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| Sebastian miró a Reine cuando estuvo en sus brazos -estoy bien- aseguró porque no quería ver preocupado a su esposo por él. Agradeció al joven que puso las colchonetas por haberlo hecho.
-si...- mencionó a Hangstron, comenzando a hacer las sentadillas y las planchas. Cuando el sudor comenzó a bajar más seguido, se acercó al poste de nuevo e intentó subir. Resbaló varias veces antes de lograr subir, pero estaba determinado a hacerlo, no iba a darse por vencido. |
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| -en un futuro- repitió a Hangstron con una sonrisa. Se sujetó como pudo del poste, observando la distancia -mmm...de- de acuerdo- dijo aferrándose con todas sus fuerzas con las piernas. Era algo que no había hecho nunca. Ni siquiera dio importancia a Reine cuando este llegó porque estaba tratando de subir adecuadamente.
Logró subir y estaba a poco del suelo cuando se resbaló y cayó de sentón -ay...- se quejó por el golpe pero sobre todo por el susto de haberse soltado. Observó a Hangstron y sonrió -estoy bien- se apresuró a decir, tratando de ponerse de pie. |
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| Desvió la mirada asintiendo, algo de eso había escuchado. Su edad estaba muy cercana a la que había dicho y sabía que tenía razón. -yo no quiero bebés...y no importa que hayas entrado, Miles lo hace a cada rato- aseguró mientras tomaba la espada.
Se posicionó y tras sentir el peso de la espada sonrió, comenzando a hacer las repeticiones tal como lo había pedido el mayor. -19...20- bajó el arma cuando las terminó, esperando las siguientes instrucciones. |
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| -¿está preocupado porque no quiere ser abuelo? Tengo 21, no estoy tan joven como dice...he escuchado de reyes mucho más jóvenes con hijos- aseguró mientras secaba su cuerpo, ya sin atisbo de la erección que había tenido.
Se vistió con la ropa de entrenamiento y asintió a Reine, dejando la habitación mientras se dirigía al encuentro con a Hangstron, primero pensando en sus palabras sobre planear sus vidas...pero los recuerdos de los besos de Reine en su cuerpo hacían que se sonrojara y su cuerpo temblara recordando donde le había tocado.
Llegó y le hizo una pequeña reverencia al mayor a modo de disculpa por la impuntualidad o más bien por pretender no ir a entrenar ese día. |
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| Sebastian bajó la mirada cuando empezó a escuchar a Hangstron a quien nunca había escuchado enojado. El mayor tenía bastante razón pero no quería reconocerlo. Pasó sus brazos alrededor del cuello de su esposo y le sonrió -hay que ponerle seguro pronto- volvió a sonreírle.
Sin embargo había perdido el ambiente y realmente no queros hacer enojar más a Hangstron así que se movió hasta sentarse y besar a Reine -hay que ir a entrenar...- Se separó dejando la cama, acomodándose la ropa interior mientras se metía al baño. |
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| El corazón de Sebastian comenzó a latir con fuerza cuando escuchó esa voz. Llevó lentamente sus manos sobre las de Reine para subir su braga y lentamente bajó su pierna de la cintura de su esposo, aunque se mantuvo en esa posición, volteando a ver a Reine y enseguida a Hangstron.
Se sentía descubierto haciendo algo malo por lo que tanteaba la cama buscando la manta para cubrir sus cuerpos aunque no estaba a su alcance. Y sólo pudo permanecer en silencio completamente sonrojado, agitado y nervioso. |
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| Sebastián apoyó sus codos en el colchón para incorporarse un poco cuando Reine bajó. -ah...- Dejó escapar de sus labios por lo que iba a hacer su esposo, más que nada por la sorpresa. -ahh- volvió a escapar de sus labios cuando avanzó a besarlo.
Su pezoncito reaccionó tensándose, erecto, completamente rosadito y esas sensaciones solo aumentaban más su excitación que ya se notaba. |
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| -ahh- sintió el colchón debajo de su cuerpo en un instante. Su ropa interior estaba un tanto abajo en la parte trasera, sus pezones estaban erectos y cu cabello despeinado, pero nada de eso importaba porque sentía las caricias de Reine como algo único, increíble.
Colocó su mano sobre la nuca de Reine, enredando sus dedos en su cabello -más...- pidió por esos besos en su cuello que estaba dejando. Subió una de sus piernas a la cintura del mayor. |
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| | No se quejó porque apartara su mano, al contrario, comenzó a pasar su palma por ese firme abdomen. Se acomodó sobre Reine, acariciando su mejilla con la otra mano, acercándose de nuevo a besarle mientras por instinto, comenzaba a restregarse en el pelinegro. Estaba ya realmente excitado y quería un poco más de esos besos, y más caricias del pelinegro, que eran algo realmente nuevo para Sebastian. |
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| | Todo el cuerpo de Sebastián dejaba ver cómo es que se estaba sintiendo en des momentos. Se acercó un poco más para seguir con esos besos profundos, aunque trató de separarse de Reine cuando se percató del inicio de su erección -Reine...- susurró contra sus labios, bajando su mano para interponerla y que no la sintiera aunque también estaba consiente del ligero cambio en el cuerpo de Reine. |
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| Sintió una especie de escalofrío cuando las manos de Reine bajaron por su cuerpo hasta su trasero. Instintivamente se movió para que su esposo siguiera. Cerró sus ojos y se concentró en las sensaciones.
Para su sorpresa, entre el beso dejó escapar un sonido bastante extrañado de su boca, aunque era probable que solo él lo hubiera escuchado. Se sujetó de los hombros de Reine removiéndose más, sintiendo como ese cosquilleo bajaba por su vientre hasta su entrepierna. |
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| No pudo siquiera responder en palabras, simplemente se dejó acercar, pegando su cuerpo al de Reine y con la mirada se puso a buscar los labios de Reine. Sus manos se aferraron al abdomen del pelinegro, podía sentir cómo se movía con las respiraciones de su esposo. De nuevo tuvo esas sensaciones con esos besos más profundos. Poco a poco fue moviendo sus brazos para sentir más de Reine, porque podía hacerlo por la forma en la que durmieron casi sin ropa.
Empujó un poco la manta para tener más libertad de movimiento, acomodando sus piernas entre las de su esposo. |
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| Se removió un poco y al principio pensó que sería una serie de besos cortos como siempre le daba pero eso era nuevo y quería hacerlo bien.
Ligeramente fue moviendo sus manos del pecho de Reine a sus abdominales que llegaba a disfrutar sentir bastante bien, su cuerpo era perfectamente trabajado. |
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| -¿n-...?- iba a preguntar si efectivamente no iban a ir, pero al sentir la piel de Reine junto a la suya no pudo pensar más nada que estar con él.
Apoyó sus manos en el firme pecho del pelinegro y se dejó acercar, entrelazando sus piernas mientras se besaban.
Estaba nervioso, esas cosquillas que le había dicho a Reine la noche anterior habían regresado y se notaba en un sonrojo en sus pómulos -entonces quedémonos aquí...sólo nosotros- pidió bajo, casi era un susurro. |
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| En su nuca comenzó a tener un cosquilleo y su sueño se desvaneció para dar paso a una sonrisa. Abrió sus ojos y comenzó a luchar por deshacerse de las mantas y moverse para encontrarse con Reine ya despierto -Buenos días- saludó, estirándose para besar la comisura de sus labios.
Bostezó y después reaccionó al darse cuenta que estaban apegados que seguro ya era tarde para entrenar y por él irían algo tarde. -¿estamos bien de tiempo?-preguntó apoyándose en Reine para removerse y tratar de sentarse en la cama. |
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