Posts written by LeyiUzumaki

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    Resumen: Deku descubrira que el y Kacchan tuvieron una hija de manera poco convencional y decidara ocultarselo. Pero también lo obligará a enviar a su hija en un viaje jamás imaginado, para mantenerla a salvo del verdadero propósito de su nacimiento.


    Generos: Romance, humor, parodia, au, angustia.
    Advertencia: Lemon. Muerte de personaje.

    Shipps: Katsudeku, Kirikami y TodoIida.


    Capitulo 1: Es una niña primera parte.





    Izuku deslizo con su dedo el extenso hilo que llevaban a cabo un gran número de fans, ellas estaban locamente enamoradas de que él y Kacchan fueran un feliz matrimonio, con el clásico perro, la casa con jardín y por supuesto no podría faltar al pequeño pastelito de limón relleno de una pasta verde, oh si, asi llamaban al hijo o hija que imposiblemente pudiera el dúo tener. Si pudiera responder de corazón y seriedad a todas aquellas preguntas y discusiones del blog de fans "Dúo Maravilla" lo haría sin dudarlo ni un segundo.

    El quisiera responder el inmenso amor que tenía por su amigo de la infancia, las cosas que quisiera hacer a su lado y sobre todo el poder gritárselo al mundo entero: "Vaya que cursi pensaría Kacchan" le dijo una voz en su cabeza, Izuku estaba completamente convencido que este enloquecería si el estuviera de acuerdo con todas esas cosas, no estaba seguro si supiera de la existencia del blog, pero si lo estaba seguramente le saldría humo de la cabeza, esa clase de humareda que señalaría inminente peligro.

    Si pudiera como todas ellas expresar sus verdaderos sentimientos, dejando de lado aquel sentimiento de rechazo que estaba convencido obtendría del peli-cenizo, no sentiría esa opresión en el estómago que a veces llegaba a amargarlo. Cerro la página, borro el historial y se dijo que ya no leería un futuro juntos que, jamás tendrían, asi sin embargo se recargo sobre la cama y miro de junto a Katsuki dormir, al menos eran amantes casuales y compartían de la misma forma la cama.

    Luego observo los chupones y mordidas que tenía en todo su contornado cuerpo de héroe, Kacchan era desmedidamente pasional en el sexo, dejaba marcas por todos los lados, aquellos invisibles y aquellos visibles, que en el trabajo y vida cotidiana Deku ocultaba muy bien de cualquiera y equivocándose en deducir la finalidad real de ello. Finalmente dejo su teléfono celular en la mesita de luz antes de acomodarse y quedarse dormido, mañana serian un dia complicado, igual a cualquier otro.

    No por mucho asi fuera como comenzó, era la hora del almuerzo y estaba en la cafetería de su agencia, atento a cualquier incidente que pudiera ocurrir. Últimamente la nueva liga de villanos, que a si mismo se hacían llamar la "Neo Liga" estaban muy activos, reclutando héroes al lado oscuro cada vez con más frecuencia.

    Jugando con su comida no dejo de pensar en uno de los comentarios del blog que estaba leyendo la noche anterior, esa fantasía donde recibía a Kacchan vistiendo solo un delantal y él le pedía obscenamente si podía cenarlo. Sonrojándose violentamente, hizo a un lado su almuerzo, en que estaba pensando. ¿Y si esa relación física debía acabarse en algún momento? Supuso que sería lo mejor, no tenía mucho propósito, más que el que ambos descargaran su enojo con el otro en una buena ronda de sexo, ni siquiera recordaba, o quizás no quería, el cómo habían llegado a "ser amigos sexuales", vaya que catástrofe fue eso.

    Se convirtió en una rueda que giraba continuamente y cada dia se hacía, más y más, y más grande, tomando al mismo tiempo mucha velocidad e imposibilitada cada vez de ser detenida. Suspiro como si de repente estuviera muy cansado de pensar en todo, fue cuando se puso de pie para dar una vuelta que se cruzó a Katsuki. Ambos trabajaban en el mismo lugar, no por nada eran compañeros héroes, se complementaban perfectamente para defender la ciudad. Al igual que en el sexo.

    Ninguno dijo nada, solo se miraron y la furia en los ojos rojos de Katsuki se notaba mucho, este le observo de pies a cabezas y se detuvo en su cuello y luego hizo una mueca pasando por su lado atropellándolo a apropósito con su hombro. Aquel enfrentamiento no duro mucho pues habia llegado la alarma de ataque, primero fueron convocados héroes de menor rango y luego, Deku y Ground Zero se personaron en el campo de batalla, dejando de lado disputas y tratos, para concentrarse en el villano que impasiblemente les esperaba a ambos.

    —¡Ground Zero! -clamo Deku tras impulsarse en el aire y socorrer al peli-ceniza, que una vez en tierra firme se volteó molesto hacia el héroe número uno. Sin embargo, tendría tiempo de insultarlo y amedrentarlo con sus explosiones una vez que acabaran con el trabajo.

    Al impulsarse en el aire arremetieron otra vez contra el villano, fue Izuku el que termino por ser lanzado esta vez hacia los escombros de un edificio, pero no estaba perdido, su reacción fue tan rápida como para comenzar con el siguiente ataque, por destruir ya no habría que preocuparse puesto que el centro de la ciudad parecía haber sido víctima de las peores de las catástrofes y ya todo ciudadano habia sido evacuado.

    Cada héroe batallaba su propio villano, pero tal y como en un video juego, Deku y Ground Zero se encontraban adelantados contra el jefe final, el líder de la Neo Liga de villanos que habia sido liberado por sus seguidores. Llevaban un largo rato batallando desde que recibieron el llamado, aquel que solicitaba a los pro héroes. Mantuvieron en raya una dura y equitativa batalla, explosiones, ráfagas y fuego se estrellaban en el aire cada que se impulsaban en este.

    De un lado Deku y del otro Ground Zero que acorralaron inteligentemente al villano en la azotea de un edificio y más allá, registrando la feroz batalla un entrometido helicóptero.

    —¡El Wonderduo aparentemente acorralo al villano, no podemos acércanos mucho más! -efectivamente, todos podían ver como su pareja favorita de héroes y algo más, ya casi acababan con el villano. —Oh no, miren—exclamo la periodista, la cámara enfoco perfectamente a ambos héroes, número uno y número dos, golpearse mutuamente cuando el villano se teletransporto y sonrió orgulloso.

    Por un lado, Katsuki se llevó un mano a la cara, todavía sintiendo el peso del puñetazo de Deku, parecía como si todavía estuviera estampándolo en su cara, pese a que este al ver que se golpearían disminuyo la fuerza. Por el otro el peli-verde aun sentía la ardiente explosión de Katsuki en su rostro, este no habia retrocedido ni un apice e inmediatamente que se distrajo de su puñetazo arremetió contra el villano, dejándolo atrás.

    —¡Oe, nerd de mierda! -grito, Deku se impulsó otra vez, encendiendo el poder en su brazo y en la misma posición de antes, intentarían un golpe doble otra vez.

    —¡ Detroit Smash Dúo! -gritaron a la vez, a todo pulmón y esta vez sí, vieron satisfechos como el villano recibió la fuerza combinada de ambos. Lo que le hizo girar en espiral y caer del edificio, para luego impactar de lleno en la cera de la calle que estaba por demás destruida. Todos los espectadores festejaron fervientemente la victoria del dúo maravilla al igual que los héroes cercanos, cuyas batallas se vieron igual de concluidas y tenían un rostro sonriente.

    Pero el festejo antes de tiempo los obligo a borrar aquellas sonrisas de sus caras cuando una ráfaga con forma de tornado, azoto a todos y cada uno.

    El villano herido y con una sonrisa satisfecha se habia reincorporado y luego se abrió justo en su posición un extraño agujero negro, no por nada se lo conocía como el villano Black Hole. Cualquier escombro de su alrededor fue succionado hacia él, incluso el edificio donde Deku y Ground Zero todavía respiraban agitados por la batalla, no habían tenido tiempo a reacción, que habían sido atraídos y secuestrados por el enorme agujero negro.

    Asi como se habia expandido sucedió un efecto a la inversa y fue achicándose hasta reducirse a un punto negro que hizo un "Plop" y no dejo rastros, ni de los héroes Deku y Kacchan, ni del edificio que estaba frente a este. Lo único que habia dejado fue un silbido silencioso, un crudo sentimiento de desolación ante todo el país que estaba pendiente de la batalla.

    Con cada hora que paso desde aquel incidente, las preguntas no dejaban de llegar al escritorio del héroe Shoto que estaba muy preocupado por Midoriya, suponiendo serenamente diferentes escenarios. Lo que más le preocupaba era que estuvieran tras el One For All de vuelta, años atrás todos se habían enterado de esta herencia, el gran secreto y habían pasado por mucho para deshacerse de la antigua liga de villanos.

    Muchas bajas, muchas batallas, lagrimas, dolor, cualquier cosa que se pudiera imaginar. Aun asi no perdió la compostura, Deku era un gran héroe y Ground Zero también, si alguien tuviera que nombrar al héroe número Uno, definitivamente lo haría, pero refiriéndose al tan aclamado dúo que los amigos de la infancia formaron y fortalecieron en batalla.

    —¿Alguna novedad? -pregunto, dirigiéndose a Ingenium que habia terminado de patrullar e investigar junto a Uravity, pero antes que estos le dijeran la inminente verdad de que no había resultados, fueron interrumpidos por el llamado de Red Riot que se habia ido por su lado con Chargebolt, para investigar las afueras de la ciudad.

    Todo esto bajo la suposición de que, como los agujeros negros eran agujeros de gusanos, habrían diferentes salidas del que se los habia tragado por lo que Deku y Ground Zero podrían reaparecer, en caso de escapar, en cualquier parte y sobre todo lejos de la ciudad.

    —¡Midoriya y Katsubro están aquí, los llevaremos a salvo! -dijo con una enorme sonrisa en su rostro, enseñando sus puntiagudos dientes.

    Shoto sonrió levemente, mientras que Iida y Uraraka no se controlaron en demostrar su alegría.

    Cuando fue inminente la noticia de que habían sido encontrados a salvo, el hospital era un hervidero de periodistas, siquiera se podía transitar por la calle frente a este, todos querían ver y saber cómo estaba el Wonder Dúo. Verlos desaparecen fue una desesperación colectiva, dado el sensible momento que ya estaban viviendo, con la alzada de los villanos cada vez más fuerte.

    Rememorando la vieja batalla, voces en contra y a favor, por un lado los que solo tenían un héroe número uno, a Deku el aclamado símbolo de la paz, otros que solo victoreaban a Ground Zero y luego, aquellos que incondicionalmente estaban de parte del dúo.

    - ¡HAH! ¡¿QUE ESTAS MIRANDO!?-Deku se rasco a un lado de su cara, completamente intimidado ante el repentino arranque de ira de Kacchan. Si bien no habia sido en su contra, si lo habia sido contra la enfermera que estaba curándolo con su Quirk, cuyos ojos no se quitaban de Deku mientras realizaba el procedimiento de curación parecido al de Recovery, no entendía porque se molestaba tanto por ello..

    Si bien Izuku se estaba ocultando a si mismo sus propios celos, de cuando antes la enfermera se había ocupado de Kacchan. no dejaba o bien no quería darse cuenta sobre aquella inaudita actitud de su compañero.

    Cuando terminaron de curar sus laceraciones y tenían vendas por todas partes, fue que Shoto, que esperaba del otro lado de la puerta, se apresuró a entrar y comenzó a interrogarlos respecto a lo sucedido.

    -No recuerdo que paso, estaba todo muy oscuro, encontré a Kacchan por su voz. Quizás estuvimos inconscientes, no lo sé.

    Katsuki volvió a molestarse, pero Izuku no le dio importancia al hecho de que lo hacía por la forma que lo miraba Todoroki, aunque aquella forma solo fuera de interés por saber que habia puesto en peligro al número dos y al número uno.

    -¿Y luego?-antes que Deku dijera alguna palabra, Katsuki se le adelanto.

    -Escuche agua de algún lado y seguimos ese sonido cuando conseguí que este bastardo me encontrara, a medida que fuimos acercándonos no todo era tan negro y luego vimos al cara de idiota señalándonos, estábamos fuera del maldito agujero negro después.

    -Eso es todo-concluyo Midoriya, Shoto estaba muy curioso todavía ¿Cual habia sido el propósito? Las heridas que Deku y Katsuki tenían eran puras y exclusivas de la batalla, para que secuestrarlos y dejarlos ilesos, ciertamente abrirían una extensa investigación al respecto.

    Cuando la tranquilidad fue retomada y el dúo volvió a sus actividades como héroes, sus amigos y compañeros habían organizado una fiesta de bienvenida. Si bien Katsuki odiaba ese tipo de cosas o más bien le gustaban pero no lo admitiría, asistió y se divirtió como todos los demás, bebiendo y escuchando anécdotas de cuando aún eran estudiantes.

    Muchas de ellas involucraban sus continuas peleas con Deku y eso lo ponía de mal humor. Asi, sin embargo, escuchaba pacientemente tomando un trago cada vez.

    Cuando la noche acabo, con Kirishima y Denki demostrándose su amor en público, ya muy borrachos y sin vergüenza, fue la campana que necesitaron para irse cada uno a su casa, separando a la expresiva parejita de idiotas, como los llamaba Katsuki. Ocultando sus propios celos de aquella situación.

    Muy por el contrario de lo que se pudiera suponer, Bakugou deseaba hacer publica aquella muestra de afecto con el propio Deku, él tenía claro lo que quería pero asechado por sus propias dudas y para no presionar a Izuku, y tampoco para no acabar aquel acuerdo de "ser amigos con derechos" se abstenía de toda interacción romántica.

    Al tanto de las fans que los soñaban juntos, pendientes de sus fervientes comentarios y deseando en el fondo, leyendo furioso las obscenidades que pudieran llegar a publicarse, que cada una de ellas se hiciera real.

    -Deku, ven un momento-Izuku abrió sus ojos sorprendidos, aquella baja y secreta voz de Kacchan sabía que significaba. Cuando Kacchan dejaba de comportarse como un adolescente y se portaba con el temple de un adulto, sin dar rodeos, sin amenazas y dejando en claro con la mirada que quería y que era lo que el propio Deku quería, ya no hacía falta preguntar, ya no hacían falta las palabras. Se despidieron de sus amigos, incluso ellos: él y Katsuki, fingieron irse por separado, pero en realidad media hora más tarde estaba de espaldas a Katsuki, en el pasillo que llevaba a la habitación del peli-cenizo, en su departamento.

    Dejaron un regadero de ropa, se besaron con pasión y se dejaron ir muchas veces en la cama, cuyas sabanas estaban húmedas y revueltas.

    En aquella sección de sexo descargaron toda la mutua frustración que llevaban dentro, aquella orgullosa frustración que era el no poder ser capaces de transmitirse sus verdaderos y recíprocos sentimientos.

    Otra noche que se dormía en la cama de Kacchan, otra noche en la que Deku se volteaba a un lado conteniendo las ganas de abrazarse al cuerpo de joven-adulto que tenía Kacchan. Era otra noche que Katsuki chirriaba los dientes, al contener las ganas de estrujar en sus fornidos brazos al jodido Deku y en la que también le daba la espalda.

    Cuando amaneció al siguiente dia, el sol de un ventanal dio de lleno en el cuerpo de Deku, otra vez marcado y cubierto nada más que una fina sábana blanca, al pie de la cama estaba parado Katsuki: que llevaba envuelta una toalla en la cintura y se secaba con otra el cabello.

    -Vístete, tengo que irme-cierto, penso Deku, habia olvidado que Kacchan viajaría a la otra prefectura para dar una conferencia o era un evento. De Cualquier manera sabía que no saldría en la televisión, solo se haría presente.

    Bakugou era patrocinado por un importante empresario que fabricaba todos sus productos, desde figuras de acción, hasta estatuas a escala real que volaban al igual que las suyas propias del mercado, sabía también que Kacchan no se quedaba con su parte de las ventas, incluso penso que hacia todo el show gratis pero desestimo la idea, quizá donaba todo a alguna fundación, y tampoco lo sabría pues no se alentaba a entrometerse y preguntar. Estaba seguro que recibiría el dedo medio de Kacchan, una explosión y un "muérete, metete en tus asuntos nerd", si aquella vehemencia solo la usara en el sexo.

    Deku suspiro y se estiro, buscando su ropa interior, en poco tiempo estuvo vestido y fuera del departamento.

    "Se imaginan, Deku despidiéndose de Ground Zero con un dulce beso en la mejilla" recordó algunas frases de aquel olvidado blog sobre él y Kacchan, tenía que haber algo para olvidar eso definitivamente y no hacerse ideas equivocadas.

    -Solo espero que este viaje no me tome mucho tiempo-penso Katsuki, ya se encontraba abordando su vuelo, preocupado de dejar la ciudad. Sabia y confiaba en que Deku podría encargarse, no sería engreído en ello, pero no quería que volviera a salir lastimado y que no estuviera allí para salvar su trasero.

    Lejos de allí, Deku se encontró con un caos en la agencia, sin saber que la respuesta a esto estaba esperando detrás de su escritorio de trabajo, cuando se asomó listo para redactar un extenso informe, vio a dos héroes de pie que conocía de lejos, charlando con Shoto que parecía receloso como Katsuki mientras trataba de sacarles información.

    -Oh, aquí está el-dijo uno de ellos, que se abrió de su compañero y camino hacia Izuku, extendiendo su mano efusivamente.-Héroe Deku, el número uno, un placer conocerlo personalmente-Deku se sonrojo al ser llamado de aquella forma, pero correspondió al saludo.

    -Podría dejarnos a solas, héroe Shoto. Es un tema a tratar solo con el numero uno-dijo el otro, que con su tono de voz se revelo como una mujer.

    Todoroki se vio todavía más intrigado por esto, pero no opuso resistencia, estaba seguro que más adelante se enteraría de sus intenciones, asi que abandono el lugar mirando furtivamente a Deku.

    Antes que Deku hiciera o preguntara nada, el que habia extendido su mano hacia el activo su Quirk, tapándose los oídos y extendiendo un manto invisible, que rodeo su oficina y a ellos cuando retiro sus manos.

    -Con esto solo usted escuchara lo que tenemos por decir-Deku se puso en guardia, pero la mujer sonrió. Sabía de los héroes que trabajaban en secreto, pero aun asi siempre habia desconfiando de ello. Varias veces durante estos años el y Kacchan se habían infiltrado en organizaciones y demás, en misiones secretas cuando todavía estaban escalando como héroes, pero ahora tenía un mal presentimiento.

    -Él es Z, yo soy K, no debes temernos dulzura.

    - ¡¿Que quieren?!-trato de sonar amistoso, pero un por un momento intento actuar como Kacchan. Mostrarse desconfiado, un poco menos amigable que de costumbre.

    -Fuimos enviados para una misión secreta, tiene que ver con el líder de la Neo Liga de Villanos, tenemos un plan de infiltración para capturarlo.-Izuku se impresiono y luego quito su posición de batalla.

    -Nuestra organización tienen la pista de donde podría estar ocultándose, y tenemos la certeza de que podría ser la base secreta-hablo Z, la mujer. Ambos estaban vestidos de negro y tenían el mismo color de cabello: un blanco azulado eléctrico y llamativo.

    -Por eso-continuo el,-necesitamos que forme parte del plan. Sera muy sencillo pero peligroso, y no debe conocerse entre muchas personas. Nuestros métodos de trabajos son algo diferentes de cualquier misión secreta que haya tenido antes—aclaro, esperando lo siguiendo que el peli-verde preguntaría.

    —¿Y por que no, solicitarme a mi y Kacchan o cualquier otro héroe? Todos aquí y allá afuera están calificados—sonsaco, el admiraba a todos y cada uno de sus compañeros, no quería favoritismos solo por ser el numero uno y el símbolo de la paz.

    Como si fuera una grabadora, K reitero:—Nuestros métodos de trabajos son algo diferentes de cualquier misión secreta que haya tenido antes.

    —Además—siguió Z—no necesitamos que muchos héroes estén involucrados, necesitamos su fuerza Numero Uno y nada mas que eso, no arriesgar mas de lo necesario.

    Repentinamente Deku comenzó a murmurar cosas inentendibles asi mismo, dejando desconcertados a los héroes extraños y luego, se puso firme y se dirigió hacia ellos. Tenía una decisión tomada y todo gracias al solo pensamiento de mantener a Katsuki a salvo, a lo único que quedaría para defender el país y a sus habitantes si a él le pasara algo.

    -Díganme que debo hacer-ambos sonrieron, estaban fascinado con aquella sonrisa de determinación que era tan popular y tan querida, del símbolo de la paz, del Héroe Deku.








    Notas de autora:


    Hola, que nervios. Pues aqui estamos, fue un inicio raro, soy mala para los primeros capitulos. De hecho habia vuelto a reescribir el inicio. Se me ocurrio mostrar esa complicada relacion de Deku y Kacchan adultos, el como se aman pero hacen todo por que solo sea "amigos con derechos". Ire enseñando cosas poco a poco y veran para donde quiero ir, aunque podran hacerse una idea. Espero que les haya gustado este primer capitulo.

    Hasta la actualización.
  2. .

    Capitulo 2: Cigarillos.






    Nastacia, Nastacia... Ella...
    No podía ser cierto, realmente no podía creerlo, acababa de morir en frente de mis ojos y yo no habia podido hacer nada.
    Si me llamaban no oía, Nastacia era ahora carne muerta que podía moverse... Pero nada más que su cuerpo y figura quedaron, mientras caminaban hacia nosotros.
    Alek fue quien me tomo del brazo y me arrastro fuera, pero pareció arrepentido de ello cuando me lanzo al suelo.
    - ¡Ahí te quedas, mira que lo ha pasado por tu culpa! -acuso, aun no reaccionaban. -Mejor sirve para algo y quédate allí, mientras huimos-lo observe como no entendiendo.
    Busque ayuda con la mirada a Garsha y Salvik, pero no dijeron nada.
    - ¡Garsha, Salvik, vámonos! -giro hacia mí, me miraba con un profundo odio envuelto en lágrimas que se desprendía de sus ojos.
    -Pero-y vi sin hacer nada, en parte lo merecía... Como soltaba el inhalador al suelo y lo partía a pedazos con sus pies.
    Solo cerré los ojos, ya no quería saber, aunque aún escuchaba: como los gruñidos de la muerta multitud se tornaban algo muy horrible y chirriante...


    Naum ya ni vio ni oyó nada de repente, y todo su cuerpo se sentía liviano, entero. ¿Qué era lo que pasaba? ¿Se habia ya muerto? ¿Vería a Nastacia?
    Cuando se atrevió a mirar descubrió que su alrededor era un lío de sangre y de pie frente a este habia un tipo de grandes botas y ropa militar, que ocultaba la dirección de su mirada con un par de lentes de sol.
    Era un afroamericano pelirrojo, muy ancho de hombros y se veía bastante temible.
    Naum aún estaba asustado y conmocionado, pero aun asi vio con un confuso asombro que él otro se diera la vuelta sin más y comenzara a caminar lejos de allí, mientras limpiaba su afilado machete en la botamanga de sus pantalones.
    Respiro lo más lento que le fue posible, tratando de no agitarse y conservando la pausada marcha de su corazón. Animo a sus piernas a erguirse y abandonar su patética postura: como si acabara de ser tirado y de hecho no estaba alejado de ese hecho.
    Cuando consiguió ponerse de pie todo lo que le quedaba era detener la marcha tranquila, que su salvador comandaba ya sin la preocupación de que "ellos" se metieran en su camino con la voraz intención de despedazarlo.
    -¡Espera!-exclamo, guardando todo el aire que podía y la calma que, realmente no tenia. Todavía seguía asustado.
    Él otro ladeo media cabeza para observarlo y continúo caminando.
    - ¡Solo espera! -insistió, quizás tenía que seguirlo, aunque algo muy en el fondo le decía que no era una buena idea y solo satisfacía la necesidad de no estar solo.
    Cuando su cuerpo giro por completo, su mano se quitó al mismo tiempo los lentes y una vacía mirada se le fue devuelta. Tuvo la sensación de que aquello no era humano y solo uno más de "ellos" que tenía la capacidad de controlarse, de canalizar su bestialidad.
    - ¡¿Qué diablos quieres?!-la cuestión fue liberada como un gruñido, dándole todavía más fuerza a su debate. Sin embargo, Naum continúo acercándose, sin decir o hacer nada hasta detenerse más cerca para comprobar sus observaciones.
    - ¿Como te llamas...? -pregunto.
    El otro vacilo molesto.
    - ¡¿Porque quieres saber?!
    -Bueno tu... Me salvaste-y el otro lo miro como si acabara de decir una gran mentira. -Creí que... Seriamos un equipo, solo digo, tú te ves solo, yo estoy solo-quizás nunca debió decir aquello y entender fácilmente que debió dar la vuelta y alejarse, cuando debía.
    ¿Porque sus esperanzas de vida se animaron?
    -En primer lugar, tenía muchas ganas de fumar y en segundo, tu allí echado como un idiota impedían el primer hecho.
    -Entiendo...-satisfecho volvió a darse la vuelta y siguió caminando, cuando Naum le detuvo de nuevo.
    - ¡Es que no entiendes, no seré la mascotita que te salve el culo! -pero, de nuevo con la mirada oculta por los lentes de sol, abrió los ojos por la sorpresa.
    -Ten... Seguro los necesitas mucho-Naum extendía la cajetilla de cigarros hacia él y cuando las tomo comenzó a irse en dirección contraria.

    Oh Naum eres un idiota, por eso quizás tus amigos te habían abandonado, por eso estaba completamente solo...
    Me repetía a mí mismo como si siguiera echándome más tierra, de la que ya llevaba encima...
    Nastacia continuaba gritando con horror en mi mente y mi corazón punzaba ante ese hecho...
    No sabía hacia donde habia caminado, pero me detuve lentamente sosteniéndome de una pared...
    Todo estaba ilusoriamente silencioso, estaba seguro que "ellos" aparecerían en la próxima esquina... Pero acorde caminaba y mis fuerzas se iban, todo seguía solitario.
    ¡Vamos, yo quiero morir!
    Y ni aquel grito fue suficiente, todo seguía solo, nada más que mis lentos pasos siguiendo y siguiendo hasta esperar la muerte.
    Me deslice hasta caer por la pared y empecé a tomar lentas bocanadas de aire, mis pulmones me lo agradecían cuando podía respirar con normalidad.
    Como una revelación supe que debía hacer mucho más que gritar y fue cuando al mirar al frente descubrí que habia allí un parque de juegos para niños.
    Mis ojos llorosos se iluminaron y ensanche mis labios en una sonrisa, era mi espectacular momento.
    Estaba feliz y triste por lo que haría, pero ya no podía seguir... Ya no soportaba la presión, el cuello de Nastacia desgarrándose frente a mis ojos y los ojos acusatorios del resto de mis amigos, no los culpaba pues era toda mi maldita culpa.


    Se escuchaba muy lejos el tintineo metálico, como si fueran campanadas de un muy mal augurio. Se anunciaba una tormenta de carne muerta que pisoteaba en embestida y rumbo a una sola dirección.
    En todo el apagado silencio de la ciudad se escuchaba un golpe tras otro contra el metal y el lejano y llano sonido del columpio, en ese momento tanto los vivos como los muertos fueron avisados de la muerte.
    Naum no se detenía, ya podía escuchar los gruñidos guturales como susurros que se volvían la voz de una multitud y ningún vivo se acercó, solo muertos, llenos de sangre fresca y seca, algunos sin piernas, otros con órganos a la vista.
    Era un maravilloso desfile de Zombis para su muerte, Naum sonreía y agitaba el columpio que pegaba cada vez que lo tomaba y agitaba contra su propia base.
    Cuando se detuvo ya los veía venir a tropezones, habían olido su sangre, como esta brotaba de una herida hecha a propósito en su brazo para hacer muy bien de carnada. Estaba listo, aunque muy asustado cuando escucho el fogonazo que, disperso en reversa a la mitad del grupo, los que parecían más novatos, pero aun había más que iban a por él, y escucho el segundo fogonazo y luego un machete agitado como una espada en el aire, cortando la cabeza de la mandíbula, que iba a incrustarse directamente sobre su cuello.
    A morir tal y como lo hizo la hermosa Nastacia.
    -¡Eres un idiota y pretendías hacer equipo!-Naum miro más asustado esos ojos vacíos, mirándolo con rabia- ¡Como puedes hacer semejante escándalo, bloqueaste todo el camino!-pero no lo escuchaba realmente, lo ignoro y camino con decisión hacía la muerte, ignorando la vida.
    -¡No deberías estar aquí, sé muy bien lo que hago!-aseguro, comenzaba a sentir como la garganta se cerraba y sintió una mano aferrarse al brazo de su herida y fue apartado bruscamente, otra cabeza rodo y su mandíbula fue alejada de su cuello.
    -¡Maldito hijo de puta!-le oyó gritar, pero le llego como un zumbido.
    -No entiendes... Porque sigues salvándome vete... de aquí...
    -Asi me agradeces que te haya salvado-contesto, no iría a convencerlo con eso.
    -Yo no te lo... He pe-pedido... Aun tienes tiempo... Yo... Sirvo muy bien de carnada...-y clavo los dedos en su herida, soportando el grito de dolor, debía resguardar aire, y la sangre brotaba con más fuerza.
    La mirada del extraño soltó un fulgor.
    -¡¿Por qué tu...?!-pego una patada a uno y corto la cabeza de otro, la sangre salpicaba, pero todo era incontrolable, entonces se le ocurrió subirse a la base de una encrucijada de toboganes, al menos podrían hacer tiempo allí.
    -Es inútil... Ya estoy condenado... De todos modos, si éramos un equipo... Tienes buen instinto, sigue usándolo... No... N-No debes, estar cerca de mi...-y su garganta se pegó entre sí, su boca intentaba succionar aire pero este no entraba, comenzaba a parecer como un hueco seco.
    El otro observo a los Zombis y a Naum, entendiendo muy rápido que sucedía cuando quedo boca arriba en la arena del parque.
    -¿Tienes asma...?-pregunto con estupor... Naum negó, pero sabía que no podía engañarlo y lo supo cuando el aire por fin entro a sus pulmones y vio la mano morocha sobre su boca, acabando de accionar el inhalador, envuelto en una cinta verde agua.
    -Tu...-lloro, no podía ser cierto. Busco los ojos vacíos para asegurarse pero observo cierta luz viva y un poco cálida, como si estuviera prendiéndose lentamente, de a poco y a medida.
    -Vas a cuidarlos, cuando te los pida debes tenerlos-le extendió los cigarrillos, dejándolos dentro del bolsillo de su chaqueta-y debes cuidar esto por sobre todo o yo mismo te mataré-asevero, Naum no podía creerlo era inverosímil-ahora levántate y sube a los toboganes, podremos salir por atrás hacia los puertos.
    -De acuerdo...-dijo, habia algo que evitaba ya no ignorar sus órdenes y quizás...
    Quizás la necesidad de dejar de estar solo de nuevo. Ese hombre se volvió maravilloso ante mis ojos y sentía que ya no podía dejarlo.
    Aunque Nastacia estuviera allí todavía con un sentir diferente, este hombre lo estaba ahora...
    Asi lo sentía y mi corazón también... Aunque no era mi tipo, vaya pensamiento tonto, pero era lo que sentía mientras bordeábamos a los cadáveres vivientes y avanzábamos hacia el puerto ruso, aunque todavía estaban lejos seguro caminaríamos mucho y yo me aferraría a ese Inhalador que se agitaba con los pasos, dentro de mi bolsillo.
    -Un cigarrillo, ya-escuche su voz, reaccione inmediatamente y con la mano del brazo ya vendado, saque la cajetilla y tome un cigarrillo, que le extendí en silencio.
    Inmediatamente lo encendió y comenzó a Inhalar, yo no quería pero tosí.
    -Lo siento...-articulé, pero el no dijo nada, se alejó lo suficiente para que el viento se llevara el humo al lado contrario.
    Era demasiado considerado para ser cierto, a lo mejor habia muerto y este era mi más allá, sonreí inconscientemente.
    - ¿Que es tan gracioso? Vamos, cuéntame el chiste.
    Lo mire y al no ver esos ojos vacíos, le dije la verdad pero con camuflaje de chiste.
    -Que no eres mi tipo, aun asi me gustas mucho...-él se sonrió.
    -Quizás sea divertido tenerte de mascota, vamos, sígueme-durante el resto del camino no dijo nada, yo lo seguía de lejos y al pendiente, hasta que llegamos a una galería, ya nos habíamos alejado del puerto al que no pudimos observar demasiado, solo caminaban un par de "ellos" muy dispersos. Asi que mientras fuéramos en silencio, estaríamos bien a donde fuera que fuéramos, seguramente un refugio, que era una tienda donde vendían artículos de pesca.
    -Dormiremos aquí, echare un vistazo, no hagas o toques nada-yo asentí, pero el me miro furtivamente.
    -Lo entiendo, puedes ir tranquilo-y solo entonces se alejó.



    La tienda era grande, porque allí no solo habia cañas y bolsas para dormir, sino tiendas para acampar de diferentes tamaños, muchas de ellas armadas en aparentes escenarios de "acampada" con troncos y llamas falsas.
    Naum estaba allí, despreocupado cuando sintió el jalón y luego fue derribado al suelo. Cuando quiso reaccionar tenia a un vivo presionando una mano sobre su boca, piernas aprisionando las suyas, otra mano ciñéndose a su garganta con mucha fuerza. Y sus brazos agitándose en un grito mudo, luchando por liberarse. Ahora si tenía miedo a morir, no quería decepcionar al extraño que le habia salvado, ni siquiera sabía su nombre, si quiera se lo habia preguntado.
    -Tu eres el que ocasiono todo ese ruido, he perdido a la mitad de mis hombres por tu puta culpa, querías morir, te hare el favor-sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas y su garganta retornaba a cerrarse, cuando el cuerpo encima suyo fue derribado.
    Naum se alejó hacia atrás agitado y cogió el inhalador, calmando sus desesperadas ansias de tomar aire.
    - ¡Que crees que haces Rene! ¡Este maldito hijo de puta me ha arruinado!
    - ¡¿Qué crees que haces tú?! ¡Esta es mi zona, yo mismo me encargue de liberarla, días y noches y bueno sabes...! -Rene bajo su tono, torciéndole el brazo con mucho temple-Sabes Dimitri que es complicado tener una mascota muerta, asi que me conseguí una viva.
    - ¿Entonces cambiaste de opinión? Bien, lo perdonare si me lo prestas, lo dejare vivo, pero me voy a divertir mucho. Solo un dia en lo queda de mi unidad.
    Naum entendió a que se refería y sudo frio.
    -No-dijo Rene tajantemente, pasando una mano por su corto y colorado cabello que le cubría la cabeza muy al ras, recientemente se habia rapado.-Le gustó mucho, quizás te la muerda y no creo que quieras perderla.
    -Entonces tendré que ponerle un bozal-ante eso le torció más el brazo, haciéndolo gritar de dolor.-Espera ¡Maldita sea, espera!
    -De seguro tu escuadrón se lo busco, si te atreves a acercarte por aquí de nuevo volare a los que quedan ¿Entiendes?
    -Si... Lo entiendo, pero...
    - ¿Pero? No he olvidado lo que sucedió, estoy listo con trampas por todos lados, en cuanto cruces el límite establecido te mataré, aun sigo estando a cargo y no seré benevolente con tu muerte, dejaré que el resto de mis mascotas te despedacen lentamente.
    Dimitri sabía que hablaba enserio y no dijo nada más, cuando libero su adolorido brazo, retrocedió lejos de Naum y ni siquiera lo miro, que se encamino hacia la salida.
    -Te dije que no te metieras en problemas.
    -Pero yo... Lo siento, por mi culpa, aunque...
    -No te tocaría ni un pelo, todavía me gustan las mujeres. -Aseguro, Naum se decepciono un poco y se avergonzó ante la evidencia de querer ocultar sus deseos con chistes.
    ¿Quién era este tipo realmente? El solo sabía que se llamaba Rene y probablemente sería muy peligroso.
    -Maldita sea, solo dame un cigarro y deja de temblar-Naum saco muy deprisa el paquete y nuevamente, en un par de segundos Rene estaba inhalándolo, esta vez pesadamente, como si estuviera muy enfadado.
    - ¿Entonces te llamas Rene? -tanteo, alejándose él del humo. El susodicho volteo a verlo.
    -Si-respondió a secas.
    -Naum Utka.
    -¿Utka?-observo frunciendo el ceño-¿Tienes algo que ver con "Utka"?
    -Oh bueno, fuiste rápido en relacionar, soy su hijo bastardo, me refiero...
    -Solo tengo su celular, aunque no sirve de mucho-y le enseño el aparato, con el dibujo de un pato y el "Utka" escrito debajo.-Entonces eres el hijo del dueño, eso quieres decir.
    -Si, un par de billetes en una cuenta y ya, para mantenernos callados, mientras él se luce con sus hijos reales en las fotos de la revista.
    Rene no dio comentarios.
    -¿Y tú, eres militar? Creí que llevabas la ropa por ocasión.
    - ¡Heh! Sargento de la primera división terrestre y la única en pie, el anterior Sargento me nombro antes de convertirse, Dimitri odia el hecho, pero no puede contra mis logros.
    - ¿Tu solo... Aseguraste la zona?
    -Si, en realidad hice una limpieza, tengo mis trucos bajo la manga, porque es imposible con la situación actual aniquilarlos.

    Eres impresiónate Rene, ojalá tuviera el valor o la inteligencia que tú tienes. Solo te escuchaba hablar, queriendo aprender pero no habia nada que sonara a que Naum Utka pudiera conseguirlo.
    Cuando consideraste que me revelaste lo suficiente, ya estaba dándote otro cigarro y sin explicaciones me dejaste solo de nuevo, parecías muy seguro de que tu "amigo" no regresaría y asi de hecho, hasta que la noche cernió sobre nuestras cabezas, lo fue.
    Aun no confiaba del todo, cuando nos preparamos para dormir tenía miedo de que realmente fuera tu juguete o pensaba que Dimitri vendría y tu no lo notarias.
    Realmente lo mordería si intentaba algo.
    Daba vueltas en mi bolsa de dormir, escuchaba tu respiración y aroma a otro cigarrillo, quizás lo tomaste de mi bolsillo cuando dormite hasta quedarme irremediablemente dormido.
    -¡Despierta, debemos irnos, matare a Dimitri!-no termine de entenderlo cuando me jalaste del brazo sano y corríamos hacia la infestada salida.
    -¡Defjame atrás!-exclame agitado, trabando mi lengua-¡Esfpera!-pero Rene era implacable y él siempre estaba delante, me dejaba atrás para protegerme.
    Todavía no amanecía cuando corríamos en la oscura noche rusa y nos alejábamos de la galería, de nuevo hacia el puerto.
    Finalmente, entre sangre y cabezas rodando, subimos a un Jeep que se veía muy maltratado como para andar.
    - ¡Súbete y no cuestiones! ¡Espero que sepas conducir y si no sabes-me dijo, como adivinando mi respuesta-es tiempo de aprender!


    Naum no estaba muy seguro, pero no habia otras opciones en el panel invisible que se planteó frente a él.
    - ¡Estas dementes, nos matare! -de todas formas, trato de negarse.
    - ¡Preferible a morir devorados por "ellos"! ¡No cuestiones y ten!-le lanzo la llave tan rápido que ni siquiera pudo ser capaz de agarrarla, Rene maldijo por lo bajo pero tenía sus propios asuntos asi que mientras Naum buscaba la llave con tanteos, él se divertía y esforzaba por mantenerlos con vida.
    Era una carnicería humana, cuando no le atinaba a las cabezas para acabar con el asunto de raíz, volaban manos y dedos, pies o piernas y brazos cuyas arterias hacían viajar lejos la sangre pútrida. Rene esquivaba todo con una capa de sudor en la cara que, la limpiaba con el antebrazo y evitaba abrir la boca solo para tomar aire luego de que la sangre ajena acabara en el suelo.
    - ¡Rene a la derecha! -Rene giro ante la observación de Naum, que finalmente tuvo la llave en su mano y torpemente la coloco en donde debía. El motor soltó un gruñido áspero y de un salto Rene se sentó en el lado del acompañante, evitando la mordida de uno de "ellos".
    Creyó que le habia sonreído por su observación, ayudándole, pero no se quiso hacer ilusiones. Inhalo aire del inhalador y dio marcha al Jeep por la calle principal, llanamente como si supiera conducir, con el viento azotándose en su cara y el amanecer lento, que aclaraba el camino.
    -Sigue recto, hasta que demos con la valla.
    Y sintió su mano palparlo, lo cual le puso nervioso y al mirarlo observo que sacaba otro cigarro, no le sorprendía que hubiera hecho tanto drama para "salvarlo", por una cajetilla de cigarros. Recordaba, aunque en ese momento virara a la locura, que habían sido tantos amontonamientos de cuerpos destazados, que comenzaba a dudar de nuevo si fuera humano.
    A no ser por el vivo fulgor de aquellos ojos azules que le miraron.
    Se preguntaba porque llevaba un inhalador, si era una chimenea humana y porque razón lo mataría si lo perdía, porque estaba muy seguro que lo haría. En su momento no habia un atisbo de que jugara con eso.
    -Da la vuelta, ahora.
    Naum trago grueso, si lo miraba más tiempo hubiera estado seguro que chocaría contra la valla. Contra la que, antes de girar pudo ver que más muertos, quizás decenas se agitaban con violencia del otro lado.
    - ¿A dónde iremos? -pregunto, todavía al mando. Sin embargo, Rene no dijo nada más que "se detuviera"- ¿Rene?
    Rene se mantuvo en silencio y lo rodeo volviéndolo todo negro... cuando despertó...

    Cuando desperté me sentía mareado y con mucha falta de oxígeno, ya no sabía dónde estaba, no estábamos ya en el Jeep y de junto estaba el inhalador. Pero Rene no estaba.
    Al levantarme me di cuenta que estaba acostado sobre un par de mantas verdes y a mi alrededor todo era un cumulo de cosas del mismo color. Tanques y algunos vehículos, luces blancas, estantes con materiales militares y una puerta que chirrió al ser abierta.
    -Bienvenido-me dijo la trémula voz de Rene.
    - ¿Que sucedió...?
    -Nada, quiero fumar.
    Sentí que algo no andaba bien.
    -T-Toma...
    -Buen chico, si sigues portándote tan bien te dejare salir.
    - ¡¿Que dices, dejarme salir?!-Rene dio media vuelta, abrió la puerta por donde habia entrado y aunque corrí hacia él, entendiendo sus intenciones.
    Me quede allí, malgastando el aire, pataleando contra la sólida e inquebrantable puerta.
    Estaba malditamente encerrado y no entendía por qué.
    Recordé a Dimitri y pensé que entraría por la puerta y juntos me usarían y se divertirían conmigo.
    ¿En qué me habia metido?
    ¿Por qué siempre confiaba en la gente?
    - ¡Rene, maldito hijo de perra, sácame de aquí!


    CONTINUARA...
  3. .

    QUIRK "MAMÁ PATO"




    Resumen: Cuando Izuku surge de un huevo, Bakugou debe cuidarlo porque... ¿Ahora es su "mami"? Lo hara explotar cuando regrese a la normalidad.


    Generos: Romance, humor, parodia, au.
    Advertencia: Lemon.

    Nota autor: Seran dos capitulos muy cortitos espero que les guste.


    Capitulo 1: La "mamá" es Kacchan.





    Katsuki y Todoroki habían sido por fin, merecedores de las licencias provisionales como heroes y aunque, asistían a rescates "reprobatoriamente poco heroicos" para el chico explosivo, y bastantes ridículos, las cosas se pusieron sorpresivamente alarmantes.

    Habían asistido a un heroe poco conocido, aparentemente recién graduado que tenia como Quirk la "inutilidad" misma. Ser "inutil" como Deku, pensó Katsuki, los hacian reveladoramente parientes lejanos aunque asi no fuera el caso realmente.

    E Izuku entro en la historia cuando el heroe que tenia la "inutilidad" como Quirk se dedico mas tiempo a buscarlo. Bakugou se exaspero, no quería cruzarse al maldito nerd pero termino en la búsqueda.

    El Heroe desconocido aun no sabia explicar lo sucedido, entrada la noche, cuando la seriedad era un ritual rigurosamente compuesto en UA.

    Izuku simplemente desapareció, no se sabia como, solo el "donde". Bakugou no lo admitia, pero estaba en su habitación repasando la tarea escolar, muy impaciente.

    Preocupado era mucho que asimilar para su cerebro. Aun si asi fuera se lo negaba cada maldita media hora que pasaba sin que tocaran a su puerta, para decirle alguna noticia.

    Asi que trato de concentrarse en mas que su tarea, aunque ya estaba casi hecha.

    Se levanto de la silla y fue a mirar ese extraño y pequeño huevo blanco que encontró entre los restos de la batalla donde, el nerd había desaparecido.

    En cuanto lo encontró y cogió por accidente de los escombros, sintió la necesidad de llevárselo y ahí estaba ¿Mas grande que antes?

    Seguro estaba teniendo visiones, los parpados le pesaban aunque todavía era temprano.

    Aun no tocaban a la puerta, pero si escuchaba los pasos ir y venir de vez en cuando, murmullos cerca de su puerta, los pasos detenerse justo frente a esta y luego, silencio.

    El huevo no había dejado de aumentar su tamaño.

    Era la madrugada y como hacia ya bastantes horas el huevo de pronto creció, aunque, Katsuki estaba acostumbrado, no había dejado de hacerlo durante todo el tiempo en el que Deku seguia desaparecido.

    Maldito Deku pensó, controlando su cólera y manteniendo su vista fija en él huevo que de pronto, no solo creció otros centímetros...

    Comenzó a hacer ruido, estaba resquebrajándose...

    Crack, crack...

    Katsuki seguía con su mirada fija en él y luego, él huevo comenzó a calentarse...

    Un ultimo crack y zas!

    Él carmín de los ojos de Bakugou se cruzaron con unos verdes esmeraldas saltones.

    -¡¿HAH?!-soltó haciendo la silla hacia atrás con un repentino dolor de culo.

    -¡Kacchan!-exclamo la pequeña criatura, todavía encima de un pedazo del cascarón y desnudo. Con un enrulado y desordenado cabello verde como sus orbes.

    Tiempo mas tarde, las cosas por fin se aclararon.

    -Endeavor lo ha capturado esta mañana. Se trata de un sujeto con dos Quirks que lo complementan excepcionalmente-hablo Aizawa- revierte y adelanta él tiempo en las personas. Por eso Midoriya es ahora un bebe. Su otro Quirk encierra a las personas en huevos para sofocarlos. Le pareció retorcido y conveniente, dejarlo como un bebe y encerrarlo en él huevo a su suerte, para asegurarse de eliminarlo. Afortunadamente Midoriya desato su propio Quirk y salió por su cuenta rompiendo él huevo, descubriendo así que ha estado entre nosotros antes de ser demasiado tarde. Sin embargo, esto ocasionó que al "nacer" viera a Bakugou y bueno-miro a Katsuki, atrapado en sus vendajes. Mientras que Deku, todavía como un bebe, se entretenía en brazos de All Migth.

    Y de pronto, parecía murmurar, aunque era como un desafortunado discurso de balbuceos para si mismo y vio a Katsuki y empezó a retorcerse entre los brazos de su maestro.

    -Ahora Bakugou es la mama pato-si no fuera por las vendas, Bakugou hubiera soltado una destructiva explosion-, fue lo primero que vio y no hay nada que hacerse hasta que pase él efecto... Le quitó catorce años, así que Bakugou se hará cargo de Midoriya 14 días.

    Katsuki aun maldecia, el mismo se habia condenado a tocar el huevo. Era una de las caracteristicas del Quirk "mama pato". Quien lo tocaba no podia dejar de sentir el afan de cuidarlo y llevarselo.

    Aun si iba contra sus deseos, pero claro que su dueño no creería que terminarian por encotrarlo y ahora el rubio cenizo no podia estar mas que encabronado.

    Su cuarto exploto al ver al bebe "Izuku" emerger del huevo e inmeditamente, en medio de su colera todos los estudiantes fueron a ver y sin entender nada, pero al mismo tiempo si.

    Salvaron a Izuku e Aizawa se encargo del resto, sobretodo del explosivo chico que tuvo que ser enredado entre sus vendas.

    Y ahora esto, debia cuidar del estupido nerd, aunque era gracioso que tuviera que usar pañales.

    Por mas que hubiera querido negarse, ahí estaban en su propia habitacion, unos dias despues.

    Contarlos suponia estar al tanto de sus dias de tortura, desinteresarse de cuánto faltaba, suponia que pronto Deku seria "normal" otra vez y se olvidaria del asunto.

    Sin embargo Izuku se habia desaparecido de nuevo, el muy "Deku". Sus manos soltaron inofensivas pero furiosas explosiones.

    Lo había descuidado apenas unos minutos y Deku había vuelto a desaparecer.

    ¿Cómo era posible? ¿De nuevo el villano? Que tanto le iba a retorceder la edad, hasta que fuera un maldito espermatozoide.

    No pensaba cuidar a un "Deku con forma de esperma".

    Katsuki busco por todos los rincones a un inutil, como lo voceaba cada que podía, con un tierno traje de conejo que las chicas le habían hecho ponerse por la mañana.



    Cuando decidió salir de su habitación, fue hacia la sala y se encontró con Kirishima y Todoroki. Kirishima sostenía a Izuku y Todoroki lo observaba.



    -Mira Midoriya, ha llegado tu mami-lo sostuvo por debajo de los brazos, enseñándole a Bakugou.



    -Kacchan...-canturreaba Deku. Katsuki no tenia expresión.



    -Mira Bakugou, mira-decia Kirishima, dándole la vuelta. Ahora lo sostenia Todoroki.



    Una vena se hincho en la frente de Katsuki.



    Y entonces, Deku comenzó a lloriquear con la cabeza hacia abajo y sostenido aun por él bicolor. Bakugou soltó una explosión y se lo quito de los brazos. Demasiado protector.



    -Jajajaja, hermano, mira eso, realmente pareces su Madre, jajaja-se endureció antes de que Kacchan lo embistiera con una de sus explosiones.



    -¡Kacchan! ¡Kacchan!-tarareaba Izuku. Bakugou lo llevaba de vuelta a su habitación.



    -¡Callate ya nerd! -Izuku se silencio.-¡Y como vuelvas a escapar te haré explotar Deku bastardo! -Deku solo se sonrió, Bakugou exploto...



    No podía ser esto cierto, él con un bebe y que era un Deku... Se sujeto los cabellos. Sabia que no podía hacerle nada, no aun.



    -Kacchan...



    -¿Que quieres maldicion?-lo miro muy de cerca, con la expresión mas endemoniada que tenia, tratando de intimidarlo y sin prevenirlo... Los pequeños e inocentes labios de Izuku se plantaron sobre los suyos.



    Cuando Bakugou reacciono, tenia al Deku de siempre entre sus brazos. Besándolo con necesidad.



    -¿Kacchan?¿Ahora ya no estaras enfadado?-Izuku se sonrojo violentamente, estaba convenientemente desnudo.

    El traje de conejo hecho pedazos en el suelo. Katsuki observandolo al fin, despues de tanto tiempo, lascivamente.

    Antes era un jodido bebe, antes llevaba el jodido traje de heroe, pegado a su caliente cuerpo.

    Por eso no queria cruzarselo, ser heroes en el mismo sitio. ¿Que el vestuario no era suficiente?

    -¡Deku bastardo!-reacciono bruscamente y lo tiro sobre la cama-me la pagaras maldito nerd...

    Hace tiempo pensaba que, se las pagaria.

    -Kacchan...-puso los ojos en blanco, ya no lo soportaba. Solo esperaba que esos malditos secundarios no se aparecieran allí para meterse donde no se los llamaba.



    -Deku... Hare que explotes por dentro-gruño. Embravecido.

    -Kacchan...-susurro Deku, habia estado esperando que soltara su furia de aquella forma.

    Mucho.

    Ser un bebe era aburrido, aunque divertido.

    Katsuki lo cuidaba por algo mas que los efectos del Quirk "mama pato"

    Seria un dia muy largo.

    Continuara...


    Capitulo 2: La "mamá" es Deku






    Cuando todo parecia estar olvidado, la situacion se repitio algunos dias mas tarde.

    Deku evitaba a Kacchan exhaustivamente, incluso cuando tocaba a su puerta mientras todos los estudiantes dormian.

    Mas que nada evitaba su mal genio, desde que habia jurado hacerle pagar que tuviera que cuidarlo mientras era un bebe.

    Esta vez asisitia a otro heroe recien graduado, en cosas triviales. En una ocasion ayudo a un viejecita a cruzar la calle, cuando despues de todo su trabajo por evitarlo.

    Katsuki aparecio caminando en la calle contraria, vistiendo su explosivo traje de heroe y tan ideferente que creyo que pudiera evitarlo.

    Una señora salto cuando un "¡Boom!" le sorprendio y casi penso que la mirada asesina era en su contra pero... Vio como un joven heroe de traje verde la recibia.

    Asi que apresuro el paso. Izuku tambien lo hizo, una vez que la anciana cruzo a salvo al otro lado.

    No habia pasado mucho tiempo que la gente comenzo a amontonarse en la direccion que iba Bakugou, en torno a una batalla con un heroe de traje conocido.

    Antes que nadie pudiera hacer nada, uno de los heroes que se encargaba de la situacion desaparecio en el aire.

    Y entonces todo comenzo de nuevo, ahora si, pero del lado contrario de la vereda.

    Aizawa estaba reunido con todos los profesores de UA. Con Izuku y Katsuki tambien. Incluso Endeavor estaba de lejos con los brazos cruzados, desisteresado pero orgulloso.

    -Endeavor lo recapturó esta mañana, desafortunadamente Bakugou ya estaba como bebe y dentro de un huevo, cuando Midoriya lo sostuvo exploto y entonces nos dimos cuenta.

    Vaya si Izuku no lo recordaba, lo intuyo muy bien cuando Katsuki desaparecio en el aire mientras Endeavor se personaba en el escenario de batalla.

    Asi que con el heroe numero dos a cargo, se encargo de buscar un huevo blanco entre los escombros y efectivamente alli estaba, apunto de perderse por siempre.

    A lo largo del dia,hasta que Endeavor capturo al escurridizo villano de Quirk "mama pato" el huevo crecia de manera violenta. Con un "boom", "boom" cada vez.

    Y entonces...

    La pequeña versión tierna, bueno, no suficiente tierna de Bakugou estába atada ahora por las vendas de Aizawa e Izuku miraba la situación atónito.

    Todavia no podia creer que Kacchan tuviera su mismo destino, difinitavemente podria escuchar como le decia "Muere" entre sus balbuceos de bebe.

    Él bebe Kacchan forcejeaba inutilemente por zafarse, con una firme desición a acometer.

    -Al salir del huevo, bueno, ya todos los suponen.

    Al explotar él huevo mas bien, Midoriya se convirtió en la mama pato de Bakugou y debía, cuidarlo catorce explosivos días.

    Como si esto ya no lo supieran. En fin,todo resultaba aterrador para el heroe "Deku".

    Por que su "hijo" no era precisamente un buen modelo de bebe y lo demostró a muy temprana edad. Izuku lo tenia en su cuarto ya, y había hecho explotar la mayoría de los juguetes para bebes que las chicas le consiguieron.

    Sin embargo, estas preferían mas a Izuku como bebe que que a Katsuki y lo dejaron en claro al no volver a visitar al pequeño explosivo.

    Una mañana, Izuku al despertar tuvo una idea muy repentina, sacar a pasear a bebe Bakugou.

    Lo vistió con un "explosivo" traje de dinosaurio, que era lo único que parecía que el bebe de cabello cenizo no veia ridículo como para vestir. Y se encamino hacia la salida.

    Pensaba que tal vez él aire fresco le haría bien. Pero los problemas comenzaron en la puerta de Yuei.

    Bastante había luchado por sacarlo del cuarto y que todos voltearan a mirarlos.

    Katsuki estaba resentido de ser cargado. Su suficiente conciencia de un chico de quince le hacian avergonzarse de tener que salir en brazos de Deku.

    Así que su plan macabro era ponerse insoportable para evitar la salida y hasta ahora, Izuku permanecía en las puertas hacia los dormitorios sin conseguir moverse un solo metro mas haya.

    -Vamos Kacchan, vas a caerte-le regaño, recibiendo una explosión como reprimenda y se suponía que él, Izuku debía darlas.

    Katsuki continuo moviendose, no necesitaba que ese nerd se preocupara por si caía o no. No era un maldito debilucho.

    Kirishima justo iba de salida y vio la situación. Kacchan moviéndose inquieto en brazos de Midoriya, parecía estar haciéndole la vida imposible.

    -Haber, ven aquí hermano Kacchan-Bakugou exploto, como bebe le quedaba peor él apodo o mas bien le calzaba como guante.

    Maldito Deku, maldito Kirishima. Se la pagarían.

    Y cuando Eijirou pudo tomarlo y tiro de él, repentinamente sus pequeñas y explosivas manos se sujetaron a la camiseta de Izuku.

    Kirishima tiro aun mas fuerte, pero él peli-ceniza se negó a soltar a Izuku. Ni él mismo creía que ganaba esa parte inevitable de bebe llorón que no quería dejar a su mami.

    Intentando dejar que Kirishima se lo llevase, pero luchando mas fuerte por quedarse con Deku.

    Maldición, esto era imposible.

    -Vaya, no se porque se pone quisquilloso, si al fin y al cabo quiere quedarse contigo Midoriya-el oji-verde se rasco la mejilla-¡Ah, Denki!-y se marcho a toda prisa.

    -Volvemos a ser tu y yo Kacchan-Kacchan continuaba aferrado a él, y luego paso a mordisquearle un dedo a modo de protesta, aunque su intento de dañarlo era inutil con esa fragil apariencia.

    Con su dedo siendo violentado giro en sus pies y se arremolino hacia su cuarto de nuevo.

    Katsuki todavia lo mordia, pero ya no parecia inquieto.

    -Sabes que Kirishima no habla enserio-Bakugou lo mordio mas fuerte y luego chupo.

    Izuku se sonrojo,sintiendose culpable despues. Y los dias siguientes que aun tenia que cuidarlo.

    Hasta que una tarde, eso sucedio. La noche anterior Katsuki se habia dormido en su cama, detras de su cabeza mientras se entretenia tirandole de los cabellos.

    Fue como si al dia siguiente lo hubiera estado sintiendo, la fuerza de Kacchan madurando mientras lo llevaba cargando, llegaba tarde a clases.

    Deku entendio sus balbuceos que parecían maldiciones.

    Así que se hecho a correr a su habitación nuevamente, dejo a Katsuki sobre su cama y cuando volteo luego de haber cerrado con seguro la puerta.

    Nitro Ignite, le devolvió una fiera y rojiza mirada.

    -Ahora vas a pagarmelas todas, eh
    , Deku bastardo-Deku no se movio y dejo que se acercara peligrosamente hacia él.

    -Kacchan...-suspiro, habatido en sus brazos fuertes y furiosos. Removiéndose de espaldas en su cama, con su héroe encima besando y tocando donde quisiera.

    Dudaba mucho que ahora alguien lo interrumpiera. Cuando el habia sido un bebe, y regreso a la normalidad, Katsuki no pudo "matarlo" porque fueron interrumpidos.

    Y con todos ahora desinterasados de que Bakugou regresara a la normalidad, pues no habia diferencia con su yo bebe...

    -¡MUERE, MUERE!-Oh si, le mataria con todo el placer del mundo.

    -Hah... Kacchan,matame por favor-suplico el oji-verde con la mirada vidriosa.

    Las manos de Katsuki se separaron de sus caderas, para explotar.

    Y luego lo volvieron a sujetar con firmeza.

    Tenia la ropa revuelta y el duro miembro de Bakugou penetrando tras sus espaldas.

    Matandolo con cada embiste. Acariciando su punto de placer, no pudo ser tan malo que hayan sido bebes y que el uno y el otro, se cuidaran.

    Si seria "asesinado" de esta forma. Jamas se olvidaria de la tierna pero feroz apariencia de Kacchan.

    Y Kacchan jamas olvidaria la tierna e inutil apariencia de Deku. Le habia gustado que mirara su espalda por una vez de nuevo.

    Alejo los pensamientos vergonzosos y continuo penetrando a Deku. Su interior era jodidamente bueno. Lo succionaba majestuosamente y como lo ponia de buen humor.

    -Deku volteate-Deku asi lo hizo y sus piernas fueron abiertas de par en par. Katsuki lo veia todo y le avergonzaba.

    -Jodido nerd, como si ya-se sonrio de medio lado, mientras dejo de sostener sus pies-no hubiera visto cada parte de este jodido cuerpo pervertido-, y entonces sujetarlo de los muslos antes de penetrarlo profundamente.

    Izuku se dejo ir entre los vientres de ambos, seguidamente sintio el calor de la semilla de Kacchan esparciendose en su interior.

    -Ah... No volvere hacerlo Kacchan-le dijo mientras jadeaba y le rodeaba el cuello.

    Kacchan se hecho a descansar entonces en su pecho, orgulloso, mordiendole un pezon y dejando una marca.

    -Asi si pareces un bebe...

    -¿¡HAH!?

    -Mi error...-Midoriya sonrio nervioso.

    -¡Muere!-pero en vez de ser golpeado con una explosion, sintio el aliento caliente y luego los fieros labios de Kacchan chocar contra su boca.-Primero te jodere y despues te matare...

    -Lo entiendo, yo tambien te quiero... Kacchan.

    La lengua de Kacchan acaricio sus labios antes de meterse dentro de su boca.

    -Y yo a ti maldito Deku...

    Fin




    Hola, hola. Bien, eso fue todo. En principio fue mi primer Lemon Katsudeku, en segundo lugar la idea de ambos Two-shot surgió debido a dos fanarts. Están en Japonés y no encontre traducción, pueden pedirmelos para ver por privado. Estos fanarts no se que decían, pero en uno Deku era un bebe y en el otro lo era Kacchan, no se si eran sus hijos o algo los convirtio en bebe por separado, asi que como no pude saberlo, escribi esto, tratando de llenar loa huecos y haciendolo lo mas simple posible.

    Hasta Otra!!!!
  4. .

    Inhalame



    Resumen: Naum es abandonado por sus amigos en medio de un apocalipsis zombie, sin embargo puede inhalar un poco de esperanza luego de devolver un paquete de cigarrillos.

    Advertencias: Lemon, muerte de personaje, tortura, gore, violencia y lenguaje vulgar.
    Generos:Romance, ciencia ficción, drama, angustia, acción, zombies, humor.


    Capitulo 1: Cafeinado



    Mi nombre no tendría importancia a menos que necesitaran saber sobre él, sin embargo una vez que comience seguro la cobrara mucho…

    Naum Utka no era nada más que alguien “normal” hasta antes de estar parado justo allí en…

    Más adelante sabrán…

    Comenzando con un vago intento de principio, su nacimiento fue cuando su madre se involucró con un empresario Ruso muy influyente, dando como resultado de la cruza de una americana egolatra e interesada con un empresario ruso frivolo y de apariencias; el propio Naum. Siempre, durante 22 años, bajo la sombra de los hijos que salían de su mano en la fotografía con una gran y brillante dentadura en las revistas y diarios internacionales…
    Una vez al mes él se encontraba frente a la misma situación, citado junto a su madre que se contentaba con un cheque, bastante gordo por cierto, a cambio de mantener el silencio sobre su existencia y el simplemente le seguía el juego “sombreado” de millonarios… con una cuenta y una tarjeta de crédito dorada…
    Les mentiría si diría que no le interesaba el dinero, porque en su posición lo era y lo exprimiría al máximo cuando y la vida se lo permitiera… al menos cuanto la vida de su “Padre” asi durara. Cruel y justo para Naum.
    Al menos era eso lo que creyó que mantendría como pensamiento hasta que eso ocurrió…
    Quisiera poner algo relevante y podría reducirlo hacia una taza de café, bueno está bien… Hasta un largo vaso de Starbucks… es un poco loco que la bifurcación de su futuro iniciara con lo que su Madre estaba convencida, tomo la noche que fue concebido.

    Patrañas, ella incluso ya habia acomodado todo para ir a vivir a Rusia y ocuparse de que, vivieramos como era debido, el gran señor Utka no dejaria que yo estuviera del lado de la luz y le permitira lo que fuera. En verdad ambos me daban asco, pero hasta cierto punto pensaba merecermelo.

    El vaso estaba medio lleno sobre la mesa de la cafetería que solía frecuentar, en una zona comercial de Moscú junto a sus amigos…
    Sus tres mejores amigos y la chica, si, realmente no debería de faltar la chica en la historia de un chico… al menos de un universitario.

    Vivia de la apariencia... Asi que tenia que seguir la corriente y estar imteresado en pechos y vaginas.

    Estudiaba medicina en la MV estatal de Moscú, con desdén para el estaría presente y siempre recordaría el dia que se celebraba “Tatiana”…
    Alek: un chico flaco y alto, musculos en la medida perfecta, rubio de ojos celestes, quien ademas era uno de sus amigos, estaba bebiendo su tercer vaso de hidromiel en el vestíbulo del campus, tras haber engañado al desprovisto y anciano rector. Fue gracioso que consiguiera beber más de un trago, diciéndole que se habia olvidado del bueno Alek, por supuesto, refiriéndose a sí mismo…
    Mientras que el resto, Garsha y Salvik: el primero grandote y de cabello negro y ojos claros, el segundo flaco y fuerte como Alek. Se estaban destornillando de la risa junto a la seria y despampanante Nastacia. Su cabello rubio y sedoso se crispo un poco por la situación, mientras mantenía los brazos en jarra y la cara roja de ira.

    Ella era mi modelo, en secreto intentaba copiar ese encanto natural que poseia.
    Aunque yo tuviera el cabello ordinariamente de un castaño claro y los ojos de un claro color miel.
    Algo en contra pensaba, para imitar el encanto de Nastacia. Tambien era pequeño, flaco y sin nada de musculos.


    La belleza de Nastacia fue producto de una ex modelo Rusa que se habia acomodado, cuando supo atrapar entre sus garras a un influyente político Italiano, no era secreto y sin embargo Nastacia era dulce y seria, Naum todavía mantendría que Alek no la merecía como novia.

    Tal vez deseaba profundamente estar en el lugar de Nastacia, pero juro que ni por un segundo hubiera dejado que...

    Poco después todos siguieron el tren hacia la plaza roja en el centro de Moscú. Pero los estudiantes más allá de admirar a San Basilio de fondo, en una rápida visita al lugar, no demoraron en reunirse bajo el cielo ligeramente rojo—como anunciando que sucedería—disfrutando y haciendo una extraña y primeramente sana previa en una pista de patinaje cerca de GUM.
    Naum solo siguió a sus amigos, no pensaba distraerse patinando, esperando al final acabar en algún club nocturno en una fiesta privada y loca. Ni bien los cinco llegaron a la pista, se acomodó en una banca y sencillamente se quedó dormido, con el trasfondo de murmullos y gritos felices.
    Lo que le habia despertado a solo dos horas de media noche, no fueron las campanadas de la Torre Spasskaya, anunciando la nueva rutina de patinaje, sino su mano, la mano de uñas pintadas de rojo—¿Coincidencia?-que picaba su brazo con insistencia.
    —Naum, Naum…—abrio sus ojos lentamente, cegado un momento al mirar una lámpara por encima de la pista y cuando froto sus ojos, tenía a Nastacia a su lado, observándole—Naum…—susurro, y al segundo siguiente le clavo las uñas en el antebrazo.
    — ¡Nastacia!—exclamo, pegando un leve y patético salto del asiento, buscando instintivamente al resto, pero no parecían estar cerca— ¿Qué sucede?—pregunto con cierto reproche y frotándose el brazo. Realmente se preguntaba cuanto tiempo habia pasado desde que, se quedo dormido, sentado aparte del resto de sus compañeros.
    —Por fin despiertas Naum, Alek se fue con Garsha y Salvik a un club privado y yo me negué porque les dije que solo irían a coquetear con niñas ricas y como supusieron que tu solo querrías ir a seguir estudiando para tu examen de… dentro de un año…—sonrió divertida guiñándole un ojo, Naum se limitó a fruncir el ceño y seguir firme en imitarla, quizas Alek estaria alli con ellos si él tuviera el mismo encanto que su novia, deseaba profundamente que asi fuera.

    Pero a quien engañaba, seguro me odiaria con toda su alma, era preferible que pensara que cada mirada indiscreta hacia Nastacia, era por que me gustaba, en vez de revelarle que... Queria ser como ella para ser suyo.
    Oh si, era muy Gay, me encantaba Alek, era mi tipo totalmente...
    Aunque quizas eso pudiera cambiar...


    —Bueno… yo solo quiero ser precavido, de nada me serviría estudiar con prisa un dia antes ¿Cierto?—pregunto, como si fuera lo más natural del mundo y es que, a veces solía ser obsesivo. Y, de todas formas, no entendía todavía que hacia ella allí con él.

    Lo sospechaba hace un tiempo, no era tan tonto, creo que Nastacia queria dejar a Alek y solo le faltaba un empujon, que yo tambien me insinuase a ella, pero creo que ella... Sospechaba que en secreto miraba el bulto de los pantalones de Alek.

    — ¿Por qué estás aquí?
    —A eso iba, Alek dijo que te despertara, y mira que ni el Spasskaya lo ha conseguido, para decirte que te asegures de llevarme a los dormitorios—volvió a sonreírle y, esta vez coqueteo con el de manera indiscreta.
    —Dime… ¿Qué clase de fiesta es a la que fueron?
    — ¿Piensas ir?—pregunto fingiéndose triste.
    —No, ellos me contaran mañana lo bueno que lo han pasado y siempre tienden a decírmelo y exagerarlo todo para… impresionarme y asi distraerme de mis estudios.
    —Oh bueno, me han dicho con mucha convicción los tres, que irían a una fiesta donde habría que ir disfrazado exclusivamente de Zombi y luego saldrían para asustar niños, sin embargo solo sé que saldrán a impresionar chicas con sus músculos.

    Al menos más de veinte alumnos varones se fueron infiltrando en grupo pequeños y en horarios separados durante la madrugada, para ingresar al dormitorio sin que se pudiera saber que venían todos de la misma y clandestina fiesta de disfraces… por supuesto que el que todos aparecieran como zombis era ya demasiado sospecha asi sin embargo, hasta el último grupo pudo volver a su cama a salvo por ese último dia…
    Ese dia habia sido el peor para Naum por sobre lo que vendría después, he de decirles que se los digo desde la catástrofe absoluta, todo ya paso y seguirá su curso…
    Las dos últimas horas antes del amanecer habia escuchado al principio quejas y luego sonrisas traviesas, consiguió auscultar que algo que se arrastró—era el biombo que separaba su cama de la del compañero- se escuchaba el frote de sabanas, la hebilla de un cinturón que aterrizo en el suelo… la voz de Nastacia, sus jadeos y los de Alek…

    Queria estar bajo suyo y que él estuviera entre mis piernas, que sus jadeos fueran soltados en mi oido, todo esto era una tortura para mi...

    Intento conciliar el sueño, pero al despertar… vio todo negro, ya no eran jadeos de placer, de sexo…
    Como una cachetada despertó en la realidad, consiguió enfocar una mano que lo arrastraba en medio de llantos e insultos que absorbían su mente…. No era precisamente sujetado con delicadeza sino con todo el odio que se le pudiera escupir a uno en la cara y luego simplemente fue soltado en medio de la calle…
    Estaba en medio de un horrible presente que hasta entonces quiso mantener como un sueño, era un sueño que se repetía constantemente… sus amigos jamás le dejarían caer en medio de bestias que solo querrían arrancar parte por parte y saciarse con su carne, no dejar más que restos que luego se pudrirían…
    Probo cerrando sus ojos, quería tanto despertarse…
    Uno… Alek ya no le defendía, no le importaba en lo absoluto y quizá nunca le importo más que el plástico dorado de su bolsillo…


    Porque aun me sigues gustando tanto... Quisiera que eso cambie y quizas...

    Dos, Garsha quien siempre le pedía sus apuntes, quería en ese momento gritarle cuanto odiaba que le nunca le diera las gracias, pero era su amigo y lo perdonaba aun asi…
    Tres… era tan difícil… Salvik quien siempre fue el más sensato, las dos últimas semanas creyó que podría ser un súper héroe… calmado, sereno e incapaz de lastimar a alguien aunque regodeara de todos los mastodontes que habia derribado con sus puños en secundaria, el culparía antes que abandonar…

    Nastacia… Nastacia… ella…


    Despertó en el pasado de nuevo con la humedad de sus labios… Alek roncaba en su cama, el intentaba fingirse dormido tratando de olvidar los sonidos íntimos de la madrugada y Nastacia, Nastacia se fue con el primer canto de los pájaros y lo beso en la mejilla antes de alejarse hacia la salida y escuchar a la distancia el sonido de sus tacos…
    Alek estaba profundamente dormido como para percatarse de que aquello habia sucedido, Naum lo mantuvo presente por unas horas e incluso intento evitar a su amigo…
    Finalmente todo se calmó en su interior con la monotonía del dia, eran cerca de las tres de las tarde y cruzo las puertas del Starbucks, sus amigos ya habían apartado una mesa y aun no habian pedido nada…

    Siempre se reunian alli, siempre eran ellos cincos y entre charlas, los largos vasos de cafe quedaban frios y por la mitad. Ese ultimo dia de paz habia ocurrido lo de siempre, excepto por la ultima sintonia.
    En ese dia "normal" las nubes traviesas amenazaban con lluvia y a traves de la ventana las veia volverse mas copiosas y grises. Hacia frio y estaba seguro que no podria ya disfrutar el sol que era acaparado por aquellas nubes.
    Alek y Nastacia coqueteaban frente a el, evitando a toda costa parecer sospechoso, olvidarse del beso y de que, Alek no habia tenido sexo con él y si con ella: la que muy discretamente le coqueteaba, le prestaba atencion solo y siempre para aprender, pero en ese momento pensaba que seria todo muy obvio y se salto sus "clases de seducción femenina".
    Por otro lado Alek igual se veia ocupado con Garsha y Salvik: aquel Starbucks era muy diferente del resto y era porque lo atendia una señora muy adusta y adulta, ellos siempre intentaban convencerla de cambiar de canal, para ver como en el noticiero de otro canal la señorita "Yulia" presentaba el clima en bikini.
    Estaba claro que ellos no estaban interesados en si lloveria o el cielo solo les jugaba una broma, deseaban que ocurriera un desafortunado accidente y era que aunquesea uno de sus senos se escapara de la diminuta tela.
    La dependiente del Starbucks debio darse cuenta de sus intenciones porque volvieron abatidos y ademas, el conservador programa de noticias que ella veia, acababa de empezar para hablar de la aburrida economia del pais. Eso los haria lamentarse un buen rato.

    Aqui venian...

    -Naum, ya sabes.
    -No, mejor suerte la proxima.
    Ella no ha cambiado ese canal desde que comenzamos la universidad y no cambiara su postura ¿Coincidencia?-Naum sonrio porque no lo era.-Les tiene hechado el ojo y no pienso ir para poner cara de cachorrito mojado.
    -Mi buen Naum-Naum le presto toda la atencion a Alek, no podia evitarlo-vamos, hazlos felices.

    Como todo un perrito faldero, suspire y me levante, listo para la humillación. Nastacia alcanzo a mirarme enojada de haber sido tan persuasivo.
    Podia escuchar sus risas que intentaban ocultar al cubrirse la boca con la mano, pero yo mismo tenia ganas de reir y era mucho mejor que llorar de verguenza.


    -¿Y bien?-preguntaron algunos minutos mas tarde, Garsha y Salvik al unisono.
    Alek se reia todavia y Nastacia se habia hechado un poco lejos de su compania, cuando se sento, ella se posiciono con la silla muy, muy cerca suyo. Como queriendo consolarlo.
    -Les he dicho, es imposible. La endulce de alagos y creanme, si fuera un profesor estaria mas que encantada de cambiarme el canal.
    Los dos suspiraron, derrotados pero todavia con muchas ganas de seguir intentando otro dia.

    Quizas no habria otro dia...

    -Nastacia eres tu nuestra ultima esperanza, aunque Alek es el unico que podra disfrutarte-Nastacia esperaba ya sus dobles sentidos, por eso, casi se sento encima de Naum.
    -Alek, ni lo creas. No me veras en bikini en mucho tiempo...
    -Esta bien... Eso no decias anoche-Nastacia parecio estar a punto de abofetearlo, cuando siguiendo el "oh" repentino de Naum, miraron hacia la televisión.
    Naum noto inmeditamente, mientras escuchaba por lo bajo la conversacion de sus amigos, como la programacion fue interrumpida con un "problemas tecnicos".
    -¿Que sucede?-se pregunto y justo despues, la programacion retorno, manteniendo en vilo a todos los presentes. Alli ya no estaban pudo notar la dependiente del Starbucks, el programa de noticias con sus conductores habituales.
    Sino un hombre con el semblante palido y asustado, que sostenia unos papeles en las manos.
    >>Por orden del Gobierno se ha declarado un toque de queda, que cada uno de los ciudadanos debera respetar. Cualquiera que sea visto tras el horario establecido, sera apresado y llevado fuera de la ciudad.
    Abajo se indicaba: "Alerta, toque de queda, todos en sus casas antes de la siete de la tarde, sin exepcion."
    >>Se suspende todo servicio, de subterraneos, autobuses, taxis y trenes.
    Continuo aquel hombre, en el lugar de los periodistas.
    >>Seguiremos un protocolo de evacuacion mañana a la primer hora del dia, mantenganse conectados a este y todos los canales informativos. Refugios inmediatos: escuelas, iglesias, evitar hospitales y cualquier centro de salud.
    >>Como referencia evitar multitudes y regresar a casa, mantener puertas y ventanas cerradas, si es posible evitar contacto con animales. Esto es repentino, pero el ministerio de salud ha advertido por un posible ataque bacteorologico, por favor no entrar en panico y seguir las reglas.

    Como si eso fuera posible, sin embargo lo fue las primeras horas. Refugiados en el campus, estabamos autoaislados por el panico, aunque nosotros cinco seguiamos juntos y especulativos.
    Habiamos esperado hasta la siguiente mañana y reunidos en el cuarto que yo y Alek compartiamos, esperamos los informes pero todo estaba con la ventanilla de "problemas tecnicos" y le seguia un escueto comunicado "sigan en sus casas-refugios hasta nuevo aviso".
    Alentados por la razon o lo desconocido, acatamos esas pobres ordenes, cuando todo a fuera se desmoronaba sin que lo notaramos.
    Sin embargo como si estuvieramos en un barco, perdidos en alta mar, vimos al "pajaro" que anunciaba tierra, que anunciaba que era tiempo de salir del escondite.
    Nadie lo noto, los profesores y rectores no estaban al acecho, ni siquiera fuerzas policiacas para detener que salieramos afuera como una aventura.
    La gran ciudad se veia de lejos que habia sido hundida en un pantano de caos, por las grandes humaredas y los vehiculos a medio abandonar en las calles sucias, todo estaba saquedo y destruido, y en las sombras...
    Lo que mas temeriamos al descubirlo.


    Como en el ojo de un huracan, se aventuraron vacios y en busca de personas vivas, despreocupados y sin defensa. Algo los acechaba reuniendose, iban reuniendose en manadas y sus gruñidos individuales se volvian juntos como una tonada lírica potente.
    Alek era la cabeza del grupo y Nastacia se sujetaba de su brazo, siempre con la sensata idea de regresar y estar a salvo.
    Naum era seguido por Garsha y Salvik, que parecian entretenidos con la idea de un mundo destruido con muchas chicas en busca de, probablemente los ultimos hombres de la tierra.
    -Alek, debemos regresar-pero nadie tomo enserio a la despampanante rubia.
    -Vamos, esto es divertido, lo que fuese que sucediera trajo mucha libertad-menciono Alek.
    -Pero esto es extraño, es como si fueramos lo unico vivo, hay un olor espantoso-reitero ella.
    Naum tambien lo presentia, pero se ahorro todo comentario. Observaba todo lo que podia, era un desastre, le costaba entender lo sucedido, y le costaba reconocer el Starbucks que siempre visitaban.
    -Mira Salvik, ahora podremos ir y cambiar el maldito canal, aunque ya no podamos ver a la "Señorita Yulia"
    -¿No crees que vaya a enfadarse?-pregunto Salvik en broma.-Pues intentemoslo, Naum vienes, necesitamos tu "adorable cara"-Naum rodo los ojos, pero los siguio.
    -¡Espera Naum, Alek di algo!
    -De acuerdo, vamos todos juntos, a lo mejor podamos tomar un poco de cafe.
    Nastacia se vio decepcionada ante este hecho, pero tampoco queria estar sola y los cinco juntos se aventuraron dentro.
    Adentro perpretaba, entre vidrios y mesas tiradas, un llano y mohoso silencio, nada tenia pinta de estar bien y lo comprobarian pronto. Garsha era el mas alto, asi que fingio cambiarle el canal a la televisión, mientras Alek iba a la parte de atras del mostrador, para accionar la maquina de cafe.
    -Un latte-se dijo asi mismo. Al accionar la maquina, la bebida comenzo a vertirse sobre el enorme vaso verde con la leyenda "Starbucks".
    -Creo que esto es algo ilegal, pero...
    -Lo se Naum, va en contra de la moral, deberiamos estar en el campus, pero alli no parecia haber nadie tampoco.
    "Crack"
    Ambos voltearon, la adusta y adulta dependiente del Starbucks habia aparecido, sin embargo, fue Alek el que se percato, el que hizo a un lado a Nastacia cuando la mujer se avalanzo sobre la chica.
    -¡¿Que carajos le sucede?!-no la veia bien, pero parecia muy enfada y... ¿Queria morderlo? Alek la empujo, pero ella respondio con mas fuerza y al rayo del sol que entraba por los cristales quebrados, la vio ensangrentada.
    Fue entonces cuando las risas de Garsha y Salvik atenuaron, y el espanto de Nastacia florecio en un grito de horror. Naum, completamente paralizado y falto de aire, ni siquiera podia moverse para buscar el inhalador.

    Sufria de asma desde muy pequeño, no supe cuando empezo, pero mi madre decia que era porque todo me daba miedo. Siempre me buscaba un defecto, como si asi se vengara de "Utka padre", sin embargo cuando se trataba de recibir dinero por mi... Era "perfecto".
    Aunque ella -Nastacia- estaba asustada, fue capaz de notar que algo no andaba bien, incluso conmigo, cuando reaccioné fue porque ella habia accionado el aparatito y lo primero que hice fue ver la lucha de Alek, fuera de si y dando patadas hacia la mujer que solo queria devorarlo.
    Estaba horrible, los ojos parecian desorbitados y se notaban y enmarcaban en su podrida piel, las venas.
    Cuando giro con la intención de mordernos nuevamente, vimos entre el horror y la prisa por correr ya de alli, que le faltaba un enorme pedazo a la altura de sus costillas.
    Con la piel caida y putrida, y la sangre seca en un marron oscuro y de aroma agrio.
    De cerca podiamos respirar aquella pestilencia, como si se hubiera puesto de perfume vinagre en pleno verano, la señora parecia estar podrida y en sus condiciones... Realmente no podia ser cierto.
    Escapabamos hacia la calle y estabamos cerca de conseguirlo, pero como un preludio Nastacia grito con horror, todos nos volteamos a verla y la vimos enganchada por el brazo de la dependiente del Starbucks que se torcia de tal manera que era muy extraño, no le doliera.
    Instalando la posición de lider Alek no lo penso ni un segundo, tomo un vidrio de la calle y lo incrusto con frialdad en su cabeza.
    Y su cuerpo cayó muerto, con la sangre brotando de su cuero cabelludo y los ojos dados vuelta una vez mas, hasta dejar de moverse y quedarse inyectados en sangre.
    -¡Maldicion, no puedo creerlo! ¡Lo has visto, realmente era un maldito...!-el exhacerbado festejo de Garsha se detuvo ante los llantos de Nastacia.
    Alek estaba consolandola.
    -Tranquila Nast, tranquila bebe, ella ya... No era humana, te lo prometo, debia hacerlo o acabaria con nosotros.
    Mi corazon latia desbocado...
    Él habia matado a aquella señora o ella realmente ya estaba muerta, no podia saberlo con exactitud.
    Darnos cuenta de que algo muy malo sucedia, fue el inicio de la pesadilla, aquel dia algo mas gordo nos esperaba literalemente: a la vuelta de la esquina...
    Una multitud de carne muerta, que tenian piernas y pies para caminar.
    Con un potente y lirico gruñido, a medida que se formaba un gran grupo para ir detras nuestra.
    No queria ser debil y convertirme en una carga, asi que comence a mirar hacia todos los lados en busca de algo, debia ser posible, en medio del caos que estuviera abandonado y entonces señale, si hablaba, sabia que me atacaria el asma solo por el estres...
    Salvik fue quien lo noto y pudo darse cuenta, que señalaba hacia un vehiculo abandonado.
    -Alek, Naum encontro un vehiculo, tiene las puertas abiertas.-explico sonriendo.
    -Te cubriremos, ve por el.
    Alek me observo significativamente. Mientras se armaba con otro vidrio, pero en esta ocasion lo envolvio en un extremo con la tela que rasgo, de la manga de su camiseta.
    Estaban acercandose, juntos eran realmente fuertes, muy fuertes. Tomaban velocidad, nosotros tambien nos reunimos, espalda con espalda, pero solo Alek y Garsha estaban armados con cristales.
    -¡Esto es de locos!
    -¿Puedes callarte?-pregunto Nastacia, en un grito ahogado. Podia verla temblar como si le hubieran deslizado un cubito de hielo por la espalda.
    -S-son demasiados...-murmure, ya pude verlos venir hacia nosotros, empujandose y derribandose entre ellos, sin embargo como una milagrosa salvacion, vi venir el vehiculo que antes habia visto y casi podia adivinar que Salvik, quien conducia velozmente, sonreia en el asiento del coductor.
    Habia sido maravilloso, realmente que las llaves estuvieran dentro, donde estabamos ahora rumbo a la casa de Alek.
    A pesar de ser amigos nunca lo habia visitado en su casa.


    El viaje se tornaba dificil y agotador, y aunque quisieron pasar la noche dentro del vehiculo para evitar algun tipo de robo. Tuvieron que armarse mucho mejor que con vidrios, esta vez con un numero menor de "ellos" para entrar dentro de una tienda de viveres que no habia sido saqueada.
    Estaban charlando y observando las estrellas en la azotea, era lo mas seguro y desde alli podian defenderse y vigilar, aunque tuvieran frio no importaba.
    Nastacia, Naum y Garsha estaban dormidos en una bodega anterior. Mientras Alek y Salvik vigilaban.
    Duraron asi un par de dias, no sabian cuantos, comiendo golosinas y mascando chicles, cuando loa viveres se agotaron
    Naum observaba como el se volvia del club de los debiles, junto a Natacia a quien Alek le habian encargado no dejar sola. Y no deseaba eso, el queria proteger al resto por igual, asi que una mañana su hora de triunfar llego tan rapido como una estrella fugaz.
    Se habian quedado a medio del camino y un gran grupo de "come carne" se acercaba a ellos, pero eran muy rapidos. Se veian gordos, como si se hubieran dado un gran festin de viseras y alli cerca, habia una gasolinera. Lo unico que lamentaron, fue que solo funcionaba con tarjeta de credito y no habia tiempo para sacar el combustible de otra forma.
    Naum penso que no funcionaria y seria tonto, pero al pasar su tarjeta aun funcionaba, nadie cabia de la emocion.
    Aunque...

    Lo disfrutariamos poco.
    El viento daba en nuestros rostros, eramos "lideres" con la tarjeta dorada que me habia dado mi "padre". Por fin haria un bien.
    En dias, Nastacia sonreia y Alek, Alek me parecia estaba teniendome mas en cuenta...
    -El camino esta bloqueado, seguiremos por otro lado.
    Anuncio Salvik, siempre se mostraba cuidadoso al conducir.
    Parecia haber cambiado un poco.
    Mientras Garsha dormia en los asientos traseros, apoyando su cabeza en mi hombro y roncando como un oso.
    Nastacia estaba sentada delante, encima de Alek. Alek por un momento volteo a mirarme y me sonrió...
    Yo sonrei como idiota y me sonroje...
    Tenia que ser el dia, quizas mañana estaria muerto y no lo sabia... Asi que tenia que tener valor. Quizas... Quizas tendria una minima oportunidad.
    Vaya que tonto. ¿Por qué era tan gay?
    Por el desvio tuvimos salida a otra gasolinera, nuevamente era tiempo de llenar el tanque.
    -Alek-llame, el me miro y miro a Nastacia, ella solo se adelanto delante de Salvik, Garsha continuaba durmiendo.
    -Dime Naum ¿Te preocupa algo?
    -Bueno yo... Yo realmente...
    -¿Si?-hice dos pasos hacia delante, queria decirlo tan bajo que esperaba no lo escuchara.
    -Desde hace un tiempo... Yo...
    -¡AAAAH!
    No supe cuando todo se volvio un caos, Salvik y Alek luchaban contra tres de "ellos" y yo defendia a Nastacia de cuatro esquivandolos.
    -¡Subanse al puto auto, ahora!-grito Garsha, accionando la llave y avanzando, dejando la manguera perdiendo la gasolina.
    -Nastacia, corre, subete.
    -Naum no puedo, tengo que ayudarte.
    -¡Hazlo ahora!-pero cayo antes de esquivar a uno, Nastacia grito de nuevo, aunque intento hacer algo, cuando Alek clavo un hacha sobre su muerto atacante.
    -¡Largo, ya mismo!-yo no pude moverme, cuando el que intentaba morder a Garsha arremetio contra mi, tras este darle una patada.
    Salvik sin embargo me ayudo, no se de donde habia salido y rapidamente, con Alek a lo ultimo subimos al auto.
    Trate de ocultarlo, pero la desesperacion de Nastacia fue imposible de pasar por alto mientras el auto era llevado a toda marcha por Garsha.
    -¡¿Que sucede Nast?!
    -¡ES NAUM, DEBEMOS AYUDARLO!-y acciono el inhalador, mostrando que estaba vacio.
    -¡Maldita sea, tendremos que regresar, hay una farmacia mas atras!-Alek fruncio el ceño desganado. Yo no queria ser una carga ¡Maldicion!
    -N-n-no... Dejenme, los... Dispersare p-por ustedes... Les dare tiempo.
    Ya no tuve mas aire.
    Antes de desfallecer escuche la calmada y enfadada voz de Alek decir "De acuerdo Nast, lo llevaremos, ya deja de llorar..."

    El caos me abrazo de nuevo, el grito de horror de Nastacia y, como el aire entraba a mis felices pulmones.
    -¿Como te encuentras Naum?-pregunto Nastacia, se la notaba muy rara.
    -Bien ¿Que paso?
    -Te desmayaste, no te preocupes, estaras bien-y me entrego el inhalador.
    Afuera, era un tumulto de "ellos" queriendo entrar, mientras Salvik, Alek y Garsha luchaban por evitarlo.
    A mi derecha habia un hombre bajito de bata y anteojos, me di cuenta que era el farmaceutico.
    Cuando la situación parecia controlada, mis tres amigos cayeron de espaldas al suelo y algunos cuantos de ellos entraron.
    Ya era tarde... Muy tarde...
    Primero mordieron al farmaceutico y entretuvieron a Garsha, Alek y Salvik lo suficiente para que...
    -¡Aah, no, no alejate de mi!-mis ojos se desorbitaron y entonces vi al igual que el resto, como el farmaceutico retornaba de la muerte y arrancaba con gula el esbelto cuello de la rubia despampanante.
    Nastacia.






    Notas del autor: antes que nada, lo cursiva es cuando narra el prota, Naum y lo negrita en cursiva para algo que paso o va a pasar.
    Por otra parte espero que les guste el fic y nos estemos viendo pronto con la actualización, de todas formas acrualizare pronto.
    Gracias por leer, hacia tiempo que no publicaba en el foro :'D
  5. .

    Hannibal: el origen del amor.




    Luego de que Hannibal Lecter escapara del orfanato, que alguna vez fue su hogar, llega a tierras francesas en busca de su único pariente con vida, Robert Lecter, sin embargo se encontrara con su viuda, una dulce dama japonesa y el hijo adoptivo de su tio, Will Graham. Will y Hannibal congeniaran desde la primera mirada, habiendo entre ellos una rara complicidad que se desencadenara con una habilidad especial del agente Graham y una de las primeras obras de arte del Dr. Lecter.




    Géneros: Romance, Angustia, Drama, Terror.

    Advertencias: Lemon, Sadomasoquismo, muerte de personaje, Tortura.



    Binevenid@s a mi primer fanfic HanniGram. Conseguido gracias a mi mentora, que no tengo idea si esta registrada aqui (ahora que lo pienso, nunca le pregunte xD) que se llama Sora. En fin, sin fines de lucro y basado a partir de la pelicula/libro "Hannibal: el origen del mar" y la serie "Hannibal".


    Capitulo 1: Origen.




    Hannibal encerró su voz y el dolor en unas de sus tantas y barrocas habitaciones mentales, sin embargo aunque el las mantuviera para sí mismo, el dolor tenia copia de la llave de una particular y se alimentaba de sus ansias de venganza cada vez que escapaba y emergía. Reflejándose en sus ojos con un brillante destello rojizo, que desaparecía ante el vistazo de alguien ajeno.

    La puerta en cuestión escondía mucho más que el dolor renaciendo en una sed de venganza, sino las vivas y nítidas imágenes de todo lo que lo había ocasionado. A menudo se oía la voz de una niña invocándolo como “Anniba” y luego, las grotescas y diferentes voces de hombres, que se traslucían como inhumanas. Rebotando en su cerebro y clavándose como minúsculos y filosos cristales que le hacían sangrar por dentro.

    Asi también, la habitación detrás de esa puerta que parecía olvidada, apartada del resto como algo sin importancia, tenía dentro varias y diversas de sus travesías. Una de ella se remontaba a cuando: Hannibal Lecter de catorce años, se despertó por la frenada brusca de un tren carguero que lo había trasladado hacia tierras francesas.

    Gritaba el nombre de su hermana “Mischa” con un profundo dolor, mientras se acomodaba lejos del castillo de su familia, que había sido convertido en un orfanato y en donde había pasado sus peores últimos años de vida. Pero sus gritos, alertaron a un par de cargadores que iniciaron una persecución y lo perdieron a la vera de un bosque. Vago mucho en la espesura de aquel bosque, valiéndose solo de llegar con vida a tierras de su único pariente con vida, el Conde Robert Lecter.

    En un estado deplorable y que le hacía verse como un simple niño que nada había tenido de conde, vislumbro con ojos nublados el vistoso y antiguo palacio de piedra e iluminado por los parteluces camino con sus últimas fuerzas hacia el gran portón que lo separaba del enorme y oscuro jardín interno y comenzó a trepar por él.

    Su suerte se terminó cuando del otro lado cayo boca abajo y el barro al costado de un camino hacia la puerta principal, lo abrazo por completo. Al mismo tiempo que un enorme y negro perro mastín lo recibió de lejos con alborotadores ladridos y de más cerca enseñándole su fiera mandíbula. Hannibal miro al animal, desafiándose mutuamente con la mirada para ver quien asustaba a quien y ni tuvo tiempo de hacerse vencedor, debido a la llegada a tropezones de un pequeño niño de ojos azules y cabello enrulado castaño.

    El niño capto la atención del joven conde de inmediato y viceversa. Ambos se observaban y guardaban detalle del otro. Hannibal por esa ternura que tanto le recordaba a Mischa y el niño, por esa figura negra de ojos rojos que le magnetizaba tanto. Y hubieran continuado cometiendo lo que parecía una competencia, de no ser por una voz femenina, que acabo con los ladridos y las miradas de ambos muchachos.

    Lady Murasaki apareció desde una puerta lateral, cargando una lámpara y yendo en dirección al niño de ojos azules que, inmediatamente después de escuchar su voz se apeno y volteo a mirarla con culpa, sin embargo ella no reflejaba en su cara de rasgos asiáticos, algún ápice de querer regañarlo. Lo ilumino e ilumino a Hannibal, suspirando como si esto ya lo hubiera vivido antes.

    —Oh William ¿Haz traído otra indefensa criatura a la casa?-Will no contesto y dejo, aun apenado que ella se acercara “a la indefensa criatura” para limpiar el barro de su cara y ver que otra raza tendría correteando en su jardín. Pero allí no había ningún perro, sino otro muchacho, de cabello rubio y ojos rojos, que la hicieron retroceder con una gran sorpresa.- ¿Hannibal? ¿Eres tú…?

    En poco tiempo, Hannibal se encontró libre del barro y arropado en la acogedora cama de una exquisita y enorme habitación del palacio. Digna de un conde o de cualquiera de la realeza, Lady Murasaki se había ocupado personalmente de él, con un natural aire maternal que le trasmitía paz, con paciencia ante su silencio…

    Aunque ella misma se mostraba asi ante él, serena, inmutable, pero como si tuviera mucho que decirle y preguntarle.

    Hannibal se quedó profundamente dormido, esa primera noche en el palacio. Sin embargo sus sueños lo atormentaban y le hacían recordar todo lo que había ocurrido con su hermana, aquel triste final del que no pudo protegerla.

    Y sus gritos, llamándola, perturbaron y despertaron a todos durante la madrugada. Cuando Lady Murasaki llego a su cuarto encontró todo hecho un desastre, sabanas y almohadas, despedazas como si un animal lo hubiera hecho y Hannibal… vestido con un viejo piyama de su tío, tirando todo a su paso.

    La dama japonesa alcanzo a detenerlo entre sus brazos, reconfortándolo como podía, tranquilizándolo con su cautivamente perfume y la calidez de su cuerpo, antes de llevarlo a la cama y decirle que todo estaba bien, que se calmara. Inundándolo con paz, volvió a quedarse dormido y despertó al día siguiente, sin recordar nada de lo ocurrido.

    La impresión del cuarto iluminado y que olía a un hogar, lo tranquilizo antes de que Murasaki apareciera en el umbral de la puerta para darle los buenos días. Esperando tal vez encontrarlo en medio de otro ataque. Y tras ella, William, el niño de lindos ojos azules que al verse categóricamente observado, se arremolino en la dama Japonesa y ciño sus manos a la larga y holgada tela de seda de su kimono matutino.

    — ¿Estas bien querido?-aun, con el pequeño a cuestas, ella llego hasta Hannibal. Revisando que todo estuviera bien y abrazándolo nuevamente, como si calmara a la bestia antes de que decidiera salir.

    Hannibal se dejó hacer y William, que continuaba aferrado a Lady Murasaki, comenzó a observarlo, como si pudiera ver más allá de lo que estaba a simple vista y eso intrigaba mucho al joven conde.

    El estupor de lo ocurrido durante la madruga había sido olvidado y todos en el palacio se encontraban concentrados en hacer el mejor desayuno de bienvenida para el joven Lecter, que aunque tenía muchas preguntas por hacer, su voz simplemente estaba apagada y no sabía cuándo saldría de nuevo. Como si le hubieran robado mucho más que su familia y hogar.

    Durante sus primeros días, Lady Murasaki comenzó a instruirlo en arreglos florales y sabiendo de su talento para dibujar, ella le ofreció dibujar los jarrones adornados con esos perfectos arreglos que el joven conde hacía. Algunas otras veces practicaba Kendo y junto a ella y William, rendían misas a sus antepasados. Y se divertían mucho en un juego de adivinar olores, los días de lluvia y las tardes, practicaban caligrafía.

    Hannibal sabía ya que su tío había muerto tres años antes de que llegara, aunque había ya deducido que su falta desde el principio se debía a eso. Admitiendo que esperaba verlo entrar por la puerta principal. Lady Murasaki siempre insistía que al igual que Robert, tenía ese toque de los Lecter que los hacia talentosos y no dudaba en mostrarles los últimos cuadros que su tío había pintado, para inspirarlo.

    En una ocasión y naturalmente, le hablo de la historia de William. Era muy pequeño para recordar cuando, su Padre, Edward Graham cayó gravemente enfermo, un pescador que enviudó cuando su esposa dio a luz y que resultaba en un buen amigo de Robert, ya que siempre le traía al palacio los especímenes más grandes que pescaba en el lago.

    Y luego de su muerte, William había quedado a cargo de Robert y Sheba. Aunque era un buen niño, tenía la rara de costumbre de escabullirse durante las noches y siempre que volvía, tras haberlos preocupados a todos en el palacio, lo hacía con la compañía de algún animalito nuevo. Mimetizado por completo con estos y pareciendo culpable.

    Los días se volvieron meses en un parpadeo y desde que Hannibal llego, había pasado un año. La influencia de un “hogar” fue notable en su vida, los sueños horribles que olvidaba a la mañana siguiente ya no se presentaban, perturbando su sueño y el de los demás.

    Aquellos últimos que recordaba vagamente, se concentraban en un hombre, de cuál no recordaba su nombre y al que llamaba para si mismo “ojos azules”. Unos ojos vacíos de sentimientos y aterradores, siempre musicalizados por gritos inhumanos y presentados tras un velo de sangre.

    A Hannibal no le gustaba pensar en ése hombre, prefería concentrar su tiempo en la vida hogareña, tratar de ser un chico normal. Pensar sólo, en un solo par de ojos azules. Que eran tiernos y llenos de luz, la paz que buscaba al verlos y saber que unos ojos así, del mismo color, pudieran existir, por sobre los otros.

    Estos evitaban que se volviera loco dentro de su mente, mantenía el control de esta y sabía que, algún día sabría que paso con Mischa, y se encargaría de vengarla.

    Por otra parte, su relación con “el ojos azules” tierno, con Will había crecido considerablemente todo este tiempo.

    Eran algo asi como hermanos y el mayor cuidaba mucho del menor. Eso se reflejaba en la vida diaria. No solo cuando Will tenía un compañero de escapadas, durante altas horas de las noche, para ir en busca de otro animal abandonado por su dueño y que precisara su ayuda, sino cuando se trataba de defenderlo…

    Como decirlo de alguna manera, no con uñas y dientes, pero si con cabezas de cerdos y tripas amontonadas. Cada uno tenía su forma.

    Un día, llego su hora de demostrar ese cariño que se formó casi instantáneamente, la noche que trepo la reja del palacio. Era por la tarde y los tres juntos, Hannibal, Will y Murasaki habían ido al mercado que un día a la semana se levantaba en torno a la estatua de Marshal Foch y una cautivamente fuente, donde Will había encontrando al gran y negro perro Mastín, cuando todavía vivía con su Padre biológico.

    El pequeño de diez y ojos azules iba dependiente de la mano de Murasaki y Hannibal, delante de ambos cargando una canastilla. Después de haber caminado, pasando de puesto en puesto se detuvieron frente a su objetivo, la verdulería donde habitualmente la dama japonesa compraba su helecho común y que siempre era personalmente apartado por el vendedor.

    Pero mientras este le enseñaba con alegría que, esperando su llegada había apartado una contienda no alcanzada por los rayos del sol. Will se soltó de la mano de Lady Murasaki, seguido de cerca por los ojos del joven conde y atraído por un pequeño cachorro todo peludo que iba a en busca de cualquier comida que los puesteros tiraran.

    Will vacilo un momento y luego exclamo-¡Anniba!-señalando con su dedo índice al animalito desvalido que con su apariencia pedía ayuda a “ladridos” y luego, seguro de que Hannibal le ayudaría entorno detrás del cachorro con tanta mala suerte que durante su alegre trayecto, choco contra Paul Momund.

    Un carnicero robusto y que tenía un tatuaje en el antebrazo, vestido con un delantal ensangrentado y quien, soltó de sus manos el ganso que estaba desplumando. Vaya que esto lo había enfadado, que importaba que su contendiente fuera un pequeño e inocente niño, nada por supuesto, tanto que comenzó a gritarle e insultarle con palabras innombrables.

    E iba a golpearlo sin medirse en lo absoluto, ante los enardecidos ojos de Hannibal, que lo vio y de hecho era como lo vislumbraba. Una bestia horrible. Asi que Paul fue golpeado de improvisto por unas de las cabezas de cerdo que se exhibían en el puesto que compartía con su hermano.

    Paul reacciono ante esto, todavía más enfadado e intento hacer de Hannibal su objetivo, intentado atacarlo con sus manos ensangrentadas y llenas de plumas, del cogote, consiguiéndolo con mucho esfuerzo, pero sin que pudiera amedrentar al joven conde.

    Hannibal alcanzo a embadurnarle la cara con un cumulo de tripas, impidiéndole que viera, pero desatando la furia de su hermano. Quien intento darle con un mazo para aplastar carne, un minuto antes de que el alboroto atrajera la policía y que Murasaki se hiciera pasó en la multitud para defender a su sobrino y su hijo adoptivo.

    —No se atrevan a moverse—advirtió ella, de fondo se escuchaban murmullos y los silbatos de los policías que consiguieron llegar a resbalones, parte de las tripas que Hannibal había usado termino el suelo.

    Todo hubiera quedado en el olvido, incluso a llevar de que el policía le advirtió a Hannibal que la próxima vez que alguien intentara dañar a su primo, acudiera en su ayuda. Sin embargo, varios días después de eso y con el recuerdo de la crueldad hacia su hermana, alimentando su monstruo interior, Hannibal ya no pudo quedarse en silencio por más tiempo.

    Estaba reposando a la sombra de un árbol, en cercanías del muelle, dibujando muy atento y sin la compañía de Will que estaba enfermo y no había podido acompañarlo y aunque, le gustara estar con ese pequeño detrás suya. Para Hannibal la oportunidad no fue más que perfecta y en lugar de Will, la espada del antepasado de su tía se encontraba con él.

    Y muy lejos, Paul el carnicero remaba en su bote concentrado en ver que sus redecillas atraparan algunos pescados, todavía no había notado la presencia de su atacante. Pero si sentía como si alguien le estuviera observando fijamente. Hannibal hizo algunos trazos más en su dibujo y cuando termino, una gran sombra lo cubrió por completo. Por fin fue descubierto, tal y como quería.

    —Paul Momund, Carnes Seleccionadas —su voz afloro en un tono ronco y frio. Era la primera vez que hablaba en mucho tiempo.

    —Ahora si hablas, mocoso hijo de puta, sabes que aquí no hay nadie que pueda ayudarte—dijo Paul, todavía frente a Hannibal.-Me encargare de ti y después iré por el otro, no verás lo bien que me lo pasare-Hannibal ignoró sus palabras y de haber perdido la paciencia, le hubiera dicho que seria mejor no haber actuado de nuevo como un ogro mal educado.

    Entonces sus planes hubieran sido mas próximos, pero le dio otra oportunidad y con una sorprendente calma le dijo;

    —Y nadie que te ayude a ti, lo que sucedió fue imperdonable—continuo, hizo un borroneo en su dibujo, corrigiéndolo, sin dejar de mirarlo. Se puso de pie y mostro al carnicero una hoja en blanco, estaba probándolo—le debes a Will una disculpa, escribe que lo sientes y promete que nunca más vas a meterte con el de nuevo. Que no te le acercaras.

    — ¿Crees que voy a disculparme con ese huérfano cara de perro?-Paul se sonrió, levantando sus enormes manos para golpearlo. Hannibal retrocedió, evitándolo muy fácilmente, ser pequeño y delgado ayudaba mucho.

    —Haz dicho que Will tiene cara de perro, pero tú de cerdo—se tomó su tiempo y giro su dibujo. Paul estaba en él, más bien su cabeza dibujada cortada y sobre una bandeja, con una etiqueta que decía, muy claramente “Paul Momund, Carnes seleccionadas” y acto seguido, Hannibal hizo ver la espada que le acompañaba.

    La hoja afilada brilló al sol, Paul que no valía la pena para oportunidades y razonamientos, sintió el peligro acompañándolo y dijo, con voz temblorosa pero intentando parecerla dura; -¿Qué harás con eso mocoso? ¿Crees que me asustas?-Hannibal fue implacable y al segundo siguiente de enseñar la katana, con compostura y precisión, rajo con mucha profundidad su estómago.

    Paul atino a alejarse de él, muy lentamente y sosteniéndose sus propios intestinos, mientras su sangre espesa le teñía las manos de rojo. Aprovecho su lento andar para seguir con su acometido, rajándole los tendones y la clavícula, más sangre continuo saliendo y el carnicero termino cayendo en las cercanías del muelle, soltando horribles aullidos de dolor.

    —Ve mi dibujo una vez más—Hannibal levanto la espada agitándola en el aire y le rajo la cabeza. Salpicándose de sangre en el trayecto. —Ha sido como cortar mantequilla ¡Ñam!

    La muerte de Paul no había afectado a nadie en específico y a pesar de su reciente trifulca, Hannibal ni siquiera fue visto como sospechoso, ni siquiera Murasaki sospechaba que la espada, cuidadamente dejada en su altar, había sido utilizada para cercenar la cabeza de una bestia que seguía sin cabeza… aun nadie la había encontrando y nunca, más seria encontrada.

    Asi también, los días continuaron siendo normales y Hannibal, una vez que Will se curó, lo llevo al muelle para pescar. Lo que al pequeño de orbes azules le pareció una travesía. Salieron de la casa, tomados de la mano y cargando unas caceras cañas de pescar.

    Para Hannibal todo fue sido como si, no hubiera sucedido, asi que nada le costo sentarse contra el mismo árbol y bajo la misma sombra, para dibujar a Will mientras pescaba ante sus ojos en el muelle. Terminaba el contorno del lago y se distrajo con un araña que hilaba su tela sobre una rama, cuyas gotas de roció brillaban con el alumbramiento del sol.

    Will lo observaba, esperando que terminara y le acompañara hacia la orilla del muelle y cuando Hannibal lo hizo, dejando de lado su libro de dibujos de pronto, tal vez por la casualidad o sus ansias de seguirlo detrás como perrito a su amo, Will se paró en su lugar y se sentó contra el árbol… Hannibal paro su paso y simplemente lo observo, intrigado.

    Will había entrado en una especie de trance y dejo de ser el, durante todo el tiempo que la exhibición del crimen de Hannibal se vislumbró en su mente. Rajo el pecho de Paul Momund, viendo como sus tripas salían hacia fuera, una imagen grotesca, pero que no detuvo que desgarrara sus tendones y que luego le volviera a enseñar su dibujo de él, al propio Paul con su cabeza cortada sobre una bandeja.

    —“Le he enseñado su muerte dos veces—Hannibal le escuchaba atento— he agitado la espada y cercenado esa inútil cabeza de cerdo”—el aire fue cortado por la rama que componía su caña, aunque para Will era la espada del antepasado de Murasaki.-

    Mientras que Hannibal, sin perturbarse en lo absoluto, no tardó en darse cuenta de lo que había acabado de ocurrir. Con su superior inteligencia vio más allá del pequeño Will de diez años que lo seguía a todos lados y por el que, corto la cabeza del carnicero. Por él y por eso que todavía estaba presente en su, “olvidada” habitación mental.

    Will regreso del lugar a donde estaba, confuso y atemorizado de todo lo que había visto. Sin embargo no tuvo miedo de Hannibal y mucho menos la necesidad de delatarlo. Tal vez por su corta edad o porque pudo entender el mayor sentimiento que lo llevo a cometer su crimen.

    Hannibal por su parte no se vio motivado a callar al mayor testigo de su atrocidad, con su suspicacia le fue más divertido dejarlo con vida y ver qué haría más adelante. Si lo delataba cuando tuviera más edad para pensarlo o si, seguiría siendo cómplice de todo lo vendría por delante y que estaba seguro, Will volvería a ver sin estar allí de manera real.







    Eso sera todo por ahora, kukuku, ojala les haya gustado, espero que haya algun fan de HanniGram por ahi que haya leido mi cursi fic (? cursi, seh, claro 7,7 XDDD no me hagan caso. Saludosssss.
  6. .
    Hola, no se mueran de la sorpresa.
    Lamento que no sea continuación, yo me jure que no iba a abandonar este fic y no esta abandonado, esta en pausa por que durante estos meses estuve editandolo y, edite bastante, bueno, ocho capítulos, pero me costo trabajo. No cambie casi nada en la ediccion, agregue detalles y trate de darle coherencia, pero tambien de dejarle que no la tenga y lo engorde, detallando las cosas un poco mas. Me parecia que antes estaba bueno, pero mal redactado y hecho un lio, bueno, hasta lo que veo ahora, tiene una buena redaccion y no se ve tan enredado.

    Una vez que edite los 71 capitulos, retomare la historia para darle final, solo le quedan 29 y una sorpresa de la que no hablare hasta finalizar esto que espero sea antes que termine el año o a principios del que viene. Lamento si decepcione a alguien, si hay muchas parejas o algunas no les gustan, como la de Masaki y Osamu, pero yo tenia casi todo este embrollo planeado. Ademas de que tambien empece escribiendo para mi misma, bueno, siempre lo hago. Y no le tenia fe a la historia.

    Bueno, lo mas seguro es que, a partir del capitulo 30 o un poquito mas no tenga mucho que editar, asi que terminare rapido. Una vez hecho, continuare publicando lo que falta para que termine aqui, dejando todos los capitulos anteriores como estan escritos originalmente. (Lo que pasa que cuando lo edito, lo escribo casi desde cero, copiando lo escrito pero remplazandolo por lo mismo pero mejor estructurado y, solo hice ocho capitulos porque cuando los reescribo, se hacen mas largos xD)

    Si les interesa la ediccion, pueden encontrarla en Watpadd, busquenme como LeyiUzumaki y, el nombre de la historia es BESEME, gracioso, porque es el anagrama de Bajo El Escritorio De Mi Jefe.

    Ojala tambien les guste, creo que tiene mucho mas amor o no se, todo es igual pero mas rico en detalles, sin sobrepasarme y trate de reflejar bien los sentimientos de Takato y Mazawa.

    Asi que, dentro de unos meses volveré con el capitulo 72 y los que faltan para darle final y contarles sobre la sorpresa.

    Sin mas, solo tenganme paciencia, que al final tambien los compensare con el manga de la historia, para eso es la edicion y porque quiero que tenga una contraparte bien hecha. Muchos besos y abrazos. Ojala todavia sigan alli y me apoyen, volvere pronto. Se los quiere:

    Leyi.

    ^^
  7. .

    Capitulo 11: Sam.









    Era de medio dia cuando, el Doctor Evanson se despertó, ansiando hacerlo entre los brazos de Gobin. Sin embargo, su deseo todavía estaba lejos de su alcance y mientras comenzaba a reaccionar a su entorno, noto que estaba acostado en su cama, la luz apenas se colaba por las ventanas que seguían cubriendo celosamente la curiosidad de cualquier vecino y mientras abría una para observar el dia, vio un feo cielo nublado que se alzaba en lo alto y unos pájaros volando en bandada hacia un mismo lado. Como si algo le hubiera atravesado la mente, recordó a Sam y el tiempo que le habia descuidado.

    Sin cambiarse la ropa que llevaba desde el dia de ayer, abandono en un trote rápido su habitación y bajo las escaleras, sin percibir una extraña reunión en su sala. Para cuando llego a su consultorio, noto que Sam estaba arropado en una de las camas para los pacientes, rodeado de almohadas para que no se cayera y durmiendo con las mejillas sonrojadas y un dedo en la boca. La primera en seguirlo hacia allí, luego de verlo bajar las escaleras con desesperación, fue Catalina: que se encontraba preocupada y luego, arribo Merton, pasando desapercibida para él la cara que mantenía la muchacha de cabellos rizados e intrigado por observar al bebe que Gregorio revisaba con mucho cuidado, de no despertarlo.

    Gregorio todavía seguía sin comprender que habia sucedido mientras dormía, como si nada hubiera ocurrido, nada de todo lo que tuvo que vivir horas antes. Pasar de la angustia, el milagro, la impotencia y el peligro. La felicidad que le habia invadido por ver él bebe en perfecta salud, por ver que sobrevivió en sus primeras horas, no duro mucho tiempo, cuando de repente, se vio pensando en lo más importante. Necesitaba una nodriza para Sam y si Chestermind ya sabía que seria en el futuro, estaba seguro que ninguna mujer querría amantarlo y por ello eventualmente, ese pequeño milagro moriría sin le dieran una oportunidad.

    —No puedo perdonarme haber sido tan descuidado, da igual donde… Sam este. Moriría a manos de su verdadera familia y morirá en mis manos… como no pude darme cuenta antes que necesita comer ¡Qué clase de…!—Merton lo sostuvo con firmeza, girándolo hacia él y mirándolo acusatoriamente. —Merton…

    —No quiero oírle decir que no es buen Doctor, hizo todo lo que pudo y dudo mucho que pudiera alimentarlo, en todo caso no tiene que preocuparse por eso—Gregorio le observo unos instantes ¿Qué acaso pensaba que un bebe era un juguete? Uno que no respiraba y no tenía necesidades, un adorno que lo podrías poner en cualquier lugar sin preocuparte.

    —Pero ¡Esta consiente de que si no come va a morir, y tengo que verlo morir…!—exclamo, apartándose y apoyándose con nerviosismo en la cama, respirando con dificultad… viendo a Sam dormir demasiado tranquilo. Sería que estuvo llorando todas estas horas, mientras dormía plácidamente arriba, hasta que se habia agotado.

    —Doctor Evanson… es tiempo de que lo sepa—miro abismalmente a Catalina, dándose cuenta que ella y Gobin ocultaban algo, tras esa tranquilidad que sobrellevaban demasiado bien para su gusto. —Esta mañana…

    — ¿Esta mañana?-indago, serio, pero preocupado.

    —Vamos Doctor Evanson, quite esa cara preocupada. Por mí no tiene que hacerlo, estoy aquí a sus órdenes a partir de hoy—Gregorio se giró para ver que esa voz provenía desde la puerta y de allí vio asomarse a una joven mujer que recordaba haber visto antes en la iglesia, sin recordar al lado quien. Siempre llamando la atención de los caballeros Chestermianos. Desde solteros hasta casados, que se fijaban en su cabello rojizo, hasta los viejos babosos que observaban sus tobillos con entusiasmo. Y las mujeres que envidiaban sus ojos claros.

    — ¿Quién es ella Catalina?—la de cabellos rizados miro hacia otro lado con cara regañada. —Te he visto en la iglesia pero… No debería estar aquí ¿¡Cómo han podido dejar que pasara un completo extraño!?—miro a Merton, desesperado, demasiado tarde para inventar una excusa debido a su presencia.

    —Se supone que no deba decírselo, pero me ha enviado la Señora Blanch, soy la hija de una vieja amiga suya—extendió su mano sonriente, Gregorio desconfiado no correspondió al saludo. —Si usted lo permite, me gustaría ser la nodriza del pequeño Sam. Ya me encargue esta mañana de darle de comer, por eso está allí durmiendo pacíficamente—el Doctor Evanson estaba por entrar en pánico. Al mismo tiempo sentía tanto alivio, existía una mujer capaz de alimentar a un bebe con las cualidades de Sam.

    — ¿Cómo sabe esto la señora Blanch y que le hace pensar que por ser su amiga y alimentar a Sam, confiare en usted?—la peli-roja sonrió.

    —Vayamos a tomar asiento en su sala y le contare, no querrá que el pequeño Sam se despierte—entonces, todos la siguieron en silencio y una vez que tomaron asiento, frente al fuego, Gregorio la escucho atentamente.

    —Si quiere saberlo, Blanch debería de haber olido a Sam, pero no será posible hasta que se transforme por primera vez, asi que aquí vamos con la historia. Cuando se propago la noticia de que la querida y única hija del alcalde murió mientras intentaba dar a luz, me temo el Señor Smith—ella frunció el ceño—dijo que fue no por la cantidad de niños, sino porque uno de ellos era un séptimo hijo. Hubiera visto como el Señor Hudson fue sobre ese “señor” para darle su merecido—Gregorio quedo perplejo—, todo ocurrió en una reunión del consejo que dio lugar cuando gran parte de él, le dio una visita Doctor Evanson y una la que no fue invitado—eso sí que no era una sorpresa para el Doctor—Blanch al enterarse pensó en mi para nodriza. Tuvimos suerte de que, hace un par de días llegue para visitarla y además…—su rostro se entristeció—hace poco perdí a mi hijo y todavía puedo amamantar.

    Evanson no evito sentir lastima por ella, a pesar de conocerla tan poco, pero su mayor prioridad era proteger al bebe. Sin importar que fuera Blanch quien enviara a la nodriza— ¿Y usted no teme que, Sam pueda hacerle daño?—pregunto tanteando la situación—no tiene dientes y no los tendrá en un buen tiempo, pero seguramente con mirarla le pudiera poseer el demonio, matarla con su saliva o…

    —Permítame, como ya podrá ver sé que Blanch es una mujer loba. Ya he visto al Señor Gobin y que ahora usted cuide a un hombre lobo y medio, no cambiara nada en lo absoluto—sonrió con ternura—. Seguro pensara que podría estar engañándolo, pero permítame decirle que si fuera de ese modo Blanch nunca se hubiera molestado en ponerme al tanto de la situación, convidarme de su te de naranja y decirme que Sam necesitaría comer o todo esfuerzo del querido Doctor de Chestermind seria en vano, sumándole el hecho de que ya le he alimentado.. Dentro de una hora debe repetir.

    —Sigue sin darme mucha confianza que sea amiga de Blanch, pero intentare darle una oportunidad, asi como se la dio a Sam… pues entonces ¿…?

    —Rebecca Battle, puede decirme Señorita Battle o Rebecca—extendió su mano para que la estrechara, una situación que habia hecho nacer un nuevo celo en Gobin, en cuanto ambos manos sellaron el acuerdo. Que grandiosa era la vida, pensó con ironía, competir con un hombre (hombre lobo hasta que se confirmara lo contrario) y ahora una mujer que tendría un papel muy importante en la vida de Sam. Y aun no todo estaba dicho.

    Ese mismo dia, durante la tarde y bajo una tormenta, se habia despedido a Samantha Hunter de Hudson en el pequeño cementerio de Chestermind, que se encontraba tras la iglesia. Y mientras por respeto el Doctor Evanson habia asistido, aun con los cuchicheos de la chusma en su contra, Rebecca se habia mudado finalmente a su casa. Hasta que él bebe pudiera alimentarse de otra cosa que no fuera leche materna, ella debería de vivir bajo el mismo techo y por supuesto que esto no le habia gustado a Merton, pero ni un poco.

    Ni un solo dia que habia pasado ese Marzo fue agradable para el hombre lobo, que fruncía el ceño cada vez que veía llegar a la despampanante peli-roja, al comedor. Sentándose junto a Evanson del lado derecho en la mesa, sonriéndole y charlando mientras almorzaban o desayunaban o a la hora de la cena. Sin olvidarse de los ratos donde, después de un dia de trabajo, Gregorio se sentaba en la sala a beber hidromiel. Para su propia suerte, el Doctor no se habia quedado sin pacientes, aunque estos no venían con buenas caras para atenderse o en ocasiones él debía ir y verlos. Eso ya no era muy importante, Gobin sentía que tenía a Fink en la casa, entrometiéndose en todo. El tope a sus visitas en ningún momento le dejaron en santa paz, no con Rebecca en la casa.

    Y un dia cualquiera, mientras el Doctor estaba encerrado en su consultorio y la señorita Battle alimentaba en su cuarto al pequeño Sam, Gobin aburrido y sin poder celar a Gregorio, se trasladó a la cocina junto con Catalina, que estaba preparando el almuerzo. Esperaba que le pidiera su ayuda, quería ser útil en algo y entonces, algo llamo su atención un momento. Algo rectangular envuelto y varios sobres dejados en la mesa de la cocina.

    —El Doctor Evanson parece bastante popular ¿Ya habías vistos tantas cartas Catalina?—ella volteo a mirarlas, poniendo atención al contenido de la olla, que estaba en el fuego, inmediatamente.

    —Sí, las he visto antes. Tienen que ser cinco, una de ellas vino junto al paquete. El Doctor Evanson la abrirá y dirá: “Que sorpresa, de nuevo hidromiel”. A decir verdad solo sé que alguien de nombre Walter se la envía, pero nunca pregunto quién es y mucho menos trato de averiguarlo, si no es el Doctor quien saca el tema.

    —El detalle del paquete me recuerda al de “Finkucho”—y de pronto, una idea desacertada y con cierto condimento a celos invadió su mente. Para Merton quien más que Fink podría ser el del paquete, haciéndose pasar por un tal “Walter” y la razón de que Gregorio no lo notara, alguno de esos amigos por correo. Le habia atrapado nuevamente y en una distracción de Catalina intento hacerse con la carta, pero de salida de la cocina Evanson habia llegado encontrándolo con las manos en la masa.

    —Si era tu idea llevarme el correo, no es necesario que sea una carta por vez—le miro alzando una ceja, Gobin fue el atrapado en esta ocasión. — ¿Por qué quieres leerla? El correo es algo privado y eres solo un huésped, no tienes por qué entrometerte a menos que te lo permita—continuo serio y arrebatándole con brusquedad el papel, tomo el resto de las cartas y volvió de vuelta a su consultorio.

    —Se lo que dirás Catalina, que no debí dejarme guiar por mis celos, que era preferible mostrarme entrometido pero preguntándole directamente de quien se trata “Walter” y el resto de sus “admiradores”—la mujer no dijo nada, seguía de espaldas revolviendo el contenido de la olla, se detuvo para agregarle un poco más de sal y volver a revolver.—Diablos… de nuevo siendo injurioso, que rayos haces conmigo Gregorio…—pensó para sí el hombre lobo, un tanto indeciso, frente a la puerta del consultorio. No sabía si tocar o esperar a que saliera.

    — ¡Puedes entrar!—escucho justo cuando, habia dado la vuelta para retirarse y darle su tiempo. Y sin ningún apuro, cogió la perilla y abrió la puerta, ingresando hacia adentro.

    —Por lo de antes, incluso más antes jure no comportarme grosero…

    —Está bien, aunque viniendo de ti me hubiera gustado que fueras curioso, en todo caso si no te he hablado antes de ellos fue porque no vi oportunidad y cuando la hubo tenia tanto miedo que solo pensaba en las consecuencias de mis actos, me refiero a Sam y… en que tus brazos me reconfortaran e hicieran olvidarme de todo—miro sonrojado y sonriendo levemente, hacia otro lado, camino hacia él y le entrego las cartas. —Léelas y, entenderás.

    En cuanto las cinco cartas se encontraron entre sus manos, Merton no habia podido controlar su enorme deseo de saber quiénes eran, las personas que las habían enviado. Tenía una especie de emoción recorriéndolo y al mismo tiempo, principalmente del que al igual que Tobías le regalaba una caja de su bebida favorita. Desdoblo entonces, la primera al azar, encontrándose con el nombre Clement. Habia sabido que era el hermano de Gregorio al primer párrafo, pero lo que le saco una carcajada fue el saber que por fin, después de muchas desaventuras, la mujer que tanto le habia sido prometida termino por convertirse en su esposa y esperaban su primer hijo. Y al mismo tiempo, sucedió que perdió cincuenta gallinas de su suegro, avergonzado por que esto le costó no poder elegir el nombre de su hijo.

    Ya más cómodo, sentando en un sillón llego el turno de Alan. Todo iba bien, Gregorio resultaba tener dos hermanos, y solo entonces quedaban cuatro posibles admiradores de los cuales uno debía ponerse celoso. Percibió que Alan se quejaba de todo y, principalmente de sus sobrinos que eran un desastre y agradecía al cielo no haber tenido niños. Sin mucho más que agregar, enviaba sus cariños. Merton paso al siguiente, Julius. Para más sorpresa, su tercer hermano, le contaba realmente feliz, repitiéndolo infinitamente que habría otra exposición en su nombre y como sucedía siempre, sin que esto Gobin lo supiera, enviaba un dibujo al dorso de la carta que ni el Doctor ni por supuesto que el hombre lobo entenderían.

    Para cuando supo que tenía cuatro hermanos, fue que llego a leer la escueta carta de Turner Jr. Agradecía el obsequio de Gregorio por su cumpleaños setenta, adivinando que sería el mayor de todos sus hermanos y, en un párrafo con la letra que caía hacia abajo, ocupando casi todo el papel, antes de su firma, explicaba que habia dejado de escribir debido a su salud y esperaba que fuera a visitarlo en verano. Entonces, sin más preámbulos llego a Walter, algo sorprendido por saber que no tenía cuatro hermanos, sino cinco. Walter explicaba que ya no se quejaría de Turner, Alan y Clement, se encontraba muy viejo para tonterías y esperaba que en verano, como asi Turner lo planeo, todos pudiera encontrarse y, asi Gregorio podría agradecerle el hidromiel en persona, pedía que no lo hiciera en carta. Adjuntaba su firma y enviaba como el resto sus saludos.

    —Pd: Disfruta del hidromiel querido hermano—leyó al final Merton, antes de dejar la carta con las otras y voltear a mirar al Doctor que ordenaba algunas cosas de las vitrinas. —Es, increíble, cinco hermanos mayores, seis Evanson`s. Y el mayor llego a sus setenta…

    —Walter cumplirá cincuenta y cinco en… la primavera…—no habia sido su imaginación, pero sin que fuera un sonrojo, escucho un sonido familiar y de repente, descoloco a Gobin. Gregorio sollozaba, dándole la espalda y apoyándose en la vitrina. Sin saber el motivo, bueno, tal vez que sus hermanos y principalmente el mayor fuera de una edad tan avanzada, pero algo muy dentro suyo le decía que se trataba de algo más doloroso y solo atino a levantarse y frotar sus hombros, mostrarle que estaba allí para él.

    —Merton… por mi culpa, si yo… hubiera esperado y nacido después de Sam… —definitivamente habia escuchado mal o el Doctor se estaba volviendo loco ¿Nacer después de Sam? Y solo entonces le vio girar y vio su expresión, reflejaba el más puro y al mismo tiempo, enternecedor dolor. Ese hombre tan valeroso le hacía ver su rostro bañado en lágrimas, viéndose tan genuino y sincero.

    — ¿A que, te refieres…? Tiene que ver con él bebe de Samantha y, tu, grata locura de robártelo, ponerte en peligro y… confía en mí, nunca voy a traicionarte y estaré aquí para… ti—lo abrazo, permitiéndole que se desahogara, aun le escuchaba sollozar y murmurar “fue mi culpa, si solo hubiera esperado…”.

    —Es esta la oportunidad que te mencione… Merton—lo miro a los ojos mientras el mayor le limpiaba la cara con delicadeza, a la espera de escuchar claramente todo lo que le angustiaba—los Evanson`s no somos seis, hermanos…—tomo una bocanada de aire—en realidad, yo tuve un gemelo y… ¿Entiendes? Si hubiera esperado y nacido luego… sería un hombre lobo, ni siquiera eso… estaría muerto a manos de mi Padre, Turner Evanson…

    Gregorio vio como los ojos del “Gato callejero” se engrandecieron, parecía haberle dado un buen golpe que le noqueo por un par de segundos, antes de que digiriera todo lo que le habia dicho. Mientras lo hacía, comprendía todo, ese algo que hacía de carnada para los hombres lobos y porque el Doctor lo permitía. Una deuda que todos venían a cobrar, al no poder hacer nada por su gemelo, al ser dos las posibilidades para que uno tuviera semejante destino.

    Al mismo tiempo, ese algo, esa carnada que era Evanson mismo, él podía utilizarla por su propia voluntad consiente, en esas ocasiones que decidía ayudar a un hombre lobo, como esa noche de Enero lo hizo con el propio Merton. Ahora entendía que, el nombre del bebe habría sido el de su gemelo. Pero también comprendía que no era su culpa, a pesar de que ya hubiera crecido por años, debía detenerse o sino, licántropos como Jackson aparecerían en su vida.

    —Escúcheme Doctor Evanson… no es su culpa, no fue quien lo decidió y no debe atormentarse por ello… pensar que es esa la por la que se ha arriesgado tanto por mi…—se dio la vuelta, Gregorio automáticamente le siguió el paso—yo lo…—y los dedos de Evanson impidieron que haga algo equivoco.

    —Ni se le ocurra Gobin, cuando mi Madre antes de morir me dijo que lamentaba no poder haber hecho nada por mi gemelo, que mi Padre se lo arranco de los brazos al poco tiempo de nacer y tuvo… el coraje estúpido e injustificado de asesinarlo, de asesinar a su propia sangre, a, un inocente pequeño… me temo que yo ya descreía todo el asunto y a pesar de saber a mi Padre un hombre cruel, creí a si mismo que mi Madre hablaba de un embarazo que perdió antes de tenerme… y solo entonces, quince años más tarde me arrepentí amargamente de ello—lo tomo con las manos de la cara—cuando te he visto esa noche, tan real y de ensueño… me di cuenta que siempre he sido un tonto y que tenía todo a mi alcance para creer en mi Madre y no lo he hecho hasta que te conocí… eres, maravilloso para mi vida… ir hacia mi como tu ultima oportunidad fue lo más, romántico y auténtico que hicieron por mí.

    —Gregorio… realmente no te merezco… no merezco estar aquí contigo, en esta situación… no quiero convencerme de lo contrario porque sé que—nuevamente habían sido, sus labios sellados, pero solo que esta vez por un apasionado y necesitado beso por parte del Doctor. Que se movía sobre su boca, consiguiendo que le correspondiera sin mucho esfuerzo, quien pudiera resistirse y mientras lo besaba, Gobin decidió por sí mismo. Ni “Finkucho” ni la Señorita Battle se harían con el oji-café, no mientras este le quisiera y asi por su parte no se sintiera con el derecho de merecerlo.

    Lo estrecharía como en estos momento entre sus brazos, haciéndolo feliz, si estar entre ellos lo hacía. Lo besaría, si lo necesitara como lo hacía en estos momentos… lo amaría y trataría de merecerlo, sea quien fuera él que se entrometiera. Uno seria del otro y viceversa. Le esculcaría cuando asi lo quisiera y pondría mucho esfuerzo en dejar de ser injurioso, aunque esto le costara mucho trabajo y tropezara cada vez que hablaba, con sus palabras.

    —Crees que no lo he notado…—le dijo, descansando sobre su cuerpo, Gobin se encontraba ya sentado en un sofá, sintiendo su peso, sin pensar en nada.

    — ¿A qué se refiere?—pregunto, observándolo y sonriendo.

    —Primero Fink y ahora la señorita Rebecca. Eres un caso perdido, tendrás celos de todo aquel que sea amable conmigo, me toque o me sonría, hasta con el que no me conozca, que yo no conozca y me de la mano por cortesía…

    —Ha dicho… ¿Señorita Rebecca? Parece ser muy, intimo con “la señorita Rebecca”—dijo mordazmente. Gregorio se sonrió.

    —Lo ve, si cree que voy a involucrarme con ella solo porque, alimenta a mi hijo, se encuentra completamente equivocado. Si tan solo supiera que pienso en usted todo el tiempo Gobin, en Sam y nuevamente en usted… debería de darle vergüenza siquiera recordar en sus pensamientos: “Finkucho y Rebecca”. Debería de pensarme solo a mí y no está haciéndolo—le miro con el ceño fruncido, pero Gregorio fingía ponerse celoso, quería ver como Merton reaccionaria. Aunque si lo pensaba con más detenimiento, si, admitía estar resentido de no ocupar su mente.

    —De acuerdo, entonces consiga que piense solo en usted ¿Cuán lejos llegaría para llevarlo a cabo? Si me pregunta, yo tengo una forma de que… Gregorio aparezca en mi mente una y otra vez, recordar solo su nombre y quien es usted, que me pregunten sobre alguien más o alguna otra cosa y solo diga “Gregorio”—El Doctor Evanson se sonrojo, mientras Gobin le miraba directamente y tomo la iniciativa para besarlo… tocarlo y sentirlo, llenarse con el sabor de su boca, de la piel expuesta de su cuello… morderlo levemente, atreverse a desabrochar gran parte de su camisa… besarlo cada vez más y más abajo.

    —M-Merton…—gimoteo con ansiedad. Cerrando los ojos y sintiendo con profundidad la humedad pasajera, que dejaba a cada beso en su erizada piel.

    —No quiero detenerme, eres tan delicioso que me es imposible…—continuo besando y chupando, mordiéndolo por debajo de ombligo, peligrosamente cerca de su entrepierna. Consiguiendo que de sus labios escapara un gemido mientras se removía sobre el sofá y quedaba semi-acostado, entregado por completo…

    Pero en medio del ambiente, al que consiguieron llegar sin esforzarse mucho y cuando más se necesitaban. Se vio quebrantado por unos golpecitos a la puerta y la voz de Rebecca Battle, diciendo: “Doctor Evanson, tiene un momento…” definitivamente, Gobin llego a su límite, luchando con el cinturón del pantalón que Evanson llevaba, con cierto deje de furia. Primero “Finkucho” y ahora Rebecca… y con ella no habia nada que pudiera hacer, Sam la necesitaba.










    Siempre estan ahi a punto y ahora, Rebecca, digamos que al version femenina de Finkucho XD soy mala, pero prometo, tal vez... que haya un gran avance en el proximo capitulo:

    Proximo capitulo 12: Luna Llena segunda parte. Cada vez que haya luna llena, sera "luna llena y por ejemplo, luego de segunda, tercera parte, pero no despues de la segunda. xD espero se entienda y dsculpen la demora. sin falta, mañana o pasado subo el capitulo 12, no termino de convencerme con el capitulo.

    Besos y gracias por estar alli.



    Quejas, dudas, sugerencias, tomates, huevos podridos, adulaciones, todos sera bien recibido.
  8. .

    Capitulo 10: El Septimo Hijo






    —Merton vete arriba y no bajes hasta que sea seguro—a regañadientes, pero seguro de que en presencia de otras personas, Fink se acobardaría, Gobin subió las escaleras perdiéndose en el primer piso. Evanson le hecho una mirada al “nuevo hombre lobo” que habitaba Chestermind y calmándose a sí mismo, abrió la puerta del vestíbulo con cierto miedo y forzándose a sí mismo a pensar en un mentira inmediata.

    Amontonándose en la puerta, cuando intentaron ingresar al mismo tiempo estaban el alcalde Hunter y su yerno Benny Hudson. Desesperados y asustados, Gregorio vio esto como parte de un alivio porque podría imaginarse que habia sucedido y ahora mismo que vinieran por Merton era un pensamiento demasiado lejano. Les dio su espacio, algo imposible, aguardo a que preguntaran sobre la presencia de Fink para lo que ya tenía una excusa y, finalmente fue desecha.

    —Sentimos molestarlo Doctor Evanson, no sabía que tenía visitas—comenzó Benny echándole una rápida mirada a Tobías y al borde un ataque— ¡Pero Samantha!—solo un momento más y le vería desplomarse a causa de un desmayo—Nelson por favor, tu…

    —Parece que Samantha, mi pobre Samantha, ha entrado en trabajo de parto—Hunter temblaba de pies a cabeza, le recordaba a Colton cuando su vaca estaba por dar a luz.

    —Comprendo, Señor Hudson—este lo miro—podría ir a casa de Catalina y llevársela con usted para estar con Samantha, Señor Hunter estaré allí en cuanto tenga a mano todo lo necesario, no me tardare mucho. Catalina sabrá que hacer mientras tanto—el alcalde asintió y sin perder más tiempo, pero a pasos torpes y embistiendo a su yerno, dejo la casa junto a este. Y nuevamente se encontró a solas con Fink, cosa de un segundo hasta que Merton interesado en la situación y seguro de que nadie le viera, bajo las escaleras.

    — ¿Qué sucedió Gregorio, no vinieron por mi causa?—pregunto preocupado, mirando furtivamente a Fink.

    —Samantha parece estar por dar a luz, no te preocupes—acaricio su barbilla con cuidado—en cuanto a usted Señor Fink… no entiendo como es que, si realmente eres un hombre lobo, puedes ser capaz de ocultarte de otro y más aun de una “loba vieja” pero con experiencia. Como vera no tengo tiempo que perder, le pido se retire y terminemos el asunto en otro momento—abrió la puerta, sin que tuviera que insistirle para abandonar la casa.

    —Asi será, Doctor Evanson—cerro la puerta hasta estar seguro de verlo lejos y sin más retrasos se dirigió hacia su consultorio con el “gato callejero” detrás.

    — ¿Podrías esperarme aquí? En general los partos se demoran demasiado, estaré en la mañana como mucho—guardo un último instrumento en su maletín y volvió al vestíbulo, pero cuando su mano toco la perilla de la puerta, unos brazos aparecieron por delante de su cuerpo.

    Recordando en un fugaz y vergonzoso momento, lo sucedido más temprano. La manera en como sus miembros se frotaban entre en un vaivén de caderas, como Gobin le aprisionaba contra la pared, como sus manos se pegaban a su espalda… se tranquilizó, atento a lo que ahora tuviera que decirle, debía controlarse, escucharlo.

    —Yo voy a esperarlo para toda la vida… vaya y cumpla con su deber—susurro en su oído, depositando un beso cerca de su mejilla y dejándole ir finalmente.

    Gregorio se quedó unos breves instantes fuera de la casa, con su maletín colgando de una mano y el resplandor de una lámpara de aceite iluminando su rostro sonrojado y con el corazón palpitándole tan fuerte como solía hacerlo cuando, Merton se comportaba como lo habia hecho hacia unos pocos segundos. Se calmó a sí mismo, bien hubiera querido otro tipo de beso, y concentrado en la reciente situación, se apresuró en ir a casa de Hunter.

    Fue esa noche demasiado larga y sangrienta. Catalina entraba y salía con agua caliente de la habitación del Doctor, reponiendo toallas, prestándole su ayuda incondicionalmente y con tanta experiencia como el Doctor en los partos. Pero en un último esfuerzo por traer a su hijo al Mundo: Samantha Hunter de Hudson desfalleció en la cama, sudada y casada y con poco color en su rostro, murió a las tres de la madrugada. Cualquiera hubiera considerado esto como un fracaso, un Doctor con un pulso inestable se hubiera rendido, pero Evanson supo que hacer y lo hizo rápido, salvaría al bebe si no pudo hacer nada por la Madre. Tras intentar reanimarla en vano y con el tiempo en su contra.

    Se mantuvo firme todo el tiempo que le llevo la cirugía, abrir por encima de la pelvis a la fallecida Samantha y por decirlo de alguna manera, rescatar al bebe. Catalina continuaba ayudando firme a su lado y entonces, la sombría habitación se llenó del llanto de un pequeño y frágil humano, cubierto de sangre y puesto en una manta en los brazos de su asistente. Solo entonces supo que no habia acabado, un segundo bebe lloro esa noche y a medida que los minutos continuaban transcurrieron, las sorpresas no terminaron de acabar cuando un sexto y último bebe varón se asomó del bajo vientre. Ya eran las cinco cuando Gregorio flaqueo, se detuvo abruptamente, analizando la situación y descubriendo… lo peor que hubiera podido suceder esa trágica noche.

    Todavía no fue capaz de comprenderlo y mucho menos mientras, ante la mirada de una estupefacta Catalina, lo sostenía en sus brazos. No lloraba ni se movía, era el más pequeño de todos… entonces no supo que hacer, se vio atormentado por la situación, reviviendo viejas heridas, remontándose hacia el pasado, escuchando entre una horrible toz la débil voz de Elizabeth: su Madre.

    Hace quince años.

    Era una tarde de primavera cuando Gregorio Evanson bajo del tren, en una hermosa campiña al oeste de Inglaterra. Anhelando llegar a casa mientras se montaba a un carruaje que le esperaba. La campiña donde vivía era famosa por sus colinas y la casa de los Evanson esperaba apartada pero vistosa en lo alto de una de ellas. El paisaje era bonito, con el cielo azul y el sol, los campos teñidos de lavanda. Pero Gregorio más que deleitar a su vista con ello, deseaba llegar a casa para ver a su Madre: que llevaba un tiempo postrada en la cama y demasiado débil como para levantarse y leer las cartas de sus hijos, que llegaban todas las semanas sin falta.

    Los hermanos Evanson mayores eran cinco, cada uno con su carácter y sus gustos, adultos que tenían sus vidas casi completamente hechas y con una cosa en común. El no sucumbir a los caprichos del autoritario jefe de la familia, Turner Evanson. Un juez que por asuntos desconocidos no pudo convertirse en el alcalde del campo que los residía y que pretendía que asi, sus hijos lo hicieran. Nada más conveniente, porque mientras fueron llegando a este mundo alardeaba de sus muchachos, ni una mujer lo que no podía más que agrandar su ego, y teniendo cinco oportunidades fallidas hasta el momento fue que la sexta oportunidad se presentó cuando nació Gregorio. Pero lejos de ser la sexta la vencida, fue su sexta y última oportunidad.

    Ansioso por bajarse, Gregorio espero solo unos minutos más para llegar a su destino. El coche arado por dos hermosos caballos paro frente a la fachada de la inconfundible casona Evanson y de un salto, cruzo la puerta del jardín y luego la del lobby. Y mientras su equipaje era bajado por el resto de la servidumbre, su ama de llave se acercó hacia el para tomar su capa de viaje y darle las novedades del dia.

    —Joven Gregorio, su Madre lleva un rato esperándolo. Llegaron cartas de sus hermanos en la mañana—le dijo sonriendo y sin perder un segundo más, subió las escaleras a zancadas. Camino al final de un pasillo adornado de un tapiz caqui de relieves dorados, trotando al final para llegar a la última puerta, el cuarto de Elizabeth. La brisa primaveral ingresaba por la ventana del balcón que tenía vista a un vasto campo detrás de la propiedad.

    —Madre, te he extrañado tanto—se sentó a su lado en la cama, tomando su mano entre las suyas y besándola con cariño. —Josefina me ha dicho que llegaron cartas de mis hermanos—su Madre sonrió mientras el buscaba las cartas y las encontró, encima de un paquete que ya sabía que tenía dentro, el cual a su vez estaba sobre una mesa redonda y de madera, cerca del armario.—Oh mira, Walter de nuevo me envío Hidromiel y del más caro, siempre tan considerado que no repara en gastos—se lo enseño, devolviéndolo luego a su lugar y quedándose con cinco sobre en las manos antes de volver a sentarse junto a su Madre—en la navidad nos sentaremos y beberemos todos juntos, mientras Padre se queje y Walter pelee con Clemente, Alan y Turner, para luego abrazarse llorando y caer de borrachos—sonrió. Gregorio se veía mucho más joven, más niño. Tenía el cabello negro revuelto sobre la cabeza y unos grandes y brillosos ojos cafés— ¿Quieres que comience?—no hizo falta que ella se lo dijera, debería hacerlo. —Turner al ser el mayor me diría que comenzara por él, asi que aquí vamos…

    El primogénito: Turner Evanson Junior mandaba sus saludos y ponía en el reverso de la carta (ya que solía olvidar las cosas) que llegaría el fin de semana. Escribía con mucho orgullo y quitándolo una sonrisa a su Madre que habia vuelto a publicar otro libro. Renegando de los deseos de su Padre se convirtió en uno muy poco conocido, pero no porque no escribiera bien, utilizaba un seudónimo para llevar una vida tranquila. Y en cierto modo para que Turner Padre desistiera de presionarlo en cualquier oportunidad que tuviera, con convertirse en el alcalde de la campiña donde vino al mundo.

    Gregorio doblo la carta con mucha delicadeza, se tomó su tiempo para guardarla de vuelta en el sobre y la dejo sobre la mesa de luz, pasando a la siguiente.

    El segundo hermano: Alan, comenzó quejándose acerca de su telescopio, un niño se lo habia roto cuando en un descuido, lo cogió de su lugar para utilizarlo como un juguete. Odiaba que tomaran las cosas sin permiso y no tenía mucha paciencia con los niños, Elizabeth solo sonreía y Gregorio se detuvo solo un momento, para acompañarla. Al igual que Turner llegaría el fin de semana, dejaba más quejas, porque siempre se quejaba de todo y apuntaba su nombre al final del papel.

    El oji-café repitió la misma acción que con la primera carta y desdoblo la siguiente. —Veamos que nos dice Clement—Clement, el tercer hermano no tenía muchas cosas que decir más que recalcar un sinfín de veces cuanto extrañaba a su Madre. Esperaba llegar sin complicaciones el fin de semana y en una divertida anécdota: explicaba que por su culpa escaparon todos los cerdos de una granja donde-al parecer estaba trabajando en estos momentos-y si le pagaba los once, el dueño consideraría darle la mano de su bella hija.

    El cuarto hermano era Julius: la carta comenzó con una delicada poesía de primavera y al dorso se encontraba un hermoso dibujo que debido a su inexperiencia con el arte, Gregorio no supo apreciar, le parecían solo manchones de pinturas y no sabía si habia una rosa o era una manzana arriba de un palo en medio de un campo. Adjuntaba su enmarañada y desbordante firma, antes de decir que trataría de llegar antes del fin de semana.

    Y para el final, solo quedaba su quinto hermano mayor, Walter: quien le habia enviado con mucho cariño las mejores botellas de hidromiel. Walter se encontraba enfadado por Turner, Alan y Clement, ya que según decía se olvidaron de su cumpleaños y recalcaba, en un afán de que los tres leyeran esto, lo mucho que quería a sus adorables hermanitos: Gregorio y Julius. Evitaba hablar como de costumbre de su trabajo y les daba sus saludos. Llegaría antes del fin de semana.

    Gregorio termino por doblar la carta y no alcanzo a guardar y amontonarla en la mesa de noche con el resto, cuando Elizabeth tosió de manera horrible, parecía que se caería de la cama. Atino a acariciarle la espalda, se mostraba fuerte y mantenía una infantil pero sería expresión en su rostro. Luego, le ayudo a acostarse sobre un sinfín de almohadas para extenderle un vaso con un poco de agua. Y mientras le limpiaba la boca con un pañuelo, la toz regreso manchándolo de sangre. Aunque aspiraba a ser Doctor y todavía no sabía mucho al respecto, si estaba al tanto de algo, un Doctor a estas alturas sería innecesario. Tenía que esperar a que su Madre se calmara y mantenerse firme.

    —Regi… mi pequeño Regi—susurro, intentando sonreír, volvió a toser con el alma—tu sabes que ya tengo poco tiempo… que en navidad no podremos reírnos de las quejas de tu Padre o beber del Hidromiel que curiosamente también le gustaba mucho a mi Padre—tosió de nuevo, Gregorio se mantuvo implacable, sosteniendo su mirada en la de Elizabeth y atinando a sostener su mano entre las propias—debo pedirte perdón por tu hermano—el oji-café intento levantarse, pedir socorro, servirle tal vez más agua, pero la mano de su Madre ciñéndose a su muñeca con sus últimas fuerzas se lo impidió—si hubiera hecho algo tu… tendrías a tu hermano junto a ti… los demás son mayores e hicieron su vida—guardo silencio un momento mientras en sus ojos se acumulaban gruesas lagrimas—ambos hubieran compartido todo juntos sin el qué dirán… pero no tuve lo suficiente como para impedírselo a tu Padre, comparto la culpa con el Regi, mi pequeño Regi… Siempre tan compresivo, tan sereno…

    —No comprendo Madre… ¿A qué se refiere… con hermano…?

    —De tu hermano gemelo…—confeso con su último aliento y generándole un impacto tan grande que apenas sintió como el agarre aflojaba y sus ojos cafés como los suyos, se cerraban…habia muerto… para Gregorio la figura de Elizabeth se volvió borrosa…




    Despertó entonces en la realidad, devuelto a ella por una preocupada mirada atisbada de verde, Merton estaba justo delante de él. Solo entonces Gregorio se dio cuenta que estaba en casa con el hombre lobo esperando que le diera explicaciones, acerca del bulto que cargaba envuelto en mantas blancas machadas de sangre. Con el terror dominándolo, pedía tanto que alguien se lo dijera, que no habia ocurrido, que realmente no habia ocurrido. Contaba mentalmente como hacia una hora atrás: uno, dos, tres, cuatro… hasta seis bebes, siete, siete pequeños y hermosos varones. Los milagros a los que Samantha les dio vida. Al asegurarse de haber hecho bien la cuenta recordó a su Madre y lamento mas no haberle creído aquella vez, llevando a cabo lo primero que se le ocurrió en medio de la desesperación, llevarse al séptimo consigo.

    —Gregorio ¿Qué traes allí, ese bulto?—camino unos pasos hacia él, pero Gregorio no dijo nada, se mantenía en silencio. Seguía conmocionado y solo pensaba en el frágil bebe que se removía en las mantas. Gobin retrocedió asustado—solo necesito que me digas que sucedió…—respiro profundo, y le miró fijamente tomándolo por los brazos—confía en mí.

    —La hija de Hunter…—jadeo, jadeo nuevamente y sin decir nada concluso se encamino hacia su consultorio. Hasta entonces la preocupación de Merton acrecentó, más sin embargo fue el momento oportuno para descubrir el misterio. Le vio atender, limpiar y arropar en lienzos limpios a un hermoso y pequeño bebe, en una de las camas de las habitaciones de pacientes.

    — ¿Es, ese el nieto de Hunter?—pregunto impaciente y tomando asiento junto al boticario— ¿No lo haz robado cierto…?—Gregorio miraba al bebe dormir y tenía una expresión de miedo—Doctor Evanson, se ve muy extraño y si usted no me dice que…

    —Siete…—balbuceo—Samantha ha tenido siete hijos luego de morir… el esfuerzo que hizo fue demasiado y en vano, desfalleció en la cama… me mantuve frio sabiendo que todavía quedaba una esperanza, pese a que estaba muerta y ya nada podía hacer por ella, aún quedaba su “hijo”… después del primero todo estaba bien, pero se hicieron dos…—se llevó las manos a la cara—y finalmente, cuando me alivie de que fueran solo seis… ¿Sabe qué significa eso, cierto? —le miro rápidamente angustiado, Gobin no tuvo que preguntar más, conocía la respuesta y que harían con el sí, Gregorio no hubiera tenido el valor de “robarlo”.

    Lo abrazo y le dejo descargarse en su pecho, le oía gimotear de manera ahogada, como si se trata de un niño, sus manos temblando y aferrándose a su ropa. En cambio solo le correspondía sosteniendo más fuerte. Conteniéndolo como debía. Pero habia algo que le preocupaba ¿Qué habia hecho Gregorio para poder sacarlo de la casa sin levantar sospechas?

    Dejar en seis los bebes, tal vez por ese “algo” existía el miedo palpable en su cuerpo y su expresión. Y el sonido del reloj de pie del consultorio, anunciando una nueva hora más la pieza de hierro del aldabón resonando en sus oídos, logro que su rostro perdiera el color peor que reaccionara inmediatamente después de dar cuenta a la situación.

    Se apartó de su cuerpo, camino hacia la sala y volvió empuñando la carabina. Asegurándose que tuviera balas, Gobin comenzó a analizar por su cuenta y estaba a punto de llegar a una conclusión… le vio mirar en dirección a su consultorio y respiro profundamente, sin quitar esa escalofriante y preocupante palidez de su cara. Del otro lado de la puerta se escuchaban diferentes voces, el reloj seguía cantando y el aldabón parecía que en cualquier momento atravesaría la madera todavía tostada por el incendio de Diciembre.

    —Merton—le miro—quédate con él bebe, pase lo que pase y sin que me desobedezcas, si escuchas un disparo tómalo y huye. Sera la señal—Gobin le observo pasmado, quieto en su lugar, un tanto asustado— ¡¿Me estas oyendo?! Ahora ve y ocúltate… me encargare de ellos… Merton, sé que es difícil y muy precipitado pero sabes que pasara con el si lo devuelvo…—el hombre lobo suspiro y antes de que la puerta fuera derribada, le dio un beso.

    —¡¡¡Sabemos que está allí Doctor Evanson, no haga las cosas más difícil y abranos!!!—Gregorio mantuvo la calma, tanto como podía antes de dejarles entrar, pero inmediatamente después de hacerlo les impidió seguir avanzando, empuñando la carabina en contra de gran parte del consejo.

    — ¡Ni un paso más, Benny, Señor Hunter, Padre Acacio, Smith…! ¡Estoy dispuesto a disparar a quien sea que dé un paso más, no tendré consideración e incluso ahora mismo mi posición en el consejo me importa muy poco!—endureció la mirada.

    —No haga las cosas difíciles Señor Evanson, sabe el procedimiento, lo sabe…—hablo Hunter, que no se atrevía a dar un paso y trataba de resguardarse tras su yerno.

    —¡¡Lo conozco perfectamente, pero a menos que acaben con mi vida tocaran a ese bebe!!-vocifero. Gobin hacia lo que le habia ordenado pero por supuesto que si era su vida la que se perdía, no permitiría que Gregorio y él bebe de Samantha salieran heridos, estaba listo mientras le escuchaba demasiado tenso. Pero dispuesto también a todo.

    —Es necesario acabar con esto, ya ha muerto Samantha—Acacio se atrevió a dar unos pasos, mientras se acomodaba los lentes—las fuerzas oscuras actuaron esta noche, ella murió por que…

    —Se exactamente que dirá ¡Que Samantha murió, no porque llevaba siete criaturas en su vientre, sino por el hecho de que el ultimo fuera el dichoso séptimo hijo, que eventualmente según esas creencias estúpidas, le convertirán en hombre lobo!—el Padre le miro de pies a cabeza, parecía estar analizándolo. Buscando tal vez algún apice demoniaco— ¡¿Han visto a un séptimo hijo varón, convertirse siendo solo un inofensivo bebe!?—Ninguno contesto, claro que no lo habían visto a pesar de que eran ciertos los rumores—¡¡¡Denme entonces la maldita prueba que diga, solo una, que ese inocente debe ser sacrificado ahora mismo!!!—tomo una bocanada de aire—Samantha murió por el esfuerzo, si hubiéramos tenido herramientas que nos indicaran acerca de los septillizos, desde el principio le hubiera hecho una cesaría, en cuyo caso todos sus inocentes milagros serian culpables y no el séptimo—argumento, de nuevo nadie se atrevió a contradecirlo.

    —Me parece bien, es usted el Doctor y nosotros debemos seguir sus indicaciones, pero no podemos dejar pasar esto por alto ¿Qué podría decirnos para que, no utilicemos la fuerza?—Acacio dio unos pasos, se veía más sereno, valiente y dispuesto a negociar, que el resto.

    —Los rumores dicen que a los catorce se convierten por primera vez ¿Correcto?—Acacio asintió acomodándose los lentes—hasta entonces y contra cualquier pronóstico me hare responsable de él, le proclamare mi hijo y a falta de ellos, será un primogénito. Un bautizo, no enojaría eso al Demonio si fuera su producto y no, le sanaría el agua bendita, pues lo compraremos luego de la sepultura de Samantha, ¿Está usted de acuerdo Padre Acacio?

    —Absolutamente Doctor Evanson, si lo bautizáramos bajo su nombre no solo podría impedir que cuando sea un hombre, se convierta en hombre lobo, también podría ser la forma correcta de salvarlo y hacerlo un hijo más del señor—Hunter y Smith: un viejo barbudo, se miraron y no parecían tener nada en contra. —Muy bien, parece que todos estamos de acuerdo.

    — ¡Solo usted será responsable de las vidas de todos en Chestermind Doctor Evanson, si me lo permite!—Smith dio medio vuelta antes de irse.

    —Doctor Evanson que dios este de su parte, fue valiente esta noche y será recompensado—Acacio se acomodó los lentes y se fue, seguido de un silencioso alcalde. Pero al final, y mientras comenzaba a bajar su carabina, mucho más relajado y de cierto modo feliz, Gregorio vio que Benny Hudson seguía al pie de la puerta.

    — ¿Qué nombre ira ponerle?—pregunto. Evanson se sorprendió. —No importa si no quiere decirlo, solo le pediré que cuide de… su hijo.

    —Sam, ese será su nombre y no tenga dudas, le cuidare…—Benny solo dio la vuelta, parecía querer decirle algo mas pero finalmente, se fue siguiendo al resto, mientras las primeras luces del alba se asomaban.

    La carabina hizo mucho escandalo al deslizarse de las manos del Doctor, se sentía aliviado pero agobiado, mientras todas sus fuerzas se desvanecían. Trato de sujetarse de un mueble, pero su cuerpo aterrizo sobre un cuerpo suave y caliente, Merton Gobin estaba allí mismo volviendo a darle paz y un hombro donde llorar… sin embargo Gregorio se abstuvo de hacerlo, se dio la vuelta con lentitud y se aferró a ese hombre lobo que tanto bien, hacia a su corazón.







    Hasta aquí, si no se hicieron bolas, sabemos que Gregorio tiene cinco hermanos mayores, lo que le hace el sexto, pero según su Madre tuvo un gemelo… pues confirmando que Gregorio no es hombre lobo, salvo que tenga alguna manera de no transformarse, su hermano gemelo lo seria, y la pregunta es ¿Habrá tenido Evanson Padre, el coraje de deshacerse de su séptimo hijo?

    En los siguientes capítulos iremos viendo que paso realmente y quien es el hombre lobo realmente, tal vez Turner Evanson Padre se confundió de gemelo, Gregorio sea algo que no es o solo un hombre que tiene ese “algo” que atrae hombres lobos a casi docenas. Y será el baby Sam quien lo desate todo (si hay algo que no puedo evitar, pido disculpas, es entrometer niños en todo, desde bebes hasta lo que tienen cuatro o cinco (Que siguen siendo bebes) o un poco más, es como mi marca de agua XD).


    Gracias por darme su opinión. Hasta ahora todos creen que Fink no es hombre lobo, jaja y que anda con Jackson. Todo puedo ocurrir. como siempre recibo quejas, dudas, tomates, arvejas, zanahorias, cebollas, sugerencias XD Has el proximo capitulo 11: "Sam".

    Pd: Viva, para mi es algo bueno llegar a subir el capitulo 10 ^^
  9. .
    Onegai!! esto necesita continuación, Julian es super y como decirlo, le va a salir el tiro por la culata o tal vez no y consiga su objetivo, todo puede pasar. estaré al pendiente.
  10. .

    Capitulo 9: Puedo olerte...









    Por un momento, el Doctor Evanson se enmudeció, todo este tiempo habia pensado que Gobin fue muy imprudente aquella vez, arruinar su vida a causa de una mujer cualquiera que no mereciera semejante acto y por otra parte, llego a pensar que si le habia engañado y Jackson fue capaz de estar con “ella”, sin ningún tipo de lealtad, se lo merecía. Pero ahora mismo lo que aconteció verdaderamente en Diciembre sin que pudiera imaginarlo le dejo de piedra. El zapatero detrás suyo con malas intenciones y el siendo tan torpe para no darse cuenta.

    Si analizaba mejor las cosas recordaba muchas ocasiones en las que Elías Jackson iba a verlo por una consulta y tenía la sensación de ser observado, que una fija mirada se clavara en su espalda y esa “mirada” decía demasiadas cosas malas en este momento y hasta ahora se daba cuenta. Entonces, recordó esa noche mientras iba a visitar a Merton para atender su herida y darle más comida. Como lo miraba, le olía y se saboreaba, realmente pensó que buscaba despedazarlo como un animal a un pedazo de carne. De solo pensar que un viejo libidinoso estuvo tantas veces a punto de hacer “ese” tipo de cosas, devorarlo carnalmente como seguramente lo habría hecho con alguna joven inocente y por sus antecedentes expuestos, algún joven… tenía mucho por agradecerle al Merton Gobin.

    —En Enero, no fue casualidad que nos encontráramos. Luego del incendio Jackson y yo tomamos caminos separados, pero esa noche que atendió mis heridas ambos tuvimos una pelea y yo no estaba por el alcohol y la mala alimentación en buena forma, conseguí escapar y lo olí… pensé que sería mi última oportunidad de tener algo con usted, siempre fui grosero y esquivo porque creí que era como el resto y esa noche quise comprobarlo… cual fue mi mayor sorpresa, despertarme y encontrarlo a mi lado… con el pasar de los días volverme más cercano y retarme a mí mismo por atreverme a compararlo con el resto…

    —Merton…—Gregorio no tenía palabras y pensaba que si hablaba ahora, lo arruinaría todo.

    —Yo perdí la cabeza esa vez, ese viejo asqueroso pretendiendo, planeando quien sabe que con usted… y yo con el poder de evitarlo, no me resistí, incluso hubiera preferido que muriera en el incendio pero Blanch ayudara a todos los hombres… malos o buenos—suspiro aliviado—algún dia debía decírselo.

    —Solo lo hizo por mí… siempre, desde…—bajo la cabeza, avergonzando de sí mismo—me doy cuenta que desde un principio yo fui quien le debía, esas atenciones celosas que ha tenido conmigo sin que yo pudiera ser capaz de percibirlo. Parece que me he comportado como un tonto… podrías equivocarte si me crees inteligente, hemos perdido tanto tiempo por mi torpeza… y tu…—se llevó una mano a la boca—oh Merton…

    — ¿Torpeza? Yo no debí morder a Jackson, se volvió peor cuando comenzó a olerlo con más profundidad y créame que… huele delicioso… no fui capaz de pensar en otra solución…—lo abrazo con más fuerza, aspirando nuevamente su aroma.

    —Lo lamento—Gobin se sorprendió—por mi culpa tuvo que delatarse y volverse un borracho, créame que no tuve intenciones de…—Merton puso un dedo sobre sus labios.

    —Estaba cansado de tener que lidiar con ser hombre lobo, no poder andar con libertad sin que intentaran cazarme como si fuera alguna clase de demonio. Llevo cuarenta años de vida con esto y ya no tenía ningún incentivo, usted… tú no eres culpable de nada Gregorio—lo acaricio dedicándole otra más de sus sonrisas.

    — ¡Yo esperaba no encontrarlos aquí cuando regresara!—Gobin soltó a Gregorio por la sorpresa, ocasionando que terminara por sentarse en el piso y se sintiera tan avergonzado. —En algo te equivocas Merton, todo esto no hubiera ocurrido si no te hubieras prendido de… un humano—miro al Doctor con agravio—no hace más que buscarte problemas, los humanos siempre buscan problemas, pero tú le elegiste y ya nada puede hacerse, sería aburrido delatarlos. Aunque el Doctor Evanson parece descuidarse mucho últimamente y no dudo que muy pronto morirás realmente y por sobretodo, hacer este tipo de cosas en una casa que no les pertenece—miro a ambos colérica, fruncir el ceño le hacía verse realmente malvada.

    —Yo voy a demostrarle que puedo cuidar bien de Merton… del Señor Gobin…

    —Oh por dios, no tiene que fingir ante mí, se perfectamente que algo más que ser paciente y doctor, “amo y mascota”, los une—Evanson volvió a sonrojarse y ni siquiera podía mirarla a los ojos.

    —¡¡Entonces le mostrare que no estará en mejor lugar que bajo mi “ala”!! ¡¡Yo tendré el coraje para irme de aventuras y nada a va a detenerme, nadie va a ponerle un dedo encima a Merton!!

    —Entonces comience por el Señor Fink, no es un hombre lobo pero se la está poniendo difícil. Ahora, vamos al asunto ¿Conseguirá llevárselo de aquí? Porque tengo entendido que Merton desea ser un hombre lobo solitario y es en esta era lo que más le conviene.

    —Merton Gobin, asi tenga que llevármelo de la oreja—se acomodó el saco y adopto una mirada seria, aunque todavía se encontraba levemente sonrojado—voy a llevármelo de aquí, si no lo prefiere bien podría interesarme por… “Finkucho”—se burló, consiguiendo una hermosa y amplia sonrisa del hombre lobo.

    — ¡De ningún modo, ire sin rechistar!—se puso a su lado—gracias por todo señora Blanch, solo le pido que no interfiera entre yo y Gregorio, usted lo ha dicho, me he prendió de él y nada va a cambiarlo.

    Desdeñosamente les abrió la puerta de calle, espero a que observaran su entorno para no ser descubiertos y se adentraran en la noche, rumbo a la casa-clina de Evanson. En cuanto La señora Blanch se encontró en la soledad de su casa, sonrió para sí misma. Hacia un buen tiempo que no encontraba esta clase de diversión. Un hombre completo y un hombre-lobo que congeniaran también… que se amaran tanto, sin saber que tan grande era ese amor. Ella por su parte tampoco dejaría que nadie cambiara eso, motivo suficiente para aceptar que Merton no fuera un hombre lobo solitario y apto para no revelarlos y dejarlos en paz.

    Por otro lado, Merton y Gregorio consiguieron llegar a salvo a su destino. Bajo del manto de la noche y cuidándose las espaldas. Todo estaba bien ahora, habían aclarado muchos cosas y dicho demasiadas verdades, expresado sus sentimientos un poco más libres y el hombre lobo no quiso esperar mucho más para arremolinarse con el Doctor y dejarle en claro que no todo estaba dicho. Espero a que se quitara el abrigo, ambos lo hicieron y, cuando subieron arriba para ir a dormir, lo abordo en el final de las escaleras de improvisto y sonsacado. Palpando sus brazos, parte de su pecho y su cuello, luego lo dejo contra la pared indicándole que no saldría a salvo de esta y, justo cuando se dispuso a besarlo, Evanson lo detuvo.

    —En algún momento dijiste que los Doctores son muchos más mandones que las Madres, reinventare un poco tus palabras—Gobin lo miro confundido—tal vez esto suene como lo diría una “Madre”, si asi será. Es hora de ir a la cama, ten buenas noches—lo tomo de ambos lado de la cara e hincándola solo un poco hacia abajo le deposito un beso en la frente.

    En ese instante que tuvo que dejarlo escapar a su cuarto, Gobin aún no habia comprendido y el beso en la frente dejo tal huella que habia pasado toda la noche moviéndose en su cama. Tal vez, reflexiono, iba demasiado rápido para el Doctor o tal vez: le dijo otra voz, comenzaba a cobrarle el susto de una manera esquiva, escueta pero al mismo tiempo cordial. Lo peor aún no estaba por suceder, por sobre las ganas que tenia de ir a su cuarto y tomarlo por la guardia baja, besarlo, tocarlo y proponerle otro “castigo” por escaparse preocupándolo. Lo peor y contra todo pronóstico, sucedió durante la cena del dia siguiente.

    El dia habia comenzado con una fila de pacientes esperando ser atendidos. El primero de todos ellos habia sido August, el viejo que veía hombres lobos hasta en un grano de maíz, Merton estaba impaciente en el piso de arriba, quería estar junto al Doctor porque desde que habia despertado la primera cara que vio fue la de Catalina, diciéndole que no bajara y dejándole el desayuno en la cama. Un pedido del Doctor: de quien escuchaba su voz, estando sentado y aburrido en el pasillo del piso de arriba, aguardando algún milagro. August se fue contento con sus lentes nuevos, no sin antes recalcar que no habia sido el dibujo del tapiz, sino que realmente vio un hombre lobo, para luego convencerse de su error e irse.

    Escucho el ruido de los zapatos, el hidromiel, con un intensificado toque de medicinas pretendiendo subir y luego alejándose hacia su consultorio. El tabernero y dueño de la posada del pueblo traía a su hijo, que tenía un fuerte dolor en el estómago. Espero pacientemente, aun sentado y desilusionándose de nuevo, Gobin se cambió de posición. Se le habia dormido el brazo de tanto apoyarse en este. No fue sino hasta el almuerzo que, sonrió para sí mismo fingiendo estar distraído. Gregorio estaba allí arriba junto a él con una bandeja en las manos. La dejo en una mesa cercana y luego, estuvo mucho más cerca, tanto como lo quería.

    —Problemas de vista, dolor de estómago, una Madre primeriza, dos ancianas que se hirieron con las uñas, sus respectivos hijos las trajeron con diferencia de horario para que no se vieran y no volvieran al pleito y casi se les infecto por no querer verme. Lamento no haber venido antes—se sentó en él apoya brazo, Merton giro inmediatamente al verlo y sonriendo de una extraña manera, le acomodo sobre sus piernas. Estaba cumpliendo al pie de la letra eso de pegársele y aunque aún le incomodaba, por lo que sucedía siempre, no se quejaba.

    —Se demoró mucho, ni siquiera hemos podido desayunar como corresponde en todo el tiempo que llevo aquí—los sentidos del Doctor se pusieron completamente en alerta, cuando comenzó a desabrocharle el saco, que momentos antes llevaba desprolijamente arremangado—no se inquiete Doctor, tiene que compensarme y, quiero tener el privilegio que ha tenido conmigo aquella vez… permítame ser su “Doctor” un momento… y revisarlo cuidadosamente…

    — Mi… “¿Doctor…?”—y fue redundante que le respondiera, cuando fue su camisa la siguiente en ser desabrochada, entendió el mensaje completamente: el juego iba enserio y los nervios comenzaron a jugarle en contra— ¡Espere!—se cubrió avergonzado. — Solo un segundo, espera solo un segundo…—hizo una barrera con sus brazos— ¿Recuerda la caja?

    — ¿Cuál caja?—y de repente, se imaginó a un Fink sin dedos en las manos. —No quiero recordar ese dia, Finkucho sobrepaso los limites…

    —Permita que vaya por ella, vaya a su cuarto y… aguarde…

    —De acuerdo, allí estaré… le dare solo un minuto o ire por usted—sonrió, dejándole salir y caminando hacia su habitación.

    Para cuando el Doctor Evanson regreso, Gobin tuvo algún especie de recordatorio, algo que le decía que esto lo habia vivido. Pero que en vez de ver la dichosa caja en manos de Catalina… la vio en las del Doctor. Se preguntó si Fink aparecería con que se habia rebanado la otra mano o si Catalina aparecería por allí, tal vez algún paciente de última hora ¿Qué pasaba por la cabeza del Doctor?

    —Señor Gobin, es usted un “Doctor” impaciente, pero hasta lo que yo recuerdo resultaba ser un “Sastre” audaz y paciente, asi que jugaremos a ser cliente y vendedor, esto de aquí es un costurero y en su mesita debería de haber algo para apuntar notas ¿Por qué no me confecciona un traje nuevo?-por un instante se sorprendió y al siguiente, pensó que lo que cruzaba por su cabeza era la mejor oportunidad que tenía.

    —De acuerdo, pero no necesito apuntar nada—Gregorio alzo las cejas, mientras abría el costurero y sacaba de allí un metro cuidadosamente enrollado. Merton se le acerco sigilosamente, acechándolo y luego, cuando quiso darse cuenta estaban frente a frente. —Me se todas sus medidas…

    — ¿Habla enserio? Todas…

    Gobin sonrió y pregunto con aires de orgullo:

    — ¿Quiere hacer la prueba? —Evanson asintió un tanto embelesado, creía en el hombre lobo y al mismo tiempo quería ver con sus propios ojos que fuera cierto.—Primero tomare papel y lápiz, parece que después de todo si lo necesitare, escribiré las partes de su cuerpo y un número, la medida de cada parte—se sentó el borde la cama, garabateo concentrado y fugazmente, antes de caminar nuevamente hacia el—ahora, tómelo de un modo que no pueda verlo y permítame que me encargue—sonrió de medio lado, arrebatándole con estilo el metro.

    Lo estiro llanamente, mordiéndolo con cierta sensualidad, Gregorio luchaba por mantenerse en pie y apretaba la hoja de papel con su mano. Respiro profundo y comenzó a sentir como concisamente, las manos del hombre lobo rozaban su cuerpo. Primero el cuello, lo rodeo y midió el ancho y largo de su espalda, se inclinó y tomo la de las piernas, mientras le iba diciendo acertadamente los números escritos en la hoja de papel. Continúo con sus brazos y finalmente su cadera, pero fue entonces que tirando por cada punta del metro lo asedio hacia su cuerpo.

    Y sin que le pidiera permiso y con mucha cautela y delicada seducción, empezó a quitarle la ropa de la parte de arriba. El saco como antes y la corbata, que fueron lanzados hacia un sofá cerca de la pequeña chimenea del cuarto y con dudas, la camisa que toco el suelo ni bien el par de ojos verdes del hombre lobo, admiraron el torso desnudo del boticario.

    Gregorio respiraba pesadamente mientras le veía paralizado, como parecía observar cada detalle, sus pectorales no demasiado exagerados, los brazos levemente musculosos: habia trabajado en la estación cargando equipaje antes de conocer a Colton y poder estudiar medicina. Luego, un escalofrió asombroso atravesó su cuerpo, las tibias manos de Merton se cerraron a los costados de su cintura y ya no había nada que les separara.

    —No me mal entienda—le mintió—esas medidas que apunte son las que le he tomado en varias ocasiones mientras usted llevaba ropa puesta, creo que sería mejor quitársela y…—por los cielos que ya no podía continuar—eres hermoso—confeso al final y regalándole un casto beso, apenas le habia rosado para enrojecer esa cara que le miraba incrédula.-En estos momentos yo quiero ser su “Doctor”, usted será uno de esos pacientes que vienen para un chequeo y sabe que significa, debo verlo todo y cerciorarme de que nada este mal en su cuerpo…

    —Es ridículo—reitero Evanson, regulando su respiración y evitando mirarlo a la cara a toda costa—si su idea es verme completamente desnudo, resulta verdaderamente ridículo… bastaría solo con verse a usted de esa manera frente a un espejo ¿No le parece?

    —No me parece, usted me vio, yo quiero verlo… de hecho vio demasiados cuerpos desnudos, hombres, mujeres… pero solo hacia su trabajo en cambio no creo que, usted haya actuado como lo hizo aquel dia mientras me veía… como si nunca me hubiera visto realmente, porque antes de todo esto solo era un paciente más… ¿No es cierto?—Gregorio trago duro. Le habia atrapado por completo.

    —Merton… ese dia que creyó que yo era como el resto, que trate de herirlo y luego cuando se transformó me quede allí para demostrarle que solo habia que confiar en las acciones, porque las palabras nunca están bien dichas o en muchas ocasiones hieren… vi algo en su cuerpo que revoluciono el mío de una manera extraña y ahora mismo ha vuelto a ocurrir y le juro que me siento tan apenado…—intento cubrirse la cara, pero en el forcejeo con Gobin, en el que este trataba de impedirlo, movió sus caderas por reflejo demostrándole lo que le parecía indecoroso.

    —Oh… no debe avergonzarse, está completamente excitado por mi causa y no tiene idea de cuánto me interesa eso…—susurro a su oído, bajando para besar su clavícula descendiendo y haciéndolo en su pecho desnudo… llegando a ese lugar donde algo se alzaba debido a la excitación, mientras volvía a besarlo debajo del ombligo. Evanson movió involuntariamente sus caderas, siendo más que suficiente para incitarlo. En cambio Gobin no espero más tiempo y lo libero, liberándose a sí mismo.

    —Merton… ¿Qué harás?—pregunto extasiado, estaba expuesto, su pene y el del hombre lobo se veían en todo su esplendor fuera de sus ropas.

    —Se me ocurren tantas cosas…

    Susurro nuevamente, cerca de su oído y acortando la distancia, Gregorio volvió a mover sus caderas y fue solo en ese momento, que la corriente los atravesó. Haciéndolos gemir a la par, sus penes endurecidos y calientes se rozaron humedeciéndose lentamente. Inmediatamente después se sonrieron en complicidad, querían mucho más y en sincronía movieron sus caderas, enredando amenamente sus miembros, esa fricción y el toque de sus pieles los volvía locos, solo pensaban en recibir más de esa corriente que no dejaba de atravesarlos, buscando sus bocas con ahínco, sobar más sus cuerpos semidesnudos…

    Hablaban solo en lenguaje de sus cuerpos, ya no habia distancia que los separara, Gregorio pegado a la pared, Gobin aprisionándolo y dominando, abandonando la boca del Doctor por momentos para gemir en su oído, seduciéndolo a que lo excitara y el Doctor lo obedecía entre jadeos y demorando, pero moviéndose más contra el cuerpo contrario. Sin poder mantenerse en pie no hacía más que aferrarse con fuerza a la ancha espalda de su amante hombre lobo, resbalando pero permaneciendo al pie de la guerra de contoneos y arrumacos, si existía un dios no se arrepentía de hacerle ver semejante espectáculo. Nunca antes experimentado y enteramente morboso.

    No supieron cuánto tiempo llevaron haciendo aquello, descubriendo esa clase de placer que los embriagaba. Besándose con saña, saqueándose el aliento, gimiendo en el oído de otro, moviendo sus pelvis y frotando sus órganos reproductivos con ímpetu. Cuando una fuerte corriente se apresuraba subiendo, ya estaban cansados pero deseosos de ver que más podían darse. Fue tan necesario un contacto mucho más profundo, casi desesperados por frotarse hasta que doliera para llegar a la cima que parecía inalcanzable pero incomoda. El semen que broto de ambos salió expulsado en un gimoteo a dúo, quemándoles mientras bajaba por sus bravíos miembros, que continuaban tan duros como al principio: luego se relajaron a la vez que ellos mismos lo hicieron, respirando irregularmente, con una expresión de sublime placer, con las cabezas en el hombro del otro.

    —Oh Merton ¿Qué has hecho conmigo?—Gregorio desfalleció, deslizándose por la pared, con el mayor encima suyo. Gobin no decía nada aun, se encontró embelesado por el hombre que tenía delante, con las mejillas sonrojadas, la ropa desarreglada y recuperando el aliento, mientras aún se sostenía a su espalda.

    — ¿No crees que eso fue maravilloso? Único… no lo sé, lo que si se es que sentir tu piel de esa forma ha hecho que perdiera todo juicio—tomo un mechón de su lacio cabello negro, que siempre llevaba prolijamente peinado y brillante sobre su cabeza, arremolinándolo entre sus dedos, observándolo con una calma sonrisa.

    —Tu hace tiempo conseguiste quitarme toda cordura que tuviera y eso es más que suficiente para… ya sabes, no arrepentirme de nada que suceda entre nosotros, además de que es todo nuevo…—se mordió los labios, tomo por el cuello a Merton con sus manos y lo beso, solo un beso le dio antes de darle entender que quería ponerse de pie—ire a darme un baño, aún estoy en horario de trabajo… realmente fue enloquecedoramente delicioso—sonrió, pero antes de abandonar el cuarto de Gobin: este lo detuvo, rodeándolo con sus brazos y dejándole en claro una sola cosa antes de que fuera libre de seguir su camino…

    —Esto solo fue un inicio, siento que no tengo suficiente de usted Doctor Evanson y llegare hasta donde tenga que llegar para tomarlo todo…

    — ¿Ira a decirme solamente… eso…? Bueno… confieso que también me gusta la idea de saber que tan lejos podemos llegar, dejarme llevar sin arrepentimientos…

    —En realidad no quiero dejarlo ir, que tal si… le acompaño y le doy una mano extra en la tina…—sonrió, acariciando con su nariz la oreja de Gregorio.

    —Merton… no creo que sea buena idea, por ahora preferiría— respiro profundo, escapando de sus brazos—dejarlo todo como esta ¿De acuerdo? Solo entiéndame—y se retiró sin más de la habitación. Huyendo tan a prisa como sus pies se lo permitieron, quien sea sabía que terminaría por írsele todo juicio si permanecía allí dentro, sintiendo el sabor de sus labios, el roce de sus pieles y como su ronca voz susurra en su oído, haciéndolo flotar en el aire. Y el recuerdo de aquello tan libidinoso que cometieron de pie y como si fueran una sola persona.

    Como si el destino les hubiera hecho una jugarreta, solo un poco antes de la noche, cuando Catalina regreso con las compras para la cena, ella traía un recado de Tobías Fink, quien había regresado y decía que pasaría a visitarlo en la noche para entregarle un obsequio. Evanson no tuvo tiempo de hacer pedazos la nota cuando Merton se la arrebato de las manos, lejos de ponerse celoso, le dijo con aires de triunfo que no tocara nada de lo que le trajera, que lo hiciera sin preguntar por qué y aunque le sonaba a alguna especie de celos, decidió confiar en el y esperar a la noche para desvelar el misterio.

    Para cuando la noche se hizo presente, el Doctor Evanson luchaba contra sí mismo, sentado contra la cabecera de la mesa del comedor, quería pasar a ignorar al nuevo sastre de Chestermind, pero siempre le asaltaban las consecuencias de ese acto que encapricharía a Tobías. ¡Estaba claro que no dejaría que Merton Gobin fuera descubierto! Asi pues se levantó sin ocultar su enfado, para atender por sí mismo la puerta de calle. Antes de que el aldabón fuera tocado nuevamente.

    —Te he extrañado estos días Gregorio —Le extendió una caja envuelta, inmediatamente después de cruzar el umbral. Sin saber que sorpresa se llevaría al abrirla y si lo pensaba mejor le hacía acordar mucho a algo. Pero antes de que sus dedos siquiera la rozaran, recordó la orden de Gobin —Una caja del mejor hidromiel de todo el país, solo para usted, a modo de compensación por mi falta—la extendió aún más, presionándolo a que la tomara, solo entonces recordó que era este gesto del hidromiel exactamente igual a la actitud de uno de sus hermanos.

    —No tuvo que haberse molestado y estaría encantado de compartir una copita con usted, charlar y seguramente que me cuente sus desaventuras, en cuyo caso tengo trabajo por hacer, si hubiera visto Señor Fink, la fila de pacientes que desfilaron hoy por el consultorio me entendería y…—miraba un tanto embelesado la caja, pero las palabras del hombre lobo resonaban en su cabeza “Ni importa que te traiga, que le traiga… no lo toque, dígale que lo deje sobre algún mueble y me encargare del resto… vamos a quitarle la máscara a “Finkucho…” y simplemente, Gregorio retrocedió haciendo mucho esfuerzo por no abalanzarse sobre la caja.

    —Yo comprendo su situación de todos modos—su expresión cambio, ya no se veía amable y con ganas de “ser amigos”. Tobías avanzo hacia él y miro hacia el piso de arriba, sin que le fuera ordenado, por si solo dejo la caja sobre un mueble cercano y avanzo hacia el tomándolo por los brazos con mucha fuerza, como si no pudiera controlarse asi mismo—el que no entiende es usted ¿Quiere que lo trate de usted cierto?—el Doctor frunció el ceño, cada vez le gustaba menos aquel sujeto—me esmere por usted en conseguir especialmente esa caja de hidromiel y asi pudiéramos compartir un rato juntos, pero solo piensa en su “gato callejero”.

    —¡¡En quien yo piense o deje de pensar es, enteramente mi problema!!-consiguiendo salir de su agarre, Evanson retrocedió nuevamente hacia atrás pero sumamente enfadado—¡¡Quiero saber sus intenciones reales conmigo, que se sincere y deje de comportarse caprichosamente como si tuviera solo cinco años de edad!!—Tobías lo tomo esta vez de la mano, pero antes de que hiciera o dijera algo, Gobin se apareció en el vestíbulo.

    — ¡Merton, que se supone que estás haciendo!—exclamo Gregorio. —No deberías de haber…

    —Te he atrapado Finkucho—sonrió, tomando por la muñeca la mano derecha del Doctor que sostenía Fink y la aparto con brusquedad.

    —No me agrada ese apodo: “Finkucho”, pero me supone algo bueno que al fin dieras la cara. Sabes que si te entrometes yo voy a…

    —No, tú no vas a delatarme, no te preocupes Gregorio que no voy a morderlo y convertirlo. En un principio hubiera sido una posibilidad que no hubieras evitado, pero alguna fuerza que desconocemos nos dio una oportunidad—sonrió—ese obsequio hacia el Doctor, aunque un fastidio pero muy relevante—se inclinó hacia abajo cerca de la caja y estirando la cabeza comenzó a olfatear con mucha insistencia el objeto, y luego de unos minutos arrugo la nariz, retrocediendo. — Te he atrapado “Finkucho”—sonrió triunfante y burlón—. No es la primera vez, cuando tocaste al Doctor en una oportunidad he sentido un aroma familiar… Hidromiel, pero no es como el del Doctor, tiene otra muestra, una pestilente… ¿Sabes cuál no es verdad? Aunque me alegra que esta vez no la hayas dejado en el Doctor, sino y lastima por ti, en esa caja… un débil y caótico pero eficiente aroma a hombre lobo.

    Fink no pareció tener excusas de ningún tipo, mientras Evanson aún no podía creerlo y comenzaba a preocuparse acerca de “eso” que tuviera que, le hiciera de imán para los hombres lobos. A Excepción de las mujeres lobas. Gobin, Jackson y ahora Fink… entonces pensó en “ese dia” y justo antes de rememorarlo e irse más atrás en su pasado, el aldabón de la puerta fue tocado con insistencia, se oían voces estrepitosas venir de afuera y todos allí se pusieron en alerta.

    —Merton vete arriba y no bajes hasta que sea seguro—a regañadientes, pero seguro de que en presencia de otras personas, Fink se acobardaría, Gobin subió las escaleras perdiéndose en el primer piso. Evanson le hecho una mirada al “nuevo hombre lobo” que habitaba Chestermind y calmándose a sí mismo, abrió la puerta del vestíbulo…









    Al fin con internet, tenia tantas ganas de actualizar. Estén atentos por que traeré muy pronto el capitulo diez, espero que les haya gustado este, con un poco de acción pero con el regreso de Fink.

    Si se han dado cuenta, los capítulos son como muy irrelevantes o quedan sueltos, paso de una cosa a otra... (espero que eso se entienda) y tengo una razón, casi al final del fic todos los capítulos terminaran uniéndose y, seria algo asi como ir armando un rompecabezas. Imaginen un rompecabezas de una ciudad. Mientras lo van armando, ven media ventana del primer piso de un edificio, media ventana del ultimo piso y media ventana de otro piso diferente, un pedazo del cielo, un pedazo del piso... entonces cuando lo terminan ven el edificio entero, el cielo y todo lo demás. XD


    Se me paso antes, vi que les agrada Fink, pues a mi ya me esta sacando de quicio, enserio, pero... ¿Sera un hombre lobo realmente? pronto seguiremos armando este rompecabezas. Próximo Capitulo 10: El septimo hijo. Visitaremos el pasado nuevamente ¿De quien? creo que va a ser muy obvia una cosa.... hasta entonces jijijiji...


    Hasta luego, bsss y gracias por leerme y comentar!!! ^^


    Pd: Quejas, dudas, tomates, zanahorias, cebollas, arvejas xDDD sugerencias, todo sera bien recibido...
  11. .

    Capitulo 8: Confesiones.






    Los días continuos se convirtieron en un verdadero infierno para el Doctor Evanson. Las visitas que le hacia Fink ocupaban tardes y noches y fingir una amistad entre ambos le parecía que terminaría por arrastrarlo a la locura. Pero el peor de sus tormentos era comportarse frívolamente con Merton, a quien a pesar de vivir en la misma casa apenas veía desde que todo comenzó. ¿Por qué debía ser de alguna forma, malo con él? Era la manera más efectiva que habia precedido para evitar decirle que, a cambio de intentar ser amigos: Tobías Fink no le delataría y diría que ocultaba a un hombre lobo. Por supuesto que su reputación poco le importaba, pero no jugaría con la vida del “gato callejero”.

    Tobías resulto no solo ser metiche y voluble, sino una mente maestra y deductiva. No mucho después de que accedió jugar a ser “los mejores amigos”, descubrió que no cocía del todo los trajes que le hacía y, que esta era una excusa para poder visitarlo siempre que quería, beber su hidromiel e insistir con darle sus saludos a Gobin, aunque habia podido en un punto sosegar esas ganas cuando le hablaba de aburridos procedimientos médicos. Se veía completamente interesado, para nada, se dormía a medio relato y era más que suficiente para hacerlo olvidarse de ver a Gobin.

    El problema rendía en el tiempo que podría soportar la situación, habia estado demasiadas veces a punto de expulsar de la casa a Fink y contarle todo a Merton: para que se encargara de darle un susto, pero cuando pensaba que no mucho tiempo más tarde, aparecería una horda de vecinos “Chestermianos”, buscando quemarlos vivos. Al primero por ser un inocente “hombre lobo” y al el mismo, por ocultarlo y no entregarlo. Le daba escalofríos, rememoraba viejas heridas… ver morir a Merton no podría soportarlo, nuevamente su propia vida le despreocupaba asi como lo hacía su carrera de un respetable Doctor.

    Las cosas, tarde o temprano debían cambiar y asi fue. Para su buena suerte, una nueva mañana que despertó y mientras se dirigía a desayunar, Catalina le habia entregado un odioso recado de Fink: este se iba dos días a Londres para hacer por su cuenta un nuevo pedido de telas para sastrería. Aunque sea solo por un dia, podría al menos pasarlo con Merton, aunque tuviera que fingir que todo este tiempo no lo habia marginado, la emoción le gano cuando pensó que el otro le extrañaba con la misma y desconocida fuerza. Solo entonces, se enteró de algo que hizo que el suelo comenzara a derrumbarse bajo sus pies.

    — ¿Merton se ha despertado ya?—pregunto a la de cabellos rizados, mientras le servía café y depositaba en el centro de la mesa, tostadas y mermelada.

    —No, todavía no lo ha hecho—contesto, sin evitar echarle una mirada extraña. Catalina no habia olvidado la comprometedora situación de hacia unos días y, decía el nombre del hombre lobo, con tanta suavidad y sobretodo, le llamaba por su nombre. — ¿Quiere que vaya a hacerlo?

    —No, no es necesario. Subiré por mí mismo, puedes desayunar tú y luego ve a reponer la carne y la leche—Catalina asintió y al mismo tiempo que el Doctor, abandono el comedor.

    Subir las escaleras le dio un mal presentimiento, algo interno le decía que se encontraría con algo que realmente no deseaba que sucediera. Camino temeroso hacia el cuarto de las visitas y toco a la puerta, tan despacio como pudo, tanto como para evitar que nadie abriera. Se hizo de valor al final y toco lo suficiente como para que Merton saliera a su encuentro, incluso esa mañana soportaría su humor sarcástico, dejaría que se tratara de poco cosa a si mismo si eso lo hacía feliz… pero al segundo toque la puerta no se habría y su corazón bombeaba con fuerza, definitivamente algo andaba mal.

    Probablemente estaba dentro se dijo, evitando girar el picaporte varias veces. Probablemente, si, asi debía ser, se encontraba dentro y demasiado marginado como para querer abrirle, incluso para correr a comer la carne y beber la leche, que podía olfatear como un sabueso. Todo esfuerzo le parecía que era válido para Gobin, con tal de devolverle la jugada, darle una cucharada de su propia medicina, pero Gregorio estaba seguro de una cosa. Le faltaría entereza para seguirle el juego, para no pensar que si cruzaba la puerta no lo encontraría. Respiro profundo y tomo todo el valor que pudo, nada, dejo de ir y venir por el pasillo, frente a la puerta, impaciente y… cruzo la línea.

    Todo mueble que se habia atravesado en su camino habia sido revisado cuidadosamente, Catalina lo miraba desde la puerta apesadumbrada. Sin embargo ella no tenía el valor de decirle que realmente, el “gato callejero” se escapó. Porque Merton no estaba bajo la cama, ni detrás de las cortinas que cubrían celosamente las ventanas, ni mucho menos en la alfombra o la chimenea, en un baúl y detrás de una cómoda pesada con siete cajones. Que a sudor le costó quitar de su lugar para ver. Agotado se sentó en la cama, mirando hacia ningún lado en particular como si pudiera surgir de repente.

    Con el pasar de las horas, Gregorio aguardaba en la sala, seguramente se fue de noche, volvería de noche. Catalina preparo su cena antes de que le acompañara y se quedó completamente solo, tal vez podría encontrar a Merton en la cabaña del bosque y es allí donde tendría pensando ir cuando ya no quedara ni siquiera un alma en la calle. El reloj del consultorio fue puntual y dio las diez de la noche, cuando ya estaba vestido y listo con su maletín y una pequeña canasta con comida. Atacaría su estómago a modo de punto de partida para reconstruir la distancia. Fink estaba ausente como para demorar o escindir sus planes.

    No habia hecho ni dos pasos que Blanch se habia aparecido, iluminada tenuemente por un farol de aceite que en cualquier momento se apagaría y vestida con un sobretodo marrón de pies a cabeza. El Doctor Evanson no tenía tiempo para viejas lobas, por lo que no evito mostrarle que ahora no era un buen momento, salvo por su velocidad al decirle algo inesperado y que no cruzo su cabeza en todo el dia.

    —Parece que algo se le ha perdido Doctor Evanson—vio solo su sonrisa, dibujarse en su arrugado rostro, como odiaba su voz congestionada, la odiaba y más ahora, pero mucho más le molesto que supiera que en efecto, buscaba algo perdido o más bien alguien perdido. Y realmente no perdería tiempo, pasaría de ella aunque tuviera que usar la fuerza, pero la anciana fue mucho más rápida cuando le tomo del brazo, era fuerte, no debía juzgarla por su edad o la voz o por el hecho de que era solo una vieja loba, maternal a medias.

    — ¿Qué esta insinuando?-pregunto, apartándose abruptamente, observando cualquier dirección libre—Desde ya le aviso que no estoy de humor para juegos y secretos, ni mucho menos para mantener, la amabilidad—seria seguro fingir ir hacia la izquierda y escabullirse por la derecha.

    —Hablo de su “gato callejero” y por supuesto quiero avisarle que poner leche y carne en su pórtico no ayudara mucho a mantener el secreto—comenzó mirando la botella a un lado de su puerta y la carne en una charola de bronce. — Todos interpretaran que lo ha traído con usted del bosque y no he accedido a callarme para que de repente se comporte descuidadamente.

    — ¡Por qué diablos no se mete en sus cosas, vieja entrometida, yo no le he pedido su opinión!—Blanch no dejo que se fuera y lo tomo con más fuerza, vaya que la tenía. No podía zafarse y dolía.

    —Perder el control ayudara menos. No me conoce realmente y dejare pasar su falta de cortesía, porque entiendo que está preocupado por “el” y no solo he tenido que soportar sus celos, celos de un humano como usted—Gregorio comenzaba a calmarse y se encontraba sorprendido—sino que ande saliendo del nido de su amo como si no fuera lo que fuera, exponiéndose.

    —Quiere decirme que… fue con usted ¿Lo fue?—Blanch noto un brillo en los ojos cafés del Doctor, entendía con eso muchas cosas y no evitaba sorprenderse, muy pocas cosas podrían sorprender a una anciana que habia vivido por mucho tiempo y experimentado demasiado, entablado amistades y enemistades con diferentes tipos de personas… pero esta que estaba frente suyo superaba cualquier cosa y se negaba a afirmárselo.

    —Trato de olvidarlo con el alcohol pero se abstuvo de beberlo porque tengo las botellas bajo llave. Y ha estado de mal humor por la jarra de té de naranja que le he obligado a beber, no para de quejarse del Señor Fink y de mencionarlo a cada maldito segundo… créame, podría entregarlo si no se lo lleva, tome y no se tarde—le entrego una llave en la mano de forma tosca—es de mi casa, dare un paseo y espero volver y no ver a ninguno, son insoportables—dijo ante de marcharse por la parte trasera de su casa, supuso que iría hacia el cementerio… aunque tampoco era de su importancia.

    El paradero de Merton Gobin fue mucho más importante y lleno de una inexplicable calidez su corazón que simplemente corrió para ir a verlo y ver que estuviera bien y que no haya sido convencido de ser solitario. Frente a la puerta de la casa a oscuras, tuvo una tentativa de dejar la llave dentro de una maceta cuya flor habia muerto a causa del invierno y retirarse, Gregorio creció en una familia donde una de las primera cosas que le enseñaron fue no tomar las cosas ajenas, lo que incluía no entrar a una casa donde no vivía justo como lo haría ahora. Asi tuviera el permiso no entraba con una clara invitación y le parecía demasiado descortés de su parte.

    Si alguien lo veía, claramente lo relacionaría con Margaret Blanch… en todo caso del otro lado estaba Merton, su “gato callejero”, el dueño de sus pensamientos desde hacía un largo tiempo. Respiro profundo e ingreso, evitando rápidamente que el mayor huyera por la ventana. Lo vio detenerse y mirarlo con cautela, huir dejo de estar en los planes de ambos inmediatamente después de cruzar miradas, sin hacerlo realmente. Porque distinguían las figuras del contrario entre las sombras. Gregorio avanzo unos pasos, ubicando por el brillo la lámpara de aceite y la encendió sin quitarla de su lugar. Gobin estaba serio y al mismo tiempo sorprendido, pero demasiado alegre al ver como esos ojos cafés del Doctor no le quitaban la mirada de encima. En su lugar, tieso y sin saber cómo actuar.

    Lo vio como antes lo habia visto, mover la boca sin decir nada realmente y admitía que odiaba esa parte, de alguna forma cobarde del Doctor. Vacilando y observando nada poco interesante en el vestíbulo. En un momento dado se atrevió a acercarse mucho más de lo que ya estaba, asi pues lo imito, quedaba menos de medio metro hasta alzo que la cabeza y en fugaz momento ya no habia nada que los separara. Gregorio rodeo el cuerpo de Gobin con sus brazos, aferrándose a su espalda e hipando. Refugiándose en su pecho. Sin embargo, Merton demoro demasiado antes de corresponderlo, esto no estaba en sus planes de alejamiento y sería cuestión de tiempo hasta que cediera.

    —Podría… haberme dicho que se refugió en casa de la Señora Blanch—comenzó, y solo entonces cuando intento apartarse resignado ante ninguna muestra de cariño, el hombre lobo lo estrecho contra su cuerpo, inundando sus fosas nasales con el varonil aroma que desprendía el cuello de Evanson, fundiéndose en ese lugar con miramiento—Señor Gobin… ¡¿Tienes una maldita idea de cómo he estado estas últimas horas, la tienes?!—se colerizo, luchando por escapar, pero era su espalda la que fue sujetada por Merton, frotándola de arriba hacia abajo con delicadeza. —La tiene…—Merton siguió en silencio, en cambio hablo con sus acciones, besándolo debajo del mentón y luego—M-Merton…—en la boca.

    —Lo sé todo por si lo pregunta, sé que Fink le amenaza con revelar mi presencia en su casa y que cerrara la boca a cambio de que usted sea su “amigo”. Que lo forzara fue lo peor del asunto porque no puedo permitirlo, si al menos tuviera idea de quién es usted en realidad lo pensaría dos veces, aunque debo admitir que tuve celos de que por protegerme le de algo más que amistad a ese… sujeto y llegue a un conclusión… Si llegara a pasarle algo yo no podría…

    —Soportarlo—se dijeron al mismo tiempo, frente con frente, sus cálidos respiros hallándose, verde con café: enajenados en un mundo aparte. Solamente de ellos.

    —Tengo clara la medida de condescendencia para mantener su boca cerrada ¿Qué piensa usted que podría darle, además de ser “amigos”?

    — ¿De verdad me lo pregunta? Que puede ser, piénselo, es inteligente—frunció el ceño, era Merton quien se encontraba ofuscado ahora. Tanto como para apartarse, rompiendo la atmosfera—por supuesto que hablo de la atención… que usted tiene por naturaleza.

    — ¿Atención? Fink no llama en lo absoluto mi atención, por sobretodo me parece incluso más molesto que Blanch ¡Como puede creerme capaz de que, yo le diera los privilegios que… te doy a ti!

    — ¿Privilegios dice? Hasta ahora no he podido acercarme a ese tipo y dejarle en claro unas cuantas cosas, sin que usted se comporte de manera fría conmigo, oh claro ¡Lo he notado Doctor Evanson! ¡Le está dando el privilegio de avanzar sobre usted, a ese Finkucho!-se burló, haciendo un gesto de asco—hasta ahora no he podido acercarme a usted, ese sujete todos estos días apareciendo, en el momento justo donde usted y yo… ¡Casi parece poder olernos!—una luz se prendió en la mente de Gregorio.

    —Podría tratarse de un hombre lobo, parezco tener un imán que los atrae…—Gobin llego a su límite en ese instante, imaginándose demasiado cosas, una de la cuales implicaba que a partir de que existiera la posibilidad de que Fink fuera hombre lobo: ocasionaría que el Doctor tuviera un real interés por este y por supuesto no podría permitirlo, ni mucho menos eso de que “tenía algo que los atraía” y si alguien le preguntaba qué y decidiera confesarlo. Merton Gobin diría que lo sabía desde hacía cinco años.

    — ¡Él no es un hombre lobo!—vocifero— ¿¡Y si lo fuera, le daría atención real, no es verdad!?

    —No hace más que comportarse de forma caprichosa, no tiene si me pregunta, mucha diferencia de Fink—Merton se puso serio y acto seguido lo tomo del brazo con brusquedad, arrastrándole hacia la sala horripilantemente llena de plata, que tenía Blanch. Lanzándolo sobre el primer sillón que se cruzó en su vista— ¿Qué hará?

    — ¿Qué hare, pregunta?—sonrió, con cierto aire seductor antes de subir a horcajadas sobre el más chico y tomando entre sus manos el rostro del boticario, sin perder ni un segundo más, antes de que “Finkucho” decidiera aparecerse allí. Lo beso sin calma y arrebatadoramente, la pasión desbordaba por cada poro de su cuerpo y los celos fueron un ingrediente extra que estallaba con cada contraproducente caricia que Gregorio le daba por aquel feroz y necesitado contacto.

    Esos labios de hombre lobo moviéndose sobre los suyos, invadiendo el interior de su boca, mezclando sus sabores, robándose el aire mutuamente hasta quedar mareados y ofuscados, excitados. Algo habia crecido dentro de sus pantalones y se sentía tan bien cuando por reflejo subió sus piernas rodeando la cadera del mayor, frotando aquellos prominentes bultos, una corriente los recorrió de pies a cabeza, rememorando algo sucedido la primera vez que se conocieron. Hacía cinco años en Chestermind. Se detuvieron abruptamente y se miraron agitados, recuperando de a poco el aire que se arrebataron.

    —Fue igual aquella vez…-murmuro Gobin.

    —Sí, realmente lo fue…—aseguro Evanson. —Sabes una cosa Merton, yo solo tengo privilegios y atenciones especiales para ti, esto fue una muestra de ello… Si Fink fuera un hombre lobo solo tendría interés en saber porque todos terminan persiguiéndome, más allá de eso yo, solo quiero estar al pendiente de uno solo asi hubiera miles detrás mía, siempre… yo siempre te elegiría mi “gato callejero” ¿Puede entender eso? En todo caso mientras sus celos no le lleven a ponerse en evidencia, ante los ciudadanos de Chestermind, puede pegarse a mi todo lo guste…

    — ¿Quiere que regrese para, pegarme a usted, cierto?—pregunto sonriente—entonces solo tendré una condición, ha hecho mucho por mí y aun asi nunca dejare de deberle, pero en este momento quiero ponerle condiciones…

    — ¿Qué clase de condición?-Merton se puso de pie, cambiando lugares. Ahora él estaba sentado en el sofá y Gregorio encima suyo, cumpliendo con su privilegio de tenerle lo más pegado posible a su cuerpo, hundiendo su cara en ese cuello que olía a hidromiel—M-Merton… no de nuevo…

    —Solo deje que le advierta, quiero ponerle en claro que no va a salirse con la suya tan fácilmente… ¿Podría permitírmelo? Dejar que le diera un pequeño susto a Fink, solo por esta vez… Hueles a hidromiel, es dulce y apetitoso—Gregorio se sonrojo.

    —A-Acabo de decirle, claramente—se puso serio, luchando contra Gobin por apartarse, pero este lo tenía fuertemente agarrado por la espalda—que…—jadeo—mientras no se ponga en evidencia…

    —Correré el mismo riesgo una segunda vez con tal de reservarlo para mí… Volveré a convertir a alguien en hombre lobo, esta vez contra su voluntad para que al delatarme, también lo haga consigo mismo…

    — ¿Qué ha intentado decirme? ¿Voluntariamente y, segunda vez…?—no había conseguido más que mirarlo a la cara, notar que su expresión tan feliz y calmada a la vez, ocultaba algo.

    —Por última vez, Gregorio soy un lobo celoso y ya he dado muestras antes de ello, con Jackson por ejemplo ¿De verdad se tragó eso de que, por una insignificante juerguista le convertir en hombre lobo…? Piénselo Doctor Evanson… piénsalo Gregorio… desde el primer momento que nos conocimos, yo te he deseado para mi sin importarme que fuera un hombre pero pretendiendo conformarme con que no podía tenerte a causa de mi desconfianza y sin saber realmente si algún dia… llegaría a tener este tipo de oportunidad, que reaccionaras de esta forma…—rozo a propósito sus miembros una vez mas, Gregorio seguía pasmado, no quería pensar que… no, realmente no pensaría que habia sido por… que Jackson fuera un hombre lobo por…

    —Quiero oírle, dígame ¿Por qué convirtió a Jackson? No lo imaginare si… tú no me dices la verdad…

    A principios de Diciembre:

    Era de noche y hacia mucho frio como para vagar por las calles, en cambio había en ese momento tres personas, con motivos diferentes para atreverse aún contra la feroz brisa que revoloteaba la ropa y hacia que los sombreros se escaparan de las cabezas de sus portadores. Gobin habia salido expulsado de la cantina, cuando pasado de copas busco pelea con un señor que solo estaba allí de paso y disfrutando de la cena que ofrecía el posadero. Aun no habia podido olvidar a su ultima mujer, una bruja que se quejaba por todo y no era amable en lo absoluto. Ni siquiera se parecía a él, al Doctor Evanson y regañándose a sí mismo por pensar en el boticario de la comunidad, trato de convencerse que fuera porque acababa de olerlo.

    Aun con todo lo que habia bebido y la torpeza para caminar, cayéndose de vez en cuando en la calle empedrada, le olía y era todavía capaz de saber que se trataba de sus salidas de todos los días, para ir a ver al señor Colton. No se encontraba muy lejos de la salida y todavía su aroma a medicinas e hidromiel llegaba sus fosas nasales como si le tuviera allí cerca. Pero de un segundo al otro se encontró con que era débil, habia un fuerte olor a grasa para zapatos acechándolo y sabía perfectamente de quien se trataba. Se puso firme tanto como le fue posible y llego hasta donde, ese viejo desagradable del Zapatero Elías Jackson se encontraba.

    Lo vio un poco borroso oculto detrás de la gruesa columna de piedra que sostenía el delicado cartel que daba la bienvenida a Chestermind, sobre seis metros de altura. No era necesario estar sobrio para cerciorarse, el aroma a cuero y grasa de zapatos le delataba en ese lugar. Aunque con ocultarse asi mismo, Merton no tuvo demasiado éxito, pero si evitando que al percatarse: Elías se abstuviera de perseguir al Doctor Evanson.

    —Gobin ¿Qué te trae por aquí?-se acercó lentamente, se dio aires de grandeza acomodándose su traje y, lo suficientemente cerca estiro la cabeza y la aparto con la nariz arrugada—apestas a alcohol… si, realmente—dijo, arrastrando las palabras como siempre solía hacerlo, caracterizado por su apariencia de loco—de nuevo has equivocado el camino, te llevare hasta tu casa, me lo pagaras luego y seguiré con mis asuntos…

    —Ni importa donde vayas, no permitiré que le pongas un solo dedo encima, ire donde estés… solo me basta con olerte…—asevero tambaleándose, pero completamente serio.

    —No entiendo de que hablas Gobin ¿Olerme, solo que fueras algún tipo de perro?—Jackson no era tonto y de hecho, creía en hombre lobos como para imaginarse por un momento que delante suyo tenia uno al que la comunidad estaría feliz de desollar vivo—Siempre he tenido mis sospechas, esas misteriosas desapariciones un dia o dos antes de las lunas llenas, vivimos uno al lado del otro lo he notado y, las reapariciones después… ¿Tu eres un hombre lobo, Gobin? ¿Lo eres?—pregunto agitado, animado, no tenía miedo en lo absoluto. Gobin aprovecho la oportunidad para tirársele encima, no le importaba ponerse en evidencia.

    Rodaron hacia la salida, sobre un cumulo de nieve y terminaron al pie de la ruta desierta. Lo suficientemente lejos de la comunidad como para no alertarles y resolver el asunto en privado. —Qué pasaría si te convirtiera en uno… ¿Notas mi fuerza?—Jackson no podía moverse—si soy un hombre lobo… aún tengo la cordura como para hacerte uno y sabes que significaría eso Elías, tú lo sabes, no podrías delatarme porque yo te delataría y yo podría prometer no delatarte a cambio de que dejes de perseguir al Doctor Evanson, que te olvides de esa desdeñosa y morbosa obsesión que tienes… también vuelo tu asquerosa excitación cuando está cerca, tu no le tocaras un pelo…

    —Y yo podría delatarte también…—desafió Jackson, arrepintiéndose más tarde de ello—podría oler esa carne fresca… sin tocarlo—sonrió, saboreándose—lo mejor que podrías hacer es apartarte y dejarme hacer lo que se me plazca. Hablamos de un hombre, apuesto y perfecto para divertirse un poco…—aquel fue el límite de Gobin, iba a morderlo, lo haría pero consiguió remilgarse a sonreír triunfante.

    —Tu no serias capaz de delatarme, rata asquerosa, si yo digo que no le pondrás un dedo al Doctor Evanson será de esa forma y ya lo veras, no darás un paso sin que yo te esté acechando y cuando menos te lo esperes aprenderás tu lección…

    —Muérdeme y conviérteme, hagamos una apuesta Gobin… si no lo haces te delatare, hazme un hombre lobo. Mi Padre siempre quiso que lo fuera para tener un motivo para abandonarme… ahora le dare uno y mediré fuerzas contigo. Si tanto quieres al Doctor lo dejare en paz a cambio de eso… ¿Qué dices?

    Fueron dos lo que se arrepintieron de algo esa noche. Gobin cedió a la petición de Jackson y al cabo de tres días se habia vuelto un hombre lobo, para demostrar su “grandeza” se le aparecía a la salida de la cantina, diciéndole que habia olfateado un pestilente olor a Ron barato e incluso para seguir luciéndose habia derribado las columnas que mantenía a seis metros de altura, el cartel de Chestermind. Situación que ocasiono un gran alboroto en la comunidad, cuando todos despertaron al dia siguiente y mientras esperaban que pusieran uno nuevo e investigaban sin conseguir información, lo sucedido. Un cartel de madera viejo y mal pintado anunciaba la salida y llegada al pueblo.

    Para finales de Diciembre fue que vino el arrepentimiento, Faltaba poco para la navidad cuando Gobin estaba descansando en su casa. Frente a un incipiente fuego y en una habitación desordenada, llena de telas viejas y aparatos para coser mecánicos que facilitaban mucho el trabajo de una sola persona. Lo único que rescataba de esa noche tan fría como el resto y casualmente sin nieve que cayera, era sentir como Gregorio se movía por la casa-clínica que estaba a cinco metros detrás de la propia, de un lado al otro imparablemente. Ese olor a hidromiel dulce que le parecía estar bebiéndola y el raro pero no desagradable toque de las medicinas. Solo entonces se percató de una cosa, Jackson fue quien se movía, su olor iba lento y con cautela hacia donde estaba Evanson y acababa de romper su trato por lo que sin miramientos salió de su casa para darle una lección.

    En cuanto abandono la casa vio a Gregorio por la ventana, Catalina le ayudaba a ponerse el saco, se agacho cuando lo percibió volteando hacia donde estaba para que no lo viera y rodeo la casa, atrapando a Jackson que pretendía ingresar por una ventana desatendidamente abierta. Lucho con el Zapatero mucho tiempo, el suficiente para evitar ser descubiertos y para que el Doctor se marchara con la esposa de su antecesor. No estuvo tranquilo sino hasta que le olfateo lejos, en la ruta, directo a casa de Colton. Repentinamente Jackson dejo de luchar, pero fue un engaño y logro escaparse, solo entonces terminaron en la calle principal de piedra, ocasionando el escandalo producente para alertar a todos.

    —¡¡Tu prometiste que no te le acercarías, voy a darte una lección que no olvidaras!!—Grito Merton, lo que todos interpretaron como que, el problema fue una mujer. Vieron intercambios de puños, Gobin llevaba desventaja por su desmejorado estado.

    —¡¡Alcalde Hunter, llamen al alcalde Hunter, Merton Gobin es un hombre lobo!!—comenzó Jackson, reduciéndole con una patada en la boca del estómago que dejo a Gobin seminconsciente.

    Esa misma noche bajo la nieve y a las afueras de la iglesia, sin estar al tanto de su entorno todavía. Gobin escuchaba voces de todos los tipos y más cerca era la de Jackson. Que pataleaba como un patético niño grande, sujetado por las manotas de un Hunter un tanto asustado.

    —Debemos cerciorarnos Señor Jackson, solo es una precaución—movió los ojos enfocando al Padre Acacio, siempre hubo algo que le disgustaba de ese sujeto pero no elegiría esta situación para decírselo.

    Un poco más consiente y con Jackson luchando por el fuerte agarre del alcalde—ira primero Señor Gobin—apenas pudo enfocarlo en su vista, vio como las gotas de su sangre caían de su brazo. El fino corte que Acacio le hizo no habia dolido, estaba acostumbrado al dolor, pero que no dejara de sangrar fue preocupante. En cambio el Padre de la comunidad mantuvo una expresión serena, Hunter sudaba frio.

    —Apresúrese Padre Acacio—dijo Hunter y tras el corte que también delato a un fiero Jackson como otro hombre lobo, algo superior lo empujo a darse otra oportunidad, a no quedarse allí y darse a sí mismo la muerte, que una bala de plata atravesara su cuerpo. Respiro profundo, estaba en todos sus cabales y en un descuido, junto al Zapatero consiguió escapar y correr hacia su casa, necesitaría algunas cosas si pensaba en huir, pero cuando quiso darse cuenta, tanto el cómo el Zapatero que buscaba evitar que escapara, quedaron atrapados dentro.

    Las intenciones de Jackson de hacerlo pagar por haberlo convertido en hombre lobo, fueron apagadas por la horda de vecinos que rodeaban la casa de Merton, sosteniendo antorchas y tridentes, gritándoles injurias y demás cosas, dispuesto a acabarlos con el fuego que acrecentaba cada vez más. Mareados por el humo y con los pulmones al rojo vivo, antes de despertar en el bosque Gobin vio una cabeza rubia entubada y una maliciosa pero severa mirada. Blanch les habia rescatado del incendio sin que nadie lo notara, consiguiendo que pensaran que habían muerto, tanto el cómo Elías.

    El bosque habia sido su hogar los primeros días, luminoso y ruidoso de noche, silencioso y oscuro por las noches. Una en particular, durante los inicios de Enero en una brumosa noche, se habia encontrando con Jackson. Se veía más loco que de costumbre y el traje del que tanto antes se jactaba se veía mugriento. Venía a matarlo por una razón en particular, esa noche era luna llena y en su forma de hombre lobo tendría más fuerza.

    Asi pues, cuando ese filo ardiente los atravesó e hizo caer de rodillas, sintiendo un profundo dolor que les abrazaba y parecía estar a punto de matarlos. Una lucha aburrida término de la peor forma, Jackson no dudo en abrirle el estómago con sus garras y haciendo uso de sus últimas fuerzas consiguió escapar antes de mostrarle que esa herida no le detendría. Dominado por ese olor… el hidromiel, las medicinas…

    Corriendo hacia eso, pensaba por ratos que seguramente el Zapatero iría en la misma dirección, pero algo le dijo que la sangre suya que llevaba en sus manos le abstendría de ir tras el Doctor, el olor de su sangre lo confundiría y harían que solo Merton y nadie más que él pudiera sentir el inigualable y dulce aroma al que iba. Derrapo en un momento dado pero freno antes del gran impacto sobre una enorme piedra, clavando sus garras en la tierra para frenar y continúo. Aún tenía su conciencia de humano, y el olor que tanto le seducía se sentía más cercano… demasiado cercano, habia dado de lleno contra este hasta finalmente caer inconsciente…

    Pudo ver solo un momento antes de volver a ser humano, cuando la luna llena fue ocultada por una capa de nubes… esos ojos cafés sorprendidos, esos ojos cafés que siempre intentaba encontrar…









    Exactamente 5000 palabras espero que lo hayan disfrutado y que les haya caído bien la bomba. ¿Como reaccionara Gregorio ante esto? ¿Volverá Gobin con el Doctor? Pues todo eso en el próximo capitulo que voy a traerles pronto, tengo que ordenarlo un poco antes de estar segura de subirlo.

    itziritha, Anne onodera takano y Cleyn: Gracias nuevamente, por seguir leyendo. Se las quiere!! ^^ a todos lo que leen, pero son invisibles xDDD


    Bueno, eso sera todo por ahora. si ven que no actualizo un par de dias, probablemente sea por el internet, volver volveré y si mañana puedo entrar traeré el capitulo nueve. Yo ya quiero subir el diez, me emociona llegar a ese numero. Muchas gracias de nuevo y hasta el siguiente.

    Hasta luego ^^


    Pd: Tomates, repollos, cebollas XD, quejas, dudas, preguntas, sugerencias, todo sera bien recibido.
  12. .

    Capitulo 7: Amabilidades.






    Tobías Fink le pareció un hombre demasiado curioso y no podía ser cauto con eso, se mostraba obvio mirando sus cosas, tomándolas con sus manos, observarlas nuevamente como si esperara encontrar algo más de lo que se veía a simple vista y por sobre todas las cosas, no haberlo tratado anteriormente ponía al Doctor Evanson en desventaja. A falta de Catalina le fue difícil, tomando en cuenta que Merton estaban en el piso de arriba, ir hacia la cocina y preparar te o café, pero para su sorpresa el hidromiel que tanto le gustaba fue el gusto del nuevo sastre. Sirviendo un poco en pequeñas copas, antes de que se sentaran frente al fuego de la chimenea de la sala.

    —Relativamente bueno, tener algo en común para llevarnos bien ¿No le parece?—pregunto, con un atisbo misterioso. Estaba claro que algo ocultaba y se preguntaba que llevaba aquel paquete envuelto en su regazo. —Por cierto… Disculpe, aun no me ha dicho ¿Cómo quiere que le llame? —Antes de que pudiera objetar y dejarle en claro que Señor o Doctor, antes de Evanson era suficiente, Tobías le interrumpió—Lo que quería decirle antes es que, le he traído un nuevo traje, tome enserio eso de que pudiera ser el hazme reír del pueblo por si en público se le llegara a descoser la ropa. Tenga—sonrió, antes de extenderle el paquete.

    —Se ha molestado para nimiedades como esas, tendrá que disculparme pero de ahora en adelante confiare en el sastre de la capital. Una tienda grande y elegante, pero al mismo tiempo modesta y accesible de Londres me enviara ropa nueva.

    — ¿De verdad un prestigioso boutique de Londres puede superarme? Le pido acepte esto como una remuneración—Gregorio crispaba hacia dentro los dedos de los pies, estaba sobre irritado. —Si no vuelve a tener un inconveniente parecido…

    —El sastre que lleva la tienda en Londres es Francés, sabe muy bien lo que hace. Imagine la situación Señor Fink, que tal si hubiera sido una dama, estaría llevando un vestido y de pronto la tela se rasgaría y quedaría enfrente de una multitud en paños menores, aun mas, sería la “joven” a chismorrear una semana entera, perdiendo su honor y por sobre todo, teniendo que pasar la vergüenza de ser llamada impúdica. — Bebió de un solo trago su bebida, antes de ponerse de pie y caminar hacia el vestíbulo. —Tendré un dia repleto hoy, demasiados pacientes enfermos de gripe, casi parece una epidemia y…—miro su reloj de bolsillo—en unos momentos llegara el primero, le invitaría a desayunar pero el tiempo apremia ¿Comprende?

    En cuanto entendió el mensaje de que debería marcharse. Tobías adopto una intimidante mirada antes de cruzar la puerta hacia la calle, llevando consigo el paquete bajo el brazo. Definitivamente era bipolar o tal vez, la primera vez que alguien no cedía a lo que parecía un capricho. Merton no demoro demasiado tiempo en bajar por las escaleras, listo para acosarlo de preguntas ¿No tenía un súper oído o algo asi? Lo que lo habia salvado de contestar preguntas, como si estuviera enfrente de sus Padres, habia sido la llegada de Catalina quien un momento antes de la llegada de Fink habia ido por su primer paciente: para su fortuna un anciano que veía hombres lobos hasta en las palmas de sus manos.

    El hombre lobo no tuvo tiempo de correr escaleras arriba o meterse en la sala, para luego ir hacia la cocina y subir por una segunda escalera. Se quedó de pie paralizado, junto a Gregorio y entonces el anciano que achinaba los ojos para ver más cerca se exalto y lo señalo— ¡Hombre lobo!—y de inmediato, Gregorio intervino con una calma sorprendente, lo tomo de la mano y sonrió, miro en dirección a Merton y le indico con una sola mirada que subiera las escaleras. Acción que no demoro mucho tiempo en llevar a cabo.

    —Créame Señor August, si hubiera uno aquí le volaría la cabeza con mi carabina ¿Le he contado que tengo una? Cargada y lista para disparar. —Le dijo, pero el viejo August no se conformó, lo aparto bruscamente y esforzando nuevamente su vista, intento ver al hombre lobo.

    — ¡Ahí hay uno, hijo la carabina, tráela!—exclamo. Arriba, detrás de una pared Gobin se reía, habia entendido que daba igual estar abajo, pero sería mejor ser precavidos. —Necesitare esos anteojos nuevos, ahora lo veo, solo es el dibujo del tapizado. Doctor Evanson ¿Le he contado la cantidad de cabezas que he volado durante la guerra?—pregunto, mientras se perdía en el pasillo que daba al consultorio.

    La mañana entera fue llevada por una corriente de estornudos. Gobin seguía arriba, sentado en un sillón del pasillo escuchándolo todo. En algún momento de la mañana habia recordado ver venir a Catalina, con un vaso lleno de leche, estaba claro que a Gregorio no se le habia pasado el hecho de que por la interrupción de Fink ninguno habia podido desayunar y ahora que lo pensaba, Fink le parecía demasiado molesto, le caía mal sin siquiera conocerlo y de solo pensar que presionaba a su Doctor de una o/u otra manera le hacía ponerse de los nervios, casi pretendía salirse a escondidas de la casa y darle un susto haciéndole ver a un muerto, pero no estaba seguro de que si eso fuera a dar un buen resultado.

    Que estaba mal, aun no lo sabía, pero su corazón se llenó de alegría cuando un cansado Evanson subió las escaleras y se paró frente suyo. Observándolo minuciosamente y luego, continuo su camino, se detuvo y con un ademan de su mano le indico que le siguiera. Merton no demoro en captar el mensaje y en pocos segundos se encontraba en la habitación del Doctor, la persona más dedicada que habia conocido en su vida.

    Sin poder preguntar qué era lo que pretendía, vio como comenzó a quitarse la ropa. Lo primero que aterrizo en la cama, de manera prolija, porque habia tenido cuidado de no lanzarlo: fue el saco. En primer lugar entro en pánico para luego darse cuenta de sus intenciones o tal vez estaba pensado mal de la situación, ya que para algo como lo que se le ocurrió sucedería sería difícil de ocultar con la puerta abierta.

    —No creo que sea buen idea—comenzó, Gregorio lo miro confundido—si Catalina llegara a pasar podría—Merton giro y camino hacia la puerta, pero solo entonces lo que temió sucedió. La muchacha habia llegado ¿Qué no serían dos? Definitivamente debería de calmarse.

    —Catalina ¿Lo has traído?—ella asintió y camino hacia el Doctor. Entregándole una caja de madera antes de retirarse y volver a dejarlos solos. La puerta seguía abierta.

    — ¿Se siente bien Gobin?—pregunto, acortando la distancia y estaban tan cerca uno del otro que le pareció una cercanía imprudente de su parte. —Parece estar bien, seguramente sigue un poco agitado porque August casi lo descubre, los anteojos al final empeoraron su vista, Londres envió el aumento incorrecto asi que sin perder la cautela, trate de que cuando vuelva no le vea demasiado tiempo antes de darse cuenta que no—sonrió—es un dibujo del tapiz. ¿De verdad, siente algún síntoma fuera de lo común?

    —Sí, he sentido algo fuera de lo común. Algo que no me ha sucedido nunca antes—al segundo se arrepintió de decir eso con tanta seriedad, Gregorio adopto una mirada de preocupación y disminuyo más la cercanía, la caja que sostenía con una de sus manos era la que impedía que sus cuerpos se rozaran. Estaba seguro, eso terminaría por hacer que se dejara llevar. —No es nada grave ¿Si? No ponga esa cara.

    — ¡Pero acaba de decirme que siente algo que nunca sintió antes! Soy el Doctor aquí, por si no lo sabe—dejo la caja sobre la cama y lo obligo a sentarse en una sofá, frente a la pequeña chimenea de su cuarto, era la primera vez que estaba allí dentro. —No conseguiré resultados finales sin mis instrumentos, ire por ellos de inmediato…

    — ¡Espere…!—no supo en que momento, pero su mano se cerró al brazo del Doctor y al tirar, termino por sentarlo sobre sus piernas. —No es algo por lo que preocuparse, al menos—acaricio a un lado de su cara—será otra la persona que tenga que dar cada uno de sus pasos acompañado de una preocupación.—Gregorio trago, su corazón habia latido tan pocas veces tan rápido como ahora. Bombeaba con tanto aporreo que en cualquier momento emergería de su pecho. Y sin saberlo, ambos se encontraban de la misma forma, tan desenfrenados y tensados y al mismo tiempo confusos.

    — ¿A qué se refiere? Si yo no tengo nada de qué preocuparme ¿Quién si y por qué?—Merton sonrió, tomando su rostro con ambas manos. Gregorio temblaba por los nervios.

    —Hablo de ese Finkucho, esa amabilidad, se nota que es falso y se atreve a incomodarlo imponiéndose ¿Qué se piensa?-Gregorio abrió los ojos cafés que le adornaban como platos ¿Estaba celoso? ¿En qué momento habia imaginado esa posibilidad?—Quiere saber que pienso, que no deseo ver que lo merodee nuevamente, soy un “gato”… no hay necesidad de encubrir quien soy si estamos solos ¿Cierto? A lo que voy es que, soy un Lobo celoso.

    —Quieres decir que tu… que usted Gobin siente celos de mi—sonrió avergonzado. Se sentía un muchacho, uno con el pecho y la cabeza a punto de explotar.

    —Celos de que, Finkucho se le acerque, tanto que me atrevería a decirle que haga hasta lo imposible para… rechazarlo. Para que lo rechaces sin consideración, no me importa que rompas su corazón Gregorio ¿Lo entiendes?—susurro a su oído.

    ¿En qué momento la situación parecía subirse de tono?, porque sentir como su aliento rozaba su oreja le hizo aferrarse a los brazos del mayor, enrojecer aún más su cara y por los cielos, en cualquier momento… si definitivamente… tal vez no… pero estaba un poco indeciso respecto a que sí, volvería a ser besado por ese hombre de tranquila mirada verde. Y fue solo entonces que esa intensa mirada le hipnotizo, miro en silencio a Gobin y le dio pase libre a que lento pero no perezoso estrechara la cercanía de sus rostros, a que sus labios…

    — ¡Doctor Evanson, es una emergencia, debe…!—Catalina paro en seco, miro al hombre lobo, miro al Doctor, retrocedió y miro a ambos, definitivamente acababa de quebrar el ambiente, un ambiente que la mujer fue capaz de vislumbrar inmediatamente. Sabía que hubiera pasado si, solo se demoraba algunos segundos más en entrar y anunciarse con su escándalo.—Un… paciente…—Gregorio se levantó y en dos pasos camino hacia ella—es el Señor Fink, se ha cortado muy feo mientras usaba una nueva máquina para coser, debe verlo antes de que… ¿He interrumpido algo?

    —Ire a verlo ahora mismo, bajare detrás de ti. Prepara mis cosas ¿De acuerdo?—ella asintió y echándoles una última mirada se apresuró en retirarse. En ese momento Gregorio no tuvo dudas, tanto el cómo Merton maldecían profundamente a Tobías Fink.

    De vuelta en el consultorio y entre patéticos quejidos, el Doctor Evanson terminaba de suturar la fea cortada en la mano de “Finkucho”, le parecía una buena idea para llamarlo en sus adentros, mientras que afuera le decía con falsa amabilidad y preocupación “Señor Fink”. Por ultimo vendo su mano y se retiró a su escritorio, para escribir algo sobre un papel que más tarde archivaría. Inmediatamente después de volver su vista a su paciente, noto inmutable que estaba frente suyo mirando todo lo que hacía. Sin embargo no le hacía gracia que fuera entrometido y llego a pensar que el corte fue adrede. ¿Qué quería realmente?

    — ¿Puedo consultarle algo Señor Fink?—Fink sonrió al mirarlo.

    —Adelante, pregunta que seré todo oídos Gregorio—Gregorio frunció el ceño y camino unos cuantos pasos lejos hasta la puerta, para abrirla.

    —Sospecho que esto fue una excusa para verme, luego de que le expulsara de la casa, por interrumpir mi rutina ¿Verdad? Es necesario llegar a tanto hasta el punto de inhabilitarse unos días para trabajar.

    —Me ha descubierto Doctor Evanson ¿Asi quiere que lo llame?—pregunto, caminando hacia la puerta, pero para cerrarla. Gregorio solo entonces se alarmo ¡Cómo se atrevía ese “Finkucho”!—no me mal interprete, tiendo a hacer locuras cuando me interesa una persona y esta hace todo para… alejarme. Busco ser su amigo, compartimos algo en común, no creemos en hombres lobos y nos reímos en silencio, bueno, yo me rio abiertamente de las creencias de la gente miedosa. —Se tomó la libertad de sentarse cómodamente en un sillón del lugar—sin lugar a dudas sigue siendo una coincidencia que llama a que, seamos amigos, lentamente y con un poco de locura de mi parte, al fin y al cabo, amigos.

    —Su herida sanara muy pronto, aquí le hare una receta para sus calmantes, puede dolerle y le apuntare el dia que vendrá para quitarle los puntos—abrió nuevamente la puerta, indicando la salida con el ceño fruncido y muchas ganas de gritarle “¡Finkucho lárgate!”—Señor Fink—le dijo con tono fingido—detesto a las personas entrometidas, si quiere hacer un amigo le recomiendo a la señora Blanch, estoy seguro que en poco tiempo podrá tutearle y decirle con toda confianza: Margaret. Ahora, siendo mi último paciente, por favor retírese…

    Pero Tobías no se rindió y a continuación cerró la puerta con algo de violencia. Gregorio estaba a punto de pedir por Merton, pero se encargaría el mismo de la situación.

    —Llegare más lejos para hacernos amigos, con toda franqueza le digo que se todo sobre su “gato callejero”—el Doctor se mantuvo firme, sin mostrar sorpresa o pánico. —Vamos, Gregorio—sonrió divertido—sorpréndanse, entre en pánico ante la posibilidad de que pueda ir y decirlo todo, no tengo miedo del “gato callejero”. Se perfectamente que en algún lugar de la casa, no sé dónde por supuesto, está escondido su protegido: Merton Gobin—Gregorio respiro con dificultad y se puso pálido.



    Justo cuando la desesperación o más bien los celos le desenfrenaron, Merton vio cómo se cerró la puerta de entrada desde las escaleras, Fink se habia ido. A continuación la idea de ir tras él y decirle unas cuantas cosas se vio desatendida. Gregorio estaba frente a la puerta mirando pensativo y demasiado extraño para su gusto, deseaba por supuesto saber que pensaba y no demoro demasiado en ocurrírsele que el nuevo sastre del pueblo habia tenido mucho que ver.

    —Oh… estaba aquí, ¿Llego hace mucho tiempo?—pregunto mientras volteaba y se encaminaba hacia su despacho—tengo algunas cosas que hacer, hablaremos después si le parece—antes de que cerrara la puerta en su cara, una actitud mucho más extraña, interpuso su brazo para que eso no sucediera. —¿…?

    —No me parece, si tuvo tiempo para “Finkucho”, por supuesto que el que me corresponde debe valer por doble, no me responda…—le interrumpió, terminando por abrir la puerta, solo uno de sus brazos era más fuerte que todas las extremidades del Doctor, habia sido fácil— ¿Qué sucede con usted? ¿Qué paso mientras estaba arriba? ¿Tiene que apuntarle los dedos a “Finkucho” cierto? ¿El brazo por gangrena?-Evanson no se inmuto—Si quiere podría, darle un pequeño susto…—y solo entonces su cara se transformó, frunciendo el ceño muy enfadado.

    —Le he dicho que tengo trabajo que hacer, no tengo tiempo para tonterías. En primer lugar: no me sucede nada. En segundo: no aconteció nada fuera de lo habitual, solo lo que pueda entre paciente y doctor, y tercero: Fink esta saludable y no necesita cortar ninguna parte del cuerpo—mientras lo empujaba hacia afuera, subió su tono de voz— ¡Ni se le ocurra poner un pie fuera de la casa, compórtese!—sentencio luego de azotar la puerta.

    Al inicio de la noche y luego de que Catalina preparara la cena, Gobin que habia estado arriba impaciente esperando que el Doctor apareciera y ya no estuviera enojado, se dio cuenta que las sorpresas y sobretodo las extrañezas no habían acabado del todo. Mientras se disponía a bajar las escaleras para ir al comedor, Gregorio apareció con una bandeja en las manos, todavía serio y diciendo sin palabras que no discutiría nada relativamente relacionado a Fink.

    —Le he traído su cena, Catalina aún está preparando todo en el comedor y la comida que yo y el Señor Fink cenaremos esta noche—dejo la bandeja sobre una pequeña mesa en el pasillo, esta tenía su preciada carne de cordero cruda junto a una copa de leche.

    — ¿¡A cenar!? ¡Se volvió loco!—exclamo tomándolo por los hombros, sin medir su fuerza, Evanson no se inmuto y le lanzo una mirada fría, eso lo habia impresionado.

    —Si quiere seguir aquí le sugiero que me obedezca, manténgase en silencio y no baje por ninguna razón estúpida como los “celos por mí”. He zanjado mis deferencias con el Señor Fink, quiero decir Tobías y lo invite a cenar para conmemorar el momento.

    —No puede hablar enserio… si hasta que volviera por su herida estábamos completamente de acuerdo en que…

    —Me he equivocado, a veces las primeras impresiones no son buenas. Antes cuando yo no sabía quién era usted realmente, pensaba como el resto, que solo era el borracho bueno para nada Merton Gobin y antes de conocer mejor más temprano a Tobías, le creía una persona tan entrometida como la Señora Blanch, pero no fue del todo asi…—Merton aparto sus brazos, de alguna manera rendido.

    —Lo he entendido, tenga una excelente velada con… El Señor Fink, Doctor Evanson—evito que sus miradas se cruzaran, antes de coger la bandeja e irse a su cuarto.

    Sin embargo, mientras Gregorio bajaba las escaleras de repente le invadió una gran y reprimida impotencia. Sentía tanto haberlo tratado como si, antes no hubiera habido algún momento especial entre ambos, como si esta mañana no hubieran sido capaces de dejar las amabilidades y dar rienda suelta a lo que comenzaban a sentir, al punto de… por un instante estar pendiendo de un hilo para besarse.






    En este capitulo hay mucho dialogo y como dije, Fink, Fink... ¡Ese "Finkucho".


    wow por ahí vi una nueva lectora: Zöe: yo también tengo una duda ¿como esperabas que se desarrollara? me alegro que te parezca maravillosa.

    También me alegro de que sigan leyéndome, muchas gracias ^^ Anne onodera takano, itziritha, Cleyn y Zöe. Ya saben, quejas, dudas, sugerencias, tomates, repollos, XDDD todo sera recibido y atendido.

    Próximo Capitulo 8: Confesiones. Para los que de verdad se creyeron la razón que dio Merton, por haber mordido a Jackson el zapatero, pues... lamento decirles en el próximo capitulo se sabrá el verdadero motivo, diviértanse adivinándolo, si quieren póngalo en el comentario ¿Que piensan que fue el verdadero motivo?

    Pd: Señor Gobin celoso, pobre. ¿Creen que Gregorio es un poco lento? ¿Que piensan de "Finkucho"?
  13. .

    Capitulo 6: Avistamiento.







    Su primer mañana en la casa no habia sido acogedora, pues Merton se habia despertado con un grito que provenía del pie de la puerta de su habitación. Catalina al verlo habia soltado su bandeja y su boca fue inmediatamente cubierta por Gregorio, que le seguía el paso desde la cocina. Pensando que esto formara parte de las tantas reacciones que se imaginó, la mujer tendría. Sin resistirse, miro aterrada hacia la cama, luego miro al doctor, buscando preguntarle sin palabras que pasaba por su cabeza. Porque conocía sobre su gran corazón, uno que le inclinaba a atender a todos sus pacientes por igual, entonces descubrió en un rápido pensamiento quien era el tan famoso “gato callejero”.

    —No te preocupes Catalina, él no te hará daño, lo prometo ¿Confías en mi juicio…?—lentamente, hizo un amago de apartar su mano y espero hasta que ella asintió con la cabeza, para dejarla libre.—Estoy seguro que tienes preguntas para hacerme—le interrumpió, en cuanto previno que sería asaltado de cuestionamientos—pero dejaras que te diga la situación ¿De acuerdo?—no espero que lo estuviera, aun asi no dejo que dijera algo—Merton es el “gato callejero” que me encontré hace poco más de un mes. Eres libre de salir de la casa y alertar al alcalde Hunter, darle la razón a la entrometida de Blanch y todo lo que se te esté ocurriendo en estos momentos… pero antes me dejaras decirte que se sobre tu marido.

    Catalina quiso evitar sorprenderse, pero estaba intranquila para esconder sus emociones— ¿A qué se refiere Doctor Evanson…?

    —A que más. Llegue a la conclusión de que los hombres lobos en su forma humana completa, los días previos y posteriores a la luna llena, si bien se ven como humanos, el cuerpo debe de tener claras diferencias de alguien que no es hombre lobo o mujer loba como Blanch.—Catalina se remontó a varios días atrás, cuando encontró la casa revuelta y, Gregorio buscaba leer el expediente redactado por su marido, Wood, acerca de Blanch y, nuevamente, al escuchar sobre que habían mujeres lobas y Blanch era una… su cara era la viva expresión del asombro. —Me tome la libertad de comparar a todos los ciudadanos de Chestermind con Merton y, solo tu marido, Merton y Blanch, sin olvidarnos de Jackson, comparten similitudes con esqueletos de animales. Y si estoy en lo correcto, tu sabias de tu marido pero él te habrá demostrado que no te haría daño y que lleves pendientes de plata significa que solo temes de licántropos desconocidos.

    —Esto no me deja más tranquila Doctor Evanson y seguiría creyendo que no tiene un buen juicio, pero sus observaciones fueron producto de una mente que va a más allá de todas —Miro a Merton con cautela.

    —Solo tengo la mente de un Doctor curioso, uno que no quiere que ninguna enfermedad sea incurable y una que me hace ver a todos mis pacientes por igual. —Sonrió para relajar el tenso ambiente, para asimilar el gran temor que tenia de que Catalina desistiera de prender una luz de confianza y saliera corriendo para alertarlos a todos. —.Aclárame una duda, tu marido era el séptimo hijo del Doctor anterior a él o estoy en lo cierto ¿Fue mordido y convertido en uno por otro?

    —Yo no quisiera hablar mal de mi marido sin que este aquí para dar sus razones el mismo. Pues era un poco cobarde, incluso llego a tenerse miedo a sí mismo y por eso fingió su muerte —Gregorio se sorprendió, en cambio Gobin mostro una clara señal de saberlo. ¿Sería esta confección una muestra de confianza? ¿Confiara en Evanson y no le delataría? —Era pequeño cuando, mi suegro Wood se lo llevo consigo para atender a una familia que vivía alejada y desprotegido, incluso sabiendo sobre los rumores de que la mala suerte cayó sobre ellos porque tenían un hombre lobo como hijo. Aquel hombre lobo en cuestión habia comido a sus seis hermanos restantes y cuando mi suegro llego, ilusamente para atenderlo, fue tarde para darse cuenta que incluso hizo de cena a su Padres y, habiéndolo atraído al engaño…

    —Mordió a tu marido sin intención de convertirlo—Catalina asintió.

    —Mi suegro logro escapar, pero no supo más nada de aquel monstruo. —Miro sin disimulo a Merton.—Cuando yo lo conocí estaba en su forma mitad lobo y me encontraba aterrada, tanto que mi suegro advertido-quien en ese momento buscaba a su hijo-tuvo que venir a calmarme y mostrarme que me encontraba frente a un dulce cachorrito. Charlie mostro ser como mi suegro decía y no evite enamorarme de él, pero siempre me dijo que estuviera lista por si otro hombre lobo viniera y no fuera amable.

    —Permite que te regañe un poco, Merton es inofensivo, tuve la oportunidad de encontrarme con él en dos ocasiones como hombre lobo—Catalina se sorprendió esta vez—la primera vez estaba herido, pensé que era un motivo claro para no comerme—rio—pero algo me decía que no tuviera miedo y, ya sano como lo ves, porque se veía deplorable, volvió a hacerme compañía en su forma animal, bravo y como tú dices con Wood, fue un dulce cachorrito—sonrió. Catalina y Merton no pasaron por alto el sonrojo que visito su rostro.-Eres libre de renunciar, puedes decirle a Hunter sobre esto, Blanch lo sabe. O puedes irte y no decir nada, pero seguir estando con la guardia alta o bien, quedarte y seguir con la guardia alta. Cada un mes se transforma, ese dia me lo llevare al bosque, sabré controlarlo, no me hará daño… ¿Entonces…?

    —No diré nada a Hunter. Sera mejor que recoja los restos del desayuno que prepare para su huésped y… Doctor Evanson ¿El señor Gobin no debería estar… muerto?—los restos de porcelana y gran parte de la comida estaban sobre la bandeja, cuando alzo la cabeza y se dirigió hacia él.

    —Es una larga historia, recoge todo primero, te esperaremos en la sala para seguir conversando.

    Un pequeño rato después, Gregorio comenzó contándolo todo sobre Blanch. Le dijo que las mujeres lobas tendían a ser excesivamente maternales a tal punto de cuidar de cachorros ajenos y que las quemaduras de su mano, el dia después del incendio de Diciembre no fueron a causa de su tetera, sino a causa de haber rescatado a Merton y a Jackson; que seguía suelto y lo enfrento hacia unas noches. Le confeso que fue Gobin quien convirtió al zapatero, pero solo por una disputa causada por una mujer libertina y, también le dijo que Blanch buscaba el otro dia mostrar que ocultaba a Merton para proteger a Merton, que quería que fuera un hombre lobo solitario, no estaba de acuerdo que dependiera de un humano, pero que se habia encargado de darle a entender que diría era mujer loba, si decía que estaba en su casa. Ya que podía olerlo. Oler a todos.

    El dia fue realmente largo, visitado por una tormenta inusual que empañaba los cristales de las ventanas cubiertas minuciosamente por las cortinas, evitando miradas del exterior. Catalina se la habia pasado en la cocina, Gobin tenía razón cuando harto le dijo, que aun temía de él y no se podía imaginar teniendo que enamorarla para que le tratara como trataba a su ya no difunto esposo. Y sin prevenirlo su comentario fue tomado de muy mala manera por Gregorio que a continuación, le dijo que debería de medir sus palabras y debería de haberle dicho que su antecesor seguía vivo. Cerró la puerta del consultorio detrás de él y ya no volvió a verlo hasta la comida. El dia maravilloso que espero pasar con su “amo”, fue sepultado con más tierra, puesto que a la hora del almuerzo y esperando preguntarle finalmente que podía hacer realmente para no injuriarlo, el aldabón de la puerta retumbo en sus oídos.

    Catalina respiro profundo, procurando que nada se le cayera de las manos mientras servía el puré de patatas en el plato de Gregorio; este no se mostró alterado, se puso de pie tomándose su tiempo, Catalina no podía creer su actitud y luego de ordenarle que escondiera en un mueble cercano el plato del “gato callejero”: le ordeno al mismo que subiera las escaleras y no se moviera de su cuarto. Entonces, al segundo toque de la pieza de hierro la muchacha pudo ser libre de ver quien se tomaría tantas molestias para salir con el aguacero de afuera. Hunter apareció completamente empapado, sin preguntar si el Doctor estaba se hizo paso y para cuando se quitó el sobretodo y el sombrero, su mirada viro hacia un rostro apacible.

    —Doctor Evanson, Doctor Evanson—dijo caminando hacia el—es terrible, terriblemente terrible. —Catalina fruncía su delantal, Evanson continuaba imbatible, incluso soportando el fuerte agarre de las manotas del alcalde en sus hombros. —Dos trabajadores de Colton han visto a…—reparo en la presencia de Catalina que en cualquier momento asaltaría sus uñas de los nervios.

    —Catalina, prepara café para que Hunter entre en calor, estaremos en la sala—evito tomar aire y correr hacia la cocina. —Bien, dígame que ocurrió—Hunter no dejo que fuera hacia la sala. Hasta ahora habia notado que temblaba de pies a cabeza — ¿Qué sucede?

    —Jackson, han visto a Elías Jackson. —El Doctor trago, ya le era imposible mostrarse como si no ocultara nada, tan normal como le fuera posible y que hayan visto a un hombre que consideraban y de echo era hombre lobo y además, se suponía estaba muerto, daba paso a que… las palabras del alcalde fueran más conclusas. —Los trabajadores lo conocen bien, no tienen duda que detrás de la barba y el cabello enmarañado se trataba de él, intento robarse unas gallinas. En cuanto lo sepa el resto del consejo… creo que se sentirán más en peligro que antes, porque si es cierto puede caber la posibilidad de que Merton Gobin aun siga con vida y acechando. —Gregorio sintió de repente una corriente arrastrándolo rio abajo, lo siguiente era que pensaran en la cabaña ¿Entonces como lo ocultaría las noches de luna llena? Mientras no escucharan un aullido provenir de su casa nadie sospecharía que lo ocultaba.

    — ¿Tiene confianza en los testimonios de esos trabajadores? Conozco de primera mano la paranoia de muchos vecinos y el Señor Colton pensara como yo. Escuche Señor Hunter, cuando ocurrió el incendio de Diciembre yo me asegure de buscar los huesos y resto de ropas de Gobin y Jackson. ¿Cómo puede explicar lo que encontré con el avistamiento de uno de los fallecidos? Tendrán que liberar a los que ocasionaron el incendio, pienso que no debería de decir nada y esperar… todos están protegidos con objetos de plata, incluso yo también me protegeré para que duerma con la tranquilidad de no perder por un hombre lobo al Doctor—esto último lo dijo riendo, Hunter esperaba que se lo tomara con gracia, pero apreciaba sus consejos para seguir como hasta ahora, sin alertar a nadie.

    —Oh bien, bien. Sera como usted diga, hare de cuenta que solo he escuchado las palabrerías de un loco, pasare a sentarme en la sala, quien podría desperdiciar una taza de café de Catalina y ni hablar de sus bizcochos—en cuanto le vio partir hacia la sala que conocía más que a la palma de su mano. El Doctor respiro profundamente, habia ganado tiempo hasta que el rumor eventualmente sea divulgado por los que en realidad, no sufrían de paranoia por la fiebre del “hombre lobo”.

    Fue lo ocurrido aquel mismo dia lluvioso. Dando lugar a una reunión en la casa de Hunter en la hora de la cena. Gregorio sabía de qué se trataba la reunión de antemano y maldecía por no poder haber pasado, el dia junto a su “gato callejero”. Sin mostrarse muy obvio le planteo a Gobin que no vuelva a decir lo de enamorar a Catalina y sobretodo, que haya omitido que Wood seguía con vida, aunque podría ya no estarlo era algo relevante.

    —Comenzare a pensar que realmente sufren de paranoia, si tú dices que no haz olido a Jackson… el bosque es basto y está entre Chestermind y la residencia Colton. Por lo que es el único lugar donde podría esconderse con posibilidades de no ser cazado, y no hay rastros suyos… ¿Entonces?

    —Puede estarme confundiendo la lluvia, no ha parado en todo el dia… ¿De verdad tiene que ir?—podría jurar que le miro con ojos de cachorritos, suplicando por que no cruzara la puerta de calle.

    —En nuestra situación actual, es importante mi posición en el consejo. Puedo tomar decisiones y las mías siempre serán abaladas por Hunter. No quisiera aprovecharme de mi posición como Doctor pero… puedo diagnosticar a los empleados con paranoia y todos van a creerme, Blanch esta amedrentada. Su opción de ir en contra mía puede perjudicarla, estar a mi favor puede verse extraño, mantenerse en silencio será fácilmente pasado por alto y sus palabras serán irrelevantes. —Se dio la vuelta, acababa de ponerse la gabardina y bombín negro

    —Realmente es un hombre seguro de sí mismo, si al menos podría comportarme como él. Sería un buen ejemplo a seguir, seguro debería intentarlo y ver también la manera de pelear menos…—Gobin acorto la distancia, como solía hacerlo desde el momento en que, de alguna manera se habían reconciliado. —Tendré un banquete de uñas de mano, pero aguardare que llegues para darme novedades—en el momento que pretendió, inhabilitar cualquier milímetro que les separara, con una clara intención de besarlo bajo un imponente instinto, el reloj de pie del consultorio anuncio la hora con un inoportuno y endeble sonido.

    —Juro que lanzare ese reloj a la calle, no sé qué pensó Hunter que haría un Doctor con un trasto viejo como ese…—Gobin sonrió. — ¿Qué es tan divertido?—volvió a sonreír, comenzaba a extrañar la escasa distancia entre ambos.

    —Solo envíele saludos de mi parte al alcalde—Gregorio abrió los ojos perturbado. Al segundo siguiente, Merton aprovecho una nueva oportunidad para acercarse—fue una pequeña e inofensiva broma…—iba a besarlo, sin resistencia por parte del Doctor y con mucha ansiedad por parte de ambos, a no ser por la ahora inoportuna presencia de Catalina. Que los miro en medio de lo que a ojos del mundo sería un crimen merecedor de cualquier cruel castigo.

    —Ya ha terminado mi hora de trabajo, ire a ver a mis niños y esperare que lleguen mis Padres con las noticias de la reunión. Es una hora extraña para algo asi ¿Tiene que ver con la visita de Hunter hoy Doctor Evanson?—la mujer no quitaba su mirada de Merton, cosa que hizo enfadar de repente al Doctor, tanto como para apurar la situación, ayudándola a ponerse su abrigo para que saliera de la casa.—¿¡No será que descubrieron algo sobre…!?—Evanson se enfadó aún más, cuando miro a Merton aún más fijo, sin intenciones de apartar la mirada.

    —Es algo imposible Catalina, deja de hacer conjeturas y ya…—torció los labios, evitando un “¡Lárgate!” para decirle con falsa amabilidad—que tengas buenas noches. Ve que tus hijos deben de extrañarte.

    —Claro, buenas noches para… ambos y por cierto—la puerta estaba abierta, Gobin se ocultaba en un rincón de cualquiera que casualmente pudiera preverle.

    —Si es por la compra diaria, compra lo de siempre. Leche y cordero, déjalo en la cocina y tomate el dia libre.

    — ¿Dia libre?

    —Dia libre, solo haz las compras, te llamare si preciso de tu ayuda.

    —Pero… de acuerdo, como usted diga. —Y finalmente cerró la puerta.

    —No sé qué he hecho, yo nunca me he comportado de esta forma hasta que…—volteo a mirar a Merton— ¡Tú tienes la culpa, eres una mala influencia Gobin!—le apunto con el dedo.

    — ¿¡Que!?

    —Ire a la reunión, solo compórtese y aléjese de las ventanas, nunca se sabe, podrían de la nada inventar algo que pueda mirar a través de las paredes… ¡Hoy en dia el mundo avanza a un ritmo inexplicable y peligroso!—siendo asi, el siguiente en marcharse.



    La casa del alcalde era después de la vieja loba, la más vistosa de todo Chestermind. De un solo piso lo que le hacía inmensa y un pequeño jardín similar al de la iglesia. Y era por su solo piso que no se podía ver a simple vista. Se encontraba a diez casas hacia la izquierda y luego a cinco hacia la derecha de la del doctor, adornada por dos faroles de gas que eran de un leve resplandor debido a la lluvia, por las ventanas Gregorio podía ver lo abarrotada de gente que estaba la sala que la hija de Hunter cuidaba mientras aun podía levantarse, de ver que estuviera adornada de muebles, adornos y cortinas de la última moda británica. Su mano habia alcanzado a tocar el aldabón de la puerta, dos angelitos que se daban la mano, cuando vislumbro por la ventana del comedor que una cabeza se asomó a observarlo.

    Sabía que se trataba de un asistente mudo del alcalde, un joven que pasaba los veinticinco y que se comportaba de manera muy extraña, y fue quien, de inmediato corrió al vestíbulo para abrirle la puerta. Gregorio ingreso lo más rápido que pudo, sin ganas realmente de saber para que se debía la reunión, entrego sus cosas al muchacho y la primer mano que estrecho la suya fue la del suegro de Hunter. Recordaba con humor como se habia desmayado cuando confirmo que su esposa, hija de Hunter, se encontraba embarazada, en todo su tiempo como Doctor no habia visto semejante actitud y eso que habia pasado por muchos Padres primerizos. La segunda y tercer mano fue la de dos miembros del consejo, más viejos que el alcalde y cotillas: seria acertado pensar que si entablaran más que una pelea diaria con Blanch, serian grandes amigos debido a su coincidente actividad.

    —Doctor Evanson, estábamos esperándolo. El alcalde está entreteniéndonos con anécdotas de su juventud, los días de campo cuando cazaba pavos junto a su Padre y sus travesuras típicas de niños, cuando se escondía de la ama de llaves—coloco una mano en su espalda, apurando su paso hacia Hunter y quien era quien lo hacía, con tal de dejar escuchar al líder de Chestermind, un hombre que apenas conocía hacia unos meses, desde Diciembre para ser exactos y que no pertenecía al consejo y se rehusaba a sus chequeos médicos. El nuevo sastre del pueblo.

    —Al contrario de lo que cree señor Fink, las anécdotas de la infancia del alcalde me son agradables de escuchar, lo entenderá cuando lleve aquí más que unos pocos meses y por cierto, no es un buen momento para decírselo—aparto con cierta brusquedad su brazo—el saco que me ha confeccionado en Enero ha vuelto a descoserse en el hombro y a mitad de una consulta. No quisiera ser parte del chisme semanal, imagine el título “El Doctor saco descocido”. He tomado mis recaudos y envié una carta a un confeccionador de la capital—sonrió, dejándole con las palabras en la boca y listo para escuchar lo que el alcalde diría luego de darle un fuerte apretón de mano y llamar a que todos miraran hacia él.

    — ¡Realmente, realmente me siento apenado de decirles esto!—exclamo, secándose el sudor de la frente. — ¡Dos empleados confiables de Colton han vislumbrado en pleno robo de gallinas, el dia de hoy durante la mañana a una persona que se suponía estaba muerta, lo que pone en duda si su víctima también anda correteando por ahí!

    —Fue usted cierto Doctor Evanson—Gregorio salto de su lugar, Fink estaba detrás suyo, susurrándole al oído—el que diagnostico a los trabajadores con alucinaciones, es una pena que no quedaran de esa forma, quien puede creer en hombre lobos. Debe ser solo un hombre asustado de lo que puedan llegar a hacerle por tales rumores estúpidos—aquello habia echo cambiar su opinión de Fink ¿Seria confiable como se mostraba?

    — ¡Por favor señor Hunter, no de más rodeos y díganos de quienes habla!—insistieron varios habitantes, que seguramente estarían allí desde hacía horas o tal vez solo querían volver a la seguridad de su casa.

    El alcalde se tomó su tiempo, bebió agua que le dio su asistente y luego de volver a secarse el sudor de la frente, soltó el pescado— ¡Hablo de Elías, Elías Jackson y claro, de estar vivo hablaríamos de que aunque no fue visto, Merton Gobin!—las mujeres presentes se llevaron una mano a la boca, los hombres murmuraban un “qué bueno que tengo decenas de balas”—No, no entren en pánico. He tenido una reunión privada con el Doctor Evanson y el afirmo que pueden sufrir de paranoia, y en Diciembre se encontraron huesos y ropa quemada en el lugar del hecho, lo que me llevo a ver que era innecesario alertarlos por nada… pero Colton no quiere saber de pruebas, dice que pudieron ponerlas allí para confundir a nuestro Doctor y confundirnos a todos, lo más importante es seguir con la guardia alta el doble que antes.

    Todos voltearon a mirar a Gregorio, necesitaban más de sus palabras que de cualquiera antes que nada. —Bueno, las pruebas estaban allí, Colton puede encontrarse alterado por la invasión a su propiedad. Pudo haberse tratado de un vagabundo y no precisamente Jackson. El y Gobin fueron enterrados, creo que una exhumación haría enojar al Padre Acacio—el Padre, a unos pocos metros suyos se acomodó los lentes que llevaba a modo de afirmación—y está el hecho de que antes de darles sepultura a sus restos todos los vieron ¿Por qué seguir escarbando el asunto? Terminaremos todos en el centro de la capital, ingresados con paranoia ¿Qué tal una evaluación oficial mañana por la tarde de los trabajadores?

    — ¡Es exactamente lo que ha propuesto Colton, después de todo están hechos de la misma madera, sí señor, si señor!—Hunter se acercó hacia él. —Le diré que están de acuerdo en ese punto y yo mismo me encargare de traerlos, hasta entonces… ¡Todos sigan su rutina, sin preocupaciones!

    —Felicidades, me ha fascinado como llevo el asunto Doctor Evanson, permítame darle permiso para llamarme Tobías, una buena manera de comenzar una amistad—extendió su mano—créame que estoy de acuerdo con usted Doctor ¿Podría tutearle?

    —No conseguirá con esto que sus trajes vuelvan a ser confiables y preferiría, señor Fink, que siga llamándome Doctor Evanson o Señor Evanson. Tenga buenas noches.-En una rápida caminata abandono la sala, saludo con una reverencia y se encontró siendo mojado por la lluvia.



    De algún modo esa noche habia desatado la peor de las situaciones. Temprano por la mañana Hunter habia aparecido por la casa en compañía de los trabajadores, escoltados por Colton y asustados a primera vista. La idea de desayunar normalmente junto al “gato callejero” se desmorono como un castillo de naipes y eso no podía más que ponerle de mal humor, a tal punto que sería capaz de dar a esos pobres hombres por locos. Eran ellos o Merton y para su mal suerte, que Jackson siguiera “muerto” era esencial para mantener a Merton a salvo. Pues bien los hizo pasar a su consultorio, aun con la insistencia de Colton, un hombre de barba lampiña, de estar presente y se encerró. Catalina era la encargada de atenderlos, entretenerlos para que no se les ocurriera dar un paseo por la casa y descubrir, que allí había dos personas viviendo.

    Al final de su “evaluación”, se acercó a la sala y comenzó a explicarles que, sufrían de estrés. Si bien no estaban locos, el trabajo y seguramente tener que velar por la seguridad de su familias ante la idea de que anduviera un ser sobrenatural rondándoles y pretendiendo herirlos y hasta matarlos, les habían hecho revivir a Jackson de alguna forma. Recordándoles que eran los tres amigos cercanos. Colton no quiso creer en nada de eso, pero Gregorio se mostraba implacable y ya habia ordenado descanso para sus empleados y además, le dijo que si faltaran sus gallinas, podría entonces creer que realmente allí hubo alguien, pretendiendo robárselas. Contento no se habia ido y de forma fría se despidió, diciéndole que lo esperaba en la noche para su chequeo. Por parte del alcalde, se encontraba aliviado y le habia dado las gracias cuando le dejo a solas.

    El mismo Doctor quiso convencerse también de que realmente sufrían estrés, pero de no ser esa condición, sabia no veían cosas donde no las habia, pero mentir era su mejor arma y dudaba mucho que Jackson pudiera acercarse más. Completamente libre de tener ese desayuno soñado inconscientemente, porque ni el mismo ya podía reconocerse, una nueva visita no se habia hecho esperar. Su puerta fue tocada antes de que suspirara con alivio, antes de ver a Gobin bajar con libertad por las escaleras, sin tener que esconderse más de lo que ya lo hacía. Pasando por el gozo de verlo disfrutar su leche. Se tomó la molestia de atender a esa “visita indeseada” y para su sorpresa, Tobías Fink estaba del otro lado.

    — ¿Puedo entrar? Le he traído algo Doctor Evanson ¿Señor Evanson? Es difícil escoger entre ambos, Gregorio sería más sencillo…—sonrió, antes de que pudiera evitar la intromisión a su vestíbulo ¿Qué pretendía?







    Que os dije antes, fui malvada, malvadisima. Interrupciones del reloj, de Catalina y ahora para la frutilla del postre, Tobias Fink aparece en escena. De a poco y mas adelante lo iremos conociendo mejor. Solo recuerdo que la mayoría de los personajes tendrán doble cara, Blanch la tuvo, resulto ser mas que vieja entrometida y ¿Como sera realmente Fink? pues hasta que lo descubramos.

    Espero les haya gustado, sera todo por ahora, nuevamente gracias y a mas tardar mañana hay continuación. Se los quiere y gracias!!! ^^


    Próximo capitulo 7: Amabilidades. Puro fink, y mas Fink y mas Fink, creo que terminaran tan fastidiados como yo XDD
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    Capitulo 5: El después.







    Si aquellos que le habían visto salir se encontraban con que no habia regresado, a estas alturas poco le importaba. Incluso desviándose de sus responsabilidades como Doctor. Gregorio habia puesto en prioridad a Merton quien se volvió humano con la primer luz del dia y dormitaba cubierto por mantas sobre el catre de la única habitación de la cabaña. Que pasaría cuando despertara y le viera allí. Muchas posibilidades cruzaban por su cabeza, incluso que le echara y no fuera tan manso como lo fue mientras en su compañía estaba en su forma animal. Un cachorrito que le causo ternura y no parecía temible. Si de todas formas terminarían por separarse, él no se pondría pesado y haría de su voluntad, ahora solo le quedaba esperar a que estuviera consiente.

    El aburrimiento no era malo, dormitaba a ratos y le pareció que cada vez que habría los ojos, era más tarde. Hasta que finalmente sus parpados pesaban tanto que le idea de dormir sobre la cama frente a sus ojos se llevó a cabo, camino frotándose los ojos y luego de bostezar, cayo junto a Merton. Merton habia despertado un poco después de eso, recordando lo que sucedió durante la luna llena con mucho detalle, algo nunca antes ocurrido. Su primer pensamiento al desperezarse fue direccionado a Gregorio a quien encontró a su lado, pacíficamente dormido, con el cabello despeinado y un leve sube y baja de su pecho al respirar. De inmediato se encontró aliviado, un milagro sucedió para que no le haya matado. Se sentía tan tranquilo, pero a la vez inquieto.

    Que tenía Evanson para que tanto como humano y licántropo, no fuera capaz de lastimarlo, no era que hubiera deseado hacerlo, pero le intrigaba bastante y sabia de sobra el por qué e incluso asi seguía dudando y queriendo saber si habia algo más. Y entonces, porque no se habia ido a sabiendas de que pudo arrancarle alguna parte del cuerpo o dejarlo gravemente herido. Estaba fuera de sus cabales seguramente. Evanson era una persona singular e interesante, si como bestia se comportó como un dulce cachorrito, recordaba haberle lamido aun lado de la cara, como humano debía seguir el ejemplo. Habia llegado su tiempo de dejar para siempre el sarcasmo, al menos aquel que le ofendiera y tal vez… ganarse su corazón para poder decirle que él y como le dijo mientras era hombre lobo, no se trataba de una excepción si de belleza se hablaba. Llegar tan lejos como se pudiera llegar, que el abismo se lo tragase. Obedecer al deseo que tuvo el dia que se conocieron.

    Llevado por los sentimientos que comenzaba a aceptar, tanto como Gregorio aceptaba los suyos por el sin conocer esa parte aun, Merton lo cubrió del frio de la mañana con la manta, sentado con el pecho desnudo sobre la cama y sujetando sus rodillas, tenía un buen rato de estarlo observando. El doctor no se demoró mucho tiempo en despertar y ver que alguien le miraba exhaustivamente, unos ojos verdes y un rostro templado. Gobin alzo las cejas cuando, sin verlo venir, Evanson se acurruco más cerca y cerró los ojos para seguir durmiendo, de no ser por la pared de madera ya estaría sobre el suelo, debido al reducido espacio. Se preguntaba si seguía dormido y el abrir sus ojos solo haba sido un reflejo ¿Cuánto tiempo estuvo a su lado desde que se transformó? El suficiente para asegurarse de no ser comido, a estas alturas no creía que fuera para no bajar su guardia ya que pudo haberse ido desde un principio o bien usar la carabina.

    Con el pasar de las horas y mientras la luz se colaba con fuerza en la única ventana frente al pie de la cama, Gobin estaba completamente aburrido de observarlo. Habia cambiado muchas veces su postura cuando ya le dolía alguna parte del cuerpo y llego incluso a tener la cabeza del doctor, quieta sobre su pecho, escuchando el tranquilo latir de su corazón y encontró una tránsfuga forma de pasar el rato hasta que se despertara de manera natural y no recordara que habia echo. En la posición actual, estaban frente con frente, lo que le llevaba a solo acercar un poco más su cara, moverse cautelosamente y rozar sus labios. Le besaría y no lo recordaría, nada mejor. Pero entonces, tuvo dudas. ¿Y si despertaba en el preciso instante que hacia el robo?

    —Mira, yo te robare un beso. Si te despiertas, lo que llevara a que lo recuerdes, será tu culpa… quiero decir será su culpa Doctor Evanson por colarse a la cama de un “asqueroso licántropo”—sonrió y como si, Gregorio estuviera a punto de decir algo, hizo nula la distancia para darle un casto roce de labios. —Ve, se ha quedado dormido de la impresión… soy un tonto, en realidad me gustaría que despierte y lo recuerde, asi vomite o me grite, se enoje y no vuelva.-

    Gobin se hizo de atrevimiento, pero aun con cuidado de no despertarlo, le tomo del rostro con ambas manos y le beso más tiempo. No supo si fue por accidente pero la boca del Doctor se abrió lo suficiente para que no pudiera resistir la tentación y su lengua explorara la contraria, sin saciarse, pretendiendo más y seguramente llegar hasta donde nadie más lo habia echo. Al apartarse sorprendido de sí mismo, porque de hecho nunca habia besado de esa forma y eso que habia tenido demasiadas mujeres a su lado, se espantó y seguía siendo tan reducido el espacio, que su cabeza golpeo contra la pared al retroceder. Gregorio estaba despierto y jadeando, mirándolo fijamente y sin asco.

    —Merton… ¡Estas sangrando!—Gregorio se puso de pie de un salto y busco su valija. Anoche y mientras Merton seguía siendo hombre lobo tuvo tiempo de recogerlo todo, con el que considero un obediente cachorro, puesto que como hombre lobo Merton se comportaba manso o al menos lo hacía en su presencia y fue tanta su obediencia que consiguió atraerlo hacia la cabaña. —Logre recuperar algunas vendas y un ungüento, estará perfecto en un par de segundos—anuncio, caminando hacia él y haciendo que se diera la vuelta. Aparto su cabello, notando una pequeña abertura que sanaría por sí sola, le puso el ungüento y lo vendo. Limpiando un hilillo de sangre que habia bajado por su cuello para dejarlo completamente perfecto — ¿Estas bien?—y algo hizo clic en su cabeza— ¡La herida…!—miro su abdomen agitado— Oh, parece que ya no tendré que reponer las vendas, anoche las ha despedazado…—suspiro, después de todo observaba una de tantas heridas.

    —Tengo cierta suerte para mejorar rápido, ahora solo es una más, bueno nunca habia tenido una en el estómago… Doctor Evanson lo de hace un momento, yo… no tengo palabras para disculparme y a decir verdad, estaba esperando que despertara. Hay algo que me está carcomiendo y al mismo tiempo deseo tanto regañarlo.

    —Huh… Lo de hace un momento—evitaba mirarlo, aun asi Gobin podía ver que su cara estaba de un suave tono carmín. —No tiene que disculparse, en todo caso yo soy quien tiene que…

    — ¡Dígame por qué diablos no se ha ido!—estaba hastiado, como podía estar tan tranquilo por lo de la noche anterior. Antes de Jackson se habia enfrentado a otros hombres lobos, recordaba algunos de esos momentos y sabia como se veía uno. La brutalidad con la que asesinaban a su presa, humanos corrientes en su mayoría, seres amados y Gregorio estaba allí como si nada. ¿Qué estaba mal en su cabeza?— ¡Pude matarlo! ¿¡Es consciente de eso!?—lo acorralo contra la pared. Gregorio estaba imperturbable y solo le miraba. —Qué razón tuvo para quedarse, quiero saberlo.

    —No es claro el porqué, asi como usted Gobin me cree una persona inteligente, de la misma forma le veo yo a usted. Pero parece ser que, no tomo en cuenta lo que dije, comparándolo con lo que hice. —Merton seguía sin comprenderlo y Gregorio no parecía dispuesto a decírselo. —Piénselo…—fue lo que hizo y no demoro demasiado en comprenderlo.

    —Las acciones valen mucho más que las palabras—le miro acomplejado. No podía ser como pensaba. —Me dijo lo que quería oír e hizo lo que yo no esperaba…

    —Espero por supuesto, se queden grabadas en su memoria y aprenda que yo no soy del tipo que trata de convencerse, soy. —Sonrió, acariciando a un lado de su cara y lamiendo en aquel lugar —Yo hare que dejes de verte como un cachorro herido- Gobin estaba totalmente cautivado — Ten en cuenta Merton lo siguiente, seré peor que una Madre preocupada y pase lo que pase, me quedare a tu lado —Aparto la mirada—asi me descubras observándote de una incorrecta manera… seguiré junto a ti. En cuanto a lo de recién que fue tan igual como lo de anoche… yo no tendría por qué quejarme.

    —Es un gran doctor… no tenga dudas de eso… no tengas dudas Gregorio—Gregorio se sorprendió. Oírlo decir su nombre de pila era realmente valioso, quería decir que entre ellos comenzaba a formarse una mutua confianza y tal vez algo mas venidero —Solo espero me disculpes… me disculpe Doctor Evanson… ¿Pero qué haremos? Quiero decir, con Blanch “encariñada” con usted, no puedo estar tranquilo…

    —Precisamente estuve pensando mientras dormías y este no es un lugar seguro para que permanezcas. Es decir, podría darte…—aclaro la garganta, debatía entre tutearlo o seguir llamándolo con formalidad—podría darle un lugar donde realmente nunca pensarían en buscar, tarde o temprano contrataran a otro leñador y le darán este lugar, ni mucho menos tendrá miedo de vivir aquí y entonces, al recordar el lugar pensaran que usted o Jackson en caso de estar vivos permanecen aquí ocultos o bien suponer que otro lobo pudo hacerlo. Eventualmente le descubrirán…

    — ¿Y qué lugar, propone usted…?—alzo las cejas, cruzando los brazos y minimizando la distancia, incomodándolo a tal punto que al mirar lo cerca que estaban se perdió en su mirada y ya no podía continuar. —Doctor Evanson…—Merton sonrió de medio lado y le dio un beso, cosa que le hizo reaccionar —Continúe.

    —Es decir, el lugar, claro ¡El lugar!—busco ir a un lugar diferente de la habitación, cerca del taburete que improviso como mesa. —Mi casa por supuesto, hay una habitación disponible en la segunda planta, en caso de tener que hospedar a un paciente, no habrá problemas de que sea visto ya que para eso son las habitaciones de abajo. Originalmente según supe, la parte empleada para el consultorio, sala de espera y las tres habitaciones para pacientes de la planta baja correspondían a una casa—explicaba con los nervios a flor de piel esforzándose para que fuera el siguiente tema de conversación— El suegro de catalina, Wood Padre: primero compro la residencia durante una fiebre amarilla ya que llego a ocupar su propio cuarto para atender a todos en Chestermind. Luego construyo un pasillo anexo para unir ambas edificaciones y asi, se transformó en una sola casa… Una idea bastante útil para mí, el nuevo Doctor. Casa de consultorio, separados, sin ningún tipo de oportunidad para que sea descubierto…—sonrió.

    —Eso suena bien, vivir en la comodidad de su casa ¿Pero qué piensa hacer con Catalina y la entrometida vieja Blanch? Principalmente esa vieja entrometida, sabrá de inmediato que me hospedo allí, puede olerme.

    —No lo he olvidado, pero incluso cubrí esas posibilidades. Vendré por usted en la noche, perfectamente ideal para que no sea visto y por la entrometida de Blanch, deberemos sentarnos en la tarde y tomar una taza de té, discutir el asunto, en cuanto a Catalina… no tengo dudas que sabía sobre su esposo, nunca la vi siendo injuriosa respecto a los hombres lobos y aunque lleva pendientes de plata por protección, supongo que es para repeler a un hombre lobo que realmente pueda lastimarla, no siendo su caso… Me quedare un poco más, antes de que decidan buscar mi cadáver-Bromeo.

    Cerca de la hora del almuerzo, Gregorio habia decidido irse luego de estar junto a Merton, sentado a su lado fuera de la cabaña, en completo silencio sin hacer nada más que mirar una parte del cielo que se colaba entre los árboles. El tiempo que tardó en llegar a Chestermind fue demasiado rápido y como, el dia después de encontrarse con el hombre lobo herido, fue asaltado con preguntas, no tan injuriosas como la primera vez y, como aquella ocasión, Hunter no demoro demasiado en arrastrarlo hacia la iglesia. De pronto la idea que le habia dado Merton, en la corta charla que tuvieron mientras estaban sentados fue de la cabaña, comenzó a darse por sí sola en el mismo instante que sus ojos se cruzaron con la triunfante sonrisa de Blanch. Se soltó del acalde y avanzo hacia ella, sonriendo como ella.

    —Alcalde Hunter, es ridícula la idea de hacerme la prueba, si he salido frente a los ojos de todos en pleno dia fue porque no tengo nada que ocultar y la señora Blanch no me dejara mentir, ella fue quien me mando a hacer una recolección especial—la vieja loba estaba a punto de clavarle sus garras. —No ve, aquí traigo estas naranjas del bosque de un árbol que creció naturalmente. La señora Blanch desea te de Naranja y el árbol está demasiado lejos como para volver en el dia—La miro, pero ella no decía nada y estuvo a punto de no llevarle la corriente cuando Hunter la miro a la expectativa—Por cierto, esto no es importante ¿Ha oído de los nuevos rumores que rondan en la ciudad? Acerca de que no solo hay hombres lobos…—miro con atisbo a Blanch.

    —Alcalde Hunter—dijo en un tono rebuscado y particularmente congestionado—yo he enviado al Doctor Evanson por las naranjas, ya que es el único en el pueblo que no cree sobre hombres lobos y como prueba para ello, le envié a donde ya nadie quiere ir por miedo a cruzárselos. —Gregorio sonrió interiormente. —Y acerca de los rumores, yo también he oído que creen en hombres mitad gatos, eso era ¿No es cierto Doctor?

    —Hombre mitad gatos, mitad gatos ¿Qué sigue, mitad serpientes?—Hunter rezo—con hombres lobos tenemos suficientes de abominables bestias. En cuanto a lo de las naranjas ¿La señora Colton no tiene una cosecha personal señora Blanch?

    —Por supuesto, pero hemos peleado y aproveche la oportunidad de poner a prueba a nuestro Doctor, quería ver que no flaqueara con semejante propuesta—y antes de alzar el cuello se retiró, cogiendo las naranjas que Evanson llevaba. —Que tengan buenas tardes—y a lo lejos, se la vio ingresar a su casa.

    —No quiero realmente hacerlo pasar por esto Doctor Evanson, asi que considerando quien es y que la primera vez la prueba dio negativa, le dejare ir. Puede seguir su camino, yo me ocupare de la comunidad —Gregorio no lo pensó dos veces, siguiendo a la vieja loba a su casa. Después de lo sucedido y la insinuación que fue bien analizada por ella, sabiendo que no diría acerca de “hombres gatos” y si “mujeres lobas”, tendría que atender cuando tocara a su puerta.

    Fue paciente y no dio señales de irse de su puerta, al punto de que la puerta en un chirrido se abrió. Blanch asomo la cabeza con una expresión de enfado y, Gregorio hizo unos pasos queriendo darle a entender que le hiciera pasar. La señora refunfuño y finalmente y por primera vez desde que era Doctor tuvo permiso de verla en su casa. Adornada extravagantemente y llena de objetos de plata ¿Las mujeres lobas no eran reacias a ese tipo de cosas también? ¿Entonces porque tendría tantas? incluso los adornos. Jarrones y platos, copas y cuadros. La siguió hacia su sala, llena de más plata y cuando fue invitado a sentarse, ella se retiró. Volviendo con más plata, llego a darle risa. Pero al menos estaba siendo amable a darle un poco de té, de naranja.

    — ¿De qué quiere hablar Doctor Evanson? No crea que no me di cuenta de que hace tiempo busca generar un encuentro—paso por alto la insinuación. Le fastidiaba su congestionada voz y aun asi no consideraría huir sin ir al punto que le concernía.

    —Hablemos con la verdad señora Blanch. El gato callejero que cuido es Merton Gobin. ¡No me interrumpa!—exclamo con el ceño fruncido, cuando le vio entreabrir sus arrugados labios. —Se mucho más de lo que se imagina, es una mujer loba cosa que me sorprende. No se preocupe, Merton solo confirmo mis sospechas… de todos modos me encontraba cien por ciento seguro. Se sobre su esposo, se sobre el esposo de Catalina y se, que fue quien saco del fuego a Merton junto a Jackson. —Tomo del té con educación, no podía negar que estaba delicioso—tuve una idea para proteger a Merton y es la siguiente. Lo traeré por el camino del cementerio a mi casa—Blanch se horrorizo—piénselo, en la cabaña del leñador fácilmente pueden descubrirlo ¿Y quién pensaría que el Doctor Evanson tiene a un hombre lobo en su casa? Le digo todo esto porque en caso de delatarme, yo le disparare con una bala de plata para exponerla como mujer loba—sonrió—entonces ¿Seguirá comportándose maternalmente y dejara que Merton se mude?

    Esa tarde habia tenido confianza en el silencio de la vieja loba. Confiaría en que su argumento bien estructurado y sin hilos sueltos, alejaría a Gobin del peligro sin tener que ser un lobo solitario. La única que quedaba era Catalina, a quien luego de llegar a casa y decirle que luego le daría explicaciones, le dijo que preparara la habitación de visitas de la segunda planta, para luego ir a su estudio y encerrarse. Llegada una nueva noche se veía radiante, Merton amanecería en la casa el dia siguiente y saber que estaría seguro y aunque tuviera que ocultarse, viviría dignamente. Bajo un techo que no amenazaba con caer en cualquier momento, bajo el abrigo de un hogar encendido, durmiendo en una cama cómoda mucho mejor que el viejo catre y bebiendo tanta leche como quisiera, devorándose trozo tras trozo de carne.

    Cuando el reloj del consultorio anuncio con su acostumbrado débil sonido, que era la media noche, abandono la casa por la puerta. Y salió por el arco del pueblo. En cuestión de minutos se vislumbró en la mitad de la carretera, no habia mucha niebla y hacia frio, pero nada le impediría virar hacia la izquierda y pensar que el licántropo ya le estaba oliendo. Al ver la cabaña su corazón se aceleró y ver que Merton se le acerco con una ensanchada sonrisa, abrasándolo y avergonzándolo. Suspiro aliviado. Podría de ahora en adelante hacer más por él. Realmente eliminaría esa apariencia de cachorro desvalido y quien sabe… esos sentimientos nuevos que tenía por aquel hombre, podrían ser libres de expresarse.

    — ¿Estás listo?—le pregunto, aun entre sus brazos. ¿Por qué no lo soltaba? Acaso no podía darse cuenta que estaba a punto de perder toda conciencia solo por aquel agradable contacto.

    —Lo estoy ¿Y usted sigue seguro de esto? Se meterá en muchos problemas… Gregorio—susurro, mirándolo fijamente—ahora mismo eres muy especial, si por mi culpa tu…—bajo la mirada.

    — ¡Que haces, ahora ya no tienes por qué bajar la cabeza! ¡Que seas un hombre lobo no te hace menos que esos, Chestermianos injuriosos! Mereces una nueva oportunidad para vivir dignamente…—acaricio a un lado de su cara. —Preocúpese por usted Gobin, y solo sígame. —No, no fue su imaginación. Otro sonrojo se apodero de aquel rostro que antes de, tomar su mano libre, le miro enteramente… Determinado.





    Fufufu, alguien le puso los puntos a la vieja loba. Al capitulo en general, espero que igual que a mi les haya gustado y me alegro que les gustara el anterior y la historia en si misma. Pero... me tendré que poner un poco malvada, adoro esta parte, este momento y sobretodo anunciarlo. Esto va por el siguiente capitulo, el 6: llegara un personaje que, pondrá las cosas un poco de cabeza. Que mala soy, justo cuando Merton y Gregorio estaban dando rienda suelta al asunto XDD no me linchen. Ademas de que habrá muchas interrupciones, un avistamiento que solo soltare para concluirlo mas tarde y mas de mis cosas raras.

    Con eso, no tengo mas que darle nuevamente las gracias:
    itziritha, Cleyn y Anne onodera takano. ^^

    Por ahora me voy, volveré como mucho mañana con el nuevo capitulo. Hasta luego!!!

    Pd: Quejas, dudas, sugerencias, tomates, huevos podridos, adelante! recibiré todo con honores XDD
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    Capitulo 4: Luna llena primera parte.







    Los intentos por entablar una charla con Blanch habían sido anulados al primero que tuvo, la tarde del dia siguiente. Y sin tomar en cuenta el tiempo, habia transcurrido un mes desde que conocio realmente a su ex vecino, el bueno para nada Merton Gobin. Su tiempo era enfocado en la hija de Hunter; el alcalde, la cual daría a luz muy pronto y en la desmejorada salud de Colton; quien regreso antes de lo previsto de su viaje con una leve queja en su cadera, bueno, el que no era medico minimizaba las cosas y le recordaba al hombre lobo, ya que un dia antes le habia recetado no levantarse de su cama y este lo hacía, en pos de sentir que se partiría en dos. Y un poco, desistió de darle una visita sorpresa a la entrometida vieja loba, y solo le quedaban algunos pacientes y el más importante de todos ellos.

    Evitaba pensar desde que sucedió, aquellos extraños sentimientos que afloraron en su cercanía de un momento a otro. Prefería creerse loco, era más real el hecho de que existan hombres lobos y ahora, mujeres lobas. Por lo que actuaba lo más normal y formal, asi fuera notablemente exagerado, frente a su paciente. Por otra parte, estaba sumamente feliz porque su herida con suerte, seria descubierta de las vendas y podría mover cuantos muebles se le pasaran por delante y al mismo tiempo, le embargaba una armaga tristeza. Hasta ahora no le ataba a Gobin, nada más que el ocultarlo y cuidar que no muriera debido a sus heridas y si lo pensaba, no habia nada en absoluto, que después de quitarle las vendas, le atara a quedarse. Seria de una manera libre para ser como Blanch quería. Un hombre lobo solitario que se valiera por sí mismo.

    El lento transcurrir de las horas, eran aun peor. Deseo inconscientemente derribar el viejo reloj de pie del consultorio para no saber del tiempo o que incluso este llegara a detenerse, volviendo su situación infinita. Cuidar de Merton para siempre, sin importar que Jackson le arrebatara la vida o que al ser descubierto en compañía de un hombre lobo, su carrera quede enterrada en lo más profundo. En la ultima hora habia pasado su tiempo leyendo el diario local y bebiendo el café que antes de ir a hacer las compras, Catalina le dejo de junto a la silla frente a la chimenea de su sala. Miro en dirección a la ventana, por donde se veían los restos de la casa del hombre lobo y dejo su taza vacía sobre una bandeja de plata.

    Los pocos recuerdos que estaban grabados sobre Gobin en su mente, eran realmente comunes. No se comparaba; el que una tarde, el Junio pasado, haya ido a verle para que le cosiera un traje nuevo. Con ir a verlo a altas horas de la noche, pasando por el enfrentamiento tan tenso y peligroso del zapatero, hacia menos de un mes. Ni mucho menos, como ahora recordaba; encontrarlo a las primeras horas de una mañana, el Agosto pasado; tirado en el porche de su casa, apestando a alcohol y sumamente flaco. Le habia dado un mínimo regaño y se fue por su cuenta. No podía compararlo con la noche de hacía poco de un mes, cuando le vio con pena como disfrutaba el comer un pedazo de carne cruda con barro. Y si lo recordaba realmente bien, el traje que llevaba ahora mismo, fue el que unos días más tarde, de aquel Junio, confecciono Merton; quien por ese entonces era todavía el sastre del pueblo.

    Llevado por la melancolía de separarse, Evanson tomo todo lo que tenía que tomar y en plena tarde, con la luz del sol tan fuerte como en ningún otro dia, brindándole una brisa cálida, se fue de Chestermind. Camino seguro hacia la entrada, le daba igual que todos le miraran, incluso llego a sentir que uno de los ciudadanos le clavaba maliciosamente su mirada en la nuca y sin voltearse a mirar, poco después de ver el cartel de despedida, pensó y estaba en lo cierto. Esa mirada pertenecía a Blanch. Pero toda la firmeza que ostento se desvaneció una vez en la ruta, viendo a lo lejos las casas del pueblo.

    No se encontró listo para despedirse de Merton. Que le diría y qué pensaría el otro en base a sus excusas, cuando le dijera; “Hoy es la última vez que vendré Merton…”. Incluso llamarlo por su primer nombre estaría fuera de lugar, tanto como comportarse fríamente o tal vez… Merton le comunicara que de todas formas, preferiría valerse por sí mismo y eso enojo al doctor, quería tanto cuidar de él que imaginárselo apañándoselas por su cuenta, le provocaba un vacío que no se podía llenar. Un vacío parecido a cuando se tenía hambre, pero que no importaría cuanto comieses, jamás estaría satisfecho. Sonaba un poco mal querer controlar sus pasos, pero en sí misma la idea era tentadora.

    Por otra parte, su salida en pleno dia sería la oportunidad de la vieja loba para ensuciar su nombre. Ahora mismo seguramente, podría estar convenciendo a los demás consejeros del pueblo, junto con el alcalde Hunter para seguirlo desde las sombras y ver si realmente iba a por un gato callejero. Pero algo interior le dijo que Blanch necesitaría mucho más para hacerlo salir de su casa, sería mejor otra ocasión en la que pudiera conseguirlo. Entonces era el tiempo de tomar valor y adentrarse en el bosque, cuanto más alargara la despedida más trabajo le costaría decirle adiós. Para cuando, estuvo frente a la cabaña, la luz del dia se filtraba por un conjunto de frondosos árboles. Toco la puerta por educación y fue su sorpresa que nadie contesto. Esto le pareció bastante familiar. Y estaba claro, Merton no le esperaría tan temprano y prefirió mantenerse oculto por si era un extraño.

    — ¡Soy yo…! ¡Gobin, señor Gobin habrá!—el silencio llego a durar un preocupante minuto. Sin contar el tortuoso castigo mental que se estaba dando a sí mismo, iba a decir Merton y no Gobin. Qué pensaría de tan familiaridad, sus acciones iban directo a desvelar sus sentimientos tan claros como el agua misma—Podría estar herido, debería asegurarme y entrar…—en cuanto, su mano se apoyó en una vieja manija de madera, se puso en guardia debido a unos ruidos extraños y no provenían de adentro, sí no que del bosque más profundo.

    Sus pies se movieron solos, quería saber que era lo que sucedía tras comprobar que el mayor no estaba dentro de la cabaña. Tal vez alguien realmente le habia descubierto y podría estar atacándolo en el bosque, incluso sin tener un arma para defenderlo… solo entonces pensó en la carabina, sus balas aunque sean de plata funcionarían contra cualquiera. Dejo todo lo que traía en las manos, la canasta con los víveres y el maletín con sus artefactos de doctor, empuño la escopeta que estaba en un rincón y salió en la búsqueda de Gobin. Gregorio descubrió demasiado pronto, que en un sendero oculto entre dos árboles altos y hermanos, casi por la mitad hacia un costado, habia un aljibe y un hombre desnudo estaba de pie, dejando caer lentamente el agua por su cuerpo que sacaba de un cubo de madera un poco viejo.

    Mucho no le importo observar su figura con la boca ligeramente abierta, y sus ojos apacibles, atentos al agua que despeñaba bañándolo. Fue Merton quien se volteó brevemente asustado, pensando que sería un extraño e inmediatamente sorprendido por verle allí. No le esperaba hasta la noche o bien, hacia la madrugada y se sorprendió al no encontrarse temeroso de que le disparara, confiaba en él. En cuanto a Evanson, estaba acostumbrado a ver a sus pacientes desnudos, conocía perfectamente bien la anatomía humana, era su deber como doctor, pero asi mismo se dijo que antes habia visto a Merton sin nada de ropa ¿Qué era lo que hacía diferencia esta vez? Sería que se veía atrayente empapado, el agua cristalina del pozo enmarcando y dándole brillo a sus músculos no demasiados exagerados, incluso, haciéndole verse como una escultura digna de admirar. Una escultura agrietada, porque podía ver con más detalle, ya que todavía era de dia, las diferentes cicatrices de su cuerpo, producto de su condición de hombre lobo.

    —Doctor Evanson… ¿Está usted bien?—Gregorio dio un salto, mirándolo exaltado. Merton estaba de pie a su lado, no se habia dado cuenta del momento en que se movió y todavía seguía como dios lo trajo al mundo. ¿Se habría dado cuenta de que llego a mirarlo con deseo? Si, sintió deseo por aquel cuerpo masculino y único, si, si, era completamente único. Allí estaba de nuevo, pensando indecorosamente —Su cara esta roja ¿No se encuentra enfermo? Quizá eso le obligo a venir temprano… es raro en usted…—Gregorio no podía tranquilizarse, si hablaba diría algo políticamente incorrecto y no quedaría bien parado ante Gobin. Si descubriera que estuvo a punto de babearse por él, por otro hombre. Hablar seguía siendo peligroso, porque estaba seguro no evitaría decirle que se veía atractivo, tanto como una botella de hidromiel las noches de un frio cortante.

    —Usted…—trago, debía calmarse — ¡Acaso no tiene sentido de la decencia, si bien ambos somos hombres, no tiene nada que yo no tenga, pero no estamos en una revisión para pasearse asi!—el corazón le latía tan fuerte y su cabeza daba tantas vueltas que, incluso con el fuerte deseo de decirle que le apetecía de una manera extravagante, mentir y comportarse autoritario era lo mejor que podía hacer por ambos. Seguir la formalidad y no formando ningún vínculo significativo, era la única forma de poder abandonar la tristeza que sentía por la última noche juntos.

    —Oh, disculpe su majestad. Hare de su voluntad, solo porque me pone feliz que este aquí… aunque se ve extraño —Merton se alejó y se tomaba su tiempo para recoger la ropa —Si tanto le disgusta, porque no deja de mirarme…—sonrió.

    — ¡Hágalo rápido Gobin, le estaré esperando en la cabaña!—Gregorio imito a Blanch, alzando su cuello con altanería y retirándose de allí lo más rápido que pudo. Lejos de que le mirara y llegara a descubrirlo, el doctor se apoyó agitado sobre la pared una vez dentro de la cabaña. Tenía el pulso demasiado acelerado, no sabría cuanto duraría de esa forma fingida.

    —Sabe, definitivamente algo va mal con usted…—en que momento habia llegado tan rápido. Gregorio dio un salto y para peor, se habia puesto la ropa con el cuerpo mojado a tal punto de que su pecho se veía traslucido. Y más aún, que pasaba con él, nuevamente mirándolo con otros ojos—No crea que no me di cuenta…

    — ¿De qué habla…?—Merton le acorralo, era tan pequeño el espacio, que basto un paso para que al retroceder encontrara con la espalda la pared.

    —He visto como me mira, si cree que por ser un hombre lobo carezco de inteligencia, se encuentra equivocado—y sin una oportunidad para poder huir, el licántropo lo habia aprisionado entre sus brazos. En su momento esto habia formado parte de sus pensamientos, siendo tomado de esa forma tan posesiva, que su mente volara tan lejos como para no querer resistirse. Sin embargo, Merton soltó una carcajada y se apartó —Realmente, yo solo estaba probándolo… usted Doctor Evanson, se pone asi cuando está conmigo… parece una mujer, toda una mujer—Gregorio frunció el ceño, ofuscado.

    —Y qué tal si estuviera fingiendo yo también—Gobin se puso serio y giro a mirarlo, estaba cerca de la puerta—No me cree capaz de hacerlo, de verdad cree que podría ponerme como una mujer por un…

    — ¿Un que…? ¡Vamos, dígalo!—Gregorio guardo silencio, se apartó de la pared y fue hacia la puerta, olvidándose de su maletín. Lento pero al mismo tiempo tan rápido, iba oscureciendo y podría ver solo la forma de la luna, pronto estaría tan blanca como siempre. Estaba decido, no volvería asi le doliera o asi Merton le detuviera.

    — ¡No puede irse sin dar explicaciones! ¡Doctor Evanson!—la cabaña aún se distinguía, pero pronto se volvió más cerca. Merton lo llevaba enfadado de un brazo, le arrastraba y no demoro demasiado en dejarle dentro de la cabaña. —Ahora, sin que huya ¿Qué diablos pasa con usted?

    —Yo, ya no volveré por aquí, disfrute mucho de la carne porque a partir de esta noche deberá buscar su alimento, es tiempo de que se cuide solo como un lobo solitario. Acaso cree que yo puedo estar toda mi vida cuidando de un…—la vena hinchada en el cuello de Merton le dijo que ya no sería bueno mantenerse en silencio, cada vez que, para herirlo como nunca y asi asegurarse que no volverían a verse, iba a decir “hombre lobo” o “abominación”. Cierto era que, nuevamente llamaría al silencio y trataría de irse. Para su sorpresa, el mayor dejo que asi… o eso creyó, porque fuera y mientras volvía a alejarse sus cosas, incluso la comida, volaron por su lado, embistiéndose en un árbol y desparramándose.

    Merton se veía bestial al punto de que le siguiera, pero no le arrastro dentro sino que le alcanzo lo suficiente para que su espalda diera contra el árbol más cercano, siendo tomado de sus muñecas con la misma violencia usada en el beso que ahora le daba Merton. Un beso que apenas le dejaba tomar aire y que le hizo volar al punto de no resistirse. La lengua del hombre lobo habia pasado entre sus labios y recorría el interior de su boca como nunca nadie antes lo habia echo y de forma tan lujuriosa que podría excitarse allí mismo, pero el tiempo no fue justo. Tan repentino como aquel feroz contacto le asalto, se fue dejándole insatisfecho.

    — ¿Qué tal Doctor Evanson? Le pareció repugnante que otro hombre lo besara y aun mas, que sea un hombre mitad lobo ¿No es cierto?—Gregorio lo observo en silencio. La fuerza de Merton sobre sus muñecas era igual que la que en su momento, Jackson empleo, aun asi no se le ocurrían palabras para hacerlo alejarse y el querer forcejear estuvo lejos de su mente todo el tiempo— ¡Conteste!

    —Me pareció repugnante el hecho en sí, de que sea una abominación de la naturaleza —Contesto fríamente. El agarre aflojo, pero aun tenía a Merton encima de él—Usted me ha pedido que se lo diga ¿No está feliz? Es, eso lo que pienso…—Gobin le miraba atónito, parecía casi sin aire, alejándose en un estado petrificado—Quería estudiarlo, soy cobarde para matarlo y hacerme con su cadáver, pero aproveche lo suficiente para darle el conocimiento al mundo, escribir mi bitácora entorno a esto.

    Sin tener una contra respuesta, analizando si estaba conociendo realmente al Doctor. Merton palideció cuando la luz de una enorme y llena luna alumbro su rostro. El corazón le palpitaba a un ritmo inimaginable y sus ojos pavoridos miraron al insignificante humano a pocos pasos suyos, de pie y a la expectativa. No quería verlo morir, pese a todo lo que habia dicho pensaba sobre él y el tiempo se volvió crucial en unos pocos segundos. Se adelantó hacia Gregorio y lo tomo de ambos brazos con firmeza, le miro unos momentos… no volvería a verlo y finalmente le dijo agitado:

    — ¡Vete!—Evanson no dijo nada y noto la luna en lo alto del firmamento. Sabía que sucedería si perdía el tiempo allí y no comenzaba a correr. Pero desde hacía un tiempo habia tomado la decisión y no se movería — ¿¡Qué diablos pasa con usted!? ¡Vete, vete Gregorio!—algo ardiente lo atravesó, un filo invisible que le hizo doblarse y caer arrodillado. Gregorio se puso a su altura, acariciando su espalda y aun, en silencio. Merton alzo con dificultad su mirada para verlo— ¿P-Por qué no se va…? No quiero matarte… no quiero asi seas como el resto de…—la luna estaba brillando aún más y se veía más grande que nunca. Pero el Doctor no se movía y, alejado en un rápido movimiento, vislumbro la transformación.

    El cuerpo de Gobin se irguió tan alto, casi como dos metros, que parecía realmente haber crecido y asi era realmente. Se veía oscuro, como si las tinieblas se hubieran apoderado de si y no paso mucho hasta que un par de amarillos; amenazantes y brillantes ojos, le devolvieron una fiera mirada. Sin embargo no se movía, no por el miedo, ni siquiera podía saber qué era eso en aquel momento. Tampoco pensó en sus peligrosas garras, ni mucho menos en la prominente mandíbula mientras el hombre lobo se acercaba acechándolo y descubriendo a su presa. Le ganaba la curiosidad de saber que haría con él. Le dejo avanzar, en ningún momento se movió, salvo cuando estuvo tan cerca que cayó de espaldas al suelo, con una enorme bestia peluda encima, una bestia que demostraba magnificencia.

    Evanson era una estatua que no parpadeaba ni respiraba, sus ojos cafés eran tan penetrantes como los amarillos mismos que le miraban tan cerca cómo se podía. Este lobo no era nada comparado al de hacía un mes, aquel herido y descuidado. Estaba claro que al transformarse, reflejaba la apariencia que llevaba antes de hacerlo y sus cuidados con aquel humano, ahora bestia, le habían hecho parecer un caballero de la alta o al menos no un ebrio sin oficio y beneficio. Sonrió por dentro sabiendo que podía verlo como una escultura de la elegancia, gracias a él. Inmediatamente y extrañado presencio como su olfato comenzaba a recorrerlo. Su fija mirada estaba dirigida hacia una capa de árboles y el enorme farol del cielo nocturno. La luna.

    Aun sin moverse de su lugar y, esperando a que Gobin terminara por descubrirlo, esperanzado de que no oliera alguna amenaza, vio asombrado como se alejó de él. Lo que no quería decir que era buena señal para hacer algún tipo de movimiento o hablar como pretendió un fugaz segundo de estupidez. Gobin estaba muy entretenido olisqueando lejos y no demoro demasiado en encontrar carne, la carne que habia rechazado anteriormente con furia, cuando el Doctor le dijo que no volvería y que a partir de entonces debería de buscar su alimento y ser el lobo solitario que era Blanch. ¿Sería suficiente un solo trozo o terminara por buscarse uno más grande y satisfactorio? A si mismo se contestó que seguramente sería la cena de Merton y no le molestaba en absoluto, eso tampoco le hizo tener miedo. El habia decido quedarse para probarle algo, el mismo instante que se dio cuenta que era noche de luna llena.

    —Me pareces un cachorro bien educado—le dijo a sabiendas de que cualquier ruido de su parte, pudiera provocarlo. Si iba a morir, no le dejaría tomarse su tiempo. Pues, el solo hecho de hablar hizo que dejara de lamer la sangre del envoltorio de la carne que trago en dos bocados y de un salto volviera a estar sobre su cuerpo, olfateándolo con más ganas. Se habia percatado de que allí tenía más carne de la que pudiera desear— ¿Puedes entenderme Merton?—el lobo vacilo, moviendo sus orejas peludas y un poco alargadas, pero no tan diferentes de las de su forma humana. Pareciendo haberle entendido, le devolvió una fija mirada y para su entera sorpresa, su lengua canina le lamio a un lado de la cara —Merton eres tan lindo…—le sonrió, levantando su brazo izquierdo y acaricio con movimientos seguros y lentos, desde su cabeza hacia a un lado de su mandíbula. Su pelaje era suave y desprendía un refrescante aroma a tierra mojada, y mientras Merton aullaba erguido y no demasiado lejos, tenía la sensación de que fuera llover.







    ¡Otro de mis capitulo favoritos, finalmente quede conforme pese a que ya estaba terminado! ¡Y sigo alegrándome de que hasta ahora no se hayan aburrido, quien puede aburrirse con los hombres lobos... creo que nadie! Muchas gracias por seguir leyéndome.

    Gregorio y Merton están cada vez mas cercanos ¡Los amo! pero tiene un carácter podrido xD eso creo, me sacan de quicio.

    En fin, antes de irme voy a decirles algo, el siguiente capitulo no va a llamarse "Luna llena segunda parte" y sera por lo siguiente. Habra un capitulo que se llame asi, pero mucho mas adelante cuando suceda otra luna llena, si es que me van entendiendo. Sera la manera de avisarles que habrá una y para que no se repita el titulo, tendrá el agregado de parte "dos" o , la que le corresponda dependiendo de cuantas vayan. Para simplificarlo, la próxima sera en el capitulo 12: que se llamara "Luna llena segunda parte". XDDD siempre termino complicando todo, espero haya quedado claro. XD

    Ahora si, llego la hora de despedirme. wuuaa, no quiero, por mi subiría todos los capítulos listos de una sola vez, pero seria un colapso y muy pronto. Recuerden que a partir de este capitulo nuestro protagonistas irán acercándose cada vez mas. ¿No voy muy rápido? siempre apresuro las cosas XDD


    ¿Les gusto? ¿No les gusto?, quejas, sugerencias, dudas, yo atenderé a cada una de ellas.

    ¡Muchas Gracias, se los quiere! ^^
446 replies since 11/1/2014
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