Posts written by Taem

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    No sabía si aún podía confiar en eso, de que el señor Jonghyun no era como los demás, al fin y al cabo luego de aquel soldado desconocido en su aldea, lo único que había recibido de esa raza y de ese género en específico habían sido golpes, malas miradas, insultos y vejaciones, pero era Jinki quien le estaba pidiendo un voto de confianza, y él confiaba en Jinki, así que podía intentarlo aunque al comienzo le costaba, pero si al final les hacía algo malo, se llevaría una buena decepción. Asintió a sus palabras. Lo intentaría, más que el otro no se esperase que su miedo desapareciera de golpe, aún le aterraba mucho el señor Jonghyun a pesar de que aún no le había hecho nada.
    Se emocionó un poquito al saber que podría volver a comer y se llevó una mano a su vientre notándolo algo hinchado, sabía que eso era un signo de desnutrición, por lo que esperaba recuperarse aunque fuera poco a poco y esta vez se comería la comida más lentamente, la había encontrado tan buena que no había podido resistirse a atragantarse con ella. Se incorporó lentamente ayudando luego a Jinki un poquito para que pudiera hacerlo bien sin caerse hacia abajo de culo y le sonrió tomando su mano.
    -¿Se molestó la señora Soja por que vomité todo? -le preguntó al mayor preocupándose por ella, ya que sabía que ella había cocinado pues esta misma se lo había dicho al estar bañándole. -Voy... voy a limpiar bien la alfombra. -ahogó un bostezo medio cerrando sus ojos ya que comenzaba a tener sueño luego de la llorera por lo que pestañeó muy rápidamente para no terminar por dormirse. -¿Crees que pueda ayudarla a cocinar mañana para compensar? -le preguntó ya en la puerta y se acercó a abrirla, cuando vio como esta se abría por si sola y aparecía el señor Jonghyun por ella. Casi le da un pequeño infarto al verlo de manera tan inesperada y sin poder evitarlo, su cuerpo moviéndose más rápidamente que su cerebro y colocándose detrás de Jinki, pegando su frente a su espalda y tratando de ocultarse detrás de este, como si el hombre no le hubiera visto ya, pero no tenía mucho razonamiento ahora que se dejaba llevar por el miedo.
    -Lo has encontrado, que bien~ -comentó mientras observaba como el pequeño pajarito se escondía detrás de Jinki con una pequeña sonrisa, no le gustaba que le temieran a fin y al cabo aún no había hecho nada para que le tuviera miedo, pero tendría que acostumbrarse, al menos Jinki no parecía temerle. -Bajad para que el pajarito pueda comer un poco más. -comentó apartándose de la puerta para que pudieran pasar, pero fue entonces que cayó en la cuenta de algo al ver la camisa de Jinki mojada o manchada, ambas posibilidades. -No podréis cambiaros hoy de ropa dado que le he pedido a Sohee que arregle varias camisas para vuestras alas... y bueno, dado que habéis sido advertidos y no lleváis ni una hora aquí y ya os habéis manchado al parecer... -agarró al pajarito de su camisa y tiró con un poquito de fuerza de él, para que se asomara viendo como lo hacía más su pequeño cuerpo temblaba, y pudo observar algo de polvo en la camisa junto a algunas manchas en su manga de que seguramente se había limpiado la boca contra esta. - ...tengo que volver a insistir, en que permanezcáis limpios. ¿De acuerdo? -soltó al pequeño que rápidamente volvió a su lugar y suspiró. ´-En fin, bajad antes de que os meta de nuevo en una bañera y... espero que tu no seas el siguiente en vomitar. -vio como pasaban por delante y observando como Taemin se iba escurriendo de nuevo hacia el lado en el que originalmente estaba antes de colocarse detrás de Jinki, le dio una nueva nalgada a Jinki más esta vez más floja que fue pasada por alto por el pequeño.
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    No sabia si podía confiar en sus palabras, pero estando en sus brazos la calma y la tranquilidad que las palabras de Jinki le habían transmitido hacía pocos segundos, cuando se encontraba aterrorizado debajo de la cama, lo dejaron más tranquilo y pegó su rostro contra la ropa del chico sollozando en ella sintiendo como la tela se iba humedeciendo cada vez más. Ahora estaba llorando todo lo que no había llorado en aquellos días, tal vez el poder encontrar de nuevo a uno de su raza en quien confiar había soltado rápidamente su grifo. Se apartó un poco ante su última pregunta y se limpió por si mismo las lágrimas algo más tranquilo, aunque dudoso sobre si responder o no, su madre siempre decía que cada vez que lloraba decía cosas que normalmente no diría en otro estado. ¿Y si Jinki se enfadaba por confiar en un humano cuando estaban masacrando su aldea? Bueno, no es como si hubiera confiado en este, se había dejado llevar más por su instinto y tampoco es como si el otro no hubiera evitado que lo capturaran, pero obviamente prefería haber sido capturado a que lo hubieran matado, al menos en ese momento, ahora ya no estaba tan seguro luego de todo lo que había sucedido.
    -Si... fue... uno de los que atacaron... quería ayudar a Key, por que lo habían cogido, pero él me agarró y me empujó diciéndome que me fuera por otro lado... -se sentía un poco avergonzado ya que le había hecho caso y por su culpa se habían llevado a Key o tal vez hasta lo habrían matado. -Le... le hice caso y.... entré en el bosque, pero me capturaron ahí... -agachó la cabeza un poco más empezando a jugar con un trocito de la venda de su mano. -En este tiempo he pensado que tal vez no me salvó... y solo me llevaba hacia otro lado para que me capturaran con facilidad pero... -había visto la expresión del otro cuando lo vio al ser capturado, la tristeza en sus ojos al verlo a él y a los suyos. Fue en ese momento en que cayó en el que tal vez y solo tal vez si había algún humano macho que se salvase, más no veía tristeza en los ojos del señor Jonghyun al verlos, aunque tampoco es como si lo hubiese visto estos, le daba demasiado miedo levantar la vista y mirarlo cara a cara. -...creo que me hubieran matado antes si él no hubiese intervenido... -aún estaba algo confuso sobre los intereses del chico con respecto a él en esos momentos ya que todo había ocurrido muy rápido, pero cada vez que se acordaba de esa historia, su cerebro rápidamente lo relacionaba a que este había tratado de ayudarle a pesar de acabar así, tal vez se debía a su naturaleza benevolente, pero así era como lo veía él. Un fuerte ruido procedente de su estómago le hizo acordarse de que nuevamente estaba muerto de hambre y se avergonzó sonrojándose un poquito. -Tengo hambre hyung... -se quejó volviéndose a pegar a él en un fuerte abrazo. - ¿...crees que pueda volver a comer?
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    Estaba aterrado, pero aun así las palabras del mayor comenzaban a hacer mella en la defensa que había levantado en contra de todos, luego de tanto tiempo asustado quería confiar en alguien, pero los recuerdos le atormentaban, incluso ahora empezaba a evaluar que había hecho tan malo como para ser tratado así, al igual que todos los demás que le acompañaban, ¿y por qué esos humanos eran los que se encargaban de juzgar su comportamiento? Se retrajo un poco más contra la pared al ver al mayor sentarse en el suelo y ocultó su rostro, si no lo veía no podía lastimarle, esa era su forma de pensar en esos momentos.
    -¡Yo no quiero que te peguen a ti! A mi... a mi solo me han hecho esto... yo me porté bien pero... vi como pegaban a todos, ¿por qué crees que estaría contento huyendo mientras te hacen daño a ti? -casi le gritó. Su especie era todo paz y armonía, no peleaban, no había malas palabras o malos sentimientos, solo en los últimos años con la guerra y la noticia de las muertes de los suyos que venían a su aldea agriaron bastante a muchos, pero aún así no se habían involucrado ni hecho nada malo, así que por que, era lo único que se preguntaba. Quería salir y dejarse arropar por sus brazos, su especie ya era mimosa de por si y quería que se volvieran a unir como abajo en ese bonito comedor, pero tal vez su orgullo se lo impedía también, por que Jinki confiaba demasiado ciegamente en ese tipo. -Yo... solo no quiero que nos pegue a ninguno... -se había tranquilizado mucho cuando la señora Soja le había dicho que siempre que se portaran bien, no pasaría nada, pero ahora no se había portado bien, ¿no? Soltó un peequeño sollozo acercándose más la mano a su pecho y al levantar la mirada y ver aquella pequeña sonrisa en el rostro de Jinki, supo que no podía seguir postergando su estancia en ese hueco y de forma lenta, se arrastró bajo la cama teniendo cuidado con su mano y se acercó al otro abrazándolo con fuerza y refugiándose en su pecho. -Quiero volver a casa... quiero que mi mamá y mi papá vuelvan... quiero que mi hermano me tire del pelo de nuevo... -sabía que todos estaban muertos, que eso nunca pasaría, había visto su casa explotar estando más que seguro que todos ellos estaban ahí dentro, y luego ese humano le había salvado. -Ojalá él nunca me hubiera salvado... -sollozó contra su pecho, ahora su núcleo estaría unido al de su familia por toda la eternidad y no se sentiría como se sentía.
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    Observó como Jinki se marchaba cojeando por el pasillo y sus ojos no pudieron evitar bajar desde su ancha espalda hasta aquel pequeño trasero que tenía. El chico estaba muy delgado, pero algo le decía que podía ser ancho de esa zona, cosa que le satisfacía mucho aunque solamente fuera para deleitarse la vista. Lo continuó siguiendo con la mirada el como parecía costarle subir las escaleras, pero no quería continuar ayudándolo mucho y que el otro se sintiera mal. Olía el orgullo del chico y aunque a él le encantaría tener sus manos encima de tan precioso muchacho, tenía que controlarse, o si no lo acabaría asustando.
    Bajando la mirada hacia su alfombra, se agachó enfrente de esta y lentamente comenzó a enrollarla, aunque apreciaba sus cosas y le encantaban, no pensaba hacer que Sohee la limpiara, tendría que hacerlo a mano lo cual no sería agradable para la mujer y podía sustituirla muy rápidamente por cualquier otra, así que la llevaría directamente a la basura. La cargó con cuidado para no mancharse y marchó a la cocina dejándola junto a la basura que había que tirar en la noche y suspiró. Su madre le echaría la bronca por tirarla y no hacer que Sohee la lavara, por suerte esta se trataba de su casa y ella no tenía control sobre ella, más aún así el regaño se lo llevaría.
    Salió lentamente y subió las escaleras poco a poco. Su casa estaba tan limpia que ni siquiera era necesario que se lavase las manos luego de coger una alfombra en el suelo, así que caminó de forma lenta hasta llegar arriba y luego siguió uno de los pasillos viendo los pedazos del jarrón rotos en el suelo.
    -El verde menta, como no~ ese parajito. -suspiró de forma lenta e incorporándose apartó los pedazos del jarrón con el pie para que ninguno se cortara al pasar por encima al pisarlos y seguidamente continuó por el pasillo hasta que vio una de las habitaciones medio abierta y se quedó fuera esperando a que Jinki saliera junto al chico, o que continuara con su búsqueda.
    Temblaba al igual que un pajarito asustado mientras miraba hacia la puerta deseando que nunca se abriera, que ese momento se hiciera eterno y poder permanecer siempre oculto en ese lugar, sin que nadie le lastimara y sin tener que volver a ver cosas horribles como había visto. Por ello al ver como esta se abría soltó un sollozo y se llevó sus manos a su boca tapándosela y soltó un gemido de dolor por la fractura de su mano. Vio como se trataba de Jinki, pero no sabía si era seguro salir, Jinki confiaba en el señor Jonghyun, pero el señor Jonghyun sería como todos esos tipos, los pegarían, así que tal vez no debía confiar en él. Cerró sus ojos apretando sus labios frunciéndolos mucho para que no se escuchara ningún sonido de estos. La mención del señor Jonghyun no ayudó, pero el mayor le hablaba con tanta calma que casi parecía relajarlo, pero no podía simplemente dejarse llevar, el señor Jonghyun no lo dejaría así como así, había manchado la alfombra de este y luego había roto un jarrón al huir.
    -¡Eres un mentiroso, el me pegará! ¡He hecho algo malo! -no pudo evitar chillar asustándose de su propia voz mientras las lágrimas continuaba fluyendo por sus ojos aunque ahora con más fuerza. -Me pegará y luego me castigará... se lo hicieron a todos... todos los que se portaban mal... yo... no me porté mal... pero no quería que se lo llevaran así que... yo solo, le sujeté y... -acercó su mano a su pecho. - ...ellos me pegaron... y me dolió tanto... y luego no me dieron más comida. -apenas si habían sido algunos panes y un poco de agua, pero luego de aquello lo primero había desaparecido. -Y... cuando te portes mal... a ti también te harán eso... -comenzó a sollozar encojiéndose aún más ahí metido, sin ningún tipo de intención en salir.
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    Llegó corriendo a un rellano sin saber muy bien a donde iba y sin pensarlo mucho fue escaleras arriba mientras empezaba a llorar de puro miedo. No quería haber vomitado lo había intentado retener todo lo que podía, pero no había sido capaz. Se sentía sumamente decepcionado y molesto consigo mismo, ya que tendría que haber intentado evitarlo con más fuerza y encima ahora estaba huyendo sin ser capaz de detenerse y dejándose guiar por el pánico pudiendo Jinki recibir el castigo que él se merecía. Llegando arriba del todo de las escaleras miró a cada lado sintiendo como su respiración se agitaba pensando en cual era el mejor lugar por el que escapar, tardando solo un segundo en decidirse por uno de los lados y corrió por este, con tan mala suerte aunque también culpa de una de esas largas alfombras que parecían adornar todos los suelos, trastabillo y tropezó con tan mala suerte que empujó con uno de sus brazos un bonito jarrón que decoraba una de las mesas y este cayó rompiéndose en mil pedazos. Sintió que le daría un ataque de pánico e incluso chilló un poco y agarró un par de pedazos intentando unirlos, más sin conseguirlo, como era era evidente solo se incorporó deprisa, más que decidido a volver a huir y volvió a correr por ese pasillo hasta que varias habitaciones le impidieron poder continuar por este y se metió en la más alejada, corriendo bajó una de las camas que ahí había dentro, en la cual se metió por abajo y reptó hasta la zona de la pared en la cual se encogió rompiendo en llanto sintiendo como un miedo horrible empezaba a apoderarse de él.
    Suspiró con mucha pesadez cuando el otro le contó lo que ya había visto y trató de controlarse en sus gestos ya que siempre era demasiado sarcástico con su rostro, pero era inevitable no serlo ya que él mismo había observado la manera de engullir del otro, por lo que la explicación de Jinki, era del todo innecesaria. Estaba a punto de abrir la boca cuando se escuchó un estruendo de la parte de arriba y suspiró intentando relajarse, más si que le molestaba un poco a pesar de que lo entendía.
    -Sohee deja la alfombra. -dijo al ver como la mujer se agachaba para envolverla. -Buscad entre los dos a ese pajarito revoltoso, no quiero que me destroce la casa. -comentó viendo como esta asentía y se ponía a ello. -Eso venía del piso de arriba tened cuidado con los trozos... y por favor sustitúyelo cuanto antes... espero que no haya sido el verde menta. -lo había conseguido en una subasta luego de que Minho le picara a comprarlo y le había salido más caro de lo que nunca habría estado dispuesto a pagar. Maldijo a ese chico rana por haberle retado aunque realmente esperaba que no fuese ese y agachándose sobre la alfombra comenzó a envolverla de forma lenta. Esta se la había regalado su madre, como la mayoría de todas pues la mujer era adicta a estas. -Dale de nuevo de comer, pero aseguraos de que lo hace despacio esta vez... -seguramente el pequeño pajarito tenía el vientre algo más delicado por todo el hambre que había pasado y este se había descompensado al volver a tener tanto alimento de vuelta, pero aún así se lo comentaría al médico cuando viniera el día siguiente.
    -Vamos muchacho. -escuchó decir a la señora mientras subía adelantándose un poco a Jinki. -Miraré por este lado y tu busca por el otro cuando logres subir. -dijo sin meterle prisa a pesar de sus palabras.
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    Comenzó a comerse los cachitos de manzana realmente disfrutándolos por poder comer algo de fruta luego de tanto tiempo. Estaba un poco desanimado, teniendo ya motivos para estarlo por su situación, ante la parecer respuesta que el señor Jonghyun le había dado a Jinki. El también hacía mucho tiempo que no usaba la propia, siempre había sido algo torpe y había provocado un pequeño fuego por aquí y había hecho a otro caer sin querer, por allá, pero echaba de menos volar por tan mal que siempre aterrizase, surcar los cielos siempre le había gustado y recordaba como solía hacer carreras a Kibum y ambos se dejaban ganar de vez en cuando para que siempre estuviera en empate la cantidad de derrotas y victorias. Suspiró de forma leve bajando la cabeza mirando un nuevo pedazo de la manzana y levantó la mirada ante las palabras de Jinki ante el nombre de la señora Soja.
    -Eso he dicho, Soja, la señora Soja. -dijo observándole como si le hubiera salido una tercera ala para luego volver a su manzana, comiéndola esta vez de manera más lenta mientras veía a Jinki incorporándose para ayudar a la señora, quiso hacer lo mismo pero sintió como su dolor en el estómago aumentaba por lo que se quedó quieto unos minutos más a ver si se le pasaba mientras seguía comiendo los trocitos de manzana. Era curiosa la tercera pierna que le había salido a Jinki, era un trozo de madera bonito y adornado y bastante útil para ese tipo de lesiones, pero Jinki no lo necesitaría si solamente le dejasen curarse solo, por que algo le decía que ese médico no podría hacer ni la mitad de lo que su magia hacia. Movió sus orejitas tratando de escuchar algo de aquella habitación en la que el señor Jonghyun se había encerrado, pero como supuso su oído aumentado no servía tampoco sin su magia, y ahora que lo pensaba casi estaban al mismo nivel que los humanos salvo por las alas y las orejitas. La primera vez que había visto a uno de ellos, no le había importado lo parecidos que eran, pero al ver las intenciones de estos ya no veía bonito las similitudes que tenían.
    -En vuestra condición solo estorbaríais. De momento solo os enseñaré a como hacer las cosas hasta que tu te hayas recuperado más de tu pierna y el pequeño de su desnutrición. Pero jonghyun me ha dicho que lo deje para mañana. Podéis iros a las habitaciones a descansar. -dijo la mujer mientras se movía de un lado para otro con rapidez lavando algunas cosas y empezando a preparar más comida. -Ahora os las muestro, están en esta planta, dejaremos la visita guiada a la parte de arriba para cuando el médico haya venido y tu puedas moverte bien. -salió de la cocina esperando que ambos lo siguieran.
    Se incorporó lentamente sintiendo como su estómago iba a peor, incluso unas leves nauseas aparecieron, más se controló mientras se llevaba el último cachito de manzana a la boca.
    -Hoy os prepararé yo las habitaciones, pero será algo que tendréis que mantener por vuestra cuenta, ¿de acuerdo? -les preguntó. -Bien, ya sabéis donde está el comedor y la cocina. Aquel es el salón, solo se usa cuando vienen visitas. -se acercó hasta este observando la madera igual de adornada que la de ese bastón lucir por todo el lugar, bueno no era igual, pero si parecía ser lisa sin apenas imperfecciones, y los sofás de tela bonita. -Miradlo con los ojos y no con las manos si no estais seguros de tener estas últimas limpias. -escuchó a la señora Soja y retrajo mejor su mano ya que había estado tocando la manzana. -Jonghyun es muy crítico en cuanto a la suciedad se refiere y esa tela no es fácil de lavar. -explicó mientras salía del lugar e iban por otro pasillo pasando por delante de la habitación donde Jonghyun se había encerrado yendo a parar al final de este donde había bastantes puertas, pero más secundario. -Esta será vuestra zona, es menos vistosa que el resto de la casa, pero podréis usarla mientras os recuperáis, así no tendréis que subir tantos escalones. -abrió varias puertas y en una había un baño bastante modesto y tres habitaciones que estaban destinadas al servicio de la casa, más Jonghyun había dicho que podrían ir a otra habitación mejor cuando subir escaleras no le fuera trabajoso para ninguno.
    Se había quedado algo remolón en el salón, pero a cada paso empezaba a sentirse peor, como si su estómago no pudiera retener la comida que antes tan ríca y rápidamente le había llenado. Dios pasitos pequeños aún aguantándose mientras pasaba por enfrente del cuarto donde Jonghyun estaba caminando hacia Jinki cuando sintió como ya era incapaz de retener nada y sin poder evitarlo vomitó sobre el suelo y par de la alfombra de que quedaban enfrente suyo.
    -Oh por dios, decidme que eso no ha caído sobre ninguna de mis bonitas y caras alfombras. -escuchó a través de la puerta y observó su desastre viendo como si había manchado un poco estas asustándose rápidamente por lo que salió corriendo.
    Se incorporó de forma lenta luego de no haber escuchado ninguna respuesta rápida y se acercó a la puerta sacando la cabeza y observando lo ocurrido con un suspiro.
    -Me gustaba mucho esa alfombra. -suspiró cual esnob.
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    Suspiró de manera pesada, no quería llevarle la contraria a Jinki y aunque no le gustaba para nada el hecho de que tuvieran que confiar en ese humano solo por que los había tratado bien unas horas, en quien si confiaba era en el mayor por lo que no abrió más la boca sobre el tema, solo asintió de forma lenta levantando la mirada de su plato sintiendo como su estómago empezaba a doler por lo rápido que había comido seguramente después de estar días solo a base de agua.
    -Espero que tengas razón, -dijo al cabo de unos segundos dejando el tenedor en la mesa y dejando caer su cabeza en el hombro del contrario con cuidado recostándose encima de esta de esa manera y cerrando sus ojos llevándose una mano a su vientre ya que empezaba a revolvérsele. Pensó en su amigo, preguntándose donde era que estaría al igual que Key, siempre que lo hacía pensamientos, como el hecho de que podrían estar muertos llegaban a su mente, pero trataba de animarse en que no era así y no iba a ser así, tal vez también estaban con otro humano que los trataría bien como parecía que iban a tratarlos a ellos según palabras de Jinki. -¿Crees que el médico pueda arreglar tu ala? -le preguntó levantando las piernas que colgaban de la silla para acercarlas a su pecho y pasar su brazo lastimado por ellas para que no se despegaran de su cuerpo. -Podríamos decirle al señor Jonghyun que nos deje usar nuestra magia, entre los dos podríamos curarte. -frotó su nariz y su cara contra la blanca camisa del otro, olvidando que estaba manchado, más no lo hacía para limpiarse, siempre había sido un hada mimosa y había pasado tanto tiempo desde que no había estado tan cerca de alguien, echaba de menos el contacto íntimo que todos tenían entre todos.
    Escuchó unos pasos bajando la escalera y giró su cabeza un poco en el momento justo en el que la señora Soja entró con ropa sucia en sus manos.
    -¿Habéis acabado? -les preguntó y él asintió lentamente hasta que se acordó de la manzana la cual miró con arrepentimiento ya que de verdad tenía muchas ganas de comérsela, pero le daba miedo de arrepentirse y ser regañado o castigado por ello. -Muy bien. -dijo la mujer mientras agarraba solo su plato acercándolo a ella y vio como sujetaba seguidamente su manzana y un cuchillo, se quedó sin comprender varios segundos lo que hacía al verla cortar en varios pedazos, dejando la piel, más quitando las semillas y luego el como le tendía los cachos. -La fruta tiene muchas vitaminas. Cómetela. -dijo esta repitiendo lo mismo con la de Jinki y acercándole los pedazos a este para seguidamente recoger todo lo que se llevaría.
    -¡Muchas gracias señora Soja! -le gritó un poquito mientras agarraba su trozo esbozando una leve sonrisa dándose cuenta como la mujer se detenía un segundo antes de seguir su camino hacia la cocina con todo en las manos. -Ella es muy buena... -volvió a recalcar.
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    Un peque;o sollozo le atravesó dejándose llevar por el mayor a esas sillas y escuchando lo que tenía que decir. Aunque había aguantado durante todo ese tiempo, sentía que se derrumbaba lentamente. No había día que no recordase su pequeño poblado, tan pobre pero tan bonito, a su madre y a su padre, a su hermano mayor... y también a Key ya que no había podido evitar que se lo llevaran, muchas veces había deseado haber corrido la misma suerte, que ese humano no le hubiera salvado y haber tenido la misma suerte ya que al menos habría dejado de sufrir. Había sentido mucha desesperanza durante todo ese tiempo, hasta que había hecho a ese pequeño amigo en aquel sitio antes de que se lo llevaran y rompieran su mano, pero se lo habían arrebatado y luego la comida había dejado de aparecer por lo que volvió a estar en ese estado más no lloró trató de mantenerse hasta que Jinki había aparecido esta vez como una nueva esperanza en su vida y si a él también se lo arrebatan de alguna manera, sabría que no podía seguir, no era tan fuerte emocionalmente al igual que físicamente, ver su cuerpo sin su ropa había sido un duro golpe para él, ya que su figura normalmente delgada, estaba en los huesos completamente, ni siquiera sabía como no se había roto algo más solo por el hecho de haberlo tirado en aquella bodega antes.
    Levantó la mirada con su rostro lleno de lágrimas escuchando al mayor mientras sollozaba. No entendía por que tenía esa fe ciega en ese humano, tal vez el hecho de que este lo hubiera bañado tenía que ver pues a palabras de Jinki, Jonghyun lo había tratado igual de bien que la señora Soja había hecho con él, pero aún así era un hombre, no una mujer, y era peligroso, ellos lo eran, ninguna de sus hembras había atacado la aldea, solo los machos, así que ellos eran el peligro. Se escandalizó al pensar en la fijación que ese humano podría tener en él, ya que él había visto en primer plano como habían abusado de muchos de los suyos, y él había agradecido ser feo y estar tan sucio para que nadie se fijara en él, más aún así había sufrido mucho cuando a su amigo lo habían elegido mucho para hacerle esas cosas y él volvía lloroso más con una sonrisa. No quería que a Jinki le pasara eso y mucho menos que el chico se escudara en que lo hacía por los dos, ya que a él podría sacarle de esa unión entonces, él nunca aceptaría que alguien le hiciesen algo tan horrible en su nombre.
    -No quiero que me protejas haciendo esas cosas... él te tratará mal, acabará pegándote y... acabarán llevándote... no quiero quedarme solo, no quiero que nadie más muera delante de mi... -lloriqueó mientras se aferraba al otro para abrazarlo teniendo cuidado con su ala. -Lo acabará haciendo, ya verás... -sacó la manzana de su bolsillo observándola, sentía que tenía que empezar a guardar comida, pero no quería contradecir a Jinki sobre el hecho de enfadar a Jonghyun, cuanto antes se enfadase seguramente antes empezaba a golpearlos por lo que agachó la cabeza girándose para continuar con su comida dejando la manzana a un lado. Se limpió las lágrimas y agarrando el cubierto, comenzó a comer de nuevo aunque de forma más lenta que antes mirando de manera fija su comida. Tenía bastantes razones para no fiarse de los humanos y aunque sentía que tenía que tenerle al menos un mínimo de confianza a Jinki, tenía tanto miedo que le era imposible.
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    Notó como el mayor se había tardado en responder a su pregunta y no solo eso, si no que ahora lo hablaba como si hacía un rato no hubieran estado lanzándose indirectas más que indecentes en la ducha. Aquello de cierta forma no le gustó, algo le decía que era por ese pajarito por lo que el chico se había vuelto así, aunque el pensamiento de que simplemente le había seguido el juego para ganarse su favor, se hacía un hueco en su cabeza cada vez más grande. Suspiró de manera pesada asintiendo y lentamente se fue incorporando.
    -Está todo muy bueno, gracias señor Jonghyun. -escuchó por parte de Taemin con la boca algo sucia pero por la manera en la que comía y la delgadez del otro, más el hecho de que Sohee le había dicho que presentaba desnutrición, le era imposible decirle que se limpiara, el pajarito podía no ser muy de su agrado, pero tenía hambre, cualquiera comería de esa manera. Miró hacia otro lado por que si no agarraría la servilleta y frotaría su boca hasta quitar hasta el más mínimo rastro de manchas y eso seguramente lo hacía ver más como un maníaco de la limpieza de lo que había demostrado ser. -Bueno, os dejo comer... -comentó acercándose hasta la puerta aunque antes de salir se giró. -Por favor si habláis de mi no me insultéis mucho. -dijo saliendo de manera seguida y marchándose a su despacho sin realmente curiosidad en lo que tendrían que decirse a fin y al cabo desde que se habían encontrado parecía haberse vuelto una persona no grata para Jinki y no tenía ganas de ver como Taemin temblaba ante cualquier gesto o movimiento que hiciera, por lo que se encargaría de su trabajo y le dejaría el resto a Sohee.
    Nada más verse solo se incorporó rápidamente guardándose la manzana en su bolsillo y lentamente se asomó por la puerta viendo que ninguno de esos dos humanos parecía bajar,
    -Hyung, vámonos ahora, aprovechemos... -le dijo al mayor acercándose a este y tirando de su brazo. Continuaba teniendo hambre, pero no podía centrarse en eso, tenía que sacar a Jinki, el mayor se veía muy mal y cuando ese Jonghyun volviera a ser malo seguramente golpearía al mayor y no quería volver a ver como golpeaban a nadie más delante de él. -Ya sabes lo que dijo ese otro hombre malo, somos su desahogo, él, nos pegará y... tenemos que irnos... tal vez... -pensó en Key, había visto como lo atrapaban antes de que ese humano lo cogiera y le mandara por otro camino para huir, él seguramente sería una de esas hadas de calidad que todos querrían, el chico siempre había sido hermoso, tal vez podían encontrarlo. Miró la pulsera en su muñeca, hasta un tonto como él sabía que aquel artefacto tenía que ver consus poderes por lo que cogiendo un cuchillo lo metió entre la muñeca y la pulsera sintiendo que se lo clavaba un poquito más ignoró el pinchazo de dolor y el poquito de sangre que brotó para luego hacer de palanca tratando quitarse ese maldito chisme y poder recuperar sus poderes. con estos, ambos podrían volar lejos, tenían sus alas, solo debían ser rápidos. Miró de reojo las alas del contrario percatándose de su estado y detuvo pronto sus intenciones dejando caer sus manos sabiendo que el mayor no podría ir muy lejos aunque lograran quitarse esos brazaletes.
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    Enarcó una ceja ante la manera tan respetuosa en la que le llamó y volvió a rodar los ojos. No sabía por que les gustaba tanto agradecer, no es como si fuera a darles nada fuera lo de común, es más incluso tenía que tenerlos ahí encerrados solo para que estuvieran a salvo, en su opinión era lo mínimo que toda su especie debería darle a esas criaturas por las barbaries que habían hecho en su país y con ellos. No quería recordar eso en aquellos momentos por lo que se sentó en una de las sillas vacías mientras Sohee subía al piso de arriba seguro que a limpiar el baño y se quedó mirando a esos dos. A juzgar por los gestos, el pajarito aún estaba muy asustado tanto que parecía querer levantarse rápidamente y sentarse junto al Jinki. ¿Qué tipo de relación tendrían de verdad? Era extraño que anduvieran allí, aunque tal vez también tenía que ver que tanto su raza como la de las hadas tenían comportamientos diferentes a la hora de relaciones y ellos eran más pegotes.
    -¿Te tengo que dar yo de comer Jinki? ¿A qué esperas? -le preguntó con una ceja alzada mirando también a Taemin al cual vio tratando de guardarse de nuevo la manzana más nada más dirigirle una serie mirada la volvió a dejar encima de la mesa empezando a comer. Observó la expresión del pajarito, como cambiaba ante lo rico que estaba todo y pasó a devorar la comida de forma rápida sin ningún tipo de modales a su parecer, más se lo permitiría, quien sabe desde cuando no se alimentaban bien.
    Podía notar como parecía haber una gran distancia entre él y Jinki y de cierta forma le desilusionó ya que parecían haber hecho buenas migas ahí arriba, pero con la presencia de Taemin, ese hada incluso había empezado a ser más reacio a la hora de tratarle, no solo por llamarle señor aún a pesar de que habían quedado que lo llamaría por su nombre en privado y aquello solo le hizo afirmar su teoría de que el chico nada más buscaba quererlo contento. Dudaba mucho que estos supieran de sus ataques, por lo que lo más probable es que lo hicieran por su propia supervivencia, tal vez hasta había asustado a este diciéndole que podía cansarse de ellos en cualquier momento y regalarlos, más no se arrepentían, mejor que lo tuvieran en cuenta a que en cualquier momento eso les pillara por sorpresa. Bueno, tal vez podría aprovecharse de ello para su beneficio, es decir, si Jinki quería seguirle la corriente solo para conseguir seguridad y bienestar, bien podría hacer otras cositas por él, tal vez solo dejándoselas caer de una manera mucho más directa, aunque ni sabía como ya que lo había sido lo suficiente con sus coqueteos de antes, podría ser incluso Jinki quien se lo propusiera. Se quedó pensativo unos segundos, más pronto dejó el tema de lado, no quería apresurarse de todos modos, a fin y al cabo lo que quería con ese hada podría acabar siendo peligroso. -¿Cómo está la comida mis dos parlanchines haditas? -preguntó enarcando ambas cejas al ver como ambos estaban demasiado callados para su gusto. Tal vez debería dejarlos a solas para que se pusieran al día, pero la casa era suya y si él quería estar ahí podía hacerlo, a él no le importaba escuchar de lo que quisieran hablar.
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    Lo abrazaba con toda la fuerza que era capaz de tener en esos momentos. No sabía cuanto tiempo había pasado desde que lo sacaron de su tierra, pero desde ese momento había sido un sube y baja de malas emociones, había sido testigo de lo malo que esa especie era, el odio tan supremo e injustificado que le tenían a los suyos. El viaje en barco hacia ese lugar había sido especialmente una tortura, apenas si los habían alimentado, apretujándolos a todos en la parte de abajo, aquella a la que habían llamado bodega. Se había visto solo desde el principio, no había conocido a nadie, las mujeres y los hombres de mayor edad habían tratado de compartir la comida entre todos, pero al final había sido inservible ya que cada día que pasaba iban reduciendo la cantidad. La llegada no había sido mejor, los habían separado por edad y género y luego por calidad, algo que él no había entendido ni entendía, pero él había sido uno de los que no tenía buena calidad, así que se había marchado a una especie de almacén con muchos otros. Los siguientes días o tal vez semanas se las había pasado encerrado o bien de viaje de un lado a otro siendo expuesto a humanos que pujaban por ellos, pero a él nunca le habían comprado por lo que la comida que tampoco era muy abundante al principio, en los últimos días había desaparecido y todo había empeorado cuando había intentado evitar que se llevaran a un chico con el que había hecho buenas migas, lo habían golpeado con rudeza y su mano ahora se encontraba en tal estado que ni siquiera era capaz de estirar sus dedos por lo que se había mantenido en un rincón de la celda hasta que lo habían sacado aquel día a rastras y luego lo habían llevado hasta este lugar. Al principio había pensado que Jinki se trataba de algún espejismo, pero al saber que no se había aferrado con su vida a este y ahora que volvía a estar junto a él estaba muy contento de tener a alguien conocido.
    -La señora Soja es muy buena, pero no habla mucho, ella me dijo que si me portaba bien me tratarían bien y me ha bañado y ayudado a vestirme... -era la primera humana a la que veía, ya que todos los demás habían sido hombres. -Incluso... me ha curado la mano... -dijo mientras el otro besaba esta y trató de nuevo de mover sus dedos solo consiguiendo dolor por lo que la volvió a bajar. Se alegró de saber que el mayor había sido tratado tan bien como él, pero sus heridas le preocupaban ya que el chico parecía estarlo mucho más que él. -Cu-cuando me ha dejado solo... he visto una puerta para salir... cuando no se den cuenta podríamos irnos... solo están ellos dos en la casa... -dijo mientras lo sujetaba para ayudarle a bajar recordando como Jinki y él no se conocían mucho, por que de hacerlo Jinki nunca le habría pedido ayuda, siempre había sido llamado Taemin Manos mágicas y no precisamente por la magia que tenía, si no por que o bien perdía o rompía lo que tocaba y también entraba en esa balanza el ser de poca ayuda. -Despacito... -le pidió al mayor mientras terminaba de bajar las escaleras por suerte sin caerse ninguno. -Esa es la puerta para salir... podría cargarte y podríamos irnos corriendo... ella es-es buena, pero él seguro que es malo... todos son malos... -le dijo al mayor sintiéndose desesperado un poco. Sabía que no tenía que meter en ese saco a todos, aún se acordaba de ese chico humano que había tratado de ayudarlo cuando su aldea había sido atacada, pero ya no sabía si en verdad había tratado de ayudarlo o solo lo había guiado por un camino para que los otros lo apresaran, así que no se iba a fiar del todo.
    Empezó a darle unas cuantas indicaciones a la mujer sobre la alimentación de esos dos chicos y lo que debería hacer a las camisas, chaquetas y abrigos que ellos usasen para que estuvieran cómodos. Volvió a recordarle lo del médico sintiéndose más que contento por que este fuese a venir al día siguiente aunque algo le decía que le saldría muy cara la consulta.
    -Traeles la comida, les voy a decir que vengan. -fue hacia el pasillo y antes de salir se quedó un segundo escuchando llegando a oír lo último que dijo el pequeño y enarcó los ojos, así le pagaban que se hubiera comportado bien, pero tratando de pensar en lo mal que lo habían pasado, trató de no tenerlo en cuenta y salió. -Entrad, es hora de que comáis. -comentó mientras movía su mano para que fueran hacia el comedor. Pudo ver como el pequeño volvía a pegarse como una garrapata al mayor e intentó no fruncir el ceño más cuando el otro pasó por su lado lo detuvo y alzó su mano. -Dámelas... -vio como el chico empezaba a temblar al borde del llanto y un segundo después parecía pensar bien las cosas y sacaba una de las manzanas de sus bolsillos. -La otra. -le insistió recibiendo la segunda y los dejó de retener para que entraran. -No tienes que robar lo que te voy a ofrecer gratis. -dijo colocando cada pieza de fruta en los dos sitios destinados a Jinki y Taemin para que la comieran de postre. -Y no me gustan los ladronzuelos, así que espero que nada que no te pertenezca vuelva a entrar en tus bolsillos. -le avisó mientras Sohee entraba con las bandejas de comida y las dejaba en los sitios acordes de la mesa. Ambos platos estaban formados de un rico estofado de verduras sin carne, dos vasos grandes con zumo recién exprimido y un buen cacho de pan.
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    Meti'o la camisa con cuidado en el interior del pantalón, no solo por que así se llevaba si no también para que hiciera un poco de bulto y la rellanara más y luego lo abrochó de forma cuidadosa. Le gustaba le gente exquisitamente vestida así que dio un paso para ver su obra dándose cuenta de que había hecho un trabajo estupendo, se dedicaría a la moda, si no fuera por que sería muy tedioso tener que vestir a mucha gente, además le gustaban más los edificios, la satisfacción que tenía al comprar estos y venderlos por el doble o el triple, y por supuesto le gustaba el dinero, se lo ganaba con el sudor de su frente.
    Enarcó una ceja al escucharle hablar con interés al principio, que poco a poco fue aumentando a medida que iba escuchando las palabras del otro. En su vida se había encontrado con gente más mala que buena y luego de la guerra su personalidad había cambiado mucho después de vivir los horrores de esta, por lo que podía decir con seguridad que si había alguien como él eran pocos, muchos veían con mucho desgrado a estas criaturas por que los propios políticos habían hablado mal de ella, y la religión tan partidaria en contra de los seres alados tampoco hablaba a su favor.
    -Sea lo que sea que pase, todas esas personas se lo merecerán. -dijo de manera indiferente para seguidamente encogerse de hombros. -No es una tierra que les pertenezca ni que consiguieron de manera justa. Déjales que mueran. -si se lo estaba contando para que tratara de hacer algo era el menor indicado y aunque el chico podía estar tratando de mentir de alguna manera, igual no habría nada que hacer, al fin y al cabo el ser humano aprendía de sus errores. -Pero no te preocupes precioso, no pienso ir allí, con una vez ya tuve suficiente... Además, creo que más que poblarla lo que quieren son sus recursos minerales... -apartó las toallas que dejó abandonadas a un lado de la silla, ya que Sohee ya se encargaría de limpiar más tarde y acercándose a su gran armario, abrió una parte donde guardaba varios bastones algunos cortos para solamente aparentar y otros largos que no necesitaba, por lo que sacando uno de estos últimos el cual tenía el agarre en plata se lo tendió a Jinki. -No puedo llevarte a todos los sitios, así que hasta que te cures usa esto como soporte... -se lo había regalado su padre y no podía importarle menos. -No me enfadaré si desaparece o se te pierde cuando ya no lo necesites. -comentó mientras abría la puerta y se acercó al lado contrario de la mano con la que no se apoyaría con el bastón para hacerle de soporte en caso de que no pudiera caminar bien. -Estás bien ansioso por ver al pajarito, ¿verdad? -le preguntó habiéndolo notado desde hacía rato, más sin haber dicho nada al respecto, pero aquella pregunta a medio vestir por parte del otro le había delatado aún más. -Ya no queda nada... -le advirtió saliendo de la habitación a su lado y caminando por el pasillo hacia las escaleras. -Baja con cuidado... no me gustaría que nuestra relación acabara ya aquí... -le pidió yendo un par de pasos por delante pero controlando en caso de que se fuera hacia delante en su caída.
    -¡¡¡JINKI!!! -escuchó un grito a su espalda que casi lo hizo caer a él y se agarró con fuerza a la barandilla mientras veía de manera fugaz al pajarito corriendo hacia el chico y abrazándose en mitad de la escalera al mayor. -¿Estás bien? -escuchó que le preguntaba rápidamente y suspiró.
    -Qué bien y... que seguro darse un abrazo aquí. -levantó su mano y apartó al chico del mayor el cual rápidamente tembló y se aferró más al otro sin querer que lo volvieran a separar por lo que suspiró y se adelantó. El pajarito podría ayudarle a terminar de bajar. -Sohee. -llamó a la mujer que no tardó en aparecer con un par de bandejas de comida en la mano que dejó en la mesa. -¿Cómo se ha comportado? -le preguntó aprovechando que estaban solos.
    -Es un poco revoltoso y ha robado dos manzanas cuando creía que no le miraba, pero dejando eso de lado no parece un mal chico. -asintió comprendiendo la situación ya que el chico seguramente tenía mucha hambre y esperó a que los otros dos vinieran.
    -Estaba tan preocupado... y tenía tan miedo... -dijo Taemin aferrándose con fuerza al mayor.
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    Había esperado más sinceridad por parte del chico, pero como casi siempre esperó demasiado y la verdad era lógico debido a que apenas se conocían y si sus sospechas eran claras, este no querría hablar de ese tema, así que no insistiría, él era experto en no hablar de temas que le atormentasen, así que no iba a obligar a nadie a contar sus pesares. Querría ponerle ya las vendas en su rodilla y tobillo, pero él no tenía tanta experiencia como Sohee que seguramente había vendado de manera experta las lesiones del pajarito, así que se lo dejaría a ella para cuando bajaran. Agarró una camisa empezándole a hacer recortes parecidos a los que había hecho en la interior, cuando aquellas preguntas le hicieron alzar una ceja. Frunció levemente el ceño sintiéndose molesto, ¿acaso el chico no lo estaba pasando lo suficientemente bien con él como para añadir a Taemin a la ecuación? Y además a que venía esa impaciencia, aún ni siquiera había terminado de vestirse.
    -Te reunirás con el ahora cuando bajes a comer. No voy a dejar que andes por mi casa en paños menores. -dijo tal vez de manera un tanto brusca, pero le fue imposible no regular su tono de voz, y agarrando sus brazos le colocó la camisa. -Estos son botones... los quiero siempre bien a abotonados y cada uno en su hueco... -podría ser que el chico ya supiese lo que era pero su tono más era como el que enseñaba a un bobo. -Le pediré a Sohee que os enseñe a coser por si alguno se os cae, pero los quiero perfectos. -abrochó todos los botones incluidos los de las mangas y pasó sus manos con delicadeza por la prenda alisando la ropa mientras sentía el cuerpo de contrario deslizándose por sus dedos de manera suave. A pesar de su delgadez el chico tenía un cuerpo hermoso, el cual lo sería aún más con varias raciones de comida. -Agarrando el pantalón se agachó para colocarlo al igual que la ropa interior del otro, en sus tobillos y luego le calzó unos zapatos. -Los cordones son peligrosos, así que mantenlos bien atados. -dijo haciendo un nudo sencillo y luego se incorporó. -Como ya seguramente he dicho, pero repetiré. Os quiero perfectamente limpios, ¿de acuerdo? No os golpearé, ni os quitaré de comer u os castigaré de alguna manera si me desobedecéis, pero al menos sed considerados dado que estaréis aquí gratis. Confío en que se lo hagas saber a tu pajarito. -se incorporó y llevando sus manos a las axilas del otro lo sujetó de estas pegando sus piernas a las contrarias y de manera lenta lo levantó guiando una de sus manos a la silla para que se sujetara de esta y volvió a agacharse. Sin duda hoy no sería necesario que se ejercitara. Agarró su ropa interior y entonces cayó en la cuenta de algo y levantando su cabeza de la ropa vio como había quedado a la altura de su pene y no pudo evitar sonreír. -Hola, -saludó a este de manera socarrona, para luego seguir su camino hacia arriba levantando la ropa interior y enganchándola bien para luego hacer lo mismo con el pantalón, abrochándose aunque dándose cuenta de que le venía un poco grande, más ya lo llenaría.
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    Su pierna no tenía muy buen aspecto, algo que sin duda le preocupaba bastante. Esperaba que no fuera algún tipo de lesión que le dejase secuelas, nadie se merecía vivir con ello, y que fuera una fractura limpia que soldaría con medicación y una fuerte escayola. Bajó su mirada hacia el tobillo del otro al escucharlo y vio un buen moretón en esa zona, pero como decía Jinki, no estaba roto, seguramente se trataba de algún esquince o algún animal lo había pisado con mucha fuerza. Lo dejó lentamente en el suelo, sin dejarlo caer ya que eso sería muy doloroso para el mayor y agarrando la ropa interior la colocó en los tobillos del otro instándole a mantenerla ahí para poder levantarla cuando pusiera en pie a Jinki con más comodidad. La mano en su hombro le sorprendió ya que aunque estaba tocando mucho a Jinki, que le tocaran ya era algo que no le gustaba. Más de una vez se había puesto histérico cuando al comienzo Sohee llamaba su atención tocando su hombro cuando el se encontraba de espaldas. Era un movimiento que no le traía muy buenos recuerdos, así que aunque las primeras veces había logrado controlarse, en la última había gritado a la mujer para que nunca volviera a hacer ese gesto, y eso había hecho, sin hacer preguntas o hacerle dramas innecesarios, por eso tal vez le gustaba ella.
    -Innecesario, pero lo acepto. -comento referente a su agradecimiento, si al chico le gustaba darlos, él tampoco era quien para solamente ignorarlos, no era tan esnob, bueno si, pero podía también tener su corazoncito. Enarcó una ceja ante su propuesta sonriendo de manera perruna para luego pasar su lengua por debajo de su labio. -Esperaré con ansias que puedas entonces. -se incorporó y acercándose a los brazos del otro imitó lo mismo que había hecho con sus piernas, estirando sus muñecas, codos, hombros y dedos en busca de alguna lesión como las que el pajarito tenía, pero este se había librado al menos de estas. Levantó la vista al escucharle y sus ojos se dirigieron rápidamente hacia el ala de este suspirando un poco por lo que le estaba preguntando ya que no quería decir en que condiciones estaba su ala, aunque no tenía la más mínima idea del funcionamiento interno de esta, no había que ser un genio para darse cuenta de que esta no estaba bien. -Es mejor que no la estires, está... un poco herida, déjala descansar y que la revise el médico. -aunque tal vez debería llamar mejor a un veterinario, ¿no? No quería que el otro se ofendiera si se lo proponía, tal vez ni siquiera sabía lo que era un veterinario pero seguramente querría saber, por lo que se guardó esa idea para él. -No pienses ahora en el estado de tu cuerpo... no va a durar, vas a curarte, a comer y a dormir bien y eso es todo lo que importa. -llevó una de sus manos hasta la barbilla del contrario y la levantó para que la mirara y le sonrió de manera leve. -Y no estés tan seguro de que no pueda regalarte Jinki a ti o al pajarito, no tientes a la suerte guapo. -se colocó enfrente de él y destapó con delicadeza la parte de arriba observando los moretones, por suerte no había ninguno sobre sus costillas así que al menos estas no estaban rotas, más unos en las caderas del otro llamaron de cierta forma su atención, y una imagen pasó rápidamente por su cabeza, una que le hizo estremecerse al recordar algo que no quería recordar y tapó al otro de manera seguida apartando la mirada e incorporándose. -¿Algún dolor más que añadir? -le preguntó esta vez endureciendo un poco su tono mientras agarraba una camiseta interior y colaba la parte de la cabeza por la ajena y metía sus brazos con delicadeza por las mangas colocándosela de manera seguida.
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    Rodó sus ojos ante sus palabras ya que era estúpido a su manera de ver, Sohee era su empleada ella tenía que desvivirse por hacerlo feliz a cambio de un sueldo y a él le haría feliz saber que no estaba envenenando a las hadas, por lo que el que el chico se negase a manterse con vida le parecía muy estúpido. Se sintió más relajado cuando al menos le dio algo que no podían comer y se lo anotó. Eso estaría bien por que la carne era cara y así tendría más para él mismo. Se agachó a los pies del otro, cogiendo uno de estos para secarlo con más cuidado por completo haciéndolo despacio ya que podía notar hematomas también por esa zona y luego lo hizo al otro pie. Agarrando unos mullidos calcetines se los colocó en cada pie también para que no se le enfriaran.
    -Te repito que pago a Sohee, así que cualquier cosa que necesites dime y te la conseguiré, no quiero que mueras envenenado, ni de frío o por cualquier otra cosa, líbrame de esa carga por favor, si te regalo y decides ser fino con otra persona y morirte allí, pues allá tu, pero manteneos ambos con vida en mi casa. -le pidió incorporándose y seguidamente se acercó a su cabello ante la vía libre a cortarlos y sujetó las tijeras. Una sonrisa apareció en su rostro ante la mención de ese sobrenombre que en labios de ese ser quedaba tan lindo y le tiró un poquito del pelo para equilibrar su vergüenza a la zalamería del otro. -Tranquilo te cortaré únicamente los nudos, si ves caer mucho cabello no te asustes. -bromeó mientras agarraba también el peine y lo pasaba por las zonas encontrando estos y tratando de desnudarlos al principios consiguiendo al menos un par que no tuvo que cortar. Se preguntó donde habrían tenido al chico para que estuviera en tal estado y que habían ganado pegándolo de esa manera si luego pensaban venderlo. No tuvo mucho esas dudas en la cabeza pues pronto le vinieron la solución a su cabeza y es que seguramente tanto Jinki como Taemin podrían haber sido solo vendidos para que no duraran mucho, y pronto recordó también los motivos por los que su padre los había traído. Claramente no merecía la pena tratar con cuidado a ese tipo de mercancía. Suspiró de manera pesada fijándose en que casi el chico tenía golpes por todo su cuerpo y pensó en todo lo malo que podría haberlo pasado, así que al menos aunque solo fueran unos días, pues se conocía y sabía que en cuando se agobiase mandaría a los dos lejos, al menos les daría un buen techo sobre sus hombres y cubriría sus necesidades todo lo que pudiera, ya que jamás los utilizaría para lo que su padre se los había traído. -Entonces... si no puedes comer carne... ¿a mi tampoco puedes comerme? -la pregunta llegó antes a sus labios que a su cerebro pero no se arrepintió de hacerlo, le servía para distraer al otro y al mismo tiempo calentarse él solito ya que Jinki solo le seguía el juego seguramente por temor. -Qué pena... todos dicen que tengo un buen sabor... -terminó de cortar el último nudo que cayó al suelo y agarrando la toalla la pasó por sus hombros y comienzo de su espalda para retirar los pelos abandonando de manera seguida las tijeras y el peine encima de la cómoda. -Bueno, vamos a ver esa rodilla... ¿crees que tengas algo más roto o fracturado? -le preguntó volviéndose a agachar para estirar su pierna con cuidado y ver bien que movimientos se le dificultaba más.
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