Posts written by Aulu

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    Capítulo 4


    Pistas



    Misaki se dejó guiar por aquella persona que le había hablado de Usagi.

    ¿En verdad Usagi-san estará bien? ¿Me estarán guiando realmente donde él está?...Lo peor es que por más que dude de lo que digan, si en verdad ellos lo tienen, no puedo exponer su vida tratando de escapar…-pensaba Misaki.

    El sujeto lo condujo hasta la esquina, lugar hacia donde un carro se iba acercando lentamente. Misaki sintió que, el sujeto que se mantenía detrás suyo, sacaba algo de su bolsillo antes de abrir la puerta del carro.

    Entra rápido. –le ordenaron mientras miraban cautelosamente alrededor.

    Apenas Misaki hubo entrado sintió un golpe en su nuca

    Usagi-san…-fue su último pensamiento antes de quedar inconsciente.



    Usagi-san había mandado un mensaje a Misaki antes de salir a recogerlo. No recibió respuesta, pero no sería la primera vez que demoraba un poco. Sabía que, debido a su trabajo como mesero, no podía contestar tan fácilmente. Cuando llegó al estacionamiento a las 7:20 en punto aun no había rastro del menor. Decidió llamarlo por teléfono.

    Este número no se encuentra disponible. Por favor, deje su mensaje. –la voz que le contestó no fue la de Misaki si no el de la contestadora que se activaba cuando el teléfono se encontraba apagado o fuera del área.

    Usagi sintió una opresión en el pecho, sabía que algo no andaba bien. Miró su celular y activó el rastreador que localizaría la ubicación del celular de Misaki. Donde estuviera su celular, tendría que estar él. La señal lo llevó afuera del centro comercial. Ahí solo vio a un anciano que miraba por momentos de un lado a otro, en una de sus manos vio que una bolsa se agitaba. La bolsa tenía el logo con el nombre de la tienda donde había trabajado Misaki. Usagi cruzó la calle aun sin saber muy bien por qué, pero tenía una corazonada.

    Disculpe, ¿ha visto a un muchacho de pelo castaño? –

    ¿Es usted un familiar suyo? Estaba esperando que alguien viniera y preguntara por él. –

    ¿Por qué? ¿Le pasó algo? –preguntó Usagi impaciente.

    Ese joven vino hace alrededor de una hora más o menos…me dio comida y dinero. Fue muy bondadoso. Vi que regresaba al centro comercial. Lo perdí de vista un momento debido a la cantidad de gente y a que mis viejos ojos ya no ven muy bien. De pronto, vi cuando estaba entrando dentro de un carro. Creí que lo había venido a recoger pero luego me asusté cuando me pareció ver que lo golpeaban en la cabeza. Me acerqué al lugar y encontré esto. Creo que era suyo. Lo guardé por si servía de algo para quien viniera a preguntar por él. -

    El anciano le dio a Usagi el celular de Misaki que estaba envuelto en un viejo pañuelo. El teléfono estaba roto. Usagi se quedó en shock. Trataba de asimilar toda la información que acababa de recibir.

    Así que por eso rompió su promesa de no salir del centro comercial…-pensó Usagi.

    Intenté avisar que algo raro había pasado pero nadie me hizo caso. Nadie toma en serio a alguien viejo y que luzca como yo –dijo el anciano al borde de las lágrimas –no pude hacer nada por alguien que me ayudó.

    Usted lo ha ayudado mucho al contarme todo esto. Yo rescataré a Misaki. –dijo Usagi. Sentía que su mundo se había desmoronado pero no podía dejarse caer, Misaki lo necesitaba y él no le fallaría. Lo encontraría a cualquier modo.

    Usagi le dio dinero al anciano para que tuviera donde comer y dormir por un buen tiempo. No escuchó la voz del anciano que le decía que eso no era necesario, Usagi fue corriendo hacia el centro comercial.

    Había una cámara de seguridad en las afueras, si tenía suerte habría captado algo. La mente de Usagi trabajaba rápido pero las heridas se iban abriendo.

    ¿Por qué alguien le haría algo así? ¿Qué es lo que quieren? ¿Dónde estaba Misaki? ¿Cómo estaría? –eran las preguntas sin respuesta que rondaban su cabeza.

    Usagi llegó corriendo hacia la sala de seguridad del centro comercial. Sin pedir permiso ni explicaciones entró.

    ¿Qué hace usted aquí? Está terminantemente prohibido el ingreso. –dijo uno de los guardias.

    Necesito ver algo urgente en sus cámaras de seguridad. –dijo Usagi casi gritando.

    Lo lamento pero para eso necesita primero pedir una autorización. –

    No tengo tiempo para eso, necesito ver ya el registro de sus cámaras. –dijo Usagi mientras intentaba llegar hacia el monitor de las pantallas empujando a los guardias que trataban de impedir que llegara.

    ¿Qué está pasando aquí? –dijo el que parecía ser el jefe de todos quien reconoció al escritor. Había trabajado anteriormente para la editorial como agente de seguridad y conocía un poco a Usagi - Por favor, dejen la sala sola…

    Usagi se tranquilizó un poco y los guardias dejaron el área.

    Usami Akihiko, hace tanto que no te veía. ¿Qué es lo que sucede? –preguntó

    Raptaron a la persona que vive conmigo. Un anciano dijo que lo vio entrando a un auto a la fuerza, hay una cámara afuera que podría haber captado algo. Quiero ver quiénes fueron y dar con ellos. -dijo con determinación.

    Lo que dices es grave. Veamos la grabación. –

    Llegaron a encontrar las imágenes que mostraban a Misaki caminando siendo seguido por una persona. Un carro avanzaba sospechosamente lento al lado de ellos.

    Podría rastrear la placa pero si tuviéramos la huella de alguno de ellos podríamos rastrear a la persona lo que daría mejores resultados… –

    Creo que puedo tenerla. Le quitaron el celular y lo tiraron… –dijo Usagi sacando el celular roto envuelto en el pañuelo y entregándoselo.

    Muy bien, ahora lo que necesito es que tengas calma. No puedes andar haciendo escenas como las de hace un momento. Recuerda que eres un escritor conocido, si alguien le dice a la prensa esta historia pronto todos los ojos estarán sobre ti y la otra persona…

    Misaki…- susurró Usagi.

    Si eso pasa su vida puede ponerse en un riesgo aun mayor. Ahora lo único que puedes hacer es ir a casa y esperar algún tipo de contacto de ellos. –

    No puedo simplemente quedarme esperando... -dijo Usagi. Estaba desesperado por encontrar lo antes posible a Misaki. Las imágenes del menor siendo seguido por sus raptores volvían una y otra vez a su cabeza.

    Lo sé. Pero es la única forma que tienes de ayudar a Misaki ahora. Te prometo que haré todo lo que pueda por encontrar información gracias a los contactos que tengo. Si tenemos suerte para mañana habrá algo, es víspera de navidad y los accesos están restringidos. –

    Pero, hasta mañana…-

    Anda a casa, seguro tratarán de ponerse en contacto contigo. No veo otro motivo para lo que han hecho a no ser que sea sacar algo de dinero, si eso buscan tienes que seguir su juego hasta que tengamos información. Apenas sepa algo te avisaré. –

    Gracias…-

    Usagi regresó a su departamento luego de dar algunas vueltas alrededor de la ciudad intentando en vano encontrar a Misaki caminando por alguna calle. Cuando cerró la puerta detrás suyo miró la decoración que había puesto con Misaki, sus ojos se llenaron de lágrimas.
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    La navidad de Usagi


    Parte III



    Usagi levantó una de sus manos y la posó sobre la cabeza de Misaki. De esta forma, marcaba el vaivén. Disfrutaba de los espasmos de placer que recorrían su espalda mientras que su orgullo de seme se debatía con el deseo de ver la boca del menor llena de su semen.

    Misaki adivinando sus pensamientos paró un momento su labor.

    Quiero que te corras en mi boca, por favor. –dijo Misaki mirando a Usagi a los ojos mientras agarraba el miembro del mayor y lo rozaba por encima y debajo de su boca.

    Misaki…-fue lo único capaz de decir el escritor.

    Quiero saber a que sabe Usagi-san…libera tu semen aquí –dijo Misaki mientras señalaba su boca. La cara de inocencia que ponía el menor más el tono suplicante de su voz fue demasiado para Usagi.

    Misaki reanudó su tarea. De su boca entraba y salía el miembro del escritor mientras que su lengua recorría desde la base hasta la punta. Inició su labor con un ritmo rápido que iba marcado por las profundas respiraciones de Usagi.

    Misaki…me vengo…-avisó el escritor para que Misaki se preparara. No quería que se vaya a atorar.

    Hmmmm…-gimió roncamente el escritor cuando su semen se liberó. La boca de Misaki recibió toda la carga mientras Usagi apretaba con fuerza el borde la bañera. El orgasmo había sido intenso.

    Una vez recobrado el aliento Usagi miró a Misaki. Gotas de semen resbalaban por las comisuras de sus labios. Al ver Misaki que Usagi tenía la mirada nuevamente fija en él empezó a pasar la lengua por los alrededores de su boca para limpiarse.

    Eres delicioso, no puedo creer que me haya perdido eso hasta ahora. –dijo Misaki. Luego, se levantó.

    Usagi lo atrajo hacia si y le dio un profundo beso. Usagi tenía la necesidad de estar dentro de Misaki. Una de sus manos fue bajando por la espalda del menor quien aún se encontraba vestido.

    No te portes mal o no habrá regalos…-dijo Misaki mientras se separaba del agarre del mayor.

    Antes entra la bañera. –ordenó Misaki.

    ¿El agua no está muy baja? –preguntó Usagi al ver que el nivel del agua estaba bajo. Al sentarse el agua apenas le llegaba un poco más arriba de la mitad del muslo.

    No te preocupes, para lo que viene está perfecta…-dijo Misaki mientras sacaba lo que parecían ser cremas para masajes. Tomó un poco de una de las cremas y lo pasó por el pecho y abdomen de Usagi. El aroma era exquisito.

    ¿De qué es esa crema? –preguntó Usagi.

    Está hecha a base de ciertas plantas que según se dicen son afrodisiacas…-respondió Misaki mientras se acercaba a la boca de Usagi para darle un beso a la par que sus manos recorrían el perfecto torso del escritor. Después se separó.

    Misaki tomo otro de los frascos y depositó un poco en cada pierna del escritor y fue masajeándolas poco a poco.

    ¿Por qué tanto cuidado? Antes no te daba miedo…-dijo de manera burlona Usagi al notar que Misaki evitaba rozar su miembro ni siquiera de casualidad.

    ¿Por qué no? Porque no quiero que se adormezca. Lo necesito. –dijo Misaki.

    Usagi no entendió muy bien eso hasta que intentó moverse. Sus piernas no le respondían como debían.

    No te preocupes, el efecto solo dura alrededor de media hora. Y puedo hacer que ese tiempo pase muy rápido. –dijo Misaki.

    El menor empezó a desabrocharse el chaleco que tenía puesto.
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    Capítulo 3


    Separación



    Misaki y Usagi continuaron con su vida normal ajenos al peligro que corría el menor. Misaki se esforzó mucho ese mes en terminar la universidad con buenas notas al mismo tiempo que trabajaba de medio tiempo de mesero en una cafetería del centro comercial. Si bien tenía algo de ahorros quería estar seguro de tener suficiente dinero para las compras que tenía por hacer.

    El día 23 llegó, ese día Misaki había hecho una marca en el calendario. Era el último día de su trabajo como mesero, con el dinero que le pagarían iría a comprar el regalo de Usagi y también a comprar la estrella en la hora de descanso.

    Usagi-san buenos días. -dijo Misaki mientras terminaba de colocar el desayuno en la mesa.

    Buenos días. -dijo Akihiko medio dormido. Al fin había mandado el manuscrito. Se había esforzado, sin que Misaki lo supiera, por terminar todo a tiempo. De este modo, podría pasar los días siguientes disfrutando de la compañía del menor y el alboroto de las fiestas.

    Hoy es el último día de mi trabajo como mesero. Así que saldré un poco más temprano. -

    ¿A qué hora? -

    Quizá 7 de la noche. -

    Entonces estaré en el centro comercial desde esa hora para recogerte. -

    No es necesario, además tengo algunas cosas que hacer...-Misaki no tenía inconvenientes en que Akihiko lo recogiera pero, ese día, si quería ir a comprar su regalo tendría que estar solo.

    Hoy te pagarán y estas fiestas además de bulliciosas se ponen peligrosas. -dijo Akihiko seriamente.

    Entonces...recógeme a las 7:20 en el estacionamiento. Prometo que no saldré del centro comercial. -dijo Misaki. Ya sabía a qué tiendas ir así que incluso en 20 minutos podría hacer sus compras sin que Akihiko sospechara.

    Está bien. Será como digas. -respondió Akihiko dulcemente. Conocía a Misaki y podía adivinar sus pensamientos.

    Akihiko llevó a Misaki hacia el centro comercial para dejarlo en su trabajo.

    Gracias, Usagi-san. Nos vemos más tarde. -dijo Misaki al salir del auto.

    Te estaré esperando. -dijo Akihiko. No supo por qué pero mientras veía a Misaki alejarse sintió la necesidad de ir tras él, abrazarlo y no dejarlo ir. Pero supuso que estas fechas lo habían alterado un poco.

    Le daré un gran abrazo más tarde, bajo el muérdago... -pensó Akihiko. Y el auto rojo partió.

    El día pasó tranquilo en la cafetería donde trabajaba Misaki. El alboroto se concentraría un poco más tarde cuando el centro comercial estuviese lleno de personas que irían a hacer sus últimas compras.

    Misaki, buen trabajo, creo que no habrá mucha gente por lo que resta de tu turno así que si deseas puedes retirarte ahora. -dijo el jefe de Misaki.

    ¿En serio? Muchas gracias. -dijo Misaki mientras se quitaba el delantal e iba a recoger su morral.

    Adentro, hay algunos panecillos. -dijo el jefe mientras le alcanzaba el sobre con su paga y le daba una bolsa de papel que se sentía tibia al tacto. -que tengas una feliz navidad.

    Feliz navidad. -respondió Misaki con una sonrisa.

    Vio su reloj. Eran un poco más de las 6 de la tarde.

    Gracias a que salí temprano ahora tengo una hora para hacer las compras con tranquilidad. -pensaba Misaki mientras recorría el centro comercial. Se dirigió a una de las tiendas donde hizo una compra, ahora solo le faltaba comprar otra cosa.

    Al pasar por una de las puertas que daba a la salida vio, al otro lado de la calle, un anciano que pedía algo de comer. Misaki recordó la bolsa con panecillos así que decidió ir a dársela. Había recordado también la promesa de no salir del centro comercial pero temía que esa persona no siguiera ahí para cuando Usagi llegara.

    Solo será una pequeña salida. Volveré inmediatamente. -se dijo a si mismo.

    Misaki cruzó la calle, entregó la bolsa con panecillos y algo de dinero al anciano quien le agradeció infinitamente por ese gesto.

    El menor no se percató que era observado.

    A la salida siempre vienen a recogerlo así que tiene que ser ahora o nunca. -dijo uno de los hombres quien iba al volante. La otra persona salió del auto.

    Misaki había cruzado la pista para regresar al centro comercial. La cantidad de personas que ingresaban a hacer sus compras había aumentado. Apenas puso un pie en la acera sintió algo filudo que hacía presión en su espalda.

    Sigue caminando sin voltear o algo más puede pasarle al escritor. -dijo un hombre a sus espaldas mientras lo desviaba y lo alejaba de la entrada al centro comercial.

    ¡¿Usagi?! ¡¿Dónde está?! ¡¿Qué le han hecho?! -preguntó alarmado Misaki.

    No grites y no hables. Deja que te guíe, iremos hacia donde él está y todo saldrá bien...-mintió el hombre.
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    kuroi-sama: muchas gracias por la explicación, esa era la idea que buscaba ^.^
    monochibi: muchas gracias también
    Decidido el camino...¡a escribir!
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    Capítulo 10



    La suerte de Misaki



    Las miradas de Sumi y Misaki se encontraban por momentos. Sumi quien debía hacer el papel de un nada interesado Adonis, parecía todo lo contrario. En lugar de alejarse, su rostro fue acercándose hacia un asombrado Misaki. Las manos de Sumi se coloraron en el rostro de Misaki para evitar que se moviera.

    Misaki podía sentir ya la respiración de Sumi. Su mejillas se tornaron de color rojo. En shock por lo que estaba ocurriendo Misaki no reaccionaba. Sumi se veía tan tranquilo.

    ¿Esto es parte de la obra? No recuerdo que existiera una escena así…el beso es al inicio del segundo acto… ¿leí mal? No creo que Sumi esté inventando esto…-eran los pensamientos de Misaki.

    Sus labios ya se rozaban cuando fueron interrumpidos.

    ¡Alto! –gritó alguien.

    Misaki y Sumi voltearon hacia las butacas.

    Sumi, estás haciendo mal el papel, se supone que te alejas de Venus no que te dejas seducir. Me parece que necesitas más ensayos. –dijo Ichiro.

    Misaki ¿no te importaría practicar durante la semana con él? –preguntó Ichiro.

    Yo…s-si creo que si…no hay problema -Misaki ya tenía suficiente cargo de conciencia con tener que negar la participación de Akihiko el día de la presentación. No podía negarse ahora. Si tan solo el escritor no le hubiera impuesto esa ridícula condición él no hubiera tenido inconvenientes en que asistiera a la presentación, aunque se hubiera sentido incómodo al tener que lidiar con el humor de Akihiko en un espacio ocupado también por Sumi.

    ¿Ahora tienen tiempo para quedarse un poco más? –preguntó Ichiro mientras miraba su reloj. Ya se habían pasado un poco de la hora.

    ¡Misaki baja de ahí! –gritó Akihiko al llegar al teatro y ver a su uke en una comprometedora pose con Sumi. Por suerte, para Misaki, al menos no había visto el peligroso acercamiento de Sumi.

    Inmediatamente Misaki se puso de pie y Sumi hizo lo mismo.

    Usagi-san ¿qué haces aquí? –preguntó Misaki.

    Eran más de las cinco y no salías. Vámonos. –ordenó el escritor. Había caminado rápidamente hasta estar cerca del escenario. Miraba de manera furiosa a Sumi mientras esperaba que Misaki bajara para irse con él. El ambiente estaba tenso hasta que alguien interrumpió la escena.

    ¿Es usted el gran escritor Usami Akihiko? –dijo Ichiro.

    Si, buenas tardes. –respondió el escritor con la poca paciencia que le quedaba. Lo único que quería era llevarse a Misaki aunque sea a rastras de ahí pero sabía que, al estar en su universidad, no sería bueno hacer un escándalo.

    No me diga que ha venido a aceptar la propuesta que le hicimos personalmente. –dijo Ichiro con una sonrisa.

    Eso depende de Misaki. –dijo Akihiko mirando hacia el menor.

    ¿Y bien? ¿Misaki? –preguntó Ichiro quien no comprendía mucho la situación.

    Misaki sintió que no tendría escapatoria. Si negaba la presencia de Akihiko este era capaz de decir el verdadero motivo.

    Si…él vendrá…-dijo el menor resignadamente.

    Excelente, muchas gracias. Siendo usted un escritor tan famoso el que acepte esta propuesta un gran honor. Disculpe si esto le ocasionamos inconvenientes. –dijo Ichiro visiblemente emocionado.

    No hay problema. Solo una cosa ¿qué hacía Misaki ahí arriba? Que yo sepa el papel de Venus recaía en otra persona. –aprovechó para preguntar Akihiko.

    Él estaba, muy amablemente, reemplazando a Tamiko quien tuvo un inconveniente. Pero ha sido solo por hoy para que Sumi pueda practicar sus líneas. –

    Ya veo. –dijo secamente Akihiko.

    Misaki se dirigió hacia las escaleras para bajar del escenario. Sabía que tenía que actuar rápido antes que a Akihiko se le agotara la paciencia o que surja algún tipo de situación que incomodara aun más el ya desafortunado encuentro.

    Bueno, ya nos tenemos que ir. Nos vemos la próxima semana. –dijo Misaki despidiéndose rápidamente de Sumi e Ichiro mientras jalaba al escritor hacia la salida. Cuando estaban a punto de salir del teatro Ichiro gritó.

    Misaki, no te olvides que practicarás durante la semana con Sumi. Muchas gracias por haber aceptado. –dijo alegremente Ichiro moviendo la mano en un ademán de despedida sin saber lo que había ocasionado.

    Akihiko no dijo nada durante el trayecto hacia el auto ni hacia la casa. Misaki había esperado que le dijera algo como siempre lo hacía, el silencio del escritor no hacía más que ponerlo más nervioso.

    ¿Por qué Usagi-san no dice nada? ¿Quizá no escuchó nada? No, eso no puede ser posible…No puedo creer que esté deseando que empiece a sobreprotegerme solo para al menos saber que está normal…-pensaba.

    Una vez llegaron al departamento el escritor finalmente se comportó como siempre. Para mala o buena suerte de Misaki.

    Tu no irás a practicar nada con ese sujeto. –dijo.

    Pero, es por la obra. –

    Eso no me interesa. Además, el que practique contigo es innecesario…con quien tiene que practicar es con otra persona. –

    Te comportas como si fuera un enemigo. Él es mi amigo. –dijo Misaki tratando de hacer cambiar de opinión a Akihiko.

    No quiero que estés solo con él y mucho menos practicando ese guión. –

    Guión que tú escribiste de ese modo... –le recordó Misaki.

    Y es por que lo escribí que lo conozco bien. Suficiente fue con tener que haber visto a ese sujeto tan cerca de ti hoy. –

    Pero…-

    Ese sujeto es una amenaza. –

    ¿Amenaza? –

    Intentará aprovecharse de la situación. –

    El nunca intentaría aprovecha…-Misaki recordó aquel beso que casi le había dado Sumi, dudó por unos instantes.

    ¿Qué sucede? –preguntó Akihiko tratando de descifrar el pensamiento de Misaki.

    ¿Pasó algo el día de hoy? –preguntó Akihiko mirando fijamente a Misaki.

    Nada…solo me acordé que tengo que hacer muchas cosas y no tengo tiempo de perder el tiempo discutiendo contigo. –mintió Misaki.

    No puedes, recuerda que ya aceptaste el trato así que estoy esperando. –dijo Akihiko mientras su miraba cambiaba radicalmente. Misaki conocía esa reacción.

    ¿Esperando qué? –

    Verte transformado en Mizuki. –

    Pero…-

    Si no lo haces por las buenas será por las malas…-dijo Akihiko mientras se acercaba a Misaki.

    En serio tengo muchas cosas que hacer…-

    Si te niegas iré el viernes a explicar el motivo…-

    Pero ¿por qué no empezamos mañana? –Misaki no quería empezar ni ese día ni mañana ni nunca pero tenía la ilusa idea de que si postergaba la situación Akihiko se olvidaría o desistiría de su idea.

    Tiene que ser hoy, así podré también revisar que todo esté en orden. –

    ¿Qué todo esté en orden? –

    Quiero revisar que nadie te haya tocado o hecho algo. –dijo Akihiko mientras empezaba a desvestir a Misaki.

    Déjame, yo puedo hacerlo. –pidió Misaki pero Akihiko no le hizo caso, sabía que si esperaba a que Misaki se desvistiera solo pasarían horas.

    Una vez que Misaki solo tenía puesto sus bóxers Akihiko se dirigió hacia Suzuki-san para quitarle su lazo. Luego, se acercó nuevamente donde Misaki y le vendó los ojos.

    ¿Por qué en los ojos de nuevo? –se quejó Misaki.

    ¿Prefieres que te ate las manos? –preguntó Akihiko susurrando en el oído del menor. Sus manos empezaron a recorrer el cuerpo de Misaki mientras su boca recorría su cuello.

    Ah..ah..- gemía el menor.

    Eres mío. –dijo Akihiko.

    Yo…no soy de nadie. –dijo Misaki tercamente. Su cuerpo delataba la excitación que Akihiko había producido en él.

    ¿No? Entonces tendré que dejar eso bien en claro para que no se te olvide. –

    Akihiko cargó a Misaki y lo llevó rumbo a su habitación. Misaki tendría una larga noche.


    Al día siguiente Misaki se despertó tarde, por suerte era sábado y no tenía clases. El escritor no se encontraba a su lado, encontró una nota en la mesa de noche.

    Tuve que ir a la editorial, nos vemos para cenar. Cualquier cosa no dudes en llamar, te amo.

    Misaki, luego de ruborizarse por las últimas palabras, sonrió.

    Eso significa que no tendré que andar vestido como Mizuki, me salvé –pensó alegremente

    Misaki se dirigió feliz a su habitación y en la puerta de su cuarto encontró otra nota.

    Espero encontrarte como Mizuki o de lo contrario tendrás que recuperar el día.

    Akihiko, un día no te saldrás con la tuya…-pensó Misaki mientras rompía en pedacitos la nota que acababa de leer.

    El día de Misaki transcurrió sin problemas. Aprovechó que no estaba Akihiko para avanzar sus trabajos y andar vestido de manera normal.

    Cuando estaba a punto de preparar la cena recibió un mensaje del escritor.

    Estoy en camino. Llego en 10 minutos. –

    Misaki sabía que significaba eso. Se obligó a quitarse la ropa y quedarse en bóxers. Tomó una de las cintas de Mizuki, se la ató al cuello pero la puso de lado para que no interfiriera al momento de cocinar. Finalmente, se ató el delantal y empezó a sacar los ingredientes que necesitaría. Akihiko había salido más temprano y la cena aun no estaba lista.

    Ya llegué. –dijo Akihiko apenas cruzó el umbral de la puerta.

    Misaki se alegró de estar listo justo a tiempo.

    Buenas noches, Usagi-san. Estoy por empezar a preparar la cena. Dime ¿qué quieres para cenar? –

    Akihiko volteó la mirada. Lo que vio no se lo esperaba ni en sus mejores fantasias. Misaki con solo ropa interior puesta debajo del delantal y llevando el lazo a un lado que parecía la decoración perfecta para tan hermoso regalo.

    ¿En serio quieres saber que quiero para cenar? –preguntó Akihiko mientras se desanudaba el nudo de la corbata.


    Nota de la autora:
    Gracias a quienes siguen la historia y especialmente a quienes se dan un tiempo para escribir. Valoro mucho eso porque me da ánimos. Siempre leo cada mensaje con detenimiento. Espero que todos estén pasando un lindo mes navideño.


    Edited by Aulu - 15/12/2014, 16:45
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    Kuroi-sama: explícame como sería esa situación o.o
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    La verdad, no había pensado en la posibilidad que Usagi fuera atacado por Misaki pero ahora que lo mencionan...¿qué dicen? ¿quieren que eso suceda? pongo a votación cómo continuará la historia ^^
    Ayúdenme a decidir ¿qué es lo que más querría Usagi? ¿Atacar o finalmente ser atacado?
    ¡Gracias por los mensajes recibidos hasta el momento y por los que me ayuden a decidir!
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    La navidad de Usagi
    Parte II



    Usagi sintió que las manos de Misaki empezaban a recorrer su torso. Los delicados dedos del menor se posaron primero en sus hombros y fueron bajando hasta que se toparon con el miembro del escritor. Misaki lo rozó por encima del pantalón del piyama y sintió su dureza.

    ¿Te gusta lo que tocas? -preguntó Usagi.

    Quería comprobar que ya estuvieses bien "despierto". -respondió Misaki.

    Si continuas así no me dejarás más opción que atacarte. -comentó Usagi.

    Aun no...¿qué te parece tomas un baño? te ayudaré a que tomes uno muy relajante... -le susurró Misaki a Usagi en el oído.

    Usagi no sabía que había pasado con el hasta ese entonces tímido Misaki pero no se oponía a tan placentero cambio. Misaki se levantó de la cama y fue caminando hasta la puerta del cuarto de Usagi.

    Si no te apresuras, el agua se enfriará. - dijo Misaki.

    No te preocupes, hay suficiente calor...-comentó Usagi mientras lo seguía.

    Misaki lo condujo hasta la puerta del baño y abrió la puerta. Dentro estaba la bañera lista.

    Deja que te ayude. -dijo Misaki quien condujo a Usagi hasta la bañera. Luego, puso sus manos en las caderas del mayor y empezó a bajar el pantalón del piyama del mayor. Después fue el turno de los bóxer de Usagi.

    Usagi dejó que Misaki lo empujara hacia la bañera.

    ¿Qué pretendes? –preguntó el mayor.

    Creo que vas a necesitar en qué apoyarte. –

    Usagi no sabía a qué se refería hasta que Misaki se agachó y comenzó a masajear su miembro. La cara de Misaki estaba muy cerca de su miembro.

    ¿Será que Misaki hará eso? –pensó un sorprendido Usagi.

    Misaki sin esperar alguna indicación tomo el miembro de su seme y empezó a lamerlo. Y, en lugar de escapar de la mirada del mayor, sus ojos estaban fijos en Usagi, no quería perderse las reacciones de este.

    Por el placer que sentía Usagi tuvo que aferrar sus manos al borde de la bañera. Misaki había tenido razón, lo había planeado todo.

    El mayor no dejó de corresponder a la mirada de Misaki. Su uke dándole placer de este modo era algo que no se iba a perder.

    Mmmmhh…-Usagi dio un profundo gemido cuando Misaki decidió meter su miembro en la boca.

    Con la lengua recorría toda la longitud de Usagi hasta que llegó a sentir el sabor Usagi. Las primeras gotas del semen de Usagi habían salido.

    Eres delicioso. –comentó Misaki interrumpiendo brevemente su tarea la cual reanudó antes de que Usagi dijera algo.

    El gorro de navidad de Misaki tenía una campana la cual sonaba al vaivén de la cabeza del menor que degustaba con placer la erección de Usagi. El escritor por primera vez no sabía qué hacer. Si dejar que Misaki continuara o tomar las riendas de la situación.
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    Capítulo 2


    Muérdago



    Terminadas las compras Usagi y Misaki regresaron al departamento, al entrar al edificio no se percataron que eran observados con binoculares por dos tripulantes de un carro que se encontraba cerca.

    Así que ese es el famoso escritor Usami Akihiko. -dijo uno de los hombres luego de ver el carro deportivo rojo pasar.

    Si, tiene mucho dinero. Si raptamos a alguien cercano a él es muy probable que podamos pedir un buen rescate. -

    Pero no tenemos armas, ¿cómo lo lograremos? -preguntó su compañero. Eran un par de sujetos que hasta ese momento habían realizado pequeños robos pero su ambición había crecido y no les importaba correr el riesgo. Y no hay nada más peligroso que alguien que no tenga nada que perder.

    Haremos un seguimiento al joven de cabello castaño y cuando sea seguro lo interceptaremos. Dado su aspecto creo que será sencillo. Luego, será cuestión de hacer la típica llamada por teléfono y esperar que entregue el dinero en algún punto o haga un depósito. Ni Akihiko ni nadie más sabrán quien fue. -

    Pero el chico si... -

    Puede que si puede que no...le podemos dar un gran susto y él será quien ni nos quiera ver nuevamente. -terminó de decir uno de los hombres con una sonrisa en el rostro.



    La casa del escritor se encontraba llena de adornos navideños que Misaki y Usagi habían puesto juntos. En la sala, el imponente árbol lucía su decoración: luces, las clásicas bolas de colores y adornos que no eran más que pequeños ositos de peluche. Misaki había elegido esos adornos para el árbol pensando en lo mucho que a Usagi le gustaban los osos.

    ¿Qué te parece? -preguntó Misaki mirando como había quedado el departamento una vez que terminaron de colocar todo en su lugar.

    Está todo muy hermoso. Aunque tú opacas hasta lo más bello. -dijo Usagi mirando al menor.

    Tonto, no digas cosas así. -dijo avergonzado Misaki.

    Solo faltan un pequeño detalle. -

    ¿Qué cosa? -preguntó Misaki.

    Akihiko desenvolvió una pequeña rama y lo puso cerca de la puerta de la entrada.

    Esto. -dijo señalando lo que acababa de colgar.

    ¿Qué es eso? -preguntó Misaki acercándose con curiosidad.

    Es algo mágico. -dijo Usagi de manera misteriosa.

    ¿Mágico? ¿Porqué? ¿Qué cosa hace? -preguntó un escéptico Misaki.

    Esto. -Usagi tomó el mentón de Misaki con una de sus manos y acercó su rostro para darle un beso.

    Usagi estúpido,¡te aprovechaste! -gritó el menor apenas pudo separarse un poco de Usagi.

    Me preguntaste qué cosa hacía y solo te enseñé con un ejemplo...Esa rama que coloqué es un muérdago, es costumbre que cuando una pareja esté debajo de ella se dé un beso. -explicó Akihiko relamiéndose los labios.

    ¡La sacaré! No pienso andar haciendo eso, es una costumbre muy pervertida... -dijo Misaki rojo de vergüenza.

    Si llegas a alcanzarla hazlo. -dijo Usagi. La rama se encontraba muy alta como para que Misaki la pudiera alcanzar fácilmente teniendo en cuenta su estatura.

    Usagi eres un...-

    Usagi no esperó a que Misaki terminara de hablar. Volvió a darle un beso y luego lo abrazó apretándolo fuerte contra su pecho. La cabeza del escritor terminó apoyada en uno de los hombros de Misaki.

    Misaki, gracias. -

    ¿Gracias por qué? No...no he hecho nada...-dijo Misaki confundido, sentía que algo pasaba dentro de Usagi.

    Si has hecho algo...le has dado sentido a mi vida...-

    Misaki recordó que era muy probable que Akihiko haya solido pasar el mes de diciembre pensando solo en sus manuscritos o, en el peor de los casos, en un amor no correspondido mientras observaba a las parejas que en esta época del año paseaban tomados de la mano intercambiando risas de complicidad por los regalos que se darían mutuamente.

    Yo...-Misaki estaba al borde de las lágrimas. Debido a la conexión que tenía con los sentimientos de Akihiko sentía sus heridas como suyas.

    Te amo, Misaki. -dijo el escritor ahora mirándolo a los ojos.

    Usagi-san...-

    Para Misaki aun era difícil decir un te amo. Así que reemplazó sus palabras por acciones. Se empinó para poder llegar al rostro de Usagi y poder darle un tierno beso.

    En lo alto del techo el muérdago brillaba.
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    Los personajes de Junjou Romantica pertenecen a la gran Shungiku Nakamura.

    Capítulo 1


    Estrella



    El mes de diciembre había llegado y la ciudad lucía ya sus mejores adornos y luces de navidad. La casa de escritor Usami Akihiko parecía ser la excepción. En ella un castaño iba de una lado a otro.

    ¿Dónde habrá puesto Usagi los adornos de navidad? –pensaba Misaki mientras buscaba en cada cuarto.

    Al no encontrar nada Misaki decidió empezar a a preparar el desayuno. Usagi no tardaría en bajar.

    Buenos días, Usagi. –dijo con una sonrisa Misaki al ver al escritor bajar las escaleras. El desayuno ya estaba listo y puesto en la mesa para los dos.

    Buenos días, Misaki. –respondió el escritor aún somnoliento.

    El mes de diciembre era uno de los meses más pesados en la editorial. Los fans reclamaban ediciones especiales por las fiestas navideñas y los escritores debían de poner su máximo esfuerzo para cumplir con las fechas quieran o no. El rostro de Akihiko reflejaba la falta de sueño.

    Misaki dejó que el escritor se acomodara y empezara a comer. Pero tenía la duda acerca de cómo empezar a decorar el departamento.

    Si no hay ningún adorno ¿será que quizá a Usagi no le gusta esta fecha? A lo mejor si empiezo a hablar del tema él solo me diga lo que piensa...-pensaba Misaki.

    Era la primera navidad que pasarían juntos así que eso aumentaba sus nervios.

    Ya en todas las calles se ven adornos navideños ¿lo has notado? –comentó Misaki poniendo atención a lo que pudiera responder el escritor.

    Si, creo que si. –respondió Akihiko que aun no recobraba todos los sentidos.

    Y todo se ve bonito de ese modo ¿no crees? -

    Supongo. –

    La indiferencia de Akihiko desesperó a Misaki. Decidió que lo mejor era abordar el tema directamente.

    No te molestaría si decoro un poco la casa ¿no? –dijo tratando de aparentar que no le daba mucha importancia al asunto.

    No.. ¿Es por eso el alboroto? ¿Estabas buscando adornos de navidad? –preguntó Akihiko quien al fin había despertado. Había notado algo en Misaki por lo que sus sentidos se activaron.

    Pensé que deberías de tener algunos…-

    Cada año compro adornos nuevos, por eso es que no hay ninguno de la navidad pasada –comentó Akihiko como si fuera algo normal hacer eso.

    Misaki quien ya creía haber visto todo en cuanto a la manera en que Akihiko gastaba el dinero volvió a sorprenderse.

    ¡¿Qué?! ¡Ahorra para tu vejez! –le gritó.

    Cada año compro uno nuevo y trato de elegir el que se adecua más al estilo de una familia común... -empezó a explicar Akihiko.

    ...Además, compraba algunos pocos…viviendo solo no tenía mucho sentido decorar el departamento. –terminó de decir el escritor. Su mirada se tornó triste por unos segundos.

    ¿Esta será la primera navidad que Usagi-san pasará acompañado? Y será conmigo…-pensaba Misaki - Yo...quiero que cambiar los malos recuerdos de Akihiko por otros llenos de felicidad.

    ¿Qué te parece si vamos de compras? Ahora que pasaremos esta fecha juntos la casa no puede quedarse sin estar decorada. –dijo Akihiko animadamente. Había recobrado su estado normal.

    Pero ni se te ocurra botar las cosas, las guardaremos para el año que viene. –le advirtió el menor.

    Claro. Ya que las compraremos juntos...solo eso basta para que se vuelvan especiales. –le dijo el escritor a la par que lo miraba dulcemente haciendo que Misaki se avergonzara.

    Y…no serán adornos muy caros…yo pagaré la mitad. –dijo decidido Misaki tratando de cambiar el rumbo de la conversación. Cada vez que el escritor decía ese tipo de frases lo ponía nervioso.

    No quiero que estés pensando en el costo de cada cosa así que deja que yo me encargue. Además, soy el anfitrión. -dijo Akihiko con un tono que no admitiría una objeción como respuesta.

    Akihiko fue con Misaki esa misma tarde a realizar algunas compras. Si bien tenía mucho por escribir eso podía esperar, si Misaki quería que el departamento que compartían juntos estuviese decorado él haría todo por cumplir ese deseo.

    Mira ese árbol es tan grande y hermoso. –dijo Misaki señalando un pino que llamaba la atención de todos.

    Señorita, lo llevamos. –dijo inmediatamente Akihiko a una de las vendedoras de la tienda quien sonrió al lograr tan fácilmente aquella venta.

    Espera, ¡solo estaba comentando!. Ese debe de estar muy caro. –comenzó a protestar Misaki.

    Si no quieres que te de un beso en este momento vayamos a ver los adornos. –dijo Akihiko mientras acercaba su rostro peligrosamente al del menor.

    Misaki no tuvo más remedio que dejar de protestar y seguirlo.

    Al final del día ya tenían todo lo necesario pero Misaki sentía que faltaba algo, cuando lo vio supo qué era.

    En uno de las escaparates de las tiendas se veía una reluciente estrella, de aquellas que se ponen encima del árbol. Misaki no paraba de contemplarla.

    ¿Qué miras con tanta atención? –preguntó el mayor.

    La estrella que se pone encima del árbol…deja que yo la compre ¿si? –

    ¿Estás pensando en comprar esa? –dijo Akihiko al dar con el objeto que llamaba tanto la atención de su uke. Se veía hermosa pero también cara.

    Si, por favor. Tú ya compraste todo lo demás. –

    Está bien pero si necesitas ayuda no dudes en decirme. No te esfuerces demasiado, recuerda que lo más importante para mi es que estemos juntos. –

    Gracias, Usagi-san. –

    Edited by Aulu - 4/1/2015, 12:09
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    Los personajes de Junjou Romantica pertenecen a la gran Shungiku Nakamura.

    La navidad de Usagi
    Parte I



    El día 24 había llegado. El peliplata se encontraba semi despierto acostado en la cama de su habitación. Lo que más le costaba era empezar el día aunque en una fecha como esta, libre de trabajo y cosas de la editorial, su ánimo mejoraba notoriamente. Usagi se encontraba pensando en las actividades que seguro Misaki querría hacer en esa fecha especial. La llegada de la nochebuena exigía una serie de preparativos y rituales a los que aún no se acostumbraba bien pero, si era al lado de Misaki, sabía que podría disfrutarlo y mucho. Aún se encontraba decidiendo si ya sería hora de levantarse cuando sus pensamientos fueron interrumpidos por alguien que tocaba la puerta y le hablaba del otro lado.

    Usagi ¿puedo pasar? -preguntó un castaño al otro lado de la puerta.

    Claro, entra. -respondió el mayor.

    La puerta se abrió lentamente. Misaki llevaba en sus manos una bandeja, le había preparado el desayuno y había tomado la iniciativa de llevárselo a la cama. Pero lo que sorprendió más a Usagi fue la vestimenta del menor. Vestía un pantalón formal, camisa y un chaleco de color rojo. El chaleco, que era muy parecido a los que usualmente solo usaba el escritor, le daba un toque distinto. Finalmente, en la cabeza de Misaki había un vistoso gorrito navideño.

    ¿Sabes qué? La navidad se ha convertido en mi fecha favorita del año. -comentó Usagi mirando detenidamente al menor.

    Yo...como regalo de navidad quiero...engreirte Usagi-san...déjame hacerlo..-dijo tímidamente Misaki mirando fijamente al escritor. Sus mejillas se encontraban rojas y hacían juego con su chaleco.

    Misaki se acercó al lado de Usagi para poner la bandeja al lado en una mesa de noche. Luego, se sentó en la cama y cogió una taza que tenía chocolate caliente para pasársela a Usagi.

    ¿Qué te parece si nos saltamos el desayuno? -preguntó Usagi con una mirada pícara. Definitivamente no iba a poder concentrarse en el desayuno teniendo a Misaki vestido así.

    Para poder engreírte tienes que hacerme caso. Toma el desayuno, lo necesitarás... Quiero que tengas muchas energías hoy... -dijo un ya nada tímido Misaki que disfrutaba de la vista que tenía: Usagi con el pelo revuelto y sin nada puesto en la parte de arriba.

    El menor le volvió a alcanzar la taza de chocolate. Usagi tomó un poco lo que hizo que las comisuras de sus labios quedaran cubiertas con chocolate. Miró hacia la bandeja pero no encontró ninguna servilleta. Misaki adivinó sus pensamientos.

    No te preocupes, no la necesitarás. -dijo el menor. Acto seguido acercó su rostro al del mayor y empezó a lamer el chocolate de los labios de Usagi. El escritor sentía la delicada pero ágil lengua de su uke.

    A Usagi no le faltaban ganas de atacar de una vez a Misaki pero la curiosidad de saber qué sorpresas tenía el menor lo frenaba. Además, no quería desanimarlo. Misaki le había pedido que lo dejara engreír y así lo haría.

    Cuando estuvo limpio, Usagi volvió a beber otro sorbo y Misaki volvió a lamer los labios de Usagi. Cuando la taza estaba ya vacía Misaki dejó de solo lamer por afuera la boca de Usagi, ahora quería saborear toda la boca de su seme. Las lenguas de los dos se enfrascaron en una pelea por ver cuál era la que dominaba.

    A Usagi nunca le había gustado tanto el chocolate…

    Edited by Aulu - 9/7/2015, 17:37
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    »†Lola Ime†«: muchas gracias por el mensaje, me tranquiliza y mucho. Tiendo a desesperarme y estresarme yo sola así que nunca está demás recibir consejos y recordatorios como los tuyos.

    Capítulo 9


    Mizuki-san



    Si quieres que vaya a la presentación, cosa que creo espera todo el grupo de teatro…tendrás que andar vestido de este modo en casa... –

    ¡¿Qué?! –

    Tendrás que convertirte en Mizuki-san… -le susurró Akihiko al oído.

    ¡Me niego! –

    Bueno, después de todo no tendré que ser yo quien les de la mala noticia a los del club de teatro…-Akihiko hizo el ademán de empezar a recoger sus cosas.

    Espera…-dijo Misaki. En su cabeza resonaba la voz de Ichiro y los demás pidiéndole que convenza a Akihiko para que vaya a la presentación.

    ¿Si? –

    El caminar así…¡me resfriaré! Además…¿es solo andar así o qué planeas hacer? –preguntó Misaki quien ya sospechaba a que llevaría el andar “vestido” de esa manera.

    Lleguemos a un acuerdo, andarás así un par de días a la semana pero no me hago responsable de lo que eso pueda ocasionar. –dijo Akihiko mientras sus ojos brillaban de manera sospechosa para Misaki.

    De todos modos me atacará…siempre lo hace…-pensó Misaki quien estaba al límite de su paciencia.

    Yo…necesito pensarlo…-dijo Misaki. Quizá si pensaba un poco podría idear algún modo de librarse de esa condición o de convencer a los demás que no era necesario que Akihiko fuera a la presentación.

    Sin esperar más palabras Akihiko cargó a Misaki para llevarlo escaleras arriba hacia su habitación. Misaki forcejeaba intentando en vano liberarse del agarre del mayor.

    ¡Oye! ¿A dónde crees que me llevas? ¡No he aceptado nada! –gritó Misaki durante todo el trayecto.

    Ahora solo estoy cobrando la noche que me debes. En cuanto a lo otro, tarde o temprano tendrás que aceptar lo que te propongo. –dijo Akihiko a la par que lo depositaba en su cama.

    ¡Eres un…! –

    Misaki no terminó de decir la oración. Los labios de Akihiko se apoderaron nuevamente de su boca.

    Las mano de Akihiko se dirigió a la entrepierna del menor. Por encima de la tela empezó a estimular el miembro de su uke. El forcejeo de Misaki empezó a disminuir.

    Ah…ah… –empezó a gemir el menor.

    Akihiko interrumpió el beso para poder ver bien a Misaki. La cara del menor estaba roja y tenía los ojos fuertemente cerrados. De su boca salían los gemidos que resonaban en la habitación. La cinta que había anudado en su cuello aún seguía en su lugar.

    Abre los ojos…mírame. –le ordenó Akihiko a Misaki.

    El menor abrió un poco los ojos pero los volvió a cerrar casi inmediatamente. Si bien sabía que el escritor clavaba fijamente su mirada en él, el comprobar esto lo ponía mucho más nervioso y avergonzado de lo que ya estaba.

    Misaki se concentra demasiado en mantener los ojos cerrados…quizá si dejara de hacer eso podría desinhibirse un poco más... –pensó Akihiko.

    Creo que ya sé como solucionar tu problema…mi Mizuki…-susurró Akihiko.

    ¿Problema? …yo…no tengo ninguno…y no soy…Mizuki…-dijo Misaki como pudo. La mano del mayor continuaba estimulando su ya erecto miembro.

    El escritor acercó su boca al cuello de su uke, tomó uno de los extremos de la cinta con sus dientes y la desató lentamente al jalar de ella. Misaki al sentir la cinta deslizarse entreabrió los ojos y se encontró con la mirada de Akihiko.

    Si mi mirada te pone nervioso podemos jugar un poco…-dijo Akihiko con la cinta ahora en una de sus manos.

    Akihiko dejó de rozar el miembro de Misaki y utilizó ambas manos para anudar la cinta alrededor de la cabeza de Misaki a la altura de los ojos.

    ¿Qué haces? –preguntó fastidiado el menor quien intentó dirigir sus manos a la cabeza para quitarse la cinta pero fue impedido por Akihiko. Misaki no podía ver nada.

    Ahora no tienes que concentrarte en mantener los ojos cerrados. Pon toda tu atención en mi. –le dijo Akihiko al oído mientras volvía a bajar sus manos a su entrepierna.

    ¿Quién te crees que eres para hacer est…? –trató de decir Misaki.

    Akihiko liberó su miembro de la prisión de la tela. Misaki ahora podía sentir el roce directo entre su piel y las expertas manos del escritor. Akihiko empezó a masturbar Misaki.

    Con la mano que tenía libre Akihiko fue desabrochando su camisa, la temperatura se había elevado en el cuarto. Cuando acabó de quitársela dirigió su mano a uno de los botones de Misaki para empezar a rozarlo. Sabía que ese era uno de los puntos más sensibles de su uke.

    Misaki no quería admitirlo pero el tener la cinta en los ojos hizo que su cuerpo se pusiera más sensible. Era diferente a cuando hacían este tipo de cosas aún de noche ya que la luz de la luna siempre se colaba. Ahora la oscuridad era completa y podía dejarse llevar por completo. Además, el estar alerta a las acciones de su seme había activado algo en él.

    Misaki arqueó un poco la espalda, el placer que el escritor le proporcionaba iba en aumento. Misaki no veía a Akihiko, solo sentía sus caricias. Fue así como la necesidad de tocarlo, ya que no podía verlo, se fue apoderando de él. Sus manos, que se aferraban a las sábanas hasta ese momento, fueron dirigidas hacia Akihiko.

    Los dedos de Misaki rozaron el pecho del escritor, Misaki se dio cuenta que se había quitado la camisa. Una de sus manos se quedó en el hombro de Akihiko, sintiendo la calidez de su cuerpo. La otra mano fue bajando por el pecho y torso del mayor hasta que se topó con el pantalón. Misaki sorprendido de si mismo continuó explorando y se topó con un bulto. Era la erección de Akihiko. Con nerviosismo y sin estar muy seguro de lo que hacía Misaki empezó a rozar por encima del pantalón el miembro del escritor.

    ¿Akihiko se pone así de duro mientras me toca? –pensaba Misaki.

    Akihiko se asombró de las acciones de su uke. Estuvo tentado a hacer algún tipo de comentario pero se contuvo, no quería desanimarlo ahora que había tenido ese tipo de iniciativas. La excitación de Akihiko aumentó al sentir los torpes pero provocadores roces de su uke. Si Akihiko quería calmar pronto sus ansias debía de empezar a estimular más a Misaki. Fue así como empezó a masturbarlo a un ritmo mayor.

    Me…vengo... –dijo entre gemidos Misaki. Se había excitado no solo sintiendo las caricias de Akihiko si no también por la acción de haber rozado un poco su cuerpo y los descubrimientos que eso conllevó.

    El semen de Misaki se liberó y algo en él también.

    La mano de Misaki comenzó a intentar bajar el pantalón del escritor. Lo necesitaba dentro. Akihiko con esta acción ya casi no podía contenerse.

    ¿Me quieres dentro? –le preguntó.

    Yo…-Misaki reaccionó. Ese no era él pero, sin embargo…le gustaba.

    Siénteme. –

    Akihiko se liberó de las prendas que aún tenía quedando desnudo. Volvió a posicionarse encima de Misaki. Cogió una de las manos del menor y la dirigió hacia su pecho.

    Los latidos de Usagi-san…-pensó Misaki.

    Te amo. –dijo Akihiko.

    Si tan solo pudiera yo decir más fácilmente esas dos palabras…-

    Akihiko tomó ahora la otra mano de Misaki y la dirigió hacia su miembro. Misaki pudo sentir el palpitante miembro de Akihiko.

    Luego, el escritor empezó la tarea de preparar a Misaki. Uno de sus dedos ingresó dentro de su uke y empezó el vaivén. Cuando otro de los dedos de Akihiko ingresó, Misaki empezó a masturbar lentamente a Akihiko.

    El escritor tuvo que concentrarse para no dejarse llevar por las caricias que le hacía el menor. Quizá la técnica de Misaki no era la mejor pero sentir su mano en su miembro realizando esa acción era una de las fantasías que siempre había tenido.

    Cuando fueron tres los dedos que arrancaban profundos gemidos de la boca de Misaki, Akihiko decidió que era hora de entrar en él. Tomó con delicadeza la mano de Misaki que se encontraba en su miembro para ubicarla ahora en uno de sus hombros.

    Lo hiciste muy bien. –dijo el escritor mientras posicionaba su miembro en la entrada de Misaki.

    La intromisión lo tomó por sorpresa pero solo él sabía cuánto lo había estado deseando. El menor sentía cada movimiento del escritor de una manera diferente. Cada embestida era esperada con muchas ansias.

    Estás estrecho…-comentó Akihiko al sentir la cavidad de Misaki aprisionándolo cada vez más.

    Ahhh…ahhh…-Misaki empezó a gemir cada vez más fuerte.

    A un compás rápido y profundo fueron sintiendo que no pasaría mucho tiempo antes de llegar al orgasmo. Misaki liberó su semilla nuevamente en su abdomen mientras que Akihiko hacía lo mismo en el interior de su uke.

    Akihiko desató la cinta de los ojos de Misaki. El menor al encontrarse con la mirada triunfal del escritor bajó los ojos y se acurrucó dándole la espalda. Se encontraba demasiado avergonzado de si mismo y toda la culpa había sido de él.
    Me parece que a Mizuki-san le gusta mucho ser Mizuki-san. –dijo Akihiko mientras se pegaba a Misaki para abrazarlo.

    Ya te he dicho que no he aceptado nada y a este paso no lo haré. –comentó Misaki mientras se acurrucaba aún más.

    Lo de esta noche no se volverá a repetir ¡Yo no soy así! ¡No me puedo estar transformando en un pervertido! –fue el pensamiento que rondó por la cabeza de Misaki mientras se quedaba dormido en los brazos de Akihiko.



    La semana pasó con cierta tranquilidad. Misaki, avergonzado por lo que había pasado, rehuía de la mirada de Akihiko. El escritor tomaba esa actitud como algo muy tierno, sabía que Misaki había disfrutado mucho esa noche pero le tomaría tiempo aceptar eso abiertamente.



    El día viernes llegó y Akihiko dejó a Misaki en el taller de teatro. A las 5 en punto pasaría por él tal y como lo había establecido.


    Misaki, necesitamos ensayar pero Tamiko no podrá venir hoy debido a que el día de mañana tiene un examen ¿podrías tomar su lugar solo por este ensayo?. –preguntó Ichiro.

    Pero no me sé las líneas…-

    No te preocupes, hazlo con el guión en mano. Es solo para que Sumi pueda ir practicando. –

    Está bien. –

    Misaki no se sentía cómodo. No por Sumi ya que lo veía como a un buen amigo si no por las líneas que tenía que decir.

    Gracias, Misaki. –le dijo Sumi antes de empezar.

    No es nada. –

    No te preocupes, estarás bien. –Sumi le dedicó una sonrisa.

    El ensayo se hizo largo debido a que Misaki tenía que repetir varias veces las líneas hasta que le salieran de corrido. También debido a que tenía que interactuar bastante con Sumi y se sentía torpe. Al hacer el papel de Tamiko, que era el de Venus, recaía sobre él la acción de seducir a Sumi quien hacía el papel de Adonis.

    “Toca al menos mis labios con los tuyos tan bellos, que aun que no son tan hermosos, son iguales de rojos y así el beso será tan tuyo como mío…”-leía Misaki avergonzadamente una y otra vez.

    El tiempo fue pasando y Misaki no se dio cuenta que ya eran más de las cinco de la tarde y que un auto deportivo rojo se encontraba estacionado en la puerta de la universidad. Akihiko iba en camino al taller de teatro.

    Misaki y Sumi se encontraban en el piso del escenario. Misaki estaba semi apoyado encima de Sumi. Sus piernas se encontraban entrecruzadas.

    “¿Te da vergüenza el beso? Cierra, pues bien los ojos, tal como yo los cierro y hagamos noche el día que donde dos se encuentra se descubre el amor, se osado, que ese juego nuestro, no está a la vista…”-seguía leyendo Misaki. Sus mejillas estaban completamente ruborizadas.

    La mirada de Sumi y Misaki se encontraban por momentos. Sumi quien debía hacer el papel de un nada interesado Adonis, parecía todo lo contrario. En lugar de alejarse su rostro fue acercándolo hacia un asombrado Misaki. Las manos de Sumi se posicionaron en el rostro de Misaki para evitar que este lo alejara...
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    ¡Muchas gracias a todos por los mensajes! Siempre leo con atención cada uno y me alegra saber que siguen la historia. El próximo capítulo lo subiré el día de mañana. Sé que actualizaba con mayor frecuencia pero esta semana ha estado un poco pesada y puede que a partir de ahora continúe demorando pero me esforzaré porque el tiempo no sea mayor a una semana. Esta historia estaba hecha para menos capítulos pero se fue extendiendo...y ahora se cruzará con la historia que quiero empezar acerca de navidad *_*. Me sentía mal por no actualizar por ello decidí dejarles este mensaje a manera de disculpa. Será hasta mañana, ¡lo prometo!
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    »†Lola Ime†«: de que Akihiko pondrá sus manos en Mizuki...las pondrá...jajaja
    monochibi: ¡tu dibujo está muy bonito!
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    Capítulo 8


    El plan de Akihiko



    Misaki estaba más confundido que nunca. Ojeó el guión, ese no era su trabajo. Su versión era fría a comparación de esta. La marca de agua, que ocupaba la parte central de las hojas, era la silueta de la cabeza de un conejo…Misaki comenzó a unir las piezas del rompecabezas…

    Usagi…¡me las pagarás cuando llegue a casa! –

    Misaki sostenía con furia el guión. De no ser por el gran autocontrol que impuso sobre si mismo este hubiera terminado roto por la mitad al igual que los manuscritos en los que Akihiko utilizaba a Misaki como fuente de inspiración.

    Este…hay un error. Esta no es la versión que iba a presentar. –Misaki trataba de idear en su mente la manera de arreglar esta situación. No quería que Sumi pensara que le había mentido. Y tampoco veía correcto aceptar los cumplidos de un trabajo que no era el suyo.

    ¿Error? Pero si esta versión está estupenda, no necesita ningún cambio. –dijo Ichiro visiblemente emocionado.

    Pero… –

    Nada de peros. Seguro eres muy perfeccionista en tu trabajo pero créeme que no diría que un guión estuviera excelente si en verdad no lo estuviera. –

    Misaki sentía que las miradas de los demás estaban sobre él. Tamiko se había ruborizado al escuchar sobre la escena del beso mientras los demás tenían mucha curiosidad de cómo había quedado el guión. Además, él nunca sería capaz de pretender que otros interpreten algo como eso. ¿Una obra apasionada? ¿Un beso? Para Misaki eso era ser un pervertido.

    Bueno, lo siguiente será hacer varias copias del guión. Con 4 será suficiente ¿Podrías ir con alguien a sacar unas copias en la biblioteca? –preguntó Ichiro.

    Yo iré con él. –dijo Sumi-senpai.

    El momento en que se encontró con la mirada de Sumi y salían del teatro fue muy incómodo para Misaki.

    Sumi…yo no sé qué pasó…esa no era la versión de la que te hablé…en verdad lo siento…trataré de solucionarlo…-dijo apenas salieron.

    ¿Akihiko tuvo algo que ver en esto? –preguntó Sumi.

    Pues…-Misaki no podía terminar de decir la frase.

    No te preocupes. Tomaré como un honor interpretar un guión que el mismo adaptó. –dijo dedicándole una sonrisa.

    El camino hasta la biblioteca se le hizo largo a Misaki. Su cabeza comenzó a estallar de preguntas.

    Pensé que Sumi se enojaría pero tomó este cambio…¿demasiado bien?…Si Usagi no hubiera tenido nada que ver, ¿hubiera reaccionado igual? No creo que siga enamorado de él…Después de todo, no ha intentado acercársele y ha continuado siendo mi amigo a pesar de todo lo que pasó… -pensaba Misaki.

    No dijo nada más hasta que llegaron a la biblioteca y se pusieron a sacar las copias.

    Sumi…¿tú aún…? –Misaki tuvo el impulso de querer preguntarle si hasta ese momento él continuaba enamorado de Akihiko pero algo lo detuvo.

    ¿Aún que? –preguntó Sumi despreocupado mirando la fotocopiadora.

    …N-no nada. – Misaki no terminó de hacer la pregunta. Decidió eliminar cualquier sospecha de su mente. Sumi había sido un buen amigo, no podía pensar de ese modo.

    Bueno, regresemos. Las copias ya están listas. –Sumi sonrió al tener las todas las copias en sus manos.

    En el camino de regreso comenzaron a hablar de cosas sin mucha importancia. Misaki se sentía mejor al haber decidido dejar de pensar en la posibilidad de que Sumi siguiera enamorado de Akihiko y también a que este no se había molestado.

    Apenas llegaron al teatro fueron recibidos por un desesperado Ichiro.

    Misaki, necesitamos de tu ayuda. –dijo mirándolo nerviosamente.

    ¿Mi ayuda? –

    Si, sería un gran honor si Usami Akihiko viniera a la presentación de la obra. –

    ¡¿Qué?! –Misaki no creía en lo que acababa de escuchar.

    Sería genial que el gran escritor Usami Akihiko viniera y diera sus impresiones acerca de la representación. –volvió a explicar un ahora emocionado Ichiro.

    ¿Usagi viniendo a la representación de Sumi? Nunca aceptará… -pensaba Misaki.

    Pero…debe de estar ocupado y yo no creo que pueda convencerlo…-dijo Misaki con la esperanza que Ichiro desistiera de su idea.

    Él dijo que tú podrías convencerlo. Me dijo eso hace un momento por teléfono. –dijo Hiro fastidiado.

    ¿Por eso Hiro se veía tan ofuscado al teléfono hace un rato? ¿Estaba tratando de convencer a Usagi? –pensó Misaki.

    Yo…por más que Usami Akihiko haya dicho que…no creo poder hacerlo…-

    Misaki, por favor, esto depende de ti. –dijo Ichiro.

    Seguro que lo logras, ánimos. –dijeron Daisuke y Kai quienes, al parecer, se habían contagiado del entusiasmo de Ichiro.

    Misaki no sabía qué hacer. Estaba molesto con Akihiko por haber hecho el cambio de los trabajos y ahora tenía la misión de convencerlo para que aceptara algo como eso. El panorama no se avizoraba nada bien para Misaki.

    Veré que puedo hacer…-se obligó a decir.

    Muchas gracias. –dijo Ichiro.

    Eres genial, Misaki. –dijeron el resto del grupo, el tener a una celebridad como Usami Akihiko en una representación hecha y armada por ellos sería un honor.

    Ah…Ichiro, pero sobre el guión ese no fue el que yo escribí…al momento de imprimir creo que hubo una confusión…la mía no tenía ninguna escena de beso…-dijo Misaki.

    ¿No? Pues entonces se hubiera corregido de este modo –dijo Ichiro moviendo en sus manos una copia del guión –Tómalo como que esta es la versión corregida por Hiro y por mi.

    Misaki no sabía cómo sentirse. Su trabajo había sido cambiado a nadie parecía importarle eso y en el colmo de su mala suerte ahora supuestamente tenía que convencer a Akihiko.

    El resto de la sesión de teatro continuó en medio de las primeras coordinaciones. Tamiko y Sumi empezarían a aprender sus líneas. Daisuke y Kai debían de ir pensando ideas para la escenografía y vestuario. La misión de Misaki en los ensayos sería la de ir revisando que los actores vayan diciendo las líneas correctamente.

    La hora de la salida llegó. Misaki se dirigió a la salida de la universidad, Akihiko ya estaría esperándolo.

    ¿Cómo te fue? –le preguntó Akihiko como si no hubiera hecho nada.

    …-Misaki no contestó nada, estaba demasiado furioso como para decir palabra alguna.

    Los cinco minutos de regreso pasaron silenciosamente pero apenas la puerta del departamento estuvo cerrada Misaki explotó.

    ¡¿Cómo te atreviste a cambiar el trabajo?! ¡Sabías muy bien cuánto esfuerzo me costó!…Además, había dejado en claro que no quería nada romántico.–gritó Misaki por todo el departamento.

    ¿Y qué dijo el director? –dijo Akihiko serenamente. Ya esperaba esa reacción de su uke.

    ¿Eh?…Dijo que estaba bien pero ese no es el punto. –

    Lo que importa es el resultado. –dijo muy seguro de si mismo el escritor.

    Misaki se mantuvo en silencio un momento hasta que reaccionó.

    ¿Por qué lo hiciste? ¿Acaso no confiabas en mi trabajo? –

    Fuiste tú quien no confió en mi. -

    ¿Qué estás diciendo? –dijo un confundido Misaki.

    No seguiste todos mis consejos. Si los hubieras seguido tu versión hubiera quedado igual que la que presentaste hoy ¿no es así? -

    Si pero…-

    Y hubiera tenido la misma aceptación obviamente. –

    Pero…-

    Te dejaste guiar por la petición de ese sujeto en lugar de por los consejos que yo te daba. ¿Sabes como eso me hizo sentir? –dijo Akihiko con la voz más dolida que podía poner.

    Akihiko quería invertir los papeles para salirse con la suya. Quería que Misaki dejara de estar molesto con él y que el tema del guión quedara atrás. Así la obra quedaría como estaba y Sumi tendría que hacer un ridículo papel amoroso con una chica que no quería. Akihiko había cambiado la obra en parte porque sabía que la versión de Misaki sería rechazada pero también para molestar al que consideraba el indeseable amigo de su uke.

    ...Usagi…-Misaki se sintió contrariado. Empezó a caer en otra de las trampas de su seme.

    Recurres a mi para que te aconseje y luego simplemente ignoras los consejos que te doy. -dijo Akihiko.

    Yo…perdón…-dijo Misaki. El enojo que sentía se había evaporado.

    No te preocupes, entiendo que haya podido pasar. Perdón también por haberme tomado esa libertad. –Akihiko se acercó a Misaki y lo abrazó fuertemente. Misaki correspondió el abrazo. Nuevamente Akihiko había salido victorioso.

    El resto del día transcurrió con tranquilidad en la casa del escritor. Akihiko y Misaki cenaron juntos. Luego, en la sala, mientras Akihiko ojeaba algunos libros Misaki cambiaba el listón de Suzuki-san. Misaki recordó entonces que tenía que convencer a Akihiko de ir a la presentación de la obra.

    Usagi-san…-comenzó a decir Misaki. Estaba nervioso ya que no sabía si realmente Akihiko accedería a ir pero todos los del grupo de teatro esperaban que así fuera. Y para ellos eso dependía de él.

    ¿Si? –

    ¿Hiro te llamó hoy? –

    Ahora que lo mencionas si…quería que vaya a la presentación de la obra en la que estás trabajando. –

    ¿Puedes ir? –

    No. –

    Pero dijiste que yo podría convencerte por eso ahora te pregunto…-

    Preguntar y convencer son dos cosas muy diferentes. –Akihiko dejó de ojear los libros y miró a Misaki fijamente. Misaki conocía esa mirada.

    Viejo pervertido, ¿en qué estás pensando? –dijo Misaki a la defensiva.

    Ahora que lo recuerdo hay algo que dejamos pendiente…-

    Akihiko dejó el libro que tenía en las manos y se acercó al otro extremo del sofá donde estaba Misaki quien ya había terminado de cambiar el listón a Suzuki-san.

    ¡Aléjate! –gritó Misaki.

    Akihiko no hizo caso. Tiró a Misaki en el sofá y comenzó a besarlo. La lengua de Akihiko se movía libremente dentro de la boca de Misaki. La mano de Akihiko se fue colando directamente al pantalón de Misaki para desabrocharlo.

    ¿Qué crees que haces? –Misaki forcejeaba pero era imposible. La fuerza de Akihiko era mucho mayor que la suya.

    Akihiko distrajo a Misaki propinándole a su cuerpo besos y caricias que hacían al menor estremecer. Misaki cayó en cuenta después de un rato que había sido despojado de su ropa y solo llevaba puesto sus bóxer.

    ¿Quieres que vaya a la presentación? –preguntó Akihiko de la nada interrumpiendo su labor.

    Misaki quien estaba sin aire y desconcentrado debido a la excitación tardó un poco en reaccionar.

    Si… -dijo finalmente.

    Entonces, cierra los ojos. –dijo Akihiko mientras clavaba le dedicaba mirada traviesa.

    ¿Qué piensas hacer? No, no lo haré. –Misaki desconfiaba de Akihiko y razones no le faltaban.

    Vamos, te prometo que no te tocaré…al menos de los hombros para abajo si empiezo a hacer eso puedes abrir los ojos, confía en mi. –

    Esta bien…pero si empiezo a sentir algo extraño o te aprovechas me las pagarás. –dijo Misaki cerrando los ojos. Sus sentidos se pusieron atentos a lo que sea que Akihiko fuera a hacer. Sintió como Akihiko se reincorporaba y se levantaba del sofá para luego regresar. Las manos de Akihiko pasaban por su cuello y algo…parecido a una tela le hacía cosquillas…

    Puedes abrir los ojos. –dijo Akihiko.

    Misaki abrió los ojos. Akihiko había tomado la cinta que Misaki le había quitado a Suzuki-san para ponérsela a él como si se tratara de otro oso de peluche.

    ¡¿Qué diablos significa esto?! –gritó el menor.

    Si quieres que vaya a la presentación, cosa que creo espera todo el grupo de teatro…tendrás que andar vestido de este modo en casa... –

    ¡¿Qué?! –

    Tendrás que convertirte en Mizuki-san… -le susurró Akihiko al oído.


    Nota de la autora:
    monochibi: , »†Lola Ime†«, Nomi 7u7, †Min Yoshinoß y Kajika Sama muchas gracias por tomarse siempre el tiempo de escribir. Me animan mucho. Y gracias también a quienes siguen esta historia.
79 replies since 26/10/2014
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