Posts written by Misagi_ryuk

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    Etto… >///<…¿hola?. Ok creo que se me ha estado haciendo bastante frecuente tardarme con la conty, pero les juro que no lo hago adrede ¡¡¡ u.u. Perdón de nuevo. He estado muy ocupada en el trabajo y hace una semana que ya se acabó mi trabajo y comencé con la escuela…así que…yo al menos espero poder tener un chance para ponerme al corriente y regresar a las actus periódicas semanales¡¡. Bueno pasando de eso¡, muchas gracias para los que no han dejado de leer y seguir mi fic, me hacen muy feliz¡¡¡;de verdad que les agradezco muchísimo, saber que alguien aun lee mis disparates me anima a seguir escribiendo :P….bueno, pues por ahora ya estoy trabajando en la siguiente conty…y yo espero traerla sin falta el próximo fin de semana ...Espero les guste la conty, y respondo…al fin¡ <.<¡ , comentarios :D

    Melyoan: Hola Mely¡¡¡, hace tanto que siento que ya no he actualizado <.<¡, sip, sé que me he tardado mucho actualizar últimamente pero no dejaré el fic¡, adoro escribirlo y realmente odio los fic incompletos :P... Gracias por comentar, jejeje si que fue un baile extrañísimo…quizás por eso me costó tanto escribirlo jajaja, me encanta Shinobu y su seguridad sensual :P….jajaja Misakito y Usagi son prometido de mentiritas xD, ya verás las “pruebas” que pasarán antes de llegar a Usami :P, espero te guste la conty. Besos de manzana verde para tu¡…

    Anne onodera takano: Hola, hola¡¡¡, gracias por comentar. Jejej, me alegra que te haya gustado la conty y la loca fiesta de disfraces. Pronto sabrás si nuestros románticos podrán pasar las pruebas para quedarse juntos :P, mientras tanto te dejo la conty, espero te guste. Besitos de chocolate.



    Misagi * *





    Capítulo 38: “¡¿La cena?!”


    El agradable silencio de aquella habitación se vio interrumpido por el simpático y sonriente doncel que entró a ésta, dando casi un pequeño saltito de alegría, mientras miraba con sus ojos traviesos y coquetos al “bello durmiente”, que ajeno al alboroto y algarabía del menor, dormía plácidamente entre tantas sábanas. El doncel de mirada miel cruzó hasta el otro extremo de la habitación hasta llegar a la gran ventana que, por ser apenas de muy mañana, estaba cerrada. Muy pronto corrió las gruesas cortinas y el sol entró a la habitación con todo su esplendor.

    -¡Buenos días Haru-chan!…ya es hora de despertar- pronunció con voz cantarina y casi burlona, solo para escuchar el murmurado quejido que pronunció su “novio” al despertar. Keiichi desearía ver el seguro puchero que se formaba en esos momentos en el joven rostro de Haruhiko, pero se conformó solo con enfurruñarlo un poco.

    -Keiichi no me llames así…- exclamó Haruhiko aun debajo de las sábanas. Keiichi sonrió ante aquello, aun cuando pudo escuchar el suave “sabes que no me gusta”, ho sí, claro que lo sabía… ¿si le gustara, entonces por qué lo diría?...se preguntó traviesamente, mientras se acercaba hasta al mayor , para sentarse cómodamente a un lado de donde estaba el otro y tirarse sobre él a abrazarle.

    Haruhiko emitió un largo suspiró y después mostró su típica sonrisa…esa que era especialmente dirigida a su bello doncel, levantó el rostro…imitando un gesto entre acusador y disgustado achinando graciosamente sus ojos…lo que hizo mostrar una brillante y pícara sonrisa en el blanco rostro, después de una larga risa. Keiichi sabía que “Haru-chan” no se podía enojar con él. Haruhiko también; por lo que solo se limitó a mostrarle una media sonrisa. Permanecieron solo unos segundos mirándose, en un silencio bastante cómodo, hasta que Keiichi sintió un pequeño tirón por parte del mayor que lo hizo acercarse al rostro contrario, demandando, si no era mucha molestia, su primer beso del día. Los ojos del oji-miel se cerraron al sentir el suave rose de los labios de su castaño amor contra los propios, mientras disfrutaba la cálida sensación.

    -Buenos días, mi bello príncipe- exclamó el mayor tan pronto se distanció de los labios ajenos, pudiendo observar complacido el tierno sonrojo provocado en su amado.

    -Buenos días- murmuró el menor, más bien apretando el rostro contra el hombro del mayor, para que este no viera más su sonrojo. Cabe mencionar que estas reacciones le parecían extremadamente tiernas a Haruhiko, aun después de que ya podía llamar “casi formalmente” novio al lindo oji-miel.

    -¿a qué viene el despertar tan temprano?- preguntó el mayor con una sonrisa.

    -¿no lo recuerdas?...¡has prometido que me acompañarías justo hoy al bosque que hay atrás del palacio!- reclamó en un puchero gracioso, aun sin despegarse del hombro del varón. Este rio un poco ante aquello.

    -Lo sé…no lo he olvidado. Solo quería hacerte enfadar un poco- advirtió con una sonrisa burlona. Lo que hizo marcar más su puchero avergonzado al menor.

    -tonto- refunfuñó el de ojos miles al ver la sonrisa radiante del otro.

    -¿te apetece desayunar algo antes de irnos…o…llevamos algo para comer allá?- preguntó con una cálida sonrisa. Haruhiko pudo notar el brillo en los ojos del menor y soltó una leve risa- ok…está decidido. Deja me cambio y salimos de inmediato- exclamó.

    -¡Si!...-exclamó el menor dando un brinquito al pararse dela cama-nos vemos en un rato en los establos- estaba por irse, más optó por regresar a besar la mejilla de su consentidor príncipe. Haruhiko sonrió al verse solo nuevamente y sintiendo un cosquilleo agradable en su mejilla. Sí, no había más. Estaba enamorado.

    Escenas parecidas a esta se habían llevado a cabo entre estos nuevos enamorados desde hace un tiempo. Y es que desde aquél acontecimiento en el que el corazón de Keiichi había vuelto a su lugar al encontrar a su querido Haruhiko vivo después de la guerra, lo que siguió a su hermosa relación fue nada más cosas buenas y claro… re-conocerse aprovechando, claro, bastante bien, el hecho de que Haruhiko seguía herido, y como Keiichi no se quejó para nada en atenderlo. Para Keiichi todo aquello había sido como estar en un lecho de rosas…disfrutando su “verdadero primer amor”; mientras que para Haruhiko era un gran trago agridulce del mejor vino del mundo. Estaba más que feliz de recuperar a su amado Keiichi, pero el hecho de la pérdida de su memoria aun le desolaba bastante. Y honestamente, era terriblemente devastador comparar, claro…sin querer, a sus “dos Keiichis”; por otra parte estaba la problemática que lo incluía a él para el bien del reino Usami, es decir, su compromiso con Hiroki. Y es que por alguna razón, o por más que el confiara en el regreso de sus primos, no podía descartar de todo que aún quedaba como responsable…regresaran solo Hiroki y el resto o no regresaran, a él le tocaba un compromiso para sacar de problemas al reino…quizás por eso tampoco había comentado eso a su querido Keiichi. El no sabría qué hacer ni cómo decirle si se llegara a enterar. Por si fuera poco, había una tercera desventaja, y eso acarreaba básicamente a la vida de Keiichi. Si, por más berrinches que hiciera el heredero a Nakamura, Keiichi necesitaba de su familia, y ella de él. Simplemente no hay cosas que se puedan ocultar para siempre. Y por el bien de todos y de él mismo principalmente, lo más conveniente era que el oji-miel recuperara la memoria…lástima que no todas las cosas se llevaran a cabo de la manera “conveniente”…

    Haruhiko bajó casi corriendo las escaleras, ya bien vestido para disponerse a salir, y después de haberse convencido de mostrar una gran sonrisa a su querido castañito, pasó el gran salón principal, el corredor, la entrada principal hasta llegar al jardín Oeste, al lado del establo. Cruzó tranquilamente algunos pasos, hasta que divisó a Keiichi sentado en una banca cercana con una carta en las manos. La extrañeza en el rostro de Haruhiko no se hizo esperar, más cuando observó como un mensajero se perdía en las lejanías de la entrada al palacio, supo que algo no andaba precisamente bien. Se acercó a e él, casi con el corazón en la garganta…

    -¿Keiichi?- preguntó el mayor, casi con miedo de lo que traería aquella carta. El menor le regresó una mirada terriblemente seria, más después la transformó en una sonrisa triste...Una bastanteforzada, pensó el oji-gris.

    -ha venido un mensajero…como traía prisa ha preguntado por ti…y me ha dejado esta carta, junto con un recado para ti – exclamó Keiichi sin despegar su mirada triste del mayor, y sin borrar tampoco su sonrisa…como esperando la “grandiosa” respuesta a su interrogante muda, Haruhiko solo lo miraba con los ojos abiertos…no decía nada, por lo que decidió seguir- …es una carta del Consejo-

    Haruhiko recuperó en tiempo record la respiración en conjunto con la habilidad de hablar, necesitaba darle una explicación, ¡algo!...pero no era tan sencillo…

    -Keiichi…yo- las palabras no salían tan fácilmente de su boca. Keiichi hizo un gesto indescifrable para el mayor y reanudó su sonrisa con paciencia…Haruhiko se sorprendió ante aquello y adivinó que solo le estaba pidiendo, rogando…con la mirada…que le dijera toda la verdad…de una vez por todas…pero…

    -Haruhiko…-el mayor posó sus orbes grises en las mieles, un silenció desesperante empezaba a intervenir en aquello…Y al escuchar la “simple” pregunta Haruhiko no supo si reír o llorar, y pensó si realmente era la mejor manera de comenzar todo aquello…-¿quién es Hiroki?-

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    Ya habían pasado dos días desde que Misaki y el resto de los chicos abandonaron el extraño bosque en donde habían encontrado la solitaria mansión en la que se había festejado aquella “excepcional” fiesta. Los chicos preferían no hablar mucho de aquello, así que se dispusieron a seguir su camino.

    Aquella situación no era diferente a la de un principio. Shinobu se encontraba bastante ocupado platicando de lo más lindo y despreocupado con su sexy azabache y Ritsu hacía lo propio con Masamune, después de todo, tenían bastantes cosas que platicar desde que no se veían. El Onodera miraba de cuando en cuando hacia atrás intentando no colar una sonrisa traviesa al ver a la “futura-pareja” manteniendo ¡al fin! una amena plática…a Ritsu , mas bien le divertía pensar que al menos Misaki no brincaría casi 3 metros de distancia para alejarse de Akihiko por algún roce “accidental” de sus manos. Enfocó por unos segundos a los distraídos muchachos entablar una rara y poco convencional conversación:

    -…pues verás…esta espada nos la prestó Ijuin-sama, la reencarnación del Dios Bishamon, supuestamente regresaría a él cuando no fuera necesaria- exclamó haciendo un tierno puchero Misaki, que hizo reír un poco al peliplateado.

    -jajaja , ¿y a qué viene ese cara?, ¿no es mejor así tener un tipo de protección extra para cualquier situación?- preguntaba el mayor levantando una de sus finas cejas.

    -sinceramente, desearía no volver a tener algún tipo de enfrentamiento- murmuró entre pucheros. Akihiko volvió a reír.

    Ritsu rio un poco también, vaya que la visita de locos que tuvieron en el castillo había ayudado a su “relación” a esos dos, al menos el ambiente entre ellos ya era menos denso. Dejó de mirarlos al fin y volteó a ver al apuesto príncipe que iba a su lado, quien le miraba con una sonrisa curiosa…

    -¿de qué te ríes?- preguntó contagiado de esa fresca sonrisa característica de su lindo oji-verde.

    -jejeje, de nada especial Mune, sola cosas extrañas que pasan- exclamó aferrándose al brazo del mayor que se volteó a verlo con una sonrisa.

    -¿empezando por la Mansión Kirishima?- preguntó reprimenda una risa, la cual no corrió la misma suerte en la boca del bajo, quien sí tuvo que reír un poco.

    -exactamente-

    Los dos se miraron y sonrieron tranquilamente mientras iban tomados de las manos. Su relación desde el principio había sido la “correcta” solía decir la madre de Mune a menudo. Es cierto que habían pasado por varias situaciones que definitivamente no hubieran querido atravesar, y es verdad que Mune pensó lo peor muchas veces y las esperanzas de encontrar a su “extraviado” amor cada vez disminuían, sin embargo sus sentimientos sinceros y perseverantes habían logrado traspasar cualquier barrera que los hubiera poder puesto la vida. Ritsu, por su parte, tampoco había estado exento de toda la “mala suerte” que había tenido la familia Usami; mas su rayo de esperanza, mucho más allá del anhelo de volver a ver a Masamune, fue el descubrimiento de sus poderes. Aquél acontecimiento marcó un lapso de su vida bastante complicado para él. En conjunto con un secreto que había sido tan difícil de asimilar como la dificultad que representaba que algún día fuera a contárselo a Mune.

    //Flash- Back//

    Aquella madrugada de invierno había sido más fría que cualquiera que hubiera experimentado en su vida. Después de la terrible decepción que acababa de sufrir al saber que había sido prácticamente regalado por su padre a una bruja, no tenía muchas cosas que pensar. Sus ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar, ya no sollozaba, pero podía sentir como las tibias lágrimas que no dejaban de rodar por sus mejillas se combinaban con los rastros de llanto seco. Cuando estuvo frente a aquella enorme mansión coloreada en tonos rojizos supo que de ahora en adelante sería un prisionero más…literalmente.

    Casi podía recordar la despreocupada actitud de Aikawa cuando le dijo que jamás saldría de allí y le lanzó una mirada indiferente y superficial que logró erizarle los bellos de la piel. Aun recordaba exactamente las pocas palabras que le dedicó la bruja, las cuales aun después de todo el tiempo que ya había pasado, y sabiendo una buena “parte” de la “historia completa” no había sido capaz de descifrar del todo…

    “-Pero mira donde fuiste a parar, mocoso…después de todo lo que sacrificó Mei por ti-“

    Y así, hincado como estaba sentado ,entre sus piernas dobladas, no fue capaz de moverse, pensando en todo lo que había pasado en tan poco tiempo…en su padre…en sus amigos…en Mune…¿Qué haría cuando lo supiera perdido?...se preguntaba angustiosamente. Las lágrimas regresaron de nuevo a sus ojos. Sin embargo algo lo hizo reaccionar ante tanta deprimente estupefacción… la curiosidad y el miedo lo invadían a niveles inimaginables…¿acaso Aikawa había dicho…Mei?. ¿Será que la bruja pelirroja le conocía?...Ritsu abrió mucho sus ojos verdes ante tal razonamiento… ¿Por qué Aikawa sabría algo de…su madre?

    Sin ser realmente consiente del transcurso del tiempo, pudo notar al fin, cuando desvió su mirada a la ventana, que hace mucho que ya había oscurecido…podría adivinar que sería un poco pasada la media noche…y que seguía tirado en suelo…tal y como lo había dejado la pelirroja…¿y ahora qué?...¿qué se suponía que haría?...Sus pensamientos fatalistas fueron interrumpidos por leves sonidos y pisadas que curiosamente escuchó bajando las escaleras, sin poder evitarlo lo invadió el miedo…pero sus ojos se entornaron al ver a dos animalitos allí…eran exactamente un ciervo y un conejo gris…¿qué hacían allí?...se preguntaba con curiosidad el oji-verde. Más nunca en su vida de imaginó que el ciervo cambiara su forma hasta lucir como una muchacha de algunos 21 años…

    -…- Rutsu se había quedado mudo de impresión.

    -hou…lo siento si te asustamos…supongo eres “el nuevo”, ¿no?- exclamó la muchacha tiernamente, con una sonrisa triste, y presintió que el pequeño no hablaría tan pronto…-mi nombre es Kaiya y este que está aquí es Akihiko-niisan …- exclamó la mujer señalando al tierno conejo que estaba a su lado, mirándolo casi de manera petulante. El oji-verde tembló un poco y miró desconcertado y dudoso todo aquello. Kaiya adivinó que el muchacho no sabía que decir al respecto de todo, por lo que decidió continuar- estás en el castillo rojo…Aikawa convierte a sus rehenes en animales…es por eso que pudiste verme así antes- explicó la muchacha y enseguida regresó a ver al conejo- …verás…tengo magia en mis venas, pero no puedo manipularla fácilmente- exclamó acongojada- ¡ que más quisiera yo poder convertirnos a todos en humanos y aún más deshacer el hechizo!…pero esto es lo único que he podido hacer- exclamó ella señalándose. La mente del joven Ritsu había asimilado esa información ha máxima velocidad y su corazón latió desenfrenado. Miedo…Angustia… ¿estaba destinado a terminar así sus días?

    A Kaiya se le había roto el corazón al ver sollozar el pequeño, hipando quedito y tallándose sus ojos; y con la ternura de un madre lo cobijó en sus brazos, dejando que llorara y se desahogara-…tranquilo pequeño…todo estará bien. Yo cuidaré de ti-

    ……..

    Después de los 3 meses bien cumplidos en la mansión, al estadía ya no había sido un completo martirio. Claro está, que odiaba los desplantes de locura y tortura e Aikawa, pero durante su estadía en la mansión aprendió a sobrevivir y conoció muchos amigos, entre ellos Haruna, para su sorpresa, la hija de Aikawa. La forma que Aikawa había elegido para él había sid un gato…que graciosamente tenía sus misma características…le fue difícil acostumbrarse a su nuevo forma, e incluso llegó a deprimirse aún más de lo que ya estaba, pero Kaiya había sido un gran apoyo para él y también su pilar. Poco a poco fue conociendo y tratando “en la medida de lo posible”, ya que eran animales, a todos sus “compañeros de prisión”; y extrañamente había conseguido una amistad “silenciosa” con el conejo gris que Kaiya llamaba respetuosamente Akihiko- nissan.

    Cuando cumplió el año allí, sucedió lo que jamás se habría imaginado en la vida. Era un día lluvioso. Aquella tarde Aikawa no se encontraba en la mansión. Ritsu había pasado husmeando, junto a Akihiko, en algunos cuartos deshabitados que, por pura travesura, Kaiya había logrado abrir. Ya que estos se encontraban cerrados con llave. Más al entrar a la habitación lo que más había llamado su atención era un gran librero repleto de pergaminos, libros y un montón de cachivaches más…entre todo eso su curiosidad se centró en el último libro de la repisa…era color verde opaco y parecía que era el único desempolvado… ¿Qué era eso que Aikawa había estado consultando últimamente?... Tanto Akihiko-usagi como Ritsu-neko, se habían volteado a ver concordando, tal vez en lo que harían. Usando su agilidad felina Ritsu había logrado llegar hasta allí de un solo salto…

    El libro calló al suelo, levantando un poco de polvo acumulado en éste. Ambos se encontraban ya frente al inmenso libro. Y con un movimiento lento, para ser propio de un gato, Ritsu había abierto la reliquia exactamente en donde se encontraba un grueso separador dorado. Ambos habían tomado un respiro antes de acercar sus pequeños rostros a la hoja…

    Mas la sorpresa que expresaron sus rostro había sido comparable con absolutamente nada…

    “He decidido finalmente a quien tendrá que sucederme cuando llegue la hora. No habré de tolerar a quien quisiere oponerse a mis órdenes. Ni dudaré en matar a quien suponga, si quiera, cuestionar mi ley. A si bien, por mi autoridad, declaro en las siguientes líneas el nombre de mi sucesor. Con la promesa de que seguirá las leyes que rigen mi gobierno…si incumpliera a mi mandato o cometiese traición ante su líder y señor…habrá de ser removido su cargo y asumido su pertinente castigo. Siendo así…

    Shibatsu Mei…Sucesora predilecta a líder de la magia

    Firma…Gin. Actual líder supremo de la magia “



    Saber que probablemente tenía la capacidad de usar magia, había quedado en segundo plano…la pregunta que rodeaba su cabeza era: ¿exactamente… quién era su madre?...

    //Fin Flash-Back//

    Ritsu había salido de sus pensamientos, sacudiendo ligeramente la cabeza…ya hacía casi año y medo desde aquel descubrimiento y la mayoría de sus dudas seguían vigentes, la pregunta era… ¿habría alguien que pudiera contestar esa pregunta?... ¿Habría sido una estupidez no haberlo preguntado en su tiempo a Mason?...y tal vez… ¿querría saberlo realmente?...

    -…¿P-pero que rayos es eso…?- escuchó el murmulló de Shinobu. El oji-verde al fin puso atención. Sus ojos se abrieron curiosos y temerosos ante la escena. Frente a ellos encontraron, apilados bajo la sombra de un gran árbol, una montaña considerablemente grande de huesos. Su vista fue más allá, hasta descubrir la entrada a una cueva enorme, y a lado de esta se encontraba una pila de objetos.

    Misaki sintió sus cuerpo invadido de un escalofriante temblor , entremezclando un desagradable olor que empezaba a invadir sus fosas nasales y los pasos lentos y toscos que retumbaban en la tierra y la hacían vibrar levemente…sin embargo sus ojos no podían despegarse del montón de ropa, zapatos, armas y demás cosas amontonadas ahí…justo fuera de la cueva. Sintió una punzada en la cabeza, seguido de unas terribles ganas de vomitar…mala señal…muy mala señal…

    -c-chicos…hay que irnos…-murmuró Akihiko, tomando rápidamente de un brazo a Misaki que había jurado que casi se pone verde y estaba a punto de desmayarse. Los pasos dentro de la cueva se acercaban cada vez más. El resto de los chicos se habían quedado helados…¿acaso los huesos que habían visto eran…?

    -¡¿Quién anda ahí?!- retumbó una voz gruesa y tosca desde dentro , que ocasionó que le eco retumbara unos segundos más. Los pasos se habían acelerados y pesados…

    -¡Hey, ya!, ¡hay que irnos!- gritó al final el oji-plata, optando por llevar al oji-verde en sus brazos, quien estaba más inconsciente que consiente…Miyagi había reaccionado rápido jalando de la mano a su rubio para que le siguiera el paso; seguido de Ritsu, quien tiró de la mano de Masamune para seguir el paso al resto…más no hubo impedimento para que el joven príncipe alcanzara a ver boquiabierto el descomunal monstruo que emergía de esa cueva…

    -por…Kami…-

    …podría tratar de ignorar el obeso y corpulento cuerpo, quizás los descuidados dientes que se asomaban de esa boca chorreante de baba combinada con sangre, y difícilmente también el visiblemente peligroso mazo cubierto de clavos y picos…pero definitivamente que el “gigante uni-ojo” estuviera persiguiéndoles con mazo en mano dispuesto a cenárselos no era absolutamente algo que pudiera ignorar…
    .
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    Continuará…
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    Hola senpai¡¡¡

    Me alegra bastante que hayas regresado, Junjou Vampire ha sido de mis
    fic favoritos¡ La conty ha estado genial y el encuentro de Nowaki y Hiroki
    me ha fascinado :3. Que bien Miyagi y Akihiko pelearan por sus lindos ukes¡¡¡ :P

    Ya quiero saber que pasara¡¡¡... Ánimo Senpai, espero puedas actualizar pronto¡

    Saluditos

    Misagi * *
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    Lo siento, lo siento, ¡lo siento!.... de verdad¡¡¡ T.T. SE que esta vez he rompido mi propio record de retardos para actualizar¡¡¡¡, de verdad que estuve muy ocupada. No había podido hacer nada con la escuela…pero hace una semana que ya salí y apenas tuve un poco de tiempo tuve que preparar mis cosas para viajar a mi ciudad natal a trabajar en verano como todos los años >.<…. De verdad mil disculpas por el grandisisisisisisisimo retardo. Estos últimos días he podido escribir algo por las tardes y pues así surgió esta conty, que además me había resultado bastante compleja ¬¬ …Así que muchísimas gracias por apoyar y esperarme u///u , agradezco muchísimo a los que se tomaron las molestias de escribirme y también a los que revisaban a cada rato si la holgazana de yo ya había actualizado u.uU, MUCHAS GRACIAS.

    Besitos de cereza para todos y de fresita enchocolatada para: Melyoan, Anne onodera takano y Nethy Takahashi….. Las quiero un montón, gracias por sus comntarios¡

    Espero podamos leernos pronto n_nU

    Misagi * *







    Capítulo 37: “Y ahora un baile” Parte 2


    El bullicio y la algarabía típica de un gran baile inundaban ya toda la mansión. Misaki podía escuchar a la perfección la refinada melodía característica del glamuroso baile de salón, las risas, las pisadas de los invitados que seguramente recorrían los pasillos de la elegante mansión y extrañamente podía hasta “oler” el magnífico banquete que habían mandado a preparar los señores “Kirishima”. Pero todo aquello, más que emocionarlo o incitarlo de alguna manera, le provocaba una exaltante angustia, y es que casi podía asegurar que sus “amigos” no estarían en situaciones tan diferentes.

    -Misaki…saldré de aquí ya, sin importar qué- exclamó Akihiko quizás por tercera vez. Misaki se sonrojó de nuevo. Suponía que el príncipe estaba frustrado y exasperado de permanecer encerrado en aquél baño ya desde casi 3 horas, pero lo que pasaba es que…¡él se moriría de vergüenza si Akhiko- san lo miraba así! Muy a su pesar Misaki miró nuevamente su extraño atuendo. Maldijo nuevamente desde que decidió perseguir aquél extraño gato… de no haber sido tan curioso no estuvieran allí, “obligados” a asistir a una fiesta vergonzosa. Bufó nuevamente al recordar como hace un par de horas un Ritsu “envuelto” en las colchas de la cama (suponía él, para tapar su disfraz) le había dicho que la dichosa fiesta no era normal ¡no señor!, ¡¡¡era una fiesta de disfraces!!!...¡Por Kami!...odiaba su maldito disfraz.

    -¡Misaki!- insistió el príncipe detrás de la puerta del baño.

    -¡Akihiko-san, por favor!- insistió también el oji-verde con las mejillas arreboladas

    -¡¿no creerás que estaré aquí hasta mañana, no?!- reclamó el peli-gris.

    -p-pero…pero…el disfraz- murmuraba entre pucheros indescifrables el castaño tomando la primera almohada a su alcance para cubrir un poco su “atrevido” atuendo, mientras sus ojos esmeralda no se despegaban de la puerta. Misaki estaba justo frente a la puerta del baño, a lado de la gran cama matrimonial. No podía evitar sentirse nervioso y avergonzado porque aquél apuesto varón le vería en tan indecente atuendo…

    -Da igual…Misaki, de cualquier forma, tenemos que salir de aquí en algún momento, ¿no?...mejor cálmate…- escuchó la voz gruesa del príncipe, mezclado con el rechinido que hizo la puerta del baño al abrirse- de todos modos allá abajo te verá más…-Akihiko había salido del baño mirando más bien su propio traje que al avergonzado Misaki…pero simplemente no pudo hacer más que callarse cuando sus amatistas se posaron en él inocente muchacho-…gente- murmuró el peli-gris, anonadado al ver el aspecto de SU dulce salvador. Misaki no se había movido de su lugar, pero debido a los nervios sus piernas le temblaban y la almohada que había tomado hace un rato para cubrirse permanecía estrangulado entre sus brazos. Aun así, Akihiko podía ver a la perfección el “disfraz” que lucía Misaki…no le quitaba nada que el irónico “tema” luciera bellísimo en el menudo cuerpo del castaño.

    Akihiko, convenciéndose de que era una inspección detallada de “tipo artística” y no pervertida, recorrió con su atenta mirada la especie de traje de baño que lucía Misaki , con unos cortísimos shorts ajustados que bien podrían pasar por pantaletas. Unos zapatitos finos de color plata, un listón rojo adornando su cuello… ¿y cómo no?... una diadema con unas tiernas de conejo. Akihiko había quedado prendado de aquella tierna y “sexy” imagen, tanto que al parecer había quedado sin palabras…sin embargo se preguntaba seriamente con media sonrisa si una suave y esponjosa colita adornaba la parte baja de su espalda…

    -Akihiko-san…n-no me mire con tanta atención…-suplicó el oji-verde, interrumpiendo los no tan inocentes pensamientos del príncipe, a Misaki tal escaneo con aquellos orbes violetas le ponía aún más nervioso.

    -d-disculpa- fue lo único coherente que alcanzó al mencionar el príncipe después de voltear el rostro hacia un lado para evitar avergonzar más al menor. Aunque muy a su pesar se lamentó de aquella aventura tan complicada que se estaban proponiendo. Misaki por su parte desvió su temblorosa mirada hacia un lado y después miró “de reojo” el disfraz del mayor…poniéndose más rojo de lo que ya estaba por si fuera posible. El mayor vestía unos pantalones rojos ajustadísimos a sus fuertes piernas, una camisa blanca casi traslucida abierta hasta la mitad del pecho, un chaleco café oscuro abierto también, unas botas negras, un bolso que cruzaba su torso y descansaba a un lado suyo, una capa que no caía sobre su espalda sino, más bien, sobre uno de su hombros y para finalizar…¿cómo no?...pensó Misaki sarcástico, pero aun con el rostro encendido…una escopeta…¡¡¡¿Por Kami y todos los dioses existentes de todas las religiones de la galaxia?!!!...¿quién rayos había elegido sus disfraces?...se preguntó al punto de un ataque nervioso el sonrojado oji-verde…

    …¿un cazador y un…conejo?...¡¡¡¿en serio?!!!

    -saki… ¡Misaki!- La voz del cazador….digo… ¡el príncipe! Le había despertado de sus pensamientos.

    -etto… ¿Qué decía…?- tartamudeó el castaño observando atentamente al varón frente a él. Tenía que admitirlo…era bastante atractivo…era tan bello en su imagen masculina como lo era Asuka-sama en femenina. Tenía unos ojos brillantes, demasiado atrayentes y despedían un exceso de confianza y coquetería…Tan…hipnotizantes…

    -¿Misaki?...-

    El oji-verde sacudió la cabeza de nuevo…sacándose esos pensamientos tan “inapropiados”… ¡¿pero qué diantres estaba pensando?!...se reprendió sonrojado y haciendo un puchero encantador…dicho gesto no pasó desapercibido por Akihiko quien sonrió de lado ladeando su cabeza…definitivamente adorable…

    -te decía que sería buena idea salir de aquí… ¿no lo crees?...no se…tal vez haya algo que te guste de la fiesta…además…-

    -si…p-pero- había interrumpido el menor, aun cubriéndose con la almohada a la altura del pecho…lo que le parecía terriblemente encantador el peli-plata pues no sabía si Misaki era consciente de que dejaba totalmente al descubierto esas esbeltas y largas piernas cubiertas por nada más que la fina tela de las medias. Misaki, por su parte, solo había cedido a aquella petición no por querer precisamente que medio reino y unos “tantos” más le vieran semi-desnudo en tan indecentes fachas, sino, más bien que NECESITABA dejar de estar a solas con ese príncipe oji-violeta que le ponía en extremo nervioso.

    -bueno…¡ya lo tengo!, podría prestarte esta capa…supongo no sirve de nada en mi- exclamó el príncipe haciendo un gesto de desaprobación ante el trozo de tela de más, Misaki había asentido y tomaba la dicha prenda…pensaba en la situación en la que estarían sus amigos cuando unos golpes en la puerta los interrumpieron…

    -Ya voy yo…-murmuró Misaki dirigiéndose hacia la puerta con relativa rapidez. Akihiko miró con curiosidad aquello. Misaki apenas había entreabierto la puerta cuando un muchacho ataviado con las ropas de un sirviente tiró de la mano del oji-verde…solo escuchó el pequeño gritillo que lanzó éste. Akihiko se había acercado a aquella escena con rapidez…¡¿para que querrían a SU Misaki?!

    -oye…-apenas alcanzó a iniciar su reclamo, cuando estaba fuera de la habitación ya junto a Misaki, quien temblaba visiblemente sonrojado en su lugar. Akihiko miró con el ceño fruncido primero la puerta de “su habitación” cerrada con cerrojo, seguido del tumulto de hombres “pervertidos” que Miraban a Misaki…-haaa…era por eso de sus temblores-… pensó el ojivioleta, después pudo ver más o menos al sirviente corriendo hacia el fondo de los pasillos.

    -tsk…-rechinó la lengua el príncipe…era claro. Les habían tendido una “inocente” trampa para que salieran de la habitación… Bajó las escaleras y tomó la mano del nervioso Misaki, quien se estremeció irremediablemente ante el contacto…Akihiko hubiera sonreído coqueto sino hubiera estado ocupado dirigiendo a todos los varones que se habían quedado viendo a su hermoso doncel una mirada de “¡Aléjate…es mío!...

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    Algunos pasillos más adelante Ritsu y Takano se encontraban en una situación similar. Un oji-verde había salido disparado persiguiendo al veloz sirviente que había cerrado la puerta de su habitación. Masamune con una sonrisa de perpleja sorpresa y diversión siguió a su joven amor. De tan mala suerte que corrieron durante algunos minutos hasta que perdieron de vista al uniformado hombrecito. Lastimosamente cuando se dieron cuanta ya se habían perdido entre tantos pasillos.

    -idiota…¡pagará el dejarme fuera con esto!- exclamó enojado y sonrojado el oji-verde, estrujando un poco con los puños de su mano su tan pulcro disfraz. Mune por su parte, solo sonrió de lado, quizás nunca habría imaginado en estado enfurruñado a su joven amor, pero sí que quería conocer en todas su facetas, necesitaba hacerlo…de cualquier forma…tendrán bastante tiempo para eso…mientras tanto…

    -vamos Ritsu…yo creo que te queda genial…te ves muy bello con tu disfraz…-insinuó el mayor tomando la mano del menor, calmando su furia de inmediato, el oji-verde le regresó la mirada rápidamente, Mune se había extasiado observando el bello sonrojo que AUN causaba en las trigueñas mejillas del menor…sonrió satisfecho y muy complacido.

    -claro…como tú no estás cubierto solamente con tela semi-transparente…-murmuró colgándose del brazo del mayor y desviando su avergonzada mirada. A Masamune le había parecido una idea bastante creativa el que les hubieran vestido precisamente como una pareja árabe, en un vestuario bastante descubierto con tonos verde menta…un muy buen color que resaltaba los ojos de su castañito….pensó. Sin embargo, jamás se hubiera imaginado que la corta blusa que vestía su lindo novio le sentara tan …perfecta…adoraba ver los hombros desnudos del doncel y más cuando estos se levantaban en señal de desinterés fingido hacía él.

    -vamos…no estamos tan diferentes…prácticamente voy desnudo de la cintura hacia arriba…- replicaba con fingido puchero el mayor, observando como el otro le regresaba a ver de reojo, percatándose que era así…pues no vestía más que unos pantalones abombados y un chaleco casi trasparente desabrochado.

    -no es lo mismo…-farfulló el menor con su carita enfurruñada, tratando de desviar su vista del “encantador” y fortísimo pecho de su novio.

    -hey…¿ y por qué no?-levantó una ceja al mayor mientras dibujaba una perfecta media sonrisa en su rostro…El oji-verde fijó su mirada hacia arriba para encarar con su ceño fruncido al mayor, pero lo único que encontró fueron los tibios labios del chico a su lado….total…desde antaño esa había sido la única forma en que el menor dejaba de hablar rápido cuando enfurruñado empezaba a hablar y hablar sin fin…no hacía falta más que un beso arrebatador de su príncipe para callarse de una vez por todas…

    Ya después encontrarían el camino de vuelta a la habitación, a la sala en donde estaba la fiesta…o a donde quiera que significara no estar perdidos en los extensos pasillos de la mansión…ahora mismo no era lo más importante…

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    En una situación bastante diferente estaban Shinobu y Miyagi. Con la natural curiosidad y entusiasmo del pequeño rubio, una ves estuvieron correctamente vestidos bajaron a la dichosa “fiesta”. Miyagi más bien se dejaba arrastrar por un ansioso Shinobu, el cual miraba hacia un lugar a otro esquivando a la gente que bailaba o solo platicaba allí en la pista, y el mayor estaba seguro que el rubito de no sentir suficiente pudor hubiera corrido de acá para allá…Casi reprime una risita al pensarlo, el menor le regresó a ver y le dedicó una espléndida sonrisa, que hizo a Miyagi imitarlo. El azabache estaba seguro…él era el indicado…no estaba en sus planes y tal vez no era la mejor opción para su bello niño…pero fuera como fuera sido agradecía haberse quedado a lado del tierno rubio…

    Miyagi apenas se enteró cuando habían llegado a una gran mesa en medio de aquél adornado salón, sonrió de medio lado, claro…como no lo imaginó antes…

    -¿Qué haces, pequeño?- preguntó curioso y sonriente la ver como el rubio tomaba como podía un bocadillo de cada charola de aquél increíble buffet.

    -¡acaso no vez cuanta comida hay!...toma tú también un poco, ¡se ve deliciosa!- exclamaba feliz de la vida el menor con un trozo de alguna galleta en la boca haciendo casi imposible que entendiera lo que decía. Miyagi se permitió reír un poco antes de servir dos vasos de un una vasija con ponche que había allí.



    Al poco rato ambos se encontraban sentados en los escalones que daban al segundo piso, en cualquier otra situación Miyagi estaba seguro que lo haría, pero dada la situación no le importaba nada más que estar al lado de su rubio muñequito, el cual hacia cerca de un hora que había pedido descansar un poco pues (como era obvio) había comido demasiado en el espléndido y delicioso buffet.

    Ya era pasada de la media noche, y la luz del enorme ventanal en frente de ellos, iluminaba con esplendor el blanco rostro del menor, que al sentir la mirada intensa del mayor sobre él, le devolvió la mirada…

    -¿sucede algo, Miyagi?- preguntó con una sonrisa curiosa el menor. El mayor se limitó a observar fijamente a su chiquillo, ataviado en un sexi y gracioso (él no sabía si era exactamente una combinación…buena) disfraz de una sirena…o más bien…un tritón…Era de color plateado y destellos azules, por lo que combinaba bastante bien con la piel blanca y lisa del menor. Ese curioso traje simulaba una ajustada especie de corpiño con mangas que cubrían sus hombros y al finalizar una especie de pantalón con terminación suelta que hacía simular muy bien la aleta, en conjunto con la silueta natural de las bellas piernas del doncel. Frunció un poco el ceño al pensar en que el rubito no se sentía ni un poco incómodo al usar aquello aunque fuera un poco “revelador”…suponía que debía ser porque estaba acostumbrado a mostrar “bastante de su piel”…

    -hey...Miyagi- insistió el menor, despertando de su ensoñación al mayor…

    -hoy estás muy bello- respondió el mayor a la altura entre su oreja y el cuello. El menor suspiró y sonrió, aunque después hizo un pequeño puchero de inconformidad a su novio…

    -¿solo hoy?-preguntó. El mayor rio.

    -claro que no. Eres bello, con cualquier ropa, y supongo que si ninguna también- bromeó, haciendo sonrojar furiosamente a su lindo acompañante.

    -pervertido…pirata- refunfuñó el menor todo rojo… recordando al mayor cómo es que estaba vestido. Y es que nuestro tan bien presentable capitán de la guardia de Usami iba nada más y nada menos vestido de un “pirata”, típicos pantalones marrón holgadas, unas botas altas, una camisa blanca holgada y abierta de la parte del pecho, una pañoleta roja amarrada en la cabeza, ¿ y cómo no?...uno de esos sombreros extraños que estos marinos usaban. Vio fruncir un poco el ceño al mayor al recordarle esto, pero enseguida había reanudado esa sonrisa coqueta que siempre tenía frente al menor…

    -¿bailamos?- había pregunto al menor, a penas al escuchar una melodía que los músicos comenzaban a tocar. Shinobu reconoció una clásica pieza de vals, que le recordaba sus días felices en las lujosas fiestas en su palacio y sin pensarlo mucho tomó la mano que el mayor le ofrecía, el cual sonrió satisfecho al conseguir su cometido…se levantaron de su lugar y se dirigieron justo al centro de la magnífica pista. Sin embargo una vez estuvieron allí, Shinobu se encogió en su lugar, Miyagi notó lo rígido que se había puesto -¿sucede algo?- El rubio se había sonrojado, en su lugar y desvió la vista hacia el piso, exactamente a sus pies…

    -he…he olvidado como hacerlo…-murmuró visiblemente avergonzado. Miyagi sonrió con ternura, adivinó que el menor se refería al hecho de “bailar”…¿¿cómo no?, si había pasado tanto tiempo desde que no había asistido a un baile. El mayor soltó una pequeña risita y afianzó el agarre de la cintura de su amor rubio y la otra la sujetó la mano con fuerza.

    -Habrá que recordar…-exclamo el mayor hundiendo un poco el rostro en el cuello tibio del oji-plata. El menor le regresó la sonrisa en un gesto tierno. Poco a poco se olvidaron de los superficiales pasos perfectos de un…dos…tres… de un típico vals y se dejaron llevar por el melodioso ritmo, sus miradas enamoradas y…nada más. Ignoraron todo y a todos los que estaban a su alrededor…

    Incluso a una pareja de un castaño y un peli-plata que pasaron corriendo hacia la gran terraza del balcón.

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    Al final, y por petición del oji-verde, Usami-san y Misaki habían ido a dar hasta la terraza del balcón más cercano que divisaron, dado que las miradas “curiosas pervertidas” le recorrían sin ningún tipo de pudor. Akihiko algo molesto, trataba de convencerse de que era enojo por irrespetar al tierno oji-verde y no porque estuviera celoso, claro que no.

    Misaki se dirigió hasta el extremo del balcón donde no había nadie y difícilmente podían verles, y aun visiblemente avergonzado trataba de bajar el pequeño short que cubrían sus piernas, claro, inútilmente. Dirigió su mirado al oji-violeta quien seguía tratando de no incomodarle con su mirada… Misaki había notado eso y agradeció en silencio….aunque eso no impedía que se siguiera sintiendo incómodo y nervioso junto a ese varón…

    -oye… ¿podría invitarte a bailar?…-

    Aquella proposición había mandado señales de alerta-terror- incredulidad y vergüenza a Misaki, quien volteó la mirada para ver al hombre de piel morena y cabellos albinos, ataviado en un traje de príncipe quien le extendía la mano acompañando la proposición. El bello doncel se había quedado callado mirando a aquél hombre, sin ningún gesto en especial. Por su parte, Akihiko se había malhumorado, frunció el ceño dando a entender su desagrado y fulminó de inmediato con la mirada a aquél hombre que apenas sintió su mirada gélida le miró…¡¡cómo se atrevía a invitar a bailar a SU….?!....¡¡¡¿su qué?!!!....se preguntó casi desesperado, exclamó enojado ahora consigo mismo….

    -yo…-Misaki apenas había tartamudeado nada, pero los colores le subieron más al rostro cuando observó como el “extraño” hombre y Usami-san se fulminaban ambos con la mirada.

    -vete…-exclamó con voz fría el peli-plata. Misaki había abierto mucho los ojos al ver como el príncipe se había puesto frente a él…sin embargo el albino solo puso una mirada de desinterés, ocasionando que el mayor se irritara más…

    -ho, no sabía que traía un perro guardián- escupió con desdén y sarcasmo bastante agrio el moreno. Akihiko lo miró aun peor si fuera posible y Misaki tragó saliva en su mismo sitió…un extraño sentimiento creció en el…seguido de una ligera molestia por estar discutiendo por “él” sin siquiera tomarlo en cuenta…

    -te pediré que te vayas por favor…-casi murmuró el menor asomando por un costado detrás de Akihiko, este sonrió casi altaneramente a su “rival”, el cual miró mal al peli-plata y después reanudó una sonrisa “coqueta” al menor.

    -vamos…no tienes por qué…-trató de insistir.

    -¡te ha dicho que te largues!- gruñó Akihiko de nuevo, al ver que el otro no desistía. El albino gruñó y empujó con moderada fuerza a Akihiko quien solo se movió un traspié.

    -¡¿Quién te crees que eres para decidir por él?!...- atacó el moreno.

    -soy su…- El oji-violeta no había pensado que diría ante esa situación, así que no completó, sin embargo eso no impidió que siguiera “jugando” a los empujones con su “nuevo amigo”…Misaki miró que aquello dejaría de ser una pelea que rayaba en lo decente, cuando un puño voló de un lado al otro…y no se le ocurrió decir otra cosa.

    -¡basta ya!- gritó el oji-verde interponiéndose entre los dos, y después se colgó del brazo de Akihiko, que estaba más que complacido y sorprendido con aquella acción- no te permitiré que agredas a mi …prometido, he dicho que te marches…¡o mandaré a llamar a los guardias para que te saquen de aquí!-

    Entre tanta palabrería…El recién llegado no había hecho nada más que aceptar aquello “de bastante mala gana” cabe decir pues dio un certero empujón que hizo tropezar seriamente al mayor. Akihiko había quedado ensimismado por aquella “mentirilla piadosa” que había soltado Misaki como último recurso para deshacerse de ese “indeseable”…por lo que apenas pudo apreciar el bello color escarlata que se extendía por todo el rostro del menor quien se esmeraba en desviarle la mirada. Más aquél tropezón hizo más que tirarlos a ambos al suelo…

    Y aquello aconteció como una divertida reacción en cadena: Aquél golpe que retumbó en el pecho de Akihiko lo hizo perder el equilibrio, tanto que ocasionó el prematura desequilibrio de Misaki que estaba justo tras él , y este había caído de sentón en el suelo quedando semi-recostado allí sosteniéndose solo con sus antebrazos. Akihiko, por su parte casi hizo malabares en el aire para no caerle encima al pequeño
    Misaki y con bastante dificultar logro voltearse y caer arriba del menor sin aplastarle…por lo que quedaron en un posición un tanto…comprometedora…

    El rostro tan cercano de aquél ser de porcelana y ojos violetas…hizo que el menor casi ahogará un grito de vergüenza…y aquello había sido todo. Si, Akihiko lo sabía…le hubiera encantado gritarle a Misaki que no se alterara…pero siendo sinceros…no funcionaría.

    Por lo que lo siguiente que sucedió fue que el pequeño…Akihiko- Usagi-chan había caído sobre el pecho del sonrojado Misaki…

    ¡Rayos…otra vez conejo!...pensó malhumorado el príncipe al verse en su animal de la medición. En fin, sonrió en su tierna forma…no todo era malo…después de todo….ahora tenía que viajar al menos por unos minutos…en brazos de su lindo castañito…y ahora recientemente al parecer…”prometido de mentiras”….

    *********************************************************

    Eran quizás las 7 de la mañana…o menos, cuando se escucharon claros pasos apresurados bajar por las escaleras…la mayoría con rostro malhumorados…inconformes y hasta cierto punto agotados…

    De alguna extraña manera que preferían no saber todos habían amanecido en sus respectivos cuartos con sus respectivas “parejas”. Y no era por el “excelente servicio” ni alguna otra cosa pero ya QUERÍAN irse de allí. Ellos tenía la sospecha de que ese lugar era bastante….extraño por decirlo de alguna forma… y no les interesaba en lo absoluto saber que sucedía. Solo irse. Con eso serían felices…

    Tan rápido como podían y con sus pocas pertenencias, todos bajaron los escalones, más cuando estaban en el umbral de la entrada principal una voz le detuvo.

    -¿tan rápido se van?- preguntó la voz cordial del señor Kirishima. Todos regresaron a ver hacía donde se escuchó la voz y vieron junto a él a su marido, a la pequeña Hiyo y a ese gato “culpable”…el tal Sorata -¿es que acaso no les agradó el servicio de la mansión o fue… quizás la fiesta?- preguntó con una sonrisa bastante siniestra para el gusto de los chicos.

    -N-no…todo estuvo fantástico- respondió primero Miyagi algo nervioso.

    -la comida estuvo deliciosa…-siguió Shinobu

    -y la fiesta…interesante- exclamó Akihiko al último.

    -pero…tenemos que darnos prisa y llegar a nuestro destino…Así que muchas gracias por todo- exclamó Ritsu lo más rápido que pudo mientras hacía una leve inclinación con la cabeza y siguió caminando.

    -¿seguros que no quieren desayunar primero?- preguntó con media sonrisa Takafumi, los chicos entornaron los ojos mirándole…

    -¡NO!- dijeron al mismo tiempo…lo que les había dado bastante gracia a la familia.

    -Gracias por todo….adiós- exclamó Akihiko, quien extendió al mano a Misaki quien era el último, y este la tomaba con rapidez para salir de esa casa lo más antes posible…sin ninguna interrupción y sin mirar atrás…tendrían que recordar definitivamente en un futuro no pasar JAMÁS por allí…

    …..

    Kirishima soltó una risa tranquila pero bastante larga, Hiyo sonrió mientras cargaba en sus brazos a su pequeño minino quien como siempre, parecía contarle secretos al oído…

    -…¿has visto eso cariño?- preguntó Zen a su marido. Este le regresó la sonrisa mientras se cruzaba de brazos.

    -Le ha dado la mano…- exclamó el doncel levantando una ceja con media sonrisa…

    Nuestra predilecta pareja romántica no sabía que tendrían que pasar unas cuantas pruebas más de camino a “casa”…
    .
    .
    .

    Continuará…
  4. .
    Hola Hola querida Mely¡ :3

    Si que has demorado bastante con tu conty¡, era una de las que más
    esperaba¡ >.<....aunque ahora mismo yo ando en las mismas <.<u
    había tenido algunos problemas que me han quitado bastante tiempo...
    pero en fin, jejeje, me ha encantado la conty, la confución de Miyagi...
    jajajaj que tierno :P....vamos, vamos¡, si Usagi piensa no rendirse tu
    tampoco lo hagas Nowaki¡¡¡ D: ....ya quiero saber que pasará¡¡¡

    Espero puedas actualizar pronto tu otro fic también¡¡¡ :3
    Animo y éxito en todo lo que hagas¡, aquí estaré leyendo tus
    lindos fics¡¡
    Besitos de manzana acaramelada para tu :)

    Misagi * *
  5. .
    Hola¡, cómo están?...espero que bien :3, pues yo aquí trayéndoles la conty un poco atrasada xD, es que hoy tuve mi examen de sintaxis u.uU y necesitaba estudiar en serio¡¡¡ :P, así que pues bueno…espero les guste…muchas gracias por leer y comentar… besitos de melón para todos¡¡¡… especiales de sandía con chile piquín xD para : Anne onodera takano y Melyoan

    Espero actualizar pronto¡

    Misagi * *






    Capítulo 36: “¡¿Y ahora un baile?!” parte 1

    Eran aproximadamente las 8 de la mañana cuando todos se encontraban saliendo de casa de Chiaki y Tori. Después de un buen desayuno, de más agradecimientos, de pataletas del pequeño Asaki y de una promesa de volver a verse, la fría mañana galardonó la salida de “regreso a casa” de nuestros viajeros-salvadores.

    Al medio día, los 6 chicos se permitieron tomar un pequeño descanso y recolectando lo que pudieron disfrutaron de un pequeño almuerzo, en un par de horas estaban listos para seguir su camino. Hasta delante iban Mune y Ritsu, quienes iban a cargo de un pequeño mapa que les habían facilitado los magos sobre las mejores rutas que podían tomar para llegar más rápido a su destino; Si todo iba bien, planeaban no tardarse más de dos semanas, ya que a diferencia del otro mapa, en el cual tenías que buscar las pruebas y dar muchas vueltas, este era simple y acortaban varias rutas. Detrás del oji-verde y Mune, iban Miyagi y Shinobu, quienes platicaban cosas triviales o contaban gracias que hacían reír al rubio, de cuando en cuando Miyagi cargaba en su espalda al lindo oji-gris, pues el grillete había lastimado su tobillo y constantemente le hacía cojear cuando pisaba por mucho tiempo. Para “desgracia” de Misaki…él iba hasta atrás JUNTO a Akihiko. Claro que él no sabía que los chicos los excluían al propósito para “ver” que podía hacer el peligris… con “aquél insignificante asunto”…

    Misaki pensaba en que no podía ignorar al guapo príncipe, si este tan cortés iniciaba una plática con él, intentando entablar una conversación decente. El evitaba mirar esos ojos violetas que le ponían tan nervioso ,y sonrojado bajaba la cabeza, apenado por esa penetrante mirada y la voz tan profunda y varonil que poseía el más alto. Él le preguntaba de todo, pero principalmente de su familia, de sus gustos, de sus pasatiempos…y el varón le contaba de todo el tiempo que estuvo encerrado en la mansión de aquella horrible bruja. Misaki se había resignado a hacerle compañía al caballero, pues no quería “ser un mal tercio” entre las otras parejas…

    Akihiko, por su parte, observaba extasiado la peculiar manera del doncel de hablar y contar una historia, su bella y jovial voz, la manera graciosa en la que movía su manos, los tiernos pucheros que hacía su cara al contar algo desagradable o vergonzoso…pero lo que lo tenía maravillado eran los dulces sonrojos que ocasionaba en el castañito y ese tierno intento por ocultárselos…fallido claro…definitivamente perfecto, pensaba el príncipe. Desde que le había visto prácticamente, Akihiko se había dado cuenta que definitivamente quería llamar la atención de aquél doncel y al ver la “química” que tenían por naturaleza, no lo dudó más. Esa noche se había prometido intentar a las buenas, conquistar a su hermoso salvador…si, esa sería su meta.

    Sin embargo sabía que su intento de “conquista” era un arma de doble filo, y eso era…

    -oye…Misaki, quisiera darte las gracias de nuevo por todo lo que has hecho por mi y mi familia…siempre te estaré muy agradecido…no sé cómo pagarte- exclamaba con una pequeña sonrisa, que hizo estremecer al oji-verde, quien tenía su rostro rojísimo y avergonzado, más cuando la mano del mayor sujeto una suya.

    -yo…yo…no diga eso alteza…por favor- rogó. Akihiko sonrió más por aquella humildad y ternura que emanaba el más pequeño.

    -tonterías…debes pedirme algo. Te lo daré, sea lo que sea, tómalo como mi…agradecimiento- exclamo el mayor, mientras llevaba la mano sujeta del doncel a sus labios, y depositaba un sutil beso en el dorso de la suave mano…sin despegar su vista de la nerviosa esmeralda…

    -¡A-Akihiko-san!- murmuró a punto de estallar de la vergüenza Misaki sin saber si retirar su mano por la gran vergüenza que sentía o dejarla por ser una falta de respeto…

    -¿qué sucede Misaki?- exclamó inocente el oji-violeta, despegando al fin sus delgados labios de la mano del menor…quien tembló como una hoja al viento cuando sintió las yemas de los dedos del príncipe tocar su sonrojada mejilla.



    -¡KYAAAAAAAAAA!- era el gritito que había escuchado Ritsu y más que rápido había regresado a ver a “esos 2”…encontrando con la deplorable imagen de un conejito gris en el suelo y un sonrojado Misaki alejado del animalito. Ritsu bufó irritado y Mune pasó una de sus manos por su rostro frustrado…Miyagi los regresó a ver y casi pudo leer en sus pensamientos un “¡que idiota!”…Shinobu sonrió divertido…si el príncipe “violeta” quería ganarse el premió “verde” tenía que esforzarse más y tener paciencia… ¡mucha paciencia!...después de todo se trataba de Misaki…

    Con paciencia, y al ver que Misaki no se le acercaría al menos por bastante tiempo, Ritsu tomó a su orejudo amigo en sus brazos y siguieron caminando. Shinobu retomó una vaga plática con Misaki para pasar el tiempo, mientras Onodera susurraba un pequeño “¡¿Qué rayos le hiciste?!...y casi podía jurar que el esponjoso ser en sus brazos le regresaba una violácea y desesperada mirada de “¡yo no hice nada!”

    Bien, tenían que arreglar ese asuntillo…

    El día transcurría sin ningún inconveniente y casi cuando la tarde estaba por caer Akihiko regresó a su forma natural. Misaki se sonrojó un poco…por qué presentía que aquello era su culpa, aunque no estaba muy seguro tampoco. Tan solo permaneció allí, al sentir como el mayor se paraba a su lado, pero esta vez no decía nada…sino que respetaba su plática con shinobu…El rubio notaba todos esos cambios, el punto era sencillo…había chispa allí, solo hacía falta avivar esos sentimientos…para eso Misaki tenía que dejar de “temerle” al príncipe… rio un poco por eso.

    Faltaba muy poco para que la noche llegara en todo su esplendor, lo colores naranjas rojizos y amarillos adornaban el cielo del atardecer, y cansados de tanto caminar por el bosque se detuvieron un poco tomando asiento en un claro muy hermoso.

    -chicos, ya es tarde, habrá que buscar un lugar seguro donde dormir- propuso Masamune. Todos accedieron ante esa idea, pero Misaki observó como “algo” se movía entre unos arbustos.

    -allá- exclamó más para sí que para el resto, aun así... no pudo evitar que el resto se pusiera de pie cuando este se levantó a perseguir “eso”.

    -Misaki espera- exclamaba Ritsu , observando como el doncel buscaba entre los arbustos…y justo cuando pensó que no le alcanzaría lo atrapó en sus manos.

    -¡te tengo!- exclamó con alegría. El resto se había acercado a ver de qué se trataba y sonrieron entre despreocupado y divertidos…Misaki perseguía a…

    -¿un gato?- exclamó Shinobu, curioso, acercándose al pequeño minino negro de hocico y puntitas de las patas en color blanco.

    -es lindo ¿no crees?- preguntó Misaki, el rubio asintió dándole la razón mientras tocaba esas esponjosas orejas. Misaki pensaba que era extraño que un gato se encontrara solo en el bosque…claro al menos que fuera un mago…pero no creía que fuera el caso…-¿te has perdido acaso?- preguntaba ladeando el rostro. El gato le imitó, con lo que podría parecer una sonrisa..

    -miau…-

    -¡Sorata!-

    Un grito de un infante, al parecer, les congeló la sangre por unos segundos. Aunque después de eso siguió la sorpresa…pues en unos segundos una niña apareció frente a ellos, con una gran sonrisa en su rostro y una cara de alivió cuando observó al gatito negro en brazos de Misaki…

    La niña de cabellos castaños claros al igual que sus ojos que le miraron con agradecimiento…

    -¡Hola!... ¡Muchas gracias por encontrar a mi pequeño gatito Sorata!, Me llamo Hiyori, ¡pero díganme Hiyo , por favor!- exclamó con una gran sonrisa.

    ***************************************************************************

    No tardaron mucho para llegar a su destino. Hiroki y Nowaki fueron muy bien recibidos de inmediato, Hiroki más sorprendido que el oji-azul, pues no había visto venir a Hisa-san hasta que le tuvo estrechando entre sus brazos.

    -¡mi querido Hiro-chan! ¿Estás bien?, ¿te han lastimado?- preguntaba preocupada estrechándole con innecesaria fuerza entre sus brazos. Hiroki se sonrojaba por la atención mientras sonreía nerviosamente.

    -e-estoy bien Hisa-san, no tengo in un rasguño- explicó.

    La pareja había pasado todo el resto de la tarde con la monarca contándole todo lo acontecido con la guerra “interrumpida” y lo que sucedió con Mason, la peli azul se había mostrado sorprendida y conforme con las decisiones que había tomado el oji-turquesa. Entrada la noche, y con el sueño invadiendo al lindo castaño, ambos se fueron la habitación de éste.

    Apenas entraron Nowaki vio con bastante gracia como el castaño prácticamente se lanzaba a la cama, y boca arriba casi ocupando todo el espacio de la cama empezó a dormitar. El oji-azul le miro con ternura, más rápidamente una sonrisa traviesa adornó su hermoso rostro.

    -hoy fue un día extraño…pasaron muchas cosas- exclamó Hiroki ajeno a los pensamientos de su koi, con los ojos cerrados- ¿Quién hubiera pensado eso de Mason-san?...¿no lo crees?- Hiroki volteó a ver hacia donde estaba su azabache cuando este no le respondió- ¿Nowak..?-

    El menor no había terminado de hablar pues su muy sexi tritón había capturado sus labios en un rápido movimiento, que el castaño apenas se había enterado cuando ya estaba sobre él. Aquello había sido inesperado y seguro reñiría al menor por andar interrumpiéndole al hablar, sin embargo no lo haría en ese momento…

    -Nowaki…umm- gimió tan suavemente que pareció un susurró cuando sintió los tibios labios de su oji-azul recorrer su cuello-… ¿q-que…crees que haces… maldito… mocoso?- murmuró frunciendo el ceño con el rostro sonrojado, más no por eso se abstuvo de rodear con sus brazos el cuello del menor, que lanzó una pequeña risita mientras se acomodaba mejor entre las piernas de su castaño…

    -voy a amarte toda la noche…Hiro-san- susurró el menor, mientras recorría con una mano una de las firmes y suaves piernas del oji-avellana, quien jadeó levemente tratando de reprimir un gemido…quien sabe si por la caricia, si por la atrevida “advertencia” susurrada a su oído…o simplemente porque su “compañero” era él…

    Bien, al parecer había una forma de quitarle a Hiro-san al cansancio, y mientras funcionara no la desperdiciaría… ¡bendita sensibilidad!...pensaba divertido el azabache…

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    -Hiyo…-murmuró Misaki sin despegar la vista de la niña- un placer- sonrió sin quitar su rostro de sorpresa…¿Qué hacia una niña allí?- soy…Misaki-

    La infante mostró una sonrisa radiante al ver al muchacho oji-verde y a sus acompañantes.

    -etto…toma, creo que es tuyo- exclamó el castañito extendiendo el pequeño minino de ojos brillantes, la niña lo tomó y lo estrechó entre sus brazos…- es muy lindo-

    -¡si!- habló Hiyori- me lo regaló mami, ¡desde entonces le he cuidado muy bien!- exclamó orgullosa. Los chicos la miraban curiosos, pero no decían nada- por cierto…ya es tarde, y puedo ver que son viajeros…mis padres estarán muy contentos de conocerlos y de haberme ayudado a encontrar a mi pequeño Sorata, ¿querrían pasar la noche en nuestro hogar?... ¡vamos, está muy cerca de aquí!- preguntó con su enorme sonrisa y acariciando elegantemente la cabecita del minino. Los chicos se regresaron a ver entre si…

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    Bueno, aquella no había sido una decisión tomada con mucho tiempo…es más dudaban al menos haberla pensado…pero ya era tarde para arrepentirse. El oji-verde menor casi si atraganta con su propia saliva al ver el “humilde hogar” de la niña; pues cuando menos se lo esperaron ya estaban frente a una hermosa mansión de tonalidades azules y crema.

    -…¿vives aquí?- no pudo evitar preguntar Shinobu con evidente sorpresa.

    -si…aquí vivo junto a mi familia y Sorata, ¿les gusta?- exclamaba de lo más contenta la castañita. Algunos se permitieron susurrar un pequeño “si” y otros simplemente asintieron.

    Recorrieron los jardines lentamente maravillándose con las bellas flores que había allí, el acabado de todo era sencillamente sublime. Atravesaron la entrada principal, observando con detenimiento el recibidor. Solo vieron como Hiyori dejaba al pequeño Sorata en el suelo y este se fue corriendo hacia algún lugar…

    -¡Hola mami ya llegué!-

    Todos regresaron a ver hacia donde la niña miraba, observando sorprendidos a la silueta que aparecía justo al inicio de las escaleras que dan al segundo piso-Era también un…

    -Eso es lo que veo…Hiyo- El poseedor de esa voz no era nadie más que un bello doncel que no pasaba seguramente los 30 años, de un porte elegante y mirada sobria y calculadora. De cabello oscuro al igual que sus ojos brillantes, lo que más sorpresa causaba en los chicos era que estaba ataviado en un bellísimo kimono japonés de colores azules y dorados…parecía como si fuera a ir a una…fiesta- …veo que has traído compañía…- la voz del doncel hizo que el resto pusiera atención- ¿paso algo que tengas que decirme?- exclamó serio, Hiyo sonrió nerviosa y pícaramente antes de contestar…

    -me han ayudado a encontrar a Sorata, son unos viajeros y pensé que tal vez…- exclamaba la niña jugando con sus dedos…

    -Hiyo…- advirtió el doncel. La niña hizo un puchero…

    -¡déjalos quedarse, por favor mami, además así podrían quedarse a la fiesta!-

    …. ¡¿fiesta?!..... Exclamó el subconsciente aterrado de los 6 chicos….

    -disculpe…pero creo que no…- trataba de excusarse Masamune lo más antes posible para salir de allí.

    -tonterías…la fiesta empieza en 2 horas, quédense…por agradecimiento a ayudar a nuestra pequeña Hiyo- exclamó una segunda voz, el resto regresó a ver a un bien parecido caballero de características idénticas a Hiyori…por lo que dedujeron rápidamente que era su padre… este, ataviado en un fino traje, se acercó hasta donde estaba su doncel y se paró a su lado-por favor…Hiyo estará muy decepcionada si no aceptan mi invitación- dijo elegantemente…

    Los muchachos se regresaron a ver con un gesto bastante preocupado y después vieron a Hiyo quien hacia tiernos pucheritos simulando su “decepción”…”malcriada” pensó Shinobu imitando un puchero así…haber en que lío se metían ahora…

    -b-bueno…-murmuró Ritsu al observar como todos habían aceptado aquella “obligatoria” invitación.

    -¡perfecto!, me alegra que hayan aceptado…ya verán que será bastante…entretenido- exclamó con una sonrisa enigmática. Los chicos trataron de sonreír ante aquello….pero les dio un escalofrío extraño- ¡pero antes! Permítanme presentarnos…Mi nombre es Kirishima Zen , mi esposo Takafumi Yokosawa- exclamó abrazándole un poco, mientras este le regresaba a ver entre molesto y avergonzado -y mi pequeña Hiyo, que ya conocen.

    -un placer…- exclamó el doncel. Lo chicos asintieron y respondieron.

    -igualmente…-

    Unos segundos incomodos pasaron, hasta que Yokosawa fue el que habló…

    -pues bien…si han de quedarse habrán de vestir para la ocasión…no se preocupen de nada…por favor, la servidumbre hará su trabajo, nos vemos en un rato, disfruten su estancia aquí - exclamó, para sorpresa del resto, regalándoles la primera sonrisa en su rostro…

    -g-gracias- murmuraron Mune y Misaki sin saber muy bien que decir ante aquello…

    -un placer…- fue lo último que escucharon de aquél azabache antes de que 6 mucamas salieran de “quien sabe dónde” y se los llevaran a rastras a un lugar desconocido para ellos…

    Unos silenciosos segundos pasaron, y la familia no se había movido de la habitación, el chillón aullido del pequeño Sorata interrumpió aquél sepulcral silencio. Hiyo lo tomó entres sus manos… y acercó el pequeño hocico del animal a su oído…como si este le dijera un secreto…

    -¿eso crees Sorata?... ¿por eso me llevaste a ellos?- hablaba la niña, de lo más normal con el gato.

    -así que ha anticipado su llegada…ha pesar de ser tan anciano no ha perdido su “toque” ese gato caprichoso- exclamó el doncel con media sonrisa.

    -al parecer tienen problemas…- exclamó Zen sonriéndole a su marido, este le regresó la sonrisa-…habrá que ayudarles un poco….¿no crees cielo?-

    -haber que se puede hacer…- murmuró el otro, contra los labios del más alto, que lo agarró por la cintura para acercarlo a su cuerpo.

    .
    .
    .

    Aquel sorpresivo asalto de la servidumbre de la mansión los había dejado formalmente arrepentidos de haber entrado allí. Shinobu y Miyagi habían sido empujados a una habitación, en la cual mas sirvientes entraban y salían con varias “ropas” y accesorios…unos con Miyagi en la recamara, y otras con Shinobu encerrados en el baño. Ritsu y Masamune habían ido a dar también a otra habitación…el varón fue desvestido y vestido con rapidez con otra diferente en la pequeña ante sala de la habitación y el menor se resistía fervientemente a que le desnudaran y lo metieran en ropa tan “vergonzosa” …o eso haba escuchado Mune que gritó cuando las muchachas al fin lograron deshacerse de su ropa. Misaki y Akihiko estaban también en su propio problema, pues el mayor fue encerrado en el baño, negándole la salida gasta que saliera vestido con ese “traje”…mientras Misaki sonrojado intentaba impedir que le quitaran su ropa y le vistieron ellas…tanto que hasta había prometido ponérsela con tal de que ya no le tocarán más…sin embargo aquello era irreal… ¿Dónde se habían metido?...¡¿Qué carajos pasaba?! Y lo más importante ¿por qué vestían “ESO”?…

    La puerta de la habitación en donde hasta hace poco vestían a Ritsu y Mune fue tocada repetidas veces… hecho un manojo de furia, vergüenza e indignación el oji-verde se dirigió a abrir la puerta…¡más le valía que si era un sirviente les regresaran su maldita ropa!… y es que una vez terminaron de “vestirles” se habían llevado toda prenda que se hubiese podido usar para cambiarse…¡ho si los mataría!...

    -Hola…-

    Ritsu relajó “solo un poco” su ceño y miró a la niña sonriéndole divertida seguro por su apariencia…pero para a él eso era ¡¡¡sumamente vergonzoso!!!

    -Hiyo…¿qué rayos acaba de pasar y porqué nos han cambiado al ropa?- exclamó con un tono lo más tranquilamente que pudo.

    -¿Qué no lo recuerdas?...mami dijo que tenían que estar vestidos para la ocasión- exclamó con una mirada inocente. Ritsu frunció el ceño y una de sus cejas empezó a temblar… no quería saber la respuesta… de eso estaba seguro…pero no había opción…¿en qué demonios se habían metido?....

    -¿Qué…ocasión?- preguntó con voz entrecortada.

    -…¡un baile de disfraces! Por su puesto-

    Ok… esto era formalmente espantoso.
    .
    .
    .
    Continuará…


  6. .
    Hola, ¿cómo están?...etto >///<, perdón por la tardanza¡¡¡, lo siento de verdad, pero es que hay varias cosas que se me juntaron…no pensé que la escuela me pudiera maltratar tanto en 3 semanas <.<u…y además tuve que cuidar a mi mami que pasó por una cirugía un tanto riesgosa….y pues eso aconteció estos últimos días de mi vida :P. Muchas gracias por su paciencia y por leer¡¡, mi se los gradece mucho¡¡¡.

    Pues tarde, peros seguro les traigo el siguiente capítulo :P, creo que me explayé un poco con los diálogos…pero había cosas que necesitaba explicar. Y pues bueno, espero que les guste. Y con la noticia que a partir del siguiente capítulo integraré más personajes, que aunque temporales (de un solo capitulo) espero sacar algunas sonrisa de ustedes :P…muchas gracias por leer y comentar… ¡Espero nos leamos pronto!



    Melyoan: hola¡, mucha gracias por comentar¡¡, jajaj , yo también quería armarle un relajo a Mason con el asunto de Aikawa…pero al final salió así :P, ya verás como trmina todo este asunto del líder. Besitos de durazno :3

    Anne onodera takano: hola¡¡¡…gracias por comentar, me alegra que te haya gustado el capítulo…si Haruhiko y Keiichi tienen todavía bastante obstáculos que superar y pues bueno, ya te enterarás como terminará Mason con todo este relajo. Besitos de naranja…

    Yûko-chan: Hola¡¡¡, gracias por leerme y comentar, me alegra que te vaya gustando como va mi fic. Si ,ya verás cómo se desarrollará la relación de Misaki y Akihiko…y vaya manía de Keiichi :P de escuchar todo a medias, espero te guste la conty, besos de zarzamora para tu¡

    Nethy Takahashi: Hola¡¡, mucha gracias por seguir mi fic y comentar. Me alegra que te vaya gustando como va la historia…jajaj si , yo también tenía otro planes para Aikawa pero se mi hizo muy cruel separarla de Haruna :P, gracias por espera mi actualización….espero te guste la conty, besos de mango y abrazos de oso para tu¡ …

    Misagi * *






    Capítulo 35: “No hay un mejor líder”


    Tsumori estaba expectante a los que pudiera desatar la sorpresiva noticia. No estaba seguro que pasaba por la cabeza de todos los usuarios de la magia, pero sí que era palpable la sorpresa. Evidentemente todo había sido repentino, algunos brujos incluso demostrando su repulsión o severo disgusto mirando con su ceño fruncido a Mason. Tsumori enfocaba sus orbes mieles con seriedad a todos, imponiendo su fuerza y su disgusto al observar como visiblemente juzgaban a SU amo. El rubio miró a Mason. Estaba Imperturbable. Serio, miraba casi disimuladamente a todos los brujos, magos y demás criaturas frente a él. Sereno y tranquilo. Quizá esperando también alguna respuesta…negativa.

    Ya habían pasado quizás unos 5 minutos, y Misaki no había podido recuperarse de la sorpresa. El resto de los chicos estaban igual… ¿un doncel?...el líder de la magia…¡¿un doncel?!...¡enserio?... y por juzgar en el rostro de todos los usuarios de la magia presentes…no estaban de acuerdo con él…¿por qué?...¿acaso la noticia había sido también una sorpresa para ellos?...

    -¿esto…si que es una sorpresa?- murmuró con los ojos muy abiertos Kaoruko. Entonces Misaki comprobó que la sorpresa también era para ellos.

    -¿Por qué lo dices?- preguntó el oji-verde con curiosidad.

    -se supone…que no podría ser. Un doncel no puede ser líder de la magia- exclamó ensimismada. Los chicos a su alrededor abrieron mucho los ojos por la sorpresa.

    -¿Qué?... ¿por qué?- preguntó Hiroki frunciendo el ceño, eso era en definitivo discriminatorio.

    -nadie lo sabe. Pero es una de las normas más supremas inscritas en el Reglamento de la Magia. Un doncel no puede ocupar el puesto. O eso es lo que dice allí. E-esto no pinta bien en cualquier momento pareciera que ellos…- exclamó preocupada, mirando a su al rededor todos los brujos se acercaban o se movían incómodos en su lugar observando furiosos a Mason.

    -¿tu… sabías algo sobre esto?- murmuraba en otro lado de la explanada Yuu, preguntando a Mino que estaba al lado suyo. El oji-dorado apenas negó con la cabeza, totalmente absorto con la recién noticia. Yanase frunció el ceño, consternado y en total indignación con esa regla…más nunca pensó que precisamente fuera Mason quien la irrumpiera…¡nadie lo hubiera predicho!...sin embargo la preocupación lo invadía en ese momento al ver a su al redor , y así se lo hizo saber a su koi –Mino…no me gusta la situación…les podrían hacer daño…- exclamó apretando levemente el brazo de su mago castaño. Este asintió y le regresó la mirada.

    -también te diste cuenta…-exclamó el mayor. Yanase asintió.

    -lo sospeché apenas apareció. Pero simplemente lo dejé pasar por alto porque me parecía ridículo…viniendo de un “varón”…Mino-koi…-chilló el nombre de su ex -sensei…- él definitivamente está embarazado. No debería estar aquí…y ¡menos diciendo esto!. Es demasiado peligro-

    -También pienso eso. Tsumori está bastante agotado. La técnica de Jomei lo debilita. Habrá que intervenir-

    Yuu asintió. Ambos se dieron una última mirada acordando intervenir por si cualquiera atentaba algo en contra de su “aun” actual líder. Y al juzgar por los rostros de varios magos presentes, contando a Hatori y Kaoruko…había varios que participarían con aquello…Habían tomado esta decisión cuando una voz plagada de rabia y desdén habló.

    -Maldita sea por siempre la sucia sangre cobarde de Ijourin en ti, ¡Y maldito tu estúpido estado de doncel!- escupió el hombre al suelo, dedicándole una sonrisa profunda de odio y socarronería- ¡YA SABÍA YO QUE ALGO QUE VINIERA DE GIN NO ERA ALGO BUENO!¡púdrete en el infierno, aberración!- habló el hombre, los murmullos entre los presentes no se hacían esperar, otro indignados y enfurecido con el regordete brujo hablador, y otros más apoyando las ideas de éste. Ho si. Una vez descubierta su identidad empezarían a aparecer aquellos comentarios sobre su pasado…sobre la relación con todos aquellos que habían ganado nada más que profundo odio de él, Mason estaba consciente de eso. Tsumori frunció el ceño apretando su arma con mucha fuerza en la mano…sus ojos enrojecidos y furiosos. Gimió un poco tratando de controlarse mientras fulminaba al hombre con la mirada.

    -tranquilo…te necesito sereno…-escuchó la suave voz de su azabache hablándole. Se perdió…por su bien, un momento en los preciosos ojos turquesa que pedían tan desesperadamente que no perdiera el control…respiró un poco bajó la cabeza y asintió- gracias…-

    Mason dejó de mirar a su novio-aprendiz, y miró fijamente y seriamente a aquél hombre. No era que no le hubiera lastimado aquello, pero debía mostrar la misma fiereza con la que entró y se mantuvo en el puesto, no iba a regresar a lo mismo, ya no. Ya que ahora no tendría solamente que defenderse a él mismo…sino a su familia. Se tomó un respiro y caminó escaso dos pasos hacia enfrente, tragándose las lágrimas de unos recuerdos amargos.

    -no te atrevas a compararme con alguien. Y mucho menos con el hombre que se dijo ser mi padre. Que tú no sabes lo que fue ser hijo de ese hombre. Mira, que aun tú, que le conociste, puedes enumerar bien nuestras diferencias- dijo con seriedad. Todos le escucharon atentos y sorprendido. Tsumori desvió la mirada ,el conocía mejor que nunca el significado de ese hombre para su oji-turquesa- Soy doncel…¿y qué?- exclamó casi con altanería sorprendente- recítame lo que ha cambiado desde que “sabían” que era un varón hasta este momento- exigió mirando no tan solo a aquél hombre quien había callado, sino al resto de sus escuchas. Por algunos segundos todo se mantuvo en silencio.

    - exiges que se respeten las reglas…pero también las has roto…¿cómo pretendes que reaccionemos?- exclamó otro brujo bastante joven, mirándolo casi con recelo…como si no estuviera seguro todavía de su verdadera decisión. Como si esperara que tratara de convencerle…

    Mason miró al chiquillo; iría a responderle…pero para su sorpresa alguien contestó por él.

    -menciona aquí, enfrente de todos las repercusiones negativas que hayan surgido a partir de las decisiones tomadas por Mason-san…y entonces tendrás derecho a reclamar cualquier cosa- habló con bronca Yanase. El brujo le regresó a ver y bajó el rostro- reclamen, griten y hagan bullicio cuando se rompan reglas que tienen que ver con la injusticia o con algo que les ataña directamente. No con estupideces impuestas por un discriminador machista- exclamó con el ceño fruncido.

    -el punto es que ha roto una regla- exclamó una bruja, queriendo ignorar lo anterior. La risa socarrona de Yanase se escuchó.

    -ja…los brujos hablando de reglas- La mujer se sonrojó indignada.

    -el punto es que se creen mejor que él- habló Hatori cruzando se brazos. Los brujos le miraron, mirando engreídamente entre ellos.

    -por su puesto…no creas que es muy importante…es un doncel. El no es fuerte-retaba iluso uno de ellos.

    -¿te atreverías medir tu fuerza con él ahora mismo?...- se metió por primera vez Kaoruko. Elevando una de sus finas cejas.

    -No …debe ser tan fuerte…- murmuraba el hombrecillo.

    -¿entonces, creen que podrían arrebatarle el título…justo ahora…solo porque es un doncel?- exclamó reprimiendo una burla Mino.

    -¡por supuesto!- gritó uno de los brujos. Hatori se permitió soltar una leve risa.

    -ja, ni siquiera podrías vencerme a mí, ¿realmente crees que podrías con él?- preguntó sarcástico el guardián de las montañas nevadas.

    -¿acaso me estás retando Hatori?- preguntaba el hombre furioso. El oji-gris borró su sonrisa y elevó una de sus cejas.

    -tómalo como quieras- exclamó frunciendo el ceño.

    -¡él no es el mejor!- discutía otro hombre, pero este con Mino.

    -ummm, interesante deducción… pero sin bases….¿y según tú…quién es?- preguntó el oji-dorado de brazos cruzados.

    -¡podría ser cualquiera…menos él!- estallaba sin decir algo especialmente coherente- ¡ni tu eres tan fuerte!- gritaba apretando los puños, mientras apuntaba con su cetro totalmente negro a Mino.

    -baja eso…o tendré que lastimarte- advirtió el otro.

    -¡maldito seas Yanase!- gritaba esta vez la bruja que había hablado primero con el mago-doncel- ¡te mataré!...-

    -no me importa lo que digas bruja…-le contestó el jovencito.


    Misaki y el resto veían aquello con gran sorpresa. Por qué no tan solo eran ellos los que discutían ahora sino todos los usuarios de la magia presentes, unos a otros se gritaban y empujaban o gruñían defendiendo u ofendiendo a Mason. Esto había resultado ser un tema muy importante para ellos, discutible y casi peligroso, pues Misaki aún no olvidaban que se encontraban con seres mágicos con técnicas letales que podrían hacerles bastante daño. Había sido tan rápido como aquello había evolucionado a una gran discusión, en los que dos o más brujos y magos discutían entre ellos…

    Mason se había quedado sorprendido y quieto en su lugar, aquella reacción le había tomado por sorpresa…sonrió casi agradecido…no esperaba ser realmente apreciado y defendido de esa manera…bajó un poco el rostro…

    -¡el problema es que no podemos tener un líder débil!—

    Fue el grito que se escuchó en toda la explanada, tan fuerte que el eco vibró algunos segundos más en el lugar. Todos se habían callado de nuevo, sin embargo lo que no se esperaron fue como…producto de un movimiento de varita rápido, un poder bastante grande fue lanzado directo hacia el oji-turquesa...con el reciente atisbo de “valentía” por parte de ese mago, si es que se puede decir así, muchos más apoyaron aquello y un sinfín de poderes atacaron el lugar en donde se encontraba el líder doncel y su guardia… Mason extendió su mano hacia el frente…Tsumori chasqueó la boca preocupado…frunció el ceño…

    Todo pasó en cámara lenta…

    Misaki y Hiroki casi dieron un paso asustados al frente, observando desde algunos metros atrás aquella desgracia. Kaoruko había llegado justo a tiempo frente a la “legión de Usami” para protegerles de cualquier cosa…mientras observaba como Shinobu y Ritsu habían pensado lo mismo poniéndose hasta al frente defendiendo al resto. Yanase corrió hacía donde estaba Mason, Hatori y Mino también…Algunos magos habían alcanzado estirar su mano tratando de hacer un contra- hechizo…la mayoría de los brujos mantenían sus armas dirigidas hacia el oji-turquesa…

    ¡¡BOMMMM!!

    La explosión se oyó en el lugar.

    Todos en su mayoría terminaron en el suelo, tratándose de cubrir del campo de fuerza que los había empujado hacia atrás…Miraron todos hacia un mismo punto…el humo obstruía la vista de todo…

    -Mason-san…-murmuró Yanase, levantándose un tanto adolorido…

    *************************************************************

    Asuka se sentó cómodamente en la silla, mientras lanzaba nuevamente un suspiro al aire. Sus ojos violetas se perdieron en ningún objeto en especial que adornaba la habitación. Apretó contra su pecho la carta que acaba de escribir…pidiendo a Kami por favor un poco de paz para su reino y toda su familia y amigos en general. Anhelaba con todo su corazón que al fin acabaran todas estas épocas de guerra y todo volviera a ser igual…como cuando estaba con ellos aun su querido Akihiko…

    Su mirada violeta se fijó en una carta de sobre rosado que reposaba en alguna parte de escritorio, lanzó otro suspiró cuando releyó la perfecta inscripción en letra cursiva: Para Asuka…de Kokona Kai. El día anterior aquella carta había llegado a sus manos. Escrita claramente por Kai, su hermana, la madre de Masamune. En la epístola venía escrita la situación por la que pasaba el reino Marukawa, y las complicaciones que tuvieron con una “casi” declaración de guerra, más los rumores de que Haruhiko y Yura habían vencido en Usami convinieron también para su reino. Expresaba también el anhelo y la espera victoriosa de su hijo Masamune y su sobrino Akihiko.

    Asuka se levantó al fin de su asiento y prontamente mandó a llamar a un mensajero, quien se presentó respetuosamente frente a la monarca, reverenciándola un poco. La carta completamente blanca y con el sello de una rosa en cera blanca, signo del sello de Asuka, reposó en las manos del vivaracho mozo. El sobre recitaba la nota: Para: Arimi Kaede…de: Kokona Asuka.

    -llévalo a Sumi cuanto antes por favor- sonrió la peliplata, el muchacho asintió y tan pronto montó su caballo salió hacia aquél reino. Asuka observó al muchacho perderse entre la lejanía de su reino, y sonrió, mientras el resto de los chicos peleaban en otro sitio, lejos de casa; ellos no se quedarían de brazos cruzados. Protegerían sus reinos a como diera lugar…y para eso había que estar informados todos de lo que pasaba, especialmente con estos reinos que estaban más relacionados entre sí, y que representaban para el exterior una amenaza…Los problemas que se venían para ellos tampoco eran fáciles…y seguramente perjudicarían a varios más…uno de ellos era aquél “matrimonio maldito”…tenían que convocar una junta a con el Concejo…Asuka creía que ese era el primordial…por ahora.

    **********************************************************

    Misaki se levantó con gran rapidez del suelo, tan pronto sintió que la tierra había dejado de temblar, sus ojos verdes se habían abierto mucho con bastante preocupación…reprimió un gritillo al ver como la tierra revuelta había formado que nubes de humo se levantaran entorno al líder de la magia y su legión.

    -¡Mason-sama!- había gritado inconscientemente, intentando aproximarse hacía allí. Frunció levemente el ceño, cuando una mano se había cerrado en su brazo. Su rostro se sonrojó un poco al ver al poseedor de los ojos violetas.

    -es mejor que no vayas, es peligroso- exclamó el peli-plata. Misaki bajó un poco la cabeza asintiendo, seguido miró hacía donde se encontraba el mago.

    -tranquilo Misaki, Akihiko tiene razón. Además…mira exclamó Hiroki mientras se terminaba de levantar y señalaba hacia la enorme bruma de humo. Misaki enfocó sus esmeraldas hacia allá y sonrió. El resto de los chicos miraba aquello también aquello.


    Prontamente el humo se disipó. Y el, sorprendido y asustado hombrecillo que se había atrevido a atacar al oji-turquesa, había soltado su varita mágica, abriendo la boca con desesperación y asombro ante lo que veían sus oscuros ojos…

    -…está vivo…-murmuró.

    -ja, más que eso, idiota- exclamó Yanase sacudiendo un poco su traje que había quedado lleno de polvo—jajajaja, tu ataque no le hizo absolutamente nada- sonrió traviesamente. Frente a ellos, estaba más que fresco e intacto su “querido” líder. El oji turquesa mantenía su ceño levemente fruncido, y su mano extendida hacia enfrente todavía. Tsumori había cedido ante la técnica de protección de Jomei, ahora se encontraba arrodillado y solo 3 esferas permanecían alrededor de todos ellos. Hiroki observó que la varita del lindo doncel permanecía cómodamente abandonada en la otra mano relajada del azabache…es decir…¡no la había usado!...

    -es…es como Akihiro…-murmuró el oji-avellana. Kaoruko no dejaba de sorprenderse por la información que tenía Hiroki, pero le sonrió y respondió.

    -así es, Mason-san es uno de los pocos que han dominado su poder sin ningún tipo de artefacto canalizador…y Akihiro fue el pionero de aquella extraordinaria habilidad…-
    .
    .
    .

    -¿terminaron ya?- preguntó seriamente Mason. Magos, brujos y demás criaturas se permitieron sorprenderse por aquello…no era solamente fuerte. ¡Era el más fuerte!...ciertamente sus vanos reclamos de no quererle como líder por su supuesta debilidad no tenían cabida allí. El chico merecía el puesto…y punto. Sus ojos miraron con bastante temor como el menor había convertido en un abrir y cerrar de ojos su varita en un báculo dorado el cual al ondearlo levemente había creado una infinidad de esferas de poder de todos tamaños y formas…-…¿aún creen…que soy débil?- murmuró. Aquellas esferas de colores diferentes rodeaban ahora a todos los magos y brujos por igual, algunos se permitieron nada más mirarlas con atención, otros se habían puesto en guardia.

    Hiroki frunció el ceño. Viendo desde el punto de vista del mago…aquello era más que justo, se permitió reír un poco ante tan torpe lógica…pero él no se creía la fachada de “malo” del líder de la magia. Aquello era una prueba más de la equivocación que se había cometido con aquél estúpido reglamento…era natural, suponía, que los usuarios de la magia quisieran comprobar la fortaleza de su líder, más Mason no lo haría de aquella manera tan cruel. Por lo que relajó un poco su rostro…sonrió para seguir viendo la escena…

    -basta de esto…es una estupidez- dijo soltando un leve suspiro el oji-turquesa. Bajó el báculo, convirtiéndolo en su acostumbrada varita, la guardó lentamente entre sus ropas y relajó un poco su rostro. Inmediatamente se dio la vuelta y se dirigió con total tranquilidad hasta donde estaba arrodillado Tsumori, con sus manos sobre la tierra, se arrodillo junto a él, le hizo levantar el rostro y tocó su mejilla con cuidado.

    -deshazlo…-pidió con ternura.

    -¿y si te dañan?- preguntó acongojado el rubio

    -por favor…te harás daño-pidió. Tsumori lo miró por un rato y asintió, deshaciendo la técnica…las esferitas azules se deshicieron rápidamente.


    Mientras tanto, todo mundo se había quedado sin habla. Sorprendidos por la amabilidad con la que trataba al rubio y con la indiferencia con las que los había ignorado…Algunos, desconfiadas, aun no terminaban de creerse que aquella fuera la “verdadera” manera de ser del azabache.

    -¿Por qué deshiciste eso?- exclamó fuertemente con los puños cerrados un joven brujo, rompiendo el silencio que había quedado en el lugar. El chico se refería obviamente al ataque que estaba a punto de lanzarles -¡nos hubieras tenido a todos!, ¡hubieras podido ganar fácilmente!-

    Mason se levantó lentamente de su lugar y regresó a ver al muchacho. Le sonrió de lado y se cruzó de bazos, mirándolo a los ojos.

    -no tengo ninguna intención de hacerles daño-

    Aquella afirmación tomó por sorpresa a algunos. Y a otros bajar el rostro avergonzados…su líder solo les había venido a hablar y ellos…

    -¡¿Por qué?!...- exclamó al borde del llanto de lágrimas de coraje el muchachito-…¿Por qué eres diferente?. Ningún líder desertaría de habernos matado-

    El oji-turquesa no respondió a aquello. Y ayudó de ponerse de pie a su novio, quien tambaleante accedió a la ayuda, prontamente, dos de los chicos que venían con Mason ayudaron al rubio.

    -No soy ninguno de esos líderes. Solo dejémoslo ahí- sonrió. Miró levemente al resto – escuchen…-empezó con una voz casi cansina- había venido personal y estrictamente por el pendiente de Aikawa, pensé que podría hacerse algo respecto a este…asunto…pero al parecer no podrá hacerse nada- exclamó. Muchos seguramente querían hablar, pero su voz no dejó que le interrumpieran-…en fin. Espero puedan ponerse de acuerdo para elegir a alguien más que los represente…nos vemos- exclamó en forma de despedida, para darse la vuelta y retirarse.

    Los murmullos y exclamaciones de asombro no se dejaban de escuchar…y es que… ¡nadie había abandonado el puesto desde los tiempos de Haranu!...es de verdad… ¿renunciaba?...

    -¡espere!-

    ….aquella solitaria y fuerte suplica le siguieron el resto. Varios “No se vaya”, algunos “nadie es tan fuerte como usted”, y otro “nunca habíamos estado tan pacíficamente” encabezaron aquel discurso. Los plenamente humanos, es decir Misaki y el resto habían quedado de una pieza ante aquél cambio repentino…¿le dejarían irse después de todo?...ellos creían que no. Hiroki pensó, sabiendo un poco sobre los anteriores líderes, que Mason era el mejor, y aunque mantuvo en línea aquél orden obligatorio con los usuarios de la magia, jamás les había impuesto nada o irrespetado sus voluntades tratando de controlarlos y ponerse a la cabeza, como lo habían hecho el resto de los líderes…

    -¿por qué tan rápido el cambio de opinión?- murmuró seriamente él oji-turquesa una pregunta mirando a su alrededor.

    -a muchos les ha movido el temor de su gran poder, sensei- respondió Yanase acercándose un poco, junto a su inseparable Mino- otros simplemente han apostado por el mejor cambio que ha tenido el Mundo Mágico en mucho tiempo…-

    -umm- exclamó el menor, quien más bien se dirigió hacia donde Tsumori se recuperaba de el gran esfuerzo con Jomei, el resto solo le vio susurrar algo al oído del rubio y este asintió a regañadientes y desapareció de allí junto a uno de los otros chicos.

    -entonces… ¿te quedarás en el puesto?- preguntó Mino, finalmente, al parecer todos esperaban aquella respuesta con ansias, pues habían guardado silencio y se encontraban observando al doncel. Mason hizo un guiño, como pensando aquello.

    -¿intentarán persuadirme de alguna manera en el futuro para romper las reglas debido a mi condición de doncel?- preguntó seriamente elevando una de sus finas cejas. El resto negaron efusivamente.

    -hemos acordado, claro si tú lo apruebas, romper con esa regla…así habrá posibilidades para en un futuro…ya sabes, las mismas oportunidades para todos en el puesto. El resto de las reglas estarán intactas- exclamó una bruja como quien no quiere la cosa. El resto asentía a ese argumento. La pequeña risa de Mason los hizo estremecerse. Todos le vieron curiosos.

    -¿entonces…te quedas?- repitió Kaoruko. Mason la miró y suspiró con una sonrisa.

    - Por ahora. Al menos hasta que encuentren a alguien que tome mi lugar- dijo levantando los hombros.

    -pues vete preparando, al parecer te quedarás bastante tiempo- exclamó divertido Yanase.

    -¿y por qué tanta prisa por salir del puesto?...pensé que había sido una de tus más grandes metas- interrogó Hatori. Mason asintió, recordando aquello.

    -Tengo una nueva e inesperada mejor meta…y necesito dedicarle tiempo…- respondió corto, pero con una encantadora sonrisa. El resto se sorprendió por aquello, menos Mino y Yuu , quienes sabían a qué se refería.

    Aquél silencio posterior se extendió por bastante tiempo, hasta que una voz interrumpió aquello.

    -¿y…eso es todo?- preguntó uno de los magos con brazos cruzados. Todos le miraron y murmuraban entre ellos y seguidos miraban a Mason, quien levantó levemente los hombros.


    -por mí es todo- exclamó el oji-turquesa, al escucharlo algunos solo asintieron y uno a uno fueron desapareciendo de allí. Mason dio un profundo suspiro antes de acercarse hasta donde estaban los chicos de la legión de Usami y los reconocidos magos que se habían encargado de guiarles.

    -Misaki…-miró con insistencia el pequeño oji-verde quien estaba bastante sorprendido de que el líder de la magia le estuviera hablando.

    -¿s-si?-

    -gracias-

    -¡¿Qué?!...¿por qué lo dice Mason-sama?- preguntó Misaki bajando levemente el rostro.

    -gracias por incentivar esta guerra. Esto requería cambios, y créeme que estaba dispuesto a dejar verdaderamente el puesto- Misaki asintió sorprendido- Gracias a todos, hay que ser muy valientes para enfrentar a Usuarios de la magia-

    -Mino-san, y los demás fueron quienes nos ayudaron a llegar hasta, nunca habríamos llegado solos- contestó Masume. Mason sonrió.

    -¿Por qué estabas dispuesto a dejar el puesto, aun después de defender tú derecho?- preguntó Hiroki, el mago le miró con una sonrisa.

    -hay cosas más importantes que atender ahora- explicó- y yo creo que tu comprenderías muy bien esa decisión… tener una responsabilidad como esa me quitaría bastante tiempo que me gustaría invertir en… mi bebé- Hiroki se sonrojó un poco asintiendo a aquello. Mason se había reído por aquella reacción, y el resto había quedado sorprendido.

    -¡ho cielos!..- había exclamado Shinobu- ¡Mason-san arriesgó bastante viniendo así a un campo de batalla!- exclamó el rubito.

    -torpe…¿no viste lo fuerte que es?- murmuraba con un puchero Yuu.

    -como sea- interrumpió la infantil pelea Hatori- felicitaciones Mason-san, entonces esperamos verte después…en el próximo llamado- exclamó. El azabache sintió.

    -gracias…nos vemos luego…cuídense y…buen viaje- se despidió con una sonrisa y desapareció del lugar junto con el resto de su guardia.

    Misaki dirigió una mirada al campo de batalla algo “desbaratado”, todo esto había pasado de los límites de su imaginación, conocer a tanta gente importante y poderosa le había dejado cansada la mente, muy pronto descubrió que no tan solo era se mente si no también su cuerpo.

    -¡rayos!- murmuró con un gesto gracioso en su cara- creo que fue demasiado ejercicio por el resto de mi vida- exclamó totalmente adolorido, pues con la adrenalina del momento no había sentido el dolor de varios golpes y heridas que adornaban su cuerpo, es precisamente cuando entró al castillo, esquivando todas aquellas trampas. El resto de los chicos rio por el comentario.

    -bueno…chicos, pues no es por molestar, pero es hora de irnos…o si no la noche caerá antes de llegar a su destino- exclamó Mino. Todos estaban de acuerdo con aquello.

    -muchas gracias por todo, Misaki…chicos…gracias- exclamaba Yanase mientras permanecía aferrado a uno de los brazos de su novio.

    -no agradezcan por favor…gracias a ustedes…- respondió el oji-verde.

    -bueno…pues nosotros nos vamos- exclamó Mino. El resto asintió- Nos veremos pronto- y enseguida desapareció junto a su linda pareja.

    -bueno chicos , al parecer también tengo que irme…pronto nos veremos, chao- se despidió Kaoruko con una sonrisa y desapareció con un puff-

    -chicos…lo siento, pero también me voy- llamó su atención Hiroki. Algunos se sorprendieron, pero regresaron a ver un poco más lejos de donde estaban. Nowaki y el resto de los magos tritones que les acompañaban estaban allí…quizás solo esperando al castaño.

    -¿te iras con Nowaki-san?- preguntó con una sonrisa picarona Shinobu.

    -si- respondió Hiroki avergonzado fulminado con la mirada al rubio- hay…muchas cosas que arreglar todavía…y desearía que fuera pronto. Tan pronto ustedes lleguen a Usami espérennos por favor- sonrió en forma de despedida.

    -¿los dos?- preguntó Misaki curioso y sorprendido por tanta…¿apresuración?

    -emm...si. Bueno, primero tenemos que ir con mis padres…a … bueno. Ya después nos veremos, ¿si?- preguntó el castaño todo nervioso de nuevo.

    -Hiroki…-murmuró Mune. El oji-avellana podía jurar que una aura negra rodeaba al otro. Una gota bajó por su cien.

    -¡Mune hemos hablado de esto ya!- estalló rojo- En fin, se tranquilizó un poco- el punto es que quiero arreglar “nuestro” asunto primero- exclamó murmurando, refiriéndose al tritón y a él…-y después el problema con Haruhiko- exclamó preocupado- ¿no creerás que el Concejo se quedó de brazos cruzados este tiempo, o si?- preguntó con ceja levantada.

    -tienes razón…no había pensado en eso….quizás….adelantaron todo- exclamó preocupado.

    -eso podría significar guerras en nuestros reinos- exclamaba preocupado y enojado Akihiko. Hiroki asintió ante eso.

    -eso es posible. Por eso me urge resolver rápido esto, y tan pronto termine viajaremos a Kamijou y después a Usami, ¿bien?- habló el oji-avellana. El resto asintió.

    -Hiroki, cuídate…y a tu bebé…- exclamó Misaki, Hiroki asintió con una sonrisa y abrazó al oji-verde, seguido a Mune y al resto – nos vemos pronto- se despidió. Y se acercó con rapidez hasta donde estaba su tritón. Los chicos no le perdieron la mirada hasta que se perdieron en la lejanía.

    -¿y bien…y ahora qué?- preguntó Ritsu ante todo aquello.

    *****************************************************


    Faltaban pocas horas para que la oscuridad de la noche reinara en el cielo cuando todos llegaron a casa de Hatori. Durante el camino se habían dado algunas conversaciones acerca de la guerra y de su próximo viaje a Usami. Se despidieron de los amigos de Ritsu, quienes regresaron a sus propios hogares. Además de la situación de Ritsu y Shinobu…quienes al agotar sus poderes, uno tratando de convertir a todos los rehenes en humanos y otro con su gran transformación a dragón, quedaron sin ninguna gota, quizás privados de utilizar magia por bastante tiempo. Sin embargó un acontecimiento había marcado esa pequeña marcha camino a casa…pues cuando Ritsu quitó su magia para la trasformación de Akihiko a humano…este regresó a ser un conejo…¿Por qué?...eso era un asunto que tenían que discutir.

    -pasen por favor…- fue la escueta invitación de Tori, para que todos entraran a su casa. Y después de presentarse todos con Chiaki , de encantarse con el pequeño Asaki y devorar una deliciosa cena se decidieron por retomar aquella charla pendiente…

    -se ha quedado dormido muy rápido- exclamó con un bufido acompañado de una sonrisa Chiaki, mirando a Misaki quien había quedado profundamente dormido en uno de los sofás de la sala. El resto se mantenían sentados en algún otro sillón o en la alfombra.

    -ha sido un día difícil y agotador para él- justificó con una sonrisa Masamune.

    -debió serlo- exclamó Ritsu- quien mantenía, aun en sus brazos al grisáceo conejito, que era su amigo. Frunció un poco el ceño- …no sé qué pasó…si tuviera un poco de mi magia podría regresarle a su forma- exclamó triste, todos le regresaron a ver.

    -no te culpes por eso…si el sigue en esa forma no es por otra razón más que por que no se ha roto completamente su maldición- exclamó Hatori. Chiaki asintió ante eso.

    -y me temo…que eso es más complicado que lo que ya llevamos recorrido hasta ahora- habló el doncel que tenía en sus brazos al pequeño Asaki.

    -¿a qué se refiere?- preguntó Shinobu.

    -Me temo que su misión- exclamó mirando a Misaki-…está inconclusa- Todos miraron al durmiente chico. Y enseguida prestaron atención a “Usagi- Akihiko”, quien empezó a irradiar una tenue lucecilla azul. Inmediatamente se había separado de su Onodera…y su forma regresó a ser “humana”- lo sabía…era hora de que regresarás a tu forma…-Akihiko asintió algo serio y mareado por la transformación.

    -lo siento…todavía no entiendo- exclamaba Masamune.

    -de ahora en adelante la forma de Akihiko estará inestable…hasta que se complete la ruptura definitiva de su maldición-

    -¿Por qué?...¿qué falta?- preguntó de nuevo el príncipe.

    -¿recuerdas su maldición?- preguntó seriamente Hatori. Mune hizo un gesto de recordar

    -eso…-

    -Misaki me rescató…- empezó Akiiko tremendamente serio, interrumpiendo a los otro, mientras miraba al pequeño oji-verde, todos regresaron a verle intrigados -…pero él no está enamorado de mi-

    Y aquella respuesta había caído como una cubeta de agua helado con mucha lógica y simplicidad…claro…¡¿cómo pudieron olvidarlo?!...

    -eso es en pocas palabras- exclamó Chiaki algo deprimido-…Akihiko regresará a su forma de animal cada vez que Misaki se sienta incómodo con su presencia. Y mientras eso siga así…no habrá forma de que deje esa inestabilidad- Todos se regresaron a verse entre sí...¿que se podía hacer ante eso?....
    .
    .
    .

    Continuará…
  7. .
    Mely Mely¡¡¡¡

    Ya extrañaba un montón leerte¡¡ >.<¡
    El capitulo ha estado fenomenal¡¡¡ me ha encantado¡
    a pesar del extremo contenido dramático y triste T.T¡¡¡
    Sabes que adoro tu forma de escribir y esa carta te salió
    perfectamente desgarradora xD....jajaj no te odiaría, amo
    también la trama dramática¡...

    Mucha suerte con tus pendientes, estaré atenta a la actualización
    de tu otro fic amiga, sabes que me encanta también :P. Yo estaré
    actualizando el mío en un rato.

    Espero la conty¡

    Besitos de cereza enchocolatada¡¡¡ :3

    Misagi * *
  8. .
    Hola¡¡, ¿Cómo están?...yo bien, estoy comiendo arroz con leche :P, por acá donde vivo esta lloviendo mucho¡, pues les traigo un nuevo capítulo...como siempre, muchas gracias por leer, y muchísimas gracias para los que comentan, me hace sentir que les gusta las tonterías que escribo xD. Em, pues por ahora les digo que ya mañana entraré clases de nuevo :/, por lo que subiré conty cuando pueda, posiblemente siga con las actu semanales...pero por cualquier cosa :P Agradecimiento especiales para : Melyoan y Anne onodera takano. Besitos de uva verde para ustedes¡ :P. Nos leemos pronto...

    Misagi * *







    Capítulo 34: “Perdonen la... interrupción”


    -M-Mason...-murmuró con los ojos temblándole por el pavor.
    .
    .
    .

    Mino, quien hasta hace poco se encontraba delante de Aikawa, pareció sorprenderse en demasía también por la aparición de Mason. Y eso lo vio Aikawa al reflejar el asombro en ese “casi inexpresivo” rostro. Hiroki, quien estaba a punto de dar un coscorrón a al ruidoso de Arata, había declinado su cometido y miraba con curiosidad palpable el sujeto recién llegado. Akihiko, Mune y el resto estaban igual... ¿quién rayos era él?...su sorpresa no disminuyó al observar casi con estupor como todos los usuarios de la magia habían dejado de pelear, incluso algunos habían tirado o guardado sus armas inclinando su cabeza en signo de respeto. El silencio había inundado todo el campo de batalla

    -¿quién es él?- preguntó en un susurro Misaki algo confuso. Kaoruko, quien hace unos momentos estaba ya junto a los chicos, para cuidarles de cualquier cosa, sonrió al oji-verde.

    -...no te preocupes demasiado Misaki-kun, él es el líder de la magia, todos suelen ser respetuosos con el por esa razón...solo que es una sorpresa que haya venido hasta acá...debió haber sucedido algo realmente grande como para que interviniera- respondió en voz baja la maga rosada con una sonrisa. Misaki abrió mucho los ojos...él...él era el líder de ¡todos!..¡Por Kami... si se veía muy joven!

    El resto de los chicos escuchaban aquello con bastante asombro. Hiroki levantó perfectamente una de sus cejas...él...

    -él...es Mason- murmuró el oji-avellana , recordando lo que le había platicado Nowaki sobre el extraordinario mago encargado de mantener el orden el mundo mágico...y sinceramente si no era suficiente con él...su ¿guardia de compañía? le pareció sublime...le acompañaban exactamente 5 personajes más, cuatro estaban formados de manera de cuadrado aproximadamente un metro tras él... dos mujeres y dos hombres, los cuatro parecían tener un manejo casi-total de su poderes, pues solo traían un anillo. Eso le recordó bastante a Akihiro. Por lo que indagó que esos tipos eran fuertes. Y justo a escaso dos pasos tras él estaba un chico de cabellos rubios y unos ojos mieles. Este traía una especie de cetro, mucho menos espacioso...Hiroki supuso que era por la comodidad y para canalizar la magia un poco más rápido...pues no se veía para nada débil. Entonces reparó en algo lógico- ¿no se supone que es un mago neutro?- preguntó murmurando a Kaoruko, quien le sonrió asintiendo.

    -lo es. Es por eso que es muy sorprendente que esté aquí. Básicamente no tendría por qué intervenir- respondió la maga. El resto miró curioso la escena.

    -es Tsumori-san...-murmuró Misaki mirando al chico que estaba más cercano a Mason. Masamune asintió ante aquella aseveración. Así que después de todo si habían venido los mejores...pensó Mune...recordando que ese muchacho era el aprendiz de Mason.

    -Un momento...-pronunció con el rostro sorprendido al ver 5 esferas de luz recorrer al “líder de la magia”...Hiroki seguía el movimiento veloz de esas esferitas azules, casi invisible, moviéndose de un lado a otro rodeando al muchachillo para revolotear inquietas por todo el lugar- esas son...- dijo con los ojos muy abiertos...

    Mientras tanto, del otro lado del campo de batalla...

    -¿Qué sucede Aikawa?... ¿por qué tan callada?- preguntó Mason con seriedad, mientras caminaba algunos pasos para colocarse justo detrás de la pelirroja, quien tardo algunos segundos en comenzar a voltearse poco a poco con la cabeza gacha.

    -n-no deberías estar aquí...- exclamó la aterrada bruja, apretando sus puños...su varita crujía en su mano derecha. El resto de los magos y brujos había contenido el aire...pero por otras razones. Tan pronto “descubrieron” un poco el aspecto de su sensei...el hecho de que estuviera allí pasó a segundo plano. Aiwaka, quien seguía atemorizada escuchó con humillación la leve risa de Mason.

    -ho...lamento la...interrupción en ese caso- mencionó levantando el rostro hacia enfrente ,dando una leve mirada a todos los que estaban con los ojos en él-pero sabrás...Aikawa...-murmuró el oji-turquesa el nombre de la pelirroja-que hay...algunos asuntos que ...no puedo pasar por alto- inquirió severo. Los magos se preguntaban a qué se refería Mason, mientras que los brujos se estremecieron en su lugar y ni hablar de Aikawa, quien temblaba como hoja al viento.

    -¿d-de que...estás h-hablando?- preguntó con voz temblorosa la oji-verde.

    -no trates de jugar conmigo Aikawa...que las reglas son muy claras y especificas...además...Mírame cuando te estoy hablando- pidió el jovencito. Todos perecieron contener el aire... y más aun los que no le conocían... ¡¿cómo podía imponer tanto ese chiquillo?!

    Aikawa al fin levantó el rostro. Poniendo atención por primera vez en “su líder”. Sus ojos, dejaron de irradiar furia, al ver con extrema curiosidad el rostro del jovencito. Contadas veces había visto el leve color turquesa de sus ojos, junto a ese alborotado y semi-largo cabello azabache brillante, la sonrisa confiada del menor ...no dejando de su cuerpo a la vista más que una parte del blanco pecho. Por eso la extrañeza de Aikawa... que por el gran asombro que experimentaba...mantenía la boca levemente abierta y había arcado perfectamente sus dos cejas. Vio con obviedad como el aspecto del oji-turquesa...había cambiado. Una mirada más a su alrededor y se dio cuenta que no era la única sorprendida...todos allí estaban...conmocionados...más por su apariencia que por su repentina aparición en el campo de batalla.

    -luces...diferente- murmuró la pelirroja. El oji-turquesa ladeó la cabeza y arqueó una de sus finas cejas mirando inquisidor a la mujer.

    -no vine hasta acá a que alagaras mi aspecto Aikawa...- exclamó frío - ¿quieres que te haga el favor de enumerar las faltas que has cometido?- Aikawa tembló, frunciendo el ceño, no se atrevía a mirar a mucho por tiempo a los ojos a ese muchachito... de por si era bastante humillante teniéndole reprimiendo justo frente a todos.

    -¿Por qué ahora?- preguntó aun con la mirada gacha.

    -¿por qué no?- exclamó el otro, tomando solo un respiro para continuar- traté de darte tiempo para redimirte por tus acciones- Aikawa bufó con una sonrisa cínica en el rostro...¿ella...arrepentirse?, ¡nunca!- pero tal parece que nunca llegó el día...no me son ajenas todos los ultrajes que has cometido Aikawa...ni mucho menos lo que has tratado de esconder...tus desmanes con los brujos y todo aquel que utiliza magia negra...te equivocas si crees que he ignorado esto y que no sé qué tratas de formar una propia organización a mis espaldas- exclamó con tranquilidad. Los murmullos entre la concurrencia empezaban a escucharse...especialmente la de los brujos.

    -¿y qué vas a hacer?- preguntó seria la pelirroja...encarando al muchacho- ¿piensas acaso castigarme...Mason?- sonrió cínica. Por muy líder que fuera, Aikawa sabía que Mason estaba obligado a cumplir con cierto protocolo para aquello...era el líder...él era neutro...no respetar aquél antiguo reglamento le pondría en serios problemas...además...el muchacho era orgulloso...y si tendrían que pelear a muerte lo haría...ella no se tragaba el cuento de que fuera muy poderoso-...¿y ahora qué?...¿te crees mejor que los demás?...¿piensas reivindicar la magia...Mason?...¡¿A caso te crees más poderoso que Gin...y todos tus antepasados?!...¿quién te ha dicho que eres un buen líder?...¡¿Quién te crees?!-exclamó la pelirroja roja de furia, a punto de hacer una rabieta más grande al observar el rostro inmutable del oji-turquesa. Respiró un poco frunciendo el ceño y miró seriamente a la bruja antes de hablar.

    -somos usuarios de la magia Aikawa. Todos los que estamos acá. Deja de comportarte como una niña que le han robado un dulce. No es fácil para nosotros. La mayoría de aquí lo sabe. Nuestro camino no es precisamente el que mucho habríamos querido recorrer- hablaba el oji-turquesa. Misaki y el resto de los chicos admiraban con estupefacción como sino todos, a gran mayoría de los presentes bajaba la cabeza tristemente...como recordando sus inicios... algunos asentían o dejaban empañar su ojos de lágrimas- deja de creerte tú la especial. Deja de actuar como si fueras la única que tuviera la “justificación” de un berrinche estúpido por tener un pasado atroz. Fuimos, somos y seremos odiados y amados por igual. Por amar, odiar, defender o asesinar a un pueblo. Somos seres que tenemos que utilizar todos nuestros recursos para aprender a vivir con el peso de una generalización sobre por qué la magia tiene que ser temida...no vengas a mí con problemas de rivalidad, de liderazgo o de mártir. No te van. Y no te las permito. El que está en “el negocio” debe aprender tanto a entender como a atender, saber cuándo es el momento de pelear y cuando hay que soportar y obedecer. Un líder, alguien como yo , cualquiera; no es un ser que deberían tomar como un tipo de reglamento ni como juez, ni soy verdugo, ni por el contrario facilitador- bufó un poco, sabiendo que todos le prestaban ya atención, sorprendidos-...solo soy un mero representante de todos ustedes...alguien a quien el reglamento ha impuesto deber un respeto superior al de cualquiera...tal vez sin razón. Alguien quien es tan o más normal que cualquiera de ustedes...-

    Aquello había quedado de nuevo en silencio. Todos miraban a su líder sorprendidos...aquello no se lo habían esperado. Sabían a Mason como una autoridad, es cierto que desde que estaba en el poder jamás había impuesto acciones avaras o ambiciosas...nada. Solo los escuchaba. Quizás por eso les causaba tanta impresión...difícilmente les hablaba mucho.

    -no lo hagas...no lo intentes...no lograrás convencerme de nada. Si vas a hacer algo... si vas a reprenderme, hazlo- exclamó terriblemente seria Aikawa, aunque con sus ojos rojos. Aquél pequeño sermón había tocado una fibra sensible en ella. Algo que consideraba casi imposible... sus mente empezó a recordar...desde su niñez... su maestro, su infancia en Towika...hasta que el maldito mocoso de Akihiro había ido a matar a su “padre” junto a su tan magnifica escolta, después el resto de su niñez y adolescencia sola, seguido de la traicionera de su “amiga” Karán...la cual murió junto con el amor de su vida. Lo sabía, toda su vida había sido un desastre, todos lo que había hecho había estado mal...y aun así no se arrepentía, su orgullo era mucho más grande, aunque el dolor de arrastrar consigo la vida del único ser que la había hecho sentir dichosa le partiera el corazón de mil maneras posibles... no podría...ya no tenía salvación...- mátame- casi ordenó al otro. Mason le miró con seriedad, y frunció el ceño.

    Todos allí estaban expectantes a lo que haría le mago...de verdad... ¿acabaría con Aikawa?...

    Mason movió los dedos un poco luciendo sus acostumbrados dos anillos, uno de centro blanco y otro de centro azul muy oscuro...¿la razón?. Fácil. El controlaba tanto la magia blanca como la oscura. Ese era su gran talento. Lo que lo había hecho más poderoso que el resto. Con algo de disgusto dirigió sin apartarle la mirada, su varita plateada ante la bruja, quien casi altanera levantó la frente y miró por “ultima” vez los ojos turquesa del muchacho. Mason no tembló, ni se movió...más justo cuando estaba haciendo brillar la punta de su varita mágica “algo” la interrumpió.

    -¡NO!...se lo ruego, por favor...¡Mason-sama!...¡me entrego voluntariamente...por mi madre!...¡pero no la mate!-

    Mason miró con estupor a la muchachilla de algunos 25 años frente a él, poniéndose con los brazos extendidos frente a la bruja. Se estaba entregado por su madre...

    Los murmullos se dejaron escuchar en el lugar. La voz temblorosa de la pelirroja sonó clara, impregnada de sorpresa...

    -Haruna...-

    **************************************************************

    -¡¿Keiichi?!- gritó Yura cuando vio correr por el pasillo a su hermano. Ambos reyes prestaron atención y miraron hacia donde se dirigía. Yura negó la cabeza con una ceja arcada de brazos cruzados.

    -¿apenas se habrá despertado?- se preguntó en voz alta la reina, mientras pensaba en el muchachito que había salido en piyama corriendo a la habitación de su sobrino. Terminó de limpiarse las lágrimas de su rostro y mostró una sonrisa simple.

    -¿estará bien dejar que le vea?- preguntó el rey a Yura, quien pensativo y con media sonrisa le volteó a ver.

    -um...pues yo quisiera saber quién le dirá que no puede verlo- se rio un poco mirando a la dirección que había tomado su hermano. El silencio permaneció por unos segundos hasta que el oji-gris siguió hablando -...pero no se preocupe por nada Asuka-sama, yo reuniré a los muchachos y organizaré los funerales pertinentes para los caídos en guerra...Yogi-kun fue un gran guerrero...y merece un funeral respetuoso, fue, aunque no por mucho tiempo, el general del ejército-

    -gracias Yura- agradeció al reina- ahora tengo que ocuparme de algunas cartas, nos vemos luego- sonrió retirándose- hoo, por cierto...me avisas si sucede algo con Keiichi...y mi sobrino-

    -claro- sonrió el príncipe de Sumi dirigiéndose con lentitud hacia aquella recamara. Pensó en su lindo rubio, sonrió. Ya quería ver a Yuki.

    ............................................

    Keiichi llegó casi a tropezones hasta la habitación de su amor. Tuvo que limpiarse las lágrimas con el dorso de sus manos...pues su vista se había empañado casi en su totalidad. Con la mano temblorosa abrió la puerta y entró, cerrando detrás de él. Sintió su corazón delirando al ver a unos metros, en la cama, un bulto cubierto con una sábana.

    -Haru...haruhi...ko- murmuraba sintiendo como las piernas le temblaban...les ordenaba...que caminaran...pero simplemente no obedecían. A pasos descolocados y tambaleantes llegó hasta la cama con toda la rapidez que pudo, aventándose hacia el bulto que estaba allí –Haruhiko...¡Haruhiko!- exclamó regresando al llanto, mientras movía al muchacho por lo hombros, viendo sus ojos cerrados- ¡háblame!, ¡no me dejes!-lloraba, abrazándose al pecho del mayor. Temblando y recostando su cabeza en el palpitante pecho...¡palpitante!...

    TUM....TUM...TUM...

    Keiichi sonrió...reconociendo ese sonido como el más hermoso de todos...

    -Ke...ichi-

    -¡Haruhiko!...¡lo cumpliste...volviste!...te amo...te amo tanto- hablaba el menor aventándose al cuerpo contrario, subiéndose por completo a la cama. Y lloro desesperadamente de felicidad cuando los fuertes brazos de su amado lo rodearon por la cintura. Buscó con sus manos temblorosas el rostro de su amor, quien reflejaba una linda sonrisa y sin más acercó su rostro al contrario, besando los labios de su amor con mucha urgencia, con mucha fuerza, con pasión, demostrando lo feliz que estaba de verle vivo...y demostrando también lo mucho que lo amaba. El rostro de Keiichi estaba rojísimo por la vergüenza...pero estar besando a ese hombre con toda esa entrega era lo único que le importaba en ese momento, no le importaba para nada que entrará la celebridad más grande del mundo por esa puerta y lo viera sentado en el vientre de aquél varón que paseaba sin pudor alguno sus manos por toda su espalda y cintura.

    - te amo...-repitió con sus ojos enrojecidos de tanto llorar el oji-miel, y respirando agitadamente por el reciente beso. Haruhiko le sonrió y acarició con una su mano la mejilla sonrojada de su amado Keiichi.

    -yo también te amo...te amo demasiado...- exclamó el otro mostrando una sonrisa brillante limpiando las lágrimas de los ojos de su lindo doncel- baka...seguramente lloraste en vano todo este tiempo- reprendió con sonrisa de lado. Keiichi hizo un tierno puchero...pero estaba feliz estaba realmente feliz de que todo estuviera bien...nunca se separaría de Haruhiko...nunca más. Se abrazó con fuera al pecho del mayor.

    -ouch...-escuchó el quejido de su amado...por lo que quitó su peso y rápidamente se sentó en la orilla de la cama dando un vistazo al lastimado cuerpo...¡había quedado peor que Yura!...y apenas había reparado en ello. Pudo ver uno de su brazos inmovilizado con vendas y ¿yeso?...varias heridas en el rostro y algunas gasas en su cabeza...pero suponía por el anterior quejido que tenía lastimado todo el torso y seguramente también alguna pierna.

    -¡baka, ¿Por qué dejaste que te lastimaran tanto?!- exclamó apenas tocando el pecho del mayor, con su rostro acongojado. Haruhiko sonrió. Jamás dejaría de amar a ese doncel.

    -no te preocupes Keiichi...son solo heridas...sanarán muy pronto- tranquilizó con una sonrisa suave tomando con su mano “sana” la muñeca de su lindo acompañante- seguro que te has dado un gran susto al no verme con el resto, ¿cierto?...- exclamó con media sonrisa. Keiichi se sonrojó bajando el rostro apenado. El mayor rio un poco, para después seguir hablando- lo siento, pero la batalla se complicó un poco...y me tuvieron que traer hasta acá apenas llegamos. Me has despertado cuando llegaste- exclamó con un fingido puchero.

    -lo siento- exclamó el otro apenado - quería verte...-murmuró.

    -no importa...yo también quería verte- el mayor entrecerró los ojos un poco sintiendo el agotamiento en todo su cuerpo-...pero aún estoy cansado...- dijo cerrando sus ojos por un momento.

    -duerme...necesitas descansar... yo creo que me voy para dejarte tranquilo- inquirió el oji-miel haciendo amago por levantarse de la cama, más la mano de su koi lo detuvieron. Keiichi le dirigió una mirada de sorpresa.

    -no, quédate...acuéstate conmigo. Ven- pidió el mayor, mientas palpaba un lado de la cama. Keiichi se sonrojó , pero no denegó la invitación y se recostó junto a Haruhiko, abrazándole suavemente por el estómago, mientras este recargaba su cabeza en la del menor...respirando el tranquilizante olor de su cabello...

    ....

    Cuando Yura al fin se hubo desocupado fue a ver a la habitación de Haruhiko...y como pensó...encontró allí también a su hermano. Sonrió sinceramente al observar como parecían tan tranquilos y felices juntos. Cerró la puerta con lentitud, cuidando de no hacer ruidos y se fue de allí para buscar a Asuka-sama.

    ****************************************************************

    Hiroki estaba absorto por su “descubrimiento”, y buscó “razones” en el cuerpo de Mason, para utilizar ese poderoso hechizo. Las 5 esferas semi- transparentes en suave color azul seguían girando alrededor. Esas eran...

    -son las esferas de Jomei- murmuró Hiroki, inevitablemente recordando la plática que había tenido ayer con Nowaki.

    //Flash-Back//

    Aquella tarde todo Ayami estaba movilizado, preparando todo para la guerra a la que se acudiría al día siguiente, mientras tanto, Hiroki y Nowaki se encontraban en la superficie. El oji-avellana estaba recargado en el tronco de un gran árbol de manzanas mirando atentamente la lucecilla azul que se iba formando poco a poco en las manos del oji-azul, que estaba sentado frente a él.

    -escucha Hiro-san...este hechizo es muy poderoso, y es muy difícil de hacer- le contaba el azabache- y aún más de mantener; pero es el más efectivo...para proteger- explicaba mirándolo con cariño. Hiroki asintió con el rostro levemente sonrojado...su amado tritón pensaba en algún hechizo para poder protegerlo durante la guerra- observa- indicó el tritón con una sonrisa. Hiroki miró con asombro y maravillado como una a una iban “brotando” de las manos de Nowaki 5 esferitas semi- transparentes en color azul.

    -son hermosas...-murmuró el castaño tratando de seguir los rápidos movimientos de las esferas de energía. Nowaki rio un poco asintiendo.

    -son las esferas de Jomei. Son extremadamente poderosas, y es el hechizo más poderoso para proteger. Hace un tiempo, Haranu, entonces la actual líder de la magia, prohibió este hechizo, porque supuestamente exigía tanta magia que podría dejar al mago que la hiciera sin una gota, y matarlo al instante- explicaba. Hiroki hizo un gesto de preocupación, mirándolo con sus ojos avellana.

    -detenl...-

    -tranquilo...- advirtió Nowaki al mayor que intentaba hablarle- solo pocos pueden mantenerlo por mucho tiempo, tengo el poder necesario, no te preocupes- pidió el menor, dando un beso rápido en los labios del mayor, se puso de pie y extendió la mano al castaño para que le tomara-

    -no te exijas demasiado baka...estaré bien- exclamó Hiroki sujetándose del brazo del menor, pues estaban por entrar de nuevo al agua. Nowaki detuvo el paso y miró con una sonrisa fijamente el rostro de su amado

    -nunca es suficiente si se trata de las dos personas más importantes para mí- habló el oji-azul sonriendo a su sonrojado doncel.

    Después de todo, ese mismo día, cuando la pareja se encontraba hablando con la reina, se dieron cuenta que no tendrían que usar el hechizo de las esferas, pues aquella tarde habían llegado hasta ellos un pequeño grupo de “hadas sirenas”, que contentas con el nuevo “gobierno” y complacidas con el príncipe “consorte”, apenas se enteraron que estaba en cinta y a punto de partir a una guerra no dudaron en acompañarle. Felicitando a la pareja por el primogénito no nato.

    //Fin flash Back//

    -Jomei...¿dijiste Jomei?- exclamó Kaoruko mirando con sorpresa- ¿Cómo sabes de eso?-

    -Nowaki me habló de eso- explicó Hiroki mirándole con media sonrisa- es un hechizo poderoso de protección, el pretendía usarlo conmigo...pero la hadas sirenas accedieron a cuidarme- explicó el doncel, levemente avergonzado. Todos asintieron algo sorprendidos. Kaoruko sonrió.

    -eso creí- murmuró la maga rosa-quisiera saber por qué Jomei protege a Mason-san, es algo...curioso, ¿no crees?- exclamó mirando a Hiroki, quien al parecer era el único que indagaba algo más sobre aquello...el oji-vellana solo asintió a aquello...¿acaso Mason era...?

    Mientras tanto, del otro lado del campo de batalla.

    ................

    -¡acepto el castigo de mi madre Mason-sama!, ¡por favor, no le haga daño!-

    Los murmullos no dejaban de escucharse y el oji-turquesa apenas había salido del pequeño transe, mas ante todo había recuperado su rostro serio ante la situación. Podía mirar la sorpresa y el desacuerdo de Aikawa con la interrupción de su hija.

    -¡no te metas en esto Haruna!, ¡deja de hacer estupideces!- gritó la pelirroja mirando con el ceño fruncido a su hija, seguido miró a Mason- ...y tu...más te vale que no te dejes convencer por esta mocosa, tus problemas son conmigo- exigió. Mason vio con sorpresa y gran descubrimiento que Aikawa temblaba de miedo...y no por temor a que le hiciera algo a ella...sino miedo a que fuera a lastimar a su hija.

    -descuida Aikawa...adoro la justicia ante todo- exclamó con un toque de sarcasmo, la bruja frunció el ceño evitándole la mirada, pero Mason se dirigió esta vez a la jovencita pelirroja -...¿tanto quieres a esta mujer, que estas dispuesta entregar tu vida para salvarla?- preguntó seriamente. La oji-miel asintió con su rostro lloroso

    -he vivido todo la vida con ella...y sé cómo es y lo que ha hecho...pero ante todo es mi madre...y la amo...no le hagas daño, por favor-pidió la pelirroja menor.

    -¿estás dispuesta a dar tu vida por ella?- preguntó el oji- turquesa, la chica asintió.

    -bien- fue lo único que dijo. Haruna parpadeó repetidamente tratando de alejar de sus ojos la aglomeración de lágrimas que obstruía su vista. Y su corazón tembló de pavor al observar como Mason apuntaba con su varita justo en su rostro. Cerró los ojos fuertemente temblando...pero nada sucedía.

    -apártate- indicó frío y serio el líder de la hechicería. Haruna abrió los ojos ,sorprendida y más asustada aun...

    -¡pero...!- trataba de negociar.

    -hazte a un lado- ordenó, empujando suavemente con el dorso de la mano el hombro de la muchacha quien destrozada se movía lentamente, la varita se fijó de nuevo en Aikawa. Mason retiró con la misma el cabello rojo de la mujer que cubría el pecho de la bruja, para al fin dejar ver un collar con un dije dorado y verde. Aikawa abrió mucho los ojos...¿Mason tenía planeado...?

    -¡mátame, maldita sea!- exigió la bruja, con lágrimas de coraje en los ojos. Todos los usuarios de la magia alrededor estaban expectantes... ¿enserio, Mason haría lo que ellos creían que iba a hacer?...

    -ya me agradecerás luego esto. No seas egoísta.- regañó el menor severamente a la bruja quien miró a su hija aterrada...¿podría ella vivir con esa nueva vida?...¿estaría dispuesta a hacerlo ...por Haruna?...Bajó la cabeza. Mason lo tomó como la señal- Aikawa, usuario de la magia oscura, en este momento te serán retirados todos tus poderes, como señal de que has violado el reglamento supremo de la hechicería- Su varita brilló una única vez, sin embargo este resplandor invadió todo, después...el rugido de dolor de Aikawa se escuchó por todo el lugar...

    .
    .
    .

    Misaki parpadeó varias veces antes de poder abrir sus ojos en su totalidad, observó a su alrededor, como el resto de las personas hacía lo mismo. Ese poder luminoso había sido bastante nocivo para su vista. Curioso y casi desesperado fijó su mirada de nuevo hacia donde estaba aquél sujeto. Su mirada se abrió con mucha sorpresa...

    -es...ella es...-

    Frente al elegante sujeto recién llegado, que se presumí ser el líder de la magia, ya no estaba la fiera y elegante bruja pelirroja, sino una mujer bastante madura, de cabellos rojos opacados por canas blancas, arrugas en la cara y con postura levemente encorvada...¿que había sucedido?...

    Los magos miraban a la que había sido quizás la más temida bruja convertida simplemente en una...humana común y corriente un ser sin magia. Haruna mostró una sonrisa complacida y corrió a abrazar a su madre.

    -madre...madre...no te hicieron daño-

    Aikawa miró con media sonrisa a Mason, mientras correspondía el abrazo de su hija. Bajó la mirada un poco pensando en sí debería decirlo o no...rio un poco...ya no tenía nada que perder...

    -Mason...- llamó la pelirroja al muchacho, quien le prestó atención rápidamente.

    -Luces...diferente- repitió con gracia. Haruna regresó verlo también, al igual que todos los magos y brujos que habían escuchado aquel comentario...muy pronto tuvo la mirada de todos sobre él. Mason solo sonrió.

    -ahora mismo me siento diferente, Aikawa-

    -¿y dime?... ¿hay alguien que reprenda a los líderes dela magia por romper reglas?- murmuró con una sonrisa sospechosa. Mason levantó una de sus cejas.

    -¿lo supiste desde que llegué, no es así?- inquirió el mago.

    -tal vez- murmuró la pelirroja.

    -¿Por qué no dijiste nada?-

    -no...me pareció algo realmente importante... siempre odié esa regla- exclamó soltando una leve risa. Haruna volteaba de un personaje a otro, no entendía de lo que hablaban. Los pocos que podían escuchar a su alrededor estaban absortos, quizás digiriendo la oíble noticia...quizás pensando en que si era “malo o bueno”...

    -ummm-solo soltó el mago mirando a la bruja, quien le sonrió de nuevo antes de acercarse mucho a él para susurrarle

    - ...tal vez solo le hacía falta este mundo alguien como tu...pero eso, es algo que nunca admitiré en público- exclamó con gesto fruncido. Mason la miró con sorpresa...y le regresó la sonrisa

    Mason volteó su rostro hacia la multitud que lo miraba absortos, dudosos, y algunos hasta con el ceño fruncido...los segundos pasaban, y nada sucedía, pensó que esto se alargaría más...hasta que el frío viento proveniente de las montañas heladas, que estaban cerca del lugar, inundó el lugar. El tupido fleco que cubría su rostro, fue víctima de las jugarretas de la fuerte ventisca, descubriendo sus rostro con parsimonia, al igual que movía su pesado traje...La multitud de usuarios de la magia no pudieron reprimir los comentarios y exclamaciones al ver el blanco rostro, descubierto “por completo”, por primera vez...

    -es...un doncel-

    .
    .
    .

    Continuará...
  9. .
    Hola¡, cómo están?. Pues ya ando por acá...como les había dicho pues ya tenía avanzadito este capítulo, así que se los dejo :3. Muchas gracias a los que leen. Besitos de zarzamora a todos mis lectores. Y especiales de chocolate a Melyoan y Anne onodera takano.

    Melyoan: Hola Mely ¡, gracias por comentar, me aleegra que te guste cómo va la historia. Siii¡, yo ya le tomé bastante cariño a los magos...y pues pronto verás lo que pasará con Misaki y Akihiko :P, les tengo algo muuuy especial xD. Jajaja a Hiroki se le vienen algunos problemas... y Ritsu y Mune obviamente están muy ocupados con los suyo :D, espero te guste la conty...hasta pronto. Besitos de manzana amarilla para tu :3

    Anne onodera takano: Hola¡, gracias por comentar. Mee alegra que te haya gustado el capitulo, jaja Takano y su amnera directa de decir las cosas xD. Pronto sabrás el romance de Misakito y Usagi-san. Espero te guste la conty. Besos de chocolate.

    Misagi * *







    Capítulo 33: “Mason llega al campo de batalla”


    Mientras batallas épicas se llevaban a cabo en unos lugares, en otro, especialmente en las tierras de Sumi, un hombre se encontraba recargado en los gruesos y mugrientos barrotes de una celda. Era un lugar poco higiénico, por así decirlo, lúgubre, oscuro y frío, aún más que la intemperie...en el Pinal de las montañas de Sumi; puede que tal frialdad se debiera al escaso sol que entraba al lugar, a la desagradable humedad....o simplemente un castigo para las “no-tan pobres” almas que cayeron en la tentación de obrar mal.

    El calabozo de Sumi, ubicado en el piso subterráneo del palacio. En este el lugar era donde se encontraba este personaje. Los ojos negros, mirando con desinterés lo poco que estaba frente a él, y su cabello oscuro carecía de todo cuidado que disfrutaba de los bienes económicos que le brindaban sus malos tratos involucrando a Sumi. Era una terrible persona, estaba seguro de eso, mas no que le importara demasiado. De vez en cuando solía reírse a carcajadas, soltando una que otra lágrima por el esfuerzo...extraño era que se riera de sí mismo, los guardias solían tacharlo de loco. Le parecía la ironía perfecta que hace apenas unas semanas el daba las órdenes de encerrar a los hombres que le “estorbaban” al calabozo, él era el que decidida quien iba a la horca...por qué claro...en eso entonces...era el “justo” rey. Pero hay que ver como la vida suele dar vueltas...y ahora él se encontraba en ese lugar. Ya habiendo perdiendo sus títulos, sus propiedades, su tan perfecta apariencia, su dinero...¿su familia?...No, no era algo que le importara. Es más, nunca la consideró suya... supo desde el momento que leyó la palabra resignación en la cara de Kaede, que ellos no formarían una familia...solo aparentarían serla...seguido del el “sí, acepto” de la castaña, fue la perdición. La mirada gélida y furiosa de Keiichi, la de desconfianza y desinterés de Yura. Y un año después la de total ingenuidad de Kioshi.

    Kioshi...ese mocoso, ¿acaso el habría significado una reivindicación a todo su mal...una razón por la cual podría dejar atrás aquellas obras “poco honestas”?...tal vez si... o tal vez no. A lo mejor era algo que no dependía de esa criatura. Era natural amar a un hijo ¿no?...y entonces...¿por qué él no podía?...¿o por qué el amor que sentía hacia ese pequeño renacuajo no era el que “debía” ser?. Recordaba aquella noche...en la cual Kaede le había despertado, ella estaba con el rostro todo colorado respirando con mucha dificultad y sudando...Sousuke había adivinado lo qué vendría con tan solo ver la blanca mano de su mujer sobre la enorme barriga. Y ahí estaba, recordando, frente a una de las escenas más extrañas de su vida...él cargando por primera vez a esa bola rosada...mirándole con la curiosidad más profunda...y sin embargo...no sucedió nada...no sintió algo nuevo...algo extraño...o cualquier cosa...ese ser recién nacido...le era completamente indiferente...“-es tu hijo...Sousuke-“ recordaba lo que le había dicho Kaede con una sonrisa cansada, él había mirado una vez más al infante que se movía entre sus brazos...tranquilo y no sucedió nada. Se limitó a sonreírle a su mujer. “-es lindo...-“es lo único que le había dicho para no hacerle sentir mal.

    El sonido de la puerta principal del calabozo abriéndose, fue lo que le despertó de sus recuerdos... y fijó la mirada en la persona que había entrado a su vista.

    -Sousuke-san...se me ha encargado recoger su testimonio...¿sabe?, acerca del asunto de su...de Kioshi-kun...las leyes dicen que debe haber la versión de ambos lados- habló corrigiéndose el bello doncel frente a él. Sosuke miró con media sonrisa y una ceja arcada al muchachito...hace tanto tiempo que no veía a una persona...y ahora el dichoso recibe de visita a su...¿nuero?, claro rodeado de un montón de guardias... ¿Su testimonio?... ¡por favor!...si ya sabían lo que había pasado...¿para qué desperdiciar el tiempo?...

    -...Muy buenos días Yuki, tan...decente como siempre- exclamaba Sousuke mirando al muchachito de arriba abajo...el rubio había fruncido el ceño sin bajar la mirada -...me preguntó... ¿por qué no habrá venido mi dulce Kaede a visitarme en persona para estos asuntos?- preguntaba con sorna.

    -basta con decirle que Kaede-san no se encuentra disponible...-respondió corto el muchachito, empezando a desesperarse con pergamino en mano.

    -¿sigue lamentándose por la muerte de su...indeseable hijo?- preguntó con media sonrisa. Yuki le miró casi con coraje, sabía que se refería a Keiichi...al menos eso es lo que pensaba Sosusuke a cerca del castaño que había perdido la memoria.

    -le pido que se abstenga de mencionar comentarios que no vienen al caso... ¿cooperará con la petición, o no?- preguntó tratando de serenarse. La verdad era que Yuki, se había negado todo lo que pudo a hacer aquello...pero comprendía a Kaede, y Sousuke era la última persona que quería ver justo ahora.

    -lo haré- respondió el preso rápidamente...- aunque ya saben la verdadera versión...y esto sea un desperdicio de tiempo – escupió con desdén- pero que tardado se ha vuelto todo esto...pensé que Yura querría matarme con sus propias manos...al parecer me tomará mi caso con todas las de la ley, ¿no?- habló entre dientes. Yuki se estremeció y sintió sus ojos verdes temblar cuando vio el rostro furioso del mayor -¿por cierto... dónde está el?...-

    -n-no te hace falta saberlo...-respondió el muchachito tratando de retroceder, pero no lo hizo.

    -¿mi “caso” les ha traído tantos problemas?...¿acaso hay personas que quieren cobrarles el dinero que les robé?- exclamaba una sonrisa siniestra. Yuki había comenzado a temblar y los guardias que le acompañaban sacaron sus armas- ...¿estás disgustado por que me he acabado el dinero que tenías pensado gastar cuando estuvieras casado con Yura, no es verdad?...¡¿aceptaste casarte con el solo por interés, verdad?!- comenzó a gritar.

    -p-pero...que...- murmuraba el rubio retrocediendo con sus ojos a punto de llorar -¡yo no busco su dinero!...-

    -¡claro que lo buscas!...¡solo eres un maldito doncel con algo de fama “no garantizada”!...¡todos ustedes son unas zorras!...- El rubio emitió un pequeño gritó cuando sintió como el fuerte y mugriento brazo del prisionera la había agarrado por el cuello de su traje, pegándolo a las barras de su celda... todos los soldados se habían puesto en guardia, tratando de acercarse...

    -¡suéltame....¿pero qué te he hecho yo?!- exclamaba el rubio con terror tratando de soltarse, mientras su ojos derraban lágrimas. Uno de los guardias había golpeado a Sousuke y este al fin le soltó aventándole lejos...muy rápido los armados ayudaron a ponerle de pie y le resguardaron tras ellos.

    -¡lárgate... Lárgate, maldita sea!- gritaba como si estuviera realmente demente el prisionero. Ya le habían dicho que desvariaba por lapsos de tiempo....el esperaba encontrarse con “el bueno”...pero tal parece que no había sido posible. Yuki respiró hondo tratando de calmar su llanto, mientras miraba al hombre sacudirse en las barras metálicas...

    -de acuerdo...mi iré...-

    -¡hazlo...y asegúrate de que me maten pronto... y que no salga de aquí!...niño bonito... ¡porque si salgo...lo mataré! ¡MATARÉ A YURA! , ¡LO MATARÉ!...¡CORTARÉ SU CABEZA, Y TE LA OBSEQUIARÉ! Jajajajajaja- gritaba tan fuerte que el eco de los gritos del lunático ese, se escuchaban seguramente fuera del palacio. Yuki sintió temblar más que nunca, y milagrosamente no se había desmayado allí...salió corriendo del lugar tapándose el rostro. Se recargó en unos de los muros que da al patio trasero del castillo y se echó a llorar...él solo esperaba el regreso de su amado...no soportaría que la guerra le quitara a su querido Yura.

    ******************************************************************

    -R-Ritsu...-murmuró el mayor al sentir al fin entre sus brazos a su joven amor- perdido, aspirando el dulce olor que por las noches le atormentaba y le consolaban por igual. El más pequeño temblaba de emoción, feliz y sintiendo de nuevo ese latido desesperado de su corazón, cada vez que se encontraba con su dulce príncipe...

    -Mune...-
    .
    .
    .

    Ritsu sintió por unos segundos como si nadie más existiera...como si solo estuvieran ellos dos... y sonrió, le había estado esperando mucho más de lo que se imaginaba...y había soñado tantas veces con aquél día que no sabía que hacer exactamente. Con sus ojos llorosos y sus manos temblando sujeto las mejillas de su amor y juntó sus labios...no había sido suave. No. Era un claro beso cargado de desesperación y pasiones arraigadas en sus corazones desde hace bastante tiempo...desde que aquella bruja les había separado. Onodera permanecía agarrado con fuerza del cuello del mayor, mientras este lo había levantado en sus brazos, permitiendo que el mayor hubiera enredado sus piernas en su cintura...Aquella caricia intima...había resultado tan enérgica y vital como devastadora...se separaron con una sonrisa cómplice y un pequeño sonrojo por parte del oji-verde.

    ..........

    Misaki había soltado un gran suspiro de alivio al saberse fuera del maldito castillo de Aikawa; pues al parecer, en algún momento, todos habían ayudado a algunas de las personas que habían resultado heridos. Y entre tantos temblores, partes del suelo se habían agrietado, haciéndole difícil su recorrido lejos del castillo; debió haber sido en uno de esos momentos en el que Akihiko había tomado su mano para evitar que se tropezara en la carrera. Con un sonrojo comprobó que a pesar de que ya habían llegado del otro lado y se encontraban respirando dificultosamente tirados en el suelo, el príncipe peliplateado no le había soltado la mano.

    -¿a-alteza...podría soltarme, por favor?- exclamó el oji-esmeralda avergonzado, viendo sus manos unidas, para evitar la mirada violeta del mayor. Este solo observó aquello y sonrió, soltándole. Al menos no le era completamente indiferente...y eso ya era algo.

    -ho, lo siento, discúlpame por favor...Misaki- respondió el otro, poniéndose de pie y extendiendo una mano al doncel de manera caballerosa. El castaño le había aceptado la ayuda, más no lo miró, temía hacer el ridículo y sonrojarse aún más frente al guapo heredero al trono de Usami. Si tan solo su cuerpo seguía estremeciéndose por la suavidad con la que el príncipe había pronunciado su nombre.

    -n-no se preocupe...-contestó Misaki corto. Trató de olvidad un poco el apuesto detalle oji-violeta a un lado suyo y con una sonrisa fijó su mirada al frente. Observó con verdadera felicidad el encuentro entre Ritsu y Masamune...estaba feliz por ellos. Sus ojos viajaron a algunos metros adelante dándose cuenta que el oji-avellana ahí parado le sonreía...

    -¡Hiroki!- gritó con alegría, y con una sonrisa en el rostro se abrazó al otro doncel- ¡estaba preocupado por ti!...¡por todos, de hecho!- hablaba el oji-verde mirando de reojo a Miyagi también, quien hizo un gesto de saludo con la cabeza.

    -yo también estaba preocupado por ti, es bueno verte entero- sonrió de lado Hiroki separando levemente a Misaki de su cuerpo. El oji-verde hizo un puchero, pero después sonrió.

    -si, supongo que fue gracias a Mune y a Yukina-san...- exclamó con una sonrisa. Hiroki había levantado una fina ceja, en un gesto de duda.

    -¿y quién es él?...-

    -ho, cierto, bueno lo encontramos en Towika- explicaba Misaki, Hiroki abrió mucho los ojos...¡¿Towika?!...claro que conocía las leyendas sobre ese maldito bosque-...etto, supongo que hay muchas cosas que contar...- exclamó Misaki rascándose la nuca. Hiroki había asentido ante aquello, más un rostro bastante recordado por el llamó su atención.

    -hay que ver con ustedes...supuestamente vinieron por mi...¿y por qué soy el único ignorado?- exclamó sarcástico, haciendo un falso puchero. Hiroki negó con la cabeza, mirando hacia el oji-violeta, mientras le sonreía y se acercaba a él.

    -Akihiko...idiota...no sabes cuantos problemas nos causaste- exclamó Hiroki entre feliz y bromista mientras se abrazó al más alto que le regresó el abrazo...cómo había extrañado a ese revoltoso niño enfurruñado por todo...sonrió recordando vagos recuerdos de su niñez.

    -Hiroki...tan amable como siempre...no se insulta a una persona después de no haberla visto en 20 años- exclamó regresándole un abrazo con fuerza.

    -cállate- respondió Hiroki sonriendo. Dando paso al fin para que ell resto saludara a Akihiko. Miyagi se acercó y lo saludó con un apretón de manos.

    -Miyagi Yoo...-exclamó por si acaso. Akihiko levantó ambas cejas, como si se acabara de enterar de algo.

    -¿tu padre era...?-

    -sí , el anterior capitán del ejército de Usami-

    -vaya que sorpresa- sonrió el peliplata - ¿y tu?- exclamó viendo al rubio a un lado de Miyagi.

    -Shinobu Takatsuki...un placer sentirse libre no crees ¿Akihiko-san?- preguntó el rubio con una sonrisa. Y Akihiko había abierto mucho ambos ojos.

    -eres el...príncipe dragón...-murmuró- en el castillo hablaban de tu poderoso encantamiento...-

    -si, ya sabes... Aikawa y sus traumas con el amor...afortunadamente Miyagi me ha ayudado- exclamó colgándose del brazo del mayor. Akihiko y Misaki sonrieron, algo sorprendidos...pero felices al fin.

    -por cierto- comenzó Akihiko- Ritsu había detectado 4 acompañantes para Misaki...- volteó a verle y este bajó el rostro, quien sabe si apenado- ...¿quién es el otro?- preguntó curioso. Todos se miraron entre ellos. Mas fue Mune quien respondió, quien junto a Ritsu se acercaban a la escena ya.

    -Sumi Keiichi, el es el que falta aquí...-respondió serio Masamune.

    -¿por qué?...¿sucedió algo?- preguntó Miyagi.

    -bueno, sucedió un percance...- exclamó Takano recordando el rostro compungido de Keiichi aquél día que enfrentaría la “furia” de Towika.

    -¿cómo que un percance?...¡¿está bien?!- preguntó Hiroki frunciendo el ceño, preocupado.

    -Yanase-san nos dijo que todo estaba bien, el está a salvo- respondió.

    -¿y cuál era su prueba?- preguntó Hiroki cruzado de brazos.

    -Towika...- había respondido Misaki ante aquello. Hiroki frunció el ceño más pronunciadamente.

    -¡¿y le dejaste?!...era el más susceptible a que le pasara algo allí dentro- exclamó alterado Hiroki

    -cálmate- tranquilizó con una mirada Mune, el oji- avellana respiró hondo- sabías que le tocaba a él, las cosas así estaban desinadas...mi deber era traer a salvo a Misaki hasta acá...no te negare que nos costó trabajo dejarle allí...pero es más fuerte de lo crees...- Hiiroki solo había lanzado un bufido.

    -¿Por qué más susceptible?- preguntó Akihiko- yo ni siquiera le conozco...¿por qué se unió a ustedes?- preguntó curioso. Hiroki fue quien le encaró y habló con seriedad.

    -Akihiko...han pasado varias cosas desde que desapareciste del reino- empezó bajando el rostro, para después mirarle de nuevo- ...buscaban a alguien que gobernará Usami...el concejo demando que dos descendiente de las líneas próximos se casaran- dijo con frialdad. Akihiko bajó el rostro frunciendo el ceño por el enfado...sabía a donde iba a aquello- me comprometieron con Haruhiko...lo malo era que el ya estaba comprometido con alguien más...Haruhiko rompió su compromiso con Keiichi, para salvar a tu reino...todos hemos tratado de hacer algo. Desde entonces Mune, Keiichi y yo nos hacemos cargo de Usami. Pues tío Hitomi había caído en una depresión extrema y tía Asuka no habría podido sola - terminó el castaño. Akihiko había bajado el rostro, todos habían estado ayudando y el...era todo tan imponente.

    -g-gracias- exclamó cabizbajo. Mune se había acercado a abrazarle.

    -tranquilo...ya todo está bien...ya tendrás tiempo para arreglar las cosas-

    -si...hay que terminar las cosas aquí primero- exclamó el peliplateado observando con unas sonrisa a todos los “guerreros” que le acompañaban. Sin embargo miró un poco más curiosamente a Hiroki, a quien no había podido observar detalladamente hace un rato, en su letargo- oye...Hiroki- llamó su atención, el oji-avellana rápidamente le miró, y el resto también- ...te vez...extraño- le dijo con una ceja levantada, curioseando la fina figura de su primo y aún más especifica el rostro. Este enfurruñado, frunció el ceño y le miró con reproche avergonzado.

    -deja de mirarme tan fijamente Akihiko, idiota-se quejó.

    -sabes...te vez, no te vayas a enojar hee- advirtió con un gesto gracioso, por lo que Hiroki achinó los ojos- ...te ves...muy hermoso-

    Al oji-avellana se le subieron los colores a la cara, y Masmaune no pudo reprimir una carcajada.

    -porque será...-murmuró Takano mirando con una sonrisilla a Hiroki, quien seguía colorado.

    -¡¿pero qué cosas dices animal?!-

    -¡¿qué?!...es cierto- se defendía Akihiko con media sonrisa, y enseguida miró a Onodera quien miraba también fijamente a Hiroki ya- ...oye, Ritsu, ¿recuerdas a Tami-kun?...aquél doncel que vivía con nosotros en el castillo, que cambió tanto...durante su...-volteó a ver a Hiroki con los ojos bien abiertos-¡oye Hiroki!...¡¿tú estás...?!-

    Todos (los que aún no lo sabían) habían contenido el aire, esperando la respuesta del castaño.

    -...¿Hiroki-san...está embarazado?- preguntó entre dudoso y sorprendido Onodera, haciendo más directa la pregunta del peliplata. Hiroki sonrió algo nervioso, mirando los rostros de los presentes.

    -bueno...-hizo un silencio bastante grande antes de responder -...pues si-

    A los pocos segundos, los que no se habían desmayado, ya estaban felicitándole.

    ***********************************************************************

    2 días

    Ese era el tiempo que había pasado ya en Sumi. Toda la guardia de Usami había previsto aquél encuentro bastante corto, pues no era por alardear, pero eran probablemente el ejército más poderoso de los alrededores. Lo que les había dado una fama innegable, y sobre todo un respeto- temor, por lo que eran también una razón por la cual Usami no era atacado constantemente. Aquél día, en el que la guerra había empezado, los enemigos estaban muy confiados, pues sabían que el fiero general de Usami no estaba, además sabían también que Hiroki y el prodigio Masamune estaban ausentes... y eso era una buena noticia para ellos; sin embargo no tuvieron el tiempo suficiente de lamentarse cuando vieron quienes venían hasta el frente del, por sí solo, magnifico ejército. Si pudieron llevarse una gran sorpresa por el ver al mismísimo rey frente a ellos, reconocieron también de inmediato a Haruhiko con el ceño fruncido, seguido de...Sumi...¿Yura?...¡¿qué rayos hacia el príncipe de Sumi allí?!...

    Por su parte, en el castillo, Asuka no había dejado ningún minuto solo a Keiichi, quien estaba reacio a despegarse de la ventana, y derramaba lágrimas frente al frío cristal. Temblando inevitablemente cada vez que escuchaba el resonar de los cañones. Así la había pasado desde que Haruhiko había marchado, y aquello le había parecido demasiado doloroso a Asuka. Ver a ese lindo muchacho llorarle horrores a su sobrino le destrozaba el corazón. Al inicio del segundo día no hubo manera de que hiciese que el oji-miel le escuchara, e incluso tuvo que tranquilizarse junto a Mananami para que no saliera corriendo de la habitación como un desquiciado. La tarde de ese mismo día no pudo seguir reteniendo a Keiichi...y ese mismo día el médico había ido a administrarle, no por voluntad del castaño, unos ligeros calmantes...hasta ese momento el acongojado oji-miel había podido dormir...

    La tarde del tercer día al fin había llegado, junto a la noticia que esperaban ansiosos todos. Usami había ganado la guerra.

    Sintió el cuerpo pesado. Seguramente había dormido mucho más de lo que necesitaba...pensó Keiichi. Le dolía mucho la cabeza, frunció el ceño y limpió algunas lágrimas secas en su rostro.

    -demonios...creo que les está gustando tenerme inconsciente- exclamó con un puchero Keiichi, mientras se sentaba en la cama, dejando que las puntas de los dedos de sus pies tocaran el frío piso de su habitación. Permaneció unos segundos así, solo mirando hacia el suelo...hasta que sintió la extrema tranquilidad en el exterior, abriendo muchos sus ojos, como si hubiera descubierto algo enorme...corrió hasta su ventana...había personas, caminando por las calles, volviendo quizás a sus casas...algunas tropas marchaban de acá para allá, solo para ayudar a las personas y recoger escombros. Su corazón latió como loco...ya había terminado la guerra...¡ya había terminado!... y sin esperar nada más salió disparado hacia su puerta para seguido abrirla y salir corriendo....solo tenía un solo nombre en su cabeza...

    Haruhiko

    Corrió todo lo que pudo, disculpándose de vez en cuando con la servidumbre del castillo, quienes ya no estaban tan sorprendidos de ver correr al lindo doncel de un lugar a otro. Detuvo su carrera cuando divisó a 3 personas conversando...estaba a punto de pintar una sonrisa en su bello rostro para preguntar por su amor...pero escuchó la conversación que estos mantenían...borrando el gesto de su rostro de inmediato...

    -ganamos Asuka-sama- explicaba Yura, su hermano, mirando a la peliplata, quien mantenía sus manos temblorosas. Yura estaba muy lastimado y tenía la mitad de un brazo enteramente vendado- vencimos a la mayoría...pero dejamos que se fueran tan pronto se rindieron...- explicaba. La monarca había asentido...-pero él...- el oji-gris había bajado el rostro.

    Asuka negó con la cabeza, y una mirada triste, mientras su esposo, el rey ponía una mano sobre el hombro de su mujer.

    -no me digas esto...Yura... ¿qué les diré a sus padres?...- se lamentaba entre lágrimas la peli-plateada. Keiichi estaba frente a ellos, escuchando todo....y sintió sus ojitos llenarse lágrimas y salió corriendo hacia la habitación de su amor...él debía estar allí, esperándole....diciéndole que era tonto por haber llorado todo este tiempo en vano...si ...así era... él no podía creer esas palabras....él no las creía, definitivamente no eran verdad... yura mentía... ¡YURA MENTÍA!

    -lo siento Asuka-sama...el murió....-

    ****************************************************************

    -oye, oye...¡¿Hiroki...eso quiere decir que viniste a al guerra embarazado?!...¡eres un imprudente!- reprendió Akihiko a su primo. Hiroki frunció el ceño, con un pequeño sonrojo.

    -¡¿es así Hiroki-san?!...¿no cree que es algo riesgoso para el bebé?-preguntaba esta vez Arata, pues los amigos –magos de Ritsu ya se habían acercado hasta donde estaban todos los demás.

    -yo no creo...que haya hecho algo así...más bien...- comentaba Misaki, más para sí que para el resto. Sin embargo todos le escucharon y le pusieron atención. Hiiroki miró a Misaki tan sonrojado como él...casi preguntándole con la mirada. Mune miraba con bastante gracia la escena.

    -¿acaso insinúas...Misaki-kun...que Hiroki-san se embarazó en el “camino”?- preguntó al fin Ritsu. Mune no reprimió una leve risa, ante aquello y Hiroki se avergonzó más.

    -¿es cierto...Hiroki?- preguntó levantando ambas cejas Akihiko en forma de asombro, mientras zarandeaba por los hombros al castaño.

    -cállense todos, no tengo por qué darles detalles de mi vía privada- explotó Hiroki con su típico ceño fruncido, los brazos cruzados y sonrojado levemente. Mientras todos se callaban y ponían atención- pero para satisfacer su tan necesitada curiosidad les diré que no. No estaba esperando aun cuando salí de Usami...además no soy estúpido como para arriesgar a algo así a un bebé- exclamó bastante molestó por los comentarios- ...y si, es verdad...concebí al niño en “el camino”- utilizó las palabras ya utilizas por Ritsu. Todos se habían quedado calladitos y mirando con bastante asombro todo aquello- bahh- bufó el oji-avellana aun sonrojado, mirando hacia todos lados evitando mirar a los que estaban frente suyo.

    -Hiroki...¿de quién ese niño?- preguntó cuidadosamente Akihiko. Hiroki le volteó el rostro para después encararlo, mirándole con sus ojos entrecerrados.

    -pues mío...¿de quién va a hacer sino?- exclamó evitándole.

    -te sorprenderás al saber quién es su padre...- murmuró Shinobu ente risitas a Akihiko quien levantó una ceja curioso. Misaki quien había estado escuchando todo, observó a Hiroki quien hace un momento estaba mirado hacia un lado y observó con asombro como dedicaba una pequeña sonrisa a aquél príncipe- guerrero oji-azul de Ayami...

    -Hiroki...¿Nowaki-san es el padre, verdad?- preguntó casi emocionado. Si había algo que Misaki había guardado en secreto a sus compañeros era lo que vio aquella vez que dejaron a Hiroki en Ayami. El resto del equipo no lo sabía. Pero Misaki SI había visto aquél beso que Nowaki le había robado a su amigo. Y extrañamente en ese momento reconoció que ambos haría una inda pareja... sin embargo no creyó realmente que sucedería...

    Ante aquella pregunta Hiroki no le quedó más que asentir lentamente...que más daba. Seguramente para cuando llegara de regreso a su casa, medio continente lo sabría ya...pensó enfurruñado.

    -¡¿en serio?!...¡¿el papá de tu bebé es el príncipe heredero de los Magos Tritones?!- se escuchó el gritó de Arata. Hiroki frunció el ceño y estuvo a punto de pegarle un coscorrón por escandaloso...más algo interrumpió aquello.

    Tantos magos como brujos y demás personajes se habían quedado quietos... al sentir la fría ventisca dar vueltas en todo el campo de batalla. Hatori quien en ese momento peleaba con un brujo aprovechó la pequeña distracción y había vencido de un solo ataque a su oponente y poniendo atención aquello miró con bastante intriga el fenómeno.

    -Hatori...-exclamó Kaoruko que estaba cerca de él preguntándole casi con la mirada lo que era.

    -no soy yo...- es lo único que respondió, pues la mayoría sabía que era unos de los pocos que tenía casi el completo control climático de la zona- si no soy yo... o algún otro guardián de las zonas heladas...-analizaba Hatori- solo puede ser...-

    Del otro lado del campo de batalla estaban Mino y Aikawa, quienes peleaban demostrando los grandes oponentes que eran; en algún descuido Aikawa había logrado ver a todos los “acompañantes del salvador de Usami” reunidos... y sonrió casi macabramente.

    -Mino...¡mataré a tus querido protegidos, una vez que te haya vencido!- gritó burlona la pelirroja. Mino había fruncido el ceño.

    -no me vencerás Aikawa- retó

    -ya lo veremos-

    Se reanudó la pelea muy pronto y cuanto usuario de la magia estuvo cerca se alejaba de aquél peligroso sitio .Era como ver a los dos generales combatir... y sin embargo ambos eran...esplendidos. Ambos se detuvieron separándose a una distancia considerable cuando sintieron el viento helado en sus rostros. Mino miró de re-ojo a Hatori, quien también parcia extrañado por el suceso...bien...al parecer había llegado ya. Exclamó con medía sonrisa.

    -¿a qué se debe esa sonrisa idiota, Mino?- exclamó Aikawa burlona.

    -alguien está por llegar- exclamó sin más. La pelirroja frunció el ceño.

    -¿a qué te refieres?... ¿acaso has invitado a alguien más?- preguntó sarcástica, con sonrisa prepotente. Mino se permitió reír un poco.

    -no, además...no creo que necesite invitación...claro al menos que tengas el valor para negarle personalmente la entrada - exclamó con media sonrisa, el del rostro oculto. Aikawa iba a gritarle unas cuantas cosas ¡ho si!, sin embargo...una voz le impidió siquiera moverse de su lugar...porque sabía bien que “él” estaba tras ella.

    -¿y dime Aikawa...soy bienvenido a tu fiesta?...-

    La voz tranquila y atemorizante que ella conocí le hizo pasar saliva con dificultad, y más aún cuando observó cómo los magos y brujos que estaban frente a ella abrían los ojos y la boca con bastante sorpresa, tirando o guardando sus armas y algunos, bajando la cabeza en signo de respeto. El campo de batalla se había vuelto silencioso. Estaba totalmente mudo...¡con un demonio!...¿¡QUÉ HACÍA ÉL ALLÍ?!...

    -M-Mason...-murmuró con los ojos temblándole por el pavor.
    .
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    .

    Continuará...
  10. .
    Hola, hola¡, ¿cómo están?. Pues yo algo desestresada con mis ocupaciones, pero bien generalmente: P. Primero que nada, muchas gracias por leer y comentar, muchas gracias enserio...adoro sus comentarios :D....Y gracias a ustedes superamos también ya los 2000 vistos... eso me hace muy feliz ¡ :P....Y pues bueno, pasando de eso, les comento que este capítulo me costó horrores escribirlo¡¡¡ T.T nada más no se dejaba xD....al final pues así salió jejejeje....espero les guste...les traeré muy pronto el otro cap, ya que estoy por acabarlo :P.....saludos....

    Besitos especiales sabor a durazno :P , para : Melyoan y Anne onodera takano







    Capítulo 32: “Magia Blanca vs Magia Negra” Parte 3

    -perdonen mi torpeza por favor, alteza, Onodera-san, ¡ya les ayudaré!- hablaba Misaki mientras se aventaba al suelo a liberar a los susodichos. Más Akihiko , aun en su inofensiva forma de conejo gris...no podía despegar sus ojos de los hermosos esmeraldas del tierno doncel frente a él.
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    .

    Con nerviosismo y sus manos temblorosas tratando de abrir primero el grillete que ataba a Akihiko, Misaki introducía el afilado puñal que le había reglado Asuka forzando el seguro. Fruncía el ceño, mientras su cuerpo se encogía levemente cuando escuchaba los estruendos y desmanes de la guerra. Los otro dos que permanecían en la habitación miraban con curiosidad al muchachito, parecía que estaba bastante alejado de todo lo referido a las guerras y las armas...y eso les causaba un tipo de ternura y asombro por igual...

    Al fin los grilletes que ataban al conejo de pelaje grisáceo cayeron al suelo, liberando al animalito. Un temblor inundó la habitación y Misaki calló de sentón al suelo, y se volvió a hincar casi al instante concentrándose ahora en las cadenas que ataban con bastante ahínco al gato de pelaje moreno.

    -Parece que Aikawa se enteró que podría ser un gran “problema” para ella, Onodera-san- exclamó Misaki con algo de dificultad para soltar los diversos candados mágicos que ataban a Ritsu, el ahora gato solo ladeó la cabeza. Resopló una vez más, llevaba bastante tiempo intentándolo y no cedió y entonces quiso intentarlo de otra manera.

    -discúlpeme Onodera-san, por favor, no se mueva...ay¡ Kami, dame puntería- exclamó el castaño con congoja. Los dos animalitos presentes ladearon la cabeza curiosos y después ansiosos al ver como Misaki levantaba la espada roja hasta dejarla atrás de si y apuntar hacia las cadenas mágicas. Los ojos de Ritsu bien pudieron interpretar un “¡espera!” pero dada su forma “no humana” no dijo nada y solo se limitó a cerrar los ojos.

    La cadena cayó cortada a la mitad

    Tanto el conejo como el minino abrían dejado salir un enorme suspiro de alivio por aquello. Y sin embargo solo se permitieron relajarse a su manera. Misaki por su parte se dejó caer aliviado hacia atrás recargándose en sus brazos, mientras agradecía todos los dioses no haberle hecho daño al minino.

    -haa...-emitió un suspiro- yo creo que ya está...debemos salir de...- trató de seguir hablando Misaki mirando a los dos personajes frente a él sin embargo su boca se abrió totalmente en mudo y con asombro al ver como una extraña y brillante luz blanca rodeaba a sus nuevos “amigos”, para prontamente tomar una forma más...humana- aquí...-finalizó con un hilo de voz al ver la transformación de esos dos...

    -príncipe...Onodera-san...-tartamudeaba el muchachito observando fijamente a los dos chicos frente a él. Su mirada calló primero en el chico de ojos esmeraldas...el cual era seguramente Onodera, le dedicaba una amable sonrisa y después de fijó en el poseedor de aquellos orbes hipnotizantes y amatistas, el cabello grisáceo con un estilo un tanto peculiar...era tan parecido a Asuka...pero a la vez tan diferente...Misaki ya no sabía que decía...o que pensaba su cabeza...¡de hecho hace un rato que se había desconectado de la razón!...pero si era tan guap...¡HEEE!... se sorprendió el mismo totalmente sonrojado...-yo...-

    -Misaki...¿no es cierto?- empezó Onodera con algo de gracia, pues le parecía bastante divertido que los dos chicos frente a él se quedaran mirándose embobados el uno al otro. El oji-verde miró al fin a quien le hablaba y asintió levemente- déjame presentarme correctamente...mi nombre es Onodera Ritsu, es un gusto conocerte...y realmente muchas gracias por rescatarnos- sonrió de manera amable.

    -yo soy Usami Akihiko, un placer- exclamó el peliplata extendiendo una mano a Misaki quien seguía tirado en el piso aun por la impresión. Misaki con bastante nerviosismo aceptó la mano del otro, quien le ayudó a ponerse de pie- muchas gracias por liberarnos, estaremos en deuda contigo- aseguró el oji-violeta...sin percatarse que aún no soltaba la mano del menor, hasta que este hizo un leve gesto por separarse y el mayor, a su pesar, tuvo que ceder, mirando fascinado el sonrojo del más pequeño castaño.

    -no... No diga eso alteza, por favor, yo no busco una recompensa por esto...haa...pero que torpe- se dijo el mismo Misaki si se capaz de sostenerle la mirada a los otro dos por mucho tiempo -...esto, mi nombre es Misaki. Takahashi Misaki...encantado- bajó la cabeza n una leve reverencia .Ambos chicos se miraron sorprendidos por la impresionante humildad y ternura del chiquillo.

    -eres increíble, mejor de lo que he escuchado de ti, Misaki- exclamaba Ritsu tomando las manos del otro doncel, quien le miró fijamente a los ojos, viviendo la sonrisa amable de mago.

    -no me diga eso por favor, no es para tanto...- exclamaba Misaki, Ritsu sonrió.

    -¿te parece poco haber incentivado una guerra por la paz mágica, Misaki?- exclamó el mago, el más pequeña abrió mucho los ojos, nunca lo había pensado así –realmente eres el “indicado”...pero bueno- dijo haciendo una breve pausa, tras escuchar muchos pasos en la planta baja...-hay varios chicos que rescatar aun...y una guerra en la cual participar- dijo sonriendo de lado, apareciendo de entre sus ropas una varita mágica en color verde olivo-vamos...-

    Rápidamente caminaron por el largo pasillo para liberar a los otros... Misaki hasta el frente y un poco más atrás iban Ritsu y Akihiko.

    -wow...- susurró el oji-violeta...sin ser capaz de separar su vista del lindo muchachito de ojos verdes inocentes. Escuchó un sonido de una risa contenida...y volteó a ver a Onodera...quien le miraba con una clara carita triunfante de “te lo dije”...Akihiko frunció el ceño disgustado por eso...pero reanudó un sonrisa de lado sin dejar de ver la cabellera castaño moverse de una lado a otro...Misaki...lindo nombre...

    *************************************************************

    Masamune seguía mirando con curiosidad al muchachito de cabellos rubios frente a ellos que desde hace un momento no había tenido a nadie que le atacara, mientras Miyagi de vez en cuando peleaba con su espada. Todo aquello le resultada tan increíble, solo que el contaste peligro en el que estaba y los ataques que hacían retumbar el suelo el recordaban que era la cruda realidad... ¡estaban en una guerra entre usuarios de la magia!...

    -¡hey!...-una voz llamó la atención de los 3 allí, 2 de ellos le miraron con una sonrisa. Takano miró a Hiroki, y se sorprendió un poco al sentir como este le abrazaba con extraña efusividad, sin embargo no le rechazó el abrazo...le alegraba saber que todo había salido bien con el.

    -Hiroki...es bueno verte de nuevo, al parecer todo ha salido bien con los tritones, ¿no?- exclamó Masamune, indagando un poco. Hiroki sonrió y escondió bastante bien un sonrojo antes de responder.

    -si, a Nowaki y a mí nos fue muy bien con las pruebas en Ayami...aunque algo fastidiosas, en especial la última- exclamó con una sonrisa un tanto cansada recordando-...hemos terminado apenas hace dos días- explicó el castaño.

    -¿Ayami, has dicho?...- preguntó Miyagi, curioso.

    - ha, es cierto...tu no supiste de las otras pruebas- recordó Hiroki- al parecer a mi me tocó liberar al pueblo de Ayami de la maldición de Aikawa, mediante 3 pruebas muy presuntuosas- exclamó con media sonrisa. Miyagi hizo un gesto de sorpresa sintiendo.

    -así que fuiste tú quien los liberó, dicen que son algo difíciles esas pruebas- exclamó con media sonrisa, algo picara Shinobu. Hiroki levantó una caja fijándose apenas en el chiquillo de cabellos rubios... no sabía por qué...pero algo le decía que ese chiquillo sabía lo de su...no , no podría ser.

    -si...algo...¿por cierto quién eres?- exclamó curioso Hiroki. Escuchó la risilla del oji-gris gracioso.

    -te llevarás una sorpresa- exclamó Mune. Hiroki levantó una ceja.

    -alteza, me han dicho monstruo, abominación, animal del infierno...príncipe dragón...-siguió contando el rubio mientras extendió los finos dedos de su mano izquierda...Hiroki comenzaba a indagar hacia donde iba todo aquello – pero prefiero mucho más Takatsuki Shinobu, solo Shinobu, por favor... un placer- exclamó ladeando su cabeza en un gesto de ternura.

    -e-eres el dragón...- exclamó Hiroki con la boca abierta. Shinobu asintió-...ósea que tu...tu...eres wow- solo alcanzó a decir el oji-avellana, mirando maravillado el cambio, hasta que un click hizo en su mente- oye...oye...un momento...¡¿has dicho Takatsuki?!- el rubio volvió a asentir con una sonrisa- ...eres el hijo perdido de la reina de Takatsuki...-murmuró más bien como una afirmación que como una pregunta.

    -así es...hui de mi hogar cuando mi padre mandó a matarme...y una vez estuve perdido, Aikawa me encontró y me hizo su esclavo durante 7 años...no había podido salir, hasta ahora- explicó Shinobu, mientras miraba discretamente con una sonrisa a Miyagi, quien se la devolvió. Hiroki no pasó el gesto desapercibido, sonrojándose un poco por su suerte, también.

    -emm...no sé si es mi imaginación...o ¿ustedes dos son...?- exclamó el castaño sin querer dar un nombre a algo que el solo suponía, los dos amantes solo se miraron y el que respondió fue Takano.

    -pues bueno, al parecer si es lo que piensas, y extrañamente son pareja...algo que no le hace competencia al hecho de que sea el dragón- exclamó algo confuso el príncipe mayor.

    -pues al menos para mí ha sido una salvación que Miyagi se haya quedado conmigo...de no haber sido por él probablemente seguiría atado a aquella cadena- hizo un mohín de dolor señalando su tobillo lastimado. Hiroki recordó con tristeza que “el dragón” se encontraba atado al grillete de la cadena aquella -...después de todo mi encantamiento era de “amor”- exclamó con una sonrisilla sonrojándose. Mune y Hiroki suspiraron y asintieron, al menos todo estaba resultando.

    -sin embargo a mí me da curiosidad saber que pasó contigo Hiroki- exclamó Mune, mirando al castaño algo acusativo.

    -¿conmigo?...¿pues qué habría de pasar Mune?- exclamó cruzándose de brazos, aunque cierto nerviosismo recorrió su cuerpo.

    -es verdad...a mí me parece algo realmente curioso que las hadas sirenas hayan accedido a cuidarte- exclamó Shinobu con media sonrisa, mientras señalaba a las 3 mini- haditas azuladas que volaban alrededor de Hiroki , protegiéndolo.

    -¿hadas sirenas?- preguntó Miyagi.

    -si, dicen que son bastante solitarias y que no son precisamente buenas amigas de los tritones, seguro que es por su orgullo- murmuró el rubio lo último, todos le miraron con curiosidad y Hiroki tendría que decir algo pero ya...

    -bueno...es que...-

    -Chicos...-

    Otra voz había interrumpido aquello. Hiroki había suspirado con alivio, ¡¿cómo les diría que las hadas-sirena le protegían por voluntad propia pues se habían enterado que iría a la guerra en su “estado”...?!. La voz que les había interrumpido era nada más que Yuu Yanase, quien venía casi sin ningún rasguño.

    -Yanase-san- exclamó Masamune, pues al parecer era le único de ellos que le conocía en persona- ¿sucede algo?-

    -nada exactamente, Mino ha dispuesto que ustedes se mantengan fuera de pelea, solo por seguridad, piensa que alguien está por llegar y esto acabará pronto, por eso no se preocupen demasiado- les sonrió- igual, Kaoruko y yo estaremos cuidándole de cerca- exclamó el mago, convirtiéndose casi al instante en un hermoso gato montés.

    -ok...-solo alcanzó a decir Mune, pero el “felino” ya se había ido. Volteó a ver como la mujer de vestidos rosados efectivamente estaba deteniendo a cuanto brujo intentara acercárseles. Suspiró. Pero enseguida regresó a ver a Hiroki, quien no había despegado su vita de él, tano Shinobu como Miyagi también lo hicieron.


    -decías, Hiroki- exclamaba Mune entrecerrando los ojos. Hiroki se sonrojó de inmediato bajando el rostro...

    -bueno...yo-

    *****************************************************************

    -¿Cómo está Keiichi?- preguntó Yura preocupado nada más al verlo caminar hacia ellos. El aludido sonrió de medio lado mientras asintía.

    -está más calmado- respondió. Los 3 interlocutores solo asintieron y se dedicaron a caminar para salir del palacio, habían perdió ya algunos minutos.

    -¿está resignado?- preguntó preocupado el rey. Haruhiko negó con la cabeza, mientras sonreía.

    -no, tiene esperanza de que regresemos...todos- miró a Yura , quien asintió- espera vernos de vuelta y reclamarnos a la cara por qué se lo ocultamos- rio un poco , mientras fijaba su mirada al frente. Las tropas de Usami estaban listas para marchar y en cuanto Hitomi dio la orden las grandes hileras de soldados bien vestidos y armados, con la insignia del reino Usami en el escudo, avanzaron, saliendo paso a paso de la zona habitable de Usami.

    -...voy a regresar Keiichi, te lo prometo- susurró Haruhiko con los ojos cerrados, mientras aspiraban el último atisbo de paz, quizás por varias horas...o días. Los cascos de los caballos resonaban con fuerza en el piso, al igual que los pasos que daban las tropas a pie con su armadura plateada.

    ..........

    Mientras, Keiichi, detrás de la ventana veía con sus ojos cristalizados como el ejército se movía a un paso constante y firme. Sus ojos mieles no se despegaron de la varonil figura de su amor hasta que no fue capaz de distinguirle por la lejanía...

    -todo estará bien Keiichi, confía- escuchó como Asuka le hablaba, sabía que estaba tras él, pues los brazos de la mujer lo rodearon, y tratando de buscar apoyo y reconforte se acurrucó en ella.

    -sí, volverán...-susurró el doncel recargando su frente en el frío cristal de la ventana.

    *************************************************************************

    Tanto Misaki como Ritsu y Akihiko se veían ya bastante agitados de tanto correr, pues el castillo de Aikawa no era tan pequeño, ni los pasillos en donde encerraba a todos sus rehenes tan cercanos.

    ¡Crash!

    El fuerte sonido que hizo la puerta en azotarse contra la pared al ser abierta, fue opacado por el ruido que ocasionaba la batalla afuera. Esa era la última puerta en donde había rehenes. Pues rápidamente se habían encargado de liberarles, y Ritsu les había regresado a su forma original. Todos agradecían con ahínco y/o lágrimas en los ojos a Misaki y salían despavoridos hacia la salida, otros más recatados, buscaban a los suyos y esperaban a salir del lugar mejor junto a Ritsu y los demás.

    -¡hey, chicos!- gritó Onodera al entrar a la habitación. Y entonces les vio, sus cuatro amigos, los otros que sabían usar magia, permanecían igual que él, todos tan aprisionados como lo estaba él, obligados a permanecer en su forma de animal. Para ser exactos, dos gatos, una pantera y un ciervo. Los aludidos voltearon su mirada hacía el expresando verdadera felicidad, y cierta sorpresa al ver al otro oji- verde allí. Con un rápido hechizo Ritsu pudo liberarlos y los 4 tomaron sus formas humanas.

    -¡oye , te habías tardado!- reclamó el primero que era un muchachito de algunos 13 años. Mientras, por instinto al ser su forma mágica un gato, acomodaba un mechón de cabellos rubio cenizo detrás de su oreja. Ritsu frunció el ceño haciendo un puchero.

    -¡hey,Siru , no te quejes!, ¡hemos liberado ya al resto de los chicos!- exclamó Onodera defendiéndose, el joven “mínimo” solo bufó.

    -te hubiera tomado menos tiempo si hubieras venido a sacarnos primero a nosotros- refunfuñó el otro chico de aproximadamente 20 años, que tenía su cabello negro y oscuro algo alborotado. Sus ojos eran de un verde brilloso, el cual lucía bastante espeluznante cuando tomaba su forma de pantera negra.

    -no si están del otro lado del castillo, Kino- respondió esta vez Akihiko.

    -hubieras tenido más personas que te ayudarán con resto , de regreso- intervino también el otro “gato”, un chico pelirrojo de ojos mieles de 18 años tal vez, que miraba inquisidor y con un puchero gracioso a Akihiko, quien bufó un poco. Misaki parecía curioso mirando a todos los chicos... ¿ellos eran los “otros” magos?...sus mirada verde se centró en el delicado cuerpo del muchacho...y al fin descubrió que “ese” pellirrojo era también un doncel...y al fin resolvió que el “pucherito anterior” era un coqueteo al peliplata...frunció el ceño....muy pronto se vio sonrojado por haberse alterado por esas “insignificancias”

    -Arata, haz silencio y vámonos ya- exclamó Ritsu algo acostumbrado a los pequeños reproches de sus amigos, por lo último miró a la única chica del grupo , quien sorpresivamente no se quejaba aun-y tú...Kaiya...¿no te quejas también?- exclamó sarcástico. La chica rio un poco antes de empezar a seguir al grupo.

    -hubiera pensado algo muy bueno para responderte Ritsu, pero no puedo dejar de admirar al chico que nos acompaña...disculpa- exclamó acercándose de lleno a al sorprendido y avergonzado Misaki- ...¿eres tu Misaki-kun?...¿el salvador de Usami?-

    -¡ho es cierto, ¿eres tú?!- se acercaba ahora también el pelirrojo. Muy pronto Misaki tuvo alrededor a los 4 muchachos.

    -esto...pues al parecer si- exclamó el oji-verde son saber a quién mirar exactamente.

    -¡esto es increíble...prácticamente te debemos todo lo que ha sucedido para que pudiéramos salir de aquí, ¿no? – hablaba el más pequeño mirando al resto.

    -¡chico!, ¡hay una guerra afuera, porque has logrado retar a Aikawa!- exclamó con una sonrisa y una ceja levantada Kino.

    -¡déjenlo ya!- separó a sus amigos atosigadores del pobre Misaki- hay que continuar con esto, ya después podrán preguntar lo que quieran, apúrense- exclamó Onodera, jalando de una mano al oji-verde. Prontamente apuraron el paso, hasta que corrían a toda velocidad por los pasillos.

    -falta poco para salir de aquí- hizo saber Akihiko cuando divisó la salida, sin embargo algo hizo que se detuvieran de inmediato y asumieran una posición defensiva colocándose todos los magos hasta adelante, protegiendo a Akihiko, Misaki y el resto de rehenes que les seguían.

    -jejejejeje, ¿realmente creyeron que saldrían sin ningún problema?- se escuchó una voz burlona. Ritsu miró con frustración y odio mal disimulado a los 3 sujetos frente a ellos.

    -brujos...-murmuró con saña frunciendo el ceño.

    -¡largo de aquí si no quieren terminar hechos polvo!- exclamó con furia el pelirrojo, apretando sus puños, mientras el fino anillo plateado brillaba con fuerza en su dedo anular izquierdo.

    -basta Arata- tranquilizó la única chica allí al doncel, este rugió un poco sin dejar de ver mal a los tres frente a él.

    -hooou...el gatito no tiene permitido salir a jugar- se burló uno de los brujos, que llevaba su atuendo todo en color negro, de ojos castaños igual que su cabello. Los otros dos brujos rieron por el comentario de su compañero haciendo que Arata se enojará más.

    -¡te mataré!- gritó Arata.

    -inténtalo niño bonito- retó entre risas burlonas el castaño brujo, tomándose escasos segundos en revelarse en su animal que era un leopardo de Persia, bastante grande para su mala suerte. El pelirrojo retrocedió un poco, pero el rugido del potente animal hizo arder su furia nuevamente y enfrentarle con la mirada.

    -estás loco Arata, ¡no pelearás con ese leopardo!- exclamó algo atemorizado Siru, el menor.

    -si lo haré- retó el pelirrojo. Más observó cómo su pelinegro amigo se ponía justo frente a él- ¡Kino!, ¡¿pero qué te pasa, animal, no te metas en mis peleas?!- exclamó avergonzado y enojado, aunque por dentro estaba más que agradecido.

    -cállate Arata, eres pésimo escogiendo a tus oponentes...¡hey tu leopardo cobarde, métete con alguien de tu tamaño!- más que pronto, Kino había tomado su forma de pantera negra. Ritsu supo que no podía detenerlos cuando después de acecharse mutuamente ambos se lanzaron a atacarse, por lo que solo le quedó poner atención a los otros dos.

    -bien...mocosos...que les parece probar a la suerte...estoy casi seguro que el único que podría darnos batalla eres tu – exclamó con media sonrisa uno de los brujos mirando a Ritsu- lástima que tus poderes han disminuido al intentar volver a todos los rehenes en humanos...¿no es así?...¿te animas a saber si podrás o no detenernos, hee?- exclamó burlón. Los presentes rugieron, los otros magos bajaron la cabeza. Era cierto que poseían magia, pero no la sabían usar del todo bien...Ritsu fue el que aprendió a controlarla un poco y Kino peleaba casi siempre con su animal ,que más que usar magia , era controlar su fuerza...pero ellos....no tanto. Onodera, por su parte, frunció el ceño, mirando como su amigo Kino batalla con furia contra el otro sujeto. Era cierto...él no podría con los dos, quizás con uno...pero con los dos, en su estado actual, nunca.

    -bien...- firmó sus sentencia el oji-verde, apuntando hacia enfrente su varita mágica. Los otros dos rieron burlones antes de ponerse también en posición de ataque. Misaki tragó saliva...eso no pintaba nada bien...el no podría permitir que le pasara algo malo a Ritsu...si Mune se enteraba seguro se moría... y entonces algo hizo click en su mente...

    -la flor...-murmuró captando la atención de los que lo rodeaban, y sin más la sacó de los bolsillos y miró atentamente a los otros dos magos frente a él- ...¡alguno de ustedes podrían usarla para ayudar a Onodera-san!...-indagó el castaño, los chicos se miraron fijo y fue Kaiya quien miró con decisión al ojo-verde.

    -yo lo haré- exclamó la mujer. Muy pronto el tatuaje violeta apareció en el dorso de la mano de la mujer...y como fiel amiga y compañera se puso al lado de Ritsu.

    -hey...Ritsu, ¿qué dices?...¿un juego más?- exclamó con amplia sonrisa, el oji-verde asintió observando que la chica portaba ahora el tatuaje que le hacía inmune...sonrió por eso, no arriesgaría a sus amigos...

    La pelea dio inicio al fin y los poderes y golpes limpios por igual no se hicieron espera. Misaki miró con dolor y cierto coraje la pela también entre los felinos...que de vez en cuando solo se dedicaban a rugirse...también estaban exhaustos. Solo que aquello no duró demasiado, pues una luz enceguecedora se hizo presente en el lugar...la mayoría llevaron sus manos o su antebrazo a la cara tapándose del esplendor tan agresivo...sin embargo una voz se escuchó allí, una voz que hoz que los magos sonrieran complacidos...

    -hey chicos...me preguntaba el porqué de su impuntualidad en el campo de batalla...¡ya están bastante grandecitos como para jugar con la basura!- exclamó con fingido desdén...más bien dirigido hacia los brujos allí. Ritsu le dedicó una sonrisa- vayanse...yo me aré cargo del resto...esto no quiere decir que estoy con ustedes, entérense- sonrió de lado...esa sonrisa que en ella se veía tan graciosa pero que en Aikawa les daba bastante escalofrío.

    -Haruna...gracias- exclamó el oji-verde antes de salir corriendo de allí- ¡andando!- gritó a todos los que iban con él. Kino retó por última vez con la mirada a su oponente, y sin deshacer su animal siguió tras los demás. Mientras tanto la bella muchachita que acaba de aparecer en el salón... miraba con sus expresivos ojos mieles y ese cabello de color pelirrojo que erizaba la piel a cualquiera...pues le recordaba a su terrorífica madre...

    -bien... ¿quién de ustedes será el primero?...-

    *******************************************************************

    -bueno...lo que pasó es que...bueno...Nowaki y yo...- empezó a hablar Hiroki mientras luchaba contra su propio organismo para intentar no sonrojarse, ni mirar a Takano al mismo tiempo, quien tenía los brazos cruzados, esperando una respuesta –escucha Mune...no te alteres tanto, ¿sí?...no es algo...tan...tan...interesante...- hablaba entre nervios y espasmos Hiroki. Masamune empezaba perder la paciencia y la integridad... ¡¿Qué rayos pasaba...ese enfrente de él era Hiroki....tartamudeando?!...algo pasaba...Shinobu miraba con una sonrisa graciosa la escena y Miyagi no entendía absolutamente nada, pero se le hacía extraño el comportamiento del oji-avellana.

    -Hiroki...pierdo la paciencia –advirtió Takano- ¡dime ahora mismo qué te hizo ese tal Nowaki!-

    -¡¿q-qué me hizo?!..¡Nada!...¿cómo crees?- intentó sonreir el castaño mirando sin poder evitarlo al más alto. Mune abrió los ojos a más no poder cuando observó el rostro de Hiroki totalmente sonrojado...ok. Ya veía hacia donde iba todo aquello...-Hiroki...¿te acostaste con él?-preguntó demasiado directo...tanto que hasta Miyagi y Shinobu se sorprendieron abriendo muchos sus ojos...y el menor se había sonrojado hasta las orejas tapándose la boca. Mientras Hiroki había quedado con la boca abierta, a punto de perpetuar un agudo grito, sin embargo no lo hizo...Masamune supo que había hecho una estupidez enorme cuando observó los ojos avellana deshacerse en lágrimas...

    -¡¿pero qué te pasa?!, ¿cómo te atreves a decirme eso, justo así y justo aquí...?- exclamó el castaño tapándose su cara sonrojada y dolida por el comentario. Takano quiso darse un golpe a sí mismo, mientras se maldecía su poco tacto...y entonces comprendió a comprender todo aquello.

    -p-perdóname Hiroki...no debí decir algo así...ven acá- le consoló, mientras se acercaba hasta el apretándolo entre sus brazos, buscando “inconscientemente” la mirada del tritón. Encontrándolo peleando a varios metros, de vez en cuando volteaba ver a Hiroki para asegurarse que todo fuera bien. Le cuidaba demasiado...Abrió sus ojos con bastante sorpresa. Sonriendo al fin al ver como Hiroki respondía su abrazo- perdóname...-susurró con cariño...al doncel en su brazos que seguramente seguiría sonrojado. Mune había despertado un sentido bastante sobreprotector con sus “primos” y en general con cualquier chica o doncel cercanos a él...y resulta que especialmente a Hiroki le cuidaba bastante...pues lo consideraba casi como un hermano...

    -idiota...-murmuró Hiroki, aun contra su pecho, Mune dejó escapar una risa-...estoy embarazado... ¿es eso lo que querías saber?...- exclamó con un susurro de voz. Takano abrió muchos los ojos, pero siguió abrazando al doncel...sabía que si lo separaba ahora no diría nada más- escucha...ni yo sé cómo pasó todo tan rápido...un día estaba peleándome con él porque me ignoraba y me dejaba hablando como estúpido y al otro día ya me estaba besando con él detrás de las columnas del palacio...no lo sé Mune...simplemente se dio...y te advierto que si eres el primero en restregarme en la cara lo mal hijo que soy y mi irresponsabilidad te diré que me importa un...!-

    -no te diré eso, cálmate- interrumpió Masamune con u tono más suave y separando al fin de su cuerpo al castaño, quien temblaba como hoja en el viento, observándolo con su rostro sonrojado- es cierto que tal vez el momento no sea presamente el más adecuando...pero...te felicito por tu bebé...y si estás feliz con ello...está todo bien...eso si- cambió su rostro más sombrío- tendré que hablar con tu noviecito...sobre su concepto de “cuidar a la perfección” ...-sonrió burlón haciendo sonrojar a Hiroki.

    -¡Mune!- advirtió el castaño.

    -¿qué?....sabes que lo haría...- exclamó haciéndose el enojado Mune- Hiroki...dime algo...¿de verdad le quieres?- el oji-avellana, miró a Mune un momento, y sintió sus mejillas ardiendo de vergüenza al verle sonreír... después miró a Nowaki...y su corazón se detuvo por segundos para después volver a moverse locamente...si...eso pasaba siempre.

    -es un estúpido...- empezó Hiroki bajando su rostro -...es un tarado, empalagoso, roba-besos, pervertido...-deletreaba con tanto “desdén” que Miyagi resentía aquél amor algo....”peligroso”.

    -¿le quieres?..-volvió a preguntar Mune reprimiendo una risa al escuchar la descripción.

    -mucho...- exclamó el oji-avellana bajando el rostro.

    -me alegro por eso...- abrazó de nuevo Takano a Hiroki, quien empezó a temblar de nuevo- ¿Qué pasa...estás llorando otra vez?- exclamó con una ceja levantada y medianamente preocupado Mune.

    -¡cállate, no lo puedo controlar...estúpida sensibilidad, al odio!- exclamó con un lindo puchero el castaño haciendo que le resto riera un poco. Un estridente ruido hizo que se separaran de la abrazo una vez más. Hiroki recuperándose de a poco, preparó su arco, manteniéndolo en descanso hacia abajo. Mirando hacia todos lados, atento...

    -me parece fascinante tu movilidad para la batalla aun en tu estado, Hiroki- exclamó Shinobu este le miró casi con reproche y receloso.

    -soy bueno con las armas...y no es como si estuviera de varios meses- exclamó el mayor. Mune sonrió. Hiroki se había disgustado un poco. De pronto su vista se desvió a hacia la puerta principal, donde había entrado Misaki hace ya, casi tres horas. Obviamente estaba preocupado...pero contaba con que no le dejarían solo...y quizás...estuviera junto a su amor...Ritsu...

    -¡miren allí!- hizo saber Miyagi apuntando hacia la entrada mientras algunos niños y jóvenes salían corriendo de allí, justo enfrente estaba Kaoruko, evitando que algo malo les pasara. Masamune indago que esos eran las personas que Aikawa tenía convertidos en animales. Los ojos de las 4 personas allí, no se despegaban de la dichosa puerta, esperando el momento en que saldrían de allí...

    Un nuevo ataque hizo temblar el suelo sobre el que estaba y el castillo volvió sufrir daños, quebrando algunos ventanales, tirando algunas estatuas de las torres y quebrando pilares que hacían que pedazos de la estructura se vinieran abajo. Mune frunció el ceño, más no pudo ocultar su alegría al observar como al fin, salían las últimas personas...

    Los primeros que salieron corriendo fueron una chica de cabellos verdes cargando a un pequeño niño, después un muchachito de algunos 13 años de cabello rubio cenizo jalando de la mano a una niña pequeña; seguido de un chico pelirrojo, que al parecer venía discutiendo con un muchacho de cabellos negros alborotados que venía muy herido recargado en su compañero-¿doncel?- se interrumpió Masamune. Con una sonrisa admiró también como Misaki trataba de seguirle el ritmo a sus compañeros, mientras venía sujeto de un chico de quizás una altura como la suya, de cabellos plateados y ojos violetas...

    -A-Akihiko...-murmuró con una media sonrisa, como no adivinar que era él , si era idéntico a Asuka...Sin embargo la emoción de volver a ver a su primo perdido no le hizo competencia a lo que sintió al ver a su hermoso castaño saliendo por ultimo del castillo, ayudando a un doncel adolescente a mantenerse en pie y seguir caminando. Su corazón palpitó con fuerza mientras las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos y sin decir más empezó a caminar hasta él hasta que terminó corriendo. Ritsu por su parte, dejo al chico en un lugar seguro y buscó con la mirada temblorosa a su amor...¿Masamune habría venido...en serio?...sus dudas se despejaron al observar de frente a su hermoso príncipe...y estallando en el momento en lágrimas pero con una divina sonrisa, se levantó como pudo y comenzó a correr hacia donde estaba su amor...

    -R-Ritsu...-murmuró el mayor al sentir al fin entre sus brazos a su joven amor- perdido, aspirando el dulce olor que por las noches le atormentaba y le consolaban por igual. El más pequeño temblaba de emoción, feliz y sintiendo de nuevo ese latido desesperado de su corazón, cada vez que se encontraba con su dulce príncipe...

    -Mune...-
    .
    .
    .

    Continuará...
  11. .
    Holita¡¡, cómo están?....yo muy bien, al menos tendré un poco de tiempo antes de entrar a clases :P, pues acá trayéndoles una nueva conty, y decirles que ya tengo lista la mitad de la que sigue :3,muchas gracias por comentar y leer, me hacen muy feliz.

    Melyoan; hola¡, me alegra mucho que te gustara el capítulo, y sip, ya empiezan las dos guerras¡, veremos como les va a cada un can la suya :P, Keiichi y Haruhiko tendrán muchas pruebas que superar aun y Misaki tendrá su propia y oji-violeta condena xD, hay que no se te escapa nada¡¡ jajaj ya verás lo que pasará con Haruna...espero te guste la conty Mely, besos de manzana verde¡ :3

    Anne onodera takano: hola¡, gracias por comentar, me alegra que te guste cómo va la historia y si, las guerras comienzan y Keiichi tendrá que ser fuerte no tan solo por ellos dos , sin por muchas mas personas... :3, ya verás lo que les tengo preparado a todos, espero te guste la conty, nos leemos luego, besos de mandarina.

    Misagi * *








    Capítulo 31:”Magia Blanca vs Magia Negra” Parte 2


    -¡Corre!- fue lo que escuchó en la lejanía Masamune, quien agotado, acababa de vencer a su oponente. Volteó su mirada hacia atrás por un instante separándose levemente del combate para cerciorarse que esa voz pertenecía a la persona que él creía.

    -Hiroki...-murmuró con media sonrisa al ver al cambiado doncel, aun con su arco preparado, señal de que acababa de disparar una flecha... para salvar a Misaki. Justo a tiempo y tan perfecta su puntería como siempre, se dijo con gracia. Sin embargo su sonrisa se ensanchó, y no pudo evitar hinchar el pecho con orgullo y gusto al observar cómo tras él aparecía aquél chico del río, el príncipe Nowaki; y junto a él un pequeño ejército de magos tritones, los cuales ataviados con armaduras brillantes y plateadas con toques azules empuñaban sus poderos armas con porte y orgullo de un guerrero de su calibre...justo cuando todos aparecieron los gritos de asombro no se hicieron esperar, y Masamune sonrió con sorna al ver los rostros de todos.

    -¡son...son...son los magos tritones de Ayami!¡ han sido liberados de su maldición!- exclamaban unos totalmente atemorizados, retrocediendo.

    -no puede ser...- se escuchó el murmullo de Aikawa totalmente sorprendida, mientras veía el rostro de confianza de esos orgullosos guerreros híbridos. Mune disfrutaba con satisfacción la cara disgustada de la bruja. Y miraba de reojo a los guerreros con los que venía Hiroki. Muy pronto se unieron a la batalla los recién llegados, combinando sus poderes a la perfección, especialmente con Hatori. Más Mune miraba con curiosidad bastante acusativa tres “especies” de hadas que daban vuelta alrededor de Hiroki, defendiéndole de ataques que no alcanzaba a captar el castaño, además que el “tal Nowaki” no se despegaba ni un momento del Kamijuo. Mune frunció el ceño...era su imaginación o... ¿algo pasaba allí?...

    *****************************************************************

    Mientras tanto, Misaki corría por los pasillos del castillo, a todo lo que sus piernas le permitían, mientras de reojo miraba la brillante espada roja, la cual por alguna extraña razón le estaba “guiando” hacia donde se encontraba su destino. Con pavor Misaki huía de diferentes tipos de trampas, unas veces demostrando sus no tan talentosos dotes de agilidad y otro más, que era mágicos, la flor Lilí los repelía. Para el pobre oji-verde parecían horas y horas sintiéndose perdido entre esos angostos pasillos, pero la verdad era que había estado corriendo escasos minutos. Observando extrañado, como es que todo parecía tan vacío...

    Corrió por otros pasillos, en donde las habitaciones parecían más pequeñas, pues las puertas estaban casi pegadas...echó un vistazo a la espada la cual parpadeaba con bastante ahínco y tragó saliva, cada vez estaba más cerca. Con premura se dedicó a abrir la puerta la cual se encontraba totalmente y fuertemente cerrada, al castaño no se le ocurrió otra cosa que sacar la pequeña daga que traía en sus ropas, esa daga que le había regalado Asuka antes de partir; forzó la cerradura y el seguro saltó. Misaki dio un empujón entrando a la puerta encontrándose con la triste escena de “animalitos” severamente “presos”...Misaki recordó entonces lo que les había dicho Yoshino acerca de que sus prisioneros eran convertidos en animales... y entonces reaccionó...

    -¡siento la demora, ya los sacaré!- exclamaba el castañito, forzando jaulas de donde aves salían volando fuera de la habitación, rompiendo grilletes y cadenas utilizando la espada de Bishamon. Misaki se sintió preocupado...necesitaba encontrarlos a “ellos”....por lo que desesperadamente preguntó a los animalitos.

    -¿sabrán, acaso donde puedo encontrar al príncipe Akihiko y a Onodera-san?- preguntó a los seres que le seguían de cerca, estos volteándose a ver asintieron y corrieron a gran velocidad, Misaki asombrado y algo desconfiado también, les trataba de seguir el paso. Todos se detuvieron cuando llegaron a una puerta negra, la cual empezaba a rasguñar con sus garritas. Misaki frunció el ceño...esa era diferente.

    -gracias, ya me haré cargo- habló Misaki, sintiendo todavía muy extraño por estar hablando con los animales, se acercó a la puerta y con una poco de trabajo logró abrirla, sin embargo sintió un fuertísimo temblor cuando estaba a punto de ingresar a la habitación el cual logró desequilíbralo un poco...y adivinó que serían los estragos de la guerra que se suscitaba afuera...

    Misaki se apresuró a entrar a la habitación, encontrándose en primer lugar solamente con dos “presos”. Se trataba de un pequeño minino café el cual tenía un grillete atado a cada una de sus patitas, además de un pesado collar en el cuello que le obligaba a estar echado...y el otro era un conejo...un conejo de pelaje gris con un collar metálico en el cuello...

    Misaki abrió mucho los ojos quedando se por un momento estático al ver con curiosidad los ojos violetas del pequeño animalito...y sin poder evitarlo se le vino a la mente la imagen de la estatua de “Akihiko” que había visto en Usami...no pudo evitar sonrojarse al pensar en ello...sin embargo un nuevo temblor lo sacó de su ensoñación...

    -perdonen mi torpeza por favor, alteza, Onodera-san, ¡ya les ayudaré!- hablaba Misaki mientras se aventaba al suelo a liberar a los susodichos. Más Akihiko , aun en su inofensiva forma de conejo gris...no podía despegar sus ojos de los hermosos esmeraldas del tierno doncel frente a él.

    *****************************************************************

    Entre todo el retumbo de sonidos de la batalla, irrumpió un potente sonido, el cual Takano interpretó como un rugido....y uno que él había escuchado ya con anterioridad. Casi por inercia movió su cabeza lentamente hacia el cielo, encontrando allí la respuesta a su cuestión. Levantó perfectamente una de sus cejas al observar primero, entre los traviesos rayos ddel sol un gran brillo dorado, y después vio todo el “cuerpo” de ese ser.

    -¡ROARRGGG!- rugió el “animal” cuando estuvo lo suficientemente cerca al suelo, todo cuanto lo vio lanzó un grito al cielo. ¡PERO QUE DEMONIOS!....se susurraban entre ellos.

    -no...Puedo...creerlo- pronunciaba Masamune, mientras se ponía lentamente de pie de donde estaba y miraba con una sonrisa media incrédula a los recién llegados. Observó con atención como el dragón de dorada y brillante piel se posaba casi con elegancia en el suelo, dirigiendo su mirada furiosa precisamente a los brujos, los magos por cierto, sonrieron victoriosos cuando observaron al poderoso animal acabar con un respiro de fuego con algunos brujos, incinerándolos en el instante. ¡Estaba del lado bueno!

    Pero a Mune no le sorprendió demasiado la furia del dragón, ni que estuviera de su parte, ni si quiera que fuera el mismo dragón de “aquella” vez...sino que miró con bastante sorpresa y curiosidad el sujeto que bajaba de un salto de encima del poderoso ser dorado...

    -¿M-Miyagi?- le habló casi incrédulo. Este posó su mirada oscura en él, y movió al cabeza en un signo de saludo.

    -hey...¿qué tal alteza?- habló Miyagi con media sonrisa. Mune creyó que reiría en el momento...ok, eso sí era inesperado.

    -¿acaso has cautivado al dragón, capitán?- habló Masamune con cierta sonrisa y felicidad mesclada. Miyagi regresó a ver a SU dragón, el cual empezaba a parpadear en brillos dorados. Takano abrió la boca con asombro al observar la increíble metamorfosis del supuesto “dragón”. Pues un chiquillo de belleza indudable había aparecido a su lugar, sonriéndole “casi” coquetamente a Miyagi y después a Masamune.

    -yo creo que fue al revés- dijo entre una pequeña risilla, fijando esos ojos plateados en su azabache, guiñándole un ojo antes de sacar una dorada lanza y ponerse al frente de los dos varones.

    -veremos que tienen para mí- exclamó Shinobu con una sonrisa llena de satisfacción al mismo tiempo que se ponía en guardia agitando levemente su brillante cabello rubio. Un destello blanco salió de la punta de su lanza, lanzando a todos sus enemigos próximos hasta el otro lado del campo de batalla.

    -¿de qué...me he perdido, Miyagi?- exclamó perplejo Mune, regresando a ver a Miyagi.

    -ya te enterarás...-susurró el pelinegro.

    *********************************************************************

    -¡no , no y no!, ¡ME NIEGO!...¡y no me prometas nada!- exclamaba el menor destrozado- ¡sé lo que es una guerra!, no me creas tonto Haruhiko, y sé lo que es perder a un ser querido...perdí a mi padre en una...y por eso las odio- aclaró el menor hipando todavía, Yura, quien escuchaba todo atento bajó el rostro...recordando aquellos tristes momentos-no me prometas algo que no sepas garantizar...-murmuró muy bajo- tu...tú dijiste que me amabas...¡no me dejes ahora...ya no quiero perder a otra persona que amo!-

    Los dos pares de ojos se miraron con anhelo, con amor y devoción...Haruhiko había comprobado con satisfacción que el menor no había perdido su poca memoria y Keiichi apenas se enteró, con sus mejillas ardiendo de vergüenza, que había hecho una confesión con un público...especial...

    .
    .
    .

    -tu... ¿tú me...qué?...-exclamó con una sonrisa coqueta Haruhiko, obteniendo un sonrojo excesivo de vergüenza del doncel oji-miel.

    -yo...esto...no dije nada- exclamó tartamudeando sin ser capaz de soltar de las mangas de su uniforme al príncipe, volteando a ver hacia otro lado- déjame en paz...vete donde quieras...no me importa...- exclamó tratando de zafarse de los brazos de Haruhiko con lágrimas en los ojos, pero este no estaba dispuesto a ceder.

    -a mi si- exclamó serio el oji-gris, tomando la barbilla del menor haciendo que este le mirara sonrojado-así que hablaremos ahora, quieras o no- dijo de lo más normal acercándose demasiado a Keiichi quien ni si quiera pudo dar un paso hacia atrás cuando sintió que el mayor lo había subido a su hombro y su brazo lo sujetaba justo por debajo de las caderas.

    -¡OYE!.... ¡Haruhiko! ¡¿Qué diablos te pasa? , Bájame!- exigió avergonzado pataleando y pegando con sus puños sobre la espalda del mayor. Hasta entonces, tanto Yura, como Hitomi y el otro guerrero ahí se habían mantenido en silencio, mirando unos con una sonrisa aquella escena y otro sin entender nada- ¡Haruhiko! , ¡Bájame ahora!- seguía gritando el doncel.- ¡Yura, dile que me baje!...!YURA!- pedía el oji-miel a su hermano mayor , quien se hacia el desentendido.

    -ahora vuelvo- exclamó Haruhiko, volteando a ver por un momento a los otros 3, estos asintieron y después de un “de acuerdo” se fue con su preciosa carga hasta su habitación. Mientras tanto los otros 3 se quedaron viéndoles hasta que se perdieron por el pasillo.

    -espero que logre tranquilizarlo...- fue lo único que pidió Hitomi. El otro guerrero solo asintió.

    -lo hará- sonrió de medio lado Yura...ya era mucho decir que tenía su completa confianza sobre Haruhiko.

    .......................................................................................................

    -¡Haruhiko!... ¡bájame ahora mismo!- gritaba Keiichi aun sobre el hombre del mayor, quien ignoraba las pataletas de su amado, quien ahora mismo estaba bastante sonrojado. Los sirvientes del castillo miraban algo sorprendidos aquella escena y otros enternecidos por la pareja...sin embargo no se atrevían a interrumpir y ni alegar nada de lo que sucedía. Así Haruhiko llegó hasta la habitación de Keiichi- bájame, ya, ¡no es gracioso!- exclamaba el menor todo sonrojado. Al fin Haruhiko le había hecho casi y lo puso en el suelo –g-gracias...- exclamó el menor acomodándose levemente sus ropajes, el mayor le miró con una sonrisa de ternura observando las mejillas aun sonrojadas del doncel.

    -Keiichi...-susurró el nombre del otro, quien dirigió sus orbes mieles hacia él, poniéndole atención. Se acercó lentamente hacia el menor acercándose mucho a su rostro sujetándolo entre sus manos- yo también te amo...-

    El aludido estaba bastante avergonzado, sin embargo sintió como su corazoncito latía con mucha fuerza y bombeaba rápidamente queriéndose salir de su pecho., quiso desviar el rostro por la pena y por como sentía su rostro acalorado, pero le sostuvo la mirada a su amado oji-gris.

    -quédate...-murmuró el menor abrazándose al fuerte torso de su príncipe, este le acarició los cabellos por algunos segundos, mientras depositaba un beso en la clara cabellera, con un rostro de tristeza y preocupación.

    -lo siento Keiichi...pero no puedo, tengo deberes que cumplir y...-

    -¡que alguien más lo haga!... ¡no tienes que ser tú!- exclamaba el menor con dolor... Haruhiko hizo un gesto lastimero sin dejar de abraza el tibio y tembloroso cuerpo de su amado...era verdad, él no lo sabía, pero sí que tenía obligaciones sobre el reino...después de todo era el único de sus sobrinos que estaba ahora allí...

    -escucha, Keiichi...por favor, escúchame- pidió Haruhiko a su oji-miel, este se tranquilizó un poco y se fue separando lentamente del menor, quien le pidió que se sentara un poco, y accedió a sentarse en la cama, mirando hacia abajo sin dejar de hipar por el llanto- mírame- pidió con una sonrisa, el menor obedeció mirándole con sus ojos llorosos- voy a volver...quiero volver... ¿sabes por qué?- exclamó con una sonrisa mirando al muchachito quien negó lentamente tomando las manos del mayor-¿quieres que te diga?-

    -s-si- murmuró el niño.

    -por ti- los ojos mieles se abrieron con mucha sorpresa, mientras un lindo rubor cubría las mejillas del menor –quiero regresar y voy a hacerlo...porque deseo realmente volver a ver el brillo de tus ojos y escuchar tu linda voz, porque quiero abrazarte todos los días...y estar contigo por mucho, mucho tiempo más...Keiichi...¿qué quieres que haga, que te prometa o que diga?...yo lo haré...pero por favor...no me llores más...te vez mucho más hermoso sonriendo...- le dio un pequeño beso en la mejilla , mientras esperaba la respuesta de Keiichi, quien se había quedado sorprendido y tembloroso pero de la emoción. Lo sabía, él estaba seguro que esos malditos insectos que sentía revoloteando en su estómago lo comprobaban, el saber que el corazón dolía de tanta emoción y que sus lágrimas salían de sus ojos sin pedirle siquiera permiso. Estaba enamorado. Perdidamente enamorado de ese hombre frente a él...y ya no había vuelta atrás...estaba condenado a seguirle o esperarle hasta el final de los tiempos si era necesario.

    -lo entiendo...- exclamó Keiichi asintiendo, mientras era él el que ahora tomaba las mejillas del mayor y en un gesto que más bien necesitaban ambos juntó su frente con la de su amor- vete...pero regresa por favor...porque te estaré esperando-exclamó abriendo los ojos finalmente. Los ojos grises y los mieles se encontraron viéndose casi con devoción. Una prueba más, de todas las que llevaban...no era nada...se sonrieron pensando lo mismo...

    -regresaré...Keiichi, quiero proteger al reino, quiero proteger a todas las familias que viven aquí...y quiero protegerte a ti...espérame Keiichi, volveré pronto- exclamó el mayor levantándose de su lugar y dirigiéndose a la puerta par a irse. El oji-miel debatió por unos cuantos es segundos consigo mismo, hasta que lo decidió y con sus mejillas sonrojadas se dirigió hasta donde estaba punto de salir el oji-gris.

    -¡Haruhiko, espera!- pidió acercándose hasta donde estaba.

    -¿Qué pasa?- preguntó el otro con media sonrisa.

    -antes de que te vayas...quiero darte algo- exclamó e menor, el otro levantó una ceja extrañado.

    -¿ha si?... ¿qué es?- exclamó sereno, observando a su lindo doncel jugando con sus dedos frente a él.

    -esto...- exclamó, seguido se paró de puntitas recargándose en los hombros del más alto y dejó un besito corto en los labios del contrario, quien abrió los ojos muy sorprendidos- es de buena suerte. Adiós- exclamó tan rápido que Haruhiko apenas pudo entenderlo, y en menos de 3 segundos ya se había cerrado la puerta en su cara... sonrió con verdadera felicidad...¿cómo era posible que no regresara?...

    *****************************************************************

    Aikawa frunció el ceño pronunciadamente mirando con verdadera furia al ejército de Ayami y al maldito príncipe dragón libres. Esos malditos humanos le estaban causando problemas. Una sonrisa sádica inundó su rostro, seguramente al menos, el “desafortunado” que le tocó enfrentar a Towika estaba muerto...ese no pasaría su prueba...y si de alguna forma había logrado escapar no tardaría mucho...pues algo debió haber “perdido”. Dándose un poco de animos así misma y sin quitar su rostro furioso se encaminó hacia la entrada de su castillo.

    -si quieres que algo salga bien, tienes que hacerlo tu misma- se dijo, atacando a cuanto sujeto se encontraba frente suyo, sin importar que fueses de “su bando” o del otro. Ese tal ”salvador” de Usami no se burlaría de ella...iría matarlo ella misma. Sin embargo un joven aprendiz de mago, de algunos 13 años, que estaba cerca de la bruja se percató de que la pelirroja querría entrar al castillo y eso no podría permitirlo.

    -hey...¡n-no dejaré que le hagas daño al salvador!- exclamó le muchachito apuntando con su varita mágica a la mujer, que incrédula y burlona se echó a reír.

    -¿es en serio niño?...no me hagas reír, ni siquiera sabes usar esa arma- exclamó con sorna cruzándose de brazos, mirándolo como los ojos azules del niño temblaban de miedo ante su presencia – me tienes miedo jajajajaja, ¿cómo piensas detenerme con eso?- exclamó entre risas. El niño frunció el ceño.

    -haré todo mi esfuerzo- exclamó empuñando con una sola mano, y de perfil su varita mirando a la bruja oji-verde.

    -pues será como quieras mocoso- exclamó Aikawa. Muy pronto los destellos de magia y hechizos viajaban de uno al otro. Ambos se movían con bastante agilidad, esquivando y lanzando más hechizo al mismo tiempo. Aikawa se sorprendió de que el muchachito pudiera seguirle el ritmo por ese tiempo, sin embargo, no era un oponente correcto para ella.

    -HAGGHH¡-

    Un grito desgarrador, perteneciente a una voz joven alarmó a la joven maga de vestidos rosados, y enfocando a la lejanía la trágica escena se apuró a llegar hasta allí. Sus ojos avellana miraron con tristeza como el niño de cabellos castaños permanecía temblando y llorando de miedo frente a la bruja...el pequeño sentía su muerte próxima y era demasiado joven para entender la entrega voluntaria de una vida en esos casos tan terribles como lo era una guerra....ciertamente esos no eran lugares para un niño, su mirada viajó hacia atrás mirando hacía la puerta del castillo....ese chiquillo quería evitar que Aikawa alcanzara a Misaki....sonrió, lo había hecho bien. Con el cariño y amor propio de una madre se arrodillo y acostó al niño sobre su regazo...

    -tranquilo cariño, todo estará bien pequeño...todo está bien, estoy aquí contigo, no pasará nada...no tengas miedo...cierra tus ojos...yo te ayudaré a que no duela...todo está bien...-consolaba la mujer de cabellos negros brillantes y entre sus brazos tibios, el niño se tranquilizó en su lecho de muerte. La de vestidos rosados mantuvo al niño en sus brazos hasta que murió. Su mirada furiosa y fría regresó a ver a Aikawa , quien no se había movido de su lugar mirando con el rostro terriblemente serio a la rosada.

    -Aikawa...- murmuró la pelinegra poniéndose al fin de pie.

    -Kaoruko- habló la bruja mirándole igual.

    -te las verás conmigo...te voy a derrotar- exclamó la mas joven mirándola con altivez. Aikwa frunció el ceño y chasqueó la lengua.

    -quiero ver eso, mocosa-

    -y lo harás...- exclamó una tercera voz. Aikawa se sorprendió al ver a Mino en frente de ella- pero yo seré tu oponente...Kaoruko...ve a darles una mano a los chicos- exclamó el mago de vestuario azul...la chica asintió de mala manera y se fue de allí...Aikawa furiosa retrocedió unos pasos...bien esto tardaría mucho más...pensó. El cetro azul de Mino brilló con ahínco y ambos se lanzaron hacia el otro con sus respectivos ataques...

    -¡MINO!-

    .
    .
    .

    Continuará...
  12. .
    Mely, Mely¡¡¡

    Hola, como estás?¡, perdón por no haberte comentado antes u.u
    pero me acabo de desocupar apenas en la Uni, con decirte que
    estoy en clases comentándote :P, en, fin, me ha encantado este capitulo
    muy gracioso, jajaj Miyagi piensa que cambiaron de parejas xDDD...
    Espero con muchs ansias la conty querida Melyoan¡¡

    Besitos de limón azucarado¡¡ :3

    Misagi * *
  13. .
    Hola, ¿cómo están?, yo algo preocupada con la escuela, verán estoy terminando cuatrimestre y estoy en eso de abogar por mis calificaciones xDD. Pero espero tener un poco de tiempo antes de regresar a clases de nuevo :3, por ahora les dejo este pequeño cap, como les había prometido aquí empezamos la guerra. Ahora si, después de mucho, respondo sus comentarios¡¡¡ Gracias por leer y comentar, besos de zarzamora para todos¡¡¡

    Melyoan: Hola mely¡¡, ¿Cómo estás?. Gracias por comentar, me alegra que te haya gustado el capítulo, tenían, planeado hablar de todos esa vez. Ya verás lo que pasará con todos los chicos en la guerra, y cuando llegue Maso como lo tomarán el resto de los magos y brujos :O.....nos leemos pronto Melyoan, besos de chocolate para tu¡

    Anne onodera takano: Hola¡, gracias por comentar, me alegra que te haya gustado la conty, pronto verás lo que pasará con Mason y con los demás en la guerra. Nos leemos pronto, besitos de durazno¡¡







    Capítulo 30:”Magia Blanca vs Magia Negra” Parte 1


    Misaki sentía como el frío viento le golpeaba la cara, causándole una extraña sensación de entumecimiento. Sus pies poco a poco se iban descongelando pues hace poco que habían dejado de caminar sobre la nieve; el paisaje había cambiado de nuevo, entrando a uno más bien boscoso, donde solo quedaba el viento frío y silbante. Armado ya con la espada roja de Bishamon y junto a él las flores Lilí, caminaba algo más tranquilo detrás de Hatori; este iba algo concentrado en algo y caminaba con relativa rapidez guiando a los otros dos muchachos a donde sería la tan esperada guerra contra Aikawa. Hasta atrás, iba Takano, quien caminaba con relativa tranquilidad, aunque con algo de euforia, pensaba en su amado Ritsu y en lo mucho que ansiaba verle; sin embargo pensaba también en la guerra en sí, si se trataba de una batalla entre seres mágicos , seguramente sería otro nivel.

    Era aproximadamente medio día cuando los 3 chicos habían pisado las afueras del castillo de Aikawa. Ahora mismo estaban ocultos tras unos frondosos arbustos, observando como una cantidad enorme de criaturas aterradoras, seguidores de Aikawa se aglomeraban en la entrada, protegiéndola, y observando hacia todos lados.

    -es una fortaleza- opinó Masamune mirando con asombro y preocupación la cantidad de seres mágicos resguardando el castillo de Aiwaka- será muy complicado entrar-

    -complicado, más no imposible- exclamó Hatori con media sonrisa, mientras se arrodillaba en el suelo, tocando con una mano algunas esferitas de hielo descongelado de la reciente granizada, mientras con la otra mano dejaba que su cetro tocara firmemente el piso. Misaki lo miró asombrado al ver como un extraño viento helado rodeaba a Hatori.

    -¿Qué hace Hatori-san?... ¿es su magia no?- preguntó curioso Misaki , mirando hacia todos lados, por si los barbaros ya los habían descubierto.

    -empezaremos esto ya, Misaki. Los magos ya están aquí, hay que procurar tener el primer movimiento, uno que no los alerte demasiado- explicó Hatori con media sonrisa, Misaki asintió sorprendido, tragando saliva...pronto sería su turno. Tan pronto había terminado de hablar una densa neblina empezó a cubrir todo el campo de batalla.

    El murmullo de los brujos no se hizo esperar y algo expectantes murmuraban sus preocupación acerca de la extraña neblina, mirando hacia todo lados tratando se saber que sucedía. Sin embargo Aikawa comprendía lo que sucedía, frunció el ceño y con el minino roce del viento helado sobre su rostro sonrió con soberbia.

    -¿tan intimidado estás con mi grandioso ejército, que no te atreves a mirarme de frente, Hatori?

    -ni me intimidas, ni me parece grandioso tu ejército, Aikawa- salió Hatori de su escondite con una calma bastante palpable, mientras arrastraba lentamente su cetro, detrás de él la pared de neblina densa seguía en pie. Mune y Misaki solo veían las cosas desde el lugar en donde estaban...tenían que estar atentos a la señal...para que ellos pudieran salir al fin.

    -maldito...- murmuró apretando los dientes Aikawa, mirando hacia abajo, aun desde su alto balcón- ¡no te burles de mí, Hatori!- gritó furiosa, y su enojo no disminuyó al ver la tranquilidad casi innata del oji-gris y como se quedaba callado. Sin embargo sí que escuchó una tercera voz que le erizó la piel a la pelirroja...

    -¿Por qué no dejas de hacer berrinches y comenzamos con esto ,Aikawa?- arrastro la voz cuando pronunció el nombre de la bruja.

    -¡MINO!- gritó la mujer rugiendo el nombre, cual si perro rabioso se tratara. Misaki y Masamuene pronunciaron también el nombre del mago castaño de vestimenta azul.

    -¿y qué dices?... ¿comenzamos ahora...o te intimida...mi ejercito?- exclamó el recién llegado, sonriendo burlonamente de medio lado. Aikawa juró que moriría de mismísimo coraje allí y tragó su orgullo, temor y soberbia para levantar el rostro, observando como de entre la niebla surgían una gran cantidad de magos, algunos bastante conocidos para ella, algunas hadas duendes y obviamente casi todos los guardianes...todos la miraban con un rostro descifrable rápidamente como coraje...

    -¡NO TE BURLES DE MI, MALDITO!¡¡ATAQUEN!!- gritó descomunalmente ,mientras daba un gran salto desde el balcón para colocarse al frente de su ejército que había empezado a correr hacia el bando de los “magos”, los cuales permanecían en guardia, serenos, esperando con bastante paciencia y confianza a los brujos.

    ***************************************************************

    Mientras tanto, en Usami. La guerra estaba también prácticamente sobre ellos. Y es que el tiempo que había propuesto el reino invasor había llegado al fin. Por lo que los reyes mandaron a hacer los arreglos pertinentes para la guerra y sobre todos, proteger a los habitantes de su reino.

    Esa mañana todo el castillo había amanecido en total alboroto. Hitomi había ordenado que el ejército se armara, por lo que las grandes hileras de guerreros caminaban de un lugar a otro ordenándose en sus posiciones, pues los mensajeros le habían hecho saber que el ejército vecino avanzaba hacia allí. Al parecer con gran rapidez. Y aunque Asuka rogó por todos los dioses que Keiichi permaneciera tan tranquilo como había estado desde hace unos días...aquella petición no pudo ser posible...

    Era muy rara la vez en que Keiichi se quedaba solo en la habitación, regularmente siempre estaba Haruhiko, Yura, Asuka, Manami o Kaede, sin embargo desde que esta última tuvo que partir junto a Kioshi a su reino, para arreglar los asuntos pertenecientes a Sousuke, y desde que los dos chicos estaban ocupados en las preparaciones de la guerra, no era una extrañeza que permaneciera el lindo chico de ojos mieles lapsos de tiempo solo. Y para mala suerte de todos...ese día era uno de esos.

    El sol de mediodía comenzaba abrirse paso entre las gruesas cortinas de la ventana, acariciando el rostro del “bello” durmiente. Todo hubiera pasado igual, si ese día el muchachito de cabellos castaños claros no hubiera decidido abrir los ojos de golpe. Keiichi había despertado. Algo aturdido, cabe destacar, escuchaba sonidos de metales y varios parloteos de varones, levantó una ceja algo pensativo y mareado y decidió sentarse en la cama, le dolía un poco la cabeza...sin embargo reanudó una preciosa sonrisa al recordar lo que le había dicho su Haruhiko...la historia de su amor por él...Así es. No lo había olvidado. Sin embargo su curiosidad era mucha y con cuidado se puso de pie para asomarse por la ventana para ver lo que pasaba...¿que era todo aquél escandalo?...

    Sus ojos vieron casi con miedo todo aquél escenario. Y una lagrima rodo por su mejilla. Los guerreros ordenados en hileras se acomodaban a las afueras del l castillo para partir, la caballería ya estaba lista y a lo lejos podía observar como las casitas llenas de vidas con niños siempre jugando alrededor estaban vacías y solitarias...eran obvio, las habían evacuado...eso...eso era una guerra. ¡Estaba a punto de estallar una guerra!, enseguida sus ojos se abrieron con un miedo tan grande que pensó que su corazón no soportaría aquél abrazadora corriente de aire frío que sintió en su pecho cuando pensó en la persona que podría dirigir ese ejercito...

    -¡HARUHIKO!- gritó con lágrimas en los ojos y corriendo hacia la puerta de su habitación, no importaba ir descalzo corriendo, en piyama y con gran desesperación en su rostro lloroso, esquivando a quienes encontraba en los pasillos del castillo. Solo quería encontrarlo a él... ¡no quería perderle!

    -¡Keiichi-san!- gritaban algunos sirvientes al verle despierto y tan desesperado corriendo, pero ninguno pudo detenerle. Cuando al fin pudo encontrar a Haruhiko este parecía estar hablando con el rey, su hermano y otro joven que no conocía...y deteniéndose en el proceso con las lágrimas aglomeradas en su ojos mieles y sus piernas temblándole...vio con gran pavor como tanto Haruhiko como su hermano Yura estaban ataviados con armaduras para guerra. Silenciosamente, primero, empezó a negar la cabeza...mientras tapaba con sus manos su boca...

    -no...no...-murmuraba, negándose a aceptar aquello- no...¡no, NO!- gritó llamando la atención al fin de los otros cuatro, que se quedaron de una sola pieza al ver al muchachito ahí enfrente y en las condiciones en que estaba-¡ no puedes hacer esto!¡no debes hacerlo!...¡no es justo!-exclamaba con dolor en su rostro.

    -¡¿K-Keiichi?!- exclamó con bastantes sentimiento juntos el príncipe mientras corría a abrazarle, éste se sintió libre de desvanecerse de cansancio en sus brazos, mirándole con profunda tristeza en su rostro, además de la desesperación más grande que hubiera imaginado- ¡me alegra que estés bien!-

    -¡¿Por qué?!...¿porque hay guerra?...¡¿Por qué no me dijiste nada?...¡¿Por qué tienes que ir tú?!- hablaba el menor abrazando a su Haruhiko como si la vida le dependiera de ello -¡no te vayas, por favor, quédate aquí, conmigo!- rogaba el menor deshaciéndose en llanto, el oji-gris destrozado por el llanto de su niño trataba de consolarle y explicarle pero no había manera.

    -entiéndeme Keiichi...¡necesito hacerlo!...venceremos, y cuando eso suceda todo estará bien- hablaba limpiándole las lágrimas al menor, quien se negaba a soltarle- por favor, suéltame, necesitamos marcharnos...todo saldrá bien, te lo promet...-

    -¡no , no y no!, ¡ME NIEGO!...¡y no me prometas nada!- exclamaba el menor destrozado- ¡sé lo que es una guerra!, no me creas tonto Haruhiko, y sé lo que es perder a un ser querido...perdí a mi padre en una...y por eso las odio- aclaró el menor hipando todavía, Yura, quien escuchaba todo atento bajó el rostro...recordando aquellos tristes momentos-no me prometas algo que no sepas garantizar...-murmuró muy bajo- tu...tú dijiste que me amabas...¡no me dejes ahora...ya no quiero perder a otra persona que amo!-

    Los dos pared de ojos se miraron con anhelo, con amor y devoción...Haruhiko había comprobado con satisfacción que el menor no había perdido su poca memoria y Keiichi apenas se enteró, con sus mejillas ardiendo de vergüenza, que había hecho un confesión con un público...especial...

    ***************************************************************

    La pelea no se hizo esperar y ya ambos bandos entrados en calor, los rugidos de animales, los gritos, sonidos de armas chocantes, técnicas de frio de calor y otras cosas más empezaron a sentirse en el lugar. Misaki observaba con temor como es que el piso temblaba con furia bajo sus pies.

    -¡es el momento Misaki!- gritaba Hatori entre tantos gritos.

    -¡si!- sintió Misaki y medio temblores sacó una de las flores de las hadas Lili y la puso suavemente sobre su mano- por favor Lili, dame tu protección- rezó a la extraña plantita, la susodicha brillo suavemente mientras se “introducía” en la mano de Misaki quedando grabada como un tatuaje...

    -vamos...-inquirió Masamune, Misaki asintió bien armado y siguió al otro con paso medios torpes empuñando la espada roja.

    -Misaki, todo estará bien, te cubriremos- exclamó Mune. Cuando al fin salieron de su escondite empezaron correr hacia la puerta principal del castillo. Obviamente un gran tumulto de brujos y demás criaturas se quisieron interponer en su camino más los otros dos defendían el paso a Misaki quien corría como si su vida dependiera de ello, literal. El camino cada vez se hacía menos, hasta que Mune se detuvo, pues cuando estaban justo en la entrada un gigante de piedra se puso frente al príncipe.

    -¡Misaki, corre, todo estará bien, me haré cargo de él!- aseguraba Masamune peleando. Misaki corrió con lágrimas en los ojos, y se despertó al ver un enorme minotauro en la entrada con un hacha bastante afilada.

    -¡no pasarás de aquí chiquillo, mi hacha cortará tu pequeña cabeza!- amenazaba la criatura imponente con una voz por demás grave. Misaki con su cuerpo tembloroso empuñó la espada roja, agitándola hacia el monstruo.

    -¡ni sabes usar eso niño, déjalo, que te lastimarás, jajajajajaj!- se burlaba la bestia, Misaki fruncía el ceño enojado con el minotauro y con su cobardía.

    -¡cállate!- respondió el oji-verde y de un movimiento de su espada logró cortar dos de los dedos de la mano de la bestia quien lanzó un alarido totalmente furiosos y adolorido.

    -¡me las pagarás mocoso!...¡te aplastaré la cabeza!- gritaba agitado. Misaki retrocedió ante la amenaza y trató de correr dentro pero el menor le había cogido de un pie y lo había levantado dejándolo de cabeza.

    -waaa, suéltame¡¡¡- gritó Misaki al ver el intento del más grande por azotarlo al piso, sin embargo algo sucedió...

    -haagggg....-escuchó un gemido ahogado. Misaki , aun mareado de colgar de cabeza y ser agitado con tan violencia, observó con mucho asombro como de la frente del “hibrido” sobresalía una punta sangrante. Muy pronto sintió como el animal le soltaba y el calló bastante adolorido al suelo, observando ahora sí que el minotauro había sido atravesado por una flecha justo en la cabeza...¡que puntería!...fue lo único que pensó el oji-verde y sin aguantar la curiosidad se asomó un poco para tratar de ver quien le había salvado. Sus ojos recorrieron con rapidez el recorrido que seguramente había hecho esa flecha. Y llegó hasta el otro lado, donde se levantaba una gran piedra...arriba de esta se encontraba un doncel con media sonrisa, ataviado de un bonito traje de batalla en colores azules y plateados y con un arco en las manos...

    Los ojos de Misaki se llenaron de lágrimas, mientras observaba con una sonrisa el cabello castaño, un poco más largo, moverse por el viento y sus ojos se conectaron con los avellana...

    -Hiroki...-murmuró contento y agradecido. Este le sonrió igual. Más limpió sus lágrimas cuando el Kamijou le dedicó unas palabras, que no pudo escuchar, pero sí que las entendió...

    -¡CORRE!- le había gritado, mas con tanto ruido no pudo escucharlas, solo asintió entró corriendo al castillo, repitiéndose una y otra vez que todo saldría ben, sus amigos estaban con él...y los magos, también. El lograría liberar a todos los que Aikawa había hecho tanto daño, se dijo motivado.

    .
    .
    .

    Continuará...
  14. .
    Hola Mely¡¡¡, como estás?...yo bastante ocupada y cansada con la uni u.u

    waaa¡¡¡¡, que mal, Haruhiko se lo ha llevado¡¡¡¡ waaa... no quiero pensar
    que pasará cuando Nowaki se entere¡...me ha gustado la conty, a pesar
    de que paso algo no tan agradable u.u.
    Y pues sobre tu pregunta, también creo que no todo es amor xD, pero vaya
    que el drama es desesperante :P....

    espero la conty querida Mely, hasta pronto, espero xD, besos tutifruti¡¡¡ :D

    Misagi * *
  15. .
    Hola¡¡, cómo están?¡¡¡, perdón por la tardanza, pero como les había venido contando, este fin de semana fueron los XV años de mi hermanita, y pues tuve que viajar de una ciudad a otra para poder ir, ya que yo era madrina jejeje. Pero bueno, estoy de vuelta ya con la conty, ayer he podido terminarla y pues aquí se las dejo. El titulo lo dice todo, pero de todos modos les claro...después de este capítulo, empieza la guerra...espero les guste el cap. Muchas gracias por dejarme sus comentarios, me encantan¡¡, les responderé cuando tenga un poquito de tiempo en la uni ¡¡¡...Besitos de fresa a todos los que leen, besitos de mango con chile :P...especiales para : Melyoan, Anne onodera takano

    Misagi * *






    Capítulo 29: “Vísperas de guerra”


    Era una mañana soleada, el viento fresco recorría el jardín de rosales blancos de la reina Asuka, el aroma que estas desprendían inundaban todo el recinto, se escuchaban las tiernas avecillas cantando...si era toda una escena tranquila y perfecta...aunque no tanto para las personas que se encontraban allí...intentando tomar el desayuno en aquella “no tan perfecta” mañana...

    Aquella mañana en ese lugar estaban nada más cuatro personas. Hitomi, permanecía sereno con la taza de té humeante en sus manos, sorbiendo de vez en cuando; Asuka no podía mantener la calma y nerviosa hacía que picaba un plato de frutas para comerlo; Yura permanecía con su rostro preocupado tratando de parecer más calmado y Haruhiko se había negado a sentar en la mesa, y estaba recargado en uno de los postes que sostenían la estructura del techado del jardín...él estaba devastado por dentro...sin embargo había tomado una decisión en cuanto a su amor...y eso lo mataría, puede que lentamente...pero lo haría...

    -Haruhiko...no pierdas las esperanzas cariño, todo saldrá bien, ya lo verás...-consolaba la única mujer allí. El oji-gris le miró e intentó sonreír...pero no pudo...

    -no debo hacerme falsas esperanzas, tía, y si de todos modos todo regresa a ser como antes...es mejor así...si no me recuerda, será mejor para él- exclamó desviando la mirada. Asuka lo miró con tristeza. Hitomi movió al cabeza en un gesto negativo...Yura frunció el ceño...puede que Haruhiko tuviera razón...pero sabía el dolor que significaba eso para él y tarde o temprano el problema volvería a salir a luz...además, aunque no lo dijera abiertamente, le agradaba ese tipo para su hermanito, y estaba seguro que él era el correcto...solo que esta vez la vida tenía una prueba más complicada para ellos...de tan solo recordar todo lo que había pasado y como se enteró de todo le causaba un tremendo sin fin de emociones...el solo quería ver sonreír como antes a su adorado Keiichi.

    //Flash-Back//

    Era medio día cuando Yura pisó la tierra del reino Usami, sin embargo no pudo sentirse un poco extrañado pues el castillo de Usami estaba bastante callado, se dirigió casi con una mal presentimiento hasta la habitación en donde descansaba su hermano, encontrándose con la confusa y estresante escena , en la que el medico inyectaba medicamentos en el brazo de su hermano, Asuka lagrimeaba preocupada con una mano en el pecho mientras conversaba con el galeno y Haruhiko permanecía cual estatua pegado a la mano de su hermano, quien parecía estar dormido...

    -¡doctor, dígame por favor, que no pasará nada malo a Keiichi!, ¡¿todo estará como antes, verdad?!- preguntaba esperanzada. El galeno guardó sus cosas, mientras negaba con la cabeza.

    -no puedo garantizarle nada, majestad. El joven príncipe no debió haber experimentado ese nivel de exaltación...se los había advertido ya- exclamó mirando casi culpando a Haruhiko, quien ni le puso atención- será muy difícil que recuerde lo que pasó desde que despertó de su desmayo la última vez...mucho menos su memoria completa...con este suceso hemos retrocedido en su recuperación- exclamó estricto-...lo mejor sería ya no alterar su nervios cuando despierte...es posible que todo empiece de nuevo...posiblemente no recordará a nadie...- dictaminó.

    Todos allí emitieron un gesto lastimero.

    -esto no puede ser...- murmuró Yura que se había quedado en la puerta de la habitación escuchando todo. Los presentes le voltearon a ver.

    -¡Yura!- exclamó Asuka corriendo a abrazarlo -¡es una desgracia!-

    -Asuka-sama...¿por qué?...¿qué pasó?- exclamaba destrozado Yura, aventando el bolso de su equipaje por algún lado de la habitación y corriendo a ver a su hermano...

    -lo siento, altezas, majestad, pero ya me retiro, por favor sigan las recomendaciones...los medicamentos que le dejo son suficientes para dos semanas...si sucede algo más comuníquense conmigo por favor, con permiso- exclamó el viejo medico pasando lentamente hacia la salida.

    -yo lo acompaño- ofreció la reina. Los dos muchachos se habían quedado solos.

    -Haruhiko... ¿qué pasó?...—preguntó lagrimeando Yura.

    -lo perdí...está vez para siempre... eso paso Yura- exclamó dolido el otro. Yura siguió sin comprender nada.

    //Fin Flash-Back//

    -deja tu pesimismo ya Haruhiko...seguramente volverá en si con todos sus últimos recuerdos, sabes que su estado de ánimo depende casi completamente de t ahora- exclamó con media sonrisa- por eso debes estar bien para él...-concluyó Yura cruzado de brazos, los reyes asintieron a esa idea.

    -esa es mi opinión también, cielo- apoyó Asuka- además hay algo importante que discutir, tenemos que estar preparados para la guerra, ayer hablé con Reito, él se hará cargo de organizar las tropas...algo me dice que la guerra está por comenzar- exclamo con una cara llena de angustia- Haruhiko, cariño, roguemos porque Keiichi despierte después de todo esto...- murmuró preocupada...

    ********************************************************

    Aquella mañana absolutamente TODOS los habitantes-sirvientes- empleados de ese lujoso castillo habían sido excusados de hacer sus respectivos trabajos de la primera hora del día. Todos con una intriga y algunos con miedo, se dirigieron hacia la sala común de la bella mansión. Mandados a traer “especialmente” por Tsumori, que prácticamente era el siguiente al mando después del “amo”, todos acudieron al madrugador llamado. El cual “exigía” la presencia de absolutamente todos allí...pues había cosas importantes que discutir. Todos los magos, brujos y aprendices que trabajaban al servicio del amo de la mansión entraron con premura murmurando unos con otros que es lo que sucedía...y es que ya estaban suficientemente nerviosos...¡hoy, en tan solo unas horas empezaría la gran guerra!, y sinceramente habían pensado que Mason los querría trabajando desde muy temprano...tal parece que no era así...

    Todos callaron de inmediato al observar como la puerta del salón se abría y pasos tranquilos resonaban en el suelo adentrándose a la habitación para ponerse justo hasta el frente. Sin embargo algunos hasta la respiración contuvieron...todos mantenían sus ojos bien abiertos sin poder despegar la vista de...su ¿amo?

    -...¿a-amo?...-se atrevió a murmurar uno...sin ser capaz de despegar sus ojos del bello rostro del jovencito frente a él. El rostro era precioso y blanco...como tallado en fino mármol, los labios rosas...y el fleco tupido que siempre tapaba casi todo su rostro, ahora se mantenía sujeto hacía un lado permitiendo que la mitad de su cara se viera completamente.

    -me alegra verlos aquí tan puntuales...tenemos bastantes cosas que discutir, pero no se preocupen demasiado, terminaremos rápido- exclamó con una pequeña sonrisa. Si bien algunos tenían la quijada hasta el suelo otros habían perdido la capacidad hasta de moverse por la impresión....y es que...¡¿podría alguien ser tan bello?!. Una y otra vez los espectadores recorrían el rostro que dejaba ver uno brillante ojo turquesa...y el cuerpo... ¡eso era lo que los intrigaba!...eran las mismas ropas que usaba el amo...solo que el obi que traía ahora era más angosto y apretaba más la fina cintura que parecía tener, marcando las líneas de su cuerpo bastante bien...¡él era, él era, un...!

    -chicos, será mejor que escuchen hasta el final para que todo esto vaya rápido, ¿sí?- pidió amablemente Tsumori, le resto de las personas apenas y se enteró de cuando había entrado el rubio por la puerta, pues estaban ensimismados con el aspecto de su “aterrador amo”...

    -hay muchas cosas que quiero decirles sin embargo , vamos a lo primero- exclamó Mason dando un leve suspiro para tranquilizarse un poco...Tsumori cerró los ojos con tranquilidad mientras se mantenía firme a un lado de su amor- ...tengo un pasado bastante difícil, hubo varias malas decisiones de mi parte y varias otras que tomaron otras personas y me afectaron a mí – exclamó recordando todas las personas que lo habían maltratado humillado en su vida- sin embargo...he decidido dejar mi pasado atrás...-mencionó, después volvió su rostro un poco serio- y esto no quiere decir que mi forma de trabajar cambie...si es que así lo prefieren-

    -¿a-a q-que se...refiere Mason-sama?-preguntó a un muchacha toda nerviosa y sorprendida por lo que decía su amo... ¿acaso les estaba dando el permiso de decidir algo?....

    -vine así hoy...porque quería que se dieran cuenta...de uno de los secretos más grandes que he guardado...como se habrán dado cuenta soy un doncel...-declaró sencillamente, los murmullos empezaron a escucharse... Mason estaba atento a cualquier cosa...algún comentario de disgusto, pero no, solo sorpresa. Tsumori se mantenía sereno un poco preocupado por el temor de que alguno de ellos fuera a reaccionar de manera incorrecta- supuestamente- siguió Mason, los chicos le prestaron atención- ...no debería estar aquí...y sin embargo no he descuidado mi trabajo... ¿alguien sabe por qué los donceles no deben ser líderes?- preguntó al aire, un muchacho respondió cohibido.

    -porque son...más débiles- murmuró

    -¿te parezco débil?- preguntó

    -¡claro que no!, amo-

    -las reglas impuestas en cuanto al género del líder...me parecen estúpidas- decretó con seriedad- sin embargo no soy nadie para romperlas...y si los usuarios de la magia dicen que no soy digno del puesto...me retiraré...- exclamó decidido, todos le miraba con sorpresa- ...sin embargo eso se hará bajo mis condiciones. Antes de que pase otra cosa quisiera recordarles algo importante...estamos en vísperas de que inicie la guerra contra Aikawa- exclamó, todos escucharon atentos y murmuraron con preocupación lo que se avecinaba– y yo, por mi parte necesito ir...-

    -¿intervendrá, amo?- preguntó otra chica sorprendida, Mason asintió.

    -pero de manera diferente, los brujos han causado ya suficiente problemas por esta década...y a Aikawa comienzan a pesarle sus años de maldad...además no puedo tolerar que sigan rompiendo reglas cada que tienen oportunidad...tengo que ir a hacerles una visita- exclamó con una sonrisa de lado. Los chicos se miraron entre sí.

    -¿irá solo?, amo-preguntó un hombre mago curioso.

    - a eso iba- exclamó Mason, emitió un suspiró más largo y comenzó a caminar por la sala, siendo mirado por todos allí, hasta que al fin se detuvo en el marco de una ventana abierta y decidió tomar asiento allí-...desde hoy todos ustedes son libres...-exclamó con media sonrisa.

    -¿q-q-q-ue?...- exclamaban todos entre gritos, murmullos y escándalo de cualquier tipo.

    -como lo escucharon....son libres de hacer lo que les venga en gana, váyanse lejos de aquí si lo prefieren, quédense o vayan a dar una vuelta y luego regresan...tendrán libertad de hacer lo que quieran...-continuó, todos seguían en shock...

    -¿Por qué esa decisión tan repentina, Mason-sama?- preguntó otro muchacho casi con lágrimas en los ojos, al fin podría ver a su familia...

    -hay cosas que quería cambiar...y esto me hace sentir pleno- contestó con naturalidad, todos miraban el extraño brillo de felicidad -...necesitaba este cambio, esto hará que él esté mejor...-exclamó con una sonrisa sincera...

    -¿”él”, amo?-preguntaron a coro algunos aprendices...

    -si, mi bebé...-exclamó con tranquilidad, dejando blancos de la sorpresa al resto.
    -¡¿amo, dice que está en cinta y aun así va air a la guerra?!- preguntó un de las muchachas alterada. Tsumori miró inquisitivamente a su pareja...él también lo había dicho...

    -no hay de qué preocuparse, el padre del bebé ira con nosotros...- exclamó.

    -eso es correcto, no dejaré que le toquen si quiera...-participó el rubio. Bien, las sorpresas no acababan...definitivamente eso sería fascinante...¡los dos mejores magos de la mansión, juntos!...y además en la guerra...

    -esto...esto...-murmuraban muchos sin saber que decir exactamente.

    -necesito escuchar que han decidido- preguntó Mason, todos sonrieron...aquello era nuevo, una sorpresa bastante grande, y una decepción para algunos al saber que Mason era un hermosísimo doncel y estaba “ocupado”...pero Mason era grande, era un mago extraordinario, nunca les hizo daño realmente, había sabido sacar adelante toda la hechicería, y su extraordinaria habilidad para controlar tanto magia blanca como magia negra le habían dado una fama y poder bastante respetables, ¡quizás y había igualado o incluso superado el poder de Akihiro!...aun siendo doncel... era maravilloso...además dudaban que hubiera un mago más fuerte que él en la actualidad...

    -¡estamos dentro, amo!, ¡a la guerra se ha dicho! , ¡ lo apoyamos!, ¡nos quedamos!- así se escuchaban algunas de las opiniones de los usuarios de la magia. Mason suspiró, al menos en su mansión todo había salido bien.

    -me alegro...-

    Muy pronto se tuvo el grupo que acompañaría a Mason a su “misión especial” a la guerra, faltaban poco de dos horas para partir...

    -¿hay alguna duda?-

    -no, Mason-sama-

    -¿comentarios?- preguntó mirando a la multitud, una chica de cabellos castaños levantó su mano sonrojada.

    -¿si?- preguntó, el azabache la reconoció como la chica que le servía el té.

    -...yo- yo...¡creo que su bebé será hermoso!- exclamó con ternura y sonrojada mirando al rubio y a su amo...¡eran bellísimos ambos! . Los futuros padres la admiraron sorprendidos, los magos que la rodeaban le taparon la boca algo inseguros que fueran a enojarse los otros dos, más se llevaron una sorpresa al escuchar reír suavemente oji-turquesa...

    -jump...seguramente si- exclamó mirando con una sonrisa discreta a Tsumori...este se la regresó, los espectadores viajaban su mirada de uno a otro...apoyarían todo eso...pero sería ¡muy difícil acostumbrarse!...pensaron con una sonrisa contenta...

    **************************************************************

    Esa mañana todos se habían levantado relativamente temprano, estaban muy nerviosos por lo que podría pasar en la guerra, verían a Aikawa...la mujer que había hecho tantas injusticias. Eran aproximadamente las 8 de la mañana. Hatori se encontraba tranquilo sentado sobre una piedra grisácea que estaba afuera de su casa, mantenía su cetro sobre sus piernas y las manos en una posición de meditar, con los ojos cerrados, Misaki agradecía ese gesto , pues sabía que el mayor estaba haciendo que dejara de nevar y la temperatura subiera un poco o al menos dejara de bajar, el oji-verde por su parte había salido a jugar con el pequeño Asaki...el bebé le perseguía de un lado a otro con pequeños gorgoritos simulado carcajadas a toda la velocidad que sus torpes piececitos podían dar sobre la nieve...extrañamente convivir con aquél bebé le había tranquilizado mucho. Masamune por su parte se encontraba recargado en unos de los arboles cercanos, mirando con gracia como Misaki y el bebé corrían por todo el patio cubierto de nieve...pensando en todo lo que estaba a punto de pasar...sonrió con verdadera algarabía...y contuvo algunas lágrimas que estaban punto de surcar sus ojos...si todo salía bien...hoy vería a su querido Ritsu.

    -ha...ha...ok basta por ahora Asaki-chan...¡ya me he agotado!- exclamaba Misaki dejándose caer en la suave nieve, el bebé hizo una sonrisilla extraña que Misaki juraría que decía “¡hey te gané!”...más decidió ignorar sus pensamientos, mientras sentía como el pequeño se aventaba hacia él, pidiendo que lo cargara en sus brazos- ¡hey cuidado!- exclamaba con una sonrisa Misaki abrazándolo con cuidado...

    -pareces que te llevas bastante bien con mi bebé, Misaki-

    El oji-verde volteó a ver de inmediato hacia atrás, sorprendiéndose primero con la voz que le hablaba y una vez le vio de frente se puso de pie, con el niño aun en brazos.

    -¡Yoshino-san!- gritó Misaki con una gran sonrisa. El mago se la regresó.

    -hola Misaki, me alegra que ya estén aquí...me he tardado un poco en llegar, pero tenía que ayudar a Mino-san con los preparativos- exclamó con una sonrisa, su mirada se fijó en el pequeñín de ojos grises azulados...- hola mi amor...¿cómo ha estado mi bebé?--preguntaba con tiernos gestos, el pequeñín se movía inquieto feliz en brazos de Misaki extendiendo sus pequeños bracitos a su “mami”. Misaki sonrió ante la escena y entregó el bebé a Chiaki.

    -al parecer ya lo extrañaba- exclamó Misaki con una sonrisa la ver al bebe acurrucarse en Yoshino.

    -jejeje, yo también los extrañaba bastante- Misaki supo que se refería también a Hatori- pero había cosas que hacer todavía- sonrió y después miró al oji-verde- pero...dime, ¿Cómo te sientes?, estás a unas horas de ir con Aikawa-

    -estoy algo...nervioso, pero...quiero hacerlo, dependen varias personas de que todo salga bien - exclamó con una pequeña sonrisa.

    -eso está bien- exclamó. Caminaron un poco más y Mune que había visto todo de lejos se acercó también a ellos. Los ojos azules se conectaron casi de inmediato con los grises de Hatori que se había bajado de un brinco de la gran piedra nada más sentir a su amor llegar.

    -me alegra que ya estés aquí. Bienvenido- exclamó, abrazando a su pecho a su doncel, quien mantenía todavía en sus brazos a Asaki.

    -gracias. Ya tenía ganas de verles- exclamaba apretándose más al pecho del más alto.

    Masamune y Misaki apreciaban el encuentro con una sonrisa. Más prontamente se separaron para voltear a verlos a ambos con un rostro algo más serio.

    -chicos es hora de que hablemos sobre lo que sucederá allá- pronunció Yoshino, los dos chicos asintieron. Muy prontamente se encontraban en la salita, dentro de la casa, Asaki había caído dormido en hace un rato después de haber tomado su biberón.

    -primero que nada sabrán que yo los acompañaré hasta ya- empezó Hatori- a estas horas , seguramente las afueras del castillo de Aikawa están llenas de brujos- nosotros, los magos y los guardianes, lucharemos con ellos...pero tú Misaki- miró al oji-verde quien le regresó la mirada significativamente -...tu tendrás que entrar en la primera oportunidad que tengas... Aikawa seguramente tendrá varias trabas para que no liberes a Akihiko- exclamó.

    -hay algo importante Misaki- continuó Chiaki- solo tú podrás entrar, nadie te acompañará...por eso necesitas estar preparado...tu entrarás y liberarás al príncipe con la ayuda de la espada de Bishamon y la lili-lang que te dieron las hadas, solo tú- exclamó, Misaki asintió algo preocupado...¡pero lo haría por Hiroki, Keiichi, Asuka...y por todos los que había hecho sufrir esa bruja!

    -¿estás bien, Misaki?- preguntó Masamune al oji-verde, este asintió regalándole una pequeña sonrisa.

    -bien- exclamó Hatori- si ya está listos, vámonos- ordenó. Mune regresó a ver a Misaki, quien asintió decidido, se pusieron de pie y salieron de la casa del oji-gris ya bien vestido y con sus armas de siempre.

    -Misaki...suerte, todo saldrá bien- expresó Yoshino , quedándose en la casa con el bebé, por ahora, Misaki asintió, y poco a poco les vio alejarse a los 3 hasta perderse entre el blanco y el verde...

    **************************************************

    El lindo rubio se movió un poco, buscando acomodarse mejor en la suave y firme superficie en la que se encontraba recostado. Frunció el ceño de manera graciosa al sentir con total desagrado como los rayos del sol golpeaban fuertemente contra su rostro.

    -estúpido sol...-murmuró de manera casi inentendible pies su cara estaba pegada al pecho de su amado pelinegro, que aun dormía bajo suyo. Sonrió con una alegría que era bastante difícil para el expresar solo con su rostro y se abrazó muy fuerte al pecho del mayor soltando una pequeña risita. Se decidió al fin por dejar de pelar con el sol y se sentó bien aún sobre el estómago del menor, que apenas sintió el movimiento del menor y siguió durmiendo- oie... ¡que sueño tan pesado tienes Miyagi nee!- exclamaba con un puchero divertido el rubito y seguido se le ocurrió hacerle una pequeña travesura a su azabache.

    -nee...Miyagi despierta...-murmuró con voz muy suave en el oído del menor, para después bajar con pequeños besos por el cuello del mayor. Con orgullo escuchó como el mayor suspiraba murmurando un “Shmmnnbu”...el menor pensó que intentaba pronunciar su nombre. El oji-gris levantó una de sus finas cejas y sonrió traviesamente antes de hacer su “cometido” y clavó sus dientes en el cuello del mayor.

    -¡Arg!...oye pequeño mordelón... ¡me las pagas!- se quejó entre adormilado y juguetón Miyagi, despertando de una por la travesura del muchachito, mientras el otro reía bastante divertido. El más pequeño apenas y se enteró cuando ya estaba contra el suelo y tenía al mayor sobre el “reteniéndole” de los brazos.

    -...- sin embargo sus ojos se abrieron a más no poder, y no fue precisamente por la anterior acción. Pues para su sorpresa ese movimiento le había resultado tan “libre”...y el sonido...el sonido de la cadena que ataba su pie... ¿dónde estaba? Miyagi, por su parte, se encontraba algo extrañado de la seriedad del menor y sin poder evitarlo se preocupó...

    -¿pasa algo?...- preguntó temeroso el mayor, con mayor preocupación observó cómo los ojitos grises de su amor empezaban a derramar finas lagrimas- Shinob..- el menor no lo había dejado terminar y sin esperar nada más se había abraza do a Miyagi, este confundido aún se limitó a corresponder el ansiado abrazo escuchando los sollozos del más pequeño -¿Qué pasa pequeño?- preguntó acariciando la espalda del menor quien tembló.

    -d-d-de verdad...de verdad me quieres- suspiró entre sollozos el menor, Miyagi lo miro sudoso y lo separó un poco de el para verlo a la cara con sus mejillas bien sonrojadas y mojadas por llorar.

    -claro que si Shinobu- le aclaró tomando ente sus manos las coloradas mejillas y haciendo que le mirara fijamente a los ojos- te amo...pensé que ya habíamos aclarado eso ayer, pequeño- exclamó con una linda sonrisa.

    -¡yo también te amo Miyagi!¡te amo mucho!- exclamaba con euforia el pequeño lanzándose nuevamente a los brazos del mayor, quien le recibió contento.

    -te quiero Shinobu, no llores- consolaba el mayor...y hasta ese momento su mente había hecho un “click”...¡claro!¡que estúpido!...él se había enamorado del menor ese quería decir que...sus ojos rápidamente viajaron al tobillo del menor...¡LA CADENA, LA MALDITA Y ESTUPIDA CADENA!...¡ya no estaba!....y hasta entonces comprendió la euforia del menor.

    -¡lloro de felicidad baka!... ¡te quiero!- no se cansaba de murmurar el rubito -¡gracias por liberarme de la maldición!...yo no se cómo...-

    -¡no digas eso!... ¡no lo hice por obligación! Me enamoré por las buenas de ti...te quiero Shinobu no lo olvides...nunca- murmuró contra los labios del menor quien, negó fervientemente, mientras miraba fijamente los movimientos de su azabache, quien atrajo rápidamente su rostro al suyo concretando un apasionado beso.

    -Miyagi...- murmuraba el menor sonrojado pues sentía las manos del mayor calientes abrazándole fuertemente su cintura. Miyagi se separó lentamente del menor terminando aquella escena dándole un besito en la nariz, lo que hizo que el menor se pusiera aún más rojo y el azabache riera de vuelta.

    -Shinobu, no es que me moleste estar así...pero necesitamos pararnos ya- expresó el mayor, refiriéndose a que Shinobu seguía aun sobre él. Este atinó a abrazarse al menor.

    -no quiero irme...estoy bien así- exclamó con un puchero el menor. Miyagi rio. Después de algunos besos más y de ir a buscar algo de desayunar, pues el rubio había recuperado toda el hambre que no había tenido en 7 años, decidieron la fin ponerse serios con el asunto de la guerra...pues al arecer tenían ya que estar saliendo hacia el campo de batalla....ya que era hoy. Los dos se encontraban parados justo en la zona de pastizales afuera de la cueva, Shinobu miró casi con resentimiento el lugar, recordando cuanto tiempo estuvo atado allí.

    -tranquilo, ya todo pasó- consolaba el mayor, el rubio asintió- y bien... ¿qué sucederá ahora?-

    -pues nada diferente...ahora que he recuperado mi magia por completo podremos ir con mi transformación de dragón, me costará volver a hacerla después, pues mi magia estará un poco débil, pero supongo que caminar nunca le ha hecho daño a alguien- sonrió el menor, Miyagi frunció el ceño, pues notó en el tiempo que Shinobu andaba de allá para acá que cojeaba...y la fea marca del grillete en su tobillo no desaparecía...todavía estaba lastimado.

    -sigues lastimado...no quiero que te arriesgues tanto cuando tengas que caminar- aseguró el mayor de brazo cruzados.

    -estaré bien baka- exclamó alagado y avergonzado por la atención el menor- pero tendré que caminar al menos que quieras cargarme todo el camino- digo sarcástico, pero el azabache no lo hizo la menor gracia.

    -bien- respondió el oji-noche. Después de discutir un poco sobre eso el rubio no pudo hacer nada; sin embargo justo cuando el rubio estaba a punto de convertirse en dragón el mayor le detuvo...

    -Shinobu...ni creas que irás así- amenazó el mayor...el menor levantó una ceja en total duda...admirándose hasta que se dio cuenta de a lo que se refería el mayor y se sonrojó por el descuido...pues aún seguía vistiendo los pequeñísimos y casi transparente shorts y la camiseta holgada de color blanco que no ocultaba para nada sus bellas curvas. El menor hizo un hechizo sencillo para cambiar sus ropas por algo más...formal y enseguida se dirigió a su “novio”.

    -nee Miyagi... ¿acaso te pondrías celoso si alguien más me viera así?- preguntó pícaro acercando su rostro al otro. Este frunció el ceño levemente ¡¿pero qué clase de pregunta era esa?...¿no era obvio?...

    -¡por supuesto que sí!, no dejaré que nadie más te toque...- exclamó muy serio, tanto que logró avergonzar al menor aún mas que había revolucionado el color rojo en su rostro- ¿nos vamos?-

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    -¡cariño cuídense mucho!, ¡Hiro-chan, cuida de mi nieto, no te arriesgues demasiado, por favor!- pedía a gritos la eufórica mujer. Nowaki le sonreía a su madre, mientras Hiroki asentía fervientemente, mientras sonreía un poco avergonzado, pues ahora mismo, se encontraba a un lado de Nowaki, y ambos estaban enfrente de aproximadamente 50 magos tritones pertenecientes al ejercito de Ayami, todos, incluso ellos 2, iban perfectamente armados y protegidos para lo que sería la guerra.

    -¡iremos a la guerra, los magos tritones también estarán presentes!- proclamaba Nowaki con voz de mando y su rostro levemente serio, comandando a su reducido pero poderoso ejército, todos ellos iban ataviados con pesadas armaduras plateadas y con un pequeño tatuaje en color azul en el brazo derecho, que los reconocía como guerreros mágicos de los más poderosos y defensores de Ayami. Armados de armas diferentes y todos con su respectivo anillo, los enormes tritones reverenciaron a los 3 sujetos de la realeza allí. Hiroki correspondió el saludo, al igual que el oji-azul y su madre, bastante avergonzado, aun no terminaba de acostumbrarse a todas las atenciones que recibía de todos últimamente... y es que, como era de esperarse, su embarazo, pasó a ser público en muy poco tiempo...y eso tenía que ver con cierta reina peli-azul.

    Hiroki no había podido hacer más que aceptar bastantes obsequios hermosos por parte de los habitantes el reino, agradecer y sonrojarse mucho. Aunque el asunto de la guerra no le hizo mucha gracia a Nowaki, pues no quería que le pasara nada a su “amores”, accedió a llevarlo consigo por petición del oji-avellana...pues este quería ver a sus amigos y obviamente su espíritu “guerrero” estaba intacto...¡se reusaba a no participar en la guerra de la época!

    Hiroki había quedado muy conforme y sorprendido por la estrategia simple que utilizarían, pues la única condición era que recorrerían todo el camino bajo agua y cuando estuvieran cerca del castillo rojo...saldrían a pelear. Nowaki creía que fuera como fuera, el simple hecho que ellos estuvieran allí, sorprendería a varios....y eso era algo a su favor...desde siempre los brujos habían temido a los magos tritones por su extraordinaria fuerza...

    -¡vámonos!- mandó el príncipe. El ejército acató la orden y nadaron a un ritmo bastante sincronizado...Hiroki tomó la mano que Nowaki le ofrecía y así siguieron a la poderosa legión frente a ellos. Hiroki sonrió de medio lado...ya quería verlos a todos...chasqueó la lengua sonrojándose de repente...haber que le diría a Mune, su querido primo sobre protector, sobre su embarazo...

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    Mientras tanto, en el castillo rojo, mejor conocido como la tenebrosa morada de Aikawa, el ambiente estaba muy tenso, apenas el sol había salido por las montañas, los pequeños “rehenes” de la pelirroja y despiadada mujer observaron como la bruja se había planteado en el enorme balcón frente a su castillo, con el ceño fruncido y casi roja de ira, preocupación y quien sabe que cosas más...

    Akihiko,y en general casi todos, se habían dado cuenta como desde muy temprano, bastantes, duendes “malignos”, trolls, brujos y todo cuanto criatura malvada existiera se había aglomerado en la entrada del castillo formando una extraordinaria fortaleza. Eso significaba, que realmente temían por lo que venía...

    Aikawa parecía más desesperada por cada minuto que pasaba, estaba que explotaría en cualquier minuto, pelearía con todas sus fuerzas y todo sus “súbditos” también lo harían...¡no dejaría que el maldito de Mino se saliera con la suya!...¡ella iba a ganar y eso era todo!

    Onodera por su parte, sonreía de lado. Estaba consciente de que Aikawa había reforzado al máximo la seguridad, hechizo y trampas dentro del castillo, pero “el salvador de Usami”, no estaría solo. Miró casi con burla las temibles y pesadas cadenas hechizadas que los mantenían atados a las paredes de esas asquerosas habitaciones. Estas cosas no serían nada para “él”...para “Misaki”...él contaba con la espada roja de Bishamon y con la protección de las hadas Lili...nada saldría mal...todos confiaban en él.

    “pronto estaremos todos libres...simplemente...porque “el” es el correcto” pensó con una linda sonrisa gatuna...pues las estúpidas cadenas les obligaban a mantener su forma de “animal”...sus orejas castañas se mantenían alerta moviéndose con algún ruido extraño...”57”....contó con gracia, mientras movía su colita matizada, de un lado a otro, contando la quincuagésimo séptima rabieta de Aikawa...
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    Continuará...
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