| Siento mucho llegar tan tarde, pero es que la inspiración no, me llegaba, intentaré mejorar eso. Gracias por sus comentarios y por haber tenido tanta paciencia conmigo. Aquí os dejo la conty,
CAP 10
Los muchachos se pusieron en marcha. Ahora que Naruto y Gaara tenían sus propio caballos a sus "dueños" no les gustaba mucho la idea ya que ahora no podían sentarse juntos en sus caballos y dejarse ser abrazados por los menores. El camino no fue mi largo, unas cuantas horas más y llegarían. Hicieron varias paradas para descansar y dejar que los caballos comieran y bebieran agua y finalmente llegaron al reino del que tan perfectamente le habían hablado Sasuke a Naruto.
Al llegar Naruto no paraba de mirar alrededor viendo el paisaje y a toda la multitud que felizmente saludaban al príncipe y a su primo por haber llegado sanos y salvos al palacio. Una vez llegados a la entrada del castillos se bajaron de los caballos y se adentraron dentro siendo saludados también por las sirvientas que se encontraban en el lugar limpiándolo.
- Waaa al fin han vuelto al palacio - decía una sirvienta que quitaba el polvo de los cuadros.
- Si hacia tiempo que no les veía - decía otra que hacía el mismo labor.
- ¿Quién será esa chica tan apuesta de cabello rubio? - dijo el jardinero que les veía un poco a lo lejos.
- No sé quien será, pero es hermosa - respondió su ayudante.
- Siento como que todo el mundo me mira raro - Naruto se acercaba más a Sasuke mientras miraba a las personas que hablaban en susurros de el.
- A mi me pasó algo peor y mucho más vergonzoso - dijo Garra sonrojado.
- Si quieres te puedo llevar en brazos otra vez - se ofreció Sai.
- No gracias - le rechazó sin pensarlo.
-¿Sasu a dónde vamos? - le cogió del brazo el rubio.
- Primero iremos a mi habitación a darnos un baño y luego te presentaré a mis padres - sonrió mientras apartaba los cabellos que descansaban en sus hombros haciéndole sonrojar.
- ¿Y si no les caigo bien? ¿Y si me odia? No quiero ir - decía preocupado Naruto.
- Eso nunca pasará - besó su mejilla haciendo que los sirvientes de antes se sorprendieran por ello y empezaran a susurrar cosas sobre el amor entre esos dos aún más.
- Baka - miró para otro lado sonrojado el rubio.
- Waaaa es la enamorada de Sasuke-sama - gritaba una sirvienta.
- Nooooo.... que envidia - se tiraba del pelo otra.
- Yo tampoco la quiero en el palacio - otra se comía las uñas frustrada.
- Otra vez Sasuke-sama, se queda con las mejores chicas. ¡Maldita sea! - miraba molesto el jardinero como la princesita rubia estaba sonrojada.
- A ti nunca te prestarían atención y menos una belleza como esa - le respondió su ayudante hincando el dedo en la yaga.
- Ya ¡cállate! Idiota - le fulminó con la mirada.
En un final llegaron al pasillo de las habitaciones reales.
- Bueno nosotros nos vamos por este lado - Sai cogió a Gaara por la mano para llevarlo a su habitación.
- Bien, nosotros iremos a la mía - dijo Sasuke - Ustedes pueden irse con sus parejas también. Hoy tiene el día libre - le dijo a sus sirvientes que estaban más que encantados de escuchar aquellas palabras. - Por cierto ustedes tres guardaespaldas ya puedes seguir con su viaje ya que vuestro trabajo terminó. Kakashi entrégales el dinero que prometí y busca dos habitaciones en alguna de las posadas del pueblo - se retiró sujetando también la mano del rubio dándole más envidia al jardinero que parecía que había cogido cierto interés en "la princesa".
Al rato dos sirvientas aparecieron en la habitación del príncipe para preparar el baño y ayudarle tanto a el como a su acompañante a bañarse. Al entrar pudieron ver como "la princesa" estaba viendo el exterior desde el balcón y como el príncipe estaba detrás de ella abrazándola.
- Que hermosa vista - decía emocionada una de las mujeres.
- Si, se ven muy bien juntos, aunque yo quisiese estar en el lugar de aquella rubia debo reconocer que hacen una mejor pareja con ella que con migo - decía algo cabizbaja.
- Al fin te das cuenta que no merece la pena seguir enamorada de una persona que te es inalcanzable - la hacía ver lo obvio recibiendo la afirmación casi al instante.
- Sasu, tu castillo es hermoso. Tenías razón la gente de aquí es muy amable - decía emocionado cierto rubio que fue confundido por una princesa.
- Pues claro, yo no miento. Mañana o.. no mejor esta noche demos una paseo por la orilla del río ¿vale? - acariciaba sus cabellos.
- Si, vayamos - se dio la vuelta y lo abrazó contento siendo correspondido aquel abrazo.
Sasuke se sentía feliz al ver como el menor ya era más cariñoso y parecía sentir que tenía la libertad de hacer lo que quería no como antes. Lentamente levantó su mentón perdiéndose en esos dos zafiros - En la noche quiero mi recompensa por llevarte de paseo - sonrío algo lujurioso y se empezaba a acercar a sus labios cuando...
- Sasuke-sama ya hemos terminado de preparar el baño. Vengan por aquí para ayudarles - decía la sirvienta interrumpiéndolos haciendo maldecir internamente al príncipe.
- Está bien, ya os podéis ir, nos bañaremos solos - dijo indiferente apartándose de Naruto.
- Gracias por preparar el baño. Adiós - suave y amablemente se despedía el rubio.
Una vez salieron las sirvientas empezaron a hablar nuevamente de cuan bella era aquella princesa y que buenos modales tenía a diferencia del príncipe Sasuke que era algo indiferente y frío con otras personas. La pareja de enamorados se adentraron a tomar un baño juntos, claramente uno de ellos estaba más que sonrojado mientras que otro tenía una sonrisa malvada y pervertida que no podía con ella, que no paraba de tocar el cuerpo del rubio con la escusa de que le estaba lavando.
En otra habitación se encontraban Sai y Gaara, este último siendo acorralado contra la ventana.
- Nos vamos a bañar juntos ¿entendiste? - seguía insistiendo el azabache por enésima vez en pocos minutos.
- Que no. ¿Tanto te cuesta entender esas palabras? - le hacía frente sonrojado el pelirrojo.
- Si me cuesta, por eso es que nos vamos a bañar juntos. Necesito que me aceptes o nunca podremos hacer el amor - ponía una cara triste.
-¿Pe.. pero qué estás diciendo? - entrecortado y avergonzado intentaba alejar el cuerpo de aquel azabache.
- Pues lo que has oído, así que no hay más escusas - lo cogió en brazos y lo llevó al baño que también fue preparado por otras sirvientes y lo metió en el agua con la ropa aún encima. El también se metió y fue entonces cuando empezó a quitarle la ropa al pelirrojo de encima.
- Ahora ya no tienes escusa. Los dos estamos mojados así que solo acéptalo - sonreí haciendo que el otro se resignara.
Después de unas horas cada uno estaba bien vestido y arreglado, perfumados y con una apariencia preciosa, de envidia. Como siempre los azabaches tenían sus trajes negros y azules mientras que los otros dos hermanitos llevaban algo diferente. Cada uno de ellos llevaba una yukata preciosa, azul celeste para cierta persona con ojos del mismo color y una roja sangre para cierto pelirrojo. Con mucho nerviosismo los dos hermanitos fueron llevados por los pasillos del castillo hasta el gran salón donde se llevaría a cabo la cena con los padres de Sasuke, lo reyes.
- Padre, Madre ya hemos vuelto - decía Sasuke tranquilo ingresando con Naru del brazo que al ver que estos tenían sus ojos sobre el hizo una reverencia para mostrar sus modales.
- Me alegro de verlos tíos - decía Sai llevando del brazo a Gaara que también hizo una reverencia.
- Ah me alegro de que hayan vuelto sanos los tres y me alegro de que hayan encontrado a la persona que estaban buscando - decía la madre casi eufórica por la felicidad y se acercó a Naruto casi corriendo. Se llevó su rostro entre ambos brazos asustando al pobre mientras le observaba atenta e intensamente. - Waaa pero que hermoso es - decía más que contenta ya abrazándolo.
- Mamá, que le estás asustando - tiraba Sasuke de su brazo.
- Oh Dios, perdóname, una reina no debería ser así - tapaba su boca con una mano riendo nerviosamente.
- Ah, no se preocupe. Se parece mucho a mi madre - habló al fin el rubio.
- Ya veo, eres un buen chico. ¿Y quién es tu madre? - decía el rey por fin.
-Bueno, nuestra ya que también es la madre de Gaara. Nuestra madre es la reina Kushina del ... - no llego a acabar su frase ya que fue interrumpido.
- ¿Quéeee? ¿Kushi es tu madre? Entonces tu padre tiene que ser Minato. Waaa, pero que alegría de conocerlos - lo volvió a abrazar aún más eufórica.
- Que bien que al fin puedo hablar contigo también Gaara-chan. La primera vez que te vi estabas durmiendo - acariciaba el rostro de este ahora.
- Perdóneme por eso majestad - se inclinó rápidamente pidiendo perdón.
- No, por favor no te preocupes, me alegro de ver que estáis los cuatro bien, y por favor no me digas majestad son solo Mikoto está bien ya que tus padres son como familia para mi, así que vosotros también - lo abrazó a el también.
- Venid a comer, que seguro tendréis hambre - hizo lo evidente el rey del por qué se habían reunido todos; para cenar.
- Ya vamos tío - respondió Sai y con el todos los demás.
La cena pasó tranquilamente y los reyes se estaban poniendo al día de lo que había pasado. Mientras Sasuke y Sai hablaban de asuntos del ejército junto a los reyes y a Gaara, que estaba bastante interesado en ello Naruto pidió permiso para salir a dar un paseo por el jardín, cosa que una vez tuvo el permiso salió sin pensarlo dos veces volviendo a aquel jardín de rosas blancas que había visto en la entrada del palacio.
Al llegar se metió en medio de aquella caracola formada por rosas y se puso a olerlos cuando escuchó unos pasos detrás de el y una persona que le halaba.
- Son preciosas ¿verdad? - preguntaba el extraño.
- Si son hermosas y huelen muy bien - sonreí amablemente.
- Me alegre de que le guste, las cuido todos los días para ese propósito.
- ¿Es usted el jardinero? - preguntó curioso.
- Así es, soy el jardinero. Me ocupo de todos los jardines de este palacio - se sentía orgulloso.
- Pues está haciendo usted un buen trabajo, ya que este jardín es hermoso - miraban a su alrededor.
El jardinero parecía como si se quedara hipnotizado por la belleza del rubio que a su parecer era una rubia.
- ¿Puedo preguntar su nombre my lady? - cortes mente hacía una reverencia.
- ¿Qué? Hmm mi nombre es Naruto, pero soy un hombre jeje - reía nerviosamente.
El jardinero se sorprendió bastante al escuchar aquello ya que nunca había visto a alguien tan hermoso al igual que el pelirrojo que había visto, pero el rubio le atrajo más la atención.
- Pe.. perdóneme usted - intentó venir en sí, "Aunque sea un hombre no pasa nada, después de todo soy bi, y el es tan hermoso que parece ser de los ambos sexos" una sonrisa algo lujuriosa aparecía.
- No tranquilo, no pasa nada. - Miró hacia las ventanas del palacio - Creo que debería irme ya, gracias por pasar el rato conmigo señor ... jardinero-san jeje - no sabía su nombre.
- Mi nombre es Flyn, señor - "Ahora ya se sabe mi nombre" - ¿Qué le parece si mañana le enseño un jardín especial en donde las plantas está relacionadas con la familia real, seguro que le va a encantar aún más - pensaba que esa sería una buena oportunidad para hablar nuevamente.
- Si, si quiero verlo. No me digas señor, que me siento extraño. Con Naruto ya basta. Entonces mañana por la mañana .. hmm a las once de la mañana vendré nuevamente aquí al jardín de rosas blancas - decía con los ojos iluminados. - Bueno si me disculpa,mi hermano me está haciendo señas de ir adentro. Nos veremos pronto - se marchó sin esperar respuesta alguna entrando nuevamente en el jardín.
"Definitivamente Sasuke-sama trajo a casa una joya más preciosa que cualquiera en este reino." pensaba viendo la figura del muchacho que se daba prisa por salir de la caracola de rosas.
- Sentimos que te hayas visto obligado a ir a dar un paseo por nuestra plática aburrida - dijo Fugaku.
- No, no se preocupe. El ejército nunca fue mi fuerte que digamos.
- Bueno, padre, le prometí a Naruto que daríamos un paseo donde el río - se llevó al rubio de la mano - ¿Os venís Sai?.
- Si, si vamos - respondió Gaara emocionado - ¿Verdad? - le miraba curioso.
- Pues claro que vamos con vosotros - respondió por fin el azabache.
- Bueno, pues tened cuidado de no mojaros - se despedía la reina.
Las dos parejas caminaron juntas mientras hablaban entretenidos hasta el río que se encontraba muy cerca de donde se encontraban mientras en otra parte de otro reino completamente distinto, específicamente en una casa de prostitución se podía apreciar la silueta de cierto rubio también peli-largo con una yukata verde completamente abierta dejando ver su blanca piel con varias marcas de besos debajo del cuerpo de cierto azabache con un pelo igual de largo que el suyo que acariciaba la piel del rubio sin intención alguna.
- Nohh .. espera ahh no tan uhh profund.. AHhhh - intentaba hablar el rubio.
- ¿Estás seguro de que quieres decir eso? - lamió su cuello - Yo creo que tu cuerpo lo disfruta bastante, Dei - susurró su nombre y le embistió con más fuerza.
Espero que deseen leer la siguiente conty. Matta ne. |
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