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| | Por primera vez, cuando Bastian despertó no se encontró enredado en las mantas y en una extraña posición en la cama. No, había despertado en la misma posición con la que se durmió, acurrucado en su esposo. Y fue una sorpresa porque ahí estaba Reine, durmiendo acurrucado. Se acercó para besar su nariz suavemente. -eh...Reine ¿no es un poco tarde?- el sol ya se filtraba por las ventanas y el peliblanco estaba seguro que su esposo se había quedado dormido y de ser así, no tardaba en ver a Hanstrong aparecer en la puerta para regañarle y no quería eso. Volvió a besar su nariz para tratar de despertarle. |
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| | Después de un buen rato, Bastian despertó, percatándose de la oscuridad de la habitación. De nuevo se había quedado dormido y su esposo se había quedado con él. Jaló de las almohadas lentamente para hacer que Reine se recostara bien en la cama y cubrió a ambos con el cobertor. Se acomodó, acurrucándose de nuevo con él, feliz de poder hacerlo. Y como todavía quedaban varias horas antes de que su marido fuera a entrenar, podía disfrutarlo un poco más. |
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| Sebastian se removió entre los cálidos brazos del pelinegro y ocultó su rostro en su pecho, completamente acomodado, descansando pacíficamente. Nunca en toda su vida se había encontrado con alguien que no fuera de su familia con quien se sintiera tan a gusto como para dormir de esa forma.
Aunque ese momento pacífico sintió que se interrumpió abruptamente, por lo que, sin abrir sus ojos, frunció el ceño, aferrándose más a Reine. |
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| -no soy un conejito...-Bastian estaba realmente cómodo en el regazo de Reine. Abría su boquita para cada fruta, los chabacanos salados también se los dio a probar al pelinegro a modo de beso, dejando los frutos frescos al final. Le dio una mordida para saborearlo y lo acercó a Reine -es delicioso- se volteo para agarrarse de las prendas de su esposo y buscar sus labios.
Al terminar se acomodó y suspiró, era demasiado delicioso. Y lo disfrutó bastante. -me puedo acostumbrar a comer todo esto con mi dulce esposo- suspiró y cerró sus ojos, comenzando a dormitar |
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| | -no te gustan los dulces pero si las cosas dulces- bromeó, pues en efecto eso era ño las frutas deshidratadas. Sin dejar su posición se estiró un poco para coger los chabacanos en almíbar y probarlos. -mmm...acentúan el sabor así...mmm, deliciosos- se giró para besar a Reine de nuevo en esa especie de juego de sabores, dejando que el almíbar que había quedado en sus labios se deslizara a los de su esposo. Se separó un poco para verle -¿te gustó?- preguntó con una sonrisa radiante. |
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| Abrió su boca para recibir el chabacano. Le dio un par de mordidas antes de sentir el sabor y al hacerlo arrugó su nariz y sus labios, frunciendo el ceño un poco por la acidez. Abrió sus ojos cuando terminó el bocado para verle. Se acercó para sentarse en las piernas de Reine -lo hiciste a propósito- dijo,
Observando la piña, adelantándose a que la comiera para besarle, esperando que sintiera la acidez él también.
Se separó después de unos segundos para tomar la piña y comerla, relamiéndose los labios -a Topy le gusta el arroz con leche ¿y a ti?- preguntó, abriendo su boquita para probar otro chabacano. |
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| -toda la vida- reiteró. Escuchó la historia del tío de Reine y frunció la boca. Parecía que su familia estaba bastante ligada a la tragedia, pues no era la mejor forma de morir el ser comido por un cocodrilo. -al menos tienen sus libros para recordarlo- trató de mostrar un lado positivo con la historia. Se acercó a Reine y se sujetó de su ropa, siguiéndole hasta su habitación. Dejó que su esposo entrará primero ya que él llevaba las cosas y tras entrar cerró la puerta viendo el seguro recién colocado.
Fue a sentarse a la cama, palmenandola, indicando a su esposo que se sentara con él -vamos a comer los chabacanos, vamos vamos- le sonrió ansioso. |
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| | Bastian se encogió de hombros -no importa que no tengas nada, al natural también eres preciosa, aunque Miles no logre comprender tu belleza- rió divertido -¿qué tipos de libros únicos? ¿Los que dijiste del señor Lawriel?- preguntó moviéndose tras él para ver lo que sacaba, abriendo con fuerza sus ojos, encantado con todas las variantes que Reine sacaba -todas, todas quiero de todas las variantes- pidió como niño pequeño, entusiasmado. |
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| | -muy bien, iré a buscar el vestido más hermoso para mi mujer- sonrió pícaramente. -increíble- se asombró al ver la belleza de la biblioteca, era inmensa y llena de libros. -este lugar es hermoso, es diferente a las otras bibliotecas, las del pueblo- aseguró mientras se dejaba guiar. Se quedó viendo en la cocina las frutas. Señaló los mangos y las manzanas -se ven muy sabrosas...mmm-lo pensó -me gustan mucho los chabacanos, siempre quise un árbol pero nunca se dieron en casa |
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| | Rió al recordar la conversación con Reine al respecto. -te podría sorprender cuánto puede llegar a gustarme- siguió riendo. -bueno ¿entonces tengo que escribir un libro del ducado?- preguntó asintiendo, queriendo robar esos dulces para comerlos con él. -Vamos, vamos- susurró entusiasmado jalando del pelinegro |
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| | Escuchó atento, tratando de imaginar todo lo que Reine le decía sobre la madera y las hormigas. -ves, son increíbles, mañana probaré todo a ver cuál es la mejor forma de arreglarlo y que perdure lo más posible- se sorprendió bastante al escucharlo, si bien ya le habían dicho que quería verlo vestido así, no se imaginaba que incluso ya estuvieran confeccionando algo. -oh...- dejó escapar de sus labios, jalando de la mano de Reine para avanzar hacia su habitación -entonces lo usaré cuando este listo- le sonrió |
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| -adiós Topy, sigue haciendo tan excelente trabajo- se despidió. Se puso de pie y se sujetó de Reine mientras se marchaban. -oh, las noches serán divertidas con él, aunque ya lo son, son geniales contigo- se abrazó al brazo del pelinegro, caminando colgado de él -le dije a Magi lo que necesitaba y a los demás, todos estuvieron de acuerdo, tus estrategias son increíbles- aseguró bastante animado.
Pasando por las lavanderías se detuvo un momento a observar -¿de verdad te gustaría verme con vestido?- pregunto bajo, solo para que su marido escuchara. |
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| | -¿de verdad? Que gran organización para tener entrenados a todos, Topy, eres un gran líder- pasó su mano, acariciando su pelaje cuando se acercó de nuevo a ellos. -sabes, te ves realmente bien con tu casco, espero pasen rápido estos dos días para que duermas con nosotros- sonrió, mirando a Reine -¿debemos dejar que siga trabajando? |
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| Entre risas, Sebastian recibió las lamidas del can, acariciándolo -eres muy esponjoso...- aseguró dejando que fuera con Reine. Cuando comenzó a comer volteo a ver al mayor a su lado -tú mejor amigo es increíble- se dejó caer sentándose en ese lugar, apoyándose en Reine -gracias por presentármelo, me alegra mucho conocerlo...oye pero ¿se quedará con nosotros? ¿Donde duerme? Porque no lo había visto antes...- pregunto con clara preocupación por Topy.
El perro se había ganado el corazón de Sebastian en solo un instante. |
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| -pero si Hanstrong no es tan mayor- rió-¿o sí?- se preguntó a si mismo en un susurro. Caminó a su lado observando por donde lo llevaba. Abrió grande sus ojos al ver esa bolita de pelos y exclamó un wooow al ver cómo reaccionaba al llamado.
Esperó un momento más que nada porque estaba anonadado admirando su casco que quedaba perfecto en él. Después se puso en cuclillas estirando su mano para acariciar al perrito -Topy, hola, mucho gusto en conocerte, lamento interrumpir tu trabajo- ladeo su cabeza sonriendo hermosamente. -come, come~- apoyó sus manos en sus piernas, permaneciendo en esa posición, encantado, enamorado del cachorro. |
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