- Claro, sin problemas Nagisa-chan.- le respondí esbozando de nuevo esa sonrisa que tanto me caracterizaba. Así que sin esperar mucho más, tomé a mi peliazul favorito entre mis brazos y lo cargué en mi hombro, yendo en dirección a la base de la montaña para poder llevarlo a su hogar.
Me pregunto si todavía le quedará bien la ropa de mujer, supongo que sí, pues su complexión física no ha cambiado mucho, tampoco es que haya crecido demasiado. Él sigue siendo el pequeño ratoncito que solía ser en la secundaria, y eso me alegra bastante.
Llegados ya al edificio principal de la escuela me encontré a Asano, que al parecer estaba de paso. - ¡Oh! ¡Pero qué sorpresa, si es el niño mimado!- exclamé llamando su atención.
- Qué quieres ahora Akabane, ¿no te basta con humillarme en las clases?- habló con molestia.- Y la persona que está sobre tu hombro era Shiota, ¿me equivoco?- dijo señalándolo. - Que va, que va, no te equivocas.- dije sonriendo.- Ahora me dirigía a su casa, él es muy descuidado y ha tenido cierto... accidente.- sonreí de manera maliciosa.
Oí los gritos de las personas del pueblo y me acerqué a la aldea a echar un vistazo, lo que vi hizo mi sangre hervir. ¿¡Quién se creía ese congelando todo el lugar!?
Ya no tendría nada con lo que sustentarme y esto tardaría demasiado como para estar esperando, me costará encontrar un lugar donde poder permanecer en paz, sabiendo que los humanos van ganando cada vez más y más terreno por lunas que pasaran.
Furioso, me transformé de nuevo en dragón y fui al encuentro del cretino que no sólo se colaba en mi hogar, sino que además me privaba de MI comida.
En cuanto lo tuve cerca le embestí con fuerza, con la intención de hacerlo caer al suelo y así poder atacar con más facilidad.-¡Tú! ¿¡Cómo te atreves!?- gruñí con rabia, a punto de escupir una llamarada.
-Ya veo, bueno, nos vemos .- dije pegándome a él, dándole un pequeño y discreto abrazo, hey, que yo no soy precisamente la persona más cariñosa de este planeta, aunque le exprese amor a mi pareja constantemente no significa que después de tantos años sea un angelito.
Aun así me hubiera gustado que se hubiera quedado conmigo una noche más, pero claro, no todo se puede tener en este mundo. Pero mis deseos de tenerlo cerca no se apagaban así que le pregunté.
-¿Estás seguro que no quieres quedarte esta noche?- le dije todavía abrazado a él, mirándolo fijamente, esperando una respuesta de su parte.
Habían pasado muchos años desde que empecé a interesarme por los humanos, observarles desde mi forma humana era muy entretenido, hasta podría decir que me había acostumbrado a permanecer sobre dos piernas y a sentirme más pequeño y ligero. Pero me faltaba algo, compañía, nunca llegué a conocer otros dragones y sentía la necesidad de buscar a más congéneres.
Es por ello que decidí aventurarme a buscar por bosques algo lejanos hasta que llegué a un lugar algo más oscuro de lo normal, y no podía pasar con facilidad en mi forma original, así que me transformé en humano y comencé a caminar, pero entonces oí una voz retumbar y una llama blanca pasar por mi lado, al fin encontré otro dragón, pero este no parecía querer razonar.
Oh, cierto, seguía con mi apariencia humana, así que rápidamente me volví un dragón de nuevo y me posicioné para poder defenderme en caso de que atacase de nuevo.
Giré mi cabeza y me encontré con el dragón que invadió mi territorio algo sorprendido, ¿le asustaban los humanos? ¿Por qué? Aunque eso realmente no importaba, y poco a poco me fui acercando a él con un paso decidido pero sin intenciones agresivas.
Y para hacerlo más ameno todavía, me fui transformando de forma lenta y progresiva en dragón y hablé.
- Aprovecha bien tu tiempo de estancia aquí, dentro de unas horas si detecto algún rastro de tu olor cerca, atacaré.- le advertí pasando por su lado y dejándole en paz durante el tiempo que le quedaba.
Cerré mis ojos al notar sus labios sobre los míos y pasé mis brazos alrededor de sus hombros disfrutando del contacto de sus manos sobre mi espalda, acariciándola. Mi lengua juegueteaba con la suya con cierta lentitud, pues ya establecimos que no se sobrepasaría ninguno de los límites de los cuales hablamos anteriormente.
- Tú tambien me encantas...- le dije trax separarme y volver a besarle de nuevo pasando ahora mis brazos por su cuello y pegándole más a mí, saboreando sus labios de forma suave.
Hola y bienvenida a nuestro grupo, y pues los fanfics referidos a temáticas de juegos, series occidentales, etc se publican en la sección de slash, también te quiero decir que buenos aportes, los diseños de Chesstale siempre me han fascinado.
D i e t e r
Hola de nuevo, ya me pasaré por tu canal para ver unos cuantos vídeos c:
Resignado decidí irme, total, qué daño podía hacerme estando así. Volví a extender mis alas y volví a la entrada de mi cueva, donde me transforme a mi forma humana y me desnudé, metiéndome en aquel lago para que terminase de curarse la herida de sus colmillos en mi brazo.
Me salí algo helado por bañarme durante la noche y me volví a vestir, volviendo a mi forma de dragón terminé por dormirme en mi "nido".
Desperté a la mañana siguiente y me acerqué de nuevo al lago para atrapar unos peces y comerlos, aunque no lo pareciera, mi dieta era bastante variada y últimamente esta se estaba volviendo omnívora, ya que también comía algunos frutos y raíces que encontraba. Terminado mi apreritivo decidí pasear un poco por el bosque en mi forma humana, admirando la naturaleza del lugar.
Pasó el tiempo y de repente cerré mis ojos para poder dormir, pues estaba algo cansado y necesitaba descansar la vista.
Los suaves rayos de la luna me despertaron y decidí mirar si el dragón extraño seguía ahí, así que decidí ir volando mientras exploraba mi territorio en busca de cualquier rastro de su olor, y ahí estaba, en una cueva metido.
Aterricé al frente de esta y me asomé al interior, mirando el bulto que estaba echado en el suelo, esperando una reacción por parte del otro dragón.
Sentí sus colmillos en mi piel, pero hicieron poco daño en mí, puede que este intruso esté falto de fuerzas y viniera buscando un lugar en el que quedarse para alimentarse, pero yo no pensaba en cederle mi terreno, aun así, en un momento me compadecí de él.
Yo también buscaría un terreno fértil lleno de vida si me faltaran fuerzas, así que viendo cómo retrocedía decidí dejarle algo de tiempo para que largase en cuanto pasase un determinado tiempo, le daba un tiempo de una noche para que se fuera y no más, pues a pesar de que nuestra anatomía exigía una gran cantidad de comida tampoco se necesitaba tanto tiempo, así que todavía alerta me alejé dándole la espalda.
Salí volando hasta mi cueva que estaba al lado de un lago guardado por hadas acuáticas, bebí un poco de esa agua para curarme las heridas hechas por los colmillos del otro dragón y me adentré en la caverna, echándome en el suelo cubierto de mullida y suave hierba que traje cuando encontré este lugar, relajándome mientras escuchaba el sonido del agua.
Bufaba y rugía enfadado, mientras que de mi boca comenzaban a salir pequeñas bolutas de humo, haciéndole saber que si no se iba estaba dispuesto a atacarle.
Las demás criaturas del bosque se escondieron, previendo el conflicto que estaba por venir. Me posicione para poder defenderme en caso de que decidiera atacarme primero así que comencé a batir mis seis alas emplumadas, creando un fuerte viento para poder mantenerle a raya.
Definitivamente no iba a cederle mi hogar a un dragón cualquiera, por encima de mi cadáver.
Luego de inútilmente tratar de que se fuese procedí a atacarle con mis garras, tratando de arañarle en cualquier parte de su cuerpo que se quedara expuesta a mis zarpas.
