Posts written by pato359

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    -¿Mi hermano? -se preguntó asustado. No se habia dado cuenta de los múltiples cortes que ahra tenía gracias a los cristales. Una enfermera llegó a ayudarle pero Tyller estaba perdido. Se sentíq vacio, como un cuenco sin nada dentro. Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki...
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    Asintió tranquilo y atendió a la clase sin problema, tomando apuntes además de hacer otra clase de apuntos en su cabeza de en qué cosas se parecía a sus otros profesores. La clase noestuvo muy entretenida así que se puso a rayar su cuaderno.
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    -No, Charlotte, por favor, quedate quieta. Le estas haciendo daño. Por favor, te lo pido -decía afanado intentando recuperar el cuerpo de su amado. En su cabeza no cabía cuál fue el detonante para que ella comezara a comportarse así. -No te haré nada, no es mi intención... ¿dije algo que te molestara? Lo siento pero suéltalo, por favor...
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    -Bueno... es que desde que estudio aquí no había venido mucho por este bloqur y es normal perderse en los pasillo, de ahí lo de laberinto. Entonces, pude encontrar esta clase fácilmente y me siento realmente feliz por haberlo logrado. Es solo eso... nada del otro mundo. ¿O alguna otra pregunta -le dijo coordialmente, pasando de largo como ese chico actuaba. La verdad y no tenía porque actuar diferente solo porque él lo hacía. No.
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    -¿Eh? ¿por qué dices eso? ¿ha sucedido algo malo? Sé que no soy la persona más carismática del mundo pero puedo mejorar... -se levantó de la camilla, asustado por los gritos de la chica. Sus ojos se humedecieron y se sintió a más de mil kilometros lejos de Tsuki, como si la presencia de la niña le hiciera imposible su estadia con él. -Por favor... no, no lo alejes... no les haré nada, a nadie, por favor... por favor...
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    Miro su horario y vio que ya reconocía donde quedaba el salón. En la mañana cuando llegó, creyo ver la placa fuera de uno de los salones del pasillo. Recogió sus cosas y camino lento para mirar su celular en caso de que tuviera un mensaje de su hermana. A veces le hablaba mucho, otras muy poco. Así que no sabía qué esperar, mucho menos, de qué tan buen humor estaría ella para aguantar o resistir x respuesta. Suspiró y llegó al salón, sin querer tropezando con un chico que estaba en la puerta.

    -Lo sien... -detuvo un momento su disculpa por haber visto al chico de la mañana. -Nice to see you again. Parece que te ha ido bien hoy. Yo también me siento realizado, creo que pronto podre adaptarme a este laberinto. Bueno, nos vemos -avanzó hacía los pupitres.
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    Sonrió un poco y asintió.

    -Gracias, Charlotte. Es... un gran alivio saber sobre la persona que amas. Tal vez no lo entiendas pero cuando lo experimentes, sabras que una carga que ni siquiera sabes que está ahí, puede quitarse de igual forma -se quedó callado, haciendo sus movimientos en la mano de Tsuki. No se iba a preocupar por también no preocuparlo a él, sin embargo, estaría más tranquilo si él pudiera apretarle la mano y dijera eso con su propia voz.
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    Los profesores con los que se había encontrado en tan solo dos horas, no se diferenciaban en nada a los que alguna vez tuvo en el colegio. Uno de ellos era muy serio y hablador, aún si tenía la boca cerrada, no podía parar de imaginar que letreros estilo comic salían a su lado con las frases que tal vez en su propia mente estuviera construyendo. El otro, en cambio, era muy hiperactivo pero tímido al hablar. manejaba su clase con batuta en sus manos y nadie se atrevía a negarle alguna afirmación. Quizá así podría aprender mucho en esos años de estudio.
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    -Solo cálmate... tal vez no te guste pero de vez en cuando hace bien solo frenar. Y vuelve, así de sencillo. Ve de donde has venido y listo -sin rastro de rabia seguía ahí, acariciando la mano fría y caída de Tsuki. En su mente solo estaba pensando, más bien, convencerse, de que su novio volvería, que era muy temprano para que se fuera, incluso para que él mismo dejara el mundo. Quería cuidar de sus hermanos, sabiendo que eran sus hijos en otro tiempo. Tenía la energía de hacer tanta cosas. El tiempo debería ayudarle y pasar más rápido a una época feliz.
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    Al volver a su salón, habían más personas. Buscó con la mirada su maleta, dandose cuenta de que no estaba en el mismo lugar que en el que la había dejado: estaba ahora en uno de los últimos puestos, tres filas a la izquierda. Bufó para si mismo y se encogió de hombros. Ya nada podría hacer por ese día. Camino evitando contacto con las personas. Él mismo era culpable de que no tuviera muchos amigos, por muchas razones. Ahí se daba una de ellas, juzgar muy rápidamente o solo no querer conocer. Se sentó en su puesto y miro hacía afuera donde la cantidad de personas iba aumentando paulatinamente.
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    Caminó unos pocos salones más. Cuando llegó vio que ya habían dos personas.

    -Mira, aquí es el salón de cálculo. Si necestas algo puedes pedirle a alguno de los chicos que estan aquí o ir al salón de lógica donde estaba yo. Bueno, hay mucha gente que puede aydarte, la verdad. Fue un placer. Que te vaya bien -toque su hombre suavemente y me regrese al mío.
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    -Hmm... let me think -se paró, dejando su maleta en la silla. Se acercó a él y paso a un lado para ubicarse en el pasillo. Se paró y puso expresión seria en plan pensativo. Sí a la izquierda es... entonces a la derecha... -Sí, sigueme. Ya sé dónde queda -dijo y comenzó a caminar feliz en una dirección, caminando despacio para que él no se perdiera. Ni él tampoco.
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    Se sentó y le impresiono ver que nadie habia llegado todavía. Miro el reloj de su celular, era temprano, pero no creía que tanto como para que de verdad no hubiera nadie. Bueno, tal vez era parte de lo que su padre decía de: "el que madruga, Dios le ayuda". No es como si el fuera católico pero le gustaba mucho decir provervios o refranes. Aleus no era tan así pero a veces los recordaba. Se sentó y se acomodo. Miró hacia la puerta...

    -¡Hola!
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    Revisó su horario una última vez en su celular. Primero atendería a las clases de su carrera de psicología. Luego podría hacer las pequeñas clases de la maestria. Seria fácil. Si lo fue organizar el horario. Bajó en su estación y continuo hacia las puertas en las que ni una persona cruzaba. Solo había un chico ahí parado pero no reparo en él. Siguió derecho al primer salón.
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    -No puedo hacer nada al respecto. Tú eres la única que puede hablar con él así que... convencelo tú. -se encogió de hombros. Recostó su cabeza sobre la camilla, tomando en su mano la de Tsuki. Cerró los ojos y le restó importancia a que sus gafas le tallaran por el peso que hacían en su cabeza.
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