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| | -Mucho gusto. Mi nombre es Aleus -sonrió y levantó su mano también, chocandol suavemente con la del otro. -¿Qué estas estudiando? Yo seré psicologo... y profesor también. Pero no sé de qué. Lo que sea seguro que seré el mejor de todos. -dijo convencido de sí mismo. |
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| | -Sería una buena forma de generar ingresos. Pero claro, tendrías que comprar comida aquí y sería perder todo... sabia decisión -asintió y siguió comiendo sus papas. También deberia traer comida adicional. Primero, tenía que ir al mercado. No, primero ir a reclamar su sueldo. Sí... quizá compre más dulces y... no, no podría venderlos. ¡Son sus dulces! -Ah. Bueno... así toca. Muchas gracias por esto... disculpa, cuál es tu nombre. |
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| Mire un poco su reacción cuando entró. Lo sé, este lugar debe ser muy raro para él. Pensar que esta habitación no es la que un hombre, una sola persona, tendría. Si alguien no conociera esa parte de mí, seguro dirían que es de mi hermana o algo así. Pero no, es mío. Ahorre para comprarlo pues a veces tengo la vanidad de las chicas y quiero verme lindo, o siquiera guapo. Los morrales masculinos a veces eran muy insipidos, en cambio los de las mujeres podían ser muy funcionales y llamativos. me gustan ambas cosas. Desde las ropas, accesorios y todo eso. Ah... no sé si es un grave problema o cómo llamarle a esto.
Pero Nathaniel no dijo nada. Solo pasó y se sentó a mi lado. El corazón se me aceleró y mi cara ardía, fuera por la fiebre o un sonrojo, bien podría ser por las dos cosas. El suave roce de su mano mientras acomodaba el cabello envió un choque electrico por mi cuerpo.
Nos besamos y yo correspondí algo tímido. No entiendo a Nathaniel pero creo que es lo de menos. Me gusta mucho y quiero estar con él, pase lo que pase.
-Se-seducirte... ¡¿Y-yo?! No... yo no quería.... esas no son mis intenciones solo... perdona si hice algo incómodo... me deje llevar, ¡qué vergüenza! -chille al despertar de mi fantasía. Cubrí mi rostro. |
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| Se quedo anonadado por la propuesta. Agradeció y con un asentimiento de cabeza, y sin querer ser tan aprovechado, cogió un paquete de papas también. Terminó sus galletas y luego deboró las papas con gusto. Justo eran de su sabor favorito. En su maleta llevaba jugo así que bebió un poco.
-Muchas gracias. Sí que eres prevenido al traer tanto. Yo no he podido comprar nada y las tiendas de afuera estaban cerradas cuando venía hacia acá. |
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| Se señaló así mismo, incredulo. Terminó de comer una de las mitades de galleta y avanzó hacia él. Miraba más a la persona que a la comida pues podía estarlo llamando por cualquier cosa. Se sentó a su lado.
-Dime, ¿qué necesitas? -intento ignorar el vergonzoso sonido de su estómago retumbando. |
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| | -Hmm... esta bien. Ten cuidado. Sé lo de los cuerpos pero es que soy demasiado sensibles con esos bárbaros germenes. Me enfermo fácilmente -aun diciendolo para mí mismo, me quite la camisa y lo abrace con fuerza como si fuera un imán aderido a un metal. -Sí, me gusta mucho la idea. Me pone nervioso... mucho pero espero caerles bien. |
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| Ocupo su asiento y destapó el paquete de Tosh que apenas y tenía dos pequeñas galleticas de fresa. Cogió una y las separó. Si así fuera, al menos tendría cuatro galletas. Comió de a poquitos. Levantó la vista para ver a esas personas que estaban compartiendo espacio con él. Ese chico que habia estado a su lado tenía mucha comida e hizo que su estómaho rugiera muy fuerte.
-No, que pena~~ -chillaba |
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| | Asintió pero su rostro se contorcionaba en una mueca de desesperación y llanto. Fue a acostarse sin lograr dormir mucho. Kevin había seguido durmiendo como si nada estuviera pasando, estaba muy tranquilo y sabía que estaba lograndl volver a ser solo un alma. |
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| La cafetería era un veneno para el bolsillo. Literalmente. Todo era demasiado caro. Sin embargo, la opción de hoy no era más. No llevó más comida y cerca del lugar no habían muchas tiendas. Hizo un puchero y compro apenas un paquete de galletas. Salió triste, casi como si tuviera dos cascadas imaginarias que caían de sus ojos.
-Comida... comida... comida... |
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| | -Tsuki... -se derrumbó frente a él y comenzó a llorar, pasando a la casa con toda la pena del mundo por no haber recibido el permiso. Pero lo que más le preocupaba era Tsuki. Se sentó en la sala y le contó todo lo que había pasado. Estaba desesperado y asustado. -Haru... no sé cómo alcanzarlo... y si... cometo un error peor... agh, no sé qué hacer... |
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| Se rió. Al parecer no era el único que dormía en clase y despertaba diciendo cualquier cosa. Lo hacía sentir mejor. Él tenía descanso así que no tenía afán.
-Adiós -le sonrió feliz y salió rápido a la cafeteria para poder comprar algo de comer. Necesitaba cosas para llenar su estómago impaciente y ansioso de alimento. |
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| Me sentí liberado cuando retiro la pijama de mi cuerpo. Aún solo con su camisa, no me importaba tener pantalones. Me deje abrazar y yo también lo abracé a él. Quiero darle mi calor.
-Ponte algo. No quiero que te enfermes y el viernes es tu concierto~ quiero que te cuides muy bien, por favor. Y mañana vendrán tus hermanos... |
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| | Tyller pidió que no llamaran a nadie. Se fue con muchas vendas y gasas. Sin saber exactamente a dónde ir, caminó sin rumbo. Sus pies lo llevaron a la casa de Haru. Tocó el timbre, meditatundo. Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki. |
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| La clase terminó con el sonido de la campaña. Aleus terminó de anotar unas cosas y cerró su cuaderno. Guardó todo en su maleta y se puso de pie. Vio de nuevo a su compañero de al lado, ahora dormido.
-Hey, despierta -le dijo suavemente, tocando un poco su hombro-. Ya es hora de cambiar de clase. No ahí llegues tarde. |
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| | Aleus a veces hacia demasiadas intervenciones. Otra cosa que le enseñaron: no callar lo qur pensaba. En el sentido que ahora en clase tenía dudas constantemente y tal vez el profesor ya le estaba causando fastidio. Puso la última página del cuaderno y siguió rayando. Un cubito aquí, y una curva allá. Verde estaría bieníao un azul mejor. Se ensimismo en su propio mundo. |
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