Posts written by Taem

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    Compartir risas junto a Jinki le parecía realmente increíble, no solo por la situación, si no que cuando ambos coincidían en ellas ambos sonaban demasiado bonitos. Era una forma tonta de decirlo, pero así lo sentía él, bueno, bonito y agradable. Le encantaba. Asintió ante su afirmación aunque no la necesitaba, más Jinki era más educado que él en decirle cuanto apestaba, algo sin duda adorable, aunque tal vez también se debía a la edad, a fin de cuentas ocho años era una buena diferencia. Se alegró de que al mayor le pareciera su plan y asintiendo continuó apoyando en aquella pared observando como el otro entraba dejando antes el carrito a un lado de la puerta.
    -Ve con cuidado... -le pidió mientras lo observaba hasta que este entró y entonces soltó un pequeño gemido de dolor que se estaba conteniendo desde hace un ratito y que tenía origen en sus pies. ¿Podría ser posible que le hubieran salido burbujitas? Apenas si había andado, más había subido bastantes escaleras y haber pasado tanto tiempo de pie, o al menos más de la cuenta, podría haber sido su origen. Era sorprendente lo descuidado que estaba y se sentía frustrado por ello, antes de embarazarse iba al gimnasio al menos cuatro veces a la semana y corría cada mañana, ahora iba de la cama al sofá y del sofá a la cama y con bolsas de chucherías en las manos a cada momento. Puso un pequeño puchero ya que el pensar en chucherías le hizo antojarse de estas y llevó una mano a su vientre acariciándola, sintiendo como las pataditas que ya llevaba sintiendo un rato se intensificaban por sus pensamientos o tal vez ya lo estaba imaginando, pero necesitaba comer aunque solo fuera un poco. Suspiró de manera pesada y entonces Jinki apareció, sorprendiéndole tanto que hasta pegó un saltito, dándose cuenta luego de salir de sus pensamientos por el pequeño susto de que el mayor había pasado algo más de tiempo del esperado ahí dentro, pero no tuvo tiempo de preguntarle el porqué cuando lo vio salir con esos dos bidones de agua. Abrió sus ojos sorprendido ahora por ello, ya que no se esperaba que encontraran nada más grande que unas garrafas, pero eso sin duda era increíble y tal vez la suerte ya estaba de su parte.
    -Es increíble. -dijo sonriente mientras caía en la cuenta de que Jinki esperaba que abriera la puerta de su casa y sacando las llaves rápidamente así hizo, apartándose para que el otro entrara, pero sin querer quedarse atrás agarró el carro y tiró de él con algo de esfuerzo, pero bien hacia dentro de la casa dejándolo en la cocina junto al bidón de Jinki. -¿Qué era lo que vendía? ¿Más cigarrillos de los que me gustan? -preguntó con una emoción que ni siquiera pudo disimular carraspeando de manera seguida al darse cuenta. -Voy a ir llevando entonces las toallas y poniendo el tapón a la bañera, trae tu ese bidón al baño. -estaba mas que contento por poder tomar un baño. -Ya verás que bien nos sentimos luego de tomar ese baño...

    Colocó una de las bandejas, la suya en la mesita de noche, la cual despejó dejando la lamparita en el suelo y el marco de fotos dentro de uno de los cajones. Aquel era el cuarto de sus padres, al ser más grande y espacioso había tomado por buena idea el meter ahí a Jungkook y en la imagen se veía a ella y a Jungkook, a su hermano y a sus padres cuando habían dio de vacaciones de verano ya hacía varios años. Al principio tanto a su padre como a su madre se les había hecho difícil saber que estaba con un chico menor, pero luego de saber lo feliz que la hacía, Jungkook se había vuelto una parte muy importante de sus vidas, por ello le habían invitado a veranear todos juntos y era normal que el chico pasase bastante tiempo en esta casa, y más dado que ella aún no se mudaba. La otra bandeja fue a parar a la cama, a un lado de Jungkook asintiendo ante su pregunta. No era su ideal comer en una cama, pero Jungkook aún no estaba para bajar escaleras, no solo por la medicación, si no por que sus muñecas y tobillos estaban algo heridos por las cuerdas, así que hasta que sanase lo suficiente como para que no le doliera tanto lo mantendría en ese piso, de todos modos había cuartos de baño suficientes y luego podían mudarse a su habitación, la cual le sería más conocida al chico.
    -¿Quieres el postre primero? -le preguntó luego de asentir a lo de comer en la cama. -Pero luego te sabrá todo a chocolate. -dijo soltando una pequeña risita, más quien era ella para negarle nada a un chico tan precioso como el menor. -Bueno, está bien. -agarró la copa junto a una cuchara y le quitó la tapa de arriba hundiendo el cubierto en su interior. De forma seguida se acercó la tapa a su rostro dado que siempre quedaban restos del interior en esta y dio una buena lamida quitando la nata antes de abandonar esta en una de las bandejas. De forma seguida y sonriendo al menor tomó una de sus manos con cuidado y depositó el envase en esta agarrando la otra mano para guiarla hacia la cuchara. -¿Puedes solo? No me importa dártelo yo. -le dijo, más primero quería que el otro lo intentara para que este no se desanimara con lo que no podía hacer. -No te fuerces, ¿vale? Recuerda que mi trabajo es cuidarte tanto, como el tuyo es cuidar de mi cariño. -se acercó dándole un beso en su mejillas y cogiendo su bandeja la colocó encima de sus piernas para comer estando pendiente de Jungkook para ayudarle o vigilar que no se le cayera la copa.


    No toques eso, no cojas mucho peso, usa ropa y calzado cómodo, nada de salir solo.... ya estaba hasta las narices de su noona, amaba con locura a la chica, pero iba a volverlo loco si le hablaba de una nueva, segura y efectiva técnica que había encontrado para asegurar los muebles de su casa. Desde que se había quedado embarazado y se lo había contado a su hermano, esta rápidamente había dejado toda su vida para ir con él y ayudarle en todo, era algo que había agradecido mucho y más por que los primeros tres meses del embarazado hasta que se había decidido a contárselo, no había parado de llorar por su estupidez. Había pensado de todo que hacer con el bebé, hasta que su noona había llegado cual faro de luz a alejar los malos demonios que pesaban sobre él y a ayudarle en todo lo posible que pudiera, ya hasta casi se había instalado con él, algo que le desesperaba, pero no tenía corazón para echarla.
    En cuanto su estómago había empezado a notarse, la chica se había vuelto una obsesiva de todo, había tratado de proteger el piso y hacerlo lo más cómodo para él posible y ya casi ni le permitía limpiar o salir solo. En parte era bueno por los dolores de piernas y espalda habían aumentado y apenas se reconocía los pies por lo hinchados que los tenía, más al final acabaría engordando hasta estallar si hasta para hacer un poco de ejercicio lo limitaba.
    -Compra los protectores para bordes que quieras noona. -suspiró mientras cargaba la bolsa menos pesada y que aún así había tenido que luchar por llevar de la compra que acababan de hacer.
    -Es que los que tenemos puede que a la larga se rompan, así que es bueno tener de repuesto. -dijo ella mientras andaba un paso por detrás ya que llevaba mucho más peso. -He visto unas cunas preciosas que puedes cerrar por arriba para evitar que el bebé se escape. -se sobresaltó un poco por aquello y giró la cabeza escandalizado.
    -No se llaman cunas, se llaman jaulas. -corrigió a la mayor que soltó una risita más seguidamente negó.
    -Si las ves cambiarás de idea, además vienen de colores muy bonitos~ -sonrió la otra mientras se detenía a esperar por lo que se detuvo también.
    -Jaulas personalizadas, perfecto. -suspiró de nuevo intentando agarrar una de las bolsas pero ante la mirada tan fría que le echó la mayor retiró a mano inmediatamente y se cruzó de brazos. -Tienes que dejarme ayudarte...
    -No puedes coger peso Jjong. -repitió ella por tropecientas mil veces esa tarde y agarrando de nuevo todas las bolsas y volvió a caminar. -Démonos prisa parece que va a llover Hyungim~ -miró el cielo sorprendiéndose un poco ya que parecía que hacía diez minutos estaba despejado y aligeró un poco el paso. -No me puedo creer que ya estés de seis meses, el tiempo pasa tan rápido. -chilló ella emocionada, cosa que le sacó un nuevo suspiró. -Ya tengo ganas de saber que es, habla con él y dile que no se ponga de culo. -le recriminó esta ya que en todas los ultrasonidos que le habían hecho había sido la postura favorita de la cosa.
    -Para que, seguro es como tu y no me escucha. -rió un poco viendo como ella echaba los ojos hacia arriba.
    Continuaron su camino hasta que vio por fin el portal de su apartamento y aligeró un poco hasta que se acordó de su hermana y se giró viendo como esta estaba detenida.
    -Sigue tu Hyungnim, no te mojes enseguida voy... -le pidió esta por lo que suspirando entró en el portal un segundo antes de que cayera la primera gota, la cual se fijó en el escalón de la puerta de entrada.
    -¡Noona, subiré a por un paraguas y te ayudare! -le gritó a la chica.
    -¡No, ya voy yo, ni se te ocurra salir! -chasqueó la lengua acercándose a la escalera para subir a su piso cuando la nuevamente voz de su hermana le hizo girarse.

    Suspiró con mucha resignación y se acercó hasta el ascensor tocando varias veces el botón para que bajara hasta que su tonto cerebro de embarazado le hizo levantar la cabeza y fijarse en el cartel del ascensor que anunciaba que estaba estropeado. Frunció el ceño ya que solo llevaban dos horas fuera, ¿como se podía haber roto tan pronto?
    -Genial. -suspiró escuchando a la mayor entrar a su espalda soltando más tacos que nunca en su vida.
    -¡Se ha roto la bolsa y se ha caído casi toda la fruta! -chilló con esa vocecita de pito que ponía cuando estaba molesta y se giró observando como una de las bolsas tenían un desgarro por uno de sus lados.
    -Ya te dije que no las cargaras tanto, deja que te ayude... -no dio ni un paso cuando la fiera mirada de la mayor le hizo retroceder uno y levantó sus manos para que se tranquilizara. -Está bien, está bien, subiré arriba y me sentaré. ¿Contenta? -vio como ella asentía más que satisfecha mientras dejaba las bolsas de la compra en un rincón y empezaba a hacer hueco para poder meter seguramente lo tirado en la calle en esta.
    -Buen chico hyunnim~ Te has ganado un té. -dijo ella soltando una risita la cual acompañó mientras se acercaba a las escaleras para subir por estas cuando se dio cuenta de su estado. -Están todas encharcadas, ese inútil portero. -escuchó la queja a su espalda y suspiró nuevamente asintiendo. -Sube con cuidado Jjong por favor. -le pidió esta.
    -Si tranquila, es solo un poco de agua. -comentó mientras agarraba una bolsa de manera disimulada y empezaba a subir más sin darse prisa, dándose cuenta de como la mayor no se percataba de ello por lo que continuó. -¡Te dejo la puerta abierta noona! -le medio gritó mientras subía de forma lenta sintiendo como cada escalón se cansaba un poco más.
    Ya casi llegaba a la segunda planta, donde estaba su apartamento, cuando escuchó como su móvil sonaba y lo sacó de su bolsillo viendo algunos mensajes de su grupo de amigos. Sus salidas con estos se habían reducido mucho, todos solían ir a locales para tomar mientras que el no podía ni tomar café, pero aún trataban de contar con él para algunas salidas aunque solamente fueran a comer, cosa que agradecía, más esta vez parecían estar hablando de beber hasta la mañana siguiente, así que no podía apuntarse. Guardando el teléfono de nuevo, se acercó al último tramo viendo como la mayor parecía tardar un poco, por lo que estuvo en duda sobre si esperarla o no más pronto declinó esa idea al recordar el enfado de la chica, sabiendo que esta no le dejaría comer chucherías si no la obedecía, por lo que levantó su pie empezando a subir, cuando sintió como este resbalaba. Se sobresaltó un poco buscando la barandilla para sujetarse sintiendo como la bolsa se lo impedía y antes de poder poner sus dos manos delante de él, solamente una, y girar su cuerpo hacia un lado, cayó hacia delante sintiendo un golpe directo a un lado de su estómago que lo sacó el aire, sintiendo también bastante dolor recorrer el brazo con el detuvo su caída.
    -Mierda... -se quejó soltando la bolsa para apoyarse y tratar de levantarse, cuando otro fuerte dolor recorrió todo su abdomen y soltó un pequeño gemido. -No, no, no, no, no, no... -se quejó llevando su mano a su vientre mientras trataba de girarse un poco más sintiendo todo su cuerpo mojado al ver como esos escalones estaban llenos de agua por un mal fregado seguramente del portero. Un millón de pensamientos cruzaron por su mente a la velocidad de la luz y uno tomó mucha relevancia en su cabeza y fue el hecho de que los golpes en el abdomen no eran muy buenos en su estado.
    -¡¡Oh dios mío Jonghyun!! -escuchó el grito de su hermana de quien no se había percatado y pronto la vio sobre él. -¿Estás bien, te has caído? -eran preguntas evidentes, pero no se lo reprocharía, no tenía fuerzas y sabía que la chica seguramente había entrado en un estado nervioso por verle.
    -Noona... -gimoteó mientras intentaba volver a ponerse en pie inútilmente mientras Sodam le sujetaba del brazo. -Me he... me he golpeado en el vientre... -soltó un pequeño sollozo que no supo ver venir mientras trataba de soportar el dolor sin lograr incorporarse.
    -Tra-tranquilo hyungnim... voy a por las llaves del coche y... te llevaré corriendo al hospital, ¿vale? No va a pasar nada. -con la compra ahí abandonada vio como desaparecía escaleras arriba.

    Edited by Taem - 7/8/2020, 21:54
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    Sintió una corriente recorrer toda su cabeza al sentir aquel beso en su frente. Agachó la cabeza aprovechándose de su falta de altura para esconder su sonrojo y ahogo todo lo que pudo un suspiro de colegial que le atravesó. Estaba cayendo muy duro por Jinki, siempre había tenido debilidad por las personas que lo trataban bien, nuevamente prueba era el estado en el que estaba, aunque esa vez se había dejado engañar y sabía que estaba siendo engañado sin ser todo tan de color de rosa como ese tipo se lo había descrito,pero con Jinki era diferente, el mayor se había abierto a el, le había contado cosas que harían huir a muchas personas que no pensaran más allá, le había depositado su confianza y el quería acapararla.
    No pudo evitar sonreír ante sus nuevos ofrecimientos, cuando el mayor se ponía así solo quería ceder a lo que le decía y aceptar, pero buscar cosas en los apartamentos no era ningún tipo de capricho, necesitaban recursos, sobre todo agua.
    -Quiero decirte que si, pero necesitamos un baño. -suspiro y acercándose a su cuello lo olisqueo. -No quiero ofenderte, pero apestas tanto como yo. -rio pasando apoyar su cabeza más solo duró unos segundos en esa posición pues pronto llegaron a la puerta y se apartó de Jinki para cerrarla. Dudaba mucho que volvieran a ese apartamento, por lo que este, al igual que ya casi el suyo para su hermana , se convertiria en una tumba para esa señora. Apartándose de la puerta volvió al lado de Jinki más esta vez solo tomo su mano a pesar de que la distancia entre apartamento no era mucha para caminar así. Aún le dolían mucho los pies, pero ahora estando de pie era más soportable mantenerse, aunque sabía que en cuanto se sentará y volviera a levantarse volvería a sentir ese dolor tan insoportable que había sentido antes al incorporarse de la cama.
    Se acercaron a la puerta y soltó al mayor para que esté fuera el que abriese al ya tener la llave en el bolsillo.
    -Aunque podrías solo ver si hay bastante agua y mañana podemos coger todo lo demás... - se apartó para dejarle espacio apoyándose contra la pared soltando un pequeño jadeo debido a lo cansado que estaba y la falta de movilidad esas dos semanas no ayudaba mucho. - ...necesito bañarme...

    No pudo evitar volver a soltar varias risas al escuchar como el chico continuaba empeñado en que luego juguetearan y era tan normal, pues antes de que todo sucediera así era como se comportaba, que la llenaba de una alegría inmensa saber que nuevamente tenía a su dulce chico con ella, tal y como era. Lo pensaba demasiado pero esas dos semanas habían sido tan duras, primero el verle tan enfermo y luego esas secuelas que la enfermedad le había dejado, habían minado mucho su confianza, así que estaba contenta de que todo fuera casi tan normal como antes.
    -Es cierto... Luego te haré sentir muy bien y más rápido. -ya había metido las perneras en cada pierna y estaba a punto de ayudarle a incorporarle cuando observó cómo el chico lo hacía por si mismo, a punto estuvo de sostener sus caderas cuando el otro casi se cae hacia atrás, pero suspiro de alivio al verlo acomodarse. -Tranquilo cariño no te fuerces, yo puedo hacerlo por ti. -agarro el pantalón y lo fue levantando hasta acomodarlo en sus caderas y luego atar el cordel para que esté no se le cayera. Levanto la mirada notando la diferencia de altura y sonriendo se acercó hasta su pecho desnudo y dio un pequeño besito en este antes de pasar sus brazos por sus caderas y abrazarlo con fuerza. -Te mereces todos los besitos del mundo. -susurro empezando a besar cada pedazo de piel que encontraba sin separarse del otro. No lo sabía más de hacía una idea de su estado y le encantaría poder hacer algo más por el, quitarle esa mala sensación al chico y curarle completamente, pero ahora no estaba en su mano. -Lo siento cariño, me gustaría hacer algo más por ti... - se colocó de puntitas y beso sus labios subiendo su mano hasta el rostro ajeno para guiarlo hacia el suyo. -Luego de la comida haremos todo lo que quieras, ¿Vale? -le pregunto levantando sus pestañas de manera pícara. -Noona te hará sentir muy bien... -no iba a mentir y decir que no lo extrañaba, siempre habían sido algo físicos, pero si al chico se le olvidaba y prefería dormir no pensaba insistirle, le dejaría dormir y ella se acurrucaria a su lado. Alejándose unos centímetros más sin retirarse del todo agarró la parte de arriba del pijama la cual tenía botones u quitando los la paso por sus hombros y luego por sus brazos acomodando la y atandola. -Sientate te traeré la comida aquí. -sujetando sus manos lo fue sentando poco a poco pegándose mucho a él para que no se le escurriera y lo dejo sentado. La habitación estaba algo fría por lo que acercándose al armario agarró una sábana y la paso por sus hombros. -No te la quites, no hay calefacción y aún tienes el pelo húmedo. Esperame. - beso su frente con todo el cariño del mundo y seguidamente salió de la habitación y fue hacia la cocina. La casa de sus padres era de buen nivel, no solo por el filtro del agua y el generador si no por que la casa estaba rodeada por un muro bastante alto y una puerta de seguridad. Así que estaban seguros si a los vecinos les daba por meterse en su casa lo cual dudaba al menos de momento, la inmensa mayoría casi nunca estaban por tener trabajos ocupados y poca familia, y en caso de que fueran molestados tenía su arma eléctrica y su padre tenía más armas guardadas las cuales esperaba nunca tener que usar.
    Una vez en la cocina sirvió rápidamente la comida en dos platos colócandolos en una bandeja y cogiendo también un par de botellas de agua y la copa de chocolate y nata que le había prometido a Jungkook juntos los cubiertos lo subió de forma lenta y cuidadosa entrando en la habitación pocos minutos después.

    Edited by Taem - 5/8/2020, 16:41
  3. .
    Le encantaba como el chico a pesar de estar tan débil aún tenía ganas de bromear, era sin duda una ternura por completo y alguien a quien quería proteger con toda su vida y a como diera lugar. No había quitado la mano de su trasero en ningún momento, haciendo circulitos con su dedo sobre su tersa piel de manera distraída y completamente embobada con las acciones de Jungkook. Le devolvió las sonrisas sin dudar. Haría todo lo que Jungkook le pidiera, obvio si esto no era malamente cuestionable de alguna manera, pero esas cosas nunca se las pedía el chico, ambos ya llevaban muchos años juntos para saber que tenían que pedir, sobre los gustos del otro. Había conocido al menor cuando este aún era menor, bastante menor a decir verdad y aunque ella no había permitido los toques hasta que el otro no tuvo una edad apropiada, ambos habían tenido tiempo suficiente de conocerse, tanto de manera física como sentimental.
    -Te abrazaré todo lo que quieras cariño... -subió una de sus manos la que ya casi tenía atrapada ante la nueva postura hacia su cabello acariciándolo con mucha suavidad. El chico aún podía moverse ''bastante'' dentro de lo poco y eso le agradaba bastante. No es como si no le gustase o fuese a gustar cargar con él, ya que dudaba mucho que pudiese mantenerse en pie durante mucho tiempo, pero así el menor no se sentiría como una carga todo el tiempo, siempre había sido muy activo. Un escalofrío le recorrió por completo al escuchar aquella pregunta y abrazó con suavidad su cabeza apretándola contra su pecho. -Te lo contaré cuando hayas comido y descansado unas horas, ¿de acuerdo? Han pasado muchas cosas, pero quiero que sepas que estás a salvo... que estás... estás bien, y vas a seguir así mucho tiempo. -no había pasado desapercibido su sonrisita y no pudo evitar picar su nariz con su dedo. -Eres un pícaro...-volvió a sentirse contenta como cuando se había movido por que también estuviera pensando en esas cosas, no por que fueran sus planes que ya pasaran, pero era como si fuera su Jungkook normal y era como una brisa fresca directamente en su nuca, agradable recuperar esa normalidad. -Siempre te gustaron mucho los pechos de noona. -hizo un pequeño puchero y llevó sus manos hasta las mejillas del otro apretándolas un poco. -Vamos antes de que te pongas más cochino... quiero que comas bien cariño... llevas muchos días sin hacerlo de forma correcta, por eso también te sientes más cansado. -no era mentira aunque de momento le estuviera ocultando el motivo más grande por lo que se encontraba así. -Pero luego podremos jugar si es que no acabas dormido por completo... -le guiñó un ojo soltando una pequeña risita y se escurrió de debajo de él, saliendo de la cama se acercó al armario y cogió uno de los pijamas de su padre, el menor no tenía mucha ropa en su casa, pero la de su padre serviría de momento, cuando dejase de llover, o más bien lo hiciera con más tiempo podría acercarse a la casa de este y cogerle sus cosas, aun que se había vacunado, no quería exponerse a la lluvia, temía ser de ese tres por ciento al que no le servía la vacuna y acabar muerta dejando a Jungkook solo, por lo que querría perfeccionarla antes de nada. Tampoco sabía que días serían esos en los que la lluvia se detuviera horas, crear ese sistema había sido trabajo de Lee Jinki, el cual seguramente estaría en el laboratorio manejando todo esto, y no podía arriesgarse a volver al laboratorio, tampoco del todo a quedarse en este lugar, seguramente esas personas sabían donde vivía, así que corría mucho riesgos quedándose allí, pero de momento no podría ir a ningún sitio.
    -Bueno, vamos cariño. -comentó acercándose a la cama, sujetándolo hasta sentarle. -No hay ropa interior de momento, pero el pantalón es ancho, estarás cómodo. -apartó la toalla y agarrando el pantalón se agachó para meter sus pies por cada pernera del pantalón.
  4. .
    Se había quedado mirando a la señora desaparecer por el pasillo hasta que la respuesta de Jinki le distrajo y levantó la cabeza observándole un par de segundos antes de responder. Se quedó contento unos segundos hasta que sus siguientes palabras que le aclaraban, que solo se quedaría hasta que el se durmiera le hicieron entristecerse de forma leve. No entendía por que no podían dormir juntos, le parecía una regla tonta como la de no ensuciarse, él siempre se la vivía sucio, y muchas veces ni siquiera sabía como, por lo que no sabía como iba a hacer para mantenerse impecable, no estaba en su naturaleza el permanecer como uno de esos impecables adornos que al humano le gustaba adornar su casa.
    -¿Y si no te lo da? -le preguntó mientras entraban en esa habitación. El señor Jonghyun a pesar de ser bastante joven, le recordaba un poco a esos ancianos de su aldea que le gustaban que las cosas fueran como ellos querían y nunca daban su brazo a torcer, era cierto que el humano se veía más razonable y se había comportado muy bien hasta entonces, pero quien sabe, esa especie era famosa por también cambiar de parecer en cualquier momento, prueba era ese chico humano que lo había ayudado en vez de masacrarlo. -¿De verdad? -le preguntó sintiéndose algo emocionado. Le encantaba escuchar los cuentos de su madre sin importarle lo mayor que ya era, la mujer siempre se los había narrado de una manera especial, poniendo las voces a los personajes que aparecían y siendo siempre muy expresiva, sin duda sería una de las tantas cosas que extrañaría mucho de ella. La imagen de su casa explotando pasó de nuevo por su cabeza, pero se forzó a apartarla y continuó sonriendo al mayor mientras se acercaba a la cama observando las sábanas tan blancas que casi brillaban a la luz de esas luces artificiales. Además de la cama, había un armario muy bonito, aunque no tanto como los demás de la casa y una mesita pequeña al lado de cama con unos cajones. Sin duda la artesanía de los humanos estaba mucho más avanzada que la suya, más no sentía ningún tipo de vida en esa madera. -Está bien hyung. -no estaba del todo convencido sabiendo que se tendría que ir, si despertaba solo en ese lugar seguramente entraría en pánico y más siendo que al dormir no tenía buenos sueños, todos estos habían desaparecido luego de todo lo sucedido, pero tampoco quería meter en problemas al mayor, Jinki se estaba desviviendo por el a pesar de estar tan herido que simplemente no podía dejarse llevar por su egoísmo hacia este. Se quitó los zapatos sin agacharse, solo forzando esas cosas lejos de sus pies sintiendo más libertad al encontrarse descalzo y subió de un salto a la cama colocándose de rodillas y retirando las sábanas y mantas hasta estas. -Acuéstate a mi lado al menos, hyung. -dijo metiéndose entre las sábanas más sin arroparse y tumbándose. No pudo disimular su expresión de gusto al notar lo blando que era el colchón, algo que no había parecido a simple vista, pero le daba bastante y buen descanso a su espalda luego de dormir sobre suelos húmedos, fríos y por supuesto duros. -Túmbate a mi lado hyung, se está muy bien. -se incorporó volviéndose a poner de rodillas hiperactivamente rápido y tomando con cuidado el brazo de Jinki, teniendo también cuidado con su propia mano tiró del mayor hacia él ayudándole a sentarse en la cama. -¿Todavía te duele mucho la pierna? -le preguntó con preocupación. Evitó mirar su ala sin preguntarle sobre esta, sabiendo el estado en el que estaba y lo mucho que seguramente afectaba al mayor, las alas, eran su símbolo, si las perdiesen era como si perdieran su propia identidad. así que el tenerla herida y no poder curarla seguramente era bastante pesado para el mayor.
  5. .
    Las palabras de ánimo de Jinki calentaban tanto su corazón que tendría que ser ilegal trayéndole un poco de calma aunque no se lo mereciera, por algún motivo pensaba que tendría que haber hecho algo y se daba cuenta de esa decisión de ir protegerse ambos por encima de todo, era más difícil de lo que se había imaginado al principio. Le sonrió con todo el cariño del mundo a pesar de que sabía aún había rasgos tristes en su expresión y asintió a sus palabras. No le gustaba dejarle todo el trabajo a él, pero ya se sentía exhausto, ya lo estaba físicamente, pero ver el cuerpo de esa señora lo había hecho emocionalmente. Observó como salía y levantó la cabeza viendo que iba hacia el salón por lo que se quedó mirando el pasillo. Pronto comenzó a sentir varias patadas en su vientre y bajó la mirada hacia su estómago colocando su mano de manera seguida en este y cerró sus ojos. Se había puesto sus objetivos en base a la pequeña vida que crecía en su interior, aquella que tanto su hermana había amado, la que tanto parecía amar Jinki también, y... la que tendría que amar él si aún no estuviera en conflicto con ello. Por mucho que Jinki lo negara, no era así, era un egoísta, aunque su bebé lo merecía, no por ello las demás personas no, el vivir antes que ella.
    Cerró sus ojos queriendo alejar esos pensamientos, volviendo a actuar de manera egoísta sin dejar de acariciar su estómago, tal vez si quisiera a esa criatura tanto como los demás, no se sentiría así, pero de momento era incapaz y aquello también lo consumía, ya que que tipo de padre iba a ser si ni siquiera podía querer a su bebé. Se mordió su labio inferior y levantó la vista dándose cuenta de que Jinki llevaba demasiado tiempo en el salón, por lo que apartó todas sus inquietudes de su mente para centrarse en el mayor. No había visto tantos armarios en ese lugar para que Jinki se entretuviera tanto y estaba a punto de alarmarse cuando escuchó pasos venir por el pasillo y perderse en otras de las habitaciones. Suspiró de alivio sintiéndose bobo y no faltó mucho más tiempo hasta que vio al mayor aparecer. Una sonrisa apareció en su cara como en la del contrario y dejándose ayudar se incorporó. Nada más sus pies tuvieron nuevamente que sostener su peso, fallaron un segundo sintiendo varios pinchazos en las plantas y se sostuvo con más fuerza al otro soltando pequeños gemidos de dolor.
    -Lo siento... -suspiró con pequeños quejidos poniéndose recto y manteniéndose. -Creo que llegué a mi límite. -le sonrió un poco sin soltarle y tomó su mano apretándola con fuerza entrelazando su brazo, quería su ayuda, más sus intenciones tampoco eran solo así de santas, necesitaba su contacto, tenerlo pegado, sentir su olor, por que Jinki se había convertido en su salvavidas, uno al que quería aferrarse y que le ofrecía estabilidad completa. -Si es contigo... creo que puedo superarlo todo... ´-susurró más para si mismo y en bajo empezando a caminar junto a él, sin soltarle para salir de allí. -Vamos a ver el otro piso y a casa... más esta vez tendrás que hacerlo tu todo... no creo poder tenerme mucho más tiempo en pie... pero te acompañaré al menos. -le sonrió empezando a rebuscar en sus bolsillo las llaves del otro piso, las cuales por suerte estaban. -Toma. -se la guardó en el bolsillo del otro al tener todas sus manos ocupadas.

    Sentir sus gestos correspondidos llenaba todo su cuerpo de una paz completa, era como tener a su Jungkook de vuelta, sin que esa enfermedad hubiera hecho mella en él, como si todo hubiera vuelto a la normalidad. Lo rodeó con sus brazos tanto como pudo oliendo el rico aroma de su cabello a su propio champú, ya que al ser esta su casa no tenía las cosas de Jungkook, más sintiendo bien encontrar su propio aroma en el otro. Correspondió a su beso siento este corto más bonito, cargado de los sentimientos que ambos se procesaban. Sabía que Jungkook no había compartido esa protección que ahora decía estos días, por lo que esperaba que no se acordase de nada aquello. La agresividad que había demostrado al tratar de llevarla a la lluvia había sido la de cualquiera maníaco obsesionado con algo y la había lastimado, más ella también lo había acabado haciendo.
    No pudo evitar soltar una risa ante sus palabras derritiéndose por los besitos y decidiendo no pensar demasiado en lo que había pasado para concentrarse en lo que ocurría ahora. Ni tal débil a su bobito se le quitaban las ganas de bromear y bajando su mano por su espalda apartó lentamente la toalla y sujetó una de sus nalgas palpándola para luego darle una apretadita.
    -Pero no tienes el culito escocido, no hay necesidad de talco. -se acercó para volver a besarle presionando su espalda para que el otro se girara por completo y pegar su pecho contra el otro en un abrazo. -Voy a vestirte y luego comeremos... seguro que te mueres de hambre. -susurró contra su cuello rozando su nariz en su piel de manera mimosa. No era una buena cocinera, pero se había esmerado en cada comida que había tenido que prepararle al otro aunque esta no hubiera sido tomada de buena forma. Al contrario de sus palabras, no se separó ni un poco de este sintiendo como sus ojos lagrimeaban de forma leve debido a la felicidad que ahora sentía, sabía que no todo estaba conseguido, pero había logrado algo, esta medicina anulaba esa agresividad y gracias a ello podía encontrar medios adecuados para poder erradicarla por completo. -He preparado arroz con carne y un guiso de verduras... incluso tengo una de esas copas de cholocate y nata que tanto te gustan de postre. -de los roces con su nariz pasó a repartir de nuevo besitos, más suaves que los anteriores amando la escena tan íntima. -Pero puedo preparar otra cosa si no quieres eso. -apartó su cabeza para ver su carita toda preciosa y apoyó la cabeza encima de la tpalla húmeda sin importarle. -Te daré lo que quieras...
  6. .
    Se aferró al cuerpo del chico nada más lo tuvo pegado a él y cerró sus ojos dejándose llevar por el calor del otro y necesitándolo. La imagen de esa mujer, su cuerpo muerto e hinchado por el agua, el olor tan diferente pero al igual característico de la descomposición estaba en su nariz y no parecía tener ganas de irse, pegándosele como el de su hermana. Apretó más sus ojos refugiándose en el hombro del otro al escuchar sus palabras. Saber que tenía razón no le quitaba hierro al asunto, ella no había querido ayuda, ya que podría haberla pedido, como él hizo y simplemente se dejó ir. Asintió rápidamente a lo segundo sin dudarlo, ya no tenía fuerzas para continuar viendo ese apartamento, ya ni siquiera quería ver el otro por si había otro cadáver, ya había superado su límite de ver cuerpos sin vida con tan solo 3 para lo que le quedaba de existencia. Soltó un pequeño sollozo mojando parte del cuerpo del otro y se separó un poco limpiándose.
    -Me quedaré aquí hasta que termines, así descanso y... gracias... perdón por ser tan dramático. -dijo riéndose un poco, más si Jinki planeaba que convivieran para siempre y así lo sería dado que se iría junto a él su bunker, era una de las cosas que debía saber. -Y ya se que no podríamos haber hecho nada, pero... -guardó silencio dos segundos pensando en algo, pero su ''pero'' era innecesario. -...no se... tal vez solo me dejo llevar por mi propio egoísmo... de saber que al menos intenté hacer algo.... pero no sentirme tan mal aunque no sea mi responsabilidad. -dejó caer su frente contra el brazo del otro volviendo a cerrar sus ojos queriendo quedarse en esa posición un segundo. Abriendo sus ojos casi de forma seguida sin apartarse vio una de las manos regordetas, pero fuertes y preciosas de Jinki y tuvo un deseo casi irrefrenable de agarrarla y entrelazar sus dedos, más se apartó del otro sin llegar a cabo ese plan. Se limpió rápidamente las lágrimas y apoyó sus manos en sus rodillas masajeándoselas un poco. -Ve... te espero aquí... no te canses mucho, luego necesitaré un masaje. -dijo claramente en broma para seguidamente mirar hacia delante entrelazando sus manos en sus piernas sin fijarse en ningún punto en especial, intentando no pensar en la escena que había visto. Su reacción había sido estúpida, casi había parecido un niñato chillón, era cierto que no todos los días se veía un cadáver y era algo que le había afectado, pero aún así tendría que haber controlado su reacción y más dado el hecho de que seguramente no sería la última vez que lo viera.

    Había notado como el chico se había quedado dormido, más no le importó, prefería que Jungkook descansara todo lo que pudiera ahora ya que llevaba dos semanas sin poder hacerlo bien, y sin tener una alimentación e hidratación adecuadas, por lo que iba a tenerlo varios días en observación y ver como evolucionaba, por suerte la casa de sus padres, al ser personas bastante pudientes, tenían un generador que había destinado para la nevera y otras zonas e incluso tenían un filtro de agua el cual funcionaba bastante bien ya que no había presencia del virus en el agua por lo que había podido observar con su microscopio. Soltó una pequeña risita al escuchar sus palabras dándose cuenta de que hacía un montón de tiempo que no reía y lo observó ya despierto mientras acomodaba el barreño justo debajo de la cabeza de Jungkook, sosteniendo esta y negándose a la pregunta del otro.
    -No cariño, sigue descansando, puedo contigo... -le dio un besito en la frente y empezó a mojar el cabello del otro con cuidado ya que estaba usando agua fría y no quería que se resfriase. -Deja que tu noona cuide de su bebé... -volvió a reír un poco. - ...te echaré luego talco en el culito ya que te tengo desnudo. -bromeó agarrando el champú para empezar a frotar su cabello con una mano mientras lo sostenía con la otra. Era difícil el hacerlo ya que el chico pesaba lo suyo, pero lo hacía con todo su amor, a fin de cuentas siempre había creído que era cierto, que nadie cuidaba a Jungkook como ella, al igual que nadie cuidaba de ella como Jungkook. Casi parecía un sueño tenerlo así, aunque lo había estado sedando estos días, siempre había pensado que cuando llegara a hacerlo, simplemente lo tendría en este estado más este continuaría hablando de la lluvia, que no volvería a ser el dulce hombre que era, pero se alegraba de estar equivocada. Quería preguntarle al chico si recordaba algo de lo que había pasado en estos días o incluso de la enfermedad que le había asolado, pero quería que esta paz al menos durase un día entero antes de que tuviera que ponerse seria con él y explicarle todo en caso de que no se acordase.
    Enjuagando su cabeza luego de frotarla durante un rato quitó toda la espuma que le era posible y apartó el barreño poniéndole enseguida una toalla para que no se mojara la cama.
    -Ya estás. -sonrió subiéndose a la cama y acurrucándose en uno de sus lados necesitando ese contacto. -Pensé que nunca te volvería a tener así... -se guardó un sollozo sin querer ponerse a llorar reteniendo sus sentimientos y pasó una de sus manos por su pecho atrayéndolo todo lo que podía hacia ella pegándose por igual todo lo que podía. -Te juro Jungkook que voy a cuidar de ti... como sea... te protegere... -susurró cerca de su oreja llenando de manera seguida su mejilla de besitos.

    Edited by Taem - 31/7/2020, 18:21
  7. .
    Una vez que lo hubo reunido todo, o al menos todo lo que pensó le servirían, se colocó delante del espejo observando un poco su reflejo. El embarazado había cambiado mucho su rostro normalmente más cuadrado, ahora su cara estaba más gordita, lo que su hermana mencionaba como más saludable. Una pequeña sonrisa atravesó su rostro al recordarla e inmediatamente se borró sintiendo un nudo en su garganta. Aunque le encantaba la compañía de Jinki, ella le hacía falta, siempre habían estado juntos o contactándose de alguna manera y saber que ya no podría suceder eso, le llenaba de angustia. Se limpió rápidamente una lágrima solitaria que se le escapó al escuchar unos pasos y un sonido rodante por el pasillo y disimuló como que aún estaba buscando medicamentos, cerrando el romi en cuanto Jinki entró.
    -Si, bastantes cosas. -respondió mientras levantaba algunas cajas. -O eso creo, mi médico mafioso me lo dirá, pero ya haremos el descarte mejor en casa. -le pidió escuchando de manera seguida lo del agua. Aunque era buena idea, estarían en más problemas si se les acababa el gas por lo que no era una solución muy lógica. -Antes de llegar a eso, mejor revisemos todos los apartamentos, aún queda la primera planta y la tercera. -ellos vivían en la segunda y nada más habían visto un piso, aún tenían oportunidades de encontrar un poco más. -Aunque ojalá encontremos la suficiente para poder tomar aunque sea un baño rápido, luego podemos reutilizar ese agua para echar en el inodoro o algo por el estilo. -comentó mientras suspiraba apoyándose un poco en el lavabo y recargando su peso primero en una pierna y luego en la otra. -Vamos a mirar el resto de la casa, solo por si acaso. Tal vez encontremos al gatito. -comentó recordando ese saco de pienso. No creía que el animal aún viviera, pero tal vez podrían poner el cuerpo junto a su dueña.
    Salió antes de que el otro se negara queriendo tener un poco de independencia y abrió las habitaciones encontrando todo pulcramente ordenado. Le daba un poco de pavor ir al salón, más sabía que acabaría por llegar, solo tendría cuidado en no mojarse. Yendo de forma lenta se asomó observando la escena de la señora ahí tirada y sintió como el nudo en su garganta se incrementaba. Llevó una mano a su boca aguantando unas nauseas retirándose al pasillo nuevamente y entró en una de las habitaciones, sentándose en la cama, sintiendo como su cuerpo se revolvía un poco.
    -Es tan horrible... morir así... -soltó un pequeño sollozo sin querer llorar más no consiguiéndolo, sintiendo un miedo horrible hinundarle y hacer el nudo de su garganta más grande. -Tal vez... tal vez hasta podríamos haberla ayudado... -pronto se dio cuenta de que esa señora justo había sido una que le había privado de ayuda cuando gritó por el pasillo, pero en su cabeza no entraba el hecho de dejar desamparado a alguien.

    Tener a Jungkook por fin consciente de una manera u otra, era como un regalo. Aunque el estado del chico distaba mucho de ser el normal o el mejor, al menos estaba ahí, luego de tanto tiempo por fin miraba al rostro de su novio viéndolo a él, y no a ese tipo obsesionado por tirarla a la lluvia e ir hacia ella. No tenía ninguna duda en que iba a cuidarle y a curarlo, a como diese lugar, y si no era capaz, solo conseguiría un arma y pondría fin al sufrimiento del chico y luego ella se iría con él, pero hasta entonces haría todo lo que estuviera en su mano.
    Sonrió enternecida por los gestos del otro. El estado en el que se encontraba el chico, era como si estuviera en un viaje de ácido solo que sin alucinaciones, seguramente sentiría su cuerpo pesado y dependiendo de su estado físico, este le dolería o no, más sería consciente de todo lo que le dijera y ya era algo. Tenía mucha curiosidad por saber ese lugar del que el otro hablaba. Esa enfermedad, aquella degeneración en el cerebro, tenía que investigarla bien y tratar de eliminarla a como diera lugar. Pero ahora no era el momento de ahondar en ese tema, Jungkook estaba herido y cansado, tantos medicamentos había malogrado un poco su cuerpo, así que necesitaba que se ocupase de él, al menos un par de días y luego ya podría empezar a investigar.
    Colocó una de sus manos encima de la ajena, que se mantuvo en su pierna, escuchándole mientras continuaba lavando su torso. El menor había adelagazado mucho, había tenido que obligarle a comer y a beber, y de lo primero casi ni había podido, lo segundo siempre había sido más fácil ya que lo había engañado diciéndole que era agua de lluvia aunque por supuesto no lo era.
    -Sabes que nadie cuida mejor de ti que yo. -volvió a acercarse para besarlo. Necesitaba contacto físico con él, luego de tanto tiempo y tantos rechazos, necesitaba uno de sus brazos de oso, como a ambos les gustaba llamarlos y que permancieran así durante mucho tiempo, pero antes se encargaría de asearle bien, prefería no pensar en el tema del baño que había vivido esos días con el chico. -Duerme cariño, no te preocupes, te despertaré cuando haya terminado de lavarte y curarte. Podremos comer algo rico juntos. -le sonrió volviéndole a dar otro pequeño beso antes de apartarse del todo y poner mas atención en el lavado. Pasó la esponja rápidamente por sus brazos, espalda y axilas y mojó sus muñecas quitando la sangre y luego secando las heridas para seguidamente curar estas desinfectándolas bien para que no hubiera riesgos de infecciones y vendándolas. La próxima vez buscaría atar al chico de otra manera o simplemente le pondría suficiente sedante como para dormirlo del todo, así al menos se aseguraría de que no se lastimara en su desespero. Con la parte de arriba ya lista, salió y cambió de agua y luego empezó con la de abajo, retirando primero su ropa y zapatos. Lamentaba que no fuese agua caliente, pero no lo podían tener todo. Lavo rápidamente todo asegurándose de frotar cada zona con dedicación y luego lo secó con la toalla dejándosela puesta luego como una manta para que se quedara arropado. -Ya solo queda la cabeza... -dijo más para si misma, y volviendo a cambiar el agua por tercera vez.
  8. .
    La idea del carrito era bastante buena, les ayudaría a transportarlo todo de mejor forma, ya que habían sido así de inteligentes de no traerse nada parecido para llevar la comida y aunque vivieran cerca, los viajes tenían que dárselos igual. Le sonrió sin poder evitarlo al de nuevo preocuparse por el y a punto estuvo de negarse ya que no le suponía ningún esfuerzo estar ahí agachado hasta que al intentar incorporarse doblando su espalda sintió un fuerte dolor en la base de esta. Soltando pequeños quejidos se fue colocando de pie y recto, llevando sus manos hasta sus costados sabiendo que eso era lo que pasaría cada vez que se agachara y volviera a incorporarse, algo que no deseaba, por lo que sin ningún reparo le dejaba esa tarea al chico.
    -Si, será lo mejor... creo que cada vez puedo hacer menos esfuerzos... esto me está agotando. -hoy incluso había subido y bajado varias veces las escaleras lo cual había sido horrible también para sus pies.
    Acarició uno de los brazos del chico mientras se apartaba para que el otro siguiera buscando abajo y se dedicó a mirar en los estantes de arriba sacando algunas legumbres como arroz, lentejas y garbanzos cada uno en botes distintos que no se ponían malos.
    -Es bastante comida, pero la podemos llevar al bunker... mejor que sobre que falte. -y de todas modas esas cosas no se ponían malas, o al menos no hasta dentro de mucho tiempo, e incluso podían tratar de cultivar, siempre podrían hacer algún tipo de huerto en la parte de arriba algo alejado del bunker y salir a trabajarlo las veces que dejara de llover. -Me preocupa un poco el agua, no parece haber botellas y se nos está acabando. -si en el otro apartamento no había estarían en un pequeño problema y él tendría que abandonar su sueño de tomarse un pequeño baño. -Voy a revisar el baño y ver que medicamentos hay. -salió sin esperar el permiso del otro, ya que esas cosas aún podía hacerlas y Jinki ya se había cerciorado de que no había peligros en el piso, pues no pensaba acercarse al salón. Sabía donde estaba el baño por lo que abriendo la puerta con cuidado lo encontró inmaculadamente limpio. Acercándose al armario de las medicinas lo abrió encontrando una buena colección de medicamentos como cualquier mujer de su edad tendría y los fue tirando todo en el lavabo haciendo lo mismo con el gel, champú, pasta de dientes y cualquier artículo de higiene personal.

    Aunque no lo pareciese, le resultaba cada vez más difícil ponerle en ese estado, no solo por que el chico obviamente no colaboraba, si no por que verle en ese estado apretaba su corazón de una manera más que dolorosa. Jungkook ahora solo tenía fijación por la lluvia, no entendía el por qué, aunque pensaba descubrirlo, y cuando estaba consciente lo único que hacía era fantasear con esta, intentar llevarla a ella de cualquier forma o ir él solo, incluso lastimándose en el proceso. Ponerlo a dormir había sido una buena idea, el menor no se lastimaba y la dejaba por horas para tratar de investigar que había de malo con él, pero no podía tenerle en ese estado todo el tiempo, acabaría dañando su cuerpo con tanta medicación y con el hecho de tenerle todo el día quieto. Acarició de forma suave su cabeza sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas pero pestañeó varias veces intentando no derramar ninguna lágrima, tenía que mantenerse fuerte con los dos, ya que si tenía que elegir entre tener a Jungkook muerto o en ese estado, iba a preferirlo mil veces en este, al menos tenía una oportunidad de curarlo.
    Notó como el cuerpo ajeno dejaba de darle pelea y soltó un suspiro de alivio y enfado al mismo tiempo, ya que de nuevo no había dado con la dosis adecuada. Acarició su cabello apartándose un poco, aprovecharía para desatarlo y curar sus heridas, al igual que mover un poco sus articulaciones ya que esa postura le tendría que ser dolorosa. Estaba a punto de separarse por completo cuando su voz la asustó un poco y lo hizo de golpe fijándose en su rostro adormilado pero despierto.
    -Jungkook... -dijo su nombre dándose cuenta de que por fin había dado con la dosis y le sonrió al verle en ese estado. Claro que también podría ser que lo estuviera fingiendo, pero una persona en ese estado no era tan inteligente pues tiempo le había dado a investigar aquello. -Noona está aquí... lo siento cariño. -llevó su mano hasta las muñecas del otro y dudó un segundo si desatarle, más al final deshizo el nudo y lo sostuvo rápidamente de sus axilas para que sus brazos no cayeran laxos y pudiera lastimarse. -Voy a hacer que deje de doler, ¿vale? Tranquilo. -le pidió bajando sus manos hasta las piernas del contrario para también desatar estas y poco a poco y con algo de esfuerzo lo fue recostando en la cama. Se acercó sin poder evitar abrazarlo. Había sufrido mucho rechazo del chico en ese estado que se volvía, tan obsesionado por la lluvia y admitía que estos roces le habían faltado con creces. Acercándose a sus labios lo besó con algo de ansias para luego separarse abandonándolo en la cama mientras se llevaba la jeringuilla para deshecharla y se acercó a su cuaderno apuntando la dosis junto a la hora y apuntando una nueva hora en el cuaderno al mismo tiempo que se ponía una alarma en el reloj para que no se le olvidara. Agarrando un baño vertió en el varias botellas de agua cogiendo también varias toallas junto a una esponja y un bote de champú y gel y tomando también el botiquín rápidamente marchó de nuevo hacia la habitación viendo como el menor no se había movido, cosa que no habría pasado de estar fingiendo al principio, y se sentó a su lado acariciando su rostro con cariño, casi sin poder creerselo. Por supuesto no es como si pudiera mantenerlo en este estado para siempre, pero le serviría mucho hasta que pudieran ir a su bunker. Incorporándolo un poco le quitó la chaqueta y la camiseta con algo de esfuerzo, la ropa que aún no había podido cambiarle desde que todo había sucedido y escurriendo la esponja en el agua con un poco de gel comenzó a pasarlo por su cuerpo. -¿Como te sientes? -le preguntó. -Se que seguramente estarás mareado y confundido... pero quiero que sepas que estoy aquí... y voy a cuidar de ti, ¿de acuerdo? -se acercó a su frente y retirando algunos cabellos lo besó con cariño.
  9. .
    Se quedó quieto unos segundos de más sintiendo el aire sobre su rostro. La última vez que este le había dado, había sido antes, cuando trató de salir creyendo que la lluvia se había detenido, más solo había sido un segundo, esta vez el viento le golpeaba de manera suave, la brisa fría y agradable, que le sacó un pequeño gemido de placer. Vio al chico pasando por su lado y entrando primero y se alarmó durante unos segundos más cuando vio el arma en su mano y frunció rápidamente el ceño ya que había sido muy claro en el tema de esta, más no tenía tampoco ningún derecho a impedirle a este usar una, por mucho que le molestaran. Suspirando lo siguió de manera lenta observando la decoración ostentosa en las paredes, con los cuadros feos y el papel de pared tan antiguo, no sabía por que las señores siempre vivían en casas con ese tipo de decoración, ¿es que acaso ellas no se merecían modernizarse? Era un pequeño misterio. Lo sacó de sus tontos pensamientos el mandato de Jinki y enarcó una ceja ya que no quería que el mayor simplemente se adentrara el solo en el apartamento y lo dejara atrás para protegerse, pero Jinki era igual de cabezón que él y más cuando se trataba de la seguridad.
    -Ve con cuidado. -le pidió girándose y cerró la puerta, al volver a mirar por el pasillo vio como Jinki ya se había marchado por lo que entró en la cocina con cuidado. Observó los muebles y se acercó a los primeros encontrando algunos dulces de desayuno que sacó apretándolos y viendo que aún no estaban del todo duros, así que podían comerse. Vio también varios paquetes de galletas que aún estaban cerradas por lo que lo reunió todo en la inmaculada encimera antes de seguir con otro armario vaciando también lo necesario y colocándolo, todo aquello al mismo tiempo que estaba atento de Jinki, por si se escuchaba algún ruido.
    Dejando los armarios de arriba buscó por la cocina alguna garrafa de agua sin encontrarla y frunció la nariz. Miró hacia el frigorífico ya que tal vez podía quedar alguna botella dentro que no se hubiera puesto mala, pero dudaba que el contenido de lo que hubiese dentro le agradase y su estómago estaba algo sensible con los olores por lo que volvió a los armarios cuando la voz de Jinki le hizo pegar un pequeño brinco, asustándose.
    -Oh vaya... -no la había conocido, más su hermana le comentó que la había ayudado, tal vez hace un mes, a subir las bolsas de la compra una vez que coincidieron. -Entonces mejor no ir por alli. He encontrado varias cosas, pero habrá que comerlas rápido, seguramente se empiecen a deteriorar más rápido en cuanto las saquemos de su empaque. -mencionó agachándose para abrir un cajón encontrando con sorpresa un saco de croquetas de gato en su interior, más se distrajo de manera seguida al ver varias latas grandes al fondo por lo que las sacó observando que se trataba de más de ese famoso estofado de Jinki. -Supongo que no me libraré de comer esto. -dijo riéndose y pasándole las latas para que las colocara junto a la demás comida en la encimera.

    Vio la hora en su reloj y rápidamente agarró su cuaderno apuntándola mientras sacaba una jeringuilla nueva y la llenaba de medicamento. Ya llevaba dos semanas con esa rutina, cada ocho horas le inyectaba un fuerte anestesiante a Jungkook en el cuello para paliar de alguna manera su conducta y aquella fijación por la lluvia que lo volvía tan peligroso. Sabía que era un efecto secundario de la enfermedad, esa que al menos en su ciudad había generado tantas y tantas muertes, aquella que conocía tan bien y que habían usado para algo tan deplorable. Se suponía que solo había llevado a cabo su creación en base a la cura de otras. Todo su equipo se había esforzado para curar algunos otros males que asolaban a la humanidad, pero al final había sido usada de manera terrible junto a aquella lluvia. Aún le daba mucha rabia pensar en lo que había sucedido, al mismo tiempo que impotencia y tristeza. El día en el que se había enterado de todo, casi le dio un ataque, había sido testigo de la muerte de ese hombre y luego de reclamarle a su jefe había ido al laboratorio, había cogido dos curas, una que se había inyectado y otra que había guardado, y al tratar de avisar a su equipo vio como los mataban a todos. Había sido traumatizante, pero se había dejado llevar por el miedo y luego había huido encontrándose con Minho, uno de los guardias de seguridad que a quien había ayudad y que había sido ayudado por ella. Incluso aún hoy en día tenía el arma paralizante que este le había entregado para defenderse y que en aquellos momentos no había tardado en usar por primera vez. Acordándose de Jungkook, ese tierno chico del que llevaba enamorada tanto tiempo, lo había avisado con rapidez y había creído que todo estaba bien, pero al volver a casa y verlo empapado, su mundo se había caído. Nunca había llorado tanto como aquel día y luego de presenciar como la enfermedad estuvo a punto de llevárselo, observó como al cabo de las horas este mejoraba, ni siquiera sabía que sucedía, pero al menor le había bajado la fiebre y las ronchas se habían aclarado nada más quedando esas pequeñas heridas al reventar estas. Había creído que algo por fin estaba bien, cuando el menor despertó queriendo arrastrarla a la lluvia, aquello le había sorprendido y al principio se pensó que se trataba de algún tipo de broma, hasta que Jungkook se había puesto más agresivo tratando de arrastrarla con violencia hacia fuera. La lluvía ya no le haría nada, se había vacunado y confiaba mucho en sus capacidades, pero no era un comportamiento normal, cuanto más se resistía ella, más aumentaba la agresividad del otro intentando arrastrarla, y para su suerte el arma le había servido aquella vez.
    La casa en la que vivía, contaba con una clínica privada que llevaba su familia, la cual se había marchado de vacaciones antes de que todo ocurriera, así que durante esos días había estado probando distintos sedantes en el menor para controlar esos impulsos, a veces se pasaba con las cantidades o todo lo contrario, no solía trabajar muy bien bajo presión, así que lo había mantenido atado todo ese tiempo, varias veces se había despertado de manera agresiva, pero al mismo tiempo que confiaba en sus capacidades también lo hacía en sus nudos.
    Entró en la habitación de forma seguida viendo como el menor tal y como había calculado ya estaba despierto, al ver su hermosa sonrisa no pudo evitar sonreírle de vuelta hasta que esos desvaríos volvieron a empezar y cerró sus ojos cogiendo aire por la nariz. Tenía que dar con la dosis rápidamente, cada vez soportaba menos verle así, pero esperaba que ya le quedase poco.
    -Tranquilo, tranquilo. -le pidió observando la forma en la que se agitaba y como sus muñecas se terminaban por abrir, así que las curaría nada más el sedante hiciera su efecto. Se acercó con la jeringuilla ya llena del líquido y subiéndose a la cama colo sus piernas a cada lado de sus caderas movió su cabeza con algo de brusquedad e inyectó en la vena la solución rápidamente para luego tirar la jeringuilla y apretarlo abrazándolo con mucha fuerza mientras el efecto del medicamento se hacía evitando o tratando de evitar que se moviera y continuara lastimándose. -Tranquilo amor mío... ya pasará... -susurró cerca de su oreja apretándolo contra él.

    Edited by Taem - 24/7/2020, 19:32
  10. .
    Podía notar al chico sumamente incómodo y alerta, lo segundo lo entendía, llevaban muchos días conviviendo y Jinki parecía estar asustado hasta de su propia sombra, pero lo primero le era desconocido. ¿Tal vez por las cosas que le mostraba? Ahora que lo pensaba ambos parecían tener un estilo de vida muy diferente, el era más bien un alocado sin estudios, mientras Jinki era casi un padre para su hermano, por lo que este le había contado y un tipo estudioso y trabajador. Notó como la brecha entre ambos era demasiado grande, ¿cómo siquiera se atrevía por tener sentimientos por ese hombre? De no estar viviendo un apocalipsis y en el hipotético caso de que hubieran podido comenzar a salir cuando el otro gustaba de él y a él le gustaba su guapo nuevo vecino, estaba seguro de que este solo lo habría aguantado un tiempo, nunca formalizaría nada con alguien tan inferior como era en comparación a Jinki.
    Una pequeña sonrisa asomó en sus labios, la cual rápidamente borró y asintió soltando un pequeño suspiro. El chico había sido bueno leyéndolo a pesar de haber ocultado lo mejor que había podido lo mucho que sus pies le dolían y no quería ser más carga de lo que ya lo estaba siendo por lo que no podía negarse.
    -Está bien, lo dejaremos para otro día. -dijo guardando los cigarros tanto los normales como los mágicos en su bolsillo y cargó con la caja de herramientas ahora llena de aquellos pequeños víveres que había encontrado y las llaves que quedaban de los apartamentos, las cuales aunque faltaban estaban todas las de su planta. Quería decir algo, algo que sonase como que él no era realmente así y que solo estaba fingiendo, quería hacerle creer al chico que realmente no era tan alocado como la idea que ahora mismo le acababa de dar, pero sería mentira, ya que podía ser peor y a él no le gustaba mentir.
    Aguantándose un suspiro subió por las escaleras costándole un poquito más lográndolo luego de varios minutos, llegando a su planta jadeante y sudando por lo que tenía más que pensado lo que haría si encontraban garrafas de agua de sobra y es que se tomaría una ducha a fondo más que merecida.
    -Bien... -soltó varios suspiros jadeante mientras se acercaba al piso libre y dejando la caja en el suelo con las llaves en la mano buscó la que pertenecía a este aguantándola en su mano, más antes tocó varias veces a la puerta. -¡Hola! Si hay alguien que sepa que vamos a entrar... -semi gritó para ser escuchado dentro y luego metió la llave en la cerradura y la giró empujándola de manera seguida. Notó como la madera se resentía un poco, seguramente por ser una puerta vieja y no haber sido abierta hace mucho y olisqueó un poco el ambiente sin encontrar malos olores. -Puede que no haya nadie dentro... no me huele mal... -comentó dando un paso hacia atrás guardándose la llave en el bolsillo viendo como algo de viento golpeaba su cara señal de que alguna ventana estaba abierta.
  11. .
    Escuchó en su bajada, la cual era más lenta de lo que pretendía, el sonido de la puerta al abrirse y cerrarse, por un segundo se asustó hasta que se acordó de que lo más probable era que se tratase de Jinki, más aún así miró por el hueco de la escalera hasta que vio como este bajaba por lo que continuó escaleras abajo, al fin y al cabo no es como si pudiera bajar muy rápido. Se sostenía con fuerza a la barandilla, los pies le estaban matando así que era un pequeño descanso para cada uno cada vez que este estaba en el aire antes de pisar, ya que todo se peso se dirigía a este al hacerlo lo cual le provocaba un buen pinchazo. Nada más el otro estuvo a su lado pasó un brazo alrededor del contrario nada más este se lo ofreció más sin decir nada. Siempre había sido un poco orgulloso y ahora que estaba doblemente hormonado y no se sentía del todo bien, lo era más, por lo que no formuló ningún agradecimiento.
    -Se nota que llevas poco viviendo aquí... o que al menos no te has topado con el salido del portero mucho. -dijo riéndose ya casi llegando. Estaba un poco asustado, si le había costado bajar, no sabía cuanto le costaría subir, pero ya vería eso cuando tuvieran que hacerlo. -El portero tiene una copia de cada llave, es su trabajo guardarla. Yo le quité la mía cuando mi hermana vino a vivir conmigo y se que algunos vecinos tan bien, lo pillaron en algunos apartamentos supuestamente ''arreglando la calefacción'' o al menos eso explicaba, pero no el por qué estaba desnudo. -volvió a reír aunque aquello tampoco era motivo de risa, más agradecía que no hubiera sido en el suyo, él no se habría contentado con llamar a la policía, le habría roto la cara. -Es un misterio que nunca lo echaran, pero creo que fue por que era barato. Tampoco tenía mucho voto en ello, yo estaba de alquiler. -por fin llegaron y trató de disimular el suspiro de alivio, antes al bajar no le había costado tanto, cuando estaba en modo huida a a la policía, pero esta vez había sido muy diferente, casi hasta sentía que pisaba cristales.
    Soltó al mayor para tener más libertad de movimiento y se acercó rápidamente al mostrador sentándose en la silla ya que sus piernas no daban para más, y miró en los cajones buscando el manojo de llaves hasta que encontró estas en una caja larga que al abrirla vio como quedaban aún las de varios vecinos observando como incluso había una copia de Jinki, seguro que ese tipo ni siquiera le había mencionado de que no era obligatorio que él la tuviera, ya que el que el portero las guardara solo era por seguridad más no necesario. Cogió todas las llaves que quedaban guardándoselas en los bolsillos pues de todos modos todas tenía una plaquita con el número del apartamento y continuó mirando entre los cajones viendo una botella de agua sin abrir y unas barritas de frutas por lo que las colocó arriba hasta que sus manos tocaron algo muy interesante y alzó una ristra de condones. No sabía por qué ese tipo guardaba eso ahí, pero era gracioso.
    -Guardémoslos por si les encontramos alguna utilidad. -le guiñó un ojo al mayor para hacerle averngonzar y volvió a bajar la mirada a los cajones. A él le encantaría poder usarlos con Jinki, dios, si cerraba sus ojos hasta se imaginaba saltando encima de él, pero dudaba que el otro quisiera acostarse con alguien que solamente veía como a un hermano. -Eh que tenemos aquí. -casi tuvo que aguantar un chillido de emoción al tocar aquello y lentamente lo fue sacando hasta dejar una pequeña bolsita con varios porros de mariguana dentro. -En cuanto esta cosa nazca me los fumaré de golpe. -dijo más que convencido encontrando también un par de paquetes de cigarros que reservó al igual que lo primero.
    Siempre había llevado una vida bastante alocada sin preocuparse del futuro, era por ello que teniendo veintitrés años aún era camarero y vivía en un alquiler barato. Las fiestas y estar con quien quisiera tampoco le había sido nunca un problema, era un tipo que solía caer bien a pesar de su mal humor. Nunca se había preocupado de nada hasta que acabó en ese estado, lo cual seguramente había sido una grave consecuencia de su estilo de vida. Vio una caja de herramientas pequeña abajo del todo y bajándose de la silla se agachó para cogerla y la subió con un poco de esfuerzo hacia el mostrador abriéndola observando algunas herramientas útiles más innecesarias ahora ya que él tenía las mismas en su casa, así que vaciándola metió dentro todo lo que había encontrado. -¿Revisamos su piso? Se que solo íbamos a mirar los de nuestra planta, pero ya que estamos aquí y tal vez tenga algo más interesante~ -dijo agitando la bolsita con los cigarrillos mágicos, una forma que le gustaba llamarlos cuando estaba colocado.
  12. .
    Había muchos interrogantes sobre ahora su nueva vida, cosas que no entendía y que aunque se esforzaba no lo haría. La naturaleza de esos humanos era tan mala y corrupta que ni siquiera estudiándolos lograría comprender su naturaleza, por lo que ahora solo se esforzaría en mantenerse con vida y ayudar a Jinki en todo lo que pudiera sin separarse de él. El chico con tan poco tiempo juntos se había convertido en una especie de ancla para él, quería protegerlo aunque fuera bien inútil y estar a su lado.
    Caminó junto a él siguiendo a a señora Soja, le agradaba mucho ella, era amable a pesar de ser seria y aunque al principio había estado tan asustado que hasta había tratado de escaparse de ella, más al bañarlo, ella le había tranquilizado y luego tratado con tanto cuidado que había tenido muchas ganas de abrazarla, recordándole hasta un poco a su madre. Miró hacia al mayor cuando este comenzó a hablar y entonces cayó en la cuenta de que habían mencionado habitaciones en plural y miró con preocupación a Jink, se aferró un poco a su brazo y miró a la señora Soja.
    -Así es, os lo expliqué antes, pero con el incidente es normal que no os acordéis. -explicó la mujer y se agarró un poco más a Jinki. ¿Por qué no podían dormir juntos? Sería mucho más fácil y hasta más beneficioso por que a la vista de esos humanos hasta ensuciarían menos. -Las habitaciones están una al lado de otra, pero Jonghyun ha sido muy claro en que os quiere a ambos en cada una. -pasaron el pasillo observando como la alfombra en la que había vomitad había desaparecido y reemplazado por otra, había pensado que volverían a poner la misma una vez limpia, pero tal vez aún no les había dado tiempo a lavarla.
    -¿No podemos dormir juntos? -se atrevió a preguntar observando con pesimismo como la señora Soja rápidamente negaba con la cabeza.
    -Lo siento Taemin, Jonghyun ha sido muy específico como ya he dicho. -volvió a mencionar ella por lo que bajó la cabeza pegándose un poquitito más al mayor sin querer separarse de él sujetándose a su ropa y apretando la tela entre sus dedos.
    Caminaron hasta el final del pasillo recordando vagamente aquel recorrido antes de vomitar sin separarse del chico observando varias puertas.
    -Bueno, como ya os dije este es el baño. Y aquí están las habitaciones, os he preparado dos, todas son muy iguales, pero lamento no haberos preguntado. -vio como abría las puertas que señalaba y observó los cuartos mucho menos bonitos que los que había en el piso de arriba, pero las camas parecían ser cómodas y todo estaba muy limpio. -Mañana os traeré bastantes mudas de ropa... estas camisas no serán necesarias lavarlas se tirarán directamente más, no enseñéis las manchas delante de Jonghyun. -dijo señalando su manga sorprendiéndose por que estaba manchada ya que ni sabía como había pasado. -Me retiro, pasad una buena noche y recordad no hacer ruido, os despertaré así que dormid todo lo que podáis, cuando os recuperéis comentaremos un horario para que os levantéis. -explicó la señora Soja mientras se iba quitando el delantal. -Buenas noches. -se despidió esta empezando a caminar por el pasillo luego de manera seguida.
    -¡Buenas noches señora Soja! -semi gritó a la señora a la cual vio algo parecido a una sonrisa antes de perderse por el pasillo. -No se si quiero que durmamos separados... -comentó en un tono más normal sin separarse del mayor.
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    Sonrió un poco conmovido por las palabras del mayor. Él también quería pensar que el mayor estaba por ahí aún, su lado egoísta que ni siquiera sabía que tenía, le decía que seguramente estaba sufriendo su suerte, siendo esclavo de algún señor Jonghyun pero manteniéndose vivo, y otra parte, esperaba que no estuviera recibiendo todo lo malo que esos humanos tenían para ofrecerles siendo algo incluso peor que la muerte. Lo último era la idea que más cabida tenía en su cabeza, ya que había visto la explosión mientras ese humano le alejaba donde segundos antes había estado Kibum... recordó la sonrisa brillante del chico y se obligó a pensar en otra cosa, no quería volver a empezar a llorar, además al chico no le gustaría ser recordado todo lloroso y con una fea expresión, si no todo lo contrario, sonriente y brillante, como él mismo era.
    Asintió contento por que el otro lo hubiera mencionado ya que el tampoco había podido resistirse y le había hablado a todo el mundo sobre el mayor, y le alegraba saber que había sido igual, siempre había tenido sus inseguridades. Nunca se perdonaría no haber hecho caso a ese humano y haber vuelto, y no sabía si la culpa terminaría derrotándolo algún día, pero trataría de vivir con ello todo lo que pudiera para recordarlo a él y a todos.
    Se terminó la comida y se acercó la manga a su boca limpiándose ignorando la servilleta por completo soltando un pequeño suspiro de alivio al tener su estómago lleno de nuevo y esta vez ninguna molestia, había pasado tanto tiempo desde que no se había sentido así, por que no podía incluir la vez de hacía pocos minutos ya que no había sentido agradable la comida en ningún momento, solo dolor de estómago. Recogiendo las piernas en la silla apoyó la cabeza contra el hombro del contrario sintiendo algo de sueño, más no era su plan dormirse de esa manera y levantó la muñeca en la que la pulsera se encontraba. ¿Cómo habrían hecho los humanos para neutralizar su magia con esta? Era un misterio.
    -¿Dónde crees que el señor Jonghyun tenga los controladores? -le preguntó más por curiosidad que por creyera tener alguna oportunidad de quitárselos. -Nuestra magia es buena, ¿por qué nos la quitan? -volvió a preguntar suspirando sin entender esas cosas. Los humanos eran una raza muy complicada, estaba seguro de que ni aunque conviviese con ellos cien años podría llegar a entenderlos del todo.
    -¿Habéis terminado? -entró Sohee agarrándolo todo rápidamente lo cual le hizo acordar que él mismo tendría que haber llevado lo sucio a la cocina.
    -Lo siento señora Soja. -se incorporó rápidamente para tratar de ayudarle más ella lo detuvo con una mano en el hombro.
    -Aprovechad, cuando esteis curados tendréis que trabajar, esta casa no se mantiene sola y Jonghyun es muy crítico sobre la limpieza, el orden y los horarios. -les explicó observando la hora. -Os acompañaré a vuestras habitaciones, ya me voy, mi horario acabó hace una hora. Jonghyun está trabajando en su estudio, así que no le molestéis a no ser que él os pregunte o sea de vital importancia y tampoco hagáis ruido. -dijo la mujer antes de desaparecer de nuevo en la cocina a llevar todo lo sucio y volver. -Bueno, venid. -les pidió saliendo del comedor.
    No sabía por que el señor Jonghyun tenía tantas normas, pero no quería que se enfadara luego de tantas incidentes así que no pensaba hacer nada más que pudiera causar alguna mala reacción en el hombre. Incorporándose esperó a que Jinki lo hiciera para caminar junto a él.
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    Le sonrió de forma leve a Jinki, notaba como su estado de ánimo había cambiado bastante, hacía pocos minutos se encontraba en un estado de alerta total y temeroso, para ahora solo disfrutaba de esa comida, obvio no es como si el miedo hubiera desaparecido a fin y al cabo tanto Jinki como él aún estaban en una situación bastante incierta, pero Jinki había conseguido que se tranquilizara de una forma increíble, si estuvieran en su aldea habría pensado que Jinki había usado su magia, pero no era así por lo que era realmente increíble la influencia que tenía el mayor sobre las personas.
    Sonrió con la boca sucia cuando el otro se apoyó contra él y apoyó de igual manera los segundos que el chico mantuvo la suya apoyada. Asintió volviendo a su comida de forma seguida.
    -Sigues siendo... igual de especial que en la aldea. -mencionó al chico mientras continuaba observando solo su plato. -Todos hablaban muy bien de ti. -no es como si ellos hablaran mal de alguien por supuesto, pero siempre había escuchado mencionar a Jinki de una manera tan afectuosa que le habían dado siempre ganas de hablarle más de lo que lo había hecho, tratar de ser su amigo, más siempre había sido un tipo tímido. -No se si conocías a Kibum. -las palabras vinieron a su boca antes de siquiera querer detenerse. Había intentado no pensar en el en todo este tiempo ya que no había tenido muchas oportunidades ni con quien hablar de este, más en esos momentos tal vez por que era la primera vez que se relajaba después de todo, que todo había salido y no esperaba detenerse ahora. -El me hablaba mucho de ti... siempre te mencionaba con una gran sonrisa... -sonrió el también relamiéndose los labios más aquello no hizo que los trozos pegados en sus morros de comida, se despegaran por completo. -Parecía cercan a ti, pero nunca le pregunté... me gustaba que sonriera y si así lo hacía cuando te mencionaba entonces solo me quedaba muy quieto y callado solo escuchándole hablar... y lo observaba... igual a él le encantaba hablar y que le miraran, tal vez por eso estaba conmigo... -tragó saliva sintiendo como un pequeño nudo se agarraba a su garganta. -Él y yo... nos enlazamos... nos unimos... unos días antes de que todo pasara... nos besamos y los dos sentimos eso... -no sabía como explicarlo, pero estaba seguro de que Jinki sabía de lo que hablaba ya fuera por que lo hubiera sentido o hubiese escuchado hablar de ello. - ...le busqué cuando todo pasó... entre todo el ruido y la muerte, y lo vi, estaba a punto de ir acercarme cuando ese humano me sacó del camino y me ayudó... luego escuché una expliosión cerca de donde él estaba así que o lo atraparon o... murió... y entonces yo huí por el bosque... sin mirar atrás dejándome llevar por el miedo... y lo dejé, sin comprobar que le había pasado... sin... -suspiró limpiándose una lágrima solitaria la última que seguramente saldría por que estaba seco. -El caso es que... siento que tienes un don más allá de nuestra magia y... me alegro de que estés aquí, de tu ayuda, así que gracias... -volvió a su comida permaneciendo callado, solamente comiendo todo y permaneciendo en silencio.
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    Esperaba que hubieran comprendido a pesar de que ninguno parecía querer tomarse la molestia de contestarle por lo que suspiró chasqueando la lengua y solo observó a Jinki el como este se giraba sonriéndole, sorprendiéndole un poco el gesto, más sin inmutarse ante este. Solamente entró en la habitación buscando que nada estuviera descolocado, alegrándole de que no y luego salió cerrando la puerta tras de si. Le gustaba que estas estuvieran cerradas a fin y al cabo eran habitaciones sin uso, y así tardaban más en llenarse de polvo, más por la camisa del pajarito, algo le decía que el polvo ya había vuelto, por lo que avisaría a Sohee para que al día siguiente las limpiara. Observó con lástima la mano que había usado para nalgear al otro, tal vez si se recuperaba podría ofrecerle compartir una relación más alejada a la que tenían, obvio que ya llevaba desde que casi lo había visto en la bañera desnudo con esas ganas, pero ahora lo tenía un poco más claro su decisión de proposición, al ver los gestos que el otro tenía ante sus coqueteos y sus toques. Tendría que decírselo de forma que no pensase que era algún tipo de deber del otro el aceptar o que iban a aumentar o disminuir sus posibilidades de quedarse en ese lugar, si no que sería solamente una posibilidad de disfrutar para ambos, pero ya vería en su momento.
    -No parecía enfadado.. -recuperó el aire una vez que dejaron al señor Jonghyun detrás y llegaron a las escaleras, más aún así hablando bajito. Aquello le había sorprendido ya que a pesar de su confianza en Jinki, no pensaba que el humano se lo tomaría tan... normal. -Tenías razón, puede que sea diferente. -sonrió mientras empezaba a bajar y se mantenía al lado del mayor por si este necesitaba ayuda. Observó a la señora Soja abajo de las escaleras esperándolos y la sonrió adelantándose los ultimos escalones para agachar la cabeza frente a ella. -Lo siento señora Soja, no quería desperdiciar su comida, empezó a dolerme el estómago. -se disculpó manteniendo su cabeza en esa postura.
    -No te preocupes, he servido otro plato. -dijo ella sin cambiar su expresión normalmente seria más había calidez en sus palabras. -Sentaros. Te he cortado un poco más de fruta Jinki. -dijo la mujer antes de entrar al comedor y seguidamente perderse en la cocina.
    -Vamos~ -dijo Taemin girándose sobresaltándose un poco al ver a Jonghyun terminar de bajar las escaleras, el cual les dedicó una mirada antes de marcharse de manera silenciosa por la misma puerta en la que había entrado antes y salido luego del incidente. Tuvo que reconocer que aquello fue un tanto siniestro, más prefirió no hacerle mucho caso y no comentó nada sobre el tema. -Vamos. -repitió de nuevo entrando en el comedor y sentándose en el mismo sitio que antes no son antes apartar un poco la silla a su lado para que Jinki se sentara con más comodidad.
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