Posts written by Taem

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    Tragó saliva cuando el otro intento morder su dedo grasiento y cuando sostuvo su mano de aquella manera dejó de moverlo por la cara del otro dejándose hacer. Intentando no ponerse nervioso y hacer como si nada, asintió un par de veces dándose la razón a él mismo de que el otro lloraba mucho, lo cual tampoco es como si fuera incierto, aunque estaba seguro de que nadie le ganaba a él en llanto, era el rey dramático por experiencia y tenía un grifo roto en sus ojos. Un escalofrío le recorrió cuando el otro miró sus labios y dio un pequeño brinco al notar como se acercaba. Por un segundo, solo uno por suerte pensó que el otro se acercaría a besarle y aunque se sintió aliviado de que no fuera así ya que aunque el momento estaba cambiando, no era el adecuado, al mismo tiempo se sintió decepcionado. Bajó la mirada sintiéndose avergonzado por sus pensamientos ya que el rostro del otro no había sufrido ningún cambio por la escena, ¿tal vez íntima? que estaban compartiendo, pero él se estaba sintiendo de esa manera. Sabía que tenía sentimientos por el otro, había sido imposible no desarrollarlos, el mayor era bueno, atento y lo cuidaba, pero al mismo tiempo tenía esa chispa que le había hecho empezar a sentirlos, él no se enamoraba de nadie así como así, pero el mayor había sido especial de cierta forma.
    -Si hago que estés contento no tienes que preocuparte de ninguna forma. -sonrió mirando hacia su estómago solo para no tener que hacerlo a él, sintiéndose aún avergonzado y entonces sintió aquel beso en su mano que lo descolocó por completo y a su mente llegó el recuerdo del otro besando su estómado, aquello no se lo había esperado para nada, como ahora y le produjo una sensación muy rara que viajó por todo su cuerpo y se concentró en la zona besada sacándole una risa nerviosa por lo que apartó su mano del agarre del otro, con suavidad, y se rascó una zona que ni le picaba de la cabeza colocando de forma seguida sus dos manos en su vientre. -Supongo que si... no quiero quedarme solo... y me debes muchos masajes de pies... -dijo soltando una risa aún sin mirarle. -No creo que sea apropiado ir tan apurados de tiempo... tenemos que cargar los autos y luego hacer ese viaje y no sabemos cuantos autos vamos a encontrarnos por el camino, además de que... no va a estar lloviendo sería peligroso también encontrarnos con gente mala, y cuando lleguemos tenemos que descargar los coches también. Bajó sus piernas de encima de Jinki y se fue incorporando. -Tengo pis. -solo dijo mientras se marchaba andando como una bolita hacia el baño, aunque terminó por trotar en los últimos metros y entró cerrando la puerta para hacer sus necesidades más íntimamente.
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    Levantó la cabeza curioso ante aquello que se merecía ya que el estaba más que de acuerdo con que lo hacía y ahora que lo pensaba se habían saltado el desayuno y la comida, cosa que le hacía a su estómago rugir descontento hasta casi podía apostar que si el bebé había empezado a moverse también era de hambre. Estaba a punto de incorporarse para guardar los álbumes de fotos cuando el mayor se acercó demasiado a él sin esperárselo y en menos de un parpadeo el otro lo había agarrado en brazos. Todo su cuerpo se tensó, es más por dos segundos estuvo completamente recto en brazos de Jinki sin saber que pretendía este hasta que la inspiración le vino y pronto se sintió sumamente conmovido y avergonzado. Aunque estaba algo impedido y quejica eso no había sido necesario y se lo hizo saber al otro dándole un apretón en las mejillas al contrario.
    -Avisa si te vas a hacer el héroe. -picó su pecho que lo más cercano que estaba y luego solo suspiró dejándose hacer. Enarcó una ceja y sonrió divertido al ver como el otro parecía estar sufriendo al llevarle, aunque estaba haciendo un trabajo excelente manteniendo una expresión normal podía ver las venas hinchadas en su frente señal de que lo que cargaba no era un peso ligero. Quiso sentirse ofendido por ello, pero bueno, tenía que admitir que había cogido muchos kilos de más en esos meses por lo que solo permaneció callado. Cerró la puerta cuando el otro se detuvo enfrente de la puerta y se volvió a acomodar. Podía observar como la escena era un tanto incómoda, ya que él era más ancho que Jinki en brazos, pero lo estaba cargando como a una princesa inocente. Se asustó cuando ya casi llegaban al sofá pensando que el mayor no podría resistir más y acabaría tirándole y ambos acabarían lastimados pero el otro logró colocarlo de manera buena en este por lo cual no pudo evitar suspirar aliviado. -Eso no era necesario... -le regañó aunque en cuanto vio la bolsa de chucherías que le traía todo se le olvidó y la agarró como si sujetara algún tipo de premio que se había ganado, y se evaporó de su mente en cuanto el mayor empezó aquel masaje que pronto lo tuvo suspirando en bajito por lo bien que se sentía. No tardó mucho en abrirla y empezar a engullirla cuando Jinki empezó aquel día. Lo recordaba como si fuera ayer, aún tenía pesadillas con este y sin dudarlo había sido el peor de toda su existencia. Por lo que escuchaba había sido muy diferente para el mayor por obvios motivos, pero no por ello horrible. Su hermana había sido la primera persona a la que había visto morir y para Jinki había sido ese tipo, sin duda sería algo con lo que siempre cargarían sin duda. Fue comiendo a un ritmo más tranquilo a medida que todo se volvía más turbio y se quedó más que sorprendido por la aparente frialdad con la que habían trabajado todas esas personas, era sin duda horrible que todo aquello hubiera sido planeado de una manera tan metódica y cruel, y lo peor era que no comprendía el fin para lo que había sido creado. -Nigrum Pluviam... -repitió el nombre de aquel fenómeno que tanto mal había causado.
    Agachó la cabeza al escuchar que nadie le habría creído lo cual era cierto, él habría pensado simplemente que era algún tipo de loco, además de que, ¿cómo se avisaba de algo así? No podía recriminarle el no haber hecho nada, por que de todos modos aunque lo hubiera hecho no hubiese servido de mucho, nadie lo habría escuchado.
    -¿Ibas a aprovechar esas veinticuatro horas para ir al bunker verdad? -le preguntó ya que sería lo más lógico y algo que hasta un tonto como él haría. -Mi noona tiene coche, podemos usarlo, podemos cargar ambos de todo lo que queramos llevar e ir con ambos, los vehículos nunca están de más y aunque me has dicho que esos sitios son sostenibles, no creo que puedan fabricar algunas cosas. Si quieres podemos verlo entre los dos. -soltó un pequeño quejidito ante el alivio que estaban empezando a sentir sus pies y tobillos por las manos del mayor y llevando una de sus manos hasta la mejilla del otro acarició esta con cariño con el dorso. -Eres un llorón... -le dijo aunque no como insulto, aunque tampoco es como si fuese un alago. Sonriendo de manera divertido pegó su dedo sucio de los snacks y lo frotó. No quería ver tristeza en ese hermoso rostro, además de que aunque fuera egoísta prefería que este simplemente tuviera su sonrisa bien pegada a esos bonitos labios, a los cuales les dio un buen vistazo.
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    Se quedó observándole atentamente el como diferentes expresiones se movieron en el rostro ajeno el cual ahora estaba lleno de lágrimas y cuando lo vio acercarse se quedó quieto recibiendo su cálido cuerpo contra él suyo. Sonrió de manera leve sintiéndose enternecido por el chico y miró hacia la puerta del cuarto donde descansaba y parecía que descansaría el cuerpo de su hermana. Estaba haciendo bien, Sodam no querría que le guardara rencor a alguien por su culpa y sabía que su madre le miraría orgullosa desde donde estuviera. Levantó sus manos rodeando el cuerpo del contrario con estas y lo pegó mucho a él cerrando sus ojos. Sintió varias pataditas de su crío contra su vientre y pegó más este al cuerpo ajeno para que también las sintiera el otro, soltando una pequeña risita ya que seguramente sería algo que le gustaría sentir al otro.
    -Ahora tienes que perdonarte tu... ¿de acuerdo? Estabas engañado Jinki, pensaste que ibas a hacer algo bueno por el mundo... y solo ellos tienen la culpa. -se separó un poco levantando la cabeza para que sus rostros quedaran muy cerca. -Así que aunque te lleve tiempo... perdónate... por favor. -volvió a refugiarse en el cuerpo del contrario apoyando esta vez su cabeza contra su pecho sintiéndose relajado a pesar de la situación. -Toma como penitencia hacerme muchos masajes en los pies... -dijo de manera divertida ya que el chico sabía o esperaba que supiera que no lo decía en serio, él nunca le pediría de manera descarada aquello si no veía que al otro le gustaba y las últimas veces por algún motivo, ya fuera su manera servicial de ser o que solo era un poco rarito, parecía haberle gustado. -No en serio... ya no puedo permanecer de pie, me están matando. -suspiró apartándose a regañadientes del otro y sentándose en el sofá en el que había dormido luego de que todo ocurriese. Levantó rápidamente sus piernas volviéndose a masajear sus pies y frotándose también sus hinchados tobillos mientras un puchero aparecía en sus labios ya que no había querido separarse del otro ni que el momento se cortara por que él estaba adolorido. -Y si pudieras explicarme todo también... el como funciona esto... y no se cualquier cosa que crees que deba saber podría servirme, así no tendrías que volver a correr detrás de mi por que haga alguna tontería. -comentó en referencia al haberse escapado antes y casi haber muerto. Aquello de cierta forma le sacaba más de un escalofrío por lo que podía haber ocurrido lo cual le dejaba más en deuda con Jinki.
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    Por un segundo pensó que el chico no iba a seguirlo más pronto se sintió aliviado de que no fuera a ser así y en cuanto escuchó aquella pregunta levantó su mano en señal de que esperase y yendo hacia uno de los armarios del salón sacó varios álbumes de fotos los cuales extendió por la mesa buscando entre todos ellos. Sabía que lo que iba a mostrarle y a decirle al mayor no era para nada en comparación a lo que este había hecho, pero tal vez podría tomar él mismo ejemplo y así dar algo de calma a la mente de Jinki. Encontró el más antiguo de todos el cual estaba algo descolorido ya que había pertenecido a su madre y esta lo había tenido en una estantería donde le dio bastante el sol y lo extendió. Había muchas fotos de la infancia de ambos tanto de su noona como de él, e incluso de la infancia y juventud de su madre, llegó hasta la foto que estaba buscando y cuando lo hizo la sacó y acercó a Jinki, manteniendo la distancia al ver que el otro tampoco parecía querer acercarse mucho, no entendía muy bien el por qué, pero iba a respetarlo.
    -Mira. -se la pasó para que la observará. -Somos... mi noona yo y mi madre. Estábamos de acampada ese día en un pueblo algo lejos de aquí. Era un lugar muy bonito y supongo que aún lo sigue siendo. -no eran una familia con alto nivel de recursos por lo que no habían vuelto a ir luego de aquella vez. -El caso es que... mientras estábamos allí ocurrió un horrible accidente. Un niño murió... -bajó la cabeza recordando a este, lo había encontrado en el río e intercambiado algunas palabras, pero no se había creado ninguna relación entre ambos, solo habían hablado un par de cosas sobre los juguetes que cada uno llevaba y ya. -Un tipo borracho lo atropelló una noche, no solo a él, también a sus padres, pero solo este falleció. Fue algo que nos escandalizó mucho y mi madre se asustó ya que solo diez minutos nosotros pasamos por ese mismo lugar mientras volvíamos a la casita que ella alquiló para estar allí. El caso es que... se descubrió que ese tipo no estaba borracho por cuenta propia, alguien le había obligado a beber, y tu pensarás. ¿cómo obligas a alguien a beber? Bueno... al parecer le amenazaron con darle una paliza a su hermano, otros chicos de su edad, solo querían hacerse los graciosos, más sus intenciones eran ciertas. A pesar de ello todo ese pueblo condenó a ese chico sin creerle. -volvió a la mesa y sacó algunas fotos más que le fue pasando del lugar aunque todas estas habían sido tomadas antes de que ese accidente ocurriera. -Y el mismo se condenó hasta el punto de suicidarse en la cárcel que había en la estación de policía... si, fueron unas vacaciones algo moviditas... -soltó una pequeña risita ya que habían sido las únicas que habían tomado como familia y salieron horribles. -Es cierto que... nadie le obligó a coger el coche en ese momento... que podía haber vuelto andando... pero bueno, todos cometemos estupideces alguna vez en nuestra vida. -volvió a sonreír y acercándose a la mesa se apoyó en esta. -Cuando mi madre nos contó todo esto... ella nos preguntó a mi noona y a mi que pensábamos sobre aquello. -Mi hermana no quiso opinar sobre el tema, pero yo critiqué muy duramente a ese chico... dije que todo era culpa suya, que era una estupidez beber solo por amenazas y no quise ver más allá de la historia... solo centrarme en lo desencadenado, no el desencadenante... pensé que era la respuesta que ella quería,pero ella solo me miró con decepción diciendo que tenía que abrir más mis ojos... no solo centrarme en lo que veía, si no que mirara más allá... y yo no lo comprendí... ni quise hacerlo.. -agachó la cabeza recordando a la mujer, a una de las dos que más había amado en su vida con un eterno cariño. -¿Pero sabes lo mejor? Los padres de ese chico... lo perdonaron... al conocer la historia lo hicieron... incluso hablaron con él... más esa persona... no pudo seguir viviendo con aquella carga...-se mordió el labio con algo de fuerza y lo observó de manera fija. - ... y yo ni siquiera así quise ver esa parte... solo me dediqué a juzgar... y yo... no quiero cometer ese mismo error ahora... por que esto me involucra... así que... Jinki, te creo y... te perdono... no solo por todo lo que has hecho por mi... si no por que... tus palabras no me suenan a mentira y... he visto la bondad que guardas, la excelente persona que eres y... yo te he engañado un par de veces esta semana y se que también eres muy inocente. -quiso darle un pequeño tono de humor, ya que habían ideado un método para regular un poco sus chucherias echando partidas a las cartas, más él había hecho más de una trampa y ganado para poder comer lo que quisera. -Por lo que creo en lo que me has dicho... y te perdono por ello... y mi noona te perdona a ella nunca le gustó guardar rencor a nadie, por lo que puedo hablar en su nombre y decirlo.
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    Aunque estaba buscando sus llaves, no daba con ellas, no pensaba que el otro se las hubiera escondido, si no que más bien no podía concentrarse mejor en su búsqueda y aquello le fastidió un poco. Mientras lo hacía se replanteó el por qué quería marcharse y pensar en un apartamento que olía a muerte. ¿Qué esperaba conseguir con eso? Fuera lo que fuese no llegaría a una decisión adecuada, por que se dejaría llevar solamente por el dolor que le producía aún la muerte de su hermana, y no evaluaría todo lo que Jinki había hecho por él aún así y sobre todo los sentimientos que ahora tenía por este. Sus ojos se abrieron mucho al pensar entonces en ello y se mordió el labio inferior, ¿qué iba a hacer ahora con estos? ¿Era correcto sentir algo por él? Se agachó para buscar las llaves debajo de la cama, aunque ya no sabía si estaba seguro de querer irse, cuando escuchó la voz de Jinki a su espalda, se sobresaltó un poco ante ella, aunque no por miedo, si no más bien por no esperárselo, ya que había pensado que el chico solo lo dejaría ir son más y observó mejor el estado de este. Su rostro bonito lleno de lágrimas le hizo detenerse por completo observando el dolor de este. Si a él le dolía la situación, ¿cómo tendría que sentirse él? Por su culpa, o más bien por haberse confiado, habían muerto millones de personas, sería algo que le acompañase toda la vida, y entonces recordó aquellas veces en las que Jinki parecía evadirse mirando por la ventana, había momentos cuando él se dormía la siesta o se distraía leyendo uno de esos libros difíciles que el mayor tenía, aunque más que leer miraba los dibujos, en los que el mayor se perdía de su lado y al percatarse de ello y buscarlo lo encontraba mirando por la ventana y hasta que no se acercaba a él o lo llamaba encarecidamente, este no perdía la vista de la ventana. Al principio había pensado que tal vez era por su hermanito, pero ahora su comportamiento se le daba una nueva explicación.
    Bajó la cabeza cuando el otro se marchó mordisqueándose con más fuerza el labio y entonces vio sus llaves tiradas debajo del armario, acordándose entonces que se habían caído de sus pantalones la primera noche que había dormido ahí y que no había tenido pereza luego recoger, olvidándolo más tarde hasta ahora. Agarrándolas, comenzó a ponerse de pie resbalándose un poco con la alfombra pero lo logró sin caerse y se acercó a la puerta observando a Jinki desde el salón.
    -Jinki... yo... -comenzó a decir y lentamente avanzó hacia este jugando con las llaves en su mano mientras los pensamientos continuaban apabullándole. -¿Me acompañas? -le preguntó agachando la cabeza mientras se guardaba las llaves de forma seguida en el bolsillo y de forma seguida comenzaba a jugar con la tela de su ropa. -Quiero enseñarte algo... -comentó empezando a caminar por el pasillo hasta la puerta la cual cruzó de forma seguida yendo hacia el apartamento de enfrente y abriendo la puerta de manera seguida. El olor lo golpeó de tal forma que hasta sus ojos se llenaron de lágrimas, más solo resistió y entró, esperando que el mayor lo siguiera.
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    Lo miró de forma atónita, fijándose en los ojos del contrario, el espejo del alma de cada persona, donde más se podía ver la mentira en estos y tal vez por que el era experto en decirlas, también lo era en detectarlas, así que observó cada cambio en estos, y también el rostro ajeno, pudiendo notar el nerviosismo latente del otro, como diferentes expresiones que hubiera esperado no ver luego de esa pregunta pasaban por su mente. Dejó de masajearse los pies en cuanto el otro empezó a hablar y a medida que las palabras, o más bien la confesión del otro iba fluyendo comenzó a desviar la vista del rostro de Jinki a un punto sin importancia de la casa. Sus palabras se mezclaron con lo que había vivido aquella semana con él y también esa en la que estuvo solo junto al momento en que se había encontrado con Jinki, en que este le había ayudado a verificar que su hermana había muerto, el reacio a acercarse desde un principio y las indicaciones del otro que no había llegado a unir con el hecho de que era imprescindible tener conocimientos de ese tema para darlas. Un jadeo se le escapó ante aquella disculpa y rápidamente buscó ponerse de pie sintiendo como sus manos empezaban a temblar. El mayor había sido tan amable en esos días, pero al mismo tiempo había sido la causa directa no solo del fin del mundo, si no de la muerte de su noona o incluso de que el bebé que llevaba en su vientre fuera a tener un futuro incierto. Y aunque ambas cosas rivalizaban él no sabía que tipo de actitud tener con él. Estaba muy agradecido, eso a pesar de todo no se le pasaba pero aún así... su noona. Muchos interrogantes también pasaron por su cabeza, sobre todo ese arrepentimiento que el otro mostraba. ¿Y si el chico era un maestro en la mentira? Pero de ser así, ¿por qué se habría preocupado por él? No es como si fuera de ayuda, al contrario, ahora mismo en su estado era un inútil, una carga, no podría ayudar en nada, al contrario no solo tenían que estar pendiente de él, era básicamente una carga.
    -Tu... eres el causante de todo... -las preguntas de por qué no intentó avisar le vinieron rápidamente, tal vez podría haber salvado a más personas, pero la cobardía, aunque no era una virtud te mantenía a salvo, él también lo habría hecho, no es como si fuera algún tipo de idealista, pero otra vez... su noona. Volvió a recordar cuando el otro la tomó en sus brazos, la expresión de este, el como la colocaba con suavidad en la cama... todos esos detalles. Se logró colocar de pie luego de varios intentos ya que sus pies estaban demasiado adoloridos por las escaleras y caminó hacia su habitación. -Me voy a mi apartamento, necesito pensar... -aunque había dicho que golpearía al causante de aquello, no podía hacerlo. Había miles de pensamientos contradictorios en su cabeza, que le hacían recordar, que le hacían pensar y que dirigian su manera de actuar, así que necesitaba un rato a solas, para tragar todo lo que había escuchado por parte de Jinki y el remolino de cosas que estaba sintiendo.
    Pensó en donde podía haber dejado sus llaves y la iluminación le vino al recordar que estaban en el cuarto que Jinki le dejaba usar y al entrar le vinieron los recuerdos de aquella primera noche en ese lugar. El chico no había dejado que hiciese la cama, incluso cuando había insistido en ayudarle, el otro de manera caballerosa le había acercado y dicho algo de que podía ayudar haciéndole compañía y luego había colocado sábanas y mantas limpias. Ese día había estado tan triste luego de guardar el cuerpo de su hermana en su habitación, pero el lo había ayudado, le había hecho una comida deliciosa. Se quedó bloqueado durante varios segundos... Jinki había sido lo mejor que le había pasado en esos días y eso no podía ser una simple mentira o no podía solo pasarlo por alto.
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    Se mantuvo pegado a él abrazándolo con todas sus fuerzas, dejándose refugiar por sus grandes brazos, el calor, y todo el cariño que parecían emanar de ese chico. Ya no estaba asustado como antes, ni pensaba que Jinki había parecido un chalado sujetándolo de esa manera, nuevamente le había salvado y era otro de los motivos para sentirse enormemente aliviado por ello. Se aferró a su espalda aún más cuando las manos ajenas lo acariciaron cerrando sus ojos y tratando de relajarse. Aún sentía un dolor feo en su vientre pero no tenía nada que ver con su crío si no por el susto que se había llevado pues tenía una bola de nervios que subía y bajaba también a su antojo por la garganta.
    -No lo haré más... te lo prometo... -ahora que sabía que podían pasar estas cosas por la lluvia era toda una locura siquiera intentarlo, y muy peligroso hacerlo por lo que no volvería a aventurarse de esa manera. Un pequeño sentimiento de desasosiego se apoderó de él rápidamente y fue entonces que terminó de entender que la sociedad nunca volvería a ser lo que era, o que al menos no lo sería en mucho, mucho tiempo. Colocó una mano encima de la ajena en su vientre y cerró sus ojos pensando en que iba a ser de ellos cuando las palabras del otro le alertaron y mirando hacia atrás no vio lo que Jinki parecía ver, pero no pensaba arriesgarse dos veces en un mismo día por lo que tomando la mano del otro lo guió escaleras arriba. Fue más consciente ahora entonces que Jinki solamente portaba su ropa interior y una camiseta que solía usar para dormir y quitándose el el abrigo se lo pasó mientras subían para que se lo colocase aunque solamente fueran unos segundos. -Gracias... -volvió a agradecerle al otro limpiándose las lágrimas de los ojos, algo más tranquilo, más aún así inquieto. Aunque la bajada parecía haberla hecho muy bien, mientras subía de nuevo a la planta en la que ambos vivían, le costó más hacerlo y casi deseó que el ascensor funcionara para poder ir más rápido. -Alguien tiene... que estar controlando la lluvia. -dijo entre jadeos sin querer detenerse, no se sentía seguro fuera, quería volver al apartamento que ambos compartían enseguida, obviamente el mayor estaba pegándole su paranoia. -No es normal... esa cosa del tiempo no funciona así... -hasta un bruto como él lo sabía. -Lo vi... había dejado... -se detuvo un par de segundos a dos escalones de llegar a su planta y haciendo un esfuerzo terminó de subir sintiéndose más que cansado y en pésima forma. - ...hasta había clareado... -continuó diciendo. -Es imposible que... empezara a llover de esa manera... -entró en la casa suspirando por que la puerta no se hubiera cerrado ya que estarían en un buen lío. Yendo directamente al sofá se sentó en este y alzó rápidamente sus pies sintiendo bastante dolor en las plantas, así que como pudo se las empezó a masajear de forma leve. Fue entonces que la bombilla que en su estado normalmente estaba parpadeando se encendió con mucha claridad en su cerebro y miró al chico. -Espera tu eras eso... de... eso del tiempo... ¿cómo se dice? -odió lo estúpido que le volvía el bebé y chasqueó los dedos varias veces hasta que la palabra le salió. -...meteorólogo, ¿no? algo de eso me dijiste... ¿no lo ves extraño? -le preguntó. -Mierda... si algún día encuentro a ese tipo que la controla le voy a dar una paliza. -puede que todo aquello solamente fuera una idea super conspirativa que le había salido sobre la marcha, pero todo era tan extraño. Echó la cabeza hacia atrás pensando en lo que había sucedido, estaba seguro de que había visto el cielo clarear antes de tratar de marcharse, entonces había bajado y un segundo después había aparecido Jinki gritándole para apartarle diciendo que volvería a llover y tal y como había dicho así había sucedido. Suspiró con pesadez escuchando los gritos del mayor en sus orejas y entonces cayó en la cuenta y abriéndolos de forma fija miró al chico. -¿Cómo sabías que volvería a llover? -preguntó de golpe y sin tapujos casi sin pensar en la pregunta solo esta viniendo a sus labios de repente.
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    La forma de lamer sus dedos que tenía Kibum lo tuvo de nuevo muy cerca del límite, hasta detuvo su mano levemente un par de segundos debido a la excitación que le recorría. Sus pensamientos se fueron a lo bien que antes también había sido mamado por su amigo y aquello le generaba placenteros tirones en su pene que de haber estado cubierto por su ropa, seguramente se hubiera corrido en ella debido a la fricción que se creaba. Aquello le hizo pensar que tal vez era un poco enfermizo, pero no era momento de pensar en aquello por lo que comenzó a hacer más presión con su mano en la polla ajena recordando que el otro no se había corrido ni una vez mientras que él ya lo había hecho dos veces, dos malditas veces, lo cual aunque era normal ya que parecía dar menos uso a su mano y a la masturbación de la que parecía tener Key, no dejaba de darle en el orgullo. Las palabras del otro le sacaron levemente de sus pensamientos y fue entonces que lo último pensado fue duramente replanteado ante el aviso del otro y como casi de forma seguida empezaba a correrse en su mano de manera abundante. Aquello hizo que sus mejillas colorearan y que los sitios donde el semen cayó empezaran a picarle y a arderle, no de una mala manera, si no todo lo contrario.
    -¿Tan rápido? -se burló aunque era le menos indicado para hablar o decir sobre eso. Se había olvidado de sus dedos resbaladizos por la saliva del contrario pero nada más el otro movió sus caderas y exhibió su agujero de aquella manera una pequeña gota de lo que seguramente era semen se le escapó y sin poder evitarlo ni quererlo acercó sus labios hasta las nalgas del contrario las cuales empezó a besar de manera suave e íntima, como si lo hiciera con sus mejillas. Se suponía que no tenía que estar lamiendo ese lugar, ya se había mentalizado a solo meter sus dedos, pero algo dentro de él le llamaba, además el pensamiento de nuevo de que Kibum era escrupulosamente limpio le atacó y tragando saliva apartó una de sus nalgas con la mano que no tenía chuperreteada y cogiendo aire antes de hacerlo, hundió su rostro entre ellas. Los colores pronto envolvieron su rostro por lo íntimo que aquello era y cerró sus ojos tratando de no pensar en aquello. Por supuesto nunca se había considerado gay, tampoco había encontrado a los hombres atractivos o al menos no a cualquier otro que no fuera Kibum, ya que su amigo era de otro mundo sin duda, más no por ello lo sentía extraño. Acarició el interior de sus nalgas con su lengua aún dudando si lamer su agujero hasta que algo hizo click en su cerebro y sin querer pensar más en todo aquello, terminó por hundirla aprovechando el movimiento por reflejo que el orgasmo había creado en este. Apretó sus ojos lamiendo toda la zona del interior introduciendo y sacando su lengua. Sabía que no tenía que estar chupándolo como si tratara de darle placer, al fin y al cabo aquel agujero no estaba destinado para recibir placer, pero de cierta forma se le había hecho adictivo. Pensando que estaba actuando como un tonto, solo se alejó y pegó sus dedos aún levemente humedecidos contra su cavidad empezando así a presionar de manera seguida y pegando también sus labios para continuar echando más saliva y poder meterlos.

    Se sentía tan roto y tan mal, aquello era incluso de risa si lo pensaba bien, ya que hasta el mismo había animado a Jinki ir solo con sus amigos, este había querido acompañarlo a él y a Minseok, primero a casa de este, y luego al aeropuerto, pero él se había negado diciendo que Jinki había estado muy ocupado con su trabajo y por ello tenía que divertirse con ellos. Pero no se había esperado obviamente tal diversión.
    No quería volver a casa, no solo lo sentía un paso atrás si no que luego de todo lo que había pasado ahí dentro, le generaba ansiedad el simple hecho de estar ahí, su psicólogo le había dicho que solo tenía que ir acostumbrándose e ir entrando poco a poco, por ello se había quedado a dormir también en su antiguo dormitorio, si no usaría el antiguo de Kibum, para tratar de habituarse ya que su hermano mayor no parecía reacio a dejar ese sitio y él no quería simplemente no verlo. Así que no estaba del todo de acuerdo a irse con Kibum a ese lugar, pero sabía que tampoco podían ir a su apartamento ya que uno de sus dos problemas vivía ahí y a pesar de la situación él no tenía corazón para decirle a Kibum que lo echara y más sabiendo que el otro estaba completamente en una situación casi de indigencia.
    -No... -se negó rápidamente más no a irse, pero si al hecho de hacerlo ahora. -Quiero que baje, me mire a la cara y... que me pida perdón... quiero que me explique lo que pasó y luego le voy a golpear en la cara y no voy a volver a verlo en toda mi vida. -dijo más que decidido ya que de nuevo el hecho de que el otro hubiera estado borracho para él no era justificación. Si querías mucho a alguien pero con la bebida se te soltaba el culo, entonces es que esa persona no merecía ni un poco la pena.
    Se apartó del otro colocando una mano en el pecho del contrario para que mantuviera desde entonces las distancias, ya que necesitaba mentalizarse sobre lo que iba a pasar ahora, y se dio cuenta de que su cigarro había desaparecido. Había sido un mal momento para dejar de fumar, y pronto sacó otro del paquete que había encontrado en la mesa y lo encendió dándole la espalda a Kibum antes de abandonar este encima de la mesa. No era la marca que le gustaba y le jodía por que aún así le sentaba jodidamente bien, más aún así casi parecía oler a Jonghyun.
    -¡Odio a ese maldito perro!. -chilló y tiró con fuerza el cigarro contra el suelo empezándolo a pisar de manera compulsiva para luego irse a sentar a una silla pegando sus manos a su rostro volviendo a sollozar. Quería reclamarle a su hermano que tenía de bueno ese tipo, el por qué su fijación hacia este durante tantos años y como podía asegurar que era su alma gemela, pero Kibum no tenía culpa de nada. Tal vez el Minki del pasado si que lo hubiera hecho, ese que estaba recién empezando la terapia, pero él no, él ya había aprendido que los culpables solo eran los que estaban involucrados en el asunto, no los ajenos. -¿Qué tal con Taemin? -preguntó de golpe dándose cuenta de que este había sido mencionado en la llamada queriendo cambiar de tema de manera algo brusca.
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    Sentir el viento contra su cara le hizo sacar un pequeño suspiro luego de días o más bien semanas sin hacerlo y cerró sus ojos un par de segundos. Aunque la situación había sido horrible, se alegraba de que por fin acabara, pronto seguramente todo volvería a la normalidad y los supervivientes que quedaban volverían a su vida, dolidos por las pérdidas al igual que él, pero acabarían por recuperarse, él lo haría. Por un segundo se sintió triste ya que si sacaban el cadáver de su hermana y todo empezaba a arreglarse él tendría que volver solo a su apartamento, ya no despertaría acompañado, ni recibiría los masajes de Jinki o este le acosaría a todas horas preguntándole como estaba... por supuesto esas cosas eran minucias comparadas a los sentimientos que había desarrollado, ya que obviamente no lo quería solo por lo servicial que había sido, si no por que estaba seguro de que los tenía, no por algo le había lanzado miraditas en el ascensor. Dio un paso cuando un grito a su espalda le sacó toda la respiración y giró la cabeza justo en el momento en el que el otro lo agarraba y tiraba de él con brusquedad, al ser tan rápido casi se resbala y se va de costado contra el suelo, pero el otro supo sostenerlo para que eso no pasara, más aquello atacó todo su cuerpo con un fuerte espasmo que sumado a la manera en la que el otro le había movido le hizo doler su vientre rápidamente.
    ¿Qué era lo que pasa? No comprendía, por un segundo pensó que realmente Jinki era una especie de maníaco y que no quería que se escapase. Aquello le asustó mucho y ese miedo se asentó en su estómago, más trató de filtrarlo al escuchar aquello de la lluvia que no pasó completamente desapercibido y más al ver como el otro cerraba la puerta de golpe y un segundo después esta empezaba a caer con la misma fuerza que días pasados. Un pequeño gemido se le escapó mezcla de miedo y de dolor notando como el agarre del otro le era doloroso así que tiró de su mano para liberarse queriendo alejarse para recuperar el aire, cuando el otro agarró su rostro soltándole todas esas preguntas que al principio no llegaron bien a su cabeza.
    -Yo... yo... -miró nervioso a cada lado viendo la desesperación palpable en el rostro del contrario junto a sus lágrimas y soltó un pequeño suspiro para calmarse. -Estoy... bien... estoy bien... -dijo la segunda vez con mas convicción. -Es que me asustaste y... -miró hacia la puerta barajando la situación y sintiéndose de repente muy impotente. De nuevo Jinki le había salvado, y no solo a él y aunque se sentía aliviado tenía una espinita clavada en su interior que le recordaba lo inútil y vulnerable que era en ese estado. - ...solo quería ir a la policía... pensé que... no creí que... -soltó un pequeño sollozo y se pegó al otro abrazándole con mucha fuerza sin saber como elegir las palabras exactas. -Lo siento mucho... -se disculpó por su estupidez, pero aquello había sido sorprendente hasta para él, pensó que ya había acabado todo, que por fin pararía de llover, que todos recuperarían su vida de siempre, pero al parecer estaba equivocado, muy equivocado y aquello no parecía más que estar empezando, ya que cuando la lluvia caía de forma constante al menos podían avenirse a esto, si ahora empezaba a parar y luego volvía de forma tan aleatoria era por que alguien tenía que estar manjeándola de alguna forma, no era posible que justo desde el principio cayese de manera tan abundante como había empezado ahora.
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    No pudo evitar soltar una risotada ya que daba buena fe de ello sobre la boca ajena. Key tenía ese don de palabras en las que sabía decir lo acordado en el momento justo, al igual que soltar todas las verdades de una persona en el momento preciso ya sea por beneficio propio o por solo joder. Cuando retiró la última prenda del cuerpo ajeno quiso tomarse unos segundos para admirar lo precioso que era su amigo, más no tuvo tiempo de aquello pues pronto fue arrastrado por el menor y en un abrir y cerrar de ojos tuvo a su codicioso cuerpo encima de él. Se mordió el labio inferior con gusto ya que a pesar de que a una parte de él no le había gustado ni un poco aquello, volviendo al hecho de que Key había tomado un control que no creía que le perteneciese.
    Decidió perdonárselo ya que su erección volvía a estar en su máximo esplendor y un gemido más alto de lo que le hubiera gustado que saliera, se escapó de sus labios cuando su miembro choco contra sus nalgas. No sabía como el chico hacía para que cada milímetro de su cuerpo fuera suave, pero así era y le estaba volviendo loco, ese simple roce lo había sentido como si hubieran sido sus propias manos también suaves de tantas cremitas que se daba y el poco trabajo manual que hacía.
    Suspiró contra sus labios besándolos y dejó guiar la manita del otro hacia su miembro el cual no dudó en agarrar y empezar a masturbar como si se masturbara a él mismo, pues a fin y a cabo no es como si tuviera mucha práctica en ello.
    -Si no te hubieras movido, me estaría encargando de ti ahora mismo... y mucho mejor que esto... -dijo sonriendo de forma leve correspondiendo a sus besos por igual lamiendo sus labios y mordisqueándolos. -Tengo que decepcionarte pero... no tengo ni lubricante ni condones... -se separó de él esperando que no se enfadara y se movió de manera que volvió a quedar sobre este. -Así que vas a tener que esperar un buen rato más a que te joda... -no era tonto y sabía de otra forma de preparar al otro, más le llevaría tiempo y aunque cierta parte de él quería tener remilgos, dudaba mucho que el menor no cuidara su aseo. Se separó del otro casi por completo apoyándose en sus rodillas y sonriéndole durante un segundo lo movió de manera seguida y hasta un poco brusca dejándose llevar por unos impulsos que ni sabía que tenía y agarrando sus caderas las levantó, dejando su bonito y redondo trasero enfrente de él. Bajó sus labios hasta su espalda empezando a acariciarle y moviendo sus dedos hasta la boca del contrario le introdujo dos en su boca, -Oh perdón. -se disculpó soltando una pequeña risita ya que seguramente aquello había sido feo de sentir, pero no había pensado muy bien sus acciones hasta que no sintió la saliva del contrario resbalando en sus dedos. Rodeando con su otra mano la cadera del otro, volvió a agarrar su bonito miembro y repitió de nuevo sus movimientos masturbándolo de manera lenta pero fuerte.

    Suspiró aliviado en cuanto vio como el menor se iba escaleras abajo y frotó su cabello sobresaltándose un poco por aquel golpe recordando aquella fea época en la que Minki era un adolescente rebelde, hormonado e imbécil, más sobre todo agresivo. Mierda, esperaba no haberlo jodido mucho, pero obviamente tenía que cubrir lo que había pasado, ¿no? Además Jinki y Minki tenían una relación de ya algunos años muy fuerte, podrían superarlo o si no, en cuanto sacara a Minho de ahí podría simplemente decir que en realidad había llamado a un amigo, sería lo justamente creíble como para salvar al menor, de todos modos con lo disperso que era Minho, seguramente se creían que había estado en el banco de un parque dormido o la excusa que este mismo pusiera y el saldría del paso diciendo que todo aquello solo había sido una broma un tanto oscura, se ganaría el odio eterno de Minki, una gran discusión de Key, ya que esos dos hermanitos se lo contaban todo, era por ello que debía evitar que Minki supiera que a quien se había tirado era Minho, y tal vez alguna mirada de disgusto de Jinki, la reacción de este último era la que menos se imaginaba. Cerró la puerta nada más asegurarse de que Minki estaba ahí abajo y no iba a subir y se acercó a la cama donde Minho aún dormía sin enterarse de nada.
    -Espera... -fue entonces que cayó en la cuenta. -¿Por que tengo que mentir tanto si yo no he sido el infiel? -se preguntó. -¿Y por qué tiene que importarme salvar tu relación? -volvió a preguntarse en voz alta y rodó sus ojos. -Soy un imbécil. -suspiro ya que había montado un buen lío, y aunque se sentía algo mal, no era para nada la diversión que empezaba a envolverle al saber que la cara de tontos que todos pondrían al saber que aquello había sido una mentira. -Lo siento, pero a partir de ahora estás solito Minhoney~ -soltó mientras empezaba a vestirse, la idea de ducharse se le hacía tentadora, pero eso ya sería muy descarado por su parte. -Me has hecho sentir.... ufff... -era indescriptible casi babeaba y quería volver a empalmarse de solo pensarlo. - ... muy bien. -lo redujo a esas dos palabras. -Pero... no soy tu niñera amigo. -agarrando su teléfono colocó la cámara y levantando la sábana enfocó al culo del contrario y le echó una foto. -Así que te recomiendo mentir como si te fuera la vida en ello. Aunque si luego las cosas no te salen bien, te acogeré en mi cama todas las noches que quieras. -observó la foto con una sonrisa y se guardó el teléfono dejando caer la sábana.

    No sabía muy bien como describir el estado en el que se encontraba. Jamás se habría previsto algo así por muy celoso que siempre había estado de Jonghyun, incluso había pensado que en el caso de que Jinki empezara a tener de nuevo sentimientos por Jonghyun y estos fueran correspondidos, le diría algo al respecto, cortaría con él de manera formal antes de empezar algo con otra persona o al menos meterse entre sus piernas, pero al parecer se equivocaba en muchos sentidos sobre lo bueno que parecía este.
    Dio una profunda calada tragándose todas sus lágrimas mientras esperaba al que apareciese primero. Si se trataba de Jonghyun saltaría sobre él hasta arrancarle cada cabello de esa estúpida cabeza que tenía, pero si se trataba de Jinki, no sabía muy bien como sería su reacción, si se echaría a llorar, si le reclamaría o gritaría o sería igual de básico como con Jonghyun y lo golpearía hasta reducir todo su dolor.
    Miró la cocina a su alrededor, aquella tan bonita y que se habían esmerado en decorar cuando se había mudado ya que Jinki no tenía ningún tipo de gusto al hacerlo. Todo lo había elegido él, pero lo había pagado Jinki y fue en ese momento preciso que se dio cuenta, de que aparte de unas pocas cosas y mucha ropa, no había casi nada que le perteneciera en ese lugar. El mayor siempre le había dicho que lo suyo, era también de él, pero ahora se veía desconectado con todo, con la vida que había llevado.
    Escuchó pasos a su espalda y se giró para encarar a quien pasara por ese sitio y entonces vio con sorpresa como se trataba de su hermano. Lo había olvidado por unos segundos pero nada más verle, el filtro que había puesto a sus ojos fue retirado, y las lágrimas comenzaron a bajar por estos mientras se pegaba al otro buscando su cariño. La escena le recordó a una hacía muchos años, aquella vez en la que Jinki se había dedicado a romper su corazón como tantas veces había hecho antes de esa, solo que en esa ocasión, lo había destruido por completo, y ahora pulverizado, en esa ocasión Kibum había estado ahí para apoyarlo, como tantas veces había hecho, ¿y cómo se lo había pagado en aquella ocasión? Con malos tratos y palabras, y una actitud horrible llevada por pensamientos estúpidos. Por supuesto no pensaba volver a cometer esos errores del pasado incluso aunque lo ocurrido era peor que en aquel momento, más el dolor que sentía no era ni comparable al de ahora.
    -¿Cómo ha... podido? -gimió en sus brazos con ya su rostro lleno de lágrimas. Para el la bebida no justificaba nada y así se lo haría saber en cuanto bajara. -¿Qué... voy a hacer... ahora? -sollozó sin separarse de sus brazos.
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    Se sintió aliviado y hasta protegido cuando el otro le abrazo y sin dudarlo se pegó por completo a él presionando su abdomen hinchando contra el plano del contrario confiando en él y sabiendo que este no le haría daño de ninguna manera. Una de las cosas que había aprendido de Jinki en esos varios días de convivencia es que el chico aparte de ser un controlador de la seguridad como su hermana y desvivirse por él, era el miedo que tenía, parecía asustarle todo lo que pudiera generar peligro de alguna manera, como aquello de no pegar sus estómagos. Era adorable de cierta forma, pero al mismo tiempo preocupante, no quería que el mayor se la viviera temeroso por todo. Subió una mano hasta su cabello y empezó a acariciarlo de manera suave escuchando la respiración del otro ir cambiando de manera lenta a medida que iba cayendo en brazos de Morfeo, y una sonrisa se asomó por completo cuando lo logró.
    -Ni yo a ti... -susurró empujando levemente la cabeza del otro para que la refugiara en su hombro aún dormido y cerró los suyos propios buscando dormirse. Siempre había tenido un insomnio horrible, así que no sabía si podría, pero tal vez por el calor y la calma que le generaban el cuerpo ajeno, poco a poco comenzó a dejarse llevar por el sueño y en pocos minutos estuvo en el mismo estado que Jinki.
    No supo cuanto durmió, pero sus sueños fueron tranquilos y apacibles, de esos que te dejan descansar y que cuando despiertas los olvidas en dos segundos. Cuando abrió sus ojos se sorprendió gratamente de como ninguno se había movido de la postura en la que habían quedado y no pudo evitar sonreír. Lentamente comenzó a acariciar la espalda de Jinki notando leves movimientos debido a algún sueño que seguro estaba teniendo, queriendo calmarlo en caso de que este no fuera grato y mimarlo dormido aunque fuese un poco. La calma que le generaba aquella escena era aplastante, casi parecían una pareja normal en espera de un bebé que se echaba una siesta para recargar fuerzas. Era apacible... demasiado apacible. Frunció el ceño apartándose muy leve y cuidadosamente del otro y levantó la cabeza, había un ruido demasiado característico que le faltaba y eso le hizo ponerse en guardia muy rápidamente ya que no era posible. Separándose con disgusto del abrazo, salió muy lentamente de la cama, arrastrándose como un gusanito por que si todo resultaba que estaba en su cabeza no quería despertar a Jinki. Saliendo de la habitación ya que no quería arriesgarse a mover las cortinas para mirar y que el otro se despertara, fue hacia la ventana del salón y quitando las telas hacia un lado, casi se cae de culo al ver como había dejado de llover. Se aguantó un grito y el querer abrir la ventana de manera apresurada ya que podría hacer que el agua que había en los cristales le salpicase y acercó su rostro apoyando sus manos viendo como en efecto ya nada caía del cielo y hasta juraba que había empezado a aclarar un poco.
    Se apartó sintiendo como su mente iba a full de pensamientos, sobre todo lo que podía hacer ahora. Tal vez podía acercarse al hospital, o a la estación de policía, seguro que aún quedaba gente ahí, podría pedir ayuda, aunque ahora que lo pensaba tal vez esos dos servicios serían los primeros en colapsarse ante la situación en calma que se vivía. Acercándose a la puerta agarró uno de los abrigos de Jinki y se lo puso, y fue entonces en que cayó en el dueño de este, no podía salir así como así, tenía que avisarle de alguna forma.
    -¡¡Jinki ha dejado de llover!! ¡Voy a acercarme a la estación de policía! -le gritó antes de abrir la puerta y salir por ella. En su estado no podía darse mucha prisa por lo que bajó con cuidado los escalones agarrándose firmemente a la barandilla, o si no tendría que adelantar su visita al hospital y una vez en el rellanó del bloque de apartamentos caminó hacia la puerta abriéndola.
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    Los gritos no eran numerosos, ni siempre sonaban cerca, pero cada uno era escalofríante a su manera, había de los que pedían ayuda, otros de los que simplemente gritaban por hacerlo, unos terceros que parecían ser atacados por algo lo cual era imposible, y los últimos eran los de los suicidas... personas que parecían rendirse por la situación que vivían y solo se lanzaban a la lluvia gritando y haciéndoselo saber al mundo. Todos eran aterradores a su forma, pero los últimos eran quienes más miedo le daban, no quería llegar el día en que se rindiera de eso, por ello intentaba mantenerse optimista todo el día aunque luego llegara la noche y se derrumbara.
    Miró hacia Jinki deteniendo su vistazo a la ventana y le sonrió al ver que estaba despierto. El chico era adorable despertando, sus ojos ya de por si pequeños lo estaban aún más e hinchados. Le sonrió enternecido apartando su mano justo en el momento en el que el otro tiró de él hacia la cama. Se sorprendió bastante por ese gesto dándole algo de pánico ya que no estaba precisamente aseado, ninguno lo estaba ya que no podían usar una gran cantidad de agua, pero él encima acababa de hacer ejercicio y debido a su vagería... y a que ya no se llegaba a ciertos sitios, ni siquiera se la había pasad, pero también por que no se habían abrazado desde aquel primer día en el que había llegado a ese lugar y con esas sensaciones que tenía cerca del chico las cuales no sabía explicar no sabía si ese acercamiento era lo más adecuado.
    -Pero había preparado el desayuno... -trató de resistirse aunque con ningunas ganas pues en cuanto sintió el calor del otro envolverle el mismo empezó a acomodarse sin reparos contra él pasando sus brazos por debajo de los del contrario y rodeando su espalda. -Eres un vago. -dijo riéndose de forma leve levantando un poco la cabeza viendo lo cerca que quedaba la del contrario en esa postura. Un pequeño sonrojito lo atravesó, pero no era el lugar ni el momento, nunca lo sería, así que bajó de nuevo la cabeza volviendo a escuchar otro grito que le hizo sobresaltarse más no tuvo otra reacción ante este, ignorándolo, como si no pasara nada.
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    Su manos se sentía extraña masturbando el pene de un hombre pero de cierta forma le gustaba,hasta podía volverse adicto a ello si se despistaba. Siempre había pensado tal vez por prejuicios bobos que siempre se le inculcaban a los hombres, que el pene de otro hombre sería rudo y feo, algo desagradable y que no sería para nada cómodo agarrarlo, más estaba descubriendo que era todo lo contrario. La polla de Kibum era grande, más bonita, suave y cálida, también podía sentir como a cada frotada esta se iba humedeciendo cada vez más cosa que igual era extraña de sentir, pero también agradable. Había continuado besando casi al compás la espalda del otro. Esta por supuesto ya no se le hacía extraña. más de una vez había dormido pegado a ella, como un perrito orgullo junto a su dueño, al conocía, la había recorrido otras veces, más solo con sus manos y le era agradable y suave, todo el cuerpo de Kibum lo era.
    El semen que aún había quedado en su mejilla y que había salido de él, se había ido adhiriendo a la pálida piel de su amigo, pero se había encargado de retirarlo, fascinado ya que parecía que este tomaba un nuevo sabor luego de pasar por esta.
    Un gemido le atravesó ante la fricción tan persistente en su entrepierna y rápidamente lo siguieron varios. Bajó su mano rodeando la cintura del contrario durante un par de segundos queriéndole pegar más, pero entonces el otro optó una nueva postura que realmente le fascinó y a la que no tardó en acoplarse pegando su pecho al contrario. Aquella manera de incorporarse se le había hecho jodidamente cachonda y excitante, le gustaba mucho que se dejase pero cuando tomaba la iniciativa como en esos momentos le provocaban unas ganas tremendas de dominarlo y volverlo a reducir al nivel en el que estaba antes, pero sin quitarlo de la posición que había tomado.
    -¿Cómo voy a quitarte la ropa así? -le preguntó con la ceja alzada mientras subía una de sus rodillas al lavabo aunque tuvo que dejar de lado el hecho de que le costó un poco debido a la altura, más no se quejó ni hizo ningún movimiento o expresión de disgusto para no romper la escena. -Eres tan caliente... precioso y... narcisista... me encantas. -no pudo evitar decir sonriéndole de manera traviesa antes de pegar sus labios a los ajenos y besarle introduciendo su lengua sin ningún tapujo. Al mismo tiempo llevó una de sus manos a la espalda del otro atrayéndole hacia él todo lo que pudo y levantando de manera leve su trasero, metiendo su mano entre sus nalgas. Aunque era virgen no por ello un ignorante, sabía muy bien donde iba a meterla esa noche, donde más bien la metería por primera vez y necesitaba prepararlo. Sin apresurarse y aunque sabía que no serviría de nada ya que sus dedos no estaban humedecidos comenzó a presionar la entrada del contrario notando lo suaves que eran sus nalgas por aquella zona y como su agujero se contraía de manera leve contra su mano. Se vio rápidamente ansioso pero no por ello sería un bruto salvaje con su amigo, jamás lo había herido y esta no sería la primera vez. -Tan bonito y pequeño... tu actitud, tu forma de ser... puedes poner una fachada muy buena ante todo, pero esto... -hizo un poco más de presión al mismo tiempo que empezó a moler sus caderas de forma más rápida y algo más bruta contra el miembro del otro apresándolo y friccionándolo todo lo que podía. -Tu agujero... como lo siento... es lo más sincero de tu cuerpo ahora mismo. -se mordió el labio inferior y retirando la mano de aquel lugar, agarró sus nalgas atrayéndole una última vez hacia él pero esta vez para incorporarlo y bajar el mismo la rodilla del lavabo llevándolo en sus brazos hacia fuera del cuarto de baño y recostándolo con suavidad en la cama colocándose entre sus piernas y haciendo lo que el otro no le había pedido, más si insinuado, terminar de quitarle la ropa.

    Casi sin darse cuenta se había posicionado de nuevo delante de las escaleras. Estaba muy decidido a subir a pesar de los temblores de sus piernas, la vocecita de su cabeza diciéndole que no lo hiciera y la de Kibum al mismo tiempo también pidiéndoselo. Pero si en verdad había pasado algo, necesitaba verlo con sus propios ojos, confirmarlo o si no nunca estaría satisfecho.
    -Lo siento hyung... tengo que subir y verlo por mi mismo... -dijo más que decidido a ello. -Como dices... puede haber otra explicación... así que... -tragó saliva empezando a subir lentamente escalón por escalón con el corazón en un puño. Recordó las últimas palabras que había compartido con Jinki, tan lejanas que le parecían ahora. ¿Podía ser cierto que lo que más lógica que tenía no hubiera pasado? Lo dudaba, las pruebas estaban claras y él no era ninguno de esos hombres o mujeres que se negaban a ver la realidad. Si Jinki se había acostado con Jonghyun, por muy borracho que estuviera, la reación que mantenían se acabaría, simplemente no podría continuar con él. Claramente le dolería como nada, Jinkin había sido siempre el amor de su vida y no siempre habían estado tan bien como ahora, el chico lo había rechazado un sin número de veces, tratando de alejarse de él todo lo que podía sin querer hacer frente a sus sentimientos, habían pasado por mucho hasta estar juntos y ambos habían sufrido de una forma u otra, y aunque desde que estaban juntos siempre había confiado en Jinki con su vida, hasta superando el hecho de que a este le había gustado Jonghyun en el pasado, ahora sentía como si le hubieran dado un puño de realidad en la garganta.
    Terminó de subir las escaleras e iba a moverse hacia la habitación que ambos compartían cuando escuchó algunos pasos en la de invitados y reuniendo valor se acercó a esta, estaba a punto de abrir cuando la puerta se abrió del otro lado y Jonghyun se puso delante en ropa interior.
    -Oh Minki~ ¿qué hay de ti por aquí? -observó como no se apartaba de la puerta y se quedaba como si aquella habitación le perteneciera y estuviera guardando algo.
    -Vivo aquí... -quiso dar un paso para entrar más vio como el otro se acomodaba impidiéndoselo con aquella sonrisa que le sacó de quicio y que quiso golpear. -¿Está dentro verdad? -pudo ver por uno de los lados de la delgada figura de Jonghyun un movimiento en la cama y reprimió un pequeño sollozo. -¿Jinki está ahí no? -volvió a preguntar para que el otro se enterara aunque ya lo supuese, pero prefería que no le viniera con rodeos.
    -¿Jinki? -apretó sus puños mirando hacia el suelo al notar como pretendía hacerse el tonto. -Oh si... verás quería taparlo todo lo que pudiese... pero supongo que es todo lo que he podido ocultarlo. -notó el movimiento de sus hombros encogiéndose de estos y levantó el móvil de su mano. El cigarro ya se había consumido en su mano por lo que dejó caer la colilla y comenzó a alejarse por el pasillo hacia las escaleras. Quería pensar que al menos Jinki había respetado la cama en la que dormían, pero no era capaz de ver eso como una pequeña cosa buena. Sintió como su respiración se agitaba sintiendo el ataque de ansiedad llegar, más solo apretó su puño y lo golpeó contra la pared mientras bajaba sintiéndose mas que molesto, decepcionado y triste por todo.
    -¿Lo has escuchado no? No hay otra explicación, a veces lo que parece es lo único que es. -Sollozó sin remedio colgando la llamada y agarrando el paquete de cigarros y el mechero se metió en la cocina. No iba a despertar a Jinki a gritos, ni iba a asfixiarlo con la almohada, esperaría a que él se levantara, bajara y le dijera todo a la cara, ahí sería su momento para golpearle bien fuerte y gritarle... o quien sabe... no podía preever cual sería su reacción.
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    Levantó sus brazos y los volvió a bajar flexionando la mitad superior de su espalda y soltando varios suspiros por su boca tratando de regular su respiración. Aquellos leves ejercicios se los había recomendando el médico cuando se sintiera muy pesado y así se había estado sintiendo los últimos días y sin la posibilidad de salir a andar, eran los más efectivos para tratar de mantener un poco ''la línea''. Encima sin el ferreo control de su hermana y con que podía burlar a Jinki cada dos por tres no había parado de comer y con ello sus kilos habían aumentado, esos que al principio no le había importado conseguir pero que ahora le habían hecho más inútil. Suspiró un poco sentándose al sentirse cansado y llevó una mano a su vientre acariciándolo, pero no por cariño o algo, si no por que el bebé de nuevo se había puesto a patear su vejiga, como si tratara de hacer lo mismo que él, ejercitarse en su interior.
    Se fue echando hacia atrás en la cama viendo como los rayos de sol entraban por la ventana y suspiró nuevamente. Jinki no tardaría en despertarse y aquel pensamiento le generó una pequeña sonrisa en sus labios queriendo que aquello ocurriese. Realmente el chico había sido una especie de salvavidas, no solo lo estaba cuidando, si no que en estos días que habían compartido podía decir con toda seguridad que Lee Jinki, luego de su hermana era una de las personas más maravillosas y preciosas que había conocido, y no, no se refería al aspecto físico el cual no estaba para nada mal. El mayor era atento, bueno y considerado y cada día se alegraba de estar junto a él.
    Tenía ganas de ser él quien lo despertara, tal vez prepararle algo de desayunar por lo que incorporándose casi inmediatamente lo cual le ganó un pequeño dolor en su espalda salió de la habitación con cuidado y observó la puerta abierta del cuarto del otro. El chico la dejaba abierta mientras él la cerraba, más no lo hacía por desconfianza al otro, bueno tal vez el primer día si, si no por que aunque por el día estaba muy bien, por la noche le era imposible no echarse a llorar cuando todos los pensamientos le embriagaban, la muerte de su hermana, la situación que vivían, su bebé... todo era un peso que lo ponía en un estado muy depresivo y que soltaba por las noches. Más de una vez se había visto tentado en ir a la habitación del otro para que lo abrazara, pero se había contenido, no quería que su relación fuera más adelante, si no aunque fuera feliz y era algo que sin duda le haría feliz ya que ciertos sentimientos habían crecido en su interior, solo sería otro motivo más que añadir a su lista de lágrimas nocturnas.
    Entrando en la cocina cogió varias tazas y puso algo de agua a hervir, cada vez quedaba menos gas, hoy habían quedado en ir a buscar a los demás apartamentos, pero dado que ya no había leche ni café, tomaban un té para desayunar con algunas galletas que aún no se habían ablandado. Dejándolo todo preparado en la encimera sin arriesgarse a transportarlo caliente por la casa fue derecho a la habitación de Jinki asomándose. Lo vio dormido con la boca abierta y una pequeña sonrisa apareció en sus labios y acercándose sentó a su lado.
    -Jinki... -llamó su atención empezándolo a mover. -He preparado el desayuno... -no terminó casi de decir la última palabra cuando un grito proveniente del exterior sonó de manera estridente y dio un pequeño salto asustado. Aunque no habían dejado de ver gente tapada y no tan tapada corriendo de un lado para otro y escuchado gritos, no habían salido en busca del origen ambos pensando que permanecer al margen era lo más segundos, por lo que no se movió de donde se había sentido, ni apartó su mano del cuerpo del otro habiéndole tratado de despertar, y miró hacia la ventana mordiendo su labio inferior sintiéndose algo ansioso.
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    Estaba completamente absorto por el placer así que solo cerró sus ojos notando como toda su entrepierna era un gran punto sensible en su cuerpo que iba mandando ráfagas de placer a cada lado. La punta ya empezaba a irritarle, pero sentía que podía continuar incluso un orgasmo más. Soltó su labio ante el movimiento del otro y abrió sus ojos, nebulosos por lo ocurrido tratando de enfocarlo sin conseguirlo, continuaba dudando un poco de que Key fuera tan virgen como presumía ser, aquella manera de chuparle había sido formidable, o el chico ya era experto o aprendía muy rápido y dado que eran amigos, iba a dar más cabida a su segunda idea que a la primera.
    Cerró uno de sus ojos al sentir el pringe de semen muy cerca de este a pesar de que no llegaba a rozarle y soltó una pequeña risita socarrona por las palabras del otro. Sin duda Kibum era un seductor perfecto, incluso sin experiencia. Se mordió el labio inferior viendo como se marchaba andando de manera graciosa hacia el cuarto de baño tal y como había dicho, para luego tumbarse en la cama de manera relajada. Dio una bocanada de aire y a pesar de los jadeos y los gemidos que antes habían salido de sus labios, la sintió como si hiciese tiempo que el aire no entraba en sus pulmones, como si Kibum con su sensualidad hubiera absorbido todo el oxígeno de la habitación en un momento. Bajó la mirada hasta su miembro y lo agarró. No estaba duro, pero tampoco estaba completamente en reposo. Nunca se había corrido como lo había hecho estas dos veces, siendo la segunda incluso mejor que la primera y aún había promesas de más buenos y mejores orgasmos.
    Miró hacia la puerta de su cuarto de baño con deseo, queriendo que Kibum ya apareciera, pero no había pasado más de un segundos cuando el mismo ya se estaba levantando para ir en su busca. Trastabilló nada más ponerse de pie y dar el primer paso, pero pronto comenzó a coger el ritmo y a caminar decentemente hasta que llegó al baño. Se quedó en la puerta observándole mientras se aseaba, aunque al igual que en la cama, tampoco duró mucho en ese lugar y pronto se movió hacia la espalda del otro. Intentó no mirarse en el espejo, ya que se vería demasiado bien la falta de altura para tal postura y aquello seguramente la sacaría indignación y risas por igual, por lo que dándose prisa colocó una mano en la espalda del otro y la empujó levemente contra el lavabo, sin ejerecer mucha presión para no lastimarle y sin ser bruto para que este no se pegara en la frente con el movimiento. Pegó su erección que ni se había molestado en tapar, aunque ya no tenía ropa inferior para hacerlo presionando a través de la ropa de Kibum.
    -Tardabas mucho... -dijo soltando una pequeña risita ya que no era cierto y colocó sus manos en las caderas ajenas, en el límite entre su parte de arriba y la inferior acariciando su suave piel de terciopelo. -Siempre supe que eras hermosa... pero tal vez por estar haciendo esto te veo mucho más bello ahora. Llevó sus manos rápidas hacia el enganche de los pantalones y se deshizo de él. No había pasado desapercibido el bulto que el otro cargaba así que nada más tuvo el pantalón a medio bajar metió su mano por dentro de su ropa interior llegando hasta su erección la cual sujetó sin ejercer presión pero sin darle tampoco un trato amable. Pegó de forma seguida sus labios en su espalda al igual que su erección ahora a sus semicubiertas nalgas, dándose entonces cuenta de que volvía a ser una erección como tal, sorprendiéndose por su aguante y tragando saliva ya que no sabía si aquello era normal. -Mierda... no se como pero me tienes al límite... -aunque también era comprensible, había vivido muchos años sin saber que el sexo se sentía tan bien, obvio que se hacía una idea, pero era mucho mejor que cualquier descripción, imagen o vídeo de este, y aunque no se arrepentía de su decisión para sus ex-parejas de esperar, ahora sentía que quería probar todo lo que se había perdido.

    Abrió lentamente sus ojos sintiendo un pinchazo en sus ojos y en su cabeza nada más hacerlo, lo cual le hizo desear golpearse esta, algo muy contradictorio, hasta que dejase de doler. Lo recibió una habitación desconocida y frunció el ceño ya que él no era de irse con desconocidos a follar a su casa, por muy cachondo que estuviera, que lo estaba, y si había cambiado eso, dejaría de beber en bares y se aguantaría y lo haría en casa de Kibum, aunque fuese solo en su habitación hasta que su putería se le pasara.
    -Mierda... -se quejó mientras se incorporaba lentamente apoyándose en la cama y entonces sus dedos rozaron un cuerpo a su lado, cosa que le hizo estremecerse un segundo. -Por favor que sea guapo... -se dejó llevar por sus pensamientos estúpidos y entonces se giró. Abrió sus ojos más que sorprendido hasta casi caerse de la cama al ver a Minho tumbado en esta y se descolocó rápidamente. Estaba a punto de golpearle y preguntarle que hacía ahí, ya que aquello no era la casa del chico y SU novio, cuando los recuerdos de la noche anterior empezaron a fluir. Oh era cierto, había seducido a un muy ebrio Minho para hacer cosas más que nombrables, pero muy inmorales juntos. Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios y se mordisqueó el segundo ante tales recuerdos que le vinieron. Tal vez debería sentirse un poco mal por ello, pero no había ni un atisbo de preocupación o lástima en él, al fin y al cabo lo hecho, hecho estaba y no volverían a hablar del tema, dudaba incluso que Minho lo mencionara alguna vez, había visto lo mucho que el 2min se amaba, Minho no se arriesgaría a contarle nada a Taemin por miedo a que ese pequeño diablillo se enfadara con él.
    Miró de nuevo hacia el chico viendo su trabajada espalda y se mordió el labio inferior, sin duda había sido uno de los mejores polvos de su vida, si contaba obviamente su primera vez con Kibum que también había sido memorable aunque las tornas hubieran sido al revés. Sin reparos pasó su mano por su piel acariciando sus suaves musculos teniendo cuidado de no despertarse y levantó la sábana onservando su redondo y buen trasero.
    -Hola. -le saludó conteniéndose de decirle adiós aunque sería lo más acertado dado que no volvería a verle. -Espero que lo recuerdes todo como yo voy a hacerlo Minho... -susurró incorporándose y quedando sentado en la cama.

    Escuchar la voz de su hyung le llenó de bonitas sensaciones como siempre lo hacía. Adoraba mucho a sus hermanos, pero con Kibum siempre había tenido algo especial, tal vez por ser más parecidos física y emocionalmente, por lo que escuchar su voz era como una inyección de felicidad que entraba en su organismo directamente en vena. Una sonrisa asomó en sus comisuras y detuvo su camino hacia arriba y volvió sobre sus pasos. Aún sentía aquel peso en su corazón, pero con esas nuevas sensaciones que su hyung le producía, los buenos pensamientos volvieron, sobre todo el hecho de que tal vez estaba siendo paranoico en demasía y todo esto nada más era algún tipo de broma y al subir encontraría a ambos chicos dormidos cada uno en un cuarto diferente.
    -Si hyung, ya estoy en casa, he llegado hace un ratito pequeño. -arrugó la nariz al volver a ver todo aquel desorden. -¿Minho? -preguntó enarcando una ceja sin comprender durante un segundo por que le preguntaba de él hasta que la inspiración le llegó. -Oh... no lo se... -solo veía ropa de Jonghyun y de Jinki tirada, y su idea de que era de Jinki más que de otra persona era por que faltaba una camiseta y sabía que a su novio le gustaba andar sin esta muchas veces y no parecía haber rastro de la segunda. Un pequeño sollozo quiso atravesarle y trató de pensar de que todo era producto de su imaginación, pero entonces fue consciente de unos cigarrillos y abrió mucho sus ojos. Jinki nunca dejaba que Jonghyun fumara dentro, no solo por el hecho de que le molestaba, si no por que él mismo había dejado el vicio hacía poco y aquello podía hacerle recaer, lo cual casi ya estaba pasando. Rápidamente y sin poder evitarlo se sintió enfadado y engañado y agarrando el paquete quiso aplastarlo más solo sacó uno de los cigarros sintiendo como su ansiedad subía muy rápido y se lo llevó a sus labios notando como las manos temblaban. -No quiero subir hyung,... -dijo luego de un pequeño más largo silencio mientras buscaba un encendedor por la mesa pequeña hasta encontrarlo y accionaba el mechero encendiéndolo y dando una larga calada. -Siento que... veré algo que no me va a gustar... -dejó salir el humo de forma lenta sintiendo una relajación tremenda por el vicio recuperado y miró hacia el techo. -La-la ropa de Jinki y... Jonghyun... está por todos lados... el sofá está hecho un desastre y, no solo de manchas de alcohol... está todo tirado y... él olor... -volvió a aguantar un gemido y volvió a darle otra calada al cigarro volviéndo a soltar el humo lentamente. -Creo que se han acostado... ¿po-podrías venir? -le preuntó. -Pero no cuelgues la llamada... yo... voy a subir...
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