Posts written by Aulu

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    Capítulo 3



    Departamento “Esmeralda”



    “Un día serás tú quien esté en mis manos”. –fue el pensamiento que pasó fugazmente por la mente de Misaki antes de rendirse completamente.

    Las manos del escritor dejaron libres las muñecas del menor al comprobar que este ya no se resistía.

    Akihiko desacomodó el nudo de su corbata y desabotonó su camisa dejando a la vista su torso. Luego, continuó con la labor de quitarse el pantalón.

    Misaki, a pesar de haber estado en aquella situación tantas veces ya, siempre le pasaba lo mismo: no sabía qué hacer.

    No sabía, por el nerviosismo, ni siquiera dónde fijar la mirada. El menor se quedó quieto en la cama con la cara totalmente roja hasta que el escritor empezó la tarea de besar su blanco cuello.

    Es ahí, en los brazos de Akihiko, donde dejaba de sentirse tan torpe.

    Misaki nunca dejaba de asombrarse de la destreza y naturalidad con la que el escritor se desenvolvía en la intimidad mientras que él, por el contrario, no le quedaba otra opción que dejarse guiar.

    Estaba sumido en esos pensamientos cuando el escritor logró arrancarle los primeros gemidos de la noche.

    Las grandes y frías manos de Akihiko habían ya desacomodado la ropa del castaño para poder recorrer aquel menudo cuerpo que se estremecía con cada caricia. La boca del escritor bajó en su recorrido hacia el sur topándose con los botones del castaño los cuales lamió delicadamente.

    Deja de hacer eso…ah…ah…–protestó Misaki.

    Akihiko no respondió, se limitó a continuar con su labor. Sabía muy bien que el castaño estaba disfrutando de las atenciones y, como prueba de ello, era el sentir que el miembro de Misaki iba poniéndose cada vez más erecto. Podía sentirlo a través de la tela.

    El escritor sonrió para sus adentros, era él el único que originaba y que siempre originaría aquellas reacciones en el cuerpo del castaño.

    Akihiko luego de un rato no hizo esperar más al menor. Hizo una pequeña pausa para despojar al castaño y a él mismo de todas las prendas que aún cubrían sus cuerpos.

    Mírame. –ordenó el mayor a Misaki cuando este desviaba la mirada avergonzado.

    Usagi…tonto…–

    El mayor tomó el miembro del castaño para masturbarlo al mismo tiempo que introducía uno de sus dedos en la estrecha entrada.

    Ahhhh… avísame antes…ah…ah…–

    Si no cerraras los ojos o no desviaras la mirada podrías saber lo que está por venir…–dijo Akihiko sin interrumpir su labor.

    Misaki empezó a gemir cada vez más fuerte conforme aumentaban los dedos que podían ingresar en su interior.

    Tenía ganas de correrse pero una parte suya reclamaba a gritos que antes se hiciera uno con el peliplata.

    Estás resistiendo más o…será que estás esperando algo…–comentó Akihiko adivinando los pensamientos del menor.

    …N-no sé a qué te refieres…–respondió a duras penas el castaño.

    Quizás a esto…–dijo el escritor y retiró sus dedos para situar la punta de su miembro en la entrada de Misaki.

    Dime, ¿quieres que lo meta? –preguntó Akihiko.

    N-no hagas preguntas así…–dijo Misaki evitando mirarlo a la cara. La respuesta era obvia pero él nunca lo admitiría.

    El escritor habría seguido jugando con el castaño pero tenía también necesidades. Su miembro exigía que se le diera atención.

    El castaño gritó y sus manos se aferraron a la espalda de Akihiko cuando este último introdujo su miembro de manera violenta.

    En medio de ellos el semen de Misaki había quedado liberado.

    Eso si que fue rápido. –comentó Akihiko.

    Cállate, fue tu culpa. –dijo el castaño tremendamente avergonzado por haberse corrido con tan solo haber sido penetrado.

    Claro que lo fue. –respondió orgulloso el escritor.

    Akihiko tomó el cuerpo de Misaki para hacerlo apoyar en sus brazos y rodillas. Una vez el castaño estuvo en esta posición volvió a penetrarlo para luego dar comienzo a las embestidas, estas cada vez más rápido a la par que masturbaba el miembro de su uke.

    Yo…ah…Usagi-san…yo…de nuevo… me voy a….–avisó el castaño al cabo de un rato.

    Akihiko continuó embistiéndolo hasta que ambos alcanzaron el clímax.

    Sudorosos pero satisfechos se acomodaron en la cama.

    Los brazos de Akihiko rodearon a Misaki quien miraba hacia la pared. El castaño tenía la intención de por fin poder ponerse a dormir pero el escritor tenía otros planes.

    Akihiko lamió el cuello del menor y mordió el lóbulo de su oreja.

    Ahh…Tonto, ¿qué haces? Ya es hora de dormir, tengo trabajo mañana. –se quejó Misaki.

    ¿Dormir? La noche recién empieza. –respondió Akihiko antes de que sus dedos se escurrieran por debajo de la sábana para buscar, nuevamente, el cuerpo de su castaño.


    Al día siguiente Misaki se levantó tarde. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para tener tiempo de preparar el desayuno y alistarse para ir a la editorial. Akihiko intentó convencerlo, inútilmente, que lo mejor era que se quedase en casa.


    Usagi eres un gran tonto…ahora tengo que ir a trabajar en este estado. –se quejó para sus adentros, mientras caminaba rumbo a la estación, con grandes ojeras y cierto dolor en el cuerpo…


    Al llegar a la oficina se encontró con Aikawa quien lucía algo consternada.

    Aikawa, ¿pasa algo? –preguntó preocupado Misaki.

    Si, debido a que hay departamentos que requieren de más personal están rotando a algunas personas. Según me informaron tú irías a otro departamento por un tiempo. –dijo al borde del colapso la pelirroja.

    Ella había tenido la esperanza de que si Misaki trabajaba en su departamento Akihiko cumpliría con los plazos propuestos pero ahora ese plan se había desvanecido.

    Misaki lo pensó. Le gustaba trabajar con Aikawa pero el que existiera la posibilidad de dejar el departamento de novelas BL era algo que lo hacía sentir feliz.

    Al cabo de un rato llegó un empleado de la editorial quien pidió a Misaki que lo siguiera hacia su nueva área.

    El castaño siguió al empleado. La ruta que siguieron se le hizo parecida, bajaron un piso y alcanzó a ver copiadora donde había conocido a Ritsu y a su temido jefe.

    Pero al seguir el trayecto se topó con una oficina de color rosa.

    Este es el departamento que se le ha asignado de manera temporal. –dijo el empleado– Es el departamento de manga shoujo.

    Misaki no sabía si alegrarse o no por el cambio. Estaba confundido cuando escuchó una voz juguetona.

    Misachan, ¿qué haces aquí? ¿no me digas que eres quien nos va a ayudar por aquí por un tiempo? –dijo Kisa muy alegre.

    El empleado de la editorial confirmó la sospecha de Kisa y luego de dar algunas indicaciones se retiró.

    Nos divertiremos tanto. –comentó Kisa– Siéntate aquí, estarás en medio de Ritsu y de mi.

    ¿Ritsu trabaja aquí? –preguntó el castaño cada vez más intrigado. No pensó que Ritsu o Kisa trabajaran en aquella “colorida” oficina. Ahora comprendió porque Ritsu había evadido el tema.

    Si. –

    Uniendo aquella información, Misaki se dio cuenta que su nuevo jefe sería Takano.

    ¿Mi jefe entonces será…?–empezó a preguntar para confirmar su sospecha pero fue interrumpido por el sonido de unos pasos que se acercaban.

    Ritsu apareció en la oficina, había estado a primera hora de la mañana en la imprenta con Takano aunque este último no apareció.

    Kisa fue el encargado de comentarle a Ritsu todos los detalles la transferencia de Misaki. Luego, se pusieron a trabajar. Misaki seguía las indicaciones que Kisa y Ritsu le daban.

    ¿Misaki puedes pasarme aquellos mangas que se encuentran en la repisa? –preguntó Kisa

    Misaki asintió y fue por los mangas. Al cabo de un rato se encontraba de regreso a su sitio con un gran paquete de mangas que no le dejaba ver bien el camino. Ritsu había salido a contestar una llamada, al entrar a la oficina estaba tan concentrado en su celular, había recibido la notificación que tenía un mensaje de Takano, que terminó tropezando con Misaki.

    Ritsu cayó encima de Misaki. Los dos no habían podido reaccionar bien a la caída debido a cierto dolor que sentían en la parte baja de la espalda…

    ¿Estás bien? –preguntó Ritsu. Sus rodillas se encontraban a los lados de la cadera de Misaki y este último se encontraba semi apoyado en sus brazos por lo que ambos rostros estaban cerca.

    La voz que se escuchó a continuación no fue la de Misaki. En el celular de Ritsu, que estaba tirado en el piso muy cerca de los dos, se leía un mensaje en la pantalla: “Estoy llegando a la oficina”.


    Nota de la autora:
    Gracias Himeko-san, Fannys Vasquez y Anne onodera takano por los mensajes ^^. Me animan a continuar escribiendo. Pronto, pronto llegaremos a los planes de Misaki y Ritsu...A veces se me da por detallar todo y por eso creo que la historia se extiende, disculpen por ello ^^U
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    El segundo capítulo va dedicado a:
    nekoto-chan, Thaiz Isabel Da Sliva, Anne onodera takano, Kajika Sama y Himeko -san
    Muchas gracias por sus comentarios ^^

    Capítulo 2



    Celos



    No…estoy acompañado…–dijo Misaki recordando que no estaba solo.

    ¡Misachan! Di que tienes nuevos amigos que te quieren mucho. –gritó juguetonamente Kisa lo suficientemente alto como para que Akihiko escuchara al otro lado de la línea.

    Misaki lo miró aterrorizado. Akihiko le pediría muchas explicaciones al llegar a casa…

    Tengo que colgar, nos vemos para la cena. –dijo rápidamente Misaki antes de colgar el teléfono.

    ¿Vives con alguien? –preguntó Kisa con una gran sonrisa en el rostro.

    Si. Mi casero es el mejor amigo de mi hermano. –respondió Misaki aún mirando su celular. Estaba en serios problemas.

    ¿Te metí en algún lío? Disculpa si ocasioné algo. –dijo Kisa al ver que la cara del castaño seguía tensa.

    No te preocupes, es solo que… mi casero…tiende a preocuparse demasiado…–comentó Misaki tratando de sonar despreocupado.

    Y hablando de “personas preocupas”…vienen por ti Ricchan. –

    Ritsu miró con curiosidad a Kisa, no sabía a quien se refería hasta que escuchó aquella voz que tanto negaba le gustaba escuchar.

    Onodera, tienes un mensaje de una de las mangakas. Sube ahora. –ordenó una voz a sus espaldas.

    Era Takano.

    El azabache miró molesto al grupo pero más a Misaki. Desde su punto de vista Ritsu estaba interactuando demasiado con él.

    Luego de una breve discusión entre Takano y Ritsu, acerca del por qué este último no había invitado a almorzar a Takano, ya que tenía tiempo, se despidieron y se marcharon.

    No tiene nada contra ti –explicó Kisa adivinando los pensamientos de Misaki quien no entendía por qué Takano lo miraba de ese modo– Él mira así a quienes se acercan a Ricchan, también tiende a “preocuparse demasiado”.

    Kisa intuía que el “casero” de Misaki era más que eso y que, al parecer, existían muchas similitudes entre Misaki y Ritsu.


    El resto del día transcurrió sin problemas. Misaki salió temprano de la oficina ya que todo el trabajo estaba hecho. En el vestíbulo se encontró con Onodera quien iba de salida a una reunión con una mangaka. Decidieron salir juntos para ir hacia la estación del tren.

    Al pasar el umbral de la puerta Misaki vio un auto deportivo rojo, Akihiko lo esperaba apoyado en el carro.

    Ritsu se quedó viendo aquella silueta.

    ¿Usami Akihiko? –preguntó en voz alta aunque hablaba para si mismo. Reconoció al escritor con el cual había tenido la oportunidad de trabajar siendo su editor.

    Misaki no sabía qué decir, la presencia del escritor era algo que no esperaba. Sabía que la llamada telefónica lo había metido en problemas pero no creyó que había sido para tanto.

    Cuando llegaron cerca al escritor este se acercó donde Misaki, Akihiko miraba de manera recelosa a Ritsu a quien no había reconocido del todo.

    Onodera Ritsu, él…es mi casero…Usami Akihiko– presentó Misaki sin saber que ellos ya se conocían.

    Ritsu creía que el escritor estaba ahí debido a asuntos con la editorial. No esperaba que aquel muchacho que apenas conocía tuviera esa cercanía con el famoso Usami Akihiko.

    Al escuchar la presentación el escritor reconoció al fin a Ritsu.

    Nos conocemos, hace un tiempo él fue mi editor. Mucho gusto. –dijo el escritor estrechando la mano de Ritsu.

    El gusto es mío. –

    ¿Continúas trabajando en literatura? –preguntó Akihiko sonando casual.

    N-no, ahora estoy en otro departamento...¬–

    Mientras la conversación entre Akihiko y Ritsu continuaba Misaki estaba feliz. Pensó que el escritor le haría una escena de celos pero, al parecer, se llevaba bien con Ritsu. Lejos de estar celoso Misaki estaba aliviado. Quizá, pensaba, ahora podría tener un amigo sin que el escritor estuviera haciendo mil preguntas y negándole salir.

    Usami Akihiko, mucho gusto. ¬–dijo un azabache mientras se acercaba a estrechar la mano del escritor.

    Ritsu y Misaki se sobresaltaron ante otra aparición sorpresiva de Takano.

    De igual manera Takano Masamune. –respondió Akihiko.

    ¿Ustedes se conocen? –preguntó Ritsu.

    Todos en la editorial deben de conocer no solo el departamento donde se trabaja sino también los demás. Ese es el fin de las reuniones que la editorial organiza. –dijo Takano como si explicara algo básico. Eso hizo que Ritsu se sintiera incómodo, aún había cosas que pasaba por alto y que necesitaba aprender.

    En un momento Ritsu y Misaki notaron que la situación parecía ponerse tensa. La sospechosa amabilidad entre Takano y Akihiko, en medio de frases posesivas como “mi subordinado” o “soy su casero y es mi responsabilidad”, los inquietaba.

    Los dos ukes no se daban cuenta de que sus semes estaban delimitando su territorio y que la táctica que ambos empleaban en ese momento era la de “conoce de cerca a tu enemigo”. Akihiko quería saber más de Takano y Ritsu para “proteger” a Misaki y viceversa.

    Al final, Ritsu interrumpió la escena ya que no podía llegar tarde a la reunión con la mangaka. Se disculpó y se dirigió a continuar su camino seguido por Takano. Misaki y Akihiko se dirigieron por fin al departamento.

    Nadie se percató que Kisa había mirado divertido toda la escena desde una de las ventanas de la editorial.




    Ya que tenía que dejar unos manuscritos aproveché para esperarte. –

    Fue la respuesta que dio Akihiko cuando Misaki le preguntó qué hacía a las afueras de la editorial, sabía la verdad pero quería preguntarle para darle la oportunidad al escritor de decirlo.

    Mentiroso. –dijo molesto el castaño y se dirigió al segundo piso para ir a su habitación.

    Así que conociendo nuevas personas…no recuerdo haberte dado permiso para eso. –dijo Akihiko acorralando a Misaki contra la pared

    No necesito tu permiso. –respondió el menor tratando de continuar el camino hacia su cuarto.

    Respuesta incorrecta. –fue lo último que dijo el escritor antes de cargar al castaño y llevarlo hacia su cuarto.

    ¡Mañana tengo trabajo! –se quejó Misaki, pero era inútil. Akihiko no daría marcha atrás.

    El escritor depositó a su castaño en la cama.

    ¿De quién era la voz que escuché por teléfono? –interrogó el escritor susurrando al oído del menor.

    El sentir la respiración del escritor en su oído y aquella voz grave tenía el efecto en Misaki de hacerlo estremecer pero debía de aclarar las cosas antes que el mayor malinterpretara todo.

    S-se llama Kisa, es del mismo departamento que Ritsu. Él es así pero en serio que no es lo que piensas. –explicó el castaño.

    ¿Por qué Takano estaba receloso contigo? ¿Sucedió algo? –preguntó Akihiko mirando a Misaki a los ojos. Había intuido aquello luego de la breve presentación de la tarde.

    Nada, seguro son ideas tuya. –contestó un asombrado Misaki.

    ¿Estás seguro? –

    Si, el siempre parece molesto con todos. Ya deja de interrogarme. –dijo molesto el menor mientras intentaba reincorporarse para ir hacia su habitación.

    El escritor se lo impidió. Ahora Misaki tenía a Akihiko encima suyo sujetando sus muñecas para evitar que escape.

    ¡Ya te dije que tengo trabajo mañana temprano! Además, no veo por qué te molestas después que eres tú el que más conoce a Ritsu y Takano. –

    ¿Estas celoso? –

    No he dicho eso. –dijo Misaki al punto de la histeria. Nadie sabía como llevar la conversación a su favor mejor que el escritor.

    Te demostraré cuánto te amo. –

    Las mejillas del castaño se tornaron de color carmín. Se resistió al beso inicial, estaba cansado después de aquel día de trabajo y mañana le esperaba otro día igual, pero el escritor iba haciendo que su cuerpo pidiera más atenciones, mayor contacto.

    “Un día serás tú quien esté en mis manos”. –fue el pensamiento que pasó fugazmente por la mente de Misaki antes de rendirse completamente.

    Las manos del escritor dejaron libres las muñecas del menor al comprobar que este ya no se resistía.

    Akihiko desacomodó el nudo de su corbata…
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    Gracias ^^
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    Anadel7626: muchas gracias por el comentario, espero que la historia te haya hecho pasar un buen momento. Será hasta otra oportunidad 。◕‿◕。
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    Laura lobaton: No te preocupes, más bien muchas gracias por el comentario. Me siento feliz de saber que el final fue de tu agrado ≧(´▽`)≦ La segunda temporada tendrá que esperar un poco pero de que la habrá, la habrá. Hasta pronto (^∀^)
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    También tengo problema con la firma, sigo todos los pasos pero sigue sin aparecer (sólo aparece en mi perfil y está activada la opción que la habilita). He buscado en diferentes secciones pero en la que había un tutorial este ya no está. Por favor, si alguien lo tiene que lo vuelva a subir. Gracias.
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    Sakura Yoshino: No, no llegas tarde a la repartición de amor y comentarios. Aquí tengo separada tu respectiva parte(●´∀`)ノ♡ jajaja. Se te ha extrañado y mucho por aquí. Me alegra que te haya gustado el final. Estoy leyendo tu historia "Encantado (?). Una historia disparatada” me parece tan tierno, escribes lindo y te pones retos como incluir a los lectores. Espero la continuaciónO(≧∇≦)O. Muchas gracias por haber seguido esta historia y los comentarios que siempre te diste tiempo de escribir. Hasta la próxima ヽ(*⌒∇⌒*)ノ
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    Descripción completa:
    Misaki y Ritsu, debido a diferentes circunstancias, deciden que deben de desempeñar el papel de seme aunque sea una vez. Para esto seguirán algunos consejos, pero no tardarán en descubrir que no basta con sólo saber la teoría...¿Qué serán capaces de hacer por lograr su cometido? ¿Lo lograrán?

    Nota:
    La historia se narrará mayoritariamente desde el punto de vista de Misaki o Akihiko para respetar el que esta historia se encuentre clasificada dentro de las que tienen a esta pareja como la protagonista.
    Quienes siguen el manga se darán cuenta que hay hechos inspirados en este (bueno, creo que sólo uno hasta el momento…) obviamente no diré cuál/cuáles son para no hacer spoilers.
    No estaba segura de empezar esta historia tan pronto (hace poco acabé el fic “Consecuencias”), debido al poco tiempo que tengo ahora, pero esta idea daba vueltas en mi cabeza. Por ello los capítulos no serán muy extensos (como verán a continuación) y trataré de actualizar sin dejar tanto tiempo entre un capítulo y otro (si es que esta historia les gusta).

    Los personajes de Junjou Romantica y Sekaiichi Hatsukoi pertenecen a su autora, la gran Shungiku Nakamura.


    Capítulo 1


    Encuentro



    Misaki, ¿podrías sacar un juego de copias? –preguntó Aikawa al joven castaño quien, desde hace un par de días, trabajaba como su asistente en la editorial.

    La alegría de Misaki por ingresar a trabajar en la editorial Marukawa se había visto opacada por un detalle: trabajar como asistente de Aikawa implicaba estar en el departamento de novelas BL.

    La oficina de la pelirroja y el área en general se encontraban decoradas con imágenes de las novelas BL más vendidas…eso incluía obviamente los de su casero el gran Usami Akihiko.

    Claro, iré en seguida. –respondió el menor y salió rápidamente de la oficina de la pelirroja.

    El castaño no podía evitar ruborizarse al ver los afiches de la versión pervertida que Akihiko había creado de los dos. “Bueno, él sí es un pervertido”, había pensado el menor al verlos por primera vez.

    Cuando las chicas del departamento señalaban el gran parecido que tenía uno de los protagonistas con Misaki, e incluso que tuviera su mismo nombre, Aikawa sonreía y comentaba que el autor se debía de haber inspirado en alguien muy parecido a él y que ese nombre tenía gran popularidad. De esta manera sacaba del apuro al castaño y se aseguraba que la identidad del autor de los mangas BL más populares se mantuviera en secreto.

    En lo que se refería a las novelas BL Aikawa mantenía gran hermetismo sobre el autor pero en lo que respectaba a los otros trabajos de Akihiko nada era un secreto. ¿Quién se iba a imaginar que la misma persona podía crear obras tan distintas entre sí?

    Disculpe, ¿sabe donde hay otra máquina copiadora? –interrogó el castaño a un empleado. La máquina que iba a utilizar llevaba el cartel “fuera de servicio”.

    Mmm la de abajo está también en reparación…la más cercana está en el piso de arriba pero está al lado del departamento de manga shoujo...–respondió el empleado no muy seguro de dar aquella información. Estaba indeciso entre decir algo más o no pero el castaño no esperó.

    Muchas gracias. –dijo Misaki y partió rumbo al piso de arriba.

    Lo que el empleado quería advertirle era de la presencia del equipo “Esmeralda” más conocido como equipo “Doncella” uno de los equipos encargado de la edición de mangas shoujo. Cierto tipo de leyendas se habían tejido de este grupo gracias a las cuales los empleados de otras áreas los evitaban.

    Buenos días ¿No hay problema si uso la máquina? La de mi piso está averiada. –explicó Misaki a un joven empleado que se encontraba revisando algunos papeles al lado de la copiadora

    El joven era parecido a Misaki, también tenía los ojos de color esmeralda pero su cabello era de un castaño más claro y su rostro era el de una persona madura.

    Claro, puedes usarla. –fue la respuesta que obtuvo Misaki.

    El mayor se quedó un poco sorprendido de su parecido con el empleado que acababa de llegar “tiene la mirada que tenía yo hace diez años” pensó.

    ¿Eres nuevo? ¿En qué departamento trabajas? –preguntó a Misaki intrigado por que no evitara su presencia, ni el estar en ese piso, como normalmente hacían todos los empleados de la editorial ante un miembro del equipo “Doncella”.

    Misaki se puso rojo, decir que trabajaba en el departamento de novelas BL no era algo que se le hiciera fácil.

    Estoy en el piso de abajo…–dijo después de pensar bien su respuesta y preguntó lo mismo para salir del tema– ¿Usted?

    Ahora fue el turno de la otra persona de ponerse un poco roja.

    En este piso…–señaló incómodo, tampoco se le hacía fácil decir su área de trabajo, el cual era manga shoujo, a personas desconocidas.

    Luego, cayó en cuenta de algo.

    Creo que olvidamos presentarnos, mi nombre es…–empezó a decir el mayor pero fue interrumpido.

    ¡Onodera! –gritó de una persona de cabellos negros– Si tienes tiempo para hacer nuevos amigos deberías de trabajar más.

    El azabache caminó hasta quedarse al lado de Onodera y examinó aquella nueva presencia.

    No tienes por qué gritarme de ese modo. Estaba terminando de revisar estas copias. –dijo irritado Onodera levantando los papeles que tenía en la mano.

    Mi nombre es Onodera Ritsu, un gusto de conocerte. –se presentó finalmente ignorando la presencia del azabache.

    Yo soy Takahashi Misaki, mucho gusto. –respondió el menor quien se dirigió tanto a él como a la otra persona que había gritado hace un momento.

    Yo soy Takano Masamune, editor en jefe del departamento “Esmeralda”. Onodera está bajo mi mando y, en este momento, está muy ocupado. –dijo de manera autoritaria.

    Ambos castaños se quedaron viendo al azabache. Misaki incómodo y Ritsu con cara de “¿quién diablos te crees?”.

    Bien…Tengo que entregar estas copias así que ya me voy. Gracias por todo. –dijo Misaki para poder salir lo más rápido de ahí, el ambiente estaba tenso.

    Cuando iba rumbo a las escaleras escuchó las voces de Ritsu y Takano a lo lejos, al parecer empezaban a discutir.

    Luego de una mañana de trabajo la hora del almuerzo llegó. Aikawa, debido a un improviso, no pudo acompañar a Misaki.

    El castaño estaba comiendo en la cafetería de la editorial cuando una voz que le pareció conocida le habló.

    Disculpe, ¿las sillas están ocupadas? ¬–quien preguntaba era Ritsu. La cafetería estaba llena y no había muchos asientos libres.

    Hola. Están libres, puedes sentarte si lo deseas. –respondió Misaki feliz porque tendría algo de compañía.

    Gracias. Lamento lo de hace un rato. –dijo Ritsu en alusión a lo sucedido con Takano.

    No te preocupes soy yo quien debería disculparse. Fue por mi culpa que te gritaron. –

    Luego de aclarar lo que sucedió, que en resumen para Onodera fue “mi jefe es un gran idiota y se entromete en todo” comenzaron a charlar acerca de cosas de la editorial. Misaki escuchaba atentamente a Ritsu, sentía que podía aprender muchas cosas de él.

    ¿No hay problema si los interrumpo? –preguntó una voz de repente.

    Onodera la reconoció al instante.

    Ricchan, qué malo fuiste. No me esperaste para comer. –dijo un joven de cabellos negros y ojos vivaces a la par que se sentaba en una de las sillas vacías sin haber esperado respuesta.

    Luego de que Ritsu presentara a Misaki y a Kisa, y que este último decidiera llamar a Misaki como Misachan la conversación se reanudó. La química entre los tres fluía.

    Misachan ¿tú tienes pareja? –preguntó pícaramente Kisa de un momento a otro ocasionando que Misaki se atragantara.

    Yo…–la cara de Misaki estaba roja.

    No preguntas cosas de ese tipo no es de buena educación. –intervino Ritsu.

    Tanto andar con Takano ya se está pegando lo aguafiestas…–dijo Kisa.

    ¡Yo no ando con ese sujeto! –gritó enojado Ritsu.

    De pronto, el celular de Misaki sonó. Era una llamada de Akihiko. Misaki no tenía más opción que contestar, si demoraba sabía que Akihiko se pondría inquieto. Desde que el castaño inició su trabajo en la editorial el escritor estaba mucho más pendiente de él.

    La bruja de Aikawa recién me avisa que se fue a una reunión y que no puede almorzar contigo. Puedo estar ahí en 10 minutos para que almorcemos juntos. –dijo Akihiko.

    Concéntrate en terminar los manuscritos. No soy un niño que no pueda andar por su cuenta. Espero que no estés pidiéndole cosas a Aikawa como el tener que andar a mi lado. –comentó Misaki quien se olvidó que estaba delante de Ritsu y Kisa al empezar a exasperarse por la actitud de su casero.

    ¿Dónde estas ahora? –preguntó el escritor. Su voz podía ser escuchada claramente por Ritsu y Kisa.

    Ritsu intentaba concentrarse en su comida para no invadir la privacidad de Misaki mientras que Kisa no ocultaba su interés por la conversación.

    En la cafetería almorzando. –

    ¿Estás solo? –

    No…estoy acompañado…–dijo Misaki recordando que no estaba solo.

    ¡Misachan! Di que tienes nuevos amigos que te quieren mucho. –gritó juguetonamente Kisa lo suficientemente alto como para que Akihiko escuchara al otro lado de la línea.

    Misaki lo miró aterrorizado. Akihiko le pediría muchas explicaciones al llegar a casa…

    Edited by Aulu - 10/4/2016, 18:40
  9. .
    Me atrapó la trama ^^ aunque ver sufrir a Misaki de esa manera me parte el alma.
    o(╥﹏╥)o ¡Akihiko, reacciona pronto!
    Estaré esperando la continuación.
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    Hana Usami:
    Gracias a ti por el comentario, el dedicar un poco de tu tiempo a comentar y también por el apoyo ^0^ Ijuuin-sensei es tan lindo y el que logre poner a Misaki nervioso pero efusivo a la vez da para muchas ideas jaja. Hay varios puntos por tocar y creo que si, esta historia amerita su segunda temporada ^^ pero antes a escribir otras historias aunque mucho más cortas es lo que planeo. Gracias nuevamente por escribir ^-^

    Kajika Sama:
    Gracias por escribir ^^ si, respecto al ultimo capítulo estaba tentada a un lemon pero creo que mejor era como quedó. La imagen me encantó y pensé “esto debe ir al final de la historia” me alegra que te haya gustado la idea. El honor es mío al tener personas como tú que pasan por aquí y comentan con tantos ánimos. Eso llena de energías para escribir. Abrazo de oso panda ^.^

    Anne onodera takano:
    Me alegra que te haya gustado el final y que estés predispuest@ a leer mas historias que se me puedan ocurrir. Espero seguir hacienda un buen trabajo. Para la segunda temporada tendré que hacer un bosquejo para que no se escape ningún detalle. Tantas cosas que tienen que afrontar Misaki y Akihiko…

    Ahora estoy “tomando un descanso” leyendo historias. Cuando me pongo a escribir dejo de leer y ahora puedo al fin retomar las que había dejado de seguir y también descubrir historias nuevas. Tanto como escribir también me gusta leer y dejarme atrapar por las ideas de otr@s autor@s. Si alguien tiene una en progreso o que haya escrito me pueden avisar para leer ^^.

    Saludos
    (≧◡≦)
  11. .

    Capítulo 23


    Acto final



    Misaki, gracias por apoyarnos hoy. –dijo Ichiro.

    No tiene nada que agradecer. Es lo menos que puedo hacer. –

    ¿Hiroki, estás bien? –preguntó de pronto con preocupación Nowaki haciendo que Misaki e Ichiro voltearan a ver qué ocurría.

    S-si…–dijo el profesor quien se veía pálido.

    ¿No quieres que te traiga algo? –preguntó Nowaki mientras se acercaba donde Hiroki.

    He dicho que estoy bien, si necesitara algo iría yo mismo a…–

    El profesor no terminó de hablar.

    El peliazul logró tomarlo en sus brazos antes de que se desmayara.

    ¡Hiro-san! –

    Nowaki acomodó a Hiroki en el suelo e inmediatamente empezó a revisar el pulso y la respiración del profesor.

    Misaki e Ichiro se acercaron para tratar de ayudar en lo que pudieran.

    De pronto el profesor abrió los ojos.

    ¿Qué pasó? –preguntó el profesor mientras posaba una mano en su cabeza e intentaba reincorporarse.

    No te muevas, sufriste un desmayo. –dijo Nowaki

    Estoy bien. –dijo Hiroki fastidiado por estar tan vulnerable, intentó sentarse por sí solo pero estaba mareado así que necesitó ayuda del peliazul– Demonios ¿por qué me pasa esto?

    Con calma, Hiro-san. –dijo Nowaki sin soltar ni un poco al profesor. En su mirada se reflejaba preocupación pero también amor.

    Misaki pensó que quizá sería bueno dejarlos solos un momento.

    Eh…Ichiro ¿no cree que sería buena idea ver cómo van Sumi y Kai? –preguntó el castaño.

    Si, me había olvidado de aquello por completo. Pero ¿Hiroki estará bien? ¿Necesitan ayuda en algo? –

    Muchas gracias pero no se preocupe, yo lo cuidaré. –respondió cortésmente Nowaki.

    Ichiro partió y Misaki lo siguió.

    Una vez estuvieron solos Nowaki empezó a desabrochar el cinturón del profesor.

    ¿Qué crees que haces? Estamos en la universidad. –se quejó Hiroki quien estaba con la cara roja.

    Debes de quitarte todo lo que apriete el cuerpo, es una de las medidas que se toma frente a un desmayo. –explicó Nowaki.

    Después de retirar el cinturón empezó a hacer lo mismo con la corbata. Por esta acción rozó la piel del cuello del profesor.

    Hiro-san, estás helado. –comentó el peliazul y luego se quitó su saco para ponérselo a Hiroki.

    No es necesario que hagas eso…–

    Vayamos afuera para que tomes algo de aire y comas algo dulce. Puede que te hayas desmayado debido a una baja de azúcar… –Nowaki miraba detenidamente a Hiroki. Por su cabeza pasó una posible explicación a lo que le sucedía a su amado profesor– Prométeme que dejarás que te examine mañana…

    Ya veremos…–respondió Hiroki queriendo eludir el tema.

    Ambos salieron del teatro.

    Misaki estaba dando vueltas por los camerinos para hacer tiempo y evitar así interrumpir a Nowaki y Hiroki cuando recibió un mensaje en su celular.

    Haré que Hiro-san coma algo para que se recupere. Volveremos antes del inicio de la obra. Nos vemos. Nowaki.

    Sonrió al ver el mensaje. Desde el inicio Nowaki le había caído muy bien y pensaba que se complementaba perfectamente con el profesor.


    Misaki pudo regresar al escenario para revisar los últimos detalles y cerrar el telón. El teatro estaba listo para que las personas empezaran a llegar.

    Momentos después, las puertas se abrieron y conforme los minutos pasaban el teatro se iba llenando de asistentes.

    El celular de Misaki volvió a sonar. Esta vez era un mensaje de Akihiko.

    Estoy de salida de la editorial. Llegaré en 20 minutos.

    Misaki vio la hora, Usagi-san llegaría a las 7 en punto. Después de contestarle a su casero se dirigió hacia detrás del escenario. En unos minutos ya todos tendrían que ir a sus posiciones.

    El castaño estaba tomando en sus manos el guión cuando apareció Kai. Ya estaba vestido con el traje que usaría esa noche.

    ¿Cuántas personas han venido? –preguntó a Misaki.

    Pues el teatro ya está casi lleno. –

    Quiero ver. –

    Kai movió un poco el telón para poder observar. Misaki vio como se iba poniendo blanco.

    N-no puedo hacer esto, hay demasiada gente. No pensé que fueran a venir tantas personas. –dijo aterrado Kai.

    No digas eso, respira hondo. –le aconsejó el castaño.

    En ese momento llegaron Daisuke e Ichiro.

    ¿Qué sucede? –preguntaron.

    Kai está un poco nervioso… –respondió Misaki.

    Siéntate un momento. –dijo Daisuke a Kai mientras lo miraba preocupado.

    ¿No sería bueno que llames Nowaki para que lo revise? Se ve pálido...–susurró Ichiro a Misaki temiendo que ocurriera otro desmayo.

    Si, veré si puede venir. –

    Misaki escribió a Nowaki por su celular. Por suerte Nowaki y Hiroki estaban de regreso al teatro y no demoraron en llegar.

    Físicamente está bien, son los nervios que tiene. –explicó el peliazul luego de revisar a Kai.

    ¿Hay algo que se pueda hacer? –preguntó Ichiro.

    Quizá darle algún tipo de calmante pero ahora no tengo ninguno. –

    En menos de quince minutos debemos de empezar. –comentó Hiroki.

    No hay otra salida más que cancelar…no hay nadie que pueda tomar su lugar. –comentó resignado Ichiro.

    Todos estaban reunidos analizando la situación.

    Entonces saldré a decir que se canceló la obra. –dijo Hiroki decidido.

    Misaki se debatía por dentro entre ofrecerse como voluntario o no. Al final sabía que era él el más indicado. Si bien no sabía al pie de la letra el guión si tenía una buena noción de lo que había que decir al haber estado a cargo de este. Ello sin contar con que su contextura era parecida a la de Kai, el traje podía quedarle. Pero Akihiko estaba por llegar…

    Lo siento, soy un gran tonto. Por mi culpa… todo su esfuerzo…–dijo Kai derramando un par de lágrimas.

    El castaño se decidió.

    Yo tomaré el lugar de Kai, ya regreso. –dijo Misaki tomando a Kai de la mano y dirigiéndose con él hacia los camerinos.

    Aquella decisión dejó a todos atónitos.

    Nowaki le hizo una seña a Hiroki y fue tras Misaki.


    Luego de que Kai se quitara el traje y se lo pasara al castaño, Nowaki se quedó con Misaki a solas.

    ¿Estás seguro de esto? –preguntó Nowaki colocando sus manos en los hombros del castaño.

    No hay más opción. –respondió Misaki evitando tener que encontrarse con la mirada de Nowaki.

    Siempre puedes decir que no. Yo puedo decir que no puedes… –

    No. Además…esto no es nada a comparación de otras cosas que deberé enfrentar con Usagi-san…–comentó el castaño recordando de golpe que, luego de esa noche, tendrían que ir decidiendo el día en que le contarían todo a su hermano.

    Ustedes estarán bien. –dijo Nowaki revolviendo sus cabellos y dedicándole una sonrisa para calmarlo. Intuía las preocupaciones que tenía el menor.

    Misaki correspondió sonriendo ligeramente.

    Al cabo de un rato, Misaki estaba listo para subir al escenario.

    El vestido, que era de color blanco, era suelto y tenía un escote en la parte posterior que dejaba ver casi toda la espalda del castaño. La peluca había sido peinada de tal modo que el rostro de Misaki era enmarcado por dos mechones de cabello y lo demás estaba recogido en un moño. Los ojos color esmeralda de Misaki resaltaban gracias al color neutro del vestido.

    Nowaki, ¿crees que todo estará bien? –preguntó Misaki

    Si, no lo dudes. –respondió el peliazul.

    Luego de escuchar esa respuesta el castaño se dirigió a tomar su lugar en el escenario.

    Luces muy bien. –comentó Sumi al toparse con él.

    Sumi tenía puesto un pantalón corto que le llegaba por debajo de las rodillas de color azul. La parte de arriba era blanca y tenía diseño antiguo.

    Hagamos un buen trabajo. –respondió Misaki sin saber que más decir ya que Daisuke, Kai e Ichiro estaban cerca.


    Afuera un auto deportivo rojo se estacionaba.

    El escritor llamó a Misaki mientras se dirigía hacia el teatro de la universidad pero no recibió respuesta. Estaba preocupado pero al llegar vio que todo estaba listo para empezar. Pensó que quizá su castaño estaría ocupado con los últimos preparativos.

    Para evitar llamar más la atención, ya que por donde pasaba las chicas volteaban a mirarlo, decidió sentarse en uno de los asientos libres del final. Estaba por sentarse cuando reconoció a Nowaki, por su altura era imposible que pasara desapercibido, esperó a que terminara de acercarse a él.

    Hola Akihiko, ¿todo bien? ¿por qué te sientas tan atrás? Tenemos un par de espacios adelante. –dijo un poco nervioso el peliazul.

    No tiene sentido que esté adelante, después de todo no podré ver a Misaki hasta el intermedio. –

    …Pero si viene más gente …–insistió el peliazul

    No quiero tener que ver la cara de Sumi tan de cerca. –

    Creo que deberías ir adelante…–dijo ahora de manera seria Nowaki.

    ¿Sucedió algo? –

    Las luces del teatro se apagaron, en poco tiempo empezaría la obra.

    Vayamos a sentarnos primero. –dijo el peliazul tomando a Akihiko de la muñeca forzándolo a seguirlo.

    ¿Qué me están ocultando? –preguntó fastidiado el escritor.

    Apenas llegaron adelante Nowaki soltó el agarre y se sentó. Akihiko lo imitó. El asiento ocupado por el escritor daba al pasadizo central.

    Pues verás…–empezó a explicar Nowaki pero fue interrumpido por la voz de Ichiro que anunciaba el inicio de la función.

    El telón se abrió.

    Akihiko vio a Sumi con indiferencia pero se quedó viendo a la persona que representaba el papel de Venus. Aquellos ojos, aquella piel, aquella espalda que tantas veces había recorrido utilizando todos sus sentidos...Reconoció a Misaki al instante.

    ¿Qué hace Misaki ahí? –preguntó enojado.

    Akihiko, cálmate. Misaki se está esforzando mucho, lo que necesita ahora es que lo apoyes. –susurró Nowaki quien luego le explicó brevemente lo que había sucedido.

    El escritor no quería creer lo que estaba pasando. Sabía que luego del intermedio Sumi tendría que besar a Misaki. Eso sin contar con que la obra se basaba en que el personaje que representaba Misaki se la pasaría, durante toda la escenificación, tratando de seducir al otro protagonista, en este caso Sumi.

    Akihiko había mantenido aquella esencia de la obra para molestar a Sumi quien, en un inicio, se suponía interpretaría la obra con una persona que no le gustaba. El escritor no pensó que las cosas se darían de este modo.

    Akihiko, de improviso, se levantó de su asiento y caminó a lo largo del pasadizo para dirigirse a la salida. Nowaki no pudo detenerlo.

    Misaki, quien evitaba mirar hacia los asientos para no toparse con la mirada del escritor, no pudo evitar ver cómo Akihiko se marchaba. Aquello lo hizo sentir mal.


    La obra continuó su curso, Misaki miraba cada cierto tiempo el asiento vacío que había dejado el escritor, hasta que el final del primer acto se acercó.

    El castaño estaba recostado en el suelo del escenario haciendo como si estuviera desmayado. Sumi lo tomó en los brazos y lentamente fue acercando su rostro al de Misaki. Cuando ambos rostros estaban muy cerca el uno del otro el telón se cerró.

    Los aplausos sonaron del otro lado de la cortina.

    Misaki abrió los ojos y se encontró con los de Sumi.

    Buen trabajo. –dijo Sumi sin soltarlo.

    Igualmente. –comentó Misaki liberándose del agarre y reincorporándose.

    Estuvieron geniales. –dijo Ichiro quien apareció de pronto junto con Daisuke y Kai– pero me pregunto por qué Akihiko no se habrá quedado a ver la obra…Como sea, tienen 15 minutos de descanso antes del segundo acto.

    Daisuke y Kai se acercaron donde Misaki y Sumi para hablar con ellos. Sin embargo, Misaki quería estar a solas así que se excusó y se dirigió hacia el camerino.

    En el camino no pudo evitar que unas lágrimas escaparan de sus ojos.

    Caminó mas de prisa pero el vestido le jugó una mala pasada y tropezó. Cuando estaba a punto de caer unos brazos lo sujetaron.

    ¡Usagi-san! –gritó el castaño al reconocer aquellos brazos.

    Misaki se quedó en duda por un momento pero estaba molesto así que continuó su camino hacia el camerino sin voltear atrás.

    No camines tan rápido, te puedes volver a tropezar. –dijo Akihiko siguiendo de cerca a su castaño.

    ¿Qué haces aquí? ¿No te habías ido? Si no quieres estar aquí nadie te obliga. –dijo Misaki furioso tratando de cerrar la puerta del camerino antes que el escritor pueda entrar.

    Misaki, por favor. –

    El menor cedió, dejó que Akihiko entrara.

    ¿Por qué tienes que hacer las cosas más difíciles? –

    Me fui por tu bien. –

    ¿Eh? –el castaño se quedó confundido.

    Si me quedaba lo más probable que hubiera pasado era que terminara subiendo al escenario para golpear a Sumi. –empezó a explicar Akihiko– Si me fui fue para evitar eso y que el esfuerzo que estás haciendo no se vea empañado.

    Entonces, ¿no estás molesto conmigo? –

    Claro que no. Sé que tienes una gran facilidad para terminar involucrado en situaciones así pero…–

    El escritor se acercó donde Misaki y puso una mano en el vientre del menor.

    …también para llenarme de felicidad.

    Usagi-san…–susurró el castaño.

    No pudo decir más ya que el escritor le plantó un beso que se fue haciendo cada vez más intenso. Las manos de Akihiko empezaron a recorrer la espalda de Misaki aprovechando que esta se encontraba descubierta.

    ¿Qué haces? –se quejó el menor, tenía la cara roja.

    Sacando ventaja de la situación. –

    Tonto. –

    El escritor quería volver a besar a su castaño pero este comenzó a hablar.

    Usagi-san cuando vuelva al escenario…tú sabes lo que pasará…–dijo Misaki en alusión al beso que Sumi le tendría que dar.

    Por eso te daré mil besos ahora y otros cuando esto acabe. –respondió Akihiko.

    ¿Te quedarás a ver lo que continúa? Está bien si decides no estar, no me molestaré. –

    Esta vez si me quedaré. –


    Faltando poco para el inicio del segundo acto Akihiko se sentó al lado de Nowaki. Y Misaki y Sumi regresaron a sus puestos.

    El castaño se sentía raro entre los brazos de Sumi, quería que todo pasara rápido.

    El telón se abrió, la obra reinició.

    Misaki apretaba fuertemente los labios pero el beso debía ser en la boca al final Sumi se lo dio a Misaki en la frente.

    El castaño abrió los ojos sorprendido.

    Sumi le guiñó un ojo y continuó con la actuación.

    Akihiko, quien estaba tenso, respiró aliviado.


    Cuando la obra acabó Misaki se acercó un momento donde Sumi.

    Sumi…muchas gracias…–

    No tienes nada que agradecer, hice lo que creí correcto.–dijo Sumi antes de tomar sus cosas y marcharse.

    Las palabras de Sumi eran sinceras.


    Cuando todos se despidieron Misaki y Akihiko se dirigieron al departamento. Esa noche el escritor dejó dormir tranquilo a su castaño, el esfuerzo del menor durante el día había agotado sus energías.



    Al día siguiente Misaki y Akihiko se dirigieron donde Nowaki para que el castaño se realizara una ecografía para confirmara el sexo del bebé.

    Al llegar escucharon la voz de Nowaki del otro lado de la puerta.

    Momentos después, la puerta del consultorio se abrió.

    Hiroki tenía la cara roja y el peliazul no dejaba de abrazarlo.

    Suéltame, ¿qué no vez que ya llegaron? –se quejó el profesor.

    Akihiko, Misaki ¿a que no saben? –preguntó Nowaki.

    ¡No pensarás decirles! –gritó Hiroki.

    Nowaki hizo caso omiso de la queja de Hiroki.

    Hiro-san está embarazado. Tiene alrededor de seis semanas. –anunció el peliazul lleno de felicidad.

    Akihiko y Misaki felicitaron a la pareja aunque Hiroki trataba de ocultar que también estaba muy feliz por la noticia.

    Bien, es hora que sepamos el sexo de tu bebé. –dijo Nowaki a Misaki luego de tranquilizarse un poco.

    Me retiro para dejarlos solos. –dijo Hiroki.

    Por favor, quédate. –dijo Akihiko.

    No veo el sentido…–respondió el profesor quien quería marcharse al considerar la ecografía como algo privado.

    Akihiko y Misaki intercambiaron una mirada de complicidad.

    Misaki y yo decidimos que sean ustedes los padrinos de nuestro hijo o hija. Debes de saber qué será para que vayan pensando un nombre. –dijo el escritor.

    ¿Nosotros? –preguntó Hiroki pasmado.

    Si, no fue necesario pensarlo mucho. Seríamos muy felices si aceptaran. –comentó Misaki mirando a Nowaki.

    Será un honor. ¿Y qué les parecería a ustedes ser los padrinos de nuestro bebé? Hiro-san estás de acuerdo ¿no? –preguntó Nowaki a Hiroki.

    Por mi está bien. –

    Para nosotros también será un honor. –dijo Akihiko.

    Nowaki y Misaki sonrieron.

    Bien Misaki, veamos a tu bebé. –dijo el peliazul antes de que se olvidara de hacer la ecografía después de tantas emociones.

    El castaño se recostó y, luego de sentir el gel frío sobre su vientre trató de descifrar lo que mostraba la pantalla.

    ¿Listos para saber? –preguntó Nowaki.

    Si. –dijeron Misaki y Akihiko al unísono.

    Tendrán un niño. –

    Akihiko y Misaki se miraron. Tendrían un pequeño ¿a quién de los dos se parecería?


    Luego de la ecografía Akihiko, Misaki, Hiroki y Nowaki fueron juntos a almorzar para celebrar las buenas noticias. Todo transcurrió normalmente. Durante la tarde, el escritor y Misaki compraron un par de cosas para el bebé. Ahora que sabían el sexo podían comprar las cosas del color correcto. El castaño estaba acomodando aquellas cosas en el cuarto que ocuparía su hijo cuando el escritor entró.

    ¿Todo bien? –preguntó el mayor.

    Si… –respondió Misaki quien se veía un poco pensativo.

    ¿Seguro? Ya sabes que puedes decirme todo. –insistió el escritor mientras lo abrazaba.

    Pensaba que mi sobrino Mahiro tendrá pronto un primo con quien jugar…si es que mi hermano acepta lo nuestro…–

    No te preocupes, te prometo que todo saldrá bien. –

    ¿Cómo estás tan seguro de eso? –

    Porque pase lo que pase estaremos juntos. –

    Usagi-san…–

    Akihiko besó al menor y lo fue dirigiendo hacia el dormitorio que compartían juntos.

    Las ropas fueron cayendo.

    Entre besos y caricias ambos también desnudaban sus almas.

    Te amo, Misaki. –

    Usagi-san…te amo…–

    El escritor siempre podía jugar con los personajes de sus historias y crearles un final feliz. En la realidad sentía por momentos que quizá él y Misaki eran los personajes de la historia que alguien creó ¿Habría un final feliz para ellos también? Se preguntaba siempre. Ahora comprendía que aquella pregunta era un poco tonta. No era necesario un final feliz porque su historia de amor era eterna.

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    Nota de la autora:

    Bien, este fue el último capítulo… Paso a responder los comentarios:

    laura lobaton: muchas gracias por tu comentario y por siempre pasar por aquí, espero te haya gustado el final ^^
    Kajika Sama: siempre analizando cada situación, eso me encanta de tus comentarios ^^ deseo que el final haya sido de tu agrado. Y no hay nada que agradecer, soy yo la que te agradece el haber seguido la historia. Espero seguir sorprendiendo, si es que en verdad lo hago ^^U miles de gracias por los besos y abrazos de oso panda.
    Anne onodera takano: gracias por pasar por aquí y comentar. Si la inspiración viene pronto a que sí habrán más historias ^-^ ojala te haya gustado el final
    Sakura Yoshino: Hiroki al fin confirmó su embarazo y Nowaki derretido de amor está jajaja muchas gracias por tu lindo comentario, me llenó de ánimos ^0^
    Hana Usami: acertaste, el bebé será un hermoso niño ^.^ ahora ¿cómo será físicamente?…no está definido….pero me gustó tu idea. Yo no hago sufrir a Nowaki, Hiro-san el único autorizado para ello jajaja

    En el capítulo anterior había dicho que tenía un idea. Esta es o hacer una especie de capítulo especial donde aboradaría un poco lo que pasaría más adelante o hacer una segunda temporada donde pueda desarrollar lo que queda pendiente de manera detallada (el embarazo de Misaki y la reacción de la familia de ambos). Yo me inclino por lo segundo porque sería un reto y me daría oportunidad de tocar temas que no he hecho en mis historias hasta ahora pero quisiera saber sus opiniones.

    Esta continuación sería un proyecto a largo plazo. Ahora, al igual que seguro tod@s ustedes, estoy enganchada con la tercera temporada de JR y creo que antes escribiré historias nuevas que vayan con los acontecimientos que se vienen en la serie…Quisiera escribir algo que involucre a Ijuuin-sensei aunque anteriormente estaba pensando en Ritsu y Takano...también me quedé impactada con el opening…Misaki “atacando” a Usagi-san, ese tipo de detalles me motivan porque dan una y mil ideas (๑˃̵ᴗ˂̵)و

    Gracias a tod@s por pasar por aquí y leer. Fue una linda experiencia escribir esta historia acompañada por ustedes.

    Esta historia dice gracias y un hasta pronto igual que yo.

    Un abrazo del tamaño de Suzuki-san.

    O(≧∇≦)O
  12. .

    Capítulo 22


    Entre bastidores



    Tú eres importante para el grupo, tenías uno de los dos papeles principales. –dijo Misaki

    Si tanto lo deseas podríamos hacer ese cambio. Yo me quedo en la obra y tú, si deseas, eres libre de retirarte. –

    ¿En serio? –

    Pero con una condición…–susurró Sumi al oído de Misaki a la par que posaba una de sus manos en la cintura del castaño.

    Misaki se quedó confundido con aquel acercamiento.

    Sumi aprovechó para tomar con una de sus manos el mentón del menor.

    Si me das un beso dalo por hecho. –

    Los ojos de Misaki se encontraron con los de Sumi. Misaki estaba sorprendido pero no tardó en reaccionar, ya no era el mismo que se dejó confundir.

    El castaño se soltó del agarre y dio un par de pasos atrás para quedar lejos de Sumi.

    Era solo una broma, supongo que mi sentido el humor no es tan bueno. –dijo Sumi y le sonrió antes de dirigirse hacia la puerta.

    Cuando Sumi pasó el umbral se encontró con Daisuke y Kai. Les comentó rápidamente la decisión de quedarse en el taller ante lo cual los dos chicos se alegraron. Luego, se retiró.

    Fantástico, con eso nos hemos quitado un gran peso de encima. ¿Cómo lograste convencerlo tan rápido? –dijo Daisuke a Misaki una vez que este salió también del salón.

    Eh…pues…–el castaño no entendía lo que había pasado, dijo lo primero que se le ocurrió– Supongo que pensó que la obra no podía quedarse con solo dos personas a cargo de todo.

    Puede ser. –asintió Daisuke

    No hay manera que puedas seguir con nosotros ¿no? –preguntó Kai.

    No…lo siento…–

    Es una lástima pero ¿podrías hacernos un gran favor? –



    Luego de terminar de hablar con Daisuke y Kai, Misaki se dirigió al estacionamiento para encontrarse con Akihiko. Una vez estuvieron los dos dentro del carro emprendieron el camino de retorno hacia el departamento.

    Misaki no sabía si contarle acerca del encuentro con Sumi. Por ello quería evitar el tema de la reunión del taller de teatro, pero sabía que sería imposible. Tarde o temprano tendrían que hablar del tema.

    ¿Qué tal te fue? –preguntó el castaño a Akihiko en un intento por evitar que el mayor le preguntara a él sobre la reunión.

    Pude conversar con Hiroki acerca de unos libros pero no se encontraba de muy buen humor. –comentó el escritor.

    Bueno, él siempre ha sido “algo” colérico. –dijo el castaño recordando el hábito de Hiroki de lanzarle objetos a los alumnos.

    Si, pero ahora es diferente…creo que…–dijo Akihiko mirando por un segundo a Misaki antes de volver a fijar su atención en el camino.

    ¿Qué cosa? –

    No es nada, ideas mías. –

    El castaño se quedó viendo por un momento al escritor tratando de descifrar qué es lo que había pasado por su mente.

    ¿Qué tal te fue a ti? –preguntó ahora el escritor.

    Misaki se puso nervioso.

    Bien, creo que después de la reunión de hoy ya está todo solucionado. –dijo el menor esperando que el escritor no hiciera más preguntas.

    ¿Aceptaron que te retires del taller? –

    Si. –

    ¿Pasó algo? –preguntó Akihiko intuyendo que había algo que no le estaba contando su castaño.

    No, ¿por qué preguntas eso? En serio, no paso nada. –dijo Misaki.


    El carro ingresó al estacionamiento del edificio.


    Entonces significa que no tendrás que volver a poner un pie en ese teatro. –dijo Akihiko mientras estacionaba.

    El escritor empezó a desabrochar su cinturón de seguridad, Misaki lo imitó.

    Respecto a eso…Daisuke y Kai me pidieron un favor. –empezó a contar el castaño– Iré para cuando sea la presentación, sólo iré a apoyar con lo del guión. Tú sabes, si un actor se traba en alguna parte alguien debe de susurrar lo que sigue. Es lo que iba a hacer desde un inicio, claro que ahora no iré a las prácticas sólo a la presentación.

    Misaki explicó todo rápidamente esperando que el escritor entendiera pero, aún así, presentía que esa idea no le iba a gustar así que continuó con su explicación.

    Si Sumi y Kai actúan sólo quedará Daisuke y él no puede hacer todo a la vez. Tiene que estar pendiente de subir y bajar el telón además de las luces y ese tipo de detalles. –terminó de decir Misaki.

    ¿Sumi estará? ¿No se había retirado? –

    El castaño, sin querer, se había delatado.

    No le quedó otra opción que contar el encuentro con Sumi.

    Hoy lo buscamos para hablar con él…al final yo lo encontré porque me quedé esperando a Daisuke y Kai en uno de los salones…no quería ir corriendo de un pabellón a otro…Él entró en el salón que estaba, le pedí que hiciéramos ese cambio y aceptó…después llegaron los demás. –contó Misaki.

    Akihiko se quedó pensativo.

    Subamos al departamento. –dijo después de un momento.


    El camino al departamento fue en silencio.


    Usagi,san…¿Estás molesto? –susurró un preocupado Misaki una vez que llegaron.

    ¿No te hizo nada? –preguntó el escritor acercándose al castaño.

    No, estoy bien.–

    ¿No te dijo nada raro? –preguntó el escritor. Sabía que Sumi hacía más daño con sus palabras que con sus acciones.

    Misaki recordó “la broma” del beso. No sabía si contar aquello, después de todo no había pasado nada. No quería darle mayor importancia.

    Akihiko notó que el castaño dudaba.

    Cuéntame todo. –pidió el escritor.

    Finalmente el menor narró lo ocurrido. Notó el rostro del escritor molesto cuando terminó de hablar.

    De seguro fue lo que dijo, una broma…–dijo Misaki en un intento por tranquilizarlo.

    Akihiko lo besó con pasión, esa era su manera de reclamar que los labios del castaño eran sólo suyos. La lengua del escritor jugueteó dentro de la boca del castaño.

    Las mejillas del menor no tardaron en ponerse rojas.

    Usagi-san…–susurró Misaki cuando al fin sus labios se separaron.

    El escritor lo abrazó.

    Misaki disfrutó de la calidez que emanaba el cuerpo de Akihiko mientras deseaba que la calma volviera a la mente del escritor.

    Te haré el amor. –sentenció Akihiko antes de cargar a Misaki para llevarlo escaleras arriba.

    No me cargues y menos de este modo. –se quejó el menor quien era llevado “como princesa”.

    El escritor hizo caso omiso de sus quejas y lo condujo a la habitación. Al llegar, lo depositó delicadamente en la cama.

    Akihiko volvió a besarlo, las manos del mayor no tardaron en recorrer cada centímetro del cuerpo del castaño desacomodando su ropa, buscando el contacto con su piel de una manera casi desesperada. No tardó mucho tiempo hasta que la blanca piel de Misaki quedó expuesta. Su cuerpo delataba la excitación que había provocado en él el escritor.

    Misaki se dejaba llevar pero sabía que algo no andaba bien con Akihiko. No había dicho nada más acerca del encuentro con Sumi y el hecho que tendría que verse con él en la presentación de la obra. Sintió la necesidad de hablar con el escritor antes de continuar.

    Usagi-san…–murmuró pero no pudo pronunciar otra palabra más, su miembro fue envuelto por la calidez de la boca del escritor. La lengua de este se movía de tal modo que recorría cada surco de su miembro.

    El castaño aferró sus manos a los hombros de Akihiko.

    Si…sigues….–avisó el castaño quien siempre se debatía en esos momentos entre dejarse llevar o no. Sí, quería llegar al clímax pero que el escritor sea el causante de aquello y que lo viera en esa faceta tan íntima lo avergonzaba cada vez como si fuera la primera.

    Akihiko continuó con su labor pero ahora introdujo suavemente uno de sus dedos en la cavidad de Misaki. Lo hizo con cuidado para evitar causarle cualquier tipo de molestia. Empezó a buscar aquella zona que provocaba el éxtasis en su uke. Cuando la encontró, no tardó mucho en que el castaño se corriera en su boca.

    El escritor bebió el semen.

    Después, se dedicó a la tarea de lamer el miembro de Misaki hasta dejarlo limpio ocasionando de este modo que el castaño se moviera inquieto debido a que aquella zona estaba muy sensible producto del reciente orgasmo.

    Una vez que acabó su labor, Akihiko se reincorporó y abrazó al menor.

    Perdóname. –susurró.

    Aquel pedido confundió a Misaki. No había nada que perdonar.

    Perdóname por no estar ahí para cuidarte. –dijo Akihiko, su mirada era triste.

    Usagi-san…¿a qué te refieres? No digas tonterías…–respondió Misaki en shock. Le afectaba el ver al escritor de ese modo.

    Akihiko no estaba molesto, estaba triste. Lo que más amaba en el mundo era Misaki y sentía que fallaba cada vez que se acercaba a él alguien que podía hacerle daño u ocasionar que se distanciaran. Por dentro sabía que no podía estar el 100% del tiempo al lado del castaño pero cuánto daría porque así fuera. Así siempre se sentiría seguro, no tendría sólo que aparentar estarlo.

    Hoy debí de estar a tu lado…–

    Pero no pasó nada, lo juro… Además, yo nunca dejaría que vuelva a pasar lo de la otra vez…porque te amo Usagi-san. –

    Aquellas palabras brotaron del corazón de Misaki. En aquel momento le pareció algo tan natural decir algo así que no se dio cuenta del impacto que tuvo aquella frase en el escritor.

    Akihiko se sintió feliz. Cada vez que el castaño decía que lo amaba las fuerzas volvían a él.

    Te amo, Misaki. –

    El escritor empezó a quitarse la ropa.

    Una vez estuvo desnudo empezó la tarea de estimular nuevamente la cavidad de Misaki para prepararlo para la penetración.

    Eres mío…nadie puede tocarte más que yo…ni siquiera Nowaki ¿está bien? –

    Misaki quería decirle que no fuera tan celoso, ¿cómo iba a evitar que Nowaki lo revisara? Pero no pudo.

    Ahh…Usagi-san…–

    Los dedos del escritor se movían dentro de la estrechez del menor. La boca de Akihiko jugaba con los botones del castaño. Todas aquellas estimulaciones llevaron a Misaki a su límite, necesitaba urgentemente al escritor dentro. Extrañaba el ser uno solo con él.

    Usagi-san…por favor…–dijo Misaki con las mejillas color carmín y los ojos suplicantes pero llenos de deseo.

    El escritor había estado haciendo un gran esfuerzo por no descontrolarse y actuar lentamente pero aquella petición terminó por hacerlo sucumbir. Pensaba ir más despacio pero era evidente que ninguno de los dos podía esperar más.

    Abrió las piernas de Misaki y condujo la punta de su miembro a la entrada. Lentamente fue abriéndose paso. Introducía parte de su miembro y lo retiraba para luego volver a meterlo, cada vez un poco más profundo.

    ¿Estás bien? – preguntó Akihiko a Misaki una vez que todo su miembro logró ingresar.

    El castaño se sentía demasiado bien.

    S-si…–respondió deseando que el escritor empezara a moverse.

    Como si hubiera leído sus pensamientos, Akihiko empezó a mover sus caderas. El vaivén era lento pero aún así para los dos era el paraíso el volver a tener aquellas sensaciones: el interior de Misaki albergando la hombría de Akihiko.

    ¿No sientes dolor? –preguntó el escritor sin dejar de moverse.

    No…continúa, por favor…–fue la insólita respuesta que obtuvo.

    Akihiko sonrió para sus adentros. Empezó a moverse más rápido mientras sentía como el interior del castaño lo aprisionaba. Misaki debía de estar muy excitado.

    El castaño sentía que iba a correrse en cualquier momento, con sólo el estar siendo embestido por el escritor. Pero el mayor quería que su uke disfrutara más. Tomó el miembro de Misaki para masturbarlo.

    Ah…ah…no….si tocas ahí…no podré…–

    Si quieres correrte, hazlo…no te contengas…–

    Pequeñas gotas de sudor recorrían ambos cuerpos. El sonido del roce de la piel, los gemidos y las profundas respiraciones llenaban la habitación.

    Ahhhhh….–gimió fuertemente Misaki al alcanzar el orgasmo.

    Su interior aprisionó aún más el miembro del escritor. Este no tardó en venirse en su interior.

    Aún recuperando el aire, el escritor acomodó a Misaki entre sus brazos.

    Te amo, Misaki. –

    También te amo Usagi-san…–dijo el castaño dejando reposar su cabeza sobre el pecho de Akihiko. Pudo escuchar el latir acelerado del corazón del escritor.

    Akihiko deslizó su mano hasta tocar el vientre de Misaki y susurró:

    A ti también te amo.




    Las semanas pasaron y llegó el día de la presentación de la obra de teatro. Akihiko tenía planeado en un principio acompañar a Misaki todo el día, a pesar que no le agradaba la idea de tener que ver la actuación Sumi, pero todo fuera por cuidar a su castaño. Sin embargo, surgió de repente que debía de asistir a una importante junta de la editorial. Eso lo frustró pero llegó a una solución con el castaño.


    Vendré tan pronto como sea posible. –dijo Akihiko una vez el auto deportivo rojo se estacionó delante de la universidad.

    No te preocupes, todo estará bien. Además lo de hoy es algo sencillo. –dijo Misaki intentando calmar al escritor. Aunque por dentro sabía que dijera lo que dijera el escritor terminaría escapando apenas pudiera de la reunión.

    Akihiko, de pronto, acercó a Misaki hacia sí y le dio un beso. Las manos del mayor se dirigieron al vientre del castaño, sus dedos se colaron por debajo de la ropa y acariciaron la curva que delataba que algo iba creciendo dentro de Misaki.

    No hagas eso, nos pueden ver. –dijo con las mejillas rojas el castaño mientras acomodaba su ropa.

    ¿Se nota mucho? –preguntó el menor en obvia referencia a su vientre.

    Por ahora, sólo cuando estás desnudo. –respondió Akihiko de manera seductora.

    Misaki estaba a punto de gritarle algo pero el escritor habló.

    Hoy cumples tres meses de embarazo. –comentó de manera seria el escritor.

    Si…–

    Akihiko se sentía feliz, los tres meses más peligrosos del embarazo habían pasado. Si bien sabía que no podían bajar la guardia se sentía más tranquilo.

    Mañana podremos saber el sexo del bebé ¿qué quieres que sea? –preguntó el escritor.

    No he pensado sobre aquello. Con que todo salga bien seré feliz. –respondió Misaki.

    Todo saldrá bien, no dudes eso. –comentó Akihiko mirándolo fijamente a los ojos.

    Misaki asintió.

    El celular de Misaki sonó interrumpiendo la escena, era un mensaje de Nowaki.

    Nowaki y Hiroki ya están en la universidad. Recuerda que estaré con ellos así que no te preocupes. –

    Nowaki decidió ir el día de la presentación para cuidar tanto de Misaki (lo cual hacía por iniciativa propia y por petición de Akihiko) como de Hiroki a quien algo le pasaba pero no sabía qué ya que no se dejaba examinar. Para evitar que se opusiera, el profesor no sabía que Nowaki iba en parte por él.

    Nos vemos. –dijo Misaki y salió del auto.

    Akihiko lo miró bajar del auto y despedirse deseando poder quedarse. Al cabo de un momento el auto deportivo rojo partió.

    Misaki se reunió con Nowaki, Hiroki y el grupo de teatro. La presencia de Nowaki fue justificada con el argumento que, como era alto, podía ser de gran ayuda a la hora de colocar aquellos elementos de la escenografía que debían de ir puestos a una altura a la que no alcanzaban los demás.

    Si bien aún faltaban 3 horas para la presentación debían de dejar todo listo. Lo primero fue armar la escenografía, tarea en la cual colaboraron todos.

    A Hiroki no le hacía mucha gracia que Nowaki estuviera presente. Cada vez que Nowaki lo llamaba con un animado “Hiro-san” Hiroki lo fulminaba con la mirada.

    Misaki hacía todo lo que podía y era ayudado disimuladamente por Nowaki cada vez que debía de hacer algo que implicaba mucho esfuerzo dado su estado. También, gracias a Nowaki, nunca se quedaba solo.

    Al cabo casi dos horas el escenario quedó listo. Estaba lleno de árboles de utilería para simular un bosque, el piso fue decorado con flores y hojas y se colocaron otros elementos que se utilizarían durante la obra. Para finalizar, fueron puestos hilos de luces que daban gran calidez al ambiente.

    Quedó mejor de lo que esperábamos. –exclamó Daisuke al ver la escenografía terminada.

    Han hecho un excelente trabajo. –dijo Ichiro emocionado– Bueno, falta un poco más de una hora para la presentación es mejor que Sumi y Kai se vayan alistando. Daisuke, ayúdalos para que los trajes no se arruguen.

    Sumi y Kai se retiraron a los vestidores acompañados por Daisuke.

    Misaki, gracias por apoyarnos hoy. –dijo Ichiro.

    No tiene nada que agradecer. Es lo menos que puedo hacer. –

    ¿Hiroki, estás bien? –preguntó de pronto con preocupación Nowaki haciendo que Misaki e Ichiro voltearan a ver qué ocurría.

    S-si…–dijo el profesor quien se veía pálido.

    ¿No quieres que te traiga algo? –preguntó Nowaki mientras se acercaba donde Hiroki.

    He dicho que estoy bien, si necesitara algo iría yo mismo a…–

    El profesor no terminó de hablar.

    El peliazul logró tomarlo en sus brazos antes de que se desmayara.








    Nota de la autora:

    1) Antes que nada contesto sus mensajes ^^
    Janet :3: muchas gracias por el mensaje no sabes cuánto me animó, sabiendo que se están haciendo las cosas bien una puede seguir adelante con más confianza. Nowaki es un amor aunque por poco y conocía la furia de Akihiko jajaja. Amo los besos y abrazos de oso panda ^.^
    kuroi-sama: me hace feliz que te haya agradado el capítulo anterior. Gracias por la paciencia y la comprensión ^^. ¡Adoré el abrazo alienígena!
    laura lobaton: gracias a ti por tomarte un tiempo para leer y comentar la historia ^-^
    Sakura Yoshino: Jajaja Sumi está recibiendo muchas amenazas últimamente. Me alegra que te haya gustado el capítulo ^^.
    DannyXLey: gracias por comentar ^^ Sumi se está ganando el odio de tod@s en esta historia.
    Lady_Phantomhive >w<: muchas gracias por escribir, me hace feliz que te haya encantado el capítulo. Nowaki sólo quería ayudar, Akihiko y nosotr@s que somos tan mal pensad@s jajaja
    Anne onodera takano: Akihiko estará, literalmente, “encima de Misaki” todo el tiempo jajaja. Gracias por escribir ^-^
    Kajika Sama: muchas gracias a ti por escribir ^.^ me alegra que la hayas pasado bien con el capítulo anterior. Creo que tod@s somos un poco malpensad@s al igual que Akihiko jajaja. Felicitaciones por tus estudios de maestría, espero que te esté yendo genial ^-^ Concéntrate, ¡esforcémonos mucho! ^^
    Misaki_Nya: miles de gracias por el mensaje ^.^ espero que la continuación te haya gustado.
    Nethy Takahashi: gracias por animarte a comentar, eso me hace muy feliz ^-^ Akihiko no tardó en aprovechar que Misaki se recuperó jajaja ojala te haya gustado este capítulo.

    2) Según cronograma que tengo el siguiente sería el último capítulo... Y tengo una idea en mente...ya se las contaré en el siguiente capítulo para que me den su opinión y me ayuden a tomar una decisión ^^

    Muchas gracias a tod@s.
    Un abrazo,
    Aulu.

    PD: Este domingo es el Día del Padre en mi país ¿en el de ustedes también? De ser así que tengan una hermosa celebración ^-^
  13. .

    Capítulo 21


    Estrategias



    ¿Quién es que ha tenido últimamente muchas ganas de que yo…?–

    ¡Cállate! –

    La pequeña discusión hubiera continuado pero el sonido del celular del castaño interrumpió la escena. Misaki respondió. El escritor pudo ver que la cara de Misaki iba reflejando cada vez más preocupación.

    ¿Sucedió algo? –preguntó apenas el castaño colgó el teléfono.

    Sumi se retiró del taller…–

    El escritor se quedó callado, intuyó las consecuencias que aquello podría provocar. Decidió ir al grano, no quería darle vueltas al asunto y que se produzcan más malentendidos.

    ¿Eso afecta tu decisión de retirarte? –preguntó

    Misaki se quedó un momento viendo su celular, lo dejó en la mesa de noche antes de mirar a Akihiko.

    Yo…ahora no sé qué hacer…–

    El silencio inundó la habitación, el castaño se sintió incómodo.

    Tenía pensado retirarme para evitar a Sumi pero ahora que él ya no está ¿podría quedarme? Y ya sé que tengo que pensar en el bebé pero Nowaki dijo que mientras no me estresara todo estaría bien…–Misaki hablaba como si pensara en voz alta–…Si me retiro quedaran dos en el taller, me necesitan…Además, fue mi culpa que Sumi se retirara…no podría hacerle eso a ellos…

    Akihiko se acercó donde Misaki y lo abrazó para calmarlo, no quería que el castaño se inquietara demasiado, especialmente ahora que apenas había sido dado de alta del hospital.

    ¿Ellos te han pedido que te quedes? –

    Me dijeron para reunirnos antes del viernes para ver la manera de solucionar esto, me van a avisar cuando confirmen el día. –

    Ya veo.–

    Ambos se quedaron en silencio nuevamente.

    ¿Usagi–san? ¿Tú qué opinas? –preguntó el menor mientras disfrutaba de la cálida protección de los brazos de Akihiko.

    En tu lugar me retiraría de todos modos porque para mi es fácil ser egoísta. Pero sé que tú siempre piensas en los demás…y esa es una de las cosas que me gusta de ti. –dijo el escritor ocasionando que Misaki se sonrojara.

    ¿Entonces? –insistió el castaño.

    Akihiko se separó un poco del menor para poder verlo a los ojos antes de hablar.

    Lo más importante ahora es la salud del bebé, si Nowaki vuelve a confirmar que no hay ningún problema al respecto podremos afrontar juntos lo que pueda venir. –

    Además puede que Sumi se rectifique y decida regresar. ¿No crees? –preguntó Misaki esperanzado.

    Puede ser. –Akihiko prefería evitar tener que hablar de Sumi– Bueno, es hora de dormir tienes que descansar.

    Si, tienes razón. Hasta mañana. –dijo Misaki mientras se dirigía hacia la puerta. Estaba a punto de abrirla cuando fue interrumpido.

    ¿A dónde vas? –preguntó el mayor.

    A mi…cuarto…–

    El castaño se había olvidado por completo que, desde ese día, compartiría para siempre el cuarto con el escritor.

    Ten, aquí está tu piyama. Póntela. –le dijo Akihiko acercándole el piyama que había sacado momentos antes de una gaveta.

    ¿Aquí? –preguntó sonrojado Misaki.

    Si no te la pones tú, te la pongo yo…–dijo el escritor mirándolo con un brillo en sus ojos.

    ¡Cámbiate tú también y deja de mirarme! –gritó el castaño mientras se iba a un rincón del cuarto.

    El escritor se quitó el saco que tenía encima y después deslizó la corbata para liberarse de esta. Luego, desabotonó su chaleco. Akihiko se desvestía con naturalidad delante de Misaki quien aún no empezaba a cambiarse.

    ¿Por qué no te cambias aún? ¿Estás disfrutando el panorama? –dijo el escritor a la par que se quitaba la camisa dejando a la vista su torso.

    Para nada, ni te imagines cosas raras. –advirtió Misaki quien se quitó furiosamente el polo que tenía encima para ponerse la parte de arriba del piyama.

    Una vez que terminaron de alistarse para dormir el menor se quedó viendo la cama.

    “No es que sea algo nuevo dormir con Usagi-san pero…saber que desde ahora será siempre así…es como si fuéramos ¿una pareja de casados?” –pensaba un sonrojado Misaki.

    Si sigues mirando la cama de ese modo voy a pensar que me estar provocando. –dijo Akihiko mientras se acomodaba entre las sábanas.

    Tonto, no es nada de eso. –respondió Misaki antes de echarse cerca al filo de la cama para estar lejos del escritor.

    Casi al instante sintió los brazos de Akihiko llevándolo hacia él.

    ¿Qué haces? Recuerda que no podemos…–

    Te puedes caer si duermes muy cerca al borde. –dijo el escritor con tranquilidad mientras sus brazos rodeaban el cuerpo del menor.

    Buenas noches, Misaki. –susurró en la oreja del castaño y depositó un beso en el cuello de su uke.

    Hasta mañana Usagi-san…–dijo Misaki.

    A pesar que solo habían sido dos noches las que habían pasado en el hospital para ambos era como si hubiera pasado mucho más tiempo. El estar nuevamente en el departamento, sabiendo que las cosas habían salido bien, era algo que los dos habían anhelado.

    Para sorpresa de Misaki, el mayor fue el primero en quedarse dormido. El haber estado todo el tiempo en el hospital más el tener que avanzar el trabajo pendiente había dejado exhausto al escritor. Al castaño le costó un poco el poder quedarse dormido. Se había quedado un poco inquieto pensando en la decisión que había tomado Sumi.



    Al día siguiente la mañana transcurrió tranquila en el departamento. Akihiko se dedicó a trabajar en sus manuscritos. Y es que ese era uno de los métodos que empleaba para no sucumbir en la enorme tentación de atacar al castaño: concentrarse en el trabajo.

    Por otro lado, Misaki estudiaba para ponerse al día en sus clases. Una vez terminó de estudiar el castaño recordó que tenía que llamar a Nowaki. Tomó el celular entre sus manos y buscó el número del peliazul.

    ¿Aló Nowaki? –preguntó Misaki al escuchar el tono que confirmaba que su llamada había sido contestada.

    Hola Misaki, dime. ¿Todo está bien? –

    Si, te llamo porque quisiera consultarte algo. –

    ¿Es sobre el periodo de abstinencia? Porque Akihiko me ha estado preguntado mucho sobre eso pero ya saben que tienen que esperar.–dijo un poco incómodo Nowaki al otro lado de la línea.

    N-no es sobre eso…es otra cosa... –respondió un avergonzado Misaki.

    “Voy a matar a Usagi-san” –pensó el castaño antes de continuar con la conversación.

    Misaki le contó a Nowaki la situación acerca de la obra de teatro y todo lo que ello involucraba.

    ¿Realmente debes participar? –preguntó el peliazul.

    No lo sé…pero quería saber tu opinión en caso se dé esa posibilidad. –

    Sé que te dije que si no te estresabas mucho podías realizar cualquier actividad pero creo que lo mejor sería que no te esforzaras tanto. Recuerda que los primeros tres meses son los de mayor cuidado. Si bien no tienes que interrumpir tu vida normal a causa del embarazo tampoco es bueno que asumas tantas responsabilidades.–

    Misaki se quedó un momento procesando lo que esa frase quería decir antes volver a hablar.

    Entiendo. –

    Quisiera examinarte el jueves, ¿te parece si ese día hablamos un poco más? –

    Si, claro. Muchas gracias por todo. –

    No hay por qué. No dudes en llamar cada vez que tengas una inquietud. Hasta luego, Misaki. –

    Hasta luego. –

    “Supongo que no tengo más opción…y, después de todo, es lo mejor….” –pensó Misaki tocando su vientre.


    El castaño bajó a la cocina a preparar el almuerzo, una vez estuvo todo listo llamó al escritor.

    Mientras comían Misaki estaba pensativo.

    ¿Llamaste a Nowaki? –preguntó el escritor para romper el silencio.

    Si…–

    Akihiko esperó pacientemente a que el castaño hablara del tema.

    Nowaki cree que lo mejor es que no participe. Estuve pensando y también estoy de acuerdo con ello. –comentó el castaño tratando de forzar una sonrisa.

    ¿Y por qué esa cara? –

    No sé cómo decirle esto a mis compañeros. Después de todo es mi culpa que Sumi los abandonara. –

    No fue tu culpa. Además, recuerda siempre el por qué de que debas tomar esa decisión. –dijo seriamente el escritor.

    Misaki no supo muy bien si Akihiko se refería a los sucedido con Sumi o al embarazo. Pero cualquiera de las dos opciones le pareció que era motivo suficiente.

    De seguro entenderán. –dijo Akihiko en un tono más suave antes de continuar con el almuerzo.



    El jueves en la tarde me reuniré con Daisuke y Kai. Ese día les diré que no participaré. –avisó Misaki a Akihiko mientras se alistaban para dormir.

    ¿Te llamaron? –preguntó el escritor quien se desvestía lentamente.

    Si, hoy en la tarde. –respondió Misaki ya con el piyama puesto.

    Akihiko se acercó donde Misaki sin que este se diera cuenta. Como al castaño le daba vergüenza cambiarse delante del escritor lo hacía mirando hacia la pared. Fue fácil para Akihiko aparecer detrás de él.

    Hoy que llamaste a Nowaki ¿le preguntaste si es que ya podíamos hacer el amor? –susurró el escritor al oído del menor mientras sus inquietas manos se colaban por debajo de la ropa del menor.

    Claro que no. –dijo Misaki con las mejillas rojas.

    Y eso me recuerda que tú le has estado preguntando sobre eso, eres un perverti…–el castaño no pudo terminar de hablar. Sintió los dedos de Akihiko jugar con sus botones.

    Usagi–san…recuerda que no podemos…–le recordó el menor a duras penas antes de que las caricias del mayor no le dejaran articular palabra.

    Creo recordar que si podíamos llegar hasta cierto punto. –dijo el escritor y apretó más fuerte los botones de Misaki.

    Ahh…–gimió el menor.

    Akihiko lo acostó en la cama y rápidamente bajó el pantalón y el bóxer del menor. La erección de Misaki quedó al descubierto.

    Dime, ¿te has estado aguantando? –preguntó el mayor.

    Yo…ahhhh….– Misaki no pudo contestar.

    Akihiko metió el miembro del castaño lentamente en su boca. Luego empezó a mover su cabeza a un vaivén rápido ocasionando que el castaño se estremeciera cada vez que su miembro era engullido por la boca del mayor.

    Usagi-san…–

    La lengua del escritor recorría la longitud del miembro del menor. Gotas de pre-semen no tardaron en salir, Akihiko saboreó el delicioso sabor de su uke.

    Misaki tenía sus manos aferradas a las sábanas y su espalda se arqueaba en cada espasmo de placer. Su cuerpo disfrutaba de la atención que le brindaba el escritor, no tardaría mucho en venirse.

    Si sigues…yo…–

    Akihiko continuó con su labor hasta que el semen de Misaki se liberó en su boca. El castaño gimió fuertemente.

    Ves que sí te habías estado aguantando. –dijo triunfalmente Akihiko mientras relamía sus labios.

    Las mejillas del castaño estaban rojas, hubiera contestado algo pero intentaba recobrar el aliento.

    Aún estás duro. –comentó Akihiko tomando en sus manos nuevamente el miembro de Misaki.

    Akihiko volteó al menor y empezó a estimularlo con las manos mientras repartía besos por su nuca.

    Deja…de jugar con mi…cuerpo…–se quejó Misaki a duras penas.

    Tu cuerpo no parece quejarse. –susurró el escritor en su oído.

    Ah…ah….ah…–

    En cierto momento, el cuerpo de Misaki rozó el del escritor, sintió el miembro de Akihiko. Tenía una erección.

    “Usagi-san también está excitado…no es justo que solo yo disfrute…” pensó.

    El menor intentó dejarse llevar pero no podía dejar de sentirse un poco culpable por estar recibiendo toda la atención. Se puso indeciso.

    Akihiko continuaba con su trabajo pero percibió que Misaki no estaba reaccionando como siempre. Estaba a punto de decir algo cuando el castaño habló.

    Espera…Usagi-san…–dijo Misaki con la respiración agitada. Se volteó para quedar nuevamente boca arriba. Akihiko quedó encima suyo apoyado sobre sus rodillas y brazos.

    ¿Pasa algo? –preguntó el mayor.

    “¿Ahora qué digo? No puedo simplemente decirle lo que pienso…es muy vergonzoso…”

    Es que…Usagi-san…–titubeó el castaño.

    ¿Te duele algo? –

    “Quiero que tú también disfrutes” –gritaba dentro de su mente Misaki.

    No es eso…–dijo el castaño volteando la mirada.

    El escritor se quedó observándolo por un momento.

    Perdón si te presioné, lo mejor será que lo dejemos aquí. –dijo Akihiko que estaba a punto de moverse.

    Misaki, asombrándose de su propia reacción, lo tomó de los brazos para evitar que se moviera.

    “No puedo dejar que esto quede aquí. No quiero que piense que me ha hecho daño. Yo simplemente quiero que él también… ” –pensaba avergonzado, tenía una lucha interna entre continuar o no con la idea que tenía en mente- “Diablos, ¿por qué tengo ahora este tipo de impulsos?”

    El castaño acercó su rostro al del escritor y lo besó. Mientras el beso se iba haciendo más profundo las manos de Misaki se posaron en el pecho del mayor y empezó a delinear nerviosamente el torso de Akihiko. El escritor no se había llegado a poner el piyama y había quedado en boxers. Eso facilitó la tarea del menor de ir recorriendo con sus manos su cuerpo hasta llegar a rozar la ropa interior del escritor.

    “¿Será que al embarazarme… Akihiko me volvió un pervertido?” –pensó con terror Misaki pero continuó.

    Las manos del menor se deslizaron dentro de la ropa interior del mayor. Tomó nerviosamente el miembro del escritor entre sus manos y empezó a recorrer toda su extensión.

    La respiración del escritor se hizo profunda y lanzó un ronco gemido.

    Escuchar eso hizo que una sonrisa se asomara en el rostro de Misaki.

    “Dije que te atacaría un día” –pensó satisfecho el castaño.

    Que empiece el juego. –dijo Akihiko.

    Las palabras del escritor hicieron que Misaki se detuviera.

    ¿Eh? –

    Imitaré tus movimientos. Vamos, sigue haciendo lo que estabas haciendo.–susurró Akihiko.

    Totalmente avergonzado y arrepentido el menor obedeció.

    Las manos del castaño volvieron a posarse en la erección del escritor. Akihiko tomó el miembro del menor y empezó a imitar las acciones de este ocasionando que Misaki empezara a gemir.

    Ah…ah….–

    Akihiko estaba en la gloria, nunca había esperado que Misaki tuviera ese tipo de iniciativas y ya que lo había hecho lo llevaría al límite.

    Se mantuvieron así por un largo rato, disfrutando de las caricias que se daban mutuamente. Hasta que al escritor se le ocurrió otra idea.

    Ahora imítame tú a mi. –

    Las manos del escritor empezaron a moverse con agilidad. Misaki, debido al placer que recibía y a que no tenía la habilidad de Akihiko, apenas y podía seguir el ritmo.

    Ah…Usagi-san…no puedo…vas muy rápido... –se quejó el menor.

    No te preocupes, déjate llevar. –susurró el escritor.

    Pero no es justo…yo quiero que tu también…–dijo Misaki con los ojos cerrados para evitar la mirada de Akihiko.

    Eres adorable. –dijo el mayor y depositó un beso en la mejilla del castaño.

    Ya que lo que quería Misaki era que ambos disfrutaran otra idea llegó a su mente. Se deshizo de las prendas que tenían para poder estar más cómodos.

    Akihiko tomó con su mano los dos miembros para masturbarlos al mismo tiempo.

    El roce era exquisito.

    Misaki pensaba que eso era un poco “sucio” pero el solo pensar eso hacía que se excitara aún más.

    El escritor se deleitaba con la dulce melodía que eran para él los gemidos del castaño.

    Usagi…yo…–anunció el menor al cabo de un rato.

    Akihiko continuó con la estimulación.

    Misaki se corrió y al poco tiempo también el escritor. Había cumplido, sin que el menor lo supiera, una de las fantasías que había plasmado en una de sus novelas BL.

    Pasado el clímax y una vez limpios y nuevamente acomodados en la cama, el escritor abrazó a un avergonzado Misaki que ocultaba el rostro en su pecho.

    Querías que también disfrute ¿no es así?–preguntó Akihiko.

    N-no sé de qué hablas…–respondió Misaki con la cara roja.

    Quiero que sepas que para mi era suficiente con darte placer, no hay nada que disfrute más que eso pero, ya que insistes, desde ahora será de este modo. –dijo en tono triunfal el escritor.

    Misaki, nuevamente, había cavado su propia tumba.



    El día jueves llegó y Misaki recibiría la visita de Nowaki. Habían quedado que el peliazul iría al departamento para evitar que el castaño fuera al hospital. En su estado lo mejor era evitar ir de no ser necesario para evitar el contagio de alguna enfermedad.

    ¿A qué hora llegará Nowaki? –

    A las 10. – respondió el castaño mientras terminaba de lavar–Anda a la editorial, después de todo lo único que tendré que hacer será abrir la puerta.

    No quiero dejarte solo. –

    No puedes poner esa excusa para dejar tus responsabilidades de lado.–

    Desearía estar siempre cerca de ti. –dijo el escritor apoyándose levemente sobre Misaki.

    N-no des más excusas y anda ya. –dijo Misaki con las mejillas levemente rojas.

    Akihiko partió rumbo a la editorial dejando solo a Misaki. El castaño al poco tiempo recibió la llamada de Nowaki avisando que llegaría un poco tarde debido a que un paciente se había puesto mal de pronto.

    Una vez que, finalmente, el peliazul estuvo en el departamento charló con Misaki acerca del por qué su recomendación de que el castaño no aceptara más responsabilidades. El menor escuchó atentamente y asintió al final. Todo sea por cuidar su embarazo.

    Luego de esa plática Nowaki debía de revisar el cuerpo del castaño. Si bien el bebé nacería por cesárea era necesario comprobar que todo se encontraba bien “ahí abajo”. Un avergonzado Misaki se dirigió con Nowaki al baño del segundo piso.

    Un rato después llegó Akihiko. Llamó a Misaki pero no recibió respuesta, se tranquilizó al ver el abrigo de Nowaki en la sala. Eso significaba que debían de estar en el departamento pero ¿en qué parte?

    El escritor subió las escaleras.

    Avísame si sientes dolor para detenerme. –decía Nowaki a su paciente.

    Está bien. –

    Al pasar por una de las puertas Akihiko escuchó una voz.

    Presionaré un poco más, relájate. –

    El escritor se detuvo para escuchar atentamente.

    ¿Duele? –

    N-no. –

    Cuando Nowaki abrió la puerta se encontró con la mirada amenazadora de Akihiko. Un aura negra rodeaba al escritor.

    ¿Qué estaban haciendo ahí dentro? –

    Misaki se quedó sin saber qué decir pero Nowaki supo controlar la situación.

    Estaba examinando a Misaki. Su recuperación ha sido rápida, ya pueden volver a tener relaciones. Claro que no de manera brusca. –dijo el peliazul con una sonrisa.

    El aura negra desapareció.

    ¿Deseas algo de comer o de tomar?–preguntó Akihiko a Nowaki y le devolvió la sonrisa.

    “Usagi-san, eres un gran tonto”. –pensó Misaki.


    Una vez Nowaki se fue del departamento Akihiko quería “celebrar” la recuperación de Misaki pero este le recordó que debía de encontrarse con sus compañeros de teatro. Resignado, Akihiko almorzó con el castaño y luego partieron rumbo a la universidad. El escritor esperaría por Misaki mientras iba a visitar a Hiroki.

    Yo…lo siento… pero también he planeado retirarme. –anunció el castaño después de explicar parte de la razón por la que tomaba esa decisión a Daisuke y Kai.

    Si también te vas tú solo quedaremos nosotros dos. –se quejó Kai.

    Tranquilo, Kai. Misaki dijo que era por salud, eso es siempre primero. Pensemos en alguna solución. –dijo Daisuke de manera calmada.

    Misaki agradeció que la amabilidad japonesa consistiera en no hacer más preguntas de las que sean consideradas necesarias. Si a Daisuke y Kai se les hubiera ocurrido preguntar exactamente qué problema de salud tenía no hubiera sabido qué responder.

    Daisuke llegó a la conclusión de que entre dos personas era imposible que la obra se hiciese. Así que no quedaba más que convencer a Sumi de que desistiera de su decisión, de ese modo Misaki podría retirarse. Fueron a buscar a Sumi al salón del cual Kai tenía la sospecha podía acabar de salir de clase. Daisuke y Kai fueron corriendo. Misaki los alcanzó un momento después, quería evitar ir de prisa y hacer daño al bebé.

    ¿Qué pasó? –preguntó el castaño cuando vio a sus dos compañeros charlando.

    Al parecer hoy salieron temprano, no hay nadie. Kai y yo iremos a darle alcance en el siguiente pabellón donde creemos puede tener clase. Tú, espéranos aquí. –dijo Daisuke, no quería que Misaki se esforzara tanto luego de enterarse que tenía un problema de salud –Te llamaremos al celular si lo encontramos.

    Misaki vio a Daisuke y Kai partir. Fue a la puerta del salón y, en efecto, no había nadie. Pero le pareció divisar algo en el suelo. Se acercó y vio que era una maleta.

    Sería raro que alguien se olvidara algo así. ¿Debería llevarla a objetos perdidos?–pensaba Misaki cuando fue interrumpido por una voz, volteó a ver.

    Esa es mi maleta, vine a recogerla. Ayudé al profesor a llevar unos libros por eso tuve que dejarla aquí. –

    Era Sumi.

    Sumi, tenemos que hablar pero falta que estén aquí Daisuke y Kai. –dijo Misaki mientras sacaba su celular pero la mano de Sumi se posó sobre la suya para evitar que los llamara.

    ¿Es por mi decisión de retirarme? –preguntó a la par que retiraba su mano una vez se aseguró que el castaño no llamaría a nadie.

    Si. –

    Lo siento pero creo que es lo mejor. –

    ¿Si yo me retirase eso haría cambiar tu decisión? –

    ¿Quieres retirarte también? –

    Misaki se sintió descubierto. ¿Cómo Sumi había podido deducir tan rápido sus intenciones? Recordó que Akihiko una vez le dijo que no sabía mentir.

    Tú eres importante para el grupo, tenías uno de los dos papeles principales. –dijo Misaki

    Si quieres podemos hacer ese cambio. Yo me quedo en la obra y tú, si deseas, eres libre de retirarte. –

    ¿En serio? –

    Pero con una condición…–susurró Sumi al oído de Misaki a la par que posaba una de sus manos en la cintura del castaño.




    Nota de la autora:
    He aquí otro capítulo. Ahora he demorado más que nunca en actualizar debido a que el trabajo consumió mi tiempo…pero me ayudó mucho el recordar sus mensajes en el que decían que no importaba el tiempo que demorara, que esperarían pacientes la actualización. Gracias a eso pude tomar el tiempo necesario para crear este capitulo sin apresurarme demasiado. Espero que la continuación les haya gustado.

    Un abrazo ^^
  14. .

    Capítulo 20


    Egoísmo y Romance



    ¡Hiro-san, Akihiko me contó! Estoy tan feliz. ¬–dijo Nowaki apenas se percató de la presencia del profesor.

    ¿Qué mentiras te ha dicho? ¬–dijo Hiroki con el entrecejo fruncido.

    Le conté sobre toda la ayuda que nos has dado… y de lo mucho que lo amas y confías en él.–dijo Akihiko y se dirigió hacia la habitación que ocupaba Misaki dejando solos a un avergonzado Hiroki y a un radiante Nowaki.


    Apenas llegó a la puerta de la habitación de Misaki la abrió y entró. El castaño que había estado observando la ventana, hasta ese momento, volteó a mirarlo.

    El rostro de Akihiko denotaba cansancio pero una leve sonrisa apareció.

    El escritor, ni bien llegó al lado de su uke, lo abrazó fuertemente.

    Te amo, Misaki. –susurró el escritor sin dejar de abrazarlo –No vuelvas a darme ese tipo de sustos.

    Las emociones del castaño se iban desbordando. Después de lo sucedido con Sumi no se sentía merecedor de tanto amor.

    Usagi-san…yo…lo siento mucho…acerca de lo que pasó en la universidad…yo quiero contarte…–dijo Misaki mientras gruesas lágrimas aparecían en su rostro.

    Olvidemos lo que pasó, no es bueno que te pongas así. –

    Akihiko lo abrazó más fuerte aferrándose a él.

    Si bien el escritor sentía la urgente necesidad de saber qué era exactamente lo que había pasado hace unas horas en la universidad temía que el conversar de aquel tema afectara a Misaki.

    Es necesario que sepas…no estaré tranquilo hasta que todo se aclare... –dijo Misaki colocando sus manos en los hombros del escritor empujándolo suavemente.

    Akihiko le dio un beso en la frente y secó las lágrimas de Misaki antes de sentarse a su lado.

    ¿Estás seguro que quieres hablar de ello?

    Si. –

    Entonces, te escucho. –dijo Akihiko.

    El día de hoy tenía planeado quedarme en casa pero me di cuenta que tenía que sacar un libro de la biblioteca…-empezó a narrar Misaki.

    El escritor trataba de mantener un semblante neutral pero, conforme el castaño iba relatando todo lo sucedido, le era cada vez más difícil mantener una actitud calmada al ir imaginándolo todo. Misaki le contó además de la declaración que había recibido por parte de Sumi, era algo que había tenido pendiente contarle.

    Maldijo por dentro tener una imaginación tan despierta y maldijo, sobretodo, al manipulador de Sumi.

    Se sintió también confuso acerca del por qué la actitud de su uke, ¿por qué no reaccionó antes?, pero cuando el castaño le contó todo lo que había pasado por su mente no pudo evitar sentirse un poco culpable.

    …Eso fue todo lo que pasó. En verdad, lo lamento mucho… rompí la promesa de no dejar que otra persona me toque... –dijo el castaño muy afligido.

    No rompiste ninguna promesa porque no permitiste que él llegara más lejos. Lo que me llena de alegría dentro de todo lo que me acabas de contar es que lo hiciste no solo por mi sino también por este pequeño o pequeña. –dijo Akihiko tocando el vientre de Misaki con una de sus manos -Si te das cuenta, es la primera vez que tienes tan presente el estado en el que te encuentras.

    Un sentimiento cálido inundó al castaño mientras sentía la mano de Akihiko sobre su vientre. Ver al escritor en esa nueva faceta era un privilegio que solo el tenía.

    Sumi se aprovechó de tu confusión y eso en parte es mi culpa. Si te hubiera dicho la verdad acerca de la reunión con Hiroki y hubiera insistido en conversar acerca cómo te sentías esto no hubiera pasado. –continuó hablando Akihiko.

    No digas eso. Tú solo buscabas que estuviera bien y, bueno, al final tenías razón acerca de todo…sobre las intenciones de Sumi y el que no debo de exponerme a tanto estrés, ya veo qué es lo que puede pasar…-dijo Misaki poniendo su mano encima de la del escritor -Perdóname también por no haberte dicho antes lo de la confesión de Sumi. En serio que quise pero con la noticia del embarazo y las cosas que iba sucediendo era cada vez era más difícil hallar el momento adecuado.

    Ya me explicaste todo, no tienes que preocuparte más. Pero, a partir de ahora, apenas tengas una duda o inquietud por más pequeña que esta sea conversemos al respecto ¿está bien? –

    Si. –

    Y yo no volveré a hacer cosas a tus espaldas como lo de ir a hablar con Hiroki. Aunque eso no signifique que me deje de preocupar. –

    Respecto a la obra estoy pensando en dejarla, no quiero toparme con Sumi. Al menos por el momento creo que lo mejor sería evitar cualquier encuentro con él. Si no estuviera embarazado las cosas serían diferentes pero no puedo ser egoísta y pensar solo en mi… –

    La decisión de Misaki dejó satisfecho al escritor. Después de enterarse de que Sumi se le había declarado a su uke quería evitar más que nunca que estuviera cerca de Misaki.

    Hoy me asusté mucho ante la posibilidad de perder a nuestro hijo o hija… –terminó de decir el castaño.

    Tener un hijo es una gran alegría pero también una gran responsabilidad. –

    Si…hay otras parejas… como Hiroki y Nowaki que desean tanto tener uno… -dijo el castaño un poco triste.

    Verás que pronto lo conseguirán. –le dijo el escritor guiñándole un ojo.

    ¿Cómo estás tan seguro de eso? –preguntó intrigado Misaki.

    Le di algunos consejos hace un rato mientras Hiroki estaba conversando contigo. –

    ¿Q-Qué fue lo que le dijiste? –

    Para qué decírtelo si te puedo lo enseñar. –contestó seductoramente el escritor.

    El mayor tomó con una de sus manos la cabeza de Misaki y la atrajo hacia sí para besarlo. El escritor se tomó su tiempo para degustar el dulce sabor de los labios de Misaki.

    Cuando lleguemos a casa te haré el amor. –susurró Akihiko al oído de Misaki haciendo que las mejillas de este se colorearan.

    Akihiko iba a besar nuevamente a Misaki hasta que fueron interrumpidos por el sonido de alguien tocando la puerta.

    Esta se abrió y Nowaki apareció.

    Misaki vine a ver cómo sigues. –dijo Nowaki con una sonrisa mientras se acercaba.

    Estoy bien, no he vuelto a sentir dolor. –comentó el menor.

    Eso me alegra mucho, recuerda mantenerte calmado. –

    ¿Cuándo podrá Misaki regresar a casa? –preguntó el escritor ansioso por tener a Misaki solo para él.

    Respecto a eso, Misaki debe de quedarse internado al menos hasta el lunes, es importante tenerlo en observación al menos 48 horas después de lo que ha sucedido. –

    ¿Hasta el lunes? –preguntó un poco consternado el menor.

    Si, recuerda que ninguna medida es exagerada cuando se trata de cuidar tu embarazo. –

    Si, tiene razón. –dijo el castaño con resignación.

    No es necesario que te encuentres en reposo absoluto. Puedes levantarte tranquilamente para ir al baño, tomar una ducha y si todo va bien incluso dar un paseo por los jardines del hospital. –continuó hablando Nowaki– Para terminar, debes de estar en un periodo de abstinencia sexual al menos por una semana.

    ¿Qué? –preguntó de pronto el escritor.

    Si…es una medida que siempre se toma en estos casos…–respondió Nowaki un poco nervioso ante la sombría mirada del escritor.

    Está bien…seguiremos las indicaciones…–dijo Misaki deseando que el tema de conversación cambiara lo antes posible. Sus mejillas estaban rojas.

    ¿Y si Misaki siente deseos de estar conmigo? –preguntó como si nada el escritor–Porque últimamente ha tenido ese tipo de antojos...

    ¡Usagi-san! –gritó avergonzado el menor que ya no sabía hacia dónde mirar por lo avergonzado que se encontraba.

    Misaki puede, digamos, disfrutar de cierto tipo de caricias…–comenzó a explicar el peliazul lo más profesionalmente posible ante las inquietas dudas del escritor –…pero por ningún motivo puede haber penetración.

    En resumen, mientras no….–trató de intervenir nuevamente el escritor.

    ¡Usagi-san basta! Creo que la explicación de Nowaki fue bien clara. –gritó Misaki al escritor rojo de la vergüenza y la ira.

    Nowaki se quedó mirando aquella escena un poco divertido, le era imposible no pensar en su amado Hiro-san.

    Bueno, en un momento vendrán a traerte la cena, esta noche me quedaré en el hospital ya que tengo varios pacientes de los que tengo que estar pendientes así que, ante cualquier pequeña molestia o lo que sea, puedes llamarme con el localizador que tienes en la mesa de noche y estaré aquí de inmediato. –

    Está bien, muchas gracias por todo. Espero que llegue a descansar bien. –dijo el castaño dedicándole una gran sonrisa al doctor.

    Nos vemos. –dijo Nowaki y salió del cuarto.


    Después de cenar y ojear la televisión Misaki y Akihiko se acomodaron para dormir. El castaño insistió, para gusto del escritor, en que este durmiera a su lado. No se hubiera sentido bien de ver a Akihiko durmiendo en un sofá por más cómodo que este fuera.

    El menor no tardó mucho en quedarse dormido. Estaba cansado debido a todo lo ocurrido y los cálidos brazos del escritor eran el refugio perfecto. Akihiko tampoco tardó en dormir esa noche, sentir a Misaki entre sus brazos sabiendo que las cosas habían salido bien era todo lo que necesitaba en ese momento.

    En otra área del hospital Nowaki iba adormilándose. Mientras no hubiera llamadas a su localizador podía aprovechar para dormir un poco. El sueño lo fue venciendo mientras miraba una y otra vez las fotografías que tenía de Hiroki en su celular. Con un último pensamiento dedicado a él se quedó dormido.



    A la mañana siguiente Nowaki fue a revisar a Misaki antes de ir a su casa. Tocó la puerta de la habitación y al no recibir respuesta la abrió. No había nadie. Estaba a punto de echar a correr para buscarlos, pensando que quizá se habían ido de manera negligente a caminar por el hospital o algo parecido, cuando escuchó unas voces que provenían del baño.

    ¡Usagi-san, puedo bañarme yo solo! –

    ¿Y si te resbalas? –

    Te prometo que tendré cuidado pero sal de aquí. –

    Si te da pena ser el único que esté desvestido puedo bañarme contigo también... –

    Nowaki se alejó de la puerta del baño, no le parecía correcto quedarse escuchando aquella conversación. Confió en que seguirían las indicaciones que les había dado la noche anterior.


    Para cuando el peliazul regresó a la habitación, Misaki y Akihiko lucían recién bañados, los mechones mojados de sus cabellos delataban que al final habían terminado duchándose juntos.

    Revisó a Misaki y después de eso partió del hospital con Akihiko.

    El castaño había insistido en que el mayor regresara a casa para que recogiera su laptop, de esa manera podría avanzar sus manuscritos mientras estaba con él en el hospital. No le parecía correcto que se distrajera tanto de su trabajo. Como el escritor sabía que una de las cosas que más le preocupaba a Misaki era “ser una molestia” y él quería quedarse a su lado hasta que saliera del hospital, accedió. Al enterarse que Nowaki iba de salida el escritor se ofreció a llevarlo en su auto.

    El escritor después de dejar a Nowaki cerca a su departamento partió rumbo al suyo. En el camino ambos habían charlado acerca de Misaki además de otros temas. Si bien Nowaki aún se mantenía un poco receloso ante el escritor, ya que no podía olvidar que había sido el responsable de las lágrimas de Hiroki la primera vez que lo vio, podría decirse que llegó a entenderse bien con él. Además, en primer lugar estaba la salud de sus pacientes: Misaki y su bebé.


    Cuando Nowaki llegó al departamento que compartía con Hiroki fue a buscarlo, ansiaba estar con él.

    ¿Hiro-san? –preguntó mientras se adentraba en el departamento.

    Lo encontró en el piso de la sala, rodeado de media docena de latas de cerveza, parecía que no había pasado mucho tiempo desde que las había tomado. El olor a alcohol aun se encontraba en el aire.

    ¡Hiro-san! –exclamó mientras lo samaqueaba un poco para despertarlo.

    Nowaki…¿qué hora es? –fue lo primero que preguntó Hiroki quien no se encontraba completamente consciente. El alcohol aún hacía efecto en su cuerpo.

    Sabes que no puedes beber alcohol –dijo preocupado Nowaki mientras recogía las latas y comprobaba que se encontraban vacías.

    ¿Por qué? ¿Si estoy embarazado no es bueno para el bebé? No lo estoy así que no hay problema. –

    La voz de Hiroki sonaba frustrada, bajó la mirada para evitar ver a los ojos a Nowaki. Había estado pensando acerca del asunto del embarazo durante toda la noche, en la madrugada las ganas de beber algo se habían apoderado de él. No era que estuviera molesto con Nowaki pero sentía que las cosas no podían seguir como hasta ese momento. Sin embargo, hablarlo directamente era difícil para él. Había esperado en vano que el peliazul se diera cuenta de aquello que le molestaba pero sin haber dado una sola pista. Y los últimos acontecimientos de los que había sido testigo habían traído como consecuencia que algunos sus miedos se incrementaran. ¿Y si no podía quedar embarazo? ¿Y si lo lograba pero algo salía mal? ¿No hubiera sido mejor que todo siguiera como estaba?

    Lo sé Hiro-san pero…–

    Estoy cansado de estar cuidándome para algo que no sucede…–

    Siempre podemos seguir intentándolo. –dijo Nowaki mientras se acercaba a él tan solo para abrazarlo pero Hiroki lo malinterpretó.

    ¡No! No quiero que me toques de ese modo. –dijo Hiroki mientras empujaba a Nowaki bruscamente.

    ¿Qué modo? –preguntó el peliazul mientras se recomponía de la tosca acción de Hiroki.

    Ese…solo pensando en embarazarme…– dijo el profesor con las mejillas rojas por el alcohol y la vergüenza.

    De haber estado sobrio no lo hubiera dicho tan abiertamente.

    Nowaki se quedó en silencio procesando la información que iba recibiendo de Hiroki y acabó de entender aquello que había estado haciéndole daño al profesor.

    Hiro-san…–

    Nowaki se acercó lentamente hacia el profesor.

    Perdón si te agobié respecto a lo de quedar embarazado, no fue mi intención. Eres lo mas importante para mi y eso no cambiará nunca, pase lo que pase. –dijo el peliazul– Hiro-san, te amo.

    Nowaki... –susurró el profesor levantando un poco la mirada.

    El peliazul al fin pudo terminar de acercarse donde él, lo miró a los ojos y después unió sus labios a los de su amado Hiro-san.

    Vamos, te ayudaré para que vayas al cuarto. Necesitas descansar, te haré algo de café para que te sientas mejor. –dijo Nowaki mientras ayudaba a Hiroki a levantarse.


    Cuando llegaron al cuarto un traspiés del profesor provocó que Nowaki cayera encima suyo haciendo que la boca del peliazul casi rozara la de Hiroki.

    Nowaki, si bien había estado deseando pasar un rato a solas con Hiroki, no quería sentir que se aprovechaba de su actual estado de ebriedad. Pero el estar en aquella posición más el olor a alcohol y las rojas mejillas del profesor no eran una buena combinación si lo que quería era evitar la tentación. Vino a su mente uno de los consejos de Akihiko: “aprovecha cada oportunidad”.

    Lentamente Nowaki terminó de sellar el beso. Hiroki oponía un poco de resistencia. La lengua del peliazul no tardó en juguetear y apoderarse de la boca del profesor. Nowaki pudo degustar el sabor de la cerveza de los labios del profesor, era delicioso.

    Los besos solo eran interrumpidos cuando la falta de aire obligaba a que despegaran sus labios. Se habían enfrascado en una especie de pelea por ver cuál de los dos llegaba dominar la boca del otro. A la par, Nowaki rozaba su cuerpo con el del profesor elevando la excitación de ambos, llevando al límite el deseo de los dos.

    Cuando los besos ya no eran suficientes una de las manos de Nowaki se dirigió a la entrepierna de Hiroki ocasionando que este se estremeciera de placer. En la pequeña habitación solo se escuchaba los gemidos del profesor y el roce de la piel contra la tela.

    El peliazul dirigió su boca al cuello de Hiroki, después de morder suave pero autoritariamente el lóbulo de la oreja empezó a lamer el cuello. Con su mano, a través de la tela, Nowaki pudo sentir que el miembro de Hiroki se encontraba ya completamente duro.

    La camisa del profesor terminó en el piso al igual que sus pantalones y el resto de su ropa. En el estado en que se encontraba Hiroki simplemente se dejaba llevar aunque tenía también pequeños momentos de arrebato. Nowaki se liberó también de sus prendas.

    Eran pocas veces las que habían hecho el amor a plena luz del día. El peliazul podía disfrutar de la vista que Hiroki le brindada. Lo recorrió con la mirada admirando cada surco de su cuerpo hasta llegar a su rostro. Las mejillas del profesor estaban completamente rojas y su boca entreabierta.

    Nowaki delineó con uno de sus dedos los labios del profesor e introdujo uno de sus dedos en su boca. Después, recorrió con su dedo, húmedo con la saliva de Hiroki, el cuerpo del profesor. Llegó a arrancarle de este modo gemidos más fuertes.

    La erección del profesor reclamaba que se le prestara atención. Nowaki no lo hizo esperar más, metió el miembro del profesor en su boca provocando que este arqueara la espalda hacia atrás producto del placer que recorría su cuerpo. El vaivén de la boca de Nowaki y su lengua recorriendo la extensión de su miembro era exquisito.

    No-Nowaki…yo…–anunció el profesor.

    El peliazul continuó con su labor, dando a entender que estaba bien si Hiroki se corría en su boca. No tardó mucho tiempo en que esto pasara. Nowaki bebió hasta la última gota del semen del profesor.

    El peliazul se dispuso a empezar la tarea de acostumbrar el cuerpo del profesor, introduciendo con cuidado un dedo dentro de la estrecha cavidad pero Hiroki repentinamente hizo que cambiaran de posiciones. Ahora Nowaki estaba abajo.

    Deja de lado las delicadezas. –dijo Hiroki mientras tomaba el miembro de Nowaki y lo acomodaba en su entrada.

    Pero Hiro-san te va a doler, no lo…-trató de advertirle Nowaki quien no daba crédito a lo que pasaba.

    Hiroki no lo escuchó. Los dos lanzaron un fuerte gemido al unísono cuando se convirtieron en uno solo. Hiroki gimió más de dolor que de placer. Nowaki tomó el miembro del profesor y empezó a masturbarlo para ayudarlo a aliviar el dolor que de seguro estaba sintiendo.

    Una vez se acostumbró, Hiroki empezó a subir y bajar. El peliazul no quitaba la mirada de él. Su adorado Hiro-san lo estaba montando. Pequeñas gotas de sudor cubrían el cuerpo de los dos.

    El profesor movía sus caderas a un compás rápido. Nowaki colocó la mano que tenía libre en la cadera del profesor, empujándolo hacia él para incrementar de ese modo la profundidad de la penetraciones.

    Disfrutaron del contacto de sus cuerpos hasta que alcanzaron el clímax. El cuerpo de Hiroki cayó rendido encima del de Nowaki. El peliazul lo acomodó a su lado y apenas un par de momentos después el profesor se quedó dormido. Nowaki se quedó observándolo.

    Te amo, Hiro–san. –le susurró mientras acomodaba cariñosamente los mechones de su cabello.


    Horas más tarde el profesor fue el primero el despertar. Al ir recordando parte de lo que había pasado no sabía si hacer como si no recordara nada o desatar toda su ira contra Nowaki. Al final, optó por las dos cosas. Luego de reclamarle a Nowaki que se había aprovechado de él puso fin a la discusión. El peliazul asistió a trabajar esos días con un chinchón en la cabeza.


    Llegado el lunes en la tarde, Misaki pudo regresar al departamento. Antes de partir había tenido una charla con Nowaki acerca de los cuidados que debía de tener.

    Al llegar Misaki se dirigió a su cuarto, bajo la protectora mirada del escritor, pero en lugar de su cama encontró algunas cajas que tenían dentro algunas de las cosas del cuarto de Akihiko.

    Acomodé tus cosas en mi cuarto. A partir de ahora tendremos la misma habitación –le informó Akihiko.

    ¡¿Qué?! –exclamó Misaki antes de ir al cuarto del escritor y comprobar lo que acababa de escuchar.

    Así podré cuidarte mejor. –explicó Akihiko.

    ¿Cuidarme? Estoy seguro que tus intenciones son otras. –

    Explícame cuáles.-

    Pues…tú quieres…¡aprovecharte de mi! –explicó sonrojado Misaki.

    Tienes una mente muy pervertida. –

    ¿Yo? Tú eres el pervertido. –

    ¿Quién es que ha tenido últimamente muchas ganas de que yo…?–

    ¡Cállate! –

    La pequeña discusión hubiera continuado pero el sonido del celular del castaño interrumpió la escena. Misaki respondió. El escritor pudo ver que la cara de Misaki iba reflejando cada vez más preocupación.

    ¿Sucedió algo? –preguntó apenas el castaño colgó el teléfono.

    Sumi se retiró del taller…–



    Nota de la autora:
    1.-Paso a responder sus comentarios ^^
    Karen Carnero: miles de gracias por tu mensaje, me anima mucho en verdad ^.^
    »†Lola Ime†«: espero que a ti y a Piko les haya gustado el capítulo ^-^ veamos si Hiroki y Nowaki cumplen su objetivo…
    Lady_Phantomhive >w<: gracias por comentar. Saludos a Beyond y Yuno (¿lo que acaban de ver tendrá como resultado un bebé? ^.~). Espero hayan tenido una feliz semana santa también.
    Janet Melina Cruz del Angel: tu comentario fue muy lindo, ¡gracias! Adoro los besos y abrazos de oso panda ^.^
    Kajika Sama: espero que el capítulo haya cumplido con tus expectativas ^^ muchas gracias por comentar siempre con tanto detalle y análisis. A esperar lo que pasará con la pareja egoísta…
    Anne onodera takano: me alegra que te haya gustado el capítulo ^.^ y espero este te haya gustado.
    DannyXLey: ya está la continuación, espero haya sido de tu agrado. Muchas gracias por comentar ^^
    Hana Usami: muchas gracias por el comentario y esperar la continuación ^-^
    Sakura Yoshino: gracias por comentar. Espero el capítulo haya estado al nivel esperado de hermosura y sensualidad ^.~ jajaja
    2.-Quizá parezca que el tema de la obra de teatro que no se ha tocado mucho en este capítulo pero se han dado algunos pasos que harán que todo siga cierto camino…
    3.-Es la primera vez que escribo un lemon que no es de la pareja romántica, espero el resultado haya estado bien. Prometo ir mejorando ^^”

    Nos vemos en el siguiente capítulo…
    Hasta pronto ^-^
  15. .

    Capítulo 19


    Susto



    Sumi tenía ahora el camino libre. Puso su mano en el rostro de Misaki para limpiar una lágrima que caía por su mejilla antes de besarlo.

    Las manos de Sumi no perdieron tiempo y se colaron por debajo de las ropas del castaño al mismo tiempo que su boca besaba ahora el blanco cuello. Misaki no pudo evitar que un gemido escapara de sus labios.

    ¿Ves cómo tu cuerpo reacciona ante mi tacto? –susurró Sumi y continuó con su labor.

    Los botones de Misaki eran estimulados por las hábiles manos de su senpai. Sumi levantó el polo de Misaki para estimularlo ahora con la boca. Delicadamente empezó a lamer la piel de porcelana .

    Ah…ah…-el castaño intentaba en vano reprimir sus gemidos, solo Akihiko los había escuchado y solo Akihiko lo había tocado de esa forma hasta ese día.

    Misaki intentaba no pensar en nada pero con cada avance de Sumi pensaba más y más en Akihiko.

    No dejes que nadie más te toque –recordó esas palabras que una vez le dijo el escritor. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

    Sintió cómo la lengua de Sumi bajaba lentamente por su abdomen.

    Su senpai se reincorporó para estar más cómodo y poder mirar el rostro de Misaki. Colocó su mano, peligrosamente, por debajo del ombligo del castaño amenazando con continuar su recorrido hacia el sur.

    El sentir el tacto de Sumi en su vientre hizo reaccionar a Misaki.

    No toques ahí…el hijo de Usagi-san…lo llevo en mi vientre…-pensó.

    La mano de Sumi acariciaba suavemente su vientre. Antes de que esta continuara descendiendo Misaki lo detuvo.

    Detente. –dijo de un momento a otro el castaño colocando su mano en la muñeca de Sumi.

    Sumi no esperaba que Misaki llegara a reaccionar por lo que esa pequeña acción del menor lo tomó por sorpresa. Sin embargo, pensó rápido. Llevó a Misaki al suelo y sujetó las muñecas del castaño con una sola mano.

    ¿Por qué te pones tan nervioso cuando toco acá? –preguntó colocando su mano nuevamente en el vientre de Misaki.

    El menor se quedó un momento sin saber qué decir o hacer.

    No puede ser posible que él sepa que estoy embarazado…¿o si? –pensó.

    Suéltame –pidió seriamente Misaki mirándolo a los ojos.

    Dime una buena razón para hacerlo. –

    Yo…-

    Fue la única palabra que pudo articular. Aún estaba un poco aturdido por todo lo sucedido.

    ¿Ya ves? Simplemente deja que yo te guíe. - dijo Sumi acercando su rostro al de Misaki para besarlo una vez más.

    Pero el castaño ya no podía simplemente dejar que las cosas sucedieran. No podía dejar que otras manos que no fueran las de Akihiko lo tocaran ni que otros labios que no fueran los de él se unieran a los suyos.

    ¡Yo amo a Usagi-san! –dijo Misaki con determinación.

    De esa manera logró interrumpir el beso que su senpai estaba a punto de darle.

    Sumi se quedó quieto un momento, colocó las manos a los lados de Misaki liberando de este modo al castaño de su agarre. Su senpai se debatía por dentro entre continuar o no. No había esperado que el menor continuara de lado de Akihiko de una manera tan decidida.

    Misaki aprovechó ese pequeño momento de duda para empujar a Sumi y levantarse del suelo.

    Sus defectos y virtudes son los que lo hacen como son…el Usagi-san que amo…-dijo Misaki- Espero que entiendas que nunca podré corresponderte.

    Sumi estaba a punto de decir algo mientras se levantaba del suelo cuando la puerta del salón se abrió, Hiroki apareció en el umbral.

    No está permitido que los estudiantes ingresen a las aulas cuando no hay clases. ¿Qué están haciendo aquí? –preguntó molesto mientras se acercaba.

    Estábamos practicando la obra de teatro. –mintió Sumi quien se veía calmado.

    ¿Es eso verdad? –preguntó Hiroki mirando a Misaki.

    ¿Qué podría hacer Hiroki en esas circunstancias? pensó Misaki. Además, tenía un tema pendiente con él.

    Si. –dijo Misaki volteando la cabeza para evitar mirar al profesor.

    Sumi, puedes retirarte. Me quedaré con Misaki un momento. –Hiroki dijo esto no como una petición si no como una orden.

    Sumi dejó el salón.

    ¿Qué fue lo que pasó aquí? –preguntó el profesor al cabo de un rato.

    Nada. Yo quiero ir a casa…necesito ordenar algunas ideas... –pidió Misaki.

    ¿Estás seguro? –

    Si. –

    Ambos se quedaron callados por un momento.

    Está bien, vamos a la salida, te acompañaré. –Hiroki no insistió.

    Ambos iban bajando lentamente las gradas del pabellón cuando les pareció escuchar la voz de Akihiko y Sumi en el exterior. Estaban discutiendo. Misaki terminó de bajar las escaleras a gran velocidad y empezó a correr para ir hacia donde provenían las voces.

    Al llegar a la salida del pabellón vio, no muy lejos, a Akihiko sujetando fuertemente a Sumi, parecía que estaba a punto de golpearlo.

    ¡Usagi-san no, no hagas eso! –gritó el menor mientras corría.

    Akihiko levantó el brazo para golpear a Sumi pero algo lo detuvo.

    El brazo de Akihiko había sido detenido por Misaki quien lo sujetaba con fuerza.

    Misaki, deja que me encargue de este sujeto de una buena vez. -

    No, por favor, no lo golpees. –

    ¿No te das cuenta que….? –

    No quiero que te conviertas en una mala persona por mi culpa. -

    Akihiko se quedó quieto, se debatía interiormente entre continuar o no. La voz suplicante de Misaki le hacía dudar.

    Tu nunca habías recurrido a la violencia, no quiero que se repita lo de la vez pasada. –

    El escritor no tuvo otra opción que soltar a Sumi. Lo liberó de su agarre arrojándolo contra el suelo.

    Misaki es mío, graba bien eso en tu cabeza. –

    Quien decide es él, solo falta que abra los ojos. –dijo Sumi tentando su suerte.

    Creo que aun no te queda claro…-dijo el escritor en tono furioso.

    El castaño se asustó pensando que esta vez Sumi no se libraría de ser golpeado pero el escritor en lugar de dirigirse hacia su senpai se dirigió hacia él.

    Akihiko tomó a Misaki de la cintura y lo besó.

    Fue un beso que duró por un largo momento.

    Sumi se reincorporó y se quedó frente a ellos. Cuando el beso hubo terminado habló.

    Yo también he llegado hasta ese nivel…y hasta un poco más lejos…¿No es así Misaki? –

    El castaño se quedó helado.

    Akihiko me preguntó qué habíamos estado haciendo en el salón y no creía lo que le contaba… quizá tu puedas confirmárselo... –

    El silencio se apoderó del lugar.

    Misaki, ¿qué sucede? solo tienes que negarlo. –dijo el escritor quien no quería pensar que aquello que había escuchado en verdad fuera cierto.

    Yo…Usagi-san…-susurró Misaki.

    La universidad no es lugar para que discutan sus temas personales. Sumi, retírate en este momento o tendré que reportarte. –dijo Hiroki quien ya se estaba cansando de tener que intervenir en este tipo de situaciones.

    Sumi esta retirándose cuando la voz de Akihiko lo detuvo.

    Una vez casi caí en tu trampa y de seguro preparaste otra para Misaki. Lo único que lamento es no haber estado a tiempo para evitar que llegaras a tocar ni uno solo de sus cabellos. Pero ten por seguro que no tendrás otra oportunidad. –dijo el escritor en voz suficientemente alta como para que Sumi pudiera escucharlo claramente.

    Luego de haberse quedado quieto un momento Sumi continuó su camino hasta que se perdió de vista.

    Misaki se quedó quieto entre los brazos del escritor. El miedo se apoderó de él. ¿Usagi-san lo odiaría? ¿Estaría decepcionado? Eran algunas de las preguntas que se agolpaban su mente.

    Bien, es hora que me retire. –dijo Hiroki quien se quería ir para dejar que Akihiko y Misaki terminaran de resolver sus asuntos.

    Muchas gracias, Hiroki. –dijo Akihiko quien deshizo suavemente el abrazo que le daba a Misaki para poder estrechar la mano del profesor.

    El castaño no comprendía muy bien aquello ¿Por qué Akihiko estaba agradecido con Hiroki?

    Al llegar a casa comprobé que tu celular estaba en casa pero tú no. Así que llamé a Hiroki, él te vio cuando estabas con aquel sujeto entrando a uno de los pabellones. -explicó el escritor a Misaki como adivinando sus pensamientos.

    Misaki en otra ocasión se hubiera molestado ya que por “comprobar” sabía que Akihiko se refería a que había usado el localizador que tenía instalado en su celular para rastrear su ubicación. Pero tenía que admitir que, nuevamente, el escritor había acertado y lo había ayudado gracias a la intervención que, de seguro, había pedido a Hiroki. No había sido casualidad que apareciera en el salón.

    El castaño estaba a punto de agradecer también a Hiroki pero sintió una punzada en el vientre que lo hizo tambalear. Akihiko lo sujetó a tiempo.

    Misaki ¿qué sucede? –preguntó preocupado el escritor.

    N-no debe ser nada. –dijo el castaño tratando de sonreír para calmar a Akihiko.

    Por favor, que el dolor pase pronto…que todo esté bien…-pensaba Misaki.

    Te estás poniendo pálido. –

    El vientre…me duele mucho... –dijo el castaño colocando una de sus manos sobre su vientre.

    Akihiko, hay que llevar inmediatamente a Misaki al hospital. Trae el carro hasta la entrada yo llevaré a Misaki ahí. –dijo Hiroki.

    Akihiko se obligó a ir por el auto deportivo rojo mientras que Hiroki cargaba delicadamente a Misaki para llevarlo al punto de encuentro, había aprendido a hacerlo de la forma correcta gracias a los muchos comentarios que realizaba Nowaki acerca de su trabajo.

    En el auto, Misaki iba con Hiroki en la parte de atrás. Durante el trayecto el profesor había llamado al peliazul para que los esperara en la entrada de emergencia del hospital.

    El castaño intentaba no demostrarlo pero estaba muy asustado y eso era evidente para el escritor.

    Todo estará bien, mantente calmado. No dejaré que nada malo les pase. –dijo Akihiko a Misaki, mirándolo de reojo por el espejo retrovisor para tranquilizarlo.

    Aquellos segundos viendo el reflejo de los ojos violetas de Akihiko fueron suficientes para reconfortar a Misaki.

    Cuando llegaron al hospital el peliazul los esperaba con una camilla, Misaki fue puesto ahí. Debido al creciente dolor apenas y podía moverse. Mientras era conducido a una de las salas, Nowaki hacía las preguntas de rutina a Akihiko.

    ¿Qué fue lo que sucedió? –

    Le comenzó a doler de pronto el vientre. –

    ¿Tuvo alguna caída o golpe? –

    No. –

    ¿Alguna emoción fuerte? ¿Ha estado bajo mucho estrés? -

    Fue…un día difícil…-dijo Akihiko recordando todo lo que había pasado.

    Nowaki no preguntó más.

    Al llegar a una determinada puerta, la camilla donde estaba Misaki, que era guiada por personal del hospital, continuó su camino pero Nowaki le interrumpió el paso al escritor.

    Lo siento, no puedes pasar. Apenas Misaki se estabilice saldré a informarte. –

    ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué le duele? –no pudo evitar preguntar Akihiko.

    Misaki puede estar perdiendo al bebé… de ser así haré todo lo posible por salvarlo. –dijo Nowaki con determinación.

    El peliazul no esperó más tiempo y cruzó la puerta.

    Hiroki llegó un momento después. Había preferido no intervenir mientras que Misaki era conducido al interior del hospital.

    ¿Y Misaki? –preguntó.

    Nowaki ya está atendiéndolo. –dijo Akihiko intentando estar calmado.

    No muy lejos había una fila de asientos. Hiroki convenció al escritor de que lo mejor era que esperasen ahí, no sabían cuánto tiempo tardarían en obtener noticias. El profesor acompañó en silencio a Akihiko.

    Akihiko no lograba asimilar la situación en la que se encontraba. Hace unas horas todo era perfecto y de pronto se hallaba ahí, en el hospital, esperando que nada malo le ocurriera a Misaki y a su futuro hijo o hija. Las ganas de fumar se apoderaron de él pero se mantuvo firme en su promesa de no volver a hacerlo. Se lo había prometido a Misaki el día en que se enteraron de la noticia del embarazo.

    Hiroki también estaba meditabundo. Él y Nowaki esperaban poder tener un hijo juntos, se había concentrado en la alegría que aquello supondría para el peliazul, y claro que para él también, pero no había tomado en cuenta el otro lado de las cosas. ¿Si llegaba a quedar embarazado pero algo salía mal? Tuvo miedo de solo pensar en ello. Miró a Akihiko, nunca había visto su rostro tan marcado por la preocupación y la tristeza. No se le ocurría qué podría decir para animarlo hasta que dijo lo primero que se le vino a la mente.

    Nowaki es un excelente doctor, no dejará que nada malo les pase. Ha estado investigando mucho sobre estos casos así que de seguro hallará la solución para lo que sea que esté pasando. –

    El profesor inmediatamente se arrepintió de haber dicho eso, había quedado en evidencia su amor y confianza en el peliazul. No pudo evitar sonrojarse un poco.

    Si, tienes razón. Tendré la misma confianza que tú tienes en Nowaki. –dijo Akihiko de mejor ánimo.

    Hiroki iba a decir algo más pero la puerta se abrió y Nowaki apareció.

    Akihiko apenas lo vio se acercó donde él para obtener noticias.

    Hiroki no necesitaba acercarse, conocía muy bien a Nowaki y por su semblante podía deducir cómo había ido todo.

    ¿Cómo está Misaki y el bebé? –preguntó el escritor.

    Los dos están bien. –dijo el peliazul y sonrió.

    El escritor sintió que volvía recobrar la felicidad.

    Acabo de realizarle una ecografía a Misaki y comprobé que el embarazo continúa su curso. –explicó Nowaki.

    ¿Dónde está Misaki? Quiero entrar a verlo. –

    Él ya está en su habitación. Pero pidió que Hiro-san entrara a verlo primero. –

    Akihiko se quedó mirando a un también confundido Hiroki.

    ¿Yo? –preguntó incrédulo el profesor.

    Si. Por favor, Hiro-san anda a hablar con él. –dijo Nowaki.

    Después de que Nowaki le indicara el camino, Hiroki se dirigió a la habitación de Misaki dejando a Nowaki con un intrigado Akihiko.

    Al llegar tocó la puerta y entró.

    ¿Qué sucede? Akihiko está desesperado por verte. –dijo Hiroki muy a su estilo mientras entraba al cuarto y se acercaba donde Misaki.

    Quería hablar contigo antes que con Usagi-san para poder dejar algunas cosas en claro. –dijo el castaño.

    Dime. –

    Hoy descubrí que mi nombre había salido elegido para reemplazar a Tamiko. ¿Akihiko te pidió que cambiaras los nombres? –preguntó calmadamente Misaki.

    Hiroki se quedó sin saber qué decir.

    ¿De dónde sacaste esa idea? –dijo cuando se sobrepuso.

    Alguien me lo dijo…alguien que vio los nombres que habían quedado en la bolsa…-

    Hiroki no tuvo opción más que responder con la verdad.

    Si, cambié tu nombre por el del otro alumno pero Akihiko nunca me pidió algo así. Él ni siquiera sabía que se daría el sorteo. –dijo Hiroki.

    Todo se iba ordenando en la mente de Misaki.

    Akihiko fue a verme ese día para preguntar si había alguna manera de que salgas del taller de teatro pero en ningún momento deslizó esa idea. -

    Entonces ¿por qué? –preguntó Misaki.

    Supongo que me dejé llevar por todo lo que he escuchado de Nowaki, ya sabes acerca de los cuidados que debes de tener… y quizá también por la conversación con Akihiko…porque vi la preocupación que tiene por ti. Pero nadie me obligó a ello. -dijo Hiroki firmemente -Lo siento, no debí haberlo hecho.

    Le costó decir esas últimas palabras pero sabía que tenía que hacerlo.

    No hay problema, sé que tuvo las mejores intenciones. –dijo Misaki con una sonrisa.

    Iré afuera para que Akihiko pueda entrar, estará impaciente. –dijo Hiroki.

    Muchas gracias por todo. Lamento estarle causando molestias. –dijo Misaki.

    No es nada y eh…sobre tu embarazo…¿cómo se siente? –se animó a preguntar el profesor tratando de que su voz no delatara la curiosidad que sentía.

    Hiroki quería algunas respuestas también. Después de todo Nowaki y él estaban buscando aquello que Misaki y Akihiko habían conseguido sin ni siquiera esperarlo.

    Al inicio las nauseas no te dejan disfrutarlo pero todo va mejorando poco a poco. Aún no se nota y creo que falta mucho para que pueda llegar sentirlo. –dijo el castaño tocando su vientre con ambas manos-

    El profesor se quedó viendo aquella escena.

    Quizá ese sea el secreto ¿no? Disfrutar el momento y dejar que la vida te sorprenda –comentó el menor.

    Disfrutar el momento…-esas palabras se quedaron en la mente de Hiroki. Quizá eso sea lo que les estaba faltando a Nowaki y a él. El entusiasmo de la posibilidad de tener un bebé había terminado ocasionando que Nowaki y él se frustraran y estresaran al no obtener resultados. Hiroki nunca lo había dicho pero extrañaba que Nowaki le hiciera el amor como solía hacerlo antes de que se enterara de los casos de embarazo masculinos.

    Hiroki ¿pasa algo? –preguntó Misaki al ver que Hiroki no decía nada.

    N-no nada. –dijo Hiroki nervioso al sentirse avergonzado por lo que acababa de pensar- Ahora si me retiro, nos vemos.

    En el cuarto, Misaki se quedó esperando a Akihiko. Si había querido hablar con Hiroki primero era para poder despejar todas sus dudas y así poder hablar claramente con Akihiko ya no quería más malentendidos.

    Afuera, el profesor llegaba hacia donde estaban Akihiko y Nowaki.

    Akihiko puedes entrar. –dijo el profesor.

    ¡Hiro-san, Akihiko me contó! Estoy tan feliz. –dijo Nowaki apenas se percató de la presencia del profesor.

    ¿Qué mentiras te ha dicho? –dijo Hiroki con el entrecejo fruncido.

    Le conté sobre toda la ayuda que nos has dado… y de lo mucho que lo amas y confías en él.–dijo Akihiko y se dirigió hacia la habitación que ocupaba Misaki dejando solos a un avergonzado Hiroki y a un radiante Nowaki.




    Nota de la autora:
    1.- Muchas gracias por los comentarios que dejan. Son una gran recompensa ^.^
    2.- El tema de la obra de teatro no la he dejado de lado, quizá parezca que nuevamente me estoy desviando pero está planificado que se vuelva a tocar ese tema en el siguiente capítulo.
    3.- Espero que les haya gustado el capítulo, para el próximo prometo algo de lemon...

    Un abrazo inmenso.
    Será hasta la siguiente actualización ^^
79 replies since 26/10/2014
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