Posts written by RavenYoru

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    Siempre que perdemos una apuesta es algo bastante molesto, ya veces lo que le toca hacer al perdedor no es nada agradable. Pero en ciertas ocaciones… pueden haber excepciones…

    La apuesta

    Era una mañana fría. Las calles de aquella ciudad se encontraban cubiertas por la nieve, y los jóvenes estudiantes, cubiertos con gruesas camperas y gorros de lana, se frotaban las manos para tratar de obtener un poco de calor.

    En uno de los salones del segundo piso, un rubio de ojos azules y un moreno de ojos negros, se encontraban discutiendo, y al parecer, el moreno llevaba la delantera.

    -Vas a perder… ¿Para que te molestas? – Decía aquel moreno, cruzándose de brazos.

    -¡No perderé!- Afirmaba el rubio, inflando sus mejillas. –Planeo estudiar mucho y seguramente sacaré un diez. ¡Tendrás que pedirme perdón de rodillas, teme!

    El moreno soltó una risa burlona en la cara del rubio y sonrió de manera cínica, haciendo que el otro joven hirviera de rabia.

    -¿Tan seguro estás de ti mismo? – Preguntó el moreno mientras acomodaba sus cuadernos.

    -¡Por supuesto que sí! – Respondió enérgico el rubio. – ¡Apuestolo que sea que te ganaré!

    -¿Lo que sea…? – Preguntó el moreno, en tono insinuante.

    El rubio asintió y al instante, una enorme sonrisa se dibujó en los labios del moreno. Este se levantó de su asiento y observó al rubio con detenimiento.

    -Entonces…acepto la apuesta.

    El rubio sonrió triunfante y siguió a su compañero hasta la salida.

    -¡Genial! ¿Qué me darás si gano? ¡Tendrás que pagarme unos cuantos tazones de ramen durante un mes! Oh, espera… ¡tendrás que arrodillarte y decir que soy el mejor delante de toda la clase! – Exclamó sonriente el hiperactivo rubio, mientras agitaba los brazos.

    -Esta bien…-Respondió el moreno con tranquilidad. – Pero si yo gano…tú tendrás que hacer algo por mí, Naruto…

    El muchacho lo miró con perplejidad y apuró el paso para alcanzarlo, ya que el moreno se había adelantado una vez más.

    -¿Qué se supone que debo hacer? –Preguntó curioso, una vez logró alcanzar a su amigo.

    El muchacho de ojos negros lo miró con una maliciosa sonrisa y se detuvo, estando ya en el patio.

    -Tendrás que acostarte conmigo…-Soltó de repente.

    Naruto empalideció y abrió sus ojos como platos. ¿Acostarse con él? De ninguna manera. Aunque…si se negaba, le demostraría a su compañero que no se tenía suficiente confianza, y eso le traería problemas. Respiró hondo y sonrió, tratando de hacer notar su auto confianza.

    -Bien, si eso quieres acepto. Pero no te hagas ilusiones, teme.

    El azabache sonrió satisfecho y comenzó a caminar con las manos en los bolsillos. No podía negar que estaba algo sorprendido, pensó que el rubio iba a negarse rotundamente, y así una vez más, él ganaría. Sin embargo, esta vez Naruto le había dado una buena lección. Ahora solo faltaba esperar hasta el tan ansiado día del examen para saber cual de los dos ganaría.

    Por otro lado, cierto rubio aún se encontraba en el patio de la universidad. Aquella sonrisa se había borrado junto con su auto confianza. ¿Qué se supone que debería hacer ahora? Matemática era la materia que más le costaba, jamás logró sacarse una nota alta desde que comenzó la universidad. Y no había tenido mejor idea que hacer una apuesta con Sasuke, faltando solo dos días para el examen.
    Se colgó la mochila al hombro y miro al frente para verificar que el moreno ya no estuviera allí. Al no ver a nadie a su alrededor, comenzó a correr todo lo que sus piernas le permitieron. Al llegar a su casa dejó su mochila en el sofá, revisó su heladera y de allí sacó un tazón de ramen, mientras lo calentaba en el microondas sacó un libro de su mochila y lo abrió, comenzando a pasar rápidamente las hojas. No lograba comprender nada de lo que estaba escrito allí, y eso le ponía los pelos de punta. Buscó rápidamente su móvil y marcó el número de Sasuke, pero lo lanzó lejos antes de apretar el botón de llamada. Si lo llamaba, el moreno se daría cuenta de que no estaba seguro de poder ganar, pero si perdía… ¡tendría que acostarse con él! Sacó el ramen del microondas y comenzó a devorarlo, mientras continuaba pasando las hojas de su libro de matemática, comenzando a desesperarse. Por mas que lo intentara, no había forma de que le entraran todos esos números en la cabeza, definitivamente las las matemáticas no eran lo suyo, tendría que ocurrir un milagro para que él lograra ganar esa maldita apuesta.
    Luego de un rato, harto de hojear el libro sin ningún resultado, el rubio se dio una rápida ducha y se desplomó en su cama. Como era viernes, mañana no tendría clases, así que tendría tiempo para descansar.

    ~~~xxx~~~

    El fin de semana pasó rápidamente. El tan ansiado día del examen por fin llegó. Sasuke se encontraba desde hacía rato en el salón, su expresión era tranquila, sabía que no le sería difícil hacer un examen, después de todo, era uno de los alumnos más destacados.
    El timbre sonó y de repente, un joven rubio entró al salón arrastrando los pies. Lucía pálido, ojeroso, exhausto. Pero al ver a su compañero, alzó la vista y trató de disimular su estado.
    El moreno sonrió con malicia y se acomodó en su asiento, observando al rubio de reojo.

    -¿Estás listo, Naruto? – Preguntó en un tono juguetón.

    -¿Qué si estoy listo? ¡Ja! ¡Yo nací listo! –Exclamó el joven de ojos azules, mientras se remangaba el uniforme. – ¡Prepárate para perder,teme!

    La profesora entró a clase, y después de saludar a sus alumnos comenzó a repartir los exámenes. Sasuke leyó todos los ejercicios rápidamente, y en seguida comenzó a realizar cada uno de ellos sin problemas, pero Naruto, por más que leía y leía, no lograba entender ni siquiera la mitad de uno. Pasaban los minutos y lo único que se escuchaba en el salón, era el lápiz de Naruto golpeando contra la hoja del examen.

    El timbre sonó y un escalofrío recorrió la espalda del rubio. Apenas empezaba a entender el primer ejercicio, pero nisiquiera había terminado de hacerlo. La profesora recogió todos los exámenes y todos los alumnos salieron al receso; el rubio estaba pálido, apenas hablaba y de a ratos se revolvía los cabellos con desesperación.

    -¿Cómo te fue, Naruto? - Pregunto uno de sus compañeros.

    -Oh… ¡Genial! – Mintió – Los ejercicios eran muy fáciles…-Comentó,observando de reojo a Sasuke, que se encontraba a su lado.

    -¿Y a ti Sasuke? De seguro sacarás la mejor nota, ¡como siempre! – Comentó el joven sonriendo.

    -¡No esta vez! – Intervino el rubio en un ataque de histeria.

    El joven lo miró perplejo y se alejó de ellos.
    -¿Nervioso, dobe?

    -¡Cállate!

    -¿recuerdas que sucede si llegas a perder la apuesta?

    -¡Si, ya lo sé! Eres un bastardo… ¡ya deja de torturarme!- Gritó fuera de sí el rubio, revolviendo una vez más sus cabellos.

    El azabache sonrió satisfecho y tomó su mochila, ya había logrado enloquecer a su amigo, así que no tenía nada más que hacer allí.
    El timbre de entrada había tocado y nuevamente, los alumnos comenzaron a encaminarse hacia sus respectivos salones.

    ~~~xxx~~~

    Pasaron dos días desde el examen. Naruto increíblemente había llegado temprano a clases, se sentó en su lugar y apoyó los codos sobre la mesa. Estaba histérico, sabía que la nota de su examen sería deplorable, y nuevamente Sasuke ganaría la apuesta. Pero esta vez no le tocaría solo humillarse delante de toda la clase; tendría que hacer algo que, a pesar detener 19 años, jamás había hecho, y mucho menos con un hombre.
    El timbre sonó haciéndolo saltar de su silla, para su desgracia,el primer alumno en entrar fue Sasuke, seguido de algunos compañeros más y la profesora de matemática, que traía unas cuantas hojas en sus manos.
    El azabache sonrió de lado y se sentó junto a su amigo,cruzándose de brazos.

    -Teme…-Murmuró el rubio, observando la despreciable expresión de triunfo anticipado que tenía su amigo y compañero de banco.

    -No te conviene insultarme, dobe…recuerda que hoy yo seré quien mande…-murmuró el moreno, sin quitar aquella expresión de su rostro.

    Las mejillas de Naruto se encendieron, y guardó silencio inmediatamente. Sus rodillas temblaban y estaba más inquieto de lo normal; la profesora estaba a solo dos filas de ellos, los nervios estaban carcomiéndolo por dentro.

    -Sasuke, ¡Felicidades! Una vez más lo lograste – Exclamó la profesora, entregándole la hoja de examen. El moreno tomó la hoja miró su nota,sonriendo satisfactoriamente.

    -Naruto… ¡Buen intento, continúa esforzándote! – dijo la profesora, con una expresión de lástima en su rostro.

    El rubio observó la hoja sobre su escritorio pero no se atrevió a verla hasta que sintió la voz de su amigo murmurarle.

    -¿Qué sucede, Naruto? – Preguntó Sasuke, sacudiendo su examen en la cara del rubio. – Un doce… ¿Qué tal tú…?

    -¿Y…Yo? – Tartamudeó el rubio, agarrando su hoja rápidamente. Un montón de cruces en rojo marcaban claramente sus errores, y un enorme cero en el centro de la hoja hicieron que el muchacho enloqueciera por completo.

    -¿Y? – Insistía Sasuke, tratando de ver la hoja de Naruto.

    -¡Espera! –Exclamó el rubio, escondiendo el examen. – yo…yo…

    Antes de que pudiera decir algo más, Sasuke le arrebató la hoja de las manos y al ver aquel cero, amplió aún más si cínica y despreciable sonrisa.

    -Vaya…parece que has perdido la apuesta…-Dijo en voz baja,de manera que solo el rubio pudiera escucharlo. – Deberás cumplir con lo acordado, Naruto… ¿O acaso planeas echarte para atrás?

    -¡Ni hablar! – gritó el rubio, tratando de proteger el último vestigio de orgullo que le quedaba.

    -Bien…Entonces…esta noche ven a mi casa y cumple con lo prometido. –Susurró, entregándole nuevamente el examen a la profesora, que venía a recogerlos.

    La clase continuó, pero el rubio no dijo absolutamente nada. Estaba paralizado, completamente avergonzado. Observó a su amigo de reojo unas cuantas veces, No era un chico feo, todo lo contrario, muchas chicas estaban interesadas en él, no solo era inteligente, sino que también era muy apuesto.Piel pálida, labios carnosos, ojos oscuros y buen cuerpo. Solo tenía un pequeñísimo detalle… ¡Era un chico!
    La clase por fin terminó y los alumnos salieron rápidamente.Los dos muchachos fueron los últimos en salir. Naruto guardó sus cosas lo más rápido que pudo y se apresuró a salir, pero antes de que pudiera lograrlo, la voz de su amigo nuevamente lo hizo poner histérico.

    -No lo olvides, Naruto…Hoy a las ocho en mi casa – Dijo tranquilamente el moreno, saliendo del salón antes que él.

    Hubiera acabado con él en ese mismo instante si los profesores no estuvieran observándolos.

    ~~~xxx~~~

    Siete treinta.
    Cierto rubio se encontraba caminando de aquí para allá,tratando de calmar sus nervios. Ya se había duchado y estaba listo para salir. Llevaba puesto un jean azul, una remera negra de manga larga, y encima una campera naranja con bordes negros.
    Revolvió su bolsillo y de él sacó su móvil, miró la hora y ya iban a dar las siete y cuarenta. Tomó las llaves de su departamento, se miró al espejo un par de veces y Salió rápidamente. Jamás había estado tan nervioso en toda su vida.
    Luego de caminar unas cuantas cuadras, llegó al apartamento del moreno y tocó el timbre un par de veces. El moreno se acercó a la puerta y la abrió, invitándolo a entrar. Estaba con un pantalón negro, una remera del mismo color, y una toalla pequeña alrededor de su cuello.

    -Nunca pensé que fueras tan puntual, dobe. – comentó el moreno, secándose el cabello. – Acabo de salir de la ducha, llegaste justo a tiempo.

    El rubio bufó fastidiado y se desplomó en el sofá. Aún no lograba calmar sus nervios, sin embargo, el moreno estaba tan calmado que le parecía sorprendente.

    -Oye… ¿Cómo demonios puedes estar tan tranquilo? – Exclamó Naruto,mirando al azabache.

    -¿Porqué debería estar nervioso? – preguntó Sasuke,sentándose junto a Naruto.

    -¿Cómo que porque? ¿Acaso tú…?

    -¿Quieres saber si ya me he acostado con alguien? –interrumpió Sasuke, apoyando su espalda el respaldo del sofá. – Bueno, lo he hecho un par de veces, pero nunca con un hombre…Siéntete afortunado, Naruto,serás el primero…

    Naruto se sonrojó y empujó a su amigo con fuerza. ¿Cómo podía ser tan descarado?

    -¡Quiero que te quede claro que no lo disfrutare! – Bufó el rubio – Lo hago solo para que veas que yo nunca me retracto en nada de lo que digo…

    -Oye, si quieres puedes largarte ahora mismo, no me interesa abusar de ti ni nada por el estilo.

    -¡No digas estupideces! ¿Acaso eres tu el que se arrepiente?– Preguntó Naruto en tono burlón. –Vaya, al final de cuentas resultaste ser tú el jodido cobarde. ¡No puedo creer que me hicieras venir hasta aquí para nada! –continuó provocándole. -¿Sabes qué? Ya me dio hambre, iré a ver si la tienda deramen esta abierta…

    El muchacho se dispuso a levantarse, cuando fue detenido por la mano de Sasuke que lo jaló bruscamente, obligándolo nuevamente a sentarse. El rubio estaba listo para decirle una sarta de disparates a su amigo, cuando notó la fulminante mirada de este sobre suya. Tragó saliva y lo observó durante unos momentos. Sasuke lo tomó bruscamente del mentón, y sin previo aviso, le plantó un beso al perplejo rubio, que se mantenía estático en su sitio. El beso comenzó suave, pero a medida que pasaban los segundos, comenzó a volverse más húmedo y fogoso. El moreno introdujo su lengua en la boca del rubio y comenzó a explorar cada rincón, disfrutando del dulce sabor de su compañero. Naruto lo agarró bruscamente del cuello de la ropa, al principio para tratar de alejarlo, pero luego, sus manos comenzaron a deslizarse por el cuerpo de su amigo, y recorrieron cada rincón en torpes caricias, que comenzaron a excitar cada vez más moreno. Este se posicionó encima del rubio y comenzó a quitarle la ropa con frenesí. Cada movimiento que hacían, incluso sus caricias eran violentas, sus besos frenéticos, sus jadeos intensos. Naruto había dejado sus nervios atrás, y ahora estaba completamente concentrado en quitarle la ropa a Sasuke lo más rápido posible; Quería sentir su piel contrala suya, quería tocarlo, sentir su aroma y saborear cada rincón de su cuerpo.Sasuke por su parte, solo quería hacer suyo a Naruto, lo veía como una pequeña y débil presa que con su inocente rostro te daban ganas de acariciarlo tocándolo apenas, pero al mismo tiempo, el deseo de devorarlo lo enceguecía, y sentía la necesidad de rosar su piel hasta lastimarlo.

    -Sasuke…-Jadeó el rubio, al sentir los húmedos labios del moreno en sus pezones. – Estás volviéndome loco…-murmuró

    Al escuchar aquellas palabras, el azabache logró enloquecer por completo, y dejó que su cordura fuera nublada por el deseo que sentía de hacer suyo a Naruto. Comenzó a morder con fiereza sus pezones, mientras le arrancaba el pantalón. Inmediatamente bajó hasta su entrepierna y comenzó a lamer el miembro erecto de su amigo con deseo, mientras este clavaba sus uñas en los cojines del sofá, y gemía, alzando la cabeza.

    -Eres delicioso…Naruto…-Susurró el moreno, quitándose su propio pantalón y acercándo su miembro a la estrecha entrada del rubio.

    Naruto cerró los ojos, y un dolor agudo recorrió todo su cuerpo. Sasuke estaba entrando en él sin siquiera prepararlo, y aquello estaba resultando bastante doloroso.

    -¡Sasuke…me duele! – Exclamó el rubio, clavando sus uñas en la espalda del azabache.

    Este se detuvo, y comenzó a moverse mas lentamente,observado fijamente a su amante.

    -¿Así te gusta? – Pregunto sin dejar de mirarle.

    El rubio asintió y cerró nuevamente sus ojos, entrelazando sus dedos en los oscuros cabellos de su compañero.
    Las embestidas comenzaron a aumentar, los dos muchachos estaban empapados en sudor y completamente excitados, los gemidos del rubio resonaban en los oídos del moreno y lo enloquecían cada vez más, sentía la necesidad de complacerlo para seguir sintiendo aquellos sonidos, que eran como música para sus oídos. El rubio se aferró al azabache y las embestidas continuaron, Naruto arqueó la espalda y Sasuke alzó la cabeza, los dos gimieron al unísono, llegando finalmente al tan ansiado clímax.

    -Oye…estás pesado…-murmuró Naruto, teniendo encima al exhausto moreno.

    -Cállate…déjame recuperar el aliento…-Gruñó el azabache,acomodándose junto a su amigo.

    –Oye Naruto…pensé que no ibas a disfrutarlo… -Murmuró Sasuke, mordiendo el lóbulo de la oreja de su compañero.

    -¡D…Déjame!- Tartamudeó el rubio. - ¿Quién dijo que yo lo disfrute? Como ya te dije…solo cumplí con mi apuesta…

    -Oh claro…Entonces… ¿Qué fueron esos gemidos desesperados?-Preguntó el moreno, rosando el cuello de su amigo con sus labios.

    Naruto se sonrojó y ladeó el rostro sin decir una sola palabra. La verdad lo había disfrutado y mucho. A pesar de que le dolía todo el cuerpo, Había sido la mejor noche de su vida.
    Sasuke sonrió de lado y abrazó a su amigo por la cintura, el sueño comenzó a invadirlo, pero antes de caer dormido, se acercó al oído del rubio, y después de darle un suave beso, le preguntó:

    -Oye…dobe… ¿Hacemos otra apuesta…?

    Fin
  2. .
    Lo único que sabían hacer era pelear, o discutir…
    Ya era como una costumbre…un ritual que tenían antes de entrar a clases, dentro de la clase, al salir…En todomomento. No había otra cosa que hicieran juntos, solo pelear.

    -¡Temeee! Yo llegaré primero a clases, ¡salte de mi camino!

    -Vete al diablo, Naruto. Apártate, por tu culpa llegaré tarde…

    Los dos apresuraron el paso y llegaron hasta la puerta. Intentaron entrar al mismo tiempo, pero lógicamente no lo lograron. Retrocedieron y volvieron a intentarlo otra vez, pero era imposible que los dos entraran por aquella puerta, ya que era bastante estrecha. El profesor los observaba con el libro en sus manos, ya comenzando a irritarse; todos los días, por alguna razón, esos dos siempre lo interrumpían en la mitad de alguna lectura.

    -Sasuke, Naruto. – Dijo el profesor, tratando de no perder la calma. – Entren a clase de una vez y déjense de tonterías.

    Sus palabras fueron en vano. Los demás alumnos comenzaron a gritar, y los dos jóvenes estaban tan sumidos en su discusión, que era imposible tratar de hablarles. El hombre enfurecido, cerró el libro y lo dejó en la mesa. Caminó rápidamente hasta donde estaban sus alumnos, los tomó con brusquedad por los hombros, y los llevó hasta la sala del director.

    -¡Ya me hartaron! Esta vez no será una simple suspensión lo que tendrán. O aprenden a llevarse bien, o tendré que hablar con el director para que los expulse del colegio. ¡Lo único que hacen es causar problemas!

    Dicho esto, les dedicó una última mirada y se retiró, cerrando la puerta con llave.

    -Iruka…sensei… - Murmuró Naruto, mirando la puerta.

    -Hmp…Todo esto es por tu culpa, Naruto. Eres una verdadera molestia.

    -¡Cállate! No soy el único culpable aquí…Rayos…¿Qué haremos si nos explusan?

    -Yo te mato… Jamás tuve un problema de este tipo los años anteriores, hasta que tú llegaste…

    -¡Ya te dije que dejes de responsabilizarme!–Grito el joven de cabellos rubios y ojos azules. – Si querías que me alejara de ti, me lo hubieras dicho desde un principio, ¡dattebayo!

    -¿Cómo podría alejarme de ti si todo el tiempo estás persiguiéndome? – Dijo el muchacho de cabellos negros y ojos delmismo color.

    -¿Persiguiéndote, yo? Que estupideces dices, teme. Yo no te persigo, para empezar, tú eres el que siempre quiere
    entrar primero a clases.

    -Si claro, lo que digas… - dijo, agitando su mano en la cara de su compañero. – Solo te pido que me dejes en paz, almenos hasta que nos dejen salir de aquí.

    -Yo no estoy haciendo nada, dattebayo… -Comentó sin mucho interés el rubio, mientras comenzaba a revisar unos papeles.

    -Oye, Naruto. No seas idiota. ¿Qué rayos crees que haces?

    -¡Mira esto! ¡Aquí están los exámenes quenos tomará Kakashi-sensei la próxima semana!

    -No es conveniente que estés husmeando cosas que no te importan…Nos meterás en un lío peor…

    -Vete al diablo tú y tu estúpida palabrería. Ya estamos metidos en un lío, ¿Qué más da? – dijo el rubio, y continuó revisando los papeles que había dentro del cajón. Soltando pícaras sonrisas a medida que los iba leyendo.

    -Eres patético, dobe.

    El chico de tez pálida se fue a un rincón,y se sentó allí a esperar. Deseaba que algún profesor entrara y viera a su compañero revisar los papeles, de seguro se metería en un lío gordo. Pero sabía que no tendría tanta suerte para que eso pasara. Así que se resignó y se acomodó allí. Abrió su mochila y sacó un libro. Le gustaba mucho leer en sus ratos libres, o bien, cuando eran castigados...

    -¡Mira, Sasuke, el director tiene una fotografía deTsunade-sensei! – Dijo con mucho entusiasmo, corriendo hacia su amigo con la foto en sus manos. Como el lugar era tan estrecho, se tropezó, metió el pié dentro de la papelera, y a causa de eso, perdió el equilibrio y cayó justo encima del moreno.

    -¡Maldición, Naruto! ¡¿Acaso no puedes quedarte quieto un puto segundo?! – gruñó el azabache, tratando de quitarse a su compañero de encima.

    -¡Lo siento! – exclamó entre risas el rubio.

    -¿Qué es tan gracioso? – preguntó molesto Sasuke, alzando una ceja.

    El joven rubio continúo riéndose, mientras su compañero lo observaba. De pronto ya no le molestaba tanto su compañía, ahora se daba cuenta de porqué no se alejaba de él, a pesar de que era tan molesto como siempre le decía. Aquella hermosa sonrisa era lo que le gustaba de Naruto. Aquella mirada azul, profunda y pura, era lo que más lo cautivaba. Todas sus actitudes, por más tontas que fueran, lo hacían feliz. Solo que nunca lo había notado hasta aquel momento enque lo vio reír con tanto entusiasmo, a pesar de que estaban a punto de ser expulsados. A pesar de las crueles palabras que Sasuke siempre usaba con él, el jamás se alejó. Permaneció a su lado, y en los momentos más difíciles, Naruto siempre estaba allí, arrancándole una sonrisa, por más pequeña que fuera.

    Dejó su libro a un lado, y abrazó a su hiperactivo amigo con fuerza. Naruto abrió sus ojos enormemente, pero no se movió. Aquella sensación se sentía muy cálida. Hasta podía escuchar los latidos acelerados del corazón de su compañero, se notaba que estaba nervioso.
    Naruto levantó un poco la vista y lo miró. Sasuke le sostuvo la mirada un par de segundos y puso su mano izquierda en la mejilla del rubio, para luego deslizarla lentamente, en una suave caricia. Naruto entrecerró sus orbes azules y se dejó llevar por aquella sensación.
    El moreno fue acercándose lentamente a él hasta que pudo sentir su respiracióny su dulce aroma. Se mantuvo así unos instantes, aprovechando que su amigo había cerrado por completo sus ojos, y continuó acercándose a él, hasta que sus labios se rozaron. Naruto suspiró, pero no se movió. Todo aquello le parecía extraño, y cada rose de su amigo le provocaba escalofríos y cosquillas en el estómago. Era la primera vez que sentía todo eso, pero le gustaba y mucho. Sasuke continuó acercándose, hasta eliminar los escasos centímetros que los separaban con un dulce beso.
    Aquel contacto fue suave, lento, cálido…sus lenguas se rosaron con suavidad, y sus salivas se mezclaron, formando un sabor único. Naruto abrazó a su compañero por el cuello y se apegó más a él, Sasuke lo agarró suavemente de la nuca, enredándose los cabellos de su compañero entre sus dedos. El beso continuó unos instantes más, hasta que la falta de aire los obligó a separarse.

    -S…Sasuke… - trató de decir, pero fue interrumpido por un dedo de Sasuke en sus labios.

    -No digas nada, tonto. Solo quédate así. –Dijo abrazándolo contra su pecho. – Gracias… - susurró en su oído.

    -Pero… ¿Porqué…? – Preguntó Naruto, totalmente sonrojado.

    -Por ser Naruto… - Dijo por último.

    ~~xxx~~

    -Bueno, veremos si esos dos se calmaron,seguramente todavía estarán discutiendo, no se preocupe director, yo cargaré con la responsabilidad si hay algún daño.

    El profesor revolvió sus bolsillos hasta que encontró lo que buscaba. Giró las llaves dentro de la cerradura y abrió la puerta, dispuesto a detener una batalla campal.

    -¿Chicos que están…? - Se detuvo, al ver a los dos jóvenes dormidos, recostados en un rincón. Sasuke aún rodeaba el cuello de Naruto, y este lo abrazaba por la cintura, mientras descansaba su cabeza en el pecho del moreno.

    -Bueno, parece que esta vez sus amenazas sirvieron, Iruka-sensei. – Comentó el director con una sonrisa dibujada en su rostro.

    -Si…Parece que esta vez, las cosas entre estos dos serán diferentes…

    Los dos jóvenes, al escuchar las voces despertaron, miraron a su profesor, y este les dijo que podían retirarse con una amable sonrisa. Los chicos salieron de la habitación y se tomaron de la mano cuando notaron que su sensei ya no podía verlos.
    Si hay algo que aprendieron estos dos, es que jamás hay que ocultar los sentimientos, jamás hay que dejar que se confunda el odio con el amor, porque a veces las personas odian, por no tener el valor suficiente para decir cuán grande es el amor que sienten. Y a veces olvidan...que del odio al amor...hay un solo y único paso...

    FIN


    Edited by Yoru_SxY - 4/8/2011, 08:18
  3. .
    ¡Hola! Amm...es el cuarto oneshot que re-subo. Voy a ver si los subo a todos de una vez, así puedo comenzar uno nuevo. A todo el que lea, ¡muchas gracias! Espero sea de su agrado.

    *********************************************************************
    Un reencuentro inesperado

    Sábado en la noche…
    Aquel sábado era especial, ya que me reuniría con mi amigo de infancia.
    Estuvimos incomunicados durante varios años, cuando, por razones familiares, tuvo que mudarse a otro país. Tenía solo 12 años cuando se fue. Creí que jamás podría recuperarme, siempre fue mi mejor amigo.
    Los años pasaron y un día recibí una llamada, nuestra amiga Sakura, me llamó muy emocionada, diciéndome que pasaría a buscarme para ir al aeropuerto a buscar a una persona muy especial, que al fin había vuelto. No supe de quien se trataba hasta que lo vi acercarse a nosotros con su típica sonrisa de lado.
    Estaba…diferente. Alto, esbelto, pálido como siempre y con el cabello más largo. Joder…como cambia la gente con el pasar del tiempo…y pensar que solo habían pasado cuatro años…

    -Oye, dobe… ¿No piensas venir a saludarme? – me dijo con su voz más ronca. Yo salí de mi shock y me acerqué a él, para abrazarlo con fuerza.

    Me sentía feliz por volver a verlo, pero había algo más, algo que sentía, pero no lograba saber que era.
    De camino a su apartamento nos contó que regresó solo, ya que su hermano –la única familia que le quedaba, después de un brutal accidente que acabó con sus padres – tuvo que quedarse en Inglaterra para terminar sus estudios. Le faltaba un año para recibirse de doctor, y estaba por casarse.

    -¿De verdad? Jamás pensé que Itachi se casaría. – Comentó Sakura, mientras sujetaba suavemente el brazo derecho de Sasuke.

    -Al menos ese mujeriego por fin acento cabeza. – Agregué yo, caminando junto a Sasuke con las manos en los bolsillos.

    Así seguimos charlando hasta que llegamos a su apartamento. Después de un rato de dejarlo en condiciones y ayudarlo con su equipaje, nos fuimos, acordando volver a encontrarnos el sábado.

    El día había llegado y yo me encontraba en mi habitación. Faltaban diez minutos para las diez, y yo estaba terminando de alistarme.
    Nunca me preocupaba mucho por mi apariencia, pero, no se porqué, esta vez me había esmerado bastante.
    Llevaba puesto un jean oscuro y una remera naranja, con un espiral negro en el centro, mi cabello estaba algo revuelto y tenia unas cuantas muñequeras, entre ellas la que Sakura nos había regalado a Sasuke y a mí cuando éramos pequeños.
    Salí de mi casa con las llaves, el móvil y algo de dinero,rumbo al apartamento del teme. En el camino me encontré con Sakura, estaba muy bonita, con una minifalda color esmeralda y una musculosa roja con un círculo blanco en el centro. Su cabello, ahora corto hasta los hombros, estaba adornado con una cinta roja, y en la muñeca tenía la misma muñequera que yo.

    -Te vez bien – Le dije caminando junto a ella, con las manos en la nuca.

    -¡Gracias! Tú también, hace tiempo no te veía vestido deforma decente…

    -¡Oye! Estoy vestido igual que siempre…¡De veras!

    -¡No es cierto! –Dijo entre risas, mientras golpeaba suavemente mi hombro.

    Llegamos al apartamento y tocamos un par de veces, Sasuke abrió la puerta y nos invitó a entrar, estaba con una camisa negra y unos jeans oscuros. y su cabello – como siempre – estaba bastante revuelto.

    -Veo que ya te instalaste… - Comenté, desplomándome en el sillón.

    -Si, a diferencia de ti, me gusta el orden…- dijo, sonriendo de lado.

    -¡Cállate…!

    -¡Oigan! – Intervino Sakura – ¡Dejen de pelear como dos niños y comencemos la fiesta!

    Luego de eso, la música comenzó a sonar, y entre trago y trago se nos fue un buen rato.

    -- xxx—

    -Bueno…chicos…yo… ¡Me voy! - Nos dijo Sakura parada en la puerta, un tanto “alegre”.

    -¿No quieres que te acompañe? – Pregunté yo, al verla tambalearse. Se había pasado un poco detragos.

    -¡Naah! – Exclamó – No es la primera vez que me “mareo”. – Luego de darle un gran abrazo a Sasuke, y besar mi mejilla, salió de la casa, prometiendo encontrarse con nosotros al día siguiente.

    -Espero esté bien… - Comenté, sentándome en el suelo, con la espada apoyada en el sillón, y una lata de cerveza en la mano. – Hacía tiempono la veía tan feliz.

    - ¿En serio? – Dijo Sasuke, tomando un sorbo de su cerveza – Es extraño, el único cambio que noté en ella, fue físico. Sigue siendo la misma…

    -No lo creo… Cambió muchísimo desde que te fuiste, se volvió más madura y responsable…

    -Tú sí que estás cambiado, Naruto… - Dijo sonriendo, ignorando mi comentario anterior.

    -¿Yo? – Pregunté sorprendido, y tomé mi último sorbo de cerveza. Ya estaba comenzando a sentirme mareado, pero ignoré por completo aquello, y tomé otra lata. – Tal vez… Ya han pasado cuatro años, teme.

    -Lo sé…-Respondió el, en voz baja, y tomó otra lata. Habíamos tomado casi lo mismo, así que supuse que también comenzaba a sentir los efectosdel alcohol. – Me refiero a tu aspecto físico, estás casi más alto que yo, y te pareces más a un hombre…

    -¡¿A qué te refieres con eso?! – Pregunté alterado – Cállate, el cara de nena eras tú, no yo. Siempre me pareció raro que nunca aceptaras a ninguna chica…

    -Es que no eran mi tipo… - Comentó tranquilamente, bebiendo un gran sorbo de cerveza. A ti tampoco te he visto con novia… Al menos yo las atraía, tú las corrías, dobe.

    -¡Cállate! - Grité, empujándolo con el pié. – ¡En estos años que tu estuviste lejos, tuve muchas novias, Sakura fue una de ellas!

    -¿Ah si? - Dijo agarrándome el pié, con su típica sonrisa de lado. – Pobre Sakura, seguramente la dejaste traumada…

    -¡Suéltame! –Exclamé – Por si no lo sabes, se me declararon unas cuantas, ¡También estuve saliendo con Hinata!

    -¿Con Hinata? - Dijo él en tono burlón, y comenzó a jalar mi pie, atrayéndome hacia él. – ¿La chica tímida que te espiaba escondida detrás de los árboles? Eso si es una sorpresa, de seguro estás inventándolo…

    -¡No! Es cierto…Pero salimos durante un tiempo corto, ella se mudó a otra ciudad.

    -Oh, que lástima, me hubiera gustado verte con ella. De seguro se veían muy graciosos… - rió.

    -¡Ya vas a ver! – grité, para luego lanzarme sobre él. La lata de cerveza voló, impactando en el suelo. Sasuke solo reía y esquivaba mis golpes, que por supuesto no eran en serio. Yo termine subiéndome encima de él, y él, para quitarme de encima comenzó a rodar, hasta que por fin logró tirarme y subirse encima de mí.

    -¿Y bien? - Dijo en tono altanero, sosteniendo mis muñecas contra el frío suelo de madera. – Pensé que esta vez sería más difícil vencerte, pero veo que sigues siendo un debilucho…

    -¡Suéltame! – Grité, pataleando.

    - No, te ves chistoso así… ¿Cuándo aprenderás que nunca podrás conmigo, dobe?

    -Joder…-Bufé molesto, y acabé por resignarme, ya me había mareado bastante por estar moviéndome tanto. –Esta bien, ganaste. Ya suéltame…

    -Así me gusta…

    Cuando soltó mis muñecas, aproveché la oportunidad para empujarlo y subirme encima de él, para terminar en la misma posición, pero esta vez, era yo quien lo sostenía con fuerza.

    -Oye teme, ¿Dónde está esa estúpida sonrisa que tenías hace un rato, eh?

    Él no respondió, quedo serio unos instantes, y luego esa sonrisa cínica volvió a dibujarse en su rostro. Pero no movió un músculo.

    -¿Qué te pasa, tonto? - Le pregunté entre risas.

    En ese instante, un fuerte dolor atravesó mi espalda, y perdí la fuerza, cayendo hacia adelante. El muy ingenioso me había golpeado en la espalda con su rodilla y yo ya estaba tan mareado que no fue difícil tumbarme. Abrí los ojos para gritarle, pero me quedé paralizado al sentir su aliento sobre mi nariz. Levanté un poco la cabeza y lo miré. Aún seguía sonriendo, y sus ojos negros y penetrantes estaban clavados sobre los míos. Mi corazón se aceleró.

    -¡O…oye! Eso sí que ha dolido, la próxima vez que me golpees ya verás lo que… - Me detuve, cuando noté que Sasuke me había agarrado confuerza de la remera, y me había jalado hacia él.

    -Jamás lograrás ganarme…dobe… - Dijo en voz muy baja.

    No pude responder…me había paralizado, estábamos demasiado cerca. No sabía si eran las cervezas, pero estaba comenzando a sentir calor, y deseaba estar aún más cerca de él. Deseaba sentirlo, tocarlo, era extraño. Jamás había sentido eso ni con Sakura,ni mucho menos con Hinata.
    Traté de alejarme un poco, sonriendo de manera nerviosa, pero me fue inútil. Sasuke me tenía tan fuertemente agarrado que no podía moverme. La única manera era quitándome la remera, cosa que no haría ni en un millón de años. Mucho menos en esa situación.

    -Oye, ¿me tienes miedo? – Preguntó, en tono burlón. – No te haré nada que no quieras, idiota.

    -¿Qué dices? – Pregunté sorprendido, logrando por fin alejarmede él. – Deja de tomar, creo que el alcohol se te subió al cerebro.

    -Tal vez – Respondió él. – Pero no veo que pongas mucha resistencia. Qué te pasa, Naruto. ¿Acaso te gusto?

    -¿¡Qué estas diciendo!? –Grité, pegando un salto. Él se rió y se acercó a mí, gateando. Eso provocó aún más calor en mí, y extrañamente, también en mi entrepierna.

    Sasuke siguió acercándose hasta que quedó a centímetros de mí, pero no dijo nada. Solo me observó un momento y clavó sus ojos en mi boca. Yo comencé a morderme el labio inferior a causa de los nervios. Ya no podía retroceder más, el sillón estaba contra mi espalda,y los nervios me impedían moverme. Solo lo miré, sintiendo el fuego en mis mejillas y las gotas de sudor resbalando por mi frente. Cerré mis ojos y al instante,sentí los cálidos y suaves labios de él sobre mi cuello; no hacía nada, solo rosaba mi piel, y me provocaba cosquillas. Ladeé mi rostro de manera inconsciente, y relajé mis hombros. Él continuaba haciendo aquello, y comenzaba a gustarme la sensación. Colocó sus manos en mi hombro y se sentó sobre mí, yo no moví un musculo, solo mantenía mis ojos cerrados y trataba de controlar los latidos de mi corazón. Pero me fue imposible.Ahora su lengua era la que recorría mi cuello, y subía hasta mi mejilla. Luego volvía a bajar. Aquél estúpido jueguito estaba volviéndome loco, no se si eran las cervezas, pero me encantaba…Me armé de valor y entreabrí mis ojos. Él me miró y sonrió, haciéndome seña con la cabeza para que fuéramos a su habitación. Yo sonreí, captando al instante sus intenciones y alcé la ceja. Los nervios habían desaparecido y en su lugar, estaban las ganas de subir hasta ese cuarto y hacerlo mío. Me importaba un cuerno que fuera hombre igual que yo, nadie más que nosotros dos lo sabríamos.
    Subimos hasta su cuarto y nos desplomamos en su cama.
    La oscuridad no nos permitía ver mucho, la luz de la luna apenas iluminaba la habitación, ya que la oscura cortina le impedía el paso. Aún así logramos vernos las caras, los dos estábamos sonriendo de forma pícara, sabíamos que ya era demasiado tarde para echarse atrás, además, ninguno de los dos quería hacerlo.
    Lo tomé de la nuca, entrelazando sus oscuros cabellos entre mis dedos, y eliminé la distancia que nos separaba, sintiendo por fin, la satisfacción de tener sus labios contra los míos. El beso comenzó suave, pero a medida que los segundos iban pasando, comenzó a intensificarse, su lengua entro en mi boca, y comenzó a jugar con la mía, en una salvaje caricia.
    Harto de esperar, le arranqué la camisa, y comencé a pasar mis manos por su perfecto y formado torso. El se sentó y me jaló de la remera, atrayéndome hacia él, me la quito y me empujó, acostándome nuevamente con brusquedad. Pude notar su desesperación, y eso me excitaba todavía más.
    Bajó hasta mi cuello, y comenzó a morderlo con fiereza, mientras que con sus manos desprendía mi pantalón. Yo cerré mis ojos y alcé mi cabeza para darle mas espacio. Él continuó bajando hasta que llegó a mi entrepierna, abrí mis ojos y lo observé. Pude notar su macabra sonrisa y eso me puso un tanto tenso.

    -¿Q…qué harás? – Pregunté, tratando de que mi voz no notara nerviosa.

    -Cállate… - dijo, comenzando a frotar mi entrepierna con descaro – A partir de ahora yo tomaré las riendas de esto…

    -¡Ahhh…! Es…espera…

    -¿Te gusta? – susurró, mientras continuaba frotando mi zona sensible.

    -Ya deja…de torturarme… - dije entre jadeos.

    -Esta bien… - Dijo él, y terminó de quitarme el pantalón, junto con el bóxer. – dejaré de jugar…

    Dicho esto, tomó mi miembro entre sus manos y comenzó a lamerlo despacio. Yo gemí y arqueé la espalda, apenas me había tocado y sentía que estaba punto de llegar a mi límite, estaba demasiado excitado y si continuaba con aquello, de seguro llegaría.

    -Hazlo ya… - le rogué con la voz entrecortada, sosteniendo su cabeza.

    -¿Tan desesperado estás? Todavía ni siquiera me has quitado el pantalón. –Dijo, señalándose así mismo.

    Yo apreté los dientes, y me senté en la cama, para luego desabrochar suavemente el botón de su pantalón. Cuando termine de quitárselo, comencé a besarlo con desesperación, al mismo tiempo que frotaba su erecto miembro por encima del bóxer. Pude notar que él estaba tan o más excitado que yo, ya que comenzó a gemir muy alto.

    -¡Quítamelo! – Me ordenó, clavando sus uñas en mi espalda.Yo le obedecí y bajé su ropa interior con lentitud. Me empujó nuevamente hacia la cama y levantó mis piernas, poniéndolas sobre sus hombros. – Ya verás, dobe… - dijo en tono amenazante y apoyó la punta de su miembro en mi entrada.

    Yo jadeé y me aferré con fuerza a las sábanas; sabría que al principio sería muy doloroso, pero no me retractaría. Sasuke sonrió de lado y alejó su miembro, puso dos de sus dedo sen mi boca y cuando ya estaban mojados, comenzó a dilatar mi entrada. Dolió un poco al principio, pero me fui acostumbrando. Además, estaba demasiado excitado como para sentir dolor. Quitó Sus dedos y volvió a apoyar la punta, esta vez presionando un poco. Cerré mis ojos con fuerza y tragué saliva. Los nervios me habían traicionado.

    -Qué pasa, ¿Tienes miedo? Hace rato parecías bastante impaciente. – susurró en mi oído.

    -¡C…cállate, bastardo! – Dije, en un grito ahogado. El continuó empujando su miembro, hasta que ya estaba completamente dentro de mí. Me aferré a su espalda, y clavé mis uñas en ella - ¡Maldición…! –grité, y gruesas lágrimas brotaron de mis ojos, mezclándose con el sudor.

    -Relájate…-me susurró Sasuke, en un tono más serio, comenzando a moverse con lentitud. –cuando te acostumbres no dolerá. Joder…Eres peor que una virgen…

    -No molestes… - murmure, haciendo caso a su consejo. Unos pocos minutos después, el dolor fue desapareciendo, y ya me sentía un poco más relajado. – Ya paso…-le avisé

    al escuchar aquello, comenzó a moverse con más intensidad, provocando un cosquilleo dentro de mí, los dos jadeamos, sentimos nuestra piel, y nos besamos casi todo el tiempo. Sasuke mordía mi cuello y lamía mis pezones; yo me aferraba a su espalda y gemía. La sensación de sentirlo dentro de mí era deliciosa y única, y no quería que se acabara jamás.

    -¡S…Sasuke…! -Exclamé, abrazando sus caderas con mis piernas. Ya sentía aquel cosquilleo recorrer mi cuerpo por completo.

    -¡N…Naru…ahh! – Gimió Sasuke, echando la cabeza hacia atrás. El momento había llegado, los dos estábamos llegando al climax casi al mismo tiempo, pude sentir la semilla de Sasuke esparcirse dentro de mí, y la mía mojando nuestros vientres.

    -Joder… - Bufó Sasuke cansado, desplomándose encima de mí.

    -Oye…quitate…-susurré, tratando de recuperar el aliento.

    -Ya cállate…estoy muy cansado como para moverme…

    Yo solo sonreí y acomodé mi cabeza sobre la almohada, sin dudas había sido una de las mejores noches de mi vida.
    Sasuke se acomodó a mi lado y me dio un suave beso que duro unos pocos instantes, se aferró a mi cintura y, minutos después, los dos nos quedamos profundamente dormidos.

    --xxx—

    -¡Sasuke! Oye, ¡Levántate, joder! – repetía una y otra vez,mientras trataba de quitarle la sábana al teme.

    -¿Qué rayos quieres, Naruto? Déjame dormir…

    -Sakura, imbécil, ¡está en la puerta! – gruñí, mientras me ponía los pantalones.

    -¿Qué? – preguntó sin moverse de su sitio. – Dile que pase, no la harás esperar…

    -¡Teme! – Grité, lanzándole una almohada y bajé las escaleras apresuradamente. Llegué hasta la puerta, puse una de mis mejores sonrisas y la abrí.

    -¡hola, Sakura-chan! – La saludé animado, tratando de mantener la sonrisa en mi rostro.

    Ella puso una cara divertida y me miro de arriba abajo. Yo alcé una ceja, y me mantuve en silencio.

    -¿Naruto? ¿Qué haces así? Tienes marcas en tu cuello… ¿Esos no son los pantalones de Sasuke?

    -¿Qué…?- Me miré a mi mismo, y me sentí un idiota. Volví mi vista a ella, y justo cuando estaba por abrir la boca, apareció Sasuke detrás de mí cubriéndose únicamente con una sábana.

    -Buen día, Sakura. ¿Llegaste bien anoche? –Preguntó tranquilamente, rodeándome con sus brazos y apoyando su mentón en mi hombro.

    -ahá…-Murmuró ella. - ¿Me perdí de algo…? – Preguntó,sonriendo de manera pícara.

    -¡No! – Intervine, tratando se zafarme del repentino abrazo de Sasuke. – Ayer nos pasamos un poco de tragos y…

    -Y creo que no quiero saber lo demás… - me interrumpió ella, comenzando a reír. – Por fin se decidieron…Bueno, perdón si interrumpí algo, solo venía para decirles que esta tarde los invito a tomar un helado. ¿Les parece?

    -Claro…-respondió Sasuke, ya que yo había entrado en un profundo shock. – Nos vemos en la tarde, avísales a los demás que estoy de regreso…

    -De acuerdo. ¡Nos vemos! – guiño el ojo, y se fue. Sasuke cerró la puerta y yo me desplomé en el sofá, aún en shock.

    -¿Cómo es que ella…? Y porque… ¿Qué rayos fue eso? - Grité alterado.

    -¿Qué cosa? – Dijo sentándose junto a mí.

    -¡Ella hizo una…!ah…¡Olvídalo! – Dije resignado, cruzándome de brazos. Sasuke me sonrió divertido y se acercó a mí, para darme un suave beso en los labios.

    -Oye, dobe, aún es temprano, volvamos a la cama. Nos queda un rato más para… ¿Dormir, tal vez?

    -Hn…-Sonreí y me incorporé. Él me tomó de la mano y subimos las escaleras en dirección a la habitación.

    Unos minutos después…

    -¡Ahh…Si…Sasuke!

    Fin.


    Edited by Yoru_SxY - 4/8/2011, 08:21
  4. .
    Casanova

    Aquella noche era especial. Los preparativos para la gran fiesta habían comenzado.
    Grandes señores,nobles, princesas y príncipes de todas las naciones asistirían a aquella gran fiesta que conmemoraba el décimo octavo cumpleaños del príncipe Uzumaki Naruto, conocido por su majestuosa y enigmática belleza, que lo hacía resaltar de entre todos los demás.
    Aquel joven de increíble belleza era codiciado por todas las jovencitas del reino. Chicas de gran atractivo iban a ofrecerse en matrimonio, pero el se negaba siempre, alegando que aún no se sentía preparado para un compromiso.
    Faltaba apenas una hora para que la gran fiesta diera por fin comienzo. El joven príncipe se encontraba en su habitación preparándose para recibir a los invitados; como aquella noche era especial, tenía un hermoso traje preparado para la ocasión, y un antifaz con hermosas plumas de color negro y piedras preciosas incrustadas en él.
    Afuera de lahabitación se encontraban dos guardias que custodiaban la entrada de la habitación real. Habían recibido un aviso del pueblo vecino, que había un intruso que solía colarse en las grandes fiestas para así engatusar y profanara las jovencitas que asistían a la celebración, y aún no habían podido atraparlo. Aquel extraño solía ir con trajes muy caros y lujosos y con una mascara cubierta de plumas. En los países donde dejaba su huella, solían llamarlo “Casanova”.
    La fiesta por fin había comenzado. El lujoso salón se iluminaba por las grandes y brillantes lámparas en formas de araña que colgaban del techo, y los hermosos trajes y antifaces llenos de plumas y brillantes le daban ese toque mágico que le faltaba. El rey y la reina se encontraban sentados en sus tronos viendo como los invitados danzaban al compás de la música y reían felices. La fiesta estaba siento todo un éxito, sin embargo, había algo que los mantenía inquietos.
    Había guardias encada entrada y en cada rincón, procurando que aquel extraño que era tan mencionado entre las jovencitas no se apareciera. Pero, ¿Cómo sabrían cuál era? Como la fiesta era de antifaces, todos tenían antifaces de toda clase de color y tamaño, así que sería difícil identificarlo en caso de que se atreviera a aparecer. Aún así, en caso de haber disturbios, la policía real se encargaríade detenerlo y por fin apresarlo.
    Iban a ser las diez de la noche cuando el rey Minato anunció a su hermoso hijo. La reina se mantenía a su lado, mirando a todos con una cálida sonrisa, mientras que el joven Naruto se mantenía detrás de las cortinas escuchando atentamente el discurso de su padre. Él ya había sido anunciado sobre aquel extraño delincuente, pero no se había preocupado en absoluto. Según lo que le dijeron,no le gustaba robar nada, ni armar ningún tipo de escándalo. Lo único quedejaba como prueba era una pluma de color azul oscuro sobre la cama en la que había yacido con su “victima” y nada más. Naruto era muy inteligente y sabía que aquel hombre podría estar entre cualquiera de los invitados; no sabían como era, y sus victimas se negaban a delatarlo, ya que luego de sus encuentros furtivos y pasionales, se enamoraban perdidamente de él, esperando ansiosas su regreso.
    Cuando Minato terminó con su discurso, llamó a Naruto para que él mismo les diera la bienvenida a los invitados. Al muchacho nunca le gustaban ese tipo de cosas, a pesar de ser el más codiciado, era una persona muy tímida y retraída. Pero no quería causarle un disgusto a su padre, así que tomó valor y caminó a paso lento hasta donde estaba, ensayando mentalmente el mini discurso que daría. Cuando porfin apareció, todos los invitados quedaron maravillados al verle: Su cabello era rubio como el mismo sol, su piel era suave y tersa, sus ojos grandes, azules y brillantes, parecían dos hermosos zafiros. Y su sonrisa, blanca y resplandeciente, derretía hasta a la persona más inescrupulosa. Se asomó hastala baranda, y apoyó sus manos sobre ella, tratando de calmar los latidos de su corazón.Tomó una bocanada de aire y comenzó con lo que sería su discurso de bienvenida.
    -Buenas noches atodos. –Comenzó con su voz suave y pausada. – Les agradezco mucho por asistir ami fiesta de cumpleaños. Espero que se diviertan mucho y que, cuando regresen asus hogares, se lleven un maravilloso recuerdo de lo que fue esta noche, que estan especial para mi familia y para mí. – Se detuvo, mirando de reojo a supadre. Este asintió, y le sonrió con satisfacción. – Continúen, por favor. –Terminó de decir, y se alejó, escondiéndose detrás de las cortinas.
    Todos los invitados,luego de un caluroso aplauso, continuaron bailando alegremente, mientras el joven Naruto, respiraba hondo y se agarraba el pecho con una de sus manos. Odiaba dar discursos. Se ponía extremadamente nervioso cuando tenía que hacerlo. Afortunadamente, eso no se daba muy seguido.
    -Hijo mío, ¿Te encuentras bien? – Preguntó su madre preocupada, acariciando los rubios cabellos de su hijo.
    -Estoy bien, madre. – respondió, tratando de calmar a la mujer.
    -Estoy orgulloso de ti, Naruto. Tu discurso fue excelente. –Dijo el padre, poniendo una mano en su hombro.
    – Tu orgullo es una honra para mí, padre.
    Su madre lo abrazó con ternura y lo tomó de la mano, para guiarlo hasta el enorme salón. – Anda hijo mío, esta es tu fiesta. ¡Diviértete! – Le dijo, para luego alejarse de él, con una gran sonrisa.
    Al instante, un grupo de jovencitas enmascaradas se dirigieron hasta el príncipe, y comenzaron acoquetear con él, el muchacho les sonreía con amabilidad y trataba de sacárselas de encima, hasta que aquella hermosa sonrisa se borró por completo cuando vió a lo lejos a alguien observándolo, aparentemente, hacia ya un buen rato.
    -Señoritas, tengo queir a saludar a los invitados – se excusó. – Si me disculpan…
    Cuando logró deshacerse de las estorbosas jovencitas, se dirigió rápidamente hacia aquella misteriosa persona, pero cuando logró llegar, ya había desaparecido. Aún así nose daría por vencido y continuaría buscándolo. Según la descripción que le habían dado, aquella persona podría tratarse del sátiro del que todos estaban hablando, lo que el ingenuo joven nunca se imaginó, fue que pudiera estar detrás de él.
    El muchacho de cabellos rubios corrió hasta llegar a otra habitación, adornada con enormes cuadros y lujosas esculturas, pero no halló a aquella persona. Continuó su camino, buscando con la mirada en cada rincón, pero seguía sin haber rastros. Hasta que por fin llegó a una habitación, que extrañamente tenía la puerta entreabierta. Le extrañó ya que aquel lugar jamás estaba abierto, ya que era una de las habitaciones para huéspedes, pero nunca se utilizaba. Entró en ella sigilosamente, pero todo estaba cubierto por completa oscuridad. La luz tenue de la luna entraba por los ventanales abiertos, y una suave brisa mesia las lujosas cortinas de seda. Naruto se escabulló por el cuarto, pero no había nadie alrededor,así que decidió investigar en el balcón, y efectivamente, aquella misteriosa persona, allí estaba.
    -¿Quién eres? –Comenzó desafiante el príncipe de la nación de la hoja. – No me gusta jugar algato y al ratón. Escuché los rumores sobre ti. Lárgate de aquí o avisaré a losguardias reales que tú…-Se detuvo al notar que aquella persona se volteaba hacia él con una seductora sonrisa, que dejaba al descubierto sus perfectos dientes.
    -Así que… ¿escuchó rumores sobre mí?- dijo con un tono de voz suave y sensual. – Me siento halagado, príncipe.
    Aquella persona eramisteriosa, atrayente, mística podría decirse. Su forma de ser, de expresarse,la desfachatez con la que se atrevió a hablarle dejaba al descubierto suidentidad. Naruto estaba seguro, “Casanova” estaba frente a sus ojos.
    Llevaba puesto un lujoso traje azul oscuro, y una máscara plateada con algunas plumas negras, que cubría la mitad de lo que podía notarse un hermoso y delicado rostro. Sus ojos oscuros como la misma noche, contrastaban perfectamente con su cabello azulado,que a su vez hacía juego con el majestuoso traje que llevaba puesto. Era iguala la descripción que le habían dado. No podía equivocarse.
    -Deja de jugar… ¿Qué pretendes asistiendo a esta fiesta? ¡No utilizarás a ninguna jovencita para tu propia satisfacción!- exclamó el príncipe de cabellos dorados, y comenzó a retroceder al instante en que notó que aquel joven avanzaba hacia él con su escalofriante sonrisa.
    -Se equivoca, mi estimado príncipe. – Dijo el joven, acercándose cada vez más a Naruto. – Esta vez no quiero a ninguna de esas jovencitas.
    -¿Entonces qué es loque quieres? – Preguntó desconcertado el príncipe.
    -Esta vez…es usted quien me interesa…-Murmuró, tomando la mano del rubio para besarla consuavidad.
    -¡A…aléjate de mí! –Exclamó asustado, apartando su mano. - ¿Cómo puedes decir eso? ¡Soy hombre igual que tú!
    -Bueno, tiene razón. Pero su belleza va mucho más allá de eso…-susurró el chico, tomando al rubio suavemente del mentón. – Estuve observándolo durante mucho tiempo. Y la verdad,hacía mucho que quería…conversar con usted.
    - Aléjate…-murmuró el rubio con los dientes apretados, tratando de alejarse del intruso, pero la cama detrás de él le impidió retroceder y en lugar de eso cayó sentado en ella.-¿Qué es lo que quieres? Escuché que no te interesa el dinero.
    El joven príncipe estaba bastante nervioso en ese momento. Le aterrorizaba encontrarse en una habitación oscura con un completo desconocido, y más con lo que acababa dedecirle. Sin embargo, contuvo las ganas de salir corriendo, y se dispuso a averiguar todo sobre aquella extraña persona.
    -Vaya…Creo que mis palabras no fueron del todo convincentes. – dijo el muchacho de cabellos oscuros con una sonrisa en sus labios, y se dispuso a avanzar hacia su “presa”.
    Naruto retrocedió y cerró con fuerza sus ojos, dejando que el nerviosismo lo delatara. No quería que ese extraño le hiciera daño, deseaba que alguno de sus guardias reales entrarapor aquella puerta y lo apresara, y que todo aquello solo quedara como un desagradable recuerdo. Pasaron unos segundos, y el muchacho notó que el intrusono se movía, así que lentamente comenzó a abrir sus orbes azules. Aquella persona estaba justo frente a él, observándolo con un notable deseo.
    -¿Tiene miedo, príncipe?– preguntó en un tono susurrante, cerca del oído del rubio. Este no se movió, y sintió como un escalofrío recorría por completo su cuerpo.
    -¡Déjame en paz! –gritó, empujando al moreno, y aprovechando la oportunidad para correr hasta la puerta. Para su desgracia esta se encontraba trancada con llave, y por más que forcejeara era completamente imposible abrirla. El pánico comenzaba ainvadirlo.
    El misterioso jovencomenzó a acercarse lentamente a él, su manera de hacer las cosas siempre fue lenta,pero a diferencia del príncipe, sus otras victimas jamás se resistían.
    Continuó acercándose hastaque por fin llego hasta su tan ansiada presa. Se mordió el labio inferior y aprisionó al rubio con sus brazos, impidiéndole moverse. Naruto pegó su cabeza a la puerta y contuvo la respiración por unos momentos. Aquel escalofrío se hizo presente nuevamente al sentir los carnosos labios de su atacantesobre los de él y una de sus manos en su cintura. No atinó a moverse, tampocose resistió. Se mantuvo estático y con los ojos apretados, mientras aquel intruso comenzaba a besarlo lentamente, mientras deslizaba su mano por su cintura hasta su parte trasera. Naruto reaccionó al sentir la mano del moreno en su trasero y abrió enormemente sus ojos, para luego empujarlo con toda sufuerza.
    -¡¿Q…qué haces?! –Exclamó, violentamente sonrojado, mientras se tocaba los labios con los dedos. -¡No vuelvas a acercarte a mí! –lo amenazó, poniéndose detrás de una mesa pequeña.
    Pero aquello no significó nada para el moreno, que sonreía satisfecho después de haber probado aquellos carnosos y rojos labios que hacía tanto tiempo había deseado. Su sabor era delicioso y único, y estaba ansioso por seguir probándolo un poco más.
    Caminó hasta el joven, y alejó bruscamente la mesa que los separaba. Esta vez no sería tan amable, lo tomó con fuerza de un brazo y lo lanzó a la cama, posicionándose encimade él para así sujetar con fuerza sus delicadas muñecas. Naruto trató de gritar pero no pudo lograrlo, el miedo y los nervios lo estaban controlando, y por más que quisiera resistirse le era imposible. Su oponente era mucho más fuerte que él.
    -Sé que tienes miedo…-Susurróel moreno en su oído. – Conozco cada cosa sobre ti. Ya no puedes escaparte…Naruto.
    Dicho esto, comenzó amorder su cuello con fiereza, dejando al descubierto sus ansias por poseer al príncipe.Por otro lado, el rubio mantenía sus ojos enormemente abiertos, nadie jamás lohabía llamado por su nombre. Únicamente su familia, pero muy pocas veces.Además, aquel hombre estaba encima de él, mordiendo su cuello y aquello era algo doloroso, pero al mismo tiempo…
    -¡Déjame ir! – gritó Naruto,entrando en razón. Por fin sus brazos obedecieron su orden y comenzaron aforcejear, pero era muy difícil soltarse. Mientras tanto, el moreno continuaba mordiendo su cuello, y al notar que su victima estaba poniéndose inquieta,cambió aquellas mordidas por sensuales besos y lamidas, que lograron estremecer por completo al príncipe, que luchaba contra aquella sensación. El moreno continuó besándolo y soltó una de las manos del rubio para comenzar adesabrochar su camisa, este aprovechó la oportunidad para tratar de quitárselo deencima, pero no logró moverlo de su lugar. Así que tomó la mascara que llevaba puesta y se la quitó lanzándola lejos. Sus ojos se abrieron enormemente al ver el rostro de aquel joven.
    -Tu eres… ¡Eres el príncipede la nación del sonido! – logró decir, antes de estremecerse nuevamente al sentir la mano del joven en acariciando su abdomen.
    -Vaya…me descubriste…-dijo el moreno con una sonrisa y una expresión tranquila. No parecía importarle en absoluto que el rubio haya descubierto su identidad. Sus ojos se mantenían fijos en los labios del príncipe, quería devorarlo, hacerlo suyo de una buena vez.
    -¿Porqué haces esto? –preguntó Naruto, tratando de ignorar la penetrante mirada de su atacante. – Si te descubren…te harán prisionero…están buscándote por…todas partes…
    Titubeó al ver que el moreno se acercaba a él, dispuesto a besarlo nuevamente. Este no había escuchado nada de lo que le estaba diciendo, en su cabeza el único objetivo era devorar a Naruto, lo deseaba desde hacía tiempo, y no le importaba que lo encerraran por ello.
    Eliminó la distanciaque los separaba con un fogoso beso, esta vez sin nada de delicadeza introdujo su lengua en la boca del rubio y comenzó a explorar cada rincón, mezclando el sabor de este con el suyo propio. Ávido por sentir el cuerpo del rubio, le quitó la camisa con desesperación y comenzó a acariciarlo. Pasando su mano por su pecho y abdomen. Naruto aún seguía en shock, pero aquella sensación estaba comenzando a gustarle.
    -E…Espera…-murmuró Naruto, extremadamente sonrojado. – Por favor…-suplicó, colocando sus manos en el pecho del moreno. – Tú no debes hacer esto…no debemos…
    -No me importa si esta bien o si esta mal…esta noche tu serás mío, y recordarás este cumpleañosel resto de tu vida. – Susurró en su oído, para luego morder con suavidad el lóbulo de su oreja. – Tómalo como un presente…de parte de Casanova…
    Aquellas palabras resonaron en la cabeza del rubio e invadieron sus pensamientos, nublándole por completo los sentidos. El moreno continuó besándolo y acariciándolo, mientras lo desnudaba con desesperación. Se quitó su traje dejando ver su delicada y pálida piel, y una vez desnudo se posicionó encima del rubio; este se encontraba boca abajo, apoyando su cabeza en la mullida almohada. El moreno comenzó a besar su cuello y continuó bajando hasta su espalda, mientras sus manos acariciaban sus estrechas y sensuales caderas. Naruto jadeó y se aferró a la almohada, no quería sentir aquello, pero tampoco quería negarse. El joven de piel suave y cuerpo perfecto, continuó bajando hasta el trasero del rubio. Su lengua recorrió cada parte hasta llegar a aquella zona que él tanto deseaba. Mojó uno de sus dedos y comenzó a masajearla con suavidad. Naruto soltó un gemido y se tensó,escondiendo su rostro en la almohada. Sasuke se acercó a su oído y comenzó asusurrarle cosas que solo él podía escuchar, mientras comenzaba a preparar suestrecha y virgen entrada. Una vez listo. Se colocó encima de él y comenzó a entrar en el con lentitud. Naruto alzó su cabeza y gimió. Un dolor agudo lo atravesó, provocándole un desagradable escalofrío.
    -Duele…-susurró,mientras una gruesa lágrima corría por su sonrojada mejilla.
    -Pasará…-susurró el moreno, comenzando a moverse con lentitud. – Eres tan delicioso como lo imaginaba…
    El rubio jadeó,comenzando a sentir aquel agradable cosquilleo recorrerlo nuevamente. Las palabras del moreno solo lograban excitarlo cada vez más, y sus movimientos eran sensuales y precisos.
    -Quiero…más…-Alcanzó a decir Naruto, apretando más la almohada con sus manos.
    El moreno sonrió satisfecho y lo agarró de las caderas, para así comenzar a moverse con másintensidad. El calor seguía aumentando y los gemidos resonaban en toda lahabitación. El rubio se aferraba a la almohada mientras el moreno se movía cadavez con más intensidad, hasta que por fin, los dos llegaron al clímax, casi almismo tiempo.
    Naruto no se movió de su sitio. Estaba completamente avergonzado y además, su cuerpo no respondía. El moreno se colocó junto a él, con una sonrisa y lo observó. Sabía que desde ese momento aquella belleza sería suya por siempre. Sin embargo, esta ocasión no había sido como las demás. El tampoco olvidaría aquella noche. Ya que por fin su objetivo principal estaba completo, y así su carrera como Casanova terminaría.
    Pasó su brazo por lacintura del rubio y besó su espalda con suavidad. El rubio tomó fuerzas y se volteó, mirando fijamente al joven con el que acababa de tener aquel encuentro. Este solo sonrió y lo besó en los labios con delicadeza, para luego recostarse a su lado. El rubio exhausto, se acurrucó a su lado y sonrió de manera socarrona, Sabía que aquello no había estado bien, pero definitivamente, jamás lo olvidaría. Cerró sus ojos, y se quedó profundamente dormido.
    ---xxx---
    Pasó aproximadamente una hora desde aquel fogoso encuentro. El príncipe por fin abrió sus hermosos ojos,y se levantó rápidamente al darse cuenta de que posiblemente sus padres estarían preocupados por él. Se sentó en la cama y buscó con la mirada a aquel ser misterioso que le había dado la mejor noche de su vida, pero en su lugar había una pequeña nota y encima de ella, una pluma azul.
    “Feliz cumpleaños, Fuiste mi mejor victima. Recuérdame siempre…
    Casanova”
    El moreno sonrió y sesonrojó, recordando cada instante de aquel momento. Se vistió rápidamente y salió de la habitación, ya que la puerta se encontraba semi abierta. Les explicó a sus padres que, durante la fiesta, encontró a un buen amigo y se les fue el tiempo conversando. Cuando por fin logró convencerlos, les dio las buenas noches a todos los invitados y se retiró a su habitación. Desde aquel momento, sus encuentros con aquel joven continuaron dándose, siempre aparecía en las noches y entraba en su habitación, como si de un ladrón se tratase. y antes del amanecer, el misterioso moreno desaparecía antes de que su amante abriera los ojos. y aunque no lo viera, sabía que cadanoche cuando todos estuvieran durmiendo, “Casanova” volvería a aparecérsele y lo haría suyo nuevamente.
    FIN.



    Edited by Yoru_SxY - 9/8/2011, 05:59
  5. .
    Hola de nuevo! Resubiendo el segundo fanfic. Este no tiene lemon, es un poquito más calmado XD

    ¡Disfrútenlo!

    ************************************************************
    Frío

    Llovía a cantaros.
    Dos jóvenes se encontraban sentados bajo un árbol con heridas por todo el cuerpo y jadeando por el cansancio. Habían escapado casi por casualidad de los enemigos que estaban tras de ellos.
    -Sasuke… ¿estas bien?
    -Si…
    -Tenemos que salir de aquí. Si nos quedamos un minuto más, esos imbéciles nos encontrarán, dattebayo. Ya casi no nos queda chackra y…
    -Ya se todo eso, usuratonkashi.-Gruñó el joven de cabellos oscuros, mientras se incorporaba con dificultad.
    -¡Teme! ¿Qué vamos a hacer?- preguntó preocupado ciertol rubio.
    -Mueve el trasero y levántate, busquemos un refugio.
    La lluvia continuaba cayendo cada vez con más fuerza. Los dos ninjas caminaban a paso cortado ayudándose mutuamente.
    -Sasuke…se acercan…
    -Lo sé.
    -¡Mira! – Logró divisar a lo lejos, una vieja cabaña escondida entre unos arbustos - ¿llegas hasta allí?
    -Quién me crees, ¿un debilucho? –Gruño Sasuke, empujando a su compañero. – Apúrate, ya están demasiado cerca.
    - Idiota…-musito antes de seguirle el paso al azabache.
    Ya dentro de la cabaña, los dos ninjas se desplomaron en el piso. Ya no les quedaba una gota de chackra, ni armas. La única salida que tenían era esconderse hasta que sus enemigos se alejaran, y luego tratar de regresar a su aldea, que estaba a unos cuantos kilómetros, sin ser sorprendidos por una emboscada.
    -Al menos nos perdieron de vista…
    -No será por mucho tiempo. Esos tipos nos venían siguiendo el rastro desde que salimos de Konoha. Todavía no se cómo logramos escapar.
    -¡No seas negativo, teme! Al menos todavía estamos vivos, dattebayo. Y si permanecemos aquí estaremos a salvo hasta que recuperemos un poco de energía.
    -No pienso quedarme aquí encerrado como gallina. –protestó.
    -Pues con todas esas heridas no creo que puedas ir muy lejos. Esos tipos están buscándonos ¡Dattebayo!
    -Hmp… No me interesa…- el joven de cabellos oscuros, intentó levantarse con ayuda de la pared. Pero sus piernas lo traicionaron haciendo que cayera bruscamente al suelo.
    -Baaka…Te dije que no llegarías lejos, Dattebayo…
    -¡Cállate! – dijo mientras se incorporaba con una fuerza sobrehumana. Mientras el rubio solo observaba.- ¡No voy a quedarme aquí esperando que esos bastardos vengan y nos maten!
    -Crees que si salimos de aquí y nos encuentran… ¿no nos matarán? –Preguntó tranquilamente el joven de ojos azules y cabellos rubios.
    - ¡Kuso! –exclamó el azabache, dejándose caer en el suelo.
    - Escucha, teme. Pasamos la noche aquí, recuperamos energías y mañana temprano nos iremos… ¿te parece?
    Aunque el Uchiha no quisiera admitirlo, la idea de Naruto no estaba tan mal. Por primera vez estaba actuando más maduro que él, y eso lo irritaba sobremanera.
    -Hmp…Da igual…Si nos encuentran aquí y nos matan como perros, será culpa tuya. Usuratonkashi.
    -Trato hecho. Idiota.

    -xxx-

    Llegó la noche.
    La lluvia había cesado un poco desde que los dos jóvenes ninja se habían ocultado en la vieja cabaña.
    -Oye Naruto. – El azabache ya estaba un poco más calmado.
    -¿y ahora que quieres?- preguntó de mala gana el rubio, mientras trataba de que la leña que había en la chimenea encendiera.
    -Hmp…es que…-balbuceó
    -Habla ya…
    -Solo hay una cama… ¿Cómo rayos vamos a dormir?
    Vaya problema el que tenían…Y Naruto que pensaba que morirían congelados…
    -Tú duermes en el piso y yo en la cama ¡Dattebayo! – exclamo con una sonrisa. Recibiendo un fuerte golpe en la cabeza por parte de su mejor amigo.
    -Olvídalo.
    -Auch. Eso dolió ¡idiota! – exclamó mientras se frotaba el chichón que le había salido. –Piensa tú entonces…
    - Bueno…O uno de los dos duerme en el piso…o…
    La otra opción que les quedaba era…
    - Estás llevándote toda la frazada, ¡usuratonkashi!
    Dormir juntos…
    -¡Tu no me dejas espacio! ¡Tengo frío, dattebayo!
    -Déjate de mariconadas y duérmete de una vez.
    -Claro, ¡tu porque estás con todas las frazadas encima!
    -Hmp…Si sabía que tendría que soportar esto, me hubiera quedado ahí para que los imbeciles esos me mataran.
    Al principio la opción de dormir juntos no era la más convincente. Pero la cabaña era una heladera, y si no los atrapaban sus enemigos, seguramente morirían de hipotermia.
    -Sasuke…
    -¿mmm?
    -¿Estás despierto?
    -Qué carajo te pasa, Naruto.
    - No puedo dormir...
    - ¿Y que quieres que haga, que te cante una canción?
    - No sería mala idea. –Bromeó.- Esta cabaña es congelante.
    - No me había dado cuenta…
    -Dattebayo…
    Silencio…
    -Sasuke…
    - Que.
    -¿me cambias de lugar? Siento que me caigo en la orilla. En mi cama siempre duermo del lado de la pared.
    - Mierd* - pasa por encima del rubio hasta quedar del lado de la orilla.
    -Gracias ¡Dattebayo! – Cierras sus hermosos ojitos azules y se voltea, dándole la espalda a Sasuke. Este cierra sus ojos intentando dormir, cuando siente como su rubio compañero comienza a temblar.
    -Oye tonto…-Susurra.- ¿porqué tiemblas?
    -Tengo…frío. –murmura con los ojos apretados. El azabache, al sentir esta respuesta, instintivamente se acerca más al cuerpo del moreno, para abrazarle por la cintura. El rubio al sentir el cuerpo de su amigo pegado al de él, se sonrojó notablemente.
    - ¿Así esta mejor? – Susurró Sasuke en su oído, haciendo que el rubio se estremeciera.
    - Si…- respondió con la voz temblorosa. – Pero... no es necesario que hagas eso. Digo…puedo soportar el frío…yo…- No pudo continuar, ya que sintió como el azabache lo apretaba más contra él y apoyaba su cabeza en su hombro. Un extraño escalofrío recorrió la espalda del rubio al sentir la cálida respiración de su amigo en su cuello.
    -Ya duérmete. Mañana saldremos de aquí.- susurró mientras tomaba las heladas manos de su amigo entre las suyas.- En serio te estas congelando, dobe.
    -¡C...cállate! Dije que puedo soportar el frío. ¡Dattebayo!
    - Deja de hacerte el valiente. Si no fuera por mí ya te hubieses muerto congelado.
    -¡No es cierto! Si no fuera por mí, todavía estarías buscando refugio.
    -Si como no…ya duérmete.
    -¡No tengo sueño! No estoy acostumbrado a dormirme tan temprano.
    - Nisiquiera sabes que hora es, tarado. –El azabache ya estaba irritándose. ¿Cómo llegaba a ser su amigo tan insistente?
    -¡Deben ser como las diez! Lo se porque a las diez yo ceno. Lo que me recuerda… ¡Tengo hambre! Tal vez sea por eso que no puedo dormir. Dattebayo!
    -¿Ah si? Yo tengo algo que tal vez te quite el hambre…- Murmuró sonriendo con malicia, Sasuke.
    -¿Enserio? -preguntó inocente, el rubio.
    -Si…Voltéate y te muestro.
    El joven de ojos azules se volteó con una sonrisa, quedando así a milímetros del rostro de su amigo.
    -No…veo nada…- tartamudeó.
    -Mira…-dice suavemente el azabache, eliminando la distancia que había entre ellos. Al principio solo rozó suavemente los fríos labios del rubio, pero luego, obedeciendo sus deseos, lo aprisionó entre sus brazos y comenzó a besarlo como Naruto jamás se hubiera imaginado. El rubio extendió inconscientemente sus brazos, rodeando el cuello de su amigo, mientras que este, lo apegaba más contra su cuerpo, rodeando su cintura con sus brazos.
    Las mejillas del rubio enrojecieron notablemente al sentir la lengua del azabache abrirse paso a través de su boca para así mezclarse con la suya.
    Al cabo de unos minutos, los dos shinobis se separaron con un notable rubor en sus mejillas.
    -…e…eh…- balbuceó Naruto, intentando romper el incomodo silencio que los rodeaba.
    -¿que…?- Preguntó tranquilamente el azabache mientras mantenía sus ojos clavados en los de su amigo sin soltar su cintura. –Al menos ya no tienes frío.
    -N...no… ¿Por qué…?- No sabía como preguntarle porqué rayos lo había besado.
    -Porque… ¿Qué?- preguntó insinuante Sasuke, mientras se acercaba nuevamente a los labios del rubio. – No me digas que los ratones te comieron la lengua porque acabo de comprobar que ahí esta. – sonrió.
    -¡B…baka! ¿¡Por qué…me…besaste!? – Intentaba alejarse de su amigo, pero este lo mantenía pegado a su cuerpo.
    - No seas histérico, Naruto. Además, a ti te gustó. ¿Verdad?
    - ¿porqué…dices eso? – se sonrojó aún más al sentir la calida respiración del azabache sobre sus labios.
    -Porque tus ojos me piden a gritos que lo haga de nuevo…- susurró, para luego aprisionar los labios del rubio nuevamente.

    ***
    Mientras tanto, Cierto Sensei observaba a los jóvenes desde un árbol con unos binoculares. Mientras que Una mujer de apariencia joven y cabellos rubios esperaba impaciente a su lado.
    -¿Y? ¿Están bien? ¡Kakashi!
    -mmm…si.- Sonríe picadamente. – Van a estar bien… ¡Supongo!

    Fin. XD
  6. .
    Hola! Bueno...¡Resubiendo! Este es el primer oneshot de sasunaru con lemon que hice...Espero sea de su agrado ^^

    ***********************************************************************************
    Mi obsesión
    Otra vez lo mismo.

    Todos los días lo veía llegar al colegio, ir hasta su salón, sentarse en su lugar y mirar por la ventana.
    También veía a las chicas desesperadas detrás de él, deseándole los buenos días e invitándolo a salir, o pidiéndole su número telefónico. Las odiaba, pero en el fondo, las envidiaba. Al menos ellas tenían el valor para hablarle…

    Uchiha Sasuke, el chico más codiciado por las chicas, el alumno más destacado de todo el colegio por sus excelentes calificaciones. Alto, esbelto, de cabello azulado y ojos negros y escalofriantes, era el sueño de cualquier chica, pero a él no parecía interesarle ninguna en especial.

    Mientras lo observaba desde su asiento, trataba de descifrar que había de interesante en la ventana, solo se veían árboles, autos pasar, nada atractivo. Había algo que le llamaba poderosamente la atención de ese chico; era su mirada, fría, calculadora y escalofriante, o su forma de ser, arrogante y antipática. Aún no estaba del todo seguro, pero sabía que, por alguna extraña razón, no lograba sacárselo de la cabeza.

    Uzumaki Naruto, el alumno número uno cabeza hueca. Jamás hacia sus deberes, sus notas eran, en su mayoría pésimas. No tenía muchos amigos, pero los que tenía, sabía que jamás lo defraudarían. Era alto, delgado, de tez clara, ojos azul marino y cabello rubio. Era un chico bastante hiperactivo, siempre andaba de un lado a otro jugando bromas pesadas a los profesores, o a sus compañeros de clase. Pero cuando Uchiha aparecía, parecía que su mundo se paralizaba. Su corazón se aceleraba al máximo, y un extraño cosquilleo en su estomago comenzaba a molestarlo.

    -Maldito mujeriego… -Refunfuñó para si mismo.

    No lograba entender, simplemente no podía entender porqué ese extraño chico no dejaba de rondar en sus pensamientos; lo odiaba, sentía una profunda rabia hacia él y a las tontas chicas que lo seguían…

    Las tontas chicas…que todos los días lo saludaban al pasar, las que siempre estaban tratando de conquistarlo, las mismas que hacían que él se retorciera de…¿celos?

    ¡Imposible! Él no podía tener celos, y menos…por un…chico. Él estaba seguro de su sexualidad, desde siempre le gustaron las chicas, hasta que Uchiha Sasuke apareció en su vida.

    Apretó con fuerza el lápiz hasta quebrarlo, y en seguida sintió una fuerte punzada en su mano.

    -Rayos…- maldijo, y en seguida soltó el objeto.

    Definitivamente, tenía que sacarse a Sasuke de la cabeza.

    Pero… ¿cómo iba a hacerlo? ¿Acaso no llevaba un año intentándolo? Si no lo hacía, se volvería loco. De eso estaba completamente seguro. En las noches lo imaginaba, y cuando por fin lograba quedarse dormido, sus fantasías continuaban en sus sueños.

    Lo imaginaba semidesnudo entrando en su habitación, sus cuerpos juntos y rozándose por todos lados, sus bocas besándose con avidez. Casi podía sentir su aroma embriagándolo y sus manos recorriéndolo completamente. Era enfermizo.

    Sacudió su cabeza enérgicamente para despejar aquellos pensamientos, no era el momento ni mucho menos el lugar apropiado para andar pensando en ese tipo de cosas. Además, si pretendía olvidarse de aquello que sentía, no lo ayudaría en nada ponerse a fantasear con él.

    El profesor entró al salón en ese momento, como siempre tarde, pero justo a tiempo para salvar a Naruto de seguir fantaseando con su compañero. Después de disculparse, poniendo una tonta excusa, comenzó con la clase.

    Gracias al retraso de Kakashi – Así se llamaba el profesor – La clase finalizó mucho más rápido, ya que perdieron más de media hora. Cuando el timbre sonó, todos se levantaron frenéticamente de sus asientos, y salieron corriendo hacia la salida. Cuando Naruto logró darse cuenta, la puerta del salón ya estaba cerrada, y los pasos de todos sus compañeros retumbaron en el pasillo y las escaleras. Segundos después, el silencio reinó.

    -¡Oigan! – Grito el chico rubio, luego de verificar que la puerta había sido cerrada con llave.- ¡Esperen! ¡Aún sigo adentro! – Gritaba una y otra vez mientras golpeaba con el puño cerrado.

    Siempre hacían eso, amaban jugarle bromas pesadas en venganza por las que él hacía, así que ya estaba acostumbrado. Lo que no sabía, era que en esa ocasión, no estaba solo.

    -Oye tu… - Se escuchó una voz ronca detrás de él. Su sangre se congeló y sus latidos aumentaron considerablemente. Tragó saliva y se volteó lentamente hacia aquella voz que lo había llamado. – Ya déjalo, se fueron todos.

    -ah… - Fue lo único que atinó a decir después de ver de quien se trataba. Nada más y nada menos que Uchiha Sasuke. – Pe…pero…la…la puerta está ce…cerrada…y… - Se detuvo al notar que el chico ni siquiera lo estaba mirando. – Oye…estoy…hablándote…

    -No me interesa. Más vale que te quedes quieto y no me molestes o tendrás serios problemas. – Dijo Sasuke sin apartar la vista de la ventana.

    -¡Oye! ¿Qué derecho tienes de tratarme así? ¡Yo no tengo la culpa de que te hayas quedado encerrado conmigo, dattebayo! – gritó. Su nerviosismo aumentaba conforme pasaban los segundos, era la primera vez que le hablaba directamente a Sasuke, y también, era la primera vez que este le dirigía la palabra a él.

    -Eres tan molesto…-bufó el azabache, apartando pesadamente la vista de la ventana. – ¿Crees que gritando como un imbécil vas a conseguir que la puerta se abra? Cierra el hocico y déjame en paz, Uzumaki.

    Un segundo, ¿Se sabía su apellido? Entonces lo conocía mucho más de lo que imaginaba. Su respiración se agitó y comenzó a sudar frío cuando sintió la escalofriante mirada de su compañero sobre la suya. Sabía que tendría que responderle algo, pero no podía emitir una sola palabra.

    -¿Qué te pasa? ¿Acaso me tienes miedo? Usuratonkashi. – Naruto sintió de repente la sangre hervirle cuando notó que el Uchiha lo provocaba.

    -Óyeme, te la estás buscando. –Le advirtió, avanzando unos pasos hacia él.

    -¿Ah si? ¿Y que vas a hacerme? – preguntó, mirándolo de forma desafiante.

    -¿Quieres averiguarlo? – Naruto levantó el puño y lo agitó un par de veces frente a Sasuke. Este alzó una ceja y lo miró de arriba abajo como si de un gusano se tratara. - ¡Qué tanto me ves! – Dijo Naruto, notando que el nerviosismo volvía a invadirlo. Retrocedió inconscientemente unos pasos cuando notó que su compañero avanzaba hacia él, sin quitarle la vista de encima. Sasuke se acercó a él, hasta quedar a unos pocos pasos, y lo miró durante unos minutos.

    -Deja de molestarme. – Dijo finalmente, y regresó a su asiento. Naruto aún estaba paralizado, no pudo mover un pelo cuando Sasuke se acercó, por más que le ordenaba a sus piernas moverse, estas no respondieron.

    Pasó una hora y el ambiente casi era tangible.
    El salón estaba apenas iluminado por el atardecer que ya estaba desapareciendo. Sasuke no habló una sola palabra desde que discutieron, y Naruto tomó como mejor opción sentarse en su lugar y permanecer allí en silencio. Seguramente su padre estaría preocupado por él. Su estómago rugía de hambre y un escalofrío recorría su espalda. El salón era bastante frío.

    -Oye…- llamó a su compañero en voz baja. - ¿Cómo se supone que saldremos de aquí si ni siquiera lo intentamos? Tengo hambre y frío, dattebayo. ¿Tu familia no estará preocupada?

    No hubo respuesta.

    -Oye, ¡A ti te hablo! ¡Al menos finge que me escuchas! – Gritó, pero tampoco se escuchó respuesta por parte de su compañero. Este miraba por la ventana como si allí hubiera algo realmente interesante. -¿Qué tanto estás mirando? – El joven de ojos azules se levantó de su asiento y fue hasta la ventana, se paró al lado de su compañero y observó, pero no vio nada más que árboles y autos pasar.
    -¿Qué hay de interesante aquí? Yo no veo nada que valga la pena. – Comentó, mientras seguía observando la ventana, sin notar que el moreno lo estaba viendo fijamente. – La verdad no se que tiene de interesante esta estúpida ventana, dattebayo. – dijo sonriendo. Se volteó nuevamente, y la sangre se le heló al ver la intensa mirada de su compañero encima de la suya. Se dejó caer en el asiento que estaba junto al de Sasuke, sin desviar la vista por un segundo. Aunque estuviera muriéndose, jamás aceptaría que Sasuke Uchiha lo intimidaba.
    -¿Q…qué tanto miras…? – Tartamudeó. Pero nuevamente, el Uchiha no contestó. – O…oye…te estoy hablando…Sabes…es de mala educación no contestar…dattebayo…
    -…
    -¡Maldita sea, deja de mirarme! – Gritó fuera de sí, dispuesto a levantarse. Al diablo con lo que el Uchiha pensara, ya no soportaba más la atmósfera que los rodeaba. –Ya estoy harto de ti y tus estúpidas actitu…- Sus palabras fueron interrumpidas por una fuerte mano que aprisionó su muñeca, obligándolo a sentarse nuevamente.
    -No dije que podías pararte…-murmuró el Uchiha, sin soltar su muñeca.
    -¡¿Q…qué te hace pensar que te haré caso?!-tartamudeó el rubio. El color rojo intenso se apoderó al instante de sus mejillas.
    -Si no te callas, me obligarás a callarte… - dijo el Uchiha, retorciendo su muñeca. El chico de ojos azules soltó un grito, y se retorció en el banco.
    -¡S…suéltame! – gritaba, mientras trataba de soltarse. Otro grito fue arrancado de su garganta cuando el Uchiha retorció más su muñeca, mientras se formaba una expresión de placer en su rostro.
    -¿Te duele? – Preguntó, con la voz ronca en el oído de Naruto. Este solo se quejó, y calló de rodillas frente a su compañero. – Responde, Naruto. ¿Te duele? – Insistió.
    -S…suél…tame…- dijo en un sollozo el rubio, con sus ojos fuertemente apretados.
    Sasuke se arrodilló frente a él, y lo tomó bruscamente del mentón. Una maliciosa sonrisa se había formado en su rostro pálido y tenebroso, y sus ojos negros adquirieron un escalofriante brillo.
    -Me gusta verte sufrir, ¿sabias eso? – Murmuró en su oído de forma maliciosa. – Quiero que te duela, y mucho. – le dijo con los dientes apretados, mientras seguía retorciendo la muñeca de su compañero. Naruto gritó nuevamente, alzando la cabeza hacia atrás. Gruesas lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas; no tenía fuerzas para detenerlo, el dolor era intenso y cada palabra que Sasuke susurraba, lo paralizaba por completo.
    Sus ojos se abrieron enormemente cuando sintió la húmeda lengua de azabache recorrer su cuello, mientras que con su mano, ejercía más presión en su muñeca. Naruto gimió y cerró nuevamente sus ojos. ¿Acaso el Uchiha se había vuelto loco? En un brusco movimiento consiguió soltarse y se alejó de él, arrastrándose en el suelo.
    -¿¡Q…qué rayos te pasa!?-dijo entre llantos, agarrándose fuertemente la muñeca - ¡¿Te volviste loco!?
    Pero el moreno no respondió. Se abalanzó sobre Naruto, impidiéndole apartarse, y aprisionó sus dos manos, apretándolas contra el frío suelo. El rubio apenas podía ver claramente su cara, ya que había oscurecido por completo, y la única luz que había en el salón, era la de la luna.
    -Te estuve observando, Naruto. – susurró Sasuke. – Se que todos los días me espías cuando llego al colegio, y cuando entro a clases. Dime, ¿Acaso te gusto?
    -¡E…estás loco!-respondió de inmediato, el rubio. – ¡No me fijaría en ti ni aunque fueras el último tipo sobre la tierra! ¿Por qué no le haces esto a todas las chicas que te persiguen?
    -¿Sabes porqué no? – El azabache delineó los labios del rubio con su lengua – Porque ninguna de ellas me interesa. – eliminó la distancia que los separaba con un beso, que nada tenía de delicado. Era un beso salvaje, frenético, húmedo. La lengua del moreno se abrió paso rápidamente dentro de la boca del rubio, y comenzó a enredarse con la de este, haciendo que sus sabores se mezclaran. Al cabo de unos segundos, la falta de aire los obligó a separarse.
    – Pero en cambio…tú si me interesas…- continuó y bajó hasta su cuello, recorriendo cada centímetro con su lengua mientras su mano se deslizaba por su torso, arrancándole los botones de su camisa. Cuando el pecho de Naruto quedó libre, el moreno comenzó a lamerlo, bajando hasta sus pezones, mordisqueándolos con fuerza, hasta dejarlos rojos. El rubio dejó escapar un gemido, aquello le había dolido, pero el placer que comenzaba a sentir, había echo que lo olvidara.
    -¿Q…qué crees que haces? – Logró articular el chico de ojos azules, cuando notó la mano de su compañero luchar con los botones de su pantalón. – Pri…primero me tratas como basura…luego casi me quiebras el brazo…y ahora…-sus quejas fueron ahogadas cuando sintió la cálida respiración de Sasuke en su entrepierna. – Mmm…N…no…no hagas eso…
    -Te gusta, ¿cierto? – El chico de ojos negros comenzó a respirar cada vez más cerca del miembro del rubio, hasta que, en un rápido movimiento, lo metió en su boca. Naruto soltó un sonoro gemido, y su respiración comenzó a aumentar cada vez más conforme iba aumentando la velocidad.
    -Aaah…Sa…Sasuke… - balbuceó, echando su cabeza hacia atrás. El moreno se apartó unos minutos de su juguete, y subió hasta el cuello de su compañero para comenzar a besarlo. El calor iba aumentando y la falta de aire se hacía notar cada vez más; los dos jóvenes se besaban con lujuria mientras sus manos recorrían todo su cuerpo, desnudándose en el proceso. Aquello era delicioso, único, real. Mejor que cualquier fantasía de Naruto. Cuando los dos se encontraban completamente desnudos, Sasuke comenzó a besar nuevamente el miembro de su compañero, arrancándole jadeos y gemidos que lograban excitarlo todavía más. Sin pensarlo, el azabache comenzó a preparar la entrada de su rubio compañero, y este, en un grito ahogado, lo obligó a detenerse.
    -D…duele, ¡Sasuke! Más despacio, por favor…
    El azabache lo miró durante unos pocos segundos, y asintió. Aunque al principio le había gustado la idea de hacerlo sufrir, la expresión de Naruto al pedirle que fuera más delicado logró convencerlo. Con mucha delicadeza introdujo otro dedo, que comenzó a mover cuando notó que Naruto se relajaba cada vez más. Cuando por fin obtuvo la señal, Sasuke retiró los dedos y acercó su miembro latente, que de tanto esperar ya comenzaba dolerle. Aún así, se contuvo las ganas y comenzó a moverse despacio, introduciéndolo cada vez más dentro del rubio.
    -Aah…si…así…- Balbuceaba Naruto, con sus ojos cerrados.
    -¿Te gusta? – Susurró Sasuke, soltando el aire que había estado conteniendo.
    -Si…mucho…jamás imaginé…que fuera a sentirse…ahh…así…
    Sasuke sonrió de lado satisfecho, y apoyó sus rodillas y codos en el piso, para sentirse más cómodo. Las embestidas fueron aumentando y con ellas, los jadeos.
    -S…Sasuke, ya casi…mmm…- Naruto cerró sus ojos y rodeó el cuello de su amante con sus brazos, mientras este apresuraba sus embestidas.
    -No te preocupes…yo…aaah…también…-balbuceó.
    Unos segundos después, Naruto arqueó la espalda y Sasuke echó la cabeza hacia atrás, los dos llegaron en un gemido único y terminaron desplomados en el suelo. Uno encima del otro.

    -¡Acabo de hacerlo con el tipo más deseado de todo el colegio, dattebayo! – Festejó Naruto, una vez recuperó el aliento.
    -Cállate, usuratonkashi. – Murmuró el azabache casi sin energías.
    -Oye, ¿Porqué rayos tienes que ser tan antipático?
    - Porque se me da la gana…Anda, levántate que necesito vestirme.
    -Espera…-El chico de ojos azules lo tomó del brazo, impidiéndole levantarse, y lo abrazó con fuerza. El moreno se sorprendió, y abrió sus ojos enormemente. – Sabes, aunque eres un maldito engreído y seguramente olvides esto…quiero aprovechar el momento hasta que se termine. – susurró Naruto, escondiéndose en el pecho desnudo de su compañero. – Y quiero que sepas…que yo jamás olvidaré lo que pasó esta noche.
    -Sabes que esto no podría funcionar, ya que los dos somos chicos…tendríamos muchos problemas aquí. – Le explicó Sasuke.
    -Eso lo se muy bien pero…nadie tiene que enterarse, dattebayo…- Sonrió pícaramente y se separó de él para mirarlo a los ojos. – Básicamente, te estoy pidiendo que tu seas mi…que seas…mi…
    -Acepto. – dijo el azabache, rodeándolo con sus brazos. – Seré tu novio, Yo tampoco olvidaré lo que pasó esta noche…y no creas que dejaré que alguien más disfrute de ti, porque eres mío ahora.
    -¿De…de verdad?- Preguntó sorprendido.
    -No me hagas repetirlo…dobe…
    -De acuerdo, ¡dattebayo!
    El rubio sonrió con una felicidad inexplicable, y abrazó con fuerza a su, ahora novio. Todavía no lograba asimilar muy bien lo que había pasado, pero sabía que había estado deseándolo por mucho tiempo. Aunque todo terminó mucho mejor de lo que esperaba. Al cabo de un rato de estar abrazados y en silencio, los dos jóvenes se vistieron y se sentaron al pié de la puerta. Naruto, acurrucado en el cuello de Sasuke.
    -Oye, ¿Crees que alguien vendrá a abrirnos?
    -Que, ¿Acaso no te gustó quedarte encerrado conmigo?
    -No quise decir eso, dattebayo. Pero ahora que recuerdo… ¿Mañana no es sábado?
    -¿¡Qué!?
    FIN xD


    Edited by Yoru_SxY - 7/8/2011, 05:23
81 replies since 27/7/2011
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