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| Le siguió y de sentó, llorando aunque trataba de respirar más para calmarse, sin embargo no era tan fácil. No sabía desde cuando había llorado tanto. Negó con su cabeza repetidas veces, no, no quería dejarlo. De nuevo solo pudo responder con su cabecita en lo que se calmaba, asintiendo. No iba a llorar por otra cosa. -L-lo siento- se disculpó una vez más, casi sin voz.
Cuando las lágrimas casi se detuvieron, pudo al fin hablar -Me asusté por como actuaste, me regañaste y me sujetaste y me dejaste...te fuiste, p-por eso...-No pudo continuar, llevó sus brazos a Reine y le abrazó, temiendo que le rechazara, aunque necesitaba un abrazo. |
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| Se sentó detrás de la puerta y su llanto lo silenció lo más que pudo, escuchando al otro lado el movimiento. Quería irse, de verdad quería hacerlo para que así Reine ya no lo odiara, sin embargo seguía escuchando voces, pasos e incluso los movimientos de Miles.
Siguió llorando hasta el punto de no poder distinguir nada frente a él. No, definitivamente no iba a salir así que los comentarios de Miles no fueron respondidos. Estaba tan agotado por llorar que solo se sobresaltó con la voz de Reine al otro lado de la puerta. Trató de responderle pero tenía miedo, así que se puso de pie y obedeció, abriendo la puerta.
La ropa que se había llevado estaba tirada en el baño, así que se mostró como estaba, solo en ropa interior. Alzó su mirada y aunque no viera claramente sabía que era el pelinegro y después las lágrimas volvieron -perdón, n-no- hipó - no m-me odies- llevo sus manos a su rostro para apartar las lágrimas -m-me iré...lo siento, m-me iré si me odias |
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| -Reine- se incorporó llamándolo, llevando su mano a su ojitos derecho para tallarlo y apartar las lágrimas -Reine...- repitió pero este ya se había marchado. Ahora sabía cuánto lo había molestado para llegar a ser abandonado de esa manera. Siguió llorando, ya sin ocultar los gimoteos pues andaba completamente solo. Escuchó la puerta -Reine- volvió a llamarlo pero no fue el quien acababa de entrar.
Limpió su rostro rápidamente y calló, viendo a Miles. Esperó un poco antes de sentir que su voz no se quebraría para hablar -no está aquí, lo siento- se puso de pie y corrió al baño a esconderse. Ya lo había decidido, esperaría a que Miles se fuera y regresaría al ducado, no quería estar más en el reino si Reine le odiaba de esa manera. Le escribiría una carta volviendo a disculparse por su amigo y anularía el matrimonio antes de que más personas se enteraran y solo tenía ese día para arreglarlo todo. |
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| | Se removió un poco pero enseguida sintió la fuerza de Reine así que prefirió permanecer quieto, no quería que le sujetara con más fuerza. Sus ojos comenzaron a humedecerse ¿de verdad estaba pensando en él? siendo que andaba defendiendo al rubio de una manera que jamás espero. Cerró sus ojos esperando que no escaparan las lágrimas mientras Reine lo besaba. Ladeo su rostro para dar fin al beso -perdón- se disculpó con la voz quebrada -no diré nada más de tu amigo, perdóname- pidió llorando. |
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| | -no es lo mismo- desvió la mirada -Si nadie conociera tu reino, miles ya habrían querido estas tierras, puede ser pequeño pero tienes bien posicionado el reino. Pacem se construyó a cuestas de otros dos reinos, así que no, no es lo mismo- se encogió de hombros no quiero un huevo de su dragón por lástima, yo lo conseguiré en algún momento- se separó, rompiendo el agarre de Reine para incorporarse y mirarle -tú tienes responsabilidades, él escogió esas responsabilidades por más que sean es lo que el quiere, Shun Farafan es el hombre perfecto ¿por qué me preguntas si me gustaría haberme casado con alguien como él? ¿Que no estuviera conmigo por sus eternas responsabilidades? ¿Que todo el mundo lo conozca y desee estar con él y yo tenga siempre que estar preocupado porque no estoy a su altura y que alguien me lo pueda robar?- sentado, acomodó su cabello -no gracias, no me casaría por nada del mundo- arrugó la nariz, tomando su almohada para lanzársela a la cara a Reine -si me dieran a escoger con quien casarme, seguiría escogiéndote, idiota- le sacó la lengua |
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| | -¡calla!- empujó a Reine un poco, con su ceño fruncido -¿por qué habría de molestarme un tipo que es una leyenda viviente y que opaca a todos los demás seres humanos al ser tan perfecto? Si tiene un dragón no importa- se quejó -no soy adorable y no voy a estudiar, tendré 45 cuando tenga un poco del conocimiento que Shun tiene, el es atractivo, aprende fácil, tiene posibilidad de viajar, tiene un apellido famoso... pregunta por un Holstein y nadie sabrá de quién hablas, ¿qué es un Sebastian Holstein? pero vamos, es Shun Farafan, hasta te dan escalofríos al pensar en él- suspiró -así que aunque estudie mi vida entera jamás seré como él- y jamás tendría un dragón como Shun lo tenía. -bueno, nadie será como Farafan ¿verdad?- sonrió un poco. -así que no me molesta |
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| | No entendió porque se aferró más a él, pero solo lo dejo pasar acomodándose mejor, agarrandose de la parte baja de la playera de Reine, escuchando -ahh- murmuró. Habían pasado varios tipos de maestros, bigotudos, con lentes y con años de conocimiento reflejados en sus cuerpos pero en cambio tenía a un saludable hombre. Se quedó mirando el pecho de Reine -si, fue a saludar a mis padres y dijo que quería estudiar la zona- suspiró -nunca quiso decir quién era su pareja así que no sabía que estaba en Wingstein, es un hombre único en el mundo ¿no? Demasiado especial...- se acurrucó en su esposo -es más joven que yo pero tiene una trayectoria envidiable...me molesta- arrugó su nariz -a este paso seguro tiene un dragón y yo no- porque realmente le afligía no tener un dragón como el de sus cuentos infantiles. |
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| | -invitaste grandes reinos, habrá más gente que en nuestra boda- mencionó, llevando su mano a la mejilla de Reine, acariciandola para que volteara a verle y pudiera observar esos magníficos ojos que adoraba -¿tiene un maestro? ¿De qué? ¿Quién es? ¿Cómo lo conoció si Wingstein está tan lejos? - comenzó a llenar a Reine de preguntas llenas de curiosidad. |
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| | Dado que sabía cómo era con respecto al trabajo le sorprendió que no quisiera hacerlo inmediatamente, pero le gustaba que se tomara ese tiempo para pensar en él. Se acomodó mirándole con una sonrisa -está bien, está bien- se removió lo suficiente para ponerse cómodo -me alegra que te sientas cómodo ¿quienes vendrán mañana? Es la ceremonia de Miles después de todo |
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| | Lo pensó un poco y sonrió, es cierto, estaban haciendo lo que dijo Hanstrong, así que prácticamente lo estaban haciendo correctamente. -Tal vez sea como dijo y tengamos hijos rápido, sería lindo- aunque también quería hacer otras cosas como sus viajes. -oye- besó la cabeza de su esposo -¿iremos a ver cómo van los establos más tarde? Dijiste que me acompañarías- porque después de eso se enfocarían en lo de la ceremonia. |
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| | -¿si? Pero es muy difícil tener más de un bebé ¿no?- siguió acariciando el cabello de Reine con tranquilidad -ay...- reaccionó con la mordida aunque no sintió dolor, fue más como una mordida tanteadora -mis papás tuvieron problemas para concebir porque esperaron bastante y al final sólo me tuvieron a mí, así que no sé que tan bueno sea yo para eso, pero seré feliz si tengo hijos contigo, sean lo que sean |
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| | Se dejó acariciar, realmente le relajaban esa clase de mimos que su esposo le daba y le hacían sentir cosquillas de nueva cuenta. Pasó su mano al cabello de Reine cuando sintió los besos en su cuello. -una docena, nos tomaran muchos años hacer una docena de hijos- mencionó un tanto preocupado, aunque los tuvieran seguidos serían al menos quince años haciendo bebés -¿de verdad podremos? |
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| | -mmm- cerró sus ojos al sentir el contacto, acomodándose, apoyándose en su pecho. -bueno, hijos de Topy me gustarían 10...15, muchos bebés Topy- sonrió -A mí me gustaría tener...-abrió sus ojos pensándolo un poco -¿cuatro? ¿Cinco?- no de veía aún con hijos así que no estaba seguro -los que tú quieras |
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| | Sonrió por esa linda respuesta -eso me gustaría, muchos Topys en casa, me encantaría mucho- aseguró, acomodándose en Reine -también me encantaría conocer un montón de lugares del mundo, la nieve, el mar, las altas montañas de Wingstein, los hermosos jardines de Hammul, las lagunas de Oliduc, tantos lugares...aunque no tengamos o si si tenemos hijos, por favor vayamos juntos a conocer algunos lugares- pidió imaginándolo, más que encantado. -Miles puede cuidar el reino por un tiempo... |
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| | Relajó su semblante y apoyó sus manos en el pecho de Reine, suspirando. El contacto solo le hizo respingar un poco por la sorpresa de que lo tocara pero estaba a gusto y lo disfrutaba. -muchos hijos- repitió pensativo. No le molestaba la idea de una familia numerosa, de hecho si le gustaba la idea, quería una familia grande, lo había deseado desde pequeño, pero todavía no sabía si podría cumplírselo -y...- habló con miedo -¿y si no soy capaz de darte hijos? |
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