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Caminaba con cautela intentando hacer el menor ruido posible con mis cuatro patas, lo cual era bastante difícil teniendo mi tamaño, pero aún así el olor extraño se iba haciendo cada vez más y más fuerte, llegando por fin al origen de ese aroma.
Mi mirada se encontró con otro dragón de escamas blancas e impolutas con un par de grandes alas membranosas. No pude evitar sentirme amenazado ante la presencia del dragón desconocido y rugí con algo de fuerza para poder echarlo de aquí, mostrando mi cuerpo completo al invasor, expandiendo mis alas y rugiendo de manera amenazante.
No quería que otro dragón viniera y me quitase mi territorio al cual estaba tan acostumbrado. -
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Reí por su comentario sobre dormirnos en el parque, era cierto, pues debido a lo ocurrido ayer, perdimos bastante tiempo y sólo podríamos pasar tiempo así juntos durante los fines de semanas, así que le tomé de la mano y comencé a caminar, ya estaba empezando a atardecer.
Pasó un tiempo y no dije nada, tan sólo sostenía su mano a medida que seguíamos con el paseo, pues en verdad no hacía falta un tema de conversación para sentirme a gusto con él y al parecer, tan a gusto estaba que ya era prácticamente de noche. -
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Fichas
QUOTEKura San.
❥ Nombre: Sillvae.
❥ Edad: 195, 18 en apariencia.
❥ Altura y peso: 1,73 y 63 kg como humano y 3,45 m y 234 kg como dragón.
❥ Fecha de nacimiento: 12 de octubre del año 919.
❥ Rol: Versátil con tendencia a pasivo
❥ Sobre él: Es un joven dragón que nació en medio de un bosque que tuvo que aprender por sí mismo a cazar y a volar, recibiendo ayuda de otras criaturas por lástima, en un principio no sabía qué era él y no sabía que debía hacer en este mundo, pues no quedaban muchos de su especie ya que fueron exterminados por los caballeros de todo el mundo. Aun así, fue educado en la técnica de la transformación y así, pudo infiltrarse en el castillo más cercano de su bosque donde había una pequeña sala con varios escritos sobre aquellos seres mitológicos, y también incluían, como ya era de esperarse, información sobre los dragones. Desde ese entonces decidió que algún día se iría de aquel lugar y buscaría a más dragones, aunque todavía no ha encontrado ese momento.
Sillvae es alguien de naturaleza gentil y precavida, prefiere perder una oportunidad a tener que arriesgar algo, lo que hace que tenga poca voluntad, aunque si es excesivamente necesario, jugará todas sus cartas e improvisará qué hacer. Como dragón, es normal que sea bastante territorial y se pone bastante nervioso en las épocas de reproducción incluso sin haber olido nunca el aroma de una hembra en celo, no es algo que él pueda controlar, son sus instintos.
Él es capaz de escupir fuego de color blanco, el cual es más caliente que el normal y provocar fuertes vientos con el batir de sus seis alas.
❥ Extras:
· Cuando se le cayó su primer diente como un dragón lo conservó y unos elfos hicieron un colgante para él.
· En su forma humana, varias escamas siguen presentes en su piel.
· Vive en una pequeña cueva cerca de un lago.
❥ Apariencia:
Como un dragón.
Con forma humana.
QUOTEKenta Rivaille
Nombre: Alec
Edad: 210, 20 en apariencia
Fecha de nacimeinto:18 marzo 709
Rol:Versatil
Sobre el:
Es un joven dragon que nacio en las tierras de nadie donde era muy raro ver algun ser humano por alli, ya que esas tierra decian que estaba maldita.
Porque la ultima vez que un grupo de humanos pasaron por el bosque oscuro,segun ellos habian visto un monstro con unos enormes ojos azules como el mismo cielo, que casi les debora si no llegan a encontrar esa cueva...bueno despues de eso decidieron prohibir ir alli por medio a esa bestia.
Aunque esa bestia tenia nombre era Alec un dragon de tipo hielo, habia nacido en otra parte del mundo concretamente en el que en un futuro seria Filandia, el no sabe muy bien quienes fueron sus padres ni nada ya que su huevo habia sido abandonado junto a un Geiser,algunas hadas decian que sus padres habian sido asesinados por humanos y otros decian que simplemente habia olvidado su peqeño huevo mientras huian de los territorios humanso ya que tras algunas guerra humanas muchos dragones tuvieron que emigrar a otros territorios.
Ahora mismo se encontre solitario en una peqeña cueva,auque pasa mas tiempo fuera de su hogar,tanto cazando como investigando en bosque y nunca ha visto ningun humano,es mas les teme, su maestro le proteguia mucho en cuanto a los humanos, su maestro fue esa bestia que vieron hace años los humanos.Cuando alec aun tendria unos 90 años,pero por mala suerte cuando tenia unos 150 años su maestro enfermo y murio.
Desde entoces no suele habla mucho con otros ya que el fue su unica familia que conocio y con la que se encariño bastante.
apariencia
Huamana
Dragon
Mis ojos se abrieron por los rayos del sol que se colaban en mi cueva, solté un suave gruñido a modo de bostezo y me puse sobre mis cuatro patas, saliendo de mi lugar de descanso para ver el precioso bosque al que estaba tan acostumbrado, extendí mis alas y fui a buscar mi desayuno a las granjas de los campesinos de los alrededores. Sé que no me puedo permitir en muchas ocasiones de atacar el ganado humano para alimentarme, pero ya era hora de que lo hiciera, pues mi fuego depende mucho de la cantidad de proteínas que ingiera y ya hacía dos semanas que no probaba la carne.
Volando me acerqué a un cercado con ovejas y atrapé una al vuelo con mis garras, por suerte, no había ningún humano por los alrededores cuando estaba por allí, así que no corría mucho peligro. Llegando a mi bosque reconocí un olor diferente al usual, era parecido al mío pero al mismo tiempo muy diferente. Tenía mucha curiosidad por saber el origen de aquel extraño olor, pero tenía demasiada hambre como para molestarme en mirar, así que con una pequeña ráfaga de fuego quemé a la oveja y la engullí, sintiéndome mejor y con más fuerzas, las suficientes como para poder investigar. -
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- Sí, estoy feliz.- dije sonriendo ante los gestos cariñosos de Kisha, acariciando su mejilla con mi mano libre y luego besando sus labios de forma que sólo fuera un pequeño roce.
Le miré a los ojos, sonriendo con ternura y abrazándolo luego, pasando mis brazos por su cuello. Simplemente amaba estar de esta forma con él, sentía que podría permanecer así siempre.
Al poco tiempo llegamos a nuestra parada y bajamos del tren, saliendo de la estación y tomando de la mano a Kisha.
- ¿Todavía quieres pasear conmigo?- le pregunté con una pequeña sonrisa. -
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Me sonrojé con mucha rapidez al notar mi espalda contra la pared y al notar sus labios contra los míos, correspondí complacido, cerrando mis ojos.
Al separarme suspiré y tomé su mano todavía sonrojado caminando en dirección a la estación y con una mueca algo extraña por la vergüenza, tratando de ocultarla paraa evitar cualquier tipo de broma por parte de Kisha. Entrando en la estación pasé el billete y esperé a Kisha para montarnos en el tren.
Dentro de este me mantuve sentado a su lado, todavía sujetando su mano, disfrutando del silencio, aunque a decir verdad, también me gustan las conversaciones con él así que empecé a hablar.
- ¿Estás mejor?- le pregunté acariciando su mano sujeta a mí con la mía. -
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Miré algo divertido a los dos viendo cómo interactuaban entre ellos. Pero siguió la repentina reacción de Kisha ante la palabra "estúpido".
Seguía sin entender por qué se ponía de ese modo al escucharla, pero bueno, al menos pudo controlarse y no volvió a golpearle, si no, tendríamos todavía más problemas.
- Bueno Mio, esperamos que te recuperes pronto,es triste verte en una camilla de hospital.- dije tratando de calmar el ambiente y prevenir de que Kisha se le abalanzara al cuello.- Nos vemos.- añadí saliendo de la habitación tomando de la mano a Kisha con suavidad y miré la hora en el móvil, había pasado como una hora y media. Ya era hora de volver, pues no podríamos dar el paseo que acordamos ya que Kisha trabajaba mañana, así que con un paso normal comencé a caminar en dirección a la estación sin dirigir una palabra de momento a él, sin embargo, de vez en cuando mi mirada se dirigía a él por puro reflejo. Ay, el amor. -
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†Bahia Puncha†
¡Hola de nuevo y gracias por pedir en mi taller! Siento la tardanza, pero tuve exámenes algo difíciles, aun así, espero que te guste c:QUOTE
CODEhttp://orig00.deviantart.net/5c65/f/2016/303/b/4/lapidot_firma_by_k_shirogane-damqach.png
Si quieres que cambie algo, no dudes en decirme. -
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Correspondí al abrazo de Kisha, pero en cuanto oí la voz de Mio me separé y lo miré con algo de severidad, si tan sólo fuera menos sarcástico.
- También hemos venido por ti,al menos sé agradecido por que nos hayamos preocupado por ti.- dije sermoneándole como una madre, ay, la influencia de la mía sobre mí haa sido demasiada.
Suspiré resignado, no conocía demasiado bien a Mio pero sé que sus experiencias amorosas han sido todo un desastre, es por eso que le resulta algo repulsivo e incómodo ver a las parejas así.
Antes no lograba entenderle, pero después de imaginar que mi relación con Kisha saliese mal yo mismo me dije que no volvería a ver al amor igual. -
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¡Hola Nightmare, bienvenida a nuestro club de fans!
Y Tsubasa, estaré esperando con ansias tu fic.
Nos vemos. -
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No pude evitar que mi cara se enrojeciese por completo al oír tales cosas de su boca, giré mi cabeza para poder controlarme y mantener la compostura frente a mi madre, no quería que sospechase de mí, así que en seguida volví a tener mi tono natural de piel.
Aun así, miré a Kisha y le sonreí en modo de agradecimiento por decir esas cosas de mí, nunca nadie a parte de mi familia me decía tales cumplidos.
- Me alegro mucho por ti, y cuida mucho a esa persona especial, no todos los días se ve a alguien como tú describes.- dijo guiñando un ojo, hablando con el tono de madre comprensiva.
- Bueno, será mejor que yo también siga trabajando, nos vemos.- dijo despiediéndose con la mano, a lo que yo imité su gesto. -
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Me sonrojé ante su decisión, y me encontraba rogándole a quien quiera que esté allí arriba que el uniforme me estuviera pequeño, el pantalón seguro que sí, pero el jersey no creo, siempre ha sido algo estrecho de hombros y mi torso no es que precisamente haya crecido demasiado, tsk, si tan sólo pudiera escaquearme cuando llegue a mi casa, pues guardaba los uniformes de años anteriores en el mismo armario que el de mi ropa actual debido a como dicho antes, no es que haya cambiado mucho desde entonces.
- Claro que tengo fotos vuestras, mira.- dijo tomando el móvil de nuevo y enseñándole una foto de él y Ash juntos con un balón de fútbol. Al verla detalladamente se me hizo tierna la escena, ambos sonreían y se notaba la antigüedad que tenía, pues la calidad era mucho peor que la actual.- ¿Recuerdas? Este día ganasteis un partido contra otro colegio.- dijo sonriendo mi madre mientras que mi padre se iba retirando para seguir con el trabajo, no sin antes decir. - Bueno chico, ya te avisaremos para que te pases por casa para hablar de nuevo.- dijo mientras cerraba la puerta.
- Y bueno, no es por ser entrometida, pero, ¿tienes novia?- preguntó algo interesada. Al escucharle, sentí un sudor helado que recorría mi cuerpo, y miré nervioso a Kisha, esperando a que él respondiese. -
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- Sí, ahí fue cuando nuestra relación llegó a la amistad.- dije mirando hacia mis padres, a lo que mi madre nos miró con una sonrisa.- Y bueno, aquí nos tienes, viniendo a ver a un amigo que salió lastimado.- dije mientras miraba a Mio ordenándole que se callase y dejase de tocarme los huevos.
- Tooru, la verdad es que me alegra mucho que vayas relaciónandote con otras personas, cuando estabas en la primaria me preocupaba mucho que los profesores dijeran que no estabas integrado en la clase.- empezó a decir con nostalgia mi madre.- Aun así eras tan mono, tu carita toda seria mientras llevabas el uniforme.- dijo ella sacando al móvil de uno de los bolsillos de su bata y enseñándosela a Kisha.
Me sonrojé en cuanto mi madre le entregó el móvil, traté de detenerla, pero fue imposible. -
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- Él no fue el único que te echó de menos.- dijo mi madre soltando una pequeña risa.- Y bueno Kishaba, ¿cómo conociste a nuestro hijo?- preguntó curiosa, miré a Kisha nervioso por cómo responderle, pues no le quería decir que antes nos odiábamos tanto que nos liábamos a golpes cada vez que podíamos.
- ¿Ocurre algo?- preguntó ella.
- No nada, es sólo que nuestro encuentro fue muy repentino, ¿no es cierto?- respondí, no les estaba mintiendo, el insultar a alguien porque sí, sin conocerle es repentino. Sonreí para hacer que me siguiera el rollo y así tener que ahorrarles varios disgustos por todas las cosas que me pasaron durante la ausencia de ambos, como todos los golpes que me llevé, lo ocurrido con mi amigo etc. -
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Sonreí cuando vi a mi madre siendo abrazada por Kisha como si fuera otro de sus hijos mientras reía, entonces, mi padre entró a la habitación con los resultados de otro paciente al que trataban. En cuanto vio a mi pareja, una sonrisa se le plantó en el rostro y le palmeó la espalda en señal de confianza.
- ¡Hombre, pero mira a quién tenemos aquí! Desapareciste hace años y sin decir nada, Ash estaba muy triste.- dijo sonriendo.- Me alegra verte de nuevo, y veo que ya conociste a nuestro pequeño.- añadió riendo, a lo que yo también reí, pero de manera sarcástica. Ellos sabían perfectamente que no me gustaba para nada que me llamaran pequeño, porque precisamente no lo era, vale que mido menos que el resto de persona, pero ya no era un niño, ya me quedaban pocos años para ser mayor de edad. -
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- Yo también quiero verlos.- añadí en un pequeño susurro mientras dejaba caer mi cabeza con cuidado sobre su hombro, cerrando los ojos por unos instantes para después abrirlos y dirigir mi mirada hacia la de Kisha, esbozando una pequeña sonrisa y hablé. -Seguro que te habrán echado de menos.- traté de tranquilizarle con un tono suave y sereno.
Al decirlo pasé el dorso de mi mano por si mejilla, acariciándola con cariño.
Pasado el tiempo llegamos a nuestra parada, bajamos del tren y salimos en dirección al hospital, allí pregunté por la habitación de Mio y por sorpresa, allí estaba mi madre junto a la camilla de él viendo si sus golpes seguían tan inflamados como ayer.
- ¿Tooru, qué haces aquí?- preguntó extrañada de verme allí, entonces vio a Kisha y su sorpresa se hizo más grande.- ¿Kishaba, eres tú? ¡Cuanto tiempo!- exclamó con alegría.
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