Los chicos estaban sucios, golpeados y con el uniforme desordenado, los dos grupos siempre se habían odiado desde años, el director siempre pensó que eran cosas de niños y al crecer cambiaria pero solo se volvió más frecuente, aunque los chicos le juraron que tratarían de tolerarse otra vez se encontraban en su oficina.


-¿no dirán nada?-pregunto al notar el silencio-me juraron que cambiarían la última vez que estuvieron aquí-miro a los dos chicos sentados-sobre todo ustedes dos, ¿jamás podrán llevarse bien?-los dos se miraron y el director juro ver odio profundo emanar de sus ojos.

-solo les ruego que me digan si lo van a intentar-pidió mirando a los dos chicos sentados.


-le voy a ser sincero-hablo Kido-no fingiré llevarme bien con personas que no me agradan-miro a Fudo.


-yo digo lo mismo-devolvió la mirada con una sonrisa burlona.


-¿y ustedes?-dijo refiriéndose a los demás.


-aquí cada uno tiene su “nemesis” y lo que soy yo me niego a llevarme bien con el mío-esta vez hablo Fubuki mirando a Goenji, este solo lo miro de reojo sin decir nada.


-¿los demás piensan lo mismo?-pregunto con la resignación en su voz, los adolescentes asintieron-estarán suspendidos por 3 días-dijo mientras señalaba la puerta-ya se pueden ir, pero nada de peleas por hoy-ordeno.

La rivalidad entre los 12 comenzó desde su infancia, algunos por cosas de la vida y otros por instinto, la cuestión es que su odio siempre hace que su destino se entrelacen y sea imposible convivir con tolerancia, los 12 saben que el odio que se tienen los perjudican pero es un sentimiento que no pueden evitar, no cuando lo único que sus mentes proyectas cuando se ven es una enorme rivalidad, una que en este punto de sus vidas llega a tener una historia que los llevara a pensar más allá de una simple sentimiento.

héroe o villano…mi mundo ideal