Posts written by Misaki_san

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    QUOTE (usami_takahashi @ 27/4/2014, 00:34) 
    holaaa jejej *risa nerviosa* :=ummse: he querido leer el cap 1 de este fic pero me doy cuenta de que es la segunda temporada :=BUABUA: ejejeje alguien podría hacerme el grandisisisimo favor de pasarme el link de la primera, muero de ganas por leerlo :=DFSDFSD: pero no tiene caso leer la segunda y no la primera, onegaiiii :=SHOROO: ,besos y abrazos sayoooooooooooo :=amors:

    RTA: Querido Usami... no te preocupes por esa sonrisa nerviosa, no soy del todo malo... sino que mmm dejaré para despues la venganza. Por ahora disfruta la primera temporada.....


    https://mundoyaoi.forumfree.it/?t=65124281
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    muy bien!!!!!!!!!!
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    Capítulo IV.... SEGUNDA PARTE




    VampireHottie2





    Necesario era hacerlo enojar, puesto que los orbes avellana miraban con total desprecio al chico que estaba en la cama disfrutando de tales facetas. El príncipe no dijo nada a tal invitación, sino que se dedicó a examinar las heridas de la guerrilla. Sus ropas estaban algo harapientas, se podía ver la carne del mismo con algo de barro. No le habían atendido, apenas había terminado la batalla le mandaron a las mazmorras. Allí, entre gritos de llanto por los distintos castigos que pasaban los condenados Él cerraba los ojos y los oídos para no escucharlos. Le hacía recordar el dolor de sus padres, como suplicaban porque les dejen con vida. Nuevamente esa sombra negra atentaba contra el escondite del niño de apenas 12 años, sus padres apenas oyeron los alaridos de las personas no dudaron ni un segundo en esconderlo bajo los maderos de aquella cabaña.


    Los gritos de las personas hacían rasgar la tierra en mil grietas, tres caballeros vestidos de ropas elegantes pisaban el barro del pueblucho. Una cincuentena de personas agarraba a algunas mujeres para experimentos y alguna que otra diversión, hombres para alimento pues eran “ricas en vitaminas”.
    La voz del mandamás se escuchó por todo el pasillo atrayendo la vista de los condenados “ESTAN ACÁ PARA SERVIR A SU SEÑOR”
    Fue lo único que escuchó antes de que le llevaran frente al que le llamaban “príncipe”. Era el mismo joven que le había arrastrado al fango, derribado del caballo, derribado el propio orgullo. Ahora lo tenía frente a frente, si era un joven adolescente ¿Por qué le tenían tanto miedo? No le importaba si era un despiadado asesino, un violador empedernido o un hombre sombrío que practicara con la persona lo que quisiese, sino que era un hombre de carne y hueso sin corazón, sin vida, sin alma.

    Misaki le veía de arriba abajo sin decir absolutamente nada, solo analizaba el cuerpo del mayor, la temperatura, su mirada. De alguna manera, esos ojos estaba cargados de odio, ametrallando contra quien le trajo aquí, prendido a su suerte. Un loco que si le daban un arma blanca la usaría sin dudar contra el chico.

    - Cuidado con que sentimientos me miras, dije que te haré mi juguete personal y lo cumpliré. Soy un hombre de palabra

    Solo eso dijo para que arda en cólera el oji avellana ¿Cómo se atrevía a decir eso con tanta haraganería?

    -Vamos, no tengo todo el día

    A esa orden, definitivamente se cruzó de brazos igualando su mirar. El príncipe había ordenado que nadie, nadie les interrumpiera y el que lo hiciera se ganaría despedirse de ese mundo.


    - No te voy a lamer las botas


    Amaba los retos, más si su pequeña mascota era rebelde. Los ojos del joven se tiñeron de un hermoso e impactante color plateado. Eran profundos, crueles como su mirada; el ambiente se ponía pesado y somnoliento. Takano, trataba de luchar contra la pesadez pero era casi imposible, igualmente daba batalla.
    Cayó de rodillas frente al chico, Éste le tomó el mentón mirando cada facción de ya hombre maduro a la fuerza. Le encantaba ese mirar, nadie le replicaba y ahora llegaba ese muchacho para prácticamente, volver el mundo al revés.


    - Granaderito, no seré gentil


    Esos ojos, infinitos mares de lujuria y deseo en la tierra le estaban declarando la guerra. Dos dedos sosteniendo el mentón, la lengua recorriendo los labios desquebrajados por el frío de la noche, seco necesitados de agua. A esto escupió, la saliva se derramaba en los labios del oji-esmeralda.


    - Quieres jugar granaderito, bien, no esperemos más…


    La fuerza usada en su cráneo hizo que el mayor se quejara, un niño le estaba tratando como un animal sin importarle nada. Su rostro era hundido en la entrepierna. Se adentró a su mente “si me muerdes te mataré lentamente” . El oji-avellana abrió fuertemente los ojos, ¿Era la voz del joven que hablaba en su mente? . Rudo, sin sentimiento le embarraba sus partes en la cara y con firme voz mirando-le a los ojos no se prohibió de nada.


    - ¡¡Lame como el perro que eres!!
    - En tus sueños

    Como era que aún tenía fuerzas suficientes para decirle que no. Misaki era de increíble belleza misteriosa, sus ojos esmeraldas tenían un brillo atrapante que quien lo mirase quedaba prendado. Siempre recibía ofertas de humanos, no sabiendo la realidad de su naturaleza. Le divertía, como un alma prácticamente se arrastraba por un rato de compañía y de placer. Verlos a sus pies, entregándole si pudieran el mundo entero solo para sentarse a la mesa, para salir, para llevarlo a la cama.
    Takano había pasado esa barrera del cual hacía encender al menor sin propuesta alguna. El aire se sentía cada vez más pesado, una neblina de aroma atrayente al olfato le dejaba medio adormitado. Todos sus sentidos se vieron perturbados, el vampiro miraba divertido con algo de perversión.


    - Masamune… - ese nombre le arrastró - … ¿Porque no me muestras tu lindo trasero?


    El cuerpo se movió por si solo aún maldiciendo con voz alta. Se puso sobre el madero de aquella cama de dos plazas mostrando el rasgado pantalón. Se le hacía agua la boca, definitivamente el granaderito tenía buena contextura física ¿aguantaría cada castigo? Las lastimosas manos se alzaron por el cuerpo palpando la madera, los pasos se escucharon sobre el parquet y tomando éstas las ató con una soga. Buen cuerpo para sus adentros, fornido, se vé que luchaba bien y eso se veía. Descarado, pasaba la mano por la espalda ganando el estreñimiento del joven. Estaba fría, era un no vivo, no tenía temperatura.

    - que mierda me vas hacer

    No contestó a esa estúpida pregunta, sino que arrancó la ropa. Estaba rasgada por el tiempo pasado en ese lugar frío, húmedo y oscuro. Nuevamente le preguntaba sacando de su centro, la nalga derecha se fue enrojeciendo, la voz cayó y un castaño se alzaba con una leve sonrisa.

    - Parece que te gusta sentir mi mano en tu cuerpo, más si soy rudo.
    - Te juro que te cortaré los dedos si sigues tocándome de esa manera
    - Mmm… violento… va hacer muy fácil

    Edited by Misaki_san - 25/4/2014, 16:59
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    Esos ojos miraban de alguna manera a su castaño quien en un mojín de niño chiquito se cruzaba de brazos esperando alguna que otra palabra o sermón del mayor. No hizo nada, solo seguía mirandole con ojos penetrantes. Se puso nervioso, de alguna manera a Misaki no le gustaba que lo miraran de esa forma. Alzando las manos en señal de rendición siempre mirando a otro lado



    - Esta bien... pero si hundo a la empresa es tu culpa

    - No me preocuparía por eso, eres el mejor pago de todos los mangakas que conozco

    - Próximamente desempleado - agregó pero aun pensaba en las palabras que había dicho -



    Pesada mañana para el joven, comiendo en la cocina sin ganas de nada aunque el mayor obligaba a comer todo lo que le había puesto. No quería que pasara el mismo problema como la última vez. Luego de alguna que otra conversación tenía que irse, tomo sus cosas aunque no las necesitaría ya que como no sabía hacer ese trabajo de seguro lo llamarían, le darían el cheque y lo pondrían de patitas en la calle. Apenas cruzó el umbral sitió una pesadez extrema a tal punto de caerse al suelo, rogando a todos dioses por habidos y por haber que lo ayuden.
    Las personas iban y venían con muchos papeles, mientras que Él iba caminando como un cordero al matadero. Si, esa era la palabra correcta.



    "Yoshikawa Chiharu"





    Parpadeó un par de veces, como idiota parado en la puerta, el bolso en mano, papeles. ¿porque su corazón latía fuerte? se sentía como un niño yendo a su primer día de clases. Si, ese frío extremo que subía por la nuca y el estómago se achicaba casi a tal punto que le dolía.




    - esta es la oficina pero.. ¿Mujer? ohh... entiendo, ella será mi jefa y yo su subordinado. Bueno, puedo vivir con eso. Ella se dará cuenta que soy un desastre y me hará servir el cafe...je je ... no me importa degradarme a ese punto.


    Seguía quedándose parado en frente de la puerta cuando alguien abrió y se le quedó mirando sin decir nada. Un joven de mirada café casi con un destello rojizo, era de su altura, joven, lindo para su vista.



    - Etto... me equivoqué de oficina ... disculpe - trataba de huír pero el otro lo abrazo por detrás


    - Misaki, ¿te despertaste juguetón esta mañana?


    - ¿Ju... juguetón?


    - Esta bien que quieras divertirte pero si no terminamos el manga nos colgaran a ambos, aunque no me importa si muerto a tu lado


    - ¿Tu... eres? - sonrojado


    - Ya me olvidaste?... que tendré que hacer para que me recuerdes - susurró tomandole el menton, mirando sus ojos.


    - yo.... etto....


    - Yuuu!!!! te necesitamos!!!! - gritaban desde dentro de la oficina


    - Yuu.... - susurró algo sonrojado - va...vamos a trabajar


    - Si...si.... mejor sino no aguantaré y te comeré delante de todos





























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    Capítulo IV: Un niño completamente distinto






    Los demás en la sala quedaron estupefactos al escuchar la petición del joven castaño que estaba de piel frente al mayor quien no se inmutaba. Hiroki se recogió de brazos mientras miraba la actitud de su ahijado ¿Cuando había crecido tanto? Siempre le veía en un campo de flores a temprana edad. Parecía que su mirada traspasaba todo problema porque cuando tenía algún problema que escondía muy bien, ese pequeño se daba la maña para descubrirlo.



    Todos los recuerdos del pequeño pasaban por su mente dedicando una sonrisa soñadora del cual Nowaki lo vio. Pasando por los demás le tomó la mano y allí reaccionó quitando-la. Si, salvaje, indomable pero el doctor le había conquistado aunque no lo demostrara muy a menudo. Tragó saliva viendo que no obtenía respuesta del relato, su corazón latía a mil por segundo ¿Taquicardia? no, era la adrenalina por saber, por querer conocer su pasado oscuro. Ese pasado que tantas veces se había presentado en sus sueños.


    Takano le miró sin decir nada más, Misaki se ponía impaciente mirando a los demás que también mantenía el mismo silencio sepulcral. Ya no aguanto, tenía que saberlo. Tomó aire, los ojos se oscurecieron , la mirada helada como en aquellos días...



    - Dime.... como fue


    Solo le palmeó la espalda en señal de aprobación, los demás se callaron ante la voz dominante ¿Como ese chico podría mostrar esa faceta? Misaki era un chico dulce, algo temperamental pero nunca se llegaba a enojar como ahora. Sentado en el sillón, empezó el relato, sombrío sin poder creer lo que escucharían. Ese joven castaño como lo conocían ahora no era el mismo, verían a alguien completamente distinto.



    - Ese día llovía, me acuerdo porque había unos ojos que me observaban desde lejos, sombríos, lejanos... Hacía mucho frío, tanto que carcomía los huesos y rajaba la piel. Me nombraron el general mas joven del regimiento, solo tenía 16 años...



    "El tiempo volvía a sus orígenes donde el relato parecía cobrar vida"




    La casería empezaba para los jovenes, regido por el principe quien se divertía viendo como las personas corrían para salvar sus vidas. Una pequeña risita se formó en sus labios, sus compañeros no paraban de cazar a su manera. Ya estando aburrido de mirar y mirar como gritaban, las caras que ponían decidió ir por su alimento. A lo lejos, la caballería del pueblo se formó para tratar de aplacar la peste como ellos les llamaban a la raza desconocida. Algunos murieron en el enfrentamiento, pero el joven castaño miraba sin decir nada, solo hincado viendo al joven de cabellera oscura mandar a los subordinados. Relamió los labios, la tormenta empezaba a crecer mojando la tierra, partiendo con sus truenos los oídos y los relámpagos iluminando el campo de batalla. Esos ojos rojos que poco a poco se teñían se cruzaron con los de color avellana. El miedo le carcomía la espina dorsal mientras de lejos reía muy quedado. Takano sin dejar de luchar disparó contra un vampiro que asechaba cayendo muerto a sus pies ¿Irónico no? El humano matando a un no vivo, tenían su propia debilidad y no dudarían en utilizarla para su beneficio.



    Quedaban muy pocos, emprendían la retirada. Misaki todavía veía ese espectáculo que se le hacía agua la boca. Un vampiro le había tirado del caballo haciendo que Takano golpee de lleno contra el barro. Mostró sus dientes pero se detuvo sin que nadie le haga alguna señal. - Tienes suerte - susurró alejándose dando paso al joven de ojos esmeraldas que miraba de arriba abajo de forma sarcástica.



    - Granaderito a caballo - rió por lo bajo atrayendo la cólera del otro


    - Niño engreído


    - ¿A mi? - se inclino para verle bien, esa mirada descara sobre su cuerpo le ardía la sangre - No estás en condiciones para decir nada


    - Vas a caer - sacando un puñal se lo enterró en el corazón, Éste gimió agarrándose del mayor -


    - agr!!!!! .... - el dolor era pasable, cayendo en sus brazos solo rio. Esa mirada de hielo dirigida al gendarme lo había congelado mientras se sacaba el puñal mostrándole divertido - tks, tks, tks en gesto negativo con la mano - eso no se hace....




    La mejilla se enrojeció mientras lo mandaba a volar cayendo de lleno contra el suelo, Misaki reía un poco sin sacar la vista de encima del joven. ¿Como podía tener tanta fuerza? Era solo un niño. Se agachó tomando el rostro sin consideración alguna, mirando ese lindo rostro, pasando el dedo por su sangre, probando su sabor, exquisito. Los ojos se tornaron ocre, se acercó más oliendo el temor... ese sabroso temor que recorría su sangre.


    - Serás mi pequeño juguete personal... sentite dichoso



    **************




    Después de ver a sus amigos de caza fue a su habitación, se tiró aburrido mirando el techo. Otra noche más, otra noche en soledad; solo recordó la mirada del joven avellana y sonrió lascivo relamiendo sus labios. Solo un susurro de sus labios y se abrieron las piertas mostrando su premio.



    - Que haré contigo Masamune


    - No me llames asi -


    - ¿Porque, acaso no sabes quien soy?


    - Si, se muy bien - con voz rencorosa - eres el que mató a mis padres, y vengo a vengarlos


    - No .... - susurró tapando sus ojos - no los maté, fueron del otro clan. Yo no mato por placer, solo por necesidad.


    - Mentira


    - No sabes cuando me enojo lo que soy capaz de hacer - sus ojos se tornaron oscuros.


    - Demuestrame ....
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    Capítulo II: El viento del Norte










    No era una súplica sino era una orden del cual quería cumplir a la perfección. Akihiko, después de la pequeña charla de más de diez minutos agarró las cosas que le correspondían para luego partir a sus deberes como estudiante. Siempre era el mismo y aburrido día, se despertaba con sus manías de tener todo a la perfección. El mayordomo con su café Colombiano, quesos finos de Francia, té de Oriente; vajillas especialmente calculadas a la minuciosidad para que no le eche en cara que se ha equivocado. Frío con su hermano mayor, pasando desapercibido, sus padres no estaban en el hogar por negocios. Llegado a la institución, el mismo grupo de amigos del cual los esquivaba diciendo "No me interesa", las chicas cuchicheando, adorando al joven príncipe de ojos misteriosos y de suaves cabellos platinados.
    Odiado por muchos, amado y deseado por otros, Él era el Rey del colegio. Tenía todo, si lo deseaba los demás no dudaban en cumplir sus caprichos de turno. Inteligente, perspicaz, astuto, desinteresado con todos.



    Había conocido a quien le hacía frente sin importar que estatus provenía ¿Quien se atrevía a mirarle a los ojos, gritarle sus pecados? Solamente uno y tenía nombre: Takahashi Misaki. El joven de mirada esmeralda brillante, el gusano que pasaba desapercibido, a quien todo los monigotes contentos por el pobre le molestaban en el almuerzo.



    "Hijo de puta, tarado, flacucho, rata de laboratorio, hamster, retardado






    Quien sabe cuantos otros insultos más tenía que verlo hacer oídos sordos. No se había interesado por nadie, solo por Él mismo y eso bastaba ¿Pero porque tenía una cierta afinidad con el "piojo"? Aún estaba en el laboratorio cuando una y otra vez su mente carburaba tratando de comprender el ir de sus pensamientos por ese muchacho. No era especial, no era nada... su ser era todo, solo tenía ojos para su propia persona. Tenía la necesidad, la que nunca había sentido de escucharlo. De cierta forma le gustaba el tono de su voz, lo que decía, sus acciones. Algo lo sacó de su lugar escuchando algunas personas que gritaban y reían, la molestia se vio en el entrecejo. El cuerpo se movio por sí solo viendo lo que pasaba en ese pasillo...




    - Vamos muchachito ¿porque no me haces la tarea? - preguntó uno de los muchachos que no le daba paso a un joven de cabellera castaña-


    - Pe...pero tienes que hacerla tú. Si quieres te ayudo, no tengo problema - respondió Misaki agarrandose de los libros -


    - Tu no tienes problema lagartija, nosotros sí - tirándole un manotazo los libros fueron a parar al suelo -


    - ¿Acaso no vas a decir nada? ahhhh que cobarde putito - de un lado, había una chica dirigiendo parte del barullo - ja ja ja


    - Me llamo Misaki !!! - alterado retrocedió viendo que los demás se acercaban -


    - ¿Porque no rezas? ja ja ja .... - la gran mano tomó el cuello del joven castaño levantandole un poco del suelo -


    - Eh!!! Akihiko.... únete a la diversión


    - No me interesa - respondió a secas


    - Baaaa.... dejalo, nosotros te haremos sentir bien -


    - O... Onegai .... - susurró temblando, sus ojos se habían llenado de lágrimas. Le había mirado - A.. Akihiko san...



    Los ojos del plateado se abrieron, los músculos se tensaron al escuchar su nombre tan claro...




    - ¿Akihiko? jaja... él no te va a dar cabida Estup.....




    Cayó como bolsa de papas al suelo, los chicos callaron ante la golpiza del Sempai. Misaki aterrizo en el suelo tociendo un poco agarrando el cuello. Se le acercó y lo hizo pararse sin decir nada, le agarró la cintura mirando a los otros con mirada seria.





    - Él es mí Hamster .... lo tocan y los mato




    Todos callaron ante las palabras del estudiante, los demás se fueron dejándoles solos. El castaño se levantó apenado por la situación, la mano de Akihiko sostenía la suya. La respiración era algo agitada pero el tiempo decidiría que esa misma se aplaque hasta calmarlo por completo. No se dijeron nada, solo fue llevado a fuera de la institución. La mirada lila, penetrante sin dobles miraba los orbes esmeraldas esperando que dijera algo. Solo cerró la boca ...




    - ¿Porque dejas que te molesten?


    - Porque no quiero pelear, no lleva a nada


    - Veo que si no te defendía volverías a casa con algo roto


    - Por eso quiero agradecerte de verdad, nadie hizo eso por mí





    Las palabras de agradecimiento hacían latir el corazón del estudiante como un tambor, solo se reclinó en un árbol cercano ...




    - ¿Quieres? - sacando del bolsillo derecho un cigarrillo


    - No.... no fumo, si lo hago me muero


    - No seas tan literal, una pitada no te hará daño.


    - Dije que no - ese no, sonó demandante en la cual sonrió.


    - En fin... arruiné mi reputación salvándote la vida...


    - Perdón


    - Fue lo mejor que hice en mis 22 años de vida - mirando al cielo, perdiéndose en las nubes -


    - ¿No lo habíamos prometido? - preguntó tristemente el joven castaño - Te pedí que no te enamores de mí


    - ¿Acaso te lo había dicho? ... - la colilla voló a un lado, solo tomó lugar frente al muchacho quien mantenía la mirada en el suelo -


    - Suenas raro, puedo darme cuenta no soy estúpido


    - Me interesas y no lo voy a negar


    - Iie!!! - levantó la vista, esos ojos realmente lo habían cautivado en su miseria - TU NO DEBES ENAMORARTE DE MI!!!!


    - Por que ... - preguntó tranquilo viendolo que estaba nervioso -


    - PORQUE NO, LO PROMETISTE!!!!


    - En este tiempo, las promesas no se cumplen... Esta era una promesa hipócrita ya que ... tú estas enamorandote


    - Imposible .... no quiero, no puedo, no es correcto


    - ¿Que es imposible, que es lo correcto? - susurró acercando los labios al contrario, realmente quería, anhelaba esos labios -


    - Ale...jate por favor ....


    - Misaki - esa voz ronca pero segura penetraba cada fibra del ser de Misaki - lamento no poder cumplir esa promesa


    - Akihiko san ... te lo pido ... no te enamores


    - ¿Porque? dame el motivo - susurro entre los labios del joven -


    - No voy a estar... por mucho tiempo


    - Entonces ... aprovecharé cada hora, minuto, segundo contigo Misaki





    Los labios fueron ocupados por otra persona, el calor trasmitido de un cuerpo a otro. Bajo ese árbol se besaban, uno necio y el otro terco; no despegaban los labios, no querían .... querían tiempo, el tiempo que fuera necesario para quedarse allí por siempre.




    - Masoquista - musitó el joven


    - Hamster - respondió con una sonrisa abrazandole -


    - Retira...lo dicho


    - no... -beso - ... de lo que dije en ese momento, de nada me arrepiento, no me arrepiento de haberte conocido, de besarte .... "Misaki, arriésgate conmigo" -



    - Pase lo que pase ... me amarás - besandolo - pase...lo que...pase



    - Acepto











    Esa misma promesa: Pase lo que pase me amarás . Era una promesa cruel, pero Akihiko no la iba a tirar a los perros. De alguna manera, no se sabe cuando, como , porque se había enamorado. Ahora tenía lo más importante en su vida.... Por ahora :=MUAHAHA:
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    Capítulo 3: Tentaciones








    Después de escuchar esa confesión en la cual al pequeño castaño lo dejó sin hablas, miraba las decenas del rosario desechas, algunas partidas por la mitad. ¿Era un signo de quebrantamiento? Misaki había deseado ese sentimiento hace tiempo desde su juventud, no era tan adulto sino que tenía unos 19 años pero era uno de los primeros jóvenes en ser sacerdote. Todavía faltaban unos votos más para ser completamente de la Iglesia como quien dice.




    Del otro lado, el escritor miraba la reja que los separaba más no hizo nada, solo suspiró tronando los dedos. La respiración del menor era algo agitada, esos fantasmas eran demonios que venían a su mente usurpando los pensamientos de dios y quedarse alojados. Dulce deseo que hiciera estragos en su voluntad.







    - ¿te sientes bien?
    - No…. No lo estoy, escuché la confesión de un pervertido – temblando –
    - Te dije que no era conveniente que diga la “obra”
    - Urusai baka!!!
    - ¿y mi perdón?
    - NO TE PERDONO!!!
    - Que clase de cura eres Misaki
    - PADRE, PADRE MISAKI!!!
    - No puedes dar el sacramento del perdón y te llamas padre? …. Baka
    - BAKA!!! Deja de decirme BAKA…. BAKA!!!!






    Salió como cohete del lugar llegando al jardín que estaba detrás de la capilla tratando de respirar y calmar su espíritu. Miraba hacia el cielo con algunas lágrimas en los ojos, tocándose el pecho susurró acongojado







    - onegai señor… aparta de mí esto…






    Nunca se olvidaría de esa confesión, tan ardiente que había escuchado. Era la primera y justo tenía que ser el novelista amigo de su hermano. ¿Sabrá ese secreto? Pero lo único que tenía y que no importa lo que pasara era secreto de confesión. Por más que no lo haya absuelto era un secreto que solo ellos conocían.





    Los días pasaban y era cada vez más difícil olvidar esas palabras. Los sueños eran cada vez más frecuentes del que el mismo despertaba sudado, húmedo en sus piernas. ¿Por qué de todas las capillas tenía que ser esa? Y de todas las personas que se confiesan tenía que ser él. Esos sueños eran cada vez más frecuentes, solo en la capilla que le habían asignado, en el lecho, la noche era inminente y el castaño soñaba. Se movía en la cama, parecía una pesadilla…







    Sueño I


    - ¿Padre me perdonará? – preguntó un joven de mirada aniquilante, tanto era asi que cortaba el silencio-
    - ¿Por qué tendría que hacerlo?
    - Porque mi pecado se hará realidad






    Ese mismo hombre se adentro sin permiso en el pequeño compartimiento, Misaki alzaba la voz pero lo calló con un beso. La lengua se adentró marcando con sus dientes el territorio del joven oji-esmeralda. Las manos frías como hielo se adentraban entre su sotana negra, lo prohibido tenía un gusto dulce. Mirada de deseo, perversión, lujuria.






    - pa…padre….he pecado…. De pensamiento
    - Mg. De…tente… - luchando contra las manos y los labios que poco a poco lo poseían
    - Palabra…. – levantandole la sotana podía palpar el sexo que necesitaba atención. Le sentó con fuerza y metió la cara bajo la tela para chuparle con ardiente anhelo el miembro – Obra…. Y omisión…
    - AHHHHHHH








    - DIOS SALVAME!!! – gritó despertando de esa terrible pesadilla. Miró las sabanas, estaban húmedas, su sexo ya perezoso entre las piernas. – Dios… porque








    Los rayos del sol lastimaban los ojos del niño que iba para la casa de su hermano. Esas pesadillas se hacían frecuentes, a pesar que tenía su voto de castidad y obediencia se sentía frustrado ¿tenía que decirle al padre general lo que estaba pasando? ¿O simplemente guardar el secreto y esperar que todo se calme? No era largo el camino, pero la naturaleza le regalaba un hermoso espectáculo, la lluvia empezaba a caer sobre la tierra ¿Qué más daba? Solo corrió como cuando era niño, cuando todo era lecho de rosas, oliendo la tierra, sintiendo el agua.






    - TE VAS A ENFERMAR!!! – allí, Takahiro corría a su encuentro con un paraguas –
    - Quiero sentir la lluvia jaja
    - En el baño!!!!! La vas a sentir en el baño!!!!





    Prácticamente fue arrastrado hasta dentro del hogar para zambullirse en el agua caliente. En ese tiempo, el agua era calma y dentro de ella un cuerpo hermoso. Misaki suspiró largos ratos muriéndose de vergüenza por como lo había tratado, seguía siendo un niño para su hermano. Pasada la hora salió del lugar ya cambiado con ropa de antes…







    - Ahora si que lindo te vez
    - Quiero mi sotana niichan
    - Quedate asi… la sotacha no va a irse
    - SOTANA!!!!!
    - Akihiko san ¿necesitas otra muda de ropa?
    - A….ki…hi…. que! – sus ojos se pusieron blancos, no quería escucharlo – Señor…. Si me amas, si realmente me amas…. Hazlo polvo
    - ¿A quien tiene que desintegrar?
    - WAAAAAAAAAAAAA
    - Misaki que te pasa, estas muy alterado – dijo Takahiro –
    - Solo esta así porque no me quiso dar el perdón
    - ¿Perdón? ¿Misaki te confeso? ¿Misaki no le diste el perdón?
    - Yo…etto…. Bueno … dada las circunstancias….
    - Asi es – respondió el mayor triste en la cual Misaki lo miró con odio porque se estaba ganando el afecto de su hermano – me confesé y … no me dio el perdon. Mi alma estará en el Hades, no podré ver a mis padres, ni a mi perrito Hachi
    - “Maldito pervertido, hacedor de engaños, mi hermano no va a caer asi de facil porque ahhhh” – susurró hasta que Takahiro abrazó a Usagi llorando –
    - Misaki… porque… asi no va a ir al cielo
    - NO LE CREAS!!!!!
    - Misaki…. Dame el perdon – dijo algo triste-
    - Padre… perdoname porque no se lo que hago – se acercó hasta Él y le impuso la man o – en el nombre… de dios…. Yo….
    - Tu….
    - Él….
    - ¿No lo volverás a hacer? –
    - No….
    - Te perdono
    - Por ahora – susurro-
    - EHHHHHH
    - Su primera confesión… awwwww








    “Padre… ¿Qué te he hecho para merecer este castigo?”

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    Capítulo III: El destino... una muerte anunciada







    La historia volvía a teñirse de sangre, la vida y la muerte resurgían desde lo profundo reviviendo lo que antes estaba enterrado y olvidado. Desde lo profundo del bosque, el niño de tantos años se veía triste mirando el horizontes del cual sus bellos y tristes colores anaranjados casi rojizos pintaban el cielo, ni siquiera un pintor de vivencias podría retratar esa bóveda. Él, seguía mirando mientras sus suaves manos palpaban el cuello y en él, dos orificios hechos por su padre. Toda su vida, o que quedaba de ella era un cuento de hadas.



    Las heridas poco a poco se cerraban, el aire se llevó su último suspiro, un aire cargado de pena y de angustia. La saliva iba humedeciendo el tracto mientras seguía mirado, las hojas caían, el otoño al fin comenzaba. Esos orbes esmeraldas brillaban intensamente, era una vida nueva la que iniciaba, una larga, larga vida ¿Increíble no es así? Una eternidad viendo pasar las generaciones, épocas de oro, de esplendor, de hambrunas y de pobreza.
    Era la nueva vida que empezaba, el príncipe comprendía poco a poco sus tareas del cual tenía que obedecer. Los actos, el protocolo estricto que tenía que padecer, sonreír, comportarse. Tenía algo que buscar, los caballeros estaban al servicio del imperio, de su señor y la familia real. Un cumpleaños más, un año más de ver pasar el tiempo y sonreírle como si nada hubiese pasado, como si fuera totalmente un sueño esperando despertar y ver que todo era mentira. Que si se cortaba, sangraría y si sangra le duele… no era así, todo era distinto.


    Esa misma noche, su padre le daría a saber que tenía prometido. Un joven del clan del norte, bien parecido, uno de los linajes más antiguos después de su familia. Ijuiin, joven de la alta aristocracia, comprometido por sangre con el príncipe Misaki. Un pájaro enjaulado, encarcelado, cierra su boca ante la orden inquebrantable de su Rey. Agacho la cabeza, una reverencia ante alteza y finalmente el anillo que comprueba la unión.



    Su alteza real estaba de casería con su prometido, ambas caballerías estaban cuidando a sus futuros reyes. El ego de Su Serenísima era demasiado para Misaki; le veía de vez en cuanto escuchando lo que su compañero hablaba. Todo llegaba a su culmine, levantando la voz protegiendo a un joven de cabellos castaños, mirada perdida algo enojada.





    -Desde ahora Él es mío Ijuiin sama – respondió Su Alteza mirando a los demás- ya no beberemos sangre humana ni matar por placer, si alguien no puede aceptar esta orden es libre de irse
    -¿Acaso me ha cambiado mi Señor? – Besando la mano del príncipe- vaya… ha encontrado un nuevo juguete




    No era un juguete, Él quería reescribir su propia historia y si tenía que sufrir por ello lo haría con gusto. No era como los otros, un niño parido antes de tiempo, un joven hecho y derecho cambiaría el curso de la historia para siempre.




    - Ven Shinobu… es hora de vivir – dijo extendiendo-le la mano al señorito
    - ¿A dónde vamos? – preguntó sin importarle mucho pero desde lo profundo sentía un aroma especial del cual quedo prendado-
    - A conocer a tu Señor, a quién le debes la vida-




    Frente a un carruaje a la lejanía, las grandes ventanas de madera engarzadas en un fino metal, cubiertas por una bella tela color borrabino. Desde su interior emanaba un suave aroma a rosas, Shinobu se a cercó sigilosamente mientras detrás le miraba divertido.




    - ¿Eres Shinobu? – la suave voz resonó desde dentro del carruaje, Éste se limito a afirmar –
    - Si
    - Lamento arrastrarte a este mundo, pero tu deseo fue sincero
    - No se preocupe mi Señor… le protegeré.





    Así fue pasando, cada personaje fue cambiando al lado que le llamaba. Misaki a la cabeza de todo, los caballeros, ellos en primacía estaban a su lado no despegándose de su lado. Protegiendo a su alteza, cuidando sus pasos, guiándole y acompañando las decisiones. Akihiko fue el primer en unírseles, pero éste fue un encuentro un destino especial, señalado por las estrellas. Prepotente, el peli-plateado aún en sus primaveras ya entrando a la adultez le sirvió en especial acatando a lo que el joven pretendía para su persona. Tenía su vida ligada a la del otro, solo le respondería a él, lo miraría, le tocaría. Se lo había prometido un día de primavera, cuando las hojas verdes empezaban a nacer en ese campo minado de flores azules, rosas para ser exacto.






    - Dime Akihiko san ¿estoy equivocado en rehacer las leyes? – preguntó el joven vampiro oliendo una rosa-
    - Si usted está enteramente seguro de lo que hará, sabrá bien que lo seguiré hasta donde me diga – respondió elocuentemente. Ya no era niño, sino un hombre de 22 años, agradable, misterioso a la vista del cual las mujeres de su época se le entregaban cada dos por tres.
    - Por eso te estoy pidiendo una opinión, una respuesta a mi inquietud Usagi san – sonrió mientras cortaba la rosa, cada pétalo caía transformándose en rojo sangre –
    - Misaki… - susurró en su rasposa pero atrayente voz - … lo que hagas, lo que pienses esta perfecto. Porque querés cambiar lo antiguo, yo te seguiré






    Akihiko tomó lugar a su lado mirándole, esa mirada escondía otra cosa pero a los ojos de su Alteza no podía mentir. Misaki le acarició la mejilla sonriendo de lado, se inclinó para cortar otra flor y se la dio pero ésta no había cambiado de color como la otra. Le mostró su rosa ya roja con tonalidades azulinas.






    - Dicen que estas flores predicen el destino de cada persona, el deseo profundo, su estrella… su destino. Al parecer el mío está manchado – silencio su voz- un hermoso color sangre y el tuyo Un bello color azul como el firmamento.
    - No… - su voz se había quebrado, no quería perder a esa persona especial que lo había sacado del abismo. Le abrazo con fuerza, no le importaba las clases sociales, solo le abrazó – no te pasará nada, no morirás, jamás digas eso Misaki
    - Si llega a pasar algo… -solo cerró sus ojos oliendo su tan penetrante perfume-… quiero que no los dejes solos… nos veremos… en la otra vida.





    ***************************************






    Los demás quedaron escuchando el relato de Hiroki con mucha atención. Cada palabra, cada gesto, parecía sacado de una novela pero no, todo era real, ellos estaban allí para contar la historia. Onodera sentado en el sillón trataba de digerir lo que estaba escuchando al igual que toda su familia quedaba muda. El joven rubio comía las galletas sentado en la mesada, a su lado Takano con su rostro completamente serio miraba los demás sin importancia.




    - ¿Y como transformé a Takano san?





    Los comensales dirigieron su mirar al joven castaño que bajaba por las escaleras quedándose en el pequeño descanso. Akihiko le extendió la mano a la cual correspondió.






    - Misaki, deberías estar descansando – intervino el sacerdote-
    - ¿Cuántos años descanse? – redobló sus palabras con algo de sarcasmo - ¿ochenta, cien años? ¿Cuántos?
    - Cuatrocientos años, cinco meses, dos semanas – susurró el azabache-
    - Como… fue que te transformé Takano san …
    - Hermanito, no es momento..
    - ¿Cuándo o será? Esperemos otros cuatrocientos años…
    - No quise… decir eso…
    - Lo se niichan… pero.. – los pasos se escucharon dando un pequeño retumbe – Takano san… ¿Cómo te transformé?
    - A…. la fuerza…. A sangre fría… sin piedad…
  9. .

    Capítulo I: El viento del este








    A mi primer y único amor:



    A muy temprana edad me han arrancado de la tierra y me ha hecho volar de una manera que puedo ver el cielo. Rozar las nubes siempre ha sido mi anhelo y ver los campos desde arriba, ese color, tan libre sin que nadie los ate.
    Yo, en mis 19 primaveras he vivido lo que tenía que vivir, conocido lo que tenía que conocer y lo mucho que me faltó por terminar de ver las cosas. Ahora soy libre, libre para elegir, libre para soñar y respirar aires de sosiego. Al fin, encontré mi lugar en la paz.



    Desde que te conocí, mis noches ya no fueron solitarias, mis días no fueron largos y pude descansar en tu brazo protegido de todo. Se muy bien que si lo lees pensaras el PORQUE, porque te dejaste solo, porque no cumplí con mi promesa, porque no me conociste antes… en otro tiempo, en otro lugar. Todas esas dudas acusatorias, se cual es la respuesta… PORQUE QUISE, PORQUE NUNCA HE REPROCHADO NADA, PORQUE VIVÍ, SOÑÉ, AMÉ.


    Te ame desde el primer momento, suspiré por ti y te llevaste una parte de mi alma. ¿Egoísta no es así? Puesto que así lo quise y lo decidí, tú y yo… somos uno ahora y para siempre.








    Siempre tuyo M









    Así empieza esta historia, un amor tardío y un romance, traspasa la barrera de lo cotidiano, de las reglas del cual si uno lo viera ya entraría en juicio. ¿Cómo un joven puede enamorarse de quien le lleva 10 años? Simplemente el amor como ladrón no avisa, solo roba el corazón y se deleita viendo la entrega mutua.
    Como una visión fuera de este mundo, como si las musas habían esculpido su rostro angelical, así se sentía al verlo. ¿Podría contemplar su rostro por siempre? Eso a lo largo del relato lo veremos.






    Todo empezó una mañana de verano, el viento soplaba acariciando la piel de un estudiante. No era muy hablador, sino que mantenía su perfil bajo sin que nadie llegara a notarlo. Un simple niñato que entre libros y silencio, juega a ser amigo de las personas. Correteando su alma por cada estante de la biblioteca nacional, haciendo oídos sordos a cuanto lo moleste. No era tarea fácil, después de todo aunque tratara de esforzarse por dejar las cosas atrás siempre atendía las súplicas. De esa manera, de manera cruel lo llamaban “bufón”. ¿Por qué algo tan general? Porque hacían lo que querían con Él, no era de la sociedad estudiantil, no pretendía ni aspiraba hacer alguien “más que”. Con lo que era, basta y sobra como decía su hermano.
    Todos los días era la misma historia, se levantaba, hacía sus quehaceres para ir al instituto. Aguantar cuanta cargada quede en sus hombros, almorzar en un lugar alejado, atender en clases y luego volver a casa para encerrarse en su mundo de pensamientos sin sentido para unos, pero para otros un tardío sentimiento.





    Era una rutina pero eso no importaba, puesto que el joven castaño era feliz con lo que hacía todos los días. Bajó a desayunar, era el primer día del receso de vacaciones, su hermano como siempre estaba esperándole con todo listo. Un desayuno abundante para que no se sienta débil, el simple toque familiar en el aire. Misaki besó la mejilla del mayor y se dispuso a comer, mientras escuchaban una música tranquila charlaban de cosas a futuro.





    ¿Qué harás de tu vida? ¿terminarás el año? ¿Cuánto fue la nota de Literatura? ¿los profesores te tratan bien como los demás?






    Esas eran pocas palabras para un almuerzo que no detallaré, solo nos detendremos en esos pequeños grandes detalles de la hermandad hasta una paternidad que podríamos decir. El horario se acercaba, allí él buscaba las cosas para irse siempre con la bendición del joven que quedaba en casa.
    Ese día, no era como cualquiera, sino que cambiaría la historia para quedar siempre guardada en la memoria. Memoria que el tiempo aunque venga con sus desarraigos no lo iba a borrar.






    Instituto, un lugar donde el conocimiento crece a medida que los alumnos dejan el paso a nuevas culturas, nuevos saberes. Chicos en su mundo, pensamientos idos de un lugar a otro. Allí, el castaño miraba sobre el libro que tenía entre las manos, la respiración apacigüe sin ninguna preocupación. El periodo de descanso había terminado, Misaki se levantó del lugar donde estaba y fue a donde no lo molestaran… “La biblioteca”.
    En el transcurso del recorrido hasta llegar a destino, muchos susurraban frases como : “Mira el raro”, “dicen que no sabe porque esta aquí”, “no tiene lengua” “es un retrazado”. Tantas palabras sin un sentido, solo dejándose llevar por los instintos propios del no saber la realidad.






    Los pasos se hicieron escuchar en el pasillo, las blancas manos sosteniendo unos cuantos libros. La ventana abierta de par en par, tomó asiento a su lado mirando la naturaleza que tornaba los árboles de color marrones. Era otoño, las hojas caían despojando de su manto a los gigantes. Le encantaba ver como ya habían cumplido con su ciclo para luego dejar paso a los nuevos que tomarían su lugar volviendo a vestir a los árboles.
    El suave arrullo del viento entraba desplegando las cortinas crema, solo cerró sus ojos, los sentidos se volvieron más agudos hasta sacarlo de su relax.





    - Vamos Akihiko san, ¿saldrías conmigo? –





    Misaki miró detenidamente lo que estaba pasando, una joven se estaba declarando al príncipe del colegio. La escena ya era una vieja fotografía, primero la cita a ese árbol, la charla, la pregunta y … el rechazo.




    - no quiero salir con alguien feo –




    respondió el peli- plateado viendo de reojo a la chica que poco a poco se ponía a llorar. Siempre era lo mismo, el mismo dicho, la misma hora. Recogido de puños le miraba mientras que la chica se iba llorando. No podía aguantar su temperamento, asi que dijo lo que tenia que decir y no le importaba si pasaba algo o no.





    - no trates asi de manera tan cruel a una chica baka! – gritó desde la ventana atrayendo la vista del mayor.
    - Pulga… no te metas
    - ¿pulga? – se dio vuelta para no mirarlo pero todavía montaba en cólera asi que gritó – quiero seguir siendo una pulga a un animal que come y luego deja tirado a alguien.





    Ese fue el primer contacto, después de decirle todo en cara pasaron los días y Misaki seguía con el mismo plan desde los 10 años. Era el trabajo grupal de laboratorio, no era muy bueno pero tenía que hacerlo si quería aprobar el año y graduarse.






    - Takahashi, tu compañero está en el aula 12






    Ese fue el ultimo dicho del profesor, tomó sus cosas y fue al aula. La puerta se cerro detrás de él, la respiración no podía ser más rápida porque su cuerpo no le daba. El rostro cambió a uno molesto…





    - pedí un compañero no una pulga
    - lamentablemente esto es lo que hay sempai, asi que porque no volvemos al trabajo y nos quitamos esto de una vez por todas, asi nadie sufre ¿no es asi?
    - Como sea





    Pasaron las horas, minutos, segundos y cada vez la pareja se iba entendiendo por asi decirlo. Ahora ya no era un “hola” sino que mantenían una conversación por más de 10 minutos. Había aprendido mucho del chico de mirada misteriosa, le gustaba leer y escribir, también quedarse en casa, disfrutar del silencio y también de la soledad. Una cosa en común después de tantas discusiones. El sensei los había calificado con una nota realmente alta y era esfuerzo de ambos.





    - No te pregunte antes pero como te llamas
    - Takahashi, Takahashi Misaki -mirando el tubo de ensayo-
    - Usami Akihiko




    Era su nombre, el nombre que desde que nació le dio un significado profundo. Un señor con todas las letras y Misaki, un joven de secundaria viviendo el día a día. La hora había terminado, el oji esmeralda recogió todo lo que a él pertenecia mientras que Akihiko miraba la acción






    - ¿acaso hago algo mal que siempre me estas viendo?
    - Solo me pregunto porque no te vi todo este tiempo en la institución.
    - Algunas veces he faltado por enfermedad – susurró –
    - Mañana hagamos pareja en cada materia – sentenció para encender al estudiante.
    - Tus amigos te verán con un “fenomeno” la reputación después de todo es lo primero – mofó –
    - No te preocupues… mi carisma es aplacado como el tuyo
    - Ah?... vuelv
    - Ya lo decidí… tu y yo somos pareja
    - Solo… no te enamores de mí – dijo decidido a quien Akihiko se dio vuelta mirando la reaccion del chico
    - ¿enamorarme? No sirvo para ese tema ambiguo
    - Entonces no tendremos problemas de hacerlo – sonrio pasando a su lado –
    - Claro… no me enamoro de piojos
    - Hasta mañana Akihiko san
    - Nos vemos








    La historia de sus vidas empezaría a cambiar drásticamente…

    Edited by Misaki_san - 27/6/2014, 18:58
  10. .
    Hola, la verdad primera vez q comento tu historia. Me gusto mucho, el plan de un Misaki ya harto y con la calentura en la cabeza es un plan perfecto. Felicidades!!! Besis... Misaki san
  11. .

    Capítulo II: Una historia manchada.... inconclusa








    Dicen que el tiempo juega con cada persona, cada alma vaga sin rumbo o buscando alguno para poder finalmente descansar en paz. Liberación para unos, atado para otros; solo miraba con unos ojos distintos el lapso de Cronos pasando a su lado.
    Noche de lluvia, truenos y relámpagos rajando el cielo. El firmamento no daba tregua, no podía brillar como siempre lo hacía. Las nubes habían cubrido parte de la región, ninguna de las personas que allí vivía asomaba a la calle.


    El viento recorría las callejuelas pedregosas, las sombras eran las reinantes en ese arrabal. Era el 1800, día indefinido, hora, minuto, segundo ya dejaban de correr para una pareja de reyes. Era el momento para engendrar un sucesor del cual llevaría al reino a un poderío absoluto. No eran cualquier pareja, la vida los había dejado, ya el tiempo no era su amigo.


    En el mes de Abril, el pueblo se regocijó, la corte real anunciaba un nuevo heredero al trono. Un niño de increíbles ojos esmeralda, piel blanca cual porcelana. Tenía un aura particularmente tranquilizadora a quien esté a su lado, la reina admiraba especialmente el rostro de su pequeño hijo mientras que su padre estaba recostado a su lado mirando a su familia.



    Como era costumbre, la corte anunció a todos que había nacido un heredero. Lo presentaron a dicho pueblo mientras que los demás estallaban de alegría al verle. Los años pasaban y ese niño se volvía especial, una mañana de domingo todavía era invierno pero eso no le impedía al joven príncipe de tan solo 5 años de edad recorrer siempre con un guardia el corredor del castillo levantado en una colina mirando al poblado.
    Misaki, así le habían llamado. Su nombre significaba belleza, florecimiento. Por esos, sus padres habían decidido ese nombre para su pequeño y único hijo.


    Era un niño común, con unos padres singulares. Todavía le costaba entender para que había nacido si luego tendría varios problemas por resolver. No eran problemas comunes, sino el llevar una nación a la paz. Su guardián estaba cerca, no le perdía pisada alguna. El peligro todavía acechaba, no había paz…


    - Misaki – sama , su padre lo busca – desde el fondo, un guardia se acercaba haciendo una reverencia del cual el niño agradeció y fue donde él –


    - ¿Quería verme Padre? –
    - Es hora de tu iniciación hijo
    - ¿pero como será padre? – sin comprender lo que se avecinaba




    Solo el Rey agarró la mano del pequeño para guiarlo al salón escarlata. Era un lugar conocido donde los niños de la realeza hacían voto de obediencia a su nación. A medida que entraban, las personas miraban al oji- esmeralda con una sonrisa apagada, las mujeres evitaban mirarle a la cara.



    - Es hora mi niño – susurró la madre arrodillándose delante del joven, una caricia en la mejilla, una lágrima recorriendo la misma –
    - Madre… ¿Por qué llora? Todo estará bien


    Misaki en su inocencia no sabía lo que vendría o si lo sabía…


    - lo lamento mi pequeño retoño pero… esto no estaba planeado. Tu vida es tan valiosa, tu tiempo se detendrá... lo lamento
    - descuide madre… lo entiendo…


    ¿Por qué había mostrado su cuello? ¿De alguna manera sabía lo que iba a pasar?, la piel virgen fue traspasada por los colmillos, el veneno poco a poco entraba al torrente sanguíneo saturando cada célula, haciéndola morir para luego despertar a la vida eterna. Los sentidos se liberaron…



    - No quiero seguir escuchando más esta historia –



    Desde el fondo, Nowaki se tomaba la frente tratando de asimilar lo que estaban contando. ¿Era su hermano del que hablaban? No, simplemente no podía ser. Él lo había visto nacer, como era el de la historia. Mero cuento fantástico, un relato de terror para asustar a quien se lo tomara en serio. Las miradas fueron dirigidas al médico…



    - Es difícil comprender lo inexplicable pero trato de ser digamos… como sería la palabra… a si… Considerable con el relato ya que es solo el principio.
    - ¿Por qué … - montado en cólera – PORQUE MI HERMANO TIENE QUE PASAR ESTO. PORQUE NO PUEDE VIVIR EN PAZ!
    - Basta Nowaki – susurró el sacerdote –
    - Hiro… san
    - ¿Van a proteger a Misaki de ese hombre? – alzando la voz el joven Onodera preguntaba esperanzado de que asi sea –
    - Hicimos una promesa y no la vamos a quebrantar por nada del mundo – dijo Takano –
    - Él es nuestro Señor, el que nos hizo despertar – agregó Shinobu
    - Le debemos obediencia y lealtad- el peli plateado miraba las escaleras –
    - Él es el principe que cambiará todo, pero antes debe aceptar su destino sino estaremos en un serio aprieto
    - Entonces…. – recargado en la pared, Miyagi miraba a los demás con semblante serio – ¿ el destino recarga en los hombros de mi primo? Vaya… eso es cruel
    - No sabes nada de crueldad – dijo Hiroki
    - Si, se de crueldad… Cruel es que Akihiko san haya mordido a Misaki, cruel es que nos hayan tomado el pelo bastante tiempo… ¿Quieres que continúe? Cruel es que mataran a los padres del niño!!!
    - Nosotros no lo matamos, además ellos no eran sus padres
    - NO TE ATREVAS A HABLAR DE SU MEMORIA!
    - ¿No puedo? Ya lo hice – serio respondió Shinobu – tú, humano … tan poco cuesta tu vida que podría obligarte como un títere a que te cortes las venas
    - Chicos por favor… - pedía Ritsu –
    - ¿Podrían calmarse? – alzando la voz, Akihiko miraba la pelea- Misaki no puede dormir



    En el primer piso, el castaño miraba el techo. Había logrado dormir pero algo lo mantenía inquiero. ¿Acaso era su corazón que le dictaba lo que pasaría? Esos sueños por fin dirían algo relativo a su vida pasada, como el niño que jugaba en los rosales lo llamaba. Unos hombres al parecer custodiándolo… Esos sueños… serían sus pesadillas más oscuras…
  12. .
    La verdad es la primera vez que te leo, creo... pero me hiciste reir y claro! DORMIR ARRIBA ES LO MEJOR!!! además si se rompe entonces la victima seria la de abajo ;) Muchos besos
  13. .

    Capítulo I: Comienzo de la historia sin fin















    Todo había terminado y comenzado esa misma tarde, la vida que conocía se había esfumado por unos minutos pero luego devuelta para que entre a su cuerpo y respire la bocanada de aire tan indispensable a sus pulmones. El color volvía a su rostro, las mejillas tomarían una tonalidad apetecible a cualquiera que lo mirase. Los ojos, ventanas del alma ahora estaban más vivas que de costumbre, el color esmeralda brillante, realmente era un chico nuevo.



    El viento soplaba despeinando los finos cabellos marrones del menor mientras una mirada se alzaba sobre ellos, los vampiros arrodillados frente a su Señor y el chico mirando a cada uno con sonrisa triste. Ver a ese pequeño, tan vivo en su niñez y ahora entre dos mundos, Nowaki lo veía pero no podía evitar lo que le había pasado.



    ¿Era acaso sentimiento de culpa? Cuidar de su hermanito durante 19 años, verlo crecer desde que había nacido. Escuchar sus primeras palabras dirigidas a su hermano mayor, su primo acompañándole sin interés alguno. Eran sus familiares, su vida y ahora ¿Qué quedaría de esto?





    “Vuelve atrás y recuerda”






    Hubo un tiempo donde el mayor de los Kusama Takahashi compartía su tiempo con un niño de hermosos y penetrantes ojos esmeraldas. Ya el infante había cumplido los 7 años y le habían organizado una fiesta en su honor. Una hermosa casa de troncos y piedras, como era tradición en ese pueblo según las antiguas costumbres, llevar al menor a realizar un paseo por el bosque acompañado de su hermano mayor.




    Los padres esperaban del otro lado, Misaki iba delante mirando las hermosas flores que crecían a lo largo y ancho del bosque mientras que Nowaki le seguía desde atrás mirando que no se tropezara con alguna piedra.





    - Niichan ¿Por qué me miras?
    - Es porque no quiero que te pase nada pequeño - respondía con delicadeza mirando el camino-
    - No vas a estar cuidándome siempre – susurró detenido en un árbol en particular donde crecían flores azules desde la corteza de éste.
    - Nunca digas esas cosas, mientras tenga vida me vas a tener – le sonrió con ternura, era duro para digerir que su hermanito estaba creciendo pero ¿Por qué tenía ese lenguaje a muy temprana edad?





    No se dijeron nada más, las palabras callaron ante el dicho del menor. En su caminata, el niñato reía mirando la naturaleza que le regalaba esa hermosa vista. Una mariposa azul se posaba en una de las ramas y el pequeño corrió a ella para sostenerla en sus delicadas manos. Desde atrás, el peli oscuro le miraba embobado a cada acción que su pequeño hermano hacía. Era el momento de dejarlo solo, sentía que le arrancaban el alma pero era la tradición.





    - Lo lamento, tengo que dejarte – con la mirada baja no quería ni se atrevía a mirarlo. Desde que habían empezado a caminar había guardado todo el coraje para este momento.
    - ¡Onegai! No te vayas – en sus ojos había lagrimas de tristeza-
    - Debo hacerlo, pero… - se arrodilló frente a Él dándole un tierno beso en la mejilla – vence Misaki.





    Le vio partir desapareciendo entre los árboles, un suspiro de sus labios abrazándose como si se quebrara por dentro. Unos pasos más para seguir adelante con esa congoja en su ser. Un cuarto de hora había pasado, el castaño caminaba a la vera de un arroyo de aguas cristalinas. Líquido cristalino de vida, sacia la sed y purifica el alma.





    “Oe niño”




    Sus ojos se abrieron para buscar al dueño de esa voz pero no había encontrado a nadie. Volvió a caminar pero nuevamente la voz le llamaba “Niño… joven Misaki”. El frío recorrió su espina dorsal ganando el estremecimiento ante la voz misteriosa, fantasmal.




    - Quien… me llama




    Musitó viendo a un lado, era una sombra que tenía forma humana. Se acercó conforme a que no parecía peligroso tomando lugar frente al espectro.




    - vaya, eh crecido
    - ¿disculpa? – respondió Misaki –
    - Tú y yo … somos la misma persona
    - Es imposible
    - Si pero a la vez no – acariciando la mejilla – tu y yo somos la misma persona pero en diferente tiempo. Tendrás muchas dificultades pero depende de ti si quieres confrontarlas o no
    - Etto…
    - Pero… tienes que saber que hay personas que querrán matarte como en el pasado y caballeros que están a tu entera disposición – desapareciendo-






    Había llegado a la meta, de fondo sus padres esperándole con un fuerte abrazo mientras que Nowaki sonreía ante el menor.





    - ¿viste? Te dije que eras fuerte
    - Hai Niichan





    El tiempo volvía a su presente, ahora Misaki casi adulto mirando a los cuatro caballeros que darían su vida por el príncipe. Una voz algo tenebrosa se escuchó poniendo en guardia a los mayores mientras que el oji-esmeralda fijaba su mirada en el que había dicho eso.






    - Amado – desde el fondo un joven de mirada oscura y cabellos castaños se mantenía firme.
    - No me llames así – afirmó-
    - ¿Por qué? ¿Acaso hice algo mal para no llamar a mi prometido así?
    - No se le acerques sino quiere perder sus colmillos Mi Lord – Shinobu creaba una barrera invisible para su protección –
    - Niño Shinobu – mirada penetrante – todavía te recuerdo, eras tú el que no aceptaba un no por respuesta. Después de todo… te encariñaste con un mortal, ¿no era tu lema “Mortal es igual a alimento”? parece que lo has olvidado
    - ¿Es eso verdad? – susurró el primo del castaño tragando saliva llamando la atención del vampiro-
    - Hum –examinando con una mirada y una sonrisa algo burlona- ¿Que cosecha es? Debe tener unos 32. Vaya si que eres pervertido – sonriendo a Misaki – Mi rey, prometo que nos veremos… pronto







    El vampiro había desaparecido de su vista llevando a Misaki a un colapso, cayó al suelo pero Hiroki fue más rápido. Lo sostuvo entre sus brazos mirando con tristeza el rostro de su ahijado, quería que viviera una vida distinta a la anterior pero era decisión del pequeño. Nowaki lo llevó dentro de la casa, acostándole en su cama mirando una vez más a aquél joven que había cuidado en su vida. Dejó el cuarto a solas, los pasos por las escaleras de madera se escucharon pero se detuvieron al observar que Shinobu, Hiroki, Takano y Akihiko se encontraban esperando algo de sus labios. Solo miró a otro lado viendo al pequeño Onodera algo triste y a su lado el primo que tanto quería.






    - Está descansando
    - Esto no va a terminar – susurró Massamune recargándose en la pared – debemos terminar nuestro trabajo.
    - Tuvimos una oportunidad pero Él tiene subtitos que dan su vida por esa alimaña – desde el fondo Hiroki hablaba –
    - Hiro san … ¿Qué está pasando? Misaki es alguien normal. Lo ví nacer, no puede ser quien es ahora. Onegai, que alguien me explique!!!







    Los demás callaban ante su súplica hasta que el profesor decidió hablar. No tenía sentido callar el secreto…






    - Escucha con atención… esto es lo que nosotros hemos vivido desde hace siglos hasta que nos insertamos en tu mundo.
    - La vida no es como la que conoces ahora humano – susurraba el rubio-
    - Hubo muchas guerras mientras soñabas en esta realidad - el oji avellana miraba al hermano –
    - Y Misaki fue quien nos abrió los ojos sacándonos de nuestras tumbas
    - Solo escucha …





    "Todo empezó cuando se decidió la paz entre lo humano y lo desconocido. Cuando un Rey se alzó contra los humanos y un príncipe profesaba que podía haber algo mejor que "esto". El joven decidió que sería distinto bajo su reinado y asi lo fue... pero el precio que pagó fue su propia sangre. Arrancado de entre nosotros, llevado al mundo de las sombras, todo fue por traición"









    El secreto será revelado de a poco ¿podrá Nowaki aguantar la presión en su pecho? La historia como la que conocen tendrá un final y un comienzo, desde ahora la sangre será el pacto final del cual Misaki no podrá escapar. Bienvenidos a la segunda temporada

    Edited by Misaki_san - 29/5/2014, 23:05
  14. .
    Atrapaste el sentimiento oculto de un niño, ese despertar de un corazón durmiente por alguien a quien quiere pertenecer-le. Me encantó, te felicito
  15. .
    Melyoan: no se que hacer, te digo algo? Mi cabecita carbura a mil por segundo y nose que saldrá.


    Neko Akimitsu: Siempre la agresión? Me acordé que ese es el motor que te impulsa a correrme jaja. Está bien… trataré de actualizar más seguido.




    La noche en la que iba a cenar con el fotógrafo, una comida tranquila llena de risas se convirtió en una pelea. Misaki aún se cobijaba en los brazos del médico quien le acariciaba con dulzura los cabellos castaños del menor. Sentía el pequeño llanto de sus labios, la humedad de sus mejillas y la dulce pero quebrada voz “Arigatou Nowaki san”, eso movió el cuerpo del médico estremeciéndolo. Se separaron mirándose el uno al otro sin decirse nada, Misaki agachó la cabeza con un ligero sonrojo admirado por el azabache quien rozó la mejilla para mirarle con dulzura.



    - Misaki kun … yo…
    - ¿Si… Nowaki san?







    La noche sería algo larga para nuestros personajes, cada uno metido en su mundo lleno de inseguridades, celos y demás cosas que no cabían en cada corazón. Así sintió Hiroki cuando tuvo que encontrarse con Akihiko, todo cambiaría…



    El reloj marcaba las 12 en punto, dentro de la habitación el profesor leía algo intranquilo. El libro resonó en la mesada del balcón, las arrugas del entrecejo se dejaron ver sobre un molesto joven que miraba la luna suspirando y lleno de rabia.


    - Porque te tardarás tanto


    Susurró en medio de la noche llena de luciérnagas, la luna llena alumbraba todo el pequeño campo lleno de flores, las gotas de rocío adornando las hojas y los pétalos de rosa y de distintas flores. El sonido de la puerta, la pequeña traba hizo que desviara la mirada hacia el sonido.


    -¿me puedes decir que haces en mi cuarto? – con una pequeña vena en la cien
    - Estoy aburrido esperando a Misaki, todavía no ha llegado de su cena – cada palabra le hacía doler el alma pero tenía que confiar
    - Parece que acataste el consejo que te di bakahiro
    - A duras penas Hiroki – tomando la pequeña taza de té - no veo a tu novio
    - debe estar comprando algo
    - ah… traten de no gritar esta noche, quiero un poco de tranquilidad con Misaki
    - No somos tan activos y pervertidos como para hacerlo todas las noches
    - por eso entre sin tocar – mofando –
    .- Que harías si nos vieras en ese acto baka!!! – sonrojado –
    - Tendría un trauma de por vida
    - Cállate antes que te parta la mesa encima



    //silencio//



    - Ya no se que hacer – susurró inclinándose hacia delante poniendo ambas manos en la cabeza – tengo miedo
    - ¿tu miedo? Y porque
    - Siento que voy a perder lo que más amo en este mundo
    - Otra vez con eso, son crisis Akihiko – viéndole de reojo – las crisis se superan
    - Quiero amarrarlo, tenerlo, guardarlo para mi
    - El otro se acercó para abrazarlo cosa que Akihiko abrió los ojos al sentirlo – tranquilo… ustedes se aman y si es así cualquier cosa que pase lo van a superar.
    - … ¿Hiroki eres tu? Que hiciste con el viejo gruñón
    - VES QUE NO PUEDO SER BUENO CONTIGO BAKA!!! – no pudo terminar la frase porque el novelista ya lo estaba abrazando, esa voz profunda que recordaba en sus tiempos volvía a la mente pero con otro sentido “solo amigos” –
    - Ya ya… prometo no bromear
    - ¿interrumpimos algo?


    Nowaki parado en el umbral de la puerta junto con el pequeño que miraba la linda escena de ambos abrazados, Hiroki con las manos en los cabellos. El doctor agarró la mano al niño entrelazando los dedos siempre con la mirada fija a su pareja y al amigo.


    - Lamentamos interrumpir, nos iremos a tomar algo
    - Chotto matte baka!! – agarrando el hombro del azabache y este se lo sacó –
    - Dije… nos iremos a tomar algo… solo con Misaki…
    - Etto… yo tengo sueño – añadió el estudiante mirando al suelo –
    - Solo acompáñame esta noche Misaki – besando los cabellos –
    - No lo beses – la voz del novelista resonó en el cuarto-
    - Tu no lo abraces … ven Misaki…. Vamos!
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