| Hola gente bonita! Como ya dije en mi mensaje anterior, por fallos en mi internet no pude subir cap la semana pasada u.u pero esta semana sera doble cap! òuó sip, hoy les pondré este mañana pondré la conty, así sera como si nunca me hubiera atrasado c:
Bueno sin mas, loes dejo leer
Nuevo día, nuevo misterio
El sol se asomaba lentamente en el cielo, anunciando la llegada de la mañana y de, por ende, un día nuevo. Los mismos rayos de sol se adentraban por la ventana hacia el cuarto de un niño rubio, dándole directo en la cara y despertándolo por la molestia.
-No cerré la cortina- susurro el oji-miel somnoliento tallando su ojito, parpadeo un par de veces para después voltearse a ver el despertador que estaba en la mesa alado de su cama que marcaba las 06:45 am –Papá y papi deben estar despiertos- pensó en voz alta mientras se levantaba de su cama y se dirigía al comedor donde deberían estar sus padres.
El pequeño al bajar solo se encontró con su papá sin camiseta y despeinado bebiendo su taza de café y leyendo unos documentos –Buenos días papá- saludo el rubio haciendo que el azabache lo notara.
-Buenos días Ryouma- saludo el azabache con una sonrisa y sacudiendo el cabello de su hijo cuando este se acercó.
-Papá ¿Y papi? Siempre que bajo esta desayunando contigo- pregunto curioso el pequeño oji-miel volteando a ver intentando encontrar al castaño.
-Papi hoy se siente mal y deje que durmiera un poco mas- respondió el azabache para volver a tomar un trago de café.
-¿Qué le pasa a papi?- pregunto preocupado el niño haciéndole un berrinche al oji-avellana.
-Nada de preocuparse Ryouma ¿Recuerdas cuando me viste jugando con papi? – pregunto el adulto para luego recibir un asentimiento del menor –Pues jugamos un poco más antes de dormir y papi se lastimo la cadera porque se cayó- mintió un poco el azabache mientras veía a su hijo que pasaba de tener una expresión preocupada a una curiosa.
-Papá ¿Puedo preguntarte algo?- pregunto el niño mirando a su padre quien asintió mirando los papeles de su trabajo –Es sobre el juego que me dijeron tú y papi ayer– al escuchar eso el oji-avellana se tensó, pero solo se le quedo mirando a su hijo esperando su duda -¿Es cierto que ese juego solo se juego con tu pareja? –
-Pues si Ryouma, eso es cierto, ese es un juego especial que solo se hace con la persona que amas –respondió el mayor - ¿Quién te lo dijo? – pregunto, esperando que el niño rubio no hubiera preguntado nada a sus suegros, o estaba seguro de que él o el castaño terminarían pagando por eso.
-Hable con Haruhi por la video-chat antes de que llegaran los abuelos, le pregunte si sabía de eso y me dijo que sus mamás le habían dicho que eso uno ves que las vio jugando– respondió inocentemente el pequeño, el azabache estaba a punto de hablar, pero fue interrumpido el rubio -¿Así que ese juego es para jugarse con la persona que amas? –pregunto el oji-miel algo sonrojado a lo que el azabache asintió.
-Bueno hijo- interrumpo el oji-avellana al pequeño antes de que el rubio volviera a preguntar algo –Creo que mejor te doy de desayudar de una vez o llegaras tarde a la escuela-
-Está bien papá-
-Y por último Ryouma- añadió el azabache antes de entrar a la cocina –No le digas a tu papi nada de lo que me acabas de preguntar- termino observando el asentimiento del menor.
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El reloj de aquella habitación marcaba las 10:00 AM, el pobre y adolorido castaño se encontraba tirado en la cama maldiciendo a su pareja por haberle dejado en ese estado, sabía que debía pagar caro por su silencio pero no era para tanto ¡El muy maldito no lo había dejado en paz hasta la 1:00 de la mañana! ¡Y después le muy maldito le obligaba a tomarse el día libre! Aunque realmente no quería ir a trabajar con ese dolor de caderas y espalda baja, pero eso no significaba que pudiera tomarse el lujo de faltar otra vez.
-Mejor me doy un baño- se dijo a si mismo levantándose de la cama mientras se sujetaba de la pared y sufría de dolor en su parte baja.
Se dio a la tarea de darse un relajante baño, tardándose media hora dentro del baño, al salir ya con un mejor humor y un poco menor de dolor se recostó en la cama a pensar que podría hacer en todo el día sin esforzar mucho su parte baja, pensó revolcándose en la cama sin conseguir nada más que desordenar las sabanas.
-No sé qué hacer –se quejó volteando la cabeza hacia su mesa de noche para agarrar su celular, jugo un rato en el para terminar como empezó, tirado en la cama.
De repente una idea cruzo por su cabeza haciendo que mirara su celular rápidamente buscando sus contactos y marcando el número esperando a que respondiera.
-¿Hola?-
-¡Ritsuka!- respondió feliz gritando el nombre de la chica para que le reconociera.
-¡Ritsu!- escucho contestar a la otra alegremente –Espera un segundo- dijo más bajo la mujer al otro lado de la línea para después hablar normal –Listo, es que estaba afuera hablando con algunos reporteros y no quiero que se metan contigo o hagan un escándalo-
-Está bien- dijo el oji-esmeralda sonriendo inconscientemente –Me preguntaba si podíamos vernos hoy-
-¿Y la editorial?-
-Bueno- el oji-esmeralda se sonrojo y se enojó por recordar por qué no se presentó a trabajar –Es culpa del maldito de Takano -respondió rechinando un poco los dientes.
-Se puso celoso por mi culpa, de castigo te dio duro toda la noche, ahora estas completamente adolorido y él te obligo a quedarte en casa-dijo rápidamente entre risas la castaña haciendo sonrojas al castaño.
-Si- contesto el oji-esmeralda abochornado –Bueno ¿Podemos vernos hoy o no?- pregunto intentando cambiar de tema.
-Claro, solo espera pongo a mi esposita ocupada con algo y me escapo de ella, que no está nada feliz con lo de ayer, se formó un escándalo total sobre mí, pero nada que no pueda manejar, nos vemos en nuestra heladería favorita en media hora, ¿Vale?- dijo con una sonrisa la castaña esperando la respuesta del otro.
-Está bien, nos vemos ahí- contesto con una sonrisa para después colgar –Espero que su esposa no sea como Takano o estoy seguro de que esto terminara mal –pensó para dirigirse a su armario, la heladería estaba a lejos de su casa por lo que tardaría en llegar.
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Eran las 11:05 AM, cierto castaño se encontraba llegando a su heladería favorita desde que tenía memoria, tenía muchos recuerdos de él mismo habiéndole berrinches a sus padres para que lo llevasen, también cuando estaba triste iba a ese mismo lugar a ahogar sus penas, ese establecimiento formaba parte de su vida.
Entro en la tienda y recorrió el lugar con la mirada, el lugar estaba como la última vez que había ido 2 años atrás luego de adoptar a su pequeño, en su recorrido visual se encontró con la castaña que quería ver sentada en una mesa de 2 al fondo del local jugando con su celular.
-Hola- saludo el oji-verde sentándose enfrente de la castaña dándole a esta un pequeño susto para después sonreír.
-Hola- saludo la castaña sonriendo infantilmente.
-Perdón por causar un escándalo por pasar el día juntos ayer- pidió el castaño bajando la cabeza un poco culpable.
-Tranquilo, no es tu culpa, es culpa de los reporteros que me venían siguiendo desde que salí a la calle, yo tengo derecho a estar con quien me plazca y ellos no deben meterse en mi vida privada, además de que tú eres alguien importante para mí- dijo esto último con una sonrisa sincera y con cariño que el castaño correspondió.
-Me alegra ver que sin importar los años tu carácter no ha cambiado mucho- dijo sonriente el oji-esmeralda.
-¿Eso crees? Stephanie dice que estoy más infantil que antes- contesto pensando un poco.
-¿Stephanie?-
-Mi esposa- contesto sonriente la castaña –Aunque su padre y su apellido sean japoneses, ella es de Irlanda, por eso se llama así- explico.
-Ah ya veo- contesto el oji-esmeralda.
Así pasaron aquellos dos castaños el resto de la mañana, hablando y riendo de cosas del pasado, al igual que algunas cosas del presente, cada uno pidió su helado después de un rato, terminando pidiendo el mismo los dos, una vez cada uno siguieron platicando hasta acabárselos.
-Esto me recuerda mucho a cuando éramos niños, ¿Y a ti?- dijo la castaña jugando con su cuchara con los restos de helado.
-Si- dijo nostálgicamente el oji-esmeralda jugando con el envase del helado -¿Te digo algo? Ayer se me olvido mostrarte esto –menciono buscando en su bolsillo bajo la mirada curiosa de la castaña, saco una pequeña cajita de joyería, abriéndola y sacando de ella un collar metálico que tenía un dije también de metal en forma de un niño con un brazo alzado y la mano doblada dando a entender que era un dije que se enganchaba con otro.
La castaña abrió los ojos como platos los primeros segundos para luego sonreír nostálgicamente, busco rápidamente en su bolsa para sacar una pequeña caja de regalos y de ella sacar un collar idéntico al sostenido por el oji esmeralda solo que el dije que este portaba parecía más de una niña y traía el brazo contrario alzado.
-También aun lo tienes- dijo sonriendo de la misma forma que la castaña a lo que la otra asintió.
-Jamás me desharía de algo tan importante y que me recuerde tanto a casa- respondió sin borrar la sonrisa que traía.
Ambos castaños se colocaron sus respectivos collares parándose de la mesa acercándose uno al otro para enganchar las manos de ambos dijes dando la figura de dos niños con las manos agarradas en el aire.
-¿Siempre dos?- pregunto el oji-esmeralda.
La castaña solo agrando su sonrisa por la pregunta –Si, siempre- respondió abrazando al oji-esmeralda quien correspondió el abrazo.
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Eso es todo por hoy mis preciosas criaturas del yaoi c: dejare que todos hagan sus suposiciones, plis comenten uvu y recuerden mañana cap ;D
Con eso me despido! Bye-bye |
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