ustedes – fue lo único que pensó, le confiaría su vida al equipo.

    Fuera del congelador, Endo sobaba su cabeza, en la desesperación de los tiros combinados y de sacar a "Kazemaru", se había resbalado con el agua del piso cuando la técnica desapareció y terminó golpeándose la frente.

    Cuando se alejó de la superficie, Natsumi y Aki se le acercaron preocupadas.

    - ¡Endo estás sangrando! – dijo Natsumi. La banda naranja cubría el golpe, pero en esta comenzó a marcarse una mancha rojiza café.

    - No importa – dijo el capitán, solo tocándose ligeramente la zona lastimada.

    - ¿Te encuentras bien Endo? – dijo Tsunami, aún en su lugar. Un golpe en la dura cabeza del capitán podría revisarse luego, "Kazemaru" no tenía tanto tiempo.

    - Perfectamente – dijo volviendo a su posición.

    - Vamos de nuevo – dijo el surfista, las chicas volvieron a salir del espacio de tiro - ¡Tsunami Boost!

    - ¡Megatón Head!

    Tuvieron el mismo resultado que el intento anterior, la puerta mucho más abollada, pero los bordes parecían no querer ceder, ambos tiros combinados ya debieron haber tirado la puerta.

    Ambos eran conscientes que la presión que ejercía el agua dentro del congelador dificultaría más el trabajo, pero esto ya era ridículo.

    - ¡Otra vez! – dijo el capitán.

    - ¡TSUNAMI BOOST!

    - ¡MEGATÓN HEAD! – Endo llevó ese golpe asta el final y siguió empujando la puerta lo más que pudo... hasta que esta comenzó a ceder.

    Los gritos de apoyo de los presentes no se hicieron esperar. Más que un mundial, un gol decisivo, la representación de Japón... nada de eso importaba, había una vida en peligro. ¡Este tiro debía tirar esa puerta!

    El milagro fue en las bisagras, estas cedieron.

    La puerta se encontraba torcida en una posición extraña, el balón de futbol estaba flotando por algún lado, el agua salía a chorros del lugar. Los cuatro chicos ahora estaban mojados también.

    Endo entró al congelador y tomó en brazos a "Kazemaru" inconsciente. Tsunami se acercó a la puerta para ayudar al capitán a sacar al velocista a través de la doblada puerta, que por más golpeada que estaba no terminó nunca de caer. Tsunami comenzó a analizar al peliceleste en sus brazos, estaba pálido y sus labios morados, la camisa blanca ligeramente transparentada después de estar tanto tiempo en el agua, el pantalón chorreando todo el líquido que ya no podía contener, le escurría agua por el cabello su coleta estaba ligeramente deshecha y todo estuvo bien por un instante, porque ya estaba fuera de peligro. Si, todo estaba bien hasta que Tsunami notó un pequeño detalle.

    -No está respirando.

    ~*~*~*~*~*~*~*~

    Casi tirando la puerta a su paso entraron "Endo", "Goenji" y "Fudo" al comedor, tras ellos llegaban el resto de los chicos corriendo para darles alcance. La vista no era alentadora. Había agua por todos lados, aún salían chorros de agua desde la cocina, había carne, pollo y salchichas flotando por el lugar. Natsumi y Aki llorando. Endo con cara de impotencia mientras sangre escurría a un costado de su rostro, apretando los puños, el hecho de ver y no poder hacer nada lo frustraba en sobremanera.

    Y sobre una mesa estaba Tsunami practicándole RCP a "Kazemaru".


    Continuará...


    Me gusta y me lastima este capitulo en partes iguales. No esperé que saliera así, estoy contenta con el resultado, pero el resultado es mi Kaze tratando de ser resucitado.

    ¿Qué está mal conmigo?

    Si le hago esto a mi personaje favorito... ¿Qué le haré a los otros?

    Cuéntenme ¿Les gustó el capítulo?

    ¿Quién será la próxima víctima?

    ¿Quién será el encapuchado malvado?

    ¿Cuál será el secreto que nos ocultan Fudo y Tobitaka?

    Me ha gustado el inicio, los hermanos Tsurugi nos hicieron un cameo. La idea salió del capítulo en Orion donde Nosaka se encuentra con Amemiya Taiyou.

    No sé qué más decir. Este capítulo casi que se escribió solo.

    Las fanáticas de Kazemaru, no me odien. Les juro que yo también lo amo. Es junto a Fudo y Kido, mi personaje favorito. Mi pobre bebe lo tengo sufriendo y a sus amigos también.

    No olviden votar y comentar.

    Hasta la próxima.

    Título del próximo capítulo: Debilidad.
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    Ok, esto está bueno 🔥 espero la continuación! Nosaka con interés en Fubuki, creo que es la primera vez que encuentro un fic así. Por cierto, me husta cómo estás desarrollando a Shiro y la doble personalidad
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    ESPACIO VACÍO #2






    Bienvenidos al Espacio Vacío, mis queridos y amados lectores fanáticos de Inazuma Eleven.

    Si han sido lo suficientemente valientes para seguir los delirios de esta autora y todas las sorpresas que tengo preparadas para el futuro, los invito a acomodarse y a que me acompañen en este Espacio vacío donde como la vez anterior, volveremos a aclarar dudas que hay sobre la historia, peto también tenemos varios temas para tocar este día:

    - Notas de la Autora

    - Estoy en shock por el capítulo 43 de Orión

    -Resultados del Reto: “Adivina todas las parejas de la línea de ORION”

    - Pequeño Spoiler futuro de la historia

    ~*~*~*~*~*~*~*~



    Actualmente esta historia tiene dos ESPACIO VACÍO... pero por la falta de interacción y lectores, he decidido solo subir este a mundo yaoi. No subiré ninguno más.

    Creo que la historia no ha llamado mucho la atención. Casi la descontinúo aquí, pero al final me dije que si ya empecé, lo mejor es que termine.


    ~*~*~*~*~*~*~*~




    El próximo punto como dije… Estoy en shock por el capítulo de 43 de Inazuma Eleven Orión no Kokuin.

    SPOILER DEL CAPÍTULO POR SI ALGUNO AÚN NO LO HA LEIDO.

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    Es que no se que decir… el Raimon jugando sucio. Fue una extraña mezcla de excitación con incredulidad.

    Lo juro, no creí que llegara a pasar y lo disfruté.

    Nosaka con su cara de sádico, ese tipo no conoce un límite para la sensualidad. Ejem… me salí del tema.

    Alguno ha considerado la cantidad de chicos “malos” o de carácter fuerte que tiene el actual Inazuma?

    Haizaki y Hiroto están bastante más calmados, a como eran en un inicio, pero esos chicos no necesitan muchas escusas para descontrolar las cosas. Atsuya igual, si se porta bien ha sido porque Shiro lo controlaba bastante... pero el hermano mayor ahora no está.

    Y Misukamiya… nunca lo esperé de ti. Con razón dejaba que Haizaki hiciera y deshiciera en los partidos lo que le viniera en gana. No creo que sea que no le importe, solo creo que es de aquellos que con tal de conseguir sus objetivos, no le importa ensuciarse un poco las manos. Tengo esa impresión…

    Disfruté el final del partido, de verdad. Yo estaba como el comentador, quería llorar, grité, aplaudí, celebré goles y casi me caigo del sofá. Sin duda el juego contra Brasil, lo volvería a ver varias veces.

    Por último… Bernard… oh Bernard, que hacer o decir de ti. Desde que Froy nos mostró un poco de su pasado y salió la mamá, yo ya sospechaba que algo ella tendría que ver este desastre creado por Bernard… ¡¡¡PERO ESO ES ABUSO!!!!

    ¿Cuánto daño debes crearle a un niño? Para que de adulto quede en el piso solo por dos cachetadas… los madrazos con balones fueron nada, contra la mano de esa mujer.

    ¿Está guapa? Si, no niego que me gustó el diseño del personaje... Pero la mujer entra y ya se volvió caos el lugar. ¿Para qué coño Bernard tiene guarda espaldas? Le pagan para que sea tan inútil como los árbitros…

    Hablando de los árbitros, estoy sorprendida, cantó una falta. Todo porque era Nosaka. Yo tengo una relación de amor-odio con él. Tiene demasiado protagonismo, yo le doy un sombrero y él resuelve este anime con un truco de magia. Pero al mismo tiempo que me molesta que para todo tenga solución, no puedo negarlo, tiene esa calma y astucia silenciosa que es capaz de destruirte cuando menos lo esperar… lo que me lleva a amarlo.

    Creo que no tengo nada más que decir, Bernard podrá ser rescatado de las garras de su madre… espero que a esa bruja la apedreen en la calle… o que Goenji le tire alguno de sus balonazos.


    ~*~*~*~*~*~*~*~




    Ahora lo que varios están esperando. Los resultados de mi RETO.

    Y la ganadora essss…..

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    Yo llenando páginas a lo pendejo

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    Xiaoi Bai

    ¡FELICIDADES!


    Tus respuestas fueron:

    Fudo x Kaze - CORRECTO

    Hiroto x Haizaki - ERROR

    Kido x Haizaki - CORRECTO

    Aphrodi x Hiroto - CORRECTO

    Hikaru x Kirina - ERROR

    Shiro x Atsuya - CORRECTO

    Y Asuto quedaría soltero - CORRECTO

    Cinco aciertos. Todas las respuestas correctas serían:

    PAREJAS

    Fudo x Kazemaru

    Tatsuya x Midorikawa

    Kido x Haizaki

    Endo x Sakanoue

    Aphrodi x Hiroto

    Nosaka x Nishikage x Hikaru

    Shiro x Atsuya (Aclaración de ellos, no esperen que al culminar la historia ellos tengan un interés ROMÁNTICO ni alguna relación de pareja, no lo tienen ahora y no lo tendrán al final. Y ustedes ahora se preguntan ¿Por qué los agregas como pareja, si no hay interés romántico? Si respondo esto daré un SPOILER muy grande de esta historia, solo tienen que saber que contarán como pareja por algo que pasará, pero repito NO HAY INTERÉS ROMÁNTICO o amor fuera de lo fraternal… esto también incluye al Fubuki de la línea original)

    SOLTEROS

    Asuto

    Kirina

    Goenji

    Hay otra persona que casi gana y es Ikuri-chan, linda estabas muy cerca, obtuviste una puntuación de 4.5

    El 0.5 se debe a la pareja de Nosaka x Nishikae x Hikaru. Te di medio punto, porque solo mencionaste la mitad de la pareja.

    Por eso, pienso agregar un segundo premio a mi reto. Luego te escribiré para avisarte.

    Como prometí, el ganador podrá elegir un LEMON que vendrá a futuro. Pero esta respuesta permanecerá entre la ganadora y yo. Se los revelaré cuando lleguemos a ese punto.


    ~*~*~*~*~*~*~*~




    Bueno, tengo varias cosas que han inspirado esta historia, tanto referencias dentro del anime como fanservice.

    No se si alguno lo notó, en el capítulo anterior cuando el entrenador Kudo le responde a la madre de Toramaru que el deber del entrenador es proteger al equipo, quise hacerlo de referencia hacia la película de Inazuma Eleven Go: Grifo, el Lazo Absoluto.

    Es que amo el momento donde Endo, Kazemaru, Fudo, Kido, Fubuki y Kabeyama entran a la cancha. Yo muero… volver a ver el pingüino emperador #2. Ver a los chicos demostrar lo que son las ligas profesionales y lo que más me gusta, es ver que tanto se ha fortalecido la amistad de ellos con el paso del tiempo, eso derrite mi frio corazón.



    Preguntas mías hacia ustedes:

    ¿Qué es lo que más les ha gustado historia hasta ahora?

    ¿Quién es su personaje favorito?

    ¿Qué NO les ha gustado de la historia? (Tipo, algo que les preocupa que ya han leído o que la autora lastime a alguno de los personajes)

    ¿Qué les gusta más: la línea original o la línea de orión y por qué?

    ¿Quién será el salvador de “Kazemaru”?

    ¿Quién será la próxima víctima?


    ~*~*~*~*~*~*~*~




    Por último, pequeños SPOILERS futuros.

    Pronto llegará Baddap a la historia.

    El encapuchado está cerca y jugará con nuestros muchachos mucho rato.

    No chicas, no será “Fudo” el que rescate a “Kazemaru” del congelador. Lo siento, pero ya está planeado, no negaré que me dio risa que asumieran que sería “Fudo”.

    Para los fanáticos de el trio de Fubukis, ellos les tendrán una sorpresa en los próximos capítulos. (No, no es yaoi es sobre técnicas especiales de futbol)


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    Creo que ya no tengo nada más que contar, nos leemos en el próximo capítulo.

    De nuevo gracias por seguir y apoyar esta historia.
  15. .

    ENCONTRADOS




    Eran las diez de la mañana, generalmente los chicos estando en la concentración ya habían desayunado para las ocho y media, lo que permitía iniciar los entrenamientos o cualquier actividad a las nueve en punto. Pero en la concentración había un ambiente tranquilo, en la sala actualmente denominada “campamento para dormir”, se encontraban todos los jóvenes roncando a pierna suelta.

    Luego de la larga madrugada que les tocó pasar, aparte del susto y la preocupación por sus compañeros, era de esperar que los pobres estuvieran cansados. Kudo se había apiadado de ellos, luego de ver todo lo que hicieron por la pequeña familia y como pequeña recompensa los dejó dormir un poco más.

    En la cocina, teníamos a las 4 managers del equipo preparando el desayuno junto a la Sra Utsonomiya. La madre de familia estaba tan agradecida con los amigos de su hijo que se despertó temprano para ella darles la sorpresa de la comida cacera, sin embargo, es un batallón de personas que actualmente duermen en la sala y gracias a eso la señora aún estaba cocinando cuando llegaron las chicas, que ni cortas ni perezosas comenzaron a cortar, freír, sazonar y preparar todo lo que aún faltara.

    Para las 10:15 am, todo el desayuno estaba listo y servido en las mesas del comedor, solo hacían falta los comensales. Aki se ofreció a despertar a los chicos junto con Haruna, mientras en la cocina les terminaban de servir jugo a los chicos. Cuando las chicas llegaron a la sala, debieron aguantar las exclamaciones de ternura que querían salir de sus labios.

    Los chicos eran un desastre… un tierno desastre.

    De izquierda a derecha, teníamos en el piso a Hijikata durmiendo mientras babea con una pose rara, parecía bailarina de valet y sobre el estómago del chico de barba descansaba Kogure boca abajo, el chico movía las manitos como si tratara de alcanzar algo.

    Hacia los pies de Hijikata, se encontraba “Kido” durmiendo tranquilamente cubriendo sus parpados con su antebrazo izquierdo, a la derecha del estratega descansaba Haizaki con el cabello enmarañado, la mano izquierda del chico sostenía la capa del muchacho de rastas y su mano derecha sostenía el tobillo de la pierna que esta sobre su estómago.

    El dueño de dicha pierna era “Hiroto” que estaba atravesado en lo que era su espacio de dormir, por lo que, si su pierna estaba sobre Haizaki, su cabeza descansaba en el estómago de Tatsuya. Al pelirojo parecía no incomodarle el peso extra, pues no solo tenía a su medio hermano sobre él, sino que “Midorikawa” estaba utilizando el brazo izquierdo del chico como almohada, ambos dormían con las frentes pegadas y muy felices, por alguna razón el chico peliverde tenía su mano derecha sobre la cabeza de su medio cuñado.

    Por la zona de las cabezas de los chicos, dormían ambos capitanes con Canon en medio de ambos, eran un trio sin par. Los tres tenían exactamente la misma postura con una mano y un pie fuera de la sábana. Al costado derecho de uno de los capitanes estaba Toramaru que se había apegado al costado de su capitán, soltando en algún punto el brazo izquierdo de Kazemaru.

    El chico peli celeste, había terminado utilizando el pecho del goleador de fuego como almohada, ignorando olímpicamente la propia. Y Shuya Goenji ya sea por la inconciencia o que no le importara compartir algo de calor, terminó abrazando al velocista más cerca de él. Algo curioso de mencionar, Goenji tenía el cabello normal, como se fue a dormir con todos se quitó el gel del cabello. Sin embargo, la mano derecha de Goenji, sujetaba la camiseta de Shiro Fubuki, que dormía dándole la espalda.

    Al costado derecho de nuestro goleador estrella, se encontraba el trio de Fubukis, con Atsuya al centro, “Shiro” a la derecha y el otro Fubuki a la izquierda. Ambos peli plateados abrazaban al peli rosa utilizando sus brazos como almohadas.

    Por la zona de los pies del trio dinámico, dormía Hiroto y Midorikawa, de alguna manera el chico peli verde dormía sobre el pelirojo, sin embargo, Hiroto lo tenía abrazado. Midorikawa tenía una sonrisa de felicidad en la cara.

    Junto a ellos dormían Tobitaka bocabajo abrazando una almohada, el peinado del rebelde estaba ligeramente desecho, junto a él descansaban Kido y Fudo, milagrosamente compartiendo una almohada. Realmente no se estaban tocando, pero estaba lo suficientemente cerca como para sentir el aliento del otro. Si alguno tiene la duda, terminaron durmiendo cerca, porque Kido los vio cuchicheando cuando Tobitaka regresó y él planeaba descubrir que era lo que ocultaban… ese secreto que “Kido” sabía. No lo admitiría en voz alta, pero su ego fue levemente herido al entender que su igual era conocedor de lo que ocultaban los chicos. Y él planeaba averiguarlo, como que se llamaba Yuuto Kido.

    Junto a los estrategas, Someoka, parecía el único que no cuadraba con todas las imágenes anteriores, poque resultó que el chico era el único que dormía como persona normal.

    Más arriba de Someoka, junto al trio de Fubukis, descansaban “Kazemaru” y “Fudo”, ambos chicos estaban espalda con espalda, cada uno con su propia almohada, pero compartiendo la sábana.

    Más afortunados que todos los anteriores que les tocó dormir en el piso, tenemos a “Goenji”, que logró dormir en uno de los sofás, el chico dormí tranquilo y a diferencia de su igual semi conservaba su peinado, algunos mechones fuera de su lugar, pero bastante entero.

    Otro sofá era compartido por Tsunami y Tachimukai, los dos lograron apretujarse lo más que pudieron para compartir la comodidad, lejos del piso. Tsunami al borde y Tachimukai dentro. El peli rosa quería evitar que el pequeño se fuera a caer durante la noche.

    Haruna aprovechó el momento y tomó algunas fotos de los chicos, ellos no tenían que saber.

    Mientras tanto, Aki procedía a despertar a los chicos.

    -¡Buenos días! – dijo un poco más alto de lo normal, pero sin llegar a gritar – Es hora de levantarse dormilones, el desayuno está listo.

    - ¡Arriba muchachos, no querrán quedarse sin desayunar! – animaba Haruna – recuerden que tenemos la actividad en la tarde para servir comida, hay que tener energías para este día tan largo.

    Los chicos poco a poco fueron desperezándose y abriendo los ojos. En resumen los chicos ignoraron las situaciones en las que se encontraban, la noche fue larga, ellos tenían pocas horas de sueño y los cerebros aún no terminaban de conectarse con su entorno. Como zombis los chicos caminaron al comedor y fueron a sentarse en el primer puesto que encontraron.

    Ese desayuno fue bastante tranquilo a diferencia de los anteriores. El equipo se la pasaba bostezando o peleando con ellos mismos para no dormirse sobre su comida.

    Terminando de comer, el entrenador Kudo hizo aparición en el comedor cargando unos papeles, algunos voltearon a verlo, algunos otros siguieron comiendo y una minoría permaneció con su cabeza sobre la mesa durmiendo un poco más.

    -Buenos días, terminen de comer. Debemos comenzar a preparar todo para la actividad de la tarde. Canon – llamó el entrenador – el director me ha comentado el mecanismo de protección que quieres implementar. Como tenemos tantas personas y los invitados de hoy no deben encontrar que tenemos personas de otra dimensión. Aquellos que tengan a un igual ayudarán a Canon con el campo de fuerza en el que está trabajando. Los demás ayudarán con los preparativos y el servicio… - luego de eso se formó un silencio, los chicos estaban muy cansados incluso para quejarse por el trabajo de hoy - ¿Qué están esperando? Terminen de comer y vallan a bañarse.

    Luego vino el sonido de sillas corriéndose y gente arrastrando los pies fuera del lugar. Los chicos de a poco se retiraron del comedor, dejando a las managers recogiendo y limpiando los platos. Lo que le permitió al entrenador Kudo acercarse a la madre de Toramaru.

    -Sr Utsunomiya – llamó el hombre – esta mañana han venido los bomberos con el informe de la causa del incendio.

    Llamando su atención la señora tomó asiento en una de las mesas junto al entrenador, que le extendió los documentos que cargaba.

    -Según encontraron, el fuego comenzó por un balón de futbol con gasolina. – la madre de Toramaru miró espantada al entrenador – La policía se unió a la investigación de la causa del incendio, al descubrir esto el caso fue tomado como intento de homicidio premeditado.

    - No… no puede ser – decía la señora horrorizada - ¿Quién querría hacernos daño?

    - Me temo, que usted ha sufrido los sufrido los daños colaterales de la situación actual – dijo el entrenador suspirando – la policía investigó las cámaras de seguridad en el local frente al suyo. – mientras explicaba, le acercó una de las páginas que contenía cuatro imágenes – Estas son capturas de la grabación de anoche.

    La señora miraba preocupada las capturas, la primera se veía a un encapuchado junto a un balón de futbol, sacando pintura en spray de su capa, la segunda el desconocido había terminado de escribir con pintura en spray la frase: “LOS OBSERVO”. La tercera imagen era el chico lanzando un líquido al balón. La última imagen mostraba al encapuchado chutando contra el restaurante.

    Cuando la preocupada madre terminó de analizar las fotos, se le fue entregada una segunda página con otras imágenes. En estas estaba la puerta del colar derribada, la siguiente era el chico entrando al restaurante. La tercera se lograba distinguir la luz rojiza del fuego iniciando en su restaurante. La última, el encapuchado estaba parado fuera del local, señalando hacia la cámara, de fondo el fuego ya había comenzado a propagarse por el local.

    La señora Utsunomiya, repasaba una y otra vez las imágenes, aún incrédula de lo que veía. Se llevó la mano a la boca espantada, miraba al entrenador Kudo buscando respuestas para este sin sentido total.

    -Luego de hablar con el Sr Raimon, explicándole la situación. Ha decidido acogerla a usted bajo un programa de protección. Lo implementaremos con todos los padres de los muchachos. Queremos llevarlos a un lugar seguro, los muchachos son el objetivo principal, también estamos preparando instalaciones aseguradas a las que podamos trasladar a los muchachos.

    - No puedo hacer eso. – dijo la madre firme – no puedo alejarme de mi hijo, menos ahora que sé de lo que es capaz ese… ese loco.

    - Yo la entiendo, pero usted también debe comprender la situación. No sabemos los recursos que poseen ellos o de lo que son capaces. Si les facilitamos las cosas, solo les estamos regalando los puntos débiles de los muchachos.

    Ella lo meditó, lo meditó un largo momento. Era su hijo, su bebe… cualquier madre a la mínima señal de peligro tomaría sus retoños y los alejaría lo más que pudiera de esa situación. Su propia vida daría, con tal de que su pequeño goleador estuviera a salvo.

    -Lo haré – dijo decidida – si para mantener a mi hijo y sus amigos a salvo debo ocultarme, lo haré.

    - Gracias. – dijo Kudo, él también era padre, claro que entendía el pesar de la pobre mujer.

    - Pero – dijo alertando al entrenador – prométame que usted los protegerá a todos, no solo a mi niño. A todo el equipo.

    - Soy el entrenador. – dijo Kudo reafirmando su puesto – la obligación del entrenador, ante todo es de proteger al equipo. – la madre de familia al final suavizó su gesto, sonriéndole dulcemente al hombre.

    - Usted los quiere mucho ¿Verdad?

    Kudo tubo la decencia de sonrojarse.


    ~*~*~*~*~*~*~*~




    Eran las tres de la tarde y el colegio Raimon se encontraba muy movido. La cancha de futbol estaba llena de mesas y sillas, las personas iban y venían comiendo los pequeños platillos preparados por los chicos. Los cuales estaban por todo el lugar, algunos ayudaban al buffet sirviendo lo que las personas pidieran, otros se movían entre las mesas llevando vasos con agua o soda, según la preferencia de los invitados.

    Las managers estaban en la cocina del complejo cocinando los platillos que los chicos servían. De ves en cuando se les aparecía algún miembro avisándoles que se estaba terminando alguno de los platillos y ellas lo volvían a surtir.

    Todo iba bien, apartado de la actividad, estaba Canon con las “copias” que tenían prohibido ser vistas, para evitar escándalos innecesarios. Canon los instruía sobre el aparato y estos estaban tratando de localizar el lugar dónde lo colocarían. También estaban tratando de experimentar con algunos materiales que tenían en este tiempo, con suerte alguno lograría sustituir lo que necesitaba Canon.

    Con los chicos en la cancha, teníamos a Goenji hablando con “Kazemaru” mientras atendían las mesas.

    -Explícame de nuevo. ¿Por qué estás tu aquí en lugar de Kazemaru?

    - Jah – el chico suspiró – pasaron algunas cosas y él solo necesita tiempo para poner sus ideas en orden. Pronto se le pasará.

    - Si tu lo dices. – igual el goleador de fuego no pudo disminuir su preocupación, la última vez que Kazemaru estuvo distante, terminó con una piedra del meteorito en su cuello… lo que era peor ahora que sabía que realmente era una droga del futuro según Canon.

    - Te lo aseguro y no te preocupes. Lo tendré vigilado. – dijo “Kazemaru con una sonrisa.

    Los chicos se acercaron a las mesas con la comida, Hijikata aprovechó para avisarles que se les estaba derritiendo el hielo, necesitaba que trajeran más.

    -Yo iré – se ofreció “Kazemaru”, al ver que Goenji estaba distraído. A lo lo lejos, venía Yuka de la mano caminando con su nana. El serio goleador estrella tenía una sonrisa mientras caminaba hacia su adorada familia.

    Kazemaru llegó a la cocina encontrándola vacía.

    -Que raro – le comentó a nadie en particular. Fue al congelador a buscar el hielo cuando este se cerró de golpe, dejando al peliazul atrapado - ¡Pero qué! – dijo por el susto. - ¡No es gracioso!

    El ex atleta comezó a golpear la puerta mientras seguía gritando que la broma no era graciosa, hacía frio y una camisa blanca y un pantalón no eran el mejor abrigo.

    Pero el enojo y pequeño susto no fue nada, hasta el momento que comenzó a escuchar unos pitidos en el congelador, “Kazemaru” volteó a ver si encontraba el ruido, había dos esferas en el suelo, apenas alcanzaban el tamaño de una pelota de tenis. Tenían varios botones que emitían una luz celeste. “Kazemaru” se acercó para agarrar uno, pero antes de tocarlo este comenzó a tirar agua a chorros. Se alejó asustado de ambas esferas. El agua ya estaba en sus tobillos y ahí fue cuando el pánico lo inundó de verdad.

    -¡DEJENME SALIR!


    ~*~*~*~*~*~*~*~




    Las managers habían salido un momento a los estacionamientos, había llegado un camión con suministros extra para la noche y para terminar la actividad de hoy. Había muchas bocas que alimentar. Las chicas caminaban de lo más reídas de regreso a la cocina, cuando comenzaron a escuchar golpes y los gritos amortiguados.

    -¡Alguien ayúdeme! – las chicas extrañadas y creyendo que solo fue una broma se acercaron a abrir la puerta, sintiendo un leve charco de agua filtrándose por la puerta.

    -¡¿Kazemaru, estás ahí?! – gritó Haruna para que el chico la escuchara sobre sus propios gritos.

    Aki trató de abrir la puerta mientras el chico respondía.

    -¡Estoy atrapado! – Aki por más que jaló, no lograba abrir la puerta - ¡Esto se está inundando!

    - ¡¿A qué te refieres?! – gritó Natsumi preocupada, Haruna ahora trataba de abrir la puerta jalando junto a Aki

    - ¡Hay unas cosas raras aquí! ¡No han dejado de tirar agua! – el chico a cada momento golpeaba más desesperado - ¡YA TENGO EL AUA EN LAS RODILLAS!

    Las chicas asustadas se pusieron a tirar de la puerta desesperadas. “Kazemaru” golpeaba diciéndoles que ellas podían. Pero el chico estaba aterrado. El gua subía rápido, el congelador no había dejado de funcionar y el agua ahora estaba fría. Muy fría, comenzaban a acalambrarse sus piernas…

    Continuará…

    Ok, antes del próximo capítulo será el ESPACIO VACÍO #2 esta es la última oportunidad para los que deseen participar en mi reto. El Espacio Vacío tengo planificado subirlo el VIERNES 16, así es que mucha suerte a los que quieren intentar y para aquellos que ya dieron sus ideas, muchas gracias por seguir mi reto.

    ¿Cuál fue tu parte favorita?

    La mía es fácil. No, no fueron los chicos durmiendo, fue encerrar a “Kazemaru” en el congelador… Es que lo amo y bueno, viene algo que quiero escribir, pero primero hay que torturarlo un poquito.

    Este capítulo está corto, no planeaba escribir hoy. Pero me animé con lo que conté arriba y por los comentarios y conversaciones que tuve con algunos de ustedes.

    Los amo y los adoro, gracias por seguir esta historia.

    No se olviden de comentarme y dejar su voto. Ustedes alegran mi día con eso y entre más alegro soy, más rápido actualizo XD

    Hasta la próxima, nos leemos…
133 replies since 16/12/2013
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