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Shun.
He girado a ver a Akemi cuando ha hablado. Su voz no tiene el tono de regaño, así que no me he girado por eso, sino porque lo ha vuelto a hacer otra vez. — Leíste mi mente. — Le digo con una sonrisa. Ayer también lo hizo, pero leyó la mente de Henning. Tengo que seguir esforzándome para poder seguir su paso con sus habilidades. — Yo quiero ser una persona normal, así podré salir con Akemi a muchos lugares como personas normales. ¡Será divertido! — Hay lugares donde podríamos ir normales, pero yo con mi metamorfosis de lobo... pero no, no, yo quiero estar en esta forma con Akemi, y hacerlo tan feliz como lo hace su tía.
Escucho en silencio a Pomi y asiento a lo que dice. Conozco la palabra premonitorio, así que un sentimiento de orgullo me llena de repente. Así que entonces la voz que me habla en sueños es una habilidad también. Trataré de sacar el mayor provecho de esto, pediré toda la información que me sea posible para dárselas a Akemi y Pomi. — ¿Cuál es tu habilidad, Pomi? — Pregunto con curiosidad.
Entonces, cuando comienzan a hablar sobre Henning, me quedo callado viendo el lugar donde estuvo sentado. Él me parece una persona muy rara, pero muy amable también. Más amable que otras personas que he conocido en mi forma de lobo y en ésta.
Cuando salimos y Akemi me toma del brazo para salir corriendo, yo también me esfuerzo por correr, siguiendo el aroma de mal augurio de antes. — ¿Sabes? Si nos estamos metiendo en algo malo y más grande que nosotros, también es bueno y es divertido porque estamos juntos. — Y porque así ayudamos no sólo a Henning y Pomi a librarse de su amo, sino también a las criaturas que viven en el bosque.
Henning.
Mientras finjo interés en todo cuanto hay aquí, recuerdo que he dejado el reloj dorado en el café. — Mierda... — Me quejo en voz alta, a lo que algunas personas que hay aquí se giran a verme. Avergonzado, observo el suelo mientras ellos regresan a lo que veían. Junto a ellos bajo la guardia y no debería. Contengo el aliento y luego suspiro. No tengo más remedio que esperar a que ellos lleguen para poder tomarlo de vuelta... bien hecho, Henning, has metido la pata una vez más por ser como eres.
Suspiro una siguiente vez mientras me acerco al anciano quien regenta el lugar, fingiendo interés en lo primero que capto por el rabillo del ojo, y que termina por ser un tocadiscos. — ¿Así que es la música antigua lo que ahora interesa a los jóvenes? — Yo no sé qué responder, así que asiento y él va a buscar sólo-él-sabrá-qué más dentro. Mientras tanto, estando sin el anciano aquí, me concentro en ver las energías emitidas por los objetos aquí y verificar si el objeto está aquí. Y lo está, pero no en la tienda, sino en el hogar del anciano.
Cuando él vuelve, trae delgadas y cuadradas cajas con enormes discos dentro, los cuales, sintiéndome mal por haberlo hecho ir por ellos, veo con detenimiento y fingido interés. Por favor, lleguen pronto antes de que me quede sin saber qué hacer.SPOILER (click to view)¡Sí!~♥
Esa pregunta del señor me la hicieron a mí una vez estuve buscando un tocadiscos de vinilo xD era un anciano agradable, pero todas sus prgeuntas terminaban con ¿les interesa a los jóvenes? -
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Después de la comida hemos comenzado a jugar, aunque a media tarde me llaman para decirme que ha habido un problema en la planta, por lo cual no tengo más remedio que dejar a Noah con Laura, una muchacha universitaria quien trabaja como niñera. Los dos me despiden en la puerta, y a pesar de que Noah sonríe sé que está triste, o tal vez incluso ya decepcionado, no dudo que él sea ya capaz de identificar tal sentimiento con tantas veces que he tenido que dejarlo para ir al trabajo.
Una vez regreso, ya es tarde y Noah está dormido. Le pago a Laura por su servicio y le deseo buenas noches antes de ir a ver a Noah dormir. Ojalá no tuviera que dejarlo solo tanto tiempo. Me he planteado la posibilidad de un matrimonio para que Noah pudiese tener a alguien, en el trabajo me lo recuerdan seguido también, pero tampoco me siento capaz de ello. Impotente, beso la cabeza de Noah para ir a dormir también. Mañana será un día ocupado. -
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Me encojo de hombros al momento en que me dice su nombre, restándole importancia al dato. Sin embargo, guardo en mi memoria su nombre. Killian. Muevo los labios para formular su nombre sin usar mi voz, yéndome a mi camarote, donde he comenzado a buscar por un mapa, el último y más costoso recientemente adquirido; no es de extrañar, es un mapa que conduce a las desconocidas aguas de Mules, donde se dice el dragón Vajdall dejó su tesoro, custodiado por todo tipo de criaturas mágicas, desde sirenas a los temibles kraken y lagrius. Nadie ha podido ir allí jamás, y es por eso que estas tierras son temidas y codiciadas.
Contengo el aliento y lo suelto lentamente por la boca. Sé que esto es un suicidio, pero en caso de hacerlo todo bien, el Black Fancy y toda su tripulación pasaremos a la historia. Lo consultaré con mis hombres, y reuniremos otras embarcaciones de bribones quienes nos deben favores, todo para llegar a Mules.
Terminado de revisar el mapa, salgo y me encamino al centro del barco, donde lo alzo en lo alto. — Caballeros, éste es nuestro siguiente destino. — Dejo que Matthew tome el mapa, y luego que lo vayan viendo entre ellos. Hay en sus rostros expresiones de curiosidad y extrañeza. -
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Shun.
Me pongo en pie y me acerco a Akemi, atrapándolo en un abrazo, para luego volver a sentarme, pero ya no en el suelo sino como los demás. Tengo que esforzarme por ser como una persona normal. Y si lo logro, poco a poco y algún día, Akemi podrá estar orgulloso de mí. Por eso, y aunque tengo la tentación de echarme al suelo, procuro incluso sentarme como Pomi, y como he visto a las personas hacer con la espalda recta.
— Lo recordaré algún día, lo prometo. — Espero poder cumplir esta promesa, pero ya preguntaré a esa voz en mis sueños por el blasón del rey, y así podré decirles a todos lo que sé, pero que he olvidado. La voz suele ser amable, y es muy paciente, así que no se molestará conmigo por no recordarlo y por tener que volver a preguntar, lo sé.
Agito mi cabeza y muevo mi cuello de un lado al otro, todo con tal de sacarme el cabello de los ojos. — Hay una voz amable que me habla cuando estoy dormido, a esa voz le preguntaré por el blasón del rey y por cualquier cosa que sea de ayuda. — Antes de hacer nada más observo el plato vacío, sintiéndome mal por haber comido tan pronto, porque de no haber sido así podría seguir comiendo pastel ahora. Cuando Pomi dice que debemos empezar, me quedo quieto, esperando por instrucciones, mientras veo a Henning corriendo fuera de aquí.
Henning.
Me siento en peligro. Ignoro por completo todo lo que están diciendo tanto Pomi como Shun, pero me vuelvo a Pomi ante lo último. — Sí... bueno, tal vez debamos hablar después si tenemos que iniciar la búsqueda, y como el amo me ha mandado el ultimátum de conseguirlo, me voy antes. — Y con todo el dolor de mi alma, dejando el flan a medio comer, me apresuro a salir de la cafetería, llevándome en la mano la sudadera que me quité hace poco.
Esto hará que Pomi se moleste más conmigo, ¿verdad? Pero son también órdenes del amo.
Tomo mi metamorfosis en un callejón para correr más rápido por la ciudad, hasta haber llegado a la tienda de antigüedades, donde vuelvo a tomar mi forma humana para aparentar ser un cliente normal. Mientras lo hago, sin embargo, recuerdo lo que he hecho y enrojezco al momento. Odio ser malo para sobrellevar la presión, y más si es ejercida por Pomi.SPOILER (click to view)¿Verdad? Son tan bellos y adorables ~<3 -
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Con las instrucciones que nos ha dado el profesor Ian, ha sido fácil encontrar su calle. Me detuve en tanto me lo pidió, orillándome en la acera y encendiendo las intermitentes. — Al contrario, gracias a usted. Lamento en verdad los inconvenientes. — Y en verdad que lo hacía. Noah ha comenzado a agitar sus dos manos en señal de despedida. — Bye bye, profesor Ian ~ — Yo igualmente me despido con una mano para, habiendo dado una mirada al retrovisor, vuelvo a la carretera para irnos en dirección de nuestro hogar. Una vez ahí, Noah corre a dejar su mochila en la sala y enciende la pantalla. A esta hora está siempre la serie animada de robots que tanto le gusta. — ¿Qué quieres comer hoy, Noah? No tendré que regresar a la oficina, así que puedo preparar algo. — Noah corre entonces a mí, abrazándome. — ¡Sí! ¡Día con papá! — Da un par de saltitos en su sitio. — Paninis, quiero comer paninis.— Yo asiento, entonces, metiéndome en la cocina para empezar a cocinar. -
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Mi sonrisa ha crecido en tamaño al escucharlo aceptar. Por supuesto. Pocos son los que preferirían morir ahogados y el chiquillo, luego de haber entregado a aquella horrible mujer a cambio de su vida, no lo haría. Lo sabía de antemano. Me vuelvo a dar la vuelta para verlo. — Eres un chiquillo inteligente. — Con un ademán brusco, mando a todos a seguir a sus puestos, para yo ponerme en cuclillas para quedar a la altura del muchacho, a quien no muy amablemente dejaron. — Tal vez no sea muy agradable, pero soy un capitán justo con mi tripulación. Todos tienen oportunidad de subir en su puesto, incluso de arrebatarme mi puesto de capitán. Si quieres ser algo más que un limpia cubiertas, pues ponte manos a la obra para dejarlo atrás. No será fácil, pero por aquí odiamos a quienes no quieren trabajar. — De mi bota he sacado una daga con el mango de jade, extendiéndosela al muchacho. — Bienvenido al Black Fancy, yo soy el capitán, Morgan, me conocen como el petirrojo. — Tras dejarle la daga me enderezo y voy a mi camarote. Desconozco si él habrá escuchado historias sobre este barco o sobre mí, pero eso es lo de menos. Con la bienvenida dada al muchacho, puedo ponerme a planear nuestro siguiente destino luego de llegar a Scaois por suministros. El Black Fancy irá a explorar las inóspitas y desconocidas tierras de Mules. -
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Shun.
Cierro los ojos al sentir el pequeño golpe que me da Akemi. Yo sólo bajo la vista entonces, apenado. — Lo siento. — Menciono, relamiéndome los labios aún, pero con la cabeza baja. Ya que no quiero ver a nadie, me mantengo así, pero busco a tientas la cuchara con la cual me ha pegado Akemi, sólo para jugar con ella. Reparé una puerta con una cuchara igual a ésta, pero un poco más grande. Así que, aún escondido para que no me vean, escucho a Akemi hablar con Pomi.
Estoy seguro de no haber escuchado antes algo como el blasón del rey, pero a su vez estoy seguro de que creo conocerlo. Quizá ha sido algo que he aprendido en sueños también. No lo recuerdo con exactitud justo ahora. Cierro los ojos y trato de acordarme sobre algo, pero, finalmente, desisto al no poder recordar nada de nada. Alzo la cabeza cuando escucho que me han nombrado, pero pronto vuelvo a bajarla, apenado.
— Una vez escuché sobre el blasón del rey, pero no puedo recordarlo, aunque era algo importante. — Al menos, creo que fue importante y por eso me duele no poder recordarlo. Supongo que no me queda de otra más que tratar de recordar y avisarles cuando lo haga.
Henning.
Decir que el blasón aparecerá en Akemi en algún momento u otro no es una locura. Yo, al igual que Pomi, creo que Akemi será el portador de éste, y eso sólo nos mete en más problemas con el amo. Como el se entere de esto, irá con mayor fuerza en su contra, todo por poseer aquella marca, el poder de Akemi, y el elemento psíquico. Todo cuanto lo que el amo Chiba ha ambicionado, por algún motivo está concentrado en Akemi. No sé si llamar a esto buena o mala suerte.
Contengo un suspiro mientras me llevo la cuchara con flan a los labios. Todo esto nos da más presión sobre el entrenamiento para estos dos cachorros, y sobre lo que deberemos de planear en caso de que el amo descubra que nos traemos algo entre manos. Frunzo un poco el ceño al pensar en esto. Es demasiado, y siento como si el tiempo se nos viniera encima, además tengo que conseguir la contraparte del reloj si no quiero dormir en la calle. Y para colmo, tengo el presentimiento de que Pomi me hará algo.SPOILER (click to view)Ya conoces la lógica de los perritos "No te veo, no me ves". Adoro cuando mi perrito se esconde así. -
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Termina la fruta y, lanzando el corazón de ésta al aire, inhala una pequeña ráfaga de fuego púrpura para hacerlo desaparecer. Con esto, seguramente, se ha resuelto la duda de quién es, aún así se acomoda mejor en la cama, observándole divertido, para responder.
— Soy Illusion Trueblood, el dragón al que han enviado para ayudarles. — Menciona con un ligero toque de malicia, como si presumiera de ser superior al humano que tiene enfrente suyo. El pensamiento de revelarle dónde se encuentra la mujer a quien esperaba hallar lo asalta, pero lo deja pasar. Si bien podría ser divertido, también podría sacrificar la mayor parte de la diversión que esperaba conseguir con esto.
Cambia su postura en la cama, estirándose a sus anchas y dejando escapar un suspiro contento. Los humanos son afortunados de poder dormir sobre superficies tan cómodas como lo son las camas. Uno de los pocos puntos a favor de ellos. Por un momento casi se olvida incluso de que el príncipe está ahí, esperando por explicaciones de su parte. Da un bostezo y vuelve a suspirar. — La verdad, no quería venir a estas tierras a protegerlos, pero no he tenido mayor opción. — Bosteza otra vez. — Y por su culpa, ahora debo de aburrirme en este territorio humano sin remedio... a menos que — Sonríe y sus ojos brillan con malicia. — estés dispuesto a jugar conmigo. -
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Quisiera poder decir que siento pena por el profesor Ian, pero no es así. Bien sé, y de primera mano, lo convincente que Noah puede llegar a ser si se lo propone, justo como ahora. Cuando le escucho decir que es adorable, yo sólo río. — Es tremendo, sabe que puede usar esa adorabilidad en contra de los demás. — Con esto Noah río también, y luego, viéndolo por el espejo retrovisor, lo he visto poner esa sonrisilla de cuando hace una travesura. — No sé qué haría sin él. — Confieso en voz alta sin darme cuenta de que no sólo lo estoy pensando para después, apresuradamente, ponerme el cinturón y encender el motor. Carraspeo. — Muy bien, ¿en qué dirección sería entonces? — ¨Pregunto, desviando el bochorno que siento al hecho de que debemos llevar al profesor Ian a su hogar. -
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Los reproches del chiquillo me traen sin cuidado, así que, nada más rehusarse a hacer algo, yo me encojo de hombros. — Pues como quieras — Escupo, calmando a toda la tripulación con algunos ademanes. El barco queda en silencio, siendo lo único apreciable el sonido de las olas impactando contra el Black Fancy y las gaviotas que nos sobrevuelan. — Pero me temo que limpiacubiertas es el único puesto que puedes tener en este barco, si no te apetece, pues bien, salúdanos al señor de los infiernos cuando llegues a su reino. — Le sonrío de medio lado. Si no será de utilidad, pues entonces que sea alimento para los peces. — ¡Átenlo de pies y manos y arrójenlo al agua! A ver si mientras pierde consciencia se le antoja más disfrutable trapear. — Aplaudo dos veces, como ordenando que lo hagan rápido, y me doy media vuelta, aunque aún dispuesto a escuchar lo que el chiquillo tendrá para decir. -
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Shun.
No entiendo nada de lo que están hablando, así que vuelvo a sonreír. Normalmente nunca entiendo mucho, pero ahora no estoy entendiendo nada de nada. ¿Qué tiene de malo comer carne cruda y leche fresca? Agito mi cabeza de un lado al otro, no sabiendo que más hacer. Justo cuando siento la tentación de meterme bajo la mesa, siento a Akemi acariciar mi cabeza. Yo echo la cabeza hacia atrás para verlo. Asentí feliz, volviendo entonces a ver el patel.
— Yay~! — Con emoción, tomo el pastel con la mano derecha y lo muerdo, cerrando mis ojos al sentir el dulce y delicioso sabor que tiene. — El pastel de Akemi es el mejor ~ — Y el único que he comido, pero no importa, ¡me gusta mucho! Sin embargo, antes de darme cuenta, ya sólo quedaba crema en mi mano y al rededor de mi boca, por lo cual he comenzado a lamer mi mano. No tengo idea de si ellos están hablando sobre algo, desde que comencé a comer no he prestado atención a nada más que el pastel.
Sólo después de que mi mano ya no tiene más crema, alzo el rostro para ver a Akemi decir que entrenará muy duro. Yo río. Estoy feliz. — Yo también quiero entrenar muy duro para que seamos felices. — Quiero que todos, pero en especial Akemi, sean felices.
Henning.
Ni siquiera soy capaz de comer nada cuando Pomi ha salido con una barbaridad. Mi rostro está completamente rojo para cuando ha terminado, y ni siquiera el hecho de que Akemi lo hubiese calmado logra que me tranquilice de buenas a primeras. Ésta es la única forma en que se puede arruinar el apreciar algo tan perfecto como lo es el flan humano. Escondo mi rostro entre mis manos y doy varias inhalaciones largas, buscando calmarme de la indecencia de Pomi.
Finalmente, doy una cucharada al flan y doy también un suspiro ahogado. Los humanos son tan afortunados de poder comer estas delicias cada que se les venga en gana. De muchas formas, envidio a los humanos.
Como en silencio, escuchando a Akemi hablar de sus inseguridades con todo lo que ocurre. — Si te ayuda a sentirte mejor, tienes un poder rídiculamente grande, y nuestro amo te busca porque lo quiere y quiere el elemento que manejas. Como sea, tienes la ventaja de que tu poder es mayor al suyo, ya que el poder del amo viene más que nada de Pomi y yo, y de sus influencias políticas. — Eso es verdad, con la ventaja que le lleva, no debería sentirse ansioso. Luego, lo escucho decir que trabajará duro para que sea libre, y yo siento mi rostro volver a enrojecer. Akemi es un chico bastante bueno.
Pero mi mayor sorpresa vino cuando recordó lo que hablamos la vez anterior que estuve aquí. Una vez más cubro mi rostro con las manos y asiento. ¿Por qué tienen que volver todo tan vergonzoso siempre? -
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Estando ya bajo el cobijo de aquel árbol, observo con mayor detenimiento nuestro entorno marchito. Si me concentro, tal y como me enseñó Kaminari, soy capaz de observar concentraciones de energía. Justo ahora, es como ver niebla negra envolviéndolo todo. Comprendo ahora por qué Ranmaru se encuentra mal, es muchísima energía maligna concentrada en el ambiente. Inhalo y contengo el aliento. Justo ahora, en esta situación, no sé qué hacer o decir. No tengo ni la más remota idea de qué sea lo correcto; algo que no me habría molestado antes, pero que ahora lo hace. Es casi cómico lo rápido que una persona puede cambiar, dependiendo de las personas con quienes se tenga contacto o por un deseo que se quiera llevar a cabo. Los humanos somos muy volubles. «Los humanos no son más que una débil y patética existencia, regidos por sentimientos y deseos absurdos.»
Fuyu, en serio, no te necesito justo ahora.«Me necesitas más de lo que crees, muchacho. Es sólo cuestión de que te des cuenta. Puedes verlo incluso como aquello que ustedes llaman destino»
Fuyu, ¿por qué siempre tienes que dejarme más dudas de las que me solucionas?
Ojalá algún día Fuyu sea capaz de responder con normalidad, y podamos tener una plática decente, sería de mucha utilidad. Eso sin duda. Hay muchas cosas que quiero preguntarle y conocer, ya que es un demonio debería tratar de sacar el mayor provecho a que habitemos un mismo cuerpo. Pero mis pensamientos quedan relegados a un segundo plano cuando Ranmaru comienza a hablar, explicando lo que ocurre. Yo asiento de forma lenta, con lo que he podido ver, no hay duda de que la energía oscura ha incrementado en lo poco que hemos avanzado. Cuando escucho que es mejor iniciar, asiento, acordando con él. También me obligo a mantener mi emoción lo más bajo posible. He esperado por esto quince meses.
— El maestro Kaminari me ha enseñado a crear un vínculo con mi espada y a fortalecerla, también me enseñó lo básico en cuanto corrientes energéticas. Principalmente me instruyó en mi magia de sangre, a modo de fortalecer los conjuros y usar un mínimo de ofrenda sangrienta con ello. — Explico, recordando el entrenamiento que tuve en los pasados quince meses. — Y, por supuesto, me ha enseñado a controlar mejor la espada en combate, y a impregnar pergaminos con mi concentración energética. — Esto fue lo que él dijo sería vital para mí a modo de recibir el entrenamiento de manos de Ranmaru, el resto, según sus palabras, dependía de mí ahora. Sé que no será fácil, pero debo al menos dar todo mi esfuerzo en ello. -
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Shun.
Le sonrío a Pomi cuando me trata de explicar más sobre los humanos. Tal vez Pomi leyó mi mente, o tal vez es muy listo, ¡o tal vez los dos! ¡Pomi es taa~an genial! ¡Casi tanto como Akemi!
Sin poder contenerme, río para mí solito. Aún si todos se ven un poco mal por todo el asunto de las llaves, no puedo evitar pensar que éste es un buen día, y que es divertido estar todos juntos, y que trabajar es divertido, aún si apenas vamos a hacerlo, ¡me gusta trabajar! Vuelvo a olfatear el reloj sólo porque sí, porque quiero estar mal como todos ellos, así estaremos iguales. Será más divertido así. Giro en mi sitio para seguir a Akemi cuando sale y espero a que regrese sin dejar de ver a donde se ha dirigido.
Cuando vuelve, trae algo en sus manos y huele delicioso. Yo me acerco a ver lo que es, y la forma en como se encuentra y sus colores son demasiado llamativos, ¡me gusta! Y aunque tengo la tentación de dar una mordida, me contengo, sólo observándolo y mojando mis labios, esperando por una orden de Akemi de poder comer.
Henning.
Le devuelvo la mirada a Pomi, incapaz de descifrar cuáles son sus pensamientos, aunque eso es lo que me gustaría hacer. No sé qué es lo que piensa, y eso no me gusta. Como fuere, no puedo permitirme que mis sentimientos se mezclen con la situación o las misiones (a menos que la seguridad de Pomi se interponga, eso siempre va primero). Con dificultad, alejo mi vista de él y me concentro en Shun, quien actúa muy tranquilo para ser él. Seguro o está reprimiendo su energía por Akemi, o su mente es un caos. Quizá un poco de ambos.
Repentinamente, a mí me llegan las ganas de darle un manotazo al reloj y dejar todo. Si no hubiese hecho un contrato con el amo Chiba... pero no, eso es imposible. En ese justo momento, él estaba en control y yo no tenía mayor opción. Pensar en el hubiese es meramente una pérdida de tiempo que no debo de permitirme.
Inhalo, contengo el aliento, y suelto un suspiro pesado, notando que Akemi sale de la cocina con pastel y algo de flan. Me emociono, pero entonces me entra pánico al escuchar a Akemi. Bien se pudo haber inventado una excusa mejor, ahora sólo resta que Pomi no se dé cuenta. — El flan me viene bien —me apresuro a responder. — No soy mucho de pastel. — Por favor, que Pomi no piense nada extraño. — ¿Tú no piensas comer algo, Akemi? — Pregunto ahora, tratando de agregar un tema para hablar y distraernos. -
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Like a dream that can come true
• Lessa — Yoshimitsu MasahiroSPOILER (click to view)
• Blues. — Illusion TruebloodSPOILER (click to view)
Si había algo que no le agradara mucho, son los humanos. Son una especie prepotente, débil y avariciosa, aunque algo interesante de observar; no obstante, por muy interesantes que fuesen, eso no significaba que querría ir a salvarlos, tal y como ahora le pedían. El reino Cyther había mandado una petición de ayuda, y claro, por haber hecho unas travesuras el día anterior, ahora le toca a Illusion ir al reino a combatir una horda de demonios para salvarlos. Refunfuñando dejó el valle donde el jefe de la jauría le ordenó ir, escuchando la risa de sus hermanos y amigos.
Y aburrido va, incinerando demonios con el incandescente fuego púrpura que emerge de su interior, soportando los ataques que le proporcionan al momento en que pasa y causando, con satisfacción, miedo en los humanos quienes lo observan desde el resguardo de sus hogares y los refugios; si hay algo de lo cual Illusion está orgulloso, es de su imponente apariencia. Con ésta, no hay humano quien quiera acercarse a él.
Fuera de hacer la misión encomendada, nada llama su atención como lo es un hombre, el cual se encuentra en el palacio y del cual, horas más tarde, ya entrada la noche, se entera se trata del príncipe Masahiro, quien está celebrando su boda. En ese momento, una idea llega a la mente de Illusion, travieso como es, busca arruinar el día especial del príncipe con su novia. Espera a que la celebración concluya, cambia su apariencia por su metamorfosis a humano, y se adentra en los aposentos de la mujer. Allí, con suave voz cantaria recita un conjuro para dormila. La pobre mujer termina debajo de la cama, ¿para qué? Ni el mismo Illusion lo sabe. Luego de eso, se escabulle en los aposentos del príncipe, con una fruta que sólo él sabrá de dónde ha sacado, y espera en la cama pacientemente a que llegue. -
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Mientras el niño duerme, nosotros hemos seguido con nuestras usuales labores. He pedido a Juste, el timonero, me deje manejar el barco durante algunas leguas, a lo que él se ha puesto a jugar naipes y fumar con Matthew. Desde que Juste se ha unido a nuestra tripulación, he dejado de timonear, lo que, a veces, me causa algo de nostalgia. Me gusta tener el control del barco, mientras siento la brisa salada darme en el rostro y observo el mar partiéndose ante el Black Fancy. Doy una larga inhalación y, entonces, me dejo por completo a la labor por unas horas.
Estando ya alejados de la isla de Atem, veo al chico asomarse de la bodega, por lo cual me acerco a él y lo cojo de la ropa, tirándolo a la cubierta. — El nuevo limpia cubiertas ha despertado — Con esto, toda la tripulación se acerca con curiosidad a verlo. Las burlas no se hacen esperar. Yo río junto con ellos. — Démosle una oportunidad, aún siendo un enano ricachón, seguro y querrá conservarse con vida. — Cuando Matt trae un trapeador, yo lo lanzo a él. — Así que adelante, sirve de algo, chiquillo. — Como las burlas siguen, yo sigo riendo junto a mis hombres.SPOILER (click to view)Verás, sí lo pensé xD pero luego me dije "son muy flojos para andar revisando cuándo despierta, mejor que salga solito" xD y pues por eso no puse que lo ataban. Lo siento si te he confundido.
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