Posts written by Taem

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    Puso un peque;o puchero y casi gimió como un cachorrito al ver como se tapaba más se contuvo y empezó a enfocar el agua también en otras zonas de su cuerpo para terminar de quitar todo rastro de jabón que aún pudiera tener soltando varias carcajadas por lo dicho. Ah sin duda iba a ser agradable tenerle por ahí aunque al principio había sido muy reacio. Le gustaba que pudiera seguirle las bromas, incluso las sexuales, le sorprendía un poco que no se pusiera incómodo con estas ya que no estaba siendo precisamente discreto y el pensamiento de que tal vez Jinki le estaba siguiendo el juego solo para evitar una mala reacción de él le molestó un poquito, más se le pasó pronto ya que aunque sus intenciones con este, si es que el otro quería era de todo menos puras, la verdad es que si estaba haciendo también tantas bromas era para conseguir relajarle un poquito, aparte de que tal vez el otro se sentía bien por recibir tanto alago luego de tantos meses solo escuchando insultos.
    -Todo a su debido tiempo Jinki~ Si te portas bien podrás descubrirlos. -dijo sonriendo apagando los grifos una vez que no hubo rastro de espuma solo en sus pies y con mucho cuidado lo ayudó a salir escuchando la manera tan aniñada en la que el otro quería llamarle. -Bueno, siempre que sea en privado no me importa. Pero tampoco lo hagas en presencia de Sohee. -no sabía cuando volverían a estar a solas, normalmente no buscaba tener mucha relación con la gente tanto por sus problemas sociales como por el hecho de que estaba cargado de trabajo, es más había días en los que ni a Sohee veía ya que el se encerraba en el despacho cual ermitaño y la otra solo le preparaba las comidas de todo el día y se mantenía apartada para dejarle trabajar. -Con cuidado. -le pidió ya que no quería que se resbalase y se hiciese más daño.Bajó la mirada hacia su rodilla viendo como esta continuaba hinchada por lo que se colocó a un lado para que el otro no dejara todo su peso en una sola pierna y acabara cansándose y se sostuviera si quería y de forma rápida lo enrolló como a un bebe tapando cada parte de su cuerpo con sus dos grandes toallas para que absorbiera cuanto antes el agua y no tuviera riesgo de resfriarse. -¿Que soléis comer Jinki? Hoy vais a tener que comer lo que Sohee ha preparado, pero para mañana puede preparar otras cosas más acorde a vosotros. -no quería tratarlos de delicados, pero no dejaba de ser una especie diferente y no quería que comieran algo que pudiera hacerles daño. -Cualquier cosa se la podéis comentar a Sohee y ella lo preparará con gusto, bueno tal vez no con gusto, pero para algo la pago. -lo guió de forma lenta hacia fuera del cuarto de baño recibiendo el fresquito que dio el cambio de temperatura y le acercó una silla, no quería que sentara su húmedo trasero en su bonita cama toda arreglada y limpita. -Aquí tienes la ropa... -dijo agarrando la camisa y frunciendo rápidamente el ceño al ver el problema de sus alas y la espalda de esta. -Bueno, tal vez recortando por aquí... -sabía que había prendas para estas criaturas aunque eran prendas serviciales y por ello no le apetecía comprarlas. -Tendré que pedirle a Sohee que las cosa de alguna manera, mientras tanto se recortarán y ya. -ahora que lo pensaba Sohee no había dicho nada con respecto a como había vestido al pajarito, así que suponía que había hecho lo mismo. Se acercó a una cómoda buscando unas tijeras y también le agarró un peine para que el otro buscase quitarse los nudos. -Si no puedes los recortaré, avisado estas, pero no puedo permitirte que andes de mala forma delante de gente, todo se cuenta muy rápidamente y no me gusta que hablen de mi... -al fin y al cabo esa sociedad vivía de apariencias y a él le gustaba mucho la tranquilidad que no saber de chismes le generaba.
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    Vio como la mujer lo miraba de manera seria sin encontrar tan divertido como él el hecho de sus nombres y solo suspiró. Le gustaba precisamente eso de la mujer hablaba cuando tenía que hacerlo y cuando no se callaba, sin duda era la que más le había durado y esperaba que continuase así. Estaba a punto de entrar en el cuarto de baño cuando rápidamente se acordó de algo y se giró de nuevo hacia esta.
    -Avisa al médico para que venga mañana o cuanto antes para que cure a estos dos, también envíale otra botella de vino a mi padre para agradecerle... bueno ya sabes, a nuestros invitados. -comentó mientras suspiraba de manera pesada. -Es mejor tener a ese viejo cabrón contento, ¿no crees?. -no esperaba una respuesta por parte de la mujer por lo que continuó hablando. -También adelántate y dale un poco de comer a ese pajarito antes de que bajemos, está tan delgado que temo no vaya a durar mucho. -y eso sumado a lo débil que estaba el chicole hizo una señal de que iba a seguir y de que podía marcharse para luego entrar en el cuarto de baño de nuevo. Lo primero en lo que se fijó fue en el chico al cual sonrió un poco al ver que había continuado bañándose estaba con mucho menos agua y más clara de lo que le había dejado, por lo que las vistas le alegraron bastante. -Que pícaro... me gustan las vistas, ya no la llenes más. -le sonrió apagando los grifos y volviéndose a colocar detrás de él observando como el pelo ya estaba enjuagado pero los nudos que quedaban no parecían haberse deshecho. -Voy a tener que cortarlos, no quiero que andes con estos pelos. El vello enredado solo me gusta en una parte del cuerpo Jinki, y no es en la cabeza. -volvió a bajar la mirada hacia el miembro del contrario viendo como aún estaba levemente duro y quiso agarrarlo y tal vez cumplir la ayuda que le había dicho al otro anteriormente pero tal vez ya sería pasarse, odiaba a veces el tener moral. -Dejaremos el corte para unos días, tal vez en tus siguientes duchas se despeguen solos y no será necesario, más, prefiero que no salgas si mientras tanto tengo visitas. -le pidió. Como ya había dicho y repetido le gustaba a la gente bien lavada, arreglada y vestida y esos nudos en su cabello no entraban en su etiqueta perfecta.
    El chico parecía haberse lavado ya el resto del cuerpo lo cual le causó un poco de tristeza ya que hubiera preferido ver de nuevo su peculiar manera de lavarse íntimamente más no se quejó y volvió a incorporarse. Agarró dos toallas acercándolas a él, Jinki estaba muy desnutrido al igual que Taemin, así que tenía miedo de que si se resfriaba podría llegar a ser mortal por lo bajas que tenían que ser sus defensas así que quería evitar que cogiera frío.
    -Bueno, vamos a levantarnos... lo haré lentamente así que solo aguanta un momento. -comentó y sujetando una de sus manos pasó con esfuerzo el otro brazo por detrás de su espalda tratando de hacer presión solo con este y no con la palma de su mano para repartir el peso y de forma seguida lo levantó con mucho esfuerzo agradeciendo el no haberse resbalado con el agua que había fuera de la bañera hasta ponerlo de pie. Soltó un pequeño quejido ya que aunque Jinki no pesaba mucho ya estaba cansado por subirle antes por las escaleras y le dio una buena nalgada. -Ya estás de pie, mantente mientras te quito la espuma. -dijo sin darle importancia a su gesto para luego agarrar la manguera de la ducha y abriendo para que saliera agua por ahí enfocó rápidamente y sin ningún tipo de pudor a la entrepierna del otro retirando la espuma de esa zona con la mirada bien fija y una sonrisa en su rostro.
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    Sabía que tal vez se estaba pasando un poco con sus comentarios tan directos, pero no era capaz de resistirse, el chico era un bollo dulce al que deseaba echarle el diente y pensaba probarlo nada más este se recuperase y curase sus heridas todo lo posible. Una nueva sonrisa apareció en su rostro ante la nueva indirecta de este y se mordió el labio tratando de contenerse en soltar alguno de sus comentarios hasta que ya no fue capaz de resistirse, más la mención de Taemin hizo que se quedara unos segundos más callado escuchando atentamente. Casi puso morritos al escuchar que el otro no era su familiar ya que al ser solo un ''amigo'' algo podía surgir entre ellos y más por el hecho de que ambos se habían aferrado al otro como si la vida les dependiera de ello, claro que la situación lo ameritaba, pero este tipo de cosas también solían unir a los ''amigos'', ¿tal vez debería buscar deshacerse del pequeñito? Si había sentimientos o algo profundo entre esos dos, no creía que Jinki quisiera hacer cosas con él y él a pesar de conocerlo hace tan poco, quería cometer muchos pecados junto al otro.
    -¿Y por qué no te la ibas a tomar en serio? -le preguntó volviendo a detener el lavado de su cabello para colocar cada mano a de nuevo en los hombros del contrario agachándose otra vez para hablarle a la altura de su oreja dándose cuenta de que esa posición le gustaba mucho a pesar de que las alitas eran algo molestas. -Una de las cosas que debes saber de mi, es que yo siempre hablo en serio. -comentó alzando de nuevo sus ojos aunque el otro por la posición no pudiera verlo, pero ya era un tik casi. Se echó hacia atrás volviendo a su cabello sin saber si debería ignorar su ''ofrecimiento'' o responder algo, pero ignorarlo sería descortés aunque la posición de ambos fuera tan distinta. -Sabes que voy a responder a eso... No tengo suficiente confianza en ti como para permitirte siquiera un poquito de tu poder. No me malinterpretes, me caes bien y eres un hermoso Zalamero, pero de ahí a la confianza hay un gran paso por lo que prefiero pagar para que os traten. -había estado hablando mientras sus ojos se desviaban con mucha sorpresa a la manera en la que el otro se lavaba la polla, casi parecía que se estaba masturbando hasta podía ver su miembro casi duro. Se escandalizó aunque no de mala manera, al contrario,con mucho gusto, ya que hasta Jinki parecía tener un toque de inocencia que quería corromper cuanto antes, más se resistió mucho nuevamente a no actuar como un pervertido delante del otro, aunque era algo sobre lo que no tenía mucho control y que Jinki le siguiera el juego hizo que parte de su actitud se derrumbase. -¿Necesitas ayuda con eso? -fue incapaz de resistirse más y alzó su mano llevándola hasta el miembro del contrario casi tocándolo cuando unos golpes en la puerta le distrajeron y miró hacia esta.
    -Jonghyun, ya está listo el chico. -escuchó a Sohee al otro lado de la puerta e hizo un pequeño sonido de aprobación y frustración al mismo tiempo.
    -Tal vez luego. -comentó mientras se incorporaba dándole unas palmaditas luego en su hombro. -Continúa solo hasta que vuelva y por favor. -le pidió saliendo y encontrando a la chica dejando una muda de ropa en su cama, seguramente para Jinki. -¿Qué tal ha ido? -preguntó hablando en voz baja, no era una conversación que le interesara al chico hada.
    -Bastante bien, al principio temblaba mucho, pero se ha ido relajando. Ha preguntado mucho por el otro chico. -le explicó esta. -Lo he dejado abajo en el comedor como pidió con algo de beber, pero parece un poco inquieto así que dudo mucho que permanezca ahí para cuando baje. Con respecto a sus heridas, parece tener una muñeca dislocada le he puesto una venda provisional, y varios dedos rotos, creo que alguien se la pisó repetidas veces, por suerte no hay señal de abuso sexual, más si de abuso físico, desnutrición... -levantó su mano para hacerla parar asintiendo.
    -Está bien. -traele algo para beber a este y luego quédate con el otro explícale el funcionamiento de la casa, lo que me gusta y lo que no... -se dio media vuelta para entrar hasta que pensó que era necesario presentar a los chicos y asi lo hizo. -Este se llama Jinki y el de abajo Taemin. ¿Son nombres curiosos no crees? -le preguntó con una sonrisa.
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    Estaba muy tentado a coger una tijera y empezar a cortarle el cabello, pero no quería tomarse tales libertades a fin y al cabo, aunque les estaba haciendo un favor eso ya rallaría un poco el abuso, pero la suciedad estaba bien incrustada y eso le estaba sacando de quicio. Tal vez podría hacerlo más adelante si es que no lo lograba, pero llegaría a ese extremo en caso de no poder seguir frotando. Bajó un poco la vista a sus hombros y luego miró los suyos propios. Aunque los suyos eran más anchos, los de Jinki tenían un no se qué que le encantaba, se imagino que sería ser sujetado por esos brazos, el como se moverían encima de él y casi se encontró de nuevo babeando. Sin duda empezaría a endulzar al chico para tratar de llevarlo a su cama, aún no sabía como lo haría, ni siquiera quería pensar en lo que su padre diría si se enteraba, solo quería dejarse llevar por sus instintos más bajos y básicos y hacer que Jinki lo follara con todas sus fuerzas. Iba a empezar a fantasear en como sería cuando escuchó a este hablar y enarcó una ceja ante sus palabras suspirando un poco. No se había referido a eso, sabía que nada les quedaba a ninguno en su país, era más al hecho de que hubiera preferido que nada de esto hubiese pasado, incluso el mismo se anotaba en esa lista, más no dijo nada, no se veía en derecho a mencionar a la gente querida de ese hada. Una pequeña sonrisa cruzó su rostro al escuchar como se arrepentía de su disculpa y encontrando que ese era mas que un buen momento para aumentar el contacto aunque solamente fuera un poquitín bajó sus manos hasta los hombros del contrario sintiendo un escalofrío al tocarlos por los fuertes que los sintió y les dio una palmadita al igual que una caricia.
    -Buen chico. -comentó incorporándose de manera seguida para buscar en los armarios una esponja nueva, la cual no tardó en hallar y volvió a la bañera entregándosela para que mejor se frotara con ello, haría mucho mejor trabajo que solo esa barrita de jabón y que encima solo era de adorno aunque cumplía su función de limpieza, más se había visto tan adorable que era incapaz de decirle nada. No sabía muy bien si era lo más acordé responder a su pregunta sobre la guerra, pero tampoco veía bien ocultarlo. -Varios meses... aunque aún quedan muchos soldados en tu tierra y puede que dentro de poco empiecen a trasladar allí a personas por los recursos.. -le explicó esperando no haber hecho mal al revelarle aquello, más por su salud mental que otra cosa, pero no tuvo mucho tiempo de pensar en ello. Casi se atraganta un poco con su saliva ante aquella pregunta con ese tono tan travieso y una enorme sonrisa de pervertido que por suerte Jinki no era capaz de ver se asomó por su rostro y acercándose a su oreja mientras una de sus manos bajaba recorrió el hombro del contrario bajando por su cuerpo.
    -¿Quieres que te bañe todos los días? -le preguntó de manera provocadora mientras su mano seguía su camino hacia abajo, hasta que encontró la esponja que hacia pocos segundos que le había pasado y se la quitó echándose hacia atrás para echarle de manera seguida un buen chorro de gel a esta y luego mojar el producto un poco para que este no estuviera tan frío. -Échate un poco hacia delante, voy a frotarte la espalda. -comentó mientras lo ayudaba a incorporarse con cuidado y luego tiraba de él. Pegó la esponja a su espalda y de forma lenta comenzó a pasarlo. Había escuchado los gemidos de este que parecían venir de ese lugar y tal vez tenía alguna lesión en sus vertebras. No, realmente no se iba a librar de avisar al doctor. -Para tu mala suerte, tengo cosas mejores que hacer que lavaros... este solo es un caso especial... así que asgúrate de frotarte bien por todos lados Jinki, así no habrá ni cubetazos de agua, ni manguerazos... o bueno puede que si manguerazos, pero de otra forma más agradable, queda en ti guapo. -pasó sus manos con suavidad por toda la piel de su espalda ignorando sus alas ya que no se sentía cómodo tocándolas, estas tenían muy mal estado y sentía que eran frágiles y que podrían romperse en cualquier momento, hasta una de las dos parecía estar más caída de lo normal que había visto, más tal vez el otro podía controlarlas a su parecer por ello no se atrevía a mencionar nada. Una vez hubo frotado bien su espalda hasta que toda mancha hubo desaparecido lo volvió a dejar recostarse y le pasó nuevamente la esponja siguiendo con su cabello en el cual el champú parecía estar haciendo efecto. -Lávate bien la polla Jinki... o si quieres déjalo y lo haré yo luego. -bromeó de manera muy directa y lanzada, pero ya que, el chico también parecía ser un pícaro y cada vez que se encontraba con alguien como él, su lengua tenía vida propia para ese tipo de cosas. -Siento que estás muy lastimado así que voy a llamar a un médico para que te vea y ya de paso al pajarito. -casi se olvidaba de él, pero no se sentía avergonzado. -A todo esto, ¿es tu hermano o algo por el estilo? -le preguntó con curiosidad.

    Edited by Taem - 2/7/2020, 02:38
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    Sabía que estaba siendo demasiado descarado en sus miradas, pero tal vez el hecho de que el chico fuera en cierto modo de su propiedad o solo que las expresiones de confusión y vergüenza que ponía se le hacían más que adorables. Levantó la mirada de aquella zona a medida que los harapos iban desprendiéndose de su cuerpo y evitó por todas sus fuerzas morderse el labio inferior ante la visión de su cuerpo. Si no tuviera ningún tipo de autocontrol seguramente estaría babeando literalmente, por suerte lo tenía y solo sus pupilas se dilataron ante la visión, pero eso si que ya le era incontrolable. Cuando el chico estuvo por completo desnudo pensándose si entrar en el agua le dio un vistazo de arriba a abajo viendo los golpes que este había recibido y las heridas que se cargaba, era desagradable como la gente trataba a esas criaturas, que aunque diferentes a ellos tenían más semejanzas de las que parecían, además... era casi un crimen golpear a un hombre tan atractivo. Suspiró ya que nunca comprendería a su especie a pesar de pertenecer a esta, y por sus propios y pervertidos pensamientos, y salió de estos cuando vio al hada avanzar hacia la bañera se apartó un poco sin ayudarle a entrar ya que el chico parecía moverse con más fluidez así que se colocó a un lado de él arrodillándose.
    -No estoy aquí para ayudarte, estoy aquí para bañarte. La limpieza en mi casa tiene que ser escrupulosa, no admito ni malos olores ni un poco de suciedad, así que quiero asegurarme de que quedas bien frotado y perfumado. -comentó mientras agarraba un pequeño cubo y llenándolo con el agua la volcó encima de la cabeza de Jinki sin avisar. -Quiero que tu y Taemin se bañen todos los días a conciencia, y mínimo dos veces a la semana lavéis vuestra ropa, os voy a dar todo tipo de productos para que lo hagáis así que quiero que los uséis, si os huelo mal os llevaré al jardón y os bañaré yo mismo con la manguera. -amenazó aunque era más una broma como esa que le decía su madre cuando era pequeño para que llevara una buena y correcta higiene. -La ropa que llevéis tampoco tiene que tener manchas -volvió a llenar el cubo y nuevamente lo volcó en la cabeza del otro empezando a frotar su cabello arrugando la nariz al ver que partes las tenía pegadas. -Espero que eso sea verdad... puedes llegar a caerme muy bien Jinki... y de momento lo haces. -llevando una mano a su barbilla la empujó para que su cabeza fuera hacia atrás y se asomó por encima mirando a sus ojos. -Y espero que eso no cambie... por las buenas soy muy bueno pero no me querrás enfadado y molesto... -empujó su cabeza e hizo lo del cubo una tercera vez antes de echar una cantidad ridícula de champú encima de la cabeza del otro empezando a frotar de manera seguida. -Mantén tus ojos cerrados, este champú es efectivo pero irrita. -le comentó mientras continuaba frotando, si esas partes no se despegaban tal vez necesitaría cortarlas, pero como no tenía prisa, ninguno la tenía continuó frotando a conciencia cada zona liberando el pelo de los nudos -Por las mañanas quiero que ayudéis a Sohee en todo lo que ella os pida, no admito ruidos tampoco a esas horas, en la tarde podréis moveros libremente por la casa y siempre y cuando mantengáis las manos limpias hasta podréis curiosear lo que queráis. Tendréis 3 comidas diarias, una cama donde dormir y a medida que vea que os comportáis más libertades. No quiero decir que por ello debáis sentiros agradecidos... no lo hago por eso. Seguro que ambos preferiríais estar en vuestra tierra con sus familias, solo... quiero que lo que por lo que os estoy dando, ninguno de los dos intente ninguna locura. Aunque parezca muy tentadora la idea de escapar, por mucho que logréis quitarme el controlador y hacerlo, no sabéis a que cosas os enfrentareís en la ciudad... y ahí fuera a un hada que no tiene permiso de su amo de estar en la calle es encerrada, y si voláis seréis abatidos. Este es el lugar más seguro para vosotros. -dijo volviendo a continuar lavandole el cabello.
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    Se sintió satisfecho cuando el otro se apretó contra él, más no cambió su expresión ni hizo algún tipo de sonido o gesto para que el otro se percatara de ello. No quería que el chico pensara que tenía algún tipo de influencia sobre él, pero sentir su cuerpo masculino bien pegado sinceramente le gustaba mucho. Siempre había tenido debilidad por los hombres, mucha debilidad, tanto que hasta había tonteado y se había acostado con más de uno cuando tuvo la oportunidad de viajar, pero todo había cambiado después de la guerra, se había vuelto más precavido con quien se relacionaba ya que sabía que no estaba mentalmente bien. Miró al hada de reojo ya que tal vez y solo tal vez podían hacerse compañía de esa manera en un futuro, no estaba en sus planes obligarle ni mucho menos, forzar a alguien no tenía que ver con el amor, siquiera el placer, solo con la dominación, y a él le gustaba más que le dominaran, más de ser al contrario jamás haría un acto tan asqueroso como ese.
    No pudo evitar soltar una carcajada ante sus palabras ya que lo estaba notando. Al chico parecía hacérsele difícil subir los escalones y no tuvo que ser muy listo para averiguar que algo con su pierna derecha no estaba bien, le costaba flexionar la rodilla y ese enorme hematoma encima de esta se veía hasta preocupante, al final si que tendría que avisar al médico por mucho que hubiera tratado de evitarlo. Se agarró a la encimera mientras iban subiendo muy despacito para que el otro no se lastimara más cuando escuchó aquellas preguntas y palabras salir de la boquita del otro y enarcó una ceja.
    -¿Te refieres a por qué te trato de forma digna? -le preguntó, estaba seguro de que la estancia de Jinki en su país había sido de todo menos agradable, solo tenía que verlo para corroborar aquello, pero no se había esperado que todas las personas con las que se hubiera encontrado habrían sido tan crueles con él como para no hacerle notar que no todos eran iguales. -No todos somos iguales... y no todos disfrutamos participar en la guerra... por lo que a mi respecta... -tuvo que pararse un par de segundos ya que cargar con Jinki y subir escaleras era incómodo y más saber que aún les quedaba otro tramo más ya que el baño al que quería llevarle era el suyo privado que se encontraba arriba en su dormitorio. - ...aunque diferente no por ello eres inferior a mi. Bueno, si tal vez en dinero, pero nada más. -se estaba cansando un poco de esa manera de llevarlo por lo que sin esperar una respuesta de nuevo, aunque esta vez ni siquiera preguntó, inclinó su cuerpo y lo pasó por detrás de sus rodillas cargándolo de manera seguida y pegándolo mucho a él. -Igual no soy una persona muy sociable... tal vez me canse pronto de vosotros y simplemente os pase a alguien más por lo que lo mejor que puedes hacer tanto tu, como ese pajarito que colgaba de ti, es disfrutar, alimentaros bien, recuperaros y... bueno todo eso. -se encogió de hombros terminando el tramo y sin soltarle caminó hacia las escaleras que iban a los dormitorios y las subió rápidamente sintiendo como sus brazos llegaban ya casi al límite arriba del todo por lo que volvió a dejarlo en el suelo y lo llevó el último tramo caminando. -Pero creo que... mientras os portéis como os digo y no os metáis en problemas ni me metáis a mi en estos, podremos tener una amistosa relación laaaaarga y fructífera. -comentó abriendo la puerta de su habitación y llevándolo por esta hacia el cuarto de baño dándose cuenta como los piececitos sucios de Jinki estaban ensuciando su suelo, pero bueno Sohee simplemente tendría que hacer ese día horas extras. -Quien sabe... tal vez hasta escalemos la amistad. -hizo un pequeño movimiento con sus cejas de manera coqueta sin volver a poder evitarlo y lo abandonó con cuidado en medio del baño una vez que entraron. Agarró todos los botes necesarios para perfumar a su hada olorosa y los colocó a un lado de la bañera la cual empezó a llenar con abundante agua tibia echando todos los geles que encontró en esta. Metió su mano en el agua viendo que estaba a una temperatura bastante buena y se giró enarcando una ceja. -¿Planeas bañarte con ropa? No pienso dejar que esos harapos toquen mi bañera Jinki~ -comentó con una sonrisa y cruzándose de brazos se quedó mirándolo. -No seas vergonzoso, ambos tenemos lo mismo. -dijo bajando su mirada justamente a su entrepierna anticipando el momento,
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    Había esperado que hablaran ambos, pero tampoco le sorprendió mucho que fuera el grandote quien lo hiciera, a fin y al cabo el pequeño parecía lastimado más mentalmente que el otro. Miró a uno y a otro quedándose con ambos nombres, eran bonitos a su manera aunque el del chico grande sin duda le gustaba mucho más, a decir verdad no veía nada del otro que le desagradase físicamente, obvio todas esas heridas y golpes debían desaparecer al igual que la desnutrición que ambos parecían tener. Realmente más que tratar de ''ayudarle'' su padre parecía querer darle más trabajo, ya que esas criaturas necesitaban muchos cuidados, al menos podía haberle entregado algunas hadas que no estuvieran en tan mal estado, pero sabía que su padre no pretendía que le durasen mucho, seguramente el hombre esperaba que se desquitase con ellas enseguida y pasaran a mejor vida, algo que no pensaba hacer, él no había herido a ese hombre de manera intencional aunque se lo mereciese, así que no estaba en sus planes lastimar a Taemin o Jinki, si estos no le daban motivos, por ello les había aclarado bien las cosas desde el principio.
    -No me importa que me cuestiones en privado como ahora Jinki, o delante de ella siquiera, al fin y al cabo no deja de ser alguien a quien pago para comportarse como yo quiero, pero ni a ti ni a Taemin lo hago, así que dado que os estoy ofreciendo más de lo que cualquiera lo haría, te vendría bien contentarte con ello. Sohee se encargará de Taemin y yo de ti. No dudes de ella, a pesar de su aspecto sabrá tratar a tu... amigo y luego podrás volver a pegarte como una chinche a él. -se incorporó acercándose a Sohee que aún cargaba al pequeño y miró a este. -Lávalo bien a consciencia, trata sus heridas y fíjate que no tenga nada roto, avísame en caso de que haya que llamar a un médico, luego llévale al comedor, les daremos dobles raciones hasta que recuperen su peso normal. -observó como las alas de Taemin estaban algo magulladas al igual que las de Jinki. No sabía si el médico si es que en primer lugar aceptaba tratarlos podría curar aquello. Movió su mano para que la mujer saliera y luego de asentir con la cabeza rápidamente lo hizo, subiendo las escaleras. La mujer sabía que baño debía usar así que no había quedarle indicaciones sobre ello. Acercándose nuevamente a Jinki volvió a acuclillarse frente a este. El tipo era hermoso y tenía un cuerpo bonito, la pregunta de como se desempeñaría en otros asuntos vino a su cabeza, pero no era el momento de pensar en ello, tal vez más adelante cuando estuvieran en más confianza.
    -¿Puedes levantarte y caminar? -le preguntó, aunque no esperó una respuesta pues pronto pasó uno de sus brazos por encima de su cintura para tratar de incorporarlo a el. -Eres un chico grande, me costaría subirte por las escaleras, pero lo haré si lo necesitas. -comentó mientras lo ponía de piel lentamente y le daba espacio a que se apoyara contra él, pronto cayó en la cuenta de que su ropa se ensuciaría de dejarle hacer eso, pero bueno, era un precio que debía pagar. -Sabes, también eres muy apuesto.. -no se contuvo en hablar. -Tal vez pueda usarte para otras cosas que no solo para limpiar los caros muebles que adornan mi casa, pero ya lo veremos. -le sonrío de manera provocadora e incluso le guiñó un ojo para luego pegarlo bastante a él, aunque no por motivos impuros, si no para ayudarle tan seriamente como había dicho esto. -No tengas vergüenza en agarrarte... no te morderé a no ser que no quieras... -bromeó sin poder evitarlo y se prometió que sería la última. -Hablo en serio Jinki, si te caes por las escaleras y te rompes las piernas no será agradable para ti... y como hagas que me caiga yo... bueno... no reaccionaré muy bien. -le advirtió sacándolo lentamente de la bodega y acercándose a las escaleras.
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    No pudo evitar que su expresión cambiara a una buena sonrisa al escuchar aquello sobre su estofado ya que pensó que había disimulado mejor, pero no parecía haber sido así. Aunque no tenía que ver con que fuera estofado, solo al hecho de que fuese de lata, al fin y al cabo nunca le habían gustado los alimentos procesados de esa manera. No pensaba que fuese necesario decir más sobre el tema de abajo. Jinki sabía lo agradecido que estaba con él a pesar del susto así que no mencionó nada y su boca comenzó a ensalivarse al pensar en un posible postre, más un pinchazo en uno de sus pies le hizo percatarse rápidamente también de otro tema que rondaba por su cabeza y se detuvo.
    -No me apetece mucho postre, he quedado muy lleno. -dijo de manera perfectamente creíble y se acercó para tomar el abrigo de Jinki que se había colocado al querer escaparse anteriormente. -Y tampoco me disgustó tanto. -mintió aquella sin importarle lo descarado que sonó mientras se lo colocaba. El aroma de Jinki lo invadió por completo y por varios segundos se sintió en paz hasta que aquella pregunta del otro le hizo sobresaltarse un poco y le miró como si se le hubiera soltado un tornillo, lo cual luego de conocerlo durante un par de semanas, veía muy posible. Lo siguió en silencio meditando por si había escuchado mal y una vez que llegaron a la habitación observó aquella caja que nada más fue abierta él dio varios pasos hacia atrás poniéndose en alerta y mirando a Jinki como si fuera un extraterrestre. ¿Había tenido esas cosas ahí escondidas todo ese tiempo? Se asustó por varios segundos hasta que el tono avergonzado del otro lo apaciguó más no por ello lo tranquilizó del todo. -No se disparar... y no me vas a enseñar... no me importa que suceda, pero no pienso matar a nadie o... herirlo con una de esas cosas... -dijo meramente asustado mientras levantaba sus manos para que no se acercase a él mientras llevase uno de esos chismes. -De todos modos no las neceistamos, los pisos están vacíos y... si no lo están... dudo que haya alguien vivo... -no habían escuchado ningún ruido más que los típicos que todo edificio hacía al ser algo viejo. -Además, aunque no lo parezca, puedo defenderme muy bien sin la necesidad de eso... -había hecho boxeo en el instituto y aunque ahora estaba gordito, siempre se había ejercitado mucho. - ...solo prueba a cabrearme y te lo demostrare... y lo harás si te acercas a mi con una de esas cosas. Así que guárdalas donde no sepa donde estén y ven a la puerta... -le advirtió dándose media vuelta para luego caminar hacia donde había dicho, abriéndola y saliendo esperándole en ese lugar con los brazos cruzados. Sabía que el mayor no iba con malas intenciones, pero siempre había estado muy encontra de las armas y no por ello iba a cambiar su manera de ver las cosas. Miró hacia las puertas y se acercó a las cerraduras agachándose hacia esta sintiendo como sus rodillas se quejaban habiéndose olvidado por dos segundos de sus dolores ante la aparición del arma. No sería muy aconsejable hacer mucho ruido así que tal vez podrían probar con unas horquillas aunque lo más probable es que el portero tuviera un juego de llaves, así que sin esperar a Jinki marchó escaleras abajo.
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    Se quedó observando como el hombre trataba de encontrar algún tipo de segunda intención en su ofrecimiento por lo que se mantuvo firme con la botella en la mano. Más que un regalo era una excusa para despedirlo tanto a él como a su séquito, el hombre ya había hecho su trabajo en ese lugar, no lo quería para nada más de momento, y no es como si le gustase recibir visitas de este, casi ni parecía haber sido criado por sus padres ya que había salido bien diferente, aunque sabía que ese no era el motivo, él era igual de petulante que ese hombre antes de la guerra, pero esta como siempre cambia a las personas y con él lo había hecho de manera extrema.
    -Delicioso. -dijo el mayor luego de varios segundos tomando la botella y yendo a fijarse en su etiqueta. Sonrió de manera forzosa colocando sus manos detrás de su espalda y esperando a que el otro inspeccionara su regalo como le gustaba inspeccionar todo. Dio un leve vistazo a esas criaturas esperando que aquella fusta no hubiera sido usada en ellos ya que parecía gruesa y de las que causaban daños severos, más era imposible verlo debido a la cantidad ya de por si de golpes que ambos tenían. -¿Quieres que te enseñe a como domarlos si se portan mal? -escuchó la pregunta del hombre y rápidamente volteó del todo a mirarle meditando su ofrecimiento unos segundos aunque más que por que lo considerase por el hecho de que se quedó atontado.
    -Combatí en la guerra padre, podré con ellos. Además están débiles y seguramente desnutridos no van a poder conmigo. Aparte, ¿no querías que los tuviera para desquitarme? -le preguntó alzando una ceja y vio como el hombre lo miró un par de segundos con la ceja alzada antes de sonreír pareciendo gustarle lo que escuchaba y asintió.
    -Ese es mi chico. -dijo el hombre sin ningún tipo de ilusión, por lo que lo sonrió de manera forzosa y movió su mano hacia la puerta invitándole a salir antes de él y luego haciéndolo él cerrando tras de si pero dejando las luces encendidas. Dio un último vistazo a los chicos, sus ojos fijándose en los del más mayor durante un par de segundos, antes de darles un buen vistazo a ambos. -Si tienes problemas con ellos, solo manda un mensaje urgente y vendré enseguida... -empezó a hablar el hombre sobre todo lo que podrían hacerle juntos mientras subían las escaleras. No lo siguió guiando hacia su despacho, en parte por que no hacía falta y en otra por que ya quería que se marchase así que se quedó en la puerta junto a él. -La caja con todas las herramientas que necesitarás para domarlos está en tu despacho. Toma. -le pasó la fusta la cual sujetó a regañadientes dedicándole una sonrisa forzada y la colocó detrás de su espalda al igual que sus manos apretando los puños.
    -Muchas gracias por todo padre, espero que me duren tanto como tu crees que lo harán. -solo esperaba no estar vendiéndolos a los pocos días por que le sacaran de los nervios, lo cual era muy probable y más por el hecho que al contrario que el servicio estas criaturas estarían las veinticuatro horas con él.
    -Estoy seguro de que si. -dijo el mayor tampoco sin ilusiones pero satisfecho con su comportamiento por lo que un apretón de manos más tarde por fin su padre se despidió y salió.
    Sintió como un peso en sus hombros se iba literalmente y a punto estuvo de sentarse en el suelo a descansar, como si hubiera estado corriendo una maratón, más se contuvo. Miró hacia la puerta que daba a la bodega un par de segundos perezoso por saber que se tenía que encargar de esos seres, no podía simplemente dejarlos en el estado en el que se encontraban por lo que incorporándose fue hacia su despacho y tocó una campanita. Sohee una criada que ya pasaba de los dos meses, alta fornida y con expresión muy seria apareció inmediatamente haciendo una reverencia bastante pronunciada que ya le había dicho miles de veces que no era necesario, más esta se molestaba en hacer siempre.
    -Como ya seguramente has escuchado... tendremos nuevo servicio. -no podía simplemente darles un trato mejor a esas criaturas, así que, que ayudaran en el servicio mientras Sohee estuviera sería lo mejor, luego podrían tener la tarde libre mientras el se ocupaba de sus cosas sin ser molestado. -Quiero que los enseñes bien y sin ruidos, también prepárales una... no, dos habitaciones. -estaban demasiado juntos y tal vez aquello podrían desembocar en una unión que era necesaria cortar de raíz al menos durante unas horas. -También dales ropa de abrigo, de verano, para salir... pero acorde al servicio. Aunque creo que no compré abrigos así que dale uno de los míos al pequeño y cómprale otro al más grande cuando salgas a por el mandado. -se fue remangando mientras hablaba y agarrando la caja que su padre le había dado la miró viendo como había bastantes aparatos de castigo, pero también un controlador de la pulsera que tenían en su muñeca. Sabía que esta anulaba los poderes de esas criaturas y les impedían marcharse del sitio en el que estaban. No sabía como funcionaba esa tecnología de control, pero al menos si era intuitivo en usar el controlador, así que lo ajustó lo necesario para que pudieran moverse por la casa nada más con libertad. Comenzó a andar sabiendo que sería seguido hacia fuera de su despacho y luego tomó el mismo camino hacia la bodega, la cual una vez tuvo en frente la abrió. -Necesitarán también un baño y que sus heridas sean curadas... no podemos llamar al doctor, así que al menos durante veinticuatro horas que descansen y se alimenten bien, así podremos ver si tienen otras patologías. -más esperaba que no, los médicos eran muy reacios a atender a esas criaturas y cobraban mucho más, además de que no estaba bien visto el que fueran curados, al fin y al cabo como su padre decía, no eran tratados más que como cosas.
    Se acercó a ambos y se acuclilló al lado de estos observándoles atentamente. No parecían tener nada roto más tantos moretones y heridas eran preocupantes. Levantó una mano viendo como el pequeño parecía encogerse más y se pegaba todo lo que podía al mayor que lo abrazaba con fuerza. Podía notar la desesperación de ambos por el futuro incierto, más a su parecer no podían haber quedado en un mejor lugar, él al menos los trataría bien, si continuaran con su padre seguramente no durarían más de una semana.
    -Voy a presentarme. Me llamo Kim Jonghyun... -iba a hablar de sus títulos, más no pensaba que fuese necesario o que ellos siquiera le entendiesen. - ...y os referiréis a mi como Jonghyun en privado y en compañía como señor... esto es muy importante, ¿de acuerdo? -les preguntó más sin esperar respuesta. -Se que lo habéis pasado mal pero espero que lo superéis pronto. Ahora tenéis una nueva vida aquí que dependiendo de vuestro comportamiento será bueno... o malo. -sacando el control lo alzó sabiendo que ambos lo conocerían muy bien. -Y no quiero que sea como lo segundo, el tiempo que paséis aquí me gustaría que fuera agradable. -le fue inevitable no darle un buen vistazo de arriba a abajo al más grande sus pensamientos desviándose hacia lo que él consideraba agradable pero se contuvo. -Seréis alimentados, vestidos, lavados y curados... no tolero la suciedad ni que se toquen mis cosas en ese estado. Sohee.... -presentó a la mujer detrás de él que aguardaba en silencio. -Os lo enseñará todo, ella está al mando después que yo. -alzando sus manos las llevó hasta el cuerpo del pequeño que pronto se puso a temblar y lo separó del más mayor sintiendo una pequeña satisfacción que no logró identificar y buscó olvidar pronto y sujetando con cuidado al más pequeño.
    -No me haga daño... no me haga daño... -sollozaba este en bajito con la voz ronca seguramente por todo lo que había chillado y lo acercó a Sohee que lo cogió como si fuera un bebé.
    -Encárgate de él... yo me ocuparé del grande.... -miró al otro con una pequeña sonrisa.
    -¿Es lo más adecuado? -sabía que la mujer no le cuestionaba a no ser que tuviera una gran duda. Ni siquiera hablaba de no ser necesario.
    -Claro, podré manejármelas... ¿por que te vas a comportar verdad? -le preguntó al chico volviendo a alzar el controlador. -Lo repito, no quiero castigaros, quiero que vuestra estancia aquí sea agradable y para ello tenemos que colaborar todos. Así que, ¿por que no os presentáis? -les preguntó.
  10. .
    Suspiró de manera pesada por quien sabía que vez en un espacio relativamente corto de tiempo y echó su cabello hacia atrás mientras escuchaba a su padre de las ventajas que era el tener a una de esas criaturas aladas, denominadas hadas que tan de moda se habían puesto los últimos meses luego de invadir la tierra donde estas vivían. En parte lo comprendía, eran criaturas hermosas y extrañas, pero no se veía a él con una y mucho menos con dos. Trabajaba desde casa ya desde hace un tiempo aunque acudía a las reuniones y a su despacho al menos un par de veces por semana para llevar los documentos que rellenaba sobre las propiedades que manejaba junto a la empresa de su padre, y ya tenía a alguien que lo cocinaba y le limpiaba por las mañanas, así que estaba acostumbrado a estar solo o en demasaidas reuniones sociales que lo axfisiaba.
    -Podrás liberar tu estrés no solo en el campo de tiro hijo. -o si un sitio que había frecuentado en secreto y que su padre había descubierto quien sabía como. -De todos modos a nadie le importa si se les pega a esas criaturas, son peores que los animales, abominaciones asquerosas ajenas al ojo de Dios. -enarcó sus ojos ante el pensamiento de su padre intentando no volver a suspirar mientras ladeaba la cabeza sin levantar la vista de unos papeles que fingía revisar. -Y me han costado muy caras, y no se pueden devolver.
    -Padre, se lo agradezco, pero... lo de la galería de tiro solo sucedió una vez... ese tipo me... -vio como el hombre levantaba la mano para hacerle callar y así lo hizo. Había levantado por unos segundos la vista, más la volvió a bajar.
    -Ese tema está cerrado. -concluyó de nuevo el tema su padre. -A tu madre le encanta la chica que compré para ella, la usa como una muñeca, no para de comprarle ropa y cambiársela. La entretiene y a ti te entretendrán las tuyas y si sucede algo, como ese tema de que no vamos a hablar nunca más, podrás descargarte en ellos.
    -¿Ellos? -preguntó dejando los papeles. -Padre no me gusta que nadie merodee por mi casa, cambio de criada mínimo tres veces cada dos meses por que siempre hacen algo que me molesta. ¿Como crees que me gusta tener a un desconocido rondando por aquí o incluso más?
    -Vamos, no son como tus sirvientas, solo mantenlos encerrados en la habitación que menos uses. -se quedó más que asombrado por la salvajada que su padre le proponía. -Y si se comportan de mala forma solo no les des de comer, pero quédatelos y... úsalos...
    Quiso golpearse la cabeza contra la mesa ya que no sabía si es que su padre no quería escucharle o solo se hacía el bobo, y algo que caracterizaba al mayor, es que este nunca era bobo. Sabía lo que el otro intentaba, no quería que volviera a ocurrir algo como lo de la galería de tiro, pero ya ni siquiera le permitían ir a ese lugar y no volvería a mezclarse con esa persona así que todo tendría que estar bien en su mente.
    -Voy a enseñártelos, están algo sucios, así que los he dejado abajo en la bodega. No creo que hayan tocado nada, se lo ordené de manera muy minuciosa, pero si lo han hecho... -vio como se apartaba el abrigo y sacaba una fusta. -Bueno, supongo que empezaran a ser castigados antes de tiempo.
    Seguramente aquello ni siquiera era necesario, en sus viajes ninguna de esas criaturas había intentado defenderse, al contrario solo buscaban protegerse a ellos y a su propia familia, pero no iba a llevarle la contraria. Algunas veces creía que su padre lo veía como una especie de bárbaro, era cierto que a veces se le iba un poco la cabeza sobre todo con la guerra y lo sucedido en esta, peronunca había lastimado a nadie que no lo mereciese y no empezaría con esas criaturas. Aún así lo siguió en silencio dejando sus papeles abandonados en la mesa de caoba de su estudio. Lo siguió por la casa hasta las escaleras que bajaban al final del pasillo y luego fueron hacia su bodega de vinos. Lo escuchó hablar sin hacerle mucho caso realmente ya que era el típico discurso que este le gustaba dar delante de alguien y ver a esos dos tipos, escoltas de su padre a cada lado de la puerta, que seguramente más que para proteger estaban para aparentar, sabía que su padre solo trataba de aparentar incluso delante de sus sirvientes.
    La puerta se abrió nada más el otro terminó de hablar y entró después del mayor, parpadeó un par de veces, sus ojos acostumbrándose a la oscuridad de la habitación cuando su padre encendió la luz y se quedó dos segundos atontados hasta que esas criaturas se posaron delante de sus ojos. Abrió mucho estos indignándose un poco por las condiciones de estos y que estuvieran manchando su suelo aunque al menos no habían tocado las botellas de atrás. Trató de mentalizarse y dejar su esnobismo de lado y más al escuchar a su padre volver a hablar.
    -En fin, llamalos como te plazca, para mi solo son cosa uno y cosa dos... ya sabes los motivos por los que te los he comprado, trátalos acorde a su... posición. ¿De acuerdo? -se volvió a guardar otro suspiro fijándose más a fondo en ambos. Uno era en extremo atractivo y el otro no parecía más mayor que un niño tembloroso. Era jodidamente horrible lo que su padre pretendía que hiciera con ellos y lo peor es que no es como si sus ''ataques'' ocurrieran con frecuencia.
    -Si padre... -se acercó a ambos y se fijó en de rasgos más masculinos. Sus ojos tan rasgados eran hermosos y hacían juego con las preciosas alas que se cargaba en su espalda, era una pena que una criatura tan bella se viera perdida de su libertad. -¿Por qué no te llevas una botella padre? -apartó la vista de este y agarró una de las botellas más caras que tenía. -Veinte años, del sur y ligeramente afrutado. -comentó girándose y tendiéndosela. -Como agradecimiento por... ellos. -le sonrió al hombre.
  11. .
    Ya no estaba tan centrado en su comida como otros días que la devoraba sin piedad, y casi sin darse cuenta se vio removiéndola sin llegar a comerla. Tenía muchas cosas por las que pensar y aunque no quería hacerlo ahora era inevitable que los pensamientos no le atravesaran al fin y al cabo había sido un día bastante movido aunque no lo pareciese ya ahora que las cosas estaban en calma. Escuchó todo lo atento que pudo a los halagos que el mayor hacía de su hermano sonriendo enternecido por como hablaba de este y casi se sintió estúpido por sentir celos de ese niñito incluso a pesar de que ya sabía que Jinki lo miraba de esa manera también. Era como el hermano menos favorito para el mayor y volvió a sentirse tan estúpido por sus pensamientos que a punto estuvo de aplastar la cabeza contra la mesa sin siquiera apartar el plato. Encima y para colmo al igual que Jinki solo que en campos diferentes Taemin también era una especie de genio y él para lo último que estudio fue para sacarse el carnet de conducir el cual no solo le costó sacar si no que encima prefería ir en bici a todos lados.
    -Por eso deberías haberla pedido por amazon... son mejor. -bromeó al igual que el con una pequeña sonrisa. Se preguntó si su hermana hablaría de manera tan cálida y buena de él como el mayor lo hacía de su hermano. Aunque siempre habían tenido una gran relación, incluso a pesar de que antes del bebé se había distanciado un poco, no tenía ninguna cualidad que alguien querría presumir, seguramente solo hablaba de él como su hermano pequeño que solo se había metido en problemas de pequeño. ''¿De verdad crees que pensaría y contaría solo eso de ti?'' La voz de la mayor resonó en su cabeza y pegó un pequeño brinco. No debería empezar a pensar de manera tan pesimista por lo que alejó todos esos pensamientos de su mente centrándose en ello, y para su suerte y sorpresa, una mano, la de Jinki, le distrajo y al enfocar sus ojos en este observó como estaba en esa rutina que había adoptado cada día de acariciar su vientre y preguntarle por el crío. -Está tranquilo. -comentó mientras se echaba un poco hacia atrás mirando hacia otro lado pero manteniendo una pequeña sonrisa. -Solo pateó más cuando me sacaste de la puerta... pero creo que al igual que a mi, él se asustó. -colocó de forma lenta su mano encima de la ajena y le dio un pequeño apretón. -... no me importa su género... solo con saber que está bien es suficiente, pero gracias. Eres muy amable. -comentó fijándose en el unos segundos en los que le hablaba para luego volver a perder su vista en cualquier lugar de su habitación. Se sentía raro al haber descubierto aquello, pero lo superaría como había hecho con todo, al fin y al cabo solo se trataba de un amor no correspondido. No quería pensar en el hecho de que tendría que expulsar a un niño en muy pocos meses por lo que dio unas palmaditas a la mano del contrario para que se apartara e hizo el movimiento de incorporarse, costándole al principio, pero lográndolo. -Vamos a recoger esto y pongámonos a trabajar, tal vez haya algo más delicioso para cenar escondido por ahí. -sonrió agrupando los platos y llevándoselos al fregadero en donde los abandonó. Ya los fregaría más tarde.
  12. .
    Echó los papeles a un lado para ya centrarse en la comida. No sabía si les daría un vistazo muy profundo, no comprendía la mitad de lo que ahí se explicaba por lo que intentaría que Jinki se lo contase sin decirle de forma clara que no entendía ni papa de lo que ahí había escrito. No pudo evitar sonreír enternecido y avergonzado por la preocupación de Jinki y suspiró internamente, ¿cómo siquiera se merecía tener sentimientos por alguien tan bueno como era el mayor? Era impensable y bobo, nunca estaría a la altura de este, ni siquiera él se ofrecía a lavar los platos por que el otro estuviera cansado, si no por que Jinki ya lo había hecho muchas veces y le daba vergüenza, eso por supuesto no era de ser buena persona. Comenzó a comer ya guardando silencio notando como el sabor de la sal había mejorado bastante el sabor por completo del estofado y se sintió aliviado. Comió con cuidado para no escaldarse la lengua con la comida mientras intentaba que sus pensamientos no se desviaran de forma pesimista a los de antes, aunque ganas no le faltaban con querer torturarse. Iba a abrir la boca para empezar algún tema de conversación que le permitiera distraerse, cuando al levantar la cara de su plato vio la rápida mano del mayor dirigirse hacia su rostro con una servilleta y seguidamente limpiar algo en su mejilla. Su rostro se coloreó demasiado, mierda, no era ningún niño para que le tratara así, pero no podía criticarle ese hecho ya que la sonrisa que el otro le echó lo descolocó durante unos segundos.
    -Gracias. -solo dijo de manera un tanto avergonzada devolviéndole la sonrisa para luego continuar la comida en un incómodo silencio. Comenzaba a sospechar la manera en la que el otro le veía y no sabía si le gustaba mucho, más no podía hacer nada para cambiarlo. Estaba claro que Jinki lo veía como a una especie de hermano menor, estaba muy claro, la sobreprotección, que hiciera tanto por él, todo, era lo más lógico y más sumado al hecho de que el mayor tenía un hermano pequeño. Se sentía tan estúpido por tener sentimientos hacia alguien que solamente lo veía como algo familiar, realmente era idiota, estaba seguro de que si su hermana estuviera a su lado se reiría de él a carcajadas, de manera escandalosa y sujetándose el estómago para darle más énfasis a su risa y enfadarle más. Quería que la tierra lo tragase en ese momento, se sentía tan patético, no sabía como había pasado de sentirse triste e inferior hacia Jinki, para sentirse avergonzado. Era un estúpido. -¿Por qué no me hablas un poco de tu hermano? -le preguntó para añadir más sal a sus heridas, la cual odio ahora mismo aunque el condimento hubiera hecho maravillas con ese estofado. -Me dijiste que... estudiaba harte, ¿no? -preguntó sin mirarle solo centrado en aquella comida que no le gustaba y en no pensar demasiado en lo estúpido, imbécil e idiota que era, ya que encima todas esas palabras que le venían a la cabeza solo dejaban más en claro lo ignorante que era al ser todas casi sinónimos.
  13. .
    Empezaba a preocuparse un poco por el tema de la retención de líquidos. El ejercicio no parecía estar sirviéndole completamente y que comiese tantas chucherías tampoco ayudaba. No quería comentarle nada al mayor este ya se preocupaba demasiado por el, no tenía por qué hacerlo más y mucho menos por cosas que el otro evitaba que pasasen y el continuase con ese mal estilo de vida. Se quedó mirando un tenedor de manera fija algo pensativo hasta que sintió aquella mano en su hombro y las palabras del otro llegaron a sus oídos. Olvido de momento sus preocupaciones y se centró en el otro riéndose un poco ya que el chico lo había descrito perfectamente ya que era imposible como decía hacerle cambiar de parecer.
    -Mi hermana decía que si no fuera tan cabezon seguramente hubiera crecido más. -comento mientras se sentaba a la mesa guardándose unos quejidos que quisieron salir de sus labios mientras reía divertido. Observó cómo se marchaba y a los pocos segundos le traía unos papeles y los agarró observando y escuchando de que trataban. Abrió mucho sus ojos y levanto el primero que había leyendo el primer párrafo de corrido sin enterarse mucho. El lenguaje era técnico y seguramente fácil de leer para alguien que hubiera dedicado más tiempo a sus estudios, pero no era su caso. Ahora que lo pensaba el mayor y el eran lo más opuesto que podía haber,mientras que Jinki era un médico del clima y bueno, de los normales, el solo era un camarero con ínfulas de compositor sin estudios y embarazado por un imbécil que lo engañó sobre el hecho de que había usado condón. Aquello lo hacía sentirse sin duda más que inferior ante el otro, casi ni se sentia digno de tener sentimientos por el mayor, era como una especie de paleto enamorado del chico más listo. Suspiro de manera muy pesada y continuó leyendo a pesar de que no se enteraba de casi nada habiendo asentido a las palabras del otro.
    -Como quieras... Eres tú el que friega de todos modos. -dijo sin prestarle mucha atención al tratar de intentar comprender una de las palabras que había escrita ahí.-No me importa comer de un sitio u otro... Ya has visto que no tengo muchos modales. -era un idiota, pero no podía evitar sentirse algo deprimido por la diferencia entre el y Jinki. No quería que el mayor se percatara por lo que enseguida soltó una pequeña risa dejando los papeles de lado. -Es broma~ vamos a comer de los platos ya que los he puesto... Y luego fregare yo. -sonrio ya que de verdad no lo hacía tan a menudo como el otro, pero si quería sentirse a la altura de Jinki al menos no debía dejarle todas las tareas al mayor, al fin y al cabo estaba embarazado no inválido.
  14. .
    Frunció levemente el ceño al escuchar como lo llamaba bestia y trato de relajarse, debido al embarazo estaba en extremo sensible y aunque había sabido llevarlo bien en estos días, aún había ciertas cositas y llegaban a ofenderle demasiado y de manera muy estúpida. Así que apartando rápido ese pensamiento continuo escuchándolo quedándose pensativo unos segundos ante la idea de ir solamente el, no le gustaba ni un poco no acompañarlo y no por qué pensase que iba a pasar por alto cosas importantes o algo por el estilo, si no porque no quería quedarse solo por lo que prefería acompañarle incluso a pesar de su dolor de pies.
    Puso mala cara al ver que le acercaba esa comida qué ya sabía más que de sobra que no iba a gustarle más aún así abrió la boca y la comió sujetando la muñeca del otro para darle más estabilidad a la cuchara. Aún así se mancho un poco los labios y paso su lengua de nuevo por el inferior relamiéndose. Esbozo un pequeño puchero ya que tal y como había previsto no estaba muy bueno pero tampoco horrible como se había esperado.
    -No está mal, pero mátalo a sal mejor. Aunque todavía lo siento algo frio. -rio, prefería una comida salada que degustar mucho aquello. -Podriamos aprovechar en algún rato que no llueva mucho para acercarnos a algún supermercado, ahí hay muchos productos no perecederos que seguramente continúan ahí. -comento pensativo aunque ya podrían verlo más adelante. -Y la verdad es que prefiero acompañarte, es mejor que nos mantengamos juntos, no vas a escaparte de mi, ambos estamos a tu cargo. -bromeo haciendo como si el otro quisiera marcharse, lo cual ya sabía que no pasaria.
    Se incorporó soltando un pequeño gemido de dolor y se acercó a los cajones para coger lo necesario para colocar la mesa para ambos. Sus pies continuaban doliendo le demasiado y un vistazo a estos le hizo ver lo hinchados que estaban. Normalmente acababan desinflandose así que seguramente estaría reteniendo demasiados líquidos. Chasqueó de forma leve la lengua ya que su médico le había advertido de aquello más no menciono que preocupaciones en alto.
    -Vamos luego de comer. -solo anuncio marchándose al salón donde colocó todo lo necesario para que comieran y luego se sentó en el lugar que había cogido como propio de la mesa.
  15. .
    Se colocó enfrente del inodoro y nada más hacerlo frunció el ceño. Uno de los motivos por los que el cuerpo de un hombre no estaba del todo diseñado para parir, entre tantos, seguramente tenía que ver con esto. Con su ya gran tripa no era capaz de agarrarse a su amigo para soltar el chorro, y aunque de momento lo iba consiguiendo con mucho esfuerzo y se sujetaba su gran estómago con una mano, cada vez se le complicaba más y o tendría que llamar a Jinki para pedirle ayuda o tendría que resignarse a hacerlo sentado. Ambas opciones le parecían humillantes por que encima no le era sencillo tampoco levantarse, por lo que se sentía algo desesperado. Miró hacia la puerta cuando el otro le habló tras esta pero pensó que fuera necesario responderle por lo que permaneció callado suspirando y comenzó encargarse de sus asuntos.
    Luego de un buen rato, se separó del inodoro echando agua a pesar de que solo había hecho pis y se dio cuenta de como las reservas que había destinado para el baño y la higiene ya estaban agotadas. Sería un problema cuando se quedasen sin agua y dudaba mucho que luego de lo sucedido al mayor le apeteciera salir a los departamentos a por provisiones por lo que tendrían que esperar al día siguiente para asearse con más profundidad. Salió del cuarto de baño de manera lenta cerrando tras de si y acercándose al fregadero echó un poco de agua de la botella en sus manos para lavarse.
    -Se nos ha acabado el agua del baño. -suspiró un poco mientras se secaba en su ropa sin darle mucha importancia y luego caminaba hacia un banquito que había puesto el mayor especialmente para él, para que le hiciera compañía mientras cocinaba. Olisqueó un poco el ambiente y rápidamente puso mala cara ya que la comida de lata no era precisamente su favorita aunque los mantuviera bien comidos. -¿Te acuerdas del pollo que me preparaste cuando vine aquí? lo echo de menos, de saber que me ibas a preparar esto luego no me hubiese quedado contigo. -bromeó mientras suspiraba de nuevo echándose hacia atrás y empezándose a acariciar su tripa ya que no le gustaba dejar sus manos a cada lado de su cuerpo solo laxas. -Oye... y si... ¿vemos los otros dos pisos que hay en esta planta? Tal vez haya algo interesante, si encontramos la suficiente agua podríamos tomar un baño juntos. -dijo sin darle más importancia a la última palabra ya que estaba claro que se meterían juntos, podrían llenar lo suficiente la bañera y ambos usar ese agua a la vez para ahorrar y no desperdiciar, además de que él necesitaría ayuda al levantarse y sentarse y así sería más cómodo. Y no es como si se sintiese avergonzado de mostrarse desnudo ante él al fin y al cabo Jinki era un hombre y él también a pesar de la criatura que llevaba dentro. -¿Qué te parece? -le preguntó tratando de convencerlo. -Quizás tambien haya chuches y se me están acabando y no querrás que se me acaben Lee Jinki... no es bueno meterte entre mi y mis cambios hormonales. -le avisó sonriendo.
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