Posts written by btalkrajo

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    QUOTE
    ✿ Camelia: Su significado versa en el romanticismo, el amor incondicional y duradero. Significa “siempre te querré”




    ETERNIDAD




    Las voces de los presentes llenaban el espacio de todo el teatro, Er Ye había vivido su vida en ellos y amado su arte con tanto fervor que ahora no creía como era que ni las voces ni los sonidos de los aplausos podían devolverle el calor al cuerpo frio, al cuerpo frágil, al estuche donde se guardaban los pedazos de su alma, dos sonidos retumbaron como ecos de verano, de un ayer en una plaza, de los pasillos de una casa lejana, de la botas militares de ese amor que llevaba incrustado, no solo en su ser sino en su semblante. “Sonríe Er Ye, vuelve a enamorarte” “Sonríe Er Ye nuestra flor hermosa” “Sonríe Er Ye la guerra ha terminado” y las voces y sus coros seguirían pidiendo imposibles, su sonrisa estaba muerta y muy lejos de sus manos estaba el poder recomponerla.

    Las linternas elevándose y el cielo negro brillando en sus estrellas, el teatro lleno, la gente contenta, las luces encendidas como cuando él hizo su promesa.

    — Volveré a encenderlas para que Er Ye las vea

    No, no era así.

    — Volveré a encenderlas para que mi amado Er Ye las vea

    Si, así era.

    Siempre decía aquella palabra, el amor vivía en él y era una cruel injusticia que el amor siguiera, ya quebrado, ya vacío, ya sin besos robados y escondidos. Er Ye. ¿Quién volvería algún día a decirlo? ¿Quién se atrevería siquiera a pronunciarlo? ¿Quién podría tan solo darle un consuelo?
    Er Ye bajo su carbón, dejo su rubor, tomo su seda y se vistió.

    Los zapatos le pesaban más que nunca esta noche y sus piernas no querían cooperar, cuando el alma está rota todo el cuerpo está inconforme, pero Er Ye tenía que actuar.

    El silencio entonces se coló por las voces, no había mas sonido que el de Er Ye pisando la grava, atendían a su figura y a su rojo traje, dejo caer el rojo que floto por un momento. Er Ye vestía de blanco, su luto estaba vivo y el no planeaba ocultarlo…

    La música empezó, suave Er Ye movía su figura, y la gente atendía del dolor en su obra, del amor que llega sin ser invitado y luego se marcha sin despedida… ¿Quién en el público no lo sabría?

    Que ya no estaba

    Que una guerra ganada, era una vida perdida

    Que Er Ye no sonreía

    Que el comandante… no volvería

    Un paso más y la seda flotando cuando Er Ye alza las manos, su ruego es intenso y más allá del triunfo la gente entiende la pena, la derrota agria del ausente, para cada uno de ellos un nombre diferente. Los ojos de los niños siguiendo su paso vacilante, el paso de dolor que evoca lagrimas escondidas, toses secas, el paso de quien recuerda la ausencia.

    Er Ye entonces enciende sin que nadie comprenda, las flamas rojas que revelan la guerra, la última batalla que ha vivido su pueblo.

    Gotas caen

    Viento tiembla

    Mi soldado está de vuelta

    No cabalga

    No contesta

    Mi soldado está de vuelta

    Lo han traído hasta mi casa

    Me lo han traído en seda



    Er Ye apago su canto, no podía continuar, la garganta estaba llena de cuchillas afiladas, de palabras de amor agonizantes sobre un hombre de ojos negros que brillante y sonriente partió al amanecer de un tres de marzo, y como último presente le dejo una Camelia, un mensaje en una flor de que lo querría para siempre.

    — Me lo trajeron en seda – dijo alzando la mirada — me lo trajeron a casa… me dejaron llorarle una noche entera y después le vi marcharse, pero antes deje una Camelia entre sus manos frías, y le jure que lo encontraría, esta vida me retiene… le amare en la siguiente.

    Un eco ahogado lleno de lágrimas los ojos de los presentes, el carbón y el blanco eran partes caídas de las lágrimas que Er Ye vivía. Un sonido rompió el silencio y después a coros lo siguieron, lloraban todos a alguien porque la guerra no escucha consejos, porque no detiene su ataque…
    Er ye se quedó en el suelo mientras lanzaban flores y coreaban su nombre, nada de eso había sido practicado, ni su cuerpo ni su vos obedecían ya sus órdenes. No podía ser el mismo sin el Comandante.

    Dos manos fuertes le llevaron al camerino, Er Ye miro su seda manchada de polvo y su rostro como una imagen poco agraciada, sus ojos enormes parecían buscarlo en cada cara, con la esperanza de que todo fuera un cruel engaño, una broma siniestra, Er Ye estaba perdiendo la cabeza.

    — Maestro

    — Vete

    — Maestro

    — Vete

    El niño retrocedió temblando, no podía ayudar a su maestro, buscaba en los libros una pócima creada que calmara su dolor. Buscaba sin encontrar nada, ni el chocolate ni la seda le devolvían a Er Ye la sonrisa, ni los bollos de canela ni ninguna bagatela.

    — El soldado viene a verte – Shi, no se atrevió a alzar la mirada — ¿puedo decirle que pase?

    — Si

    Los pasos sonaron, Er Ye sintió un estremecimiento recorriendo su cuerpo, si cerraba los ojos ese sonido le pisaba los miedos, pero era más suave, no tan violento. El aroma a pólvora venia en sus manos, pero eran más largas, el joven soldado que acompañaba a su comandante, un amigo que comprendía su pena, ¿alguien podía comprenderla? Tal vez un poco, nunca lo suficiente. Eran dos penas diferentes.

    — ¿Cómo fue?

    — Con honor – dijo el hombre — él…

    — Lo se…

    — Él trato de volver – el soldado se inclinó pidiendo perdón – quería volver con usted… yo…

    El arrepentimiento de una culpa aguda golpeaba al soldado, su deber era proteger al Comandante, pero el deber del comandante era Proteger a sus soldados, así lo hizo.

    Er Ye estaba orgulloso, pero eso no borraba su pena. La pena de quien se queda.

    — Si no hubieras ordenado que durmieran aquí… no me hubieran dejado estar con él… siempre estaré agradecido por ese gesto

    — No es suficiente

    — Si para mí, — Er ye con sus manos acaricio el rostro del soldado, obligándolo a levantar la mirada del suelo frio – es más de lo que un egocéntrico actor a merecido jamás…

    — Él lo amaba

    — Yo lo amo… pero

    — ¡Él lo sabía! – el soldado apago sus lágrimas con un grito que salió de todo su ser – Solía decirlo, que usted lo amaba, decía que… que no era un idiota… decía que si usted no lo amara hubiera conseguido más cosas de las que él le daba, siempre dijo que usted no le pedía nada.

    — Le pedí que volviera – Er Ye se dobló de dolor ante las palabras, le dolía imaginar a su amado rompiendo una promesa, le dolía saber que tal vez esas palabras pesaron en el último instante, que tal vez su dolor fue más lacerante…

    — Lo lamento… lo siento mucho, por favor…

    Aquella suplica agónica, no mejoraba el dolor, Er Ye y el soldado lloraban en su habitación, Shi lloraba por fuera, sin atreverse a decir dos palabras, de contar lo que sus ojos había visto desde esa noche larga, del dolor que rompía a Er Ye a pedazos, ¿Cómo funciona un humano con el corazón quebrado?

    — Te perdono – dijo Er Ye besándole una mejilla – aunque no me has hecho ningún daño y no te guardo ningún rencor, te perdono, sé que él tampoco te acusaría por vivir más que su vida, y tal vez no hice lo suficiente ni ayude como hubiese querido… pero le ame y creo que de algún modo eso le dio fuerzas

    — Lo hizo

    — Esta noche ha sido mi despedida, no tengo el cuerpo para seguir en esto, y quiero estar tranquilo, — ambos se sostenían las manos en señal de amistad y curación de heridas, si bien ninguno se había dañado ambos debían ser perdonados – por favor perdóname

    — Te perdono y te deseo la calma que plaque tu dolor

    — Gracias.

    El soldado salió dejando tras solo una caja pequeña de madera, Er Ye la abrió, dentro había un pañuelo de seda roja que conocía, una medalla que solía colgar del lado izquierdo de un traje verde hoja seca y un reloj de bolsillo que marcaba la hora exacta de la muerte del propietario. Er Ye se abrazó a la casa y sus pertenencias llorando, ¿Cuándo dejaría de llorar? No lo sabía, cuando creía que había llorado todas sus lágrimas, mas lagrimas venían.

    Para siempre es un tiempo muy usado, que se dice nunca llega en realidad, pero Er Ye lo decía realmente y no lo decía con pesar, esos ojos negros y era boca traviesa serian eternamente presente en su vida, en su piel… en su espera.

    — Maestro – una mano aun pequeña sujeto la tela gruesa de su ropa

    — Déjame ir Shi, no puedo hacer nada ya por ti – beso la frente del niño – mi tía cuidara de ti y Zai Quie te ensañara lo que debes saber, pero… déjame ir

    — Shifu

    — Hace tiempo que ya no lo soy – Er Ye coloco un broche en el gorro de Shi – es una Camelia y significa que te querré siempre, pero tengo que irme lejos ahora…

    — Volverás…

    — No Shi… no volveré.

    Y en la hora más oscura Shi vio salir a su Maestro por última vez, por un momento creyó ver al Comandante parado y esperándole con aquella sonrisa cínica y feliz que solía tener, con el broche ya en su mano regreso a casa lentamente, si no pudieron estar juntos en esta vida, lo justo era que se amaran en la siguiente.

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    Fin
  2. .
    QUOTE
    Bajo los tacones de Ariane:

    Cuando despertó encontró solo a gato mirándolo, los ojos de gato parecían medirlo, juzgarlo, escanearlo, Kirishima bien podría ser asesinado por ese felino si hacia algo inadecuado. La mirada de Sora era muy diferente a la de los gatos corrientes, por un momento Zen sintió que era observado por una persona y no un felino.

    — Seré bueno... lo prometo – dijo a media voz dormida y despierta mientras el gato alzaba la barbilla como la criatura majestuosa y altanera que era. Sin duda tenía algo de Yokozawa impreso en la mirada, un claro, "No damos segundas oportunidades"

    — Mewn

    Dicho esto, el gato giro levantando la cola y saltando de la silla para abandonar la habitación, la sensación de que ese gato no era común se intensifico.

    Zen se colocó los pantalones, y enchufo su móvil en el cable que Yokozawa tenía sujeto a la pared, para su suerte ambos usaban iPhone y tenían el mismo cable. Salió en busca del baño mientras fingía naturalidad, esta era apenas su segunda vez en esa casa, y aunque quisiera no podía sentirse completamente cómodo entrando y saliendo de las habitaciones.

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    — ¡Mewwn!

    Yokozawa bajo el plato con comida en cuanto Sora entro en la cocina. El gato no pedía la comida, aquel maullido había sido un mero saludo y Yokozawa lo sabía, había leído acerca del lenguaje corporal de los animales y muy pocas veces Sora pedía la comida y esas pocas ocasiones parecían estresar al gato y dejar su cola en alerta.

    — Hay que dejar de engañarnos Sora – dijo acariciándole mientras este comia – si estas gordo... creo que vamos a tener que mejorar tu dieta... no quiero que enfermes por mi negligencia.

    El gato ignoro sus palabras y siguió comiendo, era un gato mimado, lo había sido desde que ambos se encontraron y Yokozawa no tenía dudas de que Sora le quería, todas las páginas de gatos y sus referencias reflejaban eso, sora le mostraba la barriga, se afilaba las uñas en él y le ronroneaba cuando iban a dormirse.

    — Por favor dame una señal si Zen no te agrada, como con Iokawa, esta vez atenderé... lo prometo

    Yokozawa se levantó mientras oía un suave silbido, se sonrió al ver como Kirishima se mantenía de pie sin saber si sentarse en el sillón o ir a la cocina con una expresión serena y el cabello aun mojado por haberse lavado el rostro.

    — ¿no sabes lo que hay que hacer? – Yokozawa se recargo en la puerta de la cocina

    — No. ¿Qué debo hacer?

    — Ven... desayunemos y luego ya veremos qué pasa

    — Me gusta ese plan

    Ese plan era el único que podía funcionar ahora, ambos debían dedicarse a improvisar porque no conocían ninguna de las reacciones del otro. Tal un par de cosas, Yokozawa tenía mal carácter y gritaba cuando se encontraba enfadado, por su lado Kirishima odiaba que le dieran la espalda o le ignorasen. Eso les había valido la primera pelea, pero para ambos esa noche en el ensayo catapulto todo, mirándose en la mesa, Yokozawa aun sentía las manos de Kirishima pegadas a su cintura mientras le ——pedía que fuera a su casa esa noche.

    Aquella noche todo había terminado mal, no había dudas de eso, la casa de Kirishima era un sitio abandonado, él se veía quebrado y su expresión vacía le había revuelto por completo a Yokozawa el cuerpo "Yo antes tenía una familia" Yokozawa miro al gato que continuaba comiendo, Sora era su familia... miro a Kirishima y mientras su corazón bombeaba mas fuerte deseo que Zen también lo fuera. Una pequeña familia de tres.

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    Misaki despertó al oír la discusión que surgía en el piso de debajo de su casa, salió despacio y encontró que Usagi. San seguía ahí mientras su hermano parecía haber acabado de llegar, Takahiro era abogado y ahora tenía una novia a la que adoraba con locura, desde que se había ido poniendo más serio con Mamami había dejado cada vez mas de lado a su hermana, Misaki estaba un poco enfadada por eso pero igual lo comprendía. Quien no lo comprendía era él, Usagi estaba molesto.

    — No puedes solo no venir a casa, Misaki se hubiera quedado sola por causa tuya

    — Misaki tiene diecisiete, no es una niña pequeña y no es tan grave ¿sabes?

    — Creo que no te das cuenta, si es grave. ¿Qué pasaría si le sucede algo malo?

    — Te pedí que la recogieras ¿no? No me olvide de ella Akihiko no puedes ponerte así, tienes que entender que ya creció no podemos vivir sobre ella como antes, necesitas conseguirte una novia, en serio.

    — No lo necesito.

    Misaki por un momento sintió su corazón caer al suelo, pero ante la negativa de Akihiko volvió a su lugar.

    — En verdad necesito que lo entiendas – Akihiko bajo el tono y Misaki apenas le oía – me asusta que lo hayamos hecho mal... tal vez no ayude lo suficiente pero Misaki es preciada para mí y me da mucho miedo que le pase algo

    — ¿Ayudar poco? Usagi tu familia y tú nos ayudaron completamente a mi hermana y a mí. Pero ya creció debes entender que yo también. Amo a Mamami y siempre quiero estar con ella, no puedo traerla aquí porque Misaki se pone celosa y es grosera

    — Tal vez es una señal de que... – no supo que decir — Mamami me agrada mucho, es una mujer muy agradable pero puede que Misaki sienta celos.

    — Como te fue ayer, — Takahiro cambio el tema — cerraremos lo del divorcio, necesito ayuda con los contratos de la compañía pesquera

    — Sobre eso.... quitaron la demanda

    — ¿Qué? – Takahiro palideció y sin más se dejó caer sobre el sillón, Misaki bajo corriendo las escaleras

    — Hermano este bien... ¿Qué le dijiste? – miro molesta a Usagi — ¿Qué haces aun con la ropa de anoche? – Misaki miro de nuevo a los dos hombre – Tu no dormiste en casa, dijo a Takahiro y tu... ¿Quién te dijo que podías quedarte?

    — La misma mocosa que fue directo a su habitación ni bien entramos – luego miro a Takahiro – tu vete a dormir no has dormido bien en días yo me iré ahora

    — No – Misaki se puso roja de lo molesta – nadie sale de esta casa sin desayunar – iré a preparar el desayuno y si te vas no te hablare por tres meses, ni una palabra

    — ¿es una promesa? – sonrió el abogado

    — Eres un tonto y un grosero con todos...

    Akihiko soltó una estrepitosa carcajada mientras la chica iba a la cocina.

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    Hacía diez años la vida de mucha gente había cambiado con los desastres naturales que azotaron Japón, fueron momentos de muchos giros que habían motivado a las personas a unir más sus lazos. Para todos había sido diferente, en el caso de Isaka y Asahina sus padres habían muerto cuando un derrumbe obligo a su coche a salir del camino, desde entonces ellos dos habían tomado las riendas de Marukawa y aplazado sus sueños de viajar al extranjero, entonces ambos hablaron con sus madres para decirle que ellos en realidad estaban enamorados. Ellas lo aceptaron y con el tiempo su situación familiar se había organizado al punto de que ambas amigas se consideraban consuegras.

    Yokozawa Takafumi había perdido su casa costeña y su padre había decidido que viajaran a Tokio para buscar un trabajo estable, la mudanza había cambiado su mundo, y aunque su padre nunca se recuperó por el abandono de su esposa Yokozawa aprendió a que él podía ayudar a otros y eso hizo desde entonces, cuando solo tenía catorce años, también descubrió que le gustaban los chicos y que no era un princesa en el cuerpo de un príncipe, su padre lo apoyo tanto como pudo desde si quebrado ser. Yokozawa no había visto nunca más a su madre y si algún día la veía ajustaría las cuentas con ella sin que ella pudiera huir.

    Kirishima Zen hace diez años había sido el más feliz de todos cuando Sakura quien era prima de Asahina había aceptado a salir a cenar con él. Luego de eso no se separaron más y un años después se casaron, para él, ella era todo lo que había soñado aunque solo tenía veinte años entonces no dudo en casarse con ella.

    Para Takahiro Takahashi había sido la peor época, sus padres habían fallecido en un accidente en la carretera dejándolo solo a cargo de una niña de siete años, Misaki no entendía lo que pasaba y lo peor había sido explicárselo, su entonces novia Sakura termino con él, ella tenía sueños diferentes y estos no incluían a una niña de siete, Takahiro la odio más cuando supo que se había casado solo un año después de romper con él. Pero su vida había ido bien cuando el padre de su mejor amigo se hizo cargo del fideicomiso de sus padres y le solvento la carrera de derecho. Si no hubiera sido por ese hombre tal vez Takahiro no sería el abogado que era ni tendría las comodidades que tenía y no había nada en el mundo que le hiciera dudar ni un minuto de que Fuyuhiko Usami era su segundo padre, lo tenía como tal y de ese modo se comportaba. Cuando sus padres habían muerto solo tenía dieciocho años pero ahora pensaba en formar su propio hogar.

    Kisa Shouta siempre había sido guapo, excepto hace diez años cuando cumplía dieciséis y su familia descubrió que era gay, lo echaron a la calle, durmió en el metro y después poco a poco y novio a novio pudo salir adelante, las cosas mejoraron cuando conoció a Onodera Ritsu, el chico era gay y su familia prefirió ponerle un departamento que lidiar con el asunto, Ritsu lo invito a vivir con él y Kisa le quería con locura, para el Ritsu era su hermano y no había nada que cambiara su lealtad a Ritsu.

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    — Entonces tienes treinta años – Yokozawa le miraba sonriendo mientras serbia algo de arroz en su plato — cuando tenías la barba pensé que eras más viejo

    — Si somos honestos me sorprende que tengas veintitrés

    — Cumpliré veinticuatro pronto – aviso Yokozawa — ¿vas a darme algo? ¿algo lindo?

    — ¿Que es lo que quieres?

    — Un regalo – Yokozawa sonreía un poco más casi sin poder dejar de hacerlo – algo lindo, pero no voy a decirte lo que quiero porque eso no es justo, un regalo debe ser lo que tu quieras darme

    — Yo se lo que quiero darte... quiero darte mucho

    Yokozawa se sonrojo ante la implicacion erotica de Kirishima, los ojos de ese hombre lo deboraban, podia sentirse acariciado aun con la mesa entre ellos, penso en salir de la cocina, pero no serviria de nada porque Kirishima lo tenia atrapado.

    Kirishima saco el móvil y comenzó a escribir un mensaje y luego de enviarlo sonrió

    — Asunto arreglado, le he dado la misión a alguien muy capaz

    — Le has dicho a Ann... eres un novato Kirishima, ella no es muy buena en eso de descubrir algo discretamente

    — ¿Novato? Tal vez sea un novato Yokozawa... sin embargo conseguire justo lo que necesito.

    Kirishima sonrió, mientras que Takano Masamune recibía la misión de descubrir que regalo sería ideal para Yokozawa. ¿Cual era esa figura de coleccion que deseaba? ¿El libro siguiente de la saca que leia? ¿el lugar ideal para una cena? Kirishima queria ganar al menso 90 puntos con el regalo y Masamune se sentia honrado de haber sido escogido.

    — Quien es – Ann desayunaba con su novio

    — Nada importante – Masamune sabía lo pésima que era su novia para los secretos, pero no pudo evitar sonreír mientras pensaba en Kirishima preocupado por el cumpleaños de Yokozawa, era la primera vez que alguien buscaba su ayuda.

    Era la primera vez que alguien parecía interesado en Yokozawa de esa manera.

    *************************************

    Kirishima Zen miro su teléfono, tenía dos llamadas perdidas de su abogado. Un dolor inevitable comenzó a escocerle en el cuerpo mientras miraba el aparato inerte, había firmado sí, pero no sin la leve ilusión de que ella recapacitara. Sakura, su amada, su compañera... apretando los dientes sintió como la sal de su boca se hacía acida, ella quien mejor lo conocía había hecho de él un despojo sin tenerle piedad, ella que sabía mejor que nadie como él la adoraba había dejado tan solo una miserable carta. Debería odiarla, maldecirla y escupir en el suelo por donde ella caminara, pero mirando el teléfono casi podía oírla reír y anunciar la cena, le sentía caminar hacia al dispuesta a ser suya y a saber que él no la complacería como merecía. ¿Qué pensaría Yokozawa de eso? ¿Podría hacerlo? Kirishima llevaba mucho más de un año sin tener sexo real, se había masturbado, sí, eso incluso se había intensificado con la existencia de Yokozawa. Lo deseaba. Pero no sabía si llegados al caso lograría unir el deseo de su ser con la inactividad de su cuerpo. Tenía miedo.

    — ¿Qué haces? – la voz venia cargada de un toque de celos que a Kirishima le parecía gracioso, Yokozawa miraba el teléfono con cierta curiosidad excesiva

    — Vine a ver si ya estaba cargado y tengo unas llamadas perdidas del abogado

    — Ah... ¿algo serio?

    — No lo sé, creo que no voy a llamarlo... por cierto, tu gato me espía

    — No es...

    Yokozawa no dijo más mientras el gato con la mirada fija observa a Zen desde detrás de la puerta de la habitación. Sora estaba tan quieto que Yokozawa se sorprendió, generalmente Sora tenía una facilidad única para acercarse a las personas, en cambio huyo en cuanto Kirishima se puso de pie.

    — ... eso no es normal, mi gato debe estar estresado, él no es así

    — Tal vez esta celoso... tal vez no le gusta que ahora me acaricies a mí para dormir... — Yokozawa miraba los ojos cafés que parecían hambrientos, trago sin poder evitar que su propia boca salivara hambrienta, deseosa, sin resistencia alguna dejo que los dedos de Kirishima tirasen de la liga de sus pantalones de dormir. – nunca he tocado a un hombre – confeso Zen mientras buscaba con sus manos un camino que rodeara la cintura de Yokozawa – si lo hago mal... – dio un beso cerca al ombligo de Yokozawa – tenme... — repitió el beso apretando con sus dedos la espalda de Yokozawa y acercándolo más, si eso era posible – paciencia...

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    Yokozawa Takafumi mordió sus labios mientras veía como Kirishima llevaba su miembro erecto a su boca, Kirishima succionaba su carne causando una seria de espasmos eléctricos que no creía posibles a esa hora de la mañana, las manos de Zen sujetas a su cadera y sus largos dedos hundiéndose en sus nalgas mientras esa boca lasciva recorría completa de naciente a punta su pene.

    — Suéltame – rogo Yokozawa con un jadeo, sus piernas temblando mientras la mano derecha de Zen comenzó a acariciar sus testículos, Yokozawa tenía los ojos cerrados y colores naranja y verde eran todo lo que veía – suéltame...

    No hubo una respuesta, sus manos comenzaron a acariciar los cabellos castaños mientras que sus piernas luchaban por seguir firmes ante la inminente debilidad, sabía que no resistiría mucho más tiempo con esa boca y el calor que le brindaba, podía sentir lengua de Zen pasear por su punta hinchada, sabía que si continuaba con esa manera de chuparlo pronto llenaría la boca de Zen.

    — Dete... voy ah... ah... — en un intento Yokozawa empujo a Zen para que lo soltara – voy a correrme – aviso

    — De eso se trata

    Dicho esto, Yokozawa solo fue devorado, no sabía si era Kirishima quien forzaba el vaivén de su cuerpo o era que su cuerpo respondía deseoso de ser provocado hasta el éxtasis, los sentía, tiro del pelo de Zen y sin poder detenerse se corrió completamente en la boca, sus ojos estaban nublado, pero Zen se relamía mientras tragaba y limpiaba con su lengua los restos.

    — Dulce – aviso Zen mientras Yokozawa caía sobre la cama

    — No... no debiste

    Un solo movimiento dejo a Yokozawa sin pantalones, sin tenía solo la camiseta, una erección dormida y los ojos marrones de Kirishima mirándolo, trato de cubrirse, pero la mano de Zen aparto la suya. Yokozawa abrió los ojos, los abrió al ver la erección que Zen sostenía en sus manos, podía saber que estaba doliéndole, no pudo evitar gemir al verla, deseaba a Zen ¿era muy pronto? No. Y si lo era poco importaba aferro con sus dedos las sabanas y dejo que Kirishima le acariciara las nalgas, sabía que estaba húmedo, sabía que deseaba tanto a Zen que su cuerpo entero se sentía arder, sintió la presión en su entrada, Kirishima presiono su hinchado y erecto miembro contra su apenas húmeda entrada, Yokozawa quiso avisarle que debía dilatarlo más "Nunca he tocado a un hombre" la voz de Zen se oía claramente "te deseo tanto" Yokozawa abrió los ojos mientras las manos de Kirishima separaban sus nalgas para poder penetrarlo "Mierda... te deseo tanto" y comprendió la voz gutural y hambrienta, venia de la boca casi cerrada de Zen, comenzó a arder.

    — Es... es mi... — "primera vez" quiso decir, pero era tarde Kirishima inclinado sobre el acababa de correrse empapando con su esencia caliente su entrada, sus nalgas y las sabanas — Ahrg!!

    Un último chorro broto del pene de Yokozawa, in—calculado, impensable, un estallido en respuesta al deseo de Kirishima.

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    — Lo siento... — Kirishima sintió terror mientras miraba su miembro flácido y los restos de semen en el cuerpo de Yokozawa – Yo...

    — Dios mi... estoy temblando – respondió Yokozawa, su rostro no mostraba decepción, al contrario, los ojos oscuros brillaban delatando su éxtasis. – sigo temblando...

    — Yokozawa... no tienes....

    — ¿Qué?

    — Lo siento, no haber... — "no haber podido cumplir con esto" quiso decir, se sentó en la cama, Zen sabía que tenía problemas, pero lo deseaba tanto, casi escuchaba la risa de Yokozawa

    — ¿Por qué pones esa cara? — Yokozawa se movió hasta estar de rodillas en la cama a su lado – Nunca... bueno – Yokozawa se sonrojo – no me han penetrado y... supongo que como tú tampoco lo has hecho con un hombre, para nuestra primera vez... ha sido maravilloso

    — No pude hacerlo, me corrí muy pronto, pero es que te deseaba... te deseo

    — Me hubieras lastimado – Yokozawa mordió el hombro de Zen y paso su lengua por la mordida – tienes que abrirme antes de entrar, no soy una chica, no llego a humedecerme como ellas... esto — palmo el miembro de Zen – me hubiera lastimado si entraba directo en mi...

    — ¿Lo quieres?

    — Si

    Kirishima se dejó caer en la cama, jalando la almohada se apoyó en ella y mientras Yokozawa abriéndose subía, sintió como su miembro volvía a latir al contacto con el de Yokozawa, se tocaban en el movimiento suave de cadera que Numfy le regalaba. El cuerpo de Yokozawa parecía demasiado sensual en ese momento, su abdomen y su pecho, los pezones oscuros, no pudo contenerse y asesto una nalgada con su palma y una sonrisa en respuesta, sus dedos se entrelazaron a los de Yokozawa y este se inclinó para besarlo.

    Acariciando la espalda de Yokozawa olvido su temor.

    Esto era mejor que su imaginación, aunque no había podido penetrarlo como cuando lo imaginaba, tenerlo entre sus brazos era maravilloso. Kirishima tenía la intención de ignorar el sonido de la llamada, pero Yokozawa le alcanzo el teléfono.

    — Responde... es tu abogado

    — Oh dios...

    — Iré a bañarme,

    — Espera – sujeto la mano de Yokozawa y atendió la llamada – Usami, buenos días

    La vos de Kirishima sonaba serena, listo para saber que ahora definitivamente era libre, quería que Yokozawa fuera el primero en saberlo. Decirle, sin ti no hubiera firmado, sin conocerte hubiera seguido suplicándole, si no me acariciabas continuaría masturbándome... sin ti... me hubiera roto. No estoy roto.

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    Usami, sonreía mientras Misaki le miraba molesta, el desayuno ya estaba listo, pero ellos dos se habían metido al despacho para hacer esa llamada, ella los miraba molesto.

    — Lamento molestar en sábado, pero es importante que me comunique primero con usted

    — Claro... lo comprendo – Kirishima sonaba animado

    — No sé bien como empezar. Tal vez decirle que puede visitar a su hija de manera libre a partir de hoy, claro, antes debe llamar a la madre de la menor, también puede hacerlo pues se ha quitado la demanda en contra suya se han anulado los cargos.

    — Eso es genial, bueno... si pudiera ver a Hiyo – la voz de Kirishima perecía a punto de romperse — ¿es verdad? ¿puedo ver a mi hija?

    — Si – Usami, abrazo a Misaki, ella miro los ojos de su hermano, no entendía aquel temblor en Akihiko, el pocas veces la tocaba, por lo general le decía mocosa o boba, ahora parecía necesitarla y ella correspondió al abrazo – Kirishima... ella no firmo – lo dijo. Tenía miedo de que eso hundiera a Zen, Akihiko casi podía verlo, cuando se reunieron por primera vez, tuvo miedo de Zen, miedo por lo desesperado que aquel hombre estaba. Ella podría dejarlo de nuevo... ¿Quién lo salvaría? – Anularon la demanda, y una orden del juez indica que ella debe instalarse en su casa con normalidad... lo lamento

    — ¡¿Qué?!

    — Ella pide una conciliación familiar... su hija y su esposa regresarían a vivir con usted

    — ¿Cuándo? ¿Hoy?

    Akihiko maldijo, Takahiro se hundió mas en el sillón. Había una ilusión y un deseo fuertes en la vos de Kirishima, Akihiko no quería eso para el sujeto, pero tampoco podía hacer nada más para ayudarlo. Una vez Zen cerrara el caso no sería asunto de Akihiko, él se dedicaría a los contratos con empresas, Asahina e Isaka le agradecerían la ayuda, pero eso sería todo. Kirishima volvería con ella, sufriría por ella y en algún tiempo comprendería que la herida no dejaría de sangrar. Akihiko miro a Takahiro, su amigo le regalo una sonrisa serena que lo eximia de la culpa. El había salvado los bienes de Kirishima, había limpiado su nombre de aquellas falsas acusaciones de violencia, pero si Kirishima quería volver con su esposa... no podía hacer nada en contra.

    — Supongo que eso lo dialogaran. Ya sin la demanda...

    — Espera... Escucha – Akihiko se dio cuenta de que había una plática ajena, Kirishima estaba con alguien mas en aquel momento — ¡Mierda!... Perdone Usami, ¿pueden obligarme a recibirla?

    — ¿Obligarlo? No, es una audiencia conciliadora

    — Bueno... y si no quiero... me fue infiel, me abandono, me acuso con mentiras y no me dejo ver a mi hija, ¿Cómo puede pedir volver a mi casa después de todo eso, está loca?

    — Kirishima — Akihiko beso la frente de la chica en sus brazos – podemos demandar, con los antecedentes pediríamos la anulación del matrimonio y una custodia abierta, habría que revisar el caso y los detalles

    — Bueno... quiero ver a mi hija.... ¿recibirla es una condición?

    — No, sin la demanda usted solo debería coordinar una visita a su hija...

    — Ok... le pido comprensión, es posible que lo llame si algo sale mal, pero tratare de hablar con ella.

    — Siéntase libre de llamar

    Akihiko Usami colgó la llamada, Misaki seguía abrazada a él, y Takahiro veía con expectativa, había sido un caso complicado, en principio porque Kirishima se negaba al divorcio y luego porque ella quería todos los bienes. Akihiko sabía que el cese de la demanda venia por ese lado.

    — Va a demandar la anulación – aviso con cierto triunfo – al parecer ya entendió. Ella no recibirá nada, ni un centavo

    — ¿Cómo? – Misaki miro con horror a Akihiko – porque dices que ella se quedara sin nada

    — En la custodia abierta, el padre paga su porcentaje de alimentación y estudios del hijo, pero no tiene que dar manutención a la madre, es lo que buscamos.

    — Pero ella era su esposa, tiene derecho...

    — Misaki – Takahiro miro a su hermana a los ojos – la mujer es Sakura...

    El corazón de la chica se presionó ante el nombre. Miro a Akihiko, con una pregunta ¿Igual que mi hermano? Una niña pequeña había visto devastado a su hermano, aún tenía dudas sobre que había afectado más a Takahiro... si la muerte de sus padres o que ella lo dejara. Takahiro la amaba, después de ella no había nadie... no, Mamami, Misaki recordó que ahora había alguien, su hermano sonreía, se había recuperado.

    — No sé de quién hablas – Misaki alzo la barbilla – el desayuno se enfría... vamos

    ***********************************

    ***Sabia que esto pasaría, debí ser un idiota al esperar que fuera diferente, era demasiado bueno, estas son las cosas que no me pasan, las cosas en las que yo no tengo futuro, el haber esperado que lo nuestro tuviera futuro es en definitiva lo más iluso que he hecho... soy patético... soy feo... no puedo esperar que me quiera... no puedo soñar que me escoja...***

    Había un dolor agudo que atravesaba el cuerpo de Yokozawa Takafumi en ese momento, mirándose en el espejo de su baño, sin ser capaz de abrir la puerta o de meterse en la regadera, sintiendo que todo en él era malo, que nada en él era bueno, sintiendo que de pronto, de inmediato le arrebataban la ilusión de felicidad que había sentido. Kirishima Zen regresaría al lado de su esposa y de su hija ¿Qué podía hacer contra eso? Nada ¿Qué tan despreciable seria si hiciera algo? El peor.

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    Ann Kohinata acabo de lavar los platos, su novio estaba inmerso en el libro que había comprado recientemente, aun no le habían contado a nadie que vivían juntos, y Ann pensaba en como acomodar las cosas para hacer la cena de anuncio, quería que fuera amena y que ellos y sus amigos celebraran juntos su compromiso, Ann no tenía un anillo pero no sentía necesitarlo, si pudiera ver su hilo del destino sabia sin dudas que este estaría atado a Takano Masamune. "bip" no atendió del primer mensaje ni del segundo ni del tercero, pero la llamada el tomo con calma, era una mañana bonita y ella acaba de desayunar con su amado. ¿Qué podría ser malo ese día?

    — Hola Numfy – se alegró de que Yokozawa la llamara

    — ¡Va a volver con su esposa!

    — ¿Qué?

    Ann se recargo contra el mueble de la cocina ante esas palabras y el gemido que las acompañaba, solo había una persona que podría ser la responsable de ese sentir en Yokozawa, y Ann en un mareo de tiempo se sintió traicionada y aturdida, hacia una semana que ella había animado a Kirishima a no rendirse con Numfy y ahora él decidía regresar con su esposa ¡No tenía sentido!

    — Voy a tu casa... cálmate...

    — Es mi culpa

    — ¡Yokozawa basta! – ella comenzó a sentir un calor casi desconocido, pocas veces se sentía tan enfadada. ¿Cómo era posible que Kirishima les hiciera eso?

    — Ann... ven pronto... por favor...

    — No llores...

    Decirlo era mil millones de veces más sencillo de lo que era en realidad. Era la primera vez que alguien reaccionaba a Yokozawa de esa manera, Kirishima parecía verdaderamente interesado y ella casi sentía el dolor de saber que apenas había florecido el cariño Yokozawa debería renunciar a él, pero no sin que le dieran una explicación clara acerca de lo que sucedía en ese momento. Kirishima, en lo que dependiera de Ann, respondería por esto.

    — ¡Hijo de perra!

    Takano dejo el libro en cuanto escucho a su novia maldecir. Camino a la cocina y la miro entre asustado y curioso.

    — ¡Es una mierda, lo odio!

    — Yo también lo odio... ¿Quién es?

    — ¡Kirishima!

    — ¿Qué?

    — ¡Va a regresar con su esposa!

    — ¿Qué?

    — ¿Por qué no me escuchas? Kirishima va a regresar con su esposa... tengo que ir a ver a Yokozawa... voy a cambiarme y me marcho, no puedes ir porque ya sabes que no le gusta hablar de chicos contigo.

    — Ann... – sujetando el brazo de su novia Takano la calmo – puede que haya un mal entendido... no creo que Kirishima tenga intenciones de volver con ella, tengo mis razones para pensar eso pero por favor... no te exasperes

    — Bueno – dijo ella rotunda y manteniendo su mirada altiva – si tiene una explicación espero que sea buena, porque no han pasado ni diez días y mi amigo está de nuevo triste por su culpa, se perfectamente que Yokozawa no estaba resfriado y quiero que Kirishima me explique quién demonios se cree para estarlo lastimando

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    Sakura Kirishima corrió a la regadera luego de atender la llamada de Zen, su madre la vio pasar a dos zancadas rumbo al baño mientras ella recogía la mesa del desayuno y Hiyori miraba.

    — Mi mama va a salir

    — Es muy posible... ¿quieres que nosotras salgamos?

    — Quiero ir al parque, podemos llevar comida para los gatitos

    — Claro que sí,

    Tras las negativas de su hija ahora Hiyori había dejado de preguntar por su padre, Hiyori aun hablaba de su habitación pero ella sabía que ya no había nada ni de la niña ni de su madre en esa casa, sabían que Kirishima Zen había tirado todo. Ella aun pensaba en el hombre como su hijo, sabía que era bueno y un buen padre pero Hiyori cumpliría pronto los ocho años y llevaba un año sin ver a su padre, salvo por una vez. Un día cuando Hiyori lo vio en el cine, pero su padre la ignoro, eso decía Hiyori. Ella, ella no sabía cómo explicarle a su nieta que si su padre nunca venía a verla era porque si lo hacía iría a la cárcel. Los casos por violencia familiar eran muy poco frecuentes y cuando sucedían se trataba de proteger a la víctima del maltratador, pero ella sabía que Kirishima Zen era incapaz de hacer daño a su familia, tal vez, haría daño para protegerlas pero no a ellas.

    — Me gustan los gatos, si vemos uno pequeño.... ¿puedo recogerlo?

    — Si

    — El abuelo se enojara

    — Le diremos que es mío – ella beso la cabeza de su nieta – si quieres un gato... tendrás un gato

    — Te quiero abuela

    Mientras ellas se abrazaban Sakura apareció en la puerta con la toalla envolviendo su cuerpo. Su rubio cabello caía mojado sobre su lado derecho y sus ojos verdes parecían más grandes en ese momento, estaba contenta.

    — Hiyo – dijo — metete a bañar porque vienen a visitarnos

    — No quiero bañarme – Hiyo miro a su abuela buscando su apoyo, y ella sintió que debería ser más fuerte, pero sabía que discutir con Sakura no tenía sentido

    — Oh... pero si no te bañas tu padre dirá que hueles como queso

    — ¿papá?

    La voz de la niña parecía a punto de llorar cuando pronuncio la palabra, los ojos de Hiyori se abrieron a unos más grandes si era posible y miro a su abuela como si quisiera saber si estaba despierta o dormida, mirando hacia su madre con asombro después.

    — Si – aviso Sakura con una sonrisa triunfal – tu papa viene de camino... debe vernos lindas, vete a bañar que te alistare tu vestido rojo y las medias con flores – Hiyori salto de la silla apurada por bañarse mientras que Sakura se giraba a la habitación

    — Abuela... rápido... tengo que bañarme

    — Claro que si amor... ve sacándote la ropa, yo voy a traer tus chinelas y la toalla – camino a prisa alcanzando a su hija que abría su armario y cerrando la puerta con la intención de que su nieta no escuchase nada — ¿Por qué le dices que Zen vendrá?

    — Porque acaba de llamarme, me pregunto si podíamos ir al cine y a comer un helado y le dije que si... dijo que vendría a las once, tengo apenas dos horas para arreglarme

    — ¿Qué pasa con la orden de alejamiento?

    — Ya se cumplieron los cinco días desde que la retire, legalmente puede venir sin problemas

    — ¿Y el divorcio? ¿lo hablaran?

    — ¿Qué divorcio? – Sakura soltó una alegre carcajada – Mamá. Olvide decirte, Zen y yo vamos a regresar, decidí anular la demanda, tuve un lapso de locura pero mi deber es cuidar mi matrimonio y mi hija... ¿no te alegra?

    — ¿un lapso de locura? – Incrédula miro a su hija – no puedes decirlo como si fuera algo tan simple... después de todo... no crees

    — Mamá... por favor ayuda a Hiyo a bañarse, fue una tontería, le diré que no me divorciare y el deberá entenderlo, al final ha pasado un año y no ha querido formalizar las cosas conmigo

    Se sintió molesta con ella misma por su incapacidad para afrontar a su hija, quería decirle unas cuantas cosas pero no tenía sentido, menos cuando Sakura no la escucharía y su padre y hermanos tampoco lo harían, no tenía entonces sentido tratar de causar más inconvenientes, solo le dolía Hiyori, al final en la guerra de Zen y Sakura la que más había sufrido era la niña. Ella casi no podía creer que Zen hubiera tirado también las cosas de su hija, pero un hombre herido podía ser una criatura extrema y cruel muchas veces.

    — Hiyori va... ¿Qué es eso?

    — Son las gruyas – Hiyori las mira, una gran cantidad de gruyas hechas de papel en su armario

    — Son muchas – con la presión en el corazón miro la ilusión en el rostro de su nieta, tan pequeña, tan frágil, tan inocente.

    — Si... No hice mil, pero mi deseo se cumplió... papá a venir a verme... aunque después se vuelva a ir... solo quiero verlo otra vez... porque es papá y yo lo amo.

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    Yokozawa Takafumi salió de la ducha con la moral casi en el suelo. Era su culpa por querer volar sin alas, Kirishima no quería nada serio con nadie, eso había dicho Kisa, se habían reído y ahora pasaba esto, esto no debería pasar ahora, Yokozawa no pensó en esa posibilidad y ahora la tenía en frente.

    — ¿Qué te pasa? — Yokozawa dio un salto ante el susto que la pregunta le causo, Kirishima Zen estaba ahí, recostado en su cama con un manga de Mayu Sinyo en la mano. – Puedes prestarme una toalla, tardaste tanto que no tenemos tiempo de ir a mi casa, tendrás que prestarme ropa

    — ¿Qué haces aun aquí? – la voz de Yokozawa estaba cargada de rabia en esa pregunta— ¿Por qué no estas ya en brazos de tu esposa?

    — Hum si, pensé que te molestarías, pero es necesario que hablemos un poco

    — ¡No tengo nada que hablar! ¡Regresa con tu mujer y tu hija!

    — ¿Por qué me gritas?

    — ¡Vete!

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    Kirishima Zen de pronto se sintió ignorado, realmente odiaba eso, que se voltearan sin atender de él, que no le dejaran hablar, lo hacía sentir solo. Lo hacía enojar.

    — No me des la espalda Yokozawa, no lo hagas o puede que no me encuentres cuando te voltees – quiso evitarlo pero no podía simplemente apagar esa voz, la voz de jefe de editores, la voz del padre que regaña a la niña, la voz de enojo y Yokozawa encendía esa parte en el a niveles increíbles e injustificables, con Yokozawa lo movían las sensaciones más que la razón y eso provocaba que se enfadara de no poder controlar lo que ellos eran, Yokozawa se giró sin dejar de mirarlo molesto, aunque le encantaba esa expresión, no dejaría que Yokozawa hiciera eso, no le daría el poder de hacerlo suplicar, no cometería ese error dos veces. — ¿me vas a escuchar?

    — No hay nada que hablar

    — No. Me vas a escuchar, sí o no.

    — Si – respondió rechinando los dientes.

    — Puedo ver a mi hija, hable con Sakura para pedirle permiso de llevar a Hiyori al cine y a comer... ella dijo que si y voy a buscar a Hiyo sobre las once en la casa de los padres de ella

    — Qué bueno

    — No he terminado. – Kirishima no sabía si era el o Yokozawa, pero Yokozawa más allá de callarse decidió sentarse y escucharlo con más atención – Yokozawa... yo no tengo nada... ¿vale? No tengo ni siquiera mi estabilidad emocional y creo que más o menos lo sabes, sabes que las cosas se han puesto difíciles para mí y he estado en la jodida por varios meses. – Yokozawa asiente mirándole – cuando te fuiste de mi casa ese día, decidí reacomodar varias cosas, eso es egoísta porque las acomode pensando en mí, en lo que yo quiero y la verdad es que no quiero saber que sales con otro, se me revuelve el hígado de pensar que podría haberme perdido de esto y no tengo nada, no estoy enamorado de ti, me gustas mucho, pero no te amo, no te conozco y tú no me conoces.

    — Kirishima

    — Escucha, luego hablas – Yokozawa cruzo los brazos mirando desafiante y molesto – Amo a mi hija, mi hija es parte indiscutible de mí, si puedo estar con ella voy a estar, si tengo que escoger la voy a escoger... pero eso no significa que escoja a su madre, sí, tengo sentimientos por ella, no lo puedo evitar, pero tengo sentimientos por ti también... yo, tengo un trabajo con intermitencias, lo sabes, el últimos cuatro meses he faltado a clases por el cierre de ciclos, muchas veces tengo reuniones o viajes y si puedo ver a mi hija deberé atenderla, no puedo ofrecerte todo mi tiempo o todo de mí, pero lo que tengo para darte, aunque no sea mucho y tal vez no sea suficiente... es todo para ti – tomo las manos de Yokozawa mirándole a los ojos y des hizo el cruce, abrazándole con una sonrisa inocente y coqueta, Kirishima sabía que tenía sonrisa de niño, su madre se lo decía y muchas veces la usaba para conseguir cosas de mujeres o de ancianos en el trabajo, ahora la usaba con Yokozawa – me gustaría que estés conmigo cuando vea a mi hija, si no es mucho abuso, en verdad agradecería que estés conmigo porque no soy tan fuerte

    — ¿quieres que conozca a tu hija? ¿Tan pronto?

    — No tengo tiempo Yokozawa, llevo sufriendo un año entero y puedes creerme o no, pero quiero ser feliz lo más pronto posible

    Kirishima Zen fue de pronto aplastado por el peso de Yokozawa, pero no le importaba mientras la boca de Yokozawa acariciaba su boca con ansiada locura. Los ojos azules oscuros de Yokozawa estaban más oscuros de lo normal y Kirishima Zen sonría. Yokozawa y el definitivamente encajaban.



    Lic... CON TOO EL CARIÑO PARA TI!!! Espero que lo disfrutes, gracias por el apoyo que me has dado siempre. Btalkrajo
  3. .
    QUOTE (Sakurako Taiga @ 6/7/2017, 01:20) 
    Oh santa virgen de las papayas, masa tenía razón, kirishima solo quería la foto de Yoko para masturbarse, jajajjajaja, por que Ritsu sigue sin caerme bien, cuando do se supone y le debes tener lástima, por como se siente te, no lo se.
    En fin, espero con ansias la segunda parte.
    Cuídate.

    Muchas gracias por la espera, espero que disfrutes del inicio de la segunda parte.

    QUOTE (Yoo Joo @ 6/7/2017, 03:45) 
    Oh si!!!
    Ijuuin y Yoko por fin se conocen!!!
    Aquí hubo química. 😁😁

    Por lo visto Ritsu esta más que metido en su papel de víctima.
    Haber Onodera como te explicó...
    Aunque tú tenías sentimientos por Masamune y aunque le hablaste de estos mismos a Ann, aún te falto una variable muy importante, y estos son: "los sentimientos de Masamune", y si él se enamoró de Ann, tu deberías respetar eso. Masamune nunca fue tú novio,ni te hizo falsas ilusiones así que no puedes reprocharle nada a Ann y pensar que te traicionó.
    Entiendes???
    Y es exactamente lo mismo con Yoko y Kirishima.

    Esto esta como para no poder dormir hasta que actualices btalkrajo sensei.
    Fighting!!!

    HOla, gracias por la espera y por el apoyo, espero que disfrutes de la actualizacion

    QUOTE
    Bajo los tacones de Ariane

    Sakura Kirishima miro hacia las hojas extendidas en el escritorio de su abogado, después de seis meses al fin Zen había firmado los papeles del divorcio y había quitado la demanda que la calificaba de sufrir alteraciones mentales y ser un peligro para su hija, su abogado tenía una sonrisa en la boca que le hacía ver un poco cínico y grotesco, o era que de pronto a ella todos le daban asco.

    — Ha firmado – dijo una vez más con incredulidad mirando las hojas. Las mismas que antes habían llegado a sus manos rotas o con insultos escritos en letras grandes, ahora ahí, estaba la letra de Zen sobre los puntos, como una despedida fría sin más pelea, abandonando su historia con puntos finales.

    — Ahora solo queda que firme usted para terminar el papeleo, ellos insisten con la custodia compartida de la criatura, pero he dicho a Usami que no cederemos en ellos, aunque creo que podríamos negociar al menos un mes al año para que ella este con su padre.

    — ¿Qué pasa si no firmo? – pregunto Sakura de pronto

    — ¿Qué? – él la miro y la sonrisa perdió forma – es la demandante, lo ha solicitado y el no firmar podría verse como…

    — ¿Qué pasa si quito la demanda? ¿Se anula?

    — Creo que no ha entendido – él ya no sonreía – ha firmado, su ex esposo se ha rendido

    — Si no firmo no es ex ¿verdad?

    — Esto debe ser una broma – él tenía una expresión seria y casi enojada, como si se permitiera verla desde arriba, como Zen solía mirarla, como si ella solo fuera una niña caprichosa y no era de esa manera y no quería que fuera así, ella necesita a Zen a su lado, sabe que él la necesita a ella, solo a ella – llevamos meses en este caso, usted se ha...

    — Me equivoque, — atajo — pensé que no firmaría y sería más fácil hablarlo, no esperaba que el firmara, no ahora...

    — Este hombre — dijo el abogado con una acritud que Sakura no le había conocido jamás mirándola irritado – lleva un año sin poder ver a su hija, con una orden de alejamiento, por un año usted ha tenido secuestrada a la niña, créame señora que si todo esto ha sido solo para llamar la atención de ese hombre lo ha hecho muy mal. Tiene 48 horas para traerme esos documentos firmados o para retirar la demanda de divorcio. Pero antes déjeme decirle algo, si Usami presenta la demanda de separación por acoso y maltrato psicológico sobre su cliente, ellos no necesitan su firma, usted inicio esto, retirarse ahora es dejar en claro…

    — El no querrá separarse de mi – dijo ella con los ojos llenos de lágrimas – siempre me ha amado

    — ¿Usted lo ha merecido?

    — ¡Cómo se atreve! – las lágrimas se frenaron tan veloz como habían nacido. Sakura se puso de pie mirando altiva a su abogado

    — Porque soy su abogado, se la verdad, usted le abandono, le traiciono y mintió sobre como la trataba, usted secuestro a su hija y ahora que él se está recuperando ¿quiere regresar?

    — Usted no entiende, Hiyo necesita a su padre, yo no puedo sola con todo, no es como creía que sería… llevo tiempo pensándolo sin atreverme a decirlo, incluso fui a quitar la demanda de alejamiento, quisiera poder dejarlo. No puedo.

    — No me engañe. – el abogado soltó una carcajada agria – lo que usted necesita es el dinero de Kirishima, el acuerdo prenupcial la protegía a usted de él, pero como su familia cayo en quiebra ahora lo protege a él, sus ingresos son mínimos y el hecho de no haber trabajado por ocho años no la ayuda, quería la casa, el auto, las cuentas y no hay nada de eso porque ese acuerdo desvincula los bienes de ambos, mi querida señora, si trata de verme como a un idiota no espere contar con mi ayuda, admita la verdad y podremos ver qué hacer con esto. Pero no finja sobre un amor que no siente, no es mi primer divorcio, cuando una mujer está enamorada, nunca pide nada, he visto firmar con lágrimas a mujeres que dejaban ir hombres que ellas realmente amaban, y he visto casos como el suyo donde se llevan todo lo que pueden, lamentablemente nosotros no pudimos quitarle nada.

    Con la bilis en la boca Sakura salió sin despedirse de la oficina dejando sobre la mesa los papeles que Zen había firmado.
    El abogado los tiro en su cajón, con una leve esperanza de que ella firmase y dejara libre a ese pobre idiota enamorado.

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    Kirishima Zen se quedó mirando los ojos más bonitos que había visto alguna vez, las pestañas de Yokozawa barrían todo lo malo en cada pestañeo y se iban convirtiendo en una sonrisa. Kirishima Zen no ha planeado su día de este modo, este día no tenía planes, todo lo sucedido se refería a los besos de la noche anterior, apenas había dormido después de eso y al despertar solo tenía claro que quería ver a Yokozawa y continuar con su plática inconclusa, la que boca a boca y beso a beso le había comido los miedos y dejado en la cabeza la idea clara de que cosas buenas vendrían si continuaba besando esa boca.


    Está noche había sido completamente inesperada y a pesar del torbellino Kirishima ahora esperaba en serena calma mientras Yokozawa se ataba las zapatillas. La camiseta de Ariane era de un talle justo en el cuerpo de Yokozawa, o era el cuerpo de Yokozawa el que resultaba perfecto en cualquier prenda, ¿Qué seria? Kirishima no lo sabía, recordaba haber adorado las expresiones en el rostro de Sakura o el sonido de su vos pero con Yokozawa esto era diferente, Yokozawa le abrumaba, si lo pensaba ajeno al sentimiento, las formas de su cuerpo eran rudas, duras, firmes... Kirishima se sacudió, no debía pensar solo sexualmente porque más allá de eso Yokozawa le atraía, su vos era seca pero resultaba reconfortante y dulce oírlo hablar, su mirada era severa y su mandíbula recta pero cuando sonreía todo parecía más agradable y sus manos, Kirishima las deseaba, esas carias en su cabello, el pulgar sobre su mejilla, aquellos toques suaves que Yokozawa había dado poco a poco y que ahora su cuerpo exigía volver a sentir. ¿Cuándo había cambiado? Kirishima no sabía en qué momento Yokozawa paso de ser un compañía agradable a un necesidad urgente.

    — Creo que aún estoy un poco triste — Zen sonreía mirando los ojos oscuros frente a el— supongo que necesitarás darme más besos

    — Esto es una locura – Yokozawa sacudió su cabeza sonrojado, aun nervioso por el reciente beso

    — ¿Lo crees?

    — No… no sé qué… — Yokozawa se tambaleo en la decisión que aún no habían tomado ninguno de ellos – no sé porque te fijarías en mi... no entiendo porque me besaste ayer ni entiendo porque me has besado ahora otra vez

    — Oh... es interesante, te he besado, porque... – Kirishima sonreía mirando mientras el otro esperaba y se demoró tanto como pudo, había tanto que podría explicar, o nada, en realidad no podía, Yokozawa no le hacía pensar mucho solo lo obligaba a sentir, se sentía contento, se sentía especial, se sentía molesto y celoso y confuso y emocionado y todas esas emociones eran complicadísimas de explicar porque no era algo de lo que antes hubiese tenido que hablar – llevaba un buen tiempo deseándolo. – dijo sin mas

    El sonrojo en el suave rostro de Yokozawa delataba los latidos acelerados de su corazón. Kirishima deseo decirle que lo comprendía, que se sentía igual de abrumado, pero hacerlo solo llenaría la cabeza de Yokozawa de miedos innecesarios. Como los miedos que podrían hacerlo huir y eso no lo deseaba, aunque esto fuera breve Kirishima quería saborearlo tanto como pudiera. Después de todo lo pasado Yokozawa era agua fresca que calmaba su sed, que no hería sus grietas y aunque le asustaba arriesgarse también le emocionaba intentarlo. Tomo entre sus manos la mano de Yokozawa con tanta suavidad como pudo, sonriendo mientras la sostenía y deseando seguir así por días completos.

    — Hoy no lo pensemos — arrastro las palabras mirando los ojos oscuros que le sonreían brillantes — lo pensaremos mañana y si no es mañana será después, necesitamos información antes de pensar en que hacer

    — Porque… ¿Por qué eres así a Kirishima?

    — Genética — Yokozawa entrecerró confuso los ojos— lo que soy es la mezcla de mis padres su educación y una serie de eventos desafortunados que me han formado, no hay un porque en específico son muchos y tantos que no puedo nombrarlos todos, pero la genética es la principal.

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    Una sonrisa de medio lado hacia la mueca aún más hermosa y para Yokozawa pocas cosas algún día habían sido así de hermosas, de pronto las cosas parecían haberse organizado de la manera adecuada. Comenzó a tener miedo real, la idea de que Kirishima fuera algo suyo había sido un sueño y los sueños siempre pueden ser soltados, aunque duela un poco despertar, uno sabe que debe hacerlo. La realidad en cambio no tiene eso… Yokozawa nunca había tenido una oportunidad cómo está, aún no sabía si está era la oportunidad que había estado soñando, no sabía si acaso Kirishima quería o podía darle lo que el necesitaba pero le gustaba que lo llevaran a su casa y por una vez le pagaran la cena, le gustaba que Zen le mirase de ese modo perverso que le desnudaba no solo la piel sino los miedos. Con Kirishima se sentía mucho más en peligro de lo que jamás había sentido.

    Sentía que si saltaba encontraría un precipicio.

    Yokozawa quería caer en él.

    — ¿Dejas que te desmaquille?

    — Claro – Yokozawa le entrego los paños para retirar maquillaje y sintió como Zen los pasaba suavemente por su rostro – Eres bueno con esto — dijo mientras le quitaban las pestañas postizas

    — Solía desmaquillar a mi esposa — respondió
    Yokozawa sintió una punzada al oír esa palabra. ¿Sería así siempre? ¿Sería peor después? Kirishima tenía pasado, en realidad todos lo tienen pero el de Kirishima era más pesado, esposa, hija, casa, trabajo, ¿amantes? Yokozawa conocía poco de Kirishima, lo suficiente para estremecerse cuando pensaba en el pero aun no entendía lo demás, aun no sabía que hizo que su esposa le abandonara. “¿Por qué te abandono?” no podía hacer una pregunta como esa y sin embargo quería saberlo, quería saber dónde estaba poniendo los pies.
    Pero sus pies no querían tocar tierra y flotaban, y Yokozawa no sabía cómo coordinar su mente su corazón y su conciencia.

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    Afuera Yokozawa se juntó con Seiya y Shouta mientras descubría que Ritsu se había marchado a casa.

    — Pero lo vi hace nada en los camerinos, no puede haberse ido – Yokozawa estaba confuso

    — ¿En serio? – Shouta le regalo una mirada envenenada — ¿Querías que se quedara mientras Kirishima y tú se besuqueaban frente a él? A veces me sorprende lo poco que respetas a Ritsu, digo, pudiste decirle...

    — Oh... nos vio... hum... no es como podrías pensar esto es algo que puedo explicar

    — Si... bonita manera de decírselo, o sea – Shouta le sonreía — pudiste contarnos sobre tu amorío con él, fue bastante feo enterarnos así

    — No es lo que piensas

    — No importa lo que yo piense, — Shouta le tomo la mano obligando a Yokozawa a mirarlo, a ver el desprecio que le expresaba entre sonrisas – me molesta que nos dejaras fuera, pero es una decisión personal, te digo lo mismo que a Ritsu, no creo que Kirishima quiera algo serio con nadie, pero está bien... sabes no me parecía para nada pasivo, pero bueno, ahora entiendo porque quería ser amigo de Ritsu, él es bastante pasiva no como tú, digo, tu eres lo suficientemente rudo como para doblegar a ese sujeto
    Yokozawa miro a donde la risa iba, incluso Seiya lo felicito, pero... ¿sería así? Seria eso lo que Kirishima quería con él, le tocaría tomar las riendas, no parecía lógico, no con la forma de ser de Kirishima pero era posible, Shouta y Seiya reían hablando de cómo era, pero no había sucedido, Yokozawa lo había besado pero solo eso.

    — Entonces que...

    — Que... ¿de qué?

    — Es estrecho o es conocedor, cuéntanos – Seiya le sonreía – no puedo creerlo, en serio, el tipo no parece pluma pero si te lo estas

    — ¡Te puedes callar! – Yokozawa lo miro irritado – no he dormido con Zen ¿está bien? Esto ha comenzado a penas y no voy a irme a la cama con él la primera noche

    — ¿Por qué? – Shouta le sonreía – No te atrae... o es que esperabas que el llevara las riendas, lo siento Oniichan, eres demasiado hombre como para no ser Top

    — Eso me raya – Seiya se dejó caer en el suelo – es que digo, con una chica es fácil saber a quién le toca hacer que... pero y ¿ustedes como lo saben? ¿Qué pasa si los dos son top? ¿Qué pasa si los dos son pasivas?

    — Vente a mi casa y te lo aclaro — Kisa le regalo una sonrisa seductora a Seiya y este se la devolvió

    — Cuando me miras así me lo pienso Shouta, pero eras la chica de mi amigo y no podría comerme el pan de Yukina

    Ellos comenzaron a reír pero Yokozawa comenzó a temer ese momento, ¿Cómo era salir con alguien como Kirishima Zen? Acaso podría con ello, con el hecho de que ni sus amigos tomaran en serio aquello, Shouta se reía Seiya no lo entendía... pensarían Ann y Masamune lo mismo, que era un chiste que Kirishima se hubiera fijado en él, una curiosidad, un juego no serio. Yokozawa se miró las manos, se miró las piernas... ¿Por qué lo había besado? Y ¿querría algo más que unos besos? Miro hacia las gradas donde los que apoyaban a Ariane gritaban, Kirishima tenía los brazos cruzados a la altura del pecho y a su lado estaban Yasuda y Masamune riendo, ¿Por qué Yasuda no le devolvió las llamadas? ¿Kirishima le haría lo mismo? Unos besos y después adiós...

    — ¡Que mierda!

    — ¿Qué... que paso?

    — Somos el tercer lugar... Yokozawa pon atención – Seiya y Shouta perdieron la sonrisa por completo – mierda... después de todo y ni el segundo puesto

    — Maldición

    Mientras Seiya recibía la mención y agradecía ellos dos aplaudían, no habían logrado ganar pero no era tan sorprendente, a ellos les había fallado el ensayo de la última semana y eso era culpa suya, Yokozawa lo sabía. Se levantaron y aplaudieron a los ganadores, pero los tres se miraban cansados y frustrados.

    — Para el Armagedón tenemos que mejorar esto definitivamente – Seiya abrazo a ambos – nada de novios arruinando los ensayos, nada de dramas que no vienen al caso, vamos a ponernos profesionales ¿ok?

    — Vale

    — Vale

    — Nada de Vale, chicos es nuestra primera presentación fuera de Tsubaku Force, ahora no somos los del montón, es nuestra academia y debemos darle nombre, así que arriba y orgullosos, que no haber estado entre los primeros sería peor.

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    — Dame — Kirishima le tendió la mano para cogerle la mochila, pero Yokozawa no la soltó

    — Puedo cargarla perfectamente ¿sabes?

    — Claro que puedes, mides un metro ochenta, sería ridículo que no pudiera. Dame — esta vez Zen le quito con brusquedad la mochila — ¿Qué quieres cenar?

    — No tengo hambre, perdimos

    — Suele pasar, — dijo restándole importancia al hecho — lo harán mejor la siguiente vez, además los grupos tenían coreografías muy bien montadas

    — No me animas

    — Lo siento, pero no sé qué otra cosa decirte Yokozawa, además no es tan grave, yo debería estar enfadado, perdí una apuesta contra Ijuuin

    — ¿Ijuuin?

    — Si, por cierto Yasuda se lo llevo pero me alegro de que se llevaran bien

    — ¡Espera! – Yokozawa abrió la boca sorprendido, el hombre le había resultado familiar pero ahora comprendía de donde — ¡Ese era Ijuuin Kyo, el creador de Za Kan!

    — Si... – Zen borro la sonrisa — ¿Por qué te emocionas tanto?

    — ¡PORQUE SOY SU FAN! Oh... mierda... me vio en esas pintas, ¿Qué va a pensar de mí?

    — No tiene por qué pensar en ti, — los ojos de Zen oscurecieron delatando su repentino mal humor pero su vos fue lo que hizo que Yokozawa perdiera la sonrisa, la frialdad — tú no tienes por qué pensar en él

    — Claro que debo pensar, — dijo — estuve frente a frente con mi mangaka preferido y no pude ni decirle que amo su obra, que adoro la trama y lo agradecido que estoy por esa dedicatoria que me hizo...

    — No te hizo ninguna dedicatoria – remarco Zen molesto – escribió lo que le pedí que escribiera, en todo caso lo hizo para mí y no para ti, así que puedes serenarte, estabas con la ropa de baile, en un evento de coreografías y aunque él no piense en ello, porque no pensara en ti

    — Sabes... — Yokozawa estaba pálido y la emosión se había marchado por completo – no necesitas ser tan cruel... no tiene sentido que cargues mi mochila. Dámela.

    — ¿Qué me hace cruel?

    — No importa, me das mi mochila

    — ¿Por qué haría eso?

    — Porque puedo cargarla perfectamente, mido un metro ochenta, sería ridículo que no pudiera ¿verdad?

    — ¿Sabes porque quiero llevar tu mochila?

    — No

    — Por la simple razón básica por la que cualquiera coge las cosas de otro, quiero que quede claro que estás conmigo, si lo llevas tu soy un amigo, si la cargo yo... – Kirishima arrincono a Yokozawa contra la pared apoyando sus manos, una a la altura de la cara y otra en la cintura – ¿lo entiendes?

    — Si... no es un buen lugar... vamos a despedirnos de los demás

    — Bailaste genial ¿ok? No te sientas culpable, los otros grupos eran buenos y ustedes llegaron al tercer puesto en su categoría siendo su primera vez, eso es algo genial, mejoraran. – la boca de Kirishima atrapo la de Yokozawa antes de que pudiera negarse, aunque Yokozawa no tenía fuerza para negarse a Kirishima.

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    Iokawa se alejó del grupo de Ariane y se mezcló con otros amigos presentes, sus ojos en cambio miraban hacia Yokozawa, habían sido novios casi un año y aunque había sido el quien rompió con Yokozawa verlo ahora le producía una molestia extraña. Los celos le iban subiendo por la espalda mientras miraba como aquel sujeto sujetaba la mochila que él le había regalado a Yokozawa en su anterior cumpleaños. Aquel hombre sin duda era cercano o Yokozawa no le habría ignorado, hacía semanas que no se hablaban y antes eso no lo había molestado, pero ahora veía como alguien más tenía algo suyo, trato de serenarse, él había terminado la relación, no tenía sentido enfadarse, sin embargo aunque intentaba una y otra vez sus ojos regresaban a la escena, ahí donde otro participaba del acto y era acogido por todo el entorno de su ex novio.
    Iokawa encontró los ojos de Kirishima Zen directamente sobre él. Aunque no sabía su nombre sin duda no podría olvidar esa mirada, una mirada que destilaba ira, el sujeto sin duda rodeaba a Yokozawa para dejar en claro que era suyo... Iokawa estuvo a punto de reírsele, Yokozawa no era de nadie.

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    — Vamos a celebrar – Ann abrazo a Seiya sonriendo – por favor – miro a las dos chicas que estaban junto a ellos — Misaki, Kaede ¿vienen?

    — No podemos – respondió Misaki, una chica delgada y menuda bastante menor — mi hermano vendrá a recogernos en un rato así que nos iremos

    — Comeremos pizza – aviso Ann sonriendo – podemos invitar a tu hermano, vamos intenta Takahiro adora la pizza

    — Hum voy a llamarle, así le hablan de mis progresos, — Misaki se movió como un robot y sonrió, era una chica de diecisiete años y unos ojos verdes que parecían querer salirse de su cara de los grandes que eran y la melena castaña oscura le hacía más pálida la piel, en contraste al pelo rojo de Kaede y sus ojos azules felinos ambas chicas estaban emocionadas pero de pronto la sonrisa se borró, Kaede miro a su móvil pero en vez de responder le paso la llamada a Misaki que contesto con desgana y pateando el aire tomo la mano de su amiga y regresaron – lo siento nee—sama pero no podremos ir con ustedes, mi hermano no podrá venir a buscarnos

    — ¿Quieres que te llevemos? – apresuro Seiya sonriendo

    — No, muchas gracias Usagi—san vendrá por nosotras, de hecho ya está esperándonos

    — Es mejor que se den prisa – apunto Yokozawa – las acompañaremos a la puerta

    Dicho esto Kirishima siguió en silencio a Yokozawa y las dos chicas que se despedían al paso de algunas personas, ambas resultaban atractivas y aunque no las conocía le parecía que se llevaban bastante bien con Yokozawa al cual llamaban como el resto Oniichan las chicas se despidieron y antes de que Kirishima respondiera subieron a un porche rojo que tenía los vidrios polarizados, un coche bastante costoso.

    — Tenían prisa – Kirishima miro a Yokozawa

    — Si, Usagi—san controla a Misaki aún más que su hermano, lo hace por su bien, se preocupa por ella pero tiene muy mal temperamento

    — Por eso nadie ofreció a invitarlo

    — Es un tipo rico, todos son menos e indignos de su presencia, la verdad, prefiero no tener que verlo

    — ¿te ha tratado mal?

    — Si, igual que a todos, finge que no existimos, para ser rico tiene muy malos modales

    — Suele suceder con los hijos de papa

    — Si... hace un poco de frio ¿no crees?

    — Eres libre de abrazarme para calentarte – sus dedos acariciaron la quijada de Yokozawa, Kirishima podía ver la debilidad en Yokozawa, parecía que se caería si lo soltaba, asi que lo abrazo y beso sin prestar atención a las quejas o al sonido de las personas que pasaban— Oye... si nos vamos... – Kirishima sonreía mostrando todos los dientes mientras la gente abandonaba el local – nos disculparemos después, vamos a caminar, no tengo coche así que podemos hacer la ruta a tu casa desde aquí


    Tomo la mano de Yokozawa sin esperar que le dijera que sí y comenzó a caminar.

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    — Hola gato gordo — Kirishima saludo a Sora pese a que el gato se escabullo debajo del sofá, no era de extrañar ya que solo se habían visto una vez – Ese es un buen sofá – apunto mirando el sofá verde de Yokozawa – solo un poco frio, no me queje por educación pero esa noche pase frio ¿sabes?... tal vez porque estaba solo

    Yokozawa se estremeció, esto no le había pasado, no de este modo. Antes se le habían insinuado en ocasiones de forma muy descarada, algo eróticas, y otras sosas, pero Kirishima tenía un leve ronroneo en la voz que le ponía los vellos de punta, ¡Todos! Además bajo la mirada de Kirishima, una vez ya se había sentido siendo desnudado, ahora le costaba cubrirse porque sentía que llevaba media hora al desnudo y las constantes y acusantes miradas no lo relajaban. Por lo general sus compañeros esperaban a ser deseados mucho más de lo que lo deseaban.

    — No voy a acostarme contigo – Yokozawa lo dijo como un maullido

    — Oh, sí lo harás – Kirishima se erguido cual alto era y con una mortal sonrisa se quitó la sudadera dejando por un momento su abdomen al desnudo, luego se acomodó la camiseta – por cierto espero que lo hagamos pronto – luego soltó una risita – pero tal vez hoy no sea el día, o la noche o el amanecer ¿Qué hora es?

    — Te lo digo en serio

    — ¿nunca? Este acaso diciéndome que nunca podré hacerte el amor

    “¡Hacer el amor!”

    Yokozawa se quedó sin palabras el Cógeme, Tírame, Penétrame y Tómame vinieron a su cabeza como extrañas palabras que no parecían involucradas a esta nueva frase compuesta de tres “Hacer el amor” ¿Cómo se hace? ¿Qué significa? ¿Por qué lo dice de manera tan lasciva?
    Yokozawa pensaba en ello mientras Zen apoyado en su sillón lo jalaba lentamente a unírsele. Si había tenido dudas esto las barría, definitivamente Kirishima iría arriba, le gustaba la idea, deseaba el dolor, pero no estaba listo pata saltar al fuego. Sintió los dientes de Zen morderle la garganta, no tanto como para marcar pero lo suficiente para causarle un estremecimiento por el cuerpo, no se quejó mientras las manos de Kirishima bajaban de su espalda baja a sus nalgas de manera natural. Estaba atrapado.

    — Oye… no voy a obligarte, puedo ser molesto pero puedo esperar – las palabras suaves hicieron latir su corazón, Kirishima le sonreía suavemente – tiene que ser de dos, seria aburrido si no lo deseas…

    — ¿es una manera de seducirme?

    Sintió el beso sobre su cuello y pudo percibir sin prisa la risa de Kirishima acariciándole con fuerza.

    — Puedo esperar para hacerte el amor siempre que me dejes dormir en tus brazos

    Si Kirishima sacaba sus frases de novelas rosa o él era una ambulante Yokozawa no estaba seguro, pero no pudo estar más contento mientras tiraba de la mano de Zen a la habitación, tal vez en verdad era así, conocer a alguien de quien te enamoras, sentir el deseo pero una necesidad más fuerte, Yokozawa había estado desnudo antes, de hecho esa misma noche en los camerinos Kirishima le había visto quitarse la ropa de baile, en cambio ahora solo quitarse la camiseta parecía diferente, si bien se sentía desnudo, esto era estarlo por completo.

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    Kirishima Zen estaba sentado en una cama desconocida, en un pequeña habitación extraña con un hombre de pie sonrojado pensando en si debía o no quitarse la ropa. Ese hombre podía poner a mil la sangre de Zen en segundos con una mirada como esa, Yokozawa era sin duda una debilidad muy notoria. ¿Lo sabría acaso? Zen se preguntó cómo era posible que ese hombre no lo supiera. Sonaba tan absurdo cuando oía la vos de Yasuda, diciendo que para él Yokozawa intimidaba más de la cuenta.

    En cambio a Kirishima le parecía que debía saltar a la primera para cuidarlo, Yokozawa se le hacía demasiado valioso, cada momento más valioso. Había pasado de ser el excelente bailarín a quien admiro a convertirse en el amigo que sin pedir nada lo ayudo a salir de un momento duro, a ser el motivo de sus deseos, a ser… lo fuera que fueran ahora.

    — Ven a la cama

    — Es suficiente ¿verdad? — Yokozawa lo miraba entre miedo y anhelo – solo dormir juntos…

    — Es mejor desde luego – Zen estiro el brazo para que Yokozawa se recargara, pero parecía ser que no sabía cómo hacerlo ¿esto sería nuevo? Le habrían lastimado antes o negado las caricias simples de estar juntos – apóyate aquí, ven

    Le insto y Yokozawa se dejó caer suavemente sobre su pecho, sin saber exactamente si eso era o no correcto Zen le abrazo con más fuerza para que dejara de titubear.

    — ¡Realmente mejor! Sabes creo que esta será una de esas noches en las que uno duerme muy bien

    — ¿Cuándo dices es mejor? – Yokozawa parecía más nervioso aun ahora sobre su pecho que antes contra la pared – te refieres a que es mejor dormir con alguien que dormir solo ¿cierto?

    — Más o menos

    — Si soy pesado dímelo…

    — Esta parte no la había imaginado – zen beso sin más el cabello oscuro y Yokozawa en un reflejo se separó de el para verlo – es mejor… me gusta sentir tu calor y el aroma de tu colonia, es agradable

    — Has pensado en esto – Yokozawa soltó una suave carcajada mientras le miraba — ¿en verdad has pensado en mí?

    — Me masturbo pensando en ti para dormir, — Kirishima en un movimiento rápido dejo tendido en la cama a un Yokozawa que le miraba avergonzado y nervioso – a veces también en la ducha…

    — No digas esas cosas ¡No lo hagas!

    — ¿Por qué no? No es malo, además es culpa tuya

    — ¿Mi culpa?

    — ¡Si!

    El grito fue un rugido. Las negativas no llegaron a nada, tampoco tenían sentido porque eran las propias manos de Yokozawa las que le quitaban la ropa a él. Un par de besos los dejaron mirándose, en la oscuridad, solo con la luz que se filtraba de la farola de la calle en la pequeña habitación por un momento después de un año de días y noches solitarias Kirishima Zen no se sentía solo, abrazo con fuerza a Yokozawa, ambos tenían puestos los boxers pero ninguno trato de quitárselos al otro, un paso más y ese momento tan maravilloso podría verse empañado.

    Estar ahí, mirándose en la cama sin decir una palabra. Era perfecto.
  4. .
    Bajo los tacones de Ariane




    - ¿Puedo besarte?

    La pregunta parecía colisionar con todo lo existente en el mundo, Yokozawa olvido por completo donde estaba o que era correcto y llevo los dedos de su mano a la mejilla de Zen, no dijo nada, no podía articular palabra, solo sintió el calor cubrir su espalda y tardo en comprender que era la mano de Zen por dentro de su camiseta, tardo en saber que ya no estaba contra la pared y estaba recostado en la cama, tardo en saber o comprender que estaba debajo sintiendo el cuerpo de Kirishima presionando sobre el suyo mientras se besaban, sus manos correspondían al abrazo abrazándole y acariciándole.

    No podía recordar cuando había besado de aquella manera o siquiera cuando había besado alguna vez, era como si el beso de Kirishima hubiera borrado cualquier beso que antes estuviera en su boca, podía saborearlo aun ahora mientras Sora le miraba curioso. No le dijo al gato lo sucedido, por ahora era suyo, solo suyo, un secreto que no quería decir en voz alta por miedo a despertar, se llevó la mano al cuello, ahí donde la risa de Kirishima le hizo cosquillas, ahí donde termino el último beso antes de que debieran separarse. Revolviéndose en la cama pensó en cómo sería volverle a ver

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    Kirishima Zen espero todo lo lógicamente posible pero la llamada nunca llego, debería asumir desde luego que todo estaba bien, de hecho, no le había pedido a Yokozawa que le avisara una vez estuviera en casa, había asumido que de lógica el bailarín le avisaría para que estuviera tranquilo. Como aún estaba despierto y estaba preocupado Kirishima decidió llamar y aunque pronto serían las dos de la madrugada su llamada fue atendida.

    - Hola – la voz trémula de Yokozawa le recordó el beso, la forma en que se habían mirado después, como si decir algo mas no fuera necesario

    - Hola... quería saber si llegaste a casa – Kirishima se quedó en silencio esperando, pero no hubo respuesta - ¿estas aun de camino? – pregunto no sin cierto temor de que hubiera sucedido algo con el último tren de la noche

    - Llegue hace bastante... hum... pensé en decirte y luego pensé que sería extraño... no era tan tarde cuando me fui

    - De hecho te fuiste demasiado temprano – Zen se llevó la mano libre al cabello – no recuerdo que paso antes de que te marcharas

    - ¿no lo recuerdas? – Yokozawa parecía sonreír bajo el suave tono de su voz

    - No, para nada, creo que – Zen sonreía complacido de su propia voz – creo que debería ir a verte para que habláramos de esto, creo que he perdido la memoria, ¿podría ir ahora? Es por salud

    Su pecho dio un salto al oír la risa de Yokozawa, el bailarín se había negado en rotundo a que lo llevara a casa arguyendo que sería un desperdicio de gasolina y que aún había trenes a esa hora. Zen en cambio ahora mismo se sentía inclinado a no escucharlo y tomar las llaves de su coche para conducir a la zona de Yokozawa, no sería un verdadero desperdicio ya que este vivía cerca de su oficina, a unas pocas calles.

    - No puedo creer que no quieres ayudarme – se quejó falsamente ofendido – estoy seguro de que algo no está bien conmigo

    - Detente, mañana tengo el Freedom y necesito descansar, si seguimos discutiendo amanecerá

    - Lo ves, es necesario que vaya ahora mismo sin perder más tiempo

    - ¿Qué va a pasar si vienes?

    La pregunta hizo saltar la alarma en Zen, ¿Qué iba a pasar? La pregunta tenía una invitación que no creía poder aceptar. ¿Qué diría Yokozawa de su problema?

    No

    No diría nada, ni se burlaría ni le evitaría, lo comprendería.

    - No dices nada.... ¿te has dormido?

    - Yokozawa – dijo nervioso – esfuérzate mañana, iré a apoyarte

    - Me esforzare, ahora es mejor dormir

    - Entonces descansa

    Kirishima Zen acaricio la sabana donde antes había estado recostado Yokozawa, podía sentir sus cuerpos pegándose mientras se besaban, era mejor que cualquier cosa y no dolía, no había dolor alguno como antes había temido. Miro de nuevo la fotografía que tenía, Yokozawa parecía asustado en ella, luego recordó el contorno de su piel desnuda, acaricio la idea de lamer su abdomen, saboreaba en cada mirada la idea de volver a tenerlo debajo de él mirándole, imaginando como seria, como se sentiría si podía sentir sus cuerpos calentándose, bajar la mano y sentir la suavidad del vello alrededor del miembro de Yokozawa, imaginando sus erecciones chocando, imaginando meter la suya en la boca de Yokozawa... pensando en ellos deseo tenerlo en ese instante, quería saber cómo sería entrar en Yokozawa, deseo estar ahí con tanta fuerza que un escalofrió le recorrió la espina mientras eyaculaba en su cama imaginando la vos de Yokozawa gemir para él.

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    Katou y el equipo estaban contentos de tener a su jefe de regreso al trabajo, había vuelto a ser el mismo de tal manera que su anterior estado lejano se hacía más notorio aun, en cambio pese a ellos todos ellos sonreían, todos ellos convencidos de que había sido el trabajo en conseguir la producción de las series que vendrían a verano, Katou sabía que las cosas con Kirishima no estaban bien, eso creía mientras una sonrisa perfectamente delineada brillaba en el rostro sereno del editor en jefe.

    - Kirishima disculpe – dijo acercándose - tengo una propuesta para Akira Comic, me han dicho de ventas que necesitan su visto bueno para proceder

    - Si, dámela

    - ¿va a llevársela?

    - Si, hoy tengo cosas que hacer y la revisare con más calma en casa

    - Oh... es solo que – Katou carraspeo antes de decírselo – es el cumpleaños de Airi de contabilidad y me pidió ayuda para que usted fuera con nosotros

    - Ya veo – Kirishima sonrió, busco en su mente la salida, y encontró la mejor y la única que le evitaría dar explicaciones a otros – por favor recuérdale Airi que soy un hombre casado, se vería mal que saliera con una compañera de trabajo.

    Katou no pudo evitar la opresión en su estómago, tal vez había entendido mal, tal vez "Le ha dejado y se ha llevado a su hija" la vos de Asahina resonó en su cabeza, tal vez era eso, tal vez Kirishima estaba solucionando las cosas con su esposa.

    - Desde luego jefe – dijo sonriente – me alegro mucho de que resolviese las cosas con su esposa

    - Gracias

    La respuesta de Kirishima carecía de toda emoción y Katou se compuso regresando a su escritorio, tal vez – pensó – habría hecho mal en mencionar que antes tuvieron problemas, le alegraba que ahora parecía que las cosas marchaban bien, no sabía cómo ayudar a Kirishima pero se emocionaba de saber que las cosas tomaban su cauce, escribió diciendo que; No deben contar con Kirishima, un hombre casado se debe a su familia en fin de semana. Orgulloso de su mensaje aclarador cerró su teléfono. Volteo a ver a su jefe y lo encontró cerrando su ordenador, era viernes y hacía calor.

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    - Podemos dejar la broma – dijo Yasuda mientras Ijuuin describía como sería la barba y el bigote del coreógrafo.

    - No entiendo el chiste – confeso Zen mientras esperaban la cuenta para marcharse al evento

    - ¿Qué no entiendes? - Ijuuin sonreía – Yasuda se siente intimidado por la masculinidad del tipo, imagino algo así como un mounstro de dos metros que tiene las venas saliendo de sus músculos

    - No creo que sea así, mis coreógrafos no tienen ese porte – aclaro – además ¿Qué importa? Si te gusta no deberías preocuparte por si tiene barba o si se afeita

    - Oh... es en serio – Ijuuin sonreía divertido – no entiendes el chiste. A Yasuda lo que le da miedo es que se la metan, no el tipo, o bueno si el tipo, a lo que me refiero es a que le da miedo que lo pongan abajo

    - Ah... ya entiendo. Lo siento Yasuda, estaba pensando que eras un imbécil superficial, lamento todos los insultos internos que te dedique... pero, eso... hum ¿Cómo sabes quién es...?

    Ijuuin Kyo sentía curiosidad sobre el interés reciente de Zen acerca de cómo era la sexualidad entre dos chicos, su pregunta matutina sobre si dolía o a que se referían con la dilatación habían hecho reír a Ijuuin, pero no podía hablar de ello, Zen era bastante reservado en sus temas personales y tampoco quería ventilar esta nueva confianza que se tenían, Yasuda salió por delante ignorándolos. Yasuda era activo y se rehusaba completamente a cambiar de rol, no había tenido problemas respecto a ello porque siempre había ido detrás de personas más serenas que él y que lo habían aceptado, pero ahora se encontraba pensando en la posibilidad de ceder. Ijuuin sabía que eso solo era un capricho y que se le pasaría pronto.

    - Sobre esto Zen – dijo cambiando el tema de las bromas sobre Yasuda entregando su virginidad - ¿vas a presentarme a ese hombre ideal para mí?

    - ¡¿Qué?! – Kirishima dio un salto y miro con los ojos muy abierto a Ijuuin mientras Yasuda se giraba

    - ¿Qué es eso del hombre ideal? – Yasuda sonreía hacia Zen, así como Ijuuin lo hacía en ese momento

    - Hum... es, no, veras, lo que pasa, yo... hum... ustedes no harían buena pareja... creo, hum... tal vez eh...

    - ¿no quieres presentármelo?

    - Es que lo pensé y me di cuenta de que ustedes dos no sería algo lógico... veras... él es...

    - No te preocupes – aviso Ijuuin – soy versátil, creo que todos deberíamos serlo, uno debe dar en medida de lo que recibe, no me asustare si piensas que es muy masculino para mi

    - No, es una princesa

    - ¡Mejor aún!

    - No

    Ijuuin se quedó quieto ante el "No" de Kirishima, no había posibilidad de réplica, la expresión en su amigo parecía fría en extremo y molesta, como si la idea de que esa Princesa e Ijuuin se agradaran lo irritase por completo, no había espacio a duda en la línea dura de su boca.

    - Oh...

    - ¿Qué pasa? – Yasuda miraba de uno al otro en ese momento - ¿Por qué no quieres que se conozcan?

    - No importa - rápidamente Ijuuin se movió obligando a los otros a caminar – seguro habrá una gran variedad de parejas posibles en el evento, no quiero arruinar mis oportunidades pensando en un amigo de Zen, te imaginas lo aburrido que sería.... Trabajo... trabajo... trabajo, si es un zombi del trabajo como tú no quiero conocerlo jamás ¡Jamás en la vida!

    Empezaron a reírse, Ijuuin tenía el presentimiento de que la persona que antes Kirishima había pensado en presentarle era el motivo de esas preguntas y pensamientos extraños que ahora tenía. Ijuuin casi no imaginaba a Zen enamorándose de un hombre, pero le encantaba la idea de tener a un Zen contento y sonriente y no al bulto destrozado de hace unos meses, cuando ella se fue llevándose a su hija.

    Ijuuin tenía el temple de acero en algunos casos y nunca mencionaba cosas penosas, como el hecho de que había tenido que ir a pagar la fianza de Zen cuando Sakura hizo que lo arrestaran por violencia e intento de secuestro, Ijuuin nunca la había querido, pero ahora podía decir que la aborrecía, aunque no lo dijera en vos alta, Ijuuin Kyo estaba feliz de que Zen hubiese conocido a una buena persona que le hiciera sonreír otra vez.

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    - Tres por favor – dijo Kirishima mientras la cajera le sonreía amable

    - Si compra la manilla identificadora su grupo recibirá puntos adicionales, ¿Tiene algún grupo seleccionado?

    - Bajo los tacones de Ariane

    - Muy bien, disfruten del evento

    En la puerta canjearon sus pases por manillas azules que poyaban a Ariane, había una buena variedad de colores, entre siete y nueve, Zen no los conto porque ya tenía la que quería y pasaron rumbo a la búsqueda de su sitio de apoyo, había bastante gente en torno a la pista de baile, Zen mando un texto en espera de que Ann le indicara donde estaban ellos. Ariane no era un centro tan grande como otros así que decidieron que se harían notar con las camisetas. Encontró a Ann de pie pero esta perdió la sonrisa en cuando sus ojos se fijaron en Yasuda, Kirishima miro detrás de su amigo creyendo que ella estaría viendo a otro pero no parecía ser así, y no tardó mucho en escuchar a Yasuda saludar a la joven que cruzaba los brazos molesta.

    - Ann... ¿Hola?

    - ¿Qué haces aquí? - ella ignoro a Zen clavando su mirada en Yasuda – te dijo que no quiere verte, ¿Cuál es la parte que no entiendes?

    - Creo que no sabes que hable con él martes Ann – respondió amable Yasuda – lamento mucho el mal entendido pero verdaderamente estuve fuera de la ciudad, no es que no quisiera verle, se trata de que no pude hacerlo antes, por eso cuando regrese lo primero que hice fue buscarlo

    - No me interesa, no le causes problemas a Oniichan

    - ¿Oniichan? – Zen perdió la sonrisa y mirando alternativamente a Ann y a Yasuda pregunto con el temor de no querer conocer la respuesta - ¿Qué tiene que ver Yokozawa en esto?

    - Recuerdas que te dije.- Yasuda miro a Zen con media sonrisa – que tenía un motivo mejor que acompañarte para este evento, pues es él, no pensé que estuvieras en su instituto, solo iba a mostrarlo de lejos, para no molestar – agrego mirando a Ann – pero si le conoces comprenderás todo lo que hablamos hoy – a esto Ann miro contrariada a Kirishima, ¿sabría ella de los besos de la noche pasada? Tal vez no, porque parecía molesta – este mundo es verdaderamente un pañuelo

    - Espera, Zen planto los pies firmes en el suelo – Dices que él qué te invito a venir fuera de mi ¿Fue Yokozawa? - Kirishima no tenía atisbo de diversión en el rostro - ¿Por qué él te invitaría a venir?

    - Tal vez lo pensó mejor y quiere que terminemos lo que empezamos, - Yasuda le guiño un ojo a Zen en son de complicidad y luego miro a Ann – lo siento si eso te molesta, pero me gustaría hablar con Yokozawa y desearle suerte.

    - ¿en qué momento te llamo? – Zen alzo la voz ignorando que alguien le pedía respeto y toco el hombro de Yasuda - ¿Qué hora era cuando te llamo?

    - Zen, te doy detalles luego ¿bien? – volvió a Ann – crees que pueda verle antes del show

    - ¿Por qué ibas a querer verle? – Kirishima esta vez volteo a Yasuda y en efecto, este no tuvo más que verle hacia arriba, sobre los seis centímetros que los diferenciaban

    - ¿Cuál es el problema Zen? - Yasuda Gou había sido su amigo desde la universidad, era de las personas que sabía lo imbécilmente celoso que era y lo nervioso que podía ponerse, de hecho Kirishima creía que Yasuda debería entender que Yokozawa no estaba disponible para nadie, de hecho Yokozawa... ¿Qué? ¿Qué eran ellos ahora? ¿Realmente eran algo? - ¿Cuál es el problema?

    Kirishima se quedó con las palabras en la boca, odiaba eso más que nada, pero no podía decir que Yokozawa fuera algo suyo en realidad, si era honesto ni siquiera le había dicho que pudiera besarlo, solo había sucedido.

    - Todo – trato de serenar su frustración – todo lo que dijiste antes...

    - ¿ustedes dos son amigos? – Ann abrió la boca o repitió la pregunta, tal vez, Kirishima no estaba seguro pero Ijuuin hablo explicando que los tres eran amigos, que Kirishima les había invitado para que apoyaran al grupo de Ariane y que coincidencias de la vida, ahora veían que Yasuda también era amigo de ellos.

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    Ijuuin había serenado el asunto hablando y hablando de lo extraño que era el mundo, preguntando si Yokozawa tenía bigote, preguntando sobre la canción que bailarían, preguntando cosas innecesarias con la esperanza de no tener que hablar más de la cuenta con respecto a Yokozawa, menos si sus sospechas eran ciertas. Recordó a Zen en un buen día, había sido un gran día ese "Sabes, he conocido la persona perfecta para ti, en cuanto lo conozcas se enamoraran, ya puedo imaginármelos teniendo un gato, de hecho él tiene uno ¿Cuándo quieres conocerlo?" entonces Ijuuin lo mando al diablo, no tenía mente para pensar en novios, amantes o gatos.

    Zen tenía el rostro descompuesto.

    Yasuda se quedó en silencio mientras corría de la mano de Ijuuin relajar el ambiente, las luces rilaban, los altavoces sonaban, un grupo bailaba pero ellos no lo veían, estaban tratando de armar las piezas de un puzle sin sentido.

    Ijuuin podía ver lo que sucedía, ahora que Zen veía a su rival a la cara se veía afectado, ellos dos eran fieros competidores, pero a diferencia de Zen, Yasuda Gou era bisexual, lo había aceptado hacia mucho cuando conoció a un maravilloso chico que lo alejo de su novia, Zen estaba saliendo de un divorcio, solo había que sumar y Zen salía perdiendo, si aquel sujeto le gustaba no había duda que saber, tristemente, que había llamado a Yasuda, tal vez incluso le escogería.

    - Bueno... deberíamos acomodarnos con el resto y apoyar a los chicos, si Oniichan te llamo, lamento haber sido grosera, no he podido hablar con él este día – dijo Ann entregándoles las camisetas que Kirishima le había encargado, los tres tenían prácticamente la misma talla – vamos mi novio y los chicos nos consiguieron un buen espacio

    - Zen - decía Yasuda atrás – ¿es él? El amigo que me mencionaste, el que te ha estado ayudando

    - Si – respondió sin animo

    - Siempre supe que era genial... creo que tienes razón, no puedo solo alejarme por un poco de miedo... pero si él no quiere, lo entenderé ¿vale? Sé que este grupo es importante para ti y yo estoy contigo en esto

    Ijuuin pensó que eran palabras bonitas, pero el problema no era que no funcionara, el problema sería que funcionase.

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    Saludaron al grupo mientras Ijuuin y Yasuda se colocaban sus camisetas. Después de más de 40 minutos los chicos de Ariane comenzaron a saltar en apoyo y a gritar mientras el encargado los invitaba a disfrutar de; BAJO LOS TACONES DE ARIANE – INTERPRETANDO DE KAZAKY - CRAZY LAW






    Kirishima Zen vio con espanto que los rostros miraban con atención los movimientos iniciales, los de Yokozawa y Seiya, siempre había sido egoísta pero ahora no sabe que tan malo era eso, él no podía decir de sí mismo que estuviera listo para una relación, llevaba menos de un año sin Sakura y apenas una semana divorciado oficialmente. No podía decir que estuviera enamorado de Yokozawa y tampoco se atrevía a decirle a Yasuda que no mirase para ese lado, estaba clavado en el suelo mientras los demás animaban sintiendo que lo traicionaban otra vez.

    Las siguientes dos horas no mejoraron nada, estaba molesto por no tener claro que pasaba con Yokozawa, imaginar que escogiera a Yasuda sobre él, podría hacerlo, Yasuda no tenía sus problemas, ni sus conflictos. Luego miro a Ijuuin, había pensado en presentárselo por si no ganaban, así Yokozawa estaría feliz de conocer a su mangaka preferido si no ganaban y si ganaban mejor que mejor. Ahora miraba celoso a Ijuuin que en realidad si tenía muchas cosas en común con Yokozawa, amaban los gatos, les gustaba el cine, eran buenos en la cocina y deportes. Había pensado que ellos dos harían una gran pareja, pero entonces había pensado que él y Sakura solucionarían todo en el careo. El careo había sido un fracaso.

    - Solo queda esperar los votos – la voz de Yokozawa lo hizo girar, tenía la camiseta de Ariane y aun puestos los tacones, Seiya y Yokozawa le sacaban una cabeza a cualquiera en el grupo, y tenían brillantina sobre la ropa que había caído de sus cabellos. Yokozawa pasó de lado sobre dos chicas que le sonreían y se acercó a él, Yasuda estaba a su lado, pero por un momento pareció que Yokozawa solo tenía ojos para él - ¿Qué te pareció?

    - ¡Genial! – Yasuda hablo antes de Zen y la sonrisa de Yokozawa desapareció al verlo

    - ¿Qué haces aquí? – dijo sorprendido

    - ¡Mi amor eres excelente! - Kirishima se giró a la vos que sin más beso el hombro desnudo de Yokozawa metiendo su mano en su cintura, Kirishima sintió que le faltaba el aire, esto no podía estar sucediendo ¿Por qué sucedía?

    "Bueno Yokozawa y Shouta van más a fiestas que yo" Zen escucho la voz de Ritsu, lo que había dicho el día que estuvieron en el café de gatos, le sacudió un dolor cuando Yokozawa lo llamo a su casa esa noche ¿Era posible? ¿Era Yokozawa esa clase de persona?

    - ¡Iokawa! – Ann tenía los ojos abiertos y miro a intervalo entre Iokawa, Yasuda y Zen.

    - Hola Amy, vine a ver a mi amor bailar - miro a Yokozawa - ¡Lo hiciste genial!

    Kirishima Zen bajo la mano que iba a protestar, miro a Yokozawa que aunque parecía incomodo no detenía el agarre, busco con la mirada pero solo vio a Shouta de pie junto a Takano mirando hacia ellos. ¿Lo sabrían todos?

    - Ya... con decirme que no querías verme mas era suficiente – soltó Yasuda – el numerito de ya tengo a otro pudiste ahorrártelo

    - ¿perdona?

    - Me voy de aquí – Yasuda se giró y miro a Zen, sus ojos decían claramente ¡Mira a la puta esta! Como si todo hubiera sido una broma. - ¿te quedas Zen?

    - No. Vámonos – dijo haciendo acopio de orgullo

    - Espera Kirishima – Yokozawa lo miraba pero aun había alguien pegado a su costado

    - Para – dijo Zen mordiéndose la rabia – para no hablar hace dos meses con tu noviecito se llevan muy bien

    - Nosotros siempre estamos en contacto – rebatió Iokawa y Zen espero que algo diferente sucediera.

    - Los felicito

    De camino a la salida Kirishima Zen escucho su nombre unas cuantas veces pero no tenía ganas de voltearse, si era una broma el no participaría de ella, tal vez era cierto lo que Ijuuin había estado bromeando, que Yokozawa se vengaría por la afrenta de Yasuda, tal vez lo había utilizado a él también.

    - ¡Espera! – una mano tiro de su brazo, Takano le tenía atrapado - Caminas muy rápido – se quejó – no te vayas así, no es cómo estás pensando, Yokozawa jamás los invitaría a venir – señalo a Yasuda – a él no lo soporta y con Iokawa no ha tenido contacto

    - Mentira – dijo Zen – Ayer llamo a Gou para que viniera a verle bailar

    - No lo creo – Masamune miro irritado a Yasuda y este dio un paso sereno

    - En realidad me llamo Onodera, yo le pedí que hablara con Numfy por mí y me dijo que viniera hoy - Yasuda estaba molesto – si era para reírse de mí, puede estar contento

    - ¿Ritsu? – Takano y Zen preguntaron al mismo tiempo

    - Si, anoche me llamo para decirme que Yokozawa quería verme hoy... ¿Qué es lo que pasa?

    - Da igual – Kirishima se soltó de Takano – ahora no quiero saber nada de esto, prefiero irme

    - Si te vas ahora estarás haciendo justo lo que Onodera quiere, te dije que iría contra Numfy como va contra Ann. Pero no voy a obligarte para que te quedes, esa es tu decisión.

    - Un segundo – Yasuda miro a Zen con una sonrisa en los labios – A ti te gusta... no entendía porque te pusiste así antes pero ahora tiene sentido, oye... ¿te dijo que no tenía contacto con ese chico?

    - Si pero obviamente es mentira – rebatió Kirishima terco

    - Esto parece un montaje, - Yasuda miro a su lado pero Ijuuin no estaba, recordó que él había estado sentado junto a dos chicas y seguramente se hubiera quedado, luego volvió a los dos que tenía en frente – no es un poco sospechoso... tal vez este señor tiene razón y si te vas ahora estarás haciendo lo que otros quieren

    - Onodera no sería tan ruin

    - Espero que no – dijo Takano – en verdad espero que esto no haya sido tramado

    - Yo creo que debemos regresar, - Yasuda sonreía relajado - olvide a Ijuuin y no trajo billetera y tu... bueno Zen creo que tal vez debes esclarecer esto.

    - ¿No te importa?

    - ¡Claro que sí! Si Yokozawa es un canalla que quiere jugar contigo arreglare cuentas con él, eres mi bebe Zen, soy tu sempai, mi deber es... – no dijo mas ya que Kirishima se giró y emprendió el camino de regreso

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    - Muchas gracias – Ijuuin sostenía el tobillo de Yokozawa en ese momento

    - Está un poco inflado, no debiste correr gradas arriba con Tacones

    - No fue una gran idea – admitió – pero pensé que se detendría al escucharme

    - No te preocupes, Zen ahora esta sensible, las cosas le afectan un poco más pero mi amigo es muy genial

    - También Yasuda es amigo tuyo ¿no?

    - Sip, los tres trabajamos para Marukawa, Zen insistió mucho en que viniéramos a apoyarlos, bueno creo que quería que viniéramos a verte a ti

    - ¿Se fue molesto? – Yokozawa solo había caído en cuenta tarde de que recibir el abrazo de Iokawa había sido mala idea – lo he visto molesto antes

    - Nop – Ijuuin sonrió – cuando veas enojado a Zen y espero que eso no suceda, entenderás que estas cosas son berrinches. Ahí viene tu amiga, que bueno que consiguió hielo, es urgente atarlo a tú tobillo, mi diagnóstico es que por un tiempo no uses tacones tan altos

    Yokozawa le devolvió la sonrisa, el sujeto le parecía extrañamente familiar, no sabía de donde exactamente, no le había preguntado su nombre porque al tratar de alcanzar a Kirishima había resbalado, solo había sido una grada antes de que lo sujetaran, pero le había dolido por el tacón que traía puesto. Ann y el desconocido le ataron el hielo, Shouta estaba con las chicas de curso riendo, Yokozawa sintió una punzada de dolor cuando Shouta lo ignoro, no era algo grave en realidad, pero aun así le sentaba mal que ni le mirase.

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    Ijuuin miro los ojos oscuros que le miraban brillantes, sabía que no debería esperar a que esas miradas fueran suya, había otro que ya lo esperaba y era su amigo, en cambio mientras se miraban sentía que deberían conocerse más, lamentando terriblemente el no poder hacerlo.

    - Sabes... si me das tu numero sería más fácil pedirte los datos del sitio, Zen nos ha insistido a bailar y ahora que lo veo parece bueno

    - Claro

    - Toma, anótalo en mi móvil

    - Si – Yokozawa lo hizo a media sonrisa, esto no era normal, sentía algo extraño esta vez desde el inicio, no a dos miradas como había sido con Kirishima, los ojos de su amigo seguían fijos en él, podía sentir que le miraban de un modo diferente, podía casi temer que se lanzara sobre él ¿eso podía pasar? - toma... escríbeme... para cualquier cosa

    - Para tomar un café – Ijuuin sonreía – podemos cenar y charlar también

    Yokozawa apenas escondía la sonrisa.

    Era extraño que los ojos cayeran sobre él de esa manera, pero ahí estaban, mirándolo y los ojos cálidos y oscuros lo hicieron sentir bien, lo hicieron olvidar que Kirishima se había marchado por un momento.

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    - ¿Qué paso? – la voz no era otra que la de Kirishima, estaba de pie y aun parecía molesto mientras miraba a Ijuuin y Ann

    - Me caí – respondió Yokozawa irritado también – pero no creo que te importe

    - Me alegro – respondió Kirishima

    - ¿te alegras?

    - Te lo mereces por dejar que este te toque – señalo a Iokawa que lo miro desafiante – donde están tus zapatillas ¿quieres que las traiga?

    - Están en el vestidor, puedes llevarme hasta ahí

    - Yo te acompaño – Iokawa miro sonriente a Yokozawa pero este le puso la mano en el hombro con una sonrisa y le dijo que no. Luego miro a Zen, Yokozawa estaba descalzo, Kirishima se quitó los tenis y se los paso para que los usara

    - Sera peor si pisas directo al suelo, apoya el brazo en mi hombro no pongas peso en el pie lastimado - Yokozawa apoyo el brazo sintiendo los dedos de Zen en torno a su cintura mientras bajaban las pocas gradas que quedaban rumbo a los vestidores, los ojos de Zen se clavaron por un instante en Ijuuin, pero luego dejo de verle para caminar con Yokozawa.

    Ninguno dijo nada, el ruido de la música era mucho más fuerte a medida que bajaban, tampoco tendría sentido hablar. Pasaron hasta el fondo, Kirishima se sorprendió al ver la cantidad de gente que aún había sentada, chica y chicos que pasaron e ignoraron hasta llegar a una mesa larga con una cinta azul, Yokozawa miro a Onodera Ritsu que estaba sentado hablando con otro grupo, un conjunto de chicas que también había bailado en tacones. Como estaba de espaldas Yokozawa no lo llamo, abrió el Locker y saco su maletín.

    - Seguro Masamune te convenció, pero igual quiero decirte que yo no invite a nadie, no haría eso

    - Vas a demostrarlo – dijo Kirishima en tono serio

    - ¿Qué?

    - Tienes que demostrarlo, yo no creo en palabras, necesito hechos Yokozawa

    - Pero... ¿Cómo esperas que lo demuestre? – Yokozawa comenzaba a enfadarse, ¿Quién era Kirishima para dudar de su palabra? ¿Por qué debía demostrarle algo? ¿Qué eran ellos para estarle exigiendo semejantes cosas en malos modos? - si no me crees y no confías en mi es asunto tuyo, no tengo que demostrar nada – Yokozawa tenía una línea dura en los labios mientras miraba a Kirishima

    - Tienes que hacerlo... – Kirishima miraba hacia las manos de Yokozawa – o creeré que no te importo y sufriré ¿quieres que sufra?

    Yokozawa no tenía duda alguna que este era un vil chantaje, Kirishima estaba mortificándolo sin más y no debería ceder a esta clase de berrinches infantiles, nadie a la edad de Kirishima pondría aquella expresión lastimera a menos que estuviera manipulando a otro, desde luego eso era, Yokozawa podía ver a través del capricho. Si Kirishima Zen creía que por ser hermoso iba a chantajearlo con ojos de cachorro triste, entonces, Kirishima Zen tenía toda la razón.

    - ¿Qué haría que no sufras?

    - Que me beses ahora... – el deseo impreso en esa frase hizo que cada vello en sus brazos se erizara y antes de saberlo su boca estaba unida a la de Kirishima, y mientras sus bocas ansiosas se reconocían Yokozawa sintió que algo en esto estaba mal, que algo ahí se le olvidaba.

    Se olvidaba de que Onodera le veía en ese momento justo.

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    Onodera Ritsu se consideraba un buen amigo, había apoyado siempre a Ann y a Yokozawa, había escuchado sus quejas y secado sus lágrimas, aun así, ellos, los dos, parecían negados a ser honestos con él. Fue sincero con Ann diciéndole que estaba enamorado de Masamune y ella juro que solo sería su amiga, no fue capaz de decirle lo que sentía, no fue capaz de decirle que salían y ahora Yokozawa, Ritsu le había confiado estos nuevos sentimientos y Yokozawa incluso lo había animado a salir con Kirishima, la idea del café de gatos había sido suya y ahora ahí estaban... besándose en la banca como si nada les importara. Ritsu se limpió la lágrima, le dolía que le mintieran de esa manera, que le traicionaran y ahora veía con pena, como dos personas que él había querido terminaban en manos de dos personas que no valían la pena... Ann no merecía el amor de Masamune y Yokozawa estaba lejos de merecer el de Kirishima, Onodera Ritsu lo sabía, o creía saberlo, tomo la determinación de que no podía ser mala persona cuando ellos que eran sus amigos se comportaban de esta manera.

    - Que haces – Kisa le sujeto antes de que se alejara de las graderías

    - Me marcho a casa

    - Aun no tenemos la nota... ¿Qué paso?

    - Pasa que tenías razón... sabes... Yokozawa si estaba liado con Kirishima

    - ¡Maldición! – Kisa tomo su mano con afecto - ¿Qué horas ahora?

    - No lo sé... solo sé que quiero destruirlos.

    - ¿Qué dices?

    - A Ann primero y a Takafumi después...

    Una determinación nueva brillaba en sus ojos, pocas veces Ritsu se decidía por algo, esta era una determinación absoluta de sus sentimientos heridos.





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    Muchas gracias por sus lecturas, hemos llegado al final de la primera parte de Los Tacones de Ariane... nos reencontraremos en... agosto... muchas gracias por las lecturas y espero leerlos después.


    Btalkrajo.
  5. .
    Bajo los tacones de Ariane

    Ann estaba cociendo las cadenas de las chaquetas de los chicos mientras Kirishima y Onodera hablaban. Onodera Ritsu era su amigo o al menos ella se negaba a creer lo contrario, los dos habían cursado la escuela juntos y aunque se separaron en la universidad no perdieron el contacto entre ellos. Ann sentía el amargo sabor de Onodera peleando con ella, gritándole que jamás debió mirar a Masamune ¿Qué culpa tenia ella? Quería decir que no tenía ninguna culpa pero tal vez no era tan cierto, intento evitar a Masamune porque sabía lo que Ritsu sentía por él, un amor unilateral y doloroso. No pudo hacerlo. Aquel día cuando Masamune la llamo por primera vez, aquel día en que le pregunto se podía invitarle un helado, ella se dijo que solo serían amigos, y por un tiempo se mantuvo firme en eso, casi no sabía cuándo sucedió o como, se encontró con sus manos entrelazadas o con el durmiendo en su hombro o regazo, se encontró irritada porque no la había llamado y llamando a Yokozawa para saber de él, se encontró sufriendo cuando otra mujer se acercó.

    Ann sonrió ante el recuerdo, ella llorando por un hombre que no era más que su amigo "Un pajarito me ha dicho que estabas triste y he venido a rescatarte antes de que enfermes" el corazón de Ann golpeo su pecho, recordarlo parado en su puerta con una barra de chocolate en las manos y recordarse a ella abrazándole... lo demás era natural que pasara, que su bocas se encontraran que sus ojos se miraran que él se lo preguntara y ella dijera sí. Luego de eso las cosas con Ritsu se rompieron, no se recuperaban más, salían pero no se contaban secretos, reían pero en medio soltaban ironías, se abrazaban pero siempre había frio entre ellos.

    - ¡Mierda, donde deje mi teléfono! - Ritsu estaba vociferando buscando, ella guardo silencio fingiendo que estaba muy ocupada - ¡¿has visto mi teléfono?!

    - No

    - ¡Mierda!

    - ¿quieres que te llame para que suene?

    - Si, hazlo

    El sonido hizo que Ritsu bajara la mirada, ahí estaba su teléfono conectado a la corriente cargando, se giró y miro a Ann, ella cambio la mirada fijándose en las cadenas. Los ojos verdes de Ritsu la miraban casi azotándola y ella sabía lo que esos ojos decían, siempre lo decían igual; Me lo robaste y no lo mereces.

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    - ¿Y tienes tu entrada? - Yokozawa y Takano llegaron hasta Kirishima sonrientes, los dos parecían emocionados y animados con lo que fuera que estuvieran hablando

    - La comprare mañana en el evento, iré con unos amigos para que apoyen – respondió sereno

    - ¡Qué bueno! – Takafumi miro a la bolsa que Zen tenía en la mano - ¿Qué es eso?

    - Ah, compre una camiseta, si voy a apoyarlos lo mejor es que lleve la camiseta de Ariane

    - Toma ejemplo – dijo Takafumi mirando a Takano – deberías hacerlo también

    - Paso – respondió este con un mohín – veré si a Ann le queda mucho y nos vamos

    Takano se perdió rápidamente en la pequeña oficina que tenían, Kisa miraba hacia Yokozawa pero este escogió ignorarle, saco de su bolsillo su teléfono y vio que tenía algunos mensajes por leer y dos llamas pérdidas, pero no hizo caso de estas y lo volvió a guardar en su bolsillo.

    - Ah – dijo como si lo hubiera recordado – creo que deje el recetario en tu casa, ¿crees que puedas traérmelo?

    - Sería más fácil que vayas y lo recojas ¿no crees?

    - ¿Cómo es más fácil hacer todo el camino a tu casa?

    - No lo sé, es más seguro a que yo recuerde donde está tu recetario o a que lo traiga

    - Bien... ¿Cuándo crees que pueda ir?

    - Qué tal si nos vamos ahora

    El silencio se coló entre ellos, Yokozawa quiso convencerse que aquellas palabras no tenían ninguna implicación, que la invitación era solo para buscar el recetario y en cambio se sentía atrapado por esos ojos, conducido como un niño sin poder resistirse, sabía que le diría que sí.

    - Estoy lista vámonos - Ann y su novio llegaron al momento justo – Kisa cerrara,

    - ¿Qué vamos a cenar? – pregunto Takano mirándolos a intervalos – ¿ya pensaron en donde iremos?

    - Podemos ir por unos Kebab es lo que hay a esta hora o fideos fríos en la estación - Kirishima tomo la mochila de Yokozawa y la colgó en su hombro con absoluta normalidad, como si hacerlo fuera algo natural y estuviera acostumbrado a ello, sin mirar siquiera atrás continuo hablando con Masamune– vi tu auto abajo, creen que puedan acercarnos a mi barrio, cerca hay un restaurante de comida típica que es verdaderamente bueno

    Mientras Takano y Kirishima cuadraban la dirección para ver si era conveniente Yokozawa se pellizco la mano para estar seguro de que no era un sueño, esta vez alguien sostenía su mochila en vez de dársela a cargar, alguien escogía que cenarían juntos, salieron a la calle y Ann lo miraba entre sonrisitas.

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    - ¡Te dije que no valía la pena! – Ritsu estaba enfadado, incluso con Kisa esta vez, en cambio Kisa no sentía ningún remordimiento, no creía haber hecho algo malo, lo que creía era que Kirishima Zen le había dado la vuelta a la tortilla quedando fresco como lechuga. – Fui un idiota al pensar en la posibilidad de que las cosas diferentes... debí saberlo, siempre está hablando de su esposa y cuando no habla de ella habla de él

    - ¿Él? – Kisa dejo de lado su teléfono y miro a Ritsu con renovado interés - ¿De qué, él, habla exactamente?

    - De Oniichan... son amigos, y ahora piensa que yo lo estaba calumniando - Ante estas palabras una ira creció en el estómago de Kisa ¿Por qué no lo había visto antes?

    - Oye... sé que no es lógico, Kirishima no se ve de esa manera... pero... y si está detrás de Yokozawa - Kisa miro el rostro entre sorprendido y sonriente de su amigo. Ritsu no lo creía, de hecho era difícil de creer, alguien como Kirishima no iba detrás de alguien como Yokozawa, eso no era posible – es que la otra vez, tu viste que lo saco del salón y se tardaron en volver... digo...

    - Yokozawa no me haría eso

    - Permíteme recordarte que fue Yokozawa el que ayudo a Ann con Masamune aun sabiendo lo que tu sentías, podría hacerlo de nuevo, digo, Ann también ha estado a la defensiva sobre Kirishima podrían estar unidos en este asunto, el tipo quería salir contigo, vino a invitarte al cine y Yokozawa cogió la oportunidad para acercársele

    - No me haría eso

    - ¿Por qué no? Si lo piensas es lógico, incluso Masamune vino a amenazarnos diciendo que no culpáramos a Yokozawa

    - ¿Lo crees en verdad?

    - No quisiera hacerlo pero es lo único que tiene sentido.

    Ritsu se hundió mas en la silla, Yokozawa no le había contado nada acerca del jueves pasado, no sabía si ahora la situación entre ellos era la misma que antes o ya no, no quería pensar que su amigo lo traicionara, pero no veía que más podría significar la manera en que ahora Kirishima lo ignoraba, todo había sido repentino, antes Kirishima se deshacía en sonrisas y bromas y ahora apenas le devolvía la mirada.

    - Es la primera vez que alguien me gusta más que Masamune

    - Si ellos quieren hacerlo así también podemos, ¿no te llamo Yasuda?

    - Sí, pero Numfy no quiere saber nada de él

    - Bueno, mañana es el Freedom, tu llama a Yasuda y yo llamare a Iokawa, que Kirishima vea la clase de persona que es Yokozawa, al final salía con esos dos al mismo tiempo

    - No... ¿no crees que se enfadara?

    - ¿En serio? - Kisa bufo sacando la molestia de su cuerpo – Quiero mucho a Yokozawa, lo sabes, pero no es justo que haga esto, eres su amigo y el debería haber respetado que tu estaban interesado en Kirishima, no ir a involucrarse con él y fingir que no hace nada, hay cosas que se deben decir cara a cara

    - Shouta si nos equivocamos... no quiero perderlo

    - Si estamos equivocados no importa, porque cuando llegue el momento si Yokozawa no está detrás de Kirishima no le importara ver a esos dos ahí, Ann no se pondrá roja y furiosa y tu abras cometido el error de traer a uno y yo el error de traer a otro, solo una confusión. ¿Qué dices?

    Aun no estaba convencido pero de igual manera Onodera Ritsu busco el numero en su teléfono y marco, Yasuda tal vez no leyera los mensajes y era mejor decírselo. Kisa tomo su teléfono y comenzó a hablar con Iokawa, miro de reojo a Ritsu, no le parecía justo que Ann y Yokozawa fastidiaran la primera oportunidad que Ritsu tenía para olvidar a Masamune.

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    Takano vio por el retrovisor a Kirishima Zen, el sujeto era uno de los más temibles editores, no tenía piedad y eso lo sabían todos, cuando el autor se retrasaba Kirishima lo reemplazaba, cuando un editor no lograba llegar a la media lo reemplazaba, la gente de ventas y materiales confiaba en su criterio y a demás siempre era el primero en seleccionar los materiales, los dibujantes le entregaban sus obras con la esperanza de debutar. Se decía que era una de las serpientes de Marukawa, no era bueno cuando las cinco se reunían... pero ahí, mirando hacia Yokozawa todo aquello parecía absurdo, falso, no parecía alguien que tendría la frialdad de despedir a dos personas de su equipo sin pestañear. En la oficina sonreía poco, solo lo justo y nunca participaba de las reuniones de subordinados, aunque coqueteaba descaradamente con las recepcionistas de la entrada y la gente de contabilidad y recursos humanos, parecía alguien casi inalcanzable. Takano llevaba más de un año creyendo eso, las leyendas parecían ciertas, un hombre sin corazón, le habían advertido que si fallaba Kirishima lo echaría. Incluso ahora le tenía un poco de miedo. Pese a ello, la diferencia entre el Editor en Jefe y el Humano era abrumadora, Kirishima reía bastante, era directo, honesto y se veía feliz, tal vez ahora era más notorio que antes, antes parecía agradable ahora deslumbraba, alguien con todas sus capacidades y encima feliz, Masamune lo envidio, no sabía bien que pasaba en su vida, que había asustado tanto a Yokozawa que por un momento se decidió a no volver a verlo, pero ahora que los veía juntos lo alegraba que hubieran solucionado aquello.

    "Está roto, es igual qué... – sollozó - Kirishima es igual que mi padre..."

    - ¡Amor!

    La voz de Ann le hizo regresar, antes de que chocara con el vehículo delantero, el semáforo estaba en stop y él no lo había visto. Se disculpó con sus pasajeros y con su novia que le acaricio el rostro.

    No podía decir en lo que había pensado, le daba miedo, volvió a mirar y Kirishima medio sonreía, tal vez si estaba roto, pero no estaba perdido, no quería ese peso sobre Yokozawa, en un tiempo incluso el mismo había sido un peso para su amigo, descubrir que su padre en realidad no lo era lo había shokeado y de no ser por Yokozawa no sabía que hubiera pasado, ahora veía como estúpido haber reaccionado de aquel modo pero entonces no sabía que más hacer. Luego supo. Luego supo lo que era estar roto y tener que armarte pieza a pieza solo, Yokozawa lo había hecho y aunque Takano quisiera, no podía decir que Yokozawa estuviera completo, aquella mujer se había llevado piezas y si, aunque fuera cliché, solo alguien que lo amara podría volver a crearlas y completarlo. Takano tenía miedo de que Kirishima le robara más piezas a Yokozawa para completarse a sí mismo y lo dejara.

    O peor, que como "él", le diera tantos trozos como pudiera y luego lo abandonara, dejo de lado sus pensamientos oscuros, ahora solo debía pensar en cenar.


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    Kirishima Zen sostenía en sus manos la bolsa que había comprado en Ariane de Kisa Shouta, la camiseta era azul marino y tenía escrito Ariane en la espalda, en realidad, Ann le había escrito diciéndole que ella y su novio usarían las suyas y que él también lo hiciera, comprar la camiseta del instituto no era obligatorio, y por ese motivo Zen no había comprado una, ahora en cambio se había hecho de una para el evento y si la talla era la correcta podría comprar unas más para sus amigos. Yokozawa se quejaba de seguir con hambre mientras caminaban, habían llegado tarde y ya no había platos más fuertes para cenar, sumado a que Yokozawa necesitaba recargar energías luego de días de ensayo.

    Se veía un poco pálido y algo decaído mientras decía que no había recargado la suficiente energía. En cambio para él, había un subidón de energía poder cenar con ellos y escuchar a Yokozawa reírse de ese modo en que solo Ann conseguía hacerle reír, en ocasiones así Kirishima Zen se preguntaba si esto no era su destino abriéndose ante sus ojos, amaba a Sakura de un modo personal y sublime y aunque le dolía que ella se marchara, se alegraba de la llegada a su vida de Yokozawa, de sus ojos oscuros de mirada severa, de su capacidad de hacer suave todo momento y de parecer ajeno a la frivolidad de su aspecto, Yokozawa era guapo, las chicas siempre volteaban a verlo y en el restaurante un chico de ojos grises miraba expectante hacia Yokozawa, Zen tenía la sensación de que debía salvarse para poder llegar a él, también estaba la terrorífica sensación de que si dejaba que Yokozawa se instalara en su vida luego le abandonaría.

    - Me lastimas

    Zen miro hacia la queja, tenía cogida la muñeca de Takafumi con fuerza, ceso la fuerza mientras el otro le vía contrariado, sorprendido y algo molesto. "Por favor no me mires así" quiso decirle pero en cambio Yokozawa tenía una confusión que no parecía molesta sino temerosa, el sonrojo suave de un miedo diferente.

    Una expresión que no podía explicar

    - ¿Qué hablabas con Ritsu? – Takafumi dejo de mirarle y fijo sus ojos al suelo

    - ¿me viste hablar con él?

    - Ariane no es muy grande – dijo y el miedo se veía claro, como si entre ellos hubiera algo diferente, era nuevo y Zen lo sabía dentro de sí, pero parecía que ya lo habían vivido, que ya se habían encontrado, despedido y reencontrado y eso no lo había vivido antes, en ningún instante, ni antes de Sakura ni cuando estuvo a su lado, había una satisfacción absoluta en saber que era importante para él hombre que tenía en frente

    - Nada de lo que debas preocuparte – respondió sonriente

    Los ojos oscuros se abrieron brillantes y lo miraron a la cara. Zen no dijo más y siguieron el camino ¿Por qué debería no preocuparse? ¿Le preocuparía a Yokozawa? ¿Le importaría? Entonces subieron en silencio. Ninguno de los dos insistió en aquello, no hubo queja mientras su mano sostenía la mano de Yokozawa, tal vez no debería hacerlo siendo que aún podrían verlos a esa hora, pero soltarlo sería como decirle adiós y si esto duraba poco o duraba una eternidad, esta vez, Kirishima Zen no dejaría que las cosas se le perdieran sin haber dado guerra. Adentro el padre de Zen miraba la televisión sentado en el sillón, Zen dejo las llaves, su padre se puso de pie y miro severo a Yokozawa, por instinto Yokozawa se movió cubriéndose un poco con Zen

    - Ni piensen en comerte mi cena chico – dijo el hombre

    - Ya cenamos papá

    - Muy bien, que este está muy flaco, oye tu – Yokozawa respiro aun asustado – si tienes hambre te puedo hacer un bocadillo, Zen es como su madre, cenan una mierda que no es suficiente ¿quieres comer?

    - No gracias – respondió casi temblando, la voz del sujeto era potente y no delicada como la de su hijo, además de que tenía la misma mirada astuta y afilada, Yokozawa no podía imaginar que el hombre en frente suyo pudiera ofrecerle la cena en un tono que sonaba a ofensa

    - Tienes demasiada cintura para tu tamaño, eso no es bueno te vas a romper... te hago un bocado

    - ¿Qué es un bocado? – preguntó en voz baja Takafumi

    - Lo que pille en el refrigerador y pan – Zen sonreía sereno – Papá vamos a estar en mi habitación

    - ¿Quieres que te haga un té?

    - Si, gracias.

    Kirishima siguió de frente Yokozawa lo siguió, tenía la camiseta puesta pero al entrar por instinto se la levanto frente al espejo de Zen, ¿demasiada cintura? Aquello le pareció divertido, pero al ver la piel desnuda frente al espejo Zen no pudo evitar quedársele mirando, aquello no le pasaba desde hacía mucho. Yokozawa bajo su camiseta y movió los hombros para relajarse Zen tomo la bolsa y saco la camiseta que había comprado.

    - Tu padre me dijo gordo y no estoy gordo

    - No dijo eso – Zen extendió la camiseta mirándola

    - Dijo que tengo demasiada cintura, eso es decirme gordo

    - Ah... olvide que eres gay – Zen le sonrió con todos los dientes – se refiere a que tu cintura es demasiado fina para tu cuerpo, cuando dices Vaya cintura que lleva esa chica, es por una cintura pequeña

    - Oh, entonces le diré gracias

    - Oh genial, yo te hablo de tus abdominales y contestas la llamada de cualquier tipo, él te alaga la cintura y vas a darle las gracias

    - No era cualquier tipo- dicho esto Yokozawa se arrepintió, Zen lo sabía aunque no se lo dijera por cómo se tragó el resto de la frase. Yokozawa le mostro una sonrisa suave antes de decir - No es algo de lo que debas preocuparte

    - Eso lo decidiré yo cuando me digas quien era, donde trabaja, porque te llama y que nunca mas contestaras a sus llamadas

    - ¿te han dicho que eres a cosante?

    - Si, aunque por lo general dicen que soy una persona que se interesa, supongo que es igual a cosante... oye pruébate esto – le arrojo la camiseta – quiero ver como se ve

    - Hum...

    Kirishima no podía evitarlo, quería verlo, necesitaba algo más para estar seguro de que Yokozawa le gustaba en un nivel más elevado y nada era mejor que; Que Yokozawa desnudándose para él en su habitación.

    Aun podía ver la duda pero Yokozawa se quitó la camiseta, su constitución física era envidiable, mas allá de ser alto y de tener un físico bien cuidado tenía la piel de un color cremoso uniforme y Kirishima Zen trato de retener los detalles de ese torso mientras Yokozawa se colocaba la camiseta azul.

    - Tenemos la misma talla – dijo Kirishima acercándose mientras acorralaba a Yokozawa en la esquina del armario – sabes... este color resalta tus ojos

    - Estas muy cerca

    - Mi habitación es pequeña, lo siento por eso, como te decía... ¿Por qué el sonrojo?

    - ¡Vete a la mierda!

    - ¿estas enfadado?

    - Kirishima hasta a un lado no me....

    - Aquí esta – la puerta se abrió y Zen aprovecho para extender su brazo sobre los hombros de un tembloroso Yokozawa - ¿Qué hacen?

    - Mirando la camiseta para mañana, el evento del lugar donde bailo

    - Ah... se te ve bien chico, - colocando la bandeja sobre la cómoda ya atestada de objetos le miro otra vez - ¿Cómo son tan altos?

    La pregunta no tenía mucho sentido, apenas eran unos dedos, más altos que el hombre.

    - En realidad es mía, estoy apreciando como se me vera a mi

    - Bah, qué más da como se te vea, la idea de la camiseta es sudarla y el sudor siempre espanta a las chicas, si una se queda huye, esas sin olfato no saben cocinar

    - ¿Por qué? – pregunto un inocente Takafumi

    - Se les quema el arroz – los Kirishima comenzaron a reír aunque Takafumi no entendía el chiste

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    - Claro que si Onodera, te veré mañana entonces, no te preocupes por eso comprare mi entrada en el evento

    Yasuda Gou colgó el teléfono, Onodera Ritsu le había llamado sorpresivamente para invitarlo a un evento de concurso de Baile, Ijuuin tenía una revista en la mano y miraba interesado artículos del hogar, Yasuda miro hacia su amigo.

    - Oye... ¿Cómo se llama a lo que Zen no s invito?

    - Es Freedom, es de su club de baile – respondió Ijuuin sin levantar la cara - dijo que pasarían a buscarme

    - Acaban de invitarme al mismo evento

    - ¡Genial, entradas gratis!

    - Le dije que comprare las mías en el evento – Ijuuin borro la sonrisa de su rostro –

    - Odio tener que pagar, no importa, le diré a Zen que olvide mi billetera al final el recibe comisión por mi trabajo

    - Y tú tienes trabajo porque él te edita, da igual... si quieres yo pago tu entrada pero debes ayudarme con alguien

    - ¿alguien?

    - Si

    - Ijuuin Kyo, o sea yo, no ayudara con nada a menos que tenga detalles sobre el caso en cuestión

    - Es sobre el chico del que te hable, el coreógrafo, veras estará ahí también con su grupo seguro lo veré y tengo esta sensación extraña entre que me gusta y que no me gusta, me gusta en muchos aspectos pero...

    - ¿es gordo? ¿huele mal? ¿es vulgar? – Ijuuin ya imaginaba de que se trataba había recibido no pocas señales del físico del mencionado coreógrafo

    - ¡Es demasiado masculino! – Yasuda soltó un suspiro temeroso – mi problema con él es que no quiero ir abajo y no me veo en la capacidad de atraparlo ¿entiendes? Yo no quiero eso...

    - Amo al cosmos por hacerme versátil, lo que dices me suena soberanamente estúpido – Ijuuin sonrió – es más alto que tú, si, es más fuerte que tú, si, es más listo que tú y no creo que vaya a darte una oportunidad cuando decidiste viajar para evitar tener sexo con él... te lo dije entonces y te lo repito ahora, es justo que recibas lo que das

    - No viaje para evitar tener sexo – Yasuda viajo por trabajo lo que era cierto, pero había sido una desdichada coincidencia– además... dejo el dinero sobre la mesa y me ignoro completamente.

    - Si... hum... Gou no eres tan guapo ni tan interesante como para que una persona a la que apenas besaste te espere seis meses, lo siento, supera el rechazo y sigue con tu vida. ¿Quieres? - Ijuuin había visto a Yasuda hacer eso muchas veces, rechazar a alguien y luego ofenderse de que la persona no sufriera por los rincones a causa de su amor no correspondido, había gente a la que no le interesa llorar un rechazo – además no dijiste que su amigo era más bonito y más tu tipo, deberías ir tras ese

    - Shouta... hum... no, el chico es genial y divertido pero no quiere nada serio

    - Tu tampoco – rebatió Ijuuin

    - No exactamente, yo quiero que me tomen a mí en serio y Shouta no lo haría. Podría cenar conmigo e ir a bailar con otro la misma noche.

    - Adoro a esa clase de chicos, te dejan en claro siempre que se quieren mucho más a ellos mismos de lo que nunca podrán quererte a ti – señalo a Yasuda mientas sonreía – sabes, me daba curiosidad que no me hubieras presentado al coreógrafo, digo era como si te avergonzara salir con él y juro que si es desagradable me reiré de ti por meses

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    Kirishima Zen modelaba la camiseta mirando con sorna la incomodidad de Yokozawa Takafumi, ahora que volvían a estar solos en la habitación hablaban de absurdos, Zen estaba alardeando de su conocimiento en artes marciales, estaba orgulloso de sí mismo por ello y aunque Yokozawa le sonreía no parecía especialmente emocionado o maravillado. Esto en lugar de decepcionar a Zen le animaba más porque consideraba que Yokozawa estaba tan aturdido por su presencia que no podía comprender correctamente lo que le iba diciendo.

    - ¿Podríamos buscar el recetario?

    - Oh claro, pero antes dime una cosa Yokozawa

    - ¿Otra más?

    - Si

    - Está bien... que quieres Zen...

    Zen respiro hondo, preguntar esto era en definitiva una locura, pero si no lo hacía ahora mismo ¿Cuándo lo haría? Y si se tardaba demasiado ¿Quién se adelantaría? Y si estaba alimentando ilusiones inútiles en su ser ¿Cuándo dejarían de crecer? Los errores se cometen tanto si quieres como si no, y Zen no quería cometer ningún error más. Pero ahora mismo no sabía cuál podría será la decisión equivocada.

    Cubrió en dos pasos la distancia a la cama y sin mucho esfuerzo acorralo a Yokozawa contra la pared subiéndose, los ojos de ambos se encontraron, si prestaban atención seguro notarían que los latidos de ambos se habían acelerado y mientras Yokozawa tragaba nervioso Kirishima sonreía para darse fuerza. Entonces a escasos milímetros de la boca suave de Yokozawa pregunto...

    - ¿Puedo besarte?





     




    Espero que le gustara el cap de hoy.
  6. .
    Bajo los tacones de Ariane

    - Entonces... ¿solo porque tú quieres yo tengo que ir a perder todo un día siendo agobiado por personas que insultan mi obra, gente que me empuja y niñas que no son capaces de hilar tres palabras? - Ijuuin no estaba nada ilusionado con una firma de autógrafos, más aun cuando tenía la presión de los bocetos para la película, era un estrés muy fuerte que le venía encima

    - Será exclusivo, doscientas firmas ni una más, será en miércoles

    - Entre semana las personas trabajan o van a la escuela

    - Por eso es exclusiva, necesitamos que lo promociones, además Marimo Books siempre nos apoya, seria lindo corresponderles

    - Te recuerdo que dijiste que sus instalaciones no eran suficientes en enero cuando trajeron el proyecto, era uno genial y lo rechazaste

    - Era a gran escala – Kirishima sonrió disimulando su vergüenza – para público abierto no sería suficiente, por eso, les propuse que redujeran su capacidad a doscientas personas externas y lo hiciéramos en semana, creo que es un cambio positivo. Te prometo que lo disfrutaras Ijuuin

    - Kirishima... ¿lo puedo pensar? Ya es mucho con todo lo que está pasando, me llamaron de ventas estoy muy feliz porque piensen emitir otra tira del aniversario diez a petición del público, pero la felicidad viene cargada de nervios y no sé, si puedo con esto me da miedo arruinarlo y no tengo ideas para empezar, no he dibujado siquiera.

    - Prepara un mensaje, dos páginas nada más, este mes te cubriré, un saludo al público diciendo que estas reponiendo energías, y yo cubriré tu espacio

    - ¿lo harás?

    - Oye, somos un equipo, yo te cuido

    Kirishima Zen había sido su editor por seis años, los dos se acomodaban exactamente el uno al otro. Se respetaban mucho y alguna vez hace mucho tiempo habían sido amigos siendo niños, Ijuuin lo recordaba no tenían más de doce o trece años el día en que se le ocurrió besar a Zen, fue un beso mientras su amigo estaba aturdido la madre de Zen los vio, luego de eso pasarían doce años hasta que volvieran a verse. La madre de Ijuuin había optado por mudarse antes que asumir que su hijo era gay. Tenía por eso una reticencia a tocar físicamente a Kirishima, nunca habían hablado de eso, como si no hubiera sucedido, como si todo estuviera bien, Zen sabía que era gay y lo apoyaba o al menos así parecía, realmente lo sentía de esa manera.

    - Me alegra ver que estas mejor – dijo acercándose – te he visto bastante recuperado

    - ¿recuperado? En serio me veía tan mal que tú lo notaste, digo no distingues entre naranjas y fresas

    - Te he visto poco los últimos meses, es la primera vez que vienes a mi casa sin que debamos corregir algo, y al fin te quitaste esa ridícula barba, no termino de crecer nunca parecías callejero

    - Quería verme sexy... – sonrió, no podía decir que apenas había tenido fuerzas para mirarse al espejo muchas mañanas y por eso le crecía, se afeitaba y volvía a crecer esa ridícula barba que delataba su dolor - puedo hacerte una pregunta Ijuuin, es algo que he tenido en la cabeza y perdóname en serio si te incomoda o molesta de algún modo

    - Lo que sea

    - ¿Cómo sabes si eres gay?

    - Es una pregunta estúpida – no lo era e Ijuuin se sintió incomodo por la mirada ansiosa de Zen, trago la saliva de su boca y sonrió – Zen eso no es algo que yo pueda responderte, hum puedes hacerte preguntas sobre la otra persona, ya sabes, si te excita, el sexo es importante tu no vas a querer tener sexo con alguien que no te guste y si es un chico y quieres pues es probable que te... tal vez seas homo

    Kirishima Zen sonrió, ahí estaba su problema, su maldita frigidez que no parecía reaccionar ni a hombre ni a mujer. Yokozawa le vino a la mente de inmediato, casi podía sentir su aroma o ver la línea de sus labios, quería tanto besarlo que le daba miedo.

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    Hiyori Kirishima despertó acunada en el pecho de su madre, sentía la garganta ardiendo y estaba demasiado débil como para hablarle y despertarla, el resfrió se estaba llevando toda su energía y ya era bastante pequeña como para encima estar débil. Sakura se había quedado dormida luego de limpiar el vómito de su hija, Hiyo era delicada del estómago y el cambio reciente de clima no había ayudado en nada para que la niña estuviera bien. Antes se hubieran turnado con Zen el tiempo junto a su pequeña hija, ahora debía hacerlo sola.

    Hiyo dejó caer las lágrimas, estaba tan triste porque su papá la hubiera olvidado que no quería comer nunca más, no entendía porque su padre las había olvidado, porque nunca llego a reunirse con ella y porque cuando lo vio en el cine él no se acercó a ella, le dolía el corazón al pensar que ahora su papá ya no la quería más.

    Hiyori miro a su madre dormida, era tan hermosa y buena que Hiyo se sintió aún más miserable mientras la acariciaba con cariño diciéndole; Perdóname mamá, por mi culpa papá ya no nos quiere, perdóname...

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    Yokozawa saludo desde dentro estaban en el Cinco seis siete ocho de los pasos, que requerían movimientos de mano y todos parecían más animados a un día del Freedom, Opera de Super Junior sonaba tan alto que apenas lo oían, no importaba las chicas conocían su rutina y bailaban como si nadie las viera, Yokozawa las vio hermosas mientras sonreían concentradas y tarareaban la canción. Había un cartel para la compra de entradas, Kisa estaba entregando a dos jóvenes las manillas azules que distinguían a Ariane mientras les agradecía el apoyo, Takano esperaba molesto, no molesto sino preocupado, Yokozawa le había escrito diciéndole que Kirishima ayudaría con un proyecto para firma de autógrafos en Marimo Book, lo cual sin duda era algo genial pero, como se trataba de Kirishima y este recientemente había provocado recuerdos innecesarios en Yokozawa, Takano no quería que se acercaran, Ann se había enfadado pidiéndole que no exagerase pero Ann no sabía que eso podía lastimar a Yokozawa en niveles muy profundos.

    - Hola – Kisa le sonreía, era como si no hubiesen discutido, no debería ser incomodo ya que todos ellos eran amigos, - ¿compraras la entrada?

    - La comprare en el evento voy a llevar unos amigos para que apoyen así que se vería mal que ya tuviera la mía

    - Genial, no olvides que somos los azules

    - ¿Qué tal llevan lo de los tacones?

    - Anoche nos quedó genial ¿quieres ver el video?

    - Claro – Takano cogió el móvil de Kisa y le dio play, Seiya y Yokozawa abrían perfectamente para Kisa y Onodera, habían tenido el ensayo con la ropa que Ann había diseñado y el movimiento de las chaquetas ayudaba a su coreografía, los tacones les daban un aire de majestuosidad, Takano tenía curiosidad por como seria caminar en tacones, su novia los evitaba por comodidad pero los chicos parecían expertos al bailar con tacones altos.

    Entonces sintió unas manos sobre sus hombros y automáticamente llevo su mano a tomarla, sabía que era Ann antes de que ella dijera algo, la reconocía, desde luego ella también le conocía a él, sus pasos, su respiración, ellos dos estaban destinados a encontrarse.

    - No pensé que vendrías hoy - dijo ella desde detrás de él, mientras Takano seguía sentado en la silla de plástico mirando la clase de Yokozawa - me alegra que salieras temprano

    - Estamos a buen tiempo este mes. Vine a hablar con él

    - ¿de Kirishima?

    - Si

    - Hum - ella pensó un poco en cómo decirle que estaba de lado e Kirishima, ellos dos siempre estaban del mismo lado pero esta vez ella creía que Kirishima merecía una oportunidad y si Yokozawa quería dársela lo mejor era apoyarlos – no entiendo – dijo – porque te molesta que Kirishima le ayude con la firma de autógrafos, eso sería genial para Yokozawa y Yukina

    - No es eso lo que me molesta

    - Sabes, cuando tengamos hijos espero que no fastidies las relaciones de nuestra hija

    - Jajaj mi hija no tendrá novios

    - Mi padre decía lo mismo y ahora mírame – beso la mejilla de Masamune y este le devolvió una sonrisa

    - Tu padre se descuidó, yo no lo hare

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    Cuando Yokozawa encontró a Masamune con los brazos cruzados a la altura del pecho supo que la plática no sería divertida, de hecho lo entendía, el mismo se había visto decidido a no tener nunca nada que ver con el sujeto, en cambio había terminado cenando en su casa que por suerte era un lugar normal y agradable y conocido a su padre que parecía un hombre de pocas palabras en contraste a su hijo que siempre parecía tener algo que decir. Mientras guardaba sus ropa en la mochila pensó en eso y en como Kirishima lo había llevado después a su casa, de su mano en su espalda, de sus mano en sus manos, de sus ojos en su boca y en el beso que no se dieron pero que casi se habían dado.

    - OK... conozco esa sonrisa – Masamune cerró los ojos.

    - ¿Qué sonrisa? ¡Yo no estoy sonriendo! No sé de qué me hablas

    - ¡Dijiste que no querías volver a verlo!

    - ¿De quién hablas? No sé... en serio Takano no sé de qué hablas

    Pero sus evasivas no sirvieron y pronto se vio siendo ahorcado por Masamune que estaba colgado de él.

    - No era como yo pensaba - dijo Yokozawa – no está completamente roto y yo...

    - No. No es tu asunto si la gente tiene problemas, tú también los tienes

    - No es eso

    - Y si te enamoras

    - Eso...

    - Y él no, - Takano lo obligo a mirarlo al decir esto, trato de no ser tan duro - por lo que sabes está pasando por algo duro, por lo que sabes necesita recomponerse, el lunes estabas convencido de que estaba igual que... que él, pero ahora ya no lo crees. No quiero que salgas herido. No quiero que te metas en problemas que no son tuyos y que no necesitas solo porque él te gusta

    - No me gusta... no tanto... no... Sé que no tengo posibilidades ¿está bien?

    - ¿Quién lo dice? ¿Te lo ha dicho el?

    - Sé que solo estoy extendiendo nuestro tiempo,- Yokozawa estaba convencido de ello - sé que Onodera o cualquier otro tiene más posibilidades que yo, pero no tengo porque pensar en cómo terminara, solo tengo que disfrutar el paisaje

    - Ritsu va a ser un problema

    - No seas así Masamune, lo que paso no fue intencional ya lo hablamos y se disculparon

    - Ann y tu – dijo soltándolo – siempre hacen esto, aceptan las disculpas y fingen que todo está bien, no está bien, Ritsu es bastante mierda con ustedes, ni siquiera puedo creer que antes me agradaba

    - Lo sé... sé que él a veces es difícil, pero es así, no lo hace para hacer daño, no creo eso. – Yokozawa tomo la mano de Masamune – sé que tal vez no debería acercarme a Kirishima pero...

    - Te gusta - no era pregunta, Masamune podía leerle el brillo en los ojos, algo está mal en eso, algo le daba mucho miedo de eso, pero también le alentaba, Takafumi se hizo infantil, el amor nos hace eso, se nos olvida que el mundo es malo y que la gente busca hacer daño, Takano sintió que su propio corazón crecía cuando su amigo respondió honestamente

    - Si... le quiero un poco

    - Lo va a notar - afirmo

    - Lo afrontare cuando suceda - Yokozawa le regalo una sonrisa, Takano no estaba seguro de nada en cuanto a los dos, pero por lo que había visto cuando estaban juntos parecían personas más felices – Tendré cuidado, está bien, me alejare definitivamente si veo que algo está mal, puedo ayudar a las personas pero no acosta de mi bienestar, tengo eso claro Masamune

    - No eres tan listo – respondió este - ¿Cómo acabaste hablando con él? ¿Te mandaron de Marimo?

    - No, me lo encontré en la librería y hablamos...

    - ¿Qué librería?

    - Marimo Book, yo fui a... mierda, deje el recetario en su casa

    - ¡¿volviste a su casa?!

    - No... su casa está en reformas por eso estaba vacía, quiere cambiar cosas y está quedándose en casa de sus padres por el momento y fuimos ahí, cenamos y...

    - ¿Y?

    - Me tomo unas fotografías, no entiendo porque, ¿para que querría fotos mías?

    - Para masturbarse

    - No...- Yokozawa puso los ojos en blanco ante la aseveración de su amigo pero este no tenía intenciones de ceder

    - Las primeras fotos que le tome a Ann sirvieron para eso, las use de esa manera y creo que Ann tiene razón, creo que le gustas

    - No... hum... ¿tú crees?

    - Pues, tiene cara de perro rabioso ahora que estamos tomados de las manos... no voltees... si es un error y no es como piensan tu o ella y un poco, muy poco yo... no es por ti, tu eres de lejos maravilloso y hermoso y te amo

    - Gracias hermano mayor

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    Kirishima Zen no estaba enojado, no tenía porque, no era importante, Takano Masamune era el novio de Ann así que no significaba nada que tomara la mano de Yokozawa, además él no había ido por eso, no había ido a verlo, que Yokozawa estuviera en Ariane donde curiosamente daba clases los jueves no significaba nada realmente, la semana anterior las cosas casi se habían estropeado para ellos y ahora no podía cometer más errores, no era como si le importara, para nada. Pero su naturaleza egoísta y sus celos siempre le habían traído problemas, en la escuela se volvía loco cuando alguien se acercaba a Sakura y había tenido problemas con algunos editores que trataron de robarle a Ijuuin que es su autor. Siempre había sido celoso, incluso le molestaba que su madre visitara a su hermana pero esto venia sumado a algo nuevo, no era como si los celos fueran todo, también quería cambiar de sitio con Masamune, no solo evitar el toque sino ser él quien sostuviera su mano y escuchara su risa, ser él quien podía sentir esa cercanía, sus celos no lo enfadaban lo ponían triste.

    Volteo y encontró a Kisa y Onodera hablando con un grupo, Onodera físicamente le parecía muy atractivo, pero era como un lindo pantalón que él no usaría, le gustaba, no era ciego y podía ver que esos ojos verdes y su suave piel resaltaban suavemente obligando a la gente a prestarle atención. Se había divertido hablando con el e incluso cuando salieron se lo había pasado maravillosamente, pero ahora mismo ya no le veía igual, tal vez era parte de su propia forma de ser, el que Ritsu atacara a Yokozawa había colocado a Ritsu como un enemigo, no era realmente así, Ritsu y Yokozawa eran amigos y Kirishima no tenía por qué tener sentimientos en contra del más bajo, pero los tenia.

    Se tocó el pecho, la sensación de malestar no se iba, llevaba sintiéndose mal desde la mañana y ahora mismo solo estaba ahí para distraerse.

    - Viniste a comprar tu entrada – Ritsu le sonreía amigable

    - No, la comprare mañana

    - Me alegra que también vayas, podríamos ir a tomar algo después

    - Sí, hay que celebrar cuando ganen – Kirishima apenas le miro, no quería cambiar de opinión y dejar la amabilidad que está decidido a llevar hasta que su ira se calmara, ¿Por qué era así? Aun no estaba seguro, siempre había odiado él con más fuerza a quienes herían a sus seres amados, sin ir muy lejos apenas soportaba a su cuñado y eso porque alguna vez había hecho llorar a su hermana.

    - ¿crees que ganemos? - la pregunta le hizo girar

    - Espero que lo hagan, aposte con un colega

    Ambos sonrieron ante el comentario y Ritsu le toco la mano con cuidado, entre unos pestañeos y una sonrisa delicada.

    - Son guantes de bicicleta... me gustan

    - Si, alquile una y la estuve usando

    - Oye... – se mordió el labio mientras le miraba - he hablado con Numfy y quería disculparme también contigo por cómo me porte la semana pasada, hable de más y es cierto, tú tienes razón no debí decir esas cosas y menos delante de ti, no quisiera que pensaras mal de Yokozawa

    - ¿De Yokozawa? - Kirishima no pudo evitar una expresión de horror sorpresivo ¿Por qué iba a pensar algo malo de Yokozawa?, Ritsu le sonó a la tía de Sakura que acusaba a Hiyo por haber roto una maseta, como quien espera todo lo contrario de lo que dice – No pienso nada malo de él – respondió tajante

    - Que bien porque... él es mi amigo y yo lo quiero mucho

    - Y ¿Kisa?

    - Esta allá vendiendo entradas, cada academia debe vender sus entradas también

    - Deberías hablar con él, digo, lo que dijo de ti no es algo bueno... me dijo que podía tener sexo contigo si quisiera, eso podría hacerte ver mal

    - No te dijo eso

    - Bueno lo adorno más, pero era lo que decía... – Kirishima usaba bastante bien su tono petulante, le servia cuando quería doblegar a chicos orgullosos, - le dije que no creía que tú supieras acerca de eso, porque tú sabes que no me gustas de esa manera, no me interesas de ese modo, me agradas mucho y te respeto, pero no, no me gustas de esa manera

    - Ah... si... claro, solo somos amigos... voy a ayudarle a Kisa

    Kirishima Zen no era un experto en rechazar a las personas, generalmente había rechazado a mujeres, él amaba a su esposa lo suficiente como para mantener sus infidelidades en el pensamiento y no en el acto. Siempre había pensado que si lo hacía acabaría hiriendo tanto a Sakura que ella lo dejaría, ahora eso era casi estúpido, de hecho no había rechazado a Onodera por ella, se dijo a si mismo que lo rechazaba porque no quería una relación ahora mismo, se dijo a si mismo que no estaba listo para una, se dijo intentando convencerse, en cambio estaba seguro de que si le daba esperanzas mínimas a Onodera u otro, Yokozawa se decepcionaría de él.

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    - No le voy a llamar, no podemos vernos mamá – Sakura sostenía una taza de té en las manos mientras caminaba – Hiyo se recuperara solo es un resfriado, Zen no sería de ayuda ahora

    - Es su hija

    - ¡Me acuso de tener desequilibrio mental!

    - Lo acusaste de golpearte, Sakura por favor avísale que su hija está enferma, si tienen que internar a Hiyo y no se lo has dicho podría ser malo frente al juez

    - Ok... deja que lleve a mi hija al médico mañana, si no mejora le hablare a Zen pero no antes

    La mujer movió negando, Zen había sido un hijo para ella y no podía solo dejar de quererlo, no entendía a su hija, comprendía que Sakura se hubiera enamorado de otro hombre, comprendía que se alejara de su ex esposo, incluso que siguiendo su corazón buscara su propia felicidad, pero no entendía que alejara a Hiyo de él, tal vez Zen hubiera sido un mal esposo, pero siempre había sido un buen padre, aun lo recordaba llorando mientras sostenía a Hiyori recién nacida, pocos hombres lloraban al sujetar a sus hijos, sabía que no debía involucrarse, ahora mismo ellos estaban enfrentados y si ella se involucraba tal vez perjudicaría a su hija, pero le dolía saber que Hiyo extrañaba a su padre y que solo por el capricho de Sakura su nieta sufría. Aunque se habían reído ella no creía que esto fuera un resfrió, estaba convencida de que era amartelo, la enfermedad de los que extrañan demasiado al ser amado, Hiyo de seguro echaba de menos a su padre.

    - Iremos conmigo al médico – dijo con firmeza – si no quieres hablar con Zen yo lo hare

    - Mamá por favor no te involucres

    - Sakura, él es su padre, tal vez ya no sea tu esposo pero siempre será el padre de Hiyo

    - No me lo recuerdes

    - No debería tener que hacerlo, solo tienes que verla para saber que es suya, sus ojos su nariz, su boca, su cabello... Hiyori es completamente suya

    Sakura se comió las palabras incapaz de gritarle a su madre pero irritada, no había dudas de eso, Hiyo era de Kirishima, pero lo que debió ser pacifico se había convertido en un guerra, descubrir que el había tirados todas sus pertenencias a la basura, saber que había quemado sus fotografías, saber que la odiaba le dolía, la confundía, y con Hiyo enferma lo extrañaba, lo necesitaba y eso la enojaba aún más.

    Pero no podía volver, no debía volver... en cambio quería regresar junto a él.



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    Hola y gracias por el apoyo para la historia, gano Ijuiin y ya veremos que pasa con él, por ahora espero que hayan disfrutado el cap de hoy.

    Btalkrajo
  7. .
    Bajo los tacones de Ariane



    Yokozawa Takafumi en principio deseaba evitar por completo a Kirishima Zen, en cambio estaba caminando con el rumbo a su casa. En todo caso donde ahora vivía con su madre, era el mismo barrio al que habían ido el jueves pasado, pero siguieron de largo al condominio de esa noche, Kirishima hablaba muy animado de un proyecto nuevo que se venía para verano, la producción de un anime basado en un grupo de estudiantes deportistas, la idea le parecía interesante a Yokozawa. También parecía un Kirishima mucho mejor que el de antes, esta vez la sonrisa pasaba de los labios a los ojos. El sonido de su teléfono lo hizo dar un bote por lo inesperado.

    - Hola

    - ¿Dónde estás? – la voz era la de Takano - Quedamos en cenar y Ann ya está de camino – Yokozawa abrió los ojos asombrado de su propio olvido, claro porque en realidad solo debía hacer hora en la librería para reunirse con ellos

    - Surgió algo… hum… no llegare, lo siento, se me olvido

    - Pero está todo bien

    - Si, debo ver unas cosas del proyecto para Marimo, con la salida de Otta y Reika la tendremos dura a fin de mes

    - Vale, entonces escríbeme luego, ya sabes que cuentas conmigo

    - Lo sé.

    Colgó y miro a Kirishima, tal vez si le explicaba su propuesta directamente, haciendo un abuso completo de su apenas reinstaurada “amistad” esta vez Marimo Book tendría la feria mejor montada de la temporada, no era fácil, a diferencia de grandes emisoras de comic Marimo apenas superaba la media, Yukina y él, modestia aparte, la habían posicionado lo más que pudieron y la amaban lo suficiente como para poner el pecho y dar lo mejor en cada propuesta… propuestas que Marukawa rechazaba, Deen rechazaba y Athena había cogido solo un par de veces en lo que iba del año.

    - Deberías hacer – dijo entonces como quien no quiere nada en realidad – alguna promoción fuerte para lanzarlo

    - Si, Ventas se hará cargo de eso, tenemos un equipo muy bien montado

    - Pero, eso significa que irán con Akira Comics, sé que es la más grande, pero…

    - Es la mejor promoción

    - Podrías hacer algo en Marimo Book, Yukina y yo estamos trabajando en un proyecto para lanzamientos, pero es difícil

    - Marimo es pequeña, sus ambientes no son suficientes para programar una firma de autógrafos – Kirishima se giró y miro fijamente a Yokozawa tratando de recordar si acaso no habían sido ellos los que propusieron la firma para Ijuuin en enero, tal vez sí. - ¿Qué haces aparte de bailar en Ariane?

    - Organizamos ferias y eventos, Yukina es todo un artista y puedo decir que soy buen negociante

    - Conseguí clases de baile por un autógrafo no eres tan bueno

    - Pero yo tengo el autógrafo y tú no has tenido ni una sola clase hasta ahora

    - Eres un estafador

    Ambos comenzaron a reir.

    La brisa cálida les acariciaba la piel, Yokozawa tenía que sacarse de la cabeza que las cosas entre ellos podrían ser más que lo que eran ahora, no debía pensar que Kirishima voltearía a verlo de otra manera, de un modo le daba miedo, tal vez tenia tanto miedo de salir lastimado que siempre miraba hacia la puerta equivocada, haciéndolo adrede para que nunca se abriera y no tener que saber lo que pasaba adentro. ¿Cómo sería adentro? Los demonios de ambos uniéndose para destruirlos y ellos juntos para hacerles frente, ¿Qué si uno era débil?

    - Soy más bajo que tu - Dijo Kirishima mientras subían los escalones

    - Son los tenis, creo que medimos lo mismo – Yokozawa sonrió, los chicos como Kirishima no iban tras de los chicos como el, tampoco debía querer, Kirishima estaba roto, esperar más de lo que el hombre podía dar solo sería hacer castillos de arena en el aire.

    - Lo dices para hacerme sentir bien

    - Tal vez

    - Es aquí, pasa por favor

    El departamento era al menos mil veces más acogedor que la casa de Kirishima, esta tenia fotografías en las paredes, manteles en los muebles, adornos en las mesas y un color turquesa muy bonito en las paredes. Los sillones iban casi a juego con su color crema y madera y la mesa del comedor tenía como adorno frutas de yeso, se veía que no eran reales, pero hacían más cálido el lugar.

    La cocina tenia las gavetas llenas de vasos, platos y recipientes con especies, el refrigerador cargado de frutas y de ahí Kirishima saco un taper que contenía macarrones para calentar. Se veía que su madre le había dejado la comida preparada para su ausencia. Metiendo el plato en el microondas Kirishima se giró mirándolo, aturdiéndolo un poco con sus miradas fijas que parecían estarle quitando la ropa prenda por prenda en ese momento. Para no sentirse ahogado Yokozawa abrió el refrigerador y saco la jarra a medias de limonada que estaba ahí.

    No sirvió de nada, los ojos del sujeto seguían mirándolo.

    - ¿Por qué me miras?

    - Es una pregunta bastante estúpida sabes - Kirishima le cogió la jarra extendiendo los dedos y tocando los de Yokozawa con suavidad por un segundo, desencadenando un calor por toda su espalda, el calor comenzó a subirle por la cara y Yokozawa no pudo evitar que sus mejillas se sonrojaran y su respiración se entrecortase

    - ¿Por qué… porque es estúpida?

    - Me encanta la camiseta de Artic Monkeys que traes puesto – el sonido gutural en la voz de Kirishima no daba paso a sentirse aliviado o menos atrapado, Yokozawa se quedó quieto mientras la mano derecha de Kirishima le tocaba el logo en el abdomen de la banda, el toque no podía ser solo de curiosa apreciación – puedo sentir tus abdominales…

    - Hago ejercicio – maulló nervioso

    - El viernes…

    - Si

    - Es el Freedom ¿verdad?

    - Si

    - Cuanta gente crees que vaya…

    - Espero que mucha – jadeo y miro a la mano que seguía sobre su abdomen

    - ¿puedo ir?

    - ¿A dónde?

    - A verte

    - Si

    El aliento de Kirishima estaba sobre su boca, sus ojos marrones oscurecidos miraban la boca de Yokozawa, su teléfono sonó y Yokozawa lo respondió huyendo de la cercanía.

    Mientras Yokozawa contestaba su llamada Kirishima Zen se sorprendió de sí mismo, del deseo que sentía y de los celos.

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    - Lamento llegar tarde – Ann sonrió hacia su novio, el profesor la había detenido por su ausencia a la clase del día anterior, pero ella no le había comentado aun sobre eso a su novio, le daba un poco de pena haber faltado a clases solo para esperar sentada a ver a Kirishima - ¿esperaste mucho?

    - Ha valido la pena, te ves hermosa

    - Mentiroso - Ann tenía el pelo revuelto y el rostro rojo por haber casi corrido desde la salida del metro, mientras que Takano parecía de marfil en ese momento, era en ocasiones eclipsantemente hermoso - mi pelo es un desastre

    - Quiero hacerte el amor – susurro él estremeciéndola - Takafumi no vendrá a cenar, vamos a mi casa por favor

    Los ojos de Ann brillaban delatando su propio deseo, lo amaba, sin dudas ni complejos, comenzaron el camino hacia la estación para irse a casa de Masamune, el tren lleno ayudo a que se acercaran sin inconvenientes, Ann sintiendo el aroma de su colonia Masamune mirando la blusa y el escote, tratando de adivinar la textura del sujetador que ella tenía puesto, deseando acariciarla, entonces se miraron, ambos tenían los ojos marrones claros, pero ambos lo tenían oscurecidos y dilatados por el deseo. Por el amor que se profesaban.

    - Llegamos - dijo él abriendo la puerta y encendiendo la luz

    - No has limpiado ¿eh?

    - No he estado mucho aquí… alguien me ha tenido secuestrado la semana pasada en su casa

    - Vaya, creo que debemos dar parte a la policía por ello

    - Si eso significa usar cierto traje de oficial que una cierta joven tiene, me encantaría llamarlos

    - Voy a cambiarme la ropa

    - Quiero vivir contigo

    Ann se congelo, Masamune la cogió de la mano, ahí estaba, mirándola.

    - Por favor Ann… Ven a vivir conmigo

    Alguien diría si, otros dirían no, Ann se desmayó.

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    Cuando Yokozawa colgó, la cena ya estaba en dos platos sobre la mesa, Kirishima sonreía a medias y la intensidad de su mirada se había reducido a la dosis normal y adecuada. Los macarrones tenían una salsa deliciosa de queso fundido y Kirishima sirvió los vasos, parecía que las cosas estaban recompuestas entre ellos, no quería pensar en esa noche y su huida, pero tampoco podía dedicarse a fingir que todo estaba bien.

    Kirishima se le hizo absolutamente comparable a una araña gigante, pese al miedo no podía evitar mirarla, pese a saber que era peligroso le maravillaba como iba hilando a su alrededor, la forma en que su boca se movía al comer la idea de su boca sobre su piel, ¡Imposible! Trato de oírse a mismo, no había ni futuro ni oportunidad, pero le gustaba imaginar que las posibilidades estaban ahí, Ann lo creía, aunque es fácil creer en el amor y en las almas gemelas cuando tienes a la tuya de tu mano. Para no pensar en ellos dos o en la inimaginable posibilidad de que hubiera un ellos, le explico a Kirishima como querían hacer la feria, como se organizaría para un lanzamiento de temporada, le hablo de Yukina haciendo artes le hablo de él buscando auspiciadores y Kirishima le escuchaba con cierta atención que más que serenarlo o brindarle confianza lo perturbaba.

    - Sabes no es mala idea – respondió Kirishima en su último bocado - Si Marimo consigue presentar su propuesta veré de revisarla con la gente de Ventas, tu sabes que en el décimo aniversario se avisó de la Película que se hará de Za Kan

    - Si, está programada para marzo del próximo año

    - Podemos hacer una firma de autógrafos de Ijuuin, una leve entrevista acerca de lo agradecido que esta con sus fans

    - Ijuuin sensei no disfruta de los eventos de autógrafos

    - No de los grandes, este sería casi exclusivo – Kirishima le robo un bocado sin aviso - no más de doscientas firmas se hará en miércoles, el odia salir de casa los sábados y los domingos va al cine es imposible

    - ¿Podrías convencerlo? – pregunto más asombrado de lo que esperaba reflejar

    - ¿Eso te gustaría? – la pregunta cargaba un deseo que hizo a Yokozawa morderse el labio inferior en respuesta a la mirada

    - Sería muy bueno para Marimo y para nosotros

    - No lo hago por ellos, pero, está bien

    - No me mires de esa manera – Yokozawa debía poner un freno antes de que esto le afectara – me aturde

    - ¿Quién te llamo?

    Y la magia se rompió, Yasuda le había pedido verse, no tenía sentido contarle eso a Kirishima, no había nada para decir al respecto. El silencio respondió a la pregunta y Kirishima aparto la mirada, no molesto se dijo Yokozawa, no podía estar molesto, ni celoso ni deseándolo, era su imaginación, ya antes había esperado más de lo que podían darle. Kirishima no quiere una pareja se dijo con fuerza para calmarse y una voz desde el fondo de sus miedos hizo eco “No quiere un novio, quiere sexo” eso no pasaría, Yokozawa no quería hacerlo sin sentimientos, aunque al final saliera herido, cuando hacia eso era por algo más que deseo, por un lazo que se formaba con la otra persona, aun si solo era de su parte…

    - Te dije que odio que me mientan – Kirishima movió el tenedor en su plato vacío sin mirarlo

    - Si

    - También odio los silencios… yo… hum… ¿puedo decirte esto?

    - No sé lo que sea

    - Es… - Kirishima se detuvo, no debía ofrecer lo que no tenía, haber pasado tres días solo con Yokozawa Takafumi en la cabeza y una desesperación extraña por recomponer su frágil lazo no tenía sentido tirarlo diciendo algo tan básico como que simplemente … ¿Qué? No había nada, solo la irritación de que Yokozawa tuviera a otro que no era el, siempre había sido egoísta, pero era injusto serlo ahora - es que soy muy torpe, no debería forzar a la gente a ser honesta cada uno tiene sus secretos y su vida.

    - Yo no te he mentido. Pero si hay cosas de las que prefiero no hablar

    - Bien. Vamos a mi cuarto y escuchamos un poco de música, quiero olvidarme un poco de tu música bailarina - Zen metió las manos en los bolsillos para no tocarlo, le gustaba tal vez, pero eso no era suficiente como para decírselo a Yokozawa, al comienzo le había gustado Onodera, luego se le paso por completo y se fijó en Airi del trabajo una chica linda y ahora pensaba en Yokozawa, la verdad era y debía admitirlo, que solo estaba solo y quería tener a alguien que lo hiciera sentir bien, Yokozawa lo hacía sentir bien sin pedir nada. Sus celos eran lo único que era extraño.

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    We are runnin' so fast - And we never look back - And whatever I lack, you make up - We make a really good team - And though not everyone sees - We got this crazy chemistry - Between us --- Jump starting your car cause this city's a bore - Buying e-cigarettes at the convenience store - Making new clichés on our own little tour - Let's ride --- You don't have to say I love you to say I love you - Forget all the shooting stars and all the silver moons - We've been making shades of purple out of red and blue - Sickeningly sweet like honey, don't need money - All I need is you

    - Nunca había escuchado esa canción – reconoció Yokozawa sentado en la cama de la pequeña habitación que Zen ocupaba

    - Es Troy Sivan la canción es For Him, es un chico inglés, me gusta cómo suena

    - Parece interesante ¿qué haces?

    - Maldita sea – mascullo Kirishima - la foto salió movida, quédate como estabas

    - ¡No me saques fotos!

    - Solo es una y… - la puerta se abrió - Hola papá

    - Buenas noches - el hombre era fornido y aunque tenía el cabello canoso se veía bastante joven como para ser el padre un hombre de 30 años - te comiste mis macarrones

    - Se los comió él, - respondió Zen señalando acusatoriamente a Yokozawa - yo comí los míos

    - Ah… - el hombre miro a Yokozawa – ¿Por qué no te comiste los frijoles? – Yokozawa no supo que decir - me hare un bocadillo, que descansen, un gusto chico

    - Y… la tengo - Kirishima guardo su teléfono triunfante en su bolsillo, tenía la fotografía de Yokozawa que quería.

    Yokozawa le arrojo la almohada en venganza, mientras miraba los posters en las paredes, eran posters de Bleach, Saint Seiya, Akira y entre ellos uno de Cobra, la habitación no parecía la de un hombre que era padre de una niña, pero sobre su cómoda estaba no solo la radio y los discos, estaba la fotografía de una menuda bebe con coletas, sin duda la niña del cine, Yokozawa no recordaba su nombre pero sus ojos no los había olvidado, unos ojos marrones en dolor puro.

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    Yasuda Gou cerro su ordenador, mirando sobre su mesa su teléfono, Yokozawa le había dicho que le diría si podían verse, pero ya sería media noche y no había llamado.

    Ser rechazado no era algo a lo que quisiera acostumbrarse y decidió pedirle ayuda a alguien que sin duda le ayudaría. Busco en su agenda y lo encontró, sin duda Onodera Ritsu le ayudaría a encontrar la forma de que Yokozawa volviese a interesarse en él.


    Muchas gracias por seguir conmigo en este loca idea, como saben se actualiza cada tres dias y si no cuatro, en Bolivia tendremos feriado por el solsticio de Invierno y si tenen tiempo y feriado, espero que disfruten leyendo de corrido.

    btalkrajo
  8. .
    QUOTE (lic82 @ 18/6/2017, 06:26) 
    No se como tomar esto todo sabemos que Kirishima nunca va a dejar de amar a Sakura por que es una parte vital de su vida y como lo escribi con anterioridad ese amor, forjo su amor hacia TAKAMUFI...
    Espero no me lo tome a mal pero siento que el amor por Sakura en su historia es un poco patetico en serio no me gusta (todavia tengo presente el club no creo que lo olvide y menos el sufrimento de Nunfy) y por eden el Kirishima Zen que conozco pero tolero poco en definitiva aqui y ahora lo detesto......
    Asi que no lo quiero con Numfy no no el coco no (perdón por las admiradoras de Kirishima en esta historia no pueden quedar juntos)
    Con respecto al galan. Huuuuu mi OTP es el GuoTakamufi pero como el baboso no se puso las pilas mi voto es pra Ijuii Kyo...
    Y como anillo al dedo quedo la fecha en mi país: 18 de junio día del padre y FELIZ CUMPLEAÑOS EL PAPASITO DE TODOS LA PRINCESA YOKOZAWA TAKAMUFI ...lo sabia Sora lo Ama

    Hola Lic... hum tu voto es sumado a Ijuiin pero no pensemos en Sakura como el gran amor de Zen, el la ama ahora pero ella le hizo mucho daño, ese recuerdo de amor y vida qué hay en las novelas no puedo mantenerlo porque ella aquí está viva. Se ha llevado a su hija... no entiendo porque lo odias, está sufriendo mucho y su situación es dura al igual que la de Yoko y poco a poco ellos avanzan a salir de esas cosas negativas no lo odies... Kirishima aquí es buenito no es malo dale una oportunidad
  9. .
    HOLA!!!

    Con el auspicio de... Hoy no hubo auspicio porque no he comido....chan chan chan Los Net Comida jamas me trajeron el pedido, mala onda de su lado. pero la buena noticia es que.... he recapacitado, Esteff... Lic... Norma se que tienen esta duda y me gustaria decirles que he recapacitado y no, Kirishima no va a morir. no puedo saber que podria suceder con el, pero no va a morir, Kirishima, repito.

    Gracias por sus lecturas armen sus conjeturas y compartan las con migo y aviso y auncio que hoy renuncio.... a tus negocios turbios... no, eso no, Ijuuin o Yasuda, necesito escoger a uno y agradecer me digan cual prefieren.

    Nos leemos luego... Btalkrajo


    Bajo los tacones de Ariane

    Se volteo a mirar el sillón, aquel sillón que un día decidió comprar, lo había conservado solo porque había sido su elección y no la de ella, ella incluso se había enfadado por un sillón de ese tamaño ocupando el espacio de su sala. La puerta aún estaba abierta, Yokozawa Takafumi acaba de irse y Kirishima Zen comprendió que en realidad el sillón tampoco era suyo. Lo había comprado para ella, porque imagino que podrían sentarse juntos a ver la televisión.

    *** La peor parte del dolor, la que creo que es la peor, es que, el dolor y la ira no borran lo bueno, no te arrancan el amor de la columna vertebral, no sale de tus pulmones... ¿Por qué te quieren mis pulmones? Si pudiera y no puedo se lo preguntaría, por meses he estado llevando esto lo mejor que he podido, me he enojado y he sufrido. Me he comido las lágrimas en noches realmente largas y he pensado más de una de una vez en el suicidio, sé que es estúpido, sé que no ayuda en nada, sé que mis esperanzas de recuperar el hogar en que vivía, el castillo que yo me había construido son INUTILES... pero solo soy una persona... yo no sé cómo dejar de amar... no sé cómo perder la esperanza o como hacer las cosas a mi favor. Me he leído libros que dicen cómo superar una ruptura, los cinco pasos del luto en una separación, recomposición de la confianza cuando no han traicionado y si... me he leído la mierda de auto superación que hay en los escaparates... son palabras muy bonitas, y te repiten lo que ya sabes pero ninguna te da la fórmula mágica que te haga poner un pie delante del otro. Yo no sé amar de otra manera, he creído que amar es amar completamente, he creído que lo hacía bien, he creído que si no peleas las cosas están bien, he creído que porque yo era feliz la otra persona lo era y he creído que tenía un hogar, que estaba a salvo de todo y que esa familia era mía... ahora no entiendo nada... ahora me abrazo en las noches para no romperme más, ahora me duelen los dientes de tanto llorar y me duele tener que sonreír cuando voy a trabajar, y me duele no tener a quien llamar porque no conozco ningún hombro donde pueda llorar.... Sé que todos sanan a su ritmo pero ¿Cuándo comienza el mío? Yo amo a esa persona, juro que quiero que sea feliz, juro que espero que le vaya bien pero en verdad, de verdad ¿Por qué no deja de doler?

    Sé que fue mi culpa, no sé cuándo lo arruine, seguro olvide que debía hacerla feliz porque yo era feliz a su lado, porque me gustaba que viéramos la televisión juntos, porque me gustaba cocinar y que ella lavara los platos porque mi rutina me resultaba perfecta, porque incluso cuando vi la grieta no quise creer que la casa caería a pedazos... Yo no puedo con esto y tal vez no pueda tampoco después, hay cosas que uno sabe de sí mismo y yo sé que para mí va a ser muy complicado entender... esto. Sé que debo hacerlo solo, porque estas son las cosas en las que nadie puede ayudarte. No puedo decir si algún día dejare de amarla pero espero poder querer a otra persona, no más o menos que a ella, no igual eso es imposible, pero espero que pueda sanar lo suficiente como para confiar en que puedo ser amado y amar. No creo que sea rápido han pasado meses y aun sabiendo que esta con otra persona yo muchas veces es imagino que regresa. Sé que no regresara, también sé que el sol gira pero no entiendo porque lo hace o si hay un motivo en específico.

    Estoy cansado.

    No sé cómo hacerlo, pero puedo empezar las veces que sea necesario a caminar y salir de este hueco. Si lo hago las suficientes veces seguro lograre salir. **

    Kirishima Zen miro la hoja escrita, había sido un error esperar que Yokozawa se quedara y lo ayudara a firmar, ¿Quién querría estar con él? Nadie ¿Por qué alguien querría estar con él? No tenía nada bueno, y además tenía ese problema, tal vez podía admitir que ella lo había dejado pero admitir que él como hombre no funcionaba no ayudaba, Irina su psicóloga había barajeado la posibilidad de que fuera gay, al comienzo le sonó lógico y correcto pero ahora no se lo parecía.

    Se dio cuenta, aunque ya antes lo supiera, de que estaba solo.

    Se dio cuenta, aunque ya lo sabía de qué no quería estar así.

    Tomo de la repisa el llavero de la casa de su madre, era un fracaso como esposo y como hombre pero siempre había sido un buen hijo y ella podría hacer lo que nadie más podría, ver lo bueno en él aunque ya no hubiera nada. No quería involucrarla porque no quería admitir que había fracasado con ella que siempre decía lo orgullosa que estaba de él, Yokozawa Takafumi tenía eso maternal y lo amistoso pero no era su amigo, era un sujeto que bailaba en Ariane y era agradable, nada más. Recogió algunas cosas necesarias, dejo lo demás en el suelo junto al sillón donde había dormido desde hace semanas y salió.

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    Yokozawa se quedó acunado en los brazos de Masamune hasta que la noche se cerró sobre ambos, el teléfono sonó pero ninguno atendió a las llamadas, Takano preparo sándwiches como cena para ellos.

    - Has practicado con los tacones – dijo a media pregunta y a media risa

    - Estoy resfriado, no tengo energía para los tacones

    - El Freedom es el viernes

    - Estaré bien mañana, y veras que saldrá genial

    - Mañana iré a ver tu clase ¿bien?

    - Genial – bufo - con lo difícil que es que sigan la rutina voy a tenerte distrayendo a las chicas

    Se echaron a reír.

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    - Y entonces nos llaman para decirnos que firman, a ciegas, directo y que debemos firmar con ellos porque ampliaran el centrado a tres ovas y una película – Isaka hablaba emocionado – hoy en día estos contratos no salen de una, pero seamos serios esto va para arriba

    - El fanservice vende bastante – Yasuda cogió un chocolatito de la mesa – aunque es un anime deportivo apuesto la cabeza a que será acogido por todas las chicas que lo vean

    - El fanservice por fanservice no vende nada – Kirishima bebió de su copa de vino – la historia ha ganado un lugar en los corazones de los lectores, sé que cuando salga el anime las ventas del comic subirán como espuma

    Todos estuvieron de acuerdo. Asahina e Isaka no comentaron como había cambiado Kirishima desde su última reunión, tenía el cabello recortado y la barba rasurada al punto, su ropa se veía bastante formal pero le daba un aire de presencia nuevo. Isaka temió que Sakura hubiera regresado o le estuviese dando falsas esperanzas, miro hacia su novio con ansiedad.

    - ¿Eso fue el timbre?

    - Debe ser la comida... pedí pasta para todos así que finjan que soy un gran chef – Isaka se puso de pie y Asahina junto a él fueron a la puerta. - Oye – le dijo con vos suave - crees que ella se esté acercando a Zen

    - Mi prima no es tan perra vale, he hablado con ella, no va a acercarse, no quiere

    - Sé que es tu familia pero

    - No, - Asahina le acaricio la mejilla con cariño - me llevo bien con ella pero no voy a ponerla por encima de nuestro editor master, ¿vale? Yo estoy contigo... sé que es difícil que Zen nos hable de esto, al final quiera o no ella es familia mía, pero es tu amigo y el mío y tenemos que ayudarlo no agobiarlo, déjalo estar... Yasuda me ha dicho que se encargara de él ¿bien?

    - ¿te he dicho que te amo?

    - No esta semana

    - Lo hare la siguiente, lo prometo.

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    Yokozawa encontró a Ritsu sentado en las gradas junto a dos de las chicas que bailaban ahí, el saludo y sonrió para luego subir con ellos al estudio, la música sonaba con fuerza en ese momento mientras Seiya reemplazaba a Kisa dictando la clase, las chicas podían distraerse pero le ponían mucho empeño a sus clases. Y trataban de no hacer contacto visual con él para no tener que pensar en los hermosos ojos de Seiya.

    - Así que termino con su novia – dijo Yokozawa mirando hacia el baile de Seiya

    - Y ahora busca una nueva – Kisa miro a Yokozawa, no parecía haber un cambio - ¿estas mejor? Ann nos escribió diciendo que estabas resfriado, te llamamos pero...

    - Si, lo siento por no contestar pero estuve en cama dos días completos y ayer no tenía ganas de nada, ya sabes que odio enfermarme, Sora se preocupa mucho

    - Ese gato está enamorado de ti

    - Y es bien correspondido, voy a cambiarme

    - Oye Seiya y yo vamos a irnos a programar lo de la música con los del evento, así que por favor si viene el contador entrégale la carpeta, vi que tenías todo acomodado pero no pude llevarlas ayer

    - No hay problema yo me encargo

    Yokozawa se quitó la camisera y se colocó la de trabajo, con el logo de Ariane en la espalda y unos pantaloncillos cortos. Sin duda era alto y fornido. Estar ahí le trajo el amargo sabor de saber que Kirishima no volvería, algunos alumnos se iban pero como había intimado con el sujeto le echaba en falta. Se sintió culpable por haber huido de su casa de esa manera y haberle gritado, pero ya no podía cambiar sus actos, no podía más que seguir su camino y dejarlo de lado.

    Mientras esperaba a que llegaran sus estudiantes Ritsu y el reían, no menciono que hace unas noches Ritsu había hecho algo desagradable al hablar de Iokawa, no quería mencionarlo porque si lo hacía terminarían hablando de Kirishima y Yokozawa no sabía cómo hablar ahora del sujeto.

    I still hear your voice, when you sleep next to me. i still feel your touch in my dreams. forgive me my weakness, but i dont know why without you its hard to survive. cause everytime we touch, i get this feeling. and everytime we kiss i swear i could fly. cant you feel my heart beat fast, i want this to last. need you by my side. cause everytime we touch, i feel the static. and everytime we kiss, i reach for the sky. cant you hear my heart beat so... i cant let you go. want you in my life.

    Cascada y su Every Time We Touch hacían bailar a todo el grupo mientras Yokozawa veía en el espejo como las chicas miraban fijamente tratando de no equivocar ningún movimiento, al menos ahí se sentía bien, Kirishima tomaba las clases de Ritsu y aun si decidía seguir con ella él podría evitarlo. No pudo evitar sentir que ese era su centro, estar en movimiento haciendo girar su energía con la música que le reconfortaba, porque al final del día todo mejoraba cuando bailaba y se reía, y mañana comenzaría otra vez y no le importaba acabar todos los días decidido a empezar otra vez porque era la única manera de caminar.

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    Irina leyó la carta de Kirishima Zen, y se quitó las gafas mientras él se recostaba en el diván, casi siempre se sentaba en la silla pero hoy se había recostado, Irina vio que era bastante atractivo, más que el promedio de hombres y afeitado y recortado se veía más joven. Además físicamente parecía estable.

    - Veo que has vaciado la taza, ahora puedes comenzar a llenarla otra vez

    - Aun la amo

    - Eso no lo es y no puedo negarlo o estar de acuerdo. Pero puedo decirte que es la primera vez que te veo poniendo lo que sientes

    - Siempre lo hago

    - Completamente - ella le regalo una sonrisa, Kirishima se la guardo para cuando le fuera haciendo falta

    - Hoy he firmado mi divorcio – dijo - hoy es real

    - Ya lo era Zen

    No le gustaba escuchar eso, de vez en cuando Kirishima preferiría que le mintieran pero no podía ser de ese modo. Respiro y comenzaron a hablar, nada de lo que le dijera saldría de esa habitación, estaba seguro de eso y cada cosa que Irina le quitaba era quemada de inmediato y siempre que la entregara completa se deshacía de ella. Soltar el dolor, la ira incluso el miedo era más fácil que soltar el amor, su amor estaba ahí y ahí seguiría pero ya no podía esperar que ella volviera, no porque le hubiera dejado una carta cuando le abandono, no, no podía esperar que Sakura regresara porque Sakura no era feliz a su lado y ambos merecían ser felices.

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    - Hola – Matsumoto le sonreía, Yokozawa ya había caído en cuenta de ella y ahora la recordaba cuando ella lo saludaba - ¿Quieres ayuda?

    - No, gracias pero en realidad solo estaba mirando

    - Oh, genial... entonces... te dejo... solo

    - Creo que tu turno ya termina ¿verdad?

    - Si

    - Quieres ir...

    - Yokozawa – Takafumi no pudo terminar su invitación cuando una vos familiar lo llamo desde detrás, sintió que sus músculos se entumecían y se forzó a voltear, encontró a Kirishima, tenía que ser Kirishima de pie sosteniendo una bolsa - Si no hay duda de que debías ser tu ¿es tu amiga?

    - Si, Matsumoto trabaja aquí

    - ¿Qué tal? – le tendió la mano sonriente – Kirishima Zen editor en Jefe Japun Marukawa

    Y ante esas palabras la joven rubia abrió los ojos asombrada, sonrió y se escaso mientras Kirishima la veía, tenía la piel pálida y suave con una cabellara rubia que le acariciaba las caderas y una figura envidiable, no era delgada o menuda sino proporcionada perfectamente, Zen recordó al anterior encargado, un chico que parecía sacado de una revista y se congelo.

    - Tu amigo... Yukami

    - ¿Yukina?

    - Si, ¿él trabajaba aquí antes?

    - Si, él era responsable de esta sucursal yo estaba trabajando en la que tienen en

    - ¿trabajas en Marimo Book?

    - Si... hum... voy a pagar lo mío – Yokozawa se quedó quieto cuando Kirishima se interpuso en su camino, no quería verlo, aunque ahora se veía bastante más arreglado que otras veces, cortarse el cabello le hacía cambiar, además no tenía las ojeras que solían marcar su rostro

    - ¿Quieres ir a cenar?

    - Hum... en realidad

    - Hay un lugar cerca que

    - No Kirishima - Yokozawa sujeto el libro que había cogido con fuerza – no quiero cenar contigo y lo siento pero en verdad preferiría no tener contacto contigo

    - Eso es un fraude

    - ¿perdón?

    - Accediste a ayudarme con mis pasos de baile cuando te conseguí la edición limitada y autografiada de Za Kan, que ahora trates de evadirme es un fraude a nuestro convenio, he pensado que tendría más honor pero esto es... deshonor, deshonrada tu vaca

    - ¿mí qué?

    - Mulan... Des honor, de son... ¿has visto Mulan?

    - Bueno... si creo, es...

    - No sabes de lo que te hablo, vamos a mi casa y... - Yokozawa perdió el brillo ante esa frase - Ok - Kirishima se limpió los dientes con la lengua antes de seguir y sonrió, la expresión de Yokozawa era de miedo – sé que mi casa no es el lugar más acogedor, lo será cuando acaben las reformas, - mintió - por ahora estoy quedándome en casa de mi madre, ella fue a visitar a mi hermana, en verdad quiero que solucionemos lo del jueves, sé que tal vez te asuste pero no soy un criminal Yokozawa y tal vez no estaba listo para que vieras esa parte de mi

    - ¿Qué esperabas llevándome ahí?

    - Escuchar música, beber un poco, charlar...pero no podía llevarte a la casa de mi madre, soy un adulto pero es complicado meter gente y que ella se acerque a saber que hablamos, si tenemos hambre, mi mama es un poco pesada en esos temas, pero como dije viajo así que puedo...

    - ¿tu casa está en remodelación?

    - Si, unas reformas, pintura en las paredes, arreglos mínimos en la cocina en un mes se verá como a estrenar

    Kirishima no le diría que las reformas recién comenzarían en una semana, o que se había marchado a casa de su madre la misma noche del jueves cuando Yokozawa salió huyendo de su casa, no se atrevía a decirle que el miedo en los ojos de Yokozawa lo ayudo a ver lo patético que era estando consumido en esa situación. O que llevaba media hora observándolo mirar los recetarios, eran cosas que Yokozawa no necesitaba saber

    - No quise ofenderte pero tu casa me asusto

    Yokozawa no le diría a Kirishima que se había asustado por recordar a su propio padre en los zapatos de Kirishima, o que había sentido que el peso del dolor en sus ojos lo había obligado a retirarse, no le diría que también estaba herido y que partes rotas no hacen un completo.

    - Pues que bueno que no cocine, eso te daría terror

    La sonrisa en la boca de Yokozawa relajo las cosas entre ambos.

    - ¿Amigos? - Kirishima extendió la mano con una sonrisa en los labios

    - Claro – Yokozawa la estrecho con un nudo en el estómago que le decía que no pero la determinación de decir que si, Kirishima no era como su padre, su padre jamás había vuelto a sonreír desde que ella se marchó, Kirishima sonreía y una sonrisa siempre seria reflejo de fortaleza

    - Por cierto, si notaste que esa chica está coqueteándote con todo el movimiento de pestañas y el jugar con un mechón de su cabello

    - En realidad iba a invitarla a cenar justo antes de que tú nos interrumpieras – el rostro de Kirishima mostro perfectamente su asombro, miro a los costados y no encontró rastro de la joven – aunque te suene raro creo que ella es muy guapa

    - Lo es – asintió Zen - pero no sería algo así como una relación lésbica entre ustedes

    - ¿perdona?

    - Si, tu eres como... hum... eres una princesa Yokozawa, no te veo de novio de una chica

    Una princesa, las palabras hicieron eco en el pecho de Yokozawa, nadie antes lo había llamado así, nadie lo veía de esa manera.

    - Este libro también – Kirishima le arrebato el recetario de las manos

    - No es necesario

    - Oh claro que sí, te resfriaste por culpa mía, es mi manera de compensarte por el mal trance que pasaste la otra vez

    - Gracias... ¿Cómo sabes del resfrio?

    Matsumoto estaba de pie cerca a la salida, pero ninguno de ellos reparo en ella, salieron conversando mientras los ojos de la joven seguían los pasos de Yokozawa, con la ira hacia Kirishima, ella casi podía saborear un cita con el joven de cabello negro y perfecto cuerpo gimnasta, ahora le tocaría volver sola a casa.
  10. .
    Bajo los tacones de Ariane

    - Buenos días - la figura en la puerta era desconocida para los editores, Katou en cambio se puso de pie al reconocer a Yasuda Gou en el grupo de personas que entraban a Japun – Katou, podrías ayudarnos, tenemos una cita con Kirishima y nos dijo que sería aquí

    - ¡Claro!

    - Buen día... - Kirishima paso al lado de la gente, el cabello estaba recortado y su camisa parecía nueva, el aire que emitía era otro, completamente otro en ese momento. - Todos por favor, nos vamos al salón un momento

    Yasuda y Kirishima empezaron una plática mientras los demás editores recogían material para la reunión que se llevaría a cabo, la gente se acercó con un poco de miedo, no era común tener una reunión tan improvisada, Kirishima casi siempre avisaba con antelación cualquier situación.

    La sala tenía un mesa que contaba con al menos 20 sillas, en el cuarto piso solo estaba Japun, así que habían colocado en su piso la sala de juntas. Era mucho más amplia que las pequeñas de los otros pisos y generalmente estaba cerrada al público. Katou se quedó de pie mientras los otros se acomodaban, Kirishima estaba sonriendo con Yasuda, compartiendo alguna broma, se parecía al Kirishima de hacía un año, los últimos meses habían sido estresantes y agotadores, Kirishima trabajaba demasiado, todos lo sabían pero ahora no se notaba, estaba relajado y Katou no pudo sentirse pequeño con Kirishima ahí, de pie sonriente.

    - Como saben hemos tenido unos meses duros – empezó Kirishima - han sido meses de transición, perdimos algunos autores, estamos siendo atacados por la piratería, algunas personas ya no ven el manga y los comics como una profesión, la cancelación de Hunter Skrull pego a la revista y aunque ganamos el juicio sobre los derechos, comprenderán que sin el autor... la historia ya no es la misma.

    Todos se miraron cuando Yasuda comenzó a proyectar las imágenes. Previas que había trabajado. Hubo un grito ahogado.

    - Hemos firmado la producción de 3 animes para la temporada, los proyectos fueron comprados y como pueden ver, todo lo que hemos hecho ha valido la pena

    Un coro de vítores lleno la sala, delante Kirishima comenzó a explicar cómo deberían apoyar ahora al departamento de edición, como se debían unir a ventas para lanzar una agresiva campaña que creara más expectación en el público. Asahina entro en silencio y escucho desde detrás de Katou a Zen explicar las proyecciones para el siguiente semestre, Katou hubiera querido decir que conocía a Zen pero la verdad era que estaba abrumado por el cambio en su director. ¿Qué había sucedido?

    - Señor – Yasuda se aproximó y saludo a Asahina

    - ¿Qué te parece el negocio? – respondió este

    - Me parece que ese loco siempre consigue lo que quiere, - dijo refiriéndose a Kirishima - en serio que cuando

    Bajo los tacones de Ariane

    - Buenos días - la figura en la puerta era desconocida para los editores, Katou en cambio se puso de pie al reconocer a Yasuda Gou en el grupo de personas que entraban a Japun – Katou, podrías ayudarnos, tenemos una cita con Kirishima y nos dijo que sería aquí

    - ¡Claro!

    - Buen día... - Kirishima paso al lado de la gente, el cabello estaba recortado y su camisa parecía nueva, el aire que emitía era otro, completamente otro en ese momento. - Todos por favor, nos vamos al salón un momento

    Yasuda y Kirishima empezaron una plática mientras los demás editores recogían material para la reunión que se llevaría a cabo, la gente se acercó con un poco de miedo, no era común tener una reunión tan improvisada, Kirishima casi siempre avisaba con antelación cualquier situación.

    La sala tenía un mesa que contaba con al menos 20 sillas, en el cuarto piso solo estaba Japun, así que habían colocado en su piso la sala de juntas. Era mucho más amplia que las pequeñas de los otros pisos y generalmente estaba cerrada al público. Katou se quedó de pie mientras los otros se acomodaban, Kirishima estaba sonriendo con Yasuda, compartiendo alguna broma, se parecía al Kirishima de hacía un año, los últimos meses habían sido estresantes y agotadores, Kirishima trabajaba demasiado, todos lo sabían pero ahora no se notaba, estaba relajado y Katou no pudo sentirse pequeño con Kirishima ahí, de pie sonriente.

    - Como saben hemos tenido unos meses duros – empezó Kirishima - han sido meses de transición, perdimos algunos autores, estamos siendo atacados por la piratería, algunas personas ya no ven el manga y los comics como una profesión, la cancelación de Hunter Skrull pego a la revista y aunque ganamos el juicio sobre los derechos, comprenderán que sin el autor... la historia ya no es la misma.

    Todos se miraron cuando Yasuda comenzó a proyectar las imágenes. Previas que había trabajado. Hubo un grito ahogado.

    - Hemos firmado la producción de 3 animes para la temporada, los proyectos fueron comprados y como pueden ver, todo lo que hemos hecho ha valido la pena

    Un coro de vítores lleno la sala, delante Kirishima comenzó a explicar cómo deberían apoyar ahora al departamento de edición, como se debían unir a ventas para lanzar una agresiva campaña que creara más expectación en el público. Asahina entro en silencio y escucho desde detrás de Katou a Zen explicar las proyecciones para el siguiente semestre, Katou hubiera querido decir que conocía a Zen pero la verdad era que estaba abrumado por el cambio en su director. ¿Qué había sucedido?

    - Señor – Yasuda se aproximó y saludo a Asahina

    - ¿Qué te parece el negocio? – respondió este

    - Me parece que ese loco siempre consigue lo que quiere, - dijo refiriéndose a Kirishima - en serio que cuando me dejo plantado pensé que perderíamos el contrato... si eso fue suerte o estrategia no lo sé, pero catapulto, si sale como esperamos, mi bono está asegurado

    - Ha trabajado mucho - Asahina no estaba tan animado – me alegra que esto saliera bien, con lo del divorcio lo ha llevado duro

    - ¿Qué divorcio? – Yasuda perdió el color del rostro

    - No lo sabias...

    - Dijo que era temporal, que lo estaban hablando

    - Si. Aun lo dice, - Asahina tenía la voz neutra, baja y Katou oía la culpa en su vos mientras hablaba - no lo es... ella lo abandono y se ha llevado a su hija, no lo sabíamos, no dijo nada

    - Es que es Imbécil

    - Ya que estas aquí...

    - Yo lo cuido, lo prometo

    - Gracias... celebren esto, luego tendremos una cena... oblígalo a venir, y trata de traerlo a casa

    - ¿Isaka no vino?

    - Resfrió... no aprende a secarse al cabello

    Una risa serena termino la conversación y Asahina salió mientras Yasuda miraba a su amigo, Katou no sabía mucho de los inicios de Kirishima, sabía que había comenzado como editor de novelas junto a Isaka antes de que los padres de este murieran, no sabía mucho más. Kirishima hablaba de sus proyectos, no de su pasado, no de su vida privada, si Katou sabía lo del divorcio era solo porque Kirishima se había negado a recibir la notificación del juzgado y habían terminado por notificarlo en el trabajo. Su divorcio había sido comentado con cierta alegría por las mujeres que tenían esperanzas sobre él, pero solo ahora Katou se preguntó si acaso para Kirishima fuera algo completamente diferente, ¿Cómo sería divorciarse? Peor aún, como sería no hablarlo con nadie...

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    - Hola - Takano tomo asiento delante de Ritsu - no tengo mucho tiempo, lo siento debo volver al trabajo en un rato

    - No... gracias por venir – Ritsu miro a Kisa que parecía agotado y molesto – es solo que...

    - ¿Qué pasa?

    - No hemos podido hablar con Yokozawa desde el jueves – dijo Kisa – no responde a las llamadas o mensajes y creemos que la hemos cagado, esto nunca había pasado

    - Ah... ¿en serio les importa? – Masamune alzo la ceja con sorna mirándolos a la cara – no han hecho nada diferente de lo que siempre hacen... ni lo niegues Kisa, sé que eres una diva, sé que tienes cara de porcelana, sé que los dos son muy bonitos y parecen un par de princesas, pero ¿acorralar a Kirishima? ¿tirar mierda contra su amigo? ¿usar el ensayo para eso?

    - No debería haber sido así - respondió Ritsu bajando la cara

    - ¡Claro que no! – Takano miro a Ritsu directo a la cara – Debiste preguntarme, te dije que trabajaba con él, ese sujeto es un criminal... se roba dibujantes, negocia materiales por debajo, hace tratos con librerías sin convenio previo, si quisiera algo contigo ya lo hubiera tenido... Ritsu... ¿Por qué pensaste que quería un romance contigo?

    - Yo... - Ritsu bajo los ojos, si lo pensaba en realidad no tenía muy claro porque había creído que Kirishima se interesaba en el de un modo romántico– lo parecía - dijo en vos baja

    - Había algo así como un letrero ¿bien? – Kisa hablo – todas las señales... además cuando yo hable con el...

    - Si, - Takano lo corto en seco – ofreciendo a Ritsu como si fueras su Chulo. ¿Qué estabas pensando?

    - Estaba pensando que Ritsu está solo, que Kirishima podría ser el indicado

    - Eso no lo decides tú, Shouta no dudo que quieras lo mejor para Ritsu, yo también espero que encuentra alguien que lo ame... pero... - Masamune se inclinó con calma - no sé qué hay con Kirishima, bien, solo no quiero que tiren mierda contra Yokozawa por eso

    - ¡No! – Kisa abrió los ojos - ¿Enserio piensas que haríamos eso?

    - Lo hizo el jueves – señalo a Ritsu - ¿Por qué dijiste lo de Iokawa?

    - No... no lo sé. Pensé que tal vez... pensé que Yokozawa... es que Numfy sabe que a mí me gusta Kirishima

    - ¿Le gustas tú a Kirishima? – Masamune lo miro entristecido- Ritsu, mira... te quiero y lo sabes pero no creo que Kirishima busque una relación, él mismo te dijo que quería despejarse, que no estaba en plan de salir con nadie y en serio, Takafumi no tiene la culpa de nada de esto

    - Yo quiero mucho a Yokozawa -Ritsu tenía la vos temblorosa en ese momento - no hables como si yo no lo quisiera, nosotros somos sus amigos tanto como Ann o como tu

    - Yo amo a Ann – dijo y pudo ver como los dedos de Ritsu se hacían puño al oírlo – y amo a Yokozawa, es mi familia, tú lo sabes, sabes que Yokozawa es mi familia...

    - ¿Qué significa eso? – Kisa miro molesto a Takano – no lo hizo adrede, fue estúpido pero Ritchan quiere a Yokozawa, además Yokozawa lo sabe, no haríamos nada para lastimarlo

    - Eso espero... debo irme a trabajar, cuídense

    Takano se puso de pie, era al menos una cabeza más alto que cualquiera de ellos y aunque antes Onodera Ritsu había sido su preciado amigo, hoy en día apenas era un conocido cercano, a veces incluso se sentía culpable por haberse permitido esa distancia, pese a sus discusiones Ann y Ritsu podían encontrarse e ir de compras y comer o bailar juntos, en cambio el no sentía ya eso por Ritsu, podía salir con Takafumi y cenar con el pero las cosas con Ritsu eran diferentes. No confiaba en él.

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    - ¿Quieres comer? - Ann estaba de pie mirando hacia Yokozawa que seguía metido en la cama, Sora continuaba acurrucado sobre la manta junto a su dueño y solo abrió la boca en un bostezo al oírla. – Me iré a clases ahora... te dejare la comida en el microondas vale...

    - Comeré luego... el resfriado me está matando.

    Ann se colocó su blase y los zapatos, las clases podían esperar, mando un mensaje a su compañera para que avisara al maestro que no llegaría y se dirigió a Marukawa, no para ver a Masamune, esperaba no tener que verlo este día porque no quería contarle lo que pasaba con Yokozawa. Lo conocía lo suficiente para saber que no era por el resfriado que estaba de esa manera. Y, aunque Takafumi no le explicara Kirishima Zen le daría claras explicaciones de lo que había sucedido y si no se las daba por las buenas lo haría por las malas.

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    - Podríamos ir a comer a Dokone – decía Yasuda mientras Kirishima apagaba su ordenador - está un poco lejos pero no creo que sea malo

    - Claro que si – respondió el editor – muero de hambre, siento que no he comido en meses

    - Has perdido peso

    - Estoy en clases de – Kirishima bajo la vos y se inclinó hacia Yasuda – baile – dijo bajísimo – lo hago fatal pero es muy divertido

    Yasuda no sabía cómo comenzar las preguntas, la última vez que habían hablado de ella Zen le había hecho creer que todo se solucionaría, en realidad tampoco podía creer que se separasen, Yasuda siempre había creído que Zen y Sakura estaban hechos a medida y se amaban con locura.

    De hecho nunca había visto en ellos discusiones, quejas o cuestionamientos, y ahora le parecía que tal vez no había visto nada, no sabía cómo era al fondo todo, no sabía cuánto tiempo Sakura había estado sufriendo, Yasuda no podía creer que ella simplemente se hubiera despertado un día y hubiera abandonado a Zen, no así, no tan simple. Kirishima Zen pulso el botón del ascensor y subió, comerían cerca, aunque después Yasuda y él volverían a la oficina.

    - Y – se forzó a decir - ¿Cómo entraste a clases de baile?

    - Se arruino el ascensor – Kirishima sonrió de lado – han pasado algunas cosas... me refiero a que... te he echado de menos... – los ojos de Zen no le miraban pero su vos se había quebrado, sus mano temblaba y Yasuda la tomo apretándola, era su mejor amigo y debía haber sabido que las cosas iban mal, pero ¿Cómo saberlo?

    - Lo que necesites Zen

    - Necesito 20 mil dólares

    - Te sirven 15, es todo lo que tengo en el banco

    Ambos empezaron a reír.

    Salieron y el clima era cálido pero fresco, tomaron un taxi hablando de lo que prometían las animaciones, ahora Yasuda trabajaba en esa área, viajaba bastante, como aún era soltero no tenía problema alguno en irse a donde el trabajo lo exigiera, a diferencia de Kirishima quien no había dejado la ciudad después de su boda, quien se había establecido con su amada novia de la secundaria para luego tener una hermosa hija. Kirishima debería ser feliz, se veía igual que siempre, sonriente y confiado, pero no podía ser más que una fachada, Yasuda veía grietas en el muro que Kirishima había alzado.

    - Sigues usando el anillo – dijo sintiendo una oleada de calor, su lealtad estaba con él, era Zen quien lo llevaba peor por un solo hecho, Yasuda lo conocía, si alguien había fallado no podía ser él, no, porque la amaba con locura, no, porque nunca había mirado a ninguna otra mujer en su vida, no, porque Zen no podía hilar una frase y no unirla a ella. Zen se acarició la argolla.

    - Aún no he firmado...iba a firmar el jueves pero no pude, al final salió mal

    - ¿Qué paso?

    - No estoy seguro, da igual, firmare mañana. Usami me exigió pasar por su despacho y cerrar esto, el juicio seguirá por la custodia pero no puedo dilatar más lo de nosotros.

    - ¿Por qué se fue? – la pregunta salió, solo salió de su boca

    - Recuerdas Touya, el que trabaja con ella en la universidad – respondió con serenidad Zen

    - Si , fue compañero mío en algunas clases

    - Por él – sonrió – me dejo por él, tienen un romance desde hace un año o algo así

    Yasuda trago sintiendo fuego quemandole la garganta. Estoy aqui, se dijo con firmeza. Estoy aqui para él ahora, no es tarde, aun si lo ha roto puedo encontrar los trozos y ayudarlo a sanar. Yasuda le sonrio a Zen - Te quiero Imbecil - dijo mirandole a los ojos


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    Ya eran pasadas las cuatro de la tarde y Ann llevaba casi cinco horas sentada esperando a que Kirishima regresara a Marukawa, había llegado a medio día creyendo que lo encontraría pero él había salido un poco antes a almorzar, ella espera a que regrese, necesita saber porque Yokozawa se resfrió, porque parece tan afligido, pero no eso... necesita saber sobre aquello. Cuando ella le pregunto cómo había ido con Kirishima, Yokozawa había respondido un tajante "No vuelvas a hablarme de él" su vos, su ira, su enojo la dejaron fuera por completo, sin duda esta era la primera vez que Yokozawa le decía algo así de alguien, incluso sobre Iokawa hablaban de vez en cuando, incluso hablaban sobre Yasuda, incluso hablaban sobre algunos novios más antiguos. Ann miro su reloj, tenía hambre y le dolía el trasero por estar sentada tanto tiempo, pronto serían las cinco y algunas de las personas comenzarían a salir rumbo a sus casas.

    - Hola – dijo atendiendo a la llamada

    - Holo pequeña

    - Masamune , me alegra oírte, dime ¿que tal tu dia?

    - Bien, solo que no podre verte hoy, mira debo ir a casa de Numfy y quiero pedirte que...

    - Iré

    - No. Ann por favor no vengas, Numfy y yo tenemos que hablar de algo y te prometo que si puedo te lo diré luego, confía en mi ¿vale?

    - Confió en ti. Sea lo que sea sabrás como ayudarlo

    - Gracias. Te llamare en la noche, un beso pequeña.

    Ann cerró la llamada sintiendo celos de ellos, del hecho de que aun hubiera cosas que Yokozawa prefería compartir con Masamune que con ella, de cosas de las que Masamune no le hablaría. Sabía que era absurdo sentir celos de ellos, pero aun así los sentía, sus dos personas favoritas, tenían secretos con ella.

    - Has estado esperándome

    La figura frente a ella no le resulto familiar al comienzo, le costó adaptarse a un Kirishima usando traje cuando siempre lo había visto con ropa de ejercicio y el cabello estaba cortado y la poca barba que solía tener había desaparecido junto a sus ojeras, este hombre no parecía alguien que soportaría reclamos infundados. No, este hombre no se parecía al Kirishima que había cenado con ella el jueves, este era igual a como Masamune lo había descrito.

    Frio, lejano, severo. Intimidante.

    - Eh... si, vine porque necesito hablar con usted

    - Podemos subir a mi piso o salir a un café, depende de lo que quieras hablar

    - Preferiría salir de aquí – no menciono que antes de que Masamune la descubriera

    - Vamos – le abrió la puerta y luego se despidió con sonrisas y palabras acarameladas de las dos recepcionistas de la entrada del edificio. Ninguno hablo mientras bajaban la calle al café Meru, un café especializado en pastelillos europeos, la zona tenia algunos restaurantes, cafés y bares que funcionaban para los ejecutivos de las oficinas aledañas, Meru era uno bastante bonito y delicado, parecía ideal para reunirse entre chicas, Ann se sorprendió un poco de que Kirishima la llevara así - Mi esposa adora los pastelillos que venden aquí, solía comprárselos – él se veía mucho más atractivo en ese momento de lo que Ann fuera capaz de recordar

    - Es un lugar muy agradable

    - ¿Qué quieres hablar conmigo? - dijo frio y seco mirandola molesto

    Ann odiaba quedarse sin palabras, muchas veces las respuestas venían a su mente mucho después de que hubiera sucedido la discusión, este momento era uno de esos, no sabía que decirle a Kirishima sobre Yokozawa, ya ni sabía si debía hacerlo o no, Yokozawa no le había dicho nada pero llamo a Masamune, mientras ella pensaba en como comenzar, se acercó la camarera y Kirishima ordeno por ambos dejándola aún más aturdida.

    Miro hacia las mesas con manteles color crema, y sillas blancas de reja, el mostrador de los pastelillos y el las jóvenes vestidas de negro con delantales blancos caminando, usaban pantalones de sastre y zapatos bajos, Ann comenzó a pensar en cómo sería trabajar en un café, su pensamiento se interrumpió cuando volvió a ver hacia Kirishima que mentón erguido esperaba el ataque, lo esperaba.

    - ¿quiero saber qué fue lo que le hiciste a Oniichan?

    - Nada

    - No me mientas

    - Te repito que no le hice nada, no intencionalmente o de manera premeditada

    - Entonces

    - No es tu incumbencia

    - ¡Si lo es!

    - Entonces él te lo contara luego – Kirishima cruzo los brazos a la altura del pecho, ella se miró las manos, si fuera un hombre del tamaño de Masamune golpearía al sujeto sin dudarlo - Ann, no quise lastimarlo, creo que lo asuste pero no fue mi intención

    - ¿Asustarlo?

    - Si. Bueno, ahora tal vez piensa que soy un psicópata o alguien extraño en verdad, no es tan de esa manera, he estado pasando por algunas cosas de la mejor manera posible, de la manera en que puedo sobrellevarlo pero Yokozawa se asustó mucho, trate de explicarle pero... huyo

    Zen no se atrevió a decir que había huido ordenándole nunca más buscarlo o acercarse a Ariane, diciéndole que no quería tener que volver a verlo, que estaba loco. Una parte en Kirishima estaba furiosa con Yokozawa por haberlo dejado solo esa noche de esa manera, la otra estaba completamente preocupada por descubrir el motivo, Yokozawa había sido afectado por sus problemas de un modo personal, tal vez le hubieran dejado, tal vez le tenía miedo a los hombre que como Kirishima tiraban todo lo que su ex esposa había tocado a la basura para no pensar en ella.

    Daba igual, no podía despedazar la ciudad para dejar de sentirla. Incluso ahora en Meru, a Sakura le gustaban los pastelillos de ahí...

    - No te preocupes Ann, no molestare... oh, gracias. – la camarera dejo dos Cappuccino Mocha con tartaletas de fresa para cada uno y Zen espero a que Ann probase primero.

    - Hazlo – dijo Ann casi incrédula de su propia voz, no quería estar equivocada, pero los flechazos sucedían, Masamune y Yokozawa decían que lo suyo había sido a primera vista, un lápiz había forjado su amistad y ninguno de ellos lo lamentaba, alguna vez Yokozawa se había enamoriscado de Masamune pero aun eso no los había alejado, Ann también lo sintió al conocer a Yokozawa, ahora eran amigos innegables y pudiera ser que Kirishima y Yokozawa tuvieran el mismo flechazo, tal vez no era amor, tal vez era amistad, Yokozawa se veía feliz cuando bromeaba con Kirishima, ahora ambos daban miedo, cada uno a su manera - Moléstalo

    - No creo que él quiera

    - ¿Qué quieres tú?

    - Cómo... a que te refieres

    - A que si es lo que quieres, dejar de vernos, no aprender a bailar nunca y que él se quede pensando que eres un loco

    - No estoy loco

    - No creo que lo estés, pienso que pasas por algo muy duro a veces tienes una mirada muy necesitada, pero luego sonríes y desaparece y pienso que me he equivocado, pero algunas veces la he visto... la verdad no se mucho de ti, no sé qué hacías esa noche en la casa de Oniichan pero si te dejo entrar es porque le agradas

    - Me pidió que no volviera a buscarlo

    - Tú mismo has dicho que tuvo miedo, decimos cosas cuando tenemos miedo o estamos enojados, no es como que sea exactamente lo que queremos. ¿Qué harás?

    - Ya veo... me preguntaba porque Takano confía en ti de ese modo, ahora lo sé, gracias por haber venido Ann

    :

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    - Traje medicina y energizantes - Takano sostenía la bolsa en alto mientras miraba los ojos de su amigo

    - Te necesito – Yokozawa tenía el pelo mojado por la ducha tomada, los ojos brillosos de las lágrimas, Takano entro cerrando detrás de él la puerta, y tiro de la aldaba para que aun si alguien tenía llave no pudiera entrar, dejo caer la bolsa en el suelo y sus manos sujetaron con fuerza a Yokozawa en un abrazo, aferrándose a él y uniendo los pedazos que estaban sueltos

    - Estoy aquí – le dijo - siempre de tu lado, hasta el final...

    - ¿Sabes porque nadie me quiere? – Yokozawa se separó - Porque ella no me quería, ella nunca me quiso y me abandono

    - Yo te quiero... ¿soy nada para ti?

    - Lo siento... no debí decir eso, pero tu amas a Ann, cuando se casen ella será tu familia y yo me quedare solo

    - Cuando me case con Ann, seguirás siendo mi hermano, ella seguirá siendo tu hermana y nuestros hijos serán tus sobrinos... no hay nada que hagas que me haga dejar de quererte ni nadie que pueda separarnos... Takafumi, dime que sucedió

    - Es igual qué... – sollozó - Kirishima es igual que mi padre...

    Takano Masamune lo había tenido muy difícil de joven, Yokozawa en cambio no había tenido nada, mientras Masamune le acariciaba el cabello aun mojado y le acunaba lo mejor que podía, pensaba en ella, en el daño que le hizo a su familia, en como ella rompió a un hombre de tal manera que no pudo recuperarse nunca, Takafumi intento con todo su ser recomponer a su padre, no pudo hacerlo, ella se había llevado trozos de él. La gente se alejó de ellos y se olvidaron de Takafumi, olvidaron a un niño de ocho años que había sido abandonado por su madre.

    Masamune era la única persona que lo sabía. No podía decirle a nadie algo como eso, ella también se había llevado pedazos de su pequeño hijo que nunca fueron encontrados, ella había quebrado a un niño de ocho años que paso diez años solo, Masamune era su primer amigo, lo sabían ambos, antes de estar juntos ambos estaban solos.

    - No tienes que salvar a nadie...

    - Le dije que no quiero volver a verlo. No puedo. No puedo ayudarlo

    - No tienes que hacerlo - Takano levanto el rostro de Yokozawa para que se mirasen - no voy a dejar que él te hunda, ni él ni nadie.


    *****************

    Gracias por leer

    Aome_samael Espero que este cap responda a tus preguntas, por lo que ha vivido Yokozawa

    Yoo Joo Espero que este te impacte tambien

    Espero leerlos pronto un abrazo!!

    btalkrajo
  11. .
    Ariane

    La mano de Ann se sentía fría, eso era nuevo para Yokozawa pues ella siempre era cálida, estaban ha al menos una calle de Kirishima y Takano, dijeran lo que dijeran no podían oírse unos a los otros, Yokozawa lamentaba que las cosas estuvieran de ese modo entre Ritsu y Masamune, antes habían sido buenos amigos y ahora Masamune apenas lo soportaba ¿sería igual para el después? ¿Qué tan terrible seria si acaso Kirishima se enamorase de él? Seguro no sería igual que con Ann, Ritsu había estado verdaderamente enamorado de Masamune, ambos lo estaban, Yokozawa se esforzó en aplastar sus esperanzas, los chicos como Kirishima no iban tras de los chicos como Yokozawa...

    Una mujer de cabello negro y ojos redondos le regalo una mirada incitadora mientras pasaba con su jersey rojo y sus pantalones negros, la mujer parecía segura de sí misma, lo suficiente como para ignorar que Yokozawa tenía a Ann sujeta por la mano, pero Ann estaba sumida en sus propios demonios.

    - No dirá nada – Yokozawa hablo suavemente – esa es una promesa diferente Ann, si quisiera hablar de ello ya lo hubiera utilizado con Takano

    - No es por mí, no le tengo miedo a Ritsu... es solo que...

    - ¿Qué pasa? Crees que si alguien como Ritsu no tiene oportunidades yo estoy perdido – soltando su mano abrazo a Ann y ella apoyo su cabeza en su hombro levemente – ya sabíamos que no había nada ahí para mí, me gusta ser su amigo y si lo miras dos veces no es tan guapo en realidad

    Yokozawa trato de que su mentira sonara creíble, no funciono, aun a el mismo le sonaba tonta, cada vez que veía a Kirishima le encontraba algo mejor, la forma de su pelo, los dientes al reír, la mirada sucia que solía hacer cuando quería algo o peor aún, sus manos alrededor de su cintura, un escalofrió subió por su espalda y encontró los ojos de Ann mirándole con ternura.

    - No pienso eso, - ella se llevó el pelo detrás de la oreja – eres mejor que Ritsu en todo, pero eres idiota y no te das cuenta por eso temo que podrías salir herido

    - No Ann

    - Si...

    - Ann, no puedes perder si no juegas y sé muy bien que Kirishima no es para mi

    - ¿Por qué vas a su casa? – aquella pregunta no tenía respuesta, iba porque se lo había pedido, solo por eso, no sabía a qué o como resultaría todo pero ya había aceptado hacerlo, le beso la frente a Ann con cariño y ella empujo con la mano la puerta del restaurante

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    - No puedo creer que me haga esto... Yokozawa sabía que me gustaba Kirishima ¡El debería haberme apoyado! Yo jamás lo traicionaría de esta manera, le dije que me gustaba Kirishima, es claro que hacemos buena pareja, incluso le hable de la cita en el café de gatos, además ya una vez se aprovechó, recuerdas que Kirishima quería invitarme al cine ¿Por qué Yokozawa fue? No entiendo que haga esto por un sujeto, o sea, yo soy su amigo... ¿Dónde queda la lealtad? Uno no le puede hacer esto a sus amigos, no puedo creerlo Kisa esto me supera,

    Ritsu y Shouta caminaban rumbo a la estación del metro uno en silencio y el otro enfadado al máximo, las calles aun tenían una buena cantidad de gente porque aun hacía calor, era en invierno cuando las personas desaparecían luego de las nueve de la noche.

    - ¡No puedo creerlo!

    - Ya me vas a escuchar – Kisa estaba fastidiado por el monologo de Ritsu – estoy tratando de explicarte como fueron las cosas antes de que te armes más pajas mentales

    - Se cómo fueron, Yokozawa me jugo por la espalda

    - Yokozawa no te jugo nada, ¿en serio? Crees que Kirishima se fijaría en él antes que en ti, ¡Reacciona! El tipo no quiere lo que pensábamos, y... – Kisa se mordió el labio irritado – cometí el error de decirle que hoy podrían irse juntos y se enfadó pensando que yo estaba ofreciéndote

    - ¿Cómo se lo dijiste? Acordamos que lo haríamos suavemente, Kirishima es... ya, lo espantaste y claro uso a Yokozawa de escudo para escaparse... No – Ritsu saco un cigarrillo de su bolsillo y se inclinó para encenderlo – Kirishima dijo que irían a su casa... ¿Cómo explicas eso?

    - Tal vez Yokozawa prometió ayudarle a mover algún mueble, no lo sé, no creo... Yokozawa sabe que el tipo te gusta y él no es como Ann – Kisa no estaba seguro de lo que decía, Kirishima se había mostrado muy molesto antes con ellos, pero los chicos como Kirishima nunca iban detrás de Yokozawa, eso no tenía sentido – cálmate y lo hablamos mañana vamos a comer algo nosotros y veras que mañana se aclara...

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    Takano freno y con el Kirishima detuvo su paso, vieron a Ann y a Takafumi entrar al restaurante, de lejos incluso Masamune debía reconocer que Ann encajaba perfectamente en los brazos de su amigo y que, sin importar como, las manos de Yokozawa eran de la toda perfecta a las manos de Ann, tenía celos de ellos, de esos secretos que Ann no le contaba y de esas risas que él no oía, pero le gustaba saber que si un día la lastimaba, ella tendría a Yokozawa y viceversa. Quieto en la calle cerca del basurero Takano tenía la mirada fija en el cigarrillo y no lo encendía.

    - ¿Qué pasa? – Kirishima lo miro confuso, estaba algo incómodo con la situación sucedida, le agradaba Ritsu y Kisa, pero ahora mismo sentía que tal vez no debería estar en medio de estas personas

    - No puedo fumar dentro así que voy a aprovechar ahora – respondió Masamune

    - ¿Me das uno?

    - Claro

    Ambos encendieron sus cigarrillo mientras calaban Takano medito en si podía o no confiar en Kirishima, la amistad de esos cuatro era a veces extraña, Ritsu tenía arranques contra Ann en los que en serio parecía que la odiaba, pero muchas veces acudía a ayudarla cuando ella lo necesitaba, Kisa era bastante superficial y se sabía más guapo que los otros así que a veces menospreciaba bíblicamente a sus amigos y Yokozawa siempre trataba de ver lo mejor de ellos y fingir que no había escuchado algún comentario, por su lado Ann solía ser irónica con ellos sobre su ligereza sexual, Kisa era presa fácil ahí pero Ann nunca iba directamente contra él, los cuatro en cambio al final del día volvían a ser amigos y llevarse bien pese a todo. ¿Cuánto más duraría su amistad?

    - Ann era compañera en la secundaria de Ritsu - dijo a modo de inicio – Yokozawa y yo nos conocimos en el examen para la universidad, fue un flechazo nos hicimos amigos al instante... luego conocimos a Ritsu, otro flechazo...

    - Así conociste a Ann

    - No – Takano calo largo su cigarrillo – Vi a Ann en la universidad con Ritsu y le pedí que me la presentara, y no lo hizo nunca, ella no era estudiante de la T así que yo no podía ubicarla y Ritsu me dijo que no sabía de quien le hablaba yo, que no tenía amigas como Ann... siempre he pensado que en realidad no quería que nos conociéramos

    - ¿Cómo la conociste entonces? - Zen tenía la sensación de que Takano iba a decirle algo que ya sospechaba, no le gustaba pensarlo, Ritsu le agradaba y la idea de que lo sucedido no fuera un arranque sino algo frecuente no le gustaba nada

    - Pues – continuo Masamune, entre una sonrisa y la mirada melancólica propia de su rostro - Ritsu y Numfy se metieron a Yoga, me parecía una mariconada y dije que yo no lo haría... Ann también pasaba Yoga en ese centro, y entonces Ritsu no tuvo más opción que presentársela a Yokozawa, ese fue un flechazo más fuerte, Ann era todo de lo que Yokozawa hablaba, pero yo no sabía su nombre así que por dos meses no sabía que me hablaba de la chica que me había... suena estúpido, pero en verdad me enamore de ella al verla, sin saber nada, ni su nombre, y un día Yokozawa la trajo a cenar con nosotros, Ritsu... se enfadó porque era noche de chicos y al final Ann se fue antes de que yo pudiera pedirle su número o lo que sea, Ritsu se portó muy grosero con ella, a veces lo hace...

    - No me gusto que le gritara, pueden ser amigos y lo que quieras pero Ann es una chica, y a mí siempre me han dicho que a las chicas no les gritas

    - Ya... pues creo que mañana le van a gritar a Yokozawa

    - Porque crees eso

    - Porque si le gustas Ritsu como yo le gustaba, va a tratar a Yokozawa como trata a Ann... el tema es que yo cuido de Ann pero tú no vas a cuidar de Yokozawa...

    La expresión de Masamune era serena y cálida, pero no por eso menos inquietante, había adivinado sin muchos problemas que Zen no tenía intenciones románticas con Yokozawa y dejaba en claro que ahora eso era un problema, no para él, él en todo caso solo estaba de paso, pero si eso perjudicaba a otros no le hacía gracia... aunque de hecho, dejo eso de lado y se concentró en cómo podría evitar que hirieran a Yokozawa... entonces otra pregunta le sacudió ¿Cómo saber qué cosas le dolían a Yokozawa?

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    Yokozawa alzo la mirada y encontró a Masamune y a Kirishima entrando, los dos vestían de negro y la mesera no dudo ni un segundo en acercárseles para acomodarlos, ellos le sonrieron y señalaron la mesa, la joven no se contuvo de escudriñar con los ojos a Ann, seguro la consideraba afortunada por estar con tres tipos como ellos pero indigna también, Yokozawa llevaba dos años oyendo que Ann no era ni guapa ni glamurosa ni divertida, de hecho Ann era menuda, flaca y su abundante cabellera rebelde resultaba un serio problema cuando quería peinarla con estilo, luego las mejillas se le ponían muy rojas cuando tenía frio y prefería los zapatos cómodos a los tacones, Yokozawa tuvo ganas de ahorcarla, ella había sugerido que su número se llamara "Bajo los tacones de Ariane" y ella no usaba tacones.

    El aroma a tabaco llego con ambos hombres, Zen cayo a su lado mientras Takano extendía el brazo sobre el hombro de su novia, Ann se sonrojo un poco y luego le mostro el menú mientras que Kirishima se recostó sobre su brazo en la mesa mirándolo.

    - ¿Qué sucede? – Takafumi miro los ojos marrones de Zen, sus ojos se veían más oscuros de noche

    - Es injusto – dijo con un suspiro

    - ¿Qué es injusto?

    - Mira...

    Yokozawa miro al cartel que Zen señalaba "Bocadillos de cerdo, solo martes y sábado" no pudo evitar sonreír, era una lástima que no los prepararan todos los días, estaban en jueves y sin duda Kirishima se veía desilusionado ante la noticia. Takafumi sintió deseos de acariciarle el cabello, entrelazo sus dedos para no hacerlo, muchas veces se había obligado a sí mismo a no tocar a Masamune y aquella practica le permitió ignorar el deseo de consentir a ese sujeto. ¿Cómo podía un adulto completo, tener una expresión tan infantil?

    - Yokozawa... – dijo el hombre aun recostado en la mesa – recuerdas el amigo del que te hable

    - Ah... si

    - He pensado que no funcionaría entre ustedes

    - Me alegra mucho que lo pensaras, me encanta saber qué piensas en mí y en mis posibilidades de romance ¿Qué hay de malo en mí? ¿Por qué ya no te gusto para tu amigo? – Yokozawa no pudo evitar sonar irritado, Ann miro hacia Zen y esta vez su mirada era afilada – Antes creías que haríamos una pareja maravillosa

    - Pues ya no lo creo, así que olvídalo porque mientras de mi dependa ustedes no van a conocerse

    Zen se levantó justo cuando la camarera dejaba las órdenes que Ann y Yokozawa habían pedido antes de que ellos entraran, el ramen siempre era una opción perfecta para cenar.

    - Eso es egoísta – dijo Ann abriendo sus palillos – si conoces a dos personas que podrían ser felices juntas deberías dejar que se encontraran

    - Pero soy egoísta – Kirishima le devolvió la mirada filosa a Ann – y corrupto, pregúntale a tu novio si no lo crees, ha trabajado año y medio con migo, debe tener alguna idea de cómo soy.

    Ann miro a su novio pero este se limitó a sonreír y a comer mientras ella empezaba a hacer preguntas.

    Yokozawa miro con cierta duda a Kirishima. Comenzó a recordar cómo había sido con Takano, todo lo que Masamune hacia era con cariño pero no romance, entonces, tal vez, Kirishima podría quererle, podrían después sentarse a jugar o dormir incluso en la misma cama en calma, Yokozawa sabía que era cuestión de tiempo aplastar sus sentimientos pero entonces...

    - Come... - Kirishima cogió un pedazo de cerdo con los palillos y se lo ofreció - anda, come

    - No – dijo pese a querer aceptar – se ve extraño que me des de comer en la boca

    - Bueno – y con eso dejo el pedazo de cerdo sobre los fideos de Yokozawa – come – volvió a decir con una sonrisa

    Esta vez no fue Ann sino Masamune quien abrió los ojos mirando hacia Zen y Takafumi, ninguno de ellos los miro pues estaban concentrados mirándose, eso era nuevo y perturbador

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    Kirishima puso la radio mientras conducía a casa, no le gustaba conducir a menos que tuviera que hacerlo y aunque Kisa le había llamado para que participara esa noche, en realidad él no tenía intenciones de volver a casa con Ritsu y poco a poco se acercaba a tener que enfrentar lo que debía enfrentar, lo que no podía hacer solo y confió en que solo necesitaba a Yokozawa ahí, porque Yokozawa no tenía que saber todo solo debía apoyarlo.

    - Tu barrio es bonito

    - ¿Quién es Iokawa?

    - ¿Huh? – los ojos de Yokozawa se ampliaron ante la pregunta y tosió aclarándose la garganta, no esperaba esa pregunta, ni siquiera había pensado en que Kirishima se hubiera quedado con el nombre

    - ¿Qué tan ex es?

    - Eso... es privado

    - Entonces no es muy ex... ¿aun salen?

    - No lo sé... nos vimos hace un mes...

    Kirishima conducía con una expresión diferente, más seria de lo que Yokozawa había visto hasta este día, no parecía la persona sonriente ni mucho menos la decaída, se veía como alguien más bien imponente, algo parecido a Takano en sus momentos de trabajo, cuando estaba lejos de Ann y no mostraba ninguna dulzura. Kirishima giro de golpe entrando a una zona de parqueo y freno luego de entrar en un espacio marcado con el numero 23B.

    - Voy a preguntar otra vez... ¿Quién es Iokawa? - la expresión dura en la boca de Zen incomodo a Numfy, se sentía acusado y se cruzó de brazos para mantener la calma

    - ¿Qué te importa eso?

    - Dijiste que no tenías novio... si es tu novio significa que me has mentido, y no me gusta que me mientan

    Yokozawa detuvo su irritación.

    Algo en Kirishima estaba quebrado y él lo sabía, pensó en ese asunto, en que ella, la ex de Zen seguro le hubiera mentido, podría ser que eso hubiera catapultado algo dentro de Zen, Yokozawa no se contuvo y tomo la mano de Kirishima con suavidad, pensando en lo que diría.

    - No he mentido, él no es mi novio, solía serlo pero decidió romper lo nuestro, nos hemos visto ocasionalmente pero hace un mes fue la última vez, no me llama ni me escribe, tampoco yo le llamo.

    - Entonces borrare su nombre de mi lista... pensaba darle una paliza, ¿Qué clase de novio no va a tu ensayo?

    - Eres muy violento Kirishima

    - En realidad soy una persona muy pacifica, de otro modo hubiera golpeado a Kisa cuando...

    Silencio.

    Zen se mordió la lengua en ese momento, no podía decirle sobre aquello a Yokozawa, tal vez lo hubiera interpretado mal, tal vez Kisa no estaba menospreciando a Yokozawa, de algún modo era cierto, Yokozawa y Ritsu no tenían punto de comparación, los ojos oscuros de Yokozawa esperaban que el dijera algo más, pero si lo hacía, tal vez estaría equivocándose.

    :

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    Yokozawa Takafumi consideraba que su casa era bastante austera, su salón tenía apenas un sillón una alfombra y la mesa de café, su librero en la pared y en su habitación solo la cama y una silla que usaba para dejar la ropa... la casa de Kirishima Zen, parecía abandonada, alguien seguramente su ex esposa se había llevado todo.

    - Bien venido, puedes sentarte en el sofá – el sofá gris era de dos cuerpos y tenía encima una sábana y una almohada, Yokozawa espera paciente a que Kirishima retirase ambas y las dejara caer sobre la alfombra.

    - ¿No tienes televisión?

    - No

    - ¿libros?

    - Esos de allá – en el suelo habían unos cuantos ejemplares, y mientras Kirishima decía algo sobre que podrían beber Yokozawa observo que no había ni fotografías ni adornos - ¿Qué bebes?

    - ¿tienes vasos? – pregunto con cierto temor

    - No – Zen no parecía afectado y Yokozawa camino hacia la cocina, las gavetas cerradas no le gustaron, las imagino vacías y de hecho lo estaban, en el fregadero había una única taza, a Zen se la habían regalado en el trabajo y se le ocurrió llevarla a casa ahora que no tenía vajilla

    - ¿Por qué duermes en el sillón? ¿Por qué no hay vajilla o muebles?

    Yokozawa sintió que sus nervios comenzaban a escalar por su columna, esto no era normal, ni lógico y peor correcto, el vacío por fuera no era nada con el vacío de adentro, ese que Kirishima trataba de esconder con luces y risas, sin duda la noche que Yokozawa lo llamo a su casa supo que algo estaba mal, temió que dejar solo a Zen esa noche pudiera romperlo por completo. Ahora en cambio veía que ya estaba roto, podía casi ver los trozos en el suelo, Kirishima Zen era un hombre fuerte e inteligente, alguien confiable y confiado, alguien decidido y alegre...

    Kirishima Zen era papel cubriendo un pozo lleno de putrefacción, miseria, soledad y agonia

    Yokozawa ahogo un gemido, ya había vivido esto y no esperaba verlo otra vez, nunca más.

    - ¡Espera!

    Ignorando el llamado Yokozawa cubrió la distancia y abrió la puerta que imagino seria el dormitorio, estaba vacío, la segunda puerta dio al mismo vacío y antes de abrir la tercera, Kirishima lo detuvo.

    - No la abras por favor... no puedo ver esa habitación...

    En un impulso de dolor e ira Yokozawa abrió la tercera puerta. Las paredes eran celeste y rosa, pero no había nada más que eso. Paredes desnudas celeste y rosa.

    Lo que fuera que fuese este lugar no era un hogar.

    Salió y encontró a alguien, un desconocido lloroso inclinado contra la pared, no el hombre que hace un momento conducía, no el sujeto que había conocido por meses...

    - Lo siento... no debí traerte...

    - Me quiero ir... – Yokozawa noto que su garganta se hacía un nudo, le ardían los ojos por las lagrimas

    - Olvide que ahora es así, lo siento – Kirishima se cubrió la cara con ambas manos derrotado – se me olvido...es que antes... yo... yo tenía un hogar...







    *****************************

    Gracias por leer, espero que les gustara la actu de hoy

    btalkrajo
  12. .
    Antihistory

    El caso de la sombra en el silencio




    - Se acabó, quiero la verdad

    La mano de mino apresaba el delgado brazo de Shouta, el editor siempre era sereno y gentil pero esta vez se veía irritado por demás, y mientras sus delgados ojos miraban a Shouta acusatoriamente lo arrastro hasta las escaleras de emergencia con la esperanza de que nadie hubiera ido a fumar ahí.

    - Responde ahora

    - No sé de qué hablas Mino, por favor suéltame

    - Lo sabes, no puedo seguir creyendo tus excusas, te golpea y te hace daño y no seguiré mirando a un lado, esto debe detenerse

    - Nadie me… ¡Auhh!

    Solo el toque de la mano de Mino en su costado le hizo gemir de dolor, ahí donde Yukina le había pateado y el cardenal morado cubría su costilla.

    - ¿Por qué se lo permites?

    - Fue culpa mía está bien, además esto no es nada, si él no hubiera llegado pudo haberme sucedido algo mucho peor, el me rescato… luego se enfadó porque ya me había advertido que tuviera cuidado con mi regreso a casa, como lo ves no es nada malo

    - Si lo justificas es todavía peor

    - Que más quieres que haga Mino

    - Que le ponga un alto… y ponlo hoy mismo Shouta o te prometo que voy a intervenir

    - Le pondré un alto

    Mino se giró, si alguien sabia de lo que Mino era capaz ese era Kisa Shouta, no se conocían por 15 años en vano, Mino podría incluso asesinar a Yukina… no quería eso, Kisa no quería que ellos se enfrentarán porque no tenía idea de quien corría más peligro, ambos eran temibles.

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    Mino se quedó en las escaleras lo justo para ver la expresión nerviosa de Kisa Shouta, confiaba en que hiciera lo que hiciera Shouta lo comprendería, ahora no era igual que aquella vez, Shouta parecía dominado por la violencia del menor. Mino tomo su carpeta y salió mientras Takano y Ritsu jugaban con papeles arrugados. Le hubiera gustado no tener que hacer nada, desde hacía mucho había renunciado a la esperanza de que Shouta lo amara un día, eso desde luego no le cambiaba el sentimiento por el editor.

    Marimo Books tenía una de las galerías de libros más grandes del distrito, su venta de manga y libros para niños era su parte fuerte, las obras extranjeras traducidas también tenían una aceptación alta. Shadow Hunters: Lady Midnight de C.C. estaba en la entrada con un poster del personaje femenino hundiéndose en el agua, Mino paso y mientras fingía ver los libros encontró a Yukina Kou, mucho más atractivo que cualquier Idol de la TV, el sujeto tenía un pendiente en la oreja y sonreía mientras hablaba con unas estudiantes acerca de una novela que acababa de leer, Mino lo vigilo, otro cualquiera no creería que un joven tan agradable fuese capaz de maltratar a otro, no Mino. El solo podía ver a Shouta estremecerse de dolor con los cardenales de su brazo pulsando mientras alguien lo tocaba, ver a su amigo mentir y decir que había resbalado, caído y que eso era todo lo tenía cansado.

    - De todos modos, me iré al infierno – Mino hablo en un murmullo, pero escucho sus propias palabras, no había nadie alrededor y no le importaba si lo oían, su determinación estaba más allá de cualquier comprensión. Si Shouta no terminaba la relación, él tendría que terminarla. Los finales solo son aquellos que no pueden tener segunda historia y para eso… Yukina debía morir.

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    Kisa Shouta se quedó sentado frente a su ordenador, ya eran pasadas los ocho y Yukina enfurecería sin dudas, aun así, se mantuvo sujeto a su silla, lo hacía por Yukina, por amor… antes de que Mino decidiera tomar las riendas en sus manos…

    Mino… Mino era aterrador.

    Shouta cerró los ojos, casi podía oler la putrefacción de la sangre, sentía que era culpa suya por su maldita cara de porcelana, tenía veinte cuatro años en ese momento, pero había sido confundido con un chico de dieciséis, iba a ser vendido cerca de la bahía de Tokio, no lo habían golpeado porque la mercancía dañada no sirve de nada, la gente lo sabe, aunque nunca diga nada sobre esto. En cambio, lo drogaron, sintió que el mundo giraba y más que sentir el éxtasis normal de una inhalada sentía que estaba dentro de una pesadilla. Pero la sangre, el olor de cuerpos que no resistieron la dosis o que trataron de pelear… Shouta nunca había peleado, Mino se encargaba de eso, había sido así desde el colegio…

    - Muévete

    Aquella vos familiar lo ayudo a moverse, no quería hacerlo, Shouta no tenía familia, y cuando cumplió los 18 tuvo que dejar el hogar Kusama, no tenía nada ni a nadie. Esa vos en cambio parecía la vos de alguien conocido, una vos que le recordaba que su rostro no era culpa suya, los hombres siempre querían abusar de su físico. Shouta a veces lo permitía, pero no como ahora, no desvalido en un sótano húmedo.

    - No tenemos tiempo… muévete

    - ¿Qué es eso?

    La pregunta revoto en el silbido de sus labios hinchados. Aquel bulto tirado estorbando los pasos

    - ¿Qué demonios crees que es? ¡Hice lo que tenía que hacer!... Mierda… está bien vomita, sácalo todo… yo te sacare de aquí

    Cuando volvió a ver comprendió, eso antes no lo había pensado y la muerte frente a sus ojos le causo un estremecimiento completo, volvió a vomitar ante la escena, no sabía cómo Mino había hecho eso, pero la mitad del rostro de aquel sujeto estaba cayendo a trozos. Salir no fue fácil, aunque el lugar debía parecer abandonado los pocos hombres que encontraron en su camino venían armados… Mino también.

    Podía revivir lo visto esa noche, pero no quería hacerlo, aquellos hombres entrenados en el maltrato no habían podido contra Mino, el joven tenía instinto homicida. Los periódicos habían catalogado el crimen como Canibalismo, Mas allá de lo horrible, Brutalidad animal. Shouta sabía que no, Mino no había perdido la calma en ningún momento, todo estaba planeado, todo fue calculado. Yukina daba miedo y era violento, pero Mino, él lo aterrorizaba de una manera diferente. Yukina tal vez lo mataría, Mino definitivamente mataría a Yukina y entre un tal vez y una certeza Shouta se quedó quieto mirando el ordenador. No quería dañar a Yukina y para eso no debía volver a verle, no ahora que Mino ya estaba enterado.

    Dejo su móvil sonar, comenzó a archivar sus documentos pendientes, no volvería a hacerlo, no podía volver a verlo… comenzó a rezar con la esperanza de que Yukina no lo buscara, si lo hacía… Mino lo mataría.

    - No debiste hacerlo - había llorado Kisa años atrás

    - No hay un no debiste, no hay algo que puedas decirme que me haga sentir mal

    - No quiero hacerte sentir mal… quiero… - lloro sintiendo el peso de su debilidad, todo lo hecho ahí abajo había sido por él, porque no era capaz de protegerse a si mismo - dios mataste personas

    - Mate personas que te hacían daño, si dejas que alguien te lastime ten por seguro que voy a matarlo. Tienes que cuidarte

    - Me cuido… pero yo… - el llanto se convirtió en un temblor que sacudía su cuerpo sin ser capaz de detenerse, pero las manos de Mino abrazándole le tranquilizaron

    - Esta bien Shouta, si tengo que hacerlo lo hare… yo te cuidare

    Shouta sintió los pasos entrando, se giró y un rostro sonriente y gentil apareció tras la puerta.

    - Sabes que te amonestaran por estar aquí a esta hora

    - No… no me di cuenta de la hora… Mino…. ¿Dónde estuviste?

    - Haciendo cosas, quieres que te lleve a casa

    - Yo… preferiría no ir a casa unos días, ¿puedo quedarme contigo?

    - Si, - Mino le tendió su chaqueta para que se abrigara - limpiaremos el polvo del cuarto de huéspedes para ti… me alegra mucho que comprendieras…

    - Debí pedirte ayuda antes, fue mi error

    - Está bien, fue mi culpa no hacerme cargo desde el inicio… esperaba que me dijeras. Bueno ahora todo está bien

    - Si

    - Yo hablare con el… no volverá a acercarse ¿está bien?

    - Si

    Shouta sintió que el sudor se le congelaba en la espalda. Camino detrás de Mino rumbo al estacionamiento.





    Hola y gracias por la espera y comprension espero que disfruten del caso de Kisa Shouta y pronto tendremos actu de Chiaki.

    Nos leemos luego. un beso enorme.

    btalkrajo
  13. .
    QUOTE (Sakurako Taiga @ 4/6/2017, 22:56) 
    Jajajajajja, pinche Ritsu y lisa, se lo merecen, te juro que Ritsu me caí como parada en los ovarios y siempre quiere que consideren sus sentimientos, pero él no considera los de Takano. Qué se valla a la #$@&$@ y takafumi como me dice mi hermana no te dejes mangonear por tus amigos si es que se les puede llamar así.
    Felicidades me encanta como escribes y espero otra actualización tuya, y la de no es lo que perdemos.

    Primero... amo tu avatar Thorki mi corazon....

    Y Ritsu y Kisa mostraron que no son tan amigos de Yokozawa como el cree y tendran que reaccionar porque ahora Kiri no quiere nada con nadie pero Yoko si quiere con el y tiene mas oportunidades realmente... eso si, ya vimos que Ritsu es algo egoista y puede que sea un dolor de cabeza para Yokozawa.

    lo iremos viendo.

    La de no es lo que perdemos recien en Julio empezare con la segunda parte , gracias por leerlos y sentir conmigo estas parejas extrañas que hago

    Btalkrajo
  14. .
    Tacones


    Ariane

    La pared estaba cubierta por un espejo que los reflejaba mientras caminaban, Shouta y Ritsu llevaban los pasos adelante en cambio Yokozawa y Seiya que eran más altos cerraban detrás los costados, la rutina era mucho, mucho, muchísimo más complicada de lo que habían creído, el riesgo de caer utilizando tacones de quince centímetros podría causarles no solo esguinces sino serios problemas con sus tobillos si se lastimaban. Habían ido subiendo de nivel con las practicas pero ahora comenzaban la recta final, los pantalones eran licrados y ayudarían al movimiento, aun así, Yokozawa miraba con un gran temor los tacones mientras se los colocaba.

    - No te encanta el nombre

    El nombre de su rutina había sido elegido por Ann, y todos estaban satisfechos, solo que ese nombre había catapultado el bailar en los tacones del terror, Yokozawa hubiera preferido bailar en zapatillas de danza pero su rutina necesitaba los tacones, su noche de ensayos comenzó. Yukina se dejó caer frente a ellos para verlos bailar.

    - Shouta ¿está todo bien? - Ritsu miraba de reojo a Yukina, quien era ahora mismo el ex novio de Shouta, ni Ritsu ni Yokozawa tenían en claro que había fallado entre esos dos, pero como siempre Kisa había salido airoso dejando por los suelos a Yukina

    - Sí, yo fui quien lo dejo – soltó indiferente

    - Creía que te incomodaría verlo - Ritsu sonrió a medias y continuo - Yokozawa lo invito sin preguntarnos

    - Oh vamos, somos amigos, no pasa nada, además hubiera sido extraño invitar a Kirishima y que fuera el único

    Ritsu giro y encontró detrás del cristal a tres personas juntas, Masamune, Ann y Kirishima, parecían entretenidos en alguna conversación muy interesante por la expresión de Ann, este ensayo contaría con ellos como testigos y Ritsu se encontró sudando por los nervios, no estaba listo para que Kirishima lo viera bailar.

    Yokozawa que estaba haciendo sus estiramientos en el suelo no se fijó en la llegada de ellos, solo había visto a Yukina que ahora, miraba directo hacia Shouta tratando de disimular que lo miraba. Era extraño, ambos eran sumamente atractivos y sin embargo no habían funcionado, parecían una pareja de revista pero Kisa había terminado la relación sin dar paso a suplicas de ningún tipo, por su parte Yukina lo había aceptado y con eso se había zanjado todo, aun así, Kisa le preguntaba periódicamente a Yokozawa por Yukina y este a su vez por Kisa, pero cuando les sugería a uno o a los dos que hablaran ellos se negaban.

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    Takano Masamune cargaba con el bolso de su novia sin ningún tipo de complicación, con la mirada fija en ella como si no hubiera otra persona en el mundo, o mejor aún, como si todos los demás no importaran. Esta era una muestra diferente del serio Takano del trabajo, en Marukawa Takano solía ser bastante serio y centrado, ahora en cambio parecía más joven, casi adolecente, con esa mirada del primer amor en los ojos. Kirishima en realidad nunca había llegado a ese punto con Sakura, lo suyo había sido más sereno, mas condescendiente, él la necesitaba y ella lo gobernaba. Ann de hecho posiblemente tendría incluso más poder sobre Takano, cuando alguien se enamora de esa manera casi siempre termina muy jodido.

    Ellos le sonríen cuando lo descubren en la entrada, hoy no hay clases, hoy solo ensayaran “Bajo los tacones de Ariane” una coreografía que promete ser épica en el Freedom que se celebrara justo en una semana.

    - Entonces te unes a los jueces Kirishima – los ojos de Ann realmente le recordaban a Hiyo, solo por eso a Kirishima le gustaba ver a Ann, por ese parecido suave con su propia hija, alguien diría que las mujeres son todas iguales y no es verdad, Hiyo no se parecía a su madre.

    - Me prometieron que habría cosas deliciosas para comer – y ante este comentario Ann se atraganto con la risa, mientras su novio negaba con la cabeza en serena calma - ¿Cuál es la broma?

    - Shouta considera que verlo bailar es un plato exquisito y sensual, es probable que se refiriera a él mismo cuando te dijo aquello – Takano estaba sereno, no parecía afectarle decir aquello

    - Oh, bueno...

    Un poco sonrojado Kirishima giro y encontró con la mirada a Ritsu y a Shouta dentro de estudio de pie con mallas negras y notoriamente más altos que de costumbre. Ritsu era alguien con quien era fácil perder el tiempo, o ganarlo, dependería de quien lo juzgara, hablaban de todo, música, libros, gatos y reían hasta el cansancio y tal vez Kirishima estaba equivocándose, porque Ritsu parecía ser una isla agradable de verano, si se quedaba ahí, tal vez las cosas fueran maravillosas un tiempo y después, es inevitable después vendría, entonces ¿Quién saldría herido? ¿Quién habría ganado? Y en todo caso ¿Estaba listo para una relación?, Shouta le había dicho de la manera más descarada existente que Ritsu estaría ahí esa noche y que él debía ir en su coche para después llevarlo a casa “Mejor si en tu casa, para que no te cohíbas” esas habían sido sus palabras al invitarlo, Shouta tenía el descaro de quienes se saben hermosos, Kisa era muy guapo, y engañosamente atrayente. Ritsu agacho la mirada algo avergonzado, Kirishima no se sentía listo para esto... ¿Qué se suponía que debía pasar?

    - Creo que debemos tomar nuestros lugares como jueces – Takano tomo la mano de su novia – nosotros iremos al fondo - dijo mirando a Kirishima con una sonrisa suave – siéntate con Yukina

    - ¿Quién?

    - Oh, espera... Kou! – a la llamada, el joven sentado en el suelo se puso de pie, tenía un rostro de parcela unido a una altura perfecta y un cuerpo marcado, aunque solo se le veían los brazos bajo la camiseta, estaban marcado y un tatuaje de un ancla resaltaba en su antebrazo, era incluso más impactante que algunos Idols de la tv. Kirishima comenzó a pensar que Ariane era un centro clasista, sus estudiantes eran todos demasiado agraciados para ser normal, ¿Lo habrían dejado entrar si fuera gordo?

    Atrapado en sus pensamientos no noto la llegada del joven a su lado y no se percató hasta la segunda vez que Takano lo nombro de que había estado ignorándolos.

    - Lo lamento, me perdí por un instante

    - Suele sucederme también – el chico tenia además una vos agradable y una sonrisa perfecta y blanca como pocas – Creo que seremos los jueces delanteros... ¿Quién te invito?

    - Shouta, quería que lo viera como un filete o algo así

    La broma no tuvo efecto, la sonrisa de Yukina Kou se perdió y fue remplazada de inmediato por una línea dura en su boca.

    - Ah, vaya... ahora le gustan viejos

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    Al ponerse de pie Yokozawa encontró a Yukina clavando los ojos en Shouta y a Kirishima mirando con desagrado a su amigo. Volvió a mirar reaccionando a Kirishima... de nuevo KI-RI-SHI-MA!! Sus sentidos comenzaron a golpearle se miró la ropa, las licras pegadas a su piel su cabello algo húmedo por el sudor del calentamiento y un latido emocionado que se derrumbó cuando el brazo derecho de Kirishima cayó sobre el hombro de Ritsu...

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    - ¡Y una mierda de ensayo!! – Seiya se giró poniendo las manos en la cintura molesto, mirando a sus compañeros - ¡Concéntrense!!

    - Lo estamos haciendo – respondió Ritsu molesto – Eres tu quien se adelanta

    - No es verdad, ustedes están lentos y torpes... Les advertí que debían practicar en casa con los tacones, no es difícil

    Dicho esto volvió a practicar la rutina con un control absoluto de sus piernas, Ritsu y Shouta temblaban al moverse y se encorvaban con constancia mientras que Yokozawa tenía una expresión irritada. Seiya se llevó las manos a su cabello castaño, media al menos cuatro centímetros más que Yokozawa y con los tacones le sacaba básicamente una cabeza de altura a Takano y Kirishima. Pero aun así podía moverse perfectamente en tacones. Yokozawa en cambio aunque no temblaba parecía más un robot.

    - Ayúdame Numfy!! – Seiya recurría a él con un puchero y sus manos se abrazaron a Yokozawa como si llorara – no podemos presentarnos así... no quiero que hagamos el ridículo y esos dos inútiles solo están coqueteando con los de allá y se olvidan de que esto es importante

    Ritsu y Shouta protestaron por la acusación, ninguno de los dos quería aceptar que estaba más pendiente de los jueces que del baile, mientras para Ann y Takano el ensayo estaba muy bien. No eran jueces muy centrados.

    - Vamos a descansar diez minutos y volvemos, es una rutina de siete minutos... nada mas

    Yukina le paso la botella de agua a Seiya y Kirishima se apuró en darle otra a Yokozawa.

    - Gracias

    - Te ves más serio que en clases, ¿es por la presión del Freedom?

    - Si... es por eso

    - Con tacones eres mucho más grande que yo

    - Pues perdóname por ser tan grande

    - ¿estas enfadado?

    - Kirishima... mira... no soy buena compañía cuando estoy molesto, mejor ve con Ritsu y Shouta que fueron los que te invitaron

    - No me quieres aquí... – los ojos marrones de Kirishima se fijaron en su rostro, como si lo dicho hubiera sido un insulto y lo hubiera ofendido, Yokozawa alzo la barbilla y respondió...

    - Yo no te invite a venir

    Kirishima Zen se consideraba una persona serena y comprensiva y alguien que podía entender los cambios de humor de las personas, así había sido desde joven, solo había un problema en este momento, uno desconocido, nuevo, agobiante, Yokozawa le había sonado igual a Sakura, a ella echándolo de la cocina, haciéndole saber que no quería su compañía y con ella Kirishima había agachado la cara y salido en silencio, pero Yokozawa no era Sakura y no podía tratarle de ese modo. Antes de comprenderlo, el claqueo de los tacones de Yokozawa resonaba mientras Kirishima Zen lo arrastraba fuera del espacio de danza, hubo algunos reclamos pero Yokozawa no paro y Kirishima los ignoro hasta estar fuera.

    - Ya es suficiente suéltame – Yokozawa jalo su mano

    - ¡No me trates de esa manera!

    - No he hecho nada

    - ¡No me mires de esa manera! ¡No eres mejor que yo!

    - Solo he dicho

    - Se lo que has dicho, que no te importa que este aquí porque no te importo yo

    - No he dicho eso – se defendió Takafumi algo sorprendido de la violencia en la vos de Kirishima – lo estas mal interpretando

    - Claro, en eso tienes razón, porque he creído que éramos amigos, pero veo que no

    - ¿Qué te pasa?

    - No te preocupes, me voy

    - ¿Qué no me importas? ¡Tú eres idiota! No solo eres idiota Kirishima también eres un imbécil, no te das cuenta que el ensayo va mal, que me duelen los pies, que me frustra fallar y encima te enfadas tu por algo que yo no dije, si quieres irte vete, pero es por ti no por mi

    Zen no dijo nada, se quedó de pie respirando molesto, quería quedarse, también quería irse, algo en él estaba roto y no era el mismo, pudo sentir el olor de Yokozawa, entre algo dulce por la colonia y algo salado por el sudor dejo que lo abrazara una cabeza sobre él. Sus manos se movieron sin que lo pensara y las cruzo en la cintura de Yokozawa, de por si el sujeto tenía una figura perfecta, con los tacones esta empeoraba, sus hombros parecían más perfilados sus muslos más marcados y la ropa licrada resaltaba todo, nadie salió, tal vez le hubieran oído discutir o no, no lo sabrían decir pero por un momento todo fue silencio.

    - Si quieres puedo escuchar - Yokozawa hablo suavemente sobre la cabeza de Zen – no tienes que contármelo si no quieres, pero sácalo, te está haciendo daño, lo que haya sido, no va a curar si no lo sacas de ti...

    - Puedes venir a mi casa esta noche – dijo Zen - por favor

    - Si

    Yokozawa beso sin problemas la frente de Kirishima, con los tacones era mucho más alto que el, así como con Ritsu. Había conocido a Ritsu cuando un par de chicos le pegaban y él se metió a defenderle, entonces había podido poner un alto y evitar que Ritsu se saliera de la universidad, ahora en cambio no tenía ni idea de que podría hacer para evitar que Kirishima Zen sintiera que era malo. Ella había hecho algo en él, algo fuerte, Yokozawa no sabía que o como, pensó en la niña de ojos marrones, en la expresión de Zen...

    - Tenemos que volver o Seiya me golpeara

    - Yo le golpearía primero

    - Eres muy violento Kirishima, ahora tienes que soltarme o no podre ir

    - Te puedo decir algo incómodo sin que sea extraño

    - Claro que si

    - Te ves muy sexy

    Una risa serena rompió la calma y Yokozawa sonreía, más adelante dolería mucho perder a Kirishima pero le gustaba que fuera su amigo. Kirishima lo soltó con dificultad, sus dedos estaban tranquilos envolviendo a Yokozawa, él tenía aquello maternal que le gustaba pero no solo eso, también era lo sereno de la amistad, y se alegró de no gustarle a Yokozawa, porque podían ser amigos y nada más y Kirishima necesitaba un amigo.
    Volvieron y los ojos de Shouta parecían afilados en ellos, recordó que Kisa había dejado en claro que él debía aclarar las cosas con Ritsu y Zen decidió que lo haría, no quería un novio, ni siquiera estaba seguro de que le gustaran los chicos, quería un amigo y poder seguir yendo a Ariane con tranquilidad, una pareja no tenía sentido cuando él estaba quebrado.

    - ¿Ensayamos? - Seiya tomo su sitio y Yokozawa el suyo sintiéndose más ligero que antes.

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    El ensayo termino con aplausos y felicitaciones, las camisetas estaban empapadas y Yukina había cambiado a ser una persona completamente agradable. Justo estaban Yukina y Kirishima recogiendo los cables de sonido cuando Shouta camino hacia ellos mientras los otros iban camino a las duchas

    - Kirishima podemos tener dos palabras – dijo casi chocando los dientes

    - Claro

    - Nos dejas a solas - miro irritado a Yukina quien soltó una carcajada y se alejó - ¿Qué fue todo aquello con Numfy?

    - Ah nada, lo resolvimos, un mal entendido

    - Ya... ¿Qué pasa con Ritsu? - las manos en la cadera y el replique de sus pies hacían ver a Kisa como una caricatura y Zen no pudo evitar reírse - ¿Qué es lo gracioso?

    - Es que no entiendo de que me hablas, Ritsu es mi amigo

    - Yo te dije que tenías que aclarar las cosas con el hoy

    - Perdona Shouta... ¿Ritsu sabe que me lo estas vendiendo?

    - ¿Qué...?

    - Le has preguntado a él si yo le gusto, y en todo caso creo que si le gusto es mayorcito y puede decírmelo el mismo

    - ¿No vas a decirme que te gusta Numfy? - la carcajada de Kisa le pego a Zen tan duro que no pudo creerlo por un momento – Vamos... no hay comparación

    - Voy a fingir que no has dicho eso

    - No, yo quiero mucho a Yokozawa, pero tú has invitado a Ritsu, le masajeas, le hablas y...

    - También he cenado contigo, ¿vas a creer que me gustas por eso?

    - No digo que yo te guste

    - Para ser claros, ceno con alguien todas las noches, y no porque busque sexo o romance, lo hago porque no me gusta cenar solo, he invitado a Ritsu porque me ayuda mucho en clases y tú sabes que bailo fatal, lo que me has dicho hoy no me ha gustado, porque no creo que Ritsu sepa sobre ello y lo que acabas de decir me ha gustado menos

    - Yo... – Kisa palideció – yo creí que Ritsu te gustaba...me refiero a que... ¿no eres gay?

    - Vete bañar o te vas a enfriar – Kirishima empujo suavemente a Kisa hacia la puerta, ya no había nadie dentro, afuera Ann y Takano veían en el teléfono de Yukina como había sido el último baile, Kisa paso de largo a las duchas y Zen se puso a leer un cartel en la pared.

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    Afuera estaban dos autos estacionados, Yokozawa vivía a escasas cuatro calles de Ariane Ritsu y Shouta estaban de pie, los cuatro bailarines tenían el pelo mojado y por ello se habían colocado gorros en las cabezas, no podían resfriarse en esa semana. Seiya y Yukina se despidieron para alcanzar el metro, Kisa contaba con el transporte de Masamune y Ritsu de algún modo con el de Kirishima. Shouta no había podido decirle que Kirishima no estaba interesado como ellos habían creído y Yokozawa salió de último tras cerrar la puerta.

    - Bueno entonces hay que irse a casa – dijo Takano

    - Deberíamos cenar algo – Ann sonreía – tienen que reponer energías podemos comer cerca de la casa de Numfy y luego volvemos por los coches

    - ¿quieres cenar? – Kirishima hizo la pregunta directamente mirando a Yokozawa – sería mejor porque en casa no tengo nada

    - Si... cenemos primero

    - Bueno, dame – le cogió la mochila – voy a dejarla en el maletero y nos vamos

    Onodera Ritsu miro hacia Yokozawa con una incredulidad única, luego volteo hacia Kisa quien no pudo mantenerle la mirada, se sintió traicionado, miro hacia Ann y esta tenía la mirada altanera, deseo gritarle, pero en cambio miro a Kirishima.

    - Kirishima

    - Dime

    - ¿Ustedes dos están saliendo? – movió la mano señalándolo tanto a él como a Yokozawa que se congelo, había dejado de lado el hecho de que Ritsu y Kirishima parecían coquetearse mutuamente desde hacía tiempo, su amigo se veía molesto

    - Yo no salgo con nadie, te lo dije en café de gatos

    - ¿Qué hay de Iokawa? – la pregunta era para Yokozawa

    - ¿Quién es Iokawa? – Kirishima sonrió confuso

    - Es el novio de Numfy...

    Yokozawa, abrió y cerró la boca en un parpadeo, esa era la parte que más odiaba de Ritsu, su egoísmo. Ann en cambio chirrió los dientes.

    - Su ex novio – aclaro ella – además da igual porque Numfy y Kirishima solo son amigos, no toda la gente que te trata bien quiere un romance contigo, a veces solo son amables... ¿no lo sabes?

    - ¡No te hablaba a ti! – respondió Ritsu enfadado – además ellos aún se acuestan así que no son ex todavía

    - A ella no le chilles – Takano jalo a Ann poniéndola detrás – además deberías callarte porque no tienes que decir esas cosas

    - ¿Qué diablos pasa? – Kirishima miro sorprendido al grupo – Si son así para cenar, en serio no quiero desayunar con ustedes, podemos ir a comer, a nadie le importa la vida privada del otro, no te preocupes Ritsu, no voy a causarle problemas a Yokozawa, Ann relájate y cenemos tranquilos

    - No tengo hambre – Ritsu se cruzó de brazos

    - Bueno, - Kirishima miro severo hacia él – entonces que descanses. Yo tengo hambre ¿Quiénes van a cenar?

    Ann engancho el brazo de Yokozawa obligándolo a caminar para que no se quedara con Ritsu, Takano y Kirishima fueron detrás obligándose a no mirar atrás mientras que Onodera y Kisa se quedaban parados mirándoles marcharse.




    Muchisimas gracias por Leer!!

    Lic82 este capitulo es para ti y espero te guste me encantan las canciones que me propones y vere como acomodarla...

    Nos leemos luego, espero que disfruten del cap
  15. .
    yushari

    En efecto, Onodera esta bastante solo en este momento, pero tambien es porque el mismo se ha alejado de su entorno

    yaoista20

    Igual que Takano que le ama pese a saber que todo lo suyo comenzo con una mentira

    Ana2000

    Creo que si, tiene a alguien que le ama pero el ama a otra persona y en los sentimientos no podemos hacer mucho

    Yoo Joo

    Puede que sea la culpa que le hace peso porque sabe que hizo mal y no esta seguro de como resolverlo bien.

    Bueno, muchas gracias por la espera me tarde porque estuve sin internet, pero les dejo aca la actu, gracias por leer!!




    Oda no Onodera




    - ¿Cuántas veces volverás a preguntarme lo mismo? - Onodera miraba más allá de Takano, ignorándolo, o al menos intentando hacerlo, con su primo cerca las cosas entre ellos se habían roto y no podía confiar en las palabras de Takano - te he dicho que no quiero hablar de eso

    - Solo necesito saberlo... aun no sé si en realidad tenemos algo, algo honesto

    - ¡Si sigues preguntándome, es que no confías en mí!

    - Solo quiero saber si eso es todo, si no hay algo más que escondas

    Ritsu Onodera cogió su maletín y salió, no podía hacer esto de esta manera, no con Oda Ritsu tan cerca, tan presente que a veces sentía que era un reflejo distorsionado de otra existencia, Oda parecía ser una persona real mientras que el mismo se sentía como un impostor.

    Su vida era la de otro, ocupaba un puesto que no era para él, antes había creído que su padre esperaba que tomara el control de Onodera Shoten en el fututo, ahora veía con pesar que en realidad su padre no lo había considerado para el puesto.

    - Me encanto esa parte donde se descubre quien es el verdadero asesino yo no lo esperaba

    - No es por alardear, pero yo sospechaba de él, no confiaba...

    Yokozawa Takafumi detuvo sus palabras, ambos, Oda y Yokozawa llevaban trajes azules marino y tenían aquella mirada directa sobre él, la mirada de risa y odio directas, tal vez Onodera debería sentirse bien sabiendo que a pesar de todo Takano lo había escogido a él, pero no era así. Verlos era un recordatorio de que el no encajaba. Yokozawa había sido agrio y desagradable con él y sin embargo parecía aceptar a Oda como si hubieran sido amigos de años y no podía comprender la razón de algo como eso.

    - Buenos días primo ¿Cómo te encuentras? – Oda le dio un saludo sonriente y la sonrisa se le clavo en un pulmón cortándole el aliento
    - Bien, gracias por preguntar ¿Qué haces aquí tan temprano?

    - Tengo una reunión, nos juntamos para desayunar cerca... – Oda sonrió – lo que me sorprende es verte a ti, eres editor así que... o eres lento en el trabajo o tienes varios pendientes

    - No soy lento, solo vine a preparar un proyecto que...

    No dijo más, no podía, no ahora cuando Oda estaba ahí, no podía pedirle ayuda a Yokozawa sabiendo que este prefería a su primo

    - Yokozawa podría darle un vistazo si lo terminas, es un genio en esto del marketing, en Deen se habla del Oso de Marukawa como un fiero combatiente

    - Basta - Yokozawa sonrió, como solo sonreía con dos personas, cualquiera sabría con un poco de atención que solo Takano y Kirishima hacían reír a Yokozawa, pero Oda no era ninguno de ellos y aun así... tal vez no eran solo ellos dos, tal vez eran ellos dos en Marukawa, Onodera jamás había intentado ser su amigo, incluso ahora no dejaba de verlo como su rival - Puedes pedirme ayuda Onodera, ya te he ayudado antes

    - Gracias ... iré por las escaleras, buen trabajo hoy

    - Bay bay


    *********xxxxxxxxx**********


    Oda Ritsu tenía las facciones suaves y los ojos de un verde potente que resaltaba sin dudas en su rostro de porcelana, su traje estaba impecable y sus zapatos brillaban perfectamente, todo en el determinaba superioridad, su ropa, su vos, sus movimientos.
    Kirishima Zen lo odio por eso, lo odiaba por como monopolizaba el tiempo de Yokozawa, lo odiaba por la familiaridad que se tenían y lo odiaba porque no confiaba en esos ojos serenos que parecían haber aceptado que él hombre que había amado por diez años ahora amara a otro, no otro cualquiera sino su propio primo quien había suplantado su identidad para hacerse en una relación con el editor, aquella calma no tenía sentido, no para él.

    - ¿Desayunaron juntos?

    - Si

    - Ya veo

    Kirishima se consideraba a sí mismo como alguien completamente comprensivo y además calmado, no iba por la vida agrediendo personas o buscando problemas solo porque sí, pero esta persona no era cualquiera, se había colado en su relación con Yokozawa de un modo casi obstruyen te.

    - Sigues con los celos Kirishima

    - No son celos, no creo que puedas alejarlo de mí, pero considero que lo intentas

    - Que idiota – Oda extendió la servilleta, no miro el restaurante, aunque Kirishima había escogido uno bastante caro con el leve afán de impresionarlo – no quiero alejarlo de ti, me alegra que seas su novio

    - No te creo, preferiría que fuéramos honestos Oda Ritsu

    - Soy honesto, Yokozawa te quiere, de echo él te querría aun si tu no lo merecieras pero el caso es que si lo mereces... entiendo que no te gusto, de hecho lo comprendo, amenazo tu realidad, a mí no me importa que la gente diga que soy gay, escucho risitas estúpidas cada día cuando entro al trabajo, miradas de ancianos y alguna que otra sonrisa de asco... no estás listo para eso y lo entiendo, tienes una hija, un cargo importante digo, pese a que Isaka y Asahina sean pareja no implica que quieran una imagen GLBT para la empresa

    Kirishima comenzó a toser, ¿Qué había dicho de Isaka y Asahina? Aquello tenía sentido, pero aun así era una completa locura, Kirishima acepto el vaso de agua y trato de serenarse.

    - Tienes que entender que no soy tu rival, solo soy su amigo

    - Deja de tratarme como estúpido Oda, veo como lo miras, ya he visto esa mirada antes en otros y no es diferente en ti, sé que no te importa Takano porque te has enamorado de Yokozawa

    Oda palideció, su temple sereno se hizo añicos por un momento y el tiempo que tardo en reconstruirlo fue suficiente para que Kirishima decidiera sacarlo de sus vidas.

    - Ahora si podemos ser honestos ¿no? – la vos de Kirishima fue suave pero amenazante, Oda conocía esas emisiones de vos, la vos del macho dominante que quiere marcar su territorio, no cambiaba de persona a persona, solo sucedía.

    - No hables de Masamune como si supieras algo, no me digas que me he rendido o que le he olvidado, no tienes derecho a mencionar eso – Oda sostuvo la mirada de Kirishima irritado y cansado - no sé cuánto maní hay en tu cabeza pero lo que siento por Yokozawa no es sexual, no deseo besarlo o acostarme con él, me gusta estar con el mas allá de eso y lo que siento por Takano no es algo que compartiría contigo, a diferencia tuya yo no puedo pelear hay ninguna batalla, fui rechazado, fui echado y pase años pensando que eso sucedería es verdad, pero no así, no por alguien tan inferior a mí, no por alguien que ni siquiera lo ama.

    - No puedes saber si lo ama o no

    - Dices que me has visto ver a Yokozawa, pero yo le he visto mirarte a ti, he visto a Isaka mirar a Asahina y Onodera no lo mira de esa manera, puedes fingir odio Kirishima, pero no amor, eso no se finge se nota en la voz, en los ojos, en las manos, la gente se engaña, Masamune lo hace, pero, así como sé que Onodera no lo ama sé que Takano lo ama a él, no a mí.

    Oda estuvo por ponerse de pie cuando encontró los cristales del restaurante, Kirishima noto la fascinación en sus ojos, había sentido que Oda pasaba con arrogancia, pero ahora notaba que se había negado a ver la decoración para no delatar su poca experiencia en lugares como ese, aquello no le proporcionaba ahora ninguna satisfacción, se sentía como un abusivo molestando a un colegial.

    - Gastaba todo mi dinero en buscarlo... contrate investigadores, pague por información y un día me rendí, ya no podía seguir esperando encontrarlo, cuando estuvimos juntos leímos Norteadme, entonces hablamos de hacer un viaje al extranjero y escogimos Roma, encontré a una compañera del colegio y me dijo que había cambiado de nombre, ya no era Saga ahora era Takano, tarde un mes en llegar aquí y lo primero que hice fue buscarlo... ¿en serio crees que no lo amo?

    Kirishima Zen no esperaba romper el muro que Oda usaba como escudo ante la situación que ahora llevaba, había buscado años enteros un amor que encontró en manos de otro y lo más doloroso eran las manos que ahora lo tenían, Yokozawa tampoco creía que Onodera amara al editor, no tenía dudas sobre cuanto Takano le quería, pero Onodera no parecía enamorado. Sus ojos encontraron al camarero, que venía hacia ellos para recibir su pedido, Oda se enjugo las lágrimas y tomo aire tratando de calmarse, Kirishima le recomendó el pato porque era la especialidad, pero Oda tomo un poco de carne de cordero con papas gratinadas, cambiaron el curso de su plática durante la comida, hablaron de la película que Oda y Yasuda estaban preparando, de cómo estaban apostando a lo grande en ese filme y el tiempo paso sereno, Kirishima había visto la máscara caer, y bajo ella solo había un joven aterrado y sufriendo, comprendió que ahora Oda y Yokozawa fueran tan cercanos, aquella noche lluviosa había descubierto la misma fragilidad en Yokozawa. La de dar lo mejor de ti y no ganar.



    Gracias por leer, nos leemos luego si todo va bien el 10 de junio actu.
1324 replies since 28/7/2011
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